20 de Agosto Nuestro Padre San Bernardo, Abad y Doctor de La Iglesia
20 de Agosto Nuestro Padre San Bernardo, Abad y Doctor de La Iglesia
20 de Agosto Nuestro Padre San Bernardo, Abad y Doctor de La Iglesia
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20 de Agosto
Nuestro Padre San Bernardo,
abad y doctor de la Iglesia
Solemnidad o Fiesta
Naci el ao 1090 cerca de Dijon
(Francia). Recibi una piadosa educacin, y el
ao 1111 se uni a los monjes de Cster. Poco
despus fue elegido abad del monasterio de
Claraval, cargo que desempe con gran
provecho de sus monjes. A causa de las
divisiones que aquejaban entonces a la Iglesia, se
vio obligado a viajar por Europa con el objeto de
restablecer la paz y la unidad. Escribi mucho
sobre teologa y asctica. Muri el ao 1153.
Bajo el impulso de San Bernardo de
Claraval y de otros, el ideal de reforma
cisterciense se propag de tal modo que los
monasterios de monjes y monjas que se unan a
la observancia cisterciense se extendieron ms
all de la Europa Occidental.
I VSPERAS
HIMNO
Doctor Melfluo, Bernardo, hombre sediento de Dios,
llama viva que a la Iglesia ilumina y da calor;
grano de incienso quemado en las ascuas del amor,
la humildad, la penitencia, el trabajo y la oracin.
El mundo te sonrea con su brillante oropel,
pero tu sabidura que naca de la fe,
pronto descubri que el mundo no puede satisfacer
la sed innata del alma de la verdad y del bien.
Grano de trigo sembrado en la entraa maternal
de la Orden Cisterciense, donde te hizo germinar
el amor apasionado a la Cruz, a la humildad,
a la Iglesia y a tu Orden, y a la Reina Celestial.
La Familia cisterciense, Santsima Trinidad,
Nuestro Padre San Bernardo
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canta tu infinita gloria alabando tu bondad;
y te pide humildemente gracia y fuerza para andar
el camino que ha trazado Bernardo de Claraval. Amn.
$Ant. 1$ El Seor lo llen de espritu de sabidura e inteligencia. -
$Salmo 112.
Ant. 2$ El siervo de Dios derram como lluvia las palabras de sabidura.
- $Salmo 145.
Ant. 3$ Para siempre permanece su linaje, y su gloria no se borrar. -
$Cntico Ef 1,3-10.
Ant. 4$ Sigui el camino de la justicia y los ejemplos de los santos, y
acab sus das en la paz. - $Salmo 124.$
LECTURA BREVE$ 1 Cor 2,9-10a.
Como est escrito: "Ni el ojo vio, ni el odo oy, ni el hombre puede
pensar lo que Dios ha preparado para los que lo aman". Y Dios nos lo ha
revelado por el Espritu.
RESPONSORIO BREVE
R/.$ Vino a ser como fuego resplandeciente * en la Iglesia santa.
$V/.$ Y como incienso oloroso, quemado ante la presencia del Altsimo.
* En la Iglesia.
Magnficat, ant.$ El Seor ha glorificado a su siervo, le ha concedido la
ciencia de los santos, para que se consumase su vida en la perfeccin; la
paz de Dios le acompaa eternamente.
PRECES
A Jess, que no abandona a quienes se acogen a l, roguemos
humildemente:
Escucha nuestra splica, Seor.
Seor Jess, t que hiciste de San Bernardo un mensajero de paz
y reconciliacin, haz que nuestra vida monstica contribuya a la
unidad de los cristianos,
- y as tu Iglesia pueda fomentar la paz entre todos los pueblos.
Seor Jess, que a ejemplo de San Bernardo, nuestro nico
aliciente sea vivir unidos a ti,
Nuestro Padre San Bernardo
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- y que para ello permanezcamos fieles a la Palabra y a la oracin
continua.
