Navajas Siglo XX. Literatura, Tecnologia, Apocalipsis

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El siglo XX.

Literatura, tecnologa, apocalipsis Author(s): Gonzalo Navajas Reviewed work(s): Source: Anales de la literatura espaola contempornea, Vol. 30, No. 1/2 (2005), pp. 325-343 Published by: Society of Spanish & Spanish-American Studies Stable URL: http://www.jstor.org/stable/27742347 . Accessed: 16/05/2012 12:33
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EL SIGLO XX. LITERATURA, TECNOLOG?A, APOCALIPSIS GONZALONAVAJAS


University of California, Irvine

I. Las Una

cuatro fases del siglo XX

parece v?lida para definir el primera caracterizaci?n manera XX de comprensiva: ha sido uno de los periodos siglo m?s condicionados por la interacci?n conflictiva de posiciones Se inicia con la extremos movimientos y contrapuestos. y la confianza de positivista en el poder ruptura nietzscheana de la ciencia

y la t?cnica para solventar todos los problemas En el caso espa?ol, comienza con la disolu de la humanidad. hist?rica que el pa?s ilusi?n de grandeza ci?n de la ?ltima manten?a y, a trav?s de Valle Incl?n, la confirmaci?n de la de la idiosincr?tica evoluci?n cultural del pa?s. periferizaci?n son los o la negaci?n Por tanto, el escepticismo ideol?gica rasgos de la primera fase que se extiende hasta 1918 y que del siste cuestionamiento podemos denominar de apasionado matismo racional y cient?fico con que se identifica el ?ltimo tercio del siglo XIX (Crisis ofReason 53).
Luego, ese primer momento se transforma en un movi

miento diferente y progresivamente divergente del anterior, como la destruc influenciado por varios factores generales, el de la primera guerra mundial, ci?n masiva y absurda triunfo de la primera revoluci?n de origen proletario en Rusia y la emergencia del fascismo a un primer plano internacional. En los a?os veinte del nuevo siglo, se pasa de una situaci?n de escepticismo y antisistematismo ideol?gicos a una reno

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que se transponen a la praxis pol?tica y se realizan en ella de como lo prueban manera la Guerra Civil espa apocal?ptica, ?ola y la segunda conflagraci?n mundial. Esos dos aconteci en a la reali mientos son, realidad, siguiendo Clausewitz, zaci?n?a trav?s de la praxis de la violencia ?ltima-de formas en la confianza de pensamiento que afirman una renovada

de los movimientos vada magnificaci?n omnicomprensivos. enfren el segmento central del siglo XX, se producen tamientos totales y sistem?ticos en el campo de las ideolog?as

del modelo de la prioridad colectivizante, emergencia al que aparentemente programas pueden proporcionarle no modos de realizaci?n ?l hallar que por personal puede mismo. Esta segunda fase, que concluye en 1945, con el fin

de los movimientos viabilidad y totalizantes comprensivos con el consiguiente imperativo del sacrificio y entrega perso nales a una causa supraindividual. Frente al subjetivismo y el del yo individual de la fase previa propios predominio este periodo se caracteriza por la (Kierkegaard, Unamuno), los yo s?

del realismo al diversas tendencias social (Brecht, Gorki) combativo de Guernica der Picasso la Bauhaus Mies Van y y Rohe en el ?rea de la creatividad arquitect?nica. El per?odo posterior vuelve a ser de progresiva deflaci?n

de la segunda guerra mundial, la denomino de inflaci?n ideo l?gica. En literatura y arte, produce textos de gran intensidad dram?tica te?rica que comprenden desde las y convicci?n

El caso espa?ol es an?malo por la influen cia del franquismo y, por ello, la plena inserci?n del pa?s en esta fase no se produce hasta 1975 con la muerte de Franco. en los a?os con la im ochenta Este concluye periodo nuevo del de la comunicaci?n paradigma digital en plantaci?n todo el mundo y el inicio de la fase posnacional y posut?pica de la econom?a y la cultura. Esta cuarta fase posnacional y global del siglo XX se de la modernidad. tambi?n la apertura adentra hasta el siglo XXI y caracteriza del nuevo siglo. Es la herencia m?s reciente de un siglo sobre no se produce otro. A trav?s de ella, la omnicomprensividad

de las opcio del sistematismo ideol?gico y de descalificaci?n nes sartreano fundacionales: el existencialismo la y son es los fase la de Esta ejemplos. ep?gonos posmodernidad

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en el campo de las ideolog?as sino en el de la creaci?n de un marco compartido de intercambios culturales. Los lenguajes y en ese espacio compartido son c?digos que se intercambian en se que diversos, pero, a diferencia del pasado, produc?an en los compartimentos cerrados de la naci?n, ahora se rea lizan de manera

abiertos a la comprensi?n y transnacional, es la esta fase ?ltima de todos. destacar que que Hay posesi?n universal ?nica y no que tiene una validez propiamente como ?mbito al las fases europeo restringida, previas, queda en la que nos hallamos y nos americano. La fase posnacional constituye de modo definitorio es el primer periodo aut?n ticamente universal de la cultura. El rasgo central que unifica toda la trayectoria epist?mica no lineal el movimiento, del siglo XX es, por consiguiente,

la devaluaci?n pero progresivo, hacia ideol?gica y el debili tamiento del marco nacional como referencia unificante de la creaci?n e interpretaci?n cultural. El caso espec?fico espa?ol sigue en l?neas generales esta trayectoria, con el prolongado interregno del franquismo, que puede interpretarse como una de la fase de inflaci?n tangencial y caricaturesca prolongaci?n de de mediados siglo. ideol?gica II. Tecnolog?a y arte

