Derecho de Retencion en Roma
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es
Abril - 2013
Juan Antonio Bueno Delgado Profesor Contratado Doctor de Derecho Romano Universidad de Alcal (UAH) email: [email protected]
El artculo 1863 del Cdigo Civil declara que <<adems de los requisitos exigidos en el artculo 18571, se necesita, para constituir el contrato de
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prenda, que se ponga en posesin de sta al acreedor, o a un tercero de comn acuerdo>>. A su vez el Artculo 1866 del mismo Cuerpo legal dice lo siguiente: <<El contrato de prenda da derecho al acreedor para retener la cosa en su poder o en el de la tercera persona a quien hubiese sido entregada, hasta que se le pague el crdito. Si mientras el acreedor retiene la prenda, el deudor contrajese con l otra deuda exigible antes de haberse pagado la primera, podr aqul prorrogar la retencin hasta que se le satisfagan ambos crditos, aunque no se hubiese estipulado la sujecin de la prenda a la seguridad de la segunda deuda>>.
hipoteca: 1.Que se constituya para asegurar el cumplimiento de una obligacin al que la empea o hipoteca. 3. Que las personas que constituyan la prenda o hipoteca tengan la libre disposicin de sus bienes o, en caso de no tenerla, se hallen legalmente autorizadas al efecto. Las terceras personas extraas a la obligacin principal pueden asegurar sta pignorando o hipotecando sus propios bienes. principal. 2.Que la cosa pignorada o hipotecada pertenezca en propiedad
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Interesa destacar de la segunda parte del artculo 1866 la prrroga de la retencin a la que el mismo se refiere; y de tan singular regulacin, apreciando el Derecho desde una perspectiva histrica y no como algo esttico, buscar los precedentes que la informan. Parafraseando romanistas D. al ilustre Ursicino romanista ALVAREZ y maestro SUAREZ, de "la
investigacin, para serlo, ha de mirar la huella misma, no su reflejo ni su retrato, que pueden deformarla y falsearla al punto de rendirla intil"2, de modo que la actividad investigadora, sin apartarse de la doctrina, debe apuntar directamente a las fuentes como objetivo bsico del que partir en la investigacin. Aparte, claro est, de su valor como
denominador comn en el estudio del Derecho comparado y de su importancia en otros aspectos de los que no es necesario hacer mencin, el Derecho romano se erige en bastin indispensable en la construccin del Derecho de nuestro tiempo y a l es hasta donde vamos a remontarnos. En el ao 239 de III, nuestra se era, siendo una
emperador
Gordiano
promulg
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deudor varias deudas con el mismo acreedor una de las cuales se hallaba garantizada con prenda estando el resto desprovistas de garanta, encontrndose el acreedor en posesin de la cosa pignorada, aunque el deudor hubiera satisfecho el crdito garantizado, el acreedor no estaba obligado a restituirla mientras no hubiesen sido satisfechos tambin aquellos otros crditos quirografarios- por los que no se prest ninguna garanta3. Es decir, cuando por el cumplimiento de la obligacin garantizada la prenda se extingua, el acreedor poda retener la posesin de la cosa que le fue pignorada en garanta del cumplimiento de otra deuda del mismo deudor. Dicha disposicin la encontramos en el Cdigo de Justiniano, Libro VIII, Ttulo XXVI (XXVII), cuya rbrica reza <<Etiam ob chirographariam pecuniam pignus teneri>>. El texto4 de la misma dice: Imp. Gordianus A. Festo.
BUENO, J.A., Pignus gordianum, Madrid 2004, de donde se han extrado algunos de los argumentos y conclusiones que se vierten aqu.
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Pignus intercidit, si novatione facta in alium ius obligationis transtulisti nec, ut ea res pignoris nomine teneretur, cautum est. 1. Quod si pactum inter te eumque, qui postea dominus fundi constitutus novam obligationem susceperat, intercessit, ut idem fundus tibi pignoris nomine teneatur, quamvis personali actione expertus feceris condemnationem, pignoris tamen habes persecutionem. 2. Ac si in possessione fueris constitutus, nisi ea quoque pecunia tibi a debitore reddatur vel offeratur, quae sine pignore debetur, eam restituere propter exceptionem doli mali non cogeris. iure enim contendis debitores eam solam pecuniam, cuius nomine pignora obligaverunt, offerentes audiri non oportere, nisi pro illa etiam satisfecerint, acceperint. 3. Quod in secundo creditore locum non habet: nec enim necessitas ei imponitur chirographarium etiam debitum priori creditori offerre. PP. id. Mart. Gordiano A. et Aviola conss. [a. 239]. quam mutuam simpliciter
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Para este estudio interesa especialmente el 2 de la constitucin gordiana; aunque para mayor comprensin se revisar sucintamente el resto del rescripto que el Emperador dirige al postulante: Festo. En el primero se contempla una regla general, de modo que, en caso de novacin, la prenda se extingue si no se conviene expresamente que la garanta se mantenga: Pignus intercidit, si novatione facta in alium ius obligationis transtulisti nec, ut ea res pignoris nomine teneretur, cautum est. ( pr.). En el 1, al contrario, la prenda se mantiene si el acreedor acepta como deudor al nuevo propietario del fundo en lugar del anterior y pacta con l que dicho fundo garantice la nueva obligacin, al igual garantizaba la primera: "Quod si pactum inter te eumque, qui postea dominus fundi constitutus novam obligationem susceperat, intercessit, ut idem fundus tibi pignoris nomine teneatur, quamvis personali actione expertus feceris condemnationem, pignoris tamen habes persecutionem". que
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La segunda parte de este ("... quamvis personali actione expertus feceris condemnationem, pignoris tamen habes persecutionem") recoge una disposicin de carcter procesal, de modo que si el acreedor interpone contra el deudor una accin personal, basada en la obligacin, y obtiene la condena del mismo, todava le es dada la persecucin de la prenda. De esto algunos autores han deducido que se trata de un caso de hipoteca5. En el 2 es donde se contempla el origen del derecho de retencin de la prenda, por el que el acreedor pignoraticio puede hacerla extensiva a otros crditos quirografarios contrados con el mismo deudor: Ac si in possessione fueris constitutus, nisi ea quoque pecunia tibi a debitore reddatur vel offeratur, quae sine pignore debetur, eam restituere propter exceptionem doli mali non cogeris. iure enim contendis debitores eam solam pecuniam, cuius nomine pignora obligaverunt, offerentes audiri non oportere, nisi pro illa etiam
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.- Cfr. BUENO; Pignus Gordianum, cit., pp. 16-17. Esta segunda parte del 1
Cod. 8, 13 (14), 8 (Imp. Gordianus A. Festo): Quamvis personali actione expertus adversus reum vel fideiussores seu mandatores eius feceris condemnationem, pignoris tamen adhuc habes persecutionem. (a. 239).
