SOLOGUREN
SOLOGUREN
Alumna: Ruth Matos Fernndez Profesora: Lorena Garca Curso: Literatura Peruana
INTRODUCCIN
Javier Sologuren fue uno de los ms importantes poetas de la generacin del 50, pero adems de su labor como escritor fue una pieza imprescindible en la traduccin de textos (narrativa, piezas de teatro, poesa, etc.) que enriquecieron e inspiraron a una generacin de poetas y lectores, como tambin a l mismo. Sologuren fue el principal traductor de narrativa y potica en nuestro pas, entre su trabajo se encuentra la poesa de Apollineire, poesa francesa, italiana, sueca y brasilea. La narrativa japonesa en especial fue la que ms fascinacin le causo y debido a la influencia de esta surgieron poemarios como: Surcando el aire oscuro (1970), Corola parva (1973-1975), Folios del Enamorado y la Muerte (1974-1978),El amor y los cuerpos (1978-1982), La hora (1980), Jaikus escritos en un amanecer de otoo (1986). Sologuren se convirti entonces en el principal traductor de poemas japoneses: haikus y tankas en Latinoamrica, siendo denominado haiji(escritor de haikus) En este trabajo se analizara la influencia de la poesa japonesa sobre la poesa de Sologuren y el contexto en el cual se desarrollo su creacin potica.
I. MARCO TERICO Entorno Personal Sologuren formo parte de la generacin de poetas del 50, pero luego de publicar algunos poemarios (El Morador, Detenimientos, Diario de Perseo ) , a la edad de 27 aos viaja a Mxico por una beca de estudios de postgrado en el Centro de Literarios de 'El Colegio de Mxico' (1948-1950) durante ese periodo conoci al poeta costarricense Alfredo Sancho, e iniciaron la publicacin de las ediciones Icaro, dedicadas a la creacin literaria. Durante su estancia en ese pas Sologuren afirmo muchas veces que fue una poca desdichada, pero aclara luego que el motivo fue porque senta mucha nostalgia por su familia y su patria. Por otro lado su experiencia en Mxico tambin fue enriquecedora; hizo amistad con Alfonso Reyes, director de El Colegio de Mxico, y la enseanza de Raimundo Lida, que el poeta describe como un hombre sabio y generoso. En el ltimo ao de estudios de su beca, Raimundo Lida lo recomend para ir a Suecia como lector en la Universidad de Lund, donde permaneci 6 aos y medio. Durante su estancia en Suecia no publico ninguna obra, pero si escribi veinte poemas de Otoo, endechas, influido por la soledad que senta aunque ya se haba casado viva en el campo, principalmente dedicado a leer. Regresa en 1957 con su esposa y un hijo pequeo , y se reencuentra con Sebastin Salazar Bondy , Blanca Varela y Szyszlo. Se reincorpora a la docencia en Lima en La Cantuta, que en ese tiempo an era una Escuela Superior. La influencia de la cultura japonesa sobre la produccin literaria de Sologuren se ve reflejada luego de que el poeta comenzara a traducir varias obras, como el drama Isutzu de Zeami Motokiyo,una pieza del teatro Noh ,que fue luego publicado en 1971.Esa primera versin fue seguida de otras nuevas y por dos viajes que realizo el autor en 1977 y 1981. Gracias a esos viajes el autor pudo obtener otros textos y adems realizar una esplendida traduccin de Cinco amantes apasionadas de Ijara Saikaku, realizada en colaboracin con Akira Sugiyama.
Contexto Social Apareca la poesa del 70 en nuestro pas, en un contexto poltico de la dictadura de Juan Velasco Alvarado, nuevos grupos de poetas que llegan a la capital,}. Los nuevos grupos de poetas que sbitamente se multiplican en la capital y hasta en las provincias ms alejadas, muchos de ellos alentados por las propias fuerzas del gobierno, vienen a conformar el
movimiento que se propone corregir y clarificar los alcances de lo que consideraban el proyecto fallido de una poesa conversacional basada en el mosaico lingstico del pas. Desde ruidosos escenarios o a travs de explosivas publicaciones, el grupo Hora Zero, integrado mayormente por estudiantes de clase media provinciana que tienen sus primeros encuentros en la Universidad Federico Villarreal de Lima, lanzan furibundas proclamas, repitiendo la ya vieja usanza vanguardista de declarar obsoleta toda tradicin precedente y consagrarse fundadores de una nueva era. La poesa se constitua, de este modo, en un espacio de redescubrimiento social del sujeto textual, entre cuyas urgencias y representaciones no slo se incluan sus luchas contra la postergacin y la maquinaria del poder, sino tambin los pormenores de su particular cultura de ente perifrico y distanciado de las convenciones educativas hegemnicas, es decir, de las expresiones cotidianas de su creatividad, sus sistemas simblicos y lingsticos, y sus normas ticas bsicas. La sbita interrupcin del gobierno de Velasco Alvarado en 1975, por accin del contragolpe de estado de Morales Bermdez, dio fin a la experiencia reformista que directa e indirectamente haba ido auspiciando este particular perodo de efervescencia literaria
Contexto Poltico Inicia el gobierno de Velasco Alvarado con un Golpe de estado que establece un gobierno reformista y de programas sociales. La reforma educativa (1972), dirigida por el general Alfredo Carpio Becerra. Esta reforma cuestion la enseanza oficial (basada en la imposicin de los puntos de vista de la elite) y la rigidez del sistema escolar imperante. Esta reforma cre en el Per la educacin inicial y especial, as como tambin el bachillerato pblico y la enseanza bilinge para los quechua-hablantes, promoviendo la construccin de escuelas en varias zonas del pas. Los planteamientos de la reforma educativa fueron premiados en su oportunidad por la Unesco. En 1974, se confiscaron los medios de comunicacin. As, a la clausura de los diarios Expreso, Extra, la revista Caretas y las radioemisoras Radio Noticias y Radio Continente, se sum la presin a los canales de televisin privados para que vendieran el 51% de sus acciones al Estado (1971). Asimismo, en julio del mismo ao se expropiaron los peridicos La Prensa, El Comercio, ltima Hora, Ojo por medio del Decreto-Ley N 20681. En el campo econmico, el rgimen militar, adems de imponer un mayor control estatal sobre las actividades productivas, alent el desarrollo de la industria nacional mediante el incentivo a la importacin de bienes de capital y la restriccin de las importaciones de manufacturas (industrializacin por sustitucin de importaciones). El proteccionismo tuvo como efecto una
disminucin de la competitividad de la produccin nacional que fue destinada casi exclusivamente a abastecer un pequeo mercado interno y no a la exportacin.
