El Perú Hirviente de Estos Días
El Perú Hirviente de Estos Días
El Perú Hirviente de Estos Días
Por Luis Rodrguez Toledo Estudiante de Quinto ao de Historia (UNMSM) El objetivo del presente ensayo es bosquejar el estado actual del movimiento social en nuestro pas tomando como indicadores las reivindicaciones y los gremios protagonistas. Segn el informe de Conflictos Sociales de la Defensora del Pueblo se ha producido y desarrollado ms de 227 conflictos hasta mayo del ao pasado1, y otros se han intensificado an ms en el semestre pasado sobretodo en relacin al tema minero en Cajamarca. Ms del 50 % de estos conflictos se deben a temas socio-ambientales producidos por los efectos nocivos de la actividad minera. Es cierto que cuando Jos Mara Arguedas viva notaba las contradicciones que existan en nuestro pas, pero bsicamente se refera a diferencias tnicas. En una carta dirigida a Jhon Murra fechada el 1 de febrero de 1967 2 nota como en Chimbote se mezclan poblaciones andinas (que son la mayora) con las pobladores de la costa, y a pesar del intenso intercambio comercial y cultural de ambos mundos: el andino y el costero viven en estratos diferenciados socialmente a travs de cdigos aceptados y muy implcitos. En Lima las grandes masas de inmigrantes hacen que estos hombres tiendan a acriollarse para poder sobrevivir y adaptarse con facilidad a la urbanidad, en trabajos de obreros, pescadores, sirvientes, etc. Sin embargo la mezcla tnica y cultural no fue la solucin a los conflictos cuya ebullicin data de esta dcada, Carlos Ivan Degregori en su libro sobre el origen y nacimiento de Sendero Luminoso en las dcadas predecesoras a 1983 hace notar que este fenmeno de la violencia poltica es endgeno de nuestra sociedad, como tambin lo sugera Alberto Flores Galindo y Nelson Manrique, un movimiento social como el ocurrido en Huanta y las luchas que movilizo a campesinos, obreros y estudiantes en Ayacucho por la educacin son elementos claros de los pedidos de modernidad que hace este mundo rural. En realidad no hay ninguna contradiccin con lo que plantea Jos Mara Arguedas, mucho ms all de sus cultores de imagen revolucionaria que se reproduce an hoy da, mucho ms all de ello, Jos Mara Arguedas pudo descubrir por su investigaciones etnolgicas que en algunas provincias de nuestro mundo andino los pobladores no tenan una concepcin negativa de la occidentalizacin o modernidad, en realidad los pedidos bsicos o pliegos de reclamos que se formulaban entre esas dcadas pedan esa penetracin moderna tanto de colegios, servicios bsicos y carreteras, entonces desde cuando se ha tomado rumbos distintos?. Podra explicarse que la condena de la protesta social o esa mala imagen de
Luis Rodriguez Toledo, El diciembre de aquel ao http://www.annalicemoshist8ria.blogspot.com/2011/12/el-diciembre-de-ese-enero.html 2 El Per hirviente de estos das en Allpanchis, 17/18, 1981.
