Ficha Intentos Suicidio

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Facultad de Psicologa Universidad de Buenos Aires Psicologa Evolutiva Adolescencia. Ct. I- Jos A.

Barrionuevo

FICHA
SUICIDIO E INTENTOS DE SUICIDIO.

Prof. Jos Barrionuevo

Jos BARRIONUEVO

SUICIDIO E INTENTOS DE SUICIDIO.


Etimolgicamente, suicidio proviene del latin: sui (si mismo) cidium (matar), atentado contra la propia vida, matar-se. Los griegos lo expresaban como autokeiria de autos: s mismo, y keiros: mano, lo que significara: muerte elegida por uno mismo, o sea ejecutada por mano propia. El trmino latino enfatiza la idea de matar y el griego la del acto con intencin o deliberado. Es posible diferenciar, en un primer nivel de generalizacin: a) suicidio social o institucional, en el cual se encuentran presentes factores familiares o situacionales b) suicidio personal o individual, en el cual vamos a detenernos especficamente en tanto fenmeno subjetivo, si bien tiene relacin por cierto con lo familiar y lo social. Desde la sociologa: Tomando en cuenta los factores sociales, Emilio Durkheim plantea la importancia de las condiciones sociales y culturales en la determinacin del suicidio y sostiene la necesidad de promover la integracin del individuo a la sociedad evitando el aislamiento y la anomia o desorganizacin social1. Consideremos su definicin: Se llama suicidio a todo caso de muerte que resulta directa o indirectamente de un acto positivo o negativo, cumplido por la vctima misma, que saba deba producir ese resultado2. Desde la perspectiva de la sociologa, este autor considera al suicidio como consecuencia de un estado de enfermedad o patologa de la sociedad. Y clasifica 3 formas de expresin del suicidio que estn en relacin con un estado de aislamiento,
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Durkheim, E.: El suicidio. Editorial Shapire. Bs. As. 1965. Durkheim, E.: El suicidio. Op. cit.

que suponen la desorganizacin del yo, y que en este espacio slo enunciaremos y describiremos sintticamente: 1.- suicidio altruista 2.- egosta 3.- anmico Respecto del primer tipo de suicidio, el altruista, se produce cuando el sujeto asume la necesidad de su muerte como acto heroico por el bien de la sociedad o del grupo del que forma parte, generalmente con una marca fuerte de lo religioso en el amplio sentido de la palabra. El suicidio egosta se enmarca en el terreno de una decisin individual, que no considera a los otros, y que presenta cuando hay disgregacin o prdida de cohesin de una sociedad y fallas en su funcin de sostn social. El anmico se presentara en una sociedad con un sistema normativo debilitado y con derrumbe de los valores sociales segn Durkheim, lo cual se podra enlazar en lo individual con la ausencia de Ley y la desproteccin total para los sujetos que se encontraran entonces en total desamparo. Durkheim plantea que cada sociedad tiene una aptitud para el suicidio y que es esta misma la que influye en mayor o menor grado en los individuos. Los actos individuales seran una prolongacin del estado social. En todas las sociedades, dice este socilogo, se encuentra un numero invariable de muertes voluntarias que se manifiesta en los tipos de suicidio explicados y que no vara hasta que cambia el estado de la sociedad. Admite que podra entenderse que ha de haber una predisposicin individual pero explica que sta es a su vez fruto del medio social en el que viven, que se asimila dentro de las conciencias individuales. Y sostiene que el incremento de suicidios en el tiempo actual es fruto de la miseria moral que reina en la sociedad. Reclama una reforma de la estructura social con la desaparicin de los grupos intermedios entre el individuo y el estado, considerando que para predecir la evolucin del suicidio es necesario un estudio detallado del rgimen corporativo

Desde la psiquiatra:

La psiquiatra considera que las conductas suicidas pueden acompaar a muchos trastornos emocionales como la depresin, la esquizofrenia y el trastorno bipolar. As pues, ms del 90% de todos los suicidios se relacionaran con trastornos emocionales u otras enfermedades psiquitricas. Las conductas suicidas a menudo ocurriran como respuesta a una situacin que la persona ve como abrumadora, tales como el aislamiento social, la muerte de un ser querido, un trauma emocional, enfermedades fsicas graves, el envejecimiento, el desempleo o los problemas econmicos, los sentimientos de culpa, y la dependencia de las drogas o el alcohol. Henri Ey, sostiene3:

La idea de suicidio puede germinar en condiciones psquicas variadas: generalmente la de conciencia creencias tanto son con los trastornos afectivos de la de tono depresivo y y ansioso ansiedad una los que la engendran; otras veces se debe a trastornos de obnubilacin de alteraciones en actividad a las intelectual cuales sea paroxstica; por ltimo puede estar ligada a todo un conjunto de ideas y delirantes es relacin que el constituye o reaccin, verdad suicidio, normal patolgico,

expresa una intencin fundamental, es decir una pulsin, una fuerza de organizacin y de liberacin que emana de las fuentes ms primitivas del instinto, de lo que FREUD llam instinto de muerte Los mtodos de intento de suicidio varan desde los relativamente no violentos: como envenenamiento o sobredosis, hasta los violentos: como dispararse a s mismo con un arma o ahorcarse, entre otros. Los hombres tendran mayor probabilidad de escoger mtodos violentos, lo cual puede explicar el hecho de que los intentos de suicidio en hombres tengan ms xito.