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satisfecerint, acceperint.
quam
mutuam
simpliciter
Dicha regulacin, de la cual, como se ha dicho, tenemos constancia a travs del Cdigo de Justiniano -Libro 8, Ttulo 26 (27)-, ha sido objeto de diversos planteamientos doctrinales, tratndose unas veces como meras cuestiones interpretativas y entrando, en ocasiones, ms en el fondo del asunto. Pero es preciso, en primer lugar, destacar la importancia de la regulacin referida como germen de los fundamentos y principios que informan la esencia del <<derecho de retencin de la prenda>>, que es el resultado de un proceso de evolucin jurdica que comienza en el Derecho romano y cristaliza, por lo que a nuestro Ordenamiento se refiere, en el artculo 1866 del Cdigo Civil en vigor; artculo que no escapa a los mltiples Comentarios que, particularmente por lo que se refiere a su prrafo segundo, se han hecho de l (MANRESA, ALBALADEJO, ESPIN, ..., entre otros), y que tiene su antecedente prelegislativo en el artculo 1779 del Proyecto de Cdigo Civil de 1851 y su precedente legal ms prximo en la Partida V, Ttulo 13, Ley XXII. Interesa tambin cotejar, por lo que al Derecho espaol se refiere, la regulacin en materia hipotecaria, especialmente los artculos 104 y siguientes de la Ley Hipotecaria y las concordancias all citadas, donde se
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pone de manifiesto el carcter de la hipoteca como derecho real, y comparar asimismo el paralelismo existente entre estos artculos y algunas de las cuestiones extradas de la disposicin gordiana referida. Disposicin que tampoco es ajena a la Jurisprudencia del Tribunal Supremo, tal como se pone de manifiesto en la Sentencia de 24 de junio de 1941, sobre derecho de retencin por deudas posteriores, magnficamente comentada por DIEZ-PICAZO6, y por otros autores, como por ejemplo BONET7; CASTAN TOBEAS, PUIG BRUTAU, etc. Dado el carcter eminentemente romanstico del trabajo no se abordar aqu el estudio de la evolucin de la figura en el Derecho intermedio y menos an el estado actual del derecho de retencin de la prenda. Procediendo a un anlisis ms exhaustivo de la citada constitucin, concretamente un rescripto, dos son, considero, los problemas fundamentales que plantea la regulacin que nos transmite el prrafo segundo de la misma. A saber, el de la originalidad o no de la
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disposicin de Gordiano y el de la naturaleza jurdica de la figura que se recoge en Cod. 8, 26 (27), 1, 2. Una revisin en profundidad de las diferentes posiciones doctrinales sobre el tema ha evidenciado la imposibilidad de llegar a un resultado de consenso, ya que los puntos de partida y los cauces por los que se desarrollan los diferentes posicionamientos de la doctrina no pueden desembocar, en este caso, en la unanimidad; y no ya respecto de concretos aspectos, sino desde el planteamiento general, de modo que en torno a la regulacin por la cual el acreedor pignoraticio no puede ser obligado a la restitucin de una cosa que posee en garanta de una obligacin, aunque la misma se haya extinguido, mientras su deudor no cumpla el resto de las obligaciones contradas con l, aunque no garantizadas, es decir, lo dispuesto por Gordiano en Cod. 8, 26 (27), 1, 2, han surgido corrientes dispares que optan por calificar esta situacin como una retentio gordiana, pignus gordianum, retentio pignoris, retentio ex iure retentionis, o retentio ex iure pignoris. Ello, quiz, es debido a la obstinacin de las diferentes posturas por atraer la regulacin referida al campo de la retentio, o bien incluirla en la esfera del pignus, lo que les lleva a apreciar, segn la corriente que se siga, un supuesto de extensin del derecho de retencin, o, por el contrario, de extensin del derecho
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de prenda; o ms concretamente, un supuesto de retencin, o bien de prenda. En un principio, mayoritariamente, se abogaba por incluir este caso dentro del mbito de la retencin, puesto que, a primera vista, segn se desprende del texto, la constitucin autorizaba al acreedor a retener la cosa pignorada. Adems, dicha facultad se haca valer por va de excepcin, a travs de una exceptio doli, frente a la eventual reivindicacin del deudor, lo que, desde el punto de vista procesal, alejaba a la figura de su conceptuacin dentro del derecho sustantivo, o sea, de su consideracin como una institucin de derecho material (un derecho de retencin fundado en la ley). Ahora bien, de al la instituir los se caracteres establece y los
presupuestos
retencin
como
condicin sine qua non de la misma el debitum cum re iunctum, es decir, entre la cosa retenida y el crdito que la misma garantiza debe existir un vnculo que fundamente la retencin. En el rescripto de Gordiano no existe un nexo de conexin entre la cosa retenida y los crditos que la misma garantiza, el debitum cum re iunctum no se da. Por tanto, este caso, puesto en relacin con todos aquellos que configuran la retentio, rompe la homogeneidad. Lo nico que se da en l es una
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identidad en las personas del acreedor y del deudor, pero nada ms; ni la cosa retenida se ha entregado en garanta de los crditos quirografarios, ni stos han surgido de la cosa. En consecuencia, parece conveniente articular una calificacin diferente para la figura que el supuesto de Gordiano contempla y, desde luego, fuera del mbito de la retencin. En nuestro rescripto, el emperador otorga al
acreedor pignoraticio la facultad de retener la cosa pignorada que tiene en su posesin en garanta de otros crditos quirografarios frente al mismo deudor. Por mucho que se acuda a los textos clsicos y se indague en ellos no hallaremos una regulacin semejante y, sin embargo, el emperador apostilla su decisin con las palabras "iure enim contendis", hacindola descansar, en cierto sentido, en el Derecho anterior. Esto se ha interpretado como que exista una regulacin al efecto que el emperador conoca, pero que no nos ha sido transmitida, lo que, en mi modesta opinin, no constituye sino un vil subterfugio para aquellos que eluden entrar en el fondo del asunto, resolvindolo de la manera ms cmoda y, desde luego, nada convincente. Otras veces se ha argumentado que la decisin del emperador est basada en un acuerdo de las partes, o sea, que habra que suponer aqu una retencin de tipo convencional, mecanismo ste que explicara, en cierta manera, el porqu de la expresin "iure enim contendis"
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utilizada por el emperador; aunque elevar un acuerdo a la categora de "ius" supone, en un principio, una elevacin del rango de los pactos. Pero, creo que esta segunda puede ser una postura mucho ms aceptable que la anterior, ya que por lo menos pueden traerse argumentos en su defensa: tcnicamente, aunque imprecisa, no es incorrecta; adems, aunque en el texto no se mencione a estos efectos el pacto, hemos de tener presente que se trataba de un rescripto y que, por tanto, como en la mayora de este tipo de constituciones, no sabemos cules fueron las razones que fundamentaron la consulta de Festo y la consecuente respuesta del emperador. Lo que ocurre es que, as expresado, parece que el argumento no tiene solidez, o, por lo menos, sera preciso apuntalarlo. Por eso, parece conveniente revisar los documentos negociales de la poca en materia crediticia para contrastar la decisin imperial con la praxis habitual y fruto de esa revisin es el hallazgo de varios papiros (Flor. 86, BGU 741 y Lips. 10), que corroboran que en las relaciones de crdito entre particulares era frecuente acudir a este tipo de prcticas, o sea, de autorizar al acreedor a retener la prenda por otros crditos contrados, posiblemente y precisamente, por lo que a la parte deudora se refiere, para obtener
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ms crdito y, en cuanto al acreedor, para garantizar algo que de otra manera quizs no fuera posible. Tal vez el caso planteado por Festo a Gordiano contena un pacto del tipo indicado, pero al tratarse de un rescripto no podremos llegar a saberlo. Desde este punto de vista, lo que hizo Gordiano no fue sino recoger una praxis que era habitual en un determinado tipo de negocios y positivizarla, es decir, mediante la regulacin de Gordiano se incorpora al Ordenamiento jurdico romano una prctica que era habitual en su tiempo y que consista, como hemos dicho, en que entre los contratantes se acordaba atribuir al acreedor la facultad de retener prendas por crditos que no haban sido en ningn modo garantizados. Se ha credo, por el contrario, observar una
regulacin opuesta a la mencionada, o al menos contradictoria, en otros textos (uno del Digesto: Dig. 13, 7, 11, 3 y dos del Cdigo de Justiniano: Cod. 4, 32, 4 y Cod. 4, 32, 22); Dig. 13, 7, 11, 3 (ULPIANUS libro vicensimo octavo ad edictum): Si in sortem dumtaxat vel in usuras obstrictum est pignus, eo soluto propter quod obligatum est locum habet pigneraticia. sive autem usurae in stipulatum sint deductae sive non, si tamen pignus et in eas obligatum fuit, quamdiu quid ex his debetur,
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pigneraticia cessabit. alia causa est earum, quas quis supra licitum modum promisit: nam hae penitus illicitae sunt. y del Cdigo Cod. 4, 32, 4 (Impp. Severus et Antoninus AA. Aproniae Honoratae): Per retentionem pignoris usuras servari posse, de quibus praestandis convenit, licet stipulatio interposita non sit, merito constitutum est et rationem habet, cum pignora condicione pacti etiam usuris obstricta sint. Sed enim in causa de qua agis haec ratio cessat, si quidem tempore contractus de minoribus usuris petendis convenit, postea autem, cum se debitor praestaturum maiores repromisit, non potest videri rata retentio pignoris, quando eo tempore, quo instrumenta emittebantur, non convenerit, ut pignus etiam ad hanc adiectionem teneatur. Cod. 4, 32, 22 (Impp. Diocletianus et Maximianus AA. et CC. Cominio retineri Carino): Pignoribus verum quidem hoc iure pacto intervenientibus usurae, quae sine stipulatione peti non poterant, constituto, pacto cum possunt. nullo huiusmodi interposito
tantum certae summae poenam praestari convenisse proponas, nec peti nec retineri quicquam amplius et ad pignoris solutionem urgueri te disciplina iuris perspicis.