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campesinos terroristas se deben a la penetracin del PCP-SL en el imaginario nacional de relacionar todo aquel acto de protesta con el terror. Pero si las luchas al inicio del siglo XX eran polticas y se referan a las condiciones del obrero, luego seguiran aquellas luchas cotidianas de la vida prctica que se refiere a la diferencia de etnias en un mismo espacio producto de las inmigraciones y que desvelara un mundo rural desconocido, desconocido por las ideas socialistas de inicios del siglo XX en nuestro pas, por los movimientos obreros y sindicales, an desconocido por los intelectuales que lo rebajaron al termino homogneo y colonial de indio como lo hizo tanto Deustua, Lavalle, Encinas como el mismo Jos Carlos Maritegui, no fue sino hasta Jos Mara Arguedas que al indio se le dio otra realidad, ms compleja y diversa, encontrado en El Mantaro, Ayacucho y Chimbote realidades distintas y por ende necesidades distintas, al fin y al cabo todos los indios no eran iguales y tenan diferencias tnicas, econmicas y culturales, an as la mayora ante un olvido sistemtico del Estado requera estar acorde a las condiciones del pas y por ende exiga la penetracin de la modernidad y desarrollo. La podredumbre a la que fue condenado el mundo andino hasta bien entrados el siglo XX hizo que surgieran diversos intentos de cambio de la base social, unos ms radicales que otros, ms polticos que otros y as. Hubo rebeliones de campesinos durante todo ese siglo desde Rumi Maqui, Pedro Atusparia y otros, hubo penetracin de guerrillas urbanas instaladas en el mundo andino, y el mismo PCP-SL surgi en uno de los departamentos ms pobres del Per (Ayacucho) y al inicio tuvo un mediano respaldo, un estudio3 actual ha demostrado que mucho de los militantes del PCP-SL no eran tanto del sector campesino sino del sector de educacin, es decir profesores y estudiantes (tanto universitarios como colegiales) que sentan la indiferencia e inoperancia del Estado en donde vivan, sentan una marginacin social y vivan bajo la carga de la exclusin. El saldo de esta aventura dogmatica y violenta del PCP-SL fue de cerca de 70.000 muertos de ambos bandos, la criminalizacin a la protesta social y un estado inoperante de movilizacin, la reduccin de los espacios de izquierda a simples cpulas ansiosas de poder, un alejamiento de la poltica por parte de los jvenes y un letargo en la vida agitada de los gremios. Sin embargo a la cada del rgimen de Fujimori que nos dejo toda esa herencia, el movimiento social se levanto de a pocos, es cierto que se inicio con la confluencia de un conjunto de organizaciones y colectivos que pedan la cada del dictador, es cierto que en esa confluencia estuvieron muchos partidos polticos que no ven la protesta social como un medio de solucin de conflictos, el mismo Per Posible lideraba aquella histrica Marcha de los 4 suyos, es cierto todo eso, pero a partir de ello fue que el movimiento social se recupero dbilmente en nuestros das. Alberto Adrianzen en una celebre columna del diario La Repblica4 mencionaba que la mayora de los conflictos sociales que se dan en nuestro pas se debe a temas socio-ambientales, a la defensa de los recursos naturales y sus implicancias en la vida. Los varios gremios y colectivos que se han
Gabriel Salazar Borja, Apuntes sobre la captacin de escolares por el PCP-SL segn las fuentes de la CVR en la provincia de Vilcashuaman, 1975-1980 en Memorias del Primer Congreso Internacional de Estudiantes de Historias Lima, 2008 4 Alberto Adrianzen, La religin del presidente en La Repblica, 25 de junio del 2011.
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formado para estos fines en el interior del pas tienen la siguiente lgica, realizan demandas para revocar leyes, decretos supremos o diversos ataques estatales. Esto se ha dado preocupantemente en todo el Per, la minera es ahora el smbolo del crecimiento econmico y es reproducido en la prensa como el indicador de ingresos econmicos en el pas, mientras la otra realidad que no vemos o sentimos desde Lima nos demuestra un pas cuyos ros han sido intoxicados, cuyos nios han sido envenenados y que no hay ningn reparo en destruir ecosistemas. El tema ms inmediato se refiere al protagonizado en Cajamarca desde hace algunos meses, se quieren secar ros y lagunas destruyendo ecosistemas enteros, esto genero una movilizacin de las autoridades regionales contra