II.ESTADO DE LA CUESTIN Sologuren como traductor La traduccin le ha servido a Sologuren como una transicin en periodos en los cuales no escriba o en paralelo a su escritura, l escoga poetas por los que tenia predileccin para traducir sus obras, en sus propias palabras: La traduccin es una lectura en profundidad. La traduccin ha sido una lnea constante en tu trabajo desde el comienzo de su actividad literaria incluso intentaba traducir con un diccionario alguna poesa francesa que le interesara, traduccin y creacin siempre han ido de la mano para el poeta. Lectura, escritura potica y traduccin han sido tres constantes inseparables de su trabajo intelectual. Octavio Paz deca que lo ideal sera que la poesa fuera siempre traducida por poetas, pero a la vez adelanta una objecin: los poetas tienden siempre a embellecer el texto traducido; por tanto no serian los mejores traductores. Para Sologuren no solo los poetas pueden traducir poesa sino cualquier persona con sensibilidad, conocimiento de un idioma y cultura puede ser un buen traductor. En los poetas siempre hay el riesgo de adulterar el texto original por un deseo estilstico de apoderarse de l, de sentir el poema ajeno como propio e insuflarle su estilo personal. Por otro lado, el deseo de embellecer es una de las frecuentes tentaciones del traductor. Y nada asegura que algo que suena estupendamente en espaol mantenga su relacin por esta causa con el texto original. La traduccin nunca va a ser un equivalente del texto original en otro idioma. En sus propias palabras: 'Hay que pensar que la prosodia es lo propio de un idioma, y por tanto intraducible. Las modulaciones que logra el poeta en su propia lengua no son traducibles. Tambin estn, en muchos casos, las exigencias de la rima, si bien estas pueden ser dejadas de lado, ya que por respetar la rima es frecuente traducir en otro idioma cosas que jams ha escrito el poeta'. La traduccin tiene un aporte de invencin -o de recreacin'-, puesto que en ella un aporte creativo al momento de afrontar el poema o el texto en prosa. Al decir recreacin puede pensarse que la distancia entre el poema original y el traducido es grande, puesto que interviene la creacin personal. Sencillamente, el hecho de que el poema traducido "suene" en la lengua de llegada, que tenga el mismo tono que en la lengua de partida. No
se trata de que el traductor aporte lo suyo a cambio de lo otro. Sologuren deca que haba que rechazar cualquier tentacin a modificar o embellecer, como te deca, pues ya bastantes problemas hay con el poema traducido.
Qu es el haiku? La forma potica ms breve que se conozca pertenece a la tradicin literaria japonesa. Es el haiku, poema de 17 silabas cuya distribucin es as: 5-7-5. Sus cualidades son: sencillez estructural, poder de sugestin, intensidad que lo sita en el corazn del satori, es decir, segn el pensamiento zenista, la iluminacin sbita, el esplendor de una revelacin. Su naturaleza rechaza, la intervencin de la inteligencia analtica as como de todo desarrollo conceptual ya que brota en la instantaneidad de la concreta percepcin afectiva. Ejemplo: El mundo del roco Es un mundo de roco, Sin embargo Kobayashi Issa El haiku es originario de un tanka humorstico denominado haikai renga. Los hokku(cancin corta que compona el tanka) que no forman parte de una serie (renga) ni de un tanka y que tienen un elevado valor potico. Es el poeta y crtico Shiki quin los bautiza con el neologismo haiku, y a travs de su revista literaria Hototogisu el trmino se populariza dentro y fuera de Japn. A partir de entonces, el haiku se consolida como una forma potica autnoma con sus propias convenciones y reglas. El haiku se remonta al siglo VIII de nuestra era, es muy relacionado con el zen debido a que este lo utilizo mucho para la difusin de su ideologa. El haiku describe generalmente los fenmenos naturales, el cambio de las estaciones y la vida cotidiana de la gente. Su estilo se caracteriza por la naturalidad, la sencillez (no el simplismo), la sutileza, la austeridad, la aparente asimetra que sugiere la libertad y con esta la eternidad.