T, que nos entregaste a tu Madre, haz que colaboremos a
propagar el amor a Mara, Madre de la Iglesia,
- y podamos sentir sobre nosotros su maternal solicitud.
Seor Jess, enva tu Espritu a nuestros corazones, como fuente
de amor a Dios y a los hermanos,
- para que, con nuestro testimonio, los jvenes se sientan atrados
a la vida monstica.
Bendice con todos los dones celestiales a nuestros familiares y
bienhechores,
- y a nuestros hermanos difuntos concdeles el descanso eterno.
Digamos juntos la oracin que Cristo nos ense como modelo
de toda oracin.
Oracin
Seor, Dios nuestro, t hiciste del abad San Bernardo, inflamado en el
celo de tu casa, una lmpara ardiente y luminosa en medio de la Iglesia,
concdenos, por su intercesin, participar de su ferviente espritu y
caminar siempre como hijos de la luz. Por nuestro Seor Jesucristo.
VI GI LI AS
I nvitatorio
Aclamemos al Seor en la celebracin de nuestro Padre San Bernardo. -
$Salmo 94.$
$O bien:$
Adoremos al Seor, que visti con traje de gloria a su siervo San
Bernardo.
$HIMNO$
Amigo del Esposo, San Bernardo,
tuviste por honor ganar el Reino,
vendiste sabiamente la riqueza,
Nuestro Padre San Bernardo
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compraste sensatez en el desierto.
Tu casa edificaste con prudencia,
la mesa preparaste, y al banquete
llamaste en la ciudad y sus linderos
a los humildes, pequeos y prudentes.
Tus labios instruyeron multitudes,
de vida fue tu boca manantial,
a pueblos tu pobreza ha enriquecido,
fortuna que perdura en soledad.
Buscaste la divina compaa,
seguiste los caminos de la ciencia,
solcito en amor con tus hermanos
fraterno en amistad que te recrea.
A ti nuestra alabanza, Padre bueno,
unidos al Seor, Cristo tu Hijo,
atentos al Espritu de vida,
dichosos por los siglos de los siglos. Amn.
I Nocturno
$Ant. 1$ Los caminos del justo son santos y sus acciones pacficas,
porque se abraz al rbol de la vida. - $Salmo 1.
Ant. 2$ Panal de miel fueron sus palabras, dulzura del espritu, salud en
el destierro. - $Salmo 4.
Ant. 3$ El Seor coron a su siervo de gloria y dignidad en la defensa y
el amor de la santa Iglesia. - $Salmo 8.$
$V/.$ El Seor lo am y lo enalteci.
$R/.$ Lo revisti con traje de gloria.
$PRIMERA LECTURA$
Del libro de la Sabidura 7,7-16.22-30.
Supliqu y se me concedi la prudencia;
invoqu y vino a m un espritu de sabidura.
La prefer a los cetros y a los tronos,
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y en su comparacin tuve en nada la riqueza.
No le equipar a la piedra ms preciosa,
porque todo el oro a su lado es un poco de arena,
y junto a ella, la plata vale lo que el barro.
La prefer a la salud y a la belleza,
me propuse tenerla por luz,
porque su resplandor no tiene ocaso.
Todos los bienes juntos me vinieron con ella,
haba en sus manos riquezas incontables;
de todas goc, porque la sabidura las trae,
aunque yo no saba que las engendra a todas.
Aprend sin malicia, reparto sin envidia
y no me guardo sus riquezas;
porque es un tesoro inagotable para los hombres:
los que la adquieren se atraen la amistad de Dios,
porque el don de su enseanza los recomienda.
Concdame Dios hablar juiciosamente
y pensar dignamente de los dones recibidos,
porque l es quien gua a la sabidura
y quien dirige a los sabios.
Porque en sus manos estamos nosotros y nuestras palabras, y toda
la prudencia y destreza de nuestras obras.