Un rasgo que define todo el siglo es la creciente interrela de la tecno ci?n del lenguaje y los m?todos y procedimientos arte. La utilizaci?n con el la cultura escrita gene y log?a ralizada de la fotograf?a y las artes visuales es el agente deter la de esta nueva minante relaci?n. La fotograf?a provoca

radical y definitiva de la naturaleza mim?tica reconsideraci?n las opciones no-repre del arte y abre para las artes pl?sticas la condicionado hab?an sentacionales que previamente evoluci?n art?stica. Sin la presi?n ejercida sobre el paradigma en prin de la est?tica moderna por la representacionalidad no o hubie Dal? de la absoluta fotograf?a, Manet, Sisley cipio ran sido posibles. la literatura y el arte pero lo hace La tecnolog?a determina
de manera contradictoria y no necesariamente arm?nica y

lineal. Una

parte determinante

de la evoluci?n

de la historia

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intelectual conflictivo

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del siglo XX se hace a partir del intercambio con la tecnolog?a. Un del discurso human?stico ese ve a de discurso la segmento tecnolog?a como un invasor m?s de la naturaleza constitutiva del pensa destructivo miento human?stico. La t?cnica es ineludible, pero lo es como con el que enfrentarse. un destino fatal de la modernidad Heidegger elucidaci?n

de manera contundente y convertirla en la para repudiarla su fundamentaci?n de y anti "quijotismo" antitecnol?gico El divorcio y disputas entre las "dos culturas" moderno. la revoluci?n prosigue hasta que, en las dos ?ltimas d?cadas,

son figuras en la emblem?ticas y Unamuno con de las relaciones del pensamiento humanista con de la irrupci?n masiva la tecnolog?a. Heidegger por en que la tecne condiciona la alternativa siderar el modo Unamuno que es su pensamiento. ontol?gica exploraci?n

convierte esa divisi?n en un hecho superado digital universal el lenguaje inform?tico, las estructuras y ya innecesario: y a las ?ntimamente vinculados c?digos de los grandes media, nuevas tecnolog?as de la informaci?n, est?n con nosotros de manera flagrante e incontestable. Podemos juzgarlos cr?tica mente y exponer sus insuficiencias y excesos pero son inne

ese medio extendida plenamente Si a principios de human?stico. evasi?n de la cultura acad?mica de y afirmarse en la separaci?n eran tan divergentes dos lenguajes y paradigmas real que esa evasi?n ya mente incompatibles entre s?, en la actualidad no es posible. La tecnolog?a, desde la Internet a los medios

l?gico y con la influencia de hacia el resto del discurso siglo era todav?a posible la con relaci?n a la tecnolog?a

a principios de siglo, como una gables. Lo que empieza, entre divisi?n la visi?n human?stica convencional y los nuevos medios de la tecnolog?a (como se refleja, por ejemplo, en Proust, Bertrand Guillen y Salinas) Kafka, Russell, con la del incuestionable tecno medio concluye implantaci?n

Durante

inform?ticos y visuales, forma parte integral de las relaciones de la humanas todos los aspectos y penetra y condiciona comunicaci?n cultural. Las posiciones de distanciamiento frente a su influencia no son, por tanto, ya justificables. es la referencia paradigm?tica La arquitectura al respecto. todo el siglo XX, este medio art?stico ha debido

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un proceso paralelo al de la literatura y la experimentar es una con la escritura. La arquitectura cultura vinculada centrales y m?s represen forma que, en sus manifestaciones la est?tica cl?sica y tativas, responde a los signos del pasado, sus principios can?nicos. La arquitectura del vinculada de manera m?s o menos consciente templos grecolatinos de Atenas y Roma como g?ticas y, aunque no emplee necesariamente siglo XX sigue y expl?cita a los a las catedrales sus recursos de

manera

mente

una conexi?n vital con ellos. reconocible, mantiene son desde Antonio Gaud? a Michael Los ejemplos abundantes: Graves, Rafael Moneo y James Stirling, los principios del arte can?nico cl?sico viven a trav?s de la cita directa, la parodia o en las construcciones de Barce el pastiche, arquitect?nicas o Stuttgart. La arquitectura del lona, Florida, Los Angeles siglo XX es el medio que ha sabido encontrar m?s apropiada una

