La Educacion en El Proceso Revolucionario PDF

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 10

il

l':,

I
La educacin en el proceso revolucionario

Orlando trah no"d"


i

llr.

rlii!
rii

,i:

ri,'
i.i 1l

1i

it
I

,'
iir

tiii
,,
l

lilr

La educacin puede considerarse desde dos puntos de vista: el tcnico y el humanista. Segn una defiaicin tcnica de educacilr, tagera un"conjunto de nor,mas e instituciones destinatlas a preservai y transmitir el conocirniento especializado deirtro de ua sociedad. Este enfoque destaca las relaciones perso rales en el marco educativo, en eJ saln de clas, en la escuela misma, principalmente la relacin enire maestro y estudiante, colocndolos en dos 'posiciones encontrads que van desde la p-aSividad has' ia el conflicto,. Perpet tambin Ia tradicin de ver al profesor como un tirano, el que habla con autoridad que no puede discutirse'
1.7

ii,-,
i'f,,l:i 1 l

,'

ii,
lll

,li :rl,

Una definicin humanista de edrfeacin dira que sta es una experiencia vital que comprende todos los procesos de asimilacin mental y proyeccin del pensamiento, aquellos que permiten al hombre formarse una filosofa y una capacidad de accin social, s-ea_como persona o como miembro de una eolectividad. Este enfoque coloca la educacin dentro de la sociedad,'al descubrir la dimensin clasista en el proceso educativo; rompe el esquema del profesor tirano enfrentado aI alumno pasivo y deja a aqul ms bien frente a grupos sociales. El descubrimiento de la dimensin de .clases le lleva a la aecin, es decir, a decidirse por diversas opciones que la realidad Ie va ofreciendo, con el fin de transformar revolucionariamente esa realidad. Nos interesa la definicin humanista porque co{l ella podremos estudiar ms profundamente la naturaleza del proceso de la educacin en Colombia y entender los problemas actuales. Veremos crno la educacin va formando la sociedad colombiana en su estructur c6irio \ffi[fifio- esta estructura ideolsicamenie, cimentatl" o--ITormas de explotacin intelna anudnd1as-ci-Hl"d-AefndnCi iriiTerna. Al estudiarse la historia de Colombia con alg:rin detenimiento, podrn observarse ciertas tendeneias en se relacionan con la prctica educativa nacio;ral poca. Esinantes consolidar iu poder -on?iio, ?eforzar su situacin social y racionlizar su actividad poltiea. Las tendencias aluidas podran identificarse como corrientes forrnativas de la poltica educativa. De ellas se tratan aqu euatro que pareceran ser definitivas por la m,anera como han determinado hechos histricos trascendentales: la sacra, la cientifista, Ia democrtica (o mejor, democratera)'y la autonomista. 'Cabe sealar que estas corrientes conviven y se sobreponen hoy, ya que la vigencia de ellas pelslst9 en una u otra orma o con menor o mayor intensidad, de all Ia confusin que reina en la transicin que experi,rnentamos en nuestros das.

va sacra tenga muy claros elemetos religiosos. En efecto, sta se caracteriza por el predominto de la enseanzaleolg:ica. u orientada ltae'i e--cl nrro.-murdo como medio de legitimar la'estructura d.e castas existentes en ste. a sociedad de castas na de muy antiguo y a nosotros nos lleg con eI imperio espaol en el siglo dieciseis. abido es que una estructura de castas es prcticamente inmutable: una persona nace en una casta (social, racial) y de altf no puede salir, sino quizs al reencarnarse, como lo creen los hindes. En la colonia, las castas se definan con base en la raza, pues las haba "limpias" y "manchadas", y las primeras (blancas) explotaban a las segundas (mestizos, mulatos, negros, indios, zambos, cuarterones, quinterones, saltoatrs, tenteenelaire, y otras). La educacin de esa poca, con la sancin religiosa que llevaba a aceptar resignadamente esa situacin como dada por Dios, protocolizaba la situacin pe' ltica y reforzaba la discriminacin social. Era una educacin para las clases privilegiadas (Iites) que defenda las formas de dominacin seorial, capitalista y mercantilista que ellas haban impesto.
Esta educacin se constituy, como un monopolio Ni los particulares ni el Estado se atribuyeron'funciones en este campo. La corriente sacra se expres principalmente en las escuelas doctrineras y monsticas y en las universidades de Ia poca. Las escuelas doctrineras fueron establecidas por clrigos para educar a los hijos de los caciques; as reforzaron las nuevas diferencias de clase, al infundir a los jvenes indios la orientacin colonial que era de rigor y que di como resultado que se convirtieran en "seores" explotadores de sus hermanos indios, monopolizando tierras que antes eran comunales, adoptando el "Dotrt" z vistiendo como espaoles. Un caso interesante fue el del cacique de Turmequ (Cundi: namarca) que lleg a ser cortesano de Felipe II, para .luego morir en la miseria. A las sselas monsticas no podan ingresar sino nios de "sangre limpia", es decir, blancos hijos- de espaoles. De llas suigieron los C-olegios -de SaI Bartoiom (1605) y del Rosario (1653), donde se fo[maeclesistico.
r

