n dic E

Dedicatoria Introduccin .................................................................................. Prlogo ...........................................................................................

7 11 17 34 50 78 128

Captulo 1.
As ha dicho el Seor ...................................................................

Captulo 2.
Las metforas profticas del sacrificio de Cristo ......................

Captulo 3.
Desde Betania hasta el Aposento Alto .......................................

Captulo 4.
El gran discurso preparatorio y la oracin sacerdotal ..............

Captulo 5.
Getseman .....................................................................................

Captulo 6.
Juicios nocturnos y primeros vituperios fsicos ......................... 152

Captulo 7.
El amanecer del Da Final ........................................................

178 232 277

Captulo 8.
Crucificado por nuestros pecados ..............................................

Captulo 9.
Sepultura, resurreccin y ascensin de Cristo ..........................

Captulo 10.
Significacin divina de la pasin del Cordero inmolado ............ 306 Conclusin ..................................................................................... 328 Bibliografa ..................................................................................... 331

De dic ator i A
Dedico esta obra primeramente a Dios, de quien son todas las cosas y por quien todas las cosas subsisten, de quien desciende toda buena ddiva y todo don perfecto, en quien vivimos y nos movemos y somos. Que este material glorifique al nico y sabio Dios, nuestro Salvador! Tambin dedico este libro a mis queridos padres, el Rev. Pedro Manuel Rodrguez Marzo, y Nelda Luz Matos Matos, ministros evanglicos con ms de 40 aos de labor ininterrumpida como pastores en Cuba. Ellos son merecedores de un honor tan alto como las palabras no lo puedan quizs expresar. El ejemplo de sus vidas entregadas en manera tan ferviente a Cristo, las enseanzas divinas que me dieron desde mi ms temprana edad, y la accin amorosa de la disciplina administrada segn los preceptos sagrados, son algunos de los ingredientes ms importantes tanto en la formacin de mi vida cristiana como en el perfeccionamiento ministerial correspondiente al llamado que el Seor me ha hecho. A mis seis hermanos, Lus Manuel, Ezequas, Sal, Oniria, Moiss e Isaas, regalos de Dios para mi vida, cada uno de los cuales desarrolla un ministerio eficaz para el reino de Dios. Todos ellos fueron animadores y colaboradores de la obra que el lector tiene en sus manos.

Lo brindo tambin como un regalo a mi querida esposa, Anna Ruth, sierva fiel del Seor Jesucristo, obrera incansable en su ministerio a la niez, quien estuvo siempre dispuesta a animarme durante los dos aos que dur el escribir el material original. Lo ofrezco igualmente a mis hijos amados, Jahaziel Enoc y Eunice, dos olivos alrededor de mi mesa, alegra de nuestro hogar, e instrumentos de honra en las manos del Seor. Ellos han comprendido el tiempo que su pap hubo de dedicar a la realizacin de este proyecto. Deseo que este libro les haga conocer mucho ms al Mesas de Dios, nuestro Seor Jesucristo. Lo entrego, por ltimo, a todos los siervos y siervas de Dios alrededor del mundo hispano hablante, quienes merecen tener un documento que revele en una manera clara, los padecimientos de nuestro Salvador y el significado expiatorio de los mismos. Que El Cordero Inmolado se constituya en una fuente de inspiracin para acercarnos ms cada da a aquel que nos dio la Vida!

I n t roduc c iN
Los acontecimientos de la ltima semana de pasin de Jess, han sido llamados la herencia ms preciosa de la fe cristiana, aunque valoramos mucho los dems sucesos de la vida y el ministerio de nuestro Seor. Esta fue una semana de intensa actividad, de tristeza, de trgicos sufrimientos y de amargo desprecio. A la vez, de singulares triunfos e impactantes victorias. Los Evangelios dedican un gran espacio a contarnos estos sucesos relevantes. El de Marcos, por solo mencionar un ejemplo, dedica una tercera parte de sus escritos a lo acaecido desde la entrada triunfal a Jerusaln, a la ascensin del Seor. Cimiento de ello fue la coincidencia entre los escritores de estos primeros libros neo testamentarios, al reconocer que la obra suprema de Jess fue entregar su vida en rescate por nosotros. Por otra parte, aunque no escondieron los acontecimientos principales de esa noche dolorosa, s se limitaron en la descripcin de ellos, pues no era el propsito diluir el mensaje principal de la cruz con un informe sensacionalista o emocionalmente conmovedor. Adems, no estaban divinamente autorizados para retratarnos todo lo ttrico de cada escena en particular. Solo deseaban entregarnos el mensaje esencial de que ... siendo an pecadores, Cristo muri por nosotros (Ro. 5:8). En los once captulos que conforman esta obra, se tratan algunos de los detalles en las horas ms cruentas del Salvador. Comenzamos en el mbito proftico de sus padecimientos, luego nos adentramos en los

