Religiones y Pluralismo. Las Vias Del Dialogo Interreligioso en Espana
Religiones y Pluralismo. Las Vias Del Dialogo Interreligioso en Espana
Religiones y Pluralismo. Las Vias Del Dialogo Interreligioso en Espana
ISSN: 2254-2655
La Coleccin Documentos del Observatorio del Pluralismo Religioso en Espaa est compuesta por una serie de publicaciones digitales de carcter cientfico y multidisciplinar sobre el pluralismo religioso y su incidencia en la sociedad espaola y europea. El contenido de estas publicaciones no refleja necesariamente las posiciones del Observatorio.
Este documento es el resultado del Convenio de Colaboracin firmado entre la Fundacin Pluralismo y Convivencia y el Centro UNESCO de Catalua (UNESCOCAT) en el ao 2011.
Observatorio del Pluralismo Religioso en Espaa Madrid, 2012 Paseo Pintor Rosales, 44. 6 Izq. 28008 Madrid Tel.: 91 185 89 44 www.observatorioreligion.es Diseo y maquetacin: XK, s.l. Tania Mata
ndice
Introduccin: el dilogo interreligioso en el mundo contemporneo................ 5 Apunte histrico sobre las iniciativas interreligiosas contemporneas............. 9 Parlamentos de las Religiones..................................................................................................... 9 El Parlamento de las Religiones del Mundo....................................................................... 9 El Parlamento en Barcelona................................................................................................ 10 La herencia del Parlamento................................................................................................. 11 Las principales redes internacionales..................................................................................... 11 Consejo para un Parlamento de las Religiones del Mundo........................................ 12 Religiones para la Paz (antes Conferencia Mundial de Religiones para la Paz)... 12 La Iniciativa de las Religiones Unidas.............................................................................. 13 Otras redes..................................................................................................................................... 14 En qu consiste una iniciativa interreligiosa?.............................................................. 15 Los muchos nombres de las iniciativas.................................................................................. 15 Objetivos ms habituales........................................................................................................... 16 Tipologa de plataformas o grupos de dilogo interreligioso.......................................... 17 1. Segn el origen.................................................................................................................. 17 1. a) Iniciativas de la sociedad civil.............................................................................. 17 1. b) Iniciativas de las comunidades religiosas......................................................... 19 1. c) Iniciativas de las Administraciones municipales ............................................ 20 2. Segn su naturaleza y finalidad.................................................................................... 21 2. a) Grupos o iniciativas de reconocimiento mutuo.............................................. 21 2. b) Grupos o iniciativas de estudio e investigacin.............................................. 22 2. c) Grupos o iniciativas de profundizacin e intercambio espiritual............... 22 2. d) Grupos o iniciativas de cohesin social y mediacin.................................... 22 2. e) Grupos o iniciativas de representacin institucional..................................... 23
3. Segn su modalidad.......................................................................................................... 23 3. a) Grupos o iniciativas intrarreligiosos................................................................... 23 3. b) Grupos o iniciativas bilaterales .......................................................................... 24 3. c) Grupos o iniciativas trilaterales........................................................................... 24 3. d) Grupos o iniciativas multirreligiosas.................................................................. 24 3. e) Grupos o iniciativas interconviccionales........................................................... 24
Puesta en marcha de una iniciativa interreligiosa....................................................... 25 Pasos previos a la constitucin de una iniciativa............................................................... 25 Estructura....................................................................................................................................... 28 La presencia de las convicciones no religiosas.................................................................... 29 Desarrollo de la iniciativa.......................................................................................................... 31 Las actividades.............................................................................................................................. 31 Organizacin de los dilogos.................................................................................................... 32 Relaciones con la sociedad civil............................................................................................... 34 Relaciones con asociaciones y organizaciones del tercer sector.............................. 34 Relaciones con la prensa .................................................................................................... 34 Relaciones con la Administracin municipal....................................................................... 35 La dinmica de una iniciativa interreligiosa........................................................................ 39 Otros elementos a tener en cuenta........................................................................................ 41 Calendario de actividades.................................................................................................... 41 La comida en los encuentros interreligiosos.................................................................. 41 Celebraciones interreligiosas.............................................................................................. 42 Financiacin............................................................................................................................. 43 Conclusin............................................................................................................................................... 47 Bibliografia recomendada.............................................................................................................. 51
Introduccin:eldilogointerreligiosoenelmundocontemporneo
El dilogo interreligioso no pretende la creacin de una religin nica. Desde el respeto a priori a todas las identidades religiosas, y sin nimo proselitista, el dilogo interreligioso tiene como ejes centrales la escucha receptiva y el testimonio honesto. No debera ser ni un simple intercambio de cortesa, ni un paseo por la superficie de las tradiciones, sino un encuentro en la profundidad y la riqueza de la vida religiosa de la humanidad. El impacto de la modernidad por un lado, y del laicismo resultante de la revolucin francesa por otro, favorecieron en el pasado que la religin se viera relegada al mbito estricta o prcticamente
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privado, y llegara incluso a ser sistemticamente menospreciada y considerada por parte de algunos ciudadanos, e incluso representantes de los poderes pblicos, como una expresin de supersticin y fanatismo. El tiempo ha permitido que la sociedad en general, y la inmensa mayora de los poderes pblicos en particular, acabaran valorando de manera ms positiva la potencialidad y el significado de la religin para la cultura, las sociedades y el bienestar de la humanidad. Ha aumentado la conciencia sobre la importancia que la identidad religiosa tiene para una parte considerable de la poblacin espaola, as como, en muchos casos, para la poblacin inmigrante, pero tambin sobre la necesidad y oportunidad de reforzar la cohesin social con nuevas y sostenibles estrategias que incluyan la diversidad religiosa. De manera convergente el proceso de globalizacin ha llevado nuevas amenazas a la seguridad que han requerido la necesidad urgente del compromiso eficaz de las tradiciones religiosas en la prevencin de incidentes de extremismo violento, especialmente del que reclama un fundamento o inspiracin supuestamente religioso. En la mayora de las tradiciones, la construccin de la paz es considerada un deber sagrado. Apelando a estas tradiciones, el dilogo interreligioso y conviccional puede llegar a ser uno de los instrumentos ms tiles para transformar situaciones de conflicto y facilitar la reconciliacin, ya que las tradiciones religiosas pueden facilitar que sus seguidores vayan ms all del inters propio para conseguir un mayor bien colectivo. Esta dimensin religiosa puede contribuir efectivamente a la paz y a la cohesin social. Las religiones y el dilogo entre ellas se han ido revelando como instrumentos decisivos para garantizar la paz. El filsofo y telogo cristiano catlico Hans Kng, autor del borrador de la declaracin final del Segundo Parlamento de las Religiones del Mundo, que se celebr en Chicago en 1993, afirma: No hay paz entre les naciones sin paz entre las religiones. No hay paz entre las religiones sin dilogo entre ellas (Kng 2002: 237). Los valores positivos de las tradiciones religiosas, muchos de ellos compartidos, pueden ayudar a construir una sociedad cohesionada. Un ejemplo emblemtico de este cambio de sensibilidad es el claro compromiso de las Naciones Unidas a favor de la promocin activa y decidida del dilogo entre culturas y civilizaciones, y del dilogo interreligioso, como pilar central de una nueva cultura de paz. En este sentido, la Declaracin de la UNESCO sobre el Papel de la Religin en la Promocin de una Cultura de la Paz (1994), expresin de un consenso posible entre polticos y religiosos, afirma en su artculo 23: Queremos construir una cultura de la paz basada en la no-violencia, la tolerancia, el dilogo, el entendimiento mutuo y la justicia. (). Hacemos un llamamiento a las diversas religiones y tradiciones culturales a sumar esfuerzos y a colaborar para extender el mensaje de la paz (citado en Torradeflot 2002: 49). El dilogo interreligioso rene a creyentes de las diferentes tradiciones religiosas. No busca fundar una nueva religin ni mezclar las religiones aleatoriamente, sino que se conozcan y se respeten mutuamente. El dilogo interreligioso no permite el eclecticismo ni la confusin de identidades, ni prejuzga sobre la verdad, la calidad o la preeminencia de unas creencias sobre las otras. Ms bien es una oportunidad privilegiada para profundizar en la identidad propia sin menospreciar la de los otros. En la actualidad, se asiste a la consolidacin de una nueva sensibilidad interreligiosa que es el resultado de vivir la diversidad religiosa no como una lacra o una amenaza, sino como una posibilidad y necesidad de enriquecimiento mutuo y de conciencia renovada y profunda. Las dems tradiciones religiosas se transforman en una posibilidad de ser uno mismo, de recobrar la propia identidad en sus races y autenticidad, en aquello que tiene de ms esencial y profundo.
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A nivel internacional, el dilogo interreligioso se ha revelado como un instrumento apto para ayudar y orientar a las autoridades y gobiernos en su tarea de crear sinergias e implicar efectiva y positivamente las diversas comunidades de las tradiciones religiosas locales en la convivencia ciudadana, ya que ha requerido que los representantes de las autoridades religiosas y pblicas sigan una tica de respeto, reconocimiento y apertura hacia la alteridad. El dilogo interreligioso se acerca ms a la realidad cotidiana cuando es un dilogo de proximidad, local, incluso de barrio. Es entonces cuando revierte ms eficazmente en el bien y el bienestar comn. Los responsables polticos, sin perder su neutralidad, pueden apoyarse en este tipo de iniciativas en el marco global de un compromiso pblico laico con la convivencia y el pluralismo. Ello, adems de enriquecer la participacin ciudadana, puede ayudar a prevenir y resolver posibles situaciones de conflicto y crear las condiciones que permitan la solidaridad y la justicia. En algunas zonas geogrficas del Estado espaol, el dilogo interreligioso ha dado ya sus primeros y provechosos frutos, aunque en otras es incipiente o tan slo germinal. Este dilogo depende directamente de las condiciones de la diversidad religiosa y del ejercicio local de la libertad de pensamiento, conciencia y religin. Aunque no todos los ciudadanos sean seguidores de un credo religioso determinado, parece que es evidente y unnime la valoracin y expresin de la dimensin espiritual del ser humano. En el contexto interreligioso el factor realmente significativo es la identidad religiosa o conviccional, aunque obviamente ello pueda afectar positivamente a las relaciones interculturales. Este documento pone de relieve sobretodo la identidad religiosa o conviccional, no tanto la identidad tnica o la procedencia nacional y cultural1.
1 Segn el Consejo de Europa, debera estimularse el dilogo, no slo entre las autoridades pblicas y las autoridades religiosas, sino tambin entre las comunidades religiosas (el dilogo interreligioso). El Consejo de Europa ha reconocido con frecuencia el dilogo interreligioso, que no entra directamente en su mbito de competencia, en el marco del dilogo intercultural, y ha alentado a las comunidades religiosas a promover activamente los derechos humanos, la democracia y el Estado de derecho en una Europa multicultural. El dilogo interreligioso tambin puede contribuir a reforzar el consenso, dentro de la sociedad, con respecto al modo de hacer frente a los problemas sociales. Asimismo, el Consejo de Europa estima necesario entablar un dilogo en el seno de las comunidades religiosas y convicciones filosficas (dilogo intrareligioso e intra conviccional) [] (Consejo de Europa 2008: 29).
A menudo la globalizacin favorece una mezcla y una estandarizacin que diluye identidades y que puede provocar reacciones de refuerzo identitario que pueden favorecer el rechazo y la hostilidad, cuando no la agresividad, hacia la diversidad. El dilogo interreligioso genuino no se limita a un simple formalismo de monlogos yuxtapuestos, sino que implica un intercambio donde se presupone la predisposicin a repensar las ideas propias a la luz de las de los dems, dejando abierta la posibilidad de enriquecimiento y transformacin mutuos entre los participantes. Sin embargo, en algunos grupos y comunidades el natural deseo de integridad, preservacin y continuidad no se compensa con el deseo de participacin y convivencia sino que, a partir del convencimiento de que sus propios valores son superiores a los del resto de la sociedad, y de las otras creencias y convicciones, as como de que sus derechos son los nicos que deben ser respetados, puede y suele derivar en la cerrazn, exclusin e incluso en el odio. En ocasiones esta cerrazn puede provenir de la sensacin de exclusin o persecucin. El dilogo interreligioso tiene el desafo de encontrar la forma de romper estas barreras. Su autntico desafo, o lmite, es el dilogo con quienes no quieren dialogar (Panikkar 1999).