La corriente
rl
ir
l

sacra

li

La palabra t'sacra", en este -caso, no significa necesarlamente Io sagrado, aungue la corriente educati-

18

I
r,'i

19

ttl

t'li

ron las clases doniinantes de la poca, los gobernantes y,seores d la tiera, los abueloi,de los actualgs explotadores principales del pueblo colombiano. Fueron muchos los conflictos que se crearon entre las famiIias por no poder algrnas enviar sus hijos a tales colegios, por tener una- pizca de sangre "manchada".

Las Universidades cot,oniales seguan: el mismo ejemplo de discriminacin racial y social. La de Santo. Toms, fundada en 1625 (resucitada en 1965 en Bogot) y la Javeriana, fundada en 1622, se caracterizaron por esa abierta alineacin con las clases blancas dominantes. Esta tendencia no pudo ser combatida ni an despus de la Independencia, ya que el intento de fornentar un tipo ms abierto de educacin. que fue la creacin de escuelas lancasterianas (diseadas por el educador ingls Jos Lancaster, que vino por un, tiernpo a la Grn Colombia), fracas prontamente. Hubo muchos curas y seglares que vieron all la 'lmano nefasta" de masones y protestantes, y as se opusieron con decisin a Ia iiciativa gufuernmental. : La coiriente sacra subsiste hoy en varias formas. Por una parte, se expresa en muchas disposiciones y eonceptos de la Constitucin Nacional (1886), cuyos autores reflejaron la reaccin clerical, de vuelta a lo espaol y catlico, que haba adquirido fuerza en esos aos con la entiega de R.afael Nez y la ascendencia de Miguel Atonio Caro. Se neesitaba aplastar lap tendJneias ateas y liberales que haban aflorado en la Constitucin de 1863. Para ello se procedi entonces a desarrollar con fuerza la Constituein en sus aspectos ms sacros, abriendo las puertas al Concordato de 1888, casi nico en el mundo, que con' cede eI control'de l educacin a Ia Iglesia Catliea
Ms adelante, se suscribe otro tratado con eI Vaticano, el Convenio de Misiones, de 1953, que hace de la Iglesia un virtual gobernante de la maYor parte del territorio nacional, con plenos poderes an para destitur funcionarios, lo que permite mantener algunas actitudes y creencias incompatibles con las necesidades de cambio radical de Ia sociedad colombiana.
como entidad deterneinante,
t.
ii l ,it.

privada y otros grupos econmicos intervengan ms y ms en la educacin hasta ei punto de llegar casi a dominarla. Siendo que ese dorninio no cambia Ia orientacin elitista tradicional, es decir, que sigue sirvindole a las rninoras privilegadas o adineradas, la poltica educativa resultante no refleja las verdaderas necesidades naeionales. Se ejecuta ms como un nego* cio que como un servicio. Al mismo tiempo, decrece el control estatal sobre Ia educacin. Por ejernplo, a la universidad privada asiste hoy el doble de la proporcin de alumnos que tena hace diez aos, mientras que en las universidades oficiales esa proporcin ha
disminudo. Los intereses sacros tradicionales convergen con los de la empresa privada y de grupos oligrquicos para mantener la ,educacin como un pr,ivilogi,o de casta, y desconocer eI derecho que tenernos todos los colombianos de educarnos y de educar a nuestros hi-

jos.

La corriente cientifista
grupo criollo dcrminante, que empez a "sacudir.el yugo de Espaa", pero que no logr romper los vnculos de dependencia con Europa, ya que stos pasaron a Inglaterra y tr'rancia. La oligarqua criolla empJe la eiencia y la tecnologa para articular su inderendencia, as intelectual como econmiea y poltica. En parte fue un desafo a la corriente sacra anterior. Esta corriente hizo su primer impacto importante en L77-4 cuando se consider eI nuevo plan de estudios de trncisco Antonio Moreno y Escanhn, que retaba galista de Ia univ6rTi??i-ile If cdlffiia (recu_rdes-e que [a medicina no se ense aqu sino desde 1733). No poMoreno a da ser de otra manera, cuando se atreva rL

a la formacin de la nueva oligarqua nacional, o

La aparicin de la corriente cientifista va paralela

,il

lil
i*i ,i'
1l

il

irl .'r i

h foffio;iEe-Jilosfica

Ie-

Esta situacin especial deja' de lado aI pueblo y permite que la ernpresa

astionoma. Jos Celestino Mutis coiabor enGsta nueva orientacin, aI ensear I rnismo las pride Coprmeras ctedras de astronoma moderna -la vueltas alrenico- que enseaba que la tierra daba dedor dI sol, y no la versin bblica contraria,, corno se crea an en la colonia. Ese atrevimiento llev a curiosas acusaciones contra Mutis, ante la Inquisicin'

20

2t

jl'
ir

dad".

