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Nestor Meza Villalobos - Laconciencia Política Chilena Durante La Monarquía

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Nstor Meza Vil/alobos

La
conciencra poltica chilena
durante la Ionarqura
'flI
LA OONCIENClA POLmCA OilLENA
DURANTE LA MONAkQUIA
Nklor Mc:Uo Villalobol. 1958
IDkTipein N9 20.408

Prc:nau de Ediloriall'ni"n'lilaria, S. A.
Ric:ardo Sanla Cruz 747. Santiago
PToyect d la edicidn MlJ uri d o AmJter
Nstor Meza Vil/alobos
La conciencia poltica chilena
durante la monarqua
195 8
PUBLlCACION DEL
INSTITUTO DE HlSTORlco-ctJLTtlR.AlLS
FACULTAD DE F1WSOFlA y EDUCACION
UNIVERSIDAD DE OtiLE
AGRADECIMIENTOS
A los seores profesores
Juan Grnt=z Millas. Rien do Donoso
Novoa. Mario Gngora; al seor Jos de
la Pe a Cmara, director del Archivo
Cenera! de Indias y persona l de ese Ar-
chivo; a 105 alumnos Andrs Orrego,
Vctor Sez, Sergio Correa , Dant n
Urq uieta y a mi hijo Juan, por la ayuda
qu e me han dispensado para estudiar este
problema y para publicar mis resultados.
N. M. v.
DEDICATORIA
A los seores
RAL CCEIU.S AItAVENA
RAFAEL MIRA:"DA YU
y a la memoria de don
RAFAEL EscoBAR LARA:
mis maestros en el Liceo de Linares
Santiago de Chile, diciembre de 19'7
Col . de Hist . de Ql,ile
CodoilKh
Codobist
ABREVI.4.TURAS
Colrin de HiRoriado'" de Oa;le ., Documen
,.. relati\ .. a la historia nWorial.
CcNtin de Dum('nl.. Inklit.. pa,. la His.
wria de Oaik rompiladol por Jc.t Toribio
Mtdina.
Cokcd6n de Docum('nl" Histricot dd Archi .
ve del ATlohispado de S<lnli.1go. COIIIpil<ldol por
Ellu Li.una.
Col. de Hill . Indepnld('!l
tia de Oaile
ce. ,. MM., Mtdina
A.G.I.. A. de Chile
A. H. de E.
Colti6n de Hiltori<ldoT", y de DocumtnlOl re.
b.li.OI a la Indtpnldtncia de Chik.
Con elU abre.lura dnignamOl a la coleccin
de copiu de documentOl y de manuKril" re.
unidOl por don JOII' Toribio Medina que le
guardlll "' la Diblioteu Nacional de Santiago
de Chile.
Archivo Gtncnl dc n<liu, Auditncia de Chile.
Anuario de Billoria del Dcrcc:ho F.spaooJ.
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La ........ drl ...... _...... AC.i\<idad POIhi<::o. Lo :oc.
<i<!ln popular pan la .uboj".ncill ..., ""....
LOI!I MERITOS DE LOI!I CONQI' ISTAPOIUS
d. loo El podo...al, 1.... , loo p... mioo.
T nn.mu il>n hu cdi lan.. dr ro. m"'oo. Eflaco. privado, plW<.a
de loo D>fritOl
EL URHCIO DflllPO '1.- Ilfl'
f.atnlctun do la a<bai1Stt1ocil>. , do 1.0 .f del, ... no qur "
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270
INTROD U C CI O N
EN ESTE U BRO los resultados de nuestro estudio
de la polltica de los chi lenos desde los l timos aos
del siglo XVI hasta los primeros de l siglo XIX. Esto es. de sus
conceptos sobre su situaci n en la monarqua hispanoamericana.
es decir en el Estado, segn los cuales reclamaban la accin de l
peder, juegaban sus de terminaciones y tomaban posiciones Iren-
re a ell as.
Desde que Miguel Luis Amunategui public "Los Pr ecursores
de la Independencia de Chile", enee 18i Oy 1872. hasta nuestros
das, nuestros historiador es han afirmado j uicios muy contrarios
respecto de esta conciencia. En citado lib ro. Amuntegui asen-
t la exi stencia de un rendido senti miento de fidelidad al rey
logrado por un sistema calculado de sucesivas medidas, que lleg
a ser tan slido que poda afirmarse que era un element o esen-
cial del hombre americano y que este j unt o con nacer. tra a ya
formada la idea de ser sbdito de los monarcas castell anos t. La
formaci n artificial de esa reli giosa obedi encia y su marueni -
miento por rigurosos procedimi entos degrada ron a los indivi.
duost . El inmenso presti gio logrado por la aut oridad real a ex-
pensas de la d ignidad de los vasallos, fue el vinculo que asegur
por siglos a Espaa la posesin del mu ndo que hab a conq uista.
do y no los ejrcitos, escuadras y for tal ezas. Los espaoles
hablan operado sobre las conciencias para mant ener la subcrdi-
naci n de estos vasall os y la sumisin estaba "en la conciencia
rehgiosa de los mismos opri midos'v. Aunque (Su sumisin se
mantuvo inalterada en lo fundamental hasta 1810. en el curso
de los siglos se haban man ifestado algu nas Iallas, a las cuales
Amuntegui atri buy car cter de prCi:urwras de la independen-
cia. Las narr con seriedad incluso comprendi su significado
O lo determin negativament e al af innar sus au tores no
tenia n el propsito de independizar al reino de la monarqua,
'Amun.lilq'ui. LoI Pr ecursores de I..i Independencia de a liJe, lomo 1,
pp. 22829.
"Op. cir., tomo 1, p. ,,:50.
"<>p. eu., lomo I. p. 229.
15
pero trabado por su creencia de qu e estos vasallos eran sbditos
degradados, no logr comprender la conci encia poltica de que
eran expresin.
Crescente Errzuriz, mejor dispuesto hacia la poca monrqui-
ca que los hi stor iadores de filiacin politica liberal , destac en
su "Histor ia de Chile durante los gobiernos de Garda Ramn,
Merlo de la Fuent e y Jaraquemada", publicada en 1908, la inter-
vencin popular en las resoluciones reales qu e tocaban al pueblo.
Despus de relat ar muy detenidament e el proceso de establec-
miento de la guerra defen siva, Err zur z asentaba esta conclu-
sin sobre las formas de la vida poltica "muchos se sienten in-
dinados a pensar qu e en un gobierno absoluto, cual era el de
Espaa, la opinin carece de medios para hacer se escuchar, nada
influye en la cosa pblica y el rey juzga por s y ante si sin to-
mar para lo ms mnimo en cuent a las ideas y los deseos de los
sbditos". "En cuant o hemos estudiado de la guerra defensiva
-contina diciendo Err zur z-, se muestra 10 contrario, y este
proyecto, podemos asegurarlo, se sujet ms o menos a los mismos
trmites de otro cualquier negocio arduo y difcil de Amrica .
Un oidor de Lima lo propon e de su propi a y libre iniciativa al
rey; lo encuentra ste digno de estudio, rene en Madrid a sus
consejeros y lo somete a su examen; aprobado por los consejeros,
lo comunica al virr ey del Per y al gobern ador de Chile y les pide
su parecer; envian las ciudades de Chil e y el gobernador, por una
parte, y el virr ey, por otra, sus apoderados y representantes a la
corte; somete de nuevo el rey la consideracin del proyecto a la
Junta de Guerra, comunicndole todos los documentos yencar
gndol e oir a los envi ados de las partes; en diversas sesiones y
durante muchos meses estudia la Junta el asunto en cada uno
de sus pormenores, lo discute y emite su parecer; recibido ste
por el rey, se estudi a y aprueba con ciert as modificaciones por el
Consej o de Estado; insiste en su opinin la Junta y en sus modi o
Ilcar iones el Consejo; de acuerdo con el ltimo, autoriza el rey
al virrey del Per para poner por algn tiempo, en planta si as
10 juzga conveniente. la guerra defensiva; llegada la autoriza-
cin a Lima, todava se di scute el proyecto en tres reuniones,
compuesta de los hombres ms apt os, y con su acuerdo unnime
le manda ejecutar slo provisoriamente y a titulo de prueba,
por tres o cuatro aos; por fin el virrey , inspi rndose en los in.
Iormes y peticion es de gobernadores, audiencias, y princi pales
capitanes de Chile, decreta numerosas ordenanzas a [in de corta r
perniciosos abusos y fortal ecer la prueba del nuevo sistema de
guerra". Despus de esta abreviad a descripcin del pr oceso segui-
do por la ini ciativa de establecer, el rgimen de guerra defensiva,
Errzuri z se preguntaba: "Ofrece el rgimen parlamentari o a las
distintas opiniones ma yor oport unidad de manifestarse, y ms li-
bertad de di scusin, sin excl uir la circunspeccin y prudencia)".
Terminaba el hi stori ador con la siguiente reflexin metodolgi-
ca: "todas las pocas y todos los regmenes deben ser estudiados
con imparcialidad, sin prevenciones, y a menudo se caer en la
cuenta de que no son excl usivas de la nu estra y de nu estros hbi -
tos muchas instituciones y ven taj as que sin razn se suelen negar
a otras edades'te.
Mariano Picn Salas for mu l por pri mera vez un j uicio acero
ca de la cr eencia de los chilenos sobre la estr uctura de la mo-
narqua. En un art iculo intitulado "La Independenci a y los Ide-
logos del Pr ogreso", publ icado en Clo Nos. 5 y 6, agosto-dicem-
bre de Picn Salas afirm qu e los rei nos americanos eran
vasallos del rey y no colonias de Espaa, y qu e el rey era el vincu-
lo entre stos y la metrpoli. Esta af irmacin permiti a Picn
Salas comprender la constitucin de la Junta de 1810 como sol u-
cin de un problema de derecho pb lico y prescindir de la cau-
salidad externa y marcadament e economlcista difundida por Lu is
Galdames. Segun Picn Salas, desaparecido el rey, los reinos ame-
ricanos se sintieron con derecho a constituir gobiernos slmila-
res a los que hab an const ituido en Espaa para que les ri gieran
en ausencia del monarca. No est de ms sea lar aqu que Picn
Salas realizaba una labor benfica al desplazar el esquema cau-
sali era en boga, pero su pensamiento car eca de un serio estudio
que lo autori zase. Se tra ta de una afirmaci n atrayente pero
superficial.
Julio Alempart e, estudiando la actividad del cabildo de San-
tiago en el siglo XVI , afi rm que la situacin del pueblo y la
efi cacia del poder real eran muy diversas de como Amuntegui
Errlll Til . Histor'ia de Chi le Durante los Gobi ernos de Garda
Ramn , Merlo de La Fuente y Juaquemada, tomo U, pp . 5(;3-364.
I5
y los hi storiadores contemporneos suyos hablan credo que eran.
Excediendo el alcance de la afirmacin de C. Errzuriz, Alem.
parte escribi en "El Cabildo en Chil e Colon ial ", publicado en
1940: "Los reyes no estaban en Espali a sino en las Indias; los ver-
daderos soberanos, en cierto modo, eran los seores coloniales.
En Castilla estaba el cetr o, la potestad oficial, la ordenacin jur-
dica; pero la aut ntica soberanla que es la que surge del do-
minio e ecrivo de las tierras y de la masa de los habitantes, esta-
ba en mano de los se oresve. Estos aceptaban o rechazaban leyes
y cargas y dominaban en los cabildos de los cuales se servan pa
ra la defensa de sus intereses. Por primera vez entre nosotros,
Alemparte afirm que "los cabildos eran una institucin repre-
sentativa genuina y direct a de las ciudades ante la corona y no
obstante ser una del egacin real funci onaban en la prctica
como un poder aparte dentro de la un idad monrqui ca'w.
En 1948, Juan Manzano Manzano, en su libro "La Incorpora-
cin de las Indias a la Corona de Castilla", realiz una contribu-
cin de la mayor importancia para la hi storia de Amrica al mos-
trar, como su ttul o lo indica, que las Indias y, a fortiori, el reino
de Chile pertenecan a la corona de Castilla que eran un reino de
ella y por tanto en l imperaba el derecho castellano.
Las afirmaciones de Alemparte dejaban la impresin de que
los chil enos, durante su permanencia en la monarqula hispano-
americana se hubier an conducido segn su capricho y alejado
de las leyes. Esta impresin fue corr egida por Jaime Eyzaguirre.
En su trabajo "Presupuestos Juridicos y Doctrinarios de la In-
dependencia", publicado en 1949
1
, seal 'lue la frecuente resiso
tencia a las leyes, los movimi entos populares y an la desposl-
cin de algn gobernador se fundaban en la doctrina de que el
pueblo es el fin del poder, defendida por los telogos espaoles
Francisco de Vitoria y Francisco Surez. Eyzaguirre expres.
adems, en el referido trabajo. la idea de que la unin entre
los reinos espaoles y americanos era personal , que el vnculo
ent re ellos era la persona del rey. En 1951, Mario Ongora rei -
ter en su libro "El Estado en el Derecho Indiano", la afirmacin
de Manzano y ste la reiter nu evamente en 1952 en IU trabajo
"EI Cab ildo t11 Chi le Colonial, pp. 99107. "Op. ci l., pp. 117 118.
' Revista Att11ea N.OI 291292.
1 6
"La Adquisicin de las Indias por los reyes Ca tl icos y su incor-
porarin en los rein es casteflanos':. En 1957, Eyzaguirre ha re-
ed itado su pemamiento sobre la estructura de la mo narqua en
su obra "I deario y RUl a de la Independencia de Chile".
Las ab undantes pr ueba s con que algunos histor iadores nacio-
nal es han a utorizado sus pen samien tos y la coherencia con que
otr os han expuesto sus tesis gan aron mi ad hesin, cada uno en
la oportunidad en que los le. Pero un da surgi en m el pen-
samiento de que. bajo l as combativas exageraciones en que in-
curra n al negar toda razn a sus oponentes. exis ta una verdad.
Esta verdad er a aquel aspecto de la conciencia pol ulca que
cada uno haba descubiert o y haba exagerado: q ue esa con-
ciencia era una real idad compleja y cambiante que contena,
coordi nada, sistem tica e histricamen te, los aspectos por ellos
sealados. De esa conc ienc ia, Amuntegui haba descubierto el
momento del poder y la autor idad y Atemparte el de la socie-
dad y la libertad : Picn Salas y J a ime Eyzagurre la conciencia
provincial que se habl a formado en al gn momento en la ho-
mognea m o n a ~ u a formad a por los reinos castellanos e hi spa-
noa me ricanos del siglo XVII y convertida en h ispanoamericana
en el siglo XVIII. Este lt imo haba sealado la ex istencia de
un derecho pbl ico que aq u no poda falta r.
Para estu diar esa sospechada conciencia en los documentos en
que se habr a manifestado y que en gran cant idad se gu ardan
en el Archivo de Indi as en Sevilla me subvencion en 1952 el
decano de la Facultad de Fil osofa don Juan Gmez Mi llas.
Al cabo de sei s aos presento en l as pgin as que siguen el
resultado de mi reflexi n sobre el mat erial r ecogido en seis
me ses de trabajo en el mencionado archi vo y en las coleccio-
nes documental es de J os Toribio Medi na. He procu rado apre-
hender esa con cien cia en su actualizacin ; en los juicios y acti-
tudes sosten idas ante situaciones conc retas que la vulneran y no
en en unciados contenidos en fr os trat ados de teora. de los
cuales podra decirse con propiedad que pod an contenerlos
como letra mu ert a, o como alimento de las necesidades tericas
de pequeos e inoperant es gr upo> aca d micos, y la he expuesto
a na lticame nte. Para proba r mi s aser tos he incluido con prou-
"Anua rio de His teria del Derecho Espaol. lomos XXI- XXII, pp . [>-170.
17
sin esos j uicios en el texto y he d ~ s c r i t o con mi nuciosidad las
situaciones ante las cuales fueron emitidos como as tambin
las acciones realizadas para res tablecer las situaciones amagada.
o crear olras conforme di sus deseos. Errara, sin embargo, quien
creyera que le trabajo constituye propiamente una historia
poltica de Chile desde el siglo XVII hasla comienzos del XIX.
'0. No n eso. :\Ii objerivo no ha sido el relate de las acciones
sino la descripci n de la conciencia; por eso falta en este
trabajo la sucesi n cronolgica de los actos, los cuales han sido
consideradm. ms bien. con criterio sistemtico.
Creo si conrribuir a la compremin de las grandes hi\torias
que. si bien son riGIS de erudicin. son pobres de pensamiento.
18
Capitulo 1
It.L REY Y L\ EN LOS SIGI.OS XVI y XVIl
La funcin gubem,ni". o.dl'ilUd dd Orilffi populu del
podn real . Co...:r p lO de rey a tlico. Su rfK.Ki El drTe::bo .. goar
ok LI proteccin rnl y 1...i uLll'i n drnlrU de munarqW... Altan.J.-
ti ... de 1...itu,",in dr w. ehil"" en eU"
PAIlA 101 conquistadores de Chile y para 105 chilenos. hasta
10'1 primeros aos del siglo XIX. el gob ierno era act ividad ex-
clu siva del rey. Le r econocan el de recho a resol ver sobre lo que
a ell os conve n a en cuanto a pueblo y sobr e los servicios que
d eban hacer le. La designacin de la func in gubernativa "como
el real ser vicio" es i nd icadora de esta exclusividad. La Iorma su-
r licante de las peticiones qll e d irigen al rey y las f rmulas "o
como sea de su real agrado" o "como ms comenga a su real
serv id o" como terminan todas ellas. revelan el respeto que ue-
nen por aquel derecbot. Al mi smo tiempo conceb an el origen
ue la autoridad real como social. (EI rey eje(,fia una jurisdiccin
le ha sido transferida por la lo insinan en
1622 el corregidor y los alcaldes ordinarios de Santiago al soste-
ner, contra la pretensin de la real audiencia de Santiago. que
su derecho a asenta r las contrataciones de servicios de los indios
a los espaoles. emanaba de su condicin de depositarios de una
j urisdiccin que el rey habla devuel to al pueblo. Afirmaban que
esta ju r isdiccin "les pertenece leg i mamcnt e por ser a q uin
Vuestra Real Persona devol vi en el pueblo". En apoyo de los
afectados por la resol ucin de la audienci a de asumir ella la fa-
rul tad de hacer los contrat os ent re indios y espaoles. el procu-
rador gener al de la ciudad de Santiago expresaba " . ..)' po r 10
que toca a esta ciudad y jurisdicci n devuelta de Vuestra Real
Penona digo que justicia mediante. Vuestra Alt eza se ha de ser-
' La librrud del rey respecte a b IOCirdld rn un .. conerpcio mrdion-a!.
PUl el hombre mrdiorval lod....utcrjdad e libre 1l"Sp10 dr la ..ctrdo.d
... gobil'Ttl .. porque adminiJu.. un m..nd"IO qur procede de lo ..Ita . L.a
doIItIInHin de 1.. prnon" que ejerce etc m..mblO ca de origen populu.
f riu Kem_King.hip and L.aw in the ."gr. p. 7. Al carcter
del mand"lo tnl se refcr.. Miguel Luis Amun:hcgui .1 h..blar del dugrO<l
la majestad real. Loe Precursores de 1", Independenci a de Chile. l .
pp ,HS; 228229; 11; '91; 415.
I 9
vi r de declarar pertenecer a la j uri sdiccin del dicho cabildo y
por consiguiente a la de las j usti cias ordina r ias que proceden de-
lIa mediante la devolucin de Vuest ra Real Person a de hacer los
dichos asientos por hacer mas de ochenta afias que est n en
quieta y pacHica posesin del cuas i de la dicha jurisdiccin yac-
t os de hacer as ientos sin contradiccin a lgu na ..."2.
[ En el ejercicio de la juridicc in t ransferida por el pueblo. los
reles se sucedan conforme a Iq 'Cs) Por esto eran innecesar ias
n uevas int er venciones populares. Bastaba el juramento. Los va-
salios al jurar obediencia reconocan q ue la sucesin se hac a con-
forme a la ley. [i origen popular de la autori da d del rey era
compat ible con la autonoma para decidir, que res pecto de ellos
reconocan al rey estos vasallos. Este origen no int erfer a sobre
aquella autonoma; pero al mismo tiempo conceban que el (in
de l a autoridad real era gobernar en su be neficio),
(La conviccin de los conqulsradores y de sus desce ndientes de
que el fi n del poder es el bienestar del pueblo est fun dada,
durante los XVI y XVII, en la referencia sobrena t ural
de la rey est subordinado a Dios po r su condicin
de rey catlico. Rey catlico significaba para ellos, tanto lo que
este concepto habla significado en sus comienzos hacia el siglo
XII I: pr ncipe obediente, fiel y devoto defensor de los intereses
de la Ig lesia en su propio reino, como lo que lleg a significar
ms adelante: sumisin del r ey al derecho y a los val ores eternosa.
Por consiguiente, poltica determinada por aqul y stos. Este
concepto estaba enriquecido, adems, por el fi nal ismo ars rotl-
co y la piedad cr istiana. Esta concepcin del poder constitua
una impostacin 10cal:..J temporal del tradicional concepto _eu-
del poder reall.\,.Stgn ste, el rey mantiene el orden, la
'Pelici6n del corrt"litidur Y alcaltl ... urtlinarios de J,. ciudad de Santiago, en
defensa de SIlS derechos a hacer alielllOS tle indios. 1622. A. G. l . A. de
Chile, 27.
'Jllao Ikneyto Prel . Los ongenes de la ciencia poltica en E'par'a. pp. 178 162.
'Esta concepcin del poder real es tr adicional en Castilla. As! en las Par _
ndas loe dice que d munarca ha tle humar al .l>tlilU. guardarle, ayudar.
le. ampararle, cuidar tle su lierra. Pan idas 11 . 10. citada por Del H' )' to PI'
ter, op. cit .. p. 222. En el mismo cdigo la rel acin del rey l el pueblo es
subraratla por lUda una larga tcur a de deberes y n pialmente la de
administrar jus ticia de la que derha el tleber de amar a su pue blo. Par.
20
pal y la jus tici a en que los vasallos desean vivir en su calidad de
ninistrc de grupo de vecinos y moradores enca rcelados
JXlT orden del gobernado r La zo de la po r desobediencia a
la orden de ape rci birse para la guerra de Arauco, en una peticin
d iri gida a la audiencia para que ordenase su l ibert ad . expresa
que "el rey romo tan r r isriarnsimo Tey y seor natural nuest ro, no
permite semeja ntes agravios y molesrias que se hiciesen a vasa-
1l0$ ta n fieles y leales como ellos cran'". de Miranda Es-
robar . desterrado y condenado a galera en el Callao por el mi smo
gobernador. funda la de que el rey pondr trmino a
10$ atropellos que sufren los vasallos de Chile de parte del go-
bernador La ro de la Vega en su calidad de rey catlico. Dice que
"s uplica ron toda humildad y decen cia por amor a Di os se sirva
romo rer y seor natural nue st ro. t an piadoso y clemente. mire
con oj os de misericordia aquella pobre y ti ern a planta y la so-
corra y Favorezca con su clemen cia, mandando se vea n en vuest ro
Real Consejo y vist o se provea lo que por dicha memoria se pide
y lo que mas convenga " vu estro real es ma-
nifestacin de las virtudes propias del l ey cat li co la di sposici n
del rey a aliv ia r de tribut os excesivos y ayudar a estos vasallos
cu ando es necesario)eon mot ivo de los a pe rcibimientos hechos
por el gobernador Laz o de la Vega, para que los vecinos de San-
ti ago lu cran a comba ti r cont ra los indios rebeldes, el oidor Cris-
tbal de la Cerda Sotomayor recordaba que re)' atendiendo a
que los vecinos no sol dados hab ian gastado toda sus haciendas y
derramado t anta sa ngre de los suyO'! para sustentar la guerra,
"como t an catlico y piadoso rey concedi particular cdula pa ra
que los gobernadores no pueda n ae:rc ibir a los que no son sol-
dados, salvo en caso de necesidad "1 En una presentacin del ca-
t ida 11. 10. 2. poI op. 187. En <'SIr mismo (digo
ap.;rnt1l limila.-ion" dd podrs- rr a) qur IOn dr nil monl. BrncryIO. Op.
cil ., P 2'21. T a mbio'n sr t1lCUt1lIU "la mi\ma roncepo n ro s.inchr,
de Aro'u \o: de Pol il ic;. Libro 11.
":\Io: moria dr a'ilOl dd alado de cowos <Id rr ino dr Ch ilr noila por :\Ii
guo:l d" Minnda Escohn . abr il 16.U. C. e: )' :\1 . :\1 ., Mc:din a, 132:
"CiIrl a d" :\fitud de \I iranda Escob.ar al I.,y, 19 m.. yo C. C. y :\1. M.,
Mr <hna. 201-
' Can a del oid"r Cr i, tbal d" la Ce rda Solnma)Or al rry . 16 j unio 1632.
A. G. 1.. A, de Ch ilr, 3.
2 I
bildo de Santiago, con mot ivo de la impmicin del servicio de
unin de las armas, deca esta corporacin que el rey le habla
exonerado "de la alcabala que le tocaba y era de su regala a lo
que le movieron como a tan cristiano y catlico rey y seor natu-
ral las causas setialadas por e! ;\larqus de Caete... En 16H
e! cabildo de La Serena expresaba al rey que lodos los cabildos
del reino y los Iunrionarios "suplican a Vuestra :\fajestad se sir
viese de hacer merced a este reino de mirarle con los ojos del cr s-
nantslmo celo con que Vuestra :\lajestad mira todas las cosas ro-
roo nuestro catlico rey y seor en quien confiamos con la ayuda
de Dios lo ha de remediar y no permirir que un reino y provin-
cias tan moortantes se pierdan, sino que las ha de socorrer y am-
parar con piadoso favor y poderoso brazo acudiendo al rue-
go y suplicacin de tantos vasallos y de todo este reino, ma ndan-
dole socorrer de la geme .. : " .
t Por esta calidad de rey catlico, esperan los vasallos que les
provea de las insti tuciones que necesitan pa ra su perfecci n y
t ranquil a com'j,'encialEn 1630, el procurador general de la ciu-
dad de Sant iago solicit al rey (Iue fundase un colegio pa ra la
la educacin de los hijos de los vecinos de la ciudad a semeja nza
de los que "como tan catlico prncipe tena fundados y manteo
ola a sus expensas en otras ciudades y oidor ms ano
tiguo de la real audiencia dec a en 1m aos de! conflicto ent re
el gobernador Lazo de la Vega y 1M vecinos de Sant iago "esta
audiencia fund vuestra majestad entre otras causas para reme-
dio de agravoe que recihian los de este reino, de gobernadores,
que no eran pocos. y entre SIOS, no los menores, los que pade-
can apercibiendo a su antojo a los que le pareca de los vecinos
no soldados, con que dios y sus haciendas reciban grandes da-
os, despus de gasladas ellas y derramada tanta sangre de los
suyos en mantener tantos aos la guerra, a lo que atendiendo
Vueslra .Iajeslad como tan cat lico y piadoso rey ha concedido
"El rrinc.> do: L1ulo: por lU prO(:ur;odo( sobre quo: te IIObr<'W.1 o:n 1.1 co-
bnmr1l do: kll duC.1cb quo: 1<: lo: r<:p.1rtinon p;ar.1 l. l'nin de 1M
.... rn-o o:n ad.1 un 111\0. .... . G. l. , ..... de Ch ile. 27.
"El ubildo do: SeTm.1 ;al ro:y. dicio:mbrt' 1614. ..... G. l. , ..... do: Chile, 27.
" PClirifl dd pro<:u..dor gcno:r.11 de l;a ciudad de S.1nti;ago. SO ;apto
1630, cilad;a por J. T . Metli na. La I nsn ur cin Pbliuo o: n Chile. 1; XXVII I.
22
particular cdula para que los gobe rnadores no aperci-
bir a los q ue no son soldados excepto caso de nccesidadjPor es-
las causas. desde la fundacin de esta audiencia ha conocido ella
por va de apelacin de los apercibimientos que han hecho los
gobernadores a los que no eran soldados, o habindolo sido te-
nlan borradas sus plazas y ole conocimiento ha sido a instancia
de los procuradores de las ciudades y de los fiscales con que
adems de haberse conseguido el servicio de Vuestra :\fajestad y
fin de la fundacin de la audiencia, se ha aumentado mucho es-
la ciudad que es la principal del reino en gente, edificios. co-
mercio y derechos reales'll.
fl'or esta condicin podan los vecinos reclamar la atencin real
hacia sus necesidades, fundados en la reciprocidad real hacia las
acciones que han realizado en Iavor del real sen'ici01l!:n el
cabildo de Santiago suplic al rey que se visitase la audiencia
y declar qu e esperaba qu e se sat isfara su pedido en atencin
a su calidad de "fieles y leal es vasallos" a fin de que se les oyera
y desagraviara de las muchas aflicciones que les inlerfa la aud ien-
ria apro\'e< hando la Ialt a de visitas y la distancia a que ellos se
encontraban del rey'2j.In este mismo ao la corporacin popu-
lar solicit que se sobreseyera en la imposicin del servicio de
Unin de las Armas "atendiendo a lo que el rey tiene dispuesto
en Iavor de l reino y las causas tan urgentes que representa.
mientras unto que el rey dispusiera erra cosa, dandosele cuenta.
como tambin al virrey, pues como rey tan cristiano y catlico
monarca ha de atender a lo que humildemente por parte del
reinf) se le represente, a su mucha lealiad y fidelidad y a lo
mucho que sus vasallos han servido }' a MI pobreza y
En opon unidad tu que el cabildo de Santiago solicit, en 1666.
que el derecho de balanza se invirriera en la construccin del
tajamar del :\lapexho, aludia a lo mucho que estos vasallos ha-
ban sen' ido en la guerra contra los indios rebeldes }' que, por
"c"'ua dd oid.. r antiguo al rC}'. Sin fetCha. C. C. y \ 1. "l., ""edina I!I; t11 .
'"C.1rta dtl cabildo de Sanljago al rey. U marro 16!9..-\. G.l., A. de Chile, 27.
"El reino de CI,ile por su procurador sobre que M' sobresea en la cobranea
de 10& \'eintii, " mil ducados que se le repan iernn para ti servicio de unin
de las ar mal en cada un ao. A, G. L A. de Chile, 27.
2 3
to "son especialmente dignos de la acostumbrada piedad y
amor del rey para con sus "a al los"! ",
El carcter normativo de la doctrina de la referencia supra-
terrena de la autoridad era expresado m-is directamente v en 10$
t rminos tradicionales por los hombres de Igln ia. En cana es-
crita en 16112 por varios religiosos en la que solicitan se ponga
trmino a IIX excesos del gobernador Lazo de la Vega, e5tos di -
cen al TeY; "se espera que con el celo tan de rey samo que tiene
remedie los males que lamo impiden que se apacigue este reino,
pues tamas injuuicias l agravios dan "OCe5 al cielo y piden ven.
ganza ... " En erra parte de nta misma carta dicen: "por co-
rrer a Vuestra tan estrecha obligacin en conciencia
de remediar ofensas a Dios, excesos y agravies que cometen los
gobernadores y ministros de vuestra ol vidados de
serlo de un rey tan catlico y celoso del servido divino y b ien
de sus vasallos". Y en otra parte agregan: "que estn tan sa-
ristcchos de la cris tia ndad de Vues t ra Majestad. celo de la divi-
na glor ia, de evitar pecados, par y uti l idad de los vecinos. que
[crean que] cua lquier aviso ba srar fa para que Vuestra Maj es-
tad prevenga el remed io de los ma les que hay". Con insi stenci a
expres; n los religiosos esta convicc in. Despus de relatar al-
gunO'lo hechos del gobernador dicen que stos " han movido a como
pasin y lK'"imas a 105 que veta n tales tiranias en tierras de un
rey tan catlico y santo'ue. En e! obispo de Santiago infor-
maba al rey sobre el proceder, mala administracin de justicia
y escandaloso vivir del Icenciadc Don Juan de la Cueva y Lugo.
y expresaba su esperanu que visto por I este informe rendrlan
remedio sus excesos y los vasaltos se verte libres de la opresin
en que se hallaban l que asi lo esperaban todos "de! paternal
amor, catlico relo l piadoso peche de Vuestra que con
esta noticia se servir de mandar lo que pareciese conveniente a
tan e y semible dallo"I'.
El re}' }' lUS funcionarios S(' manifiestan some tidos al con-
"Calla del c:ahildo de Santi..go al ro:)". 24 octuble 1666. A. G. A. de
ChIle, 27.
Ienla. de uri",. .......1 rer- 20 malo y 26 junio 1632. A. G. L, A, de
cene S.
"'Canl del obi.po de Santiago al r."'f. 15 julio 168" . A. G. l. , A. de Chi le, nI.
24
cep to de re y catlico. Felipe II en real cdula en que sat isface
una peticin de sus vasall os hi spanoperua nos pa ra que fundase
una casa de moneda en aquel reino dice: " ... y porque a nos,
como rey y sefior na tural pertenece remediar y proveer a las
necesidades de nuestros vasallos y natural es ... "17. En ot ra real
cdula di rigida al conde de Chinchn, en la cual se le mandaba
in formar sobre los proyect os del gobernador de Chile para so-
met er a los araucanos, e! r ey deda: ..... deseo mucho ver termi-
nada aquella guerra con toda brevedad, ms por el bi en de las
almas de los naturales de esas provincias que por re levar, como
lo ha menester , a mi real ha cienda del gasto que con ella
tiene ... "H. El gobernador de Chile manifest en reuni n del
"acue rdo de hacienda" en que se tom conocimiento de una pe
ti cin del cabildo de Santiago para paliar los efectos del terre-
moto de 1647, que convendra aliviar a los vecinos porq ue "lo
justo y lo piadoso le mov ian a ello" , considera ndo las muchas
necesidades en que se hall aba Su Maj estad y los gr andes y mu-
chos empeos de su patrimonio real y de sus armas y que con-
side ra ndo ambas necesidades "como corresponda al amor de
tan fieles ministr os y tan celosos del bien pblico", deban ha cer
el ba lance de modo que atendiesen a todo, " ten iendo asentado
q ue Su Maj estad quera ms, en el ltimo extremo, no dejar en
su calamidad a sus vasallos, a unque fuese estrechndose ms
que ver los gravados sobre sus tuerras'w.
[ La voluntad real se manifie sta siempre respect uosa de sus va-
sall os; as lo revela la estructura textual de las Leyes de I n-
dias) Hay en ellas una exposici n de mot ivos que sirve para
expl icar y j ustificar la oportunida d del mandato. En est a expo-
sicin se tr ata de presentar la situacin q ue la l ey ha de re-
gular y remediar; mostrar la pl ena congruencia entre ella y
la sit uacin que la moti va; acreditar l a nece sidad de la nueva
" Rea l cd ula de 21 agosto 1:'6:' . en q ut' . t' ord","a al pr aidt'ote y oi dor "
de la audiencia de Lima que hagan acuar moneda. j. T . Medina: "La.
monedas colooial o:s hispan oamerican a....
" Rea l cdula dirigida al cond e de Chinchoo mandndole iofor mar .obre
los pr o)'t'l:tos del gobernador de Chilt' , Lazo dt' la Vega para terminar la
gue rr a. A. G. 1.. A. de Chilt' , 27.
'ACla del acuerdo general de hacienda. 2:' octubre 1&47. cit ..da por Mi -
guel Luis Amuntcgui: " El !enemoto dt'\ U de mayo dt' 1647", pp . 414.
2S
ley y aportar lo! elementos para juzgar de su raciona lidad; con
lo que, al mismo tiempo, se indica la fuerza intrnseca, 5U jus-
ticia y su \'aliJe:. La misma act it ud revela la parte exposhva
del texto legal. Es un mandato en forma persuasiva que se
dirige ms a 1:11 razn. tratando de convencer de su necesidad
acierte para lograr su cumplimiento que a imponer sus oh-
servanrias por la cbedienciaw.
(El conl:cpto de rey catlico confil';ur6 la administraci n
real. Para que los funcionarios que lo representan realicen de-
bidamente su esp ritu, el rey diuribuy sus funciones entre
ellos de modo de contener la propensin a abusar del poder
que pudiera suscitar la distancia a que este sector de la roo-
narquia se encontraba de la sede del gobierno central. Un
grupo de funcionarios se caracreruaba como administrador de la
justicia y otro como gobernante. ninguno llegaba a te-
ner la exclusividad de estas funciones. Quienes ejercen la Iun-
ci n judicial actan como rbitro entre el gobernador y los
vasallos en la inter pretacin de las leyes que ri gen las obl i-
gaciones de stos para con el rea l serv icio, ya sea de oficio o a
pedido de parte. Adems. para el recto ejercicio de
sus facultades, el rey ha dispuesto que 6t05 no co nt ra igan
vinculo con los vasallos entre los cua les tienen que act uar. El
gobernador ej erce alguna vigilancia sobre los administradores
de [usuca, y los miembros de la audiencia sobre la gestin
del gobernador),
(Los nsallos tienen conciencia de lo que significa la repre-
K'ntacin del rey entre ellos: del sentido que tiene su estructu-
ra y lasJimitaciones que le han sido impuestas a quienes la
ostentan)J:.n el juramento que el cabildo de Santiago. en nom-
bre del rey. tomaba a los gobernadores, stos juraban hacienJo
pleito homenaje "de ser leales vasallos de Su que Dios
guarde. y de sus sucesores en la corona de Castilla y como tal
gobernador y capitn general. gobernar el reino en paz y [us-
ticia. procurando su bien y aumento y comervacin de las
repblicas de espaoles y naturales y dar aviso a Su Maj estad
de todo aquello que deba drsele y q ue hacen a su r eal ser-
""I'lfonlO Curia Ga llo: "La 1.., m Indiu en d ligio XVI . A. H. D. E.
XXI-XXII. p . 671.
2 6
vicio y guardar j usticia a esta dudad, sus fueros y preeminen.
cas y hacerlos guarda r y las leyes y ordenanzas . . . ":j El cbe-
po Villuroel, en respuesta al pedido del cabildo de Santiago
para que viajara a Lima a interceder ante el virrey en favor
de las concesiones solicitadas para paliar 1< electos del te.
rremoto de 1647, dijo: "que los seores de la audiencia estn
en lukar de m xtajesred y leos incumbe la proteccin y el amparo
de este reino":2, En 1655, el fiscal de la audiencia, con motivo
de la deposicin del gobernador Acu a y Cabrera. se refiri a
su pro pia Iunrin con estas palabras: "por regularse como pa-
dre, curador y procurador general en el desvelo del bien p-
bl ico, corres pon de dar aviso de los males que ocurren en el
reino. en quien siempre se debe oir como quien inmediata-
mente represe nta al pnnci pe'va.
[ Los vasallos refi eren la conducta de los funcionarios reales a
las y concepto de la administracin y conforme a ella
la jUll{3nJ de Miranda Escobar dice. refirindose a la
acritud del oidor Adaro ante los atropellos que el gobernador
LaIO de la Vega hilo a los vecinos de Santiago que "vindose
el cabildo apercibido para la guerra y que todos estaban tan
vejados y oprimidos por el gobernador y que el oidor Adaro
no peda nada en la defensa de la jurisdicci n real y administra-
cin de la real just icia (como era su ob ligacin) sac las reales
cdulas que exima n de los a perclblmientoe y las present en
la audi encia"H, Ante estos mismos agravios, varios rel gtosos ma-
nifesta ron a los oi dores que "era gran peca do no oponerse a
los agra vios de l gobernador. y defender a los vasallos del rey,
pues para este fin, entre otros, sustentaba aqu Su
audiencia"u. Estos mismos religiosos expresaban al rey que "los
-Tnlimonio dd csaihano sobre recibimimlo de !<JI gobnnadores J" ju -
ramf"nro qUf" frrnlf" al nobildo df" I; ciudad de Soinliago, 12 octubre
1701'1. A. G. A. de csue. 107.
-a.n& del obispo " illarrod al cabildo <k :!'l mero M L
Amun,:lolqui: ni r. p. SI7.
""Carla df"1 fistal de la :aooienci:a <k Chik .... lonM) <k Solon:aoo J" "f"luro,
:al "irrey del Per . 20 junio 16$$. A. G. l., A. de Chile, S-'.
- ' Ir-mori:a de avi_ dd "1:1010 }' COIU df"1 rf"ino de ehilf" ncriU por
Migud df" Miranda F..scobu , 2' ah ri l 1632. C. C.}' M. M Mcd ina, 132; 213.
-calta de uriOll ldigiOllOll :11 rey, 20 m:l)"o 1632. A. G. l., A. df" Chile, ,.
2 7
oidores slo lo son porque llevan garn acha y se sustentan de
la haci en da de Su Maj estad . po rque no se atreven a ha cer cosa
en favor de los vasall os de Su Maj estad ni contradecir al gober-
na dor ; que con las intimidaci ones que el gobernado r hac e a
los oi dores y su amis tad con el fiscal no hay sino un solo
poder. el del go bernador y In llora todo el reino; como esta la
audi enci a es cosa superflua"26(En 16:J7. el cabildo juzgaba el
papel de la audiencia y ped a que se suprimiera: "Supuesto que
dicha audiencia, deca, no es poderosa para que los vecinos y
moradores no sean ll evados a la gue rra, an en casos excu sa.
bi es, qu e fue el intento con que vuestra Maj estad la envi y este
r eino la dese, porque ha dec larado vuest ro virrey del Per
pertenece a vuestro gobernador y presiden te la decla raci n de
los casos in excusables de guerra siendo quin ha de hacer los
apercib imi entos que se ofreciere 'j cuando tenga di cho poder,
es menor dao padecer ste, que ten er sobre ta n flacos hombros
tan grave carga 'j peso, pues ste recae slo sobre la ci udad de
Santi ago, pues las otras ..,stn tan desoladas q ue de ciudades
slo les qu eda el 1l 0mbre ] ' A estas sombras de ci udades cnsul-
t el cabil do de Santiago}' ellas enviaro n proc uradores a esta
dudad. Con su acuerdo este cabildo escr ibi al re'j21.l!.n 1655,
el alguaci l ma yor de la ciudad rle Sa nt iago emi ti el siguiente
juicio sobre la gestin del gobernador Francisco de Meneses:
"pensamos que no nacimos vasal los de Vuestra Maj estad, a quien
Dios guarde, o q ue lo somos pa ra serv ir o ser esclavos de don
Fr anc isco de Meneses, no vuest ro gobernador, si no nuestro seor ,
pues, tanto ha podido la autori da d 'j maj esta d que ha adquiri -
do, des pus que en tr en el gobierno de este rein o, y en nosotros
la prueba en la obedi encia de vasall os tan lea les: ti nela tan
gr ande que no hay persona que ose hablar palabra, porque las
obras en la ej ecu cin de tan mal hombre fueran peores que
las de tir ano, como lo es en el r iesgo de las vida\", que estos
padecemos con gran dol or de perderlas a cad a ,
Carta <.le \'ar;OI re!iRio_ al rey. 20 mayo 1632, A. (: . l.. A. d... Chile. S.
"'Can a dd G1bil<.lo d... la ci udad de a l Il.')', 26 marzo 16S7. C. C.
y M. M., Med ina IS-f: 107.
" El alguacil maror de Santiago de Chi le da rwcnt a de 101 de5afue rOl y
l iunl as q ue ha cometido el gol>ernad"r don h o. de d",<.le 'loe
emre en aquel l ei no. 29 SC' p. 1665. A. G. L, A. de Chil e. 55. La <.l istincin
28
car ta del ca bi ldo de Sa nt iago, moti vad a po r los malos t ra-
tos que reciba del oidor don Cristhal de la Cerda, la corpo-
racin calif ic la act itu d del oidor como impro pi a de "las pero
sa nas que v ues tr a Majestad t ien e para que los ampa-
ren y gobiernen en paz y misma conviccin ex-
presa este cabildo, en al den unciar los abusos del oidor
J uan de la Cueva y "bastantemente t iene entendido
esta noble y muy leal ciudad de San tiago de Chile que el prin-
cipa l cuidado del ca tlico pecho, paternal amor de Vues tra Ma-
jest ad es mantener en paz y j usticia sus rei nos y seorlos,
proveyendo de minist ros que den a esta obligacin tan cumplida-
men te el lleno que baste a descargar la conciencia de Vuestra
Maj estad y que el haber tenido tan mal logr o este buen deseo
y cr istiano celo de Vuestra Maj est ad, en la promocin a la plaza
de oidor de esta real audie ncia en la persona del licenciado
don J uan de la Cueva y Lugo, habr sido ocasionada de nues-
t ras cu l pas, pues, slo por ella se nos pudiera haber dado t an
gra nde castigo como e! que experimentamos en las grandes in-
j usti cias, repeti dos agravios y yejacioDcs que hace a este rei no
habindose hecho absoluto en esta audiencia con la precisa
as istencia en la guerra de vu est ro gobernador, capitn general
y hllase este ministr o, oidor ms antiguo y con slo un com-
paero a qui en arrastra en unas cosas, o por lo pacfico de su
t emper amento o por lo ardien te y precipitado de! suyo y en
otras obrando como juez semanero o como alcal de de cor te,
logr an do de esta suerte cuanto in tenta el poco amor de Dios
que t iene acreditado no slo en la mala administracin de jus-
t icia, declarada pasin con que obra en muchos casos y descu.
fre nado viv ir con que esca ndaliza a todos. Y, aunque la opre-
si n en que nos pone t anta tiranla nos afl ige ms gravemente
con la distancia tan grande al recurso de! real amparo de Vues-
t ra Ma jestad nos consuela el seguro de q ue con estas noticias
pondr cu anto antes e! remedio necesar io a ta n considerable
entre gobernador y seilOr que apare<:e en este documento corresponde a la
difere ncia enne el car cter publico del poder rea l dd cual n reptesemante
el gubernadur y el cad.oCT patr imoni al del poder sel\orial. Vase Garda
Gallo: "Curso de Hisloria del erecnc Espaiio. " Tomo l . p. 1,5.
- La ciudad de Santiago en contTa del oidor don Cristbal de la Cerda
sotomayor, 1623. c. C. y M. M.. Medi na. 125; 1.
29
dao la piedad de Vuestra Majestad". Esta carta se escribi
"para que en la real piedad halle abrigo este miserable pue-
blo" y en ella se desea que "Dios guarde a la catlica y real
persona para mayor aumento de la cristiandad y amparo de
sus vasallos'vv. Los recursos concebidos para asegurar el recto
ejercicio de la real representacin hallaban enrgicos soste-
nedores en estos vasallos. As, en 1647, a raz de que el oid r
Gonzlez de Gemes cas con una dama chilena, el cabildo de
Santiago escribi al rey suplicndole que remediase "el de -
consuelo con que viven los pobladores de Santiago debido a
e to, por haber emparentado con el ms largo linaje del reino
y que en el mayor nmero de las causas de justicia hay que
litigarlas con deudos suyos y temerosos los interesados de per-
derlas por l, las suspenden, adems de muchos otros incon-
venientes que cada da se presentan y aumentan la avilantez que
tienen con las espaldas de tener el favor seguro; y ahora m
quitado el recelo de la acusacin que tenan en su casamiento,
pues libre de l, correr haciendo por los suyos lo que es cono-
cido en perjuicio de los que no alcanzan parte en su obli-
gacin"31.
El real amparo de que gozaban los chilenos proceda de su
pertenencia al reino de Castilla, al cual haba sido incorporado
por a esin el territorio y los habitantes como parte de las
Indias-". Esa era la conviccin de los creadores del reino. En
1576, el conquistador Juan Jufr declaraba haber venido "a la
conquista y poblacin del reino de Chile con celo de servir a
Vue tra Majestad y ampliar el imperio y seoro de la corona
real de Castilla'<", Al ser actualizada esta accesin por los con -
quistadores las personas residentes en l quedaron sujetas al
derecho castellano. El fiscal de la audiencia de Chile, al re -
chazar la peticin del procurador general de la ciudad de San-
tiago de que se sobreseyera en el cumplimiento de la orden d
Cana del cabildo de Santiago al rey , 14 julio 1683. A. G. L, A. de Chile, 131.
IIIn f rmaci n sobre el casamiento del oidor don Pedro Gonzlez de Ge-
mes , sin licencia r al con una ecina del distrito de la audiencia, 23 febrero
1647. A. G. l. , A. de Chile, 1.
" J uan Manzano, La Incorporacin de las Indias a la Corona de Castilla,
p. 354.
Informacin de Mritos y Servicios de Juan jufr, 1576. Codoinch, 15; 28.
30
imposicin del ser vicio de unin de las armas, que el virrey, en
nombre del rey haba ordenado que se ejec utara, expres
que los servicios en que se hab a asentado er an de la regaIJa
y pat r imonio real por ha berse las provincias de estas Indias Oc-
cidcn talcs unido e incorporado a la corona de Cast illa y Len
desde su descub rimi en to y conq uista, por tanto, no ha b a ra-
In para que se debi era impedi r suspender la ejecucin ... u.
El virrey del Per, en can a de fecha 15 de marzo de 1639 diri-
gida a las au diencias, distingua ent re los derechos de alcabala
y almojarifazgo y las sisas a que hu biese necesidad de recurrir
para cubrir la suma asig nada a este reino para el servicio de
unin de las armas por insuficiencia de aq uellos derechos. De
los primeros dcct a: "que son propios originarios de la Corona de
Castill a, cuya parte y porcin son las Indias por estar incorpo-
radas, unidas y comprendidas y en ellas dependientes y sujetas
de sus leyes, y por tanto, no rezaban con ellos la indi cacin de
que se usaran sua ves y Iegimos medios. Las segundas, las
SIsas, era n extraordinari as y por tanto deban imponerse
con suaves y legitimas medlosse. Esta era tambi n la convic-
cin de estos vasall os. Las afi rmaciones del vi rrey y del fiscal
no fueron contes tadas por el procurador general de la ciudad
q ue, en nombre del re ino, peda sobreseimiento.
La extensin y gr ado en que estos vasallos gozaban en for-
ma inmediata de las fu ncio nes del rey, dependan de la re-
presentacin r eal que tuvieran los funciona r ios que les gober-
na ban; de la extensin y grado en que el rey hu biera delegado
su.. funcion es en ellos. La extensin y grado de esta delegacin
implicaba dependencia mas o menos directa del soberano.
Mas, cua lquiera que fuera la representacin ostentada por los
funci onarios de la admi nistracin, el rey era instanci a supre-
ma para muchos asu ntos. El grado de represent acin real que
tuv ieran los gobernan tes de un distrito administrativo se refle-
jaba en la designac in que ste reciba. Un conjunto de vasa-
lIos gobernados por un a represent acin real completa y normal -
"'f.l rei no de Chi le pur su procurador robre que Se sobresea en la cobra nza
de 105 20.000 ducados qu e !I\" le repart teron par a la un in de las armas en
cada Un au, 16.'18. A. G. t. A. de Chi le, ~ 7 .
"dem.
3
mente, en directa dependencia del rey era llamado reino. Un
conjunto de vasallos gobernado en la misma forma. pero cu-
y.. dependan de otra. en Amrica. era una pro-
vincia. La mi sma designacin tena una circunscripcin admlms-
trilt iI pUl"!til bajo las rdenes de una representacin r eal in-
completa. Parece verostmt supona que estilS designaciones Iue-
sen una extensin iI Amrica de la nomenclatura adminiunti-
va castellana. [1 reino de Castilla. al cual 10$ territorios amen.
amos haban sido estaba consrirurdo por reinos par
tlculares, como Toledo. Sevill a. Crdoba. J an. et c....
Durante los primeros aos de su existencia. el gobi erno de
Chile dependi de las autoridades del Per y. por tanto, era
una provincia de aquel reino. Durante el gobierno del virrev
don Andrs Carda de el conquistador Alonso de Bo-
rregan sugera al re)' desde el Per que cambiase la situacin
de ena gobernacin: "Para Chile pron'a Vuestra Majestad un
gobernador que pueble y conquiste toda la tierr a y descubra
adelante y de de comer a 105 que llevare '! halla re ino a uden-
cia real que se destr uir la tierra hasta que se p ueble toda
porque los oidores no han de ir a conquistar ni descubrlr 'wt . Si
se considera que entonces Chile estaba subordi nado a las aut o-
ridades peruanas, el sentido de esta sugestin es el de que
la sujetase al rey directamente. esto es. que se la convirtiera en
reino. Esa. independencia respecto del virrey y de la audienci a
de Lima fue concedida a la audiencia gobernadora que Se" cre
en 1565 y que se estableci en Concepcin en 1567
18
Con ell a
este conjunto de vasallos alcanz la calidad de reino. El goce
de ola situacin Iue breve. Al decr erarse la disolucin de la au-
diencia en 26 de agosto de l 5i3
u
el gobernador designado fue
subordinado a 1"" autoridades peruan"". A pes.ar del cambio de
situaci n en la jerarqua de la monarquia el nombre de re
prevaleci en el lenguaje com n. En 15i6. el conquistador Juan
Jurr, hablaba an del reino de Chile"o y JiI subordinacin I
-JWln Marwono. La Adqui-.icin ck ID Indiu por 1.. Re,rs Callicm ,. IU
Inco.-porln a ... RrilloOl Cutrllan... A. H O. f .. XXI XX II . p. 1S. n
"Prtid6n dr AIONG Borrq:l.n al re,-. CT'niCll dr la Conquiu" del Pa. p.
MuAol Frliu; La lluJ Audinlcia dr Chile, p. IS.
- Id Op. ril.. p . 26.
- Informacin dr Mk it.. ,. Servid.. dr J uan Codoinch. IS; 28.
gobernador a las aut oridades peruanas se haba hecho efectiva
en 1575. Melchor Caldern, en el "Tratado" que escribi a raz
del desastre de Cur alaba para probar la conveniencia de dar
por esclavos a los indi os rebeldes, designaba como reino al con-
ju nto de vasallos de ascendencia espaola sujetos a las autor i-
dades de la gobern acin de Chi lew.
A fines del siglo XVI se conced i alguna auronomia al gober-
nada r de Chi le respecto de las autoridades de Per. Esta reso-
luci n teni a por fin, que afro ntara con mayor eficacia los pro-
blemas de su gobierno. Esta concesin de mayor autonoma se
hizo bajo la forma de una ms precisa determinacin de su de-
pendenci a de las autoridades peruanas. Por reales cdulas de
11 de enero de 1589 y 15 de octubre de 1591, se reiter al go-
bernador de Chile su dependencia del virrey del Per y su
obligacin de informarl e de los asuntos de consideracin y
obedecer sus rdenes sin oponer di ficultad. El sent ido de estas
ordenes se aclar por ot ras que se dieron en 1600 a la audiencia
de Lima y al virrey. Se prohibi absolutamente a la primera
que interviniese en los asuntos de guerra y gobierno de las
provincias de Chile, as como en lo rela tivo al cumplimiento de
las obligaciones mili tares de los encomenderos y se orden al
segundo que dejase en li bert ad al gobernador de Chile para
resolver los problemas de su gobierno y reservase su inter ven-
cin solamente para los casos graves y de mucha mpcrtandao.
Con esta resolucin cobr significado jurdico la voz reino para
designar a los vasallos chilenos.
La au tonoma concedida a los gobernantes de Chil e no sa-
tisfizo a estos vasallos. La estimaro n perj udicial si no se como
pleraba la represent acin real. El reino necesit aba audiencia
que asegur ase el mantenimiento de la paz y la justicia. Al-
gen tiempo despus de que se restableci ese tribunal, el obis-
Cal dern: Tratado de la impofl and a y utilidad qu e hay en da r
por esclavos a indios rebeld... de Chile: J. T . Medina, Btbltoteca His-
panoChilena, 11, pp. 637.
" El eollS<'jo da cuenta a Vueslra Majestad de lo que escnben el "ju ey
<I d Per y au diencia de Chile ... avisando el levantamleutc que tuvieron
101 indios de gue .-ra a(olll patlan<lo $U par ecer, 30 octubre 1656. A. G. l .,
A. de Chile, 67.
po de Santiago escriba al rey que "el primero y principal mo-
tivo que hubo para pedir a vuestra que viniese a
audien ia a este reino. Iue decir que los gobernadores hacan
en esta ciud d agravios enviando ministros a cobrar derramas
y s.acar soldados para la guerra. de que no podl an apelar los
vecinos de sus apercibimientos y por no haber recurso padecan
daos insuCriblcs"u. Estos vasallos se empearon entonces en
obtener una representacin real completa. Hay rastros de es-
Iuerzos a partir de 1602. En ese ao. Gonzalo Becerra, recomen.
daba al virrey del Per la creacin de una audiencia; estimaba
que mientras no la hubiese no Iaharfan los agravios ni dejaran
de estar oprimidos los vasallos-e. Esta aspiracin fue satisfecha
en 1606. cuando se dispuso que Iuncionase una audiencia en
Santiago
u
. Esta creacin dio mayor sustento al uso de la voz
reino para destgnar 1a gobernacin. Pocos aos despus del es-
tablecimiento de 1a audiencia. en 16U. el cabildo de Santiago
decta en carta al rey que el "rei no de Chile" eso el mejor y ms
fiel que v uestra Majestad riene debajo de su real corona en
todas las lndias
lI
El uso de esta designacin se acenta ms
adelante. En varias oportunidades en el siglo XVII los padres
agus unos en atenc in a las mercedes que hablan recibido del
rey acordaron hacer especiales sacriCicios por la salud, sucesin.
acrecentamiento de reinos y victorias de sus reyes y seores de
Castilla y porque en ellos "'C perpetuase la corona de estos
reinos"H.
La representacin real en Otile procur elevar su jerarqua
y reducir las oportunidades de intervenci n del virrey y audien-
cia del Per . Ya a mediados del siglo XVII la audiencia de
O1ile se consideraba audiencia independiente. audiencia preto-
rial . ta conviccin fue expresada con motive de que el vi-
rrey del Per design tesorero en Sanuago y priv del cargo
""Caltll dd obUpo de Sanliago "l, I!I apto 163' . c. C. 7 M. N.,
din.l. In: 48.
"Ral Muot Feli : Op. p. .
"Id.
"CUtll del c.bildo de .ntil(O I"C')' . 8 mulO 1613. Ie corpcrada en Pro-
bana de Mflile. , Servicie. de Pecho Conk MomO)'. Codoioch. 24;
""M. L. El Terremoto del 13 de Mayo de 1647. p ...,.
a quien lo ejerca-e. Esta iniciativa del virrey no disminuy la
pretensin de la aud iencia de independizarse de las autorida-
des peruanas. En 1655 el fiscal de la aud iencia de Chile es-
cribfa a aquel funcionario: " ... es obligacin de las audiencias
subordinadas a los virreyes darle aviso de lo que conviene pro-
veer para el buen gobierno y se corresponda con ellas por c-
dula que se expidi en San Lorenzo a 28 de agosto de 1591..
y si bien esta audiencia es pretorial en las cosas graves, arduas
y de importancia, puede y debe Vuestra Excelencia interponer-
se segn cdu la de 15 de Octubre de 1591"411. No obstante esta
peticin del fiscal, la audiencia resisti largamente las rdenes
que el virrey del Per dio al gobernador Acua y Cabrera para
que marchase a aquel reino. Discuti la facultad del virrey para
quitar el gobernador y afirm que slo el rey enviando a
otro podia hacerlow. El gobernador Acua sostuvo tambin
la incapacidad del virrey para separarlo del gobierno y para
enviar recrnplazaruest. El virrey, conde de Alba Liste informaba
al rey sobre esta pretensin de la audiencia dicindole que sta
se habta excusado de reconocer las cartas que le haba escrito
la audiencia de Lima sobre la prdida y alzamiento general de
los indios para dar a entender a la ciudad de Santiago que era
pretorial y que el virrey del Per no tenia facultades para ha-
cer esta diligcnciaw. El Consejo de Indias ratific parcialmen-
te las pretensiones de las autoridades de Chi le; sostuvo que el
virrey no poda determinar sobre este gobierno, sin que diese
cuen ta al rey previamente y para evitar que en adelante se pro-
dujesen situaciones como la anterior, sugiri al rey la conve-
ni encia de "advertir al virrey conde de Alba Liste y a su suce-
sor con palabras de ponderacin que se abstuviesen en lo por-
venir de hacerlo precisamente, sino fuese en algn caso de todo
" In fonnacin levantada en 1'1 puerto de Valparaiso poI" Alvaro de: lba-
n a, coml stonado por el viney de:! Per para rstablc:ceJ b. situacin exs-
teme en Chi le:. 29 noviembre 16:'7. A. G. J., A. de Chile. :.,.
'"Cana de:! fi5cal de: la audiencia de Chile, don Alonso Solonano y Ve:!a.!ICO
al viTrey do:! Pe:r, 20 junio 16!'>!'> . A. G. l ., A. de: Chile, 5'.
"Informacin levantada en el puerto de Valparalso por Alvaro de I ba-
na. A. G. r, A. de csue. ! ' > ~ .
Idern.
" El vi rre:y conde: de Alba al rey, 9 agosto 16:'8. A. G. l., A. de Chile, 5'.
punto inexcusable. y precediendo el comunicarlo con todo "el
acuerdo" de la audiencia de Lima. segn y como el consejo lo
present a Vuestra :\Iajestad en la consulta de SO de octubre
de 1650, pua estando a su cargo la quietud de aquellas pro-
vincias (a que se reduce el punto principal del gobierno) con-
Iene que no se halle el virrey totalmente impedido de apti-
rar el remedio que La) ' ez pueda consistir en abstener o remo-
ver la causa que con culpa o sin ella fuere ocasin de algn gra-
ve desesostego". El rey aprob este critenoee.
" " S o b ~ );1 pt..tnuin qu e licite don AnlOnio de Acua 'f Cabrera de que
.. Ir Hwlu a nsril.ir a Jw carp de Gobernador y OIpitin General dd
reino de cene. i m;l)o 1660_ A. G. I ~ A. de Chile. 67.
CapItulo 11
SITL'ACJS y ACTUACIS I"OLTICA DEL CABII..DO
El cabildo rjna funconel rrala par; rI mrjor gobierno del pll('bkl.
u luncin del cabildo}' lu diada polltica. E)rrcicio
particului.lta de la funcin de k. Gilbild.. en rI siglo XVI. COClCOf
dame con d paniculuismo urbano. El cabildo dr S:mliago UUtDr
la rrprl'5rflucin dd reine. u dignidad drl cabildo
ESTOS VASALLOS estn conscientes de que toda activ idad guberna-
ti va es propia del rey. y que ste posee virtualmente todas las
condiciones par a gobern ar en beneficio de ellos,1
y
, consecuen te-
ment e. de que su situacin ante el poder est <feterminada por
la referencia ult ra ter rena de ste y cuyo tit ul ar conoce y cum.
pie romo rey catlico. Por esta referencia. pesa sobre el poder
y de ello son conscientes los vasallos. la exigencia de ejercerse en
su sentido. lo que como subordinacin a la justicia en
el sentido ms lato. En tanto que el reyes justo, los vasallos es-
peran que les premie segun sus mritos y que les mantenga en
las situaciones alcanzadas; que su situacin sea atendida cuan-
do ellos sol iciten nuevas leyes o cuando el rey legisla por su ini-
cia tiva. El rey les ha concedido el derecho a representarle
cuanto les atae y un rgano de expresi n: el Cabildo'. Entre
los vasallos hay clara conciencia de que lo uno y lo otro son
concesiones hechas por el rey] Por la conviccin de que pesa
sobre ste la obligacin de procur ar el bien de los vasallos, en-
ti enden ambas concesiones como recursos para lograr su mejor
servicio.l!'ada mejor que cabildos integrados por vecinos po-
d lan procurar el beneficio de los vasallos del rey y posibilitar
el cumplimiento de su propia fi nalidad) Se mantiene as! la
unidad del poder. 'T odo poder ejercido por Jos vasallos es poder
delegado.f
.os cabildos como rt'presentamcs del pueblo deben recibir
las leyes pa.ra intervenir en su ejecucin, Pueden dar su censen-
rimiento liso y llano o suplicar de ellas para que se las ponga en
' Julio Alnnpa.nr Iue r1 primero mlrr nl*)(r.. dnl;J.c la funcWn re-
prescnlali "a de 1.. cabildos m 1 1,1 obra "El Cabildo m Ch ile Colonial",
pp . 117118.
trminos de que no irroguen grave menoscabo a los vasalloJSi el
rey innova modificando leyes anteriores que el cabildo ha acep-
tado libremente, hacen presente que ellas debieron derogarse
previamente para que, mediante este tr.imite, pudiera dar a
conocer la situacin de los vasallos. Si modifica situaciones de
hecho, hacen valer el tiempo de su posesin, su racionalidad y
los ttulos en que la fundan. Si la situacin cambia negativa-
mente, aspiran a que se cambien las leyes que a aquella situa-
cin respondieron. En los casos de resistencia, el cabildo ha-
ce presente la situacin de stos al rey en un proceso que
se asemeja a los juicios entre el fisco y los particulares. Su
procurador acude ante su respectiva audiencia para pedir que
se sobresea en la resolucin real mientras l o las autoridades
del reino informan al rey de la situacin, para que ste, con
conocimiento de ella, provea lo que ms convenga a su real ser-
viciolEn la splica va implcito el acatamiento a la autoridad
real, pues de no ser aceptada por el rey popular,
los vasallos se sometern a la voluntad real. ste es el procedi-
miento al que se alude con el aforismo "se o edece pero no se
rumpje" para indicar la inoperancia de la ley y falta de juri-
cidad) Este procedimiento databa de fines del siglo XIV y con
l se dejaba a salvo la autoridad de la ley y se evitaba la in-
justicia que significaba su aplicacin! Los colonizadores, a poco
de establecerse en Amrica. haban solicitado al rey que les per-
mitiese usar este derecho. En 1514, el cabildo de Concepcin de
la Espaola solicit que se autorizara a sus regidores para ejer-
cer el derecho de suplicacin de toda disposicin emanada de
autoridad competente, sin riesgo de su tranquilidad".
identificacin de inters popular y real servicio que evi-
dencia la delegacin del poder que el rey hace en los cabildos
hacen posible que el cabildo de Santiago tome juramento il los
gobernadores en nombre del re}'J El gobernador jura "hacien-
do pleito homenaje de ser leal vasallo de Su Majestad. que Dios
guarde, y de sus sucesores en la corona de Castilla y como tal
gobernador y capitn general, gobernar el reino en paz y jus-
ticia, procurando su bien aumento y conservacin de las rep-
blicas espaolas y naturales, y dar aviso a Su Majestad de lodo
'A. Garela Gallo. La uy m Indiaa en ligio XVI. A. H. D. E., XXIXXII.
58
aquello que deba d rscte y que hacen a su Rea l Servicio y guaro
dar j ust icia a esta ciudad sus fueros y prerninencias y hacerlos
guardar y las leyes y ordenanzas'. ~ C a u s a del rey y causa del
pueblo aparecen identificadas tambin en los casos en que el
pu eblo o el cabildo resiste n rdenes de los gobernadores o las
desobedecen abiertamente como lo evidencia el grito de "Viva
el rey y muera el mal gobierno".
(El ejercicio de los derec hos de peticin y de splica ya por
los cabi ldos, como e; de sli to, ya-directamentepor los vasallos,
muestra al pueblo como algo ms que un pasivo receptor de
las resolu ciones qu e inspira n al rey, sus virt udes polticas: pie-
dad y justicia, y lo muestra activo colaborador pol tico: cons-
ciente de sus necesidades, de los derechos que se le han con-
cedido y del luga r que tiene en el ordenamiento poltico y ju-
rldico, pronto a expresar sus necesidades. a resistir las disposi-
ciones reales que estime atentatorias a su bien, y a defenderse
de agravios dentro del rgimen jurdico"]As surga la legisla-
cin que solicitaba del rey, obtena consentimiento la que ema-
naba de la iniciativa de ste y lograba estabilidad aquella en
que consenua los rabitdos-.
Durante el siglo XVI y comienzos del XVII, estos derechos se
practicaron por el cabi ldo de cada ciudad para beneficio de sus
vecinos, conforme con el limitado alcance territorial de toda
actividad capitular, ' Este modo de ejercer estos derechos coincida,
adems, con la actitud particularista de los vecinos de las ciudades
respecto de l rgimen de premios y obligaciones militares. Ellos as-
piraban a q ue los indgenas de los trminos de cada ciudad fueran
r eservados para ser encomendados entre ellos y pretendan que
"Testtrnonlo del escribano IoObre recibimiento de 1011 gobernadores y jura-
mento que hacen ante el cabildo de la ciudad de Santiago. 12 de oclubre
de 1708. A. G. L, A. de Chile, 107. Alemparle en 111 obra citada interpreta
este j ur amenlo como equi .-alenle al que se tomaba al p ropio soberano en
ti acto de su proclamacin. Op. cit., p. 130.
' A1emparle ha d("SCTito esta situacin con las siguienres palabras: "Lm re-
yes no estaban en Espaa. sino en las Indias; 1011 verdaderos soberanos, en
cieno modo eran 1011 seores coloniales. En Castilla estaba el cetro; la po-
testad oficia l, la ordenacin jutfdica: pero la aut nrlca IIOberanla qu e es
l a que .urge del dominio efectivo de las tierras y de la masa de habitan-
tes eslaba en manee de 105 seores". Mem, p. 99.
39
bs obligaciones militares que contraan como carga anexa al be-
neficio de la encomienda, se extendiera solamente alas t rminos
de la dudad Este particularismo se haba originado por el ca-
racter individualista de las empresas conquistadorase, y habla
sido consolidado por el conquistador Pedro de Valdivia al asen-
tar la dominacin de las poblacloees indgenas y defensa de los
trminos de cada ciudad en las obligaciones militares de los
vecinos de ellas. Fue trabajoso para las autoridades reales obre-
ner de los vecinos la aceptaci n para extender a mayor mbito
estas obligaciones y slo lograron esto por algn tiempos. En
cuanto al rgimen de premios, an a mediados del siglo XVII,
subsista el particularismo. En Iv de febrero de 1650, el ca-
bildo de Santiago, en atenci n a que los gobernadores encomen-
daban algunos indios de esta ciudad en vecinos de la ciudad
de Concepci n, solicit al rey que lo prohibiese y que los indios
vacantes de los trminos de la ciudad de Santiago se encomen-
dasen en personas benemritas de ella, a fin de que los indios
quedasen dentro de la jurisdiccin de esta ciudad y se ocupasen
en su reedificacin en Favor de sus encomenderos, conventos y
dems personas. Pedan que las encomiendas que se hiciesen en
contrario fuesen anuladas y las personas a quienes encomendasen
los indios no adquiriesen ningn derecho ni justicia alguna en
su posesi n" .
La ciudad era el ncleo politico y la referencia de la acrivi-
dad de su cabildo. La unidad superurbana constituida para
los fines le la administracin real era para estos vasallos duran-
te el siglo XVI y comienzos del XVII un agregado de ciudades
y concorde con esta concepcin Da representacin total de los
vasallos del reino ronsisrfa en la suma de las representaciones
urbanas) La posibilidad de que esto ocurriera dependa de
que todas las ciudades considerasen que estaban aectadas por
una misma situacin, como ocurri a ran de la disposicin de
la audiencia de Concepcin en 1567, de que las cargas de la
'X610r MC'.la VilJalobol: "Formas y Motivos de las Empresu Espaolas m
Amfrica y Oceana". Bcleun de la Academia Chiklla de la Hi'loria, NIl' 7,
", ' b lOf Meu Villalobol: "RI-gim<"fl Juridi(Q de la Conquillla y de la Cue-
rra de Arauw. R. Ch. H. C . N9 107, pp. 2256.
'Cana del cabildo de Santiago al rey, 10 de febrero de 1650. A. G. L, A.
de Chile, 2J.
40
guer ra recayesen sobre toda la poblacin de todas las dudarles.
Estas enviaron procurador es ant e la aud iencia par a que supl i-
casen de esta resoluci ne.
Sobre esta form)l de representacin gravit desfavorablemen-
te la sit uacin deUa ciudad de Santi ago que. como sede del go-
bierno adqui r i en el curso del siglo XVI el derecho de tomar
ju ramento a los gobernadores en nombre del rey. j uramento
que bastaba para que estos fun cionar ios ent rasen en posesin
de su cargo] Despu s de la redu ccin del lmite austra l del reino
a la ri bera septentrional del ro Bio-Blo, esta gravitacin no
tuvo contra peso debi do a la pobreza de las ci udades que subsls-
rieron aquende ese ro y al propio relati vo florecimiento de la
ciuda d de Sant iago.Ifundado en estas circunst ancias el cabildo
de esta ciudad asumi la representaci n de las dems ciudades
ante las aut or idades del reino y ante el rey, sin que por ello
las dems ciudades perdieran su der echo de act uar individual-
men tejin 1613 el cabildo de Sant iago realiz "como cabeza de
goberna cin" dos gest iones importantes ante el rey en nombre
del reino. En 25 de febrero de ese afio, solicit que se desig-
nar a j uez de residenc ia al licenciado Talaver ano Gall egos por
su gestin como teniente general a una persona que no fuera
colega suyo en la audi encia a la que ste haba sido promovido
como oidor e. En 8 de mar zo de ese mismo ao solicit el rey
qu e suspendie ra la gue rra defensiva establecida por el virr ey
del Per Hg .En 1616, en los pod eres que dio al alfr ez real
Diego Bravo de Saravia, d ec a: "los regidores de este cabildo en
su nombre y de esta ciudad como cabeza de gobernacin". En
otro poder confer ido al mismo alfrez real, dice: "Nos, el Ca-
bildo, J usticia y Regimiento de esta ciuda d de Santiago del rei-
no de Chil e, como cabeza de gobe r nacin. as por lo que a ella
toca como a las dems del reino ... " 11 . .En 1628 deda que acu-
Vi llaloho:'l : J " d dco la ConquiSTa y de la Guerra
At auco". Rev. cnu. de 11. y Gro., NQ 107, pp . T.!56.
"Carl a del cabil do SanTiago al rey, 25 de de 1613. A. G. L, ....
de cnue. 27.
" Carta del cabildo de la dudad de Sant iago al rey. 8 de mayo de 161' . In
corporada en una informacin de mc'rit os y sen'idos de Pedro Cor ts
Mon roy. Codolnch, 24; 305.
rnrcrmac n de mer i tos y 5l.'"T\icios de Diego Bravo de sa ravra. Codoinch,
17; 487.
da a la obligacin de leales vasallos de dar cuenta de todo lo
que era de real servicio, lo que le correspondJa muy precisa-
mente por ser cabeza del retnou. "Como cabeza de gobernacin
del reino y ms interesada en su bien, aumento y conservacin"
escribe al rey en 1632 informdndole de las cornyetencias entre
la audiencia y el gobernador Laso de la Vega
13
LEn 1637. crey
conveniente que se suprimiese la real audiencia por estimarla
intil y porque sobre los vasallos de la ciudad de Santiago
recaa todo el peso de su mantenimiento. pues las dems, esta-
ban tan desoladas que slo tenan el nombre de ciudadeSJPara
solicitarle las consult. Estas enviaron procuradores a San-
tiago y con su acuerdo se tom la resoludn de pedirlo asi
H

En esta calidad de cabeza de gobernacin en nombre de las de-


ms del reino solicit que se sobreseyera en la imposicin del
servicio de Unin de las Armas
H
En 18 de enero de 1648 acord
solicitar al gobernador que encareciera al obispo Villarroel la
conveniencia de que viajara a Lima expresando que "por lo
que le toca y como cabeza de gobernacin que es de este reino
y de esta dicha ciudad. dar a Su Seora Ilustrsima para ayu-
dar a sus gas(Qs y fletes. por la conocida pobreza en que esta,
no lo que es justicia y su persona merece ... "18. En 1655. en
este mismo carcter, consultado por la audiencia conden la de-
posicin del gobernador Acua y Cabrera por el cabildo de
Concepcin y solicit medidas enrgicas para reponerlo en su
cargo!t.
'Las autoridades reconocen a la ciudad de Santiago el derecho
a representar al reino. As el conde de Monterrey. virrey del
Per. expresa a propsiro de su derecho a tomar juramento a
'"El cabildo juslicia y de la dudad de Sanliago de Chile al rey,
.. de febrero de 1628. . G. l., . de Chile, 27.
'"Carla del cabildo de Sanriago al rey. 26 de mayo de c. C. y M. M.,
Medina. 131; 205.
"'Carta del cabildo de la dudad de Santiago al rey, 26 de mano de
c. C. y M. M., Medina, 134; Ul7.
"El reino de Chile por IU procurador !!Obre que le sobresea ..n la co-
branza. de los 20.000 ducados. . G. l., . d.. Chile, 27.
"Carta del cabildo de la dudad d.. Santiago. insertada por Amuntegul en
"El Terr..more de! U de Ma)o de 1647", p. 501.
"M. L. Amuntegui. LOlI Precursores de la Independ.-ncia de Chile, tomo
11, p. 313.
42
10$ gobernadores "como los gobernadores del reino de Chile se
han de recibir en la ciudad de Santiago como cabeza de gober-
nacin atento a la necesidad de ir derecho a la ciudad de Con-
cepcin ... o al fuerte de Arauco y porque ad conviene por
esta vez y sin perjuctc de la costumbre y derecho de la ciudad
de Santiago", en vista de lo cual se orden al gobernador Car-
da Ramn que requiriera a la ciudad de Ccneepci n o a otra
cualquiera donde aportase pua que le lomara juramento como
deba )' una vez hecho todos los cabildos. de las ciudades, villas
y lugares. caballeros, escuderos, oficiales y hombres buenos, etc.,
le tuvieran por Oobemador y Capitn GCOI:rallS. IEn 10 de
octubre de 1639. el gobernador reuni en su casa al cabildo de
Santiago como cabeza del reino para comunicarle lo que el rey
habla dispuesto acerca del servicio de Uni n de las Ann<
lJ

