AlineDiaz - Los Cantos Quechuas de Los Ríos Profundos Como Medio de Liberación

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 12

Daz 1

Aline Daz Gonzlez Mesa 1. Reflexiones en torno a dos autores peruanos: Jos Mara Arguedas y Mario Vargas Llosa Los cantos quechuas de Los ros profundos como medio de liberacin Bajo la influencia liberadora de la msica y de la poesa, en un pblico lugar, podan descargar los desventurados indios todo el peso de su dolor, quejarse y llorar a mares; para luego salir consolados a trabajar y a vivir, siempre metidos en su hondo crculo, metidos sobre s mismos, culturalmente diferenciados, rodando hasta la hora que este dualismo con que se enfrentaban a la otra cultura tendra que ser resuelto. (Arguedas 2004: 156)

Es imposible evitar el tema quechua en la produccin literaria de Jos Mara Arguedas. Sin duda podramos decir que este es un tpico recurrente a lo largo de su obra. Sin embargo, su importancia no se limita al aspecto esttico. Tras un largo recorrido de seleccin donde el problema del lenguaje prim como elemento de cohesin entre dos culturas, la primera decisin difcil que debi tomar el escritor fue la seleccin entre el quechua y el espaol. Como es sabido, el resultado final de ese arduo proceso de discernimiento llev al espaol a imponerse como el idioma a usar en su obra. As lo afirma William Rowe respecto a la decisin de Arguedas: escribir en quechua no sera solucin, pues el quechua es un idioma oral y el quechua escrito alcanzara tan solo a una minora erudita (265). Sin embargo, el escritor no poda resignarse a usar un idioma con el que no se senta totalmente cmodo, en parte por no considerar al espaol su lengua materna, de aqu la opcin por transformarlo a

Daz 2

fin de proporcionar lo que Rowe llama color local(265), en el cual se intenta un cambio y desordenamiento sintctico que permite acercar al lector al quechua y por ende a la cultura andina claramente marcada por el bilingismo. La renuncia al quechua, como el nico medio para escribir, no es del todo completa: A medida que Arguedas va perfeccionando su oficio, se convierte en el vehculo sorprendente de los secretos del quechua (Lpez Baralt 356). De esta enriquecedora opcin, se consiguen obras como la novela pstuma del autor: El zorro de arriba y el zorro de abajo, que muestra la culminacin de este proceso y por supuesto, la novela cumbre Los ros Profundos. En ella la marcada evidencia del quechua tiene su mximo esplendor a travs de los cantos quechuas como forma de expresin de la sensibilidad del autor, pero con un fin ulterior: la transformacin social. Lo que me propongo es ver en el anlisis de las circunstancias en que se recurre al elemento de los cantos, el factor propulsor que Arguedas encuentra para ver ms all del mito y de la magia una voluntad en cierta medida revolucionaria. La sensibilidad del indio estar expresada en Los ros profundos desde el primer momento, nada mejor que la intervencin del protagonista Ernesto a su llegada a la ciudad del Cuzco para demostrar la maravilla que supone en el nio entrar en contacto con los elementos de la naturaleza, que se presentan, adems, en perfecta armona con la cultura andina. Dice Ernesto: Toqu las piedras con mis manos; segu la lnea ondulante, imprevisible, como la de los ros en que se juntan los bloques de roca. En la calle, en silencio, el muro pareca vivo, sobre la palma de mis manos llameaba la juntura de las piedras que haba tocado (2009: 32). La novela es un trnsito hacia la afirmacin de las fuerzas mticas de la naturaleza evidenciadas en cada canto quechua. Este