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sucesos histricos alusivos al carcter redentor del Cordero y concluimos con el significado espiritual de su muerte, resurreccin y ascensin. As como los escritores bblicos, no pretendemos enfatizar los padecimientos fsicos de Cristo, sino enfocarnos en la realidad interna, espiritual y el triunfo final que esos sufrimientos entraan. El objetivo nuestro es el mensaje redentor de la cruz, de modo que contemplaremos a Aquel que ... aunque fue crucificado en debilidad, vive por el poder de Dios (2. Co. 13:4). Hemos preferido transcribir las citas principales directamente de la Biblia. El propsito ha sido doble, facilitar la comprensin del material y que el lector pueda disfrutar de los indescifrables beneficios de la palabra de Dios. En esta obra miraremos de cerca al Cordero que fue inmolado, tal como lo relatan los Evangelios. Especialmente los momentos en los que Cristo se dispuso a desempear la misin de Cordero expiatorio, luego de haber cumplido la de profeta en su ministerio pblico. Le seguiremos a travs del sangriento camino que comienza en el huerto de Getseman y termina en la cruz, donde exclama con victoria: Consumado es. Luego observaremos su posterior victoria sobre la muerte, y su ascensin al cielo como nuestro redentor. He aqu el gran misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, Justificado en el Espritu, Visto de los ngeles, Predicado a los gentiles, Credo en el mundo, Recibido arriba en gloria (1 Ti. 3:16) Verdaderamente, Jess de Nazaret es Dios y el genuino Cordero destinado desde antes de la fundacin del mundo para nuestra salvacin

I n t ro d u cci n

eterna. Su obra en la cruz saci las demandas de la justicia divina por nuestros pecados. l es ... el autor y consumador de nuestra fe, el cual por el gozo puesto delante de l sufri la cruz, menospreciando el oprobio, y se sent a la diestra del trono de Dios (Heb. 12:2). Al elaborar este material oramos para que los lectores sean impregnados de un amor ferviente hacia Aquel que nos dio su propia vida. Los acontecimientos sucedieron durante la segunda y tercera semanas de abril de aquel ao. Jess lleg a Betania, que estaba en las afueras de Jerusaln, el viernes 10 de abril, y permaneci all hasta el domingo 12, cuando por la maana fue a Jerusaln para hacer su entrada triunfal. El domingo por la noche y todas las noches hasta el mircoles volvi a Betania para pernoctar. El jueves 16 de abril fue a la gran ciudad por ltima vez. El jueves por la tarde y durante la noche, as como el viernes por la maana, tom la comida de Pascua con sus discpulos; instituy la cena del Seor; hizo un largo discurso de despedida a sus discpulos; fue al huerto de Getseman donde fue arrestado y soport una serie de fatigosas pruebas hasta despus del amanecer del viernes 17 de abril. Le crucificaron el viernes y le pusieron en un sepulcro cuando ya las tinieblas se cernan sobre la ciudad. Permaneci en la tumba el sbado y, por la maana del domingo da 19, resucit de los muertos y apareci en distintas ocasiones a los creyentes. Su ascensin tuvo lugar cuarenta das ms tarde. Si seguimos a Jess, en esta trgica semana y de una experiencia a otra, nos impresionar su compostura, dignidad y dominio de s mismo. La grandeza de su carcter permanece ante la pobre y vergonzosa forma de proceder de aquellos que le hicieron prisionero y le crucificaron. El cristianismo no

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tiene otra posesin ms preciosa que la memoria de Jess durante la semana en la cual l estuvo cara a cara con la muerte. Inefablemente grande como l lo fue siempre, puede decirse reverentemente, que nunca fue tan grande como durante esos das de la ms horrenda calamidad. Todo lo que tena de ms sublime y de ms tierno, los aspectos humanos y divinos de su carcter, fueron manifestados como nunca lo haban sido antes. l lleg a Jerusaln con un pleno conocimiento de que su muerte se acercaba. . . Lo que se haba esperado por mucho tiempo, lleg a su fin. Saba que era la voluntad de su Padre y, cuando lleg la hora, dirigi sus pasos con sublime valor, al lugar fatal. Pero no fue sin un terrible conflicto de sentimientos, flujo y reflujo de las ms diversas emociones, angustia y xtasis. El ms prolongado y abrumador abatimiento, el ms triunfante gozo y la ms majestuosa paz iban y venan dentro de l como los movimientos de un vasto ocano.

David Smith

P rl og O
An est presente en mi mente el momento cuando conversando con el hermano pastor Eliseo Rodrguez Matos, me manifest el impacto recibido con la crudeza de las escenas que en torno a los sufrimientos de Cristo se ven en la pelcula La Pasin de Mel Gibson. Recuerdo que en aquel entonces me dijo que haba comenzado a buscar en las Escrituras para ver si realmente aquello haba sucedido as. Creo que en su pensamiento no estaba que esa inquietud finalizara con un proyecto ms profundo. El resultado de esa pesquisa, es el libro que el lector tiene hoy en sus manos, y que constituye para m un honor inmerecido y una alta responsabilidad prologar. Comienza la obra con una necesaria introduccin donde se declaran los propsitos del autor y seguidamente, en el primer captulo, despus de darnos tres elementos bsicos para la correcta comprensin de las profecas, el autor se dirige a lo que se ha llamado el protoevangelio Gn. 3:15, la promesa de la restauracin de la humanidad, que haba acabado de caer, y la primera cita acerca del ministerio y los sufrimientos del Mesas, que estn detrs de la expresin, y t le herirs en el calcaar. Para despus llevarnos en un recorrido a travs del libro de los Salmos, y las profecas de Isaas, Daniel, Zacaras en el Antiguo Testamento y ya en el Nuevo Testamento, las palabras de Caifs, el Sumo Sacerdote en tiempo de Jess, as como el testimonio de S mismo sobre Sus sufrimientos y Su muerte. Nos vuelve entonces, en el captulo

