Turismo y Desarrollo - Canada-Gascon
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N 338.479 C212
Caada, Ernest Turismo y desarrollo : herramientas para una mirada crtica / Ernest Caada, Jordi Gascn. -- 1a ed. -- Managua : Enlace, 2007 182 p. ISBN: 978-99924-49-37-0 1. TURISMO-ASPECTO SOCIOECONOMICOS 2. DESARROLLO ECONOMICO Y SOCIAL
Fundacin Lucirnaga - Accin por un Turismo Responsable 2006, Managua, Nicaragua Autores: Ernest Caada & Jordi Gascn
Diseo y diagramacin: Juan Ramn Lpez Correccin ortogrca: Juan Chow Fotografas de portada y contraportada: Inti Ocn Impresin: EDISA Editorial: Enlace Tiraje: 1000 ejemplares
El presente libro forma parte de un proyecto de comunicacin sobre el turismo en Nicaragua desarrollado por Fundacin Lucirnaga con el apoyo de ACASC, Agencia Catalana de Cooperacin al Desarrollo y Progressio.
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Fundacin Lucirnaga:
Fundacin Lucirnaga es una organizacin nicaragense especializada en Comunicacin para el Desarrollo. Fue fundada en 1993. La principal preocupacin que motiv su creacin fue la ausencia de medios y estrategias de comunicacin de los actores sociales comprometidos con los procesos de desarrollo en Nicaragua. En la actualidad su trabajo est centrado fundamentalmente en el acompaamiento a las organizaciones de la sociedad civil en la defensa de sus derechos econmicos, sociales y culturales (especialmente en cuestiones relacionadas con el desarrollo rural, el medio ambiente, la salud y los derechos sexuales y reproductivos, entre otros). Esta propuesta se concreta bsicamente a travs de Estrategia de Pedagoga Audiovisual difundiendo y produciendo materiales educativos, realizados local e internacionalmente, a favor de los procesos de desarrollo social. Desde el ao 2005 Fundacin Lucirnaga desarrolla una campaa de comunicacin para el fortalecimiento del turismo rural comunitario, y sobre los impactos del turismo en 4 general. Esta campaa ha recibido el apoyo de la Agencia Catalana de Cooperacin al Desarrollo, ACASC y Accin por un Turismo Responsable, de Catalua, y Progressio, de Gran Bretaa. Direccin: Costado Oeste Parque El Carmen, Managua, Nicaragua. Tel. 00 505 268 78 02. Email: [email protected]
Indice
Introduccin: objetivos, destinatarios y metodologa ..................... 7 Primera parte: una perspectiva crtica del turismo: ...................... 9 - Introduccin ........................................................................................... 11 - Impacto socio-econmico a nivel macro: los mitos del turismo ........... 13 - Impacto socio-econmico a nivel micro: la comunidad y el grupo domstico ............................................................................... 27 - Impacto medioambiental ........................................................................ 41 - Impacto cultural ..................................................................................... 53 - Un ejemplo de Turismo Sostenible: el Turismo Rural Comunitario ........ 67 - La cooperacin en el mbito turstico ..................................................... 81 - Conclusiones: el Turismo Responsable como movimiento social ............ 97 Segunda parte: propuestas didcticas: .................................... 103 - Anlisis de textos ................................................................................. 107 - Debate a partir de pelculas de ccin ................................................. 133 - Debate a partir de documentales .......................................................... 153 Bibliografa ....................................................................... 179
Turismo y Desarrollo
Introduccin:
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El turismo muchas veces es presentado como una de las principales vas para generar crecimiento econmico. Pero la experiencia nos indica que este sector no siempre ni necesariamente comporta desarrollo, y que los impactos de su crecimiento pueden resultar desfavorables para determinados sectores de poblacin, especialmente la ms desfavorecida, o para el medio ambiente. Como cualquier otro sector que genera benecios econmicos, el turismo est sujeto a mltiples contradicciones entre los diferentes grupos sociales implicados. De este modo, la relacin entre turismo y desarrollo resulta ms compleja de lo que habitualmente se sostiene. Para analizarlo es necesario tener en cuenta la dimensin de conicto social que supone. Existen muchos tipos de conictos asociados al turismo: por el acceso y uso de los recursos, por la distribucin de los benecios, por las condiciones laborales o por quin controla este crecimiento, entre otros. El reconocimiento de esta dimensin de conicto que implica el crecimiento de 8 la actividad turstica es imprescindible. Entendemos que es necesario incorporar en las propuestas polticas que se realizan en torno a este sector el anlisis de los impactos que conlleva en sus mltiples facetas (econmicas, sociales, culturales, medioambientales, etc.). El libro que ahora presentamos, resultado de una alianza entre Fundacin Lucirnaga y Accin por un Turismo Responsable, pretende contribuir a abrir el debate pblico sobre qu consecuencias pueden comportar determinados modelos de desarrollo turstico, basados en los intereses de las grandes multinacionales del sector y de los grupos oligrquicos locales. El libro est dividido en dos partes. En la primera, de carcter terico, se propone un anlisis crtico del fenmeno turstico, poniendo el acento en los impactos socio-econmicos a nivel macro y a nivel micro, en el mbito de las comunidades y los grupos familiares. Tambin se abordan los impactos medioambientales y culturales. Finalmente proponemos un anlisis del Turismo Comunitario como un ejemplo posible de Turismo Sostenible. Esta parte se cierra con una reexin sobre el papel de la Cooperacin al Desarrollo en el mbito turstico. La segunda parte del libro est compuesta por varias propuestas didcticas relacionadas con los contenidos previamente expuestos. En primer lugar se presentan una serie de textos sobre experiencias concretas, acompaados de un cuestionario que permite entender y debatir sobre las cuestiones que el ejemplo plantea. En segundo lugar se proponen una serie de pelculas de ccin de distribucin comercial normal que, acompaadas de una serie de pistas y cuestiones para el debate, pueden ayudar a reexionar sobre el fenmeno turstico. Finalmente se proponen una serie de documentales que muestran distintas experiencias de Amrica Latina y Espaa. Con estos materiales, en denitiva, pretendemos ayudar a mejorar los recursos docentes sobre el anlisis de los impactos del turismo.
Primera parte:
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* Esta primera parte reproduce parcialmente el libro: GASCON, J. & CAADA, E. Viajar a todo tren. Turismo, desarrollo y sostenibilidad. Barcelona: Icaria. 2005
Introduccin:
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En un documental sobre el turismo en Nicaragua, la que fuera presidenta del Instituto Nicaragense de Turismo (INTUR), Luca Salazar, armaba: Los pases tercermundistas obviamente somos inecaces en la parte de nuestras producciones. Tenemos que buscar otros medios donde sabemos que podemos ser competitivos. Y el turismo es una de las respuestas. Y como tal, el gobierno de Don Enrique Bolaos ha decidido que es prioridad nacional el desarrollo de la industria turstica en este pas. En el mismo documental, el presidente de Nicaragua, Enrique Bolaos, dirigindose a un grupo de inversionistas norteamericanos en la inauguracin de un complejo hotelero, en la laguna de Apoyo, en el municipio de Catarina, y rerindose a la presidenta de INTUR, les deca: Les invito a ver Nicaragua como un buen lugar para la atraccin turstica. Tenemos a Luca para vender el pas al turismo. Qu ms decirles? Estamos tratando de hacer lo mejor para el pas.1 12 Este tipo de discurso es frecuente en los gobiernos de muchos pases del Sur, donde el turismo se presenta como una va rpida para el desarrollo y el crecimiento econmico, dentro del actual contexto de predominio del modelo neoliberal. Las expectativas generadas en torno a esta actividad son enormes: creacin de empleo, equilibrio de la balanza de pagos, atraccin de inversiones, etc. Sin embargo, la realidad es mucho ms compleja. El turismo es un ejemplo de cmo el crecimiento econmico no signica necesariamente desarrollo. Por ejemplo, en pases donde se ha producido un exitoso boom turstico de sol y playa, contribuyendo al incremento del Producto Interior Bruto, este proceso ha generado tambin graves impactos negativos en el medioambiente o en el crecimiento de la inacin, impactos que no siempre se reejan en los clculos macroeconmicos pero que padecen especialmente los sectores ms desfavorecidos. Por otra parte, este crecimiento econmico rara vez va parejo a una redistribucin de los benecios generados. En el documental referido, y a la salida de la inauguracin con los inversionistas extranjeros, se ve cmo el automvil del presidente Bolaos tiene que abrirse paso entre una manifestacin de pobladores que protestan contra la degradacin ambiental que supona la instalacin del complejo. El problema, por tanto, reside en la relacin entre Turismo y Desarrollo. Puede ser el turismo un motor de desarrollo? Bajo qu circunstancias? En qu condiciones?
1 Turismos, de Flix Zurita. Produccin de Alba Films y Alba Sur para Fundacin Lucirnaga. Managua: 2004.
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Por parte de la literatura ms proclive y por aquella que tiende a basar sus discursos en estadsticas e indicadores macroeconmicos, el turismo internacional tradicionalmente se ha presentado como un eciente motor de desarrollo. As, alrededor del turismo ha surgido una serie de mitos que hacen referencia a su capacidad para generar ocupacin, impulsar otras actividades productivas, modernizar las infraestructuras, revalorizar los recursos autctonos o equilibrar balanzas de pagos nacionales. Antes de la dcada de 1970, asumidas estas premisas como ciertas y con el turismo internacional de masas recin inaugurado, pocos investigadores se haban parado a estudiar los costos econmicos y sociales que suponan para las poblaciones antrionas esta actividad. Pero en poco tiempo empezaron a ser evidentes. El turismo se considera un gran generador de ocupacin (mito 1), y no slo por el nmero de puestos de trabajo directo que requieren las instalaciones tursticas (hoteles, apartamentos, restaurantes), sino tambin por los que se originan de forma indirecta 14 (los que cubren el suministro de turistas: construccin, transporte, agencias de viaje, casas de cambio, seguridad) e inducida (los que surgen de la demanda por parte de los empleados directos e indirectos del turismo: comercio, bancos, espectculos). La otra cara de turismo como generador de empleo se descubre al observar las caractersticas y la calidad de este empleo generado, as como sus consecuencias en la ocupacin de otros sectores econmicos. Buena parte de la ocupacin que crea el turismo requiere poca calicacin, lo que permite absorber fcilmente y sin inversin en formacin a trabajadores de la regin procedentes de sectores productivos tradicionales (agricultura, pesca, minera,...). No obstante, a medida que el lugar se desarrolla como foco de atraccin turstica, se necesita un mayor grado de profesionalizacin: slo as puede mantener su prestigio y no sucumbir frente a la competencia de otros focos mejor preparados, o atraer un mayor nmero de turistas y/o de mayor capacidad adquisitiva. De esta manera se empieza a requerir los servicios de cocineros y camareros cualicados, de gerentes y administradores con un alto nivel de titulacin, de guas que dominan diversos idiomas, etc. En ocasiones, esta necesidad se cubre mediante agentes forneos de la regin, e incluso del pas. El resultado es el aumento de la complejidad y la polarizacin de la estructura social de la regin con la aparicin y consolidacin de un contingente de poblacin inmigrante social, educativa y econmicamente superior a la mayora de la poblacin autctona.
Otras veces, sin embargo, esta necesidad de personal cualicado se cubre invirtiendo en la formacin de la poblacin local. Surgen escuelas de restauracin, facultades de turismo y de empresariales, academias de idiomas. No obstante, la mayor parte del capital invertido en formacin no procede de las principales beneciarias de la actividad tursticas, las empresas, sino del Estado (en el caso de universidades y academias pblicas) y de los propios usuarios de la formacin (en el caso de las academias y escuelas privadas). Curiosamente muchas veces esta inversin que recibe el turismo no se considera como tal en la contabilidad tradicional, ya que suele estar introducida en la partida de educacin; un sector que, de esta manera, siempre sale decitario. La formacin acta como una externalidad para el sector turstico; es decir, se trata de una partida no valorada en los clculos econmicos del sector y, por tanto, no considerada como gasto de operacin o costo de inversin. Cuando esto sucede, cuando la poblacin autctona accede a cubrir empleos cualicados, son emigrantes de regiones y pases ms pobres los que tienden a 15 asumir los trabajos no cualicados, de manera que tambin en este caso se hace ms compleja la estructura social local, ahora con la aparicin de un contingente de poblacin inmigrante muchas veces marginalizado. Por lo general, la segunda manera de resolver la necesidad de trabajadores cualicados, que requiere de Estados redistributivos y sociedades con mayor capacidad econmica, es caracterstica de los pases del Norte, mientras que la primera es ms propia de los pases del Sur. Las condiciones de trabajo en el sector turstico, especialmente de aquellos empleos menos cualicados y que son cubiertos por poblacin local, o por contingentes de emigrantes procedentes de pases y regiones ms empobrecidos, es otro mbito en el que se ponen a prueba las bondades del turismo: el trabajo no cualicado en el turismo se caracteriza por los salarios bajos, la abundancia de contratos temporales (no olvidemos que el turismo es una actividad estacional), cuando los hay (el turismo parece ser un buen caldo de cultivo para la economa sumergida), las largas jornadas de trabajo y las escasas condiciones de seguridad. El tema de las escasas condiciones de seguridad se observa especialmente en dos tipos de empleos indirectos muy caractersticos del desarrollo turstico. Uno es la construccin, una de las actividades laborables ms riesgosas, incluso en pases desarrollados donde existen normativas al respecto.
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El otro es la prostitucin, ocupacin eminentemente femenina (aunque no en exclusividad) y que entraa para la trabajadora riesgos sanitarios (enfermedades de transmisin sexual) y los fsicos, propios de una actividad marginada social y legalmente.
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Vase la siguiente propuesta didctica: - Pelcula 4: Propuesta video 5: Viajar como ricos
Cabe sealar que las condiciones de trabajo tienden a ser peores en el caso de la mujer, tanto en los pases ricos como en los del Sur. Por un lado, suele cubrir los empleos ms inestables, peor pagados y de status inferior. Como sucede en la mayora de las actividades laborales, en el turismo se da una doble segregacin por razn de gnero. Se da una segregacin horizontal, cuando las mujeres y los hombres son destinados a empleos diferentes. Y se da una segregacin vertical cuando la mujer copa los cargos de menor responsabilidad y con menos oportunidades de promocin, mientras que los 18 hombres asumen los cargos gerenciales y mejor remunerados. Segn informacin de la Organizacin Internacional del Trabajo, las mujeres que trabajan en la industria turstica reciben de media el 79% del sueldo que reciben los hombres4. Pero este dato hay que tomarlo con cautela, ya que slo considera el trabajo con contrato, que es el que entra en las estadsticas; la mujer asume un mayor nmero de labores en la economa sumergida que el hombre. A todo esto hay que sumar que la defensa de sus derechos laborables siempre queda en segundo trmino. Finalmente, muchas veces este trabajo fuera del mbito domstico no le exime de seguir asumiendo los roles que tradicionalmente ha tenido en el hogar.
Vase la siguiente propuesta didctica: - Texto 6: Ocupacin femenina en el sector turstico de las Islas Baleares
Quien arma que el turismo genera empleo tambin obvia que este empleo es inestable, ya que se trata de un sector fuertemente dependiente: el lugar de destino puede poner en prctica polticas encaminadas a atraer turistas, pero el turista siempre ser un recurso forneo sobre cuya produccin no se tiene ningn control.
4. UNED-UK Gnero y Turismo: Empleo y Participacin de las Mujeres en el Turismo Foro para el Turismo Sostenible. 1999 (www.tourisos.net/genero/genero2.html)
A principios de la dcada de 1980, Richard W. Butler estableci un modelo que, desarrollado posteriormente por otros autores, permite entender esta vulnerabilidad5. El modelo, denominado Ciclo de vida del destino turstico, arma que la actividad funciona cclicamente. Despus de un periodo de desarrollo, el destino pierde atractivo turstico, ya sea porque se ha superado su Capacidad de Carga (lmite mximo de una zona para absorber turismo sin que disminuya la satisfaccin del husped) o porque las innovaciones en los medios de transporte permiten que surjan competidores en lugares ms remotos y exticos, y por ello, ms atractivos. En cada ciclo, el destino turstico pasa por diferentes etapas. Las primeras son de crecimiento: exploracin, implicacin de las autoridades (involvement), desarrollo de la actividad y consolidacin. A continuacin vienen las fases de estancamiento y crisis, que son seguidas por el declive del destino turstico o por su rejuvenecimiento, si se acierta a la hora de cambiar el modelo de desarrollo, con lo que se inicia un nuevo ciclo. 19 Aun cuando el destino sea capaz de rejuvenecerse, ello implica pasar por periodos de crisis y de reconversin que comportan la reestructuracin del tejido laboral: el nmero de trabajadores se reduce, al menos temporalmente durante la fase de crisis, y con la reconversin aumenta el nivel de calicacin de una parte del trabajo y la consiguiente expulsin de trabajadores no cualicados. Este proceso tiene lugar si no sobrevienen fenmenos extraeconmicos o factores exgenos que rompen con el arribo de turistas de forma abrupta, como crisis nancieras en los pases de origen de los turistas, o conictos armados, inestabilidad poltica (especialmente terrorismo), epidemias y catstrofes naturales en los de destino. Finalmente, hay que sealar otro fenmeno que aquellos que observan positivamente al turismo como creador de ocupacin no tienen en cuenta: muchas veces esta creacin de ocupacin pasa por el abandono de sectores tradicionales como la agricultura o la pesca. En estos casos, no es que el turismo genere nuevos empleos, sino que sustituye los tradicionales e incentiva la migracin campo-ciudad. En un periodo an inicial del desarrollo turstico internacional, a principios de los 70, ya se observ que en el Caribe britnico este proceso conllevaba un declive de la produccin agropecuaria y la necesidad de importar alimentos, ms caros, para cubrir la demanda local.
5. Butler, R.W. The Concept of a Tourist Area Cycle of Evolution: Implications for Management of Resources, Canadian Geographer 24(1): 5-12. 1980
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En pases y regiones del Norte, donde el desarrollo de los medios de produccin agropecuarios permite obtener mayor productividad con menor mano de obra, no ha generado este problema, pero s un desequilibrio del mapa humano: zonas rurales abandonadas y crecimiento desordenado en las periferias de los ncleos tursticos. Vemos, as, que si bien es cierto que el turismo impulsa otras actividades productivas (mito 2), como es el caso de la construccin, tambin lo es que al mismo tiempo pone en riesgo otras tradicionales, generalmente del sector primario, como la agricultura o la pesca. El turismo puede cambiar la tendencia del gasto pblico, una de las fuentes de inversin ms importantes, favoreciendo aquellos servicios de mayor inters para el sector y en detrimento del resto.
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Vanse las siguientes propuestas didcticas: - Texto 2: La reconstruccin despus del Tsunami - Pelcula 4: Un lugar llamado Milagro
Un anlisis realizado en ms de 3.600 municipios espaoles, de ms de 1.000 habitantes, descubra que en aquellos donde el turismo era un sector econmico primordial incrementaba su inuencia sobre las entidades pblicas y obtena un trato de favor en las polticas de gasto. As, el turismo afectaba positivamente el presupuesto pblico municipal destinado a seguridad ciudadana y a bienestar comunitario (saneamiento y abastecimiento de agua, servicio contra incendios, recogida y eliminacin de basuras, etc.), mbitos de los que el sector se benecia de forma directa. Pero por el contrario afectaba negativamente y de forma signicativa en los gastos generales, sociales, sanitarios y en vivienda. El estudio descubra cmo en los municipios con un peso signicativo del sector turstico, los gastos sociales por habitantes se reducan, de media, casi 10 euros, y unos 7.5 euros los de vivienda y los generales. En cambio, aumentaban ms de 3 euros los gastos dedicados a proteccin civil y seguridad ciudadana, y casi 13.5 euros los destinados a bienestar comunitario6. De esta manera, y como ya hemos visto que suceda en referencia a la formacin del personal cualicado necesario para el desarrollo del sector, el turismo externaliza
6. Costa, A. Anlisis de los efectos del turismo sobre los gastos pblicos locales: Aplicacin al caso de los municipios espaoles. VII Encuentro de Economa Aplicada. Vigo, 2004 (www. revecap.com)
parte de sus gastos de operacin y costos de inversin a cuenta del erario pblico. E igual hace con algunos costos derivados de la actividad turstica. As por ejemplo, el aumento de enfermedades tropicales contradas por los turistas europeos en destinos exticos supone una presin sobre los recursos de los sistemas de salud pblicos. O cada vez ms, una parte importante de la labor de las embajadas es prestar servicios o ayuda a sus ciudadanos de visita en el pas. El desarrollo del turismo permite la modernizacin de las infraestructuras (mito 3), especialmente las de transporte: carreteras, aeropuertos y puertos. Pero esta modernizacin tiene lugar segn las prioridades tursticas y no buscando un desarrollo endgeno y equilibrado con las otras actividades productivas. Cuando se termina el ciclo de vida de un destino turstico y ste entra en declive o su modelo de desarrollo se ha de transformar, estas infraestructuras, o parte de ellas, pueden dejar de tener utilidad o quedar sobredimensionadas. Dejando a un 21 lado el impacto ecolgico que muchas veces estas obras conllevan, este desuso no tendra mayor importancia si no fuera porque generalmente el capital invertido en infraestructuras no sale del sector empresarial turstico que obtiene benecios de ellos, sino de las arcas pblicas. En este sentido cabe considerar que, en ocasiones, costosas infraestructuras construidas con nanciacin pblica acaban siendo usufructuadas slo por una minora. El caso de los puertos deportivos es paradigmtico. En mejorar y ampliar el puerto deportivo de Ala Wai, en el archipilago de Hawai, el Estado norteamericano se gast, a principios de la dcada de 1970, ms de 30.000 dlares por cada nuevo propietario que pudo anclar su yate en l; en total, unos nueve millones de dlares (de hace ms de 30 aos!). Estos propietarios, algo menos de 300, representaban el 0.03% de la poblacin total de la isla7. La aparicin de poblacin fornea estacional, pero con una importante capacidad adquisitiva puede hacer aumentar el precio de servicios y productos que antes slo usufructuaba la poblacin local. No obstante, esta revalorizacin de los recursos autctonos (mito 4) se materializa muchas veces en procesos inacionarios. Recursos naturales como la tierra o el agua son susceptibles de padecer este tipo de proceso. Es indiscutible que un sector propietario de tierras bien situadas para el desarrollo turstico puede obtener pinges benecios del aumento del precio del suelo.
7. Kelly, J. Turismo, enajenacin de la tierra y control extranjero en Hawai, en F. JURDAO (comp.) Los Mitos del Turismo. Madrid. Endymion. 1992
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Incluso no necesariamente se trata de la poblacin previamente ms acomodada y con mayores recursos de la comunidad; en muchos lugares el turismo de costa ha revalorizado terrenos pantanosos de primera lnea de mar que anteriormente, en una economa agraria, eran considerados marginales por ser poco productivos y cuyos propietarios era la poblacin ms humilde. Sin embargo este aumento del precio del suelo tambin puede tener repercusiones negativas. Por un lado, sectores de la poblacin se pueden ver obligados a emigrar, no por falta de posibilidades laborales en la zona o por deseos de mejorar econmicamente, sino por que el precio del suelo y de la vivienda aumente hasta exceder sus posibilidades. Volviendo al caso de Hawai, uno de los primigenios centros tursticos de masas, ya en la dcada de 1970 ms del 80% de los habitantes del archipilago no podan costearse una vivienda8.
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Por otro, puede llevar al abandono de sectores productivos tradicionales como el agrario: cuando el precio del suelo sobrepasa determinada barrera, al campesino le acaba siendo ms benecioso vender su propiedad que seguir trabajando la tierra; igualmente, llega un punto que el arrendatario ya no puede soportar el aumento de la renta. Algo similar sucede con el agua. El agua tambin es un bien escaso al que se le pone precio, y a un buen precio puede cambiar de funcin: del agrario a cubrir las necesidades de complejos y enclaves tursticos.
Vanse las siguientes propuestas didcticas: - Pelcula: La Caja 507 - Pelcula 4: Un lugar llamado Milagro
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Cabe sealar que la inacin del suelo favorece procesos especulativos de cuya responsabilidad no escapan las instituciones pblicas, en cuyas manos est la capacidad de recalicar su uso. Este proceso inacionario tambin se da en el precio de los servicios y de los productos de consumo. El costo de construir una vivienda, por ejemplo, se dispara, tanto por el aumento de la mano de obra como por el de los materiales de construccin, aun de aquellos que antes no tenan asignado precio (piedra, arena, grava). Tanto en zonas rurales como en las ciudades, espacios de uso comn acaban siendo territorios privativos del turista debido a los altos precios de los servicios que en ellos se ofrecen: acceso a playas, terrazas de bares y restaurantes en zonas cntricas o de moda, cotos privados y permisos de caza, etc. Mencin especial merece el tema de la alimentacin. El turista y los empleados forneos que atrae el desarrollo del sector son consumidores de alimentos y, al menos los primeros, de gran capacidad adquisitiva, lo que les convierte en competidores frente a la poblacin local. Ante esta situacin acta la ley de la oferta y la demanda, y los precios de este bien bsico tienden a subir. El problema aumenta cuando la demanda de alimentos sobrepasa la capacidad productiva de la regin que, como hemos visto, en ocasiones se ha reducido por el transvase de recursos (mano de obra, tierra, agua, inversiones pblicas) del sector primario al de servicios. Eso obliga a la importacin de alimentos y el precio de la canasta bsica vuelve a subir.
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Un ejemplo signicativo del rol que juega el turismo en el proceso inacionario lo encontramos en Catalua. En la dcada de 1960 la costa catalana se convirti en un centro de atraccin del turismo europeo. Este proceso se increment tras las Olimpiadas de Barcelona de 1992: este evento sirvi de trampoln para una poltica de promocin turstica que acab convirtiendo a la capital catalana en una de las ciudades europeas ms visitadas. Resultado de ello, la media anual de pernoctaciones en Catalua aument, entre 1995 y 2003, un 63%, mientras en el Estado espaol fue del 44%. Coincidiendo con esta exitosa campaa de promocin turstica, el ndice de Precios al Consumo en Catalua ha mostrado en la ltima dcada un comportamiento ms inacionario que en el resto de Espaa: mientras que la media anual de crecimiento del IPC en el Estado espaol ha sido del 29, en Catalua ha sido del 32. Un reciente estudio del gobierno cataln ha descubierto que el principal factor de demanda 24 externa que explica este fenmeno es el boom turstico antes sealado, que genera una poblacin otante cada vez mayor. Esta poblacin, como consumidora, presiona sobre los precios, especialmente de los alimentos y de los servicios, que son los que muestran una tendencia ms inacionaria9. En los estados redistribuidores, los impuestos que se obtienen de la actividad turstica y de otras que crecen a su sombra se materializan en servicios pblicos esenciales como el sistema sanitario o el educativo (aunque igual cabe pensar que otra parte de esos impuestos se destinan al mantenimiento y modernizacin de los ejrcitos). No obstante, ni en estos casos se puede hablar de un reparto equitativo de los benecios del turismo entre la poblacin local. Si as fuera, la inacin no sera un problema, ya que ira emparejado con el aumento de los ingresos per capita. Pero para aquellos que no reciben benecios del turismo, o lo hacen marginalmente, los procesos inacionarios resultados del desarrollo del sector les suponen la prdida de su poder adquisitivo, y por tanto empobrecimiento en trminos reales. Igualmente, tambin es dudosa la capacidad del turismo de generar ingresos en los pases de destino que permitan equilibrar la balanza de pagos nacionales (mito 5), especialmente en el caso de los pases del Sur. Desde esta visin el turismo aparece como un recurso relativamente fcil y rpido de explotar, que genera ingresos muy superiores a las inversiones que requiere, al punto de permitir hacer frente a los problemas de deuda externa que padecen la mayora de los pases pobres.
