Alby Juan Carlos La Astheneia en La Antropologia Cristiana Primitiva

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LA ASTHNEIA EN LA ANTROPOLOGA CRISTIANA PRIMITIVA - Scripta Vol.

4, N 1, 2011, pp 11-26

LA ASTHNEIA EN LA ANTROPOLOGA CRISTIANA PRIMITIVA


Juan Carlos Alby
Resumen: La Patrstica cristiana recibi la nocin veterotestamentaria de asthneia de la versin griega de los LXX. Entendida como debilidad y falta de fuerza, se la asoci con enfermedad o estado general de debilidad, significado que se conserv tanto en los libros histricos como en los poticos. El trmino aparece con frecuencia tambin en los Evangelios y en los escritos de Pablo, posibilitando as una comprensin de la enfermedad en clave filosfico-teolgica por parte de los Padres, entre los que se destaca el Patriarca de Constantinopla San Juan Crisstomo, quien recurriendo a una exgesis literal de la Escritura segn los principios de la escuela antioquena, analiza el concepto en sus comentarios a las Epstolas llamadas Mayores de San Pablo y, particularmente, a la Segunda Carta a los Corintios. De esta lectura se desprende la necesidad de considerar la asthneia de manera inseparable de la antropologa cristiana. En los orgenes del cristianismo la concepcin de hombre resultaba extremadamente compleja, oscilando desde la antropologa tripartita de San Pablo (I Tes. 5, 23) a la quntuple presentada por ciertos textos gnsticos (Carta esotrica de Santiago 11, 36-12, 17; 14, 24-36) y a la dcada de Clemente de Alejandra (Strmata VI, 16, 135, 1-2). El estudio de la aplicacin del concepto de asthneia a los distintos componentes del hombre en la polifactica literatura cristiana primitiva, permite comprender la importancia asignada a cada uno de ellos segn las distintas corrientes interpretativas. Palabras clave: Enfermedad Asthneia Antropologa Cristianos Gnsticos Abstract: The Christian Patristics received the Old- Testamentary notion of asthneia of the Greek version of the LXX. Understood like weakness and lack of force, was associated with general state of weakness or disease, meaning that conserved in historical and poetic books. This term frequently appears also in the Gospels and in the writings of Paul, making possible for the Fathers an understanding of the disease in philosophicaltheological key. Between them, the Patriarch of Constantinople, St. John 11

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Chrysostomus, resorting to a literal exegesis of the Scripture according to the principles of the antiochian school, analyzes the concept in his commentaries to the Epistles called Majors of St. Paul and, particularly, to the Second Letter to the Chorintians. This reading shows the necessity of consider the asthneia in a inseparable way of the Christian anthropology. In the origins of the Christianity the conception of man was extremely complex, oscillating from the tripartite anthropology of St. Paul (I Thess. 5, 23) to the quintuple presented by certain gnostics texts (the Esoteric Letter of James 11, 36-12, 17; 14, 24-36) and to the decade of Clement from Alexandria (Stromata VI, 16, 135, 1-2). The study of the application of the concept of asthneia to the different components from the man in the versatile primitive Christian Literature, allows to understand the importance assigned to each of them according the different interpretative schools. Key words: Disease Asthneia Anthropology Christians - Gnostics