Las dems ciudades reconocan tambin a la de Santiago el de-


recho de representarlas)Con motivo de las diligencias para la
imposicin de este servicio, uno de los alcaldes ordinarios de
la ciudad de Concepcin. representando las dificultades a
aquella dudad se le ofredan para pagarlo dijo "a lo que con
vista de todos los dichos recaudos tiene alegado y representa-
do ante Vuestra Seora el consejo y cabildo de esta ciudad de
Santiago por si y las dems ciudades de este reino"2 ().
(Como cabeza de repblica cada cabildo posee una dignidad
que se funda en los mritos qu e los vecinos han alcanzado en
servicio del rey y en la representaci n real qu e ostentan. t:a
dignidad se encuentra en relaci n directa ron los mritos: a ma-
yorn mritos. mayor dignidad. Por virtud de la representacin
real . los cabildos poseen un lugar en la jerarqua de los pode-
res, que se manifiesta en el protocolo: los cabildos defienden
esta dignidad y lugar contra todo menoscabo y en ello son apo-
yados por los su primer interinato en el go-
bierno. el oidor don ilitbal de la Cerda, sospechando de la ho-
'"T"'limonio del CllOibano IObre recibmiemc de 101 gobn'nadora y ju-
rammlo que haTI ante el cabildo de la ciudad de 12 de octubre
de 1708. A_G. l . A. de Chile, 107.
"'Cana del fical de b. audiencia. Antonio de Heredia al r..,..
7 de marro de 1640. C. C. y M. M.. Medina, 1'7; , .
--El reyno de Chile por su Procurador IObre que 11" IObresca en la cobuna
de 101 20.000 ducadua.
"C
L
nesndad de los miembros del cabildo de Sant iago design un
j uez visi tador del cabildo y de los anteriores alcaldes y regirlo-
res para que invest igara el manejo de los fondos de la corpora
cin y estableciera el uso que se haba dado al producto de las
frecuenl6 derramas ,9ue haban impuesto para financiar algu-
nas obras pblicaiJ-0dems, acus al cabildo de omisi n y
abuso de sus func iones: descuido de la const ruccin de las obras
pblicas y falta de carnicera; acus a los regidores de que
vendan sus vinos a los precios que les parecta y muchas veces
en estado de descomposicin. con dao de la salud y muerte
de indios; que postergaban a los dems en la venta de sus
cosechas y que imponan los precios que ms les convenan con
dao de los pobresu. por todo esto, orden a la corporacin
que terminara con estos cabildo respondi a estas r-
denes dejando a la ciudad sin pan
22
y formul quejas y reparos
contra el oidor en la audiencia y ante el 1619 el cabi ldo
expresaba al rey que la ciudad de Santiago era un a de las que
ms le habia servido en las Indias, por lo que habia merecido
que se la ntulara'tmuy noble y muy leal' y por lo tanto no po-
dia permitir que se le tratase en fonna di ferente de la con-
sideracin que mereca, especialmente por el oidor don Cris-
tbal de la Cerda, que no cumpla las ordena nzas relativas a la
fonna de admi nistrar justicia, cuando un oidor estaba solo, lo
que or iginaba vejaciones a la ciudad. tara evitar estos inconve-
nientes y que los vasallos no fueran vejados, pidi humi ldemente
al rey que reprendiera al oidor De la Cerda y que completa-
se el cuerpo del tribunal con individuos de ms edad que ste,
y que tuviesen la edad conveniente para desempear cargos su-
periores en parles tan remotas de la corte por cuya gra n distancia
era fcil que se cometieran agravios y se dificultaran las quejas
con gran perj uicio de sus habitant e i En 26 de abril de 162",
el cabi ldo recus al oidor ante la audiencia en todos sus plei-
tos y causas por considerarle su enemigo.'@egn el cabildo, el
oidor tena mala voluntad a la corporacin, porque sta habla
"C;o.rla dd oidor Cristbal do: la Cerda al rey, 10 de abr il de 1623, c. C.
y M. M., Medina, 125; 197.
"'ldo:m.
-cana del cabildo de S;ntiago al rey, 15 do: j unio de 1619. A. G. 1., A.
de Chile, 27.
contradicho su pret ensin de hacer una informacin de ser -
vicios y por las dems causas qu e en esa oportunidad haba hecho.
La aud ienci a aprob la recusaci) p cspus el cabildo se quej
nuevament e al rey por los agravios qu e el oidor habia hecho
y hada a los alcaldes or dinar-iozde la ciudad. a los regidores y
a los vecinos, "siendo todas personas de muchas partes y que ellos
"i sus antepasados haban servido a la corona real con tanta costa
de sus haciendas y derramamiento de su sangre". Pidi al rey
que se le honrase y tratase conforme a sus calidades y servi-
cios y 10 que se debl a a un a ciudad que con tant a lealt ad ha-
bla acudido en todas las ocasiones a 10 que debia
2f
]
En 1645 el cabildo defendi la forma en que segn la coso
tumbr e part icipaba en la publicacin de los edictos de fe y de
anat ema. El comisar io del Santo Oficio decidi que el cabil-
do participara en corporacin bajo penas y censuras. Hasta en-
tonces , los regi dores y dems miembros del cabildo part icipaban
individualmente aunque dispues tos en la siguiente Iorma: los
alcaldes llevaban en medio al comisario y los regidores iban in-
terpolados con los ministros del tribunal. El cabildo obedeci
la nueva di sposicin bajo reserva de seguir su derecho ante
el tribunal de Li ma. En 1648 el comisario reiter la exigencia
de qu e el cabildo participar, indicando que deba hacer lo de--
lante del tribun al.
Cumpli la corporacin municipal bajo la reserva de que esto
era contra la cost umbre y que iba forzada y oprimida. Hecha la
apelacin ante el tribunal de la inqui sicin de Lima, ste de ter-
min que en las funciones de publicacin de los edic tos de fe y
de anatema, el cabildo deba ir a casa del comisario y con l, en-
tre el corregidor y el alcal de hacia adelante, a derecha e izquier-
da los ministros del tribunal y los regidores respect ivamente
avanzasen hacia la iglesia2s n 1666, el cabildo de Sant iago so-
licit qu e se le honrase como a cabeza del rein0'1hacindole par-
t icipe de todos los pr ivilegios y honores de que gozaba el cabildo
de la Ciuda d de los Reyes, y especial mente que se le diese la paz
" La ciudad de Santiago le queja de 108 procedimientos del oidor de aqueo
lIa audil-ncia, el doctor Cristbal de la Cerda y pide pronto remedio a
sus e"resos, 1624. A. G. r, A. de Chile, 27.
- Miguel Lu iJI Amunregul: " El Terremoto del l' de Mayo de 1641", p. 5H.
lomo se acostumbraba en aquella ciudad para que donde faltaba
"la comodidad del dinero con que suele premiarse a los benem-
ritos haga compensacin el honor". Solicit. adems. que en la
concesin del asperje del agua bendita no se permitiera la alte-
racin introducida por el cabildo eclesistico de darlo al coro
antes que al cabildo secular; que se cumpliese el orden de que
despus de la audiencia se diese al cabildo segn estaba estable-
cido por real cdula. Fundaba estas peticiones en los servicios
prestados al rey por los vecinos de la ciudad de Santiago, quienes
desde la conquista y primera poblacin del reino habian estado
con las armas en la mano defendiendo la tierra en una de las
guerras ms sangrientas que tena la monarqua en la cual ha-
ban perecido muchos y donde la mayor parte de los benemritos
haban quedado sin remuneracin por la cortedad y pobreza del
reino)' por lo poco que haba para premarlosw, En 16n, el
cabildo de Concepcin, pidi que se le diera la paz en las fiestas
de tabla para autorizarle como cabildo de Su Majestad y que los
que 10 gobiernan le tengan la estimacin que es justo como se
hace con el cabildo de la dudad de Lima, "que a los que con
tanta lealtad, amor y firmeza sirven a Vuestra Majestad se les
debe justamente esta honra'?". En 1681, el cabildo de Santiago
solicit que en las misas mayores a las que concurriese con la
audiencia se le diese la paz al mismo tiempo que a sta. Funda-
ba esta peticin en la prctica de la Ciudad de los Reyes. en las
Charcas, Cuzco. Guamanga, Crdoba, Santiago del Estero. Tu-
cumn y Buenos Aires. todas exceptuando a Lima de menor gra-
duacin y en que Santiago es cabeza de reino y que la justicia y
capitulares de l son personas de calidad y mritos adquiridos
en la frontera. El rey solicit informes a la audiencia y al obispo.
Fundado en llos, dispuso que a la audiencia saliese a darle la
paz u.n subdicono y al cabildo, un sacerdote vestido de sobrepe-
lliz
2\..A
fines del siglo XVII, el gobernador Ib ez de Peralta ne-
"'Cana del cabildo de Santiago al rey, 24 de octubre de 1666. A. G. r, A.
de Chile. 21.
"Carla del Olbildo de la ciudad de Concepcin al rey. febrero de 1613.
A. G. l . A. de Chile, 28. Se le concedi como pedJa .
Para que el cabildo Iular de la ciudad de Sanliago de Chile &c: le de
la pu CII las iglo:o<ias maY01a donde concurriere con la audiencia de aqueo
lla ciudad. l It. A. G. L, A. de Chile. 55.
g al cabildo de la ciudad de Sant iago el privilegio de tomar
juramento a 105 gobernadores en nombre de l rey:)Cuando aqul
lleg al arco de triunfo que la ciudad de Santiago haba erigido
en su honor, el procurador general de la ciudad le expres que
para su recepcin era necesario que jurase como era costumbre
hacerlo por los gobernadores. que manrendna la ciudad en jus-
licia guardindole sus fueros y sus privilegios. El gobernador re-
plic que en su th ulo no se le mandaba cumplir con este requi -
sito. El procurador ante la respuesta del gobernador, pregunt
cmo podrla entregarle las Unes de la ciudad si no cumpl a con
la costumbre, pregunta a la cual el gobernador contest que
satisfarfa con la real cdula de nombramientow. Para jusucar
su negativa a cumplir con la costumbre, el gobernador escribi
al rey expresando que esta exigencia era un abuso que inadver-
t idamente habla cometido el cabildo con sus antecesores, pues
teniendo la ciudad una rep resentacin tan inferior al empleo de
gobernador y cap tan general del reino no se debia sujetar a la
ciudad" . El Consejo de Indias que conoci la causa estim razo-
nabl e la act itud del gobernador, pero acord que ste debla [u-
rar si la ciudad exhiba ttulo de la posesin que alegaba. Cuan-
do se design a Ustar iz gobernador del reino se le orden que
si se le mostraba la Real Cdula donde constaba la posesin de
ese derecho j urase contorme a la costumbre. Entretanto, el cabil-
do present el t hulo de nombramiento de Carda Ramn en el
cual se reconoc a a la ciudad este derecho y la costumbre en que
se encontraba. Respecto del primer fundamento de la pretensin
de la ciudad se argument que esa obligacin de los gobernadores
habla caducado debido a Cjue con posterioridad habian sida
designados presidentes de la real audiencia en CU}'; calidad se les
ordenaba jurar ante ella. ~ U s . como la ciudad alegaba tambin
la costumbre, se dispuso que la audiencia informara sobre este se-
gundo Iundamentott, A la carta del cabildo en que badil constar
su derecho, el fisul contest pidiendo que se solicitaran informes
;I gobernador de Chile. Finalmente se accedi a la pretensin
del cabildo.
-Tntimonio drl escrtbanu sobre el redblmientc del gobernador l bJ,nrl
}' Peralta. 2' de diciembre de 1700. A. G. r, A. de Chi le. 107.
""Carl.<l del gobernador Ib,nrl dr Pr rall a, 26 IXI. 1708. A. G. t ., A. de Ch ., 107.
"'Garua del cabdo de S;utigo al rey, 12 de oct ubre de 1708. A. G. t .,
A. de Cb.J1r, 107.
47
Capl ll,lIo IJI
VOLll.'lT.... D DE SUBSISnR
L1. lubiiJlm<ia dd rano como mol:i...o de actividad poIlica. L1. K
ciOn popular para asqura.r la tUblillmcia dd rrino
wonvo muy dicaz pua impetrar la justicia. la piedad. y
paternal amor del por los vasallos, era de la conservacin
del cabildo, los ...eci nos y las autoridades eclesi sucas
gestionaban ante las autoridades reales o ante el propio rey ini-
ciauvas desrinadas a asegurar su subsistencia o a reclamar contra
resoluciones que estimaban podrian daar o perturbar las bases
de la subsisrencia del 1599, el licenciado Melchor Cal-
dern, alta autoridad edesi;istica. entonces a cargo del obispado
por carencia de titular, tom la iniciativa de preparar una pro-
puesta acerca de l a ronvenienria de dar por esclavos los indios
rebeldes, por &e&,el nico medio, moralment e hablando para
concluir la guerr4,\t;s ta propuesta seria el evada a la consideracin
del virr ey del Per y a la audiencia de Lima par a que ambas
autor idades determinasen su licitud;Para trata r esta proposicin
se reunieron en el coro de la iglesia Catedral de San tiago, el te-
niente general, ento nces a cargo interi namente del gobierno del
reino, por muerte del gobernador Loyo la: el cabildo eclesi stico,
los superior" de las rdenes religiosa" la mayora de los re1igio-
SO$ doc.tos del reino, los letrados y las personas versadas en la gue-
rra. El licenciado Caldern expuso a 10'1 concurrentes de palabra
y con gran sentimiento, el estado del reino y la prolongada gue-
rra lo agotaba. Despus de este exordio fue leida la proposi-
cin por el padre Luis de Valdivia. rector del colegio de la Com-
paa de Jess
l
Poco despus te elevo al monarca una extenso
memorial en nombre del reino de Chile. En ate memorial se 50-
licitaba. entre otras resoluciones que lo Iavoreciesen, prrroga
de las encomiendas dos " idas y concesin de los indios re-
beldes como escla\'()S2 Felipe Ill, por dula de 26 de mayo de
' Mdchor Calckrn. MT ra l o de la imporunci.l y ulilidad hay m dar
por arIa..... a Iot indiOf, rebdda de J, T . Mcdina. Biblioteca HiJ
pano.anlma, 1S271817. lomo 11 . pp . 6. '7
"Memori",l de 1.0 que pide Chile par a tU rellu uracin y rcmNio, Sin leda.
c. C. y M M,. MrdiD.ll , 104; 168.
48
1608. satisfizo la pet icin de los vecinos de Chile de que se le
permitieran esclavizar a los indios rebeldes cogidos en guerr aJAl
ao siguiente dispuso qu e Jos pr isioneros mayores de doce aos
se vendi era fuera de l reino, para evit ar que la concentracin de
ellos pudiera alterar su segur idad. La real cdula y la provisin
modificat ori a fueron pregonadas en 1610, por el oidor Merlo de
la Fuent e du rante su interina ra con el propsito de estimular
a los pobladores a part icipar en la hueste con que pensaban
batir a los indgenas. Los vecinos se opusieron a la salida de los
pr isioneros. fundados en qu e era indispensable que se rnant uve-
ran en el reino para culti var los campos, pu es esto se dificult aba
por la escasez de mano de obra, debida a la rpida despobl acin
indgena. Se presentaron en la audi encia para obtener que lo
di spusier a as. Esta satisfizo su peticin' .
lj:n 1610 el rey decidi entregar a la decisin del virr ey el
establecimiento de la gue rra defensiva en Chil e, la modifi ca-
cin del rgimen de servicios personal es de los indio-\. y la su-
pres in de la esclavitud de los indios cogidos en guerraj Por muo
chos mot ivos. la guerra de Arauco y la poltica indgena hablan
sido los ms sentidos y debat idos problemas de la subsistencia
del reinos . La posibil idad de que se estableciera guerr a defensi-
va ame nazaba esperanzas y alteraba situaciones adquiridas. Se
haba esperado que, sometidos los indios rebeldes, muchas fa-
milias descendie ntes de conquistad ores podran volver a las r iu-
dades qu e hablan aba ndonado. La subvencin que el rey con.
ceda de su hacienda del Per para mantener el ejrci to de la
frontera se reducir a y por tanto muchos mi embros de las estir-
pes que haban encont rado en el servicio mili tar un dig no rne-
dio de vida. sera n perj ud icados(Las decisiones que pend an del
'M igue! Luis Amuntegui, " Los Pr ecursores de la Independencia de Chi.
11:", tomo 11, p. 90. ~ ...
'Como la guerra de este reino ha sido tan la rga, no hay penona en (!I
que no haya andado poco o mucho tiempo en ella, de do nde viene q ue
..1 fr aile desde su celda, e! let rado de I U estudio, e! m .. rcad..r dead.. IU m OlS'
tradot, la mujer de su est rado, e! chacarero d=1e ! U bar ..nda, no de su
par a:er en ella". Cana de Carda Ramn al rey, 15 de ma yo de 1606. C.
C. y M, M., Medina, 11' ; '0.
49
virrey afectaban al reino en su subsistencia y los vecinos procu-
Taran con finneza que se resolvieran a su favor] En 1 6 1 ~ el ca-
bildo de Santiago envi un apoderado a Lima para qu e hici e-
se presente al virre y su opos icin a la polltica proyectada. Por
su tarda llegada a Lima, ste no pudo interveni r en las reunio-
nes en las cuales se discuti y se aconsej al virrey que pusiera
en prcti ca esos proyectos. Ya puesta en vigencia la nueva po-
lt ica, el cabi ldo design en 16 de enero de l 6U a Merlo de la
Fuent e, ex oi dor de la audiencia de Chile, qu e entonces inte-
graba la audiencia de Lima, para qu e diese a conocer su oposi-
cin, al establecimiento de la guerra defensiva/ A comienzos de
J 6 1 ~ , el cabildo de Santiago acord enviar un procurador ante
el rey para que le informara del pel igroso estado en qu e se en-
contraba el reino y del reme dio que convena aplicar. lIaclan
present e qu e recurr lan a l despus de haber perdi do las espe-
ranzas de que el virrey del Per se desengaar a de la eficienci a
de los planes que le haba propuesto el padre Luis de Vald ivia,
engaiio en qu e haba ca do por desconocimiento de la situacin
del rei no, y como ellos era n quienes la afrontaban y conoca n
las cosas y casos presentes. senuan la resolucin que se haba
tomado en su dao. Poco despus, en 8 de mayo de 1 6 1 ~ , el ca-
bil do de Santi ago design nuevo procurador. Este deca que
"obl igado por el gran dao que amenazaba al reino se habla
an imado a ir hasta el rey a deci rle verdades y desengaos". An-
te la decisin del virrey de suspender el envio de refuerzos a
Chile, el cabi ldo de Santiago procur convencer al rey de las
malas consecuencias qu e tendr a esta resolucin . Deca que el
virrey poda qu ita rse la responsabilidad de 10 que pudiera ocu-
rr ir, si el rey aprobase su criterio, afirmando que habla sido
engaado y qu e no haba pensado ni ent endido que tales pu-
dieran haber sido los efectos de su resoluci n, sin prdidas para
l. pero que si ste vini era al rei no y pudi era conocer directa-
mente su sit uacin concorda r a con l'.
Los cabildos y los vecinos se opusieron tambin, aun con ma-
'Cresceme En lUTil , " HislOria de Chi!l!' bajo los Cobiem oe ,!I!' Cu da Ra_
mn . MeTlo dI!' la Fuen te y J uaqu ematla, tomo 11 . p. 355.
Poder del cabi ldo de Sanl iago a Pedro Cortk. Infurmacin de mritos
y seni, iOl del mu mo. Cotl OillCh, 24; 505.
50
yor persistencia a la modificacin del rgimen de servicios per-
sonales y tributos de los indios. Al procurador designado para
que defendiese al reino ante el virrey se le facult para que
pidiera, adems de la derogacin de la guerra defensiva, la sus-
pensin de la vigencia de la ley sobre servicios personales y tr i-
butacin hasta que e! rey enviara negros para la explotacin
de las estancias y para que pidiese que se hici ese visita ordina-
ria de los indios y se suspendiese la extraordinaria que habf a
de ha cer el padre Luis de Valdivia y los subalternos de la Com-
paIa. El cabildo de Serena encarg en 19 de oc tubre de 16j
a su procurador en la corte q ue solici tara la suspensin de la
orden de ta sacin de los tributos. La ult ima peti cin del cabil-
Jo de Santi ago fue acogi da por la corte y se orden al virrey
del Per que designase visitador genera l de los indios al fiscal
de la audi encia. El virrey design a este magistrado visitador ge-
neral de indios de las ci uda des, chacras. estanci as y puebl os, con
facultades para reparar las inj usticias y empadr onar a los indios,
como paso pr evio para esta blecer los tributos. Le autoriz ade-
ms para sostener las di sposicion es del padre Valdivia. Diez me-
ses tard el fiscal en visitar a los indi os. Al trmi no de la visit a
acus ant e la audiencia a encomend eros y personas ri cas por los
agravios con que afligian a los ind ios; cit a los encomenderos pa
ra que se pr esentasen ant e el vir rey, y solicit que se alzase el
rgimen dentro del cual los indi os prestaban servicios personal es.
En at enci n a estas acusaciones, la aud iencia conden a los enco-
menderos a devolver a los indios la suma de veinticinco mi l pesoi
por las haciendas que le hab an usur pado. El cabildo decidi
oponerse a la peticin del fiscal y convoc a los superiores de
los conventos de la Merced, San Agust n, Santo Domingo y San
Francisco a un a reuni n . La reunin conj unta de! cabi ldo con
los prelados de las rdenes rel igiosas se realiz en 7 de febrero
de 1617. En ella se acord solici tar a la audiencia que suspen-
di ese la resolu cin que haba tomado en r elaci n con la peticin
del fiscal y que no tratase de la libert ad de los indios hasta q ue
el virrey del Per ordenase otra cosa. Se acord tambi n rogar a
los prelados pr esentes que intercedieran ante los oidores para
que aceptasen esta pet icin . Accedi la audencia a este pedido.
La corte, en cambio. mantena su polnica. En 4 de mayo de 1615
5
reiteraba el rey al virrey del Per, prtnclpe de Esquilache, la
orden de abolir el rgimen dentro del cual prestaban servidos
personales y pagaban sus tributos los indios de Chile y le orde-
naba mantener todo 10 dispuesto por el virrey anterior. Esta
orden fue transmitida al gobernador de Chile y ste la comunic
al cabildo de Santiago. El cabildo se reuni en 23 de abril de
1618 y design una comisin para que hiciera presente al gober-
nador los riesgos que implicaba el cumplimiento de esta orden.
Esta resistencia no fue suficiente para que el gobernador desis-
tiera de su propsito de cumplir lo dispuesto por el virrey. Ante
esta persistencia el cabildo, en sesin del 3 de agosto de 1618,
acord: dirigirse al virrey para solicitarle que modificara su de-
cisin; reiterar sus poderes al procurador que en 1613 habla
designado ante aqul, mientras enviaba un nuevo procurador a
Lima; autorizar al procurador general de la dudad para que
apelara de la resolucin del gobernador ante quien procediera.
Solicitada la autorizacin al gobernador para apelar ante el vi-
rrey, ste se neg a concederla. El cabildo entonces orden a su
procurador que apelara ante la audiencia por va de exceso y
agravio. Ante tan firme actitud cedi el gobernador y el cabildo
pudo enviar procurador ante el virrey a suplicar de su resolu-
Auxliado por este procurador y el padre Luis de Valdivia,
el virrey elabor una ordenanza sobre el rgimen de prestacio-
nes personales y tributacin de los indios en la que se contempla.
ban los intereses de los encomenderos y los de los jusnaturalistas.
Posteriormente el cabildo de Santiago obstruy cuanto pudo la
puesta en vigencia de esta ordenanza?
En 1655, la poblacin de Concepcin, exasperada por la in-
eficacia del ejrcito para contener las depredaciones que los in-
dios rebelados cometan en sus haciendas y desesperada de que se
pudiese defender a la dudad de sus ataques cuando stos se lo
propusieran, apoyada por su cabildo se amotin contra el gober-
nador Acua y Cabrera, le persigui al grito de "[Viva el rey y
muera el mal gobierno!", obtuvo su renuncia violentamente y
proclam gobernador y capitn general del reino al veedor gene-
ral del ejrcito, quien era muy estimado por los indios. La renun-
'Xktor Mela \'illalobol "P..,litiu Indgena en lot de la Sociedad
Chilena", pp. 77 a 90.
52
cia obtenida por los amotinados Iue llevada a la casa capitular,
pero algunos de los presentes consideraron que esa renuncia era
simple, y el cabi ldo fue hasta el asilo del gobernador para hacer
que la reconociese como suya. y la revalidase ante notario decla-
rando qu e la hada por su espontnea y libre volumade. As lo hi-
zo el gobernador. Depuesto el gobernador , los vecinos quisieron
castigar al maestre de campo. autor de los abusos que haban pro-
vocado a los indi os a levant arse e iniciar on un proceso en su
contra ante el alcalde ordinario Pedro de Espinozae.
Conocedora la aud iencia de estos hechos. juzg que en ellos
haba: de una par te una espontnea reaccin popular y. por
otra. una premeditada conspiracin de los jefes mili tares en con-
tra del goberna dor. Segn la audiencia, en la reaccin de los
primeros no exista nimo de conspirar ni de actuar en contra
del real servicio, sino qu e vindose dest ruidos. cautivos sus hijos
y taladas sus estancias y al notar al enemigo a la vista, impu-
taron sus desdichas a qu ien pareca que las haba ordenado, acha-
que qu e pad eca lodo gobierno en opinin del vulgo cuando su-
ceda alg n revs. En cambio los militares era n culpables de cons-
piracin; ha ban persuadido al pueblo del mal gobierno y con
ello haban comet ido gra n desacato!". Consultado el cabildo de
Santi ago por la audiencia sobre lo qu e deba hacerse, se most r
parti dario de restabl ecer a Acua en su autori dad, pero pidi
expresamente qu e no se ofendiese al cabildo de Concepcin con
muestras de desconfianza11. Conforme con este dictamen y ot ro
de la junta de guerra, la audiencia trat de restablecer al gober-
nador depuesto. escribi a las autor idades eclesisticas enros-
trndoles el delito que haban cometido al deponer al gobernador
y al veedor general, instndole a que entregase el gobierno a
' Da cuente a v uest ra MajeHad de lo que escriben el \'iney del Per .
audienci a de Chile y ot ras penonas avisando el levantamiento general que
h icieron 101 indios de guerra y dice lo qu e en la materia se le ofrece, W
de oct ubre de 1656. A. G. I.. A. de Chile, 5.
'Can a del liscal de la audiencia de Chile al virrey del Per, 20 de junio
de 1655. A. G. r. A. de Chile. 53.
" Miguel Luis Amunlegui ; "Los Pre<ursor es de la Independen cia de Chile",
lomo 11, pp. ' U'20.
"rdem, p. ar o.
Acufia
u
. Eeras tuvieron buen hito. restablecindoJe
al gobernador en su cargo.
No quiso el cabildo de Santiago con su dictamen absolver a
Acufia de la responsabilidad que le incumba en la revu elta de
los indios por su complacencia con los abusos de los jefes mili .
tares, sus cuados. sino solamente poner a salvo el principio de
autoridad. Posteriormente puso muy en claro su actitud Irenre
a la actuacin de Acua. Manifest su desagrado cuando Acua.
una H"Z repuesto en su cargo. vino a Santiago. El cabildo solicit
al fiscal que pidiese en la audie ncia que el gobernador se detu-
viese en Valparaiso y que no se le recibiese por pres idente sin
que afianzase esta diligencia. El fiscal se neg a dar este paso y
a su vez rog al cabildo que desistiese de todo intento de repara-
cin. Accedi el cabildo a que el gobernador viniese a la capital.
pao decidi querellarse contra su cuado ti maestre de campo.
En vista de esta querella. el fiscal solicit que se enviasen a la
audiencia 10$ aUI05 de la causa que los vecinos de Concepcin
haban levantado contra s'lazar
u
. El cabildo encarg al procu-
rador que habia designado ante el virrey y la audiencia de Lima
que obtuviese la deposici n del gobernador. Fue ste a Lima y se
querell contra Acua por haber sido causante de tantos males y
ofreci informaci nw.
La poblacin de Santiago manifest a Acuf\a su disgusto por
palabra. obras y demostraciones. Dice el fiscal que cuando se ley
en la audiencia la provisin por la que se le designaba reempl a-
zante a pet icin suya se pidi a Acua qu e se retirar a de la sala
y cuando lo hizo. nadie le acompa. habiendo alli gran affuen-
cia de pblico
u
.
'"Da cumla a VU<'SlTa M.lIj"lad dI!' lo que l'ICJibnl d "fU')' dd PC'fO. au.
diC'IK1..lI <k Chill' T OIfU prnon.llS n-iundo d 1......lInl.ll.mirnlO get\eT.lI1 qUl'
hionon k. indi.. <k SUl'fTa... A. G. A. dr Chik. 5.
'''O u Uo del filcal de la audiencia de Olik al .. del PeTo. 20 de junio
de 1.5. A. G. A. dr Olik. 5'.
"Da rumia a \'Ul'5Il.lI MajftCad de '" qur acribm
"'Cana dd filcal de La audirncia dr Ch1k al ..ilTt'J del Per , 20 de junioo
de 1655. A. G. l . A. dr Chill', 5'.
Capitulo IV
LOS MJUT05 DE LOS OO:-QUISTADORD
Orirm de 101 !DtriIOl . El poder real, 101 mhilOa '1 Iot premw..
T n na.milin hernlaria de Iof mml". E1ic.aeia privada '1 pblica
de 101 ml!ritOl
EXISTE entre los vasallos en el siglo XVI, un grupo que fun -
dado en la subordinacin del rey a la justicia, ma ntiene una
permanent e actitud de acreedor suyo. Es el grupo const ituido por
los conq uistador es, Bajo promesas de premios y libert ades que
satisfacan sus aspi racio nes de poder y ascenso social y con riesgo
en sus vidas y haciendas, haban somet ido a las poblaciones in-
digenasnn cumplimiento de esas promesas fueron ellos los be-
nd iciar ios de las insti tuciones <tue se establ ecier on en la socie-
dad que surgi de la gobernador les encomend
la administracin y evangelizacin de los indios de los trminos
de las ciudades en que se avecindaron, concedindoseles, en cam-
bio, el derecho a gozar de sus servicios personales. Condicin ho-
nor ifica por las {unciones pblicas que implicaba y tambi n tu-
crariva que les permiti llegar a ser los magnates de la economa
del reino :\la}'ordomos del bien comn, les llam la audiencia
en en cumplimiento de las reales cdulas de 12
de septiembre de 1528 y 26 de julio de 1529, qu e establecan qu e
los oficios de cabildo se asignaran a los encomenderosa, fueron
sealados por r;tprimcr gobernador para integrar los cabildos
de las ciudadeVU'or su calidad de encomenderos y miembros
de los cabi ldos asumieron excl usivamente la actividad pctnica
' S c'llOr !l.lel.ll \ ' iIlaloboa, ... ormas '1 .. de las Empresas EspaOoIa. en
Amhic.l. '1 Oceana". de la Aca.dnna Chilena de la Hnoria, :,\ 9 7,
'1 " El Capit3n de '1 la riqueza". R"isla Chilena de Hi ll oria '1
Geografla, :,\9 91.
'La Real Audimcia informa acnca de ... inconu'flimle que ruullilln del
cumplimimlo de la real ctdula de apercibimiento, 2 de noviembre de I6-tS.
Colein "I nl ina, Copias del Ar(hi,'o de Ind ias, vol. U, pieza. 4.
"[oaqutn Avella "Lee Cabi ldOl Coloniale", p. 1S9 Y Richar d li.oneuke,
Cctecoon de Documen tos par a la l:ii. toria de la Formacin Social de lIir.,
p;&f(oAm iY, tomo 1, 128.
55
caba a la a tra nsmitir estas aituaciones
a sw herederos y fue reconocida por rey1!"0r cdula de
1536, se reconoci a sus hijos el derecho a heredar las encomien.
das de indios y si por las Nuevas Ley", se suspendi este der e-
cho se les rom ns con un rgimen de pensiono que lo conver-
Ha en rentistas Los conquistadores reeuneron exitosamente la
derogacin del derecho de sus hijos a suceder en las encomien-
das. logrando. en 1545,10$ procuradores de 10$ conquistadores de
1\Uxico qu e el emperador restaurase aquel derecho para todas las
lndiast. lograron que se 10 mantuviera lo dispuesto por
las ruevas Leves de que las alcaldas ordinarias fueran proveidas
en descubridor" y conquisladorn' .(sus descendientes heredaron
aquellas situ.aciones en los trminos establecidos por las leyes y
adem.is heredaron sus mritos, esto es. la calidad de benemritos)
'-Us an: nos mritos fueron especialmente acogidos por real c-
dula de 28 de noviembre de 1568. Por ella se mandaba y encaro
gaba especialmente a todos los funcionar ios qu e en las Indi as
rent an facultad par a encomenda r que procedi esen en ello con
toda jus ticia. teniendo especial cuidado de prefer ir a los que tu-
viesen mayores mritos y servicios, y entre ellos a los descendien-
tea de primeros descubridores, pacificadores, pob ladores y vecinos
ms antiguos que mejor y ron mas fidelidad hu bieren servido al
rey. Adems, les daba facultad para que pudiesen mejorar a los
que m.is hubieren servido y honrarles en otras cosas para animar
a 10$ {Iem.is a que no dejasen de aventajarse en las ocasiones que
se ofrecieren por desconfianza de los premios-o Por otra cdula
de 159!, se orden a los prelados que prefiriesen a 105 deseen-
dientes de eonquiaadores y primeros pobladores para la admt -
"SobI"lI llUll obZipdonel adminil.trati... ,. mililara: 'b!: ox
- Pohllu Indlp-ru m a Origoma de la Soricohd O:r.ilnu
R
- Il tgimcn Ju -
ndlCO de ... ConqUW.ll ,. de la Guatl de: AIIUCO
R
Ilcvisu. ChilC'IY de
11151001 ,. :-;0 107.
"IUC1Irdc> Ji.oncukc, op . tomo 1. p. 171.
"Il . proviJln. "ucvu Idem, lomo 1, p. 212.
pronsln de 20 octubre de 1545, Ibi<km, tomo 1, p. 256.
"R. co!dUll , 16 de dici..... b.c de 1S65. ll.oidcm, tomo l . p. 417.
de !.A:'yCl de 101 RcinOl de 1.. I ndia. , tomo 11 , p. 250. !.A:'y V,
urulo \"111 , hbro VI.
5 6
sin de semiuaristaste. La ley general fue reiterada a los goberna-
dores de Chile por real cdula de 2:i de mayo de 1598
11
Los m-
ritos y por consiguiente las pretensiones de los conquistadores
y sus descend ientes se acrecentaron con los servicios que hadan
al rey en la reduccin de los ara ucanos en el siglo XVI, en la
cual ar r iesgaban sus vidas y consuman sus haciendas.
Al margen de la herencia poltica que los conquistadores deja-
ban a sus descendie ntes quedaron los cabildos seculares. Estos
eran centros de poder conced idos a los vecinos para honrarle. A
ellos podan pert enecer sin distincin. como regidores, todos los
vecinos. Tales eran, segn real cdula de 1558, los que rentan casa
poblada. ya fuesen encomenderos o moradores. ~ n el hecho. s-
lo los encomenderos haban tenido este honor. Dos de las fun-
ciones de los cabildos eran funciones polticas: cabildo y re-
gimiento. Como cabezas de las ciudades eran intermediarios en-
tre los gobernadores y las poblaciones sobre las cuales ejercan ju-
risdiccin, la de la ciudad propiamente tal y la de sus t rminos,
Por esto se dirigan a ellos los gobernadores para que hiciesen
cumplir lo que mandaban en cumplimiento de las leyes que re-
glan las obligaciones de 105 vasallos para con el rey. Los cabildos
podian juzgar de la legalidad de estas rdenes y repararlas u
ordenar su cumplimiento por los pueblosJMientras tomaban
cumpl imiento de las rdenes, los vasallos permanecan a la espe-
ra. Como cabeza de las ciudades podan informar al rey de la
gestin polica de las autoridades, de su administracin de jus-
ticia y aun de su vida privada.
Para los conquistadores que como encomenderos soportaban
cargas pblicas, como la administracin de los indios y la defen-
sa de la tierra, y que estaban reconocidos como acreedores a pre-
mios y graucecicnes, era muy importante dominar, en una insti-
tucin en la que el honor de la represent acin popular signifi-
caba tambin poder. Consciente de la importancia pollca del
cabi ldo. quisieron mantener. ms all de su propia existencia,
excl uidos de esta instit ucin a los vecinos moradores" Ya hacia
1570. empezaron a elegir para los regimientos a sus [venes des-
"RKOpilacin. Uy 111. ntulc XXIII. l ibr o 1.
"R..al dula insena ..n d ti rulo de la enccm enda concedida a joan d..
Rivaden..i ra. 5 de mayo d.. 1599. Codoin(h. 25. p. 187.
57
r-
rendientes. Conscientes tambi n de la importancia poltica de la
corporacin, los moradores, les disputaron esta
1574. un procurador de los vecin os moradores de la ciudad de
Santiago. se present en la audiencia de Concepct n. solicitando
que se ordenara al cabildo de Santiago qu e tambin eligiera re-
gidores entre ell os. La audiencia acept esta peticin y orden al
cabildo que lo hiciera as. Fundado en qu e no hab a suficiente
nmero de vecinos dignos de integrar la corporacin, el
eligi, en 1575, a encomenderos como regidores y alcaldes. ILos
moradores acudieron nu evamente ante la audiencia y esta vez
denunci aron los inconvenientes que tenia para la ciudad el pr e-
dominio de los encomenderos en el cabildo. Seg n los moradores,
la repbli ca era de este modo mal regida, con grave dao de los
pobres. Puesto su gobierno en ma nos de quienes eran sus provee-
dores, lo utilizaban para imponer preci os y medidasGdems los
encomenderos imponlan derramas y administraba n jus ticia con
poca equidad cuando sta se impet raba contra un encomendero;
para mantener su predominio no vacilaban en elegir regidores y
alcaldes ent re hombres muy jvenes, despreciando a los morado-
res respetables y de edad madura.(!".os moradores solicitaron que
se diera orden al cabildo de que dividi era por igual entre ambos
rdenes de vecinos las alcaldas y los regimi ent Oi. La supresin de
la audiencia de Concepcin retr as el cumplimient o de la preten-
sin de los moradores, pues permiti al cabildo de Santi ago elu-
dir el cumplimiento de la orden que dio la audiencia en confor-
midad con esta petici n. Los morador es acudieron ante la au-
di encia de Lima para obtener 5U cumplimient o. Este tribunal
acogi y di o satisfacci n a su pedido. Por real provi sin de 28 de
marzo de 5-. reiter lo di spuesto por la fenecida audiencia de
Concepci nta.
Persiguiendo otros fines, la corte diet en 15 de junio de 1574,
una real cdula que desbarat las pretensiones de los moradores.
En ella se expresaba que por convenir al real servicio era necesa-
rio tener ordi nariamente relacin de 105 oficios de regidores que
vacasen: de los que estaban provedos en toda s las ciudades y vi-
llas del di strito de la gobernacin de Chile y por qu causas. Se
"Miguel Lu is "El Cab ildo de Santiago desde 1575 halla 1581",
lomo 1, pp, 225 255.
58
di spcnta. adems, que se enviase relacin de los regimientos va-
cantes y tambin de las pen onas y vecinos q ue hubiese en la ciu-
dad do nde vacase cada oficio; de los que ms servicios pblicos
hubiese n hecho y en quienes concurriesen l as dems cualidades
necesari as pa ra el desempeo de esos of icios. Estas informaciones
deb an mandarse a Espaa cada vez que fuese flota; se verian en
el Consejo y se r esolver la lo que ms conviniesen. Esta real c-
dula estimul las pretensi ones excl usivis tas de los descendientes
de los conquistadores y a parti r del ao de la resolucin del
acuerdo de Lima, stos acudieron al rey en solicitud de que se
les concedieran regimientos en las ci udades de que eran vecinos,
en atencin a sus mrito5."Estas peticiones servan para ate nuar
la eficacia de la resolucin-del acuerdo de Limar e. La corte acce-
d i a estas peticiones. [A partir de ese mismo ao reanud las
provisiones de regimi ent os en atencin a los mritos y
Con este mismo fundamento, poe(jaos despus de su estable-
cimiento en este territorio, solicitaron los conquistadores que se
extendiera el goce de sus encomiendas hasta sus nietos, o sea,
q ue se ex tendiera hasta la tercera vida, una ms sobre lo estable-
ciclo anteriormente, que era de dos vidas
18
[Conjuntamente con
estas peticiones in trodujeron un recurso q ue prolongaba el usu-
fructo de las encomiendas en su fam ilia. Era ste el rgimen de
las dejaciones.jj l edi ante esta prctica las principales est irpes se
aseguraron l as encomiendas por ms t iempo. Doa Marina Ortiz
de Oaete, viuda de Pedro de Valdivia, que hered todos los in-
dios de su ma rido, hi zo dejacin de ellos y los gobernadores los
encomendaron en sus deudosw. Otras vindas, poseedoras de in-
d ios, casaron e hici eron dejacin de sus indios, los cuales se enco-
" Rea l cdula de 15 de junio de 1571. A. G. l., 11.. de Chile, 27.
" '-';0 creemos que sea mera coincidencia el que las peticiones paTa que se
concedan regimienl O!l en atendn a los mhitos y servidos se hayan lnl-
ciado en 1$76 y hapn continuado los aos prximos liguienles, o sea,
enlre la real cdula de 1574 y la resolucin de l "acuerdo de Lima". Las
penctones a que nos referimos se encuenlran en A. G. I.. A. de Chi le, 1.
uMill:uel Luis Amunlegui. "El ubildo de Sanliago", lomo 1, p. 219.
"Peticin del cabildo de serena. 18 de diciembre de 1573. A. G. l., A.
de Chi le. Z8. In for maci6n de mr ilO$ y servicios de J uan de Noda e, H de
di ciembre de 1577, Codoi nch. 25, p. 102.
"Cana del licenciado Navia, scal de la audiencia al rey, 28 de ma)'o de
1[,69. C. C. y M. M., Medina. 89; 10.
59
meneaban en sus maridos, inicindose nuevament e las dos vi-
das. Personas que rentan hij as o par ientes, las casaban y had an
dejaci n de sus encomiendas para qu e stas se traspasasen a aqu l
con quien hablan casado sus hijas
18

Fundados en su condicin de acreedores del rey, los deseen.


dient es de los conquistadores desde fi nes del siglo XVI y durante
gran parte del siglo XVII, se esforzaron por conservar int egra y
prol ongar la sit uacin qu e se sustentaba en los mritos de sus
padres. Logra ron qu e el rgimen de encomiendas por dej aci n se
mantuviera por toda la ltima parte del siglo XVI como una
prctica toler ada aunque i 1 e g ~ El gobernador O ez de Loyol a
quiso sustraerse a esta prctica, pero los descendientes de los
conq ui stadores le instaron rei teradamente a proseguirla. Los be-
nemritos fundaban sus peticiones en la obl igaci n real de Iavo-
re- rrles en at encin a los servid os prestados al rey por sus pad res
y por ellos mismos en los cual es haban arriesgado su vida y ha-
denda; en que esta consideraci n haba sido atendida por los go-
bernadores anterio res, por lo qu e estimaban que la prctica de
encomenda r por dej aci n estaba legitimada por la costumbre; en
que habla sido aprobada tcitamente conforme a derecho por el
rey. el consejo de Indias y la audiencia real de Lima, al no dero-
gar esas encomiendas en los pleitos que hab an ido a ambos tr i-
bunales; en qu e la orden del rey de que a los hijos de los con-
quistadores benemritos se les hici era merced, no haba tenido
lugar en Ch ile por la continua guerra que ellos habia manteni-
do a su costa.
Considerando el gobernador O ee de Loyola qu e aunque las
encomiendas por dejacin estu viesen prohibidas pod an aceptarse
en este reino por cesar en l la causa de su prohibicin, pu es
quienes haban de suceder en ellas eran ben emritos que las red-
"Carta de Cristbal Lu s al rey, 29 de agosto de 1585. C. C. y M. M., Me-
dina 93; 84, Y sigu ientes. En urta del licenciado Caldern al re y se dice
"en elle reino le tiene por e..tumbre que todas las ve," que quier e uno
pasar un repartimien to a otro hace dejacin de l y el gobernador lo en -
comienda a la J'C'"On" a cuyo rever oc h" ce la dej"'in, lo (Cual es caUla
de q ue pocas ve<:es hapl repartimknlOl vacos para qu e se puedan enco-
men dar a los benemo'ri IOl. Vuntra Majn l ad de be ter servido de mandar
q ue no se baga". Ca.na. del Ik en ciado Cal dern al rey, 15 de octubre de
1576. C. C. y M. M., Medina, 89; 138.
60
btan en remuner acin de lo que particularmente haban servido
y otros en virt ud de los servicios de sus ante pasados, a quienes el
rey mandaba que se beneficiase y gra tificase y que accediendo a
la peticin de los benemritos obtendra su apoyo para reducir
a los ara ucanos, ya que por resolucin de la aud iencia de Lima
estaban libres de par ticipar en esas acciones, "autoriz la enco.
mendaci n de indi os dejados por los padres en favor de los hij os
y de marido a favor de la mujer, siempre que el sucesor fuese
mayor de veint ids aos y menor de
Esta resol ud n no signi fic el tr iunfo definit ivo de las estir-
pes en el reconoci miento de la legalidad de este recurso. El rey
deseaba qu e las encomiendas vacasen para disponer de ellas con
propio conocimiento de los mritos de los pretendientes y para
ello estableci el rgimen de oposicin por rea l cdula de 1584
2
.
Por ero prohibi por real cdula de 4 de julio de 1620 que se
encomendase indios por dejacin y dispuso que las encomiendas
que se conced iesen en adelante deban obtener su confirmacin
en un plazo de cuatro aosu. Los mritos a que haban atendido
los gobernadores par a mant ener el rgimen ilegal de dejaciones
deban servir en adelan te junto a otras consideraciones para de-
"Dice que: " Por cuanto desde qu e entr en este reino se me ha schcirado
por muc has personas benemritas que en conformidad del uso en que
estn en tiempo de todos los gobernadores mis antecesores desde Pedro de
de encom.mdarse repartimenlos e indios e parte de ellos
a personas beneml:rilas pa ra su remedio y de doncelhu y viudas e hijos
de cenqusradores e pobladores de este reino o que h ablan fervido y mu-
chos de ellOl muertes en la guerra militando y por 101 grandes gastos y
expen.a. que en la continua guer ra que hablan hecho de ordinario a IU
costa hablan quedado en suma pobr e2a ,in lener Olro recurso para su
susrenec lino J;u dichas encomi endas por d..jacin que dlOl en su majes
ud y su real nombr e q uiere n hacer, la. cuales y la dicha costumbre el rey
nuestro y IU ColUejO y Audiencia Real de Lima habl an aprobado
tcil amente conforme a d..recnc por no haberla. derogado ..n los pleilos
que hablan ido a dicho Consejo y Cancilleda allende de lo que Su Ma
jn latl lie ne ordenado po r 'UI ualcs cMuJ;u que a 101 hijOlS de los con-
qustadoree benemritos se les haga m..rced, lo cua l no habla habido lugar
por la continua gue rra que a su cOlta han sustentado", "Auto del gobcmadof
Carda Oel de Loyol a" sobre dejaciones, 17 de ab ril de 1596. C. C. y
M. M., Medina, 97; 189.
-cedulario I ndiano.
"Codoh sr., 11, 470.
6 1
Iender la posesin de las encomiendas. Cuando el fiscal de Su
Majestad pidi en la a udi encia que se cumpl iese esta real cdula,
el procurador de la ciudad de Santiago, en nombre de este ca-
bildo y de las dem s ciudades del reino, impugn esta peti cin
fundado en las siguientes consider aciones: la mayor parte de las
encomiendas exi stentes tenan su origen en una dejacin: los en-
comenderos eran gentes, aunque nobl es y principales. con mu -
chas obl igaciones y por eso mi smo muy necesi tados: durant e to-
da su vida haban serv ido al rey en la guerra del reino, al igual
que sus padres y sus mayor es y apen as se sustentaban con los Pe-
ces indios que l es haban quedado despus que haban sufrido
tres pest es consecuti vas. El fiscal di o cuen ta al rey de la resisten-
cia de los en comenderos a fin de que resolviera sobre ell o lo que
mas conviniera a su servicio, aconsej ando que se di simula se con
las encomiendas ex istentes y que. cuando en adelante los gober -
nadores encomendasen por va de dejacin. se les castigase enr-
gcamcruew. Accedi el r . Por cdula de 16 de junio de 1627
decla r legitimas las encomiendas hechas por dej acin a condr-
cin de que se obt uviese su ccnfirmar i n dentro de un plazo de
cuatro aoiJ Esta exigencia no satisfizo a los vecinos. Enviaron un
procurador ante l a corte para ob tene r q ue se eliminara est a ex-
genca: que se pudiera encomendar indios por dejacin para do-
lar a las hij as ), ent re personas benemritas como se haba ronce-
d ido para Mxi co; que se autorizaran las dejaciones que se hadan
de padres a h jos y las de hermano a hermana, pues todos eran be-
nem ritosw. Entretanto el procurador obtenfa r esolucin Iavor a.
ble del rey, la audiencia, at eni ndose a los mritos y trabajos de
los encomenderos , no exigi el est ricto cumplimiento de la real
cdula. El rey, por cdula de ll de junio de 1640, reiter la orden
de qu e se cumpl ieran las cdulas que se hablan dad o sobre esto y
que r especto de las anter iores se actuara con pruden cia, exlgen-
do al guna composicin. Poco despu s de la r ecepcin de esta c -
"'Can .. del fiscal Ja wme de Adam al rey. 20 de abri l de 1623. C. C. y M. M.,
Medin... 125; 298. Car l a de ha au diencia ..1 rey, 6 de marzo de 1637. C.
C. 'f M. M.. Mcdina, 154; 21.
- InltruionCll dad... a don Francisco de AVl'lldao. sobre lo qu e ba de
pedir .. Su MajCll tild. Cab i ldO de 29 de marzo de 1631. Coleccin de bis
tonadcres de Cbile, )O ; 261 , liguienlCl .
62
du la, sobrevinieron los apercibimientos de 1643 y 1645, ordena-
dos por el marqu s de Baides a los vecinos de Sant iago para que
acudiesen a la front era de guerra, y ms tarde el terr emoto de
1647, por todo lo cual no se dio cumplimiento a la real cdu-
la
2
Ms tard e en 1707. los encomenderos obtuvieron q u ~ el
pla zo para obt ener confirmacin real se extendiera a seis aoJ3.
La aspiracin a la tercera vida no fue aba ndonada. Ya a fines
del siglo XVI , un apoderado de las ciudades de Chile solicitaba
al rey qu e extendiera las encomiendas por una tercera vida. Fun-
daba su peticin en las siguientes consideraciones: "en atencin
a los muchos gastos en que han incurrido los vecinos de la ciu-
dad de Sant iago en la defensa de la tierra, estn en suma pobreza
y las ms de las encomiendas en segunda vida y por el consiguie n-
te, con muchos hermanos y hermanas sin poderles dar estado ni
gnero de remedio y sin que par a su recurso y sustento tengan
ms aprovechamiento que el poco tributo que le da n los indios.
Y porqu e tan buenos y leales servicios como los qu e dichos enco-
menderos y sus padres y abuelos han hecho a Vuestra Rea l Per-
sona en la conquista y guerra de aquel reino, por lo que han ve-
ni do a suma pobreza es j usto que Vuestra Alteza los premie y
gratif ique como Rey y Seor tan cristiansimo, pues en defecto de
no hacerlo redundara en faltar el susten to ord inario, a 105 her-
manos, hi jos e hijas de los dichos encomenderos que dependen
de ellos, y el da o que se deja considerar sin tener bastant e remu-
neraci n de 105 dichos sus serviciosae". El teni ente de gobernador
Francisco de Vizcarra convalidaba las afir maciones del apoderado
de las ciudades de Ch ile en los siguientes t rminos: "1\1e consta
la ext rema mi seria en que los vecinos Ieudarar ios y sus sucesores
han quedado, y con un nmero de hijos e hij as a qu ien dar esta-
do y no tener otro ref ugio ni socorr o as para ello como paTa el
sustento ordina rio y ha ber consumido ellos y sus pasados hacien-
das y vidas sirvie ndo a Vuestra Maj estad en esta ant igua guerr a
" Carl a e la audiencia al rey, 16 de julio de I&lB. C. C. Y M. M., Me
di na, 1!4 ; 174.
- A. G.I., A. de Chile, 107.
- Peticin del bach illo>t Francisco de la Hoz en no mbre de la dudad de
Sanliago, 1599. A. G. l., A. de Ch ile, 28. Poder de la ciudad de Mendoza
al bachill er Francisco de la HOl. A. G. l., A. de Chile, 28.
63
de 105 naturales y que algunos de los muertos no gozaron de la
primera "ida y ser las encomiendas ran tenues y el nmero de in-
dios rributarios tan pocos como he visto en informe y ansl en
como en lo dems que pretenden, necesario todo para la conser-
vacin y aumento de- la tierra y comercio a vasalfos que tan leal
y pnncipetmenre han servido. vuestra Jobjestad, debe servirse en
hacerles la merced que haya lugu"21. En un memorial de princi-
pios del siglo XVII, estos "salios solicitaban al u-y que les con.
cediese las encomiendas por dos vidas m.is:
u
. En 1624 la ciudad
de Concepci n ped a que "en consideracin a los muchos y gran-
des sen"iciO$ de 10$ vecinos que hoy hay ton 13ciudad y que ti enen
encomiendas y a los de sus antepasados que a Vuestra Majestad
le 500 tan notorios y a la mucha sangrl" que han derramado ton el
servicio real y hacienda que han gastado haga Vuestra Majes-
tad merced de prorrogarles una "ida ms las enccmiendas've. En
satisfaccin de- estas peticiones, ton tiempos del gobernador Lazo
de la Vega, el rey autoriz q ue cl goce de las e-ncomiendas se ex-
tendiera a una tercera "ida, mediante una composicin, pero de-
bido a la general pobreza, muy pocos se aprovecha ron de esta
Por eso el cabildo de San tiago. en 1650. en atencin