9. Generalitat de Catalunya Evoluci de la inaci a Catalunya i a Espanya 1995-2004: Informe tcnic. Generalitat de Catalunya Direcci General de Programaci Econmica. 2005.
Lo cierto es que son transnacionales tursticas de capital occidental, propietarias de las principales compaas de vuelo y de las grandes cadenas hoteleras, las que controlan, gestionan y acaparan la mayor parte de los benecios del turismo internacional; es lo que se denomina fugas externas. Adems, buena parte del consumo que el turista realiza, aunque adquirido en empresas nacionales, son bienes y servicios de importacin (fugas internas). Si bien ya suceda antes, esta repatriacin de benecios se ha acentuado desde la dcada de los 80 y 90, merced a los procesos de privatizaciones y de apertura de mercados propiciados por las polticas neoliberales que los pases del Sur se han visto obligados a adoptar. El Acuerdo General sobre Comercio de Servicios, establecido recientemente por la Organizacin Mundial del Comercio (OMC), est siendo la ltima fase de este proceso. El Acuerdo busca terminar con polticas proteccionistas que han permitido a algunos pases mantener su sector turstico mediante diversos mecanismos, como las restricciones a la propiedad extranjera. El Acuerdo otorga a 25 las empresas extranjeras los mismos derechos que a las locales y les libera de toda restriccin, como la obligacin de utilizar productos locales. El resultado es que buena parte del desembolso que realiza el turista acaba engrosando las economas de los pases ricos. De media, cerca del 55% del gasto realizado por el turista en sus viajes a pases del Sur permanece o retorna a los del Norte, porcentaje que alcanza el 75% en el caso de algunos pases de frica y el Caribe. Slo una parte marginal de los benecios acaba quedando en el pas antrin. Finalmente, cabe sealar que en determinadas zonas donde se ha hecho una apuesta por el turismo como principal va de desarrollo, se ha observado que genera problemas similares a las de economas agroexportadoras centradas en el monocultivo, tales como la dependencia de los precios del mercado internacional, muy uctuantes y que se establecen en los lugares de origen de los turistas, o un alto nivel de riesgo derivado de la escasa diversicacin y del limite de crecimiento del sector (el ciclo de vida del destino turstico).
Vanse las siguientes propuestas didcticas: - Texto 1: Crisis turstica en el distrito de Narok - Pelcula 5: Tiburn - Propuesta video 2: Cundo hay que parar?
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Hasta aqu hemos contrapuesto, a las principales hiptesis que apoyan el desarrollo del turismo como motor de desarrollo econmico, evidencias que conrman lo contrario y que no son infrecuentes. No obstante, estas evidencias no se pueden generalizar; no siempre el turismo origina procesos similares. El impacto econmico del turismo depende de diversos factores, como la naturaleza y volumen de este turismo, el tipo de participacin de la poblacin local/nacional en la actividad, los atractivos del lugar de destino, el equilibrio con otros sectores econmicos o la capacidad del Estado para hacer cumplir las normativas existentes, y controlar el modelo de desarrollo, entre muchas otras. Por otra parte es cierto que, aun con todas las consecuencias negativas que puede generar, en algunos casos un turismo de enclave ha permitido superar situaciones de crisis en pases del Sur. Un turismo de sol y playa co-gestionado por el Estado es uno de los principales factores que est permitiendo a Cuba superar la crisis que le 26 supuso la cada del bloque socialista, y proveer del capital necesario a la reforma de su modelo agrario, hasta entonces muy dependiente del monoculivo de la caa de azcar. Kenia ha diversicado sus fuentes de divisas a partir de un turismo fundamentado en la naturaleza, lo que le ha permitido enfrentar la fuerte recesin en el mercado internacional del caf y del t, sus productos de exportacin tradicionales.
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por la maraa de relaciones y contactos, instituciones, empresas y normativas que se mueven alrededor de esta actividad es el ocio del operador turstico. En cambio para la comunidad, al menos en una primera fase, se trata de un mundo desconocido. La desinformacin genera dependencia hacia estos mediadores, un factor desfavorable en el proceso de negociacin. La segunda razn es el papel de los operadores tursticos como proveedores de turistas. Esto tambin puede convertirse en un arma a su favor. El operador turstico puede obligar a la comunidad a acatar ciertas condiciones, so pena de encaminar a los turistas hacia otras zonas con una oferta similar. O promover la competencia, a la baja, entre comunidades de la regin, de las que slo l saldra beneciado. Resultado de esta situacin, encontramos comunidades cuyo papel en la gestin del recurso es nulo: se convierten en meros motivos paisajsticos, en mano de obra barata para negocios ajenos, o sus elementos culturales cambian de funcin segn los intereses de los operadores tursticos. Finalmente, los benecios que reciben son marginales. En el otro extremo hallamos casos en los que la comunidad ha sido capaz de enfrentar con xito a los operadores tursticos y llegar a acuerdos favorables. Generalmente la comunidad tiene fuerza para negociar a su favor y establecer condiciones cuando se dan determinadas condiciones propicias: cuando la comunidad ya est sucientemente posicionada como centro turstico y es visita obligada, cuando aquello que ofrece es peculiar y no se halla en ningn otro rincn de la regin, cuando cuenta con el apoyo y seguimiento de agentes forneos pblicos o no gubernamentales, o cuando entre los operadores tursticos predomina el principio de la competencia sobre los intereses corporativos.
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Ninguna comunidad es una sociedad aislada, sino que forma parte de un territorio con el que interacta. Por eso, cuando una comunidad se convierte en un foco de atraccin turstica, el proceso tambin afecta a las comunidades lindantes. En ocasiones, el desarrollo turstico puede ampliarse a toda la regin, si cuenta con caractersticas similares al centro de atraccin primigenio. Pero este impacto tambin se da cuando el inters que genera la llegada de visitantes est muy localizado, como puede ser el caso de una fuente de aguas termales o determinados monumentos de valor histrico o artstico. As, un centro turstico exitoso puede ofrecer posibilidades laborales no slo a sus habitantes, sino tambin a pobladores de zonas cercanas, ya sea de manera directa, indirecta o inducida, y ya sea de forma temporal o permanente. Igualmente, la produccin autctona regional tiende a revalorizarse en el mercado debido al aumento de la demanda que el turismo conlleva, tanto de mercancas de primera necesidad 30 (alimentacin) como de otros bienes manufacturados si se genera un mercado de artesanas. El desarrollo de un ncleo turstico cercano tambin puede favorecer la aproximacin de servicios bsicos o la mejora de las comunicaciones. Es por ello que el turismo puede actuar como motor revitalizador de zonas en crisis, afectadas por los cambios que favorecen la emigracin campo-ciudad o por el abandono institucional, no slo all donde se centra el foco de atraccin turstica sino en todo el territorio de inuencia. Este sera el caso del Santuario de Nuestra Seora de Ftima, en Portugal, uno de los centros de atraccin de turismo religioso ms importantes de Europa con cinco millones de visitas al ao. En el Concejo de Ourm, en el que se encuentra, el turismo de peregrinacin es la principal actividad econmica y el motor de la mayora de las dems. Aun cuando el Concejo padece graves deciencias infraestructurales (escasez de carreteras y otros medios de transporte, servicios de salud limitados, red elctrica insuciente, etc.), el turismo atrado por Ftima ha permitido que Ourm presente la tasa ms baja de desempleo del distrito de Santarm y que haya frenado las tendencias migratorias mayoritarias en la regin10. No obstante, la aparicin de un foco turstico tambin puede crear problemas en el rea circundante. Una comunidad cercana a un centro turstico puede no obtener benecios del turismo, u obtenerlos de forma marginal, pero padecer el aumento de precios de bienes y recursos que caracteriza su desarrollo. Igualmente, cuando la atraccin turstica se concentra en una determinada zona puede conllevar desequilibrios territoriales. Este es el caso del turismo de sol y playa: los mbitos de
poder tienden a concentrarse en la costa, que acaba monopolizando las inversiones e infraestructuras pblicas y privadas en detrimento de las zonas rurales del interior. En Galicia, el turismo de litoral, especialmente en las Ras Baixas (Pontevedra), supuso una concentracin de la poblacin y de los polos de desarrollo que inuy en la ralentizacin de la actividad econmica en las zonas rurales del interior11.
Dentro de la comunidad
Un fenmeno nada infrecuente en la industria turstica, y que tambin puede generar conictos o actitudes de rechazo, es la desigual distribucin de los benecios. Esto es especialmente signicativo cuando realizamos una observacin de su impacto en el interior de la comunidad y del grupo domstico. Raramente el desarrollo del turismo tiene consecuencias similares para todos los individuos de un grupo. El tipo y la cantidad de recursos que tiene previamente a su disposicin, su gnero, su edad, sus conocimientos, su capacidad de iniciativa, 31 su formacin y/o educacin, su actividad laboral, sus creencias, su rol en la toma de decisiones del grupo o su red de relaciones son factores que pueden incidir en este impacto diferenciado. Por ello no es posible entender las consecuencias que tiene o puede tener el nuevo recurso sin considerar la estructura social, econmica y poltica de la comunidad antriona. Cuando un sector de la comunidad acaba controlando y usufructuando el recurso turstico no suele ser por casualidad. Algn o varios factores previamente existentes son los que marcan el devenir del nuevo recurso. El ms comn es el nivel socioeconmico de los grupos domsticos. Aun en las sociedades ms cohesionadas y aparentemente menos diferenciadas, el acceso a los recursos no es la misma para todos los grupos domsticos. Dinero atrae a dinero, y el turismo no es un caso especial. Para obtener benecios de determinadas actividades tursticas se requiere una inversin previa. Por ejemplo, si se quiere invertir en el mbito de la hostelera, habr que habilitar o edicar una construccin que sirva de restaurante y/o albergue. Si se quiere actuar en el mbito artesanal, puede ser necesario un capital de trabajo previo. Por otra parte, no se trata de tener la suciente capacidad econmica para hacer frente a este gasto inicial solamente, sino tambin para invertir en una actividad desconocida y no exenta de peligro. Y es que la aversin al riesgo es una estrategia propia de economas que generan excedentes escasos y que, por tanto, tienen poca capacidad para asumir fracasos.
11. Revista Adoz, n12. 1998 (www.ocio.deusto.es/formacion/ocio21/boletin.htm)
Turismo y Desarrollo
No es que todos los sectores ms pudientes acaben dedicndose al turismo; tambin cuenta el factor iniciativa. Pero s suele suceder que los que se dedican a las actividades tursticas ms provechosas han de tener unos recursos previos mnimos. Y pocas veces los factores necesarios (capital inicial y capacidad de riesgo) estn al alcance de toda la poblacin. Puede suceder, tambin, que el factor que establece un acceso diferenciado a los benecios tursticos no sea la cantidad de recursos que cada grupo domstico posee o controla, sino el tipo de recurso. As, una concepcin determinada de la belleza del paisaje puede llevar al turismo a establecerse en espacios concretos de una comarca (acantilados, altozanos, etc.), cuya propiedad o control es de un sector de la poblacin. En la isla de Taquile (Lago Titicaca, Per), donde desde hace dcadas funciona exitosamente una experiencia de Turismo Comunitario, los grupos domsticos cuya residencia se encuentra ms alejada del muelle, lugar de recepcin de los visitantes, 32 obtienen del turismo menos benecios que aquellos que se encuentran en el ncleo ms habitado y cercano. En comunidades donde se dan ocupaciones laborales diferenciadas (pesca y agricultura, por ejemplo) el turista puede venir atrado por una de ellas, lo que favorecer ms a aquellos que la practican. Igualmente, el desarrollo del turismo demanda determinados bienes y servicios, lo que puede favorecer directamente a aquellos que las pueden ofrecer, sea cual sea su nivel socio-econmico. Este es el caso de aquellos que se dedican a la albailera, ante la necesidad de construir infraestructuras. O el de los transportistas, si el desplazamiento de los turistas no se realiza con vehculos forneos. O el de artesanos especializados, que ahora se convertirn en productores de souvenirs. No todos los elementos que pueden favorecer la desigual distribucin de los benecios tursticos son materiales. Este es el caso del sistema de creencias. El turismo internacional supone el encuentro entre cosmovisiones y prcticas diferentes, y en ocasiones, contrapuestas. El viajero llega con un bagaje cultural que suele exponer y revelar sin pudor: una determinada manera de entender y mostrar su cuerpo, unos determinados hbitos alimentarios, una determinada manera de relacionarse con los dems, un determinado proceder con el gnero opuesto, una determinada forma de comprender la sexualidad, etc. Mientras que para algunos sistemas de creencias la llegada de forneos y de su bagaje cultural no supone ningn problema, otros establecen tabes y vetan o limitan la relacin con los huspedes.
Vanse las siguientes propuestas didcticas: - Texto 3: Turistas en la isla de Llaquistitis - Pelcula 2: Temporada alta
Si en una comunidad coexisten dos o ms sistemas de creencias, puede suceder que alguna sea especialmente permisiva, que coincida ms con las prcticas de la mayor parte de los visitantes o que los practicantes asuman sus preceptos religiosos y culturales de una manera laxa, de tal manera que sean ms proclives al contacto con los turistas. En estos casos, este grupo creyente tender a beneciarse ms del desarrollo de la actividad que el resto.
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operadores tursticos buscaron danzantes no tuvieron grandes problemas: los nativos de Kotzebuhe no aceptaron, inhibidos por las sanciones religiosas que establecan los preceptos de la Congregacin Anual de Amigos de California, pero s lo hicieron los episcopalianos procedentes de Cabo Esperanza. El resultado fue que el grupo tnico marginado acab convirtindose en el ncleo de los empresarios culturales y control el negocio en Kotzebuhe durante varias dcadas. Mientras tanto los nativos de la ciudad, que no reciban los benecios del turismo pero s las molestias de compartir el espacio con grupos de visitantes que no paraban de hacerles fotografas, empezaron a fomentar actitudes de rechazo hacia el turismo.
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Fuente: Smith, Valene L. El turismo esquimal: Micromodelos y marginacin, en V.L. Smith (ed.) Antriones e Invitados. Madrid: Endymion. 1992
Otro factor que puede permitir a un sector de la comunidad monopolizar los benecios del turismo, o al menos obtener una mayor parte de ellos, es el nivel de formacin o el tipo de informacin que se posee. En muchos casos, especialmente en comunidades rurales del Sur, el conocimiento que la poblacin autctona tiene del funcionamiento y desempeo de la actividad turstica antes de su desarrollo es escaso o nulo: han tenido pocas ocasiones de relacionarse con extranjeros y menos de actuar como turistas. Y el turismo es una actividad que requiere unos conocimientos mnimos: saber tratar a un cliente al que se ofrece un servicio (y no un producto), interpretar gustos y cdigos de comportamiento forneos, establecer los mnimos de habitabilidad e higiene que el cliente requiere, conocer el idioma del turista o al menos saber superar esta dicultad, saber relacionarse y negociar con los operadores tursticos que ofertarn la visita de la comunidad a los turistas, etc. En este sentido, el que ha tenido la oportunidad de acceder a una educacin formal ms amplia, suele tener mejores herramientas para enfrentar estos retos y usufructuar con ms posibilidades el nuevo recurso. De la misma manera, aquel residente que tiene o ha tenido relacin con el exterior, como es el caso de quienes en algn momento han practicado la emigracin o la practican regularmente, o quienes viajan a menudo fuera de la comunidad en su rol de transportistas o comerciantes, o quien ha asumido cargos polticos o de representacin de la comunidad frente a instituciones supracomunitarias, aparece tambin con un bagaje inicial que le permite desenvolverse con ventaja.
En las sociedades indgenas que han desarrollado el turismo, por ejemplo, el rol de guas locales suele ser copado por aquellos individuos bilinges o que conocen alguno de los idiomas dominantes entre los visitantes, como el ingls o el castellano. No es infrecuente encontrar un desfase entre las esperanzas colocadas en el desarrollo de la industria turstica y sus efectos reales. En ocasiones, la posibilidad de atraer turistas se ve como la panacea que ha de resolver los problemas econmicos de la comunidad, al punto que la simple expectativa puede cambiar comportamientos y generar impactos. Se sobrevalora el volumen del fenmeno (hay turistas para todos), su comportamiento (el turista huye de los que son de su condicin y est siempre a la zaga de lugares vrgenes) o las peculiaridades nativas (tenemos lo que el turista busca, en gran cantidad y/o de inmejorable calidad). Y en base a ello, sin conocer la complicacin que supone convencer a los operadores tursticos de abrir una nueva oferta, los reales requerimientos que el turista impone o la competencia de otras reas que presentan propuestas similares, se destina esfuerzos y recursos (acondicionamiento 35 de infraestructuras, legalizaciones, publicidad) en el falso convencimiento de que se trata de una inversin que se recuperar rpidamente, y que a partir de ah, todo ser benecios. Es el efecto Bienvenido, Mister Marshall del turismo. El caso de las ciudades de Elmina y Cape Coast, en Ghana, evidencia el problema de las expectativas frustradas. La ilusin de sus habitantes, que crean que el turismo se convertira en el motor del desarrollo econmico, en lnea con lo que sucede en el conjunto del pas donde esta actividad se ha convertido en los ltimos veinte aos en la tercera industria generadora de ingresos, no se cumpli. A ambas ciudades llegan turistas, pero no causan el efecto esperado: la mayora no pasa la noche, ya que si bien cuentan con monumentos de importante valor histrico, son visitables en pocas horas y sus playas no estn tan acondicionadas como otras del pas. Resultado: el turismo deja pocos benecios a los lugareos12. Sucede, a veces, que el turismo llega a la comunidad, y en eso las expectativas se cumplen. Pero no en que ello recaiga en provecho de todos los grupos domsticos; de alguna manera, como ya hemos visto, un sector de la comunidad o agentes forneos consiguen monopolizar los benecios. En este caso, a la expectativa frustrada se puede sumar el resquemor, desembocar en conicto, o cuanto menos, generar una actitud de rechazo frente al turista.
12. Teye, V. & Snmez, S.F. & Sirakaya, E. Residents attitudes toward tourism development, Annals of Tourism Research 29(3): 668-688. 2002
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Continuando con el ejemplo anterior, encontramos que, adems de que el turismo no produce los benecios esperados en Elmina y Cape Coast, los pocos que genera no llegan a la mayora de la poblacin. Por un lado, los viajeros llegan en tours organizados desde Accra y por operadores tursticos de esta ciudad, que son los que se quedan con los mayores benecios. Por otro, el poco trabajo que genera (en bares, restaurantes y hoteles) est mal pagado, incluso para los estndares ghanianos, y se realiza en condiciones laborables deplorables. El resultado es el rechazo de los turistas por parte de los locales, a los que tachan de ruanes, de drogadictos y de sucios13. El rechazo no se da solamente como consecuencia de objetivos no cumplidos. Otros factores no tan materiales pueden motivar tambin este fenmeno, como sucede cuando la experiencia turstica da pie al encuentro de cdigos de comportamiento divergentes. As, el vestuario occidental, especialmente ligero en climas clidos, choca con los principios de decoro y pudor de otras culturas. Tambin el afn indiscriminado de 36 coleccionar fotografas puede molestar a aquellos que se entienden inmortalizados ms como curiosidad extica que como personas. Un turismo masivo puede acabar desalojando de determinados espacios y eventos a la poblacin local. En Cuzco (Per), se celebra desde hace dcadas el Inti Raymi, esta que recrea la celebracin con la que el pueblo inca conmemoraba el solsticio de invierno. La culminacin del festejo tiene lugar en la fortaleza de Sacsayhuamn. La representacin se puede seguir desde unas tribunas que se levantan a tal propsito, pagando un precio por la butaca, o gratuitamente desde una colina cercana. Tradicionalmente la tribuna quedaba reservada para los turistas y la colina era ocupada por cuzqueos. En los ltimos aos cada vez ms turistas siguen el espectculo desde la colina, ya sea por no pagar la butaca, ya porque consideran que compartir el sitio con los lugareos da un valor aadido a la experiencia. El resultado es que los conictos durante la representacin entre locales y turistas por el espacio es cada vez mayor, dada las limitadas dimensiones de la colina, y muchos cuzqueos ya ni se plantean subir a verlo. Todo ello contribuye a alimentar una conducta de rechazo.
Vanse las siguientes propuestas didcticas: - Texto 3: Turistas en la isla de Llaquistitis - Pelcula 2: Temporada alta
13 Teye & Snmez, op.cit.
A partir del trabajo de E. M. Bjouklund y A. M. Philbrick, Richard W. Butler plante un modelo que establece una tipologa del comportamiento del residente ante la actividad turstica a partir de dos factores: su valoracin, que puede ser positiva o negativa, y su actuacin, que puede ser activa o pasiva14.
Pasiva 1 2 Promocin agresiva de la Aceptacin silenciosa de actividad turstica la actividad turstica 4 3 Oposicin agresiva a la Aceptacin resignada a la actividad turstica actividad turstica Activa
Actuacin
Valoracin
Positiva
Negativa
Dos o ms de las cuatro posibles actitudes pueden coexistir, agrupando a individuos diferentes. Pero lo interesante es observar cmo los individuos circulan entre los 37 cuadros durante el ciclo de vida del destino turstico. As, mientras que el cuadro 1, que interrelaciona una valoracin positiva del turismo con una actuacin activa, suele ser predominante en una primera fase del ciclo, cuando las expectativas sobre la nueva actividad son grandes, al nal del ciclo tienden a crecer los cuadros 3 y 4; es decir, los que plantean una valoracin negativa y respectivamente una actuacin pasiva y activa.
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Cuando hace referencia a tareas consideradas masculinas, las asumir el hombre. Pero en este caso, l tiene la potestad de renunciar a otras tareas para poderse dedicar a la nueva, o encargar las antiguas a otros miembros del grupo domstico... con lo que de nuevo, los individuos con menos poder poltico en el grupo vern aumentada su carga de trabajo. Y nalmente, en la asignacin de los benecios, tambin primarn los intereses, los proyectos o las percepciones del cabeza de familia. Un estudio realizado en la costa coruesa (Galicia), donde el turismo rural se ha desarrollado en los ltimos aos, descubre que si bien proporciona ingresos complementarios a la unidad familiar, la nueva actividad refuerza el papel tradicional de la mujer al dedicarse a tareas que se identican con las labores tradicionales del ama de casa, disminuye el tiempo que puede dedicar a las relaciones familiares y comunitarias, y aumenta el volumen de trabajo que ha de asumir: en temporada alta se acumulan sus tareas en distintos mbitos laborales y se alarga su jornada laboral15.
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Sin embargo, en el otro extremo, el turismo se ha mostrado en ocasiones como un factor que puede empoderar a la mujer y romper las relaciones de poder entre sexos. En este sentido, la participacin de la mujer en actividades remuneradas fuera del hogar facilita su independencia y autonoma nanciera. Ahora bien, slo facilita. Que la mujer obtenga ingresos por su actividad no es suciente para reducir los niveles de inequidad. Por el contrario, como hemos visto, puede suponer un aumento de su carga laboral y un empeoramiento de su nivel de vida. Y es que la procedencia de los recursos familiares no tiene por qu conllevar cambio alguno en las relaciones de poder a favor de la mujer si no va acompaado de una mayor participacin en la asignacin de esos recursos. Pero si bien por s slo no es suciente, la participacin de la mujer en actividades remuneradas fuera del hogar puede ser una herramienta necesaria para su empoderamiento, para mejorar su autoestima y para romper los estereotipos de gnero. Un estudio comparativo de 12 casos en diferentes pases del Sur realizado a nales de los aos noventa por la United Nations Environmental and Development Forum y la UK Committee demostr que la participacin en actividades tursticas de mujeres, organizadas en cooperativas, redes o empresas sociales, haba permitido iniciar un proceso de cambio poltico y econmico dentro del grupo familiar y de las estructuras locales de poder a favor de la mujer16.
15. Sparrer, M. Gnero y turismo rural: el ejemplo de la costa coruesa Cuadernos de Turismo 11. 2003 16. Hemmati, M. (ed.) Gender and tourism: womens emplyment and participation in tourism. UNED Forum & UK. 1999.
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El turismo tambin puede cambiar las relaciones de poder en base a la edad dentro del grupo domstico. Entre los swahili de la ciudad de Malindi, en Kenia, el turismo ha propiciado este proceso debido a que la generacin ms joven, ms formada y con un mayor conocimiento de la sociedad occidental, ha asumido el rol de intrprete cultural entre el turista y la familia, incluso entre el operador turstico y la familia17.
17. Peake, R. Swahili stratication and tourism in Malindi Old Town, Kenya Africa 59 (2). 1989.
Impacto medioambiental
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Curiosamente, uno de los elementos que favorece el surgimiento del turismo en una zona, el paisaje, suele mostrarse frgil con su desarrollo. Ya hemos visto cmo la llegada de turistas puede cambiar el uso, e incluso la propiedad y la gestin de los recursos naturales. Pero ms all de esto, muchas veces tambin tiende a sobrexplotarlos. La aparicin del turismo implica cuatro factores de cambio en la relacin del lugar de destino con el ecosistema. Por una parte, la nueva actividad requiere de espacio fsico donde establecer las infraestructuras que cubrirn las necesidades de restauracin (hoteles, albergues, casas de segunda residencia, restaurantes, etc.), ocio (salas de espectculos, campos de golf, etc.) y comunicacin (infraestructuras viales, porturarias y aeroportuarias) de los turistas, as como de los trabajadores y trabajadoras que cubrirn las ocupaciones directas, indirectas e inducidas, temporales o permanentes, que el nuevo centro turstico crear (viviendas, cines, supermercados,) y los servicios que supondr todo el movimiento de capital (bancos, empresas de seguridad, 42 inmobiliarias, etc.). Por otra parte, la nueva actividad supone una relacin diferente con el patrimonio medioambiental. En algunos casos, este nuevo uso sustituye a otros tradicionales que van desapareciendo; la pesca deportiva por la pesca artesanal, por ejemplo. En otros se mantiene tambin el uso tradicional del recurso, por lo que aumenta la presin sobre ste, como se da en el caso del agua, que ahora tiene que cubrir las necesidades y actividades de los residentes tradicionales, de los emigrantes y de los turistas. Un tercer factor es el crecimiento de las necesidades energticas y de materiales. La construccin de infraestructuras y edicios requiere un uso mayor de metal y piedra. El aumento del transporte de personas y mercancas, de las necesidades lumnicas y de climatizacin, o de nuevo la construccin, conlleva una presin sobre las fuentes de energa existentes o la necesidad de importar mayor cantidad de energa, en forma de electricidad y de combustible fsil. Finalmente, otro factor de cambio proviene del tratamiento de los residuos generados. Se incrementa el volumen de desechos slidos y lquidos, y adems en su composicin entran nuevos elementos integrantes (plsticos, nuevos metales, aceites minerales, pilas y compuestos electrnicos, etc.). El resultado es que las estructuras tradicionales de retorno al ecosistema, como la produccin de abono natural para la agricultura (compost, ceniza,), se ven colapsadas y/o son incapaces de asumir esos materiales nuevos. Asimismo aumenta la emisin de desechos gaseosos procedentes de la combustin de energa fsil. Y tambin las emisiones acsticas, que pueden afectar a la fauna, a los residentes y a los mismos visitantes.
