Anthropologica - Vol. 1, No. 1 (1983)

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Este nmero de la revista reemplaza a Debates, en Antropologa.

Con nuevo nombre y direccin, muestra algunos de los defectos de lo nuevo: una meta inicial ambiciosa, un producto final mediatizado por el compromiso entre el proyecto y nuestra competencia y disposiciones limitadas de personal y de material. Si bien estos yerros atentan contra la unidad temtica del nmero, por lo mismo, se ha ganado en variedad sobre el propsito de los comienzos: mostrar las inquietudes, las calidades de los trabajos de profesores, estudiantes e investigadores vincude Antropologa de la Universidad lados a nuestra especialidad Catlica. As, en una primera parte de este primer nmero de Anthropologica, el lector encontrar una serie de breves ensayos sobre los mtodos y las tcnicas de anlisis del mito preparada erl nuestros seminarios por los estudiantes del postgrado. Siguen luego tres artculos de egresados o por egresar del postgrado: nos referimos a los de Gabriel Martnez, Eduardo Fernndez y Olaff Olmos Figueroa. En una segunda parte van dos artculos elaborados por profesores de nuestra rea y de tres investigadores vinculados a la misma. La tercera parte est dedicada a artculos de inters etnogrfico: "En la mesa de don Gerardo Pizarro", Leonidas Cevallos nos narra sus experiencias con un chamn chiclayano; por otra parte. Carola Daggett nos describe "Las funciones del masato en la cultura Chayahuito"; nos hemos permitido reproducir en facsmile la revista mirneografiada La voz de Andamarca por ser un documento representativo de una valiosa tradicin etnogrfica popular cultivada por notables, profesores y escolares de los pueblos del interior. Cierra este nmero una relacin de notas sobre eventos y actividades acadmicas de la especialidad de Antropologa de la Universidad Catlica. Alejandro Ortiz Rescaniere Director

Qu e s el mito? Cmo plantea el anlisis de un mito como es el d e Manco Cpac? Son algunas d e las preguntas que se plantearon en el Seminario d e Sistemas Simblicos del Postgrado d e Antropologa. Estas son d~ p n a s d e las respuestas que desarrollaron los estudiantes.

Alvaro Dez Astete


I

Pensamos que la caracterizacin y el tratamiento ms provechosos para las ciencias sociales, y en particular para la antropologa, de lo ,que es el Mito, los ha producido Claude Lvi-Stauss, y son su teora y metodologa las que principalmente nos resultan esclarecedoras y significativas para nuestra aproximacin a este peculiar sistema simblico. Sin embargo, nuestra aproximacin a la definicin estructuralista del Mito no puede dejar de ser precedida por una breve ubicacin terica del tema. La razn etimolgica del trmino mito se encuentra en su raz griega mythos, que significa fbula o leyenda, y que es el concepto que generalmente es manipulado como significado del Mito y sus propiedades, por extensin. Una caracterstica bsica, aunque no necesariamente absoluta de los mitos, es ,que constituyen expresin de hechos sagrados o irreductiblemente sobrenaturales, en -especial los mitos de proveniencia ms primitiva que no poseen sino un escaso nivel de formalizacin. La narracin fabulosa que. as. viene a ser el Mito, que habla del origen -de la realidad natural y humana y que habla de su proyeccin en lo sobrenatural -a travs de la realidad fantstica de los seres y los hroes mticos- a menudo forma parte de los rituales fundamentales de toda sociedad, como trasfondo "cultural" -o como sustitucin de la historia "verdadera", sea cual Euese esta, segn han credo diversos pensadores antes de la lectura ms prbidamente cientfica ,que ha efectuado Lvi-Strauss. Siguiendo esa perspectiva, los mitos han sido considera-

dos como "explanaciones" del pensamiento salvaje, que respondan a una de dos formas bsicas ( Y clsicamente a~i!~compren-

didas): los mitos teognicos, por una parte, y los mitos teleolyicos, por otra. En el pensamiento griego, que le dio SU primera definicin, el Mito (el mythos) ocup un lugar de importancia, desde los presocrticos. Sea considerado como radicalmente opuesto a1 lagos, o como otra forma de conocimiento, el Mito estableci. un espacio de meditacin tan profundo e importante como la meditacin de la misma realidad. Platn, por ejemplo, consideraba el Mito como un modo distinto de expresar otro tipo de verdades que las que se expresan con el pensamiento lgico. La meditacin del Mito se desarroll intensamente durante la Antigedad y la Edad Media (Dumezil).

En el Renacimiento, al reiniciarse la discusin prcticamente suspendida en los conventos de la Edad Media sobre los conceptos de razn y realidad, se comenz a cuestionar el valor del Mito desde la perspectiva de la verdad o falsedad de su contenido. l Mito fue, a partir de ello, crecientemente desvalorizado en su relacin con "lo real", llegando los filsofos de la Ilustracin del siglo XVII a considerarlo sinnimo de falsedad, mentira o ignorancia, excepto los filsofos Vico y Schelling, ,quienes, desde sus respectivas posturas y pocas, anticipan la recuperacin de los significados ocultos y decisivos que el hecho mtico, la "realidad humana del mito", constituyen para la vida social.
Contemporkneamente. el Mito ha sido apreciado por los especialistas de diversas disciplinas #queencuentran en esta ford m a que adopta el pensamiento humano, cada cual a su manera, una fuente inagotable de respuestas a interrogantes ,que el racionalismo y el positivismo del siglo pasado jams hubieran podido contestar. Algunos de estos autores podran mencionarse.
. . Desde la perspectiva antropolgica, encontraremos la .preocupacin de Frazer o Tylor que entienden el fenmeno mtic0 ms bien como un "primitivismo religioso"; o Durkheim; que lo considera un hecho social ms entre otros; o Mauss, que lo concebir ms logradamente como una condensacin de reprer * . sentaciones simblicas.
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En la. perspectiya de la historia de las religiones encontramos. ante todo, la obra de Mircea Eliade, ,que estudia el Mito en , s mismo, como expresin propia del hombre arcaico de lo sagrado:. los mitos son "hierofanas". Otros pensadores del. mismo aspecto de los mitos son Rudolph Otto y Karl' Krenyi. para

quienes el Mito es la fuente de las verdades primordiales y eternas, partiendo de una concepcin mstica y potico-teolgica del mundo. Otra importante regin epistemolgica" del Mito la encuentra el psicoanlisis, a partir del intento de. Freud de identificar una etapa -y su dinmica ulterior- del desarrollo psicosexual infantil con el mito de Edipo. Freud postular la existencia de "mitos endops,quicos"; la inmortalidad, el castigo, el otro mundo -dir Freudson representaciones internas de nuestras psicomitologas" (Carta a Fliess).Freud lleg a admitir que los mitos expresaran fantasas universales surgidas en los orgenes de la humanidad, ,que aparecan en el inconsciente de todo ser humano y que se expresaban de modo exops,quico. Los mitos, en suma, son para Freud las manifestaciones ms directas del inconsciente "a nivel de los pueblos", as como lo son los sueos "a nivel de los individuos".
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C. G . Jung, discpulo temprano de Freud y luego instaurador de su propia escuela de "psicologa analtica", divergente y hasta opuesta al psicoanlisis freudiano, profundiz en el estudio de los mitos hasta el punto de hacer de ellos uno de los temas angulares de su pensamiento. Profundizando en el estudio de diferentes mitos universales, teognicos y teleolgicos, Jung lleg a postular la existencia del "inconsciente colectivo" en la base del cual se depositan los smbolos mticos primigenios: los "arquetipos", ,que tanto pueden aflorar a la vida consciente de los individuos -a travs de los sueos- como a la vida consciente de las sociedades -a travs de sus componentes mitolgicos y sus aparatos rituales.
Debemos mencionar tambin como un hito importante en el desarrollo de las ideas contemporneas sobre el Mito, las aportaciones de Otto Rank, especialmente las contenidas en su ya clsica obra "El Mito del Nacimiento del Hroe", y las de Joseph Campbell, autor de "El Hroe de las Mil Caras", ambas obras formadas a partir de la perspectiva psicoanaltica, pero con metas heterodoxas.
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Ernst Cassier, desde la filosofa humanista, ha construido una obra importante que no puede pasar desapercibida. S u - kilosofa de las formas simblicas" puede tomarse como un paso ms; firme, aunque tal vez demasiado pretencioso, para explicar la evolucin del pensamiento, explicacin en la cual mito y. lenguaje, en tanto "formas simblicas", jugaran un papel si' 8

milar adscrita a la gnesis y a los distintos modos del pensamiento conceptual. El mtodo estructuralista desarrollado por Lvi-Strauss para el anlisis riguroso de los mitos -anlisis que-.se quiere exento de cualquier apriorismo"- ha llevad9 a este autor a formular, ms que una teora, un verdadero modelo conceptual, del cuai son tributarias diferentes perspectivas tericas ("Lo ,que el estructuralismo trata de realizar, a la zaga de Rousseau, Marx. Durkheim, Saussure y Freud, es manifestar a la conciencia un objeto otro. . .". (LS-M IV).
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Lvi-Strauss inaugura una actitud radicalmente opuesta a la de sus predecesores meramente positivistas. naturalistas o impresionistas en la tarea de conocer el sentido del Mito, a partir de considerar que lo verdaderamente importante en el Mito no son sus contenidos, sino las relaciones lgicas entre sus partes. El Mito. en primer trmino, no representa un tipo de pensamiento precientfico"; es, ni ms ni menos, "otro modo de pensar". El pensamiento cientfico procede a partir de sus estructuras -sus teoras e hiptesis- para crear acontecimientos nuevos, sus resultados. El pensamiento mtico, en cambio, y procediendo a la inversa. crea estructuras, a partir de acontecimientos y "residuos de acontecimientos". Y he aqu que es de todo punto necesario insistir en un aspecto clave de la concepcin de Lvi-Strauss: "El pensamiento mtico -nos dice en E l Pensamiento Salvaje- no es solamenie prisionero de acontecimientos y experiencias que dispone y redispone incansablemente para descubrirles un sentido; es tambin liberador, por la protesta ,que eleva contra el no-sentido, con el cual la ciencia se haba resignado, al principio. a transigir".
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Es importante recordar que Lvi-Strauss ha seiialado en ms de una oportunidad que la sustancia del mito no va a encontrarse sino en la misma historia contada, independientemente del estilo, de la forma de la narracin o de la sintaxis. Pero esa historia contada no es la simple y llana "explicacin" de los fenmenos naturales que abundan en los mitos, ni, de otro lado, igualmente errneo, la historia contada se identifica con glosa nioralzadora sobre condicin humana alguna. La historia tontada se identificar, decididamente. no con la ancdota naturalista o impresionista, sino con el lenguaje mismo, porque el mito es un lenguaje, pero Ienguaje que opera en un nivel muy elevado y cuyo sentido logra despegar, si cabe usar una imagen aeronutb
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ca, del fundamento lingstico sobre el cual habra comenzado a deslizarse''. Tres conclusiones provisionales son propuestas por LviStrauss al paso de esta primera aproximacin metdica a la estructura del mito, ,que ser la configuracin interna que mejor . . nos d razn de l:
1)

el sentido del mito no depende de sus elementos aislados, sino de la manera en que estos elementos se combhan; el mito pertenece al orden del lenguaje pero tiene. propiedades especficas; las propiedades especficas del mito estn "por encima" del nivel lingstico habitual, pues son ms complejas que las de una expresin lingstica cua1,quiera.

2)

3)

Conocemos suficientemente el enorme provecho que LviStrauss ha obtenido para las ciencias sociales de la lingstica estructural al establecer un comportamiento analgico entre los terminos y las relaciones de trminos lingsticos, y los trminos y relaciones de trminos de los sistemas de parentesco. Pero la proyeccin del mtodo de anlisis sociocultural descubierto as traspasa las similitudes purame~teanalgicas y se propone, progresivamente, descubridor de paralelismos y entrecruzamientos homolgicos entre las unidades lingsticas y las mticas. El autor plantea, as, dos hiptesis tambin metdicas:
1)

la primera es que el mito, como toda entidad lingstica, est formado por unidades constitutivas; la segunda es ,que estas unidades son semejantes a las que intervienen en la estructura de la lengua -fonemas, morfemas y semantemas- pero con un grado mayor de complejidad.

- .

2)

Estos elementos constitutivos propios del mito son, a su vez, las .unidades constitutivas mayores de toda estructura lingstica y se denominan mitemas".
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En esta primera aproximacin de Lvi-Strauss a la mitologa (nos referimos a su clebre artculo "La Estructura de los Mitos"), los mitemas jugarn un papel central en la consolida-

cin de su modelo de anlisis. Los pasos seguidos por el autor para reconocer y aislar los mitemas son bien precisos: cada mito deber ser analizado en forma independiente, colocando la sucesin de acontecimientos en forma de frases lo ms cortas posible; cada frase consiste en una relacin del tipo de la asignacin de un predicado a un sujeto. Pero las verdaderas unidades constitutivas del Mito no son relaciones aisladas, sino "haces de relaciones": la relacin de combinacin de estos "haces", nicamente, otorgar a las unidades constitutivas una b u & significante. El mtodo se aplicar en un sentido sincrnico y en otro diacrnico; la lectura simultnea se la realizar "estructuralmente" como si se tratara de una partitura orquestal. La tcnica mencionada ordena las unidades del inito de dos formas en el espacio del papel: primero, las ordena en filas o hileras (que representan las secuencias diacrnicas) y en columnas, segn se lean las unidades, ya colocadas, en sentido vertical (lo .,que representd la relacin sincrnica). El anlisis de la estructura del mito, que comenz tomando como modelo una partitura musical, para el anilisis de cada n i t o particular, se desarrolla en una forma tal que adquiere la dimensin y la majestad -opera magnade una verdadera sinfona. Lvi-Strauss pasa del anlisis de un mito al de sistemas mticos, y, ms all, al de conjuntos de sistemas. Su descu'< brimiento inicial ha sido, pues, contra todo el '' pensamiento mitologista" del pasado, el hecho de que no existe ~ z r s i n verdadera en los mitos: todas las variantes son igualmente importan:es, puesto que todas. en conjunto, podran conducirnos a estab1ece.r el Mito completo: la frecuencia de repeticiones en los mitos ponen as de manifiesto la estructura del Mito: Nos dice ' Lvi-Strauss: Propiamente hablando, jams existe texto original: todo mito es por naturaleza una traduccin". Adems, se: presenta el hecho de que los mitos, que surgen y se transmiten siempre a partir de otro mito, pueden surgir -y en alto grado, como lo demuestran .los estudios .comparativos- como oposicin a otros mitos. "De modo que si el estudio filolgico de los mitos -prosigue Lvi-Strauss- no constituye un preliminar absoluto, la razn est en lo que pudiera llamarse su naturaleza diacrtica. Cada una de sus transformaciones resulta de una oposicin d~alcticaa otra transformacin, y su esencia reside en el hecho irreductible de la traduccin por y para la oposicin".
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I

Inmediatamente luego, el autor sintetiza el papel polivalente del Mito: "Considerado desde un punto de vista emprico,

todo mito es a la vez primitivo con respecto a s mismo, derivad<; con respecto a otros mitos; se sita no dentro de una lengua y dentro de una cultura o subcultura. sino en el punto de articulacin de estas con otras lenguas y otras culturas. As, el Mito, nunca es de SU lengua, es una visin en una lengua otra, y el mitlogo que lo aprehende a travs de una traduccin no se siente en situacin esencialmente diferente del narrador o del oyen*. te.. . . Volviendo a la estructura del Mito, Lvi-Strauss nos dice que la lectura que de l se haga, siguiendo esa clase de compo; sicin" por niveles,. nos revelar su funcin que, como el lenguaje, es de "significar la significacin". La estructura "hojaldrada" del Mito, dice el autor, muestra sus significaciones dispuestas en filas y en columnas" que, se lean de cualquier manera, siempre remitirn a otro plano. El pensamiento mtico toma su materia" de la naturaleza, y al hacerlo procede como el lenguaje, que se ha formado como tal en virtud de una seleccin de fonemas limitada, entre los que la naturaleza ofrece ilimitadamente. La materia mtica es una seleccin de la materia que se ofrece masivamente, y como tal es instrumento del Mito, no su objeto de significacin, que se puede aprehender slo considerando la multi~ l i c i d a dde niveles en que se despliega o, en otras palabras, la multiplicidad de significaciones parciales y complementarias o solidarias de la significacin global, que por otra parte nunca se devela absolutamente. "Del mismo modo -expone LviStrauss- cada matriz de significaciones remite a otra, cada mito a otros mitos. Y si se pregunta a qu ltimo significado remiten estas significaciones que se significan una a otra, pero a fin de cuentas es necesario que se remitan todas juntas a alguna cosa, la nica respuesta que sugiere este libro es que los.mitos significan el espritu que los elabora en medio del mundo del que forma parte l mismo".
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Esa pluralidad de niveIes ( y de significaciones) surge, < segn la lgica del autor, como el precio pagado por el pensamiento mtico para pasar de lo continuo a lo discreto".
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E s as que se podr entender en todos sus alcances la rotunda afirmacin de que el pensamiento mtico no acepta la naturaleza "ms que a condicin de poderla repetir"; al mismo tiempo, el pensamiento mtico seleccionar slo las propiedades formales "gracias a las cuales la naturaleza puede significarse a s misma y que por consiguiente tienen vocacin metafrica".

Es as que la esencia de la funcin mitica deviene metafrica de la naturaleza: de ah que el autor concluir que resulta vano" todo intento de identificar o aislar en los mitos niveles semnticos "privilegiados", pues la realidad no deja de transformarse en intercambios de significaciones sincrnicas y diacrnicas. De ah que, finalmente, podemos comprender por qu la esencia del pensamiento mtico es el ser transformador: cada mito "apenas nacido, se modifica al cambiar de narrador", y si bien, al menos en teora, estas transformaciones se postulan ilimitadas en nmero, puesto que en ese plano ejercen una suerte ' d e movimiento topolgico", los mitos alcanzan, como todo en la vida, un punto a partir del cual empiezan a morir. Las transformaciones del mito, que se daban de una variante a otra del mismo mito, de un mito a otro mito. de una sociedad a otra sociedad para los mismos mitos o para mitos diferentes, afectan ara la armadura, ora el cdigo, ora el mensaje del mito, pero sin que ste deje de existir como tal. . . . Pero a veces sucede que a lo largo de este proceso de transformaciones se produce un hiato -generado en la propia dinmica y la confrontacin con la diversidad social- en el cual los caracteres distintivos del Mito ya no son reconocibles: se est entonces ms ac o ms all" de la estructura mtica. En tal trance, la muerte de los mitos se manifestar, dice Lvi-Strauss, en una de dos formas: ya como elaboracin novelesca, ya como reutilizacin con fines de legitimacin histrica. Esta historia se beneficiar de los contecidos de lo que antes fue un Mito en dos formas ~osibles y alternativas: sea como valor retrospectivo, "para fundar un orden tradicional en un lejano asado"; sea como valor prospectivo, < para hacer de tal pasado el ~rimordio de un porvenir que empieza a esbozarse".
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8 I

iCmo se podra plantear el anlisis del mito dc Manco Cpac? Lvi-Strauss ha estab.lecido..que puede considerarse la estructura de los mitos como un conjunto de relaciones lgicas suceptibles de una rigurosa formalizacin -aunque no de tipo 1gico-matemtico, ciertamente. El principio de tal formalizacin -que es lo ms que podemos intentar' aqu- consiste en encontrar los elementos consistentes del' sistema con que se trabaja, en tanto en cuanto unidades de anlisis significativas y formalizadoras de la lectura literal.

.:.-. . : .Nos referimos, pues, a los tres constructos conceptuales


.

. . .

que juegan como operadores, cada cual en un determinado nivel, ' .de la interpretacin armnica" general de las diferentes versiones de un mismo mito y de la concatenacin de varios-mitos disi tintos: estos son la armadura, el cdigo y el mensaje.
1

Por armadura se entiende el conjunto de propiedades que se mantienen invariables en dos o ms mitos ( o versiones de un mito, segn nos parece); por cdigo, el sistema de funciones asignadas por cada mito ( o versin) a estas popiedades; por mensaje, el contenido de un mito El mito de Manco 'Cpac ofrece en sus diferentes ver* siones un amplio rango de homogeneidad. Su mensaje es el relativo al origen de los Incas. Se advierte, en comparacin con lcs mitos del origen del mundo y de los hombres, que el de Manco Cpac puede postularse como continuacin de aquellos, en base a una armadura comn: Wiracocha; relacin de continuidad que puede proyectarse, sin duda alguna, en sentido contrar!o, es decir, hacia el futuro y encontraremos la misma armadura "sosteniendo" esta vez otra codificacin, la de las propiedades del mito de Incarr. La presencia en zl trasfondo, en e1 transcurso y en la proyeccin del Inca est dada pues por la funcin solar. Wiracocha se solariza y se da como Inti; el Inti se da como Inca y as transcurre el presente imperial incaico. La destruccin del imperio de los Incas da lugar a una reformulacin del mito ( o la mitologa) solar: el Inca se est reconstruyendo y cuando llegue a reconstruirse de! todo (cuando llegue a identificarse de nuevo plenamente con el Sol) se restablecer la verdadera realidad. Aqu presentaremos apenas los primeros pasos para el anlisis de mito de Manco Cpac, los pasos elementales aunque, creemos, al mismo tiempo indispensables.

1.

Hemos considerado seis versiones del mito de Manco Cpac: .


.

1. Cieza de Len ( 1550) 11, 111, IV. Garcilaso de la .Vega ( 1609) V. Guamn Poma de Ayala ( 1615 ) VI. Anello Oliva ( 1631) .
::

No deja de ser interesante notar ,que es considerable la distancia temporal que media entre la versin de Cieza y la ltima de esta lista.

2.

Hemos procedido a aislar las unidades mnimas que consid ' deramos mitemas" en cada una de las versiones, siguiendo una gua temtica que ha surgido por si misma, tras la lectura de la primera versin:
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Origen de los Incas: Manco Cpac


a) b) c) d) e) Quines aparecen primero De dnde o de quin provienen En qu sitio aparecen Cmo aparecen Qu hacen o harn f ) Quines desaparecen o se transforman g ) Quines quedan y cmo.
"

.3.

Una vez realizada la lectura de cada versin del mito siguiendo esta gua, hemos procedido a correlacionar, vessin a versin' y 'mitema a mitema", la totalidad de los elementos obtenidos, en un solo Cuadro, de lectura global, para constatar comparativamente qu contiene cada versin, cmo y qu le falta.

4.

De tal manera, han destacado las siguientes comprobaciones:


1)

La tendencia dominante en las diferentes versiones del mito de Manco Cpac respecto de su identidad, es ,que esta se establecer siempre en relaan con sus hermanos -excepto en la "primera" versin de Garcilaso, en la que aparece slo acompaado de su mujer (pero que tambin es su hermana).
II

2)
. ..

La importancia de los hermanos Ayar y sus hermanasesposas es fundamental para la armadura del mito, y sin embargo su desaparicin es en las terminaciones casi completa. Esta paradoja seala un camino de bsqueda y de cotejo simblica riguroso con otros mitos en los que cuente la relacin nmero-dioses. En todas las versiones, los hermanos Ayar desaparecen de la vida activa directa sea ( r e ) integrndose al panten andino en forma de huacas, sea simplemente omitidos por el narrador. tal como si su funcin fuera conducir y realzar la doble condicin del rey divino de Manco Cpac, en cada una de las provincias del reino a la cabeza de las cuales presumiblemente se colocan.

3)

El origen del Inca se revela as incontestablemente divino -solaren todos los casos examinados, excepto en la versin VI, que consttiuye una composicin casi del todo extraa al . sistema. La lectura desagregada que hacemos nos permite apreciar con suma claridad que el sitio de origen mtico indcdable es en primer trmino Tiahuanaco, o el lago Titicaca y, en un segundo movimiento, Pacaritambo, siendo el Cusco el lugar de "llegada", a partir de la cual comenzar la hominizacin del Inca, es decir, la nueva civilizacin de los hombres (incas)

4)

5) El oro es la caracterstica exterior comn a todas las

versiones de la forma en que aparecen los Ayar; esta funcin re'fuerza solidariamente el origen solar de los incas prestndose como elemento transitivo entre el dios :Wiracocha estelar y csmico y el dios sol -en el que se transformar- creador de vida terrenal. El oro con qUe aparecen los incas vestidos simboliza el poder con que estn investidos -poder ciertamente divinc- pero de concrecin material.

5.

A partir de dichas comprobaciones, e1 anlisis puede proseguir realizando combinaciones entre los trminos que se ofrecen, para descubrir dos tipos de relaciones: a ) relaciociones de oposici6n (hombre-dios, oro~sol, agua-tierra, nico-diverso, puro-contaminado, etc.) ; y b ) relaciones de comd plementariedad, que se establecen en un nivel ms profundo que es el de las resultantes de la oponibilidad.

Somos conscientes de lo limitado y precario, adems de arbitrio, que puede resultar este planteamiento para el anlisis del mito de Manco Cpac, sin embargo insistimos en considerar que a nuestro parecer no hay mejor camino inicial -que ser ineluctablemente superado siempre ms adelante del anlisis- que el ricprosamente descriptivo de las series de transforinaciones a ,que puede ser "reducido" -como puede ser "develado"todo mito.

versiones

\-

Temas

a) Quili (es) aparece (n) primero Trcs hombres y tres mujeres Ayar UC:IU Uaco Ayar Cachi Mama Cora Ayar Manco Mama Raua

b)

De dnde o de
q u i k vienen

E n qu sitio aparecen

Cmo aparecen

Quc! hacen o

harn

ama

CIEZA DE LEON

Pacarec-Tampu

Vestidos en oro con una barra de oro

( 1550)

Fundani 1 . Pacaritanibo (A. Uchu) 2 . Tairipti Quiru (A. Caclii) 3. Cuzco (Manco Cpac) 4 . Coricaiicha (M. C.) Transformaci6nr

.-

Quitkes se van o quedan

Se van Ayar Cachi y Ayar Uchu divlnizados quedo Ayar Manco ([Manco Cdpac)

A. Cachi y A. Uchu

Heroe cultural
tliviiiid~d 11 GARCILASO (1609) ciiviados por el Sol con una barra de oro van al Korte

1 . Pacarec
T~iicipu

2 . Hueii~icauri
(se hunde la barra) I-lannn M. C. 3. Cuzco Uriii M. O.

111 GARCILASO

(1609)

4 Reyes Manco Cpac Colla Tcay Pinahua

- '

- Norte Sur - Este


- Oeste

de "un hombre en Tiahuanaco" (Wiracocha)

Tiahuanaco

Manco Cdpac funda el Cuzco

1 I

los otros reyes: "no siiberi decir qic6 fueron de ellos".

Manco Capac Ocllo Xya Cachi (sal) Ayar Uchu ("piinienta") Ayar Auca (alegra)
19 Tocay

"salieron por unas ventanas de unas pefias".

I'aucartarnpu

con niiiclio oro

Manco Crip;:c funda cl Cuzco

"por la va alegorica los deshacen y se quedan slo con Manco Capac"

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Cpac (primer Inca. . ) Manco Capac con [Adan y Eva) Maina LIaco su ina- riahuanaco y drc* Mama Uaco ;aso Titicaca Coya su (de 8 hernianos) mujer

,'>-> Taitiputoco o
P;icnritainbo

Mama Uaco= demonio " e n p fiii n los del Cuzco" Incesto Fundan Aciimaniii = Cuzco iiiv;isi6ii dcsdc el Norte:

--

19 Atati , ~acliacdinac Vlenen dc Afil29

I Q C;irncm
29 Tumbes
39

Manco C j p a c Intipchuco = "Inca Rei"

ca. Europa o nacin hebrea-, despus del Diluvio

Quito

QUE. ES EL MITO?
Rodolfo Snchez Garrafa

Con un inters metodolgico, no exento de un deliberado propsito analtico, podemos abstraer dos . grandes maneras de entender lo que es el mito en la Antropologa contempornea; zstas son: de un lado, la que revela el punto de vista funcionalista y, de otro, la que nos ofrece el estructuralismo de la escuela Lvi-Straussiana. Veamos suscintamente ambas concepciones: a) Concep~onesque atribuyen al mito, en tanto manifestacin cultural, un sentido, o mejor an, un contenido explicativo del mundo.

- Para unos, el mito es una historia,


4 1

m a fabula con su una historia creda que coninvencin y su moraleja, tiene los ritos". Pensados as los mitos, se sostiene que la mayor importancia de su estudio radica bsicamente en su carcter de documentos, registros de hechos ( a la manera de M. Mauss, 1967, p. 378), que pueden permitir una 'comprensin integral de la vida o desarriollo de una religin y hasta de la sociedad entera.

En este mismo sentido debe entenderse la .generalizada aseveracin de que los mitos tratan sobre acciones reales desarrolladas en un tiempo remoto.

- son U n a variante de la tesis anterior es la 'de que los mitos relatos en los que se diviniza a personajes histricos
o viceversa, esto es, que se humaniza haciendo historia de personajes divinos.
. :

- Una segunda interpretacin es aquella que en el mito


encuentra una manifestacin de la semejanza entre la observacin cientfica y la observacin que efectan los individuos en las sociedades primitivas. Se dice as que, as como en la sociedad moderna la observacin del mundo es asociada con esfuerzos por darles explicacin conveniente basada en el principio de causalidad, en las sociedades primtivas esta observacin del mundo es asociada con sucesos puramente humanos (F. Boas, 1964, p. 242). Los mitos de la naturaleza asocian--se sostiene- sucesos csmicos con un argumento novelesco basado en la forma de vida so, &l. familiar a la gente, o sea que transmiten conocimientos.

En todo caso, un comn denominador a estas concepciones es atribuir al mito en s mismo una funcin explicativa, as fuese incoherente o velada de la realidad.

b)

Concepcin que reconoce en el discurso mtico la presencia de relaciones estructurales, que configuran un sistema ajustado a principos lgicos universales del pensamiento humano.

- Para este punto de vista, la mitoloqa constituye una estructura simblica permanente ,que se refiere simultneamente al pasado, al presente y a! fgturo, y cuya lgica -reveladora de una unidad de pensamiento humano- debe verse en el sentido que tiene no un mito en particular sino el sistema global y cerrado al cual ste pertenece. El mito no es entonces una "especie de ensoacin de la conciencia colectiva", sino la concatenacin de la experiencia social ordenada por operadores bipolares ( o pares de opuestos) que son consustanciales a la estructura de la mente humana y que, a semejanza de la materia, est en continua transformacin. No hay dos mitos iguales; sin embargo ningn mito es arbitrario, todos y cada uno de ellos responden a las relaciones que estructuran el sistema. Un sistema mtico es una cadena, en la que cualquiera de sus versiones o variantes puede ser principio o final segn la disposicin en que se examine.

Esta concepcin del mito sobrepasa la base lingstica sobre la que se alza e inclusive las fronteras culturales de pueblos y sociedades aparentemente diferenciados. Si hay gue reconocer alguna funcin al mito es la de caracterizar los rasgos esenciales del pensamiento humano en todas las latitudes y en todos los tiempos. Esta ptica ha encontrado asidero emprico a travs del anlisis formal de material mtico, en el que se ha comprobado las leyes de transformacin que constituyen una especie de gramtica del mito. El estudio del mito en esta perspectiva ha llevado a las siguientes verificaciones bsicas ( Lvi-Strauss, 1968. p. 186):

- El
,
.
,

- . ..

..

. .

mito constituye un sistema simblico con una lgi. a propia y coherente, revelada por la relacin estructural. de todos sus elementos.

La estructura del mito es sincrnico-aiacrnica; pro.- porciona .un modelo lgico para rzsolver contradicciones.
'

Los mitos son interminables; no existe lo que pudiera llamarse versin original o verdadera.

Planteamiento para el anlisis estructura1 del Mito de Manco Cpac

_ Plantear el anlisis estructural del mito de Manco Cpac ofrece nuevas perspectivas para su comprensin, superando las limitaciones de la posicin funcionalista, desde que sta no puede dar cuenta cabal del poroqu de un conjunto de relaciones aparentemente arbitrarias, salvo significaciones a nivel de un simbolismo superficial.
A guisa de motivacin, anotemos un prrafo que es pgina de nuestras ms representativas historiografas al respecto:
En sus orgenes fue el pueblo incaico predominantemente agrcola y dedicado a la vida rural. E n su apogeo, aunque no perdiera su sentido buclico, se transform en un pueblo guerrero y dominador, guiado por una casta aristocrtica y por una moral guerrera. Las leyendas primi-

tivas de los hroes civilizadores exaltarn por esto, prin cipalmente, los triunfos del hombre sobre la tierra yeimz y los milagros de la siembra y el cultivo. Viracocha e un dios benefactor y civilizador, que encarna la fecundi dad de la vida y el triunfo sobre la naturaleza. La mu jer que baja del cielo y se cobija en el rbol de coca, trar tambin un mensaje consolador, pues desde entonces la: hojas del rbol daino mitigan el hambre y hacen olvidar las penas. Pero los mitos ms genuinos son los que exaltan la siembra, la semilla y las escenas del trabajo rural. Las parejas simblicas de los cuatro hermanos Ayar, que parten de la posada de la aurora o Paqaritampu, con sus alabardas resplandescientes y sus hondas que derriban cerros, van a buscar la tierra predestinada para implantar en ella el maz y la papa, nutricios de la grandeza del imperio. Ellos mkmos simbolizan. segn Valcrcel, el hallazgo de algunas especies alimenticias. Ayar Cachi, la sal; Ayar Uchu, el aj; Ayar Auca, el maz tos-. tado. Cuando el dios Viracocha enva a sus hijos Manco Cpac y Mama Ocllo a fundar un imperio, la mgica barreta de oro que llevan se hunde en la tierra ms frtil, para simbolizar el destino agrario de los Incas. . . (Porras Barrenechea, 1973, p. 21).
1)

Materia de anlisis

Vamos a analizar variaciones del mito de Manco Cpac, que encontramos en las Crnicas "El Seoro de los Incas" de Pedro Cieza de Len y "Los Comentarios Reales de los Incas" de Garcilaso de la Vega, por razones puramente fortuitas de constituir en este momento un material a nuestro alcance, Nos ha parecido igualmente sugerente incluir en el planteo una versin. del Mito de Incarr correspondiente a la Regin de Q'ero (Dpto. del Cuzco) recogida por Oscar Nez del Prado. Indudablemente este planteamiento se enriquecera con la incorporacin de un mayor nmero de fuentes.
+

2)

Esquema

M 1 (Cieza 1973, p. 24)

M2 (Garcilaso, 1959, T. 1, p. 99)

Las gentes vivan desordenadas; incultas y en guerra. En Pa,qareqtampu aparecieron tres hombres y tres mujeres: Ayar Ucho Mama Huaco Ayar ache arauca Mama Cora

- ras, Las gentes vivan como fieno saban cultivar, criar - El padre Sol sintiendo Istima de los hombres envi del
cielo a la tierra un hijo y una hija para que adoctrinacen y civilizacen: Manco Cpac y Mama Ocllo ganado, ni hacer vestidos

Manco - Mama Rahua - Los puso en el lago Titicae ca y de aqu salieron en bus- Ayar Salieron vestidos y pintados arreglados de reyes ca de tierra propicia

Uno de ellos sac en la mano una honda de oro y en ella una piedra Ayar ache o Ayar Cachi ( v ) con su honda derribaba cerros Sus hermanos envidiosos encierran a Ayar ache en una cueva Estando los hermanos en Tampu quiru vieron a Ayar Cachi volar con alas de pluma, quien les dijo fundar Cuzco y que l se quedara en Huanacaure (como los Apu en .el mundo andino actual)

- ,que Llevaron una barilla de oro hundida sera seal de

haber hallado lugar para su asiento y corte Mznco Cpac iba por doquiera tentando hundir su varilla sin xito

- Llegaron a Paqareqtampu donde reposaron

- Cachi El sol ser alabado y Ayar rogar y velar por


sus hermanos

(*). Msica y danza finebre en Puno. Los msicos van con plumas que ornamentan la cabeza.

- Ayar Cachi y Ayar Ucho se - Hicieron la primera


convierten en figuras de piedra en Huanacaure
'

- nombre Ayar Manco 'funda Cuzco en - Interpretando la feliz seal fundaron Cuzco en el valle de Viracocha y el
- Adoctrinaron y ensearon. - Adoctrinaron
M3 (GarciIaso, 1959. p. 107)
huanaco Reparti el mundo en cuatro partes; a cuatro hombres: -Manco Cpac -Colla -Tocay Pinahua Sol y se hace rey contiguo y ensearon

parada. en Huanacaure y all se hundi la barra d e oro con facilidad

- un Pasado 'un diluvio apareci - De Paucartambo salieron cuatro hombres y mujeres hombre poderoso en Tia-

M4 (Garcilaso, 1959, p. 108)

- Los hermanos desaparecen

herma~os de una de tres ventanas ( de la del medio) : - -Manco Cpac y Mama OclIo -Ayar Cachi -Ayar Uchu Ayar Sauca

- diid' Manco Cpac funda la ciudel Cuzco.


en

M5 INCARRI (Variante Q'ero,

- Hubo un tiempo sin sol - Los awpa se refugian En la tierra moraban homcuevas
bres poderosos destruan rocas y montaas con sus hondas

cit. Ortiz R., 1973, p. 36)

- Los
'

- pa Poblaban la tierra los aw- - En uno de sus lanzamientos Machu iluminados por la de 1a barreta, cae oblicua y

Apu crean a la pareja Incarri y Collari Incarri recibe una barreta de oro y Collari una rueca

luna El Roa1 crea el sol para destruir a los soberbios awpa

- Finalmente

all funda Q'ero Tampu funda el Cuzco.

3)

Anlisis de relaciones estructurales

La esquematizacin de las versiones propuestas ya


nos permite un primer nivel de generalizacin,

. .

pues nos encontramos ante lo que constituye una familia de mitos de renacimiento o recreacin; el nombre' mismo de Paqare,qtampu nos esta indicando la idea de lugar de fructificacin o lugar de nacimiento.: Pero no nos quedamos en el nivel lingistic0 porque podramos ser conducidos a ilusin, lo esencial es que tal recreacin -segn los textos examinadosaparece como necesaria y consecuente a disyunciones tierra-mundo subterrneo y viable en la medida en que sobrevenga una conjuncin cielo-tierra.

M1, M4 Mundo Sub.

tierra ( 3 parejas) MI; ( 4 parejas) M 4 Disyuncin tierra-cielo; conjuncin cielotierra (petrificacin ayarcachi) Conjuncin cielo-tierra (una pareja)

M2

M3

Disyuncin tierra-mundo Sub. ( ? ) ( ~ Q u i nes fueron destruidos? Disyuncin tierra-mundo sub. (soterramiento de los awpa).

M5

Las relaciones entre los extremos polares altocbajo, cielo-mundo subterrneo, HANAQ PACHA-UKHU PACHA, pueden graficarse como lo hacemos en la pgina siguiente. Se advertir que el eje vertical se intersecta con un eje horizontal salida-llegada, estado de naturaleza-estado de cultura. En M1 hay una relacin de conflicto o contienda entre el hroe epnimo Manco Cpac y Ayarache (especie de. antihroe, que adems maneja los instrumentos de poder de los awpa, M5); tales relaciones de conflicto inicial, ,que luego desaparecen con la deificacin de Ayarache, no se dan en M2, M3 y M5 a condicin de que el origen de los hroes se transforme.

La diferencia: en nmero de parejas heroicas, tres en M1 y cuatro en M3#M4. se resuelve entonces con la conversin en dioses de dos los hroes en MI, mediante la separacin de reinos en M3 y la desaparicin no explicada de los hermanos en M4. En ltima instancia 'la pareja fundadora de Cuzco es Manco Cpac y Mama Ocllo, conforme al M2. Advirtase tambin que en M5 hay una sola pareja, aunque la consorte tenga el nom25

Fig. GRAFICO DE CONJUNCIONES Y DISYUNCIONEE -. . . .


. . .
-

M l . - M 4 -.

. A I Cielo
1i

HANAQ P A C H A

M2 Cielo

11

a
O
U)

8 ..-

CUZCO

Pacantamou

PACHA
. .

tierra Agua Titicaca t.

11 :
' 1

I l.,-

CUZCO
>

Mundo subterrneo

Mundo subterrneo

Tierra v

CUZCO

Tiahuanaco
1

Tierra

"
11
1
1

O,ero(tampu)

CUZCO
I

RAUPA RUNA

1
I

J
J
I
J

I
I

v Mundo subterrneo

(gentiles) Mundo subterrneo

v '1

1 R A W P A MACHU

bre que corresponde-a -un hermano en M3.1 Esto sugiere.que..convertidos dos hermanos en uno por alianza, tambin 21 M 3 se -re. duzca .a tres hermanos como en MI.
.

'De otro lado el desdoblamiento a cuatro hermanos en M4 se debe al desdoblamiento de Ayar ache arauca en dos: Ayar Cachi y Ayar Auca. Esta conversin en cuatro se compensa con la inversin de Tamputo,qo (cueva de descanso) MI-M4 en tres ventanas, de las cuales dos son estriles metafricas y una frtil (la del centro) (Cuzco, valle frtil ser e1 centro del imperio), h.14. Entonces en M4 hay una ventana gensica mientras que en M1 nos hallamos ante una cueva canbal metafrica. En MI, Ayar Cachi (guerrero a la usanza de los awpa) lucha con otros Apus y los venca (derribaba cerros y montaas) hasta que l mismo accede a la categora de una deidad (Apu Huanacaure). En M5, inversamente, son los - 4 p s los que vencen a los soberbios Rawpa, Roa1 crea el sol luminoso (de fuego celeste) y los Apu crean a la pareja heroica. Ayarache (Ayar Cachi) en M1 tiene el poder de los awpa Machu, M5, pudiendo decirse que era tambin un awpa que renace con sus hermanos. Los hermanos Manco y Ucho tienden una celada a Caqhi y lo encierran en una cueva; MI, esto es en el mundo al que se confinan los Rawpas, M5. Ayar Cachi reaparece con alas y aconseja a sus hermanos, ofrece mediar ante los dioses y a partir de ello se allana el camino a la fundacin del Cuzco. Es decir, que la transformacin eli iM2 respecto a M5 es posible en cuanto la pareja siendo descendiente (hijos) del sol no requiere de un mediador (Ayar Cachi). De lo hasta aqq visto se desprende uns contigidad entre cielo y agua (diluvio en M3-hroes terrestres; salida en el lapo, MI-hroes celestes), lo que implica la necesidad de mediacln entre cielo y tierra (Ayar Cachi en MI, Manco Cpac y Mama Ocllo en M2, demiurgo en M3 y lluvia en M3). (Ver grfico de los cuatro elementos emparen tados ) . Siguiendo con el anlisis tenemos que los hermanos Ayarsaien en Paqareqtamp y hacen escala en Tampu ,quiru (Tampu q'ero), MI; en el M2, al operarse la transformacin en el lugar

de procedencia, el lugar de salida es Titicaca y a media jornadi se traslada a Paqareqtampu. En M5 volvemos sobre la senda dt MI, dado ,que Incarri en su se undo intento (jornada interme, dia) funda Q'ero ( T a m p u ) , o ampu quiru para nosotros, ante: de fundar finalmente el Cuzco.

Los awpa son desterrados por accin del diluvio o agua celeste (M3) y por accin de la luz solar que cumple esta funcin en M5 (temor a la descomposicin en un caso y la coc\-ion en otro), acontecimiento que precede a la presencia de los hroes. En M2 los hroes son depositados por su padre en el agua (lago) de donde saldrn a tierra a cumplir su misin. De este esbozo de anlisis salta ya a la vista que la serie mtica examinada es a toda luz una gran familia en la que est presente una vez ms el camino social que lleva del estado de naturaleza al estado de cultura, de la disociacin a la asociacin, del desorden al orden, de la noche al da, del ciclo de la luna al ciclo del sol. Ms an, esta serie continua da pie al renacimiento del Inca rey muerto, hay lugar tambin de seguro para un nuevo Q'ero o estadio de transicin a un nuevo orden. Viracocha dios es el Pachacuti Inca, al instaurar un nuevo modo de vida.

El hermano metido en una cueva, M I , sufre una transformacin en los mitos de una pareja como es M2 y en ste encontramos que al no haber un mediador (Ayer Cachi, M1 o el demiurgo en M5) el papel de norte de gua para encontrar el lugar predestinado es una barreta de oro. Hay pues una homologia entre Ayar Cachi y la barreta de oro. es 'decir, ambos elerncntos ocupan la misma posicin semntica desde esta perspectiva.
Este examen raudo de las pocas variantes puestas en juebo, puede ser mucho ms profundo a travs de la forrnalizacin, lo que puede apreciarse en el modelo (incompleto) ,que se incorpora al planteamiento.

Si es preciso terminar con algunas conclusiones, podemos decir que:


1)

Los mitos de Manco Capac (variantes examinadas) y el de Incarr (versin Q'ero) pertenecen a un mismo gran sistema, que es factble de reconstruir.

2)

Tal sistema podra ser reconstruido examinando todas las variantes que registran documentos histricos y las variantes contemporneas que se han recogido y podrn recogerse en el futuro, tales variantes por mucho que -parezcan alejarse de las versiones "prototpicas" estn lejos de ser incoherentes y de constituir ensoaciones colectivas caprichosas. Los mitos examinados implican en lo fundamental positivo (hacia la creacin, hacia el orden, etc.) una conjuncin cielo-tierra y una disyuncin correlativa tierra-mundo subterrneo. Los dos ejes: cielo-tierra y amanecer j tiempo preagrario) apogeo (tiempo agrario) se intersectan en un punto cero (Paqareqtampu, Titicaca, Tiahuanacu) ; en adelante el tiempo avanza, tiene un fin (la fundacin de Cuzco), tal tiempo se hace discreto (tiene puntos intermedios que se suman, esto es Tampu quiru, Pa,qareqtampu, Q'ero tampu, segn las versiones). En el plano de lo sociolgico los mitos revelan pares opuestos, guerra-paz, conflicto-alianzas de grupo (parejas matrimoniales), junto a la gran oposicin bipolar dominante, la vida en sociedad-frente a la vida en naturaleza, la primera camino a la cultura cumple su ciclo y es repetibie, la segundo detiene el tiempo (Ayar Cachi en Huanacaure). Metodolgicamente, la secuencia del an!isis estructural pensado es:

3)

4)

5)

6)

descriptivo de eventos de cada relato - Registro Ubicacin de ejes y operadores

Codificacin Estudio de transformaciones Definicin de la armazn o estructura bsica del sistema Reconstruccin del sistema, estudio de material significativo constrastado con material etnogr3fico. arqueolgico y etnohistrico.

FIG. Modelo - d e farmaiizacin para el anlisis estructural (no consider


todos ios elementos)
. .

M i

M2

M3

PrU
.

Barbarie de pobladores'
. .

+ f - --- f ( f ) 4Disyuncin Tierra-Muiido subterrneo ( 4- ) ----Conjuncin tierra-Mundo Subterrneo f +. (+) --Conjuncin tierra-cielo -+ + + - - - +----Soterramiento de hombres antiguos
.
.

++ + .-- + .

P .

Hroes de origen celeste Hroes de origen terrestre Hroes que salen del subsuelo

+ - - -----

(+l. -

Los cerros Tierra Kay Pacha

tneles o chincanas) Mundo subterrneo

mov. tectnicos (fuego voknico)


>

Ukhu Pacha

1. CIEZA D E LEON, Pedro

1973 "El Seoro de los Incas" Edit. Universo, Lima. 1967 "Comentarios Reales de los Incas". 4 Tomos. Edit. Cultura Popular, Lima. 1973 "Mito, tradicin e historia del Per". Edit. Retablo de Papel, Lima. 1973 "De Ad:.neva a Inkarr" Edit. Retablo de Papel, Lima. 1969 "Antropologa Estructural" Edit. EUDEBA, Bs. As. 1964 "E.1 Pensamiento Salvaje" Edit. Fondo de Cultura Econmica, Mxico. 1970 "Mitolgicas" (Col. 4 Tomos).

2 . GARCILASO DE LA VEGA,

Inca

3 . PORRAS BARRENECHEA. Ral


4 . ORTIZ RESCANIERE,

Alejandro

5. LEVI-STRAUSS, Claude

QUE ES EL MITO?
Jos Prez Mundaca

Hay una bibliografa exubernte sobre el particular; sin embargo, trataremos de aproximarnos a la respi:esta, fundamentalmente a partir de los planteamientos de Levi-Strauss. Ello no oblitera que de cuando en cuando podamos hacer aparecer en escena planteamientos no levistrossianos aunque hagamos esto ltimo con el fin de resaltar por contraste los puntos de vista de Lvi-Strauss. Primera perspectiva de anlisis: el mito y su contexto Respecto a esta perspectiva encontramos posiciones discrepante~:para la antropologa funcionalista, el mito slo puede ser comprendido en su contexto social y cultural y es definido y usado en sentido especifico. Edmund Leach afirma que sus colegas funcionalistas ingleses ven en el mito "un determinado cuento que habla del pasado y ,que sirve para justificar un tipo de acciones presentes, en el contexto de un medio cultural dado" ( 1 ). El punto de vista de Lvi-Strauss ms bien apunta a concebir los mitos como realidades comprensibles en si mismas, dejando a un segundo plano su insercin dentro de un contexto social. Lo que le interesa a Lvi-Strauss es demostrar que la significacin de los mitos no proviene de la relacin mito-contexto (social o geogrfico), sino de la relacin por oposicin, ya sea de los diferentes elementos de ,que est constituido un mito, ya sea de varios mitos confrontados comparativamente entre s. Y en este proceso, leer un elemento. un mito, un conjunto de mitos
(1)

LEACH. E. "Claude Lvi-Strauss, antroplogo y filsofo", en Estnrctaraism y antropologa; Nueva Visin, 1969. Buenos Aires.

m y a travs de otro elemento, otro mito u otro conjunto de mi-

tos. Y as poder revelar las posibles transformaciones ,que nos permitan identificar en ltima instancia una realidad estructural, persistente, ms all de las innumerables variaciones a travs de las cuales puede manifestarse. Que Lvi-Strauss privilegie el sentido de lo mtico como realidad posible de comprender independientemente de su contexto social o geogrfico no significa que no tome en cuenta de aiguna manera algn influjo que puedan tener las variables contexto social o geografico; lo que pasa es que Lvi-Strauss pone cada cosa en su lugar. -Al respecto dir: Tocamos.. . dos caxacteres-fundamentales del pensamiento mtico ,que a la .vez se completan y se oponen: en primer lugar. . . la sintaxis mtica no es jams del todo libre dentro del solo mbito de sus reglas. Sufre tambin los constreimientos de la infraestructura geogrfica y tecnolgica. . . En segundo lugar, y pese a lo que acaba=os de decir, todo ocurre en el pensamiento mtico, como si el sistema de los significantes opusieran una resistencia propia a los ataques que en el exterior sufren las cosas significadas" '(2).
A &

Por lo tanto, el mito no es concebido como una entidad que sirve para explicar el contexto social en ,que estn inmersos; sirve para identificar de alguna manera c6mo piensan las sociedades que elaboran los mitos. Como alguna vez dijera LviStrauss, satirizando a los funcionalistas, los mitos no sirven para comer, sirven para pensar. 0 ms especficamente para mostrar "cmo los mitos se piensan en 'los hombres sin que ellos lo noten".

Segunda perspectiva de anlisis: el mito y la msica


Tratando d e identificar la naturaleza del fenmeno mitico, tan difcil de hacerse inteligible, Lvi-Strauss relaciona mito y tnsica y, analgicamente, producir una aproximacin al fenmeno que nos ocupa. As como la msica, el mito es un lenguaje ,quetrasciendc el plano del lenguaje articulado "sin dejar conio l de r'equerir en oposicin con la pintura, una dimensin temporal .para manifestarse. Pero esta relacin con el tiempo es de una naturaleza bastante particular: todo ocurre como si la msica y la
.

mitologa no tuviesen necesidad del tiempo ms que para darle un ments. En efecto con mquinas para suprimir el tiempo ... (ambos superan) ,la antinomia de un tiempo histrico y consumado y de una estructura permanente" ( 3 ) . Es decir, el mito es una realidad especial que puede recuperar" el tiempo, que puede "juntar" el pasado con el presente, ,que puede conducirnos al pasado sin que abandonemos el .presente.
d 1

*Los mitos, en la medida en que pueden transformarse unos'en otros y, as, constituir todos ellos variaciones de un solo tema estructural de fondo, son anlogos a la msica: el oyente de un concierto musical no centra su atencin en una melada considerada como un ente aislado; lo quc capta el escucha es la estructura de la obra en su totalidad, es decir el tema a travs de sus variaciones. As como en el caso de la msica cuando se la escucha no cuenta una meloda considerada aislada, sino ms bien concatenada a travs de mltiples relaciones con otras melodas, as la significacin en los mitos slo puede residir en el cmulo de relaciones que estos entraban entre s a travs de mltiples planos y no en el sentido aparente de las historias contenidas en el relato mtico. Por lo tanto, a la luz de la segunda perspectiva de anlisis, podemos sacar estas concluisones respecto a la naturaIeza del mito: a ) Son realidades que siendo temporales son al mismo tiempo intemporales en el sentido ,que transbordan las barreras del tiempo cronolgico. b) Son realidades que, manifestndose de mil maneras o formas variantes, trasuntan una realidad estructural. una estructura interna que es semejante en todos los sistemas mticos. Esta iltima conclusin nos introduce en lo que podramos denominar la naturaleza profunda de los mitos. Tercera perspectiva de anlisis: los mitos como lgicos --.------,-.. - * ----sistemas .y

v-----: m

Los mitos traducen en ltima instancia estructuras lgicas del pensamiento de los hombres. Y cumpliendo tal funcin
(3) LEVI-STRAUSS, dem: Pg.:25..
'.

..

' .. ' ,..

. .

....

.. ..

: .

. .

. .

-.-.

. . > .

promovidos a 1i existencia racional y se consumen como pares oponibles". As si bien los mitos "no dicen nada que nos instruya acerca de orden del mundo, la naturaleza de lo real. el .origen del hombrc o su destino. . . ( y ) No puede esperarse de ellos ninguna com. placencia metafsica (;. .,.) [sin embargo) permiten deslinda1 ciertos modos de operacin del espritu humano, tan constante5 en el correr de los siglos y tan generalmente difundidos sobrc inmensos espacios que pueden ser tenidos por fundamentales y tratar de volverlos a encontrar en otras sociedades y dominios de la vida mental donde no se sospechaba .que interviniesen y cuya naturaleza a su vez quedara alumbrada" (4).

son ellos mismos de naturaleza lgica. "Son

Conclusin
Los mitos son realidades comprensibles en s mismas. Se leen unos en relacin a otros, independientemente de su contexto social y geogrfico. Dndose en el tiempo, escapan a l y se convierten en cierto modo en fenmenos atemporales. Todos comparten una estructura interna igual o por lo menos parecida. Traducen estructuras lgicas del pensamiento de los hombres. Los mitos mismos son lgica; trasuntan la manera de operar del espritu humano.

(4) LEVI-STRAUSS. Mitolbgicas, Tomo IV. Siglo XXI. Mefco, 1971. Pg. 577.

DE LOS HERMANOS AYAR A INKARRI


Mara Burela

- Planteamiento del Problema


Hay diversidad de versiones, desde las primeras dadas por los cronistas del s. XVI, hasta aquellas compiladas e; siglos posteriores (hasta la actualidad?). De esas mltiples versiones, cmo se planteara el primer ordenamiento' para un anlisis dentro del enfoque estructural?

2.

- primera El mtodo de anlisis tendr base estructural, pero en una etapa deber reconocer esos mitos, ordenarlos,
jerarquizarlos, para determinar categoras de anlisis, formas clasificatorias.

2 . 1 Estrategia

2.1.1. Se revisar el material existente, compilaciones,


anlisis realizados, para reconocer esos" mitos y las tipologas de las formas en que se presentan. Este material es desde las fichas de las Bibliotecas de la Universidad. (Debera revisarse Biblioteca Nacional, para un conocimiento de los antecedentes del problema, en materia etnogrfica) . Seleccin del material encontrado. previa revisin:
' 6

Priorizar el anlisis: jversiones antiguas, cronistas o versiones contemporneas? 2.1.3. Esbozar una tipificacin del mito de Manco Cpac.
2.1.2.

A partir de un determinado nmero de mitos revisados, se encontrar semejanzas a partir de las diferencias. 2 . 2 ..- Ubicacin de ':'uny . mito de referencia. .
. .

2 . 3 . Planteamiento de la hiptesis de trabajo


2 . 4 . Marco Terico. Anlisis comparativo, Teora del lenguaje, Mitemas, Unidades diferenciales, Armadura, Cdigo, Mensaje, Estructura y Sistema.

2 . 5 . Seleccin de las categoras.de Anlisis.

-solar -No solar -De origen de los Incas (etiolgico dinstico) -De fundacin. . . .
..
,

2 . 6 . Seleccin de mitemas comparativos, por oposicin, por transformacin. .

2 ..7. Anlisis de las transformaciones, para llegar al sis. ,. 'tema.


. . .

2 . 8 . Planteamiento de modelos de anlisis. 2 . 9 . Conclusiones. .. .


Bibliografa-.Bsicaen el Marco Terico
"Totmismo en la actualidad", Lvi-Strauss, Fondo de Cultura Econmica. "Pensamiento Salvaje", Levi-Strauss. Fondo de Cultura Econmica. "Antropologa Estructural 1 y 11". Lvi-Straus~, Fondo de C u l t u ~ a Eccp nmica. "Mitolgicas", Lkvi-Strauss, Fondo de Cultura 'Econmica. "El Hombre Desnudo", Lvi-Strauss, Siglo XXI.

Crnicas
cronistas del ,S. XVi, XVII, XViiI. Otros Informes del .perodo Colonial. .

Bibliografa a estu'diarse: -Mitos, leyendas y cuentos. Jos Arguedas. P . Q . 8489. A 89. Bib. C.C.S.S. -Mitos, supersticiones y supervivencias populares de Bolivia. Paredes, Rigoberto. F. 3323. P. 26. 1972. -Coleccin de Libros y Documentos Referentes a la Historia del Per. Segunda Serie, Tomo VIII. "Historia de los Incas y Conquista del Per. Juan Diez Betanzos. 1924. F. 3500.4. C. 2. 8 . Bib. Central P.U.C. -El Pensamiento Mtico. Franklin Pease. 1982. -De1 Tawantinsuyo a la Historia del Per. Franklin Pease. 1978. -El Dios Creador Andino. Franklin Pezse. 1973. -Del Taki Onqoy a Inkarri. M. Curatola. Revista Allpanchis, N? 10. -Ideologa Mesinica del Mundo Andino. Antologa de Juan Ossio. 1973. -De Adaneva a Inkarr. Alejandro O-tiz R. 1973. -Mitos y Leyendas de los Aztecas Incas, Mayas y Muiscas. Walter Krickeber. la. Edicin 1328. Fondo de Cultura. 1971. Antecedentes Krickeber, en 1928, realiza una compilacitm de la Mitologa en Mxico y Per, estudiando ciertas relaciones y semejanzas, estableciendo diferencias entre ambas reas, a nivel mitolgico y plante:
-

A pesar de la aparente homogeneidad en la Mitologa de


.

las altas culturas de Centro y Sud Amrica que es reforzada an mas por una clara difusin de ideas desde Mxico hasta Per existen diferencias bsicas. A 10s dioses peruanos falta an mucho del carcter personal de los de .Mxico. por lo .que al arte se refiere' el Per n o ha . creado ningn tipo individual y unvoco de dioses, y no conocemos ninguna representacin que se pudiera relacio. . nar con el dios Viracocha o Pachacamac.
:
'

Con respecto a estas opiniones de Krickeber, podemos percibir que su trabajo est limitado por los avances de la arqueologa, de ese momento y la base terica de corte difusionista, pero se puede reconocer como el primer intento de una recoleccin de los mitos en Amrica Latina, para un anlisis comparativo.
. . .el hecho de que los hombres y hroes culturales hayan nacido de huevos es una idea que se encuentra en las leyendas peruanas. desconocida en la Mitologa de Mxico y Centro Amrica. Tambin el papel de los lagos en las tradiciones de la creacin. conocidas de los pases anc dinos, pertenece a los rasgos especficamente sudamericanos en la mitologa de los pueblos de alta cultura del Nuec vo Mundo. De estos lagos emergen a -1eces los ancestros del gnero humano, y otras el sol y !a luna. . . (pg. 15).

. . .En Amrica del Sur no solo los p ~ e b l o sprimitivos vecinos del este de Bolivia, sino los tup del este de Brasil han sido inspirados por la mitologa de los pueblos anti* guos. Si se toma en cuenta esta ntima relacin, y se considera el hecho de que tambin las altas culturas de Cend tro y Sud Amrica se originaron sobre la base comn de las culturas americanas, sorprende cun poco se ha conservado de las leyendas tpicas de Norte y Sud Amrica, en las regiones de alta cultura. . . . . . Ehrenreich ya ha hecho resaltar, que sin duda exista en la regin de los pueblos de alta cultura, una literatura de leyendas tradicionales de la cual nos han sido conservados algunos fragmentos por coincidencia (Coniraya se parece completamente al tipo "trickster" de los hroes culturales del noroeste de Norte Amrica. La leyenda de Coniraya contiene la eleccin del padre7' tambien conocida en el noroeste de Amrica), mientras que todo lo dems perdi su original importancia a causa de mitos divinos que predominaban. . .
6I

Si bien se sugiere ya la ~osibilidadde una relacin, a nivel del gran mito en Amrica, no se hace referencia ms del Mito de los Hnos. Ayar, con relacin a nuestro problema.
Pease (1973): "Al hablar de los orgenes de los h k a s se menciona siempre el Mito de Manco Capac. y se acostumbra a relacionarlo con la creacin solar, sin considerar que las varias versiones que de este mito existen pueden dar lugar a una inter-

pretacin diferente. La mayor parte de la responsabilidad de la dirmacin tradicional se debe a las informaciones proporcionadas por Garcilaso de la Vega en sus Comentarios. reales, y a la opinin generalizada, casi dira un clis utilizado. por los tratadistas, que extiende desmesuradamente el culto solar olvidando que ha sido privativo del Estado incaico, no solo por los datos referentes a la expansin de este culto, en pocas de Pachacuti, mencionado en dichas obras, sino considerando que el Inka Pachacuti aparece como un enviado solar y adems, que en las informaciones levantadas por Cristbal de Alborroz a partir de 1565 y . en los largos resultados y fructferos procedimientos de represin religiosa -las extirpaciones de idolatras de comienzos del s. XVII. no se observa la menor huelia de la vigencia U e un culto solar oficial". Las dos versiones ms conocidas del Mito de Manco Capac son las del lago Titicaca y la de los hermanos Ayar, ambas mencionadas por Garcilaso; sin embargo deber tenerse en cuenta que la redaccin de los Comentarios reales es bastante tarda y puede ubicarse a . fines del s. XVI, lo cual se aprecia fcilmente no slo en sus aEirmaciones, sino en las fuentes que el 'Inca h-istoriador utiliz (pg. 44). En este trabajo, Pease realiza un anlisis comparativo de !as versiones de Garcilaso y las fuentes que pudo ubicar, ademas sustenta una base terica fenomenolgica, las cuatro edades representada por los Hnos. Ayar, o las parejas, el nmero y e! centro del mundo. Con respecto a las versiones de 10,s cronistas, agrega Pease: . , . . . . .Interesa destacar la presencia unnime de la pareja fundadora en los textos de los cronistas, y tam6in la manera uniforme como describen la calidad arquetpica y ordenadora del mundo que posee Manco Capac. El problema mas serio es quiz el hecho de una. divergencia crucial entre Garcilaso y los otros cronistas [;. .,. ] mientras que Garcilaso identifica claramente al sol como creador de la pareja primordial en la versin del lago Titicaca, esta vinculacin no aparece en los otros relatos mencionados. Cieza, Betanzos y Sarmiento de Gamboa ignoran cualquier relacin entre el sol y el proceso de creacin de la pareja primordial en la versin de los Ayar. En Cieza de Len, la primera referencia al sol es indirecta. y alude a los utensilios de oro que los hermanos Ayar llevan

consigo, especialmente la honda de Ayar Cachi. La idea de ser "hijos del sol" aparece como accesoria y desvincula del relato mismo. Juan de Betanzos ignora totalmente el origen solar en el texto que presenta en el cap. IV de la ' Suma y narracin". Sarmiento de Gamboa siguiendo esta lnea solo hace mencin a que en el Cuzco "hicieron la casa del sol. . . (Pg. 50).
4

. . .la versin que vinculaba al sol con la pareja primordial Manco Capac Mama Ocllo parece de exclusiva res-ponsabilidad de Garcilaso. Si los autores que recogieron sus.materiales en el Cuzco entre 1550 y 1572 (la fecha de posible redaccin de la crnica del prroco Molina 1575, no puede entrar en confrontacin'mientras no se encuentre su obra perdida. desde que la que sz conoce actualmente.apenas trae informacin a este respecto), no relatan una creacin de la pareja primordial por la divinidad solar, puede pensarse que esta versin corresponda, o podra corresponder a una interpelacin, aadido o variante de la tradicin ms vieja. Manco Cpac y Mama Ocllo configuran la pareja triunfadora de un proceso de seleccin, o la ltima de cuatro edades del mundo, como vimos antes, y esta pareja funciona en los cronistas sealados' (aparte de la versin del lago Titicaca en Garcilaso), en forma independiente de una creacin solar. Mas an, al margen del relato del lago Titicaca, no se encuentra la relacin entre el sol como creador y la pareja primordial en las otras versiones que el mismo Garcilaso (pg. 39).

. . .El mito de origen de' la zona cuzquea fue modifica.

do para dar entrada en l al sol, nuevo creador de la poca estatal y tarda. No encontrando vestigios tempranos del culto solar -ni arqueolgicos ni mticos- y estando establecida la desaparicin de este culto inmediato despus de la invasin, se confirma su carcter no popular, por un. lado y, por el otro, su introduccin en el mito de origen tradicional cuzqueo, cuya antigedad es mucho mayor que la del estado que comienza con la poca de Pachacuti de los cronistas. La inclusin del sol como dios creador en la versin presentada por Garcilaso de la Vega parece deberse, .pues, a una elaboracin sacerdotal contempornea a la aparicin tarda del 7':iwantinsuyu. y . a ' s u necesaria vinculacin con el mito de los fundadores primordiales (pg. 54).

La versin de los hermanos Ayar. recogida nicialmente por los ms tempranos cronistas del Cuzco, fue reemplazada entonces por la imagen solar como mito "oficial" al organizarse el Tawantinsuyu. . . (pg. 55). Si bien Pease hace una fundamentacin de sus conclusiones con el nuevo material etnogrfico aportado por Rostworowski, :970, se centra nicamente en el esclarecimiento ms bien histrico del mito, no tomando en cuenta los ltimos aportes de la arqueologa que podra verificar ese culto solar anterior a los Incas. Pero nos presenta una relacin de las versiones ,que debera tenerse en cuenta para el estudio: cronistas, Cieza de Len, Betanzos. Sarmiento, Garcilaso y Guamn Poma. Adems del material etnogrfico de Rostworowski al respecto. Posteriormente. el mismo autor nos dice: . . .Encontraremos en el Taqui Oncoy los grmenes que nos van a llevar al "movimiento nacional inca del siglo XVII [ . . . l . La vuelta al tiempo del Inca que se menciona en las informaciones de Albornoz, no solo puede entenderse como una informacin interesada, sino que podramos aadir ,que no procede de la mentalidad andina. . . " (pg. 79).
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. . .Hasta dnde se p e d e e n t e n d e r una csntinuidad entre el Tawantinsuyu y el Taqui On*qoy? Fcil sera intentar una respuesta tajante y positiva, que nos llevara de la mano de los mitos de Inkarr tal como los conocemos hoy da. . . (pg. 8 1.).
Ortiz ( 1973) : Arguedas recogi las primeras versiones y les consagr varios artculos. Todas giran en torno a un personaje al que, siguiendo las diversas regiones andinas, se le nombra Inka o Inkarr [ . . . l . Sera suficiente una rpida lectura de las diversas versiones sobre Inkarr para percatarse de que en realidad no estamos en presencia de un solo mito, sino ante una serie de relatos ,que se parecen porque responden a una bsqueda comn: la cultura andina, su sociedad, definida frente a esta larga tragedia histrica que empez con la invasin europea. De las versiones dadas se encuentra la de Puquio con elementos ,que puedan encontrar relaciones con los Mitos del Inca. (Ver Ortiz, 1973, Inkarri-Puquio, pg. 14 1) .

- . En la Antologa. de Juan Ossio, "Ideologa Mesinica del Mundo Andino", se presentan versiones del mito de Inkarr de ' Qro.'San Pablo y Chqa Pupupuja. . . Se prssentan bajo un ropaje bastante arcaico, especialmente las .de. Qro,- que son al0 tamente reminiscentes de los mitos de creacin y fundacin incIuidos en las crnicas de los siglos XVI y-XVII".' De las tres versiones~publicadasse tomaran: la versin del ayllu de Chaui pi, Mateo Garriaso y la del ayllu .QolIana (pgs. 220 y 224, 225). 4

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Asimism, la versin en Qeros. 1955, recogida por N E ~ Z del Prado (pgs. 277, 278, 279).
-

En esta compilacin figura el-artculo de Pease. -( 1973 ),

"El Mito de Inkarri 'y la visin de los vencidos". .donde se se;


.& ocurridos desde el Tawantinsuyo a la invasin . . i. .los . . - cambios eiiropea.
..

'

Cien aos antes de la invasin europea se organiz en el Cuzco el Tahuantinsuyo, sobre la base de una cosmo; visin andina, pero reestructurada en torno a una divinidad solar creadora. Los cuzqueos (la lite sacerdotal), elaboraron entonces la imagen de un dios dinmico asimilable a la vocacin militar del nuevo estado, proporcionando as a ste una ideologa operativa. E l Inca -90bernante, padre arquetipo, dios- era "hijo del sol" igual a l, poderoso como l, eternamente renovado como el. Del mito solar .que Garcilaso de la Vega hizo conocido sabemos que era todava nuevo al llegar los espaoles. Al momento de la invasin se destruy tambin la imagen de una divinidad impuesta por el estado inca en una jerarqua superior a los dioses regionales y locales y -reemplazada entonces con eb dios cristiano. Pero parece que la versin que Garcilaso conservara no parece haber tenido mayor difusin, dado que los cronistas ,que recogieran su informacin en .el Cuzco poca despus de esta: Cieza de Len, Betanzos, Sarmiento de Gamboa, Cristbal de Molina el cuzqueo, por ejemplo, nos presentan justamente una versin en que la importancia del sol en la fundacin del Cuzco es secundaria. Sin embargo, no dej de llamar la atencin al descubrirse las versiones de Inkarri, su semejanza esquemtica indudable con el mito ,que relata la fundacin del Cuzco. As en 1958 al publicar Efran Morote B. una de las versiones recogidas en Qro no titube en hablar de un nuevo mito de fun-

dacin del imperio, haciendo referencia a que su valor es comparable al de los dos mitos "oficiales , el de los hermanos Ayar y el de Manco Qhapac saliendo del Titikaka (pg. 442).
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A partir del siglo XVIII parece extenderse la versin solar del lago Titicaca, independiente del texto de Garc i l a s ~ . Similarmente a esta difusin y coincidiendo con ella aparece Inkarri en su forma actual (pg. 443).
Pease anota que

. . .las versiones orales recogidas en Qro y Puno. ignoran las modificaciones impuestas al rea andina por la presencia europea, mientras que la versin de Chacaray solo deja contancia de ella. El texto ms completo sigue siendo el de Puquio en las diferentes versiones de Jos Mara Arguedas, en el cual encontramos no silamente la imagen modificada de la creacin (fundacin) del Cuzco sino el testimonio de la invasin europea (pg. 444).
Esta informacin de Pease va sugiriendo con ms certeza la necesidad de analizar, entonces, los Mitos de Manco Cpac desde las versiones de los cronistas del siglo XVI, hasta las versiones de Inkarr, citadas anteriormente, de &faentes fuentes y momentos. De los trabajos de Pease se tomar la diferencia, como categora. de anlisis: solar, no solar. N o con relacin al culto sino sdamnte como forma cl* sificatoria. . . .
.

Las versiones de los cronistas del S. XVI se trabajarn en su contexto etnogrfico, asimismo las ver~ionlzsde Garcilaso y Guamn Poma. Las versiones de Inkarr, de Arguedas y de Nez del Prado, igualmente dentro de su contexto correscondiente.

Tipologa a estudiarse
Mitos de Manco Cpac como origen de los Incas.
. .
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. .

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. .

. .. .

. No;.solar: versiones

Solar: .versiones de Garcilaso, de Betanzos, Cieza y Pachacuti.


. .

. .

Mitos de Manco Cpac a Inkarr: Simples complejos. Solar no solar.

--

Mito de ~efer&cia

El mito d e tos hermanos Ayar, de Betanzos y M2, Cieza. M3, Pachacutic, M4. Garcilaso.
Marco Terico
Buscar &tigori& ,que sean definibles con precisin por .la deduccin etnogrfica o etnohistrica, adoptando el punto de vista de la cultura andina, para, usarlos como herramientas conceptuales para encontrar nociones abstractas que sea posible encadenarlas en proposiciones. Tomando como base de anlisis la base terica del estructuralismo de Lvi-Strauss, se tratar de plantear una hiptesis inicial. que pudiere ser probada en un nivel concreto, prximo a las relaciones del habitad, la historia o la cultura. Se usar un nmero reducido de mitos al inicio M1 (Betanzos, M2, M3, M4) para contrastarlos con la versin de Garcilaso. En una segunda aproximacin debera buscarse relaciones con los mitos recogidos por Arguedas y Nez del Prado. La tercera etapa debera buscarse en los mitos de las culturas mayas, si hay relacin con los mitos de la serie (Sistema Manco Cpac). La etapa intermedia correspondera a la bsqueda de mitos en el rea de Bolivia, ms cercano a la versin de Puquio. Se buscara vnculos reales de orden histrico o geogrfico, que permitan ampliar el contexto. Deberfapartirse del mito de los Hnos. Ayar. pasando pr el Mito de Manco Cpac propiamente dicho (versin de Garcilaso) hasta llegar a los mitos de Quetzalcalt (mito referente a Texcoco: "Un da, muy de maana el dios sol tir una flecha del cielo la cual cay en un lugar llamado Texcoco, donde actualmente est una ciudad. Del agujero de a,quella flecha salieron un hombre y una mujer. . ." (Krickeber, 1922 j . Se buscar "establecer unidades constitutivas que no pueden desempear este papel ms que a condicin de ser definidas cie una manera no equvoca, es decir, contrastndolas por pare-

jas, para despus. por medio de estas unidades constitutivas. elaborar un sistema, el cual desempeara, por ltimo, el papel de o~erador sinttico entre la idea y el hecho, al transformar a este itimo en signo. De tal modo, el espritu va de la diversidad emprica a la simplicidad conceptual y luego de la simplicidad conceptual a la sntesis significante" ("El pensamiento salvaje", LviStrauss, 1962).

UNIDADES CONSTITUTIVAS

PARA ELABORAR UN

CONTRATADAS POR PAREJAS


OPERADOR]<-QUE
SINTETICO

SISTEMA

I v
PERMITA

QUE RELACIONA

IDEA

SIGNO (como hechp)

l o Se revisar versiones diferentes, hasta tal punto que parezcan contradictorias. Estas deben clasificarse en un orden variable segn los casos ,que se presenten, pero que constituye una propiedad "natural" en cada sociedad.
Niveles. de la clasificacin: -De -De -De' -De origen dinstico: solar, no solar. fundacin. migracin.. creacin.

sistemas de permutaciones para cada grupo.


.

2 9 ~ n l i s i sformal de cada versin. para determinar el nmero de variables que hace intervenir y s u grado de complejidad relativa. Desde un punto de vista lgico pueden ordenarse todas las versiones.

3? Cada versin suministra una imagen particular de la realidad: relaciones sociales, econmicas, actividad tcnica, relacin con el mundo, etc., y la observacin etnogrfica debe decir si esta imagen corresponde o no a los hechos.

L a crtica externa permite, al menos a ttulo de hiptesis J e trabajo, sustituir los rdenes relacionales ya obtenidos por un orden absoluto construido segn la regla de que los mitos cuyo contenido expresa directamente la realidad obsewada son mitos de primer rango, los otros mitos de segundo, tercero o c~arto rango, etc., tanto ms apartados del tipo lgicamente ms sencillo (pues no se trata de prioridad histrica) ( 1 ) cuanto mayor sea el nmero de transformaciones -destorcindolos, por decirlo as- para recuperarlo. As la redundancia, lejos de ser dada en el contenido del mito, como se cree con demasiada frecuencia; se manifiesta al trmino de una reduccin de una reduccin o de una crtica, a las cuales la estructura formal de cada versin sirve de materia prima, trabajada nada ms por la confrontacin metdica del contenido y del contexto. (Tomado de L.S., 1966, 328).
Como ejemplo bsico para el anlisis del Mito de Manco Cpac, se estudiara "La gesta de Asdiwal" ( Lvi4trauss. 1979, pg. 142), donde nos dice: "Este estudio de un mito indgena de la costa canadiense del Pacfico responde a un doble objetivo. Por un lado aislar y comparar los diversos niveles en que evoluciona el mito: geogrfico, econmico, sociolgico, cosmolgico; cada uno de estos niveles y su simbolismo propio aparecen como una transformacin de una estructura lgica subyacente y comn a todos los niveles. Por otro lado comparar las diferentes versiones entre s, y buscar el significado de las variaciones que aparecen entre ellas, o algunas de ellas: puesto que todas provienen de la misma poblacin (aunque recogidas en diferentes puntos del territorio) estas divergencias no pueden explicarse en funcin de creencias, lenguajes o instituciones dismiles". ' En el caso del Mito de Manco Cpac, tenemos versiones en diferentes pocas del S. XVI al XVIII, en el Cuzco, y posteriormente recogido en otros momentos y zonas diferentes aunque cercanas.
( 1 j Estudio en cierta forma realizado por Pease.

El Mito de Manco Cpac lo podemos encontrar: El Mito de los Hnos. Ayar, recogido por Juan de Betan1552. Publicado en Hist. de los Incas y la Conquista del zos, Per, 1924.

El origen de los Incas. Versin de Pedro Cieza de Len. Seoro de los Incas, 1550. Pensamiento Mtico. Pease, 1982.
El origen de los Incas. Versin de Garcilaso de la Vega.
Comentarios reales de los Incas, 1609.

El origen de los Incas. Versin de Felipe Guamn Poma. Xueva Crnica y buen Gobierno, 1615. Pensamiento Mtico. Pease, 1982.

El origen de los Incas. Versin de Juan Anello Oliva. iiistoria del reino y provincias del Per, 1631. Pensamiento Miico. Pease, 1982.
--,

Para la la. aproximacin.

Conceptos bsicos a emplearse: Sistema: Relacin de grupos de Mitos, relaci6n de elementos estructurados. Isomorfismo: Semejanzas de forma a partir de una diversidad externa, sus relaciones formales. Anlisis estructural: Reside en la codificacin; d&e reducir mensajes. ( L . S . 1968. 149) . Codificacin: Reducir mensajes cuya complejidaci es alta. Metfora: Expresin figurada obtenida mediante una relacin de analoga o semejanza. Metonimia: Tropo que se comete tomando la causa por el efecto, y el continente por el contenido, implica relaciones d e contigidad.

TOPONIMOS DE CHUANI: iORGANIZACION Y SIGNIFICACION DEL TERRITORIO? Gabriel Martnez

Entre mayo y sgfiembre de 1979 realic una investigacin de csmpo sobre toponimia en la cbntunidad de Cl~uani ' ( ~ o l i k i ) invitado , por e Iristitufo Francs de Estudios Andinos en su programa rnriltidisc~plinario id valle de Ambana. El artculo que sigue es una commicacin de algunos primeros resultados de aquella investigacin. Y slo eso. Prescindo por comtericos y tambin de la pleto d e la discusin d e importantes consideracin de los antecedentes bibliogrficos en esta clase d e investigaciones, que s existentes y valiosos en el Per. Una publicacin ulterior procurara llenar estos vacos. El peso mayor reacae por el m m e n t o en la informacin etnogrfica; la reflexin etnolgica se limita a hacer a'qunas observaciones y sugerir caminos para una etapa posterior, puesto que E a investigacin hecha [ue insuficiente
S

Gran parte del contenido de este trabajo fue expuesto en el Seminario d e Antropologa Histrica, del Prof. .Nathan Wachtel, en TEcole des Hautes Etudes en Sciences Sociales, d e Pars, y ante un grupo de profesores y estudiantes de .antropologa en la Pontificia Universidad Catlica del Per, Lima, recibiendo en ambas ocasiones aporte de datos y observaciones que agradezco. Tambin quiero agradecer aqu al Instituto Frincs de Estudios Andinos y sus miembros d e entonces, n u y en particular a 10s Sres. Olivier Dollfus, Frangois Mgard, Thierry Saignes, Frangois Greslou y Sra. Garca. Y , por cierto, agradezco tambin ,honradamente a los pobladores de Chuani. que me a y u d ~ r o ncon generosidad en el trabajo, especialm n t e a los seores Eusebio Tukupa, Leocadio Quispe. Luis y Mario Mamani, Celestino Jimnez, Valentn Choque y Simin Corina.

Puntos de Partida

El propsito de esta investigacin era explorar la posibilidad de que el conjunto de topnimos del territorio de una comunidad andina revelara alguna clase de organizacin semiotico-semntica del espacio topogrfico de esa comunidad. Si se quiere, se trataba de darse cuenta si los topnimos implicaban una lectura y un ordenamiento del territorio en tanto conjunto significante, en el cual los cerros, las lagunas, las pampas. etc., pildieran ser signos que remitieran a alguna clase de significacin, cuya naturaleza -desconocida al inicio-, la exploracin misma deba determinar o, por lo menos, sugerir..
Poco y nada autorizaba a sostener a priori la legitimidad de la hiptesis. Ms bien al contrario. Haca ya muchos aos antes mi atencin se haba visto atrada hacia la toponimia por una constatacin familiar a casi todos los andinistas: la sorprendente minuciosidad con ,que el hombre andino particulariza su territorio. Prcticamente no hay un metro cuadrado que no tensa su nombre propio. Pero a los primeros intentos de examen, esa multiplicidad de nombres se resista a entregar otro sentido que no fuera el de su utilidad para ubicarse en el espacio; lo que, desde luego, es otro problema y no excluye, sino ms bien exige, la solucin al problema actilal. Por otro lado, mi hiptesis de partida presupone una homogeneidad y una sistematicidad tales en la mantencin de una significacin total del territorio que ignorara el argumento bien conocido de que la toponimia refleja desplazamientos tnicos, ocupaciones histricas del territorio, $que dejan su impronta en los nombres, destruyendo toda posible coherencia de lectura: la vieja oposicin entre historia y sistema, contingencia y estructura. Finalmente, no faltaba la denegacin -terica: Ullman retoma la afirmacin de Stuart Mil1 de que los zombres propios solo denotan pero no connotan, y crea una oposicin entre identificacin y significacin; para UlIman la funcin especifica del nombre propio es identificar y no significar: '< el nombre propio es una marca sin significado (i)*.

Sin embargo stas y otras consideraciones negativas, me costaba admitir en mi fuero interno que el espacio fsico natural, :el paisaje, fuera asignificativo en la cultura andina; asignificativc e inorganizado a travs de los topnirnos. Tena la conviccin, apoyada adems en Lvi-Strauss (ii), de que el nombre propio de un cerro, adems. de identificarlo .(Y quizs precisa-

' -Los
52

nmeros romanos entre parntesis indican notas bibliogrficas, al final.

mente por eso) deba enviar a otro sentido ms all del cerro mismo y que su nombre deba estar en relacin con el de otros cerros u otros lugares. . . De modo ,que insist, aunque sin excesivas esperanzas y dispuesto a cancelar el esfuerzo segn las evidencias. Tres decisiones sobre el enfoque adopt desde el comienzo. Sin duda., mi intento se situaba muy cerca de dos campos, a 10 menos. Uno primero: era muy posible que la toponimia estuviera referida a la ecologa, y tal ha sido, parece, el punto de v~sta ms extendido para abordar el problema. Pero yo no que' rla partir" de ese punto de vista: me pareca peligroso imponer un criterio que yo no saba si corresponda efectivamente al material y a la naturaleza del hecho que iba a encarar.. Ello podia llevarme a un callejn sin salida. Esa referencia, de existir, deba ser un resultado y no un presupuesto, a !in de entender de que manera precisa -en. principio, nunca simple y directa- la toponimia poda estar regida por una base de ordenamiento ecolgico.
I

Un segundo campo, que ya conoca: lo que habitualmente se considera como "lo religioso". Pero tampoco quera partir del conjunto de lugares sagrados y del supuesto de un ordenamiento de base, llammosla' 'as, de ndole "mtico-religiosa". Admitiendo que "lo sagrado" o lo religioso" sin ms, tengan un sentido preciso y de rendimiento en el anlisis, son escassimos los tpicos que, a primera vista, para alguien ajeno a la cultura aymara, evidencian el carcter "sagrado" de algn lugar y an no s si tal carcter est siempre dado en el nombre. Como en el caso anterior, un principio as no poda ser un postulado sino un resultado. Lo que yo buscaba era partir, en toda situacin, de la base objetiva de los topnimos e inferir de ellos, y de la informacin de terreno, la organizacin semitica-topolgica, si exista. Finalmente, la decisin de tomar los topnimos del terri. torio de una comunidad -y no ms ni menos- me pareci razonable: representaban una magnitud manejable y poda suponer ah la presencia de alguna clase de unidad de sentido.