Daz 3

se convierte en el vehculo de propagacin de la magia que permitir redimir al indio y sacarlo del letargo en que se encuentra como producto de los aos de abuso histrico. As lo afirma Rowe (1987): Los ros profundos se debate entre la opcin trgica y la liberacin de fuerzas sociales capaces de oponerse a la opresin (103). Lo que se ve en la obra de Arguedas va ms all de los lmites estticos, pues busca tomar voz propia, que funcione como el adherente capaz de transmitir todo el legado de la cultura quechua a modo de motor para la transformacin de la condicin del indio. Los cantos quechuas plasmados en la escritura son para el escritor el ingrediente que motivar al indio a salir de su aplacada posicin. Sern el movilizador de esos pueblos que en contacto con las fuerzas de la naturaleza tomarn la fuerza necesaria que los lleve al cambio. Como lo detalla Rowe (1976) en sus mltiples estudios sobre Arguedas y el lenguaje: La afirmacin de Arguedas es vlida en trminos culturales ya que el quechua refleja necesariamente el pensamiento mgico religioso. Las palabras se vuelven casi el lenguaje de los objetos mismos por fuerza de la relacin mutua del ser compartido entre hombre y naturaleza. Arguedas ha sido capaz de traducir al espaol esta estructura de pensamiento. Una caracterstica sobresaliente de este lenguaje es su habilidad para penetrar ms all de las apariencias, hacia un tipo o estrato esencial. (276)

Sera necesario ver que los cantos en Los ros profundos se mantienen tanto en quechua como en espaol en relacin de uno frente al otro. Esto es producto de una voluntad del autor por introducirnos tanto en el contacto

Daz 4

directo con el idioma, como producir en el lector el efecto de sonoridad que es propio del quechua. Sin duda, no es esta una eleccin al azar, puesto que representa la equidad espacial para ambas formas y consigue su objetivo de vincularnos con la sensibilidad de un idioma que transmite la fuerza de los elemntos de la naturaleza. Adems, se acerca al lector a la cultura andina desde lo festivo que son sus cantos pero con pretensin de ahondar a travs de lo escrito la maravillosa tradicin oral quechua. Este objetivo ser trazado sin perder de vista el que podra considerarse un fin ulterior en la obra de Arguedas, es decir, comunicar la situacin del indio como modo de protesta social, pero siempre manteniendo el estilo mesurado, poco declarativo, de una manera muy sutil, usando la msica y la ensoacin potica para mostrar su riqueza cultural (Urrello 155-156). En un primer momento, la simbologa que se encuentra en los huaynos permite al protagonista vincularse con el pasado. El recuerdo de los jarahuis que entonaban en seal de despedida las mujeres del ayllu donde Ernesto vivi por ltima vez antes de partir con su padre, permite la transferencia de energa en los momentos ms penosos. l se encuentra con la noticia de la ausencia y lejana de su padre, ante esto solo esos cantos quechuas que le transmiten fortaleza podrn reponer al personaje. Las muchas veces tpica tristeza de estos cantos se puede percibir tambin en estos versos de Los ros profundos(2009): Halcn, crgalo en tus alas / y hazlo volver. / Inmensa nieve, padre de la nieve, / no lo hieras en el camino ( 83). Adems, el propio Arguedas (2004) dice: No niego que la msica y las canciones kechwas son en su mayora lamentaciones; de un pueblo oprimido no se puede exigir msica predominantemente alegre (101). De aqu que la tristeza sea tan

Daz 5

representativa de los cnticos a los que hacemos referencia. Sin embargo, como vemos en los versos anteriores, a pesar de no ser un ejemplo alegre, estos nos remiten a un sentimiento de fortaleza por encima de un canto de lamentacin, donde lo que predomina es la transmisin de energa desde la naturaleza hacia el nio Ernesto. De la misma manera se presenta el contacto con el pasado o con el elemento ausente en el canto que entona Romero cuando empieza a sentirse avergonzado de su races quechuas ante Gerardo, el hijo de un comandante. Una vez pasada esta experiencia, Romero canta un huayno con el que volver a sentirse vivo y que se plasma como la mejor expresin de su entusiasmo, esta vez sin vergenza de sus races: Se meti el rondn a la boca, casi tragndose el instrumento como si fuera su gran pecho, su gran corazn quien cantaba (318). Un espacio particular es aqul en el cual los cantos acompaanan las noches de desesperacin y soledad del personaje. En el captulo Zumbayllu, sin duda uno de los ms expresivos respecto de la magia de la cosmovisin indgena, tras la aparicin de unas tarntulas en la ropa del Peluca Ernesto siente miedo. Ese suceso le trae a la memoria un huayno antiguo que crea haber olvidado pero que finalmente despierta en l lo oscuro, la muerte, la tarntula a la que el canto invoca (150). La fuerza de un episodio como este produce en quien lee estas estrofas la sensacin de desesperacin que entendemos sinti Ernesto aquella noche, el vaco, la soledad, la tristeza producto de la ausencia del padre, todo ello juega como un acelerador de emociones en l, pero tambin en los lectores. Cada canto simboliza en Los ros profundos la transmisin de un elemento mgico en conexin con la naturaleza. El ejemplo del canto de las mujeres en

