Las Fuentes de La Teologia Espiritual
Las Fuentes de La Teologia Espiritual
Las Fuentes de La Teologia Espiritual
Las grandes discusiones epistemolgicas que tuvieron lugar en las primeras dcadas del siglo XX1, ayudaron a que la teologa espiritual se convirtiera en una disciplina cientfica en el pleno sentido de esta palabra, y de esta forma ent r en el canon de las disciplinas teolgicas enseadas en las universidades2. Para que se pueda decir de alguna rama de la ciencia que es disciplina cientfica, hay que sealar sus elementos fundamentales, como: materia y objeto, mtodo y fuentes3. Comenzando desde Aristteles y pasando por Sa n t o Toms de Aquino y Melchor Cano, se considera que el problema de las fuentes del conocimiento cientfico, llamado tambin t p i c a, tiene la misma imp o rtancia que el del propio mtodo cientfico, porque, entre otras razones, las fuentes determinan el mtodo adecuado. De la adecuada eleccin de las fuentes dependen, en el mismo grado, la exactitud formal de la disciplina y su valor cientfico. Ocurre, sin embargo, que en la teologa espiritual la cuestin de las fuentes se trata de manera marginal. Los autores que se dedican a esta problemtica suponen que, si se trata de una rama de la teologa, sus fuentes son comunes a toda la teologa, de modo que no tienen suficientemente en cuenta lo especfico de esta disciplina4. Por eso existe la necesidad de reflexionar
1. C. GARCA, Corrientes nuevas de teologa espiritual, Madrid 1971, p a s s i m. 2. Las primera ctedras de teologa asctico-mstica se abrieron en el entonces Ateneo Angelicum (1917), ahora Un i versit San Tommaso d Aquino, y en la Un i versidad Gregoriana Gregorianum (1919) en Roma. En Polonia la teologa espiritual se ha empezado a ensear en la Universidad Catlica de Lublin en el ao 1957 por iniciativa del Pro f. Antoni Slo m k owski (m. 1982). En la ya fundada ctedra de teologa asctica y mstica, en los aos posteriores se form, por la gestin del Pro f. Walerian Slomka (n. 1933), la Seccin de Teologa Espiritual, convertida en el ao 1999 en el Instituto de Teologa Espiritual. En el Instituto, que actualmente se compone de 4 ctedras y tiene 4 pro f e s ores titulares y 6 profesores adjuntos, realizan los estudios de doctorado y de postgrado varias docenas ci de estudiantes: sacerdotes, religiosos y laicos. Cfr. M. CHMIELEWSKI, Instytut Teologii Duchowos K U L, en M. CHMIELEWSKI (ed.), Leksykon duchowos ci katolickiej, Lublin-Krakw2002, 355-357. 3. Cfr. P o jecie i klasyfikacja nauk, Lublin 31981, 167. 4. A. GUERRA, Teologa espiritual, una ciencia no identificada, en Revista de Espiritualidad 39 (1980) 344; M. BELDA, Lo statuto epistemologico della teologia spirituale nei manuali recent ( 1 9 7 8 - 1 9 8 9 ),en Annales Theologici 6 (1992) 454-457. 843
s o b re los loci theologici de la teologa espiritual que actualmente se cultiva como teologa de la experiencia espiritual5. Precisamente, al tener en cuenta la experiencia espiritual hay que dedicar ms atencin a las fuentes especficas de teologa espiritual.
1. FUENTES COMUNES
La teologa espiritual forma parte integral de la teologa catlica, por eso bebe de las mismas fuentes que el resto de las disciplinas teolgicas, entre las que tienen especial importancia la Sagrada Escritura y la Tradicin, y tambin las distintas maneras de enseanza que tiene la Iglesia y, en general, la enseanza teolgica.