El Mapa y el Inventario de Lugares


Chuani es una comunidad de habla aymara, de ms o menos unas 600 personas. Est situada en la provincia de Camacho, departamento de La Paz. en las cabeceras de un valle intramontano estrecho, cuyo ro es tributario del Copani, de la ho-

ya de Ambana, en las vertientes amaznicas de los Andes Orientales bolivianos. El territorio de la comunidad se despliega principalmente en los faldeos de exposicin noroccidental del valle desde las orillas mismas del ro, a los 3,200 m. de altura, hasta las pampas de puna alta, sobre los 4,200 m. La diversidad de pisos y microzonas ecolgicos, la conformacin encerrada y abrigada del valle, la abundancia de agua, permiten a los Chuani una produccin variada de cultivos, desde el trigo. la a!falfa y algo de maz en los terrenos bajos de riego, hasta los tubrculos de altura. pasando por las papas tempranas, la ,qunoa, arvejas, habas, cebada e incluso algunas hortalizas. Los ast tiza les de altura sostienen, por su parte. abundante ganado de camlidos y ovinos, cuidados por miembros especializados de las familias dueas de ganado; quiero decir que los pastores adultos son raramente, a la vez, agricultores. Una aclaracin necesaria: el. grueso de la poblacin de Chuani ha cambiado de asentamiento. Antiguamente ella ocupaba el sector suboccidental del territorio (abajo-izquierda en la fotografa), segn un patrn muy nucleado de viviendas, a una altura media de 3,500-600 m. ms bien cerca del ro, y con agua abundante de regado: ah se encuentran las chacras de productos tempranos y es un sector privilegiado para la agricultura. Pero desde hace unos diez aos, ms o menos, segn dicen, deslizamientos del terreno empezaron a agrietar las casas y a hacer peligrosa la permanencia ah. De modo que la gente se ha trasladado a un nuevo sector, ms hacia el norte y a mayor altura (que casi no se distingue en la fotografa), donde han construido nuevas habitaciones, algo ms dispersas pero con tendencia a nuclearse. Sin embargo, los Chuani siguen canservando sus viejas viviendas, muchas como depsitos para almacenar cosechas. Naturalmente, mi esfuerzo principal inicial se centr en obtener un inventario lo ms completo posible de los toponimos de la comunidad, su ubicacin en-la fotografa area ,que se acompaa, el reconocimiento de los lugares en terreno y su cotejo con .varios informantes. Con el auxilio de un ayudante he logrado reunir as 259 trminos toponmicos, cuya lista se incluye al final del artculo. Para poder manejar mejor la informacin. he trasladado las ubicaciones de la fotografa al p!ar.o que se adjunta. Los nmeros que se inscriben en los distintos recortes del plano corresponden a los nmeros de los topnimos de la lista tinal; estos nmeros no representan ningn ordenamiento particular sino, simplemente, la secuencia en que iban siendo ubica-

dos los lugares y sus nombres. De ah que, muchas veces, los varios topnimos que designan las partes diferentes en que se descompone un mismo lugar no aparezcan en orden sucesivo. Para facilitar la tarea de identificar en el plano los conjuntos que componen un mismo lugar, he marcado los contornos con un i-eborde grueso que incluye los componentes. Se entiende, entonces, ,que cuando un retazo no est incluido en otro mayor d e rebordes gruesos es porque se le considera un lugar independiente, designado por su propio topnimo. Finalmente, los lugares sealados en el plano son casi todos los de la fotografa (que pertenecen a la comunidad de Chauani, desde luego, puesto que la fotografa abarca partes del territorio de otras dos comunidades, de las que no me he ocupado). Y son casi todos los lugares de la comunidad, ya que la aerofotografa deja fuera slo un fragmento muy pequeo del territorio de aqulla, en la parte norte y noreste. El cotejo de nombres y ubicaciones c::n varios informantes da una cierta confiabilidad a los datos, pero deja siempre un margen de error que slo hubiera sido posible reducir en una segunda temporada de trabajo en terreno. Antes de entrar en materia hay dos o tres aclaraciones que hacer. De la observacin general del plano ( i y d e la fotografa!) surge una primera constatacin: la extremada densidad de topnimos ,que hay en el sector suroccidental del territorio. El espacio en blanco que se ve ah (slo con nmeros y crculos negros) indica el hecho de ,que la cantidad de topnimos era tal y la escala de ampliacin de la fotografa tan pequea, que resaltaba imposible sealarlos. Este sector corresponde al antiguo asentamiento de los Chuani (Nayrjja Chuani, Chuani Antiguo), ya mencionado. En efecto, ah hay decenas de chacras, huertas y rincones, junto a las viejas habitaciones, cada uno con su nombre. Tuve que renunciar a hacer un levantamiento minucioso del lagar, a pesar de haber intentado precisamente empezar por ah. Lo cual deja sin iesolver un problema que me inquietaba: si el nombre de las chacras es distinto al del lugar donde estn. 0. si se quiere, si las diferentes chacras ,que ocupan un lugar tienen cada una un nombre propio, distinto a las otras y distinto al topnimo del sitio. De este problema no me ocup tampoco en las otras partes de Chuani y es uno de los puntos a investigar en el futuro. Hay algo ms: es fcil advertir cmo la densidad de to~ n i m o s va disminuyendo a partir de este sector de Neyrjja Chuani, en forma de abanico, hacia la periferia. hasta encontrar120s con vastos lugares designados con un solo nombre. Parti55

cularmente en la parte sudoriental. oriental y norte, que corres~~onde a nzonas de puna y pastizales altos. Y me pregunto si la menor densidad de topnimos ah se debe a que mi ayudante e hformante principal era un joven agricultor, con un conocimiento supuesto mucho mayor de las zonas de agricultura que de las zonas de ganadera, si bien normalmente todos los chicos, hasta ms all d e la pubertad. han pastoreado por todas partes. . . Se insina la posibilidad de un manejo diferencial de la toponimia y de que la informacin de topnimos hecha por un pastor adulto d un resultado inverso. Pero no pude verificar esta posibilidad, ,que tambin queda propuesta para el futuro. Una tercera cuestin: me pregunt igualmente si haba dos o ms conjuntos de nombres Fara los mismos lugares o para grupos de ellos. Como es sabido, en etnohistoria andina surge a menudo la impresin -y a veces la certeza- de que un misa o lugar recibe distintas designaciones. Hice una primera indagacin, que result negativa. Pero no fui suficientemente exhaustivo; puede que la pregunta haya sido mal hecha, o que tal vez el problema est en relacin con lo ya apuntado sobre una proSable diferencia entre "'nombre de lugar" y "nombre de chacra". . . De cualquier manera, considero que la duda no est despejada y ,queda igualmente pendiente. Por ltimo, tampoco tuve tiempo de verificar si hay una toponimia diferenciada sexualmente: un conjunto usado por homhies y otro por mujeres. Es otro de los temas generales a encarar ms adelante.
j b

Primer Nivel de Organizacin?

E l examen del inventario de topnimos sugiere algunas observaciones sobre lo que podramos considerar como el "procedimiento toponimico" aymara y cmo l parece dar lugar a un primer nivel de organizacin del territorio. Por lo general los topnimos aymaras estn conformados por dos trminos: uno primero, siemple o compuesto, que llamad r por comodidad "trmino propio" y otro segundo (en la secuencia del aymara), simple o compuesto, que es un n o m h e comn de la terminologa topogrfica y define un accidente del terreno -pampa. cerro, ro-. Por comodidad tambin, lo llamar trmino topogrfico", aunque muchas veces el trmino propio est integrado por un sustantivo topogrfico. Por ejemplo:
"

trmino propio trm. topografico

traducan aproximada
El cerro con cueva (7)& El ro oscuro (28) La pampa con oqe-oqe ( 4 )

P'iyan ( i ) Ch'amak Oqe Oqen ( i )

Qollu Jawira Pampa

Si bien hay topnimos formados por un solo trmino, en 10s que esta omitido el trmino topogrfico, stos son pocos. Y cada vez que yo inquira por un lugar, lo corriente era recibir como nombre de l los dos trminos. Como se ve, uno de los trminos es significativo de la especie (el accidente topogrfico que designa: jawira (ro), pampa (llano), qoUu (cerro), etc.), y el otro es indicador del <individuo (el lugar preciso de la especie que designa: la pampa con oqeoqe", una planta as llamada). La relacin entre ambos es de determinacin y presuposicin simples, en principio. Hay un determinante (sintcticamente el que llamamos trmino topogrfico") y un determinado (el "trmino propio"); hay un presupuesto (el trmino topogrfico) y un presuponente (el trmino propio). En los ejemplos que hemos dado:
6

"

- P'iyan Un cerro (especie) definido por Qollu. - Ch'amak Un ro (especie) definido por Jawira.
.

4'

tener cuevas" (individuo):


4

'

ser oscuro"

(individuo):

El procedimiento no parece ser distinto, entonces, a aquel que rige nuestros nombres propios, siguiendo a Lvi-Strauss:

- individuo Oqe Oqen Pampa: de entre la especie de las pampas", un preciso llamado (,que tiene) con oqe-oqe".
I d
1

- Ceferino Gonzlez: de entre la especie de "los Gonzlez", un individuo preciso llamado "Ceferino".
<

Los tgpnimos aymaras jugaran, pues, entre el individuo y la especie. Y en este sentido entraan un principio clasificatorio. Pero ste es slo un aspecto del asunto. Una nueva observacin del inventario nos lleva a advertir cmo muchos de los nombres representan la descomposicin de una unidad-lugar
8r Los nmeros 4 plano,
arbigos entre parntesis bdicacion siempre el nmero de ubicacin en

37

mayor, en todas o en algunas, -de las subunidades - morfolgica & terreno, posibles de individualizar, o que la cultura aymar, decide indivipualizar. Un ejemplo claro eS Panten Loma (54) es una "loma" (prst. esp.) .donde est el cementerio de Chuani ' de ah su nombre (cementerio: panteona", otro prst. esp.). Pue. bien, Panten Loma como unidad est descompuesto en sei: . .lugares": . .
1

1)

Panten Loma ( 5 4 ) propiamente: la parte superior de la lo, ma, donde est el "camposanto". Aman P'ujro (55): la hoyada (p'ajro) de las "almas' ' (amayani: con almas", con muertos). Panten Jawira ( 5 5 ) : el ro (jawira) de Panteona. Panten K'uchu (56): la rinconada (k'uchu) de Panteona. Panten Aynacha (56): la bajad2 (aynacha) de Panteona. Panten Pampa ( 5 7 ) : la pampa de Panteona.
I

2)
3j
4)

5)
6)

De estos seis lugares slo cuatro estn sealados.en el plano, en razn de que la escala de ampliacin de la foto impidi ubicar los otros dos. Ahora bien, si ros fijamos en este ejemplo, e1 nos da pie para interpretar este procedimiento de descomposicin toponmica e individualizacin de lugares precisos, como un procedimiento inverso del anterior, general, que hemos indicado: .si en Panten Loma, como unidad total, el trmino propio (Panteona) es el trmino determinado y el trmino de especie topogrfica (Loma) el determinante, aqu en los casos 1 , 3, 4, 5 y 6, el trmino de la especie topogrfica es lo determinado y el trmino propio determinante. Aqu Panteona representa la especie .'todos lo los lugares llamados Panteona" y el trmino topogrfico representa el individuo determinado:

- singular: De entre todos los lugares de Panten Loma (especie), uno Jawira, el ro (55),
De entre todos 10s lugares de Panten Loma (especie), otro singular: K'uchu, el rincn ( 5 6 ) . Etc. Mientras la diferencia entre Panten Loma y Q'ara Lon a (otra loma, llamada Q'ara, 33) es Panteona y Q'ara, que operan como determinados de Loma, la diferencia entre Panten jciwira y Panten K'uchu ya no es Panteona, por supuesto, sino Jawira y K'uchu, que operan como determinados por Panteona. El procedimiento toponmico ( y no especficamente aymara)'

acta, a escalas distintas, en una o en otra direccin. No sealaramos esto sino fuera porque nos permite un srgumento interesante, como se ver luego. Podemos bajar todava ms de escala y enfocar slo uno de los seis lugares individualizados de PanteCn Loma. Tomemos Fanten Pampa (57), por ejemplo. Aqu nuevamente el trmino propio de la unidad morfolgica mayor vuelve a funcionar como connotativo de especie (todos los lugares de Panten Pampa) y el trmino topugriico genrico como individualizador del lugar preciso. La de un pequeo morro en alguna parte de Panten Pampa permitira llamar a ese lugar Panten Pamp Moqo. El terreno adyacente a todo lo largo del contacto de la pampa con el ro se llamara Panten Pamp Laka. La existen-. cia de un sitio constantemente hmedo hara llamar a ese punto Panten Pamp Jaqho. Y as sucesivamente. Como se entiende, aqu ya estamos en una escala de metros. Aunque el procediniiento permite bajar todava ms, supongo que ello ya no queda iijado en la toponimia, aunque puede que tenga importancia en Ia delimitacin y, quizs, en la designacin de las chacras.

Si tomamos ahora el camino inverso -la reconstruccin de las unidades hacia arriba- nos encontramos con algo que ' iiama la atencin: hay un lmite, a nuestros ojos no natural". Quiero decir: la reconstitucin llega a Panten Lona, la unidad que tomamos como punto de partida, pero no sigue ms all. Panten Loma no es integrada a una unidad mayor, como podra ser el cuerpo del cerro del cual (realmente) nace esta loma, destacndose con bastante nitidez. Para que tal integracin hubiera sido realizada, Panten Loma debera haber incluido el nombre propio del cerro al cual, desde el punto de vista de nuesira fisiografa, pertenece". Lo que no ocurre. Parece haber, pues, la intencin manifiesta de individualizar ese lugar que es Panten Loma. Pero obsrvese que esa particuIarizacin no corre por cuenta solamente del nombre propio Panteona. Es el trmino topogrfico el que, en cierta medida, determina el lugar. Fanteona n define una extensin ni una formacin morfolgica ms o menos precisa. Es Lcma quien lo hace. Es as, con el concurso de los dos trminos, cmo en aymara se particulariza un lugar. Lo que, me parece, afirma mi apreciacin de que el topnimo aymara est constituido por dos trminos. Y ' < se puede a t e n d e r tambin cmo es el topnimo el que, segn la cultura", crea el lugar: en un continuo natural de lmites imprecisos, el topnimo crea unidades discretas y va definiendo lugares segn 10s criterios de cada cultura. Es la cultura la que crea el paisaje, al definir los lugares.
L 1 '

Lugares que, en el caso de la cultura aymara, se puedec descomponer hacia abajo, pero, al parecer, no se pueden recomponer hacia arriba en unidades mayores que las indicadas por el trmino propio. De mi experiencia en terreno tengo la impresin de que slo dos o tres sectores eran designados con un trmino general para designar todos los lugares que conformaban ese sector. Eran Nayrjja Chuani, que designaba a todo el asentamiento antiguo, Wilajje, que haca lo propio con la parte de Wilajj Qollu (del 14 al 26 y otros) y Q'ara Qollu, para referirse a una parte de arriba (ms o menos del 169 al 1 8 9 ) . Pero de este ltimo caso estoy muy inseguro. De hecho, aqu navego en un mar de no informacin: hay enormes sectores de los que no s nada. De lo que s estoy seguro es que, en los casos que conozco bien, no hay una creacin de designacin toponmicas encajonantes, progresivas hacia arriba y sistemticas. Quizs porque daran como resultado perder la individuacin de muchsimos lugares, absorbidos por denominaciones globales y crear unas cuantas unidades muy grandes y pocos individuos? Todo ocurre como si se quisiera conservar un nivel amplio de individualizacin, postulando tcitamente al menos una "posibi11dad" de homologacin entre la scciedad de los hombres y la sociedad de los lugares, al modo lvistraussiano. Es slo una insinuacin, que no podra demostrar. Pero debe recordarse cmo en la cultura aymara no slo los cerros tienen una representacin humana: un buen ch'amakani (sabio-brujo) puede hacer venir y hacer hablar, en sus sesiones, a cualquier lugar. (Incluso a los productos agrcolas). Desde otro punto de vista si, como postulo por hiptesis de trabaj,~, el territorio es un "texto" de otra significacin, o de varias otras significaciones, es obvio que la objetivacin de ese texto requiere la existencia de unidades discretas que sirvan como significantes. As con todo, si tomamos en cuenta slo el trmino propio de los topnicos, los 259 nombres del inventario se reducen a 172. lo que ya es un principio apreciable de organizacin: para una sociedad de tradicin oral,. 172 trminos es nada. Sin emd bargo, esto sera slo un primer nivel y no propiamente el que busco.

;Un Segundo Nivel: El Dualismo?


Una nueva observacin del inventario hace ver de inmediato la recurrencia de algunos nombres pareados por la categoriazacin dualista jach'a/jisk'a (grande/chico) , que parece corresponder en Chuani a la oposicin machu/wayna (viejo/joven)

de las reas quechuas de la regin y a la oposicin mallku/t'alla (masculino/femenino) de las regiones aymaras del sur. As tenemos: Jach'a Jach'a Jach'a Jach'a Uchus Qollu (45) T h a Sirka ( 108) Pututani ( 196) Warisaa ( 181 )

Jisk'a Uchus Qollu ( 5 2 ) Jisk'a T h a Sirka (mismo 108) Jisk'a Pututani ( 193) lisk'a Warisaa (fuera del plano ) .

H a y algunos pares ms. Como se puede constatar, todos estos pares designan lugares que estn muy cerca uno del otro; en realidad, estn casi juntos. Sin embargo, hay dos pares de gran inters:

Jach'a Pukara ( 2 ) Jisk'a Pukara ( 1 ) , que estn juntos, pero hay otro Jisk'a Pukara (201), al que me refiero, que est muy separado.

- Jach'a Wilajje ( 14-17 ) , que tiene su par Jisk'a Wilajje


tambin muy separado del primero.

( 159)

Estos dos pares entraran en relacin con otro procedimiento observable en el inventario y en el p!ano (pero en este ltimo no indicado): la duplicacin de nombres. Hay una serie de topnimos, no demasiado numerosa, que se duplican lejos uno del otro, a veces con leves variantes en el nombre:

- Amay Ch'amak Jawira ( 2 8 ) Samaa ( 6 3 ) - Calle Punku (76)


Q'ara Loma (32) Awil Jiwata (95) Jiwata ( 140) - Allpaq Qollpa Thiya ( 51 )

Uma ( 8 ) - Leche eq'e Pata (26)

Leche Uma (256) eq'er Pampa (207) Ch'amak Jawira (258) - Calle Amay Samaa (233) Thaki (136) Q'ara Loma ( 138) Lukas Jiwata (204) Jiwata (219) - Cawall Qollpa Jawira 1 10)
(

(Como en el caso precedente, Ia lista no es completa). Lo que sugiere esta duplicacin es que habra algo as como ' u n desdoblamiento del territorio en la mente d e la gente, de manera que ciertos lugares de un lado tendran su correspondiente en el otro lado, segn un eje imaginaio y no uno fsico

real. Dos mitades, derecha e izquierda, al parecer no formalizada: no capt otras expresiones que me hubieran hecho ver lo contrario, del tipo, por ejemplo, alay jaqe / manqha jaqe (gente d e arriba / gente de abajo). Pero la verdad es que no me dediqu a estudiar este punto y queda pendiente. De cualquier manera, si bien la utilizacin de este procedimiento es innegable, est claro que no se le explota al mximo de sus posibilidades y no representara un principio irnport m t e de organizacin del territorio. Tercer Nivel: La Organizacin Significativa? Sin duda es en la significacin del trmino propio donde 'hay que buscar. Pero los intentos iniciales tropezaron largamen' te con dificultades. A mi pregunta Qu significa este nombre?" la respuesta inevitable era "Sutikiw. Sutikipunjw" (Su nombre no ms es): Obviamente haba un error en mi formulacin, del que no me percat a tiempo. Luego, una nueva presin al informante no llevaba ms que a explicaciones del tipo "etirnoloya popular", que daban al topnimo una significacin meramente descriptiva:
4

T'okho Ali Pampa ( 6 5 ) : Se llama as porque antes, en esa pampa, creca mucho t'okho"; se trata ste de un arbusto grande, casi un rbol, con espinas largas. Se usa mucho para cercos, ya que las espinas impiden el paso de animales y gente. Kichwaran Jawira (sin nmero en el plano,' entre el 65 y el 71 ). Traduccin literal: ro con kichwara, Se llama as porque hay ese rbol kichwara". Efectivamente, hay una kkhwara.
1

'

Chuallani (6-7). El nombre viene de ch'uwa, una clase de plato de barro cocido. El topnimo esta relacionado con Chuani, el nombre de la comunidad: ch'uwani, "con ch'uwa". Segn un informante, el lugar se llama as porque "tiene la forma de una ch'uwa, de un plato, as, ahondadito. . . . Segn otro dato ms convincente, se llama as porque aparecen muchas ch'uwas al arar. . .
7 f

Por supuesto, esta clase de respuestas no me conduca a nada y el nombre de un lugar no propona ninguna relacin con el nombre de los otros, adyacentes: en los ejemplo dados, los
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tres lugares estan juntos. Era ki reino de sin sentido. .Pero: me hice cuatro reflexiones que equivalen a otras tantas proposiciones metodolgicas:

1 ) n un sitio cualquiera hay decenas o cientos de elementos que podran ser tomados como rasgos definitorios de ese lugar: hay rocas, plantas silvestres de toda clase, rboles, formas del terreno, etc. Ninguno de los cuales, adems, es privativo de ese lugar. Por qu, entonces, se elige ese rasgo y no otro, que ni siquiera es exclusivo de ese sitio, para denominar a ste. La planta t'okho, por ejemplo, est en todas partes de Chuasi bajo. L P Oqu ~ slo en T'okho Ali Pampa la han elegido para Laracterizar este punto? Arbol kichwara hay tambin en muchas partes. sin embargo slo en Kichwaran Jawira lo han tomado como rasgo distintivo para denominar este sitio. NO resulta ello de una intencionalidad manifiesta? Obviamente, la eleccin .le ese rasgo es altamente llamativa y sugiere que es ah donde debemos fijar la atencin como elemento significativo.
aislados no me revelar 2 ) La significacir, de nombres ' nada. Lo que tengo que descubrir es conjuntos significativos", en los .que nombres de lugares contiguos ( o muy prximos) signifiquen por estar unos en relacin con otros, si es que hay un principio de organizacin del territorio en base a la toponimia.
I

3 ) Tal principio de organizacin no podra ser postulado cono nico y total: lo ms probable es que haya conjuntos, tal vez de distinta clase. Debe haber, incluso, restos", fragmentos de otros y to~nimosaislados, quizs de una ocupacin puquina. . . Pero tambin es dable pensar en constantes reestructtaaciones y reajustes.
I A

4 ) Insisto en mantener un principio de inmanencia lingiistica: es la significacin del topnimo lo que me interesa. Pel o en etnologa la inmanencia lingstica debe ser bien entendida y ms en un trabajo sobre toponimia, donde el dato extralingstico es' indispensable, sobre todo para alguien ajeno a la . . cultura aymara. .'

Premunido con estos criterios prosegu la investigacin, con los resultados que siguen.

Un Conjunto de Abajo
1) l!ama as
<

'

Chuallani ( 6 - 7 ) . La explicacin ' d e que este sitio se porque hay muchas ch'uwas" resulta del. todo cohe63

rente con la vecindad inmediata del lugar llamado Pukara: Jach'a Pukara ( 2 ) . que pertenece a la comunidad de Ch'illkani (al sur) y Jisk'a Pukara ( 1 ), que pertenece a Chuani. En ambos lugares hay gran cantidad de enterratorios de gentiles o chullpas: es un sitio arqueolgico ( jcultura mollo?) y. las labores agrcolas en Chuallani hacen salir constantemente restos cermicos. En los Andes de hoy el plato de barro cocido ch'uwa tiene el carcter ya de un artculo ritual, tanto ms si es procedente de un chullpero: se utiliza como tiesto en distintas ceremonias religiosas. Y aqu en Chuani todo yatiri que se respete debe tener en su parafernalia la cantidad necesaria de ch'uwas autenticamente chullpa. El nombre, pues, de este lugar alude obviamente a gentil y lo asocia con los dos Pukara vecinos.

2 ) Ch'amak Jawira ( 2 8 ) . Segn los informantes. este punto, por donde pasa un ro (jawira), se llama as "porque es muy oscuro". Efectivamente, el ro corre aqu por una garganta muy estrecha y sombra, cuyo fondo no se ve desde arriba. Ei topnimo usa el trmino ch'amaka que, entre otras cosas, quiere decir "oscuro", "oscuridad". Pero este lugar tambin est junto a Pukara y es' sabido ,que los chullpa ' son designados coni0 la humanidad de "ch'amak tiempo", el tiempo de lo oscuro" (cuando no haba sol). jO el topnimo est aqu apuntando ms bien a "color", el color negro? Como se ver luego, ciertos colores juegan en la toponimia de Chuani un papel de gran importancia. Y no podemos dejar de recordar que el negro, en ciertas regiones y ciertos contextos, est asociado con chullpa (en Isluga. el ajso negro de las mujeres). En otros contextos, en camtio, est asociado con wak'a (demonio): lana negra para la ch'iyar mesa (mesa negra, dedicada al wak'a). Esto coincide con otros dos datos:
L

- demonio. Por lo comn, todo lugar con ro es wak'ani: tiene wak'aY el ch'amakani es el yatiri (sabio) que se relaciona con el demonio.

- Aqu

a Ch'amak Jawira venan antes ( o vienen an) los Chuani a ensayar ciertos bailes que son calificados como "bailes de wak'a" (para carnavales, por ejemplo).

As, pues, en Ch'amak Jawira, el nombre apuntara a chullpa o a wak'a. M e inclino ms por esto ltimo. Una tercera posibilidad, que no excluye a las anteriores, es que ch'amaka est refiriendo a un allqa de colores, una disjuncin absoluta (en la definicin de Vernica Cereceda, iii), en su sentido ms absc

tracto, de la cual aqu se explicitara slo el color ms oscuro. .. En rigor, ch'amaka no es el color negro propiamente, pero p u e ~ de jugar como tal. Conviene advertir, adems, que el nombre cie Ch'amak Jawira se repite,al otro lado de Chuani, en el 258, como ya se dijo; este ltimo es un sector extremadamente wak'ani y donde hay tambin mucho gentil.

5 ) T'okho Ali Pampa (65). Como se dijo antes, el lugar se llama as por la planta espinosa (t'okho) que aqu crece (ali). Pero hay dos datos importantes:

El t'okho, segn un informante, es "su ajicito del chullpa": el fruto del t'okho es muy picante. Segn otro informante, "aqu hay mucho chullpa".

Pero me falta mucho mayor conocimiento de esta planta; :io s desde luego cul es su nombre cientfico. Tampoco conozco el color de sus flores. Es posible que en realidad aqu es4 tin jugando las espinas como elemento significativo (ch'api) . En ciertas partes delPer, las plantas espinosas parecen estar vinculadas con el Waqn-Achik y con la esterilidad, como lo muestra A. Ortiz ( i v ) . V. Cereceda me hace recordar que en Cajamarca (segn com. pers. de Anita de la Torre, que agradezco) al demonio se le llama chapi, quizs empleando un aymarismo. Con lo cual el topnimo que examinamos estara refiriendo a wak'a ms que a chdlpa. LOa una asociacin entre- los dos, como se insina en muchos de los topnimos de este sector que luego veremos?
4 ) Kichwaran Jawira (al lado del 7 1 ) . Ya se indic an[es que el nombre seala un ro con kichwara''. No s qu connotaciones de carcter "mtico" tiene la kichwara en el mundo andino, pero no parece haber duda de que las tiene. C r i s t b bal de Molina seala cmo en el Cuzco el templo de Wiraqocha estaba construido en "Quishuar-cancha" ( v ). Santa Cruz Pachacuti, .al relatar los funerales del Inka Viracocha dice que el grupo de mujeres llevaba "uinchas de tunissa o ,quisva, hechas con campanillas de la misma quichua, y desnudas hasta me, dio cuerpo, asotndose con quichuas. . . , etc. (vi) . Supuesto que se trata de la misma especie. Por otra parte, en los relatos de Huarochir se dice cmo en los ritos de los Cupara a Chuquisuso, stos levantaban una cerca con ramas de kichwara (vii). Convendra examinar tambin la relacin entre la kichwara y la qewa. Alejandro Ortiz me hace recordar que en el mito de Adaneva, despus que ste abandona a Mauco y a la Virgen,
6'

ella arropa al nio con corteza de qewa. Y luego os pastores ' la alimentaron con mazamorras sin dulce, con carne sin sal'' (viii), en clara alusin al mundo de los gentiles. En todo caso. para el lugar kichwaran Jawira, que estamos examinando, me dan dos datos sugestivos: que aqu hay tambin "mucho chull* pa" y que en la comunidad vecina de Machalaya, en un sitio de grandes gentilares hay un lugar llamado Kichwarani (con kichwara) . Al menos como hiptesis de trabajo, Kichwaran aparecera relacionada con chullpa. Jawira

a que hay mucho ukururo, una planta comestible (directamente o en ensaladas), que crece en sitios con agua. Tambin desconozco su nombre cientfico; es muy parecida a nuestro berro. El detalle ms llamativo es que las flores de esta planta son amarillas y, como se ver, el color amari!lo y el naranja aparecen con una insistencia notoria en este sector de Chuani, siempre en relacin con c h d p a . El caso es que tambin aqu en Ukuran Pampa hay gentiles: los hay en todo este sector bajo, a lo largo del ro. Sin embargo, tengo tambin otra informacin de valor: llkuran Pampa es uno de los achichila (dioses de los cerros, pero en este caso no cerro) ms importantes en la agricultura de Chuani. Hace pareia con Sinis Qala, muy cerca, el ms venerado de este sector. Ambos, Ukurani y Sinis Q.-i!a. son protectores de la agricultura y, concretamente, de ispala para carnavales. A primera vista, la condicin de achachila y protector de la agricultura no parece desprenderse del ' topnimo, ni ser inherentes a l, que nicamente conducira a planta con flores de color amarillo". Pero en realidad no s si en el seno d e la cultura aymara e: ukururo tiene tambin aquellas otras connotaciones que los asocian con achachila y con wak'a. En todo caso, aunque en parte sea al margen del nombre: vemos nuevamente la relacin "chullpa -color amarillo- wak'a".
A

5) Ukuran Pampa (75). El nombre de este lugar se debe

6 ) Mach'as K'ucho (74). El nombre viene de que es tina rinconada < (k'ucho) donde crece mach'asa, un rbol chico y, una vez ms, espinoso". La particularidad es que da un fruto iedondo, algo ms pequeo que una naranja y es, precisamente. de color naranja: es "su naranja del gentil", me dicen.
4

N o tengo informacin sobre la presencia aqu de gentiles, pero es evidente que la existencia real de stos en cada lugar concreto no parece ser una condicin requerida para significar todos estos lugares como referido a los gentiles: si nuestra hiptesis es cierta, la toponimia es un hecho de significacin; es la creacin de una "red de significacin", como dira Bal(iinger, y no una copia de la realidad. Esto es precisamente muy claro a propsito de este lugar, de una manera negativa: mach' asa hay en muchsimas partes del sector bajo de Chuani. E n el Iigar llamado Apukanasa (259) hay en gran cantidad. Y ah hay tambin mucho chullpa. Sin embargo, en Apukanasa no han escogido el mach'asa como rasgo significativo y han preferido el nombre del achachila. 7 ) Chijchipani (72). Es un lugar donde hay chijchipa. Es una planta de fiores amarillas y que, segn el dato precioso de ~lejandro Camino, a quien doy las gracias, es el wakatay del chullpa. La existencia real de gentiles aqu est confirmada. Carezco de mayores inform~ciones sobre la chijchipa.
la que da su nombre a1 lugar. Como cabia esperar, es una planta con flores amari!las (otros dicen anaranjadas), muy amargas.

8)

Kutu-kutun Loma ( 8 3 ) . La planta kutuckutu es ahora

Un dato la da como remedio probable contra el chullpa ("su enemigo debe ser"), pero no tengo confirmacin. No tengo mejores datos sobre la planta y el lugar.

Huerta Jawira Ak-kata ( 6 7 ) . Este es un caso bien especial. En apariencia el nombre no seala ninguna planta en particular, que sea de color amarillo o anaranjado o de la que se puede suponer que se refiere q chullpa. El topnimo indica ms bien una ubicacin; quiere decir "el lado de ac de Huerta Jawira" y, a su vez, Huerta Jawira es un lugar que queda al fren-. te de ste, al otro lado del ro y pertenece a la comunidad vecma de Titijoni. Sin embargo, todos los informantes coinciden en sealar: .
,-

9)

Que Huerta Jawira (la de Tiiijoni) antes" era como un jardn, crecan muchas flores, especialmente aleluyas y uluyc pinas. se puede orinar ah (obviamente, el color amarillo de la orina tiene que ver con esto).

.- Era "pueblo de chullpas"; hay gran cantidad de huesos, no

- bolla La ulu-ypina es la flor de una planta que se llama amay ce(cebolla del muerto) y de sta se dice que "es la cebolla del chullpa", rol que se disputa con la sik'i cebolla. La pertenencia de Huerta Jawira Ak-kata y, sobre todo, de Huerta Jawira (aunque est en otra comunidad:, es evidente que la significacin toponmica no se atiene a los linderos de una comunidad) a un conjunto de lugares relacionados en buena par.te con chullpa esta sobradamente justificada. Pero es claro, me pregunto si alguien, fuera de Chuani y de Titijoni, puede entender con slo escuchar el nombre de Huerta Jawira, aquella rela* cin. i O es posible que huerta, para todo aymara hablante, tenga ya esas implicaciones? 10) fach'a Qalan Pampa y K'uchu (69-70). Hay aqui tina piedra, una roca (qala) grande (jach'a) que le da su nombre al lugar y que, adems, es un achachila. Como tal, es uno de 10s despachos para el granizo. Los datos no vinculan este lugar con chullpa pero s con u-ak'a, mas desconozco si el carcter wak'ani est en correspondencia necesaria con el hecho de ser achachila o basta con el ro: se dice que es tan peligroso y "malo" este lugar porque aqui el ro es muy cerrado" (k'ullku: garganta estrecha). Aqu se oye msica, el baile mayura ( d e mayor", hisp.): los bailarines-demonios bajan tocando desde arriba, descienden por Panten Loma, antes mencionado, y terminan en Jach'a Qalani. N o es el nico caso de bailes demoxiacos que bajan desde las aIturas y rematan en estos lugares junto al ro.
' 4
11

Los informes cargan el acento en la condicin wak'ani del sitio, pero tambin ignoro si es suficiente con la presencia de qala en el topnido para referir a esa condicin. Hay otro dato de inters: Jach'a Qalani tiene su duplo arriba, un lugar de puna llamado Jisk'a Qalani, que cae fuera del plano, y que otros documentos como Achich Qalani (-("el abuelo o el viejo con piedra"), nombre este ltimo muy sugerente de posibles connotaciones "mticas" de qala. ra este topnimo es problemtica. Antes" haba aqui rosas, rosas cultivadas de color blanco, que se daban muy bien; las cultivaban para la iglesia y para algunas fiestas como Todos Santos. Pero el ro se llev en una avenida este lugar. No s cmo encajan estos datos --sobre todo el color blanco- con el resto del conjunto que expongo. Debo sealar que, en este punto, me

i 1 ) Rosan Jawira (86). La' explicacin que me dan pa4

p e d slo con los datos de un informante. Por otra parte, lo ms probable es que todava mi visin del conjunto de este sector sea an muy estrecha y defectuosa. . . Otros informes sealan que el lugar es "muy wak'ani". Explicando cmo el ro se llev este lugar, dicen que aqu los tlianta jaqe (demonios harapientos), los thanta k'usillu (el personaje de los bailes k'usillo, tambin harapiento) y las wakas (vacas) de los demonios (wak'a), empujan con sus picos, con barretas, y las vacas con sus cuernos, las grandes piedras por el ro cuando hay avenidas en tiempos d e lluvias. Pero, qu tiene que ver todo esto con Rosani? No lo s. Finalmente, otra infcrrmacin me da un nombre distinto para este lugar, que se llamara Willani, Willan Jawira. Estos datos son interesantsimos. Aqu "para" (sale) el arco iris, el krrni. Hay tambin culebras, a las que se les hacen platos (en los despachos) para pedir lluvia. Pero tampoco alcanc a establecer el significado de willa y su relzcin con los elementos sealados. 12) Aran Pampa y Aran Parki (90-.97). Segn algunos, el lugar se llama as porque aqu se da la ara o ayara que, como 3 2 sabe, es "la qunoa del chdlpa" (recurdese el mito de los hermanos A y a r ) . Pero segn otros, aqu se dara no la ara sino la arana (lo que, sin embargo, debera dar el topnimo aranani), planta muy perfumanda y amarga, de flores amarillas. Este ltimo informante me dice que aqu hay chullpa. Sea pues por ara, sea por arana, el topnimo apunta a chullpa y/o color amarillo. Pero si se trata de la ara bien pudiera ser que el elemento significante sea el color negro de los granos, como me hace ver V. Cereceda.

13) Qaiwan Loma (29-30). Como se advierte a primera vista, el nombre se debe a que aqu crece la qaiwa. Desgraciadamente no s si se trata de la k'ita qaiwa (qaiwa silvestre) o de la cultivada. Si es el primer caso, la referencia a chullpa parece incontestable. Sin embargo hay regiones aymaras donde n se especifica la diferencia para relacionarla con gentil: en Isluga la qaiwa, sin mayores precisiofies, era sin ms onsiderada chullpa jwira (producto del gentil) y entraba como ingrediente ritual en las ceremonias dedicadas a ste. E n Chuani, por otro lado, me dicen que ya no utilizan la qaiwa en su alimentacin, salvo en los aos muy malos. Lo que sugiere bien sti carcter de k'ita (silvestre).
Con esto termino mi exposicin sobre los topnimos del sector bajo de Chuani. Tengo informacin sobre Pallat Pampa

i249). sobre Thujjsa Phukuni ( 8 8 ) y sobre Apukanasa (259) que muestra para todos estos lugares la ndole wak'ani, pero mis conocimientos sobre cada sitio son an insuficientes. Ms dbiles son los datos para los lugares numerados con 58, 59, 60, 61, 63, 64, 68%. Sin embargo, los indicios son tambin de lugares con wak'a. Por ejemplo, en Q'ara Sirka (62) se habla de que aqu aparece siempre un "padre" (un cura). Del 64, Sewenqha Pata, casi no tengo dudas: la sewenqha est siempre vinculada con wak'a, "son sus barbas del wak'a", dicen. Qala Winkuta es achachila y aqu "sabe aparecerse perro rojo y cndor mallku". Por ltimo, hay topnimos en este sector como Cruz Pata, Iglesia y otros (sin numerar algunos) que, por hiptesis, los considero constitutivos de otro conjunto.
La conclusin general, provisoria, de todo este material es que parece haber toda una franja de lugares a lo largo del ro y ms arriba (desde el 29-30 por el sureste. hasta el 259258 por el noroeste) cuyos topnimos aluden a c h d p a , a wak'a, al color amarillo o naranja y, eventualmente, al color negro. Esto franja est evidenciada en el plano por los lugares con crculo negro. Qu sentido tendra esta zona de topnimos, a qu visin ms general del territorio corresponde, son preguntas que intentar responder una vez expuestos 10s resultados sobre los topnimos del sector alto de Chuani.

Un Conjunto de Arriba
Nos trasladamos ahora arribo, a las tierras altas de puna, sobre los 4.200 m. donde estn los pastizales de camlidos, que los Chuani llaman genricamente apacheta. Una aclardcin: el conjunto a que me refiero no- abarcara todos los lugares altos (afirmacin prematura, sin embargo) sino slo a.quellcs de la punta oriental del territorio (derecha-arriba en el plan o ) . Y an aqu tengo muchos vacos. por cierto. Los lugares qtle se expondrn estn sealados con un cuadrado negro.

1 ) Q'ara Qoliu (174), Yanaqhosi (174a), Jichu Qota (175). Es imposible hablar de uno solo de estos lugares sin tomar en cuenta los otros: constituyen un conjunto indisoluble y as los concibe la gente. Yanaqhosi es la laguna que queda debajo del 174; no aparece con nmero propio porque pertenece a 1 comunidad de Ch'illkani y al comienzo de la investigacin (cuando se hizo el inventario y ubicacin de lugares) para m no
Estos lugares estn indicados en un circulo en blanco. en e l planc.

a t a b a 'claro que la significatividad de la toponimia traspasaba los linderos de la comunidad, como ya se dijo. Se trata aqu del cerro Q'ara Qollu y de las dos lagunas que estn a sus pies: ~ a n a ~ h oy si Jichu Qota ( 175). El cerro Q'ara Qollu es uno de los achachila ms prestigiosos y temidos de Chuani y de la regin. Tiene calvario en su cima y dicen que es buen despacho para viajes y negocios. En su interior hay grandes riquezas metlicas. sealan: tiene "todo metal", reproduciendo una expresin que me resulta llamativa; el achachila de Q'ara Qollu es, pues, enormemente rico y en las sesiones de ch'amakani (especialistas en hacer hablar a los cerros) l se vanagloria de sus riquezas. En la laguna Yanaqhosi hay "yunta de oro" (dos toros de oro, unidos por el yugo) y una serpiente aterradora que guarda todos los tesoros. Este grupo de lugares es wak'a y altamente peligroso. Se cuenta tambin la historia de dos "gringos", ingenieros, que vinieron con herramientas a extraer las riquezas del cerro. Se abri una cueva, dejndolos entrar, pero se cerr detrs de ellos, enterrndolos para siempre; cuento esto para poner de relieve la relacin, colin en los Andes, entre "dios del cerro" y "gringo" ( o misti, a veces). De las dos lagunas se dice que una, Yanaqhosi, tiene las aguas verdes y la otra, Jichu Qota, rojas. Y que ambas forman un solo lago, por debajo del cerro Q'ara Qollu; ste en cierto modo "flota" <' sobre el lago, como un puente". Por otro lado, anbas son parte, tal vez el origen, de una red acutica subterrnea que reaparece en diversos lugares de abajo, cerca del ro y an en otros puntos muy lejanos, fuera de la comunidad. El cerro Q'ara Qollu y ' el lag^ Yanaqhosi se comen" a la gente: e! achachila del Q'ara Qollu es un wak'a-demonio verdaderamente temible.
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En suma, lo ,que tenemos aqu es buena parte de lo que en otro artculo he llamado la "configuracin uterina" ( i x ) ; tod da una serie de elementos figurativos que acompaan la figura del dios-wak'a: metales que se gestan en las entraas de la tierra, agua de lagunas, yunta de oro, serpiente, peces, agujeros de aguas surgentes, llamas fantasmales, filas de ganado, etc. (Estos dos ltimos elementos no estn aqu, pero s en otros cerros de la comunidad). Figura del wak'a en la cual, en tanto rol temtico, creo ver un contenido profundo de creacin destrucdesorden". Pero no repetiremos ahora los trminos de cin aquel anlisis. Lo que aqu me interesa es entender una primera instancia de relacin entre estos topnimos y estos contenidos figurativos.
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Q'ara Qollu, en lo inmediato, es un "cerro (qollu) pelado (q'ara)": un cerro rido, rocoso, estril. Aparentemente el nombre no comunicara nada de aquellos otros contenidos. Sin embargo, tengo la fuerte sospecha de que, en el seno de la cultura aymara, el nombre Q'ara Qollu refiere necesariamente a metales, y con ello a wak'a y a todas las dems figuras. En el rea andina hay ms de una mina con este nombre. a veces casrellanizado (Caracoles). Y recientemente en Juli. Per, tuve una llueva confirmacin: uno de los cuatro grandes cerros que rodean al pueblo se llama Q'ara Qollu: cuando pregunt por qu lo llainan as, me contestaron que era porque es un cerro pelado" y "tiene todo metal". En efecto, ha habido ah explotacin de meides.
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Por su parte, el nombre de la laguna Yana,qhosi designa color, segn informacin de Vernica Cereceda, que agradezco enormemente. Qhosi es un color azul grisceo, del orden de los colores no espectrales; qhosi son los ojos de los "gringos" y de algunas llamas y alpacas, parecindose emplear slo para lagunas y ojos. En cuanto a yana es sabido que tambin es color, aunque en quechua, el color negro; usado aqu en el rea aymara. encierra un matiz de "algo negro por lo sucio. . . ". Indiqu arriba que las aguas de Yanaqhosi son dichas "verdes", en tan'' to que las de Jichu Qota son rojas". En la realidad, las aguas de Yanaqhosi no son de ninguna manera verdes; slo cercanamente. segn el da, azul grisceas. Pero ya se ha sugerido que los topnimos no necesariamente reflejan la realidad del terreno y si, en cambio, imponen una significacin a ste. Las aguas de Jichu Qota tampoco son rojas sino, a veces, de un color marrn rujizo, cercano al color ladrillo. E s evidente, pues, que sus aguas son ' como si fueran rojas", por relacin a las de Yana,qhosi que son como si fueran verdes". La voluntad de significar aqu una disjuncin mxima de color (un allqa), esta vez rojo verde, parece cierta. Y en el artculo recin citado sealo cmo, en distintas regiones del mundo andino, el allqa rojo vrrde se da siempre asociada con dioses-wak'a y, a veces, con la muerte. -' 4 1

Resultara, entonces, legtimo pensar que qhosi, que sin duda alguna designa color (el azul gris), p ~ e d a :emitir tambin < a aguas verdes de laguna" y, quizs, al allqa rojo verde. El problema se plantea con Jichu Qota (laguna de jichu), que no apuntara a color sino a la planta ichu (stipa ichu) tan conocida. El uso ritual del ichu es bien sabido, pero ignoro de qu modo puede l aludir al color rojo. Esta dificultad me sugiere la posibilidad -una mera hiptesis de trabajo- de que haya estrus8

turas de color. ( y no necesariamente siempre toponmicas) en que baste con explicitar uno de los trminos cromticos de la estructura para ,suponer inmediatamente el- otro, sobre la base de U i i embrague con un determiliado nivel de lectura- (jel del papel dect'ico de los -topnimos? As.- si se explicita yana-qhosi, que en este. nivel apuntara de por s a laguna" y a "color ideal verde", ;se -ha de suponer otra laguna cercana, cuyas aguas sern idealmente rojas. aunque el topnimo no indique color. . . en este caso Jichu Qota. Esta posibilidad me fue ya sugerida por Ch'amak Jawira ( 2 8 ) , ya visto abajo, y m& es sugerida tambin por Wila. Qota (laguna roja), aqu en apacheta ( 186).
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Ahora bien, este conjunto de estos tres lugares est acompaado, casi rodeado, por una serie de otros sitios en este mismo sector, cuyos topnimos resultan de alguna manera coheren tes. Hay un primer grupo formado por Warisaa, Wisk'achuni, Allqamachi, P'isaq Sipita Qota y Mula Lazuni. 2) Warisaa (Jach'a o Jisk'a, 180, y Warisa Jawira, 18 1 j . El nombre sera una contraccin de wari, la vicua, y de sayaa, estar de pie, pararse, etc., me informan. Segn se dice, ei wari es "su llama del achachila", Antes aqu habra habido muchos wari y la gente empez a matarlos. Los achachila, para salvarlos, se los llevaron lejos, a las pampas de Ulla Ulla. (Dondz hay hoy da una reserva importante d e vicuas).

3 ) P'isaq Sipita 'Qota (fuera del plano, al ladg del ' 184). P'isaqa es "perdiz?, sipitaa es cazar con lazo .y qota es ., laguna". De acuerdo a nuestros informantes,, se trata de una laguna en cuyo paraje haba mucha perdiz, que era cazada generalmente con trampa d e lazo. No tengo informacin abundante aqu, pero el dato ms importante es que,la p'isaqa es su gallina del achachila".
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4) .. Wisk'achuni ( 182). ."Lugar con wisk'acha". La motivacin para el nombre es semejante .a l a ' d e Warisaa: como siempre, "antes" haba mucha - wisk'acha' "de todos colores". Empezaron a matarlas-y los achachila se las llevaron lejos para.salvarlas, porque. . . la wisk'acha '"es el burro del achachila".
. .

5) . Allqamachi ( 177): Segn ia indagacin, el nombre sera una contradiccin de allqamari, ese pjaro g,:ande, blanco y < negro, conocido tambin como "Mara", : y de wawachi, engen4

drar hijos". La justificacin es que aqui todos los allqarnari vienen a empollar. . . . Una vez ms, el otro lado de la informacin: el allqamari es, para algunos. "su jilaqata (equivalente a kuraka), del achachita", para otros, "su soldado". Sera excesivo resear aqu todo el contenido denso y sugerente que tiene este pjaro, analizado en un trabajo reciente de Vernica Cereceda, lleno de perspectivas y revelaciones ( x ) , al que volveremos a referimos.
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Son, pues, todos topinimos que designan "animales de achachila". El procedimiento es, claramente, semejante al utilizado en el sector de abajo que ya hemos visto: all los topnimos sealaban con frecuencia productos" del chullpa, las especies cultivadas en la agricultura. A,qu arriba son las especies animales, silvestres tambin, del achachila, que se oponen a las especies uywa, domesticadas. En el trabajo ya citado de Vernica Cereceda, se muestra bien cmo. en la etnoclasificacin aymara de animales y plantas, frente al mundo ordenado, ntido, discreto, de los productos agrcolas cultivados (wira) y de especies animales domesticadas ( u y'w a ) , que corresponden al universo de "lo jaqe" ("hombre", persona") -universo de la identidad, del "nosotros". y del presente- se yergue el mundo fluido, de lo desordenado y confuso y, por tanto ~eligroso,del universo k'ita (salvaje) del pasado, de los chullpas. (Tambin sealado por T. Platt (xi) y por A. Ortiz (xii) ). Retomo estas ideas, hacindolas vlidas para este caso. Se ve aqui como, en los topnimos recin expuestos, habra igualmente una intencin de oponer un mbito de achachia, temible, agreste, no humano, al universo de "lo jaqe", del orden y la identidad. Desde luego, hay .que hacer un anlisis mucho ms fino, pero la interpretacin general no me parece desacertada.
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6 ) Mula Lazun Pata ( 176). Apoyando la hiptesis expuesta esta tambin este topnimo, que ya no remite a "animal de achachila", pero s a un mbito salvaje" de apacheta. Segn mis datos de campo, a este lugar venan antes ladrones de animales de distintas partes de las pro&ncias colindantes. Robaban toda clase de animales: vacas, ovejas, llamas y mulas". "Con lazo", de ah el nombre. Por cierto, estos ladrones era gente malvada: venan armados y mataban a los pastores. Hay una cueva grande en el lugar, donde escondan el ganado. Otra informacin dice que en esta cueva vive un lik'isiri (equivalente al pistacho: comedor de grasa humana); un hermano de mi informante asegura haber visto en la caverna la zontura de plata, los frenos y el caballo del lik'isiri. . . La conce~cinde la puna
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alta como mundo peligroso, de gente mala y seres perversos no es, desde luego, nueva y ha sido sealada por diversos autores. Thierry Saignes me hace ver, adems, cmo aqu se conjuga la intencionalidad significativa con la situacin histrica, ya que efectivamente en esta regin, en el pasado, el abigeato era corriente. Desde otro ngulo, aportando un matiz nuevo, este topnimo reafirmara el sentido de los topnimos precedentes. Slo que ignoro si para todo aymara bastar con mula", o con el sintagma mula lazuni", para subentender todas estas alusiones.
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Hay un segundo grupo de topnimos en este sector que tambin resulta en extremo interesante. Por la informacin extralingistica que tengo, s que aqu hay dos temas que dominan y se reiteran constantemente: mentales y arco iris (krmi). Me dicen ,que en todas estas partes "para" (se para, aparece, se levanta) el arco iris. El agua <de muchos lugares es tambin krmi: zs un agua rojiza, espesa, como caldo de aj", a veces tambin verdosa, otras veces tornasolada; jams se bzbe de ella. "Por el ro Wisk'achuni (182) es puro krmi. Puro oro. De Jichu Qota hasta Wisk'achuni es puro oro". Tengo la impresin de que aqu "oro" (dicho en espaol) representa varios metales, una especie de amalgama preciosa. Y ya se ha visto cmo el cerro Q'ara Qollu adentro es "todo metal". Esta expresin "todo metal-" me recuerda demasiado la expresin "todo color" con que se refieren siempre al krmi: de algn modo parece haber una homologacin, no s si fundada en la descomposicin de la luz l caer sobre los metales o, simplemente, en la diversidad de los colores naturales de los minerales. En mi artculo ya citado ex: preso mi impresin de que en toda la configuracin que acompaa a los achachila-wak'a hay un juego significativo de, la luz. Ahora bien, esta referencia a arco iris, a aguas krmi, a "todo metal", parece darse en el grupo de topnimos ,que sigue, que remiten todos a las "calidades del terreno" relacionado con arco iris y con sitios wak'a.
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7 ) Sian Pampa ( 169- 171 ).. Hay aqu una laguna, de profundidad muy variable segun la cada de las aguas. Pero el nombre del lugar no hace ninguna referencia directa a ella, en cambio s lleva a la naturaleza del terreno: siiya, neq'e siiya es un lugar fangoso, resbaladizo, debajo del cual "hay algo hondo" y la tierra tiembla. Los lugares fangosos, que a veces borbotean, tienen siempre que ver con deidades wak'a y con arco iris, en mi experiencia (en lo que coincido con Carmen Benard. segn com. personal).

8) P'ojoqho ( 184). La explicacin anterior vale tambin aqu. El nombre viene de p'ojosinkiw: es un lugar tambin Fangoso "como. levadura que est madurando". El agua en este ' sitio, me dicen, es bien kmi" (wila, roja, aqu) y tambin sabe parar e1 kmi en tiempo de aguacero".
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9 ) Nigro Umaa ( 168). Este topnimo presenta varias dificultades no resueltas y he dudado de incluirlo. Del lugar se dice que tambin e1 agua es bien krmi: medio rojiza, ananjada y tambin medio verde". Sin embargo el nombre no alude aparentemente a esto: compuesto de Nigro (hisp. "negro") y umaa (sitio donde hay a g u a ) , el primer termino describira e: color negro del lugar, que efectivamente es muy oscuro; el segundo, al agua abundante ,que hay y lo hace un terreno fangoso. Pero, jpor qu han utilizado la palabra nigro, en espaol, m lugar del aymara ch'iyara (que s en cambio se usa en Ch'iyar Qarqa, 185)? Acaso bastar con uca referencia refor' zada al color negro para enviar" a fango" y arco iris" o "agua krmi"? N o lo s. Slo por el dato extralingstico lo he incluido en este grupo.
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n situ el sentido de otros topnimos N o alcanc a aclarar i del sector. El 173, Qalawelen Qarq Irama, morfolgicamente f'orma parte del cerro Q'ara Qollu, pero el hecho de llevar un topnimo independiente seala bien a las claras su significativiJad; el nombre parece ser el de la flor "clavelina", de uso ritual, pero desconozco de qu color son las que aqu se toman. Con respecto al 172, Cruzan Pampa, tengo la conviccin de que pertenece a un conjunto de lugares que refieren a rayo. Problemas e Hiptesis.. Conclusiones
.

Surgen algunos problemas sobre la relacin ,entre los dos subconjuntos que rodean a Q'ara Qollu sus Ligunas. Los tod pi>nimos que refieren a metales, a krmi y a aguas krmi, se superponen y entremezclan con a,quellos que designan animales de achachila. Estos ltimos, en tanto terminos lxicos, jremiten tambin a las otras significaciones? Warisaa, Wisk'achuni, Allqamachi, etc., adems de significar esas especies de achachila lapuntan tambin a arco iris y metales, como para constituir un conjunto homogneo? De Wisk'achuni hay un detalle ,que merece atencin: uno de mis informantes dice que las wisk'achas que haba antes eran "de todo color". Es eso una vinculacin semntica con arco iris, o slo apunta a un contenido de confusin" y "desorden", bien interesante For su parte? No lo s. Queda en pie la conveniencia de investigar esto.
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De todas maneras, creo que ambos yriipo~son slo subconjuntos y que, con Q'ara Qollu y sus dos lagunas, constituyen un solo conjunto. Por qu metales y arco iris, aqu? Sugiero la siguiente explicacin, a ttulo de hiptesis: si efectivamente 10s topnimos que designan animales de achachila estn ah para sigificar ese mbito como un mundo k'ita (salvaje), se puede entender que los lugares-topnimos estn determinando, al mismo tiempo, un "borde", un lmite que es en s una zona marginal y peligrosa. Retomando una vez ms los conceptos de Vernica Cereceda, en el trabajo ya citado, el arco iris puede a ser entendido como una k'isa: una degradacin de colores que arconjunciona. Conjunciona lo ticula" un mbito con otro y l o ~ "inconjuncionable", lo que no puede estar directamente junto: funcin doblemente peIigrosa ya que, al permitir la articulacin con 10 k'ita, arriesga la irrupcin de ese mundo en lo jaqe (el nosotros") y la elimnacin de la diferencia, la prdida de la identidad. Sin embargo, jno puede dejar de haber una articulacin! Esto, me parece, explicara la iteracin constante de la figura krmi.

d.

Pero, por qu los metales? Si es cierto, como pienso, que cl "todo metal" que hay al interior del cerro y en todo ese sector, es homologable al "todo colort' del arco iris, el "todo metal" sera tambin una conjuncin, una k'isa. Si el arco iris permitira una articulacin con el mundo de afuera, del exterior, el "todo aetal" sera una Visa de articulacin con el mundo de abajoadentro: con el interior, con las entraas de la tierra, igualmente confuso, desordenado y temible ( y , sin embargo. mbito creacional!). Nada de esto puedo afirmar. LO que ms me cuesta entender, por el momento; es el allqa (disjuncin) que forman las dos lagunas, Yanaqhosi y Tichu Qota. Hay acaso ah una intencin de equilibrar los peligros de la conjuncin, instalando primero una separacin (allqa) de-la que despus, o simultneamente, se va a conjuncioriar? 1 engo la impresin, pero no puedo confirmarlo por ahora, de que en este sector puede haber ms de un allqa propu.es'ta . e n 10s topnimos. Es bien posible, ya 10 insiriu. que W i l a Qota (186, "laguna roja") y PPisaqSipitan Qota (lado 184) conformen una nueva allqa rojo Y que aq como entre Yanaqhosi y Jichu Qota sera rojo el trmino omitido, all sea verde el trmio cromtico omitido, oculto bajo P'isaq Spita ' Q o h que designa un animal de achachila, Puede que tambin el. to~nimo Allqamachi, que indica un ave de achzchila, como hemos : que visto, opere' simultneamente el aUqa f n e ~ r oblanco):
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en si mismo es el pjaro. . . Y algo as podra suceder tambin con Nigro Umaa ( 168) y Ch'iyaar Qarqa ( 185). Si es as, ocurrira que algunos topnimos funcionaran con una doble referencia de significado (aludiendo, a la vez, a un alqa y a una k'isa), lo que implicara una gran economa de procedimiento. E n todo caso, si las proposiciones anteriores son confirmadas en terreno, habra en todo este sector una fuerte presencia de allqas y k'isas, de disjunciones y- conjunciones. Estara ahora claro, al menos en el campo de las suposiciones, que tanto la "franja" de topnimos alusivos a c h d p a , a wak'a y color amarillo ( y eventualmente negro), como este conjunto que acabamos de delinear arriba, representan la insta!acin de "bordes", de una zona lmite d o d e se produce el encuentro de lo jaqe con lo k'ita: con lo salvaje, confuso y mortal de arriba-afuera, en la apacheta; con lo salvaje, desordenado y mortal de abajo-pasado, junto al ro. Y tambin con "lo de adentro", en ambos casos. ( N o olvidemos que "abajo" es tambin "adentro" en muchas partes del mundo andino: manqha, como en Chuani). En ambos casos, una zona de conjunciones y disjunciones. La existencia de allqas y k'isas abajo no aparece tan claramente como arriba, pero ello bien puede deberse a que, al hacer la consideracin d e este sector, no estaba yo tan advertido cie estas estructuras y no les preste la atencin debida. Sin embargo, abajo hay innumerables referencias a arco iris y aguas kurmi, aunque no ciertamente a metales, que parecen ser exclus:vos de arriba. Una investigacin detenida sobre este aspecto debera sealar las analogias y homologas de procedimiento. As como tambin aclarar el tema de las "uniones" de estos dos mbitos, subterrneas (aguas) y externas. De cualquier modo, la imagen de estos dos bordes insina la posibilidad de que al menos una de las ccncepciones totales del territorio sea homloga a la de una pieza tejida, con sus killpas o lakas (bordes). Tanto ms cuanto ,que. igual que en una talega o en una llijlla, parece haber tambin un centro" en el territorio de Chuani que, desgraciadamente, no tuve tiempo de estudiar con detenimiento. Me refiero a ese sector sea0 lado en el plano por un crculo punteado: aqu los topnimos reiteran referencias a los colores rojo y blanco. Desde luego, es aqu donde estn Wilajj Achachila y Wilajj Awicha, el anchad chila ( Y su mujer) ms importante de la comunidad, su protector; pero tambin hay aqu Wilajj Pampa (27). Wilajj P'ujro
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( 3 9 ) . W i l a Wila Kunka ( 5 , 11, 23). etc. De modo muy interesante, repitiendo el procedimiento ya sealado. las referencias oi color blanco no son nunca directas: Oqe-o,qen Pampa ( 4 ) es m a pampa que tiene oqe-oqe, una plantita pequea, de flores blancas. Tunta Calwar Qollu ( l o ) , cuyo nombre provendra de que aqu se haca tunta, esa clase de ch'uo grande, de color hianco. Ch'aqo Uma o Leche Uma ( 8 ) : un lugar de donde brota agua blanca, como la leche. . ., etc. Desde luego, que todo esto sea un taypi (centro) y que est estructurado en base al rojo/ blanco es slo. por de pronto, una presuncin.
N o quiero, sin embargo, dejarme llevar demasiado por la imagen del territorio-tejido, por seductora que sea. De hecho, no he investigado nada sobre .qu pasa en los otros la dos^, sobre icdo a lo largo del borde norte. ( H a y que advertir que, no obstante, los lugares 4, 8, 10 y 11, recin indicados, forman parte del lado sureste). Por otra parte, tengo la evidencia de que hay otros conjuntos toponimicos que, en apariencia, no tendran na' da que ver con esto (referencias al rayo, ya dicho; a almas", al mito del "pueblo sumergido", etc.), y ello indicara .que la visin del territorio-tejido sera una tan sola, entre otras posibles ...
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Para terminar: se puede. ver que la parte estudiada del territorio de Chuani no pasa de ser, en el mejor de los casos, un tercio del total. Y an dentro de ella hay innumerables vacos. Esto prohbe afirmar nada y sacar conclusiones, que resultaran apresuradas. La nica conclusin que puedo extraer es que si tengo base para seguir pesando que los topnimos significan" y ,que la toponimia de una comunidad -habida cuenta de la observacin hecha sobre 10s lindes- puede, efectivamente, revelar estructuraciones de significacin del territorio. De lo que no estaba en absoluto seguro al empezar.
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Pars, noviembre de 1982.

ULLMAN, Stephen. Semntica. Introduccin a la Ciencia del Significado. Aguilar. Madrid, 1976: 84. LEVI-STRAUSS. Claude. El Pensamiento Salvaje. Fondo de Cultura Econmic'a. Mxico. 1964: 24 1. C E R E C E D A , Vernica. "Smiologie des tissus andins: dPIsluga". In: Annales ESC NQ 5-6. Colin. 'Paris, 1978. les Talegas

I
t

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Inventario delos topnimos de Chuani sealados en el plano (Los nmeros entre parntesis, al lado, indican:relacin de parte con ese lugar)

1. 2. 3. 4. 5.

6. 7.
8.

9. 1O . 11 .
12. 13. 14.
15. 16. 17. 18.

19. 20. 21 . 22.

Jisk'a Pukara Jach'a Pukara Cuchill Qarq Jawira Oqe Oqen Pampa Wila Wila Kunk Pata 711, 23) Chuallan Pata Chuallan Pampa Ch'aqo Uma o Leche Urna P'iyan Qollu Tunta Calwar Qollu W i l a Wila Kunk Calwario Llawin Urna Ven tan Qarqa Wilajj Qarqa. Wilajj Achac'hila K'ajllo jawira Wilajj Awicha Kuman Pata Moro Qarq Pata (22) Phajchant K'ucho Igles Q a q a Cajn Qarqa Moro Qarq Parki ( 18) -

23. Wila Wila Kunk Aynacha 24. Luriwaych Pata 25. Jisk'a Uchus Qollu 26. Neq'e Pata 27. wilajj Pampa 28. Ch'amak Jawira 29. Qaiwan Loma 30. Qaiwan Pampa 3 1 . Sitirwat Pampa (36) 32. Markhon Pata o Q'ara Loma 33. Q'ara Lom Parki 34. Ch'i Sirka 35. Armisi Parki 36. Sitirwat Parki 37. Kuman Khukatajja 38. Moro Qala 39. Wilajj P'ujro Aynacha 40. Kimsa Patani 4 1 . Jalaqat Pata 4 2 . Jach'ir K'uchu 43. Kimsa Qalani 4 4 . Silla Pata 4 5 . Jach'a Uchus Qollu (129)

46. 47. 48. 49. 50. 51 . 52. 53. 54. 55. 56. 57. 58. 59. 60. 61 . 62'. 63. 64. 65. 66. 67. 68. 69. 70. 71 . 72. 73. 74. 75. 76. 77. 78. 79. 80. 81 . 82. 83. 84. 85. 86. 87.

88. Uchus Qoli Pampa 89. Uma Jalsu 90. Mun Qala 91 . Kajan Loma 92. Kajan Pata Qollpa Thiya Jisk'a Uchus Qoll Parki 93. 94. Wiskhall Pata 95. Panten Loma Aman P'ujro. Panten 96. 97. Jawira 98. Panten K'ucho. 99. Panten Aynacha Panten Pampa 100. Qala Winkuta 101 . Jach'a Jawir Parki 102 . Layuni 103. Phutunkuni 104. Q'ara Sirka 105. Amay Sama Pata 106. Sewenqhan Pata 107. T'okho Ali Pampa 108. Cruz Pata 109. Huerta Jawira Ak-kata 110. Wila Po,qoa Jach'a Qalan Pampa (70) 1 1 1 . 1 12. Jach'a Qalan K'ucho 1 13. Sinis Qal Pampa 1 14. Chijchipani 1 15. Hawas Uyo 1 16. Mach'as K'uchu ( 106) 1 17. Ukuran Pampa y Loma 1 18. Calle Punku 1 19. Q'ataw Qala Parki 120. Mojjsa Uma Pampa 121. Phuju Loma 122'. Sikuy Pata Yana Pampa, Yana Pata 123. 124. Calwar Loma (84) Kutu Kutun Loma -125. 126. Calwar Parki R'allat Sirka (inseguro) 127. Rosan Jawir Parki (inse128 . guro ) Qantut K'uchu y Pampa 1B .

Thujjsa Phukuni Lliwst'a Qalan Parki Aran Pampa (97) Qalan Era Churu Pampa (mismo 250 ~'allat pampa (inseguro) Turin Parki Awil Jiwata (102) Jach'a Turini Aran Parki (90) Phasall Sirka y Pampa Qotaan Pampa ( 102, 103) Awil Jiwat Pampa (95) Qala Wankani Qotaan Irama Qotaan Loma Qou Parki

Mach'as Pata (74) Tha Sirk P a m ~ a Tha Sirk Loma Qollpa Jawir Pata Qollpa Jawir Loma Qollpa Jawir P'ujro Q'ara Moqo Armamani Amay Kunk Pampa Pikutan Pampa Kancha Pampa Ch'uun Loma Ch'uun Parki ( 125) Ch'uun Jawira Ch'uun K'ucho Qetulay Loma (123) Tiyinir Pampa Qetulay Pampa y Jawira Jalankulan Jawira Ch'uun Park Pata Putun Qala Ch'illiwan Pata n 8 , 130, 131) Ch'illiwan Pampa Jach'a Ucticis Qoll Pampa

Ch'illiwan P'ujro 173. Ch'illiwan Loma 174. Wila Qal Parki 175. Q'ara Lom Amsta 176. 1 77. Seor Qarq Jawira y P'ujro 178. 135. Llawin Um Pampa ( 12) 179. 136. Calle Thak Irama 180. 137. Q'ara Sirk K'uchu 181 . 182. 138 . Q'ara Sirk Loma 139. Machak Marka 183. 140. Allpaq Jiwat Parki ( 16 1 ) 184. 185. 141 . Allpaq Jiwat Pata " 142. Rhara Calwar Loma ( 194) ' 143. Qollqan K'uchu ( 1 4 9 ) 144. Qollqan Pampa 186. 145. Qollqan Irama 187. 146. Pako Pakun Pampa ( ? ) 188. 147. Pako Pakun Loma 189. ( transcr. insegura) 190. 148. w a n u t Uyu Pampa 191 . 149. Qollqan Jawira 192. 150. Wiyach Jawira (152) 193. 151 . Tikanqhat Jawira ( 1 54) 194. 154. Wiyach Tawir Loma 195. 153. SU& sukan Pampa 196. 154. Tikanqhat Irama ' 197. 155. Qala Mut'in P'ujro 198. 156. Jach'a Loma 199. i 58. Jisk'a WiIajje 200. 159. Jisk'a Wilajj P'ujro 201. 160. Watiy Qal P'ujro 202. 161 . Allpaq Jiwat Irama ( 140) 162. Pata Qhosi Loma 203. 163. [Wila Qollu 203a 164. Wila Qoll Irama y Parki 204. 205. 161 . Qala Pututani ( 196) 166. Ch'aka Sat Pampa 206. 167. Mateo Utjaa 206a 168. Nigro Ur.aa 207. 169. Sian Qota 208. 169a. Sian Qot Loma 209. 1 70. Sian P'ujro 210. 1 7 1 . Sian Pampa 21 1 . 172. Cruzan Pampa 2 12.

130. 131 . 132. 133. f34.

Qalawelen Qarq Irama Q'ara Qollu Jichu Qota Mula Lazun Pata Al1,qamach Pata Waracha T'oqota Warisa Jawira Jach'a Warisa Qollu Wisk'achun Pampa Seqe Qarq Amsta P'ojoqho A:nsta Ch'iyar Qarq Pata P'isaa Sipita Qota (fuera del pl'ano-) Wila Qota Qaman Qollu Awichaka Ch'illi P'ujro Qollqoyo (calvario) Qollqoy Pampa Qoliqoy Parki Jisk'a Pututani Phara Calwar Pata ( Ch'alla Willke (200) Tach'a Pututan ~ a m i a Comun Pampa Qotini P'ujro y Aynacha Kallan Pata e Irama (205) Ch'alla WilIk Aynacha Jisk'a Pukar Pata y Jawira Waylla Jawir Pampa (21 1 ) Waylla Jawir Parki Waylla Jawir Loma Lukas Jiwat Pampa Kallan Parki y P'ujro Iwis Jip'i Amsta Mita Mitan Irama Req'er Pampa Req'er Parki T'a,qa Kunka Topo Sirka (212) Waylla Jawir P'ujro (202) Topo Sirk K'uchu

236. Puiki Pata 213. W a y l l a P'ujro (211) 238. Wakull Kunka 2 14. T'aqhachillan Pampa y Pata 239. Anoqar Llaq'asi 240. Pulper Pata 2 15. Chajwani 2 16 . T'aqhachillan Parki ( 2 1 4 ) 24,l . - W a y r u Utkata 242. Chura Jawir Parki, Loma 21 7 . W a r a W a r a Jalanta 2 18. Q'aw Sillon Loma 243. Ch'oto Caollu 2 19. Cawall Jiwata 244. Tika Parki (234) ~ 245. Phichata 220. Q'ataw Q sJawira 246. Q'ataw Qal Parki 221 . Chajwan Loma (215) 247. W a y r a Pata 222. Jach'a Joqho. 248. W a a Sirk, Parki, Jawira 223. Qala Chak Irama 224. P'alltan Parki 249. P'allat Pampa (ms segu225. P'alltan P'ujro ro ) 226. T a r a Qarqa 250. Churu Pampa (ms segu227. T a r a Qarq Parki ro 228. Churu Joqho 251 . Ch'api Sirk Parki, Pata 229. Puiki Parki 252. Ch'alla Pampa 230. Sapa Qo Pampa 253. Ch'alla Parki 254. Comunit Pampa 23 1 . Sapa Qo K'uchu 232. S Pampa 255. K'anik'an Irama, Aynacha 233. Amay Sama K'uchu, Par- 256. Leche Uma ki, Loma 257. Laqayan Pampa, Pata 234. Tika K'uch Parki 258. Ch'amak Jawira 235. Churunt Jawir Loma 259. Apukanasa.

>

La transcripcin de buena parte de estos topnimos es i n ~ segura y debe ser repasada y verificada con informantes de a comunidad,

QUIENES NOS ENSENARON A HACER FUEGO. MITOLOGIA ASHANINCA* .


.
... . .
.

.. .

Eduardo Fernndez
Eduardo Fernnder, egresado del posfgrado de ~ n f r o ~ o l o de ~ la a miembro del CAAP, muestra un cuidadoso Universidad ,Catlica del Per.. y trabajo de traduccin d e gn mito, uno d e una vasfa recopilacin y anlisis que realiza entre los carnpa ashninca.

Elemento que propicia el paso a la cultura, el fuego y las vicisitudes que debieron pasar los hombres para conseguirlo, es un tema de amplia difusin en la Amazona. En este caso, presentaremos un mito de los Ashninca (Campa), pertenecientes a la familia lingstica Arawak, la ms populosa de la Amazona peruana, esta etnia ocupa un territorio de aproximadamente 100.000 km' de la llamada selva central, principalmente del departamento. de Junn. Esta realidad geogrfica, que los pone en contacto con una media docena de otras etnias, sumada a las caractersticas propias como es la ausencia ' de organizaciones a nivel de nacin". y ms bien la preferencia por asentamientos de 'familias extendidas, hace que :'los mitos sean diversos. Si bien hay personajes que se encuentran en toda ' la regin, hay narraciones que son raras" por as decirlo y sta . . es una de ellas.
4
I ,'

.
'

' N o hemos recogido, hasta ahora, mas que esta versin, la que sometemos a conocimiento por tener una estructura muy d a ra y asequible en lo que refiere a la lgica del pensaniiento indlgena.

El presente trabajo forma parte de una investigacin sobre la Tradicin Religiosa de 10s Ashninca, auspiciada por el Centro Amazonico de Antropoogia y Aplicacin Prctica.

85

Oponeaca pashini noncante,*+ Luego otro voy a decir, icantana nocharine, nosampitiri: me dijo mi abuelo, yo le pregunt: -iNeateaoca paamari, jaocatea o.quenapairi?-Y este fuego de dnde ha salido? -Aha;. .,. incantana-Aha. . . me dijo-Paamari yocanea nijantanaquerori, peerani yatiriveitani-Fuego el .que nos ense, antiguamente era gente-Mashero iri ashitachari apaniro ivaamarite, -Sapo ( 1 ) l era dueo solamente l /tenia/ fuego,++' iri ashitachari ivaarnarite.el era dueo del fuego.Anta ijati, yamaniri anta. All fue /un ashnica/, a pedirle all /al sapo/, icantaveta yonta, pimpena noisheri narori, le deca el de all, dame para atizar yo, te irinite imperi, nu quera darle,
in tani irijante capichaji iroisantavajearo itiavetan taquearo,

slo 1 traa un poco para que l cocinara su comida, oposatanaque, coraqueta,que mashero iraapanajantero anta. ,.'cuando/ estaba cocinando, vena el sapo y se lo llevava all. Maaroni ashninca, pashini anta, aisati irovavetantaquearo, Todos los ashninca, otros all, tambin cocinaban su comida/ con fuego/, cora,quetaque mashero irapanajantero, tsivacanaji. venia el sapo y se lo llevaba, se apagaba.
Narracin hecha por Ompiquiri. nativo de aproximadamente 50 afios. residente en La Laguna-Ro Berta. Julio de 1982. Traduccion hecha por Antonio Snchez, nativo de Rio Berta y por el autor. *** LOS lexemas entre barras //. estn para facilitar la lectura de los prrafos en que el sujeto o la accin est implcita. ( 1 ) Sapo Mashero: Bufo sp.

**

>'

Icanta iponeacatea pashini, vino otro /ashninca/,

!
i
;

irieaqueri iquenapaaque atiri, l vio que venia gente. icantiri: -iPaita pantiri? iPovashiretantaril61 el dijo: -Qu haces? Por qu ests triste?-.Aha. . . tecatsi, novashiretatia orave, -Ah?. ... nada, estoy triste por esto, tecatsi novanteari notashitanteari caniri. no hay con qu asar mi yuca.-

Paitaica anta yaayetiri iriyori? Qu ser all lo que tiene l?. /pens/ d~paitatea caari poisanta?--Por qu no haces fuego? /,le dijo/-

-Neacaari pamanantari yonta?-Por qu no le pides a e1 que est all?-Tenamaneri yaapitsaveeta,quenaro.-,No le pido porque despus me lo quita.-

-Aha. . . tsanequeti ora pamaque, yaiti, icanti, -Aha. . . vamos esto trae, trajo, le dijo.
paite potsotinta.trae achiote.- ( 2 ) Yamaque, yaita imocavita,quequero, Lo trajo, agarr y los frot, ilnocavitaquero neatiro opaamatanaque, atsicanaque paamari. los frot y vio que prendi. encendi el fuego. Jcantiri, -paiteya inchato, inchatoperori.El le dijo, -trae un palo, un palo verdadero /grande/.( 2 ) Achiote: h a ordana.

Yoisa,quero, yoisaquero oparashetanaque. Encendi, lo encendi y se formaron brasas. -Tsamequeti anentaite anta-Vamos a visitar all-Aha . . . no le avises,

-Aha . . . picamantiricariya,

meeca irotaqueya pashi, ahora esto es tuyo, avirori jeroya pincantaiterori aca. t as lo hars aqu. poisajeri avirori. ,'para/ encenderlo t. Icanta yovantacaro, Y comi del fuego /lo que. cocin/, ineaquero yora mashero, ishiyapaaca, ineapajiro, y lo vio el sapo, vino corriendo, lo vio, ijita,quero iro yaitajiri ivamarite anta, ciey que l haba trado su fuego de all, iponea iniyapaajiro onta omenquira, . comenz a tragarse las-brasas,
. .

..

iranajerome anta, irosati ofaantacari, para llevrselas all, por eso se quem, irosati ipeantanaca mashero. ;>or eso se transform en sapo, Otimantanacari, icanti nocharine, ' Es por eso que tiene, dijo mi abuelo,

ishincani tsompoirii quempe quitioncajancarierirai:qui, su memprana ( 3 ) adentro como bien roja, qriempeitaca iranatere iriyori anta. se parece su hgado de l all.
(3) Membrana: Membrana bucofaringea.

88

Icanti, irotaque ivamariteni peerani otaanaquero, El dijo, eso fue su fuego /que/ antiguamente lo quem, irosati ipeantanaca mashero. por eso l se convirti en sapo.

Y ste que le ense a hacer fuego /por h c c i n / .


meiri inijantaquero peerani, srdilla le ense antiguamente, ( 4 ) aiieantariri ipoimatacairo,
In sentimos hacer sonar,

Nea yoca nijantaquerorira mocavitantsi,

priitarica yonta imocaveeti, "shei, shei. . . yapeayeti, como con esto lo ahueca, "shei, shei. . . " ( 5 ) . lo roye,
te noreri imocayeti, te ariorica,

t 9

no le he visto ahuecar, no s si es verdad, icanti nocharine, te tea naro neerine, lo dijo mi abuelo, no le he visto, aoquemiri nocharineni, iquenquitsatacaana. yo escuch a mi abuelo, l me cont. Iponeaca pashini. pashiniqui ashaninca, Entonces otro, otro ashninca, aisati, icanti, tzmbin, dijo /mi abuelo/, ijati anta imaveeti, se fue all a dormir, ( 6 ) icantiri, iraniri, tsame amaveitaite, isataque anta. le dijo, cuado, vamos a dormir, y se fueron all. Neati imaaveeti, Estaban durmiendo,
( 4 ) Ardilla: Saurus sp. (5) "Shei. Shei": onomatopeya de roer. (6) Dormir: se refiere a una practica de cacera nocturna.

icanta itsivacacotaque ivaamarite, de pronto se apag su fuego, tecatsi icantajea, iro ayerime itashe. nada poda hacer, les dara hambre. Tponeaca icanti iquenapaaque atiri, Entonces de pronto lleg una persona, icantiri, -iPaita antaquempiri?l dijo, -Qu les ha pasado?-.Aha. . . tecatsi, irotaque. . . ora ayena notashe, --Aha. . . nada, esto. . . nos dar hambre, tecatsi novamateri, no tengo fuego, irotaque ayena noyatsincare aca, esto nos dar fro a.qu tecatsi i r o v a n t a j e a r i . ~ no tengo con qu cocinar.--Aha. . . ocanainti. . . , ora pamaque inchacaraqui.--Aha. . . este. . ., esto trae palo seco.

'amaque mapi quitamaro,quiri,

trajo piedra color blanca, yaitaro pashini, mapitatsiri, agarr otra, la que es piedra /para hacer fuego/, icantitaro anta, iposaquero, le hizo all, la golpe, otsenquitana,que, amorecanaque anta, salieron chispas, ardi all. aisicapaaque, anta ~aashitaqueroampeji, prendi, all haba agarrado algodn, yzmaquerinta, atsicanaque, Io trajo, lo prendi,

ii~iaquero~ p a r a s h e t a n a ~ u e , l vio que se hizo brasas, itataque, yovantajari iriyori, ijatantari imaveeti anta. se calent, de all coma l, cuando iba a dormir all. Irosati icanti, -Meeca picantaiteroriya avirori, Entonces dijo, -Ahora as hars t, picherencan teari, provan tajea. para fritar, para cocinar. TC'ea iriinti yora, icanteti yatiriveitani,

J' era l, decan que era gente,


icanti pironi decan lucirnaga. ( 7 ) ~Ariyoricaicanti nocharineni? Ser cierto /lo que/ dijo mi abuelo? icanti i.queri iriyori peerani. dijo escuch l antiguamente, icharineni iriyori icantix-i, su abuelo l le dijo; jeroya picantaterori aca, povantajeitaiteari, que as lo harn aqu, para que cocinen. Aha . . . irosati iyotantanaca iriyori ashaninca, Ahal. .,. entonces aprendi el ashninca, ijitirori tsenquirontsi.

10 que se llama pedernal.


Oca mocavirentsi, Este palito /para hacer fuego por friccin/, aisati inijanta,quero meiri. tambin le ense ardilla. Ai icaratiri apite onijaquerori peerani.

Y fueron dos los que ensearon antiguamente.


(7) Luciirnaga: Lampyris noctiluca.

hlapi te aneroni icanteriri, Piedra no haba lo que dicen, quempe meeca itimana,que. . . como ahora hay. . . yoya viracocha icanti poosocoro, esto /que los/ hombres blancos ( 8 ) llaman fsforo, peerani te aneroji poosocoro. antiguamente no haba fsforo. Icantana nocharineni: Deca mi abuelo: -irotaque ivantari jaocarica ijati, -con esto comen donde van,
ashaninca arejiqui, yaana,que mapi, ashninca van lejos, llevan piedra,

iraapaaje saviri, agarra machete, icantapajero:< tsenqui, tsenqui", arn0recanaji.m y hace as: tsenqui, tsen,quiH ( 9 ) , y enciende.1

'

Ari ocantari peerani, lis era antiguamente, iiotaque yovantajeetari, t o n eso coman, jaocarica ijati imaaveti, cuando iban a d o r a i r jaocarica irijate anta, 'cuando estaban all, itsitenitacotaque, irotaque irovaamatajeri. cuando se oscureca, con eso encendan el fuego.

(8) Hombres blancos: los ashninca siempre usan. el trmino "viracocha", y menormente
"espaiiori" (espaol).

(9) Tsenqui: onomatopeya de golpear.

Ari ocarati non,quenquitsataquero oca, Ya termin de contar esto, pashiniqui ashaninca, del otro ashninca, irleeti, inijantanaquerori tsenquirontsi. que lo vieron. / y / l les ensei /a hacer fuego con/ Entendemos las dificultades ,que presenta esta traduccin al lector no fami!iarizado, pero esta es la nica posibilidad de acercarnos lo ms fielmente al texto original, narrado en una lenh a flexional, desprovista de artcuios, en donde cada lexema tien'e un sentido pleno. Para facilitar la comprensin, a continuacin presentamos un resumen de la versin anterior: Antiguamente. los ashninca no tenan el fuego: solamente el sapo, que en esa poca era gente, lo tena. Pero lo mezquinaba; solamente les daba un poco de brasas, luego se las quitaba tragndose el fuego. Un da vino ardilla, que tambin era gente, y le indic traer palo de achiote, lea seca y les ense a hacer fuego por friccin. El sapo vio el fuego y pensando qu-2 era del suyo se lo trag quemndose la boca, por eso le qued su membrana bucofaringea de color roja, luego se transform dfinitivamente en sapo. A ardilla todava se la escucha roer.
.

Tambin habia otro ashninca que fue con su cuado a cazar de noche al monte, se les apag el fuego y como no saban hacer otro se pusieron tristes. Entonces lleg lucirnaga, que tambin era gente, les hizo traer piedra de color blanca, lea seca, algodn, y' les ense a hacer fuega con .pedernal.
.

..

As aprendieron antiguamente los ashninca a hacer el [llego, ardilla les ense a hacerlo por friccin y lucikrnaga con pedernal. N o habia todava el fsforo que fue trado ~ o 10,s r hombres blancos. .
.

Anlisis
1. Si bien dentro de nuestro encuadre terico postulamos que los mitos slo son comprensibles en tanto que sean lei' dos, al decir de Lvi-Strauss, unos contra otros", por ser esta narracin apta para comenzar, .queremos solamente marcar algunas relaciones que servirn en el futuro de nuestra pesquisa. Segn el decir anterior este ejercicio ser de algn modo "para afinar".
1

En principio, habra en el texto dos secuencias narrativas, que denominaiemos por s u orden como Sec. A y Sec. B.

sec. A.
"C.

{
{

hombre sin fuego hombre con fuego

consigue fuego del sapo

ste se lo quita

viene ardilla

con palo achiote

lo pierde viene lucirnaga con piedra "blanca"

B.

le ensea a hacer fuego por friccin le ensea a hacer fuego con pedernal

ashninca conquistan el fuego

el sapo traga fuego y se quema su membrana, roja

se transl. def. en sapo

A.

a ardilla se la escucha roer llega eI hombre blanco y trae el fsforo

Comencemos con ardilla y lucirnaga, donadores del fuego, ambos ensean una tcnica diferente: Una tcnica A, la friccin. enseada por ardilla. Una tcnica B, el pedernal, enseada por lucirnaga. Del cuadro anterior, donde separamos secuencias A y B. &tenemos una visin clara de la armadura del mito, la relacin all es: ardilla: tcnica A:: lucirnaga: tcnica 8, homologia basada en el hecho narrativo de ser ambos donadores, es decir, que ardilla es para los ashninca en la Sec. A, como lucirnaga lo es en Sec. B.

2.

3 . Veamos ahora a cada uno de los donadores por separado. De ardilla, que ensea la tcnica de friccin, dice el mito:
los frot, los frot y vio que prendi, encendi el fuego" (pg. 5 ) .

. . .agarr y

. . .ardilla le ense antiguamente, la sentimos hacer sonar, como con esto lo ahueca, "shei, shei.. ." ( 5 ) , lo royeW (pg. 7 ) .
16

Friccionar, frotar y roer, ardilla roedor, los trminos son definidos metonmicamente, a travs. de un cdigo auditivo. De lucirnaga se dice:
f.

.,.trajo piedra color blanca, agarr otra, la que es piedra /para hacer fuego/, le hizo all, la golpe, salieron chispas, ardi all, prendi. . . (pg. 9-10),

Sabemos ,que Las lucirnagas son pequeos colepteros. . . dotados de un rgano luminiscente en la parte inferior del abdomen. La luz emitida muestra variaciones rtmicas. . . (Burton. 1973; 122).

Podramos agregar que esta propiedad bio-luminiscente de los Lampiridos, se manifiesta en forma intermitente, a la manera de "chispas".

Y aqu de nuevo la contigidad: luz intermitente, chispa. Esta vez el cdigo es visual.
4. Nos queda ahora ver las posiciones de sapo y hombre blanco. Comencemos con el sapo:

. . .el sapo, vino corriendo, lo vio, crey ,que l haba trado su fuego de all, comenz a tragarse las brasas, para llevrselas all, por eso se quem, por eso se transform en sapo, por eso que tiene, dijo mi abuelo, su membrana ( 3 ) adentro como bien roja, se parece su hgado de l all (pg. 6 ) .
Bien, est de ms decir que el fuego es rojo y la consecuencia de su ingestin es que su membrana (la del sapo) .qued "bien roja". Podramos agregar el hecho que ardilla hizo su fuego con achiote ( 2 ) ; ahora, con el mismo lexema se denomina al fruto de la planta que contiene semillas de color rojo utilizadas para pintura facial. E n este caso refuzrza la relacin anterior basada en la contigidad de color: fuzc~orojo, membrana roja. N o son nuevas estas afirmaciones, Lvi-Straus lo ha demostrado claramente; con estos ejemplos slo reconfirmamos la vigencia del recurso metonmico en la lgica del pensamiento mtico. Veamos ahora otro aspecto del sapo:
. .l era dueo solamente l /tena/ fuego, l era dueo del fuego, All fue /un ashninca/, a pedirle all /al sapo/, le deca el de all, dame para atizar yo, no quera darle, solo l traa un poco para que l'cocinaia su comida, /cuando/ estaba cocinando, vena el sapc y se lo llevaba all. Todos los ashninca, otros all, tambin cocinaban su comida /con fuego/, vena el sapo y se lo llevaba, se apagaba (pg. 2-3).
r.