Apuntehistricosobrelasiniciativasinterreligiosascontempor
esfuerzos para su aplicacin concreta. Esta vez el llamamiento no slo se dirigi a los religiosos, sino que se extendi a los dems actores de referencia en la sociedad contempornea: gobernantes, educadores, periodistas, empresarios, cientficos, artistas y la sociedad civil en general. El Parlamento que recurri en la Ciudad del Cabo permiti, adems, visualizar la contribucin del movimiento interreligioso en la lucha para poner fin al apartheid.
El Parlamento en Barcelona
En 2004, fue Barcelona la ciudad elegida para la celebracin de la cuarta edicin del Parlamento. Se reunieron ms de 9.000 personas y se organizaron unas 600 actividades2. La eleccin de Barcelona como sede de esta edicin del Parlamento de las Religiones del Mundo no fue aleatoria. Obedeci a la voluntad de los organizadores de no apostar simplemente por una ciudad con la capacidad tcnica suficiente, sino de aprovechar la ocasin para dar un fuerte impulso a las dinmicas locales de dilogo y cooperacin entre las distintas tradiciones religiosas y espirituales, en un momento en que pareca ser particularmente necesario. El panorama religioso de Barcelona, as como el de Espaa en general, se encontraba efectivamente en un momento crucial3. Diversos factores mostraban la relevancia que poda tener para la ciudad y para el pas la celebracin del Parlamento de las Religiones del Mundo: El incipiente pero imparable incremento de la diversidad religiosa, debido en buena parte a la inmigracin, aunque no atribuible exclusivamente a ella. Las comunidades minoritarias manifestaban una aspiracin legtima a un mayor reconocimiento de su contribucin a la sociedad y a una percepcin ms positiva de la diversidad religiosa. La toma de conciencia por parte de la comunidad religiosa mayoritaria, la Iglesia catlica, de la necesidad de encontrar buenas pautas de interaccin con las dems tradiciones y comunidades. Muchas de las iniciativas interreligiosas locales que ya estaban en marcha en el pas haban surgido por iniciativa de personas o instituciones catlicas. La bsqueda espiritual por parte de personas tanto desde dentro como desde fuera de las comunidades religiosas tradicionales, a pesar de un contexto de marcada secularizacin. Esta bsqueda de sentido se articulaba a menudo en trminos laicos, expresndose en formas tan diversas como el compromiso social o ciertas prcticas teraputicas, pero reflejaba sin duda un clima de inters por las cuestiones espirituales, si no religiosas. La percepcin generalizada, incluso entre el ciudadano corriente, de la necesidad de una mayor comprensin del factor religioso.
En este marco, la celebracin del Parlamento comport un aumento generalizado de la sensibilidad interreligiosa, constituy una experiencia y una escuela de dilogo interreligioso. Adems permiti incrementar y fortalecer las dinmicas y las estructuras al servicio de este dilogo.
2 El Parlamento de las Religiones del Mundo de Barcelona se celebr del 7 al 13 de julio de 2004 en el marco del Foro Universal de las Culturas organizado por el Ayuntamiento de Barcelona. La gestin corri a cargo del Consejo del Parlamento, del Centro UNESCO de Catalua (que actu como secretara espaola), y del Forum de las Culturas. 3 Segn los participantes provenientes de los EEUU el valor aadido que ofreca Barcelona para acoger el evento era la combinacin de varios factores: la presencia de una sorprendente y dinmica Asociacin UNESCO para el Dilogo Interreligioso (AUDIR) formalizada legalmente en el ao 1999 pero con actividad desde el ao 1997, presidida por una pastora liberal progresista de una iglesia evanglica local, y con budistas, judos y musulmanes en la Junta; la existencia del Centro Interreligioso de Barcelona (hoy Oficina dAfers Religiosos) dependiendo de la Concejala de Derechos Civiles del Ayuntamiento; la apuesta financiera decidida del Ayuntamiento de la ciudad; y la posibilidad de acceder a dos nuevos pblicos en uno: el europeo y el latino-americano/hispano.
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crementndose en el perodo 2000-2005 un 57% (Inter Faith Network for the UK 2003: 9) con el apoyo decidido de las administraciones pblicas en sus diversos niveles: local, regional y estatal.
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(ms tarde Cardenal) John Wright, organizaron dos encuentros (un primer encuentro en Nueva York y un segundo en Washington) que terminaron convirtindose en la Conferencia Interreligiosa Nacional sobre Paz (National Inter-Religious Conference on Peace). El primer secretario general de la actualmente denominada Religiones para la Paz fue Homer A. Jack, quin se mantuvo en el cargo hasta 1983. Esta organizacin ha trabajado por la paz y por los derechos humanos en colaboracin con las Naciones Unidas y con organizaciones no gubernamentales locales e internacionales. Su sede central est en Nueva York en el Church Center de las Naciones Unidas. La organizacin tiene reconocido estatuto consultivo ante el ECOSOC -desde 1973-, la UNESCO y UNICEF. Religiones para la Paz ha trabajado en defensa de los derechos de las mujeres y de los nios pero tambin ha realizado mediacin interreligiosa de conflictos en regiones como Bosnia, Kosovo, Sierra Leona, Indonesia, la regin de los Grandes Lagos, etc. En Bosnia consigui que, el 18 de marzo de 2005, se firmara una Declaracin del compromiso moral compartido para promover la tolerancia religiosa por parte de los lderes de la Comunidad Musulmana Albanesa, de la Iglesia Ortodoxa, de la Iglesia Catlica y de la Comunidad Bektashi. La organizacin ha potenciado especialmente el papel de las mujeres en la mediacin interreligiosa. As, en 2001, organiz la Red Global de Mujeres de Fe, un foro internacional que integra a ms de 350 grupos y que permite abordar problemas comunes de las mujeres de las diferentes tradiciones religiosas. Sin cejar en sus objetivos ticos de paz, entre los que destaca su reciente campaa contra el armamento nuclear, ha fomentado tambin la oracin y culto interreligiosos, as como el estudio de temas espirituales. Entre sus documentos ms relevantes podemos destacar, por ejemplo, las Declaraciones de Melbourne (1989), la Declaracin de la Conferencia Las Religiones del Mundo para los Nios del Mundo (1990) y la de Riva del Garda (1994). Esta ltima, con un claro contenido ecolgico, cont con la participacin del Papa Juan Pablo II. Ofrece tambin una serie de manuales y recursos para promover el dilogo interreligioso. Desde que William F. Vendley lleg a la Secretaria General de Religiones para la Paz, se ha insistido en la importancia del dilogo entre autoridades religiosas y se ha trabajado para favorecerlo, a pesar de que algunas organizaciones nacionales, como la francesa, no trabajen prcticamente con autoridades. En Espaa la nica organizacin afiliada a Religiones para la Paz es la Asociacin UNESCO para el Dilogo Interreligioso (AUDIR).
Unidas est vinculada desde su origen a las Naciones Unidas, ante las que tiene representacin en su sede central en Nueva York. La Asociacin UNESCO para el Dilogo Interreligioso (AUDIR), con sede central en Barcelona, fue miembro fundador de la Iniciativa de las Religiones Unidas en su reunin de Pittsburg (2000), dnde Flix Mart (fundador y expresidente de UNESCOCAT) estamp su rbrica en la Carta fundacional y constituyente en nombre de la organizacin interreligiosa espaola. Esta organizacin internacional de dilogo interreligioso es ms inclusiva que la Conferencia Mundial de Religiones para la Paz ya que acepta personas de movimientos espirituales indgenas, personas que pueden ser considerados de la familia de los Nuevos Movimientos Religiosos, miembros de la religin neopagana Wicca, incluso seekers (buscadores) o agnsticos que aceptan la Carta de la organizacin.
Otras redes
Hay otras organizaciones interreligiosas internacionales que tienen especial relevancia como, por ejemplo, el Congreso Mundial de las Fes. Esta organizacin, presidida por el ms prestigioso historiador del dilogo interreligioso -el reverendo protestante Marcus Braybrooke-, publica una de las revistas de dilogo interreligioso ms relevantes del panorama mundial Interreligious Insight. La organizacin, que se inspir en parte en las experiencias espirituales del fundador del Congreso Francis Younghusband, organiza retiros, encuentros, congresos visitas y viajes de grupo orientados a facilitar el conocimiento y el respeto de las tradiciones religiosas no slo para los creyentes, sino tambin para trabajadores sociales, profesionales de la salud y educadores. Otra organizacin digna de mencin es el Centro Interreligioso Internacional (International Interfaith Centre), que tiene su sede en Oxford. Fundado en el ao 1993, ao de la Cooperacin y Comprensin Interreligiosa, con el objetivo de coordinar y facilitar las crecientes y mltiples iniciativas interreligiosas internacionales que se generan. Para ello organiza un encuentro internacional anual. Fue creada por el Congreso Mundial de las Fes y la Asociacin Internacional para la Libertad Religiosa (International Association for Religious Freedom), junto con el Westminster College de Oxford, que dispone de un reconocido Departamento de Teologa y de Ciencias de las Religiones. Esta organizacin ha creado un centro de estudios sobre temas interreligiosos y organiza proyectos y congresos sobre resolucin de conflictos religiosos a travs del dilogo entre religiones.
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EnquconsisteunainiciativainterreligiosaEnquconsisteunainiciati
o injusticia social que puede vehicularse a travs de una propuesta de lo servicios sociales municipales. Si en el acuerdo de colaboracin ha habido reuniones y un dilogo mutuo sostenido, con antelacin o simultneamente, se puede hablar con propiedad de un compromiso interreligioso. El nombre de la identidad no siempre deja entrever o vislumbrar a primera vista que se trata de una iniciativa interreligiosa. En no pocas ocasiones encontramos expresiones simblicas o metafricas como, por ejemplo, encuentro de caminantes o vivarium, llenas de significado para sus miembros. En el Estado espaol existen tambin grupos interconviccionales, en los que, junto a los miembros de tradiciones religiosas, se encuentran otros de convicciones no religiosas. De momento, estos grupos aceptan autodefinirse como interreligiosos.
Objetivos ms habituales
Es fundamental clarificar y determinar lo ms posible los objetivos de las iniciativas interreligiosas, a fin de garantizar un apropiado sentido de pertenencia de los participantes en las mismas. Entre los objetivos ms frecuentes de este tipo de iniciativas figuran los siguientes:
Promover las relaciones entre creyentes de las diferentes tradiciones religiosas presentes en un territorio (barrio, municipio, autonoma, Estado, regin internacional). Favorecer el conocimiento, la comprensin, el respeto y la tolerancia mutuos entre creyentes de diferentes tradiciones religiosas. Explorar una tica comn. Trabajar conjuntamente para: favorecer la cohesin social y la convivencia; combatir la ignorancia, el miedo y el odio entre personas de tradiciones religiosas, o entre stas y personas no religiosas; prevenir y deconstruir prejuicios y estereotipos entre creyentes; sanar el dolor y las heridas provocados por la intolerancia incrustadas en la memoria colectiva de los creyentes, e intentar edificar nuevas memorias positivas surgidas de experiencias compartidas de paz y dilogo; una mayor justicia social. Ser una voz pblica y, cuando sea necesario, una voz comn de las comunidades religiosas; hacer declaraciones ocasionales sobre temas o desafos puntuales. Cultivar la amistad entre personas de fe o convicciones diversas. Implicar y favorecer la participacin de las comunidades religiosas locales en la vida cvica del municipio. Reunir a las comunidades religiosas locales con el gobierno municipal para tratar temas de inters mutuo. Organizar y desarrollar proyectos y actividades que promuevan la educacin interreligiosa. Facilitar oportunidades en que se puedan conocer los cultos, ceremonias y prcticas religiosas de las diferentes tradiciones. Facilitar el dilogo y la profundizacin de las respectivas tradiciones espirituales a travs de la presentacin, el reconocimiento y el respeto hacia la rica diversidad de referentes y prcticas espirituales. Ofrecer un instrumento a las comunidades religiosas para hablar y actuar conjuntamente sobre temas sociales, especialmente de solidaridad y de no discriminacin.
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Ofrecer un espacio de dilogo a las organizaciones sociales de inspiracin o base religiosa para trabajar en red y coordinarse entre ellas y con las administraciones. Intercambiar el patrimonio artstico de cada una de las tradiciones y disear y compartir actividades artsticas conjuntas para mostrar la armona y la convivencia entre tradiciones.
Como en cualquier tipologa hay intersecciones y posibles solapamientos. Un mismo grupo, plataforma, entidad u organizacin interreligiosa podra encajar en tipos diferentes a la vez, aunque tienda a identificarse mejor con una etiqueta que con otra de acuerdo con el acento o prioridades que decide establecer. A pesar de ello, creemos que estas clasificaciones son suficientemente ilustradoras de la variedad de iniciativas existentes.