a los mritos de los antepasados y a 105 de los presentes, a 10 5 gas-


tos hechos por unos y ot ros y a la ruina en que les habla sumido
el terremoto de 1647, solicitaba que a los encome-nderos se les
acrecentase una vida ms ro e-l goce de- sus encomendasw.
La convicci n de que 105 servicios de los antepasados justifica-
ban suiceruemente toda concesin en el mantenimie-nto de la
situ cin heredada queda evidenciada por las palabras de Pedro
Cons Mcnroy. Este afirmaba ser descendiente. heredero y suce-
sor de los conquistadores y pobladores: que sus antepasados ha-
ban sen-ido desde el ao 1552, ganando diferentes victorias
""Carta ckl lianciaOO VUurn :al rey. 10 de Itbruo dt 1597. C. C. y M.
M., Mtdina, 100; se.
-Ml'ftlori,1! de lo qUt pide Chile para IU rauuracin y C. C.
y M. M ., Mtdina. IOt; 168.
-carta de la eludad de Cooctpci6n al 24 de oxtubrt de 1624. C. C. y
M. 1oItdina, 126; ....
-carla dd nbildo dt Santiago al rty, 10 de febr ero de 1650. A. C. t., A.
de caue, 27.
64
y acompaando a los gobernadore Hurt ado de :\lendoza, Fran-
cisco de ViIlagra hasta :\fartin Ruiz de Gamboa y otros muchos.
que se habian sealado siempre en la pacificaci n y conquista de
los sitios y parajes de ms peligro. de los que estaban llenas la,
historias y crnicas del reino de Chc y que entre los hroes
mi sealados y de nclita memoria estaba la efigie del maestre
de campo general Pedro Corts Monroy, su bisabuelo, a cuyo
valor se debi la reduccin de muchas provincias. como las de
Huachagua. Pur n, Tucapel. Cuyuncavt, Tabolengo y otras;
que no eran menores los servicios militares y poHticos de otros
antepasados y aada: "Que por cuanto a 105 grandes hechos con
que 105 vasallos honran la post erioridad. corresponde en ella por
la real magnificencia, el que se manifieste ennoblecida por es-
peciales favores y honras que sean condecoracin de las casas y
conven iencias para los poseedores. muy conforme a la real gran-
deza de Vuestra Maj estad, el que mandando titular la casa del
supl icante. se sirva tener presente que siendo las encomiendas,
debidas, con forme a las leyes de Indias. a los descendientes de
los conquistadores y pobladores, se haya el suplicante en la cali-
dad de tal y ser uno de los ms benemritos de aquel reino y
poseedor de un a encomienda en tercera vida: los especiales ser-
vicios y mritos piden que con los sujetos ele la calidad del su-
plicante se extiendan las gracias de Vuestra :\Iajestad a dis-
penur las leyes"31. :\Iuy rotundamente expreu don Francisco
Bravo de Saravia los derechos a que daba lugar esta herencia;
afirma que vive en las provincias de Chile con obligaciones de
hijos )' mujer principal. sin tener hacienda con qu poder sus-
tent arlos con el lustre que pide su calidad, siendo heredero de
todos los servicios de sus antepasados. En virtud de ellos supli-
caba que se le prorrogara por una vida ms la encomienda de
los pueblos de Llopeo, Curimn y La L i g u a a ~ . ::'\icols Vel iz-
quez de Rivadeneira deda que adems de ser nieto y bisnieto
de los conquistadores y pobladores de las Indias era heredero
" Memorial de don Ped ro Con1 MOflro, IlOli,ilando un tlulo dt Calilla
Y prorroga de una encomienda por d... ,id.. 1696. A. G. I, A., de Chi!t, 5.
""Sobrt la prtleruin qut t"'"t don Ft andeoo 8Ia\'0 de Sara.-a, vecino de
la ,i uda d dt Santiago, dt qUt se le prorr ogue por una ,'ida la encomien-
da que p<JIC"t en K'gullda, U de ab ril de 1654, A. G. r., A, dt Chile, 1.
65
ue los servicios del sargento mayor Alfonso Tello de Roj as que
fueron muy considerables y cal ificados y por ms tiempo de
cuarenta aos. Estos servicios le fueron dejados por clus ula
testamentaria por su tia, la mujer de aqu l. Fundado en
llos y estos mhilos solicitaba qu e se le concediera una pensi n
en tributo de indios \aCOl
IJ
En 1674. el cabildo de Concepci n
hada presente al rey que el capitn y sargento mayor D. Pe-
dro Pu Castillejo le haba hecho grandes servicios y que era
hered ero de los m ritos de su suegro. el maestre de COlmpo Julin
GutilTet Altamirano, quien dej gran nombre y de los de
sus cuados e hijos que murieron en el real servicio en la gue-
rra contra los indios. En atencin a todos estos mritos y por
estar sin premio. y verle ron obligacin de mujer principal y
pobre. el cabildo le recomendaba para que se le hiciese mercedes.
A esta mi sma herencia hada referencia Caspar de Ahu mada
en 1684 para solicitar prrroga de una "ida en la encomienda
de indios de que gozaba en la ciudad de Screnaw. Con el mismo
fundamento solicit Diego de Rojas Caraba ntes la pr rroga
de una vida ms de la encomienda que renta en esa mi sma
ciudad" . En 1695. Antonio O mez de Silva dec a que se vela
obligado a representar los mritos de su padre alcanzados en el
Ejrcito de Chile a los que se j untaban los de sus ascendientes
en la conquista y pacificacin de aquellas provinciasat.
La eficaci de esta herencia es de variado alcance en la esfera
individual. Se obtienen pensiones, se alcanzan cargos admi-
nisua!iHJ$. ele. Por real cdula de 1584 se orden que se paga-
sen por 1015 cajas reales de Chile dos mil quinientos pesos de
oro a las hijas de Antonio de Qu roga por toda su vida por
-Pnid a de \ 'duqun de 1t.in.k..dril paril que' .e le 00IKC'da llniI
pa-.iOO al nibut,. de indiolI YKW,. 11 di: ectubre de 1660. A. G. 1..
A. de ceue, G.
"'Can cll del abildo de Ccecepcn clII rty. H di: cerubre di: 1674. A. G. 1.,
A. de Chile. 28.
- In'orm.. del comqo ..,bre b. petidn di: Cupat de Ah uaudJ.. 4 de febr....
ro de 188S. A. C. l . A. de Chile, 2.
"'Sobre lil pretensin que liene don Dico de Roju CilriIVilnld ... 24 de
febrrro d.- 1687. A. G. L, A. de Chi le. 2.
8Jnforme del JflWjo IObre la pelicin de Antunio Gmez de Silva, U de
0.1.. 1695. A. G. 1.. A. o.Ie Chile. 2.
66
ser bisni etas y herederas de Rodrigo de Qulrogaae. El obispo
de Imperi al haciendo uso ext remo de una disposici n de Fe-
lipe Ll, de fecha 1592, por la qu e se ordenaba que para la ad-
misin de semin aristas. en igua ldad de condiciones, se deba
preferi r a los hij os y descendientes de los primeros conquista-
dores, ll eg a tener un nmero mayor de sacerdotes benem-
r itos, hi jos de los conquistadores del rei no. q ue de docninaa.
Para da r les empleo aument el nmero de stasae. En 1591 este
mismo obispo daba como r az n la orden real de preferir en
los beneficios a 10 5 h ijos de los conquistadores. para no de-
volver a los regulares las doct r inas de su obispado que haban
sido provistas en h ijos de conquistadores y que anteriormente
habi an sido atendidas por regul ares espaolesw. Parece ser que
esta orden se cumpla, pues el gobernador Lepe de Ulloa in-
formaba al rey en 1622 que no haba doctri nas atendidas por
religiosos. sino que rodas eran atendidas por c rtgosu. Con el
mismo propsit o de beneficiar a los descendientes de conquis-
tadores se dis puso en el pl acarte del ejrcito que el capelln
de l fuera drigo e hijo de conquistadores-a. En atencin a los
mritos de Juan Baut ista Pastene y a los suyos propios. se con-
cedi al licenciado Franci sco Pastene, una merced de setecien-
tos ducados de renta por dos vidas sobre indios vacos en el
Per
43
Adems, el gobernador Alomo Ga rda Ramn lo propuso
en 1609 para el cargo de fiscal de la audiencia. en atencin a
su ido neidad y "a los mritos de su padre y hermanos". El go-
bernador pensaba que designarle para este cargo seria "alen-
tar a los veci nos de esta remota tierra de los ojos de Vuestra
Majestad y darles nimo para q ue estudien y aspiren a plazas
tan honradas como stas y otras semejantes". Por las mismas ra-
-Lo que parece acerca de las pe licione de Antoll;o de Qui roga. 20 de
diciembre de 1:'90. A. G. l., A. de ceue. l.
-J. T . Mcd ina, "La tnsr ruccn Pblica en Ch ile", romo l . p. 28:'.
"'Carta del obispo de Impe ri al al [I:Y. 20 de ab ril de 1:'91. C. C. y M_ M.
Medina. 90; 164.
" Car ta de Lope de Ulloa al rey. Coduhist.. tomo 11, 470.
"Carta de oidor Cristbal de la Cerda al rey, 10 de ab ril de 1623. C. C.
y ~ f . M., Medina, 12:' ; 197.
" Expediente relativo a la prelensin de l licenciado Francisco Pastenl: para
que l e le haga merced, 22 de ab ril de 1608. A. G. l ., A. de Che, 1.
6 7
rones design relator del tribunal a J uan de Moral es Negrete,
hijo tambin de conquistadoresw. A la viuda de Cosme de Mo-
lina, vecina de Valdivia , se le dieron mil pesos de renta en in-
dios vacos por tolla su vida, en atencin a los mritos de su
padre y de su m rido
u.
descendientes de los conquistadores hadan valer constan-
temente los mritos heredades para abonar sus pretensiones a
tooa clase de En 158-1, el licenciado Andrs Jimi'nel de
hijo de Juan de la Cueva. inform al rey de los ser-
vicios de su p dre y de su abuelo para que en gT3tificacin de
ellos le hiciera merced conforme a la ordenanza". El presbue-
ro Bartolom Martinel. nieto de conquistador, deca que "a
imitacin de su padre y abuelo, y considerando las obligaciones
que de ellos hered, desde edad de diez y seis aos tom las
armas y siguiendo a sus gobernadores persever en la guerra y
pele siempre valerosamente contra los indios rebeldes en innu-
merables reencue-ntros" en virtud de lo cual supl icaba qu e se
le diera una canc njtao. En la propuesta pata proveer el cargo
de obispo en la recientemente creada dicesis de Concepcin
en 12 de marzo de se indi caban como antecedentes el ser
hijo y nieto de los primeros conquistadores". En 1623, el ca-
bildo de Santiago, al recomendar a dos religiosos dominicos de-
cta: "cuyos padres y hermanos ayudaron a g-.mar y conserva r el
reino, perdiendo algunos la vida en la causa . .. ", mritos que
por no haber sido premiados sucedan en ellos los dichos reli -
giosos". En 1629. aquel mismo cabildo hada llegar al rey los
mritos y servicios de cuatro nietos de Pedro Omez, maestre
'Onu de ."l.omo Guda R.;unn 28 tle ccrubre de 1609. Cilada por
rllurir. de Chile durante kJi Gobierool de Guda llamn,
),falo de la , Jl.raqueml.dlr.
H
, lomo 11. p. 86.
-tnfonoe del Comqo .oore la pelKion de do!\; ),fub. A1taminno, 24 di:
K'pUnIIbre de 1S86. A. G. A. de Chile. 1.
lniormaci6n de mhilc:. , Irniciat del licenciado AndUs Jimkla de
Mmdou, 10 de julio de ISM. Codoin(h. 25; 2!>8.
"lnlonDaciOn de mtrilat , .en-idat de Bl.rIQIOIIlt Ml.nlnc.r.. 30 de octubre
de 1607. eoooinc.h. 21; 476.
A. G. l ., A. de cene. 1.
"El cabildo de Sl.n1iago al rey. 1" dr mulO dr 162' . A. G. l ., A. de
ceue.at .
6 8
de campo de Pedro de Valdi via que vivan en gran pobreza por
haber g a ~ t a d o sus antepasados sus haciendas en el real ser-
vicio. Adems, ellos tambin cumplan con el servicio real "acu-
diendo con mucha puntualidad con sus armas y caballos a to-
das las ocasiones que se ofrecen conforme a su mucha calidad".
Peda el cabildo al rey que les hici eran las mercedes que creye-
r a conveniente como a per sonas muy benem ritasee. En 1641,
informaba este cabildo que Fra ncisco de Toledo era hijo de per-
sonas nobles y benemr it as del reino de Chile y nieto de los
pri meros conquistadores y pobladores de l y del Per, que
sirvieron al rey en su conquista y pacificacin mucho y bien y
que ste las hab la cont inuado en todas las ocasiones que se ha-
b an ofrecido a imitacin de sus antepasados. Estimaba el ca-
bildo, que por todo ello era merecedor de que el rey, como
monarca tan catlico, se moviera a grat ificarle y a hacerle mer -
ced as como a l le ha movido a representar su mucha pobreza
y su imposibil idad de dar estado y remedio a sus hijas
s1
En
una peticin del convento de monjas de San Agustn de San-
t iago, para q ue se le concediera ayuda se hada notar que ste
haba sido fundado had a m.'> de ci ncuenta afias y que desde
ese tiempo hab ian entrado en l muchas do ncellas, hijas y nie-
tas de conquistadores y vecinos de la ciudad y que haban en-
trado en l por haber muerto sus padres en la guerra contra los
indi os. La pet icin se haca "habida consideracin a lo que sus
padres sirvieron en la conquista de la tierra y la mucha nece-
sidad". El rey le concedi mi l pesosss.
r El consejo de In dias conceda mucha importancia a esta he-
renci a, pero evitaba que los cargos se convirtieran en heredit a-
rios. En 1695 Antonio G6mez de Silva sol icit que el cargo de
~
gobernador de Valparaso, que el rey le haba concedido en aten-
cin a sus servicios y a los de sus antepasados, fue ra transferido
a su padre o a un hermano su)"o, pues l se encontraba en di-
OOCarla del cauildo tle Santiago al rey, 10 de abril de 1629. A. G. L, A.
de Chi le, 27.
"'Ca rla del cabildo de Santiago al rey. 24 de febr ero de 1641. A. G. 1.. A.
de Chile, 27.
"Merced al monaster io de monjas de Santiago de Chile de mil pnos
anuales sin menoscabo de l a hacienda real. A. G. l., A. de Chile, 1.
69
Iicultades para asumirlo. El Consejo respondi que esta peri-
cin tena grandes inconvenientes, porque de acceder a ella
los oficios se convertiran en hereditarios. Adems, afirmaba
el Consejo, que al concederle el rey ese cargo haba considera-
do los mritos de! padre para recompcnsartos en el beneficiado,
porque los propios no los consideraba equivalentes para que
se le concediera ese cargo, ni por el tiempo, ni por el grado-e.
Otras manifestaciones de la conviccin de que el rey esta-
ba obligado a favorecer a los descendientes de los conquistado-
res por los mritos de aqullos, se encuentra en la ratz de la
situacin en que entraron muchos benemritos debido al agota-
miento de los yacimientos aurferos que empez en el ltimo
cuarto del siglo Muchos de ellos quedaron en situacin
muy inferior a la que pretendan por su rango. "Ha venido la
vida a tanta miseria, dice Mario de Lobera, que lo lastan (sic)
agora los hijos de los que ganaron la tierra con tanto extre-
mo, que hay muchas hijas de conquistadores y descubridores
del reino que acuden a buscar de comer por casas ajenas y sir-
viendo a los que en Espaa estaban por nacer cuando los po-
bres hombres andaban descubriendo y conquistando estos rei-
nos por muchos aos y con muchos trabajos y derramando san-
trodas aquellos a quienes la extincin de los recursos
aurferos del reino hundan en la miseria clamaban por la
proteccin real fundados en los mritos de sus antepasados]
En 1607. los religiosos de la orden de Santo Domingo infor-
maban al rey de sus mritos y entre ellos sealaban el que en
su mayor parte la orden estaba formada "por hijos de los con-
quistadores antiguos que conquistaron e! reino y que sus pa-
dres y hermanos y muchos parientes han perecido en la guerra
en servicio de Su J\lajestad"rol'. A ral de haberse trasladado des-
-Mnnnrial de don "nlonjo Gml"l en que pide que el gobierno de V;II-
pararse de Chile, que V. M. le nene concedido se pong;I en UbeZ;I de
Alonso Gmez de sva. IU padre, S de apio de 1695. A. G. J., A. de Chile 2.
Meza \'illalolxn, "Poltica Indgena en los Orlgena de la So-
ciedad Chilma", p. 71.
de Lobera. Crnica del Reino de Chile. Libro l. cap. 11, libro 11,
up.27.
IOlnfonnacin de los H'TVicios loa de- la orden de Santo
Domingo hicieron en. el reino de Chile, 1607. GodoindJ, 27: 429.
70
de Osomo a Santiago las monjas Claras y de q u ~ por la ge-
neral pobreza del reino no podan ser socorridas en l, eleva-
ron una peticin al consejo de Indias para que se las ayudase.
El gobernador Carda Ramn, en apoyo de esta peticin hacia
constar que era n hijas y nietas de conquistadores. El Consejo
est im justa la peticin y recomend al rey que las socorriera
con ocho mil p"os, para que construyeran su residencia y que
se les diese durante seis aos una renta de cuatrocientos pesos
anuales en indios vacoss".
El mantenimiento de los cargos de los cabildos urbanos ex-
cluvivamente en la esfera de los merecimientos termin a fines
del siglo XVI. La venta de los oficios entre particulares median-
te renunciamiento dio pbulo al rey para separarlos de aqueo
Ila esfera y convert irlos en un recurso ms para obtener dine-
ro para ate nuar la afl ictiva situacin del e r a r i ~ E ~ 1591, el
rey declar vendibles 105 of icios y los reglmientosef, Esta re-
soluci n no alejaba a los benemri tos del gobierno de las ciuda-
des, pero permit a el acceso a l a quienes hab an enriquecido.
Creaba la posi bil idad de que ot ros pob ladores que no eran des-
cendientes de conquistadores pudieran intervenir en el gobier-
no de las ciudades media nte un esupendio, pero mantena una
situacin de preferencia para los benemritos, pues en igualdad
de condiciones deban ser preferidosw La importancia de los ser-
vicios de los benemritos mantuvo suspensa en Chile la vigen-
cia de esta disposicin, pero ya en 1611 era inminente su im-
plantacin]En resguardo de los inrereses de los benemritos y
del prestigio de la repblica. el gobernador Jaraquemada pro-
puso que los oficios municipales no se proveyesen por remate,
como se estableca en la real cdula. pues. dado que los ma -
)ores poseedores de dinero eran gentes de oficios mecnicos,
los regimientos serian ejercidos por ellos, sino que se fijara
su precio en mil quinientos patacones y se vendieran a per!>Onas
"Sobre la prelcnsin de las monjas Lu Claro de la ciudad de Osorno,
de las pro\'indu de Chile. 23 de noviembre de 1606. A. G. l., A. de Chile, 1.
- J. 11. Par ry, "The Sale of Publ ic Otce in rhe Spanilh lndil'S under lhe
Hapsburgs". pp. 28, 42.
- Joaqul n Avella Vi\'l'S, "Los Cabi ldOll Colonial..,", p. 77,
7 I
de calidadw. Cuando en 1612 se orden que se vendi eran en
Chile los ofici os muni cipales, y el alferazgo mayor, la audi encia
dispu so que en la ci udad de Santiago se remataran seis regi -
mi entos y alferazgo mayor. En el remat e se ofreci por ell os
la suma de once mil setecie ntos pesos. Las personas que los r e-
mataron er an de poca sign if icacin sodal'!. El cabildo en vista
de esto "p ara red imi r semejante vejacin y que no saliese de
su poder el estandarte real con que sus pasados ent raron con-
quistando y pobla ndo aquell a tierra, y que a ell os, como a sus
legtimos sucesores se los dejaron por bla sn y esti mulo para
cont i nu ar el servicio de Su Maj estad ", solici t de la audienci a
que les autorizase a elegir las personas que hab an de ej ercer
los oficios munici pales, pagando la suma en que hablan sido su-
bastados. Solici taron, adems, que se les amarizase a pagar esta
suma ms adela nte. Concedi la aud iencia lo solici tado, y el
cabi ldo contin u elig iendo los regidores. A fines de 1613, el ca-
bildo, fundado en que las personas que hablan ej ercido los
oficios era n descendientes de los conquistadores, suplic al
rey que le perdonase el pago y que se le conser vase el r gi-
men de eleccin para la provisi n de los ocios'u . La corte
condesce ndi a examinar la si t uaci n y por cd ula de 26 de
sepriembre de 1615 orden a la audiencia que informase de la
calidad de q uienes haba n comprado los oficios y las cantidades
que haban pagado; de qui enes eran las personas a quienes el
cabildo elega anua lmente; de los propi os que tena la ciuda d
y sobre la conveniencia de la pret ensin del cabildo de que se
le hiciera remisin del pago de los oficios. Se ordenaba adems,
a la audiencia, que en tre tanto informaba, no exigier a al cabildo
aquella suma y le concediera un plazo de tres aos para pa-
garla. Pasaron los tres aos y la ciudad solici t un nuevo pl azo,
igual al an terior, durante el cual no se le exigi aquel pago. En
un tercer plazo. los ofi ciales r eales iniciaron accin contra los
fiadores del cabildo, pero la au dienci a intervino en su favor
-'Cana de l gobernador Juan jaraquemada al rey, 29 de en ero de 1611.
C. C. )' M. M.. "'ed ina. 118; 281.
"Carta ud cab ldo de Santiago al rey. 19 de diembre de 1613. A. G.I. A ., de
Chile, 27.
"'Cana del cabil do de Sant ago, al rey. 19 de diembre de 1615. A. G. 1. A.,
de Chile, 27.
72
y se suspend i la cobranraw. La real cdula de 1620 por la que
se reiter que se apl icase en las Indias. el rgime n de subasta
de los of icios conccji lee, no alter el rgimen establecido en
Sant iago. Esto no ocurr i sin alguna oposicin. En 1623. el
oidor Cristbal de la Cerda inform al rey que el cabi ldo eleg a
para los oficios a hombres jvenes y de malas costumbres y
aconsejaba qu e se vendiesen, pues haban muchas personas
cuerdas y pri ncipales qu e quedan tenerlos en propiedades.
Esta acusacin no conmovi la situacin de los benemritos en
el gobie rno de la ciudad. l:>urame muchos aos el cabildo eli-
gi anual mente. seis regidores. dos alcaldes ordinarios y dos al-
caldes de hermandad5 Slo en 1645, el fiscal Antonio de He-
redi a pidi en la audiencia que se declarasen vacantes los seis
regimientos. pero sta mantuvo a la dudad en su privi legio
baj o cond icin de que dent ro de seis das nombrase regido-
res a personas en cuya "ida corr iesen r iesgo los seis regimien-
tos y hu biese lugar. por sus muertes. al tercio o mitad . Los re-
gimientos vacaran renunciando o no habiendo renu nciado
esas personas; entonces el cabildo harta sus elecciones acosturn-
bradas y en cuanto al pago del precio de los oficios el cabil-
do debera recurr ir a la corte para obtener la exencin. La
aud iencia le concedi plazo de seis aos para presentar resolu-
cin r e a l ~ l I . T ampoco logr el fiscal derrumbar el rgimen que
permita a los benemritos mantener su predominio en el ra-
bildo , y, por el cont rario. parece que obtuvieron expresa apro-
bacin real para l , pues, en 1665 se deca que estos regimien-
los anuales habian sido dados a la ciudad por el rey aunque de-
bieron pagar su precioet.
A raz de la real cdu la de 16:?O que dispuso. en general. el
rgimen de remat es para la provisin de los of icios municipales;
""Carta de la real audiencia al rey. 2{) de julio de 1&\11. A. G. J., A. de Chil e. 27
"Cana de l oidor don Cristbal de la Cerda Sotoruayo r . 10 de abril de 1623.
C. C. y M. M., !\[etlina. 125; 197.
""Carta de la real audiencia al rey. 20 de j ulio de 1&\8. A. G. I., A. de Chil e. 27
"Carta de la real au diencia al rey. 20 de julio de 1&\8. A. G. 1. A., de Chi .
le. 27.
"'"El algu acil mayor de la ciudad de Sanriago de Chile, da cuenta de los de
nlueros y tiran las que ha cometido el gobe rnador Francisco de Menesa. 2'2
de sepucmbre de 1665. A. G. l . A., de Chile, M.
la audienci a dispus o que se rematasen los oficios del cabildo
de la ci udad de Concepcin-,- El cabildo de esta ciudad solicit
al rey, en 1622, que mantuviese el rgimen electivo para que
los benemritos conservasen los regimientos. El procurador ge-
neral de la ciudad Iundamenm esta petici n con las siguientes
pal ab ras: "por los gastos que le demanda la guerra est la ciu-
dad mu y pobre y necesitada }' car ece de propios y los oficios
de cabi ldo los pret enden sacar y sacan personas si n mritos e
insuficientes para el uso de los dichos oficios con slo adqui-
rirlos y comprarlos con dineros, por lo cual los dichos vecin os y
ciudada nos di gnos de los dichos of icios vindolos mar en pe ro
sorr as en quien no concu rren las calidades que qui eren que
tengan las personas que as los compr asen, no los qui eran como
prar .. . . . y pa ra q ue en todo se cumpla la real voluntad y que
los d ichos ofi cios sostengan y sir van las person as que los mere.
cen por calidad y mritos y esta di cha ciudad vaya en aumen-
to . .. "u. En 1624, el procurador del cabildo de esa mi sma ciu-
dad sol icitaba nuevamente "q ue se le remitan los oficios de re-
gidores que est n mandados vend er por la audi encia, que por
lo que dan es cuat roc ientos d ucados y los sirven personas si n
mr i tos y por la necesidad en que est la gente principal. que
acude de ordinario a la defensa de la tierra no los pueden com-
prar y se ha yan deshonrados de la honra de semej antes o-
cios"e, .
Cuando la situ acin heredada era insuficiente para satisfacer
las necesidades de los benemritos, stos acudan al rey en pro
cura de satisfacci/JO, fundados en los mritos de sus antepasa-
dos.:.,.. al ocurri con la ed ucaci n. En 1610 los frailes de la oro
den de Santo Domingo en Santi ago, en solici tud de que se les
autorizase a tener universidad, expresaban: "en atencin a que
del convento de Santo Domingo han salido muchos doctos
predicadores quc con su doctrina y ejemplo, amplificando la del
Santo Evangelio, han il ustrado este r ein o, po r cuyo trabajo,
letras, suf iciencia, partes y cua lid ades de sus personas y mritos
- Inrormacin h"cha en la ciudad de Concepcin, acerca de: laa necesidad es
de dicha provinci a. 16Z2. C. C. y M. M., Medina, 126; 149.
-cana de la ciudad de Conce pci n al rey, 24 de octubre de 1624. C. C.
}' M. M.. Med ina. 126; H-l .
74
de sus padres '1 abuelos, antiguos conquistadores '1 pobladores
de ellas y benemritos por la parte de 105 di chos sus padres y
abuelos que con gran costo de su hacienda sirvieron a Su Ma-
j estad en la di cha conquista de qu e jams obtuvieron premio".
Esta afirmacin fue rat ificada por diversos testi gos. Uno de ell os
af irm que en la ciudad de San tiago haba gran nme ro de es-
tudian tes, hij os de conquistadores, qu e por su mu cha pobreza
no iban a estudi ar a la ciudad de los Reyes; otro declar que era
notorio que en esa orden hab ia muchos religiosos, hijos y nie-
tos de conquistadores, pobladores de este reino y del de T u-
cumn y R o de la Pla ta, y agregaba que por esto la orden me-
recta que el rey le hi ciera me rced de concede rle lo que peda
en remuner acin de los mencion ados servicios, pu es han sido he-
chos a su costa y minr i nt v. Tan expllcita mente como en esta pe-
tici n , se sealaban 105 m ritos en la presentacin hecha al ra-
bildo de la ci udad de Santi ago por el procurador general de
la d udad en 1630. En ell a di ce: "como Su Ma j estad, como tan
cat l ico Prncipe, en di st intas ciudades y r einos ti ene a costa
de sus re ntas, fundados muchos colegios donde se crien en vir-
tud y let ras los que se aplican a ell as, y en partic ular, en la
ciudad de los Reyes t iene el colegio Real, y en el de la Com-
paia de J ess tiene continua me nte doce colegiales suste ntan-
do de todo lo necesari o a su costa; y en Santiago del Estero tiene
otro colegio, y gozan la rent a de ciertos novenos de los diez-
mos, y por la exper iencia se ha visto en este reino el aven-
taj ado fruto que los rel igiosos de la compaa hacen y han hecho
en este reino en la ensea nza de los nat ur al es e hijos de los ve-
cinos y moradores q ue tan avemajadameme y con tant o gasto
de penana y haciend as, sangre y vida han servido a Vuest ra Ma-
jestad; de cuyos aventajados servicios no ha n sido remuner ados,
y que del col egio ronvirtorio de la dicha compa ia y sus estu-
dios han salido muchos doctores, l icenci ados, eclesis t icos y d igo
nidades que con tantas let r as ilustran las religiones y catedral,
muchos pues, hay doctos y aventaj ados; y para que el dicho cote-
g:io y bi en de este re ino permanezca, convendrta mucho pedir a
de Fra y Mr jla, la au diencia pa ra se reci ba in
formaci n sobre ralOnes par a .olici la r la fundacin e untveraidad en el
convente. J. T. Ml'dina: " La Pbl ica en Chtle". Tomo 11, p. 3.
7 5
Su Majestad se sirva, que los novenos que tiene en este reino
de los diezmos de esta dudad los aplicase en parte de pago de
los muchos servicios que en este reino le han fecho los vecinos
del para que sus descendientes y personas benemritas pudie-
sen estudiar, se sirviese de que con ellos, en el dicho colegio se
pudiese hacer una fundacin real para que con ella se susten-
tasen de todo lo necesario ocho colegiales reales, o los que a Su
Majestad pareciese, siendo stos en todo preferidos a los dems
en los asientos y oposiciones, , , "11,
II mismo fundamemo tiene otra peticin hecha en 1633 por
la orden de San Agustn para que se la autorizase a fundar uni-
versidad en Santiago, a fin de que los regulares tuviesen lu-
gar apropiado para estudiar y que sirviese tambin a los secu-
lares "que tamo han servido al rey en el reino en la guerra con
su hacienda y vida", los cuales tendrn as esta comodidad co-
mo justo premcts.
Los mritos de los conquistadores trascendieron a sus des-
cendientes y se convirtieron en patrimonio del reino, In aten-
ci n a los servicios de los conquistadores en la dominacin de
las poblaciones indigenas y en la guerra contra los arauca-
nos, el virrey del Per, don Careta Hurtado de Mendoza, excep-
tu al reino de Chile del pago de alcabalat-. In 1617, el cabildo
de Samiago pidi al rey que se apiadase de tan leales vasallos
que tiene en el reino, que por ms de setenta aos se han ocu-
pado en el real servicio gastando su vida y hacienda, habiendo
muerto sus padres, con que estaban en notable pobreza yaguar-
dando una total ruina rodeados de enemigos de mar y tierra
y les socorran. In 1628, el mismo cabildo suplicaba al rey por
los muchos y calificados servicios que le haban hecho en el
reino los conquistadores y pobladores de l, derramando su san-
gre y gastando sus haciendas, que volviera hacia el sus ojos como
rey tan cristiansimo socorrindolos con gente para la guerra
n pr ticin dd procurador general de la ciudad de Santiago al cabildo, cita-
do por ~ f r o i n a . "La Instruccin Publica en Chile", tomo J, p. XXVUI.
"J. T . Medma. op. cu.. tomo I. p. 269.
"Expedirme rda(im a la rejevacn del Il."rvicio de Unin de las Ar.
maa al reino de Chile, 1660. A. G. J.. A. de Chile, 27.
"Carta del cabildo de Santiago al '1.")", 17 de marzo de 1617. A, G. r., A.
de Chile, 27.
76
contra 105 indi os y para defenderse de 105 pirata5
1l1
En 1624, el
cabildo de la ciudad de Concepci n, fundado en que sta y
sus vecinos y moradores sustentaban la guerra desde m" de se.
tenia aos, con mucho trabajo y riesgo de la vida por ser Iron-
tera de indio! de guerra, gastando sus haciendas en servicio
del rey, pedra a ste que les hiciera merced de liberarle del pago
de alcabala y de otros derechos de las cosas que se pagaban en
na ciudad; que en beneficio de "U" propios se le permitiera im-
poner sisa a 105 vinos de Santiago que entraban en ella por dis-
posicin de la audiencia; que se le concediera la mojcnerta, pa-
nadera y pregonerla, merced que solicitaban pua cuando va-
lieran. pues en la actualidad no teman ningn valor. Adems
solicitaba que se le concediera ttulo de seora. pues gozaba
del de muy noble y muy leal concedido por el emperador, pues
es la que ms le sirve en tantas ocasiones de guerra1\ Des-
pues del terremoto de 1647, el cabildo de Santiago se dirigi al
"acuerdo general de real hacienda" para que eximiera a los ha-
6itant es de la ciudad del pago de deredlO0.Daba varios funda-
mentas, cut re ellos, el ser el reino tierra l"fe guerra donde sus
pasados habl an muerto y derramado 5U sangre y donde ellos
tambin a su imitacin, lo mismo con su persona y con
el poco caudal que tentantt. En 1650. el cabildo de la ciudad
de Chilln pidi al rey que liberase a los vecinos de ella. del
pago de trescientos pesos de derecho de alcabala y papel sella-
do. Fundaba su peticin en que sus pocos vecinos eran deseen-
dientes de los primeros conquistadores que pasaron a esta" pro-
vincias que por viejos se retiraron a esa ciudad despus de ha-
ber servido treinta y cuarenta .1.O$; expresaba. adems, que se
encontraba imposibilitada para socorrerle en los gastos de la
guerra que mantena.. en defensa de SU5 reinos por la corre-
dad en que haba quedado debida al ataque de los indios ene-
fiEl Cabildo, JUllia 7 Regimiento de la Ciudad de de Cbile al
rey, 4 de febrero de: 1628. A. A. de Chile, 27.
'"Cana del c:abildo de la ciudad de ConpciD al rey. 24 de octubre de
1624. C. C. y M. Medina.. 126; IH.
flAruerdo ...br... concaona a 101 d... Santiago. 25 de octubr... d...
1647. diado po r Luia Amun:l.tqu: " El Terr ...molo del U d...
de 1647", p. 474.
7 7
mtgos que obligaban a sus vecinos a permanecer constantemen.
te con las armas en la mauote. n 1690. el cabildo de la ciudad
de Santiago solicitaba al re)' que le concediera algunos recursos
para SUf propios para financiar los gastos del ao y continuar
In obras publicas y casas reales. Fundaba esta peticin en qu e la
ciudad es una de las poblaciones de espaoles que exts-
tJan en 10$ reinos del Per y qu e sus pobladores y habitadores
han servido y servan constantemente en la guerra del reino. no
habiendo cas familia de las ilustres cu)'os descendientes no ha-
an empleado su noble sangt"e en el real servicio en $U conquis-
la ). pacificacin .
-El dorummlo n'rMiguel Lu. Amun:lolqui : " l.oI precunores de 1... I n.
<k tomo 11, p. 28' .
'"EJ alb,ldo de: s...nti.1.go ...1 rey, 18 de Mepliembre <k 1690. C. c. , M. M.,
MediJul, 208; 55.
78
Capttuo V
EL SERVICIO [)EBWO AL REY
Estructura de la administ racin y d ~ la ddensa del reino que
lurgi de la conquista. Conce pcin pen onali sta del servicio y del
pr emio. Resultado. Poluica fiscal en el siglo XVII Y reslstencla de
101 descend ientes de los ccnquu rad cr ea
GRAN PARTE de la administraci n de los vasallos espaoles e
ind genas y su defensa, fueron estruct uradas a base de cargas ane-
jas a los beneficios otorgados en premio a los conquistadores por
los merecimi ent os qu e hablan alcanzado en el real servicio
al someter a las pobl aciones ind genas. Aunque en el tercer cuar-
to del siglo XVI se asign salar io a los corregidores de las ciu-
dades. e! agotamient o de los yacimientos aurfe ros que sobrevi.
no poco despus, produjo gr an mengua en 105 ingresos reales
y oblig a conceder estos cargos a 105 encomenderos a titulo
honorfico. Con esto, la administracin volvi a cobrar la for-
ma que hab la tenido poco despus de realizada la conquista'.
Esta estructura de la administraci n y de la defensa correspon
da a una concepcin seori al de! ser vicio publico que estaba
implcita en las capit ulaciones acordadas por el rey a los capi-
tanes de conquista. El domi nio de los indgenas qu e poblaba n
los territori os que en esos docu mentos les fueran asignados co-
mo mbito de su fut uro gobi erno. realizado a base de em-
presas individualistas y de financiami ento pri vado exacerb
el sent ido per sonal ista del espritu seorial. Los conq uistadores
se indinaron a ver en el beneficio, ms el premio a sus accio-
nes qu e las obltgadones qu e eran inherentes a aqul. El premio
era consider ado dentro de una concepcin instrument al de la
riqueza como destinado a sustent ar el estado alcanzado por ellos
en la sociedad en virtud de los mritos de las acciones realiza-
das en favor del real servicio durante la conquista. Del pr e-
dominio de la concepcin personalista de los premios result
' 2\ktor Meza VilJalobos . Poltica Indl gcna eu 1< Orlgenell de la Sociedad Chi.
l ~ l l a .
"Nl'IOr Meza Vill aloOOs. El Capi tn de Conquista y la Riq ueu . "Revista Chi
lena de Hi storia y Geografa". ro; 'l 91, pp . l O' Y u .
7 9
una actitud supeditaba el debido al rey a la sao
de las necesidades de cada uno estimadas conforme
a su "calidad )' condicin".
Esta concepcin personalista del be-neficio tena un sentido
dinmico" :Iolicntras el estado vda en el cumplimiento de las
obligacione-s anejas al beneficio algo que le era debido por ra-
zn de aquel. e-stos vasallos vean el beneficio como premio a
accione-s 111. cumplidas y estimaban que las nuevas acciones de
una persona eran capaces de engendrar nuevos mritos que le
permitiran aspirar a nueves premios. Su ideal era que existi e-
ra una especie de inventario de sus acciones en virtud del cual
pudieran solicitar del rey beneficios y privilegios.
Cada ez que las resoluciones reales amagaban su concep-
cin del servicie publico, los vasallos acudfan al rey en la con,
viccin de que en sus virtudes poltucas, piedad y jusucla en-
contrarian amparo. La mudanza establecida por la audiencia de
Concepci n en 1567 en el rgimen milita r, qu e consisti en qu e
la total idad de la poblacin de las ciuda des de la gobernacin
quedara de algu na manera afecta por la guerra de la regin
araucana, fue suplicada por las ciudades. Todas ellas enviaron pro-
curadores a la ciudad de Concepcin para obtener la derogacin
del nuevo rgimen. Con este motivo el procurador general de
la ciudad de Santiago, en representacin dirigida a la audiencia
en 30 de agoslo de aquel afio, expres que los vecinos tenan
gun dificultad en cumplir su mandamiento porque a ralz de la
conquista estaban adeudados y pobre-s y no les quedaba casa
ni haciendas. La audiencia no acept esta splica. y los vecinos
debieron cumplir estas obligaciones por algn tiempo, El ace-
lerado agotamiento de los yacimientos aurHeros y las persisten-
les campatia. conIra los indios rebeldes, menguaron la hacien-
do de los vecinos y las obligaciones impuestas por la audiencia
$C hicieron insoportables. Los descendiente-s de los conquista-
dores que heredaron esa concepci n seorial, acudieron, enton-
ces ante la audiencia de Lima en solicitud de que se les aliviase
Praenlw6n de JUiln Go<UneJ iI la real iludit'llci.iI de Conoepn sobre pedido
de ilnnD, soldildOl, abilliOl, mu nicionos, elc. Silnliilgt>. 50 de apto de 1!l67.
CliIudio Gily. Ililtoria Fil ia y PoUtia de Cbile" DoeumentOl. Towo 1, p.
:m,
80
de ese servicio. Accedi sta en 1591. Despus de la resol ucin de
ese tribunal, los vecinos desobedecieron las rdenes Oez de
Loyola para que acudiesen a la guerra y pos teriormente a la
orden del virrey que en 1595 restableci esa obligacin. Mas
tarde cuando el rey ratific la orden del virrey del Per, los
cabildos de las ciudades designaron procurador en la corte para
que hiciese presente al soberano la afligida situacin por l a
que pasaban los vecinos encomenderos y los perjuicios que su-
fran en sus haciendas por su asistencia a la guerra. El pro-
curador logr que se li berase a los encomenderos de la obliga-
ci n mil itar en Arauco cuando la gente pagada fuera suficiente
pa ra contener a los in dios rebeldes.
Deb ido a la pobre/a que de inmediato sufrieron los vasa-
llos espaoles de Chile por el agotamiento de los yacimientos
aurferos y al serv icio militar q ue en esas circunstancias presta
ban contra los indios rebeldes de la regin araucana, fueron
ex imjdos, por sugest in del virrey del Per, del pago de la al-
cabala con que el rey grav las transacciones comerciales de
sus vasallos espaoles de Amrica para financiar los gastos que
ex iga el mantenimiento de las comunicaciones entre la parte
vieja y la part e nueva de la monarqu a. Pero ms tarde, cuando
se les alivi en parte del servicio militar mediante la creacin
de un ejrcito que lleg a ser permanente para reducir a los
indios y se supuso que la exencin del almojarifazgo en la
venta de sus productos agropecuarios en el Per, habra asen.
tado su eco noma. fueron incluidos en los , nuevos servicios tri-
bu tarios que el rey fue imponiendo a sus vasallos de Amrica.
En el fondo y en la forma, estos servicios eran diferentes de 105
que hasta entonces haban gravado a estos vasallos y adems se
sob reponan a los antiguos. Eran servicios en dinero para subve-
ni r a los gastos de la defensa de la monarqula, permanentes o de
largos plazos '1 cont rar iaban la concepcin seoria l, el dinmi-
co sentido persona lista de l servicio y las posibilidades di nera-
rias de una economa predominantemente natural. Ante estos
' ~ 5 t o r Meza vtaobos. " Rgimen Juzidico de la Conquisla l' de la Guerra de
Arau(o. " Revista Chi lena de Htstorla y Geografla". NQ 107, pp. 19 Yes. Mi-
guel Luil Amunlcgui. Los Pre(ursoH."I de la I ndepe lldend a de Chile. T . 11,
p.9O.
8 I
nuevos gravmenes, los de scendientes de los conquistadores
r eaccionaron en for ma negat"'a. Los consider aron duplicaci ones
de ser vicios: ellos defendtau la monarqua en su propio rein o
de los a taques de los indios inf iel es y de los corsarios, por esto
estimaban q ue deb an estar exentos le cualquier otro servicio
para la def ensa de la monarqua dentro y fu er a del reino.
En 1G3 l se dispu so imponer un gr avamen en favor del rey a
las pul peras ex istentes en la parte occid ental de Amrica del
Sur para financiar el mantenimiento de la guarnici n del Ca llao
y la n ota del mar del Sur. Este tributo fue establecido por real
cdula e! 27 de mayo de 1631. Para su aplicacin las autoridades
dd vi rrein at o del Per determinaran el nmero de pulperas
indispensables para el abasteci miento de l as poblaciones. Estas
pulperas quedaran sujetas al cont rol del cabildo y libres de
tributos a la real hacienda, como antes de la r eal cdula. Las
(lue excedieran del nmero de las indispensables pagaran una
suma anual por va de composicin; seri an visitadas por el al.
calde de la audi en cia, excl uyendo de esta inspeccin al ca bildo ;
seran prefe ri das a las primer as en cuanto fuese j usto y posibl e
pa ra in ci tar a sus due os a q ue adquiriesen la categora de pul-
peras de composicin. En cu mpl imiento de esta orden el "real
acuerdo" de Lima det ermin el nmero de pul perlas exentas de
composicin que deb a haber en diversas ciudades. A las ciudades
chil enas de Sam iago y Co ncepci n se l es asi gnaron cuatro pul-
peras. Las dems deban pagar la composicin establecida en
ronlormi da d a la real cdula de 27 de ma}'o. En 30 de sep-
t iembre de 163Z se aut oriz a la real audiencia de Chile para
ej ecut ar esta ordene. En 1636 la audiencia decidi incluir en l a
(aliJad de pul peras a todos los esta bl ecimientos en qu e se
vend a vino. Esta resolucin afectaba a los hacendados que te-
n an la cost umbre de expe nder direct amente al pblico en sus
casa de la ciudad. vin os de su cosecha. El procurador general
de la ciudad de Sant iago se present en la audiencia en 10
de dici embre de 1636 y respetuosamente, en nombre del ben
' La ciudad de Santiago de Chi le con el seior fiS(.lI 50bre no deberse cobr ar los
diel ). seu peso. de contribucin que la au dienci a de Chile carga a los vecinos
que venden en SUJ c;u;as vinos de IU COKCha 1636I MO. A G . l., A. de
Chile, 27.
82
com n, suplic de esta resolucin afirmando que en justicia se
debla revocar. El procurador razonaba as: I; real cdula P'=r-
mida a los dueos de heredades vender sus cosechas en sus
casas y en esta conformidad haban vendido su vino desde que
se haba pob lado el reino y lo tenan por costumbre. En viro
rud de esta rnstumbre los cabildos les haban dado licencia para
ello y no era justo que en contra..'encin de ella se les mandase
pagar composicin en adelante y por el tiempo que haba rrans..
currido desde el establecimiento de este gravamen. Esta reso-
lu ci n era incomprensible en una tierra un pobre donde los
frutos valfan tan poco, Adem s la real cdula impona la compo-
sicin a las pulperas, las cuales, segun el procurador eran es-
tableci mi ent os en los que se ..-endtan pan y otras menestras ade-
ms del vino. La resolucin de obligar a los herederos a compo-
nerse por el vino que vendan en sus casas era odiosa y perju-
dicaba el derecho que tenian los cabildos para dar licencia para
establecer pulper as y tabernas a su d iscrecin, y por lo que
tenia de contributor ia no debla extenderse de lo que en ella se
estableca, En virtud de estas consideraciones, el procurador
genera l pi di la revocacin de l auto y de las multas que se
hablan impuesto y que se autorizase a los hered eros para ven-
der en sus casas el vino de sus cosechase.
Los cosecheros por su parte pidieron que se levantase una in-
formacin para probar su derecho a vender en sus casas el vino
de sus cosechas. En esta infonnacin qued establecido que
esta prct ica era mu), antigua: qw: era costumbre en Espaa
y en el Per : que el cabildo habia dado las licencias sin oposi-
cin y que mediante esta costumbre tan antigua estaban los
vecinos en la posesin de vender sus vinos en sus rasas". Re-
pl icando a Id representacin de los cosecheros, el fiscal sostuvo
que en la real c dula que haba establecido la composicin de
pul perlas no se admita ninguna excepci n y que la pretensin
de los cosecheros perj ud icaba a la real hacienda. En nombre de
' t' rnentatin del procurador ge.-neral de l. ciu..Iad de S.ntiago en la cau"", de
l. ciudad de Sant iago con el seor fiK;alllObre no deberse robrar la. die, l se;.
pesos.
' La ciudad de Sant iago con el seor fiscal 1IOIne no dd.>ene cobrar los diu y
l eU pelOS,
8 ~
la ciudad y herederos de sus distritos se present en la audien.
cia Lucas Snchel de Avila. In su defensa, aleg que la irnpo.
siri n ron que se haba gra\'3110 a los herederos era una duptr .
cacin de servicios, Estos estaban en posesi n quieta y pacifica
de vender vino con slo licencia del cabildo en conformidad a
pri\'ilegirx y excepciones que tentan los vecinos, las cuales se
I deban guardar en fUCHa de contrato oneroso por habtr-
seles dado con calidad de que poblasen la tierra y la defen.
diesen de los indios enemigos con quienes mantenan guerra ron-
tinua l por esto no se les deban quebrantar. Snchcz de Avil a
afirmaba qut' an en el caso en que cesaran estos privilegios,
que en este raso no cesaban, y por algn camino se pudiese in-
cluir a Ins herederos en la real cdula de composicin de palpe-
ras, dio no poda ser por raz n de los privilegios mili tares de
que gOlaban por estar en frontera de indios de guerra tan be-
licosos como eran los que constantemente les amenazaban, '1
que por estar siempre con sus armas '1 caballos aprestados para
defender la uerra de las invasiones ordi na rias de los indi os, '1 en
esta defe nsa sufran gr an riesgo de sus vidas y prdidas de sus
haciendas. tenan derecho a que se les favorecie ra '1 relevara de
cualquier tributo y nuevas imposiciones. Si SIOS tenan por
objeto socorrer a los soldados '1 defender la tierra. esto se con-
seguia relevando )" aliviando a los herederos de la composicin
de pulpertase.
En atencin a lo alegado por el procurador de la ciudad
en Iavor de los herederos y por su propio procurador, la audien-
cia resolvi en 15 de diciembre de 1639 liberar a 105 cosecheros
de las condenas que se les hablan impuesto por haber continua-
do expendiendo "inos en sus cuas despus de publicada la
disposici n que fijaba el nmero de pulperas. En adelante
deban p.agu diecisis pesm anuales hasra que Su ~ l a j e s t a d
mandase otra cosa. si vend an solamente vino de su cosecha; si
adem s de esto vend an otras cesas, deba n pagar la misma su-
ma que las pulperas de composicin. Par a gozar de la exen-
cin era necesario que informasen a los oidores o al alcalde de
corte. al tiempo de la cosecha. de la cannd... d de vino que ha-
'u ciudlld de Silnliago UXI el KI;or (il(;al sobre no deberte cobrar 101 diez
)' KiJ pct<lI .
84
bian cosechado. Esta resol ucin no satisfizo a 105 hereder os quie-
nes a pela ro n ante el consej o de I nd ias. Este declar por reso-
luci n de 5 de sep t iembre de 1640, que si los cosecheros vendan
solamente el vin o de sus cosechas qued aban exentos de la im-
posicin de pulperfasv.
La poli ti ra Ilscali sta fue acent undose en el curso del siglo
XVII. En 16:S6, por rea l cdula de 28 de marzo. se Impuso a los
vasall os amer icanos el servicio de Unin de las Armas. Estos
deban pa gar seiscientos mil ducados anuales por t iempo de
quince aos para a fro ntar los gastos de defensa del con t inente.
De esta suma, doscien tos cincuent a mil ducados correspondan a
los vasallos del virreinato de Nueva Espaa, y trescientos cin-
cuenta mil al con j unto formado por el virreinato del Per y las
goberna ciones de su dependencia. La suma indicada poda re-
uni rse med iante el alza de los impuestos ordinarios en Cast illa:
alcabala y almoj arifazgo por tratarse de impuestos "propio s y
origi na rios de la corona de Cas ti lla a la cual estaban in cor pora.
dos estos reinos y por tant o, dependi entes y suj etos a sus leyes", o
en caso de que el aumento de estos impuestos no bastare, me-
di ant e la imposici n de sisas en cuyo caso deba n aplicarse " sua ves
y Iegimos me di os' uv.
Como hasta en tonces el reino de Chile no habl a pagado al-
cabal as porque a pr opuesta del virrey del Per el f ey l e haba
eximido de este impuesto en a tencin a la pobreza en que le
habia sumido la guerra cont ra los indios r ebel des, el vi rrey del
Per, a qui en vin o en cargada la imposicin de este t ri buto, or-
den al gobernador de Chile que impusier a un derech o de 4%
de alcabala conforme a las leyes del cuaderno y arancel; que
aumentara los der ech os de almofari fazgo a los art culos de ex-
ponaci n que lo pagaban 'f que cobrara ese derech o a 1 0 ~ que
estaba n exentos. Y si lodo esto era ins uficiente impusiera otros
r bit ros para re unir lo que fallara pa ra enter ar la suma asigna.
da a este rei no. La imposici n de cua lquier arbit ri o adems de
la alcaba la y almoj ari fazgo, deb an hac er se con acuerdo de la
' La (i udad de gannago con el seor Iiscal sobre no deberse cobrar 1(1(1 di ez
)' sei. pl"SOll.
" El reino de Ch ile por Su procurador ..,hre qu e se ..,hrnea en la (Obranz" de
1(1(1 veinl e mi l du cados q ue se le re partieron par a el servido de Unin de tu
Armas, en cada un alio. A. G. I.. A de Chile. 27.
85
rea l audiencia y oficiales reales, y trat arse con el cabildo y
otras personas de impor ta nr ia. El gobernador deb a procurar
que los cabildos tomara n las alcabalas por encabezamiento
conviniendo con ellos el precio que parecier e ju sto para evitar
los rigores de las leyes del cuaderno que resultaba n del arrenda.
miento y administracin. Si los cabildos no aceptaban tomar a
su rargo la recaudacin de estos impuestos, la dar-an en ar ren.
do o administrarin u. El gobernador convoc en su casa al ca-
bildo de Santiago como cabeza de gobernacin para darle a
conocer la nueva imposicin y entrega rle los documentos por
los cuales el rey peda a la corporacin popular que cooperase
con l en el establecimiento de este servic io. En conocimiento
de esto, y no obstante la orden del rey de que acudiese en todo
lo que se le propusiese en conformidad a la obligac in natural
de acudirle, al cabildo de San tiago pidi en 10 de octubre de
1639 q ue se sobreseyese en la imposicin del servicio de Unin
de las Annas y se informase al rey de los fundamentos que ten a
el reino para no acepta rla a fin de que ste resolvier a lo que rre-
yera mds conve niente. Consideraba el cabildo que el "acuerdo
de Lima" careca de atribucin para establecer este servido so-
bre. Jos derechos reales de almojarifazgo y alca bala porque el
reino gozaba desde 1594 del "privilegio y gracia", de no pagar
estos derechos. El rey en cana d irigida al virrey del Per en 29
de d iciembre de aquel ao, hab a aprobado la provisin de la
audiencia de Lima por la que se haba exonerado al reino del
pago de almojarifazgo por los productos agr colas q ue exporta
se al Per. Este privilegio y gracia i ndula tambin al de recho
de alcabala, pues habla sido com-edido a ra lz de un informe ele-
vado a la consideracin rea l por el virrey, en circunsta ncias en
que se haba dispuesto extender este gravamen a los reinos de
las Indias. El rey hab la dispuesto, en conformidad a ese in-
forme, que esos derechos se estableciera n en Chile cua ndo el
reino estuviese en condiciones de pagarlos, situacin que de-
ba cornuncarsele. Este privileg io y gracia hab la sido acepta
do por el reino y habla gozado de l por ms de cuarenta y cinco
" El rei no de Chile por su pr Ol'urdor sobre que le sobresC' en J cobranra de
101 veinlr mi l duudOl que ~ le repulieron Pr el servicio de Unin de las
Armas. en cada un ao. A. G. l., A. dr Chile. 27.
86
aos. El cabildo cons ideraba que por estas dos circ unstancias
este pri vilegi o no se poda alterar ni revocar sin especial man-
dato y orden del rey, y tampoco se poda imponer del pago de
esos derechos sin que se d iera cuenta previamente al soberano
del propsit o de hacerl o. T ambin considera ba el cabildo que
tratndose de una contribucin pecuniaria destinada a finan-
ciar la defensa de los rei nos de la monarqua, el re ino de Chi-
le de bi a estar exe nto de ella, pues, era t ierra de guerra. Su acep-
tacin por los dems re inos no obligaba a ste, pues, en ellos
"mi litaba n otras causas". Esta era tierra de guerra y la mayor
parte de sus veci nos eran fro nterizos que estaban expuestos a de-
j ar sus casas y ha ciendas y a tomar las armas pa ra acudi r a la
defensa de ell as como lo haban hecho frecuentemente desde
la conquista hasta el establecimiento de! situado y lo seguan
haci endo an. Los vecinos hab an prestado al rey ms de un
mill n de pesos y nunca se les haba devuelto esta suma. Para
hacer este prstamo al r ey haban hipotecado sus propiedades
en ms de novecientos mil pesos, a los cuales hab la que agre-
gar los int ereses. De esta suma ms de seiscientos mil hab an si-
do prestados por los vecinos de Santi ago. Afirmaba el cabildo
q ue no ob stante lo red ucido de sus cosechas y matanzas, cuyo
prod ucto d ifcilment e les permit a adqui rir su vestuario, daban
vacas, ca ballos, t rigo y ot ras provisiones necesari as, indios, in-
di as y muchachos para el real servicio con todo lo cual los sol-
dados ten an asegu rado su aprovisionamient o en San tiago, as
como ten an asegurado su sueldo con el situado; haban he-
cho donat ivos graciosos con menoscabo de sus haciendas con
gran generosidad, excediendo a los r icos y poderosos vecinos
de otros reinos" "proced iendo siempre con gallarda subordi na-
cin al gus to y vol untad del rey"; en los lti mos aos, ms de
q uini entos jvenes, h ijos de vecin os de Santi ago, hab an acre-
(e nt allo las huestes de la frontera y stos eran socorridos por
sus padres para q ue sirvieran con el l ustre de bi do. Est imaba el
cabildo qu e si se miraba bien todo esto, val a ms del doble de
la suma que deb ian pagar par a el serv ido de Unin de las Ar-
ma s si ste llegaba a impcn rsetcs. Si el gobernador, no obs ta n-
te el Impedimento legal , q ue invocab a el cabildo quisiera im-
ponerlo en otros derechos, de b a tener presente "lo que Su
87
Majestad ha hecho en favor de este rei no para privilegiar le y
exceptuarle J ~ los dems de las In dias, por diferentes c dulas
y especialmente la ratificacin de! acuerdo tomado por la au-
diencia de Lima en 1594, pues, cuando ten a ma ndado que
se entablase el derecho de la alcabala lo excepto y quiso que
en lo de adelan te no se enlabiase sin que primero hubi ese di s-
posicin para ello y sin qu e primero se le diese cuenta, y as
en cosa que a Su Maj estad toca y es de su regala le qui so exo-
nerar, mej or de otro cualquier servicio o imposicin, y si en-
tonces le movieron como a tan cri stiano y catlico rey y se-
fior natural las causas que le seal e! marqus de Caete, qu e
fueron guerra, pobreza y muerte, hoy estn m s viva s para qu e
muevan a Su Maj estad y por ellas sea servido de exceptuarle de
este servicio y a vuestra seor a que en el inter n q ue se le
da cuenta sobresea't w. Uno de los alca ldes ordinarios de la ciu-
dad de Concepcin, actuando como su procurador, ma nifest,
en defensa de la peticin de sobreseimiento hecha por el ca-
bildo de Santiago, que no tena valor el q ue se dij era que el
gobernador era mero ejecutor y como tal no podia sobreseer
en la ejecucin de la rea l cdula y provisin de! virrey, porque,
siendo las razones que se alegaren de tal calidad que se entien -
da que teniendo not icias de ella el superior mandara sobreseer
en la ejecucin, debe hacerlo as el ejecu tor y siendo ms que
verosmil que el catlico y cri stiano celo de Su Majestad un a
vez enterado de las razones q ue se dan por todo el re i no y tenia
representadas el cabildo de la ciudad de Santiago, y las espe-
cial es de las ciudades de Concepcin y San Bar tolom de
Gamboa, cont inuar la la merced hecha por sus antecesores, Por
tanto, conclu a sosteni endo q ue el gobernador deba sobreseer
en la ej ecucin de la real c dulate.
Resistiendo las pretensiones de las ciudades ~ e 1 reino, el Iis-
cal sostuvo que el privilegio aducido por ste como los de-
ms de su tenor, suruan y t en an calidad de precarios y eran
1IEI rei no de Ch ile por Su procurador sobre que se sobresea en la cobran... de
10l' "einre roil duc ados que le le repartieron para el servicio de Un in de l;u
Arm;u, en uda un al\o , A, G. r ., A, de Chile. 27.
"El reino de Chile por I U procurador "Obre qu e se sobresea en la c.obranu de
1< ,ei nle roil duudOl ,
88
revocabl es por quien los haban concedi do o por sus sucesores,
Adems el re y teni a der echo a echa r mano de su propio pat ri-
moni o para la s necesid ad es del "est ado pblico" y si ste no al-
canzaba, poda establecer nuevos tributos en fuerza de derecho,
En opos icin a una peticin de la ciudad de Concepcin sostuvo
que siendo la causa pblica el fundame nto de! servicio de Unin
de las Armas, cesaba el presunto pri vil egio. Segn e! fiscal,
la causa pblica era suficient e para hacer cesar cualquier pri-
vil egio a unque hubiera sido concedido en forma de contra to.
Ad ems, neg que fu ese verdadera la pobreza del reino y aun-
que as fu er a esto no poda tener ms fuerza que la causa po
blica. El rey peda lo SU)' o par a gastarlo en defensa de la fe
catlica, de sus vasall os y del "estado p bli co" , Respecto a la
afirmacin de los vasallos de que los gastos que hab an hecho
en la defen sa de! r eino just ifi caban su pret ensin a impetrar
la pi edad del sobera no y de que mi ent ras tanto se sobreseyese,
mani fest que el rey gasta ba anual mente una cuantiosa suma
en la defen sa del reino, que ven a del tesoro real del Per , con
la cual se fi nanci aban otros gastos de la admi nistracin y que la
participacin que los vecinos ten an en la defensa no era im-
pedimento para la ej ecu cin del servido sol icit ado por el rey,
pues, los vasallos podan pedir que se l es grat ificase conforme a
los mr itos de l ada uno, Sostuvo ade ms el fiscal que el gober-
nador no tena j uri sdiccin para o r al cabildo por ser mero
ej ecutor de la orden, y porque los derechos en que el r ey
habia si t uado el ser vicio de Unin de l as Armas, eran regala y
pa t rimonio real en ra zn de que las Indi as Occid en tal es for-
maban parte de la corona de Cas tilla' >. No obstant e l a oposi-
cin del fisca l, el gobernador ace pt la petici n de la ciudad de
Santiago para hacer una informacin en la que constaran sus
derechos, En el in ter rogatori o que con este fin present el ca-
bildo de esta ciudad, en 2 de noviembre de 1639, el procura
dar general de la ci udad preguntaba a l os test igos si saban
que los vecinos y morad ores de este rei no nunca habian paga
do derechos de alcabala y almojari fazgo y que en esta cuasi
posesin hablan estado desde su conquista '1 poblacin ; q ue
" El r..ino de Ch ile j>or su pn,(Curador sobre qu e se sobresea en la cobr anza de
los veinte mil duc ad os.
89
habiendo despachado Su en 1591 cdu la para
in-el estableciese eltOS derechos y especialmente el de alcabala
en raz n del 2". este funcionario lo estableci en el Per y ex.
cepeu al reino de Chile e inform al de las razones
haba tenido para ello; que ntas razones hablan sido la
rra, la pobreza ). las muchas muertes habla n suca:lido:
e! rey lo ha bla tenido por bien y haba mandado que para es-
tablec-erlo ms adelante estuviese el reino en condiciones de pa
gario y que oport unamente se le Informase de ello: qu e actual-
ment e el reino no estaba en condiciones de soportar su esta-
blecimiento y por tanto, no se habia podido dar cuenta de ello
al reyu. Intervino tambin el procurador de las ciudades de
Concepcin y San Barrolom de C,.hilUn abundando en las mi s-
mas razones. En 11 de noviembre el "real acuerdo" resolvi
el gobernador poda, por ahora, sobreseer en la ejecucin de ne
servicio mientras que el rey y el virrey, informados de 10$ mo-
t i\"Os de la resistencia de! reino provean erra cosaw. El gober -
nador se conform con esta resolucin y proceso fue ele-
vado al virrey del Per . All se dirig i tambi n e! procurador
del reino de Chile. En la rea nudaci n de la causa en la aud ien-
cia de Lima ste rechaz el argumento de que fuese de con-
sideracin, para imponer este sen'icio a sus representados. la
afirmacin de ICK oidores de na audiencia de que el rey habia
despachado carta y sobrecartas, pues, para este efecto nunca
te haba hecho menci n en este asunto del prlvtlego que habia
concedido el rey a 10$ VOIsaUO$ de! reino de Chil e en 159t, ni
se habia oido al reino con este motivo. Segn el procurador
del reino de Chi le, elit e reino estaba, pues, en t rminos de sus
reales cdulas y del der echo comn que le daba lugar a sup li-
car tle la de terminacin real con justa y razonable causa como
lo era la guerra y conforme a ello no debla ejecutarse la irn-
posicin de 10$ veinte mil ducados, hasta que el reino hubiese
sido odo por el rey. Tampoco conced a importancia al he-
"Copia ckl pn...m ado por d de la ciudad
de SoilnlillJO. In <k la im.-icin dd ..-nKio de L'nirl de w Armu .
inrorpol"acb m QMa del filclll de la audK'nua ck 9 marlO de 16fO. C. C. y
M. ),f ., Mrdi ll.il . U7; S.
" El Tl!'ino de Chile por tU pTocundoT tobrl!' que ti!' IObr_ en la robrilfUll de
101 eerrne mil ducadOl ...
90
cho de que el virrey hubiera entregado al presidente de la real
audiencia de Chile la ejecucin y reparticin de los veinte mil
ducados, delegndole la mera ejecucin como l la tena, por -
que si bien el rey le habia encargado la mera ejecucin de la
reparticin e imposicin de ese servicio. era tambin mixto eje-
cutor por la plena comisin que en su arbitrio se haba reser-
vado, en cuanto al modo de personas y cosas en que debla re-
caer este servicio por lo cual deba oir a los que tuviesen dere-
cho para que no se les impusiese como era e! caso de! reino de
Chile que estaba en posesin del pnvegto de 159-1 y por la
antigedad con que lo pose an. Afirm tambin el procurador
que si el reino de Chile hubiese tenido noticias de que se tra -
taba de perjudicarlo, hubiera presentado ese privilegio y hubie-
ra sealado las razones que tenia para que se le conservara y
habra probado que en la real cdula no haba voluntad contra-
ria a l. En defensa de la pretensi n de que e! reino fuese odo,
manifest que cuando se delegaba en un funcionario la ejecu-
cin de una medida no se le consideraba mero ejecutor, sino
que por lo menos, como haba de proceder con conocimiento
de la causa, se le daba facultad para oir las excepciones legtimas
y remuu las, suspl'nsa la ejecuci n al superior, pues, confor-
me a derecho las excepciones legitimas y de defensa no se exclu-
yen para cualquier cdula o rescripto aUIl(!ue se diga en l que
no se admitan excepciones!t. obstante la defensa hecha por
el procurador del reino de Chile, el virrey del Per no aprob
el sobreseimiento resucito por el gobernador de este reino y
reiter la orden de que se ejecutase la reparticin que se habla
hecho. Sin embargo de esta resoludn concedi autorizacin
para que se remitieran los autos a la rortew. Asi se hizo Y se
inici el cobro del servicio de Unin de las Armas!' . En la
exaccin de este tributo el virrey tU\'O en consideracin el ca-
dd procur..dor ..1 del r('ino <k Chil(' ..1 vilTr')' dd P..... u. J><IU
qu(' OC' ...br..,.... m 1.. drllC'nicio de Unin de In .... rmu.:?6 de abril
1640. A. G. A. d(' Chile. 27.
UF] reino de Chilt por IU procurador sobre qu(' 1(' IObran ni J cobranu de
101 verme mil duc..dOl.
"En urta del ubildo de Santiago ..1 de 20 de julio de 1648, se dice que
antes dd tertemoro de l' de de 1647, el reino ... taba graudo con el ser
vicio de Unin de tu Armal. A. G. l., A. de Chile. 27.
9 I
r actcr predominantemente na t ura l de la economta de! reino de
Chile l admiti (lue se pagara en espec ies. Una vez recaudadas
bs especies se remitan al Per para su ventaw.
:'\0 obsrarne la preponderancia del poder real siempre era
necesario obtener la aceptacin popular para cualquier gra'a
men y esto corresponda a los cabildos en representacin del
pueblo. Los funcionarios procuraban obtener el consemimien.
ro. aunque fuera por la violencia..\si ocurri en ese caso. Cuan-
tas \ iolencias fueron necesarias se ejercieron sobre e! cabildo
de Santiago, p.at1l que aceptase la resoluci n de! virrey. Antes de
que hubiera pronunciamiento del rey se prendi a los regidores
l a 10$ demh ocialesw. En fuerza de esas presiones e! cabildo
acept eu Si la exacdn de ese gra\amen fue al
principio penma para e! reino. lo fue ms, poco despu s de -
bido 31 cambio desfavorable de la constelacin en que hab a
sido aceptado: baj e! precio de los cordobanes y de los produc-
tos agrfcolas que se gravaron con el impuesto: el puerto de Bue-
nos Aires se cerr debido al al/amiento de Port ugal pravo
cando e! al/a del prec io de la ropa en UII tercio y los esclavos
negros subieron de doscientos a seiscien tos y setecientos pe-
.ws
H
. Para cumpl ir los pagos los capitulares empearon las [o.
ps de sus mujeres y las alhajas de sus casas, sin lograr con esto
cubrir la suma que les corresponda pagar. por lo cual fueron
apresados )' antes del terremoto de 16-17 se adeudaban doce
mil paosu. Fundado en que el tributo se pagaba con tan
grandes S<lcrifi< ios, el cabildo de Santiago represent esta situa-
cin al gobernador y a la audiencia. El gobernador Mujica en
carta de 26 de ma yo de J&f", comunicando al rey este pedido.
"'Clirta del muquh <ir &idrs ...1 . iutl dd PCTU. 16 de octubr e
de 1644 ( c.} \1 . \Ied.in;l , 1)11; 130.
Prftnl racion de 1.. ciudad de S;antigo <ir Chile. ;11 Itl. 16 de tcplimabre de
167!>. A. G. A. de Chile. 27.
-!dan.
It(".;Iru del cot>nnad.... Martn de Mujiul ;11 rtl. 26 de m;l!O de 16-47. C. c.
} !-I. \1. Mtdinl , ISS; 74.
"'fllpcdierlle rd..tho a la relen.cin de l KT icio de l'nifl de ID ArmD del
reino ole U,ile. IfifiO. A. G. L, A. de Chile, 27; una del defi nitorio de 1;1
orden de "UC.IU /'ioa de 1;1 Mene<! il 1;1 reina, 8 de muro de 167' . A.
G. I., A. de Chile, 27.
92
calificaba esta si t uacin "como necesidad conocida imposible"
verdadera y que constaba que al reino le era imposible sopor-
tarla y que se des poblar/a porque no poda vivir con esta carga
q ue era para ellos la lt ima. Expresaba tambin el gobernador
qu e esperaba que en premio, Dios sacara al rey victorioso de sus
enemigos si r elevaba a estos vasallos de esta rarga, porque de lo
contra rio, pereceran miserabl ementeas. A la vista de este informe
y de las pet iciones del cabildo el rey a.ccedi a relevarles de
este servicio. En su resol ucin el rey presci ndi de la parte for-
mal en q ue el cabi ldo habla plantea do su peticin de sobrese.
miento y tom como fundamen to las condiciones en que vi-
vfa el reino. En vista de estas condiciones orden al virrey del
Per por cd ula de 28 de agosto de 1648, que, conj untamente
con la audi encia, en junta de h acienda, tratara sobre todo lo
que se podra hacer para aliv iar a los vasallos de las provincias
de Chi le; que lo que res ultase procurara ponerlo en vigencia
considera ndo el estado en que se hallaba n y que las i mposicio-
nes que ped an q ue se les aliviaran eran generales en todas las
lndi as y necesarias para los socorros de los reinos de Espaa
q ue diera cuenta de lo que se resolvieraae. Posteriormente fue-
ron present adas al r ey otras pe ticiones en el mismo sentido. En
atencin a ellas ste orden al vir rey del Per por cdula de
5 de oct ubr e de 16t8 "como quien teni a la cosa presente", se
informara sobre el estado de las provincias de Ch ile; si conti-
nu aba la guerra; si en la necesidad y po brela que padecan
podan soportar la imposicin del servicio de Unin de las Ar-
mas; si estaba ejecutado, admi t ido y asentado o en qu estado
se hall aba su establec imiento, si se poda re bajar algovt. A
d iferencia de lo esta blecido en la r eal cdula de 28 de agosto del
mi smo ao, en esta se le Indicab a que, para aliviar a los veci-
nos de Chi le, atend iera a que la suma q ue se haba asignado a las
-Carta del gobernador Martln de Mujiu al rey, 26 de malO de 1&17. C.
C. y M. M., Metlilla, 13:', 74.
- Miguel Luis Amundtegui. Los precursor es de la Independencia de Chile.
lomo 11, pp. 274276.
"Copia de l a rea l cdula de 5 de octubre de 1&18 en que se orden al vt-
n el del Per que COn atencin al estado en que se hallaran las proncias
de Chile provea lu que tuviera po r conveniente en la c o h r a l l ~ a del serviciu
de Unin de las Armas A. G. J., A. de Ch ile, 27.
9 3
provincias del Per no era de tal precisin como para que la
rebaja que se hiciera en Chi le debiera ser compensada aurnen-
landa la suma asignada en el repar timiento a las dems gober .
naciones. El virrey, con estos antecedentes y lo mandado en la
real cdula de 28 de agosto deba resolver lo que fuera ms
conveniente".
Entretanto el cabildo de Santiago, a raz del terremoto de
13 de mayo de 1647 haba solicitado que en atencin al estado
ruinoso en que habian quedado sus const rucciones y a las
prdidas sufridas por vecinos y moradores, se suspendiese el
cobro del servicio de Unin de las Armas, el impuesto del Pe-
pel sellado, composicin de pu lperlas y almojarifazgo. Afirma-
ba el cabildo de esta ciudad que en tales circunstancias no era
posible a los vecinos pagar estos impuestos y que si no se les
aliviaba de ellos no tendran nimo ni recursos para reedi.
car sus habitaciones y que despoblartan la ciudad y se ver an
obligados a abandonarla. La pet icin enco ntr acogida en las
au toridades de Chile y fue elevada a las de Li ma para qu e
de terminaran sobre ella. La juma de hacienda de l vrreynaro
del Per acord recomendar al virrey que la acogiera. El virrey
acept la peticin del cabildo de Santiago hasta tanto que el
monarca proveyese otra ccsaw. El cabildo de Santiago envi tamo
bien un procurador a la corte. Este solicit exencin por
trmino de diez aos del pago de lodo derecho por las merca-
deras que se exportasen. para favorecer el comercio a fin de
que por este medio los vecinos volviera n a su anterior estado" .
En respuesta a esta peucin el consejo de Indi as propuso al
rey que liberase de impuestos a los vecinos de Samlago por
algn tiempo para que se animasen a reconst r uir la d udad y
que de las remas vacan tes de obispados de Amrica se apli-
cara algu na cantidad para reconstruccin de templos, conveu-
los y edificios y an de las casa de los vecinos. El consejo soli-
citaba al rey que le permitiese determinar cules serian los
tributos de que se poda liberar a los vecinos de la ciudad de
"'Copia de la rea l ddula de 5 de octubre de 1648.
-Miguel Luis AmunlC'gUi. El Terremoto del l ' de Mayo de 1647, pp. 458-4:'9 .
- Idem.
94
Santiago y el tiempo durante el cual estaran suspensosat. El
monarca aprob la. propuesta del consejo y expidi la cdula
de lQ de junio de 1649 por la qu e liberaba a los vecinos de San.
tiago de la alcabala, Unin de las Armas y de todos 10$ tribu-
tos pertenecientes al rey por un periodo de 6 aos. Por igual
t rmino se les liber del pago de almojariLugo a la salida y a
la entrada de los productos y mercader..s que exportasen al
Per u otras partes
J2
No habta transcurrido aun el trmino de
la suspensi n de impuestos cuando por disposici n de 4 de ma-
lO de 1650 se orden al virrey del Per , que si la ciudad de
Santiago y su distrito no estaban )'a en la pr ecisa necesidad de
que se les mantuviera la suspensi n de tr ibutos que se le haba
concedido a ratz del terremoto los restableciera por tratarse de
imposiciones que ya estaban asentadas. En cumplimiento de
esta orden ink i el virrey una informacin sobre el estado de la
ciudad de Santiago y su distrito. Terminada la informaci n se
resolvi en el "acuerdo de hacienda" que la dudad continuase
gozando de la suspensi n de tributos hasta completar el trmino
de seis aos conforme lo habla establecido la rea l cdula de 1'.'
de junio de 1649 y que se reanudase su cobro al trmi no del
pl azoae.
Las ciudades del obispado de Concepcin tambin hablan
hecho presente al gobernador xtujica que deban soportar el
apertrecharniemo de los soldados no obstante la suma pobreza
en que vivan sus vecinos y que en esas condiciones les pareca
intolerable la carga de los diversos der echos que deban pagar.
Estas cargas les eran ms intolerables "especi alment e cuando
todos 11 que militaban y viv an en frontera de guerra" en los
reinos de la corona, "aun siendo ciudades )' provincias de mu-
cha riqueza y poder estaban exentas de derechos y gavelas
para favorecer las armas y para animar a los labradores a que
"'Da (Umla a Su Majenad dd y ruina hubo 1m la ciudad
Santiago de Y lo hllUT con 101 habilanles
de aqueUIl pro\-indll a A. G. L, A. de Chile. 1.
-Al \'irre, del PeJu avis.1ndole de la raoludn que se ha lomado en cuan -
lo librar do: tribulOl a los \I('(inos de Sanliago de Chile. A. G. l., A. do:
Chile, 27.
- Expedielllo: sobre la LOnlinuadn do: pagu de nibu{os. C. C. y M. M., Me-
dina, 309; 98.
9 5
siembren y er ren para abastecer el ejrcito" . El gobernador tras.
miti esta petici n al rey a fin de que resolviera sobre eHit,u. El
28 de junio de 1648. el cabildo de Co ncepc:::in se dirigi al
en el mismo sentido. En su carla le deca que adems de 10$ muo
rhoe servicios que haba hecho al rey en Ia guern, stOl hablan
aumentado con los derechos de Unin de las Armas y papel
sellado: que l sin atender a las cortas posibilidades de la po-
blacin haba admitido esos derechos con prontit ud "por ser
gustO de Vues t ra :\Iajestatl " prometi ndose que ron su producto
pudiera ayudar algo a los gastos de la real corona. Mas. estos
t ributos haban r esult ado ta n gravosos que tenan a todos ani-
qui lados y constituidos en suma pobreza. Esper aba el cabildo,
q ue por esta sit uac in Su :\I aj estad con su acostumbrada p iedad
se servirla relevarles de esta carga, mer ced que el cabildo soli ri -
taba humldemcntee-. El rey por cdula de 25 de abril de 1652
orden a la audiencia que ntormaseo.
La exencin de tributos concedida a la ciudad de Santiago,
caduc en 1653. El mismo ao en que caduc la imposicin del
servicio de Unin de las Armas. Pero este servicio fue prorroga
do por un nuevo plaeoat. Por disposicin del virrey del Per
conde de Alba Liste, los vecinos de la ciudad de Santiago Iue-
ron exceptuados n uevamente de este servicio, debido a los sao
crificios que haban hecho para reprimir la rebelin de los
indgenas de 1655
18
En cambio los comerciantes que entraban y
salia n y que po r consiguiente no era n afect ados dir ect amente
por las calamida des que sufrfa el r eino debieron paga r la alea-
bala y el a mojari faego en la proporcin en que ambos impues-
tos habian sido establecidos. Mediante este pago los comercia n-
"Ral a'o.Iub. abril 1662. Lui$ Amunjlqui. El Te:ITe:moto
dd 13 de Ma)o de: 1641, pp. SSO553.
-c.arUl dd cabildo de: c.:.ncrpcK.n al rq, 2ll de junio <k 16-48. C. C. y
M. Medina. 140; 1.
-Re:al ctdula <k 250 de: abril de: 1652. Lui$ AmunJlqui , El T e-
dd 15 de '-Ia,o <k 1647. pp. 550-553.
"'Tadmonio de La ctduLa dd al\o 11 le dapalh al rilTlI:T conde: de:
LnD... para le te:paniac: al rnno <k Chile: y le: hiciac: pagar derecbc
L'nin de: Las ATtDU y lo que: le e:jc:c:ut6 en A. G. l. , A. de 21.
-COpia de un capitulo de: cana de: la real audie:ncia de: Chile: al [ q' . 15 .le:
agullo de: 1661. A. G. r., A. de: cene. 21.
96
tes quedaban exentos de obligaciones mili tares y de coruribu
clones para la guerraw. Los recursos que producir an estos m-
se desrinartan a fi nanciar la const rucci n de presidios
en la ribera nort e del rio El terremoto de 1657 jusri-
Iic aun la excepci n hec ha a favor de los vecinos. Slo en
1663 se reanud en la ciudad de Santiago el cobro del servic io
"Unin de las Annasvpor la suma de di el y siet e mil peso,o. En
cambio lu ciudades del obispado de- Concepcin permanecier on
exenta! de este- servicio debido a su pobreeao. En 1668 se cum-
pl i un a vez ms el tiempo durante el cual los reinos amer icanos
debian paga r el servicio de Uni n de las Armas. Fue rest abl eci do
en 16i l )' orden al conde de Lemcs que reanudase su cobro
por un periodo de quince aos. La audi encia de Chile tom
ronocirniemo de la cdula real y de la provisin del virrey en -4
de- mar zo de- 1673. Informado el cabildo solicit que se sobrese-
su cumplimiento hasta in forma r al virrey del Per a qui en
vent a cometi da la ejecucin de la rea l cdula
13
Poco despu s las
cor po raciones de Chile el evaron respectivas pet iciones a la corte
ron este fin. En 8 de marzo el defin itorio de la or den de Nuestra
Se or a de la Merced escr i bi a la rein a regent e rela tndole las
vici sit ud es por que haba pasado la cobranza de este servicio. vi-
cisitudes debi das a las calamidades <l ue ha blan sufri do los veci .
nos, pu es stas haban impedido su cobranza. Dec an que no obs-
la me la bu ena disposicin de los veenos para servir al rey, la
actual exigencia o cualquiera otr a carga era i nt olera ble- y supe-
ri or a sus fuerzas, "por la piedad generosa y del amor con que-
t ra ta a vasal los tie ne n entendido que siendo informado de la
- (.:o;ped'CtIlr rrlali\o a U. rrlrun drl ornirio dr l 'nin de las Ar .
mas al <rino dr Ch ilr. 1660. A. G. A. dr Chilr. 27.
-TalLmonio <Ir la dUula drl ao 71 qur Ir dnp.acb al \i1U) drl Prru
oondr dr Lrmot p.auo qur Ir al Trino dr Chi lr Ir hicinr pa .
rl derecho dr L'nin de las Armas. y lo q ue rn rUa.., .
G. l .. A. dr Chilr. 27.
"lofrmor ial dr l cabdo dr Sanliago al rr,. 21 <Ir rnrro <Ir 1700, A. G. l.,
A. dr Ch ilr, 107.
"'Co.na drl G1bildo dr la ciudad .:Ir Collcrpn. Iebrerc de 167' . A. G. l .,
A. dr csue. 28.
"Tatimon io dr la c"'du la del ao 71 qut lit <ln puh al \'irrry, con<l r <I r
L.rmOl, p;na que le' repar uee al rr ino de e hi l.. y le hiri"" pagu rl de-
recho de Uniu de 13.1 Armas y lo qur en r ila. A. G. l., A. de Chile, 27.
9 7
verdad tendr a bien rel evar al reino y hacerlo privilegiado en
esa cont r ibucin. tant o por que les es casi imposible cuanto por
la guerra continua en q ue asisten con su persona y hacienda que
los hace be nemri tos en razn de especi al es circunstancias que no
concurr an en otras provincias'tw. Con e! mi smo fin escribieron a
la corte en 6 de! mi smo mes. el prelado y definidores de la orde n
de San Francisco: en 7 de mano lo hi zo la orden de San Agustn;
en 8 sigu iente. la orden de Santo Domingo; en 9 de marzo el ca-
bil do de Sant iago, y en 12 del mi smo mes e! gobernador Juan
Henrtqu ezee.
La audi encia, en acuerdo de '1 de ma yo de 167!J orden la ej e-
cucin de la rea l c dula que restableca el servicio de Uni n de
las Annas. El cabildo hizo nu eva presentacin para que se rele-
vase al reino de ese servicio. En esta peticin la corporacin po-
p ul ar had a present e las necesidades qu e padeca y que an no
se haba recuperado de los perjuicios que le haban producido
los terremotos, inundaciones. pestes. al zami entos de indios y con-
t inua guerra. Todas estas calamida des hab an aumentado sus neo
cesidades y estaba tan sin caud ales que los veinte mil ducados
q ue se le haban asignado en los primeros quince aos no haba
podi do pagarlos. Por todo esto, estima ba el cabildo que la pobla-
cin estaba exi mi da de la prrroga y s no lo estaba deba exi -
nursete-e, No obstante esta pet icin el gobernador y la a udiencia
ordenaron que se ejecuta ra el despacho del virrey y autorizaron
al cabildo para que acudier a al cons ejo de Indias a pedir lo que
conviniera!". Fracasadas las gestiones ante las autoridades del rei -
no y ant e el virrey, el cabi ldo el ev un a presentacin al rey en
16 de septiembre de 1675. En ell a hada notar que desde 1662
hasta 1672 se hab an reparti do entre los vecinos de Santiago, co-
mo contri buci n forzosa para el abastecimiento del ejerci to. cin-
cuenta y un mil cuat rocientas cabezas de vacuno; que el afio 1672
hab an da do graciosamente cuat ro mil caball os para el ejrcit o y
"Cana del de linitorio de la orden de Nuest ra Seora de la Merced de la
pr O"incia de Chile a la reina, 8 de marzo de 1613. A. G. l .. A. de Chile, 27.
" rodas esta. rumuni(aones en A. G. r.. A. de Chil e. 27.
" l'e tin de la ciudad de Santiago do: Chile al rey. 16 de le ptiembre de
1671. A, G. l ., A. de Chile. 27.
" Id..m; Tesumono de I.t 'd ula del ao 71 que l e despll<;:h al Conde
de Lemce.
98
que r eal izaban muchos otros esfuerzos en beneficio del reino y
para su me joramiento con sus vidas y haciendas. Afirmaba tam-
bin el cabildo, en esta presentacin, que estas contribuciones
rep resen taban cantidades mayores que las que pagaban las de-
ms provincias del Per por servicio de Unin de las Armas. Ha-
da presente que por estos servicios y los que haban hecho los ve-
cinos desde la conquista y dura nte ciento treinta aos les haban
favoreci do los anteriores reyes. En prueba de su afirmacin el
cabildo al ud a al privilegio que l es haba sido concedido en 1591.
El cabildo interpre taba este documento en la (a rma tradicional:
con l se haba q ueri do remunerar l as repet idas faligas que su-
fran l os vecinos por estar siempre en guerra viva y sangrienta.
Adems de todo esto, estimaba el cabildo que debia considerarse
que la provincia de Chile era la ms importante de todo el reino
del Per ; los ingleses y otras naciones enemigas haban preten-
di do hacerse dueos de ella para seorear el Mar del Sur e in-
fectar l as dems provincias. Eran muchos, pues. los motivos por
los cua les deblan rel evarse a los pobladores del reino de Chile
de lodo t r-ibuto pa ra que as aliv iados se alentasen y pudieran
asistir y conti nuar los servicios que han hecho hasta ahora y se-
guirn haciendo "quedando bien mortificada su lealtad por no
poder ayudar al rey en mayor cantidad que rodas l as dems pro-
vincias en las necesidad es prese ures'we. No logr el cabildo que
el rey considerase su ficientemente justificada su peticin y el ser-
vido se conti nu cobrando. En Ifi73 la ciudad de Concepcin so-
l icit al rey q ue confirmara a sus vecinos en la exencin del
pago de alcaba las que le haba sido concedida por el virrey y se
conti nuase cobrando a los mercaderes que estaban de t rnsito
en la ciudad. El rey accedi a esta peuct n-e.
"Prescnlan de la dudad de Santiago al rey sobre exencin del derecho
de Lnn de las Armas. 16 de septiembre de 1675. A. G. l ., A. de Chi le. 27.
" Esto '1' encuenua en el Tespaldo de una carta del cabildo de Concepcin
dirigida ill rey en febrero de 1 6 7 ~ . A. G. 1., A. de Chile, 28.
9 9
Capnufo VI
ORTO DEL PATRIOTISMO
Ori:en del p"lTiOlismo. Su ccntentdc a comienzos del siglo XVII.
Cambio a fin... de ese siglo. <le Pineda y BiUCu,Un
POR "JRTlIU de la vinculacin del mrito con la tierra, esta-
blecida en las disposiciones reales por las cua les se concedi a
los conquistadores el derecho a t ransmiti r sus mri tos a sus descen-
dientes pa ra que los uuhzasen como t tu los de pref eren cia para al-
canzar los be neficios que el Estado poda otorgar a las regiones
que aqullos incorporaban a la corona de Cas til la a costa de su
hacienda y de eu sangre, la per tene ncia a las est i rpes que aqullos
dejaron en Amrica fue, desde un princi pio, un ele mento dile-
rcn ciador de derechos. Los poseedores de esos mritos, los ben e-
mritos, podan pretender, generalme nte be ne ficios all dond e
sus antepasados haban ganado mritos. Esos mritos carecan de
valor para ese Iin en cua lquier otra pane de la mo na rqua y an
del terri torio sujeto al go bie rno inmediato de una misma a u-
toridadv.
La vi ncu lacin del mrito al territorio arraig en ste a los
hombres: origin entre ellos firmes lazos de comunida d de desu-
no, dentro de la unidad de dest ino que constit ua la mo narqua,
do. al nadmiento en la tierra una profunda signi ficacin y COIl-
firi a la historia preponderant e importancia en el dest ino in di -
vidual. 1I significado que ren tan el nacimi ento en la ti erra, y el
vinculo con el pasado es evidenciado por los inmediatos deseen-
dientes de los con quistadores que llamaban pa tr ia a la sociedad
que const it ua n y a la tierra sobre la cual se asenta ban y en la
cual vala n sus mri tos. En las dci mas que, a raz del confl icto
flue se suscit en 1630 ent re los vecinos de Sant iago y el go ber-
nadar Lazo de la Vega por l a resistencia de los primeros a rum-
'El ,-nculo ent re 10$ mt'r ilO$ y el territor io se expresa en rea l 'dula de
2 de de l6Ui. E" ell ... se onle"a al vi rrey del Per que saque
cada aio del r ei no de Chile doce pcnollilS de 1... que hablan servido en
la guerra pan gntirilul..s en el Per , "si " embargo de lo que por cdula
particular ....11 orde "ado acere .. de que eada uno sea pr emiado don de hu -
biese servido y " O en otra pa rle". . G. 1., . de Chile, !l.
I OO
plir sus rdenes de apercibimiento pa ra que acudieran a la fron-
tera de guerra a combatir a 10'; indios infieles, que difundieron
algunos veri rtns, se preguntaba al cabildo de Santiago cmo Po-
dia tolera r que "vuest ra pa n ia noble" sufriese tantos tr abaj os
con las malignas t iranas del gobernadora. En la relaci n de este
conflicto que escribi el escr ibano :'.ligue1 de Miranda Escobar.
una de las vcti mas del gobernador, se dice que los veci nos que
resistan las rdenes de Lazo de la Vega, acusaban de enem igos
de su patria a quienes se indinaban a cumplir el apercibimien-
10
3
y q ue el go bernador separ del cargo de corregidor a un veci-
no por haber defendido "su repbli ca y pauta'>.
A romienzos del siglo XVII la patr ia es la repblica de cada
un a de las ciudades q ue integran la gobernacin. Esto es, el ro n-
j unto de las estirpes de los conquis tadores asentad as sobre la
po blacin indgena. H ijo de la patria es, pues, esclusivameme. el
que per lellc<"e a a lgunas de esas famil ias y part icipa de sus amo
b iciones, ideal es y de su gloriosa hi stor ia de servicios. Este con-
juma de estirpes, aun cuando pueda est ar di vid ida en bander as
es pa ra el individuo una referencia de su actividad t ica y pol-
t ica. La act ivi dad que se rea liza en benef icio de la repbl ica ti ene
dos direcciones principales: la defensa de la exclusividad del be-
neficio que el estado puede oto rgar en favor de los patricios y e l
servicio de la comunidad. Son los cabi ldos secular y eclesisti co, y
los captulos de l as rdenes religiosas los que ordi nariamen te asu-
men esta defensa. En 2 de lebrero de 1628, el cabildo de la ciudad
de Sant iago peda que los cl ri gos y frailes se ocupasen de la pre-
dic acin entre los in dios y aprendieran su lengua para evitar las
d iferenc ias que los q ue ven an de Espa a rentan con los de la
ti erra sobre el gobierno de los rden es y otros cargos de gobier-
no, con lo que adems se conseguira el ma yor a umento de los
na t urales, ser vicios de Dios y desc argo de la rea l concenciae. En
' Cop las solne las cualn se fund el pleito q ue de oficio se en la
ciudad de Santiago de Chile por j ueces inwlllpet enl<-. cont n MiR\lel de
randa Escobar, escribano p blico. C. C. y M. Medina. 132; 291.
de avisos del estado y cosaS del reino de Chile, por Miguel de
Mira nd a Escobar , 23 de ab ri l de 1634. C. C. M. Medina. 132; 214.
"dem.
"J. T . Medina. l a Instruccin r uhrica en Chil e, lomo 1. p. 34.
I oI
1635, se prod ujo un incident e ent re los miembros del cabildo
eclesisti co, motivado por el deseo d e los pa t rici os de excl uir a los
europeos de estos benefici os: en jun io de 16!14 se habia obedecido
en ese cabildo una real cdula de B de abri l de 1633, por la cual
se orde na ba q ue se sup ri miese la primera canongfa que vacase
po r mue rte de su titu lar, y su dot acin se apl icase a la Inquisi-
cin. Poco despu s de entrar en vige nci a esta cdula uno de los
can nigos decidi reti rars e a un convento, por lo que e! den,
que era a la "el comisari o de! Santo Oficio, reclam la dotacin
para la Inquisicin. Los dems can nigos procuraron evita r me-
diante diversos recursos el cumplimiento de la real cdula en
esta oportunidad. El cabildo acud i ame la audiencia y obtuvo
resolucin favorable q ue fue confirmada por e! rey por cdula de
6 de abril de 1638. El derrotado den y comisar io del Santo Ofi-
cio inter pret esta actu acin y otras de su colegas como manifes-
tacin de la solidaridad de los chile nos contra los forasteros. "Me
han qu er ido comer vivo todos mis compaeros, di ce, a que se
junta ser recin entrado en el dea na to de esta santa Igl esia, y
ped ir y requerir a dichos mis comp aeros me dejasen usar y go-
zar de todas las preeminencias que los deanes mis ant ecesores tu-
vieron y gozaron. De esta suerte es q ue como todos son cr iollos y
yo de Espaa, au nque cr iado en esta tierra desde 12 aos, se han
armado todos contra mi, que no pongo cosa en el cabi ldo q ue la
qui era n tra tar, con ser muy ju sto, ob ligndome a renunoar'".
Este mismo deseo de gozar de los cargos de gobiernos mani festa-
ba n los fr ai les de Santo Domingo , desd e comienzos de! siglo
XVII. Aunque pocos, vein te hacia 1610, iniciaron gest ion es para
gobernarse con independencia de Lima. En 1612 fueron autoriza -
dos por el general de la orde n para ello. El provincia l resist i
este manda to fundado en que no h abla sido au tor izado por el
consejo de Indi as, como deba ser, segn una real cdula de 8 de
enero de 1610. El padre definidor d iscrep de este cr it er io y sus
partidar ios le hicieron provincial . El confl icto en t re las dos co-
rrient es que divid an a la o rden se mantuvo hasta 1627. En ese
ao e! Papa les concedi el derecho a eleg ir au toridades tan prono
to como llegasen a con tar con 80 reli giosos. Cuando llega ron a
lknjarni n Vicu a Mackenn a: " Hi.tori a de San tiago", tomo 1, p.207.
102
nmero sati sficieron sus asp iraciones de independencia el i-
gi endo provincial".
Los beneficios que los be nemr itos consideraba n como propios.
slo eran asequibl es alas advenedizos cua ndo casaban con muje-
res de las est irpes, de los conquistadorn y esto ocurra con los
espa oles que triunfaban en el ejrcito. en el comercio o en la
administraci n. En 1649. el cabildo de Santiago informaba al
re y. en defensa de Bernardo de Amariza y de Oruz de El-
de qui enes el oidor Pedro Gonzlez de C emes haba
afirmado que habian sido elegidO$ alcalde y regidor respectiva.
mente del cabildo de Sant iago debido al apoyo que les haba
prestado el fiscal Heredi a po r ser vil(ainO'l. que el primer o ha-
bia sido el egido por su calidad de encomendero y por sus prolon-
gados servicies en la guerra de l rei no y en el Per. y que el se-
gundo habla sido elegido porqu e era pe rsona de bu enas parles y
capacidades. r asado en la ci udad "con muj er principal cuyos nu-
merosos deudos siempre hab an tenido ofici o de regidores y pu
uclpado en las eleccioncs'". En 1654 este mi smo cabildo reco-
mendaba al capitn Ant onio Barambo. natural de Bilbao. hijo
de padres nobles y con vecindad de vein titrs aos en Sant iag-o,
Deda de l que era hidalgo conoc ido, (jue haba casado con muo
j er noble y muy benemrita y hab a ent rado a ser vir la vara de
alguacil ma yor en conj u nta mente con el oficio de regidor.
Durante el ti empo que hab a servido habla procedido con rol cui -
dado y celo debido al bien y uti li dad de la repblica y que habia
sido oc upado por el cabildo en gra n nmer o de negocios de la
dudad' .
No obstante la idea de q ue la actividad poltica. de los vasall os
es cont ribuci n al real senl icio, los ms inmediat os descendientes
de los conquistadores d istingu ieron en ella un nuevo sentido: el
M'n'ido de la repbli ca. El servicio debido al rey y el que los "a -
saltos reali zaban voluntariament e en favor SUla, tenan su origen
en la calidad de vasall os y de vasall os leal es. El servicie a la re-
Rt njami n "cufia op. oe., t nmo 1, p. 2511.
"Carta del cabildo de Santiago al rey, 27 de ju lio de IM9. A. G. l . A.
de Ch ile, 27.
Rccomendnin del cabildo de Santi ago a r..vnr tld cap irn Anlonio Ba
rambio, 2 de eepuembre de 16.'>4. A. G. l., A. de Chil e. 27.
103
publica derivaba de la calidad de hijo de ella, de la pertenencia a
la comunidad e n que hablan nacido. As lo expresaban los polti-
cos chilenos de mediados del siglo XVII. Cuando en cabildo
abierto de 25 de septiembre de 1640, Di ego Gonz lez Montero
fue designado procurador ante el gobernador, marqus de Bai -
des, para obtener que ste derogara la orde n de que los vecinos
de Santiago fuesen a la front era, Gonzle z acept el ca rgo no obs -
tante las muchas incomod idades que habr a de sufr ir en el viaj e
y los muchos plei tos que tenan pendientes ant e la real audien-
cia, "ponindolo todo al servicio de est a ciudad, como lo ha he-
cho en tod as las dems ocas iones que se han ofrecido, en sta
har lo mi smo como verdadero hij o de esta rep bli ca"!e. Con
mot ivo de la insurreccin de los indios de allende el Bfo-Blo, el
cabildo de Santiago el igi en 1655 procurador del reino ant e las
autor idades del virreina to del Per , a J uan Rodolfo Li sperguer
para que inf ormase sobre la ins urreccin, solic itase la destitucin
del go bernador, a qui en se res ponsabi lizaba de ella por haber
tol erado el ma l tratamiento que sus generales daban a los indios
y pa ra defe nde r el cabildo de Concepc in del cas tigo a que er a
acreedor por ha ber depuesto al gobe rnado r en re presalia por su
complicidad. Los capi t ula res de Santiago acordaron erogar la su-
ma de cuat ro mil pesos para fin ancia r los ga stos de viaj e. Li sper-
guer al j urar que cu mpli r a fielmente la mi sin que se l e haba
confiado, manifest que aunque no estaba sobr ado de din ero por
las gra ndes obl igacione s de su familia, no aceptaba esa ayuda
porque la sit uacin ex igi ra de los capi tul ares en adelante mu-
ches o tros sacri ficios; que hara el viaj e a sus expensas y que ex-
pondra "su per sona, vida y haci enda para el servicio de su ma-
jestad y de esta repblica, como uno de los hijos principales de
ella"ll .
El amor de los chilenos por su patria se manifest en el ent u-
siasrno po r r esta bl ecer la seguri dad del reino alt er ada por el le-
vant ami ento Indgena de 1655. La de signacin del chileno Oon-
zal ez Mont ero como gobern ador interino del reino, provoc gran
ent usiasmo y gran nmero de j venes de la nobleza se incorpora-
"'CoL de lIisl . de Chile, '2, 59.
DMigud Lu is AmDnl egui , Los Precursor a de la Independencia de Ch ile,
tomo 11, p. '04.
1 O'
ron al ejrcito que partirl a a l a f ron terava. El cabildo de Concep-
cin solicit que se confirmase a Gon zalez Montero en el car go y
en abono de su pet icin deca que era digno de que se le hi ciera
esa merced po rque as se premiarl a a un hombre tan benemrito
y que a imtacin de sus padres los pri mer os conquistador es del
rei no, habla dado muestras de fideli dad tratando de conservar el
rei no a costa de muy notorios he chos que tenia "rubrica dos con
su sangrc'ue. Otros aco ntecimi entos d ieron oport unidad a los chi-
len os para expresar amor a la comunidad. En 1664, el alcalde or-
dinario de vecinos de Sant iago, Di ego Roca Carvajal deca al rey
que le mova a informa rle de los excesos del gobernador Fran-
cisco de Meneses "el bi en p bl ico de este reino" y el servicio re al
como leal vasallo last imado "y el ser hi jo de esta tierra que ha-
b an conquistado sus a ntepasados para evita r q ue con ta nto de-
ca imien to no llegase a padecer fatal ruina en manos de qui en
tan poco se duele de ella sacando mercancas de los puertos que
debier a emplear en su benec iovu. En 1647, se propuso en el ca-
bildo de Sant iago que se diese un premio en d inero a don Gas-
par de Li llo, en a tencin a lo mucho que trabajaba en las cosas
de la ciudad y a su patrtorismotw. Rodr igo Ar ias Umaa , chantre
de la iglesia catedral de Santiago, deca al rey, en 1666, que in-
formaba sobre el estado del rei no porque no era justo que no hu-
biera qui n defendiese tan justas causas como eran el servicio del
r ey, de la verdad y e! bi en de l reino y "el bien de su patria"18.
El sentimiento pa tri tico se expresa en adel ant e muy frecuen-
temente. En 1707, el corregidor de Santia go expres en la recep-
cin d e! gobe rnador Cano de Arome: "el muy ilust re cabildo de
esta ciu dad por si y por todo el reino pone en manos de vuestra
"Claudio Gay: " Hisloria y Pol!ica de Chile", tomo 111: capllulo 30.
clra do por Migud 1.uis Amunl egui en "Los Precursores de la Indepen-
dencia de Chi le", 111; 44.
"":1 cabfdo sl'Culu de Con cepcin en a probacin de Diego Gondl ez
!ero. 26 de abr il de 1662. A. G. 1.. A. de Chi le. 27.
"Cana de Diego Roco Canajal al rey , 30 de diciembre de 1664. A. G. 1_,
A. de Chile. 55.
"Act a de cabi ldo de Sanliago, de 7 de octubre de 1647, cirada por Miguel
Lui, Amuntegui en " El T erre moto del 12 de Mayo de 1&17", p. 465.
'"Ca rla de Rodrigo Umaa, {hanu e de l't iglesi a catedra l, 18 de
octu bre de 1666. A. G. L A. de Chil e, 55.
I 05
.seorJa las llaves para qu e lo ma nde y defienda de los enemigos
del rey y de la patri a"!". En 1724, el cabi ldo de Santiago, en
recomen dacin del licenci ad o don Ignaci o de Morales, deca al
rey: "la ciudad de Santiago. cabeza de estas provincias, puestas a
1 reales pies de vuest ra ma jestad no excusa de poner en Sil
re;;l nolicia que Ignacio de Moral es. hij o de la pat ri a. es per-
sona de la primera nobleza, descendiente de los primeros con.
qustadores y pobladores de estas provi ncias'u e.
Desde su naci miento, el amor pat ri t ico opera ba sin dist incin
ante el gobernador del rein o y an te el virrey del Per. Ni nguna
de ambas a utorida des era excl usiva. Se encontraban ms bien
en gradacin debido a l a supervgilancia concedida al virrey del
Per sobre el gobierno de Ch ile.
Un nuevo contenido del concepto de hij o de la pat ria fue
expresado por Francisco N ez de Pi neda y Basr u n en su li -
bro "Cauuver io Fel iz y Razn de las Guerras Dil at adas de Chi-
le" que }a estaba tenn inado hacia 1673. Segn ste, la patria
era el reino. La sociedad en que se haba nacido y a la cual
primera y m s directamente se perteneca, no era ya la ciudad,
sino todos los vasallos sujetos a las autoridades que, d irectamen-
te subordinados al rey. les gobernaban. A ellos a plicaba la soli -
daridad y 105 t radicionales conceptos de bi en comn y p bl ica
uti lidad. Pineda y Bascun habla nacido en u na pequea
ciudad sin importa ncia pol ica, San Bartolom de Ch ill n, y
perteneca al ejrcito profesiona l encargado de velar por la se-
guridad del rei no. Esta referencia suya al re ino hab a disuelto
en l el vinculo urbano, fuerte en la primera mitad del siglo .
En esta constelacin tuvo una experiencia de amor al terruo .
Dice ljue a ra u de haber observado entre los ind ios que le lle-
vaban caut ivo un hondo deseo de llegar a su tierra, "se me vino
a la memoria lo poco que debemos a la patria los hij os de ella
y lo mucho que l a amamos'oe. Esta vivencia fue elaborada por
/ 1 al calor de la cultura clsica y sagrada, y se convi rti en
motivo vital. "Aunque el ex trao suelo mej or hospedaj e hace
" 8 en ja mn Vinula "HiAlmia dr Santiago", lomo 11. p. 46.
"Rfiomrndadn drl (abildo dr Sanl jago a fnor drl l in:n d ado Dr . Igna
do de Moraln. dirigida al rry , 8 dr mayo de 1724. A. G. l ., A. de Chik, 107
"hanciKo Nuf,rz dr Pinr da y op. ci l. , p . 67.
I 0 6
al peregrino. no s que tiene el amor a la patria o la prop ia ha-
bitacin para el sosiego y descanso y para la quiet ud del ni -
mo, puros desde el ave ms real hasta la ms temida fiera hacen
manifesraci n patente de esta verdad cons tante", dk e' . En
el ocaso de su vida, reri ndose a los benemritos que no hablan
logrado el premio que cr ean merecer, decta: "unos huyendo y
otros dest errados. salen a bu scar remedies a tierras ex traas, de-
j ando ms ()e fuerza que de grado el amor de la patria y el
deseo en t ra a ble de asistirla en sus mayores t rabajos )' delen-
derla de sus conflictos y penahdades'm. Descr ibiendo su propia
suene escri bi las siguientes palabras; " y lo digo por m, que
al cabo de mis aos y de mis tr einta }' cuatro de servicios peno-
nales. me obli/ot la necesidad a sal ir de mi pa t ria . pidiendo
limosna por ajenos distritos para sustenta r a mis hi jos y bus-
carles remedio pudiendo un gobernado r evitar lo con una en-
comienda de las que han ncal!o"22, En la acti vidad de los va-
sallos de Chi le para reprimi r la rebeli n imllgena de 1655, veta
Nez de Pineda y Bascu n, un a heroi ca manifesrarin del
amor a la patria. Hasta entonces, dice, los chi lenos haban te-
nido pagar, para obtener por ca rl a ti empo, cargos impor-
ta ntes en el ejercito, pero a ra z de est a in surrecci n fue necesa-
rio llamar "a 1m hijos de la patri a honrosamente" y stos cum-
plieron tan dignamente sus obligaciones que algunos fueron
obligado, a admit ir el oficio de maest re de campo general en
consideraci n a convenienc ias del r eal servicio y a la uti lidad
del reinan . El consideraba sus servicios en el ejrcito como
servicios al }', adema , como servicios a la patria
24
. Su pa-
trioti smo ha da lamentar que el re ino fuera gobernado por
extranjeros )' advenedizos quc sin vnc ulos ni afec tos slo pro-
curaban lucrar sin considerar las que est a conducta
poda originarle, Comprendta el b ien comn de la patria y sus
ma )flres adelantos como super ior a los in tereses y resenu mi eu-
lOS individuales de los nacidos en ella y necesitado de la ener-
ga y dedicar i n tle tocios los que en ella ten an inter eses y la.
mi lia . Por eso desestimaba el rescnrirniento de los chilenos ha -
."n nci'O(:o Slir'." deo Pi n('ll. y Ba'O(: \lIUn, op. en., pp, 69,0.
"'Ideom, p, 411-1 , - I bideom, p. - I bidnl. p. "'Jbideom. p, 69,
I o7
cia los espaoles, aunque comprenda los motivos que lo en-
gendraban, como propios de hombres los m s torpes e igno-
rant es y sin responsabi lidades y lo calificaba de infundado. Su
amor a la patria era compat ible con el amo r a la monarquJa.
La patria estaba inserta en la monarqu a. Los chilenos como
los dems americanos, eran origi narios de Espaa y Castill a,
hablan mamad o su leche, aprendido sus doctrinas, y gozaban
de sus enseanzas y se vala n de los mr it os de los espaoles co-
mo primeros conquistador es y pobladores de Amrica. Lo s ma-
los go bernantes a quienes a tribui a los ma les del reino y cuya
vista tanto afectaba a su pa t riotismo , no eran tal es por ser es-
paol es, sino por ser advened izos en l. La sol uci n que pro-
pona para saca r a l re ino de su postracin es consecuente con
esta concepcin. El bien del reino que el rey cree procurar en-
viando fu ncionarios sin arraigo slo se alc anzar a si el monar-
ca "ca mbia ndo de medi cina" nombrase persona benemri ta de
las q ue est n est ablecid as en l para que lo gobernase por al -
gunos aos y mandase a l ejrcito. Por el bi en de la pa tri a es-
timaba q ue "deb an evi tarse discor di as, malas queren cias y od io-
sas oposiciones entre castellanos y chilenos, a (i n de alcanzar la
pal y quiet ud que se desea y con esta conformidad y herma-
nabl e unin pod r an los unos y los ot ros bi en ex peri mentados
gobernar su pat ria, pues a l figidos y lastimados de ver post ra.
das sus conven iencias, sus hijos y mujeres en ocasi ones cautivos
y presos del enemigo, sus deudos y pari ent es desastradamente
mu ert os, y sus hermanos y compaeros despedazados a sus oj os
y otras conti nuas cal amidades que nos cerc an, habian de procu-
ra r con tod as ver as po ner el hombro a ta n pesada carga ...
El amo r patrio mova a Nez de Pineda y Bascu n a la
accin. "Al bien comn de la patria y a sus mayor es adelantos"
iba encamina do su libro, pues, "como hijo fervoroso de esta
des dichada se sent a obligado a denunciar los moti vos
de la prol ongacin de la guerra de Arauco.
El derecho de los benemri tos a la excl usividad del servicio
de su patria y a gafar de los ben efi cios que ella poda otorga r,
fu e reiterada por la reina gobernador a Mariana de Austria.
En la Recopilacin de Leyes de Indias, ley V, titulo 111, Libro V,
- l bi dem. p. oc. - Ib idem, p.
O8
d ispuso que se les considerase en t u el ecciones de alcaldes or-
di narios cuando cumplieran con las condi ciones necesari as pa.
ra el gobierno y la administracin de j usticia. [ STa aspirac in era
ya muy fuell e a comienzos del siglo XVIII y la insati sfacci n
de ella a los america nos . Rafael de xt acanaz
escriba a Felipe V que siendo los nat urales de Amrica "tan
acrrt'dorn de servir los pri nci pal es empleos de su patr ia. parece
poco conforme a la raz n que carezca n aun de ten er en su pro-
pia casa manejo"; que en estos pai ses haba muchos descontentos
por ver se abati dos y escl avi zados por quienes les gobernaban,
A juicio de este descontento no na incompatible con
la lealtad a la monarqua. pues gustosamente reconocan a Es-
paa corno rectora. sobre tod o ten iendo un rey ta n j ustifi cado
y demente. Para conservar esa lealtad. propona :\Iacanal que
se redujese el paso a Amrica excl usi vamente a los espaoles
que deban ve nir a gobernar y stes se eli giesen ent re los de
ms alto espritu pblico para evi tar la prcva r tcacln }' que
se designase en cuanto se pudiese a vasall os americanos pa ra esos
empleos. Para hacerlo con acierto el rey pod a informarse por
los mejores a rzobispos y obispos residentes en Am ricaat .
Por esta misma poca se declar que los vasallos america nos
consuuua n un conjunto de reinos no obst an te la dependencia
en que algunos se encontraban respcxto de las autor idades que
gobernaban a otros. Esta declaraci n di o el carcter de clula
estructural al marco administrat ivo, en cuyo seno se ven an
formando 1;IS relaciones de comunidad. En l i 06. a raz de la
prereml n de los arrendadores de al mojaeifaego de cobrar ena
imposh in al tri go que se exportaba 01 1 Per. el cabi ldo de San-
tiago. por medio del procurador genera l de la ciudad, in ici
ante la audiencia, una causa. en defensa. de la exenci n de ese
derecho. El procurador general fundaba su defensa en que
Chile. y Per cousmutan una sola provincia po r la dependen-
cia en que estaba Chile del virrey y en que seg n
una real cdula de 1591, recopilada como ley XIII. del ttul o XV,
libro \'111 de las Le yes de I nd ias, el tr igo. harina y erras legum-
bres no pagarfan atmojanfaego cuando se lu\"egaran ent re
1>01 Luis Amuntcgui : " Lo. PItl:Uno,rs tl", la t lltl"'P"'"tlcn
[i,. ti., Chi"" ", tumo l it, p. ;6.
1 0 9
puertos de la misma provi ncia. Segun C'I procura dor. mientras
hu biese subordinacin no haba di st incin en las provincias,
en cuanto al gobierno que era a lo que se r efer a la ley. El
fiscal de la audiencia replic "que no es comroverrible que' el
reino del Per sea provincia disrirua. pues no slo lo es. sino
que' reino apute y separado del de' Chile ... ". Elevada Ia cau-
sa al con sejo de Indias, su fiscal declar, en 19 de abril de' 1710
"q ue' en muy notorio ser reino distinto y separado. tanto que
se gobi C'rna por dicha audiencia y le)" peculiares como es
de ver en tamos ttulos como comprende la Recopilaci n de
Ind ias. aunque sea cierto tenga alguna subordinacin al gobi er -
no superior de Lima, no por esto dejan de' ser distintos reinos los
de Panam, Charcas)' Quito que sostienen igual subord inacinvse.
-E"proimle IOllTe ..1 no p;tgo de almojuilugo del Irigo. harinas y ol ras
legumbre. que W oporlan al Pnu. 1,07. A. G. 1.. A. de Otile. 107.
I I o
Cap it ulo VII
L.EGALl SM O
Celo de los descendientes de los conquinadores por la legalidad
(IUC ampa raba su suactn. Accin popular en defensa de la lega-
hdad. Bsqueda de la k-galidad y \'alor de la ley
LOS BEI'\EFICIOS y honores concedidos a lo, vasallos y sus obli-
gaciones para con el rey estaban determinados por leyes. Esas
leyes, concedidas por el rey o aceptadas por ellos, les aseguraban
el goce de esa situacin bajo el gobierno de las autoridades reales.
El manteni mie nto de la integr idad de esta situacin era incum-
bencia de los benefici ados. Para ello existan procedimientos e
insrit ucinncs adecuadas. La vital dependencia de los benemr itos
de las enco mie ndas, a las cuales daban, adems, un sentido heno-
rHico; el que consrinnan pa ra ellos las ob ligaciones
militares;(ja import ancia poltica del cabikloi y la concepcin de
que parte de esto constit u a un premio a los mritos de sus ano
repasados y a los suyos propios, confera a la defensa de las leyes
que regan esta situacin, una importanci a vital y comprometa
la honr a de estos vasall os. La vigi lancia del cumplimiento de esas
leyes consut u ja parte importante de la actividad pol tica que per
mit a a los vasa llos la concepcin del poder como mandato divi-
no. Cuando las autori dades tr ansgr ed an las leyes, podan los be-
nem ri tos recurr ir en q ueja ante ellas, especialmente ante la au-
di encia o ante e! rey mi smo. Cuando lo had an, pensaban que
contri bu an al real servido. Asi lo expresaban en 16!J2 vari os re-
ligiosos al de nunciar los excesos de! gobernador Lazo de la Vega;
dicen hacerl o "por la car ida d de Di os y de sus prximos, e! celo
del bien comn, servicio di vi no y del rey'". En l 6!J4, Mi guel de
Miranda Escobar dec a que le mova a comunica r al rey lo ocu-
rrido en el re ino de Chile con el gobernador Lazo de la Vega)
seguir haci ndolo por ser del servicio real". En 1664, el alca lde
de vecin os de Sant iago i nformaba al r ey de los excesos de Fra ncis-
'Ca na de varios religiosos al rey. 20 de mayo de 16' 2. A. G. l. , A. de Chile, 3.
'Carta de Miguel de Miranda Escobar al rey. Iq de wa)o de 1634. C. C.
}" M. M. 1'2; 201.
I I I
ca de Meneses, por el bien del pblico, del reino y del ser vicio del
rey [OITI O leal vasallo lastimados. En 1665, el vicario provincial
de la orden de Santo Domingo denunciaba al rey los excesos de
ese gobe rnador mo vido "por el temor de que Di os Nuestro Se or
no nos castigue por no deci r verdad a nuestr o Tey y seor na t u-
rar 'f, En 1666, Rodrigo Ari as Umaa informaba al rey sobre el
estado del rei no porque est imaba que no era justo que no hubie-
ra quien "vuelva por tan justas causas como es (sic) el servicio
de Vuestr a Majestad . de la verdad y del bi en del reno'".
( La necesid ad de vigilar el cumplimiento de las l eyes que ga ran-
t itaban l a sit uacin de los benemritos surgi a fines del siglo
XVI , cuando al venir los goberna dores desde Espaa se deshizo
el vn culo q ue la obra com n de la habia creado en tre
conquis tadores y sus gober nadoresJ.. Los descendientes de los
conquistadores se mostraron engre dos y sucep t ibles respecto de
los venidos de En 1628, el oidor de la audi encia de Li ma,
Merlo de la Fuen te, que habla estado en Chile para est ablecer la
a udiencia en San tiago, expresaba ron motivo del conflicto, susci -
tado entre el oi dor Cristbal de la Cerda y los vecinos de esta
ciudad, "el hacer justicia los oidor es y perdida el fiscal trae de
ordi nario enemigos y ms en Chile que en arras (par tes) don de
se ha lla n todos en comn, ms presunt uosos en considera cin de
algunos servic ios y por ot ros particulares ..."e.
Por las obligaciones mil itares de que depen da la seguri dad y
por todo lo que eso significa para su subsistenci a, los benem ri-
ros procura ba n que ella sea bi en atendida, de all que tempra-
nament e manifestaran inter s por participar en los concejos de
los gobernadores cuando de aquella se trat aba y que se les pr fi-
ri era a los ext ra os o que directamente se excluyera a stos.1: n
1603, Alonso Salaz ar de Vl asante se quejaba de que Alonso de
"Car ta de u.ego g cco Carvaj al al rey, :50 de dici embre de 1664. A. G. l.,
A. de Chi le, 55.
'El "icario pr O" ind al de la orden o.1e San to Domingo da cuenta del mise
rable eltao.1o en qu e Iiene el rei no el gobernao.1or Francisco de Meneses, U
o.1e octu bre de 1665. A. G. l., A. de Chi le, 55.
'C;n .. de Rodrigo Ari.., Umaa, rhaut re de la igl esia Cat edral al rey, 18
de octubr e de 1666. A. G. l., A. de Chile, 55.
' In formadn sobre las di( et end as y encuentres habida. en la audiencia de
Santiago de Chi le, 1628. C. C. Y M. M., Medina, 128: 1.
1 1 2
Rivera se indinaba ms haci a la gen te ordinari a y nueva que
haba tr a d o, que haci a la noble y experime ntada del reino1. .Pe.
ro era en l a defensa de aq uellas sit uaciones le8isladas donde los
benemritos se most raban ms intransigemesrjji al azar de VilIa-
san te se quej aba de que Alonso de Ri vera encomendaba a los in-
dios que vaca ba n en cha petones (sic) que haban venido con l y
no en los benemr it os como estaba mandado8) r-fs ta rde , estas
qu ejas se to rn aron en abierto rompi miento con el gobernador:
"en esto (la provisin de encomiendas) ha habido un gr an rompi-
miento en tiempos pasad os, segn me han informado", deca el
fiscal de aud iencia, J come de Ad aro y San Martn, en respuesta
a una carta que le habla d irigido el rey, su fecha 17 de d iciembre
de 1621, en l a que le ordena que pida en l a audiencia lo que sea
conveniente para q ue los gobernadores cumplan las cdulas que
se han despachado a favor del r eino y no den las encomiendas
a criados suyos en at en cin a que ha teni do quej as del reino
de que no se cumplen esos mandamientos.IEn su respuesta el
fiscal deca q ue desde su llegada no han vaca do indios y promete
que cua ndo haya vacante har cu mpl ir l as reales cd ulas. Pi de
al rey, pa ra el imi nar este causal de tensiones q ue mande por
cdula que las personas a qui en el go bernador nombrare para en-
comi endas de indios, corregimientos y otros oficios se presenten
al "r eal acuer do" para que ste averigue si son ben emritos o
no, o si son deudos, parient es, amigos, fami li ares o criados del
gobernador o de las dems personas expresadas en la real cdula
pertinen te y aunque el no ha b a dudado que sta peda dos re-
quisit os necesarios, el uno q ue sea ben emrito y ten ga servidos y
el ot ro q ue no sea deudo o parie nte del gobernador, los oidores
piensan q ue si es be nemrit o no import a que est r elacionado con
el gobernador y con est e cr iterio se haban resuelto algu nos ca-
sos'. El mi smo a o, 1621, el cabildo de Concepcin, i nsistiendo
sobre esta misma si t uacin manifestaba al rey que los gobem a-
'Can a de don Alonso Salazar de Villasan te, 4 de junio de 1603. C. C. y
M. M., Medna. 106: 301.
"Carta de Alonso Salazar de v ntasante al rq , 4 de junio de 1603. C. C.
y M. M.. Med na. l OO, 308.
'Can a del liMal J come de Ada ro al rey, 20 de abr il de 1623. C. C. YM. M..
Medna, 125: Z98.
11 3
dores int er inos que nombraban los virreyes ten an varios inconve.
nie ntes. De ellos no era el de menor consideracin, el que nece-
sitaban mucho tiempo para conocer a los benemr itos y premiar ,
les sus servicios, porque ordinariame nte daban lo qu e tenan para
pro\'eer a los criados y allegados que traan consigo. Para evitar
este inconveniente, el cabildo solicitaba qu e se designara inter i-
namente al oidor ms antiguo don Cristbal de la Cerda, y si es-
to no era posible, que la audie ncia se encargara del gobi erno co-
mo se hacia en Panam, Santo Domi ngo y la China (sic) cuando
morta n sus presidente que eran tambin goberna dores y capita-
nes generales como los de este reino'v.
{Seguramente, fuero n estas frecuentes instancias las que de ter -
minaron al rey a establecer en Chile el rgimen de oposicin pa-
ra la provisin de encomiendas y otras granjeras. Las quejas y
resistencia de los vasallos no fueron vanas, pues a fines del siglo
XVII habian logrado que se cumpl ieran con otorgarles los bene-
ficios a que tena n derecho. En 1700, el cabildo de Santi ago ex-
presaba al rey que el gobernador Mann de Poveda haba premia-
do a los benemritos del rei no sin que los cargos que estaban des-
tinados para ellos, los hubiera ocupado en su familia, sino que
los haba dado a los benem ritos y ms dignos, tenindolos muy
presentes para favorecerlos y honrarlos
ll
:\
[-\ comienzos del siglo XVII, el corregi dor de Santiago se quej
al rey de que la audie ncia intervena en asuntos de gobierno
cuando pertenecta al corregidor conocer de ellos en primera ins-
tanela y por esto reciba agravio y privacin de jurisdiccin. Su-
plic al rey que ma ndase dar cdula para que la audiencia se
abstuviera de esa intervencin. El rey orden a la aud iencia en
i de marzo de 161(j qu e informara sobre ello con su parecer yen-
tretanto guardase la costumbre y lo proveido acerca de ello por
leyes yordenanzas
12
)
'"Carta del cabildo de mcepcin al rey, 16 de febrero de 1621. A. G. l .,
A. de cune. 28.
del cabildo de Santiago al rey, 21 de enero de 1700. A. G. I..
A. de Chile. 107.
"Peticin del corregidor y alcaldes ordinarios de la ciudad de Santiago para
que la audiencia no le entrometa a t rat ar ;uuntos de primera tnstancia,
1622. A. G. l., A. de Chi le, 27.
114
En 1622. e! cabildo inici la defensa de una de sus prerr ogati-
vas: la de hacer asientos ent re ind ios 't espaoles. En ese ao. el
fiscal de la audiencia propuso a los oidores que se pr ivara a los
alcaldes y al corregidor de! der echo a concer tar los servicios entre
Indios y espaoles. El (in que se propon a era hacer efectiva la
libertad de contratos, pues hacindolos el cabildo. esto no se con-
segu a por estar esta instit ucin dominada por los encomende-
rosry esto dificulta ba la obtencin de tr abajadores por quienes no
eran encomende ros.unda ba jurdicamente su proposicin en
que los indios er an cons iderados como miser abl es y menores, por
lo qu e sus con tratos er an casos de corte)La aud iencia, era el ni-
co tribunal donde stos debi an acudir en sus demandas de jus-
tici aj La audi encia aprob la pet icin del fiscal y di spuso que en
adelante esos contra tos se hi cieran ant e el gobernador y los oi-
dores o ante un o de ellos con asistencia del fiscal, quien se infor-
mara de la ....oluntad del indio, Adems. priv al cabildo de la
atribucin de visitar las casas donde trabajaban los indios para
informar se del tr ato 't salar io qu e recbtanva. El cabildo apel
ante la audiencia. pero sta no accedi a su peticin y confirm
su primera resolucin. El cabildo y los alcaldes sostenan haber
sido despojados de una at ribucin que era propia de la j uri sdic-
cin ordina ri a qu e haban posedo qu ieta 't pacficament e des-
de que se haba fundado el reino; que la audiencia careca de
competencia para innovar, pues adems de ser consuetudinario
el ejercicio de esta j urisdiccin, esta les perteneca legtimamen-
te "por ser a quien vuestra real persona devol vi en el pueblo
y habi endo sido el autor de ella slo vuestra real persona nos
la puede restringir 't limitar 't no vuestros oidores en este tr ibu-
nal cuya jurisdiccin es limitada y en segunda instancia confor-
me a derecho y a vuestras reales ordenanzas"! . El corregidor
de Santiago y los dos alcaldes ordinarios apelaron al consejo de
Indias y renunciaron irrevocablemente a sus car gos para ha-
cer con toda libe rta d una inf ormacin qu e acreditara que siem-
"N. (or M"la Vill alobos " Po\ltica Indgena en los Origenes de la So
cedad Chilena", 9091.
" Pl' ticin del corregidor y alcaldes ordinari os de la ciudad de Santiago
en la causa cont ra el fiscal sobre el derec:ho a hacer asie ntos de indios, 1622.
A. G. r.. A. de Chi le. 27.
115
pre haban usado de esta atri bucin. Cua ndo la audiencia fue
informada de que el corregidor y los alcaldes hablan renunciado,
cali fic este acto de desaca to cont ra ella y orden que los renun-
ciantes fuera n detenidos en las casas del cabil do. La ejecucin de
esta orden provoc gran agitacin ent re los vecinos, por lo que
la audiencia, temerosa de alg n desaca to mayor, orden qu e Iue-
sen trasladados a una casa ms segura y que se les mantuviese In-
comunicados. Orden al cabildo que eligiera nuevos alcaldes
mientras se sustanciaba el proceso cont ra los ren unciados. Se neg
la corporacin a cumplir esta orden, pero en vista de una segun
da notificacin se somet i. Las personas elegidas resistieron la
designacin y apelaron ante la audiencia. Esta las conmin a
aceptar y como tambin se lo pidieron los regidores, los electos
aceptaron. El proceso contra los dos alcaldes ordinarios y el
corregidor culmin con la pcna de la prd ida de sus cargos, sus-
pensin de eleccin y designacin hasta el ao 1625 y al pago
de una cantidad de dinero. Los afectados apelaron de esta sen-
tencia ante el rey. Este no rat ific la pretensin de la audie ncia
de cercenar la j urisdiccin del cabildo y por cdu la de 4 de mar-
1.0 de 1628, resutuy a ste la facultad de asentar los servicios de
los indios a los espaoles en ate ncin a que stos eran contratos
entre partes y no casos de cortets.
Sujetos a obligaciones mil itares en la guerra de Arauco en ca-
IDS inexcusables, segn rea l cdula de 15 de octubre de 1597
18
,
obtenida a pedido del rei no. los benemritos se defendian enr -
gicamente cuando. por razones que no consi deraban suficientes
los gobernadores pretendan apercibirles para esa guerra. Eeri-
maban que slo en las circunstancias establecidas por la real
cdula se justificaban la incomod idad, gastos y perj uicios que
les produc an estos ape rcibimientos; que el rey, para evitar que
tal situacin se produjese con frecuencia y se cultivaran las tie-
rras de paz, habia creado dos mi l pl azas mi li tares pennanentes
" Domingo Amun3.tegui Solar "Las Encomiendas de I ndJgcnu en Chile",
tomo 11, pp. Y 108.
"Migud Luh mun;\tegui "Los Precursores de la Independen cia de Chile",
romo 11, p. 106 l' Meza Villalobos "Rgi men Jurldioo de la Con-
quista y de la Guerra de Arauco" Revi. ta Chilena de y Geografla,
:"9 107.
1 1 6
con un gast o anual de doscientos doce mi l du cad os que estaba
sit uado robre las cajas reale s del Per y para contener los exce-
sos que los go bernadores podan cometer con los vasallos en este
sentido. haba establecido audiencia rt . La determinacin del ca.
so in excusable fue faci l itada a los veci nos por las resol uciones
tomadas por el r ey en 1610 por las cuales se ren unciab a al esta-
blecimi ent o de los espaoles en el terri torio de ultr a Bto-Bto y
se declar aban no encomendables a los indgenas de esa regin
y la resolucin del virrey del Per, de establecer el rgimen de
gue rra def ensiva. Esas resoluciones haban separado el territorio
del reino y el de la poblaci n ind gena rebelde y ent re ambos
haba establecido una frontera. Los vecinos estimaba n caso in-
excusable cuando los habitantes de aquella regin desbordaban
el territorio de la riber a norte del ro Bio-Bo, avanzaban ame-
nazadoramente hacia las ti erras de ms al norte y ponan en
peligro la segur ida d de! los vecin os, los merodeos
de los indios en la zon a fronter iza deban repr imirse con el ej r-
cito pennanente1La audiencia confirmaba este cr iterio al decir
que el si tu ado se haba establecido con desmedro de l a atencin
de muchos ot ros asu ntos "sl o en orden a li brar de semejantes
apercibimientos a los vecinos de este reino en consideraci n de
sus muchos honrosos servicies y pa ra que se poblase esta ciu-
dad'u e. Los vecinos haban logr ado que las autoridades respeta-
sen su in terpretacin del caso inexcusable para apercibirles para
la guerra y que durante el pri mer tercio del siglo XVII, los go-
bernadores procurasen obten er su apoyo para sus empresas mi-
litares medi ante e! ruego y e! halago. "N inguno de los seores
gobernadores pasados ha ll evado a nadie a ella (la guerra) por
fuerza despu s que deca la rea l audienci a en carta
al gobernador Lazow. U. a audiencia habla cont ribuido a con-
firmar a los vecinos en esta actit ud amparndoles con tra cual-
" La au dienci a infor ma acerca de los ncc nvenrenres que resultan del CUm
pl tmient o de la real cMula sobre aperctbimtemo. 2 de noviembre de 1645.
J. T . Medina. CopiaJ del Arch ivo de Indi as 13; documemo 4. Archivo
Naciona l.
"Car la de la audiencia al rey. 6 de ab ril de 1634. C. C. Y :\1 . Medma,
132: 136.
'"Car la de la audiencia al presidente Lazo. 27 de enero de 1632. C. C. y
M. M. Medina. 131: 119.
I I 7
qui er abuso de poder en este aspec to de sus obligaciones para
con el reYJ,Asi lo deca ella misma en car ta diri gida al rey en
que se refi ere a los aperci bi mientos: "de haber hecho justicia la
aud iencia cuando se aperciba a los que no eran soldados, se au-
ment la ciudad en comercio, edilicios y poblacin. de cua tro
parles las tres porque seguros los q ue estaban en ella y los que
venan de fuera de que en caso de que 105 apercibieran no siendo
soldados. la audien cia haba de hacer riscal Pedro
Machado deda sobre esto mismo: "en consideracin a esta cdu-
la (1597), desde que esta aud iencia se fund ha ampar ado a los
vecinos, no permit iendo qu e los goberna dores los aperciban con-
tr a su voluntad .. . habiendo habido en otros gobiernos mu chas
necesidades y malos sucesos en la guerra, n unca se atrevieron por
rigor a hacer los dichos apercibimient os, si bi en por buenos me-
di os fomentados y alentados de la audiencia acudi eron muchos
hi jos de caballeros pr inci pales de es ta ciudad"2"{.sobre el estado
de nimo de los vecinos respecto de esta el oidor
Jcome de Adaro y San Martln y el fiscal Pedr o Machado de Ch -
vez que los vecinos "haban criado alguna soberbia con el ampa
ro de la audiencia por tener j uzgado que el gobernador no po-
da hacer gobernador Osores de Ull oa,
que pretendi reduci r a los ind ios r ebeldes, ext rem su conside-
racin con los vecinos par a atraerlos a sus empresas. Cuando asu-
mi la presidencia de la au diencia. fueron los oidores por l a
su casa y por complacer a los del cabildo de Santiago d io al co-
rregidor un lugar preponderant e al ir y al venir. El fiscal de la
audi encia replic an te esta det enninacin por ser cosa nunca
vista, y con tr a real cdula y autos de la au diencia y por haber
dado motivo de admiracin. Pid i a l rey q ue lo remedi ase a fi n
de que se restituyese a la real au dienc ia su situacin y autoridad ,
p Ue5 en todas partes iba por delante de la just icia crdinanase.
de la au diencia al rey, 6 de ab ri l de 163 . C. C. l' M. M.,
na. 132; 136.
"'Carta del IiKa l de la au diencia. Pedro Macha do de Chvez al fiscal del
consejo de Indin , 24 de abri l de 1633. C. C. l' M. Medna, 132; 24.
-cana del oidor J come de Adaro y San Martl n. y del sca Petlro Macha
do d", Ch:i.n::II al r",y. 25 de mayo de 1632. C. C. y M. M., Medina. 131; 201.
'"Caru del fiKal Jcom", de Ada ro al I"'Y. 20 d", abr il d", 1623. C. C. Y
M. M., Medina. 125; 298.
1 1 8
Convencido de l buen xito de este recurso, el gobernador pre.
tendi sacar del rei no "alguna cantidad de gente noble'w. Con
este fin orden apercibimientos y derramas. El fiscal de la au-
diencia, Jcome de Adaro y San Marun pid i en el tribunal que
se cumpl iera la rea l cdula de 1597. Osore s, q ue proc uraba mano
tener buenas relaciones con la nobleza, desisti de su preten-
sin
2 S