las pulsiones del pasado que siguen activas y presentes en su de Rafael Desde la Catedral de Los Angeles orientaci?n. a los diversos museos Guggenheim en varias ciudades Moneo ha sabido de Europa la arquitectura y Estados Unidos, la incitaci?n de la y tecnolog?a?los procedimientos conjugar como las maquetas nuevos, por digitalizadas, conceptos a las necesidades la adecuaci?n y los gustos de ejemplo?con un p?blico de una la demanda que amplio presencia

convivencia funcional y efectiva entre la historia e instrumentos de el los nuevos materiales y presente, pasada dise?o y el pasado preceptivo (Jencks 110). Esta capacidad sea una asimilativa es la que ha permitido que la arquitectura forma art?stica receptiva tanto a la nueva tecnolog?a como a

conciencia de continuidad hist?rica en los edificios p?blicos que forman parte del patrimonio colectivo. La trayectoria no ha sido lineal e ininterrumpida. La ruptura de la Bauhaus y tal como los principios antihist?ricos del Estilo Internacional, se revelan desde Berl?n a Chicago, deben interpretarse como

un par?ntesis de los or?genes de reflexi?n y reconsideraci?n hist?ricos y primordiales de la arquitectura (Droste 204). a de la cultura extensi?n y la Tecnolog?a equivale en torno a ella a un p?blico m?s informaci?n y comunicaci?n amplio. La Internet es el ejemplo m?s notorio. Ha permitido de fron sin distinci?n todo el mundo, que potencialmente

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informaci?n. Al teras y lenguas, tenga acceso a una misma la indiscriminada mismo de esa tiempo, superabundancia informaci?n ha contribuido a disminuir el rigor de los crite rios y los principios tradicionales por los que el arte y la literatura eran juzgados. Lo que para Benjamin significaba en los a?os veinte las posibilidades ilimitadas del arte a a obras can?nicas ese momento hasta trav?s del acceso a unos su manipula conllevaba tambi?n pocos restringidas con ella, la devaluaci?n ci?n y, asociada de las jerarqu?as y El edificio del saber human?stico cl? divisiones establecidas. en sus fundamentos eso sico parec?a resquebrajarse y pro en duc?a alarma y actitudes autodefesivas. d'Ors, Eugeni Tres horas en el museo del Prado El valle de y Josafat,

articulada de emprende una defensa firme y brillantemente ese edificio amenazado. se con la Su posici?n corresponde desconfianza de la cultura escrita con relaci?n a la tecnolog?a la hasta que perdura en segmentos de la cultura acad?mica actualidad.

el pa?s donde de la los enfrentamientos ideol?gicos menos del fueron y virulentos, parte siglo agudos primera en comparaci?n con su violencia extrema en Estados Unidos, en la actua el espacio europeo o asi?tico, sea precisamente son m?s contun lidad el lugar donde esos enfrentamientos que
dentes. Una contundencia que, por otra parte, de acuerdo con

las Kulturk?mpfe del discurso acad?mico actual, que son la de los enfrentamientos versi?n universitaria ideol?gicos viru la mitad del siglo XX. Es curioso notar lentos que ocuparon

Su apolog?a del saber y el arte cl?sicos responde al reconocible y imperativo personal de situarse en un marco de las nuevas manifesta seguro frente a la incertidumbre ciones de la cultura popular de masas. Ese dilema que d'Ors se prolonga hasta la investiga y experimenta personalmente actualidad y determina una porci?n del debate cultural con

buc?lico al americano del campus y arc?dico, de la confusi?n y desorden urbanos, no trasciende margen al resto de la sociedad. A mayor m?s que tangencialmente en los campus culturales de las batallas encarnizamiento entre los partidarios de diferentes tendencias y escuelas m?s parece ser la indiferencia del resto de la sociedad hacia ellas el modelo

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ya que culadas

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miento.

la mayor parte del siglo, el enfrentamiento Durante asum?a una superioridad jer?rquica de la v?a cultural literaria el favorecida y est?ticamente can?nica, por lenguaje con El Museo acad?mico. simb?lico de la historia occidental sus grandes iconos y muestras de esa histo representativas cultural m?s ria, que d'Ors valora como la modalidad leg?

abstractas desvin las percibe como elucubraciones de la din?mica social real. Se puede afirmar, no obstante, que el siglo XX concluye con el enfrentamiento entre las v?as y m?todos culturales ha m?s de dos tercios de su que divergentes ocupado con una en hist?rica, aunque trayectoria particularidad cuanto a la interrelaci?n de los componentes del enfrenta

una

como la opci?n hasta la actualidad tima, ha prevalecido preferente de la cultura. Para esa v?a, los referentes, formas y lenguaje de la cultura elevada preced?an a otras posibilidades culturales en una jerarqu?a del saber que no era meramente

a objetos y referentes que nunca hab?an sido admi El arte pop, la literatura de entreteni tidos previamente. son el miento, pensamiento soft, la est?tica minimalista esa museo de de la del cultura. algunos ejemplos expansi?n abierto En el medio Almodovar

con formulaci?n te?rica sino que ten?a repercusiones cretas ya que determinaba textos obras el y ganaban qu? acceso al Museo excluidos. Lo que ha y cu?les quedaban cambiado al final del siglo es la naturaleza de los objetos que en sus se han incluidos el Museo ya que puertas quedan