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sin embargo, hoy en da puede considerarse esta tesis como superada y en la actualidad no se discute sobre la supuesta contradiccin, es ms, ni siquiera se comenta, puesto que, se estima mayoritariamente que la contradiccin no existe. Por otra parte, toma fuerza una teora formulada por D. Alvaro D'ORS8 que entiende que la mancipatio Pompeiana y sobre todo la formula Baetica (el bronce de Bonanza), dice9:
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agro, qui
hominem Midam HS n(ummo) I fidi fiduciae causa ab antest(ato). Adfines fundo 5/ dixit L. Baianius L. Titium et C. Seium et populum et si quos dicere oportet. 6/ Pactum comventum factum est inter Damam L. Titi ser(vum) et L. Baianum, <uti>
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/ quam pecuniam L.
<Titius L.> Baian<i>o dedit dederit, credidit crediderit, ex8/pensumve tulit tulerit, sive quid pro eo promisit promiserit, 9/ spopondit <spoponderit>, fideve quid sua
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segn tomemos las versiones de CIL. II 5042 y Supp. 5406; ARANGIO-RUIZ, V.; FIRA, III Negotia, Florencia 1943, p. 295; ...; o BRUNS, C. G.; Fontes Iuris Romani Antiqui, I Leges et Negotia, Tubinga 1909, p. 334.
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/ eaque
mancipia fiducia<e> essent, donec ea omnis pecunia fides11/ve persoluta L. Titi soluta liberataque esset; si pecunia sua qua12/que die L. Titio h(eredi)ve eius data soluta non esset, tum uti eum
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/ fundum eaque
mancipia, sive quae mancipia ex is vellet L. 15 Titi14/us h(eres)ve eius vellet, ubi et quo die vellet, pecunia praesenti
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n(ummo) I invitus ne daret, neve sa16/tis secundum mancipium daret, neve ut in ea verba, quae in ver 17/ba satis s(ecundum) m(ancipium) dari solet, repromitteret, neve simplam neve...[duplam]... donde se contempla una mancipatio fiduciaria con fines de garanta real10, suponen un anticipo que inspir la regulacin recogida por Gordiano en su rescripto. Por otra parte, hay un aspecto ya resaltado por VISKY11 referido al reflejo en la norma gordiana de la situacin econmica de la poca en la que la misma surgi. A nadie escapa que a mediados del siglo III Roma no atravesaba, en lo econmico, un momento de
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esplendor, sino todo lo contrario, podramos decir de crisis, consecuencia de la inestabilidad poltica y econmica. Se cita como ejemplo de lo primero que slo en el ao 238 pasaron por el trono seis emperadores distintos, y como ejemplo de lo segundo las constantes oscilaciones monetarias, la devaluacin del dinero, la inflacin, ... No es de extraar, por tanto, que en esta situacin los acreedores buscaran protegerse jurdicamente y en defensa de sus intereses arbitraran diferentes mecanismos que consistan principalmente en la exigencia de mayores garantas a sus deudores, acortamiento de los plazos, sobrepasar los mximos legales, etc., e incluso el recurso al conocido pacto comisorio, o lex commissoria, el mayor de los atropellos a los que poda someterse a los deudores y que fue prohibido por Constantino en el ao 32612, como es sabido. Tampoco es de extraar que se tomaran medidas legislativas por parte de la Autoridad con el fin de intentar establecer un equilibrio jurdico, de un lado paliando esos abusos hacia los deudores a los que se ha hecho referencia, pero sin descuidar, por supuesto, la posicin y los derechos de los acreedores. Y en este orden de cosas es donde encajara la norma de Gordiano, que permite retener al acreedor incluso por crditos quirografarios, pero no priva al deudor, no elimina su expectativa de recuperar la cosa pignorada,
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siempre que pague; es decir, otorga al acreedor una facultad de posesin, podramos decir indefinida sobre la cosa, pero en ningn caso, en principio de propiedad definitiva, de possessio iure domini sobre la cosa, con poder de disposicin, lo que privara de la cosa definitivamente al deudor, como ocurra con la lex commissoria, estipulacin que produca el efecto de una iusta causa traditionis de la prenda al acreedor. Este pudo ser el fundamento de la poltica legislativa aplicada por Gordiano, quien supo armonizar la praxis con la realidad de la poca que le toc vivir, en particular en materia crediticia. Sin desatender los intereses de los acreedores preserv los derechos de los deudores, evitando con su disposicin, en lo posible, la insercin de esa otra clusula recin referida, mucho ms perjudicial, desequilibrada e injusta, abolida por Constantino un siglo despus. La poltica legislativa aplicada por Gordiano III se orientara de este modo en la misma direccin que vena imponiendo a la praxis la realidad econmico-social, permitiendo a los acreedores retener la cosa pignorada para garantizar incluso los crditos quirografarios, sin que esta medida otorgase al acreedor un poder de disposicin que le permitiera despojar al deudor definitivamente de la cosa.