: gobernador Lazo de la Vega, que vino animado de ambicio-


sos proyectos milit ares. alter esta sit uacin. En 1630, est ima ndo
que el rein o estaba en gran pel igro de perderse por falta de gen
te y po r la agresividad de los indios rebeldes, aper cibi cincuen-
ta personas: vecinos, alcaldes. regidores; amenaz con severas
penas a los reaci os y orden al cabildo que hicie ra cumplir esta
d isposicin'1En la audiencia manifest. que para aperci birlos. ha-
bla usado ~ "gr an des cortesas y promesas de honrarl os en nom-
bre de Su Maj estad". Solicit a la a udi encia que le ayudase para
obtener que la gente le acompaara. Esta ayuda consis t a en que
el t ribunal rechazara las apelaciones y dems recursos que los ve-
cinos solan usar en estas circunstancias. La audi encia conco rd
con el gobernador. en que la sit uacin justi ficaba el apercibi-
miento de los veci nos se. La cortes ta y halago con que el go ber-
nador pa li .su orden de apercibimiento no sat isfizo a los vcci-
no.s.( Hicieron gran alboroto. pues estimaban que el aper cibi-
miento era vejatorio y opresiv0
2
i) I..0s poderosos lo desobed ecie-
ron y los pobres se dest erraron a los mont es para no ser hall a-
dosee. La resistencia f ue act ivamente propugn ada por familiares
de doa Isabel de Guzmn, a qui en el gobernador Lazo ca lific
de fundamento de los la nces que haba habldoas. El cabildo se
"Carla de Osares de Utloa at virr.ry de! Per. 29 de septiembre de t622.
C. C. y M. M., Medina, 124; 216.
- Memoria de avisos del estado y C05as del reino de Chile. escri ta por
Miguel de Miranda Escobar. 23 de abril de 1634. C. C. y ~ L ~ I . , Medi-
na, 132; 21 3. En adelante memorias de a\'i_ .
- Acuerdo de la audiencia, 7 de aRt" to de 1630. Citado por Mi!l:uel Luia
Amunlegui, "Loa Precursores de la Independencia de Chile, lomo 11, p. 223.
" Memorias de avisos.
"'Carta de varios religiosos al re), 20 de mayo de 1632. A. G. l., A. de Chile, 3.
"Carta del gobernador LalO de la vega al rey, 20 de abril de 1632. C. C.
YM, M., Medina, I3t; t56.
1 19
present en la audiencia, pero viendo que su accin no era aco-
gida por el fiscal, el cual, segn decan, "no peda nada en de-
fensa de la j urisdiccin real " present ante ell a las cdulas que
r eglamentaban el servicio militar de los vecinos y "pidi desagr a-
vio". La peti cin fue pasada al fiscal . Este, a diferencia de lo que
hab a afirmado cuand o Osor es de UlIoa haba apercibido a los
vecinos, dictamin ahora que los aperci bimientos estaban bien
hechos. El cabildo, en conocimiento de esta afirmaci n. aplic a
la situacin actual lo que el mi smo fiscal habla sostenido en tiem-
pos de Osores de Uiloa. Manifest "que no era caso inexcusabl e
por estar la tierra en mej or estado que antes, pues el gob ernador
tena gr an n mero de soldados para ir con ell os a hacer la en-
trada y que no permitiese Su Alteza (la audienci a), que a los del
cabildo como a los alcal des por ser exentos, ni los del p ueblo
fue sen aperci bidos y llevados forciblemente por esta r la ti erra po-
bre de gente que apenas tenia en toda ell a par a su defensa, con
entrant es y salientes, trescientos ci ncuent a hombres, y que si ha-
bia al guna al teraci n de enemigos holandeses o del enemigo do-
mstico por haber ms de cuatro mil indios, negros y mulatos
qu e otra s veces se hab an quer ido levan ta r, mal se poda sacar
Rente de la ciu dad y su contor no y acudir a la defensa de la mar
y de la tierr a"30, A raz de esta pr esentacin, se iniciaron en el
cabildo y en la audiencia , sendas infor maciones para establecer
la verdad de lo a firmado en Ia presentacin de la pri mera de es-
tas ins titucionesu,
(pesde el comienzo de los incident es, los frailes de la ciudad
apoyaron a los vecinos con gra n enojo del gobernador que repl i-
c con agravios e impertinenci aS)Ante estos "agravios y grandes
ofensas que de ell as se segu an contra Dios y deservicio de Vues-
tra Majestad . apre taron las conciencias a los oidores di chos, di -
cindoles qu gran pecado hacan no oponindose al goberna-
dor y a sus agravios, defendiendo a los vasallos de Vuestr a Ma-
jestad. p ues para este fin entre otros. sus ten ta Vuestr a Maj estad,
aqu audiencia'ua . Los padres de la Compaia de Jess. repren-
de al' iSOl . ,
dI' la audiencia, de 20 de 16110. Migud Luil Amu_
nlqui . " I...o;c Pt ec: unoreo d" la dI' Chil e", tomo 11 . p. 226.
"'Can a de ..ari06 rdigi OlOl al rey, 20 de mayo de 16112. A. G. 1., A, de Chi le, 3.
120
Es posible, vOS oidores,
y vOS cabi ldo de risa
qu e asJ os dejis lleva r
de un hombr e tan de men tir a
y que vuestra patria noble
con sus tlrantas malinas
padelca tan lOS tr abaj os
sin haber quien los rrs i5la.
di eron al gobernador por el estado trabaj oso en que ten ia la
ti crra! 3.CrrobaJa l a afirmaci n de que no er a caso inexcusable,
la audiencia, en autos de vista y r evista, mand guardar y cum-
plir las reales cdulas sobre el servicio militar de los vecinos y
revoc los apercibimic!ltos y derramas y el acuerdo qu e hab an
tomado en 7 de agosto.Lsunque esta nueva resolucin de la au-
dienci a di sgut al gobernador, condescendi algo con ella; con-
cedi al cabildo que redujese a tr eint a el nmero de las perso-
nas qu e deban acompa arl e a la guerr a y que borrase de la lista
las veint e sobrantese-. La audiencia. por su parte , dejando a salvo
la prioridad de la obligaci n de los vecinos de atender a la de-
Iensa de los trminos de la ciud ad sobre toda otra accin militar ,
hizo diligencias de palabra y por escr ito ante el cabil do y algu nas
personalid ades par a qu e acudiesen vol untariament e al llamado
del goberna dor, asegurando la defensa de la ciudad, promeri n-
dole escribir al rey para que les hi ciese merced en atencin a
este scrviciow.
-Durame estas gestiones se mantena la agitacin popul ar. Co-
rri an entre los nobl es algun as coplas y papeles relativos a estos
hechos, escrit os con notoria irreverencia hacia el president e, fis-
cal y cabildo y en los cuales se exaltaba el vejamen de que era
vctima el pueblo y se sealaba todo esto como vejatorio de la
patriaae. Entre los ms activos impugnadores de la decisin del
gobernador destacaba la familia Escobar. Para reprimir la agi-
tacin y castiga r a los libel istas, el gobernador habla de tenido
algunos vecinos y moradores en la crcel de corte. Entre ellos
... ' emor ias de vi. os . . . .. emortas de avi.ns .. .
A{uerdo de 2Q de de 1630 iguel Lu is Amuntegui, op. eil.,
l omo JI , p. 226,
- Audienci a sin Di os ni ley,
cabi ldo de poca esti ma,
como consenus qu e un loco
OS agrn ie y OS oprima,
Cmo <consent. que un Rei no
de tanta honra y val a
tan ilus t re y ta ! It.al
padezcan unlas
12 1
estaba don Pedro Escobar. De estar al decir de uno de los acusa-
dores del gobernador, "las crceles estaban llenas de gente".fj:.!ta
represi n ejercida contra. gente consciente de su poder habla em.
peorado la situacin del gobernadoJ].Los detenidos en 101. crcel
llamaron al procurador de causas de la. audiencia y le solicitaron
que In hiciese una peticin pua presentarla al tribunal, quejan.
dese del agravio y gral"e opresin que les hada el gobernador, del
aprieto en que les tena y solicitando que les mandase poner en
libertad: pues el "rey romo tan cristiansimo rey seor natural
de ellos, no permita que a sus vasallos se les hiciese semejantes
agravios y molestias, siendo tan fieles y leales vasallos como ellos
eran". El procurador accedi a esta pet icin y se present con
el escrito en la audiencia. El gobernador que no permita que
se hiciesen preseruarjones a la audiencia y que a la llegada del
procurador estaba presente en el tribunal, lo ech por una de
las ventanas que daban al patio de la crcel. Los presos qu e
desde el patio vieron el resultado de su gesti n, pedan a. gritos
que se leyese su pedido.
La. activa familia. Escobar obtuvo que el cabildo, al hacer la
reduccin de los apercibidos, conforme lo haba dispuesto el so-
bemador, eliminara de la lista a don Antonio de Escobar, mano
cebo de dieciocho aos, hijo de doa Isabel de Guzmn. Esta de-
cisin disgust al gobemadorer.
En la imposibilidad de obtener mayor recurso de los vecinos,
el gobernador sali para la front era a fines del ao 1630, dlspues-
to a penetrar en tierras de indios de guerra. A su partida. la au-
diencia le reiter su posici n favorable a una guerra de defensa.
A juicio de sta, haba gente suficiente y an excesiva para de-
fender las tierras del reino. La experiencia mostraba. que ron
cuidado y orden, estando el gobernador en I frontera. habla po-
dido defenderla y (stigar :lo los indios en sus propias tierras" .
El gobernador no se mostr conforme con la intervencin de
la audiencia. Comunic I rey que sta cbseaculizaba su gestin,
-\f<"lDOl"i.a de avitol
-Arontlo d... b. [C'2,1 audenca. de 20 de nO"iftDbr<." de 1630. Migud Luis
Amunillewu. op. ot., tomo 11. p. 226.
1 22
in ten' in iendo en materia de gobierno y guerra por haberlo con-
sent irlo sus ant ecesores, o por descuido en otros re spectos y por
per ma necer alejados de ella lo mas del t iempo. In formaba que
durante el go bierno de Fernndez de Crdova, la audi enci a ha-
ba provisto la plaza de tenien te de capit n general ; ahora se
habla opuesto a que un soldado, que tena plaza viva, fue se
llevado a la guerra; despachaba navos sin obtener autor izacin
del gobernador y por lt imo haba odo a las per son as que ha-
ba apercibido para q ue le acompaasen a castigar a los indios
cuando estos apercibimientos eran deci sivos para la subsistencia
del rei no. El haba repli cado q ue esa era mat eri a de su compe-
tencia. El asunto se haba remitido al fiscal que haba dictami-
nado a favor de su cr iterio. Lo que fu e acordado. tarde, a
pesar de la pet icin del fiscal, va riaron de actitud. En vista de
todo esto, l haba hecho algunas proposi ciones a la aud ienci a y
al cabildo y aunque se haban confor mado con la necesidad y los
medios, des pus desist ieron de lo aprobadow.
(El gobernador per sisti en hacer gu erra ofensiva a los indios.)
Habiendo tenido noticias de que stos se preparaban para des-
quitarse de la derrota q ue l les hab a infli gido en 13 de en ero
de 1631, decidi volver a la ciudad de Sant iago, hacia donde par-
t i en junio de ese a0
43fi:
n este ti empo se confirmaro n noticias
acerca de la presencia de corsari os holandeses en el Paci fico y el
gobernador orden a varias per sonas q ue fuesen a vigilar la cos-
ta; nombr ca bos a Martn de Ca rvaj al , Lorenzo N ez de Silva,
J oan Snchez Abarca, Gondlo Marttnez de Ver gara, Francisco
Fue nzalida y Este era hermano de doa Isabel de Guzm n,
quien, el a i'io anterior ha ba provocado el enojo del gobernador
logrando impedir que su h ijo fu ese llevado a la guerra. Fuen-
zali da se neg a cumplir la orden de ir a vigilar las costas y
se re trajo a la iglesia de la Compaa de J ess y desde all apel
a la aud iencia. Esta acogi el recurso, le dio por libre de la obli-
""Carla del gohernador LalO de la V<'83 al rey. 21 de marzo de C.
C. YM. M.. Medina. 67.
'"Informacin levantada en Concepn sobre la oposlcn de los oidor" a
los ape rclbinuentos ordenados por el goocrnau or. 19 de septiembre de
C. C. Y M. M., Medina. 2H. En adelante info rmacin Je\'antada en
Concepci n .
1 23
gacin impuesta y revoc la orde n de detencin impartida por el
gobernador-u. Esta actitud vali a Fuerual ida la consideracin
de hroe de la resistencia cont ra las tiranlas de! gobernador. En
la informacin qur el gobernador orden levan tar en Concep.
cin sobre la oposicin de los oidores a los apercibimientos qu e
l haba ordenado, se deca qur en el auto de revocaci n de la
orden de arres to qur haba dado el gobernador en contra de
Fuenzahd a, los oidores le trataron con ttulos honor ficos y le
honraron como si no hubiera sido deli ncuen te. provocando gran
escnda lo. Le alabaron mucho en pbl ico y en secreto, diciendo
que era hombre de gra n valor y pretendieron hacerle procurador
general el e la ciudad para el ao 1632, y para tenerl e a su favor
le incitaron vivamente a que aceptasen.
Durante su permanenria invernal en Santiago el gobernador
empez a reclutar gente para castigar a los indios en la prima-
vera y verano siguientes: envi dos compaas de a caballo: una
a los terminas de la ciudad de Santiago y otra al valle de Qui.
Ilota. :\"0 obstante s", esfuerzos. no alcanz a reunir el nmero
de hombres necesario para la campaa proyectada. Decidido a
llevar a cabo su proyecto, apercibi nuevamente a los vecinos,
entre los cuales estaban Francisco Fuenzalida y Antonio de Es-
cobar. hermano e hijo respectivamente de doa Isabel de Gu z-
m n. y les comunic cort smente su resol uci n-a. "Hizo llamar a
algu nos vecinos y moradores de la ciudad de Sant iago a su casa y
les seal el peligro de qu e tena not icia y el gran servicio qu e ha-
r lan al re}' si con l subie ran en el vera no a esta frontera y soco-
meran al real ej rcitc?. No logr obtener la voluntaria acepo
tacin de todos los apercibidos. Algunos decidieron acompa
arle a cambio de la promesa de ser designados corregidores,
pero los vecinos ms importantes se retrajeron. Nuevamen.
te se levant una ola de agitacin de la que eran los ms
acrivos animadores Isabel y Beatriz de Guzmn, Francisco Fuen-
zalida y Luis de Ulloao. A las circunstancias que anteriormente
se habia alegado para resistir el apercibimiento se agreg ahora
el peligro de que el alzamie nto de los indios de T ucumn movie-
" lnlurmiICin levantada al Concepdn.
OIMem. OIl dem. "Idc:m. " ldem.
124
ra a levantarse a los indgenas de Sarui ago-e. Antonio de Escobar
desobeded la orden de apercibi rse para la guer ra, el goberna-
dor dio orden de detencin contra l por desobedi encia y deseca-
ro e inici causa en su comra-t. DOla Isabel de Guzmn y Fran-
cisco Fuenzalida apelaron ante la audienci a de esta resol uci n
del gobernador y la audiencia acept el recurso. El gobernador
trat de di suadir a la audiencia de qu e no interviniese, pero sta
atendiendo al desasosiego de los vecinos prefir i revocar los aper-
cibimientos fundada en una real cdula de 1570, que dispona
que cuando not oriament e por la accin de los goberna dores se
hubi ese de producir movimient o o desasosiego de la t ierra, se
sobreseyesee . Al tomar esta resoluci n la audi encia prescindi
de dispo siciones qu e le orde na ban que en caso de competencia
se atuviese a lo qu e ordenase el gobernador, haci endo requeri-
miento. Una vez que revoc los apercibimientos, la audiencia
propendi como los demandant es, a forti ficar la resistencia con-
Ira las rdenes del goberna dor; publi ca y secretamente tra taba
de persuadir a quienes se mostraban dispues tos a obedecerlas o
apoyaban abiert amente al goberna dor a que no lo hiciesen. De-
d ales qu e debilitando la resist encia cont ra sus ar bit rariedades
eran traidores a su patria. Esto fue puesto en evidencia ms tar -
de por uno de los encomenderos que acompa al gobernador
a la frontera, en una in formacin que ste levant al respecto.
Ese encomend ero asegur que uno de los oidores tr at de disua-
dirle para qu e no acudie ra al llamado del gobernador y an de
presionarle; que l haba pedido a la audiencia qu e durante su
permanencia en la frontera se suspendiera un pl eito que tenia
con dos personas de la famil ia Guzmn, pero obtu vo solamente
que la audiencia se lo aplazara por cuatro meses con la condicin
de que pagara la mitad del hon orari o que corresponda al aboga-
do de la parte contr aria por el aplazamient o. Este era un recurso
para di suadirle de acompaar al gobernador. El declarant e afir-
""Carta del oi dor Cristbal de la Cerda al rey, 16 de junio de 1632. A. G. l.,
A. de Chile, 3.
"Memoria de avisos y carta del cabildo de Sanli ago al rey, 26 de mayo de
1632. A. G. r, A. de Chile, 27.
""Carla .l e! fiscal de la audiencia. Pedro Macha do de Chavea, al fiscal del
Conicj O de Indias, z.f de abri l de 16" . C. C. y M. M" Medi na, 132: 2-1.
12 5
m que procedimientos similares se usaron COIl ot ros vecin os que
quisieron ir a la gue rra
n.
El gobernador reacri o n enr gicamente ant e la resolucin de
la a ud iencia : se indispuso con los oi dores; amenaz con pren
derl es: con ernbarga rt es sus salarios; quitarl es las gar nachas y des-
terrarl es del rei no. Para pn :ca n ' rse del riesgo de que el gober-
nador in ter nase cumplir sus amenazas, los oi dores despacha ron
secretamente un a pro visin real en la qu e insertaron unas rea les
cdulas para poner la en vigencia cua ndo fuera necesari o. En es-
ta provisi n ma nda ban a todos los generales, ma estros de campo,
sargen tos mayores, ca pi tanes y alfreces, sargentos y otros oficia-
les y mini st ros de guerra; a las justici as, caballeros ). a todo g-
nero de gente que estu viesen preven idos y aperci bidos para acu-
dir }' que acudieran al ll amado de la real audienci a para dar
favor y ayuda al presidente y oidores bajo grav simas pena sw.
El apoyo que l a audienci a brind a los vecinos des bar at una
vez ms el proyecto del gobernador de obtene r ccacti vameme que
los veci nos de Sant iago le acompaaran a la fro ntera. Slo al gu-
nos vecinos de poca significacin fue ron vol un ta riamerue con
el. En vista del mal ogro de su propsito el gobernador pretendi
mej orar su po sicin para fut uros ape rcibi mientos. Con este ob-
jeto an tes de partir par a la Front er a hizo gesti ones para obtener
un cabildo favorable para el a o siguient e. Orden qu e eligi esen
por alca ldes a dos r ecomendad os suyos y recomend a otr os pa-
ra alcalde de he rmandad, regidores de vecinos y moradores y
procurador genc eatw.
A fin es de 1631, cua ndo el gobernado r haba partido para la
Ir nmera, y aun est aba pendiente la causa contr a Amoni o de Es-
cobar, su madre doa Isabel de Guzmn pidi en la a udiencia
que se la auto rizara para in formar al re y del estado del re now:
probar en esa informacin que no habla necesidad de apercibir
a los veci nos; que la de tencin de su hij o era arbitraria-e y de-
" ln lormacin l.,untada en Conc.,pein. IOM.,moria d., n i_o
Ol M... noria d., a, 'isos.
de a"isos y cart a del cabil do <le Santiago al '''y. 26 de mayo de
1632. A. G. I.. A. de Chi le. 27.
OO M.,m,,ni a de a" u....
1 2 6
nunciar los manejos del gobernador para obtener un cabildo fa-
vorable
u.
Solicit que se citase al fiscal nombrado en la causa
que se segua a su hijo. al proc urador genera l de la ciudad y es-
pecialmente al gobernador a or las declaraciones de los reeugosse.
Esta peticin fue admit ida por la audiencia en todas sus partes,
en vir tud de un capitulo de una comunicacin real de 7 de di-
ciembre de 1621, por la que se dejaba al criterio del fiscal pedir
lo que conviniera acerca de la pretensin del cabildo de Samia-
go, de que se le permitiera hacer las informaciones que le convi-
nieranw. En los capitulas de la informacin entregada a la au-
diencia y por los cuales deban ser interrogados los testigos que
presentase la interesada, se afirmaba que cua ndo el gobernador
venia a Santiago desde la zona de guerra, trata consigo ms de
doscientos de los soldados ms prestigiosos para que se aperne-
chasen en esta dudad. La permanencia de estos acompaantes del
gobernador irrogaba grave da o a la ciudad y al rei no. Durante
los cuatro o cinco meses que permanecan en la capital del reino
robaban indios e indias de paz, caballos y mulas. Para conseguir-
los asaltaban las estancias, asesina ndo a los dueos y a los mayor
domos. Todo esto consum a y asolaba la tierra. Generalmente los
indios robados eran pastores y de resultas de su ausencia que-
daban abandonados y se perdan los ganados. En este aspecto la
i nformaci n conclua solicitando del rey que se pusiera trmino
a la venida de los soldados a Sanuagoet. Tambin se rechazaba
en este interrogatorio la aseveracin del gobernador de que el
reino necesitaba gente y se afirmaba. en cambio. que era neceo
sario deja r la gente en la ciudad de Sant iago para que no se le-
vantase n los indios y negros de la ciudad y sus trminos. En rela-
cin con este aspecto de la poltica del gobernador, doa Isabel
de Guzmn ped a que en adelante fuera la audiencia quien
"'Carla del cabildo de Santiago al rey. 26 de mayo de 16'2. A. G. l., A.
de Chile. 27.
- Memor ia de avisos.
""Carta de l fiscal Pedro Machado de Chver al rey de marlO de 1633. C. C.
t M. M., Medina, \30; H .
"Cana del gobernador Lazo de la Vega al rey. W de abril de 1M2. c . C.
y M. M. Metlina. 1'1; 156. Memoria de a, jWl ... Carla de vatios rehgio-
_ al rey. 2Q de ma.,o de 1 6 ~ 2 . A. G. t, A. de Chile, 5.
127
declara el estado del reino en peligro y no el gobernadores. Se
acusaba al gobernador de que privaba de su li bert ad a los r egi-
dores del cabildo para elegir a sus sucesores, a los alcaldes ordi-
narios, de hermandad y procurador general de la ciudad , exi-
gindoles que el igiesen para esos cargos a recomendados suyosee.
La informacin se hizo con asistencia del escribano Miguel de
Miranda Escobar. Los testigos fueron prese ntados por el capitn
don Francisco Fuenzal ida en nombre de da lia Isabel de Guzmn,
su her mana. Catorce testigos "los de mayor calidad, exencin,
doctos y graves de lada la repblica", decla raron en la inf orma-
cin. Entre ellos, el padre guardin y otros religiosos graves de
la orden de San Franciscow. T odos los testigos confirmaron lo
que se aseveraba en el interrogatorio. Por su cont enido, por la
calidad de los testigos y por la forma en qu e stos formularon sus
declara ciones, esta informacin fue un proceso poluco. De ella
deca, en 1633, el fiscal de la audie ncia, Pedro Machado de Cha-
vez: ". ..en ella muchas cosas concernientes fueron envuel tas por
los testigos culpando al presidente, lo que pareci excesivo ..." 6 1.
Cuando el cabi ldo de la ciudad de Santiago supo lo que con-
tena la informacin solicitada por doa Isabel de Guzmn "y
qu e todo era en pro y aumento de su repbl ica y de su patria y
del rein o para redimirle de la opresin en que el dicho goberna-
dor y fiscal le tenan preso y parecindole que no era justo que
cosa tan grave fuese a instancias de una mujer y qu e la ciudad,
siendo a qu ien tocaba el volver por ella no lo hiciese", decidi
hacer una informacin similar cuyo interrogator io fue presen-
tado a la audiencia por su procurador generaw.
Probada la denuncia hecha en la informacin acerca de inten-
tos de presionar a los regidores. la audiencia orden a los rapitu-
lares que eligiesen libremente sucesores. alcaldes ordinarios y de
hermandad y dems funciona rios de la corporacin y qu e no vo-
""Carla de var es rc:ligiOlOl al rey. 20 de ma)'o de 16112. A. G. I . A. de Chile. 11 .
" Memoria de aviSOl. wldem.
"'Carta del (iKaI Pedro Machado de ChJ.vel al rey. 4 de marzo de 161111.
C. C. Y~ l . ~ I . Mediua. 130; 41.
-Memoria de: avisoe.
128
tasen para esos cargos a las personas recomendadas por el gober-
nadorw.
Terminadas las probanzas, los interesados encargaron al capi-
tn . bastan de Silva que las llevase a Espaa para presentarla s
en la corte y le costearon el
El gobernador quiso castigar a los principales autores de las in -
formaciones e impedir que stas saliesen del reino. A comienzos
de envi desde Concepcin a Santiago un capitn al mando
de veinte soldados para que prendiese al capit n Fra ncisco
Fuernalida y le llevase a la frontera. Asi lo hizo el capit n. Cuan-
do doa Isabel de Guzmn supo que su hermano haba sido de-
tenido acudi a la audiencia soli cit ndol e que enviara en su
b squeda y que castigase al aprehensor, La audiencia acogi
esta peticin; declar injusta la aprehensi n y libr al capitn
FuenLalida. Para hacer efectiva su resolucin despach a un escri -
bano que comunicase su orden al cap it n y a los soldados, y le
autoriz a que llevase consigo la r amdad de gente que creyera
con veniente. No obs ta nte esta autorizacin, el escribano no se
atrevi a cumpli r la misin que se le haba encomendado, Para
imped ir que las informal iones llegasen a desti no, el gobernador
decidi impedi r la salida del procurador. Fundaba esta decisin
en que la persona designada por sus adversarios de Santiago pa-
ra llevar estos documentos a la cone perteneca al ej rcito, y
por tanto, estaba sujeta al fuero militar; en que estaba prohibido
permitir a cualquier persona embarcase para Espaa por el ries-
go que corrla y tener dispuesto el rey por cdula de 10 de julio
de 1621, que ningn cabildo, edesist icc, secular, comunidad o
panicular enviasen procurador a la corte, sin licencia expresan .
Conocido por los oidores el propsito del gobernador de impe-
dir la salida del procurador, denunciaron este propsito pblica.
mente. Doa Isabel de Guzmn, para impedir que sus esfuerzos
fueran desbaratados, solicit que se le di eran copias de dos cdu-
las del Emperador por las cuales ste reiteraba la libertad de 105
\'asallos para informar al rey y castigaba a los gobernadores que
tk a'iIoI.
"'Carta de \'ilriUl al rej , 20 ma}o de . .'l . G. A,
-carta del gobc'rnador Lazo de la \'rga al fe}' . 20 abril de C. C.
y M. M" Mcd illa, SI; H6,
1 2 9
les pusieran obstculos para hacerlo. Luego present solicitud a
la aud ienci a para qu e or denase el viaj e del procurador del reino
y despach ase provi sin real para qu e no se impidiese su salida.
Solicit tambi n que en ella se insertasen esas cdulas y que se
la pregonase en la plaza pb lica de la ciudad ant e escribano qu e
diese fe de ello. Esta peticin fue aceptada por la audi encia. El
escri bano hi zo pregonar la provisin real en la pla za p blica ee.
Adems, la audi encia conced i al procurador del reino toda cla-
se de proteccin: provisiones reales y jurisdiccin para que na-
di e le imp idi ese el cumplimiento de su misi net . Asl protegido, el
procurador sali de la ciudad. El gobernador di o orden de pri -
sin en su contra, pero no logr apresarlo. Este fracaso redobl
su inters por impedir la salida del procurador y de las informa.
cienes. Tom todos los pasos de la cor dillera, envi hombres al
pu erto de Buenos Ai res }' pidi al gobernador de esa provincia
qu e impidiese al procurador qu e se embarcase para Espaaee.
En medio de esta pugna y no obstante el apoyo qu e daba a los
vecinos, la audiencia procuraba impedir qu e se escindiese la r e-
prese ntac in rea l. A comienzos de enero de 1632, escriba al go-
bernador expres ndole que esper aba que las victorias que habla
alca nzado en esa temporada de guerr a, di eran ma yor aliento al
virrey para envi ar socorr os de gente, ya qu e la ciudad de Sarua-
go no ten a suficiente gente de guerra para defenderse de los
indios y negros domsticos. Expresaba qu e er a su obligacin oir
en justicia a quie n viniese a ella a pedirla .. . . .porque de lo con-
trario adems de ser gran cargo de conciencia, de que en el tribu-
na l de Dios se ha de da r estrecha cue nta, se nos hara, en la visi-
tao gr ave car go ...... Afirmaba qu e habla procurado por cuantos
medios habia sido posibl e, sin fallar a lo que hablan ente ndido y
entend an qu e era de justicia en este asunto para que tuviese
efecto lo qu e le habia sido aconsejado al gobernador, esto es el
apercibi mient o de los vecinos, no haba encontrado otro medio
qu e dej ar en li bertad pa ra que fu esen a la guerra los que qu sie-
doe ni_o
"'Cana del oidor Crislbal de la al rey, 16 de junio de 1632. A. G. l. ,
A. caue, 5.
-enla de 'afie rr ligiQWI al 20 de de 1632. A. . G. 1., A. de Chile, 3.
1 'O
ran, pues, desde que haba situado ningn gobernador habla He-
vado a nadie por fuerza". Dectale que pareca que el haber acon-
sejado algunos que hiciese apercibimientos sin agasajo y ruego en
alguna manera (empaaha) la gloria de sus victorias y buenos
sucesos".
El gobernador no reccnccta al reino que le ;nina justicia en
su resistencia al apercibimiento. Por el contrario pershua en su
propsito de hacer prevalecer su criterio: habla logrado detener
a 60 leguas de Santiago, en el camino a Buenos Aires al procura-
dor del reino y lo haba hecho conducir a un fuerte de la fronte-
ra, donde lo mantena eacarceladote: se habla dirigido a la au-
dienc a de Lima en procura de ratificacin y la resolucin del
"acuerdo" de Lima le confirm en la convicci n de la legalidad
de su exigencia. Aquel "acuerdo", en respuesta a la consulta del
gobernador haba dictaminado que solamente a ste competa
apercibir a les vecinos y que la audiencia no deba intervenir en
ellou. A raz del conocimiento de esta resolucin, vino el gober-
nador a Santiago y se reuni con la audiencia en "acuerdo". En
l se tom conocimiento de la provisin del virrey de fecha 8 de
marzo de 1632 y 105 oidores se plegaron a ella. Adems, estuvo
de acuerdo con l, el nuevo fiscal Pedro Machado, Fortalecido
con esto, el gobernador amenaz a 105 oidores, de que les pren-
deria y les ma ndara a un fuerte, sin en adelante interferan sus
decisiones sobre apercibimiento de los vecinos para la guerrate, y
)'3 por la violencia, ya por el halago. procur desbaratar lo que los
vecinos haban hecho en su contra a fines del ao 31 y comienzos
del 32, Ri con los frailes franciscanos que haban declarado
en la informacin )' quiso desterrar al per al guardn del
convento de esa orden11. Con la detencin del procurador del
reino obtuve los pliegos que contenan las acusaciones que se le
haban hecho y quiso que se leyeran en la audiencia. Se opuso
-carta de la tul audirncia al presidente Lazo de la V.-ga, 27 de enero
de 163:!, C. C. y M, M., 131; 119,
'"Carta dd fleal de la audiencia Pedro :'ola.hado de QVel al .. de
m,mo de 16" . C. C. y M" Mrdina. 41.
tlQlrta dr nriot rrligiO$Ol al 20 de bla)'Udr 16'2. A. G, l., A. de Cbile. S.
1'Oldew, 1'I.\lrmoria de avisos.
1S 1
el fiscal. por ser cont rario a cdu las reales, y religiosos y personas
principales apoyaron su dictamen con lo que se evit que esto se
llevar a a cabo. Llev al "acuerdo" la acusacin que habia escrt-
to el oidor Narvaez de Baldelomar y pretendi qu e se leyese y
se rectificase por la aud iencia. La oposicin del fiscal impidi
que as se hiciera. Cerrado este camino, int im al oidor Na rvez
que se la most rase. Este accedi. Conocido su contenido, solicit
al fiscal que se querellase contra los testigos, pero ste se neg a
satisfacerlo. Negado este recurso, fundado en una real cdu la
que prohibia hacer informaciones cont ra los goberna dores, solici-
t a la audiencia que declarase nula las que se haban hecho a
peticin de doa Isabel de Guzmn y del cabi ldo de Samiagct-.
Para alcanzar este fin hizo las paces con sus oposi tores, especial-
mente con dalia Isabel de Guzmn. uno de cuyos nietos apadrin
y procur que se retractasen los vecinos que haban declarado en
su contra en las intormaclones. Como estos se negaron a acceder
a su perdido orden su detencin. Estos huyeron. Pidi al cabil-
do que solicitase a la audiencia qu e le permitiera hacer nueva in-
formacin, pero el cabi ldo se neg. Ante esta negat iva hi zo apre
sar a los regidores. depuso a los alcaldes ordinarios y les deste rr
a servir en la provincia de Cuyo. Despu s de una cort a permanen
cia de los alcaldes all, les mand traer t e. Alej del cargo de co-
rregidor de Sant iago a don Diego Jaraquemada porque "volvien-
do por su repblica y pat r ia. habia fomentado las informaciones"
y design para ese cargo a ot ra personare. Con tan duros proce-
dimientos, logr redu cir al cabi ldo a sus propsi tos. Solicit ste
a la aud iencia hacer nu eva inf ormacin y sta accedi. Esta se hi -
zo con asistencia del fiscal, y en ella declararon cincuen ta per so-
nas dc las ms pr incipales y emparentadas. Muchas de ellas lo hi-
cieron forzadamcrue, dejando declaraciones de que juraban do-
minadas por la fuerzan . Adems de esta in formacin, el cabildo
escribi al rey en 26 de mayo de 1632. En esta cart a manifestaba
que la infonnacin que se haba hecho a pedi do de doa Isabel
"Cana del Ilscal Pedro Machado de C h ~ e z al rey, 4 de marzo de 163'.
C. C. Y M. M. !-1Iiua, 130; 41.
...Memoria de avL5oa. "'dem.
"Carta del fucal dc la audiencia al r c)'. la cuada.
132
de Guzm n era tal "q ue si se viera en el consej o. causara conlu-
si n": que haba sido llevada a la corte por orden de la audi en-
cia, yen cont ra de la voluntad de la ma)'orJa de los mi embros de!
cabildo, porque los inter esados no quisieron exponer las razo-
nes en que se fundaban para solicit arl o; que stos se hab an neo
gado a dar poder a su portador para que act ua ra como su procu
radar; que habla sido necesario que el doctor Narvaez privara de
sus votos a la mayorta de los regidor es. para q ue el cabildo con-
cediera ese poder por la minora; que poster ior men te e! cabildo
habla hecho nueva informacin, y cua ndo supo lo que se afirma-
ba en la anterior, quit el poder conced ido al procurador Sebas-
tin de Silva y envi a otro para que solicitase en la corte algu -
nas COlas en beneficio de la rep blicat e. Esta for zada y tarda
condescendencia hacia el gobernador, no salv al cabi ldo de la in-
tervend n de aquel para obtener regidores adictos en las pr xi.
mas elecciones, En ella s obtuvo el gobernador que fueran elegi-
das para los regi mientos las personas que l haba recomenda.
do
H
Al escribano ante quien se haban hecho las informaciones.
le desterr, a galeras en el Callao. El cabildo. el ob ispo. las reli -
giones y la gente noble, intercedieron por l. Pero el gobernador
no accedi a exi mirle de esta penaw.
Inhi bida la audiencia para interve nir en favor de los vecinos,
perdido para la ma yora de ellos el cabildo de Santiago, cuya
funci n rcprcsenrariva del reino era utilizada ahora por el go-
bernador en su beneficio, la maroria de los vecinos careca de un
medio autorizado para dirigi rse al rey. :'Il m'idos por la atribulada
situacin del reino, los reli giosos clamaron entonces al rer "Esta
ha sido la causa que ha obligado a seis frai les. deseosos del servi -
cio de Dios y de Vuestra a sali r de sus celdas, y cscribir,
aunque sin firma a Vuestra :'I(aj estad ...... Estos frailes fundaban
su actitud en que el rey "con el celo tan de re)' san to que tiene,
remediarla los males que tanto impiden a que se apacige te
rei no y tanto irritan a la just icia divina" y en el temor de que
Dios destruyera el reino, pues tant as "inj usticias y agra vios dan
roces al cielo y piden vengan za". En carta de 20 de mayo de
"Carta del cabildo de Santiago al 26 deo mayo deo 1632. A. G, 1" A.
de Chile. 27.
I 33
1632 info rma ban al soberano "de las tira n as" del gobernador
"hombre sin Dios que llevado de sus pasiones tiene notablemen.
te afl igida a esta ciudad y tanto que a no ser los de ella tan fie-
les vasall os de Vuestra Majestad, le hubiera n ya muerto, y con
serlo no ha falt ado qui n 10 haya intentado, y Jo han impedi do
siervos de Dios y alguno de los aqui escribimos, somos testigos y
si Vuestra Majestad no 10 remedia, podr ser suceda algtin es-
cnda lo". Dedan que la audiencia habla sido acall ada y desde
que esto habla ocurrido, habla en el reino "un solo poder"; los
oidores lo eran solamente por llevar garnachas y por sustentar-
se de la real hacienda, y qu e lo fuera n en esas condiciones les pa
recta "cosa miserable, despr eciable y an superflua". Los frailes,
despus de describir esta situacin, solici taban al rey qu e decla-
rase si las audienci as podan reprimir y remediar los agravios e
inj usticias que los goberna dores had an a los vasallos cuando no
eran soldados y si de ellas se podan apelar, "pues esto no se en-
tenda aun que estaba tan claro; que decla rase por c dula part icu-
lar si el gobernador tena potes tad para prender oi dores, y en qu
casos poda hacerlo; en este aspecto adela ntaban su crite rio: si la
tu viesen, sera mejor quitarl es tal licencia : esto sera gran servicio
de Dios y del reino, pues, si ellos estuviera n facultados para eso,
no ha br a audiencia ni justicia y sera mejor qu ita rla, porque en
en esas condiciones los oidores har an lo qu e el gobernador qui-
siera y ni siquiera inf or ma ran al rey de lo que pasaba, pues es-
tar an temerosos de ser castigados: decan que actualmente los
gobernadores tan pront o como les vean hacer justicia y que le
iban a la mano a sus agravios y tira nas amenazaban con prender-
les y suspen derles de sus cargos. Solicitaban que se garantizase la
libert ad de informar al rey, pu es aunque asl estaba provisto, era
necesari o que se declar ase nu evamente. Pedan que se enviase
persona recta y cristiana a tomar residencia al gobern ador y qu e
siendo verdad Jo que afirmaban, se le separase del cargo y se en-
viara gobernador cristi ano y temeroso de Dios. Para asegurarse
de que su cart a llegara a manos del soberano, la enviaron por
conducto de la inquisicin y temerosos de que se extraviase o
fuese retenida por el gobernador. los frailes no la Iirmaronet ,
" ' ~ n a de varios rd igio5Oll al rey, 20 de mayo de 1632. A. G. L, A. de Chile, 3.
lH
T ambi n el oidor la Cerda escri bi al rey en 16 de junio de
16.12. solicitndole qu e iealara los casos en que el presidente
pod ta prend er a los oi doresw. En 26 de junio del mismo ao los
religiosos escribieron nuevamente al rey. dicindole que por es-
tar l en "tan estrecha obligacin en candencia de remediar
ofensas a Dios. excesos y agravios que cometen los gobernadores
y ministros de Vuestra Majestad olvidados de serlo de un rey
tan catlico y celoso del servicio divino y bie n de sus vasallos
se han visto obligados seis religiosos frailes de los ms graves,
doct os y celosos del ser vicie de las dos Majestades en este reino
de Chil e a escribir a Vuestra Majestad esta carta" ".. "satisfe-
chos de la cri stiandad de Vuestra Majestad, celo de la Divina
Gloria. de evitar pecados, paz y ut ilidad de los reinos" y conven.
cidos de qu e cualquier aviso bastar a para que el soberano pro-
veyese el remedio de los males qu e haba, le informaba nueva -
mente de lo aqu oc:urria 3.
Dominada la resistencia, el gobernador hizo ese ao los apero
r-i bimientos sin oposicin. Mas, cuando estaba prximo a par-
tir a la front era , un a noche aparecieron muchas luminarias fes-
tej ando su partida y motes que decan "luminarias al llegar. lu-
min arias al partir ". El gobernador encarg al obispo se in-
formase sobre qu ines era n sus autores. El obispo hizo prender
a tres sacerdotes y se los entreg al gobernador quien los mano
tu vo encarcelados dura nte tr es meses' ".
Los vecinos quedaron heridos y deseosos de reparacin. Po-
co a poco obtuvieron que el nuevo fiscal les reconociera la j us-
ticia de su causa. Al ao siguiente ste escriba al rey y al consejo
de Indias sobre el conflicto entre el gobernador y la mayora
de los vecinos . En la pr imera. del 4 de marro de denuncia-
ba al rey los inconvenientes que tenia el qu e se hiciera infor-
maciones a favor de los gobernadores. Todos penden tan direc-
tamente de ellos. deca. que es mu)' f cil obtener que los vect-
nos declar en lo que los gobernadores desean: con este proced .
mient o se les impi de que avisen al rey contra lo que han ya ju-
rado y que consigan repar acin de los agravios y que las quejas
- A. C. l .. A. d,..csue. 3.
-Carl lo de urioa rey, 26 de ju nio de 1632. A. C. t ., A. de Che, 3.
de lovi5of.
I 35
ll egu en hasta l. Para evi tar tod o esto propon a que se prohibe-
ra a gobernadores. presidentes y oi dores que hicieran infor-
maci ones en su favor. Las cartas qu e se escr iban a favor de
esos funcionarios adol eclan del mi smo vicio, stas se gest io-
naban cuidadosame nte con los cabildos y rel igiosos y era n pre-
sentadas a los funcionar ios favor ecidos antes de despacharlas pa
ra que vieran si en ellas se encareca n suf icientemente sus m-
r itos. Si no estaban a satisfaccin . se di sgustaban . El rey de ba
tene r muy presente esto, incluso para las cartas que lt imamen-
te haban escri to la audi enci a y ti mismo a favor del gober na.
dar. Redundando en este aserto deca q ue estos recu rsos rentan
el incon veniente de que a los muchos quej osos que tena el
gobernador imposi bilita ban el desagr avio por estar el rey tan
lejos para saber la ,.. er da d. Era necesario termi na r con ellos. Er a
i ndispensabl e al real servicio estar informa do de la ver dad
acerca de los agravios que padecan los vasallos pa ra lo cual
se de ba decl arar si las informaciones que se had an sobre el
estado del re ino, para enviar las a su maj estad, si ste estuviere
en mal estado por excesos de l gobernador, deban hacerse con-
fonne a la r eal cdula que se haba dict ado. En esta cart a dab a
cuenta tambi n de que se tema escribi r al r ey, po rq ue siem-
pre se haba recelado de que los gobernadores interceptaba n la
correspondencia, especialmente atendiendo a que los gobe rna-
dores t iene n tod a la ma no que quieren para ofender y de struir
a los vasallos de Su Maj estad y no hab iendo ot ro recur so que
acudir a l, ste se hada desesperado por la razn indicada . Ex-
pre saba adems su temor de que su carta no ll egase a
En su carta al fiscal del consejo de Indi as, el fiscal de la au dien-
cia de Sant iago explica ba el origen de la r esistencia de los ve-
ci nos a los ape rci bimientos y sealaba los rie sgos po lticos que
implicaba esta exigencia . Le pa reca que el pri nci pal de el los
era que entre los propios vecinos moradores pud iera prod ucir-
se algun a noveda d "po rque sacar unos hombr es de sus casas
con mucho gasto y ri esgo de sus vidas y ll evarlos a oche nta
leguas a la guerra dej ando totalmente destruida s sus haden.
da s, con desamparo a sus hij as y muj eres . . . pues seor, si
unos vasallos tan leal es de Su Maj estad que en su real serv-
-carla drl Iiscal de la al ya dtad a.
136
rio han perdido sus padres y abuelos, y que han suste nt ado la
guerra ms de 50 aos, con derramas, ver destruir sus hacien-
das, y que quedan sus muj eres y sus hi jos sin remedi o y que les
ll evan a la guerra Iorciblemenre qu no se podr temer ; "y qu
desesperacin no traer poner ri gor en esto?" "Vuestra seora
lo considere con extra as de cari da d cr istiana y supuesto que Su
Majestad pone en su aud iencia minist ros de tantas part es y a
quien mira y obliga tanto para que le tengan fidelidad, se sir-
va si pareciere convenient e, pedir en el consejo se guarde la
dicha real cdula (la de 1597) para que no se hagan los aperci-
bimienros por los gobernadores si no es en caso de extrema
necesidad y que esta necesida d declare la audienci a cuando lo
es, en qu e consiste la quietud y buen gobierno de este reino,
porque de lo contrario vivi rn estos vasall os de Su Maj estad
en una esclavitud no table sin poder ser due os de sus hacien-
das, ni tener seguras sus vidas y honras y hoy est en estado
esto que si el gob ernador quiere apercibir a un letra do u oidor,
dice que no puede tener recursos pa ra ninguna par tevee.
Por r eal cdula de 30 de ma rzo de 1635 se confirm la reso-
lucin del cond e de Chi nch n pero acentuando la cond icin de
que se hi cieran los apercibimi entos solament e en casos de extre-
ma nccesidadet . Parece que ello concedi respetabilidad al
cr iteri o de los vecin os, pues en 1636 el gobern ador vino a San-
tiago a proponer a la audiencia que destinase al ejrcito de la
frontera a los muchos m OlOS vagabundos que haba en la ciu-
dad y en sus cont ornos y a trat ar de qu e por conducto del
cabildo logra ra que la nobleza la acompaar a volunt ariamente
a la guerra. Para obtene r la ayud a de la no bleza el gobernador
recurri esta vez al hal ago; al udi al valor y a las obligaciones
propias de qui enes bla zonaba n el e descendientes de conquista.
dores y pobladores y sei.al q ue la participacin en la guerra
er a la me jor manera de entrar en la gr andeza del re y, pues ste
"Cart a del fiscal de la au diencia , Pedro Macha do de Chavea, al fiscal del
consejo de Indae, 2. de abr il de 1633. C. C. y ~ I M ., Medina, 132; 24.
"'La real audiencia informa acerca de 10$ Inconve nien tes que resultan del
cumplimiento de la real [(-du la sobre apercibimicnlos, 2 de noviembr e de
16H. Copias del archivo de I ndiou. Mediera. 13, documento . , Archivo
Nacional.
1 37
premiaba a los vasallos que le servan aunque estuviese n en
lugares remotos. El cabildo respon di que aunque haba la me-
jor disposicin para servir al rey. los vecinos estaban imposib.
litados para acud ir a la guerra. porque su situacin era en ex-
tremo arriesgada si quedaba poco resguardada la ciudades.
El cabildo solicit al rey, ms adelante, que ordenase a l o ~
gobernadores que para apercibir a 105 vecinos se atuviesen a la
cond icin establecida en la real cdula de 1597, esto es, a los
casos de necesidad inescusahle y no lo hiciesen por causas de
poca importancia: que no se hiciesen levas en los trminos de
la ciudad de Santiago, sino cada diez aos: que si algn ve-
cino asentare plaza de soldado no se le pudiere obligar a asisti r
en la guerra ms de cuatro arios y a los que fuera n condenados
a servir en ella, se les permitiera volver cuando termi nasen la
condenase. El rey slo atendi esta pet icin en el sent ido de
reitera r a los gobernadores que no exigiesen la asistencia de los
vecinos en la guerra sino cuando fuese absolutamente indispen-
sable. Esta disposicin dejaba siempre un anc ho margen a las
resoluciones de los gobernadores y a los vecinos no les era fcil
demostrar que las circunstancias no eran las que dispona la
rea l cdula de 1597, cuando aquellos les ape rciban para la gue-
rra . Esta situacin se haca ms aflictiva debido a que no ha-
ba recursos de las resoluciones de los gobernadores. En 1639 de-
bieron obedecer al marqus de Baides cuando les apercibi
para hacer una demostracin del poder militar del rein o ant e
los indgenas no sornetidosw. Los vecinos apelaron nu evament e
al rey. Este reiter lo dispuesto por cdu la en 10 de diciembre
de 1642,n. En 1641 los vecinos fueron apercibidos otra vez. Nue-
vas quejas. A raz de ellas, se orden a la audiencia que infor-
mase, agregando su parecer, sobre cules eran los apercib-
-Miguf'1 Luis Amuntegui "Los Precursores de la Independencia de Chile",
tomo 11, p. 228.
""Real ctdula de 2 de noviembre de 1638. Miguel Luis Amu nlegui, op. clt.,
lomo n. p. 228.
"'Carta de la real audiencia al rey, 16 de jun io de 1638. C. C. Y M. M.,
Mf'dina. I ~ : 174.
"'Miguel Luis Amun.1tegui, op. cir., lomo n. p. 229.
1 3B
mien tas que se hadan a los vecinos que salan para la guerra y
a qu distancia estaban los lugares donde deban ir; si esta-
ban obligados a ellos y que inconvenient e teni a el cumplirnien-
to de esta exigencia. La audiencia inform en 2 de noviembre
de 1645, confirmando los agravios qu e los vecinos denuncia-
ban haber sufrido y agregando que los gobernadores haban
convenido el apercibimiento en un inst rumento de domin io de
los vasallos. "El dao de apercibirles es grande, deca, y como
los vecinos lo tienen conocido es tanto el temor que les causa
al oir rumor de apercibimiento, que a esta voz se afligen y en-
tri stecen sumamente y como algunos goberna dores han conocido
este recelo j usto en ellos pu ede ser que cuando quieren conse-
guir algn deseo suyo, amenazan con que apercibi rn y hacer
gracia de no hacerlo. En at encin a qu e los apercibimi entos
constituan una "mater ia del corazn del reino", la audiencia
propuso que "para componer y pesar con toda consideracin el
caso inescusable" al cual define como aqul en que nadie tie-
ne excusas para eximirse a salir a detener la invasin, ya fuera
domstica o mar tima ", "y para qu e todos los vecinos j uzguen
qu e se les ha r razn y salgan del espanto en que viven, y se
puebl en con ms segur idad de la qu e hoy tienen", ste fuera
resuelto por ella por mayora de vot os a propuesta del go-
bernador concediendo a ste, VOI O decisivo. En abono de su pro-
posicin, la audiencia sealaba que los oi dores no querr a n im-
pedi r el apercibimiento cuando fuese caso inexcusable y que
resolvindose por mayora se ha ra con mayor madurez y se evi-
taran los inconvenientes derivados del recelo de los vecinos; se
excusaran las apelaciones a qu e daba lugar el que la declara-
cin del caso inexcusabl e fuera del exclusivo resorte del gcber-
nador y satisfar a lo que miraba a jus ticia que era si hab a lle-
gado al caso de que los vecinos fueran a su costa. Agregaba que
trat ndose en "acuerdo" en la forma indicada y en secreto, el go
bernador tendra que exponer los fundamentos de su proposi-
cin. Adems debera tener presente para hacer esta proposi-
cin la orden de que los gobernador es consultasen con las audien-
cias y siguieran su parecer en los casos graves y arduos. El cum-
I 3 9
plimiento de esta disposicin era indispensab le, pues, ste era
el caso ms grave que poda haberea.
El cabildo concordando con la audiencia re iter con posterio-
r idad su solicitud de que se despachase cdula par a q ue fuese
esta quien declarase el caso inexcusable a fin de q ue los veci -
nos pudiesen recurrir a ella en caso de disconformidad con su
resolucin. Por cd ula de 30 de agosto de 1647 se pidi a la
audiencia que informase sobre esto. Esta lo hizo en carta de 16
de julio de 1648. A raz de estos informes se orden al gobern a-
dor por cdula de 18 de mayo de 1652 que siempre que se ofre-
ciese el caso inexcusable de apercibir para la guerra a los veci-
nos de la ciudad de Sant iago, y antes de resolver la convocacin
lo comunicara con la audiencia y oyera su parecer, pues, siem-
pre seria bueno tenerl o, pero sin perder la libertad para re-
solver lo que fuera ms conveniente como cosa que le tocaba tan
privativamente. Se le encargaba que para mayor seguridad de
la ejecucin, slo dispusiera su apercibimiento cuando las cir -
cunstancias fueran tales que convencieran de la necesidad y no
en otras y que en todo procurase el alivio de los naturales como
era su obllgacinea. El gobernador Porter Casanate, en cumpli-
miento de esta rea l c dula. consult a la audiencia en 1657 sobre
si podra considerarse como caso inexcusable el q ue se presenta-
ba ese ..'et ano con la. entrada de los indios por el ro Maule, para
exigir a los encomenderos que enviase cada uno un escudero a
la ribera de ese rlo. La audiencia consult el cabildo de Santia-
go antes de responder. Esta ltima corporacin en sesin de
21 de agosto de ese ao, consider la situacin como caso inexcu-
sable y se conform a la exigencia del gobernadorw.
Este procedimiento no liber en defin itiva a los vecinos de la
arbitrariedad de los gobernadores en relacin con sus obl igacio-
nes militares. Si bien se abstenan de apercibirles, les exigian
composiciones en d inero. Los vecinos procuraron defenderse
de la arbitrariedad, buscando, adems de la determinacin ms
-La real audiencia informa acere a de los inronvcnicnt"" que resultan del
cumplimicnto dc la rcal cdula IObre apercbimenroe, 2 de noviembre de
1&15. copias del Archivo de Ind ias. Medina, U. doc. ... Archivo l\..cional.
- Rca l cdula. dc 19 de mayo dc 1652. c. C. Y M. M., Medi na, 509; 94.
" Miguel Luis op. cit., tomo 11, p. 353.
140
circunstanciada del caso inexcusabl e y la intervencin de la au-
di encia , un lmite preciso para el mbito en el que deban cum-
pl ir sus deberes. Proponi an como tal limit e el rlo Maule "donde
hay pel igro y es la raya" que con mayor separacin, por su ma-
yor caudal divi d a los trminos inmediatos de Santiago y la Iron-
t e r a l l ~ . Restabl edan asl la anugua concepcin del cumplimien-
to de las obligaciones militares en los tr minos de la ciudad. El
rey estim que las ant eriores resoluciones preservaba n los int e-
reses de los vecinos y por cdula de 5 de octubre de 1671 reiter
su cumplimiento
ll 6
.
La persistencia con que los vasallos ms responsables procu-
raban que el rey amparase sus intereses y regulase sus obliga-
ciones pblicas conforme a ellos, evidencia un afn por que su
vida pol t ica descame sobre leyes. En el "Cautiverio Feliz del
maestro de campo general don Francisco de Nez de Pineda y
Bascu an y Razn Individual de las Guer ras Dil atadas del Reino
de Chile compuesto por l mismo", li bro que por lo muy ledo
y elogiado ent onces puede considerarse rep resentativo del cri-
terio de estos vasallos en el siglo XVII , sobre la importancia
de la legalidad y la forma de mantenerl a en la monarqu a cat-
lica, su autor , ante los fr ecuentes at ropellos de los gobernados
a los mandatos y cdul as reales dictadas en beneficio de los va-
sallas, di ce" ... pu es si sola una voluntad es la que rige, y un
solo super ior el qu e gobierna, sin que pueda ser contradicho
y encaminado a lo justo, para qu son ms jueces, ms oido-
res, ni ms minist ros que slo sirven de hacer gastos superfluos
y consumir el patrimonio real en lo qu e no es necesar io? Pare-
ce que oigo decir a alguno, y 110 mal fundado, que las ac-
ciones del prn cipe y sus resoluci ones no pueden ser contradichas,
ni con viol encia perturba das; a que responder con San Crissto-
mo, que me tra en a la memoria sus palabras algunos lugares
sagrados que par ece manifiestan lo contrario. Los egipcios (dice
este santo) cuando se vieron castigados con la muert e y es-
trago de sus primognitos, dieron a los hebreos mano para que
saliesen de la sujecin en que los tenan y esto fue obligado el
- Resumcn dt carta dcl cabildu de Santi ago, 29 de abri l de 1670. C. C. y
M. M., Medina. W9; 93.
"'C. C. y M. M., Medina, 301; 93.
1 4 1
rey a no poder aira ("Q a. que si qUIsiesen los hebreos haber
sido superiores a el, lo hubieran sido a los principios Icihnen.
te. Luego el no haber sido obligado el rey y vencido, no fUe
porque no pudiesen, sino porque no quisieron". Despus de ci-
lar erres ejemplos de resistencia popular, Nel de Pineda )'
Bascu n concluye: "por lo referido bien puede el prlncipe
superior ser cont radicho de sus vasallos y obligado a no poner
en ej ecucin sus intentos 1 desinios, cuando no son rectamente
encaminados a la raz n a la j usticia y a las establecidas ley" .
contra cuyo poder toda la majestad de los prncipes y r1:' 1"
soberanos no tiene fuerza. dominio ni mando; porqul:' la ley
es la verdadera reina que ha de predomin ar a todas las acciones
de 105 mayores monarcas. reyes y pr ncipes cristianos qu e qut-
sieran oponerse a ella: y esto nos lo ensea la mesma defi nicin
de la ley ". ".. Sin embargo del conocimiento de la historia b-
blica l clsica. Xinlez de Pineda y Bascu n se mantiene den-
tro de la forma constitucional para obtener el cumplimiento de
la ley. Dice: ..... si los seor es absolutos, prncipes rel es Y mo-
narcas pu eden ser obligados no ejecutar sus acciones, aunque
con dif erente est ilo del que se acostumbra en la ley antigua.
porque gozmos de la le}' de grada; por qu e no podr una real
audienci a con la aut oridad que tiene y la potestad que abra-
za. por lo menos hacer que se guarden y cumplan las cdulas
real es y qu e no se \'aya en contra de lo qul:' Su Majestad t iene
dispuesto )' ordenadoa'wr,
"'Caulh"rio Fo:'!il do:'! M a ~ l r o de Campo General don Francisco Nlln.., d"
Piiieda y 8aA(Cun y Ra,n I ndivid ual de l a. Guerra. Dilalad a. del Rcino
<k Chi le ccerpuenc po' el mi.mo. p. !88; !89.
142
Captulo vm
EL EspRITU DE BANOO
Origen de 101 bandee. BaDderfiUI en tor no del cab ildo y corregi miento
de gamiago. Apaciguamiento de .u bandertae a fina del l igIo XVIl
LA ADHESiN de los chilenos del siglo XVII a la legalidad
era contrariamente trabajada por su esp ri t u de bando. Las lu-
chas para sat isfacer afanes de poder a la muert e de Pedro de
Valdivia y el eje rcicio de ese poder desde 1553 hasta 1582 in-
terr umpido por los gobiernos de Hurt ado de Mendnza y la
aud iencia, constit uyen probablemente el landa lejano desde el
cual sur gieron las bander as que exist an a comi enzos del siglo
XVII ent r<{los descendi entes de los conquistadorest. Estos estaban
entonces, divididos en bandos constit uidos por familias unidas por
el luch'.\S se extienden a lo largo del siglo con ma-
yor o menor intcnsidadj I ncemivo apreciable para estas band erl as
eran los centros de poder que en fuerzas de las cir cunstan cias
recayeron en los vectnoss o les hablan sido concedidos por el so-
berano: los corregimientos y los cabi ldos de las ciudades, espe-
cialmente las instituciones santiaguinas. La importancia pohnca
de ambas instituciones daban a estas bander as inter s publico.
Las estirpes r ivales pugnaban por preponderar en ellas y en sus
luchas no vacil aban en emplear medios ilegales para excl uir a
sus adversarios del honor y ventaja de esos mediados
de 1614, la rivalidad entre las familias Lispcrguer y Cuevas se
manifest violent ament e durante los tr mites del proc5o para
proveer el cargo de corregidor de Santiago. Ese ao, termin el
periodo por el cual habla sido designado Andrs Jim nez de
l\fendoza de la familia Cuev; Dos prestigiosos miembros de esas
fami lias aspiraron a la sucesin: don Luis de la Cueva, cuado
del corregidor saliente y don Gonzalo de los Ros de la fa-
milia Llsper guer. Un escrito presentado en contra de este i-
t imo por un pari ent e de su opositor origin un violento inciden-
'Este hecho es conocido, aunque no ha .ido bien est udiado. Lo dotaca
Vicua Mackenna " Hil tor ia de Santiago", tomo 1, p. 182.
Meza vtalcbos: " Polltiu Ind gena en 101 Orgen es de la Socie-
dad Chilena",
143
te: Conzalo de los Rlos culp de esa accin al ex-eorregdo- co-
mo persona mas importante de esa fami lia y Pedro Lisperguer
habl de caaugarle ignomi ni osa mente. Sabido esto por J imnez
de :\Iendola concibi el proyecto de castigar a Lisperguer con la
ayuda de parientes y amigos. En dia convenido, a la sal ida de la
misa de once, Jimenez de xtendoea afront a Lisperguer y po-
ni ndole su espada en el pecho le insult pblicamente. Li sper .
gut'r reaccion y dio con su rival en el sudo. Ante este desenl ace-
acudieron los amigos y parientes del ex-corregidor y atacaron a
su cnmrincante. Dos amigos de Lspergoer acudieron al lance a
su vez. En poco tiempo "arias personas de la familia de- jimnez
de fendOla atacaban a Ped ro Lisperguer ) a sus dos amigos. La
co ntienda se hizo tan encarnizada que la presencia del teni en e
de algua( il mayor no fue bastante para separar a los ronn-incan-
tes. Slo pudo conseguirlo el alcalde de hermandad tomando
por un brazo a lJsperguer e inumdndole qu e se entregase. Pos-
ter iormente acudi all uno de los oidores quien termin por
dispersar y poner t rmino a las pendencias subsecuentes de la
servidumbre de ambas amiliast.
Islas luchas por preponderar en el cabildo san tiaguino. las es-
tir pes rivales procuraban que oidores y go bernadores imervine-
sen a su favor en las e-lecciones]Unian as sus inter eses con los
intereses de- gobernadores ). oidore-s ambiciosos que vetan la con-
venienria de tener una corporacin popular complacien te con su
poluica. En rv de ene-ro de 1623, despus que el cabildo habla
elegido alcaldes, se prese nt en su sala de sesiones el goberna-
dor Osores de Ull03.. desconoci la elecci n hecha y declar
el to a un amigo suyo. Esta intervenci n escandaliz a la ciu-
dad y el cabildo entabl pleito ante la audiencia en defensa de
su derecho a elegir. El tribunal acogi la peticin y reconoci ro-
mo electo a quien haba obtenido el mayor nmero de votos
en la elecci n-.
La audiencia que- tenia su sede- en Santiago. in tervino ms
sostenidameute que los gobernadores durante- el siglo XVII en
las elecciones capitulares . La permanencia de sto s en la Irou-
'Vit;ua Macknma: "Hstorta de Sanliago". (t.mo 1, pp. 181 19:' .
"Cartll drl [i1Ul1 JA, omr dr Ada ra al r ('f . 20 dr ab ril dr 1623. C. c. y
)l. M. Mrdi na . 12:' ; 298.
144
tera, malograba a veces sus intentos de intervencin. fi.-a audi en.
ca ini ci su intervencin en tiempos del oidor Palanca de San-
tillana] Desde entonces se suceden, casi sin inter rupcin, los go-
bernadores y oi dores transgresores de la l ibertad del cabildo: Aza-
a, Al omo de Sol r zano, Meneses y otros hast a fin es del sigtoe.
En 1614, la audiencia decl ar que la vigilancia de las elecciones
capi t ulares era [acuitad de su oi do r ms ant iguo y no del co-
rregiJor como habla sido ha sta entonces.p o esta d isposicin la
audi en cia pret en da hacer ms di rect a y legalizar su intervencin
en las elecciones capitulares}Quien presid a la eleccin procla-
maba a los electos po r el cabildo y era aqu .do nde caba la in-
tervencin legal que b uscaba la au diencia. lit propsito de la
audiencia no pr osper po r esti marse op uesto a las leyes y a la
mSl umbre' C-\ parti r d e 1655 se h izo no toria la intervencin
de Alonso Sol reano y Velasco, pr imero fiscal y luego oidor.
Est e interven a en Iavor de la numerosa e familia
Lisperguer con la que emparent por mat rimonioj En una pe-
ticin presentada en su cont ra en la aud iencia se expresaba;
"q ue favorece a sus deudos at ropell ando a los que no lo son, ma-
yormente en las el ecciones del cabildo en que ya se ha hecho
formidable a los capitulares sacando a cuantos qui er e. opri-
mindol es y obligndol os con tal es ahogos a que veten por los
suyos que es cosa mi serable lo que se quejan. pu es habiendo
comprado los oficios con tanto aument o de la rea l hacienda . no
son dueos de ellos. ni tienen libertad para votar a su satis-
faccin. como sucedi este ao en que estando op uesto a la
var a de alcalde de vecinos el capitn Antoni o de Escobar y
Guzmn le hi zo oposicin. el maestr e de campo Di ego Roco de
Carvaj al , casado con una prima del oido r y sali con la vara . Y
asimi smo sac por regidor es a don Alvaro Covarrubias, su so-
brino carn al y Francisco Canales. casado con deuda suya y a Luis
Pon ce de Le n'". En la causa que se sigu i en contra del oidor
'Rl:al (Ct<1 ula dir igi<ia a la audien cia de Chile, 30 junio de 1671. A.
G. r, A. cnue. 56.
'Carta <id gobc'rna<1or J05t de Oarr c al rry, 25 de agoslo de 1684. A.
G. r, A. de coue. UI.
' Prcsemacin del fisul en la causa seguida contra el oidor Alonso de
Solormno y vetascc , 16G4. A. G. J.. A. de Chile, 55.
145
Soirzano y Velasro decl araron numerosos y di stinguidos vecl.
nos de la ciudad de Sant iago. jUno de ellos manifest que por
la ges ti n de este oi dor, el cabildo se haba gobernado a su de-
vocin y respeto d urant e [os dos o t res hi mos aos; haci en do
un afio alcal des y previniendo para el venid ero los que habl an
de suceder y dos o (res r egidores de su devoci ne. Para asegu-
rar la libert ad de los vasa llos el rey d ispuso el traslado del oidor
Sol rrano y Velascc a la audiencia de Buenos Aress.
{!.as reclamaciones que se hac an al rey en contra de la in ter.
vcnci n de los oidores que quebrantaban la liberta d del cabi ldo
rarectan de seriedad, duran te el siglo XVlI:f:: o tenan el prop-
sito de resta urar la libertad de las elecc iones capitulares en be ne-
ficio de todos. sino que eran un recurso para des tr uir la alianza
de determi nados capitulares 'j oidores 'j substitui rla por otra.
As ocurri cuando lleg a este reino el gobernador Francisco de
Meneses. A poco t iempo de ll egar, este gobernado r propuso a la
corporacin popular el estanco de la compra de cebo para au-
me ntar su precio de venta en el Per. El cabi ldo estim que este
proyecto contrariaba la li bertad de los vecinos y lo rechaz. Ani-
mado por su afn de lucro, el gobernador querla llevar adelante
este pro yect o. Las fami lias riva les de la familia Li sperguer , que
haban sido ale jadas de la corporacin. l e a poyaron. Con este apo-
yo, el gobernador se propuso abatir el podero de esa familia.
El pivote de su poder era el oido r Solrza no 'j velasco. Secun-
dado por el de la audiencia el gobernado r inici un pro
ceso con tra l. tiolrzano fue acusado por sus adversarios de abu-
so de La alianza del gobernado r con sus amigos se hizo
ms fuene a r az de su matrimonio con un a hija de Bravo de
Sarava. Fundado en la rea l cdula que ordenaba vender los
regimientos priv a esta corporacin del privilegi o de proveer los
regimientos por eleccin y los puso en al moneda. El prod ucto
de su venta incrementara los prop ios de la d udad que eran muy
escasos. En el remat e, los pa rientes de su mujer adquirieron los
regimientos, pero la compra fue simulada. Fueron pagados con
fondos de la real hacien da 'j solamente ron el fi n de que el escri-
"Causa (Unl ra el oidor Alonso de Sot6rzano y v etasco, 16&1. Real
(Mula de 6 de mayo de 1665. A. G. L, A. de Chile, SS.
"Rcal dduL>. tle 6 de ma)o tle 166;' . A. G. r ., A. de Chile, 55.
14 6
ban o di era testimonio del ingreso. Lo s simu lados adquirientes
ocuparon los regimientos y desaloj aron a q uienes los detentaban
por el eccin . Estos red ama ron de nulidad . pues estimaban que
no podan ser despoj ados de sus cargos sin real consemimiemo
por haber sido Iegumame nte elegidos. Estos hechos fueron pues-
tos en conocimiento del rey por el alguaci l mayor de Sannagorc.
Entret an to, los nuevos capitulares se pusieron al servicio de los
propsitos del gobernador. Le favorecieron escri biendo a la coro
te recomendando su gestin
ll
y aceptaron el proyect o de estancar
la compra y venta del cebo. Acep tado el estanco se li mi t el too
ta l comprable a veint i n mil qu intales, cantida d que fue prorra-
teada en tre los hacendado, am igos del gobernador.
El virrey desa utoriz el estanco pero los vecinos no recobraron
la li bertad de comerdo. El gobernador mantuvo el precio de seis
pesos mediant e el control de la salida de los barcos. Adems, exi-
gi a los expo rtadores de este producto que le pagasen un peso
por cada quint al export ado. T ambin exigi al proveedor de tri-
go del ejrcito que le pagara anualme nte una subida suma como
condicin para mant enerl e el contrato. Como ste se negara, el
gobe:nador resci nd i el asiento, le destituy del cargo de corregi-
dor de Santiago y le enca rcel. Luego asumi la provisin de tri-
go del ejrcit o por intermedie de un cr iado suyo. Para cumpl ir
con este compromiso orde n que los corregidores de Aconcagua,
Me1ipilla y Colchagua sembrase n grandes cant idades de trigo
y les autoriz a quit ar a los vecinos e indi os bueyes y aperos de
labranza. T umbi n oblig a los administ radores de pueblos de in-
di os que hici eran siembras con este mismo fin. Para completar la
cantida d de fanegas de trigo establecidas en el contrato, instal
en Santiago dos al macenes de compras que administr aba el corre-
gidor
12
Con tr ari ando una di sposicin real establecida en benefi.
'"El algua cil ma)'or de San tiilgo da cuen ta de los desa fue rce y rir anlas que
ha comet ido el gobe rnador don h anci. w de Meneses desde que entr en
aq uel reino; 29 de sep tielll bre de 1665. A. G. l., A. de Chile. 55.
"Los oidou:s de la audiencia de Chile dan cuenta del estado de aquel rei no
y de 1011 proced imientos del gobe rnador do n Francisco de Meneses, 9 de
agosto de I66S. A. G. l., A. de Chile. 55.
" Los oidores de la audiencia de Chi le dan cuenr a del estado de aquel
reino y de los proced imientos dd gobernador do n Frauci.co de Meneses,
9 de agosto de 1665. A. G. r ., A. de Chile, 55.
14 7
cio de Ios estancieros por la que se prohiba introducir ganado
bovi no desde Tucumn introdujo desde 01 111 veint e mil vacaste,
estas vacas entre los hacendados para que las engor-
dasen, beneficiasen y extrajesen el cebo y les fij un rendimiento
de tres ..rrobas de cebo por cada una. el cual deban entregar
limpio y puoto en valparatsc. Con estas exigencias perjudic a
los estancier05
14