La sabidura es un espritu inteligente, santo, nico,
mltiple, sutil, mvil, penetrante, inmaculado,
lcido, invulnerable, bondadoso, agudo,
incoercible, bienhechor, amigo del hombre,
firme, seguro, sereno, todopoderoso, todovigilante,
que penetra todos los espritus inteligentes, puros, sutilsimos.
La sabidura es ms mvil que cualquier movimiento,
y, en virtud de su pureza, lo atraviesa y lo penetra todo.
Es efluvio del poder divino y
emanacin genuina de la gloria del Omnipotente;
por eso nada inmundo se le pega.
Es reflejo de la luz eterna,
espejo ntido de la actividad de Dios e imagen de su bondad.
Siendo una sola, todo lo puede;
sin cambiar en nada, renueva el universo,
entrando en las almas buenas de cada poca,
va haciendo amigos de Dios y profetas,
pues Dios ama slo a quien convive con la sabidura.
Es ms bella que el sol y que todas las constelaciones;
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comparada a la luz del da, sale ganando,
pues a ste lo releva la noche,
mientras que a la sabidura no la puede el mal.
$O bien: Eclo. 39,1-14.$
$RESPONSORIO Sab 7,7-8; Sant 1,5
R/.$ Supliqu, y se me concedi la prudencia; * Invoqu y vino a m un
espritu de sabidura. La prefer a los cetros y a los tronos.
$V/.$ Si alguno de vosotros est falto de sabidura, que se la pida a Dios,
que da generosamente, y sin echar en cara se la dar. * Invoqu.
I I Nocturno
$Ant. 1$ El hombre de Dios, Bernardo, se alegra con el Seor, porque
muchos, al orle, han tomado el recto camino de la santidad. - $Salmo 63.
Ant. 2$ Como olivo frondoso y como ciprs de los montes, as el justo
alcanza la santidad. - $Salmo 64.
Ant. 3$ San Bernardo, embebido en la Palabra divina, admi-r las obras
de Dios y sus profundos misterios. - $Salmo 91.
V/.$ Fue hallado intachable y perfecto.
$R/.$ Su gloria ser eterna.
SEGUNDA LECTURA$
De los sermones de san Bernardo, abad, sobre el Cantar de los
Cantares.
(Sermn 40, III. Obras Completas, t. V, B.A.C. n. 491, Madrid 1987,
pp. 557-559).
Cmo fomentar la soledad
Buscar a Dios solo y por l solo, eso es sin duda alguna tener un
rostro bellsimo, bajo los dos aspectos de su intencin; lo cual es propio
y exclusivo de la esposa, que merece escuchar esta exclamacin en
justicia y por singular prerrogativa: Qu bellas son tus mejillas,
parecidas a las de una trtola!
Nuestro Padre San Bernardo
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Por qu a las de una trtola? La trtola es una avecilla recatada
que no convive con varios, sino que vive feliz slo con su pareja. Y
cuando la pierde, en adelante se queda solitaria. Por tanto, t que
escuchas esto, no oigas en vano lo que se escribi para ti y ahora se trata
y expone para ti. Si te sientes movido por estos impulsos del Espritu
Santo y te apasiona convertir tu alma en esposa de Dios, esfurzate por
embellecer las dos mejillas de tu intencin. Imita a esta castsima
avecilla, y qudate solo en tu soledad, como el Profeta, porque te has
elevado sobre ti mismo. En efecto, desposarte con el Seor de los ngeles
es superior a ti mismo. O no est por encima de ti estar unido al Seor y
ser un espritu con l? Sintate, pues, solitario como la trtola. Que nada
te turbe entre la muchedumbre de los dems; olvida, incluso, tu pueblo y
la casa de tu padre; y el Rey se prendar de tu belleza.