Pero la tnica estaba dada, y en ese ambiente de reto ,a la tradicin se form un primer grupo de rebeldes intelectuaies que desafiaron tue-o t poder de rpS", y qug incluy- personajes como Castiito y Rada, Lozano, ,Caldas, Nario y Zea. Desgraciadamente muchos de ellos fueron mueitos por los-espaoles durante la Reconquista. Pero la foimacin rcibida por esa generacin fue definitiva para orientar Ia luha por la Independencia y dar bases firmes al grupo econmico dominante que entonces emerga. Elte -era un esbozo de burggesa nacional, un grupo en bsqueda de una nueva tica capitalista y empresarial qu justificara su accin y sus rrodos de clominacir ecnmica y poltica. Se qabe que eI nuevo grupo econmico dorninante, o pre-burguesa, no empieza a articularse seriamente, sino a mediados del siglo XIX, al eliminarse el estanco del tabaco, implantarse eI libre cambio y organizarse la economa comercial exportadora de nuestrs materias primas (tabaco, quina, cueros, caf, etc.). Para este_ t'r e-ra preciso construr caminos y ferrocarrles, de all el nfasis que se dio pronto a lai ciencias exactas y fsicas y a la ingeniera. La nueva oligarqua necesitaba vincularse aI mundo capitalista moderno corr sus polos establecidos en Europa. Por eso se construyeron esas lneas inconexas que iban de dentro hacia iuera, Ilevando rieles y mquinas tierra adentro a lomo de buey, y que desembocaban casi invariablernente en el ro Magdalena, "la espina dorsal de la nacionali-

abogaca, fi'losofa) fueron apareciendo una tras otra las modernas: agronorna, 1911; medicina veterinqria, 1920; farmacia, 1921; odontologa, 1923; arquitectura, 1936; asistencia social, 1936; qumica, 1938; psicologa, 1938; enfermera, 7944; salud pblica 1947; economa, 1951; sociologa, 1959; ingeniera elec'trnica, 1960; administracin pblica, 1961; administracin de empresas, 1962, etc. Estas carreras se dirigieron a oonsolidar el control de la burguesa comercial e industrial que se vena formando desde mediados del siglo XIX, para producir tcnicos, expertos y dotores que sirvieran a la organizacin del Estado y de Ia empresa privada, con el fin de sostener las formas de explotacin existentes, as en el campo como en la ciuad. Como veremos ms adelante, esta orientacin educativa de serviclb al "sistema" capitalista oligrquico es el fondo del probiema universitario del rnomento.

les (teologa,

La corriente democratera
Los liberales del pasado no dejaron de descubrir Ias fallas de la corriente cientifista como se estaba practicando, y trataron de adaptar algunas de sus tesis e instituciones a las creeientes urgencias del pas. Respondan, hast cierto punto, al ret del sociallsmo utpico al cientfico- que acababa de apare-luego Pero al hacerlo (como quieren repecer en Europa. tirlo hoy al verse sin clientela) no modificaron sustancialmente las relaciones de dependencia que tenanr pasaron a ser fnglaterra con pases dominantes -que Unidos de primero y luego los Estados Amrica (con algo de Alemania, como veremos)- ni tampoco las formas de explotacin interna, dentro del pas. Los liberales hubieron. de reducirse as a rendir un culto meramente verbal a la edueacin popular, al alfabetismo. Por sus vinculaciones oligrquicas, en el fondo evitaron que el puebio levantara la cabeza y se dignificara a travs del conocimiento que adquiriera de s mismo y del mundo. S1o modernizaron Ia tradicin sacra, dejando los elementos pasivos de 'sta, para evitar la insurgencia popular que habra terminado con las formas de dominacin de las que derivaban su poder. Por eso esta corriente no puede llamarse eon justicia, democrtica, sino democratera.
ot

r,l
i

Uno de nuestros primeros ingenieros, don Joaqun Acosta, viaj a Francia para educarse, y a su vulta se formaron las primeras escuelas de ingeniera militar (1845). La subsiguiente Comisin Corogrfica logr destaear Ia importancia de la vinculaein con la ralidad nacional, con la geografa y sus limitaciones, eomo elemento ideolgico de la burguesa naciente, que era liberal. Esta tendencia tcnica, cientfica y poltica culmin con la creacin errJl[3' de la -Uniyefsiorganiacin que prepar a @, la minora dominante en los nuevos papeles que deba desempear al vincularse al dorninio imperialista internacional, dentro del liberalismo de la poca. La persistencia actual de esta eorriente es muy -fcil descubrir. Al declinar las diseipnas tradieiona-