-1.06 vecinos soportaron este abuso de poder por carecer de una


base lepl pau plantear un conflicto. pero cuando el gobernador
les exigi que exhibieran los utulos de confirmacin de sus en.
r omiendas " contrariando una disposicin real que haba eximi-
do de este trmite a quienes recibiesen pocos indios en encomien-
das, las dedar vacas y luego se las otorg nuevamente a cam.
bio de una contribucin de tres mil pesosw, los afectados apela.
ron a la audiencia para que les amparase en su derecho. El go.
bernador prohibi a los oidores. que conooeran de las apelaclo-
nes y se declaro wmpe lente para resolver de ellas. La audi encia y
los vecinos se escandal izaron. El oidor l\IUfi OI de Cul lar, que le
haba apoyado expres entonces: .. . . . que 105que ms es, que sin
ser odas. ni venri das las pa rtes ro nlorme a derecho. las decl ar
por vacas (las encomiendas} no estlldolo"'.
En apoyo de sus determi nac iones el gobernador mantena con-
sigo en Santiago a los soldados que habla traldo de Espaa!". La
audiencia defendi con energa su jurisdiccin en atencin a que
no poda. segun ella. dejar desamparada la repblica. principal-
mente cuando erecta su afliccin a la vista de las temeridades del
",'ute. que IOU,o la (ana de Juan de 29 de diciembre de
)6I.i6. Dedaradn de Juli.io D.ivila. A. G. l . A. de Chile. S5.
"Le. o&doret de la de Chile dan del CSlado de aquel
rrino, , . 9 de apto de 16M. A. G. l ., A. de Chile. SS; Aute. que ro-
nn 11 de Juan de la Cekb. 29 de diciembre de 1665. Ded.aracion
tk Juli.in O.i\ ila. A. G. A. de Chile. !l6.
1 de So.inti1go de Chile cumla de Iot d<,os.:o fuC'rc. ,. u.
uniu que h.i rometido et gobernador don de M('O('S(':lI . .. 29 de
ICptiembre de 16M. A. G. A. de Chile, SS.
del oidur don Man ud Mulio.l de Cufl1u al rer eobre le. proa
di ... i",te. dd de M CKfo. 18 de febr ero de 1666.
oua del milmo. de 30 de marzo de 1666. Am al A. G. L, A. de Chile. SS.
"Le. oidoret de la audiencia de Chile cuenta del etUldo de aquel
reino .. . , 9 de dr 1665. A. G. 1., A. de Chil e. SS.
1 4 8
gobernador y estaba dispuesta a defenderl a mientras pudiese re-
sistir a la fuerza del gobcmador !e. Este procur acallar a los oi-
dores amenazndoles con penas de destierro e ini cindol es cau-
sas por su ronductaw. Ms tarde priv al tribunal del sello real ,
lo que significaba despojarla de la representacin del re
y
20 y lo
entreg al canciller. Este deb a mant enerl o cu su casa y le prohi -
bi con pena de muerte qu e 10 llevara a la audienciaet. Las vc-
t imas del gobernador no tenan asilo ni ref ugio seguro; si se as-
laban en los templos, les extraa desde all afrontando las penas
eclesisticas. Un miembro de la famili a Fuenz alida se acogi a un
templ o, pero sin xito. El pro visor del obi spado ante el atropello
del fuero eclesistico pretendi tocar a entredicho y excomulga r
al oficial que haba violado el asilo, pero el goberna dor le ame-
naz con sacarle de la iglesia amarr ado a la cola de un caballo y
desterrarle a una isla
22
.(Para evitar que sus excesos llegasen a co-
nocimiento de l rey difi cult la salida de can asse y para procurar-
se informes favorables exig a a las rde nes reli giosas, a la auden-
cia, a los cabildos eclesisti cos y secular qu e escribieran a la corte
car tas encomiando su gesti n gubernativa; enviaba test imon io de
escribanos; cart as y testimonios que obtena con amenaza de
muerte y despojos de bienesu)r ar a qu e las rdenes religiosas
el igieran partidarios suyos como aut orid ades, int erven a en sus
"Carta de los oidores de la aud ienci a in formando de os proced imientos
del gobernador don Francisco de Meneses. 20 de diciembre de 1665. A. G.
r., A. de Ch ile, 55.
"Carl a de la orden de San Fra ncisco al rey, 4 de febrero de 1666. A.
G. r, A. de Chile, 55.
""Carla del oi dor Manuel Muol de Cullar al re)'. :iO de marre de 1666. A.
G. r., A. de Chile, 55.
"'El alguacil mayor de Santiago de Ch ile da cue nta de lo. desafueros y
tiran la. que ha cometido el gubernad or don Francisco de Meneses ... , 29
de septiembre de 1665. A. G. l., A. de Chi le, 55.
"'Carta de los oidores de la audiencia de Ch ile infonnando de los pro
redimientos del gobernad or <lon Fran cisco de Men eses, 20 de diciembre
de 1665. A. G. r.. A. de Chile, 55.
-Loa oidores de la audiencia dan cuenta del estado de aquel reino ...
9 de ago.to de 1665. A. G. 1., A. de Chile. 55.
" El vica rio provincial de la orden de Santo Domi ngo da cue nta del rm-
scrable estado en que ti ene a aquel remo el gobernador don Frandscc
de Meneses, Iq de octubre de 1665. A. G. t., A. de Chile, 55.
14 9
capitulas. Cuando temta que alg n predicador denunciara sus
desmanes en el sermn, exiga que con amerioridad se le entre-
gase el escrito, con lo "q ue no hay predicador que tenga liber.
tad pau reprenda,.Y amonestar, siendo tan propio de los minis_
tros conducta determin al oidor :o. fuOl de
a alejarse del gobernador y sumarse a sus col ega s" J.
(Los agrniados. privados del cauce legal. para reclamar estre-
charon relaciones ron la Impoeibiluada para de-
fenderles. busc proteccin para ellos en las cortes de Lima y
"l adri (!1.E1 oidor J uan de la Pea Salazar escr-ibi al virrey del
I'er pid indole que determinase si la gestin del gobe rnador
const h uta caso en que, segn las leyes. poli/a int ervenir en el go-
bierno del fines de 1665, la audienc ia escri bi al r ey
infonnndole que sus vasallos no hallaban ley suficiente para de-
Icnderse por lo q ue evitaban los recursos, )' atemorizados, no
podian lamentar sus desdichas, ni aun hacerlas llegar a la cort e
por la vigilancia oon que el gobernador impeda la salida de caro
tas).-\demh. ped a pronto remedio para que los vecinos no des
pues vivan wnfi..dos en que su rey les habia de mirar
romo a vasallos suyos que desde lugar tan distante se quejaban
a l como a su rey y seor natural "en cuyo nombre lo hace esta
r eal audiencia en la impoaihil idad de que cada uno de por si y
todos en comn lo bagan. temerosos de que no 1e5 cojan sus caro
ras como nos lo repreK'ntan ronnnuamente'we.
Segn los vecinos opositores y la audi en cia, el go bernador con
m conducta, habla des virtuado m cal idad de mi nist ro de un rcv
cat lico y se habia conver tido en t irano) Varios rel igiosos que
informaron al rey de los excesos de Meneses, en 16 de dici embre
de 1661, decian que siendo qu.e el r.ey es catlico haba de pres-
tar oido a las quejas que daba todo el reino de Chile, despus
-1 _ oMJOfft la tu.I audinlria de Chile dan rUntlol del nudo de aq uel
reino _.. 9 de apio de 16M. A. G. l ., A. <k Chile. ss.
"'Caru de Roro Clnajal. akalde m-dinario de S<1Inl iago . al rey. 50
de d, ricnlbre de 1664_ A_ G . A. de Chile, !lb.
"ClIIrta del oidor Juan <k la Pea al de ditiembre de 16M. A_
G. A. de Chile. SS.
""Catl.. de W. oidorn de la audiencia infuunllndo de 1,. procedimientos
del ohnnador don Fn nti J( o de M= on, 20 de ditiembre de 1665. A.
G. 1.. A. de Chile. SS.
150
que lo goberna ba el general do n Fra ncisco de xrenes es. Decan
adems que 1< \"a531105 no rentan ms recursos que informar de
los 3RTavim particulares y generales q ue reciban por las rirantas
y poca err' de los r.ninistros que gobernaban en este nu evo
mundow En 30 de septiembre de 1665. el cabildo edeshtico
deca que- por la. imposibilidad en que se encon tr aban de escrt-
bir a su rey "no parecen vasallos de Vuestra los que vi-
ven en esta provincia, sino esclavos del gobernado r o prisioneros
de sus mi smas desdichas )' as lo viven los que le sirven de conseje-
ros yapoyan sus acciones que evita para resguardar se de sus malos
procederes. con que no ha)' estado, no hay pe r!>ona, ni tribuna l
que goce de libertad ni a quien le fal ten desdichas que senti r ni
t rabajos que llevarw. El alguar il mayor de Sant iago decta que:
despus el gobernador haba dest errado a los oi dores y qui -
tado el sello real al canciller prohibindole q ue lo llevase a la
audiencia, sta no serva de ningn amparo a los veci nos y que
le pa reca que todo esto lo had a el gobernador para "hacerse se-
or absol uto de todo el reino o para que no se averi ge el estar
casado con la hi ja d e don Francisco de Sarav ia"J1.a idea de que
el go bernador por sus actos se haba pu esto al margen de las le-
)es y por ramo se ha convert ido en esl mejor expresada
en ot ra part e de esta misma comunicacin. Dice: " Pensamos qu e
no nacimos vasallos de Vuestra a q uien Dios guarde o
10 somos para servir o ser escla vos de do n Francisco de Me-
neses, no vuestro gobernador, sino nu estro seor , pues ta nto ha
podido la autoridad y maj estad que ha adqui rido des pu s q ue
entr en el gobierno de este reino y en nosot ros la prueba en la
obediencia de vasallos tan leales: u nel a tan grande que no hay
persona que ose hablar palabra porque las obras en la ejecuci n
de tal mal hombre fueran peores que las de nrano como lo es en
el riesgo de las vidas que estos padecemos con gran dolor de
perderlas a cada paso", "Como estamos tan lejos del amparo de
Vuestra :\fajestad Catlica, que Dios guarde, los gobernadores
y oidores que entran a gobernar este rei no, hacen en l semej an-
"Carla ti .. \;OriOl r.. ligi<oll ..1 r.. 16 o.l.. dil i..mhr .. d.. 16&1. :\ . L . 1.. :\ . ti ..
cene 55.
--Carta tI..1 c:ohild" ec!... ;\slico al re) . ' 0 dt'" "'pl ielll hrr de 1665. :\. G. t ., ..... d..
Chile.
1 5 1
tes porqut' aqu ni guardan ni cumplen lo que manda
"u"lra Maj"tad por \11$ rules cdulas y ordenanzas; slenie los
gobernadores y oidores que gobiernan este reino despus de ha.
ber beche en l cada cual un milln de tiranas y ma ldades. sin
dar Tcaidenciu. Aqu no se" reconoce la [usricia ni se guarda a 101
pobres vecinos de "le reino, sino a los que hallan el favor en
malos oidores sobornados con manifiestes cohechos. con que u -
da uno de ellos aqu es un rey absoluto y disoluto en sus temen.
dades, desafueros y rirantas". "Aqu vivimos todos en tan gran
desconsu elo por tener tan lejos el ,brigo de Vuestra Majestad Ca-
tlica a quien suplicamos humildemente ponga el remedio gue
conviniere por los malos tratamientos qu e nos hace a todos.(;'ui.
lindaDOS nuestras haciendas, nuestros hijos y el servicio. apriso-
nando y desterrando y matando a cuantos hablan y piensan mal
de su codicia o de su casamiento y a los que haya en poder de esta
real audiencia qu e en ella no hallamos amparo de ninguna sucr-
te. por tener desterrados dos oidores injustamente, y los que han
quedado no osan hablar ni volver por las ainj usticias qu e nos ha-
ce cada dta por el terr or y amenazas que los tiene amedrentados.
cercndolos con escuadras de soldados . , . El sirve sino
para dar crd ito a sus temeridades y mentiras"II.J .
La situacin del gobernador fue en extremo peligrosa desde
que sus opositores le calificaron de ti rano. La paz del reino po-
dia alterarse en cualquier momento(La audi encia y los vecinos
estimaban que no estaban obligados ya a respetarle ni a honrarle
como a gobernador del rey. sino que estaban legtimamente aut o-
ridos pn. roi51irle y an para mtarleJEn carta de 9 de 805to
de 1665. I audiencia manifestaba temor de qu e se amounase la
gt'nte de I.u ciudades-s. Comunicaba que en virtud de J convic-
cin de que el gobernador, I violentar las le es. haha entrado
en la calidad de tirano, los vecinos esperaban que ella le desli o
royese del cargo. Como no lo hiciera, pemaron en rebelarse y
matarlo. )Cono;:el!ora de este propsito, procur disuadirlo de
" 1'1 ma"OI" <k s...mi'lgO da cuerHa de ioI dn.duerOl y liunlD qu e
ha cvmelido el gQbernador don Franc:isw de Menad; .. " 29 de tep
liembre de 166!t. A. G. A. de Chile. !t!t.
-LoI oidofn de la au diencia de Chile .. (uerlla del atado de aquel
rei no ... , 9 de agOllo de 1665. A. G. l ., A. de Ch ile, 55
152
su ejecucin temerosa de las consecuencias que pudiera tener y
en atencin a que ya haba escrito al virrey y al rey para que pu-
siese remedio a los excesos del gobernador y a que no dudaba de
qu e el remedio lIegara
33
.(!"Jo logr la audiencia que todos los
vecinos y oposit or es del gobernador desisti eran de su desesper ado
propsito:}t:l depuesto vecdor del ejrcito, profundament e resen-
tido con Meneses, en la convicci n de que no dara muert e "al
gobernador de Chile sino a un tirano enemigo del Rey y de la
Iglesia", se propuso matar le. En oportunidad en que el gober-
nador visitaba el hospi tal en que el vecdor estaba hospedado,
atent contra aqul d ndole dos estocada s, y le hiri levemen-
te.lRepuesto Meneses y temeroso de que se produjese una suble-
vacin popular, orden publicar un bando para que todos los ve-
cinos y moradores de la ciudad acudiesen a su casa baj o pena de
muer te y de estimacin de traidores al rey. Despus derog esta
convocatoria t emeroso de mayores riesgos. Sospechoso del obispo
se dir igi a su casa y convoc all a la audiencia. En la conferen-
cia, dijo haber sido informado por el obispo de que la audiencia
habla consu ltado con l acer ca de la posibilidad de mat arl e sin
pecado. Neg el obispo la af irma cin del goberna dor. En la
imposibilidad de comprometerlo en el atentado y de castigarl e,
en consecuencia procur desterrarle de la ciudad. Convoc a
la audiencia en las casas reales y con gra ndes amenazas trat
de obtener que sta desterrase al obi spo y al comisario de la
inquisicin , a qu ien el veedor habla qu erido ha blar. La au-
diencia resisti esta orden. En la imposibilidad de obtener por
este medio el cast igo del obispo por su presunta complicidad,
pretendi obtener declaraciones del vcedor para inculparlo. Con
este fin, le someti a tormentos, pero el veedor se mantuvo fi rme
en su pr imera declaracin de que no tena cmplices. Despus de
estos tormentos fue ej ecutadow.
Las denuncias procedentes de l reino de Chile sobre los exce-
- La audiencia de Chile da cuenta de la pri sin y dest ier ro q ue el go-
bernador don Francisco de Meneses ej"cUl en la persona del oidor don
J uan de la Pea Salazar, oidor de a'ludla audiencia. 9 de oct ub re de 1666.
A. G. r.. A. de Chil ... 55.
"hay J uan de Jess Maria. Memorias de Chile, p. 62, citado por J. T ,
Medina: "Historia del T ri hun al dd Santo Olicio en Chile", pp. 608 Y egts.
i s s
I
so6 del gobernador tuvieron eficacia.c~l rey consult al
de Indias sobre lo que convendra1 hacer para poner
el obi sg~ y los ;asallos, ellas eran mti; perniciosas por m+
de un reino tan distante y que suthia tan prolongada
Baya. conjurar esta situacin propuso que el rey ord
virrey del Per que mandase visitar al gobernador y q
mse uno de los mejores jueces de entre los que haba m
reino&&. El rey se conform c m esta propusicin y fun
10s hconvenientes que esta situacin tendra para la g&~qt$
C
$la realmente exista, orden6 al virrey del Per se i n f d
&e b que ocurra en Chile. Si de la informacidn r e s u ~ b 4 ~
x%rdadero 10 que se deca, ste debia reuniree con la a&'
4
para daignar juez visitador. Al que se designase se Ie da&
rudtad para - destituir d g&bernador Meneses y nornbr.a,rk\&
la saparacin de Meneses del cargo db gobernadar,
da en 1668, no se logr que las rivales familias santia!
ni i nci ~en al apoyo y complicidad de los repres
pam ~bt ener su dominio .ela el cabildo $ni.que los
ciasea-a itrtervenir para ~b t me r la salida de los re@
cawes adversarios. suyos o para i"mpedir que miewb
familias que habian apoyado a. Meneses entrasen en
E1 gobernador Juan Henrqiies; procur pacificar la, ciud
de Mene~es ~~. Las vctimas de ene eses procuraron g2t . yi a~, ~~
poracin municipal para utilizarla en su beneficio y partt,:
i66t;. A. G. I., A. de Ghile, 2.
*Re91 oclula dirigida a1 conde de Lemos, 12 de Clidenabm
G. I., A. de Chile, 55.
87A~tos formados sobre el retraimiento de d.on Juw de la9P&%
de jdja de 1671. A. G. 1 , A, de Chile, 55.
.
154
obstinados en vengarse estaban los oidores De la Pea Salazar y
De la Cuba y Arce. De la Pea Salazar puso en circulacin los
calificativos de menesistas y realistas para designar con el prime-
ro a la familia Saravia y quienes estaban vinculadas con ella, y
con el segundo a las rivales de aqullas. Intervino en las eleccio-
nes municipales prescindiendo de la poltica apaciguadora del go-
bernador y se opuso a que se designase corregidor a un vecino a
quien consideraba menesista. Los perseguidos amigos de Meneses
en la imposibilidad de vencer su intervencin acudieron al rey
para que le castigase como se mereca por perturbador de la paz
pblica. En 1668 y 1669 Pedro de Ugalde y Salazar, alcaide or-
dinario de Santiago y activo colaborador del gobernador Meneses
y Antonio Martnez de Vergara, comunicaban al rey los agravios
que los dos oidores antimlenesistas infligan al cabildo intervi-
niehdo para que eligiese a personas de su bando en los cargos de
alcalde y regidores. Agregaban que habindose quejado al gober-
nador de esta intervencin algunos miemb~os del cabildo, los
oidores De la Pea Salazar y De la Cuba y Arce les obligaron a
retractarse ante 61 de lo que haban manifestado38; en 1671, el
oidolr De la Pea Ilev su intervencin en las elecciones de al-
caldes ordinarios a extremas intolerables. Rechaz todas las pro-
posiciones que se le hicieron para elegir personas alejadas de las
banderas que dividan a la ciudad. Prepar la eleccin desde su
casa, visit a los regidores para pedirles que no eljgiesen a per-
sonas que estuviesen vinculadas a familias que hablan apoyado
a Meneses39, provocando gran tensin entre los vecinos. Luego
sufri un gran temor por las represalias que podan sobrevenir-
les, y se retrajo a un convemto40.
Ante las reiteradas denuncias que acerca de inte~venciones de
las autoridades reales en el cabildo de Santiago haca la nobleza
del reino, el rey, por cdula de 30 de junio de 1671, orden a
la audiencia que cumpliese las cdulas que en sta se le incluan.
Las reales cdulas que se reiteraban estaban dirigidas a las au-
"Relacin de lo que contienen las cartas y papeles tocantes a los proce-
dimientos de don Juan Henriquez. A. G. I., A. de Chile, 56.
88A~tos formados sobre el retraimiento de don Juan de la Pea de Salazar,
28 julio de 1671. A. G. I., A. de Chile, 55.
"'Autos formados sobre el retraimiento de don Juan de la Pea Salazar.. .
diencias de San13 Fe y de Lima. En ellas se mandaba a esas au-
diencias que dejasen al cabildo secular elegir libremente. La c-
dula dirigida a la audiencia de Santa Fe habla sido dictada el H
de septiembre de 1555 y reiterada en 2 de agosto de 1568. En
ella se deca que los oidores habian introducido la costumbre
nueva contra derecho y raz n y contra la preeminencia de los
pueblos de que uno de los oidores por turno, entrara en el ca-
bildo mandando bajo ciertas penas. que no se hiciera cabildo sin
ellos por usurpar y oprimir. Se prohibla tal intervencin y se le
ordenaba dejar en libertad al cabi ldo para elegir a sus miembros.
De tenor parecido en la que se habla di rigido a la audie ncia de
Li ma. Esta cdula habla sido dictada en 8 de mayo de 16H . En
la cdula dirigida a la audiencia de Chile dec a el rey que ha-
ba tenido noticias de que los oidores Caspar de la Cuba y Juan
de la Pea. particularmente el primero. agraviaban al cabildo,
poniendo las justicias de su mano y haciendo elegir sujetos de su
parcialidad por alcaldes }' regidores. por sus fines particulares con
los inconvenientes que se seguan de dejar al cabildo con tan po-
ca libertado. Se orden adems al virrey del Per que procesase
al gobernador Henrtquee y si en el proceso resultaba que su con -
ducta no corresponda a su cargo. le separase del gobierno. Tam-
bin se encargaba al virrey que impidiese los abusos que los ol-
dores cornenan con el cabildo. En cumplimiento de estas rde-
nes, el virrey proces al gobernador Henrtqu ee-e.
Estas reales rdenes fueron obed ecidas por poco tiempo; a la
in ter vencin de los oidores Gaspar de la Cuba y Arce y J uan de
la Pea Salazar, sucedi la del oidor J uan de la Cueva y Lugo.
En 1683 el cabildo de Santiago se quejaba al rey de que estaba
completamente subordinado a los caprichos de este oidor. El pro-
pio cabildo explicaba esta (alta de independencia por la suma
pobreza de sus integrantes; stos obedeclan al oidor sin resisten-
cia. temerosos de los daos que pudieran sobrevenirles a ellos y a
hu personas que de ellos dependan. si no se sometan a sus rde-
"'Rnl ddulJ. dirigidll a b. audiC'boa de Chile, ~ de junio de 1671. A.
G. I ~ A. de ceue, 56.
""CMta de lJ. reina gobernadora al "irrory" del Pn. 2 de julio dr 1671.
) dr la cofldrsa de Lrma. a la reina, 1<1 dr julio de 167'. A. G. l.. A. de
csue. 56.
I 56
nes. Dec a el cabildo qu e por este mismo temor no le hablan in-
formado antes de esta situacin (no sin grave escrpuloj para que
la remediase. En la comunicacin que ahora enviaba, el cabildo
Informaba al rey que ese oidor sacaba los presos de la crcel; to-
maba para 51 los propios del cabildo y el producto del impuesto
de la balanza, y el cabildo no se atreva a resisti rlo atemorizado
por el desprecio con que lo trataba; li mit aba la jurisdiccin de
los alcaldes ordinarios para beneficiar a sus val idos y era
muy asequi ble al cohecho. Por fin expresaba la corporacin mu-
nicipa l qu e dada la violencia del oidor, las personas que finna-
ban la carta quedaban en gran r iesgo si ella no llegaba a los
reales pies
l 3
. Decta el cabi ldo que estos val idos eran hombres que
le provean de mujerci llas para sus liviandades y por estos servi-
cios el oidor condescenda con ellos en sus dictmenes. Esta des-
cripci n recuerda las simi lares del t irano, que es comn encon-
trar en la literatura poltica espaola en oposicin al reyu . La
pasividad de los vecinos an te los desmanes del oidor, tennin a
raz de los excesos qu e come ti en la eleccin de alcaldes para
el ac 1684. Varios regidores hablan decidido hacer las eleccio-
nes en paz eligiendo personas benemritas para los cargos vacan-
tes; mas el oidor estaba empeado en que se eligiera alcalde de
mor adores al acaudalado comerciante Pedro de Torres. Carlos JI
y la reina gobernadora, por ley V ttulo 111 del libro V de la Re-
copilacin de Leyes de Indi as, hablan rea firmado la disposicin
de 16 de diciembre de 1565 de que, en la pro....isin de cargos y
oficies capi tulares fuesen preferi dos los descubridores, pacificado-
res y primeros pobladores y que se tuviese consideracin a sus
descendientes. La pretensin del oidor chocaba, pues, contra la
prct ica t radicional y la ley que recientement e la habla reiterado.
Para alcanza r su propsito el oidor habla resuelto cohechar con
la suma de mil pesos de ocho reales a don Domingo de Erazo,
alfrez real de la ciudad. Como ste rechazase esta proposicin, el
oidor y sus amigos determi na ron acusarle de haber sido cohecha-
do por el teniente general. En vsperas de la eleccin, los gesto-
res de l oidor De la Cueva en el cabildo an no haban conseguido
"Cana lid cabildo lIe Santiago al rey. 14 de julio de 1683. A. C. l . A. de
Chile, 131.
"S5.lIchel lIe Suma de Pol uca, Libro U.
15 7
re un ir "os votos necesarios para el xito de sus propsitos. El
oi dor De la Cueva no ronraba con el be neplci to de su colega
Sancho Carda de Salazar, par a int er venir ms abiert amente,
pues ste pensaba que los capi t ulares deban elegi rse li bremen-
te. Por esto necesi taba ganar a su propsito a la mayora de los
r egidores. Para concertar la acci n del dia siguiente. el oi dor con-
Ierenct en su casa COIl un alca lde ordinario y el de positario
general. Acordaron reducir al oi dor Carda de Salazar a q ue en-
trase en la confabul acin, recordndole que esta ba adeudado con
Ped ro de Torres y pedirle que privase de sus votos al alf rez rea l
de la dudad, al alcalde provincia l de he rmandad, a uno de los r e-
gidores propie ta rios, a u no de los regidores anuales, al rece ptor
de de cmara y al alguacil mayor de la ciudad. Accedi el
oidor Carda de Salazar e invalid los votos de esos ca pi t ulares
por causas leves. Como De la Cueva sospecha ba que el corregidor
de la ciudad le era adverso)' que de presidir ste la el eccin
perdera sus esfuerzos, le pri v de su voto y de la facult ad de
presidir la eleccin y adems le prohibi que asist iese a la sesin.
Med iante esta in habili tacin p udo presidir la eleccin el oi dor
don Samho Careta Salazar. Esto contrari la prctica existente
sobre la pa rt ici pacin de: corregidor en la vida del cabildo. El
oidor De la Cueva fun dament esta det erminaci n en un auto
proveido por la a udiencia el ao de 1644, auto q ue el ca bildo
habla reparado en su oportunidad y que no haba subsistido.
El corregidor no estim fundadas las resol uciones del oidor De
la Cueva y se neg a sal ir de la sala. Efectu ada la eleccin el
oidor Carera de Salazar procl am electos a los protegidos de
su colega, pero el corregidor proclam alcal des a los cn di da-
tos de la otra pa rte. El resu lt ado de la el eccin fue ll evado a
la audiencia y De la Cueva confirm la actuacin de su colegao .
fuc elegido alcalde Pedro de Torresee. El cabildo y los ve-
s-inos i nformaron al gobernador de esta ocurrencia por nter-
""Cana dd prnidente don Jos de CUT<.> al Tey. 2';' de agmll) de 1684. A.
C. l., A_ de Chile, 131.
info rmatil'()S sobre 101 proced im(>fl{os y excesos cometidos por el
licenciado don J uan de la Cuen y Lugc, oidor de la real audiencia del
reino de Chile, hechos po r d rn erendo obispo de SanLiag<.> de Chi le y
ratificados 106 testigos de la informacin por el maest re de campo Don
Jos de Gano. A. G. l ., A. de Chile, 131.
1 5 8
medio de un procurador . El gobe rnador en conocimiento de
estos hechos anul la eleccin para aq uietar los nimos exal-
tados, y ante la conviccin ge neral de que el oi dor ha bla sido
coh echado, di spuso una A instancias de los
cecines y del ca bildo, el obispo, atribuy ndose jurisdiccin,
inici un proceso i nformati vo para enviarlo al rey. En esta
informacin declararon conoci dos vecinos de la ciu dad . T er-
minada, el obispo la envi al rey adjunta ndo carta en la q ue
le expresaba q ue ha b a hecho esa informacin a raz de los
excesos que cometa el oidor con los vecinos de Santiago; por
los clamores de la ciudad y por su vehemennsimo deseo de
contribui r, como corresponda al ms ob ligado y leal vasallo,
a que el r ey gobernara bien. El obispo expresaba q ue con fiaba en
que infonnado de los procedimientos; mala administraci n de
j ust icia y escandaloso vivir, tendr an remedio estos excesos y
los vasallos se vera n libres de la opresin en q ue viv an y "que
as lo esperan todos del pa ternal amor. catlico celo y pia-
doso pecho de Su Maj estad que COIl esta noticia, se servir de
mandar lo que pareciere conveniente a tan grave y sensible
dao"!". Vistos por el fisca l del consejo de Indias todos los
informes que actuaba n propuso que se autor-izase al goberna-
dor para que i nvestigara la gestin del oidor y cua ndo la i n-
vest igaci n estuviera en estado de sentencia la enviara al con-
sejo para que ste la vier a y determinar a. Para evitar q ue d is-
mi nuyese el crdito de los oi do res po r la facil ida d para hacer
ll egar q uej as al consejo sobre su gestin, sin que previamente
fuera n vistos por el gobernador, el fiscal pidi que se mani-
festara a la ciudad de Santiago la ext r aez a que habla causado
el que no hubiera presentado su q uej a al gobernador a quien
de in medi ato corresponda remediar law. A base d e este dicta-
men se orden al gobe rnador de Ch ile, por cdula de 21 de mayo
" Carta del don Jos de GaTTu al Tey, 25 de agosto de 168-1 . A.
G. r.. A. cnue. 151.
'"Aulos nt or mauvos sobre los y excesos cometidos por el
<ion J uan de la Cue-a y Lugo ... y carta del obispo. A. G.
l., A. de Chile, 131.
"Parecer del fiscal sobre el pr oceso lnfonuatlvc levantado por el obispo
Santiago cour ra el oidur do n J uan de la Cueva, 7 <.le abri l de 1685.
A. G. r., A. de Chile, 151.
159
.1.1IffCA po
c.;CIQN eHJI....
de 1685, que con los autos i nformat ivos que hab la hecho el obis-
po a la viua, hiciera i nformacin juJiciaP(l. En cumplimien-
to de esta orden, el gobernador in ici una ave r iguacin secre-
ta; cuando estuvo terminada orden al oidor que vini era a
Concepcin, le no tif ic los que r esultaron y le seal
tiempo pa ra defenderse. El oidor recus al gobernador y se neo
g a acudir a m ll amado y a defenderse. El gobernador remi-
t i los aulas al re)', y ent re tanto ste resol va, orden a De la
Cueva que se alejase a ocho leguas de Sanuago. Con poste-
rioridad, en 7 de abr il de 1685, se orden al president e que h i-
ciera salir al oidor Sancho Garda de Salazar a diez leguas de
la ciudad mientras se le segua causa y si de ella resultara evi-
de ncia de la falta le casugaraea. Por otra cd ula de I I de no-
viembre de Hi86, se orden al gobernador q ue prendiera y
suspendiera del ejercido de su cargo de oidor a J uan de la
Cueva y le r emiti era preso a la plaza de Valdi via: hicier a salir
de la ciudad a don Sancho Garc a de Salazar; averiguase y
sustanciara la causa hasta ponerla en esta do de sentencia. En
cumplimiento de estas lluevas rde nes, el gobernador envi al
oidor De la Cueva a la plaaa de Valdivia. El oidor Garda
de Salazar se re tir al convento de San Francisco del Mo ntesa .
Por real cdula de 1688 De la Cueva fue suspendido de la pla-
za de oidor sin expresarse si era con pensi n. Por disposicin
del virrey del Per se le pag la mitad de su salario durante
los aos 1689 y Por real cd ula de 1'" de abril de 1692,
se aprob su dest ierro a la plaza de Valdiviaee. 11 ejemp lar
"'Carta dd presidente dun Jose de Ga rra al rey, 25 de agosto de 161H.
A. G. l., A. de Chile, 131.
"Carta del prelidenle Jos dc Ga no al rey, 6 de diembre de 1686.
A. G. r.. A. de Chi le, 131.
MAl presuente de Chile mand:\ndo le que luego que reciba esta real cM,,
la haga ."Iir de la ciudad de Sauuago a du n Sanchu Carda de Salazar
oidor de aquella audiena y ejecute lo de mol que en dla K n p rC'la
A. G. l. , A. de Chile. 5.
""Carla del presidenle Jos de Garro al rey, 6 de diciembre de 161111 .
A. G. l., A. de Chile, 13J.
"'Cana de 101 ociates ruin al rey, -1 de j un io de 1696. A. C. t ., A. de
Chi le, 13J.
-cana uer contle de xroncrcva al rey, 10 de septiembre de OO. A. C. I., A. de
<.:hilc, I R
16 O
castigo de los oidores. y la alta comprensin de su misin de
mant ener en pal y ju sti cia a estos vasallos que inspir la po-
ltica de los gobernadores Carr o y vt arrn de Poveda. estimularon
a aquellos vecinos que pu gnaban por liberar al cabildo de toda
int erf erencia ilegal y consolidar la independencia del cabildo y
lograr la pal de 13. ciudad.
16 1
FORT.... LECIMI ENTO DE L\ DIGNID.... D DEL PUEBLO
C;pltulo IX
L; recna polnica ju.n;I(urali.l; da nuevas bases ; J; dignidad po
pular. A.pi r;cin a que e! poder se conduzca conforme a la TaZn
}' a normas objetivas. Tedendas niveladora. de los dere<:hos de los
reinos en e! seno de la monarqua. Subsistencia de! conce pto del re}'
catlico. El reino y las reformas fi. cala durante el siglo XVI II. f.l
reino y la inseguridad de la monarq ula en el pr imer decenio del
siglo XIX
u. OO:-iV1CCIN de que el pueblo era fin del poder, se vi
gcrb a fines del siglo XVII, cua ndo las relaciones del rei no
con el poder se plantearon en trminos jusnaturall stae. Ha sta
entonces esta concepcin hab a sido invocada en el or den po-
ltico para determi nar las relaciones hispanoindgenas1.{J..as re-
laciones entre los vasallos espa oles y la autoridad haban sido
fundadas en las virt udes polt icas del rey su piedad,
justicia y paternal amor derivaban sus derechos, a estas virt ues
se acogian para solici tar satisfaccin a sus qu ejas. necesidades
y mritos, Aunque Francisco Nez de Pineda y Bascu an, gran
conocedor del pensamiento poli tico, se refir i al derecho natu ral
en su "Cautiverio Feliz", no fue en relaci n con las relaciones
ent re el pueblo y el poder. Se refera solamente a la existencia
de leyes nat urales. Sus palabras, expresadas con moti vo de los
inconvenientes que pr oduca en la sociedad la abundancia de
leyes y de los intentos de los diversos reyes para redu cirl as a
las indispensables. son las siguie ntes: "Pero qu reformar _. .?
Basta el derecho nat ural.sue sin estud io alguno la naturaleza
ense a todas las gentes'tJ.En este li bro. escrito par a de nunciar
al rey los abusos de poder. las injusticias y la avidez de lucro
de los gobernadores, y las consiguie ntes postergaciones que su-
l rian individualment e los vasallos y los perj uicios que con todo
ello reciba el rei no, se conci ben las relaciones de los vasallos
con el rey. fundadas en las virt udes tradid onalmeme atr ibui das
','\""'tor "fez" l'IIalobol : "}'uJII("a IlId/gena ell 1<4 Orlgenes de la Socie-
dad Chilena".
'';ez de Pi neda y Bascu n: "Caulh'erio Feliz y Razn de l as Guerraa
Dilatad a! de Chile", Col. de Hil! . de Chi le, lomo 111, p. 403.
I 62
a este ltimo. A continuacin, de las palabras citadas, dice Xez
de Pineda y Bascu n : "despus de esto, el prncipe es viva ley;
est di vina ment e escrito que hay divini dad en los labios del rey
y que no errar cuando [urgareva.
La ms anti gua re fere ncia conocida por nosotros al derecho
na t ura l como base de la situacin de l sbdito ante el poder, se
encuentra en carta Jirigida por el franciscano Diego Bricec al
gobe rnador J os del Garra, en 27 de abril de 1683. En esta carta
el franciscano denuncia a la audiencia, por haber extraado de
la ciuda d a su hermano el provincia l de la orden de San Fran-
seo, En ella afirma que "slo por va de defensa natu ral. re-
pdiemlo lo que es gravemente daoso al bien comn y utilidad
pbl ica, se val e Su .'\ fajeslad que Dios guarde, contra los ede-
si.isticos. de este medio del dest ierro, que todo esto lo tendr
muy meditado el cri st iano y catlico celo de vuestra seora. Y
as slo quiero po ner a mi hermano, no en el estado religioso,
no en el de provincia l de una orden tan gra"e, ni mirar la
estimacin que por sus let ras y virtudes, que por la misericordia
divina se ha merecido, sino precisamente en el estado del ms
humilde plebeyo, q ue es la suposicin de que habla en su Poli-
t ica Indiana el seor Sot rza no. (ol io 745, columna 2, cuando
dice: "es lla no que no slo a prelados eclesisticos, sino ni a
hombres segla res, por humi ldes que sean, es lcitos expelerlos
de las tierras y provincias donde residen sin grave causa como
tambi n lo ensea el de recho. Pues, si para ejecutar el des tie-
rro en un secula r, por h umilde que sea su condicin, es necesaria
caus a grave, qu gravedad de causa ser necesaria para deste-
rrar un a persona religiosa y graduada de las ca lidades dichas,
No es ta n ciega la pasin que no se baya quebrado los ojos en
(,SIC escollo, y as han medit ado vari os modos de colorear tal
accin ta n escand alos a; lo pri mero, di ciendo que Su .\lajestad
no dar a caus a, cosa mu y of ensiva a la pi edad y al amo r con que
mir a a sus vasallos y q ut' Iit'n e preveni do por sus rea les cd ulas
en caso que se ofreciera semejante demostracin, advirtiendo a
sus ministros, confieran las caus as con sus prelados eclesist icos
pa ra que estos, sat isfechos del del ito de sus sbd itos, pu edan
dem,
1 6 3
ron buena conciencia, guard ndo les el derecho natu ral, ordenar
la sentencia del desrierro'te.
{Desde el siglo XVIII , las ref erencias al derecho natural, en
el orden de las relaciones entre e! reino y la autorida d, o entre
sta y los vasallos, son ms frecuentes) .En 1 55, el cabildo de
Sant iago deda al rey en defensa de una propuesta qu e habla
hecho al gobernador y que ste haba aprobado, pero que haba
sido desconocida por el Virrey de! Per: "el derecho natural
dicta que cada reino o provincia prefiera su abasto a la ext raa,
y al miserable (rei no de Chile) an no se le permite abastecerse
de las sobras. En todo el mundo no es slo lcito, sino de la
obligacin de los gobernadores y justicias extirpar y castigar los
fraudes que se cometen en perjuicio de l comercio y slo en
Chile es reprensible y pecado". A ra z de qu e el gobernador
Amat prohibi a los pob ladores espaoles de la fron tera que
vendieran vino a los indios de los llanos, los mil icianos de
Arauco solicitaron que se les eximiera de esta prohibicin, y se
fundaban para solicitarlo en el derecho natural y en la teolo-
gia
ll
En 1i76, el cabildo de Sant iago y los diputados elegidos
por los vecinos infonnaron al rey que el genera l reclamo que
habla suscitado en ..-ecinos y pobladores el conocimiento de las
rdenes dadas por el contador general interino, Gregario Oon-
lIez Blanco, y qu e las tiranias y ext ravagancias con que hab an
comenzado a conduci rse los administradores, sin necesidad de
agitadores, hablan conducido a desear un cabil do abierto, y que
tal movimiento no habia sido sedicin sino "uso del der echo
natural para la propia defensa?". Don J os Per fecto de Salas, an-
te la resolucin de trasladarle desde la fiscalla de la audiencia
de Chile al cargo de oidor de la aud iencia de Cdiz, traslado que
estimaba inconveni ent e para l, suplicaba "que se le permita
'Carta del padre franciscano Diego ll t icell o al presidente don de
Gano. 27 tle ab ril tle 1683. A. G. J.. A. de Chile, 131.
"Cana tld cabildo de Santiago al rey, 16 de marzo de 1755. C. C. y M. M.,
MIina, 188; 136.
' i nCorme del gober na<lor Amat al rey sobre el come rdo vino y ga
a los in<l ios de la tierra atlen t ro", 16 de ma rzo <l e 1759. C. C. Y
M. M., Med ina, 189; 138.
'Cana del cabil do y diputados <lel vedndar io de Santiago al ministro Jose
de 30 de de 1776. C. C. y M. M., Medina, 196; H9.
164
usar de la {acuitad q ue le concede el derecho natural .. _de no
ser compel ido a admit ir un empleo de que tan jwu.mente se
excusaba de acept.a r... En 1809, la audiencia declaraba, con
morivo del recu rso enlabiado ante ella por el cabildo de Val-
paraso sobr e su derecho a reel egi r alcalde por desaparicin
de uno de ellos. que ti derecho de apelaci n en un derecho
natural. Se expresaba as : "romo en las que se refer a n al
der echo de apelacin no esta ba excluida la calificacin de grado.
a su sombra se qui so oscurecer la Iaci l exposicin de te im-
portante recurso . 1 pret exto de eq otvocarto ron el caso en que
se controvierte, si es o no asunto gubemauvo o especialmente
inhibido de conocerse en la audi en cia, el que se trata para de-
cidir a cul magi strado corresponde su conoc miemo en que
son terminant es las IC}es .,8 y42, ttulo XV, libro n. de Indias.
que lo han de decidir los vr reves president es ... mas a JX'S-l f
de la declarada Iacuhad de las audiencias para determinar sobre
las apelaciones (admisin de ellas). todava se qui ere hacer ilu-
sor ia ron las propias al\ ejas excepciones de natural eza de asuntos
de puro gobierno, jurisdiccin voluntaria. etc. [Qu dol or!, que
tener presen te que todas la leves miran nicamente
a ti tranquil idad publica, se discurra n tiros, pues no otra ruu
es que, sino que aUllllue el trt bunal de justi cia ronoera el
agra vio, la opresin inf f'fida por una provisin de puro gobier.
no 1\0 deba ir al querel loso u Y 1\0 es esto lo que
jcsrame me lo que IJ. ubidura d el supremo consejo enra rg;III.1
de velar sobre la pblica (<'!i cit!:1I1 Hat de e\" tar por sus dirt-
menes sancionados ron b s k)TS y cd ulas r('{<Tidas? :\si lo dice
la I<"y nena. titulo y partid.l primer a. ma ndando qu <" t u ku''i
se ha gan ron consejos de hombres ra estos sa ben lo
que crmviene al der echo. j usti cia y proconu mal de todos. Siendo
el la cabera de la andienca. no puede en manera
alguna oponeoe a los li llC"\ tle su ('Sl ableci mi<"n1o. q ue, como
explica la ley 1, t itulo XV, lib ro 11, de Ind ia'!, Iue para qu(' los
vasallos tu viesen quien les rigit"Se y gobernase en paz )" jll\lida.
A b u . y al insuuno del tr ibunal. C'l dia met ral me nte opues to el
aoontlono del ap lame. sea el que l ucr e el motivo de su quej a.
Mrrl\.. don J.-.l r rd('(;lo ..k ... re, . f.1l " crilus dr don l\b.
nuel de Sal:u", lomo I. p. 3.
I 65
El viene escudado de! precepto de la ley segunda, t h ulo veim.
rr s, partida tercera, que les ensea que alzarse puede todo hom.
me q ue se tuviere por agr aviado. El tri bunal a do nde se acoge sa-
be lo mucho que se ha escrito sobre la nece sidad y ut iljdad de la
apelaci n , cuyo rec urso es t an nece sario como e! sol a los hom-
bres, pu es mediante l, e! sol de la justicia descubre y redarguye
las obras de las tinieblas, y que est fundado en los sacros montes
de la defensa y derecho natural, por tanto se ha mandado en
todos los cdigos legi slalivos de todas las naciones, especialmente
la nu estra, imponiendo severas penas de forzadores pblicos y
de pecuniarias mult as a los jueces que lo resistan, como se ve
en las leyes cua rt a, ttulo dcimo, partidas sptima y t rece, truln
diez y ocho, libro cua rto de Cast ill a. Sobre tan slidas bases est
fundada la facultad concedida a las audi encias para la califica-
cin de la , a pel acfones en todo asunto. La exper-iencia de los
t iempos hi lO ver al consejo su nece sidad . La pri ncipal obliga-
cin de un tribunal de j ust icia en los recursos de apelacin es
conocer del agravios. El cabildo de Valparaso, en este mismo
confliuo, di ce qu e el presidente le ha privado de su na tu ral
derecho de defenderse, representa ndo y protestando sus acciones,
fu er os y privi legios d ispensados por el supremo legi slador , ..
:\ls adel ant e dice que el rey debe amonestar a su comisionado
(e! gobernador ) por su (alta de consideracin a los fueros de los
capitu l ares y a los de representar a su super ior de q ue goza
cualqu ier vasallow.
{La di fusin del pl anteamiento jusnaturaf ista de las relacio-
nes entre la autoridad y el pu ebl o, el ev la dignidad de este
himoJ[Durame la mayor parte del siglo XVII la significacin
poltica del pueblo deri vaba de la voluntad di vina q ue impona
al rey la obligacin de servir a aq ul y, por tanto, su beneficio
derivaba de l a dependencia rr ascenden re y uhraterrena del
poder. Los actos del poder se conceban ahora predomi nante.
' Oficio de la a udienci a al presidente Garda " El Cabildo, J uot icia
'/ Regi mienlo de la ci uda d '/ puerto de Valpuai!Q en el r eino de Chile da
Cue ntl ron le:uimonio de aUIOl del agr avio que se le ha in ferido por
el mu,/ ihJOlre &t or presidente don FranciKo Antonio Garela Ca rrasco",
IQde de 1809. A. G. l ., A. de Chile, 230, en adelanle el Cab-
do . J usl id a '/ Regimiento d", la (Ciudad '/ puer to de Valparll!lO ...
" 1d<'1D.
I 66
mente como determinados di rectamente por el inters del pue-
planteaban estas relaciones como de derecho natural
eli mina ro n la dualidad de inters del reino y real servicio, y
un ificaron ambos trminos de la relacin rey deba
ser el intrprete de ese inters y su realiladoJj,l,..Con este nuevo
pl anteamiento disminua la li bert ad del monarca respecto del rei-
noJ1.a accin del rey ya no era solament e manifestacin de libe-
ralidad . piedad y amor paternal hacia sus vasallos, sino obliga-
cin, tarea suya, at ingencia del real servicio. Obligaci n no slo
religiosa sino de su razn de serJ En un memorial del cabildo
de Sant iago. de 21 de enero de 1700, se funda la pet icin de
que se autorice la int roduccin de negros por la va del pu er-
to de Buenos Aires, en la utilidad qu e tiene el rein o del be-
neficlo de las minas, y cuando se solicita que el Cabildo ad-
minis tre el producto de l derecho de bal anza, se di ce al rey qu e
acceda a las mercedes "que se le piden, pu es son arregladas a
jus ticia y al bien y utilidad de la causa p blica"! ". En 1705, el
procur ador general del cabildo de Santiago expresaba as
esta idea en un a solicitud present ada ante la audi encia para que
autor izara al cabildo a hacer una informacin para justifica r la
peticin acordada por ste de qu e el rey autori zara a que entra-
sen en Chile las mercaderas que llegaban a Buenos Aires: "Y
puesto que este reino necesita especiales asistencias par a poderse
mantener en tantas calamidades como ha pad ecido y padece de
terr emotos, pestes, inundaciones, e inva siones de enemigos de
Europa y de los indios naturales de estas provincias, donde se
mantiene interior, ser del servicio de la real persona
todo cua nto condujere al alivio y conveni encia de los habitadores
de ella, medi ante lo cual a Vuestra Alteza pido y suplico mande
informar como de suso pi do, sobre que pido justicia, etc. . :'12,
En otra pet icin del mismo cabi ldo par a qu e se eximiera a los
vecinos del trmite de confirmacin de las encomiendas, la cor-
poracin had a presente qu e los habita ntes de Chile necesit aban
" Memorial del cabildo de Samiago, 21 de enero de 1700. A. G. J., A.
de Chile, 107.
" Peticin del pr ocuradOT general de la dudad de Santiago a la audiencia ,
10 de di ciemlu e de 1705; publicado por :'-1. L. Amuntcgui: "Los Precurso-
la de la I ndepen den cia de Chile", lomo 1II, 2%-298.
1 6 7
especiales asistencias par a ser aliviados por la pobreza de la
tierr a y por la guerra int erior que mantenan contra los indios
y pi ra tas, acudiendo con sus armas y caballos a la costa y mante-
ni endo continuamente centinelas y cor redores sobre las colinas
de l liroral w. En 1726, el cabildo de Santiago infonn al rey
qu e en esta ciudad se haba celebrado un cabildo abierto para
tra tar sobre lo til que seria "a la vindirta pbl ica" el que se
fundase un iversidad real para la enseanza de sus parrtcosu . En
li66, este mismo cabildo se opuso a una pret ensin de l adminis-
trador de correos, afirma ndo que la mente del soberano no se
determinaba en beneficio del individuo que tena a su cargo el
correo, sino de todo el p blico!e.
Quienes piensan dentro de la teora pol t ica del derecho na-
tural van an ms lejos en este sentido; el bi en del pueblo est
en que la autoridad respete algunas normas precisas de orden
racional} Esto aparece esbozado en una peticin del cabi ldo
de Santiago, del alo l i O. Ese ao, el cabi ldo solici t al rey
que derogara el rgimen de arrendamientos que se haba esta-
blecido en 1695 para el cobro de las alcabalas y restableciera el
de encabezamiento. En esta peticin , despus de describir los
vejamenes y extorsiones que el ar rendatario had a a los veci nos,
el cabildo deca, en abono de su peticin, que no se podia
tener otro propsito, "que atender con especia les providencias
a los acrecentamientos del bien pblico por depender de stos
no slo la ms segura conservacin de la monarqua, sino tam-
bin el medio ms eficaz de que aumenten los reales haber es,
puesto que al paso que los vasallos fueran creciendo en bi enes
de fortuna, es preciso se multipliq ue el real tesoro, siendo tan
natural e indefectible esta recproca corresponde ncia qu e en las
ocasiones en que la liberalidad o los crecidos gastos dejaron
exhaustos sus erarios, la opu lencia de los sbditos supo enriq ue-
cerlos, mostrando la experiencia qu e en los caudales del vasallo
est el ms seguro desempeo de la corona." En otra parte, deda
"Can.. del ubjldo de San ljago al rey, 12 de oclubre de 1708. A. G. l .,
A. de Chile. 107.
"Cana del cabildo de Santi ago al rey, 15 de abr il de 1726. citada por J.
T. Medina: "La lnstruccin Pbl ica en Chile", lomo 1, p. 427.
'"Acta del cabdo de JI de ""ptiembre de 1166. An hivo Nacional.
16 8
el cabildo, en abono de la misma pe tici n: .. . . . "f como que el
mayor medio de que las repbli cas se hagan poderosas es slo
evitar el crecimiento de tr ibutos y pen siones e impuestos qu e
suelen carga r-se a los moradores, porque de su aumento o di smi-
nucin depende que los contratos sean menos o ms provecho-
!OS y de airo la r iqueza e inopia de los sbd itos ..... Condula
d cabildo. dici endo: .. . . . no son de poca consecuencia los [un-
darnentos qu e ministra la buena ra zn, siendo el primero haber.
se de considerar las prerrogativas qu e debe go.zar el bien pblico
en concurso del parucular", el cual se habria quebrantado al
ser excluida la ciudad de la r ecaudaci n del impuest o )" conce-
derse su cobre por arrendamientow. Poco despus de I no, un
diputado del cabi ldo de Santiago. en la corte, deca. en defensa
de las libert ades y franquicias que se habian concedido al reino
de Chile para expender sus productos en el Per por reales
cdulas de 1651 y 1653. que en "todos comerci os el ri esgo de
navegaci n de efectos y sus dueos justifica cualquier ganancia
en las vent as y lo qu e la ley y la razn int rodujo a favor del
comercio no debe excluirse del de Chile"!".
( La vigencia de esta concepcin signific. por otra part e. un
cnriq uecmieruo de las aptitudes atribu idas al rey, agregndole
una nueva virtud. A la equ idad y a la pi edad agreg la raz n.
Ella conuibula ahora a determinar el llmite en que debia ejer-
cerse el los "a '>3I105 aluden tambi n a la raln
cuando elevan pet iciones a las autoridades local es o al
racionalidad de las peticiones y la apt itud del rey para com-
prenderla. les confier e mayor sobr iedad y predomi-
nando en ellas la argumentacin sobre el ruegoJ .
Esta concepci n de la pol tica fundada en leyes de la razn
justifi c aspiraciones de nivelaci n de este reino con los dems
de ''l,ffionarquia, y tambi n aversi n al privego frente al Es-
conformidad con ella. una y otras fueron pl ant eadas
deducrivameme. En el siglo ant erior se haba razonado analgi-
came nte, la concesin de un privilegio a un reino o a un grupo
'"MI."IDOTial del ubildo de Saoriago al 21 de enero de 1700. . G. l..
. de Chile, 107.
"Prescmacj n lid diputado <.le Santiago <.le Chile, Toms Rui de Aua
al rey. l I t.. . G. I., A. de Chile. 107.
1s 9
de vasall os ser va de fundamento a las aspiraciones de quien es
deseaban igual concesin. Ahora se razonaba deducti vamente,
Con moti vo de la pret ensin d e la Compaa de J ess de que
sus cursos sirvie ra n pa ra alcanzar grados en la universidad, el
procu rador de la Un iversi dad de San Felipe sostuvo que los pn-
vcgios de la Compa a se oponian a las leyes de Indias, nme-
ros 51, 52, ti tul o XXII, li bro 1, por las cua les se prescrib a que
en Lima y Mxico no pasasen los cursos de la Compa a de
j es s . . . "y como la razn sea el fundamento de toda ley,
no se hallar otra para esas prohibiciones, por haber en di chas
capitales publicas universidades, y como est a misma uni ver-
sidad se hall a en nuestro reino, parece con siguient e no pasen
los cursos de la Compaa de jess"!".
"a difu sin de la teora pol tica j usnaturalista que daba bases
universales y obj etivas a las rel aciones ent re el pue blo y el poder,
dis minuy la ef icacia poltica de los mritos her edados, despla-
r ndolos en las peticiones y en la def en sa de los intereses po-
pulares)
.Junt o a la teorfa jusnat ura lista del esta do subsist i la con-
cepcin t radi cional del poder reail!:sta funcionaba en todo aque-
llo que corresponda al patrimoni o real}Los vasall os alu dan en-
to nces a las a nt igu as virt udes pol icas del rey: era justici ero y
piadoso, d ement e y liberal , y les amaba pat ernalmente. El ca-
bildo de Santiago, en carta en que felic it aba a Felipe V por la
victoria de Al ma nza y por la recuper aci n de los re inos de Ara-
gn y Valencia, le expresa su deseo de que la mi sericordia divina
le acompaase hasta alcanzar todos los obj eti vos de la guerra
"para que quitado el real nimo de las turbaciones de la guerra,
nos mantenga en paz y justicia"lII. Un documento emanado de
la corte subraya esta concepci n. Es un a real cdula, de 24 de
'<r roro del info rme dd procurador de la Universidad en 1m au tos q ue
se m,cilanm ron mOI;\'o de la prel en, in del rector de subordina r a la
Uruversldad al Colegio COM'iclOrio de San hancin o Ja vier , cita do en la
presentacin hecha por el procurador genera l de la Compa ia de Jes,
en los au tos sobre cumpl imiento de la real cd ula de 18 de j ulio de 1758,
22 de agosto de 1761. J. T . Medina: " Hi'imia de la Real Universidad
<le San Felipe de Santiago de Chile", lomo 11, p. 29.
' "Can a del cabildo de Santiago al rey, 28 de sept iembr e de 1708. A. G. l.,
A. de Chile. 107.
I 7 O
ma; l o de 1707, por la que se aprueba u na proposicin del go-
bernador en orden a que los indi os aprision ados en la guerra
sea n incorpo rados a al gunas encomien das. Despus de recomen-
da r el cumplimiento de las leyes sobre buen tratami ento de los
indios, se dice. "pues siendo brbaros ti enen la fortuna de venir
debajo del domi nio de un p r ncip e catli co a quien Dios ha
llenado de pi edad w.
Estas ant iguas virtudes sirven todava de asidero a las per irfo-
nes de Jos 1721, el cabildo de Cb o se diri gi al
rey con LI S siguientes pal ab ras: "Usando de la Real y Patern al
Ben igni dad ron q ue se dign a mira rnos. mandndonos demos
part e a Vuestra Majesl ad de Jo q ue se nos ofreciere digno de
r emedio. no hall n do lo por ac, hace a ste su menor cabildo.
justicia y r egimient o desta ci ud ad de Castro y provi ncia de Chi-
lo buscarl e en la real y catli ca piedad de Vuestr a xtajesrad. a
qui en con tan r endido y debido respe to suplicamos se digne dar
grat os o ldos, si acaso nuestra corta fortuna mereci ese lleguen
estas letras a la pr esencia de Vuestr a Majestad':. Con posterio-
rid ad al terremoto de 1730. el d iputado de San tiago en la corte
expresaba al rey en un a pet icin . que: a raz de este terremoto
y de alg unas sequ as q ue siguieron. la ciu dad discurr i los medios
que pudier an ser con ducentes al restableci mi ento de la pr ospe-
r idad , pero comprendi endo en el espacio de este t iempo q ue a
todo su cuidado le eran embargo superi ores providencias i nde-
pendi en tes de su arbi trio. deb i acudi r a la soberana rlemenria
del rey, con fiada justament e; asegurar su alivio la providenci a
ms arreg lada a la j usticia de su instan cia'va. En 1758 escriba
el gobernador Ama t: "dignada la real piedad de Vuestra Ma-
jestad ronr eder su real permi so para la fun dacin de la rea l
uni versida d en esta ciudad de Sant iago. capital del reino de
Chile ... "2.1 . Valeri ana de Ah umada, r er tor de la unversidad,
" Real cNfula (Ci lada por L. Amun,h egui en "Los Pre<cursorCll de la In -
dependen(Cia de (: hile ", lOmo 11 . p . 425.
" Carl a del cab ildo de Ch ilo al rey; 2R de noviemb re de lnl. A. G. l .
A. de Chile, 107.
" Pr<"!;ent ario del ,HpUlado de Sant iago de Chile. Tom:b Rujz de AlIla
al rey. s/ f., A. G. l., A. de Chile, 107.
"'Car la dd gobernador Ama t al rey, IR de ab ril de 175R. J. T . Medina:
" Historia de la Real Uni\'etsi da d de San f"e lipe de Sanliago de Chi le",
t ome 11, p. 22 .
1 7 I
solicit al gobernador Amar, por car ta, de 31 de octubre de
1757, q ue informara al rey para que ste se di gnase mandar
resolucin absoluta y universal para que las provincias de estas
Indias de la Com paia de Jes s dej en gozar con la quietud y
sosiego de las mercedes que la piedad de Su Maj estad se digna
conceder a sus vasallosw. El r ector y los ca tedrticos de la un .
versidad suplicaron al rey que disp usiera que las ctedras de
Scoto y Suarez fueran servidas por fra iles franciscanos y j esuit as,
respectivamente, sin gastos para su regencia . Expresaban su es-
perama de "que la soberana piedad" condescendiera a su peri-
cin "para la plenitud de la primera gracia y colmo de nuestro
agradccmento've. En 1754, a raz de que el visit ador designado
por el gobernador, Domingo Ortiz de Rol as, para revisar las
inversiones de los propios de l cabildo, recomend que se dismi -
n uyesen los salarios del procurador general y del escribano, y que
los gastos que se acordaran fueran au torizados por la audiencia,
el cabi ldo recurri al rey en solicitud de que le mantuviera en la
posesin de i nvert ir los propios y pagar esos salarios sin la
necesidad de solicitar autorizacin de la audiencia. El cabildo
expresaba en esta peticin q ue no confiaba tan to en la ant icua-
da posesin de estas atribuciones q ue databan desde su funda-
cin y dems fundament os que expona en su acuerdo de 5 de
julio de 1748, "cuanto en la rea l benignimidad de Vuestra Ma.
jeuad siempre propensa a gratificar a las ciudades y a sus
cabildos, y siendo sta la capital del reino y su ayu ntamiento
compuesto de capitulares de la mayor distincin'<e. En 1761, a
raz de los agravios ljue sufrieron los comerciantes con la expro-
piacin de tabacos para establecer el estanco de este producto,
docta que "se tropezaba con estas sinrazones, pero contenida en
la venerac in la queja" y acreditando su obedi enci a con la re-
signacin a las rdenes de los virreyes, hab ia de terminado re-
presentar los graves perjuicios que sin uti lidad de la real hari en-
"J. T . op. ct ., IJ, 78.
-eana drl rcrlor y de la Universidad de San Fr lipe al rey,
28 de abril de 17:'7. J. T. Medina . op. cu., l omo H, p. 13.
"'Carta dd cabildo de Sanl iago al rey, anunciando la remisi n de 1011 aUIO!l
de la causa qur ame l a audiencia !Iobre revisin de cuen las, l Q
de ma)'O de 1752. A. G. r, A. de ceue. 107.
17 2
da resultaban al rein o de esa provid encia, pero sin efecto. En
vista de lo cual acordaron exponer al rey las razones que persua-
dan de ell o. "afianzndose con la innata pi edad de Vuestra
Majestad y en la justici a de la caus a... obtener el ali vio que
deseaban
21
. En 1776. el contado r mayor interi no. Gr egario Con-
diez Blanco, reform el rgimen de recaudacin de los derechos
de alcabala y de imposicin del mismo. Esta de ter minacin mo-
vi al cabildo de Santiago a iniciar una causa ante la audiencia
en defensa de los inter eses de! vecinda rio. En ella expres la
corporacin. ent re otras cosas. su conviccin de qu e las exigen.
cas del erar io deban basar se en la justicia. Estas son sus pala.
bras: "La r iqueza del erar io no consi ste en la abundancia. sino
en la j usticia. Los ramos de qu e se compon e. engastados en la
corona del Pr ncipe con el fondo de esta virtud. son pi edras
preciosas que reciben de ella su esplendor y brill ant ez, y asegu-
ran subsistencia y perpetuidad a la persona y a la descendenci a
de la real cabeza que la cie. El cauda l de la real hacienda.
aunque en su origen sea muy corto, si se aumenta con claros
arroyos de contribuciones licitas, llega a la gra ndeza de un
pacifico mar en que navegando con tranquilo y suave viento
los comercios, obsequiosos las tr ibutan. Por e! contrario. las
aguas ms puras mezcladas con las turbias y la sangre de los
vasallos oprimidos. forman un mar bermejo. en qu e perecen los
faraones que di eron causa a las pl agas exitadas de la de tencin
de la violencia y de la tir ana, que siente y llora el afl ijido
pueblo y dej an a la posteridad la memoria de este castigo par a
ense anza y escarmiento . . ... A guisa de ejemplo. el cabildo se
referia a la poltica tributaria de Felipe V, destinada a fome ntar
el comercio, alivindolo de cargas. Deca as: "Conociendo aquel
gran monarca. el guerr ero. el invencible. que fat igado de reinar
y de tri unfar de sus enemigos, entreg las ri endas del gobierno
al seor do n Luis 1, su hi jo, que el logro de 105 afectos con
que su rea l n imo propenda al alivio y satisfaccin de sus vasa-
1105, y a la recproca conveniencia del erario real, consista en el
regula r y necesar io curso de los comercios. fundamento nico de
las monarquas. y apenas empezaron los anuncios de la paz en el
"Carta del cabildo de Sant iago al rey, 4 de malO de 1; 61, C. C. y M. M.,
Medina. 191; 63.
ao 1720, ruando su pri mer a atencin y genera l objeto fue re-
gular el navo y t rf ico de los ga leones de T ierr a Fir me y los
derechos con que a su ida y vuelta deban contr ibu ir los gneros
y mercancas que se embarcaban en el puerto de Cdil y que
tornaban desde los de las Indi as. Por las rea les cdulas de 5 y 20
de abri l de 1720". Luego se re tor ta al hecho muy impor tante de
que la act itud de la admi nist racin poda desvir tu ar l as in ten-
ciones del Prmcipe. " Poco import a, seor, que el Prncipe se
desale en el arreglo y minoracin de las cargas y pensi ones, si
los ministros, por cuyas ma nos corre la exaccin l as acr eci entan
en el modo o en la substanci a: en el modo cobrando intespecu ca.
mente, con despot ismo, con amenazas y violencias q ue no son
necesar ias para el que no se resist e: y en la substancia, exigiendo
derechos indebidos por ser nue vos e i nusit ados, o por exorbitan-
tes a la cuota que prescriben las leyes've. En comunicacin que
el cabildo y diputados de Santiago dirigieron al minist ro G lvez
con mo tivo de esas rcfonnas, decan que el contador don Silves-
tre Carera, "llevado por su notorio celo por la rea l hacienda y
sin atender a las leyes y reales c d ulas con que Vuest ra Majes-
tad y sus piadosisimos antecesores ha n dado a entender la con -
miseracin con que quieren que se les mire a estos vasa llos, dio
unas instrucciones en que todos conocen que se excedi y q ue
son poco, conformes a las reales i ntenci ones y sin advert ir que
el mejor modo de aumentar el real erario es fomentar a los
sbditos" ... El sucesor de Garda, a quien cali fican de plaga
enviada por Dios, "ha impuesto un r gimen de gabelas sin el
menor embarazo, cuando todos sabemos que los ms des pticos
soberanos consultan con su consejo cuando tienen que imponer,
aunque sea el menor de sus gravmenes, y est o en los reinos
ms florcrientes'<e. A raz de un a dis posicin de q ue el cabildo
filt rase como part icular en el remate de l cargo de fiel ejecutor,
esta corporacin pi di al gobernador que sobreseyese. Como ste
--":: 1 Cabi ldo, Jusl icia )' Regimiento y los cuatro diputados de esla cu-
dad con el seor fisca.l sobre la reforma de las imposiciones y nuevo m-
lodo de exigir los derechos de almoju if'l.lgo y alubala. A. G. l., A. de
Chile, 428.
-Cana del cabildo ue Santiago y los coa tro di putados del vecindario al
ministro Glvel. !lO de noviembre de 1176. C. C. y M. M., Medina, 196; 149.
174
se negara, el cabildo se dirigi al rey, en 20 de junio de 1789,
para "pedi r a la innata pi edad de Vuestra Majestad como ren-
didamente suplica que en uso de su suprema regala, y con mo-
tivo de la exaltacin al tron o se digne Su Majestad concederle
que el oficio de fiel ejecutor qu ede en el cabildo perpet uamente.
segn antes estaba conced ido o por el t iempo que sea de l real
agra do de Vuestra Maj estad". El cabildo fundaba esta peticin
en las dificultades que tendrlan los vecinos para adqu irir el ofi-
cio por sus escasos recursos, debido al descenso de precios de los
produelos del pas, y en el paternal amor que los gloriosos pro-
genitores del rey haban manifestado siempre a estos vasal losev.
La idea del rey justiciero mantuvo su vigor en e! orden de la
reparacin de agravios y en la justicia
Gu tirrez Espejo la expresaba as en carta di rigida al rey "por
todos derechos , as natural como divino, cannico y civil es pecu-
liar y propio de Vuestra Majestad defender a los oprimidos de
las cal umnias e injusti cias de los jueces. porque es propio of icio
de reyes hacer j ustici a, libra ndo a los inocentes de la mano de
los calumniadores. Esta confianza en la innata benignimida d de
Vuestra Maj estad que propende siempre a emplear sus piedades
en la msera fort una de los desvalidos, me obliga desde lo remoto
de este nuevo mundo de Indi as a postr arme a los real es pies
de Vuestra Majesrad'<u. En carta diri gida al rey. Feliciano Anto-
ni o Chid ana, dice: "Por esta misma forja, a ms de otros prc-
ticos y positivos fundamentos de la natur aleza y la religin, me
ha n instruido los maestro s de poltica de la perfeccin con que
reside la justicia. en los monarcas que sin la ms leve acepcin
de personas oye a un pueblo, a un vasallo y al ms desvalido,
como a un rein o, a un a cort e, y al ms poderoso. como e! sol,
cuya mayor excelencia es alumbrar de! mi smo modo a los mont es
mas altos y a los insectos ms peque os del uni verso". "Esta idea
n ascendcntal a la Sobera na Majestad, bien puede, por anto-
nomasia, creerse particularmente ra racterisrica de nuestros Re-
" El cabildo de Sant iago suplica a Vuestra Maj estad se d igne ha cert e lIler-
ced perpetua o por el tiempo qu e sea tle vuestro agrado de la var a de
fiel ejecutor, 2Q de junio de 1789. A. G. L, A. de Chile, 230.
" Cart a de do n Fran cisco GUl ifnel de Espejo al rey, 5 de abri l de 1759.
c. C. y M. M., Medina, 189; 159.
1 7 5
yes Ca tlicos, segn las not icias de todas sus pocas, en Vuestra
Ma jestad respl andece por dignidad, sangre y propio estimulo,
siendo esto un dogma de nuestra polt ica, que al tocar los um-
bra les de su enseanza lo he aprendido como un necesa rio prin-
cipio de su doctrina. Ast, persuadido en med io de reconocerme
el ms humilde vasallo de Vuestra Maj estad, me he alentado a
trasladar a la real clemencia mis por la persecucin
que experimento en el reino de Chile"?' J os Mariano Correa de
Sa, escriba al rey en 1799; "Uno de os mayores trabajos que
tienen los vasallos de estos dominios de Amrica es la d ista ncia
a su rey y seor natural y tambin a su padre universal, como
lo es Vuestra Majestad de sus referidos vasallos y a quien ama
tan uernamente, que tienen por experiencia visto en repet idos
real es decretos que los lab ios soberanos de Vuestra Majestad no
desdean de prestarles el dulce significado de amados: esto pues,
hace a ellos tr ibutar con ms que de mas iado gusto la sumisin
correspondeme a aq uellos a q uienes el benigno nimo de Vues-
tra :\lajestad, como vicario escogido de Cristo, para seor en la
tierr a delega sus facultades para que, atendindolos y mirndo-
los, segn lo prevenido y d ispuesto en todas las leyes, logren la
tranquilidad y sosiego a que todos deben propender y anhelar,
as en la conservaci n del honor, joya la ms apreciable, como
en la posesin de los bienes adquiri dos con legit imo derecho'ua.
Tambin do n Manuel de Salas, al comienzo de su vida polt ica,
expres esta ant igua idea, A raz del traslado de su padre, do n
Jo. Perfecto, a la audiencia de Cdu, escr ibi en su nombre
una presentacin al rey. En ella deca: "Es tando persuadido de
que la voluntad de un monarca catlico, piadoso y sabio. no
puede ser reducir a un vasallo q ue ha consumido su vida y salud
sir vindole sin ms delito que ste (el haber servido), pi erda sus
intereses, exponga su honor, abandone su fami lia en el lt imo
trmino de la vida y suf ra sin defensa tant as persecucion es y
tantas viole ncias, y se condene a perecer solo, miserab le, y lleno
de congoja, reCUITe hoya Vuestra Majestad para que, como
""Catl'l del bachiller don Feliciano Anlonlo Chidan'l al rey, Santiago, 2
de enero <.le 1787. A. G. l ., A, de Chile,
-Cut'l de Jos Ma riano Corru de SaJi al rey, 21 de [unte de 1799. C. C.
Y M., Medina, 21<4; 194.
I 7 6
pa dre, use de su na t ural indulgencia, conced indole la gracia
que solic ita, o teniendo presente las razones q ue va a expresar,
le a tienda en juslicia"u .
El reino evidenci el vigor de su d ignidad polt ica, cuando, al
Iln al izar la pr imera mit ad del siglo XVIII, l legaron ha sta l
resoluciones reales y funcionar ios animados por l a tendencia a
vigorizar el esta do que caract eri zaba a los hombres que goberna-
ban la monarqu a. El gobernador Domingo Orti z de Ralas dis-
puso hacer ef ecti vo el cont rol que, segn las leyes de Indias,
deb an ejercer las autoridades reales sobre los cabi ldos de las
ci udades. A (in de controlar las inversiones de las r entas del ca-
bil do de Santiago, fundado en la ley XX I, titulo I X, l i-
bro IV, de Indias, sin esperar a q ue, conforme a esa mi sma
ley, la corporacin revisase sus cuentas, des ign al oidor Grega rio
Blanco Lai seq uill a para q ue l as revisase. El oidor comprob que
el cabildo in verna gran part e de sus rentas en pa gar fu nciona-
rios, hecho que estim in conveni ente. Infor m de esta sit uacin
al "acuer do" y propuso, para impedir que conti nuara, que se
suprimieran algunos Iun ronar ios y que se reduj esen los salarios
de los que conti nuasen en servicio. La audienci a, en conoci mien-
to de este in forme, acord que el sindico del cabildo no hiciese
n ingn pa go supe rio r a once pesos sin su previa ap robacin. La
import ancia polt ica del pu eblo , de la que era expresin, la ac-
tividad del cabildo, estaba muy vi nculada a la subsistenci a de la
si tuacin poltica que haba surgi do del car cter pri vado de la
conquista, aunque no se identi ficaba con ella. Aunq ue en el cur-
so de siglo y medi o haba sido amenguada la intervencin que
el cabildo de Sant iago habia tenido en el gobierno, gozaba de
autonoma en el mbito que le era propio. La di solucin de lo
que an subsist a de la estructura pol tica surgida de las con-
quist as, ami noraba la importancia pol tica de la nobleza y su
facult ad para di sponer de los fondos de la ciudad. De aqu que,
cuando el cabildo t uvo conocimien to de la resoluci n de la au-
dienci a, la consider a tent ator ia de sus pr ivilegios. Au nque la
ley di spon a que la audiencia cont rolase los gastos de la corpOla-
ci n, sta nunca ha ba eje rcido ese cont rol y el cabi ldo haba
" Memor ial presenta do al rey Carlos 111 en defensa de don Jolo Perf<"'Clo
de Sillas en " Escrit os de don ~ l a n u d de Salas", tomo 1, p . !l.
I 7 7
dispuesto con independencia las inversiones necesari as al bien
pblico desde su fundacin. Haba gOlado de este privilegio por
roer la capital del reino y por la calidad de sus integrantes. perte-
necientes todos a la nobleza. Desde sus orlgenes haba pagado
salario a us Iuncicnarjos sin intervencin del gobernador ni de
la audiencia, y creta. el cabildo. que bIas caredan de Iacultad
para intervenir en las CUOl<lS y asignaciones de salarios que pa-
gaba con sus propias rentas. En virtud de esta situacin, el ca.
bildo consider nulo el acuerdo de la audiencia. por defecto de
procedimiento y lo rechaz. Segn el cabildo, el gobernador no
debi designar revisor de cuentas sin que antes la corporaci n
o diputados su)'os, con citacin y asistencia del procurador ge-
neral de la ciudad, que era la parte forma l en este negocio, las
hubiese tomado. Pero, a fin de abrir el camino a una correcta
aplicacin de la ley. el cabildo dispuso que el sndico le pre-
sentase las cuentas para aprobarlas o rechazarlas conforme a los
acuerdos)' pagos expedidos, segn la ley V, ttulo XIII, libro I V.
de Indi as, con asistencia del procurador general de l a ciudad.
Acord, adems, que ste pidiese nulidad del acto del revi sor
por defiriencia de jurisdiccinae. T ambin el escr ibano de l cabil-
do, afectado por la redu ccin del salario, reclam de la r esolu-
ri n pidiendo 50 nulidad. fundado en que el cabildo habla re-
cibido de Pedro de Valdivia el derecho a sea lar salario quien 10
tenia por delegacin del soberano. y. por tanto. era necesaria
particular jurisdiccin para innovarae.
A ral de la peticin de nulidad presentada por el procurador
general de la ciudad. expuso el fiscal la concepci n que habia
inspirado al gobernador a designar revisor de cuentas, Dijo el
fiscal: "Es principio incomroversc que una de las reg<lUas, facul -
tad }' obligaciones del soberano es inquirir, averiguar y recono-
cer en qu $C distribuyen las remas ). propios de las ciudades,
villas y lugares de su patrimonio. compeliendo a que los admi-
mstradores le den exaetsimo raciocinio de JU consumo a causa
de aquel aho dominio)' tuicin que en los bienes de ella con-
sena )' mantiene para JU protecci n y delensa,,;in embargo. del
""TUlimonio de le. aUle. sobre 1"1 cucntas del cabdo de Sanliago. l7i7,
A. G. L. A. de Chile, 107.
- tdclQ.
I 78
seoro y propiedad concedido a las ci udades, o posesin adqui-
ri da por los pueblos en uniforme intel igencia de los que tr atan
de propsito la mat eria". Cit el fiscal las leyes pertinentes de
Las Part idas y glosando las que a esto se referan en la Nueva
Recopilacin de Cast illa, sostuvo: "de suerte que t iene el Prnci-
pe fundarla su intervencin en todas las ci udades, villas y l ugares
de su re ino para la censura y aver iguacin de las cuentas y la
cobranza de los bienes propios y re ntas de los pueblos realengos
cada y cuando sea d e su real agrado. cuya diligencia, no pud in-
dose expedir i nmediatamente por su persona, con motivo de
alfas ocurrencias, particularmente en las dis tancias, se entiende
conced ida y encomendada a los que le representan con la pro-
piedad que 10 hacen sus virreyes y pr esident es. en quienes
reside una viva imagen del soberano para ste y otros inuu mcra-
bies efectos". T ambin fun dament el fiscal, en leyes pertinen-
tes, la facultad del oidor pa ra revisar las cuentas del cabildo, y
af irm que la proposicin de medidas de buena admi nistracin
esta ba vinculada al derecho del pr ncipe a i ntervenir en la
inversin de las rent as de las ciudades, y sin esta consecuencia. ti
pri me ro result aba completamente ineficaz. Por ultimo, calific
de frvolas las razones aducidas por el cabildo para solicitar la
an ulacin de la dec isin del gobernador-t. Por estas considera-
ciones, la s autoridades reales no acog iero n las presentaciones he-
chas en cont ra de su determ inacin. En 1754, el cabildo resol vi
recurr ir al soberano en soli ci tud de que se le autorizara para dis-
po ner de sus r entas y asigna r salarios. En la conviccin de que la
antigeda d de la costumbre no er a ya ti tulo para fundar este
pri vilegio, el cabildo manifest al rey que "no confa tanto. _.
en su ant icuada posesin desde la fundacin del cabildo y dems
fundamentos expuestos en su citado acuerdo de 5 de ju lio de
1; 48, cuan to en la rea l benignidad de Vuestra Majestad siem-
pr e propensa a grat ificar a las ciu dades y sus cabildos've.
El cabildo de Santiago no fue el nico en sufri r la interven-
cin del gobernador One lIe Rozas. Para evitar las grandes
disputas que suscita ban los regidores del cabildo de Ch illan,
" T ~ t i m o n i o <le: los autos sable: las cue ntas <ld cabildo de: Salltiago, 1i4i.
A. G. I.. A. de: Chile, 107.
- Idem.
1 19
con mot ivo de las elecciones de alcaldes y de ot ros oficios, el
gobernador resolvi suspender el Iuncionamiento de ese cabildo
y encarg la administraci n de j usticia al corregidor y a sus
tenientes".
Poco tiempo despus que el gobernador prh- al cabildo de
Santiago del prtvilegio de manejar sus fondos con a utonoma,
el 4 de malo de 17.5.1, estableci el estanco del tabaco. Los va-
sallas consideraron que esta resol ucin amaga ba sus activ idades
econmicas, alteraba el fin del estado y danaba las fuentes de
las cuales, consecuente ron su fin, ste deba obtener sus ingresos.
Decan : "la ut ilidad de los arbit r ios no deben mensurarse por el
ti l de la negociacin, sta slo puede ser regla en un parrcu-
iar que no tiene otro lucro que el qu e le produce la venta de sus
efectos, pero no en Jos reales intereses que estn obligados al
mayor beneficio de los sbditos, que cuando ms ti enen, ms
conu tbuyen al real erario ). en la urgencia es todo del soberano
en quien reside el ms noble dominio'ue. La obediencia a las r-
denes reales nunca haba significado pasiva conformidad de los
vasallos, Ella era compatible con la defensa. de los intereses at ec-
tados. En ,, inud del derecho a suplicar los comerciantes de San-
tiago se dirigieron al virrey del Per solicitndole que suspendiera
el establec imiento del estanco del tabaco en el obispado de Sant ia-
go. En cambio de esta concesin propusieron que en vista de que
el tabaco en polvo o en rama que se consumla en Chile se adqui-
rla en el Per, se cargase a los comerciantes (Iue iban a comprar-
lo a Lima toda la ut ilida d que se esperaba que rindi ese el estanco
de su vent a por el estado. El virrey prometi exa minar esta pro-
posicin, pero no modi fic la resolucin de establecer el estanco
en Chileo. El cabildo de Santiago obedeciendo a su anti gua fun-
cin de intermediario en el cumplimie nto de las rde nes que
afataban al pueblo, acord que el procurador general de la cu-
h . n ruc.dn ., noticill del estado ni q .... al presente le halla r l trino de
Uilr, que dr ordm del rry dio rl conde de Poblaciones a don Manuel
<Ir Amal . 11.1 lUCftOI" ni el gobinno. C. C. ., M. M ~ MediDa, 188; 178.
-Splic-a del cabljdo de s..nti"gu 111 ~ p..n qur te dnogue el atanro
parucutar atablecido ('fl el rrino," de m"lo de 1761. . G. l ., . de Une,
3<Y.>. y ClIIrla del gobrrnador Onu dr ROUI al rq, 2' de mano de 1154.
C. C. y rol . 101 ., Medi Da, 187; 294.
" Idero.
18 O
dad. se presentase al gobernador del reino pid indole copia auto-
rizada de las rdenes del rey y del virrey sobre establecimi ento
del estanco, para archivarlas conforme a las leyes }" para estar in-
formado de lo qu e los vecinos deban hacer y cooperar a su
eumplimlemo-", El goberna dor remi ti la solicitud a la junta
administrativa del estanco. Previo dictamen del fiscal. sta recha-
l la solicitud. Ante resultado el cabildo acord que el
procurador general de la ciudad pidi er a copia del expediente
que se habla formado para acudir al rey. T ampoco acept la
ju nta esta solicit ud " El cabildo estim estas reiteradas negati vas
como viola rorias del derecho natural de "apelacin al soberano"
y "pr ivacin de la poderosa prot eccin rea l en la cual se aa n-
zan los vasallos" y procur preservar una y otr a. Par a esto
se dirigi al rey sin los autos que habla originado, solicitndo-
le que derogase el estanco establecido. En esta comunicacin
denunci abusos, cometidos durant e su establecimiento y re-
soluciones irracionales. Adems, hizo mr ito de su acendrada
obediencia. Deca : " rropeea bese en estas sinrazones: pero conte-
nida en la veneraci n la qu eja. acreditada con la resignacin a
las rdenes de vuestr os vir reyes nu estr a obediencia, determinamos
los gravcs riesgos que sin utilidad de la rea l hacienda resultaban
de su providencia, al reino, pero sin efecto. Por lo que acordamos
exponer a Vuestra las razones que lo persuaden, afian-
zandc en la innata pi edad de Vuestra Maj estad y en la j ust icia
de la causa, obtener el ali vio qu e descamcs.v-e.
No siempre fue un ni memente favorable el juicio sobre la le-
gitimidad de los supuestos del derecho de supl icacin y por con-
siguiente. no siempre tan alta la idea de la di gnidad del pueblo,
El procurador de la Compata de J ess en el juicio seguido con-
Ira la Universidad de San Feli pe ante el gobernador Amat, en
defensa de su pretensin de que los estudios hechos en el Con-
victori o de San Francisco j avier fuer an vlidos para la obten-
cin de grados en la Uni versidad y para invalidar la oposicln
de aquella. 505tu"Oen un escr ito de 22 de agesto de 1. 61. que "el
derecho reputa por especie de sacr ilegio polit ico notar de impero
""S;'plica dd cabildo de: Sant iago al ' l1' para que: K' derogue el eseancc .
"Ide:m,
18 1
fectas las obras del prncipe y reprobar lo que ha aprobado':.
A d iferenci a de la nobleza, la pl ebe resisla las r esoluciones
r eal es o las iniciat ivas de los gobern adores que le perjudicaban
viol enta y tumultuariamente. A fines del gobierno de Domingo
Ortiz de Rozas, la pl ebe se amoti n contra el est anco del tabaco.
Los amoti nados asaltaron la casa del gobern ador pistola en man o
y apedraron a casi todos los oidores. Para contener estos desma-
nes, el fiscal propuso que se creara una compaia de soldados
pr ofesionales. El gobern ador Amat acept esta proposicin y la
pu so en prctica. Dict un ba ndo invitando a sent ar plaza en
ella a la gente de pura ascendenci a espaola. La invit aci n fue
acogida con en tus iasmo por los invitados y, segn dice el gober-
nadar, "lo ms nobl e del pueblo acudi a al istarse'ue. A raz
de que en 1766 se agravaron las condiciones del esta nco por
su establecimiento en todos los r einos america nos, algunos in-
div iduos de la capi tal, en ausencia del gobernador, en viaje a la
frontera, esparcieron a h ur tadillas cartas y proclamas annimas
p idi endo su extincin. La audi encia y el corregidor de Sant iago
toma ron preca ucio nes para evita r manifest aciones tumultuari as.
Lograron impedirlas , pero el descontento se manifest de otro
modo; en 5 de noviembre de 1766. apa recieron pegados en las
casas de las esq uinas, carteles en que se amenazaba con sedicin
y se invitaba a las poblacion es pr ximas a concurr ir a des trui r
el esta nco. Adems, se di fundi eron coplas y proclamas en las
cuales se amenazaba incendiar la casa del admi nistrador del es-
tan co yrobar el d inero que en ella se guar daba. Estas coplas r
pr oclama s fueron puestas en la sede de la aud iencia y en los do-
mici lios de paniculares d urant e varios das
fll
La nobleza se man-
" Aulos sobre b. real ( Mula Cl<pedj,b a favor de la religin de la Com-
paIa de Je.s en orden a la validez de los cursos q ue se ganasen en
su colegio de Sanl iago pllca grad uarse en la Universidad de San Fel ipe.
1761. J. T. Medinll: "Historia de III Real Universidad de San Fel ipe de
S:mlillgo de Chile". lomo 11 . p. 45.
"Carlll del goberna do- Ama! III rey. 28 d.. oclu bre de 1758. C. C. Y M. M.,
~ l e d j n a . H19; 109.
"Carta del gobe rnador Grill y GOllzaga III rey. 2 de abril de 1767. C. C. y
M. M. Medjnll, 193; p 68.
182
tuvo aje na a las medidas de represin que se tomaron contra es-
ras manifestaciones!".
La tradicional concepcin de que el puebl o era el fin del po.
der y su legitima actividad politica no fueron afectadas por la
proscripcin de las doctrinas polticas qu e, se dice. di fund an
los jesuitas. Con ella slo se procur extirpar del acervo docm.
nario de los vasallos las doctrinas del regicidio y del riranir l.
dio contra las potestades legitimas. La cdula del 3 de marzo
de 1768 orde na ba qu e los graduados, catedrt icos y maestros
de las universidades juraran al asumir sus car gm, hacer observar
y ensea r la doctr ina contenida en la seccin quince del Conci.
lio General de Constanza de 1415, y no en sear ni aun a t t ulo de
probab ili dad, la doctr ina del regicidio y del tir ani cidi o contr a
las potestades legitimas. Adems. se autorizaba la circu lacin de
la obra de Fray Luis Vicente Mas de Casabatls, int itul ada "I nc -
moda Probabilismi" qUf' impugn aba, entre otras. estas doctrinas.
Esta cdula fue leda en el cla ustro universit ario de San Felipe a
fina de 1768 Yobedecida por sus integrantes
u
. Todo lo que como
titua expresin de la di gnidad poltica del pueblo continu sin
vaeiari n.
El reino mostr el vigor de su convicci n de que l era el fin
del poder, cuando a instancias del gobernador Guill se acent u la
tendencia centralizadora en la administracin de las rentas l is-
cales. El propsito in icial de esta poltica fue cont rola r ms rigu.
rosameme la inversin de esas rent as, pero ms adelante fueron
afectados los contri bu yentes. Con este fin se cre la contadu-
ra mayor de cuentas y se design a Silvestre Carda para di-
r igirla. Este era un funcionario experimentado. qu e antes de
venir a Chile habla servid o el mismo cargo en la go ber naci n de
Venczuelaee. Carda estim que la percepci n de los imp uestos de
alcabala y almojarlfargo mediante el sistema de arrendamientos,
"ClIrU del gobern..dor Guill y Gonup ..1 rey. 2 de ..bril de 1,67 . C. C. y
M. M., Jofcdina, 193; 68.
"l . T . Medin.. ; " H e tor .. de la Real Universid..d de SlI n Felipe de San-
tiago de Ch ile ", lomo l . p. 122. :" 0 ",!>eme. si IQl jesu itllSenseaban en ton o
ces a.as doc:trin.u. Esto rnl..ma una i n"eslig<lci6n para esrabjecer el alean -
re de 1....",in de IQl jesu itllS m 1.. forma<i6n de la (o nom<ia pc>llliCJ
del reino.
" Hcror Gncla Chuecce: "Haclen d.. Colonial Yenerc lana", pp . 30 Y 31.
I 83
era perjudicial al estado. Autoridades. arrendatarios y ccntribu.
yemes estaban vinculados en un rgimen que les beneficiaba
con desmedro del inters fi scal. Las rentas saltan a remat e en su-
ma s inferiores a lo que realmente podan rcndirw. Los ar renda,
tarios conven an con los cont ribuyentes el pago de sumas infe-
riores a la que deban pagar atendiendo al vol umen de sus ope
raciones- t. Todo esto era posible por los vnc ulos de los ministros
de la audiencia con los nat urales-e. Para contrarrest ar los erectos
de esta confabulacin en contra del estado . Garda propuso de
inmediat o, que se elevase a ciento veinte mil pesos la suma en
que salan a remate las rentas de alcabala y almojari laago. e in-
form a la Corte sobre la conve ni encia de que los impuestos se
recaudaran por administraci nee. La proposicin de Gar cia fue
"'Cuta de Pedro Fermt n de N"em<:hea al ministro Aniaga , 29 de no.
viembre de 1175. C. C. y M. !-f., Medina , 196; 27.
" .El contador general infaino Grrgorio Gomlez Blanco en carta al mt.
msrrc GAl vez, de 22 de noviembr e de 1776. le i nforma ba qu e 101 ha cendados
sat isfadan el dere<ho de alcabala componindose ron el arrendatario me.
diant e el pago de diez perol . C. C. y M. M., !-ledina, 196; 124.
Les derechos de alca bala y almoj ar tfat go se pagaban en Chile de la s;.
gu iente manera : los dedos y mercaderas de Castilla con arreglo al pro.
yectc de 20 de abril de 1720. y 101 frutos del pa s conforme al aval o
que se had a cada seis aos, segn se habla di spuesto por un a real orden.
Les subastadores de cot OS derechos se hadan car go de las diferencias de
pr ecio que te produd an en el ejercici o, tanto en 1011 productos de Caso
tilla como en los del paJs. El cabildo de Sanuago y los cuatro diput ad os
decan al rey en carta de 8 de sep t iembre de lii6, que por la abunda n-
cia de los Irutos del paJs su pr ...cio do:sc...nd ia a un nivel inferior al custo
de produccin y qu e los subast ador<'a had an como de just icia una rebaja
del 1% en el derl"C:ho de alcahala. redurit'ndnlo al ~ ' l 1 o ' y ntu. "arias
gra wu a proporcin de la cant idad de las ...mradas y temas . C. C. y M.
M., Medina , 196; 81.
" ' nforro... de Toms Olliz d... Landaza sobre carta del contador mayor de
Chi le, Svestre Garda, dirigido a J uliAn de Aniaga , ...n 3 de cctubr...
de lii4. A. G. 1., A. de Chile, 334.
'"Carta de Ped ro fermln de Necochea al ministro Aniaga, 29 de no.
vil"lDbre de 1775. C. C. y M. M., M...dina, 196; 27, Y cart a del cabildo de
Santiago y de los cuatro diputados del "ecimlario al rey, 8 de sep tiem-
br ... de 1776. C. C. Y M. M" Medlna. 196; 81.
1 84
aprobada por real cdula de 2 de octu bre de 1772
54
, En cumpli-
mi ento de esta orden el contador mayor organiz oficinas de re-
[ c:pci l'l n de impuestos en Sant iago y valparat so.
Los vecinos estimaron que la aprobacin de las medidas pro-
puestas por el contador genera l vulneraba un r gimen consagra.
do por la cost umbre y que permit a la subsiste ncia de modalida.
des de servir al rey apropiadas a su concepcin perscnalista del
servicio pblico. Segn ellos los acuerdos entre arrendatarios de
impuestos y contribuyentes no eran.delicr uosos. sino conf orme al
principio poltico de que el fin del poder era enriquecer al pue
bl o, (in que se logr aba con la liber alidad de los impuestos. La
riqueza privada que esta liberal idad permit a formar, constitua
el respaldo del erario, ya fue r a por el aume nto de l rendimiento
de esos impuestos o por la d isposicin de los vecinos a servir al
estado con su fort una en las emergencias en que fuera necesa-
ri o. El rey hab a te nido siempre en la hacienda de sus vasal los
chi len os el recurso para las urgenci as de la guerra cont ra los in-
di os y ellos nunca haban tenido premi o. Por estas y otras con-
sider aciones, el reino se estimaba acreedor a que se le di sminuye-
sen las vejaciones que de b a su fr ir por la distancia a que se
encontraban de su rey y seor natural. Deci an que la polit ica
acons ejada por el contador mayor general aunque favora ble a
la real hacienda vulneraba las leyes y real es cdulas con que el
rey y sus piadostsimos ant ecesores hab an dado a entender la con-
mi seracin con que quer an que se mirase a estos vasal losee. Ade-
m s, estimaban que no hab a ra zn que just ificase el cambio de l
r gimen, pues ste haba rendi do 10 suf iciente para sat isfacer las
necesidades fiscal es y los arrendat arios haban obtenido grandes
ganancias, no ob stante el desi nt er s con que se haban conducido
desde hacia un El cabildo asumi la defensa del rei no
ante la nueva poltica fiscal. En 1773, interpuso un recurso ante
" Carta del cabildo de San tiago y de 105 cuatro di plllad05 dd vecindario
al rey. 8 de sept iemnre de 1776. C. C. Y M. M., Medina. 196; 81, Y carta
del contador interino Gregor io Gon l let Blanco al ministro G h'el, 2Z
de noviembr e de 17i 6. C. C. Y M. Mcdina. 196; 124.
mearla del cabildo de Sanli ago y de los cuatro dd vecindario
al rey, 30 de noviembre de 1776. C. C. y M. M., Medina, 196: 145.
Cana del cabildo de Sant iago y los cuatro diputados del veclndatio al
rey, 8 <le srptiembre de 176. C. c . y M. M., Medina , 196; 90.
18 5
el gobernador, solicitando que se suspendiese la vigencia de la
r eal cdula que habia aprobado las proposiciones del contador
mayor hasta que informados el rey o el virrey de las r azones que
invocaba el re ino, resolviera nst. Carda suscit oposicin popular
sin lograr atraer a su criterio a los ministros de la audiencia, qu e
eran chilenos en su mayonaee. La oposicin de los oidores a las
iniciativas de Garda favoreci las asp iraciones populares. El r eal
acuerdo suspendi la vigencia de la real cdula que ordenaba
que los impuestos se recaudasen por administ racin en sus efec-
tos sobre el monto de ellos y la extens in del r gmen w. Se
disp uso que mientras tanto se cobrasen conforme a los avalos
que estaban en vigenc iaev.
Carda, slo estableci la recaudacin por administracin en la
dudad de Santiago y mantuvo el rgimen de arrendamiento en
los partidos del obi spado, debido a que por su escaso rendimieu.
ro, no permitan pagar administradoreset . Pero Carca no haba
renunciado a las reformas que estimaba indispensables y con el
objeto de remover los obstculos que a ellas se oponan, inf or m
a la corte acerca de la coal icin de los oidores con el rei no en
contra de su polftica. En 1774 obtuvo que Toms Or tiz de Lan-
dazua informara al ministro Arriaga sobre las dificul tades que
encontraba y le hiciera notar q ue la alianza entre oidores y na-
tural es del reino era uno de los males q ue hablan producido el
beneficio de plazas togadas y de real hacienda en naturales del
mismo pas, a despecho de las leyes q ue tan prudente y cuidado-
samente lo haban prohibido y sobre cuyo r emedio clamaban sin
cesar el actual virrey del Per y otros ministros celosos del real
servicio. Oniz estimaba que no era posible desentenderse del
"'ClIrl a del contador int erino Gregorio Gonz.:l. lez Blanco al ministro JO!I
de G;\her. 22 de noviembre de lii6. C. y M. M. Medina, 196; 124, Ycarta
del cabdo de Santiago y los cuatro diputados de l vecindarlc al rey. C. C. r
M. M.. Medina, 196; 81.
"'Informe citado de Tom:h Ortiz de Landaaa.
-El Cabildo, y Regimiento y IO!I cuatro diputados con el fiscal
sobre la refo rma de 1M imposiciones y nuevo de exigir IO!I dere-
chOll de almojariralg<J y alcabala. 1776. A. G. r., A. de Chile, 428.
"'Carta del contador ma}'or interino a do n Joo de G.:l.lver, 22 de ncvem-
hre de 1776. C. C. y M. M., 196; 124.
"Carla del contador mayor i nterino Gregorio Gom\ez Blanco al ministro
Arriaga. 50 de mayo de 1775. C. C. r M. M., Medi na, 196; 16.
I 86
mal estado de la audiencia de Chile y proponla qu e todos, o la
mayor parle de los ministros naturales del reino fueran trasla-
dados a otra s audiencias en prov echo de la administr acin de
justicia y del servicio del rey62.
Por muerte de Garda ocup el cargo int erinamente Gregar io
Gomlcz Blanco, hombre de menos antecedent es en el servicio
y menos prudente qu e el di funto. En 1774, el virrey de l Per en-
vi al gobi erno de Chi le el reglamento de aduana vigent e en
ese reino. El contador int eri no pretendi que ese envio tena
por objeto el poner en vigencia en Chi le ese reglamento. Con-
trari ando una deci sin de 18 de octubre de ese ao, por la
que se haba establecido que el rgimen de impuestos fijado
por real cdula de 3 de diciembre de 1773, slo deb a apl icar-
se a las mercaderas de Cast ill a y no a los productos chilenos, so-
br e lo cual se habla suplicado al rey, el contador mayor inte r ino
propu so al "acuerdo" que pusiese en vigencia el reglame nt o de
aduana. El "acuerdo " acogi la proposicin y declar quc algu-
nos artculos deb an poneHe en vigencia. Los int eresados levan-
taran un gran clamor an te esta resoluci n y una causa se suscit
ent re el j uez de comercio, el fiscal y el contador mayor. Ll evada a
\'010 consultivo, el "ac uerdo" propuso elevar 105 autos al virrey del
Pernee. Esta gest in del nu evo contador mayor gener al removi
oposicin popular contr a la pol tica fiscal e incluso contra la
comadurfa mayor. Contribuy a ello el regreso al reino del
fiscal Jos Perfecto de Salas, qu e er a hostil a las nuevas inst itu-
ciones
64
. La nobl eza pretendi impedir que el gobernador rer o-
" ' " forme de Toms Ortiz de Lamlaza sobre carta del cont ador mayor
tle Ch ile, Si lvestre Carda. dirigido a j ulia n de Ani aga, 3 de oct ubr e de
l i 74. A. G. r, A. de Ch ile. 334.
'"Carla del contador ma yor Inte rin o Gr egorio Gonzlez Bla nco al mi-
nistro de Glvez, 22 de de 1776. C. C. l' M. :'>f ., Medln a,
196; 124. Y " El Cahil do , Justi cia y Regimien to y 10.\ watro di putados de
esta ciudad ton el seor fisca. l. sobre la reforma de la. imposiciones )' nue
\"0 mtodo de exigir los derechos de at moj arifalgo )' alcabala". A. G. l .,
A, de Chile, 428.
" Desp us de sealar el aum ento de los ingresos fiscales debido al rgimen
de recaudaci n por el estado, Pedro Femun de Necochea deda al minis_
Iro Aniaga en car la de 29 de noviembre de 1775. qu e "no ob:stant e esto se
mir aba mal a la adminiSlracin y 00" odio l' repugnancia la creacin del
tribunal ma yor de cuentas po rq ue con se haban l imi tado las facult ades
I 87
mendase al contador interino para ejercer el cargo en propiedad
descalificndole ante ste. Fracas en esta pretensin ; el gobcrna.
dor le recomend con ese objeto a la corte, decisin qu e desagra.
d a la noblezaw.
Amparado por el gobernador, el contador interin o despreciaba
la opos icin popular. En 7 de noviembre de 1774, fue aprobada
por el rey la resolucin de Silvestre Carda, de mantener el arren.
rlamlento de impuestos en los partidos del Obispado de Santiago.
Conocida esta resolucin por el contador inter ino, expres al
mi nistro Arriaga en cana del 30 de mayo de 1775, qu e era conve-
niente ext ender a los partidos el rgimen de recaudacin por ad-
ministracin, y en vista de que los imp uestos no r end an lo sufi.
ciente para pagar administradores, propuso q ue stos se remune-
rasen con el 8% o el 10% del producto del derecho de alcaba laee.
En respuesta a esta proposicin, se le orden por real orden de 25
de mayo de 1715, que, con toda brevedad infor mase sobre la si-
tuacin de las villas, pue blos y ciudades del reino, indicando su
vecindario, partidos y corregimientos, e ind icase las cajas a que
estuviesen sometidas, e informase detalladamente sobre cua nt o
condujese a un mejor conocimiento de la situacin del reino' ".
En virtud de esta orden, el contador interino se crey au torizado
para llevar a cabo su plan de recaudacin por adm inistracin, y
poner en vigor impuestos que nunca se habian cobrado. Pidi
autorizacin al gohierno. Tratada su peticin en junta de ha-
rienda, sta se excus de aprobarla, pero interpelada y reque-
r ida reiteradamente se pronunci en el sentido de que al gobier-
no silla le rabia reprobar o aprobar por ahora el plan, y dar cuen-
a toe ministros en materias de real hacienda, y se oh5ervaha en ellas otro
arreglo y lormalidad". Por 1'110. agregaba: "las cenizas de Garda no l'!Iln
librl'!l del bochorno del odio. porque lo mismo ha sido regr esar al serv-
co de su plala el Iiscal que pr omover la difamacin de la conducta
del difunlo. y no slo de pa labra pblicamente por escrilo'. C. C.
y)1. M.. Medna. 196; 27.
"'Cana de Jos Manuel Toro a Jos Antonio Roj as. 8 de sept iembre de
17i6. Publicada por Diego BalTOiI Arana en " HiSloria General de Chile",
vr . p. nota 22.
"'Cana del conlador mayor interino Gregorio Gonlll'l Blanco al ministro
Arriaga. de mayo de 1775, C. C. y M. M., Medina. 196; 16.
"'Cana del ronrader mayor interino Cregorlc Gorulez Blanco al mi-
nLm O G.1I\el. 9 de septiembre de 1776. C. C. y M. M., Medina, 196; 90.
18 8
ta sin perdida de tiempo al rey o al virrey, Con este fundament o
el contador interino, sin esperar a que se cumpliera el trmino
de los arrendamientos. procedi a designar administr ador es en
los partidos. les envi instrucciones y les orden que tomasen ra.
zn de todas las casas. haci endas y lugares del r eino, las aprecia.
ran y gravaran sin di stincin a razn del 4%t8. Estas instrucciones
fueron remitidas a los administrador es en 7 de julio de 1776" .
La poblacin de la capital y de los partidos fue amargamente
sorprendida por estas rdenes y en algu nos casos por la abusiva
aplicadn que de algunas de las d isposiciones contenidas en b s
instrucciones hadan los administ rador es, Vean su tot al ruina en
la aplicacin de las alcabalas a las diversas tr ansacciones y en el
cambio de rgimen de percepcin de los impuestos. y estimaban
todo como opuesto a las piadosas intenci ones del r ey. La pobla-
cin rural desconoc a el alcance de estas reformas y da ba crdito
a informes exagerados sobre las rdenes del con tador. Inq uieta,
escriba a sus amigos de la capital solici tando informes, r elatan-
do su desconsuelo e informando de los atropellos de que era vfc-
tiruatv. Hasta las milicias de la frontera del reino se inqui etaron,
resinti ndose la disciplinau, En la capit al la gente salia a la
calle y formaba corr ill os. Comerciantes y propietarios en ellos
reunidos [uegaban con acritud la actuaci n de l contador mayor.
Todos conven an en que hab la exced ido el mandato real formu.
lado a Silvestre Carda, de que procedi ese con la mayor equidad
en favor de los vasallos )' del gremio de comerciantes al establecer
la per cepci n de los impuest os por ad mi nistracin, y que haba
actuado mempesuvamemets. Er a unni me la aspiracin a que
""lA:. cuarre dipufadol del reino de Ch ile, 9 de 5l"pricmbre de 17;6. A.
G. A. de Chile,
-cana del ccerador lUiII)' or Inter ino Grcgorio Gorlcllez Blanco al lIlinistro
G:l.hel , 9 de ICplinubre de 1; ; 6. e, C, ,. M. Mcdi na, 196; 90.
"CarUl del u bildo de Santiago ,. de 1... cuat ro diputados del 'ceind,uio
al re" 8 de ICpliembre de 16. C. C. ,. M. M. 196: 81, ,. carta
de 101 mWIlOl al miniuro G:l.ha, 30 de noviembre de 1; ; 6. C. C.,. )l. M.,
"'cdina, 196; H9.
"CarUl de Ambr()llio O'Higgins al minutro G:l.h'tl, 2Q de Iebrerc de I n i .
C. C. y M. M. Mcdina, 196; 166.
'"Cana de JOM! Manuel Toro a JOM! Anton io Rejas. 8 de scptiembTe de
lii6. Publicad.. por Diego BurOlo Arana; "Hilwria General de Cbiic", \'1,
I 89
el contador ex hibiese las cdulas rea les en que se habla fundado
para hacer sus in novacioneste. La gente se exaltaba cua ndo ro-
nada los abusos de los administradores que los propietarios ru-
ral es comunicaban a sus amigos de San uagcts, y la reaccin
violenta que haban tenido centra aqullos en algu nas partes.
Se hablaba de que algunos pa r ti dos se haban sublevado y que
el administrador de Colchagua haba sido asesinadcte. Todos es-
peraban que la inslita efe rvescencia de la ci udad crecera en los
das venideros, cua ndo ll egasen los propietarios rurales de los va-
lles y partidos q ue haban anunciado su ven dat e.
La nobleza, como clase d iri gent e, inici alg unas gestiones pa
ra restablecer l a palo Algunos pol ticos sugirieron que se solicita-
ra al cabildo que pid iese al gobierno un cabildo abierto para ex-
presar las quejas del pueblan. La proposicin t uvo buena aco-
p. 384, nota 22; l' (aTla del gobemsdor l' oidores al ministro Glvez , de
1 de septiembre de 11,6. C. C. y M. 1\1.. Medina. 192; 2i!J.
"'Carl a de Manuel Toro a Antonio Rojas, ti de septiembre de 17i 6,
en Barros Arana. op. cit .
"Cana tle! cabildu de Samiago l' de lus cuatro diputados de! vedndaro
al rer. 8 de sepnembre de l7'i6. C. C. y M. M.. Medina. 196; 81.
"Carta del contador mayor imerino Gregorio Ucmalez Blanco al mi
ninro Glvez , 9 de septiembre de 1776. C. C. y M. M., Medina. 196; 90.
"'Carta del cabildo de Santiago y de los cua tro o.IiputadUli del vecindario
al re)". 8 de septiembre de 1, , 6. C. C. y M. M., Medt na . 196; 81, Y carta
de 101 mi..nos al winistro Ghez, 30 tle nuviembre de 17i6. C. C. y M.
Mcdlna, 196; 149.
"El cabilo.lo y los (ualTO diputados del vecindario de Santiago relataron
la rn((ion popular ante reforma. y la imervencl u de la nobl eza. en carl a
o.Ie 8 de oeptielObre dirigida al rey " una vez designao.lo contador interino
nombro para tooos los partidOl, l ugares y de este Rei no
paroculares administr ados y remitido a cada Uno diferentes instr uccion es,
planos y formularios. en orden a que al ejemplar o.Ie esta upi tal, donde
intent igualmente ponerlos en planta. exigi era n los de rechos imposkio
nes que en ellos prescriba, y como a lo.! partlcutares administradores no se
f1alo OlIO salario que e! 10'70 de lo que el desee de aumentarlos
(unido) a la suma ignorancia con que obra la gente del campo, dio oca-
.ion al damor que C31ii al mismo tiempo le levanto en todo el Reino, f
au n dentro o.Ie los trminos de ata capital 'lue, en de
general levantamiento lleg a los odos tle los principales vecinos qu e la.
componen y puso a 100 01 en notable consternacion, aumentndose cada
da y aun por momentOS con los papeles y pa.quines que en prosa y
verso amanecan en las partes ms pblicas di rigi dOl totlOl a excitar al
19 0
gida. Se escri bi una pr esentacin d irigida al cabildo que Iue
(ir mada por numerosas personas en muy poco tiempo. Esta pre-
sentacin decfa as: "l os veci nos de est a d udad que abajo firma-
mos, parecemos ante Vuestra Seora como ms haya lugar en
derecho y decirnos q ue tenemos que tratar var ios puntos de grao
ve importancia al vecindario de esta ciudad, bien y utilidad de
todo el reino, y porque para esto conviene se haga cabildo abier-
to, a Vuestra Seora pedi mos y supl icamos se sirva acordarlo con-
forme al di ctamen y comn clamor de lodos los vecinos, y man-
da r que el sellar procurador de esta dudad ocurra al superior
gob ierno a pedir se seale da para en el que sealare y en los
dems subsequentes si fuere neces ario nos podamos juntar en ca-
bil do abierto a tratar, con fer ir y representar varios puntos y neo
godos graves, que en comn y en particular miran al bien y uti-
lidad de cada uno y de todos sus individuos, que es j usLicia"H,
El cabildo acep t esta peti cin y acord elev arla al gobierno.
En SO de ju li o, el procurador ge neral de la ciu dad, Manu el de
Salas, hijo del fiscal J os Perfecto de Salas, la present al gobier-
no. Entregada al fiscal, ste manifest en su informe, que, segun
la Ley de Par tida, era el pr esident e q uien de ba pronunciarse so-
bre la peticin popular. El gobern ador resol vi que se tratara en
el "acuerdo", T ratada por ste, se acord ordenar al cabildo que
expresara ms ampl iamente los fundamentos de su pcticnw.
En cumplimiento de esta exigencia, la corporacin popular pre-
sent un nuevo escr ito diciendo que el motivo q ue pr incipalmen-
te la mov a a soli cita r cabil do ab ierto era la inquietud que haba
provocado en todo el pueblo la grave alt eracin que en los tr -
minos de la ci udad se hab a introducido en la cobranza de los
reales derechos de alcabala y pulper a, alt eracin que pugnaba
pue blo (OnlIa la vida, persona y bienes de! comadcr interino y <le otras
persona. a qui enes crc tan parncpes en la elaboraci n de este proj'e<eo.
Par eci ndonos qu e el nico modo de callarlos y contenerlos seria saca ndo
el vecindario la ra ra, quien dis puso con brevedad un escritu ... " Carta el
cabi ldo de sanuago y de los cu..t ro dip utados del v.-.:ilL<lario al 8
<l e septiembre de 1776. C. C. y M. M., Medna, 196; 81.
" El Cabildo , J ust icia y Regimien to y los cuat ro diput ados de esra ciudad
con el seor fiscal sobre la refor ma de las imposiciones y nuevo mtodo
de exigir 105 derechOll de y alca bala. A. G. l., A. de Chile, 428.
" Iem.
1 9 1
con la espera nza general de que estos impuestos se rebajara n, ya
que se reca uda ban por administracin y el re y haba ordenado
conforme a su inna ta beni gni dad, al establecer la administr acin
fiscal , que se recaudasen con la mayor equidad. Deca el cabildo
que no era su intenci n oponer se a las real es cdulas y real es r -
denes ex pedidas en el asu nto, sino obedecerlas y cumpli rlas con el
mayor rendi miento, sin perjuicio de 105 recursos que ant e el rey y
el real y supremo consejo de Indias "haya lugar en derecho en
terminas de equidad y justici a manifestando a la real piedad, la
fidelidad y leal tad con que los veci nos de este rei no, desde su
creacin, han sacr ificado su per sona y caud ales para su paci fica-
cin y todo lo conducente al rea l sen-i d o". Su propsito era obte-
ner que el cobro de esos derechos se h iciera en los trmi nos pres-
critos por la s leyes y real es cdulas y que se mantuviese al vecin -
dario en la costumbre en que desde tiempo inmemorial esos de-
rechos se hab an pagado y se habian ava l uado los frutos con
arreglo al precio a que se ven d tanw. Vista esta pe ticin por el
fiscal, la rec haz, temeroso que un cabildo abierto pudiese per-
mitir excesos, dada la gran inquietud que sentan ranro los ci u-
da danos como los campesi nos. En reemplazo del cabildo abi ert o
quc habia solicitado la cor poracin muni cipal, propuso q ue los
vecinos que ha ban firmado l a pe ticin eligier an cua tr o diputa-
dos para que d iscutiese n la situacin producida con el cabildo
de la capi tal. Fundament esta sugest in en una pragmti ca san-
cin de 5 de maro de 1666, por la que se ha ba auto rizado a las
ciudades y pueblos a elegir cierto nmero de diputados para que
defendiese sus der echos ante los cabildoset. Acept el cabildo la
recomendacin del fiscal y para manten er el proceso dentro de
la mayor ser iedad y compos t ura, sugiri, en 21 de agosto, que se
redujese a cie nto el nmer o de los vecinos que deb an el egi r los
dpurados'o. El "acuer do" propuso al gobernador q ue la desig-
nacin de los elec tores fuese hecha por el cabildo entre los veci-
nos mas "j uiciosos y condecora dos" de ent re los que habi an fi r-
mado la sol icir ud'e. As! 10 dispuso el gobernador. Fue tarea del
procurador general de la ciu da d lograr que los firmant es acepta-
" El Cabildo, JlUl i( ia y Rtgimiento y 101 (UlIIO rnp ur ados de esta ciu dld. . .
"'Jdem. -Jdem. - Mem_
I 92
sen esta resol uci n sin resentirsew. El cabil do los design y entre
el los, a los prelados de las rdenes re ligiosas de la capitales. Los
elegidos se re unieron en la casa del cabildo el 23 de agosto y eli-
gieron por d iputados a Antonio de Pineda y Bascu n, Franci.;co
An tonio de La Lastra, Lorenzo Gut irrez de Mler y Jos Basilio
de Roj as y Fuent es' ". El gobierno les autoriz para i niciar ges-
tiones. Los d iputados toma ron como asesor a Alonso de Guzmn,
aboga do de gran experiencia y catedrtico de Pr ima en la Un-
versidad87. Al inicia r sus gest iones los diputados, dej de inter-
venir en el negocio el procur ador general de la ciudadee.
La eleccin de diputados no calmo de inmediat o la excitacin
popular. En la ma ana del 25 de agosto, aparecieron carteles en
las p uertas de las iglesias invit ando al publ ico a que se levan-
tase, pidiendo el alejamiento de l admi nistrador del estanco del
tabaco e instando a dar muerte al contador mayor interino. El
cont ador, temeroso de que alguien atentase contra su "Ida, se
mantuvo reclui do en su casaee.
Segun 10 propuesto por el fiscal, los diputados era n subs titutos
del pueblo ame el cabildo y con l deban discutir el asunto que
habla moti vado su eleccin. La pragmtica sancin en que el
fiscal se haba fundado estaba di rigida a restablecer la disuelta
un idad en tre el cabildo y el pueblo producida en las ci udades es-
paolasw. pero careda de sentido aqu, do nde el cabildo y el
grupo ms act i vo del pueblo se encontraban estrechamente vi ncu-
lados. Fue por esto que los diputados pidieron discutir con el go-
bi ern o y no el cabi ldo. Adems, deseaban hacerl o asociados con
"Cana del cabildo de Santiago y dil'utados del vendario al ministro
GlVtl, 30 de noviembre de 17;6. C. C. y M. M. Medina, 196; H9.
-cana del contador ma,"or interino Gregorio Gonzlez Blanco d ministro
GAI\l:z, 9 de septiembre de 1776. C. C. y M. M., Medina, 196; 90.
-Los cuatro diput ados del reino de Chile, Sannago 9 de septiembre de
1776. A. G. r.. A. de Chile, 336.
"Cana de los di putados de Santiago al rey, IQ de julio de 1777. C. C. Y
M. M., Medina, 196; '34.
'"Carta del cabildo de Santiago y de los cuatro diputados del vecindario
al mi nistro Glvez. 30 de noviembre de 1776. C. C. y M. M., Medina, 196; 149.
"Carta del ccnrador mayo r imerino Gregorio Gonz lez Blanco al mi-
nietro Glvel, 9 de septiembre de 1776. C. C. Y M. M., Medina. 196; 90.
-Antonio Ball esteros y Beretl a "Historia de Espaa y su influencia en la
Histeria Universal", IOlDo VI, p. 33.
193
ste. Segn los diputados, el procedimi ento sugerido por el fiscal
demorara su gestin e inhabilitara al cabildo de la capital para
actuar ant e el gobierno. Con esto, dedan los diputados, "se ten-
dr el pblico desconsuelo de verse desampar ado de su cabil do
que hoy, ms que nunca, se hall a en la obligacin de proteger le
sin qu e lo exima de ello la adicin de estos cuatro diputados que
deben proceder a una con el cabildo y qu e ni camente obrar n
separados en aquellos casos en que tengan algo que ded ucir con-
tra el propi o cabildo". Los di putados di eron a conocer su cr iterio
al gobierno en presentaci n del 26 de agosto, con refer encia a la
resolucin en que se decl araba el procedimiento que deban se-
guiru . Esta petici n fue acepta da por el gobierno, El d a 27, el
cabildo y los diputados solicita ron al gobierno qu e suspendiera
los efectos de las r esolucione s del cont ador mayor, y qu e este
funcionario mostrase las rdenes reales qu e le autori zaban par a
cambiar el rgimen de imposiciones y las formas de cobranza,
Esta solicitud se fundaba en la idea de que "la riqueza del er ario
no consiste en la abundancia , sino en la justicia. Los ramos de
que se compone, decan los peticionam cs, engastados en la corona
del prncipe con el fondo de esta virt ud, son piedras preciosas
que reciben de ella su esplendor y brillantez y aseguran subsisten-
cia y perpetu idad en la persona y descendencia de la real cabeza
qu e la cie. El caudal de la real hacienda, aunque en su ori gen
sea muy cort o, si se aumen ta con arroyos d aros de contribucio-
nes lcit as, ll ega a la grandeza de un pacifico mar en qu e nave-
gando con tranquilo y suave vient o los comercios, obsequiosos las
tributan, Por el contrari o. las aguas ms pur as mezcladas con
las turbias y la sangre de los vasallos oprimidos, (arman un mar
bermejo en qu e perecen los faraones que dieron causa a las pla-
gas excitad as de la detencin (sic) de la viol encia y de la tirana
que sient e y llora el aigido pu eblo y dejan a la poster idad la
memoria de este castigo para enseanza y escarmiento", En apoyo
a esta concepcin. los pet icionantes recordaban al gobierno del
reino que ella haba inspirado a Felipe V "conoci endo. decan ,
aquel gran monarca, el guerrero, el invencibl e, qu e fatigado de
"'El Cabil do, J ust icia y Regimiento y los cua tro dipu tados, con el selior
fiscal. sobre la reforma de l;u imposiciones y nu..vo m todo de "lligir los
d..techos d.. almojuibl go y alcabala, 1776, A. G. l ., A. de Chile, '128.
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reinar y de triunfar de sus enemigos, entr eg las ri endas del go-
bierno al seor Don Lu is I, su hijo, qu e el logro de los afectos
con que su real nimo propenda al alivio y satisfaccin de ~ u s
vasallos, y a la recproca conveniencia de su erar io real, consista
en el regular y necesario curso de los comercios, fundament o
ni co de las monarquas y apenas empelaron los anuncios de la
pal en el ao Ii20, cuando su primera at encin y general objeto
fue regular el navto y tr fico de los galeones de Tierr a Finnc,
y los derechos con que a su ida y vuelta deban contribuir los
g neros y mercancas que se embarcaban en el puert o de Cadiz
}' que tornaban desde 105de las Indias por las real es cdulas de .5
y 20 de abri l de liZO". :\Ias, el cabildo y los cuatro diput ado..
estimaban qu e la buena di sposicin del rey para con sus vasal'los
no era suficiente para que stos gOl ascn los beneficios qu e logra -
ban con sus esfuerzos, "Poco importa. Sell ar -cdeclan-, qu e el
Prn cipe se desale (sic) en el arregl o }' min oraci n de las cargas
y pens iones, si los ministros por cuyas manos corre la exaccin
las aumentan en el modo o cn la substancia: en el modo, cobran-
do intempesti vamente. con despotismo, con amenazas y violencias
que no son necesarias para el que no se resiste: y en la substancia
exigiendo derechos indebi dos por ser nuevos e inusitados. o por
exorbitantes en la cuota qu e pr escriben las leyes". Era necesario
que en esto se restableciese la legalidad, Las splicas del cabildo
y los cuatro diputados "no se dirigen a qu e no se admin istren los
reales derechos por cuenta de la real hacienda. ni menos qu e no
se pague al Rey todo aquello que debe pagarse legirimament e,
sino a que se cobre legitimament e de acuerdo con las Reales c.:.
dulas que se ha servido expedir en alivi o de sus vasallos y conve-
niencia de su real erario; que no se hagan con exorbitancia con.
tra las Reales Cdulas, justas y pi adosas intenciones, y que se
guarden los fueros y respetos que previene la atencin de modo
que la suavidad y la prudencia sean la principal mxima qu e
deben llevar los exacrores dentro y fuera del Reino'w.
El cabildo y los cuatro diputados haban ya separado los int e-
reses de los contribuyentes de los int ereses de los arr endatar ios de
impuestos , Dectan: "Los vecinos no podr an opo nerse a qu e se
convirtiese en servicio del Rey toda la substancia que sus leales
- El Cabildu , Justicia y Regimiento y 101 cuatro diputadOll , con el seor f!.Ka!...
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vasallos contribuyen y que su Real piedad retorna y consume
en el mismo Reino'w. Su inter s cOlUistia en sealar que hablan
sido quebrantadas las formalidad" legales que permitan al PU("
blo hacer presente su situacin. y en obtener que se restabl ecie
sen. Segn los representantes del pueblo. la actitud del contador
desvirtuaba el espriru mismo de la realeza y lo pona en calidad
de tirano. Era rasgo propio de la realeza la coasulta al consejo.
La sumisin del rey a la justicia le obligaba a consultar con sus
consejeros para determinar si las imposiciones que proyectaba
podran 5('T soportadas por 10$ vasallos. El contador. a quien ca.
lificaban de plaga enviada por Dios "ha impuesto un rgimen de
gabelas sin el menor embarazo, cuando todos sabemos que los
ms despticos soberanos consultan con su consejo cuando tienen
que imponer, aunque sea el menor de los gravmenes, y esto en
los reinos ms florecientes". El comador habia faltado en el mo-
do, eligiendo los administradores a su gusto y asignndoles en
retribucin por sus servicios, el del rendimiento de los im-
Sealar el quebrantamiento de la legalidad era lo mas
importante. Si las formas legales, si las prcticas tradicionales no
se restablecan, el reino quedarte indefenso ante las arbitrarieda-
des que cualquier funcionario irrespetuoso de sus intereses qul-
sien perpetrar amparado por la distancia a que se encontraba de
la penona del rey. "Con qu declaraci ns -declan el cabildo y
1< cuatro diputados- con qu con qu asesora emr
este contador a establecer nuevos mpuestoe a (armar instrucco-
nes?; a hacer reglamentos en unos asuntos de los ms arduos y
espinosos, que a 1< gobiernos superiores no les bastan sus sao
bios acuerdos, ni aun a los soberanos sus eminentes ). respetabl es
consejCK? Pero el contador mayor, r easumiendo en s mismo to-
dos estos acreditados conductos, dispone por 51 solo en virtud
de su alth-el y de la proteccin del gobierno"".
El cabildo y los diputados del vecindario, clamaban por la omi-
sin en que habia incurrido el contador de la prctica vigente
-El Cabildo. Justicia y Rcogimienlo y 101 cuatro dipuUdOl. ron el seor fiKal .
*"Carta del abildo d... n1iagv y dipuudm del vindnio al rey, .$O
de noviembre de 1;;6. C. C. y M. M., M.-dinl. 196; U5.
'"Cartl del cabildo de Santiago 1\ ministro Glvez, SO de noviembr... d...
ras, C. C. y M. M., Mtdina, 196; U9.
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hasta hacia poco, y viva en la conciencia del reino, de informar
al cabildo mediant e documentos originales copias cada vez que
se establedan imposiciones, a (in de qu e ste, si estimaba que
ellas eran lesivas o insoportabl es para los vasallos, inicise ante
las aUlOridades reales el recurso que creyese conveniente en su
defensa. El contador. al aplicar intempestivamente su r esol uci n,
sin comunicari a ant es al cabi ldo de Santiago. como cabeza del
reino, haba actuado en forma inslita, perjudicando al reino y
obligndolo, especialmente a la poblacin rural "que por su bita
de instr uccin era propensa a novedades", a sali r de su habitual
y conveniente tr anquilidad. Por cons iguiente, el cabi ldo y los
cuatro di putados, pedan que se cumpliese lo que el cont ador
habla omit ido. que ste exhibiese los documentos en que se
hab a fundado y "para evit ar resultas de tan to peso y de tan
irreparables malas consecuencias. el gober nador ordenase al con-
tador mayor que sobreseyese en la ejecucin de todo lo actuado
y que esto se diese a conocer por bando para calmar la excit acin
existent e". Vista esta peticin por el fi scal , recomend al "acuer-
do" que accediera. Este aprob por el moment o la proposici n
del fiscal. Aprobada por el gobernador la recomendacin de l
"acuerdo", fue comunicada al pueblo por bando el da 28 de
agosto, y los nimos se cal mar onse. Obt enido el sobresei miento,
los aut os fueron elevados al rey. Por su par te. y por esos mismos
d as. el procurador genera l de la ciudad solicit al gobierno que
suspendiese la cobranza del real der echo de pulper a. El gobierno
no accedi a esta peucinet.
Elevados los autos a la consideracin del rey, el cabil do y los
cuatro diputados escr ibieron al rey y al ministro Galvez, en defen-
sa del reino y de la part icipacin que ellos haban tenido. T 3m
bi n 10 hi cieron el gobernador y los oidores. al ministro. para
informar de lo que haba ocurrido. El contador lo hi zo. tambin .
para inf ormar al ministr o de su actuacin y defe nder su pol tica.
en carta de 9 de septiembre. de nu ncia ndo los perjuicios que su-
fr ia la real hacienda con el rgimen existente. y atacando los
"'Car la del gobernad or y oidores al mlntsr ro G.:l l vez, 7 de Jepliembre de
1776. C. C. y M. M. MC'<i ina, 192; 279.
"Carta del con tad or mayor interino G r ~ o r i o Corulez Blanco al mi nis
tro G.:ll vez, 9 de septiembre de 1776. C. c. y M. M. MC'<iina. 196; 90.
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fundament os de la oposicin del rei no al nuevo rgimen. Segn
l no era razn suficiente par a oponerse al nu evo rgimen de
impuestos, los servicios que la dudad de Santiago alegaba hab er
hecho al rey en la guerra de 1770, que tanto exaltaban los veci-
nos, pues, aunque haban contr ibu ido con algunas cantidades,
stas eran nada en relacin con lo qu e la real hacienda gastaba
en beneficio y custod ia de sus inter eses. T ampoco estimaba su-
ficientemente justificada la pobreza alegada por stos, por cuanto
durant e los treint a y seis aos que habl a vivido en el reino, hab a
observado un constante aumento de la riqueza, tend encia qne
hab a de mant enerse por la fer til idad misma del rein o y por una
poltica acenadao . El cabildo y los d iputados se apresurar on a
desvirtuar la acusacin que era p blico formulaba el contador a
algunos nobles de qu e haban estimulado la resistencia popular.
En cart a de 8 de septiembre de 1776, diri gida al rey, decan que
la orden del contador de que los administr adores designados se
remunerasen con el 10%de los ingresos, su deseo de aumentarlos
y "la suma de ignorancia con que obra la gente del campo, dio
ocasin al clamor que casi al mismo tiempo se levant en todo
el reino )' an dentro de los trminos de esta capital qu e en-
vuelto en ame nazas de general levantamiento, lleg a odos de
los principal es vecinos qu e la componen y los pu so a todos en
not able consternacin, aumentndose cada dla, y aun por rno -
mentos, con los papeles y pasqu ines qu e en prosa y ver so ama-
necran en las panes ms pblicas, dirigidos todos a excitar al
pueblo contra la vida y bi enes del cont ador int erino y de ot ras
personas, a quienes cre a participes en la elaboracin de este
proyecto", "Parecindonos -continan el cabildo y los dlpu-
tados- qu e el nico modo de callarlos y de contenerlos sera sa-
cando el vecindario la cara, quien di spuso con br evedad un es-
crito". A cont inuacin suplicaban al rey se sirviera suspender su
det erminacin hasta halla rse plenamente convencido de este
asunto, despr eciando cualquier informe qu e di ctado de la ma li-
cia y a la sombra de la distancia, pudiera hacerse, mezclando en
ellos a muchos e inocentes y Hdeltsimos vasallos", "suponiendo
-cana d..1 comadcr ma)'or imerino Gregorio GOnllcz Blan co al minist ro
Clvel , 9 d.. 5l'pti"lll br.. d.. 1776. C. C. y l\f. M., Medina, 196: 90.
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motor es del cl amor pblico a aquell os q ue se han sacr ificado en
obsequio de Vuestra Maj estad par a sosegartow.
El ro nrador defendi la conveniencia de las medidas que haba
puesto en pr ctica y cul p al fiscal j oe Perf ecto de Salas y a sus
hij os, un o de ell os alcalde or dinario y el otro procur ador gene-
ra l de la ci uda d, como asimismo a otros mi embros del cabildo,
de ha ber promovido los tu multos de j uli o y agosto. Segn el con-
rador general interino, sin la actividad sediciosa del procur ador
genera l de la ciudad, Manuel de Salas, el rei no habra aceptado
las r eformas. A fin de que se alcanzase aq u el inters del Esta-
do, tan ligado a la reforma fisca l, el contador interino peda que
el fiscal Salas fuese al ej ado de los rei nos arnericanostw.
El ministro Glvez haba r esuelt o castiga r al fiscal Salas, en
at encin a la acusacin q ue le hab a formul ada Pedro Fermtn de
Necochea, qu ien ha ba sido el hombre de confianza de Silvestre
Gard a, de ser el ms pode roso y act ivo opositor del establec-
mi ento de la contad ura mayor y de la admi nistr acin de la alca-
bala y almojarifaego. y cua nti oso defra uda dor del fisco. Dispu so
su traslado al cargo de oidor de la aud iencia de la casa de con-
tratacin en Cdi z, adonde debla viajar sin demora acompaado
de tod a su familia, para ocupar su nuevo cargo. La orde n fue
comunicada al gobern ador J uregu i, por cana de U de julio
de 17i 6 101 . Otros min istros fueron trasladados a la audiencia
"*Car la del cabildo y de 106 cuart o d iputados del vecindario al rey, 8 de
septiembre de 1776. C. C. Y M. M., Medina, 196; 91-
""'Car l a del conl ador mayor int eri no Gregario Gonzlez Blanco al minis-
tro 9 de septiembre y 22 de no\'iemb re de 1776. C. C. y M. rol.,
Medina, 196.
'"' Carta del gobern ador j ur egul al minist ro Clvea. de noviembr e de
1776. A. G. l ., A. de Chi le, 306. De que la de terminacin de t rasla dar a
Cdi z al fiscal Salas tuvo su ori gen en las qu e le hiciera Pe-
dro Fermin de Necochea ante el minisno J ulin de Arriaga en carta de 29
de noviembre do: 1775. C. C. y M. M., Medina. 196; 27, pa r e dar tesrl-
monio la falta de al usiones al fiscal en documentos anteriores a 1776 relaciona-
dos con la renuencia de los oido res a impuls ar la poltuca fiscal por
Silvesrr e Gar d a. Por real orden de 4 de j uli o do: 1714. se orden al presidente
J uregui q uo: hiciera ver a los oido res lo repara ble de su actitud an te la
actividad del tribunal de cuentas. Cart a del gobernador Jur egui al mi-
niSlro An iaga , de ene ro de 1775. A. G. l., A. de Chile. 334. El con ta-
dor gene ral de Jnd ias en un i nforme de ! de octubre de 1774 propuso qu e
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de Lima. Esta resoluci n fue comunicada al gobernador de Chil e.
por nota de 5 de agosto de 1776. En esta comunicacin se le oro
derraba que ahora que se habla eliminado la oposicin de los
oidores a la nueva poltica. se protegiese especialmeme a esos
ramos de la haci enda real porque dio redundaba en un mej or
servicio al rey. Adems le hada saber en esa misma nota qu e
Su Majestad no ignoraba el descuido con qUe" se haba procedido
en b. cobranza de los derechos reales en casos qUe" en la nota se
sealabanwt.
La noticia de la resolucin tomada para castigar al fiscal Salas.
afect profundamente a los vecinos de Santiago. Como, pan. de-
fenderle partira a la metrpoli su hij o xtanue. procurador ge-
neral de S:mliago. el cabildo escribi al ministro Glvez, en 30
de noviembre, reiterando m afinnacin de que la resistencia po-
pular a la polhka fiscal propuesta por el contador mayor, haba
sido espont nea, y procur probar de qu e no haba existido in-
tervencin mal intencionada de parte de su procurador. En esta
carla, el cabildo y los cuatro diputados, despus de resear el
conflicto, decan: "c..el reclamo fue general en todas las provino
cias adonde llegaron las rdenes del contador y lo que es ms, las
tiranas y extravagancias con que haban comenzado a portarse
los administradores, por 10 que fue consiguiente que casi al mis-
mo tiempo resonasen los clarines en los odos de todos los vecinos
de la capital que tienen sus haciendas en aquellos valles o man-
tienen correspondencia. y as no fue mucho que sin la interven-
cin de interlocutores se comunicasen a proporcin las especi es
unos a otros y de comn acuerdo aspirasen a un cabildo abi erto,
sin que sea fcil discernir cules fueron los primeros. los segundos
y los terceros para graduar la gravedad de la culpa de los que
IIC tnsladaran a las iludienciD de ChiITtaiI. Lima o de otras p;ana iI tlldot
O iI b IniIlOl" park de 101 miniurm de liI iludimci.il de- Cbile-, nacido. ni e-!
paJI. piara Iaqonr la adminiauaci6n de jUalicia r el lnYicio del Jq' . 10fOl"-
me de TOUl Orti.J: de LandillUil dirigido iI Jullin de AJTiilgit . o b ~ canil
de-! corllildor IniIYOf de- Chik Sihafre Gilrda. A. C. ' .. A. de Chile, 3,3.4.
En ninsuno de atol dO& dOCUmmtOll IIC mendona al filCill s.alat . Con poi'
u'I"iorid..d I ambla aCluaciona debi6 recibil"llC la caru de \l.:eoxhea de
29 de noviembre- de 17i5, dirigidil al minillro Arriilgit. pues, la orden de
traslado del filal a de 15 de julio de 1776.
"Al praidente Jiuregui, 5 de ag<l$to de 1776. A. C. J., A. de Chile-, 335.
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fueron cabeza de sedicin, de 10 qu e no es ni ha sido ms que un
uso del derecho natural para la propia defensa". En directa de-
fensa de Manuel de Salas, el cabildo y los cuatro diputados de-
d an: "no fue pues el procurador Salas el autor de la repugnancia
y rever ent e contr adiccin qu e se ha hecho al nuevo e inaudito
gravamen, aunque es verdad qu e cualquier recurso de un pueblo
o comunidad compuesto de muchos, es preciso qu e comience por
algn o algun os, igualmente qu e las quej as o presen taciones o
di scursos porque no todos tienen un a propia lengua ni dems
instrumentos de la naturaleza para expedi rse al propio tiempo".
Por el contrario, hab la sido el procurador Salas "quien con muy
particula r sagacidad contribuy a tranqui lizar los primeros im-
pulsos de la multitud, excitada por la imposici n establecida, y
cuando sta haba ascend ido por lo pronto a ms de cuat rocien-
tos vecinos sin los muchos qu e de los partidos y valles se espera-
ban, a implorar cabildo abierto, qu e sin du da habrla alterado
la pblica tranquil idad, se dedic a persuadirl os y obtuvo que
se redujer an al nmero de ciento, los ms juiciosos y condecor a-
dos entre eclesisticos y seculares en qui enes recay la facultad de
elegir diputados. Aunque estos pasos no aparecen en los autos,
fue asl, lo qu e se hi zo condcccndiendo a su natural inclinaci n".
..: 'EI procurador no concurr i a firmar otros pediment os que
aquellos a qu e le excit el cabildo, por escrito o de palabra, que
absuel tos stos desde que tomaro n la voz los diputados e inicia-
ron sus dili genci as no intervino ya el procur ador". In esta misma
comunicacin el cabildo y los diput ados, rechazaro n la afirma-
cin del contador qu e les acusaba de que hubiesen inter venido
en la oposicin popular como inr er esadoswa. En comunicacin se-
parada los diput ados defend ieron al procurador Salas ante
el ministro Oavez. y manifestaron su desconfi anza sobre la since-
ridad del celo del contador para extender la administracin fis-
cal de los impuestos. Decian: "Todos comprenden qu e estos exor-
bit ant es y escandal osos proyectos por un efecto de sus torci das
int enciones, muy lejos de considerarlos facti bles, no tienen ni han
renido otra mira que la de hacer odiosa y abominable la admini..-
tracin de los Reales Der echos y que sta vuelva al ant iguo pIe de
-carta del cabildo de Santiago y diputados del vecindario al ministr o
G ~ l \ ' e l , !O de noviembre de 1776. C. C. y M. M., Medin a. 196; 149.
2 O1
la rent a por remates como l la tU\'O muchos aos, sacando un
inmenso caudal con el que sujeta al gobierno y le obl iga a en-
trar en los negocios que no ent iende ni aun por la superf icie".
Los diputados aseguraban que a ellos les era "ind iferente el uno
o el otro modo de recaudar los derechos debi dos a la Majestad,
y que slo aspiran a la moderacin y racional ar reglo, comba-
tiendo este hipcrita y afectado celo"lo, .
Las resoluciones y rdenes recibidas de la corte, relativas a
los ingresos fiscales, revelaban clar amente el propsi to de mano
tener la pol lca de estricta recaudacin de los impuestos. El pre-
sidente J uregui lo comprendi as, y en cumpl imi ento de esas
rde nes procu r doblegar la oposicin popular privndola de los
qu e consideraba sus caudi llos. Acus a los di putados de ser los
autores de los desrdenes del mes de julio y les ame naz con las
resultas de los infor mes qu e haba enviado a la corte, Declar
caducado su mandato y les prohibi qu e en adelante promovic-
ran cualquier gestin que pudie ra considerarse propia de esos
cargos. Los oblig a pagar a los notari os en un pl azo de veinticua-
tro horas mil quini ent os pesos de derechos por los escritos que
hablan autorizado. Los diputados apelaron de estas resoluciones;
de la pri vacin del mandato, fundados en la real instruccin de
26 de julio de 1766, en la real provisin de 31 de enero de 1769
}' en la real cdula de 15 de octubre de 1761, por las cuales se
conced a al comn el derecho de elegir di pu tados y se determi-
naba el tiempo que de blan mantenerse en sus cargos. Aduj eron,
adems, en contra de la primera resolucin que an subsistan
los motivos que haba teni do el comn de la ciuda d de Santi ago
para elegi rlos y la existencia de asuntos pendientes. De la orden
de pagar los derechos de notario, apelaron fundados en un a ley
de Castilla, segn la cual los consejos estaban exentos de l pago
de derecho a los escribanos qu e interviniesen en sus procesos o
escrituras. La audiencia no se pronunci sobre la apelacin de la
privacin de mandato, respecto de la segunda apelacin, resolvi
remi tirl a al "acuerdo", el cual la conrm 'w.
- LolI diputados drl rrino de ehi)r al minisl ro Glvrr, "0 de noviembre de
1776. A. G. r.. A. de Chilr, "-'6.
- Manifi<'510 ,Ir los di putados del vecindario de Sanliago al rry , l Qde julio
de 1777. C. e. yM. M., Medi na, 196; :m.
20 2
Debido a que la audi en cia no se pronunci sobre la apelacin
de los diputados en cont ra de la orden del gobernador que les
pri\'aba del mandato, stos continu aron interv inien do en favor
de la ca usa de los vecinos contra las d isposiciones del contador.
En 19 de j ulio de 1777, escribieron al rey, para desvirt uar las
acusaciones que les haci a el gobernador y para solici tarle que
en tregara el ronor imiemo de la causa que se l es segua a la real
audienci a, al visitador gene ral de los re inos de l Per o a cua l-
quier pe rsona que fue ra de su confianza y con total independen-
cia del presidente j auregu. del asesor y del contador inter ino, de
qui enes se sospec ha ba parcial idadrw. Adjuntaron a esta carta un
manifi esto en el qu e ex ponan los quebra nt os que habla sufrido
el rein o deb ido a los terremotos; solici taban q ue se repar asen los
perj ui cios que sufrl a el pblico con el estanco del tabaco y que
se amparase al reino fij ando un precio conveniente al trigo que
venda en el Per t'". Desp us intervini eron cua ndo ll eg a San.
ti ago la resol ucin real sobre las pet iciones del ao an ter ior.
La s peticiones del reino fu eron atentamente estudiadas en la
corte, Se solic it informes al contador general de Ind ias. Este, en
2-1 de marzo de 1777, expres la creencia de que la oposicin
del rein o de Chile a las resol uciones de su gobierno, habla sido
impulsada por los mini stros de la rea l audiencia, y principal.
mente por el fiscal Jos Perf ect o de Salas. y propuso con el
objeto de establecer su cu lpabi lidad, que se hiciese una investiga-
cin secr eta de su conducta en relacin con la oposicin de los
vecinos. Despus de este informe el rey resolv i con gran pruden-
cia: acogi la suges tin de investi gar la conducta de los ministros
de la audiencia y satisfi zo al rei no sin re t roceder en la nueva
politica fi scal , recalcando el deber de obedecer sus rdenes. En
6 de abril de 1777 encarg al regent e de la audienci a de Chile
que hiciese la inv est igacin recomendada por el con tado r general
de lndiasree. Por r eal cdula del mi smo d a 6 de abril, orden
-Cana de los diputados de Sannago al rey. IQ de julio de 1777. C. C. "
M. M.. Medtna, 196; M6.
""Mani fieslo de los di putados de Santiago al rey, IQ de julio de 1777. C. C.
y M. M., Medin.... 196; '310
"'"Ca.na del negenle de la au di encia de Chile, Toms Alurel de Acevedo,
al mi ni m o Glvel, 10 de agosto de 1778. C. C. y M. M., Medina . 198; 62.
2 03
qu e se diera a entender a los vasallos del reino de Chile su piado-
sa int encin y qu e se les conminase a pagar "r endidos y sumhos"
los der echos que le deban. Ordenaba en esa cdula qu e el con-
tador cobrase con beni gnidad los reales der echos de comestibl es
y menudeos y exceptuase de pago a las legumbres y dems fru tos
de poca monta. Orden, tambin, que aval uase la alcaba la del
vient o y de los gneros y frutos comesti bles de Casti lla, del Per
y del pas. Para esto se deba constituir una junta integrada por
dos di putados del cabildo, dos del comercio, los of iciales reales
y el contador mayor. Este avalo deba hacerse con exacti tud , pu
reza, equidad y con la buena fe qu e era necesario para evitar
daos de parte a part e. Hecho, debla pon er se en vigencia y co-
brar se los de rechos consiguiemestw. Informados extraoficial men,
te los diputados de esta lt ima resolucin real, solicitaro n al go
bi emo qu e se les informara de ella oficialment e. El gobierno les
contes t que acud ieran adonde conviniese. Los diputados se di-
rigieron al contador mayor. Este no respondi a su requ erimien-
to por estar todo en calma y por estarse cobrando sin dificultad
los derechos reales conforme a la instruccin de Sil vestre Gard a,
y para evit ar que con el conocimiento de la resolucin real se
prod ujeran quejas perjudiciales al fisco y a la qui etud publica.
El nuevo conta dor mayor habla establecido el rgimen de recau-
dacin fiscal en todas las villas y lugares y haba enviado a los
administradores instrucciones ms conforme a las di sposiciones
del reino que las establecidas por Gonzlez. Ante la negat iva del
contador a poner en vigencia la real comunicacin de 6 de abril
de 1777, los di putados pusieron en conoc imiento del rey qu e
Echevers, el nuevo contador, haba omitido poner en vigencia la
par te de las reales rdenes qu e benefi ciaba al publico y se queja-
ron del despoti smo e independ encia con qu e ejerca el cargo y
de su resistencia a aceptar todo consejo o asesorami entotw. En-
tr etanto en la cort e se examinaban los informes de Gregorio Oon-
zlez, Llegados con posteri ori dad a la resolucin de 6 de abril de
"'"Carta de los diplll"dOl$ del nxi ndari o de Santiago al r'"Y. s/ f. C. C. y
M. M., MWin" . 198; 324.
""lA.e diputados del vecindari o y el comercio de Santiago de Chile Infor -
man " Vuestra Majestad de 1" omisin del (onl" dor mayor Juan Toms
tcneven en el cumphmemc de la real orden, l / f. A. G. l ., A. de Chile, 423.
204
1777. sobre ellos elabor un nuevo informe el contador general
de Indias, que tiene fecha 4 de junio de 1777. En l confirm sus
anteriores convicci ones y recomendaciones, por lo que se redu jo
a reiterar que se instruyese de estas nuevas not icias al regente de
la audiencia, a qlli en se haba encargado que investiga se los mo-
uvos de la resist encia popular del ao antenor u i.
En cumplimiento de esta orden, el regen te informaba en la de
agosto de I7i8: "que de la part icipacin que los principal es y
ministros haban tenido en la agi taci n del reino el ao 76 no
se poda decir que hubiesen incurr ido en el delit o de molar o
c mplice de aquella conmoci6n pop ula r, de modo que se le pueda
considerar merecedor de pen a algu na en trminos de justicia",
Respecto a la cuesti n de si convend ra tomar alguna providen-
cia para asegurar la paz y tr anquil idad en el reino y que recono-
cieran sus moradores la pot estad y soberana real. responda ase-
gurando: "que uno}' otro objeto est n actualment e tan reconoc-
dos, asegurados}' radicados en toda s las provinci as de Chile como
en otra cualquiera de las que domina Su Maj estad en el Per ".
Manifest, adems. que estimaba que los chilenos "son de buenos
naturales e incl inaciones en lo general y especialmente en lo
tocante a sum isin y obediencia a las rdenes y mandami entos
del soberano y dems que se les comuniquen debidament e por
los tr ibunales y ministros que gobiernan en su real nombreua.
La resistencia a aceptar nu evas contr ibuciones sigui muy fir-
me y el gobi erno evit desafi arl a. En 1780 el regente de la au-
di encia , Toms Alvar ez de Ace..-edo. gobernando int erinamente
el reino. decidi qu e se numeraran las casas de Santiago. La gen-
te recel de esta medida, pensando que fuese un trabajo prepa-
ratono para exigi r nuevas contribuciones empez a agitarse
nuevamente en forma que alarm a las autoridades y las decidi
a desistir de este proyectot w. Por real cdula de 17 de agosto
de 1780 se orden a los gobiernos de Amr ica qu e solicitasen a
estos vasallos un donativo gra cioso. Recibida en Chil e por el
lUA. G, r, A, do: Chile , SQ6.
llI(:ana del regent e de la audiencia de Chile. Tom1! A1urel de Aco:vo:do,
al minislro C"h'O:I , 10 de apIo do: 1778. C. C. y M. M.. Mo:dina, 193; 62.
"'MiguC'i Lu is Amuu1trgui: " Los Precu rsora de la I ndepen deTlcia de Chile",
tomo 11 1. p. 189.
205
gobernador Ambrosio Benavides. fue puesta en conocimiento
del "acuerdo". En ronstderaci n a la que en el Per
protagonizara el cacique Gabriel Condorcanqui a la poluica
fiscal del vistador Arecbe. se acord suspender su publicacin
hasta obtener mejores noticias. Posteriormente llegaron infor.
mariones de que en Per. Buenos Aires. Santa Fe y Quito se
habla credo preferible sobreseer en la exaccin de dicho dona-
tlvo. El gobierno de Otile resolvi hacer lo mismo "no tan so-
lamente para evitar la trascendencia de un general desagrado
en el publico. sino tambin por la consideracin de la com n
pobreza de los habitadores de este pas y su dispersin por la
campaa que hada Invercabte la recaudacin sin instigarle
alguna ,'iolencia".
l u
. La resoluci n del gobierno de Chile fue
aprobada por la corte.
Fue probablemente con el propsito de evitar nuevas tensio-
nes entre los gobiernos y los reinos america nos. como la que se
habla producido en ste en 1776. y otras que poco despus se
produjeron en el nuevo Reino de Gra nada y en el Per , que se
reiter a estos reinos el derecho de suplicacin, Por cdula circu-
lar de 15 de marzo de 1784 se determin que las apelaciones que
se suscitaran por cualquiera determinacin gubernativa. deban
ser dadas a conocer a la aud iencia por el secretario de gobierno
pan, que sta calificara su grado y deliberase con el debido co-
nocimiento. si eran o no ate ndibleerte. Esto facil it la expresin
de las quejas de los vasallos por las resoluciones de los goberna-
dores. En 1789 el diligente gobernador Ambrosio O'Higgins di s-
puso una contribucin extraordinaria. que actualizaba la ami-
gua Iorrua del servicio publico cuando bte ya estaba organizado
sobre otras bases. Para realzar la proclamacin de Carlos IV
dispuso que vinieran a Santiago varios jefes de naciones in-
dias inliel" escoltados por un grupo de dragones. Para que
los caciques y su comitiva llegaran a Santiago. orden que los
"'Can del presidmle AmbrOlio al minisuo Cih'el . .5 de eo-
virmbre de (j81 Y , de fcbrero dc ljU, A. C. A, de Chile, 307,
"le documento aparece rilado en el n:.pedicnlc inlilUbdo MEI c. .
bildo, y RegimicnlO de la Ciuobd y Puer to de Valpanbo en el
Reino de Chile da cuenta m. Iftltimonio de aUIOl del agravio que se le h..
inferido por el muy i lu.ue ""flor presidenle don Francisco Amonio Carda
yrrasc.o", 19 de sepriernbte de 1809, A, C. L, A. de Chi le. 230.
206
d ueos de los Cundas por los cual es deban pasar , aportasen a
prorrat a una cant idad de caballos, vveres y bagaj es. El conde
de la Conquista, don Mateo T oro y Zambrano, propi et ario del
part ido de Rancagua, aleg exencin de esta exigencia en ra-
zn de su t t ulo. Fue seguido por otros , a qui enes la exigen.
cia del gobernador pareca un a dupl icacin de servicios. El sub-
del egado consult al gobernador. O'Higgins contest que en los
casos de conduccin de (ondas, tropas, vveres y otros efectos
para el ser vicio de la Irontea, nadie podia consi derarse excep-
tuado; qu e esta exigenc ia se fundaba en la real cdula de 30
de mar zo de 1635, sobre obligaciones militares de los vecinos y
que se impona por la pobreza del era rio; qu e estos servicios
deban recaer preferent ement e sobre los hacendados ms r icos,
pues se beneficiaban ms que los otros con la proteccin del
estado contra las incursiones de los indios infieles, pues de ocu-
rr ir al guna ellos ser an los ms perj udicados. Por todas estas
consideraciones, O' Higgins reiter su orden al subdelegado pa-
ra qu e recogiese las especies repartidas sin atender a la preten-
sin de Ma teo T oro y Zambrano. Ao y medio despus, el Con-
de formul redamo ante la audie ncia. Esta lo acogi. Segun
el gobernador , esta queja tenia por fi n obtener que la audien-
cia resolviese que en adelante se pagasen los caballos y bagaj es
qu e se solicitaran, y afir m que de lograrse este propsito no
seria posibl e atend er la frontera por escasez de Iondos, y, por
consiguiente, est imaba reprensible la conducta de Mateo Toro
e inj usta y de mal ejemplo para el rei no, y causa nte de desazn
en "todos los vecinos de la primera distincin" su reclamo ante
la audiencia, y a l, ingrato al rey e incapaz de comprender que
los hono res y gra dos con que le haba distinguido, no le excu-
saban de esos servicios. El gobernador rechaz la intervencin
de la audiencia por ser caso mi li tar , y escribi al rey con pro-
funda indignaci n por la conducta de Toro, solicitando apro-
bacin de su conducta funcionaria. El consejo aprob la ac-
tuacin del gobe rnatlor
1l6
En Ii 9-l, el int endente de Concep-
cin dispuso qu e en su distr ito se cobrase el impuesto de la
balanza. Los vecinos de la ciuda d digustados por esta resolu-
"' El presidente don Ambr osio da cuenta de una competencia
cita da po r la au diencia. 18 agoste de 191. A. G. I., A. de 172.
207
cin se reuni eron en cabildo abierto en !I de julio de ese ao
para considerar esa resolucin, All acord aron apelar ante la
real audi encia, En conocimiento del recurso, el tr ibu nal de.
clar que los vecinos haban come tido un desacato reunin.
dose en cabi ldo abierto y dispuso que los autos fueran re.
mitidos a Espaa para que se castigase a los cul pables.
corte aprob la resolucin de la audiencia. pero mand sus-
pender la imposicinur
Despus de que fue dominada la peligrosa resistencia de los
comuneros de Nueva Granada con la sobresaliente intervencin
del arzobispo de Santa Fe, Caba llero y Gngora, y de la repre-
sin de la resistencia indgena qu e dirigi Condorcanqui - Tupac
Amaru-, en la sierra peruana, se crey necesario fort alecer el sen.
timieruo de obediencia entre los vasallos de esas regiones y de los
reinos americanos en general. En 1789 el padre J oaqun Finestrad
escribi su obra "El Vasallo Instruido en el Estado del Nuevo
Reino de Granada", Fincstrad sostena que los vasallos no
deban examinar la j usticia de los preceptos rea les y aun en
105 casos dudosos deb an supo ner que todas sus rdenes era n
justas y de la mayor equidad. Slo les estaba permitida la humil.
de representacin, a fin de qu e, mejor informado. el soberano
revocase o moderase su voluntadrre. Desde Chile, donde estaba
dedicado a las misiones , el franciscano Fernando Garda deca
al rey. en carta de 8 de mayo de 1789, que durante la nsurrec-
cln de Tupac Amaru habia procurado sosegar a sus par tida.
r ios sealndoles el detes table crimen que cometan, faltando
a las inviolables leyes de amor, gratitud. respeto y obediencia
que de bian al soberano, como a padre. seor natural e imagen
visible del mismo Dios sobre su pueblo; que con este desg-
nio habla recorrido largas distancias, instruyndoles en los d e-
beres de los fieles vasallos para con su legtimo du eo, conde-
na ndo rigurosamente las ligas y confederaciones de los que
aspiraban a la independencia; hacindoles ver qu e esos intentos
se deb an al progreso de la impiedad y de la irrel igiosida d; que
sacudir el yugo del vasallaje seria, sin duda, el cmulo de todas
U'\' icua MOlCkenn a: de Santi ago" , lomo 1, p. ' 49, neta.
Rod rguez Pl ata; "Curso Superior de Histori a de Colombia",
tomo 1, p. 1'1.
208
sus infelicidades y que era consiguiente a la honra debida a
la sagrada persona del rey, el respetarle en los ministros que
le representaban y en las cdulas y pragmticas y providen-
cias en que constaba su voluntad, por cuyo cumplimiento de-
ban sacrificar generosamente su vida y bienes, consintiendo
antes dejarse degollar que rebelarseu. En 1793 se editaba por
segunda vez la obra de Jos Lpez Ruiz, "Discurso doctrinal
sobre la obediencia y lealtad debida al soberano y a sus magis-
trados", escrita con e! mismo fin que la de Finestrad.
En Chile el gobernador O'Higgins, temeroso de la propaga-
cin de las nuevas doctrinas de la libertad, llev esta tendencia
hasta a oficializar la concepcin del origen divino de los reyes
y perseguir las doctrinas contrarias, que seguan siendo sostenidas
en los claustros y en la universidad. En 1791, un fraile de la
Merced disert en la iglesia de su orden acerca del origen del
poder. El gobernador dispuso que se recogiera esa tesis y fuera
desautorizada pblicamente por e! provincial de la orden, porque
en ella se daba "una extensin ilegal y abusiva a la autoridad de
los Papas, en perjuicio de la soberana e independiente de los
reyes". Poco despus e! estudiante universitario Gavino Sierralta
refut esa tesis en acto pblico de la universidad. O'Higgins or-
den al rector que convocase al claustro mayor, que llamase a
su seno a Sierralta y le diese las gracias por su refutacin120.
En 30 de agosto de 1792, en la universidad se defendieron
unas conclusiones en las que se discuti "la autoridad divina
de los reyes y se impugn su celestial origen". La controversia
suscit expectacin. Al tener conocimiento de ella, el goberna-
dor alarmado, se dirigi al Rector, en 2 de septiembre de 1792,
solicitndole mayores informaciones sobre su contenido-w. No
obstante la direccin que O'Higgins intent dar a la acenta-
cin de! principio de obediencia a la autoridad legtima, no pa-
rece que la corte hubiese preconizado la substitucin de la doc-
trina tradicional del origen social del poder, por la del derecho
mCarta de fray Fernando Carda al rey. 8 de mayo de 1789. A. C. L, A.
de Chile, 309.
""J. T. Medina: "Historia de la Real Universidad de San Felipe de San-
tiago de Chile", tomo 1, p. 250.
12lMiguel Luis Arnuntegu: "Los Precursores de la Independencia de Chi-
le", tomo 1, p. 231 Y m. p. 282.
209
divino de los reyes. La frmula del juramento de los univer_
sita rios no sufri cambio. Seg n la frmula aprobada a pr o-
pu est a del fiscal del consejo de Indias, jur en 17 de diciem.
bre de 1798 el bachiller An tonio Garfias, al recibi r los grados
de li cenciado y doctor en la Facultad de Sagrados Cnones y
Derecho. Segn esa frmula, Garfi as jur defender la pureza
de Nuestra Seora y no ensear ni defender en pblico ni en
secreto la lici tud del regicid io
l 22
. Esta acent uacin del princi-
pio de obediencia, tampoco afect al derecho del vasallo a re.
presentar al soberano los inconven ientes q ue pudieran tra er
la aplicacin de las determinaciones reales o de los funcionarios
en su nombre. Por real cdula de 20 de noviembre de 1795, se
r eit er la garanta de que las audiencias conocieran las apel a.
cienes que suscitase cualquier determinacin gubernativa. Nue-
vameme se la r eit er por otra de 6 de ju ni o de 1799, y por real
rescripto de 29 de agosto de ese ao, se disp uso que si el virrey
o gobernador conociendo algn negocio que por ser o haber sido
declarado de gobierno dic tase una providencia defi ni tiva o qu e
tuviese fuerza de tal, o q ue conforme a las reglas generales del
derecho fuese apelable, pudiesen las partes apelar de ella pre-
sentndose de hecho en la audiencia, y sta, sin ms requisi to
previo, mandar que el escribano de gobierno fuera a hacer
relacin de la causa al tri bunal para proveer en su vista lo que
fuese j usto, no impidindolo los vir reyes por ningn motivo.
En esta resoluci n se esta bleca que la preterici n de los virre-
yes y presidentes de que era de su competencia declarar si ha -
bia o no lugar a la apelacin po r ser materia de gobierno, era
un abuso introducido cont ra disposiciones expresas de la ley
XXXV, tit ulo XV, libro II de la Recopi lacin de Leyes de
Indias, porque los virreyes slo podan declarar conforme a la
ley XXXVI II si les romperla o no el conocer de la causa, pero
de ningn modo podan. fundados en que era n asuntos de
gobierno, declarar si te nia o no lugar la apelacin a la au -
""Gnlificado dd secretario de la Real de San Feli pe de la
graduacin de Antonio Garas. Col. de Hin . I ndependencia de Cllile
XVIll; 44-4S.
2 1 O
diencia , pues en los de esta clase era precisamente, en los que
la ley XXXV les mandaba que no impidieran las apc1acionesu a.
La dignidad popular que estas resoluciones vent an a sa-
tisfacer, tU\'O una notable manifiestaci n en la actitud de CStO$
vasallos ante la invasi n de los ingleses en el Rio de la Plata.
Pensando qu e stos podrian extender sus dominios a las re-
giones pr ximas y a Chile, los chilenos se prepararon a resis-
tirla. La nobl eza vio en ello el riesgo de perder el fundamento
hist rico de la situaci n adquirida, con lo que la subsistencia
de sta se hada problemt ica. La eficiencia que para la defensa
de sus intereses tena la heroi ca histori a del reino y que ella
consideraba como su prop ia historia, ser ia aleato ria con el
advenimiento de la dominacin inglesa. Como el resto del
reino pens que peligraba la libertad y la expresin de sus sen-
timientos religi osos, El cabildo manifest su voluntad de re-
sistir en la respuesta que dirigi al gobernador en 14 de marzo
de 1807. En ese documento deda: " ... luego qu e tuvo not icia
el Ayuntamient o de la prdida de Montevideo, al paso que 5C
penetr de la ms viva consternacin por tan infausto suceso,
no ha dejado de reflexionar con mucha pr obabilidad que po-
drla n dirigirse las miras del enemigo comn, haci a este te-
rritorio y trastornarnos aquella dulce tranquilidad en que des-
cansaban sus moradores". "T an fundada sospecha conmovi
desde luego los nimos de sus indi viduos y de todo el vecin-
dario, creyendo firmemente prxima una invasi n capaz de
afligir y desordenar el rei no si con toda firmeza no fuese re-
batida la temeridad britni ca y postrado el orgullo de esa na-
cin, que funda su mayor dk ha en sostener la hidra devoradora
de la humanidad", Para alcanzar este (in el cabildo crey ne-
cesario proponer algunas medidas mil itares y Iinancierast> .
Los vecinos de Valparaiso ante el riesgo de invasin proyecta
ron diversas medidas de defensa, y cambiaron el personal de
'""Oficio de la audiencia al president e en la Cll UIIll imit ul<tdll el Cabildo,
J usl icia y Regimimlo de la Ciudad y Puerto de , ' ;t1pafllso. da cuenta,
A, G, r, A, de Chile, 2'0.
~ O f i c i o del cabildo en q ue aculIll recibe del pla n de ddenilll del reine
adoptado po r ese mandatario. H de mano de 1807, Col de Hui . ln dcpen-
dencla de Chile. 25: 79.
2 I I
regidores de su cabildo para ponerlas en eiecccnos. En 105
alrededores de Santiago se estableci un campo de entrena.
miento militar, cuya existencia entusiasm a los habitantes de
esta ciudad. de ellos 5(' <.Iiriglan por las tardes a ese
lugar para visitar a sus amigos y conocidos y ver las mani obras
militares
l 21