Daz 6

la despedida a Ernesto y su padre y el presentado anteriormente se suman a los cnticos que el joven busca constantemente para dar paso a los recuerdos, a la memoria. Precisamente, porque los cantos vienen cargados de emociones que llegan a las personas de manera diferente, pero siempre potente, y porque en el caso de la novela estudiada, estos cantos quechuas conectan a los personajes consigo mismos y con su pasado: Porque cuando viene cargado de toda la fuerza y de la belleza del paisaje donde ha nacido, el canto llega ms hondo al espritu del pueblo (2004: 141). Es impresionante ver la capacidad que tiene la msica en la mente de Ernesto y de los dems presentes en las chicheras, por ejemplo, para recordar. Es el sentido que se le atribuye a este elemento casi mgico lo que lo constituye en un medio para la transportacin de los lugares alejados de cada individuo. La sensacin que produce en quien oye los cantos suele tener como consecuencia una reaccin movida hacia el llanto, sin embargo, como muchas veces se ver en la novela, tambin produce el efecto contrario, uno similar a un festejo o en el mayor de los casos el que se consigue durante la rebelin de las chicheras. As, el fenmeno de los cantos que llevan consigo una enorme carga energtica que se nutre de la naturaleza, se fusiona con los propios sentimientos de quien los entona creando una fuerte conexin con quien los escucha. Uno de los casos ms especiales es el que se vive cuando la chichera doa Felipa inicia la revuelta por la sal. Este es sin duda el ejemplo ms claro presentado por Arguedas para dar a quien canta y a quien escucha la opcin de la liberacin y el levantamiento contra un sistema injusto. Lo que se presenta en este momento es el canto de las chicheras, acompaado de bailes en medio de la marcha, que har frente al poder impuesto y simbolizado en la

Daz 7

figuar del padre Linares. Esto es mostrado contrario a la figura del religioso pero en armona con las fuerzas que solo el ambiente de Patibamba podr darle a las mujeres y a los simpatizantes de su causa, entre los que se encuentra Ernesto. La msica y los cantos permiten adherir a los grupos que se unen a las chicheras, produciendo en quien ve este espectculo la sensacin de estar en una lucha justa y la posibilidad de la victoria. Nada parece imposible desde la mirada de Ernesto cuando se integra a las mujeres: La voz del coro apag todos los insultos y dio un ritmo especial, casi de ataque, a los que marchbamos a Patibamba. Las mulas tomaron el ritmo de la danza y trotaron con ms alegra. Enloquecidas de entusiasmo, las mujeres cantaban cada vez ms alto y ms vivo (164). Lo mgico se introduce sobre lo propiamente real y adquiere cualidades, atribuidas por Arguedas, que llevan al grupo a la exaltacin de su condicin, pero tambin a la confrontacin de las fuerzas amenzantes. Ms adelante en la historia somos testigos de la persecucin de las chicheras y de la conclusin a la que llega Ernesto al descubrir que el Pachachaca est en realidad de su lado. Con lo que queda evidenciada la posibilidad de que todo confluya, incluyendo los elementos mgicos, para el desarrollo de la trama en el cual las chicheras se sobreponen a los guardias civiles. De acuerdo con Rowe (1987): Es tambin la totalidad del mundo social, al contrario de la parcialidad de las posiciones ideolgicas de clase. Por eso el sonido del ro interrumpe la narracin de la caza de las chicheras. Tiene una fuerza utpica, porque implica un mundo en que los mismos sentidos trabajan de manera diferente, ms all y en contra de la represin histrica. All radica, en el sentido ms importante, la dimensin mgica (102).