Oh alma santa!, permanece solitaria y resrvate exclusivamente
para el Seor, a quien has elegido para ti entre todos. Huye de las gentes,
huye hasta de tus familiares; aljate de los amigos e ntimos, hasta del
que te sirve. No sabes que tienes un esposo muy pudoroso, que de
ninguna manera te regalara con su presencia delante de otros? Aljate,
pues, pero con el corazn, no corporalmente; con tu intencin, con tu
devocin, con tu espritu. El Santo Ungido del Seor, tu aliento, busca la
soledad de tu espritu, no la del cuerpo; aunque a ratos no est mal que te
separes tambin corporalmente, cuando puedas hacerlo con discrecin,
en especial durante la oracin.
El Seor te ha mandado cmo debes cumplirlo: T, cuando
quieras rezar, mtete en tu cuarto, echa la llave y ora. l cumpli lo que
dijo: pasaba las noches orando a solas. No slo se esconda de las turbas,
tampoco admita consigo a ninguno de sus discpulos ni familiares. Al
final, cuando se le vena encima la muerte, llev consigo a sus tres ms
ntimos. Pero se arranc de ellos, porque deseaba orar. Haz t lo mismo
cuando quieras orar.
Por lo dems, slo te exige la soledad del corazn y del espritu.
Estars solo si no piensas en torpezas, si no te afecta lo presente, si
desprecias lo que angustia a muchos, si te aburre lo que todos desean, si
evitas toda discusin, si no te impresionan las desgracias, si no recuerdas
las injurias. De lo contrario no te encontrars solo ni en la soledad ms
absoluta. Ves cmo puedes vivir solo rodeado de muchos y entre
muchos solo? Puedes estar solo por frecuente que sea tu trato con los
hombres. Lbrate nicamente de ocuparte en vidas ajenas como juez
temerario, o como espa curioso. Aunque sorprendas a alguien en la
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mayor atrocidad, no juzgues a tu prjimo, ms bien excsalo. Si no
puedes excusar su accin, excusa su intencin; piensa que ha sido por
ignorancia, por sorpresa o por debilidad. Cuando la certeza haga
imposible toda excusa, amonstate a ti mismo y haz esta reflexin: Ha
sido una tentacin muy fuerte. Qu habra hecho yo, si hubiera sido tan
violenta conmigo?
Pero os recuerdo que hablo con la esposa y no estoy instruyendo
al amigo del esposo, que tiene sobre s otras razones para evitar el
pecado, para explorar si ha pecado y para enmendarse del pecado. La
esposa, no; est libre de esos menesteres, vive sola para s y para aquel a
quien ama, su Esposo y Seor, que es Dios bendito por siempre. Amn.
RESPONSORIO Sal 30,20; 35,9
R/.$ Qu bondad tan grande, Seor, * Reservas para tus fieles.
$V/.$ Se nutren de lo sabroso de tu casa, les das a beber del torrente de
tus delicias. * Reservas.
I I I Nocturno
$Ant.$ Este humilde Bernardo sac fuerzas del amor a Dios y al prjimo
para la misin que le confiaban.
$Cnticos: XLII - XIV - XV del Oficio Coral Monstico.
Jer 17,7-8; Eclo 14,20-21; 15,3-5a.6b; 31,8-11.
V/.$ El Seor condujo al justo por sendas llanas.
$R/.$ Le mostr el Reino de Dios.
$EVANGELIO
f$ Lectura del santo Evangelio segun San Mateo. 5,13-19
En aquel tiempo dijo Jess a sus discpulos:
Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa,
con qu la salarn?
No sirve ms que para tirarla fuera y que la pise la gente.
Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad
puesta en lo alto de un monte.
Tampoco se enciende una vela para meterla debajo de un
celemn, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de
casa.
Alumbre as vuestra luz a los hombres para que vean vuestras
buenas obras y den gloria a vuestro Padre que est en el cielo.
Nuestro Padre San Bernardo
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No creis que he venido a abolir la ley o los profetas: no he
venido a abolir, sino a dar plenitud.
Os aseguro que antes pasarn el cielo y la tierra que deje de
cumplirse hasta la ltima letra o tilde de la ley.