1. Segn el origen
1. a) Iniciativas de la sociedad civil
Origen. En general, estas iniciativas se originan por un inters y propuesta de un grupo de ciudadanos que, en su mayora, suelen ser creyentes comprometidos de diferentes tradiciones religiosas y/o espirituales. En algunos casos, las iniciativas proceden de organizaciones no gubernamentales (ONG), de asociaciones cvicas (probablemente de vecinos o interculturales), o bien de asociaciones sectoriales con un inters muy determinado (por ejemplo, un colectivo de mujeres que quiere constituir un grupo interreligioso de mujeres para empoderarlas en sus respectivas comunidades). En estos casos, los promotores de la iniciativa suelen valorar positivamente las aportaciones de las tradiciones religiosas a la sociedad, razn por la cual buscan su contribucin y las posibles sinergias.
Coordinacin y dinamizacin. La coordinacin y dinamizacin del grupo, ejercida a menudo de manera rotativa, suele estar en manos de ciudadanos participantes o voluntarios/profesionales de ONGs o asociaciones, que suelen tomar como marco la laicidad positiva y que tienen experiencia en dinmica de grupos. Los profesionales pueden garantizar mayor rigor y seriedad formal (proporcionando convocatorias y actas escritas, seguimiento y acompaamiento de los miembros del grupo va telefnica, por correo electrnico y por entrevistas presenciales), que pueden cohesionar y facilitar la continuidad del grupo. Si las organizaciones son laicas y estn inspiradas por los derechos humanos, la cultura de la paz y el dilogo de civilizaciones, como es el caso de las asociaciones y clubs UNESCO, pueden ofrecer una garanta aadida de prestigio y de neutralidad en la coordinacin y dinamizacin, lo que facilita la confianza y predispone a una ms amplia inclusin y participacin de tradiciones religiosas y espirituales.
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Estructura y naturaleza jurdica. En muchos casos, sobre todo al principio, no se constituyen formalmente como asociacin u organizacin, sino que simplemente se inicia un proceso de reuniones. Progresivamente se van integrando representantes de nuevas comunidades, en funcin del grado de inclusividad del grupo y de sus objetivos. Si la experiencia es positiva y se va consolidando, entonces suele darse la necesidad de buscar financiacin para lo cual es conveniente emprender los trmites necesarios para adquirir una naturaleza jurdica propia. A no ser que se decida vehicular esta necesidad a travs de otra organizacin de la sociedad civil ya existente que desarrolle la coordinacin, renunciando temporalmente a la independencia jurdica de la iniciativa o grupo de dilogo interreligioso.
Objetivos ms frecuentes. Estas iniciativas suelen tener como objetivo un mejor y mayor conocimiento mutuo y una mayor cohesin social, a menudo a travs de la organizacin de alguna actividad intercultural o social en el barrio o en la ciudad. El dinamismo del dilogo y de las realidades sociales contextuales puede y suele provocar la redefinicin de los objetivos aunque ello no signifique, en la mayora de los casos, una contradiccin con las intenciones del proyecto inicial.
Vnculos. Este tipo de iniciativas no est necesariamente vinculado con las autoridades o representantes religiosos de las comunidades locales, regionales o estatales. Sin embargo pueden ser aceptados por stas. En funcin del grado de aceptacin de las autoridades locales, se puede producir su incorporacin y participacin en mayor o menor grado. Tampoco suelen estar vinculados con las autoridades municipales, salvo en el caso de que la iniciativa haya surgido de una accin conjunta con la Administracin municipal o cuando, despus de su constitucin formal, se les haya concedido alguna ayuda o subvencin genrica o finalista (con una finalidad determinada). Pueden fcilmente colaborar o estar en red con otras iniciativas interreligiosas locales, autonmicas, estatales e internacionales de diverso signo.
1. b) Iniciativas de las comunidades religiosas Origen. El liderazgo pertenece a las propias comunidades religiosas, partiendo de la iniciativa de una de ellas en concreto, o bien de un proyecto comn diseado entre varias comunidades. Puede darse el caso de que estas iniciativas sean impulsadas por responsables de reas/delegaciones/ comisiones culturales, ecumnicas (en el caso de las comunidades cristianas) o, incluso, interreligiosas de la propia organizacin interna de las instituciones religiosas. Coordinacin y dinamizacin. La pueden ejercer, de manera rotativa, miembros de las diferentes confesiones o encomendarla a algn profesional, que tiene que rendir cuentas con regularidad. Estructura y naturaleza jurdica. En un principio puede incluir slo algunas comunidades y, en funcin de la voluntad de inclusin, del grado de tolerancia y de los objetivos de los miembros del ncleo inicial, ir sumando progresivamente otras comunidades de la misma rea geogrfica.
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No es infrecuente que se creen, en el seno de la iniciativa, diferentes crculos concntricos de participacin (como, por ejemplo, el abrahmico, el de otras tradiciones monotestas y no monotestas, el de otros grupos religiosos muy minoritarios, etc.). Es posible que la iniciativa no tenga personalidad jurdica propia y dependa de las diferentes instituciones religiosas, o de una de ellas, as como de alguna entidad social vinculada. Si se opta por una naturaleza jurdica independiente, esta tiende a establecerse como multirreligiosa y plural en sus estatutos, aunque el grado de inclusividad sea relativo al ncleo inicial y a los objetivos fundacionales del proyecto. Algunas de estas iniciativas pueden decidir no contar explcitamente con ciertas minoras religiosas ni con los Nuevos Movimientos Religiosos.
Objetivos ms frecuentes. Entre sus objetivos ms frecuentes encontramos el encuentro y el dilogo entre las autoridades religiosas y/o sus delegados, la presentacin de los valores positivos de las tradiciones religiosas para el bien comn de la sociedad, pero tambin el de velar por las necesidades, intereses y prioridades comunes de las tradiciones religiosas.
Vnculos. Estas iniciativas interreligiosas tienen una vinculacin y dependencia directa de las autoridades religiosas. Debido a que cada tradicin tiene una forma institucional diversa, no todas las comunidades muestran el mismo grado de densidad, concentracin o centralizacin del poder; algunas veces la autoridad de una tradicin est muy atomizada y queda insuficientemente representada cuando est vehiculada por una nica persona o institucin. Por esta razn algunas comunidades pueden disfrutar de una representacin ms diversa aunque ello no conlleve mayores derechos dentro del grupo. Si la iniciativa se ha constituido como entidad jurdica propia puede solicitar ayudas a las administraciones y colaborar con otras iniciativas semejantes, sean locales, autonmicas, estatales o internacionales, de diverso signo.
1. c) Iniciativas de las Administraciones municipales Origen. Los polticos y/o profesionales o tcnicos de la Administracin municipal, autonmica o estatal pueden estimular o facilitar directa o indirectamente la creacin de iniciativas interreligiosas en vistas a la cohesin social, especialmente en barrios y ciudades con gran diversidad cultural y religiosa, y cierto riesgo de comunitarizacin. Coordinacin y dinamizacin. La pueden desarrollar autoridades polticas o tcnicos municipales, o bien ser subcontratada a profesionales capacitados y de reconocida trayectoria y experiencia (de organizaciones interreligiosas confesionales o laicas o, en su defecto, de organizaciones de la sociedad civil, religiosas o laicas, que hayan recibido una formacin adecuada y suficiente de aquellas que las habilite).
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Estructura y naturaleza jurdica. Pueden ser grupos interreligiosos con o sin personalidad jurdica propia, que la Administracin municipal reconoce y apoya (por ejemplo, con ayudas econmicas directas, o indirectamente a travs de organizaciones de la sociedad civil que se hacen responsables de la promocin y coordinacin de la iniciativa). En algunos casos, se ha considerado conveniente, especialmente en el mbito municipal, darles la forma de Consejo o Asamblea de (las) Religiones (o Interreligioso/a), con o sin reconocimiento formal, es decir, oficial u oficiosamente. Cada frmula concreta tiene sus propias ventajas e inconvenientes que hay que sopesar en cada contexto.
Objetivos ms frecuentes. Garantizar la paz y la cohesin social a travs de la implicacin y la contribucin positiva de las comunidades religiosas, especialmente en situaciones de posible riesgo de conflicto social.
Vnculos. Estas iniciativas estn vinculadas con las administraciones pblicas, especialmente las de mayor proximidad, as como con organizaciones religiosas e interreligiosas locales, autonmicas, estatales o internacionales, tanto independientes como relacionadas con algn mbito de la administracin pblica.
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Algunos de estos grupos han llegado a aceptar la presencia de personas no religiosas interesadas o respetuosas con la diversidad religiosa. Los miembros de este tipo de grupos suelen ser creyentes significativos6 de las diferentes tradiciones ms que representantes oficiales. Se ha observado que este tipo de grupos suele entrar en crisis al cabo de 2 3 aos, una vez la fase de conocimiento mutuo ha satisfecho la curiosidad inicial de los participantes, especialmente si la amistad no se ha trabajado correctamente durante ese perodo, y no se ha conseguido que el grupo tuviera las condiciones necesarias para redefinir su finalidad7.
2. b) Grupos o iniciativas de estudio e investigacin Son grupos de intercambio filosfico y teolgico (en general de tradicin abrahmica, pero pueden ser ms inclusivos). En algunos casos, estn relacionados con universidades, centros de estudios, institutos de investigacin, etc. Muestran una cierta, o total, apertura hacia personas no religiosas (indiferentes, agnsticos, ateos). Entre sus miembros encontramos a expertos, acadmicos y universitarios junto a creyentes de diversas tradiciones. Pueden ser grupos monotemticos (gnero, juventud, sostenibilidad, paz, inmigracin, mediacin, etc.). Con frecuencia se muestran productivos y editan publicaciones escritas o digitales, videos y/u organizan sesiones formativas, mesas redondas, conferencias, congresos y encuentros.
2. c) Grupos o iniciativas de profundizacin e intercambio espiritual Son menos frecuentes y ms selectos en la eleccin de sus miembros. Acostumbran a surgir despus del agotamiento de una fase inicial de conocimiento mutuo, cuando el grupo muestra una cierta insatisfaccin y fatiga y busca consolidarse y profundizar en el dilogo. En muchos casos estos grupos tienen una gnesis ecumnica y una trayectoria compartida de reflexin, amistad y plegaria conjunta que no necesariamente comn-. En sus reuniones la formacin mutua y las prcticas de silencio juegan un papel primordial, por encima de la tertulia, el debate y la accin comn. Se pone el acento en el camino espiritual personal y el cultivo de la cualidad humana, dando cabida a la dimensin esttica y artstica. Estos grupos estn abiertos a la bsqueda espiritual. Las personas no religiosas, inquietas y las nuevas formas de espiritualidad se encuentran cmodas en este tipo de grupos, aunque son miembros destacados de las grandes tradiciones espirituales los que suelen liderarlos.
6 Un creyente significativo sera una persona de referencia para una comunidad religiosa, aunque no sea un representante oficial de la misma ni se considere un lder comunitario. Normalmente sera una persona con cierto reconocimiento por su peso teolgico, moral, social y/o espiritual en su comunidad. 7 Ejemplo de esto sera el caso del grupo de jvenes de Asociacin UNESCO para el Dilogo Interreligioso que, en dos ocasiones, se ha disuelto y refundado ya que los jvenes, ms all del exotismo de descubrir algo distinto, no supieron crear una amistad interpersonal y redefinirse como grupo. Algo similar ha ocurrido en el Grupo de Dilogo Interreligioso de Sabadell.
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Estos grupos son vistos con desconfianza por algunas autoridades religiosas, y con un cierto desinters por la sociedad civil y la administracin pblica actitud que suele ser recproca.
2. d) Grupos o iniciativas de cohesin social y mediacin Son muy frecuentes en municipios y barrios con gran diversidad. El dilogo se centra primordialmente en la cohesin y convivencia, el bienestar social de proximidad, la solidaridad, la defensa de derechos, la defensa de los colectivos ms desfavorecidos (como inmigrantes, parados, etc.), y la lucha por la paz y contra la discriminacin. En estos grupos se da, en algunos casos, la presencia regular o puntual de miembros activos de organizaciones de la sociedad civil, que contribuyen a los objetivos pretendidos. De manera ms excepcional, es posible una presencia de trabajadores sociales u otros profesionales de los servicios sociales, educativos o sanitarios municipales.