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dos, al principio, al Gnesis; y desde all, nos toma de la mano y nos hace recorrer toda la Escritura, para a travs de figuras, metforas, y al decir de Scofield tipos, poder escuchar la voz de Dios anuncindonos la venida de su Hijo; de Pedro escucharamos: un Cordero sin mancha ni contaminacin, ya destinado desde antes de la fundacin del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros (I P. 1: 19-20). En este nos deja claro que el cumplimiento de tantas predicciones, con absoluta exactitud, no puede dar lugar a la duda, en cuanto a Su verdadera identidad. El Mesas prometido. Desde Betania hasta el aposento alto es no slo una explicacin de los hechos ocurridos desde su llegada a casa de Marta, Mara y Lzaro, su ungimiento por Mara, y lo concerniente a la institucin de la Santa Cena; sino que es adems una revelacin de varias facetas del carcter de nuestro Seor y su conviccin y disposicin de llevar a cabo la obra para la cual haba venido a este mundo. Un nuevo mandamiento, predicciones, palabras de consuelo, seguridad y aliento, exhortacin a permanecer en l, el anuncio de la venida del Espritu Santo de Dios y Su labor en aquellos que no le conocen, y en los que le conocemos; el anuncio de su partida, la alegra del mundo en contraste con la tristeza de sus discpulos, que se convertira posteriormente en gozo, y la oracin sacerdotal del captulo 17 de Juan, son algunos de los elementos que podemos encontrar en el captulo cuatro. El canto del himno fue el preludio a los sufrimientos de Getseman, escenario de la gran lucha del Seor, que habra de concluir en la cruz. En el captulo cinco el autor nos recuerda la derrota de Adn en un huerto, en contraste con la victoria de Cristo en otro lugar semejante; y la importancia de la oracin. Cierra el captulo con el arresto de Jess y la huida de los discpulos, para continuar, en el seis, con los juicios nocturnos y los vituperios fsicos; de manera que se nos refiere lo corrompido que estaba el sacerdocio en tiempos del Mesas. Esto nos

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hace recordar a nosotros, Sacerdotes del Dios Altsimo (I P.2:9; Ap.1:6; 5:10), la exhortacin del Apstol en I P. 2:5 a ser edificados como casa espiritual y sacerdocio santo para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. (nfasis mo). En el captulo siete el hermano Eliseo nos sita en el contexto sociopoltico de la poca y cmo, los aspectos positivos y negativos de la sociedad y el sistema reinante, contribuyeron favorablemente a la aceptacin, por aquellos que lo hicieron; y propagacin, ms tarde, de las Buenas Nuevas de Salvacin. De ah se nos traslada a las tres primeras horas de sufrimiento de nuestro Seor, con un conocimiento previo, que nos permite comprender mucho mejor, lo que los evangelistas nos relatan acerca de estos momentos iniciales del da final. En el siguiente captulo encontramos la crucifixin, quedando demostrado por el autor, cmo la cruz fue el carro de triunfo sobre el cual se pase nuestro Seor victorioso y al decir de Col. 2: 11-15 anul el acta de los decretos que haba contra nosotros, que nos era contraria, despoj a los principados y potestades, los exhibi pblicamente y nos dio vida juntamente con l. En el captulo nueve el lector podr encontrar detalles acerca de la sepultura, resurreccin y las apariciones del Cristo resucitado a diferentes personas, hasta el momento de su ascensin. Una vez ms el hermano Eliseo va a los detalles relacionados con las costumbres, normas y leyes de la poca y los correlaciona con los hechos que acerca de ello, los diferentes evangelistas nos narran, amplindonos el conocimiento y la comprensin de los evangelios que tocaron este tema, especialmente lo concerniente a su resurreccin por la importancia que este hecho tiene para todos los que hemos credo: l resucit para nuestra justificacin Ro. 4:25 y si no resucit vana es nuestra fe, vana es nuestra predicacin y somos falsos testigos de Dios. (I Co. 15:14-15) Aunque no esperaban su resurreccin, Jesucristo resucit conforme a las Escrituras. El captulo 10 es una advertencia, no slo para

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los que rechazan la salvacin tan grande que se encuentra en Cristo, si no, y sobre todo, para que tengamos cuidado en cuanto a nuestras declaraciones y obras, pues se siega lo que se siembra. Es un llamado a ser prudentes y cuidadosos. Pero encontramos tambin, al final, una luz de esperanza, que brota del corazn misericordioso de nuestro Dios, quien ha comprometido Su Palabra con los suyos, y espera del hombre humildad de corazn, arrepentimiento, y que vuelva su rostro a l, para as extender su perdn y hacer manifiesto su amor para con las criaturas que Dios mismo, con sus propias manos cre, ensucindolas con el polvo de la tierra. Once puntos se tocan en el captulo once, donde se expone la significacin divina de la pasin del Cordero que fue inmolado, para concluir con un llamado a todos los cristianos. Llamado que brota del mismo corazn de Dios, y que pasando por la mente y la pluma del hermano y pastor Eliseo Rodrguez Matos, slo puede tener una respuesta: Aqu estoy Seor, dispuesto para hacer Tu voluntad. El Cordero Inmolado ser sin duda, de gran ayuda para los que tienen la responsabilidad de ensear a las congregaciones, sean maestros, pastores o laicos, pues facilitar, no slo el estudio del tema, sino tambin la comprensin del mismo. Pienso resultar muy beneficioso para los que estudian las Sagradas Escrituras, sean seminaristas que se preparan para el Santo ministerio, o sencillamente cristianos; an los que se inician, para quienes le ser mucho ms fcil, al leer la Palabra y especficamente los Evangelios, comprender los temas relacionados con la pasin de nuestro Seor Jesucristo; el por qu, el cmo y la trascendencia que ello tiene para cada uno de los que hemos credo que Jess es el Cristo, el Hijo de Dios, el Cordero inmolado por nuestros pecados. Pero pienso, an ms, que algn lector, que an no ha tenido una experiencia con Cristo, pueda al leer estas pginas, donde abundan citas de la Palabra de Dios, y por la obra del Espritu Santo, ser con-