Influencia del la literatura japonesa en su poesa El acercamiento de Sologuren a la cultura japonesa puede haber ocurrido siendo mayor este, pero su inters en ese se origino desde su infancia. Citamos un extracto de una entrevista de la revista La Casa de cartn de Oxy. 'Otra de mis grandes pasiones es la cultura japonesa, y esto ha ido in crescendo Mi inters por el Japn es realmente muy anecdtico, y creo que mi fantasa interviene un poco en esto, pero en todo caso es una ficcin que se ha hecho realidad. Yo viva en la calle Teodoro Crdenas al lado del cine Azul y en la esquina haba una cafetera que era de unos japoneses. Ellos fueron los primeros extranjeros que conoc, y quede maravillado pensando en el largo camino que haban recorrido hasta el Per. Das mas tarde, una noche de un verano muy caluroso, sala a pasear y pase por la puerta de otra tienda, cuyos dueos tambin eran japoneses. La tienda estaba cerrada, pero pude escuchar los sonidos de un instrumento musical muy extrao, que no se pareca ni a una guitarra ni ningn otro instrumento de cuerda que yo conociera. Era el shamisen, una especie de banjo de tres cuerdas. De ah a los libros, a la literatura japonesa, no hubo sino un paso. Y quien dira que despus me iba a abocar a traducir esta literatura, iba a estar hasta en tres veces en Japn, e incluso, lo que es el destino, iba a ser rehn, aunque por tiempo muy breve, en la residencia del embajador Aoki. Donde se puede apreciar la influencia japonesa es en Surcando el aire oscuro (1970), en el cual la leccin de la poesa clsica japonesa se hace notoria pues a diferencia de los maestros japoneses su indagacin es sobre todo introspectiva y centrada en el pasado; los poemas tienden a la concisin y registran, con asctica sencillez, la vivencia de la nostalgia y la comprobacin del discurrir temporal. Si por un lado la falta de las personas amadas marca como una cicatriz al presente (veo el perro en la casa/y de ellos/ solo me alcanza el rumor/ como un sollozo), por el otro se advierte la desproporcin entre las escalas del tiempo histrico y el individual (que batalla/ entre el tiempo/y nuestro/oscuro/ minuto/esperanzado). Tras la estela de Surcando el aire oscuro viene Corola parva (1973-1975), al que distinguen los experimentos tipogrficos a la manera de los concretistas brasileos y Octavio Paz; la poesa japonesa acenta su huella en estos poemas. Uno de ellos, por cierto, parece una versin personal del haiku que Jos Watanabe evoc para Abelardo Snchez Len y que ste habra de citar en el ttulo de En una inmensa gota de roco, uno de los poemarios mayores de la lrica moderna del Per. Sologuren, por su parte, ha- ba escrito: Cmo es el mundo?/Sencilla gota de agua/inagotable . En Estancias se deja atrs una esttica de la fuga a otro mundo (a travs del neoplatonismo o el sueo), cuyo esquema podran ser unos vectores que apuntan hacia lo alto, y se adopta de modo extraordinariamente logrado un esquema inmanentista. Es decir, el anhelo por otro mundo contina, pero esta vez ya no est en lo alto, en un mundo paralelo trascendental o de ideas platnicas; sino que est aqu mismo, tal como a travs de unos versos de Yasunari Kawabata los
cuales Sologuren toma como epgrafe para sus Folios del enamorado y la muerte (1980) lo podemos colegir: aquella blancura que habitaba las / profundidades del espejo / era la nieve. Accedemos a este nuevo mundo mediante una experiencia de satori, epifana o anagnrisis, pero necesariamente en nuestro mundo corriente y, de modo privilegiado, en el mbito de la naturaleza. Por tanto, para el dibujo de esta nueva potica ya no son pertinentes los vectores ni tampoco se trata de un esquema vertical como el anterior; ahora se accede a lo otro o al otro bsicamente a travs de un tipo de empata o de cierta mirada (de ah la predominante fanopoeia de esta obra). Invitarnos, posibilitar el acceso a esta experiencia, es uno de los fines de Estancias y, en general, el de todo el oficio de este singular poeta: Creo, por ltimo, que la poesa revela la esencia de la existencia del hombre, y es un prodigioso agente de descubrimiento y recuperacin de lo humano. Y eso me gua y me alegra profundamente (2). En su produccin posterior a la de la dcada de 1960 se dan atisbos como su maestro Jorge Guilln, que pas a Clamor porque no quiso que lo identificaran slo como el poeta de Cntico de una apertura a un corte ms realista en su potica; pero, creemos, indisolublemente ligada siempre con aquello alcanzado en el poemario de 1960 (3). Este inevitable marco previo no pretende sino situar adecuadamente el motivo ertico, constante en nuestro poeta a partir de su cultivo del tema amoroso (4). Al respecto, distinguimos tres hitos (5): Toast de La gruta de la sirena (1961), Epitalamio de Folios de El enamorado y la Muerte (1980) y Celebracin de El amor y los cuerpos (1985). Cada uno de ellos desarrolla una visin, a la vez distinta y complementaria del encuentro amoroso con la mujer. En el primero de ellos, muy ligado an a Estancias, se recrean los tpicos renacentistas del prestigio de lo rubio, de lo alto o areo o solar y del color blanco. Todo es noble, inocente y platnico; as tambin el amador y la amada en este poema, Toast: La inquieta fronda rubia de tu pelo / hace de m un raptor; / hace de m un gorrin / la derramada taza de tu pelo. / La colina irisada de tu pecho / hace de m un pintor; / hace de m un alcin / la levantada ola de tu pecho. / Rebao tibio bajo el sol tu cuerpo / hace de m un pastor; / hace de m un halcn / el apretado blanco de tu cuerpo. Veinte aos despus, irrumpe en este paisaje idlico una honda conciencia del transcurrir: Folios de El enamorado y la Muerte. Dicotomas o contradicciones propias del barroco, pensemos si no en aquel famossimo polvo sern, mas polvo enamorado de Francisco de Quevedo; nos hallamos, pues, en pleno segundo hito del amor sologureniano, Epitalamio: cuando nos cubran las altas yerbas / y ellos / los trmulos los dichosos / lleguen hasta nosotros / se calzarn de pronto / se medirn a ciegas / rompern las lneas del paisaje / y habr deslumbramientos en el aire / giros lentos y clidos / sobre entrecortados besos / nos crecern entonces los recuerdos / se abrirn paso por la tierra / se arrastrarn por la yerba / se anudarn a sus cuerpos / memorias palpitantes / tal vez ellos / los dichosos los trmulos / se imaginen entonces peinados por / desmesurados / imprevistos resplandores / luces altas / desde la carretera. Como bien podemos observar, en este canto de bodas finalmente entre los vivos (ellos) y los muertos (nosotros: memorias palpitantes) se ha instalado, ante todo, una inquietante reflexin
sobre
la
memoria.