del cine de la irrupci?n dominadora espa?ol, un Amen?bar (ambos y repertorio emplean conceptual que pertenece al ?mbito de la cultura no acad? Barlett o P?rez mica) y la ficci?n de Ruiz Zaf?n, Gim?nez Reverte ponen de manifiesto que el repertorio cultural se ha antes. Es irrealizables ampliado y se ha abierto a opciones se La cultura revertido. m?s. La secuencia ha jer?rquica a En la las acad?mica formas actualidad, populares. preced?a ocurre precisamente el movimiento contrario. Son las formas sobre todo a la vinculadas de la cultura no acad?mica, e nueva la comunicaci?n de informaci?n, las que tecnolog?a m?s el visible y preeminente y las que parecen ocupan lugar los t?rminos conductores del debate. El siglo XX determinar

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con la destrucci?n del museo monumental y a como han del lo del arte occidental, siglo largo preceptivo reclamado formaciones ideol?gicas y est?ticas radicales, desde a Dario Fo y La Fura dels Baus sino Andr? Breton y Bu?uel a partir de criterios de selecci?n y con su reconstrucci?n categorizaci?n De nuevo

renovados. es la forma que ha logrado un la arquitectura En las tendencias divergentes. m?s de apropiado equilibrio la de actualidad muestras m?s arquitect?nicas prominentes e conviven arm?nicamente c?digos y formas conceptual en una ha din?mica relaci?n hist?ricamente que distintas,

logrado adem?s la confluencia de objetivos entre los creadores del edificio emblem?tico y el p?blico que se beneficia de ese no s?lo de la cr?tica especia edificio. El ?xito de p?blico?y actual es una los grandes iconos de la arquitectura lizada?de ha sabido de que el discurso arquitect?nico demostraci?n el las fronteras jer?rquicas que han debilitado superar de de la cultura escrita. El nuevo Reichstag desarrollo de Gehry en Bilbao Norman Foster en Berl?n, el Guggenheim o el renovado museo d'Orsay en Par?s son realmente de todos o cultural. Quisiera de origen nacional sin distinci?n pro poner que la fracturada cultura literaria acad?mica?dividida con en una multiplicidad de grupos, sub-grupos y grup?sculos real de comunicaci?n y di?logo entre s?? en el modelo para producir arquitect?nico podr?a inspirarse e un repertorio m?s entre sus interdial?gico comprensivo escasa capacidad La alternativa diferentes componentes. puede ser la conde naci?n a la irrelevancia e indiferencia colectiva hacia lo que, en ?ltima instancia, puede no ser m?s que una defensa inte exclu de los territorios ideol?gicos resada de la propiedad
sivos.

III. La

recepci?n de la textualidad

todo el transversalmente Otro concepto que determina este con En texto. se del la relaciona aspecto recepci?n siglo una evoluci?n creciente hacia un desplaza es manifiesta miento de la atenci?n desde el autor al receptor del texto. El es, en siglo que precede al XX y lo condiciona y determina

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del la individualidad rom?ntico que potencia y distintividad con como el decisivo de criterio el la obra que juzgar y agente valorar el proceso de creaci?n. Desde perspectivas ideol?gicas Marx, Bakunin, distintas, Byron, Victor Hugo, Nietsche, Zola o Men?ndez dominan el horizonte y Pelayo Gald?s, de todo un siglo y le imprimen un car?cter intelectual absoluto que no deja demasiado espacio para otras indivi es El XIX el dualidades. siglo de los movimientos siglo

el per?odo de los nombres y figuras arte y pensamiento, se inicia con el modo est?tico El proceso excepcionales.

a partir de las ideas de estructurados colectivos comprensivos una figura monumental que los inspira y define. Es un siglo una de de originadores discursividad ideol?gica que tiene unas ramificaciones En el universal. profundas de manera de la agencia del texto, contribuye a la arte, esa magnificaci?n monumentalizaci?n de la obra y a que su receptor se vea incontestada hacia limitado a un papel ancilar de admiraci?n lo que se le presenta como un todo completo y cerrado que El siglo XIX produce queda m?s all? de todo cuestionamiento. un modo est?tico en el que el autor predomina y abruma al

Mann, Neruda, Ortega y Gasset, J-P Sartre y Vargas Llosa son otros ejemplos notables de la perduraci?n hasta la actua lidad de un yo autorial magnificado. No obstante, no es ?sa la en la segunda mitad en particular vertiente predominante, con la deflaci?n de ese acuerdo del siglo. De ideol?gica como una de su consecuencia el sufre disminuci?n yo per?odo, en el paradigma de las ideas prevale inc?moda ubicaci?n es o posmoderno estructuralista cientes. El yo existencialista, de un yo tentativo, debilitado por las m?ltiples decepciones no cumplidas las grandes promesas program?ticas (el fracaso como socializada de la ciencia, la tecnolog?a y una humanidad

establecer una l?nea de pensamiento espec?fica que lo dife funda rencie de las dem?s y, a trav?s de esa diferenciaci?n, su Thomas de mentar la preservaci?n yo. imperecedera

receptor de la obra. de la figura El siglo XX se inicia con similar predominio en en el medio el autorial. Unamuno es, ejemplo m?s espa?ol, en voz el intercambio de Su clama aparente. poderosa a su su derecho afirmando intelectuales de ?poca opciones