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Adems,
como
veremos
inmediatamente,
los
acreedores podan llegar a conseguir la satisfaccin plena mediante la adicin de un pacto que tena por objeto la atribucin de una facultad consistente en vender la cosa pignorada (ius distrahendi o ius vendendi), tambin habitual en esta poca, segn una constitucin de Alejandro Severo del ao 223 (Cod. 4, 24, 4) Cod. 4, 24, 4 (Imp. Alexander A. Hermaeo et Maximillae): Pactum vulgare, quod proposuistis, ut, si intra certum tempus pecunia soluta non fuisset, praedia pignori vel hypothecae data vendere liceret, non adimit debitori adversus creditorem pigneraticiam actionem. (a. 223). y como, por lo general, la cosa pignorada sola tener un valor superior al de los crditos, una vez satisfechos ntegramente los mismos, los acreedores, en estricta justicia, deban devolver a los deudores el superfluum o sobrante resultante de la venta de la cosa (beneficioso para el deudor); como contrapartida, en el supuesto de que con la venta no se alcanzase a liquidar totalmente la deuda los acreedores podan repetir contra otros bienes del deudor. La combinacin, pues, de estos dos remedios: retentio o pignus gordianum
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pactum vendendi,
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consegua conciliar los intereses de ambas partes de la relacin crediticia, erigindose en el estado ideal de la misma cuando a una simple relacin de crdito se aada como plus la entrada de crditos quirografarios. En el concreto momento histrico que nosotros estudiamos -segundo tercio del siglo III- el primero de los elementos: la retencin de la prenda, que era, como puede constatarse por los papiros Flor. 86, BGU 741 y Lips. 10 referidos, una situacin alcanzable mediante acuerdo de las partes, por la disposicin de Gordiano se convierte en naturale negotii. Una vez aclarado este primer punto lo que se intenta esclarecer es si puede decirse lo mismo del segundo de los recursos, es decir, si el ius vendendi ha alcanzado ya en esta poca, al menos, la categora de elemento natural de los contratos pignoraticios. El ius distrahendi o ius vendendi consiste en la facultad que tiene el acreedor pignoraticio de vender la cosa pignorada para de este modo obtener, mediante el resultado de la venta, la satisfaccin directa de su crdito. Mientras que en el Derecho justinianeo, como veremos, el ius vendendi es un elemento esencial o necesario del pignus, en el Derecho romano clsico el pignus conlleva nicamente el ius possidendi, pero no el
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ius
vendendi;
es
decir,
el
acreedor
pignoraticio
nicamente est facultado para retener la cosa que la ha sido entregada en garanta de su crdito y si quisiera obtener mayores atribuciones sobre la misma tendra que recurrir a celebrar con el deudor un pacto al efecto (pactum de distrahendo pignore), o sea, el ius vendendi es en el Derecho romano clsico un elemento accidental del pignus. Esta situacin acabara con el tiempo transformndose y otras muchas porque, en elemento natural jurdicas, del y negocio despus <<la pignoraticio, como ocurri con la retencin de la prenda instituciones como deca alcanzando definitivamente la categora de elemento esencial, DERNBURG 13, retencin de la prenda nicamente proporciona al acreedor pignoraticio un medio indirecto de satisfaccin, en cuanto que fuerza al deudor a pagar su deuda y le impide el uso de la cosa, resultando extrao que el ms importante de los derechos que poda atribuir la prenda (el derecho de venta) hubiera de ser explcitamente pactado>>. Es preciso, pues, determinar en qu momento sucede cada una de esas transformaciones; o, lo que es lo mismo, precisar las fases o estadios por los que atraviesa el ius vendendi en su evolucin.
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Con las fuentes delante est claro que con Gayo (Gai. 2,64) Gai. 2, 64: Ex diverso agnatus furiosi curator rem furiosi alienare potest ex lege XII tabularum; item procurator ...est; item creditor pignus ex pactione, quamvis eius ea res non sit (alienare potest). sed hoc forsitan ideo videatur fieri, quod voluntate debitoris intellegitur pignus alienari, qui olim pactus est, ut liceret creditori pignus vendere, si pecunia non solvatur. era necesario celebrar un pactum atribuir (pactum al de
distrahendo
pignore)
para
acreedor
pignoraticio la facultad de vender la cosa pignorada, y con la misma clarividencia podemos extraer de las fuentes que con Justiniano el pacto ya no solamente no era necesario para vender, sino que, ni siquiera un pacto en sentido contrario (pactum de non distrahendo pignore) poda impedir al acreedor la enajenacin. Elemento accidental en el primer caso (Gayo), elemento esencial en el segundo (Justiniano), entre medias cuatro siglos de historia y, no nos olvidemos, el ius vendendi como elemento natural del pignus, presupuesto que la mayora de la doctrina estima se produjo en la poca de los Severos, basndose para ello en un fragmento del Digesto atribuido a Ulpiano (Dig. 13, 7, 4)
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Dig. 13, 7, 4 (ULPIANUS libro quadragensimo primo ad Sabinum): Si convenit de distrahendo pignore, sive ab initio sive postea, non tantum venditio valet, verum incipit emptor dominium rei habere. sed etsi non convenerit de distrahendo pignore, hoc tamen iure utimur, ut liceat distrahere, si modo non convenit, ne liceat. ubi vero convenit, ne distraheretur, creditor, si distraxerit, furti obligatur, nisi ei ter fuerit denuntiatum ut solvat et cessaverit. que yo, sin embargo, considero adulterado y, en consecuencia, no comparto, en este sentido, la tesis mayoritaria. Extractando el contenido del fragmento en cuestin (Dig. 13, 7, 4), observamos que viene a decir lo siguiente: - primero, que el acreedor pignoraticio puede enajenar la cosa pignorada cuando as se haya convenido expresamente, a continuacin se afirma que el acreedor
pignoraticio puede enajenar la cosa pignorada, aunque nada se haya convenido, si no media un pacto que lo impida,
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- y finalmente se acaba tambin atribuyendo a la pluma de Ulpiano la categrica declaracin de que el acreedor puede tambin enajenar, aunque exista un pacto que se lo prohba, con tal que cumpla unos determinados requisitos. Y todo ello en un nico texto. Mayoritariamente la doctrina ha hecho coincidir los tres supuestos recogidos en Dig. 13, 7, 4 con los tres estadios o fases por los que atraviesa el ius vendendi en su evolucin; de manera que, conforme al primer supuesto el acreedor pignoraticio obtiene la facultad de vender exclusivamente mediante un pacto expreso, o sea, nos encontraramos en el primer estadio, donde el pactum de distrahendo pignore se corresponde con el ius vendendi como elemento accidental del pignus; seguidamente el ius vendendi se eleva a elemento natural del pignus al poner este segundo estadio en relacin con la parte del texto en la que se dice que cuando nada se haya convenido el acreedor puede vender, siempre que no se haya convenido lo contrario; y, por ltimo, al sentenciar que el acreedor pignoraticio puede vender incluso aunque se haya pactado que no venda, nos situamos nada menos que en el tercer y ltimo estadio de la evolucin del ius vendendi, considerndose ste como elemento esencial del pignus.