Es un poema de amor y erotismo atravesado ntimamente por lo necrolgico y, viceversa, un poema sobre la muerte vivificada hasta el extremo por la juventud y el amor. Sea a la manera de un Quevedo o, por ejemplo, de aquellas maravillosas historias japonesas donde algn padre, fallecido muchos aos atrs, entona a travs de una mscara su epitalamio ante la inminente boda de su adorada hija; repetimos, sea que enfoquemos desde una u otra tradicin, lo cierto es que Sologuren instala en la literatura peruana un refinamiento ertico slo comparable, quiz, con los matices de algunos poemas de Jos Mara Eguren que rozan estos mismos temas. El autor de Vida continua (Vida continua: poesa sin interrupcin, dice Jorge Guilln) ha sabido religar aqu, hacer las nupcias, nada menos que entre la vida y la muerte. El tercer hito sobre el que queremos llamar la atencin lo hallamos en el emblemtico libro El amor y los cuerpos; aunque aqu podamos toparnos con variados ejemplos, el texto elegido reza arriba: para Ilia: cabalgo en los extremos / de la noche a caso / para mirarte mejor / acaso para no verte / incluye mi deleite / las fronteras / de tu mente / como / la presa tibia / entre los dientes / o la primera / sangre / en el reino / de las aves / piedras de luz negra / tus ojos tu pelo / y un secreto fuego / que / no me es ajeno / sobre nosotros / la cola de la zorra / inmvil / en la arena / y el oscuro mar / soplando / su nusea fecunda (Celebracin). Ni un amante renacentista, tras el apretado blanco de tu cuerpo, ni el memorioso habitante de un hades pagano, ahora resultan evidentes nuevas tensiones en la pasin: un tanto ms encarnadas, aunque no por esto en la aparente llaneza del lenguaje de estos poemas carentes del complejo conceptismo e intertextualidad acostumbrados. Vamos vida ma alimenta esta lmpara de amor y Amor, amor, como siempre, / quisiera cubrirte de flores y de insultos son los sendos epgrafes de este libro, atribuidos a Apollinaire y Vincenzo Cardarelli, respectivamente. Tal como en el ttulo del primer poemario de Jorge Luis Borges, Fervor de Buenos Aires, donde la eleccin de la preposicin de en vez de por (Fervor por) introduce un perfil filosfico, caro al idealismo, donde el sujeto potico sera el elemento pasivo y la ciudad de Buenos Aires el agente; lo mismo en El amor y los cuerpos: son fuerzas ajenas al yo y a la pareja humana (los cuerpos) las demirgicas (el amor) que dirigen el tinglado incluso de acciones aparentemente tan ntimas o privadas como las del encuentro amoroso. Encuentro este ltimo, asimismo, siempre amenazado o amagado por la muerte: sobre nosotros / la cola de la zorra / inmvil / en la arena; pero tambin, siempre, alentado por los arcanos de la existencia humana, por las fuerzas aliadas al devenir de nuestra especie: y el oscuro mar / soplando / su nusea fecunda (6). Sologuren enfoca, pues, los actos de los amantes no slo en tanto sujetos individuales, sino en lo que aqullos tienen tambin de remotos y universales. Por tanto, en este tercer hito ertico tenemos la clara evidencia de que al amor y a la muerte juntos, no separados estamos todos convocados y, necesariamente, asumimos esto tambin todos de una manera comn. El amor y los cuerpos preside la toma de conciencia de esta cierta y, no por esto, menos sutil democracia.