Tambin se puede clasicar las consecuencias medioambientales del turismo segn el ecosistema receptor del impacto. Y es que el turismo no slo acta sobre el ecosistema y los recursos locales, sino tambin sobre los de otros territorios. As, el aumento de la demanda energtica y la posibilidad de su transmisin a travs de la red elctrica puede conllevar la construccin de termoelctricas o pantanos en lugares alejados del centro de atraccin turstica. Las nuevas necesidades constructivas, o parte de ellas, se cubrirn con materiales (piedra y metales) extrados en otras zonas. Igualmente, la produccin y transformacin de productos adquiridos por el centro de atraccin turstica generar desechos en las zonas donde se producen. La demanda de agua puede aumentar como resultado del turismo, hasta el punto de tener que ser cubierta por recursos hdricos procedentes de otras regiones. La emisin de uidos contaminantes a las vas uviales afecta a las poblaciones de la cuenca que se encuentran ro abajo, y la de gases procedentes de combustibles fsiles al aire, a todo el planeta por mor del efecto invernadero. 43
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A partir de ello, BUND estableci un baremo del consumo de energa en el transporte por da invertido en el viaje que indicara su nivel de sostenibilidad. Percibiendo que el consejo qudese mejor en casa no sera bien recibido, BUND formul unas exigencias moderadas a partir de este baremo: Menos de 50 MJ*da: El viaje es sostenible 50-200 MJ*da: En buen camino para viajar ecolgicamente 200-500 MJ*da: Debera repensar el destino de viaje elegido 500-1000 MJ*da: El consumo de energa es demasiado alto para las vacaciones Ms de 1000 MJ*da: El viaje provoca graves daos ecolgicos. Qudese en casa. Dado que el turismo a destinos lejanos crece rpidamente, el Grupo de Trabajo para un Desarrollo Sostenible del Turismo (Arbeitsgemeinschaft fr Nachhaltige Tourismusentwicklung - DANTE) exhort a la Unin Europea a introducir medidas de prevencin del cambio climtico en relacin al trco areo que superen las metas del protocolo de Kyoto, protocolo que no considera este tipo de fuente contaminante. DANTE propone eliminar las subvenciones y los privilegios scales de los que se benecia el trco areo y reemplazarlos por medidas proteccionistas, como un mayor gravamen del carburante y disposiciones sobre ruidos y emisiones. Fuente: KAMP, C. El Trco Areo aniquila el clima, Turismovisin n5. 2002
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Compatibilizar los nuevos usos del espacio y recursos naturales con su sostenibilidad, una sostenibilidad que hasta ese momento dependa de un manejo diferente, y normalmente menos intensivo, no es tarea fcil, y muchas veces genera problemas medioambientales de difcil o imposible solucin. No obstante, en ocasiones el medioambiente se ve beneciado por el turismo, cuando determinado tipo (turismos de naturaleza) favorece el establecimiento de polticas conservacionistas. En estos casos, la proteccin del objeto de atraccin turstica, el paisaje, se convierte en una necesidad y es rentable econmicamente. Adems puede ayudar a jar la poblacin en el territorio cuando se dan procesos de emigracin rural. En Aragn, la consideracin de Parque Cultural de determinadas comarcas con valor paisajstico e histrico tiene un doble objetivo: salvaguardar el patrimonio natural y cultural, y a la vez dinamizar territorios especialmente castigados por la emigracin y la regresin econmica. Para ello el turismo aparece como un recurso esencial.
Pero las medidas conservacionistas tambin pueden generar problemas cuando suponen un conicto con el uso que la poblacin local realiza de los recursos naturales. A principios de la dcada de 1990, en la isla de Sumba (Indonesia) se estableci el Parque Nacional de Wanggameti, un rea protegida por su rica biodiversidad y su potencial turstico. En el interior y alrededores de Wanggameti hay 17 comunidades campesinas. Esta poblacin realizaba unos usos tradicionales de los recursos del bosque que ahora se consideraron perjudiciales para el ecosistema de la Reserva, por lo que fueron prohibidos. La poblacin se opuso mediante la desobediencia, e incluso el sabotaje. Ante esta situacin, el gobierno lleg a desalojar la poblacin de algunas comunidades con el consiguiente incremento del conicto. En Tanzania, ya en 1922, los habitantes de Selous fueron desalojados para establecer en su territorio un rea protegida y reserva de caza18.
Histricamente, el turismo de masas se ha mostrado agresivo con los ecosistemas y los 45 recursos naturales, ya que se basa en una fuerte concentracin de personas y servicios en un espacio delimitado, y con unas necesidades y requerimientos superiores a las que pueden ofrecer sus recursos naturales, tal como eran manejados originalmente. Cuando se inicia el desarrollo de un destino turstico de masas, promotores, autoridades y poblacin local en general se encuentran ante un doble desafo. El primero es impedir que el mbito inmobiliario entre en recesin. Ya hemos indicado que ste es uno de los sectores econmicos ms activos que acompaan el desarrollo del turismo: a medida que el destino turstico pasa por sus fases de crecimiento, requiere un mayor nmero de infraestructuras de transporte y edicaciones. Una vez iniciado el desarrollo del sector, se hace muy difcil establecer lmites. Las actividades propiamente tursticas (ocio y restauracin) se pueden seguir manteniendo aunque el proceso de crecimiento se modere o detenga: restaurantes, hoteles y espectculos siempre necesitarn trabajadores y generarn ingresos aunque ya no se abran nuevos establecimientos. En cambio, por su propia naturaleza, el sector inmobiliario no puede estancarse: acabada una construccin, requiere otra so pena de entrar en crisis, y con ello arrastrar al territorio a la recesin debido a su carcter de motor econmico. El segundo reto es enfrentar las fases de estancamiento y crisis del Ciclo de Vida del Destino Turstico. Para ello no hay una sola pauta de desarrollo. Pero si sumamos a este reto el primero, se tiende hacia modelos desarrollistas; es decir, se opta por hacer ms competitiva la oferta reduciendo los precios y ampliando el abanico de servicios.
18. UNEP World Conservation Monitoring Centre - Protected Areas and World Heritage Programme (www.unep-wcmc.org/protected_areas)
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Y esto se consigue aumentando el proceso urbanizador: complejos tursticos ms grandes, para as hacer funcionar la economa a escala, y con mayores ofertas (ms espacios de ocio y ms novedosos, ampliacin de las infraestructuras, etc.). En trminos medioambientales, esto se traduce en un mayor uso del espacio y de los recursos, incluso por encima de lo legalmente reglamentado. Las instituciones pblicas, ante el temor de la recesin y la presin de los sectores inmobiliario, turstico y comercial, aceptan estas transgresiones y favorecen recalicaciones que conllevan un elevado costo ecolgico. En Catalua, por ejemplo, Greenpeace denunciaba que la mayor parte de los campos de golf catalanes carecen de la licencia de riego exigida. El afn de ampliar el aeropuerto de Barcelona para aumentar el caudal de vuelos diarios se hizo a costa de construir una tercera pista que ha daado irremediablemente el delta del ro Llobregat, de importante valor ecolgico, y las condiciones de vida de los habitantes de la cercana localidad de Viladecans, debido al ensordecedor ruido 46 de los aviones al despegar. Siguiendo la tipologa de factores de cambio establecida al principio del captulo, vemos que el turismo de masas se caracteriza por un fuerte requerimiento de espacio fsico. Entre las ms generalizadas est la urbanizacin de espacios naturales y agrarios, la ampliacin de infraestructuras viarias que tambin afectan a este tipo de reas, el emplazamiento de pistas de esqu en zonas vrgenes de alta montaa o la construccin de puertos deportivos y paseos martimos en las costas, que pueden afectar la constitucin del litoral de forma permanente. Volviendo al ejemplo de Barcelona, ciudad que a partir de la celebracin de las Olimpiadas de 1992 se convirti en un destino turstico de renombre internacional, la construccin de una plataforma articial ganando terreno al mar para la celebracin del Forum 2004 cre un serio problema para el mantenimiento y regeneracin natural de una parte importante de las playas de la provincia, que se alimentan de la arena que transporta la corriente marina y que ahora se ve obstaculizada por esta construccin19. El turismo de masas tambin incide de forma importante en la relacin con el patrimonio medioambiental y los recursos. En las zonas de costa, el ecosistema de playa natural se pierde en favor de una determinada concepcin esttica de playa recreativa: desaparecen las dunas, marismas y cinagas, ya sea porque restan espacio a los turistas que quieren tomar el sol, ya sea porque estn infectadas de insectos, si bien precisamente por ello suelen ser zonas de alto valor avcola; se limpia y remueve la arena con asiduidad, lo que impide el crecimiento de la vegetacin propia de
19. Greenpeace Espaa Destruccin a toda costa: Informe 2004 (www.greenpeace.org/espana_es)
la playa; se recogen los restos vegetales y animales que llegan arrastrados por las corrientes marinas, aunque juegan un importante papel en el ecosistema litoral; etc. El caso del agua es ejemplar: a mayor nmero de poblacin, mayor consumo de agua. Cuando se supera la capacidad hdrica de la regin, el ecosistema o sectores como el agrario ven cmo la cantidad de lquido al que pueden acceder se reduce por debajo de sus necesidades. El turismo de masas tambin afecta notablemente el tercer factor de cambio en la relacin del lugar con el ecosistema: el de las necesidades energticas y materiales. Las necesidades constructivas, de transporte, de ocio y de restauracin de toda la poblacin concentrada, convierten al destino turstico en un fuerte consumidor energtico y de productos. Son necesarias infraestructuras que la mayor parte del ao, cuando no es temporada alta, quedan infrautilizadas. Por ltimo, los ncleos tursticos de masas generan ingentes cantidades de residuos 47 y de emisiones de gases contaminantes que pueden disminuir la calidad del aire y el agua. En las primeras fases del desarrollo turstico, a no ser que previamente se estableciera un diseo del crecimiento, se suelen utilizar los mecanismos de eliminacin de residuos tradicionales en la zona. El vertido de los residuos lquidos al mar y a ros es un ejemplo claro. En zonas de vocacin rural, cuando slo hay un limitado nmero de poblacin y los desechos son mayoritariamente orgnicos, estos depsitos naturales pueden reintegrar los residuos al ciclo biolgico, pero se ven colapsados cuando el nmero de residentes, temporales o permanentes, es muy superior, tienen un mayor nivel de consumo y aumenta la proporcin de residuos inorgnicos (aceites industriales, detergentes, etc.). El caso de Cancn es ejemplar. Cancn se encuentra en el estado mexicano de Quintana Roo, a orillas del Caribe. El turismo se desarroll en torno al Sistema Lagunar Nichupt, cuya principal laguna es Bojrquez. Originalmente se concibi como un destino turstico de lite. Pero tras el paso del devastador huracn Gilberto en 1988 se opt por abrir Cancn al turismo de masas, con la esperanza de que una rpida entrada de ingresos permitira cubrir los costos de reconstruccin. Esto gener fuertes impactos medioambientales. Uno de los principales problemas ecolgicos se encuentra en que los hoteles arrojan todos los desechos a la laguna de Bojrquez sin tratamiento alguno. La laguna, donde habitaba un gran nmero de especies animales, vio alterado su equilibrio ecolgico y la mayor parte de su fauna acab desapareciendo20.
20. Salazar Daz, L. Los focos rojos del turismo vinculado a la cultura: cuatro casos mexicanos II Congreso Internacional de Turismo Cultural NayA. 2003. (www.naya.org.ar/turismo/ congreso2003)
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Vanse las siguientes propuestas didcticas: - Texto 4: El Plan Hidrolgico Nacional: turismo y trasvase de agua - Pelcula 4: Un lugar llamado Milagro - Pelcula 3: La Caja 507 - Propuesta video 2: Cundo hay que parar? - Propuesta video 3: Los impactos medioambientales
Medioambiente y turismos de pequeo formato 48 pequeo formato, como el de lujo o el alternativo, tambin pueden hacer un uso
no sostenible de los recursos y provocar daos en los ecosistemas. Pensemos que bajo el concepto turismo alternativo se agrupan diversas formas de turismo que no siempre buscan un desarrollo sostenible de la actividad, sino que slo expresan la contraposicin al turismo de masas o que se caracterizan por ofrecer experiencias ms vivenciales, como el turismo de aventura y el deportivo. En trmino cuantitativos, el turismo de masas genera un mayor impacto global. Los turismos de pequeo formato, al ser minoritarios, generan una presin sobre los recursos y ecosistemas menores en trminos absolutos. Sin embargo, cuando no adoptan un modelo de turismo sostenible, su impacto en trminos relativos, es decir, en relacin al nmero de practicantes, puede ser mayor. El Everest, en el Nepal, es el pico ms alto del mundo. Cada ao decenas de expediciones se lanzan a su conquista y en el camino van dejando un reguero de desperdicios que han acabado atestando buena parte de la montaa. Volviendo a los factores de cambio en la relacin del destino con el ecosistema, los turismos de pequeo formato inciden especialmente en la relacin con el patrimonio medioambiental. En algunos casos, favorecen procesos de erosin. En la montaa, la proliferacin de actividades como la conduccin con vehculos todo terreno y motocicletas, adems de perturbar el hbitat natural, genera problemas de erosin y compactacin de los suelos. En la Polinesia, la construccin de resorts en los atolones supone un grave desgaste del arrecife coralino. Este tipo de turismo tambin puede generar daos en la fauna y vegetacin autctona. Las embarcaciones recreativas de lujo, que se mueven entre islas y zonas relativamente vrgenes y de complicado acceso, pueden ser el medio involuntario de transporte de especies vegetales y animales No slo el turismo masicado incide sobre el medioambiente. Formas de turismo de
forneas adaptables, y fuertemente competidoras que sustituyan a las autctonas. La caza mayor de especies animales exticas, muchas veces en peligro de extincin y protegidas, es una prctica turstica que tambin afecta la fauna de un determinado ecosistema.
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Igualmente, tarea tradicionalmente asumida por la mujer en muchas sociedades rurales es la limpieza de los bosques a travs de la actividad de recogida de lea. En un proceso similar, la mujer tender a sobreexplotar los recursos boscosos ms cercanos al hogar y a abandonar los ms distantes, con el consiguiente aumento del riesgo de incendios21. No hay, todava, investigaciones que estudien la relacin de la reestructuracin de tareas domsticas a las que lleva el turismo con el uso de los recursos naturales y su sostenibilidad. Pero es lgico pensar que esta nueva actividad genere, o pueda generar, procesos similares a los descritos, ya que stos se deben a la diversicacin y al aumento del trabajo domstico, sea cual sea su causa (emigracin, tareas relacionadas con el turismo, etc.).
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21. Collins, J.L. Unseasonal Migrations: the Effects of Labour Scarcity in Peru. Princenton: Princenton University Press. 1988
Este indicador, adems de permitir observar si la poblacin mundial vive por encima de sus posibilidades medioambientales, tambin muestra las relaciones entre diferentes territorios y entre sectores sociales: revela quin requiere, para mantener su nivel de consumo, ms supercie, y quin requiere menos, y por tanto, quin utiliza ms territorio del que posee. As, pases del Norte como los europeos occidentales ms poblados o Japn ocupan ecoespacios diez veces superiores e incluso mayores, que el territorio que ocupan. Recientemente, la World Wide Fund (WWF) de Gran Bretaa y diferentes investigadores han aplicado este indicador en el mbito del turismo internacional: la Huella Vacacional (Holiday Footprint). Este nuevo indicador permite a los operadores tursticos calcular el impacto ambiental de sus ofertas e identicar las posibilidades de reduccin de los costos ecolgicos. Como en el caso de la Huella Ecolgica, la Huella Vacacional cuantica el rea necesaria para cubrir el costo ecolgico de unas vacaciones particulares, si bien para ello utiliza algunas fuentes de clculo diferentes: viajes internacionales, consumo energtico y emisin de desechos de hoteles, etc. WWF ha desarrollado un programa informtico que permite calcular, antes del viaje, su huella vacacional. WWF-UK ha aplicado este software en dos destinos tursticos muy comunes entre los ingleses: las islas de Mallorca y Chipre. El clculo descubri que los viajes a Chipre tenan una huella ecolgica muy superior a los de Mallorca: 0.03 hectreas por noche y persona frente a 0.07, respectivamente. Esto se deba a varias razones. Entre otros, la distancia (volar a Mallorca, ms cercana a Inglaterra, supone un costo medioambiental inferior), el impacto energtico de los hoteles (si bien el consumo es similar, la fuente de produccin de electricidad en Chipre es ms contaminante) y los medios de transporte utilizados en el destino (en Chipre hay una mayor proporcin de viajes en coche y todo terreno). Fuentes: REES, W. & M. WACKERNAGEL Our Ecological Footprint of Nations: Reducing Human Impact on Earth. Canad, New Society Publ. 1996; WWF-UK Holiday Footprinting: A Practical Tool for Responsible Tourism. 2002 (www. wwf.org.uk/lelibrary/pdf/holidayfootprintingfull.pdf)
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Impacto cultural
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El turismo internacional se ha convertido, en las ltimas dcadas, en uno de los principales factores de interrelacin cultural. Viajero y antrin tienen la oportunidad de observar usos y costumbres exticas. Reciben y procesan, as, una informacin que puede llevar a cambiar sus normas, valores, costumbres y cultura material. Si bien los tipos de impacto cultural que puede provocar el turismo son muy diversos, hay algunos que han suscitado un especial debate e inters. Entre ellos, podemos destacar su capacidad de consolidar o enfrentar estereotipos, de favorecer procesos de cambio en las normas y valores sociales, o de revalorizar o daar el patrimonio. La Organizacin Mundial del Turismo ha reivindicado en diversos textos y documentos su capacidad de romper con los estereotipos culturales. Desde este punto de vista el turismo, especialmente el internacional, permite a viajeros y antriones conocer otras maneras de vivir, de entender la realidad, de creencias y de costumbres.
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Es innegable que el turismo conlleva intercambio de informacin, incluso cuando no existe una relacin oral por las limitaciones del idioma, o el turista queda encerrado en una burbuja cultural como sucede en los viajes organizados o en el caso de los resorts todo incluido, enclaves que ofrecen los servicios de restauracin y ocio necesarios para pasar las vacaciones sin tener que salir del recinto hotelero. El problema es que la informacin que se transmite puede llegar deformada. El turista se acerca a los lugares con una imagen predenida de lo que va a encontrar. Esta imagen es difcil de romper, ms cuando muchas veces la poblacin y touroperadores locales se adaptan a ella para asegurar el ujo de turistas. Y a la vez, el turista aparece muchas veces a ojos del local slo como un consumidor que cuenta con capacidad econmica y tiempo para el ocio; es decir, como una fuente de recursos. De esta manera, unos crean estereotipos de los otros, y cuando les toca interrelacionarse lo hacen a partir de tpicos preconcebidos. La difcil situacin econmica en que entr Cuba tras el n de la Guerra Fra y el desarrollo del turismo en la dcada de 1990, favorecieron el resurgir de la prostitucin como oferta para los extranjeros. Una prostitucin que, por sus especiales caractersticas, acab recibiendo denominacin propia: jineterismo. El gobierno cubano reaccion estableciendo duras medidas represivas hacia esta actividad. Esta poltica no fue capaz de frenarla, pero s favoreci la formacin de un sector social marginal que se dedica a la prostitucin y a otras trapicheras con los extranjeros. Ante esta situacin, buena parte de la poblacin cubana, especialmente la femenina y en las zonas ms tursticas, rehye el contacto con los visitantes ante el temor de ser confundida y tachada de jinetera.
Esto ha llevado a que ese sector marginal haya monopolizado las relaciones con los turistas, y que stos regresen a sus pases de origen con la idea de que todas las mujeres cubanas practican o son propicias a practicar el jineterismo. En poco tiempo, se consolid una imagen de Cuba como la de un paraso para el turismo sexual. A la vez, la imagen del visitante en Cuba fue tomando el de la persona que practica este tipo de turismo. Y ambos estereotipos se han ido retroalimentando: cada vez son ms los turistas que visitan Cuba con un objetivo maniestamente sexual, y la oferta sexual es la primera que recibe el turista en las calles de La Habana y de otros focos tursticos del pas. La informacin que se transmite entre turista y antrin, por tanto, suele ser muy sesgada. Factores como el tipo de viaje, su corta duracin, la situacin liminar que vive el viajero durante sus vacaciones, la existencia de prejuicios previos al contacto o los obstculos culturales e idiomticos pueden llevar a que, tanto el local como el turista, slo recojan pinceladas descontextualizadas de informacin que acaban 55 creando o consolidando los tpicos e imgenes estereotipadas del otro que, se supone, el turismo tena que combatir.
Vanse las siguientes propuestas didcticas: - Texto 5: Refuerzo de los estereotipos culturales - Pelcula 1: La playa
Detractores del turismo arman que el desarrollo de este sector suele ir acompaado de un aumento de la delincuencia. Ciertamente, la aparicin de poblacin con un cierto nivel adquisitivo, relativamente desprotegidos (estn fuera de su mbito natural y su obligado regreso a casa diculta cualquier posterior proceso judicial), y en ocasiones, demandantes de servicios o productos ilegales (prostitucin infantil, droga) atrae a grupos de delincuentes callejeros ms o menos organizados y la consiguiente inseguridad ciudadana. Sin embargo todo crecimiento econmico, y no slo el que se basa en el turismo, es caldo de cultivo para actividades ilcitas ms o menos de guante blanco. El desarrollo de sectores a la sombra del turismo, como la construccin o la banca, favorece el de actividades delincuenciales de alto nivel: blanqueo de dinero, compra de cargos polticos, recalicaciones de terreno ilegales, etc. Pero estos sectores no slo crecen por efecto del turismo.
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Y no slo cuando lo hacen por efecto del turismo se dan las actividades delincuenciales sealadas. La economa ilegal, y las actividades ilcitas que le acompaan, crecen cuando se da un crecimiento econmico generalizado, sea cual sea la industria que lo promueve.
Vase la siguiente propuesta didctica: - Propuesta video 4: El problema del turismo sexual infantil
Pero a pesar de su importancia, la relacin entre turismo y VIH-SIDA no se agota ah. Por el contrario, concentrarse nicamente en los riesgos del turismo sexual puede tener efectos indeseados como el de estigmatizar la actividad turstica asociada a unos determinados destinos, u ocultar otras situaciones de riesgo. Uno de los factores de riesgo que en los ltimos tiempos ha destacado ms en la literatura cientca es el de la movilidad poblacional, ya sea motivada por cuestiones laborales como por ocio; tenga carcter fugaz, temporal o permanente. La prevencin debe abordarse desde el fenmeno de la movilidad poblacional tomando en cuenta al conjunto de la poblacin que, de forma permanente o temporal, ocupa un determinado territorio, y no slo a determinados colectivos, como los camioneros o las trabajadoras sexuales con las que ellos se relacionan, muchas veces anatematizados. Esto no sera ms que una ampliacin del concepto limitado de grupo de riesgo, clsico en la epidemiologa de las ITS. La movilidad implica tanto a las personas que se desplazan como a las poblaciones que los reciben, y se reere tanto a las migraciones como al turismo de todo tipo. Por otra parte, la relacin entre turismo y sexualidad no slo, ni necesariamente, se plantea desde los parmetros del turismo sexual. El turismo est asociado a la idea de ocio y diversin y, por tanto, a la posibilidad de acceder a contactos sexuales de carcter espordico entre iguales, sin que medie una relacin de desigualdad. El riesgo est en que en estos contactos, fuera del contexto habitual del turista, no se mantengan prcticas de sexo seguro y que la persona, por la misma situacin de novedad y excepcionalidad, relaje sus medidas de prevencin. La prevencin de la epidemia del VIH-SIDA no puede reducirse en la denuncia del turismo sexual, por importante que sea, sino que se debe intervenir en el conjunto de la actividad turstica.
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El turismo tambin es un fenmeno que favorece el cambio de las normas y valores sociales. En una Espaa aislada social y polticamente bajo el peso de una dictadura que impona a la ciudadana valores muy conservadores y de fuerte raz religiosa, la llegada de turistas europeos que invadan la costa mediterrnea durante los meses de verano en los aos 60, con costumbres mucho ms abiertas en lo concerniente a las relaciones hombre-mujer y la comprensin del propio cuerpo, supuso una autntica revolucin.
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Este cambio de normas y valores afecta, especialmente, a las relaciones de gnero. En algunos casos el turismo ha permitido una mejora de la autoestima de la mujer, incluso el surgimiento de una percepcin de gnero. En ciertas zonas de la Grecia rural, la creacin de cooperativas formadas y dirigidas por mujeres para gestionar el turismo permiti romper su rol tradicional y reinventar las relaciones hombremujer22. En otros, en cambio, el turismo ha empeorado la situacin de la mujer. El desarrollo del turismo en determinadas zonas de Kerala (India), como Kovalam, favoreci el orecimiento del turismo sexual, y sus mujeres empezaron a tomar mala fama. Ante ello, las familias con cierta capacidad econmica empezaron a enviar a sus hijas, aun con edades menores de 12 aos, fuera de la regin. Era la nica manera de que no fueran conocidas como chicas Kovalam y de asegurar su reputacin, ya que el honor de la familia descansa en la castidad de la mujer y sin este reconocimiento sus 58 posibilidades de casarse son muy escasas. Las familias ms pobres, sin embargo, no pudieron practicar esta estrategia23. En lneas generales, se puede armar que el impacto del turismo en las normas sociales y en lo que respecta a la mujer vara segn el papel que sta asuma en el desarrollo de la industria. Finalmente, otro de los impactos culturales que se le suponen al turismo es su capacidad de promover la preservacin y revalorizacin del patrimonio y de la cultura autctona. Para algunos autores, el turismo puede estimular el inters de los residentes por sus propias manifestaciones culturales y por su herencia histrica y artstica. Igualmente, puede favorecer la rehabilitacin y recuperacin de monumentos, edicios y espacios, ya que ahora tienen una funcin econmicamente rentable: atraer turistas. En este sentido, la catalogacin de una ciudad o monumento como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO no tiene slo un valor histrico-artstico que permite asegurar un respeto por su integridad y alimentar el orgullo de los habitantes del lugar, sino que acta como un sello de garanta para el turismo cultural. Muchas veces ste es uno de los principales objetivos de las instituciones y colectivos que promueven la catalogacin, as como de la propia UNESCO: su poltica, desde hace unos aos, de favorecer el otorgamiento de la distincin no slo a bienes y lugares concretos, sino a itinerarios y rutas, a veces de carcter transfronterizo, as lo evidencia.