En lo referente a las tcnicas del suicidio patolgico, H. Ey transcribe los resultados de investigaciones realizadas: Por lo general el suicidio patolgico es llevado a cabo por medios triviales:
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sumersin,

precipitacin,

ahorcamiento,

gas,

veneno,

arma

de

Ey, H.: "Estudios psiquitricos". Volumen I. Editorial Polemos. Bs. As. 2008.

fuego,

etc.

Deshais 32% por

seal arma

los

siguientes 6%

porcentajes: arma de

en

los

hombres, 11% por

12% por ahorcamiento, 6% por estrangulacin, 7% por submersin, 14% por intoxicacin, blanca, por fuego, precipitacin, 2% por aplastamiento y 2% por quemaduras, en tanto que en las mujeres seal 5% por ahorcamiento, 16% por estrangulacin, 13% por submersin, 11% por asfixias, 23% por intoxicacin, 7% por arma blanca, 0% por arma de fuego, 15% por precipitacin, 3% por aplastamiento y 1% por quemaduras El incremento de suicidios entre nios y adolescentes es uno de los asuntos de "mayor preocupacin" para los psiquiatras, que advierten sobre el "efecto contagio" que se produce entre "los ms vulnerables". Muestra de esta tendencia son los suicidios colectivos de jvenes o el caso de los menores que se quitan la vida tras ser vctimas de acoso escolar, o el caso de suicidios bajo efectos de sustancias txicas en la adolescencia. Corresponde enunciar tambin aqu, como clasificacin de los suicidios, la elaborada por un Comit de Nomenclatura y Clasificacin, reunido en 1971, que propone considerar tres categoras: - el suicidio propiamente dicho o completo, que termina con la muerte. - el intento suicida, que es acto con dao fsico pero sin muerte. - las ideas suicidas, que expresan prdida del deseo de vivir, pero que no llevan a dao concreto.

Suicidio y psicoanlisis: Pensar esta problemtica desde una perspectiva psicoanaltica implica hacer un recorrido por reflexiones de Freud y de Lacan, que a su vez fueran retomadas y trabajadas por otros autores con posterioridad. En un escrito especficamente dedicado al tema del suicidio4, antes por cierto de la conceptualizacin de pulsin de muerte, Freud se pregunta cmo es posible que
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Freud, S. (1910): Contribuciones para un debate sobre el suicidio. Amorrortu editores.

llegara a superarse en el suicidio la pulsin de vida, de fuerza o intensidad extraordinaria. Y agrega en dicho escrito: Creo que aqu slo es posible partir del estado de la melancola, con el que la clnica nos ha familiarizado, y su comparacin con el afecto del duelo Vincula el suicidio de los adolescentes a los traumas que encuentran en la vida y que tanto la familia como la escuela, que se vuelve sustituto de aquella, no puede ayudar a superar a travs de una labor de contencin para que el sujeto pueda disfrutar de la vida que slo se puede soportar. Entonces, como deber de todo ser vivo, afirma, en un espacio dedicado a reflexionar sobre temas de guerra y de muerte, como frase final en el segundo de los ensayos y modificando un viejo apotegma: Si quieres soportar la vida preprate para la muerte5. Reflexiona acerca de la revuelta anmica contra el duelo como aquello que ocasiona la desvalorizacin del goce por lo bello, al relatar el encuentro con un joven poeta que no poda regocijarse con la hermosura de la naturaleza que los rodeaba en tanto estaba preocupado con la idea de que todo lo bello presente ante nuestra mirada desaparecera6. Pensar en la transitoriedad impeda gozar de la belleza que tenan ante sus ojos, lo cual atribuye Freud a un estado de duelo en el que la libido, o capacidad de amor, queda aferrada a sus objetos perdidos y no puede abandonarlos para investir otros. As pues, es clara para Freud la relacin que existira entre el suicidio y un estado de duelo en la dimensin de la melancola. En esta ltima, el automartirio, la denigracin de s mismo, inequvocamente gozoso, importara la satisfaccin de tendencias sdicas y de odio que recaen primariamente sobre el objeto y que experimentaran una vuelta hacia la propia persona. Y dicho goce estara sustentado sobre la base de una identificacin narcisista. Para el enigma del suicidio Freud destaca que la energa psquica para matarse derivara del deseo de matar a alguien con quien se ha identificado, volviendo hacia s dicho deseo de muerte7. Y propone, en el caso estudiado de homosexualidad femenina, que adems de la circunstancia de encontrarse con la mirada furiosa de su
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Freud, S. (1915): Nuestra actitud hacia la muerte, en De guerra y de muerte. Temas de actualidad. Amorrortu editores. 6 Freud, S. (1916): La transitoriedad. Amorrortu editores. 7 Freud, S. (1920): Sobre la psicognesis de un caso de homosexualidad femenina. Amorrortu editores.