ENTREVISTAS Ajuntamos dos extractos de entrevistas hechas a Javier Sologuren, que nos ayudaran a tener un panorama ms completo del tema desarrollado. Continuidad de la voz en Javier Sologuren Miguel ngel Zapata: Hblamos de tus primeras publicaciones, si no me equivoco El morador fue tu primer cuadernillo de poemas. Javier Sologuren: Fue una separata de la revista Historia que diriga el gran historiador de la repblica Jorge Basadre. Luego seguira Reinos de Jorge Eduardo Eielson. MAZ: Releyendo tus poemas desde El morador, veo cada vez ms claramente el descubrir de la transparencia, el abrir los ojos con un grito como de pjaros de mar, y un posterior batallar por mantener la integridad de ese grito, por una poesa ininterrumpida, enlazada por cielos que se superponen desde la sorpresa del descubrimiento (como observando con detenmiento la luz que cae), hasta acercarse a la oscuridad de las rosas, por ejemplo "El amor y los cuerpos", y finalmente la visin del mundo a travs de ti y los otros. Cmo has logrado la continuidad de la voz potica?. JS: Para responderte, me remitra a unas lneas que escrib al respecto hace ya tiempo. Estas son: "Mi poesa se ha ido produciendo en crculos concntricos, a modo de impulsiones que se explayan del centro cordial a la periferia, y en sentido inverso, se remansan luego. Un desplegarse, pues, de la inquietud vivencial (nacida como elemental pulsin comunicativa) en el mbito de la naturaleza vvida y redentora, de la que se vuelve corroborado con la infinita sugestin de sus emblemas. As creo ver (sentir) yo el proceso de la figuracin verbal de mis propias experiencias, por necesidad, radicales. Me propuse decir algo o quise, ms bien, transparecer algo que reclamaba su propio rostro y vida independiente. Slo despus de ser fijado en la escritura, pude reconocerlo. De ah que considere que todo poema resulta ser un acuerdo con sentido de todo aquello que bulle oscura y huidizamente en nuestra vida anmica. Esa revelacin que entraa la expresin potica la he formulado en estos versos: La tinta en el papel / El pensamiento / deja su noche. Este poemita es algo as como un jaiku; desde el punto de vista estructural lo es: son tres versos de cinco, siete y cinco slabas. Diecisiete en total. Tengo una vieja aficin por la cultura japonesa, por todas sus expresiones. Y justamente en tu pregunta has mencionado la transparencia, y la transparencia, la sugestin, la pureza, han sido mis desiderata, las metas deseadas, esos objetivos tan difciles de alcanzar. Creo que en ese sentido estara bien encaminada tu comentario y tu pregunta. Y a propsito de esta transparencia, te podra decir que en uno de mis poemas en prosa (voy a buscarlo)... que forma parte de Detenimientos ? en el que he transcrito como epgrafe estas palabras de Rimbaud: Bastante conocido. Los detenimientos de la vida. Oh rumores y Visiones ? he escrito lo siguiente: Hallo la transparencia del
aire en la sonrisa; hallo la flor que se desprende de la luz, que cae, que va cayendo, envolvindose, cayendo por las pendientes rpidas del cielo al lado del blanco y agudo grito de los pjaros marinos. El poema sigue, pero me interesa sealar que si hallo esa transparencia es porque me es cara y la busco. Decas que de esa transparencia inicial me acerco a la oscuridad en "El amor y los cuerpos". Cierto, as comienza el poema: Me acerco / a la oscura / abundancia de las rosas. Smbolo premonitorio. MAZ: Javier, me explicaba lvaro Mutis que la creacin de sus poemas tiene un proceso muy lento, o sea un trabajo mental donde trabaja durante meses, durante aos a veces, una idea todos los das, y le va dando vueltas en la cabeza y va completndola sin tomar apuntes; y despus, toma apuntes muy rpidos a lpiz (que son las claves), y que cuando se sienta a la mquina de escribir ya es un trabajo esencialmente mecnico, pero al mismo tiempo, esa mquina tambin le da un toque de energa, el ltimo, para darle forma al poema que hasta entonces haba sido gaseoso. Cmo es en tu caso? JS: Bueno, mira, en realidad creo que la gestacin de mis poemas es larga pero es gestacin ? algo que se lleva dentro, oculto, y cuando escribo, que no es una actividad regular, continuada, sino muy espordica son momentos en que me encuentro como presionado o como oprimido, angustiado; algo que est reclamando ? como dije anteriormente, su expresin, tomar un rostro, y ante este malestar (que es un poco seguramente el malestar de la gestante) hay un momento en que se hace intolerable y acudo al lpiz, al bolgrafo, a la mquina de escribir (generalmente es manuscrito), y escribo los versos. Las correcciones han sido mnimas, por lo general. No soy quien vuelve sobre el poema y lo va pacientemente limando, perfeccionando, no. Tal vez sea debido a esa larga gestacin de la que te he estado hablando, ya que el poema sale con cierta pretensin de unidad, de sentido, de acabamiento si se quiere. MAZ: En el poema "La hora", publicado en apndice de Vida continua por Premi de Mxico, encontramos esa visin del mundo de que hablbamos al princpio, quieres explicamos? JS: De acuerdo. Ese poema, por ser el ms largo que yo haya escrito, ha sido apto para poder reflejar mejor aquello que puede constituir mi visin del mundo. Ahora bien, ac va una suerte de explicacin que sobre el particular redact. "La hora" lo escrib en 1980. Aparte de ser, como ya te dije, el de mayor extensin, quizs sea el ms complejo. Aunque nunca se me ocurri anotar las circunstancias y vicisitudes de su composicin, ni tampoco conservar los manuscritos iniciales ya corregidos, he tenido sin embargo la oportunidad de referirme a l en el curso de unas lecturas de textos mos, acompaados de testimonios o confidencias sobre mi propia experiencia potica. Recuerdo que a mediados de semana me despert dos o tres horas antes de lo acostumbrado y hallndome an en ese estado que ya no pertenece al sueo ni tampoco a la vigilia, ese lapso fluctuante entre dos polos, algo me llev a coger el papel y la pluma y a trenzar de inmediato las frases que se me imponan como natural consecuencia de una suerte de percepcin translcida. Llen varias hojas, arrojando en ellas