1. Introduccin La antropologa cristiana primitiva se forj a partir de la tradicin juda con su fuerte acento en la categora de carne y en la nocin fundamental de hombre creado a imagen y semejanza de Dios. En el ambiente intelectual de los dos primeros siglos de la era cristiana, estas concepciones representaban un enfoque completamente original respecto de la cosmovisin helnica dominante. Como es de esperar, el concepto de enfermedad no poda quedar ausente de estas formulaciones, motivo por el cual los primeros cristianos se vieron compelidos a entender los trminos del arte mdico vigente en su tiempo dentro del horizonte de inteleccin que se configur a partir de la irrupcin de esta antropologa. A esta tarea debieron emprenderla como receptores del Antiguo Testamento en el griego de la Septuaginta y como habitantes de un mundo culturalmente dominado por la filosofa helnica. Teniendo en cuenta estas consideraciones, estudiaremos en primer lugar el significado de asthneia en la Biblia, tanto en el Antiguo Testamento de los LXX como en los Evangelios y en las cartas de Pablo; en segundo trmino, abordaremos la antropologa cristiana
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primitiva con una sumaria presentacin de sus distintos esquemas; finalmente y a la luz de los componentes antropolgicos presentados, consideraremos algunos ejemplos de aplicacin del trmino en cuestin en la literatura cristiana antigua. 2. La asthneia en la Biblia La versin griega de los LXX designa con el trmino ajsqevneia tanto la enfermedad como cualquier estado que se caracterice por una sensacin de debilidad o falta de fuerzas y traduce el vocablo hebreo ( hlh), estar enfermo, dbil. En sus diferentes modos verbales, hlh se refiere siempre a situaciones de debilidad corporal o anmica.1 En los libros histricos pueden rastrearse ambas acepciones; por ejemplo, en el libro de los Jueces, se registra la confesin de Sansn a Dalila, acerca de que se volvera dbil si lo ataran con cuerdas (Jc. 16, 7); por su parte, Geden aduce ser el ms dbil de los hijos de Israel, nacin que a su vez se fue debilitando da a da (Jc. 6, 15); a Amn, el hijo de David, se le pregunta por qu est enfermo, cuando se lo vea obsesionado por su hermana Tamar (2S. 13, 4); en su himno de gratitud a Dios, Ana, la madre de Samuel, dice que ste auxilia a los indigentes (ajsqenounta), mientras que los que tienen muchos hijos, signo de fuerza y prosperidad, se marchitan (hjsqevnhsen). En el libro de las Crnicas se describe cmo se hace regresar del cautiverio, sentados en lomo de asno, a los que son ms dbiles (2Cro. 28, 15). En los libros poticos, se conserva el mismo significado, tanto para el verbo ajsqenevw como para el sustantivo ajsqevneia. As se habla, por ejemplo, del arco que se extiende y no se rompe (Sal. 58, 7), de los tobillos y las rodillas que se doblan por el cansancio (Sal. 18, 36) y por el ayuno (Sal. 109, 24); del hombre fuerte que no tuvo ni hambre, ni sed, ni debilidad (Sal. 16, 27); del vigor que se pierde en la miseria (Sal. 31, 10); del hombre justo que se apoya en Yahv y no vacila (Sal. 26, 1); del Dios que reanima la heredad extenuada (Sal. 68, 9) y del abandono de Dios cada vez que un hombre malvado construye un dolo, con
1 Cfr. E. Jenni, C. Westermann, Diccionario teolgico manual del Antiguo Testamento I, Cristiandad, Madrid, 1978, pp. 789-793.

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lo cual pierde su fuerza y su poder (Sal. 16, 4). Como referencia a penas anmicas, se menciona tambin la enfermedad de amor (Ct. 2, 5; 5, 8). En los profetas, se habla del da de la enfermedad (yom mahal), paralelo a un dolor implacable (Is. 17, 11), y recoge la terminologa propia de la maldicin para describir el juicio venidero. Por su parte, Ezequiel dice que el pastor debe ocuparse muy especialmente de los dbiles y enfermos de su rebao (Ez. 34). La importancia de la enfermedad radica en que su padecimiento impulsa hacia la lamentacin (Is. 38, 9; 1R. 8, 37) o en que se trata de un signo de la maldicin divina (Dt. 28, 59.61; 29, 11; Is. 1, 5; Jr. 10, 19; 12, 13; 2Cro. 21, 15.18). En tiempos posteriores, las voces veterotestamentarias promueven la esperanza de que Dios proporcionar un futuro sin enfermedades (Is. 33, 24), expectativa que se ve anticipadamente cumplida en el NT, en que Jess hace presente ese porvenir sin enfermedad (Mt. 11, 2ss.). Precisamente, en los Evangelios, el trmino ajsqevneia aparece muchas veces.2 Resulta curioso que en la apropiacin cristiana de la profeca de Isaas 53, 5 se lea l tom nuestras flaquezas (ajsqeneiva) y carg con nuestras enfermedades (nosovu) (Mt. 8, 17), mientras el texto isaiano dice nuestras injusticias (ajnomiva) y pecados (aJmartavmata). La palabra ajsqevneia es una de las tantas designaciones de la enfermedad que aparecen en el Nuevo Testamento. En sentido general, la enfermedad es denominada tambin nsos, dolencia, morbo (Mt. 10,1), malaka, debilidad (Mt. 10, 1); en sentido metafrico, bsanos, tormento, mstix, azote, plaga (Mc. 3, 10). Es importante el uso del verbo synkhesthai, estar atado, ya que tiene como contrapartida apolyein, desatar, lo cual nos lleva directamente a la accin curativa basada en una concepcin materialista de la etiologa de la enfermedad, como es el caso de la mujer inclinada de Lc. 13, 10-17, a la que Jess le dijo: Mujer, ests suelta de tu enfermedad, y le impuso las manos. Frente al reproche del principal de la sinagoga por haber realizado la curacin en da sbado, Jess responde: Hipcritas, cada uno de vosotros no desata en sbado
2 En Mateo aparece en tres ocasiones el verbo ajsqenevw y una sola vez el sustantivo; Marcos, por su parte, registra una sola vez el verbo y ninguna el sustantivo; en Lucas aparece seis veces y once en Juan.