22. Castelberg-Koulma, G. Greek women and tourism: womens co-operatives as an alternative form of organisation, en Sinclair, M.Y (ed.) Working Women. London: Routledge. 1991 23. Rao, N. Women and Children Equations. India. 1997
La ciudad canaria de San Cristbal de la Laguna fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1999. La principal razn de la catalogacin fue su estructura urbana: ejemplo de ciudad no forticada, fue concebida como si de una carta marina se tratara, en el que cada punto tiene un especial signicado simblico, y siguiendo el modelo preconizado por Platn en su dilogo Las Leyes. Sin embargo, intervenciones inmobiliarias realizadas con la aquiescencia de las autoridades municipales en los ltimos aos han provocado que la UNESCO se plantee retirar la distincin. Ante esta situacin, ha nacido una oposicin ciudadana a la actuacin municipal y se ha generado un amplio debate pblico que ha obligado al ayuntamiento a replantear su poltica urbanstica y puede que permita salvar el patrimonio de la ciudad24. En este caso, el temor de perder un sello de garanta que atrae un turismo cultural (considerado de calidad, a diferencia del de sol y playa, dominante en el archipilago) puede favorecer la conservacin de un patrimonio de alto valor histrico-artstico. Son muchos los casos en que el patrimonio material no ha cado bajo la accin del 59 buldzer o del abandono, gracias a su posible rentabilizacin como atractivo para el turismo. La Habana Vieja, el casco antiguo de La Habana, no empez a ser recuperada hasta que, debido a la cada del bloque socialista, el turismo se convirti en uno de los principales ejes econmicos de Cuba. Curiosamente, este costoso proceso de rehabilitacin se inici en el momento de mayor crisis del pas desde el triunfo de la Revolucin. Con el apoyo de la cooperacin ocial y no gubernamental espaola, se ha recuperado la milenaria ciudad caravanera de Walata, en Mauritania. No obstante, la sostenibilidad y el xito de la accin slo ser posible si Walata consigue convertirse en un punto de destino para el turismo, que recorre el Sahara occidental. El turismo cultural no es slo una opcin para aquellas localidades o regiones con un patrimonio monumental de reconocido valor histrico-artstico. En la dcada de 1970, la Corporacin de Turismo de Venezuela inici el Programa Integral de Posadas Tursticas. El programa tena como objetivo fomentar un turismo cultural y rural de pequeo formato, gestionado por las propias comunidades, que adems de aumentar sus ingresos permitiesen rescatar su identidad y sus actividades culturales (festividades, produccin artesanal, gastronoma, etc.). El programa consigui ambos objetivos, entre otras cosas porque consider siempre el papel del turismo desde un planteamiento global de desarrollo, lo que impidi la intromisin de prcticas de tipo comercial que hubieran podido vulnerar y desnaturalizar la identidad y cultura autctonas25.
24. Capel, H. Las rutas culturales como patrimonio de la humanidad, Biblio 3W: Revista Bibliogrca de Geografa y Ciencias Sociales 10 (562). 2005 25. Ascanio, A. Turismo y desarrollo de la comunidad: un primer paso para rescatar la identidad cultural, Pasos: Revista de Turismo y Patrimonio Cultural, 2(2): 155-161. 2004
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Actualmente, si bien la mayor parte de los turistas que llegan a Okanagan es durante los Festivales, y el centro de inters est en la produccin vitivincola, se han ido desarrollando otras ofertas de tipo cultural y natural que estn favoreciendo la prolongacin de las temporadas tursticas. Pero adems, los Festivales han permitido aumentar el prestigio de los vinos y de otros productos de la regin. De esta manera, el turismo no slo ha permitido diversicar y aumentar los ingresos en Okanagan, sino revitalizar y prestigiar su cultura e industria agraria. Fuente: OMT Cooperacin y asociaciones en turismo: Una perspectiva mundial. Madrid: OMT. 2004
Pero igual que el turismo puede favorecer la revaloracin, o incluso la recuperacin, de un monumento histrico-artstico o de una manifestacin cultural, tambin puede ponerlos en peligro. En aquellos casos en que el turismo cultural es el principal motor de desarrollo de una poblacin surge el inters por aumentar el nmero de visitantes, infravalorando la Capacidad de Carga de los monumentos. Una vez ms, se puede acabar matando a la gallina de los huevos de oro. El santuario histrico de Machu Picchu, en el Sur del Per, es uno de los principales conjuntos monumentales de reclamo turstico del mundo, y el Camino del Inca, un circuito de varios das que conduce de la ciudad de Cuxco a la ciudadela prehispnica, a travs de diversos yacimientos arqueolgicos y lugares de inters natural, es uno de los trekking ms conocidos.
El xito de ambas atracciones tursticas, de las que viven los habitantes de Aguas Calientes, el pueblo antesala del Machu Picchu, y la agencias de viajes de Cuzco, acabaron por provocar un alarmante deterioro del patrimonio y del espacio natural. Por suerte, la presin del mundo cientco e intelectual peruano e internacional oblig a las instituciones pertinentes a regular y reducir drsticamente el nmero de visitantes. En otros casos, el peligro se encuentra en los mismos programas de recuperacin y preservacin del patrimonio. As sucede cuando se centra exclusivamente en monumentos concretos, eludiendo las necesidades de rehabilitacin necesarias para mejorar la calidad de vida de los habitantes. Al nal, estos programas acaban siendo limitadores para el desarrollo turstico. Cuando esto sucede, el turista se convierte en un ave de paso, que llega en su autocar al punto de inters y marcha al poco tiempo, huyendo de una localidad que carece de las condiciones de habitabilidad mnimas que le podran animar a alargar la estancia. Por ello, las polticas de rehabilitacin slo pueden ser exitosas 61 si encuentran el equilibro entre preservacin del patrimonio y la adecuacin de servicios y equipamientos26. Los planes de preservacin tambin pueden conllevar riesgos cuando acaban transformando el lugar en una especie de parque temtico, en el que el patrimonio se convierte en un espectculo y pierde su valor histrico y testimonial. Son en estos casos cuando las rehabilitaciones se hacen en base a un arquetipo de belleza ahistrica o segn las necesidades de la industria turstica. De nuevo encontramos un ejemplo de este tipo de agresin al patrimonio en el Per, en este caso en la ciudad de Cuzco, antigua capital del Imperio inca. Cusco es uno de los focos de atraccin turstica ms importantes del subcontinente sudamericano. El inters por mejorar la imagen de la ciudad ha favorecido rehabilitaciones de edicios, espacios y muros prehispnicos y coloniales que nada tienen que ver con la realidad. Las intervenciones se realizan en base a factores estticos, en ocasiones ms que discutibles, y no a partir de un proceso previo de documentacin histrica. Durante las dcadas de 1980 y 1990, las remodelaciones del casco antiguo llenaron sus plazas de estatuas y fuentes que desguraron el aspecto que haban mantenido durante siglos. Tambin en la dcada de 1990 se intervino en el templo inca del Qoricancha. Si bien la rehabilitacin permiti la recuperacin visual y urbana del edicio, los arquitectos, en pos de un mayor efecto escenogrco, construyeron nuevos muros incaicos donde nunca los haba habido.
26. Carrin, F. (ed.) Desarrollo cultural y gestin en centros histricos. Quito. FLACSO. 2000
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En cambio, no se puso dicultades a las ampliaciones de infraestructuras hoteleras que, adems de romper la sonoma de la ciudad y ocultar edicios monumentales, conllevaron el destrozo de restos prehispnicos de alto valor histrico y arqueolgico27. Cada vez ms, la recuperacin del patrimonio para el desarrollo de un turismo cultural est presentndose como una estrategia para enfrentar la crisis del turismo de masas en zonas caracterizadas por una histrica dependencia econmica de este sector. Este es el caso de la costa mediterrnea espaola, donde tradicionalmente siempre haba imperado un turismo de sol y playa, ahora en decadencia debido a la sobreexplotacin y al surgimiento de otros lugares de destino ms competitivos. En vez de plantear un reequilibrio de la economa que reduzca la dependencia econmica del turismo, se ha optado por una poltica de reconversin de parte del sector y de complementacin del modelo actual con una oferta cultural y urbana, que muchas veces utiliza como motor 62 de desarrollo de grandes eventos internacionales y proyectos urbansticos faranicos. Es el caso de Barcelona, con la realizacin de las Olimpiadas en 1992 y del Forum de las Culturas en el 2004. O de Valencia, con la construccin de la Ciutat de les Arts i de les Cincies o la organizacin de la Copa Amrica del 2007. Cuando no existe un patrimonio material, o el que hay se considera insuciente para los objetivos propuestos, se puede acabar creando. ste es el caso de Bilbao, que est basando su promocin turstica en el museo Guggenheim, inaugurado en 1997. Este mismo ao empez a manifestarse la Virgen de Ftima a una mujer del pueblo de Cojutepeque, en El Salvador, ordenndole la construccin de una baslica en su honor en un cerro cercano de alto valor ecolgico. La edicacin, que supondra la tala de parte del bosque y la perforacin del suelo, acab dividiendo a los habitantes del pueblo. Mientras que una parte, apoyados por movimientos proteccionistas locales, se oponen, temerosos de que dae irreversiblemente las fuentes de agua que nacen en el cerro y que nutren al pueblo, otros, apoyados por la Iglesia y el Ayuntamiento, estn de acuerdo con la propuesta... que entre otras cosas, perciben que ha de favorecer la llegada de un turismo de tipo cultural-religioso. Hay un patrimonio cultural no monumental que tambin se ve afectado por el desarrollo turstico. La artesana popular es un ejemplo de ello. Aunque el turismo no es el nico factor que ha inuido en el cambio de funcin de la artesana, fenmeno que se ha dado en la mayor parte del mundo, s ha sido uno de los ms inuyentes. A la vez que los productos industriales realizados en serie y relativamente baratos fueron
27. Gutirrez Samnez, J.C. La destruccin del patrimonio monumental del Cusco. Lima: Lluvia Editores. 2000
inundando todos los hogares del planeta, sustituyendo a los artesanales, el turismo fue creando una demanda de este tipo de productos con un objetivo ornamental o de recuerdo; el omnipresente souvenir. Este cambio del tipo de cliente y de utilidad tambin ha conllevado un cambio en la tipologa del producto. El objeto artesano se va adaptando a las necesidades del turista (productos relativamente pequeos y de poco peso, resistentes al maltrato que padece el equipaje en los aeropuertos, y barato), y tambin adapta sus formas y dibujos a una imagen estandarizada que el cliente asume como lo autntico. En los lugares de recepcin masiva de turistas, el souvenir puede acabar producindose de manera industrial; en ocasiones, incluso en otros pases o regiones, para ser luego importados a las zonas donde se venden a los turistas como productos autctonos. Este proceso de cambio en el uso y de las formas de la artesana ha generado un debate entre quienes creen que se trata de un proceso degenerativo de la cultura material de un pueblo, y quienes piensan que es una adaptacin a condiciones nuevas que permiten 63 mantener esta actividad manufacturera. Un estudio comparativo realizado en tres zonas andinas (la ciudad de Otavalo en Ecuador, la comunidad de Jalqa en Bolivia y la isla de Taquile en Per) descubra que los cambios en la artesana textil para adecuarla al consumo turstico haba sido una acertada estrategia que haba revalorizado la identidad social, adems de convertirse en una importante fuente de ingresos28. Con el tiempo, la artesana-souvenir ha ido cayendo en el menosprecio de un sector de los viajeros. As, junto con el consumidor de este tipo de productos, coexiste una clientela ms sosticada que busca artesanas originales. Esto ha propiciado la aparicin de mercados y circuitos de compra-venta de antigedades. Un artesano local podra hacer ese tipo de piezas con la misma calidad. Pero aqu el valor lo da tanto el cmo se ha elaborado como el para qu: el valor lo da el hecho de haber sido elaborado para su funcin original y utilizado como tal. Este tipo de mercado, en el que a veces se confunde la pieza antigua del resto arqueolgico, ha favorecido el expolio de yacimientos y viviendas rurales (actividad prohibida la primera y permitida la segunda) y la consiguiente prdida de documentacin y patrimonio histrico.
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Para cubrir la demanda de este turista sosticado, tambin ha aparecido una artesana que podramos denominar artstica o de rma. Se trata de un tipo de producto que no pretende vender lo autntico, sino que recrea las tcnicas y estilos de la artesana tradicional a partir de la visin propia del autor, o que slo recupera de la tradicin los materiales y la tcnica. Los ms renombrados de estos artesanos-artistas llegan a exponer sus obras en museos y reconocidas galeras internacionales, y sus piezas pueden alcanzar precios muy elevados. Firmas como el de Hilario Mendvil, en Per, o Gustavo Prez, en Mxico, se han hecho prestigiosas en todo el mundo. El turismo tambin puede favorecer cambios que despojan las manifestaciones culturales de su signicado, y slo salvaguardan los elementos ms epifenomnicos, ms visibles, que son tratados como un espectculo teatral. Las danzas y rituales autctonos son un ejemplo claro. En muchos pases se muestran en forma de atraccin para los turistas, fuera de su contexto cultural y de su razn de ser original.
La disminucin del rol de la poblacin en el moussem a favor del makhzen tambin se evidencia en otros aspectos, como por ejemplo las actas de bodas colectivas. A la poblacin se les relega a un segundo plano, mientras que los mejores lugares se reservan para los turistas. Igual sucede con buena parte de los espectculos musicales. Hay que sealar que el moussem ha ido cambiando su carcter ldico-ceremonial rural a favor de una oferta ms dirigida a los gustos urbanos de los turistas. Medios de comunicacin tambin han popularizado la esta como si de un mercado de mujeres dispuestas para el matrimonio se tratase, y la idea de que ello era posible sin que fuera necesario el consentimiento paterno. Esto ha generado descontento entre la poblacin de Imilchil, celosa de su dignidad, ya que favorece la creencia de que sus mujeres son muy libres. En realidad las actas de bodas colectivas son resultado de un proceso de negociacin entre familias, en el que se respetan escrupulosamente estrictas normas de endogamia y exogamia. Resultado de todo este proceso la poblacin local se ha ido desvinculando de su propia esta. As por ejemplo, hoy en da apenas se producen registros de actas matrimoniales durante el moussem. Los benecios que genera el moussem no se reparten uniformemente en Imilchil, sino que se concentran en la poblacin que trabaja directamente en el sector turstico. Pero las principales crticas de los locales no se dirigen a los turistas, sino a los funcionarios estatales; en ltima instancia, lo acaecido con el moussem forma parte de una poltica ms amplia de control del territorio berebere por parte del makhzen. Fuente: Berlanga Adell, M.J. Turismo y poder: las transformaciones de una esta popular en Marruecos, Pasos 2 (1): 25-45. 2004
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La alimentacin tambin es otro aspecto cultural en el que suele incidir el turismo. Como efecto reejo de las tendencias alimentarias occidentales, la diversidad regional tiende a desaparecer en favor de esos modelos alimentarios. La aparicin de cadenas de comida rpida es el ejemplo ms destacado. Hoy podemos encontrar exitosos establecimientos de la multinacional McDonalds en los lugares ms cntricos de El Cairo, Sel o Mosc. En ellos una clientela, tanto local como extranjera, disfruta de una oferta alimentaria similar en todas partes del mundo.
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En otras ocasiones, la cocina autctona es uno de los principales atractivos tursticos. Pero en estos casos, debido al escaso tiempo con el que cuentan los turistas y los pocos lugares que acaban visitando, los platos ms tpicos de todo un pas se concentran territorialmente. En cualquier restaurante podemos encontrar platos de todas las variedades regionales: desde contundentes platos propios de zonas fras o de montaa, a otros ligeros, caractersticos de zonas tropicales. El turismo, en estos casos, coadyuva a favor de una cierta uniformizacin de la cocina del pas en base a unos cuantos platos anrquicamente elegidos, mientras que la diversidad de cocinas regionales se va difuminando y numerosos platos locales acaban desapareciendo. Pese a todo, no se puede achacar nicamente al turismo internacional la responsabilidad de los procesos de cambio cultural. Es un factor causante ms entre muchos otros, como la uniformizacin de la educacin formal, la emigracin SurNorte, el crecimiento del comercio internacional o la universalizacin de los medios 66 de comunicacin como la televisin y el cine. La cultura es un sistema de conocimientos cuya misin es dar coherencia a la actividad de un grupo humano. Debe ser, por tanto, un sistema vivo, en continua transformacin, capaz de adecuarse tanto a factores forneos como a procesos internos. La consideracin de la cultura desde un punto de vista musestico, como elemento que se debe preservar congelado en el tiempo, adems de irreal pone en peligro la sociedad ante su necesidad de tener un sistema de conocimiento coherente con los cambios exgenos y endgenos. El debate, por tanto, se centra en saber cundo un cambio cultural propiciado por el turismo es lcito y cuando no lo es. Desde nuestro punto de vista, el cambio cultural no es ilcito por el hecho de que el elemento desencadenante sea un factor importado por el turista. En teora, lo consideraremos lcito o no, dependiendo si ese cambio es un proceso impuesto, o bien es el resultado de un desarrollo autctono a travs de sus propios mecanismos. Pero subrayamos lo de en teora. Muchas veces es difcil discernir entre una transformacin deseada de una adaptacin obligada. Aunque el proceso se haya desarrollado segn los cdigos de la cultura antriona, anhelaba la comunidad este cambio o ha sido una necesidad adaptativa ante un input extrao que no se poda anular? Por otra parte, las sociedades no son homogneas. Un cambio cultural, afecta de la misma forma a todo el grupo? Todas y todos los miembros de la comunidad coinciden en la valoracin del cambio? Por ello, para responder si un cambio cultural favorecido por el turismo ha sido o no lcito, siempre ser necesario el estudio caso por caso. Y en la decisin siempre jugar un papel importante la cosmovisin y perspectiva del observador.
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Frente a los impactos negativos que ha tenido el desarrollo del turismo, algunas experiencias de turismo no convencional, a menor escala y con una gestin diferente, muestran que estas actividades pueden generar tambin efectos positivos. Se empieza a hablar, entonces, de Turismo Sostenible. La Organizacin Mundial del Turismo (OMT) arma que: el desarrollo del Turismo Sostenible responde a las necesidades de los turistas y de las regiones antrionas presentes, a la vez que protege y mejora las oportunidades del futuro. Est enfocado hacia la gestin de todos los recursos de manera que satisfagan todas las necesidades econmicas, sociales y estticas, y a la vez que respeten la integridad cultural, los procesos ecolgicos esenciales, la diversidad biolgica y los sistemas de soporte de la vida El concepto de Turismo Sostenible est ntimamente relacionado con el de Capacidad 68 de Carga. ste se dene como el mximo uso que se puede hacer de los recursos econmicos, sociales, culturales y naturales de la zona de destino sin reducir la satisfaccin de los visitantes y sin generar impactos negativos en la sociedad antriona o en el medioambiente. Por tanto, podremos hablar de Turismo Sostenible cuando no se sobrepasa la Capacidad de Carga de una zona de destino. El problema fundamental se presenta cuando se trata de establecer los indicadores que permiten calcular la carga mxima de una zona de destino: segn las diferentes perspectivas e intereses, estos indicadores son ms laxos o ms restrictivos. En conclusin, no parece que haya un modelo de Turismo Sostenible aplicable universalmente ya que, como queda dicho, el impacto del turismo vara dependiendo de las caractersticas de la sociedad antriona y de su contexto. En cambio, s hay modelos de desarrollo turstico que, sean cuales fueran las caractersticas sociales, econmicas y medioambientales de la zona de destino, siempre son insostenibles: el turismo masicado, el turismo sexual, turismos a pequea escala controlados por agentes forneos, etc. Parece claro que el turismo tradicional tiene ms dicultad en alcanzar la sostenibilidad que otras formas de turismo considerado alternativo. No obstante, bajo este concepto se agrupan diversas formas de turismo, como el deportivo, el tnico o el de aventura, entre otros, en ocasiones gestionadas con un espritu de lucro similar a las tradicionales, y con impactos ms que dudosos. El hecho que una determinada actividad turstica se aleje de los patrones dominantes del turismo tradicional no necesariamente garantiza su sostenibilidad.
A pesar de que no es la nica forma posible de Turismo Sostenible, entre stas cabe destacar aquellas iniciativas tursticas que tienen como objetivo contribuir al mantenimiento de las economas campesinas y que, por tanto, tienen las mismas funciones sociales como proveedoras de alimentos, puestos de trabajo y como gestoras del territorio y de sus recursos naturales. Este es el caso del Agroturismo, concepto empleado en la mayora de pases del Norte, y del Turismo Comunitario, mayoritariamente empleado en los pases del Sur.
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Tambin pueden acabar trabajando en empresas maquiladoras o como empleados de enclaves tursticos, las principales industrias que se estn impulsando en la actualidad en muchos pases del Sur29. Por otra parte, las organizaciones rurales articuladas internacionalmente a travs de Va Campesina, han desarrollado otro modelo contrapuesto basado en una estrategia de defensa de la Soberana Alimentaria, y de entender la alimentacin como un Derecho Humano fundamental y no como una mercanca. Estos planteamientos nacieron a raz del debate sobre cmo garantizar la Seguridad Alimentaria, que se dio en la dcada de los aos setenta en respuesta a la preocupacin internacional ante la escasez generalizada de alimentos. En esa poca, el concepto de Seguridad Alimentara inclua nicamente aspectos relacionados con la produccin y la disponibilidad de alimentos. Con el tiempo, fue evolucionando e incorporando nuevos componentes como son la calidad alimentara, la adecuacin nutricional o las preferencias culturales. En 70 1996, en la Cumbre Mundial de la Alimentacin organizada por la FAO, se lleg a la siguiente denicin que todava contina vigente: Seguridad Alimentara, a nivel de individuo, hogar, nacin y global, se consigue cuando todas las personas en todo momento tienen acceso fsico y econmico a suciente alimento, seguro y nutritivo, para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias, con el objeto de llevar una vida activa y sana. De forma paralela a esta Cumbre, organizaciones campesinas de distintas partes del mundo fueron diseando un nuevo tipo de estrategia de desarrollo, que realmente pudiera afrontar esta problemtica y que vino a denominarse Soberana Alimentaria. De este modo, en el Primer Foro Mundial de Soberana Alimentaria celebrada en La Habana en el ao 2001, se deni este concepto como: el derecho de los pueblos a denir sus propias polticas y estrategias sustentables de produccin, distribucin y consumo de alimentos que garanticen el derecho a la alimentacin para toda la poblacin, con base en la pequea y mediana produccin, respetando sus propias culturas y la diversidad de los modos campesinos, pesqueros e indgenas de produccin agropecuaria, de comercializacin y de gestin de los espacios rurales, en los cuales la mujer desempea un papel fundamental.30
29 Para la descripcin y crtica del modelo dominante en la agricultura y la produccin de alimentos puede verse: Moore Lapp, F. y otros Doce mitos sobre el hambre. Barcelona: Icaria. 2004, y Riechmann, J. Cuidar la T(t)ierra: Polticas agrarias sostenibles para entrar en el siglo XXI, Barcelona: Icaria. 2003 30 Declaracin Final del Foro Mundial sobre Soberana Alimentaria, La Habana, Cuba, 7 de septiembre del 2001. Por el derecho de los pueblos a producir, a alimentarse y a ejercer su Soberana Alimentaria.
La Soberana Alimentara se considera como una va para erradicar el hambre y la malnutricin, as como para garantizar la Seguridad Alimentara y Nutricional duradera y sustentable para todos los pueblos. Para ello se considera necesario priorizar la produccin de alimentos para los mercados domsticos y locales, basados en explotaciones campesinas familiares diversicadas y en sistemas de produccin agroecolgicos. Implica tambin garantizar al campesinado el acceso y control de la tierra, el agua, las semillas, los bosques y la pesca y otros recursos productivos. Se trata, en denitiva, de favorecer el control de la comunidad sobre los recursos productivos frente a los crecientes intentos de saqueo por parte de las corporaciones privadas. Todo esto implica el impulso de polticas pblicas acordes con esta estrategia. En este sentido, por ejemplo, es necesario proteger los mercados interiores del dumping. O favorecer la implementacin de polticas pblicas que fomenten la actividad productiva de familias y comunidades dirigidas a aumentar el poder y control local sobre la produccin alimentaria, para que est enfocada prioritariamente 71 hacia los mercados locales. Igualmente es necesario poner en marcha polticas de redistribucin real y no, como ha impulsado el Banco Mundial, a travs de las fuerzas del mercado. Supone tambin el derecho de los consumidores de acceder a alimentos sanos, accesibles, culturalmente apropiados con la gastronoma y la historia culinaria de su pas, producidos localmente.31 El desarrollo de las actividades tursticas en el mbito rural no puede concebirse al margen de la confrontacin entre estos dos grandes modelos de desarrollo rural. Desde nuestro punto de vista, el turismo en las zonas rurales debe integrarse dentro de una estrategia a favor de la Soberana Alimentaria e, incluso, supeditarse a ella. Ello supone, por una parte, la crtica y denuncia frontal contra todas aquellas actividades tursticas que socaven la Soberana Alimentaria de los pueblos y reduzcan el acceso de las comunidades campesinas a los recursos bsicos como la tierra, el agua o la mano de obra necesarios para la produccin de alimentos, dirigida al autoabastecimiento y a los mercados locales y nacionales. En lugares con un inters turstico especco, ya sea por cuestiones de ubicacin estratgica o de inters paisajstico, la puesta en marcha de actividades tursticas por la iniciativa privada puede entrar en conicto con la poblacin campesina de la zona. Es el caso de la presin que ejercen a menudo los inversionistas sobre la poblacin local para la compra de tierras.
31. Soberana alimentaria: un derecho para todos. Declaracin poltica del Foro de las ONG/ OSC para la Soberana Alimentaria, Roma, 8 12 de junio de 2002.
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O el desalojo de la poblacin local para la instalacin de un hotel en un determinado lugar. O la privatizacin y concentracin del suministro de agua en lugares donde esta puede ser escasa con el n de abastecer actividades de ocio vinculadas al turismo, altamente consumidoras de este recurso, como son piscinas, campos de golf o jardines. Entendemos, en denitiva, que el anlisis de los impactos de la actividad turstica debe entrar en un marco de desarrollo rural basado en una estrategia de Soberana Alimentaria, segn la ha desarrollado Va Campesina. Por otra parte, el turismo gestionado y controlado por las familias campesinas puede ser un modo de aumentar sus ingresos y diversicarlos, contribuyendo as a consolidar su economa. No puede concebirse como una actividad que pueda o tenga que sustituir la agropecuaria. Desde esta perspectiva el turismo aparece como una actividad complementaria. De hecho, el futuro del campesinado est en su plurifuncionalidad. Condenado una y otra vez a la desaparicin por los tericos del 72 desarrollismo, el campesinado organizado en ncas familiares diversicadas es un actor clave tanto en la produccin de alimentos como en la proteccin del medio, y en la reduccin de la pobreza. En ocasiones, desde sectores favorables al turismo convencional, se ha considerado el turismo controlado y gestionado por el campesinado, como una actividad econmicamente marginal, que genera benecios insustanciales dentro de la macroeconoma nacional. Esto es resultado de un clculo econmico sesgado que slo considera el rendimiento estricto de la actividad, sin valorar las sinergias que tiene con otros sectores productivos, as como a nivel social y medioambiental. Desde una visin holstica tenemos que valorar este tipo de turismo por lo que puede contribuir en la consolidacin de una economa familiar campesina, arraigada en un determinado territorio. Este tipo de turismo, concebido como una actividad complementaria, permite la introduccin de ingresos econmicos lquidos, algo especialmente importante en contextos de extrema pobreza, que contribuyen al sostenimiento de una economa familiar siempre en riesgo de bancarrota por la falta de apoyos pblicos, y amenazada por las polticas neoliberales a favor de la agroindustria. De hecho, probablemente no sea tan importante la cantidad de ingresos generados por el turismo dentro de la economa familiar, como la poca del ao en que se produzcan, teniendo en cuenta que pueden coincidir con momentos de escasos ingresos agrarios. O por el hecho de que estos ingresos sean en metlico, cuando a menudo la economa familiar campesina tiene dicultades para acceder a moneda. Ante las amenazas y riesgos que corre el campesinado de perder la propiedad de sus tierras en contextos en los que las polticas neoliberales han socavado sus posibilidades de desarrollo, el acceso
a ingresos monetarios complementarios puede ayudar tambin a elevar el nivel de vida de los miembros de la familia, accediendo a bienes que necesariamente tiene que comprar en el mercado, y resistir as las tentaciones y presiones de venta de la tierra. En denitiva, el impacto de este tipo de turismo va ms all de los ingresos que genera, ya que puede ayudar a consolidar explotaciones familiares en riesgo continuo de quiebra. Por otra parte, la consolidacin de la economa campesina a travs de una estrategia de diversicacin que pueda incluir las actividades tursticas, implica otros benecios para el conjunto de un pas de enorme importancia social sobre los que a menudo no se presta la suciente atencin. As, la diversicacin productiva ayuda a mantener al campesino como productor de alimentos para el mercado local y nacional, y por tanto, disminuye la dependencia de las importaciones del extranjero. El campesino, a su vez, juega un papel fundamental en el mantenimiento del territorio y en la reduccin de la vulnerabilidad ambiental. Un mundo rural vivo, con posibilidades de desarrollo, 73 disminuye tambin las tendencias migratorias del campo a la ciudad, y por tanto, el desarrollo de bolsas de extrema pobreza y marginacin en las zonas urbanas, as como la presin de los sectores urbano-marginales sobre sus servicios sociales.