,,

'Con tales lmites, Ia tendencia verbalista liberal tuvo algunas, expresiones adecuadas durante las pr'e' y de Jos Hilario Lpez' SIo rld"*il" Saritanar "io"ion las primeias leyes tributarias para el ". de'laleducacin popular en 1869, en Cunsost'"]i"t" dinarnarca; era un'impuesto P99u9qr sobre Ia'erra' iendo qu'e los latifudistas tominaban el Congreso quella y fu lugo derogada. Se abri6 otra poslbilidad inteesante con la Ley,2 de 18?0. que liberaliz la educaein en varias secci'o'es-ffit'p'as e inclusive logr sacarla tempoillmente vo para llegar a una parte muy pequea de las masas populares.
I

la ley del ernbudo para no dejando pasar sino a muy pocos y seleccionando a los alumnos, muchas veces segn sus recursos econ. micos (en lo que no deberan hacerse partcipes los maestros). As, un sacerdote eminente, el Padre Lebret, calcula que de cien alumnos que ingresan al primer ao de primaria slo 12 llegan al sexto grado. Y, en efecto, el mismo sacerdote dice que de 2.500 que inician estudios en las escuelas colornbianas, slo uno llega a salir de la universidad.
d.9 las escuelas, se aplica

ir

Esta falta de oportunidades edueativas son consecuencia natural de las fallas que vienen en las corrientes sacra, cientifista y democratera que se han amumulado, as como del sistema de explotacin econmica y poltica que nos ha caracterizado y que de ellas
ejemplo, que permite Ia existencia del latifundio al lado de la pobreza de los ms, est en la base del problema, como tambin, la forma desigual e injusta como se maneja y distribuye la riqueza nacional, Ia que produce y trabaja con su sudor la clase popular. Todo ello lleva a ofrecer slo bajos sueldos a los maestros y a otros trabajadores, a mantenerlos en malas condiciones, sin estmulos y casi sin elerfrefrtos de labor.
Consecuencia de todo ello es que se mantiene la estructura elitista de nuestra sociedad, aquella que favorece a los privilegiados y que discrimina segn su taza y posicin soeial, la que pretende dejar en su sitio a los pobres como eastigo sobrenatural y les exige resignacin y pasividad. Repetimos, la corriente democratera slo ha reconocido verbalmente Ia necesidad de Ia educacin popular, y esto principalmente po el histrico reto qu eL socialismo le ha hecho a la doctrina liberal en que se apoya. No ha ofreeido soluciones reales. Al contrario, se ha venido engaando al pueblo con aspirinas y curitas para sus mataduras, promulgando medidas que no resuelven el problema social.

se alimenta. La mala distribucin de

la

tierra,.ror

,lr

',
I

ii
r1(1.

Con la desconfianza y el saboteo real de la olisaroua. con Ia oposicin cerrada de la Iglesia, con la [ensolia miterhte de los lderes polticos tradicionales," eEta poltica de aparente edrcaci-n popular -no tuvo reales'efectos sobr la estructura de la sociedad ilb*Uir". F'acilit alggnos cembios de posicin social en aquellos pocos que lograrn educarse, de alrr " l"eso sureieia una pequea clase media urbana ,i"" no ue sin-o imitador de la alta y fiel seguidora de sus rdenes. Esta corriente democratera, al no lqgT?"- despertar edueativamente al pueblo (antes 1o dej ignol?nte y explotable), llev-a la crisis ry.tral que implica hacir frinte, sin recursos ni disposiein, -a- las necesi' dades aeumuladas de las ge-ntes. El .pueblo.crece en nmero como va rnodificando su visin de las eosas' La incapacidad de las clases dirigentes, formadas seqn las-corrientes sacra, cientifista y democratera, se iraatiza as en Ia bancarrota de las instituciones existcntcs, muy visible en lg poltico, pro especialmente dramtico en eI ca$Po educativo.
,l

iii

i.

il,il i
)lih

l'

i'
i
I

ffii
'i, rl !rt

ti,

'' I

,'

. ',' '

Advertimos entonces la gigantesca falta de escuequ: tas oprime a todo eI pl perq espsqialmente a la clise pputar. En las que existen. hav fSlta de cupo, hasta el^pnto que se rchaza hasta el 60 por ciento de los niiios qu"aspiran al estudio' Una vez dentro
24

De all que surja la reaccin ante ese injusto estado de cosas y que el pueblo empiece a o ganarse como grupo de presin real sobre las estructuras que le oprimen. Esta reaccin parece concretarse en lo que pudiera identificarse co:mo una corriente autonomista revolucionaria.
25

La corriente autonomista
Esta eorriente va vinculada a un proceso de dinamizacin popular, de un despertar de las clses trabajadoras, que ponen en cntredicho las bases del sistema capitalista y derendiente que ha caracterizado a Colombia hasta hoy.