los signos que saba yo, de algn modo, iban a cristalizar ese flujo de pensamiento huidizo y oscuro. Luego volv a dormirme. Al despertar a la hora que me exiga la rutina de siempre (en esa poca era profesor universitario), recog los papeles. Ya de vuelta a casa los le, casi sin modificar las primeras estrofas de lo que despus sera el poema. No puedo precisar hasta dnde llegaban, lo cierto es que hasta el da siguiente, al despertar, me puse, sin mayores reflexiones, a escribir condicionado por las mismas vivencias que nutran las pginas anteriores. Como dos puntos fijan la posicin de una recta, estos dos textos me dieron la perspectiva y el sentido de lo que estaba yo formulando de esta manera discontinua y sera. Una maana ms y otra segu con el mismo procedimiento, imbudo fuertemente de su carcter autobiogrfico. Para decirlo con ms exactitud, de sinopsis de mis experiencias de hombre y de escritor. Fue el sbado de esa semana que tena libre, cuando pude dedicarme a revisar esas pginas. Hice unas correcciones y realic cambios en el orden de los textos, dndoles su secuencia definitiva, no sin antes haber insertado, por sentirlos esclarecedores y pertinentes, dos poemas mos ya publicados. "Sin razn" es uno de ellos, y uno a guisa de jaiku. Estas operaciones, recuerdo, fueron bastante fciles, mi atencin en realidad se hallaba encandilada por eso que siendo mo el poema me revelaba. Me ha sucedido con "La hora", al igual que con otros poemas, la gratificante experiencia de acercarme un poco ms a la percepcin de mi propia identidad. Tal vez sea por ello que tenga yo por cierto que es la poesa el lugar de encuentro de lo humano del hombre, donde lo propio resulta ser de todos y los accidentes quedan aniquilados por su fuego perenne y sustancial. MAZ: Y ese final, tu fe en el porvenir del mundo: sin embargo no entierro la esperanza. JS: Ese final es debido a cmo el poema ha tomado diversas lneas de mi vida y de mis inquietudes; una de ellas se va acentuando cada vez ms, la del porvenir de la especie ante la terrible escalada de la violencia. Cada vez siento que voy a ese tema, a esa motivacin trascendente. Pero, pese a todo, como me lo recuerdas, no dejo de esperar que sean la bondad, el amor y la justicia las que se impongan. MAZ: Y ahora, en la actualidad, al poeta que le toca vivir en el Per... JS: Su tarea es no slo de sobrevivir, desde el punto de vista econmico, que ya es duro de por s, sino de no cejar en la lucha para que el ser humano readquiera su dignidad y el amor sustituya a la violencia y al crimen. MAZ: Hblanos, Javier, de tus lecturas favoritas, las que te acompaan, de tus influencias, de Rimbaud, de poesa japonesa, las traducciones... JS: Desde el punto de vista de las influencias, Eliot dijo que haba dos actitudes: callrselas, desconocerlas, o bien declararlas. Las influencias y las afinidades existen siempre. Mis
autores preferidos, sus creaciones, podrn dar cuenta de este hecho. Mis preferencias poticas son algo variadas, van por el romanticismo ingls (en especial Keats), el alemn (Novalis, Holderlin); en la poesa francesa, Rmbaud, Valery y Apollinaire y ese grupo esplndido que le sigue, por citar unos, Saint John Perse, Supervielle, Michaux... Y, claro est, los clsicos castellanos y los poetas de la generacin del 27, Aleixandre, Guilln, Cernuda... De los peruanos he dado muestras de mis preferencias en antologas y artculos varios. Pero ya esta relacin se est tornando excesiva, me parece. Aadir, sin embargo, mi inters por la poesa japonesa clsica. En mis lecturas de obras narrativas, sin ser excluyente, mi preferencia va por el cuento y la novela corta y me son ms gratas y motivadoras las que poseen tono y densidad poticos. Leo tambin la produccin impresa de los poetas jvenes y, muy a menudo, sus propios manuscritos. Tus poemas se cuentan entre estas lecturas, como bien sabes. Aunque no es profesional, mi actividad de traductor de poesa corre paralelamente a la escritura de mis propios versos, y me es grata, pues la ejerzo libremente de acuerdo con mis gustos. He traducido poesa francesa, italiana, sueca y brasilea; a veces, de segunda mano, de otras lenguas. Pienso que los poetas traducidos deben haber dejado algo en m ayudndome a esclarecer mi propia visin, ya que la traduccin es una lectura en profundidad que debe llevarnos a la plena identificacin con el texto ajeno... y, en cierto modo, ya nuestro. Algn trasvase ha de haber, me figuro, de elementos casi indiscernibles y ajenos, enriquecindonos. Olvidaba decirte que ltimamente estoy colaborando en la traduccin de poetas japoneses contemporneos, trabajo arduo pero justificado por el general desconocimiento que existe de ste, por decir lo menos, interesante aspecto de la poesa mundial. MAZ: Algo del Zen, me equivoco?