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vencido de pecado de justicia y de juicio, y su corazn ser movido a reconocer que los sufrimientos de Cristo y su muerte fue para darle vida, como dice el profeta Isaas: Ciertamente llev l nuestras enfermedades, y sufri nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Ms l herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre l, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como oveja cada cual se apart por su camino; mas Jehov carg en l el pecado de todos nosotros. Angustiado l y afligido no abri su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeci, y no abri su boca (Is. 53:4-7). El Cordero no fue inmolado por la justicia o injusticia de los hombres, sino para que por la fe en l toda persona pueda alcanzar la vida eterna; Porque de tal manera am Dios al mundo, que ha dado a su Hijo Unignito, para que todo aquel que en l cree, no se pierda, ms tenga vida eterna (Jn. 3:16).. Por ltimo veo en este libro un llamado, en primer lugar a poner los ojos en Jess, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de l sufri la cruz, menospreciando el oprobio y se sent a la diestra de Dios (He. 12:2), y en segundo lugar a incorporarnos a la visin de Juan en Ap. 5:13. Y a todo lo creado que est en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, o decir: Al que est sentado en el trono y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos.

Dr. Juan Pablo Reyes Surez

As ha dicho el seoR
C A P TULO I. EL CUADRO PROFTICO DE LA OBRA EXPIATORIA DE CRISTO Los principios de interpretacin de las profecas bblicas constituyen el cimiento para comprender correctamente el tema proftico, para lo cual es necesario referir algunas de las caractersticas de las profecas: 1. Muchas veces las profecas no presentan los sucesos a los que se refieren, en un orden cronolgico. Ellas revelan lo que hay en la mente de Dios, y para l no hay pasado ni futuro. 2. Algunas veces las descripciones profticas pasan abruptamente de un acontecimiento cercano a otro ms lejano, y en ocasiones no indican con claridad que hay un gran lapsus de tiempo entre ambos. A esto llamamos perspectiva proftica. 3. Frecuentemente es necesario buscar los pasajes paralelos de un pasaje proftico y oscuro de la Biblia, para obtener ms luz sobre su interpretacin. No intentamos colocar aqu todas las profecas mesinicas, ni tampoco agotar todos los smbolos profticos respecto a la vida del Seor. Solo referimos aquellas que tienen relacin con su pasin. Existen otras formas en las que el Antiguo Testamento nos presenta al Mesas y sus dolores. Ello nos hace ver que estos libros no se limitan

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a un nmero exacto de referencias o pasajes particulares, sino que siguen cuatro vertientes teolgicas fundamentales: la histrica, la psicolgica, la tipolgica y la proftica. All encontramos ms de 300 profecas referentes al Mesas que fueron cumplidas en la persona de Jess. De ellas, veintinueve tratan especficamente sobre la traicin de que fue vctima, su muerte y sepultura. Estas, que fueron pronunciadas en diferentes oportunidades, por distintas voces, durante cinco siglos (1000 500 a. C.), fueron cumplidas literalmente en Jess en un perodo solo de 24 horas. De modo que toda la escritura antiguo testamentaria seala a Cristo en diversas maneras.
PRIMERA PROMESA DE REDENCIN

Y pondr enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; sta te herir en la cabeza, y t le herirs en el calcaar (Gn. 3:15).

UNA MIRADA AL LIBRO DE LOS SALMOS

SU CUERPO NO VER CORRUPCIN

A Jehov he puesto siempre delante de m; porque est a mi diestra, no ser conmovido. Se alegr por tanto mi corazn, y se goz mi alma; mi carne tambin reposar confiadamente; porque no dejars mi alma en el Seol, ni permitirs que tu santo vea corrupcin. Me mostrars la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre (Sal 16:8-11). Esta es una de las profecas ms preciosas, concerniente a la preservacin milagrosa del cuerpo de nuestro Seor en el sepulcro. El apstol Pedro la cit en su mensaje en el aposento alto el da de

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Pentecosts (Hch. 2:25-28). Estaba tan seguro de la relacin de esta prediccin con la victoria de su Cristo, que enfticamente dijo: Porque David dice de l (Cita entonces el Sal 16:8-11).
APASIONANTE DESCRIPCIN DEL DESAMPARADO

Dios mo, Dios mo, por qu me has desamparado? Por qu ests tan lejos de mi salvacin, y de las palabras de mi clamor?... Mas yo soy gusano, y no hombre; oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo. Todos los que me ven me escarnecen; estiran la boca, menean la cabeza, diciendo: Se encomend a Jehov; lbrele l; slvele, puesto que en l se complaca. No te alejes de m, porque la angustia est cerca; porque no hay quien ayude. Me han rodeado muchos toros; fuertes toros de Basn me han cercado. Abrieron sobre m su boca como len rapaz y rugiente. He sido derramado como aguas, y todos mis huesos se descoyuntaron; mi corazn fue como cera, derritindose en medio de mis entraas. Como un tiesto se sec mi vigor, y mi lengua se peg a mi paladar, y me has puesto en el polvo de la muerte. Porque perros me han rodeado; me ha cercado cuadrilla de malignos; horadaron mis manos y mis pies. Contar puedo todos mis huesos; Entre tanto, ellos me miran y me observan. Repartieron entre s mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes (Sal. 22). El acto de robarle a una persona sus posesiones, aun sus propios vestidos externos, es un gran insulto a la dignidad humana. Jess, el Mesas, sufrira esta experiencia horrible y humillante en la cruz (Mt. 27.35). Quedarse sin dinero y escasos de ropa en lugares pblicos, fue uno de los dolores que padecieron tantos judos durante la segunda guerra mundial. Esta experiencia la viven millones de desamparados dispersos por las calles del mundo. Sin embargo, es singular el hecho