padre al descubrirla ste con una mujer de dudosa reputacin, como situacin desencadenante, en el intento de suicidio se suman: un cumplimiento de castigo (autopunicin) y un cumplimiento de deseos sexuales en el deseo de dejarse caer a las vas del tren tras ese encuentro con el padre (arrojarse o caer significara parir un hijo del padre) En 1920, a partir de su indagacin sobre la repeticin, Freud construye su hiptesis sobre la pulsin de muerte8. La opone a las pulsiones de vida, y hace de esta dualidad la base fundamental sobre la que reposa toda la teora pulsional. El principio general del funcionamiento psquico, que marca que el aparato psquico tiene como tarea fundamental reducir al mnimo la tensin, queda subsumido a la pulsin de muerte, es decir, a la tendencia general de los organismos no ya a reducir la excitacin vital interna, sino a volver a un estado primitivo o punto de partida: a la muerte. En 19249 corrobora esta teora pulsional, que complejiza con la hiptesis de la existencia de la pulsin de muerte, proponiendo all la expresin del principio de Nirvana que marcara cmo en la bsqueda de la satisfaccin, principio de placer, lleva al sujeto por medio de la descarga pulsional al retorno al punto de partida, al estado primero de no vida, es decir, a la muerte. En el anteriormente citado escrito considera el problema de la reversin del sadismo hacia la propia persona, como consecuencia de la sofocacin cultural de las pulsiones, marcando la importancia de lo socio-cultural en la problemtica del masoquismo. Y en lo que respecta a la pulsin de muerte actuante en el organismo la asimila al masoquismo y la explica: despus que la parte principal del sadismo primordial fue trasladada afuera, sobre los objetos, en el interior permanece, como su residuo, el genuino masoquismo ergeno. El sadismo entonces, bajo ciertas condiciones, puede ser introyectado de nuevo, vuelto hacia adentro, como masoquismo secundario que viene a aadirse al originario, dando nuevas fuerzas a la pulsin de muerte que puede volver contra la propia persona en el intento de suicidio o en patologas del acto diversas. Karl Menninger10 sostiene que en la idea de suicidio se encuentran:

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Freud, S. (1920): Ms all del principio del placer Amorrortu editores. Freud, S. (1924): El problema econmico del masoquismo. Amorrortu editores. 10 Menninger, K.: El hombre contra s mismo. Editorial Losada. Bs. As. 1952

deseo de muerte propia: el ser humano buscara el reposo, el alivio de tensiones y la satisfaccin del deseo de ser pasivo (deseo oral pasivo) y de entregarse al dormir.

deseo de matar: que se expresa como idea de que en el deseo de matarse subyace la intencin de matar a otro.

y deseo de ser matado: habra bsqueda de un castigo que se debe sufrir o que uno mismo se infringe. Alude al masoquismo y a la culpabilidad inconciente, con el accionar del sadismo del superyo

Adems de la agresin o la violencia que se vuelve contra la propia persona, Menninger marca la existencia del deseo de promover cambios en los sentimientos de los otros, que la muerte del suicida los afecte. En su consideracin sobre suicidio e intentos de suicidio, Nasim Yampey propone 3 etapas en el proceso clnico del suicidio11: 1.- de consideracin: al definirse la autoeliminacin como nica posibilidad para resolver problemas, 2.- de ambivalencia: es momento de indecisin, de pugna de tendencias contrapuestas. Se dan en esta etapa algunas seales o avisos de la intencin de llevar a cabo el intento, 3.- de decisin: es el momento en el que el sujeto define llevar a cabo el acto suicida. En esta etapa se manifiestan cambios bruscos de actitud (de angustia o estado depresivo a aparente tranquilidad o buen nimo) Enumera Yampey, en otro espacio12, sistemas de fantasas inconcientes que se manifiestan como deseos, encubiertos o apoyados por racionalizaciones, creencias y actitudes ante la muerte: a) deseo de evasin, b) deseo de venganza, c) deseo de castigo, d) deseo desesperado de unin ertica con objeto amado, e) deseo de conmover a otro, f) deseo de renacer, g) deseo de liberacin o de eterna felicidad, h)
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Yampey, N. (coordinador): Crisis y suicidio. Edicin Grupo de Investigacin sobre Crisis y Suicidio. A.P.A. Bs. As. 1998. 12 Yampey, N. y otros: Desesperacin y suicidio Ediciones Kargieman. Bs. As. 1992