a) Sagrada Escritura
El Concilio Vaticano II ensea que es tan grande la fuerza y el poder de la palabra de Dios, que los fieles encuentran en ella la firmeza de fe, el alimento del alma y la fuente lmpida y perenne de la vida espiritual (cfr. DV 21). El mismo documento re c u e rd a que la teologa tiene que apoyarse, como fundamento perdurable, en la Sagrada Escritura unida a la Tradicin (cfr. DV 24). Este postulado se re f i e re de manera especial a la teologa espiritual, que considera a la Sagrada Escritura como su fuente principal6. Adems de la funcin normativa en el conocimiento de las leyes de la vida espiritual, la Sagrada Escritura pro p o rciona tambin muchos magnficos ejemplos de la experiencia espiritual concreta, de la que nacen las posturas espirituales determinadas como respuesta existencial a la salvadora iniciativa de Dios. El texto bblico pro p o rciona adems los modos adecuados para entender esta experiencia a la luz de la fe. De esta manera, la palabra de Dios ejerc e en la teologa espiritual un complejo papel. De un lado ilumina la razn y
OM K A, Dos 5. Cfr. W. SL wiadczenie chrzes c i j an skie i jego rola w poznaniu Boga. Studium w sw i etle fenomenologicznej metody Husserla, Lublin 1972; G. MOIOLI, Dimensione esperienziale de lla spiritualit, en B. CALATI, B. SECONDI, T.P. ZECCA (e d. ), Spiritualit. Fisonoma e compiti, Roma 1981, 53-54; i b i d., Lacquisizione del tema dellesperienza da parte della teologia e la teologia della spiritualit cristiana, Teologia 6 (1981) 145-153; A. BERTULETTI, Il concetto di esperien za e la teologia. Traccia storico-teoretica, Teologia 6 (1981) 85-116; J.L. ILLANES, La experiencia cristiana como vida y como fundamento, Scripta Theologica 18 (1986) 609-613; Ch.A. BERNARD, Introduzione alla teologia spirituale, Casale Monferrato 1994, 11-13; J.M. GA RC A, La teo logia spirituale oggi. Verso una descrizione del suo statuto epistemologico, en La teologia spirituale. Atti del Congresso Internazionale OCD (Roma, 24-29 IV 2000), Roma 2001, 212-236. 6. Cfr. G. HO LOT I K, Les sources de la spiritualit selon Vatican II, en Nouvelle Revue Thologique 109 (1987) 69-70; V. PASQUETTO, Fonti della Teologia Spirituale: il criterio normativo de lla S. Scrittura, en La teologia spirituale. Atti del Congresso Internazionale OCD, o . c., 489-500.
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forma la fe (fides qua creditur), y de otro le pro p o rciona abundante material para conocer la experiencia espiritual, es decir, el misterioso encuentro entre Dios y el hombre (fides quae creditur) .
b) Tradicin
La Tradicin escrita de la Iglesia, como segunda corriente de re f e rencia de la re velacin divina, adems de la abundante descripcin de los hechos de la experiencia personal de los Pa d res de la Iglesia y de los escritores de los prim e ros siglos, propone formas de interpretar la experiencia espiritual a la luz de la fe. Por este motivo la literatura patrstica es fuente muy apreciada tanto para la teologa en general como para la teologa espiritual. La teologa de los Padres de la Iglesia tiene carcter prctico-mistaggico, porque todo sale de la prctica de la vida espiritual y a ella vuelve. La teora y la prctica se entrelazan mutuamente: la teora respecto a la vida espiritual es experiencia objetivada, y la experiencia espiritual siempre est sometida a la reflexin teolgica. Bajo este aspecto, los escritos patrsticos son un modelo para la teologa espiritual contempornea7.
c) La enseanza de la Iglesia
Las sentencias dogmticas constituyen, junto a la Sagrada Escritura y la Tradicin, una de las fuentes fundamentales de la teologa espiritual. Po rq u e c o n s t i t u yenel criterio para verificar y hacer objetiva la experiencia espiritual, que en realidad siempre es afectiva y bastante subjetiva. Adems, hay que hacer notar que la enseanza postconciliar de la Iglesia se caracteriza part i c u l a rmente por la orientacin a la vida espiritual. Por ejemplo, entre los numerosos documentos de Juan Pablo II es difcil sealar un lugar donde no se e n c u e n t reuna relacin de las cuestiones tratadas con la espiritualidad. Tambin algunos documentos de los Dicasterios de la Curia Romana se re f i e ren de manera directa a los principales temas de la teologa espiritual8. En t re las fuentes comunes teolgicas, para la teologa espiritual son importantes tambin las llamadas fuentes jurdicas. Nos referimos aqu a las re7. Cfr. D. BERTRAND, Contributo della patristica alla spiritualit, en Ch.A. BERNARD (e d. ), La spiritualit come teologia, Cinisello Balsamo 1993, 89-104; I. GARGANO, Il maestro spirituale e la mistagogia nella tradizione patristica greca, en Spiritualit. Fisonomia e compiti, o . c., 190-194. 8. Cfr., por ejemplo, la Carta sobre algunos aspectos de la meditacin cristiana Orationis for mas (5-X-1989), de la Congregacin para la Doctrina de la Fe; el Directorio sobre el ministerio y la vida de los sacerdotes, de la Congregacin para el clero (31-I-1994), o el documento preparado por varios dicasterios de la Curia Romana, las Sectas o nuevos movimientos religiosos. El desafo pastoral ( o c t u b re 1985). 845