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de que los profetas pudieran ver de antemano este sufrimiento en la persona de nuestro Salvador. En este Salmo hay varias profecas que se cumplieron en la muerte de Jess. Reflexionemos en cuatro de ellas: En los v. 7 y 8 se predicen las burlas de la plebe; expresiones que luego se escucharon de labios de los principales sacerdotes ante la cruz (Mt. 27:3644). El v. 16 especficamente, predice que las manos y los pies del Seor seran traspasados. Esto se cumpli en el mtodo que se utiliz para su muerte, la crucifixin (Vase Jn. 20.25). En el v. 18 se profetiza el echar suertes por la vestimenta de Jess, lo cual tuvo su cumplimiento en Jn. 19:23, 24. En el v. 1 est quizs, la declaracin ms significativa de todo el Salmo del cual Jess se hizo eco desde la cruz (Mt. 27.46). La palabra desamparado describe la soledad que percibe el Hijo del Hombre cuando le toca llevar sobre s el pecado del mundo. Jess carga con la sentencia de la humanidad, no slo la de la muerte, sino tambin la de la separacin de Dios. En ese momento experiment el dolor ms agudo de su carrera terrenal y estuvo dispuesto a sufrirlo por nosotros.
SE ENCOMIENDA A DIOS

En tu mano encomiendo mi espritu (Sal. 31:5).

ACUSADO POR FALSOS TESTIGOS

Se levantan testigos malvados; de lo que no s me preguntan (Sal. 35:11).

ABORRECIDO SIN CAUSA

No se alegren de m los que sin causa son mis enemigos, ni los que me aborrecen sin causa guien el ojo (Sal. 35:19).

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LOS AMIGOS PERMANECEN ALEJADOS

Mis amigos y mis compaeros se mantienen lejos de mi plaga, y mis cercanos se han alejado (Sal. 38:11).
TRAICIONADO POR UN AMIGO

Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan coma, alz contra m el calcaar (Sal. 41:9). El hombre de mi paz, tambin se puede traducir como mi amigo ntimo. Este versculo aparece en el Nuevo Testamento como una prediccin de la traicin de Judas (Jn. 13:18). Este haba pasado tres aos aprendiendo, caminando y comiendo con el Maestro (Mr. 3:1419). A l se le confi las finanzas del grupo. En este versculo David se est refiriendo a Ahitofel (2 S. 15:12; 17:23), cuya actitud se asemejaba en gran medida a la de Judas. l tambin era uno de los doce ntimos del rey David y de igual forma se sentaba a comer en la mesa del rey. Tanto Ahitofel como Judas hicieron traicin de sus soberanos, y ambos se quitaron la vida al ver fracasados sus planes de maldad.
MULTIPLICACIN DE LOS ENEMIGOS

Se han aumentado ms que los cabellos de mi cabeza los que me aborrecen sin causa (Sal. 69:4).
SED. PROBANDO HIEL Y VINAGRE

Me pusieron adems hiel por comida, y en mi sed me dieron a beber vinagre (Sal. 69:21)
JESUS ORARA POR SUS ADVERSARIOS

En pago de mi amor me han sido adversarios; Mas yo oraba (Sal. 109:4).

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OTRO TOMAR EL OFICIO DEL TRAIDOR

Cuando fuere juzgado, salga culpable; y su oracin sea para pecado. Sean sus das pocos; tome otro su oficio. Sean sus hijos hurfanos, y su mujer viuda (Sal. 109:7-9).
BURLADO POR LOS QUE PASABAN

Yo he sido para ellos objeto de oprobio; me miraban, y burlndose meneaban su cabeza (Sal. 109:25).
SE SENTAR A LA DIESTRA DE DIOS

Jehov dijo a mi Seor: Sintate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies (Sal. 110:1).
DESECHADO POR LOS HOMBRES

La piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser cabeza del ngulo (Sal. 118:22).

UNA MIRADA AL PROFETA ISAAS El nombre Isaas significa: Jehov es salvacin, o salvacin de Jehov. Este mismo significado proporciona el tema principal de su libro: La salvacin es del Seor. El trmino salvacin aparece veintisis veces en esta profeca y tan solo siete, en todos los dems profetas juntos. Ocho siglos a. C. Isaas se refiri de una forma prodigiosamente certera a los hechos de la crucifixin. Habl an del bendito propsito de la cruz, dndole carcter vicario a sus intensos sufrimientos.
HERIDO, MESADO, INJURIADO, ESCUPIDO

Di mi cuerpo a los heridores, y mis mejillas a los que me mesaban la barba; no escond mi rostro de injurias y de esputos (Is. 50:6).