El que se salte uno slo de los preceptos menos importantes, y se
lo ensee as a los hombres, ser el menos importante en el Reino de los
cielos. Pero quien los cumpla y ensee ser grande en el Reino de los
cielos.
COMENTARIO AL EVANGELIO
De los sermones del beato Guerrico, abad.
$(Sermn 13. Col. Padres Cistercienses, n. 10. Azul - Argentina
1983, pp. 106ss).
La Iglesia es fuente de iluminacin$
Iluminada ha sido Jerusaln, nuestra madre, madre de todos los
que merecieron ser iluminados, de manera que ya brilla para todos los
que estn en el mundo. Gracias a ti, luz verdadera, que te hiciste antorcha
para iluminar a Jerusaln y hacer de la palabra de Dios una antorcha
para mis pasos. Gracias, repito, porque la misma Jerusaln, una vez
ilumina-da, se convirti en antorcha para iluminar a todos los que estn
en la casa del gran Padre de familia. No slo fue ilumina-da, sino elevada
sobre aquel candelero todo de oro. La ciudad en otro tiempo abandonada
y desechada est colocada sobre los montes. Se ha convertido en orgullo
de los siglos para que su evangelio resplandezca en cuantas regiones
abarcaba el imperio del mundo.
Si bien su evangelio est encubierto, lo est solamente para
aquellos que se pierden, para los incrdulos, a quienes el dios de este
mundo les ha cegado el entendimiento, a fin de que no resplandezca en
ellos la Iglesia de la gloria de Cristo. Sin embargo, en ellos no
resplandece para que vean, resplandece para provocar su envidia, y son
atormentados por la gloria de la Iglesia los mismos que rehsan ser
iluminados por su gracia. Pero la Iglesia, sin orgullo por la gloria de que
goza, sin jactancia por la gracia que constituye su fuerza, tambin para
aquellos perseguidores a quienes soporta implora la luz que recibi,
diciendo: T, Seor, iluminas mi antorcha; Dios mo, ilumina mis
tinieblas. Mos son, tal vez, por ser predestinados, pero todava son
tinieblas porque an no han sido llamados ni justificados. Llmalos
Nuestro Padre San Bernardo
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tambin a ellos a tu admirable luz y proclamarn conmigo tu nombre
admirable.
Pero si bien en la Iglesia los justos y santos se alegran de haber
sido iluminados, con todo se afligen al ver en s ti-nieblas no pequeas;
por eso, necesariamente, aunque ya han sido iluminados, piden serlo an
ms. Cuanto ms luminosa es su antorcha, tanto ms manifiestamente
perciben, gracias a esa luz, sus tinieblas. Y no pienses que esto es
contrario a lo que la Verdad dice en el evangelio: Antorcha de tu cuerpo
es tu ojo. Si tu ojo es sencillo, todo tu cuerpo estar iluminado. No
porque todas nuestras obras sean luminosas, a causa del ojo de nuestra
intencin pura, se sigue que de inmediato sean iluminadas todas las
tinieblas de nuestros errores y nuestras ignorancias. Hasta el presente, la
medida de nuestra iluminacin es tal que podemos considerarnos muy
aventajados, res-pecto a la luz de la verdad, si llegamos a conocer nuestra
imperfeccin y saber cunto nos falta. Por eso los sabios de este mundo
que ms acertadamente trataron sobre la ciencia consideraron que el
primer grado de la ciencia es saber que no se sabe nada.
Veo un poco que t, Seor, iluminas mi antorcha; pero por
cuanto es poco lo que veo, ilumina, Seor, mis tinieblas.
$O bien:$
$EVANGELIO
f$ Lectura del santo Evangelio segun San Juan 17,20-26
En aquel tiempo, levantando los ojos al cielo, Jess or, diciendo:
Padre santo,
no slo por ellos ruego,
sino tambin por los que crean en m por la palabra de
ellos,
para que todos sean uno;
como t, Padre, en m y yo en ti,
que ellos tambin lo sean en nosotros,
para que el mundo crea que t me has enviado.
