Metafísica e Ideología
Metafísica e Ideología
Metafísica e Ideología
El artculo es el esbozo de un trabajo por realizar 1, se presenta al modo de hiptesis. Es una inquietud por trabajar, surgida del contraste entre una metafsica que pretende ser tal atemporalmente y el reconocimiento de la historicidad y relatividad del conocimiento; relatividad e historicidad que no pueden llevar a un puro relativismo e historicismo, pues en tal caso, ellas en cuanto tales seran desconocidas. Se entrev que el pensar no es puro juego de manipulacin de elementos ideolgicos, sino un quehacer profundo y modesto por el que desde un mbito crticamente reconocido se plantean las cuestiones fundamentales, haciendo que el ser diga su palabra en el tejido de la constructividad de nuestra subjetividad.
1 Es bastante comn la afirmacin de que el hombre en el "uso natural" de su inteligencia se abre al ser pensando monsticamente; la historia parecera atestiguarlo. Los griegos se abrieron al conocimiento de los entes, pensados stos en la inmanencia de un fundamento del que fueran manifestaciones o emergencias. La religiosidad en general, se mueve en un mbito en el que la Divinidad no trasciende la inmanencia del ser; en la que habiendo una jerarqua interna al mismo las fuerzas superiores son las que expresan claramente lo divino2. El pensar filosfico surge a partir del "Ethos" propio de un pueblo, en la pretensin del paso del mito a la epistme; pero sin que sea posible pensar que la expresin terica est desvinculada del "mundo" a partir del cual se habla y conforme al cual se especula. Si atendemos a la historia de la cultura, nos encontramos con que el ser no es pensado monsticamente en presencia de las llamadas "grandes religiones reveladas", judasmo, cristianismo o islamismo.
1
El Trabajo proyectado qued slo en un esbozo por razones de viabilidad (Nota de 2009) Esto no acontece, por supuesto, en la concepcin central de las religiones "reveladas": judasmo, cristianismo e islamismo, aunque s en algunas -o muchas- de sus expresiones
En la historia occidental, el cristianismo, al hacerse presente efectivamente en la conciencia de los hombres, hace que stos piensen a los entes como creaturas, dependientes absolutamente de un fundamento absoluto que les es trascendente: Dios. La presencia de la Fe hace que los entes sean vistos en una comunidad, procedente de un fundamento trascendente. La trascendencia es la que desacraliza o desdiviniza el orden entitativo concebido creaturalmente; orden en el que los individuos poseen entre si un mayor desligamiento, pudiendo en el caso del hombre revestir el carcter de personas substantivamente, ejerciendo una historia por la direccin lineal y no ya cclica que les est posibilitada. Ya que no se da la mera presencia de lo mismo que es el ser inmanente, sino una apertura hacia lo novedoso, puesta por una escatologa trascendente. Pero "muerto Dios" en la conciencia del "mundo" occidental; no siendo ya la Fe algo operativamente vigente, adviene nuevamente en la modernidad una comprensin monista del ser3; concepcin monista manifestada con claridad no slo en Spinoza, sino preferentemente en el idealismo alemn, en la metafsica de la voluntad de poder, en la pretensin al menos expresada -tal vez no real en lo concreto del materialismo dialctico, etc. Dios, que pudo plantearse como problema en la modernidad, hoy es visto por la mayora como una cuestin intil; ello a partir de la autosatisfaccin del mundo que nos es dado y por el que nos preguntamos inmanentemente. Parece decirnos la historia que la "razn" naturalmente piensa al ser desde la inmanencia, de suerte que si se da una comprensin de otro tipo ello se debe a un factor totalmente extrao a la razn en su uso natural; ello se debe a la irrupcin de lo "sobrenatural", de algo distinto al ser lo cual es decir de la Nada. 2 La conclusin que puede sacarse es fcil; la inteligencia piensa monsticamente al ser, porque los entes se dan en la inmanencia. La razn piensa monsticamente porque lo real -a lo que se abre el conocimientopresenta en su multiplicidad un fundamento inmanente. Frente a ello, todo pensar trascendente es extrao y espreo; debe ser rechazado por ser
3