deseo de reconquista o rehabilitacin de prestigio o de honor o gloria, y i) deseo de autoaniquilacin o de desintegracin del yo. Afirma este autor13 que en los suicidas se observa una doble identificacin: con el victimario y con la vctima, y adems dos modalidades de bsqueda de la muerte: dejarse morir o hacerse matar (forma pasiva) y matarse tomando el rol asesino (forma activa), predominando en la primera la fusin con la vctima mientras que en la segunda se dara una identificacin con el perseguidor. Edgardo Rolla sostiene que en el tema del suicidio hay un juego permanente de elementos como esperanza, desesperanza, desesperacin, injuria narcisstica al sentirse incompetente o ms aun con prdida de la competencia 14. Plantea que las motivaciones del suicida no pueden estudiarse si tiene xito en su objetivo. En los casos de suicidios frustrados, que son la gran mayora, sera posible pensarlos como desesperados llamados de ayuda o de auxilio. Es decir que, a pese a la intensa depresin, habra una esperanza suficiente que paraliza o desva el golpe mortal. Ubica como central a la desesperanza, definindola como la expectativa acerca de un resultado a lograr acorde al propio deseo. En un libro publicado hace ya varios aos15, y a partir de la experiencia clnica con intentos de suicidio en adolescentes, propona por mi parte la necesidad de diferenciar tres tipos de intentos que llegan como urgencias subjetivas y con caractersticas diferenciales que derivan del decir del sujeto como explicaciones a su accin: 1.- en algunos casos de intentos de suicidio, con cuota de dramatismo e impacto esttico, se puede considerar la existencia de un llamado al Otro. 2.- hay otros intentos que tienen su base en la desesperanza o intensa desilusin, pudiendo pensarse en stos una dificultad importante en el procesamiento de un duelo o en una melancola de base.

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Yampey, N- y otros: Desesperacin y suicidio. Op. cit. Rolla, E.: Esperanza, desesperanza y desesperacin, en Yampey, N. y otros: Desesperacin y suicidio. Op. cit. 15 Barrionuevo, J.: Suicidios e intentos de suicidio, en Adolescencia adolescentes. Barrionuevo, J. y Cibeira, A. Editorial Tekn. Bs. As. 2001.

3.- y finalmente podemos encontrar intentos que ocurren ante intenso pnico, desbordante y sin palabras, que hacen recordar la expresin de Rolla: desesperante desesperanza, como un estado afectivo que desmantela toda posibilidad de pensar y mantener algo de la esperanza. Es importante escuchar al sujeto tras un intento de suicidio fallido, pues lo que se pretende no es igual en todos los casos, en tanto lo que est presente en todo intento es lo que se supone que se consigue al morir, es decir, cul es la suposicin respecto de qu es la muerte. Qu decir de la muerte?: Antiguamente se defina la muerte desde la medicina 16 como el momento en que cesan los latidos del corazn y la respiracin, pero el desarrollo de la ciencia ha permitido establecer que realmente la muerte es un proceso el cual, en un determinado momento, se torna irreversible. Hoy en da, cuando es precisa una definicin del momento de la muerte, se considera que este corresponde al momento en que se produce la irreversibilidad de este proceso. Existen en medicina protocolos clnicos que permiten establecer con certeza el momento de la muerte, es decir, que se ha cumplido una condicin suficiente y necesaria para el proceso de muerte sin retorno posible. En la pgina consultada, y anteriormente citada, se sostiene que algunas personas, en momentos determinados de su vida, experimentan un sentimiento autodestructivo de terminar su existencia. El acto para conseguirlo es lo que se llama suicidio. Lo contrario, es el deseo de vivir que se expresa en el instinto de sobrevivencia, dice el texto, en momentos lmites en el impulso de esquivar la muerte ya que, por ejemplo, suicidas que saltan al vaco intentan en el ltimo instante aferrarse a algo para no morir. Sostenida por creencias religiosas, y en diferentes culturas, la idea sobre la inmortalidad del hombre y la creencia en un ms all aparecen de una forma u otra en prcticamente todas las sociedades y momentos histricos Para los primitivos, la perduracin de la vida, la inmortalidad, era lo evidente. Y sostiene Freud:
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http://es.wikipedia.org/wiki/Defunci%C3%B3n

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La representacin de la muerte es tarda, y se la admite slo con vacilaciones, aun para nosotros sigue siendo vaca de contenido, y no la podemos consumar17. Sin embargo, la inevitabilidad de la propia muerte se presenta como un juicio ante el cual el hombre muestra su flaqueza. Intelectualmente, desde el saber conciente, todos aceptamos la posibilidad de la muerte propia, pero hay renuencia a reconocer que puede ocurrir, estamos en el terreno de la desmentida. Si bien en la cosmovisin cientifica no queda espacio para la omnipotencia del hombre, que reconoce su pequeez y se resigna a saber que va a morir algn da, igualmente se mantiene inalterable un fragmento de la primitiva creencia en la omnipotencia, en la propia inmortalidad. Y as, en la literatura y en el decir popular, podemos encontrar expresiones que a ello se refiere: Abelardo Castillo, escritor argentino, plantea, con claridad y sencillez: Lo nico que se puede saber de la muerte, hablando con absoluto rigor, es que es una desventura que siempre les ocurre a los dems18. Respecto de la propia muerte dice Freud que la misma no se puede concebir 19, es inimaginable e inverosmil, y que cuando pensamos o fantaseamos en ella lo hacemos como espectadores. Propone desde el psicoanlisis la siguiente tesis: En el fondo, nadie cree en su propia muerte, o, lo que viene a ser lo mismo, en el inconciente cada uno de nosotros est convencido de su inmortalidad. Nuestro inconciente no conoce ni concibe nada negativo, ninguna negacin existe, los opuestos coinciden en su interior, y no se admite o reconoce la muerte propia, a la que slo podemos darle un contenido negativo agrega Freud. Adems, no poseemos representacin de la muerte propia sino slo de la del otro, y por lo tanto nadie sabe nada por experiencia de la muerte.