2. e) Grupos o iniciativas de representacin institucional Son plataformas de representantes institucionales (autoridades y sus delegados) de tradiciones religiosas que se renen para tener una voz conjunta, y liderar el dilogo de sus respectivas comunidades de fe. Cada comunidad elige a sus representantes de manera particular y heterognea. Los representantes son la voz oficial de las comunidades de fe y de sus instituciones. Sin embargo, el principio de representatividad debe ser aplicado tambin a grupos habitualmente excluidos del liderazgo religioso oficial. Pueden ejercer como plataforma de interlocucin con las Administraciones municipales, asesorndolas sobre temas relacionados con sus comunidades, o facilitando la comunicacin del municipio con sus organizaciones religiosas. Suelen tomar la forma de consejos, foros o asambleas estables de religiones, en algunos casos promovidos, incluso reconocidos o nombrados oficialmente- por las autoridades locales. Estn formados por representantes de las tradiciones religiosas ms significativas del lugar. Sus estatutos estn expresamente diseados para asegurar la participacin. A menudo estos grupos procuran expresar el liderazgo de las autoridades en el dilogo interreligioso. Buscan el conocimiento y la cooperacin, pero, de manera complementaria, se plantean contribuir a la cohesin social y a la convivencia, y son tiles para la regeneracin y renovacin vecinal. Pueden aparecer como una voz comn emblemtica en la defensa de derechos, o frente a las posturas sociales de hostilidad o intolerancia. Pueden reflejar el liderazgo parcial, o preeminente, de una o varias tradiciones religiosas, que marcan la agenda y la prioridad del resto de la plataforma. Al tener una naturaleza representativa, pueden ser un apoyo para el Gobierno municipal a la hora de sondear la opinin de las comunidades. En algunos casos pueden conllevar la exclusin o la discriminacin de representantes de comunidades muy minoritarias.
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3. Segn su modalidad
3. a) Grupos o iniciativas intrarreligiosos Renen representantes de diversas corrientes, tendencias o confesiones de una misma tradicin religiosa. Los ms frecuentes son los grupos ecumnicos cristianos que suelen agrupar a miembros de las confesiones cristianas como la catlica, la protestante y la ortodoxa. Puede darse tambin en otras tradiciones donde hay gran diversidad. Su principal objetivo es recuperar el dilogo y la confianza mutua entre las diversas maneras de ver la misma fe, y buscar la colaboracin y la unidad en lo referente a diversos aspectos y en el mbito local.
3. b) Grupos o iniciativas bilaterales Renen a creyentes de dos tradiciones. Los ms frecuentes, en el Estado espaol, suelen ser los judeocristianos y los islamocristianos, aunque tambin existen iniciativas cristianobudistas e iniciativas de dilogo entre cristianos y ateos. Pretenden crear, o reconstruir, puentes a partir de aquello que puede unir, dejando de lado aquello que separa.
3. c) Grupos o iniciativas trilaterales Congregan a creyentes de tres tradiciones. Se da especialmente en el caso del dilogo abrahmico, reuniendo a creyentes de las tradiciones religiosas juda, cristiana y musulmana. Suelen potenciar aquellas tradiciones y referencias religiosas y espirituales compartidas. Esta modalidad abrahmica puede incluir, en algunos casos, a otros monotesmos.
3. d) Grupos o iniciativas multirreligiosas Concentran a representantes, personas significativas o de referencia, y creyentes de base de cualquier tradicin religiosa y espiritual (en funcin de la diversidad real de cada contexto local). Pueden pretender simplemente el dilogo por el dilogo, o girar en torno a algn objetivo, temtica o inters bien determinado. Este tipo de grupos son los ms habituales, aunque, en algunas ocasiones, con lmites de tolerancia y grados de inclusividad variables (segn el contexto).
3. e) Grupos o iniciativas interconviccionales Agrupan, junto a representantes y personas significativas de las diversas tradiciones religiosas, a personas con convicciones no religiosas interesadas en el dilogo con creyentes. Las convicciones no religiosas pueden expresarse a travs de personas individuales o a travs de organizaciones e instituciones reconocidas del humanismo laico y secular. Procuran encontrar y expresar dimensiones ticas y espirituales compartidas.
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8 Para ello se puede consultar, por un lado, el listado de iniciativas disponible en el Observatorio del Pluralismo Religioso en Espaa (www.observatorioreligion.es), y, por otro lado, a las autoridades religiosas locales.
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quien se encuentra en una situacin en su comunidad que le permite articular las inquietudes y necesidades de su comunidad y asegurar que sta ser informada del trabajo de la entidad interreligiosa (Interfaith Network for the UK 2005: 17). En cualquier caso, la complementariedad creativa de ambos tipos de grupos (de representantes o informales) puede ser recomendable y muy fecunda. As pues, cuando en un mismo municipio o rea hay diversas organizaciones interreligiosas, es fundamental no solaparse, no duplicar y, al contrario, intentar complementarse desarrollando funciones diferentes. Definir o limitar el rea de influencia permite circunscribir y focalizar mejor las actividades y proyectos. Las iniciativas interreligiosas pueden restringirse a un mbito de proximidad como el barrio (es el caso, por ejemplo, del Grupo de Dilogo Interreligioso del Raval, en Barcelona), a un mbito ms amplio como el municipal, o a mbitos superiores como el comarcal, el autonmico, el estatal o el internacional. En la actualidad, en Espaa, la mayora de las iniciativas se circunscriben al mbito local. Hay municipios con diferentes iniciativas interreligiosas como, por ejemplo, Barcelona, dnde encontramos ocho iniciativas, alguna de ellas con, a su vez, diversos grupos internos (un ejemplo es la Asociacin UNESCO para el Dilogo Interreligioso que se compone de nueve grupos distintos). La constitucin de un grupo de dilogo interreligioso implica una planificacin previa, que incluya, por ejemplo, la consulta con las personalidades religiosas clave de la zona para garantizar su participacin o, como mnimo, su apoyo o bendicin. Las personas significativas de las comunidades que se identifican como susceptibles de formar parte de la iniciativa, deben recibir una carta de invitacin con una explicacin amplia sobre el proyecto. Es aconsejable que, a posteriori, se realicen llamadas telefnicas, y que siempre se realicen visitas y entrevistas personales previas. Este proceso es lento y laborioso pero necesario si se quiere tener las mnimas garantas de xito. Las personas responsables de realizar los contactos deben ser las ms idneas, las que tienen ms predicamento para cada comunidad convocada ya que las personas invitadas deben percibir claramente que los promotores de la iniciativa estn dispuestos a respetar ntegramente la identidad de cada religin o tendencia religiosa. Si la iniciativa es no formal, los primeros contactos suelen ser fruto de relaciones interpersonales y de amistades ya existentes. En ocasiones son tambin fruto de un inters inicial de alguna persona en particular que explica el proyecto a su propia comunidad religiosa y posteriormente se dirige a los lugares de culto de otras tradiciones religiosas, as como a los medios de comunicacin locales para identificar otras personas interesadas que puedan sumarse. Si la iniciativa quiere ser representativa (de representantes o autoridades religiosas), es necesario empezar por consultar a personalidades clave de las principales tradiciones religiosas de la zona. Una vez garantizada la aceptacin y el compromiso de un nmero significativo de estos representantes, se puede ampliar el crculo de participantes. Cada tradicin religiosa tiene sus estructuras y personal propios. En algunos casos, puede ser necesario contactar con el personal religioso habitualmente profesional- (sacerdotes, pastores, rabinos, imanes), pero en otros se debe contactar con los presidentes o con las juntas directivas de las comunidades o de los lugares de culto. Cuando una tradicin religiosa dispone de diferentes comunidades de diversas tendencias teolgicas, se ha de procurar contactar con ms de una. Y
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cuando hay organizaciones paraguas, es decir federaciones, consejos, uniones de comunidades de la misma tradicin religiosa, stas deben ser consultadas con antelacin9. Es conveniente, especialmente si la iniciativa es de representantes, dar a conocer el proyecto al alcalde o a las autoridades municipales, ofrecindoles incluso, la oportunidad de asistir a la presentacin pblica de la iniciativa (si la hubiere, lo que es siempre aconsejable, aunque se haga despus de un periodo inicial tentativo). El reconocimiento pblico cvico de la iniciativa es importante en el dilogo interreligioso de representantes ya que la iniciativa puede ejercer un papel consultivo eficaz para las autoridades civiles. Al principio es importante identificar personas de prestigio en las diversas comunidades, que sean capaces de avalar la iniciativa, as como poder contar con una persona que gestione la organizacin: que planifique las cartas, las llamadas telefnicas y las visitas con el fin de garantizar un seguimiento y la fidelizacin de los miembros. Esta persona puede moderar las reuniones iniciales, pero sera todava ms adecuado que, al principio, sea un lder religioso de reconocido prestigio el que modere el grupo, o bien alguien reconocido por todos los miembros como una garanta de neutralidad y como facilitador del dilogo. En este sentido, es provechoso y nada infrecuente que los grupos sean moderados o dinamizados por mediadores, o miembros reconocidos de organizaciones de la sociedad civil con una trayectoria consolidada en el campo del dilogo intercultural e interreligioso, y de la cultura de la paz y de la cohesin social. Ello permite ms libertad a los lderes religiosos, que no se ven limitados por la deseable imparcialidad propia de una coordinacin viable de las reuniones. Los miembros del grupo deben sentir en todo momento que la coordinacin, moderacin y dinamizacin de las reuniones respeta los principios bsicos de equidad, imparcialidad y neutralidad. De ello depende, en gran medida, la futura continuidad y fecundidad de la iniciativa. Cuando alguna autoridad local de cierto relieve se compromete con la iniciativa, es posible que ofrezca alguna persona de su equipo para ayudar en el establecimiento y la gestin de la misma. Es fundamental que la colaboracin siga un estricto criterio de transparencia, dejando muy claro la delimitacin de las funciones, condiciones y perodo de servicio, para no minar la confianza de los representantes de las otras tradiciones religiosas en la iniciativa. En las ciudades y barrios donde no hay mucha diversidad religiosa, puede resultar interesante generar iniciativas de dilogo interreligioso sin necesidad de esperar a que surja la necesidad como reaccin a alguna situacin de conflicto manifiesto o larvado. Ello permite construir los cimientos de la iniciativa sin urgencia, con ms calma y solidez. As se puede construir una conciencia y comprensin interreligiosa que, en el futuro, puede desempear una labor pedaggica en el barrio o en las escuelas locales. Estas iniciativas pueden enriquecerse de las ya existentes en zonas donde hay ms diversidad, y aprovechar su experiencia y conocimientos. Incluso se pueden generar lazos de hermandad entre iniciativas interreligiosas diversas.
9 Para identificar la diversidad en un municipio, o para conocer las estructuras institucionales de las diferentes confesiones, puede resultar til la consulta del Directorio de lugares de culto y del Diccionario del Observatorio del Pluralismo Religioso en Espaa (www.observatorioreligion.es), as como del Registro de Entidades Religiosas del Ministerio de Justicia (www.mjusticia.gob.es). Asimismo, la Oficina dAfers Religiosos de la Concejala de Derechos Civiles del Ayuntamiento de Barcelona dispone de una base de datos de lugares de culto y de entidades religiosas (http://w3.bcn.cat/dretscivils). Adems, algunos municipios espaoles cuentan ya con sus propios Mapas de la Diversidad de Creencias y Convicciones, realizados en colaboracin con el Centro UNESCO de Catalua (es el caso de Blanes, Santa Coloma de Gramenet o Badalona, por ejemplo).