impuesto algica y anticientficamente. Dios "procedencia teolgica" perturba la comprensin del ser, o mejor, la comprensin desde el ser. Cabe recordar todo aquello que necesariamente acompaa al inmanentismo, cuando se explicitan sus caractersticas. La realidad pese a las diferenciaciones, es una. Ella es en el fondo siempre lo mismo, pues no podra ser de otra suerte. Por ser siempre lo mismo, pese a las variaciones y cambios que se dan en su seno, no da estrictamente cabida para lo novedoso o nuevo. Considerando el ser en su omnitud, lo lgico es pensar en las reiteraciones de algo que a la larga vuelve sobre s mismo. Por ms amplios y extensos que se quieran pensar a los ciclos, el ser al moverse en su inmanencia no puede en sus movimientos hacerse presente sino lo que es: mismidad. Es claro el carcter cclico que reviste el tiempo, quien no es sino -en el decir de Platn-la imagen mvil de la eternidad. No llama la atencin por ello que con la advertencia que Nietzche hiciera de la "muerte de Dios" se escucha hablar nuevamente del "eterno retorno". Ello ha de ser as ya que no puede pensarse en una escatologa que termine anclando trascendiendo la onticidad a la que le es inmanente la ontologicidad. A su vez en el seno de lo real -en su mismidad- los entes no pueden estar dotados de estricta singularidad, o conseguirla, ya que son en el fondo manifestaciones o emergencias de lo mismo. La historia y la libertad no pueden proceder y corresponder a los hombres, sino al todo. En el seno de ste rige la necesidad. Todo lo inmanente a lo mismo, al todo, goza de las caractersticas del mismo; absolutez, carcter divino. La historia como tarea o quehacer de los hombres, que se hacen en ella -con iniciativas que no son sino pura ficcin o astucia del todo- no puede en sus lmites ser iniciativa de los mismos. Lo novedoso est excluido; pues la mismidad presente a s misma en el fondo no presenta novedad. Ahora bien, cabe preguntarnos: No ser que hemos simplificado demasiado la interpretacin de la pretendida naturalidad de la razn? No ser que refugiados en la omniabarcacin de la razn en su pretendida relacin al ser, consideremos que necesariamente toda trascendencia con respecto al monismo, procede de un factor extrao al conocimiento natural del hombre? Hay una confusin; reside en la identificacin sin ms entre filosofa (y uso natural de la razn) y helenismo, de quien seran repeticiones los monismos 3
modernos; e identificacin entre religin "revelada" y toda aquella comprensin que se da -por ejemplo- a partir originalmente de la Biblia. Olvidando que el especular griego surge a partir de los mitos griegos y de la experiencia del ser -esteparia-indoeuropea; y que la especulacin cristiana surge a partir de los mitos judos y de la experiencia del ser-de-desiertos-de los semitas. La especulacin o filosofa, es intento de explicacin global a partir de experiencias naturales, expresadas originariamente en mitos; expresiones que corresponden al "mundo" en el que se encuentra inserto quien especula. Es necesario olvidarnos de la pretendida sobrenaturalidad de la experiencia judeocristiana y realizar con respecto a ella como fenmeno cultural, una tarea de desmitificacin. Tal vez en esta tarea de desmitizacin la concepcin trascendente no necesariamente deba atribuirse a un factor extrao y ajeno a la razn natural. En la experiencia semita la atencin est centrada no en el contorno csmicoinhspito-sino en el otro. La contraposicin con el otro descubriendo un yo-tu establece otra comprensin del ser, que la dada en los griegos; en los semitas, ante el otro, el sentido que preferentemente interesa es el or, de all la importancia dada a la Palabra, en los indoeuropeos, vueltos al entorno, el sentido que interesa en la vista ver es sinnimo de conocer-el ser es lo visto. Pero en toda esta cuestin se est olvidando un hecho, que hace que el planteo pese a suponer "mundo" y "mito" se d en un mbito metafsico "puro"; como si pudiera darse ste, en formulaciones que valieran ms all de la relatividad que les es impuesta por la historicidad y socialidad de todo aquel que piensa y habla. El hombre como ser social e histrico no puede obrar y pensar al margen de su condicin; habla desde una situacin y un "donde" posibilitante que hacen que sus formulaciones sean siempre relativas. Pero esta relatividad implica necesariamente un relativismo, que siendo en el fondo un agnosticismo escptico, es una doctrina implcita de consolidacin de un statuo-quo? Se cae necesariamente en el "dogmatismo o en el "escepticismo" sino se toma conciencia de la relatividad impuesta por el "mundo", y tomndose conciencia de se no se descubre la raz por la cual surge dicha relatividad tendiente a expresarse "ideolgicamente", es decir implicando "mitos",pese a que stos se desconozcan en cuanto tales en su progresivo refinamiento. 4