Tambin les di a ellos la gloria que me diste,
para que sean uno,
como nosotros somos uno:
yo en ellos y t en m,
para que sean completamente uno,
de modo que el mundo sepa que t me has enviado
Nuestro Padre San Bernardo
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y los has amado como me has amado a m.
Padre, ste es mi deseo: que los que me confiaste estn conmigo
donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste,
porque me amabas, antes de la fundacin del mundo.
Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y
stos han conocido que t me enviaste. Les he dado a
conocer y les dar a conocer tu Nombre, para que el amor
que me tenas est en ellos, como tambin yo estoy en
ellos.
COMENTARIO AL EVANGELIO
Del tratado de Guillermo de Saint-Thierry, sobre la
Contemplacin de Dios.
(Col. Padres Cistercienses, n. 1. Azul - Argentina 1976, pp. 58ss.)
Como T y yo somos Uno$
T te amas en ti mismo, amable Seor, cuando del Padre y del
Hijo procede el Espritu Santo, Amor del Padre hacia el Hijo y del Hijo
hacia el Padre, y tan grande es este Amor que es Unidad; Unidad tan
grande que es unidad de sustancia entre el Padre y el Hijo. Tambin te
amas en nosotros cuando envas a nuestros corazones el Espritu de tu
Hijo que, por la dulzura del amor y por la vehemencia de la buena
voluntad que t nos inspiras, clama: Abba, Padre.
As, t haces de nosotros tus amadores, o mejor an: t mismo te
amas en nosotros. Por lo cual nosotros, que desde el principio tenemos
esperanza, porque conocemos tu nombre, Seor, nosotros que en ti nos
gloriamos y en ti reconocemos el nombre del Seor, ahora, teniendo la
seguridad, que el Espritu de adopcin nos inspira por su gracia, que
cuanto pertenece al Padre es tambin nuestro, te invocamos, por la gracia
de adopcin, con el mismo nombre que te da tu Hijo en razn de su
naturaleza.
Pero, ya que todo esto viene de ti, soberano Padre de las luces de
quien procede toda ddiva ptima y todo don perfecto, para quien amar
es hacer el bien, eres t mismo quien te amas en nosotros y nosotros te
amamos en ti cuando por ti amamos y tanto estamos unidos a ti cuanto
merecemos amarte y nos hacemos beneficiarios de esta plegaria de Cristo
tu Hijo: Quiero que as como t y yo somos Uno, tambin ellos sean uno
en nosotros.
Nuestro Padre San Bernardo
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Somos de tu raza, Seor, de la raza de Dios,... somos dioses e
hijos del Altsimo, en virtud de cierto parentesco espiritual.
Reivindicamos para nosotros una gran afinidad contigo ya que por el
Espritu de adopcin tu Hijo no desdea compartir con nosotros su ttulo
y que, con l y por l, instruidos por los preceptos de salvacin, y
formados por la institucin divina, nos atrevemos a decir: Padre nuestro,
que ests en el cielo.
T nos amas en la medida en que, por obra tuya, te amamos; y te
amamos en la medida en que recibimos de ti tu Espritu, que es tu Amor.
l ocupa y posee todos los repliegues de nuestros afectos y los convierte
perfectamente a la pureza de tu verdad, a la verdad de tu pureza, al pleno
consentimiento de tu amor.
Tal es la conjuncin que se da, tal la adhesin, tal la fruicin de tu
dulzura, que nuestro Seor mismo, tu Hijo, la llama unidad al decir:
como t y yo somos Uno.
sta es la meta, la consumacin y la perfeccin, sta es la paz y la
alegra en el Seor, ste es el gozo en el Espritu Santo.
La oracin como en las I Vsperas.
L AUDES
$HIMNO$
Doctor de verdades gustadas,
doctrina de vida labrada en silencio.
La luz que ilumina tu senda,
relumbra en nosotros con nuevo destello.