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panaceas ut?picas similitud

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para toda la humanidad), que no guarda con el ?bermensch y afir grandilocuente ninguna mativo de las d?cadas precedentes. como contra de la autor?a produce Esta debilitaci?n un la visibilidad funcionalidad incremento de del y partida un ser El de la textualidad. artista de daimon deja receptor privilegiado transferible

irrepetible e in pose?do de una perceptividad en una se ?l descubre y figura que responde a las una crea de y organiza un conjunto de ?poca que pulsaciones la textualidad. La orientan que preexistentes principios es una muerte del autor en Barthes, Foucault Lacan y consecuencia de esta nueva configuraci?n del yo y se realiza en la dispersi?n del yo estructuralista en el de modo m?ximo que la identidad

individual queda definida por la red de en la que ese yo queda inserto. La significados m?ltiples de la taxonom?a la ubicaci?n contextual del y importancia son la consecuencia texto en la metodolog?a de estructuralista esta disipaci?n del yo en una red de significados lo que
superan y condicionan. Un yo menor, una obra menor y un

receptor
rados?son

cuyos
cada

gustos
vez m?s

y juicios?m?s
determinantes.

que

criterios

elabo

como digno de ser codificado como ?xito y se presenta analizado can?nico. El homo academicus por apropiadamente como un ser que responde a leyes o ritos reductivos Bourdieu y autosuficientes

sorprende, por tanto, el que el siglo concluya con la de la cultura y del receptor, el consumidor absolutizaci?n en el las del mercado de que dictaminan leyes juego c?mplice no s?lo lo que se lee y consume sino tambi?n lo que tiene No

dise?ados por ?l mismo y la instituci?n a la su viabilidad al de fuera del reducto margen que pertenece su ha de acad?mico para propio, perdido parte capacidad intelectual y est?tica y ha cedido una la normativa establecer de la obra porci?n de su influencia al receptor an?nimo (Bourdieu 120). creativa al El shifting desde el origen de la discursividad es notable. Este cambio puede t?rmino de esa discursividad desde una posici?n leerse desde dos posiciones contrapuestas: favorable, el cambio se?ala la ?ltima reposesi?n del arte por e implicar?a, disipada el p?blico ya para siempre el aura

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una estricta de territorios. Desde y demarcaci?n nueva sin ubicaci?n del texto cr?tica, posici?n embargo, la a la ?ltima fase de la trivializaci?n del proceso equivale art?stico, el final de la larga trayectoria que, desde Plat?n a ha hecho de la realizaci?n art?stica un camino Heidegger, de singular de la conducta humana. El siglo XX ocasionar?a ese modo el declive ?ltimo de una minimizaci?n del artista a Dan Brown, que conduce desde Miguel Angel y Calder?n exclusi?n Luc?a
en

del objeto art?stico, la definitiva democratizaci?n sacralizante en el que todos, del arte, convertido en un acto comunitario el de proceso de generaci?n agentes y receptores comporten una a nuevas del todo y abierta obra nunca concluida a partir de la colaboraci?n y no de la configuraciones

Etxebarr?a, novela y

Ruiz el

Zaf?n

y otros productos

imperantes

el mercado.

cine?ambas formas narrativas para casos La ficci?n p?blicos amplios?proveen ejemplares. cogni tiva de la primera parte del siglo, con Proust, Kafka, Una muno y Borges, aspira a dar una configuraci?n narrativa a los temas del pensamiento y la condici?n moderna y grandes con o menos resultados m?s satisfactorios, se prolonga luego, en la novela social a trav?s de la vehiculaci?n del arte en un ese camino De inicial proyecto ut?pico y revolucionario. ambicioso hemos pasado a la novela de la simplificaci?n de los grandes temas que tiene el prop?sito de edulcorar y suavizar de sus conte para el lector las contradicciones y violencia nidos. La sombra del viento de Ruiz Zaf?n provee una ilustraci?n adecuada. Supone uno de los ?xitos m?s extensos de masivos la novela de los ?ltimos a?os tanto a y espa?ola como internacional. El ?xito no se produce, nivel nacional como como

La

en el caso de otros casos medi?ticos internacionales, el fen?meno Dan Brown o Stephen King, despu?s de una prolongada trayectoria, un build-up publicitario y comer leales. Esta novela cial de creaci?n de un mercado y p?blico manera de emerge inesperada y abrupta y capta la atenci?n de una audiencia amplia y diversa que incluye tanto perso como el de la pol?tica y cultura internacionales nalidades lector an?nimo. El ?xito se consigue, adem?s, a partir de la ese utilizaci?n de materiales que en principio no augurar?an

