Los Personajes: Prosopografía y Etopeya en El Romance y en La Novela
Los Personajes: Prosopografía y Etopeya en El Romance y en La Novela
Los Personajes: Prosopografía y Etopeya en El Romance y en La Novela
imagina un huevo de avestruz grande, redondo, con tres claras, y once cáscaras.
En este huevo la yema pequeña redonda es la tierra, y la primera clara pequeña,
que la cerca, es el agua (que toda la cercaba). Y la segunda clara mayor, es el
aire. Y la tercera muy más mayor, es el fuego. La primera cáscara, es el primer
Cielo. Y la segunda, es el segundo Cielo, &c. Y estos cuatro elementos son la
materia de todas las cosas de este mundo y de esta materia toman sus varias
formas todos los mixtos, que tienen cuerpo, y toman su forma las que tienen la
parte vegetativa como plantas. Y de esta materia toman su forma las que tienen
vegetativa y sensitiva, como animales. Y de esta segunda forma de alimentos, y
tercera de animales, toman su forma el cuerpo del hombre, natural todo lo que
toca a la vegetativa, porque la intelectiva, y racionativa (que es el alma) tomó
del Cielo.
Y de esta imagen se sirve para trazar una concepción teocéntrica del universo,
compuesto por los cuatro elementos que enumeró Empédocles:
Puso el Criador este orden, que el centro de este mundo, que es el punto de en
medio de la tierra redonda, fuesse el lugar de las cosas pesadas. Y assí en aquel
punto y centro carga toda la tierra, y está el perfecto elemento de la tierra.
Luego, en esta yema redonda, que es la tierra, carga el elemento del agua mayor,
y más liviano, porque toda estaba cercada de agua, antes que Dios la apartase a
los mares. Luego a esta forma redonda del ayre, cerca el elemento del fuego
mayor, y más liviano. Luego a esta forma redonda del fuego, cerca el primer
Cielo, mayor, y más liviano, raro y transparente.
LR
a)
Margarita López Iriarte, El retrato literario, Pamplona, EUNSA, 2003
Miguel Márquez, Retórica y retrato poético, Huelva, Universidad de Huelva, 2001
b)
Luis Sánchez Granjel, Humanismo y medicina, Salamanca, Universidad de Salamanca,
1968
Luis Sánchez Granjel, La medicina española renacentista, Salamanca, Universidad de
Salamanca, 1980
c)
C. S. Lewis, La imagen del mundo. Introducción a la literatura medieval y
renacentista, Barcelona, Antoni Bosch, 1980
Gaston Bachelard, Psicoanálisis del fuego, Madrid, Alianza, 1968
Gaston Bachelard, El agua y los sueños, México, Fondo de Cultura Económica, 1978
Gaston Bachelard, El aire y los sueños, México, Fondo de Cultura Económica, 1989
Gaston Bachelard, La poética del espacio, México, Fondo de Cultura Económica, 1994
d)
Eugenio Garin, Lo zodiaco della vita. La polemica sull’astrologia dal Trecento al
Cinquecento, Bari, Laterza, 2007
Alessandro Martinengo, La astrología en la obra de Quevedo. Una clave de lectura,
Pamplona, EUNSA, 1992
LR
Bartolomé Bennassar, La España del Siglo de Oro, Barcelona, Crítica, 1994, capítulos
8 y 9 [«Las jerarquías sociales o la acumulación de las desigualdades» y «La parte
de los pobres…y la de los pícaros»]
José Antonio Maravall, Las clases privilegiadas en la España del Antiguo Régimen,
Madrid, Istmo, 1973 [el apartado I: «El estamento nobiliario»]
De esta forma nos alejamos de lo que serían esos personajes que responderían a
una caracterización como:
ARQUETIPO: en su acepción filosófico-psicoanalítica, como «una representación de unos
motivos originales e innatos comunes a todos los hombres, independientemente de la
sociedad y de la época a la que pertenecen», entroncando con las investigaciones
psicoanalíticas de Jung [tal como expliqué en clase] y con los planteamientos
antropológicos de Lévi-Strauss. En el Lazarillo encontraríamos este factor en el
material sobre el que el anónimo autor construye su historia, material procedente de un
conjunto de elementos típicos del cuento popular (folktale), cuya morfología general
estableció V. Propp y cuya tipología documentó y sistematizó en las culturas más
diversas S. Thompson.
Para SÍMBOLO y ALEGORÍA os remito a las entradas del Diccionario de retórica,
crítica y terminología literaria de A. Marchese y J. Forradellas, Barcelona, Ariel, 1989.
Como material de reflexión os propongo un texto de Franz Kafka, titulado precisamente
«De las alegorías» y que puede serviros como complemento y apertura de las
1
F. LÁZARO CARRETER, «Lazarillo de Tormes» en la picaresca, Barcelona, Ariel, 1972. Las citas
proceden de las pp. 61-63 y 66-67. Los parágrafos entre corchetes son apuntamientos míos.
precisiones y categorías sobre motivos, temas y símbolos, tomadas de E. Panofsky, que
os proporcioné en fotocopia (documento núm. 7 en el índice de materiales). Tened muy
en cuenta este apartado porque nos enfrentaremos a él persistentemente al analizar la
poesía áurea.
2
FRANZ KAFKA, «De las alegorías», La muralla china. Cuentos, relatos y otros escritos, Madrid, Alianza,
1990, pp. 78-79. La traducción es de Alejandro Ruiz Guiñazú.