glas de la vida monstica, las constituciones y estatutos de los institutos de vida consagrada, si fueron aprobados por la Iglesia, y tambin los decretos sob re otras instituciones, as como los actos de beatificacin o canonizacin. Sob re todo estas ltimas fuentes juegan un papel importante en la autentificacin del conocimiento teolgico basado en la experiencia espiritual. El anlisis crtico de la vida, de las posturas morales y espirituales, y de los escritos de los candidatos a la beatificacin o canonizacin, forman una preciada fuente que seala las manifestaciones de la experiencia espiritual en el sentido de model o. Los actos de las beatificaciones y canonizaciones confirman el valor teolgico de los escritos de las personas beatas o santas, que por su contenido espiritual forman una importante fuente del conocimiento de las reglas de la vida espiritual y, a la vez, el criterio para verificar la experiencia espiritual9. Para cultivar cientficamente la teologa espiritual es importante toda la tradicin teolgica, es decir, las obras y los escritos de los telogos y el punto de vista de las distintas escuelas teolgicas. Son dignos de una atencin especial los escritos de los Do c t o res de la Iglesia y de los telogos que fueron proclamados por la Iglesia como santos o beatos, porque la doctrina de la fe que e n s e a ronmerece ser reconocida como autntica. Las opiniones de estos beatos y santos, a pesar de que no siempre son valederas desde el punto de vista de la ort o d oxia, cumplen sin embargo un importante papel en el campo de la espiritualidad cristiana, porque explican los asuntos esenciales para la prctica de la perfeccin cristiana, sobre los que el Magisterium Ecclesiae no adopta una actitud definida (por ejemplo, el culto a los ngeles, las formas de oracin, las etapas del desarrollo espiritual, etc.).
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tegoras principales: las no-formales (no-formalizadas) y, por esto, directas, y las formales (formalizadas) y, por esto, indirectas10.
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va, pues el criterio aqu usado de divisin no es exhaustivo y suficientemente ntido, porque haciendo incluso la ms simple descripcin siempre hay que someter los datos, por lo menos, a algn anlisis inicial, y encerrarlos en un cierto sistema. Al mismo tiempo, no se puede olvidar que cada una de las clases de datos analizados y sistematizados necesita alguna descripcin que sea base del anlisis y sistematizacin. La divisin propuesta aqu se basa en las suposiciones generales hermenuticas que especifican las dos clases de fuentes, y, al mismo tiempo, seala en cierto modo los grados de generalizacin y adquisicin de las informaciones sobre la experiencia espiritual. Las fuentes que son una simple descripcin hecha con la intencin de transmitir los datos histricos, son habitualmente generalizadas y mediatizadas en menor grado que cuando son sometidas a algn anlisis, por ejemplo, teolgico, y despus sistematizadas.
13. Cfr. S. KAMINSKI, W s p lczesna teologia katolicka. (Prba metodologicznej charakterystyki), Zeszyty Na u k owe KUL 21(1978/1) 8-10; i b i d., Metodologiczne typy wsplczesnej teologii kato c i j an skiej kultury, Warszawa 1978, 73-85; i b i d., M e t o l i ck i e j, en B. BEJZE (ed.), W kierunku chrzes dologiczna osobliwos c poznania teologicznego, Roczniki Fi l o zoficzne 35 (1987/2) 81-96; J. HER. BUT, Problemy teologii pojetej jako rewelacjonizacja naturalnej wiedzy o z yciu chrzes c i j an skim, Roczniki Fi l o zoficzne 35(1987/1) 293-307. 849