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a su buey o a su asno del pesebre y lo lleva a beber? Y sta, que es hija de Abrahm, a la que at Satans hace dieciocho aos, no deba ser desatada de esta atadura en da sbado? (v. 15). Con esta respuesta, Jess apunta directamente a una de las treinta y nueve actividades prohibidas en da sbado, la de atar y desatar camellos o barcos. Si los judos infringan el precepto desatando a su camello o a su buey para que no padeciera sed ni un solo da, cunto ms no estara justificada la accin de desatar de su enfermedad a una mujer sujeta durante dieciocho aos a ella. Se advierten aqu algunos elementos importantes: a) la enfermedad es considerada un kathadesms, ligadura o atadura; b) el causante de la enfermedad es Satans. En los Evangelios, a diferencia de lo que ocurre en los Hechos de los Apstoles y en los escritos de los Padres de la Iglesia, no se advierte una nocin punitiva de la enfermedad, lo cual se acerca ms a la concepcin de la medicina hipocrtica que a la del Antiguo Testamento. El milagro narrado en Lc. 14, 1-6 de la curacin del hidrpico, guarda una notable semejanza contextual con el de la mujer inclinada, pues vuelven a aparecer la imposicin de manos, a travs del participio epilabmenos, tomndolo (de la mano) y el verbo aplysen, desat, con lo cual, el texto se lee as: y tomndole lo cur y lo desat. Si bien no se atribuye aqu la etiologa de la enfermedad a Satans, tampoco hay referencia alguna a la ndole moral del enfermo. La curacin del ciego de nacimiento narrada en Jn. 9, 1-41 resulta contundente en lo referido al rechazo de Jess a considerar la causa de la dolencia como castigo por el pecado; c) el tercer aspecto, y tal vez el ms importante, que destaca en el relato de la mujer inclinada, es la centralidad y prioridad del hombre y sus necesidades respecto del cumplimiento de la Ley. Los casos de posesin demonaca obedecen tambin a esta etiologa materialista de la enfermedad. El relato de curacin de la mujer inclinada de Lc. 13, 10-17 combina ambos motivos en el origen de la enfermedad, el de etiologa materialista y el de posesin demonaca, ya que se trataba de una atadura o katadesms que sujetaba a la paciente a un pneuma ajsqeneiva.
3 Cfr. L. Gil, Las curaciones milagrosas del Nuevo Testamento a la luz de la medicina popular, en: A. Piero (ed.), En la frontera de lo imposible. Magos,