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implica la autogestin del turismo, de tal forma que la comunidad asuma el control de todos los procesos de planicacin, operacin, supervisin y desarrollo. Se rearma as la reivindicacin del derecho a la propiedad y uso de las tierras y territorios en manos de las comunidades campesinas y pueblos indgenas: Consideramos que al emprender cualquier actividad econmica, y el turismo en particular, ha de adoptarse una poltica de planicacin y gestin sostenible de los recursos naturales. Queremos ser cautos a la hora de construir infraestructura nueva o de ampliar la existente. Declinamos vender o ceder en concesin nuestras tierras a personas que no sean de nuestras comunidades. Desaprobamos toda decisin que contravenga este principio 32 En denitiva, el Turismo Comunitario sostiene la propuesta de que el turismo pueda ayudar a complementar la economa comunitaria y familiar, potenciando el desarrollo de la agricultura, la pesca, la artesana, la pequea agroindustria, el transporte y otros servicios33. 75
Vanse las siguientes propuestas didcticas: - Texto 7: Turismo Rural Comunitario en Nicaragua: la experiencia de la Unin de Cooperativas Tierra y Agua - Texto 8: Desarrollo turstico en el Valle de Manduriacos - Pelcula 6: La chica de Pars - Propuesta video 1: Modelos tursticos confrontados - Propuesta video 6: Es oro todo lo que reluce? - Propuesta video 8: La apuesta por un Turismo Rural Comunitario
Certicar el turismo comunitario?
Hasta la fecha el debate sobre la certicacin en el mbito del llamado turismo solidario no haba tenido mayor relevancia, hasta que en la segunda edicin del Foro Internacional sobre Turismo Solidario y Comercio Justo, celebrado en Tuxla Gutirrez del 23 al 26 de marzo de 2006. En el transcurso de este Foro, la organizacin certicadora del comercio justo, Fairtrade Labelling Organizations International
32. Declaracin de San Jos sobre turismo rural y comunitario. Octubre de 2003. 33. Ibdem.
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(FLO), que pretende ampliar su actividad de certicacin con determinados servicios, como la red francesa de asociaciones de turismo, Unin Nacional de Asociaciones de Turismo (UNAT), pretendieron que el sector asumiera la necesidad de avanzar en la creacin de un sistema de certicacin especco sobre el turismo solidario. A pesar de que no lograron culminar plenamente su objetivo, s lograron abrir el debate pblico sobre este asunto. En torno a la certicacin sus promotores han planteado toda una serie de falacias que es preciso aclarar.34 Vemoslas en detalle: Primera falacia: el turista responsable necesita referentes, y por eso reclama la certicacin. Si bien es cierto que el turista responsable requiere referentes para viajar, stos ya 76 estn a su disposicin. La inmensa mayora de la clientela potencial de este tipo de viajes de turismo solidario tiene a su alcance medios de informacin que, de una u otra manera, le da las garantas que considera oportunas: foros en internet, libros especializados, organizaciones sociales o el boca a boca, entre otras. Por otra parte, a diferencia del consumidor de productos elaborados e importados del Sur, el turista acaba conociendo in situ el lugar y el servicio que se pretende certicar, y genera una opinin al respecto que despus transmite, en mayor o menor escala, aumentando as la informacin disponible. Creer que un sello puede cubrir una carencia de referentes del turista es obviar (o mejor dicho, querer obviar) que vivimos en la era de la comunicacin. Segunda falacia: un sello de Turismo Solidario abre nuevas oportunidades de comercializacin. A pesar de que estamos hablando de un tipo de turismo en expansin, para facilitar su promocin no se requiere ningn sello, sino crear y mejorar los medios que faciliten el acceso del posible turista a este producto. Al n y al cabo, el desarrollo que han tenido diferentes modelos de turismo sostenible y de pequeo formato, se ha hecho hasta ahora sin el respaldo de certicaciones (al menos, exitosas y reconocidas por parte del consumidor).
34. Hemos desarrollado el tema en: CAADA, E Un movimiento de consumo responsable? Balance crtico del Foro Internacional de Turismo Solidario y Comercio Justo (Tuxla Gutirrez, Chiapas, 2006) Mientras Tanto 99: 2006; y en Jordi Gascn (2006), Certicar el turismo solidario. Cmo? Por quien? Pero sobre todo para qu?, editado en el sitio web de Accin por un Turismo Responsable, direccin: http://www.turismo-responsable.org/noticias/contra_sello.html
Pero para autojusticarse, el sello se ver en la necesidad de buscar clientes con cierta impaciencia. Por que un certicado de este tipo termina siendo un negocio que requiere una gran inversin y que necesita presentar cuentas de resultados. Acabarn comercializando paquetes tursticos certicados como turismo solidario, multinacionales como Barcel, Sol Meli, o tantas otras que son las primeras en beneciarse de las pauprrimas condiciones laborales de los trabajadores de los complejos hoteleros en el Caribe, o de la enajenacin del agua de campesinos y ecosistemas para proporcionar los requerimientos de las grandes infraestructuras tursticas de la Costa mediterrnea, o de la expulsin de comunidades pesqueras indonesias de sus tierras para la construccin de infraestructuras hoteleras en primera lnea de mar, aprovechando el desastre causado por el Tsunami del 2005? El ejemplo del sello FLO en la certicacin de productos a multinacionales de la agroalimentacin como Nestl o McDonalds, resulta una clara advertencia. No olvidemos que el turismo al que nos referimos surgi como alternativa y como denuncia 77 de modelos tursticos no sostenibles y mayoritarios. En qu quedar ese objetivo de denuncia y de sensibilizacin a la ciudadana si encontramos en los catlogos de trasnacionales del turismo ofertas certicadas de turismo solidario al lado de los tradicionales todo Incluido en complejos hoteleros situados en primera lnea de mar? Tercera falacia: las iniciativas de certicacin pueden cambiar las prcticas econmicas de las grandes multinacionales tursticas. Arman tambin, quienes apoyan este tipo de certicaciones, que son una herramienta que anima, si no obliga, a los empresarios a mejorar en el uso y manejo de los recursos naturales o a promover condiciones laborables justas. En este sentido, ellos consideran un xito que Nestl o McDonalds comercialicen lneas de comercio justo. Algo cambia en esas corporaciones, aseguran. Uno se pregunta el qu. Nada indica que las polticas comerciales de Nestl, siempre buscando maximizar benecios a costa del productor, hayan variado lo ms mnimo. Que se venda caf de comercio justo en cadenas de supermercados como Carrefour tampoco ha cambiado su poltica comercial con los pequeos campesinos locales que los abastecen, cada vez ms agobiados por los bajos precios y las condiciones extremas a las que esas polticas les arrastra. Para estas grandes marcas, comercializar productos de comercio justo tiene una doble funcin: acceder a un nicho de mercado pequeo pero en expansin, y favorecer campaas de marketing que contrarresten una fama bien ganada de especuladores. Pero a parte de esa lnea de productos, la poltica corporativa sigue siendo la misma. Quin puede creer que no suceder lo mismo con una certicacin de Turismo Solidario?
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En la crtica a este tipo de certicacin hay que aadir el anlisis de quien asumir los costos de tal operacin. Las opciones no son muchas. Bsicamente, repercutir los costos en la poblacin local certicada o en los tour-operadores, que a su vez lo debern cargar en el precio del producto y, por tanto, en los turistas, o bien solicitar ayudas a fondos de cooperacin institucionales. En el primer caso, el precio del producto se encarecer, y por tanto dicultar su comercializacin. En el turismo en zonas rurales (mayoritario en este tipo de turismo alternativo), la viabilidad de la certicacin, si se adopta este sistema, parece muy difcil. Hay algunas zonas, de fuerte atraccin turstica, donde el turismo puede acabar suponiendo la principal entrada de ingresos de la comunidad. Pero en la inmensa mayora de los casos, las comunidades campesinas que se han abierto al turismo reciben una cantidad de viajeros muy escasa, tanto porque su oferta (cultural, paisajstica) es muy similar a la de otras comunidades como porque no deja de tratarse de un turismo minoritario. En estos casos, los ingresos del turismo pueden permitir equilibrar y diversicar la 78 economa domstica y comunitaria, y de esta manera ayudar a apuntalar un sector campesino cada vez ms maltratado, pero en ningn momento convertirse en una fuente de ingresos sucientemente consistente como para poder destinar recursos a cubrir los costos de la certicacin. En el segundo caso (cubrir los costos con subvenciones), el resultado ser que una parte de los fondos pblicos destinados a la ayuda al desarrollo, ya de por s muy escasos, se desviarn hacia las cuentas bancarias de las consultoras encargadas de hacer los controles y las evaluaciones. En ltima instancia, el peso de la certicacin volver a recaer sobre las sociedades del Sur, que vern cmo los fondos pblicos para subvenciones no llegan a salir de los pases del Norte. Adems, con estas subvenciones cuntas certicaciones ser posible realizar? Siempre ser un nmero limitado en relacin a una oferta en crecimiento (cada vez son ms las comunidades y organizaciones sociales que quieren desarrollar un turismo de pequeo formato autogestionado). Buena parte de las propuestas tursticas quedarn en desventaja en relacin a las que hayan obtenido la certicacin, aun cuando sean propuestas de inters social, econmico y medioambiental. Frente a la propuesta de la certicacin existen otras alternativas ms apropiadas a las necesidades de las organizaciones comunitarias y de turistas interesados en destinos ms sostenibles. Una opcin puede ser la de promover marcas locales/regionales semejantes a las Denominaciones de Origen, que incluso pueden abarcar diversos mbitos que no slo los estrictamente tursticos (productos agropecuarios, artesanas, etc.), desarrolladas por propuestas locales/comunitarias a partir de criterios de calidad autctonos y gestionadas por las propias organizaciones de la zona.
Otra posibilidad puede ser la de desarrollar herramientas de comunicacin que contribuyan a dar a conocer, visibilizar y dar referentes de experiencias de turismo comunitario. En Amrica Latina existen diversos ejemplos al respecto. En Mxico la asociacin Echoway ha creado un portal en internet (www.echoway.org) que incluye, entre otras informaciones, reportajes escritos y fotogrcos de experiencias comunitarias o ecotursticas de diversos pases de la regin, dirigido a la consulta de potenciales visitantes. Redturs, una red latinoamericana de turismo comunitario, ha creado con el apoyo de la OIT un portal en internet de informacin de destinos tursticos comunitarios (www.redturs.org) de todo el continente. Finalmente, cabe tambin la posibilidad de favorecer la formacin y consolidacin de redes de turismo comunitario que, adems de fortalecer la sociedad civil, dan esa referencia que una certicacin como la que se propone considera tan esencial. Redes de mbito nacional, como la redes de Turismo Comunitario que estn surgiendo en muchos pases de Amrica Latina, u otras de mbito ms continental, como la ya 79 mencionada Redturs, tienen toda la legitimidad del mundo. Necesitan las propuestas tursticas adscritas a estas plataformas algn elemento ms de reconocimiento? Necesitan los turistas ms referencias que el hecho de que formen parte de estas redes con sus propias normas y mecanismos de control? Pero la certicacin en el mbito del turismo solidario no slo no es la herramienta ms adecuada para la consolidacin de este tipo de experiencias, sino que adems su justicacin est basada en un presupuesto errneo para las iniciativas rurales comunitarias: la necesidad a toda costa de especializarse en la prestacin de servicios tursticos y del incremento constante de turistas. Frente a la presin de este tipo de argumentos, hay que relativizar el asunto considerando que el turismo comunitario en trminos generales no puede ser ms que una estrategia de diversicacin productiva. Repetir la especializacin en turismo para comunidades campesinas no slo no es viable de forma real, sino que sera volver a caer en la misma trampa del monocultivo agroexportador que tanto han padecido.
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La Cooperacin para el Desarrollo, en las ltimas dcadas, ha generado herramientas apropiadas tambin para la cooperacin en el mbito turstico: Marco Lgico, Diagnstico Rural Participativo y Rpido, criterios CAD de evaluacin, estudio de viabilidad nanciera, etc. No obstante, el turismo tiene ciertas peculiaridades que obligan a un uso diferenciado de estas herramientas, as como a la utilizacin de otras especcas, en algunos casos an por desarrollar, o que existen en el sector turstico pero que hay que adaptar: la necesidad de un mayor empeo en la formacin, por tratase de un sector productivo muchas veces desconocido por la poblacin local; la necesidad de que parte del proyecto se ejecute fuera del lugar de destino, incluso en el extranjero, en lo referente a la promocin y comercializacin (mercadotecnia) de la oferta turstica; la necesidad de considerar el criterio de cobertura en la evaluacin del proyecto, dado el riesgo de un reparto poco equitativo de los benecios; etc. Pero a diferencia de lo sucedido con otros sectores como el agropecuario, la sanidad 82 o la educacin, la consideracin del turismo como una va para el desarrollo por parte de la cooperacin internacional es muy reciente. Es por ello que, a parte de algunas publicaciones puntuales y no muy signicativas, no es hasta nales de la dcada de 1990 cuando se empieza a plantear la necesidad de crear herramientas especcas y cuando surgen las primeras metodologas y manuales de actuacin en el mbito turstico dirigido a la cooperacin, o susceptibles de ser utilizadas por sta. Algunas, ya sea por lo que proponen, por quienes los proponen o por la repercusin que han tenido, merecen especial atencin. Entre ellas cabe sealar la de Pro-Poor Tourism (PPT). Se trata de un proyecto elaborado y desarrollado por la Overseas Development Institute (ODI), la International Institute for Environment and Development (IIED), el Centre for Responsible Tourism de la Universidad de Greenwich (CRT), junto con diferentes consultores, y a iniciativa de la Economic and Social Research Unit (ESCOR), rea de la UK Department for International Development (DFID), la agencia britnica de cooperacin. Esta estrategia, que ha sido adoptada por la Organizacin Mundial del Turismo (OMT 2003) y est en el foco de inters de otras agencias gubernamentales de cooperacin, tiene como objetivo el aumento de los ingresos de la poblacin ms pobre de los pases del Sur.
la creacin de micro-empresas locales y la generacin de ingresos comunitarios. As pues, los mbitos de trabajo de PPT son muy variados: desde la nanciacin de proyectos de Turismo Comunitario al apoyo de polticas empresariales tursticas que permitirn mejorar las condiciones econmicas de toda o parte de la poblacin local. El principal objetivo de PPT es el incremento de los ingresos de los sectores ms desfavorecidos de la poblacin, aunque estas ganancias sean marginales y sean otros quienes acaparen la mayor parte de los benecios que genera la actividad. Y as mismo lo especican: The denition says nothing about the relative distribution of the benets of the tourism. Therefore, as long as poor people reap net benets, tourism can be classied as pro-poor (even if richer people benet more than poorer people) (Ashley 2002: 3). El subrayado es nuestro PPT considera que si bien los benecios del turismo que llegan a los sectores sociales ms pobres pueden parecer, a nivel macro, poco sustanciales, en cambio son signicativos dentro de sus economas domsticas. En este sentido, modelos tursticos de enclave o alternativos gestionados por forneos, pero que permiten aumentar los ingresos de la poblacin ms desfavorecida, pueden ser considerados acertados. Por tanto, PPT valora el impacto de una actividad turstica a partir de su capacidad de disminuir la pobreza en trminos absolutos. Cualquier modelo turstico que lo consiga es un modelo vlido, tenga o no entre sus objetivos la reduccin de la pobreza, lo tenga implcita o explcitamente, o de manera prioritaria o secundaria. Otros factores, como el impacto sobre las diferencias socioeconmicas y la distribucin de los benecios, son considerados secundarios. Desde nuestro punto de vista, sin embargo, el tema de la distribucin de los benecios es esencial. En la controversia sobre la denicin de pobreza, nosotros apostamos por una denicin de enfoque relativo, en la lnea del desarrollado por Peter Townsend: consideramos que la pobreza no slo depende de la cantidad de ingresos obtenidos y del nivel de bienestar alcanzado, sino tambin de la situacin del
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individuo dentro de la sociedad. Y es que el incremento de las diferencias socioeconmicas implica siempre un empobrecimiento en trminos absolutos, aunque en el proceso los ms pobres consigan aumentar sus ingresos, ya que quien est en mejor situacin socioeconmica aumentar su poder econmico (mayor acceso a los recursos) y poltico (mayor papel en los procesos de toma de decisiones). Como resultado de esto, preferimos hablar de marginalidad o exclusin social (que adems del nivel de ingresos, indica posicionamiento dentro de la escala socioeconmica) y no solamente de pobreza. Como sealan los tericos de la exclusin social, y en la lnea desarrollada por el citado Townsend y que contina el Townsend Centre for International Poverty Research, una persona o grupo social puede poseer o tener acceso a los medios adecuados para sobrevivir, pero verse marginado de los mbitos de decisin poltica, cultura y econmica. Por tanto, a diferencia de lo que plantea PPT, no creemos en un planteamiento todos ganan (win-win) que aumenta o consolida las diferencias socioeconmicas. No apoyamos un modelo turstico que ofrezca un aumento de los ingresos a los ms marginados pero del que son otros quienes obtienen los mayores benecios. Consideramos que el turismo es una actividad que no slo tiene que luchar contra la pobreza econmica (aumento de ingresos o mejora de servicios bsicos), sino tambin favorecer un cambio en las estructuras socioeconmicas (nalidad poltico-econmico-social). Otros planteamientos de PPT tambin son debatibles. As por ejemplo, PPT considera que su planteamiento es diferente al de Turismo Sostenible, que ellos consideran que enfatiza al elemento medioambiental. La postura de PPT es la de que, si bien la sostenibilidad ecolgica es un elemento muy importante, su centro de inters es el combate contra la pobreza: PPT puts the poor at the centre of analysis. The environment in which the poor live is just one part of the picture (Ashley 2002: 2). Nosotros nos encuadramos en la lnea de la Ecologa Poltica, para el que pobreza y deterioro medioambiental son dos caras del mismo problema: el uso insostenible de los recursos naturales. Por tanto, un elemento no es segregable del otro. PPT tambin arma diferenciarse del Turismo Sostenible porque este enfoca su trabajo en los pases del Sur, donde se dan la mayor parte de las condiciones de pobreza, mientras que l no distingue entre Norte y Sur. Si bien tambin nosotros
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dirigimos nuestro mayor inters en las poblaciones marginales de los pases del Sur por ser, en general, las ms vulnerables, los efectos del turismo se dan tanto en el Norte como en el Sur en procesos similares, aunque las consecuencias sean diferentes dadas las diferencias contextuales de ambos mundos. Por tanto, nuestro marco terico no diferencia entre Norte y Sur, en la lnea de Soberana Alimentaria, planteamiento en el que nos encuadramos. Finalmente, PPT tambin considera que su metodologa est ms all de las propuestas de Turismo Comunitario. Si bien ve el Turismo Comunitario como un modelo de desarrollo turstico excelente, y tienen interesantes trabajos en esta lnea, considera que no puede ser el nico vlido para enfrentar la pobreza. Este posicionamiento surge de la visin ms posibilista de PPT. Desde nuestro punto de vista, en cambio, el Turismo Comunitario es el modelo a seguir por parte de la cooperacin internacional. El desarrollo de actividades tursticas empresariales privadas es lcito, pero no con fondos de la cooperacin. Y es lcito siempre que cumpla con los derechos laborales y medioambientales mnimos exigibles. A partir de nuestra denicin de Turismo Responsable, la defensa de estos derechos por parte de las organizaciones sociales se tiene que realizar mediante la denuncia y el lobby frente a empresas e instituciones pblicas. Fuentes: En relacin a PPT: Ashley, Caroline y otros Pro-Poor Tourism Strategies: Making Tourism Work for the Poor. A review of experience. Nottingham: ODI&IIED&CRT. 2001, Ashley, Caroline Methodology for Pro-Poor Tourism Case Studies. PPT Working Paper Series, n10. 2002, Cattarinich, Xavier Propoor Tourism Initiatives in Developing Countries: Analysis of Secondary Case Studies. PPT Working Paper Series, n8. 2001, OMT Turismo y atenuacin de la pobreza. Madrid. 2003, y la pgina web de Pro-Poor Tourism (www. propoortourism.org.uk) Otras referencias: Townsend, Peter y otros Establishing an Operational Denition of Material and Social Deprivation, Social Exclusion and Poverty. Bristol: TCIPR University of Bristol. 2000
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Otras agencias gubernamentales de cooperacin tambin estn haciendo sus propias propuestas metodolgicas en el mbito del desarrollo turstico, como sera el caso de la GTZ alemana, quien ha publicado algunos manuales para tcnicos35. Si bien no se trata de una metodologa dirigida exclusivamente al mbito de la cooperacin, la Organizacin Mundial de Turismo inici en los noventa el desarrollo de una metodologa para el turismo de pequea escala a nivel local, que durante varios aos ha sido el referente ms importante para la cooperacin en turismo36. Organizaciones no gubernamentales, especialmente de tipo medioambientalista, tambin han creado herramientas y metodologas de turismo. En ocasiones estas organizaciones se encuentran en el epicentro de conictos en los que se enfrentan sus propuestas conservacionistas con actividades econmicas de la poblacin local que tienen un fuerte impacto ecolgico. Para estas organizaciones el turismo aparece 86 como una actividad que, bien gestionada, puede ayudar a resolver esta conictividad al permitir cubrir las necesidades econmicas de la poblacin local, y hacer un uso sostenible de los recursos naturales. Posiblemente, la World Wildlife Fund (WWF) es la que ha desarrollado ms este mbito37. Igualmente consultoras privadas especializadas en el mbito del turismo, ante la demanda de propuestas y las escasas herramientas an existentes, han creado metodologas de turismo sostenible a pequea escala. Una de las ms conocidas es la Rural Ecotourism Assessment Program (REAP), desarrollada por la consultora privada EplerWood International38.
35. Steck, B. Sustainable Tourism as a Development Option: Practical Guide for Local Planners, Developers and Decision Makers. Eschborn: GTZ. 1999. Steck, Birgit y otros Tourism in Technical Co-operation: A guide to the conception, planning and implementation of projectaccompanying measures in regional rural development and nature conservation. Eschborn: GTZ. 1999 36. Organizacin Mundial del Turismo Gua para autoridades locales en el desarrollo sostenible del turismo. Madrid: OMT. 1999. Este manual fue despus ampliado con temas especcos para diferentes reas regionales. Agenda para planicadores Locales: Turismo Sostenible y Gestin Municipal. Volumen suplementario sobre Amrica Latina y el Caribe. Madrid: OMT. 1999, y Guide for Local Authorities - Supplementary Volume on Asia and the Pacic. Madrid: OMT. 1999 37. World Wildlife Fund Directrices para el desarrollo del Turismo Comunitario. WWF Internacional. 2001 38. Lash, G.Y.B. & Alison D. Austin Rural Ecotourism Assessment Program (REAP): A Guide to Community Assessment of Ecotourism as a Tool or Sustainable Development. Burlington, VT: EplerWood International. 2003
39. Concepto Visual Integrado & O. Cuevas Tourism development alternative for the sher community of Limn, Costa Rica. 2002 (http://www.cccturtle.org)
Turismo y Desarrollo
Por tanto, un elemento esencial a la hora de disear cualquier accin de Turismo Comunitario es identicar su papel en la economa local. Toda accin de desarrollo del Turismo Comunitario, aunque se trate de un proyecto autnomo, debe situarse dentro de un plan de desarrollo integral en el que se especique cul es el papel que queremos que tenga en la estructura econmica comunitaria. Igualmente, este plan de desarrollo integral ha de estudiar y valorar la capacidad de uso mltiple de los recursos naturales, culturales y materiales con los que cuenta la comunidad; es decir, de su utilizacin por parte de la nueva actividad sin menoscabo del desarrollo normal de las tradicionales y de su sostenibilidad. Y a partir de ello, establecer los oportunos indicadores de consecucin de resultados (los referentes a la cantidad y tipo de turistas e infraestructuras mximas aceptables) y de la Capacidad de Carga de los recursos. Uno de los recursos que requiere el turismo es el de la mano de obra, en ocasiones 88 poco considerado en las acciones de desarrollo. Compatibilizar la fuerza de trabajo de la comunidad necesaria para llevar adelante la nueva actividad con las tradicionales es esencial, so pena de poner en riesgo el buen desarrollo de todas. Igualmente, se requiere conocer la divisin sexual y por edades tradicional del trabajo y negociar cules deben de ser los nuevos roles frente a la aparicin de la nueva actividad para salvar el riesgo de sobrecargar a un determinado sector social con un trabajo excesivo. Hay que destacar que el turismo suele ser una actividad estacional, igual que lo son la mayor parte de las actividades en el mbito rural, como la agricultura o la emigracin temporal. Compatibilizar todos los ciclos coincidiendo las pocas en que unas requieren ms fuerza laboral con las de menor trabajo de otras sera lo ms oportuno, pero no siempre es posible. En estos casos, los procesos de negociacin y la bsqueda de frmulas ecaces se hacen vitales. Hay que recordar que el Turismo Comunitario no es la nica posibilidad de apoyo a la economa campesina, sino una posible estrategia ms. Antes de disear cualquier accin de desarrollo se requiere saber si es factible y oportuno llevarlo a cabo, y para ello hay que valorar diversos factores de sostenibilidad econmica, social, cultural y medioambiental. As, no siempre ser posible compatibilizar el uso tradicional de los recursos (naturales, humanos, culturales, etc.) con el que requiere el turismo. Tambin puede ser que la titulacin y derechos de la propiedad de los recursos a ser utilizados por el turismo, y sus normativas de gestin, no sean los ms oportunos para llevar adelante una propuesta de Turismo Comunitario. O que la comunidad sea reacia a este tipo de iniciativas; hay que respetar el derecho de la poblacin local a decir no al turismo.