el proyecto Conga que a finales de noviembre ya generaba paros y enfrentamientos con los policas. Pero en realidad estos enfrentamientos del ao 2010 y 2011 son la explosin de un tema generado hace dcadas y que se refiere a la contradiccin entre los intereses de ciertos grupos econmicos y las poblaciones autnomas daadas, esta contradiccin llevo al enfrentamiento en Bagua en junio del 2009 en uno de los episodios ms lamentables de nuestra historia actual, con muertes tanto de policas como de campesinos amaznicos de Bagua, Utcubamba y Condorcanqui. Esto se debe a que las reglas del Convenio169 no se aplicaron y no se respeto el derecho de las comunidades. Bagua y Conga son los ejemplos ms recordados en la memoria colectiva sobre las situaciones de conflicto en las regiones de nuestro pas, pero a estas se suman varios conflictos con el mismo problema por parte de los pobladores y con el mismo ataque por parte del Estado. En el 2011 los 227 conflictos sociales que se produjeron en nuestro pas tuvieron respuesta de los gremios en Ayacucho donde la Asociacin de Mineros Informales de Luicho en Paucar lucha varias hectreas de oro y plata con las comunidades campesinas de Pomacocha. Un conflicto paradigmtico, ya que la disputa no es con las instituciones estatales sino con una provincia aledaa demostrando la heterogeneidad de intereses en el interior de nuestro pas. Esta minera informal (ilegal en otras palabras) es hasta cierto punto explicada por la ineficiencia del Estado para generar puestos de trabajo en esa zona y olvidndola dejndola en la pobreza, los pobladores mencionan que gracias a la minera de oro y plata sus condiciones han mejorado considerablemente. En Ucayali la Confederacin de Productores Agropecuarios de las Cuencas Cocaleras del Per (COMPACCP) ha movilizado a los pobladores de Aguaytia en funcin del proceso de la erradicacin de diez mil hectreas de cocales, hecho que quieren impedir haciendo velar sus derechos como agricultores. En Andahuaylas la Federacin Campesina pide un decreto supremo que suspenda las concesiones mineras, es decir aqu ya no hay ningn tipo de concesin o pedido a medios sino una simple y absoluta negacin de la presencia minera en esa zona. En Ancash el tema es el mismo, los Comuneros de Recuay y Huari se quejan sobre la presencia de la minera Antamina, debido a que la contaminacin afecta la ganadera al promover pastos infectados que no son comestibles por los animales y la agricultura no produce entre otros motivos por el agua envenenada. En Tacna los gremios se unen contra el proyecto de ampliacin minera de la Southern debido a los problemas de medio ambiente ya sealados. Y esto es preocupante, la Autoridad Nacional de Agua (ANA)
menciona que 21 ros del pas estn contaminados con elementos mineros, los departamentos ms afectados son Cajamarca, Ancash, Tumbes, Piura y La Libertad. Por este motivo en Islay (Arequipa) los agricultores manifiestan la preocupacin por la contaminacin del ro Tambo que afecta las actividades econmicas de los agricultores que los dejaran sin agua para sus tierras. En Loreto el Frente Patritico y varias organizaciones realizaron protestas contra la aplicacin de una ley estatal que desviara el trasvase de los ros Maraon y Huallaga hacia la costa. Un mismo caso sobre el dao a ecosistemas que poco le importa al Estado. En el ro Maraon la provincia de Datem por medio de la Organizacin Shuar del Morona (OSHDEM) realiz protestas contra la empresa petrolera. Y en Puno el Frente de Defensa de los Recursos Naturales de la Regin Puno, unin de gremios de El Collao-Ilave se movilizan contra la minera, pueblos aimaras durante 45 das realizaron paros y protestas durante el mayo pasado debido al problema de dcadas que tienen en esa regin y es los daos colaterales que produce la actividad extractiva en esas regiones. El Frente de Defensa por la Vida y el Medio Ambiente de Scota de la provincia de Cajamarca en Cutervo tambin menciona su oposicin del ingreso a la minera por la contaminacin del agua de los ros, en Cuzco Espinar la Defensora del Pueblo del Cuzco se pronuncia contra el proyecto Majes-Siguas. Todos estos conflictos tienen casi los mismos mviles, persiguen y piden cosas tan bsicas y humanas, sus gremios producen un movimiento social digno de ser escuchado pero por lo general son peleas regionales que llegan a Lima de manera distorsionada e insignificante, el Estado no tiene ningn inters en