t,

i,t'
,ll

En esencia, la nueva corriente busca la autenti_ cidad y la-independencia nacionales, sin perder la perspectiv-a y las vine4laciones internacionalis que imlrtica la lucha contra el imperialismo, cuya fuera ,o ieconoce fronteras;.quiere romper esquemas importados de los pases_dominantes porler ariteojeras qire impiden ver bien la realidad local y que, poi el cdntrario-, llevan a- nuevas formas de dependencia; anheia abrir el comps de la educacin paia que llegue realmente al pueblo y le sirv_a en sus- diaris necsidades; en fin, reta,las pautas aberrantes de dominacin y explotacii existentes as dentro del pas como las que ste tiene con pases dominantes. Como ocurri con las otras corrientes estudiadas, la auto_nomista responde a una elase social que surg y que-despierta para desafiar por primera vei, de frete, a la burguesa dominante: la llase popular. Es la clase popular, no la oligarqua, la que justilica la existeneia y Ia po,tencialidad de esta- tendencia. De all qu-e la riente au,tonomista saque a luz la riqueza -co y tcnica del pueblo y busque enraizarsle en cultural lo propio para recibir talidad, la vitalidad del movirniento revolucionario que implica un cambio social
verdadero.

1.il

ll

1,,

La lucha autonomista comienza al esbozarse la primera subversin irnportante de este siglo, entre 1g20 y 1930. Varios grupos obreros, indgenas, campesinos y estudiantes se organizaron para luchar por la revolucin popular colombiana, dando orgen, en parte, a los nuevos partidos comunista y socialista que fueron sus abanderados. Corno ocurri en el siglo anterior, mucho de ese esfuerzo, revolueionario fue asimilado o absorbido por el partido liberal. Siendo que ste no serva sino para mantener las estrueturas existentes, el esfuerzo revolucionario se frustr y, en cambio, se reforz a la oligarqua al implantarse ms adelante el rgimen del Frente Nacional.
26

dominntes tradicionales. Ante el desaflo cubano y popular, el "sistema" olisrouico tradicional se defiende como siempre, con reAparece la Alianza para eI Frogre* i".1iatt y opresin. ^banderas ieformistas, pretendiendo saturar sls io "o, de Amiica Latina, desde. el vitales los campos iot para mantener Ia situacin cultural, frrtta .'el -illl"" mundo intelectual, protoca-al existente. La'Alianza 6;;rf t iversitario', el ms- sensible a la infiltracin imperiaiista. Los estudiantes descubren el flanco cuano"u- p"tende oficializar la dependenqLa, que y3 .no es directamente eolonial, como cuando Espaa, ni indirctamente colonial, como cuando Inglaterra, sino neoctloniaf, con formas inusitadas y sutiles de control tcnolOsico'y financiero. La reaccin estudiantil dinatir"-L""guiaa Ia coriente autonomista que-venia desde atrf. Tambin los campesinos retoman la iniciativa a travs de demandas de "reforma agraria- inirir" primero, y luego con su orgardzacin autnoa" suarios-ediaos v peque-os o con personal -i trabajadon sin tierras. Naturalmente, los" universitarios no actuaro t solos, sino ms que iodo como aceleradores del conflicto o -o sus dtonantes. Desde antes, como queda- di.ho, * registra el aporte indgena, campesino y.obrede bas. ft- movilmiento noimalista, y. especialmen"o, los sindicatos de profesores de primaria y secundate frrn clado amplis pruebas de iu dinamismo' Gra' "i" cias a esas luchai, el maestro, casi siempre de extraecin ponular, ya no es el elemento pasivo- que busca la juitificaA6ri ael "sistema" a travs de Ia justificacii del puesto, para transmitir la rutina de Ia ense27

Pero en 1959 aquel perdido impulso recibi nuevo aliento al triunfar-la Revolucin Cubana, que abri otra vez las dpciones revolucionarias populares en Colombia. La bandera de la lucha pasa otra vez a grupos tle campesinos, obrQros r universitarios. Se monian protests y se presiona por Ia tierra. En la Universidad Nacional se realiza una huelga contra un reetor por p,retender dar una '{orientacin extranjer-a" a Ia histitcin. Se ven entonces las limitaciones del gobierno del Frente Nacional, que abra ms y rns las compuertas a la inversin noiteamericana, se plegaba a-la'poltica de Guerra Fra del Departarnento de Es' tado. v serva los intereses exclusivos de'los grupos

'

aliado-a los otrts grupos en justa rebe i1*^.Ahora, uon, ocutr)a postcron cl_e a]ya+zada que rompe los esque_ mas tradicionales y la imgen psiva q9 de l haba creado el "sistma". Se Inseria as en a corriente educativa de su roca, que es la autonomista.