Fundamentalmente el sapo est definido como mezquino, egosta, al no querer compartir el fuego de su propiedad con los otros hombres, ya ,que antes de tragarse el fuego hecho por ardilla, participaba como todos los animales, insectos, etc., de una forma humana. Identificado como el agua, medio del que no se viven un buen tiempo sobre al ltimo de los personajes:

Bufo sp. este batracio, nace en el alej,an mucho, pero se alimentan y tierra. Este dato nos permite pasar el hombre blanco.

Para explicar su posicin en el texto debemos recurrir a su mito de origen; aunque hemos recogido varias versiones, recurriremos a lo publicado:

. . .Espaoles. Habitantes de lagos ellos son aqu, . . .hace mucho tiempo por esto ellos emergieron, . . .habitantes de lago son ellos aqu. Haba e1 ,que los enganch hace mcho tiempo. . . ellos emergieron en gran nmero. . . ( Weiss, !972; 61 5 1,
Los viracocha (los blancos) estaban dentro de la lagun a . . . Un da un campa escuch los ladridos de un perro que salan de la laguna. Bueno -dijovoy a pescarlo, y se llev para esto algunos pltanos. Pero el pltano es alimento de hombres y el perro no los quiso comer. Salieron de la lacruna en cambio. todos los viracocha Y em" pezaron a perseguir a los campa y a m ~ t a r l o s (Varese,

1973; 285).
E n otras versiones ms completas, el hombre blanco es definido como ladrn, mezquino y otras ruindades. Con estos elementos ya podemos ubicar al hombre blanco: nace en el agua; aunque anda por tierra, tambin e s mez,quino. De resultas que: sapo: antiguos ashninca:: hombre blanco: actuales ashninca. Ambos, el sapo y el hombre blanco, han presentado la misma conducta: la mezquindad. Donadores desinteresados del fuego, ardilla (tierra) y lucirnaga (aire), ecuentran su contrapartida en el egosmo de sapo (agua-tiera) y hombre blanco (agua-tierra) .

Terminamos este anlisis con una observacin: un mito etiolgico, el origen de las tcnicas del fuego nos sugiere una moral y un prejuicio. Para el pensamiento ashnica; el hombre blanco, tambin anfibio, es tan incierto en su tica como el sapo mtico. Pangoa, enero de 1983.
REFERENCIAS CITADAS
BURTON, Maurice: "Insectos". Edit. Diamon, Barcelona, 1973.
VARESE, Stfano: "La sal de los cerros". Lima, 1973. W E I S S , Gerald: "Campa Cosmology".

l
Papel, j
t
l

Edit.

Retablo de

DE RECURSOS FAU-

DE

CAZA-RECOLECCION LA PUNA DE ATACAMA. NORTE DE CHILE Olaff Olmos Figueroa

S e evalan dos muestras cuantitativas d e restos orgnicos provenientes de los campamentos precermicos tardos Tuln-52 y Puripica-1, ubicados en la Puna d e Atacama, cronolgicamente datddos entre los 2.100-2.300 aos a.c., valorizando las evidencias seas como indicadores de proceso en funcin de procedimientos de captura, hbitos d e consumo y distribucin estratigrafica. De esta informacin se infiere [as condiciones y el carcter de la adaptactn a zonas ridas y semiridas de poblaciones que ocuparon los ambientes de la Puna y el Salar de Atacama durante el Periodo Arcaico Tardo.

Introduccin
En este artculo se presentan los resultados obtenidos en los procesos de cuantificacin y seriacin de los recursos o r g ~ nicos (evidencias seas) recuperados en dos controles cuantitac tivos realizados en campamentos arcaicos tardos de la Pana de Atacama. El registro total del material componente de estas columnas excavadas por Nez (1976) fue evaluado a travs de tcnicas de seriacin (Ford, 1962; Meggers y Evans, 1969) e iden4 tificacin de especies con apoyo de tcnicas y metodologa aplicada en paleozoologa (Von den Driesch, 1976).

El inters en difundir estos trabajos se debe fundamentalmente a incrementar en nuestro mbito regional el desarrollo de estudios y anlisis sobre restos faunsticos recuperados en excavaciones arqueolgicas, por cuanto stos constituyen u11 indicador de suma importancia (rasgo cultural) de tener en cuenta cuando se abordan problemas en relacin a la domesticacin de

animales, adaptacin a aabientes ridos, trashumancia precermica, comienzos de pastoralismo y sedentarismo regional, etc., en niiestra rea centrosur andina. E n ese sentido, el tratamiento aplicado a los registros seos tratados aqu se orienta a ese objetivo, el .que de modo alguno es contradictorio con las tcnicas tradicionalmente utilizadas en arqueologa sobre otros tipos de materiales; por el contrario, se llama la atencin sobre otro aspecto (indicador de proc ceso) que no ha sido suficientemente documentado en la arqueologa nacional y que contribuira, eficientemente documentado, a complementar la informacin en trminos de dieta alimenticia, hbitos de caza, domesticacin de animales de las poblaciones prehispnicas de esta rea. .,. Material y &Ttodo

El material tratado aqu corresponde a evidencias de la estructura sea de camlidos andinos (Lama vicugna, Lama guanicoe) y roedores subandinos (Lagidirza sp., Ctenoniys sp.) recuperadas en excavaciones ar,queolgicas realizadas en los campamentos habitacionales de Tulan-52 y Puripica- 1 ( Nez L., 1976), ubicados sobre 3,000 m.s.n.n. en la Puna de Atacama, en la 11 Regin del Norte de Chile y provienen especficamente de dos miiestreos cuantitativos de las unidades D6 y C15 de lo= sitios Tulan-52 y Puripica-l, respectivamente (ver LAM. 1).
Estos muestreos cuantitativos estuvieron integrados por material ltico, sedimentos y restos orgnicos. En este artculo solamente se hace referencia a la distribucin cuantitativa y seriacin de estos ltimos. El inters en presentar los anlisis de distribucin y comportamiento que registraban los restos faunsticos se debe a que stos constituyen un indicador de proceso relevante que permite inferir acerca de las condiciones y el. carcter de los aportes dietticos de las especies identificadas en estas muestras y que fueran consumidas por las poblaciones pceceramicas durante su residencia en los campamentos de Tu-52 y Pu-1; hace cuatro y cinco de ni os atrs. Asimismo, de este tipo de informacin es posible deducir que existieron condiciones favorables, en recursos de subsistencia, para estas poblaciones arcaicas, en los ambientes de la Puna de Atacama.

Los procedimientos tcnicos y metodolgicos seguidos en la cuantificacin y seriacin del material lo constituyen lo expuesto por Ford ( 1962) y Meggers y Evans ( 1969) aplicados en sus partes metdicas bsicas sobre material con caractersticas particulares, de manera que la clasificacin de ste fue establecida de acuerdo a sus propios atributos derivados de la identilicacin preliminar que se realizo siguiendo lo indicado por V o n den Driesch ( 1976) adems de contar con questras comparativas peparadas por nosotros. La cuantificacin posibilit reunir informacin sobre el comportamiento contabilizado de las nuestras en las estratigrafas de estas unidades, a la vsz que permiti lograr antecedentes sobre la capacidad de consumo i tipo de especies capturadas por estas poblaciones precermicas (ver LAM. 11 y 111). Asimismo los porcentajes obtenidos en este proceso se utilizaron para graficar la distribucin seriadz de los recursos faunsticos obtenidos en estos tests estratigrficos; resultados de esta operacin se presentan en los perfiles de :as unidades D6 ( T u 52) y C15 ( P u - l ) en las LAM. 1V y V. De esta forma, la tcnica de seriacin da al material cultural una expresin grfica porcentualizada por medio de la cual es posible verificar el comportamiento estratigrafico de ste, totalmente independiente de la clasificacin taxonmica (Meggers y Evans, 1969). Esto permite medir por intermedio de porcentajes los diversos grados de aportes a !a dieta alimenticia brindados por 12s especies faunsticas identificadas en estos tests durante la historia ocupacional d e estos campamentos. En tanto, para la separacin taxonmica de los restos seos, se procedi segn lo propuesto por Von defi Driesch ( 1976) a travs de anlisis comparativos, con nuestras preparadas para el efecto, identificando cada pieza segn su ubicacin en la estructura sea d e cada especie reconocida y procediendo a una medicin para determinar tamaos de individuos segn huesos-tipos. Este procedimiento llev a definir tres categoras de especies: Carnlidos, Roedores y Aves (ver Tabla No 1 ). La primera categora rene en una sola unidad a todos 10s reSEos identificados como pertenecientes a la estructura sea del gnero Lama, por lo difcil de establecer una taxonoma definitiva entre las dos especies silvestres reconocidas como residentes de estos ambientes: Lama vicugna (Miller, 1931 ) y Lama guanicoe (Oscjood, 1932).

La segunda categora comprende piezas y fragmentos correspondientes a dos especies de roedores (Lagidium sp. y Ctenornys sp.), aun cuando para los efectos de la cuantificacin y considerando el caso de los carnlidos se unific a estos restos de Lagidium sp. y Ctenomys sp., para allanar la finalidad operativa de la tabla cuantitativa en un solo conjunto. La tercera categora estuvo integrada por fiaqmentos seos de avifauna, y la escasa presencia de registros de esta naturaleza, como su malograda conservacin obvi todo intento de identificacin por especie, aun cuando sospechamos que probablemente se trate de fragmentos de la estructura de flamicgos (Phoenicoparrus andirius o Phoenicopterus chilemis). Una vez clasificadas y contabilizadas las muestras por categoras, se procedi a elaborar la seriacin de estas de acuerdo a los porcentajes determinados de la cuantificacion. La secuencia seriada al igual ,que la cuantificacin considen estas tres categoras definidas anteriormente. Resultados Los resultados de las operaciones efectuadas se exponen haciendo primero referencia al comportamiento del material en la cuantificacin y en segundo lugar se aborda la distribucin seriada que stos presentan en las respectivas estratigrafias de las unidades D6 de Tulan-52 y C15 de Puripica-l. Para la lectura de la Tabla-1, los g r f i c ~ s y la descripcin del comportamiento y distribucin de los materiales, se ha considerado oportuno mencionar, junto a cada estrato natural de los depsitos,- los correspondientes niveles artificiales de excavacin. Esto contribuye a dar mayor seguridad a los resultados de los procedimientos realizados, al mismo tiempo ,que ha facilitado las inferencias culturales que a,qu se mencionan.

TABLA

'Cuantificacih y Distribucin de restos de fauna por Estratos ocupacionales y Categorias de especies


Unidad D6, ?'dan-52 Estrato /Niveles/ Unidad CI 5, Puripica-I

C
18

/ R /

A /

Estrntos

/Niveles/

C
7
4 5 14 16 127

/ R /

A /

11

111

1V
Y

0-5 5-10 10-15 15-20 20-25 25-30 30-35 35-40 40-45 45-50 50-55 55-60 60-65 65-70 70-75 75-80 80-85 85-90 90-95 95-100 100- 105

14

78 13 51 1O0 115 116 180 48 1O0 102 192 2O0 133 104 110 70 43

24

.
1

11

64 81 87 92 117 89 110 91 97 79 96 101 65 .32 1.239

---

-.-.

111

IV

---

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . Piso

0-5 5-10 10-15 15-20 20-25 25-30 30-35 35-40 40-45 45-50 50-55 55-60 60-65 65-70

10

1O 185 10

11

12
40 53 40 25 ,50 90

25 5

14

105

2c

Est6ril

11

. ... .. . . ...

--

2
503 345 55

Totalest

1.729

D e acuerdo a esta tabla. la distribucin del material correspondera a:

Unidad D6, Tulan-52


C = Camlidos R = Roedores A = Aves
: :

1 .729 huesos y fragmentos cuantificados 1 .239 huesos y fragmentos cuantificados 2 huesos y fragmentos cuantificados

Unidad C 15, Puripica-1

C = Camlidos R = Roedores A = Aves

: :
:

503 huesos y fragmentos cuantificados 345 huesos y fragmentos cuantificados 55 huesos y fragmentos cuantificados

Lectura de la Tabla 1 Unidad D6, Tulan-52

E n esta unidad, la distribucin de la categora camlidos presenta un escaso registro hacia fines de la ocupacin de: campamento Tulan-52 en el Estrato 1 (niveles 0-5 a 30-35), del mismo modo las evidencias corresp~ndientes a recursos roedores es dbil en consideracin a los estratos inferiores, nientras que los registros de avifauna estn ausentes, a excepcin de un nico fragmento en el nivel 30-35. Esta situacin permite deducir, para !os fines de la ocupacin en este sitio habitacional, que este fue parcialmente abandonado o bien que la ocupacin intensiva del yacimiento, evidente en los estratos inferiores, por alguna razn decay hasta un total abandono en los niveles superiores del Estrato 1. La distribucin del material en el Estrato 11 (niveles 3540 a 60-65) avala estas deducciones, por cuanto este registra una considerable concentracin de restos faunsticos de las categoras camlidos y roedores ,que fueron con seguridad los recursos que ms contribuyeron a la subsistencia de esta poblacin precermica mientras residi aqu. Adems si se observan los lmites de cad a cifra por nivel de excavacin se obtiene un promedio unif-orme d e comportamiento estratigrfico de las evidencias en este evento que constituye la etapa intermedia d e la ocupacin del' sitio Tulan-52 ( D 6 ) . Asimismo, este estrato intermedio registra una actividad marcadamente orientada a una fructfera labor de caza de ani-

males de la Puna (camlidosi y Lagidium sp.) y el Salar de Atacama (Ctsnomys sp.) con una mnima representacin dz restos de avifauna; esta situacin sugiere que esta categora fue escasamente utilizada durante la ocupacin intermedia y final de este sitio o bien que este test aunque cuantitativo no reflejara el comportamiento de este material en la dieta de esta poblacin. Sin embargo, la revisin de componentes de esta naturaleza en otras unidades del sitio apuntan a corroborar nuestra p r i m r a deduccin.

1
1

El Estrato 111 (niveles 65-70 a 100-105) comprende los componentes culturales de comienzo de ocupacin del sitio y registra las categoras de camlidos y roedores con una distribucin homognea y una media central uniforme a todo este evento estratigrfico, con excepcin de una disminucin a comienzos de ocupacin en los niveles 100-105, ya en el contacto con el piso estril.
En general, la unidad D6 presenta una depositacin de restos seos de camlidos andinos y roedores subandinos bastante elevada con una sola discordancia en el nivel 55-60, ,que separa este estrato (IV) a travs de un sello elico con el segundo evento ocupacional. Esta breve interrupcin apenas perceptible sugiere ,que ambos estratos corresponderan a un solo momento prolongado de ocupacin del sitio con un breve lapsus de abandono semiparcial de la poblacin residente en l. Esta situacin, al mismo tiempo, nos permite deducir que esta comunidad arcaica de Tula-52 permaneci en el campamento habitacional en forma ms o menos prolongada con un nmero de habitantes semipermanentes y abandono parcial del sitio por una parte mayoritaria de la poblacin, mientras que la que continu ocupando los recintos habitacionales continu desarrollando las actividades bsicas de subsistencia, como fueron la caza, faenamiento y consumo de los recursos faunsticos, como tambin la preparacin de artefactos lcitos. Asimismo, aun cuando este test representa una muestra parcial de la ocupacin cultural del sitio, la situacin cuantitativa de las evidencias lleva a deducir que la actividad bsica de subsistencia desarrollada por este grupo estuvo con mayor nfasis orientada hacia la obtencin de fauna de la .quebrada (Lagidium sp.), salar (Ctenomys sp.) y de tierras altas (Camlidos) a travs de las actividades de caza y a los continuos movimientos migratorios efectuados entre los pisos ecolgicos del Salar, Quebradas y Serranas de la Alta Puna Atacamea. Al tiempo,

esto sugiere que el patrn de vida de esta poblacin se adhier a la prctica del modelo de trashumancia temporal o estacion: con un movimiento circulatorio dentro de este universo ecolgic conformado por el perfil Salar-Quebrada-Puna que accedi co una capacidad suficientemente amplia, en trminos de recurso energticos, para que esta comunidad subsistiera en estas lati tudes.

Unidad C15, Puripica-1


En esta unidad la distribucin de las categoras presen tan para el Estrato 1 (niveles 0-5 a 0 1 ) una distri bucin heterognea por la mala calidad en la conservacin d, los restos orgnicos; esta situacin causada por efectos ajeno: a la ocupacin humana del sitio (humedad ambiental, precipita. ciones estivales, erosin elica) limit el tratamiento de los dato: derivados de los anlisis realizados en los registros seos, pol esta razn, todo intento de inferir alguna actividad social fue obviada y solamente se consider la informacin en cuanto posibilitaba establecer su distribucin en la cuantificacin para 1z consideracin porcentual en la secuencia seriada. Mientras que en el Estrato 11 (niveles 20-25 a 30-35) las evidencias correspondientes a camlidos es bastante homognea y los roedores presentan una fuerte concentracin, en tanto los restos de avifauna son poco significativos. Esto sugiere que durante este evento la actividad de captura de fauna estuvo orientada con fuerte nfasis hacia especies de altura como los camlidos andinos (Alta Puna) y a los roedores de la quebrada (Lagidium sp.) , segn la identificacin de piezas seas que corresponden a especies de esta naturaleza, mientras que los recursos de avifauna no fueron significativos como aportes energticos en Ia dieta de esta poblacin durante este estrato ocupacional. Los Estratos 111 y IV (nivles 40-45 a 65-70) considerados como una sola unidad en esta lectura, por cuanto la separacin entre ambos estuvo sujeta a un pequeo sello elico inconsistente para deducir una separacin taxativa, aun cuando para los efectos grficos se ha mantenido la separacin establecida originalmente, registran estos restos de camlidos d;stribuidos uniformemente en caso similar al Estrato 11, mientras que los roedores, despus de una alta concentracin en el nivel 50-55, decaen en su consumo hasta desaparecer totalmente en los comien-

zos de la ocupacin de sitio, y similar situacin presentan los restos de avifauna (con las observaciones sealadas para esta categora). distribucin del material en esta unidad sugiere que esta poblacin orient bsicamente su actividad d e subsistencia hacia el consumo y captura de los recursos faunsticos de altura a los cuales esta poblacin tuvo acceso durante la estacin veraniega y 3quizs entrada la estacin otoal, poca en que los camlidos andinos como Lama vicugna y Lama guanicoe descienden desde sus habitats naturales de altura a tierras ms abrigadas en busca de mejores pastos, fuentes de agua y nichos abrigados que favorezcan las pariciones anuales, esto explicara la presen;ia de abundantes fragmentos de piezas seas correspondientes a la estructura sea de animales neonatos o juveniles registrados en toda la secuencia ocupacional de ste del sitio Puripica-1 (Olmos O., 1980 Ms.). E n general, la

C 15 del campamento Puripica- i

Asimismo, las condiciones de la distrihucin de los materiales en la secuencia ocupacional de esta unidad, como algunas inferencias derivadas del anlisis cuantitativo se desprende que el campamento Puripica- 1, representa un sitio habitacional ocupado durante gran parte del ao por una poblacin semipermamente, con mayor nfasis poblacional durante el verano y otoo, estaciones en las cuales los recursos energticos de tierras altas estuvieron ms asequibles a esta comunidad.

Los Grficos de Seriacin


La expresin porcentual de cada categora por estratos ocupacionales se obtuvo siguiendo los procedimientos enunciados anteriormente (Ford, 1962; Maggers y Evans, 1969); d e esta manera las respectivas secuencias seriadas representan en barras el valor porcentual obtenido; este procedimiento ~ermit-e reconstituir el comportamiento estratigrfico del material totalmente independiente de la clasificacin taxonmica a la vez que es posible verificar los diversos aportes a la .dieta alimenticia de las diferentes categoras de especies en las secuencias ocupacionales de los tests considerados a.qu.

Unidad D6, Tulan-52; Secuencia Seriada


En general, dos categoras, camlidos y roedores, presentan en esta secuencia una distribucin ms o menos uniforme a travs d e toda la historia ocupacional, mientras que la catego-

ra aves est casi absolutamente ausente, con la excepcin de dos fragmentos posiblemente de huesos largos (tibia) en el nivel 30-35 y 40-45. Lo cual sugiere para estos ltimos que recursos d e avifauna no fueron significativos en la alimentacin de esta poblacin, a lo menos dentro de los mrgenes del campamento habitacional o bien que la captura y consumo de este tipo de especies de aves de altura se realiz en los ambientes de Puna en donde estas son residentes y estuvo sujeta a la actividad de captura de camlidos que tuvieron un mayor prestigio en la dieta de la comunidad Tulan. Adems, la escasa preszncia de restos de avifauna en otras unidades del sitio, salvo pe,queas excepciones, confirmaran esta deduccin. Mientras que la categora camlidos, observa desde los comienzos de ocupacin de Tulan-52 un aumento progresivo con breves lapsus en el nivel 55-60 que puede corresponder a un probable abandono semiparcial del sitio, por cuanto este nivel marca los lmites entre los estrcltos inieriorrs y el Estrato 11, despus d e este nivel los restos de camlidos vuelven a dar un salto cuantitativo gradual hasta decaer totalmente en el nivel 25-30 que separa este Estrato II con el corre.-ondiente a los fines de la ocupacin del campamento Tulan-52. Similar situacin parece reflejar el comportamiento de esta categora en el nivel 20-25, en donde al parecer se produce un aumento progresivo de consumo de estas especies. Sin embargo en la secuencia no aparecen fielmente representados, debido al violento deterioro y descomposicir, de los huesos por causas de la humedad ambiental, precipitaciones estiva!es y bruscos cambios de temperatura, conservndose slo pequeos fragmentos no ntegros de carpos y metacarpos. La categora roedores, en la muestra, refleja un comportamiento homogneo desde comienzos de ocupacin hasta la base del Estrato 111, con breves declinaciones en el ilive! 55-60 y 20-25. La situacin particular del comportamiento de este recurso, en la secuencia, nos sugiere una e,quilibrada explotacin y refleja que -durante.toda la ocupacin del sitio la captura de esta categora fue practicada sistemticamente por constituir un recurso de fcil acceso por cuanto fue y es hasta hoy originario del habitat d e quebrada.

Unidad C15, Puripica-1 ; Secuencia Seriada


E n esta unidad, el consumo gradual de la categora camlidos refleja un mayor nfasis de captura y decreciendo en

algunos niveles, como es el caso del nivel 50-55 (Estrato III) en donde es reemplazado con un mayor usufructo de roedores y -al parecer tambin de aves por la frecuencia m5s elevada de estas en la cuantificacin. Aun cuando puede tratarse tambin de un abandono semiparcial del sitio y que la poblacin estable slo logra capturar,. por restriccin de su movilidad, los recursos de ms fcil acceso, como lo son las pe,queas aves de la quebrada y roedores de la especie Lagidium sp. residentes en este piso ecolgico. A partir de este breve lapsus en el nivel 50-55, nuevamente la categora camlidos cobra relevancia hasta decaer en lo lmites del comienzo del segundo estrato a partir del cual nuevamente registra un aumento progresivo hasta decaer ya en las postrimeras de la ocupacin de Puripica-l. E n este sentido, el ritmo que presentan estos registros nos sugiere que stcs fueron (camlidos) los recursos mayoritarios en la dieta alimenticia ,que accedieron los pobladores de este campamento. Sin embargo, debemos hacer notar que la identificacin de un alto porcentaje de piezas seas, correspondientes a la estructura de animales neonatos o juveniles (ndice de medicin por huesos-tipos) y la psima conservacin de huesos larsos, limit una mayor representabilidad de estos en la secuencia, por cuanto gran cantidad de astillas seas no fueron consideradas en !os porcentajes considerados en la seriacin. La categora roedores presenta en cambio tres momentos coherentes de captura y consumo con un crecimiento gradual, aunque la representabilidad en algunos niveles es mnima sobre todo en los correspondientes al Estrato 1 o terminal, debido fundamentalmente al fcil deterioro ,que este tipo de evidencias presentan por estar expuestas a la humedad, de las aguas lluvias (verano) y a su misma composicin dbil en materias duras. En cambio, la categora aves tiene un comportamiento homogneo en la ocupacin intermedia del sitio (Estratos 111 11) con casi absoluta ausencia en los niveles terminales y de comienzo de ocupacin de Puripica-l. Esta concpntracin que mencionamos puede ser interpretada como una captura ocasional derivada de los movimientos migratorios hacia la bsqueda de recursos mayores (camlidos) efectuada por parte de la ~ o b l a cin de este sitio, ocasin en la cual se capturaron algunas aves de la Puna, como lo parece indicar este tipo de evidencias que probablemente pertenezcan a la estructura de Phoenicoparrus andinus o Phoenicopterus chilensis.

En suma, ambas secuencias sintetizan el comportamiento de los diferentes recursos faunsticos a los cuales estas comunidades precermicas tuvieron acceso durante su permanencia en estos ambientes cohesionados por un patrn de vida trashumntico. Esto demuestra que los diferentes paisajes como la Alta Puna, El Salar de Atacama y las Quebradas brindaron recursos dietticos suficientemente estables para que estas comunidades lograran subsistir en un rea considerada como difcil a la adaptacin humana a travs de la cohesin de recursos diferenciados ecolgicamente. Conclusiones Las ptimas condiciones de carcter fsico (geomorfologa, geologa) y ecolgicas (recursos hdricos, cubierta vegetacional), ,que hemos hecho notar en otra oport.un.i2cici (Olmos O., 1980 Ms.), condicionaron las quebradas intermedias de Tarijene y Puripica, en las cabeceras de las cuales se encuentran los sitios de Tulan-52 y Puripica-1, respectivamente, para sostener una masa faunstica suficientemente estable, preferentemente camlidos de la Alta Puna (Lama vicugna, Lama (jiianicoe) y roedores de la ,quebrada y salar (Lagidium sp., Ctenomys sp.) que constituyeron la atraccin natural ms apetecida para las necesidades alimenticias de los grupos humanos que habitaron estos ambientes de altura durante el Perodo Arcaico Tardo (2.0003.000 aos a . c . ) , cuyos residuos de depsitos orgnicos hemos revisado aqu. De esto se desprende, que fue esta capacidad de ofertar un amplio espectro de recursos de subsistencia lo ,que determin que preferentemente en el piso de quebrada fueran ubicados los campamentos bases de estas poblaciones semipermanentes, las que desarrollaron bsicamente una actividad de caza con nfasis en la captura de camlidos y roedores, cuyas evidencias aparecen representadas a travs de toda la secuencia ocupacional de los perfiles de las unidades D6 y C15. Para el primer caso, la frecuencia de restos de camlidos (Lama vicugna, Lama guanicoe) corresponden a ms de 60%. complementados con aportes proteicos de carne de roedores de la ,quebrada y salar (Lagidium viscasia cuviere, Ctenomys Mvus) con una frecuencia de 67% y 45% respectivamente. Mientras que la unidad de Puripica-l. presenta una frecuencia de 76% para la categora de camlidos (Lama vicugna, Lama guanicoe) y complementacin con aportes crncos de roedores del

orden del 3 1 % para Lagidium viscasia cruviere y un 18% correspondiente a Ctenomys fulvus. Este aprovechamiento equilibrado d e recursos faunsticos de los tres pisos ecolgicos, al tiempo que demuestra una complementacin diettica. corrobora que la actividad de subsistencia predominante en estas poblaciones fue la caza de mamferos andinos y subandinos. Y dispone asimismo a estas poblaciones como eficientemente adaptadas a la explotacin de recursos de tierras altas, a travs de una estabilidad semipermanente en el piso intermedio cohesionada con el usufructo de los recursos de los otros dos pisos ecolgicos por medio de una movilidad ambiental que sin duda fue el eje fundamental en la adaptacin de estas comunidades a los ambientes de altura durante su residencia hace cincuenta centurias atrs. El resultado homogneo, en la depositacin estratigrfica, evidencia que los camlidos andinos (Lama v i c u p a , Lama guanicoe) siempre formaron la principal fuente de carne y recursos proteicos en la dieta de los habitantes dz Tu!an-52 y Puripica-l. Como la presencia de otras especies menores (Ctenomys M v u s y Lagidium viscasia suviere) indica, no solamente una actividad de captura, sino tambin que estos conformaron parte importante en el complemento diettico, en menor proporcin a los camlidos, pero :que junto a los aportes vegetales lograron que la paleodi-eta de estos grupos humanos fuera lo suficientemente estable corno para permitirles subsistir durante su estada en tierras de altura, De igual forma, la identificacin de restos seos y la determinacin de especies (Olmos O., 1980 Ms.; Hesse y Hesse, 1979) comprueba que estos ambientes ofrecieron ptima capacidad no solamente para la subsistencia humana sino tambin animal, a travs de recursos de pastos y agua permanente; esto explica el porqu todas las especies identificadas en las muestras de Tulan-52 y Puripica-1 hasta hoy residen en estos habitats. Asimism:~,las diferencias establecidas en el aprovechamiento de los especmenes camlidos (Lama vicugna, Lama guanicoe) . En Puripica-1 hay una mayoritaria representacin de individuos neonatos o juveniles ( del 50 70 ) y Tulan-52 presenta una frecuencia inversa en donde los animales maduros estn mayormente representados (+ del 50 % ) . Y considerando las sugerencias de Hesse y Hesse (1979), W i n g ( 1975) y Nez y Dillehay (1979) correspondera a estos campamentos una estructura social y econmica diferentes.

D e este modo, Puripica-1 representara a un grupo pastoril (Hesse y Hesse, 1979 Ms.) con una subsistencia de caza y mayor nfasis en la crianza experimental (Nez y Dillehay, 1973: 46) y tal vez cerca de una economa productora de carne ( W i n g , 1975: 306), con ocupacin de la ,quebrada durante el vzrano y otoo (Olmos O., 1980 hAs.). Tulan-52, en cambio, reflejara una econoaa de caza con sacrificio tardo de los especmenes (Hesse y Hesse, 19741 Ms.) y un mtodo de captura caracterizado por una dependencia primaria de 10s caml!dos salvajes (Wheeler Piros-Ferreira, et al, 1976) con desplazamiento a travs de la q ~ e b r a d ade Tarijene durante gran parte del ao y permanencia durante la temporada primaveral y comienzos del verano (Olmos O., 1980 Ms.). Sin embargo, esta atractiva situacin que permitira aproximarnos a definir un proceso de sedentarizacin con domesticacin temprana en esta rea, dado el contenido parcial de las muestras consideradas aqui, slo permiten asegurar que se trata de dos poblaciones precermicas con similares patrones de asentamiento, con una economa de caza-recoleccin andina con mayor nfasis en la captura de camelidos y un patrn de captura o seleccin de presas diferentes, pero que debe ser analizado y discutido a la luz de mayores antecedentes y registros arqueolgicos ,que orienten la investigacin hacia el problema de interaccin hombre-camlido en esta regin del norte de Chile.

C.de los Andes

Perfil

Ecolgico

PERFIL ESTRATIGRAFLCO Cuadrcula M Tulan-52 Equivalencia con los niveles arbit r ~ o s


-. . .

Es tratos

N i * les
Arbitrvior
f

0-5

Plomo-Calareo

5 -10 10-15 15 -20


LO -25

11

Caf6 -Pardo

55-60
65-70 70-75

38- 35 35-40 40 -45 45 -50

In
N

Cof - f?omiu>

85-90 90-95 95-KW) 100-105

PERFIL ESIRATIGRAFICO Cuadrcula 15 Purpica-1 Equivalencia con los niveles arbitrarios

LAM.XI

SERIACION DIETA ALlMENTlClA


Tulan- 52 Cuadrcula D - 6
Es tratos Pveles

Camelidos

Aves

Roedores

1
Plomo Co lc6co

l1
coti

20.25

25 3 0

30-35

35-LO
'0-45 45-59

Pwdo

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Notas :

-- Este trabajo fue realizado entre 1978-1979, en las dependencias del


Museo de Arqueologa de San Pedro de Aiacama en el Norte de Chile.

- Las muestras cuantitativas utilizadas aqu fueron obtenidas en los


depsitos habitacionales d e los campamentos precermicos Tu!an-52 y Puripica-1 por el ProF. Lautaro Nez Atencio a travs del Pro4 grama Paleoindio en Chile, a quien expreso mis agradecimientos por facilitarme este material para los anlisis correspondientes y por sus innumerables sugerencias a nuestro trabajo.
-

Asimismo agradezco al Dr. Alejandro Ortiz R., miembro del departamento d e ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Catlica del Pmu, su preocupacin en la revisin del original de este trabajo y el estimularme en publica~lo.

ESCUELA OFICIAL Y CULTURA POPULAR Alejandro Ortiz Rescaniere


Este artculo es parte de una investigacin publicada por la Universidad del Pacifico. Trata el mismo de las caractersticas de la educacin fradiiional indgena y de las posibilidades de creacin de una escuela experimental andina.

1.

Contraste de los sistemas educativos

N o fueron slo el sortilegio de las mercancas y el poder de las armas los instrumentos que los europeos utilizaran para emprender la gran cruzada de occidentalizac~n en las postrimeras del siglo XV. Detrs del azar y de aquellos instrumentos escondase una vieja tradicin: ideas, discursos, concepciones que venan del mar Egeo y del Peloponeso, que luego se haban enriquecido en otras fuentes, se plasmaron en una filosofa prctica, la ciencia, y en la aplicacin de sta, la tecnologa. Este saber se transmiti a la sombra de una institucin y con los moldes ideolgicos de la Iglesia: la Escuela. All, en la gora, en el colegio, en la Universidad, se perpetuaban los valores y las ideas. La palabra fue esencial ,pero la escritura, que la asiste, termin amica. por jmponer sus condiciones y su propia dinA As, la escuela y la escritura tornronse en dos armas tal ms decisivas que el hierro; la plvora y la ingeniosa brida. La escuela y la escritura fueron, y lo son an hoy da, smbolos, instrumentos, de la empresa d e la occidentalizac~n universal emprendida por los europeos y sus descendientes, los criollos de raza o de espritu. Esta peculiar manera de d i f ~ n d i r s a e travs de la escuela y de la escritura, ha dado un sello espccial a la empresa de colonizacin cultural y al propio Occidente:
\,-e2

l Q En Europa la escritura ha ido desplazando a la palabra. Los


conocimientos se apoyan en ella de manera creciente. Se despersonalizan. de esta manera, las relaciones birmanas: entre los hombres, entre el maestro y el discpulo; entre el orden

y la obediencia media no slo la voz, el discurso racional o apasionado, sino su representacin, la ex-;* L. ..ura. La soledad y el aislamiento pueden entonces ser fuentes de conocimiento: la pluma y el libro son los nuevos compaeros de un hombre cada vez ms solo pero tambin ms universal.

Si bien el hombre occidental necesita menos del maestro, puede en cambio relacionarse con los hombres del pasado. Su horizonte no slo se ampla en el espcip. El saber acumulado en los libros tiende a fijar y a enri,quecer los conocimientos. Por ello, el hombre occidental, basa su porvenir viendo el pasado: la experiencia histrica le es fundamental.
Debido a la complejidad de los conocimientos acumiulados por medio de la escritura, la escuela se ha visto obligada a transmitir un saber cada vez ms especializado y compartimentado. El estudiante recibe as una formacin por fragmentos casi independientes y debe de optar pronto por una especialidad. La visin de conjunto, la aspiracin al saber total se concentran en pocas instituciones: en los filsofos, en el arte, en la Iglesia y en los partidos polticos, En el vasto mundo colonizado las caractersticas del saber y de transmisin transcurrieron de manera diferente. Sealaremos el caso de mayor contraste con Occidente, las sociedades de mnima o de ninguna tradicin escrita:

A falta de escritura, la voz y el gesto humano continuaron siendo los instrumentos ms eficaces de educacin. Raras veces hubo algo que se asemejara a la escuela oca cidental: slo la palabra mtica de los ancianos, los consejos de los padres y de ciertas personas especializadas; slo las ceremonias rituales (las danzas, las representaciones teatrales de los antiguos mitos) modelan y educan. Por esta misma falta, el saber fue y sigue siendo en los pueblos tradicionales ms bien selectivo, sinttico y humano: con la sola mediacin de las palabras, de los gestos, de las mscaras, los hombres forjaron y perpetuaron cuIturas singulares. Por lo mismo que el pasado slo se transmite oralmente, ste y el presente tienden a formar una sola unidad: los mitos y los ritos reactualizan el pasado.

De esta manera surge con el contacto cultural una serie de profundas contradicciones que desfavorecen a los con,quistados:

1)

Un saber diversificado, especializado, difundido a travs de la escuela y de la escritura, se opone a un saber de vocacin globalizante, sinttico, que se transmite por medio de la palabra viva de ios sabios populares, de los ancianos; la educacin tiende a ser asumida por toda la sociedad y no por una escrrela peculiar.

2)

A un saber inquieto, por,que mira la profundidad de la


historia, se le opone otro que se gua por mitos y ritos de vocacin inmutable.

3)

El conocimiento de los vencedores se concentra en las escuelas, verdaderos baluartes y puestos avanzados; mientras que el de los vencidos se refugia en la marginalidad; es denigrado, condenado, calificado de falso y de supersticioso. Se le convierte as en rmora y smbolo del atraso de los nuevos pases de apurado rostro occidental.

No ,quisiramos quedarnos en este nivel de generalidades. Revisemos un caso concreto, el del Per. Presentaremos primero la poltica ofidal educativa; luego, analizaremos la educacin popular de su ms grande minora marginada: el miindo andino. De estos ejemplos, del contraste que haremos eritre ellos, nos permitiremos concluir proponiendo ciertos temas o ideas guas para una educacin encaminada a revalorizar el saber popular y conciliarlo, en la medida de lo posible, con la ciencia moderna.
2.

Breve presentacin de la Educacin Peruana

Curio- combinacin de humanismo moderno, de intransigencia, de Comprensin, la de los primeros educadores espaoles de los siglos XVI y XVII en el Per 'vencido. Reconocen que los peruanos son homb-res y no bestias. Hasta admiran al extrao pueblo descubierto. lo describen con -apasionada y rara objetividad. Haba que transmitir a ese pueblo lo mejor que ellos podan ofrecer: su cristianismo, o ms precisamente, su catolicismo. A cambio, haba que arrebaiar lo peor de los indgenas: sus idolatras y demonios. Las primeras ddas y po+ lmicas, consistieron en sealar dnde se halla la ignorancia ino-

cente, dnde, la intuida luz (propicias a la propagacin de la V e r d a d ) , para poder as separarlas del yerro demoniaco Habia que desterrar lo falso utilizando los propios canales de comunicacin y comprensin indgena: lengua y cultura, todo aquello que no fuera identificado con la idolatra. Los catecismos son en ,quechua y aymara; todo cura debe de saber quechua como latn. Comienza la negacin con colores familiares, en lengua propia. Rezos y breviarios en idioma vernculo para el p e b l o ; para la antigua aristocracia indgena algo ms: colegios, donde, sin otro trauma que el del demonio religioso y el de la intransigencia dogmtica, se aprende a leer y a escribir en castellano y en lenguas clsicas. Los nicos colegios coloniales, sin mencionar a los seminarios. son para las diezmadas lites indgenas Esta actitud educativa de relativa apertura hacia la sociedad indgena:

a)

facilit y fue, al mismo tiempo, expresin profunda interrelacin hispano-icdia; ;r

de

una

b)

contribuy a la formacin de la ideologa mestiza: mito oficial peruano, pero tambien realidad palpable.

Esa labor de dificil dilogo entr en crisis a mediados del siglo XVIII con los levantamientos indgenas de Tpac Amaru y de Tpac Catari. Las consecuenci:is fueron graves para el mundo indgena: a) b) Se destruye lo que ,quedaba de su antigua aristocracia (en especial la inca del Cuzco). Se hispaniza en profundidad, se persigue todo rostro cultural indgena que hasta entonces habiase acep* tado: idioma, vestidos, etc.

Este proceso se enraza en la sociedad dominante. Se puede afirmar que tal actitud contina hasta hoy da, incluso se radicaliza con la independencia nacional.

A principios del siglo pasado, las barreras jurdicas que protegari al indgena se disuelven. El indio es ignorado y slo considerado oficialmente como un peruano ms, con las mismas obligaciones y los mismos derechos formales.
A fines del siglo pasado, la derrota peruana en la Guerra del Pacifico trajo consigo una revaloracin de lo indi-

gena (ellos fueron decididos defensores del honor nacional). Surgen pensadores, ,que luego se llamarn indigenistas, que defendern los valores andinos. Proponen estos intelectuales proteccin jurdica, asistencia, devolucin de tierras y una educacin intensiva, masiva del indio. Afirman estos autores que, con tierras y educacin, surgir un nuevo indio o un nuevo mestizo. De todas estas reivindicaciones -las cuales hacen suyas los propios interesados- la que se cumple plenamente es la que concierne a la educacin. En efecto, desde principios de este siglo, surgen escuelas en todo el Per y los indgenas tienen pleno acceso a ellas. Pero los valores que se imparten son los occidentales. E n cuanto al idioma, la actitud general es de castellanizacin y hasta de prohibicin de las lenguas indgenas. Slo a mediados de este siglo empieza una verdadera politica d e educacin bilinge, pero que persigue una mas eficiente integracin del indgena al mundo moderno. E n la dcada del 70, con la reforma educativa nacional, se revisara toda la poltica educativa: a) S e reconoce formalmente el rostro pluricultural peruano. S e intensifican los prograni2s de educacin bilinge. Pero en el contexto poltico nacional se elimina el trmino indio y se adopta el de campesino. Sin embargo, en la selva se habla de "comunidad nativa". Detrs de estos cambios de palabras se halla un nuevo enfoque anaItico: el indio serrano es visto como un producto de la dependencia econmica y poltica. Pensamos ,que este anlisis nuevo esconde un viejo prejuicio: el rechazo, por inoperante, de la cultura andina, la resistencia a reconocer los valores intrnsecos de esta cultura milenaria que ha sabido sobrevivir a todos los ensayos educativos desde la llegada ' de los espaoles ( 1 ).

b)

(1)

Este es un extracto de Educacin y cultura popular, Lima. Universidad del P a i i f i c ~ .19SO.

125

MIGRACION Y ESTRATEGIAS DE SUPERVIVENCIA DE ORIGEN RURAL E N T R E LOS CAMPESINOS DE LA CIUDAD


Tefilo Altamirano
E n este trabajo el pro/esor Tefilo Altamirano presenta los problemas tericos y factuaies que plantea la masiva migracin campesina a la ciudad de Lima.

Uno de los temas que esta cobrando mayor auge en las discusiones estos ltimos a6os en las Ciencias Sociales es sobre lo que se ha denominado "Estrategias de Supervivencia" ( * ) . Su reciente incorporacin como parte de los debates hace que el concepto mismo est en permanente perfeccionamiento y redefinicin. Cuando se habla de "Estrategias de Supervivencia", se est haciendo mencin explcita a las formas y modos de cmo, cundo, por qu y para qu los sectores pauperizados, tanto del campo como las ciudades, resuelven sus problemas existenciales, diariamente. Algunos autores ( v * ) , sealan que el concepto en referencia no debe aplicarse solamente a los pobres,. sino tambin a otros grupos sociales. en la medida ,que los problemas existenciales gravitan sobre todos los sectores. S;n embargo, en este trabajo queremos delimitar nuestra unidad social de anlisis bsicamente a los migrantes pobres en las ciudades. no es tanto el uso del concepto, o la bsqu-eda de definiciones, porque podemos encontrar tantas definiciones como autores existen. Lo significativo y trascendente, es su
~cas,ver: Para mayor precisin sobre sus alcances y 1;mitaciones tericas y metodol~' Demografa y Economa, Revista del PISPAL, Volumen XV. No. 2 (46). Mxico,

E 1 problema

1981.
Ver: A. Barsotti, pg. 169. op. cit.

alcance como categora operacional y analtica; adems, su objeto de estudio, que, en este caso, se nutre de la misma realidad y va hacia ella. E l presente artculo ( * ) , tiene como objetivo bsico el d e examinar aspectos ,que dentro de las investigaciones, particularmente sobre la situacin de los migrantes campesinos en la ciudad, han sido poco desarrollados. M e refiero concretamente a la existencia de ciertos recursos sociales, culturales e ideolgicos d e origen rural, que son puestos en prctica por los campesinos cuando stos tienen que enfrentar una serie de presiones, ya sea al nivel individual, familiar o grupal. No se hace mencin explcita a lo que llamaramos satisfactores de origen urbano, como son: las oportunidades de empleo, ya sea en el sector formal o informal de la economa urbana; la asistencia del Estado y las organizaciories privadas en torno a programas de vvienda, sa!ud, educacicn y recreacin, transportes, etc. El hecho de no examinar estos componentes, no implica evasin, sino un reconocimiento de su necesaria inclusin para la comprensin global de nuestra preocupacin central: la determinacin de las distintas estrategias de supervivencia de campesinos en la ciudad. En un trabajo prximo, se tratar de integrar tanto los satisfactores de origen rural, como los de origen urbano. Las dos investigaciones ,que dieron origen a este trabajo tuvieron como objetivos los siguientes: determinar, por un lado, las condiciones estructurales de carcter regiona! y local que permitieron la migracin de campesinos de dos valles de la sierra peruana (Pampas y Mantaro) hacia un centro comn, la ciudad de Lima; y a n a l i z a la formacin y desarrollo de asociaciones regionales entre estos migrantes, y los roles que han jugado desde su surgimiento hasta la fecha, respecto a los migrantes en Lima y respecto a sus lugares de procedencia. Por otro lado, determinar las razones de las migraciones de retorno de los migrantes hacia sus respectivas regiones y localidades; analizar los efectos sociales, econmicos y polticos que este pro(*) Las proposiciones que se desarrollan a lo largo del trabajo han sido elaboradas en base a dos estudios complementarios, desarrollados desde 1976 hasta la fecha. Los resultados estan contenidos en: Regional Commitment and Political Involment Xmongst Migrants in Pem. The Case of Rtgional Associations. Ph. D. Thesis University of Durham. Cepartament of Antropology, 1980; y Migracin de Retorno y los cambios Sociaks y Demogrficos Cudtarivos en Dos Areas de la S i m a Sur del PeG. Informe presentado ai PISPAL. 1982.

ceso nuevo estit generando en las estructuras regionales, locales y al nivel de la familia campesina.

A travs de las dos investigaciones se descubri la necesidad de dar una respuesta, al menos parcial, a una preocupacin permanente que se podra sintetizar en la siguiente pregunta: Cmo viven los migrantes campesinos en la ciudad? Si bien este artculo no pretende dar respuesta concreta a esta preocupacin, tratar de valorar algunas alternativas bsicas ,que los campesinos optan en la ciudad de Lima, para seguir sobreviviendo.

E artculo, orgnicamente, tiene tres partes mutuamente dependientes: la primera, se refiere a la caracterizacin del mbito espacial (urbano, regional y local) en el que se desarrol l x migraciones internas. En esta seccin, la familia aparece como el principal receptor y al mismo tiempo aaente de cmo el mbito espacial afecta a los migrantes. . L a secunda, es una caracterizacin bsica del universo ec&ico Y ! inmediato en el que se dsarrolla la vida del -. campesino en las ciudades. La tercera, se desarrolla en base a :as dos primeras, en donde se elabora una serie de proposiciones conceptuales en base a los resultados de investigaciones previas. Las proposiciones hacen mencin a las distintas estrategias sociales, culturales, ideolgicas y econmicas de origen rural, a los que los migrantes campesinos acuden para seguir reproducindose social y biolgicamente. Dejo constancia de mi agradecimiento a mis estudiantes del Seminario Agrario del Post-grado de Antropologa de la PUC: Manuela de la Pea, Carmen Salazar, Miriam Schneer, Ethel O'phelan y Enrique Espinosa, por las valiosas sugerencias que hicieron cuando se debata este artculo como documento de trabajo en una de nuestras largas discusiones del tercer piso del edificio de Ciencias Sociales.

1.

Dimensiones Intadependientes

Las migraciones internas constituyen el ms significativo componente en la dinmica del proceso e intercambio urbano-rural. La mayor parte del crecimiento demogrfico, econmico y poltico urbano es generado por los movimientos poblacionales. Ms an, si se considera a la migracion como una respuesta social a las desigualdades que caracterizan al campo y a

la ciudad, encontraremos que stas son expresiones de los cambios sociales bsicos que van transformando la naturaleza no solamente de las reas urbanas, sino tambin e las reas de donde provienen los migrantes y que en este caso son las reas rurales. Repetidamente se ha descrito y analizado la migracin interna como respuesta a los factores centrfugos y centrpetos que ejercen los centros urbanos (Eisenstadt, 1953; Brody, 1969; Hoselitz, 1953; Germani, 1962). Consecuentemente, la migracin es considerada como la expresin del intercambio entre las fuerzas de expulsin presente en las reas rurales y las fuerzas de atraccin y magnetismo presentes en los centros urbanos. En adicin a estos argumentos, se ha planteado que la migracin urbano-rural en los pases del tercer mundo se realiza en funcin al incremento de la mano de obra creado por el crrcimiento industrial urbano (Quijano, l968a; Margullis, 1967). Sin embargo, existen casos en que los movimientos poblacionales en otros paises del tercer mundo se dan aun cuando las oportunidades de empleo son reducidos e incluso inexistentes. De esta manera, el estudio sobre migracin interna no reducirse al problema estrictamente ocupacional. Lo que s est presente en los movimientos migratorios es la combinacin de fuerzas externas e internas en las cuales el peso de 12s primeras son ms determinantes que las segundas. Ms an, podemos encontrar que en algunos casos, a pesar de que las condiciones internas son favorables, stas no constituyen obstculos a los procesos migracionales (Roberts, 1976, 1978; Germani, 1972; Isbell, 1973; Doughty, 1972). Este tipo de argumentos, si bien son tiles para la descripcin y el anlisis de la migracin, presentan el riesgo de simplificacin y esquematizacin de estos procesos, que, por su misma natuialeza, son ms complejos y variados. En adicin, parece que este tipo de explicaciones pone excesivo nfasis en aspectos racionales y motivacionales, dejando de lado la complejidad de los desarrollos regionales y locales, los que afectan n o solamente las condiciones contextuales de la migracin, sino las decisiones individuales sobre distintas alternativas, al intec rior de las cuales la migracin es una y como tal no es la nica. Sin embargo, para fines del anlisis nacroscpico -para los que s e requieren datos generales Y agregados-, este modelo puede ser til, pero de ninguna manra debe ,quedarse a este nivel.

Antes de entrar en la discusin del proceso de migracin interna en s misma, se debe tener en cuenta cuatro dimensiones interdependientes, en las cuales la migracien se realiza; stas con: la dimensin urbana, la dimensin regional, la dimencion local y la dimensin familiar. 1.1 .

La Dimensin Urbana

Esta dimensin no es una unidad aislada de las fuerzas externas que proceden de los pases desarroIIados (Castell, 1974; Quijano, 1968b; Durand y Pelez, 1969) y de las fuerzas internas procedentes de la periferia. Cuando nos referimos a la dimensin urbana se trata bsicamente de las ciudades o urbes, que por su ubicacin administrativa, econmica, social y poltica son considerados lugares centrales, en funcin al ejercicio dominante que ejercen sobre reas que en este caso son rurales o dependientes. S u naturaleza jerrquica, centralidad y el poder econmico y poltico, en suma, se convierten en los canales a travs de los cuales, tanto la migracin y la urbanizacin de migrantes se organizan y desarrollan. Las fuerzas centrfugas (aquellas que se irradian del contexto urbano hacia la periferia) son los mecanismos a travs de los cuales las organizaciones econmicas y polticas localizadas en las ciudades extraen los excedentes de las reas subordinadas, proceso que, a su vez, debilita las bases sociales y econmicas de estas reas. Estas relaciones desiguales entre el campo y la ciudad pueden manifestarse en la explotacin de la mano de obra, llegando en algunos cascs a la coercin. Este tipo de presin que ejerce el capitalismo basado en el desarrollo y el dominio de las ciudades sobre las reas rurales, ha sido llamado por algunos autores como colonialismo interno". Sobre el particular, John Walton ( 1977) sugiere que la expansin centrfuga que irradia la urbe en la periferia generalmente no ha contribuido a difundir los milaqros" de la modernizacin; por el contrario. l que contribuye es a la constarte dominacin econmica y control poltico y el consecuente debilitamiento de las reas rurales.
4 '

"

La funcin centrpeta (fuerza de atraccin que generan las ciudades) se refiere a la cualidad urbana de actuar como mecanismo integrador" ( Germani, 1967).
6 I

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Estos mecanismos se podran observar en tres campos importantes: primero, la absorcin por la ciudad de las poblaciones

despiazadas y desempleadas rurales. Segundo, el desarrollo c i m ~ 0 dios racionales de regulacin que permitan la transicin de 1; formas de produccin basadas en la agricultura .que caracteri; a reas rurales, a otra de carcter industrial popia de las ciud des. Tercero, proveer los mecanismos para el desarrollo indiv dual y colectivo a travs de la participacin social, econmica poltica. Al mismo tiempo, la funcin centrpeta puede gener: mecanismos de desintegracin en las reas de donde procede los migrantes. Este proceso, que es tambin llamado como prc ceso de descapitalizzcin del campo, se manifiesta en la ruptura d las normas y la escala de valores que caracterizan a estas rea: Sin embargo, este proceso no es homogneo en todas la reas rurales; mientras algunas entran en proceso de desintegra cin temprana, otras tardarn, e incluso, en algunos casos, esto procesos no sern notorios. Estos distintos matlces nos indica: que el proceso de la urbanizacin es selectivo y diferenciadc Es esta razn la que en parte afectar los procesos de urbani zacin de los migrantes; algunos de ellos se urbanizarn m tempranamente, otros tardarn y en algunos casos no llegarn i ~rbanizarse.Esto, en la prctica. nos indica ,que a un procesc de migracin a la ciudad no corresponde inmediatamente la ur. banizacin del migrante. Adems, slo el anlisis de las fuerza: centrpetas y centrfugas que operan sobre los digrantes, nc ser suficiente para analizar la migracin y la situacin de: migrante. Es importante considerar al migrante no como un en, te que responde mecnicamente a estas dos formas de presin. sino como individuos capaces de establecer redes sociales, econmicas y polticas; adems de racionalizar los efectos, riesgos e incertidumbres que todo proceso mligracionai exige (Altamirano, 1980; Long, 1973; Roberts, 1978).

1.2.

La

Dimension Regional

La migracin y la urbanizacin son procesos que no solamente afectan a las ciudades, sino tambin a las estructuras regionales. Una regin puede definirse de distintas maneras: como unidad ecolgica, econmica, cultural y poltico-administrativa. En este caso, se entiende por regin a un conjun:~de relaciones sociales y econmicas entre distintos patrones de establecimiento humano (ciudades de segundo orden, pueblos, comunidades, etc.) , configurados en un espacio determinado, que se desarrollan paralelamente a otras ,que tambin muestran similares caractersticcis. Esto, en la prctica, implica cambios en la distribucin espacial de las poblaciones y cambios en las re-

laciones urbano-regionales. Estos procesos son ms notorios en pases en desarrollo en donde coexisten centros urbanos y regionales al interior, los ,que muestran distintos grados de articulacin y desarrollo con las ciudades, caractersticas que establecen las semejanzas y diferencias de una regin en comparacin a las dems. La dimensin regional, por ser una unidad de anlisis en el proceso de la migracin, puede ser caracterizada desdef dos niveles relativamente interindependientes: a ) como unidad dependiente del desarrollo urbano; y b ) como unidad relativamente independiente del desarrollo urbano. a ) Como unidad de desarrollo independiente, el desarrollo regional se define en trminos de las relaciones entre la expansin de sectores primarios (sobre este concepto, ver: J. Ualn, 1974), como es la agricultura, ganadera, minera, etc., con el proceso de urbanizacin. Esta tesis enlatiza la concentracin urbana en la costa de los principales centros urbancs que a la vez muestran un desarrollo dependiente respecto a sus relaciones externas, adems de ser dominentes y parasitarios respecto a las relaciones al interior (ver: Quijano, 1969; Castells, 1971 ) . Esta perspectiva largamente ignora las flexibilidades y variaciones regionales basadas en el argumento de la dualidad centro-periferia; dominante-dominado, En este intercambio desigual, la tecnologa es considerada como el agente determinante, el que supuestamente determinara el carcter de la dependencia regional ante el dominio urbano. Se asume que una regin tiene un rol central cuando el sector econmico ms dinmico urbano se establece en un perodo dado, y cuando otros sectores econmicos localizados en la regin son dependientes del primero. Se asume tambin que una regin es ms dinnica cuando sta se ubica en un lugar central, el que exhibe, al mismo tiempo, ndices de crecimientos altos; acumulacin de capital y posibilidades de desarrollo relativamente autnomos y capacidad de diversificacin. En este contexto la periferia regional, por ser dependiente, es incapaz por s sola de generar patrones de cambios, pero s apoyar de varias maneras el crecimiento producido por el sector primario de la economa, el que depender de su grado de articulacin con el centro hegemnico urbano. Sin embargo, el crecimiento de las regiones puede generar nuevas oportunidades migracionales en- reas perifricas, mientras en otras pueden evitar este proceso. E n ambos casos, el estmulo viene no solamente del desarrollo del sector primario d e la eco-

noma, sino tambin del desarrollo y expansin de las vas y medios de comunicacin; el crecimiento de la burocracia estatal, el impacto de la educacin formal, la expansin de mercados regionales y la diversificacin de las oportunidades ocupacionales. b ) La regin como unidad relativamerite independiente se basa en la existencia de respuestas diversas que las regiones son capaces de generar ante las influencias dominantes urbanas. Estas respuestas se expresan en las distintas formas sociales y econmicas que los individuos, instituciones, grupos y clases sociales. pueden generar para evitar, o al menos resistir, la 'dominacin urbana (ver: Roberts, 197-3). Estas formas se expresan en la presencia de actividades ecoiirnicas con base y servicios, las idensocial familiar, intercambios de productos tidades regionales y localistas, adems de las prcticas de los eiementos culturales peculiares a toda regin y localidad. Estas formas de produccin, por su escala de carcter local, no estn parte, la didirectamente vinculadas con los mercados; por ~ t r a versidad ocupacional regional permite ,que el individuo pueda trasladarse dentro de la regin para buscar oportunidades ocupacionales. En algunos casos los campesinos pueden asociarse para la produccin y de esta manera evitar relstivamente su directa explotacin (ver: Martinez Alier, 1972). De esta manera, las regiones representan diferentes tipos de inters econmico y poltico que implicaran su relativa independencia del contexto urbano. La consecuencia comn es que las regiones se desarrollan primariamente como centros de mercados y luego en la infraestructura para una explotacin a gran escala (Roberts, 1974). La estructura de una regin incluye la convivencia de 'diferentes patrones de establecimiento poblacional, como son las ciudades, centros poltico-administrativos, mercados, ferias, localidades, -ex haciendas, etc. Estos, frecuentemente, mantienen relaciones internas a travs del intercambio de productos y servicios y distintos patrones de migracin intrarregional. Los movimientos nigratorios exhiben un lto grado de flexibilidad, los que dependern del grado de integracin intrarregional y de las relaciones con otras regiones que exhiben semejantes caractersticas. Las migraciones intrarregionales pueden estar orientadas Iiacia centros urbanos, enclaves econmicos o zonas de colonizacin o simplemente pueden darse de un pueblo a otro. Las regiones con mayor integracin, estimulan que estos intercambios puedan ser ms intensos y ms frecuentes. Las regiones que exhiben menos integracin, contrariamente estimulan la migracin

extrarregional en la medida en que la regin tiene escasa capacidad de absorcin a las poblaciones migrantes. El mayor o menor flujo migratorio intrarregional, no solamente estar determinado por el grado de integracin regional, sino tambin por las estructuras locales de donde proviene la mayor parte del contingente migracional, formado en su mayora por las poblaciones campesinas.

1.3.

La Dimensin Local

Esta dimensin aparece como el tercer nivel en el anlisis del proceso migratorio. Comnmeflte las investigaciones sobre el tema han prestado poca atencin a este nivel. Existen dos vertientes principales de interpretacin sob~:ela naturaleza de las localidades. La primera, ,que trata de caracterizar las relaciones de dependencia y dominacin al que toda localidad rural est subordinada respecto a los centros hegemnicos (ciudades, enclaves econmicos, mercados, etc.). Esta perspectiva basa sus postulados en la concepcin de que la dominacin se ejerce a travs de la explotacin de la mano de obra y la extraccin de !os excedentes, los que beneficiar, ciertas clases sociales; proceso que produce a su vez la descapitalizacin del campo y su consecuente virtual desintegracin como unidad econmica, social y cultural (Quijano, 1967; Stavenhagen, 1970). E n este contexto, la migracin aparece como un agente que consolida estas relaciones entre el campo y las ciudades, adems de causar un desequilibrio demogrfico, en cuyo proceso el campo pierde sus elementos ms valiosos. La segunda vertiente est conformada por la concepcin de las localidades como unidades relativamente aisladas de la influencia externa proveniente de la dimensin regional como la urbana. Esta tendencia, contrariamente a la primera, trata de caracterizar a las localidades como unidades relativamente aisladas en donde la influencia externa aparece como una alternativa y no como una imposicin. Como alternativa no tendra la capacidad de modificar sustancialmente los patrones culturales, los que tienen sus bases en la cultura nativa a travs de los distintos campos de actividad cultural, como son: la economa, el arte, la religin, la organizacin poltica y social (ver: G. Escobar, 1977; B. J . Isbell, 1973; R . Adams, 1965) . En este contexto la migracin puede asumir una doble funcin: primero, puede ser-

vir como vehculo para integracin de la cultura nacional; segundo, puede producir la desintegracin de la cultura nativa.

El concepto localidad se utiliza en lugar de la tradicional concepcin de la "comunidad" (para mayor informacin ver: A. Leeds, 1974) por razones metodolgicas y tericas. La razn metodolgica es que la localidad no es una unidad aislada y marginal al desarrollo urbano y regional. La razn terica es que el anlisis de 13 migracin requiere de la carac:erizacin de los aspectos internos y externos que afectan a este proceso; no se concibe que los factores objetivos, normativos y sicosociales ~ u e d a n estar presentes solamente en el nivel local; adems de este nivel, se encuentran en el nivel regional y urbano.
La importancia de incorporar el nivel local en el anlisis de la migracin radica en que la localidad implica no solamente un mbito geogrfico sino la existencia de grupos sociales especficos con caractersticas propias. Adems, es importante porque se trlta del lugar de donde procede la mayor parte de la poblacin migrante campesina. Este se refiere tambin a 13s condiciones y causas internas que hacen posible la migracin de sectores sociales especficos, quienes para tomar las decisiones migracionales han tomado en cuenta iniciaimente su situacin concreta. Esta situacin estara dada por la influencia familiar, los valores que se tienen sobre la migracin y las condiciones objetivas presentes ,que en su conjunto formarail los componentes para evaluar la migracin como una posibilidad realizable o no realizable. De esta manera, la migracin no es una decisin espontnea ni una aventura, sino la racionalizacin de os efectos, riesgos e incertidumbres que necesariamente implica la migracin en cuyo contexto es el individuo quien, en ltima instancia, es el nico responsable directo. Esto no quiere decir que la migracin es una decisin individual exclusivamente, sino que es el individuo como persona quien soportar o se beneficiar de los efectos de la migracin.

1.4.

Dimensin Familiar

Tanto la dimensin urbana, la regional, como la local, se expresan ms objetivamente en la naturaleza de la familia. E s en esta unidad, en donde se pueden observar los efectos que pro+ ducen las tres dimensiones anteriores. De acuerdo a esta proposicin, la familia no es una unidad indepecdierte; tanto su-organizacin como su funcionamiento y las decisiones que se to136

~ a al n interior estarn permanentemente afectados por estos factores. Sin embargo, paralelamente a estcis factores exgenos, ,xiste un margen de relativa independencia ,que le permite a los de la familia combinar ciertos recursos, los cuales son organizados en base a normas ms o menos definidas. Esta relativa independencia es necesaria para desarrollar una serie de ,strategias que permitan su reproduccin social y biolgica tanto en el contexto urbano como en el rural. Una de las estrategias que adopta la familia en el contexto rural es la migracin a centros laborales y educacionales para poder complementar necesidades bsicas de existencia. De esta manera, la migracin de uno o ms miembros de la familia, y en algunos casos de toda la familia, son decisiones racionalizadas que presuponen una serie de evaluar,ioccs y proyecciones previas. Uno de los criterios ms importantes que se toman en cuenta es la existencia previa de familiares en el lugar a donde se piensa migrar. Este criterio, juntamente a las condiciones objetivas y normativas, son tomados en menta en la toma de decisiones. Existe una ventaja metodolgica adicional de tomar la familia como una dimensin interactuante en el p r x e s o migracional, esto es su fcil ubicuidad, su unidad y coherencia interna. Esto permite al investigador establecer sus crirerios en forma ms operacionalizable. Adems, le permite combinar distintas variables de acuerdo a la naturaleza de la f a m i h observada. Otra ventaja metodolgica es que la familia es susceptible a ser seguida en base a observaciones sistemticas respecto a su historia migracional. En base a las cuatro dimensiones a 13s que hemos hecho referencia, enseguida se trata de elaborar una serie de proposiciones sobre el desenvolvimiento de las familias en la ciudad y las estrategias de supervivencia en el contexto urbano, particularmente de familias campesinas de la sierra sur del Per, que son las ms pauperizadas en Lima metropolitana.

11.

La Familia Campesina en la Ciudad

Una de las caractersticas bsicas de la familia campesina, es que sta no se disgrega en la ciudad. Si bien el contexto urbano impone nuevas respuestas, la familia tiende a reutilizar sus propias formas de organizacin y funcionamiento ,que tie-

nen como antecedentes aquellas que fueron dominantes antes dQ la migracin. Veamos qu factores contribuyen a esta relativa! continuidad. J

11.1 .

Ubicacin Ecolgico-Social

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Dentro de la organizacin ecolgico-social de la ciudad., existe un patrn ms o menos aplicable a ciudades con densa poblacin de migrantes campesinos. En la medida en que la ciudad ha tenido un crecimiento inarmnico, que be extendi desde la parte del caso urbano hacia la periferia, esto ha sido gra-. dualmente habitado, ya sea como consecuencia de la migracinintraurbana, o como consecuencia del incremento de la migracin interna. Evidentemente, la migracin mterna no solamente ha sido de las lites regionales y locales, siao tambin de campesinos. Los primeros han tratado de ubicarse en reas residenciales de la periferia junto a aquellos que eran desplazados del casco urbano (generalmente las partes ms anriguas) ,que son de la lite y d e la clase media urbana. Contrariamente, las reas no residenciales o las reas que en principio no se crea que podan ser habitables (arenales, cerros, cercanas al ro, etc.), fueron gradualmente ocupadas, por un lado, por aquellos rzsidentes de los tugurios (Zolezzi, 1976; Millones, 1976; Delgado, 1974) que en su mayora eran migrantes y algunas minoras tnicas (negros, chinos); y, por otro, por los migrantes campesinos predominantemente de la sierra sur del Per- La ocupacin de estas reas tuvieron dos modalidades: primero, a travs de ocupaciones espontneas de fundos, tierras privadas y de terrenos del Estado; segundo, a travs de invasiones organizadas con apoyo estatal que empez a partir de 1970 (ver: Collier, 1976; Rodrguez y Riofro, 1973). Estas reas han sido liamadas con el nombre de "bolsones" o cinturones de miseria", ' reas marginales", etc. Lo cierto es que la poblacin que vive en estas reas constituyen, en el caso de Lima, un 40% de la poblacin urbana.
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Una de las caractersticas Peculiares de estas reas es que estn habitadas por migrantes que muestran no solamente la misma procedencia geogrfica, sino tambin tienen las mismas caractersticas culturales y econmicas. Este aspecto tiene una importancia decisiva en la creacin y organizacin de estrategias de supervivencia por un lado; y, por otro, en la formacin de identidades regionalistas. E s posible, por ejemplo, identificar que los migrantes campesinos de la s;erra sur estn ubicados en la margen izquierda del ro Rmac hacla el Callao; los

mi gran te^ campesinos del Valle del Mantaro en la zona de Zrate; los del Callejn de Huaylas en Comas e Independencia y ,s sucesiva.mente. Al interior de estas zonzs existe una relativa subdivisin o subzonas en donde un porcentaje elevado de residentes provienen de las mismas comunidades, distritos o provincias. Al interior de estas subzonas se ha encontrado que hay una tendencia entre las familias procedentes de un barrio de la misma comunidad o distrito a residir en forma contigua. Este patrn residencial es ms notorio entre los migrantes de las comunidades de la margen derecha del ro Pampas (Altamirano, 1977, 1980) y no es necesariamente lo mismo entre los migrantes que proceden de otras reas rurales. Sin embargo, se requieren mayores estudios sobre el tema para determinar hasta que punto es generalizable lo que ocurre entre los migrantes de la margen derecho del ro Pampas de Apurmac.

11.2.

Caractersticas Sociales Bsicas

Existe una correlacin muy estrecha entre ia conformacin ecolgico-social y la estratificacin social urbana. A las reas del casco urbano corresponden residentes de clase media y en algunos sectores (tugurios) residentes de ia clase trabajadora. A las reas residenciales corresponde la clase que proviene de la burguesa nacional e internacional. A las reas de periferia, o reas marginales no residenciales, corresponden los migrantes campesinos. Esta desigualdad, tanto en la conformacin ecolgica de la ciudad como de la composicin social de los residentes, es una caracterstica propia de nuestra formacin social y econmica. Aparte de que en las reas ecolgicamente marginales residen las clases sociales que, dentro de la gran estratificacin urbana, ocupan las escalas mas bajas, existen caractersticas sociales especficas que permiten ciertas diferencias al interior de estas clases. Se trata de residentes que tienen aiferencias internas. Estas diferencias son explicadas en parte por las diferencias de procedencia geogrfica, cultural y econmica de los migrantes. Un ejemplo nos ilustra estas diferencias: un migrante aymara de Puno muestra caractersticas especficas distintas a un migrante quechua del Callejn de Huaylas. Aparte de las diferencias culturales, existen otras que son importantes en el anlisis de las caractersticas sociales de los migrantes. El sexo, la edad, la ocupacin, grado de educacin formal, experiencia migracional previa, grado de urbanizacin de !os lugares de ori-

gen- d.e los migrantes, etc., son componentes analticamente significativos. Respecto al sexo, existe una mayora de varones en-las reai marginales. Esto se explica bsicamente por la n~turalezade la migracin; entre la poblacin campesina un patr8n es que el varn es ms susceptible a migrar, especialmente los solteros; entre los casados la tendencia es que el esposo o padre miyre; luego cuando la migracin tiende a ser permanente, el esposo puede traer su familia. Si la migracin es temporal y estacional, normalmente la esposa y los hijos se quedan en su pueblo. La edad predominante entre la poblacin migrante que vive en las reas marginales es entre los 15 a 40 aos. Esto implica que en los lugares de donde proviene2 lo: migrantes hay una predominancia de nios, gente madura y ancianos; y dentro de stos, predominantemente del sexo femenino. Esta propensin de migrar entre los 15 a 40 aos se explica porque entre el campesinado es la edad altamente productiva, la cual en vez de ser invertida en las actividades propias del campo, es revertida a tareas y trabajos urbanos. Hay una tendencia entre los migrantes a retornar despus de los 40 aos a los lugares de origen "para pasar los ltimos aos en la tierra que los vio nacer". Respecto a la ocupacin, se ha encontrado que existe una correlacin entre la procedencia geogrfica y la dominancia de ciertos rubros ocupacionales entre los migrantes (Altamirano, 1980; Alderson Smith, 1975). Esta correiacin se explica fundamentalmente por el rol que asume la familia como intermedia4 rio entre el migrante y las oportunidades ocupacionales. Se ha encontrado por ejemplo que ciertas ocupaciones son cubiertas en su mayora por migrantes de procedencia cjeogrfl'ca comn; por ejemplo, los migrantes apurimeos y ayacuchanos se ocupan mayormente como jardineros; los aymaras de Puno como batredores municipales y como recolectores de basbra; los del Valle del Mantaro como vendedores en la Parada, y as sucesivamente. En todos los casos, los residentes de estas reas, ejercen ocupaciones que dentro de la estratificacn ocupaciond tiene el menor prestigio y por consiguiente el menor iiiereso Un rubro que est en constante crecimiento en la estructura ocupacional urbana es aquel que se refiere al sector informal; vale decir, aquellas ocupaciones que se basan en vnculos interpersonales de lealtad y confianza y que en muchos casos son canalizados a travs de la familia. El sector informal est compuesto en su totalidad por los subempleados, que en el caso de Lima llega al

53%. El mejor ejemplo de este sector lo cnnstituve 'los v e d e dores ambulantes. Ultimas estadsticas indican que la mayora de stos provienen de los departamentos de Ancash, I3uancav.eIica y Ayacucho.
. .
. .

11.3.

dent ti dad es ~ e ~ i o n a l i s t a y s Urbanas

La residencia comn en reas especificas por migrantes de Ia misma procedencia geogrfica y cultural, la permanente vinculacin con sus pueblos de origen a travs de la migracin de retorno y la relativa reproduccin de la cultura nativa bajo condiciones urbanas, se convierten a lo largc de la vida del migrante en sus mejores aliados en el proceso de formacin de identidades regionales. Estas identidades regionales tienen su mejor expresin en las asociaciones y clubes regimalistas. Estas organizaciones cumplen variadas funciones en la vida del migrante. Una de ellas es que en la prctica se convierten en las bases para la formulacin y desarrollo de eztratcgias de sobrevivencia urbana, especialmente en lo que se refiere a la adaptacin de los migrantes, sus posibilidades de encontrar trabajo, su pareja matrimonial como fuente de recreacin (Isbell, 1973: Mangin, 1959a; Long, 1973; Altamirano, 1977, 1B o a , 198Ob). La familia encuentra en las asociaciones una especie de seguridad sicosocial y cultural. El gran desplazamiento de actividades folklricas, sociales y econmicas que se realizan periadicamente en las reas marginales durante los fines de semana y feriados, consolida nuestro argumento. Estas identidades regionalistas, adems de cumplir roles culturales de identificacin tnica, son medios muy efectivos cuando se trata de resolver problemas, especialmente en lo que se refiere a la defensa de los derechos de los migrantes respecto a las tierras donde residen, los que casi siempre estn en conflicto; o cuando sc trata d e exigir servicios bsicos como son: agua, luz, servicios mdicos, escuelas, etc. Complementariamente a las asociaciones regionales existen organizaciones vecinales de origen urbano como so11 las juntas vecinales, comits de defensa, asociaciones religiosas, sindicatos, grupos de trabajo, asociaciones de padres de familia o partidos polticos; stos, en su conjunto, configuran las formas de identidad en un determinado sector o barrio. Estas distintas formas organizativas son canales a travs de los cuales muchos de los problemas sociales son resueltos. Contrariamente a algunos juicios valorativos sobre la supuesta receptividad y'falta d e iniciativa que eventualmente conducira a relacin marginal

con la vida econmica y poltica de la ciudad (Quijano, 19%. 1973; Gianella, 1970; DESAL, 1969), los migrantes de estog sectores, han demostrado gran capacidad de organizacin y tra, bajo ( Collier, 1976; Roberts, 1978; Altamirano, 1980); el traba, jo cooperativo y los movimientos de pobladores por razones de bien colectivo Ip demuestran. De esta manera, las diversas organizaciones de residentes sirven como recursos sociales y polticos a los que pueden acudir especialmente en situaciones de escasez y crisjs econmica, como el que est experimentando nuestro pas y particularmente el contexto urbano, y al interior de ste las familias pobres de las reas marginales.

111,

Estrategias de Sobrevivencia

La permanente accin que imprime la ciudad sobre los migrantes de origen campesino produce a su vez una serie de respuestas tambin permanentes. Estas se concretizan, en la realidad, en la satisfaccin de necesidades primarias, como son la alimentacin, la vivienda y la salud. Estas necesidades tienen que ser resueltas diariamente para permitir la reproduccin biolgica y material. Las formas cmo son resueltas estas necesidades tienen variados orgenes. Estas dependen bsicamente de aspectos como la ocupacin, ingreso y grado de educacin formal, aspectos que guardan alta correlacin entre s. Estos aspectos son directametne responsables de los niveles de vida entre los migrantes; de la naturaleza y las funciones del parentesco y del matrimonio; de los intercambios de servicios y productos al nivel familiar y extrafamiliar; de los patron?s dz migracin dominantes y del rol cada vez creciente que juegan los miembros de las familias que residen en los lugares de donde provienen los migrantes. Por ltimo, la preservacin de la vida tiene que ver directamente con la salud y dentro de ello el rol que juega la medicina folklrica, que tiene en el curanderismo su ms alta expresin.

111.1 .

Parentesco, Matrimonio y Recreacin

Si bien la ciudad modifica la naturaleza de la familia cam- 1

pesina de haber sido extensa y endgena predominantemente a otra de carcter nuclear y exgama, esto no implica su disolu- 1 cin. Tanto las normas que regulan las relaciones del parentes- ; co, como los deberes y derechos de los miembros, tienden a 1 mantenerse. Normas aceptadas socialmente dentro de la familia, como son la cooperacin en situaciones criticas y de necesidad, el respeto y la obediencia a los ~ a d r e spor parte de los
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hijos y la autodefensa ante situaciones que afectan su integridad, con cotidianamente puestas en prctica. El apellido en este contexto opera como factor de identidad. Un factor que contribuye a la interrelacin de familias, que comnmente proviene de las mis-. SI mas reas rurales, es la ubicacin de las residencias. Las re. 'd en& cias son contiguas; en algunos casos es posible encontrar dos o ms unidades familiares emparentadas consangtneamente. Esto puede ser considerado como una versin urbana de la familia extensa rural; evidentemente, se trata de familias nucleares que practican el intercambio de productos y servicios, patrn andino de organizacin social y econmica. Se ha encontrado adems que algunas asociaciones regionales estjn conformadas por miembros de una familia nuclear, por ejemplo: "Club Deportivo Hermanos Ros" (ver: Altamirano, 1977, 1980). O tras asociaciones estan formadas por dos o ms famjiias extensas urbanas. Esto se explica en la medida en que los miembros de las asociaciones regionales provienen de un barrio determinado del ~ u e b l ode origen. Se sabe que los barrios en muchos pueblos de la sierra estn conformados predominantemente por parientes consanguneos y afines. Esto demuestra nuestra proposicin de que el parentesco tiende a reproducirse en la ciudad: y en algunos casos, los conflictos interfamiliares antes de la migracin, ocasionados principalmente por razones de herencia, tienden a desaparecer sistemticamente porque las condiciones y necesidades urbanas son distintas. Este mismo principio puede ser aplicado a nivel de las comunidades campesinas en donde el conflicto por las tierras comunales han sido casi permanentes. Se dice que practicamente no existe comunidad campesina que no haya tenido conflicto por tierras ya sea con los hacendados, las otras comunidades limtrofes, con la 1gles;a o con propietarios privados. Una Gez en la ciudad, los miembros de las comunidades en conflicto, enfrentan otros problemas que tienen la caracterstica de ser comunes, los que requieren respuestas tambin comunes. Respecto al matrimonio, entre los migrantes no solamente es una alianza de dos individuos para formar un hogar, como ocurre entre los nativos urbanos. Entre los migrantes campesinos es mucho ms que esto; es una unin de dos familias, nucleares o extensas urbanas, en donde inmediatamente se establecen normas de identidad y cooperacin. En el argot popu<' lar se dice: se casa no con l o ella, sino con la familia". U n aspecto .que consolida estas proposiciones es que los contrayentes, en la generalidad, provienen del mismo lugar. Por ejemplo, en una investigacin hecha ltimamente (ver: Altamirano, 1977,

1980) encontramos que entre los miembros de las asociacion regionales de Ongoy (Apurimac) y Matahuasi (Junn) el 908 y 65% de stos contrajeron matrimonio con mujeres de Onac y Matahuasi, respectivamente. Una de las razones de esta a1 incidencia de endogamia urbana es el rol que juegan las asoci; ciones regionales, gue es d e ofrecer al migrante la oportunid; de encontrar las parejas matrimoniales en las reuniones y fest vales que se realizan semanalmente. Encontraremos adems qi. la incidencia del divorcio es menor cuando el mztrimonio es er tre "paisanos"; ocurre lo contrario con a.quellos rnatrimonic que no son endgeno-urbanos. El matrimonio, por otro ladc, cre al fenmeno del compadrazgo, vnculo espiritual que amplia 1; relaciones de parentesco, el ,que normalmente incluye miembrc no consaguineos. Se ha encontrado que los padrinos de los ma trirnonios, en su generalidad, provienen de los mismos lugares d donde son procedentes los cnyuges. Las relaciones de cornpa drazgo urbano tienen su origen en el compadrazgo rural; esta implica el establecimiento de deberes y obligacioiies de los miem bros, los que se basan en normas de reciprocidad y ayuda en si tuaciones crticas. Para los migrantes campesiiios ms pobres el matrimonio en muchos casos es una relativa solucin al pro, blema econmico. Esto es ms notorio en la sociedad andina en donde se ha observado que los solteros tienden a pauperi, zarse ms rpidamente en comparacin a los casados. El matrimonio implica, por un lado, la ampliacin de la mano de oE.ra, la necesidad de ahorro y el establecimiento de un hogar en un lugar relativamente fijo y la posibilidad de agrupar los escasos bienes materiales de la pareja. Un aspecto ideolgico que contribuye a nuestro argumento es que de acuerdo a las normas campesinas el matrimonio otorga al hombre y a ia mujer un mayor status y la apertura de posibilidades de ocripar cargos jerrquicos y de poder en las organizaciones, tanto en el campo como en la ciudad. Este reconocimi:ento social, por parte de los migrantes al migrante casado, puede ser una fuente para incrementar las posibilidades de mejora economica. Posteriormente los hijos tambin se convertirn e n fuerza laboral. Esto explica el poqqu tantos nios, hijos de migrantes pobres, tienen que trabajar para contribuir a la economa domstica. Uno de los roles sociales que desarrollan las asociaciones se refiere a la recreacin (Doughty, 1972; Tsbell, 1973; Mansin, 1959a). Esta se expresa semana a semana a travs de las distintas actividades que se despliega en los eventos deportivos, folkloricos y sociales (bailes sociales). Estas son ocasiones donde se establecen y actualizan las redes interfarniliares, generalmente entre los mi-grantes de la misma procedencia geogrfica. La mayor parte de las

actividades recreativas tienen un alto contenido integrador porque la identidad tnica de estos est configurada por estas actividades. Estas fuentes de identidad, pueden ser la festividad de un santo patrn; o de un santo religioso; o el aniversario poltico de la comunidad o el distrito. La gran cancidad de particid pantes y espectadores a estos eventos demuestra la gran preferencia. Existe una razn cultural para esta preferencia; se trata de eventos propios desarrollados por ellos mismos y que se desarrollan en campos cercanos a sus hogares; adems en la generalidad de los casos son gratuitos. Esta ltima razn es importante porque las fuentes de recreacin urbaiia, como son el cine, el teatro, espectculos deportivos y sociales, son casi prolos altos costos y la hibitivos para el migrante y su familia por distancia de sus hogares. 111.2. La Cooperacin Intra e Interfamiliar

El parentesco y el matrimonio entre los migrantes campesinos se convierten en la base social y organizztiva para el de+ sarro110 de actividades productivas urbanas. De csta manera, las distintas estrategias de supervivencia entre los migrantes dependern en parte del grado de organiazcion o dssorganlzacin intradomstica y extradomstica. UEO de los principios que gobiernan las unidades domesticas rurales es la cooperacin en+ tre los miembros ,que pertenecen a una familia sea extensa o nuclear. En la medida en que este principio tiende a reproducirse en el contexto urbano bajo nuevas presiones y modalidades, se espera que estos mismos principios se reproduzcan en la ciudad. El caso de las asociaciones es un buen ejemplo de la capacidad de generar respuestas colectivas a necesidades tambin colectivas. Los mismos principios que reguian el funcionamiento de las asociaciones se aplican a esferas de intercambio de servicios para resolver necesidades prixriarias especialmente en lo que se refiere a la construccin de viviendas o cuando se trata de resolver problemas econmicos o de salud. Otro principio coopefativo es el intercambio de productos, especialmente aquellos que son enviados de sus pueblos por sus familiares. Este intercambio se ha acentuado estos ltimos aos por razones de la crisis econmica que afecta con mayor severidad a los pobres de la ciudad. Evidentemente, esta prctica no es la solucin al problema sino una forma de contrarrestar temporalmente el hambre. La mayor cooperacin entre las familias migrantes lo constituye el .intercambio de servicios en la construccin de las
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viviendas. Este intercambio no es una invencin urbana, sino ' tiene races rurales. Se ha escrito ampliamente sobre el ayni" y la "minka" andinas (Mayer y Bolton, 1980; Alberti y Mayer, 1974) ; son los principios bsicos de este sistema productivo .que han adquirido modalidades urbanas. El sistema permite la alocacin de la mano de obra primeramente de los miembros de la unidad domstica, luego de los parientes ms cercanos y finalmente de miembros de otras familias que en algn momento han recibido el mismo servicio de parte de la familia que construye su casa. En muchos casos se realizan prstamos de dinero c donaciones especialmente de los compadres para los materiale: d e construccin. Esta prctica nos sugiere el porqu hay una gran cantidad de viviendas de los migrantes. Si analizramo: con una perspectiva economicista el costo de la construccin de una casa, por ejemplo, cuesta S/. 5'000,000; sin embargo el dueo ha invertido muchas veces solamente la mitad e incluso menos. La pregunta inmediata es: de dnde sali el restante?; la respuesta es simple: de la utilizacin de mano de obra familiar e interfamiliar y de algunas donaciones que los compadres c parientes han hecho al dueo de la casa.
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En situaciones de desempleo, aquellos miembros que tienen un empleo asumen en parte la responsabilidad d,e asistencia econmica. Respecto a los migrantes que llegan a la ciudad, en todos los casos, la familia del migrante asume la responsabilidad de dar alojamiento y bsqueda del trabajo. Cuando un miembro de la unidad domstica se enferma, los gastos que ocasiona la curacin y el cuidado estn a cargo de los familiares. Al nivel extradomstico o entre las familias tambin existen formas de cooperacin para enfrentar problemas que afectan a las familias. Uno de estos es lo referente a los conflictos sobre las tierras que ocupan, que en su gran mayora han sido invadidas. E n muchos casos estos problemas se resuelven por vas polticas. Cuando se trata de hacer obras de utilidad pblica (escuelas, postas sanitarias, agua potable, luz, etc.), las familias son suceptibles a organizarse para proveer la mano de obra y en algunos casos se realizan colectas para comprar el material de construccin. Evidentemente, estas variadas formas organizativas que se desarrollan entre las unidades domsticas representan una respuesta parcial a los permanentes problemas ,que los migranter enfrentan da a da y en muchos casos son los tnicos, especialmente cuando los gobiernos o las entidades privadas son inca-

paces de asistir adecuadamente a los migrantes. Hemos observado que a mayor crisis econmica y menor capacidad del gobierno para solucionar problemas, muchas veces tan elementales como es la alimentacin, bajo estas condiciones los migrantes tienden a hacer mayor uso de sus recursos sociales para poder al menos disminuir el impacto de la crisis, pero no evitarla. A esto bien podemos IlamarIo con el nombre de estrategia de supervivencia, en vez de buscar una definicion conceptual. Cuando en la unidad domstica estas estrategias empiezan a ser cada vez ms difciles de operar por las razones diversas mencionadas, fundamentalmente la falta de trabajo, se opta por la migracin de retorno o se orienta la migracin a otros blancos. Enseguida, analizaremos este ltimo punto al que consideramos como otra alternativa entre las estrategias de supervivencia.

111.3.