Hermano de todos los hombres,
rompiste fronteras retando los tiempos.
La Iglesia, acogiendo tu entrega,
hoy canta tu gloria, tu ardor y tu celo.
Blancura forjada en el fuego,
amor que distingue lo vil de lo bello.
Palabra prendida en la llama,
dulzura que abrasa, quietud y deseo.
Amigo de todos los tiempos,
tu fiel cercana, cayado y sosiego.
Ternura de Padre que gua,
Nuestro Padre San Bernardo
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presencia de hermano ardiente y certero.
Maestro de sabidura,
levantas el velo que oculta el misterio,
acercas lo humano y divino,
amor que desborda medida y deseo.
Cantamos la gloria del Padre,
cantamos la gloria de Cristo el Seor.
Honor y alabanza al Espritu Santo,
que cumple en nosotros su obra de amor. Amn.
Ant. 1 La santidad es el adorno de tu casa, Seor, en la que se celebra el
recuerdo de una tan gran santidad. - $Salmo 62.
Ant. 2$ Con todo su corazn am a su Hacedor; alab con salmos al
Seor. - $Cntico: Da 3,57-88.56.
Ant. 3$ La bendicin sobre la cabeza del justo, su recuerdo por los
siglos. - $Salmo 149.
Ant. 4$ El Seor concedi al santo la alegra de corazn y en sus das
pacific a su pueblo. - $Salmo 61.$
LECTURA BREVE$ Eclo 45,1-3
Amado de Dios y de los hombres, bendita sea su memoria: le dio
gloria como de un dios, lo hizo poderoso entre los grandes; a su palabra
se precipitaron los signos, lo mostr poderoso ante el rey, lo mand a su
pueblo y le mostr su gloria.
$O bien: Eclo 44,1.7-15.
$RESPONSORIO BREVE
R/.$ Las obras del bienaventurado Padre * resplandecan como el sol en
la presencia de Dios.
$V/.$ Y sus ojos no se apartaban de sus caminos. * Resplandecan.
$Benedictus, ant.$ San Bernardo, cuya alma fue iluminada con los
resplandores del Verbo eterno, irradi por toda la Iglesia la paz de la fe y
de la doctrina.
$PRECES$
Nuestro Padre San Bernardo
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A Cristo Jess, que en San Bernardo nos mostr un modelo
admirable de vida, con alabanza agradecida aclammosle
diciendo:
Seor del Universo, glori a y alabanza a ti.
Oh Cristo, San Bernardo dijo que el modo de amar a Dios es
amarlo sin medida:
- haz que te amemos en todo y sobre todas las cosas.
Oh Cristo, abre nuestros corazones a la fe, nuestros labios a la
alabanza,
- y haz que toda nuestra vida sea una continua accin de gracias.
Oh Cristo, que tu Palabra nos llene de vida, nuestro rostro se
ilumine con tu Luz,
- y seamos capaces de escucharte en el testimonio de hombres
santos.
Oh Cristo, san Bernardo ensalz con alabanzas a la Virgen
Madre,
- haz que todos nuestros monasterios perseveren unnimes en la
oracin con Mara.
Oh Cristo, mustranos las maravillas de tu misericordia y da a
nuestro tiempo el contar con Amigos tuyos que, como San
Bernardo, vivan slo para tu gloria,
- y haz que todos pasemos por el mundo haciendo el bien a todos
los hombres.
Y ahora, poniendo en prctica el mandato del Seor, digamos:
Padre nuestro.
$Oracin$
Seor, Dios nuestro, t hiciste del abad San Bernardo, inflamado en el
celo de tu casa, una lmpara ardiente y luminosa en medio de la Iglesia,
concdenos, por su intercesin, participar de su ferviente espritu y
caminar siempre como hijos de la luz. Por nuestro Seor Jesucristo.
T ERCI A
$Ant.$ Los justos alabarn tu nombre, los honrados habitarn en tu
presencia.