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Freud, S. (1913): ttem y tab. Amorrortu editores. Castillo, A.: Las palabras y los das. Editorial Emec. Bs. As. 1988. 19 Freud, S. (1915): Nuestra actitud hacia la muerte, en De guerra y muerte. Temas de actualidad. Amorrortu editores.

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La angustia de muerte sera entonces algo secundario, y derivara de sentimientos o conciencia de culpa, como reaccin ante impulsos hostiles que guardamos en nuestro interior para con personas amadas, siendo el castigo temido la prdida del amor y la soledad consecuente, podramos decir, como representacin de la muerte. El silencio, la ausencia de palabras y del otro, el desconocimiento o el no existir ms para el deseo del otro, se presentaran como representaciones de la muerte. Slo me queda callar. Me hundir en la tiniebla divina, en un silencio mudo y en una unin inefable, y en ese hundimiento se perder toda igualdad y toda desigualdad, y en ese abismo mi espritu se perder a s mismo, y ya no conocer lo igual ni lo desigual, ni ninguna otra cosa, y se olvidarn todas las diferencias, estar en el fundamento simple, en el desierto silencioso donde nunca ha existido la diversidad, en la intimidad donde nadie se encuentra en su propio sitio. Caer en la divinidad silenciosa y deshabitada donde no hay obra ni imagen 20. Transcribimos la ltima frase que escribe el personaje de Humberto Eco, pensando en su propia muerte como un desierto silencioso y deshabitado, sin palabra y sin imgenes. En referencia a estas imgenes de silencio y soledad nos detendremos ms adelante en consideraciones de Lacan sobre el tema.

El acto o pasaje al acto suicida: El acto suicida es definido como aquel en que se pretende quitar la vida propia guiado por un deseo de muerte. Este acto no implica que su intencin siempre sea lograda, pero s que se cuenta con una ideacin suicida, un plan y las herramientas para llevarlo a cabo. El deseo de muerte est presente en todo sujeto a lo largo de su vida, como resultado de la pugna de pulsin de vida y pulsin de muerte, sin embargo, parece estar vigente, victorioso o triunfante, y con fuerza suficiente como para concretar su propsito, en aquellos que al no lograr su intento continan hacindolo durante gran parte de su vida, algunos logrando su muerte, otros no.

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Eco, H.: El nombre de la rosa. Editorial Lumen. Barcelona. 1993,

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Este deseo de muerte, decamos prrafos atrs, est ligado a la agresin que alguien ejerce sobre s mismo, en un acto que parece pretender terminar con un sufrimiento intolerable para el sujeto. El acto, en cualquiera de sus formas, se sita por fuera de la dimensin del lenguaje. Es decir que la angustia no puede ser tramitada por la va del sntoma o procesada por el pensar. El trmino utilizado por Freud: agieren, llevar a la accin, hace referencia a la tendencia de un sujeto en anlisis a actuar movimientos pulsionales que se exteriorizan en el anlisis, viviendo en el presente deseos y fantasas inconcientes. Se opondra a erinnern, que significa recordar. Actuar y recordar son, ambos, medios de retorno del pasado en el presente. El paciente en anlisis actuara pues, en la transferencia, en vez de poder pensar y hablar sobre sus fantasas o sobre sus deseos. Tal como lo aclarbamos en un espacio anterior21, Freud plantea que el actuar puede darse ms all de la dimensin transferencial en sentido estricto o sea desplegada en la dimensin de un anlisis, sosteniendo: Hemos de temer que el analizado caiga en la compulsin de repeticin y entonces reemplaza el impulso a recordar, y no slo en sus relaciones personales con el mdico, sino tambin en todas las restantes actividades y relaciones de su vida presente...22. La relacin acto - repeticin est claramente planteada en esta cita, y podemos extender este enlace articulndolo con el concepto de pulsin de muerte. Freud se refiere a una enigmtica tendencia del sujeto a obrar contra s mismo, como movido por un placer del displacer. Comenta en otro escrito donde considera la existencia de un ms all del principio del placer: ...en la vida anmica existe realmente una obsesin de repeticin que va ms all del principio del placer y a lo cual nos inclinamos ahora a atribuir los sueos de los enfermos de neurosis traumtica y los juegos de los nios23
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Barrionuevo, J.: Sntoma, acto, angustia e inhibicin en Temas bsicos de Psicopatologa (Neurosis y perversiones). Barrionuevo, J. (Coord), Fernndez, A. y Litvin, S. Gabas editorial. Bs. As. 2007. 22 Freud, S. (1914): Recuerdo, repeticin y elaboracin. Editorial B. Nueva. 23 Freud, S. (1920): Ms all del principio del placer. Editorial B. Nueva.