Migracin de Retorno y Familia Campesina

Las migraciones en todos los casos ya sea de carcter permanente, temporal o estacional, son decisioiies reIacionadas que se toman al interior de la unidad domstica. Su racionalidad consiste en haberse tomado en cuenta distintos factores internos y externos a la unidad domstica. Particularmente, la migracin de retorno de campesinos en las ciudades hacia los lugares de donde emigran por primera vez, que en este caso son sus pueblos de origen, o hacia otros blancos, son respuestas que la familia opta para seguir sobreviviendo cuando sus recursos se hacen ms limitados. Es cierto que no solamente los ms pobres regresan, tambin otros que no lo son retornan, pero las razones son distintas y no tienen conexin con la pobreza. En este caso nos interesan los primeros. Para estas familias, en un momento dado, su lugar de origen permanece como el lugar ms seguro al ,que puedan retornar en cualquier momento. Se puede retornar de manera permanente con toda la familia, o se puede retornar en ciertas pocas del ao para complementar las necesidades de existencia como son el aprovisionamiento de viveres. El primero ocurre con mayor frecuencia a los migrantes ms pobres; el segundo, a aquellos que tienen trabajos temporales en la ciudad. Es cierto, adems, que el migrante de retorno, en su generalidad, tiene, por un lado, miembros de su familia nuclear y/o extensa viviendo en sus pueblos; y por otro, tienen pequeas propiedades, especialmente tierras, y con mayor frecuencia aquellas que han sido resultado de las herencias. En la sociedad andina, estas tierras no son suceptibles de ser vendidas, porque existe una ligazn sentimental profunda. Estos dos factores junto con otros de carcter ideolgico, princi*

palmente basado en el regionalisnio, y los de carcter ocupacio, nal, en su conjunto, influencia .poderosamente el retorno de los migrantes. Esta migracin de retorno permite al migrante. por un lado, de proveerse de bienes de consumo; y, por otro, la posibilidad de estar vinculado a su familia, su barrio y su comun~dad. La permanente actualizacin de relaciones con su familia en la comunidad puede, en ciertos momentos de necesidad, serie de suma utilidad, en la medida en ,que estos pueden ofrecer su colaboracin. Cuando la familia migrante en la 'ciudad no puede seguir manteniendo a todos los miembros de la unidad domstica por razones objetivas (salarios reducidos, falta de espacio vital. etc.), se decide enviar a uno o ms miembros de la familia al pueblo; los hijos menores son los que con ms frecuencia son enviados para que los parientes pueden hacerse cargo. Cuando el migrante ha perdido relativamente contacto con su pueblo -aunque no existen casos de prdidas absolutas-, y que en este caso son pocos, los migrantes pueden reorientar la migracin de la ciudad hacia otros blancos. Las razones de esta reorientacin son las mismas que producen la migracin de retorno. Los blancos pueden ser variados, y en orden de importancia son: la ceja de selva, ciudades del interior del pas de la sierra y de la costa. En muchos casos estos blancos son estaciones para finalmente llegar a los pueblos de origen. Ultimas investigaciones sobre el caso demuestra este hecho en las comunidades de !a margen derecha del ro Pampas, en Apurmac, en donde el 907, de la poblacin total (jefes de familia) son migrantes de retorno, permanentes, temporales y estacionales; de esta cantidad son migrantes de retorno directo de Lima un 907, y el restante son migrantes de retorno que han hecho escalas antes de retornar definitivamente a su pueblo.

111.4.

El Curanderismo y el Curandero Urbano

Lia migracin de retorno en estos ltimos 10 aos se ha acentuado considerablemente por las razones ya expuestas. Uno de los efectos sociales de este nuevo fenmeno es que est permitido que la cultura y sociedad andinas tengan cada vez mayor presencia en la ciudad. Uno de estos es relacionado con la presencia urbana del curandero. Este personaje rural es necesario en el mbito rural, en carencia relativa de la medicina moderna. El curanderismo, como nuevo fenmeno urbano, por un lado, es el resultante directo de la crisis en el sistema de salud en la ciudad; y por otro lado, es consecuencia del alto costo de la medicina moderna, Un factor ideolgico adicional, es la credibili-

dad de la que es objeto tanto la medicina tradicional como el curandero por parte de los migrantes. La diferencia sustancial entre el mdico y el curandero es que este primero trata al paciente bsicamente como un objeto o como sujeto experimental a cambio de un horario; en tanto que el segundo, adems de que entiende la cultura nativa (lenguaje, conceptos mgico-religiosos de percepcin del mundo), trata al paciente en su dimension humana y sicosocial; esto se puede observar en el tiempo que dedica al paciente. Estas ltimas razones permiten una interaccin ms profunda entre el curandero y el paciente, de esto resulta la credibilidad, componente importante en el tratamiento de enfermedades, especialmente cuando son de origen cultural o sicolgico. La preservacin de la vida de los migrantes en la ciudad est en relacin directa con las condiciones materiales y sociales en ,que se desarrolla la vida del migrante y su famiiia, por un lado; y por otro, con la combinacin de distintas estrategias de supervivencia, al que hemos hecho mencin en los tres puntos anteriores. Estos factores, en su conjunto, establecen los niveies de vida. En este contexto la naturaleza de la salud urbana, y particularmente el rol que desarrolla el curanderismo. adquiere importancia insospechada. No es una solucin al complejo problema de la salud, pero s cump!e un papel preventivo necesario (Press, 1971; Fried, 1959: Mangin, 1964). Evidentemente, en la ciudad existen curanderos con procedencias geogrkicas diversas. Se estima que casi todas las reas culturales, como son: la Chanca (Apurmac, Ayacucho y Huancavelica); Huanca ( V a lle del Mantaro, Valle del Yanamarca y parte de Cerro de Pasco); Huaylas (Callejn de Huaylas y comuniciades altimas); Quechua (Cuzco y la parte norte quechua de Puno); y Aymara (Puno) estn representadas por varios curanderos en la ciudad de Lima. Esta distincin por reas culturciles es importante para los migrantes porque configuran su identidad cultural. Adicionalmente existe una correlacin entre los lugares de procedencia cultural y residencia en la ciudad; por ejemplo, los Aymaras en su gran mayora viven en los pueblos jvenes del Callao; los huancas, en el Agustino y Zrate; los chancas, en Bdiavista y el cono sur de Lima. Este aspecto de la distribucin ecolgica es importante para el migrante en la medida que en cada uno de ellos existen curanderos a quienes acuden los migrantes. Al interior de cada una de estas zonas hay una subdivisin que obedece a razones de procedencia geogrfica especfica y ,que en este caso se organizan bajo el criterio de la comunidad. El migrante prefiere primeramente al curandero de su

propio pueblo, porque con ste mantiene una mayor relacin . identidad; en ausencia de ste, el migrante recurre al curanden que proviene de otra comunidad, pero que es de la misma re; cultural; y por ltimo, recurre a un curandero que roce de d, otra rea cultural y preferentemente a aquel con el ,que puedt comunicarse en su propio idioma. En resumen, el curanderismo, que aparentemente es un: prctica propia de sociedades y culturas tradicionales, especialmente del mbito rural, est presente en el contexto urbano. Er contradiccin al proceso de cambio, desarrollo y modernizacir que supuestamente estn experimentando las ciudades y quc significara la sustitucin gradual e incluso la desaparicin dc prcticas de la medicina tradicional o folklrica, el curanderismo y el rol del curandero se hace notorio y forma parte importante del problema de la salud urbana. S u negacin se convertira siuip!emente en un desconocimiento de la realidad de la medicina en su conjunto.

Conclusiones
Las distintas estrategias a las que tiene que recurrir el migrante pobre en la ciudad para poder seguir reproducindose social y biolgicamente, bajo las condiciones ms desfavorables. en comparacin con otros estratos sociales en la ciudad, nus demuestra, por un lado, su gran capacidad creativa y organizativa; y por otro, su dinamismo para reutilizar bajo condiciones urbanas su cultura de origen. Este hecho nos demuestra la incapacidad y falta de comprensin por parte del Estado y por parte de la cultura urbana a los problem& existenciales de los migrantes campesinos. Esto se ve agravado por la secuela de estereo-. tipos y prejuicios ,que sobre los migrantes campesinos tienen los nativos urbanos. Evidentemente, estos ltimos tiecen sus origenes histricos en la naturaleza todava neocolonialista y etnoc'ntrica de la educacin formal. Sin embargo, algunos elementos culturales nativos se han filtrado en la cultura urbana, lo que est permitiendo una mayor tolerancia hacia los migrantes. La unidad domstica campesina, cuyas normas regulan sus furicionamien~tosy organizacin -los que tienen origen rural-, cua1,quiera fuese el origen geogrfico, es la unidad donde se combinan las alternativas estratgicas. Sin embargo, como hemos hecho mencin en el primer punto de este trabajo, sta (la unidad domstica) no es independiente de las dimensiones urbana, regional y local. Su dinmica, adems depende de su

ubicacin en la ecologa social urbana; de las condiciones econmicas y sociales e incluso polticas, tanto en el lugar de donde son originarios, como en la misma ciudad; y, finalmente, de las identidades regionales y urbanas. Grficamente estas relaciones que la unidad domstica guarda con estos aspectos pueden ser pesentados : la siguiente manera:

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Del esquema presentado podemos concluir algunos argumentos respecto a los componentes que intervienen en la toma d e decisiones que la unidad domstica ejercita cotidianamente, complementariamente a lo que el sistema urbano puede ofrecerle. E l esquema incluye los componentes que el Estado puede ofrecer a los migrantes a travs de las distintas organizaciones que directa o indirectamente tienen objetivos asistenciales. Esto ha sido indirectamente sugerido a travs del presente trabajo, en donde no se ha hecho mencin a estos componentes, porque el objetivo principal de este trabajo fue la valorizacin de aquellos componentes ,que corresponden a las normas y expresiones que caracterizan a la sociedad y cultura andinas. Estos valores, contrariamente a aquellos ,que sostienen su desintegracin e inoperancia (Quijclno, 1967, 1973; Castells, 1974; Gianella, 1970; Henry, 1977) , bajo ciertas condiciones, se convrerten en muchos casos en los ms importantes recursos sociales y econmicos que cuenta el migrante, en ausencia relativa de la ayuda estatal y privada, como ocurre frecuentemente en las reas marginales de Lima Metropolitana. Estos mismcs argumentos pueden ser generalizados a las reas donde residen los migrantes campesinos en otras grandes ciudades del interior del pas, si aceptarnos que el desarrollo de stas siguen las mismas pautas ,que son propias al desarrollo urbano de Lima Metropolitana, tal como sucede en la realidad. Estos argumentos generalizables pueden sintetizarse a manera de conclusiones en los siguientes trminos: Las dimensiones urbana, reoional, local y familiar, juntamente a las condiciones objetivas y normativas, determinan los tipos, volmenes y frecuencias de la migracin rural urbana. Tambin, estas mismas determinan cules deben ser los grupos socisles que son ms suceptibles a la migsacin. Las mismas condiciones permiten establecer el porqu los campesinos optan por la migracin como una alternativa a sus condiciones existenciales. Una vez establecido, en forma permanente o temporal, el campesino en la ciudad empieza a descubrir sus condiciones materiales e ideolgicas en el que diariamente discurre su vida. Estas condiciones estn determinadas por factores de carcter ecolgico, ocupacional, educacional, de salud, viviend a y recreativos. Estos factores, como hemos explicado ampliamente, cuando pruvienen del Estado o de entidades privadas son en su generalidad deficitarios. Si los migrantes esperasen solamente lo que el Estado y otras -instituciones pueden ofrecer, practicamente no existiran estos grupos; si reducimos los niveles de

del migrante simplemente a los salarios, concluiremos que existen los milagros. Un ejemplo concrete nos ilustra esta proposicin: Cmo es posible que-un obrero que percibe S/. 2.000 diarios puede mantener a 6 personas (promedio entre los mi-. pantes campesinos en la ciudad de Lima). Se estima que, solamente para poder sobrevivir 6 personas en Lima, necesitan S/. 3,500 diarios; ese margen de S/. 1,500 resulta de la cuantifica+ cin de las distintas estrategias de supervivencia a la que hemos hecho mencin.
. Se asume que existe una correlacin directa entre densi+ dad de redes sociales que tienen los miembros de una unidad domstica con las posibilidades alternativas de estrategias de sobrevivencia: a mayor densidad en las redes sociales, mayores posibilidades alternativas de estrategias de sobrevwencia; as por ejemplo, un migrante m que tenga una familia extensa urbana y tenga una red de compadrazgo ms extendida y abierta podr ofrecer a sus miembros mejores niveles de vida. E n este contexto el pertenecer a una asociacin regional, un sindicato, un partido poltico o una asociacin vecinal o religiosa, podr maximizar sus posibilidades de obtener beneficios para su familia. De esta manera tanto la familia como las distintas organizaciones se convierten en una especie de seguro social", especialmente en situaciones de crisis y son ms importantes para los migrantes ms pobres de la ciudad.
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Las distintas estrategias a las que hemos hecho mcncion son las resultantes de la combinacin de dos niveles sup-erpuestos y mutuamente interdependientes. Por un lado, estn los recursos sociales y culturales ,que estn bsicamente representados por el parentesco, el matrimonio, la recreacin y la cooperacin inter e intrafamiliar; y por otro, los satisfactores disponibles que tienen su origen en los distintos niveles de cooperacin familiar, adems, por la posibilidad permanente de la migracin de retorno; y, finalmente, por el rol de la medicina tradicional en el problema de ,la salud de migrantes especialmente pobres. Estos dos niveles tienen bsicamente un origen rural, aunque no son fieles reproducciones, sino versiones urbanas de competentes primariamente rurales, tal como lo hemos sealado. Estos componentes de origen rural entran en interaccin permanente con las condiciones objetivas y normativas urbanas y determinan la naturaleza de la unidad domstica. E s la uindad domstica el mbito social, econmico y cultural donde se organizan y se toman las decisiones respecto a -las estrategias de supervivencia de sus miembros.

De esta manera, concluimos argumentando que las distintas estrategias de supervivencia, no son decisiones al azar-. sino, por un lado, tiene precondiciones que deben estar presentes; y por otro, son decisiones racionalizadas y coiculadas .que se optan en bose a un nmero posible de alternativas. Estos dos aspectos, en la generalidad de los casos, estn orientados a reducir los riesgos permanentes en que desarrollan su vida los migrantes campesinos; y al mismo tiempo, de maximizar las posibilidades de supervivencia, aunque stas por s solas no ron suficientes ni pueden reemplazar os satisfactores que necesariamente debe generar la ciudad en beneficio de los migrantes a travs del Estado y las entidades privadas. Esto por una razn elemental, el migrante campesino es el actor principal en la produccin y crecimiento urbano a travs de su mano de obra.

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SOBRE LA ANTROPOLOGIA TOTALIZADORA


Paul H. Dillon Cornell University
E s f e trabajo plantea una critica, a partir del anlisis de la obra de Pierre Bordieu, de las posibilidades de la antropologa marxista a propsrto de las investigaciones de Rodrigo Montoya.

Introduccin

A pesar de que existen muchas ~osibilidadespara el desarrollo de una antropologa totalizadora, la antropologa actual, en general, y la andina, en particular, se han estancado en una dicotoma falsa entre los estudios histricos y los econmicos, por un lado, y entre los estudios simblicos y los estructurales, por otro. Un campo de investigacin donde se aprecia muy claramente esa dicotoma es el del estudio de la ideologa. Aunque poseemos, en el rea de los estudios histricos econmicos trabajos profundos y bien documentados sobre fa diferenciacin campesina (vase Mayer, 1973), la economa de la familia comunera (Gonzles de Olarte, 1979), la penetracin del capitalismo en el campo (Montoya+1978a; Maletta, 1978); y, en el cama po de los estudios estructurales-simblicos, trabajos sobre la religin (Marzal, 1977; Ossio, 1973; Ortiz, 1973; Allpanchis, nos. 3, 7 y l o ) , las concepciones de orden social ( Palomino, 1970; Fuenz zalida, 1976: Isbell, 1974, 1978) y la organizacin simblica y cognoscitiva (Platt. 1976; Duviols, 1973), no obstante todo -ello, carecemos hasta ahora de un anlisis de la matriz en que S? articulan esos distintos niveles del mundo social: la ideologa. Y este es precisclmente el terreno en que deben apoyarse investigaciones sobre temas tan importantes como la conciencia o la for+ macin de las clases.
Por todas estas razones, el nuevo libro de Rodriao Monc toya y de sus estudiantes, Mara Jos y Felipe Jos Lindoso,

ProducciCn Parcelaria y Universo Ideolgico: El Caso de Puquio, despert eE nosotros grandes esperanzas de una efectiva profun, dizacin de ese tema totalizador. Por ello mismo, ha sido mayor nuestra desilusin al ver los escasos resultados que han conseguido, Y aunque es verdad que han indicado varias lneas de investigacin, no creemos ,que las hayan desarrcllado con una conciencia clara del objetivo al que debe orientarse todo estudio serio de la ideologa. Esperamos demostrar aqu que no han distinguido con nitidez los determinantes ms impcrtantes de toda ideologa, y que han tratado la materia de su estudio de una manera contemplativa. Y nos parece, por ello, absolutamente necesario efectuar una crtica a fondo de las bases tericas de ese libro, y bosquejar en seguida una alternativa de estudio. En este sentido, el presente artculo se compone de dcs secciones. En la primera examinamos los argumentos desarrollados en el libro citado, efectuamos una crtica de su lgica intei:ia, y sealamos los requisitos generales ,que, a nuestro juicio. s m indispensables para un verdadero estudio de la ideologa. En la segunda, presentamos la perspectiva antropolgica desarrollada por el socilogo francs Bourdieu ( 1977), perspectiva que. segn mostrarenos, cumple precisamente con aquellos requisi:os.

Materialismo Vulgar y la Ideologa


Para nosotros los elementos culturales e ideolgicos como los elementos polticos no son una simple super-estructura reflejo de una base econmica que aparentemende todo lo contiene y todo lo explica (Montoya, 1978a:

52-53).
Hasta la aparicin de Produccibn Parcelnria y Universo Ideolgico (PPUI), las dems publicaciones de Rodrigo Montoya haban tratado de temas econmico-histricos . En ellos se incida princi~almentesobre las formas de produccin precapitalistas y el desarrollo del capitalismo en el Peri. El estudio ,que consagr a los modos de produccin (1978a) sirve de punto de partida para el entendimiento de los dems trabajos que ha publicado hasta la actualidad, incluso de PPUI, ya que en este 1timo se utiliza la nocin de produccin parcelaria que Montoya desarroll en aquel estudio anterior. Y, desdc: luego, para un i analisis a fondo de PPUI. es tambin necesario enfocar los postulados de su caracterizacin general de los modos de produc- 1 cin. Esta ltima tarea, sin embargo, queda fuera de los .prop- , sitos de este artculo, pues re,quiere de una pre~entacinatenta de las ideas de Marx sobre la evolucin histrica, el papel que
160

concepto "modo de produccin" tiene en su teora de la evolocin histrica, y el tratamiento que el concepto ha recibido por otros autores desde que Marx lo fomul. E.s as como aqu resumiremos los resultados de una investigacin anteriormente realizada por nosotros (Dillon, 1979), en que se hace referencia al empleo por Montoya del concepto de "modo de produccin" en su ya citado trabajo.
1 . Aun,que Montoya claramente distingue entre los varios usos que el trmino "modo de produccin" tiene en la obra de Marx, jams usa el mtodo dialctico para relacionar 10s varios aspectos de ese objeto terico, un mtodo clave para la comprensin de la terminologa y los conceptos marxistas. Arbitrariamente escoge la produccin concreta de bienes materiales" como punto de partida de su anlisis. E s decir, el anlisis del modo de produccin, de las fuerzas productivas y las relaciones de produccin se orienta por la consideracin de los bienes materiales que resultan de un proceso de producci'n dado. Por ejemplo, los bienes que resultan destinados para la exportacin sirven para identificar metodolgicamente las relaciones de la produccin capitalista. Los otros sentidos del concepto "modo de produccin" se derivan a partir de este ltimo. En efecto, considerar separadamente uno de esos sentidos y ver en l "lo fundamental" para el anlisis de un modo de dado, es tan equivocado como lo sera la considera&n de, la renta separadamente de las dems formas de plusvala. La plusvala, sin embargo, es la realidad de la renta, tanto como de la ganancia y del inters, y comprendemos estas a partir de nuestro modelo de la plusvala. De igual manera comprendemos los varios aspectos de un modo de produccin dado que indican los usos distintos del mismo trmino, como precisa Montoya, a partir de nuestro concepto de la totalidad de ,que ellos son las mltiples y entrelazadas determinaciones.
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Hay que sealar que Montoya ha manifestado que su caracterizacin d e un modo de produccin por la "produccin dz bienes materiales era ambigua: "Cuan.do se habl de modos de produc:ion de bienes materiales esa nocin es e,quvoca, se confunde con otra que ya existe .que no tiene porque ser sustituida, que es la nocin d e relacin social de produccin". (Montoya, 1980: 8). A pesar de hacer esta enmienda a su posicin, sin embargo, no soluciona el problema central, que es el de no relacionar los niveles tcnicos de produccin -el desarrollo de las fuerzas productivas- con las estructuras especficas que asur=en las relaciones de produccin en una poca histrica especifica. Ms all del

historicisno o del economicismo que resultan del enfoque .qi parte de cualquier aspecto de la totalidad, llegar s por medio de un verdadero mtodo dialctico.
2. La segunda crtica que hacemos a !o formulado p( Montoya, es que el modo de produccin, tal como l lo present: es una categora esttica. No obstante su identificacin de di. tintos modos. la ,que nos parece esencialmente correcta, no ha una teora adecuada acerca de la transicin entre uno y otro d esos modos. La nica transicin que examina es la del desarrc 110 del capitalismo, lo cual concibe segn el anlisis de Lenir Los movimientos histricos que resultan de las varias tender cias que se dan en los otros modos no los menciona. El efect del desarrollo del capitalismo, adems de ser el nico analkadc se presenta como un resultado que es indiferente a la es tructura y a los procesos de los modos en que se da. En cambic creemos ,que una teora adecuada de los modos de produccin debe mostrar el proceso interactivo por el cual el capitalismc ' echa races" en el suelo de cualquier otro modo, y tambin la: condiciones en las que un modo de produccin, tal como el mo, do de produccin parcelario, se convierte en otro, como el feu. dalismo o viceversa. Como veremos adelante, una formulacir precisa de un modo de produccin en trminos de sus proceso$ y tendencias caractersticos es lo que no puede f-lltar para el entendimiento del proceso ideolgico que en el se da.

Hechas estas aclaraciones, podemos empezir con la crtica de PPUI. Primero, hay que destacar q u e dos estudiantes de Montoya, Mara Jos Silveira y Felipe Jos Lindoso, se empean en desarrollar la teora de la ideologa que complementa la teora de modos de produccin descrita por Montoya. Los captulos escritos por Montoya muestran el desarrolle de las influencias capitalistas en Puquio y pronostican sobre el desarrollo futuro de la comunidad en el Per. Silveira y Lindoso desarrollan el anlisis de la ideologa a partir del modelo dc modo de produccin de su profesor sin efectuar modificacin importante. Consideran que el proceso del trabajo, adems de producir bienes materiales de variadas aplicaciones, tambin produce ideas, es decir, ideologas. (Montoya, et. al. 1979: 120). La investigacin de la ideloga empieza con el anlisis de las fuerzas de produccin -la unidad de trabajo y el objeto del trabajo-, por un lado, y de los medios de trabajo. Cada uno de estos aspectos se analizan: por ejemplo, la tierra. como objeto de trabajo, est considerada en trminos de su distribucin y extensin, y Ios canales de riego, medios de trabajo. en trminos de los cultivos

que riegan. Los autores usan varios ~!ocumentos oficiales para mostrar la realidad emprica, tales como: los Patrones de R;egentes y las Declaraciones Juradas de Autovalo de Predios Rsticos. Cabe apuntar, aunque no sea el problema central de su presentacin, que estas fuentes oficiales no deben uciiizarse sin previa crtica. Aun,que contienen datos valiosos, es necesario hacer investigaciones independientes par3 determinar sus mrgenes de confiabilidad. Nosotros hemos podido mostrar, por ejemplo, que no se declaran tierras de laymi, las que son de propiedad privada para el cultivo mas no para el pastoreo. Efectivamente, los comuneros de la regin \-n donde realizamos nuestras investigaciones declaran solamente tierras de maz y trigo. En segundo lugar, no todos hacen las Declaraciones Juradas; sera conveniente que los autores nos hubieran proporcionado datos comparativos para juzgar en qu grado estos probiemas se dan en Puquio. Pero hay dificultades ms fundamentales. iPor .qu consideran los autores que el estudio de la distribucin de la tierra presenta la totalidad del objeto de trabajo, especialmente con respecto a su papel en la formacin de las ideologas? Aunque citan la necesidad de estudiar caractersticas ecolgicas, las cuales tienen un papel fundamental en la econom- vertical que se da en los Andes, y que proporciona una visin para diversos aspectos de la vida andina, estas caractersticas no reciben atencin alguna de los autores a pesar de que esta tarea puede ser cumplida con las mismas Declaraciones Juradas, si se ha efectuado la crtica previa que sealamos arriba. Nos parece que hay dos explicaciones posibles para esta omisiri, adems de la posibilidad de ,que no hayan terminado de ana!izar los resultados de su investigacin, que abarcan otros aspectos de la tierra como objeto de trabajo: o no han pensado en examinar el conjunto complejo de las relaciones que los campesinos tienen con la tierra, o se han limitado a la distribucin y la extensin relativa debido a sus bases tericas. Volvamos a su presentacin terica. Desde los primeros prrafos se evidencian las propias limitaciones ideolgicas de los autores. No obstante< ' que Montoya ha sealado anteriormente que la antropologa . . . ha construido un conjunto de observaciones y diversas teoras para dar cuenta de una riqusima cantidad de. informacin que los marxistas no hemos sabido trabajar. . . " (Montoya, 1980: 18); en el libro que arializamos aqu los autores slo utilizan los escritos de Marx, Engels y Lenin para dar los fundamentos de su teora de la ideologa.

N o hay mencin alguna de otros investigadores, marxistas o no, quienes han trabajado en este campo de estudic. Por eso, cree, mos poder demostrar que los alcances del estudio sobre Puquio se encuentran limitados desde un ,principio. Todos conocemos que Marx utiliz lac nociones de la economa poltica que encontr en los trabajos de Smith y de Ricardo; no invent la teora del valor aunque la plante en su forma verdadera. Adems, a pesar de ,que el materialismo dialctico nos sirva como una gua epistemolgica, tenemos que tener en cuenta la premisa de Marx, segn la cual la filosofia no puede determinar el movimiento del objeto de una ciencia. antes de que este objeto se haya conocido por n?.?dio de investigaciones empricas. Marx encontr una ciencia vigente acerca del fenmeno econmico y conoci las investigaciones de sta a fondo. Cuando las super pudo explicar los alcances tanto como las limitaciones de los estudios y las teoras anteriores. Si es cierto que la tradicin antropolgica posee un conjunto de observaciones y teoras para dar cuenta de sistemas ideolgicos, como afirma Montoya, jno estamos obligados a tomarlas en cuenta para poder superarlas? En su forma de analizar los sistemas econmicos, Marx nos dio u-? modelo de anlisis del que podemos extraer los principios para construir teoras sobre la ideologa otros sistemas de la formacin social. Pero no creemos que la teora propuesta en PPUI haya sido desarrollado en esta manera. Ms bien nos parece que los autores replican algunos ejemplos que Marx utiliz para ilustrar conceptos que ya haba desarrollado terica y conceptualmente. Lo que falta en PPUI es un desarrollo terico que complemente sus ejemplos. Por ejemplo, los autores nos presentan un pequeo anlisis de la filosofa medieval. Por qu esta filosofa careci de una concepcin general del hombre?, prequntan. Esta concepcin no se encuentra. manifiestan. porque e( carcter de las relaciones de trabajo eran personales, el ser humano se encontraba siempre en una relacin social de subordinacin. Todo tena su lugar en la jerarqua de la sociedad feudal. En cambio, para que se delineara una concepcin general del hombre era necesario ,que los hombres se viesen a s mismos como iguales. Esta -situacin social concreta ocurri6 con el advenimiento de una sociedad basada en la economa mercantilista. Desde el momento que la forma de valor, que equivale a los productos de trabajo humano en trminos de la cantidad de trabajo abstracto que se incorpora en ellos, determi~las condiciones sociales y_ econmicas, tambin empezaron a existir las con-

diciones para el desarrollo del concepto de un hombre general &stracto, el concepto filosfico que caracteriza la Iluminacin y que pone fin a la filosofa escolstica. Existe en E l Capital un prrafo .que se parece a estos anlisis: Aristteles no poda descifrar por s mismo, analizarido la forma del valor, el hecho de ,que en la forma de los valores de las mercancas todos los trabajos se expresan como trabajo humano igual, y por lo tanto como equivalentes, porque la sociedad griega estaba basada en el trabajo de los esclavos y tena, por lo tanto, como base natural la desigualdad entre los hombres y sus fuerzas de trabajo. El secreto de la expresjn de valor, la igualdad y equiparacin de valor de todos los irabajos en cuanto son y por el hecho de ser todos ellos trabajo humano en general, slo ~ o d a ser descubierto a partir del momento en que la idea de la igualdad poseyese ya la firmeza de un perjuicio popular. Y psra esto era necesario llegar a una sociedad como la actual en que la forma mercanca es la forma general que revisten los productos del trabajo, en que, por lo tanto, la relacin social preponderante es C relacin de hombres con otros como poseedores de mercancas. (Marx, 1974: 26).

A pesar de la analoga superficial entre el razonamiento de Marx y el ,que nuestros autores emplean en su anlisis de la filosofa medieval, no creemos que sean comparables. El contexto en que Marx presenta su comentario sobre Aristteles y la teora del valor, se da en el primer captulo de El Capital donde Marx se encuentra empeado en desarrollar el concepto de valor. El comentario no explica, ni pretende presentar el concepto mismo que se ha desarrollado a travs del anlisis de la forma mercanca y sus transformaciones en kl intercambio. En contraste, nuestros autores utilizan su microanlisis de la ausencia del coficepto general del hombre en la filosofa medieval como si fuera una iorma de desarrollar el concepto- de la ideologa -el objeto terico de su investigacin-. En vez de comenzar con un trmino ' primitivo, tal como representacin sociaj del mundo", que es para los sistemas ideolgicos lo ,que la mercanca es para los sistemas econmicos, los autores empiezan con una forma ideolgica altamente desarrollada: la filosofa. Tal manera de iniciar el anlisis nos parece muy equivocada y contra los principios de anlisis que Marx formul, es decir, ,que se debe empezar con trminos simples y analizar las formas de sus movi~ientosque maI

nifiestan, para luego aplicarlos como modelos para entender lo ms complejo, lo empricamente observable. Las consecuencias de esta manera de proceder saltan a la vista en su comentario sobre la filosofa clsica alemana, la filosofa que representa el punto de mayor desarrollo de las concepciones propias de la burguesa (ibd: 104). Aunque sea esta posicin la correcta (sabemos que sta es la ortodoxa). Cmo se explica este desarrollo de la teora. que las ideologas procedan directamente de los procesos de trabajo social? Acaso nos quieren decir ,que las relaciones de produccin en -9lemania. durante las ltimas dcadas del siglo XVIII, fueron !as relaciones capitalistas ms avanzadas de la poca? De acuerdo con el anlisis cuidadoso y detallado de Lukacs, fue esencialmente el atraso socioeconmico de la Alemania que Hegel conoci, aquello que lo oblig a considerar los acontecimient~sde la gran revolucin burguesa en Francia, y los descubrimientos de los economistas ingleses, en una forma idealista e invertida (Lukacs, 1976: 183). Si es cierto, de todos modos, que "la ideologa alemana" alcanz la expresin ms desarrollada de la ideologa de la burguesa, todava no entendemos, a partir de las ideas de PPUI, por qu se desarroll esta ideologa en Alemania y no en Inglaterra; no comprendemos por qu represent, necesariamente, al movimiento histrico real en formas invertidas, dado que ni Hegel, ni Schelling, ni sus seguidores estaban profundamente asociados con una burguesa desarrollada al momento de formular sus filosofas, y no discernimos el motivo por lo cual se detuvo esta filosofa antes de llegar a su expresin verdadera: el materialismo dialctico. Las concepciones metafsicas se caracterizan, segn los autores, por ignorar los contextos y procesos histricos, as como el movimiento histrico real. Este es un postulado al ,que sin embargo no se mantienen fieles. Y a pesar de que muestran conocer la presentacin que hizo Marx de la filosofa clsica alemana, en su crtica de aquel sistema -los escritos del perodo 1844 1847- no relacionan esa presentacin y crtica con aquclla filosofa, sino que extraen de ella principios para el anlisis de todo sistema ideolgico. A menudo los autores se refieren a los libros de Marx, para fundamentar un principio de su teora de la ideologa, sin mostrar claramente ni el Contexto ni el propsito por los que Marx escribi tales palabras. Por ejemolo, los autores nos dicen que el movimiento lgico interno de las ideas se explica por !os cambios en las condiciones de la produccin material. Con este fin citan La Ideologa Alemana, donde Marx

cualquier otra ideologa . . .no tienen su propia historia ni su propio desarrollo. . . (Montoya, et. al. 1979; 106). Sin embargo. si no tomamos en cuenta las ideas hegelianas y las neohegelicaas contra las cuales se enfrentaron Marx y Engels, podramos malinterpretar lo que ,quieren decir estas palabras. En la concepcin hegeliana, la moralidad, la tica, y las otras ideologas se desarrollan como expresiones propias del Espritu Absoluto y dan forma y contenido a la vida econmica, la que er, su aspecto de competencia, de inters personal. etctera, no es ms que un momento del desarrollo del Esprito: la sociedad civil. cuyo sentido verdadero no es el que se da ep la divisin del trabajo sino el que tiene lugar en las formas ms desarrolladas del mismo Espritu, es decir, el Estado, la exprzsin suprema del desarrollo de la Etica. No se debe confundir la lucha de Marx y Engels contra este reinado de los fantasmas" con una posicin terica ,que niega que las formas ideolgicas tenaan una dinmica y un desarrollo propio. Cuando Marx estudi el desarrollo de la teora de la plusvala (Marx, s.f.) descubri que este desarrollo estuvo ligado necesariamente a los cambios de las relaciones de produccin, los que permitieron que se manifestara la plusvala al alcanzar un nivel alto de la divicin de trabajo. Sin embargo. la teora de la plusvala tuvo su forma especfica correspondiente a la estructura de su objeto. Smith desarroll los descubrimientos de Quesnay; Ricardo super los de Smith; y Marx critic y dio fundamento a la teora del valor de estos antecesores cuando identific la plusvala como tal. Sealcir simplistamente que este movimiento terico e ideolgico corres.ponde a cambios de la base de las relaciones sociales, tales como el agudizamiento del conflicto de clases y la formacin de un proletariado consciente de s mismo, no nos indica el porqu Marx se sinti obligado a explicar las otras teoras en trminos de la suya. Una categora central del materialismo dialctico, tambin del idealismo dialctico, es la de reflexin que las etapas anteriores del desarrollo histrico estn no solamente superadas sino tambin contenidas en las etapas posteriores. Las teoras y las ideologas mantienen una indepzndoncia relativa de las bases materiales. Con respecto a las idsas de Marx acerca de este principio, basta recordar sus palabras:
8 '

y Engels afirman que la moralidad. la religin, la metafisica y


"

6 '

. . .la dificultad no consiste en entender que el arte y el epos griego estn enlazados con determinadas formas del desarrollo social. La dificultad consiste en ,que ese arte y esa pica siguen produciendo en nosotros goce artstico y que en cierta medida siguen valiendo como

norma y modelo inalcanzable (Marx, citado en Lukacs, 1976: 111). E s necesario enfatizar que las ideas a tienen sus propios procesos y sus propias dinmicas. Lo que nos mostraron Marx y Engels es que los contenidos y las formas de las ideas no estructuran las relaciones econmicas y sociales sino que la apari-' cin social de las ideas est determinada por el nivel de desarrollo de las fuerzas ~ r o d u c t i v a sy las relaciones sociales que corresponden a ese nivel. Uno puede ver en el anlisis que Marx hizo en el tomo 1 de E l Capital ejemplos de esta forma de anlisis: la mquina y la mecnica como ciencias o "producciones espirituales" -para usar las palabras del micmo Marx-. se desarrollan dialcticamente con las relaciones sociales de produccin. Estas ideas y posibilidades fueron conocidas ~ u c h o s aos antes de ,que fueran utiIizadas; lo que faltaba para su apli. cacin fue un cambio en la relacin entre la fuerza y el objeto de trabajo (Balibar, 1969; Marx, 1974: 302-316). Las ideas utpicas, para dar otro ejemplo, no surgieron con el advenimiento de las grandes colectividades que trabajaban juntas en fbricas. como insisten los autores, sino que datan por lo menos de los tiempos d e Toms Moro, en eI siglo XVI, o si se quiero, del mismo Platn, o de los primeros frailes cristianos. Estos errores en la conceptualizacin del objeto de su anlisis se hacen ms evidentes en la fa!ta de distincin entre la totalidad de las formas que asume la conciencia qocia! y las for- . mas especificas que se vuelven ideolgicas. Los autores nJs presentan seis elementos de la concepcin de lo ideolgico en general, elementos derivados d e la lectura equivocada qce hemos advertido arriba: Las ideologas son formas de conciencic! social. Estas formas de conciencia social tienen su fundan e n t o en la prctica social real, 'en el terreno histrico real', de donde sacan sus premisas. Al tomar aspectos parciales y -aislados de la prctica social real, los idelogos de las clases dominantes separan su pensamiento del movimiento real de la sociedad. Diferencias en la forma de apropiacin del trabajo excedente conllevan diferencias de ideologa que se

perciben en la lucha de ideas. Es decir que la lucha de ideas es realmente una lucha entre formas de apropiacin de trabajo excedente. e) f) Las escuelas filosficas constitdyen las formas de conciencia social ms acabadas y elaboradas. Las formas de conciencia social (ideologas) expresan una realidad de base: la dominacin de una clase sobre otra. La ideologa ni es el erigen, ni el SOStn de esta realidad de base sino su expresin. La dominacin de la base hace que todos los invdlucrados en la relacin de produccin injusta, ~ r o d u z c a n tambin productos ideolgicos con el mismo contenido en general. (Montoya, et. al. 1979: 11 1 ).

Notemos, en primer lugar, que este r:esurnen de los elementos del concepto de la ideologa, modifica sustancialmente la aseveracin de Montoya con que iniciamos esta seccin del presen' los elemente artculo. Cmo conciliamos la posicin de que tos culturales e ideolgicos. . . no son una simple superestructura reflejo de una base econmica. . . con la posicin expresada por: . . .la lucha de ideas es realmente ur_a lucha entre formas de apropiacin del trabajo excedente. . . y . . . iss formas de conciencia social reflejan la base de las relaciones de explotacin?". Si existe tal conciliacin los autores todava no nos la han mostrado, adems de que, aparentemente, no han advertido el conflicto en sus posiciones. Sino, a nuestro juicio, es obvio que todo queda reducido a un reflejo de la base material en esta descripcin categrica del concepto de la ideoloqa. En segundo lugar, notemos que este esquema no procede slo del anlisis de la crtica de la filosofa alemana efectuado por Marx, realmente no se basa en un cuerpo de estudios empricos sobre la ideologa. En tercer lugar, hay errores lgicos y contrzsentidos ,que '< anulan su utilidad. Por ejemplo, si es cierto que todos los involucrados en la relacin de produccin injusta, produzcan tambin productos ideolgicos con el mismo contenido en general" cul ser el contenido del mismo Marxismo dado que Engels era dirigente de la fbrica de su padre y que Marx dependa durante toda la vida de la ayuda que Engels le obsequi de los ingresos ganados de este trabajo? A d e m ~ s de este contrasentido hay un error grave de lgica que conducir necesariamente a paradoja: las ideologas son formas de conciencia social en ( a ) , es decir miembros de la clase "conciencia social", y son equivalentes a la conciencia social en ( f ) .
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El examen de este es,quema nos lleva a preguntarnos s e bre la relacin entre una ideologa verdadera y una ideologia falsa. Tambin, jcul es la relacin entre una ideologa cual, quiera y la verdad cientfica? La respuesta d~ lo; autores es pra. blemtica: las ideologas son verdaderas cuando se enlazan con el movimiento histrico real de la sociedad. Aunque parezca evidente lo que quiere decir esta respuesta, al examinarla con C U ~ dado encontramos profundas ambigedades. Por ejemplo, los autores quieren convencernos de que :a ideologa propuesta por Marx y Engels, la ideologa de la clase obrera, es la primera ideologa en la historia que refleja verdaderamente su propio fundamento histrico, ,que no se engaa sobre su propio movimiento histrico. Y de este modo equivale a la ciencia. Pero jnos quiere decir con esto que sus verdades son etsrnas? Si no hay diferencia entre la ideologa de la clase obrera y la ciencia, jcmo puede adecuarse a nuevos cambios en la estructura productiva? Puede predecir cules sern las formas ideolgicas correspondientes a una nueva estructura de clases? Marx, por lo menos, opin que no. Manifest que la ideologa ,que yroaona tendra validez solamente durante "el reinado de la iiecosidad", y ni siquiera en un socialismo verdadero. Somos conscientes de los problemas ~rofundos de la filosofa de la ciencia que se han producido a partir de estudios recientes acerca de la estructura de las~revoluciones.cientficas (Kuhn, 1979). No pretendemos enccntrar respuestas fciles a la estructura de una verdad cientfica, slo que reclamamos una consideracin seria, por parte de los autores de PPUI, de la relacin entre ia ideologa y la as llamada verdad cientfica, ,que no han manifestado en su libro.
Hay tambin otra ambigedad que merece atencin. Althusser, quien ha analizado detenidanente los problemas de la ideologa ,seala:

El trmino ideologa abarca una realidad que, aun estando difundido por todo el cuerpo social, es divisible en dominios distintos, en regiones I:articulares, centradas sobre temas diferentes. Es as como el dominio de la ideologa en general puede'ser, en nuestras sociedades, dividido en regiones relativamente autnomas en el seno mismo de la ideologa: la ideologa religiosa, la ideologa moral, la ideologa jurdica, la ideologa poltica, la ideologa esttica, la ideologia filosfica. (Altbusser,

1976: 50).

Debemos preocuparnos por el origen de los temas en torno de los que se forman los dominios ~ a r t k u l a r e s,que ha sealado Althusser. La independencia o autonoma relativa de estos dominios distintos se deriva de la diferericia entre los temas sobre los que estn centrados. Adems de que existen luchas de ideas en el interior de un dominio dado por ejemplo, entre 10s distintos estilos artsticos o las diversas ideas ol tic as, tambin existen conflictos entre los dominios mismos para el de, recho de definir las verdades fundamentales, tal como los de la 1 Iglesia con la nueva ciencia de Galileo. Ahora bien, a partir del concepto de la ideologa de PPUI estas ciiferencias en el interior de un dominio 'igual como los que existen entre dominios, deben explicarse por una lucha entre formas de apropiacin de trabajo excedente". Y de esto salen las ambigedades. Cmo es, por ejemplo, que hemos rechazado la ideologa poltica de Aristteles o la de Platn mientras que la ideolooa esttica griega, en las palabras de Marx, siguen valiendo como norma y modelo inalcanzable? Ambos dominios se derivan de una etapa histrica donde las relaciones de produccin ersn del tipo an=oesclavo. A propsito de la teora bosquejada en PPUI, de ,que la lucha de ideas es realmente una lucha entre formas de apropiacin excedente, nos vemos obligados a buscar la razri de la formacin de las ideologas en las diferencias de las relaciones sociales que corresponden a los distintos modos de produccin, y cmo un dominio de ideologa combina con un conjunto especfico de relaciones y fuerzas de produccjn. La dominacin de un dominio ideolgico en el terreno donde se definen las verdades fundamentales se da juntamente con la preponderancia de un modo de produccin sobre los otros. Los cominios que mantienen vigencia corresponden a las relaciones de pro&uccin que se han incorporado a travs de la evolucin histr:ca. No que a la teora de obstante esta aclaracin, existe un p r o b l e ~ ~ PPUI no esclarece. Cuando examinamos las sociedades de las etapas iniciales de desarrollo, las formaciones sociales de un nivel bajo de fuerzas productivas, los dominios ideolgicos se confunden. El arte y la religin no se distinguen. Dos dominios que surgen en una poca posterior, como los de la tjca y de la ciencia, se contienen en un tercero, como la relicin. El proceso histrico de las ideologias es lo de la emergencia de nuevas dominios y tambin lo de la interpretacin co;lctonte de los actuales. Mas es cierto que la bsqueda ideolgica no puede diefinirse por las definiciones derivadas de las etapas posteriores. La matemtica tanto como la astronoma, dos elementos iundamentales de la revolucin industrial y la transicin al capitalismo, estaban desarrolladas y preservadas con fines polticos y rcligioI

sos. Si es cierto que las ideologas de las clases dominantes son separadas del movimiento histrico real, en general, todava tenemos que admitir que contienen elemeatos esenciales de ese desarrollo. La relacin entre el dominador y el liberador no es unvoca. Al empezar el anlisis de la ideologa vemos la necesidad de contar con una teora que abarque todos los dominios simblicos, tales como el arte, la literatura, la religin, etctera, sin vernos obligados a reducir sus verdades particulares a una verdad homognea que procediera de un principio tan simplista como la de "la lucha entre opresor y oprimido" o el trnsito necesario de la historia por modos de produccin determinados. Reducir las formas ideolgicas al nivel de un reflejo de la base de apropiacin material, de la que derivan su coherencia, no es explicar sino postergar el problema y trasladarlo hacia un nuevo nivel. Cmo sera posible, nos preguntamos, apreciar la unidad del s'stema de las relaciones de la base? ~ C y ~ por O qu es necesario ocultar esta supuesta unidad bajo el disfraz de cualquiera ideologa, si no sirve ni de origen ni de sostn del sistema de base? Es obvio que estos problemas permanecen en el fondo de la teora de la ideologa en general, pero no vemos cmo el es,quema terico presentado en PPUI nos ayude a esclarecerlos. Partiendo de esta comprensin defectiva de lo que es una ideologa, les autores enfocan luego el problema de la produccin de la ideologa en el individuo y con este propsito nos presentan un fragmento de la teora del psiclogo marxista Lucien Seve ( 1 ) . Esta teora se deriva de una consideracin detalla(1) Queremos manifestar que el trabajo de Lucien Seve nos ha impresionado tambilv

y que nuestra critica de Lindoso y Silveira no est dirigida hacia Seve. D e hecho, nos parece que los autores de PPUI deben leer a SPve con mas cuidado. A par5r
del trabajo de Seve podemos sustentar la critica que estamos desarrollando. Seve rechaza el antihumanismo terico que reduce el individuo a las individualidades fcrmadas en las relaciones de produccin caracteristicas de una etapa del desarrollo social. (Seve. 1972: 68) ". . .precisamente la Sexta Tesis identifica al conjunto de las relaciones scciales con la esencia humana jl no con el individuo l o cual sera absurdo". (ibd: 114). Tambin Seve seala que la diferencia entre trabajo abstracta y trabajo concreto radica en la d i s t i n c i h entre categoras sociales que son las formas histricas de individualidad en la sociedad burguesa. Slo e n la sociedad burguesa pueden aparecer conscientemente estas formas. "En el estamento ( y a u n mas e n l a tribu) este hecho se mantiene oculto. . ." (ibd: 117). Finalmente. S v e seaala que al plantearse retrospectivamente a M a r x una psicologa, "incurririamos e n cierto anacronismo terico" dado que: "en el momento que Marx escribe El Capital, la psicologa ccmo ciencia positiva. experimental, practicamente n o existe todava". (ibid: 137). Podemos mantener que esta posicin tiene el mismo valor con respecto a la antropo!ogia y el estudio de las representaciones socia!es del mu:rio.

da de las teoras psicolgicas del presente siglo desde la perspectiva de la Sexta Tesis de Marx sobre Feuerbach: "La esencia humana no es algo abstracto inherente a cada individuo. Es en su realidad el conjunto de relaciones sociales". Los autores de PPUI interpretan esta tesis, sin tomar en cuenta las iems, de modo tal que les sirve de pretexto para abandonar lo ,que < llaman la teora antropolgica corriente", que ' segn ellos utiliza nociones abstractas tales como "hombre", culiura", cualidades innatas", etctera, sin detenerse en la crtica de teora antropolgica alguna (lo que nos hace preguntarnos sobre la calidad de su competencia 'antroPolgica) y ponen en marcha su proyecto de explicar la produccin ideolgica en los individuos. Toman como punto de partida la dialctica entre el trabajo concreto y el trabajo abstracto, la que Lucien Seve na utilizado para su teora de la personalidad. El proceso dk trabajo, a propsito de sta, tiene las siguientes caractersticas:
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4 ' 4

Trabajo Concreto: -es mediador entre el hombre y la naturaleza que prcduce un valor de uso. -es el trabajo de produccin de valores de todo tipo que conlleva una divisin del trabajo. -es el trabajo til ,que se considera decde el punto de vista de su rendimiento. Trabajo Abstracto: -es la aplicacin en general de trabajo para producir valores de uso. -es la medida del valor de cambio del objeto, es decir, del valor de uso. A propsito de Seve, de quien los autores toman prestado estos principios de anlisis, la psicologa y la formacin de la conciencia social, se explican en trminos de la contradiccin entre estos dos aspectos del trabajo humano. Las objeciones que podernos desarrollar en contra de esta interpretacin son similares a las que hemos venido sosteniendo a lo largo de esta crtica. La distincin entre valores de uso y valores de cambio es un producto tie la economa mercantil. Los autores no disciernen lo que Seve ha mostrado muy claramente: el trabajo abstracto es la forma que el trabajo socialmente necesario -la cantidad de trabajo necesario para re-

producir cualquiera formacin social- asume en la sociedad capitalista. La siguiente cita ayuda a esclarecer este fundamento: La teora del valor de Marx reposa en dos cimientos:
1)

2)

La teora de la forma de valor como expresin material de trabajo abstracto que a su vez presupone la existencia de relaciones sociales de produca6n entre productores autnomos de mercanca; y la teora de la distribucin del trabajo social y la dependencia de la magnitud de valor con respecto a la cantidad de trabajo que d e ~ e n d e a , su vez, del nivel de productividad de trabajo. (Rubin, 1974: 126, subrayados nuestros,).

La ,produccin para el autoabastecimiento o la produccin en el interior de una sociedad donde las ocupaciones y la divisin del trabajo se determinan por un sistema como lo de las castas en India, no es una produccin de valor ya que no se determina por la cantidad del trabajo abstracto que los valores de uso incorporan. Silveira y Lindoso recococen este lmite in<' terno en la aplicacin de los conceptos trabajo cmcreto" y trabajo abstracto". Afirman, por un lado, que no podemos distinguir en los modos de produccin precapitalistas entre las dos formas, y, por otro, que las relaciones de produccin en tales sociedades no incluyen todas las relaciones sociales, sucediendo ,que el parentesco real o ficticio asume frecuentemente un papel i m p r t a n te. (Montoya, et. al.: 135). No obstante esta aclaracin, los autores no adaptan ni desarrollan el modelo de Sbve para anlisis del caso de Puquio, el que difcilmente podemos incluir en los sistemas sociales definidos por la operacin ilimitada de la ley del valor. Tal desarrollo futuro de las ideas de Lucien Seve nos parece muy importante y creemos que se puede iniciar con el aslisis de las actividades que son socialmente necesarias en distintos modos de produccin y la estructuracin del tiernpz que estas actividades conllevan, Sin embargo, nosse ha efectuado todava un desarrollo anlogo, y creemos que la aplicacin de las categoras "trabajo abstracto" y "trabajo concreto" es equvoca.
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Vemos en esta dificultad, el viejo problema de que los modos de produccin precapitalistas se analizan difcilmente de acuerdo con los conceptos desarrollados para el anlisis del capitalismo. De hecho, un enfoque principal de El Capital debe considerar la explicacin del gnesis de las categoras econmicas tanto como un proceso histrico concreto, tanto como una

conciencia de este mismo proceso (vease Maletta, 1978; Rey, 1976). Este desarrollo histrico se da todava en el seno de las sociedades de transicin en el interior de las que existen formas de conciencia que combinan las categoras p r o ~ i a sal capitalismo con las que se derivan de las formaciones precapitalistas. Una comprensin cabal de las sociedades de tr-nsicin, depende de un entendimiento de las representacioqes econmicas que informan la accin prctica en los diversos modos. N o tiene valor la explicacin que nos permite analizar una economa en la que los agentes son conscientes de sus propios fines econmicos, es decir, la economa capitalista, para una economa en la cual no se da todava esta condicin, menos an si nuestro objetivo es la descripcin y la comprensin de cmo ernerge tal sistema de la representacin de los procesos ecnnmicos. Dejamos ahora la crtica de los cimlentcs tericos de

PPUI para revisar brevemente el material concreto que aportan


los autores sobre el universo ideolgico en Puquio y para examinar en qu medida este estudio emprico realiza los fines tericos ya examinados. Los autores exigen una variedad de Eennenos ideolgicos para ser analizados: creencias sobre las deidades terrestres que controlan el agua, creencias sobre estructura4 tnicas, creencias sobre el valor del trabajo, etctera. Ms adelante trataremos de explicar por qu se han limitado los temas y por que no se han tratado otros que la mayora de los afitroplogos que estudian los pueblos andinos reconocen como fuqdamentales para la comprensin del mundo andino. Aqil cuaninaremos su investigacin de la creencia de los pu,quianos de que "todos temenos tierras". De acuerdo con su posicin terica, comienzan con el anlisis de los procesos de trabajo que son las bases de esta creencia. E n la pequea produccin parcelaria la cooperacin se distingue por dos rasgos: -5s -Es de tipo simple. N o hay -divisin -de1 trabajo. eventual.
"

Manifiestan los autores ,que . . .en esas condiciones, el


ideal de autarka en la produccin, el individualismo, la dificultad Fara superar el horizonte inmediato y cotidiano de su vida, se desarrollan como consec.uencias directas del modo de produccin parcelaria". (Montoya, et. al.: 142). Es decir, que los ideales de autarca, etctera, se desarrollan a partir de los elementos sealados, la prctica productiva real. A pesar de esto, el desarrollo de las fuerzas productivas en la sociedad glo-

bal ha.superado los horizontes de la produccin purcelaria. & que la creencia -un elemento ideolgico- de q:ie todos tienQ tierras se deriva de un sistema productivo ya caduco y as esh separado del movimiento histrico real. Y por eso es una ide& logia falsa. Su existencia favorece a un grupo con ms tierra, un grupo dominante, pero los autores afirman que este grlipo da. minante es a su vez muy limitado en su poder. Aun.que les favorece que contine este elemento ideolgico, pcjrque impide el reconocimiento de que la colectivizacin del objeto de trabajo, la tierra, conducira a una explotacin ms racional, los autores no nos muestran cmo este grupo acta para mantener la creencia, la que se deriva de la estructura de produccin sin intervencin humana alguna. Debemos aceptar que esta ideologa brota de los elementos de cooperacin sealados? iQu valor tiene ser propietario? iCmo es la creencia de que todos tenemos tierias", un producto de la contradiccin entre el trabajo concreto?fNo ~ o d e m o s ver cmo este anlisis emprico enriquece a la teora que se ha propuesto, ni cmo la teora ayuda a esclarecer los procesos que el caso emprico ilustra. Los autores manifiestai; que la ideologa se deriva del proceso de trabajo y favorece a un grupo reducido que se beneficia de ella, pero quienes no la crean ni la mantienen. Y cabe entonces preguntarse, en qu consiste la explicacin? Creemos que en lugar de utilizar adecuaiamente su aparato terico, los autores dependen de un raciocinio mtico-analgico para fundamentar su anlisis de los materiales em~iricos. Este raciocinio busca relaciones homlogas entr? las descripcio* nes que ellos mismos hacen de las relaciones de produccin y las descripciones que de igual manera hacen de las actitudes ideolgicas (descripciones que en este ltimo caso consisten en nada ms que frases aisladas, extradas de conversaciones con campesinos) ( 2 ) . Si una descripcin de un mbito es homlocja con
(2) "Invitado por las preguntas del antroplogo
a efectuar una vuelta reflexiva y semiterica hacia su propia prctica el informante mejor informado prcduce un discurso que contiene dos sistemas de lagunas. E n tanto que es un discurso de la familiaridad. deja sin mencionar todo lo que pasa sin comentario; los co.lientarios del informante toman por sentado las presuposiciones que los agentes bistriccs toman por sentado.. . (informantes) inevitablemente estn sujetos a la censura inherente en el habitus, un sistema de esquemas de percepcin y pensamiento que n o pueden dar lo que da para pensar y percibir sin. ipso facto, producir un hpensable y un innombrable" (Bourdieu. 1977: 18). Los comentarios d e nuestros informantes no son datos capaces de ser analizados cientficamente hasta el momento e n que conocemos lo que dejan d e decir.
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la de otro, los autores nos sealan que la relaciin entre el proceso de trabajo y la forma ideolgica, en la quc sc presenta, es una relacin necesaria. De ninguna manera es esto un anlisis cientfico. El propio objeto de la investigacin, tc; decir la ideologa, se produce slo al relacionar las frases aisladas con los procesos de trabajo. No hay una definicin. ni una indicacin independiente de lo que podra ser la ideologa en s misma, tampoco se muestra en qu consiste su eficacia y as su razn de ser. Aqu volvemos nuevamente a la falta central de la seccin terica ,que sealamos anteriormente. El concepto de la ideologa no est desarrollado tericamente, con el resultado de que en la prctica, es decir, en el anlisis del fenmeno concreto, no se distingue la existencia propia de la ideologa, la que queda un mero reflejo, un fantasma, un ser sin razn ni objeto. Podemos ver mejor esta falta al comparar los c~mentarios de Gonzales de Olarte sobre el uso de las relaciones del compadrazgo, relaciones ideolgicas, por excelencia, en la economa parcelaria.

",. . .combina en su persona una cantidad de relaciones de pro-

Montoya

ha

escrito sobre el

campesino

aparcero:

duccin, generalmente tiene tierras propias pero en caiitidades producto al insuficientes; trabaja para proporcionar renta e dueo de otras tierras, y finalmente, puede ser osrero temporario. No es integralmente un campesino libre, pero tampoco est adscrito a una parcela y no ~ u e d e ser considerado plenamente como obrero". (Montoya, 1979: 92). A partir de estas aseveraciones de Montoya vemos que esta es una relnciin de transicin, en que debemos examinar el cambio de las categoras ccoiimicas e ideolgicas no capitalistas a las del capita!ismo. O sea, e1 surgimiento de la operacin del valor en sus diversas formas. Nuestro objetivo es mostrar la diferencia entre un raciocinio claro acerca del proceso ideolgico y otro que es oscuro, y dado que trabaja con homologa y analoga no rcvela conscientemente el verdadero objeto de la investigacin. De la ' descripcin de Montoya examinemos la frase . . . (el campesino aparcero) tiene tierras propias' pero en cantidades .insuficien> tes. . . . La econonia campesina, como todo el mundo conoce, es cclica en su demanda de la fuerza de trabajo, por la que la familia es la fuente.
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Una segunda premisa generalmente a c s ~ t e d aes que la composicin demogrfica de la kamilia determina la suficiente

cantidad de tierras para ella. A partir de estos principios econmicos podemos desarrollar varias posibiliaades: un campesino tiene ms tierras de las que puede trzbajar con cu familia, o no tiene suficiente para emplear y abastecer a ella. Las relaciones que le permiten establecer un equilibrio entre el tamao de su lamilia y la cantidad de tierra que posee son el rrabajo asalariado o la aparecera. Es decir, el campesino rico puede arrendar sus tierras o puede emplear peones para trabajarlas. Igualmente, el campesino t obre puede trabajar por un salario, no necesariamente en el campo, tanto como puede tomar chacras en aparcera. Para abreviar, ignoramos el caso del campesino pobre que usa dinero para a1,quilar chacras. Gonzales de Olarte ha construido un modelo terico que demuestra la dinaica de este sistema y sus intxrelaciones con el sistema de precios. El resultado de su anlis:~pone en claro que cuando al campesino pobre 1e;conviene participar en relaciones de aparcera, al campesinol;no le convizne disponer de sus tierras bajo esta relacin de produccin. Y cuando a este ltimo le conviene la aparcera, ella no le conviene a aqul. En general, el campesino rico se encuentra ms favcjtec~dodado que tiene ms control de las condiciones de trabaio, y, contrariamente, el campesino pobre se encuentra ms prximo a proletarizarse. Sin embargo, el campesino rico necesita mantener control sobre el campesino pobre:

. . .dicha proletarizacin no es conveniznte en trminos de los intereses de los campesinos con mjs recursos, pues estos necesitan de fuerza de trabajo para sus propias actividades; razn por la cual ceden parte de sus tierras bajo el sistema de aparcera, con el objeto de favorecer algunos "compadres" o "ahijados" que con ms terrenos para el cultivo se asalarian menos. Para dicho efecto la comunidad da el marco institucional o ideolqico - apropiado. (Gonzales de Olarte, 1979: 92).
En estas aseveraciones vemos claramente un ejemplo de lo que ms adelante sealaremos como la clave de la ideologa: en este caso, el campesino rico aparenta "favosocer" a su compadre cumpliendo las normas de reciprocidad que corresponden a la relacin de compadrazgo, y as mantiene las antiguas relaciones de produccin que lo benefician, y al mismo tiempo estorban la consolidacin de terrenos y la proletarizacin de los campesinos pobres.

Volvemos al estudio ideolgico del PPUII. Podemos ver el poco alcance de su anlisis al compararlo con !a intuicin del ejemplo de Gonzales de Olarte, a pesar de que este ltimo no enfoca principalmente la ideologa, sino slo en cuanto toca sobre la economa familiar. No obstante,su percepcir. del lugar de la ideologa adentro de la red de relaciones econmicas es ms profu~ida.La posibilidad de mltiples chacras a travs del uso de formas de parentesco ficticio o verdadero es un ejemplo de la articulacin de una forma ideolgica con un proceso econmico. Para Silveira y Lindoso, la realidad escondida debajo d e la ideo' loga de que todos - . tenemos tierras", ,queda fuera de la comunidad, en tanto qeu oculta los progresos de la humanidad en un determinado sectX ( Montoya, 1978b: 144), y precisamente por eso se la considera falsa. Pero realmente no se nos aclara por qu se encuentra oculta. iCu1 es la causa efectiva que mantiene esta creencia? Explican los autores . . .porque (el campesino) no pensar primero en el aumento de productividad sino que, al borrar la distincin fsica de su parcela, integrndola con las dems, sentir que pierde el dominio de su tierra" (ibd: 1 4 5 ) . En primer trmino hay que anotar que los autores han introducido otro trmino sin haberlo definido: "el dominio de la tierra". LESsu concepto o lo han extrado de las conversaciones con los campesinos? LES un trmino terico o un trmino que est explicado por la teora? En segundo lugar, quisiramos saber por qu el campesino no se da cuenta del aumento de la producporque es bruto? Y sealamos finalmente, que a partividad. LES tir del anlisis de Gonzales de Olarte, podemos ver cmo mecanismos ideolgicos contribuyen a mantener miriifuiidios para el inters de los campesinos ms favorecidos, los que aprovechan la reciprocidad que se da en el contexto de parentesco ficticio o verdadero. Sin embargo no nos vemos forzados a reducir la relacin ideolgica a un reflejo de1 proceso economico,
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As, 'nuestra crtica del anlisis de los mateziales empricos de PPUI se basa en que los autores pasan directamente de una descripcin de las relaciones de producci~a la explicacin de las formas ideolgicas, cuyas descripciones no son ms ,que la propia imagen de las relaciones productivas. N o profundizan ni en el estudio del carcter de las ideologas ni en el contexto social total en que se desarrollan. Los autores desconocen todas las relaciones intermedias tales como clientelas, facciones, y familias extensas que ejercen una influencia profunda en las so-

ciedades de transicin ( 3 ) . El desarrolo de las relaciones de cla. ses en el capitalismo es el desarrollo de la determinacin de 1; distribucin del trabajo por la relacin del valor. Concluirno: de ver un ejemplo en que este desarrollo se detiene, debido ; las posibilidaes ideolgicas, tales como las normas de recipra cidad que se dan en el interior del contexto de parentesco. Nc es fortuito que los autores no describen ni analizan las ideologas de poder, que se utilizan en las comunidades por faccione: y familias ,que compiten entre s mismas por 10s recursos comu, nales. La lucha entre mistis y comuneros si existe, como lo sealan, pero tambin existe la lucha entre campesinos ricos, que no se consideran mistis, y campesinos pobres y medianos. La formulacin de una teora d e la ideologa que eagloba estos problemas no procede a partir de suposiciones fciies acerca de relaciones de etnicidad ni en trminos de las clascs en un capitalismo desarrollado. Para describir la forma y funcin de las ideologas que se dan en este nivel intermedio -por ejemplo, la d e estructurar las percepciones de los habitantes de las comunidades agrcolas, respecto a los moradores de las punas (Isbell, 1978), o la de fomentar la solidaridad de los miembros de una comunidad con los de otras (Alberti, 1970), o la de disponer las actitudes de los m'smos miembros de comunidades entre s mismos (Foster, 1971), todos los ,que ejercen una influencia sobre las relaciones entre la economa globa! y el comportamiento particular de las comunidades- tenemos que describir mucho ms que las interacciones que forman sobre ia base de la distribucin de las tierras en la comunidad. Al nismo tiempo, la concepcin de ideologa propuesta en PPUI, la que no admite un sujeto que desarrolla, mantiene, o cclmbia la ideologa, no puede explicar por qu la gente necesita ocultar la realidad de su situacin ni por qu aceptan que otros se la ocult%n.La marca caracterstica de la ideologa es enfatizar ( u ocultar) a s p e c t ~ s esy de la prctica y de esta manera, simultpecficos del mundo
( 3 ) Usamos el trmino "sociedades de transicin'' en lugar de "sociedades en transicin"
por dos razones. E n primer lugar. estamos de acuerdo con las observaciones de Anbal Quijano (1979) acerca de l a equibocacin que el uso de la "en" conlleva. N o saberncs todava de donde ni hacia a donde van las formaciones part:culares. "En" nos hace pensar en esquemas como "sociedad tradicional. sociedad moderna" o "feudalismo/capitalismo" que, tal vez. n o sean apropiados para ni?estrl>s fines. E n segundo lugar. "en" tambien implica la nccin de que estas sociedades son histricamente breves cuando e n realidad las formas de transicin p ~ e d e ndur a r tanto tiempo como los estados con los que definimos los puntcs de par:ida y de llegada. Transicin es un trmino que se refiere al hecho de que las sociedades consideradas no tienen cabida en las categoras analticas que aplicamos al estudio del fenmeno concreto. n o es un trmino que describe al fenmeno en si mismo. (Esta aclaracin l a recibimos de Hctor Maletta. en comunicacin personal).

neamente, hacer desaparecer ( o aparecer) otros aspectos del mundo, y de este modo estructurar una actitud que por ser slo parcialmente cognitiva resulta tan resistente a las esfuerzos de la lgica y los programas de los polticos. E n la presentacin d e PPUI hay una ambioedad sobre lo .que quiere decir "la ideologa", como ya hemos sealado. De hecho, el primer paso en cualquier anlisis debe ser una descripcin de la forma en ,que la cosa se nos presenta primitivamente, la que Marx llam la forma universal abstracta, en La introduccin a la Crtica de la Economa Poltica. Debemos sealar que Marx empez su estudio con este tipo de descripcin: cualquier economa es la unidad d e produccin-distribucin-intercambio-consumo. De esta misma manera, debemos empezar con una descripcin general de la ideologa que extraemos del estudio de la experiencia cotidiana d e la realidad. N o p-demos empezar con un modelo desarrollado ,que corresponde a !a forma que Marx llam universal concreto. En PPUI hay dos nociones de la ideolosa: una nocin que es explcita y otra que es implcita. La nocifin explcita, como ya hemos demostrado, es ilgica, inconsecuente y eminentemente no cientfica. La otra nocin que se da en el anlisis, y la que, a nuestro juicio, revela la ideologa, con r . s claridad que la nocin basada en la elaboracin terica, se manifiesta por percepcin de la ideologa en su particularidad. Por .ejemplo, la arbitrariedad de las pirgas (no existe la necesidad material de ellas) que al percibirse como si fueran nec~sarias,estorban el desarrollo de una agricultura ms racional; o la creencia arbitraria de ,que "todos tenemos tierras" (podran creer que unos tienen muchas tierras y otros slo pocas) que, seqn los autores, encubre las desigualdades entre indios y mistis; o la creencia de que los dioses o espritus del agua, los apu, abastecen de agua a todos, y por lo tanto esconde la distribucin desigual de ese importantsirno recurso. Siempre que PPUI 30s brinda una buena intuicin sobre el universo ideolgico en Puquio es esta, la nocin implcita, y no la otra, la nocin explcita, que est en juego.
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Bases Adecuadas para el estudio de la Ideologa: La Teora de la Prctica (4)


Todo orden establecido tiende a producir (en grados diversos y con medios muy distintos) la naturalizacin de su propia arbitrariedad. ( Bourdieu, 1977: 164). La naturalizacin de un orden establecido. o en otras palabras, su legitimizacin, radica en la base de lac necesidades de su produccin y reproduccin. Sin embargo, est3 representacin ' de un orden establecido no se refiere necesaria~entea las relaciones econmicas" y cuyo reconocimiento implica una conciencia de las formas econmicas como se ha desarrollado junto con el capitalismo, la que ha permitido separar las relaciones econmicas del conjunto de las relaciones sociales consideradas en su totalidad. Creemos ,que en comunidades aridinas como las que se describen en numerosas etnografas, conunidades donde hay una gran cantidad de productores independientes que no necesariamente dependen del mercado, o que ecaso dependen exclusivamente de sistemas de relaciones personzles, all se ven severamente limitadas las condiciones que se requieren para un pleno desarrollo de una efectiva conciencia de lo econmico en sentido restringido. Adems de este, los mismos procesos de trabajo, carecen de un aspecto abstracto; la tempoxlidad de su representacin no toma lugar en el tiempo de produccin lineal que caracteriza al capitalismo ( 5 ) . sino, y especialmente en el csso de la produccin agrcola de baja productividad, el tiempo de tra4

Hctor Maletta ha argumentado que el Per no es un pais campesina basandose en un anlisis de varias fuentes estadisticas sobre urbanizacin, analfabetisro, auto* ' ?./ f consumo, etctera. (Maletta. 1979). Termina por preguntar sobre las fuerzas que ; proponen esta "ideologia de un campesinado". Para pedir prestado de una met:t. 7.- . fora de Lxi-Strauss que compara lo crudo y lo cocido con los estados de la na, ,.J \ 2. turaleza y la cultura, ncs da indigestin ingerir la gran cantidad cie datos crudos -.. i' que Maletta nos ha servido, sin haberlos preparado en la cocina de su contexto cualitativo. Imaginar que los pueblos serranos de dos o cinco mil habitantes son for' maciones urbanas demuestra poco conocimiento concreto del ambiente serrano donde casi todos los residentes de pueblos de es& tamao dependen de la produccin de sus chacras para obtener parte de su ingreso (la cantidad exacta nunca ha sido estudiado con cuidado). En general los eccnomistas que acusan a los antrop6logos de ser "cuentis:as" sufren de la enfermedad opuesta, la de ser contadores. Maletta debera considerar que las relaciones- de valor que nos ha explicado con tanta lucidez en sus trabajos anteriores son ms restringidas que lo que las estadsticas oficiales indican. (5) Todas las traducciones de Bourdieu en este articulo son del autor, Paul Dillon. quien se ha beneficiado de la ayuda amable y paciente de Giovanni Mitrovic del Area de Antropologis. PUC. Hemos incluido en un apndice los pasajes del original en ingls de los que hicimos estas traducciones.

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bajo est separado del tiempo de produccin, lo que hace d i f ~ cil realizar clculo^ de la productividad del trabajo. Estos dos aspectos de cualquier economa precapitalista tienden a impedir la percepcin de los procesos de reproduccin en trminos de los procesos econmicos en el sentido restringido. Todo ocurre como si la esencia de la economa arcaica se basase en el hecho de que la actividad econmica no puede admitir expresamente los fines econmicos hacia los cuales se orienta objetivamente; la "idol~trade la naturaleza" que hace imposible pensar en la naturaleza como materia prima, y en consecuencia, a la actividad humana como trabajo, es decir, como la lucha del hombre contra la naturaleza, tiende, conjuntamente con el nfasis sistemtico de los aspectos simblicos de las actividades y relaciones de produccin, a impedir que la economa sea captada como un sistema regido por las leyes de clculo interesado, la competencia, o la explotacin. (ibd: 171 ) . Los elementos para una teora de la ideolopa ,que el socilcgo francs Pierre Bourdieu ha propuesto, estn fundamentados en las evidencias etnogrficas de sus estudios sobre los Kabyle, un grupo de campesinos de Argelia. En su anlisis, Eourdieu muestra que los lazos.entre los diversos aspectos de la for.macin social de los Kabyle, como son el sistema de parentesco, el sistema de honor y respeto para la familia, las prcticas productivas de todo tipo, etctera, los que se suman en la estructura de la conciencia social que reconcilia las mltiples y a menudo conflictivas particularidades de su vira cotidiana. La fuerza del anlisis procede de la demostracin de la existencia ' de una lgica prctica" que est contenida en las races y n e tforas de su lengua, y en su comportamiento simblico no verbal, tal como sucede con la organizacin espacial de sus viviendas o sus formas de preparar la comida. Pero la existencia de este sistema de signos presupone, en cierta medida , su originalidad. Los Kabyle no son un grupo subordinado n i moldedo por los re,quisitos de un- grupo o cultura dominante de la sociedad global. Es decir, este grupo nunca perdi su pcder de autodefinicin simblica (sea reflexivo o no) por el hecho de ser conquistado; lo que s ocurri con los pueblos andinos. Asi, el sincretismo simblico que encontramos en los Andes y que podemos caracterizar ya sea tanto como maniobras simblicas de un grupo dominado, o ya sea como sistemas de c o ~ t r o lsimblico impuestos desde arriba (vase Wachtel, 1974), no introducen problema alguno en el anlisis de Bourdieu, Aunque l mencio4

na ligeramente el problema de dominacin cultural en varias secciones de su libro, jams enfoca directamente las posibilidades e implicaciones de que ciertos elementos del repertorio cultural sean negados al grupo, por las acciones de la clase dominante; efectivamente ,los Kabyle son una sociedad sin clases. Destacamos este carcter de la obra de Bourdieu antes de exponerla porque pensamos en su aplicacin al mundo andino. Con este fin, ,queremos indicar desde el principio sus limitaciones tanto como sus alcances para mostrar dnde necesitamos elaborar conceptos nuevos y originales. El anlisis de Bourdieu se conduce por las divisiones bsicas de la antropologa estructuralista de Lvi-Strauss, que se apoya en el anlisis de parentesco, por un iado, y en el anlisis de las representaciones mitolgicas, por otro. Pero Bourdieu efecta una modificacin clave a los prinipios ontolgicos para los . cuales la antropologa lvistraussiana se conoce como una antro- : . poloqa idealista. Veremos en seguida la naturaleza de esta moPara iniciar esta exposicin, ocupmoncs de la relacin de la reciprocidad y la teora que est fundada sobre la nocin del ciclo: prestacin-contraprestacin. Para Lvi-Strauss, quien contina en la tradicin establecida por Marcel Mauss, es una norma bsica de toda vida social que la prestacin o el don reclame de su receptor que lo reciba, en un momento, y que lo devuelva, en otro. Vista desde la perspectiva sociolgica, esa nore ma tiene un carcter positivo: si no fuera repazado el don, en+ tonces la unidad social en donde tuvo lugar se disolvera. As, para cualquier unidad social que consideramos, esa norma tiene un carcter absoluto y positivo. Sin embargo, el punto de vista del socilogo no concuerda absolutamente con el de los actores mismos que se encuentran en la situacin descrita por la teora de la reciprocidad. N o mirar ms all de la verdad objetiva del don, es 'decir del modelo, es postergar el problema de la relaciori entre la as llamada verdad objetiva, es decir la del observador, y la verdad que difcilmente pue,rie llamzrse subjetiva del intercambio; es desconocer el hecho de que los agentes llevan a 'cabo una secuencia de actos irreversibIes que el observador establece como reversibles. (ibd: 5).

"La :verdad que difcilmente puede llamarse subjetiva", es la verdad del agente mismo ,quien tiene el dther de devolver la prestacin. Lo q u e p a r a l irreversible, es reversible para el observador, es decir, que el observador formula la eqiiivalencia: prestacin = contraprestacin, mientras que el agente formula la equivalencia: prestacin = posibilidad de contraprestacin, sobre todo, con respecto al momento en que debe ser de"uelta la prestacin original.
Contamos con una gran cantidad de estudios sobre dirersas culturas del mundo y tambin sobre las de los Andes que nos muestran el papel fundamental que tiene ia reciprocidad para asegurar la reproduccin de los lazos economicac. y tambin las obligaciones y consecuencias sociales que conllevan esta forma de intercambio no mercantil. Veamos una descripcin:

. . .los Misti no pueden depender de ellos mismos para cumplir con sus actividades ~roductivasy que necesitan de la ayuda de los indgenas. Esta ayuda est retribuida por los Misti principalmente en dinero o en productos que son importados de afuera, pero estos no se entregan en una transaccin fra e impersonal, propia del sistema del mercado, sino en un contexto de obligaciones mutuas ,que no pueden ser medidas con criterios estandarizados. En este sentido los Misti tienen que ad3ptarse a las reglas de reciprocidad que son propias del intercambio de bienes y servicios entre los indgenas. . . Estos vnculos no slo se manifiestan durante las actividades productivas sino tambin en otros contextos como fiestas, intercambio de bienes, asuntos legales, apadrinamiento de matrimonios, etctera. En realidad, ~ u e d o decir que los Misti que mantenan estos vnculos eran !os ms exitosos en conseguir mano de obra cuando la necesitaban. (Ossio: 4 ) .
Otros investigadores del mundo andino han sealado el clculo interesado que reside en la base de la reciprocidad ( O r love, 1977; Simons, 1971). Donde Lvi-Strauss ha erigido un sistema para la comprensin de las formas de reciprocidad -,que es anlogo al anlisis del mercado que hizo A d a z Smith. es decir, a la existencia de "una mano invisible" qLe garantiza el equilibrio del funcionamiento del sistema-, Bourdieu propone un clculo interesado restringido por las necesidades prcticas de un sistema que no tiene un mercado para asegurar el suministro de los factores de produccin, sino que depende de rela-

cienes personales en las .que la reciprocidad necesariamente tie, ne lugar; y as, de un clculo interesado que utiliza equivalen, cias qlie la teora econmica moderna se ve forzada a rechazap: ,

El economicismo no conoce otro inters que el que ha producido el capitalismo por medio de una especie de aplicacin concreta de la abstraccin, 21 establecer universo de relaciones entre los hombres basado (como afirma Marx) en el brutal pago en efectivo. Por esto no hay lugar en los anlisis del economicismo y menos an en sus clculos para el inters estrictamente simblica ,que es ocasionalmente reconocido solo para reducirlo a la irracionalidad de la pasin o el sentimiento. De hecho, en un universo caracterizado por la interconvertibilidad ms o menos perfecta del capital econmico (en el sentido restringido) y el capital ciml~lico,el clculo interesado que conduce a las estrategias de los agentes toma indistintamente en cuenta las prdidas y ganancias que la definicin restringida de la economa rechaza inconscientemente como impensables e innombrables; es decir, como irracionales econ:nicametne. En resumen, en contra de las represen,iacianes idlicas de las sociedades "pre~a~italistas" ( o de las esferas culturales de las s0cieda.d capitalistas), 1a prctica jams deja de conformarse al clculo econmico aun cuando simula ser disinteresado al salirse de 13 15gica del clculo interesado. ( Bourdieu, 1977: 1 77).

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Esta enmienda a la teora de la reciprocidad nos conduce a examinar las estrategias concretas de los agentes dentro de todos los tipos de sociedades en donde prevalece "la norma de reciprocidad". Esto nos permite, adems, pasar ms all de la caracterizacin de las sociedades como mquinas autorreguladas y examinar los conflictos de inters que all se dan, sin que perdamos de vista a las estructuras, tales como la reciprocidad, las que se presentan como modelos de unidades meramente sociales y equilibradas, cuando en realidad no son ms que un escenario distinto dentro del cual el inters calculado busca lcgrar sus fines. De este n o d o eliminaremos la causalidad metafsica, o la ausencia de la causalidad, de los modelos estructuralistas y extenderemos ntlestro anlisis en la direccin que engloba instancias capitalistas en el mismo estudio junto con iiistancias no capitalistas.

El segundo dominio del estructuralismo levistraussiano, el

de la mitologa y de las representaciones conceptuales en general,


y io ,que, por lo tanto, tiene que ver directamente con el estudio de la ideologa, es objeto de una crtica que resulta complementaria de la que Bourdieu hace del anlisis estructuralista de la reciprocidad. Su punto de partida es sealar que existe uca equivocacin ,que se debe al punto de vista del observador, de la que se deriva una tendencia de objetivizar el fenmeno social de una manera tal que contradice la realidad que experimentan !os seres sociales a quienes se est observando. El objetivismo, manifiesta Bourdieu, concibe al objeto . . .como si fuera una tocdlidad destinada solamente para ser tratado ~o~noscitivamente". (ibid: 95) Lvi-Strauss ve, en los sistemas cognoscitivos de las sociedades primitivas, totalidades que forman un sistema cotxeptval cerrado y perfecto, anlogo al sistema de la geometra euclidiana. Es decir, el pensamiento en s mismo forma una totalidad qde supera todas las contradicciones que se encuentran tanto en la experiencia como en su propia actividad. Bourdieu indica el modelo del almanaque que hacen los antroplogos como una de las formas ms tpicas de esta prctica de totalizar las diversas representaciones que se encuentran en sus investigaciones de organizacin simblica ( 6 ) .
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Este diagrama lineal del ao agrario (como todo discurso) enmascara y revela simultneamente todas las dificultades .que se encuentran tan pronto como uno deja de considerar las relaciones prcticas de analoga y homologia separada ( o en pares) y sucesivamente, y al contrario intenta fijarlas simultneamente para acumularlas sistemticamente. (ibd: 1052105).

Esta sustitucin de un tiempo homogheo, lineal y continuo por un tiempo prctico compuesto de "islas de duracin cada una con su propio ritmo", y que dependen de la actividad que se efecta, impone una actitud hacia la temporalidad que es opues: ta a la actitud que ocurre en la prctica ( 7 ) . Aun,que esta sistematizacin sea un aporte fundamental del quehacer de las ciencias culturales, conlleva el peligro de que el objeto terico que construye el observador oculte :el objeto prctico y real que existe para las personas del grupo observado. Por estas razones Bourdieu busca el mbito prctico en donde se realizan todas
(6) Con respecto al desarrollo de nuestra concepcin del tiempo vase E.P. Thompson.
(7)
"Tiempo. Disciplina de Trabajo y Capitalismo Indi?strial?" en Tradicin, Revuelta y Conuencia de Clase, Barcelona, ed. Critica Grijalbo. 1979. ibid.

las formas simblicas y cognoscitivas: lo que l denomina, el habitus: Las estructuras constitutivas de un tipo particular de medio ambiente (por ejemplo, las condiciones de la existencia que caracterizan una condicin de clase), producen habitus: sistemas de disposiciones duraderas substituibles, estructuras-estructuradas predispuestas para funcionr como estructuras que estructuran, o, es decir, como principios de generacin y estructuracin de prcy representaciones que pueden ser objetivamente ticas <' ' reguladas" y regulares" sin que de modo alguno sean el producto de la obediencia a reglas, objetivamente adaptadas a sus metas sin presuponer una bsqueiro consciente de fines, o sin presuponer un manejo explcito de las operaciones necesarias para lograr estos fines, y, adems de todo esto, orquestadas colectivamente sin ser el producto de las acciones de un director de orquesta. (ibd: 72).
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Disposiciones es la palabra que Bourdieu utiliza para designar las actitudes estructuradas de cualquier tipo. Estas son una transformacin de la idea d e estructura que emplea LviStraucs en tanto que poseen las caractersticas de oposiciones (crudo/cocido, seco/hmedo, cerrado/abierto, joven/nciono, macho/hembra, etctera), slo qiie en la formulacin de Bourdieu no se derivan de principios de organizacin mental, sino que son actitudes pricticas y corporeales. Son sustituibles en tanto que las actitudes estructuradas que se emplean en un dominio prctico se pueden trasladar para organizar la prctica o la ideacin en otro dominio. Las disposiciones que se derivan de los procesos de cocinar tambin pueden aplicarse a las operaciones de coser, de hacer intercambio, de sembrar, o de contraer matrimonio. Igualmente, las disposiciones que se sugieren en las actividades prcticas que pertenecen a estos ltimos dominios pueden servir para orientar la actividad de cocinar. E s muy importante sealar que la totalidad que se puede formar al reunir grupos de oposiciones es una construccin no necesaria para que las disposiciones cumplan su papel de proveer las repreientaciones del mundo. Su unidad potencia1 reside en la unidad de las condiciones de produccin y reproduccin que se reflejarn al elaborarse en totalidades. As vemos que sin hacer esta aclaracin, los mecanicistas, tales como Silveira y Lindoso, no tratan bien acerca de la ideologa cotidiana y no elaborada; se vuelven

mecnicos en su anlisis y pierden de vista el carcter fluido de la conciencia social concreta. E n cambio, al desarrollar una concepcin que vincula las perspectivas estructuralistas y tambin las de la fenomenologia, Bourdieu no ha abandonado el terreno del materialismo. Su teo+ ra de la conciencia social vuelve al seno de las "Tesis Sobre Feuerbach": concibe "la realidad, la sensualidad" como acti+ vidad humana, sensual, prctica":
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E l habitus es el producto del trabajo de inculcacin y apropiacin necesario para que aquellos productos de la historia colectiva, las estructuras objetivas (el l e ~ i g u a j ~ , la economa, etctera) tengan xito en reproducirse ms o menos completamente, en forma de disposiciones duraderas en los organismos ( a los que se pucd- lla- . mar individuos, si as se quiere) permanentemente sujetos a las mismas condiciones y por lo tanto ubicados en las mismas condiciones materiales de existencia. (ibd: 85). Lo importante, y algo que tenemos que tomar siempre en cuenta, es que el habitus es precisamente la forma en que se nos presenta la totalidad estructurada de las relaciones sociales. Y en estos trminos, este concepto est de acuerdo con la caracterizacin general de la ideologa ,qUe Althusser ha propuesto, sin embargo, no implica el idealismo de este filsofo:

y T o d o sucede como si para existir como seres s ~ c i a l e s activos en la sociedad que condiciona toda su existencia, necesitaran disponer de cierta representacin de su mundo, la cual puede permanecer en gran parte inconsciente y mecnica, o al contrario ser consciente y reflexiva, ms o menos ampliamente. La ideologa aparece as cos mo una cierta representacin del mundo que liga a los hombres con sus condiciones de existencia y a los hombres entre s en la divisin de sus tareas, y la igualdad o desigualdad de su suerte. . . (Althusser, 1974: 48).
La unidad aparente de la representacin esconde precisamente las contradicciones existentes en e1 mundo. El error de los estructuralistas ha sido buscar la unidad del modelo en s mismo, cuando SI? debe buscar en la prctica, la realidad, que es la actividad humana. Aunque las varias estructuras y dominios ideolgicos son relativamente independientes y sin estar totalmente

coordinados, podemos percibirlas como una totalidad coherente, ". . .porque en ltima instancia son generados por las estructu, ras objetivas, es decir las bases econmicas de la formacin so, cial". (Bourdieu, 1977: 83).