solucionarlo a pesar de que se reduzca los problema a una ecuacin tan simple como elegir entre el dinero o la vida. La informacin del movimiento social de trabajadores en el interior del pas me es poca, solo encontr en Lima. Los casos ms representativos actuales de las reivindicaciones de los trabajadores no dista mucho de los pliego de reclamos de las cartas de obreros de a inicios del siglo XX5, es decir las reivindicaciones generales se deben al incremento de salarios y generar mejores condiciones laborales. Esta actividad sindical tuve su eco ms fuerte en agosto cuando el sindicato de trabajadores en Ripley realiz varias protestas. As mismo los trabajadores de Poder Judicial protagonizaron la misma situacin en el 2010, otros sindicatos como el de TopyTop no solo luchan por mejores salarios sino tambin para impedir despidos arbitrarios entre otros temas. Pero generalmente estos reclamos son efmeros y no desarrollan ms all de logrado su reivindicacin inmediata. En las universidades el nivel de desarrollo de movimiento social es complejo y variado, la PUCP ha logrado movilizar fuertes cantidades de estudiantes de su poblacin, una respuesta estudiantil que se ha reflejado en los intereses administrativos de dicha universidad contra el afn intervencionista de la Iglesia Catlica, aqu los estudiantes hablan de autonoma y de pluralidad de ideas,
Mariza Huamn. Cartas y denuncias de la clase obrera a inicios del siglo XX en Memorias del Primer Congreso Internacional de Estudiantes de Historias Lima, 2008
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cambiando la naturaleza originaria de la universidad. En la UNAC las federaciones y centros federados se han movilizado por el Reglamento de Estudios de Pre Grado, un documento que impondra varias limitaciones en los estudiantes a la hora de la matricula. La UNMSM en su historia despus de la cada del rgimen fujimontesinista no ha sabido desarrollarse por luchas concretas ni tampoco ha logrado activar sus rganos representativos como la FUSM, una intestina lucha entre espacios ha llevado a los supervivientes gremios de la universidad ha limitarse a temas locales o a luchas inmediatas y fsicas, como el clebre movimiento de autonoma en contra de la aplicacin del proyecto de la Municipalidad de Lima en la construccin de un By Pass y un anillo vial en la Av. Venezuela y Av. Universitaria que recortara parte del campus universitario, el movimiento de estudiantes fuera de esta coyuntura (an no resuelta) es pasiva y lenta, en parte por los fantasmas de la antipolitica y la herencia de Fujimori. Los gremios de las universidades de nuestro pas tienen nivel de respuesta minsculo, solo casos como los de Huancavelica hicieron recordar el extraordinario movimiento ocurrido en Huanta, por otro lado el proyecto de la ley universitaria 23733 que ha sido tachada por varios sectores estudiantiles como antipopular y excluyente no ha sido debatida en las universidad a un nivel suficiente que recomponga sus alicadas fuerzas lo que hace suponer que la actividad de gremios estudiantiles y su capacidad de movilizacin es insignificante en relacin a los ataques del Estado y al nivel de desarrollo de otros gremios sociales del interior de nuestro pas. A esto la FEP, un gremio irreconocido que no ayuda en nada se sostiene como un elemento burocrtico incapaz de movilizar ms all de los sectores que se encuentren en su direccin. Nuestra conclusin se reduce a mencionar que el movimiento social actual en nuestro pas tiene su mayor intensidad en los conflictos regionales producidos por la defensa del medio ambiente y los recursos naturales, hablamos ya no de una reivindicacin sino una defensa de la vida en el sentido estricto, en algunas zonas an se consiente la minera controlada y cuidadosa, en otras se niega completamente la actividad minera, se ha desarrollado una brecha donde lamentablemente los improvisados gremios o frentes de defensa estn solos. Los sindicatos de trabajadores persigue reivindicaciones inmediatas relacionado a su aspecto laboral mientras los gremios estudiantiles no salen an del efecto-Fujimori sobretodo en San Marcos, su protagonismo es mnusculo en el desarrollo del movimiento social a nivel nacional. En realidad no hay unidad de los tres sectores que deberan ser capaces de movilizar a la poblacin, los sectores de campesinos, trabajadores y estudiantes estn separados caminando solos, uno ms indefenso que el otro.