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Estructura
Personalidad jurdica. Algunas de las iniciativas interreligiosas no estn constituidas en su inicio como personalidades jurdicas, pero, a medida que se consolidan, tienden a formalizar su estructura como entidades. Algunas son monogrupales y otras, las que menos, tienen en su interior diversos grupos de dilogo con distintos miembros. Acceso de nuevos miembros. La gran mayora de las organizaciones interreligiosas tienen miembros o socios a ttulo individual, no a ttulo colectivo o institucional. Ello no es bice para que, cuando sea necesario, interese incluir organizaciones como, por ejemplo, comunidades o entidades religiosas con lugares de culto en la zona para enraizar la iniciativa en el da a da de la comunidad. Algunas iniciativas disponen de crculos concntricos de participacin u organizan jornadas de puertas abiertas para recibir a creyentes de cualquier tradicin religiosa, e incluso a no creyentes. Otras iniciativas tienen criterios de mayor amplitud, incluso hay algunas que no imponen lmite o reserva de admisin. En cualquier caso, todo grupo o iniciativa interreligiosa debe decidir, en funcin de sus objetivos, su composicin y su contexto social, el grado de inclusin que puede asumir en cada momento. Garantizar la participacin. Tal vez la dificultad mayor de las iniciativas de dilogo interreligioso radique en asegurar el compromiso de participacin regular por parte de sus miembros. Para ello es importante que el personal responsable de la gestin de la iniciativa cuide a los participantes, procurando garantizar su asistencia, mantenindoles informados y atendiendo, en la medida de lo posible, las peticiones concordantes con los objetivos de la iniciativa. El clima de amistad interpersonal, y la percepcin positiva de las respectivas comunidades de fe, puede favorecer en gran medida la perseverancia y fidelidad de los miembros. Diversidades internas. Las tradiciones religiosas que se caracterizan por una diversidad interna visible y significativa varias comunidades de diversas tendencias en un mismo municipio-, requieren que el grupo de dilogo interreligioso vele por la presencia de miembros de las diferentes interpretaciones teolgicas, o los diferentes orgenes tnicos, que se dan en el seno de la tradicin. Sin embargo, siempre que sea posible, es conveniente contactar con federaciones o uniones de comunidades que agrupen esa diversidad (como, por ejemplo, la Federacin de Entidades Religiosas Evanglicas de Espaa, la Comisin Islmica de Espaa y la Federacin de Comunidades Judas de Espaa, o sus respectivas estructuras autonmicas) para que asesoren y, si lo consideran oportuno, se impliquen en la iniciativa. Inclusividad. La inclinacin a la inclusin y el valor de acogida son positivos. La participacin o inclusin de miembros individuales seekers (buscadores) o representantes de grupos religiosos muy minoritarios, como el caso de los considerados Nuevos Movimientos Religiosos, debe ir acompaada de la presencia de representantes de tradiciones ms asentadas. Esto resulta positivo ya que la presencia nica o amplia de las tradiciones religiosas y espirituales claramente muy minoritarias, podra suponer un riesgo y un obstculo para la iniciativa interreligiosa, debido al peligro de poder resultar poco representativa a los ojos del conjunto de la sociedad y de las administraciones pblicas. Ha ocurrido en ocasiones que algunos grupos religiosos muy minoritarios hayan visto en las iniciativas de dilogo interreligioso una plataforma de visualizacin, promocin social y legitimacin pblica. La iniciativa interreligiosa debe velar por el buen funcionamiento de los mecanismos internos que aseguren una gestin adecuada de la visibilidad de todos sus miembros, siguiendo un criterio de proporcionalidad.
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Junta Directiva. Las iniciativas formalizadas pueden necesitar dotarse de un comit o junta directiva, unos estatutos, un presidente, un vicepresidente, un secretario y un tesorero. Estos cargos han de ser ejercidos por las personas ms adecuadas, aquellas que pueden servir mejor a los objetivos de la iniciativa y de sus miembros, sin dejar de incentivar la mayor diversidad religiosa posible. Es recomendable considerar el equilibrio de gnero a la hora de escoger los miembros de la Junta. Los estatutos pueden seguir los modelos de otras asociaciones sin nimo de lucro de la sociedad civil, pero con contenidos propios. Con el tiempo, se puede estudiar tambin la posibilidad de solicitar la declaracin de entidad de utilidad pblica10. Personal. Algunas iniciativas interreligiosas tienen personal contratado (profesionales que en la mayora de los casos tienen contrato de media jornada), y van aumentando el personal (o la jornada) a medida que sus compromisos, programas y posibilidades se lo permiten. En el Estado espaol, la mayora de los profesionales de este campo se concentran en Catalua. Es importante que, en el proceso de seleccin de los futuros profesionales, se considere no slo las capacidades y habilidades oportunas de gestin, sino los conocimientos en el campo de la diversidad religiosa, la mediacin y las habilidades dialogales. Si se contrata a ms de un profesional, la diversidad de creencias y convicciones puede ser tambin un importante requisito a considerar. El proceso de seleccin debe tambin tener en cuenta, como un valor aadido, la capacidad de trabajar en equipo con los miembros voluntarios de la iniciativa. Por supuesto, el profesional empleado no puede ser discriminado por su identidad religiosa. Sede. Muy pocas iniciativas disponen de locales propios. La mayora se alojan en locales de otras entidades sociales, de la administracin o de alguna de las tradiciones religiosas. En este ltimo caso, se desaconseja que este local sea el nico referente de la iniciativa. Si el local no es propio, es conveniente rubricar un acuerdo escrito que especifique, claramente, las condiciones de uso. El acuerdo podra incluir el uso regular de material de oficina y la participacin en gastos fijos o variables como luz, calefaccin, telfono, etc.
10 Vase http://www.mir.es/SGACAVT/asociaciones/utilidadpublica/documentos.html.
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En este sentido, es muy importante y eficaz que una organizacin interreligiosa establezca en sus estatutos criterios correctivos para garantizar la representatividad equitativa de sus miembros, y as evitar, o prevenir, el desequilibrio desmesurado entre tradiciones, no slo en su base social, sino en sus rganos de gestin y de gobierno. En cualquier caso, los criterios de admisin deben basarse en una informacin adecuada, transparente y acreditada, y deben ser acordados por consenso o por amplia mayora, expresarse claramente, revisarse y actualizarse con regularidad.
movimiento de espiritualidad secular transversal. Estas personas son consideradas por muchos como no creyentes o no religiosas11. En el mbito de las Naciones Unidas el derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religin favorece una lectura muy inclusiva que recomienda una interpretacin amplia del trmino religin12. As pues, quedaran fuera del mbito de la creencia y de la religin slo quienes explcita y legtimamente prefieran mantenerse al margen. Si bien su derecho a la libertad de pensamiento y conciencia siga legitimando el valor fundamental de sus convicciones. Las Naciones Unidas afirman que uno de los desafos ms importantes de nuestro siglo es el dilogo entre quienes se consideran religiosos y quines no. En el sentido de superarlo, algunos autores e iniciativas de dilogo interreligioso han acogido en sus grupos de dilogo a los considerados como no religiosos, buscando adems una terminologa que diera cuenta de esta nueva realidad13. El trmino interconviccional aparece, de momento, como el menos inapropiado. No entra a discutir si las convicciones son o no creencias, o si pueden considerarse incluidas en el concepto de religin, sino que simplemente pretende describir una realidad en la que religiosos de distintas tradiciones y personas no religiosas dialogan y procuran edificar puentes de comprensin y colaboracin mutuas14. Cada iniciativa de dilogo interreligioso debe decidir, de acuerdo con su contexto, naturaleza y objetivos, los lmites y las posibilidades de acogida y de inclusividad que puede asumir para garantizar la sostenibilidad humana de la iniciativa. En todo caso, el ingreso de las convicciones no religiosas debe provenir de una decisin de las comunidades miembros de la iniciativa interreligiosa o de la solicitud o aceptacin de una invitacin- por parte de la conviccin no religiosa.
11 Las convicciones no religiosas pueden expresarse a ttulo individual o desde organizaciones de la sociedad civil. Entre estas ltimas, destacan las federaciones y uniones nacionales e internacionales de ateos, o las federaciones de librepensadores. En el Estado espaol, hay diversas organizaciones, tanto regionales como locales (como Ateus de Catalunya, Ateos y Librepensadores de Andaluca, la Associaci Valenciana dAteus i Lliurepensadors, la Asociacin Madrilea de Ateos y Librepensadores, la Asociacin Albacetea de Ateos, Agnsticos y Librepensadores, etc.), que, en general, se agrupan en la Unin de Ateos y Librepensadores. Algunas de estas organizaciones tienden a considerar las religiones como construcciones dogmticas e histricamente obsoletas, sin embargo, en la actualidad, una mayora de las personas que se identifican como no religiosas lo hacen simplemente desde una actitud de indiferencia o de desinters. Las convicciones no religiosas incluyen tambin a una serie de personas que se encuentran en una situacin de bsqueda espiritual o de sentido, sin identificarse con ninguna tradicin religiosa. Este perfil suele ser el que, con mayor frecuencia, se interesa por las plataformas de dilogo interconviccionales, aunque tambin algunos ateos y librepensadores muestran su inters y participan habitualmente en algunas de ellas. 12 El artculo 18 protege las creencias testas, no testas y ateas, as como el derecho a no profesar ninguna religin o creencia. Los trminos creencia y religin deben entenderse en sentido amplio. El artculo 18 no se limita en su aplicacin a las religiones tradicionales o a las religiones y creencias con caractersticas o prcticas institucionales anlogas a las de las religiones tradicionales. Por eso, el Comit ve con preocupacin cualquier tendencia a discriminar cualquier religin o creencia, en particular las ms recientemente establecidas, o las que representan a minoras religiosas que puedan ser objeto de la hostilidad por parte de una comunidad religiosa predominante (Observacin General 22 sobre el Derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religin al artculo 18 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos, citado en Torradeflot 2002: 22). El comentario elaborado por el Comit de Derechos Humanos en la Observacin General 22, que seala la interpretacin correcta del derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religin del artculo 18 del Pacto, fue declarado el 30 de julio de 1993, en el marco del 48 perodo de sesiones. 13 Un ejemplo, es el caso del grupo de Dilogo Interreligioso de Paz y Diversidad Cultural de la Asociacin UNESCO para el Dilogo Interreligioso (AUDIR), que tiene como miembro regular, desde hace siete aos, al presidente de Ateus de Catalunya Albert Riba. 14 El trmino interconviccional no deja de ser un neologismo de conveniencia, usado con la voluntad de inclusin de las personas y grupos no religiosos. No es un trmino consolidado internacionalmente.
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Desarrollo de la iniciativa
Es fundamental que las actividades que se desarrollen en el marco de programas y proyectos de una iniciativa se inspiren en el criterio bsico de respetar y profundizar las identidades religiosas propias, evitando de esta manera cualquier confusin o deriva eclctica que, por s misma, conducira a la negacin de raz del mismo dilogo interreligioso, y producira el decidido rechazo y el absentismo de las tradiciones religiosas. Es conveniente que cada iniciativa de dilogo decida y consensue sus propias reglas, y cuide y vele por su respeto, dejando claro, en la medida de lo posible, la sensibilidad y lmites de cada tradicin religiosa en la concrecin contextual del lugar y del momento histrico. Un lmite necesario, y una condicin de posibilidad, del dilogo es el rechazo de cualquier tipo de proselitismo, cuando este es entendido como una propaganda agresiva de la fe propia, que persigue la conversin del otro por medios que limitan o restringen su libertad. El proselitismo en estos trminos es contrario al testimonio legtimo e imprescindible de la propia fe. Cuando se detecta este tipo de actitud debe comunicarse con respeto y firmeza para que se subsane inmediatamente. Por otro lado, la UNESCO subraya la importancia prioritaria de la presencia de jvenes y mujeres en las iniciativas de dilogo interreligioso15. Para conseguirlo, es prioritario crear grupos de dilogo especficos, sin renunciar a la incorporacin progresiva de mujeres y jvenes en las iniciativas ya existentes, incluidas las de representantes institucionales. Estas iniciativas interreligiosas especficas deben considerar la aportacin de las mujeres y de los jvenes al dilogo interreligioso, y deben procurar conectarse en red con las iniciativas anlogas ya existentes a nivel espaol e internacional. Las iniciativas interreligiosas pueden ejercer una funcin pedaggica ante el conjunto de la sociedad, especialmente ante la comunidad educativa local, al mostrar, de manera ejemplar, el valor en s mismo del dilogo, tan ausente en los medios de comunicacin y en algunos foros sociales y polticos.
Las actividades
Un programa consensuado, estructurado, planificado, bien desarrollado, variado y dinmico mantendr el inters y la motivacin de los miembros a la vez que reforzar la iniciativa con la entrada de ms socios. En cualquier caso, el programa de actividades debe ser decidido por consenso, y los miembros deben participar activa, proporcional y corresponsablemente en su desarrollo. Las iniciativas y entidades interreligiosas desarrollan un amplio abanico de actividades. Entre estas podemos destacar, adems de la organizacin de reuniones peridicas de dilogo entre las diferentes religiones, las actividades orientadas a la cohesin social; reuniones, encuentros y congresos para hablar de temas religiosos y sociales; elaboracin de materiales y organizacin de actividades de sensibilizacin, educativas y/o formativas (exposiciones, conferencias, mesas redondas) sobre la diversidad religiosa y el dilogo interreligioso; organizacin de puertas abiertas y visitas (habitualmente rotativas) a los lugares de culto locales; asistencia a celebraciones religiosas o de culto; celebraciones interreligiosas (fiestas, oraciones, etc.); organizacin de actividades
15 35/C5 Programa y presupuesto aprobado 2010-2011.