Por esa misma dignidad de defend an el orden j uri-


dice que resguardaba su situacin y en el cual haban nacido
o haban contribuido a acrecentar con SUIo peticiones. y recha.
zaban la arbitrariedad o el despotismo. En 1808, fue la uni ver.
sidad de San Felipe la que defendi 5US estatutos contra un
atentado del recin designado gobernador Interino Fca.nd .sco
Antonio Garela Carrasco, fundada en la nulidad de los fes-
criptas contra Jus o cartas desaforadas. A pedido del fiscal
de la audiencia. el gobernador resolvi mantener por un ao
ms en la rectora de la universidad al titular, en vrsperas
de elecciones. Reunido el clau st ro para elegi r debi escuchar
el decreto guberna ti vo q ue manten/a en el cargo al act ual rec-
toro Se alzo la voz de los opositores. Acall ados en esa oport u
nidad, se dirigieron al gobernador para solicita r repar acin
del agravio. Acogidos por ste, se acord con l for mular la
petici n por escrito. Este documento fue elaborado en 2 de
mala' En l denunci el claustro universitario el agravio que
habla recibido del rector al intentar despojarlo de su derecho a
elegir y la ofensa que se haba inferdo a cada uno de sus miern-
bros en su nobleza. lealtad y condicin de espaol. con la su-
posicin de sedicioso que implicaba el despliegue de Iuerza
armada que haba rodeado el acto en que se haba dado lectura
al decreto que prolongaba por un afio ms el mandado del
rector, y suplic que se derogase. El claustro fundaba la S'
plica en que las constituciones concedidas por el rey a la uni-
verudad prohiba n que se reetgtese al rector por ms de una
vez, aunque 105 catedrticos lo deseasen unnimemente, y en
que no habla nnguna ley que facultase al gobernador para
"El c.abildo Jll icia y de la Ciudad y Fueno de Valpanoo
da cuenll. ...
"Apunla aUlobiogrj fictlt del general don Fran r isco Anlonio Pinlo, Bolel Jn
de 11. Academia Chilena de 11. Hislor il. NO 17; 8S.
2 12
prorrogar el tiempo a algui en, directa o indirectament e. En
el sent ido de impugnar la resolucin del gobernador, el claus-
tro hada present e que la consti tucin garant izaba la libert ad
de eleccin y ordena ba a los gobernantes protegerl a. Segn los
catedrticos no habla ley ni prctica que pudi ese justificar la
prrroga qu e habla pret end ido obtener el rector. T ampoco veta
el claustro convenienci a en mantener la resolucin de prrroga
del mandat o. El claust ro instaba al gobernador a usar de los
ni cos y verdaderos derechos que tena sobre la corporacin,
qu e era el de proteger las leyes eclesisticas o civiles mixtas,
para que jams se alt erasen y se guardasen exacta y cumpli-
damente como se haba dispuesto en el conci lio tridentino, los
decretos pontificios y el monar ca. Hacer cumpl ir la leyera,
segn el claustro, el preciso ministerio de la sublime digni dad
del cargo de gobernador. Esperaba el claustro que el goberna-
dor no oyese a quienes le instasen a mantener su resoluci n en
defensa de su autor idad, y le deca que la slida glor ia se Iun-
daba sobre la verda d y la justicia, y que nunca era ms gra nde
el hombre que cuando se indinaba ante su trono. "Desde el
ms modesto juez hast a la persona del monarca, deca el claustro,
existan leyes para reclamar o suplicar de sus decisiones y re-
petid os preceptos para que se revoquen, habiendo justic ia", En
defensa de su derecho a elegir, el claustro invocab a una ley fun-
damental de la monarqua qu e autorizaba a los vasallos a de-
jar sin cumplir rdenes reales cuando stas pugnaban con las
leyes o los fueros. Citaba text ualmente la ley 1, titulo XIV, li-
bro IV de Castill a: "porque acaece qu e por importu nidad de
algunos o en otra manera nos otorgremos o librremos alguna
carta contra derecho o cont ra ley o fuero usado, por ende man-
damos qu e las tal es car tas o alvalaes, no valan ni sean cum-
plidas, aunque contengan que se cumpla n. no embargant e
cualquier fuero, ley o ordenamiento en cualquier clusula
derogat oria". Si esto dice el monarca, comentaba el claustro,
"qu dir el jefe cuya probi dad fonna las del icias y las esperan-
zas de este rein o, y a qu ien la universidad, por los mismos
cuidados que manifiesta, mira no slo como pat rono sino co-
mo su especial padre y protector. Ella espera u ndadamente que
relormdndose di chos decretos, se prot eja su libert ad y el p-
2 1 3
blico vea con satisfaccin que el ap arato de t ropas que lo han
cercado le han servido de cus todia y no de temor , y que este
cuerpo q ueda tan ilu str e y atendido como 10 ha sido siempre".
Por de creto de 6 de mayo el gobernador , segn haba acorda,
do con la de legac in universita r ia, derog el decreto de 28 de
abril, y res taur la pl ena "igencia de las consu tuc oneswt. Con
esta determinacin, la nobleza que haba mirado con inquie-
tud esta inter venci n en la corporacin docente, recuper su
esperanza de que Carrasco gober nara dentro de las leyes. Esas
esperanzas fueron fortalecidas con la declaracin del goberna-
dor, formul ada el 8 de mayo, al da siguien te de efectuada la
eleccin de rector, de que alejara de su cargo al secretario de
gobierno Antonio Garfias. a quien un grupo numeroso de la
nobleza acusaba de ejercido abusivo de su cargo, y que con
ello "har a glorioso su gobierno"128.
La nobleza estimaba altamente la di sposicin del goberna-
dor para gobernar legal ment e. Esto era entonces ms impor-
tante que en otros tiempos; las comunicaciones con la metrpo-
li era n poco expedita de spus del quebrantamiento de la ma-
r ina de la monarqua en Trafalgar, los recursos que los vecinos
en caso de atropello pudieran hacer a la cor te en defensa de
sus de rechos, llegaran tarde, y las atenciones de la guerra
postegaran su conocimiento. ESlO daba al gobernador una
gran autonomla. Esta situacin sigui empeora ndo y la nobleza
testimoni en diversas formas su aprecio al gobernador por su
re speto a la ley] ~ I I ,
La preparacin de la defensa del r eino q ue una segunda ame-
naza inglesa puso de actualidad nuevamente a mediados de
1807 uni a n ms al gobernador y a los d irigentes de la noble-
za. El cabildo, en 6 de julio de 1808, solicit del gobernador que
autorizase la des ignacin de doce veci nos de la pri mera dis rn-
cin, como regi dores auxiliares, con asiento de huspedes, voz y
"') . T. Medina : "Htston a de la Real Universi dad de San Fel ipe de Santiago
de Chile", tomo r. pp. 315 324.
WOCarta al seor Pat ricio Espaol en " Escril lli!l de do n Manuel de Salas",
tomo 11. lOS.
I:o.:ktor Meza \'iIIalobo:J. La Actividad Pollt ica del Reino de Chile entre
1806 y 1810.
2 1 4
voto, para que tratasen de lodos los negocios de la cor poracin,
e incluso de la manera de socorrer a Buenos Aires, y de la oro
ganilacin de la defensa de l reino' w. El gobernador , sin cnsul .
lar i1 1 (isul ni a la audiencia, acogi esta peticin. El dla 12
de aquel mes, regidores auxilia res a los vecinos propues-
lOS por el cabi ldo
ll l
y el 1-1 , inaugur las sesiones de la corpo-
rilcin asi amptiada wt .
Si la int egridad del derecho del pueblo pareca asegurada por
la disposici n del gobernador a sujetarse a las leyes, el desti no
del reino pareca amenazado. J uan Mar t lnr-z de Rozas, ex ase.
sor de la int endencia de Concepcin, amigo y consejero pri-
vado del gobernador, tema qu e Bonapane tuviese el propsi to
de desplazar a los re}"e!i Borbones del gobierno de la mena r-
qua, e incorporar sta a su sistema. Ant e este evento, Mar -
tn ez de Rozas crea que el reino debl a indcpenduarserss. Su
pensamiento era compartido por otros pol uicos distinguidos,
pero otros desconfiaron de la sinceridad de su adhesin a la
mona rquta tw. El temor de qu e el rein o fuera sacado de su
quicio hist rico y pasase a formar parte de otra potencia se aguo
di z, cua ndo en septiembre de 1808 se conoci oficialmente la
usur pacin de Bonaparte. La consti tucin de una j unta de go-
bierno en Sevilla, que pretend a gobern ar la monarqua, no cal-
m esos temores y plante nuevos probl emas politicos, Martf -
nez de Rozas y sus amigos act uali zaron las concepciones tradi-
cionales acerca del ori gen social del poder y de la estructura de
la monarqua a base de reinos particula res, afirmaron el de-
recho del reino a decidir su destin o y a ejercer el reconoci-
miento de las aut oridades que se consrituvera n en nombre del
rey. :\fs an, llegaron a pensar que el reino pod a ser regido
por su actual gobernador, sin necesidad de reconocer a la j un.
ta de Inmediarameme despus que se conocieron las
-Libro de Aclas dd u bildo de 5.an",ltO.
- MIguel Luis " La Croniu de 1810", tomo 1, p. li6.
*Di.-go 8anDlo Ar",na : " Hisloria GeTl eral de Chile", tomo \"111, p. 29.
- Informe de don Ignacio de T OTTn a la junta cenrral de Aranj uer sobre
var... ' U{noI DCUTTidOl en 5.anli"'go de Chile en 1... 1808 1809. Col.
ok Hil l . I ndepen deTl cia de Chile, 8; 'l .
- Idem .
lo que sigue, me pennito remitir al tecrer a nuestro libro: "La
2 15
acciones de Bonaparte, se puso el cabildo a estudiar la defensa
del reino a fin de conservarlo en el seno de la monarqua '1
contribuir en la medida de sus fuerza s a mantenerla libre. En
22 de septiembre aprob un proyecto de def ensa y el 23, los
medios para financi arl o. Ambos fueron propuestos al goberna-
dor para su aprobacin. El 25, se jur a Fernando como rey.
En una proclama que el cabildo lanz el d a 26 fue expr esada,
sin equ voco, la voluntad del reino. En ella deela qu e la pro-
clamaci n y jura de Fernando era la demostracin ms autn-
tica de la fidelidad de los vasallos, un rayo disparado contra
los designios del enemigo qu e haba sacr ificado a la ms atroz
perfidia. el candor y sagrada ami stad de su adorable Prnci pe,
y habla pensado triunfar sobre el pu eblo chileno privndole
de la persona que encar naba sus mejores esperanzas '1 la rege-
neracin poltica de la monar qu a. Pero haba err ado en su
proyecto. La usurpaain de la soberan a slo haba producido
entre los chil enos la volunt ad inq uebrantable de rechazar todo
intento de las naci ones enemigas de invadir estas frtiles pro
vncias, aprovechando las convulsiones '1 cambios qu e se pro-
duelan en Espaa . Los chilenos debian defender su libert ad,
tanto porque esta provincia habia sido heredada de sus pad res,
que hablan doblegado la cerviz del feroz araucano, como por
que no podl an ser inferiores en herosmo a los pobladores de
Buenos Air es. En esta proclama el cabil do llamaba a sus com-
patriotas a aceptar las imposiciones qu e haba acordado pro-
pon er el gobernador en los das anteri ores como un a muestr a
de su inquebrantable volunt ad de mantenerse libres. Deca:
.. . . . lY ser posible que cuando se trata de defender el suelo
que habitamos, en ocasin que despus de echar mano del era-
rio real , no podamos esperar un socorro de afuera, no escu-
chis los clamores de vuestr a patria? .. l La dejaris perecer
'1 guardaris para el enemigo unos int ereses a que slo pueden
identificarse el ego smo y la indolencia?" Ms adelante, sea-
laba que la lealtad a la monarqua era expresin de indepen-
dencia, de libertad y el nico medio de conservar la un idad de
la hi storia. Deca: "El vinculo que os consagra al monarca que
li \"idad PoUtica dd Rei no de Chile entre 1806 y 1810", qu e hemos
sntertzado en a ta parl e.
2 16
habis jurado, no pennite mirar con indiferencia los privil egia-
dos der echos de vuestra conservaci n. Fijad un concepto seguro
sobre vuestro destino; pr epa raos a morir o vencer ; a ceder
vuestro pat rimonio con la vida o a dominar con la victor ia de
las ar mas" . . . "Compatriota s; os habis jurado vasallos de Fer-
nando VII; nacisteis sobre el pri vilegiado suelo de Chile y de-
bis mostrar al enemigo que despus de def ender los der e-
chos de vuestro pr ncipe, sabis sostener los de vuestros hogares".
La coincidencia del gobernador y del pueblo acerca del papel
de este lti mo en su propi a defensa, fue pronto deshecha por
la 'oposicin de los altos funcionar ios y oidores que reivindica-
ron esta tar ea como propia de la adm inistraci n real. El ca-
bildo fue dejado de lado en el tr atami ento de los negocios, y
con l, la nob leza. Pretenda entonces el cabildo q ue fueran
aprobados los planes propuestos por l en septiembre, pero no
logr hacer prevalecer su pretensin. Deseaba que se suspen-
diese la consolidacin y no la obtuvo. A fines de novi embre las
autor idades prescind ieron de l cuando recibieron y respon-
dieron a las comunicaciones de la pri ncesa Carlota Joaquina.
Esta omisin fue interpretada por la nobleza pura y simple-
mente, como un recurso para di sponer del reino a sus es-
paldas y contra la lealt ad debi da al rey cuando pareciese a las
autori dades reales que haba llegado el momento de hacerlo.
No toler el cabildo esta poster gacin, y dentro de sus atribucio-
nes envi un procurador a la corte. Este deb a hacer pr esente
al rey el sentimiento de lealt ad y de amor, la eterna obediencia
que haba manif estado la capital y todo el r eino ante la usur-
pacin, e implor ar la r eal beneficencia en favor de su comer-
cio, agricultura y dems ramos. Ante la pr etensin de los ad-
versari os, de que r enunciasen los r egidores auxiliares, estos se
mantuvieron firmes y esperaron a qu e el gober nador les pidiese
la renunci a. Por otra parte, a comienzos de 1809, se suscit un
conflicto ent re el gobernador y el cabildo de Valparaiso, en el
cual se compromet i la eficacia de la ley. El gobernador obj et
las elecciones de alcald es de ese cabi ldo y design por s a uno
de ell os. El cabildo ent abl reclamo an te la audi encia. Esta lo
acogi y resolvi qu e se devolviera a esa corporacin el derecho
de hacer nueva eleccin. Ot ro vejamen sufri el cabildo de
217
Santiago el 16 de mayo de 1809, cuando el gobernador le ce-
munic su resolucin de que el asesor subsidiar io presidiese sus
reuni ones cada vez que no pudiese hacerl o el asesor propieta_
rio. El cabildo qu e mantena su conviccin de q ue estando en
juego el destino del reino, deba ser mayor su int ervencin en
los negocios pblicos y deba preservar su aut onoma, se neg
a acept ar esta resolucin fundado en que no poda reconocer
al asesor subsidiari o mientras no tuviese nombramiento real
o se le presentase la real cdula q ue conceda facultad al gober-
nador para designar en ese cargo. El cabi ldo de Val par aso, ant e
la persistencia del gobernador en mantener la designacin de
alcalde, apel a la j uma centra l. En este documento esa cor o
poracin r evelaba su firme creencia en un orden j urldico que
emanaba del sobera no, al cual estaban subordinados todas las
autoridades existentes en el reino, y en el qu e se determinada
la r bit a de cada institucin. Refiri ndose a la obsti nacin del
gobernador, deca: "[ Desgracia lamentable de este gobiernol A
pesar de que ve civilizados e instruidos en todos los verdaderos
derechos de la monarqua a estos habit ant es, todav a proyecta
vuestro presidente arred ra rlos y esclavizarl os con sus volunt a-
ri edades, predominio sobre lo qu e tienen dispu esto las leyes Iun-
dameruales del Estado, en q ue se deslinda el grado de subor-
dinacin y todo cua nto son obligados a obedecer los fieles
vasallos. y en que tiene cabi da la potestad de estos jefes, siempre
sujeto a lo decidido en leyes, como qu e sobre ellas nadie est (a-
cultado, ni a ningn supe rior es lcito tra spasarlas sino dar
ejemplo siendo los primeros en su observacin".
La sit uacin de la monarqua en Europa ahonda ba la preocu
paci n del reino por su futuro. Nuevas comunicaciones de la
princesa Carlot a Joaquina, recibidas por el gobierno, acrecenta-
ron su angustia . Algunos vecinos pensaban que si la princesa
alcanzaba su propsito de hered ar estos rein os, serlan los ingle-
ses qui enes gober narl an y esto les contrar iaba. Los vecinos rnan-
rentan finne su resolucin de decidir ell os mi smos su destino si
la seccin europea de la monarqua era avasallada por los fran-
ceses, por eso les mol estaba la inactividad y el alejamiento de
los negocios pblicos a qu e por el momento les mantena el
gobi erno. ~ l s an, estimaban culpable su inactividad an te los
2 18
peligros y temlan que su vol untad de mantenerse en la monar-
qua o de independizarse si sta se perd a, fuera traicionada por
ste. Ahora recordaban con agrado la act ividad y la direccin mi-
li tar es de Muoz de Guzmn y la comunidad de propsitos que
ellos y el gobernador hablan evidenciado ant e la invasin de los
ingleses. Ant e el hermetismo y pasividad del gobierno. los no-
bl es adoptaban diversas acritudes: l ~ a n Ega a procur restaurar
la unidad de los vecinos y el gobernador. que habia caracteri zado
los primeros meses de l gobierno de Garcia Carrasco en el discurso
que escribi para ser leido en la recepcin del gobernador como
Vice patrono de la Unive rsidad. Juan Antonio Ovalle propugna-
ba la const itucin de un a junta gubernativa para el caso en qu e
los franceses ocuparan la Pennsula y procuraba establecer una
slida uni dad entre espa oles y chile nos; Manuel Cotapos sos-
ten a que hab a de llegar el t iempo en que deban sustraerse
de las autoridades de la Pennsula y crearse un gobierno de su
confi anza, pues no ten an seguridad de que aquellas no les
vendiera al primer o que les qui siese comprar. El cabildo, en-
tr etanto, hacia saber a las autoridades de la Penlnsula que el
goberna dor le manten a alejado del ron ncimient o de los ne-
gocios publicas, no obstante sus convincentes manifestaciones
de fidelidad.
La nobl eza evidenci su firme resolucin de resolver por si
misma su situacin ante la pro ximidad de la aciaga hora en que
los franc eses domin ar an la metrpoli de la monarqua, en la elec-
cin de alcald es y procurador general . en 19 de enero de 1810.
Los electos: Nicols de la Cerda y Agustin Eyzaguirre era n
hombres de probado patrioti smo. y Oval le hab a ofrecido al pue-
blo una solucin al prob lema poli tice. Cuando en mayo de 1810
empeorar on las noticias qu e se tenlan de la guerra contra los
franceses. el gobernador decidi enviar a la metrpol i un auxi-
lio de mil lanzas de las qu e existan para la defensa. El cabildo
trat de imped ir por las vas legales esta resolucin que les pa-
reci sospechosa de traicin. El reino desarmado no podra im-
pedir su entrega a una potencia extr anjera. como crean que
se dispon a a hacerlo en su hora el goberna dor. Pero su inter-
vencin fue ineficaz.
Aunque di stanciados y recelosos acechndose uno a otro, el
2 19
pueblo y el gobi erno viv an en relativa calma hasta que a
mediados de mayo de 1810 el gobernador recibi un oficio
del virr ey de Buenos Aires por el cual se le informaba de ac-
tividades de los vecinos para decidir la situacin del reino. En
virtud de esta not icia el gobernador decidi prender al procu-
rador general de la ciuda d y a los di stingui dos vecinos Jos
Antoni o Roj as, y Ber nardo Vera y Pintado y desterrarles al
Per. Esta resoluci n fue ejecut ada el 25 de mayo de 1810 y
rat ificada por el "acuerdo" la noche de e se da. Los vecinos
consideraron qu e ella vulneraba la tradici n jurdica y atent a-
ba contra su di gnidad y prest igio de fieles vasallos y se inquie-
taron. Deudos y representantes de los detenidos reclamaron por
la afrenta qu e se haba inferido a ellos y a sus familias. Nadie
di scut i en sus repr esentaciones la facultad del gobi erno par a
detenerles, pero pidi eron que se les fonnase proceso. El cabildo
expuso respetuosamente al gober nador la sorpresa, dol or y cons-
ter naci n que le habia prod ucido esa resolucin. Deca el ca-
bildo qu e se consider aba "el representant e del pu eblo ms hon-
rado y pacifico del mundo", que daba constant emente pruebas
de su buen modo de pensar y de pronto haba visto que tres
eminentes ciudadanos habian sido arrebatados de sus hogares.
El cabildo expu so al gobern ador que coinddla con l, en que
la act ividad poltica corr esponda a la autoridad pblica; qu e
no estimaba necesaria ni permiurfa en cuanto estuviese de su
parte, la misma libert ad de opinin que exist a en Espa a, que
esta libertad no era necesaria en pueblos tan remotos y que
reciban sus leyes desde la metrpoli, a la cual corr esponda la
pot estad legislativa, pero pidi benignidad par a castigar a los
incursos en el deli to de opinin. En cambio defend i caluro-
sament e el tradicional derecho de audi encia qu e era patrimo-
nio del reino. Solicit del gobernador que suspendiese su reso-
l uci n de enviarles al Per y se les juzgase en Valparaso; seal
que la r esoluci n recada sobre esos vecinos afectaba el presti-
gio de todo el reino. "Hada pocas horas - ded a- que el pue-
bl o de Chile se vanagloriaba con su probidad y honradez, des-
collando entre los raros pueblos pacifi cas qu e existlan en el
universo, y ahora temblaba por el xito de su opinin y de la
baja reputacin que con este ejempl ar iba a adquirir entre las
220
naciones de la tierra. Este era el estado de nimo del pueblo
de la capital, aunque afirmasen lo contrario los que no tenan
inters por la patria. Aludiendo al hermet ismo del gobierno
respect e de la suerte del reino, deca al gobernador que en las
actuales y criticas cir cunstancias de la mona rqu a era convenien.
te a los gobiernos informar a los pueblos con franqueza; que
el pu eblo chileno era juicioso por educacin y temperament o
y por esto er a el ms apropiado para recibi r con amor e in-
ters las verdades que les comunicasen sus gobernantes y que
ste seri a el verdadero mod o de cortar las opiniones y di sipar
la tristeza. La sagrada causa de Fernando VII , decta el ca-
bi ldo, es tan bella y tan adorable que no hay uno qu e pudiese
pensar de otro modo qu e como deba pen sar el gobierno. La
reaccin de la nobleza logr mori gerar la resoluci n del go-
bierno, que accedi a qu e los expatri ados permaneciesen en
Valparaiso para ser juzgados. Mas, aquello fue momentneo: el
10 de junio el gobierno reiter la orden de que fuesen embar-
cados para el Call ao. El conocimiento de esta resolucin hi ri
profundamente a la nobleza. Acudi a las casas capitulares a
pedir proteccin contra el despotismo. El cabi ldo se dirigi al
gobernador: pero ste se neg a o rl e. La in tervencin de la
aud iencia en favor del pueblo, indin al gobernador a derogar
la orden de destierro. Adems, el cabildo logr en esta oport u-
nidad que se designase asesor al oidor deca no, se depusiera al
secretar io y escribano, y qu e ambos fueran entrega dos pri sio-
neros al al frez real. La orden derogatoria del dest ierro fue
ineficaz: los reos, excepto Vera. hab an zarpado.(!:sto hi zo peno
sar a los nobles qu e el imperio de las leyes haba termi nado.
Para evitar cua lquier resolucin sorpresivo e ilegal del gober-
nador, el cabildo acord qu e se exigiese al gobernador que de-
claras e que sus providenci as car ecan de valor legal y no fuesen
obedecidas por los jefes militares si no estaban firmadas por el
asesor oidor Concha. El gobernador rechaz esta pret ensin
en defensa de su aut oridad. Esta situacin era aflictiva para el
cabildo: deba defender a los vecinos y por punto de honor
no deseaba quebrantar la slida tradici n de respeto a la auto-
ridad constituida. En las circunstancias que vivan los reinos
espaoles, la obediencia a las autoridades era ms que un de-
22 1
bcr, era un a conven iencia polit ica. Conservar la moderacin y
ut ilizar los recursos legales para defender a 1( vasallos ame el
abuso de poder era una muestra de seriedad del reino.(Pero
ahora le pareca al cabildo que la obligacin de cumplir la ley
slo pesaba sobre tI y los vecinos, en tanto que el gobernador
suspenda su vigencia por estimar que eran extraordinarias las
circunstancias),La situacin era desconcertante en grado sumo.
y era dificil manejarse en ella. No haba hechos por los cuales.
recurrir ante la audiencia. pero el temor de los nobles de ser
vtcnmas del despousmo. poda ~ r realidad de un moment o a
otro. y entonces los recursos seran indicaces. Ante tan inslita
situacin el cabildo decidi en sesin clandestina repeler la fuerza
por la fuerza y constituir un gobierno provisional. Esta solucin
que haba sido concebida como recurso para ma ntener al reino
en el seno de la monarquia hispanoamer icana se convirti en la
lucha contra los desbordes de un poder desptico. que desvi r-
tuaba el sentido mismo del gobierno. en un recurso para deen-
der la libertad per sonal que debla pon erse en prct ica sin
tardanza. l. a opor tuna intervenci n de la audi encia evit que
se consumase. Ella logr que el gobernador renunciase al cargo
y en su reemplazo se designase al conde de la Conquista. con-
forme a la ley de sucesin en los ma ndos.
La constitucin de un gob ierno int er ino no logr desva-
necer los temores de los espaoles resiJenteY El cabildo propuso
nuevamente integrarse con regidores auxi liares. la mitad chi -
Jenos y Ia mitad espaoles. para evitar di sidencias. La audi encia
rechaz esta proposicin por ser contraria a las leyes. Los no
fuerzos unificadores parecieron "anos cuando se supo que el
nuevo gobierno de la metrpoli habia designado a Francis-
co Javier EHo para gobernar el reino. La esperanla de vivir
en paz se disip en el nimo de los chilenos y fue reemplazada
por el temor al despotismo y a la traicin y por una firme \ ' 0-
Juntad de preservar la libre delenninaci6n y la libertad per
sonal. Con motivo de la instalacin del consejo de Regencia,
el cabildo hizo peur la import ancia de la ceremonia de recono-
cimiento por el rein o. e hi zo notar la cautela con que deba
tr at ar se de ello estando la mon ar qu fa a punto de perderse. y
por eso mismo, expuesta a qu e la traicionasen sus ms alto!
222
dirigentes. Ha sta entonces todos los actos polticos en la mo-
narqua haban sido Ilegales y el pueblo rent a el deber de de-
fender la leyl Por eso el cabildo propuso al goberna dor qu e por
entonces se cumpliesen los encar gos, que hiciese el consejo y
se le auxiliase en cuanto fuese posibl e, y se esperasen nuevas
rdenes suyas para proceder a su reconocimiento con el debido
juramento. El propsit o de constit uir un poder regente en el
reino se haba vigori zarlo; ms an, se haba aclararlo la base
legal de la cual surga la pr etensin del reino a intervenir en
su destino. Sostena el procurador general de la ciudad, Jos Mi-
guel I nfante, que, segn las Partidas, en casos como el que ahora
afrontaba la monarqua el reino deb a designar regentes. Los
sostenedores de esta ini ciati va, era n un a min or a de rad icales
int rpretes de la tradicional colaboracin poltica de la nobleza
en su li nea de lealtad e independ encia par a j uzgar los int ereses
populares. Estos, debido a la enfatizaci n de la idea de que la
administracin era la representacin del soberano a qui en el
puebl o haba transfer ido su soberana, y a la prolongada nor-
malidad en la sucesin de los reyes, que haban convertido el
fundamento de la junta en inactual y para muchos, sospechoso
de infidelidad, actuaban a principios de agosto como conspi-
radores.
El obstinado rech azo de los residentes espaoles del derecho
del reino a intervenir en su destino, favoreci la di fusin del
proyecto de junt a. En 23 de agosto se supo que algu nos de
ellos proyectaban deponer al Conde y restabl ecer a Carda Ca-
rrasco hasta la llegada del gobernador titul ar. El conocimiento
de este hecho despen profund a alarma. Se le interpret como
actividad de una faccin extranjera cont ra el reino. La vehe-
mencia con que deseaban la llegada de Elo hizo temer a la no-
bleza de que ste seri a el testaferro de aquellos y qu e su gobierno
sera un gobierno desptico que para uni ficar la conciencia po-
l tica ya deshecha, cast igar a con sever idad a los nobl es que
mantuviesen sus actuales pensamientos. Este temor se propag-
rpidamente entre la nobleza muy emparentada ent re s, y para
defender la actual situacin de segur idad, empez a cer rarse
en torno de los [unnstas. En esta situacin, los sostenedores de l
proyecto de junta actuaron ms pblicame nt e para lograr su pro-
223
psito. Tenan el ej rcito de su par te y slo el jefe les era ad.
verso. A comienzos de septiembre e! conde de la Conquista ad.
hiri al proyec to de consti tuir una regenci a local, comprcms.
tiendo a un a parte de la representacin real en el proyecto. Su
decisi n priv a la audiencia y a los opositores al proyecto de
junta gubernativa, de! cont rol de la situacin; el cabildo le-
graba, en cambio. un gran triunfo.
Mas, e! proyecto haba salido de la esfera puramente admi-
nistrariva, debido a la act ividad del obispo y de los oidores.
llegando a ser tema de discusin pb lica. La nobl eza y la ma-
yor a de los espaoles haban tomado partido y ambos pugna.
ban ahora por hacer prevalecer su decisin alte rando la tr anqui.
lidad. Juntistas y ant ij unustas, consi deraban esta pblica pugna
como ilegitima modalidad de la vida pol tica, manifestacin
del esprit u de faccin. quebrant ami ento de! bu en orden rno.
narqutco. y deseaban hacerl a desaparecer, restableciendo la uni-
dad de cr iter io; slo difer an en el camino para logr arl o. En 1I
de septiembre de 1810 e! cabildo deci di trat ar la sit uaci n
que se habia creado y remedi arl a. Acord propiciar ant e el gc-
bernador la reuni n de tina junta de corporaciones y vecinos
nobl es para tr atar de esta sit uacin y pon erl e trmino, para
cuyo efecto se envi un a d elegaci n a trat ar con l. La asam-
blea qu e pr opona e! cabildo sera r bitro en la pugna entre la
nobleza y los espaoles. Su resolucin pondrJa trmino a la
pu gna, con lo cual se recobrarl a la uni dad. La bsqueda de la
lti ma palabra para salvaguar dar e! destino de! reino en esa
asamblea signi ficaba conservar a los rganos super ior es de la
administracin la representacin de la real persona y. al mismo
tiempo . actuali zar la concepci n de l orige n popular del pod er,
contenida en el der echo pbli co castella no del cual los nobl es
crean participar. La audiencia se opuso a esta soluci n. A su
j uicio. slo el avasallamiento definiti vo de la metr poli por los
fran ceses justificaba la const it ucin de una junta gubernativa.
Desde que el pro yecto fue expues to al gobernador el dla 11,
el cabildo y la audi encia en reuniones de ambas corporaciones,
presionaron al Gobernador en lavar de sus propsit os. Pero el
cabi ldo logr prevalecer en una junta celebrada el 13 de sep-
uempre, a la qu e asisti eron cuatro vecinos di stinguidos: dos
224
europeos y dos chil enos: Fernando Mrqucl de la Plata, ex con-
sejero de Indias, el prior del Consulado. Ignacio de la Carre-
ra y un cnsul. Conven ida la junta en esa reunin, los nobles
procuraron persuadi r a los comerciantes espaoles de su conve-
ni encia reuniinlio!os en sus casas con poluicos patriotas. Para
('vitar contratiempos a la ejecucin de su designio. los nobles
obt uvieron que K.' di spusiese la movi lizacin de las milicias ru -
ral es qu e ellos manda ban. Algunos h icieron venir las milicias de
Rancagua, ( u)'o gasto pagaron de su peculio. El da 18 se ce-
lebr la asamblea de not abl es y corporaciones. y en ella se
eligi j unta gubernativa. Con este acto la nobleza en r e p r ~ n
raci n del reino, intent conserva r la situacin en que habia
vivido y asegurar la libertad para determi nar su destino en la
c r i ~ i ~ de la monarqua.
22,
Captulo X
PATRIA Y EN EL 51CLO XVIII
Idmlifiarin de 101 dUlTlIOI adminuIU.li.OI y ..,nlimimlo palrio
a comitn_ drl siglo X\'1I1. Car.lictrr rotlfiicti.o drl ..,.,timimlO
p-lJio. ConfiiClo rnur Chilr y rl virreinato drl Ptt. Alpiracin de
101 a indq>omdiunr de la aUloridad virreinal. Inlrrprrla_
cin mrnopolilana drl palriotumo hupanoamnicano. El smlimirmo
palrilico ! 101 argot Oposicin a 101 rjrculora rur0P"O'
dr la rrforma de las rdftia mOllisticu. Rrlacin mur pauia y
monarquia a fina dd siglo X\' 111 Y comicn_ drl XIX
AL TEUflSAR el primer cuarto del siglo XVIII. en la mayor
parle de los distritos adminlsrrauvos americanos, cups aurori-
dades dependan directamente del rey. habia surgido la con-
clenca de un comn destino, un sent imiento patrio. que por
todas clamaba por la satisfacci n de sus aspiraciones y
logra ba que las autoridades inmedi at as, pat rocinase sus clamo-
res ante el poder centra l. Iniciando acciones en favor de su pa-
tr a o reaccionando cont ra las medidas que pud ieran afect ar la,
este sentimiento impulsaba el engra ndecimiento de los reinos
en el seno de la monarqua castel lana y vivificaba la concepc in
de sta como un sistema de reinos igua les en derechos. Por su
simultneo aparecimiento y su ansia por remove r los obstculos
que embarazaban el engrandecimiento de sus respecti vas comu-
nidades. este senrimienro era una Iuerea conicuva. Este car cter
se "e muy claramente en las relaciones comerciales de Chile con
el Per y ante las intervenciones de los virrej ee quc perjudicaban
al reino en estas relaciones. En I el virrey interino del Per,
fray Diego xrcrctuo. dict la siguiente provisi n, que es revel a.
dora del antagonismo de intereses entre ambos reinos. "En aren-
cin a los gravuimos inconvenientes y decaimiento que a los
caballeros y hombres principales y al comn han acaecido en
sus haciendas y mayorazgos y generalmente a las provincias
ubicadas en el radio de cien leguas de la dudad de Lima xlr
la falta de cultivo de las hadcllda$, a de panllevar como de
otras especies para el abasto de la ciudad y de las dems eluda-
des y villas. y especia lmente el apr ieto y tr abajo que al prese nte
padece esta ciudad y que amenaza continuarse, procediendo los
226
da os y menoscabo del comercio que ha muchos aos se prac-
tica en esta dudad al reino de Chile. ordeno a los hacendados
de la dudad de Lima como a todos los vecinos y moradores de
las refer idas pro\'indas que desde el da de la promul gacin
de este decreto pongan en cultive sus haci endas en tri go o cebada
u otros productos alimenticios sin que pueda servir de pretexto
para el incumpl imiento de esta di sposicin el qu e se tr aiga
trigo de Chile. porque ofrezco qu e a la (echa que estn en pro-
ducci n las haciendas extinguiria completamente el comercio.
esperando que todos los decaimient os pasados ha n de terminar
con la concurrencia del trigo y dems productos de las meno
cionadas provincias, como se acostumbr anti guament e. ruante-
ni ndose esta ciudad entonces con grande abu ndancia y logrando
los habitantes de estas provincias la venta de sus tri gos y (rutas
de toda especie. Y cuando en el tiempo presente se experimenta
ha ber cesado la epidemia o achaque que han padecido dichas
tierras .. . debemos esperar . .. vuelvan a producir sus frutos en
grande abundancia. hallndose descansadas por ti dilatado tiem-
po qu e no han comunicado sus frutos. Por lo cual exhorto. amo-
nesto. y ruego y encargo a todos los corr egidores. tenientes ge-
nerales. alca ldes mal a res de las referidas provincias y a todos
los que las habitan. que se dediquen al tr abajo y cul tive de
sus haciendas y tierras sin dejar pasar tiempo. recuperando la
de los tiempos pasados. harn gran servi cio a amba s maj estades.
divina ). humana, y beneficio especial a esta ciudad de Lima y
bien comn. Y p;lra que todos se a ~ g u r c n y no les acobarde el
temor de l ref erido comercio de Chile, repito una y muchas ve-
ces la palabra que les ofrezco de impedir a su tiempo el referi do
comercio de Chile. a la que primero me falt ar a la vida qu e
dtt;elca. as en I; palabra dada. como en el dictamen de la
gran impor tancia que trae consi go la ejecucin de lo referido:
y para que llegue a la noticia de los asistentes en esta ciudad
y las justhias de dichas provincias hagan publicar este decre-
ro . . . "l . Adems, el virrey arzobispo inf orm al consejo de
Indias. por cana de 24 de marzo de 1724. de esta resolucin
}' de ha ber tasado en doce pesos el pr ecio de la fanega de tri go
' Pro.ilin del "irr C')' del Peni, h ay Diego Mon illo, 30 de octubre de 172' .
A. G. l . A. de Chile, 107.
2 27
de Chi le, porque su precio hab la sillo elevado a catorce pesos' .
1-< esfue rzos de las autoridades de l Per produjeron resultados
que Slas estimaron favorables. Eslimaron muy satisfactorias las
cosechas de los aos 24 y 25. Yanunciaron que si stas continua.
ban iguales, el Per sarisfarfa en adelante sus necesidades de
trigo sin necesidad de los aportes chilenos y sin recurrir a la
prohibicin de este trficoS.
El fiscal del consejo de Indias estim acertadas las di sposicio-
nes tendientes a estimular la produccin de trigo en el Per ,
pero no asi la prohibicin de adquirir trigo de Chile. Esto l n-
mo podia provocar escasez de alimentos en Lima y disminucin
de los cultivos de ese cereal en Chile. En atencin a este dicta-
men, el consejo recomend al marqus de Castelfuerte, a quien
se nombr virrey del Per , que procediera en esto cuidadosa-
mente y por real cdula de 1725 se le prohibi que. por ningtin
mot ivo, tasase el precio de los trigos de Chile y dems frutos
que con riesgo de navegacin se llevaban desde este reino a
Lima, sino que permit iese su li bre venta a los precios del mero
cado. Par a evita r qu e esta orden fuera desobedeci da. se dispuso
que en caso de produci rse algn inconveni ente. informase de
los perjuicios que pudiese produ cir. pero que la mantuviera en
vigencias.
No pudo el virrey marqus de Casrelfuerte cumpl ir la real
cdula de 1725. que prohiba tasar el precio del trigo y dems
productos que llegaban a Lima desde Chile y fij en tres pesos
el precio de la fanega de trigo'. Adems afect la economa y
las finanzas publicas de Chile por su polltica de represin del
contrabando. A comienzos de su gobierno suspendi el trfi co
entre Otile y Per para evitar que los contrabandistas abordasen
los barcos y se abasteciesen de alimentos, acto que era muy
fcil de realizar. pues los buques mercantes viajaban sin anna-
"Caru. del \inqo ulObispo Di.-go Morcillo al , o l U ~ j o de Indiu. 24 de
mano de 1124. A. G. I ~ A. de Chile. 107.
"Carta del muquh de CutelfuCTte al nry- . 8 de ma)'o de 1126. A. G. L,
A. de Chile. 107.
' r resrnlan n del diputado de la ciudad de Santiago. don Tom de Azua
al rey. I{I. A. G. l ., A. de Chile. 107.
"C;trta del manuh de Culelfuene al rey. 8 de ma)'o de 1726. A. G. 1..
A. de CJiile. 107.
22 8
t'ILlOTECA
."
mento y sin pro teccin'. Cuando estim que las circunstancias
eran favorables para restabl ecer un tr fico li bre de r iesgos, lo
hizo sometindolo a duras y perjudici ales disposiciones que te-
ni an por objeto evita r e! contrabando de mercader as inglesas
por la cordillera, que se hab ia inici ado en Chile hacia 1715
7
con ~
e! establecimiento en Buenos Aires de la Iactorfa de! asiento de
negros concedida a Inglat err a y que se acentu ms tarde,
ya abiert o e! cami no de las qu e tra a e! registro de Buenos Aires
o de las que por aquella ciudad entraban desde la ciudad por-
tuguesa de Sacramento". La politica del virrey se fundaba en
una real cdu la de :S I de di ciembre de 1720, por la que se
haba ordenado , ent re otras med idas, para impedir e! contra-
ban do, que los ofi ciales reales impi dieran a los vasallos trans-
porta r oro y plata a los puer tos donde pudieran estar andados
na vos extranjeros, especialmente cuando se tuviera not icia de
su llegada' . El propsito de l marqus era evitar este contra-
band o y para ello procur impedi r la salida de dinero para Bue-
nos Aires. Prohibi los re tornos en dinero por las vent as de
los productos de Chile desde la ciudad de los Reyes y desde
Porosfw e impi di tambin e! retorno del oro qu e desde Chile
se llevaba a Lima a qu inraru, Esta poltic a impidi que los
vecinos pudi eran pagar opor tuna mente los derechos de alcabala
y almojar ifazgo y ante las exigencias de los oficiales reales de-
bieron adquirir mon eda a mayor precio ent re quienes tenan
tesoros acumul ados!a.
Ante estos daos. el cabildo de Santiago, en 10 de marzo de
1724, resolvi hacer present e al virrey estos inconvenientes. El
virr ey reuni el "acuerdo" en voto consultivo, en 10 de noviem-
bre siguiente, para considerar la present acin hecha por el apo-
"Carta del marqus de Castelluerte al rey. 8 de malO de 1726.
' Elilabeth T hiesa. El Cont rabando en Chile en el Siglo XVII I. Indi lo.
"Can a del mar qu s de Cute!fue rte al re y. 8 de mayo de 1726.
"OIga Pant aleao. A renerrecec Comercial da Inglaterra na America I..
panhola de 17131783. p. 207. San P:ablo, 1 9 ~ 6 .
'"Actas dd cab ildo de Santi ago. Cabildo de 31 de oct ubre de 1732. Arch iyo
Nacional.
" Presentacin del diput ado del Reino de Chile, Toms de Aui a al rey. Sin
fecha . A. G. r, A. de Chile. 107.
" Idem.
22 9
derado del cabildo. El "acuerdo" propuso que se derogase la
lasa y se autori zase la exportacin de dinero a Chile, previo
informe del consulado y li cencia del virrey. Acept el virrey
esta proposicin y la promulg. El costo del cereal sub i en
Ch ile en esos aos y el mercado limeo reflej el aumento de
precio, por lo que el cabildo de Lima solici t del virrey el res-
tablecimiento de la tasa. El consulado no adhir i a este pedido.
Accedi el virrey y tas nu evamente el pr ecio del tri go y del
sebo y restabl eci la prohibicin de que ret ornase a Chi le el
dinero producido por las vent as de los Ir utos de este pa s y el
oro qu nredow. Esta resolud n perj udi caba a licitas activida des
de los vecinos de Chile, que desde el establecimiento de la
Iactorta del asiento de negros compraban esclavos en Buenos
Aires. El virrey, al r educir sus ga nancias y privarles de los re-
tornos en dinero les di ficult aba la adquisicin de esclavos, ya
que para ell o deban sacar d inero que no era recuperabt ew.
En defensa de los intereses del reino. el cabildo de Santiago
solicit autori zacin del gobernador para regular el fl ete y la
capacidad de los na vos que transportaba n el trigo al Callao y
para fijar el pr ecio a que deban pagar este cer eal los navieros
de Lima. El gobernador accedi a este pedido y el cabildo Ile\'
a la prctica su propsito. Los comerci antes de Lima. que hadan
adquisiciones en Chil e protestaron de esta resolucin ame el
propio cabildo . El cabil do mantuvo su acu erdo. Los comercia n-
tes apelaron ant e la audi encia. Este tribunal en autos de vista
y revista confirm lo dispuesto por el cabildo. Los compradores
de trigo acudieron ante el con sulado de Lima para llevar las
causas a su veci ndad con gran perjuicio de 105 product ores chi-
lenos que deban hace r ma yores gastos para continuar su defensa
en Lima. El consulado de esta ciudad y los comerciantes acu-
dieron ante el virrey en soli citud de q ue an ulase lo resuelto po r
las justicias de Chil e. al egando incompet enci a de ell as para co-
nocer de esta causa, pues el consulado tenia facu ltades en este
terreno por hallarse en posesi n del derecho a nombrar comi -
sario. La audiencia de Chile rechaz la pretensin del consulado
de Lima. por lo que ste recurri al rey. Esta resolucin del
UD. BarTa. Arana . His' or ia General de Chile. Tomo VI, pp. 8590.
uAcla del cabdc de Santiago. Cabildo de 31 d ~ octubre de 1732.
230
consulado no impidi al virrey que consult ase al "acuerdo" y
ron su voto anul lo resuello por el gobierno de Chile sobre
flet ami ento y destino de buques por despachos de 10 de febrero
y 22 de agosto de 1727. El fu ndament o de esos despachos fue
otra causa que estaba pendiente ant e el virrey y las facult ades
que ste tenia para intervenir en Chile cuando se tra taba de
asuntos graves de gobierno. La jurisdiccin de los alcaldes de
Santiago qu ed en pie por haber di spuesto el virrey qu e se re-
solvier a la causa ron audi encia de las part es. No obstante esto,
el virr ey recurr i al rey. En 1728, el monarca sentenci, decla-
rando la j urisdiccin del consulado en el reino del Per , con lo
qu e qu ed improbada la posesin del consulado por no haberse
admit ido los comisarios que haba dcsignado!e.
El ter remot o de 1730, el descenso del precio del tr igo a tres
pesos la fanega, puesto en el Callao, y el mantenimiento de los
derechos del almojar ifazgo por la expor tacin de este cer eal a
la mitad del que se hab la establecido en 1706, cuando su precio
era m s alto, afectaron gr avemente a los productores chilenos,
por lo qu e el cabildo decid i recurri r al reyl 8. Con este obje to,
design apoder ado a T oms de Asa e h urgoyen. Este hizo
present e al rey los inconvenient es de la polica del virr ey y su
oposicin con diversas resoluciones reales de diversos tiempos.
Adems hi zo presente "que siendo un hecho que en todos co-
mercios el r iesgo de navegacin de efectos y sus dueos, jus tifica
cualquie ra gana ncia en las vent as y lo que la ley y la razn intro-
du jo en favor del comercio, no debe excluirse del de Ch ile,
cuando sus interesados, la cal idad de efectos, y m presente
ruina no desmerecen la ms piadosa equidad". Por todo ello,
suplic al rey qu e se dignase manda r que se hicieran nuevas uva-
luaciones de los productos que exportaba el reino de Chile; qu e
a ellas se arreglase el pago de derechos; que se suspendiera n las
tasas de precio en el Per y la retencin de su valor en dinero.
El rey ap rob esta solicitud! ".
'"Cana del gobernador ManID de V e l a ~ c o al rey. 24 de noviembre de 1140.
C. C. y M. vr.. Medina . 185; 87.
" Praen tadn del di putado dd reino de Chile, don Toms de Ara. Sin fecha.
A. G. l ., A. de Chile. 107.
" I d..m.
2 3 1
Entretanto, los miembros del cabildo de Santiago habian pen.
sado que las difi cultades creadas por la prohibicin de retornar
el valor en dinero de los productos de Chile deban tener
definitiva solucin; para lograrla, acordaron reit erar al rey la
presentacin de los inconvenientes de esta poltica
18
, y en acuer-
do de 31 de octubre de 1i32, resolvieron solicitarle qu e dispusiera
la creacin de una casa de moneda en el reino para at enuar los
efectos de la prohibicin de los ret ornos en dinero" .
No se hab a resuelto an el conflicto de jurisdiccin ent re los
tribunales de Chile y el tribunal de comercio de Lima. El con.
sulado de aquella ciudad persi sna en que el conocimiento de
las causas de comercio que se suscitasen en Chile eran de su
competencia y que deb an ser conocidas por un diputado suyo,
residente en Santiago, con apelacin ante l , y que deb a ter -
minarse con el rgimen existente en Chile, segn el cual los
alcaldes conocian de estas causas y se apelaba de sus sentencias
ante la audi encia. Estas pretensiones fueron acogidas por el
virrey VillaCarda. El ao 1737, ste orden, por real Insrruc-
cin, para el establecimi ento de una diputacin de cnsul en
Chil e, que ste conociese las causas de comercio con apelacin
al consul ado de Lima y que remitiese nota mensual del oro y
plata que se sacase y rescata se. El gobi erno de Chile suspendi
la ejecucin de esa orden en lo relativo al conocimiento de las
causas de comercio y la acept en lo relativo a la intervencin
en el despacho de caudales. El virr ey apel ame el monarca. El
rey, por cdula de 26 de enero de 1739, orden al gobernador
de Chile que informase sobre las funciones qu e cumpIla en el
reino el diputado del consulado de Lima. Cumpli el gobernador
esta orden y aprovech la oport unidad para expresar al rey su
criter io acer ca de la pr etensin del consulado de Lima, de qu e
a l le corres ponda conocer la apel acin de las sent encias de
su diputado en Santiago. Expr es el gobernador que esto era
muy per judicial para los comerciantes de Chile y propuso qu e
el diputado del consulado conservara el derecho de conocer de
las causas en primera instancia, que la apelacin quedara radi -
cada en la audi encia de Chile y que la subordinacin al consu-
'"Actas del cabildo de Santiago. Cab ildo de 51 de octubre de 1732.
"Actu del cabildo de Santiago. Cabildo de 51 de octubre de 1732.
252
lado de Lima quedase reducida a las providencia s generales so-
bre envo de dinero y las dil igencias previas al despacho de ar -
madaw. La falta de informes del virrey impidi por entonces
se dictara resolucin sobre este conflicto. Sin embargo, la orden
del virrey entr en pl ena vigencia.
Los romerciantes de Chile pu gnaron lar gamente por indepen-
di zarse de la tuicin del consulado de Lima. En 1751, el riscal
de la aud iencia , don Jos Perf ecto de Salas. deca en apoyo de
esta aspiracin que al comi enzo no se hab an percibido los efec-
tos que poda tener el establecimiento del diput ado del consu-
lado de Lima en Santiago, JX' ro que se haban hecho muy visibles
despus. Selialaba que si no se estableca que de las sentencias
de ene diput ado hubiera apelacin a la audiencia, estos vasallos
iran indudablemente a la ruina . Las resoluciones del diput ado
del consulado, deca el fiscal, producan grandes descalab ros a
los particulares. sin qu e la audiencia pudiera remedi arlos. "Esta
experiencia, seor. esforzada del derecho natural. me ha hecho
no poder suje tar mi di ctamen sino solament e a la suprema deli.
ber acin de Vuestr a Majestad en el asunto por conerarme
las violencias que suelen hacer los jueces eclesi sticos, en quie-
nes est corri ente el recurso a la audi encia. por lo regular no
producen perjuicios tan irreparables. ni efectos tan sangrientos
como los que hace un diputado seglar muchas veces apasionado.
sin otro dictamen que su antojo ... .. recurso les queda a
las partes, no de apelacin. porque no se admite. no el de
nulidad. porque. sin embargo de ella. se lleva a ejecucin la
sent encia. ron que no teniendo este tri bunal Iairo alg n Irene
que lo contenga, se repetirn cada da las vejaciones y se har
irremediable la ruina de estos vasallos comercia ntes y no ccnci-
bo otro ms proporcionado que el concederle a la audiencia que
conozca de la j usticia o injusticia con que deni ega las apelacio-
nes en los casos en que se interpone. para qu e
por medio de este edict o usen las partes con liberalidad de su
derecho y se le mande ot orgarla siempre que sea de raz n qu e
la otorgue: si no es que Vuestra Maj estad se sirva de mandar
que la audiencia reasuma el conocimiento de todas estas causas
-'Carta dd gob<"l"nador Manso de \'elasco al re)' . 24 de noviembre de I7W.
C. C. y M., Mcdinil. le,,; 87.
2B
como antes lo tenia respecto a que la copia de negocios, qu e
es mucha, o se cr ee j uez de alzada a algu no de los
togados'v t . En 26 de enero de 1764, los comerciantes de Santiago
celebraron junta y acordaron informa r al rey en los ms elo.
cuentes trminos, de su deseo de que la di putacin del comer-
cio del reino se separase de l consulado de Lima, nombrando
en Sant iago un j uez de alzadas que conociera de sus causas en
grado de apelacinte. El cabildo de Santiago, en una prese nta-
cin hecha al rey en el ao 1764, se re(ir i a este asunto y reiter
la peticin de los comerciantes agregando que el rein o estaba en
la misma situacin que los extranjeros-e. Al ao siguiente, los
comerciantes pr esentaron al rey otra pet icin para obtener que
se accediese a la separacin de la diputacin del consul ado de
Lima. En ella dedan que la diputacin ha ba sido establecida
par a hacer ms expedita la resolucin de sus conflictos, pero
que en la forma qu e tena, produca mayores daos que bene-
ficios y que la providencia sobre apelaciones era muy cont raria
al esp ritu con que se habia dictado, al fondo y circunstancias del
objeto. Con las di sposiciones de las ordenanzas sobre apelacin
decan qu e se haba privado al reino de Chile de la rapi dez en la
determinacin de los pl eitos y se dificultaba la dedicacin a sus
actividades, pues SIl capital distaba de la ciudad de Lima cerca
de ochocientas leguas por mar, viaje largo y de mucho dispen-
dio, siendo el fi n del establecimient o de la diputacin abr eviar
los j uicios mercantiles, que por esta exigencia, se ha ban hecho
ms largos. En los veintiocho aos que habian tr anscurrido desde
la dictacin de la ordenanza hasta el presente, no se habla lo-
grado que feneciera ninguno de los pl eitos apelados a Lima si
el apelante no ha ba ido a hacerl o personalmente. Sealaban,
adems, que la subordinacin en que se hall aban respec to del
consulado de Lima vulnera ba sus intereses, pues, segn la orde-
nanza, estaban obligados a comu nicar a esta inst itucin cuanto
"Carla del Iiscal de la au diencia de Chile. don Jo"l! Perfec to de Salas al re)' .
26 de febre ro de 1751. C. C. y :\1. M., Medina, 187120.
a presenlacin de don 1\Ial<"o Toro y za mb rane 411 gobernador de Ch ile. Sin
fecha . C. C. y M, M., Mcdina, 198;
"'Ca rla del cabildo de Santiago al rey, 24 de lebr ero de 1764. C. C. Y M. M.,
Medina, 191; 151.
2H
se les of reciera }' a obedecer sus instrucciones y adver tencias en
todos los asuntos mercantil es. De ah nada. que siendo el secreto
}' diligencia el alma de lo. grandes negocios los comerciantes
de Chle no podian emprende rlos. porque los comerci antes de
Lima , pr evalidos de la super ior idad y notici a se atravesaban en
los ventajosos y seguros y dejaban a los chilenos los intiles y
arri esgados. Hacan presente. adems, que de esta dependencia
qu e calificaban de inj ust a. derivaban otros abusos intolerables
como los de prohibi r a 105 chilenos que retornasen "a su patria"
el dinero prod ucido por la venia de sus productos en Lima.
obligndol es a traer en retorno ropa o efectos, t iran a que les
er a mu y sensible, cuanto que Li ma se abasteca casi tot almente
de fru tos de Chile . Haba, adems, otros abusos: se imped a
que los comer ciant es chi lenos intern asen las ropas que recib an
de Cd il, en los puert os intermedios y provincias del Per; y se
haca qu e pagar an de rechos de ent rada a las ropas registradas
para Chile por el mero tra slado . si las naves que las carga ban
no tocaban en Valparaiso por temporal u ot ro impedmentoe-.
Los comerciant es aseguraban que con la creacin de un consu-
lado en Santiago. el reino progresara rpidament e en poblacin,
agricult ura y minera , artes, comercio, y dems actividades que
constituan la fuente de recursos del erario y la verdadera
felicidad del pblico. Afir maban que el clima, el suelo y sus
prod ucciones, las costas y la situacin, los puertos y presidios del
rein o un ido a la ndole sagaz y labor iosidad de sus naturales
posibili taba su r iqueza y opulencia con poco que se les fomen-
tase. Rico y opulento, podr a ser el antemur al de estas vastas
regiones en caso de hostilidad. En abono de estas afir maciones
decan qu e bastaba con considerar que en veinte aos a esta
parte se hab an duplicado los derechos rea les, no obstante la
opresin y dependencia qu e padeca el r cino' ". El rey accedi a
al gunas de estas peticiones. En 1767, concedi que las apelacio-
nes del juzgado de comercio se rallaran en l tima instancia por
un oidor en San uagot e. y ms tarde, aut oriz el comercio de
" Los vecinos comerciantes del rei no de Chi le al rey. Sin fecha. C. C. y M. M.
Medi na . 184; 368.
"'Idem.
"' Ral Muoz Feli . La Real Audiencia de Chile, p. 193.
235
cabotaje dentro de los lmites del virreynato sin tocar en el
Callao, lo que favoreci la posicin de los comerciantes chilenos
en el mercado de Charcas".
Teniendo presente el inters local. el bien de la patria, Se
consideraron los intereses de los productores de trigo. Su defensa
en cuanto coincida con el inters local se consideraba de dere-
cho na tural. As lo expres al rey el cabildo de Sant iago, en
carta de 16 de marzo de 1755. En ella dec a, "el derecho natural
dicta que cada reino o provincia prefiera su abasto a la extra a
y al miserable reino de Chile, an no se le permite abastecerse
de las sobras. En todo el mundo es, no slo lcito, sino de la
obligacin de los gobernadores y justicias extir par y castigar los
fraudes que se come ten en perjuicio del comercio y slo en Chile
es reprensible y pecado, como se informa a la real piedad de Su
Majestad como nico remedio de sus malesvee.
Desde la iniciacin del comercio de trigo con el Per a prin-
cipios del siglo XVII I, los productores de trigo de Ch ile haban
sido vctimas de los navieros peruanos. Estos hab an tenido el
respaldo de los virreyes en cuanto sus int er eses coi ncid an con
los de los consumidores de aquel reino. Los productores de trigo
de Chi le haban tenido sus defensores en el cabildo de Sant iago
yen los gobernadores del reino. En 1755, se acord en cabildo
abierto proponer al gobernador un nuevo procedi mient o para
defender a los productores. Consisti este procedi miento en qu e
se limitase la cantidad de fanegas de trigo qu e se llevaran a Val-
paraso para ofrecerlas a los comercia ntes peruanos y se designa.
sen dos intendentes qu e controlasen ese comercio, uno con resi-
dencia en Sant iago y el otro en Valparaiso. Esta medida tena por
objeto eliminar las transacciones directas entre bodegueros y
navieros que perjudicaban a los productor es. Los bodegueros
vendan a los navieros el trigo que tenian en bodega y una vez
que los buques ya abastecidos haban parti do con su carga,
iniciaban las compras a los productores, obligndoles a vender a
precios bajsimos, que a veces eran inferiores a los costos de pro-
duccin. La libre afluencia de trigo al puerto de Valparalso
"'G. Cspedes de l CUlillo. Lima y Buenos Aira. p. 59.
-Carta del cabildo de Sanriago al rey. 16 de marzo de 1755. C. C. y M. M.,
Med ina. 188; 136.
2 36
or iginab a grandes acumulaciones de este cereal, lo que obligaba
a los agricult ores a ofrecer desesperadamente su producto cuan-
do no podan venderlo a los navieros de Lima. La limitacin
de la cantiJad de trigo que se tra nsport ara a Valpar aiso ten a
por objet o evi tar esta situ acin. El in tendente resident e en San-
tiago controlar a que saliese de aqu la camlda d de trigo que
se haba det ermi nado y su colega de Valparatso impedir a que
los bodegueros actuasen como intermediarios ent re los navieros
peruanos y los product ores chilenos y har a que productores y
navieros transaran directamente. Para alcanzar este pro psito
se acord en el cabildo abi er to exigir a los bod egueros que
dieran comprobantes del trigo que ent raba en sus bodegas (va-
les) y que estos fueran entregados al intendente 'lue se estable-
cera en Valpa ra so. Los agr icultores y los navieros transar an en
prese ncia de este intendente y una vez hechos los contratos, ste
entregara a los navieros los comprobantes, con los cuales ellos
ret iraran el trigo de las bodegas. Propuesto este arbit r io al go-
bernador, ste lo aprobw y dispuso su vigenci a. Con la vigenci a
de este sistema, se consigui elevar a dos pesos el precio de la
fanega de trigo, precio que se considerab a lucrat ivow. Los co-
merciantes peruanos se sint ieron afectados y como residentes en
Lima acudieron al virrey, qu ejndose de que el trigo qu e se les
vendia estaba podrido y de qu e con el establecimiento de los
int endentes se at ent aba cont ra la li bert ad de comercio.
El vir rey Manso de Velasco, qu e en 1740, haba defendi do co-
mo gober nador, los int ereses del reino de Chi le contra las pre-
tensiones del consulado de Lima, llev al "acuerdo" el expedien-
te suscitado por los comerciante s y luego dispuso, por auto de
24 de mar zo de 1754, que se le enviasen los autos que supon a
haban generado los mae stres de naves cont ra los prod uctores y
orden al gobernador de Chile que dispusiese el envio de trein-
ta mi l fanegas de trigo nuevo, adems del que ya se habia man-
Cart a del gobernador Orrlz de ROl as al rey. 4 de marzo de 17:'S. C. C. y
M. M. Med ina . 188; 98. l nsrt uccl n y notici a del est ado en que al presente
se ha lla el Rein o de Chi le, q ue de orden del rey di6 el conde de Poblaciones
a don Man uel Amar, su sucesor en el gobierno. C. C. y M. M. Medina. 188;
178. En adel ante Ort iz de ROlas, I nst ruccin y Noli cia . . .
" Mani[ ieslO de los diputados de Samiago al rey. 19 de julio de 1777. C. C.
Medina. 196; sn.
237
dado y q ue restableciese la libertad de comercio. Reserv adems
al gobierno del Per la fij aci n de los precios y fletes en caso de
que las partes no se pusieran de acuerdo. Este auto puso de ma-
nifiesto el efecto pa ralizante de la in ter vencin del virrey del
Per cua ndo ste ejerca su autoridad para proteger los int e-
reses de ese reino sobre los de ste. El gobernador de Chil e
consider ilegtima esta providencia, porque se ha ba decidido
sin conocimiento de los autos y por que afectaba a sus atribu-
ciones. Dio vista de ella al fiscal y pi di informes al cabildo y al
diputado del consulado. Las corporaciones y personalidades ro n-
sul tadas hicieron constar su opinin de qu e el cumplimiento de
la orden del virrey provocara gran escasez de trigo en el re-
no: la ra nndad que exig a que se enviase era muy superior a
la que se exportaba ordinariamente y esto perj udicarla a los
pobladores de 1:I.s vilfas y partidos que no tendran hari na para
el amasijo de pa n; escaseara el trigo para semilla, y habra que
pagarlo a altos precios; se pudrirla el tr igo almacenado y ser a
echado al mar en grandes cant idades, y los precios volveran al
nivel q ue tenan antes del establecimiento de las intendencias,
que eran cuatro o cinco pesos la fanega en Sant iago y cuatro o
cinco reales en Valparaso. Fundado en estos informes el gober-
nador, sobresey el auto del virrey e inform a ste de su reso-
lucin. Por su parte, el virrey solicit nuevos informes a los
d ue os de navos y con informe del fiscal de la audiencia de
Lima reiter su orden de que se eliminase de l control de las
ventas y la limitacin de la cantidad de tr igo que se ll evaba a
Valparaso. Fund esta resolucin en las facultades que conce-
da n las leyes a los virreyes del Per para int ervenir en el go-
bierno de Chi le en los casos graves y de mucha nnponencaet.
Aconsejado por el asesor general de gobierno, cedi el goberna-
dor ante esta resolucin y dio cue nta al rey pa ra que ste, infor-
mado, mandare lo que estimase mas conveniente al rea l servici o
y bien del reinan.
Eliminadas las inte ndencias, se restableci la situacin an te-
"Carta del gobernador Domi ngo Ortil df:' Rol as al rey. 4 de marzo de I1SS.
C. C. y M. M. Medina. 188; 911.
e ldem y manifiesto de 101 diputados de Samiago al rC'}' . 19 de julio de 1777.
C. C. y M. M. Medina. 196331.
238
rior: escase la harina en Santiago y subi su precio de ocho
rea les a tr es y medio o cuatro pesos, esto es aproximadamente
di ecisi s real es, y el tri go ba j en Valparaso de dos pesos a seis
reales, 10 que sign ific u n desce nso de diez reates . El goberna-
dor y el cabildo informaron de esta sit uacin al rey en sendas
cartas y solicit aron r ati ficacin de la polt ica que ambos haban
smtentatlo. Adem s, el gobernador plante cuest iones fundamen-
ta les de r gimen int erno. Hizo presente su gran extraeza ante
la pret ensin del vi rrey de extender su jurisdiccin al re ino de
Chi le y limi tar las facultades de su gobierno en asuntos que
eran tan propios, peculiares y ccon micose-: rebati los preten-
dl dos fundamentos del virrey para intervenir en Ch ile, hac iendo
notar que ste se fun daba en la misma ley que le ordenaba no
impedir ni dificultar al presidente de Chile en el gobierno.
guerr a y ot ras materias de su cargo, salvo en casos de suma gra-
vedad y seal ando que no poda considerarse tle suma gravedad
el caso en q ue una parte o gremio se sint iera agraviado por pro-
vide ncias de buen gobierno que tomara el presidente de Chile,
po rque, segn la ley, estos casos se reduc an a trmi nos de jusu-
cia y tenan inmediato recurso de apelacin a la real audiencia
del di strito y no al tribunal del virrey del Per . Afirmaba el
gobernador q ue acept ar esto ltimo sera invert ir el orde n de
esa d isposicin y cou\'Cnir al virrey en juez de apelaciones de
negocios entre partes con facultad de confirmar o revocar las
determinacion es del gobierno de Chi le. Hizo presente, adems.
que las facultad es del virrey se referan al general gob ierno, paz,
conservacin de los rei nos y aumento de la rea l hac ienda, y
aunq ue gozaba de la pr eemi nencia de proveer todo aquello que
la real persona proveer a si estuviese presente, no ha bie ndo
panicul ar prohibicin, deba limitarse al estilo y ejercerla
conforme a la costu mbre. Afirmaba que hasta entonces no
habl a habi do caso en que el virrey h ubiera ped ido autos de
que conoca el presiden te de Chile sobre materia de gobier-
no, guerr a y otras de su cargo, pa ra conocer de la justicia
"'Carta del cabildo de San tiago al rey. 16 de marro de 1755. C. C. Y M. M.
Medina. 188; 136.
" nomi ngo Orue de Rozas. Instruccin l :\olida. C. C. l ~ 1 . ~ 1 . ~ I o o i n a . 188;
178.
2 39
o injusticia de sus providencias y en los mismos trminos con -.
marlas o revocarlas y mucho menos cuando stas se ref era n a la
economa y bien del reino. En mrito de estos fundamentos,
solici t al rey qu e conservase al gobi erno de Chile la regala, po-
sesin y representacin que habia tenido hasta entonces y decla.
rara la independencia, qu e a lo menos en este caso ha tenido y
tenia del gobierno de Liman . El cabildo, por su parte, defendi
en trminos del derecho natural la poltica que habia propicia.
do. En car ta de 16 de marzo de 1755, deda: "El derecho natural
dicta qu e cada reino o provincia prefiera su abasto a la extraa
y al miserable reino de Chile, no se le permite abastecerse de
las sobras. En todo el mundo es, no slo licito. sino de la obli -
gacin de los gobernador es y justici as, extirpar y castigar los
fra udes que se cometen en perjuicio del comercio y slo en
Chile es reprensible y pecado. como se in forma a la real pi edad
de Su Maj estad. como nico remed io de sus mal es'w.
El presidente Ortiz de Rozas inform a su sucesor en el car go
de la situacin creada por el virrey y le expres su esperanza de
que el resultado ser a favorable al gobierno de Chile
31
El go-
bernador Amat continu la def ensa del reino a su cargo. aunque
con otro criterio. Era partidario de la libertad de comercio y no
mostr ent usiasmo por el rgimen de intendencias patrocinado
por su predecesor. Se indinaba ms a la actitud que con res-
pecto a su establecimiento haba tenido el virrey. Afirmaba que
a rai z de la supresin de las intendencias todos los hacendados
del reino de Chile se ded icaron a la labranza de sus campos para
abastecer a la capital del Per
38
Segn este cr ite r io defen-
di el inters del reino ante una nueva decisin del vir rey. Poco
despus de su llegada. el virrey di spu so qu e el trigo de Ch ile
se almacenase en el Callao y que no se vendiese mientras no
-e..rta del golJ<,rnador Domingo Ortiz de R.ozas al rey. 4 de marro de 1755.
c . C. y M. M. Medina. 188; 98.
""Cana del cabildo de Santiago al rey. 16 de marzo de 1755. C. C. y M. M.
Medina. 188; 1 ~ .
"' Domingo Ortiz de Rolas. Instruccin y Not icia. C. C. y M. M. Medina.
188; 178.
- In forme del pr esidente Amat al rey, robre los lnconveniemes que resultan
de la providencia dada por el seor virrey del Per . .. 8 de abril de 1756.
c. C. Y M. M. Medina. 188; 182.
240
se hubi era cons umi do el trigo producido en el Per , al cua l lij
precio de tres pesos y medi o; design un ejecutor para q ue lo
repa rtiese ent re los abastecedores y panaderos y obl ig a stos
y aqullos a recibi rlo y ut ili t ar io en el abastecimien to de la
ruda d de Limaee. Amar inform de esto al rey y adelant su
op inin en el sentido de que esta providencia provocara la
total rui na del reino a su cargo, p ues, ante la baja del precio
del trigo en Val paraso a cua tro o seis real es, precio que era
inferior al del costo del flete, los productores no haban co-
sechado sus semen teras o haban dej ado el tr igo en sus gra-
neros. Refir iendo este problema regional al inters de toda la
mon arqua, deca que si bien la po lit ica protectora del virrey
podfa beneficia r a los terr at eni entes per uanos, era daosa para
ese rei no y el de Chile; poda de terminar a los agricultores
chi lenos a cambiar sus cu lti vos, lo q ue podra ocasionar grao
vlsima escasez cuando la produccin de trigo en el Per fuera
insuficiente para e! abasto de la poblacin, ocurrencia muy
probable, dada la ines tabilidad de la agricultura de aq uel pa ts:
era perjudi cial para el comercio de Chile y Per y destruc-
tora de la marina del mar del sur y por eso perj udicial para la
seguridad de! r ein o de Chile y dems dominios del rey en estas
costas. Sobre este ulti mo punto razo naba asl: Debido a los cre-
cidos gastos y escasa util idad, los dueos de nav os paralizaran
el trfico mar ti mo, los mari neros perder an la instr uccin y se
ap licaran a otros desti nos y los astilleros desapareceran. Extin-
guida la mar i na no habra, en un evento bl ico, cmo comunicar
la notici a ni cmo socorrer los p residios de Vald ivia y Juan Fer -
nndez. En conside racin a todas estas razones, solicitaba la li-
bertad de comercio del trigou' .
El rey, entretanto, haba dec idido acceder a las instancias de
sus vasallos d e Chile, aprobando el rgimen propugnado por
Ortiz de Rozas, el cabildo y los vecinos de Santiago. La real c-
dula lleg en tiempos de Ama t, pero ste no la puso en vigencia,
acaso porque contraria ba su criterio, acaso por no contrariar al
" Informe del presidente Amat al rey sobre los nconvementes ... C. C. Y
M. M. Me<l ina . 188: 182.
" In forme del pre5idenl e Amat al rey sob re 10$ inconven ient es . .. C. C. Y ~ f .
M. Medina. 1118; 1112.
24 1
vir rey Man so, segn afi rmaron ms tarde los diput ados de San-
ti ago. Estos at ribuyeron a la acci n de los comerciantes pe ruanos
el que no hubier a puesto en vigencia pos ter iormente. incl uso
arrihutan a stos la desaparicin del doc umento original de la
oficina de gobernacin y de tollo lugar donde pudiera encono
trarse en la ciudad-t.
Durante su prolongada gestin virreynal, Amat no dio lugar
al establecimiento de las intendencias y en lii7. los diputados
de Santiago solicitaban al rey que se dignase mandar guardar.
cumplir y ejecutar inviolablemente la rea l cdula que habia
aprobado ). confirmado el pro)'ecto de intendencias en Santiago
). Valparaiso. aunque limi ta ndo ahora el precio del trigo o no
mis de dos pesos la fanega de este cerea! en Sant iago y a no ms
de tres pesos y cuatro reales en Lima, precio que estimaban ju s-
to. Un diputados del vecindario de Santiago vean en el esta-
blecimiento de este rgimen el recurso para que la exportacin
de tr igo llega ra a ser la base de la pr osperidad del reino. pues
bajo el rgimen de completa li bertad, en q ue se opera ban las
tra nsacciones, la exportacin de tri go no era provechosa-s.
En el curso del siglo XVIII. el patri otismo se ha acr ecentado.
En l61. el cabildo de Santiago. en carta al r ey. deca q ue el
gobernador Amat haba creado una compa a de numer istas,
"nombrando ma ncebos nobles por sus capitanes para for marles
un nuevo espritu de heroicidad en servicio de Su Majest ad y
d e su patria"u. En un oficio que el gobernador Amat d ir igi al
claustro universitario le deca que esperaba poder remunerar
a los profesores. a fin de acrecentar el esplendor a que aspiraba
la nobleza. "mirando como principal obj eto la gloria y la Ieli -
cidad de la patria". En la exposicin que hizo el rector de la
universidad con motivo de este oficio. expres que los profesores
"a impulso del honor con que aspiran al crdito de esta real
universidad y gloria de su patria. han recibido los empeos con
":o.l.anilinlo d ~ Iw d i p u ~ d c . de S<lnliago III rey. 19 de julio de 1<77. C. C. ,.
M. M. Mrdinll. 196; 351.
""Idno.
"'ellru. dd ClIbildo de S'lIuiago 1.1 ro:y. 19 de .eplivobre de 1761. C. C. y M.
1\.1 . Mrdillll. 191; 71.
"J. T . M...Jill l.. Ui Slori ll de 11. t: nivenidlld d ~ S.n Fel ipe de Saruiagc de
Chile . T omo 1. p . ~ .
242
la mira a fines tan impor tantes've. El procurador genera l de la
ciudad de Sant iago deda en un informe en favor de do n T oms
de Asa e lturgoyen, q ue la ciu dad estara perpetuament e reco-
naci da por la noble propensin a la patria que habl a mos tr a-
t10
46
En 1760, el cabildo de Santiago informaba al r ey q ue en
la fundicin de bala s y caones se obse rvaba n dos cosas notables
por la novedad q ue cont enan para estos pases: la const rucci n
de piezas pe rfectas que no cedan en pri mor a las mejores de
Europa y el ser r egladas con todo r igor matemtico y dibujadas
"por los hij os de la patri a, con tan bellos ajustes y tan sujetas
a reglas geomtricas q ue no tenan que envidiar a las ms fa-
mosas acaderniasv-t. En Inl, el chileno J os de T oro Zambrano
escr ib a al cabildo de Santiago, en 5 de diciembre de ese ao,
desde Madrid, don de resi da, comunicndole su intervencin a
favor de la solicitud de esa corporacin pa ra q ue el rey le con-
cediese la casa del noviciado de los jesuitas con sus dos hacien-
das, "el amo r a mi patria me obliga a servirla", y ms adela nte,
"yo quedo como verdad ero patricio, interesado en los aumentos
de mi patr ia y rogando a Dios les conserve la vida a los que los
promueven", En mri to de esta incl inacin , el cabildo de Santi a-
go nombr a J os de Toro Zambrano procurador en la corte,
en sesin de 9 de ab ril de l i 72
4 8
En 1764, los vecinos come r-
ciantes de Ch ile expresaban al r ey q ue de la inj usta de penden-
cia en que se encont ra ban respeclO del consulado de Li ma, pro-
cedan "otros abusos ciert amente intoler abl es, como el que ste
no permitier a a los chilenos que retornen a su patria en dinero
el product o de los h ut as que conducen a Lma':.
Desde que los vi rreyes del Per protegieron los intereses eco-
n micos de aq ue l reino con per j uicio de ste y desde que las
bu enas r elacion es de estos vasallos con sus gobernantes hicieron
innecesario acudir a aq uellas au tori dades en demanda de j ust i-
"J. T . Medina. Op. cito T . l . p , 54.
"J. T , Med ina. o p. d I. T. 1, p. 41.
" Carta del cabildo de Sant iago al re}'. 30 de abri l de l i 60. C. C. y M. ~ [ ,
Medina. 191; 22.
" Jai me E)'ugu ine. El Conde tI .. la Conquisfa, p. 94.
"Los vecinos mercade res del reinu de Chile al rey. Sin lecha. C. C. y M. M.
Mcdina. 184; 368,
243
ca: los chilenos aspiraron a hacer real la homogeneidad d e la
monarqu a y lograr la i nde pendenci a e igualdad respecto de!
gobierno y r eino del Per. En 1710 se habia decla rado que am-
bos pueblos era n reinos y los chilenos j ust ificaban sus aspi ra.
cienes en esa declaracin. En 1764, el cabildo de Santiago cali -
ficaba los abusos que comeu a e! consulado de Lima como
impropios de la uni formidad que se deb a gu arda r en los con-
tr at os e incompati bles con la un idad del vasall aj e y subordina-
cin al mi smo sobera now. Don Mat eo T oro y Zambrano, en
presentacin al gobernado r de Chile deca que en una j u nta
reali zada por el gremio de comerciantes de Santiago, en 26 de
enero de 17&1, se habia acordado d irigirse al l ey para que ste
declarase q ue el giro del comercio deba ser igual y un iforme
ent re todos los vasallos y segn esta uniformidad, los comer -
ciantes de Chile pudier an tr aficar por mar y po r tierra al reino
del Per las ropas que les ven tan registr adas desde Cdiz en los
regis tros anuales, de! mismo modo que lo hacan los comer-
cia ntes de Lima con las que les ventan a ellos, vendindolas y
remitindolas a este reino y a todas las de ms ciu dades del reino
de! Per. Fundaban esta pet icin, en q ue siendo igua lmente
vasallos, siendo igual es los der echos con que servan al monarca,
no de ban concederse mayores li bertades a unos que a otros,
princi pal ment e cuando la li cencia de los nav os de re gistro, es
para el p uerto del Ca llao y sus i nt ermed ios, en q ue se como
prendian todos los puertos de este reino; de lo cua l se infera
forzosamente que la misma libert ad de que goza ba e! que r eciba
sus efectos en el Callao deb a gozar el que los reciba en el puer-
to de Valparaiso u otro cualquiera de aquell os a los cuales P'"
d ta arri ba r el navo. Deca q ue la libert ad y franqueza del co-
mercto era la que determinaba su mayor ut ilida d, y que siendo
toda la convenienci a de! mon arca la opul encia de sus vasall os,
todo lo que no era sali r fuera de la monarqua les estaba permi-
tido a stos, si n que en ningn caso pud iera cons idera rse de
rajn cualquiera diversificacin, siendo incompati bl e la conce-
sin de la igualdad del vasalla je con la d ivers ida d de las Iran -
(l uidas e inmunidades, "por ser conforme a todo derecho que
-Cnta del cabildo de Santiago al rey. 2 ~ de febrero de l i 64. C. C. Y M. M.
M<:<I ina. 191; 251.
244
donde se da una misma razn se debe dar una misma disposi-
cion". Despus de sealar la situacin de dependencia en que se
encontraba el r eino de Chil e respect o al cons ulado de Li ma,
deca, qu e en ver dad esto era una desiguald ad que no se encon-
traba "en toda nuestra nacin espao la ni en otra alguna dentro
de sus limit es", sin que hubiera ms Tal n para ello que el U'r
los promot or es de ella los mismos comerciantes que con ella se
Est imaba el gremio de comerciantes que estas ra.
IOnes era n de ta nto peso. que no dudaba que lograran favorable
acogida en el real eonceplO del soberano .
El patrtorismc hispanoamericano. con sus aspiraciones poli-
cas y econmicas inquietaba en la segunda mitad del siglo a Jos
Moino y Pedro Rod rguez Campomanes. fiscal es ambos del
consejo de Cast illa. Ambos fiscales consideraban que se ronver -
tira n en una fuer za con trari a a la perduracin de la. mo-
narqu a de Espaa e Indi as si no se conj ugaban sus intereses con
los de la met r poli. En un nforme redactado por ambos (' 11
1768, acerca de las resoluciones que convendr a toma r para re-
duci r el esp rit u de rebelda qu e man ifestaban algunos vasa-
Ilos americ anos y afia nzar los vnculos de los habitant es de este
r onuncnte con la metr poli. ambos fiscales dec an: "los vasallos
de s . M. en Indias, para amar a la man-ir que es Espaa. neceo
sitan unir sus int ereses. porque no pudiendo haber carilla a
tant a di stancia, slo se puede este bien, hacindoles
percib ir la dulzura y part icipac in de las utilidades. honores y
gracias. Cmo pueden amar a un gobierno a quien increpan
imput ndole qu e principalmente nata de sacar de all ganancias
)' utilidades, y ningun a les promues'e para que les haga desear
y ama r a la. nacitm, y que todos los que van de aqu no llevan
otro (in que el de hacerse r icos a costa mp?, no pudiendo mi-
rarse. ya aquellos paises como una pura colon ia. sino como unas
provincias poderosas y considerables del imperi o espa ol. Para
prev enir, pues. el esp rit u de independencia y de aristocracia. no
bastar a castigar a los autores de semeja nte pensamiento. fKlrque
ese revivir eter namente mientras las sabias providenci as del go
bie rno no tornen un camino OpUt'sIO para qu itarles semeja ntes
" Pr<"tll"nudn tl .. Maleo TOTO zamorano al gobernador de Chil... Si n Iecha.
C. C. y M. M. Medi na. 198; ' 60.
24 5
deseos". Fundados en observaciones anlogas a las de Macanaz,
los fiscales proponan resoluciones diferentes: su intencin era
debilitar el patriotismo para crear un sentimiento de la menar-
quia. Para e50 proponan que se atrajese a los americanos a la
metrpoli. creando un establecimiento adecuado donde pudier an
estudiar en forma honrosa y lucida; reservarles un det erminado
numero de plaras en el ejercito; crear un regimiento con sede
en la metrpoli. formado exclusivamente por dios; enviar excl u.
sivamente espaoles a desempear los principales cargos. obis-
pados }' prebendas de las Indias. )' designar americanos para igua-
les cargos en Espaa. Segn los fi!ICdiles. slo estas resoluciones
podian producir la unin y la amistad y constituir una sota na-
cin ron las partes que la Integraban. Los riscales consideraban
que los americanos que desempearan funciones gubernativas y
eclesiasricae en la metrpoli serian de mucha importancia en
l. obr. de unificacin, pues surtan como rehenes pu. retener .
los paises de Amrica en el seno de la monarqua. Para lograr
el fortalecimiento de la unidad, los fiscales proponan tambi n
asignar un diputado a cada uno de los tres vir revnatos y a las
Filipinas. La eleccin de estos representantes se harta por turnos
por las principales ciudades. Estos diputados permanecer an en
la corte durante un perodo de seis aos en la misma forma que
los diputados del reino. El rey les concederte la misma gracia que
a Catalua y ~ f a l l o r u . y se incorporaran con los de Castilla,
Aragn y Catalua para conferir y representar humildemente
lo que conviniese a la utilidad pblica de esos dominios. Esto
permitid. al gobi erno adoptar las providencias convenientes,
oportunamente, adquirir las informaciones necesarias y an Io-
mentar su felicidad pblica; formar .sl "un cuerpo unido de na -
dn"; eliminar la idea de un.. aristocracia separada y Iornenta.
rla la conciencia de que esas provincias consritutan una parte
t'SCncial de la monarqutaw.
Expresi n de la favorable inclinacin de la corte hacia est a
tendencia de los vasallos americanos fueron dos reales cdulas
de lii6 y 1777, que dispanlan beneficios en su favor . La primera
de 15 de noviembre de 1776, ofrecia a los espaoles americanos
- Ri( hu d Ji.on..I1 La Condicin Lq-al d.. 1<... CriollOll ,. las Causas dI" la
Ind..pendencia. R il la de tudiOll Am..rkanOll. N9 5, pp. 315-4.
246
de ronocida distinci{m que entrasen a servir de cadetes en los
cuerpos fijos, o en los dems cuerpos del ej rcito que pasaban a
Amri ca, atenderles segn sus mritos con igual prelerenc aea.
La ot ra , cuya (echa es 21 de febrero de 1177, di spona que para
premi ar igualment e la idoneid ad de los ame r icanos, la cmara
de Casti lla propusiera a aqullos qu e eran de probada virtud
y li terat ur a para prebendas eclesisticas y de oi dores en las igle-
sias y tribuna les de Espaa, y lo mi smo se har a en Amr ica ro n
la limitacin de q ue siempre se reservar a la tercera parte de
los canonicatos y prebendas para los ame ricanosv-. Con estas re-
soluciones no se lograba at enuar un a tendencia que estaba vincu-
lada al propio origen de esta s sociedades y que, en Ch ile no
apareca incompat ibl e ro n la sumis in al rey, que era el titu lar
de la monarqua. En 1773, el cabildo de Sant iago se quejaba al
rey de que era oprimido por el corregidor l aartu y le infor ma-
ba que "despus de un perodo en que no h ubo inters por parri-
ripar en el cabildo, ellos hab an rematado las varas de regidores
si n otro i nters que el honor, po rque no ej ercan j uri sdi ccin pa-
r a formarse clientela ni percib an rentas y que encontraban la
ms ap reciada recompensa a su trabajo en ejecutarlo en servicio
del rey de la En la r eglamentacin de la pragm tica
sobre matrimonios, hecha por la audienci a de Ch ile, con fecha
23 de ma yo de 1776, se deca que estaban comprendidos en
ella los negros, mul atos, ctc., que gi ren en el comercie y poesan
conocimientos de ciencias y ar tes y los qu e hubi eren hecho
part iculares ser vicios al rey o a la paniaee. En 1777, los cuatro
diputados elegidos por el vecindario de Sant iago para represen-
tar los reparos a las disposi cion es del contador i nterino, af irma-
ban qu e haban i ntervenido en el lo como vecinos amantes de su
patria y de la q uietud y tranquilidad del reino y que hab an
" Carta del gobernador al mi nIst ro Ga!>el. 31 de malO de 1767.
C. C. )' !-I. M. Medlna. 196; 1M.
" Miguc\ LUIS Arnuntegut. Los de la l ndepcudencta de Chite
T . 111. p p. 79-80.
""Carta del cabildo de Santi ago al re y. 28 de sepucmbre de 1773. C. C. y
M. M. Med ina. 19.); Z28.
" Consejo de India. [, de ma)'o de li 80. Informe dd consejo .obre la regla-
memacton hecha por la audlend a (le Chile 3 la pragmt ica sobre mat rtmo-
nos. A. G. r., A. de Chile. 172.
247
hecho un servicio al rey en tra nquilizar al r ein o que esta ba su-
mamente albororadoet . En un expediente de don Vicen te de la
Cruz y Bahamondes. en que solici taba que se le mant uviera en
el cargo de subdel egado de T'al r a por un nu evo peri odo, que Iue
tramit ado entre 1797 y 1800, se deca que haba reali zado grandes
obras de pi edad y poli ca a res ta propia y auxil iado de sus her -
ma nos en obsequio de la fel icidad de su patri aw. En 1793, el
obispo de Santiago deca en ca rta a don Pedro de Acua que el
cami no de Valparaso era una obra tan ul y benfi ca q ue ha-
bra de perpet uar el nombre de su autor en este reino y seria
aplaudi da de cuntos la ins pecionaren con oj os despej ados y li-
br es de las preocupaciones de que son suscepti bles los n imos
poco patriotas, de masiado adic tos a sus i nt ereses y sin atencin
alguna a la r orn n uril idad w. En 1791, Nicol s de la Cerda ex-
presaba q ue u no de sus fundamentos para soli ci tar un ti tulo de
Castilla era el haber donado al presidente una gr an cantidad de
pi es de caa de az car para d ifundir su cultivo por "celo patri-
ti m "
ll O
J oaqun Camp ino, estud iante de la acade mia de San
Luis. i nstaba a sus compaeros a estudiar las discipli na s que
cons ntutan el pl an de estudios de esa academia con las siguientes
palabras: "Segu id con paso firme y mod erado vuest ra vocacin y
los designios de nuestro buen rey. Fij ad la vista en la patria
q ue esper a de vosotros su adelantamiento", Y en ot ras parte:
"Vuestro rey os incit a, la patr ia necesit a de vuestras fat igas"61.
En 1809, el cabildo de Santiago deca q ue estando juntos y
congregados en su sala de ayuntamient o, como lo tienen de uso
y cost umbre en cabildo ordi nario, con el (in de tra tar de "cosas
importa ntes a la patria y al bi en comn", acorda ron hacer a la
junta central gubernat iva de la naci n una sumisa r epresenta-
cin sobr e la provisin del cargo de obi spo y solici taron que se
de 106 cuatro diputados de Santiago al rey. IQde julio de 1777.
C. C. Y M. M. Med ina 196; 5R
- A. G. l., A. de Chile . 175.
""Caru del de San l iago al Excmo. seor don Pedro de Acua . 12 de
ocl ub u: de A. G. l., A. de Chil e. 460.
" Carl a de Nicol s de la Cerda al rey. Mad rid , 21 de marzo de 1791. A. G. l.,
A. de Chile. 172. .
OI DocumenlO p ublicado po r !\I. L. en "Los Precursores de la I n-
dependencia de Ch ile", T , 111, p.
24 8
designase a don J os Santi ago Rod r guez Zorrilla, sacerdo te be-
nem nt oss. En una r el acin de mr it os de l doctor J oaqun Fer -
nandez de Lciva se dice q ue el cab ildo en informe d irigido a la
audiencia, en 7 de febr ero de 1809, aseguraba q ue ste habia des-
empeado sus funciones con el ms vivo celo por el real servic io,
q ue desprendindose de negocios pa rt iculares se dedic a lo>
de la patri a
6 3
. En 1809, los i ntegra ntes del cabildo de Valparat-
so dec an haber substit uido a otros "q ue er an sujetos inaplicados
e insuficient es a cont r ibui r a las de fens as de la patria" en ocasin
que se acercaba el enemigo ingls, a cuya fue rza se hallaba reno
di da la ci udad y pu erto de xt ontevid eo. y atacada por los mismos
la capil al de Buenos Aires, con designio de apoderarse a un
tiempo por mar )' tier ra de las provi nci as internas de aquel vi-
r reynat o y de las de este rcino' ". El fiscal en su dic tamen sobre la
causa q ue inici ese cabi ldo con tra un a resoluci n del goberna-
dor Card a Carrasco, con firm la aseveracin de ese cabildo, di-
ciendo que esos r egidores "parecen personas inclinadas al serv-
rio del pblico, como en defensa de la pat ri a"6,\
La tend enci a a converti r el nacimient o en pr ivilegio para go-
lar de los beneficios y honores que br indaba la patria, se acen-
tu. Carvallo y Coyeneche, d ice: "Bien conodan y conocen aho.
ra tambi n la est recha ob ligaci n q ue ti enen de defender el pa-
trio sud o, pero hadan memoria y tambin ahora lo recuerda n,
qu e la tierr a toda de su pas est regada con la sangre de sus ma-
yores, y que el fru to de este rojo y horri ble r iesgo van otros de
afuera a cogerl e, sin que las piadosas reales i ntenci ones de los so-
beranos ha yan sido bastan tes para remediar este abuso. Ven que
ellos llevan todo el peso de este real ser vicio y de la guerra, y que
OI Petiri6n del rabildo <le Sant iago 3 la junta central gubcmarlva. 7 de novicm-
bre ele IAro. A. G. 1" A. ele Chile. 230.
01.'\. G. I.. A. de Ch ile. 311-8.
" El cabi ldo , j ust icia y regtnuento de la ciudad ). pu('rto de \ 'alpal al.,o en el
reino de Chi ll.". da cuenta (On tcstimonio ele autos del agr a"io que se le ha
in fer ido por el muy ilmlre seo r K0he rna dor don Francisco Antonio Garca
Carrasco. 19 de septiembre de 1809. A. G. L, A. de Chi le. 230.
OIEI cabildo , jus ticia y regimien to de la ciudad y punto de Valrara /", en el
reino de Chile, da cllenta con tcstimonio de aut os dd agra"io que se le ha
inleri do por d muy il ustre seor Kobernador don Francisco AlJCOllio Garda
Carrasco. IQ de septiembre de IA09. A. G. t., A. de Chile. 230.
249
por in forro" de los gobernadores. cogen 105 ext ra os el empleo
que mpo merecer el hijo de la p:Hria"lIlI. Usa ndo en l as rorpora-
clones el derecho a elegir. solicita ndo el cumplimiento de ley",
que la la nobleza dominaba en la adminiSlradn
muniripal, en la iglesia y ocupaba cargos en la administracin
real. En 1771. el obispo de Santiago. :\lanud Alday. informaba al
rey despus de enumerar a los cl rigos de mayores mritos,
que lodos ellos eran de familias nobles de Santiago'f. En li77.
en otra nmina incompleta de sacerdotes del 'obispado de San-
tiago. c'n la que se induia a los de 1;., provmrias cuyanas veinri-
er an chilenos. seis roplatensee y uno andaluz, de un toral de
tretnra y cinro'R, En el obispado de Concepcin, de un lotal de
dieeisis cclestanlcos seculares, catorce eran chilenos y dos penn-
sulareew. En el cabildo de Santiago los ehenos eran mas que
los europoos. dice el contador mayor i merino, Gregorio Oorua.
lez Blanco, en carta de 9 de septiembre de 1776 al ministro
GhTZ
'
.... Las rdenes rel igiosas estaban formadas por chi lenos
en abrumadora mayora. En 179R, un (rand scano europeo sea-
la ba (i lle en el convento de Sant iago slo dos fra iles eran penn-
su lares
ll
De los nueve obispos que dura nte el siglo XVI JI go-
bernaron la dicesis de Santiago, siete fueron chilenos y dos
peninsulares y de ocho que gobernotrpn la dicesis de Concep-
cin en d mismo siglo, seis fueron El tesorero de
la ca sa de moneda. nombrado en 28 de noviembre de 1776, er a
-c.""llo r Ilc:saiprin hislrico de:! Reino Chil e.
T . 11. p. 19. C.oI. de HisI. de Chile:. T . XIX.
"1:1 de: Sanli.-go de: Chile: "' cumplim;rtllo de: mi rdn de: Vunua
\bjnlad. mfom>a dc:l nl..oo ni IU obispAdo. 20 de: marro de: 1711.
A. G. 1 A. de Chile: . 460.
-Rebcin dc:1 praidnue: Jurc:gui que: comprn>de n.r'" dd oh;,
s-Jo d", 31 <k mano de 1777. A_ G. t.. A. de: Chile. 306.
"Re:!ai<'>n drl ohi.po de Conce:pdn .11 Ghn IObre los
de IU obisp..oo. !lO de abril de 1777. A. G. A. de 501.
""C.arla dd cnnl..lor man>l' inln-ino .11 minillro G-ihc:z. 9 srpli<"JTlbre <k
1776. C. ,. \1. \ 1. \ frdina. 196; 90.
"Re:pl5tntadn del p<tdre Rlu Alon.... .1 la audiencia. 1I de apiO de 17911.
A. G. r.. A. de Chi le. '10
'"1>. RU l OS Arana. lI islor ia Gnteral Chi le. T . \"11, p . 437. Nol a I! .
2 50
ch ileno, hijo del Conde de Quinta Al egr en . An en la audiencia,
por excepcin a la ley. hubo ministr os chilenos a fin es del
XVIII . dos en 1767
14
yen 1776. la mayor a de los minhtros eran
chilenos, y el fiscal , q ue er a rioplatense. prev ia autorizacin real,
habla r asado a sus hij os co n gente del reina n .
La causa de la exclusivi dad de los ben eficios y honores que la
patri a podta ofrecer ten ia tambin agitadores. En 1775. la au-
diencia. formada entonces en su mayor pa rte de chilenos y de
oidores vi ncu lados en el rein o, dec a de Mateo de xtestas que
era de genio intrpido y altivo. que ll evn dol o de un exceso a
otro, de vulnera r la ju stlf icacl n. celo y ant igedad de los tr ibu-
nal es superiores. presentando en ell os con audacia y notorio es-
cnda lo los libel os ms desa tenta dos y denigrator ios que haba
podido concebir libertina a nimosidad. Nada hab an podido en
l las r eprensi ones del super ior go bierno. Durante el ao en que
habla sido procurador ge neral de la dudad. hab ia cometido nota-
bl es excesos, causando inquietu des y movimi entos entre capitula-
res del cab ildo "por las parci alidades que existen ent re pa tricios y
eu ro peos. enlazados unos y otros con las princi pal es fami li as de
esta r epblica y de todo el rei novts. En 1781. el fiscal de l a au-
di encia formad a entonces por oidores forneos. debido al
t raslade d e los que fueron acusados de colucin con el vecindario
en la resistencia cont ra la ges tin del contador in ter ino. Grega-
r io Gonzl el , der a que se afi rmaba que Manue l J os Orejuela
habla sugerido a Juan An ton io Rojas que obsequiase un atri l
al gobernador . a lo que ste habla contestado que le dara un
balazo, Orej uela habra agregado: estos castellanejos todo lo
qui eren agarrr y prometi da r fuego a los espaoles por Valdi-
" El supert euenderue de la casa de muneda ue Chile informa ue tus mrilos
t' servirlos de don Jos Antonio Alca1<le, tes"rt."ro. 7.1e agostu u" 1779. A. G.
l ., A. de Ch ile.
" Inf(lrm" del Co"'''jo acerca ue la pe tici n del gobernador de Chile pata que
se ap tu"l>en !liS pmced imientos en las diferencias en la eleccin de t"-'tut de
la l n i\ cu idad de San Fel ip" . 8 de marlO 1769. A. G. l., A. de Chile. 172.
" Infurme d" Tom;\s Orli l Landaza sobr" canas de Silvest re Carda. con-
radcr mayor d" Chi le.
'"Catta de la au die nci a de Chile al rey. 2 de dici"mbre de 17i 5. C. C. y M.
M. Med ina . 1%; 57.
25 1
viart . En 1787, el r egent e de la audi encia , Toms Al varcz de
Acevedo. comun icaba al ministro Galvez qu e hab a sido infor-
mado de que ent re la gente vulgar caus aba algu na ex traeza
y aun resenti miento, la indicacin "para las Indi as" qu e se pona
en el seis de copas de los na ipes y qu e atribuan a esa distin cin
o a cualquier defecto que encon traban en las ba raj as y qu eri an
persuadir con ignorancia o ma licia q ue er an mej ores las que se
destinaban para el abasto de los vecinos de los rei nos de Espa a.
Declaraba el r egente que au nq ue esta censura pudier a no me-
recer aprecio, le parecta qu e era su deber comunicarla a la su-
per ic ridadre.
La propensin del rey y sus ministros a r egenerar y a elevar el
nivel mor al y reli gioso. a ahondar la comprensin de l Estado y
sus necesidades entre los vasallos americanos, mediant e el envo
desde la metrpoli de frai les y funcionari os europeos, chocaba
con la tende ncia a converti r el nacimi ento en privil egio para go-
zar de los benef icios y honores q ue la patr ia pod a br indar. Los
chilenos replicaban a esa pol tica in iciando recursos cuando las
leyes se los perm it an , despus de los cual es qu edaban tri un-
fantes, au nque doloridos por la pr etensin de privar les de los
mandos. As ocurr i con el establecimien to de la alt ernativa en
la or den de San Francisco. Se la dispuso par a establecer la
vida en com n y para pone r fin a los disturbios que habia entre
sus miembros. Dos fra iles se enviaro n desde Espaa pa ra impo-
nerla. Su rarea fue mproba. En cana dir igida al duque de la
Alcudia, uno de ellos se expresaba asl: "que el objeto y designi o
de forma r un pueblo rel igioso deformado, es bi en crt ico y
mucho ms en atencin al carcter chileno. Vuestra Excelencia
sabe muy bien lo que nu estros extr emeos sudaron por con-
qu crarlo y forma rlo en lo pol tico: y yo veo cunto debo suda r
par a for marlo en lo mo ral y Los fr ailes chilenos
slo ve an en el estableci miento de la alternativa un recurso
" Pet icin JeI riKal de la au diencia en la causa po r cons piracin. 15 de enero
de 1781. A. G. 1.. A. de Chile. !JOS.
"'<'.arta del regente de la audiencia T oms Alvarez de Acevede al min st rc
Gh 'el , 22 de ju nio de 1787. C. C. t M., Medi na. 199; 168.
""CaTla de fra)' Lorenzo al duque de la Alcud ia. Santi ago de Ch i le. U
de junio de 179i. A. G. l ., A. Papel es de Esradc. 85.
25 2
de los rel igiosos europeos para ascender y estimaban qu e sin
l n unca legrar an este propostoee. y lo resistieron . No obstante
esta oposicin, los frai les europeos lograron implantar su obje-
t ivo, pero no lograron ser acepta dos gratamente. Su xito en la
tarea propuesta fue de poca d uracin. Hacia el ao 98, subsis-
tan las rival idades y de la obra pri ncip al , que era la vida en
comn, apenas exist an rastros- u. Cuando lleg a su trmino el
tu rno a la porcin americana de la orden y la europea deb a
segui rle en el gobierno, aqulla no dej ar bitrio ni esfuerzo pa-
ra entorpecer la clccci nw. Uno de los sacerdotes eur opeos se
dirigi a la cort e a reclamar de l atropello y obt uvo plena repa-
radn. El rey, por cdula de 21 de abr il de 1802, orden al co-
misario general de la orden que nombrase un delegado pro-
visto de las ms amplias facultades pa ra que restab leciera la
alternativa, procesase a los autores del exceso come tido yen
viasc los autos al comisario de la orden y al consejo de Indias
para que resolvieran. La eje cucin de estas rdenes indign a los
sacerdotes chilenos e hi cieron vctimas de su enojo a los europeos.
Vencidos stos , elevaron una r epresentacin al re y desautorizan-
do los i nformes que haban motivado el en vo del comisario 'i
soli citaron q ue se r estableciese la situaci n en que estaba la orden
antes de la llegada del comisario visitador. Esta presentaci n fue
desechada por el rey y declarada contraria al buen orden y origen
de nuevos disturbios y reiter la cd ula de 1802 conmina ndo a los
r el igi osos a obedecerla bajo pena de desti err o, para lo cual di o al
gobernador y al ob ispo las ms estrechas Insu-ucrionesee. Estas
rdenes no ll egaron a cumplirse y la alternat iva no se resta-
bleci ".
" Carta de Iray Amon io Ga lian a . O. 1'. al mi nistto Gdh ez. 26 de abril de l i 87.
C. C. y M. M. ~ f e d i n a . 200; 80.
"'I nforme elevado po r la audien cia al rey, a peticin de fray Bias Alonso. :ro
de agoste de 1798. A. G. l., A. de Chile. 310 y C. C. y M. M. Med ina. 200; 80.
"'Repr<-'Sentarin de Iray Jernimo Hilad o de Qui lllani lla sobre los t rop"lOS
para el (umplimiento de la alt ernatiu en la plO\'ina fralll iscalla de Chile.
111 de septiembre de 1801. C. C. y M. "1. , Mcdina. 215; 100.
"'Miguel Luis Amuntegui: "Los p recu rsores de la I ndependencia de Chile",
Tomo 111 . p. 58.
"0110 Y Maas. Las orden es rel igiosas de Espaa r la colonil acin de Amr ica
en la seguuda mita d del siglo XVIII , p. 26. Bar celona, 1918.
253
Debido a la oposicin del p restigioso sacerdote espaol fray
Antonio Galiana, prior del convento de dominicos de Valpara-
so, que t ema la resistenria de los religiosos chilenos a ser go-
bernados por eu ropeos, no se esta bleci en esta orden el rgimen
de alternativa a l mismo t iempo q ue en la de San Fr ancisco, pero
en I i8i estim ronveniente que se impusiera este rgimen en su
orden }' en todas las dems para elevar el nivel de la vida me-
n stica }' lo solici t al minist ro Cal vez conjuntamente con el
envo de sacerdotes europeoeec. Al ao siguiente, 23 religiosos de
esta orden re iteraron al rey la pr imer a parte de esta peticin;
el establecimiento de la alternativa entre europeos y ch ilenos
para evitar la sUfesin de maestros y discpulos en los cargos,
pero se mostraban abiertamente contrarios a que viniesen sao
cerdotes europeos, pues el provincialato poda recaer en el padre
Antonio Catano-e. Por cdula de 26 de mayo de 1788 el rey pi -
di informes a l presidente y a la audiencia de Chile. Esta lti-
ma infonn en 23 de marzo de li90, confirmando las asevera-
ciones acerca del in cumpl irniemo de la vida en comn en los
conventos y de las funciones propias de Jos religiosos y la con-
veniencia de un pronto y ef icaz remedio. Expres q ue consul-
t an do ron algunos religiosos stos ha ban mani fest ado poca fe
en que el esta blecimiento de la alternat iva fuese el remed io para
lograr su mejoramiento y negaron que los sacerdotes europeos
hubiesen sido postergados, pero que siendo vol untad del rey lo
admitan gustosos pero suplicaban que se estableciese sin menos-
cabo y deshonor de los frail es chi lenos. Pa ra la implantacin de
l a alternat iva proponan que se exigieran requisi tos que acre-
ditaran formacin y experiencia a las personas que fuesen ele-
gidas para los cargcset. En otro documento de la misma (echa,
23 de marzo de 1i90, la audiencia mani fest aba poca inclinacin
al establecimiento de la alternativa. En l decla que la orden de
San to Domin go era l a que menos poda calif icarse de rel aj ada,
pues aUllllue no logr aba la observancia d e l a vida en comn,
-Cana de fray Antonio Galiauc al ministro G:l.h'el, 26 de ab ril de 1787, C, e,
y ...1. .'.f., Mffl i na. 200; 80,
Petici n de varios religiosos de la orden de predicadores de Santiago de
Chile al rey. 27 de noviembre de 1788. C. C. Y M, M, 207; 2 3 ~ .
"' Miguel Luls Amun:l.u:gui: "Los Precursores de la IJldepen dend a de CJliJe",
Tomo 11I. pp. $152.
2 54
sus religiosos se ejercitaban en los mi nisterios de! plpito, con.
fesionarios y ejercicios de piedad. En sus elecciones de prelados
no se producan 105 escndalos que eran Irecuent es en ot ras,
especi almente en las que estaba n sujetas al rgimen de alternan.
va; que en ella no habla rivalidad entre europeos y chilen05;
que los primeros no pasaban de seis y que ten an funciones
correspondientes a su merito. y que e! colegio de Chill n no era
ejemplar de correccin como se dec fa'", :" 0 siempre las autor]-
dades de! reino coincidieron con las autoridades met ropoli tanas
en consider ar a los frail es europeos como aptos para servir de
pa rad igmas de correccin a los chilenos. Don Amb rosio O'Hig-
gins, en nota dir igida al intendente de Concepcin, su fecha 18
de mano de l i 91, despus de mencionar las disput as de los re.
ligiosos del seminari o de naturales. le expresaba: "en esto ved
v. S. tal vez por primera vez, pero q ue seguramen te no ser
la ltima. que en Am rica dan menos que hacer los natural es de
estos dominios, que aq uellos mismos q ue son destinados para
ayudar en la admini str acin y gobierno de estos paises". Refi -
ri ndose seguramente a la resistencia de los frailes a obedecer
rdenes del gobierno. expresaba: "todas estas disputas son im-
pertinencias que habran evitado cualquiera otros que no fueran
los frail es que siempre quieren que todo se haya de gobernar a su
mudo y por sus En vista del informe de la audiencia
y de otro presentado por el obispo, resolvi el rey por cdul a de
22 de julio de li91, (l"e se constituyese en Sant iago una junt a
integr ada por el gobernador. el regent e. el fiscal, un oidor de
la audiencia, el obispo y un cannigo designado por ste par a
que inf ormase sobre el estado de la orde n y especialmente sobre
sus recursos. Tres aos despues el grupo europeo. sin esperar a
que esa j unta hubi er e cumpl ido con la orden real, present en
la corte en 10 de enero de Ii9 l un memorial annimo solicitando
al rey el establecimi ento de la ahernarivae v. Estos frailes d trtg e-
ron tambi n una carta al duque de la Alcudia. en 8 de enero de
li9-l. en la que acusaban a los asesores de la ra pua nt a general y
-e. c. y M. M. 208; 8.
- Migue! Luis Amun.:hq ui: ' .1.01 Precursores de 1.. I n"pehtlen ei.. de Chil., " .
Tomo 11. p. 4S,.
""ligue! Lui. Amun.1f.,gui . Op. cit . Tomo 111, p. !l4.
255
de la intendenri a de Concepcin. Ramn y Juan Manlnez de
Rozas respectivamente. de codicia insaciable. de lascivia escanda.
losa. y de que se regan "por las mximas de Vo1taire y de otros
autores semeja ntes a quienes lean con panicular predilecctnvei .
El rey atendiendo a este memorial. amonest a la j unta por su
tardanza en emitir su inf orme, por cdula de 24 de sept iembre
de 1i94. Los frailes chi lenos por su parte, enviaron un procura
dar a la cor te. Este present un memorial en 19 de septiembre
de li94 y logr q ue el r ey ordena ra por cdula de 3 de abril
de li95 la disolucin de la junta que deba informar sobre el
estado de la orden y repus iera a sta en su crdito y fama sin
qu e esto fuera obstculo para seguir adelante en los proyectos
de reforma. Aquellos pro yectos no se pusieron en prctica y
la orden sigu i gobe rnada por chi lenosea.
Podra pensarse que la recomendacin de los fiscales del ron -
se]o de Castilla Jos Mo ino y Pedro Rodrg uez Camporuanes. de
Ii68, destinada a fort ificar el sentimien to mon rquico encontr
acogida entre algunos chilenos en r uante abrJa un nuevo campo
a sus aspiraciones a ser beneficiados por el estado en atenci n
a los mritos y servicios de sus progenitores. as fue. En 1779, Ma.
nu el J os Orejuela. en cumplimiento de la orden de que antes de
partir a la bsqueda de una sospechada colonia de ing leses en los
mares australes de Chile informase de cuant o fuese necesario para
el mejor resultado de la empresa, expuso al ministro Glvez la
conveniencia de cons iderar el hecho de q ue los americanos no-
bies y ricos que renta n hi jos en eda d de tomar of icios honrosos.
no pudiendo hacerl o en Amrica, se vean en la necesi dad de
hacerles curas o fr ail es a los que podan y mantener a los dems
a sus expensas. Estos lti mos, con el li bert inaje. se hadan vi-
r iosos y arruinaban sus casas}' fami lias o eran ma ndados a Es-
paa a buscar su ali vio. Muchos de stos se ha llaban en la rne-
trpoli gastados. perd idos y arruinados, viviendo celosos de que
los espaoles q ue no tenan tales orgenes fueran exaltados por
las armas y las letras en lo secular y eclesist ico y ellos abatidos .
siendo de la misma jerarqua. y sin valor para represent arlo.
"'Carta annima dirigida al du que de la Alcudia. 8 de enero de 1794. A. G.I .
A. de c une. 310.
- Miguel Luis Amun legui. op. cit. T omo 111 . pp. 47!>7.
256
medrosos de una severa reprensin. Orej uela, fundado en sus
antecedent es y por su int er s en la religin, su adhesin a la co-
ra lla y en el "amor a la patr ia y a sus compatrio tas" prepon a
que el rey mantuvier a regi mientos de sbdi tos americanos en
vez de ma ntener regimi entos de extranjeros con sus oficiales pa-
ra suplir la falt a de vasall os. Los vasallos ame ricanos pod an ve-
nir a Europa con pasaport e fra nco en los navos de guerra y con
franqu icias par a '-l ue sus padres les enviasen dinero para que
pudiesen servir con mayor decencia. Declaraba Or ej uel a que esto
no era un mero proyecto sino un clamor general de los vasallos
de Chile
93.
La aspi raci n a que el gobierno de Ch ile tuvier a pl ena inde-
pendencia del virreynato de Per fue satisfecha con la creacin
de las intendencias en 1786. Esta ind ependencia tuvo su contra-
part ida en la exigencia de que el reino alca nzar a su autarqua
financier a. Esta misma vino, a su vez, a confinnar esa indepen-
dencia cre ndose organismos superiores de admi nistrac in co-
mo la di reccin de la renta del tabaco creada en 1787
91
. El reco-
nocimiento de esta ple na independenci a e igualdad dentro de la
monarqua consolid la conviccin de que estos vasallos por ser
gobernados por autori da des inmediatamente dependient es del
rey cons tit uan un reino, pero que al mismo t iempo constitua
una parte de la monarqua conforme a cuyas leyes era goberna -
do. Asi lo expresa Miguel de Olivares, en su "Historia": "desde
los pri ncip ios de la conquist a conocieron los monarcas espaoles
qu e Chi le era una piedra muy precios a de su corona y una por-
cin muy nobl e de sus vastos dominios y lo condec oraron con el
titu lo de reino y con pon er en l aud iencia real"'95. El cabildo de
Santi ago expresaba esta conviccin en tr minos que recordaban
a los de l siglo XVI y XVII en car ta dirig ida al rey en 1793. En
ella deca el cabildo: "Este reino, el ms feli z y bien situado de
cuantos tienen la fel icidad de estar a los pies de vuest ra mages
" Prese ntaci n de don Man uel Jos Orejuela al ministro Calvez. 5 de ;.gO/lto
de 1779. C. C. y ~ I . M., Mcdina. 198; 250.
" Informe dd gobernador Luis MUli oz de GUllUn al minist ro Jo:I': Antonio
Caball ero sobrc indepeudcucia fiscal del rein o de Chile, febrcro de 180.'5 .
C. C, y M. ~ I . , Me<lina. 215; 26.
"!MigucI de Ol ivares. lI istoria mi lit ar, civil y sagrada de Chi le. Colecc. de
Hin . <le Chi le. Tomo IV, p. 6.'5.
2 5 7
tad"te, Don " Ianuel de Salas lo conceba como parte de la nac in,
en e! informe en que se refiere a la importancia de! consulado,
dice: "la creacin de! consulado en esta parte de la nacin es se-
guramente e! medio ms d icaz para Iomeruarla'vt.
El vinculo entre la patria y la me trpoli era e! origen, la con.
quista espaola. Un claro test imon io de esto se encuent ra en las
peticiones formu ladas al rey por la ci udad de T lea. Esta ciudad
en solicitud para que se le concediese tit ulo de muy noble y muy
leal abona esta pretensin con algunos hechos hero icos de aqueo
Ha acci n y, particularmente, con el h echo de que Pedro de Val-
divia no hubiese progresado en ella si los indios proma ucaes no
se le hubieran unido como auxil iares contra los araucanos y pe-
hucnches' ". Despus de haber obtenido el tit ulo sol icitado, el ca-
bildo de la ci udad pidi algunas modificaciones y adems ex-
preso "q ue sera apreciable al ayuntamiento, a todo su vecindario
y a la provincia. que por part icular timbre de su an tigua no bleza
y lealtad, acompaadas del valor y constancia de sus natu rales,
contuviese el escudo en bien dispuesto cuartel un indi o vestido
a la chilena, o araucana, con su po ncho atado a la cintura, otro
metido por la cabeza con una clava en la mano y una faja encar-
nada bastante abuhada alrededor de las sienes que representase
al joven Lautaro de edad de veinte aI10s con una [lecha atrave-
sada por el costado de parte a pa rte asomndose a la trinchera y
luego un grupo de i nd ios muertos como ensartadose por las lan-
zas y espadas de los espaoles, cuyo cuartel perpetuar a la me-
moria de la gran batalla con los araucanos en Mataquho de la
comprensi n de Maule, do nde fue herido }' muert o el terr ible
toqui ge neral de dios, dicho Lautaro por un proma ucae o mau-
lino ton completa derrot a del ejrcito infiel del q ue se siguieron
"'Carta del cabildo de Santiago al rey. 26 de febrero de 1793. e, C. y M. M.,
Me<1ina. 211; 25.
de <lon Manuel de Salas. 12 de diciembre de 1797, C. C. y M. M.,
214; 91.
...Iicut e sobre la wncesin a la villa de San Agusln de TaJea en el rtino
de Chile <ld [lIulo de ciudad con relevacin del servido y del de muy noble
y lllUY leal. 17%. A. G. 1., A. de Chile. 172.
258
sucesivas victorias e in teresant es establ ecimientos en aquel reino
por los cspaoles'w.
A fines del siglo XVII I la dedi caci n del individuo a la patria
es designada patr iot ismo y pat ri ota a qui en la siente. Este lt imo
ter mino es entonces poco preciso en este sent ido. En algunos ca-
sos designa al na cido en la pat ria, reemplaza a pat ricio. En este
senti do lo usa P rez Carcia, en su Historia na t ura l, mil itar, civil
y sagrada del reino de Ch ile. Dice: " ... ll egr onle a servi r de \ '0 -
luntarios algunos jvenes patr iotas", re fir i ndose a los jvenes
chi lenos que acudi ero n a integrar la hu este que organiz el hijo
de Francisco Vi llagra para combat ir en Caurayrvv. Pero en gene
ral se usa ya con el segundo sent ido. De arrimo poco pa tri ota, de-
masiado adi cto a sus intere ses y sin atenc in alg una a la comn
ut il idad habla el obispo de Sant iago en 1793. Nicolas de la Cerda
dice haber actuado por "celo patritico". En 1798 el gobernador
Avil s cali fica a un vasallo de bu en pat r iota "cont rado este buen
pa t riota a cuanto pueda conduci r al bien de este r ei no", dice
10 1