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No obstante la aparente similitud entre las tcnicas de la medicina hipocrtica utilizadas en el mundo grecorromano y las prescripciones curativas impartidas por Jess al leproso para que se disponga a su purificacin en el templo (Mc. 1, 44; Lc. 5, 14) y al ciego de nacimiento para que se lave en el estanque de Silo (Jn. 9, 1-4), no hay en los Evangelios indicio alguno respecto del lenguaje tcnico o de los mtodos empleados por los mdicos de la tradicin que va de Hipcrates a Galeno, ya que los marcos de significacin en que se sitan son muy diferentes entre s y los ejemplos evanglicos mencionados constituyen excepciones. 2. La antropologa cristiana primitiva Ni el Antiguo ni el Nuevo Testamento se proponen desarrollar una antropologa, pero la presuponen en funcin de la necesidad del hombre de entrar en relacin con Dios. Si bien el pensamiento bblico presenta una nocin antropolgica unitaria, especialmente subrayada en el Nuevo Testamento para indicar que todo el hombre est llamado a participar en la resurreccin de la carne, tal unidad no implica que no se distingan aspectos en la constitucin del humano, tales como el csmico, material, y en concreto corpreo o carnal. A su vez, se trata de un ser vivo, necesitado y anhelante, dotado de sentimientos y capaz de reflexionar y tomar decisiones, de ser movido por Dios y de recibir de su parte la fuerza vital.4 La dualidad cuerpo-alma de la antropologa helnica hall cierto eco en el lenguaje bblico, sin resultar decisiva en la nocin cristiana de hombre. La contraposicin alma-cuerpo puede ser encontrada en una sentencia de Jess: No temis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed ms bien al que puede llevar a la perdicin alma y cuerpo a la gehenna. (Mt. 10, 28).5 En el Nuevo Testamento se pueden encontrar pasajes en los que la nocin de alma se asocia a la idea de inmortalidad y, cuando se habla de las almas de los difuntos (Ap. 6, 9; 20, 4; Heb. 12, 23), se menciona el
mdicos y taumaturgos en el Mediterrneo antiguo en tiempos del Nuevo Testamento, El Almendro, Crdoba, 2001, p. 200s. 4 Cfr. H. W. Wolff, Antropologa del Antiguo Testamento, Sgueme, Salamanca, 1975, pp. 25-26. 5 La distincin alma-cuerpo no aparece en la versin de Lucas. Cfr. Lc. 12, 4-5.

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trmino espritus, probablemente en el mismo sentido. Se trata de un trmino cuya significacin no es fcil de dilucidar, ya que en su connotacin teolgica aparece en los escritos paulinos en contraposicin a la carne (Ro, 8, 1-11; Gl. 5, 16-26) con el mismo sentido que se advierte en ciertos pasajes de los Evangelios (Mt. 26, 41; Mc. 14, 38; Jn. 3, 6; 6, 63) y no es fcil distinguir desde el contexto bblico en general si se trata del Espritu divino en el hombre o de su influencia sobre el mismo. En tanto concepto antropolgico, puede ser considerado como facultad de lo divino.6 Frente a la dualidad antropolgica helnica alma-cuerpo y su consiguiente identificacin del hombre con el alma, el pensamiento cristiano introdujo una doble novedad. Por un lado, la nocin de espritu, ya que el hombre perfecto no es aquel que consta de alma y cuerpo, sino de alma, cuerpo y espritu, donde este ltimo elemento es trascendente, divino, y necesario para nuestra perfeccin.7 Por otro, el carcter fuertemente unitario del binomio alma-cuerpo, enfatizando que se trata del alma y del cuerpo del hombre:
Pues qu es el hombre sino el animal racional compuesto de alma y cuerpo (to; ejk yuch kai; swvmato zw/on logikovn)? Acaso el alma por s sola es hombre? No. Sino alma del hombre. Vamos a llamar hombre al cuerpo? Tampoco, sino cuerpo del hombre. Pues si ninguno de los dos es por su cuenta el hombre, sino que se dice hombre al que resulta de la composicin de ambos, y Dios llam al hombre a la vida y resurreccin, no llam la parte sino el todo, a saber, el alma y el cuerpo.8

En el caso de San Pablo, quien en I Tes. 5, 23 presenta una antropologa tridica configurada como cuerpo, alma y espritu, su concepcin de hombre gira principalmente en torno al cuerpo,
6 Cfr. L. Ladaria, Introduccin a la antropologa teolgica, Verbo Divino, Estella (Navarra), 20045, p. 81s. 7 Cfr. A. Orbe, Antropologa de San Ireneo, BAC, Madrid, 19972, p. 20. 8 De resurrectione 8. Esta obra es atribuida a Justino en los Sacra Parallela de Juan Dmasceno. Cfr. A. Orbe, La definicin del hombre en la teologa del siglo II, en: Gregorianum 48/3 (1967), p. 537.