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interreligiosas para jvenes; organizacin de encuentros interreligiosos de mujeres; participacin en celebraciones civiles y pblicas; reuniones de asesoramiento a las autoridades locales; delegacin de representantes para participar en iniciativas municipales estratgicas; delegaciones y participacin en asociaciones de vecinos; participacin en iniciativas de regeneracin social en barrios; elaboracin de declaraciones y manifiestos sobre temas socialmente candentes; participacin en organizaciones locales de sostenibilidad; actividades de solidaridad con los ms pobres; organizacin o asistencia a comidas compartidas; organizacin de marchas por la paz o peregrinajes multirreligiosos. Como vemos, la mayora de los programas, proyectos y actividades de las iniciativas interreligiosas pivota alrededor de los dilogos sobre temas sociales y religiosos. Los grupos de dilogo interreligioso compuestos por representantes, suelen ocuparse de temas como la asistencia religiosa en prisiones y hospitales, las condiciones y el respeto de las respectivas sensibilidades religiosas en los servicios funerarios, la educacin y el respeto a la diversidad religiosa en las escuelas, el tratamiento de la diversidad religiosa en los medios de comunicacin social, etc. En muchos casos se trata simplemente de desplegar, de manera coordinada con las autoridades locales, los Acuerdos de cooperacin del Estado con las confesiones16. En cuanto a temas ms estrictamente religiosos o espirituales (que suelen tratarse puntualmente en las iniciativas, especialmente al principio, cuando los miembros de las tradiciones no se conocen an lo suficiente entre s), cabe mencionar, por ejemplo: debates sobre el concepto o idea de Dios o de Realidad ltima; las creencias fundamentales; los rituales de paso (nacimiento, adolescencia, matrimonio, muerte); las principales actividades de culto; los libros o escrituras sagradas o de referencia; la historia religiosa respectiva; los santos y maestros espirituales; las virtudes de la persona religiosa; religin y paz; el fundamentalismo religioso; la libertad religiosa y la discriminacin por religin; las actitudes religiosas hacia la alteridad; las fiestas religiosas; la alimentacin y el ayuno; los derechos humanos y las tradiciones religiosas; las religiones y los objetivos del milenio; religiones y procesos de reconciliacin y consenso; el papel de las mujeres en las tradiciones religiosas; la participacin de las tradiciones religiosas en la sostenibilidad; etc.
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El dilogo requiere la garanta de plena seguridad y respeto, buscando conocer y apreciar la alteridad ms all de la pretensin de vencer o superar al otro. El dilogo puede incluir el debate, ms centrado en descubrir los mejores argumentos y razones, pero no puede limitarse o agotarse en l. El formato de las reuniones debe incluir el escuchar las voces de todas las comunidades. Para ello, se puede organizar una o dos mesas redondas por tema o bien, de manera ms recomendable, sern necesarias varias reuniones, una por tradicin religiosa, para que el representante o miembro de la tradicin en el grupo, o un experto por l invitado, resuma (normalmente durante no ms de 25 minutos) la postura de la tradicin religiosa particular. El resto de la reunin (aproximadamente una hora) se destina al debate abierto donde las dudas, interrogantes, clarificaciones o sugerencias de las otras tradiciones se van intercalando con las respuestas que ofrece el miembro o experto de la tradicin que hace la exposicin. Este proceso puede llevar, en funcin de la periodicidad de los encuentros y del nmero de miembros, a procesos que superen el ao. En cualquier caso es un camino necesario para escuchar a todas las tradiciones con equidad. Pueden surgir algunos temas de debate especialmente delicados e inapropiados, que previsiblemente generen un conflicto o disenso, que incluso amenace la iniciativa. Es el caso de los temas con un amplio contenido poltico, o los relacionados con situaciones de grave conflicto social que implica vctimas inocentes. En estos casos, si, a pesar de todo, algunos miembros piden insistentemente abordar la problemtica, debera hacerse por consenso y, a poder ser, con prudencia, contando con la ayuda de expertos en mediacin dialogal, es decir expertos en facilitar un dilogo que no busque la victoria sobre el otro que disiente, sino la bsqueda dialgica de la verdad. No se debe permitir que se condicionen las iniciativas de dilogo a los objetivos polticos oportunistas e interesados. En este sentido, es importante que las tradiciones religiosas sean conscientes de no condicionar su presencia en las iniciativas interreligiosas a un determinado posicionamiento poltico de la misma. Es conveniente no mezclar temas de gestin cotidiana de los encuentros con temas de contenido religioso o social, para no desgastar innecesariamente a los miembros y para optimizar el recurso del tiempo compartido y del debate. A poder ser, los temas de organizacin deben ser reservados, si su importancia lo requiere, para los momentos finales de la reunin o para la comunicacin escrita. En algunos casos se dan coincidencias parciales entre los programas desarrollados por iniciativas interreligiosas de representantes y por las que no son slo de representantes. En esos casos se debe procurar la coordinacin y la complementariedad, invitando a evitar duplicidades que limitan la eficacia y debilitan los objetivos fundamentales compartidos que persigue el dilogo interreligioso.
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una obligacin de orden tico: es tambin una necesidad poltica y jurdica. La tolerancia es una virtud que hace posible la paz y contribuye a sustituir la cultura de la guerra por una cultura de la paz. La tolerancia no es ni una concesin, ni una condescendencia, ni complacencia. La tolerancia es, en primer lugar, el reconocimiento de los derechos universales de la persona humana y de las libertades fundamentales de los otros. En ningn caso la tolerancia puede ser invocada para justificar atentados a estos valores fundamentales (UNESCO 1995, art. 1).
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nicacin locales. Una difusin prematura puede perturbar los frgiles cimientos de la iniciativa, mientras que una presentacin pblica, cuando la iniciativa ya est consolidada, puede no slo darle prestigio sino reforzarla. La relacin regular con los medios locales es importante y, normalmente, las iniciativas designan a una persona de contacto para garantizar esta tarea. En cualquier caso, es til elaborar y actualizar regularmente una sencilla lista de contactos con periodistas y editores de medios locales, para que, antes de las actividades o eventos organizados por la iniciativa, se puedan enviar notas de prensa claras y breves, y, al final, breves resmenes descriptivos. En algunos casos se han acordado colaboraciones regulares en medios escritos o en programas de radio y televisin locales. Finalmente algunas iniciativas han decidido asumir la responsabilidad de garantizar los contenidos de un programa o de un suplemento sobre diversidad religiosa local o sobre convivencia interreligiosa. En ocasiones puntuales o relevantes, alguna iniciativa puede tener inters en hacer declaraciones o manifiestos pblicos sobre algn tema, desafo o problema que preocupe a las comunidades, para hacer or la voz de las tradiciones religiosas en vistas a favorecer la cohesin social. Sin embargo, en muchos casos es mejor evitar declaraciones a no ser que sean de cariz amplio y aglutinador, por ejemplo sobre la necesidad de convivencia mutua y de aceptacin de la diversidad. Otro tipo de declaraciones puede revelarse como problemtico y generador de disenso interreligioso y social. En cambio, si hay consenso, aunque slo sea en unos principios y sugerencias a considerar, las declaraciones conjuntas pueden resultar positivas.
complementarias formas de materializacin de la participacin ciudadana y de profundizacin de la democracia participativa19. Las iniciativas interreligiosas locales pueden ser tambin recursos valiosos para los centros educativos y de salud locales, as como para los cuerpos policiales en la aplicacin de una adecuada gestin de la diversidad, especialmente asesorando en lo referente, por ejemplo, a las normas dietticas, aspectos religiosos del gnero, cmo entrar en un lugar de culto, uso de smbolos y vestimenta religiosos, actitudes espirituales ante la enfermedad, tratamiento del cadver, etc. Las iniciativas interreligiosas pueden resultar instrumentos interesantes para las autoridades locales y los servicios pblicos ya que constituyen:
Un instrumento alternativo para favorecer la cohesin social y la convivencia en los barrios y ciudades donde hay, o puede llegar a haber, una gran diversidad cultural y religiosa. Una manera de reunir regularmente o excepcionalmente a los lderes de las diversas tradiciones religiosas, agilizando y simplificando la interlocucin y posibilitando, gracias a las relaciones interpersonales entretejidas por esa relacin frecuente y habitual, la comunicacin fluida de las iniciativas municipales y la respuesta rpida y efectiva de las tradiciones religiosas20. Una manera de acoger, integrar y canalizar, con equidad, neutralidad y eficacia, las energas y recursos de las tradiciones religiosas, en favor del bienestar social de la ciudadana y de una sociedad cada vez ms justa. Una manera fcil, transparente y sostenible de acoger el asesoramiento y la cooperacin de las comunidades religiosas, y de las plataformas o iniciativas interreligiosas, en aspectos relacionados con la diversidad religiosa y el dilogo interreligioso. Una forma de reconocimiento colectivo que no entra en contradiccin con las relaciones singulares (bilaterales) del municipio con los representantes de cada una de las comunidades. Una manera eficaz de prevenir el aislamiento y la guetizacin. Un smbolo privilegiado que expresa visiblemente la coexistencia y la cooperacin en la sociedad local. Una innovadora y complementaria forma de participacin ciudadana que integra y normaliza la presencia de las religiones en el mbito local21. Un espacio para consultar y divulgar temas relacionados con la educacin, la juventud, la igualdad de gnero, los derechos humanos, y, sobretodo, aspectos religiosos.
19 Puede resultar til la consulta de los criterios de gestin propuestos en el Manual para la gestin municipal de la diversidad religiosa (2011), disponible en: www.observatorioreligion.es. 20 Excepcionalmente til cuando surjan problemas como, por ejemplo, tensiones entre comunidades, ataques a lugares de culto o agresiones a fieles de una u otra comunidad. En momentos de gran tensin y dificultad social, cuando algn conflicto amenaza, o ya ha brotado, las iniciativas interreligiosas pueden ser de gran utilidad para los Gobiernos municipales por el valor de orientacin, reconstruccin moral y testimonio de solidariedad entre las religiones que expresan, por ejemplo, sus declaraciones, manifiestos, vigilias u oraciones interreligiosas. 21 Muchos ayuntamientos se relacionan con el tercer sector local a travs de consejos sectoriales (el de cooperacin, el de servicios sociales, etc.). Apoyar un grupo de dilogo interreligioso puede ser una manera de gestionar de manera anloga la diversidad religiosa. Adems ello permite que los programas municipales en otros mbitos se puedan difundir, promover y publicitar a colectivos que antes quedaban ms bien al margen como los religiosos. Se pueden buscar sinergias y cooperacin con otros sectores sociales, de manera habitual o puntual. As, por ejemplo, un programa conjunto de recogida selectiva de residuos del ayuntamiento y de entidades ecologistas locales puede verse muy beneficiado por la posibilidad de darse a conocer y ganar sinergias de todas las comunidades religiosas del grupo interreligioso que, de otra manera, hubiera sido muy difcil garantizar.
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Para conseguir que este tipo de iniciativas resulten tiles en el marco de la gestin de la diversidad religiosa, los Gobiernos municipales pueden tomar ciertas medidas: a) Utilizar instrumentos bsicos para identificar y poder comunicar con los diversos grupos religiosos de la zona22. b) Crear un clima de mutua confianza entre las autoridades municipales y las diversas comunidades religiosas locales. c) Iniciar un sistema y procedimientos de escucha de las necesidades de estas comunidades locales y de oferta de consejo, informacin y ayuda a esas mismas comunidades. d) Facilitar los encuentros interreligiosos. Por otro lado, las iniciativas interreligiosas tambin deben contribuir a sus municipios: a) Reforzando la cohesin social mediante la promocin de un mejor conocimiento, comprensin y colaboracin de los miembros de las diferentes tradiciones religiosas. b) Siendo un ejemplo visible y prctico de cooperacin entre las tradiciones religiosas para el bien comn de toda la comunidad local, incluidos los no religiosos. c) Llevando la dimensin religiosa, de manera constructiva y positiva, a la vida en comn de toda la comunidad local de manera integrada y normalizada, lejos de procesos de segregacin comunitarista. Como vemos, aunque los Gobiernos municipales y las iniciativas interreligiosas responden a finalidades diversas, existen tambin amplias coincidencias y objetivos puntuales compartidos. En ese sentido, las autoridades y Gobiernos municipales pueden comprometerse a favor de las iniciativas locales de dilogo interreligioso utilizando diferentes frmulas. Las autoridades y gobiernos municipales pueden envolverse en las iniciativas interreligiosas bien en su momento de creacin, o bien en fases posteriores de su desarrollo. Esta segunda posibilidad es la ms frecuente y deseable. Por otro lado, pueden elegir favorecer una iniciativa interreligiosa independiente, o una que tenga algn tipo de relacin pblica (dependencia) con el gobierno municipal (normalmente a travs de un funcionario representante, un concejal o el mismo alcalde). No siempre este modelo de dependencia es posible o recomendable, especialmente porque hay algunos grupos religiosos que desconfan de la implicacin poltica ya que, por un lado, la consideran sospechosa de instrumentalizacin (histricamente) y, por otro, les despierta un celo religioso de libertad e independencia espiritual, relacionado con un compromiso de fidelidad no idoltrica a la divinidad, que hara incmoda la presencia oficial del gobierno municipal en la iniciativa. En estos casos, es viable una presencia indirecta mediante organizaciones de la sociedad civil con experiencia en los mbitos del dilogo interreligioso y de la gestin de la diversidad religiosa, que puedan garantizar una relacin estrecha, equilibrada y harmnica entre las comunidades religiosas participes de la iniciativa y la Administracin municipal. En Espaa, en aquellos casos en los que existe una participacin directa de las autoridades locales, esta se desarrolla, habitualmente, por medio del concejal o regidor responsable de las relaciones con las comunidades religiosas locales (por ejemplo, en algunos Ayuntamientos catalanes, el alcalde, cuando delega esta funcin, suele hacerlo en el concejal que se ocupa de convivencia,
22 Una frmula posible sera disponer de un mapa o directorio de la diversidad religiosa local donde, adems de los lugares de culto y de reunin de las diversas tradiciones religiosas, figuren tambin las iniciativas interreligiosas (como se ha hecho ya, por ejemplo, en Badalona, Barcelona o Sabadell).