La forma insiitucional de estas estructuras-estructuradas que proporcionan nuestra representacin del mundo. en trminos sociolgicos. define el modo de dominaan que se da en la formacin social. Bourdieu desarrolla una distincin entre los sistemas de dominacin que se reproducen sin necesitar la accin e intervencin constante de los individuos y los que la requieren. En esto podemos ver una ampliacin fructfera de una nocin clave del anlisis marxista, E n la sociedad capitalista, en contraste con cualquier otra formacin social, la reproduccin de los medios de produccin, y tambin de las relaciones tcnicas de produccin, por medio de la circulacin de mercancas, con- : llevan la reproduccin de las relaciones sociales de ~roduccin: !as relaciones entre clases ( 8 ) . En forma parecida, en sociedades donde existen sistemas institucionalizados de prodcccin y circulacin de bienes simblicos, sistemas cuyas historias van desde el desc~brimientode la escritura hasta los niveles ms desarro!laclos de la preparacin acadmica, el sistema tiende a reproducirse y mantener vigentes las definiciones y estructuras con las cuales domina la vida cultural de la sociedad. Reproducimos aqu un pasaje cuya pertinencia al tema tratado es incuestionable, y justifica el extenso espacio que le concedemos:
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E n las sociedades que no poseen un mercado autorregulado ( e n trminos de Karl Polanyi), ni sistemas educacionales, ni aparato jurdico, ni Estado, se pueden establecer y mantener relaciones de dominacin nicamente a costa de estrategias que deben ser renovadas constantemente debido a que las condic'iones requeridas para una apropiacin duradera y mediada del trabajo, servicios, u homenaje de los otros agentes, todava no se hzn reunido. E n contraste: la dominacin no requiere ejercerse en una forma personal y directa cuando est' implicada en la posesin de los medios (capital econmico o cultural) para la apropiacin de los mecanismos
(8) Pierre-Pliillippe Rey ha enfatizado que esta caracterstica de la economa capitalista es la clave para distinguirla de los sistemas precapitalistas. Tambi5n creemos que las caractersticas que Bourdieu describe de los sistemas autorreproductores de 1.3 ideologia es un mtodo valioso para distinguir entre formaciones sociales donde existe el Estado y aquellas donde no existe.

de la esfera de la produccin y de la produccin cultura!, que tienden a asegurar su propia autorreproduccin por su propio funcionamiento, independientemente de cualquier intervencin deliberada de los agentes. De este modo uno encuentra los fundamentos de tcdas las diferencias pertinentes entre los modos de dominacin en el grado de objetivizacin del capital social acumulado; es decir, en forma muy abreviada, entre, por un lado, universos sociales en los cuales se hacen, se deshacen y se vuelven a rehacer al interior y por las inte racciones entre personas, y por otro lado, formaciones sociales en las cuales, y mediadas por mecanismos objetivos e institucionalizados como los que garantizan y producen la distribucin de ttulos (ttulos de prcpiedad, ttulos de nobleza, ttulos acadmicos, etctera), as relaciones de dominacin poseen la opacidad y permanencia de cosas y escapan al alcance de la conciencia y el poder individual. La objetivizacin garantiza la permanencia y acumulabilidad de las adquisiciones materiales y simblicas, que de este modo pueden subsistir, sin que los agentes tengan que recrearlas continuada y completamente a travs de acciones deliberadas, sino que, debido a que las ganancias de esas instituciones son objeto de apropiacin diferencial, la objetivizacin tambin inseparablemente asegura la reprodi_iccin de la estructura de la distribucin del capital, que en sus varias modalidades es la condicin previa para dicha apropiacin, y al hacerlo reproduce las estructuras de las relaciones de dominacin y dependencia; (ibd: 183- 184). Durante cuatrocientos aos 13 sociedad andina ha estado caracterizada por una mezcla de modos de dominacin; sin embargo, en la medida que estudiamos comunidades o agrupaciones campesinas en las cuales los recursos importantes para la reproduccin del grupo son la tierra y la mano de obra o f i l a za de trabajo, y en las que la proctica de trabajo asaldriado se encuentra restringida por diversas razones, confrontamos una situacin en la que, las formas ideolgicos reclaman la intervencin continua de los miembros. Adems, el proceso mismo de ingresar al mbito en que es posible la objetivizacin del tapiz tal simblico, implica necesariamente un cambio de modo de produccin, y por consiguiente la adopcin de valores culturales nuevos.

El problema de la transicin de regmenes p r e c a p i t a l ~ ~


tas a capital:stas, en la forma en ,que lo hemos enfocado, radica en la creciente restriccin y desenmascaramiento del clculo ini dividual puro y la aceptacin d e esta forma de clculo como una base legtima de comportamiento social en el interior del grupo, Por lo general, el clculo en trminos de dinero es una forma importafite en que la transicin en las bases econmicas -los cambios a las fuerzas y las relaciones de produccin- se manifiesta en la conciencia individual. En contraste con esta situacin, el clculo en las economas arcaicas o naturales presupone equivalencias entre elementos derivados de distintas instancias d e la formacin social. El prestigio, especialmente, es de un valor comparable con la posesin de bienes de cualquier tipo y por lo tanto es directamente convertible en otros bienes mientras que no es posible la operacin inversa, la transformacin del dinero en prestigio. E s importante destacar de nuevo que lo que proponemos sobre la base de la teora de Boilrdieu no regresa a los postu!ados de otros tipos de racionalidad ( 9 ) , sino quc exacmina las formas de comportamiento interesado que, a pesar de ser econmico" en sentido amplio, . . .toman en cuenta indistintamente ganancias y prdidas que rechaza la definicid > econmica en el sentido restringid^. . . , es decir, formas de clculo que prevalecen en sociedades precapitalistas y en los dominios de produccin cultural en las sociedades capitalistas; E n el universo de discurso generado en la prctica cotidiana d e la sociedad capitalista, las diferencias en categoras sociales pueden ser pensadas por las distinciones entre las posiciones respectivas de los agentes en el proceso de produccin y circulacin de mercancas (materiales o simblicos). T a l conceptualizacin o representacin d e las diferencias sociales es casi imposible en el interior de sociedades precapitalistas, n a s bien se piensa sobre la relacin de los agentes al sistema productivo en trminos derivados de un orden social. En las sociedades de transicin las estructuras que proveen las representaciones de relaciones sociales comparten elementos de los dos sistemas, y, como ya hemos indicado, hay tambiPn un inters en determinar cul de los dos sistemas ser el eiegido: las representaciones precapitalistas convienen a agentes especficos y en ocasiones dadas. Este problema ya lo indic Marx:
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(9) Otros tipos de racionalidad han sido propuestos desde que Ferdinand Tonnies propuso la voluntd natural y la voluntad racional como distinciones entre formas de accin social correspondientes a sociedades tradicionales y sociedades modernas. Es
tambin uno de los aportes de la teoria weberiana y sur variantes modernas.

En todos los dems campos, nuestro pas (Alemania), como el resto de la Europa continental, no slo padece los males que entraa el desarrollo de la produccin capitalista, sino tambin los que supone su falta de desarrollo. Junto a las miserias modernas, nos agobia toda una serie de miserias heredadas, fruto de la supervivencia de tipos de produccin anti,qusimos y ya caducos. con todo su squito de relaciones polticas y sociales anacrnicas. No slo nos atormentan los vivos, sino tambin los muertos. (Marx, 1974: xiv). Resumamos los puntos fundamentales que hemos intentado sealar:

1 . El problema clave en el estudio de la ideologa en las formaciones sociales de transicin es la relacin entre el clculo puramente econmico y el clculo que necesariamente conlleva consideraciones sociales o metaeconmicas.

2. En las sociedades que carecen de formas institucionalizadas para la creacin y transmisin de bienes culturales, o donde estn slo parcialmente desarrolladas, el mantenimiento de capital simblico (prestigio, por ejemplo) es un proceso en el que el individuo se encuentra empeado continuamente.

3. Los mtodos para mantener este capital social o simblico tienen dos enfo,ques en torno de los que este capiral asud e un valor: en primer lugar, un sistema cognoscitivo, organizador de actitudes y percepciones, que est enraizado en las prcticas cotidianas y que se expresa como un lenguaje del comportamiento total. En. segundo lugar, un sistema de intercambio entre los miembros del grupo que se encuentra determinado por una norma de reciprocidad. Sin embargo, esta norma no se debe considerar como una ley absoluta sino ms bien como una regla del juego que se ignora cuando es conveniente y factible.
Podemos decir que el primer enfo.que es la representacin del mundo que liga a los hombres con sus condiciones d e existencia", en las palabras de Althusser, y que el segundo es la forma de dominar y asegurar el acuerdo del grupo con una interpretacin especfica o representacin general en ausencia d e medios coercitivos o institucionalizados. N o pretendemos haber presentado una teora desarrollada de la ideologa. Hemos enfocado, a partir de las ideas de
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Ejourdieu, la articulacin de la produccin de bienes culturales en diversas instancias, es decir, hemos bosquejado una estructu, ra abstracta comparable (aunque no tan desarrollada) con la caracterizacin econmica abstracta: produccin-distribuci~~ intercambio-consumo, con lo cual concebimos cualquier modo de produccin en general. Con esto esperamos haber sealado un punto de partida para el estudio d e los particulares concretos de la ideologa, tales como, en el caso de los pueblos andinos, las creencias asociadas con los santos, las creencias en deidades te: 1-restres y figuras mesinicas, las representaciones de parentesco real y Ficticio, los sistemas de cargos y de fiestas, etctera. Slo despus de haber llevado a cabo la investigacin de dichos particulares concretos, desde esta perspectiva. esperamos elaborar una teora de la ideologa and&a. Tambin es importante indicar que nos ocupamos tanto del proceso ideolgico como del problema del origen de las ideologas. E ~ i e n d e m o sel proceso ideolgico como la artiiuiacin d e representaciones del mundo con relaciones econmicas. Contiene aspectos que derivan de los procesos del trabajo de apropiacin nlaterial tanto como de las luchas polticas en las que ingresan las entrategias conscientes de los agentes; los cuales escogen e intentan hacer que otros escojan una representacin especfica del conjunto de representaciones potenciales. La relacin entre estos aspectos es dialctico, en tanto ,que las condiciones materiales determinan hasta qu punto es posible que una representacin sea sostenida como autntica. Anteriormente hemos enfatizado ,que una caracterstica fundamental de la id-eoolga es que hace que lo arbitrario aparezca como si fuera necesario. Por supuesto, tal caracterstica d e las formas ideolgicas no es reconocida por los miembros del grupo: tal reconocimiento sera un contrasentido. Podemos formularlo tambin en otras palabras: la ideologa hace que el mundo social, producto de las actividades humanas, asuma la forma del mundo natural, una forma fetichizada o cosiEicada. Esto es el estado normal de toda conciencia. D e este modo, los productos del habitus aparecen como si no fueran productos de las propias actividades del grupo. E n el capitalismo, como seal Marx, las relaciones entre hombres aparecen como relaciones entre objetos muertos; la ganancia del capital, producto de la relacin social definida por la plusvala, aparece como si fuese el producto de las formas materiales de las rn,quinas y de la tecnoloqa. La situacin es distinta donde las relaciones entre hombres son directas: en este caso son fetichizadas en la
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Forma de "hechos de la naturaleza" aunque sea una naturaleza mistificada y mitica, una naturaleza que incluye espritus y poderes sobrenaturales. Una de las fuentes a n t r ~ p o l ~ i c a ricas s en materiales" para el estudio de la ideologa a las ,que Montoya. sin haber Ilombrado ni aprovechado, aludi (vase arriba p. 7 ) es Witchd craft, Oracles and Magic &nong the Azande por E . E . Evanspritchard . ( Evans-Pritchard, 1968, 1976) . En este libro EvansPritchard nos muestra claramente cmo las definiciones culturales, los sistemas ideolgicos en sentido amplio, funcionan como si fueran hechos objetivos. El libro trata de las creencias en bruJ i .1 2 jos, y en los orculos. Para los Azande el mundo se vuelve 1 teligible a partir de las explicaciones que se derivan de este sis; tema. Cualquier desdicha ,que interrumpe la vida normal, por ejemplo la deslealtad de una esposa, una enfermedad, o la muerte en s misma, es inteligible como el resultado de un acto de brujera. Empleamos la palabra inteligible para aclarar la funcin de este sistema de creencias, dado que los Azande s entienden las explicaciones sobre la causalidad natural que dan razn a los contratiempos que experimentan: un herido se debe a una cada, la casa se incendi porqze alguien coloc la lmpara encendida demasiado cerca del techo de paja, etctera. Slo que estas explicaciones no dan razn a la pregunta que preocupa al hombre Zande: Por qu me ha pasado a m esta desdicha? Las creencias en la brujera hacen inteligible en tanto que le dan una respuesta, en la forma de una representacin del mundo en donde los brujos causan todas las calamidades, sobre sta otra pregunta: el del porqu? existencial.
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El sistema de creencias no es interna y lgicamente coherente desde el punto de vista cientfico. Los orculos responden a los interrogatorios de los Azande en formas que son internamente contradictorias, es decir, al principio dicen que una persona ha cometido un acto de brujera y luego dicen ,que no lo ha' hecho, y tambin en formas que son contradictorias con la experiencia. La clave para entender el sistema es su carcter prctico: confiere una representacin del mundo a la experiencia de la existencia a la cual da sentido. As no se ven las contradicciones. No hay percepciones generalizadas del sistema; sino ste est siempre dirigido hacia problemas existenciales ~ a r t i c u lares. Por esto los Azande no tienen inters en explicar o desarrollar las concepciones metafsicas que lgica y necesariamente implica los postulados prcticos de la brujera (Evans-Pritchard, 1968: 331 ) . Dado que las concepciones se confunden en todos

los aspectos de la vida cotidiana, cua1,quier argumento lgico que las pudiera subvertir, al ser traducido al sistema conceptual y lingstico de los Azande, apoya la estructura total del pensb miento. Cuando la experiencia contradice la interpretacin dada por los orculos, el hombre Zande no pregunta sobre la validet d e las creencias en brujos y orculos sino que cree que su propia exwriencia es particular e inadecuada. (ibd: 120). Evans-Pritchard no pretendi mirar este sistema conceptual en sus articulaciones con cua1,quier otro aspecto de la so, ciedad Zande. Sin embargo, en algunas secciones de su libro nos indic cmo el sistema mantiene la dominacin masculina, Las economas polticas del linaje ( l o ) , dependen de la dominacin del hombre sobre la mujer y de los ancianos sobre los jvenes. Es obvio que la base de esta dominacin no es la fuerza fsica ni el conocimiento acerca de las fuerzas y los medios de la prodcccin que tienen los ancianos. De hecho el nico co-' nocimiento que requiere un aprendizaje largo en las condiciones materiales, caracterizados por su bajsimo nivel de desarrollo de las fuerzas productivas, son los conocimientos ideolgicos (genealogas, frmulas rituales, tcnicas para interpretar los orculos, etctera) (vase Meillasoux, 1978). Para los Azandc, antes de que fueran sometidos a la dominacin inglesa, el orcu!o principal, el orculo de veneno, por cuya evidencia se poda sentenciar a muerte en juicios sobre adulterio, es accesible nicamente a los hombres. Lo nico que una mujer tema era el orculo de veneno. Adems, la posicin de la mujer en la sociedad Zande se encuentra profundamente empeorada por esta separacin de las fuerzas msticas que tienen tanta influencia en e! bienestar general. Bourdieu ha sealado que cuando existe una correspondencia entre el rgimen objetivo y los principios de organizacin subjetiva, el mundo natural y el -mundo social poseen el carc(10)
L a economia poltica del linaje e s el nombre que varics antroplogos marxistas emplean para indicar las relaciones de dominacin y control del trabajo excedente e n sociedades autosuficientes. basadas en la agricultura primitiva o en la caza. pesca y recoleccin. N o tiene que vcr directamente con el linaje entendido e n su sentido antropolgico. sino con principios de una economia politica dcnde la unidad domestica (correspondiente a cualquier sistema particula; del parentesco) es la cilula bsica de la organizacin social. Esencialmente esta nocin llena el vaco prmcipal de la teoria que consiste no tanto en ignorar los factores externos ccmo Oesconocer la explotacin en el seno de la unidad domstica. El famoso c o n c e p t ~ chaycnoviano "la autoexplotacin campesina'' esconde una explotacin profuncia de las mujeres y los jvenes en la economia campesina que sigue teniendo importancia en la actualidad.

inundo

ter de ser "dados por sentado", es decir, una experiencia del de las tradiciones como un mundo natural.

Esta experiencia Bourdieu denomina doxa. Doxa es la naturalizacin de cualquier orden establecido. En las sociedades @mitivas las representaciones de la naturaleza son indistinguib l e ~de las representaciones de la sociedad ( 11 ). Estas naturalizaciones existen tambin en el mundo moderno en formas que nos escapan. La divisin de la di.iracin de la vida humana en edades y la relacin de estas edades, estados naturales, con las habilidades y poderes sociales, es un ejemplo. (Bourdieu, 1977: 1.65) . Como ya hemos sealado hay una relacin dialctica entre las condiciones materiales, que incluyen por supuesto, las relaciones sociales de produccin y las formas ideolgicas especficas. En el Origen de la Familia, la Propiedad Privada y E l Estado, Engels asocia el desarrollo del Estado basado en la propiedad privada con la experiencia de las contradicciones prcticas de aplicar leyes derivadas de un orden social basado en el parentesco, a la situacin concreta que ocurra en Grecia, donde un desarrollo mercantil haba colocado a multitudes de forneos en contacto diario. Este cambio en las condiciones materiales posibilit plantear que el orden ya vigente, y que se represent como un hecho natural, era un producto humano que los humanos tenan la capacidad de cambiar. E s importante mostrar cmo la base material, las estructuras objeti-. vas, determinan qu estructuras o ideologas son compatibles con ella. Si el anlisis hecho hasta ahora es correcto, y abandonamos como innecesaria a la determinacin de la base material, llegaremos necesaria y falsamente a la idea de que el mundo en su totalidad es el producto de una conciencia absoluta, sea el Espritu Absoluto de Hegel, o el Ego Trascendental de Husserl, o la nocin de estructuras trascendentes que se encuentra en los estudios de Lvi-Strauss. La pregunta prctica de las posiciones que se encuentran implicadas en una forma particular de la vida que se genera por el "contacto cultural" o por la crisis poltica y econmica asocizidas a la divisin de clases, no
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El estudio de la unidad de representaciones de la naturaleza con los de la sociedad, en formaciones sociales primitivas. s e inici con la ya clsica Clasificacin Primitiva de Emile Durbeim y Marcel Mauss. Desde entonces este tema ha tenido un lugar central en el-&lsiS' antropolgico, y, en este sentido, merece por lo menos un estudio bibiiogrf<c.

es la mera operacin intelectual, que la fenomenologia indica con el trmino epoch, la deliberada y metdica suspensin de la adherencia ingenua al mundo. La crtica que trae a la discusin 10 que nunca se discute, que formula lo .que nunca es formulado, tiene como c ~ ~ d i c i ~ para su posibilidad crisis objetiva que al rom?rr el enlace inmediato entre las estructuras subjetivas y las estructuras objetivas, destruye prcticamente su autoevidencia.

Es cuando el mundo social pierde su carcter d e fenmeno natural que preguntas sobre el carcter convencional o natural de los hechos sociales pueden ser formuladas. (ibd: 165).
En cambio, si abandonamos la idea de que los hombres son quienes crean y efectan los cambios en Ics principios de la organizacin subjetiva, perdemos de vista toda la nocin de praxis, la unidad de condiciones objetivas con sus representaciones subjetivas. E n el contexto de la teora revolucionariii, la que es la nica que tiene sentido para una antropologa marxista, no tienen cabida estas formas del materialismo vulgar. "La doctrina materialista de que los hombres son productos de las circunstancias y la crianza, y que por eso, los hombres transformados son productos de circunstancias distintas y una crianza trans-, formada, olvida que son los hombres los que cambian las circunstancias y el educador tambin necesita educacin". ( M a r x : Tercera Tesis Sobre Feuerbach) . La ~osibilidad de efectuar cambios sociales en situaciones particular& depend e d e las condiciones objetivas; o como se ha manifestado en PPUI, consideramos que la agricultura parcelaria es irracional pcrque hay avances en la agricultura en comparacin con las que la producccijn parcelaria es una forma atrasada. Pero el hecho de esos avances no asegura que sea del inters del pueblo, ta! como conciben este inters, implementarlas ( 1 2 ) . Sealar que una ideologa es falsa por estar asoci,ada con una forma d e pro* duccin ya czduca no es decir mucho sobre la ideologa. En una sociedad de clases la lucha para imponer y asegcrar las ~nterc pretaciones de las condiciones objetivas reacciona con estas conc diciones: apoya o inhibe a las tendencias histricas. Pero es cierto que las clases dominadas tienen inters en desenmascarar la arbitrariedad de lo ,que se acepta, mientras < que las clases dominantes tienen inters en defender la doxa, . . . o al menos, establecer en su lugar un substituto necesariamente imperfecto: la ortodoxia". (Bourdieu, 1977: 169).
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Conclusiones Empezamos esta crtica del estudio de la ideologa con la afirmacin de que una antropologa totalizadora era una posibilidad no realizada en la actualidad aunque todos los elementos estn presentes para crearla. Para concluir, volvamos brevemente ' a esta idea. Una antropologa totalizadora ssrvira a los miembros de los grupos dominados para desarrollar su lucha ideolgica y esclarecer la forma en que los productos culturales los oprimen y los limitan. tambin cmo valorizar aquellos productos y procesos culturales que les alientan. Los mxxistas estn acostumbrados a olvidar ,que Marx nunca hizo un anlisis de los sistemas culturas comparables con su crtica de la economa poltica. (vase su carta a Engels del 2 de abril de 1851 en la que admite ser aburrido de la economa y listo para emprender el estudio de alguna otra ciencia, unos diecisis aos antes de terminar sus estudios netamente econmicos; Marx, 1 974: 66 1 ) Vemos claramente cmo la economa de Marx ha sido una arma en la lucha de las clases dominadas por el capitalismo. Prsponemos una antropologa que podra desempear un papel anlogo para las formas culturales. Pero insistimos que esto no es algo que hemos heredado de la tradicin marxista, aunque en esta tambin encon tramos elementos para su desarrollo. Tal vez el hombre ,que ms se ha aproximado a la idea que tenemos es Paulo Freire. Una comparacin de las ideas que l ha desarrollado, por ejemplo, en el libro Pedagoga de los Oprimidos, demostrar una convergencia marcada con !as ideas que hemos avanzado ' aqu. Las nociones centrales de Freire, <' "situaciones lmites", situaciones-actos", universos temticos", etctera, tienen su correlato en las ideas que Bourdieu elabora y ,que hemos utilizado con referencia. particular al estudio de la ideologa. Como Bourdieu, Freire reconoce que . . .las situaciones lmites implican la existencia de personas que son beneficiadas, directa o indirectamente, para esas situaciones y las que son negadas o limitadas por ellas". No obstante sus intuiciones fundamentales, creemos que la metodologa de la liberacin y concientizacin que Freire propone adolece de una teora inadecuada de sus conceptos bsicos. Hay una metcdologa de cmo iiiiciar los dilogos en el interior de los grupos dominados, pero no hay una teora del fenmeno cultural que puede guiai a los pedagogos de los oprimidos para comprender la relacin entre <' las ideas confusas" que reciben de las masas y las ideas claras" que deben devolvrseles. Con esta carencia lo normal es que los pedagogos (por ejemplo, los militantes de la Revolucin
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Cultural en China) utilizan simplificaciones equivocadas del sentido de las ideas confusas, caricaturas que mayormente se derivan de un anlisis simplista de las relaciones sociales entre clases. La visin que Freire nos da del hombre como "creadop del mundo", tambin tiende a esconder los lmites de invencin inscritos en las condiciones materiales ms all de su lugar en la lucha de clases. Sin embargo, una antropologa totalizadora, producida por la gente misma en un dilogo guiado por las teoras que hemos bosquejado en este artculo, sera un apoyo de la pedagoga de la liberacin. Seria una antropologa que dialcticamente se vuelve su propia negacin y que circulara tanto en el seno de los grupos estudiados, como entre los profesionales acadmicos que los estudian.

APENDICE:

p. 1 1 , nota O: Invited by the anthropologist's questioning to effect a reflexive and quasitheoreticai return on to his own practices, the best-informed i~iformant produces a discoure which compuunds two opposing systems of lacunae. In so far as it is a discourse of familarity, it leaves unsaid al1 that goes without saying. . . (the informant's remarks) . . .' are inevitably subject to the censorhip inherent in their habitus, a system of schemes of perception and thought which cannot give what it does give to be though and perceived without ipso [acto producing an unthinkeable and an unnameable. (Bourdieu: 18).

Every established order tends to produce (to very different degrees and with very different means) the naturalization of its own arbitrariness. (ibid: 164).

Everything takes places as if the essence of the "archaica" economy lay in the fact that economic activity cannot explicitly acknowledge the economic ends in relation o which it is objectively oriented: the "ido!atry o E nature which makes it impossible to think of nature as a raw material, or. consequently, to see human activity as labour, i . e . as rnan's struggle against nature, tneds. together with the systematic emphasis on the symbolk aspect of he activities and relations of production, to prevent the economy from being grasped a s an economy, . e. as a system governed by the laws of interested calculation. competition, or exploitation. (ibid: 171-172).

T o stop. short at the "objective" truth of the gvt, i . e., the model, ic to set aside the question of the relationship between so-called objective. since it represents the oficial definition of the subjective experience of the exchange; it is to ignore the fact that the agents practise a s irreversible a sequence of actions that the observer constitutes a s reversible. (ibid: 5).

Economism knows no other interest than that which capitdism has produced. through a sort of concrete aplication of abstraction, by establishiq a universe of relations between men and man based. as Marx says, 09 "callous cash payment". T h u s it can find no place in its analyses, stiil less in its calculations. for the strictly symbolic interest which is occasionally recognized only to be reduced to the irrationality of feeling or passion. In fact, in a universe characterized by the more or less perfect interconvertibility of economic capital (in the narrow sense) and symbolic capital, the economic calculation directing the agents strategies takes i n d i s s o ~ i a b l ~ into account profits and losses which the narrow definition o ecoiiomy unconsciously rejects as unthinkable and unnameable; i. e . as economically irrational. In short. contrary to the idyllic representations of "pre-capitalist" societies ( o r of the cultural sphrere of capitalist societies), practice neverceases to conform to economic calculation even when it gives every appearance of disinterestedness by departing from the logic of interested calculation (in the narrow sense) and playing for stakes that are non-material and not easily quantified. (ibd: 177).

This linear diagram o the agrarian year (like al1 discourse) a t once masks and reveal the difficulties that are encountered a s soon as oue ceases to take the practica1 relations of analogy or homology singly (or in pairs) and successively and endeavours instead to fix them simultaneously so as to cumulate them systematically. (ibid: 105).

T h e structures constitutive of a particdar type o environment (e.g. the material conditions of existence characteristic of a class condition). produce habitus, systems of durable, transposeble dispositions, structured structures predisposed to function a s structuring structures. that is, a s principles of the generation and structuring o practices and representations which can be objectively "regulated" and "regular" without in any way being' the product of obedience to rules, objectively adapated to their goals without presupposing a conscious aiming a t ends or an express mastery .of the operations necessary to attain them and, being al1 this, coiiecnvely orchestrated without being the product of the orchestrating action of a conductor.. (ibd: 105).

T h e habitus is the' product of the work of inculcation and appropiration necessary in order for those products of the collective history. the objetive structures ( e . g . , of language. economy, etc.) to succeed in reproducing themselves more or less completely, in the form of durable dispositions, in the organisms (which one can, if one wishes, cal1 individuals) lastingley subjected to the same conditionings, and hence placed in the same material conditions of existence. (ibd: 85).

In societies which have no "self-regulating market" (in Karl Polanyi's sense), no educational system, no juridical apparatus. and no state, relati~nsof domination can be set up and maintained only at the cost of Strategies which must be endlessly renewed. because the conditions required for a mediated. lasting appropriation of other agents' labor, services, or homage have not been brought together. By contrast, domination no longer *eeds to be exerted in a direct, personal way when it is entailed in possession of the means (economic or cultural capital) of appropriating the mechanisms af the field o production and the field of cultural production, which tend to assure their own reproduction by their very functioning, indqendently of any deliberate intervention by the agents. So, it is in the degree of ojectification of the accumulated social capital that one finds the basls of al1 the pertinent differences between the modes of domination: that is, very schematically, between., on the one hand, social universes in w l i i ~ hrelations of domination are made, unmade, and remade in and by the interactions between persons, and on the other hand, social for~iiationsin which, mediated by objective, institutionalized mechanisms such as those producing and guaranteeing the distribution of "titles" (titles of nobility, deeds of possession, academic degrees, etc.), relations of domination have the opacity and permanence of things and escape the grasp of individual consciousness and power. Objectification guarantees the permanence and cilmulativity, of material and symbolic acquisitions which can then subsist without the agents having to recreate them continuously and in their entirety by deliberate action but, because the profits o these institutions are the object of differential appropriation, objectification also and inseparbly ensures the reproduction of the structure of the distribution of the capital. which, in its various forms, is the precondition for such appropriation, and in so doing, reproduces the structure of the relations of domination and dependence. (ibd: 183-184).

T h e practica1 questioning oF the theses implied in a particular way of living that is brought about by "culture contact" or by the political and economic crises correlative with class divisions is not the purely inteilectuai operation which phenomenology designates by the term epoche, he deliberate, methodical suspension of naive adherence to the world. T h e critique which brings the undiscussed into discussion, the unformulated into formulation, has as the condition of is possibility objective crisis, which, in breaking the imnediate fit between the subjective structures and the objective structures destroys self-evidence practically. (ibd: 168-169).

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ORIENTACIONES DE LOS INCAS Y ALGUNOS QUECHUAHABLANTES ACTUALES TAL COMO QUEDA REFLEJADO E N SU CONCEPTO DE LA ASTRONOMIA Y DEL UNIVERSO

EL SISTEMA DE
DE

Gary Urton Universidad de Illinois, Urbana, E . E . U . U . (Traduccin Libre por John A. Lawrence, S.)

E n este articulo se plantean algunas consideraciones fundamenfales sobre el conocimiento y la utilizacin que los andinos de todos los tiempos poseen sobre la astronoma y el universo.

Casi un milenio antes de nuestra era el poeta griego Hesiodo en su obra "Trabajos y Das" ofreci una descripcin del primitivo zodiaco griego. y trat de definir la relacin ;ecproca entre ( a ) las constelaciones, y ( b ) la aparicin segn la estacin de ciertas flora y fauna junto con la ejecucin de determi+ nados deberes agrcolas, martimos y sociales ( 1 ) . Dicho ?oema nos hace ver que las necesarias relaciones armoniosas entre el hombre y el universo o cosmos dependan del cumplimiento de ciertos 'trabajos' en sus 'das' apropiados. Una condicin del equilibrio csmico, entonces, era la sincronizacin de las actividades humanas con el ciclo aparente en los mundos celeste y terrestre. Hay muchas evidencias de carcter histrico-social para apoyar la teora que las sociedades que han ~ o d i d ofu~cionar con mayor eficacia en el marco histrico-cultural, han siJo precisamente aqullas que han logrado dicho equilibrio. La relacin hombre-cosmos est constituda de tal manera que la aparicin de un estado de rigidez e. incapacidad para el cambio en una
r ,

(1)

Hesiodo: antiguo poeta didctico de Beocia en la Grecia clbsica. pertenece a los siglos V I 1 1 y Vn antes de J.C. Sus poemas se comparan a veces con los de Homero. A pesar del elevado tono moral de la obra sus venos dejan entrever su resentimiento para con su hermano Penes que le ha robldo sus campos. y su odio ; r G/'H/yEcc*~) a la aristocracia terrateniente de k i a . ( N . de T . )

.(Eep

d e las partes relacionadas se refleja en la otra de un modo ne, gativo ( 2 ) . La mxima aspiracin d e una mayora de las culturas es 4 d e poder cumplir con el ritual correcto en el momento debido (3). Tambin se ha visto que el tiempo considerado como el mamen, to oportuno para el cumplimiento del ritual suele tener una relacin directa con la posicin del sol en su aparente movimiento norte-sur. y con las estaciones del ao en cuanto determinadas por dicho desplazamiento. Lo que nos recuerda Hesiodo, y lo que muchas veces se ha olvidado, es que la posicin de las estrellas durante la noche constituye un ndice para la fijacin de tiem. pos apropiados para ritos no menos claros que el movimiento del sol. Las apariciones de las estrellas en el curso del ao se re- ~ e l a ncomo de carcter cclico y reiterativo. Conviene, por lo tanto, a fin de registrar las manifestaciones estelares, dividir el cielo en unidades reconocibles. Efectivamente, toda civilizaci6n de las llamadas 'altas', para la cual disponemos de una buena documentacin histrica, se ubica o encima de la latitud ecuatorial o al norte de ella. Los sistemas empleados para resolver el problema de la orientacin en las mencionadas culturas en el terreno de las esferas terrestres y celestes, suelen ser muy semejantes. Los cuatro puntos cardinales, y a menudo el cenit y el nadir tambin, reciben nombres que suelen tener vinculacin con aspectos tales como colores, animales, plantas, personajes mitolgicos, y otros ( 5 ) . Adems de esto, prcticamente cada una de las culturas del tipo mencionado supo ingeniar un sistema tipo zodiaco consistente en una franja de estrellas en el margen de la aparente trayectoria del sol y ss planetas entre las demas estrellas. o sea la ECLIPTICA. La estrella polar, visible en el hemisferio norte. y aparentemente fija, cont;ibuye a dar la impresin de una relacin consecuente entre los puntos cardinales y un sistema de estrellas y constelaciones ,que corre de1 este al
O sea que las relaciones que ser de carcter permanente y flexible a la vez. (N. de T . ) .
Titiev, 1960. Turner, 1970. "Apariciones" o "epifanas'* (N. de T.).

Ktlly, 1960.
La palabra "zodiaco" deriva del griego "zoon = 'animal'. y un derivado es "20d o n " = 'animal pequeo', otro derivado sera "zodiakon" = 'conjunto de animalrs prqueios' compare nombres en la astronomia espaola tales como "Las Siete Cabras", etc. El horscopo tradicional se basa ms bien en la ASTROLATRIA antes que en la ASTRONOMIA y no conserva todos los nombres conocidos en la antigedad clsica. (N. de T.).

oeste (6). Entonces los zodiacos del hemisferio norte seaian los lmites aparentes del movimiento norte-sur del sol y de los planetas, correspondiendo el movimiento SOLAR al espacio diurno o da, y el segundo o ESTELAR al espacio nocturno o n o c ..h ~ . Esto es el resultado lgico de la presencia de una estrella fija para servir de gua, pero jcmo resuelve este problema una civilizacin en el hemisferio sur, donde el polo celeste sur no est sealado por ninguna estrella brillante? iCul es la gua celeste para un sistema de puntos cardinales en el cielo y en 13 tierra? En el hemisferio norte, tomando el ejemplo de las civilizaciones clsicas, p. ej. la helnica, se encuentra ya en el siglo cuarto antes de J . C . que las ciudades estaban planificadas con una di.+ posicin rectangular como las coyunturas de una parrilla ( 7 ) , de tal modo que el eje norte-sur est orientado hacia el polo norte, y el eje este-oeste hacia la puesta y salida del sol del equinoccio. En otras palabras en las civilizaciones urbanas del pasado el criterio de los puntos cardinales haba de influir fuertemente en ! a psicologa arquitectnica, y el punto de partida sera siempre un norte reconocible, pero jcmo podra existir tal consciencia en el hemisferio sur donde ninguna estrella polar es visible? Para contestar a estas interrogantes voy a indicar ( a ) los relieves aparentes de zodiaco de los indgenas quechua5ablantes de la parte sur de los andes peruanos, y ( b ) el uso probable de dicho sistema de orientacin durante el incanato, y ( c ) la relacin del 'zodiaco' incaico con el plano terrestre de aquel entonces, y finalmente ( d ) como se relaciona la ya referida ECLIPTICA con los movimientos de las principales constelaciones en este sistema. Respecto a ( d ) veremos que el sistema de orientacin incaquechua est volteado en 90 grados respecto al punto de vista de los pases del hemisferio norte y de la europa occideiital, y sin embargo su sistema de orientaciones funciona perfectamente.
I'
9.

El Zodiaco Quechua
Las principales constelaciones de muchos indgenas ,quechuahablantes actuales, en esta hiptesis iguales a las usadas en tiempos del incario, se ubican a lo largo de la Va Lctea que se llama 'Mayu' (ro) ( 8 ) . En primer lugar vamos a hablar
(6) Tambin se llama Estrella Imdn por aparente fuerza gravitacional. Es esbella de
la constelacin de la Osa Menor. pero actualmente se ha desplazado en el grado de . ) . !a posicin conocida en la Edad Media (N. de T (7) "Gtid system" en el original (N. de T.), ( S ) Los estudios han sido realizados en la zona del Cuzco segun se refiere ms abajo, por esto las evidencias se relacionan particularmente a los habitantes de esta zona y los mismos incas. (N. de T.).

d e las constelaciones ( 9 ) . Y a las hemos descrito en estudi4 anteriores ( 1 0 ) . Aqu trataremos nicamente aquellas caractb rsticas que son de mayor importancia para la comprensin de las orientaciones celestes y terrestres. .t
.

D e repente alguien podra objetar aqu que es algo- a r b ~ trario equiparar el sistema de orientaciones de los incas y el de los quechuahablantes actuales. Ahora bien, los incas ocupabao prcticamente el mismo espacio terrestre ,que los quechua ha, blantes actuales de hoy, y muchas de sus condiciones vicales ea lo que respecta a las cosechas y la cra de animales domsticos, por lo menos a nivel de camwsinos -no han variado en lo esencial ( 1 1 ). Adems de esto, en el plano celeste, muchas de las constelaciones mencionadas como incaicas en las crnicas espaolas pertenecen a la clasificacin campesina actual ( 1 2 ) . Por supuesto sera absurdo imaginar que el 'zodiaco' inca, y el del campesino actual sean idnticos. Dado el largo transcurso del tiempo esto difcilmente podra suceder. Unicamente queremos sugerir que el modelo que vamos a presentar sirve para aclarar tanto el sistema incaico como el del campesino quechuahablante actual ( 13). E n el curso de mi trabajo de campo en el ao 1975, y luego posteriormente en los :aos 1976-77, en el departamento del Cuzco, encontr que algunos campesinos ,quechuahablantes tenan dos tipos de clasificacin para las conste1acio:ies; me permitido llamar a la primera, tipo "ESTRELLA C O N T R A ES.TRELLAV, y, a la segunda, tipo "NEGRO". Ahora bien, las constelaciones de la Europa Occidental ( 1 4 ) tienen como factor comn el hecho de que pretenden trazar en el cielo la forma d e algo familiar enlazando los puntos brillantes de las estrellas vecinas ms claras. La mayora de dichas conste!aciones se encuentran a lo largo de - y e n c b a del- camino principal de la V a Lctea, pero son especialmente prominentes en la regin del T A U R O de O R I O N , donde la Va Lctea se abulta para ofrecer una superficie ms gruesa pero menos brillante, Debido
10) Urton. 1977, 1978.
jil) (12) (13) (14a)

( 9 ) Algunas de las constelaciones no son visibles en el hemisferio norte. (N. de T.).


En castellano en el original (N. de T.). Avila. 1966, cap. 29; y Cobo, 1954; cap. 4. Por eso el titulo un poco extrao de "inca y quechua" (N. de T.). Vase "Observaciones Finales", pagina 237 de este artculo.

al mayor grosor de la Va Lctea en este punto, y por ende la


mayor densidad de las estrellas aqu, sucede que las estrellas ms brillantes individuales y tambin las agrupaciones pequeas de estrellas de tamao inferior, p. ej. Las Plyadas y las Hadas, son ms fciles de distinguir. Ahora bien, por regla general las constelaciones que estamos llamando "ESTRELLA CONTRA ESTRELLA" son generalmente o de tipo geomtrico, tales como 'La Cruz Grande' y 'La Cruz Pe,quea' o representan objetos innimes de tipo arquitectnico, p. - ej. 'El Puente,, El Almacn, etc. Por el contrario las constelaciones que estamos llamando "TIPO NEGRO" (fig. 2) se encuentran en aquella porcin de la Va Lctea donde existe un crecido brillo de la poblacin estelar debido a su mayor densidad, hecho que da mayor realce a los nubarrones de polvo interestelar que se ven como constelaciones 'negras' ntidamente perfiladas. Desde el plano del observador terrestre dichas manchas negras parecen sombras y siluetas enormes dispuestas sobre el fondo luminoso de la Va Lctea. A diferencia de las constelaciones aqu llamadas de ('estrella contra estrella' cuyas figuras son de carcter geomtrico y arquitectnico, las constelaciones 'negras' suelen representar animales o plantas, generalmente los primeros. Volvmonos un instante a la definicin clsica del zodiaco. Propiamente dicho es la franja de estrellas norte-oeste a lo largo de la eclptica ,que representa el camino de los pidnetac principales con la luna y el sol, Referido a nuestro sistema incaquechua dicha definicin se tiene que modificar casi totalmente. El plano de orientaciones inca-quechua ve la eclptica como una franja de estrellas de sentido NORTE-SUR a lo largo de la Va Lctea. Aqu vamos a tratar de demostrar que en cuanto a su utilidad prctica dicho plano de orientacin corresponde al zodiaco ya conocido, y que el modelo inca-quechua voltea la eclptica clsica en 90 .grados. Aqu vamos a ver la r i zn y la explicacin de viraje tan importante y ,qu diferencias fundamentales respecto al plano clsico en cuanto sistemas de referencias en el espacio y el tiempo desprenden de este hecho.

(14b) El autor est pensando seguramente en Grecia e Italia. y tambin los pases de la Europa medieval, ya que paises como Egipto, Babilonia, la China. etc., no tenan exactamente este sistema. (N. de T.).

Mayu (La Va Lctea)

El nombre quechua para la Va Lctea es 'Mayu' (ro), y en verdad la Va Lctea es fcilmente concebible como un verdadero ro de estrellas que fluye por el negro trasfondo del cielo nocturno. Sin embargo esta descripcin no capta todas las implicancias del concepto del 'ro' en el sistema inca-quechua y tampoco da idea de la verdadera analoga en dicho concepto entre e1 ro CELESTE y el ro TERRESTRE.
La figura 3 es una representacin aplanada y apreciada desde arriba de un tpico sistema fluvial andino con un sistema de 'acequia' ( 15) o canales de riego, y el sentido de la corriente es de derecha a izquierda. Luego nuestra figura 4 pretende ser una apreciacin lateral del mismo ro. En ambas figuras estn dados dos aspectos tpicos del ro normal de los Andes, a ,saber ( 1 ) CONVERGENCIA de los afluentes que le dan inicio en el curso superior, y ( 2 ) una DIVERGENCIA correspondiente en las cuencas artificiales de los canales de riego capaces ellos de fluir en sentido contrario, en el curso INFERIOR. El sentido GENERAL de la corriente es de derecha a izquierda, claro est, pero a la misma vez a la derecha se encuentran afluentes que baj& a su encuentro, y a la izquierda hay canales que salen del ro principal a una inclinacin muy reducida. El curso general del ro, entonces, baja a un nivel inferior a el de los canales de riego a la izquierda. El punto crtico es aquel en que debera de haber el mximo caudal de agua en el ro, o sea, el punto en que el ro ha recibido su carga mxima de ios afluentes pero no ha comenzado aun a descargar su agua en los canales ( 1 6 ) . Este punto es el centro del sistema, y ste se puede representar tanto horizontal como verticalmente. El centro, en trminos del estructuralismo, es el punto en que el ro en cuanto naturaleza se convierte en ro en cuanto cultura. A l a derecha los Iechos de los afluentes, obra de la misma Naturaleza, se dan al azar, pero a la izquierda, en cambio, las CUENCAS de los canales de irrigacin son obka de la mano del hombre, y obedecen a un plan preconcebido. Cabe preguntar ahora cul es 1a aplicacin prctica de dichos modelos para nuestro sistema de orientaciones? y sobre todo cul es su aplicacin prctica en nuestro sistema inca-*quechua en el Cuzco? Ahora bien, en las figuras 1 y 2 el curso de la corriente estelar fluye a traves de la
(15) (16)
E n castellano en el original (N. de T.). "Inflow becomes outflow" en el ingls del original. (N. de 'T.). E n nuestro criterio el autor se torna aqu algo reiterativo.

pgina con su centro cerca de la estrella ALFA CRUCIS y de la zona oscura del nubarrn interestelar llamado en el norte y la europa occidental "EL COSTAL DE CARBON" (17). Dicha zona se llama 'Tutu', o sea "El Perdiz". El centro, es decir, el centro segn hemos especificado ms arriba, gira a uiios 26 q a d o s del polo sur celeste ( 18). Para formar una idea ms clara todava, el lector interesado podra doblar el papel plegndolo para que el punto de entrada del ro se juntara a su punto de salida, y si despus hace girar el papel en la mano observar :a rotacin celeste cual observador en la tierra ( 19). Sobre el mimsculo horizonte as formado nuestro observador vera salir, en primer lugar; La Cruz del Sur, despus, Aldabarn, luego el Cinturn de Orin, Altair, y finalmente La Cruz del Sur de nuevo. La Va Lctea se presenta como un plano inclinado que corta el cielo en dos hemisferios de tal suerte que cualquier punto en ella puede ser considerado como al este de otro punto, pero a medida que uno viene realizando las revoluciones, tales puntos van pasando poco a poco al oeste. As es que la Va Lctea, como ya queda indicado, es.uri plano norte-sur que da vuelta aparente a la tierra cortando el cielo en dos hemisferios aproximadamente iguales. La inclinacin de dicho plano es de unos 26 a 30 grados con respecto al eje rotacional de la tierra (fig. 5 ) . Para un observador en el hemisferio sur de la tierra el punto en que el centro de la Va Lctea se acerca ms al polo sur celeste, est a 26 grados y esta en el centro del COSTAL DE CARBON, y cerca de Alfa Crucis en la Cruz del Sur. Para tal observador este punto puede llamarse el centro observacional. Es el punto tambin de mxima convergen* cia y divergencia del 'ro' de la Va Lctea. Ahora bien, la analoga con el ro terrestre se entender mejor si la Figura 3 se encorva para formar una esfera, de tal suerte que el 'ro' no solamente FLUYA sino tambin CIRCULF. En la rotacin del ro celeste as producida divergencia siempre se torna convergencia. En este contexto es interesante la informacin de un informante en la comunidad de Misminay. Este insista que la Va Uctea no representaba U N ro sino DOS. Ambos, segn l, 'tendran su origen en el norte, fluan hacia el sur en sentidos contrarios, y juntaban sus espumosas corrientes cer(17) "The Coalsack" en el ingls del original ( N . de T . ) . (1s) Es dificil ser ms exacto. (N. de T.) (19) N o dice si el observador debe girar el papel en sentido horizontal o vertical (N. de

T.).

ca de la estrella Alfa Crucis ( 2 0 ) . La parte ms brillante de V a Lctea. la que est en las inmediaciones de la mencionadi estrella ser la 'espuma' (posuqo) (21) producida por la i n t a i sa accin mecedora del encuentro fluvial. Si esta informacin significativa de alguna creencia popular podra existir un segun,: do centro del 'Mayu' en el norte, donde la Va Lctea se e&. cuentra ms cerca del hemisferio norte. Hasta la fecha, sin ea-' bargo, hay muy pocos datos de carcter etnoastronmico que nos ayuden a identificar tal punto.

A medida que la Va Lctea viene cruzando el cenit (22).


su trayectoria inicial parece adherirse a una lnea trazada desde el noreste al suroeste, lnea, o eje sta que necesita doce horas para modificar su inclinacin a noroeste-sudeste (ver la Figura 5). La impresin global que nos causa dicho desplazamiento "patrn de ar,queamiento total" ( 2 3 ) en el cenit es de una cruz ladeada cuyas aspas son los dos ejes NE-SO y NO-SE. En algunas comunidades en el departamento del Cuzco estas dos posisiones de la Va Lctea cruzan visiblemente en el cenit y los planos inclinados de su salida y puesta son posiciones importantes en la clasificacin popular y ostentan nombres de comn conocimiento. De esta suerte la Va Lctea AL SALIR. se llama "Cruz T'ihsu" (cruz inclinada) y cuando se detiene en el cenit, s e llama "Cruz Calvario" ( 2 4 ) . An no hemos dicho nada de la aplicacin de este modelo a la arqueologa y la etnografa. Aqu, huelga acotar, hay otros modelos posibles adems de el del ro celeste ( 2 5 ) . Este hecho no afecta, sin embargo, las ideas fundamentales dz relaciones de espacio y movimiento contenidas en nuestro sistema de
(20) "Collide" en el ingls del original. o sea "se chocan" (N. de T . ) . (21 ) E n quechua en el original (N. de T.). ( 2 2 ) E l punto ms alto en la trayectoria visible de un cuerpo celeste. Del rabe "samt"

(23)

(2;)

(25)

- "sendero". Las ortografas inglesa y espaola actuales se deben a malas trans-' cripciones fcnticas del rabe en el medievo (T.). "Overall arcadian pattern" en el ingls del original. Estas y otras frases son de muy dificil traduccin. La idea es seguramente que las posiciones sucesivas de la Via Lctea en su desplazamiento nocturno sugieren la arqueria de un pasil!~. (N. de T.). Vase "Observaciones Finales". pgina 237 -traduccion corregida. (T.). La palabra ' u u z ' es por supuesto, espaola. Es muy posible que la palabra inca era simplemente 'puente' (chaka) que ya es el nombre de algunas constelaciones 'geomtricas'. 'Crucificar' en las traducciones de la Biblia es siempre "chakatay" (N. de T.). Otros modelos son el 'Amaru' (serpiente), el "Huamani" (dios halcn). El 'Mayu' no es el modelo, sino un modelo. supongo. (N. de T . ) .

orientaciones. De especial significado debera ser la organizacin arquitectnica revelada en el plano inca de la ciudad del Cuzco, si bien tiene base nuestra hiptesis, a saber, que el incanato, igual que en el mundo clsico, el sistema de coordinados terrestre y celeste viene reflejado en la planificacin de las ciudades 126). Ahora bien, la psicologa de las orientaciones en el plano del Cuzco incaico es revelada por el sistema ceque" (27) o sea una lnea recta imaginaria ,que pasaba desde el Templo del Sol en la misma ciudad y se extenda al horizonte. Los incas pareL can distinguir hasta 41 "ceques" que se extendan desde el Templo del Sol, algo como los radios que brotan del cubo de una rueda. A su vez los cuarentin ce,ques estn agrupados en cuatro 'suyus' (cuartos). La Fig. 6 es un dibujo esquemtico de los 'suyus' en que vienen agrupados: los 'ceques' y proviene de u-r mapa trazado en 1975 por Tom Zuidema, autor del libro ms importante sobre el tema, y el autor.
6 I

En el sistema 'ceque' los primeros ce,ques de tres de los cuatro suyus sealan una direccin cardinal, pero en el caso del cuarto, Contisuyu, se encuentra un contorno que ya no es equiparable a una direccin (28).

La lnea de demarcacin del suyu sur sale del llzmpIo del Sol a un acimut (29) de 146 grados. Las orientaciones carN o s si seria fuera de lugar remarcar algunos de los problemas de la transcripcin de palabras quechuas. Todas las transcripciones estn sujetas a mucho cuestionamiento por cuanto los espaoles de la colonia y casi todos los quechuahabalntes actuales, excepcin hecha. por supuesto de profesores de la materia y lingistas, estn en la ms total ignxancia de la fontica de su idioma. As "Cuzco". que y a es tradicional. se escribe posiblemente mejcr "Qusqu" y significa "el ombligo". Vase "ceque" y "suyu" ms abajo. (N. de T . ) . Zuidema. 1964. "Ceque" un magnfico ejemplo del tipo de dificultad indicada. La ortografia de Zuidema parece ser la de los cronistas. pero aqu en Ayacucho una palabra que posiblemente se escribe mejor "siqi" es simplemente "raya". Mi ortografia trata de ser la de la Biblia o Nuevo Testamento bilinge del instituto Lingstico de Verano, la I . L . V . El diccionario quechua del Padre Redentorista Clemente Perroud escri:>e "seje", el Padre Jorge Lira (Diccionario Cuzqueo) escribe "s'ke". N o hay duda de que sea la misma palabra y a que el "sistema ceque" es simplement un sistema de rayas en esencia. Chinchaysuyr= oeste; Antisuyu = Norte; Collasuyu = este; y Contisuyu = sur. Pero vase "El Sistema Ceque del Cuzco" por Tom Zuidema (Leyden. Holanda!. "Acimut". E l lector versado en astronoma perdonar una breve explicacin de este termino. Es propiamente un ARCO tiazado desde el horizonte hasta el cenit (cf.). De mucho uso en la astronomia medieval proviene del rabe "as-sumut" (senderos) que es simplemente el plural regular en este idioma de "samt" = sendero (cf. Nota

dinales de las lneas de demarcacin de los suyus norte, esteay oeste, p e d e n explicarse del mismo modo que se explica la orient tacin de los sistemas de coordinados del hemisferio norte. sea, los puotos de la salida y puesta del sol, r e ~ p e c t i v a m e n t ~ sirven como una lnea de demarcacin para-el este y el oeste, una estrella con acimut de cero grados ( o el sol en momznto de mayor altura aparente) sirve como lnea de demarcacin para el norte.

y+

Cmo explicamos, sin embargo, la extraa desviacin a un acimut de 146 grados de la lnea de demarcacin del suyu sur? Sugerimos que la mencionada desviacin se efectu para incorporar dentro del referido suyu los puntos de salida y ocaso de los dos fenmenos celestes realmente centrales al sistemi inca-quechua, a saber, los de Alfa Crucis y del Costal de Carbn. Estudios con mquinas computadoras aportan importante confirmacin de esta hiptesis. Revelan que el acimut de la salida de Alfa Crucis era de 144 grados 59 en el ao 500 A. de J.C. y de i47 grados 52' en el ao 1,000 D. de J.C. Cifras estas que se aproximan mucho a los 146 grados que revelan las medidas. Esto no es todo. Las medidas actuales demuestran que el 'Mayu' pudo influir inclusive en el plano de orientaciones de los monumentos principales en la Ciudad del Cuzco. El Templo del Sol est ubicado en el punto donde los dos ros ~r'ncipalesque atraviesan el Cuzco, el H U A T A N A Y y el T U L L U M A Y U , se juntan. Dicho templo que era e! lugar donde los astrnomos incas residan y observaban la Va Lctea, el ro celestial ( 3 0 ) , se hallaba a su vez en el centro del sistema fluvial terrestre que regaba el valle del Cuzco. El Cuzco estara organizado alrededor de un centro que sealaba la confluencia de dos ros (31) y se orientaba de acuerdo con las coordenadas de un ro celeste. E n vista de que el polo sur del firmamento inca-,quechua no esta sealado por ninguna estrella particularmente brillante los incas se vean en la necesidad de adoptar la SALIDA DE A L F A CRUCIS como punto de partida para sus orientaciones australes. Dicho punto sera entonces el centro de su esfera celeste, y como tal, habra d e idluir en la planificacin de la ciudad del Cuzco en la esfera terrestre.

22 "cenit") y su ortografia fue igualmente mutilada en el mundo cristiano. (N. &

T.).+,

& -

iI

(303 Pero estos dos rios cuzquefios se encuentran actualmente bajo tierra (N. de T.). ( 3 ! ) El ejemplo cl&sico lo constituyen los mayas. (N. de T.).

El 'Mayu' y las OFientaaones en el Tiempo Podemos, entonces, distinguir dos pasos en la sofisticacin de sus apreciaciones del espacio y del tiempo de un pueblo civilizado, ( 1 ) la creacin de un zodiaco como resultado de sus observaciones de los fenmenos celestes, y ( 2 ) crecida habilidad prctica para registrar el espacio y el tiempo (31 ). Hemos dicho sobre el primero, an nos falta el segundo. Esto nos lleva a la consideracin de sus tentativas de pronosticar los ciclos celestes. Este no es el lugar, sin embargo, para hacer un estudio exhaustivo de todos los sistemas de registro y clculo de los incas. Vamos a preguntar simplemente: Qu importancia tena el modelo del 'mayu', o ro celeste en este contexto? y qu luz arroja sobre el calendario inca-quechua? De inmediato nos encontramos con el problema de que los incas han sido mucho ms estudiados que los campesinos quechuahablantes actuales. Siendo as nos proponemos basar la mayora de nuestras observaciones en datos precolombinos (32).

La tabla que aparece en la Figura 6 demuestra las fechas de las salidas y ocasos HELLACAS de algunas estrellas importantes ubicadas a lo largo de la franja del zodiaco inca-quechua ( o Va Lctea) y que corresponden a la fecha 1,500 D. de J.C. en la ciudad del Cuzco. Ahora bien, las estrellas en la columna superior son las del centro de la Va Lctea hacia la. izquierdn (Fig. 1 ), mientras las de la columna inferior son las de la Va Lctea a la derecha. Alfa Crucis, considerada como el centro de la Va Lctea, tiene que ser considerada en una categora aparte. En la Tabla 1 se nota que la fecha mediana de la salida helaca de las estrellas en la columna SUPERIOR y la fecha mediana etctera en la inferior, acusan una tolerable aproximacin al solsticio del da 21 de diciembre. A su vez la SALIDA de las estrellas en la columna INFERIOR y el ocaso de las estrellas de .la columna SUPERIOR estn aproximados al solsticio del da 21 de junio. Con un poco de imaginacin veremos que dichas oposiciones son de carcter diagonal, y se deben al hecho de ,que la v a Lctea sea un d a n & inclinado. de moao que a medida que vengan saliendo 1 ; s estrellas ubicadas en una corte o cuarto diagonal determinada vienen ponindose las quz estn en la corte contraria. Podemos transferir sin problema esta rotacin celeste a la organizacin planificada del Cuzco incaico (Fig. 6 ) . Las oposiciones diagonales entre los cuatro suyus se conciben como las oposiciones diagonales entre los cuatro pun(32) Los estudios han sido verificados con computadoras (vase Notas al final -Nota . ) . Nota 4 explica la salida 'heliaca' de una estrella). (N. de T 3.

tos del solsticio. Los 'cuartos' terrestres obedecen a las salid 3 y puestas helacas de los 'cuartos' estelares de la Va LctQ cuyas orientaciones son las de los cuatro puntos cardinales. De esta manera el ro celeste inca-quechua es aprovechable para 4 clculo de los tiempos de los soisticios. Una vez realizada la ormalizacin del sistema por los incas, con sus consecuentes idei: J tificaciones, sera asunto fcil calcular y pronosticar el tiempo d e la salida u ocaso helaca de una estrella determinada. Lo; clculos podran efectuarse fcilmente con los quipus ( 3 3 ) . Otro importante planteamiento de la astronoma viene sugerido en la Tabla No. 1, pero puede ser apreciado tambin claramente con una mirada al globo celeste. El sol sale por el curso central de la Va Lctea solamente dos veces al ao, a sa-' ber, los das 20 de diciembre y 20 de junio. Estas salidas acon-, tecen durante sus dos travesas por la Va Lctea que duran des-, de el 10 de diciembre al 10 de enero para la primera, y desde el 12 de junio para la segunda. Esta circunstancia brindabz a los incas dos mtodos muy atinados para predecir los tiempos de los solsticios, ya que 110 faltaba ms que prestar atencin a la relacin entre el Sol y la Va Lctea. Hemos usado estos principios cosmolgicos y astronmicos ( Zuidema y Urton, 1977) para analizar el papel de la constelacin del Llama, que es del 'tipo negro', en el sistema de calendario del incanato. Otro curioso detalle etnogrfico que los datos mencionados tal vez ayuden a explicar ( 3 4 ) , es el hecho de que el inca y tambin los campesinos actuales de la regin de Ayacucho (35). coincidan en la afirmacin de que el sol se detiene un mes entero en cada solsticio. Quizs no sea aventurado conjeturar que cuando un campesino actual dice que 'el sol est en el solsticio" quiere decir que 'el sol est en la Va Lctea'. Vamos a terminar con una interrogante final que ,se desprende lgicamente de todo lo anterior. Ahora bien, se ha trat~ido de justificar la gran importancia del 'mayu' (el ro celeste inca-quechua o Va Lctea), para la fijacin de los dos soIsticios, pero qu se puede afirmar concretamente sobre el papel de !a estrella Alfa Crucis? La respuesta parece estar en la Tabia 1 Se este estudio. All se ve que las fechas de salida y ocaso helacas de la estrella Alfa Crucis se acercan a los limites de la estacin
( 3 3 ) Ascher y Ascher. 1975. (34) Guamn Poma de Ayala, 1966: 358-9. ( 3 5 ) John Earls. comunicacin personal.

agrcola andina que corre de setiembre a abril. Las conunidades actuales y quechuahablantes parecen coincidir en su apoyo a esta observacin. Un informante observ que la co~stelacin de la Llama, de 'tipo negro' est 'debajo de la tierra durante la estacin de las lluvias pero encima de nosotros en la estacin de sequa'. Pues bien, la 'estacin de las lluvias' corresponde con harta exactitud a la estacin agrcola. Ya hace casi cuatro siglos un informante proporcion practicamente la misma informacin al Padre Avila (36). Para el observador del cielo, la maana misma de la salida del sol en el solsticio de diciembre Alfa Crucis estar atravesando el meridiano, pero la maana del solsticio de junio, la misma estrella estar en su nadir o punto ms bajo. De manera que, en los momentos en que el sol est en sus posiciones ms extremas hacia el norte o hacia el sur, el centro de la Va Lctea, o Mayu, estar en sus posiciones ms excremas tambin la de arriba o la de abajo. Con esto quedan aclaradas las fechas de las dos principales fiestas incaicas. "Inti Raymi" ('El Festival del Sol') sz celebra en junio, y "Hatun Inti Raymi" ('El Gran Festitral del Sol') en diciembre. Estos seran los momentos en que los eiernentos principales del universo incaico, a saber, la Va Lctea y el sol coincidan desde el punto de vista de la Ciudad del Cuzco, lugar que sera a su vez el centro del universo incaico terrestre. (Original en ingls por el Profesor Gary Urton, Universidad de Illinois, Urbana E . E . U . U . Traduccin libre a! castellano por John A. Lawrence S. Profesor de Ingls, Universidad Nacional de San Cristbal de Huamanga, Ayacucho, Per. El artculo es como prontuario de una tesis doctoral sobre el mismo tema).

(36)

vi la F. de Dioses y hombreS de Huaochir, 1966. Vase tambir "Observaciones Finales", pagina 237. (T.).

NOTAS

1.

El trabajo de investigacin que sirvi de base para este artculo fue auspiciado por la Fundacin Wenner-Gren para la Investigacin Antropolgica en el lapso 1975-76, y por la Organizacin de Estados Americanos en 1976-77. Quiero agradecer de modo particular a los Srs. Dr. Tom Zuidema, Anthony Aveni, y John Earls, por su lectura y comentarios sobre un bos,quejo preliminar de este artculo. Los datos e interpretaciones ofrecidos, por supuesto, son ms. Tambin quisi&a agradecer al Sr. Bon Uiilson por sus servicios en hacer los dibujos. Nuestro trabajo en el Cuzco fue emprendido durante los meses de verano en los aos 1973 y 1975. El mapa correspondiente fue preparado para el informe del Dr. Tom Zuidema para la Fundacin Nacional para la Ciencia asesorada por una ayudanta para la investigacin brindada por la Junta de Investigaciones de la Universidad de Illinois (University of Illinois Research Board). Estos clculos del acimut son para latitud -13 grados (la 13 grados 3 1 ' ) un grado de horizonte latitud del Cuzco es 6. Todas las lecturas precolombinas, junto con las fechas d e salida y ocaso heliacas, son Is emitidas por las computadoras de que nos ha suministrado los datos el Dr. Anthonv Aveni.

La salida helaca de una estrella se considera como el primer da en que dicha estrella se hace visible en el este antes de amanecer; el ocaso heliaco se considera como el primer da en que una estrella se pone en el oeste antes del amanecer.

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FIGURA PRIMERA: CONSTELACIONES "ESTRELLA CONTRA ESTRELLA"

FIGURA SEGtJNDA: CONSTELACIONES TIPO "NEGRO"

( i 1 LLAMA

=
6.

Maticli;~ nrgra entre "La Cruz drl Siir y rpsilbo. dc SCORPMJ

( 3 ) I.lANl"ATU . "El S:I,W" =- I ' i i ~ i r ~ , iirgro crrr.:, de "La Crii: dcl Siir . :

( 6 ) U N A LLARIACtA
de l a Llama.

- L a Cria M A C I - I A C W A Y . 'La +le-

= Miinchn negra dc AllJ Crnt w r o II.IC:I cl Sur y 1mst.i 111cta


SCORPIO

bra' o LLAMA U M D I L I C U S .

EXPLICACION DE LA FIGURA PRIMERA (Constelaciones


"Estrella contra Estrella")

Apuntes Preliminares
Los mapas estelares de las dos figuras precedentes no son sino copias muy toscas e imperfectas de los mapas ofrecidos en la tesis doctoral basada en estudios en Misminay del Dr. Gary Dwayne Urton; no poda ser de otra manera dados los limitados recursos a nuestra disposicin. El profano en cuestiones de astronoma va a tropezar con ciertas dificultades, primero, las estrellas, conbtelaciones, galaxias, etc., visibles en esta zona no son las mismas observables en el hemisferio norte o en la europa occidental, y las equiparaciones ofrecidas aqu, para ser comprendidas, necesitan de muchos comentarios a veces. Segundo, es desconcertante encontrar los mismos nombres empleados tantas veces para fenmenos celestes obviamente diferentes, sin que se pueda aclarar aqu hasta que punto esto realmenmente indica algo en comn o es simplemente el uso exagerado de un mismo nombre, an ms desconcertante es el hecho de que haya, a su vez, tantos nombres alternativos para lo que es, obviamente el mismo fenmeno celeste. La razn parece ser que mientras en otros pases la astronoma ha sido objeto de estudio cientfico desde la ms remota antigedad, aqu se ha quedado, en lo esencial, al nivel de personas iletradas.

Si el lector es ayacuchano, puede conocer muchos ms nombres todava a su vez diferentes de los indicados e 5 este estudio. Este aporte es valioso y podra conducir a levantar un mapa estelar para el cielo de Ayacucho.

"MAYU" "El Ro" o sea en la astronoma occidental "La


Va Lctea". Este es el nombre poco cientfico. dado a la galaxia de que nuestra tierra ocupa un lugar, cual grano de arena, en el brazo externo, mirando hacia adentro. El brillo de incontables millones de estrellas forma como si fuera un tipo de orilla de este' ro, permitiendo, sin embargo, que salgan al primer plano algunas estrellas, constelaciones, etc., perfectamente visibles en ciertas estaciories del ao. La inca y otras civilizaciones la conciben como "ro" pero esto, a su vez, es slo una parte insignificante de todo lo que se puede ver en el cielo, o sea, ms all de los lmi-

tes del "ro" hay muchas ms galaxias. etc., algunas conocidas en la antigedad. y otras de reciente descubri, miento. Su representacin a.qu:

>ia

(1)

"SANTISIMA CRUZ", "LINUN CRUZ" o "PAPA DIQS". E s posible que la predileccin para la palabra
'cruz' represente una anterior predileccin para la palabra puente'' y que, en el incario, muchos fenmenos se consideraban como puentes que cruzaban el 'ro'. Los sacerdotes rurales podran haber efectuado el cambio de fenmenos rurales con el aparato de la religin catlica. En la astronoma occidental son las cinco estrellas Alfa, Beta, Delta, Pi y Sigma de la constelacin de SCORPIO o Escorpin.
6.

Su representacin aqu:
Para "Linun Cruz" vkase "Observaciones Finales" p. 237.
(2)

"AMARU" que se cambia en el "CONDOR". = la totalidcd de la constelacin de SCORPIO, y por lo tanto


debe entenderse junto con ( 1 ) (La Santsima Cruz) y (8) COLLCA, ms unas estrellas intermedias. /3 Se representa: AMARU o CONDOR = la constelacin de "SCORPIO" (el Escorpicn.) (sigue) ("AMARU", "La Serpiente")

"LLAMACRAWIN" segn la ortografa del original


que respetamos aqui. "Los ojos de la Llama". La oitografa del 1 . L. V. ( Instituto Lingstico de Verano) probablemente escribira LLAMAQ RAWIN, y en Ayacucho sera LLAMAP o LLAMAPA .RAWIN. Los dos "ojos" de la "llama" .son las dos prximas a la tierra de ALFA y BETA CENTAURO en la astronoma occidental. Aqu:

"HUCHUY CRUZ" o sea "Cruz Pequea". EI I .L.V. probablemente escriba "UCHUY CRUZ" y tal vez "UCHUQ CRUZ" ya que la presencia de un sonido aspirado delante de la vocal inicial se considera un vicio de pronunciacin. En la astronoma occidental esto es la Cruz del Sur, de gran importancia. para las orientaciones estelares. Se representa aqui:

"HATUN CRUZ",o sea "Cruz Grande" con, segn 1.3 astronoma occidental, Rige1 y Sirio en Inea horizontal.. y Procyon y Betelgeuse en Inea vertical. Se rzprecenta:

"HATUN CRUZ". Repeticin del nombre de (5) pero


incluye una sola estrella de la anterior agrupacin.

En Occidente las cuatro Estrellas son Procyon, Castor.


Eta Geminis y Mi Geminis".

Se representa: b "PACHA PACARIQ CHASKA" que el 1. L . V . podra escribir "PACHA PAQARIQ CI-ASKA", o sea "EstreIla.que hace amanecer a la tierra", "Chas'a" en diterentes acepciones significa estrella. lucero" y como adjetivo "chusco, despeinado". Para las orientaciones terrestres del incanato es el lucero del suyu norte (.vase la figura sexta). En Occidente es la estrella "Altair".
4 8

"

Se representa como estrella aislada:

(8)

"COLLCA" o sea "El Granero*. La ortografa preferida por el 1. L.V. para Ayacucho seria probablemente QULLQA. Un estudio de ( 2 ) revela que esto es realmente nada ms que la mayor parte de la cola del Escorpin. En la astronomia occidental son las seis estrellas, etc., de Eta Theta 6 , Iota 1, Kappa K , Lambda A, e Ypsiln p Se representa: 4 '

aB
(9)

O d

"PACHA PACARIQ &ASKA". nombre igual que el de ( 7 ) . En las orientaciones terrestres del incanato cuzqueo es el "lucero" del suyu oeste. En la astronoma occidentaI = CANOPUS o Cnope. Se representa con una estrella aislada:
O

( 10)

"CHAKANA", "El Puente". En la astronomia occidental = las estrellas Epsiln, Delta y Eta del CANIS MAIOR o el Can Mayor. Se representa: Vase tambi "Observaciones Finales", p. 237.

( 1 1)

"CHAKANA", el mismo nombre ,que el anterior.

En Occidente es "El Cinturn. de Orin", fenmeno muy


conocido bajo el nombre popular de "Las Tres Maras". En nuestra escala reducidsima casi s e tocan. Representamos:

( 12)

"COLLCA". Otra vez "El Granero" podramos traducir tambin "troj". N o me gusta mucho la traduccin "El Almacn". Nombre alternativo es "PISQA COLLCA" que aqu (Ayacucho) sera (ortografa probable del I.L. V.) "PICHQA QULLQA" o sea "Cinco Graneros". Esto en atencin a cpe la agrtlpacion viene formada por cinco estrellas.

En Occidente su nombre dado ya en tiempos de la antigedad griega0 helnica era "Las Hades" o "Hyades" que puede derivar de la palabra griega para llover (Hyo . . . ) o la palabra que significa "cerdo" (Hys. . ). El p r i mero es mucho ms pobable. Ha podido representar el inicio de la estacin de las lluvias.' Se representa: o o

. . .

"COLLCA", .ya una tercera vez, y con nombre aternativo "QUTU" o sea, "El Mont8nV. En Occidente, en la misma antigedad del mundo helnico, el nombre era "Las Plyades -des" seguramente de . . = navegar. H a podido sealar all el co"Pleo Z ~ G . . mienzo de la estacin de la navegacin. Ms estrellas, dos ms, son visibles en occidente y el nombre comn en Espaa era y es "Las Siete Cabras" que se oye frecuentemente en el Per en la forma "Las Siete Cabrillas". ~esenta: Se rep"

o ; :

EXPEICACION DE LA FIGURA SEGUNDA (Constelzciones negras, o 'tipo negro')

"LLAMA" Mancha negra entre la Cruz del Sur y Epsiln de SCORPIO. Se representa:
"YUTU" "El Perdiz". En la astronoma occidental = "El Costal de Carbn" y est junto al lado S . E. de la Cruz del Sur. Su representacin:

"HANP'ATU" "El Sapo". La ortografa vlida para Aya.. cucho segn el 1. L. V. sera probablemente "HAMPATU". Es un punto negro o mancha cerca de la Cruz del Sur. Se representa:
"YUTU" "El Perdiz", ya la segunda vez. Mancha negra en S C U T U M El Escudo. Se representa:

( 5 ) "ATOQ" "El Zorro". Ortografa para Ayacucho (1. L.V. )


"ATUQ". Mancha negra entre la cola del ESCORPlON y SAGITARIUS. Se representa:

( 6 ) ''URALLAMACHA" "La Cra de la Llama". Debera es-

cribirse con dos palabras "UA LLAMACHA". Tiene coma nombres alternativos "MACHACUAY" "La Culebra" y "LLAMA UMBILICUS" "El Ombligo de la Llama". Es una mancha negra que parte de la cercana de Alfa Centauro (vase "Los Ojos de la Llama" Figura Primera) y se extiende hacia cerca de Theta del Escorpin. Se representa:

( 7 ) "MACHACUAY"

"La Culebra". En la selva ayacuchana se dice "MACHAQWAY" en lugar del trmino local "Maqta Uru"). En Occidente es una mancha negra entre la estrella Adhara (Epsiln de CANIS MAIOR o Can Mayor). Se representa:

XCIRA TCCERA Lln t9ka rio a n d i htsf; der.de arriba

FIGLRA CUARTA Un tipico ro andino visto de costod0

Rio k 'bo

Arroyos o riofhuelos :

'/

RGRA OUNTA (01 Los ejes dternanks de I o vio L&ka


f i p en lo T'ra.

ap.eciades desde

m punto

en el Cenit en lopsos de Doce y Venticuatro horas Orientacione~ de lo VI ~ d e o

~wfza SEXTA (a)

D i b p Esquemdtia de lo onerdacih del Cuzco

O
ANTlSUW

Solstiuo de Junio

O
CONTISUW SdstiQo de Junio

FIGURA SEXTA ( b ) Figura 6 ( b )


LAS FECHAS DE LA SALIDA Y DE LA PUESTA HELIA, CAS DE ALGUNAS ESTRELLAS E N EL PLANO INCA y QUECHUA DE ORIENTACION CELESTE S E G U N . FORMES PROPORCIONADOS POR COMPUTADORAS Y QUE CORRESPONDEN A LA FECHA 1500 DE NUESTRA ERA. (Datos proporcionados en la tesis original por el Dr. Anthony Aveni).
--

m,

SALIDA HELIACA
3 9 5 28 25 17 3 5
de de de de de de de de 18 de 19 de 11 de Setiembre Octubre Diciembre Enero Feb;ero Diciembre Junio Junio Junio Junio Junio

ESTRELLA, etc.
Alfa Crucis Alfa Centauro Antares Altair Deneb mediano PIyades Aldebarn Epsiln ( ) Oricnis Sirio mediano

PUESTA HELIACA
22 21 30 9 10 15 18 2 22 8 13
de de de de de de de de de de de Abril Mayo Mayo Julio Julio Junio Noviembre Diciembre Diciembre Enero Diciembre

FIGURA SEXTA '(c) La Hiptesis del Arado. En las pgs. 188 y 189 de su tesis el Prof. que la constelaci0n del Escorpin sea la del Arado (ObUrton servada por Bonett y Tuero en P-maru 1970 Depto. del Cuzco).

Arado o Bueyes Taclla

= presagio de buena cosecha

236

OBSERVACIONES FINALES
. Desde ,que se termin de traducir el presente artc~lohe tenido oportunidad de leer un ejemplar de la tesis origiriai del Sr. Profesor Gary Dwayne Urton (Universidad de Illinois, E.E.U.U.( y esto me ha valido para. hacer algunas correcciones y explicaciones ulteriores en inters de- la mayorcomprensibilidad del artculo *que el lector tiene entre manos.

PAGINA 21.2, NOTA 14a. S e ,ha objetado mi traduccin "ESTRELLA CONTRA ESTRELLA" y han preguntado por ,qu no lo he dejado como "ESTRELLA A ESTRELLA"' que txia al comienzo. Efectivamente, ahora me inclino a pensar, habria sido mejor. En la tesis original el Prof. Urton define CUATRO clases de fenmenos celestes, y no dos (tesis original p. 149). Soa:. ( a ) 'Single Stars and Planets' IEstrellas aisladas y planetas). ( b ) 'Star to Star Constellations' (Constelaciones tipo 'Estrella a Estrella'). ( c ) "Dark Cloud Constellations" (Constelaciones de Nuhc Oscura). ( d ) 'Light Cloud Constellations' (Constelaciones de Nube Clara) . PAGINA 216, NOTA 23. La lectura de la tesis has podido aclarar un poco el uso algo original que el autor hace de la palabra "Arcadian", y efectivamente nada tiene ,que ver con la arcade" (galera) tal como haba imaginado. "Overa 1 Ar.cadian pattern" sera el "patrn arcadio total", siendo 'arcadio' gentilicio de la antigua provincia qriega de Arcadia, famoso por la pronunciada rusticidad de sus habitantes. "Arcadian pattern" es entonces (probablemente) "patrn de fenmenos celestes tiles para la observacin agrcola" (tesis pgina 30).
<
6

PAGINA 221, NOTA 36. Entre las valiosas tablas que dan una idea efectiva de uso prctico que se hace de las observaciones del cielo aparece la siguiente en la tesis original. La labor, o sza !a siembra y la cosecha del maz, se realiza ms de un mes despus de efectuarse la primera observacin en el cielo. Se est observando QULLQA o COLLQA, "El Granero" (= Las Plyades, vase la p. 231 ( 1 3 ) ) .
MAlZ
Siembra Cosecha

Fecha laborable mediadcs de Julio mediados de Mayo

Las Plyades Salida helaca Puesta heiaca

= 3 de Junio = 18 de Abril

Nmero de das en que la constelacin es visible Duracin del tiempo de la cosecha

di; - 60 45

di; ( tesis P. 181

PAGINA 228 ( 1 ). "LINUN CRUZ" nombre alternativo para constelacin no ( 1)en mi enumeracin, otros nombres = SAh TISIMA CRUZ Y PAPADIOS. El autor dice que es uca c( rrupcin del latn lignum" = "madera" o sea "cruz de madera' forma adoptada en el cristianismo primitivo para el griec V X ~ V = madera. Nmeros ( 1 ), . ( 4 ) (Huchuy Cruz) y (6! (H; tun Cruz) ejem~lifican los tres tipos de cruz de forma siyuient, (tesis p. 159).
' I

PAGINA 230 ( 1 1 ). "CHAKANA" no es solamente "puente' sino tambiin "escalera" (p. 158 tesis). Su forma es la sigaient:

Se supone que el sacerdocio rural pudo sustituir "CHAKA" po "CRUZ" luego de la conquista. j ;

.EL PUEBLO ARAUCANO Y SU LUCHA POR LA


SOBREVIVENCIA Bernardo Berdichewsky*

' E l autor describe la dramtica hisforia del pueblo araucano; a partir de esta experiencia anal'ira sus posibilidades presentes y futuras.

'

Introduccin

El pueblo araucano -una de las importantes sociedades indgenas del continente americano que se extendiera por amplios territorios del Cono Sur y que aun hoy ocupa una extensa rea, tanto en el Sur de Chile como en Argentina- no ha dejado, en ningn momento, de despertar inters, tanto de parte de gobernantes, militares, sacerdotes, viajeros, historiadores y estudiosos de casi todas las disciplinas, incluso, poetas y escr't ores.
Esto ha permitido, por un lado, acumular una gran cantidad de material e informacin sobre sus antecedentes histricos y aun prehistricos; pero ms an, sobre diversos aspectos de su so+ ciedad y cultura ,ya de su estructura econmica como de SU organizacin social y tambin de su sistema de creencias. Por otro lado, sin embargo, estas abundantes referencias bibliogrficas son dispares y de valor desigual, hasta el punto de que para el lector en general, pueden presentar un panorama verdadersmente confuso**.

Al eistudiar al pueblo araucano en la actualidad se plantea la siguiente pregunta Existe un problema indgena en Chile y Argentina? La respuesta es positiva. Cientos de miles de indgenas viven en aquellos pases, en su mayora concentrados en las reas rurales y constituyendo importantes minoras tniEl Dr. Berdichewsky es Profesor de Antropologia en las Universidades de Simon Fraser
y Capilano College en Columbia Britanica. Canad. Algunos importantes trabajos, con amplias referencias bibliogrficas que pueden consultarse serian: Medtna. 1882; Latcham. 1915; Guevara. 1929: Brand. 1941; Cooper1946: Faron 1961; Menghin, 1962; Montan& 1963; Berdichewsky, 1975.

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cas, las que se encuentran racialmente discriminadas y social. mente explotadas. Al mismo tiempo ,que comparten con las ma. sas trabajadoras d e los pueblos Chileno y Argentino (especial. mente con el campesinado, a cuyas clases la mayora de ellos pertenecen) los problemas de miseria, de~empleoy explotacin econmica, son objeto adems, de la discriminacin racial, por lo que estn sometidos a una doble explotacin. Aunque su problt, ma es, principalmente, uno de carcter econmico-social se haya agravado por esa discriminacin racial teniendo en consecuencia, igualmente, un problema de ausencia de libertad tnica y de falta de igualdad de oportunidades para su expresin cultural. Aunque los indios Aymar del Norte de Chile, c o v o as tambin la poblacin nativa en otras partes del pas, son expl& tados y discriminados, los indgenas Mapuche de la regin Centro-Sur de Chile son probablemente aquellos que han sufrido ms. S e hayan concentrados, especialmente, en siete provincias agrarias, desde el valle del ro Bio-Bo hacia el Sur. De todos los pueblos nativos d e Chile -que incluyen a los Aymar, Quechua y Atacameos en el Norte, a los Fueguinos en el extremo Sur y a los Polinesios en la Isla de Pascua- los Mapuche son e1 grupo ms numeroso e importante. Constituyen una fuerte minora demogrfica dentro del pueblo chileno, como tambien un numeroso estrato del campesinado y, en algunas de las ~ i o v i n cias sureas, representan la mayora de la poblacin rusa!. E n Argentina hay menos indgenas, probablemente no ms de 150,000 en total, concentrados tanto en la regin del Chaco, en el Noreste del pas; en el rea andina del Noroeste: en la provincia del Neuqun, en el Suroeste; y en la regin patacnics. Los Araucanos se ubican en la provincia del Neuqun y los remanentes aislados d e los Tehuelches, en la Patagonia, no pasando ambos de 20 mil personas. (Canals Frau, 1946). Los ARAUCANOS constituyen uno d e los ms numerosos e importantes pueblos indgenas de Sudamrica e incluyen diferentes grupos tnicos, algunos d e los cuales estn ya extinguidos. Con una poblacin relativamente grande -en una poca distribuida ampliamente a lo largo del Cono Sur de SuCtamrica- en la actualidad se hayan reducidos slo a dos grupos tnicos ntimamente relacionados. Ellos son: Los Mapuche del Sur d e Chile (el grupo ms grande) y sus vecinos los Araucanos Ard gentinos (Fig. 1 ).

AY M A P A

C R E A 1 C H A C O I N D I A N S

CHARRUA

Q U E R A N D I

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FIGURA 1 .

Mapa de d i s t r i b u c i n de l o s Araucanos y grupos araucanizados y de l a s t r i b u s v e c i n a s e n e l Cono Sur de Sudamerica.

Los t r e s p r i n c i p a l e s grupos t n i c o s Araucanos e n e l S i g l o XVI.

Tribus Araucanizadas a l E s t e , desde S i g l o X V I I h a s t a rrediados d e l X I X .

Habitat de l o s d o s grupos Araucanos r e s t a n t e s e n C h i l e y Argentina.