Adems, no todos los lugares tienen las condiciones propicias para atraer el nmero de turistas necesario para que la actividad sea viable. Para ello se requiere conocer y considerar diversos factores antes de tomar la decisin: el potencial atractivo turstico de la zona (paisajstico o cultural); la facilidad de acceso y transporte; la competencia o posible competencia de propuestas tursticas similares; la estabilidad poltica y de seguridad para el turista; la demanda potencial de propuestas como la que se propone en el mercado turstico nacional e internacional; la existencia de iniciativas privadas locales; las polticas de desarrollo turstico regionales o nacionales; etc. Si no se dan las condiciones oportunas para la implementacin de un proyecto de Turismo Comunitario hay que buscar otras frmulas y sectores de intervencin. Pero en ningn caso podemos entender el turismo como una actividad esencial para sostener la economa campesina. Considerarlo como la nica solucin o como el paradigma que puede enfrentar todos los problemas en cualquier contexto y circunstancia es resultado de una visin reduccionista del desarrollo. El Turismo Comunitario es una 89 opcin ms que, segn las circunstancias, ser oportuno o no utilizar. La ejecucin de proyectos tursticos comunitarios cuando no se dan las condiciones oportunas puede tener consecuencias negativas. Adems de que su capacidad de sostenibilidad sera muy dudosa, puede motivar situaciones de conicto y de frustracin. Por tratase de una actividad generalmente desconocida por parte de la poblacin local y por la existencia de un discurso idealizado en relacin a sus potencialidades, las propuestas de desarrollo turstico pueden generar, ms que otros tipos de iniciativas, excesivas expectativas.
La gestin
Al igual que sucede en el comercio justo, el mbito de actuacin de un proyecto de Turismo Comunitario no se circunscribe a la comunidad o a su espacio regional. El turismo es una actividad de comercializacin de servicios que termina en la comunidad antriona, pero que nace donde se encuentra el posible consumidor, en ocasiones a miles de kilmetros de distancia. Y entre ellos se sucede una compleja cadena de procesos (cadena de valor). La participacin de la comunidad en la gestin del turismo es una condicin del Turismo Comunitario. Ahora bien, ningn agente pueda controlar toda la cadena de valor. As, la obtencin de clientes, la primera fase del proceso, suele quedar lejos de la supervisin de la poblacin local. Restan para la comunidad los ltimos eslabones de la cadena: la recepcin y atencin al turista.
Turismo y Desarrollo
Esto obliga a una negociacin entre los agentes que participan en la cadena de valor. Y eso no siempre es fcil para la comunidad local, que por diversas razones suele jugar con desventaja. As, el que la obtencin de clientes dependa de agentes forneos disminuye su capacidad de negociacin. Si las condiciones no se adaptan a los intereses de los tour-operadores, estos pueden desviar a los turistas hacia otros lugares de destino con una oferta similar y menos exigencias. La escasa o nula formacin de una actividad tan compleja como es el turismo tambin facilita la dependencia de la comunidad local de los agentes intermediarios. Para disminuir esta dependencia, un proyecto de desarrollo en Turismo Comunitario debera considerar estrategias que permitiesen a la comunidad mejorar sus posibilidades de negociacin. Una de ellas es la identicacin de los tour-operadores ms adecuados a las caractersticas del Turismo Comunitario: no todas son del mismo tamao, ni tienen la misma oferta y se dirigen al mismo pblico, ni establecen los 90 mismos criterios. En estos casos, la participacin de aliados que acten en las zonas de origen de los turistas (las organizaciones no gubernamentales, por ejemplo) es importante. Otra lnea de actuacin estratgica es la de aumentar la participacin de la comunidad en la cadena de valor, en concreto en los procesos de promocin y comercializacin de la oferta. Uno de los factores que mayor poder de negociacin otorgan a los tour-operadores es el desconocimiento del cliente de los lugares de destino de Turismo Comunitario. Una buena accin de difusin y promocin de esta oferta, que permita al turista conocer previamente el lugar de destino e incluirlo en la planicacin de su viaje, puede ayudar a contrarrestar este desequilibrio. En este sentido, los medios de acceso de la comunidad al turista de una manera directa, sin intermediarios, han mejorado mucho en las ltimas dos dcadas, especialmente en relacin al sector de mercado al que puede interesar una oferta de Turismo Comunitario: turistas que en muchos casos disean parte o la totalidad de sus propios viajes a travs de publicaciones especializadas e internet. Una poltica dirigida a favorecer esta promocin es la creacin de redes de Turismo Comunitario que ofrecen la oferta de manera conjunta, ya que reduce costos y aumenta la facilidad de acceso a estos medios de relacin directa con el cliente. Este nivel de organizacin tambin puede facilitar la interrelacin con los poderes pblicos, de cuyos recursos se nutre una importante parte de las acciones de promocin turstica de una regin o pas.
El establecimiento de redes tambin es una estrategia oportuna para facilitar la participacin de la comunidad en el proceso de comercializacin. Las redes pueden aumentar la capacidad de negociacin frente a los tour-operadores, e incluso facilitar acciones de comercializacin directa como, por ejemplo, el establecimiento de agencias de viajes comunitarios. Ms all de sus objetivos declarados, uno de los principales nes de cualquier accin de cooperacin al desarrollo debera ser el empoderamiento de la poblacin beneciaria. En este sentido, la conformacin de organizaciones de segundo nivel como son las redes de Turismo Comunitario pueden ayudar a este proceso.
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Adems de convertirse en el factor central de los conictos comunitarios, el monopolio del nuevo recurso por parte de un pequeo sector de la poblacin y la desigual distribucin de sus benecios acab siendo el eje alrededor del cual se estructur las diferencias socioeconmicas entre las familias amantaneas. Otras actividades, como la agropecuaria o la emigracin temporal, tenan un papel econmico ms importante en la economa general de la isla, pero la distribucin de estos recursos era relativamente homognea. En esta situacin, que un pequeo grupo obtuviera unos ingresos extras les permiti consolidarse como el grupo social mejor situado econmicamente y controlar las instituciones pblicas ms importantes de la isla. Fuente: Gascn, J. Gringos como en sueos: Diferenciacin y conicto campesino en los Andes peruanos ante el desarrollo del turismo. Lima: Instituto de Estudios Peruanos. 2005
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Los modelos de distribucin de benecios pueden ser diversos, y dependern de las caractersticas de la sociedad local y de los objetivos del proyecto. Ya vimos anteriormente, en relacin al caso de la comunidad costarricense de El Limn, cmo el grupo meta puede ser un sector de la poblacin cuya actividad principal se encuentre en una situacin de crisis. En otros casos, el sector favorecido tambin puede ser un grupo concreto de la comunidad, normalmente el considerado ms pobre o marginado; en la primera seccin del libro se explic el caso del distrito masai de Loliondo, en Tanzania, donde a las mujeres se les dio el control y gestin de parte de las actividades tursticas, lo que actu como un factor de empoderamiento y de superacin de su rol tradicional. Otros modelos de distribucin de los benecios, en cambio, pueden buscar su reparto equitativo entre todos los habitantes de la comunidad. En la Isla de Taquile (Lago Titicaca) se estableci un sistema de reparto por turnos para el alojamiento de turistas, similar al de la vecina Amantan, explicado anteriormente. Pero a diferencia de sta, aqu el modelo permiti una distribucin bastante equitativa de los benecios, ya que la cantidad de turistas que es capaz de atraer la isla (Taquile, tras una exitosa campaa de promocin, es un punto de referencia en las guas ms importantes sobre el Per) y su nmero de pobladores, relativamente bajo, permite que haya turistas para todos y que el sistema de turnos sea efectivo. Pero cuando se busca una distribucin generalizada de los benecios este sistema pocas veces es aplicable, ya que por lo
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general el turismo que es capaz de atraer las comunidades es escaso y la distribucin de los benecios entre toda la poblacin no cunde lo suciente para ser signicativa en la economa domstica. El modelo ms eciente es, por tanto, la colectivizacin de los principales benecios. En el caso de la Unin de Cooperativas Agrarias Tierra y Agua, en el departamento nicaragense de Granada, el alojamiento y la alimentacin de los turistas, que supone la principal entrada de ingresos que stos generan, se hace utilizando infraestructuras comunitarias multiusos que, en temporada alta, funcionan como albergues. En estos casos, los benecios son gestionados por rganos comunitarios ya existentes o establecidos ad hoc, que deciden su aplicacin. No obstante, no se puede olvidar que la existencia de rganos comunitarios de decisin no implica una aplicacin equitativa de los recursos. Hay que considerar, por tanto, cual es la representacin real de la comunidad en los rganos de decisin, y especialmente la de los sectores ms marginados.
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Cuando los benecios del turismo son monopolizados por una parte de la poblacin gracias a su capacidad de iniciativa o la posesin del capital econmico necesario para hacer frente a la inversin inicial, es fcil que aparezcan situaciones de conicto, e incluso que el turismo incentive procesos de diferenciacin socioeconmica. En estos casos, es bueno recordar que los principales atractivos de la zona para el turismo son recursos colectivos como el paisaje y la cultura local, razn por la cual se habra de considerar si parte de esos benecios particulares no se tendran que destinar a intereses comunitarios. Valga como referente que ste es un criterio ya establecido por el movimiento del Comercio Justo.
La Capacidad de Carga es un concepto interesante, que evidencia la necesidad de controlar los impactos para establecer modelos de desarrollo turstico sostenibles. El problema se encuentra a la hora de plantear su aplicacin, especialmente a la hora de establecer algunos de sus indicadores de ejecucin. Cmo calcular, antes del desarrollo de una actividad productiva de naturaleza totalmente nueva, los ingresos que pueden entrar en la comunidad sin que su economa padezca procesos inacionarios importantes? O cmo establecer previamente el tipo y nmero mximo de visitantes sin que distorsione el funcionamiento correcto de las actividades agrcolas tradicionales? Y tambin puede ser difcil establecer los indicadores de impacto o de evaluacin. Hasta qu punto un cambio cultural puede haber sido consecuencia de la interrelacin con forneos o de otros factores como la emigracin o los medios de comunicacin? Est claro que cualquier nuevo uso de los recursos produce cambios, pero cmo establecemos el lmite admisible de estos cambios? El concepto de Capacidad de Carga no puede ser un lmite absoluto, sino una 95 manera de establecer los umbrales crticos a partir de los cuales los cambios no son admisibles40. Por ello, el establecimiento de los indicadores se debera basar en dos criterios: principio de precaucin y evaluacin continuada. El principio de precaucin debera llevar a adoptar indicadores iniciales restrictivos, de perl bajo. La evaluacin continuada debera permitir valorar si es posible aumentar los valores de los indicadores y cundo es oportuno hacerlo. En todo caso, el establecimiento de indicadores de Capacidad de Carga no slo se puede basar en factores objetivos, sino que tambin es necesario la negociacin para llegar a consensos y gestionar los conictos. Finalmente, cabe sealar que empieza a desarrollarse una bibliografa especializada sobre el establecimiento de indicadores de sustentabilidad en turismo, como los desarrollados por la World Wildlife Fund41 o la Organizacin Mundial de Turismo42.
40. Echamendi Lorente, P. La Capacidad de Carga turstica: aspectos conceptuales y normas de aplicacin Anales de Geografa de la Universidad Complutense 21: 11-30. 2001. 41. Cifuentes Arias, M. y otros Capacidad de Carga Turstica de las reas de Uso Pblico del Monumento Nacional Guayabo, Costa Rica. Turrialba, CR: WWF. 1999 42. Organizacin Mundial del Turismo Cooperacin y asociaciones en turismo: Una perspectiva mundial. Madrid: OMT. 2004
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Conclusiones:
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El turismo, como cualquier otro sector econmico, puede contribuir al desarrollo de una regin o generar impactos altamente negativos; todo depende del modelo aplicado y de su gestin. Pero histricamente, ha tendido a provocar ms problemas que soluciones, y especialmente entre los sectores de poblacin ms vulnerables y en los ecosistemas. Frente a posiciones posibilistas que reducen el problema a la introduccin de mecanismos correctores, pero siguen considerando el turismo como un motor de crecimiento econmico, entendemos que la relacin entre turismo y desarrollo es ms compleja. El turismo hay que entenderlo como un espacio de conicto social. En torno a la gestin y a la eleccin del modelo de la actividad turstica entran en competencia y contradiccin diferentes intereses de sectores sociales distintos: por el uso de los recursos naturales, econmicos y humanos, por el reparto de los benecios o por la distribucin de las externalidades negativas que genera. La cuestin es entender esta 98 dinmica de conicto en los modelos de desarrollo turstico y en su gestin, y tener claro al lado de qu clases sociales queremos estar.
Vanse las siguientes propuestas didcticas: - Propuesta video 1: Modelos tursticos confrontados - Propuesta video 3: Los impactos medioambientales - Propuesta video 7: Conflictos por el control de los recursos
Para ello es necesario articular un movimiento social capaz de incidir en el desarrollo de este sector. Un movimiento que no puede limitarse a la articulacin de canales tursticos alternativos a los modelos dominantes. De lo que se trata es de generar organizacin social capaz de incidir en el sector y transformarlo con criterios de sostenibilidad social, econmica, cultural y ecolgica.
a) Establecer modelos de desarrollo turstico sostenibles y especcos para cada zona de destino, para lo cual se deben tener en cuenta sus variables sociales, culturales, econmicas y medioambientales. Como ya se ha explicado, no existe un modelo de turismo sostenible universalmente aplicable. Adems de las caractersticas intrnsecas del modelo, su sostenibilidad depende tambin de otros dos factores: las caractersticas socioeconmicas, polticas, medioambientales y culturales de la comunidad antriona, y el contexto donde se desarrolla. Una evidencia de esta idea es que rplicas de experiencias exitosas llevadas a cabo en mbitos diferentes del original han acabado en claros fracasos. Por eso el desarrollo sostenible del turismo no puede basarse nicamente en la aplicacin de modelos prefabricados, sino que implica un proceso de anlisis que debe permitir el establecimiento de un modelo especco. ste debe establecerse a partir de indicadores que marquen cul es la Capacidad de Carga turstica del lugar de destino. 99 Dentro de este eje, son diversas las acciones que se pueden llevar a cabo. Una sera el apoyo a travs de proyectos de cooperacin de experiencias de turismo en los pases del Sur, gestionadas y controladas por la poblacin local, especialmente en zonas rurales, como una va de diversicacin y complementariedad de sus ingresos, no como una estrategia sustitutiva. Otra lnea de trabajo puede ser la promocin de viajes a pequea escala que supongan una contribucin a iniciativas de actividad turstica gestionada por colectivos o grupos locales de los sectores ms desfavorecidos. Pero, a la par, es necesario impulsar el estudio, monitoreo y evaluacin del impacto de actividades tursticas en territorios concretos, as como generar y sistematizar herramientas tericas y tcnicas de anlisis, gestin y ejecucin de intervenciones de la cooperacin en este sector. b) Denunciar los impactos negativos que el turismo conlleva o puede suponer en las sociedades antrionas y su medioambiente, e implicarse en el acompaamiento y solidaridad con los colectivos afectados. Si como ya hemos visto no existen modelos de desarrollo sostenible per se, existen formas de desarrollo turstico que por su propia naturaleza y caractersticas, sea cual fuera el contexto y las caractersticas de la poblacin antriona, son siempre insostenibles. Existen casos en los que los impactos negativos son obvios y sobradamente conocidos. Es el caso del turismo internacional que tiene como objetivo establecer relaciones sexuales con menores y que desestructura sociedades, familias y el proceso de desarrollo de nios, nias y adolescentes.
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O modelos de turismo masicado o de lujo que suponen una sobreutilizacin de los recursos naturales, o una desviacin de su uso tradicional, necesario para mantener el modo de vida de las poblaciones locales. Pero tambin existen otros tipos de turismo, agrupados bajo el concepto de alternativos que repercuten de forma negativa en la poblacin local. Es el caso del turismo de tipo tnico, en los que la poblacin autctona no participa en la gestin del recurso, slo recibe una parte nma de los benecios y juega un papel pasivo, como un elemento ms del paisaje. Tambin cabra mencionar el turismo deportivo o de aventura que hace un uso insostenible de los recursos naturales. Igualmente es insostenible aquel tipo de turismo en el que no se respetan los derechos de los trabajadores y trabajadoras, o en los que no se les ofrecen unas condiciones laborales dignas.
como el acompaamiento y la solidaridad con las personas, organizaciones sociales e instituciones afectados. Esto puede traducirse en acciones concretas como: poner en marcha iniciativas de informacin pblica y presin ante las empresas tursticas para que estas inversiones se desarrollen con estrictos criterios de sostenibilidad y respeto a los derechos humanos; impulsar campaas de informacin, denuncia y solidaridad concreta con colectivos afectados por determinadas formas de turismo insostenible; desarrollar acciones que contribuyan a corregir la imagen distorsionada que los visitantes pueden hacerse de la realidad que han ido a conocer, muchas veces oculta y menos amable de lo que vende la publicidad turstica. Una de las acciones estratgicas ms oportuna, y especialmente en el Estado espaol ya que su industria turstica tiene un nivel de internacionalizacin muy importante, sera la de incrementar el seguimiento y control de las inversiones tursticas en los pases del Sur por parte del capital extranjero. c) Valorar y reclamar la responsabilidad de turistas, tour-operadores, antriones e instituciones pblicas a la hora de favorecer modelos tursticos sostenibles. El tercer mbito de trabajo del Turismo Responsable es el de la sensibilizacin a todos los agentes que participan en la actividad turstica. Los turistas deben saber que no son actores inocuos: su presencia impacta en las sociedades y lugares de destino y, por tanto, su actitud es importante para favorecer que la actividad sea o no sostenible. Como consumidores, adems, tienen la capacidad de inuir en las ofertas tursticas que existen en el mercado, aceptando las ms sostenibles y obviando las que mayores impactos negativos generan.
Igualmente los tour-operadores y las empresas tursticas, as como las instituciones pblicas, establecen o participan directamente en el establecimiento de modelos tursticos, razn por la cual su responsabilidad es esencial. Adems de reclamarla, es necesario generar en estos mbitos una cultura que no valore los recursos naturales, humanos y tcnicos para su aprovechamiento a corto plazo. La poblacin antriona tambin debe jugar su papel en la delimitacin de las caractersticas del turismo ofertado al reclamar su participacin en el diseo, gestin y control de una actividad que hace uso de sus recursos. De ah que el trabajo de incidencia sobre este sector de poblacin sea estratgico. Pero tambin es necesario desarrollar un trabajo de sensibilizacin contra las expectativas que muchas veces genera el turismo. En ocasiones se sobredimensionan las potencialidades econmicas del turismo o se consideran slo los benecios que puede aportar, sin valorar sus repercusiones directas e indirectas, como el hecho de facilitar procesos especulativos de los recursos locales. 101 De este modo, el Turismo Responsable puede contribuir a sensibilizar tanto a turistas como a los diferentes sectores implicados en la actividad turstica en los criterios de sostenibilidad y responsabilidad. Adems de las campaas de sensibilizacin especcas que pueden llevarse a cabo, las ONG tienen una herramienta de sensibilizacin de un gran potencial como son los viajes solidarios con destinos a pases del Sur. Igualmente, se ha explorado poco el desarrollo de proyectos de cooperacin centrados en la labor de sensibilizacin a la poblacin antriona sobre el fenmeno turstico. Finalmente, cabe sealar que el Turismo Responsable como movimiento social necesita articularse e incidir tanto en los pases del Norte como en los del Sur, en la medida que la misma industria turstica se ha articulado internacionalmente tanto por la propia naturaleza de su actividad como por la expansin del capital dominante. Por otra parte, es necesario tener en cuenta que experiencias de desarrollo turstico insostenibles sobre las que centrar la denuncia y su cuestionamiento las encontramos en todos los pases. El reto de construir un movimiento social con capacidad de incidencia en el desarrollo de la industria turstica depende de la capacidad de articulacin de una amplia base social entre los diversos sectores implicados, tanto en el Norte como en el Sur: organizaciones campesinas, ecologistas, vecinales, de desarrollo, de atencin a la infancia, de derechos humanos, de consumidores, sindicatos, indgenas, colectivos afectados, etc.
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La propuesta de articulacin de un movimiento de Turismo Responsable, as como del fortalecimiento del Turismo Comunitario como estrategia de desarrollo turstico ms adecuado para el mundo rural, requiere la conuencia de numerosos colectivos sociales, que estn incidiendo de una u otra manera en el sector, en una estrategia global que sume sus diferentes aportes.
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Segunda parte:
propuestas didcticas
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4. Impacto cultural: Turismo y estereotipos: - Texto 5: Refuerzo de los estereotipos culturales - Pelcula 1: La playa Turismo e ilegalidad: - Pelcula 3: La Caja 507 - Propuesta video 4: El problema del turismo sexual infantil Turismo y expolio cultural: - Pelcula 2: Temporada alta 5. Un ejemplo de turismo sostenible: el Turismo Rural Comunitario Un turismo de apoyo al mundo rural: - Texto 7: Turismo Rural Comunitario en Nicaragua: la experiencia de la Unin de Cooperativas Tierra y Agua - Texto 8: Desarrollo turstico en el Valle de Manduriacos - Pelcula 6: La chica de Pars - Propuesta video 1: Modelos tursticos confrontados - Propuesta video 6: Es oro todo lo que reluce? - Propuesta video 8: La apuesta por un Turismo Rural Comunitario 6. El turismo responsable como movimiento social Turismo y conicto social: - Propuesta video 1: Modelos tursticos confrontados - Propuesta video 3: Los impactos medioambientales - Propuesta video 7: Conictos por el control de los recursos
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Anlisis de textos
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En esta primera seccin se presentan ocho textos con ejemplos de experiencias concretas, acompaados de un cuestionario para su anlisis y debate en grupo. Con esta seleccin de textos se facilita una gua para abordar algunos de los temas claves tratados en la primera parte del libro. Los temas que se plantean, por texto, son los siguientes:
Texto
Pas
Temtica El turismo como principal va de desarrollo. Dependencia econmica y vulnerabilidad Turismo y otros sectores productivos: el sector agrario. Acceso diferenciado a los benecios del turismo. Medioambiente y turismo de masas. Turismo culturales. y estereotipos y
1. Crisis turstica en el distrito de Kenia Narok 2. La reconstruccin despus del Sri Lanka tsunami: un conicto entre intereses tursticos y pescadores artesanales
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Per
4. El Plan Hidrolgico Nacional: Espaa turismo y trasvase de agua 5. Refuerzo de los estereotipos Cuba culturales 6. Ocupacin femenina en el sector Espaa turstico en las Islas Baleares 7. Turismo Rural Comunitario en Nicaragua Nicaragua: la experiencia de la Unin de Cooperativas Tierra y Agua 8. Desarrollo turstico en el Valle de Ecuador Manduriacos
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Aparte de la disminucin del nivel de vida, la crisis ha generado otros problemas aadidos: parte de la poblacin, que haba pedido crditos para establecer un pequeo negocio alrededor del turismo (produccin de souvenirs, generalmente) no puede ahora afrontar sus deudas; se iniciaron procesos migratorios a zonas urbanas o grandes latifundios ganaderos en busca de trabajo; por los problemas en las infraestructuras viarias antes comentadas, muchos pequeos agricultores se ven incapaces de llevar su produccin al mercado; muchas familias han tenido que vender ganado, muebles y electrodomsticos para cubrir sus necesidades bsicas; etc. Fuente: Samuel Kareithi, Coping with Declining Tourism: Examples from Communities in Kenya, PPT Working Paper 13 (http://www.propoortourism.org.uk). 2003
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Texto 2: La reconstruccin despus del tsunami: un conicto entre intereses tursticos y pescadores artesanales
Uno de los ejemplos ms recientes de conicto que muestra la contradiccin entre los intereses de las grandes multinacionales del turismo y los de la poblacin local vinculada a actividades productivas tradicionales lo encontramos en la forma en que se ha abordado la reconstruccin de las zonas afectadas por el tsunami que el pasado 26 de diciembre de 2004 asol las costas de los pases ribereos del Ocano ndico, fundamentalmente Sri Lanka, Indonesia y la India. El balance de la catstrofe fueron 217.141 muertos, segn cifras ociales, y ms de dos millones de nuevos pobres. En una iniciativa de reconstruccin sin precedentes, pases de todo el mundo se comprometieron con 4.800 millones de euros, y otros 2.000 millones estaban previstos que se canalizaran a travs de las ONG. A principios del ao 2005 la Federacin Nacional de Pescadores de Sri Lanka 111 (NAFSO), aliada de Va Campesina, advirti que un segundo tsunami estaba azotando la zona debido al modo cmo se estaba llevando a cabo la reconstruccin por parte del gobierno de dicho pas, las agencias de ayuda internacional y el Ejrcito de los Estado Unidos. En concreto, la NAFSO denunciaba que aprovechndose de la situacin provocada por el desastre natural, la reconstruccin primaba los intereses multinacionales privados por encima del de las poblaciones locales afectadas. De este modo, se adverta de la existencia de un plan para construir hoteles tursticos donde antes slo vivan comunidades pescadoras, y que stas seran desplazadas por los complejos hoteleros, mientras que los derechos comerciales para explotar sus antiguas zonas de pesca, seran cedidos a la ota de pesca de arrastre industrial de Canad. En Tailandia se estara produciendo una situacin parecida. En este pas fueron ms de cinco mil familias de pescadores artesanales las que resultaron afectadas por el tsunami. 3.676 casas fueron destruidas y se perdieron 3.307 barcos de pesca. A pesar de que el 80% de la ota pesquera pudo volver a faenar se estara produciendo un grave conicto en torno a la propiedad de la tierra. Segn denunci Bunchar Pongpanich, presidente de la Coalicin de Apoyo para la Rehabilitacin de la Costa de Andaman, organizacin tailandesa creada slo dos das despus de la tragedia: La gente est perdiendo las tierras donde viva. El Gobierno tiene la intencin de sacar a los pescadores de primera lnea de mar y trasladarlos a un kilmetro de la costa. Condicionan la ayuda, les construyen la casa, pero en otro lugar, cuando ellos necesitan vivir cerca de la playa. Al igual que en el caso de Sri Lanka, los intereses implicados en la construccin de hoteles tursticos de grandes inversionistas en Tailandia, estaran primando sobre las necesidades de la poblacin local.
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Habr quien sostenga que estas inversiones generarn puestos de trabajo y riqueza, pero en realidad este modelo de reconstruccin reduce y atenta contra la Soberana Alimentaria de la poblacin local. Toda poblacin debe tener el derecho de decidir cules son sus estrategias de desarrollo, lo cual tambin supone la posibilidad de decir no al turismo. Fuente: Peter Rosset y Mara Elena Martnez, El tsunami ms all de la ayuda humanitaria, La Jornada, 13.02.05 y Marta Lpez, Misries del tsunami, El Peridico, 30.04.2005.
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La isla de Llaquistitis
Gracias a la publicidad que da el turismo, todos los peruanos han odo hablar de Coanos, al punto de que piensan que se trata de la mayor isla del Lago. Pero no es as. La vecina isla de Llaquistitis, tambin de poblacin indgena, es mucho ms grande y poblada: en ella viven casi 780 familias (unos 3.900 habitantes); es decir, aproximadamente tres veces ms que a Coanos. En los aos 50, un sector minoritario con ms tierras que el resto y, por ello, con mayor capacidad econmica y social, comenz a invertir en actividades no agrcolas: unos se convirtieron en transportistas, comprando lanchas que ponen en contacto Llaquistitis con tierra rme; otros se hicieron comerciantes, estableciendo pequeas tiendas donde venden productos bsicos a los isleos. El resto de la poblacin sigui viviendo de la emigracin temporal y de la agricultura, actividad que cada vez genera ingresos menores debido al crecimiento de la poblacin en las ltimas generaciones. En resumen: Llaquistitis es una sociedad heterognea social y econmicamente. Por un lado, una minora posee ms tierras y controla otras fuentes de ingresos. Por otro, una mayora tiene pocas tierras y ha de vender su fuerza de trabajo. Finalmente, tambin hay un sector de isleos que se mueve entre estos dos extremos: tienen sucientes tierras o bien participan en alguna actividad productiva que les permite generar algunos benecios.