LECTURA BREVE$ Eclo 45,4-5
Nuestro Padre San Bernardo
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Por su fidelidad y humildad lo escogi entre todos los hombres, le hizo
escuchar su voz y lo introdujo en la nube espesa; puso en su mano los
mandamientos, ley de vida y de inteligencia.
$V/.$ El Seor ensea su camino a los humildes.
$R/.$ Hace caminar a los humildes con rectitud.
SE XT A
$Ant.$ Siguiendo el camino de la justicia y los ejemplos de los santos,
acab sus das en la paz.
$LECTURA BREVE$ Ef 5,1-2
Sed imitadores de Dios, como hijos queridos, y vivid en el amor como
Cristo os am y se entreg por vosotros como oblacin y vctima de
suave olor.
$V/.$ Dichoso el hombre a quien t educas, Seor.
$R/.$ Al que enseas tu ley.
NONA
$Ant.$ El Seor le concedi la alegra del corazn, y fue el constructor
de la paz en medio del Pueblo de Dios.
$LECTURA BREVE$ Cant 8,6
Grbame como un sello en tu brazo, como un sello en tu corazn, porque
es fuerte el amor como la muerte; es cruel la pasin como el abismo; es
centella de fuego, llamarada divina.
$V/.$ Que se alegren los que se acogen a ti.
$R/.$ Que se llenen de gozo los que aman tu nombre.
I I VSPERAS
$HIMNO$
Espiga grande y granada
inclinada ante el Seor
Nuestro Padre San Bernardo
16
para recibir de lleno
la santidad y el amor,
que en el alma que se abre
infunde el amor de Dios,
como en las nubes infunde
el astro rey su arrebol.
Hostia blanca que la mano
del mismo Dios amas
para que de ella comiera
el humilde labrador,
el Papa, el rey, los obispos,
los hijos que Dios te dio,
y en el correr de los siglos
toda la Iglesia de Dios.
Alma bella y delicada,
el Verbo te despos
y te meti en su bodega
para embriagarte de amor,
y hacerte signo viviente
de la misteriosa unin
que con la Iglesia su Esposa,
para siempre realiz.
La Familia Cisterciense,
Santsima Trinidad,
canta tu gloria infinita
alabando tu bondad;
y te pide humildemente,
gracia y fuerza para andar
el camino que ha trazado
Bernardo de Claraval.
$Ant. 1$ San Bernardo descubri todos los bienes y ech brotes como
lirio en flor. - $Salmo 14.
Ant. 2$ El Seor ensalz para siempre el poder de su ungido; le
concedi vida y un trono de gloria. - $Salmo 20.
Ant. 3$ El Seor llen a su santo de espritu de inteligencia, para servir
al Pueblo de Dios con la abundancia de su enseanza. - $Ap 15.$
Nuestro Padre San Bernardo
17
Ant. 4 San Bernardo brill en medio del Pueblo de Dios como lmpara
ardiente y luminosa. - Salmo 118, " Nun" vv. 105-112.
$LECTURA BREVE$ Sant 3,17-18
La sabidura que viene de arriba ante todo es pura y, adems, es amante
de la paz, comprensiva, dcil, llena de misericordia y buenas obras,
constante, sincera. Los que procuran la paz estn sembrando la paz: y su
fruto es la justicia.
$O bien: Ef 4,1-7.11-13.$
Nuestro Padre San Bernardo
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$RESPONSORIO BREVE
R/.$ Bernardo, como vaso precioso, adornado de todas las virtudes, derram sobre el
pueblo torrentes de sabidura. * Y recibi la gloria de una virtud consumada.
$V/.$ Fue como esplendor de fuego y como olor de incienso en los das de bochorno. *
Y recibi.
$Magnficat, ant.$ San Bernardo, doctor melfluo, amigo del Esposo, pregonero
admirable de la Virgen Mara, destac en Claraval como insigne pastor.
$Preces y Oracin como en las I Vsperas.$