El

rea etnolgica araucana en Argentina se reduce, en

la

actualidad a la sudoccidental provincia del Neuqun, en tanto que en Chile a la gran regin del hbitat de las comunidades mapu, con sus lmites mximos entre el ro Laja por el Norte, en la provincia de Bo-Bo, y el golfo de Reloncav por el Sur, en la provincia de Llanquihue. Esas comunidades se extienden en graq parte de las siete provincias que comprenden dichos lmites. a saber, las de Bo-Bo, Arauco, Malleco, Cautn, Valdivia, Osorno y Llanquihue, concentradas especialmente en las provincias d e Cautn y Malleco (Berdichewsky, 1975) y con una poblacin de ms de medio milln de habitantes que constituyen alrededor d e un 6% de la poblacin total de Chile. Sin embaryo, el rea arqueolgica araucana, en su sentido amplio, comprende una regin mucho mayor, especialmente si partimos del criterio correcto de Latcham (1928) de dividir a los araucanos protohistricos de Chile, por lo menos ,en tres grupos tnicos geogrficamente contiguos, o sea los Picunche, los Mapuche y los Huilliche, de Norte a Sur respectivamente. Aun si nos ciC;ramos al esquema un poco ms simplificado de Steward y Faron ( 1959), tendramos en el mismo territorio, como mnimo dos grupos: 1 ) los Picunche y 2 ) los Mapuche-Huilliche. Los primeros habran ocupado el rea Septentrional, correspondiente a la actual zona central de Chile ,que se extendera al Sur del ro Chospa hasta el ro Laja y los segundos desde el Sur del ro Laja hasta la isla de Chilo, que corresponde a la actual zona Sur de Chile o regin de los lagos. En resumen, cuando nos referiaos al rea arqueoljgica araucana en Chile, debemos considerar ia prehistoria de la actual regin Centro-Sur de Chile o tamhien llamada del valle Central o Longitudinal que se extiende desde la red fluvial del ro Aconcagua al Norte, hasta el canal de Chacao por el Sur. Limitara por su parte Septentrional con a regin del Norte chico o de los Valles Transversales y por la meridional, con la regin del Extremo Sur o de los canales patagnicos (v. Fig. 2 ) . Entre las dos sub-reas de la gran regin arqueolgica araucana, la Septentrional y la Ueridional, que respondan, respectivamente, al hbitat de los dos, grandes grupos etnicos araucanos mencionados, existen diferencias ecolgicas ms o menos claras. En la primera, correspondiente a la actual zona central, las tres fajas caractersticas del relieve chileno: la cor+ dillera andina, el valle central y la cordillera de la costa, se distinguen claramente. Los andes descienden gradualmentz hacia el Sur y aparecen nuevamente los volcanes. Presenta nlunero* sos ros que riegan extensas y frtiles tierras, pero no apropiadas

para la navegacin. El clima es muy agradable, de tipo mediterrneo, las lluvias caen normalmente en Invierno y aumentan gradualmente hacia el Sur. Es la regin ms poblada e i m ~ ~ r t a n te del pas, por sus grandes ciudades, industrias y recursos. La agricultura predomina en importancia sobre la minera. En la segunda sub-rea o zona Sur, la cordillera andina sigue siendo volcnica, pero comienza a perder su continuidad por depresiones que la fragmentan. Los ros son caudalosos y atraviesan el pas de cordillera a mar; son en su mayora navegables y -a excepcin del Bo-Bo en su curso superior- ninguno forma valles longitudinales, como sucede con los ros argentinos que corren frente a ellos al otro lado de la cordillera. Existe una gran abundancia de lagos, casi todos situados en el Valle Central y que comienzan en el sistema del ro Toltn. Las lluvias sumentan hacia el Sur, caen durante todo el ao y alcanzan su mayor intensidad en las provincias de Valdivia y Llanquihue; la vegetacin es variada y abundante y con grandes extensiones boscosas; hay presencia de valiosos mantos carbonferos, especialmente en la provincia de Arauco. La agricultura, la ganadera, ia explotacin de bosques y yacimientos carbonferos alcanzan gran desarrollo y proporcionan los mejores recursos econm:cos de la regin (Kaplan, 1956'; Instit. Geogr. Mil., 1966). (v. Fig. 2 ) . Origen y etnognesis de la sociedad a r a u w a Con respecto a la etnognesis de los Araucanos. debemos retroceder en el tiempo hasta los comienzos del segundo milenio de nuestra era, la poca en que la comunidad agrcola tribal se inici en la regin Centro-Sur de Chile. En el siglo XV, cuando tuvo lugar la conquista Incaica de Chile Central; pero, sobre todo, en el siglo XVI, con la conquista Hispana, los tres grupos tnicos principales de esa zona, que haban estado muy rclacionados entre s, terminaron estructurndose en un pueblo. Dichos grupos fueron -como lo indicamos antes- los Picunche, Mapuche y Huilliche, los que se desarrollaron e identificarori tanto unos con, otros (aun,que manteniendo algunas de sus 3iferencias) que se unificaron en un pueblo ,nico, conocido desde entonces como los Araucanos (Fig. 1 ). El nombre "Araucano" fue aplicado ms a todo el pueblo que a cada uno de sus grupos tnicos, los que tenan sus propios nombres, como ser Mapuche (Gente de la Tierra). El nombre general fue usado tambin para denominar su lengua, la que es reconocida como una sub-familia de la Andina-Ecuatorial, aunque el nombre ms apropiado para la lengua araucana, es-

pecialmente la hablada por los Mapuche es el Mapudungun. E] nombre que fue dado a este pueblo no es uno aplicado por ellos mismos, ni tampoco indgena; sino que fue impuesto por los con, quistadores espaoles. Los Mapuche mantuvieron su nombreb: impusieron los de sus vecinos "Gente del Norte" (Picunche) j, "Gente del Sur" (Huilliche). El grupo de ms al Norte, el Picunche, fue el nico con,quistado militarmente, primero por los Incas y ms tarde pur los Espaoles. Despus de algunos levantamientos durante zl Siglo X V I fueron, por ltimo, totalmente dominados y subyugados en el Siglo XVII. Se mezclaron con la poblacin espaola rural, constituyendo la fuente del campesinado mestizo cpe creci durante los tiempos coloniales de Chile. Al trmino de dicho perodo, en los comienzos del Siglo XIX el grupo tnico Pic~nche desapareci totalmente, diludo en el naciente pueblo chileno mestizo, .el que constituy la base laboral del sistema agrario de la Hacienda. Se desarroll en una tradicin mucho ms hispnica que indgena, llegando a ser completamente monolinge en el idioma espaol. Los Mapuche y Huilliche, por el contrario, consiguieron mantener su independencia en la regin surea, gracias a una larga guerra de guerrillas que mantuvieron por casi 400 aos, primero contra los Incas, despus contra los espaoles y finalmente contra los propios chilenos. Esta fue conocida como la famosa "Guerra de Arauco" y durante sus largas viscisitudes de un casi permanente estado de guerra (si no siempre "guerra caliente", por lo menos "guerra fra") estos dos grupos CItnicos araucanos se unieron bajo la hegemona Mapuche y expandieron la cultura e influencia Araucana hacia el Este, a travks de las montaas y an ms ,all las pampas argentinas. Como resultado de esta expansin geogrfica, otros grupos tnicos fueron incorporados y transculturados por el pueblo araucano, especialmente los Pehuenche montaeses y parte de los Puelche pampinos en Argentina, Podemos decir, entonces, que en el momento de la conquista hispnica los grupos tnicos que se extienden al Sur del Choapa, a todo lo largo del Valle Central de Chile y sus zonas aledaas costeras y precordilleranas, pueden ser considerados co* mo grupos araucanos. En toda la zona Centro-Sur de Chile exismo una sola lengua, obviamente con diferencias dialectales; una poblacin biolgica uniforme, con variaciones regionales y una cultura similar, con diferencias de grado solamente.

Este pueblo araucano ,que se extendi desde el Choapa hasta el golfo de Reloncav, no constitua, sin embargo, 'ina u n i ~ dad poltica y era parcialmente diEerenciado, dialectal, fsica y culturalmente. Podemos aceptar la existencia en ese momento de un pueblo araucano dividido solamente en dos o tres grupos t ~ nicos emparentados, como 10s indicados ms arriba. El problema ,que se presenta ahora es establecer ,el origen de este pueblo araucano y sus grupos tnicos. Se trata especficamente de poder verificar el carcter tnico de algunas culc turas arqueolgicas y, concretamente, las fases culturales de las zonas Centro y Sur de Chile que puedan corresponder a las mencionadas etnias araucanas. El pueblo araucano proto-histrico era un pueblo agricultor que representaba una sociedad tribal. No podemos, por lo tanto, remontarnos en el buceo arqueolgico ms all de las fases culturales agro-alfareras. Veamos primero como se presenta el desarrollo cultural de dichas fases para el rea araucana Septentrional o hbitat de los Picunche, la que correspondera a la actual zona Central de Chile. Las fases tempranas de la etapa agro-alfarera para la zona central de Chile que ,se ha podido detectar desde el ro Petorca hasta el Maule y sus zonas costeas aledaias. corresponden a un horizonte cermico similar, el que hemos llamado HorG zonte Molloide ( Berdichewsky. 1963). Hasta el momento, el aparecimiento de culturas ago-alfaretas en dicha zona se presenta como dadas de una vez y ya relativamente desarrolladas. No hay una evidencia de una evolucin local a partir de las culturas de cazadores-recolectorzs hasta las aldeano-agrcolas, pasando por el ~ e r o d otransicional de la agricultura incipiente. Sin excluir esta posibilidad >quean no se ha descubierto, el cambio de nive! socio-cultural de un Estadio (primero de Bandas cazadoras-recolectoras) al de los productores de alimentos de un segundo Estadio ( d e aldeanos agro-alfareros tribales) parece presentarse en la zona CrntroSur del pas de manera brusca y acabada. Recientementz esta idea se ha modificado (Ampuero y Rivera, 1972).

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N o cabe duda que las primeras culturas agro-alfareras en su etapa temprana han surgido, en la zona Central, como una influencia directa de culturas del Norte Chico. Esto est bien evidenciado en el yacimiento ENAP 3, de la desembocadiira del

70) 11) 12) 13)

9 ) Cueva L o s iatalanea pucure Likan-Ray Pi:rbn


Valdivia

l b ) i7anco

valle del Aconcagua en - Concn ( Berdichewsky, l964a j , como tambin en otros sitios investigados en -la zona Central, a saber, Horcn 4 (Los .Jotes)', Carabineros del Tabo, etc. (Berdichewsky, i961. 1964b). Aparentemente parecen darse dos fases sucesivas de influencias Molloides, q u e corresponderan a la accin de las fases I y II de -la cultura del Molle, respectivamente:Sin embargo, las 2 fases de la Cultura Molle en el Norte Chico, ni las presuntas dos d e la zona Central estn demostradas. Por lo tanto, es necesario mayores evidencias para mantener esta hiptesis o en su defecto rechazarla. En todo caso, la infiuencia de la Cultura Molle. ya se considere como una sola o como dos fases est, a nuestro juicio. suficientemente clara, por lo menos para las sub-reas de. la red hidrogrfica del Aconcagua y la costa central en su parte Septentrional desde la desenibocadura del ro Petorca a la del Maipo. (Vase Fig. 2, Mapa de Sitios Arqueolgicos). Con respecto a la cronologa de dichas fases culturales, es difcil precisarla, pues no hay datos con fechas absolutas; sino slo relativas y por correlaciones culturales con el Norte Chico. Pero. por desgracia la cronologa de la Cultura del Molle en esa rea es an bastante imprecisa. Hay ,una fecha del C. 14 publicada por el momento, ,que permitira ubicarla a mediados del primer milenio de nuestra era (Iribarren, 1967); y por lo tanto, su proyeccin hacia la zona Central no antes de la segunda mitad de-dicho milenio. Fijar una cronologa para la hipottila segunda fase de influencia Molloide en la zona central es an ms hipottico. Sin embargo, con una o dos fases, esa formacin cultural se prolong, sin duda, hasta los primeros siglos del segundo milenio. Despus seria reemplazada por una segunda etapa agro-alfarera, de perodos con cermica pintada policrom~.a diferencia de las anteriores que eran lisas, monocromas, gi-zbadas o solamente con pintura de un color (negativa o fugitiva) sobre fondo engobado o natural. Datos cronolgicos ms precisos srbre la Cultura del Molle pueden verse en los trabajos de Rivera y Ampuero .( l972), quienes presentan nuevas fechas de C14 e indican posibilidades de agricultura incipiente ms de 3.000 aos atrs. Aunque en el rea meridional de. nuestra regin o zona Sur propiamente tal, que correspondera al habitat MapucheHuilkhe, las investigaciones arqueolgicas con excavxiones controladas son ms escasas que en la zona central, se evidencian sin embargo algunas fases culturales de una etapa agro-a!farera temprana que tambin parecen presentar una disconfor-

midad con respecto al precermico. La fase Pitrense de Menqhip y Pucura-Challupn de nuestro esquema (Menghin, 1962; B,, dichewsky y Calvo, 1971), con cermica lisa, monocrona, con pintura negra fugitiva. grabada y con decoracin plstica antro, po y zoomorfa, que se asemeja a la cermica de las fases Me lloides de la zona central, parecen corresponder a ese perodo temprano. Eventualmente, el nivel inferior de la cueva de los C3.talanes pertenecera tambin a este perodo ( B e r d i c h e ~ s k ~ , 1968a). (v. Mapa de Fig. 2 ) . Las poblaciones de los pueblos agro-alfareros de esta etapa temprana ( y las posteriores tambin) parecen diferenciarse en el aspecto fsico de los dolicoides cazadores-recolectores .preccrmicos, en que ellas son fundamentalmente braquiodes. Con re+ pecto a su carcter tnico sera- aun muy arriesgado sacar conclusiones. Creemos que, en el mejor de los casos, podramos considerarlas en este sentido como pre-araucanas o, a lo ms. proto-araucanas. (Vase Cuadro A ) . Adems de la abundancia y la bien elaborada crrmica, estos pueblos usaban variado instrumental Itico, como metales o molinos, morteros (incluyendo piedras tcitas), piedras horadadas y puntas de proyectil, de preferencia triangulares y de base recta o cncava. Igualmente, se incluye en su utillaje tembets d e diversos materiales (de forma discoidal con aletas), oreieras circulares y pipas, especialmente de forma de T invertida. Al parecer tenemos tambin ya hechas cilndricas de piedra, las que despus seran tan comunes entre los pueblos araucanos. Todo este material apunta en direccin a influencias, no slo del Norte Chico, como lo hemos indicado, sino tambin ael Noroeste argentino (Condorhuasi) como lo han sea1a;do aIgunos investigadores (Gonzlez, 1963) y hasta elementos de culturas amaznicas como lo ha indicado Menghin y otros (Menghin, 1962). E n la zona central, por lo menos, tienen entierros generalmente semiflectados, dejados a veces en sus propias cabaas (Concn), con ofrendas de cermica, conchas y restos de au,qunidos (Berdichewsky, l964a). Las construcciones de sus habitaciones eran de material ~erecible, probablemente "quincha" o algo similar, las que parecen agruparse en pequeas alde3s. Este nucleamiento no es seguro para la zona Sur, donde el patrn de poblamiento parece ser diferente, tal vez simples caseros solamente.

La etapa II de los perodos tardos se caracteriza, especialmente par el aparecimiento de estilos cermicos de tipgs pobk y tricolor. En la zona centrates ca~actersticala falcromo~ se cultural de un horizonte local d e cermica Negro sobre Naranja, representada en la costa cetral en el fundo El Peral (ya~imientodel potrero de la Via y del Cerro Paraguas); pero sobre todo ubicada. en la regin del Aconcagua (Berdichewsk~, 1963), especialmente en la parte media y superior del volle, como son, los yacimientos de Bellavista, Palomar, Rautn, etc. (Lat~ham, 1928b; Oyarzn, 1912; Madrid, 1965). No hay tina di.;. continuidad total con la capa anterior y algunos tipos de artefactos se continan. Las hachas cilndricas tan tpicas de la ergologa araucana se hacen abundantes. Los enterramientos ms comunes son ahora en tmulos, con diversos tipos de tumbas, como ser, bvedas y sobre todo, especies de cistas toscas de piedra. El metal (cobre) se da un poco ,ms abundante que en la etapa anterior, donde era muy exiguo (Berdichewsky y Madrid, 1970). (v. Mapa de Fig. 2 ) .

En la zona sur esta etapa estara representada, al parecer, con las fases culturales como la de Tira. Estos horizontes loca1 les. tanto de la zona central como de la zona Sur se prdingac, en la primera, hasta el perodo Inca local donde se transculturan y, en la segunda, directamente hasta un perodo colonial temprano, dando paso con estas fases aculturadas a una nueva etapa, la 111 de la evolucin cultural de la regin Centro-Sur, en qde estas culturas locales de sociedades tribales libres e independientes pasan a integrar, de alguna manera, el contexto de sociedades mayores, como especie de sub-culturas o segmentos tnicos. En el primer caso, de la civilizacin Incaica y a travs d2 sta, posteriormente, de la hipnica; y en el segundo caso, directamente a esta ltima, aun,que en forma perifrica y marmal de, bido al constante conflicto con ella. Con la etapa 11 indicada ms arriba se habran consti; tudo ya, a nuestro juicio, en la regin Centro-Sur, las etnias ' propiamente - araucanas, probablemente Picunche en Id zona i Central y Mapuche y Huillich& en la Zona Sur.

Las fases culturales del Vergelense, en Angol; Valdiviense ms al Sur y Likan-Ray, con tipos cermicos lisos, multicolores geomtricos y cermica negra con incrustaciones, corresponden, en la zona Sur, ya a perodos coloniales que se prolongan, a veces, hasta el propio siglo pasado (Menghin, 1962; Calvo Guzmn, 1964; Berdichewsky, l968a. 1971a ) . (Vase Cuadra A). . , . . , t

Podemos concluir, en primer lugar, en lo que respecta 1 , origen d e los araucanos, que el modelo clsico de Latcham que indicaba un origen pampeano y cazador de estos, debe desecharse, como lo han admitido otros autores (Menghin, 1962) U E n segundo lugar, podemos afirmar que las etnias paleo o prb, to-araucanas deben ligarse. en e1 mejor de los casos, a las pri;. meras fases agro-alfareras d e la zona Centro-Sur; pero, coa ms seguridad a las fases siguientes del Horizonte de cermica policroma, cristalizando al final de esta etapa en las tres etnias tpicas del pueblo araucano establecidas por Latcham (Picunche, Mapuche, Huilliche) . (Cuadro A ) . Resumiendo entonces, el primer horizonte, con sus fases culturales tempranas, parece corresponder a un estrato bsico agro-alfarero que llega como un proceso de transcultiiracin desde el Norte Chico chileno, con influencias de la culttira M02 lle y .que, al parecer, introduce la agricultura en la zona czntrai, en la segunda mitad del primer nilenio de nuestra era. Esta influencia continuara hasta el sur a finales del milenio llevando hasta all la revolucin agrcola. E s la poca en que se gestaran, en ambas zonas, las primeras formaciones econrncco-sociales de un modo d e produccin comunal-agrcola-tribal, E n el segundo horizonte cultural, que surge sobre ciqueI sustrato agrario bsico, avanzado ya el segundo milenio de nuestra era -primero en la zona central y despus en la zona sur, por desarrollos locales e influencias nuevamente del Norte Chico, esta vez de las fases culturales Diaguitas y de otras influencias ms lejanas- cristalizan todos los elementos ergolgicos araucanos. Aqu se formaran entonces, los grupos tnicos de la form a a n econmico-social araucana ( Berdichewsky, 1973). . E n el momento de la conquista incaica evidenciado tanto por las fuentes arqueolgicas como etnohistricas -se produce una separacin y diferenciacin entre el grupo tnico septentrional d e los Picunche que es, justamente, el conquistado y los otros dos ms meridionales, Mapuche-Huilliche ,que mantienen una resistencia tenaz, evitando su conquista por los incas y mantenindose como una sociedad tribal independiente. Los Picunche. en cambio pasan a integrar la formaci6n econmico-social del imperio incaico que corresponde a un modo de produccin ya d e una sociedad clasista. Por su carcter, este modo de produccin es similar al tipo llamado "Asitico", en que la comunidad agraria y gentilicia no es destruida o desintegrada; sino que, slo incorporada en las estructuras econaico-sociales

Etnias

Horizontes

Zona Central
Sub-cultura M a ~ d c h e Huiliiche VI1 Reducciones VI. Republicano -Nacioiial (ChileiioJ Mapuches-Huilliches, Pehuenches Picunches, Mapuches. Hullllches Picunches, Mapucha, Hullliches 11. Policromo (N./N.) 11. Tribal agrario

1V. Sociedad

Compleja (Cultura Nacional J

5. Post Catalanes (V), Rnnco

V . Hispnico
(Coioniai) [ V . Hispnico-Snq.

t . ValdiviaLikaii-Hay

111. Cacicazgos

3. Catatanes
1 1 1

3. ChacaxcoLa Reina

2. Tirua, policromo

2. Bellavista
policromo

El Peral.
1. Molloide Negro/Naranja (Po. La Vifia, Co. Paragua) Catalanes I

Pescadores y agricultores. braquiode~

1. PitrenPucura, rnonocronlo
1 . ConcUnHorca monocromo

(ENAP 3.
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.1. Bandas nomadas colectoras Recolectores-cazadores dolicoides

Los Jotes) (Fases pre-cerniicas)

y en el rgimen de explotacin clasista de estz n u vo Estado (Marx, 1972: 54). Al producirse la destruccin y do. minio del imperio incaico por los conquistadores espaoles, las regiones alejadas del ex imperio. como la zona central de Chile. quedan desligadas y de hecho liberadas, resultando en el r& Picunche un interregno de autonoma a e un par de dcadas hasta la nueva conquista hispnica de dicha zona. Los Picunche op& nen una resistencia tenaz a los espaoles, pero son vencidosi aunque no ya como una formacin tribal simple, sino ,que ahora convertidos en una verdadera confederacin tribal con una e ~ , tructura socio~polticade jefatura o caacazgo. Los Mapuche, Huilliche, que no pasaron por ese proceso y que tampoco lograron ser conquistados por los espaoles, continuaron como una sociedad tribal sirnpk y demomtica, pero con una notable notable y obvia orientaan militar ahora, producto de su resistencia contra los invasores (Berdichewsky, 1977). (vase Cuadro A con todas estas secuencias).
y

La cultura y la sociedad araucana tradicionales


E s difcil caracterizar la cultura araucana tradicional debido a los muchos cambios por los que ha pasado en los ltimos quinientos aos. Por ahora podemos clasificar la cultura prehistrica araucana y preincaica como la de una sociedad tribal simple basada en agricultura de roza y quema", constituda por extensos grupos familiares. generalmente patrilineales, aunque tambin a veces matriliniales. La cohesin poltica de la tribu era muy dbil y con un sistema comunal de propiedad sabre la tierra y posiblemente tambin sobre las tropillas de llamas, a veces de la tribu misma o de sus linajes. De aqu que la cultura araucana tradicional que conocemos se refiere, especialmetite, al perodo histrico de Chile colonial o de su epoca indepmdiente y, en especial, a la del grupo Mapuche-Huilliche. Ciertas diferencias existen si se trata sobre los Picunche o sobre los araucanizados Pehuenche y Puelche.
6 I

La su6sistencia de la sociedad Mapuche-Huilliche aborigen estaba basada, principalmente, sobre el cultivo de pjmtas. Tambin dependia de la colecta de races y frutos silvestres, de la caza y de la pesca y -segn su ubicacin ecolgica+ enfatizando una u otra de estas actividades complementarias; pero quedando siempre su dieta, predominantemente veget-iriana. Igualmente, domesticaron algunos animales como la llama y, posiblemente, un conejillo o cuye y una especie de gallina o pato aborigen; pero la llama era el nico animal de importancia eco'

nmica, de la cual utilizaban su carne y sobre todo su lana para los tejidos. LOS cultivos principales eran maz y papas, aunque tambin porotos, zapallos, aj, quinoa, etc., los que eran cultivados en campos relativamente permanentes que se-dejaban en barbecho cada cierto tiempo. En histricos se agregaron otras plantas provenientes de Europa, especialmente el trigo, el que lleg a convertirse con el tiempo en el producto principal: igualmente, incorporaron numerosos animales domsticos europeos, en particular ganado y caballos; pero tambin ovt'jds, cabras, mulas y cerdos. Junto con eso se introdujo el arado (Zapater, 1970). Los alimentos eran almacenados, bajo cubierta, en una especie de graneros de canasto tranzado o de mimbre y, al descubierto, en plataformas elevadas. Prparaban carne ahumad3 o secada al sol. Hervan o-tostaban maz o preparaban harina de maz para hacer pan o bebidas o la mezclaban con carne y vegetales en sopas o guisos.- Igualmente coman diversos tipos de porotos y papas. Las'com2las eran. g&eralmente, p r e p r a d s s por las mujeres. La carne de caballo era de consumo corriente (Cooper, 1946). El transporte aborigen era, generalmente, por senderos y llevando los bienes en bolsas de fibras cargados sobre lomos de llamas o los hombros humanos. Posteriormente, viajes y transportes se hacan de preferencia, a caballo con excepcihi del ,transporte acutico, el que - s e realizaba sobre balsas, botes de 'corteza o canoas:~Los--aborgenes Mapuche-Huilliche elabcraban objetos de cermica y de' piedra, como tambin cestos, cuerdas y redes e; igualmente, objetos de madera y .textiles tejidos en lana de llama y; posteriormente, en- lana 'de'-oveja.-Oro- martillado y metalurgia del cobre -se -con.ocari' desde tiempos prehis'tricos; agregndose la platera: en la poca cofonial! La mayora de las~manufacturas eran de ar'tesana casera producidas, 'principalmente, por. .las . . mujeres. Posteriormente aparecieron a!9unos especia1istas;como ser los plateros'. El intercambio- de-'prvductos seiefectuaba,. usualmente, a travs de ls sistemas de- r e c p rocid5d d e regalos y por trueques; -1l~G~anda a ser una actividid importante, solamente en los 'tikmpos histricos con.'el desarrdlo de 'o. saqueo de' kanado vacuno . c , .-.. y caballar. -El -gal i l ~ r i a n z a caa , c&tidadeS con nado 9 lo&caball'&: eian conrcidbs en ..los espaoles y-mas adelant, con los chilen0s.y argentinos; . : . _ '. . ,
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pecial en lo referente a la posesin de tierras y animales. Con b importancia del intercambio de ganado y caballo, adquirida los tiempos histricos, se desarroll una especie de incipienk propiedad privada de parte de los jefes de grupos domsticosi ms corrientemente. de los jefes tribales o "Loncos". Ella y sobre todo, ~ r o p i e d a dde los animales. permaneciendo, en c& bio, la tierra masivamente de carcter comunal. Aquellos Jefe que lograron acumular riqueza en animales fueron conocidos c&, el nombre de "Ullmen". En otro sentido no haba mayores dife rencias entre los hogares mapuches, los que ocupaban simples viviendas de postes y paja, las "Rucas", generalmente aislaQS unas de otras y nunca formando aldeas. Slo haban unas cuantas rucas para el grupo domstico constituido por la familia ex, tensa, endogmica y patrilineal y de residencia patrilocal. La he, rencia se transmita tambin en forma patrilineal. El grupo de residencia cooperaba en despejar y preparar los campos de cltivo, como en la siembra y la cosecha. Originariamente la ma. yora de esas actividades agrcolas fueron realizadas por las mujeres. Existan otras actividades cooperativas, al nivel del grupo d e parentezco o de la tribu, la ms conocida de las cuales era el "Mingaco", la que consista en un sistema de trabajo colectivo para construir casas, cultivar tierras. etc., en el cual, usualmente, el Lonco invitaba a las otras partes e iniciaba l mismo el trabajo (Faron, 1968). Su sistema poltico se caracterizaba por su falta de cohisin siendo cada grupo domstico dirigido por el jefe de la familia extensa o del linaje y dependiendo muy poco del Lomo tribal. E n ocasiones, especialmente debido a la guerra. surca una suerte de confederacin tribal bajo la direccin de alguno de los Jefes ms-importantes. Generalmente. exista un Consejo que asesoraba a los Loncos, manteniendo una especie de democrac'k militar. En el perodo de su mxima cohesin poltica, probable. . mente a finales del Siglo XVIII y comienzos-del XIX, los Ma-puche desarrollaron u n a . .forma, . aun,que difusa, de Cacicazgo. Por esa poca se manifestaba ya .una incipiente. estratificacion social basada en estatus de parentezco y riqueza. La poliginia estaba bien difundida, especialmente entre los Loncos y Ulmens. La esposa principaI tena ms autoridad que las otras y estaba a cargo del grupo domstico. Tambin se practicaba. en diterentes grados, el 'sororato, la poligini'a sororal, el levirato y .el matrimonio de hermanos de un-grupo domstico con hermarAosde otro. El pago de la novia era importante siendo acompaado, corrientemente, por captura de la novia; aunque ms bien dramatizada que . entre las tribus, linajes o gru.. ,. - r e a 1 . b ~conflictos

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pos domsticos eran resueltos, generalmente. 'a travs de la venganza de sangre", no existiendo verdaderas guerras, ectre los aborgenes Mapuche-Huilliche, por conquistas de tierra. Solamente, debido a la larga guerra de Arauco se vieron envueltos en conflictos; blicos organizados, convirtindose en diestros jinetes, con gran movilidad y fuerza de combate. Tomaban prisioneros de guerra a los que solan matar, mostrando ostentosameti- t e sus"cabeias como trofeos de guerra; aunque en ocasiones los mantenan cautivos en un rgimen de trabajo forzado (Berdichewsky, 1975). El sistema patrilineal y generacional de los Mapuche presenta un claro paralelismo con el marco jerrquico de sus dioses, los que generalmente son descritos como viejos e invisibles y que tienen, ms bien, poderes especficos y limitados. Su religin es politeista, con muchos dioses, categorizados como diviriidades mayores. menores y pequeas, de importancia tnica, regima1 y parental. Probablemente, el ms importante de los dioses mayores es "enechen", el "gobernante de los Mapuche", junto con ~enemapum", el "creador o gobernante de la tierra" y "Elchen", el "creador de la gente". En tiempos posteriores y, probablemente, bajo la influencia del Cristianismo aquellos tres fueron, corrientemente, unificados bajo el nombre del prhero. Existen tambin muchos dioses menores de los cuales, tal vez, el ms importante es "Pilln", que es el dios del trueno y de los volcanes. Hay Pillan masculino y femenino, como tambieil Pillanes que son espritus familiares de los Chamanes. Otros dioses menores son el dios y diosa del mar, aquellos del so!, de la luna, del viento sonador, etc. Los dioses menores controlan fenmenos especficos y generalmente se identifican con ellos. La mas importante de las ceremonias religiosas Mapuche es el "nillatn" -a travs de la cual establecen los contactos con sus dioses- la que acta como una gran ceremonia de fertilidad agrcola ( Berdichewsky, 1979b). Relacionada con sus creencias religiosas est su creencia en espritus ancestrales. especia!rnente de sus Loncos antepasados, fundadores de los linajes y lderes militares, los que normalmente caminan por la tierra en compaa de los hijos de los dioses (Faron, 1964).
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Tambin creen en espritus malvolos, como ser, "Kalku", el mago-brujo y "Wekufe", la fuerza del mal, la que generalmente asume formas diferentes de animales. Esas fuerzas malas estn muy relacionadas con las desgracias y enfermedades Mapuche, las que corrientemente son contrarrestadas a travs de- las activid-ades chamansticas. En la cultura Araucana abo-

rigen el Chamn. llamado "Machi" era. normalmente. un hq bre y cuyo rol se traspasaba de padre a hijo; solamente en lar tiempos modernos el Machi fue representado cada vez ms mujeres ( Mtraux, 1958). La ceremonia ms importante conda, cida por ese Chaman es el "Machitn", en la cual l o ella r e presenta un conjunto semejante a los de los Chamanes siberi& nos. El o.ella estn cerca o encaramados sobre su poste escalo, nado, llamado "rehue". golpeando su tambor o "Kultrum". AuOI que los Machi suelen participar tambin en la ceremonia religiG sa del illatn, no deben ser confundidos con el illatufe que era la cabeza ritual de la ceremonia (Berdichewsk~,1979bj. En la concepcin aborigen sobre el ms all se crea que los muertos entraban en un mundo de espritus en el cual su existencia corra paralela a aquella de la tierra.. La muerte era acompaada por un complejo ritual de enterramiento y de duelo, como ser, arrancarse el cabello, espantar a los malos espritus, autopsia chamanstica y,preservacin parcial del cuerpo, todo aquello hecno en lamentaciones ceremoniales. El consumo y libacin de una bebida fermentada llamada "Mudai" era tambin parte del ritual, en donde parientes y amigos del muerto se reunan. Los ezttierros .eran en cistas y fosas y posteriormente se usaba, a veces, una canoa (Berdichewsky, 1975). .. :
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Adems de estos dos aspectos fundamentales del mundo de las creencias araucanas, su religin y chamanismo, espresados especialmente a travs de sus ceremonias principales, illatn y Machitn, respectivamente, hay ,que considerar tambin su no menos rica mitologa. Esta se expresa, principalmente, en sus leyendas, como la del diluvio, por ejemplo, y en sus relatos 2 historias de origen y sus seres mticos.como la culebra . TrenTren e inclusive e l mltiple personaje de Pilln. Todas estas ideas y creencias se -expresan obviamente a travs de una.' rica . .-. ., leyendas, refranes, dichos, literatura oral compuesta de cuentos, Berdichewsky: -1968b). etc. ( . .
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Evolucin histrica
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La conquista {hispnica sojuzg a los -pueblos indgenas de Amrica, liquidando gran parte de la poblacin, d.estruyendo. sus~estructuraspolticas y terminando ton su- indepenrlrncia, convirtindose en la principal fuerza de trabajo 'de. las !nuevas peninsulares. ~mplafaformacidn6s ?donmic&sociale' Tqe '~us'.. ron :en -eb:N.uevo-:Mundo,como - producto-de la expnsin-' eropea .en losL~albares del capitahsmor~rcafitil:~~per sin haberse desprendido.de1.todo de-.& reminiscencis feudales. En .la Am-

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rica andina, que abarca tambin hasta Chile central, la mano de obra indgena compulsiva sirvi, primero y principalmente, en las dcadas iniciales, para la extraccin de. metales preciosos que iban a enriquecer a la metrpoii. Esto fue logrado, fundamentalmente, a travs del rgimen de la encomienda. Slo posteriormente. el trabajo indgena fue canalizndose hacia la produccin agro-pecuaria y derivados, surgiendo ahora y suplantando, cada vez ms al anterior, el rgimen de la hacienda que fue la forma local del latifundio. Esta evolucin es. claramente notoria entre los. Picunche de la zona central de Chile ( Berdichewsky, 1979a). La formacin econmico-social que los espaoles implantan en esta regin durante el perodo histrico colonial, re caracteriza por la co-existencia y combinacin de diversos modos de produccin, entre los que se va destacando e imponiendo cada vez ms un modo capitalista de produccin. Sobre todo, despus de la independencia poltica de Chile, el modo capitalista de produccin se har cada vez ms dominante. En la zona Picunche coexistieron, en proporciones variables y especialmente en las reas rurales, tanto relaciones de produccin capitalistas, como relaciones de produccin de c a r e ter feudal o "semifeudal" y aun relaciones de produccin comw nitarias del modo de producan de la Comunidad Primitiva, en algunas comunidades indgenas. Naturalmente, este ltimo modo de produccin no exista ya, entre los Picunche, en carcte~ independiente y haba sido integrado a la formacin econmico-social hispnica, hasta que desaparecieron las ltimas comuriidades indgenas Picunche de la zona central, integradas y mestizadas totalmente en el campesinado, en los comienzos de la poca de la independencia chilena. La evolucin~socialy tnica de los Mapuche, al Sur del Bo-Bo, fue'completamente diferente a la de la trgica y lenta desaparicin de los Picunche, no slo como una sociedadrhdependiente; sino que ten general cono un grupo tnico. A mediados. del siglo pasado, prcticamente, no : existan -ya ms picun. , ches en Chile.
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.: La:as: llamada Guerra de ~Maisto qued reducida, al pocotiempG;:a una-lucharentre los lhapiches y 10s espiole~:AIg a o s sectores Hitillich@sir int'Pgrardn a los pr-imeros y a 1a:l'itrg? pr%ticanknte, se'.cdttndier!on .en ellosi Tambi*, - LgrUpos aislados e individuos Picunche que h"dnde su. zuha-rocupzi'dapor los espaoles, se incorporaron de hecho a la etnia Mapuche. A

esto habra que agregar los cautivos obtenidos de la poblacih hispnica. por los Mapuche, especialmente mujeres -en las V ~ Q , situdes de la larga y ms bien espordica guerra de arauco-, los que en su mayora fueron tambin integrados y mestizados en las tribus Mapuche. Igualmente, aventureros, criminales y desertores llegaron o huyeron a la regin Mapuche. integrndose m ~ , chos de ellos en dicha etnia. Por parte de los espaoles la guerra de arauco tuvo coobtener cautivos para reempIazar o inmo finalidad crementar la mano de obra servil (Jara, 1972: 42). E s innegable que la larga guerra de arauco que dur tada la poca colonial y se prolong, incluso hasta avanzado el perodo republicano nacional, produjo como resultado una notable transformacin tnica de los Mapuche, como tambin de su formacin econmico-social. Se desarroll, igualmente, una forma de contacto permanente y de convivencia entre los dos sectores blicos. Esto fue posible debido a que dicha guerra, a pesar de su extraordinaria duracin, se redujo fundamentalmente a unos cuantos perodos cortos de gi?erra total, seguidos por largos aos d e armisticio tcito o de statu quo, interrumpidos intermitentemente por pequeas escaramuzas o luchas de guerrillas y hostigamiento. En el curso de tres siglos, desde mediados del siglo XVI, hasta mediados del siglo XIX, los Mapuche pasaron un extraordinario proceso de expansin territorial y tnica, como igualmente uno de notables contactos culturales y transculturaciones y de mestizajes tnicos. Fuera de la integracin y mestizaje con los restos de los grupos tnicos emparentados, como Picunche y Huilliche e inclusive con el grupo tnico contrario de espanole: y .criollos, como lo indicamos ms arriba,. los Mapuche, cercauos por tres lados: norte, sur y por el mar, se expandieron hacia el nico lado posible, la cordillera y su otro costado. All se impusieron los Mapuche sobre los otros grupos indgenas como. los Pehuenche cordilleranos y los Puelche de la otra banda andina e, inclusive, hasta sobre los Tehuelche de las pampas patagfiicas, a todos los cuales araucanizaron" y, muchas veces, con ellos se mestizaron. Esta expansin oriental Mapuche obedeci, ms que a las necesidades tcticas de una guerra mvil de guerrillas, especialmente al desarrollo de un intercambio comercial ganadero que surgi, a pesar de todo, entre los dos sectores comd batientes: mapuches y espaoles.
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La estructura econmica Mapuche basada en una agricuitura elemental y primitiva, de sistema de roza y quema Y palo de plantar. en la que an el maz jugaba un papel secundario y en que la nica fuerza de trabajo era constituida por el trabajo humano se convirti, en ese proceso mencionado, en una economa agro-ganadera, con utilizacin de fuerza de trabajo animal, arado de palo, ampliacin del maz e introduccin importante del . trigo y crianza de ganado vacuno, ovejuno y caballar. Las fucrzas productivas y la productividad del trabajo aumentaron notoriamente. Se desarroll incluso, importante intercambio comercial, especialmente con los propios espaoles; y aunque la base sigui siendo una economa de subsistencia, estaba cada vez ms incorporndose en la economa de mercado que se gestaba y creca en el pais. Especialmente, esto es vlido en lo que se refiere a la actividad ganadera de los Mapuche, una parte importante de la cual iba a parar al mercado hispnico e inclusive, muchas veces el ganado fue utilizado como mercanca de cambio del tipo dinero, cuando no era trqcado directamente por armas de fuego. Los Mapuche hacan constantes incursiones al otro lado de la cordillera, a las pampas. a cazar y arrear el ganado salvaje, tanto caballar como vacuno o adquirirlos de las tribus Puelche amigas. Muchas veces capitaneron por esos lados a aquelos indios y a sus propias huestes .para arremeter y caer con sus malocas" sobre las colonias y fuertes hispnicos, llegando en ocasiones, incluso hasta las puertas de Buenos Aires.
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Los Mapuche no slo introdujeron ese nuevo tipo de economa, sino ,que adoptaron y adaptaron a su propia vida numerosos e importantes razgos de la cultura material hispnica, como el propio caso del caballo,.utilizado no slo para la guerra, sino -tambin para la agricultura y ganadera, el comercio, la alimentacin e incluso para los ritos de su mundo de creencias. Igualmente, se introdujeron en su cultura las armas de fuego y de metal, el alcohol, numerosos artefactos e instrumentos de la vida diaria, la platera, ropas y aun elementos de la religin catlica y otros valores hispnicos (Zapater, 1970).

A mediados del siglo pasado, ya en' plena poca nacional


republicana y con un capitalismo industrial en desarrollo en el pais, contina aun la importante regin de la araucana, como territorio independiente Mapuche. La sociedad Mapuche, no S& lo logr subsistir exitosamente a la larga guerra de arauco, sino que en gran medida se fortaleci y mostr una gran adaptabili-

dad a pesar de los importantes cambios que debi sufrir. Es in, dudable que el nivel de las fuerzas productivas de la formacijn econmico-social Mapuche creci considerablemente en esos tres siglos turbulentos, posibilitando necesariamente cambios en sits relaciones tcnicas de produccin, aunque no en sus relaciones sociales de produccin. Estas continan, en esencia, iguales a la de la socedad araucana protohistrica que encontraron los conquistadores espaoles en el siglo XVI. Las relaciones de pr+ piedad siguen siendo colectivas, tribales o del linaje de parentezco. Sin embargo, ya es posible apreciar el comienzo de la descomposicin de este sistema y hay atisbos incipientes de una propiedad privada de los medios de produccin por parte de los jefes o caciques; sino de la tierra, la que sigue siendo colectiva, por lo menos del ganado. La organizacin social descansa, fundamentalmente, en las estructuras de parentezco, basadas en ias familias ampliadas y linajes unilineales, de carcter patrilineal y con principios de residencia patrilocal ( Faron, 196 1 ) . La organizacn poltica trasciende ahora la propia tribu, aparecieno estructuras polticas de confederaciones tribales, bajo la direccin de algunos caciques poderosos (Latcham, 1924). Podemx concluir que, aunque el modo de produccin se mantiene, en esencia, como uno comunal, agrcola, tribal, ha alcanzado un nivel ms a!to de desarrollo, posibilitando la transformacion de la primitiva formacin econmico-social tribal en una ms compleja de confederaciones tribales de cacicazgos, en que ya se gestan los elementos de descomposicin del propio rgimen tribal o gentilicio. Este nivel que ahora alcanzaban los Mapuche a mediados del siglo XIX y que se vena gestando desde la segunda mitad del siglo XVIII, era equivalente al que haban llegado los Picltinche a mediados del siglo XVI en el inicio de la conquista espaola. E n ninguna de las dos formaciones sociales araucanas de perodos histricos tan distintos entre s, lograron sus contradicciones internas encauzarse hacia una superacin organica que permitiera el paso a formaciones sociales clasistas y estatales incipientes. E n ambas oportunidades las contradicciones externas fueron las decisivas, pasando ambas a ser conquistadas, daninadas y absorbidas por una sociedad clasista dominante: los Picunche por la formacin social hispnica, semifeudal y de capitalismo incipiente, de la colonia y los Mapuche por la ford m d n social capitalista, semi industrial, de la novel nacin chic Iena.

Inccsrporacin de los araucanos a la sociedad chilena


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A mediados del siglo pasado el Capitalismo industrialten Chile tiene un gran auge y logra incorporar tambin a la agricultura de la zona central en el mercado capitalista. El latifundio chileno se convierte en gran productor de trigo, e incluso de ganado, destinado no slo al mercado interno, sino al mercado internacional. El latifundio, aunque mantiene en el campesinado algunas relaciones de produccin serviles y desarrolla una ayicultura extensiva y tcnicamente atrasada es parte integrada cie la formacin econmico-social capitalista chilena. La clase terrateniente y la burguesa industrial y financiera, a pesar de las diferencias y conflictos entre ellas, se ligan y conectan econmicamente hasta formar la oligarqua econmica y poltica que domina y controla el pas. Justamente, es un nuevo sector de la burguesa el que impulsa y promueve la expansin del latifundio, en la segunda mitad del siglo pasado, hasta la zona sur; puesto ,que la zona central de Chile, regin agraria fundamental del pas, estaba ya ocupada por la rancia aristocracia terrateniente. La < expansin burguesa" del latifundio fue agresiva y desembocb y culmin en la conquista y colonizacin de la Aiaucana, arre< batando a sangre y fuego o por cualquier otro medio, ya sea legal" o leguleyo, las tierras de los indios Mapuche. Este proceso coincidi y fue parte de la expansin general del pujante capitalismo nacional, en las tres primeras dcadas de esa segunda mitad del siglo, que le permitid conquistar e incorporar nuevas actividades econmicas, no slo industriales y financieras; sino agro-pecuarias y sobre todo mineras, consiguiendo para el efecto la anexin de nuevos territorios y la cristalizacin de un mercado nacional que se extendi de Arica a hlagallanes. Producto de dicha expansin. e instrumento de ella. fue la Guerra del Pacifico en que Chile derrot a la Confederacin Per-Boliviana y se anex todo el norte grande minero. Igualmente su salida al mar hasta abrir una ventana en la Polinesia, con la anexibn de la Isla de Pascua; como tambin su dominio, en el rxtreno austral en el canal de Magallanes, con la fundacin del fuerte Bulnes y la ciudad de Punta Arenas, que le permiti disponer de las pampas patagnicas para una impetuosa ganadera ovejuna. La gestacin de ese mercado central y nacional ech las bases, justamente para la cristalizacin de la Nacin Chilena Moderna.
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E n este contexto se producen los ltimos enfrentamientos y confrontaciones de la guerra de arauco ,que termina con la derrota definitiva de las huestes M a ~ u c h e ,la anexin de !a acau-

cana al territorio nacional y la incorporacin compulsiva, e& forma de verdadero colonialismo interno, de las comunidades indgenas en la estructura del agro chileno, caracterizado por el latifundio expansionista. Como parte de esta accin expansiva y d e dominio hacia la araucana, de la sociedad nacional, hay que considerar la nueva poltica de apertura para la inmigracin ex-. traniera, especialmente europea, parte importante de la cual es asentada como colonizadora de las "tierras vrgenes" de la Araucana. Igualmente, surgen nuevas ciudades que generalizan la economa de cambio y permiten la integracin al mercado nacional de toda el rea. Como producto de dicha accin de expansin y colonzacin, surgi una nueva estructura socio-poltica e n la sociedad M a ~ u c h e , impuesta por la sociedad mayor dominante y que formaliza y legitima, legalmente", la dominacin e incorpo~acin forzada de las comunidades mapuches a la sociedad nacio-' nal. Esta estructura es la que ~ o d e r n o s denominar como el "Sistema de las Reducciones Indgenas7'.
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En la dcada del 50 y del 60 del siglo pasado comienzan a ser derrotadas y arrinconadas las tribus Mapuche por el ejercito, al mando del tristemente farrroso coronel Saavedra. En 1866 se dicta la primera ley nacional que crea las reducciones indgenas (Jara, 1956). Sin embargo, los Mapuche, aunque ya prcticamente derrotados, siguen resistiendo a esta accin destructora d e su soberana, resistencia que culmina con el ltimo levantamiento indgena efectuado a comienzos de la dcada del 80,' aprovechando .el hecho de la Guerra del Pacfico que mantena ociipado al ejrcito en sus acciones blicas en el norte del pas. Pero la reaccin no se hizo esperar y una vez que la balanza de dicha guerra se inclin difinitivamente en favor de Chile, el Gobierno Nacional se apresur a lanzar una accin punitiva contra los "rebeldes" Mapuche, con un castigo ejemplar". Esto termin d e manera final con la resistencia Mapuche y con toda autonoma de stos. A partir de 1884 se lleva a la prctica, en forma, definitiva y autoritariamente la constitucin de las rrducciones indgenas. Durante cuatro dcadas, hasta los aos 20 de este siglo, se completa ese proceso y se legaliza a travs d e ttulos de merced la instalacin de mas de 3,000 reducciones indgenas, quedando los Mapuche concentrados en ellas y permitiendo as que la mayor parte y lar mejores tierras de la zona sur sean asignadas a los nuevos colonos que vienen de la zona central o norte de1 pas o a inmigrantes extranjeros, establecindose, al correr de esos mismos aos, como elemento bsico de la tendencia de tierra de esa zona, la gran propiedad privada latifundiaria.
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Las tierras asignadas a las reducciones indgenas en su fase formativa indicada, fueron otorgadas por el Gobierno, co mo igualmente lo fueron en esa etapa las tierras asignadas a la mayora de los nuevos colonos. Pero una vez establecida la propiedad privada latifundiaria, ella continu su expansin segn sus propias leyes y contradicciones caractersticas. Ya cristalizado el latifundio en la Araucana, en las primeras dcadas de este siglo y asignadas legalmente" las tierras tanto de ste, como de las reducciones indgenas creadas, su expansin no se detiene. Naturalmente, esa expansin debe hacerse, nuevamente, a costa de las tierras indgenas, esta vez de propiedad de las reducciones. La legislacin indgena refleja esos procesos y si, en el primer medio siglo de la existencia de las reducciones, ella trata de cautelar la propiedad colectiva de stas, en su segunda cincuentena se ha intentado cada vez ms modificar la legislacin en el sentido de legitimar la propiedad iniigena y contribuir a su atomizacin y minifundizacin, permi; tiendo as al latifundio adquirir o apropiarse, de cualquier manera, dichas propiedades (Cantoni, 1969). En esas contradicciones se desarroll y se debate el Sistema de las Reducciones
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.Indgenas en su ya casi centenaria historia En las cuatro dcadas que dura el segundo perodo del Sistema de las reducciones y que va aproximadamente desde mediados de la dcada del 20 hasta mediados de la del 60 de este siglo, este sistema entr en descomposicin, como dijimos, debido a las propias contradicciones econmicas y sociales del ayzo chileno y a la presin que recibiera del latifundio. La modificacin bsica que dio origen a ese proceso de ruptura y descomposicin del sistema, se produjo obviamente en la infraestructura econmica de las comunidades indgenas, al convertir a estas, de hecho, en su contrario: desde la ~ r o p i e d a dcomunal, hasta ia pei Unquea propiedad familiar y aun la pequea ~ r o p i e d a dmin'f dista. Cambi tambin, radicalmente, la propia economa de subsistencia, la que sin destruirse del todo fue ligada ms y ms, en su conjunto, a la economa de mercado, convirtindose esa forma hibrida en un modo especfico de explotacin o super explotacin de la masa indgena por las clases dominantes de la rcgin: terrateniente y burguesa rural-urbana, con todas las secuelas de pauperizacin en las comuniilaies y migracin y proletarizacin de parte de las nuevas generaciones mapuches. Esas cambios infraestructurales produjeron tambin, como lo indica-

d, la sociedad Mapuche, lanzando a la descomposicin su organi. zacin social, basada en las estructuras de parentezco, como as tambfn a su consecuente liderazgo parental y empujando a une crisis profunda a toda su cultura y sus propios valores de ider,. tidad.
mas, rupturas en las superestructuras sociales e ideolgicas

Pero ese perodo se caracteriza igualmente. en general, por un incremento de la l ~ c h a de clases en el campo y, como producto de ella, una mayor organizacin y toma de conciencia de los campesiaos, lo que se refleja a su vez en la dictacin de la primera ley de sindicalizacin campesina en 1924 y en el inclemento de la organizacin campesina a travs de sindicatos, asociaciones y confederaciones ( Affonso, 1971 ). Por otro lado, las clases dirigentes tratan de detener y obstaculizar dicha organizacin cercenando la propia ley de sindicalizacin campesina, dificultando su organizacin y persiguiendo a sus organismos y a sus dirigentes; pero al mismo tiempo, realizando algn tipo de ajustes y reformas en el agro, para paliar los conflictos, sin modificaciones estructurales. Como consecuencia de esto y de ia crisis econmica del agro, surgen los primeros intentos de reformas agrarias ( Berdichewsky, 1979a). Para ese entonces todo el sistema agrario de la hacienda en la nacin chilena lleg tambin a su quiebra, con una creciente crisis econmica y un conflicto social en ascenso entre el campesinado (incluyendo al carapesino Mapuche) y la clase terrateniente. Este proceso desemboc en la Reforma Agraria que tuvo lugar, por ms de una decada, desde los comienzos del 1960 hasta principios del 1970, cambiando en gran meaida la estructura agraria, afectando as tambin a las comunidades indgenas. E s verdad ,que los Mapache no aprovecharon grandemente de la Reforma Agraria; pero, como resultado de ella, quedaron mucho ms integrados en la clase campesina chilena y aumentaron tanto su conc'iencia socid. como su conciencia tnica. Integracin de la comunidad Mapuche en e campesinado chileno La comunidad Mapuche fue integrada al sistema agrario chileno al ser concentrada, en forma compulsiva, en las llamcidas reducciones indgenas. Esta medida permiti dejar libre gran parte y las mejores tierras agrcolas, las que fueron entregadas al latifundio, el que se expanda rpida-y agresivamente hacia la regin sur del pas. A comienzos del.sig10 XX, el sistema de lidciendas, llamadas en Chile "fundos" se haba implantado, prac-

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ticamente en toda la zona araucana chilena, logrando incorporar en el sistema, de una manera u otra, a las relaciones indgenas establecidas algunas dcadas atrs. Antes de mediados d-1 actual siglo el sistema haba cristalizado totalmente.

El latifundio se expandi en esa rea, en gran meriida a costa de las propias tierras de las reducciones, ya sea por aprspiacin directa, utilizando la fuerza y triquiuelas legaiistas o por compras, tanto legales como frauaulentas. En esta forma 13s reducciones perdieron muchas tierras ,al mismo tiempo que atrsvezaban un proceso de crecimiento demogrfico, lo que redujo la relacin hombre tierra a un mnimo muy bajo de slo un pdr de hectreas. Esto produjo una situacin de desempleo potencial en las reducciones, desencadenando un proceso de emigracin parcial o total. La mayor parte de esos emigrantes de 1 ~ s reducciones terminaron como fuerza laboral de los fundos, ya sea como inquilinos dentro de ellos, bajo relaciones semi servi<< medias" sus tierras o pasles, o como medieros, trabajando en ' tando sus animales y repartiendo en medias" las nuevas crias. Muchos terminaron como simples peones semi asalariados de las haciendas.
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Toda esta situacin condujo, cada vez ms, a convertir y transformar a las reducciones indgenas, de hecho en verdaderos minifundios. Aunque su sistema de tenencia de tierra seguia siendo comunal, la produccin se convirti casi totalmente en uiia de carcter familiar la ,que fue reduciendo cada vez ms las hectreas disponibles. O sea, legalmente la reduccin indgena posea la tierra en forma comunal, pero en la prctica, funcionaba como minifundio. A esto hay que agregar que muchas reducciones fueron empujadas, tambin, a la &visin legal de sus tierras, con lo que en ellas, a la larga, el minifundio se estableci s o slo de hecho, sino que tambin de derecho. En resumen, podemos afirmar que despus de la conquista y dominio militar sobre los Mapuche y establecido el Sistec ma de las Reducciones, el latifundio que se expandi aun ms -a costa de la usurpacin de tierras pertenecientes a las reducciones- logr tambin convertir a estas en verdaderos minifundios. que llegaron a ser la contrapartida necesaria del latifuiidio. Con esto, el sistema de la hacienaa consigui convertir al pauperizado minifundista indgena en un ejrcito potencial de reserva, como una mano de obra barata y super explotada, ssmndolo a la fuerza de trabajo tradicional del campesino chileno mestizo ,que exista, tanto como inquilino o pen, dentro de

la hacienda o como medieros establecidos legalmente en m h i l fundios, As pues, fue el sistema de la hacienda latifundista -el. que logr incorporar, de hecho, a los mapuches de las reduc, ciones indgenas en los diversos estratos del campesinado chi, leno ( Berdichewsky, 1977). Hemos indicado, claramente, en los captulos anteriores cmo y porqu la gran masa de los Mapuche son, a la vez, parte integral del campesinado chileno y al mismo tiempo constituyen una comunidad tnica diferenciada. Igualmente y en sus dos categoras sociales, como campesinos y como indgenas, son parte constitutiva de la estructura agraria chilena de la regin CentroSur de Chile, basada en la hacienda latifundista. Tanto los campesinos mestizos tradicionales, como los campesinos indgenas ( y estos ltimos ms an) han venido, espordicamente, rebelndose en una u otra forma contra los terratenientes de los "fundos". Pero estas rebeliones y protestas fueron atomizadas y aisladas, nunca coordinadas, terminando siempre en fracasos y en mayor subyugacin an. Un movimiento campesino propiamente tal comienza recin a organizarse, aunque todava en un nivel elemental y muy reducido, a fines de la dcada del 1920 cuando se pasa la primera ley de sindicalizacin. Justamente, por esa poca y sobre todo en las dcadas de 1930 y de 1940 se desarrolla una relativa industrializacin del pas, pero en la que las industrias bsicas siguen siendo las extractivas, del cobre, salitre y hierro, las que aportan al ingreso de Chile ms del 70% del Producto Nacional Bruto ( P N B ) . En cambio, la agricultura, a finales de la dcada de 1960, aportaba apenas con el 8 % del PNB, a pesar de que de la actividad agrcola viva el 27% de Ia poblacin (Baytelman, 1971; 7 ) . Sin embargo, aunque no sea Chile uno de los pases tpicamente agrarios de Latinoamrica, cerca de un tercio de su poblacin activa se haya ocupado en esa rama, con lo que est dentro de los mofdes de los pases .sub-desarrollados del coniinente. Pero, sobre todo, es la estructura agraria, la ,que con msyor o menor intensidad segua los mismos patrones de la gran mayora de los pases latinoamericanos, en que el sistema de la hacienda predominaba. Los estudios realizados por CIDA ( 1966) a comienzos de la dcada de 1960 demuestran que ms del 8G1, de la tierra agrcola estaba concentrada en manos de apenas un 3% de la poblacin agrcola activa, los latifundistas, los que posean menos del 7% del total de las unidades agrcolas. En cambio, los minifundistas, concentraban apenas un miserabie

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0.2% del total de las tierras agrcolas, poseyendo casi 377; del total de unidades agrcolas y constituyendo ms del 2370 de la poblacin activa del agro*. Si a ellos agregamos los trabajadores agrcolas asalariados, que constituan ms del 47% de la pobiacin activa del agro y que no posean tierra, perteneciendo la mayora de ellos a las mismas familias de los minifundistas, alcanzaran esos dos estratos ms pobres del campesinado a constituir ms del 70% de la poblacin agricola activa. A esos dos sectores de los pequeos propietarios agrcolas que poseen pequeas unidades agrarias -un poco mayores ,que los minifuiidios- las que a diferencia de aquellos, permiten alimentar a la familia del campesinado. Este sector de unidades familiares, aicanzaba al 40% de todas las unidades agrcolas, pero ocupaba slo poco ms del 770 de la tierra agricola constituyendo el 15% de la poblacin activa agraria y al que se poda agregar m 3% ms que trabajan y viven con ellos, como una especie de inquilinos o medieros. Esto aumentara la poblacin campesina total, en sus tres estratos fundamentales (pequeos propietarios, minifundistas y peones agrcolas), a una proporcin del 88% de la poblacin agrcola activa y que no poseeran, en su conjuni3, ni si,quiera un 8% del total de las tierras agrcolas. El resto de la poblacin agrcola activa de cerca de un 9% estara conscltuida, en ms de dos tercios de ella por la burguesa rural o propietarios de granjas (farms) que posean ms del 1 1 % de las tierras agrcolas con un total de ms del 16% de las unidades agricolas. El tercio restante de esa burguesa rural, el que no posee tierra, estaba constitudo por otro sector de esta clase, el de los administradores de haciedas o de granjas (Barraclough y Domike, 970: 47-51 ).

En Chile se produjo un relativo desarrollo industrial en las dcadas de 1930 y de 1940, despus de la depresin y la gran crisis del capitalismo internacional y sobre todo, durante la 2da. Guerra Mundial y la inmediata postguerra. Hubo tambin un desarrollo urbano paralelo, como igualmente de los grandes centros mineros, ron el crecimiento de la clase media y de su poder p3ltico y, sobre todo, con el rpido desarrollo de la clase obrera minera e industrial -a costa de gran parte de la migracin del campesinado pauperizado. Todo esto agudiz ms aun las contradicciones en el agro. De pas exportador de alimentos que fuera Chile en el siglo pasado y comienzos del actual, se convirtio, a mediados de este siglo, en un pas importador de alimentos y de productos agrarios. La estructura latifundista del sistema de *
.

Esta cifra incluye a los "minifundistas" de las comunidades indgenas.

la hacienda, se demostr ms ineficaz an. Por primera ver la. oposicin del campesinado se manifest, no ya slo en la apari, cin de actos rebeldes o levantamientos aislados y descoordina,' dos; sino que ahora en organizacin, como fueron los primerosa sindicatos agrcolas que se constituyeron -especialmente en zona central- durante esas dos dcadas. Estos todava fueron pocos y solamente semi legales, pues la famosa ley de sindicali-, zacin campesina de 1924 qued, practicamente. inoperante debido a la obstruccin parlamentaria de los representantes de la oligarqua terrateniente. Estos consiguieron, incluso, presionar a. los gobiernos democrticos progresistas del Frente Popular, de la dcada de 1938-48 encabezados por presidentes de partidos representantes de la clase media, como el Partido Radical; aunque apoyados por los trabajadores. Tanto el presidente Pedro Aguirre Cerda, en 1939, como Gabriel Gonzlez Videla, en 1945, emitieron y mantuvieron un Decreto ,que obstaculizaba la ejecii-cin de dicha ley (Affonso, 1971: 8, 10).

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De todas maneras, los sindicatos campesinos y la organizacin de la clase campesina creci, aunque dbilmente todava. ayudada por los sindicatos de mineros y de obreros industriales (Petras y Zeitlin, 1 968: 235). Este movimiento sindical campesino, se desarroll, ms que nada, en la zona central y de preferencia entre los trabajadores agrcolas asalariados de las grandes vias (Petras y Zeitlin, 1970: 503). En la dcada de 1959 creci un movimiento huelgustico campesino de cierta impor; tancia, con la ayuda decidida ahora de los partidos polticos de la clase obrera, el Comunista y el Socialista y partidos progresistas de la clase media, como la Democracia Cristiana. Como resultado de eso se pas a un nuevo nivel de organizacin de los campesinos, ya de corte netamente clasista, cual fue la formacin de federaciones campesinas. Esta vez e1 movimiento abarc tambin a los campesinos de la zona sur, incluyendo a los indgenas. As los diversos sectores campesinos comenzaron a organizarse, con la ayuda de los partidos polticos urbanos de centro y de. izquierda, logrando safarse de la tutela poltica de los patrones de los fundos. Importantes sectores campesinos del proletariado ru-8 ral y minifundistas, incluyendo ya a sectores indgenas, fueron. organizados en federaciones campesinas, especialmente con el apoyo de los partidos obreros. Otros importantes sectores cam-' pesinos, de preferencia de los pequeos propietarios y de inquilinos de fundos, fueron organizados en federaciones campesinas cristianas, bajo el patronato del partido Demcrata Cristiano. Naturalmente, la diferenciacin poltica de estos estratos no es claramente definida; pero demuestra, sin embargo, esa ten-

dencia. Tampoco eran, todava, verdaderos movimientos de masa que pudieran movilizar a gran parte del campesinado; pero, con todas sus deficiencias e inseguridades, constituyeron un gran comienzo en la organizacin clasista del campesinado y, por lo tanto, en el surgimiento y desarrollo de su conciencia de clases. La primera organizacin clasista de los campesinos fue la Liga Nacional de Defensa de los Campesinos Pobres, fundada en 1935, en Santiago, con el apoyo de la organizacin sindical obrera chilena. En 1939, durante el comienzo del Gobierno del Frente Popular, el primer Congreso Campesino, con asistencia de 300 delegados de todo el pas, fue organizado por dicha Liga (Affonso, 1971: 8 ) . De all surgi la Federacin Nacional Campesina. Por esa misma poca la propia organizacin sindical obrera chilena o C T C H (Confederacin de Trabajadores de Chile), constituy la Unin Provincial de Sindicatos Agrcolas de Santiago, integrada por casi 40 sindicatos. En ese tiempo se form tambin la primera organizacin cristiana de campesinos, llamada Unin de Campesinos, ,que oper hasta 1941, con inquilinos de 12 haciendas y que tuvo que ser disuelta por la Iglesia debido a la presin de los patrones catlicos. En 1944 se form otra organizacin cristiana campesina, la Asociacin Nacional de Agricultores de Chile, que agrupaba a los pequeos propietarios, medieros, comuneros y ocupantes de tierras (Affonso, Id.: 9 ) . En 1946, en el 2do. Congreso Campesino de la Federacin Nacional Campesina, llamada ahora Federacin Industrial" de Trabajadores Agrcolas, apoyada por la CTCH, se plante, por primera vez de una manera formal por organizaciones campesinas, el problema de la Reforma Agraria. En el ao- siguiente s e realiz una gran marcha de campesinos en Santiago y tambin el 3er. Congreso Campesino. Los aos restantes del Gobierno de Gonzlez Videla, de 1948 a 1952, fueron de represin contra el movimiento obrero y sindicalista en general. Pero en el perodo del Gobierno Populista del General Ibez, de 1952 a 1958, volvi con nuevos bros el movimiento sindicalista campesino y las organizac:tones campesinas. En 1952 se form la Federacin Sindical Cristiana de la Tierra, que realiz su primer congreso al ao siguiente y organizacin una serie de huelgas campesinas. * S e agreg la palabra industrial, porque en la ley de sindicalizacin del ario 1924, to'

davia vigente, se hacia referencia so10 a trabajadores industriales.

En este periodo aparecen por primera vez tambin las organizaciones de campesinos indgenas. As, a fines de 1953 en la <' capital" de la Araucania, se realiz el ciudad de Temuco, la primer Congreso Nacional Mapuche Indgena de Chile. A dife, rencia de los otros congresos campesinos, este resolvi, corno tarea central, luchar por la devolucin de las tierras usurpadas a las comunidades indgenas y por la creacin de una f e d e r a c i ~ ~ campesina Mapuche.
Desde mediados de la dcada de 1950 hasta mediados de la de 1960, la ,que es una dcada de gran movilizacin de las masas campesinas e indgenas, y en que los movimientos de campesinos cristianos tienen un gran auge, que constituyeron dos grandes federaciones cristianas y una ms pequea. Se trata de las siguientes: 1 ) La Unin de Campesinos Cristianos ( U C C ) ; 2 ) La Asociacin Nacional de Organizaciones Campesinas (ANOC) y 3 ) el Movimiento Campesino Independiente, las que se coordinaron despus en la Confederacin Nacional Campesina. El movimiento campesino cristiano present ahora, como una de sus aspiraciones principales, la Reforma Agraria y elabor un detallado programa al respecto. Este movimiento campesino cristiano, fue ayudado, empujado y tutelado por el Partido Demcrata Cristiano y los campesinos jugaron un papel de cierta importancia en el triunfo electoral del abanderado de dicho partido, el que saliera electo como Presidente de la Repblica en 1964, el Presidente Frei. Por su parte, los partidos obreros, Socialista y Comunista (especialmente este ltimo), a travs de la Confederacin General de Trabajadores por ellos controlada, continuaron ayudando a organizar a los sectores ms pobres del campesinado, incluyendo a los indgenas. Lograron finalmente que se confederaran las cuatro organizaciones campesinas ,que apoyaban, en una Federacin Industrial de Trabajadores Agrcolas, la Asociacin Nacional de Agricultores, la Asociacin Nacional Indgena de Chile y el Frente de Trabajadores di, la Tierra. Esta federacin apoy al candidato presidencial del FRAP (Frente de Accin Popular), el Dr. Salvador Allende, qiuen fuera derrotado por Frei en esas elecciones de 1964. Dicha Federacin campesina tambin promovi, como plataforma principal de lucha un programa de Reforma Agraria. A mediados de la dcada de 1960 y final d e ese perodo que indicamos, el ascenso de la lucha de masas y de la organizacin de la clase campesina era impresionante. Fue, indudablemen-

te, el inicio del movimiento de masas campesinas y el aparecimiento de una conciencia clasista en ellos que los empujaba a posiciones claras y definidas en defensa de su clase y en contra de la clase terrateniente. Esto se plasm fundamentalmente en la lucha por la Reforma Agraria y en una accin poltica para su logro. La creciente politizacin de importantes sectores del campesinado indica claramente la presencia de dicha conciencia clasista. Es verdad que en el caso chileno -a diferencia de la Rev.olucin Mexicana de las dcadas de 1910 y de 1930 y de la Revolucin Boliviana, de la dcada de 1950, las que fueron fundamentalmente agrarias- la concientizacin campesina y su organizacin campesina y su organizacin ~olticay clasista, no habra sido posible sin la ayuda e intervencin de los partidos urbanos de la pequea y mediana burguesa y de la clase obrera. La ltima dcada de la historia social de Chile, de 1964 a 1974, fue turbulenta y logr cristalizar, por primera vez en la historia de Chile, un movimiento de masas campesino y su organizacin sindical y poltica*. Pero lo ,que es ms, esa dcada trajo grandes cambios que modificaron profundamente la estructura socio-econmica del pas y afectaron fundamentalmente al campesinado nacional. Se inici esa poca con el Gobierno populista del Presidente Frei, de 1964 a 1970, y continu con el Gobierno socialista del Presidente Allende hasta fines de 1973, en que fue bruscamente interrumpida y truncada por un golpe militar de derecha. Entre todos los grandes cambios que esa dcada produjo, dos son de carcter ms bien permanente y difcilmente el nuevo gobierno militar, por reaccionario que sea, puede hacer volver atrs. Ellos son, !a nacionalizacin de las grandes minas, especialmente el cobre, y la Reforma Agraria. Sobre todo esta ltima produjo, como resultado, practicamente irreversible, la destruccin del sistema de la hacienda. Obviamente que con el golpe militar resurgi un neo-latifundismo, pero de carcter diferente a la antigua y gran hacienda. Aunque ser una empresa agraria, es ms de carcter capitalista basada sobre el trabajo asalariado, que sobre el sistema del inquilinaje. Otro hecho social en el agro y tambin de carcter irreversible, resultado de esa dcada, fue el aparecimiento, por primera vez, de una conciencia clasista en gran parte del campesinado, conciencia ,que no podr ser destruda tan facilmente, ni aun con la represin desencadenada.

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1970 habia ms de 100,000 campesinos organizados en las tres federaciones existentes.

En el caso d e los indgenas Mapuche, todo ese proceso social de las ltimas tres o cuatro dcadas logr, ms que cual, quier otra cosa, integrarlos en las luchas sociales del campesi, nado nacional. En el desarrollo de su conciencia social se nota el aparecimiento, tanto de una conciencia clasista campesina, como de una conciencia tnica indgena. Aunque los Mapuche lucharon tambin por la sindicalizacin campesina y se incorpa. raron a las organizaciones campesinas existentes, intentaron formar sus propias organizaciones indgenas, creando comits locales, federaciones regionales y hasta una confederacin nacional. Lucharon tambin por la Reforma Agraria, junto con los inquilinos, asalariados rurales, pequeos propietarios, etc.; pero, a la vez, su lucha por la tierra adquiri un carcter especfico que se manifest en la proliferacin de movimientos por "tomas" de tierras de los latifundios o aun de los medianos y pequeos propietarios, con el objeto de recuperar sus antiguas tierras, usur padas por el latifundio. En las ltimas dos dcadas, los Mapuche realizaron igualmente varias conferencias regionales y seminarios y un par d e congresos nacionales donde, adems de plantear como plataforma de lucha su aspiracin particular para la devolucin d e sus tierras y apoyar las reivindicaciones generales del campesinado, plantearon aspiraciones propias en el sentido tnico y cultural.
Podemos concluir que el auge del movimiento social campesino en las ltimas cuatro o cinco dcadas y, especialmente, en las dos ltimas, permiti el desarrollo creciente de una conciencia social y clasista, tambin del campesinado indgena. Pero, a la vez que este fenmeno integr ms al Mapuche dentro de su clase; no suprimi, sino que por el contrario increment el desarrollo paralelo de su conciencia tnica. En qu grado, ya sea conflictivo o de armona, se combinarn esos dos procesos en el futuro es dificil vaticinarlo. Pero un hecho es claro: conciencia clasista y conciencia tnica, no son necesariamente excluyentes; sino, ms bien parece que, cuando existen ambas, su destino es combinarse. Naturalmente que toda conciencia social y, especialmente, la conciencia clasista no es un estado o nivel absoluto y esttico; sino, por el contrario, es un proceso dinmico que depende d e las condiciones concretas de la lucha de clases en una so* ciedad dada. E s obvio que en Chile, despus del gobierno mili* tar, dicho proceso tuvo un retroceso importante pero, al mismo tiempo, la dcada anterior logr completar un primer nivel de ese proceso ,que es cualitativamente irreversible, cual es, el ha-

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ber alcanzado la fase inicial de una conciencia clasista. Esto equivale a decir que el campesinado chileno, por lo menos las capas ms pobres y explotadas, entraron en la etapa de conversin de una "clase en s" a una "clase para s".

El aspecto demogrfico
La mayora de los clculos modernos sobre la poblacin araucana actual de Chile se basan en el censo del ao 1960 o en datos anteriores aun.

El censo del pas realizado en 1970 que recin est entregando sus datos y cifras, no ha permitido todava efectuar una estimacin ms exacta de la poblacin Mapuche total en el pas y de su distribucin geogrfica. Sin embarco, lo que ya se conoce indica que dicha poblacin sobrepasa holgadamente el medio milln de habitantes en una poblacin total en Chile de cerca de 10 millones. Aqu slo podemos dar datos aproximados y a la vez redondeados en lo que se refiere a.una demografa araucana actual en Chile.
Ms de 50 mil mapuches viven hoy en las ciudades, lo que hace alrededor de un 8% o poco ms de la poblacin total mapuche. De aquel!os, ms de la mitad viven en Santiago, la capital y gran metrpoli del pas, concentrados de preferencia en poblaciones marginales o en barrios proletarios o populares (Munizaga, 1961 ). Slo un pequeo porcentaje de profesionales o comerciantes Mapuche viven en los barrios residenciales de la clase media. La otra mitad de la poblacin mapuche urbana se distribuye slo en algunas grandes y medianas ciudades del sur de Chile, como son Concepcin, Temuco, Angol, etc. E n cambio por sobre el 90% de la poblacin Mapuche total continua siendo una poblacin rural que se distribuye, fundamentalmente, en las siete provincias del sur de Chile, mencionadas ms arriba. Ms de los dos tercios de ella se concentra eri las provincias de Cautin y Melleco, especialmente en la primera. La poblacin mapuche en toda la provincia de Cautn sobrepasa ya los 200 mil, de los cuales la mayora vive en las reas rurales, donde constituyen el 75% de toda la poblacin rural de la provincia. All viven, fundamentalmente concentrados en sus reducciones indgenas, ya sean stas indivisas o divisas. Del total de poco ms de 3 mil reducciones indgenas que existen en toda el rea araucana, dos tercios se encuentran en la provincia de Cautn. E n la provincia de Malleco, al norte de la anterior, viven alrededor d e 90 mi indgenas, casi todos ellos repartidos en unas 340 reduc-

ciones y constituyendo la inmensa mayora de la poblacin n, ral total de la provincia, alrededor del 907,. La tercera provin, , cia en importancia, desde el punto de vista de la poblacin & puche, es la de Valdivia que sigue al sur de la de Cautn. los mapuches alcanzan a poco menos de 50 mil, concentrados de preferencia en alrededor de 480 reducciones, principalmente en la mitad septentrional de la provincia, donde constituyen casi el 25% de la poblacin rural. Esto hace que el corazn de la Araucana, en la actualidad, se radique en la provincia de Cautn y las dos provincias aledaas, Malleco y Valdivia, al norte y su, respectivamente; esto es, la regin que se extiende, fundamentalmente, desde el sur del ro Bo-Bo hasta el ro Calle-Calle. Siguen a continuacin, auqque de menor importancia, las provincias de Arauco al Noroeste de Cautn y la de Osorno, al sur de Valdivia, con una poblacin indgena de menos de 10 mil en cada una y un total de menos de 200 reducciones entre las dos juntas (un poco ms en Osorno) y un porcentaje de poco ms del 10% de la poblacin rural (un poco ms en Arauco). En la provincia de Bo-Bo, al extremo norte del rea araucana actual, la poblacin indgena es pequea y en la provincia de Llanquihue, al extremo sur del rea araucana, la oblacin indgena es insignificante. Desde Arauco hasta Llanquihue el rea de tierras explotadas por los mapuches a mediados de la dcada del 1960 era de 566,000 hs., de las cuales ms de la mitad (343,000 hs.) correspondan a la provincia de Cautn (CIDA, cap. VII, 1966). Esta poblacin de alrededor de medio milln de indgenas que se distribuye en la extensa e importante regin agrcola -ganaderaforestal del sur de Chile, en las siete provincias indicadas del rea arauca, y concentradas fundamentalnente en las tres provincias centrales de dicha rea se agrupa, como dijimos, casi totalmente en las zonas rurales. All viven concentrados fundamentalmente, en sus ms de 3,000 reducciones, pero tambin como pequeos propietarios agrcolas independientes o como inquilinos en los fundos o jornaleros e incluso, vivan en las reas reformadas de la economa como trabajadores en los Asentamiento~y Centros de Reforma Agraria, fundos expropiados o fundos "tomados". Un pequeo porcentaje vive en las zonas urbanas del rea Mapuche, especialmente en la ciudad de Temuco (aparte de aquellos mapuches urbanos ,que salieron del rea araucana, como ser los que habitan en Santiago). (Vase Fig. 3 ) .

La situacin legal actual de los Mapuche


Recientemente se public el Decreto Ley No 2568 dictado por la Junta Militar de Gobierno de Chile. en Marzo de 1979, el que suprime y modifica la Ley Indgena No 17729 existente en el pas y termina, tambin as, con el Instituto de Desarrollo Indgena creado por dicha Ley ( v . IDI, 1972 y Decreto Ley).

A pesar de las superficiales y leves modificaciones introducidas al mencionado Decreto Ley por uno ms reciente. N? 2750, dictado el mes de Julio de 1979 -en gran parte, debido a la protesta de las propias comundades Mapuche y de la Iglesia Catlica- esta nueva legislacin es atentatoria contra la propia existencia del Pueblo Mapuche. Ella suprime, definitivamente, la tenencia colectiva de la tierra de las comunidades indgenas establecida por los Ttulos de Merced otorgados a nombre de las comunidades a partir de la Ley Indgena del ao 1866, que estableciera legalmene el Sistema de las Reducciones Indgenas. El nuevo Decreto Ley permitir entregar ttulo de propiedad individual a !os ocupantes "de facto" de las parcelas de tierra dentro de las comunidades, incluyendo, de hecho, a muchos no-Mapuche y formalizando de nuevo el minifundio que pretendiera abolir la anterior Reforma Agraria. La antigua Ley Indgeria exiga, por el contrario, agregar tierras de las Haciendas expropiadas por la Refoma Agraria a las comunidades y a sus parcelas.
Las tierras indgenas quedarn sometidas ahora, totalmente, a la ley de la oferta y la demanda y al libre juego del mercado, practicamente sin ninguna proteccin legal ante las manipulaciones de empresarios, nuevos terratenientes, especuladores, bancos y agencias de comercializacin, todo lo cual ~ e r m i t i r el traspaso, d e hecho y a corto plazo, de las tierras indgenas a manos no-indgenas, liquidando as la comunidad indgena y asestando un golpe mortal al Pueblo Mapuche y su cultura. En este sentido, los mencionados decretos leyes que modifican la Ley Indgena implican una accin de Etnocidio. ( v . Congr. Americ., 1979). La ltima Ley Indgena No 17.729, aprobada en Chile en Septiembre de 1972, defina al indgena de la siguiente manera: "Se. tendr por indgena, para todos los efectos legales, a la persona que se encuentre en alguno de los siguientes casos: 1 ) Que invoque un derecho que emane directa o inmediatamente de un ttulo de Merced o ttulo gratuito de domino otorgado en conformidad a las leyes. 2 ) Que invoque un derecho declarado

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por sentencia dictada en juicio de divisin de una comunidad indgena con ttulo conferido de acuerdo con las disposiciones legales. 3) Que habitando en cualquier lugar del territorio nacional forma parte de un grupo que se exprese habitualmente en un idioma aborigen y se distinga de la generalidad de los habitantes de la Repblica por conservar sistemas de vida, normas de convivencia, costumbres, formas de trabajo o religin, provenientes de los grupos tnicos autctonos del pas". Se indica tambin que la calidad de indgenas se acreditar con un certificado del Instituto de Desarrollo Indgena. (IDI, 1972: 3). Podemos resumir dicho prrafo diciendo que al elemento tierra (indicado en los puntos 1 y 2 ) . ,que era el nico que defina, hasta el momento, legalmente al indgena en el proyecto original, se agreg por los legisladores, un segundo elemento que es la cultura tnica autctona (punto 3). Falt, sin embargo un tercer elemento, tanto o ms importante que los anteriores y que sera el reconocimiento de la identidad tnica, el que no puede ser suplido slo por un "certificado de identidad" otorgado por una instancia fiscal (punto 3, al final). Esta slo puede refrendar el hecho, cuando existen los tres factores anteriores y fundamentalmente el deseo de pertenencia o de identidad, el cual no puede faltar. (Si no se reconoce este sentimiento de autodeterminacin individual para considerarse o no indgena, la legislacin lleva implcita una discriminacin, tanto al definir compulsivamente a aquel que se hava asimilado, como por el contrario, al no reconocer su calidad de indgena al que se encuentra identificado como tal) (Berdichewsky, 1974).

A pesar de las limitaciones que se pueden apreciar en dicha ley, esta es siempre muy superior y mucho ms positiva para los Mapuche ,que los recientes decretos que la modifican. Empezando por la propia modificacin al Titulo I de la ley anterior que el nuevo Decreto hace: De los indgenas, de las tierras indge. nas, de la divisin de las Reservas y de la liquidacin de las comunidades indgenas" (subrayado nuestro, B. B ): , se nota claramente ya la intencin de esta nueva legislacin. Unos prrafos ms adelante, al final del punto b ) del Captulo 1, se agrega: "las. hijuelas, resultantes de la divisin de las reservas, dejarn de considerarse tierras indgenas, e indgenas a sus dueos o adjudicatario~" (subrayado por nosotros, B. B. ) . Por si esto fuera poco, se suprime tambin en este decreto, el Instituto de Desarrollo Indigena, creado por la Ley anterior y una de cuyas funciones era justamente preocuparse por reforzar la identidad indgena, Que esta nueva legislacin es atentatoria contra la exis' 6

tencia de las comunidades indgenas y contra la propia identidad indgena en Chile, parece no quedar duda alguna. Para reafirmar esta conclusin se pueden citar algunos prrafos ms del actual Decreto Ley, por ejemplo aquel que se refiere a la divisin de las reservas. El prrafo 2, Art. 10 dice: "El procedimiento de la divisin de la r e s m a se iniciar por una solicitud del Abogado Defensor de Indgenas, formulada al Juez competente a re,querimiento escrito de cualquiera de los ocupantes de ella" (subrayado nuestro B. B. ) . En la legislacin anterior s e exiga la mayora absoluta, es decir la mitad mas uno de los ocupantes. A continuacin dice el nuevo Decreto en su Artculo 21: "Hechas las inscripciones se entendern extinguidas por el slo ministerio de la ley los ttulos primitivos que sirvieron d e base a la divisin" (subrayado nuestro, B.B.). En el Articulo 24, sigue: "las divisiones hechas d e acuerdo con los preceptos de esta ley, no podrn anularse ni rescindirse (sabrayado nuestro, B.B.) y al final del Artculo 25. dice: Con autorizacin expresa del Director Regional correspondiente del Instituto de Desarrollo Agropecuario*, podrn gravarse o hipotecarse las hijuela~a favor de cua1,quier organismo del Estado, de Instituciones financieras, crediticias o bancarias". Y en el artculo 27 se agrega: "Terminada la divisin de la reserva el Juez de la causa declarar d e oficio iniciado el procedimiento de la liquidacin de la comunidad" (subrayado por nosotros, B.B.) . Finalmente, en Artculo 8? se dice: "El procedimiento de divisin de reservas y de liquidacin de comunidades a que se refiere el presente Decreto Ley, podr adems ser aplicable en los casos de pequeos agricultores que se encuentran en las mismas circunstancias de hecho que las contempladas para los copropietarios de una reserva, comunidad, ocupantes segn las definiciones a que se refiere este decreto,ley, ubicados en sectores o dentro de una misma comuna en la ,que se encuentra una reserva o comunidad".
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E l anlisis del propio texto de esta nueva legislacin indgena en Chile, deja claramente ver s u aspecto reaccionario en lo que se refiere a la subsistencia del pueblo Araucano. Naturalmente, corresponde tambin analizarla, no slo en su contenido legal, sino en su contexto social e histrico, el que deseamos sealar aqu tambin, aunque en forma breve.

Este asume las funciones legales del disuelto Instituto de Desarrollo Indgena.

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El proceso de liquidaciil de la comunidad indigena en Chile, que ahora se expresa legalmente en esta nueva legislacin (la que dicho sea de paso, se manifiesta slo por decretos del Ejecutivo, puesto ,que el Parlamento legislativo ha sido abolido), debe colocarse tambin en el contexto de la contra-reforma agraria que all se viene desarrollando. Este se inici ya al da siguiente del Golpe Militar de 1973 con los Decretos Leyes que detuvieron las expropiaciones de la tierra, de la Corporacin d s Reforma Agraria y los que establecieron la devolucin de aquellas tierras, aun no legalmente expropiadas, a sus anteriores dueos. Esto remat con el Decreto Ley N q . 2 4 7 , dictado en 1978, de Reforma Agraria, pasada en que modific la Ley N"6.640 Julio de 1967 por el Parlamento chileno y finalmente, en 1979 con el Decreto que liquida la propia Corporacin de Reforma Agraria.
E n este proceso de reprivatizacin de las tierras y de la agricultura, sancionado legalmente por esta nueva legislacin agraria, debe entenderse tambin la prdida de la tenencia comunitaria de las tierras indgenas a ,que estn amenazados ahora los Mapuche, por las propias leyes del Estado. En el sentido histrico debe mirarse tambin, toda la legislacin indigena -desde el origen mismo de la nacin chilena independiente, a comienzos del siglo pasado- como expresin de las situaciones y conflictos sociales a que se vi expuesto y sometido el pueblo Araucano. Todo esto, en el contexto de la expansin del Latifundio chileno desde la zona central del pas a la zona sur, en la cual se ubica la regin de la Araucana. El crecimiento del latifundio, en parte a costa de las tierras indgenas (que hemos analizado ms arriba), es un hecho histrico de sobra conocido y que se manifest claramente en toda la legislacin indgena del Estado chileno, en particular aquella que estableci el sistema de las Reducciones Indgenas, a partir de 1866 (vase ms arriba la evolucin histrica). Slo un siglo despus, cuando los. Mapuche empezaron a ser integrados en el campesinado chileno, participando e identificndose con sus luchas, ese proceso de prdida de tierras y de discriminacin social y tnica. empez a ser revertido. Esto comenz a materializarse con el proceso de Reforma Agraria de la dcada 1964-1973 que incorpor tambin a los campesinos indgenas y permiti, por primera vez en la historia de Chile, ampliar las tierras de las comunidades indgenas a costa ahora del Latifundio expropiado. Estos Iogros positivos para el campesino indgena fueron expresados legalmente, tanto por la Ley 16.640 de Reforma Agraria, co-

mo. sobre todo por la Ley Indgena 17.729, las cuales han sido ambas abolidas y modificadas por estos nuevos decretos leyes,; mencionados ms arriba.

El destino de las comunidades indgenas en Chile estd ahora, ms que nunca, ligado a la prctica histrica y social y propio destino de las masas campesinas chilenas y aunque su p o b l e m a es doble, social y tnico, no podr ser resuelto independientemente del problema social del campesinado chileno. .
Una definicin social del Mapuche Tratemos ahora de definir al indgena chileno, no tanto desde el punto de vista legal, sino ms bien desde el punto de vista social. Aunque es ~ o s i b l e todava descubrir algunos caracteres biolgicos ancestrales en los indgenas chilenos (especialmente entre los Aymar del norte), en lneas generales, los indgenas son mestizos. Esto es vlido especialmente para los Mapuche. De aqu que las variables biolgicas o raciales no son ya suficientes para definir a los indgenas en Chile. Referirse a una ' raza araucana", por ejemplo es, cientficamente hablando, un' completo error, salvo que se use slo en sentido figurado o literario*. Al tratar de definir al indgena se impone, por su propio peso, la necesidad de establecer qu clase de agregado social constituyen los indgenas de Chile, lo que facilitara a su vez la comprensin de lo anterior.
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Es obvio que una definicin exclusivamente clasista de los grupos indgenas no es suficiente para caracterizarlo. A pesar d e que la gran mayora son o han sido integrantes del sector campesino, hay un porcentaje considerable, ms del 9% que es urbano, los que pertenecen en su mayora a la clase trabajadora y una minora a la pequea burguesa urbana, como son. pequeos comerciantes y algunos profesionales, especialmente maestros de escuela.
Sabemos que el campesinado' es un conglomerado heterogneo y trasciende el marco de una sola clase sociala*. Esto es vlido tambin para los campesinos indgenas, entre los que se encuentra una mayora de pequeos propietarios minifundistas, algunos otros pequeos y medianos propietarios agrcolas, un
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Sobre la Antropologia Fsica de los araucanos, vase, Latcham. 1909; Henckel. 1958; Sandoval, 1954. Para una definicin del campesinado vase nuestro articulo en Crtica Andina Nq 5 (Berdichewsky. 1980).

porcentaje. no despreciable, de inquilinos de hacienda y otro de peones y jornaleros agrcolas. Inclusive, en los ltimos tiempos, haba una cantidad de campesinos mapuches en el sector reformado del Agro, como ser en Asentamientos y Cooperativas (Berdichewsky, -1971b) .

El carcter mayoritario est 'dado, en todo caso, en el campesinado indigena por los miembros de reducciones y comunidades indgenas. Por lo tanto la relacin actual, reciente o ancestral, con la tierra juega todava el papel dominante. Las reducciones divisas son, en general. minifundios formales y las indivisas -que constituyen todava la mayoria- a pesar de mantener formalmente una tendencia comuna1 de sus tierras, de hecho estn atomizadas tambin en minifundios familiares. En resumen, aunque la ligazn directa o indirecta con la comunidad tribal colectiva -es dominante en la poblacin indgena del pas, ya no es nica. Igualmente, a pesar de que la mayoria de los indgenas pertenecen a diversos estratos y capas de las clases trabajadoras, no todos lo son, ni tampoco dicha mayora puede considerarse desde el punto de vista clasista; por lo que dificilmente se podra hablar de "una clase indgena". Hemos indicado ,que, para los efectos legales, se ha considerado indgena en Chile (vgs. Mapuche o Araucano), en los ltimos 100 aos, a todos aquellos individuos y sus familiares que de alguna manera han estado ligados a la propiedad de la tierra de las comunidades indgenas. Esto, fundamentalmente, a travs de los ttulos de merced o equivalentes, otorgados a raz de la ley de 1866 que implant el sistema de las reducciones indgenas. Sin embargo, desde el punto de vista social y como se desprende de lo dicho ms arriba, esta definicin no es suficiente (Jara, 1956; Cantoni, 1969).
..