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tal como puede verse en el clebre captulo 15 de su Primera Carta a los Corintios,9 en oposicin a la antropologa de los gnsticos. Segn el Apstol, los cuerpos se distinguen por su jerarqua, y a cada uno le corresponde distinto resplandor, segn se trate de los cuerpos terrestres o de los celestes. Este captulo escrito en orden a la resurreccin, afirma que se siembra un cuerpo psquico y resucita un cuerpo espiritual, del mismo modo en que se siembra vileza y resucita gloria, o se siembra corrupcin y resucita incorruptibilidad, o se siembra debilidad y resucita fortaleza. Con estos pares antitticos, Pablo da a entender que la carne es inferior en composicin, y que a cuerpos ms elevados corresponder carne ms jerarquizada, a punto tal que los cuerpos superiores, por estar alejados de la corruptibilidad e inestabilidad, carecern de carne:
Y del mismo modo que hemos revestido la imagen del hombre terreno, revestiremos tambin la imagen del celeste. Os digo esto hermanos: la carne y la sangre no pueden heredar el Reino de Dios; ni la corrupcin hereda la incorrupcin. Mirad! Os digo un misterio: no moriremos todos, pero todos seremos transformados.10

La ltima expresin invierte por completo la tesis gnstica, ya que para estos cristianos, todos moriremos mas slo los hombres pneumticos sern transformados Pero no todos los primeros cristianos aceptaron sin ms la concepcin antropolgica protocatlica, y en algunas formulaciones puede hallarse una notable complejizacin de la misma. Veamos en primer trmino el caso de los gnsticos del Apcrifo o Carta esotrica de Santiago, en la que adems de estar presente la tridimensionalidad paulina sma-psych-pnema, este ltimo trmino se emplea indistintamente tambin como nos o intelecto, que denota cierta facultad de inteligir una realidad que comparte su propia naturaleza y se distingue del alma y su funcin racional como tambin del alma y del cuerpo. As, el Salvador, en dilogo con Santiago y Pedro se expresa:
9 Cfr. I Co. 15, 44ss. 10 1 Co. 15, 49-51.

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Porque (el Padre) conoce la voluntad de ellos y junto con ello aquello de lo que la carne necesita, ya que no es ella la que desea al alma. Efectivamente, sin el alma el cuerpo no peca, igual que el alma no se salva sin el espritu. Pero si el alma se salva sin el mal y se salva tambin el espritu, el cuerpo se torna sin pecado, ya que es el espritu el que vivifica al alma; el cuerpo, al contrario, es el que le da muerte, o sea que ella misma es la que se da muerte. En verdad os digo: no perdonar el pecado a ninguna alma, ni la ofensa a la carne, pues ninguno de los que hayan trado puesta la carne se salvar Os he dicho, sin embargo, la postrera palabra. Voy a separarme de vosotros. Un carro (hrma) espiritual, en efecto, me ha arrebatado y desde ahora me desnudo para revestirme.11

Adems de exponerse aqu la tridimensionalidad cuerpo-almaespritu, a cada componente antropolgico acompaa su funcin gnoseolgica, pues al pnema/nos se le asigna la facultad de conocer propiamente, es decir, de la gnosis, al alma, razonar en su doble discurso, a saber, interior y articulado, mientras que al cuerpo unido al alma, le toca percibir. En contacto directo con el cuerpo est la carne, que otorga visibilidad e individualidad. El cuerpo psquico es carnal, mientras que el cuerpo espiritual o vehculo (hrma) es intermediario entre el alma y el espritu y permite el ascenso de la carne a las regiones superiores. De modo que, sobre la base de la antropologa paulina de cuerpo alma y espritu, se establecen categoras mediadoras entre los extremos ms alejados, a saber, el cuerpo y el espritu, configurndose as cinco niveles que, de menor a mayor jerarqua discurren en el siguiente orden: cuerpo-cuerpo psquico/carne-alma-cuerpo espiritual/vehculo (hrma)-espritu.12 Otros gnsticos de Nag Hammadi como los valentinianos del
11 Apcrifo de Santiago (NHC I 2) 11, 32-12,12; 14, 31-33, en: A. Piero, J. Montserrat Torrents, F. Garca Bazn, Textos gnsticos. Biblioteca de Nag Hammadi II: Evangelios. hechos, cartas, Trotta, Madrid, 1999, pp. 303-305. 12 Cfr. F. Garca Bazn, La complejidad antropolgica del cristianismo primitivo, en Epimleia. Revista de estudios sobre la Tradicin, ao XX, nn. 19-20 (2001), pp. 7-36.