En 27 de ma rzo de 1807, el cons ulado adopt el acue rdo de desig-


nar como agente suyo en la corte "a una persona de pat rioti smo
y acti vidad", por lo cua l haci endo memoria "del patriota do n
Jos Sant iago Sol o de Zal dlva r", resident e en C diz decidi dele-
garl e los poder es-va.
La pa t r ia y la mon arqua no se excluan. El pat ri otismo era
una virt ud cuya ef icacia trascend a de si misma . Promoviendo el
bien y progreso de la pa tria los chilenos crean contrib ui r al en-
grantl ecimiento de toda la monarqua o de la nacin . Su efica-
da aument cuando los polt icos ilustra dos se propusieron recu-
perar el anti guo pod er o de la nacin espaol a y par a ell o crea-
ron instituciones tendientes a favorecer la actividad econmica de
los vasall os o insutucioues econmic as estatales cuyo manejo exi-
g a gran dedicaci n al bien gt:neraL Los patriot as ch ilenos en-
" Representaci n hel ha al n'}' en nombre <lel Ayuntamiento <le la ciudad de
T alca. 13 de di ciembre <le l i 96. C. C. l xr. 213; 303.
""Jos P el Car d a. Libro 59, captul o 13v. Colee. Hist. de Chi le. Tomo XII.
""Del Marqus de ,hl. al seor don Francisco de Saavedra. 13 de oct ubre
de 1798. A. G. 1.. A. de Chile. 310.
"'"I'ooer conferido por el pr ior}' cnsules del cumulado de Santago a Jos
Santiago Solo de lal di\ ar. pan. que les represcmc en vir t ud de un acuerde
tomad o el 27 de marzo de 1807. A. G. l . A. de Chi le. 230.
259
contraron nuevos incenti vos y nuevas tareas cua ndo se ha bi tua.
ron a mirarse segn un ideal de sociedad y de hombr e, Entonces
no slo promovieron las iniciativas que surgtan del impuso de los
prop ios vasallos, las fuerzas constr uctivas que lat an en la propia
sociedad si no que procuraron alca nzar lo que en eUas faltaba. Lo
ausente, lo que era necesario para alcanzar el ideal de sociedad y
de hombr e se COlUlitUY en una me ta q ue algunos persiguieron
con gra n tenacidad, creyendo ser vir con ello simultneamente a
la patria y a la monarqua o a la patria y a la nacin. Un admi-
rable ejemplo de esta actividad fue la q ue en Ch ile desa rroll
don Ma nuel de Salas. Animado por los ideales prcticos de la
ilustracin se propuso con tri buir a cambiar la here ncia de una
poltica vieja de tres siglos, cuyos resultados resum a en: miser ia
popular, despoblac in asombrosa, vicio, prostit uci n e ignoran-
ca. El instrumento para hacerlo fue la d ifusin de las ciencias
tiles y la rec tificacin eco nrnicatve.
La independencia del reino de Chile del vi rreynato del Per
y la igualdad de ambos fue reiter ada por real orde n de 15 de
marzo de l98
10 1
y confi rmada en 1806. En este ao el fiscal del
consejo de Indias fundament sobre esta independencia su in-
forme acerca de una cons ulta del gobernador de Chile sobre el
rg imen de impuestos a que esta ban sujetas, seg n el regl a-
mento de 1778, las mercaderas que entraban en el r ei no. Decia
el fiscal en este informe q ue los reglamen tos establecidos sobre
este part icular por la audiencia de Lima no era n adaptables de
u na parte a otra y que la pr ctica de l vlrreynato del Per no
poda tampoco servir de regl a en Chile por su independencia
en el gobierno y administracin, Ms adelante deca que abolin-
dose un gravamen en el Per de bla entenderse abolido tambin
en Chile y con ma}'or razn por ser independiente, pues por vir -
tud de esa independencia no deban p reva lecer los esta tu tos de
aquel virreynatc, y en cambio deban servi r de ejemplo para que
a su imitacin se observase lo que se practicaba en favor del (0-
-Lu;' eLlis. "El penlamiento poHtico de Manuel de Salas", Ana les de la
de Chi le. N... 8788.
-Riurdo Donoso. "E l Marq us de DIurno", p. 368, Y Ral Muilol Feli ,
"La Real Audiena tle Ch ile", Pg. SO.
2 60
mercio ext ingui ndose tod o lo que respire gravamen como cono-
cida mcnte od iosot w.
La directa supervigilanca de los gobiern os de los reinos ameri-
canos por la corte permiti a estos vasall os lograr mayores sat is-
facciones de sus aspiraciones en circunstancias en q ue sta at en-
d a a frecue ntes con flictos internacionales. Contraria ndo la pol ti -
ca del minist ro O lvcz la audi encia volvi a contar con ministros
chil enos. En tr e 1805 y 1810 dos de los cinco oidores er an or iun-
dos del pas
106
La ventaj a que significaba pa ra la nobleza chile-
na la presencia de minist ros nativos en la real audi encia, fue se-
alada por el cannigo de la iglesia cate dral de Sant iago, J uan
Pabl o Fr etes, q ue era riopla tense. Le permit a hacer prevalecer
su pret ensi n al privilegio contra el derecho de los vasallos de
otros reinos. Freres consi deraba que dada esa pretensin la pr e-
sencia de mini stros chilenos er a uno de los males no menores que
haba tr a do el desgobiern o en Espa a. Fretes, raci onero ms ano
t iguo de la catedral de Sant iago, hab a sido victima de la as-
piracin de los chilenos a la excl usividad en el goce de los benc-
ficios. Deca que a raz de que ha ba solicitado el cumpli miento
de la orden real en que se le reconoca su anti geda d, no obstan-
te ha berse posesionado de su cargo var ios aos despus de su de-
signa cin con pr eferencia a un colega suyo, empez a experimen-
tar innumerabl es sinsa bores, pesares, di sgustos y desaires, no obs-
tante que con ant erioridad habla pagado con su sumisin pol i-
tica y absoluta contraccin a sus deberes del culto y rel igin el
disgusto de sus comp aeros, acostu mbrados a tener sola mente a
los compatr iotas por colegas y mal avenidos con el forastero. Y
ms adelan te deca que se hab a desplegad o "la envidia y emu.
laci n nacional" y "atropell an do todos los fueros de las ms sa-
gr adas regalas y de los tr ibunal es ms respetables de estos do-
minios se empearon y hasta hoy se empea n en ab ati rlo, y a
una real c dul a precepti va de un hecho sencillo y que no pod a
tra erse a di scusiones del fuero , se mand al tri bu nal eclesistico,
haciendo al vasallo juez de su sell a r". "Nada bastaba seor: no
"'Informe del fisral del consejo de I ndias sobre la consult a hecha por el pre-
sident e de Ch ile .. . 9 de j ul io de 1806. A. G. l ., A. de Ch ile. l i 8.
""Can a de J uan Pablo Fretes al rey. Sanrlago U de abril de 1805.'\ . G. l ., A.
de Chi le. 46\.
26 1
habia nacido en el privilegiado suelo del reino de Chile: no ha-
bia heredado su nobleza. ni menos habia recibido los grados de
doctor en su universidad, se me negaba indirectamente ese riru .
lo y francamente se me saunzaba ron que no acreditaba los pri-
vilegios de indio para manchar ron tan ridiculo epnero e impro-
pias frases mi probado linaje", "Era como un extranjero en la
iglesia. sin derecho al honor y descanso de una silla en ese coro:
mis (aligas en ('1 servicio del aliar haban sido ningunas y tardo
el cumplimiento de mis deberes. Era de necesidad que el reve-
rendo obispo se hiciese juez de Vuestra ~ I a j e s t a d ... " "Hasta uno
de sus ministros (de la aud iencia) se hizo sospechoso a ese cahi l-
do (el eclesist ico) y pret endi su separacin. sin duda porque
ne) era el ni co qu e sostena los derechos de Vuestra Majestad
o porque corria igua l suerte que yo. en no ser natu ral de ese
sudo, o por no estar IigaJo en matrimonio con algu na de sus
familias como los dems ministros de este tribunal ... "07,
En esta poca en que Inglaterra amenazaba seriamente la sub-
sisrencia de la monarquia hispanoamericana ). en Europa algu-
nos pueblos pasaban por derecho de conquista de uno a otro so-
berano, la voluntad de mantener la patria en la monarqua, la
fidelidad. se vigoriz por la convicci n de que la subsistencia
tranquila de los rangos sociales y las libertades, la actividad polt-
rica y las formas de \ ida, la prctica sin sobresaltos de la religin
)' la integridad de la iglesia estaban vinculados a la subsistencia
de aqu ell a. de que su quebra nta miento haria pr oblem ti ro el
goce de lodo esto )'3 fuese po rque el reino pudiera ser traspa.
sado a otra potenca y su pat rimonio perder la con esto el sus.
tenia de su historia, ),a fuese porque se decidiera a defenderlo
con las armas en la mano. [Su. conciencia se manifest rla-
rameme ante la conquista de Buenos Aires por los ingleses. El
doctor Antonio de Alvear, en un documento escrito, pau estimu-
lar a los chilenos a socorrer a Buenos Aires, amenazado nueva-
mente de Invasi n por los ingleses, identificaba la patria con la
monarquia. Dec a. "pero creis acaso. que bajo el nombre de pa
tria se entiende solamente la prov incia. dilesis. lugar o distrito
donde rada uno nace) Engao Iboogerot La patr ia . .. es aquel
-Carla dr Juan Pablo Fl r la .1 Ir}'. 12 de noviembre dr 1806. A. G. L, A. de
Chi lr.461.
262
cuerpo poltico donde, deba jo de al g n r('glmen ci vil y un a
misma rel igin. estamos uni dos r on los vncu los ms fuertes de
una mis ma legislacin. As, la Nueva York, la FiladeHia, en fin,
lodos los c s l a d l ) ~ , pu ebl os y provin cias uni dos, es el niro blanco
a que se di ri ge. el ni co amor del a ngl o ameri cano patri ot a. Las
divi siones de un dominio en vari as provinc ias ron muy mat eriales
para que por el las puedan di vid irse los amantes cor azones. As
que, rnnu-ayrnlose a vosotros, qu obst cu lo puede ser ese fra go-
roso rordn de cerros para impedi r los generosos esfuerzos de
vuestra beneficencia para con Buenos Aires . . . Chile y Buenos
Air es for ma n una parte no despreci able del Estado, el que
debe ser el n ico objeto de nu est ro amo r patri ti co y veraz. Los
habita nt es de ambas provincias estamos unidos con el ms fuert e
lazo q ue puede ten er sociedad alguna. Cmo pod remos, pues,
presci ndi r de unos deberes tan sagrados como urgentes, siendo
miembros de un mi smo cuer po pol tico y moral? Per o an hay
mas. y es que nos debemos rep utar mi embros de un a misma
socieda d pa rt icular , la situacin de ambas provi ncias persua de
de esta especialidad: la grande cordiller a es una lnea d ivisoria
que nos ha dado la nat uraleza: pe ro sta se hace de poca conside-
rad/m si no tuvira mos aquel moti vo antemural que fab ri cado
en los pec hos de aquellos bizarros y magn nimos ha bitantes es la
rodel a y el sostn q ue J)one n uest ros in tereses en la mayor segu-
ridad. Podr ten er un ciudada no ley ms sagrada, ley ms fuerte
que aqulla que los compromete al total sacr ificio de sus r-on-
ciudadanos en obsequio de la pat ri a y del Estad o? 1'\0, que esta
es la supremavv". En 6 de julio de 1808 el cabi ldo de Santiago
consideraba "los at rasos q ue han res ultado en Buenos Aires y
Montevideo en la presente guerra entre nuest ra mona rqua y el
imperio Ir ano s con la nacin brunica'vw.
El conce pto de la monarqua qued muy en cl aro cua ndo
se t uvo not icias de la usurpacin del go bie rno de la monarqua
por Bonaparte y la constit uci n de la junta suprema de Es-
- Proceso seguidu por d gobier no de Chile, en 25 de malO de 1810, contra
don Juan AnlOn io riva ue. don Jos' Antonio Rojas )' el d"(ClOr Bernardo Ver a
y )' i ntado, pur el del it o de {01l' pi rad n , Col. Hist. ln( kpendencia de Chile.
Tomo XXX, p. 61. En ad elan te "proceso segui do .. :'
"'"A<;Ias del cabil do. 6 de j ulio de 180tl. Archt vo Nacional.
26 3
paa e Indias, estos vasall os pi ensan en la patria refe ri da a la
monarqu a y sta a la pa tr ia. Esto es, en un cuerpo pol tico
unitario que integran la patria y la metrpoli con igual es
derech os. Mart tnez de Rozas, Manu el de Sal as, Ni cols Maro.
r ras, Jos An tonio Rojas, in terpretando radicalmente la consti-
tuc in de la monarqua sost uvieron que ausente el rey ningn
reino podla legalmente eri gir un gobierno que pretendlense ser
obedecido por el rei no sin que fu ese r econoci do por el cabi ldo
de Santi ago como representante suyo. Otros hombres que ca-
lifi caron de ambi ciosos de poder y de pret ender independi zar al
reino a quienes sustent aba n esta tesis , sost uvieron que la j un ta
de Sevilla estaba l egitimada por la necesidad, que era comparabl e
a aquella cle bre junta en que Don Pel ayo fu e jurado por cau-
d illo con el objeto de sacud ir el yugo de los mo ros. Esa j unta
haba representado a toda la nacin , no obstante no haber con-
currido a ell a diputados de los reinos ni haber se celebrado nin-
gun a ceremonia por no permuirto las circunsta ncias. No negaban
quienes sostenan este criterio el derecho de los rei nos a legitimar
con sus representantes la constituci n de un poder de est a clas e
per o se explicaban que se hubi era omiti do este trmit e en las
afli ct ivas circunsta ncias en q ue viva la monarqua y para ha-
cer valer el llamado de la junt a sevi ll ana supon an que estu-
viese en poseci n de un a orden real y en lt imo caso al udan
a la ne cesidad. "Es veros lmi l, dec a el autor de la proclama en
que se expuso este pensami ento, que el rey en medio de su opre-
sin habr comunicado rdenes secretas por no expo ner su vi-
da, que debe precaver de todo r iesgo y que por lo mi smo la
junta de Sevill a la re serva. Sabemos que el seor Azansa ha
dirigi do rdenes para la jura de Fernando VII no obstant e los
decretos obedec idos en Madrid. Pero prescindamos de todo esto;
en casos tan apurados como el presen te, un solo vasallos puede
y debe convoca r a un pu eblo, un reino y toda la nacin a nom-
bre del re y y los que no lo sigan y an los que se det en gan
un momento a dudar la legitimidad de su rep resentacin de-
ben ser tenidos por traidores e indignos del nombre espa olvuv.
En 19 de septiembre de 1808 el cabildo dio cima al est ud io de
lIlIA(h en encal pr a utor ias a 10!il habit antes de Chile exci t ndolos a Wnller -
l ar su lealtad " , Col. de Hi n. Independencia de Chile. Tomo VIII , pp . "."'.
264
un plan de defensa del reino, para pr oponerlo al gobernador. En
el acta de la sesin en que se trat de l se dice: "Comiderando
los seores del Il ustre Cabildo, en vista de los papeles pblicos
venidos lt imamente por el extraordinario de Buenos Air es, que
los enemigos de la corona de Su Maj estad, al observar que en el
nuevo orden de cosas, la metrpoli debe reunir todas sus fue rzas
)' arbitr ios para soste ner su independencia y el l ugar q ue le co-
rr esponde entre las potenci as de primera cl ase d e la Eur opa, diri -
gi rn sus mi ras ambiciosas a estos dom inios, creyndonos sin au -
xilios ni medi os d e defensa: conociendo el cabildo que, au nque
la lealtad de los habitantes de Chile en nad a degener a de la de
sus padres. que a costa de su heroi ca sangre, sacaron este pas
del estado de barbarie en que se hall aba, y un indolo al imperio
espa ol lo ci vilizaron . poblaron e hicieron rel igioso, la uni for-
midad de estos sen nrni en tos nacid os de la ms sincer a cor d iali-
dad no impondr por si sola respet o a un enemigo orgull oso que
no atiende otra ra zn que la fuerza <l e las arruas, siendo ciert o
q ue Chile es un reino frtil , que tiene una j uvent ud robusta y
val iente, buenos caballos y mu cho s recursos de subsi stenci a y
que se halla desarmado y falt o absol ut amente de los arr tru los de
primera necesidad para ha cer una repul sa vigorosa. as con el
fin de pr CC3\'CT los males que puedan sobreveni mos si permane-
cemos en i naccin confiados en la di stan cia y en nuestra situa-
cin local , y de hacer ver al extranjero con las armas en la ma no
que slo q ueremos ser espaoles, y la dominacin de nuestros in-
comparable monarca el seor Don Fernando VII , que en las
mayores di ficulrades supo sostener el nombr e de la nacin y
confundir la perfidia. declara ndo (Id modo ms fr anco y genero-
so que prefera el vasalla je de MIS estados al de todo el mundo y
que su intento era hacerl os felices, cuya real protesta prod uci r..
una pe rpetua tierna memoria en todos los corazones sensibles
apreciadores de los grandes esfuerzos de virt ud y aade nu evos
vnculos de uni n inalt erabl e ha cia su sagrada persona _.... Al tr-
mino del art a el ca bildo dejaba expresa constanci a que "en me-
dio de las ma yores angustias. desea el cabildo tener proporciones
para auxi liar a sus hermanas las provincias de la Espa a eu ropea,
que se hayan liberado o lib ert en del y u ~ o Iraucs y defi endan la
gloriosa causa de los derechos de Sil Majestad , y esta persuadido
265
que la defensa de estos pa ses es una coo peracin para el bi en del
estado en ge neral y de la patria mad rc'<u.
El cabildo tom ot ros acuerdos revel adores de su conv iccin de
que formaba part e d e un vasto cuerpo politico uni tar io, en el
mes de oct ubre de 1808. En 8 de ese mes declar que "no obstante
ser pa tent e q ue los recu rsos de que es capaz el pas no a lca nzan
a llenar el vaco de ar mas y pert rechos que se necesitan para po-
nerlo en un estado respetable de de fensa, y de estar convenddo
que el procurar la segur idad de estos domin ios contribuye ef i-
cazmente a sostener l a indivisi bil ida d del estado..."ll2. En 26 del
mismo mes r econoci a la junta de Sevi lla "supon iendo que se
hall a con la represe ntacin y cr d ito nacional baj o la sobera na
de nuestro amado monarca Fernando VII " y manifest que har ta a
sus r epresentalll es ... " las honras a q lle son acreedores y auxil iar
en cuanto pueda su importante ministerio, q ue protesta el ca-
bildo no reconocer por autoridad legti ma a la que dimane de
in tru siones o de otros partos forzados co nt ra los der echos irn-
prescr iptibl es de Su :\ Iajeslad y de la casa rei nante q ue obligan
la sumisin de estos pueblos por los vnculos del juramen to, de
la grat it ud y de la ms sincera cordiali dad; q ue el cabildo se ha
empe ado con l a mayor eficacia en hacer pate nt e el sagra do de-
ber de estos dominios en estar unidos a la gloriosa causa que
d efienden las provincias d e la metrpoli que se hall a n libres del
poder de los franceses, y le asiste la satisfaccin de que el puebl o
de Chile, sin embargo de las conv ulsiones y tr astornos suced idos,
est ta n firmement e adher ido a estas ideas de orden y buen vasa-
Baje, que no debe d uda rse q ue detestara siempre los ar t ificios de
Clue pueda valerse el enemigo comn para sed ucir y hacer val er
sus alentados: que la l eal tad de Chil e auxiliada con l a fu erza a r-
mada , de que carece, desconcertara las empresas at revidas de los
fra nceses, o de otros enemigos que result en en el estado actua l
de cosas, y en consecuencia espe ra (iue el muy il ustre seor pre-
sidente eterniz ar su memoria en el corazn de los chilenos,
ech ando los Iundamemos de la seguridad de la pa t ri a, si se sirve
adoptar las proposiciones de las actas capitula res, de 19 y 22 de
''' Migud L u i ~ Amun,l leg ui: La Crnica d", 1810. T . 1, p . 219.
"'ACla del cabildo "'" 8 de oclllb.", de 1808. Migllel Luis Am llIllegui: " La
Crnica de 1810' . T . 1, pp. 217_219.
266
sept iembre ltimo, que ti enen por obj eto la indivi sibi lidad del
estado, que es el principal in t er s de la madre pat ria .. . 113.
La conviccin de que el reino for maba un cu erpo con los de-
m s se mant uvo ms adelante. En 27 de enero de 1809 el cabi ldo
recibi comunic aciones del consejo de Casti lla en l as que ste le
informaba del establecimiento de la suprema junta guber na tiva
de Espaa e I ndias. El cabildo la reconoci como depositaria y
conservadora de la a utor idad sobera na, protest el debido vasa-
llaje y prolll a obed iencia a cua nto tuviera a bi en d isponer .. .
adems acord dir igir un of icio al gobernador, en el cua l le sol ici-
t que se cel ebr ase una mi sa en accin de grac ias " po r este fel iz
aco ntecimien to que consol ida la unin e indi visibilidad del esta-
do..:
I H
. Despus que reconoci a la junta cent ral, el ca bil do de
Sanuago se d ir igi a ella en 8 de feb rero. En esta comu nicacin
dec a: " La Am r ica entera que en todos sus p untos en un mismo
momento ha acredit ado su lealt ad superior a las acciones ms
lisonj er as, se complac e en ten er a su fre nte un res petable cuerpo,
depositari o de la a utoridad soberana, ll eno de luces y recti tud
que sabr gr aduar SIl fid el idad y dispe nsa rle aq uell a proteccin
que radicando sus verdaderos sentimientos la ponga en situacin
de sost en erlos". "No necesita el cabildo de la capital y habit ant es
de Ch ile asegurar a V. :\1. su ciega obedi en cia. Su hi stor ia instru-
ye que no hay una provincia espaola donde el amor a sus r eyes
y a la met rpoli se haya mantenido ta n vi sib le y sin i nterr up-
cin. Uni do a Castilla a costa de l a mejor sangre de la Pen nsul a
y Flandes, y conservado por una guerra de t res siglos para civi-
liza r y ext in guir la barbari e de los na turales, 110 se han oido en
l ni aqu llos leves asomos de descontento con t ra las autori da-
des d imanad as de los soberanos a un cuando se han desviado de
sus leyes, como se ve en los pueblos ms paciccs". El cabildo ex-
presa ba a la j unta cent ral su cr eenci a "de q ue habla l legado la
poca de la prospe ri dad del pa s, por que la deseaba eficazmente
una junta poderosa de sabios patriot as que escuchar n benigna-
ment e las francas representaciones diri gidas a presen tarl e medios
'''ACla del cabildo de en L. Amuntegui. Op. en. T . l., pp .
219221.
u' An a del ra bid o de 27 de enero de 1809, en M. L. Aruunatcgui. Op. cit.
T . l., pp. 264-26!'>.
267
de llenar las espera nzas de estos benemritos vasall os .. .", Ade,
ms expresaba su confianza en "que desaparecern los obstculos
de la arbitrariedad y recelosa poltica qu e cont rariando a la na tu-
raleza impidieron a este suelo feraz contr ibuir a la opu lencia de
su madre patria. Subsmuy ndose la fraternidad, se estrecharn
los vnculos del orige n y de la religin y un a dichosa constitucin
convencer al mundo entero de que no nos conviene, y que no
queremos, podemos ni debemos aspirar a ot ra suerte, que a la de
ser espaoles ..." deda el cabi ldo y agregaba; "la restit ucin de
nuestro adorable monarca coronar nu estras esperanzas, fun da-
das en la proteccin que dispensa el todopod eroso a la causa del
honor y de la religi n contra las empresas de la tiranla"lu. Cuan-
do a mediados de 1809 los chi lenos t uvieron conocimiento de la
resoludn de esa junta que acoga un antiguo pensamiento de su
ext into presidente Jos xrono. Conde de Flor idabl anca, conce-
diendo representacin en ella a estos reinos, proposicin que Mo-
ino haba hecho conjuntamente con Rodrguez Campomanes en
l i68. cuando ambos eran fiscales del consejo de Castilla. muchas
personas sintieron la at raccin de ese cergows.
Ante los continuos descal abros militares y las defecciones de los
polticos peninsulares "de la causa nacional" los chile nos propen-
dieron a pellSar la monarqua en la patria en salvar a sta y
consti tuirla en un bal uarte de aqulla e independiza rla del go-
bierno afrancesado. En 1810 el recientemente electo procurador
general de la ciudad de Santiago pensaba qu e llegado este ex-
tremo debla constituirse una junta gubernativa del reino forma -
da por representa tes de las corporaciones civiles y religiosas, del
ejrcito}' por dos representantes del cabildo de Sanriagout.
Esta firme adhesin a la mona rqua es revelada tambin por una
carta del cabildo de Sant iago, de fecha 12 de marzo de 1810. di-
''"El cabildo secular de Santiago ofrece a V. M. sus respetos. \'alIalb.je. recono-
ci-ndola depoehana y conservadora de la au toridad soberana durante la au
sencia de nUl'SITO deseado monarca don Fern ando VII . A. G. 1., A. de Chile.
su-e.
" "Carl a de Josi' Antonio Rojas a J uan Mannez de ROlall. 10 de agosto de
1809. Proceso seguido ..., p. 30.
"'Representacin de don J uan Antonio Dvalle. 28 de mayo dc 1810 y conre-
sin de don J uan Antonio O ~ ' a l l e , de 26 de junio de 1810. Proceso seguido . . .
pp. 93 a 99; 116 a 127.
268
r igida a la junta cent ral. Dice el cabildo que "aunque no estuvie-
ra firmemente persuadido que la regeneracin de nuestro go-
bierno y qu iet ud de la Espaa ser el principio seguro de nuestra
envid iable fel icidad como V. M. nos promet e, le bastar a para se-
llar mi l veces su gustoso vasallaj e a tan amable y augusto sobe-
rano la di cha de ser hasta el sepulcro uno de los ms fieles y
constant es defensor es de la ms j usta causa que vieron los si-
glos, , ,"118, El documento in tit ulado "Motivos qu e ocasionaron
la instalacin de la junta de gobierno en Chile", confirma esta
conciencia de pert enencia a la monarqua. En l se dice de Mateo
T oro Zambrano que "tienen sobrados documentos incontrasta-
bles para hacer patente qu e acaba de hacer el ms impor tante
servicio, pidiendo j usticia para sus conciudadanos, defendiendo
de la tiran a y ocasiona ndo la separacin del que por malici a o
por torpeza iba a perder el rein o que ha de ser el lti mo reducto
de la fidelid ad espa olarw.
En el in forme que redact Jos Miguel Infante como procura-
dor general de la ciuda d, acerca del reconocimient o del consejo
de regencia, se refiere a la monarqua como a la nacin. Dice:
"Caut ivo nuestro rey el seor don Fernando por la infame per fi-
dia de Napolen y no habiendo nombrado regente del reino,
qu deber a hacer la naci n?" Ms adelante dice que "mejor que
todo hubiera sido que la nacin desde los principios de la revo-
lucin se hubiese aj ustado a la ley que no estaba en su arbitrio
u ansgredt r'sw. En la asamblea de notables que se reuni el 18 de
septiembre de 1810 se reconoci al supremo consejo de regenci a
designado por la suprema j unta central, como depositario de la
soberana.
....-ragmenro de carl a del cabildo de Santi agu a la J unt a cent ral de 12 de
marzo de 1810. A, de Chil e. 3Uh.
"'Esc:r ito de don Manuel de Salas. T . 11 . pp. 94IM.
""'Acta del ca bildo de 14 de agosto de 1810. Colecc. Htsr. de Chile. Tomo 39.
pg. 35.
269
CapllUlo XI
U REPRL'>.E:STACIO:ll IlEL RElSO
Consoli..b"in del cadnn hi.triro tld dcn:<:ho a al reino
l dd ud".,r Tnlridho y ct>lUtl"'oador de b. luncin poliliOl. . De
f<'nU ti., b. noblea dd derecho 1. lC"prnntlU al rrino. Acaso de
101 mrrClldnes a la funcin IC'pTesnIlatiu. Pugna mire
' " nobla m el cabildo. La noble,.. rupera tU predominio
en d cabildo a 1.1 mual" del gobrm..dor Guill . Polilic:a de J.1urqui
huia b nobl<'D. Lo. gobnnadonos dr IinCl dd sill: lo X\'III rnptt.>n
1;00 prl!'l<''luioru'S exchui>islu de ... nobl..,.. . RUpluu de la pu alean-
I4Idl entre el gobittnO , . la noble,a m til!'mpol .Id gobntudor Muiim
de GUlm.tn. Inu. itadas prnc-Il.iones de la nobleu ante el petigro
de nnsin
LA R-HIFICACJO:-; por la reina gobernadora, en la Recopila-
ri n de Le ves de Indias, de la preferencia concedida en el siRlu
XVI a 1O!i de'l'endientes de los conquistadores para ocupar los
rarKm ca pit ulares consol id a la nobleza sant iaguina en su fu n-
cin re presenta tiva del re ino; mantuvo a los mritos alcanzados
en la conquis ta el carcter de p rindpio jcrarquizador en la so-
ciedad: consol id el origen histr ico en la representacin de l rei -
no y el raracrer restri ctivo y conservador en la fundn poltica.
Solo aquellos que posean historia como un bien familiar pod an
leguuuamente ejercer la funcin represemariva. En 1OS se dec ta
en una pt"tiri(in del cabildo de Santiago "que las encomiendas
habian sido premios a los servidos de los primeros conquistado-
res }' pacificadores que con dispendio de su sangre y de sus vidas
poblaron esta tierra y la han mantenido y mantienen deferuli u-
dola incesamememe por haber sido los indios de ella los ms
guerreros, indmitos ). feroces de Amtrica y que tienen con un-
gre y con los huesos de los espaoles regadas y cubiertas sus
campaas en tantos y repetidos levartrarrrientos, reencuentros y
batallas y que d pub de la prdida y desolaci n de 5US ciuda-
dt"S hasta ahora por tiempo de ms de lOO aos no se ha podido
restaurar y poblar por la resistencia de los indios" . . , "y se hallan
hoy los descendientes de aquellos primeros conquistadores y de
lo, <ue de nuevo vin ieron a poblar la tierra y pacificar los levan-
tamient os de los indios muy pobres y sin prem ios de sus servi -
27 0
cios por que no hay con qu gr atificarlos'". Concebida la repre-
sen tacin del r ein o como deb ida a los mrhos de sus creadores, la
nobleza defendi constantemen te ese der echo procurando alejar
de ella y, cuando le fue pos ible, de la administ racin real a qu i-
nes por su or igen des mereca de esa fu ncin y repugna ndo la
adquisici n venal de los of icios conse j es. y cua ndo fue esta-
bleci Ja, los vecinos se re t rajeron de adquirir fos y el cabi ldo se
r esinti en su representacin. Ya en 1703 era notoria esta ac-
u ruda, y en 1706 las pos t uras alcanzaro n a mi l doscientos pesos,
suma q ue era consi derada ba jas. En 1706, el pro pi o cabildo
ha d a presente a la au diencia por int er med io del procurador ge-
ner al q ue habia amenguado el inters de los veci nos por penenc-
rer a la corporacin y que esto se deba a que l as personas que
compr aban los oficios per dan la posibili dad de ser elegidos al-
cai des, siendo elegidos otros de menos mritos, los cua les alean-
zaban ms representacin y mayor jurisdiccin. Quienes como
prando los of icios, deca el cabildo, haban esperado "tener pre-
mi o y que esta riudad los ocupase con r espect o a Jos servicios P'v-
pi es y de sus antepasados por ese mismo modo se hallan en Infl-
mo l ugar pref iri ndolos personas que no son iguales en m rhos
o qu e los puso en ventaja el no haber querido comprar ninguno
de los dichos of icios conscj iles". Pro pon a el procurador, para
excitar el in ter s por adqui rir los of icios que los regidores pudie-
ran ser elegidos alcal des de moradores como se haba concedi do
a la ci udad de los Reyes, y q ue cuando vacase alg n regimien to
se designase interinamente persona que h ubi ese desempeado al-
guna de las alca ld as ordinarias para evitar que mediante los in-
ter in atos obtu vieran los cargos a poco costo quienes carecan de
los m ritos para desempearlos. Esperaba el procurador que
qu ien "no haya sido honrado por la ciudad, hallndose destitui -
do de premi o, por alca nzarle. sol icitara el remate del oficio y el
q ue haba sido alcalde por haber sido honrado por la ciudad no
'Cart a dd cabildo de Santiago al rey. 12 de octubre de liOS. A. G. 1., A. de
Chilc.107.
'Carta del cabildo o.le Santiago al le)' . 23 o.lc mayo ele 1707..-\. G. l ., A. de
Chile. 107.
'Prcselll adn dd pro<:ur ao.l or general de la ciudad de Santiago ante la audicu-
cia pa ra que .:-sra i"formc al re)'. 2-1 dc dicicmbrc de li06. A. G. l. , A. tic
o.ue. 107.
2 7 1
solici ta ra la perpetuidad y lo otro por que la provisi n recaer
en persona digna , conocida y con mritos en la dudad y no en
qui en ni ha tenido posesin lie ell a, ni menos ha sido conocida
po r los capitul ares llegando a suceder que pOI' el dicho interina.
to se hallan muchas veces personas en su ayuntami ento de qui e-
nes antes ni no ticias hab ia tenido". El fiscal de la audiencia im-
pugn la proposicin del procurador por est imar que ese proce-
dimiento ser ia una excepcin exor bit ante de las regla s comunes
y por tanto conti nu a mater ia odiosa. y que la restriccin que
propona coar ta ba la eleccin a ciertas y determinadas perso-
nas hacindola menos favorable. Convena, deca el fiscal, la
amplitud en la li bertad de elegir. para q ue fuesen elegidos los
ms dignos porque en eso consi st a la pblica uti lidad. En cuan-
to a que no se proveyesen i nt er inament e los oficios conscjll es,
el fiscal se remiti a la ley XX, T it ulo XX, del Libro VI II de
la Recopilacin de Leyes de Indi as. No obsta nte la oposicin del
fiscal el cabildo elev al r ey su peticin . En su abo no deda en
carta del 23 de mayo de 1707. que todo el peso del gobierno de
la repblica r ecaa sobre sus capitulares en aquello que era de
su particular obligacin y que en compensacin de sus traba-
jos no tenia a qu aspirar. Agregaba q ue con el procedimiento
que hab a propuesto serian particu larmente r emunerados sus des-
velos y aumentara la est imacin de los oficios consej iles, p ues,
habra q uien los ape teciera con la espera nza de ser elegido al-
caldeo En otra parte deca: "el reino no ti ene. como los dems,
provisiones de oficios en q ue pued an sus naturales ser ocupa
dos en aquellos cargos que sirven de honor a las personas y las
mant ienen en conveniencia, po r cuya caus a aun siendo esta ciu -
dad cabeza del reino no se hall a en lo poltico con que po-
der ho nra r a SU5 h ijos ms que con las varas de alcaldes or o
dinarios en las elecciones an ual es, las cuales recaen en parti-
culares que no tienen oficio en este ayuntamiento estando sus
capi rutadores impedidos por ser electores de dichos cargos".
Aludia tambi n a los servicios que stos te n an hecho al rey por
sus h ijos en la conq uista y cont i nua guerra de su fro ntera a
do nde hab an acudido en los tiempos ms calamitosos a su
propia costa sin haber ten ido ningn premio.
'Carta del cabi ldo de Sant iago al rey. 23 dc lllal o dc 1707. A. G. 1.. A. dc
Chilc. 107.
272
La nob leza procuraba tambin mantener el ms alto nivel
de capacidad a fin de qu e cuando fuese llamada a asesorar a
los gobernadores o a otros cargos en la administraci6n real o en
el gobierno municipal pudiese hacerlo sin desmedro de esas
funciones. Cuando a comienzos del siglo XVIII la vida se hi la
ms compleja y para resolver sus problemas se consider ne-
cesario que un ma)'or nmero de benemritos adquiera conoci-
mientos jurldicos y reol gicce clamaron por que se crease uru-
versldad. Este clamor Iue recogido por el alcalde Ruu de Bcr ece-
do, quien lo hizo presente al cabildo para qu e se crease un -
versidad de letras "de donde saldr an predicadores del sant o
evangelio para la conversi n de tantos indios infieles; otros, que
con gnn apritud y gran consuelo de los seores obi spos y pre-
presentados a los curatos sin escrpulos de sus
conciencias sobre que suele di spensar la necesidad; y que se rra -
ran asimismo letrados y abogados para los negocios forenses de
este rei no sin mendigar de la dicha ciudad de los Reyes; y que
bien les constaba a los dichos se ores cuan falto se hallaba
el reino de personas peri tas en la (acuitad de Cnones y Leyes
par a cualquier duda o consejo qu e se pudiese tomar, y que los
negocios eran muchos y muy graves y que hoy slo se hallaban
tres abogados seglares y dos eclesisticos .. . "s.
La abstenci n de los vecinos a participar en el cabildo adqui-
riendo los cargos por compra se mantuvo. Contribua a aument ar
su retraimiento la propensi6n de las aut oridades reales a ama .
gar la libertad de la corporacin popular y a contrariar la con-
cepcin oligrquica que tena los vecinos de su composi cin.
Conservar la libertad e ndole aristocr tica de la institucin fue
uno de los motores pennanentes de la accin de los vecinos de
mas acentuada vocacin por el servicio pblico. La cont ra-
venci n de una u otra tendencia afectaba tan intensamente
a los vecinos que en 1722 escriban: "para evitar que decaiga
totalmente la representacin de este gremio denunciamos los
muchos ajamientos que ha padecido la ciudad en los himos
aos por parte de la audiencia... Poco despus el cabildo so-
'J, T , Mtdina. Historia de la Real Unh'enidad de San Felipe, Tomo I. p. .
"Carta ue! (abildo de Santiago al rey. 20 de ncvembte de 1722. A. G. I ., A. de
Chile. 107.
215
licito al gobierno que adoptase alguna resolucin, pues, el redu-
cido numero de reg idores le impeda tomar resol uciones "en el
gobierno pot uco". El gobierno orden que se pregonasen las va-
cantes, pero esta resol ucin no logr despertar el inters de los
vecinos. En atenc in al fr acaso de esta medida la audienci a acor-
d que el cabildo eligiese an ualmente dos regidores y que so
ros sirviesen en cien pesos a la r eal audiencia y pagasen la media
anata ordinariat. Con esta facul tad el cabi ldo el igi an ualmen-
te entre las personas ms benemr it as los dos regidores autori-
zados pero los electos no asuma sus cargos por pa recerles dura
la imposicin q ue de ban pagar, pues apar te del servicio de
cien peliOs deban costea r los gastos de las fiestas vurivas para
cuyo financiamiento eran insufi cientes los propios de la ciu-
dad. En merito de estos hechos el cabildo sol icit al rey en 1725
que 10 a utorizara para elegir an ualmente cuatro r egi dores q ue
conjuntamente con los regidores propiet arios, es deci r, que ha-
ban adquirido sus cargos " pudiesen servir a la repblica en el
buen gobterno'". En 1i26 el cabildo y en 1728 el procurador
general de la ci udad rei ter aron ante el rey su pe ticin de que
se d iera solucin al problema que significaba para la ciu dad la
carencia de r egi dores. En esas comunicaciones expresaban sus
quejas por el ma l tratamiento que los oidores daba n al cabildo,
y al q ue an-ibutan el abastencionismo de los vecinos. Decan
que en tiempos pasados "los veci nos de mayor nobleza solicita-
ba n los oficios" debido a que entonces "se les guardaban sus hon-
ras y franquezas" y q ue a hora nadie los ape teca por que esta-
ban expuestos a los mm-has desa ires que continua me nte expe ri-
me ntaban. Los oi dores hacian mofa de la autori dad de los al-
caldes. se abocaba n al conoci mien to de los pl eitos por va de
apelacin y los eternizaban en su poder. Agregaban que, para
mayor depresin del cabildo, se habla rematado el cargo de
escribano p blico y de ca bildo "e n un mozo de malas prop ie-
dades", sin padres conocidos de nombre Bart olom de Monda ca
' La dudad de Santiago i n l o ~ O I a al rey sobre la falta de regidores en su ayuno
tamtemo. 9 de marzo de 1;47. A. G. l., A. de Chile 107 y carta del corregidor
de la dudad al rey. 8 de ma uo de 172!;. A. G. L, A. de Ch ile. 107.
'Carta del corregidor de la dudad de Santi ago al r ey. 8 de milTlU de 172.') . A.
G. r, A. de Ch ile. 107.
27<
que hab la sido r riado en casa de don Antoni o de Mondaca de
qui en haba tomado el a pelli do . El corregi dor de la ciudad, don
Pedro de Espej o, h ab la repulsado el remate y se haba resis-
tido a reci bi rlo en su cabildo, pero el pret endient e habla teni-
do tanto valimiento ante los oidores q ue stos h icieron qu e le
reci bi ese y le dieron tit ul o enc ubr indole la tegtumdade. El
rey pa ra satisfacer esta solicitud, resol vi en 11? de enero de
1728, a utorizar a la audiencia par a que decidiera el modo ms
adec uado ue proveer de reg idores a la ciudad, pero sin dej ar de
sacar a pregn los regimientos vacan tes-c. Esta lt ima pa r te de
la resol ucin real fue ineficaz; los vecin os prefer an la elec-
cin anual , lib re de derechos a la compra de un car go vita licio.
En 1738 todos los oficios quedaron vacantes.
Por su conviccin de que por los mritos heredados era
acreedor a a los benefici os y ho nores q ue el rey pod a otorga r
en el rei no, la nobleza se resista a pagar por el ejercicio de los
cargos en el ejrc ito y de las milicias, del mismo modo que por
los cargos de la repb lica. Se resistan a aceptar los cargos de
capi tan es de mil icias por que t en an que pagar doce pesos por
derechos d e medi a an ata. En est as con diciones los aceptaban
Indivi duos que no er an no bles, pero stos no eran idneos, pues,
nad ie les obedectau. A (in de qu e el mant enimi ento de la
dignidad de los cargos de la r epblica no i rroga ra gastos a q uien
lo ejerc a y fueran desesti mado por los nobles y recayeran en
i ndividuos de ot ros sectores del reino, los nobles procu raban que
estuviesen bi en rentados.
La convi cci n de que eran acreedores del rey les inclinaba a
sobreponer sus propios intereses a los del estado. El gobernador
Man so escr iba al r ey sobre esta tendencia; "aunq ue aqu hay
mu chos profesor es de leyes, ha y pocos q ue sepan arreglarse a
1:1Ias, y a corresponder a la ob ligad n en q ue los cons tituye la
con fianza, la que en est as partes se estima menos que el inters
' Carta <lel cabil<lo <le Santi ago al Te'. 16 <le abri l de 1726. y <lel pr ocura<lor
gener al <le la ciudad al rey. 6 <le septiembre <le 1728. AulOS.robre la vacancia
<le los oficios concej i les, 1744. A. G. J., A. <le Chi le. 107.
IOAut os sobTe la vacancia de los oficios concejiles, 1744.
" El presi<lente <l e Chile sobre rel e\'acin <le las medias anatas y <iem:is dere-
chos a los capita nes <l e milicias de aquel re ino. 4 de s..priembr e de 1741. A. G.
t, A. d.. Chile. 172.
275
particular a que son tan propensos y a una fcil corrupcin.
En las I ndias reina el inters y la codicia como lo tiene ejecu.
toriado el tiempo y la experiencia'u. Con conocimiento de esta
inclinacin de la nobleza, Mamo procur obtener su coopera.
cin p;ara realizar una poltica de defensa y progreso del
reino. Para dotar de capitanes prestigiosos a las milicias, qu e
procuraba activar, solicit al rey que dispensase del pago del
derecho de media anata que era de doce pesos, a quienes Iue-
ran designados capitanes de compaia. Su peticin fue satis fecha
por real cdula de 14 de septiembre de 1741 11 . A fin de contar
ron un cabildo completo resolvi que se diese cumpl imiento a
las reales cdulas de 1736 y 1738 por las qu e se ha bla ordenado
retasa r los olidos caphulares!-. Ent retanto se rema taban los
ofirios el cabildo habla provisto los cargos por elecdn anual- e.
El entendimiento de la nobleza presidida por el cabi ldo de
Santiago ). el gobernador fue provechoso para el reino. La no-
bleza comprendi y particip del esplritu progresista del go-
bernador; adhiri con entusiasmo a su polltica urbanstica y el
cabildo de Santiago aprob los proyectos del corregidor Juan
Francisco Larrain para obtener permiso para exportar frutos
del pas, a Guayaquil y Panam y establecer una compaia de
comercio privilegiada que abasteciera al reino de productos
curopeosre.
El cabildo de Sant iago descubri inconvenientes en el rgi -
men de eleccin anual que se venia pract icando al mar gen de
las disposiciones reales y aspir al sistema de provisin por lar-
gos plazos. Deca que con el sistema de e1ecdn anual sufrfa
"Cllna drl pnsidmlr ManlO dr Vd uro al rry. 2S de agusto dr 1738. C. C. J
toI. M., MNina. 1M; 61.
-f.l presidente dr Cbilr sobre la dr las mrdias anatas J drm dere-
,he. a le. capilana dr mili,w dr aqurl rrino. 4 dr sepueerbre dr 1741. A. G.
A. dr csue. 172.
"rrtin drl cabildo dr Sanliago rn AUI" sobre VaCUlaa de 101 OficiOllo Con
iilrl, 1744. A. G. A. dr Chilr 107. J la autbd dr SanliOlJU informa al r('J
IObtr La blu dr rrgioorell m su a)unlamimlo. 9 dr mano dr 1747. A. G.
A. dr cene. 107.
"I'rticin drl abildo dr Santiago rn AutOll IObrr Vaa ncla dr 1011 ofid.. con -
crjilrt. 1744. A. G. r ., A. dr Chilr. 107.
..A(I .... oJlI' l rabijdo dr Sant iago. 18 y 27 de noviembre dr 1744.
2 7 6
detrimento el gobier no de la ciuda d. pues, los electos pasaban
el ao en instruirse y "cuando ya despunta el conocimiento de
los negocios expir a su jurisdi ccin". "Sabiamente se ha dispuesto,
decla el cabildo. que en ms de 20 pla zas de q ue deben ccmpo-
nene los regimi entos de las capit ales de los rei nos sean todas
propi etarias a excepcin de los alcaldes, para que imtruidos
con el tiempo en las causas concer nientes a la pbli ca utili-
dad y en el modo de pr acticarlos apli quen los medios ms
proporcionados a hacer florecer los reinos; repart idos los cui.
dados pbl icos en tan crecido nmero de sujetos se facil ita el
cumplimiento, pero en pocos todo se confunde y divertida la
at en cin en la di versidad de los asuntos nada se hace por que
es necesar io prepar ar el nimo para lo que se ejecuta y pre-
venir la di sculpa para lo que se omite par ti ndose con el son-
rojo la gloria de lo que se emprende cuya recompensa de esta
fat iga en la eleccin que se r ealiza se suspenden todos los ne-
gocios nterin se reciben los electos en lo que suelen pasane
dos y tres meses y ha sucedido asumirse todos los empleos en un
sujeto por no haber ot ro en el Cabildo. Los alcal des electos en
oir y dete rmi nar demandas y actu ar causas de oficio cons u-
men el tiempo sin arbit rio por que lo numeroso del pueblo no
per mi te divert ir a otros asumas la aplicacin ..... Con estos
fundamentos el cabildo pr etenda obtener las vent aj as de la pro-
pi edad de los cargos pero sin que los vecinos tuviera n que pa-
~ a r por adqui rirl os. Propuso q ue el gober nador designase in-
ter inamente a las persona s que le pareciesen apropiadas. El fis-
cal se opuso a esta pet icin, por que de acogerla resultara
perju dicial para la real haci enda, criteri o al que se conform el
gobern ador. El cabildo recurri al rey. Acompa una lista de
vecinos para q ue en el caso de que el soberano tuv iera a bien
acceder a lo pedido designara entre ellos los regidores perma-
nentes!'t. No accedi el rey a esta petici n . En 155 no haba
mejorado la situacin del cab ildo de San t iago. Estaba compues-
to por dos alcaldes y dos regidores elegidos an ua lment e, por el
alguacil mayor, el alfrez real y el deposi tario general, que
eran cargos vendibles y renunciabl es. Al gu nos veci nos habian
" Peticin del cabildo en Autos sobre Vacancia de los oficios concejiles. 1741.
A. G. l., A. de Chile. 107.
27 7
servido en propiedad algunos regimientos y el cargo de alcald e
mayor provi ncia l. pero por no enterar los tercios que corres-
pondan al rey y por qu e de ellos no obtenan beneficios los
haban aba ndonadote.
La conciencia ari stocr ti ca de la nobleza se expresaba a ve-
ces con rudeza como en la carta que el capitn Alfonso de Ma-
lina y Vasconcelos escribi al rey en lO de noviembre de 1745.
Deca as : "Se ha informado a Vuestra Maj estad que en Chi le no
ha y gente para esta guerra y que debe venir de Espaa: esa no
sir ve para esta {uerra cuando se ofrece y sta de este reino es
bastante temida y respetada. y pu ede en todo el mundo sea-
rearse por el valor y destreza de sus armas; al gn antojadizo
inform a Vuestra Majestad errores; por que no podra llegar
su ser a lo il ustr e de las familias que abriga este reino; qu e se
mantienen limpios hijosdalgos descend ientes de aquellos pri -
meros hombres que libraron a Espaa de la tiran/a del moro;
}. si ac vinieron no I ~ tr aj o el int er s como a los de hoy que
son mercader es, sino la fama y honra como lo hicieron los Mon.
recnos. los Crdoba y Figueroa, Sotomayor. xavarrete, de la
Barra, Cevallos, Cisterna, Cr camos, Vega. Ponce de Len, San-
tander, Espejos. Gallardo y otros infinitos; que en su squ ito y
honra se manti enen y en Espa a ya se habr extinguido el real-
ce de sus apell idos, el menor de estos soy. Pasan mi s cert ifica-
ciones e instrumentos de trescientas cdulas y cer tificaciones des-
de don Juan de Austria que pudieran servirnos de blasones,
pero vues tros gobernadores no atienden sino al oro. En par ricu-
lar tenemos una en que ma nda Su Majestad nos tengan ocu-
pados en los primeros empleos del ej rcito y vemos lo contrario,
por que todo se vend e, como un hombre de baja esfera llamado
Ambrosio Lobillo, se ha mantenido a fuerza de pagas desde el
ao 31 hasta el de -15 en el empleo de comi sario gen eral del
reino: Razon es para qu e la gent e principal se desdee y no qui r-
ra plaza por que no deben comprar a aquello mi smo qu e se
mer ecen . . _" En otra parte dice que el cabildo de la dudad de
Concepcin no tiene ms re nta para paga r algunas fiestas y
" Ins truccin )' noticia del estado en q u", al pr es"'nt'" se hall a d reino de Ch ile,
que de orden del rer di o el conde de poblaciones a don Manud Ama l su su
cesor en el gobierno. C. e , y M. M " Medina. 188: 178.
2 78
pa gar corchet es qu e las que proceden de los der echos que pa-
gan ocho p ulper as de lo que res ult a que el alcalde anda sin
ningn derente r espet o ni puede hacer j usticia por falta de mi -
n istro, pr inci pal monvo de in troduci rse en el cabi ldo merca-
deres, que el origen y conocimiento de sus persona s es la vara,
ron ell a pueden por ta rse con ms lu cimiento qu e los conocidos
vecin os; por sus sumos a t rasos solo ex peri mentan aj amiento
las ms veces de i nd ignos, por que ma nd an sin guardarles fue-
ros e inmunidades ni ni nguna excepcin a quien la riene!e.
Cuando l a si t uacin de la nobl eza era amagada, se reclamaba
al re y, En 1747 el gober nador del re ino design un revisor de
las cuentas del cabild o. Despus de l a visita ste propuso algu-
nas reforma s que fu eron apoya das por el fiscal. Ambos propu
slcron q ue se reduj esen los sal arios del alfrez rea l, del procu-
rador gene ra l de l a dudad, y de! escri bano del cabildo. Esta pro-
posicin venia a alter ar la practica de la nobleza de r emunerar
con alt os salar ios los cargos de la repblica a fi n de que sus
hombres no los des dea ran por las cargas que tratan apareja-
das y evita r as q ue fu eran desempe ados por hombres adve-
ned izos enri q uecidos. En def ensa del pa t ri mon io poltico el ca-
bil do observ a nte la audiencia que la a probacin de estas r e-
formas sign if icara que "la ciudad se vea obl igada a padecer el
sonrojo de ver el real esta ndarte en manos de sujetos menos
d ignos d e [al con d ign acin solo por q ue tenga caudal con que
sufragar dichos gas tos romo para la decen cia que cor responde
a su emp leo, y otros gastos que se han acost umbrado dar a lo
men os a los cabos )' gente mi li ciana que sirve de guar d ia"'. Respec-
to de la d ismi nu cin del salario del procurador general deca
q ue "si se disminuye el salario de un cargo de honor il ust re y
en que la ci ud ad pone su mayor confianza. se ver obligada a ele-
gir persona q ue no mer ezca tener asiento en sus est r ados por
no padecer o ha ber padeci do el desaire de la rcpulsa'w' .
El gobernado r D n l de ROlas esti ma ba q ue era necesario de-
" f.1 upil n don AlfollW ue Melina \"as(oncc!os a Vuestra IIbjesl arl infonnan
do de lo acaecido en este rein o de Chile, 10 de noviembre de 1745. A. G. l., A.
de Ch ile. 305.
" Tesli monio de los a u l o ~ sobre las renlas del (abil do de Santiago. :\. G. l ., A.
de Chile . 107.
27 9
rlarar vacantes los cargos no se servan por sus
y se rematasen para aument ndose el nmero de re.
gtdcres "se promun-a y adelante todo lo concerniente a la cama
pblica ..... Ama r procur poner en ejecucin el pensamiento
de su predecesor y para favorece r su proyecto redujo. de dos mil
a trescientos pesos el servicio que deba pagarse por cada regi -
mi ento. Esta resoluci n no fue acogida por los nobl es. rea-
cios a pagar por los cargos a que crea n tener derecho por los
mritos de sus antepasados y los propios y se retrajeron del tra-
to con el gobernador 21. Los comerciantes. en cambio. Ii! aco-
gieron con entusiasmo. pues. les abrfa la posibilidad de gober-
nar la ciudad y representar al reino. funciones que hasta enton-
ces haban sido exclusivamente nobiliarias. Para realizar sus
aspiraciones 105 comerciantes gest ionaron activa mente ante el
gobernador. hombre poco propenso al tr at o con la nobleza y
dispuesto a despreciar a los hombres visibles". Este dio aco-
ftid41 a sus pretensiones y con desprecio de la ley que ordena-
boa preferir a los descendientes de conquistadores prefiri a los
comerciantes en el remate de los regimientos" , Esta resoluci n
fue un serio revs poltico para la nobleza. ya que la despojaba
de la representacin del reino que venia ejerciendo desde su
fundacin. Si bie n los reyes borbo nes haban privado a los ce.
bildos de funciones administra tivas qu e encargaban a Iu ncio-
narios suyos. les mantuvieron el derecho de representacin y
este derecho segua siendo eficaz. Por lo cual el cabildo segua
siendo una pieza importante en la estructura poltica del reino.
an su (uncin represemauva se habia realzado desde que
d reino haba crecido y servicio al estado se habla conver-
tido en imposiciones impersonales que gravaban a un gran
nmero de N'o obstante esto. la nobleza de esta hora.
(ue a diferencia de sus antepasados del siglo XVII. qu e defen-
da turbulentamente lu leyes que les protegan contra la arbi.
trariedad de los gobernadores. estaba imbuida del concepto di -
'1 Daaipcin histrico del reino de Otile.
Tomo 11. p. 291. Col . Hirol . de caue. Tomo IX.
-carvallo '1 Op. cit . 11. 291.
-carla Franc:Uco Godoy al rey. 2 de mano 1;65. C. C. l' M. M. MN ina.
191; S07.
280
fundido por los escritores polticos espaoles de que el campar.
tamien to grave era el propi o de qu ienes estaban en situacin
preponderante en los reinos y de qu e la moderacin era su
virtud cardinal, virt ud qu e la dist ingua del resto del reino,
[anta como la diferenciaba de los dems vasall os la propiedad
de la historia, reacion alej ndose de la presencia del gober-
nada r. sin nega rle los respetos debidos a la superi or idad, "bien
que no a impulsos del amor que siempre se manifest ob-
sequioso a la bondad, sino estrechada su obediencia del te-
mor por el abu so de autoridad. y se pusieron a la mira de las
resultas de su bravura en accin de hu ir el cuer po a la fiera">.
Los nu evos regidores ocupados hasta entonces en sus activi-
dades privada s no se haban distingui do en el servicio pblico
ni gozab an de la estimacin de la nobleza, Ellos mi smos evo-
caban sus modestos principios en car ta diri gida al rey. despu s
de su primera actuacin pb lica de importancia: La oposicin
al estableci miento del estanco del tabaco. Decian : "la vent a
li bre de estas especi es (el tabaco en polvo y en rama), eran los
primeros rudimentos en los vecinos para actuarse en mayores
negociaciones'?.... Su advenimiento al cabildo les pareca un
acon tecimiento de gra ndes proporciones, estaban profundamen-
te satisfechos y esperaban gran provecho de su gestin. "Se ha-
I1an hoy felizmente movidos de un a part icul ar y especif ica grao
titud los de este cabildo y ayunt amiento por qu e despu s del
tr anscurso de ms de 40 aos en que sus regimientos y oficios
concej iles vinieron a una decadencia tal qu e no habla persona
que los sirviese. aun de aquella en qu ienes por renunciacin
u ot ros t tul os ha ban recado, qu edando por este moti vo tan
desa utorizados, como sin progreMl alguno sus providencias ('(:"0
nmicas; de tal suerte que reducidos al ltimo desorden se hall
precisada esta ciudad a impetrar de Vuestra Majestad la facultad
de elegir dos regidores anuales que suplieran de alguna manera
aquel defecto. cuya investidura resista n los reinos". A continua-
cin se calificaban, "sin embargo med iante la solicitud y esmero
de vues tro president e, con que imensiblemente a ido empeando
" Carvallo y Goyenecbe. op. rito n. p. 291.
"Splica del cab ildo de Santia.;o al rl.'"Y para qu e Se derogue el estanco parr i -
rutar ntable<:ido en el rein o. ~ de mayo de 1761. A. G. L A. de Chile. ~ 0 5 .
28 1
al vecin dario en su propio honor a tener miram iento por la pa-
tri a. se ve hoy restablecido el cab ildo al nmero que prescriben
las leyes y conlorma ndosc con el alma de ell as. no solo ha aporta-
do a la r eal hacienda consider able aumento en sus remat es sino
q ue se ha ll an colocadas en su servicio personas de un esplendor
competen te a const itu ir respe ta ble este antiguo cuer po ; y COOlO
cada uno de los que lo componen emula en proporcin al bien
pblico a los dems se puede decir que este solo proyecto logr a.
do en el gobierno de vuestro mariscal Ama t ha teni do efectos mu -
dIOS y todos cuantos se puedan desear, en aumento y ut ili dad y
provecho de esta ciu dadve. En el ejercicio de sus cargos se mos-
traron en tusiastas admiradores de l goberna dor a quien r ecomen-
daban calurosamente al rcy.vt .
Los regidores espaoles no se most raron ecuni mes con los 1'0-
Hnro s chilenos; ya en la pr imera eleccin el igieron a uno de ellos
para una alcaldia ordi naria. El gobernador para evi tar q ue la
pugna en tre pat r icios y europeos se acentuase. anul la elecciones,
y en I61 design corregidor de Santiago al di stinguido comer-
ciante y agricu ltor chileno Mareo de Toro y Zambranow. La pug
na que el en rg ico gobernador haba contenido estall cuando
se alejo del reino. El r egidor vizcano Lu is Manuel de Za art u,
apoyado por el cabildo suscit dificultades al corregidor T oro.
Este no pudo sobreponerse a la cerrada oposici n de la corpo ra
cin . El cabildo ll eg hasta solicitar al rey el 19 de sep tiembre de
162 que suprimiese este c a r g o ~ o . El gobernador Guill p rocur
armonizar al cabi ldo con el corregidor. pero fracas. Debido a
esto T oro y Zam brano r enunci. El gobernador design en el
ca rgo al regidor pe rpetuo Luis Manue l de Za art uat . La mayora
espaola del cabildo recibi con sat isfaccin la des ignacin de
'Cana dd cabildo de sanrtago al re)' . 21 de abri l de 1758. C. C. y M. M.. Me
dina. 189; 152.
"Cana de 21 de abril de 1758 )' 30 de ab ril de 1760. C. C. y M. !-I. Me-dina.
189; 52 )' 191; 22. f(' pe<:li\'amerlle.
"Carta de h anch eo Godo) al rey. 2 de m u lO de 1765. C. C. Y M, M. Medina.
t91; 307.
-J;illl(' Epaguirre. El ronde de la C..onquisla. p. 83.
"'Ca na del gobernador Gu ilJ y Gorll aga al re)'. C. C. y M. M ~ Medina. 193; 14.
"Cana del gobemador Guill al re )'. 31 de j ulio de 1764. C. C. )' M. !-l .. Medi
na. 193; 14.
2 82
Zaartu, que era su caudillo. Lo s nobles vieron en ella una rrans-
gresin de la pero por su condicin de minora en el cab il-
do no p ud ieron sus regidor es reparar esa designaciones. Bajo la
d ireccin de Za arr u y con la complacencia del gobernador, los
regidores espaol es procuraron excl ui r a los ch ilen os de las al -
caldas y e1igicron a pa rient es y coterrneos. En 176-1 el igieron
a lcal de ordi nario al comercian te espaol Diego de Armida. que
hasta entonces haba tenido mal xito en su, artividadesae.
Pa ra resol ver la pet icin del cabildo sobre supresin del cargo
de corregid or el rey pid i in formes al gobernador. La respuesta
de Guill fue desvavorabl e a la peticin del cabildo . Di j o que sta
r espond ta a su deseo de ser absoluto y que por eso repugnaba el
cargo y no a quien lo ejerca. Recomendaba q ue se mantuvi ese
pues era indi spen sable para t ener t uici n sobre lo, regidores que
eran propen sos a toma r resol uciones absurdas como ha bia ocurr-
do dura nt e el corregimi ento de Mat eo de T oro y Zambrano, adc-
m s era til para in formarse de sus act ividadesae. Los regidores
si no desdij eron h icieron del corregidor la ms elogiosa scrn-
bl arua: er a no slo uno de los hombres ms r ico, sino el que con
mas esmero se habla dedi cado a la ex tirpacin de los vicios, a la
const rucci n de edi ficios y aumen to de l as rentas reales
36