Creemos que la definicin del indigena debe involucrar, adems del aspecto legal o material existente, tambin y fundamentalmente, el carcter tnico (es decir. la pertenencia del o de los individuos a un grupo tnico determinado, un grupo indgena en este caso); conjuntamente con considerar su ubicacin en la estratificacin social, clasista del pas.
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Lo que d e h e , esencialmente, a un grupo tnico no es tanto su caracterstica racial; sino, bsicamente, su aspecto e idiosincracia social y cultural. O sea, un grupo social definido y con sus creaciones materiales y espirituales, costumbres y normas de comportamiento, idioma propi, sistemas de creencias, valores,

etc. E n este sentido debemos c o n s i k a r indgena, a toda pep, sona que ha sido endoculturada o s e a l i z a d a en mayor o meno; grado, dentro de las pautas cultcrales de su grupo tnico indgena, especialmente a travs d d idioma. Este proceso po, sitivo de endoculturacin, sumado a otros procesos, a veced negativos, como la discriminacin o los conflictos raciales, etc., producen en el individuo un sentido de identificacin con su grupo tnico. Es-importante hacer notar a,qu que los grupos o comunidades tnicas son grupos sociales que existen y han existido en todos los tipos de formaciones econmico-sociales conocidas hasta ahora, cualquiera sea su modo de produccin dominante. Esto. es vlido tanto para aquellos modos de sociedades de la comunidad primitiva o de sociedades clasistas. tanto del esclavista, asitico, feudal, capitalista o socialista. Cons:deramos ,que la denominacin correcta para -los agregados sociales constitudos por los indgenas debe ser la de Comunidad tnica, tipificada por caractersticas ms o menos comunes de orden cultural (incluido idioma), psicolgico (incluido el sentimiento de identidad) y tambin sotio~econntico(trabad jadores, comunidad agraria de subsistencia, minifundios, clases explotadas). En mucho menor escala y en carcter secundario pueden darse otros factores, como los biolgicos, por ejemplo, o los de carcter legal. La estructura tnica y el carcter de la etnicidad surgen y son determinadas por una base material econmico-social tipificada, en primer lugar, por el o los estratos que ocupa la comunidad tnica, dentro de la estratificacin socio-econmica de la nacin. Como expresin de dicha base material y en sus intentos de supervivencia, acomodacin y adaptacin, surge sobre ella una superestructura social e institucional, cultural e ideolgica, de las que se desprenden, a su vez los smbolos tnicos; @do lo cual hace posible el desarrollo de la identidad tnica. Esta ltima, ubicada en la cspide superestructural, surgida y determinada en base a las estructuras anteriores, s e convierte a su vez, refleja y dialcticamente, en un factor dominante y diagnstico de la etnicidad; aunque ,en ltima instancia, determinado por la base material ,que gener dicha comunidad tnica.

La comunidad tnica desarrolla una serie de mecanismos de interrelacin con la sociedad mayor, ya sea en un sentido .de integracin o diferenciacin con ella y que no dependen slo de

la propia comunidad tnica; sino, fundamentalmente. del carcter de la sociedad mayor. Dichos mecanismos tienden a asegurar su subsistencia, defensa o adaptacin y pueden ser de tipo material, institucional o ideolgico y son los que preservan de alguna manera los lmites y fronteras tnicas. En resumen, deberamos de considerar indgena a todo aquel que pasee, incorporada e . su personalidad, la cultura de su grupo tnico, se siente identificado con ste y comparte con l, tambin, ciertas caractersticas econmicas y sociales.

Una base material (expresada en estructuras econmicas


y de la organizacin social) la cultura tnica y la identidad tnica son; entonces, los elementos claves. A ellos pueden sumarse otros de carcter jurdico-legales, bio-psicolgicos, etc. Pero si no existen aquellos, estos tampoco tienen sentido. Aquella persona que viva en su comunidad y comparta de alguna manera esa tenencia de tierra indgena o por el contrario viva fuera de ella, no slo en' las reas rurales, sino incluso urbanas, pero que posea el idioma mapuche (en mayor o menor grado), ,que pertenezca a estructuras sociales propias (como ser, grupos de parentezco indgenas, estratos sociales explotados) y que comparta algunas costumbres, valores, creencias, etc., y sobretodo, aquellos que se sientan identificados con su pueblo Mapuche, deben ser considerados como tales. Coparticipacin en .esos aspectos puede darse en los distintos grupos o individuos en mayor o menor escala; igualmente la endoculturacin y la identificacin ~ u e d e n ser ms intensa o menos intensa, pero lo importante es que existan en algn grado. Todo esto no es un estado dado de una vez, absoluto y definitivo; sino, por el contrario. corresponde a un proceso dinmico que puede intensificar la identificacin, o en su defecto, tiende a negarla, empujndola hacia la asimilacin. Ambas tendencias se dan y con diverso grado de fuerza. de acuerdo a condiciones histricas concretas. P,ero, independientemente de' los individuos que pueden separarse de su comunidad tnica, asimilndose, sta contina existiendo como una realidad social. En conclusin podemos afirmar que el problema indgena es un problema social y no racial o biolgico. Y aun mas, el prejuicio y discriminacin racial existente contra los indigenas, no es ms ,que una forma de discriminacin social, producto de la propia explotacin econmica directa o indirecta a .que siempre han estado sometidos los indgenas en Chile y en Latinoamrica.

El problema social indgena reviste entonces dos aspectos: uno:


clasista -comn a las clases trabajadoras y explotadas- que podr solucionarse con la liberacin de los trabajadores del campo y -la ciudad, y otro de carcter tnico que podr solucionarse con la liberacin de las comunidades tnicas ms oprimidas, como son las propias comunidades indgenas. Estas han sido de hecho, en muchas circunstancias histricas, consideradas y tratadas como verdaderas castas de parias, desamparadas. Induda-, blemente la liberacin de la comunidad tnica oprimida de una sociedad clasista como la chilena, es inseparable. a su ve2 de la. liberacin social y econmica de las clases trabajadoras explotadas (Lipschutz, 1979). Las comunidades tnicas indgenas de Chile (por lo menos los Mapuche y Aymar), constituyen, en cierta manera, minoras nacionales dentro de la nacin chilena. Y si nos referimos a la cultura nacional como la cultura global de la sociedad de ese pas (con todas las variaciones y diferencias que una unidad tan amplia implica), podemos considerar a las expresiones culturales de las comunidades indgenas. como sub-culturas de ella; n o en un sentido peyorativo, sino en cuanto son un sector especifico de Ia mencionada cultura nacional (Bunster, 1964; Saavedra, 1971 ) . El grupo principal de los Mapuche son, como dijimos, minifundistas que viven principalmente en reducciones y que perc tenecen a los estratos campesinos explotados. Paralelamente se les define como una cormidad tnica indgena ,la que evolud cion desde una sociedad tribal hasta convertirse en un pueblo, el que est llegando a ser ms y ms una minora nacional dentro d e la nacin chilena (Lipschutz, 1968 y 1979).

El pueblo Mapuche, como comunidad tnica, al ser incorporado compulsivamente a la sociedad chilena, cambi no t e conslo social y econmicamente, sino tambin ~ u l t ~ r a l m e nal vertirse en sub-cultura de la sociedad global. La cultura tradicional mapuche se modific, tanto en su forma, como en su cond tenido; pero, sobre todo, cambi su funcin al aparecer tambin como una cultura de resistencia, o sea, en cuanto actuaba como un mecanismo de defensa ante la discriminacin. Como toda cul* tura, ella cumple tambin una funcin social de preservar el grupo, pero adems juega un rol de rechazo de la discriminacin racial y de reforzamiento de la cohesin y la identidad, tomando en este caso un carcter de ideologa (Berdichewsky. 1979a).

Dicho cambio de funcin trae aparejado, por otro lado, el peligro de perpetuar las formas de economa de subsistencia y de atraso socio-econmico, los que representan, a su vez, formas de explotacin clasista. Igualmente podra servir de obstculo a la formacin de una conciencia de clases entre los Mapuche si exacerbara un nacionalismo tnico y pequeo-burgus. La manera positiva de enfocar el problema sera que el Estado ofreciera las vas para superar la economa de subsistencia y el atraso que ello trae aparejado, a travs de su incorporacin, por ejemplo, a la Reforma Agraria. Permitiendo as el acceso a la economa de mercado, otorgando los mecanismos de comercializacin, preparacin tcnica, materias primas para artesana, escuelas tcnicas y artesanales, etc. La escuela Mapuche debera jugar un papel importante; como, igualmente, se tendra que preservar la cultura espiritual del pueblo Mapuche reivindicando su historia, su literatura oral y transformndola en escrita, desarrollando sus formas de expresin artstica y otras manifestaciones. En este sentido la educacin debe tener un rol importante, especialmente al promover el bilingismo escolar (Hernndez, 1972). Pero esas son, justamente, algunas de sus aspiraciones y no realidades todava; por lo que la organizacin y la lucha de los Mapuche por conseguirlas, como tambin el cerrar filas para una resistencia permanente ante toda clase de agresiones y atropellos, han ido desarrollando en ellos no slo una identidad pasiva, sino tambin una identidad militante y hasta agresiva. Al surgir este tipo de identidad, como ha sido el caso, podemos hablar ya de una verdadera conciencia tnica (Berdichewsky, 1978).

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EN LA MESA DE DON
I

GERARDO PIZARRO Leonidas Cevallos


J

El autor del articulo describe sus experiencias con un sabio popular ' d e la Costa norte del Per, Gerardo Pizarro.

Buscamos a Don Gerardo Pizarro en su casa del barrio de Victoria. Nueva, en Chiclayo. Conversamos en una pequea mesa cubierta con un mantel rojo, bajo el cual guarda documentos, recortes y cartas. Me muestra algunas. De Espaa. De Suecia. De la Argentina, con una foto de una joven mujer que quiere ser rastreada. Es decir, ,que quiere saber cules son sus dolencias. Gerardo Pizarro Sea, el curandero, el mago, el yerbatero, el raro", es un hombre afable. No pierde su buenhumor cuando a veces escucha tras de s a un nio diciendo a otro que ese seor es brujo. Pizarro no usa calaveras, polvo de murcilago, ni malas pencas. Es un curandero, como reza la cuenta arriba citada. Puede vehicular fuerzas de orden mgico. Y conoce ms de diez mil plantas, con todas sus sustancias, propiedades y virtudes curativas. Pero su vida cotidiana no tiene nada de raro. La mesita en ,que conversamos da sobre un corredor donde se alinean los sacos llenos con los frutos de sus campos. "Yo trabajo, nos dice, desde la medianoche hasta las 6, 7 de la maana. A las 8 ya he despachado a todos mis pacientes. A las 8.30 estoy en mi chacra. Enciendo mi tractor, y estoy arando, surcando, mientras mi gente trabaja en el campo. A las 3 de la tarde salen todos los peones. Yo me quedo hasta las 3.30, y me vengo ac a despachar a mis pacientes. A las 7 p.m. voy a la ciudad por una u otra cosa. Duermo de 9 a 12 de la noche. Tres horitas, toda la vida, tres horitas. Con eso es suficiente". Esa misma noche trabajara, es decir armara una mesa, es decir tendra una sesin de cura. Y estbamos invitados.
I

'

A las doce de l a noche


Antes de la medianoche, pues, nos encontrbamos aposh, dos frente a la casita de adobe, que pareca ser deliberadamente la nica sin electricidad en toda la calle. Los pacientes raban sentados en la vereda, apoyados contra la ~ a r e d y, retos, tados sobre esteras, en el primer cuarto de la casa, alumbrado con . un candil. -. Esa lucecita tambin se apaga cuando aparece el maestro y se ubica frente a la mesa, donde ya se encuentran dispuestos sus artes, objetos diversos como piedras pulidisimas, huacos, etc., a travs de los cuales seguir rastreando, visualizando, dndose cuenta de los males que aquejan a sus pacientes. Estos se sientan en bancos, sillas y por todo el suelo de tierra ~ i s a d a .Hay un perfume a hierbas, a cortezas. Y a gardenias ,que, en una jarra, estn sobre la mesa. Pizarro me busca en oscuridad y me dice que me siente en un banquito, a su lado. "Quiero ver si puedo hacer dos cosas al mismo tiempo", dice para s. Tiene en la mano su chungana, una sonaja de calabaza y a sus pies un recipiente con el lquido que acto seguido bebern todos sus pacientes. Tiene tambien u<a gran bolsa con una infinidad de hierbas. El sonido de la chungana cubre toses concertadas. Con los ojos cerrados el maestro dice "Gloria al Padre, Gloria al .Hijo y Gloria al Espritu Santo" y empieza su primera invocacin al espritu de las plantas que usar esta noche. Plantas vivas. nos dice: En este momento las vengo trasplantando entre tu.nombre, injertando entre tu sombra y encarnando entre tu suerte. Hora por hora, da por da levanten tu nimo, tu espritu. Con la Oracin de Jpiter y Justo Juez: A las 4 de la maana ,llegar la hija de Venus, y con un soplo de aire levantar tu ese pritu". .
"

Esta oracin es por momentos musitada, ininteligible. Por .. momentos escucho: As como estas hierbas vivas cuando cae una semilla a la tierra y nace una raz y salta una rama, una hoja, una rama, una rama, hora por hora y da a da,

de la noche a la maana. Cuando llegan a ser esas plantas, esas luces vivas , y brotan esas flores vivas, esos aromas, esas fragancias. As van a levantar tu nimo, tu espritu, entre los nervios, entre los huesos, estas hierbas vivas, entre los nervios, entre los huesos, entre las coyunturas. Bien parejo entre la sangre.

Como cazar un e

s tenaz

. El maestro, secundado por un ayudante, dosifica y distribuye el concentrado oscuro de 24 hierbas y dedica a todos una oracin, distinta cada vez, puesto ,que los males y sus remedios varan. A ese jugo de 24 hierbas, agrega otras (en gotas, o en polvo) a determinadas personas. A una seora, por ejemplo, le dio la hierba de la boca. Que "es pintada, igualita. Y crece como un cabo, como una soga larga. Si, por ejemnlo, usted la pisa, se pinta. O si la toca. Igual, como la culebra. Tambin entume -me dice-. tambin encoge, tambin mata, la hierba de la boa. Que por qu la uso? Porque es curandera".

A tal hierba y a tal paciente el maestro dedica una oracin especial. En ella pide reiteradamente a la planta que no mal* trate a su enfermo. "Cuidado -le dice-, cuidado con espantarla, cuidado con asustarla, cuidado con fatigarla, cuidado con alocarla, cuidado con ponerla en estado inconciente. Cuidado con enredarla, cuidado con amarrarla, cuidado con enrollarla, cuidado con envolverla. Cuidado. Con enrrollarla, con envolverla, con anudarla.

Ypor qu le viene contando que cuidado con enrrollarla, cuidado con alocarla o sofocarla o ponerla en estado inconciente? Porque le he dado la hierba de la boa viva
esas culebras vivas. Esas ,que juegan entre la sangre, con esos sus colmillos vivos cmo vienen masticando

Mientras Don Gerardo distribuye as su bebida, vamo: conversando: -"Aqu, me dice, hay una seora que ha estado toman, do gran cantidad de medicina. Y ahora parece que la medicina le quiere chocar. Como una alergia. Ninguna medicina le obedece. Pero ahora ver que con estas plantas ,que le voy a dar, cuando sea la hora, va a empezar a botar eso. Eso es un virus que est entre la sangre. Los mdicos quieren matarlo con antibitico~.Pero no alcanza. Porque es un virus que est parado por la sangre y cuando uno se acuerda se corre por la carne, por la grasa. Se da vueltas. No lo pueden cazar. Pero ahorita la planta se mete por la sangre y lo saca muerto por la maana".

"En toda mi campaa -me habla mientras prosigue la distribucin-, ninguno se me ha muerto ni se me ha alocado". Desde Lima destacados mdicos le han enviado enfermos. Tres, recientemente, "con tanta suerte que los tres se han regresado sanitos". De igual modo, si l ve que las enfermedades de los que lo vistan son para ser curadas por un mdico, les hace la recomendacin pertinente.
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De Lima vino una seora, muda"


mujer sentada

En la oscuridad se escucha la voz de una cerca de mi:


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Uy. Cuando veo una cosa ah mismo me quedo, Anteayer vi por mi casa a una moto que pas por entre las piernas de un hombre. El hombre estaba montado en las ruedas de la moto. Y bien prendido del timn. Lo bot lejos. El hombre estaba echado, tirado ah. Ay, madre, yo he gritado. Yo dije 'lo mat'. Y nada, fjese. Pero yo segua gritando: 'lo mat, lo mat' ". Cuando todos hubieron terminado de beber, Don Gerardo me dice: "Primeramente, al paciente se le viene enhierbando. A cada paciente se le da su planta, su hierba, que le pertenece, que ataca a la enfermedad. Aqu, por ejemplo, hay enfermitos que es-. tn mal del corazn, ,que estn con fatiga, con cansancio, que sufren mareos. Como cuenta la seora: ella no puede ver caerse a alguien porque se impresiona mucho. Por ejemplo, de Lima vino una seora, muda, por una impresin: su hijo vino del extranjero, recibido de doctor. Y desde que lleg (el Destino) quiso que su padre le regale una -moto. Tres das, noms dur en el Per. A la entrada de Lima lo agarra un carro y lo amonton

y ah lo dej. Van con el laberinto y viene la seora y ve a su hijo por pedazos. La seora peg un grito y se qued muda. Quince das estuvo en el hospital y no hablaba. Y alguien dijo que tenan que buscar a una persona que curara del susto. A los ocho das la hice hablar. Hacia las 5 de la maana le pego una enhierbadura y 'Ay, maestro, me dijo, me duele el estmago, me muero con el dolor de estmago'. Se olvid ella misma .que no poda hablar. Habl, esas fueron sus primeras palabras. Y de ah ya se desbarat hablando".

-"Una vez enhierbada la persona, prosigue Don Gerardo, entonces se principia la primera etapa: a contar la planta. Mejor dicho, a transplantarla, a injertarla y a hacerla carne con el cuerpo de la persona. La planta no tiene por qu maltratar a nadie. La planta lo va jalando, jalando,.levantando. Como si usted amarrara a una persona abajo ,en un pozo. Y la va jalando, as, y la va sacando. Y la pone arriba en libertad. Entonces su espritu, cuando la persona ya est enhierbada, se viene. sintiendo otro". Una por una, hierbas vivas Ahorita vamos a comenzar a mover las plantas: de adnde vienen. Ahorita se comienza. .Primeramente se comienza a contar a las personas. De ah se pasa a mover las plantas: dnde naci, de dnde viene, de dnde ha sido trada. E s como si a usted le dijeran: 'De dnde es usted?' 'Yo soy de tal parte'. As es la planta. Cada planta viene de su encanto, de su huerto, de su jalca, de su cordillera, de su loma". En algn congreso he hablado de las tres estaciones en que recojo las plantas. Por ejemplo, todas la hierbas de Mishahuanga, Landamarca, Tongoral, Yango, Alachihuanga, Huancabamba, las Huaringas, las Cordilleras son plantas curativas de suerte, nimo, espiritualidad. Y las plantas curativas fuertes son de la Amazonia. Son de Tumbes, Jan, Chachapoyas. Copa, Tarapoto, Lamas, Rioja, San Martn, Juanju, el Cabo El Cndor. Tingo Mara. Son de las Amazonas, de las caloras (se llaman caloras). Ahora; las plantas ms fuertes son las Selvticas. Son carnvoras. Por ejemplo, traigo hierbas de Pucallpa, San Francisco, La Colonia, Satipo, Puerto de Palo, Pampa Michi. San Ramn, San Benito, Loreto, La Toma, El Desaguadero y Requena. Por ah salgo para ac. As doy la vuelta. Recogiendo plantas. Como ahora las va usted or cantar".
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Siento que me curas, hierbita" y "Recordando con los nombres, con la sombra y con la suerte", dice Gerardo Pizarro en voz muy baja. Y comienza a mover acompasadamente su sonaja y a silbar el aire de la primera de las siete cuentas que debe contar a las plantas. A partir de este momento el maestro. gobierna su mesa (presentes incluidos) como un microcosmos. Nada escapa a su control. El se transforma en el vehculo de las fuerzas de orden sutil que va a convocar. Las cuentas (que canta con voz de salmodia) y los artes que estn sobre la mesa son sus soportes, o medios.
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Sobre las cuentas


Las cuentas son como sostenidas letanas al espritu. de las plantas, a las ,que lIama damas, hadas, niitas encantadas (tambin agua bendita, agua de cliz, jugo 'de mbar. agua de azahares, pedernales, hostia sagrada) para que se den cuenta "de adnde vinieron los males, de adnde brotaron los dolores, de adnde sali toda pena. de adnde brotaron los pesares". Con ritmo y letra sin cesar canbiantes, las cuentas revelan la bsqueda, cacera y localizacin de los males de todos aquellos que han bebido el remedio. Cuando termina de cantar la primera cuenta Don Gerardo me dice: -"Ahora estamos bien seguros, con base. que a nadie le choca la bebida. El peligro est cuando usted va contando a la planta y alguien reacciona mal. Pero nadie ha dejado caer. Esto se llama enhierbar a la persona. E s como si a usted le pusieran un suero-para lavar o alimentar la sangre. As es. las plantas ya se han aposesionado del cuerpo del paciente. Ahora viene la otra cuenta a la planta. Para recordar su lugar de origen". Empieza a mover su chungana, a silbar y luego a tocar una msica de cascadas en un rondjn. Apenas termina de cantar la segunda cuenta en la que, entre otras cosas, comunica a .sus pacientes que les ha dado hierba del olvido y dormilonas (','dos plantas que no se dejan"), dice: Ahorita, conforme les voy perc fumando este perfume que es agita. florida, ustedes van haciendo as (aspira), oliendo estas floridas: V a n a oler estas floridas". Roca a todos con Agua 'florida. Y reza una oracin, de la que entresaco:
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En los cuatro cardinales del mundo, en Huaringas y en medio de tus cordilleras, de tus encantos, los voy parando con la maana. As como levanto estas floridas vivas, as vengo floreciendo su nimo, su espritu. As como esos pramos vivos ,que levantan en sus aguas, en sus Huaringas, en sus cordilleras, esos pramos blancos vivos, as se levantar de la noche a la maana tu espritu por esos paramales vivos, por esos luceros, por esas estradas vivas donde se levantan esos relmpagos blancos vivos. Porque los vengo suspendiendo. Porque los vengo levantando. Luego nos vierte unas gotas de Agua florida en la palma de la mano derecha. Recomendando: "No es interesante que huelan el liquido, sino que lo suspendan con la fragancia, con el perfume".

Son las tres de la maana


-"Ahora -me dice- entramos en la tercera etapa. A encaramar la planta. Entonces recin van a sentir caloras. De-

ben ser las 3 de la maana. Por eso' dice -la -Oracin-de Jpiter
y Justo Juez: "A las cuatro de la maana llegar la hija de

Ve-

nus". Cmo llega? E s una planta, una hierba, una hada que con el ~ e r f u m e y la fragancia de su aliento levanta el espritu de la persona cada. Aqu no hay que 'YO no creo' o 'yo soy incrduloe, Crea o no crea le levanta el espritu. De estas oraciones se desprende que nunca debe hacerse dao a un ser humano. Dios est mirando todo lo que uno hace". Mientras la hierba del olvido y las dormilonas se apoderaban de los presentes, Don Gerardo y este periodista sostuvieron un dilogo onrico (difcil e intil de transcribir), del que salgo como testigo de la vitalidad de esta ciencia del Antiguo Per. "Esto es bien grande, me dice. Podemos pasarnos un mes conversando y no terminamos". -"Aqu, en el Hotel de Turistas, hice una demostracin. Con una mujer invlida. La hice andar, caminar, saltar, brincar. E n cuatro horas la san, pero le saqu el agua del cuerpo, ah, ah, ah. Ante pblico, hasta que ya. La subieron en camilla y se baj andando despacito". -Era ora? -De una enfermedad de origen psicolgico la de esa semal hechizo, me responde.

"Ah entra el Malfico. Por eso, el buen curandero tiene que ser bien malero. Claro, pues. Si no, cmo. Si usted viene con un dao cmo lo desato, cmo lo desenvuelvo, si no s. Veo que es un mal, ya s cmo lo voy a deshacer. Viene empujado por el espiritismo, ya s cmo lo voy a deshacer. El buen curandero tiene que conocer bien a fondo la brujera. El brujo trabaja al lado izquierdo y el curandero al lado derecho de la mesa. E s la guerra que hay entre los dos: el curandero sigue al malfico y el malfico sigue al curandero. Esta guerra se ve en los artes. Si uno est trabajando y nadie est-atacando.a nadie, entonces todos los artes estn a una serenidad. Pero si se siente un aire malfico los artes se comienzan a emplumar. Como una piedra imn cuando le ponen aserrn de hierro. O como un gato cuando ve a un perro y se comienza a erizar". M e dice Don Gerardo que muchas enfermedades cuyos sntomas o signos exteriores se dan en forma de tumores, fiebres o clicos diversos y, como en el caso arriba contado, parlisis,

tienen su origen en el mal hechizo, o dao. Esas son las que l cura.

Son las cuatro


Son las 4 de la maana. La puerta est abierta sobre la calle amplia, sin.pavimento. El ayudante pregunta al maestro si ya es hora de repartir las varitas. Dan a cada enfermo una vara de chonta. "Ahora -me dice Don Gerardo- vamos a entrar en la etapa de las Amazonas, contando las plantas que van a venir, las caloras. Son las 4 de la maana". Y reinicia sus cuentas, su viaje mgico por las selvas ( y a dej las cordilleras) donde recogi sus plantas. Su viaje, a travs de esas mismas plantas, por los rganos de sus pacientes. El ritmo que marca ahora la chungana es confiado, triunfante. Enfermedades y traumas parecen venir amarrados, conducidos en fila india por poderosos caciques vencedores. Entre sueos escucho que, terminado su periplo selvtico, emprende viaje ''por el contorno del mundo, alrededor del mundo entero". Por Turqua, la India, "Asia bien adentro", Suecia, Holanda, Espaa, Africa, Filipinas, Brasil, Uruguay, Argentina, Paraguay, etc. Como para afirmar la universalidad de su ciencia. Todos abrimos los ojos cuando Gerardo Pizarro parece abrir la luz del da. Nos levantamos. El ayudante nos da una pizca de hierbas (con predominio de tabaco) para masticar. Ms un rap a aspirar por las fosas nasales. Los efectos desintoxicantes de esta mezcla se revelaron de inmediato: equivala a aspirar pimienta. En el corredor de la casa, los alzadores Iimpian a los pacientes con varas de chonta de la cabeza a los pies. Despus de lo cual. el maestro los examina, les prescribe la dieta y 10s despide. Son las 7 de la maana. "Yo soy heredero" --."Esto es hereditario, me dice Don Gerardo Pizarro. El finado mi to Andrs Cajusol, fue curandero de fama. Y mi to me cuenta que cuando yo tena 4 aos (pero de esa edad no me acuersu hijo?' 'No. Es mi sobrino'. De do) siempre le preguntaban: 'LES los 6 aos s me acuerdo. A los 7, 8, 9 yo ya curaba, con mi to. Falleci ese to. y me qued con otro to, Jos Riojas Albail. De la misma profesin. Cuando ste muri, me fui a la Selva. Esa fue mi primera campaa: desde Huancabamba. por las Cordilleras, por las HuaringasW.

Don Gerardo insiste en las 3 estaciones o etapas para re, coger las plantas curativas: las cordilleras. las amaznicas y las selvticas. Estamos en la casa de una familia de Chiclayo, tres das despus de nuestra mesa. Ahora nos habla de F1orentinb Garca, "mi compadre espiritual en las Huaringas", y de Juan Cruz y Cumbia, jbaros, en Pucallpa, maestros curanderos co, mo l. Nos habla tambin de los caciques, en la misma selva:

-"El Cacique -nos revela- es el que manda a toda la tribu. Ordena y se hace, como un patrn a sus peones. Por ejemplo, el Cacique dice: t vas a traer ishpingo, el otro va a traer ashango, el otro va a traer tucllo, bejuco de montaa, galanes.,. Los manda a recoger plantas ,y van, y le traen. Y l ya las baja a los conocedores. Pero son pocos los que conocen de ~ l a n t a s . La mayora cura con el sanpedro y con el tabaco".
"Nosotros -me dice- somos ramales del 'tronco. Los primeros, los del inicio del curanderismo, son los antiguos, los gentiles, que estn en la Huacas, enterrados. Ellos son los que han preparado los artes. En las Huacas se ha encontrado ishpingo. ashango, hierbas de la selva, varas de chonta, envueltos' en tejidos. De las mesas de curanderismo del Antiguo Per".

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. LAS FUNCIONES DEL MASATO EN LA CULTURA CHAYAHUITA

Carole Daggett Instituto Lingstico de Verano

Para los Chayahuita, el masato no e s simplemente uno d e sus alimentos ms importantes y una muestra de amistad sino que es el elemento clave para la definicin del rol social d e la mujer. La introduccin d e bebidas ajenas. impide a la mujer c h a y a h i t a desempearse en sus funciones de responsabilidad.

Introduccin
El presente trabajo se propone presentar un breve anlisis de las funciones del masato entre los chayahuita. Luego de una resea de la cultura, nos ocuparemos de los siguientes aspectos y funciones del masato dentro de dicha cultura: ( 1 ) Cmo se prepara y se sirve el masato; ( 2 ) el masato como alimento bsico; ( 3 ) ocasiones en las que se toma masato; ( 4 ) funcin del masato en las relaciones y los roles sociales; y ( 5 ) el masato y el camd bio cultural. Resea de la cultura

El grupo chayahuita, formado por unas 6,000 personas


habita en la-selva baja peruana. Los limites del territorio chayahuita son: el ro Maran por el norte, los Andes por el sur y el oeste, y el ro Huallaga por el sur y el este. Los chayahuita han vivido tradicionalmente a orillas de los ros en grupos d e familias extensas que ocupaban varias casas cercanas. Sin embargo, en los ltimos aos, el Ministerio de Educacin ha establecido centros educativos bilinges en ocho zonas del territorio chayahuita y la gente se ha agrupado para tener alumnado su.ficiente para las escuelas. Pero aun en estas agrupaciones mayores, casi todos son parientes,

Los chayahuita han estado en contacto con el mundo exterior desde principios del siglo XVII cuando sacerdotes jesuib penetraron en la regin. Hasta hace unos veinte aos, los cha ~ a h u i t atrabajaron para los patrones en la extraccin de ma&, ra y caucho.. Los patrones les proporcionaban mercancas como machetes, hachas, escopetas, municin y telas a cambio de trabajo. El analfabetismo facilitaba la explotacin y siempre estaban en deuda con los patrones. Solamente iban a los poblados mestizos cuando el patrn los llevaba. En la actualidad se han bdependizado de los patrones y obtienen dinero vendiendo productos agrcolas y ganado que transportan al mercado en canoa y balsas. . Obtienen alimentos por medio de la agricultura de tala ,quema, la pesca, la- caza y la recoleccin. Las nicas herramientas que se utilizan en la agricultura son el machete y el hacha. Los hombres limpian chacras de una o dos hectreas, valindose casi siempre del trabajo colectivo, pero la chacra pertenece a un solo individuo. Despus de la cosecha la tierra queda inservible y es necesario limpiar otra chacra. La pesca se realiza utilizando red, anzuelo o arpn. De vez en cuando, en las expediciones de pesca, se echa barbasco a las aguas de los riachuelos. Esta es una ocasin festiva en que participan hombres, mujeres y nios. El barbasco hace flotar los peces y los pescadores los matan con arpones o machetes. Aunque la gente prefiere comer carne, el consumo de pescado es ms frecuente en la alimentacin diaria. La carne de monte no es tan abundante como en el pasa* do; en muchos lugares la gente no obtiene carne por varias semanas. Los animales de caza ms comunes son el tapir (que es el ms grande), la huangana, el sajino, el venado y .el majs (paca). La escopeta ha reemplazado a la cerbatana.
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. . .

La yuca (mandioca) es el principal producto alimenticio.

Se la consume hervida pero la mayor parte se. emplea en la preparacin del masato.

Cmo se prepara y se sirve el w s a t o


La preparacin La preparacin del masato es una tarea diaria de las mujeres que deben tener siempre suficiente masato para la familia

y los visitantes; adems, tienen que preparar cantidades mayo.res para fiestas y mingas. Observ a una mujer que hizo masato ..para una minga .que iba a realizarse un da lunes. .El jueves an..terior sac dos. canastas de yuca; cada una de las canastas cont&ia unos 30 kilos de yuca. Utilizando pretinas de corteza las llev,-una por una, a su casa que estaba a unos 20 minutos de la chacra. En seguida pel las yucas con un machete y las lav en el ri. Luego hizo un hoyo en el piso de tierra de la cocina, coloc una olla de barro de unos 80 cm. de altura, amonton lea alrededor de la olla, la llen hasta la mitad con agua, ech las yucas, aadi ms agua y cubri la boca con hojas de pltano. Mientras hervan las yucas, la mujer rall camotes crudos para fermentar el masato. Para esto utiliz un rallador hecho de un p-alo con espinas. Una vez que las yucas estuvieron cocidas, lav una batea de unos 2 m. de largo, 60 cm. de ancho y 30 cm. de alto, y puso all la mitad de las yucas. Entonces mezcl los camotes rallados con el agua en que haban hervido las yucas, se sent en cuclillas junto a la batea y empez a majar las yucas con un mazo de madera. A medida que majaba, iba aadiendo a la mezcla el jugo colado de los camotes. Como la batea era pequea para contener toda la yuca, maj el resto en la olla empleando un palo liviano. Una vez ,que todo estuvo majado, coloc la mezcla en una tinaja de fermentacin de unos 30 galones de capacidad y la tap con hojas de pltano. Al da siguiente prepar una cantidad menor para tener suficiente masato. Este no se utiliz exclusivamente para la minga sino ,que tambin se sirvi a los de la familia y a los visitantes. En otras comunidades chayahuita las mujeres mastican parte de la yuca cocida a medida que majan el resto y escupen lo que mastican en la mezcla. La saliva acelera la fermentacin. Cuando se mastica parte de la yuca se aade una menor cantidad de camotes. Un da despus de preparado, el masato est listo para el consumo y durante tres das es dulce. Despus del cuarto da es ya masato fuerte. Los utensilios
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,.) Para preparar y servir el masato se emplean tres tipos de vasijas-de barro: la olla grande en que se cocina la yuca, la tinaja de krmentacin y el tazn-enque se toma el masato. Los tazones contienen . . .. .,. de tres a cinco tazas.
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Las mujeres son alfareras muy hbiles y se precian cho de las hermosas vasijas que hacen empleando el mtodo enrrollado en espiral. Generalmente una mujer mayor recti la forma de las vasijas hechas por otra ms joven. Una vez las vasijas estn secas, se pintan con una sustancia mineral tes de quemarlas. Despus de quemarlas se adornan con disegeomtricos. Solamente las ollas no se pintan ni se adornan. veces se emplean ollas de aluminio para preparar y dejar t mentar cantidades pe,queas de masato, pero cuando se prep; en gran cantidad, solamente las ollas de barro tienen la capacic suficiente. Falda especial para servir el masato Las muchachas chayahuita empiezan a servir masato di pus de los ritos de la pubertad en los que se les corta el cabeli slo pueden comer ciertos alimentos, y durante dos o tres sem nas quedan en casa hilando algodn. Con el hilo la madre te una tela de unos 70 cm. de ancho y 1.5 mt. de largo. Esa te se utiliza para hacer una falda tubular que se tie de color m; rrn rojizo y se adorna con diseos geomtricos hechos con hu to (jagua). Para sujetarla en la cintura se hace un pliegue prr fundo en e1 frente y se asegura con una banda tejida angosti Esta es una falda especial que se lleva para servir el masato . tambin en ocasiones especiales como las fiestas. Cuando se en vejece y descolora se la tie de negro para el uso diario. Par, servir el masato, las mujeres se ponen la falda especial sobre 1; del uso diario. En algunas partes las mujeres jvenes llevan vestidos de tipo occidental pero las mayores llevan la falda y blusa tradicionales. En esos lugares las jvenes y muchas de las mayores ya no llevan la falda especial, pero se ponen el mejor vestido y el masato an mantiene su importancia en la alimentacin diaria. Cmo se sirve el masato Para servir masato la mujer saca.un poco de mezcla de la olla con un pate y lo pone en un tazn de barro hecho. especialmente para ese uso. Luego aade agua y mezcla todo con sus dedos. saca la fibra de la yuca, limpia el borde del tazn con sus dedos pulgar e ndice, y etrega el tazn a la persona servida'. Cuando el tazn est vaco se devuelve a la servidora que lo enjuaga y lo vuelve a llenar para ofrecerlo a la misma persona,

si no hay otras personas presentes. o a otro visitante. Una mujer casada sirve primero a su marido y luego a los parientes por orden de edad. Todos los hombres casados y los jvenes casaderos (de 16 17 aos de edad) toman un tazn de masato por lo menos antes de que se sirvan las mujeres. La anfitriona ofrece masato al visitante hasta ,que ste le diga: "Ahora he terminado de tomar". La primera vez que el visitante rechaza el ofrecimiento, ella, generalmente, insiste hasta que l acepte otro tazn. Al terminar el hombre agradece al anfitrin, al que se dirige empleando el trmino de parentesco correspondiente. Si desea, agradece a la mujer que le sirvi pero no es su obligacin. Las visitantes agradecen a la anfitriona.

El masato como alimento bsico


Todo chayahuita consume masato como-parte importante de su alimentacin diaria, a excepcin de los nios pequeos que todava no se sientan solos. El da empieza muy temprano con un tazn de masato tibio. Ms tarde comen pltanos y pescado (si tenen). El masato es la fuente ms importante del lquido que se consume, ya que el chayahuita muy raras veces bebe agua. Los hombres toman masato antes de ir lejos a trabajar; cuando regresan a la casa inmediatamente se les sirve masato. Despus de las comidas. casi siempre se toma masato. Sin embargo, cuando estn enfermos no lo toman. Una mujer enferma me explic: "Si lo tomo me dar fiebre". Si se les trata con medicinas, muchas veces preguntan si pueden tomar masato duran; te el tratamiento. Los ejemplos siguientes ilustran la importancia del masato entre los chayahuita. Nueve hombres acompaaron a mi esposo en un viaje de dos das por canoa a la ciudad de Yurimaguas. En el viaje de regreso tuvieron que surcar un ro con poca agua transportando carga pesada. Durante el viaje haban estado tomando el masato que haban llevado consigo pzro se les acab dos das antes de finalizar el viaje. Aunque tenan pltanos, galletas y pescado enlatado, dijeron que no iban a tener energa para terminar el viaje si no tomaban masato. Uno de los viajeros logr enviar un mensaje a su hermano que haba que< dado en la comunidad. El mensaje deca: No tenemos masato. No nos queda nada. Por,'esta razn estamos sufriendo un poco. Ven a - encontrarnos trayndonos masato". Ocho hombres salieron de la comunidad llevando masato y pltanos cocidos. Despus de comer y beber terminaron el viaje con buen nimo.
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Otro ejemplo es la preocupacin mostrada por la madre de un joven que se hallaba viviendo por un tiempo en un lugar lejos de la comunidad. Su madre me dijo: Como yo amo a mi hijo quiero enviarle masato". No haba espacio en el avin para llevar el envase grande que ella haba preparado, pero se alegr de poder enviar algo.
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Ocasiones en las que se toma masato

Hay ciertas actividades en las que el consumo del masato es indispensable, stas son: el trabajo colectivo; las celebraciones especiales; las ocasiones en que se muestra hospitalidad y amistad.
El trabajo colectivo Los hombres empiezan a reunirse como a las 7:30 a.m. Digamos, por ejemplo, que Pancho va a limpiar una chacra para sembrar arroz y ha pedido a diez parientes que viven en los alrededores que vengan a ayudar. Su esposa ha preparado dos tinajas grandes de masato. Como an es temprano ha mezclado el masato con agua y lo ha calentado en una olla. Llevando puesta su falda especial, sirve primero a su esposo y luego a los dems hombres segn van llegando. Cada uno de los hombres toma varios tazones. Despus de tomar el masato afilan los machetes en una piedra grande y como a las 9 a . m . van a la chacra. Dos horas ms tarde la esposa de Pancho va al lugar donde estn trabajando y lleva masato. Los hombres dejan de trabajar y se reunen para tomar masato y descansar. Como a las 2 p.m. han terminado de limpiar la chacra y regresan a la casa de Pancho para tomar ms masato.

E n las fiestas se sirve masato herte. A menudo dos hombres son los anfitriones o mayordomos y las esposas de ellos hacen el masato. En la fiesta se sirve una comida Wgeneralmente carne de monte y pltanos verdes cocidos. Los hombres llevan adornos tejidos de colores brillantes en los brazos y cruzados sobre el pecho. Algunos hombres llea van coronas hechas de plumas d e tucn de coIores rojo y ama-. rillo. Las mujeres llevan faldas de color marrn y blusas multia colores, collares y brazaletes de chaquira y tobilleras negras.

Hombres y mujers se pintan las caras con diseos en rojo y azul.

Al anochecer, los hombres marchan en crculo tocando flautas y tambores y las mujeres bailan en el centro del crculo. Se sirve masato todo el tiempo y la fiesta dura casi toda la no-' che. La fiesta puede ser ocasin de conducta agresiva y enojo que no son permitidos en la vida diaria, de manera que los hombres borrachos a veces se enredan en peleas con machete.
Hospitalidad y amistad Tomar masato con alguien es una seal significativa de amistad entre los chayahuita; cualquier otra cosa, como saludar y conversar, resulta muy superficial si no se toma masato. Es una obligacin servir masato a los visitantes; si no hay, el anfitrin debe decirlo para que sus visitantes no se sientan deliberadamente insultados. Un hombre chayahuita fue a visitar otra comunidad y lo invitaron a alojarse en la casa de una familia. El dueo de casa dijo que no tena masato y lo llev a tomar masato en la casa de uno de sus parientes. Cuando se encuentran dos chayahuita que no son parientes, ni se conocen bien, la invitacin a tomar masato es el smbolo de amistad. Viajando por el ro, un grupo de hombres se encontr con una familia chayahuita ,que viajaba en una balsa. Pararon para saludarse y el dueo de la balsa invit a los otros a tomar masato. No se invita masato a visitantes inoportunos ni a paisanos de grupos enemigos; a stos apenas se les saluda. Por eso, a veces se oye decir: Fuimos para visitarlos pero no nos sirvieron masato, as que salimos".
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No es obligacin servir masato a los forneos. A estos se los llama nisha, es decir, otra gente o gente diferente. Cuando los chayahuita viajan y pasan por otras comunidades chayahuid ta. slo visitan a los paisanos si son invitados. Una familia, que viva a una distancia de varias horas ro abajo, fue a visitar una comunidad donde no tenan parientes, pero los de la comunidad saban quines eran. Llegaron por la tarde y pasaron la noche en una casa aparte. La familia haba trado pltanos y pescado seco. Al siguiente da, dos hombres del pueblo vinieron a la -casa y el visitante dio un poco de pescado a cada uno; solamen'te entonces uno de los hombres invit a la familia a tomar masato en su casa.

Funcin del masato en las relaciones y los roles sociales


El consumo del masato expresa y fortalece las relaciones interpersonales en los siguientes niveles: de persona a persona, dentro de los miembros de una familia y entre parientes y ami-gos. D e persona a persona Estas incluyen las relaciones de hombre a hombre, de hombre a mujer y de adulto a nio. Entre hombres, eI' tomar masato evidencia lazos de amistad; las invitaciones recprocas a tomar masato forman parte' de los derechos y obligaciones en las relaciones entre hombres. Otra obligacin recproca, que tambin incluye el consumo de masato, es el trabajo colectivo. Se organizan mingas para limpiar 'una chacra, cosechar arroz, recoger hojas para techar una casa, cortar y transportar horcones para una casa o para traer -una canoa nueva del monte hasta la comunidad. Como se toma masato antes, despus y durante el trabajo, estas actividades se convierten en reuniones sociales para los hombres.

El Iugar del hombre en la sociedad se expresa en las reglas para servir el masato: ( 1 ) las mujeres sirven a los hombres (slo se sirven ellos mismos cuando ninguna mujer est presente, como ocurrecuando viajan); ( 2 ) primero se sirve a los hombres; (3) las mujeres llevan puesta la falda especial para servir a los hombres (excepto en los lugares donde se ha abandonado esta costumbre); ( 4 ) una mujer sirve primero a su esposo; ( 5 ) los hombres ,beben juntos formando un grupo aparte. Las costumbres de servir masato ponen de manifiesto la .posicin ms elevada que las mujeres mayores tienen en la sociedad: una mujer lleva la falda especial cuando sirve a una mu,jer mayor, pero no la lleva cuando sirve a una mujer de su pro.pia generacin o de generaciones ms jvenes. El consumo del .masato propicia el trato social entre las mujeres; en reuniones de hombres y mujeres, las mujeres conversan y toman masato en .-un grupo separado. Se anima a los nios a tomar masato y se les da la cantidad que desean tomar, pero no reciben el mismo trato ,que los -adultos: los hijos de los visitantes toman de los tazones de sus p;dres; en su propia casa se sirven ellos mismos o se les da ma-

sato-pero ellos mismos deben extraer. las fibras; beben en pequeos pates de calabaza y no en los tazones de cermica. Entre los miembros de una familia. extensa Las mujeres de la familia extensa comparten la responsabilidad de preparar el masato. Se observ que en una familia extensa haba cinco mujeres: la madre, dos hijas casadas, una nuera que estaba de visita, y una hija adolescente. La madre estaba enferma y no prepar masato durante dos semanas. Una o ms de las mujeres jvenes hicieron masato todos los das; cada una dej fermentar su masato en una tinaja separada y lo sirvi ella misma a los miembros de la familia y visitantes. Cuando uno de los hombres organizaba una minga, su esposa- prepa.raba el masato. Todas utilizaban la batea y el mazo que haban sido hechos por el padre de ,la familia. Entre parientes
.. . . .

IJas obligaciones ms fuertes de un chayahuita son las que tiene con sus parientes. Esto tambin se-puede ver en varios aspectos de l a costumbre de t&ar hasato: f 1 ) el consumo de. masato como actividad social ocurre en gran parte entre .parientes; ( 2 ) es obligacin servir masato a los parientes a menos que estn enemistados;. ( 3 ) si el grupo est formado por. parientes y amigos, se sirve primero a los parientes. Rol de la mujer Las .actividades relacionadas con el masato: sembrar, cultivar y cosechar la yuca; fabricar las vasijas. tejer la falda especial; preparar. el masato y servirlo, son caractersticas princi* pales del rol de la mujer en la cultura chayahuita. La mujer t i e ~ ne otras responsabilidades -cocina, lava la ropa, cuida de los hijos- pero su habilidad en preparar y servir el masato es muy importante para el esposo. Si la mujer es ociosa y no cumple con esta obligcin, el hombre no puede atender sus compromisos sociales. Servir el masato es la parte ms importante de las actividades femeninas. A veces se a una nia que sirva el masato pero las servidoras reconocidas son las mujeres. Esto se pu-* do ver cuando un hombre invit a varios amigos a tomar masato y su esposa no estuvo en casa. El pidi a su hija de 10 aos de edad que les sirviera. Como ella no tena falda especial, se puso su vestido ms bonito. Apenas haba empezado a servir

cuando volvi la madre que se puco rpidamente la falda especial y continu sirviendo.

El masato y el cambio cultural


En los lugares donde los chayahuita se han asimilado parcialmente a la cultura mestiza riberea, los hombres consumen aguardiente fabricado en la regin y no solamente masato. Cuand o los hombres van al bar, las mujeres se quedan afuera -ya no ocupan el lugar central como servidoras de masato. La provisin adecuada de masato es requisito para proyectos comunales. En una comunidad donde hubo escasez temporar d e yuca, las mujeres dejaron de hacer masato. No tenan yuca. ni pltanos y estaban alimentndose con productos provistos por los parientes y algunos alimentos recolectados. Cuando visitamos la comunidad, la gente estaba sembrando yuca pero la cosecha vendra cuatro meses ms tarde. Al verse privados del alimento bsico y de la actividad social propiciada por el masato, los pobladores estaban apticos y desanimados. Volvimos el ao siguiente -haba suficiente cantidad de yuca y masato, y la gente, libre de la apata y el desnimo, realiz varios proyectos comunales. Concluiremos diciendo gue en la sociedad chayahuita el masato cumple las siguientes funciones:

( 1 ) es el alimento bsico: ( 2 ) propicia las relaciones sociales; ( 3 ) es un medio para expresar las relaciones entre los miembros de la sociedad; ( 4 ) es el aspecto central del rol ,que desempea la mujer chayahuita.

LA R E V I S T A DEL COLEGIO NACIONAL MUTO DE ANDAMARCA


LUCANAS

- AYACUcO

( NEC 0 4 )

AA0 V

NOVIEMWE DE 1982

No 5

Bcumento proporcionado por el Dr. Juan Ossio: m esta Comunidad, Andamarca. realiz una serie de investigaciones.

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Lq R c v i t a $81 Colegio N a c i ~ a l . ! U ~ de ~ A n d a a r c a , (LVCAEIAS-AYA~UCIIO)


( NEC 04-ZONA

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d@ fla@$m@rca
23
)

R e dnctHa Y editada: NIPENOR OPE~ . por losalumnos de l a P r o a o c h 1982 'B GO". Dedicada c o r d i d a i n t p , 3 c u e s t r o pa jdt?, Q%goroso, y ~ g a i l ~ d o ~ g u e b l o , de Andamaca, con l a .Y8rvido e s p e r a n z a d@ que aiga.construy.endo, e n U~ided y t r a ~ ~ o b,i e~ n e~ sta l r comn.

) ; n 1962, a.ua3$o 61 a v ~ r i c e - l a te2 n o l o g f a s o r p r a c d a y Z o a m i d i o s de comunicacin i a s i v a l l e v a n su mensa j c , cada V O Z ns a v a s s l l e d o r , en n u e s t r o pueblo, s i n embargo, superA f a l t a dc B i b l i o t e c a s , hemos decid& viven t.ercamente costumbres, conpor do l e e r en e l gren l i b r o a b i e r t o de t a m i e n t o s , organizacin a o c i a l , c r i riuestra realidad. t c r i o e g r u p a l e s que s u c h o s c a l i f l E s t e h l e t f n , e s n u e k t r o mensaje d e can como retrbgrados... despedida. Con g r a t i t u d y cOp e s p e r e = Qu suceda? Se ha d e t e n i d o e l t i e m %da f e , d e c i e o s a d i s a n u e s t r o qu?1 r i d o Colegio. S i n emb,trgo, no s e r 1 PO? Somos i n c a b c e g d e deaprenbers e p a r a c i n definitiva, E l e s t u d i o dc n o s de e ~ t a s cosas p a s a d i s t a s , a pe nuesLEas p r o p i a s v i v e n c i a s n o s h a s e Bar d e l oprobio y e l desd6n7 Por Balado e l cani?io: ;os t r a b a j o s . d e r o l a s o d e r n i z a c i d n no a c i e n t a dec u p e r a c i a y prog-eso p a r p n u e s t r o f i n i t i v a m e n t e SUS r o a l e s , pese a q1 pueblo, n?, v e n d r h , jans, de f i e r a . i n c l u s i v e , n u e s t r a coi1unicaci6n con Liffia o s permanente por t r a b a j o , acS e r e c o s . n o s p t r o s nismcis, como moder t i v i d a d e s comercieles, e t c ? n o s Rendn Willka, q u i e n e s afinc.dos en l o n u e s t r o , desde n u e s t r a ~ o p i n Los alumnos de l a h o a o c i 6 n 1 9 8 2 " querencia,*ton n u e s t r o s p r o p i o s ojoe, TZNOR ORREGO'' da1 Coregio Waclonal otearemos un h o q i s o h t e luz. ffixto d e ArAamarca, somos conacien-. P a r e s o , n u e s t r o edi6s, Eo e s d e f l n i t e s d e l importante r o l qua s e n o s a t i v o . Iremos a a s u p i r l a s t a r e a s que s i g n a e n n u e s t r a sociedad. Sabemos, s e n o s seii&e, pero l o Haremos cons c l a r a m e n t e porque l a s padecenos,las c i e n t e s 'de n u e s t r o s f u e r z a s . l i m i t a c i o n e s que n u e s t r o p l a n t c l . t i e n e , por e n c o n t r a s e on e l gndd,Un s 6 n t i d e n t o de g r a t i t u d profupda y d i s t a n c i a d o de l o s s e c t r o s de poder e t e r n a a n u e s t r o p l a n t e l , n u e s t r o exho 6610 por l o s 700 hs. que n o s 6% t r a i i a d a Casa, d u r c n t e t a n t o s &Os. p i r m de Lima, s i n o por e l s l s t e m Nuestro mensaje, p a r a p u e s t r o s rneno t i c o o l v i d o , l a marginacin v e l ne r e s , a q u i e n e s dejauios l a p o s t a de q' g o s p e c i o . Por BjemPio ~ i w i t r r r :sC en 6 que en.Li.%, s o brin..- on 10s c o n t i n d e n e s f o r z h d o s e c a d a dia ms. C'Q~G~J servicios, , ~ e i ~ t e n cyi . ~ Miremos da a dla e l . c o l o e a i , t r a b a j o c:?nfiidn'cs qu;, n c c c s ~ r i ~ a e n r te ~ ; l a a c c i n irnperecedsra d e n u e s t r m nt pcrcutcn on c l o c j o r rcn*!i.?icnto d e y o r e s *en ceda a n d e n e r i a , e n cada acti: 13r b~noflci-dos, nosotrog, en d u c t o , e n cada o b r o c o n s t r u i d a . E l l c &eqttfa'p&p&imo i&al q i l b s eo-10sB.Xcieroq b , ~ p ' m p p l a s manos, 'qi$ &ub-&#:inq~,caci-oS&as q r o r ; iiocenos, pdrquk 1 0 que .&S darech = i n d i s c u t i b l a de unos perutnos, no Puek' b i e n : nosotros-dbbembk. e&& 6 ~ . l o e s , en i g u a l d a d , p a r a o t r o s pe te,. que e s e l n i c o canino p o s i b l e . rusos, que somos nosotros. Y, qu6 N u e s t r a palabra f l n d e s un himno de 2 d i r e n o s de L a b o r z t o r i o s , R i b l i o t e t e r n a g r a t i t u d para nueetros queridos c a s , s o r r i c i o s mdicos, e t c ? Pero, profesores, c ~ y o r c c u e r d a i n d c l e b l s 63 i c e qua n s s e d a r x n t ~ en Una,bremos guerdzr en e l l u g a r & s . s e g r d o de,donde e s a n a todo-, qua l o s po y o e l e c t o d e n u e s t r o s corazones. b r e s d u m o s d s mdamarca, tenemoe qu? c s t o r z a r n o o ns, , p o r ejamplo, a EL CONCEJO D I m m V O p - e i l d i ~ n d oo t r o i d i o a a , e l c a . s t e l l a

'-

L o s r e s t o a ~ r q u e o l 6 g i c o snao i m p o r t ~ n t e sq e l I ~ p e - r i oI n c a i c o e n Andamzuc~ s o n l a s R u i n k s de '*CANICHE~. L a s numi.rosa6 c h u l p a s qo e x i s t e n L p t a c t a ~ muc h a s de, e l l a s e n d i f e r z n t b s l u g i r e s , e r a n pequefias v i v i e n i A s q u e : b t i l i 5 i b a n 106 a n t i g u o s p o b l p d o r e s , muy p o s i b l e n e n t e p a r a c u i d a r s u s S - n b r i o s , s i e n d o l o 6 ms l l a c l h t i v o y d i g n o d e n d m i r a c i 6 n l o s h e r m o s o s a n d e n e s que c p n s t r u y ? ron l o s I n c a e para f ~ c l l i t ~ el r c u l t i v o d e l campo, O s e a l a s i e m b r a a - l , d a i z Ir. p.qpa, l a qciinua, e t o . , eniplefindo d n i c a m e n t e e l @ a q u - T a c c l l a , y a que e 1 1 0 6 n o c o n o c i e r o n l o s b u e y e s o t o r o s , qu3 a c t u d m e n t e so u t i l i z a . Lo ms i n t a r e s ~ n t ey r e s d t z n t e e s que l o s r e f e r i d o s a n d e n e s e n s u mnyor i a t e conoerv2.n i n t a c t o s , t a i coma 1 0 6 c o n s t r u y e r o n 10s n a t i v o s d e m A M A R CA, nombre con e l que s e l e c o n c c i a en t i e n p o s a n t e r i o r e s , y que q u i e r e de' c i r " P u e b l o d e Cobrea1, w r q u e ANTA, e s c o b r e y !lARCR o s pueblo. LAS AC.'QUIAS DE REGADIoS : ' E n t r e l a s ms i m p o r t a n t e s , s o n , a no o u d a r : l a d e !i..?gromayo,, Vizca, h i q u i o c c t a , C h e j o s n o , Curhua, y o t r a s peqqeiias como P s s ' d o Chef j z n s a , G u q l l u r a , H u l l a c a t a , T o t o r a , AujatuncO, e t c . , a l g ~ n a sde e s t a s cequ1e.s c u e n t a n con s u c r e s p e c t i v o s e s t a n q u e s .

L a acequia d e mtyor u s o e n la C o m n i d a d por e l c a u d a l que d i s c u r r e , e e l a de Negromayo. E l a c u e d u c t o de h i q u i o c c t r , s e c r e e que i u e c o n s t ~ u d oppr l o s I n c R s . SS un c a n a l s u b t e r r n e o , qps no s e s a b e d9 dnde v i e n e . E8 una 2 b r a rnalmant,c admirable. En l a s q a a n a s l a p e r e n n o c n n t i d s d d e a g u a s a l e t i biz. E s t q ~ aci3qllia~. c o n s t r u i d a s d e s d e muy a n t i g u o , a h o r a e s t n s i e n d o m e j o r r a d e s p o r l o s comuneros y r e g ~ t e s ,a b a s e d s cemento. Asimim0, s e han con2 mejorar e l s i s t e m a de riego. t r u d o v a r i o s estanques, p n r ~ CA!IICE : De a c u e r d o .can las v e r s i o n e s de a l g u n o s ~ r q u e d l o g o sq u e v i s i t a r o n les R u i n c s rlc C a n i c h e , e r e p o s i b l e m e n t e una pcqyeiia f o r t a l e z a , d e b i d o e s u s enormes c o n s t r u c c i o n e s da p i ? d r a y b a r r o , c u y o s r e s t o s t o d a d a e x i s t e n . L a s h a b i t p c i o n a s g r a n a e s , t o d a s d e forme r e d o n d a , o r ~ n c u a r t e l d ' s , donde 60 conc e n t r r b s n 10s s o l d x d o s ; l a s h a b i t a c i o n o s pequefias e r a n s u s v i v i e n d a s . H u tpmbi6n c c l d c s d l m i n a t z s q u e , s e c r e e , S - r v i a n p a r a e n c e r r a r a l o s p r i s i o n g r o s . u s t u v o ubicp.do e n un l u c a r e l e v a d o , . p r c c i ~ a m e n t ' ep a r a s e r v i r de f o r t a l e z a , y a q u e d o c i e r t a a l t u r a sc? p o d f a d i v i s a r f,Gcilmente l a p r e s e n c i a d e l enemigo. L o s I n c a s , e r a n g u e r r e r o s insaciables,, i n c a n s a b l e s p o r a u m e n t a r o q c r c c e n t a r s u s dominios.

Ci' f:'ICHEJ, q u i e r e clocir KACER 14ORUB..

C a n i c h s o r e un l u g a r d e a j u a t i c i d * n t o a l o s condenados a a u e r t e , 0 ' 1 ~ g a r donde s e l l e v a b a n a c a b o l a s t c r t u r a s ,de a c u e r d o a l a c u l p a b i l i d a d de l o s sentenciados.. C o n s i s t f a l a p e n a , e n d o s p i e d r a e g r a n d e s y c h a t a s , e n cuyo cop t t r o s e ~ 0 1 0 c a b . r in 1 p r l ~ i o n e r oo a j u s t i c i a d o , y al j u n t a r s e l a s p i e d r ~ s , l o :

CHIRICRE
0.

/Escribe

Masiansino Cuue ~ u i s ~ e ]

A t pueblo de,C h i r i v e quizs por primere. pez ae nos o c u r r a e s c r l o ne+sitamas g r i t a r para d e c i r t e que t u s a n h e l o s sod, 108 nuez b i r . d e .tj, N t r o s . Xas C d l a d o bAst*nte y n a d i e tampoco t e ha escuchado. Desde tiecppos r6motos, n u e s t r a 'pueblo s e l l a p a b a r CHIRICE : R o 0 c o n g e l a do, porque e l $01 l l e g * t a r d e . Lo ~ a r a c t e r i z at a m b i h ea.majeatuos0 ' ' A H C0rnA.YA". C h l r i c r e , , como qnexo, ,fue creado o f i c i & n e n t e e l 15 de J u n i o de 1944. 1 do J u l i o de 1955, s e c r e a l a E s D e a w a de o n c e , d o s de vida a n e x d , e l 1 cu?a Hixta.Ne 6424, hoy Escuela N o .2@97, siendo 6'1 profekora fundadora, la. oe~iorita A I D A QZVEDO VARGAS. Oesde entonces, s e ha c o n v e r t i d o en e l 4 =a matar de l a edycacin clii;icrina. Su poblatin ascie'nde a unos 70 habJnnteo, campesinos en s u eeneralldnd. E l medio neogrfico e s sumanente accidentado: e l c l l n a , l i g e r a m e n t e f r i g i d o y l l u o i o s o , a p a r t i r d e l nos d e diciembre hasCa marzo. E s t , aproSu h i s t r i c o puente de "CAL1 ximadamente,a 3,500 metros Ce a l t u r a 8.n.m. CANTOP a t r d M ~ s a e l tamoso r i o NEGRO MAYO. R e c i b e t a l nombre, porquo en 1~ g a r de cemento, s e ha usado la c a l . -ente. a r t ~ s t i c a a e n t ec o n s t r u i d a con p i e d r a s de mucha c o n s i s t e n c i a , so1'ide'z.y seguridad. Hiie 20 m t s . de l o r g c , t i e n e 2.50 a t e , 'de ancho y una a l t u r a d.e 1 2 h t s . R i e ' c b n s t r u i d o .por l a COWriidad en pleno, bajo l a d i r e c c i n de Ignncip Inca. E s t e puente w e Andamarca, c o n : C h i r i c r e , Mayobamba, Chipao,'Cantr_ Rosa, S& Antonio, e t c , l v i t p e r t r a z o d d l n carreteraPuquiD-~ndam+rca cruzaba c s g e Anexo. . Perp, posteriormente, por motivos que desconocemos, fue de echado. Los prodkctos g r i c 0 1 ~ e bue E a c u l t i v a n en. mayor e s c a l a , son : m d z , papa, ~ R ~ P Rcab;de,.quinua, , e t c . Los vacilnos s e c r i a n tanbien e n una p r o p o r c i 6 r acoptnble.

En e l aspecto q c i a l , e a e l Anexo que cuenta con t r e s i n s t i t u c l o n e a d e s a r r o l l a n p c t i v i d e d e a c u l t u r a l e s y d e p o r t i v a s : E l Club Virgoi C l ) n d e l ~ . r l a de Chiricre,,fundp.do e l 1 5 de Mayo iie 1963. 61 Club dos6 H a r a A r g u e d ~ sd e . J u n o de 1978, 81 Club Unin Cupe de C h i r i c r s , C h i r i c y e , -dad8 e l 28 d fundado el M de Harzo de 1979. Ef 25 de Enero, s e Celebra la N e s t * 'l'radicionil cn homenaje a 1~Sant i s i m ? Virgen Capdelera. E 1 cuadro c o e t u m b r i s t a que se p r e s e n t a , e s e : dc l o s famosos IiIkgritoa de Cinta!'. L A COMUNI~IAD CAKPESIMA-i-

La Comunidad Campesina d e l AnexQ do 'Chiricre, s e ha d i s t i h g u l d ~&eppr por SU PU j ~ n y z unin ~ pai-a e n l r e n t a r &a r e a i i z a c i h de t r a b a j o s de bien o s aos d a 1941 comdn. S u b r e y a 6 l a 5 +mportantes obra: e j e c u t a d a s e n t r e L Y .1982. En p r i n a r l u g a r , l a s a u t o r i d c d e s a n t e r i o r e s :hgentc' M i n i d p a l Y C0.7c3j d s s , Presiclente de l a Comunidad, Ec6norzo y u t r o s , h a b f a r e p a r t i d o ol tc r r e n o ccmunsl denominad6 'W.OCHAPA~PX~, a l o s comurero,s, enajenn$?lo a ; . e zbn de V-200.00 e l m Z . A cada comprador, le. h ~ . b ~ ' c o r r e s ~ . o n d i dmas o , 0 =onos 280 @.

E s t operaci6- fue anulaCa en ' l a F _ ~ E P IARE J J ~ ~ G ~e Rn e r a l r = a l L z z & , con l a s nuevz's Z . ~ t o r i d a d e : s Agente M u n i c i p a l ; H a s i a n s i n o Cupe Q A a p , Con T i t o ; ?resid*n+-e de l a C ; c e j a l e s : Abrab& wi&pe m o r e s y CeBreo muaidad : A m a c i c 7 C i p ~ t a m o r e s ; T e n i e n t e G o b z r n i d ~ r : :ja?iro T i t c i ' l ~ r e s , ~ ; o b s e r v a n c i a a lSa ley.: O t r a A s a c b l e a G e n e r d , h a dscidir'-o' que n i 1 metros , c u a d r e d o s de ' e s t e t e r r e n o , . s e d e s t i n e n p e r a l a Hlfnicipalidad local..

wsp

R e o a t e h j b l i c o a e mipales s i n !u.eo a p s e n t e , s e e s t i l z a b a r o a l i p o r e. Concejo D i s t n t a l . . S o l a m n t e , un p a r c e n t a j e e r a ~~creedor Luego.d , r e a l i z a r s e .las coordinaciones. p e r t i d e s t i n a d o al $ e n t e e y l o g r a r s e la , a u t ' o r i z a c i 6 n d e l Municipio d i s t r i t a l , dasde e i 15 d e m e z o d e 1981, d i c h o s Remates P b l i c o s , ,se. e f e c t k n en C h i r i c r e , y e l f a t e g r o de 1.06 p r o d u c t o s r e c a u d g d o s , queda en e l Aneqo, p a r a o b r a s . Porsu p u e b t o que e l tal remate s e r e a l i z a con a s i s t e n c i e d e l s e o r J u e z y h a c i e n do c o n o c a r 6 a a a ve-z, al @ e s t o d e l a G u e r d i a C i 7 i . I . e l ~ o n C e j od e l ~ i s t r i t c ih a c o n t r i b u d o con 1 0 b o l s a s Por. o t r a d e c e r n & $ ~ . ~ u han e s e r v i d o p a r a c o n s t r u i r l a v e r e d 2 d a 1 Concejo Muni'ci p d ; asimismo, &e ha c o n c l u i d o con l a c o l o c a c i b n de. l a cumM.ere e n e l t e cho.

zar e n jrnda-cq,,

El

,Algo que d e s t a c a , , tapbj.611, e l que si e n t e r i a r n e n t e . l a s a n t i g a n s a u t o r i d a ,des q i s n p r e . a c o s i u n b r a r o n v e n d e r , l o , s t e F r s n o s Y/O p r o p i e d a d e s comunales, l o s . a c k u d e & r e p r e s e n t a n t e s d e l AneXQ, no han vendido n i un s o l o m e t r o Cp~drado. ' . A.ctu~.lmeote, v i e n e a s e r de suma i m p o r t a n c i a que s e -haya emprendido Ya l a a p e r t u r a de nueves c a l l e s , de a c u e r d o al" Plano Urhano, que h a s i d o 'bcbidomenta conocidg, p r e v i a e n t e , por e l Concejo D i s t r i t a l y tambi6n e l C.oncejo h - o v i h c i d . DV s u r a n o r t e , a t r g v i e s a n l o s j i r o n e s : T p a c hmaru, Jos Carlos Haritep o r donde p a ' q l a c a r r e t e r - a , C h l p a ~ ,Miguel Grau g u i , con s u s t r a n s v e r s a l e s , @e e s t e , a o e s t e : J i r o n e s : Alfonso U g a r t e , puicf, C e n t b n a r i o , Joa6 O l e y a , C s a r V a l l ~ j 0 ,La H;.r y Ayacucho. El se.Sor S u b p r e f e c t o de l ~ . P r o v i n c i a , t m b i 6 n conoce de e s t a nuevo g e p y, t i n . de a m p l i a c i n u r b a n a , p a r a e v i t a r problemas con a l g u n o s . p r o p i e t n r i o s que p u d i e r a n r e s u l t a r a f e c t a d o s , q u i e n e s previamente han s i d o debidamente nptific$os, Ccnforne. r e z a e n e l Acta que s e hn l e v a n t s d o con a s i s t e n c i a de l a s autoridides d i s t r i t a l e s . . C o n l a i d e a Ce r e a l i z a r c o r r S d a s do t o r o s con m i n a l e s b r a v o s , s e es t6 p e n s m d o la c o n s t r u c c i h de un Ruedo e s p e c i a l . como o b r a e j e m p l a r , que p a t e n t i z a e l b r a v o e s p r i t u b a t a l l a d o r d e l Ohir2crin0, s e . h a concludo 1 - c o n s t r u c c i 6 n de l a TORRE de l a 1 g l e s i e . E ~ t e r e d i z a c i b n , h a e s t ? d o e n c ~ b e z e d ap o r e l Ecnono don Amancio Cuevas F l o r e s . En s u i n t e g r i d a d , l a c o l o s a l e s t r u c t u r a ha d d o p i r c a d a a b a s e , d e check0 - ( p i e d a s i l l a r ). P r e v i a m e n t e , e t a a f u e r o n l a b r a d a s , p o r e l &,es t r o .don 6 u i l l e r m o F l o r e s I n c n y su o p e r a r i o don Ferpando. Cuevas Inca. Los comuneros, p o s t e r i o r m e n t e t r a s l a d a f o n e s t o s bloques, a l g u n o s de l o s c u a l e s s o b r e p a s a l o s ,200 k i l o s d e poso. A v e c e s , una p e r s o n a c n r g a b a una p i e d r a , e n o t r a s , h a s t a c u a t r o p e r s o n e s t r a s l a h z b a n una ? o l a de e l l a s . E s p r e c i s o r e c a l c a r e l g e s t o a m i s t o s o de don Oscar Angulo y de don F l i x > 8 p i n o z a , q u i e n e s al c e d e r n o s e l v o l q u e t e da COOPPRACION WPULBR p a r a o 1 t r n s l g d o de - e s t a s p i e d r a s , n o s a h o r r a r o n un promedio de 15 d i a s de l a b o r . Cuando e l l t i m o checco, de =O k i l o s de peso. s u b l a a l c a r r o , e s c a p r e p e o tiname.btw y l e e i o n 6 en e l p i e dere'oho .al comunero S e r a f i n Cuevas F l o r e s , . Como c o n s e c u e n c i a de e s t e a c c i d e n t e , . h a p e r d i d un dedo. P a r a l c con6 t ' r u c c i 6 n en d, 6% h a c o n t a d o c o n ' l o s s e r v b i o s d e l m a e s t r o S e v e r o Huamen i Solar. L a unin de p i e d r a a p i e d r a s e h a hecho. con cenento. E s n e c e a a r i p r e c d c a que e s t a o b r a e s n t e g r a m e n t e r e d i z a c i n de l a COmiinidad, . t a n t o el. i s p e c ' t o t r a b 4 . 0 , coma l a f i n n c i a c i 6 n p a r a l a compra de f i a t e r i 8 l o b ; No h a &bidb, f e l i z t u e n t e a'q~$, C o r p o r ~ c i 6 nque t e n i e n d o Obras S a r a c o n c l u i r e q e l & n b i t o d i p t r i t a l , l p s hri abandjnado,, aduciendo f a l t a de p r e s u p u g s t o , 'a pesar de que p&$das e s p e c i f i c a s l e s han-:sido a d i g n a das.. E s t l a t e n t e e n cada c o r a z d n c h i r i d n o e l profundo amor a s u t e r r u a o ' l a e s c l a r e c i d a conviccin de luchar p ~ r a s o c ~ v a ra l g u n a s l a c r a s s o c i a l e s . La g e n e r a c i n de hoy, c o n s c i e n t e de s u r e s p o n s a b i l i d a d , e s t dando forma a EU i n t e n c i 6 n de & s e r ds C h i r i c r e un g r a n pueblo, que mzntendr; siempre l a f r e n t e , que a n t e s l a t e n i a ag;?chi-da p: e l s i s t e m a . erg~ida

&a siembra d e l maz en gnda-ca, e s iina t i e s t a d e m a j o r c o l o r i d o , d e r d z +&da y a~thtica como s u s propos. v e s t i g i o e , que n o s i n d i c a n Y demuestran a W c l a r i d a d s u s r i t o s , c'eremonla@; m b l i g a c i o n e a y d e b e r e s x s e r e a l i z a - d e e d e @$"me-8 d e Setiembre h a s t a f i n e s de O c t u b r e , ma,.ormente. Toda p e r s o n a que va a sembrar maz, en p r i m e r l u g a r t i e n e que p r e p a r a r s u Chic h a d e J o r a o "Accno Yacuw. E l preparado c o n s i s t e e n t o s t a r l a j o r a y h a c e r e l con l a c a n t i "CCATUI" que e s un m c o de j o r a t o s t a d a cono c a f 6 que s e ~ a z c i a dad dR.,jora a Usar despuos de molerse. Ambas s e mezclan con l o s demis i n g r s

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fermenticiJn. Como d e r l v i d o s d e l c o l a d o de l a c h i c h a , t 0 d e T f e s e o b t i e n e n : . e l . . tfSECCENn y e l fT)T1t.. A l mismo t i e q p o de e s t a r preparando l e c h i c h a do j o r a , tambi5n s e ? r e p a r a que A~~ c ,o n s i s t e en u n i r e l mafz con l a CAL O c a n i z n , e l maz pelado O ~ ~ S A R A P Z L e n csntfdrrdes p r o p o r c i o n a l e s , mezcla quo s e r h e r v i d a h a s t a que e l maiz e x p u l e e s u C a s c a r a , l a nlsma que e s desechadi? D n t o con 1.2 s u s t a n c i a que s i r v i a s s t e aroceso, p m i i o lavado y l i n 9 a d o . TainbiAn s e p r e g a r . e l " A C O ~ ~ ,que e s l o p r i m o r d i a l p e r a s i "PITO". E s una moz C l r d s h2.rinas de maz, h a b s s , quinua, a c h i t n m o l i d r , t r i g o ; t o d o s en c o n j u n t o previamenta t o s t a d o s . L a ' s e l e c c i 6 n dc.1 a i z .,?P.=* l a s r d l i a , c o n s i s t a e n - dcgr;ui.-.r 12s a a z o r c e s , &og b l o s c o l o r e s . Siempre s e t e n d r en c u e n t a d e s g r a n a r 6610 18 p e r t e media do I R mazorca, donda s c encu:tntrnn l o s m e j o r e s grnp08, dsj2ndo l a s p,?Jt.~s r o c t m t e a pefa e l " p i t o " y l a c&ncha. Esta. s o m i l l a seleccionad^ s e r & ~ t c o a p d a d n , ad; m A s , con l a s de hn.b=s, & v e j ~ s , q u i n u ~ ,e t c . , e n menor p r o p o r c i 6 n . entorrprsc. en l o s surcos, jun L a s W3RONTAS1f d a 18s opzorc;.s u t i l i z a d a s , d ~ b c n porque de no h ~ c e r l o , no h.?bria produccin Y l a c h a c r a s e t o con 1 p . s somi&s, v e s t i r a de l u t o , en . f . m a , enticipad.rla y , p o s i b l e m e n t o , s e r i a un p r o n 6 S t i c 0 pac h a c r a ; d e b i d o a qus l a s p l r n t a s d e m d z , d c r e r n l a muorte d e l dricEo da c e r , en v e z .de g r c n o s p r e s e n t a n mazorces de I~PO~CCA", (mnzorcti n f e c t a d r por o1 c a r b 6 n comn).

0 1 3 .

PFC~ e 1 d m u e r z o s e prepe.ra PICAIV~TDE PAPAS, ncompnAcdP d e PUSPU, (habr. t s s t r d c c o c i n a d a ) , CANCHA, ACO, e t c . y s e l i n p i n de 1.76 p i o Cne v e z yc en l a c h a c r a , s e i g u d n 1 R t i e r r c d i s p ~ r e j a *FE, Y el: e " ~ d o r o GARAN, a l i s t r s u Yunta. Lo. s o m i l l a y l a c h i c h a han s i d o colocadceen un l u g a r l l r ? u a t i v o d e l and6n, dondo s e 'da i n i c i o a 1 rit d e l TINCAY, l i b a c i o n e s a l o s d i o s o s p r o t e c t o r e s , Como a 13 t l o r r n , a l o s c e r r o s , y l u e g o l a s e l i l l n , cono b m d i c i d n . I n c o m p d a do1 duefio da l a cb.crz, t o d w l o s p r e s c n t e e , r c v e s t i r h 13 semilla e x p u e s t a con f l o r ? s d e l c m p , como l i r i o y c l q c l , y d . l r i g i k n d o s e n l a PACCHA, ( c d d r . d e l & u a ) , e c h a r & unn. ttnz~d e clilcha, p a r quo o 1 a u n s o animo y s a b o t e e , Y l a t i e r r a d e bllenos f r u t o s . de c h i c h a , . t r r g o y v i n o 6erP.n d e p o s 1 t c d a s e n . Adoms, Unno b o t e l l i t a s l l e n . ~ s l a s partes i n t o r ~ e s de l o s andenes,..hnsta cuando s e y c c l v a R sombrnr el' t e r r o no ni d i o e n t - e ~ t c . Esta ccrs.noniz. s o llame. ':-GA?AYI~. . .

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A l medio dio, s e s i r v e e l dplnuerzo. t o s W A S A ~ o yorngs, t i c n e n l a o.blignc i b n d e c u m p l i r t o d a s 1p.e a t i r i b u c i o n o e e c c o r e n d a d a s por. e l s u e e r o . en s u r e p r e s e n t a c i n , por l o que e s t a & s i c m p r ~a l e r t a , ' p r o s t ~ d o g u a r d i a .frente n l o s p r o s c n t e s , s i c n d o , a d e m h , c l encargado do p a s a r l o s p l a t o s . Adoms, toc.-d. c l "PORmO", con t o n a d r s t f p l c ~ sdo l a siambra. L e n u o r a ; a sU vez, se h c r A . y e ' s e n t e , p o r t a n d o v i s t o s o 8 plctilXo:OQ, que s e conoce con e l nc?mbra l o "CHIICUff, l o quc c o n s i s t e en c c d l a docena, una o d o s db-cnes de va-i-drl&s do comidz, l a s m i s n i s que s e s i r v e n R t o d o s l o s presen-' t e a . ZsCos p l n t i l l c s Y l o s a l i m n f o s ; s e r & n o f r o c i d o z s u p e r p u e s t o s . LO^' s u e gres, a S U vez, deben retornar, cn l o s mismos p l a t o s , cancha. Y puspu, c n cl . dl.-r forna, o S ~ QECS S sobro. o t r r e , . .