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SU ROSTRO DESFIGURADO

Como se asombraron de ti muchos, de tal manera fue desfigurado de los hombres su parecer, y su hermosura ms que la de los hijos de los hombres (Is. 52:14). La versin popular lo expresa de esta manera: As como muchos se asombraron de l, al ver su semblante, tan desfigurado que haba perdido toda apariencia humana (Is. 52:14). El significado literal de este versculo es impactante: Su aspecto fue tan desfigurado en su forma humana, que su apariencia no era ya la de un hijo de hombre. Es decir, que como resultado del trato brutal a que fue sujeto, no tena ya forma humana (Mt. 26:67, 68; 27:27-30).
LA MS EXTENSA PROFECA DE LA PASIN DE CRISTO

Quien ha credo a nuestro anuncio? Y sobre quin se ha manifestado el brazo de Jehov? Subir cual renuevo delante de l, y como raz de tierra seca; no hay parecer en l, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos. Despreciado y desechado entre los hombres, varn de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de l el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. 4Ciertamente llev l nuestras enfermedades, y sufri nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas l herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros 5 pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre l, y por su llaga fuimos nosotros curados. 6Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apart por su camino; mas Jehov carg en l el pecado de todos nosotros. 7Angustiado l, y afligido, no abri su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeci, y no abri su boca. Por crcel y por juicio fue quitado; y su gene-

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racin, quin la contar? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelin de mi pueblo fue herido. Y se dispuso con los impos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engao en su boca. 10Con todo eso, Jehov quiso quebrantarlo, sujetndole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiacin por el pecado, ver linaje, vivir por largos das, y la voluntad de Jehov ser en su mano prosperada. 11Ver el fruto de la afliccin de su alma, y quedar satisfecho; por su conocimiento justificar mi siervo justo a muchos, y llevar las iniquidades de ellos. Por tanto, yo le dar parte con los grandes, y con los fuertes 12 repartir despojos; por cuanto derram su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo l llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores (Is. 53).

LAS PREDICCIONES DE DANIEL

TIEMPO EXACTO DE SU MUERTE

Y despus de las sesenta y dos semanas se quitar la vida al Mesas, mas no por s; y el pueblo de un prncipe que ha de venir destruir la ciudad y el santuario; y su fin ser con inundacin, y hasta el fin de la guerra durarn las devastaciones (Dn. 9:26).

UNA MIRADA AL PROFETA ZACARAS

ENTRANDO EN UN POLLINO A JERUSALN

Algrate mucho, hija de Sin; da voces de jbilo, hija de Jerusaln; he aqu tu rey vendr a ti, justo y salvador, humilde,

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y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna (Zac. 9:9). Aunque esta no es propiamente una prediccin de los padecimientos del Seor, su cumplimiento estuvo ligado con ellos. La entrada triunfal en Jerusaln, a la que aqu se alude, dio inicio a la semana de la pasin de Jess.
VENDIDO POR TREINTA PIEZAS DE PLATA

Y les dije: Si os parece bien, dadme mi salario; y si no, dejadlo. Y pesaron por mi salario treinta piezas de plata. 13Y me dijo Jehov: chalo al tesoro; hermoso precio con que me han apreciado! Y tom las treinta piezas de plata, y las ech en la casa de Jehov al tesoro (Zac. 11:12-13). Este pasaje parece sealar una realidad vivida en el tiempo del mismo profeta Zacaras. Posiblemente le menospreciaban como pastor. Es probable que fuera l mismo, a quien le pagaban treinta monedas de plata por su trabajo. Esto ocurre, cuando el profeta oye al Seor que le ordena ir al templo y echar estas piezas delante del alfarero que all ha de encontrar. La expresin hermoso precio parece ser una irona. A Jess tambin lo estimaron en muy poco, igual que al profeta que anuncia esta situacin. El fue vendido por la misma cantidad ridcula de dinero.
SU COSTADO TRASPASADO

y mirarn a m, a quien traspasaron... (Zac. 12:10).

SUS DISCPULOS SERAN DISPERSADOS

Levntate, oh espada, contra el pastor, y contra el hombre compaero mo, dice Jehov de los ejrcitos. Hiere al pastor, y sern dispersadas las ovejas (Zac. 13:7).

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UNA PROFECA DADA DURANTE SU MINISTERIO PBLICO En esta etapa, ya Jess de Nazaret se encontraba en este mundo. Su nacimiento de manera tan milagrosa, haba dado cumplimiento a una gama de profecas de tipo diferente a las que hemos tratado aqu. El Seor haba estado en su hogar terrenal en Nazaret, junto a su madre Mara y a Jos, por unos treinta aos. Su ministerio se haba desarrollado a lo largo de unos tres aos y medio, en el cual tambin otros augurios profticos se haban cumplido en su persona. Cuando las palabras de Caifs tienen lugar, estaba acercndose la hora en la que iba a experimentar su peor quebranto.
LA PROFECA DE CAIFS

Entonces Caifs, uno de ellos, sumo sacerdote aquel ao, les dijo: Vosotros no sabis nada; 50ni pensis que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nacin perezca. 51Esto no lo dijo por s mismo, sino que como era el sumo sacerdote aquel ao, profetiz que Jess haba de morir por la nacin; 52y no solamente por la nacin, sino tambin para congregar en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos. 53As que, desde aquel da acordaron matarle (Jn. 11:49-53).