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Cuando surge la tendencia del sujeto a repetir, como acto, el anlisis intentar mantener en el terreno psquico los impulsos que podran derivar u orientarse hacia la motilidad, hacia la accin. Lacan, por su parte, postula al acto como derivacin de la certeza, y lo ubica lindante con la angustia en tanto habra cierto intento de tramitacin de la misma por medio de la accin. En esa respuesta del sujeto habra cierta desestabilizacin subjetiva. Dice Lacan: hablamos de acto cuando una accin tiene el carcter de una manifestacin significante en la que se inscribe lo que se podra llamar el estado del deseo. Un acto es una accin en la medida en que en l se manifiesta el deseo mismo que habra estado destinado a inhibirlo24. Es posible diferenciar como modalidades del acto, si bien ambas son recursos contra la angustia25: acting out, como interpelacin al analista a travs de una accin, en

un exigir una respuesta faltante o una respuesta diferente a la otorgada, y que derivara de las dificultades del analista en cuanto a su posicin, respecto de su lugar. Lo ubicamos pues en el contexto del anlisis y supone el establecimiento de cierto nivel de transferencia, as como tambin respecto de transferencias fuera del vnculo analtico. pasaje al acto, como un movimiento de salida de la escena,

suponiendo el sujeto que no hay Otro que lo sostenga en su angustia. Hay un intento de salida de la red simblica hacia lo real, como en la fuga y el vagabundeo. Lacan lo caracteriza, en su Seminario 10 como ...salida vagabunda al mundo puro.... Como ejemplo del acting out nos remitimos al escrito de Freud sobre un caso de histeria en una adolescente26. Dora, tambin conocido este trabajo por el nombre de la joven, decide abruptamente abandonar el tratamiento, interrupcin que
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Lacan, J. (1962): Seminario 10. La angustia. Editorial Paids. Barrionuevo, J: Sntoma, acto, angustia e inhibicin, en Temas bsicos de Psicopatologa (Neurosis y perversiones). Op. cit. 26 Freud, S. (1905): Anlisis fragmentario de una histeria. Editorial B. Nueva.

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constituira segn Freud un indudable acto de venganza y satisfaca al propio tiempo la tendencia de la paciente a daarse a s misma Mientras que en otro momento del anlisis del historial clnico citado agrega: la transferencia me sorprendi desprevenido, y a causa de un algo en que yo le recordaba a K., Dora hizo recaer sobre mi la venganza que quera ejercitar contra K. y me abandon como ella crea haber sido engaada y abandonada por l As pues la paciente habra actuado, repitiendo en lo transferencial un ncleo fundamental de recuerdos y fantasas en lugar de reproducirlo verbalmente en el espacio de la sesin o en el tratamiento. Por supuesto que el actuar, el acting out, puede presentarse con riesgos importantes para el sujeto, y enfrenta en la clnica a dudas respecto de si nos encontramos ante un acting o se tratara de un pasaje al acto. Respecto de pasaje al acto, si bien Freud no utiliza ese trmino, podemos remitirnos al escrito sobre la paciente homosexual anteriormente citado 27. En el mismo describe la situacin en la que se concreta el intento de suicidio: Un da sucedi lo que en esas circunstancias tena que ocurrir alguna vez: el padre top por la calle con su hija en compaa de aquella dama que se le haba hecho notoria. Pas al lado de ellas con una mirada colrica que nada bueno anunciaba. Y tras eso, enseguida, la muchacha escap y se precipit por encima del muro a las vas del ferrocarril metropolitano que pasaba all abajo. Pag ese intento de suicidio, indudablemente real, con una larga convalecencia, pero, por suerte, con un muy escaso deterioro verdadero Lacan sostiene que ese intento de suicidio es un pasaje al acto, y no un mensaje dirigido a alguien, est ausente el acento demostrativo del acting out, en tanto la simbolizacin era imposible para la joven en tal circunstancia, y marca el dejarse caer, el precipitarse, como peculiar del pasaje al acto28, lo cual no implicara caer desde cierta altura (desde una ventana, andn de subterrneo o desde lo alto de una escalera, entre otras cadas posibles), sino, en tanto identificacin con el objeto,
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Freud, S. (1920): Sobre la psicognesis de un caso de homosexualidad femenina. Op. cit. Lacan, J. (1962): Seminario 10. La angustia. Bs. As. Editorial Paids.

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sera caer como el objeto a, como resto de la significacin. As pues, ante la mirada con enojo o decepcin del padre, la joven del caso de Freud acta el rechazo y la expulsin en ese salirse violentamente de escena, caracterstica peculiar del pasaje al acto, en su caso arrojndose a las vas del tren. En cuanto a la diferencia planteada entre ambas manifestaciones del acto, acting out y pasaje al acto, sostiene Dylan Evans29 en apretada pero clara sntesis: El acting out es un mensaje simblico dirigido al gran Otro, mientras que un pasaje al acto es una huda respecto del Otro, hacia la dimensin de lo real En el acto, no en el acting out sino en el verdadero acto: en el pasaje al acto suicida, el sujeto intenta liberarse de los efectos del significante y lo logra con su muerte, porque el nico acto exitoso, dice Lacan, es el acto suicida logrado o consumado. El deseo de muerte est relacionado con la melancola desde los primeros escritos de Freud sobre el tema, tal como lo considerramos prrafos atrs, como fruto de la identificacin del sujeto con el objeto perdido en un trabajo de duelo no habido. Al respecto sostiene Adriana Fernndez en un escrito sobre la melancola, en cuanto a su relacin con el deseo de muerte y con el suicidio30: El deseo de muerte va al lugar de la certeza, da consistencia al objeto. En esa direccin Lacan dice que el melanclico est en el dominio simblico del tener y que en ese sentido "est arruinado". Pero, sobre todo, volviendo a la diferencia con el narcisismo, la melancola no podra ser una leyenda porque carecera de la posibilidad de generar un desenlace, como es el caso positivo de la muerte de Narciso 31 y su transformacin en un resto.