Daz 8

As, es a travs de las fuerzas mgicas que se unen a las fuerzas culturales en voz de los indios cuando cantan, que se lograr en la obra de Arguedas la propuesta de liberacin de las masas indgenas oprimidas por el peso de las fuerzas dominantes. En ese sentido, Ernesto encuentra en los cantos y jarahuis el medio de ensimismamiento que le permite el contacto con la naturaleza, adems del contacto con todos aquellos elementos que han recibido de l una condicin divinizada y que toman fuerza para despertar la posibilidad de la transformacin. Al respecto, Vargas Llosa declara: Se trata casi siempre de la msica de los indios-los huaynos y los harahuis- aunque, a veces, los valses o las marchas militares que toca la banda del regimiento en la glorieta de la plaza encadilan tambin a Ernesto y lo llevan a un clmax emocional que se parece al estado de pura espiritualidad, de suspensin del nimo, descrito por los msticos. Cada vez que estallan las canciones quechuas, arrancadas por las cuerdas de un arpa o por una garganta humana, el nio se enardece y llena de optimismo. (Vargas Llosa 183) Por ejemplo, cuando Ernesto oye al papacha Oblitas, despierta en l la seguridad que necesitaba. La msica lo acerca con sus races, lo alegra, lo conmueve: Quin puede ser capaz de sealar los lmites que median entre lo herico y el hielo de la gran tristeza? Con una msica de estas puede el hombre llorar hasta consumirse, hasta desaparecer, pero podra igualmente luchar contra una legin de cndores y de leones o contra los monstruos que se dice habitan en el fondo de los lagos de altura y en las faldas llenas de sombra de montaas. Yo me senta mejor dispuesto a

Daz 9

luchar contra el demonio mientras escuchaba este canto. Que apareciera con una mscara de cuero de puma, o de cndor, agitando plumas inmensas o mostrando colmillos, yo ira contra l, seguro de vencerlo. (275) Pero el efecto embelezador no solo se da en l. Tambin estn las chicheras atendiendo las mesas llenas de guardias buscan a doa Felipa. En ese momento una de ellas, sin considerar la presencia extraa que la rodea e impulsada por la msica, canta un jarahui en defensa de la prfuga y nadie dice nada. Es ms, el momento cumbre de este episodio se da cuando uno de los guardias baila a modo de danzak o danzante de tijeras. Por un momento el sentimiento aumenta, el furor que embarga a estos personajes y, por supuesto, a Ernesto, no decrece hasta la entrada de un guardia externo que llamado por el tono de protesta de los cantos pone fin al momento. Lo que se ve es la posibilidad abierta de enrrumbarse hacia la utopa social, donde lo mgico- religioso es solo un vehculo propulsor,un elemento que da fuerza y que en definitiva est del lado de los indios, listo para vencer. Es la concrecin de la energa csmica lo que llevar a los ltimos personajes que cantan en la novela al traspaso de las normas establecidas, es decir al enfrentamiento del mundo hostil con fines que involucran sus propias vidas. Para ello Rowe seala que, la exaltacin y el exceso de energa, que se produce en el momento extremo del dolor domina los captulos finales de Los ros profundos (1987: 101). Lo que deja Arguedas hacia el final es, paradgicamente, el inicio de un proyecto que puede ser visto a travs de la fuerza de los cantos en boca de los indios. Cantos que con letras de entierros funerarios y rezos catlicos unidos