El desagrado de los nobles por esta situacin fu e hecho llegar


al Tey por Franci sco Godoy. en carta escr ita en 2 de marzo de
17fi5. En ella comunica ba al sobera no que en el cabildo de San-
tiago ex istian inusitadas parc ia lidades; que estas se deban a la
l igereza co n que haba procedi do el gobernador Amar a designar
regi dores "confir ien do estos cargos o la ma yor parte de ellos a
mercader es, los cu al es los ejercen en agravio de 1;1 rea l vara de
justicia por lo que y por su ni nguna int eligenri a en lo po h nco
experimentan los vecinos y moradores de esta ciudad tle ganuago
'''Ca rta de Fr;.ncisfO Godoy al re)' . 2 de marlO de 176[. C. C. J :1.1. 1\1 " :l.1e<li na .
191; 307.
"'Gul mn. El <e hileno en Histori a. citado por Luis Amu-
n:ll egui. 1.os Pre cursores de la Independencia de Chi le. Tomo 111 . p, 78.
" Rica rdo Donoso. F.\ marq us de O' orno. p. 19,
"'Cana del goberna do r GlIill al rey. 30 tic julio de 176-1. C. C.) Medl-
na. 193; 14.
" Ca n a del rahildo de al n -y. 22 de diciembre de 176-1. C. e . y :l. l.
Medina. 191; 323.
28 3
los ultrajes y befas que se les antoja operar, no con respecto ni
por atender al ser vicio de ambas maj estades ni al beneficio de los
vecinos y moradores, sino es por fines y motivos particulares que
dimanan y se origi nan de las parcialidades en que viven los di-
chos regidores". Agrega que los cargos fueron concedidos "sin ms
mritos que el estipendio de trescientos pesos" y "que no se
pro"el eron estos cargos en estos sujetos .. . por falta de hombres
de circunstancias, vecinos y moradores de este reino, sino a fuer za
de Jos empeos que se practicaron en Su Excelencia a este fin" .
se ref era tambi n al parentesco entre regidores y oidores, lo que
iba en desmedro de la justi cia y "a las parci alidades que en agra-
vio y menoscabo de los vecinos y moradores de este reino fomen -
t por paniculares motivos el cabi ldo, siguindose a esto el que
anualmente elega por alcaldes ordinarios a sus mismos parientes
y parciales" con la consiguiente opresin de los vasallos del rey y
"an en trminos de desespera r con un tir ano gobierno, y lo ms
es. imposibilitado el recurso para el desagra vio por qu e la audien.
c a y el gobi erno cont empor iza con el cabildo y ste con di cha au-
diencia y gobierno". Ruega al rey qu e ponga remedio a estos
ma les. PU($ de lo contrario stos seguir n en el futuro, por qu e
los regimientos recaern en los hijos de los actuel eset.
En su afn de predominio, la mayora espaola se apoy en
las autoridades reales sacrificando la indepen dencia de la carpo-
raci n que los vecinos haban logrado sobreponindose a las
bander as ent re las estirpes. A ra z de la renuncia del alcalde de
primer voto y habiendo ent rado a desempear int erinamente esa
al cald a el alfr ez real hasta que el cabildo eligi era reemplazante
confo rme a la ley de Indias, el gobernador design alcalde de
vecinos a Pedro Fern ndez Palazuelos. El agraci ado prete ndi
ocupar el car go de alcal de de primer vot o, porque era a se a
qu ien reemplazaba. El alcalde de segundo voto, J os Miguel Pra-
do pretendi tambi n ese cargo. La pretensin de Fernandez Pa-
lazuel os fue resistida por los regidores r hi lenosae. Los regidores
espa oles esperaron que el gobernador r egresara de su visita a la
"Carta de Ftan -.;o Godoy al rev- 2 de mano dr 1765. C. C. YM. M., Medma.
1 9 1 ; ~ 1 7 .
"'Ca rla del cabil do dr San tiago al r"'l'" de agost o dr 177' . C. C. YM. M., Me-
dina. 195; 191.
284
frontera. Entretanto buscaban apolO para resolver la pugna a su
favor . El corregidor Zaartu escribi a su amigo Andrs de Rojas
Lamadrid, residente en Poipaico. pidindole ayuda para paci fi-
car el cabi ldcw. Al regreso del gobernador le fue pl anteada la
cuestin suscitada. El gobernador crey que el conflicto desapa-
reca si se extingula la precedencia de los alcaldes. si se eliminaba
la permanente di stincin entre el de pr imero y el de segundo voto.
Con el objeto de obtener la aprobacin de su criter io im'it a los
alcaldes a palaco-s. Los regidores chil enos teme rosos de ser cali-
ficados de inquietos y perturbadores. ced ieron esperando que con
la cesacin de la causa cesara el efecto
fl
Aceptada la proposi-
cin. el corregidor Zaartu infonn a su ami go Rojas para que
suspendiera los preparativos. Este contest el dla 4 de ma yo. ex-
presando su complacencia por la forma con que el prudente go-
bernador habla resuelto el antagonismo que perturbaba el fun-
cionamiento del cabildo. Sin embargo anunci aba que estaba
pronto a concurrir con los compa eros en todo cuanto sea bcne-
ficio del cabildo. paz y concord ia de tan ilustres capitulares-a. En
7 de mayo pas el gobernador al cabildo a obtener la celebra-
cin del acuerdo que extingua la diferencia entre ambos alcal -
des. Conforme a lo acordado con anterioridad el proyecto del go-
bernador fue aprobado por unani midad-a. El procurador gene-
ra l de la ciudad se present ron este acuerdo ante la audi encia
para obtener su aprobacin y fue aprobado por el tribunal. Des-
pus de este acuerdo, Prado ren unci a la alcalda de morado-
res
U

El cabildo no capt el descontento de los sectores pobres del


reino que estaban exasperados por la baja calidad del tabaco
que. segn afirmaban. se expenda por el estanco. La noti cia de
los levantamientos de la poblacin de Quito y Madrid ocurr idos
-Acu"do dd cabildo de s..nti;go de 7 de mayo de 1765. !oligud Lu is Amu nj-
t.-gui . l.AIlI Pla:Ur1OlCS de la l ndepeedencta de Chile . Tomo 111, pp. 8189.
- Idem.
"'Cana dd n.bildo de s..ntiago aln:y.' de apto de In'. C. C. y!ol. M.,
dina. 19S; 191.
"Migud Luis Amun.!tegui . Op. cit . T. 11I , p. 90,
"Acueldo dd cabi ldo de Sant iago. 7 dc mayo lit l i6S. Migud Lui. Amun.!
legui. Op. eu . T . 11I, ee. 81.90.


en los a os 1765 y l i l)(l dio coraje a los dcscon testos para ex-
presar su deseo de que se extinguiera el esraucc. :'\ [ediante escri -
lOS an nimos lo hicieron saber a la poblaci n de Sant iago. Ante
este hecho la audiencia y el corregidor Zaartu procuraron ev-
tar manifestaciones tumultuosas. pero no lograron atemorizar a
los descont entes, En 5 de noviembre de 1766 pegaron carteles en
las esquinas ms concurridas de la ciudad, en los que expresa
ban su intenci n de destruir el atanco e instaban a 101$ provm-
cias a a'iOCi rse!es para este fin . Adems, difundieron profusa.
ment e proclamas en verso durante "ar ios dias en las que ame-
nazaban quemar la casa de! administrador del estanco y robar
sus fondos. Ante estas manifesraciones hostiles al estanco. la no-
bi en en minora en el cabildo, se mantuvo alejada del gobierno.
Las autoridades interpretaron esta acritud como complacencia
por esos actos , lo que conjuntamente "con la complacencia con
que en todos los estados se acoga la posibilidad de que se exti n-
guiera el estanco esto fue lo que ms las alarm
u.
Ante esta ac-
ti tud tomaron nuevas pr ecauciones: redcblaron las patrull as y
rumias: arbi tra ron medi os para resguarda r el tesoro del estanco y
aprontaron las mi licia s en los lugares de mayo r riesgo de levanta-
miento; ordenaron a los corregidores de los corregi mientos pr -
ximos que rcmenrrasen las mi licia s, q ue estuviesen atentos a los
acomecimieruos y que informasen oport unamenle de los cambios
que observasen en la actitud del pueblo. La audiencia y el corre-
gidor de Sanri:r.go comunicaron al gobernador estas manifestacio-
nes de hosrihdad )' le pidieron que regresara a la capital a aplacar
a los des<.olltentos. El gobernador orden a los corregidores del
reino. al gobemador de Valparaieo y a los jefes militares que Pr'>
curasen evitar lodo mouvo de alboroto )' les indic que ad virr ie-
un a los vasalfcs que gobernaban que con estas manifestaciones
menoscababan su fidelidad al soberano ). que les hicieran res-
ponsables de ocurrencias. Todas alas medidas produjeron
muy bu enos efectos: en el corregimiento de Maule, las milici as
se ofrecie ron para acompaar al gobernador a Santiago, pero no
fue necesario traerlas. Poco a po<o el gobernador fue consolidan-
do el defensivo y en la misma medida disimula ndo las
"'Ctu, <lrl gobernador Guill 01.1 rev - 2 ,k ab ril tlr 1161. C. C. r M. 1\1.. Medi
na. 19' ; 68.
2 86
ocurrencias. Informado de estos actos el virrey del Per, que ha-
ba conoc ido la res istencia de los consumidores chilenos cont ra el
sistema, para calmarles ofreci proveer al estanco de tabaco se-
Iecro: di spuso que se estableciesen estanq uillos para facil itar las
compras a los con sumidores, y que se examinasen los tabacos que
estaba n en bodega y los que se declarasen inti les se devol vie-
ran. As lo h izo el gobernador con lo cual desaparecieron las
qu ejas-e.
Una de las prerrogati vas del cabildo que los regidores peninsu-
lares defendieron con Firmeza, fue su situ acin fre nte al poder
eclesistico, defensa q ue h ici eron englob ndola en la del poder
civil fr ent e al ec1esistiw. En I60 el cab ildo eclesi st ico alter la
acost umbrada ubicacin de las corporaciones y de sus emblemas
en la procesin de Corpus. El cabildo de la ci udad qu e por cos-
tumbre i nmemori al se ubicaba inmediatamente de trs de la au-
diencia, fue puesto detrs de cabi ldo edesi suco interpuesto en-
t re l y la audiencias "; y entre el palio de la audienci a y el estan-
darte del Sannsimo Sacrament o que portaba la corporacin edi-
licia fue inter puesta la Cruz. El cabildo r ecurri a la audiencia
en defensa de ambas prerrogativas. Esta se las conf ir m. Pero no
pa reci ndole suficiente y b uscando ms slida confirmacin se
dir igi al rey. En la comunicaci n que envi a la corte deca
respecto de la segunda que "es muy grave por qu e el estanda rte
del Santisimo Sacramento anuncia al puebl o la rea l presencia, ol-
vidando que el estandarte o lbaro que los emper adores lleva-
ba n in med iat os a su r eal persona estaba en tan ta veneracin que
le prestaba la mil icia adoraci on es y que fuer a delito de lesa ma-
j estad humana-e.
A la muerte de Guill gobern el oidor decan o de la aud ien-
cia, goberna nte y reino coi ncidieron en cond enar las transgresio-
nes a las formas tradic ion ales de la vida pol t ica ejecutadas por el
difunto gobernador. En reparacin a los agr avios fueron sepa ra-
dos de sus cargos todos los funcionarios designados por el gober -
"Carta <.ld gobernador GuilJ al r ey. 2 de ab r il <.le 1767. C. C y M. M.. :'> ledina.
193; 68.
"Cana del cabildo de Santiago al re}' . 4 de ma )'o e li61. C. C. y M. :'>[. '-le
dina. 191; 63.
" Informacin de l cabildo de sauuago al r ey. 2 de marre de 1761. C. C.)' M.
M., Med ina. 191; 45.
287
nador difunto. Ent re ellos al corregidor Zaartu, al qu e adems
se le oblig afianzar la residencian. Con manifiesto propsito de
reparacin se design en su reemplazo a Mateo de Toro y l amo
branow. Dice el propio Zafiart u: "y repusieron al que el gober-
nador Guill hab a sacado por las inquietudes que haba tenido
con el cabildove t. Los chilenos recupera ron entonces su predom .
nio en la cor poracin popular. Pocos aos despus, en 1776 el con.
tador interin o Gregario Gonz lez Blanco J eda que aunque se
habla pensado en l para ocupar una de las alcaldas no le ha-
blan pod ido elegir por la opo sicin qu e subsiste en dicho cabildo
ent re patricios y europeos "por ser aqu llos mayor nmero que
stos
u
. J os Miguel Prado. qu ien habla renunciado a la alral,
dla de moradores a ra z del acuerdo que estableca la alt ernativa
de los alcaldes fue designado en I 69 alcalde de vecinosea.
El cabildo revis en enero de 1769 el acuerdo de 7 de mayo de
1765 y lo declar nulo. Los regidor es fun daron el acuerdo an ula-
torio en la ilegalidad de la intervencin de! goberna dor, en de-
fectos de procedimi entos y en la solidez de la costumbre. El presi-
dent e habia designado alcalde imeri no en oposicin a la ley de
Indias que estableca que en casos semejantes ocupara la vacan-
cia el aHrez real o e! regidor ms antiguo hasta qu e el cabildo
eligiera nuevamente. El acuerdo der ogatorio de la cost umbre ha-
bia sido redactado en palacio sin consult ar a los regidores y slo
se habla tr asladado al Libro de act as para que fuer a firmado por
stos convocados al efecto; e! presidente habla amenazado usar
de sus superiores facultades en caso de que no se aceptara su pro-
posicin ; habla permanecido en la sala durante la vot acin. y el
acuerdo se habla tomado estando ausentes algunos regidor es. lo
que era muy importante, tr atndose de la modificacin de una
cost umbre inmemorial ; se habia determi nad o el lugar al alcald e
"'Cana de Luis de l..a ar ru al ministr o Arriaga. 15 de julio de 1769. C. C. )' M.
M.. Medina. 194; 247.
- Relacin de mtrilOl y terviciOl de Marro Toro, 1769. Real audi encia, volu -
men 2207. pieza Ileg"unda.
"'Cana de Lu il de laanu al minillro Arriaga. 15 de julio de 1769. C. C. y ~ 1 .
M., Medina. 194; 247.
-C.ula del contado r mayor i nt eri no Gregar io Gonzlez Blanco al ministr o
Glvez. 9 de eepne mbre de 17i 6. C. C. Y M. M. Medina. 196; 90.
- Miguel Lu. Amunlcgu i, op . Cil . IJI, p. 90.
288
designado, det ermi naci n que solamente podi a hacerse en los
casos de eleccin o de designacin hecha por el rey; se le habla
pret erido en lugar al alca lde qu e hab a sido elegido y confirma,
do, el cual tena, por esto, prefer encia aunque Iuese alcalele de
moradores, y la costu mbre alterada estaba consolidada por su
mucha amlgedad: dat aba de la fun dacin de la ciudad y del
rabildoe-.
La restauracin no se logr sin que las " ictimas reaccionasen.
En desquit e el cabildo fue armado ante el rey de lenidad en el
cumpli mient o de las reglas de- pol ida y buen gobierno debido a
qu e los regidores no acud an ordinariament e a sesiones. Est05
slo acud an puntualmente a la sesin del I q de enero de cada
ao para d e-gir alcaldes por sus part iculares fines, despu s, se
retiraban a sus haciendas sin licencia ni aviso al cabildo. De esta
consuetudinaria ausencia resultaba <tue no haba sufic ientes re-
gidores para <tUl' la corporacin acompaara a la aud iencia en las
festividades ele rigor; se resent a el abasto de la ci uda d, los pesca
dores vend an el pescado fuera de toda orden anza; los panaderos
produc an pan de cualquier peso; II's car niceros venda n carne el e
ovejas en muchos das de invierno; las acequi as se desbordaban
inundando las calla das con perj ui cio de los vecinos qu e necesita.
ban agua para regar sus chacras: no se visitaban las tiendas; los
vecinos usurpaban los sitios qu e eran propios de la ciudad y se
descu idaba el inte- rs de los agr icultores porque no se protega
el precio del tri go:':'. El restau rado predominio de los nobles fue-
alterado con la designacin de Luis :\Ianuel de Za arm como co-
rregidor de- Santi ago por el gobernado r j;iuregui, en El ca-
bildo re-plic designando procurador general de la ciudad a Ma.
teo de 1\festas, "hombre de genio int rpido y altivo". segn la au-
dienciaes. Despu s de- la eleccin de alcaldes de 1773, el corregi-
dor Zaartu pretendi qu e se restablec iera la prctica de la al-
ternativa en la preferencia de los alcaldes que se habia acordado
en 1765 a propuesta del goberna dor Guill }' Oonzaga. en benefi-
"El acuerdo fue i n.erlado po r Luis Amuni lq: ui en "Los Pr ecursor....
de la Independencia de Chi le", tomo 111. p. 95.
""Carta del guhernadoT Jurcgui al Tey, 26 de mano de 1775. C. C. y M. M.,
Medina . 195; 1!>7.
""Cana de la audiencia al r9. 2 de d iciemb re de I n !> . C. C. y Mcdill a .
196; !>7.
289
cio del alcalde de moradores Ignacio de la Carrera. La ma yorla
del cabildo se op uso a esta restauracin por cons iderarla infun-
dada ; la preferencia del alcalde de veci nos respec to del alcalde de
moradores tenia a su favor la a nnguedad: adems el cabildo pre-
ferla este r gimen al propuesto, por otras consideraciones: man-
renta las bu enas r elaciones y la armona ent re los alcaides y pero
milla edu car a la nobleza para el ejercido de su funcin pol .
ca. Ante la oposicin del cab ildo renunci el alcalde de morado,
res, pero la corporacin rechaz la ren un cia. Ignacio de la Carr e-
ra persist i en que se aprobase la alternat iva en la preferencia de
los alcaldes. El cabildo no acept. El corregidor inform al go_
hierno del con flicto acusando al cabildo de entrar en compet en.
cia y de est ar anima do "de esprit u de ardi miento". Le llov a al
ca bi ldo sobre mojado. El rey po r cdula de 12de sep tiembre de
1772 haba tran smitido al gobernador J uregui la acu sacin que
se haba formulad o en cont ra de la corporaci n y este obser vaba
su acruaci net ,
La pret ens in de! corregidor y del alcalde de moradores y la
acusacin de que actuaba con pasin. h iri a la no bleza. Aunque
el alcalde de moradores apar eca (al udido con el corregi dor, era
este a quien la nobleza r esponsabili zaba. Carrera era slo un jo-
ven ambicioso e impaciente a quien no conced a mayor incum-
bencia en el conllictoee. La acusacin de apasionamiento hi ri al
cabildo en lo ms vivo. Se enorgulleca de actu ar con bu en sen-
tido y moderacin y C5a asever acin le pareca injusta y ofe nsiva .
Adems ve a en ella la host ilidad de los comerciantes espa olesw.
Por tod o ello procur limpiarse d e esa ofensa si n demora. Acor-
d q ue e! procurador general de la ciu dad le vindicase de esa
" Carla del gobf,m ador J ur egui al rey. 26 de marzo de 1773. C. C. y M. M.,
Medina. 195; 157.
""Carla del cab ildo de Santiago al rey. 3 de agosto de 1773. C. C. YM. 1.1., Me-
dna. 195; 191.
- La audiencia in formando al rey sobre la actividad de l procurador general de
la ciudad de Santiago. ~ I a t e o de Mestal , ded a qu e habla cometido "notables
excelOl!l, causando inquietudes l' movimient os entre los capitulares de este re-
gimienlo por las parci alidades qu e excit ent re patricios l' europeol!l enlaeadce
un,. y OIIOII con las lami l ia. principales de esta rep blica y de lodo el reino.
Cart a .te la aud iencia al rey. 2 de diciembr e de 1775. C. C. l' M. M., Medina .
196; 57.
290
calumni a y solicit que Zaartu y De la Carrera afianzasen esa
acusacin para qu e con toda puntualidad se purificase su honor
y su procedim iento y qu e esto se hiciese con prefer encia a la
cuestin suscitada por la prete nsin de restablecer la alternati-
va de la preerenciaev. El procur ador prese nt un escrito a la au-
diencia para obt ener 10 acordado por el cabildo. El tr ibu nal es-
tim que este escrito vulneraba "su j ust ificacin, celo e integr-
dad'w, y el oidor qu e of iciaba de fiscal devolvi el escrito por in-
moderado. El procurador general de la ciudad present nuevo
escrito y se le contest que todos ellos debian apoyarse en acuer-
dos del cabildo. El cabildo para poder cumplir esta disposicin
de la audiencia, solicit que se orde nase al corregidor y al alcal-
de de moradores que se ausentasen de las sesiones en que se to-
masen acuerdos sobre este conflicto. No se accedi a esta peu-
cin. Estim el cabildo que esa negativa le impos ibilitaba para
defend erse, pues en prese ncia de los propugnadores de la alter-
nat iva y acusadores suyos no podia acordar sin que hubiese alte-
racin de la cual se le acusarla de ser causantees. Aunque impedi -
do para defenderse eficazmente, el cabi ldo mant uvo su opos icin
a la altern-uivaea, pues esti maba qu e no era posible aceptarla
porque los agr avios que ha ba producido estaban planteados an-
te la audiencia y pedan pblica satisfaccin, como corresponda
"al decoro de un cuer po de la Repblica inj ustamente vulne-
radoe-. Algunos regidores se reunieron extraordinariamente fue-
ra de la sede de la corporacin, sin informar al corregidor y al al-
calde de moradores. Por su parte el procurador general de la ciu-
dad inici acciones cont ra el corregidor Zaartu; represent al
cont ador mayor Silvestre Carda la conveniencia de que se toma-
ra cuenta al corregi dor de las obras pblicas que habla tenido a
"Carta del cabIldo de Saruiagc al rey. 3'de agosto de 1773. C. C. y M. M. Me-
di na . 19:.; 191.
"Carta de la aud' encia al rey. 2 de diciembre de 1775. C. C. YM. M. Mcdi na.
196; 57.
"'Ca rta del cabildo de Sanliago al Iey.' de agosto de 1773. C. C. y M. M" Me
dina. 19:.; 191; y carta del gobernador j auregui al rey. 8 de agosto de 1773.
C. C. y M. M.. Mcd lna. 195: 217.
""Carla del gobernador JureguI al rey. 8 de agosto de 1773. C. C. y M. M.,
Medina. 195; 217.
"Cart a del cabdc de Santiago al rey. 3 de agosto de 1773, ya citada.
2 91
su cargo. El con tador aprob est a petici n y consult al in genie-
ro Birt. Este inform que los taj amares del Mapocho eran dbi-
l es debido a la deficiencia de los ma teriales empteadosee. El pro
cu rador agit tambi n el disc ut ido terna de la fundacin del con-
vento de las Ca rmelirasw. Esta p ugna mo lest al gobernador y
decidi Inter venir para restabl ecer la paz. Sancion al cabildo
por haberse reunido i legalmente al hacerlo fuera de su sede . El
procurador general fue acusado ante la audiencia y ante el go-
bernador de empe arse solamente en el confl icto susci tado por
la alternativa y en h urgar en el origen de la autorizacin ronce.
d ida a Zaart u pa ra fundar un convento de Carmelitas descui -
da ndo ot ros asun tos que int er esaban a la ci udad. A raz de esta
acusac in Menas renunci a los cargos de procurador y abogado
de la ciudad'". habia sido un portavoz entusiasta de los
sen timientos de los nobles por los atentados que se cometan con-
tra sus libertades y haba luchado contra las pretensiones de los
europeos. Def end a sus puntos de vista a nte la propia audi en cia
en Iorma que el t ribuna l consideraba irreverente. El gobierno le
reprendi por esto sin lograr que morigerara sus act uaciones.
Segn la audiencia hab ia causado inquietudes ent re los capitu-
l ares de Santiago excir udoles contra los europeosee.
El proceso judicial iniciado a peticin del cabildo sobre la al -
temauva sigui su curso y lleg a sentenciarse en contra del ca-
bildo. El fisca l pidi q ue se cumpliese la sen tenciaw. El cabildo
en ejercicio del derecho de splica elev un largo i nforme al rey.
En el defendi la cost umbre de elegir los alca ldes asignndoles
lugar, seal las ventajas que ella te na y solicit que se l a man-
tu viese. En este informe deca: "El cabi ldo de esta ciudad desde
su ereccin ha estado en la loa ble y bien introducida costumbre
de elegir dos alcaldes ordi narios con la distincin de primero y
"'Calta Malo:o M<'!ol,u al 4 ce ag....lo lii3. C. C. y M. M., Medina .
19.>: 205.
-Idern.
"ClTU dd gocernaoor Jurrgui al rev. 8 de agosto tic 1773. C. C. '1 M. M.,
Med in;. 195: 217.
"CuU tic I; audiencia al Tey. 2 de diciembre de 1775. C. C. '1 M. M., Medi n;.
196; 57.
"'Carta de! cabildo de S;nliago;1 3 agOllo de 1773. C. C. '1 M. M., Me-
dina. 195; 191.
292
segundo voto, siendo por esto preferente aqul en el asiento, sin
qu e esta diferencia pueda ser algun a en la calidad de los sujetos,
que se supone igua l en el mismo de ser elegido y de ser llamados
a la ocupacin y hon ori ficencia del empleo; pero como en el or-
den natural , pr imero ha de ser electo el uno qu e el otro, la razn
poli tica Intr odujo esta distincin de primero y segundo voto, un-
lsima tambin para la perpetuidad de la armona y la buena co-
rr espondencia entre los electos, que entran al ejerci cio de sus em-
pleos, sabiendo qui n es de primer voto y quin de segundo,
qu in ha de sentar primero y qui n desp us bajo el principio
cier to qu e da la eleccin", "Lleva el cabi ldo otras mir as en el
establecimiento y uso de esta costumbre respect ivas al beneficio
y mejor regimiento de la repbl ica, y son las de hacer y propor-
ciona r sujetos idneos e inst rui dos para el ejercicio de los em-
pleos y por esto por lo regula r se elige un alcalde de pr imer voto,
un noble vecino, que por su mayor edad, por su instr uccin y por
sus letras se ha hecho de ms exper imentada conducta y se le po-
ne a su lado un mozo noble de alcalde de segundo voto, que en
el manejo del empleo adquiere instrucci n y experiencia, y con
ella, y en el desempeo de su cargo, la idoneidad y proporcin
para ser electo, )' aun par a ser des pus necesar io para esa distin-
cin de primer voto y de este modo, en beneficio comn, la ju-
ventud se instruye y la ciudad abunda de sujetos expertos para
la propugnacin del orden y sociedad civil que tanto importa:
y si as no fuese, parecera en el or den polt ico una deformi dad ,
que un sujeto de cualidades probadas y de una edad madura,
se viese pr ecedido de un joven solo de buena esperanza". Pedla
el cabildo qu e par a considerar su pet icin se tuviera en cuenta
qu e "en los der echos, es muy sabi da la tuerza que tiene la cos-
tu mbre bien fundada y bien introduci da, especialmente cuando
su posesin , su uso y su ejercicio no tienen inconvenient es, y an-
tes s adec uad a conformid ad con el buen gobierno de la rep-
bl ica..:' con motivo de la interve ncin de la audie ncia en el con-
flict o, el cabildo solicitaba que se cambiara su personal. En abono
de su peti cin, traa "la doct rina de un distinguido pol tico, que
pas a las Indi as, qu e sir vi la toga de la real aud iencia de Lima
y qu e a su regreso a Espaa, escribi sobre sus derechos y exp uso
con su consu mada experienc ia y con su slido juicio lo oportuno
29 3
q u ~ era mudar los oidores de unas audiencias a otras, sin duda
p o r q u ~ toc et inconveniente que resultaba de que los ministros
se radicaran con relaciones como experimenta esta ciudadre.
Al trmino de los recursos judiciales locales prosigui el con-
nieto entre el cabildo y el corregidor. Apoyado sin reservas por el
gobernador, Zaartu hosrlizaba a los regidores, se oponta a los
acuerdos de la corporacin mantenindola en constante eferves,
cenefa. Algunos regidores rontrarfados por la actitud del ccrregt-
dor se abstenian de asistir a las sesiones de I; corporacin. Dis-
tanciado del gobernador, desesperado de contrapesar la autoridad
de Zaartu, el cabildo escribi nuevamente ;I rey. en septiembre
de ese ao 1i63, para informarle del desamparo en que se encon-
traba. Acusaba al gobierno de haber dejado de ser auxilio para
su reparo y de haberse convertido en pbulo del despotismo del
corregidor. Palia que se prohibiera al corregidor asistir a sus
sesiones p;ra poner t rmino a la opresin y tirana que ej erca
sobre l. El cabildo estimaba que su asistencia no era necesari a
para tratar los negocios de su incumbencia, ya que en el alcalde
resid a la representacin real y en los regidor es la del vecinda.
r io, las dos par les formales que legi timaban los acuerdos. En Ia-
vor de 5U peticin el cabi ldo trala a la memoria la situacin de
Lima y erras ciudades donde no habla corregidores y recordaba
al rey el mrito que haban adquirido los regidores al rematar
las varas capitulares, tanto tiempo abandonadas para que 1.' 1 P'"
diera cumplir su funcin "de conservar el buen orden de la so-
ciedad en los reinos con facultad de representar para su reparo
los abusos que pudieran alterarlos", funcin para la cual lo ha-
bla creado la piedad del reyu,
La peticin del cabildo de q u ~ se mantuviese la distincin no
fue aceptada en la corte. Por real cdula de 7 de agosto de 1776se
puso fin a la distincin de los alcaldes y se impuso la alternati va
de la prderencia
U
. Respecto de la peticin de que el corregidor
no asistiera al ayuntamiento no hubo resolucin.
"'CarUo del cabildo dt' SMlti..go al rq.' de apiO dt' In', C. C. r M. M ~ Mt'
dina. 195; 191.
"C.llrla dt'l n1bildo de SMlliago al rt"f. 28 de eepriembre de 1713, C. C. r M, "1"
Mcdina, 195; m .
"Miguel Luil Arnun:ilqui . ..Lot; Precursores dt' la Ind"'pt'1ldt'l1d a d", Chi1t''',
tomo 111, p, 94,
294
A raz de que Silvestre Garcia, cont ador mayor del reino, de-
nunci a Zaart u ant e el virrey del Per de que se negaba a dar
cuen ta de los propi os de la ciudad, el virrey con asistencia del
fiscal de la audiencia de Lima expres que era conveniente que
Zaart u cesara en el cargo y di er a residencia. La audi encia de
Chi le en conocimient o de esta recomendacin prescindi de ella.
El gobernador mantuvo a Zaart u al frente de l corregimient o de
Samiagot e, y en ade lante dio a la nobleza nuevos motivos de con-
trar iedad ; a raz de la vacancia del cargo de contador mayor por
muert e de Silvestr e Ga rd a design interi namente a Gregario
Go nzlcz Blanco, comerciante espaol que ha ba enriquecido con
el arri endo de la recaud acin de impuestos, y de qu ien se deca
que haba ejer cido oficios mecnicos en su patria, agraviando a la
nobleza que rechazaba el ejercicio dd gobierno por personas ad-
vened zast- , at ropell al conde de la Mariqui na en sus anbu.
ciones de capitn de Dragones. En 19 de enero de 1776 el conde se
quej de este atropello al mi nistro Arriaga. Peda al ministro que
por piedad no infor ma ra de su queja al gobernador, pues siendo
los superiores en estas di stancias tan absolutos quedara expuesto
a los mayores insult os sin ms defensa qu e rend ir la vidat e. La
oposicin de los nobl es al contador int eri no lleg a conocimien-
to de Amat . Decia el virrey que la designacin de este indi vi-
duo haba causado bastant e conmoc in por impu tarle entre otras
cosas, el haber ej ercido en Gal icia un oficio mecnico, cuya ver-
dad l no poda afirmar. pero que esta impu tacin era bastan-
te fundament o para crear una cons tante desavenencia en un pas
en que miran con ms escrc ulos estos asun tos que en otros de
las l udiast e. Los nobl es procuraron impedir que el gobern ador
propusiese a Gonzlez Blanco a la corte para que fuera desi g-
" Peli cin del fiscal sobre remocin del corregidor Zaartu. 15 de mayo de
1777. C. C. y M. 1'01 ., Med ina. 196; 302.
Cana del virr ey Amal al minist ro An iaga . Li ma, 20 de noviembre de 177-1.
A. G. r., A. de Ch ile . 384.
ncarl a del conde de la Mar iqu ina al minist ro Aniaga . 19 de ene ro de 1776.
C. C. y M, M.. Med ina . 196; 61.
"Carta del virrey Amat al ministro An iaga . Lima, 20 de noviembre de 177-1 ,
ya citada.
""Cart a de Manuel Tor o a J ~ Anton io Rojas. 8 de septiembre de lii6. Ba
tres Aran a. Historia General de Chile, lomo VI, p. 384, no ta 22.
295
nado en propiedadt r, pero e! gobernador prescindi de su opo
sici n y lo propuso para que fuera designado en propiedad
en el cargo de cont ador mayor. Esta resoluci n fue recibida
"con desagrado grande de los vecinos honrados de esta capital
porque con despego de ellos (e! gobernador) manifest e! pre-
dominio que el dicho Gonzlez tena o tiene en su volu neadt s
La funcin representativa de la nobleza y del cabildo de Sami a-
go qued ms en claro en 1776, a ra z de la reacci n del reino an-
te las di sposiciones qu e tom el gobierno a propuesta de! coma-
dor inter ino Gonzlez Blanco. Ant e la agitacin popular, los alar-
mados vecinos de la capit al consideraron que solamente "sacando
ellos la cara podran acallarte y contenerla. Con este propsito,
escribieron con breved ad un escrito solicitando al cabildo qu e re-
cabase de! gobernador autor izacin para reunirse en cabildo
abi erto para tratar de los medios de repar ar el agravic'?. Esta
fun cin les fue reconocida simult neamente por el reino y por la
autoridad. Los habitantes de la doc tr ina de la Estr ella se dirigi e.
ron al cabildo de Santi ago dicindole qu e sabi endo " qu e vuestr as
seoras son padres comunes de todo el reino ocurr an con toda
humildad y ruego a que se sirvan volver por nosotr os procurand o
se suspenda y quit e del todo la esclavitud a qu e se les quiere redu-
cir imponindole nu evos pechosw. Ante la petici n del cabildo
al gobierno para qu e le autori zara a reunir al pueblo en cabildo
abierto, el fiscal de la audi encia, Jos Perfecto de Salas mani fest
en su infonne que era bastante con presentar las qu ejas al cabil-
do "por ser indubitablement e, ste, la VOl abreviada del puebl o
para representar o proponer lo qu e ccovense al beneficio romn
y qu e no es necesar io real izar esta bulliciosa reuni n sobre todo
por las superi ores facultades de qu e gOla el cabildo por la re-
presentacin que obtiene del soberano, sin mend igar ni estos ni
otros pegadi zos que le perturban e inquietan de aquella sereni -
dad con qu e todos le veneran y adoran pecho por tierra, las le'
~ n a de Manud Toro a Jos Antonio Rojas. ya citada.
""Cart a del cabil do de Santiago y los cuat-o diputados del vecindario al rey.
8 de eepriern bre de 1776. C. C. y M. M., Medina . 196; 81.
" El documento en el expediente innt ulado "El Cabildo, Justicia y Regin ue nec
de la ciudad de Santiago y los cuatro diplltarlO$ de esta dudad con el se'ior
fi&cal, sobre las rdonnas de 1", imposiciones ...". A. G. l. , A. de Chile. 428.
296
gtmas intenciones de nuest ro monarca y seor natur al er. No
obsta nte este r econocimient o el fiscal aconsej que se concedier a
a la nobl eza el derecho a elegir cuatro diputados que gestio na-
ran la defensa de los intereses del reino ant e el cabildo. Se reco-
mend que para elegir estos diputados se r edujese a ciento el
nmero de elect ores, los cuales se designaran por el cabil do en-
tre los firmantes de la pe ticin tle cabildo ab ier to. Un grupo de
cien personas: vecinos nobles y prel ados de las rdenes religiosas
eligieron cuat ro di putados. Los el ectos solicitaron que se les per-
mi ti era act uar asociados al cabi ldo di rectamente ant e el gobierno
y no, an te el cabildo, para q ue s te transmitiera al superior go-
bierno sus peti cion es. Si segu an el pr oced imiento propuesto poT
e! fiscal pe rderran tiempo y adems "se te ndrfa el pblico des-
consuelo de verse desamparado de su cabildo que hoy ms que
nunca se ha lla en la obligad n de proteger te'v.
La nobleza tuvo d ar a conciencia de la funcin que en estas
ci rcunst anci as extraord inar ias hab a cumplido. POI" in finidad "de
pasquines y papeles i nfamatori os se insinuaba un despecho que
era , en realidad, de temer pOI" la conmocin q ue semejantes ex-
presiones y en semej an tes ci rcunstancias causa n pOT lo comn en
el n imo del vul go, monstru o ir resistibl e si se en[m ece e inquie-
ta, si se precipha've, y en esas circunstancias algunos de sus
hombres "ha ban expuesto sus personas para aquietar al vulgo
desen fr enado que ped a satisfaccin del agr avio hecho por el
contador, haciendo con esto el mej or servicio al rcy"8i.
Para el cumpli miento de la fundn representat iva haba sido
y segu an siendo u n obstculo el corregidor Za artu. Los dipu-
tados de! veci nda r io en carta al ministro Calvez decan que el
propsito del contador haba sido provocar un movimiento po pu-
lar contr a las alcabalas, y que "esta acusacin poda ser suscrita
por el pueblo o en su defecto por e! cabildo, si no tuviera a su
fr en te un corr egidor de la misma natural eza y propensin del
" I nforme del fiscal en el e'lpedient e int itu latlo "El Cabi ltlo, Just icia y Regi -
miento y los cuatro di putatl O$ con el seor fiscal sobre la reforma tle las im-
posiciones .,. A. G. 1.. A. de Chile. 428.
" Oocu mefl!o en . dem.
-Can a de Manuel Toro a J os An tonio Rojas. p citada.
"'Ca na del cabildo de: San tiago y los diputados del "('<:i ndario al re)". 30 de no-
" ie:mbre de: 1776. C. C. y M. M., ~ f f f l i n a . 196; H5.
297
UUTE.CA NA(,
ce. - ~
contador interin o y que es uno de los que abusan de la inepti_
t ud de este seor presidente y conociendo loo. medios de adqui_
ri r y conservar su gracia tiene las riendas del gobierno con no-
table desconsuelo del pbl ico, y especia lmente de aquellos cuya
miseria cierra las puer tas a sus recursos y representaciones, y que
nicamente labra n en los que no son capaces de contener la ti -
rana y despotismo con que se les oprime y aprovecha de su tra-
bajo para obras part iculares , dest ina ndo a ellas como reos a los
que apenas tienen sombra de delito y las ms de las veces a los
inocentes". Para cautivar al gobernador, decan los diputados, y
perpetuar su poder, contra la expresa voluntad del soberano, el
corregidor. le comunicaba cuanto se trataba con el mayor sigilo
en el cabttdoee. El cabildo y la nobleza deseaban, qu e laanu
fuera dest ituido. Esta carta revela ese propsito clarament e. Al
ao siguie nte, 1777, el cabildo persisua en lograr su liber tad. Con
este fin acord que su procurador genera l solici tase la remocin
del corregidor. El procurador que era uno de los dip utados del
vecindario. Basilio de Rojas y Fuentes, se present en la au-
diencia pi di endo certificacin de la residencia de l corregidor a
fin de interponer recurso fiscal si no lo hubiese hecho. El fiscal
reemplazan te le indi c que deba acudi r al superior gobierno.
As lo hizo el procurador general, pero la peticin le fue devu el-
ta con indicacin de que moderase sus expresionesee. laart u,
amparado por el gobernador, pudo afro nt ar con buen xito un
inte nto de l fiscal en lo civil de ext inguir corruptelas en la ad-
mini stracin de just icia y remediar abusos en su gestin. A fines
de mayo el procurador general de la ciudad se dirigi al rey
para hacer le saber que Zaart u mantena su antiguo pod er y
que habla triunfado sobre los fiscales Cerdn y Blanco y que por
tanto era imposibl e cualquier intervencin en el asunto de la
fundacin del conve nto de Carmeli tas descatzaset. Todava, en
1778, desp us de haber llegado al trmino de su designacin co-
-can... de IOfdipUlad06 del vecnduio al ministro Glvel. MI de noviembre de
1776. C. C. y M. M.. Med na . t96; 149.
"Peticin del fiKal I(Ibn' remocin del corregidor laart u. 1 ~ de mayo de
1777. C. C. y M. M., Med na . 196; m.
"Carla del proc urador general ... 29 de ma)'o de 1777, al rey. C. C. y M. M.,
Medina. 196; 206.
298
mo procurador general de la ciudad de Sant iago, Basilio de Ro.
jas y Fuentes escrtbta al rey para denunciar los malos manejos
del corregidor en la fundacin del conventoee. T ampoco se logr
ahora la ya antigua aspiracin de la nobleza de eliminar a su
adversario. El gobernador le mantuvo en el cargo. S610 en 1783
ces en sus funciones de cor regtdoree.
Durant e todos estos aos el cabi ldo eligi a vecinos nobles para
las alcald lasw, ms an parece que al retiro de Zaartu restable-
ci la cost umbre de elegirl os con las designaciones de primero y
segundosr: pero en 1788 el regente de la aud iencia durante su
Inter fna m por muerte del gobernador Benavides amag nueva-
men te a la nobleza al designar alcalde por renuncia del alcalde
electo de segundo voto. El regent e fundaba su in tervencin
en la necsidad de hacer cumpli r el precepto del articulo 17 de la
I nst ruccin de In tendentes y de cortar un antiguo y sedicioso sis-
tema que sosten an algunos capitulares, de no elegir para estos
oficios honorf icos de justicia y consejo, a individuos oriundos de
la pen nsula, no obstante que eran avecindados en la ciudad y
hab a muchos de conocida distincin, idneos y meritorios. Esta
prctica, segn el rege nte no pod a por menos que causar emu-
laciones odiosas y parcialidades de familia perj udiciales al in ters
pblico cuyas ma nifestacio nes habian visto ms de una vez. Crea
el regent e servir el inters pblico abriendo a los espaoles el
acceso a los cargos honorficos de la repblica, pero los no-
bles que considera ban que el cabi ldo representaba al reino, esn-
mar on su int ervencin como un atentado a sus tradicionales pri-
vilegios polit icos. El cabildo rechaz su intromisi n por ile-
gal. El alcalde prov incial Jos Miguel Prado present un recuro
so ante la audiencia fun dado en que la renuncia del alcalde
no era absolu ta y en caso de que lo fuera debla volver al ca-
-Carta de Basilio de Rojas y FUentes, ex pr ocur ador general de la dudad de
Santiago al rey. 3 de marzo de 1778. C. C. y M. M., Medina. 198; 5.
Canallo y GOlenr<:he. Descr tpcicn histrica y geogrfica del reino de Chile.
Tomo 11, p. 451. Catlogo de [os corregidores de la d udad de
Santiago de Chi le.
"'Carta del gobernador interino AI\'arel de Ace\'edo. Z9 de abri l de 1788. C. C.
y M. M., MIina. 207; 68.
OI EI gobernador interino de Acevedo dice que habiendo ren unciado el
alcalde de segundo \'oto, design para ese cargo. Carta citada.
299
b ildo la facultad de elegir y en consecuencia solicit que el
t ribunal declarara nula l a designacin hecha por el go berna.
dor y que el cabildo eligiera nuevamente. Por su parte, el
cabi ldo procur hacer desaparecer el mot ivo de la in terven-
ci n del regen te: ronredio al re nunciante un t rmino de tr es
meses pa ra asum ir el cargo. El gobernador interino com uni-
c estas actuaciones al rey para q ue aprobase su deterrninacines.
En 21 de enero el designa do por el gobernador quiso tomar po-
sesin de la alcald a. La ma yora de los regido res se abst uvo de
asistir a la sesin en que deba ser recibido; de los t rece que
componian el cabildo asistieron cinco. En treta nto, la audi encia
t rataba el reclamo formulado por el alcalde provinc ial. El 8 de
febrero dio traslado al fiscal. Este in form en el sentido de qu e se
p idi eran al cabi ldo las actas y vot os pertinent es. As lo acord el
tribuna l. El regidor Jos Sarava en 28 de febrero se dirigi por
escrito al fisc al para i nformarl e de su oposicin a la designacin
hecha por el regente y de que no h aba encont rado ni ngn abo-
gado que q uisiese defenderle por respeto al gobernado r interino.
La audiencia pidi los autos al regente pero ste se neg satisfa-
cer esta pet icin. El alcalde provincial soli ci t testi moni o de
los aUlOS y se l e d ieron; en posesin de la copia del expedien te,
ste se di rigi al rey en demanda de just icia. Por cdula de 8 de
mayo de 1789, el re y desaprob la intervencin de Alvarez de
Acevedow. Esta resolucin real vino a asegurar a la noble san-
tiaguin a el libre ejercido del derecho a represent ar al rein o.
O'Higgins respetuoso de est e derecho fue, en cambio, exigente
en q ue esta represen tac in se ej erciera con ampl io esp ritu p o
blco. En 29 de agosto de 1788 se dirigi al cabi ldo de Santia go
para obtener recursos para su poltica progresista, con las sigui en-
tes pal abras que resumen su criterio respecto de la forma como
los cabi ldos deban ej ercer l a funcin r epresentativa. Segn l
estas corporaciones deban "consider arlo todo sin preocupacin,
con celo del bien comn y ma gna n imidad, des preciando concep-
tos vulgares y \agos, y revi sti ndose de todo el ca rcter, fondo e
"'Cana del regen te gohernador int ermc .-\Ivarel de Aceu:do al n:y. 29 de abr il
de li88. C. C. y M. M., Medma. 207; 68.
Luis Los Precun or es de la de Chile. to-
mo 111. p. 96.
3 0 0
integrida d de pad re de la pat r ia para dar al gobierno los subsi-
dios qu e requ ier e a fi n de que pueda obrar y perf eccionar todos
los posibles adela ntam ientos de esta rep blica y beneficios de sus
vecinos'v -. El deber de esas cor poraci ones y de quienes domina.
ban en ella era cooperar al bi en publico y no defender intereses
particul ares contrari os a l. As lo hizo saber al cabildo de San Fe-
lipe, qu e repar las resoluciones del goberna dores en defensa de
los vecinos afectados por los gravmenes que ste habia impuesto.
La representacin popular fue asociada por el goberna dor
O' Hi ggins a la alt a polt ica del reino all donde era posib le. Al
parlament o de Negrete asisti como d iput ado del cabildo de
Concepcin uno de los alcaldes ordina rios por ser esa dudad,
cabecera de esa provincia y por eso la ms interesada en la
conservacin de la paz qu e se pacrarave.
El cabildo debi de fender las prct icas protocolares tr adiciona-
les expresivas del rol poli tko del pu eblo por l pr esentado,
alteradas por las autoridades reales o eclesist icas. Al tomar
posesin de su car go de contador honor ar io del trib unal de
cuentas, Juan J ern imo de Ugar te, en 11 de agosto de 1790,
porteros de la audiencia comunicaron a la corporacin popular
que por disposicin del regente no t enan asientos reservarlos
par a asistir a la funcin. En vir tud de esta di sposicin los miem-
bros del cabildo que no par ticiparon en la ope racin de com-
probar la autentici da d del t tulo del contador honorario de bie-
ron permanecer en la puerta de la sala confu ndidos con los de-
m s asistentes. Al da siguiente la corporacin se reun i para
considerar la situacin en que habia sido pues ta en esa ceremo-
nia y fue califi cada de vergo nzosa e imposible, puesto qu e el
cabi ldo desde la fundacin de la audie ncia haba tenido asiento
en esas funciones; contrar ia a "lo que dictaba la razn en favor
un cuerpo represent ativo y a qu ien las leyes conceden estas pr e-
rrog-ativas en todos cuantos actos prescriben su concurrencia, ha-
cindol e as! sufri r un desai re tan ver gonzoso como inmerecido.
siendo notor io qu e este cabildo se ha prestado siempre generosa
"Ricardo Don oso. El marques de Osorno, P' 168,
" Mem, p. 174.
" Info rme de l cabildo de Concc p<:;n .obre 1< mritos dc\ gobern ador Ambro-
sio O Hi ggim. di r igida a don Pedro de Acu a, t 2 de jolio de 1793. C. C. }' ~ f .
M., Medina. 211; 180.
5 O1
mente a cuanto le ha parecido del mayor obsequio del tribunal,
sin reparar para su cumplimiento que no se encuentre prevenido
en teyes, sino propasndose hasta alterar muchas veces, lo que sus
ms antigu.as costumbres y ceremoniales defendan". Por estas
consideraciones y porque la publicidad de lo ocurrido hab an
impresionado desfaverablememe al pblico y por la obligacin
de conservar su propia dignidad. e! cabildo decidi emplear to-
dos los recursos para obtener una reparacin de su prestigio y
evitar que en e! futuro se produjeran otros desaires. Acord que
el procurador general se presentase ante la audiencia para soli-
citarle que declarase si en e! futuro guardaria la costumbre o si
el cabildo no deba asistir a esas funciones, aadiendo que si no
hubiese lugar a ninguna de ambas cosas pidiera testimonio de
todo lo que obrase para acudir al rey. En prueba de la firmeza
de su resolucin el cabildo se abstuvo de asiur a las festividades
religiosas del 15 de agosto siguiente. Ante la inslita ausencia del
cabildo en esas festividades. el "acuerdo" presidido por e! gober-
nador, previa peticin del fiscal acord que el gobernador llama-
ra al cabildo a su presencia para representarle sus deberes, En
19 de agosto el presidente cumpli la proposicin del "acuerdo".
En la reunin los regidores explicaron a satisfaccin al presiden-
te su actuacin y enviaron una diputacin ante el regente de la
audiencia con el mismo objetos".
En defensa de su dignidad, e! cabildo de Santiago, tuvo poco
despus un nuevo conflicto con la audiencia. Debido a la cir-
cunstancia de que por algn tiempo sta habia funcionado junto
al despacho del gobernador, el cabildo iba slo a buscar a b te
a su despacho, cuando deba acompaarle a las fiestas de rigor.
Esta situacin satisfaca al cabildo porque rorrespondla al papel
que creta tener en la "ida pblica. Cuando la audiencia volvi a
ocupar su antiguo lugar en el edilicio de! ayuntamiento pre-
tendi que en las fiestas en que ella y el cabildo deban acom-
paar al gobernador. el cabildo fuera a buscarla y luego jun-
tos fueran hasta el despacho del gobernador pan. acompaar-
le a la ceremonia. La audiencia pretendidems. que el ca-
bildo asistiera con ella a las festividades a las cuales no asisrta el
"Migud Lui. AnlUn'tcogui, Los PrUfIOrn de la IndependMcia de Chile.
Tomo 111, pp. 102106.
502
gobernador y que hicieran un solo cuerpo cn todas las Iesuv-
dalles. El cabi ldo rechaz estas pretensiones. La primera Iun-
dalla en que el rey estaba representado solamente por el gc-
bernador y por tanto no debla a la aud iencia las consideracio-
nes que aquel y la lti ma porque pugnada con su cal idad de
cuerpo li bre e independiente. La audiencia estim que el ca-
bildo actua ba "alucinado de las especies seductoras de esptr-
tus inquietos y que entenda mal sus in tereses". Estim que ce-
der a sus pretensiones ser ia perj udi cial al real servicio "porque
semejantes ejemplares no slo son de perniciosas consecuencias
en estos remotos domin ios sino que producen en el pblico sen-
saciones poco favorables al respeto y estrecho enlace con que
deben estar ligados los cuerpos que const ituyen la armona del
estado" y las rechaz. El cabildo en resguar do de su dignidad
recurri al rey. Por cdula de 13 de diciembre de 1793 el sobe-
rano orden a la audienci a que informase sobre la representa-
cin del cabildo. Esta orde n fue present ada al tr ibunal en 27
de junio de 1794. La aud iencia no encontr documentos para
fun dar el inf orme que se le solicitaba y pidi al cabildo que le
enviase copia de su representaci n. El cabildo no pudo cumpl ir
esta pet icin debido a que los testigos se negaron a declarar
por tratarse de un asun to en que estaba comprometida la aud ien-
cia. La orden real qued sin cumplimiento. La cor te la reiter
en 11 de agosto de 1796. La audiencia reiter su pedido al ca-
bildo. En 19 de diciembre de 1797. el procurador general del
cabildo de Santi ago inform al tribunal de las dificu ltades que
habia para enviarle el informe que solicitaba. En vista de esto la
audiencia expuso al rey su criterio y adems le manifest que
acceder a la pretensin del cabildo seria un poderoso incen-
tivo para que ste se vanagloriara del triunfo y para que pre-
tendiera insensiblemente sustraerse al acatamiento y subordi-
nacin con que era justo mir ase al nico y superior tr ibunal
de justicia del reinoee.
La paz alcanzada entre el gobierno y el cabildo se quebr
en t iempo de I\luoz de Guzmn. El asesor de gobierno qu ien
por disposicin de la orde nanza de Intendentes presidia el ca-
- Infor me de la audiencia sobre los puntos contenidos en la que
hizo el cabiltlo. 14 agosto de 1797. C. C. y M. M., Mcdina. 214; !lS.
303
bildo tr at aba indignament e a los regidores. Estos, heridos en
su di gni dad. acordaron en sesin de 10 de j unio de 1803 di-
r igirse por escrito al goberna dor denunciando la conducta atra-
bil iaria del asesor y ped irle que le suspendiera de la preside n-
cia de la corporacin. Par a tramitar la pet icin el cabildo de-
sign dos regido res con encargo de recurrir al rey si era ne-
cesario. El goberna dor apoy a su asesor. Por carta de 12 de
diciembre de ese ao este trat de desaurorizar al cabildo ante
la corte calificando su pret ensin de escandalosa. injuriosa. con-
traria a la subordinacin y atentator ia de las facult ades y rega-
las del soberano, adems, le acusa ba de tener aversin a los
europeos a quienes exclua sistemticamente de las alcaldas,
no obstante que muchos europeos era n idneos para la j ud -
catura. Para reducir al cabil do el asesor pro pon a que se eligie
se un alcalde europeo y otro chileno y que una parte de los
regi mientos se rematara ent re los europeos. Los autos del litigio
fuero n elevados al rey poco despus. En 1805 el rey aprob la
actuacin del gobemadorw. Ese mismo ao se produjo un nu e-
"0 conflicto ent re el cabildo y el gobernador. Haba rematado
el oficio de recep tor de penas de cmaras el doctor Fra ncisco
Ol ivos, profesor de la universidad, qu ien de bla incorporarse.
Los regidores resist iero n. El gobernador no acept el rechazo y
orde n al cabildo que le recibiera. El cabil do dio poder a tres
regi dores para expl icar su opos icin. El gobernador no aten-
di a la repr esent acin del cabildo y reiter su orden. Con la
ausencia de "arios regi dores se cumpli la orden de dar posesin
de su cargo al donar Ol ivos. El goberna dor consi der la ausen-
cia de los regidores como desacato a su autori dad y qUilO re-
du cir al cabildo: cit a los regidores a nueva sesin, la cual
seria pres idida por l mismo. Despus de celebrada esa sesin
los regidores que antes haba n represent ado al gobernador la
opos icin del cabildo al doctor Ol ivos. asesorados por el abo-
gado del cabi ldo. redactaron un memorial en nombre de los
opr imidos pueblos de Chile y lo elevaron al rey en septiembre
de 1805. En este memor ial acusaron al gober nador de abando-
no de funci ones. El rey design al virr ey del Per para que
- Migud Lu is Amunl<"gui. 1.olI Pr ecursores de la Independeucla de Chile. ro-
mo 111. pp. 96101.
la verac id ad d e 0 1,1 denunci a. Cuando {\Io \l' \ UPO
en Chik, ICh auton- , del memorial auumiaron q \W hahria ram-
hio de go bitrn o
llJ
"
.\ panr de l MO la llob!t: , \ill li tOIl llI;h lIrgellt i,l la. 11("-
Cl\ id:H! lit- ej ercer eo r ura peso la rcpre\ t llt ari l' lI d el reino y
ele m:WI(' lIlT las basn j uri di t a.. sobre 1,1 , t U:I!c\ " \ Ia dt'\ t all' a-
1,3 ; el t1(/u 110 a SlT preferida 1'11 la pro\' isin de 10\ ,argos la
pil ubrt ' y ti im\cpelll il-llti a dd cab ild.. . COl! di\gmto soport
el al ej amiell lo dt' los usumos poltticos 1'11 tl ue la pus" Ourcta
Carraso y d rrunuuicmo de ellos por pcr'llll:ls indignasl"l . Vd,1
1011 d t'sag:rado (IU(' jH'IlI'S espflOlrs "suponi ndose \ ujelos dI:'
(o llsil!c ra t iIJIl" d ir igier,lIl ( :lrl as ;1 J;, autoridadev tk' Pr-r \
Bue nos
SI;lo cuando d 011 .\lallc, de -1' Ult . y Zamlnan" 11I t' l CJlI\ ti t uitll .
l-:0hc r ll:lllor li d reino H: pen'it', eu d a r en trada a lo, pe ninsu-
Iarev en b r-or porari n muni cipal, para lngrar 1;1 unidad llel
pueblo di vidido Ml lHC l a t e rma dt' afrontar d Iurur o dd reino.
i.O\ pcn ill \ ulare, o-uparran b mirad tlt' 10\ cargos d e
dores eXlraonlill ;l ios 11I)a rrcnr iu sol ir irc'J a l
La idc::t tic que el cubiklo rqnl''''lll ;l b; al pueblo d ;t1 t ;1I 1-
e <ue t enia eS;t re prcwn mc ion en la tin nll't;Lilti:\ en tille vi-
via la uicuarqut.r. l ur- l'x pre,atla por ti procurador {elltTal tic 1; 1
c iudad, Jos{ )' l iR"el l n{anl l' en I t cle agosto lit 181U. 11111 mo-
iiv o d el l"t'tOllO( itu ictno lid t"C 1ll\t' jo d e SO\IlL\ O. cntou-
'e'. In falll l' , q ll l' "c.ula UIIU llr 1,,, wii.on'\ r rgic!ol c, ,e H i;1
l o n\ tilll idu l':J.d re de la pauia y tLLl' H'ltll ido\ todos teman la
IlotC\\;HI mi"ua dd pueblo" la t ual ("11 d n 1I 11 \I :lIHi;.\ debi ;L
''' ' }:! I'rtsid. ' nte tl e" Ch ile l<pU"M'lLld ...>11 ju,tifi'-dc'iun lu comcntentc, ,' On !U" -
c, o tld dn",mu ti " ' I"e hace 1II",'itn: :!7 .1,. julin <1" 11'\07. r ,l prcsi<lcme .l e
( :hilc r q ' rt .. .lll d de I1U. , O <le Te" ult as dc haher tlescuucrtu
lt" autores tld p,' pd annimo ,,, hu' t tl e inf"rmu a Y. :\1. l''' :!i , 1" juliu ufti-
mu_ I:! a:u'tu <1.. 11l07. Co l. tic lIisl . lndcpcudencta <le Chi l., 1179!1.
"''Carta al seor Pa t r i, ;o r , (.a ll< ,1 , '" "-,,'dl"s de .tu" .\l an uc l ,le "alav. 10m..
JI. pp .
" :'o lm i' n" llu, ,.. a., i.. n;1I'Oll la in<lala,-i" ,1" b jnntd dt K"h;'lll" ('n Ch ile . t:.
de Manuel do:' 11 . JI. 9:.
"' \l ig: nt"l l. n, 1,:1 c , ..>I\ ;ru ,., lu", ,, 111.
pa r;, flll,e IT,H indellHle, lo, del rey y del
1l'iIlO
I"'
,
Cotloll'dor;1 I; l1ohlc/ <J. d e d e Fr ,lIIli ' l (J j a-
vicr [lo p;lra go hern:ldo r y d e Antonio Garfias, pa ra ,cuet ari\)
de go bi er no, en en (IUC sab a (lIC a lgunos
'on,pirab:lIl p:lr:1 d eponer al conde de la Conqu' ta,
te mi 1,1 pl-.-tlid:, de so preponderaur-ia polt ica y de r ua ut
ella signifira b.r. especialmemc ( ' 11 l.r , illl acin cu quc en t on-
(e, esta ba la mona rqua. 1:: , 1' temor popula riz el proverto d e
(o ll,t it u ir una junt a guherna t\a ( j UI' hablan rourchi do su, po
lricos rnas enrgicos para asrg urar la permanencia de l reino cu
L.. mo narqua y dd de, po ti,mo en < ue cu cvas clr-
1 lITl'I<J. nti:l' pod an deriva r el gobi erno. Propuesta est a ,olud tl
al g"hnn;ltln r y ace ptada por le, lu c t r;lt ;ld a durante variov
di as e n rensa-, reuniones, eu ull a d e 1;1' U (;lt'S el ca bildo IOKf
(ue 1:1 uudicnr ia reconociera "que 110 f Ollf UlTia f0l110 parte
romo una autoridad para , en uuiu (un audicnr-ia y gobierno.
tomar la, mejo res medidas de concordia }' segu rid ad " , En 13 de
-cpuembre u na j llllt;! ccusumhla por el ('a!li lt!u dl' b l indad.
dm d el f; lhido ) r uat ro
gu i(los, dos patricios y rlo-, euro peos baj o 1:1 presidencia d el go
bc r nadcr a prob 1;1 reu ni n de una asamblea tic n ot a ble,
cor poraciones pa r:l dcl'idir sobre la j Ullt: guber nativa l po
uer tr mino a 1" p ug:n<l existen te run l a decisin que ('11 esa
avamblea ,1' totn.r ra. [ 'u resolucin fue rar ifi cada el d ia 11.
SimuhJ. lle;. Tllellte ton 1;1 art i\'iJad nf iclal d e las corporaciones.
lo, nobfcs reuntan en ' 11' rasas pa rd Favorecer el ("11111 '
pfi rni cnto de 1;1 resolu, in adopt ada por los ofi-
ti:dt.... ,\ la asa mblea Fueron invuadov 1-1 espallolt,S tle 1m mi l
nO\'('<'icnto, que hah a en 1<1 d ud ad: e l res to ha st a enterar l U ;I '
t roe l1 lo, ucinta y siete cruu La junta const u uida
en esa asamblea que ,e telehr el IR de septiembre fue forma-
da en su cas i totalidad po r palridm, ,,', lo i\( ;nl llel dI' la Plata
y el coronel Rei na, era n ("pall olcs.
\...... del cabildo de . . , Id H cI,' <le C"L ,le It ist. <le
( hile, lomo XXIX, PI" :fi-:lfi.
10 6
Capitulo XII
LA CONCEPCIO)ol ILUSTRADA DE LA FUNCION DEL PODER REAL
Joaf Perl l'clo de Sala! expresa por primera vez la leorla ilu strada
del poder rea l. El pen..mienlO de Manuel de Salas sobre la funcin
del nudo. Juan Egai'ia y su concepcin ilustrada
AVAr-ZADA la segunda mitad del siglo XVII I, Jos Perfecto de
Salas, fiscal de la aud iencia, enuncia claramente la funcin del
estado que desde Manso vena motivando la actividad de los
gobernadores y de otros funcionar ios: promover racionalmente
el engrandecimien to del reino. Salas conjugaba esta nueva fun-
cin con la ya trad icional del estado como garanta del orden ju-
r di co. En nota quP. Salas en su calidad de fiscal escribi al go-
bernador Juregu i sobre la necesidad de restaurar el convictorio
Carol ino, le deca en relacin con lo que de l se esperaba para
que se cumpliera esta aspiracin de los habitantes, que dado su
conocido esmero y actividad y los amplsimos poderes con que
estaba investido por el sobera no, no solamente restaurarla el
convictorio sino qu e superara los obstc ulos que se opus iera n
"al engrandecimiento de este felid simo reino, pues segn las
reglas de la buena polltica, para semejantes vuelos solo se re-
gulan dos compnnclpos: El uno consiste en la buena consri-
tucin na tural del terreno, y el otro que se verifique p ~ r la
accin de un moderador perspicaz cuyo genio animador de to-
das las partes del cuerpo pol ico imprima a cada uno el mo-
vimient o qu e le corresponde:". Animador de las actividades de
los diversos grupos profesionales para que cada uno obtenga
de la na turaleza, las riqu ezas qu e ella posea es la funcin que
Jos Per fecto de Salas asigna al gobernante.
Esta concepcin del poltico penet r hondament e entre los
gobernantes del siglo XVI II. O'Higgins actu como un agente
de un a "monarqua ilustrada">. Juan Mackenna superintenden-
te de la repoblacin de Osomo se enorgulleca de las actividades
' Jo% Frontaura Ara na. Historia del Convictorio Carolino. Apndice 1'\'1 ".
' Ricardo Donoso. El marqus de Osorno.
30 7
econmicas qu e all habia realizad o y las consideraba su glor ia
ms pura. "No di r nunca nad a de mis hazaas guerreras, ni de
mis muchas escapadas mi lagrosas, pero siempre habl ar con or-
gullo del trigo Yde las patatas, del qu eso y de la mantequilla
qu e supe producir", escri ba a Bernar do O'Hggmse.
" hnuel de Salas, hijo de j os Perfecto y continuador de su
actividad ilustrada rerogl la observacin que se venia haciendo
desde tiempos de Amat, acerca de la gran di fer encia que exis-
tia entre las riquezas pot enciales del terr itorio y la r iqueza real
de la poblacin. Movido por su filant ropia, Salas refi ri esta
observacin, que Amat habla referi do a las posi bilida des fiscal es,
al estado de la poblacin , y su conclusin fue penosa. Era escasa
para un pa s r iquisimo y en 5U ma yor parte estaba corrompida
por los vicios, y afectada por la miseria. Segn Salas, esta si-
t uacin, era el result ado de un a preferencia de tres siglos tanto
de los habitantes como del estado, por la miner a sobre la agri-
cultura y la industr ia y que se haba reali zado con procedi mien-
tos atrasados y ruti narios. Salvar la mayora de la sociedad de
la miseria y de los vicios y procurar 5U felicidad era tarea que
el corazn de Salas no admi ta que se posterg asen. Era la tarea
de! pol tico procurar la fel icidad de la sociedad que gobernada.
Si el origen de la miseria y del vicio, y la desgracia de estos ha-
bitantes esta ba en la escasa dedicacin a la agricultura y a la
industria y las def iciencias tcnicas de las explotaciones mine-
ras, en el cambio de acti tud estaban la riqueza, la virtud y la feli -
cidad, y el polit ico deba procura rlo. Deba utili zar el resorte que
e! siglo de las luces le brindaba y que en cier to modo le imponla.
Los reyes de la mon arquia lo entendan as. Existfan ahora mu-
chas ciencias tiles para descubrir y explotar las r iquezas. Esas
ciencias, cuyo cult ivo facilitaban las act ivida des econmicas,
quebra nta ban tambin los prej uici os secula res que alejaban a
los nobles de las activ idades productor as y acercaba a los grupos
sociales cuanto era conveniente par a el buen orden de la so-
ciedad. Un discurse pronunciado por Lui s Campino al inaugu-
rar los exmenes de la academia de San Luis qu e di rig a Ma-
nue! de Salas en 1801 es buen testimonio del ideario ilustrado
"Caru. de J u" n Milckenna a Dem u do O'Higgins. 20 de febr er o de 1811, citada
po r Ricardo Dunow, op. ci t. p . 366.
308
del d irector, quien parece ser su a utor. A continuacin lo re.
produri rnos:
"Seores. El siglo de las l uces fue para la pe ninsula el de las
ver dades til es: el que le sigue lo ser par a sus antpodas. En
todo el esp acio anterior, combat ieron con las densas tinieblas que
las cercaban; y han necesitado de una centuria pa ra correr la
inmensa rbita (l ue dilata nuestra situacin. Los auguslOS Bor-
bones las domicili aro n en la monarqua, y hoy las propagan has.
ta los confines del vasto imper io que pa ra su fel icidad les confi
la providencia. En parte algu na eran nuevas: exist ieron desde
q ue hay na turaleza: pero disemi nadas en el cmulo con fuso del
orbe, no ocuparon el lugar que les des igna su importancia.
Cuando ms, eran objeto de una doctri na privad.,--y secun-
daria. Se rcsenna n ms que er ras cie ncias de los efectos de aque-
lla prefer encia que la calamidad de los tiempos dio a estudios
ms urgent es y conformes a las circunstancias coetneas. Ya sea
que cesa ran stas; o que el espritu general de ilus tracin exten-
d a su horizonte; o porque dis ip los obstculos un rey sabio y
vigoroso, se vieron en Espaa, aulas consagradas a la enseanza
que ms conviene a sus pue blos, y extenderse sta a distintos puno
tos, conc iliarse con todas l as profesiones y hacerse la base uni -
versa l de los conocimientos. La pat r ia de los mejores telogos,
juristas, pol ticos y poetas, dio en breve astrnomos capaces de
medi r la tierra.
" Las ciencias y las artes. sujetas a las viscisitudes, siguen la
suerte de las cosas humanas, y peregrinan sobre el globo, huyen.
do de los que no l as conocen. Las grandes revol uciones que al
principio de nuestra era inundaron el mundo de toscos guerreo
ros las confinaron en la Grecia, de do nde volvieron a Itali a a
l a menor serenidad. Los hunos con el nombre de godos las arro-
jaron a Constant inopla: y cua ndo los turcos se apoderaron de
esta ci ud ad, l as impelieron hacia Roma. La guerra las h izo
pasar los Alpes, y se mantuvieron como en asilo hasta q ue Luis
el grande. proteg indolas, hi zo glorioso su reinado. En un da,
se vio a estos conocimientos apoderarse de todos los espritus. Las
facult ad es todas del hombre, se sometieron a un tiempo. Las
art es suje tas a las manos y las que penden del pensami ento se
animaron; todo se vi vific a la vez. El honor que caracterizaba
309
a la nacin, y que la elevaba a sus propios ojos, fue el gran mo-
tor e hizo los mismos efectos que la libertad de Roma y Atenas:
aquellos que Florencia y Londres atribuyen a un fantasma que
idolatran, }' slo existe en la Imaginacin. o ms bien en unas
voces cuy; significacin an no est determinada.
"Del mismo modo p a ~ r o n los Pir ineos; y encontrndose bajo
un cielo ms dulce talentos ms reflexivos. fueron adoptadas ron
aquella madurez que presagia la duracin. Las primeras cap-
tales hicieron homenaje a estas ciencias; y el genio del dibujo
hizo nacer las tres ar tes nobles: la arquitectura, a quien debemos
habitaciones cmodas, seguras y agradables; la escultura, que
inmortalila los gra ndes hombres: y la pi nt ura, que, presentando
a los sent idos las acciones, nos da cont inuas lecciones de virtud.
"H ab an embargado antes toda la ate ncin las ciencias que
sirven a la defensa del estado, a mejorar su legislacin, y a re-
batir los errores. Radicadas demasiado estas impresiones, dura-
ron mJ que sus motivos. Ya sea falta de pbulo. o que el des-
tino del hombre es siempre excederse y abusar. se fij aquel
fun to escolasticismo y esptruu de partido incompatible con la
r az n, verdad y exactitud. que constituyen las ciencias demos-
trativas. en que slo se ensea lo que se sabe y entiende. y por
esa contrarias diametralmente a las que ocupaban los ingenios
hacindoles perder el tiempo, el trabajo y el juicio en cuestiones
cuando menos ociosas. vacas de sentido, indefi nibles e iruermi-
nables por la nat uraleza de sus obje tos y el modo de tratarl as;
ma na ntiales inagot ables de disputas, de divisiones, de sectas, de
od ios, de persecuciones y guerras de reli gin o nacionales. Los
cegaba la misma luz que deba alumbrarles.
"Se conservaban a pesar de tal desorden, algunos conocimien-
tos imperfectos que trajeron los rabes en cambio de innume-
rables males; inventores del clculo. cultivaron la astronoma. la
geometra. La medicina, que estriba sobre la qumica y la lisia.
les debi su adelantamiento. Pero estas luces. adquiridas por eru-
dicin, trasladadas de unos idiomas en otros, adaptadas a los sis-
temas dominantes, al mtodo abstracto. y sufriendo el embate
de los partidos. desfigurada y defectuosas, formaban el caos de
la lcsola de la escuela.
"Ya este monstruo hab a sufrido al descubrirse estos panes
310
golpes que le desconcertaron. Un monj e, estudiando la qumi ca,
hall la plvora, y abri la puerta a la Itsica exper imental. Ga-
lileo examinaba la figura de la tierra: y auxiliando los sent i-
dos con el telescopio, resucitaba el sistema de Pi tgora s. Casendi
renovaba los tomos de Epicuro. Descartes imaginaba los inge-
n iosos tur billones. Torricelli inventaba el termmetro. Pascal
media la al tura de la atmsfera. Boile comprobaba las experien-
cias de ambos. Veri ficndose las predicciones del desgraciado Ba-
con, la filosofia experimental descubra los hechos: la raciona l
bu scaba las causas, y pr epar aba el estudi o de las mat emti cas,
nicas ciencias capaces de ayudar al esp ritu humano y asegurar
el x ito de sus incubaciones.
"En efecto, el lgebra apl icada a la geometra, y sta a la Hsk a
descubrieron a Newton el sistema del mundo y con la atraccin
y repulsin, explic los fenmenos que no pudo el impulso ni el
r idc ulo miedo del vacio. Estudiando la ast ronoma y pucu.
conjetur el origen de la luz : y las experie ncias hechas con este
motivo constituyeron un sistema que estableci los cimientos de
la buena filosofa. Al t iempo que Leibnit z con sus vanos esfuer-
zos ma nifestaba la inutil idad de la falsa met af sica, y apl icaba a
las menores necesidades de la vida alguna produccin materna-
ca, extendan a ;'Jorfa los lmites de esta ci enci a los dos mayor es
genios de su siglo, los ilmtres compet idores sobre la invenci n del
clculo diferencial. Locke concurria a esclarecer los entend imien-
tos, acabando la obra de Malebranrhe. Este esp r itu extraordi-
nar io trataba geomtricamente las mat eri as ms abstract as: nada
era peque o como fuese til: y hallaba ms Iilosol ta en las artes,
que en todos los sistemas y especulaciones de los filsofos.
"Dos naciones rivales hasta en el saber, establecen a un tiempo
dos academi as en que r eunindose los sabios, y forti ficndose
sus luces, todos las minist ran y reciben. All se han descubiert o
los ms importantes misterios de la naturaleza; all se han des-
vanecido los prest igios de la tmida ignorancia: all han ten ido
princi pio las empresas ms benficas y las exper ien cias m s
interesan tes: La electricidad, la aurora boreal y austral, la pu-
rificacin del aire, la dulcif icacin del agua marina, los ins-
tru men tos para fijar las longitudes y det erminar la figura de
nu estro planeta, para perfeccionar la agricultura. adel antar el
3 I I
comercio y mejorar la industria: all el bien p b lico es un a
cosa real, y no una palabra sonora y vaga. Un idos con aquella
buena fe" y doci lidad que caracterizan a la sabidura, prodigando
su d irecci n a las artes y ciencias, han manifestado qUe" nada
puede" hacerse bien sin idea regladas y sin principios. El gne-
ro humano los mira como sus antorchas: slo 50n censurados de
los ciegos qUe" no quieren ver, o de los orgullosos que no quie-
ren ser vistos.
"Nada habran adelantado tales hombres ni cuerpos. a pnar
tle sus talentos, y sus conatos hubieran sido unos. como los de
otros muchos que en todos tiempos han deseado conducir los
pueblos a su bien. ilustrndolos. si un feliz concurso de causas
fsicas morales y policas, o un conjunto de circumtancias impo-
sibles de pre\'er ni de proporcionar. no hubiera determinado
sus inclinaciones. y dispuesto a escucharles. Entre" las naciones
como en los individuos, hay una fuerza de accin y reaccin. qUe"
altemadamente hace domi nar las pasiones. o la razn. La vio-
lencia arrast ra a veces a los que deba n siem pre guiar, y slo
ga na terreno la verdad cua ndo es sosteni da de la autori da d.
Cua ndo los depositarios de ella tienen la calidad que los hace"
ms recomendables. cuando los prncipes son sabios, y proteo
gen las letras, es cua ndo las luces obran en toda su fuerza, cua n-
do se logran los conatos de los sabios y academias, cuando se
estimula el celo de las sociedades de beneficencia pblica, y
cuando caminan las naciones a su prosperidad con rapidez.
"Por esto. nuestro augusto soberano, queriendo afianzar la
fidelidad de sus vasallos en su misma felicidad : mirndose ms
como padre que como su dueo; no creyendo en la utilidad que
se an-ibuye a la ignorancia y a la miseria: conociendo que el
grande arte de gobernar. sin el que nada importan las dnns
virtudes de los hroes. consiste en amar a sus pueblos. en ha -
cerse amar de ellos, y en procurarles su bien: como ste sea in-
separable de las luces: para conseguirlo, prefiere a todas las de-
mas glorias, la de establecerlas. As, iI la ms pequea insi -
nuacin. manda que- se ilustre el ms pobre distante y frt il de
sus dominios; ordena lo mismo q ue pedimos como gracia; lo
ordena con energa; lo orde na ro n extensin; quiere que se-
3 J 2
pamos en la matemt ica 10 ms t il. Mas, desea la lt ima per o
Ierc n de las artes; para esto es el d ibujo.
"Apena s se sabe la voluntad del monarca bi enhechor, se con-
mueven los cuerpos instit uidos para el bi en de los dems; se
suscita una nobl e cont estacin, deseando cada uno ser preferido
en la fati ga y en l a gloria de verificarl o. Al (in , vencidos los
obstculos de toda cosa nu eva, t il y gra nde, hemos pasado ya
el dintel de un edificio sun t uoso a todas lu ces, que debe valuar-
se en r az n de! provecho que traer y de las di ficultades q ue
encuentra. Lo ltimo slo es con ocido por los q ue lo fabri ca-
mos; de! resto juzgara la posteridad.
"Si fuese nec esario per suadiros, estudi osos compaeros, yo me
extender a sobre la importa ncia de un as cien cias qu e hoy se
han hecho el prtico de las ot ras, y q ue se cultivan en todo el
mundo; pero ya es intil. Conocis q ue por ella se adquiere
aquel esp ri t u de orden, esenc ial en cua lquier raciocinio; que
el hbi to de buscar la verdad connatura liza con ella y hare a los
hombres rectos, since ros y modestos; que estos princi pios son
l a llave de la historia natural , de l a fsica, de la mineralogia,
de la me talurgia, de la agriperi cia, de la navegacin, de la qu-
mi ca, de la arquitectura, del ar te mi lit ar y de todas las profe-
siones qu e hacen un ciu dadano proficuo y un buen vasall o; que
vivimos en un pas virgen. que ser a el teat ro glo rioso de nu es-
tros t rabajos; en fi n, que ... ; pero para qu exponer ver da-
des q ue sabis, y que al gunos se inter esan en resis tir?
"Dejemos a stos en su error; aun l as preocupaciones han de
respetarse. No tengis el orgullo de desprecia rlos, la debilidad
de temerlos, ni la desgracia de aborrecer-los. No cr ei s qu e nues-
tro d ima slo abriga a las arp as. Acaso es dond e menos mal
hacen. Hubo tiempo q ue en la Europa se crey indigno de la
nobl eza de mejorar la. facu ltades del alma. El ma rqus de L'Bo-
p iral escalUlalil a Pars r esolviendo un problema; e! de Ville na
fue obj eto de la persecuci n porque sab a poco m s q ue "os-
otros; Tritemio fue tenido por energmeno: y Enrique Camel ia
Agripa, por mago.
" No os desmaye la est pida risa de los contentos ron vege tar.
envidia n en el fondo vuestra aplicacin , ni de los que arran-
caro n al vulgo un a estimacin forzada, y recelan fund adamen-
3 I 3
le VC'nC' reducidos a su justo valor. Nada 05 arredre. Seguid con
paso (irme y moderado vuestra vocacin, 1010 designios de nuestro
buen rey. Fijad la vista en la Patr ia, que espera de vosotros IU
adelantamiento. Poned las miras en los innumerables que van
a deberos su bien. Coruiderad vuestras familias., que lograran
por estas tareas el que leamos su honor y apoyo, cuando por
las ordinarias. les serviramos slo de pno intil . Inflarnaos de
aquella generosa ambicin. de aquel justo amor propio que
eleva y sostiene en el camino de la gloria.
"Tenis para esto una ventaja sobre otros jvenes que se
hallaron en el caso que vosotros. Aquellos labraban campos
exhaustos y agotados, y reducan sus esperanzas dentro de un
pequeo d rculo de obje tos poco preciosos; pero Chile es el te-
rreno mas nuevo y feral del orbe. Desde la atmsfera hasta sus
entraas, todo esta intacto. Slo aguarda que 10 toquen manos
hbiles para descubrir su exhuberancia. Vosotros sois el ins-
trumento de su prosperidad, y tal "el de la de la nacin ..
" ... Siento agitarme con tan lisonjera y cierta perspectiva.
Ya diviso vuestros nombres colocados en el catalogo de los be-
nefactores de la humanidad.
"Hay otro estmulo que debe excitaros. Necesitis desvanecer
la opinin que se tiene de la debilidad de vuestros talentos.
O Ka, que haya trascendido a nosotros la que (arm de los in-
dKl:nas el cruel doctor Seplveda: o sea, la (alta de ocasin de
manifestarlos; o el poco examen con que se lee a Gumilla ,
Pauw y otros custicos escritores qu e prefieren a la verdad los
hechos singulares, se nos concibe menos aptos para las ciencias
que demandan meditacin y perseverancia. Ya empieza a decaer
esta impostura, y nuestro empeo es confundirla. Bastar an el
doctor Peralta, el inge-niero Franllin, nuestro compatriota Mol -
na, a vindicamos. La astronoma, la electricidad y la historia na-
tural han tomado nuevo aspee:to en la pluma de estos ilustres
americanos. (No podremos imitarlos. y mostrar que la falta fue
de doctrina. no de aptitud?
~ N o os contentis con estos certmenes destinados a dar
cuenta de vuestra aplieacin. Debis derramar sobre todas las
clases vuestras luces. Para eso, despus de estudiar ron doci lidad
y tesn los principios que (arman la teora, habis de apren-
3 14
der su aplicacin a fines tiles. Guardaos de aquella petulan-
cia que precipita y trastorna el orden. que slo forma sujetos pre-
coces y superficiales. radicando la prevencin a favor de la cien.
ca prctica. Unid con paciencia los elementos y las necesida-
des del hombre. las reglas que unos prescribieron sin apl icarla s.
y otros aplicaron sin ensearlas. Tened presente "que el ccnoci-
miento y ciencia de las CO$aS. junto con una accin y ejercicio
considerado y prudente. es la sabidura". Alumbrados de sta.
o con el tino de la experiencia, correris sin tropiezo por los
tres reinos de la naturaleza. La madre comn slo aguarda aten-
ciones regladas por el arte para brotar nuevas materias al co-
mercio, que civiliza. y enlaza las naciones. hacindolas necesitar-
se y socorrerse mutuamente. Las ocupaciones que hacen al hom-
bre laborioso y feliz encontrarn en vuestra direccin aquella
facilidad con que nos aventajan 105 qu e se anticiparon a cono-
cer el influjo de la ciencia que ensean a medir las fuerzas.
sus relaciones, sus auxilios, sus apoyos y las acciones a veces tan
complicadas y poco sensibles, que no pueden combinarse sin
investigaciones profundas y una teorta delicada, que la expe-
riencia no ensea sola, y que no pueden verse sin 105 ojos del
arte. Los tesoros que. escondidos entre rocas, y envu eltos de
tantas maneras entre tan diversos jugos. se desfiguran y sus-
traen a las manos ignorantes. saldrn a la voz de Minerva: y
sujet ndose a la docimstica. pesaran 105 mares a permutarse por
todo lo que sirve a nuestras comodidades; irn a los pies del
principe quc los convierte en nuestra seguridad. fomento y pro-
teccin. [1 anlisis rasgar el velo que encubre los simples til es
a la farmacia y a las fbricas; y no slo entrarn en el tr fico
artculos que desconocemos y hacen opulentos otros paises. sino
que tal vez descubriremos alguna de aqu ellas producciones qu e
exclusivamente pmeen ciertos lugares: Napoles, el carmn; Cum-
berland, la molibdena; Lemnos, las tierras sigiladas; Sajonia. el
cobalto. Cada cantn tiene un fruto prvauvo. Hasta la infelil
Gomarra pro'ee el asfalto: y el vasto. I rril y vario suelo chil e-
no no encontrar un fsil que lo distinga? Apenas se labran a
tiento unas pequeas panes de la superficie: y desesperaremos de
algn descubrimiento nuevo a vista del que se ha hecho poco
hace de la platina y nquel?
S I 5
"La geome tr a desl indaba cada ao las propiedades que con-
funda y fertil izaba el Ni lo. La agrimensura produce aqui litigi os
que embarazan la at enci n de los magist rados. Slo podrn ter -
minarlos cuando present i s a los depositari os de la conciencia
publica. a los administradores de la ley, una copia justa de los
ob j et os de sus deci sion es; cuando los acerquis por medio de l
arte encantador a las d istancias, a las speras cordi lleras, a las
cavernas profunda s que labr la sed del oro, y hace ms intrinca-
da s la orgullosa ignorancia . Diri giendo la vista de los jueces
hacia la verdad, ser is el primer Instrumemo de la just icia, des-
hari s los enred os de la c bal a y la chic aner ta. Hidras que de-
va rand o al inocent e y pacfico ciuda dano, ali me ntan causidicos
cavilosos y casuisras profanadores del santuario de la ley.
"Cua ndo se fe a vuestr a per icia la especulacin de ajenos de-
r echos, no os ad vierto q ue procedis reciamente; un gemetra es
por na turaleza veraz, exac to y honrado: no el que os excusis, si
no os encontris con el fondo necesario de conocimientos: por
que sabis bien toda la r uina q ue ocasionar is, y que nada hace
tanto honor como la ingenua confesin de la propia ndenda, ni
que ms desdore q ue la intrp ida satisfaccin. Slo si os encargo
que ma nifest is con senci llez y claridad vuestro concepto. La
verdad, el celo y el saber se anuncian simple y lac nicame nte. La
asitica hinchazn y el nfasis oculta n la estoli dez o la mali cia.
"Jams pensi s haber ll egado al cenit de la cienci a. Aspirad
siempre a toca rl o. No hay medio alguno despreci able. Muchas
noticias se de ben al acaso. Cu alquier a pu ede ministr ari as. El in-
qui rir no humill a; el sabio duda: slo el presunt uoso ch arl atn
se desdea de ignorar ; y esto es el col mo de la ignorancia . Su ms
segura indi cacin es el esta ncar lo que se sabe. Lej os de vosotros
est e run vicio de los egostas de cerebro o corazn malsano. Es-
pa rcid con dul zur a vuestros conocimientos sobre el tall er del la-
borioso artesano; facilitad sus operaciones al virtuoso labrador;
mejorad los inst ru mentos de la industria: simplificad las labores
del minero : y ha ri s as un bien ms ex tend ido y permanente.
que cunt os debieron al terror y la li sonja estatuas cuya materia
val e ms que el original. y que recomiendan el cin cel, no el
model o.
"Vuestras miras siempre ben ficas y grandes os conduci r n ne-
! 1 6
cesariamente a descubrimientos titil es, Este ha sido el origen de
todos: Meditando y aplicando las reglas a los fen menos, se ha
formado I.J teorta que los explica, y los con vierte en socorro del
hombre. :"0 de otro modo, Frankhn encaden el rayo, y sujet
al impe rio de la fsica un met eoro que de dist into modo asola l.Js
mi eses y nu est ras ciudades. J ams perdis de vista esta espantosa
mat eria; la importancia de refren arl a es incalculable; la posibi-
lidad " t anunciada; el camino n t tr ill ado; y si al fin no se co-
rona vuestro intento. en el discurso hallaris la recompensa, ja-
ms est n sin ella el mrito y la recta intencin bien conducida.
"Si la d ar itlad de esta a tmsfera. si la serenidad de este cielo,
os descubre alguna "el nu evas constelaciones. vuestras tareas se-
rn sin d uda au xili adas con un observatorio para que haya me-
jores pro porciones qu e en otros cl imas. do nde los sost iene el amor
a la asrr onomta. cuya relaci n con los subl unares es ms m ima
y se con oce ms cada d a, Las ven ta j as de tal est ableci mie nto es-
tan indicadas por sabios viajeros; vosotros servi r is a realizar las.
"No slo estos estudios os harn t iles al pa s nat al , donde po-
dris dar agua a los campos, franquear los caminos, mejorar las
habitacione s, habili tar los pue rtos y la navegaci n. adela ntar las
minas; ms 0\ pondrn en aptitud de servir cerca de la real pero
sona. Libres ya d e los riesgos de la niez, os presentaris en los
cuerpos Iacuha uvos, do nde el m rho $010 es la mejor recomenda-
ci n, de donde el ilustre individue es digno maest ro a q uien le
deber emos tOl: IO, Ya el be licoso araucano no ha menester vuest ra
espada para someterse a la suave domi na cin espaola, Vuestro
val or y tal ent os ex igen teat ros ma s dilatados. Seguid las huellas
de vuest ros compa t riotas; esta fr anca la senda que ellos corriero n,
manifestando en d iversos ti empos }' profesiones que somos ca-
paces de todo, y slo nos falt an los prinripios que desa rrollan las
almas. a Vall ejo. Valparafso, Ca\;lfuerte, Covarmbias,
Gambo..l . Rivadeneira. La Unin, Olarel, Pineda.
l ina, I) ;h'ila, Flores y sobre todo a (' ..oncha , nuest ro prott'eto r a
cuyo tiempo esta ba reservada la gloria de pres idir los primeros
destel los de la l umbrera que il uminar:' a Chi le, Recibid las prl -
micr as de nuestra educacin y rons olidar l la obra del ben fi co
Avil s. nombre i lustre que pronunciaremos siempre con vanidad,
3 17
y el entusiasmo de la ternura y gr atitud, y sern el oriflama de
nuestr as dichosas tareas.
"No es este el mundo imaginario de Demcrito; no es una
efusin del buen deseo exaltado por vuestra di cha; es una deduc,
cl n geomtr ica. vuestro rey os incita; la patria necesita de vues-
tra fati ga: vuestra fortuna est uni da a sus progresos; menores
recursos, con iguales principios, hi cieron la felicida d de otros pa-
ses; con qu e, todo asegu ra la nuestr a, si tenemos aplicacin y
consranca'".
Adems de una polt ica ed ucacional que difundiera las cien-
cias t iles, el estado deba realizar simultneamente una poltica
de fomento de las industrias, de mej oramiento tcnico y de crea-
ci n de rnercadose.
Sal as fue , adems de un divul gador del pensamiento il ustrado,
un promotor, un hombre act ivo. En la ejecucin de sus proyec-
tos, encontr en los gobernantes suficient e comprensin de la ta-
rea que les correspo nda como agent es de un a mon arqua ilustr a-
da. As lo haci a saber a BcJgrano su correspo nsal en el virreynato
del Plata. Lo sabemos por ste q ue en carta de 16 de sept iembre
de 1805 deca a Salas "usted no puede menos de tenerla (la satis-
faccin de obra r como se de be) puesto que consigue reali zar sus
ben ficas ideas. T rabaj a segun mi modo de ver en un pais donde
hay patriotismo, parece que su gobierno la ms de las veces ha
di ri gido y di r ige sus miras al beneficio genera l de esas provi nci as.
Este resorte pr inci pal casi siempre se obser va en las colonias, o
mal colocado. o sin la el asticidad necesaria. Por desgracia, una
de las q ue adolecen ms de ese ma l es sta; y no le encuent ro re-
med io, por ms conato que se ponga. T od o lo halla prematuro,
mient ras la urgentsima necesidad no se aparezca, y toque de cer -
ca a los que deben cooperar a la extscncia de las buenas ideas'w,
Cuando en circunstan das que, para Salas era n an gustiosas, pues
Luis Amunategui. Los Pr ecunotes de la de Chile, to-
mo 11I. pp. 386398.
Luis Cels Muoz aporta un buen n meto de ( itas ilustr ati va.! del pensamien-
to de !.bnuel de Sala.!. en su t rabajo intit ula do "El pensamiento polinco de
Manuel de Salas". Ana les de la Universidad de Chile, N.os 8788.
"Carla de Man uel Bd gnno a Man uel de Salas. 16 de septiembre de 1805. Mi
guel Luis Amunategui. Los Pr ecursores de la I nde pe ndencia de Chile, lomo
m. pp . H 94!jJ.
s I 8
pareca que la monarqua hispanoameri cana daba un gran vuel o
ca y cerraba un per odo de su hi storia, mi raba hacia el pasado en
el cual habla act uado para alcanzar sus propsitos. expresaba
sobre los hombres con qui en es habia tratado un juicio sere na-
ment e favorable. Escr ib a a med iados de 1810 "Chile. abandona-
do como las dems provincias de las' Indias a las arbitrariedades
de unas leyes auster as, logr sin embargo mejor suerte que otras
en el mismo nern pc del desgobierno de Espaa. Sus gobernado-
res Benavid es, O'Higgins. A"i1b y Pino. que sucesivamente le
mandaron desde el ao 1780 hasta el de 1801. sino pudieron ha -
cerio Iel ie, esta ndo necesitados a conformar sus procedimientos
con los pri nci pi os de la constitucin americana, por fin no le
apret aron el corde l , y es preciso confesar que estos bondadosos je-
fes le hicie ron el bien que estuvo en sus ma nost. Su juicio es ms
ent usiasta en otro escrito de l mismo t iempo : "Es verdad, que al
parecer , la providencia le ha deparado siempre unos jefes, que
o por su natural bondad, o por la clase de negocios que se versan
en el pa s, o por el temperamento de sus habit antes. no presenta-
ron motivos de movimientos, ni alarmas, como si se hi ciese el l.
timo esfuer zo para darl e los mejores. En el himo tiempo vinie-
ron el justificarlo Bena vides, el act ivo O'Higgins, el benfico y
recto Avi l s, el sabio, nobl e y virtuoso Muoz de Ouzman . o ."80
La misma concepcin del goberna nte tu vo J uan Ega a, paca
citar solamente el pensami ent o de hombres que goIaron de gran
est imacin. En el discurso que escribi y fue leido en el homena-
je que la univer sidad tri but a Garcia Carrasco como a su vice-
patrono con oportunidad de su designaci n en propiedad como
gobe rnador del reino, despus de describir las cualidades del po-
l tico, dijo: "Es cierto que la agr icultura y el comercio. que for-
man las verdader as r iquezas de los pueblos claman en Chile por
ser adel ... ntados, y bien dirigidos y libres de las tUOO5 que impi-
den su curso y su opulencia, y que necesita Ust... de todo su genio
y sus talentos pan desempear tan nobles objetos; pero un reino,
que es la admiracin de los viajeros, y la delicias de la naturale-
' l ru al ~ O l Palr id o Espa'iol C1l Elcri l,. tle tlon Man uel de Iuo tomo 11 .
p. 104.
0Mol ivUl que ocasiona ron la ins talacin de la Ju nt a tle Gobierno C1l Chi le. Es
uitUl de tlon Man uel de Salas, tOlDO n, p. 9' .
31 9
za, donde vegetan con extraordinaria abundancia toda& las pr6-
ducciona necesmias a la vida, al comercio y las manufacturas,
proporciona por s tantos arbitrios que slo ha menester de la ac-
tividad y amar pblico que siempre ha manifestado Usa en sus
destinos. Es cierto que aument&ndose la poblacin, han crecido
las n~cwidades, y son precisas la comodidad y l a ~nagnificencia
que sdmpre acompaan a los pueblos cultos y namwosos, y que
pm csomipiente, esta capital y sus provincias exigen con ergen-
cia la comodidad de los caminos, la industria de los pueblos, la
poltica y buen urden de la capital, la pronta conclusin del cana3
de Maipo para el socorro universal, y otros t ant a recursos para
su comodidad y belleza; pero en la buena dispsicibn de unos
pueblos dciles y amantes de su gobierno hallar& Wsfa avanzada
$&S de la mitad de sus tareas. Es cierto, seor, -que la: literatura
y' las ciencias, que siempre han necesitado de estmulos en nues-
tros pases, hoy ms que nunca es necesario su fomento. Dfgolm
con sumo dolor; es deplorable en el da el atadi, en que se hallan
10s institutos de educaci6n pdblica y Usa sabe mejor que yo que
sin las letras no puede haber slida felicidad en los pueblos..
Es cierto que un milln de hombres, entregados hoy al cui-
de Usa, viven en la mayor parte infelices por falta de recursw
y que esta falta principalmente consiste en el defecto de una b w
na organizacin poltica, en el desprecio o abandono con que
se miran las artes, en que 19s premios regulamente no han m-
mido al eivel del &rito, y en que falta Sa opinin a favor de * ,
-
das las carreras tiles e industriales; pero ,a este milln de &6m7
bres le ha dotado el cielo de un carcter que bajo de un
mano es digno de su felicidad y acreedor a todos lo
En el mes de agosto de 1810, Egafia elev al presiden
memoria sobre el objetivo de la accibn gub
comercio, la educacin industrial y cientifi
paban preferente atencin. Respecto 4e la ed
cientfica, decia Egaa: "La obra de Chile de
gio de artes y ciencias y sobre todo, de un
ODIscurso compuesto por don Juan EgaPia y pr
gork Argomedo, en el recibimiento d% Carda Garras
la Universidad de San Feiipe, el 15 de noviembre de
la Independencia de Chile, tomo XVIII; 4.
r d caphz de ddrnos carficter y costumbres. Ahi debe haber telwes
y maestros de todas las artes principales, incluso la agricultura;
catedrticos, mquinas y libros de todas las ciencias y facaltale%
desde las primeras letras, magistrados y superiores que dirijan las
costumbres. A m4s de los pupibs de artes y ciencias sostenidos
'
por el colegia, habra enseanza piliblica para todos los ciudada-
nos que concurran, dando de comer al medio da a los menest~a;
las. Ta&s las villas y ciudades deben tener derecho a cierto nilir
mero de pupilos"l0.
lOManue1 Antonio Talavera, RevoIu&!m de Chile. Colec. de Hist. de la M e -
pend~ci a de Chile, XXiX, p. 128.
CONCLUSION
AL TERMI"'O de esta exposicin pod emos afirmar que los chile-
nos de los siglos XVI, XVII , XVIII Y comienzos del XIX tu -
vieron un claro concepto de la fin al idad del poder pblico y de
sus lmites; una dignidad y una forma de libertad. Esto det er-
min ent re ellos y el poder relaciones caract erizables por la li-
bertad para solicit ar del estado lo que est imaban necesario y
era del resorte de ste ot orga r y para reclamar de sus resolu-
ciones en ju sticia, con lo que ponan a sal vo su di gnidad.
Hemos llegado al ronvenrimiento de que fue el funciona-
mi ento de este rgimen lo que mantuvo a estos vasallos en la
monarq ua hispanoamer icana. Sin embargo, me parece insu -
Iicierue el pensamiento de que la independenci a fuese desea-
da po r la sola alteraci n de este juego a parti r de 181S. Creo
ms bien, qu e los hi storiadores liberal es tuvi eron alguna ra zn
al atribui r esta determi nacin a la pen etracin de ideas ext ran-
jeras: era preciso que entre estos hombres hubiera quienes se
sint ieron ahogados en "l a libert ad espaola" y la conside raron
como despoti smo, quienes consideraron que la ju sti cia del rey
no era ya j ustici a, que lo que se entend a por d ignidad era slo
abyeccin y q ue la libert ad , la justicia y la di gnidad verdad eras
no podran encontrarse ms en el seno de un a monarqu a con
la cual los hombres libres no podan tomar ningn compromiso.
Por fi n, a ra z del estudi o de la conciencia polt ica chilena
du rant e la rnon arquta, he modificado la conside rac in de esa
hi storia respect o de nosotros, he comprendido que, por la vi-
gencia en ell a de los conceptos descritos, de algn modo le de-
bemos nuestro ser poltico.
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I I. LI' H.CA NACIONAL
O'" u LlHA.
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1958
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322
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HE n.IPRI\IIR F.I, 1-, Hf.
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