En cuanto a cuestiones clnicas:

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Evans, D.: Diccionario introductorio de psicoanlisis lacaniano. Editorial Paids. Bs. As. 1997. Fernndez, A.: Melancola, en Temas bsicos de Psicopatologa (de psicosis a patologas del acto). Barrionuevo, J. (Comp.). Gabas editorial. Bs. As. 2008. 31 a nivel del relato se trata de la muerte de Narciso, pero a nivel de la estructura no reviste las caractersticas del duelo.

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En este espacio nos detendremos en algunas vietas, sin pretender ahondar en el anlisis del material presentado, para reflexionar sobre aspectos hasta aqu trabajados desde la teora. Suelen considerarse intentos de suicidio los que tienen expresin clara o directa, con manifestaciones previas y enunciacin de la decisin, as como tambin los que se concretan sin aviso. Si bien algunos especialistas en el tema integran los accidentes o el pasivo abandono de los cuidados para la integridad o la vida en algunas personas, teniendo en cuenta los planteos de Freud que considerramos prrafos atrs que nos alertaran sobre la existencia de tendencias sdicas y de odio que recaen primariamente sobre el objeto y que luego experimentaran una vuelta hacia la propia persona, es decir que el sadismo puede ser introyectado, vuelto hacia adentro, como masoquismo secundario que viene a aadirse al originario aunque no se exprese activamente como en el intento propiamente dicho. Una mujer de unos cincuenta aos llega a consulta a partir de la iniciativa de sus hijos que observan en ella un estado de abandono y depresin que los preocupa. Sofa, nombre asignado a la mujer en este escrito, se niega a comer, se muestra aptica, no cuida de su higiene ni de su salud y manifiesta no tener ganas de nada, que no quiere vivir ms. Los hijos comentan que se fue acentuando el desgano o abandono a partir de la muerte del marido meses atrs. Surge en la entrevista inicial que Sofa tuvo una vida muy dura: habiendo sido abandonada por su madre la cra una ta materna, una seora ya muy mayor y sin hijos que muere a los pocos aos, quedando, nia aun, al cuidado de una familia adinerada del pueblo que la consideraban como una hija, si bien el trato, al decir de la mujer, difera del que le daban a los hijos, y que la dejan en el pas cuando a los aos deciden trasladarse a Europa. Sofa se casa muy joven, a los diecinueve aos, con un hombre mucho mayor que ella, quedando embarazada por primera vez inmediatamente, a poco tiempo de casarse, y es madre de cuatro hijos en total que en la actualidad han formado familia y viven en distintas localidades de la Provincia de Buenos Aires. Al quedarse viviendo sola, tras la muerte en accidente automovilstico del marido, Sofa se mantiene con la pensin que le otorga el Estado, negndose a aceptar la ayuda de sus hijos, quienes descubren que se alimenta mal y pasa das sin comer porque manifiesta no tener apetito.

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Es claro en este material que no habra una decisin manifiesta de bsqueda de la propia muerte. Sin embargo en el dejarse morir, modalidad descrita por Yampey como forma pasiva de suicidio, podra pensarse la existencia de una identificacin con su marido muerto, sentido por la mujer como un nuevo abandono, en la serie madre-ta materna-familia sustituta que la deja al irse del pas, a la cual se agregara ahora marido muerto. Con diferencias evidentes, en casos graves de anorexia algunas pacientes expresan su rechazo a alimentarse desestimando los riesgos que podran afrontar ante su negativa a abrir la boca, argumentando con conviccin que saben que puede ser peligroso pero que a ellas nada les va a pasar. Llegando al lmite de la desnutricin, los problemas cardacos derivados del estado de extrema debilidad pueden llevar a la muerte en los cuadros ms graves en estas patologas de la alimentacin. En otros casos, la decisin de acabar con la vida es expresada con toda claridad. Tengo decidido matarme, y nadie me lo va a impedir, yo soy dueo de hacer lo que me d la gana, y soy dueo de mi vida, manifestaba un adolescente de dieciocho aos cuyos padres consultan. La colega que los atiende por guardia de una institucin hospitalaria describe una posicin desafiante del adolescente hacia los padres y hacia los profesionales a los que trata con desprecio y soberbia. Ustedes no pueden hacer nada si yo no lo permito, no saben nada y no voy a hablar ms!. Luego del alta de una internacin de varias semanas el adolescente es encontrado muerto en su casa, por ahorcamiento, habiendo dejado una nota en la que reiteraba su decisin y su decepcin por las posibilidades que evaluaba para su vida en una sociedad que describa como asqueante e injusta. Este caso se encuadrara en la modalidad que propone Yampey de bsqueda activa de la autodestruccin, con identificacin con el perseguidor, o elegida por uno mismo o ejecutada por mano propia, segn consideraciones estas ltimas que detallramos en tramos iniciales en este escrito sobre el significado de suicidio desde la concepcin griega del trmino. Desde nuestra perspectiva en este ltimo caso nos encontraramos ante un intento de suicidio propiamente dicho, mientras que en los otros expuestos