Ho' esta comiente se expresa con claridad. otra vgz en la lucha por lp tierra que capitanean 1os usua_ rios campesinos trabajadores b prolietarios, y en la lucha universitaria. L lucha canipeiina merece tratamiento especial que me llevara lejos det tema concreto de esta.conferencia, aunque mi colegas se refieren

Existen todava fallas en cuanto a la proyeccin de este movirniento en el campo popular. Los niversitarios, hasta hoy, han tendido a erigir barrers ideo!gicas verbales entre s, y entre ellos y eI pueblo. Se hablan idiomas distintos, al seutirse temas y conceptos extraos a nuestro medio o sacados de su contexto original, casi siempre de otros continentes y latitudes, y sin hacer el intento de eonstatarlos con la realidad colornbiana

proyeccron popular.

La lucha universitaria, ciertamente, es independentista-y anti-imperialista, y trata ae'alcanzar'un

academias, etc.). En cambi, se quiere que la-univrsidad sea gobernada independienlement, en esta etaPa, p9r sus propios-miembros (profesores y alumnos), que .tienden a refiejar mejor las urgencias-del camb necesario y que pueden llevar a la universidad a ar_ monizar con el esfuerzo revolucionario total y, eventualmente, con los ideales y las realidades de ia'nueva
sociedad.

iqdependentista porque en la presente condi_ - Es cin histrica busca eliminar h inteiencin, en -ta universidad, de entidades y personas que son recono_ cidamente reaccionarias, pr estar com-prometidas con el sostenimiento del injusto orden socil existente (la emp-res? privada, la oligarqua, parte de la lglesia, I'as

La lucha universitaria es anti-imperialista porque busca revaluar esquemas culturales - irnportad; .il; impiden el control nacional de los recuisos, q.r" 'fomentan una economa de despilfarro y consumo como la de los pases dominantes, -y qu. pieservan nuestra dependencia econmica, poliica, intelectual y ral. Contra esta situaci reaceionan los universita",ritr_ rios, cuya formacin torna a ser ,,deformacin,,, trrorque se encuentran muchas veces incapacitados para {a su- aporte aI progreso real y a la }econstruc-cin del pas. Porque la universidad -existente no, les faci_ lita ni el conocimiento ni las herramientas adecuadas para esa tarea, sino que las acomoda al desueto siste. ma imperante.
28

Los contact<s de los universitarios fuera de sus recintos, por 1o general, no han producido eI resultado espe_rado, por no dar suficientes rnuestras de respeto por la experiencia y el saber del pueblo, ni de un verdadero espritu de unidad con la base popular para aprender de ella; muchos slo piensan en mantener rosiciones de poder dentro de la universidad misma. An as, se reconoce que todo eI esfuerzo se dirige a redimir ese pueblo del que todos salen y ail que deben servir, a reducir Ia distancia entre el universitario y el obrero, eI campesino y el indgena, que tantas veces han dado pautas eficaces para las luchas revolucionarias. En el fondo, est apareciendo una idea nueva de universidad que, al ir contra el sistema establecido, podra definirse como una "anti-universidad". La anti-universidad es aquella que deja de trabajar para mantener la estructura de la sociedad decadente, dejando de producir lop intelectuales para la clase domina,nte, o los expertos y doctores que sirven corno empleados suntuarios, tuercas o pivotes del sistema. La anti-universidad, en cambio, ernpieza a formar hombres y mujeres listos a dar su aporte para eI esfuerzo revolucionario necesario para la reconstruccin social, econmica y tcnica de la sociedad.
Ella desemboca a su turno en una universidad totalmente diferente, que se dirige aI fomento del bienestar de las mayoras, a liberarlas de su condiein de explotados, a devolverles su dignidad humana y enriquecer sus vidas. Dara luz a una nueva Universidad del Pueblo, que se vinculara a I,a sociedad naciente y se nutrira e e[a. Las rnaterias que all se ensearan seran aquellas surgidas del contacto con la realidad de la cultu29

ra y de las gentes colombianas, las necesariap para satisfacer las urgencias del pueblo y construr la uo va soeiedad, las que respondan mejor al reto del tr& pico, las que reflejen una tecnologa propia y un esfuerzo autnomo de cientficos y estudiosos colombianos. eR todos los campos, de hallar y defender las fuentes y rasgos de la nacionalidad. Todo ello, por supuesto, sin descuidar el" conocimiento universal que pueda sernos til, y sin descolocarros dentro de1 concierto latinoamericano comn del que se derivaran otras fuerzas r estmulos.
La corriente auto'nomista, por todo ello, es erninentemente revolucionaria. Lleva al pas y sus gentes a un exanen de s rnismas y. exige de ellas una decisin consecuente y patritica reflejada en hechos corl: cretos y en actitudes firmes.
il
',[i,