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desenlace: una construcci?n

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construcciones mente por

a partir de la re textualidad realizada de un periodo amplio de la historia de Barcelona del siglo XX hasta desde principios los que comprende a?os de la Una posguerra. recuperaci?n nost?lgica primeros de un tiempo en el que, de manera diferencial a otras re similares

Un tema que en principio se centra en la del inocente y el poder y la victimizaci?n implacable de la represi?n y la intolerancia se transforma en en los que la un repertorio m?ltiple de relatos paralelos la novela de masas. persecuci?n la morbidez la incesante y la movilidad necrofilia, captan atenci?n del lector en lugar del an?lisis ?tico o pol?tico. El texto nutre la expectativa del lector, confort?ndole y d?ndole la legitimidad de una postura que justifican argumentos a en los que el frente los dramas sangrantes complaciente siglo XX ha sido pr?digo. obra cl?sica La incrementa la conciencia a horizontes antes. abri?ndole insospechados en del lector y la

de ese periodo se?alado inequ?voca la orientaci?n la violencia la muerte, y no es la denuncia o la aserci?n ?tica sino la determinante diversi?n y el entretenimiento. La sombrea del viento aspira a en torno a corroborar las expectativas del lector convencional

con profundidad castigo penetra mente turbulenta de un asesino la

Crimen las motivaciones de

y A la recherche du temps de la identidad del yo investiga perdu configuraci?n moderno. En ?stos y otros textos similares, la obra origina un incremento en el conocimiento del receptor, es un reto a sus

en torno a la dicotom?a y estereotipos presuposiciones una a incitaci?n cuestionarla y situarla en un marco yo/otro, diferente. entre La relaci?n que se establece comprensivo texto y receptor es de un intercambio no igual ya que es el autor del texto quien sigue decidiendo los contenidos y la de la textualidad. Un intercambio, no obstante, orientaci?n su desenlace est? abierto y no resuelto de genuino porque
antemano

La intercambiabilidad que se propone en La sombra del viento es muy distinta. El autor conoce las claves que compo nen y organizan la expectativa del lector contempor?neo, las statu del sino confirma. No cuestionamiento quo hay acepta y

por

una

de

las partes.

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un asentimiento

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a la simplificaci?n y la confirmaci?n de lo El medio establecido. visual, televisivo y f?lmico, provee el modelo de referencia predominante. Crea unos principios a una audiencia media y luego esa misma audien aplicables definida y configurada de antemano, es la que reclama la cia, se repro continuaci?n del statu quo, el que los principios de duzcan mon?tona y rutinariamente por encima cualquier est? orientado opci?n divergente. No es ?sta, sin embargo, obras y textos que Hay vertiente afirman alternativas la ?nica v?a para la receptividad. con la conectan directamente arte y con su funci?n de proveer

y coincidencia del texto con el marco est?tico as? desde y axiol?gico preexistente. La literatura se desplaza un marco cognitivo y cr?tico al del entretenimiento. Un de la est?tica ostensible segmento particularmente como en se La hace obvio del viento, sombra contempor?nea,

nables:

de los episodios m?s propiamente ?picos de todo el siglo XX. en del saber estereotipado De ese modo, es la desconfirmaci?n torno a un tema sacralizado la que abre el camino para un ?xito s?lidamente mayoritario. Por su parte, Javier Mar?as ha a trav?s del un discurso diferencial establecer logrado cuestionamiento transparencia
prevaleciente.

de la naturaleza la variaci?n de la narraci?n heroica. La novela produce una v?ctima imprevisible, el ide?logo fascista en en declive, y un h?roe ambiguo, Miralies, S?nchez Mazas torno a los cuales se trama una narraci?n anti?pica sobre uno

la novela de Javier Cercas, Soldados de Salamina, y la obra de Javier Mar?as en general con un ?nfasis espec?fico en Coraz?n tan blanco y Tu rostro ma?ana. La primera novela incide de nuevo en la Gran Historia del a XX lo hace sin hacer concesiones la y siglo simplificaci?n. Su especificidad, que est? en el origen de su ?xito, consiste en

textos que En otras palabras, el poder de la agencia textual en lugar de su subordinaci?n al de circun las urgencias imperativo stanciales. En algunos casos, la resistencia al statu quo no es incompatible con el ?xito mayoritario. Dos casos son mencio

cognitiva del de conocimiento.

de

las convenciones

de

ling??stica

y conceptual

que

la facilidad y la exige el mercado

338
Desde a
concluye,

ALEC el punto
en suma,

30.1-2 (2005) el siglo XX


se inicia:

de vista
de manera

de

la receptividad,
distinta a

muy

como

desde la lo largo del siglo, se produce una transmutaci?n como indi ente aut?nomo autor la del obra y prominencia autorial una a la funci?n de disminuci?n visible y dispersi?n y una progresiva potenciaci?n de componentes hasta hace poco en el proceso de la creatividad. circunstanciales IV. Tiempo XIX colectivo y tiempo privado

Al amparo del Geist und Zeit absolutos de Hegel, el siglo como eje del fue la ?poca de la irrupci?n de la Historia de la No el desarrollo y hay otra temporalidad. pensamiento en a ese como sea el que periodo siglo comparable ?poca que en una de la confianza las facultades mayor emerge capacidad
t?cnica, revoluci?n social?para trans formar el mundo.