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El segundo estadio en la evolucin del pignus coincide, pues, con la elevacin del ius vendendi a elemento natural del pignus, lo que significa que, aunque nada se pacte, el derecho a la venta de la cosa pignorada se tiene de por s en calidad de acreedor pignoraticio y slo se destruye mediante un pacto de signo contrario (pactum de non distrahendo pignore). Esta, desde luego, sera la lgica de la evolucin, sin embargo, cindonos estrictamente al lenguaje del texto y atendiendo a criterios lgicos, ya en esto se observa una contradiccin respecto de la primera parte del fragmento, puesto que en un principio slo se autoriza a vender cuando se ha convenido expresamente en ello, pero inmediatamente se autoriza tambin a vender aunque no se haya convenido en ello; y no digamos si ponemos estos dos primeros incisos en relacin con el tercero, donde se autoriza al acreedor pignoraticio a vender incluso cuando se haya convenido que no lo haga. Esto ya rompe toda lgica, y no es de extraar que todo este enredoso asunto, puesto en boca de Ulpiano, resulte sospechoso, porque estamos hablando de uno de los juristas ms prolijos y de mayor reconocimiento del momento. Por tanto, se han realizado diversos intentos para hacer concordar esta sucesin de posibilidades o facultades que en el texto se otorgan al acreedor pignoraticio que, sin embargo, en mi opinin, no han logrado los objetivos, porque:
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- primero, la tercera de las afirmaciones hace que las dos anteriores resulten superfluas, puesto que el acreedor puede vender tanto si existe pacto (primera regla), como si no (segunda regla), e incluso aunque exista un pacto que lo prohba (tercera regla). - segundo, si esta tercera regla fuera de Ulpiano no parece verosmil que el prestigioso jurista hubiese enunciado las anteriores afirmaciones, porque se contradecira a s mismo. - tercero, si la tercera regla expresara el Derecho vigente las anteriores sobraran, no tendran sentido, ya que desde el momento en que el ius vendendi se convierte en elemento esencial del pignus da igual que exista un pacto que autorice la venta, o no. - cuarto, las afirmaciones que recoge el texto no deben observarse, como siempre se ha hecho, con una perspectiva histrica, es decir, como estadios histricamente sucesivos, cada uno de los cuales refleja las fases o estadios de la evolucin del ius vendendi; sino que han de apreciarse como diferentes posibilidades del acreedor, todas ellas simultneamente vigentes y ajustadas a Derecho, cada una de las cuales invalida la precedente.
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- quinto, las dos ltimas partes de Dig. 13, 7, 4 parecen estar ms en consonancia con los textos de Justiniano recogidos en Inst. 2, 8, 1 Inst. 2, 8, 1: Contra autem creditor pignus ex pactione, quamvis eius ea res non sit, alienare potest. sed hoc forsitan ideo videtur fieri, quod voluntate debitoris intellegitur pignus alienare, qui ab initio contractus pactus est, ut liceret creditori pignus vendere, si pecunia non solvatur. y en Cod. 8, 33 (34), 3, 1, Cod. 8, 33 (34), 3, 1 (Imp. Iustinianus A. Demostheni pp.): Sancimus itaque, si quidem si in quis rem creditori cautum suo est, pigneraverit, pactione
quemadmodum debet pignus distrahi, sive in tempore sive in aliis conventionibus ea observari, pro quibus inter creditorem et debitorem conventum est. sin autem nulla pactio intercesserit, licentia dabitur feneratori ex denuntiatione vel ex sententia iudiciali post biennium, ex quo attestatio missa est vel sententia prolata est, numerandum eam vendere. (a. 530). que con los textos contemporneos, lo que inclina a pensar que se trata de una adaptacin de los textos clsicos al Derecho justinianeo.
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- sexto, la hiptesis anterior se refuerza si ponemos los textos contemporneos en relacin con el primer inciso de Dig. 13, 7, 4, con el que concuerdan perfectamente, por lo que es ms verosmil que ste refleje el genuino pensamiento de Ulpiano. En particular resulta muy interesante comparar Dig. 13, 7, 4 con Dig. 20, 3, 3, Dig. 20, 3, 3 (PAULUS libro tertio quaestionum): Aristo Neratio Prisco scripsit: etiamsi ita contractum sit, ut antecedens dimitteretur, non aliter in ius pignoris succedet, nisi convenerit, ut sibi eadem res esset obligata: neque enim in ius primi succedere debet, qui ipse nihil convenit de pignore: quo casu emptoris causa melior efficietur. denique si antiquior creditor de pignore vendendo cum debitore pactum interposuit, posterior autem creditor de distrahendo omisit non per oblivionem, sed cum hoc ageretur, ne posset vendere, videamus, an dici possit huc usque transire ad eum ius prioris, ut distrahere pignus huic liceat. quod admittendum existimo. saepe enim quod quis ex sua persona non habet, hoc per extraneum habere potest. atribuidos respectivamente a Ulpiano y Paulo: si ambos reflejan el Derecho vigente y resulta que se contradicen, slo uno puede considerarse genuino.
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Conforme al texto de Paulo14: - El primer acreedor (antiquior creditor) "de pignore vendendo cum debitore pactum interposuit"; es decir, pacta con el deudor para obtener el ius distrahendi, y por eso lo tiene. - El segundo acreedor (posterior creditor) "de distrahendo omisit non per oblivionem, sed cum hoc ageretur, ne posset vendere". No se pacta, precisamente con el fin de que no tenga el ius distrahendi, y por eso no lo tiene. O sea, las partes no pactaron acerca de la venta, no por olvido, sino para que el segundo acreedor no pudiera vender la cosa. Pero, no pactaron porque no era necesario, puesto que el no pactar era suficiente para que el posterior creditor no dispusiese del ius distrahendi. Sobre esta base, deducimos que: a) El primer acreedor interpuso un pacto con el deudor para poder vender la prenda -"antiquior creditor de pignore vendendo cum debitore pactum interposuit"-; luego, para poder vender la prenda el primer acreedor se ha reservado tal facultad mediante un expreso pacto ad hoc (pactum de distrahendo pignore). Si el ius
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distrahendi hubiera sido un elemento natural del contrato pignoraticio el pacto no sera preciso. b) "Posterior autem creditor de distrahendo omisit non per oblivionem, sed cum hoc ageretur, ne posset vendere". Se omite el pacto, como se acaba de ver, no por olvido, sino porque se quiere que el segundo acreedor no pueda vender la prenda. Luego, si se omite el pacto para que el segundo acreedor no pueda vender, sensu contrario, para poder vender es necesario pactar. Si el ius vendendi fuese un elemento natural habra que pactar para excluirlo; pero no sindolo, no tiene sentido el pacto para no poder vender. No es necesario. c) Del planteamiento dubitativo introducido
mediante la locucin "videamus" se desprende tambin que si la cuestin es la de si pasa al segundo acreedor el derecho del primero para que aqul pueda vender ("videamus, an dici possit huc usque transire ad eum ius prioris, ut distrahere pignus huic liceat"), se est presuponiendo que el segundo no tiene ese derecho. Si el ius vendendi hubiese sido un elemento natural la duda no se formulara desde el momento en que se haya admitido la sucessio: el segundo acreedor tendra el ius distrahendi por su cualidad de acreedor pignoraticio. d) A la conventio pignoris del primer acreedor se ha aadido un pacto por el que se otorga a ste el derecho
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de vender la cosa entregada en prenda (ius distrahendi). El segundo, sin embargo, omite pactar sobre la venta de la cosa; adquiere el segundo acreedor la facultas distrahendi que corresponde al primero? El texto dice que s, porque "...quod quis ex sua persona non habet, hoc per extraneum habere potest". Es decir, el segundo acreedor no tiene por s mismo el ius distrahendi, porque no se le ha atribuido mediante pacto al efecto. Conforme a la decisin ltima del texto, el derecho de venta le llega per extraneum, esto es, a travs del primer acreedor, que lo tena porque s haba pactado con el deudor para tenerlo. Al exponerse en la segunda parte de Dig. 13, 7, 4 el ius vendendi como elemento natural del pignus, es decir, donde ya no hara falta pacto para vender, se hace expresa mencin a que se est exponiendo el Derecho vigente: "hoc tamen iure utimur". Paulo, sin embargo, da al ius vendendi el tratamiento de un elemento accidental. No parece verosmil que una mano posterior hubiera alterado el texto de Paulo para hacerle decir algo que ya estaba derogado. Es por este motivo por el que se defiende aqu la genuinidad del texto paulino, considerando adulterado, en consecuencia, el de Ulpiano; y no slo porque Dig. 20, 3, 3, de Paulo, s concuerda con todos los dems textos analizados, sino porque, adems,