cia espiritual por eso se tiene en cuenta el contexto de esta experiencia; y el que se extrae del inmediato contexto sociocultural, la ciencia sobre el tema de la experiencia espiritual actualizada en estas condiciones. En este sentido, la doctrina teolgico-espiritual acumulada durante la historia de la vida espiritual, forma una fuente para el campo de la teologa que nos interesa. Ha y que hacer notar, sin embargo, que la historia de la espiritualidad, como presentacin cientfica de los datos que han ocurrido durante el tiempo, gracias al mtodo histrico, hace imposible una comprobacin directa del contenido y transcurso de la experiencia espiritual individual o colectiva. Por eso es fuente indirecta. Sin embargo, el alto grado de objetividad, que tiene como fondo las determinadas condiciones socioculturales, hace de estas fuentes el punto de partida para los ulteriores anlisis teolgicos14. Una funcin parecida, como fuentes indirectas para la teologa espiritual, es la que realizan la hagiografa y las biografas, con la condicin de que respeten las reglas de la credibilidad histrica y la objetividad cientfica. Se trata aqu, ante todo, de la posibilidad de verificar la descripcin de las fuentes (heurstica) relacionadas con la persona concreta (lo que ha quedado o testimonios) y su adecuada interpretacin (hermenutica). Las recientes ciencias de la hagiografa y de la biografa, si tienen que ejercer el papel de fuentes para la teologa espiritual, tienen que ser elaboraciones histricas, no limitadas, sin embargo, a actuaciones externas. As pues, tienen que pre s e ntar autnticamente la imagen del hombre tanto en su aspecto ad intra, como ad e x t r a. Ot ro tipo de fuente mediatizada de la experiencia espiritual es la liturgia. Como hecho socio-religioso, conforme a su etimologa, la liturgia es la obra comn de la comunidad de cre yentes, en la que ocurre la conve r g e n c i a (mutua interconexin) de las posturas y experiencias espirituales de los part icipantes presentes en la accin litrgica y de las ideas que contienen libros litrgicos, rituales y tambin la simbologa litrgica, iconografa y espacio sacro. Gracias a esto, la participacin en la liturgia, por una parte, ensea las c o r rectas actitudes de fe, esperanza y caridad, y, por otra, refleja las posturas adecuadas para el contenido de los misterios litrgicos, y las experiencias espirituales de varias personas, que se acre c e n t a ron durante siglos15.
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co, y despus adecuadamente sistematizados, por lo que se convierten en una categora distinta de fuente, en la que hay que incluir, sobre todo, todos los manuales y sntesis teolgicas, monografas y concepciones de la vida espiritual elaboradas por las escuelas de la espiritualidad. Tambin las poesas, no necesariamente religiosas, forman parte de la fuente analtico-sistemtica, porque no siempre ni necesariamente tienen que reflejar el fenmeno de la experiencia espiritual. Habitualmente les gua el fin didctico y por eso la fabulacin que introducen mediatiza la experiencia espiritual individual. En este sentido, las poesas constituyen un locus theologicus para la teologa espiritual lo que i n d i rectamente expres el Concilio Vaticano II (cfr. GS 7. 62), porque ayudan a la formacin y re n ovacin del lenguaje a travs del cual se expresa tambin la teologa; por eso suele ser llamada locus renovationis theologiae 16. Las publicaciones especializadas que tratan ampliamente sobre la espiritualidad y entran en el mbito de las fuentes comentadas, son sumamente ricas y diferenciadas. Por eso aparece la necesidad de clasificarlas y ponerlas aparte en categoras que van a formar crebles fuentes formales indirectas analtico-sistemticas. En relacin con este hecho, la reciente literatura espiritual suele considerar tres categoras de textos: a) m i s t a g g i c o s, que tienen un fin antropolgico, es decir, conducir por los caminos de perfeccin. Ab a rcan los contenidos sobre la dire c c i n espiritual, los libros populares religiosos, simples instrucciones, lecturas espirituales, etc. b) mistolgicos, que se caracterizan por el valor cientfico. Son los tratados cientficos sobre la vida espiritual, manuales, monografas, etc. c) m i s t o g r f i c o s, que se relacionan con la antropologa mstica y permiten el anlisis de la experiencia espiritual. A esta clase pertenecen los relatos, autobiografas, confesiones, testimonios, etc.17. No es conveniente que la teologa espiritual acepte como fuente para s misma toda la enorme literatura religiosa que pertenece a la primera de las mencionadas categoras. Pe ro la segunda categora de los escritos espirituales que hemos sealado, forma la fuente formal indirecta analtico-sistemtica. Los escritos espirituales mencionados en tercer lugar, constituyen las fuentes no formales directas. Ot ro tipo un poco distinto de fuentes formales indirectas analtico-sistemticas son las concepciones de la vida espiritual elaboradas por las escuelas de espiritualidad, expresadas con ayuda de los escritos que re p resentan cada una de estas escuelas de la espiritualidad. Debido a que las escuelas de espiri16. Cfr. J. SZYMIK, Wsplczesne modele topiki teologicznej. Literatura piekna jako locus theolo g i c u s , en S.C. NAPIRKOWSKI, K. KOWALIK (ed.), D os wiadczam i wierze, Lublin 1999, 37-42. 17. Cfr. A. HUERGA, Teologa espiritual y teologa escolstica, Revista Espaola de Teologa 26 (1966) 7-8. 851