humanas?ciencia,

El siglo XX tiene una relaci?n distinta con la tempora es precisa lidad. La causa principal de esa diferenciaci?n del concepto las consecuencias mente que sufre plenamente con de la historia absoluto promueve que el siglo XIX se XX del determinaci?n. La mayor decidida parte siglo mueve bajo el impulso favorable o negativo de sistemas com

prensivos que proponen una versi?n de la realidad humana en todos sus aspectos y pretenden imponer esa versi?n por encima de todas las otras opciones pasadas o presentes. Desde las diferentes versiones del fascismo a las utop?as sociales y en el siglo XXI, el funda ya de entrada ?ltimamente, como ?ltimo la Historia mentalismo isl?mico, el Diktat de la colectividad la trayectoria de criterio para orientar y regular la conducta del sujeto individual ha producido convul siones de gran magnitud y algunos de los acontecimientos El siglo XIX de la humanidad. de la historia m?s catastr?ficos construcciones concibe con ilimitado optimismo y empuje en principios irrevocables. Y el fundamentadas abstractas en la realidad de su XX las pone pr?ctica y experimenta siglo ese de horrores de los Gran siglo son la parte impacto. consecuencia del predominio de la Historia sobre el sujeto

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para el Todo sobre la tempo individual, de la temporalidad el ralidad para yo. El arte ha tenido una funci?n disidente y opuesta a esas versiones absolutizantes y el artista y el escritor han sido las a los desmanes de un Tempus se han enfrentado figuras que de la historia los principios han afirmado totalizante y como Ber de los Unamuno, privada y personal. Nombres o Pier Paolo Pasolini trand Russell, George Orwell proveen a veces parcialmente una ilustraci?n aunque aparente,

la funci?n de reciente m?s hasta la actualidad asumido de las coartadas desenmascadores ideol?gicas de ese Estado. Desde Valle y Garc?a Lorca a los Incl?n, Antonio Machado como Alfonso escritores del realismo social del franquismo

de esos autores contradictoria por la implicaci?n ocasional con algunos de los sistemas totalizantes. es particularmente El caso espa?ol ilustrativo ya que, a causa de la naturaleza represiva del Estado espa?ol durante gran parte del siglo, el artista y el escritor en particular han

intelectual y est?ticamente pero moralizante, limitada. La ruptura de los l?mites del imperativo social ha sido, a mi juicio, uno de los acontecimientos m?s notables de las dos se literatura precedente del siglo XX. La d?cadas ?ltimas en una hab?a estado local ubicado hab?a y temporalidad circunstancias de unas la urgencia determinada por como ha contrario El movimiento producido espec?ficas. altamente

Sastre, Blas de Otero o Gloria Fuertes, la literatura espa?ola del siglo XX ha estado condicionada por el imperativo de la denuncia de los excesos de la historia nacional. A diferencia de otras literaturas europeas, la espa?ola ha estado por largo en las de las circunstancias tiempo fijada en la descalificaci?n una Ha literatura combativa, sido, por ello, que operaba.

de la efimeridad y la liviandad la emergencia contrapartida intelectual que retroceden con temor ante el lastre de los grandes temas de la historia. Los ?ltimos a?os del siglo han una desde el desplazamiento temporalidad significado nacional y colectiva, al tiempo abstracta y despersonalizada, minimizado y privado de un yo que se opone a reconocer su los textos del ideas que motivaron identidad en las grandes

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pasado. El

ALEC

30.1-2 (2005) de hacerse una

de las servicio, para comprometerse de la conciencia individual. de la Grosse La decepci?n con relaci?n a las consecuencias Geschichte y la progresiva primac?a de las relaciones interin a a no de colectividad dividuales?de colectividad? yo yo y necesidades han sido factores n?cleos

del escritor ha dejado compromiso con causas externas al predominantemente literatura

texto, con

modos

son posibles entre las orientaciones de combinaci?n El salto desde Unamuno, Valle Incl?n y Blasco contrapuestas. Ib??ez a Almudena Grandes, Ray Loriga y P?rez Reverte es sea posible violento demasiado para que, por el momento, hallar un modo de acomodo entre visiones tan contrarias del de proceso literario y su inserci?n en el tiempo paradigm?tico la est?tica moderna. no obstante, por com La opci?n ?tica no ha desaparecido, textuales. La militancia pleto del horizonte de expectativas con una estruc previa, justificable cuando el enfrentamiento tura impenetrable lo exig?a, ha sido desplazada por una cr?tica en la que la iron?a y la indirecci?n significativa susti

en esta transformaci?n decisivos de los Es de la textualidad. significativos preciso esperar la de la historia para decidir futura del paradigma evoluci?n o qu? est? destinada a prevalecer cu?l de estas orientaciones

casos ilustra tuyen al clamor combativo del pasado. Unos tivos. En el cine, Los lunes al sol de Fernando Le?n de de Pedro Almodovar. Aranoa educaci?n En la y La mala la obra de Enrique Vila-Matas y Antonio Mu?oz novela, Molina. tienen un prop?sito Las dos pel?culas mencionadas de cr?tica de contextos colectivos lacerantes. Los lunes al sol los nuevos par?metros de las relaciones pone de manifiesto laborales que comporta la econom?a global. Se revelan las consecuencias de esa nueva econom?a a partir de un grupo de

amigos, carentes de cohesi?n ideol?gica y de clase, que hallan en la amistad y solidaridad de grupo el contrapeso para las frustraciones de su problem?tica situaci?n personal. El final en lugar de violentamente humor?stico, radical, es excep cionalmente corrosivo para revelar la despersonalizaci?n de