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ciudadana, inmigracin y/o derechos civiles23). En los casos en los que se cuenta con un comit o una comisin de convivencia y ciudadana o participacin ciudadana, que aconseja y asesora a la concejala y al Ayuntamiento, este puede ser corresponsable de las relaciones con las comunidades religiosas locales y, en consecuencia, con las iniciativas interreligiosas24. En otros Ayuntamientos, las plataformas interreligiosas tienen el estatuto de consejo municipal, o algn tipo de reconocimiento anlogo, como, por ejemplo, la Asamblea de las Religiones de Lleida. En los casos en los que se d este tipo de colaboracin, es importante que los estatutos internos de los consejos o asambleas interreligiosos sean respetuosos con la diversidad religiosa local, procurando la participacin ms inclusiva posible de las diversas tradiciones religiosas, siguiendo los criterios de equidad y proporcionalidad, y dejando claro su carcter estrictamente consultivo. En el marco de la participacin, una frmula que resulta interesante es que las iniciativas interreligiosas tengan un representante o estn presentes como tales (lo que puede resultar ms complejo) en consejos y asambleas ciudadanas coordinadas o promovidas por los municipios. En paralelo, una frmula para visibilizar el dilogo y la cooperacin entre las tradiciones y la cercana e integracin de stas en la sociedad local, principalmente en municipios con una diversidad religiosa considerable, es su participacin en los eventos y festividades ciudadanas emblemticas25. En Espaa, en aquellos casos en los que, actualmente, existe financiacin municipal de iniciativas interreligiosas, esta va dirigida a apoyar, mediante subvenciones, en diferentes niveles: en algunos casos, al conjunto de la organizacin y de las actividades, aunque en otros se apoyan proyectos concretos, como determinadas actividades, o simplemente el desarrollo de la web de la iniciativa26. En cualquier caso, es recomendable que la financiacin de este tipo de iniciativas sea aprobada de manera consensuada por todos los grupos polticos del consistorio, de modo a que escape a los avatares de la contienda poltica. En este sentido, es conveniente informar con antelacin y detalle a todos los grupos municipales sobre la naturaleza y objetivos sociales de la iniciativa27. Como ejemplo podemos citar al Ayuntamiento de Barcelona, que dispone de la Oficina dAfers Religiosos (Oficina de Asuntos Religiosos), que depende de la Concejala de Derechos Civiles. Inicialmente la Oficina se llamaba Centro Interreligioso de Barcelona. El cambio de nombre expresa
23 Cuando se crea conveniente que un concejal sea identificado como responsable de los temas relacionados con la diversidad religiosa y las iniciativas interreligiosas, resulta ms prudente que sea el que se ocupe de un rea que garantice cierta transversalidad como presidencia o participacin ciudadana, no tanto el que se ocupa slo de temas de inmigracin. 24 En algunos casos ha resultado interesante ofrecer a una parte del personal tcnico, o a cargos polticos, formacin especfica cualificada que les permita una apropiada relacin y gestin de la diversidad religiosa. 25 En la inmensa mayora de los municipios espaoles, la fiesta principal de la localidad (la fiesta mayor) tiene unos orgenes y manifestaciones directamente relacionados con la tradicin catlica. La posibilidad y oportunidad de buscar o dedicar espacios y momentos para dar cabida a las dems tradiciones religiosas presentes en la ciudad sin herir su sensibilidad y desde el respeto a la laicidad y a la pluralidad, no implica en ningn caso la supresin de la colaboracin tradicional con la comunidad catlica, sino que se trata de acoger con respeto la participacin de las otras sensibilidades religiosas presentes en el municipio. 26 Hay casos de financiacin a cargo del presupuesto general, del presupuesto especfico de alguna concejala, o a travs de contratos de servicios o de convenios anuales o bianuales renovables. En el caso de algunos Ayuntamientos, se ha facilitado la financiacin por entidades financieras o empresas privadas que deseaban colaborar en programas de cohesin social y de participacin ciudadana. La financiacin privada de este tipo de iniciativas, todava muy incipiente e insuficiente en nuestro pas, cuando est religiosamente conectada puede dificultar la garanta de equilibrio entre tradiciones. 27 Financiar directa o indirectamente este tipo de iniciativas implica, en muchos casos, una responsabilidad y compromiso a medio trmino, en el sentido que se debe evitar que la iniciativa desaparezca al poco tiempo de haberse iniciado.
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Funciones
Elaborar la convocatoria. Solicitar y facilitar la participacin en la reunin. Moderar el debate (marcar el ritmo de las intervenciones, dando la palabra y quitndola, facilitando el dilogo y procurando un equilibrio y proporcionalidad en el tiempo de las diversas intervenciones). Explicitar y valorar el consenso, cuando se produce, as como la conciencia de los lmites y diferencias entre los miembros del grupo, recopilando y resumiendo regularmente intervenciones para relanzar y reorientar el intercambio. Al final de la reunin, hacer un balance y facilitar el acuerdo de continuidad planificando conjuntamente con los participantes el prximo encuentro.
Capacidades y habilidades
Conocimiento previo de la diversidad religiosa (convicciones fundamentales; valores ticos y morales; textos fundamentales; plegaria, culto y prcticas; estructura y organizacin institucional). Conocimiento bsico del lenguaje filosfico y teolgico de las tradiciones. Estudios en ciencias de las religiones, teologa, filosofa, antropologa o sociologa de la religin. Capacidad de relacin interpersonal (escucha, reconocimiento, respeto, humildad, paciencia, empata, simpata y sentido del humor). Habilidad en dinmica de grupos. Conocimiento oral y escrito de lenguas.
Animacin y coordinacin
28 Algunos grupos o entidades sufren por los desafos que plantean ciertos personalismos que limitan la iniciativa y la participacin de las personas congregadas.
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la voluntad de gestionar, primordialmente, la relacin municipal con las creencias y convicciones de la ciudad y promover el dilogo interreligioso slo indirectamente, a travs del apoyo a las iniciativas ya existentes, o a las nuevas que pudieran surgir. En la actualidad, la gestin de la oficina depende del Centro UNESCO de Catalua (UNESCOCAT), entidad que dispone de un Departamento de Diversidad y Dilogo Interreligioso reconocido internacionalmente. Esta Oficina del Ayuntamiento de Barcelona es un modelo pionero de gestin municipal de la diversidad religiosa valorado en toda Europa.
Personal
Una persona (puede ser voluntaria). Es preferible que no sea un miembro del grupo (ya que vera muy disminuida su capacidad y neutralidad). Si no hay otra posibilidad, diversos miembros del grupo pueden ejercer esta funcin de manera rotativa. Son habitualmente las mismas personas de soporte a la animacin y coordinacin del grupo. En todo caso es importante que el equipo de acogida y la persona que desempee las tareas de secretara estn estrechamente conectados.
Funciones
Enviar la convocatoria de la reunin (por correo electrnico o, si es necesario, por correo postal). Recordar la fecha, hora y lugar de la reunin por telfono. Tomar nota durante la reunin y redactar el acta final. Enviar el acta final. Llevar la agenda de reuniones del grupo. Preparar el material necesario para la reunin. Disponer las condiciones adecuadas de la sala de reunin. Ocuparse de la preparacin de las actividades complementarias, especialmente las de asueto y recreo conjunto, como, por ejemplo, las cenas o excursiones. Gestionar la comunicacin externa, especialmente el correo electrnico y la pgina web, si se dispone de ella. Gestionar la solicitud formal de subvenciones y ayudas.
Capacidades y habilidades
Conocimiento y uso fluido de herramientas informticas. Capacidad de redactar y de resumir. Conocimiento oral y escrito de lenguas. Capacidad de relacin interpersonal (escucha, reconocimiento, respeto, humildad, paciencia, empata, simpata y sentido del humor).
Secretara
Garantizar que el lugar sea lo ms neutral posible (por ejemplo, centros cvicos, locales municipales u otros equipamientos pblicos, siempre que no implique renunciar a la calidez, luminosidad y dignidad del espacio). Cuando el conocimiento y la confianza ya estn ms consolidados, puede adoptar como sede de las reuniones habituales un local de una determinada comunidad o ir rotando entre las sedes de las diversas comunidades (permite evitar identificaciones indebidas de la iniciativa con una tradicin religiosa particular y un conocimiento concreto no slo de las creencias sino tambin de las respectivas comunidades favoreciendo una mayor implicacin y sentido de pertenencia). Facilitar la austeridad simblica, la comodidad y la ausencia de perturbaciones acsticas en el lugar de reunin. Distinguir los espacios sagrados, o lugares con una especial densidad espiritual, de los lugares que pueden ser apropiados para reuniones ordinarias29. Recomendar, informar y preparar a los miembros de la comunidad que ofrece el lugar de reunin (para evitar dar pie a que puedan recibir crticas de otros miembros de su propia comunidad). Informar los participantes sobre la particular sensibilidad de cada comunidad de acogida y de cada miembro de la iniciativa antes de asistir a las reuniones, (por ejemplo, en cuestiones como la discrecin y modestia en el vestir o reservas de gnero en determinados espacios en ciertos momentos). Acordar, con el mximo consenso, la periodicidad o frecuencia de las reuniones siguiendo los criterios de compatibilidad con las agendas propias de los participantes. Acordar la duracin mnima y mxima de las reuniones regulares, que no debe exceder la hora y media. Acordar un nmero de miembros mximo, facilitando la creacin de un nuevo grupo cuando sea necesario. Acordar, con antelacin, los criterios y el ritmo de participacin de los miembros de la iniciativa, garantizando el equilibrio y la inclusividad. Acordar y recordar regularmente un calendario o agenda anual del grupo.
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29 El espacio menos sagrado y menos relacionado con el culto es el ms adecuado para las reuniones interreligiosas porque ser el ms aceptable para los creyentes de otras tradiciones religiosas. No seria prudente escoger un lugar de reunin que implicara el paso por algn espacio sagrado donde los participantes se sintieran forzados, de manera embarazosa, a ofrecer algn respeto a los smbolos sagrados de otra tradicin que no es la propia, o, de no hacerlo, se sintieran incmodos por la sensacin de percepcin de ofensa por parte de la comunidad anfitriona.
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Acogida
Capacidad de escucha y acogida de las sensibilidades ms diversas. Capacidad de gestin de recursos y equipos humanos. Conocimientos y habilidades en gestin de la diversidad cultural. Capacidad de organizacin. Paciencia y agilidad de adaptacin a los cambios e imprevistos.
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nados deben serlo con manteca vegetal y nunca con grasa de procedencia animal. La manteca animal tampoco debe usarse en los sndwiches, y si se usa debe explicitarse con una etiqueta. En bollera slo se permite la manteca vegetal y, a ser posible, es mejor que no contenga huevos. El alcohol no puede utilizarse en la preparacin de las comidas. En la medida de lo posible, sera conveniente ofrecer una lista de los ingredientes utilizados en cada plato. Las reglas kosher son respetadas por la mayora de los judos pero se interpretan de manera diversa segn la corriente religiosa, por ello es mejor informarse con anterioridad. De todas maneras, basta con facilitar comida totalmente vegetariana. Los platos, las copas y la cubertera deben ser desechables ya que los utensilios que han estado en contacto con productos no kosher no son considerados kosher. Para los ms estrictos puede ser necesario disponer de platos cocinados en una cocina kosher. El pan, el vino, el queso y la carne debe ser acreditadamente kosher. Si se ofrece pescado y carne en sndwiches, debe presentarse en fuentes separadas de las que contienen los sndwiches vegetarianos. Las empresas y restaurantes suelen desconocer esta sensibilidad y acostumbran a servirlos mezclados en la misma fuente. En lo referente a las bebidas, es mejor no ofrecer alcohol en los encuentros interreligiosos. Si se decide ofrecerlo entonces hay que separarlo del agua y de los zumos de fruta, que son las bebidas ms usuales en este tipo de acontecimientos31. No debe descartarse la oferta de platos con carne, incluso de cerdo, para transmitir un claro mensaje de respeto a la tradicin culinaria espaola. No es bueno reducir la alimentacin interreligiosa a la comida extica prescindiendo totalmente de los productos autctonos tradicionales. La oferta alimentaria interreligiosa debe caracterizarse por su carcter inclusivo, no por su restrictividad exclusiva. La inclusividad no se expresa slo a travs del mnimo comn denominador sino facilitando una oferta lo ms diversa y amplia posible que respete, si es viable, la riqueza de las diversas tradiciones alimentarias.