tualidad nacen de la experiencia espiritual de sus fundadores, expresan su identidad en la tendencia de apropiacin de esta experiencia por sus miembro s part i c u l ares18. El valor como fuentes para la teologa espiritual de las concepciones de la vida espiritual, elaboradas por las escuelas de espiritualidad, consiste en el hecho de que hacen referencia a la primitiva y fundamental experiencia espiritual del fundador o de los fundadores y de sus inmediatos seguidore s. Cada una de las mencionadas fuentes especficas para la teologa espiritual tiene un distinto valor cognoscitivo, tanto en el sentido formal, como esencial. Pocas veces se las trata como la nica fuente en todo el proceso cient f i c o - c re a t i vo. Teniendo en cuenta que la teologa espiritual se interesa por la dimensin afectivo-emocional de las relaciones de Dios con el hombre tratado en su integridad, hay que considerar tambin de manera integral las fuentes empricas especficas para la teologa espiritual, como fruto de la actividad del hombre y como expresiones de sus posturas espirituales. Centrarse exc e s ivamente en un tipo de fuentes empricas lleva consigo el riesgo de tratar de manera reducida la multidimensional experiencia humana, lo que conduce d i rectamente al subjetivismo y al sentimentalismo superf i c i a l .
, Il concetto di scuola di spiritualit, Roma 1967 p a s s i m. 18. Cfr. R. BLATNICKY 19. Cfr. A. GUERRA, art. cit., p. 376-377. 20. Cfr. J. SCHIETTECATTE, Teologia Spirituale e Psicologia: la controversia fra Anselmo Stolz e Gabriele di Santa Maria Maddalena, en La teologia spirituale. Atti del Congresso Internazionale O C D, o . c., 169-182. 852
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loga espiritual. Se trata aqu, ante todo, de la psicologa de la religin, que, dedicndose a la relacin del hombre con la realidad trascendental, inve s t i g a los procesos psquicos que tienen lugar en la experiencia mstica. A pesar de que la vida mstica como relacin personal con lo So b renatural escapa a los mtodos de investigacin, incluso a los de la psicologa personalista o trascendental, es posible investigar, por medio de los mtodos psicolgicos, la re s o n a ncia psicolgico-emocional que en el hombre deja la experiencia religioso-espirit ual. Por este motivo se form la rama de la psicologa llamada psicologa de la espiritualidad o psicologa de la vida interior21. So b re el tema del papel de la psicologa en la investigacin y formacin de la vida espiritual y en el trabajo pastoral, hablan en muchas ocasiones el Concilio Vaticano II y los posteriores documentos de la Iglesia, dedicados, sob re todo, a la formacin monstica o de seminario. Aprovechando la ayuda de la psicologa, la teologa espiritual debe, sin embargo, cuidarse del peligro de supervalorar los mtodos psicolgicos en la investigacin de la experiencia espiritual. b) P e d a g o g a. La teologa espiritual, como ciencia supuestamente terico-prctica, tiene como objetivo no slo describir e investigar la experiencia espiritual a la luz de los datos de la Re velacin, sino tambin elaborar las reglas y mtodos para poder llevar al cristiano hasta la experiencia espiritual, que ser la actualizacin de su propia historia de la salvacin, y, a la vez, importante prueba de su madurez personal y madurez en la fe. Por esta razn es i m p o rtante servirse de la pedagoga cristiana, segn aconseja encare c i d a m e nte el Concilio Vaticano II sobre la formacin espiritual (cfr. OT 5. 11. 20; GE 1). Aunque all no se habla del tratamiento de la pedagoga como fuente para la teologa espiritual, al sealar su necesidad absoluta en el proceso formativo hacia la fe madura, se recuerda indirectamente el importante papel de las ciencias humanas en el campo de la teologa espiritual cultivada cientficamente22. c) Sociologa. La relacin de la teologa espiritual con la sociologa a pesar de ser muy importante todava es raramente percibida. Incluso se opina que estas dos materias son entre s indifere n t e s23. Ahora bien, la aparicin, el transcurso y la forma de la experiencia espiritual, ms lave r i f i c a c i n y formulacin de las conclusiones prcticas, dependen en gran parte de las