El reto a la creatividad nacional


e 1 coiriente autonomista. No es posible pernanecer neutrales en esta situacin. Slo hay dos alternativas: o se participa activamente en el cambio, o se queda barrido por-la loco,rnotora en movimiento que es una revolucin. Los maestros, a travs de sus actos y ltimas m.anifestaciones, ha venido siguiendo varias vas -algunas de las cuales apenas se dibujan-, Q merecen atencin. Cuatro de ellas son: L. t a vinculacin al movimiento generral de resistencila a Ia enplotacin. Mucho se ha hecho ya en este sentido a travs de sindieatos libres y otros organismos. El movimiento universitario es un dinamizador de esa situacin y alrededor de l emp,ieza a erearse conciencia. Tambin avanza el movimiento campesino que capitanea la Asociacin Nacional de Usuarios. Los maestros deberan conocer mejor las rnetas e ideales estudiantiles y campesinos, y brindar a estos grupos el apoyo de las masas populares con las que los maestrosr estn en contaeto. Servir as de puente entre el mund e la edusacin y el pueblo, se-ra una funein positiva que llevara a los grandes cambios neeesarios en la comunidad que busca el gran movimiento nacional de resistencia. Con la idntidad de propsitos
30

ll
i,

La situacin as planteada lleva a repensar el papel que pueden y deben iugal los eolombianos dentro

,1

i,.i,,

l:l

i,'ti Illi.. i
t

liriill,li

ffit 1i
'ir

llli,, iilr
lril

del profesorado. 3. La r"e'valuacin de lo propio. De la rnisma manera, es tiemtrro de revaluar nuestras fuentes culturales, es decir, aquellos conocimientos, tcnicas, costumbres y creencias en las que se enraiza nuestra personalidad corno colombianos. As, cabe rescatar lo autctono y tratarlo con respeto y admiracin, porque lo que es propio tiene una profunda taz6n de ser y de ello puede depender nuestra superviveneia. Es eurioso o6servar cmo en otras partes, inclusive en Europa ,se admira la expresin popular nuestra, como la msica costea, el ajuar campesino del interior, el arte indgena y muchas otras cosas, mientras que nosotros las oldamos y tendemos a imitar lo que nos traen de otras partes. Hay que poner en euarentena esas importaeiones accesorias que nos deforman y nos van convirtiendo en seres sin personalidad. Nos llevan a ser, miembros de una soci^edad de consumo que alimenta una maquinaria de propaganda internacional y
naeional..

que surgira de ese contacto podra hacerse un _impacto an mayor sobre la sociedad, de ndole revolucionaria. 2. Nuevos mtodos y nueva ideologa. Es irnportante seguir ensayando nuevos mtodos de enseanza en que tanto el educador como el educando cooperen y no se enfrenten, como ha sido costumbre hasta el presente. Esta actitud de cooperacin y respeto mutuo entre profesor y alumno se hace indispensable para fomentar la solidaridad revolucionaria de clasg la identificacin de propsitos que conlleva Ia lucha contr:a el enemigo comn. Todo esto conduce a elaborar una ideo'loga de Ia liberacin popular que sea una contra-ideologa de Ia explotacin existente. Algunos maestros conocen ya las tcnicas de concientizacin 4eL oprimido. Algo as se est necesitando para la Iucha por la autonoma y la dignidad nacionales, rnediante la buena formacin ideolgica del alumnado y

A1 fomentar eI respeto por lo nacional, es nec+ sario hacer distinciones entre elementos tradicionales diversos. Hav tradiciones que no son dignas de apoyo. calg mencionar la politiquera bipaiti!.or ejemBlo, dista que ha dividido y ensangrentdo ai pas, al iiempo que sus personeros lo han venido explotando por turnos y creando la miseria que nos ahga. Deteer
31

tro

ror los nuevos intentos de sectarismo ni del "progre. sismo" de pacotilla que hablarn para engaar a ingenuos, es misin orientadora del maestro. 4. La indqrendencia de criterio-. Es alentador cons tatar cmo los maestros van pensando ms independiente y creadoramente que en el pasado. Esto lei ha exigido trabajar, estudiar e investigar con ms disciplina y fervor que antes, innovando y renovando las ideas, los marcos, los progranlas, los libros de texto, para ir reflejando con rnayor fidelidad nuestras realidades e ir preparando a los alumnos, a los padres de familia y a toda la sociedad a tomar su lugar en la lucha revolucionaria a que la presente crisis invita. Usar la cabeza, formar criterios propios sin dejarse guiar sin raz6n, independizarse cultural, social y polticamente, son tareas indispensables para seguir ponindose a la altura de las circunstancias. Al mantener ese ritmo, las lneas mencionadas vendran a dar como resultado una serie de hechos importantsirnos para el presente y eI futuro de nuespas.*

esa poltica es urgeneia nacional. No dejarse engaar

explotacidn y dominaci-h existentes y las contradleoioles de nesha sociedad. Es urgente que veamos con nuevos ojos y creciente inquietud las realidades -u *ir"f .a hambre qu se experimentan n un pas tan rico y lleno de recqrsos, por Ia forma eomo esai riquezas se han distribudo y como se han monopolizad. Desenmascarar esas situaciones, -denunciar isos abusos, rebuscar las injusticias para demolerlas, es todo un programa de accin para los maestros y la comunidad, asl corno para los cientficos sociales en
especial.