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- sptimo y ltimo, como se pone de manifiesto en una constitucin de Alejandro Severo del ao 223 (Cod. 4, 24, 415), en la constitucin de prendas era habitual aadir al contrato pignoraticio un pacto por el que se otorgaba al acreedor pignoraticio la facultad de vender la cosa pignorada si el deudor no pagaba dentro del plazo convenido. No se trata en este lugar de destacar las
contradicciones existentes entre Ulpiano y Paulo, que por otro lado y por lo que respecta a los textos en cuestin son manifiestas, sino de intentar esclarecer las divergencias entre ambos a la vez que, dentro de lo posible, establecer puntos de convergencia. Ya en su momento se entr en el fondo del asunto analizando por separado cada una de las fuentes y en ambos casos, segn la exgesis efectuada, se extrajeron conclusiones que no distaban tanto las unas de las otras. En Dig. 13, 7, 4 y Dig. 20, 3, 3 se encuentra la clave para descifrar cual fuere al tiempo de los Severos el rgimen de venta pignoraticio. Parece ahora oportuno poner frente a frente a los dos ilustres juristas y confrontar sus opiniones resultados. para obtener de seguro interesantes
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Por lo que a Paulo se refiere, en Dig. 20, 3, 3, est claro, como ya hemos visto anteriormente, que para que el acreedor pignoraticio pueda vender la cosa pignorada es preciso que al contrato de prenda se aada un pacto por el que se le autorice a vender. Con Ulpiano sin embargo, conforme al tenor literal de Dig. 13, 7, 4, no es necesario semejante pacto para que el acreedor pignoraticio pueda proceder a la enajenacin de la cosa pignorada, puesto que el derecho del acreedor se considera implcito en el contrato pignoraticio; incluso se llega ms lejos al afirmar que puede enajenar a pesar de un opuesto pacto, siempre que cumpla determinados requisitos. Que digamos aqu lo difcil que es explicar el porqu concuerda el texto de Paulo (Dig. 20, 3, 3) con el de Ulpiano (Dig. 13, 7, 4) en su primer inciso y porqu no con los dos restantes, ms que poner de relieve una palmaria contradiccin parecera una perogrullada; aunque ciertamente, si bien se mira, no es tan fcil aclarar la discordancia. Mayor entidad empero ofrece el cotejo de los textos en su integridad, porque as es como realmente se aprecia con mayor nitidez la idea central que plasma en la opinin de cada uno de sus autores: Para Paulo, segn vimos, necesidad de pacto para alcanzar el ius distrahendi; para Ulpiano no. Evidente contradiccin.
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Contradiccin que, por otra parte, es necesario atajar para saber a qu atenernos y poder obrar en consecuencia. Como se ha dicho ms arriba, la doctrina mayoritariamente viene admitiendo que el texto recogido en Dig. 13, 7, 4 contempla en su totalidad la evolucin del ius distrahendi en el pignus; sin embargo, hemos reflejado tambin nuestra opinin al respecto que, en este caso, se aparta de la doctrina mayoritaria. El sostener la tesis mayoritaria nos lleva
necesariamente a abogar por la clasicidad del texto ulpianeo, lo que choca frontalmente con el texto paulino y es aqu donde se da la controversia que los hace incompatibles. La referida controversia se ha venido saldando, hasta ahora, en favor de Ulpiano como digo, con el consiguiente perjuicio para el texto que en Dig. 20, 3, 3 se atribuye a Paulo y que necesariamente nos conduce a su alteracin; cuestin esta ltima sobre la que no estoy de acuerdo. Ya se han manejado argumentos al tratar
independientemente de Dig. 20, 3, 3 por los que se defiende la genuinidad de la fuente. No obstante, en este momento lo que se trata es de superar la contradiccin resultante al contemplar frente a frente y a la vez las
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fuentes en discordia. Contradiccin que slo puede salvarse bien sobre la base del desconocimiento del Derecho vigente por alguno de los juristas cuestionados, o bien sobre la base de que los textos atribuidos a Ulpiano o Paulo no hubieran sido en realidad, tal como los conocemos, redactados por ellos, es decir, que estuviesen retocados por una mano posterior. Si Dig. 13, 7, 4 fuese original, el texto interpolado resultara ser el que se atribuye a Paulo en Dig. 20, 3, 3. Viceversa, si Dig. 20, 3, 3 fuese genuino el interpolado sera el texto que en Dig. 13, 7, 4 se atribuye a Ulpiano. Ulpiano y Paulo son contemporneos y sin embargo se contradicen en esta ocasin. La contradiccin sera posible en el supuesto de que uno de los dos desconociese el Derecho vigente. No cabe pensar sin embargo que alguno de los dos juristas ms importantes de la poca, quizs de todas las pocas, ignorase el Derecho vigente. Descartamos pues de entrada la ignorancia del Derecho por parte de estos juristas. Por tanto, para salvar la contradiccin que se da en las fuentes no nos queda sino el recurso a la interpolacin de alguna de las mismas; porque aqu no se trata de una diversidad de opiniones, de un ius controversum como ocurre otras veces; Ulpiano dice en Dig. 13, 7, 4 "hoc tamen iure utimur" en clara alusin al Derecho vigente, al Derecho vigente en su poca, que es tambin Derecho
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vigente en tiempo de Paulo; luego no se trata en la contradiccin de una cuestin de opiniones, de un ius controversum, o de desconocimiento de la norma aplicable; puede ocurrir en todo caso que dicha frase hubiera sido puesta en boca de Ulpiano en una poca posterior a su existencia, porque si Ulpiano hubiera dicho lo que se le atribuye que dijo, si Dig. 13, 7, 4 refleja fielmente el Derecho vigente en poca de Ulpiano, -y de Paulo-, Paulo no pudo decir lo que se le atribuye en Dig. 20, 3, 3, a no ser que Paulo no conociese el Derecho vigente en su poca. Bastante improbable. Al hilo de esto ltimo, por lo que se refiere a la segunda de las salidas apuntadas en relacin con la contradiccin indicada, se ha dicho que habra que buscarla en la posible interpolacin de alguno de los textos controvertidos. Es decir, si Dig. 13, 7, 4 fuese genuino de Ulpiano, Paulo no pudo decir lo que se le atribuye en Dig. 20, 3, 3, a no ser, claro est, que ignorase el Derecho vigente. Por contra, si Dig. 20, 3, 3 fuese genuino de Paulo, entonces o Ulpiano no conoca el Derecho de su poca o Dig. 13, 7, 4 est interpolado, puesto que si con Paulo hace falta pacto para vender la prenda, Ulpiano no pudo decir en tiempos de Paulo " hoc tamen iure utimur" a la vez que el pacto no era necesario para poder vender. Descartamos una vez ms la primera de las opciones: desconocimiento del Derecho vigente por Paulo o Ulpiano. As tenemos pues una
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flagrante contradiccin entre los dos juristas ms sobresalientes de una poca, que hemos de salvar en base a la eventual interpolacin de los textos que de ellos nos han sido transmitidos y que son motivo de la susodicha controversia que en los mismos se observa, siendo solamente uno de ellos, en todo o en parte, fiel reflejo del Derecho vigente en esa poca, por lo que al asunto controvertido se refiere, quedando el otro por consiguiente a discrecin de la mano que sobre l actu la alteracin, seguramente con el fin de adaptarlo al Derecho vigente de una poca posterior. Entrando pues en el anlisis contrastado de uno de ellos, y puesto que la referida frase "hoc tamen iure utimur" figura en el texto atribuido a Ulpiano, comenzaremos entonces por Paulo, el cual en Dig. 20, 3, 3 dice que "...creditor de pignore vendendo cum debitore pactum interposuit...", y que "...videamus ... ut distrahere pignus huic liceat...", y que "...quod quis ex sua persona non habet...", lo que pesa como una losa en pro de la necesidad de pactum para la adquisicin del ius vendendi por parte del acreedor pignoraticio, tal como consideramos en su lugar y que por lo tanto no estimo necesario repetir ahora. Est claro pues que Paulo contradice expresamente a Ulpiano en Dig. 20, 3, 3 al precisar la celebracin de un pactum para que el acreedor pignoraticio pueda vender la cosa entregada en garanta de su crdito.