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Tratado Tripartito, afirman la tricotoma espritu-alma-cuerpo/ carne.13 Por otro lado y dentro de la tradicin catlica, al esquema antropolgico ms complejo lo encontramos en Clemente de Alejandra. El texto que mejor expone la concepcin de hombre sostenida por Clemente, permite ver la influencia platnica, hebrea y cristiana, en el marco de la dialctica entre la imagen y la semejanza:
En el hombre hay una dcada: los cinco sentidos, la voz, el instinto sexual y, en octavo lugar, lo anmico de la formacin (plsin); el noveno es la facultad que tiene el imperio (hegemnikon),14 y en dcimo lugar, el carcter propio del Espritu Santo que se alcanza por la fe.15

En medio de la complejidad de este texto se pueden apreciar dos grandes planos, por un lado, el de la imagen, que corresponde a los primeros nueve niveles y, por otro, el de la semejanza, que refiere al nivel del Espritu. En el primer escalonamiento se destaca el noveno nivel o facultad que tiene el imperio (nos). Al introducirse un dcimo nivel se puede vislumbrar el esquema carne/espritu (basar/ruaj), propio de la antropologa hebrea. Pero la modificacin que introduce Clemente est en que el orden de la imagen depende del Logos como imagen perfecta de Dios, es decir, de Cristo como segundo Adn:
Por eso, decimos que tambin Adn fue perfecto en su plasmacin, pues no le falt nada de lo que caracteriza la idea y la forma del hombre. Cuando fue hecho recibi la perfeccin y se fue justificando por la obediencia; posea libre albedro y
13 Cfr. Tratado Tripartito (TrTrip.) (NHC I 5) 118, 16-122, 2, en: A. Piero, J. Montserrat Torrents, F. Garca Bazn, op. cit. I: Tratados filosficos y cosmolgicos, Trotta, Madrid, 20002, pp. 202-205. 14 Se refiere al nou. 15 Clemente de Alejandra, Strmata (en adelante: Strm.) VI, 16, 135, 1-2, en: Clemente de Alejandra. Strmata VI-VIII: Vida intelectual y religiosa del cristiano, edicin bilinge preparada por M. Merino Rodrguez, Fuentes Patrsticas 17, Ciudad Nueva, Madrid, 2005, pp. 275-276.

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deba hacerse adulto en cuanto dependa de l [] Doble es la gnesis: una la de los seres que son engendrados, otra la de los seres que se van haciendo [perfectos].16

En algunos pasajes de su obra, Clemente presenta la antropologa paulina de carne, alma y espritu, mientras que en otros expone la triloga platnica de thyms, epithyma y logisms.17 A su vez, habla tambin de alma, entendimiento y espritu. Clemente reconoce un primer orden antropolgico, el de la carne, integrado por los cinco sentidos, la facultad fnica del lenguaje y el instinto sexual. Son los siete primeros elementos de la dcada. En oposicin a las doctrinas gnsticas, el cuerpo encuentra una valoracin positiva en Clemente, pues su ortostatismo (posicin de pie) le permite al hombre contemplar el cielo, la organizacin de sus sentidos se ordena al conocimiento intelectual y las partes del cuerpo (las sexuales) son para funciones tiles.18 De los esquemas analizados se desprende que, independientemente de su mayor o menor complejidad en la descripcin de los componentes del hombre, subyace a los mismos la nocin fundamental de unidad expresada en las dimensiones corprea, anmica y espiritual del hombre. Esta intuicin cristiana posibilitar a su vez una concepcin unitaria de la enfermedad. 3. La asthneia entre los primeros cristianos La abundante literatura gnstica de Nag Hammadi ofrece un amplio campo de aplicacin de este concepto, no slo a las distintas partes del hombre, sino tambin en referencia al Logos y sus
16 Strm. IV, 23, 150, 4, op. cit., pp. 268-269. 17 Cfr. Strm. III, 9, 68, 5. 18 Cfr. Strm. IV, 26, 163, 1-2: Por consiguiente, los que sin razn lanzan invectivas contra la creacin y censuran el cuerpo, tampoco ven que la constitucin del hombre ha sido dispuesta en posicin erecta para contemplar el cielo, ni que la organizacin de los sentidos est dirigida a la gnosis y que los miembros y las partes del cuerpo estn dispuestos adecuadamente hacia la belleza, no al placer. Por ello, esta morada acogedora del alma, preciosa para Dios, es tenida digna del Espritu Santo, gracias a la santificacin del alma y del cuerpo a la vez, y llevada a perfeccin por la reconciliacin del Salvador, ibid., p. 293.