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a. Venta de artesanas
Se construy un Centro Comunitario de Artesanas, que sera el nico lugar donde se podra vender artesanas a los turistas. El funcionamiento era sencillo: todos los isleos que quieren pueden llevar sus artesanas al Centro, donde se ponen a la venta. Cuando se vende algn producto, parte de los benecios se reintegran al artesano, y parte queda para la comunidad. Este ltimo se destina a facilitar acciones comunitarias: mejoras de caminos o infraestructuras, cubrir parte de estas comunales, etc.
b. Alojamiento y Alimentacin
Por la distancia que se encuentra Llaquistitis de tierra rme (de 4 a 5 horas en lancha), los turistas tienen que pasar al menos una noche en la isla. Al igual que pasaba en Coanos, se decidi que los turistas viviran durante el tiempo que pasaran en la isla en las viviendas de sus habitantes. A tal efecto, muchas familias prepararon alguna de sus habitaciones para cumplir con los requisitos de calidad exigidos por el Ministerio de Turismo, y se decidi que los turistas seran distribuidos por todas las familias con licencia de alojamiento siguiendo un estricto sistema de turnos.
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Las razones eran diversas, pero se podan clasicar entre las que dependan de factores externos y las que eran resultado de las caractersticas de la isla: - Los factores externos tenan un nombre: Coanos. Las ofertas de esta isla y la de Llaquistitis eran similares, pero diversos factores hacan que Coanos tuviera mucho ms xito. Por una parte, haba comenzado su desarrollo turstico mucho antes, y por tanto era ms conocida. Adems, parte de los benecios del turismo eran reinvertidos en publicidad a nivel nacional e internacional. Coanos tambin se beneciaba de su situacin geogrca: al encontrarse ms cerca de la ciudad de Puno, donde se concentraban los turistas que desean conocer el Titicaca, el viaje era mucho ms corto (unas tres horas). Finalmente, existe la voluntad de todos los isleos por apoyar un recurso que a todos beneciaba, voluntad que se traduca, por ejemplo, en la recuperacin del vestuario tradicional, en la mejora de la calidad de las artesanas textiles, etc. El resultado de todo ello era que el nmero de turistas que llegaba a Coanos era cinco veces ms que el que llegaba a Llaquistitis, y esta proporcin se mantena desde haca tres aos. - El principal factor interno que haca que el turismo no tuviera en Llaquistitis el xito que haba tenido en Coanos lo encontramos en el nmero de habitantes de Llaquistitis. Como ya se ha explicado, Llaquistitis tiene el triple de poblacin de Coanos (780 familias frente a 260). Por tanto, para que el ratio benecios-poblacin fuera el mismo que en Coanos, los turistas que llegan a Llaquistitis tendran que ser, tambin, el triple. Y sin embargo, los turistas eran 6 veces menos que en la isla vecina!
Turismo y Desarrollo
Cuando se vio que el nmero de turistas no era suciente para repartir entre todos los isleos con licencia de alojamiento, los propietarios de las lanchas, que eran quienes transportaban a los turistas hasta Llaquistitis, decidieron monopolizar el recurso. La excusa fue que mantener las lanchas era cada vez ms costoso, debido al aumento del precio del combustible (lo que en parte era cierto, pues antes estaba subvencionado), y que slo quedndose los pocos turistas que llegaban podan equilibrar los gastos y mantener una actividad, el transporte, esencial para la movilidad de los isleos.
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Turismo y Desarrollo
Tras una movilizacin social sin precedentes en el Estado espaol por un tema medioambiental, numerosos informes cientcos y tcnicos en contra, y algunas resoluciones europeas opuestas al trasvase (la Unin Europea deba costear una importante parte del PHN), el gobierno espaol, ahora en manos del Partido Socialista Obrero Espaol, con el apoyo de todos los partidos parlamentarios excepto el Partido Popular, derog en el 2004 la Ley del PHN y prometi que en su modicacin no tocara la cuenca del Ebro. Fuente: Greenpeace (www.greenpeace.org/espana_es) y diversa prensa escrita
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Turismo y Desarrollo
Uno de los factores de riesgo que en los ltimos tiempos ha destacado ms en la literatura cientca es el de la movilidad poblacional, ya sea motivada por cuestiones laborales como por ocio; tenga carcter fugaz, temporal o permanente. La prevencin debe abordarse desde el fenmeno de la movilidad poblacional tomando en cuenta al conjunto de la poblacin que, de forma permanente o temporal, ocupa un determinado territorio, y no slo a determinados colectivos, como los camioneros o las trabajadoras sexuales con las que ellos se relacionan, muchas veces anatematizados. Esto no sera ms que una ampliacin del concepto limitado de grupo de riesgo, clsico en la epidemiologa de las ITS. La movilidad implica tanto a las personas que se desplazan como a las poblaciones que los reciben, y se reere tanto a las migraciones como al turismo de todo tipo. Por otra parte, la relacin entre turismo y sexualidad no slo, ni necesariamente, se plantea desde los parmetros del turismo sexual. El turismo est asociado a la idea de ocio y diversin y, por tanto, a la posibilidad de acceder a contactos sexuales de 120 carcter espordico entre iguales, sin que medie una relacin de desigualdad. El riesgo est en que en estos contactos, fuera del contexto habitual del turista, no se mantengan prcticas de sexo seguro y que la persona, por la misma situacin de novedad y excepcionalidad, relaje sus medidas de prevencin. La prevencin de la epidemia del VIH-SIDA no puede reducirse en la denuncia del turismo sexual, por importante que sea, sino que se debe intervenir en el conjunto de la actividad turstica. Fuente: Jordi Gascn y Ernest Caada, Viajar a todo tren. Turismo, desarrollo y sostenibilidad, Icaria, Barcelona, 2005.
Habitualmente se atribuye al turismo la capacidad de poner en contacto a personas de distintos contextos culturales. Pero por qu la mayora de turistas acaban teniendo imgenes estereotipadas de los lugares que visitan? Si miramos la publicidad turstica, en los catlogos de las agencias publicitarias o en los spots televisivos, cules son las imgenes ms comunes? Crees que muestran la realidad social y cultural de los pases de destino? En qu medida son estereotipos? Hasta qu punto el turismo puede ser una forma de interrelacin cultural? Cul es el riesgo de consolidar a travs del turismo los tpicos y estereotipos culturales? Conoces otros casos en los que el turismo favorezca la creacin o consolidacin de estereotipos culturales? A qu hacen referencia (a otras culturas, a un pas o a un territorio concreto, al turista de determinado origen, etc.? Tomando uno de estos casos, cmo crees que se ha ido formando este estereotipo?
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Turismo y Desarrollo
El sector servicios es el que ocupa a la inmensa mayora de mujeres en las Islas Baleares, casi un 92%, y dentro de este sector se concentran en un reducido grupo de ocupaciones. Las ocupaciones con mayor presencia de mujeres son: hostelera (con el 23% de las ocupadas frente al 15,22% de los hombres) seguida del comercio al detalle (19,2% frente al 7,9%). En este contexto cabe destacar que la presencia femenina en estos subsectores mayoritariamente no se corresponde con un porcentaje igual o similar en los cargos de direccin, que siguen siendo ocupados mayoritariamente por hombres. As, la direccin de empresas de 10 ms asalariados son ocupadas slo en un 20% por mujeres. Fuente: Extractos del Informe Mercado de trabajo y situacin de las mujeres en la Comunidad Balear, CCOO de las Islas Baleares, 2001 (www.ccoo.illes.balears.net).
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Texto 7. Turismo Rural Comunitario en Nicaragua: la experiencia de la Unin de Cooperativas Tierra y Agua, Nicaragua
Durante los ltimos aos en Nicaragua ha aumentado de forma considerable tanto la actividad turstica como las expectativas de creacin de riqueza depositadas en ella. Por parte del Gobierno en sus planes de desarrollo se ha identicado el turismo como un sector con un gran potencial para atraer inversiones extranjeras, crear empleo y generar negocio. Sin embargo, sus perspectivas de crecimiento no estn exentas de contradicciones. Una de ellas tiene que ver con la relacin entre el turismo y la poblacin campesina. Para la gran mayora de la poblacin rural nicaragense es muy difcil poner en marcha iniciativas tursticas exitosas, tanto por la carencia de capital o polticas de apoyo, como por la falta de experiencia y conocimientos en los gustos e intereses de los turistas. Esto ha supuesto que los principales impulsores y beneciarios de este tipo de actividades sean inversionistas extranjeros o poblacin nicaragense de origen urbano y con mayores recursos econmicos. Adems, en 123 algunos casos, esto ha acentuado la presin de estos sectores para hacerse con el control de recursos, como la tierra o el agua, que en determinados enclaves de especial atractivo turstico estn an en manos de las comunidades campesinas. A pesar de las dicultades, existen experiencias de comunidades indgenas y campesinas que han apostado por el Turismo Comunitario como una forma de diversicar y complementar sus fuentes de ingresos. Una veintena de estas iniciativas se han coordinado y han creado la Red Nicaragense de Turismo Rural y Comunitario. Una de estas iniciativas es la de la Unin de Cooperativas Agropecuarias Tierra y Agua.
Contexto
La Unin de Cooperativas Agropecuarias (UCA) Tierra y Agua tiene su origen en la UCA Hroes y Mrtires de Nandaime, fundada en 1984. Desde el ao 2.000 y despus de la separacin de parte de sus miembros, toma el nombre actual, UCA Tierra y Agua. Est situada en el Departamento de Granada entre los municipios de Granada, Nandaime, entre las faldas del Volcn Monbacho y la Isla Zapatera. En la actualidad, la UCA es una organizacin cooperativa de segundo grado formada por nueve cooperativas agropecuarias. Tanto las cooperativas como los rganos de gestin y direccin estn formados en su totalidad por campesinos y campesinas nicaragenses. El origen de estas cooperativas es diverso. Algunas se formaron durante los primeros aos de la Revolucin como parte de la Reforma Agraria impulsada por el gobierno sandinista y con poblacin nativa de la zona. En otras sus integrantes fueron campesinos procedentes del Norte del pas, desplazados por la situacin de guerra contra la Contra. Hubo cooperativas que se formaron despus de la derrota del Frente Sandinista en 1990, y que accedieron a sus tierras despus de un proceso de lucha y de tomas.
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La Unin de Cooperativas Tierra y Agua es una de las pocas organizaciones cooperativas que sobreviven hoy da en Nicaragua. Al igual que el resto del campesinado, lleva aos sufriendo la progresiva prdida de rentabilidad de las actividades primarias. Las causas son varias y estn directamente relacionadas con el contexto de liberalizacin econmica que enfrentan. Desde hace aos, el Gobierno nicaragense facilita la importacin de granos bsicos que compiten en precio con la produccin local. El campesinado de escasos recursos no tiene acceso a la tecnologa, utiliza insumos importados y, en ocasiones, emplea prcticas agresivas con el medio natural, lo cual repercute negativamente en la productividad y rentabilidad de su trabajo. En el mbito de la comercializacin, las dicultades tienen relacin con la imposibilidad de controlar el precio nal de venta de sus excedentes: la mayora de las familias, presionadas por la urgencia constante de ingresos econmicos, trata de vender sus productos en los mismos momentos del ao, lo que hace que caigan los precios y se reduzca el margen de rentabilidad. Para retener las cosechas y esperar tiempos y 124 precios mejores, es necesario contar con el ahorro suciente para mantener familias numerosas durante meses. Esta situacin se traduce para la gente del campo en dicultades constantes para sobrevivir con el producto de su trabajo. En mayor o menor grado, las cooperativas y las familias que las componen, se mantienen con economas de subsistencia, vctimas de la liberalizacin de los aranceles a las importaciones de granos bsicos y del dumping que practican sistemticamente economas ms potentes, como la de Estados Unidos o la de la Unin Europea. A todo ello hay que sumar la falta de apoyo del Estado nicaragense. De hecho, la administracin pblica est ausente en estas comunidades, quienes sobreviven gracias a su propia organizacin y al apoyo de organismos de cooperacin para el desarrollo. Adems del contexto econmico global, las familias campesinas de la UCA, al igual que otras tantas personas en el pas, padecen un deterioro progresivo en sus condiciones sociales: bajos niveles de escolarizacin entre la poblacin adulta (mayores entre la poblacin joven); ausencia de servicios de salud asequibles y de calidad; menor calidad de la educacin primaria rural y ausencia de centros de educacin secundaria; uso abusivo del alcohol y del juego como actividades de entretenimiento; ausencia de oferta cultural, deportiva o de esparcimiento; alta tasa de embarazo adolescente.
Las cooperativas de la UCA y las organizaciones de cooperacin al desarrollo que colaboran con ellas coinciden en identicar como bases de su estrategia la apuesta por la diversicacin econmica y la autogestin de los procesos por parte de la poblacin local. La estrategia contempla iniciativas variadas como la puesta en marcha de un fondo de autonanciamiento agrcola, el apoyo a la educacin primaria, secundaria y universitaria, el inicio de un proyecto de apicultura, la mejora de las infraestructuras familiares y comunales, as como la capacitacin permanente de lderes y responsables. Aunque haca tiempo que el turismo era identicado como un espacio potencial de desarrollo, hasta el ao 2001 la experiencia real de las comunidades campesinas se limitaba a la recepcin espordica de algunos grupos, en especial brigadistas de distinta procedencia geogrca. Algunas de las cooperativas asociadas a la UCA estn asentadas en espacios 125 estratgicos para el turismo. Todas ellas estn relativamente cerca de Granada, la ciudad ms turstica del pas. Algunas an disfrutan de una importante variedad de recursos naturales; otras estn en las orillas del Lago Cocibolca y conservan restos arqueolgicos precolombinos. Los inversores extranjeros, conscientes del potencial turstico de las tierras, haban comenzado a hacer ofertas de compra a las cooperativas con la intencin de desarrollar proyectos privados. El riesgo de perder la propiedad de la tierra y con ella, el principal recurso campesino, aceleraron la decisin de denir una estrategia propia. En el ao 2001, en un contexto de reexin estratgica sobre las cooperativas y de replanteamiento de las relaciones con las ONG colaboradoras, la Junta Directiva de la UCA solicita a la ONG vasca Zubiak Eginez, con quien venan colaborando desde haca aos, el apoyo necesario para formular y poner en marcha un programa de turismo. De forma paralela, las ONG catalanas SODEPAU y ACASC acordaron con la UCA proporcionar de forma estable grupos de turistas para garantizar el despegue de esta actividad.
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Mrtires de Nandaime - La Granadilla y Cooperativa Alfonso Nez - Sonsapote) iniciales con las que poner en marcha el programa que fueron elegidas en funcin de su potencial turstico y de sus condiciones para gestionar un proyecto comunitario. En cada una de ellas se cre algn tipo de infraestructura colectiva para el albergue de los turistas: en la Nicaragua Libre se reconvirti una antigua carpintera en albergue; en La Granadilla se construy una Casa Comunal de usos mltiples (sala de reuniones, biblioteca, local social) que serva tambin para el alojamiento de los turistas y, nalmente, en Sonsapote se construyeron varias cabaas y se habilitaron tiendas para el alojamiento. Todas estas infraestructuras son de propiedad colectiva y gestionada del mismo modo por las cooperativas. Cada una de las cooperativas aport al proyecto de turismo su territorio y las infraestructuras comunales disponibles. Los socios y socias participaron aportando sus ideas y mano de obra en la construccin de los edicios, la elaboracin de 126 muebles, la confeccin de sbanas, manteles y mosquiteras, el arreglo de caminos, la identicacin de paseos y rutas, elaboracin de productos artesanales, etc. Igualmente, cada cooperativa es responsable del recibimiento y atencin de las visitas, la preparacin de comidas, el acompaamiento de los turistas durante las excursiones, la limpieza y mantenimiento de cada rea, la difusin y publicidad en su entorno as como la gestin y la administracin de los ingresos y gastos.
Aportes
Cuatro aos de recorrido en la actividad turstica no permiten conrmar cambios consolidados, pero s es posible identicar los efectos reales que se han producido en las actividades econmicas de las cooperativas, su espacio fsico y su vida social. Algunas de las aportaciones del programa de turismo al proceso de desarrollo de las comunidades han sido: a) Movilizacin y valorizacin de los recursos locales: El programa de turismo ha tratado de emplear al mximo los recursos locales disponibles, tanto personales como materiales. Durante el diseo y construccin de las infraestructuras (dormitorios, comedores, letrinas...) se utilizaron las ideas y el trabajo de los socios y socias y se prioriz la contratacin de profesionales (ingeniera, albailera, carpintera...) de la comunidad. El equipamiento (camas, mesas, sillas...) y los accesorios (sbanas, mosquiteras, manteles) fueron elaborados por personas directamente implicadas en los proyectos. De igual forma, se trat de utilizar los materiales naturales disponibles (madera, piedra, palma, semillas) para la elaboracin de los muebles, ranchos y artesanas. ... En estos momentos, todos los trabajos internos generados por el turismo: atencin, cocina, limpieza, gestin, transporte, administracin, mantenimiento... son desempeados por las personas de la comunidad.
Aunque la distribucin de funciones entre hombres y mujeres suele seguir patrones sexistas, el programa de turismo ha conseguido crear espacios de trabajo mixtos, y ha posibilitado que las mujeres visibilicen su esfuerzo frente a la comunidad y las propias visitas. Por otro lado, es importante destacar que, lejos de pretender importar recursos tursticos ajenos, lo que el programa de turismo ofrece a las visitas es explorar la realidad que vive la gente: conocer su propia vida, la tierra, el paisaje y la riqueza natural que les rodea, sus costumbres y su historia. Un ejemplo grco y signicativo de la visibilizacin del patrimonio cultural, es el descubrimiento de petroglifos precolombinos en la Isla Zapatera, por parte de la poblacin local durante las actividades de limpieza de las reas tursticas. b) Creacin de espacios de intercambio cultural. El turismo rural, vivido sin prisas y con apertura, es una oportunidad para el intercambio entre culturas, edades y condiciones. Gracias al turismo, los campesinos y campesinas de la UCA conocen algo ms de la vida diaria, los intereses y los hbitos de personas urbanas que 127 vienen de Nicaragua y de otros lugares lejanos: Canad, Italia, Espaa... Las visitas descubren la vida diaria, las casas, el trabajo, los sueos, las dicultades y los valores de los campesinos y campesinas. Con la intencin de favorecer el intercambio y el conocimiento mutuo entre las organizaciones campesinas del pas, el programa no se dirige slo hacia el turismo nacional e internacional, sino que ofrece sus servicios a todas aquellas cooperativas agropecuarias, asociaciones o instituciones que requieran espacios acondicionados donde celebrar reuniones, talleres formativos o actos festivos. c) Contribucin a las economas colectivas y familiares. El programa de turismo propuso una estrategia de inversin en la que se distinguan partidas donadas de otras con carcter de nanciamiento reembolsable. El objetivo era que, tras la fase de ejecucin, las devoluciones de nanciamiento permitieran el mantenimiento continuado del programa sin apoyo (sin dependencia) de organismos externos. Cada comunidad decidi el tamao de su inversin-deuda, y se comprometi a destinar un porcentaje de todos sus ingresos a la devolucin de la misma. Con las devoluciones de nanciamiento se creo un Fondo de Turismo general para la promocin del turismo rural en el conjunto de la UCA Tierra y Agua. El programa de turismo decidi establecer precios proporcionales al servicio ofrecido, que proporcionaran un margen de rentabilidad suciente y fueran asequibles para la poblacin local. Los ingresos colectivos provienen fundamentalmente de las estancias de las visitas (pernoctacin y comidas) y de actividades comerciales secundarias. Los servicios como el transporte, la limpieza de ropa o la venta de productos artesanales, son actividades econmicas privadas pero contribuyen con un porcentaje al fondo de turismo de cada comunidad. Las cooperativas han decidido libremente el destino de los benecios generados en sus proyectos, combinando la reinversin y el reparto entre sus miembros.
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Los ingresos generados por los grupos de visitas de SODEPAU-ACASC durante estos primeros aos, han representado en torno al 50% de los ingresos totales de las tres cooperativas, lo que rearma la importancia de este acompaamiento. Estos resultados, insignicantes en la contabilidad nacional del turismo son, sin embargo, importantes en el contexto de las economas campesinas de las cooperativas. El programa de turismo pretende evitar la entrada de grandes ingresos en poco tiempo, ya que ello pondra en riesgo el mantenimiento de las otras actividades econmicas: agricultura, ganado, pesca, comercio... De hecho, el objetivo es garantizar un desarrollo suave y mantenido, que permita una asimilacin progresiva de los efectos que el turismo genera. d) Mejora de las infraestructuras comunales e incremento del patrimonio colectivo. Las infraestructuras fueron diseadas tomando en cuenta tanto las necesidades de las 128 visitas como las de la poblacin local que en denitiva, es quien vive en cada espacio todos los das del ao. Se trata de construcciones sencillas y de fcil mantenimiento. El objetivo era ofrecer un buen servicio a las visitas y evitar grandes diferencias entre las condiciones de stas y las de la poblacin antriona. Cada construccin es diferente en su diseo, calidad y valor porque el entorno y las necesidades de cada comunidad tambin son diferentes: Nicaragua Libre: Antes del programa, la cooperativa era duea de un edicio de madera y piedra deteriorado por el tiempo y el uso. La comunidad decidi invertir en el edicio y transformarlo en albergue. Aunque se reutiliz gran parte del material antiguo, se realiz una obra de reconstruccin total, mejorando los cimientos, suelo, paredes, tejado, etc. Ahora, el albergue es un edicio nuevo y equipado. Cuenta con tres dormitorios compartidos, una sala de estar, un porche y una cocina. Adems, se construyeron cuatro casetas para bao y letrina. La comunidad se est planteando la reconstruccin de otros edicios menores ubicados en el rea turstica. Granadilla: Antes de la construccin de la casa comunal, la cooperativa se reuna debajo de un antiguo gran rbol, el chilamate, ya que no existan infraestructuras colectivas disponibles. En estos momentos, la misma casa que sirve de alojamiento para las visitas, es el lugar de reunin, archivo y bodega de la cooperativa. Adems, existe un espacio para biblioteca, lugar de encuentro y estudio de los jvenes de la cooperativa. Como edicios complementarios, se construyeron una cocina y dos casetas para bao y letrina. Sonzapote: Las construcciones son ms sencillas y acordes con el entorno. Se trata de unos ranchitos de bamb con tejados de palma y construcciones de piedra y madera que se emplean como comedores y lugares de descanso.
En estos momentos, la comunidad cuenta con el apoyo de cooperantes italianos, quienes estn complementando las infraestructuras iniciales con sistemas de aproximacin y canalizacin del agua del lago. Adems de las infraestructuras, el programa promueve la mejora de las condiciones de los espacios exteriores mediante trabajos de limpieza de caminos, la sealizacin de vas, la creacin de viveros y la plantacin de ores y rboles que dan vida y valor a las ncas.
Conclusiones
El programa de turismo de la UCA ha obtenido unos resultados que, aunque provisionales, estimulan claramente su continuidad. El turismo, concebido como una propuesta de diversicacin y complementariedad de las economas campesinas, parece que puede ser una herramienta til. Una de las claves tanto del nivel alcanzado como de sus perspectivas futuras tiene que ver con la capacidad de mantener y 129 fortalecer la organizacin colectiva de las cooperativas campesinas. Algunos de los principales retos que afronta en estos momentos el programa de turismo de la UCA Tierra y Agua, y que probablemente comparten otras experiencias similares desarrolladas en Nicaragua, son los siguientes: Aanzar la propiedad de la tierra en manos campesinas en un contexto de crecimiento general de la actividad turstica, y de amenaza ante las ofertas constantes de compra por parte de inversionistas tursticos. Fortalecer la organizacin y la economa comunitaria y gestionar las diferencias que pudieran generarse con el desarrollo de actividades econmicas personales o familiares, Consolidar el turismo como una fuente de ingresos y empleo complementaria a las actividades campesinas tradicionales, y evitar que su posible xito no acabe derivando en un nuevo monocultivo turstico. Generar relaciones de intercambio y colaboracin con otras experiencias de turismo comunitario que ayuden a vertebrar un movimiento de turismo rural comunitario, vinculado a la defensa de la economa y la cultura campesina y, en general, a los intereses de los sectores populares. Atraer el turismo nacional y fomentar el uso de las instalaciones por parte de asociaciones u ONG locales, de tal manera que disminuya el peso relativo del turismo internacional sobre el conjunto de las visitas.
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Mantener la autonoma y el control de los proyectos por parte de las comunidades campesinas, en un contexto de presencia permanente de los organismos de cooperacin, quienes en ocasiones intervienen e inciden en los procesos de trabajo priorizando sus necesidades, ritmos e intereses. Anticipar las posibles enemistades, envidias y problemas que se generen con vecinos de las comunidades campesinas, que no estn participando de los benecios del turismo, y establecer relaciones de colaboracin. Evitar que el xito en un determinado destino supere la capacidad de carga de la actividad turstica en ese lugar, y se acaben generando efectos contraproducentes para la vida de las comunidades campesinas.
Fuente: Versin resumida del artculo: Ernest Caada e Izaskun Merodio, Turismo 130 rural comunitario en Nicaragua: la experiencia de la Unin de Cooperativas Agropecuarias Tierra y Agua, en AAVV., Experincies de turisme alternatiu, REDS, Barcelona, 2006 (en prensa).
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El Fondo Social se destina a acciones comunitarias: rehabilitacin de los caminos y puentes que comunican las diferentes comunidades, mejora de las infraestructuras educativas y sanitarias, construccin de espacios de ocio o culturales, ampliacin de almacenes y talleres, actividades ldico-culturales, etc. El Fondo es gestionado por la Junta Directiva de la Corporacin, que est formada por dos lderes de cada comunidad elegidos en asamblea comunitaria. Si bien el nmero de turistas que llega a Manduriacos no es muy grande (una cincuentena al ao), los benecios que dejan suponen una parte muy sustancial de esta caja comunitaria. Fuente: Jordi Gascn y Ernest Caada, Viajar a todo tren. Turismo, desarrollo y sostenibilidad, Icaria, Barcelona, 2005.
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Cul es el objetivo declarado del programa turstico del Valle de Manduriacos? Es logrado? Si fuese factible aumentar el nmero de turistas que llegan a Manduriacos, crees que sera interesante que la Corporacin destinase todo su esfuerzo a potenciar esta actividad, aunque esto supusiera el abandono de otras? Los benecios de la actividad turstica son comunitarios y se gestionan a travs del Fondo Social. Piensas que esto es una buena opcin o bien crees que tendra un impacto econmico ms positivo en la economa de los campesinos, si los benecios fueran privados? Por qu?
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En esta seccin se presentan las chas didcticas de seis pelculas de ccin que pueden ser usadas, ms all de su componente ldico, con nes pedaggicos para debatir sobre diversos temas relacionados con el turismo. Todas estas pelculas estn editadas comercialmente en video y pueden adquirirse o alquilarse en los canales comerciales habituales. Cada propuesta va acompaada de una cha tcnica de la pelcula, la descripcin de los objetivos pedaggicos que se pueden trabajar, una serie de claves dirigidas a las personas responsables de la dinamizacin del videoforo sobre cmo abordar el contenido del lm en relacin a una temtica especca sobre el turismo. Finalmente se incluyen una serie de cuestiones para orientar el debate.