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Por otra parte, en la contradiccin, lo lgico sera pensar que los compiladores no alteraron el texto de Paulo, pues la interpolacin en Paulo no tiene sentido, ya que resulta insostenible que si Paulo hubiera dicho que no hace falta pacto para poder vender la cosa pignorada, los interpoladores lo hubieran corregido para hacerle decir lo contrario, o sea, que s hace falta pacto, porque se estara atribuyendo a Paulo la observancia de un Derecho derogado, de un Derecho vigente en una poca precisamente anterior a l y que correspondera a un momento anterior en la evolucin histrica del ius vendendi en el pignus. Esto no tiene razn de ser. La interpolacin de Dig. 20, 3, 3 respecto del asunto que nos ocupa carece de sentido. Si en la redaccin original de Dig. 20, 3, 3 se dijese que el acreedor pignoraticio puede vender la cosa pignorada, sin ms, o se dedujese de algn modo que no es preciso el pactum vendendi, y suponiendo que Dig. 13, 7, 4 no estuviese alterado, es decir, que Dig. 13, 7, 4 recogiese el rgimen de venta pignoraticio, para qu iban los compiladores a retocar una redaccin -la de Dig. 20, 3, 3- que coincida plenamente con el rgimen general? Ambos textos estaran en perfecta armona. Ningn problema. Tanto Paulo como Ulpiano contemplan en sus respectivas redacciones el rgimen vigente en materia de venta de prendas por lo que a su poca se
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refiere, o si se prefiere, como dice la mayora de la doctrina, en la poca de los Severos. Ningn problema, como digo, los compiladores habran mantenido la redaccin de ambos textos y no estaramos en este momento debatiendo sobre el asunto. Lo que no hubieran hecho jams es alterar ninguno de ellos y en particular Dig. 20, 3, 3. Pero, nada ms lejos de la realidad. Dig. 20, 3, 3 no dice lo que hemos supuesto en el prrafo que precede. No. Ni mucho menos. Lo que dice es precisamente todo lo contrario, o sea, que para que el acreedor pignoraticio pueda vender la cosa que garantiza su crdito tiene que pactar con el deudor al respecto. S dice el texto en su parte final que al acreedor -al segundo acreedor- es lcito vender; pero, ojo! y aqu es donde radica el quid de la cuestin, no en calidad de acreedor pignoraticio como tal, pues "...antiquior creditor de pignore vendendo cum debitore pactum interposuit...". Al creditor posterior, le es lcito vender, ciertamente, el texto as lo refleja, pero porque "...saepe enim quod quis ex sua persona non habet, hoc per extraneum habere potest...". De manera que el posterior creditor est legitimado para vender porque trae causa del antiquior creditor que pact con el deudor para tal fin, y en orden a la cuestin sucesoria que discurre a lo largo del texto y que se concluye en su parte final. Esto es quizs lo que pudo confundir a los compiladores, que no variaron la redaccin paulina
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precisamente por este motivo, porque crean que ambos textos se hallaban en perfecta armona, cuando realmente no era as. Segn esta hiptesis, en cambio, s parece
perfectamente verosmil que a los mismos comisionados a los que se les "col", valga la expresin, el texto de Paulo, Ulpiano sin embargo no se les pas por alto y con el fin de adaptar el Derecho clsico al momento de la compilacin, misma se fieles cita al mandato de "...ad la constitucin summam et justinianea (Deo auctore, 2) no vacilaron, como en la expresamente iuris plenissimam emendationem pervenire
properaremus et omnem Romanam sanctionem et colligere et emendare et...". tal como haban hecho anteriormente con la obra de los emperadores: "... a sacratissimis retro principibus initium sumere et eorum constitutiones emendare et viae dilucidae tradere, quatenus in unum codicem et congregatae iniquissima et omni supervacua similitudine discordia
absolutae..." (Deo auctore, 1); lo que dio como resultado ese extrao escalonamiento que se da en Dig. 13, 7, 4, cuyas afirmaciones van limitando o ampliando, segn se mire, cada una de las afirmaciones anteriores, hacindolas compatibles con cada uno de los estadios de la evolucin histrica del ius vendendi.
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Una
vez
constatadas
las
intervenciones
compilatorias en Dig. 13, 7, 4, no es difcil argumentar lo mismo respecto de Dig. 13, 7, 5, puesto que se halla en relacin directa con el texto que le precede y ms concretamente con la ltima parte del mismo, en la que la mano de Triboniano es ms patente. Si el fragmento de Pomponio16 fuese genuino habra de reconocerse necesariamente el ius vendendi como un elemento inherente al contrato de prenda y el pactum vendendi algo superfluo; sin embargo, no es as. Dig. 13, 7, 5 es utilizado por los compiladores para completar la sucesin de consecuencias que conlleva la venta pignoraticia realizada por un acreedor cuando media una pacto de non distraheno pignore, dando por entendido ya en poca de Pomponio la existencia de un pacto tal, como nico modo de eliminar la facultas distrahendi del acreedor pignoraticio. Dig. 13, 7, 5 (POMPONIUS libro nono decimo ad Sabinum): Idque iuris est, sive omnino fuerint pacti, ne veneat, sive in summa aut condicione aut loco contra pactionem factum sit.