JS: Aparte de la influencia que el pensamiento Zenista tiene sobre la poesa y el arte, entre otros aspectos, hay una poesa especficamente Zen que valindose de formas ya clsicas ya modernas es todo un desafo a nuestra lgica. Con todo, me he atrevido a retraducir algunos... Javier Sologuren: La experiencia de la palabra En gran medida tu relacin con la poesa de otras lenguas se ha afianzado a travs de la traduccin. Desde cundo traduces? Hace unos treinta aos, ms o menos, comenc con los poetas fran- ceses, justamente. Aunque el francs es un idioma que llegu a conocer slo a medias, traduciendo cosas que ya se han perdido Me acuerdo de haber traducido El cntico de las columnas de
Valry, por ejemplo; y poemas de Claude Roi, de Robert Desnos, de Breton. To- do eso desapareci, pero he vuelto y tengo un buen nmero de poe- sa francesa, desde el medioevo, Villon, hasta nuestros das; quiere decir que se ha incrementado con otros poetas que tambin deben tener alguna participacin en uno. Ya no habra que hablar de in- fluencias, sino de esos aportes casi etreos pero reales He tradu- cido a los italianos, los suecos, los brasileos, canadienses, haitianos, y a travs de otras lenguas, chinos, japoneses, esquimales, africanos. La traduccin suele ser un gran alimento para la propia escritura As es. Es un ejercicio, desde el punto de vista del afinamiento de los elementos expresivos del poeta. Y por otra parte es, como has dicho, innegablemente, un alimento; no sabemos hasta qu punto llegar esta contencin, pero es indudable que al tener un trato tan ntimo, recreador, como es la tarea de traducir, tiene que haber una impregnacin con los poetas que uno traduce; sobre todo si uno tra- duce para su propio placer, por el gusto de hacer conocer esa obra que uno admira. Hay un factor de afinidad que dispone a la buena asimilacin. Te has ocupado de la traduccin y difusin de la poesa japonesa en tu pas. Cmo ha sido y cmo es ese contacto? Ese contacto data de un cuarto de siglo. No es solamente poesa, sino por todo el panorama cultural japons. un inters por la
- De qu manera un occidental y latinoamericano puede acer- carse a la cultura japonesa y hacerla suya? No se puede uno restituir a un alma, a una cultura que en parte nos es ajena. En parte, digo, porque pienso que las culturas tienen valores que pueden ser asimilados entre ellas. Hay otros que proba- blemente permanezcan irreductibles, pero estn los que s pueden ser convertidos. En mi caso no solamente he ledo poesa japons haikus, tankas, sino que tambin he hecho versiones de ella a tra- vs del francs, del italiano, del ingls. Y tambin he escrito poemas muy breves, de 17 slabas, pero que yo no considero haikus, porque no puedo restituirme a lo ms raigal de esa cultura. Sin embargo, lo he hecho porque hay puntos de contacto con esa poesa que son, justamente, la sensibilidad para la naturaleza una finsima sensibili- dad para los cambios de las estaciones, los mensajes emblemticos de cada una de las estaciones, para los hechos cotidianos, a veces considerados prosaicos, intrascendentes, y que el poeta japons re- coge y lleva a un plano de universalidad. Lo que yo tena de todo eso, se ha ido robusteciendo, corroborando, con la experiencia de la lectura y la traduccin de la poesa japonesa. No he ido desde afuera, por una razn snob, por un esoterismo o por un japonesis- mo esas direcciones son las que ms falsean un autntico contacto cultural, sino por necesidades ntimas. Ha habido una afinidad que se ha sentido resonada en esa obra creadora, que no solamen- te queda confinada a la poesa; queda tambin reflejada digmoslo as en la narrativa, en la pintura, en el teatro, en las artesanas. Pe- ro es cierto que en todas estas el nervio profundo es la poesa.