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sino en el modo de aproximaci?n y enjuicia precedente, miento de ese tema. Del modo c?mico e intrascendente que la resoluci?n de conflictos profundos a trav?s del propone humor?Todo sobre mi se mueve

un nuevo modelo econ?mico que no resuelve sino agranda las insuficiencias e iniquidad de modelos previos. en su ?ltima pel?cula, se adentra no en un Almodovar, en ?l?los tema nuevo sexual y efectos de la represi?n en su hab?a examinado cultural?, que ya filmografia

texto por madre, ejemplo?el en La mala hacia la educaci?n cinematogr?fico de la tensi?n entre los principios enfrentados y exacerbaci?n la irresoluci?n ?ltima de ese conflicto. En ambos casos, se produce una nueva aserci?n ?tica a partir de los par?metros que establece la sociedad global, ahist?rica e ideol?gicamente indeterminada, y la fr?gil posici?n del yo dentro de ella. Vila Matas emplea la iron?a para deconstruir la imposici?n de las convenciones sociales y culturales. En un tono a la vez sarc?stico y comedido, sus figuras off-key, ins?litas y psicol? alambicadas, gicamente presentan una afirmaci?n del valor de la disidencia frente a la conformidad y la homogenizaci?n colectivas televisiva

que nos ha impuesto la cultura de la banalizaci?n y visual de masas. Mu?oz por su parte, Molina, hace obvio que la textualidad puede hallar en el inter?s en las de la historia universal figuras m?s vulnerables y perseguidas el nuevo camino para un compromiso ?tico. Sefarad provee una ilustraci?n adecuada. Ya no es s?lo, como en Beatus Ule o

la exploraci?n de la persecuci?n de la diferencia Beltenebros, en el periodo m?s sombr?o del franquismo lo que motiva la textual. La ambici?n es ahora m?s amplia. La discursividad del terrorismo y el desplazamiento violencia indiscriminada de unos grupos f?sico y moral la opresi?n que produce contra otros son los motivos humanos centrales. En todos estos casos se hace manifiesto que los antiguos objetivos del con formas la de modernidad programa siguen vigentes en dimensi?n la la actualidad y restituyen reconfiguradas ?tica de la literatura
cuestionaba.

y el arte que

la indeterminaci?n

pos

moderna

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V. Balance ante el nuevo siglo. Una

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30.1-2 (2005)

literatura reubicada

miento

en el arte no parcela y tecnol?gico, su limitados reducidos el de el y mirada, segmentos objetivo arte pod?a hacer propuestas m?s generales y comprensivas. Por esa raz?n, parte del arte de ese siglo ha sido progra m?tico y prescriptivo, pero no ha logrado sus objetivos m?s cient?fico que de modo los realismos ocasional sociales, y ef?mero. Las diversas la filosof?a del absurdo vanguardias, son algunos

El siglo XX ha sido un periodo que se inici? bajo el signo del arte y el artista para definir de la condici?n privilegiada de modo distintivo y particularmente profundo la naturaleza individual en sus relaciones con los contextos de la conciencia El arte como modo de superaci?n de las suprasubjetivos. limitaciones de otras formas del conocimiento como la ciencia y la t?cnica. Precisamente porque, a diferencia del conoci

del siglo en particular han visto se empeque?ec?a en sus di maximalista con una El mensiones fines. reducci?n de los y siglo concluye en de la literatura y las humanidades objetivos universalistas literatura hoy es una actividad cultural entre general. Hacer d?cadas giada.

ejemplos. Las dos ?ltimas c?mo ese prop?sito

los par?metros y lenguaje lugar de dictaminar y determinar de la discursividad cultural, la cultura escrita deber? adap tarse al espacio m?s ido cediendo restringido que le han no m?s perspi medios m?s poderosos y efectivos?aunque caces o profundos para definir la experiencia humana?como e informaci?n. t?cnicas de la comunicaci?n las nuevas a esta nueva situaci?n y reformular la ubicaci?n Adaptarse literario dentro de ella puede ser el reto m?s del proceso determinante para la literatura del nuevo siglo.

otras, diferencial y genuina, pero no especialmente privile El ?nico reducto donde la cultura escrita y literaria es el medio la pero acad?mico, sigue siendo preferente influencia de ese medio se ha diluido y su influencia sobre la a sociedad en general se ha visto reducida significativamente casos espec?ficos en lugar de la totalidad de la sociedad. En

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