UNA MIRADA A LAS PROFECAS DE CRISTO SOBRE S MISMO Jess de Nazaret es el profeta anunciado por Moiss, y a quien el apstol Pedro identifica de la misma manera (Dt. 18:15; Hch. 3:22). Es el mismo que las gentes maravilladas por sus milagros, catalogaban

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como tal (Lc. 7:16). Jess personalmente admiti que lo era (Lc. 13:33). La mujer samaritana confes: Seor, me parece que t eres profeta (Jn. 4:19). Cuando le preguntaron al que haba sido ciego de nacimiento, qu deca del que le abri los ojos, l respondi: Que es profeta (Jn. 9:17). Los discpulos de Emas lo confirmaron delante del propio Seor resucitado (Lc. 24:19). Miremos estas claras declaraciones de Jess, y tambin nosotros quedaremos sorprendidos de su misin proftica en este mundo:
LA SEAL DE JONS

l respondi y les dijo: La generacin mala y adltera demanda seal; pero seal no le ser dada, sino la seal del profeta Jons. Porque como estuvo Jons en el vientre del gran pez tres das 40 y tres noches, as estar el Hijo del Hombre en el corazn de la tierra tres das y tres noches (Mt. 12:39-40).
LA FIGURA DEL TEMPLO DESTRUIDO

Y los judos respondieron y le dijeron: Qu seal nos muestras, ya que haces esto? 19Respondi Jess y les dijo: Destruid este templo, y en tres das lo levantar. 20Dijeron luego los judos: En cuarenta y seis aos fue edificado este templo, y t en tres das lo levantars? 21Mas l hablaba del templo de su cuerpo. Por tanto, cuando resucit de entre los muertos, sus discpulos 22 se acordaron que haba dicho esto; y creyeron la Escritura y la palabra que Jess haba dicho (Jn. 2:18-22).
COMPARADA SU CRUZ CON LA SERPIENTE LEVANTADA

Y como Moiss levant la serpiente en el desierto, as es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en l cree, no se pierda, mas tenga vida eterna (Jn. 3:14-15).

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DAR SU VIDA EN RESCATE POR MUCHOS

Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos (Mr. 10:45).
ENTREGAR SU CARNE POR LA VIDA DEL MUNDO

Yo soy el pan vivo que descendi del cielo; si alguno comiere de este pan, vivir para siempre; y el pan que yo dar es mi carne, la cual yo dar por la vida del mundo (Jn. 6:51).
PRIMERA ANUNCIACIN DETALLADA DE SU MUERTE Y RESURRECCIN

Desde entonces comenz Jess a declarar a sus discpulos que le era necesario ir a Jerusaln y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer da. Entonces Pedro, tomndolo aparte, comenz a reconvenirle, diciendo: Seor, ten compasin de ti; en ninguna manera esto te acontezca. Pero l, volvindose, dijo a Pedro: Qutate de delante de m, Satans! ; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres (Mt. 16:21-23). En otras ocasiones ya Jess les haba insinuado que morira (Jn. 2:19, Mt. 9:15, 12:40), pero esta era la primera vez que lo enseaba con toda claridad. La primera reaccin que observamos en Pedro fue la misma que en los dems discpulos, sus palabras, tal parecen provenan de este sentir: Ser posible que el Mesas va a morir humillado a manos de los lderes de Israel, en lugar de establecer un reino terrenal? No poda concebir al Hijo de Dios, si no era rodeado de gloria. La muerte del Seor, desde su perspectiva, significara la derrota. Esto le pareca incompatible con el carcter mesinico del Maestro. Pudiera haber pensado que su anuncio era una parbola con

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algn sentido misterioso. La gestin de Pedro para proteger a Jess de tales padecimientos, lo convertan en un inconsciente partidario del diablo. Al tratar de persuadir a Cristo para que no fuese a la cruz, estaba obrando como tentador. Aunque sus intenciones humanas eran buenas, estaba tratando de obligar a Jess a tomar su propio camino, en detrimento del camino trazado desde la eternidad. En la reprensin hecha a Pedro, el Seor le estaba queriendo decir a su discpulo que su lugar era detrs de l, no delante. Su obligacin consista en seguir al Maestro en el camino que l eligiera. Pedro no deba intentar conducir a Cristo por la senda que a l le pareciera mejor.
POR SEGUNDA VEZ ANUNCIA SU MUERTE Y RESURRECCIN

Habiendo salido de all, caminaron por Galilea; y no quera que nadie lo supiese. Porque enseaba a sus discpulos, y les deca: El Hijo del Hombre ser entregado en manos de hombres, y le matarn; pero despus de muerto, resucitar al tercer da. Pero ellos no entendan esta palabra, y tenan miedo de preguntarle (Mr. 9:30-32).
POR TERCERA OCASIN HABLA DE SU MUERTE Y RESURRECCIN

Subiendo Jess a Jerusaln, tom a sus doce discpulos aparte en el camino, y les dijo: He aqu subimos a Jerusaln, y el Hijo del Hombre ser entregado a los principales sacerdotes y a los escribas, y le condenarn a muerte; y le entregarn a los gentiles para que le escarnezcan, le azoten, y le crucifiquen; mas al tercer da resucitar (Mt. 20:17-19).
EN LA TRANSFIGURACIN

Seis das despus, Jess tom a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llev aparte a un monte alto; y se transfigur delante