Adems, en un pas como el tuyo donde han habido grandes cul- turas que tambin estaban en contacto con la tierra, donde los frutos eran smbolos, donde se adoraba el Sol, lo natural cumple un papel preponderante. Lo que sucede es que de lo que se est muy cerca no nos ocupa- mos. Es, por decirlo de alguna manera, lo habitual. Pero habra que partir de eso, de otra forma se puede dar la imagen falsa de que uno est abierto a todo, menos a lo propio. Conviene y me va a servir de norma realmente hablar de lo que tambin ha servido para nuestra formacin, para los poetas peruanos, aunque no escribamos haillis ni yaraves. Pero de hecho, esa poesa que hemos ledo y aunque no la hubiramos ledo est, en cierto sentido, en el pue- blo, en nuestro sentimiento. Pero t has dicho una cosa muy cierta: por qu ser que yo he sentido tanta afinidad con la poesa japo- nesa si no he vivido en el Japn? Porque est el hombre en qu poesa no podra estarlo pero tambin est el amor a la naturaleza, cosa que tambin han tenido nuestros pueblos y en particular se refleja en la poesa quechua. El pueblo quechua ha sido un pueblo animista y campesino. Son dos elementos que lo identifican con el pueblo japons, que han ido moldeando a estas dos grandes cultu- ras, que son diferentes, pero que en esa raz se dan estrechamente la mano. Pero uno debera partir siempre de lo suyo Es que de hecho uno parte Pero lo tenemos muy cerca. Yo muchas veces dar esa falsa imagen de que hablo de los espaoles, de los franceses, de los mexicanos, como si de una literatura del inters y la fuerza de la quechua real- mente no hubiera referencias, siendo un referente sustancial en no- sotros. Pero de todos modos esas cosas estn presentes. Si vivieras de es- paldas a tu propia cultura, no podras jams sentirte afn con un haiku. Exactamente. Eso es muy importante, porque la nica manera via- ble de poder captar una cultura es no perder la identidad de la pro- pia. Porque al darle las espaldas, como decas t, y echarte en bra- zos de la otra cultura, has perdido todo y no has adquirido nada. Eso es una tragedia. Soy peruano sin proponrmelo, y eso es lo que me puede permitir buscar otras culturas, por los contrastes o por las afi- nidades. Es pattica una persona que se enajena culturalmente, que llega a admirar una cultura que tiene dentro de sus parmetros, pero que no llega a comprender del todo, y ha perdido, al mismo tiem- po, el asidero de la propia. Fjate, adems, en la enseanza de los japonses en este sentido: ellos llegan de lo pequeo a lo universal. Uno puede llegar a entender otros modos de comportamiento, de pensamiento, si uno tiene el suyo. Uno puede aprender otras lenguas si sabe antes la lengua materna. El ejemplo es bueno. Cuando no se conoce la lengua materna bien, la segunda
lengua comienza a perturbar. Alguien que no sabe el espaol y en francs dice lFrancia, lItalie, dir la Francia, la Italia. As se va desnaturalizando. O dice: met mi mano en mi bol- sillo, que es muy lgico, pero que repugna al genio de la lengua. Es curioso, en espaol se dice met la mano en el bolsillo, mien- tras que en todas las dems lenguas se dice, con toda nitidez, esa mano es la tuya, ese bolsillo es el tuyo; no corren el riesgo de que puedas estar buscando en el bolsillo ajeno El idioma es sustancial, es la matriz de todas las adquisiciones: todo lo que el hombre conquista se hace idioma. Desaparecen los grandes palacios, los grandes monumentos, pero quedaron en un poema, en alguna descripcin. Este ejemplo se puede trasladar a la adquisicin cultural. Uno adquiere un idioma, que es el primer paso para una cultura, y los mismos hechos que se producen al adquirir- lo, se van a producir en trminos ms amplios, con la adquisicin cultural.
ANALISIS El amor y los cuerpos La idea del amor se encuentra siempre ligada al Eros y Tanatos, en el lenguaje popular, no en el espaol pero si en el francs, al coito se le designa como 'la petite mort' (la muerte chiquita) porque cuando el amante se posesiona de la amada, cuando se produce la unin llegando al paroxismo , al orgasmo mismo, se alcanza un estado parecido al que presentimos que es la muerte porque se pierde el sentido, cesa la persona, ya no es ella y yo sino yo en ella y ella en mi. Se desarrolla el tema de la prdida momentnea de la conciencia. ' instante en que/ soy /todo yo /en que ya/ no soy yo'. Este xtasis es una salir de uno sin haber dejado de ser uno mismo, y eso es el detenimiento, la parada. Amar es entrega, es creacin, es procreacin, es continuidad y la muerte es un cese de todo esto y la obra una trascendencia de lo que se deja.
Surcando el aire oscuro 'El enamorado y la muerte' El poeta toma el nombre de 'El Romancero de El Enamorado y la Muerte' , en su poema busca destacar la inevitable dialctica de la vida, la conciencia dolorosa de esta dialctica entre dos fuerzas necesarias y opuestas. Hay momentos en los que las personas sienten el deseo de aferrarse a la vida, al amor, y sienten que pueden vencer a la muerte por la palabra potica, por el recuerdo. Pero
tambin hay momentos en los cuales se siente que la muerte es inevitable, aqu el poeta hace uso de una sombria apora.
La hora Poema denominado autobiogrfico por el mismo autor, en el trata de sus vivencias como escritos y como hombre, periodos buenos y malos de su vida. El poema menciona su evolucin en su escritura y culmina con 'la voz de Vincent me esta gritando al odo/ que la miseria jams acabara // pero repito // sin embargo no entierro la esperanza' el poeta quiere expresar el fin de la poesa es elevar, hacer mas sensibles y mas conscientes a la realidad a los dems. Eso evidentemente implica una esperanza. Segn el autor no se puede separar la creacin potica de una esperanza fundamental en el destino del hombre, en general en el destino de una plenitud en la vida humana.
BIBLIOGRAFIA
- Revista Casa de Carton de Oxy, II Epoca, N 14. Lima, verano-otoo de 1998, pp. 2-6 - Sologuren, Javier (Otoo-Primavera 1987) "Continuidad de la voz en Javier Sologuren & Seleccin de poesa," Inti: Revista de literatura hispnica: No. 26, Article 27. - Javier Sologuren: La experiencia de la palabra Suplemento Cultural de La Opinin, Buenos Aires, el 25 de mayo de 1980 - Hojas de Herbolario, Obras Completas de Javier Sologuren tomo X. Javier Sologuren - Revista identidades- Hitos del erotismo en la poesa de Javier Sologuren/ 7 de Junio 2004