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pasiones. As, por ejemplo, el Tratado Tripartito:


Porque, de una parte, el Logos se gener como ser perfecto, como uno solo para la gloria del Padre, que lo ha querido y estaba satisfecho con l; por otra parte, lo que quiso retener y alcanzar lo engendr como sombras, imgenes y semejanzas, porque no fue capaz de sostener la visin de la luz, pero mir a la profundidad y dud Pero las debilidades (ajsqeneivai) cuando estuvo fuera de s han tomado nacimiento de su duda, es decir, (de que no fue capaz de aproximarse) a las glorias del Padre, aquel cuya eminencia es ilimitada.19

La duda del Logos quebranta la integridad y da lugar a las debilidades o enfermedades, trmino con el que los valentinianos se refieren a las pasiones.20 En el Evangelio de Mara, la expresin alude a enfermedades del cuerpo por causas morales:
Prosigui (el Salvador) todava y dijo: Por esto enfermis y mors, puesto que (practicis lo que os extrava. Que quien pueda comprender) comprenda. (La materia engendr) una pasin carente de la semejanza, puesto que procedi de un acto contra natura. Entonces se produce un trastorno en todo el cuerpo.21

La atribucin de enfermedades al cuerpo por motivos morales se encuentra presente tambin en San Pablo.22 En otro escrito gnstico de gnero predominantemente catequtico y doctrinalmente subsidiario al valentinismo conocido
19 TrTrip. 77, 11-20; 77, 34, en: A. Piero, J. Montserrat Torrents, F. Garca Bazn, ibd. I, pp. 176-177. 20 Cfr. Evangelio de la Verdad (EvV.), 17, 9-24; 33, 1-5; 33, 30-36, 3; Heraclen, fr. 40. 21 Evangelio de Mara (EvM.) (Papiro copto Berolinense 8502) 7, 20-8, 1-3, en: A. Piero, J. Montserrat Torrents, F. Garca Bazn, F., id. II, p. 133. 22 Cfr. I Co. 11, 28-30: Examnese, pues, cada cual y coma as del pan y beba del cliz. Pues quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condena. Por eso hay entre vosotros muchos enfermos, y muchos achacosos, y mueren no pocos.

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como El Pensamiento de nuestro Gran Poder, la asthneia aparece como vicio del alma, resultante de su contaminacin con la materia:
Ahora el en psquico. Es una cosa pequea que se mezcla con los cuerpos, engendrando en las almas y contaminndose. Pues la primera contaminacin de la creacin hall fuerza y engendr todos los actos: muchos actos de ira, enojo, envidia, perversidad, odio, calumnia, desprecio y guerra, mentira y malos consejos, penas y placeres, vergenzas e inmundicias, engaos y enfermedades, sentencias injustas que tienen lugar segn sus deseos.23