Daz 10

en una perfecta mezcla entonada por los indios de Patibamba solo buscan una misa que permita expulsar la peste, pues estos parecen ser los nicos capaces de eliminar el mal que los aqueja. Probablemente lo nico que puede librarlos de la peste es el poder de los cantos que arrastran consigo una enorme carga de los elementos de la naturaleza: Quiz el grito alcanzara a la madre de la fiebre y la penetrara, hacindola estallar, convirtindola en polvo inofensivo que se esfumara tras los rboles. Quiz (363). Esta trgica imagen puede tener un desarrollo ms optimista y es precisamente esa la opcin que Arguedas prefiere. Es el impulso de la fe junto a los elementos mgicos lo que permitir a los indios vencer la peste, y si pueden con ella definitivamente podrn contra las dems fuerzas que los dominan. La propuesta del escritor trasciende el marco de lo culturalmente tradicional para ahondar en la sensibilidad indgena y hasta derribar a la muerte. La voluntad de Arguedas supera las formas de dominacin del espaol, suprime la vergenza que significaba el uso del quechua y lleva la cultura por muchos olvidada y hasta despreciada (entre ellos los intelectuales de la poca) a niveles de gran trascendencia literaria y como producto cultural importante para el Per. Los ros profundos y en especial los cantos quechuas plasmados de manera dual en la obra significan para quien los lee el impulso de un gran escritor por acercarnos a lo otro y darle el estatus que se merece. La postura de ir ms all de una simple significacin esttica se logra entendiendo el contexto en que se desarrollan los cantos, los efectos que estos producen tanto en los personajes como en quien los lee y el mensaje que se buscan transmitir. Trascender la belleza que ofrece este arte potico, desde un fin a un medio, muy bien logrado en Los ros profundos, es una opcin que no se debe perder

Daz 11

de vista. Hay una bsqueda casi explcita por demostrar que son los propios indgenas quienes podrn ser hacedores de su transformacin, puesto que, la verdadera libertad solo la conseguirn ellos mismos por medio de expresiones tan propias como los jarahuis. Para ello, el uso del quechua se repotenciar como el elemento capaz de transmitir los sentimientos ms profundos del ser humano, lo ms mgico de sus deseos y lo maravilloso de la naturaleza, todo aquello que el espaol como medio de expresin no puede lograr. Para finalizar, esta cita del propio Arguedas en el prlogo al Canto Kechwa (2004)sobre la voluntad creadora del pueblo indgena y mestizo resume la posibilidad de liberacin que encuentra en todas las formas del arte andino: El da en que el mismo pueblo indgena sea ya dueo de su propio destino, y dueo entonces de medios de expresin superiores y suficientes, ese da, en el Per, pleno de juventud, se desarrollar vigorosamente el arte, obra y expresin del mestizo y del indio, libre ya de los obstculos que la inferioridad social le imponen ahora. Ese arte expresar las emociones, todos los sentimientos del alma indgena, con lo que stos tienen de ms hondo y propio, y ser la realizacin del ideal esttico de un pueblo que ha logrado conservar, a travs de varios siglos de persecucin, en sus principales caractersticas raciales, lo ms ntimo de su personalidad espiritual. (99)

Daz 12

OBRAS CITADAS Arguedas, Jos Mara. Introduccin a Canto kechwa. Pinilla, Carmen Mara. Jos Mara Arguedas : Kachkaniraqmi! sigo siendo! textos

esenciales. Lima: Fondo Editorial del Congreso del Per, 2004a. 89-102. -----, La aurora de la cancin popular mestiza. La victoria de lo indio. Pinilla, Carmen Mara. Jos Mara Arguedas : Kachkaniraqmi! sigo siendo! textos esenciales. Lima: Fondo Editorial del Congreso del Per, 2004b. 141-144. -----, La literatura quechua en el Per. Pinilla, Carmen Mara. Jos Mara Arguedas: Kachkaniraqmi! sigo siendo! textos esenciales. Lima: Fondo Editorial del Congreso del Per, 2004c. 152-162. -----, Los ros profundos. Buenos Aires: Losada, 2009. Lpez Baralt, Mercedes. La otredad puertas adentro: Arguedas y la construccin potica de la identidad. Arguedas y el Per de hoy. Ed. Carmen Mara Pinilla. Lima: Sur, 2005. 355-361. Rowe, William. Arguedas: msica, conocimiento y transformacin social. Revista de crtica literaria latinoamericana 25 (1987): 97-107. -----, Mito, lenguaje e ideologa como estructuras literarias. Larco, Juan (compilador). Recopilacin de textos sobre Jos Mara Arguedas. La Habana: Casa de las Amricas, 1976. 257 - 283. Urrello, Antonio. Jos Maria Arguedas: el nuevo rostro del indio. Lima: Juan Meja Baca, 1974. Vargas Llosa, Mario. La utopia arcaica: Jos Mara Arguedas y las ficciones del indigenismo. Lima: Alfaguara, 2008.

También podría gustarte