No puede el hombre pensar sino desde su ser histrico-social; al hablar, pese a su originalidad es expresin de un "mundo cultural" que le es ineludible. Pero la acriticidad del habla, surgida de la pretendida "naturalidad" del "mundo" hace que las teorizaciones sean ideologas que en el fondo justifican y tratan de afianzar la identidad y mismidad del "mundo" al que se pertenece. Las especulaciones por ello, en tanto que puras especulaciones son expresin de un statuo-quo; y pretendern una posterior practicidad para consolidar, o renovar a aquel. En este sentido, el escepticismo y el relativismo son ideologas: la asepsia "metafsica" por ejemplo del neopositivismo, descartando el planeamiento de problemas de sentido del hombre, de la historia, de la sociedad, etc convalida un orden dado. Por ello la conciencia de la relatividad no debe llevarnos a una nueva ideologa, a un nuevo "dogmatismo" convalidador de un mundo. La conciencia de la relatividad supera al relativismo convalidador y a las formulaciones "acrticas" si reconoce la fuente de su relatividad, y reconociendo que las explicaciones sistemtico-totalizadoras o globales son necesariamente mticas, e ideolgicas en sus formulaciones, las percibe en aquello que las origina: La limitacin situacional del hombre considerado social o individualmente y la realizacin de se como hombre tendiendo a superar lmites, yendo a lo nuevo; en la tendencia a superar lmites, el horizonte no se supera quedando indefinidamente como tal, pese a que en las formulaciones y en la conciencia se le constria a entrar en una "totalizacin". El hombre al no ser un mero ser de reiteraciones, busca una trascendencia de lmites, pero pretende en su afn de totalidad conceptualizar un orden total, en el que se enmarquen su ser percibido y aquel ser desde el que y hacia l que adviene. Ante ello, podemos decir que es un hecho el que el hombre naturalmente piense desde la inmanencia del "ser"; pero ese hecho no tiene necesariamente la explicacin que fcilmente se le ha dado: la de que naturalmente se hace presente el ser inmanente al orden entitativo. La inmanencia desde la que piensa no necesariamente es la monicidad del ser, sino la inmanencia del "mundo" al que se pertenece. El hecho de que el hombre a lo largo del tiempo tienda a pensar monsticamente no se justifica "metafsicamente" desde la
mismidad del Ser, sino que sociolgicamente se explica desde la tendencia que todo "mundo" tiene a afirmarse en su mismidad. En tanto no ha advenido una conciencia de la "no naturalidad" del "mundo", la interpretacin es limitada y "metafsica"; pero reconocida la relatividad del "mundo", la naturalidad monista pasa a ser fruto de un pensar que no ha reconociendo su dependencia situacional. La historia precisamente tiene su cabida cuando la cerrazn de un mundo, frente al cual lo distinto es lo extrao al "ser", es rota por lo novedoso que instaura un nuevo "mundo".Corrobora esto, el que las formulaciones monistas a lo largo del tiempo no son repeticiones idnticas, sino en ltima instancia, formulaciones acordes con un mbito cultural desde el que se habla. La historia por ello implica apertura de la "mismidad" hacia la "alteridad" novedosa, sin que sta se identifique con la nada, pese a que puede aparecer como una nada para el mundo desde el que se habla, pues es "nada" de dicho mundo. La "mismidad" no es autoidentidad del Ser (sin ms) consigo mismo, sino la afirmacin de un senido de vida propio de un mundo cultural. Pero advenida la conciencia de historicidad con el descubrimiento de la "relatividad" mundanal, por la que no podemos confundir sin ms el "ser manifiesto" con el Ser que se ha ocultado en tal develamiento, nos encontramos con que tomada conciencia de nuestros lmites hay un mbito que nos trasciende, y que nos trasciende precisamente por nuestra limitacin. Pero reconocidos en nuestra limitacin en la que no obstante mticamente queremos expresar al todo, no reiteramos meramente todo aquello que se da en el crculo de nuestros lmites reconocidos. Hay una urgencia en el ser hombre humanamente, histricamente, por la que nos movemos hacia una trascendencia de la que positivamente no sabemos nada, pero que es la que nos hace ser nosotros superando la mismidad. La superacin del monismo por ello se realiza en la historicidad, por la que estamos constantemente abiertos hacia el futuro; y lo importante es que la historicidad en ese caso no se descubre o realiza por la tarea intelectual pura (que en cuanto tal es legitimacin de lo mismo), sino por una praxis en la que lo
humano interpersonalmente tiende hacia una liberacin de la mismidad indiferenciadora4. Ahora bien, la historicidad no se da en una relacin meramente horizontal, pues con ello la historicidad desaparecera al faltarle la tensin hacia la verticalidad de su trascendencia. Implica esto una superacin del monismo en el orden del ser? Esa es la cuestin!
(Indiferenciadora en la identificacin de un "mismo" consigo mismo, pero inminentemente diferenciadora, por cuanto se encuadra en una oposicin polmica de partes en la que unas priman sobre las otras, estando dado lo humano en la relacin opresor-oprimido). (Mismidad indiferenciadora, que es la que tiende a imposibilitar la progresiva realizacin humana encubriendo sus posibilidades. En la historicidad adviene otro tipo de diferenciacin, pero es aquella en que la positividad asumida de lo humano se diversifica en la efectuacin originaria de cada cual, efectuacin dada dialgicamente).