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8, donde parece inclinarse a favor de un pacto expreso para atribuir al acreedor la facultas distrahendi, lo que contrasta con Dig. 13, 7, 5. 161
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El acreedor pignoraticio que vende a pesar de la existencia de un pacto que se lo impide, responde por hurto (creditor furti obligatur); esto ya se deca en Dig. 13, 7, 4. Lo mismo sucede cuando se infringe lo pactado respecto a la cantidad, o a una condicin, o al lugar del pago. De esta forma se est equiparando la actuacin contraria de un acreedor a un pacto expreso de venta, con la actuacin contraria de un acreedor a un pacto expreso adverso a la venta. Como se ha dicho ms arriba, Dig. 13, 7, 4 contempla el nuevo derecho, el derecho justinianeo, y es un fiel reflejo del esfuerzo de los compiladores por adaptar los textos clsicos al derecho vigente. Igual ocurre en Dig. 13, 7, 5, continuacin de lo anterior; sobreentendiendo el ius vendendi del acreedor pignoraticio, los compiladores han tomado un principio clsico que en origen se refera a la venta efectuada en contra de lo expresamente pactado, para expresar las consecuencias que conlleva el vender cuando expresamente se ha pactado lo contrario. Dada la interconexin de ambos textos correlativos y supuesto que la mencin al pactum de non distrahendo pignore del primero es obra de la comisin tribonianea, lo mismo ha de decirse del segundo respecto de la alusin a semejante pacto: [sive omnino fuerint pacti, ne veneat, sive] no pertenece a Pomponio. No puede
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afirmarse la interpolacin, empero, de la segunda parte, puesto que su redaccin se encuentra en estrecha relacin con otros textos clsicos con los que s sintoniza. Recordemos al efecto Dig. 47, 2, 74 (73) de Javoleno o, en el mismo sentido, Dig. 20, 5, 4 de Papiniano, en los que, junto a Pomponio se contemplan las consecuencias de una venta llevada a cabo cuando nada se haya pactado, o bien cuando se enajena de manera contraria a lo convenido, respecto de la cantidad, o a una condicin o circunstancia de tiempo o de lugar17. As pues, la posible redaccin del texto de Pomponio, originalmente deba ser ms o menos la siguiente: Idque iuris est, si[ve omnino fuerint pacti, ne veneant, sive] in summa aut condicione aut loco contra pactionem factum sit, o, Idque iuris est, [sive omnino fuerint pacti, ne veneant, sive] <si> in summa aut condicione aut loco contra pactionem factum sit, o bien,
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Creditor, si in summa aut condicione aut loco contra pactionem factum sit, furti obligatur. Dado el estado en que se encuentra Dig. 13, 7, 4, es posible que Ulpiano, originariamente hubiera expresado su opinin en los siguientes trminos: <<Si el acreedor pignoraticio se haba reservado mediante pacto la facultad de vender, no slo la enajenacin era vlida, sino que adems con ella la cosa pasaba a la propiedad del comprador; pero si el acreedor enajenaba la cosa sin el consentimiento del deudor cometa hurto>>. Opinin que quedara reflejada en la redaccin originaria de la siguiente manera: Si convenit de distrahendo pignore [sive ab initio sive postea], non tantum venditio valet, verum incipit emptor dominium rei habere, [sed etsi non convenerit de distrahendo pignore, hoc tamen iure utimur, ut liceat distrahere, si modo non convenit, ne liceat]. Ubi vero <non> convenit [ne distraheretur], creditor, si distraxerit, furti obligatur, [nisi ei ter fuerit denuntiatum ut solvat et cessaverit]. De esta forma se hace concordar el pensamiento de Ulpiano con otros del mismo jurista, tales como
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Dig. 18, 1, 28 (ULPIANUS libro quadragensimo primo ad Sabinum): Rem alienam distrahere quem posse nulla dubitatio est: nam emptio est et venditio: sed res emptori auferri potest. y Dig. 41, 1, 46 (ULPIANUS libro sexagensimo quinto ad edictum): Non est novum, ut qui dominium non habeat, alii dominium praebat: nam et creditor pignus vendendo causam dominii praestat, quam ipse non habuit. pero no slo esto, sino que adems, Dig. 13, 7, 4 se encontrara en perfecta armona con todos aquellos textos de los que se deduce que en la poca de los Severos el ius vendendi no era inherente a la naturaleza del contrato de prenda, por lo que la facultad de vender slo formara parte del contenido del derecho de prenda cuando as se hubiera establecido expresamente. No es, por tanto, inverosmil que, partiendo de estas premisas, el pensamiento de Ulpiano no difiera sustancialmente del expresado por Gayo (Gai. 2, 64) y por Javoleno en Dig. 47, 2, 74 (73) que, por otra parte, concuerdan absolutamente con el manifestado por Paulo en Dig. 20, 3, 3.
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De
este
modo
es
posible
pensar
que
los
compiladores alteraran la primitiva redaccin de Dig. 13, 7, 4 en su afn por adaptar los textos clsicos al derecho justinianeo. En su anhelo los redactores del nuevo orden no repararon en la obtencin del fin perseguido, que, en el caso concreto, tena por objeto convertir el ius vendendi en elemento esencial del pignus. Por todo lo expuesto, entiendo que entre los textos en discordia debe considerarse interpolado Dig. 13, 7, 4, y que en la poca de los Severos y tambin en la posterior del emperador Gordiano III, como reflejan asimismo los textos del Cdigo, el ius vendendi es un elemento accidental del pignus y, por tanto, si se quiere que el acreedor pignoraticio pueda vender la prenda, tal facultad debe ser expresamente atribuida por acuerdo de las partes. No queda sino concluir que en la poca de Gordiano III el acreedor pignoraticio, si no se provee convencionalmente de mayores atribuciones sobre la cosa pignorada, nicamente tiene sobre ella el ius possidendi, de manera que, en ese momento histrico, el pignus y la retentio coinciden en cuanto a su contenido. En consecuencia, la concesin que hace Gordiano al acreedor pignoraticio consiste en una extensin del derecho que tiene ste de retener la cosa pignorada, es decir, en una extensin a los crditos quirografarios de lo
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que en su poca constituye el contenido del derecho de prenda: una extensin del pignus. Dicha concesin, por otra parte, supone, respecto de los crditos quirografarios, un rgimen especial consistente en la extensin a los mismos de la facultad de retencin que tena el acreedor pignoraticio respecto del crdito garantizado. En poca de Gordiano III ambos regmenes se confunden al gozar el acreedor de las mismas facultades sobre la cosa pignorada, tanto por sus crditos garantizados, como por los no garantizados; pero cuando ya no se precisa de pacto para poder venderla, es decir, cuando el ius vendendi se convierte en elemento natural del pignus, y despus esencial, los dos regmenes quedan perfectamente diferenciados: en cuanto a los crditos garantizados, desde ese instante el acreedor pignoraticio puede vender la cosa pignorada -rgimen general del pignus-, respecto de los crditos quirografarios slo puede retenerla pignus gordianum-. Esta figura, por tanto, resulta peculiar, porque se ide para defender los intereses de los acreedores en un momento conflictivo y as se mantiene; si hubiese sido derogada, una vez que los acreedores hubiesen cobrado el crdito garantizado se veran obligados a devolver la cosa pignorada, an disponiendo de otros crditos quirografarios. De otro lado, podemos decir que el
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-rgimen especial:
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pignus gordianum resulta peculiar tanto por razn de contenido: nicamente faculta al acreedor pignoraticio a retener la cosa pignorada, como por razn del objeto: nicamente es aplicable a crditos quirografarios. BIBLIOGRAFA ALVAREZ SUAREZ, U.; Horizonte actual del Derecho romano, Madrid 1944. ARANGIO-RUIZ, V.; FIRA, III Negotia, Florencia 1943. BONET, F.; Comentario a la Sentencia del Tribunal Supremo de 24 de junio de 1941, en Revista de Derecho Privado, Tomo XXV (1941). BRUNS, C. G.; Fontes Iuris Romani Antiqui, I Leges et Negotia, Tubinga 1909. BUENO, J.A.; El Bronce de Bonanza, en Anuario de la Facultad de Derecho de la Universidad de Alcal (AFDUA) 2004. BUENO, J.A.; Pignus gordianum, Madrid 2004. BURDESE, A.; Lex commissoria e ius vendendi nella fiducia en el pignus, Turn 1949, Tambin en IURA 1 (1950). DERNBURG, H.; Das Pfandrecht nach den Grundsagen des heutigen rmischen Rechts, vol. I, Leipzig 1860. DIEZ-PICAZO, L.; Estudios sobre la Jurisprudencia Civil, Vol. II, Madrid, 19813. DORS, A.; Epigrafa jurdica de la Espaa romana, Madrid 1.953. KRGER, P.; Codex Iustinianus (Corpus iuris civilis, vol. II). Weidmann, Dubln/Zurich, 1967.
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