el consumo y el desperdicio de clases privilegiadas. Difcilmente podramos seguir absorbieniio esa-tcnica extraa para llegar a hacer competencia, en ese campo, a los pases imperialistas. Nuestra va parece ser eI dearrollo de la tcnica que surge de nuestras propias condiciones geogrficas y hurnanas, Ia ciencia del trpico y de los tropicaleq donde se halla toda una verdadera frontera cientfica Pero esto no es suficiente. Esa ciencia y tcnica nuevas, adaptadas a nuestras necesidades y aspiraciones, deberan tambin r''evelar los mecanismos de la
*
Esta parte final se basa en mi confeencia dictada en el Planetario de Bogot, titulada: "El problema de la autonoma cultural y cientfica en Colombia" y publieada. en la R.esta

eseala del pueblo y para su servicio, pensando en sus necesidades y urgencias, y reduciendo el impacto de la ciencia costosa que hemos importado de los pases dominantes, la misma que se invent all para inducir

Por una parte, se puede crear una ciencia propia a

no mista, nimados por una misma corlciencia de clase popular,'gentes que se han c-o;mPrometido con el esiurzo ievolucionario que todo ello requiere. Las -tareas necesarias conllevn una serie de actitudes dis' tiri"* y ura tica nuwa que nos alejen de La mentadad apitalista y egosta que nos- ha llevado a los caile;'orr"i sin salia que h91 experimentamos. Cabra entoces pensar en razn del servicio-gue -se preqla y de los idales por los que se lucha. Hay imperativos en la vida que no puedn ignorarse, euando-se quiere llegar a eonstitur una socidad-digna y prspera como a la que aspira eI pueblo colombiano. Los m,aestros, como grupo de presin- organ-izado, pueden seguir sindo elemento irnportantsimo dentro e ese prJceso de conciencia, para alcanzar las metas de redencin social del pueblo del que son sus personeros y guas. Dedicarse a esa lucha, responder a e-ste llamacio,-es la rnisin concreta del momento, que llo' var ,a rornper los lazos de dependencia que nos un-en a los paseiexplotadores y a destr'ur las bases locales de suitentaci de los grupos ollgrquicos e-ntreguistas que, para poder sobrevivir, han c_omereiado con el y to han vacilado en sacrificarlo, pr"blo'v su sarifici se haya traducido en el bienesiin que-este "iqreza tar verdadero de las grandes mayoras.

Es,ta tarea de dignificacin y justificacin liberadora de la enseanz es la natural consecuencia de maestro,s y alumnos formados dentro del mar'co auto-

'ECO,
32

126, diciembre de 1970.

33

Lecturas complementarias
Alejandro Bernal, A. Benoi! B. Corredor e cin en Colombia. Bogot, 1g65.
Gonzalo Catao,

"Wust.

La

educa-

Elvia Caro y Fidel ral en Boyac. Tunja, 1g?1.

Saliazar,

La educacin u-

Guillermo Hernndez de Atba. Aspectos de la cultura en Colombia. Bogot, 1947.


I

,'l

Louis J. Lehret. Estudio sobre las condiciones del desarrollo


olonbia. Bogoh4, 1958.

de

Luis E. Nieto Arteta. Econornja y cultura en la historia


Colombia. Bogot, 1g41.
X.9?0.

de

Germn

got,

W, Rama, El sisterna universitario en Colombia. Bo_

Prejuicios ideolgicos que


bloqueaR el proceso educativo
Gonzalo Castillo Crdenas

ir,l
t,it'il
,li' I iti
"
rt

i"

La historia de Colombia es la historia de un proceso de sslenizacin iniciado en el siglo XVI y que contina hoy. Primero Espaa, Iuego Erancia, fnghte rra, Alemania y por ltimo los Estados Unidos han sido a su turno los centros mundiales de poder econG mico, poltico y militar que han determinado el curso particular de este proceso, i,mpelidos ellos mismos por necesidades internas de su propio desarrollo. Cada etapa de expansin ha generldo tambin su propio pioceso ideolgico, es decir una serie de "verdades", de creencias, de mitos, de doctrinas, de representaciones mentales, inclusive de folclor, inducidas'desde el exterior o desprendidas naturalmene de situaciones y relaciones de hecho, impuestas por las diversas poideolgico acompaEse proceso ldeologBco colonialistas. $se tencias colonialisas. le' ante ha tenido por finalidad expliear, justificar y le. .o XVI, y el"desarrollo gitimar Ia Conquista del siglo di!uposterior orrsterior de Ia la clonizacin. colonizacin. En la formulaciin Ia eduiin de esta ideologa Ia religin y la lglesia, -y
35

También podría gustarte