Entre los cristianos de tradicin ortodoxa, se destaca San Juan Crisstomo como uno de los escritores que le otorg mayor campo de aplicacin al trmino asthneia en sus distintos sentidos, atendiendo tanto a categoras antropolgicas como a situaciones relativas a la fe y al malestar experimentado por los cristianos durante las persecuciones. En su homila XXIX a II Corintios hace un anlisis del trmino, al que entiende como enfermedad del cuerpo, debilidad en la fe y persecuciones.
Parece conveniente ensear lo que llama (el Apstol) con el nombre de ajsqevneia, y lo que quiere indicar. Es ste un solo vocablo, y muestra muchos significados. Pues la ajs qevneia puede significar enfermedad del cuerpo; por esto dice el Evangelio: aquel a quien amas, est enfermo (ajsqenei) (Jn. 11, 2); luego, el Seor se refiere a Lzaro y dice: esta enfermedad (ajsqevneia) no es de muerte (Jn. 11, 4). De Epafras dice Pablo: Enferm (hjsqevnhsen) hasta el punto de morir, pero Dios se compadeci de l (Flp. 2, 27). Y a Timoteo: emplea un poco de vino para tu estmago, por tus frecuentes enfermedades (ta; ajsqeneiva) (I Ti. 5, 23); con esto, muestra todo tipo de enfermedad corporal.
23 El Pensamiento de nuestro Gran Poder (PensGP.) (NHC VI 4) 39, 19-25, en: A. Piero, J. Montserrat Torrents, F. Garca Bazn, id. III: Apocalipsis y otros escritos, p. 124.

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Llama dbil (ajsqenounta) en la fe al que simplemente no es firme en ella, al que no es perfecto. Esto lo ensea Pablo diciendo: al dbil en la fe recibidlo, no con disquisiciones de dilogos; y de nuevo: alguno cree que puede comer de todo, el que es dbil, come verduras (Ro. 14, 12). Este es el que indica como dbil en la fe. Hasta ahora hay dos significados: cul es el tercero? Las persecuciones, las insidias, las tentaciones, los ataques, las ofensas. Esto lo explica Pablo diciendo: Por eso tres veces rogu al Seor y me dijo: te basta mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad, esto es, en las persecuciones, peligros, tentaciones, insidias, muerte.24

Es tambin digno de destacar el anlisis que hace el Patriarca de Constantinopla a las debilidades que menciona el Apstol como consecuencia de su aguijn en la carne (II Co. 12, 7-8), ya que como fiel representante de la hermenutica literalista de la escuela antioquena, sostiene el significado ms comn de asthneia como enfermedad corporal; no obstante, por su fino espritu filolgico remonta desde la letra hacia otros significados de acuerdo a los diferentes contextos y la interpreta como una referencia a las persecuciones sufridas por Pablo en la evangelizacin y su consiguiente actitud frente a estas dificultades.25 4. Consideraciones finales El significado primario de asthneia tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento es el de enfermedad corporal. No obstante, en la medida en que la antropologa cristiana avanz hacia formulaciones ms elaboradas, la concepcin de hombre sostenida por los primeros cristianos como un ser en relacin con lo divino a travs de su dimensin espiritual y con el cosmos creado por Dios,
24 San Juan Crisstomo, In epistola. II ad Corinthius, homilia XXIX (PG 61, 598). 25 Para este tema, vase: B. Estrada Barbier, Exgesis de San Juan Crisstomo a la asthneia en San Pablo, en: J. M. Casciaro (ed.), Hermenutica bblica. VII Simposio internacional de Teologa, EUNSA, Pamplona 1986, pp. 655-666.

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produjo una expansin de su campo semntico generndose otros indicadores de la debilidad connotada por el trmino, tales como la flaqueza en la fe o la que deviene de las injurias y persecuciones. El horizonte de la enfermedad se ampli ms all de la esfera corporal hacia aspectos propios de la experiencia religiosa. La medicina, que se ocupa de manera prerrogativa de la enfermedad, debe acompaar esta apertura de la cosmovisin promoviendo prcticas que contemplen al hombre enfermo en su inescindible unidad antropolgica y, al mismo tiempo, en ese plexo de relaciones, tanto naturales como trascendentes.

Juan Carlos Alby es Doctor en Filosofa y profesor titular ordinario de Filosofa medieval y renacentista en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Universidad Nacional del Litoral y profesor asociado de Historia de la Filosofa antigua e Historia de la Filosofa medieval en la Universidad Catlica de Santa Fe. Es docente de la Escuela de Medicina de la Universidad Nacional del Litoral. [email protected] Recibido: 10 de diciembre de 2010. Aprobado para su publicacin: 15 de enero de 2011.

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