Pelcula 1. La Playa 2. Temporada Alta Pas EEUU Temtica Turismo y estereotipos culturales.
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3. La Caja 507
Gran Bretaa Acceso diferenciado a los benecios del turismo. Rechazo al turismo. Turismo y expolio cultural. Espaa Turismo e infraestructuras: especulacin turstica. Medioambiente y turismo de masas. Delincuencia y turismo. El turismo como generador de esperanzas de desarrollo. Turismo y otros sectores productivos: el sector agrario. Turismo e infraestructuras: especulacin turstica. Medioambiente y turismo de masas. El turismo como va principal de desarrollo: dependencia econmica. El turismo como forma de apoyo al desarrollo rural.
EEUU
EEUU Francia
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Ahora su nica meta es salir. Pero el escape no ser fcil, la playa es un lugar secreto, un secreto que algunos defendern a muerte.
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Has conocido a alguien con un comportamiento similar al de Richard en el sentido del turista que huye del turismo?
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138 Sinopsis: Temporada alta es una comedia romntica que transcurre en una idlica isla
griega, invadida por gran cantidad de turistas. Katherine es una fotgrafa idealista y con talento, pero en la ruina econmica. Con la ayuda de Sharp, su amigo historiador, Katherine intenta salir de las dicultades econmicas que atraviesa vendiendo una pieza de artesana griega, supuestamente antigua. Pero sus planes de recuperacin se vern frustrados cuando unos turistas rompen accidentalmente la pieza de artesana.
quien los turistas resultan especialmente molestos. Para ella el problema no son los extranjeros, con algunos de los cuales mantiene una excelente relacin, como la fotgrafa Catherine, sino por el hecho que su vida y su entorno cotidiano se vean alterados e incluso invadidos por la actividad turstica. En el transcurso de la pelcula veremos cmo aumenta la tensin entre madre e hijo a propsito del desarrollo del turismo en la isla. Lo vemos a travs de algunos episodios como los siguientes: El enfado de Penlope con su hijo por el hecho de que cambie el nombre del local de la familia. Yannis considera que su madre no entiende nada cuando sta no quiere cobrar a los turistas que aloja en su casa, porque no hay habitaciones libres en ninguno de los hostales de la zona. Penlope considera que el monumento al turista desconocido que promueve su hijo es una ofensa a la historia nacional y familiar. Mientras que Yannis ve la oportunidad de hacer negocio con el traje de bao que deja al descubierto un seno a la muchacha, su madre, en cambio, considera que es una inmoralidad. Este episodio muestra la diferencia de opinin que provoca entre la poblacin local la presencia de los turistas. Al respecto Penlope arma: Actan como animales. Ni siquiera se visten como es debido. Tambin el comportamiento sexual de los turistas parece alterar la vida de la poblacin local.
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La actitud de Penlope revela un fenmeno que pocas veces se tiene en cuenta cuando crece el sector turstico en un determinado territorio: el derecho de la poblacin a rechazar el turismo. La gente tiene derecho a no tener que ver cmo los turistas se convierten en el centro de la vida de su comunidad, ni tener que soportar los impactos que esto supone. Y no por eso esta postura tiene que ser acusada de estar poniendo freno al progreso y la modernidad. Al contrario, cada comunidad puede elegir cul es el mejor camino para su desarrollo. Uno de los aspectos que tambin ilustra la pelcula es la contradiccin creciente entre aquello que se considera patrimonio histrico y cultural y el souvenir que desea el turista como recuerdo de sus vacaciones. Esta cuestin se ve claramente reejada con el objeto de artesana que rompen la pareja de turistas, accidentalmente. Uno de los riesgos del turismo es que si no se establecen polticas claras y efectivas en relacin al riesgo que objetos considerados como patrimonio histrico y cultural sean mal vendidos como souvenirs, se acabe produciendo un expolio de este patrimonio nacional.
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Descubrir qu consecuencias tiene para la poblacin local este tipo de desarrollo turstico. Conocer los mecanismos que utilizan las empresas promotoras de este tipo de desarrollo turstico, y reexionar sobre cmo se les puede hacer frente.
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La situacin de empobrecimiento y expulsin/emigracin de la poblacin. Adems de quedarse sin tierras para trabajar, la pelcula explica cmo la llegada de una poblacin de alto nivel adquisitivo incrementa los impuestos hasta el punto que la poblacin autctona tiene que marcharse porque no puede sostener el encarecimiento del costo de la vida. La necesidad de organizacin de la poblacin local y de la sociedad civil (el periodista) para hacer frente al tipo de situaciones como la que se presenta y luchar a favor de modelos de desarrollo sostenibles ecolgica y socialmente.
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Esta primera parte del lm (que supone aproximadamente la mitad de su duracin) es la que ms nos interesa. En ella se muestran los riesgos que supone depender del turismo como principal o nico motor de desarrollo econmico. Despus del primer ataque, el alcalde le dice al jefe de polica, quien haba decidido cerrar las playas, lo siguiente: Amity es una ciudad de veraneo. Los veraneantes dejan muchos dlares. Si no pueden baarse aqu, entonces irn a las playas de Cap Host, Long Island, . Y trata de convencerlos de que lo que ha destrozado a la joven puede haber sido una hlice. El mismo forense, que inicialmente haba certicado que la causa de la muerte haba sido el ataque de un tiburn, rectica despus, presionado por el alcalde, y conrma esa hiptesis. El miedo que lleva al alcalde a actuar de este modo es compartido por toda la poblacin, que directa o indirectamente vive del turismo. Esto se ve especialmente despus del segundo ataque del tiburn, en la reunin a puerta cerrada de una especie de consejo de la localidad formado por 148 el alcalde, el jefe de polica y una representacin de la ciudadana. Esta reunin es, posiblemente, la secuencia ms interesante de la pelcula. Negando lo que es obvio, la propietaria del hotel intenta convencer a todos que no est conrmado que el causante de los ataques sea un tiburn. Cuando el jefe de la polica impone el cierre cautelar de la playa, los representantes de la ciudadana se muestran contrariados por una decisin que consideran exagerada. En la misma reunin se explicita la dependencia de Amity con el turismo, por boca de un reconocido cazador de tiburones que ofrece sus servicios por una cifra considerable: Capturar y matar (al tiburn) les costar 10.000 dlares. As que decidan ustedes. Si acceden, seguirn vivos haciendo su agosto. Sino en invierno vivirn de la asistencia social. Tambin es interesando lo que el alcalde le dice a uno de sus colaboradores, poco antes de la secuencia de la reunin y despus del segundo ataque: Yo me encargo que el peridico publique la noticia disimulada entre los anuncios de las ltimas pginas. Ms tarde ser este mismo colaborador, que acta como responsable de comunicacin en la alcalda, el que escampar la noticia de la captura del tiburn asesino y de que el peligro ha pasado despus de la caza del inofensivo tiburn tigre. Sin embargo el alcalde sabe bien que el tiburn cazado no es el asesino, pero ante el temor de una crisis econmica niega las pruebas que se le presentan y ordena abrir las playas. An despus del tercer ataque, su principal preocupacin ser el impacto que todo esto tendr en la economa de la localidad y si, al menos, se podr salvar una parte de la temporada. Pero todo es intil. Como le dice el jefe de polica, para la gente Amity se ha convertido en Ciudad Tiburn. Amity tendr que hacer frente a una grave crisis del sector turstico, del cual depende econmicamente.
La pelcula, en denitiva, nos permite tratar diversos temas en relacin a las consecuencias de la dependencia exclusiva del turismo: El turismo es una actividad con riesgos, que puede entrar en crisis por razones poco controlables para sus gestores: conictos armados, inestabilidad poltica (especialmente por terrorismo), subida de los carburantes que conlleven el aumento de los precios de los viajes, crisis econmicas en el lugar de origen de los turistas, catstrofes naturales, aparicin de nuevas zonas tursticas que entren en competencia, etc. Cuando una localidad o regin depende del turismo puede tener un importante crecimiento econmico, pero al mismo tiempo, tal como se ha explicado, su economa se asienta sobre bases muy frgiles. Las instituciones pblicas y la empresa privada pueden llegar a tomar decisiones poco ticas o que fuercen la legislacin con el n de favorecer el turismo, 149 convertido en un recurso econmico esencial.
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aspectos positivos de las innovaciones. Adrien comenta amargamente: Han tomado mi granja por una curiosidad turstica. Por poco me sacan una foto. Desde hace un tiempo esto es un desle de nios, extranjeros y ecologistas. Ella les aloja en el albergue y encima les da a probar el queso de cabra y todo lo que sale del huerto. Y Jean le contesta lapidariamente: Hay que reconocer que no es mala idea. Al paso que va acabar ganndose la vida mejor que t. Pero las cosas no son tan sencillas y la experiencia y sabidura del viejo campesino son tambin fundamentales para poder explotar la nca de forma exitosa. El duro invierno se acerca y Adrien empieza a transmitir sus conocimientos a Sandrine. Y ms que conocimientos tcnicos concretos, que tambin los transmite, el saber ms importante que Adrien le puede transmitir tiene que ver con los valores y contenidos de la cultura campesina. Una de las secuencias que mejor lo ilustran es el dilogo entre ambos sobre con qu acompaar el plato de cordero. Cuando ella propone que 152 con ensalada l se escandaliza: Qu dices? Nada de eso. No es la poca. La ensalada es en verano, no en invierno. No puedes comer lo que sea cuando sea. Las estaciones se han hecho para algo. Si en la agricultura no se respeta ni eso, entonces? Y Sandrine entiende que en invierno lo que se puede comer son endivias. Turistas y endivias, parece ser la frmula que sintetiza la propuesta de explotacin de la nca rural campesina en el contexto de los pases del Norte. Es decir, el mantenimiento de la explotacin campesina, incorporando nuevas estrategias de diversicacin, como el turismo u otras, y de comercializacin.
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A continuacin se presentan varias propuestas de debate a partir del visionado de documentales producidos en diferentes lugares de Amrica Latina y Espaa. Cada propuesta incluye uno, dos o tres documentales, respectivamente, para ser analizados y discutidos individualmente o de forma contrastada, segn la actividad. Hemos agrupado y puesto en relacin algunos de estos reportajes, porque de este modo el contraste ayuda a iluminar algunas cuestiones que de otros modo sera ms difcil percibir. Los temas que se plantean, por texto, son los siguientes:
Propuesta 1. Modelos tursticos confrontados Pas Nicaragua Temtica La diversidad de modelos de desarrollo turstico. Conictos asociados al turismo Experiencias de turismo rural comunitario
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Espaa
3. Los impactos medioambientales 4. El problema del turismo sexual infantil 5. La ccin de viajar como ricos 6. Es oro todo lo que reluce?
Espaa Camboya
Conictos por el uso de recursos naturales (agua) Degradacin ambiental Turismo sexual infantil
Condiciones laborales en el sector turstico Insatisfaccin con la calidad de la oferta turstica La pobreza convertida en objeto de atraccin turstica Contraste entre gestin comunitaria y aprovechamiento de los pobres Conictos por el uso de recursos naturales (agua y tierra) Conictos asociados al turismo Rechazo del turismo Experiencias de turismo rural comunitario El turismo como una actividad complementaria en zonas rurales
7. Conictos por el control de los recursos 8. La apuesta por un Turismo Rural Comunitario
Nicaragua
Nicaragua
9. Emigrantes ayer, El Salvador El aporte de los emigrantes de visita en su pas turistas hoy de origen El mercado turstico del emigrante
Objetivos pedaggicos:
Poner en evidencia la diversidad de modelos de desarrollo turstico. Analizar posibles conictos e impactos negativos asociados al desarrollo turstico. Considerar la relevancia del turismo rural comunitario dentro de un proceso ms amplio de crecimiento del turismo.
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Sinopsis: Turismos pone en contradiccin el discurso del gobierno de Nicaragua de atraccin de inversiones tursticas a toda costa, a partir del contraste de cuatro experiencias distintas: un resort todo incluido de la cadena multinacional espaola Barcel; el crecimiento del turismo sexual en la ciudad de Granada; un cannopy tour presentado como ecoturismo en el Volcn Monbacho y, nalmente, la experiencia de la Unin de Cooperativas Agropecuarias Tierra y Agua, en Granada, donde el campesinado diversica sus fuentes de ingresos con la incorporacin del turismo.
Qu modelo de desarrollo turstico estn defendiendo las autoridades de Nicaragua? Qu impactos negativos puede conllevar el turismo? Qu diferencias existen entre los dos modos de turismo rural presentes en el Volcn Monbacho? Y entre el desarrollado por la UCA Tierra y Agua y todos los dems mostrados en el reportaje? A partir de lo mostrado en este reportaje, por qu armamos que el turismo es un espacio de conicto social?
4.
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El anlisis comparado de estos tres casos, con distintos niveles de evolucin de la actividad turstica, permite ahondar en la reexin sobre la necesidad y legitimidad de la imposicin de mecanismos de contencin y control de este tipo de actividad, ante los evidentes riesgos que supone su libre desarrollo.
Objetivos pedaggicos:
Entender cmo se supera la capacidad de carga de un destino turstico y cul es su evolucin en base al modelo del ciclo de vida. Reexionar sobre la necesidad y legitimidad de imponer lmites al crecimiento turstico. Conocer las consecuencias de un crecimiento turstico sin limitaciones en la degradacin del medio ambiente.
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Sinopsis: Un hipottico turista europeo, Mike Oleary, viaja a nuestro pas en vacaciones, durante esa estancia aprovecha para reexionar sobre la crisis del modelo turstico espaol. Mucho se ha hablado ltimamente en Espaa del declive del negocio turstico. El auge de las compaas low cost, que ofrecen vuelos asequibles a cualquier bolsillo; o la incorporacin al sector de terceros pases parecen ser las causas de ese descenso de la tasa de ocupacin turstica en Espaa, al menos as opinan muchos expertos en el sector. Pero, es realmente as o nos encontramos ante la ensima crisis del modelo de sol y playa?. La costa mediterrnea espaola ha vivido durante mucho tiempo de las rentas del sol y playa y ha abusado tanto del concepto que el sol y las vistas han sido reemplazados por el cemento y el ladrillo. Este reportaje ironiza sobre este tipo de modelo turstico y lo hace con un personaje, un supuesto turista ingls, que justamente viene buscando eso pero encuentra demasiadas contradicciones entre las fotografas de los folletos y la realidad pura y 158 dura. Y es que desde el invento del buffet en los hoteles muchos se preguntan qu es lo ltimo que ha hecho Espaa para modernizar e innovar en el sector.
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6. 7. 8.
Compartes la opinin de que los ecologistas son unos ingenuos opuestos al progreso? Por qu se dice que el crecimiento de la actividad turstica destruye sus propios atractivos? Qu tipo de poltica de desarrollo turstica debera impulsarse? Compartes la visin de que es necesario que un territorio y sus gentes se especialicen en aquellas actividades econmicas que en un contexto globalizado sean ms competitivas?
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Objetivos pedaggicos:
Analizar las implicaciones de determinados modelos de desarrollo turstico para el medioambiente. Descubrir las implicaciones sociales que conlleva el diseo de un desarrollo turstico basado en las urbanizaciones de lujo.
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En Murcia, que hasta ahora tiene 5, hay proyectados, o ya en fase de construccin, 34 campos ms. Por qu tanto campo de golf? El golf no es un simple deporte, ni tan siquiera un fenmeno turstico. El 26 por ciento de los jugadores de golf pueden permitirse el lujo de comprarse una casa cerca de un campo de golf. As el golf debe entenderse como un negocio inmobiliario: El resort, la urbanizacin de lujo con un campo de golf como zona comunitaria. Un milln y medio de familias europeas quieren tener su primera o segunda residencia en Espaa, nos dice Juan Manuel Dalmau, un promotor que empieza a aplicar en Lorca su experiencia en Torremirona cerca de Girona. Un campo de golf precisa, por termino medio, 500.000 metros cbicos de agua al ao Es posible mantener 34 campos de golf en Murcia, la regin que ms riesgo de desertizacin padece en Espaa, segn dijeron sus gobernantes en el momento de pedir la aprobacin del Plan Hidrolgico Nacional? Jos Pablo Ruiz Abelln, consejero de 162 Turismo y Ordenacin del Territorio de la Comunidad de Murcia sostiene que Los campos de golf se regarn con aguas recicladas. Para que los campos de golf animen las ventas de las casas de los alrededores, hay que regarlos. Con las depuradoras paradas, de dnde sale el agua? De los pozos, ya de por si empobrecidos, de que depende la huerta. La huerta murciana desaparece, sentencian Jos Snchez y Antonio Garca, agricultores de Puente Tocino, viendo cmo, adems, los chalets invaden los terrenos agrcolas. No se si ser por los nuevos regados aade pero cada vez llega menos agua y ms mala. Por toda Murcia saltan a la vista las nuevas roturaciones. La Guardia Civil calcula que cada ao hay 5.000 hectreas de nuevos regados, ilegales segn el Plan de Cuenca del Segura y el PHN. Cada vez que se hace una nueva regulacin del agua, se amnista los regados ilegales se queja Rubn Vives, agricultor de Fortuna, a Lnea 900 as que ni con el Diluvio Universal habr agua para solucionar esto. Cmo siguen adelante estos proyectos de campos de golf? A costa de los campos y las viviendas de murcianos expulsados de sus tierras. Como ejemplo sirve la pedana de Caada de Gallego, en Mazarrn. All, 3000 personas viven o trabajan en los invernaderos, las plantas de embalaje o el transporte y comercializacin de tomates. Una amenaza de expropiacin pende sobre los campos y las casas de medio pueblo, incluidos la farmacia, dos bares y hasta la Iglesia. Se considera que es una Actuacin de Inters Regional la construccin de una Marina interior y dos campos de golf con sus correspondientes urbanizaciones y hoteles de lujo. Murcia necesita esta inversin de 700.000 millones de pesetas, concluye el consejero de Turismo y Ordenacin del Territorio, Jos Pablo Ruiz Abelln.
2. 3.
4. 5.
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Sera posible otro tipo de desarrollo turstico ms sostenible en la zona? De qu modo?
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Objetivos pedaggicos:
Analizar las caractersticas del turismo sexual infantil y reexionar sobre las razones de este fenmeno.
Video 7. Turistas sin escrpulos Ficha Tcnica: 164 Realizacin: Outi Saarinen
Produccin: TVE-1 / Informe Semanal Pas: Espaa Ao: 2004 Duracin: 12 min. Sinopsis: A partir del caso de Camboya se muestra el crecimiento de la prostitucin infantil en muchos pases del sur por parte de turistas procedentes de pases ricos (norteamericanos, europeos y japoneses, mayoritariamente). El reportaje muestra la experiencia de algunas ONG camboyanas, como Friends o AFESIP, en el intento de rehabilitar y salvaguardar a nios y nias de la calle en situacin de riesgo por la prostitucin o la drogadiccin. Muestra tambin las dicultades de estas organizaciones para hacer frente a esta problemtica en un contexto en el que existe la complicidad de las autoridades locales con el negocio de la prostitucin infantil.
5. 6.
Qu consecuencias tiene la permisividad con cualquier tipo de demanda de los turistas? Qu opinin te merece la consideracin de la OMT de que 3 millones de pasajeros internacionales viajen cada ao en busca de sexo con menores de edad, y sobretodo de que menos de una tercera parte son pederastas habituales, y que el resto aceptara las prcticas sexuales con nios de forma ocasional como otra experiencia extica en sus vacaciones?
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Objetivos pedaggicos:
Analizar las caractersticas de las condiciones de trabajo en el sector turstico. Considerar la importancia de las condiciones laborales para el nivel de satisfaccin de los turistas.
se instala en su camarote y ya no tiene que tocar las maletas hasta que termina el crucero, unos cuantos das despus. Cada da podr realizar una excursin, visitar alguna ciudad o permanecer a bordo para regresar, por la noche, a su habitacin en esta especie de hotel ambulante que es el crucero. Si el viajero preere quedarse a bordo, las posibilidades son tambin numerosas: clases de baile, competiciones deportivas Un numeroso y activo grupo de animadores se encarga de que la esta no decaiga. Pero no es oro todo lo que reluce. Si bien las tarifas del crucero suelen ser bastante ajustadas, cada excursin es un extra que hay que pagar aparte, y no son precisamente baratas. Las bebidas son extra, la asistencia mdica tambin debe pagarse aparte, las propinas al nal del crucero son prcticamente obligadas. Adems est la trastienda del barco. Las condiciones de trabajo de buena parte de la tripulacin son extremadamente duras. Jornadas de 12 horas, apenas unas horas de 167 descanso a la semana. Tal vez por ello, muchos de quienes realizan los trabajos que no se ven son inmigrantes de diversa procedencia.
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En esta propuesta se presentan dos experiencias totalmente contrastadas. Una muestra a una cooperativa campesina de Guatemala en la que el turismo es un componente ms de sus actividades productivas y en la que las tareas cotidianas de la gente de la cooperativa son mostradas al visitante. En la otra una tour-operadora de Bolivia facilita que los turistas puedan conocer en directo las duras condiciones de trabajo de los mineros. El contraste entre una y otra experiencia puede ayudar a generar debate sobre cules son las mejores caractersticas que debera tener la participacin de los sectores populares en el turismo, desde una perspectiva de Desarrollo Humano y Sostenible.
Objetivos pedaggicos:
Reexionar sobre los lmites ticos del uso de la pobreza como atractivo turstico. Valorar la importancia de la gestin comunitaria de las actividades tursticas frente a otras modalidades de participacin de la gente pobre en ellas.
Sinopsis: La Cooperativa Nuevo Horizonte se cre en 1998, en la regin del Petn, en Guatemala. 160 familias procedentes de la desmovilizacin de la guerrilla tras los Acuerdos de Paz en 1996, decidieron organizarse en cooperativa. Frente a los modelos agroexportadores dominantes, apostaron por una estrategia de diversicacin productiva que, adems del cultivo de productos tradicionales como el maz o los frijoles, incluyera otros rubros como la ganadera, la piscicultura, la produccin de huevos o el turismo. De este modo, el turismo comunitario se ha convertido en una actividad ms, complementaria a la economa de las familias campesinas. El conocimiento de la historia, los recursos naturales, los trabajos, la convivencia se convierten en las principales actividades tursticas que ofrece esta comunidad.
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4. 5. 6.
Qu relacin puede establecerse entre el turista y la poblacin antriona en una y otra? Consideras que hay algo de negativo en que el turista quiera conocer los aspectos ms negativos y crudos de la realidad social del pas visitado? En ambos casos al turista se le muestra la realidad local, pero Cuales son las principales diferencias entre estos dos modelos de desarrollo turstico? Sientes preferencia por alguna de estas dos iniciativas? En un mundo desigual, crees que es posible que entre turistas de pases ricos y la poblacin local de los pases empobrecidos pueda establecerse una relacin ms igualitaria que la que se da en el turismo tradicional?
7.
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Objetivos pedaggicos:
Valorar los impactos negativos en cuanto acceso de recursos bsico (agua, tierra, playas, etc.) que puede conllevar para la poblacin rural la instalacin de un gran negocio turstico en la zona. Reexionar sobre la conictividad asociada a determinadas formas de desarrollo turstico. Valorar la legitimidad del rechazo al turismo por parte de la gente y el derecho a decidir el modelo de desarrollo de su zona.
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Video 10: Pedro, Juanita y el Hotel de Mr. Hai. Obra de teatro interpretada por el Movimiento de Expresin Campesina, Artstica y Testimonial (MECATE). Ficha Tcnica:
Actores: MECATE: Antonio Amador (Don Pedro), Orbelinda Daz (Doa Juanita), Dimas Cerrato (Don Pancho), Marvin Villalta (Mister Hai y turista buena honda), Porrio Muoz (Don Alberto), Secundino Ros (turista gringo). Msica y canciones: MECATE: Bernardo Betanco, Secundino Ros, Orbelinda Daz, Porrio Muoz. Realizacin: Joaqun Zniga Guin y argumento: MECATE, Joaqun Zniga y Ernest Caada Edicin: Joaqun Zniga Produccin: Ernest Caada
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Pas: Nicaragua Ao: 2006 Duracin: 22 min. Financiacin: una produccin de Fundacin Lucirnaga con el apoyo de ATR, ACASC y ACCD. Sinopsis: Esta obra de teatro interpretada por el Movimiento de Expresin Campesina, Artstica y Testimonial (MECATE) est dirigida a un pblico campesino con el n de abrir el debate sobre los distintos modelos de desarrollo tursticos existentes en las zonas rurales. Fue lmada en la Comunidad Los Hoyos, Len, Nicaragua en mayo de 2006. A raz de la construccin de un macro complejo turstico de inversin norteamericana en un lugar cualquiera de las montaas de Nicaragua, las comunidades cercanas 172 ven cmo algunas cosas empiezan a cambiar. Y como teln de fondo, un discurso se repite machaconamente desde los medios de comunicacin: la agricultura campesina ya no es viable, mejor apostarle al turismo. Algunos corren a hipotecar sus tierras creyndose que van a hacerse ricos con el turismo. Otros, pronto se dan cuenta que el agua ha dejado de llegar a sus ncas Qu est ocurriendo?, se pregunta la gente del lugar. Ser que las inversiones tursticas pueden generarnos benecios a todos? Y si tambin tienen impactos negativos? Pero es que hay un slo modo de desarrollar el turismo? Sera posible integrar el turismo como una actividad ms complementaria al resto de rubros de la nca campesina? Qu cosa es eso del turismo comunitario?
6.
Objetivos pedaggicos:
Conocer las caractersticas del turismo rural comunitario y las claves de su xito en base a experiencias concretas contrastadas. Entender el rol que juega el turismo como un rubro complementario dentro de una estrategia de diversicacin productiva de la familia campesina.
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Daz Cajina. Cmo y por qu decidieron crear un albergue turstico? Qu ofrecen al visitante? Cmo se organizan? Qu relacin tienen con la comunidad? Cul es el papel de turismo en relacin a la agricultura? Cmo ha cambiado su vida?
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6. 7.
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Objetivos pedaggicos:
Valorar la importancia de los emigrantes en la dinamizacin econmica de sus pases de origen. Considerar la relevancia de las visitas peridicas que realizan los emigrantes a sus pases.
Considerar el potencial turstico que puede tener para el turismo comunitario el segmento de poblacin compuesto por los emigrantes en el extranjero.
Cules son las razones que llevan a los intipucaneos a emigrar al Norte? Hay diferencias entre aquellos que emigraron hace muchos aos y los que han emigrado ms recientemente? Qu diferencias? Cules son las causas de esas diferencias? Qu impactos de tipo econmico creis que tiene la emigracin en Intipuc? Valorad si estos impactos son positivos o negativos Y qu impactos de tipo cultural? Y en las familias? En qu se asemejan y en qu se diferencian estos intipucaneos venidos del Norte con los turistas extranjeros a los que estamos ms habituados?
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Qu tipo de propuesta turstica reciben? Crees que es posible otro tipo de oferta turstica para estos emigrantes? Conoces alguna experiencia semejante a la de Intipuc? Aparte de los comentados, hay alguna otra cosa que os haya llamado la atencin en el documental?
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Bibliografa
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