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anteriormente se evidenciara por cierto el accionar de la pulsin de muerte, pero sin la bsqueda directa del sujeto de acabar con la propia vida que caracterizara al suicidio vero, sino que la muerte advendra como resultado del abandonarse o incluso del cerrar la boca negndose a recibir alimento, en uno y en otro caso. El intento de suicidio, como pasaje al acto, se situara del lado de lo irrecuperable, de lo irreversible, en tanto, como definiera Lacan, habra traspaso o franqueamiento de la escena al encuentro de lo real, como defenestracin del sujeto, ubicado este ltimo como desecho a evacuar en ese caer a la dimensin de lo deshumanizante, como resto.

A manera de sntesis: Es posible observar cierta concordancia entre las propuestas desde lo social, desde lo sociolgico, y las consideraciones que desde el psicoanlisis proponamos respecto de suicidio e intentos de suicidio, ms all de posteriores profundizaciones en cada perspectiva o disciplina. Baudrillard marca la evolucin que se plantea de las sociedades salvajes a las modernas que lleva a que, poco a poco, los muertos dejan de existir: son arrojados fuera de la circulacin simblica del grupo32. En la actualidad, en nuestra cultura, la muerte es alojada en cementerios, y se intenta no tener que ver con ella sino como deudos, pero sin que a uno lo involucre, es decir, hay desmentida de la posibilidad de la muerte propia. Tomando en cuenta los planteos de Freud acerca de la muerte, respecto de la ausencia de representaciones respecto de la propia muerte, inimaginable e inverosmil, podramos afirmar que la muerte propia es muerte de Otro, porque con lo que se propone terminar a travs del acto es con la palabra que provoca angustia o desesperacin o deja al sujeto en la ms desvastadora o mortfera desolacin. No querer saber ms nada, no querer escuchar, o no querer pensar ms es lo buscado en el intento de suicidio, desde las expresiones que en la clnica encontramos en entrevistas con sujetos que recurren al acto que por alguna razn fall y no lleg a la muerte.

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Baudrillard, J.: El intercambio simblico y la muerte. Editorial Monte vila. Caracas. 1980.

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Desde la perspectiva que propone el psicoanlisis es posible considerar que la muerte es, para el sujeto de la palabra, simple y llana supresin o ausencia de toda palabra. En esta lnea de pensamiento, Lacan en cuanto al tema, sostiene que en el intento de suicidio el sujeto pretendera rechazar el lugar simblico en el cual el Otro lo ubicara. En el pasaje al acto suicida habra desestimacin de la red simblica a travs de la accin, desprendindose del lazo social, quedando el sujeto como puro objeto, cayendo como objeto a, como resto. El suicida pretende salir del lugar simblico en el cual el Otro lo ubica, escapar a travs del pasaje al acto del campo simblico que lo determina, en loca huda de la alienacin con la intencin de separarse del Otro con un contundente se termin!, basta! As pues, desde el psicoanlisis, retomando las afirmaciones que sostenan que en el suicidio habra un deseo de matar a otro33, es evidente que el suicida supone triunfar sobre ese Otro inconsistente, herirlo de muerte o matarlo, con su propia muerte, como recurso ltimo, ofreciendo su desaparicin como sujeto y quedando como resto, como cosa, definitivamente, sin pretender un despus. Bibliografa:
Barrionuevo, J. (Comp.): Temas bsicos de Psicopatologa (de psicosis a patologas del acto). Gabas editorial. Bs. As. 2008. Barrionuevo, J. y Cibeira, A.: Adolescencia - adolescentes. Editorial Tekn. Bs. As. 2001. Baudrillard, J.: El intercambio simblico y la muerte. Editorial Monte vila. Caracas. 1980. Durkheim, E.: El suicidio. Editorial Shapire. Bs. As. 1965. Ey, H.: "Estudios psiquitricos". Volumen I. Editorial Polemos. Bs. As. 2008. Freud, S. (1905): Anlisis fragmentario de una histeria. Editorial B. Nueva. (1910): Contribuciones para un debate sobre el suicidio. Amorrortu editores. (1915): Nuestra actitud hacia la muerte, en De guerra y de muerte. Temas de actualidad. Amorrortu editores. (1920): Sobre la psicognesis de un caso de homosexualidad femenina. Amorrortu editores. Lacan, J. (1962): Seminario 10. La angustia. Bs. As. Editorial Paids.

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Menninger, K.: El hombre contra s mismo. Op. cit.

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Rolla, E.: Esperanza, desesperanza y desesperacin, en Yampey, N. y otros (1992): Desesperacin y suicidio. Op. cit. Yampey, N. y otros: Desesperacin y suicidio Ediciones Kargieman. Bs. As. 1992 (coordinador): Crisis y suicidio. Edicin Grupo de Investigacin sobre Crisis y Suicidio. A.P.A. Bs. As. 1998.

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