, La spiritualit come scienza. Introduzione metodologica allo studio della vita 21. A.G. MATA N IC spirituale cristiana, Cinisello Balsamo 1990, 128-130. 22. Cfr. F. RUIZ SALVADOR, Mistica e mistagogia, en F. RUIZ (ed.), Vita cristiana ed esperienza m i s t i c a, Roma 1982, 277-296; A. GUERRA, art. cit., 369. 23. Cfr. H. G. GEY E R, Teologia e sociologia, Assisi 1973; E. ROSANNA, Il contributo della socio logia della religione alla formulazione di una definizione di spiritualit, Revista di Scienze dell Educazione 25 (1987) 389-396. 853
condiciones socioculturales, que son objeto directo de las investigaciones de la sociologa. Un ejemplo evidente de esto es el surgimiento de la teologa de la liberacin en los pases latinoamericanos, en cuyo marco, la vida espiritual que toma de la experiencia espiritual y mstica, es percibida como el pro c e s o de la liberacin del hombre respecto de sus limitaciones sociales24. De especial ayuda para la teologa espiritual es la sociologa de la re l igin porque le interesan cientficamente las relaciones que ocurren en la sociedad en el rea de la fe profesada, y la influencia de las posturas religioso-espirituales sobre el ambiente. La sociologa trata los hechos religiosos (tanto internos, como externos) como acontecimientos sociales y por eso conforme a sus propios mtodos se puede determinar con mayor precisin el carcter personal de la vida espiritual, y distinguir el elemento subjetivo - i n d i v idual de la religiosidad, del elemento colectivo-social, que influye fuertemente en la espiritualidad. As pues, con ayuda de esta tcnica se puede alcanzar algn conocimiento acerca de si cierta postura religioso-espiritual es ve rdadera o no25. Los Pa d res del Concilio Vaticano II en muchas ocasiones se expre s a n positivamente sobre la utilidad de la sociologa para la teologa y para el trabajo pastoral. El punto de vista del Concilio invita indirectamente a la re c i e nte teologa espiritual a aprovechar ms plenamente los logros de la sociologa de la religin. Por este motivo hay que elaborar el mtodo adecuado para servirse de esta fuente auxiliar. d) Las ciencias filolgicas. Para la teologa espiritual, concentrada en la experiencia espiritual, tienen muchsimo valor como fuentes auxiliares las ciencias filolgicas, sobre todo la semntica y semitica, y tambin la teora del smbolo (simbologa). Ellas forman la indispensable ayuda en la descripcin e investigacin de la experiencia mstica, transmitida a travs del lenguaje de analoga, y tambin de la compleja simblica. No pocas veces el anlisis del lenguaje mstico es una etapa importante para las investigaciones en teologa espiritual, como tambin dedicar atencin al as llamado prototexto mstico, es decir, a esos frutos del arte sobre todo a la iconografa y arquitectura sacra que se basan en las premisas teolgicas y msticas26. El postulado de a p rovechar ms plenamente los logros de las ciencias filolgicas se va justificando a medida que la reciente teologa, paso a paso, se aleja del mtodo especulativo-argumentativo,y se convierte en ciencia narrativa y comunicativa27.
24. Cfr. J. SOBRINO, Espiritualidad de Jess y de la liberacin, Christus 44-45 (1979-1980), n. 529-530, pp. 59-63; C. PERANI, Liberacin y espiritualidad , Misiones Extranjeras 1982, 3145; P. CASALDLIGA, J. M. VIGIL, Spiritualit della liberazione, Assisi 1995. 25. Cfr. F. HOUTART, Sociologie et pastorale, Paris 1963 p a s s i m. 26. Cfr. F. RIELO, Experiencia mstica y lenguaje, en G. DE GENNARO (ed.), Semiotica del testo mistico. Atti del Congresso Internazionale (LAquila, 24-30 VI 1991), L Aquila 1995, 126-155. 27. Cfr. A. GUERRA, art. cit., 383. 854
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Se puede tener la esperanza de que la clasificacin aqu propuesta sobre las fuentes de la teologa espiritual servir a la metodologa para dar ms t r a n s p a rencia a esta rama de la teologa que trata a la experiencia espiritual como objeto adecuado de sus investigaciones. La opinin que hemos pre s e ntado sobre la cuestin de las fuentes de la teologa espiritual, puede re p re s e ntarse en el siguiente esquema:
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