Celebraciones interreligiosas
En los programas de algunas iniciativas interreligiosas figura la organizacin de actividades interreligiosas de cariz celebrativo. Entre stas, destacamos las fiestas o jornadas interreligiosas, y las oraciones o plegarias interreligiosas. Suelen ser encuentros de varias horas, incluso un da de duracin, en los que se entremezclan intervenciones musicales de las distintas tradiciones religiosas, artesana, comida diversa compartida, lectura de textos sagrados, oraciones, y parlamentos de lderes religiosos y de responsables de la sociedad civil y de la administracin pblica. Suelen organizarse tanto en espacios abiertos como en locales cubiertos de barrios y ciudades con gran diversidad religiosa, tienen un alto valor pedaggico y un importante eco y reconocimiento meditico. En lo que se refiere a las plegarias y oraciones interreligiosas, se trata de celebraciones abiertas a la trascendencia con espacios de silencio, oraciones, recitaciones, msica y sm31 Para ampliar esta informacin puede resultar til la consulta de la Gua de apoyo a la gestin pblica de la diversidad religiosa en el mbito de la alimentacin, elaborada por Rita Gomes Faria y Miguel Hernando de Larramendi (2011), disponible en: www.observatorioreligion.es.
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Financiacin
En la fase inicial de constitucin del grupo o plataforma, la autofinanciacin no suele ser posible. Sin embargo, es un objetivo deseable a medio y largo plazo, tanto desde el punto de vista de la propia iniciativa, puesto que as se garantiza su independencia, como del de las administraciones, puesto que as se garantiza la no injerencia, el marco laico de neutralidad y la viabilidad pblica de la iniciativa mediante otro tipo de ayudas no financieras ms sostenibles. La mayora de las iniciativas se basan en la buena voluntad de sus miembros y en el voluntariado que ofrece su tiempo y habilidades. Esta actitud desinteresada y regular debe ser reconocida, no slo por justicia sino para preservar el grado de motivacin. Sin embargo, la creciente importancia del movimiento del dilogo interreligioso ha ido consolidando una estructura ms formal que, al ser ms compleja y exigente, supone una mayor infraestructura y tiene un mayor coste. En aquellos casos en los que la iniciativa gestione un presupuesto considerable y tenga personalidad jurdica propia, deber contar con una cuenta bancaria (a ser posible en una entidad relacionada con la banca tica) y elaborar unos presupuestos donde figuren los ingresos provenientes de cuotas de miembros, subvenciones y ayudas pblicas o privadas, donaciones, etc. Es conveniente que la administracin econmica de la iniciativa sea asumida por ms de una persona, de total confianza, con vistas a garantizar el mayor rigor y transparencia posibles. La presidencia y la junta directiva, o sus anlogos, deben ser regularmente informados sobre las finanzas de la organizacin. Adems de optar a una financiacin finalista, orientada al desarrollo de proyectos concretos limitados en el tiempo, las organizaciones interreligiosas pueden procurar una financiacin genrica que les lleve progresivamente a una mayor independencia y a la plena autofinanciacin. En este sentido, es tambin interesante la identificacin, con la ayuda de los miembros, colaboradores y simpatizantes de la iniciativa, de posibles mecenas. En consecuencia, en los estatutos debera figurar un apartado en el que se explicite que, en caso de disolucin de la organizacin, los recursos econmicos y patrimoniales, si los hubiera, sean legados a otra organizacin interreligiosa cercana o afn.
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bolos. Bastantes iniciativas interreligiosas consideran la oracin, o meditacin, como una parte esencial de su prctica espiritual. En este sentido, lo ms frecuente en las oraciones interreligiosas es el silencio compartido, as como la lectura e interiorizacin consecutiva de oraciones de las diferentes tradiciones religiosas. La participacin en las oraciones suele quedar visiblemente limitada a la escucha comn, respetndose la integridad de cada tradicin. Es ms complicado recitar oraciones en conjunto, puesto que existe el peligro de que haya creyentes que se encuentren involuntariamente incluidos o, lo que es peor, empujados a lo que parecera un culto a una divinidad o Realidad ltima ajena a la propia. Adems, las tradiciones religiosas no testas podran sentirse incmodas ya que no reconocen a una divinidad personal. As pues, teniendo en cuenta este riesgo de ofensa, confusin y malentendidos, es siempre necesario garantizar con antelacin que los miembros de la iniciativa estarn de acuerdo con la oracin compartida que se propone. Algunas autoridades religiosas desaconsejan y desconfan de estas oraciones o plegarias interreligiosas por considerarlas sincrticas, es decir por considerar que favorecen el eclecticismo catico y favorecen la confusin de sus fieles. En cualquier caso, la naturaleza y estructura de las celebraciones interreligiosas debe ser consensuada entre los miembros de las iniciativas interreligiosas.
El municipio y la sociedad civil pueden ayudar a las iniciativas interreligiosas, ofreciendo o identificando sesiones de formacin orientadas al desarrollo de habilidades para encontrar vas creativas, imaginativas y diversificadas de financiacin, as como al uso eficaz y sostenible de los recursos. La inversin socialmente responsable, realizada por algunas empresas en el marco de sus planes de Responsabilidad Social Corporativa32, puede ser una de las posibles fuentes privadas de financiacin de las iniciativas interreligiosas. No obstante, hay que ser conscientes de que algunas empresas son todava reticentes a la hora de apoyar los proyectos y programas de dilogo interreligioso por creer que su compromiso puede perjudicar su imagen de neutralidad o incomodar a clientes de la confesin religiosa mayoritaria o a clientes no religiosos.
32 La Responsabilidad Social Corporativa es una poltica voluntaria de las empresas de tener en cuenta el impacto de sus actividades, y de inclusin de preocupaciones sociales y medioambientales en sus operaciones comerciales, pero tambin en la relacin con sus clientes, plantilla, accionariado, comunidades locales, etc.
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Conclusin
lo largo de este documento hemos visto de qu manera las iniciativas interreligiosas son una expresin fundamental de la cultura del dilogo en sociedades religiosamente diversas y plurales. Una diversidad religiosa que, abandonada a una inercia azarosa y fatalista, podra derivar en simple comunitarismo, lo que podra resultar en un obstculo para la convivencia y la cohesin social. Las iniciativas interreligiosas muestran algunos lmites en sus diferentes manifestaciones, modalidades y etapas. La contextualidad del dilogo es uno de los principales. Este tipo de iniciativas se adapta a las necesidades e intereses de los miembros de cada entidad o grupo concreto. El grado de inclusin puede variar as como el eje temtico y la metodologa. Esta contextualidad hace que algunas iniciativas sean vlidas en un marco local determinado pero no resulten fcilmente generalizables. De la misma manera, el participar en un tipo de iniciativa interreligiosa no debe llevar a excluir el valor de otros distintos (segn origen, finalidad y modalidad), sino que la diversidad, tambin en este caso, es una riqueza porque puede, y debe, significar, en muchos casos, complementariedad. La historia del dilogo interreligioso nos muestra tambin como este movimiento es un fenmeno creciente pero todava joven y en proceso, donde la mayora de los lderes y personalidades histricas de referencia suelen ser de tradiciones cristianas liberales. Un lmite de las iniciativas supone su misma novedad que induce, en algunos casos, a errores de percepcin, muchas veces fruto de estereotipos y prejuicios, como, por ejemplo, la impresin de que se trata de crear una nueva religin comn o de una mezcla sincretista. Otra frontera de estas iniciativas es cuando se limitan a ser una simple caricatura de s mismas, al reducirse a la sola expresin de un simple amasijo de intereses compartidos, realizando, ms bien, la funcin de lobby religioso ante una sociedad mayoritariamente no religiosa. Un lmite del dilogo interreligioso viene dado por su necesaria coherencia con la defensa y promocin de los derechos humanos, especialmente de la libertad de pensamiento, conciencia y religin, de la igualdad entre los seres humanos (tambin la de gnero), y de la consiguiente no
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discriminacin y no incitacin al odio. Las iniciativas interreligiosas no pueden, ni deben, contemporizar con los que, de manera clara y obstinada, estn en contra de los derechos fundamentales de las personas. Ello no supone ninguna contradiccin con la necesidad de intentar dialogar con aquellos que inicialmente puedan aparecer como refractarios al dilogo. En contrapartida, los principales frutos del dilogo interreligioso son mltiples: 1. La promocin de la convivencia entre creencias y convicciones en el mbito local. 2. La educacin en la tolerancia en las propias tradiciones religiosas y en la sociedad (escuelas, etc.) 3. La prevencin y mediacin en situaciones de conflicto con presencia directa o indirecta del factor religioso. 4. La divulgacin, defensa y promocin de la libertad de pensamiento, conciencia y religin. 5. La inclusin de comunidades religiosas marginalizadas en la sociedad de proximidad. 6. La facilitacin y normalizacin de las relaciones de comunidades religiosas con la Administracin municipal. 7. La conexin de comunidades religiosas con redes de dilogo interreligioso internacional y, por extensin, con otras comunidades afines de su propia tradicin. 8. La informacin y formacin de los representantes de las comunidades religiosas participantes en temas como la libertad religiosa, el dilogo intercultural e interreligioso, la tolerancia, la cultura de la paz, la igualdad de gnero, la educacin en los derechos humanos, los objetivos del milenio, la ecologa, etc. 9. La sensibilizacin de la sociedad en el valor tico y espiritual de las tradiciones religiosas y espirituales, y de su dilogo, para la cohesin social. Vemos entonces como, entre los logros de las iniciativas interreligiosas figura, en lugar destacado, el favorecer la cohesin social, puesto que el dilogo muestra, por un lado, como se pueden deshacer prejuicios y estereotipos, y, por otro lado, como hay elementos comunes, entre los que destaca una tica comn basada en la construccin de la paz, la lucha a favor de la justicia social y a favor de una vida humana y natural ms sostenible. El dilogo interreligioso facilita el mutuo conocimiento pero tambin es capaz, como se ha podido comprobar, de facilitar la amistad y el afecto interpersonales que tantas barreras son capaces de vencer. Tenemos muchos ejemplos de iniciativas de dilogo interreligioso que han favorecido procesos de reconciliacin y de paz en sociedades escindidas por conflictos33. Las iniciativas de dilogo interreligioso son tambin una ayuda para administraciones y para entidades del tercer sector, permitindoles implicar a las comunidades religiosas y a sus fieles en la convivencia y dar cabida a una mayor participacin democrtica desde el reconocimiento de su identidad religiosa. Adems el dilogo interreligioso permite profundizar en las identidades religiosas y facilitar el conocimiento mutuo desde la empata y el espritu crtico. Las iniciativas interreligiosas pueden acoger la alteridad de las convicciones no religiosas, favoreciendo as el crecimiento y enriquecimiento personal de los individuos participantes.
33 Vase la web de la Red Internacional sobre Religiones y Mediacin en Zonas Urbanas: www.rel-med.org.
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Una de las grandes virtudes del dilogo es que, de acuerdo con su naturaleza intrnseca, siempre puede ir ms lejos, siempre puede incluir a una mayor diversidad, hasta incluso dar cabida a los que, en principio, se niegan a dialogar los fundamentalistas exclusivistas. Al identificar aquellos que se niegan al dilogo se puede trabajar, desde la pedagoga, para evitar su enroque y radicalizacin.
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Por ltimo, hay que tener en cuenta que estas iniciativas tienen un gran valor simblico porque muestran la posibilidad de una convivencia inclusiva en la diversidad y una sensibilizacin y educacin colectiva, con mltiples aplicaciones en los diversos mbitos de esta sociedad basada en las libertades democrticas, la innovacin y la creatividad. El proceso, sin embargo, est en su fase inicial y de todos depende que pueda crecer y madurar sana y equilibradamente.
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