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de ellos, y resplandeci su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz. Y he aqu les aparecieron Moiss y Elas, hablando con l . . . Cuando descendieron del monte, Jess les mand, diciendo: No digis a nadie la visin, hasta que el Hijo del Hombre resucite de los muertos. Entonces sus discpulos le preguntaron, diciendo: Por qu, pues, dicen los escribas que es necesario que Elas venga primero? Respondiendo Jess, les dijo: A la verdad, Elas viene primero, y restaurar todas las cosas. Mas os digo que Elas ya vino, y no le conocieron, sino que hicieron con l todo lo que quisieron; as tambin el Hijo del Hombre padecer de ellos (Mt. 17:1-3, 9-12). Marcos en su narracin de estos hechos cita las siguientes palabras de Cristo: Y cmo est escrito del Hijo del Hombre, que padezca mucho y sea tenido en nada? (9:12). El relato que hace Lucas de la transfiguracin, aade que Moiss y Elas estaban hablando ... de su partida, que iba Jess a cumplir en Jerusaln (9:28-36). Cuando Cristo llev a sus discpulos a las circunstancias en que confesaran creer que l era el Mesas (Mt. 16:13-17), los estaba comenzando a preparar para que pudieran soportar la sacudida de su crucifixin. A continuacin les dio el anuncio de su pasin y posterior resurreccin. Pocos das despus, la transfiguracin reforzara la fe de ellos en su divinidad. Era diseo divino que los discpulos pudiesen presenciar su gloria, antes que las sombras de la pasin del Seor les envolviera. Contemplar su majestad y or la divina voz del Padre, sirvieron para fortalecerles grandemente, no solo durante la pasin, sino tambin durante los das en que sufrieran persecucin.
SU MUERTE PROFETIZADA DOS DIAS ANTES DE LA PASCUA

Cuando hubo acabado Jess todas estas palabras, dijo a sus discpulos: 2Sabis que dentro de dos das se celebra la pas-

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cua, y el Hijo del Hombre ser entregado para ser crucificado (Mt. 26:1-2). Desde Mt. 26:1-46 se encuentra la idea de la preparacin, todo relacionado con la obra expiatoria de Cristo: 1. 2. 3. 4. 5. 6. Jess prepara a sus discpulos para lo que se avecina. Los enemigos del Seor preparan su asesinato. Mara, de Betania, prepara a Jess para su sepultura. Judas Iscariote prepara su traicin contra Jess. Los discpulos estn preparando la pascua. Jess prepara una conmemoracin de carcter perpetuo, la Santa Cena. 7. El propio Jess se prepara espiritualmente para su hora ms difcil.
RECUERDA QUE SER CONTADO CON LOS INICUOS

Unos momentos antes de entrar en el huerto de Getseman, Jess trae a la memoria de los discpulos la profeca de Isaas 53:12: Porque os digo que es necesario que se cumpla todava en m aquello que est escrito: Y fue contado con los inicuos... (Lc. 22:37). Estas profecas, pronunciadas en el aposento alto, junto al anuncio de la negacin de Pedro y la del abandono de todos sus discpulos, estn dentro de las predicciones ms cercanas a los acontecimientos de la pasin del Cordero de Dios. En solo unos momentos, la compuerta proftica sera quitada. Lo que haba reservado en el silencio las profecas divinas respecto a los sufrimientos vicarios del Mesas, sera levantado. De inmediato, el ro de la verdad comenzara a correr visiblemente hasta la oscura tumba donde Jos y Nicodemo sepultaran al Seor. Pero desde all se levantara victorioso al tercer da.

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ANUNCIA EL TIPO DE MUERTE QUE HA DE SUFRIR

Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraer a m mismo. 33Y deca esto dando a entender de qu muerte iba a morir (Jn. 12:32-33). El Seor advierte que ha de padecer un tipo de muerte en que lo van a alzar de la tierra. Esto supone la muerte de cruz en la que el reo era levantado en un madero.
LOS DISCPULOS SE ESCANDALIZARN DE L

Entonces Jess les dijo: Todos os escandalizaris de m esta noche; porque escrito est: Herir al pastor, y las ovejas sern dispersadas. 28Pero despus que haya resucitado, ir delante de vosotros a Galilea (Mr. 14:27-28). Escandalizarse es una transliteracin de un vocablo griego que hacia referencia al gatillo colocado en una trampa para cazar animales. Cuando el animal tocara el gatillo, caera en la trampa. El anuncio del Seor no dej posibilidad para que alguno se conservase en total lealtad: Todos os escandalizaris de m... (Mr. 14:27). Aunque todos dijeron que no le negaran (Mt. 26:35), finalmente todos le dejaron y huyeron (Mt. 26:56). Jess no dice quin hiere al pastor. Pero cuando estudiamos todo el contexto nos percatamos de que es Jehov quien ... carg en l, el pecado de todos nosotros. Fue el Padre quien ... quiso quebrantarlo, sujetndole a padecimiento. Era objetivo divino que pudiese llevar el pecado de muchos, y orar por los transgresores (Is. 53:6, 10, 12). En esta misma profeca se aade el detalle de su resurreccin. A la vez se hace referencia al lugar donde le podrn encontrar, una vez que hubiese triunfado sobre la muerte: ... ir delante de vosotros a Galilea (Mr. 14:28). Tal como el Seor lo predijo, as se cumpli. All

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se encontr con once de sus discpulos (Mt. 28:16), y ms tarde con siete de los mismos apstoles (Jn. 21:1-23).
LOS DISCPULOS ESPARCIDOS, DEJNDOLE SOLO

He aqu la hora viene, y ha venido ya, en que seris esparcidos cada uno por su lado, y me dejaris solo; mas no estoy solo, porque el Padre est conmigo (Jn. 16:32).
UN AY PARA EL QUE ENTREGA A JESS

A la verdad el Hijo del Hombre va, segn est escrito de l, mas ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido (Mt. 26:24).

Desde el Monte de los Olivos, Jesusaln.