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del C R U v , v i e n a ' : e l PIqC'jY, t a n ' d s t c . en t o a r la &chc I n Gu1. ce, mezcl&ndo1a co?'.la h q r i n a d e f maz,. qm e s - a l ACO, que v l e . n b ' . k ~ ! + d a 5s entonan l a s c ~ . c l o n o s ~ d e l ~ S p 3 A $a L l, a b a o z a s a ' l a , B S m b r b i Y ru2 con So s ~i t o s iesp5ndOri -I<s s t r ? k s s o e a l e t i e r r a p a r a qus fructiX1qite L O G ~s t con un g r i t o monocorde, m i e n t r a s e l y e r n o t 0 5 a e l pmmO. . "P;"c>~u~ t>unch,a,' ~&. tiempfi& tienpo, ' mapas a s l l a t a s u y a y c u l a h u d . ' (TODQS). ~HU-. , ! ~ u ~ ~ ~ c u s ,cornpcdrelliyhuafhS, j ~ l a y iiccno y a c u t a t o m a p U l a s a j * iHu~yyyrj. Cuyaycu;jellay c o m a d r e l l a y h u m r a j Andrs q ~ i n t 8 t ac a n e ~ c U i i a e a j .

~~~w

..

..!

~ A U ~ Y ~ Y Y .9. !

E s o b l i g a c i 6 n d e l e e c q $ a i r e s a s i s t i r a l a d o m b r a y u n i r s e . al g u p 6 , l l g o m d o f l o r e s ' que c o l o c a n en 10.8 r i b e t e s d e l sombrcro de l o s duerios; E 6 t a ~ 1fic r e s , ' s g r i de Variados c o l o r e s y s.on,$onfeccionad.as con p a p e l cre'@'- Igu,-lmeqtc, lXcvrn s u s pzofls , h e r r ~ m i e n t a ~ p,a r a ayudar e n e 1 t r a b a j o . A l f i n d i z r r l p armoniosa siembra, comienzo. e l jolgorio! en s u p l e d h d , IICC~.+-' t u n d o s c las l i b a c i o n c s . P a r a c e r r a r e l a c t o de l a d e m b r a t i e n e l r i g a r 1 ; R A ~ .que , c c r i s i s t e cn-.tom,r l a c h i c h a e n d o s j a r r o s s u p e r p u e s t o s , ' ' d n dospe ga~los e n .n$ngn mopento. 81 termintir e l v a s o de l a ' p a r t e s u p e r l s r ; se c010c; r&.debajo d s l otro h ~ t v aa c i a r SU c o n t c h i d o . Do no hp.cers a s , ket 8e.IIciO' n a d o con una multa, que s e p a g a r cpn & S , l i c o r . , E s t e r i t o elg.!xifi~a l a ospcr m z a de que e l maz d n r s u s f r u t o s de p a r e n p a r , a s e a e j - u i i a c k l o s vnsos . e u p e r p a e s t o s . Las mu j e r e s , entonan a l g ' m a a c a n c i o n e s d e l JAURAHP :.

AL

'pma marnallfl'tiyacuZl~nquichU, apuraull+& otccamullanqui.

itIuayyyyy,.

Ifuahudlayquim c a c u l l a n i ) '. l l a q ~ i s c c a ~ h aq lu l~ ~da~c~lla~i. iHayyyyy., ..! &$a hamall&Y qaedarsullnoquichu, ccolbcce pirhaallapi s~yaycusunqlir. IHuayyyY.. ! A& m a r n a l l a ~t a r d a ~ u l l m ~ u i c b ~ , c.c'oi-i p i r h u d l a m suyaycusunqui. iHuayyyy,. ! P a r a . quc e l grupo s e d i r i j a d e r e t o r n o a l pueblo, l o s dueiias d e l s ~ b r o ' ~ o r nc a r g a d o s por l o s PNSAS, m i e n t r a s e l a r a d o r o GARAN l a p r o v i s a w p l a s , que ,son r e s p o n d i d a s por l o s acompaantes, E1 Yerno, igu@rnente, t a e a '9.PURE

RO.

*SeiSorlljhufl mas al la^, TODOS : A J O s e o r a l l a h u a y mtisaldajA Aj6, Jinapunim m a s a l l a ja, Ajb, H u y u r i s p ~ , jech j a r i s p q Aj6, ~chu.jlli.=d~ a l, l e j l i a m a n , ~ j 6 ,+c.. En e l d o m i c i l i o d o l o s dueos de l a c h a c r a semhracla, t o s FtA3AS - t l e n o n d~ r e c h o d e i - d c i b i r s u pago por l o s s e r v i c i o s prestado.^, c o n s i s t e n t e . en l i c o r . ,,'ag&r,in :cu& Los MASAS que n o h u b i e c n n - r e c i b L d o s u ?pag%'!. c o , ~ r q o n ~ a n + q u i e r a n i a i l gquc tie e n c u e n t r e en l,n c a s a , Y- l o d s g + l l & ~ i ~ na f f i i e n t o s . - ' . A demas, r - a l i z a n - a l g u n o s ju:?gos, como s e c a r t o d a s l o s o t o n s i l i o S d l a ' c o ~ i n n y e n t e r r c r l o s en diferent-dzs h u e c o s .que a b r e n e? 83. p t s o dS .la casa. A i d f a s i g u i e n t e , cuando se r o a l i z a e l BANQU-;TE con e l mondongo, s 8 r b s a c a b 0 s t o d o s l g s menajes e n t . ~ r r a d o ay s e d e g u s t a r & ; e l aniaal.degoli+do.;

~ n t i g u a m c n t e , p a r a cornenzu l o s p r i m e r o s r i t o s d'e 1s siembrn,. e r a sonost e r c u m p l i r o 1 sembrio e n YAYAIiCHIK JATA, que e r a propiidad de t o d o s l o a sant o s da la I g l e s i a . Los Mayordomos de cada o m t o , e r a n l o s c n c w g n d o s de e e t c terea, y l o s VARAS, t e n i ~ nl a o b U a c i 6 n d e r e u n i r maz (13 t o d a l o Comuridpd p 1lav.zr e l PITO que e n t r e g s b a n R s u s t?eyordomos. E s t o s , R s u vez. preparab-in 12 c h i c h a y l a co.aFda.

E s t a s i e m b r a s e r e d i z a b a c m s a l a k n o n i a y devocibn. Todos q u i e n e s t e s u s Yuntas, e r a l o s o b l i g a d o s a ir a p a r t i c i p a r en l a s i e m b r a , am s u s r e s p e c t i v a s mujeres; las que i b a n . d e p o s i t a n d 0 I d 8 s e m i l l a s . L s YUntgs, e s t a b@ a t a r r i a d a s con s u s r e s p e c t i v a s banderas. Los compadres de l o s UaYordomos, l l e v a b a f l o r e s n a t u r & l e s y no dS p a p l . Los VARAS, d i s t r i b u f a n e l PITO. L e s PREBISTZS, t e n i a l a o b l i g p c i h de l l e v a r e l EilXlRO. Duspr6s d e l ~ m o r z o ,10s r c c i h c a s ~ . d o st c n d n que ; a t a n a n d h par md6n, d e s d e a r r i b a h a s t a abajo,, com$tiendo e n t r e d o s personas. Luegb, d c b i & r e t o r n a r t o r r i e n d o , do a b ~ hja c ~i a u r i b a . AlZUnos s e quedaban, n o p0.ian cumpiik e l e j e r c i c i o y * p ~ g a b ? ns u m u l t a , c o r i e i s t e n t e on l c o i . p r o s i g u i e n d o e l sembrio, l o s de&e a s i s t e n t e s 1 i ~ ; d a b a nl a s p a r c e l a s O ECCAS, o & d a b a en o t r ~ tarea. Concluido e l procoso d e l a r a d o do l a t i e r r a , l o s PWBISTES t o c a b a n s u PURmO, l a s m u j e r z s m C A S O M(JmjEWRp.3 q m h a b i a echndo l a se!nill.t y 10s VARAS, e n t o n a b a n e l J W A K , y . l u e g o debfkn t r a e r cargr.dos a i o s ' & Y o r d ~ n ~ as s u s Casas p e r o , p r e v h n o n t e , Eutoa r e q o g i k n t o d n s l a 0 \8andzras de l o s A r q d o r o s , l a s m i s mes ~ u e . ~ e v ~ i v on fan e l Banquato o Llmuerzo Bol dio s i g u i e n t e . L o s Mayordomoo hdeans, a e b i e n reg*, c u i d a o 1 s o m o r l o ; d o ~ i ~ u . 6c3o s e c h g y c e l e b r a r d e b i d a mente l a P i o s t a db eu S e u t o . L e p r i m e r a c h a c r a que d e b f a s e m b r a r s e , o r a l a d e YATAI.CU JATA. S I a l g u i c . s u a d e l k n t a b a , e n l a Comui.de.d, t e n f m l z , i d c a do qlie l o s S r n t o s l e s c z s t i g a r a ; S610 e n YA:YAICU JATA,, p o d i o ~ e m b r ~ r s con e SAnderp.8 en l o s toro.. Con c l q d o 'el ttrabkjo en e s t a cncqr;,, cada comunero p o d h h n c e r l o e n s u s t e r r e n o c . S e c o l o c a b a n d e r a s e n s? a s t a d e l o s t c r o s , a .&mjaza d e l a Imagcn do San I s i d r o Labrador quo o s t en l a L ~ l c o i ~ .cuya , yunta t i e n e s u s . b a d e r o l l t a e .

4a

m t i a p o s muy remotos, b a b i a c u a t m o cinw f i e s t c i s ol mes, porque n u e s t r o s antepasados a d o r u m n e l o s s a n t o s , o l a t i e r r a , a l a l l w i a , d t n i e n o , ctc. c a t a s p c a s , algunas p e r s o n r s ya no c r o m . en muchas d e e s t a s cosas. EL wDanzanto d c T i j w a s t ' p c r t i o i p a en l a s p r i o c i d e s f i a a t r s , d-srrando s u n a g d f i c a agilidad y movimiintos co l a A a e6blica. Su v s s t i m c n t a c s parc;cida a l a d e 1 t o r e r o espaol, porquc e s t o s s o CGp i a r o n a l v e r l o s h m u o s s i m o s adornos. Los Z a n z m t c s l l e v c s e o b r c m , o o l a y poncho, no h s l o s t o r e r o s , A n t i g x m c n t e , l o s soabroros e r a n p;qu&os, con abundcntcscdornos de om y p l a t a y con d a s anchas k j i d a s $ e h i l o s d e l i n d o s c o l o r v s , o o e i como l o s sombrcms de 10s melicanos. A c t u a h c n t c . e s t o s s o m b r m s son p n n d c s , c a s i t o t a h c n t c dc c s p o n j ~ y con pocos idonios. Ln c o l a e s prolongncibn dc su p e l u c a quc s o ~ u s p m d edo un g o m que s o ponen en l a cabcza, a n t c ~ d e l sombrero. Para e1 c u e l l o , u e a a un pGR u d o mande. coniuntmnentc con un p o n c h i b , p m l i . i a m n i t c adornodo de h i l o s dorados, o s 5 e j o s y o a s c ~ b c l e s ; La c d s o , dc1;cr l l e v a r a d o r n e oomo bombachos en l a s mangas. E l ~ a n t n l 6 n ,con muchos adornos s l m i l a r e s , e s t h B U ~ C ~pO o r un chumpi l a b r a d o , p en l a s bocas dc l o s p i o s t a n t c l a s b l a n c a s d i b u j a d a s d c M l o s . Do Lo c i n t u r a , pende rmn t e l a triangular qpe cubre todo cl sec-tor d e l c i e r r c d c l pantaln, t m b i b n 2 domado aon e s p e j o s e b i l o s dorados. Los danzantes son i n s u a t i t u b l c s eil l a F i c s t a d c l Agua, porque s u r d a c i b n con c l l o e s nuy cstrccha. Faltando dos d i a s pcra l a cclcbo i 6 n azlsnym bailando dcntm d e l I&ualmentc, a dos o t r e s d a s d e l d a p r i n c i p a l , d e j a n s u s t l j c r c s a 12s o r i U a s d ~ s. u s s i t i o s d sayo, p r m quc aumenten en sonoridad y briillo. I Ant2a do s a l i r l o p l n z z , pagan a l a nudre n n t u r d - s z a en un Utupowo p i n a 1 1 0 d e madera o b a r r o , t o ~ ~ colmado t c de ''a0hitau y %ostczun. Cada p a n i t o s i n b o l i z a l a p r o t c c c i b n p o r un d o . Anteriormcnto, diccn, ruuchos d'mzantcs conversaban con l e s s i r m a s y r e c i b i . ~d l r s c t r m m t a su3 lcccioncs. Todos l o s danzmites tiencil lnia ley fundamcnW o i n v i o l a b l c , q u c GB d. r c a p a t o d e n m r n mayor y v i c e v e r s a . S i un menor f c i t c r e 3 o t l o mayor, eciM p a r o l a p e r d i c i o n d e i agresor, porque a l p s o b r c n a t u r s l lc o c u r r l r irremedioblemento. E L d a 22 d e agosto, sal6rfm a l a p l a z a a l n s d i e z d c l a rochc, c n l o e e t c c i b n danoiainnda do l n w A n t i d p a n dobiendo a n m e c e r ballrndo.

que s e cumplirn al amanecer d e l d i a de l a "Viepera".. A l a s doce d e l dfa c e n t r a l , 24 de agosto, c o n c u r r i r n a l a s "Ramadad'. que son l u g a r e s determinados que quedan h e r e de1 ~ u e b l o . ~ ~ % E l . s a c e r d o t e efecta l a Bendici6n d e l Agua en l o s Estanques de

trae e s t a c i o n e s de b a i l e , son e l "Albaf y e l "Huallpa W a b ~ " ,

tora", para e l s e c t o r de Negromayo y de 8V%impa", para e l s e c t o r or i e n t a l . l4s o menos a l a s t r e s de l a t a r d e , n f a P l a z a de Amas s e e s c e n i f i c a e l " h s a f f o " e n t r e l o s d i f e r e n t e s a t a j o s de danzantes, La primera a r t e de l a competencia s e d a en b a i l e , pasando Por l a 8 eetationea * < & ~ y o l l "CcahuanlI, , ItPat a r a " ~ 8 P h s a c a l l e " ,culunand. en l a "Pasta", en l a c u d e l danzante s a c a r a a r e l u c i r t o d a su bbil i d a d , aventando b a r r e t s con l o s d i e n t e s o bailando s o b r e e l a r p a y o t r a s acciones que son, 8realmen t e , c a s i s o b r e n a t u r a l e s , como t r a s as a r s e l a . lengua con una a g u j a grande y colgndose de e l l a e l vi01 n, 0 parndose sobre. l o s o j o s teniendo como m s t h s u s i i j e r a s , Finalmente, l o s ms d e c i d i d o s s e d e s a f i a r n a s u b i r l a t o r r e . Luego de p a r a r s e de cabeza en l a s c u a t r o esquinas de e l l a , aventarn una b o t e l l a l l e n a de a g u a r d i e n t e para probar su 6uerte. h i s e g u i d a , s e suspendern de un c a b l e que j a l a n l o s pobladores y bajarn haciendo d i v e r s a s maniobras, como q u i t a r s e l a ropa o t o c a r l a s t i j e r a s Y e l v i o l i n . Quedar como ganador, e l danzante que hayc: superado a 1 0 s Ot r o s en todas l a s p m e b a s y en e l b a i l e propiamente dicho. Concluida t o d a - e s t a s e r i e de b a i l e s y e j e r c i c i o s , y a a l anoche c e r , l o s Danzantes n c a b e z a r b l a "Caramuza", en l a que p a r t i c i a do si. pueblo en l a ,Fiaza p r i n c i p a l y en l a s c a i ~ e s d e l pueblo, Easta Xlegar. al domicilio de l o s "cargontes" o t1maiso8", donde m n t i n u a r e l festejo,

8.

PAGOS.0 ENTREGOS
4 s duefios de animales y de t e r r e n o s , a p a r t i r d e l d i a dos de agosto, h a s t a f i n e s d e l misma mes, debe.1 cumplir e l rito de "108 pagos O entregosM, qUe son o f r e n d a s a l a . "Mma Pac ha", p a r a que cons e r v e con bien su8 ropiedades, En caso de no curnplfrse con l o s pagos, l a 2 punas o l a s t i e r r a 8 s e ha r n pago por su cuenta matando o haciendo dasapnrecer a l o s animales Y no pro clanando r n a d e s e a b l e cosecha. Sn e l mes d s agosto, l a Mama ~ a c k a e s t a con hambre y m s e debe e s c a r b a r ni s a c a r n i ~01teaL' p i e d r a s , porque poci.ria r e c i b i r s e e l c a s t i g o a i r a d o de l a TXerra* La noche a n t e r i o r de l a p e s t a d e l PWJ, l o s maestros O *tPongos'l, d a beren s o l t a r e l tfSayme", preparado a oase de "misa sara", " c u t i sara", b c i e n s o , una docenii de h 3 j a s de coca k i n t o y e l p 0 l v i l l 0 r e s u h t a n t e de r e s p a r s e con un c u c h i l l o e s p e c i a l i?za s l r i e do p i e d r a s mar& n a s y conchas. Todo, e n v u e l t o en c s c a r a s de choclo s e quema en Una brasa* N o deber levanta,-39 ? l < m a r t t a n i debe hume r, l o c u d S e d a tmado como s e a l de mala s u e r t e . S i s t r a t a r a de hacer i a fgYerralt o n a r r a c i 6 n d s l ganado, t e n d r a que v e l a r s e toda l a noche a San M ~ r c o s , Es un r e t a b l o en e l que L'lguranimal1t o s , personas, e t c , Igualmente, d e l m d z mclido y de g r a s a S? cor,feccion&? pequeos m a l i t o s que representan a l a s vacas, l a s llamas, l a s a l p a c a s , l a s ov e j a s , ekc, Se hacen a n i a a l i t o s heabras y nachos y s e r e p c r t e e n t r e todos l o s a s l s t e n t e s , cuidando de proporcionar l e s hembras a 1 A 6 muj e r e s y l o s machos a l o s varonos, E h s e ~ u l d a , harn un c o r r a l i t o de A chu o "huayllafs semejando un c e r q u i i o quo t i e n e un8 a l t u r a a p r o d m a da de d i e z centi3etro.s. Luego de l a s l i b a c i o n e a de ri'gor con cbicha, encerrarhn l o s a n i m a l i t o s confeccio2ados en 51 c o r r a l o Para hacer e l entrego, s e encaminarn a l l u g a r determinado con 'ihuayl.lasvs en l o s sombrer.:.. y yintndot.e l a c a r a con maz molido Todoe rodearn l a p i e d r a qu- t a p a e l uentrsgol* d e l ao pasado, Y ~ U S go d e a c u l l i c a r l a coca, se q u i t a n e l sombrero y abrazan a l a p i e d r i L a duea ' t o c a r a un tamborcito e s p e c i a l entonaqdo canciones, mientraf .. que e l esposo y l o s vbrones d e s t a p a r & e l tuyo. .

A l q u i t a r s e l a p i e d r a , s e e n c o n t r a r a - d o e - paV@s d e Rape p c a y m s h u a que deben h a b e r y a r e b r o t a d o d u r a n t e 2 1 ao, S i e s t e proceso s e hub@ r a cumplido en forma impar, s e r a t e n i d o como s e a l d e mala s u e r t e . Se s a c a r posteriormente l a chicha, e l vino y e l aguardiente depodt a d o s e l d o a n t e r i o r , y t o d o s tomarn u n poco, porque e s r e n e d i o p a r a l a salud. Despus d e l a v a r l o s h u a q u i t o s O f r a s c o s , s e renovar t o d o , l u e g o de i n c i e n s a r e l hoyo. f i n a l m e n t e , renen t o d o s l o s s o b r a t e s que quemar& l e j o s o a r r o j a r n al r f o , con l o que concluye e l x& t o d e c o i o c a c i 6 n d e I1entregos" o llpagos". E s t e hoyo que con l e n e e l "pagoti . r l a " M m e Pacha", no deb e r s e r tocado n i menos vi ado p o r n a d i e . En c a s o e s t o o c u r r i e r a , e l s u j e t o causar;te m o r i r a d e n t r o - d o d o s o t r e s d i a s , b o t a r l o s a n g r e p o r l a boca, y a que e s c a s t i g a d o y t r a g a d o p o r l a T i e r r a .

d'

M0 t r a s ado, cs t r a d i c i 0 3 a l l a c e l e b r a c i S n d e . l a F I e s t a de l a S e q u i a , heredada desde n u e s t r o s a n t e p a s a d o s . 2n e s t a f i e s t a , r e s a l t a e l j a r a n e r o ltMACCTA '!JJSUiu, b a i l o t i p i c o de c a r a c t e r cornpetitim, e n tire l o s B a r r i o s de Tuna y Pat'a p a r a q u i t a r s e a l a s "pasfias" d e l La r r i o c o n t r a r s o o zlvaio Antiguamente, e s t e b a i l e - s e i d i c i a b a , en c-1 : p a p d e ? -YkauhoU, (bolas h e c h a s de madera), que c o n s i s t i a en a r r c j a ~ i a sa pula> p U a e l r a s del s u e l o , con l a f i n a l i d a d de tumbar e. l o s l'Cri!.lcosll que e r a n U M a s p a c i e de e s t a c a s p d r a d a s a 50 6 60 m e t r o s cB 6 l s t u l c i a , ' con una separac i 6 n de un metzo e n t r e cada una e l l a s a E l ganador e:"a premiado con & n a b o t e l l a de n g u a r d i a n t e , Z s t e juego ss e s c e n i f i c a b a e l d i a c e n t r a l e escenificaba a e l a R e s t a , en l a P l a z a p r i n c i p a l , Ya er: l a noche, s e l Baile. Los l%acctas", a e b i a n poner l a msica <e arp3 y v i o l n , y l a s . l t p a s a a s l l , l a c h i c h a de jora. E l b a i l e s e r o c l i z a b a e media noche, b a jo a l u z clo 2s l r t e y do l a c e s t r a l i a e , y s o prolongaba h a s t a e l amanecer, Las pasijns y l o s mcrc t a s , -ucfan EUS ~ c e j o r e sv e s t i d o s . E l l w con bufanda b l a n c a y p n c h o c ; c o l o r d e lr',cu:',,c, 603:-ero de o v e j a d e l mismo c o l o r . E l b a i l e s e c a r a c t a i . l z a b s p o r s u aIiOuria y p o r s u c a r a c t e r de p u t a , El b a i l e e s g r u p a l . Y lor; v a r o n e s c o t p i t e n e n t r e d . W o e r a n a d a rcm que en e s t z a f i e s t a s oe 3 r o l u j e r a n e n f r e n t a m i e n t o s e n t r e l o s orupon r c p ~ e s o i i t n t i i ~de n caria ur.9 rie ' l o s b a r r i p s ; a r r e b a .t(mdose o defeudleno:, a l a s 61p;ici.as". P o t l k e r l o r r e n t e , s e e s t i l 6 que e l b a r r i o que g-ba i a .pelez, tenia I t i o b l i g s d n d e . o r g d z z r e l b a i l e e n e l ao vqniderq, E l p a s c a e l o s G a n , ha p o s t r a d o e s t a s celnb,-aciones y 8610 qued a e l r e c u e r d o y l a a o r a n z s d.e g y i p r e s l a hayaq vi%doe En o t r a s IQ c a l i d a d e s , como Puquia, t s b i S n Eon nsntaci-as e s t a s f i e s t a s . E l B a i l e d e l ItMacc:a TdsryIt, 5 c i l e v i i d : , qu9 e n t u s i z s n a 10s c o r a w n e s y r o s hace s e i ~ t i r mas id&.fif--cado6 cou todo l o ue e s n u e s t r o ; p e r o que p a r a o t r o s ya no t i s n i k n @ n s 4 r i t o n i v a l q a , 'y ms b i e n e s tomzdo como s i g n o UP r e t r a ~ i ;f. ~ :+e c c ~ . uu a i r e d e S u p e r f o r i d a d ?M les d a e l h a b e r conocido ,L)mnt v;al.ren y d e s p r e c i a n n u e s t r a s Coa t d a b r e s a n c e s t r d e s y tcds si ~ e g r d o:le n u e s t r o s antepasados. 20=0=020ro=:

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L a h r u j e r f a e n s i , s e h a r untando a l g u n a p r e n d a d e l a p e r s o n a - o i c t i a a con l a s a l i v a que e x p e l e e l sapo. T a m b i h , con un sapo c u a l q u i e r a , que 8d'=l campo, puede h a c e r s e m d e f l c i o , c o c i 4 n d o l o por e l &O con un h i l o n e &o, con u n a i n v o c a c i n o c o n j u r o , mencionarid'o e l nombre de l a persona a l a que se v a a dc3ar. NO podr meer o d e f e c a r . En l a b d s q u e b de &males u o b j e t o s p e r d i d o s , l o a YACQJ, u t i i i z e n l & l u g a r s i l e n c i o s o y coordFoando NAIPES o COCA. Tienden s u W i S A r t , e n a l a s c a r t a s d e l N a i p e , s e forma una e s t r a l l a de l a v d t a de CHOmA. Eeta . c o r r e r & par l o s v e r i c u e t o s s e a a l a d o s previamente, i n d i c a n d o con p r e d d 6 n e l d a t o anhelado. P a r a l a c u r a c i d n de l o s males, s e u t i l i z a d i v e r s i d a d de h i e r b a s n e d l c i n d e s ; E s t u d i a r l o s , e s ya m a t e i i a p v a o t r o a r t i c u l o .

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O7 JOPI QASAPI

Escriben :T e 6 f i l o Flores y R o g e i i o Ukndoza

8 8 deEn l a s p a r t e s a l t a s de n u e s t r o pueblo, s o b r o l o s 4,000 m.8,n.m. s a r r o l l a e n forma i n t e n s a una forma de v i d a , s o l i t a r i a , c a s i de e r d t a s , do l o s p a s t o r e s o c u i d a n t e s de l o s r e b a o s de auqu6nidos. y h e l a d a s . E l g r a n i z o cubre t o En o s t o s p a r a j e s , hay i n t e n s o f r i o , l l u ~ f a s t a l m e n t e l o s p a s t o s y l o s a n i m a l e s deben p a s a r dias e n t e r o s s i n cDner. E l p a s t o r , tampoco s a l e de su c h o z a por c u i d e s e l a V i s t a , d e l t e m i b l e SURUHPE, que o c a s i o n a l a p r d i d a t o t a l de l a v i s i b , y r e q u i e r e de un t r a t a e n t o adecuado p a r a s u c u r a c i b n , c o n s S s e e n t s ea l a a p l i c a c i b n de t o q u e s de l a mism a nevada en l o s ojos. E l mejor m d a n t e d e l hombre a q u i , e s e l perno. P a s a l o s dias, escUchaudO s o l a m e n t e e l s i l b i d o d e l v i e n t o e n e l i c h u , d e t r s dg s u s animales, s o b r e l o s p a j o n a l o s , t o c a d o de v e z e n cuando su'quena., E l p a s t o r , s a l e temprano d e s u choza, d e t r s B e s s u s llamas, &paca6 U ove r j r s , d e j a n d o abandonado s u r e f u g i o t o d o e l d a , h a s t a cuando 1 o s . a n m i e s r e t o r n a n a s u c o r r a l . Recien p r e p a r a s u f r u g d a l i m e n t o que comparte Con s u f i 4 1 compaero. E l i n d i o de l a puna u s a r o p a s g r u e s a s , comb: d o s p a n t a l o n e s de BAYEl'4,. chompa@ y c h a l e c o s t e j i d o s d e l a n a , sombrero de l a n a d e o t e j a , c i u l l o e1 mismo m a t e r i a l , o j o t e de c u e r o d e llama, m e d i a s y poncho-gruedo tambi6n de l a n a . E l p a s t o r de l a puna e s v i r i l y desde alli, con l a f u e r z a de s u homb r a , c o n t r i b u y e a l a c o n e t r u c c i b n de l a g r a n d e z a d e s u p a t r i a . Se r e l a c i o n a , t ~ b i 6 n ,con l o s a n i m a i e s que l o circundan. E l A C A ~ por , e j o n p l o , l e d i c e cantendo que a l g u i e n de s u f a m i l i a v a a l l e g a r ; 01PICA FLOR, e s e l nimo de a l g u i e n que v i e n e O e s t pasando por s u s e c t o r . Por l a s t a r d e s h a c e e l SAYME u o f r e n d a a l o s c e r r o s , l o mismo que l e h a c e PAGOS, con t r a g o y coca. P a r a l a ceremonia de l a YERRA o marcacidn do l o s auqu6nido8, d u r a n t e l a V i s p e r a a e V e l a a San Harcos, y hacen un SAYME a l o s c e r r o s . p o r s u p o e s t o que , p a r a e s t e a c t o , c o c c u r r e n d e l pueblo s u s f z m i l i e r e s y r e l a c i o n a d o s . 21 dfa d e l a Yema, c o l o c a n e n un l u g q r p r i n c i p a l e l c u a d r o de San Harcoe, y d i s p o n e n s o b r e una manta en e l s u e l o , t o d o s l o s e l e m e n t o s que van a ubil z ~ Luego, . agarran dos c a r n e r o s y d o s o v e j a s , y l o s c o l o c a n j u n t o s , mirand o (u E a t e , y l e c o r t a n l a e o r e j a s y la6 c o l a s , d e j a n d o l a eeconveniente. 1 a s a n g r e l a r e c i b e n e n d o s j a r r o s , quo dospu4e mezclan,con c h i c h a y tra

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y tOEan todoa, grandes y chicos, Dcs3;26s, qllem;zo las oreia.6 Z ' k ; c h l a s c o r t a d a s j u n t n d o l a s con 10s o t r o s elementos, p r e v i a z e n t e a h s t a d o s , &da m& da Una doceni 'de GXA QUI??TO, c o a l i a que s e hace e l S A ~ W , a que 5 Lcego, 69 F ~ c e d e 3 s Q E e l a r a t o v i t a n l a s enfermedades y l o s 'dos l o s a n i n a l e s . Concluida l a marcaci6n; s e hace p r o c i a o s o l t a r a l o s animalea d e l CC--ral. Para e s t o , e l hombre a g a r r a iin r a s o de t r a g o y L a mujer de c h i c h a , que var. r o c i a n d o , s o b r e l o s & . e d e s , conforme van s a l i e n d o . E n t o n a r ? , c m c i o n e s : "Tupa t u p a y c$neroy, t u p a t u p a borreday, Miguelitopa h i ~ a n a n , Migueli+opa g u s t a n s . Incapalla~c?J.lzY m o j a d a l p i , ~ n c a p a l l a n c d l a l iaguadapi, ccamcc.a nl6ach&-, i e i a sillcajtag jahuarichcah, :cc.amcca o a n a l l ~ , i n a s ~ a j rWr'xichcanqtli". t ~ Acto seguido, s e t a c e e l Whico-Chico". En d o s p l a t o s g r a n d a s 4' hondos s e pons t r a s 0 y c h i c h a , rnezcladoe con coc'n, que van toaando, p r i e e r o l o s dueflos y despues l o s acornpdantes, a c e r c n d o s e g a t e a z d o , a l a m3Jlera 6 s l o s nn$mdeer Finalmente, s e juntan t o d a s l a s o r e j a s c o r t a d z s Y l a s c0b.S Y s e p r e p a r a un SAPMI con e l l o c , o s e l o s a r r o j a a l r i o . E s t a m Q A s e r e a l i z a e n a g o s t o , t o d o el. mss. Se a l t e r n a n tambidn o t r a s c f l c i o n e s : "Nzqmaritachay, masmsritechay, Aceitun~~chsy s ,c e i t u n a s c h p y , janmi - ima s u a a j ~ i a c h a y , aguadall~ prgpachapi j o l l j e c h a l l a y g-oachapi, muYullara1, r u y r u y l l a r a j , cOojecillo s u t i r s j s e y l a s l ~ l l a i a , patronlleyqui, pn$ronallayqui,
SO

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Con l a a i e r t o de\lp. persona no t e r m i n a todo. M e r e e l cuerpo, p e r o e l 6 n i n o a l g r viviendo. Las almas s e a p a r e c e n cuando uno e s t S pensativo. Be t e ~ i d o l a o p o r t u n i d z d de cor.ver&r con una p e r s o n a que h a b i a r e s u c i t a d o e .ha r e f e r i d o quc cuando s o dcspubs de a l g u n a s h o r a s de haber muerto jr 61 m ' e n t i e r r a l o s c a d v e r e s , a l toque de l a s campanas, l a 6 almas s e van d i r e c t a n e n t e a l l a d o de Dios. Da dli, e s ' d e s t i n a d o a 13 g l o r i a 0 a l i n f i e r n o , O a l s i t i o limado CCOROFUNA LLAJTA. L+.s n i a m van e Dios por un cazino a n g o s t o , l a r g a y Con ouchas curv?.s, 1 1 cando s u s ~ l f o r j a s . Dios pesa 10s pecados e n u n a balanza. A l a perxona que :habia r e g r e s a d o , ( a q ~ i e n ya m e r e f e r i ) , Dios Pe habis. d i c h o : '?U20, a t i toda~ia no t e he hecho llzri?~-, s i n o quo v i v o ai f r e n t e de t u casa". Por e s o habia regresado y habla rcsucitz<o.
A C C C ~ O ~l l Ua : ~t a ,

l o s nusrtos ~ z a q t r a ' a j a r , D i c i n que pircari Una b r r r t o d a f a hocha, y cuando l o nirari dq da, :ra e s t d c r r u n b d c ? , Y n d pcoan 10s ? : a s . Si; a o p i , l a cocinan c r ? e l r s s i d u o de l a l e a que s e l l a m a UCAPA, ( c e n i z a ) , y como c a r n e , e s p l e a q t r a p o s . Nadie puede l l e g a r a e s e s i t i O q a h cuando l a l e y e n d a r e t i e r e que s i l l c g 6 un hoabre en busca de su mujer y c r v e r o a r o n ; c e r o l e . m j e r ya se kakia cc..s~&o con o t r o hoi-brs.

pus u . r e t o r n o , l a , m u j e r l e h a M a hecho . C a r g @ una c a j a , con l a i n d i c a c l b n deyqhe & l a a b r i e r a . p o r ningn motivo h a s t a que l l e g a r a a sri-caaa. A d a d -del. ceraino, l a c a j a antes'.li.viana, .se puco m Y meada, Y e l homhre s e d a t i 6 i n c a p a z de p r o s e g u i r su camin0 y.-ab.ri6 l a c a l a y 'air6. v o l 6 un. l i n d o p a j a r i t o , o s e a que e l rnino s e - r e g r e ~ 6 ,Y 8610 qued6 una c a l a v e r a en el cajn. Cuando f a l l e e e un varn, l a s cahpana'e d o b l d t r e s v e c e s , - p r q i i e 8610 t i e n e n tres"-&ptds; P a r a - l a s muleree,..+? canipanaa doblan d , e t e vacee, pof que e l l a s t i e n e n s i e t e nimas. E e n e a ' h l a e nimo *.$os hombres, n s colaje...

...

CI-IAWACI-IAM AN~A
po*.(r

' b a b a j o Qe : F r i m i t i v a F l o r e s Y ZaoeirJae ~ d c a r d

. .E4~ n d a m a r c a , se. mantieien a l g u n a s cogtumbree, como i a d e l ~ a t r i m o n l o


p a ,q+eren l i b r a r s e daj l a carEa que representan.. .
s .

f T $ A ~ ~ # ~ N T Los ~ w p a.d r e s inauoen a s u s h i j o s a a b r a z a r e l nuevo e'atsdo,.

E X , E B ~ M I U J O Y : Primero, 1.0s. p a d r e s d g r presunto n0pi0 buscan


y c i g a f p s p&a

ea l a persona i n d i ~ a d a " ~ u e s a b e s i s e 1 0 n s e g u i r la a c e p t s c i d n de 1,a n6dPia e 2

PONOOiqu$e,a

d e s t i n o d e l f u t u r o ' matrimonio. E l POWO, hace comprar t o c a , t r a g o c 0 g 1 d a . y -el. %quinte@" y p r e d e c i r , c u l de l a s muchachas p r o p u e s t a s e s l a que r e Q n e ' m e j o t e s c o n d i c i o n e s y si a c e p t a r . espu6s de prepqr,ar o t e n d e r l a Mesa, e l Pongo i r . leyendo, l coca : Luisam y , i a n . . ( L u i s a e s s u p a r e j a i d e a l 1. S i e l c i g d r c 0 p'rende & un costado,, e l s a b i o anuncia.: S,a%acham:'c a . 3 ~ . Anchachu j a r ? o r a c h i c a h u s ~ n ~ h i k .'v. . (Va a s e r d i f i c i l . NO s e a u e noti: e r r o j e n de su casa. r ) E l c o r t e j o , a i n embwgo s t i ~ ee a busca de l a f l u k t a i n d i c a d ~ ,ir s d r r a ir sal l e , deben e n c o n t r a r s e primero con. un hombre. ' S i l o hacen coa m a .mujer, & ! ten : Manan a t i s ~ c h u urjomuyta.. (No podremos s a c a r l a ) , l m a sefia, pero j& nata p r ~ i b a c h ~ c a m u s ~ ~ cM h iak n! d a c h a y t a a t i s p a j musujmanta,jshuaycnsun juk paj,... (Mala sefla; pero de t o d a s formas, probemos. S i no e e W e i b l e , t e n d r b moe que v o l v e r a ' c o n s u l t a r e. l a coca p a r a buecar o t r a novia). I n g r g e a d o s a l d o m i c i l i o do l a C ~ s t a , base de l i b a c i o n e a t r a t a n de conseguir l a S-eptacibn de l o s padres. Var. bien p r o q l s t o s de t r a g o , chica, etc.. S i s e Logrg e l . p r o p s i t o , s e r e v i e n t a = c o h e t e s d emgci6n, y l o s o y e n t e s de la c a l l e , d i c e n : ( H u a r d uyarun! (iACept6!.). Con e l ecompaaniento d e l a r p a y d e l v i o l f n q e l c o r t e j o . s e d i r i g e nuevamente a l a c a s a d e l novlo, l l e v b a o s e ycr a l a prenda. LQS p a d r e s . q u e e n t r e gar* a 'su N j a , s o l l o z a n e n t r e l i b a c i o n e s : Eliahuanchicta r a n t i r u c m c h k . . . E l grupo de acompaantes d e i . n c v i o , p'msid$doo, por e l padrino y la madrina, a t r a v i e s a n l a s c a l l e s s a l t a n d o , Wz&ndo s u s eombreroa- a l e s p a c i o , dando V o l t e r e t a s m e l s u e l o en s e a a l de jrbiIo, mientra% s e enton*: " R i c u y c u c ~ y , jahuayc,ucuy, p a n a n t i l l a n p d o m a t a, y a n a n t i l l a n torcaziita. Ruarm huahuayoj, a y t i i r i c u y , jari chu@yoJ ayiiiricuy. Palomaja j i h ~ a c h c i i s j Mostaza p d l a c h c a j t a ,

.,

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Sefiorllahuay p a d r i n o l l a y , Se5ora m a d r i n a l l a y , Lampachayqui a c e r o t a c h u , Atimunichu i c h a mana&u, Yanantillan palomato, Y@antiller! t o r c e z a t a . . . e t c . Los p a d r e s de l o s n o v i o s , 'dicen a l o s p a d r i n o s : Angel Seraf'iz a n a y d a r i f i a c a r i c h ~ n c h u , t a y t a p a d r i n o impiflallahu&ay& Apaycusun Alcaldiman, s e l o r curanan. Una veztaxla, mana c h a y j a , m a l consejocunam pierdechipuhuachhuan... (Que y a no padezca e l Angel S e r a f n . SeAor p a d r i n o , p r e o c J p e s e u s t e d y llev&noslos ai a l c a l d e y a l aeiior cura. Loe malos c o n s e j o s p o d r f a n h a c e r l o s I r a c a s a r . . . ) L o s p a d r i n o s . e c o n s e j + n a l o s c o n t r a y e n t e s s o b r e e l nuevo e s t a d o que van a a s u m i r , y deapubs l o a e n c i e r r a n con candado e n un c u a r t o . A e s t o s e l l a m a e l FfKJCHIY. Despues d e ' c e l e b r s d o e l matrimonio e n e l Municipio, l o s e s i s t e n t e a pasan a h a c e r o 1 JFUPUY. Tanto e l p a d r i n o cono la madrina dispnen do u n a a z a f a t e donde l o s c o n c u r r e n t e s d e p o s i t d d i n e r q , , , l o s hombres al dop s i t o d e l p a d r i n o y l a a mujeres, a l de l a rsedrina. T n - e t r i b u c i n de g r a t i t u d , l o s p a d r i n o s convidan una copa de l i c o r . Despuds de e f e c t u a d o e l c o n t e o d e l d i n g r o recaudado, e n t o t a l , s e r e p a r t e nuevamente e n t r e l o s a e i s t e n t e s , quienes d e h e r n r e t o r n a r l a suma r e c i b i d a ms u n pequeao i n t e r 6 s se@n s u v o l u n t a d , es:o e s s u HOACUYCHAN.

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A n t e s d e l a ceremonia d e l a CONACION o DOT7, l o s c o n t r a y e ~ t e sposan d r i t o d e l PERDONANACUY. E l p a d r i n o s o s t i e n e l a imagen d e un s a n t o , y poni6ndoso de r o d i l l a s a n t e 61, r s c i b e n l a p r e a e n t a c i d n de l o s nuevos f a m i l i p s o ayl l u , abrazndose., anbqa, h a c i a e l l a d o d e r e c h o y al l a d o i z q u i e r d o , besndg s e f i n a l m e n t e l a mano derecha. En. l a e s t a c i d n de l a Dot.0, e l s e o r - p a d r i n o l e v a n t a e l i n v e n t a r i o de toda^ 1 6 s c o s a s que l e s obsequian a l o s r e c i e n c a s a d o s , priffiero l o s p a d r e s y deupues t o d o s l o s [email protected]. E s t o s r e g a l o s c o n s i s t e n e n : c a s a s , c h a c r a s , animalas, n e n a j e o de c o c i n a , e t c .

f i n a l m e n t e , c a a i a l c u a r t o d.fa de l o s f e s t e j o s s e r e a l i z a e l MESA PASCAY, a s e a e l s a c a r l o s a d o r n o s da l a mesa que s i r v i 6 p a r a t o d a e l o s a c t o s con p r o h g i n de 1icor:Ya l o s Casados han quedado e x p e d i t o s p a r a ' i n i c i a r l i b r e m e n t e s u nueva vida.

En 1 9 8 i . l o s alumnos que r e a l i z a e s t e B o l e t i n , h r s a b a n e l C u a r t o ABo. durante e l ' d l t i t ~r i Por d i s p o s i c i 6 n de l a j e r a r q u i a a e s t r e d e l r e f e r i d o d o , pase a . 1 C o l e g i o N a c i o n a l , a desespeaarme Como P r o r e s o r d e L e t r a s . E n t r e o t r a s g r a t a s e x p e r i e n c i a s , formasos con e l l o = un f f C i r c u l o de L i t e r a t u r a " , coma un medio de c a n J i z a r n u e s t r a s i n q u i e t u d e s e i n i C i a t i v a s , una d s los c u a l e s fue, p r e c i s a m e n t e , e s t a p u b l i c a c i b n . Elegimos l o s c u d r o s d i r e c t i v o s y n o s l @ z a s o s a l n d i f i c i l t a r e a de acopiar material. E s m u y f c i l l a a a r R e v i s t a s , copiando o r t f c u l o s . de o t r a 8 o s t t r e s a c b d o l o s de l i b r o s . N o s o t r o s no q u i s i f f i o s que f u e r a a d . P r e t e n d i m o s e s t u d i a r c u e s t r q r e a l i d a d , p a r a c o s o c e r l a , e n t a n d e r l a Y q u e r e r l a mejor. E s t o n o s 1,levb t i e s p o . P a r d a l ~ e n t e , debiamos a g e n c i a r n o s de 10s mater i a l e s n e c e s a r i o s :m a t r i c e s , t l n t a , p a p e l , e t c . Cuando t o d o e s t a b a v e t o , e l t r b s j o de p i c a d o de e a t n c i l e s , diagrama c i n , e t c . , n o s e x i g i 6 un tiempo d e l que y a n o disponfamos, p u e s e s t t ~ mos cumpliendo l a s e v d u a c i c n e s de f i n de d o . I i u b i m o ~d e p o s t e r g a r 1 ~ . idea. E s t e d o , r e t o r n e a m i a n t i g u a c o l o c a c i d n con l a s e c r e t a e s p e r a n z a de que l o s e s t u d i a n t e s d e c i d i e r a n c o n t i n u ~ re s t e t r a b a j o . Conversamos un a a y c o i n c i d i m o s e n e l l o . Al.mismo tiempo, e l l o s pensarom qU.e yo deber f .~ c o n t i n u a r , a y ~ d n d o l o sen la s e l e c c i 6 n ' d e . a r t f c u l o s y con e l macag r a f i a d o . P o r s u p u e s t o que no m e negu. N o q u i e r o que e s t a n i a c t i t u d s e a i n t e r p r e t a d a como una i n t r o . m i s i 6 n - No l o e s . Jema ~ e n s 6en e l l c . L a pequoaa ayuda b r i n d a d a , s i g n i f i c a s o l a dente p r e s e n c i a , - y r l o dems muy r e d u c i d a - , e n una t c e a que h a h f ~ n o s i n i c i a d o j u n t o s . P a r a m i f e l i c i d a d , hoy veo c o n c r e t z a d a l a i d e ~ primera. E s b ~ s t n n t e . Huchas g r a c i a s : C a r l o s H e r r e r a Alfaro.

CJOLPES REALES
Soy un ave e r r a n t e y' ando buecaodo c l a r i d a d , n i d o ; e n t r e l a t i e r r a pagana y e n t r e e l c i e l o lejano. Dnde, puee, queda?.,, i%Wnde?!. YO 6610 h a l l o [Nada!, Impedido, d e l r o grande me caen 8610 pedradas,.. Dicen que s o y mala yerba, me g o l p e a mucho l a vida. Mundo c u e l que 6610 a l a b a y que 1 ama a s u egarradar

'Soy un r b o l t r i s t e y solo. Aves vienen a d e g r a r a e , y siempre a l z a n su Vuelo,. Siempre quedndome solo,..! IPero, s i q u i e r a padecer e a vivir.. .!

L A PASTORA
E l v i s n t o f i i o de l a puna c a n t o r a s i l b e melodies al son de l a s t o l a s ; l a P g s t o r a a l e g r e comparte a a o l a a s u mundo fne.st-o y d u l c e que adora.
E l s o l t e n u e d e l c i e l o que enamora, r e f l e j a y c o l o r e a 13s cumbres con amor...

La P a s t o r a t r i s t e gime ai: d o l o r a1 601, BU choza, a n i m a l e s que l l o r a .

P a s t o r a de a l b a s y ncnecerea, c a u t i v a de c e r r o s y a n i m a m e r e s e n t r a t u mansifn r d s t i s a y oscura. Bajo e l s o l y l a s e s t r e l l a s c b s ~ i c a s , s i e n p r o amars p u n a s : c r c e l de r o c a s , c a n t a n d o n o t a s dz s o l e d a d pura..

Andamarca, pueblo q u e r i d o , l n u n c a t e de jaremos u l t r a j a r ! . Durante t u hermosa h i s t o r i a amas a t u s adorados h i j o s , muchas v e c e s m a l t r a t a d o s . Arde e n t u corazdn l a a n t o r c h a r e v o l u c i o n a r i a de l a s u p e r a c i Q : c a n t a r s siempre v i c t o r i a a t u i n d e l e b l e Coiminidad...

Hermosas r u i n a s d e j a d a s pgr nuestros antepasados; F o r t a l e z a d i g n a de a d m i r a c i d n por todos s u s observadores, d e j a d a s hoy a l g r a n o l v i d o (por nuestras elegidas ~utoridades). Hoy campo de p a s t o r e o y de ..e.. l l e n a s de c h i c h i r i n c a s y loccas... A l 1 1 s o b r e v i v e n siempre e r a c t a e s u s hermosas c o r . s t r u c c i o n e s 'de p i e d r a s a p l a n a d a s , hermosas r e l i q u i a s o r g u l l o de n u e s t r o pueblo...

S610 e n m i s sueoa, veo t u s hermosos o j o s g r i s e s llamativos y dulces. Cuntas t r i s t e z a s , l a s t u y a s y l a s d a 6 , melodias y llantos... P e r f c c t a no e r e s . Los pasados o s c u r o s cafnlnos l o afirman... Y tti l o a f i r m a s l o c o r r e c t o que es. P a t a m i , no e s e x t r a e z a : t d l o v e s como e s . Las c o s a 3 l a s a f i r m a n l o s buenos, y l o s malos c a n t i s . 140. No comprendas cono 18s c o s a s que d i c e n l o s c i e r t o s . Afirman c o s a s i n d t i l e s l o s ms p l a g i a r i o s . Suefios son s u e o s de l o s e t r e v i d o s meros copiadores... n i alma s a b e l o que he Bido por t. Tu amor d o cs...!
'

PASTA

AL COI-IOLISMO u c n n

SOCIAL

b e t e n d e r e n f o c a r e l a l c o h ~ l i s me ~n n u e s t r o medio d e s d e un p u n t a d e v i s t a c i c n t f f i c o y t6c1iic0, c o n l l e v a r f a u n a r i g u r o s a j . n v e s t i g a c i 6 n do 18 p i d a 60 c i a l , c c o n 6 n i c a , c u l t u r a l y r e l i g i o s a d e l c a m p e d n a d o a n d a n a r q m o . Somera m e n t e , t r a t & d e e x p o n e r , a l e j n d o m e e n 10 p o s i b l e , de l a f c i l s u p e r f l c i a l i d a d 'cotidiana. E l d c o h o i i s s o e n t o d a s s u s f o r m a s , e s un g r a v e v i c i o d e , a hunanidad, de c o n s e c u a n c i a e f u n e s t a s , que a c a r r e a , i n c l u s o , l a muerte. E s l a a e n t a b l e de c i r que e n Andamarca, un g r a n p o r c e n t a j e d e l a masa c a m p e s i n a e s a q t a al a l c o l i o l . Consecuentamente, s u r e p e r c u s i 6 n e s . n e g a t i v a en las! v i v e n c + s de 1 3 p r o l e y e n e l d e s a r r o l l o i n t e g r a l d e n u e s t r o pueblo. Bigur~s~mecte no , ~ p o d r f a - s e a l a r l a s c a u s a s e x a c t a s de ; . a t a n e g i c i b n s o c i a l ; s i n e n b a r g o , sefalo l o s i g u i e n t e : El en f o r m d e t r a g o s e h a c o n v e r t i d o en e l e l e m e n t o i n s u s t i t u i b l a , y v i t a l 1 2 toda reunin o f i e s t a , l o que h a s t a c i e r t ~ punto e s " a t u r a l y g i c o , p e r o l o que no e s t b i e n , e s s u consumo e x c e s i v o y d e e c o n r r o l a d o . E l a r r a i g o de las *-estas y c o s t u p b r e s r e l i g i o s a s y ~ o c i a i e sqlio s o n numero s a e i que poco o nada han v a r i a d o 0 e v o l u c i o n a d o de l a forma cczo l a s c u l k z v a r o n n u e s t r o s a n c e s t r o s , Fuede s e i i d a r s e como Una d e l a e Causas. P o r o t r a . p a r t e , 13 c r e c i e n t e I n d u & r i a l l z a c i 6 n d e i a l c o h o l , d e l a c a a d e a;car, en s u a f n d e g e n e r a r d i v i s a s p a r a e l e r a r i o i:acional., ha hecho .que e s t e al 4 c a n c e d'e t o d o s l d s h o g a r e s , a p e s a r 'de s u a l t o c o s t o .

130 h j y f i e s t a o , r e u n i 6 n s o c i a l donde l a l i b a c i o n d e l a l c o h o l no d u r e menos d e t r e s d i a e . B a s t a l a m u e r t e de un r e c i n n a c i d o e s motivo p a r a que e l adamarquino s e entregue a l c o h o l , a d n cuando no t e n g a n d i n e r o . X e c u r r e n a l c o c i i i d a d a n o s con mayor c a p i t a l , a e f e c t u a r p r s t a m o s de m i l e s de s o l o s , c o n e l compromiso d e p a g a r con s u t r a b a j o e n e l c a m w , o e n d l t i n o d e l o s casos, hipotecando o vendiendo sug propiedades, a p r e c i o s i r r i s o r i o s , m u c h a s v e c e s , al a n t o j 0 . d e l o s prest&-:?s. E s d e c i r : e l m o r -a1 a l c o h o l e s t y a g e n e r a n d o una d e f i c i e n c i a a n t e l o s que t i e n e n ms.

L a i g n o i a c i a e n e l c o n o c i a i e 8 t o : d e l o s d e s a s t r o s o s e f e c t o s d e l a l c o h o l en e l o r g a n i s n o humano, e s o t r a ca.sa. E l G o b i e r n o , n u n c a h a l l e 7 a d o a cabo na seria c a n ~ d a pzra e r r a d i c a r e s t a v i c i o ; p r l o t a n t o , h i e r a de l o s e f e ~ t o s c a s e r o s , e l . c a n p e s l n o a n d a a a r q u i r i o d e s c o n o c e l o s e f e c t o s ne,patiu.os d e l a l c o h o l . I g n o r a que m a l o g r a o r g a n i s m o s c o s o : l o s r i f i o n e s , e l h i g a d o , e l C G r a z 6 n , e l c e r e b r o ; g e n e r a l a h i p e r t e n s i 6 n . l a s ( i l c e r a s , a t c . Por o t r o l a d o , a f e c t a grzndemente e l a s p e c t o s i q u i c o e I n t e l e c t u a l ; s e t o r n a n n e r J i o s o s , i r a s c i b l e s , etc.

Tambien s e puede c o n s i d e r a r comc f a c t o i c o n c u r r e n t e a l a a d i c c i 6 n a l a l c o h o l , l a f a l t a d e ~ c t i v i d a d e ',c~ u l t u r a l e s , d e p o r t i v a s y de r e c r c a c i 6 n , necesr i a s p a r a l a f o r m a r i S n i n t 6 g r s . l d e l hombre. X:1estr0 medio no c u e n t a con e c pe~t&culca que d i a t r a i g a n a l a masa. E s muy n o t o r i a t a m b i e n l a f o l k l r i c a c r e e n c i a d e i i c o r t a r " con e l t r e o l a c l e r a , La'd.ecepci6n m o r ? s a , e l d e s 8 2 r e , l o s fracasos en l o s negccics, e t c . L a o c i o s i d a d o d e s e m p l e o n o p o d r a c o n s i d e r a r s e como c a u s a d e l ' a L c o h o l i s n o e n n u e s t r o medio, p o r q u e e l andamarquino, p e s e a c o n t a r con e s t a c u a l i d a d n e g a t i v a , e s t com$robade que s u c a p a c i d a d d e - t r e b a j o y r e d s t e ~ c e is ~ sap e r i o r a l a s de l o s p o b l a 6 0 r e s de l c s p 3 b l o s w c i n o s . E s t a e s l a t i v a p o s i t i v a de e s t e p r o b l e m a s o c i a l CONSE~UF'NCIAS :La m i s e r i a , l a d e s n u t r i c i 6 n , l a promisouidad, e l l a t e n t e an a l f a b e t i s m o ; h i j o s t o r o e s ccri t r a u ~ a sy t a r a s , s o n a l g u n a s de 12s f ~ n e s t a s c o n s e c u e n c i a s d e l e x c e s i v o ,consumo d s l a l c o h o i e n n u e s t r o puebli>. Debo a c l g r e r que a l c 0 h 6 l l c o s c o n s u e t u d i n a r i o s no e x i s t e n mayormente, s a l v o e x c e p c i o nes* Lo q u e .& e f l r m o contu?'dentomonte, es que e l andaziarq3&no b e b e en e x c e '80, ms d e l o ' d e b i d o .

L a c a n t i d a d de a l c o h o l c o n s u n i d o y e l a 1 . 0 c o s t o d e l a m i s m a , h a c e que un h o g a r , l u e g o d e una "chupa", q u e d a e n I a ms a b s o l u t a n i s e r i a . Acabados s u ? r e c u r s o s , n o . e n c , u e n t r a n d i n e r o con q u comprar s u s a l i a e n t o s p a r a l o s h i j o s , v e s t i d o s , t i l e s e s c o l a r e s y o t r a s n e c e s i d a d e s ; dando l u g ~ r a que t . i 3 h i 2 c . s s e d s s n u t r a an m ~ ,y a que nornialmente n a c e n s e u d o a l i f f i e n t a d o s .

$0p,muehos 106 c a s o s en que l o s n i o s GD v i s t e n de h a r a p o s , z a p a t o s d s s t r o zadoe O d e s c a l z o s . Cad,a h o g a r andemarquino s e c a r a c t e r i z a por. l a g r a n c a n t i d a d . d e m a miembros ( h i ~ o s ) , a c a u s a de l o s ~ i a t r i m o n i o uprematuros. LO t r i s t e e c que l a mayorfa d e l o s n i i o s poseed c u o c i e n t e de i n t e l i g e n c i a b a j o ; p o r d i v e r s a s cau6as;per+?l&damentalmente a que c a s i t o d o s han s i d ~ procreados en c o n p l e t a ' + m b r i ~ g u o i d e ambos p a d r e s ; d e a h f e l r e n d i m l e n t o i n t e l o c t u a i y mor& de l o s ni:os e 6 d e f i c i e n t e . gLTERNATIVAS : S o l u c i o n e s d e f i n i t i v a s o i n m e d i a t a s , no podr6 e x p o n e r ; p e r o 6f a f i r m o qu9 l a s o l u c i n de t o d o s los problemas s o c i a l e s g i r a e n t o r n o do 1a.eco'nomia; por l o t a n t o e l c a p s i n o andamarquino y perhauo d e j a r d e s e r n l c o h b l i ~ ~a,n a l f a b e t o , marginado, s o j u z g a d o , depencliente, e t c . , cFando n u e s t r a p a t r i a c a g b i e SUS. e s t r u c t u r a e n forma r a d i c a l . E l d ~ o h ~ l i s r acomo o e s porqus e x i s t e d e s i g u a l d a d 6 0 c i a 1 , e c o r o l a r i o de l a p b r e z a en And&rta, conbmica, e x p l o t r i c i b n , i n j u s t i c i a , . p r i v i l e g i o . s , b u r o c r a c i a , , o l i g a r q u a , ent r e g u i s m o , marginacin, e t c . ~ i e n t r a s ,podemos d i s t r a e r n o s d i c i e n d o que el' s e c t o r E t u c a c i b n debe p r i o r i .zcr e n combatir. e l a l c o h o l i s n o , no s l o e d u c a n d 0 . y c o n c l e n t i z a n d o al alumno . s i n o atocendo al ' J u j e t o d c e s t e v i c i o , e u s p a d r e s , a d e n t r c d o s e en 1 ; c i r c u n s c r i p c i n de 10s h e c h o s y no l l a m a n d o ' s 6 1 0 a c h a r l a s c u l t u r a l e s e n -.. l a s e s c u e l a s , e n e l Concejo o i n s t i t u c i o n e s . Propender a que e l nifl'y e l -. p o b l e d o r desde s u s p r i n e r o s & c s , c u e n t e con s a n a s maneras d e d i s t r a e r s e y r e c r e a r s e , de mcdo que e l e g o c r e z c a ya e n a n ambiente un t a n t o a l e j a d o de l a promiscuidad. Combatir a q u i las ^ e s t a s d e c u a l q . u i s r l n d o l e ; s e r e d u z c a a su c f n i r a expresin, no .slo c u a n t i t a t i v a m e n t e . s i n o q u o ' d e e l l o s 6610 deben c o n s e r v a r s o SU m s t i c a , .- f o l k l o r e y s u mensaje...

- rS610 a l g u n o s pueder. & p r e n d e r de e s t o , somos 'Ilos dems''.


o

LCdno c o c i e n z a l a f a m i l i a ? Comienza.cuando un joven s e enamora de una c h i c a . E 2 h u m ~ re s una a f l r m a q t n , ua d e c l a r a c i n de l a s u p e r i o r i d a d d e l hombre a n t e t o d o 1Q que l e suceas. Un gob1err.o que d e s p o j a a Ronorato p a r a p a g a r l e a V a l e n t a , siempre p o d r c o n t a r con e l a w y o de V a l e n t i n . Los hombres murmuran menos que m u j e r e s , p e r o con c o n v e n c i miento de l o que Cicen.

C a s i t o d o s c r e e n que i m i t a r O Z o que e l c o r a z n s a b e h o y , E l mundo, por duro y t r i s t e !. e s - +: p r=:L.:y=:: anza, s, ., ;+ :::= :: :::E::=:,Ii:::,,:z:,::::z:,::::z:::i: ."................. ......... ........................ ..-... ._ .................. . . NUESTROS
. __._

>

Los hombres s e han c o n v e r t i d o en i n s t r u m e n t o s de s u s i n s t r u m e n , tos.


a l o s innovadores, e s Innovar.

e l c e r e b r o l o . e n t e n d e r mjana. que s e a , t o d a v a t i e n a s o n r i 6 p Y
_._

1
1
11.

:=:,:, : , , : : : z : : : : r : : i : i..... : : ..-.-.. : : . :...... ::-: : : : : a.....,..-. l i ; : : : ~ :.: : z ............. ..........-

'.~'~~.''~.''"~.~-'-~~ ........... ......- . ............................

TITULARZS

LOS dias 2i de a g o s t o d e , c a d a &o, a l a s 1 0 d e l a noche, a l - r e p i q u e d e DANZAQ' l a s cmpanas, i r r u m p e g a l l a r d o , v i g o r o s o , e s b e l t o , .FL T a n t a e n l a t l A n t i c i p a t l , como e n l a V i s p e r a " , e l "Alba" 0 e l "Ma", s u b a i l e . espectacular s i g u e un p a t r n que comprende las s i g u i e n t e s - e s t a c i o n e s : ENSAYO-EN~ADA ; TUSUDA; JAWAN ; ENSAYO; TAHUAW; PATARA ; PRUEBA WALLPA W A C C A Y EPJAEIANGUINO PASTA LAZO ( s u b i d a a . l a t o r r e ) Y KARAXUZA 0 DESPACHO. Arites, tambi6n1oe b d i a b a l a AGOIUA O CYUCCK[lNQUI, t a l COC O , m a g i s t r a l m e n t e , l o r e g i s t r a r a Arguedas e n s u " U o n f a d e Rasu fliti" Cada uno dz 10s b i a s , v a r i a s o l a m e n t e , l a t o n a l i d a d da l a m d d c a . N o s o t r o s , h e ~ o oq u e r i d o e v o c a r e s t o s p s s o s , e n l o s t i t u l a r e s de c a d a : na de 1 ~ ss e c c i o n e s de e s t a R s 7 i s t a .

..

Pt U B A
ILi IlXA, Atawallpa, iIpnku Kapsq odiaban a nustro dios. ItI 1 1 U er a h . o d e A b w a l l p a , p a d r e , y d c Xanku F;a$aq,lo m d r s &mo p u ~ d e eez m a podcmso que yo?". ' h t o n c c s fiI Iim amarr ai s31, P o r e s o n l f i a b u n d a los animalos, como l a s vacas; l a s a l p a c n s , l a s l l a m a s , l e s o - m j a s y tambin l a s v i c u a s . m l a s p u n a d e W1catapam.p e d o m e a m a d al s o l , h i e r v e el ixap, Le chicha y al vino. LUs 0012 r o s BOLd e l s i t i o d e Quilcatapmnpa.

i rI?Lt ara padre. Asf l l e g d a l pueblo d e Apu. mcmntr al d W o d e l ' pueblo y l e p m p u s o a RL TDka, P c m , a n t e s c o n s t d un p u p i t c en t r c e noches en e . i s i U o d e I;c(ppmayo con t o d a s l a s p i e d r a s . nCon UBdes vamos a c o n e t n i i r al p u e n t e u , d i j o . y empezaron l o s t r a b a joe. 0x1~a o KZ IlXA hnbl, p o r si m i m a s l a s p i e d r a s s e f u e m n o r d a a n d o .
e-

Kf 1133 conetrug6 c o n pLedra p u r a eri l a puna i c OUkfonta. ~ a b i e mna$Nlldo l o a c;miinoa do l o a i n c a s q u e vedan desdo fusanp h a s t a cl C u c o . Cuan& iii IlXA mandaba, e l sol obedeca. RI Huam;n,na, tambin Ri ii;l;A m a r d al s o l . U IIXA q u e d a c o n s t d r l a c i u d a d d e Lima c r i l a l l c n u r a de W l c a dri. m j 6 una b a r r e t a y pas6 p o r el costa60 de Qdlcatapampa. So f u e n m6e a l l h , a i n k a p a l l e n o a . RT IIXA h a b l : 'Zima no podr6 a l c a n z a r e c s pequeaf1. DI e l s i t i o do Orjohunsi se c s t cooinando Quilca-Gapnmpa, cl t x a p , l a c h i c h a y e l vFno, L o s c c n t i l e s o r a n l o s hombres d e iii I I T d , Amarrarun a l a cuLebra: e E e t a e s n u o a t r o s a n t o t * , riecian l o s p n t i l c s . p o s e a n animales p i & y l g res: l o s y u t u ~ s u s g a l l i n a s , l o s z o r r o s e r m s u s p c m s , l o s &S eran s u s cerdos, l o s puku pukuoha e r a n s u s ~ ; d o m i t a s ,l o s l e o n e s exun sua g a t o s . Cuondo v i d a el gentil, cuando v i d a e l R i I l a , e l ha* y las p i e d r a s f u e r o n d e o m , l a o l l a y l a s p i e d r a s pue u t i l i z a r o n p a r a c a e nor tambin f i e m n de oro. Ahora, t o d o c m e s t a escondiclo. R i U n , h a b a escuchado que d i o s l o s i b a a cnsti,oar. &tonces, e n p c z s mn a esconder s u 3 p m t c r i e n c i a s , E l & u , t m b i n l a ~ s c o n d i c m n . Slado cn 10s entrafas d e l o s c c m s , b a j o l a t i ? - ~ ade l a e l a p m s y l U n u r a s , 7 ahora n o s o t m s t e n a n o s q u e t r a b a j a r eri 12s minas, escarbando l o s t u n e l e s e n c o n 5 r a o s o quo.iU 11'-A escondi. -9si extrocmos l o a rlu c e a s . CLLEXI~OdtDs h a b d , s a l l e r o n d o s r i q u e z a s cono e l a r o y l a p l o r %o. L o s g c n t i i e s i w a m n s l n e cuevas d e l o s c e r r o s , p o m d i o s ;.on Mza s a a a r a todos. EnbncoS, no m.- clcmn, p u e s l o g r a r o n esconderse. P e m l o s d o s m-. l e s si que t e m i n a r o n con todo. Como no h a b a g e n t e s , d i o s t r a j o a l n n e@&oles, pero cono f a l t a b a n g c n t e s , d i o s pens. Las d i e n t e s d e c s t o s h o m b r c s s e r i a n do a c e m y s u s m a s tambin d e a a e r o . P e m e l c h i w a k u h a b l a s , minti ;laido : %os d i e n t e s d c l o s hom*b r e a s e r n d e almidn, s u n a r i z y s u s uas, de c s c a r a s d e papaff...

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" 1 analfabetismo no e s s i n o e l aspecto ms zparente, e l revelador Be 'una e s t r u c t u r a de opresin. En e s t e contexto, e l analfabe tismo y l a marginalidad son funcionales; p r m i t e n e l mantenimieg t o d e l stritu quo y de l o s privilegios. Pero si l a alfabetizacin de l o s m.arginales no puede pretender ser.. o t r a cosa que e l vehiculo de une. mayor cdificp.ci6n. .l a s c a l i f i c a c i o n e s y l a s iormaciones no s e r b s u f i c i e n t e s para 3 n t e g a r l o s en sociedades donds no hay enpleos pera a l l o s . NO pz diendose i n t e g r a r , quiz algn d i a busquen l i b e r - r s e . En e s t e m 2 mento, l a a l f a b e t i z a c i n s e c o n v e r t i r en coocientizacin y l a iuncionalidad p o l t i c a reemplazzr a 17 hincionelidad trabajo". (Albert Meister : Alphab6tisetion e t Dvela'ppement )

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LA MUJER V A L E R O S A
Recopilacin y Trpduccin :

ENEOINA-CHAET I T L - ,
Una mujer v i v a s o l a e n l n puna, as tan do s u s animales. Un homb r e s e l e p r e s e n t b uno de e s o s d a s , q u e r i e n d o c o m p r p r l e s u s a n i m a l e s . E l l o s o l a m e n t e l e v e n d i l a n a . E s e hombre e r a un l a d r n .que a l cabo d e a i p u n o s d a s r e g r e s s o l i c i t n d o l e c o m p r a r l e s u s znim&les, a l o que e l l a n o a c c e d i p e r o como y a s e h a b a o s c u r e c i d o s e qued a d e s c a n s a r . Coao h a b a t r d d o s u caballo, e l ladrn zgarr6 a l a fuerza a l a mujercita y s e l a l l e v c o n t r a s u v o l u n t a d . Se l e s a n o c h e c i e n e l c a n i n o y d e s c a n s a r o n e n u n a e s t m c i a . La mujer t e n i a s e d y q u e r a i r a b u s c a r agua. E l hombre no l a d e j a b a i r a n i n g n s i t i o , p a r l o que d e c i d i i r l mismo. La m u j e r c i t a , con h a b i l i d a d , h a b a hecho d g u n o s h u e c o s e n e l porongo e n e l que e l l a d r 6 n i b z a r e c o g e r agua, p o r l o que no p o d a l l e n a r l o y no s e daba c u e n t a de l a c a u s a l Aprovectando de l a demora, l a mujercita e n s i l l o e l c a b a l l o y huy a g a l o p e ; p e r o e l a n i m a l l a l l e v a l a c a v e r n a d ~ n d as e r e u n l e n muchos l a d r o n e s . En d i c h o l u g a r , e n c o n t r a muchas o t r a s m u j e r e s que e s t a b a n c o c i n a n d o ; p e r o ' t e n i a n l o s p i e s c o r t a d o s . E l l a s s e l a r e n t a r o n que h a y a v e n i d o l a mujer y l e i n d i c a r o n que h u y e r a porque l o s l a d r o n e s , a l d e s c u b r i r l a tp.nbin l o c o r t a r a n l o s p i e s . N u e s t r a h e r o n a n a ac e u t t a l s u g e r e n c i a ; p a r e l c o n t r n r l o a v e r i g u que l o s l a d r o n e s e r a n s e i s . Lrs p r e g u n t asimismo, s i h a b a a l g n veneno, a l o quc l e r c s p o n d i e r o n quo s i h a b a e n l a cueva. E n t o n c e s , e l l a l e s i n d i c que p r e p a r a s e n l a comida l i s t o para l o s ladrones, Y para espg echAndola e l veneno. E l a l m u e r z o r ~ r l o s ,e l l a s e o c u l t d e n t r o de una v a s i j a grande. L l e g e l p r i n c r l a d r n , p r e g u n t a n d o p o r s u s dems compaiieros. LAS p r i s i o n e r a s l e i n d i c a r o n que 6 1 e r a e l p r i a e r o e n l l e g a r . LOS &unrd6 un P O C O ; p r o f i n a l m e n t e l e s i n d i c que 1s s i r v i e r a n l a c o s i d a . C o d a y c c d a con g r a n s a t i s f a c c i n , h a s t a que qued t i e s o , musrto. Con g r a n p r a s t e m l n m u j e r c i t a sal- de s u e s c o n d i t e y a r f a s t r a e l c a d 3 e r h r c i a o t r o c o n p a r t k m i e n t o c o n t i g u o , dodde haba muchos c a d v e r e s de h o s b r e s que 10s f a s c i n e r o 80s h a b a n v i c t i m a d o . h c t o s e g u i d o o c u l t a e l c a b a l l o d e l n u c r t o Y v u e l v e a s u e s c o n b t e do l a v a s i j a g r a n d r .

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S u c e s i v a m e n t e , a s f u e t r a s l a d a n d o l o s c a d v e r e s de 10s l a d r u nos, h ~ s t a qu3 l l e g e l i r l t i m o , que e r a e l j e f e . P r e g u n t p o r s u s c 0 m ~ i n ches, y ~ R S m u j e r c i t a s l e r e s p o n d i e r o n que t o d a v a no h a b a n l l e g a d o . Un t a n t o d e s c o n f i a d o , fuo a , v e r e l d e p 6 s i t o d e c a d v e r e s ; p e r o no d e s c u b r i a 6 1 1 sCompaiieros, porque la m u j e r habia o c u l t a d o b i e n a l o s r e c i e n u l t i m a d o s Despus, s e puso a comer y t a m b i e n , s e f u s a l n o t r a v i d a . LA m u j e r c i t a , e n t o n c e s , t r a j o l o s c a b a l l o s , l o s e n s i l l y a n t e s d e emprend e r e l r e t o r n o A s u p u e b l o , y a t o d a s untas, a l e g r e s y f e l i c e s p o r V e r s o en l i b r e s de l o s l a d r o n e s , s e l l e v a r o n t o d o s l o s o b j e t o s r o b z d o s que h a b ~ 18 Cueva, donde, p o r c i e r t o , no f e l t a b a nada. H a b a aburidantr comida y z r t e f a c t o s . En e l camino, v i e r o n e l c a d v e r de o t r o hombre. E r a a q u l que h a b a q u e r i d o r o b a r a $ 2 mujer d e l c u a n t o , que tambi_n h a b z p e r e c i d o s i n elinentos.

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Todas, l l e g a r o n a s u s pueblos y v i v i e r o n f e l i c e s . Rabian s i d o s b e l l a s y s e l e a h a b a c o r t n d o 10s p i e s , p a r a r o b e d s s , porque e r a n l a s m que n o p u d i e r a n h u i r . A s i d i c e e l cueiito.


-Q-O-O,O-O-

(LOS s e n o s ) I~LUSA LUSA JATACBAHANTA, HUAJO PURO HUARCO~~SJCXCAN~~. 'IYANA NEGROERINCAYCX~~SPA, MIICHAYCANACUW~. (Lp.8 o l a s ) (2ecogi : Crispin T i t o )

LOS

AMANTE.S
JEscrlbe
t

Eduardo ~ e r r o c d
(m-

En un p u e b l i t o de n u e s t r a s e r r a n i a , un Maceta ( j o v e n ) , Y u n a P e M a ,

~ n t e e s t e heeho,el chacha), s e &bian q u e r i d o mucho y t u v i e r o n un h i j o . joven coeiunica a . s u padre s u d e s e o de c a s a r s e con l a amada. E l y d r e , s e opuso rotundamente a e s t n p e t i c i n ; l a muchacha no e r a de s u ' a g r a d o . A 1 no l o g r a r c o n v e n c e r a l p a d r e , e l joven d e c i d e hiiir a o t r o ~ u e b l o , de comn a c u e r d o con s u p a r e j a . Muy de madrugada s d e n de v i a j e ; p a r o estan_ d o Y R muy l e j o s , s e dan c u e n t a que n o l l e v a b a n nada p a r a comer. Como no p o d r i o n 1leg.-r a n i n g n s i t i o s i n a l i m e n t o s , e l joven d e c i d e r e g r e s a r a SU Casa, d e j a n d o a l a paefia c o n s u h i j o . De noche, a n t r a e . su casa, y c a l l o d i t o , i n g r e s a a l c u a r t o d e l a d e s p e n s a a s a c a r s d z y papas. E l p o d r e , a l e s c u c h a r r u i d o s e x t r a f i o s , coge un p a l o g r u e s o y g o i p e a e n l a c a b e z a al p r e s u n t o l a d r b n . E s t e , d a f u e r t e s g r i t o s y r e c i g n s e d a c u e n t a que o r a s u h i j o , al que t a n t o q u e r a ; p e r o y a e r a nuy t a r d e , p o r que e s t a b a a g o n l z ~ n d o . E n t r o t a n t o , l a p a s e a m a r d a b a e n c l misno d t i o e n que f a d e j a r a . A 1 manocer d e l d i a s i g u i e n t e , l l e g 6 h a s t a dondelestaba e l l a , e l naccta. No erp. 8 1 - s i n e m b s r g o : e r a s u alma. M c e : H a r a , he denorado porque me d u e l e mucho l a cabeza. S610 he t r d d o un poco de p i c a n t e y cancha.

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L a p a s a , que t e n i a mucha hambre, coml6 y p r o s i g u i e r o n e l v i a j e . A l a t n r d e c e r , l a casila i n d i c a al m a c c t o que y a no p o d a s e g u i r ms p r q u e s e e n c o n t r a b a muy c a n c a d a , y que d e b e r a n d e s c a n s a r en u n a e s t a n c i a c e r c a n a El joven, no a c e p t 6 l a i d e a . A n t e s b i e n , a c e p a r o n e n un c o r r e 1 derrumb: d o , donde no p u d i e r o n d o r m i r , porque e l h i j o l l o r a b a c o n s t a n t e m e n t e . A l amanecer, l a pasfia d e c i d e i r do t o d a s n a n e r a s a l a choza, EI p r e p a r z r d g n a l i m e n t o p a r e s u h i j o , quo y a d e s f e l i e c i a de hambre. E l n a c c t a , no q u e r i a d e j z r l a i r , p e r o a n t e t a n t a i n s s t e n c i a , t u v o que a c e p t a r . En l a ch z a , l a recibieron d o s chiquillas, que l e d i j e r o n : T T o n t a c h i c a , d&nda v a s c o n e s a alma?. LPorqu6 me d i c e n a s ? . -.TU m a c c t a , . h a s i d o muerto a y e r e n l a noche, e n e l pueblo... A l c O n o c e r . l a verdad, l a p a s a s e puso a l l o r a r oesconsoladament'e. L a s c h l q u i l l e s , l a c o n s o l a r o n . Despus, l e d i e r o n e s t e c o n s e j o : S i g u e t u camino. AL l l e g a r al r i o , t u maccta c o c e n z a r a l l o r a r y t e p e d i r que l e c a r g u e s en t u e s p a l d a . T l e h a r s c a s o , d n p r e g u n t r ? r l e r u d a ; p o r o d e j n r s n t u M j o . P r i m e r o h a r s p a s a r a 61. Volviendo p o r t u h i j a , t e v e n d r s c o r r i e h d o . De l o c o n t r a r i o , t e comer. La pasfia, r e g r e s a donde s u m a c c t a , y p r o s i g u e n e l v l a j e . A l l l e g e r a l r a e l maccta co.aenza a l l o r a r y l e p i d e que l o c a r g u e , t a l como l e d i j e r o n -1p.s c h i q u i l l a s . La pasfia, p r i m e r o h a c e p a s a r a l alma, y d e s p u e s s e reg.cg sa corrien'do con s u h i j o . .Pero, e l maccta, g r i t a b a : M a r a , no ne d e j e s sol^. Tu d i j i s t e que nunca n o s s e p a r a r i r n o s . N i l a m u J r t e n o s s e p a r a r , d i j i s t e , y a h o r a me.dejas... 2 s a misma noche, mientras e l h i j o e s t a b a d u r i i e n d o , e l alma coa16 a 13 p a s f i a ; porque e l l ~ h a b a j u r e d o a n t e un S a n t o nunca s e p a r a r s e de 91, por n i n g n motivo.

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A s i t e r m i n a l a h i s t o r l a . d e e s t o s d d s s o r e s que t a n t o s e h a b i e n &do.

(Mantel ) I~TAWAN CANTUNIUNTA JAPISCCA WPVLLAN ISPAJn. WJAC JATAilANTA WCA B A N D E ~ A JA\YAMUCHCAN~' (La lengua)' " R I N R I N , QUE3ANQUI't. (La A u e l l a ) "AUJALLAI BCTONLLAI SIUN ( C h a l wa-Trucha) "PACHAC B A H U I HA HITA'^ ( C r i b a o' J a q u i c h a ) "JANAYYIN N C H C A SENJACHA~~ ( L e T u n a ) (Rocop : C r i s p i n T i t o )

*Par: Carlos Berrera Alfaro, . P r o f e s o r de l a E s c u e l a No' 2 4 0 a

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l i m e s t o d o a n o s o t r o s j m t o a , m a e s t r o s d e l p u e b l o , r e a l i z a r e n o s con e l d e l uueblo". (C. h - c i n e t ) p y k b l o , e n l a l u c h a d e l pueblo. l a ~ s c u e i a . ,. .

m a

. . . Con e v i d e n t e desnimo y c a n s a n c i o , un p r o f e s o r s a l e d e S U a u l a y e x c l a : l l l E s t o e n o a p r e n d e n nada!". . . .

O t r p , e n un c o r r i l l o Be amigos, m o s t r a n d o . u n pequeo b o l e t f n e s c o l a r , come; t i iirdign'ido : " G a s t a r p a p e l y t i n t a p a r a p u b l i c a r ' ! ' ~ a t . u c h i ~ " c , uentitos Y leye, n.d i t .a s . . .,.Para qu s i r v e e s t o ? . Es n a b a r b a r i d a d ! " . . R.eklidadzs c o n c r e t a s como s t a y muchas ms, n o s o b l i g a n a p r e g u n t a r n o s :Qub e s t h a c i e n d o l a E s c u e l a ~ n d i n a ; qu e s t a m o s h a c i e n d o l o s m a e s t r o s d e A r e a s r u r a l e s con n u e s t r o s alumnos?. . . . . UN .POCO DE. HISTO3IA Nuestrp. nticin, e l P e r , l o e s , a p e n a s , d e s d e 1 6 0 aos. A n t e s , e s t u v i e r o n 10s e s p a o l e s p o r a q u ; p e r o ms a n t e s a6n, u n a g r a C u l t u r a flore'ca, d e ~ a r r o l l n d o s e a v a s a l l a d o r a c n un e x t e n s s i m o t e r r i t o r i o . Los e s t u d i o s . r e a l i z a d o s s o b r e e l l a s o n numerosos, e c u a l ms e n t e r a d o s , p e r o t o d o s a f i r m p n que h a b h alcanze.do l o g r o s y un n i v e l d e d e s a r r o l l o tal q u e , p o r e j e m p l o , s u organizacin ~ o c i z l h a s t a d o v i e n e d e s e a b l e e n e s t o s momentos,. en que l a m i - s e r i a y . e l hambre amenaz* cqn e x t c r m i n a r n o s . . ~ 6 cs~ i o c i n i e k t o s a d q u i r i d o s e n f o n c e e , a t r a d o d e s i g l q e d e d u r o ed .f r a n t a l c n t o con l a n a t u r a l e z a , a s o n h r a n a l mundo d e n u e g t r o s dias, do sat l i f c s y Viajes rpidos a l a luna, L o s o s p a i l o l e s , e x p o l l n n n u e s t r a s r i q u e z a s , d e s d e 1~descomunal e s t a f a 3 At a h u ' d p a con ' e l c u e n t o d e l B e s c a t e ; a r r m c a n con, v i e l e n c i a a l hombre . d e -. l o s b r a l o s de l a T i e r r a , ( s u Manz Pecha), y l o hunden e n l o s s o c a v o n e s do l a s n i n a s , p.?ra que e n a l t a mar, Dr&e y . s u s i g u a l e s , s e g a n e n t f t l l l o s n o b i l i ? . r i o s , l l e v n d o s e n u e s t r o 0r.o y n u e s t r a p l a t a h a c i a I n g l a t e r r a . Los s e f i o r e s Encoaenderoc, l l e n c o n e n d a d o s h de la s d v a c i 6 n de l a s a l m a s 'de l o s pobres n a t u r a l e s p a g a o s , s e e f i f u e r z a por i n c u S c a r l a R e l i g i n , p r o c o b r a n c a r o : e l t r a b a j o g r n t u i t o y dc' por v i d a d e l o s c a t e q u i z a n d o s , l o s tribtto~ y l a ~ososin - d e l a t i e r r a , cuy66 l m i t e s s o n , s o l a m e n t e , 10.5 d0n i n i o s de o t r o coa0 l:. .-Deberip_n,,l o s e s p a o l e s , ~ p r e n d a r , asimilar l o s c o n o c i m i e n t o s que pos e i a n l o s n a t i v o s ? . . . 'Deberfa, p o r e l ' c o n t r a r i o , d e s t r u i r s e h a s t a e l ms mnimo v e s t i g i o indfgehp.;. como l o , o r d e n a r a e l t r i s t e n e n t e c i e b -e Arecho? Los n i s l o n o r o o a p r e n d i e r o n quechua, v e r t i e r o n . e l C a t e c i s m o Y pro+@ a? . + r e c i e r o n ' l o s c n t i c o s r e l t g i o s o s , c o n let&. y t o n a l i d a d p:ropias. . . .A l o s : c o n q u i s t a d o r e s , . l e s r e s u l t a b a v i t a l h a c e r .creer. que r e s p e t a b a n l a s j o r ~ r q u i n sn a t i v a s ; p e r o pa.ra u n g i r l o s co.mo g o b e r n a n t e s , 10s p r e p a r a b m d ~ bidpmonte e n s u s ' W o l a g i o ' s d e Curacns". tC6ni0 s a l d r i a n Q s t o s do sus. & o s de aprendizaje?. Abofreciendo. t o d o l o p r o p i o y p a l d i c i o n d o no babor nac i d o e n Espaa?... . .. . . . .. . ~rn: ES LA ESCUELA ANDINA?

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Una ce(;n, g e n e r a l a e n t e 1.a ms grz.nde. d e l , p u e b l o , . a l a que, s i n embsr. g o , l e f a l t a la cocina. ~ n a ' c a s a , donde un g r u p o d e p r o f e s o r e s , l a m ~ 0 r f p de l o s ' c a l o s np t i e n e n f o r n a c i b n p r o f e s i o n a l e s p e c i f i c a , l e e n o r d e n s z a s recibidas d b ' l i n a , y iios o b l i g a n a a p r e n d e r l a 0 y r e p e t i r l a s , s a c c d o l r e de l i b r o s , c u y o s a a t o r e s ja+s han v e n i d o por. a q u y p o r e s o n o s p r u p o m n Ei j e a p l o ~con b a r c o a y t e l i z v i s i n n u n c a h e n o s v i s t o . L o s d i b a j i t o s d e s u s 1 ' _ 1 bro's n o s d i c e n que I1papA maneja. e l coche", cu&ndo n o s o t r o s s o l a m e n t e 19s. f a b r i c a m o s de c ~ j i t a s de f s f o r o s . L n ' e s c u e l a andina-, e s e l l u g a r a. que 0 b l i g a 5 ~ , m e n t et e n e n o s que i r , E ~ & I tras n u a s t r o s p a a r e s r e d o b l a n 6x6 trabajes p s r a c o n p r a r n o s ur.iforl;ies, Zapa t o s , buzos, cuadernos., e t c . Donde n u e s t r o p r o f c s o r . n o s h k b l a r un i d i o m a 7 que no entendemos, y n o s o b l i g a r a d i b u j a r e n e l c u a d e r n o s i a n o t i que,- X c ' i c ? - , r e p r e s e o t a n p a l a b r a s que e n n i n g u n a ~ i r c u n s t . a c i a hams.hablado.'

Donde- sgreir& de n u e s t r a s costumbre$, a v e r g o n d d o n o s Bi h a b l a m e n u e s t r o guecbua,cuando no p r o ~ b i 6 n d o n o s l o , - O n o s p r o p o n e l o s n u e - s t r q s W R ~ U C ~O ~ B entonamos n u e s t r o s huhynos, o b l i g n d o n o s a c a n t e r p o r e l c o n t r a r i o : Mambr s e fue a l a guerra. LQUE ESTAMOS HAC I~?HM?. Desde 1532, s e v i v o u n a r e a l i d a d f r ~ n c a m e n t ed e s t r u c t i v a p&Pa n u e s t r ~ c u l t u r a I n d g e n a . ( I n d g e n a s i g n i f i c a a q u e l l o que e s P r o p i o d e un lUS+U,por si a c a s o ) . N o s o t r o s c r e e n o s que e l l o n o d e b e s e g u i r a d . L a E s c u e l a no puede a s u n i r e l r o l d e ,108 ' l e x t o r c i n & i o r e s de i d o l n t r f a s " . Desde que n o c p r e s e n t a a o s a n t e l o s $urnaos, h a b i n d o n o s tomado l a a t r i b u t i n d e sd.eccionr?r qu6 c o s a n d e ben a p r o r i d e r , porque sabernos e s bueno . p a r a e l l o s , e s t m o s perpetre.ndo un3 n u e v a forma da i n v a s i n . " Y l a disciplina.. La b e n d i t a d i s c i p l i n a l . . " I S i l e n c i o ! Que n a d i e h, b l e ! IQue n a d i e s e nueva!!'. Y d e c i m o s que foruamos hombres l i b r e s . . ! LCdmo l i b r o ; ? LSojuzgndoloo l a s s e i s ' h o r a s que permanecen en l a E s c u e l a ? Rechazando t o d o l o que t i e n e n de p r o p i o , d e s p r e c i a n d o s a s c o s t u m b r e s , lgr. ,. r n n d o s u p r o p a c o n c e p c i 6 n d e l mundo?.

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L a r e s t i t u c i c de l a t i e r r a p a r e e l hlibre d e l Ande, t a l cano l o preco.. n i z a r a M a r i t e ~ u i , s i g n i f i c a s l o e s o ? La p r o p i e d a d de l a t i e r r n &-id?, -s i n v i d a , ! a la que no hay que o f r e c ~ r l e"pagosf' ~ ' e n t r e g o ~ " ? . . . O s e r e 1 .r e e n c u e n t r o amoroso de l a madre con e l h i j o , en un e s t r e c h o a b r a z o l l e n o d e m s t i c a , a l son d e s u s p r o p i n f i c a n c i o n e s , de s u s p r o p i o s v e r s o s y de sus p r o p l a a l ' g r i n a s ? . Leamos s i e m p r e a ~ r g u e d o s e l c a u d a l d e l a r t e y l a s a b i d u r i a d e un p u e b l o al que s e c o n s i d e r a b a d e g e n e r a d o , d e b i l i t a d o o "extrafio" e "impenct r a b l e " p e r o q u e , e n realidad,^ n o o r a s i n o l o que l l e g e a s e r un g r a n puqb l o , oprimido por e l d e s p r e c i o s o c i a l , l a doainaci6n p o l i t i c n y l a explot, c i 6 n econmica e n e l propio. s u e l o donde r e a l i z hazafias p o r l a s que l a h i ~ t o r i a l o c o n s i d a r 6 cono un gr...n p u e b l o : s e h a b i a c o n v e r t i d o e n une n - c i 6 n acorral.lada, d a l a d a p a r a s e r m e j o r y ms f c i l m e n t e a d i z i n i s t r a d a y s ~ b r i : la c u a l 6610 l o s a c o r r a l a d o r e s h a b l a b a n n i r n d o l a R distancia y con r e p u g Y e l camino g o t e n i a por qu Rer, n i e r a posible qu, n s n c i e o curicisidad... f u . ~ r anicamente e l que s e e x i g i a con i m p a r i o de v e n c e d o r e s c x p o l i a d o r c s , r s e a : que l a n a c i n v e n c i d a r e n u n c i e a SU alma, aunque n o s e a s i n o en 1 2 apL r i e n c i a , f o r a a l n e n t c , y tome l a de l o s v e n c e d o r e s , . ..'f

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T r a t e m o s de conocer l a r e a l i d a d e n l a que trabnjamos. Poro, nn l o h&g r;os s o l a m e n t e p o r f o r m u l i ~ n o , n i e x o t i s m o , n i f o l k l o r i s m o . Comprendemos l?. s i g n i f i c ~ . c i 6 n p r o f u n d a , e l mcnsajo d e s u s c o s t u m b r e s y s u s f o r n . 3 ~do v i d . No t r n t e m o s de v i o l o n t a r l a a . Recordemos, por e j e m p l o que on p u e b l o s p r e l l f a b e t i z a d o s , e l c o n o c i n i e n t o y e l s a b e r s e p i l n a c o n ~ ne n l o s a n c l a n o s p o r que &urird,m l a o x p c r i e n c i e y l a s a b i d u r i a d e l g r u p . "La e s c r i t u r z , on c.-:b i o , como s u c e d i n e n E g i p t o , t i e n d e e promovcr l a j e r ~ r q u f ad e l conocimie1 a u l a d n nuroc) t o , ms que l a j e r a r q u i ~d e l a edndtt.(David Riesman, e n " E s t i e m p o y a de que e l humb.re i n d i d e n c d 4 ; ~ .s u p a l a b r a . J u n t n c n o s , conversemos y aprendamos t o d o s , t a n b i e n l o ' q u n 6 1 snbe. No s e t r p t a tampoco d e 1 l e g r . r a l chauvinismo. Jams r e g r o s a r e r i o s r l I n c p r i o , . n l v c l v e r n Pachacritec, n i e l ~ j l l a h u a s i con s u s v r g e n e s puraG co.mc l a nieve. Mucho menos, pr5tendarnos l l e g a r a l r i d i c u l o , como a q u e l "Colega" que, en y, n ~ r e u n i n p d b l i c a , r o f l r i n d o s e a una i n t e r v e n c i 6 n mi^, e n l a que e x p u s e l e n e c e s i d a d d e , p o r l o cienos, r e s p o t i i r l a e s e n c i n d e l mundo i n d i g e n a , me e s p e t 6 , p o n t i f l c a n d o : .IY si t a n t o h a b l a de mnntener l o p r o p i o , p o r q u e s u p n d r e h a c r u z a d o s u s v a c a s con s e m e n t a l e x t r a n j e r o ? Porqu no si8utl t e n i e n d o e u s v a c a s " p r o p i a s m d e l l u g a r ? " . Como si Mema O c l l o h u b i e r a e n s c f i a d o tnmbien a o r d e n a r v a c a s O a- e l a b o r a r e l queeo de Andaarca...

N 0 s e t r a t e d e e s o . Se t r n t a d m p l e s e n t e d e que no &gamos c o n t r i b u y e n d o a f0,rmar hombres s i n p e r s o n c l i d a d p r o p i a , que deambulan r e ~ e n t i d o nm i r ~ n d op r m m e n t o m e n t e e l s u e l o p o r q u e l e s iivergenz;l e l s o l , o d i a n d o l o s c~ntos de l o s p a j s r i l l o s o e l s u s u r r o d e l o s v i e n t o s d e s'u p u e b l o y v i v o n con une e n f e r m i z a o b s e s i 6 n p o r t o d o l o o c c i d e n t d , porque, en nombre d e l -. Progreso l e s henos ensenado que e s superior. Queremos h o s b r e s que p i s e n f i r a e e n e l t e r r i t o r i o quc e s de e l l o s y que a l c n c p m i n p r s e a l a j e n o , l o hagan con s e g u r i d a d , s i e n d o c o n s c i c n t c : ~ d.? l o que t i e n e n y s e a n c a p a c e s y s u f i c i e n t e s p a r 2 ~ s i m i l s ra q u o l l o q u e e l l . 3 ~

mismas d e c i d a n l e a r e s u l t a bueno y v a l i o s o . Solamente la E s c u e l a c u m p l l r s u r o l t 1 l n t e g r a d o r , u n i f i c a d o r , e s t i q u l m t e de l c s ~ i r t u a l i d ~ t l e da e l a p o b l a c i n indgena1'. De l o c o n t r a r i o , se g u i r "dosempiando Una f u n c i n d i s g r e g n n t o Y depripiente, t a n t o p o r l o equL vocado de s u s ntodos y f i n e s como por s u r u t i n a r i s a o y b a j o n i v e l t 1 , como l o s e a a l a r n n u e s t r o Arguedes. S i e l joven andanarquino, d e s p u & s d 3 v i v i r , &oe en L i n a y e ~ r e ' n d e rb&l e e cxt.randeros, r e g r e s a a s u pueblo y p r e f i e r e c a s a r s e con s u s rito^ prop i o d a l son hermoso do "Blcuycucuy j a h u f l ~ ~ ~ uO y" de " C h i n a q o " , q u i e n e s somos n o s o t r o s , qu d e r e c h o d e i n o nos a s i s t e p a r a p r e t e n d r t o b l i g ~ r l o sa h e c e r l o con l a t1!4archa Nupcial", G b a i l a n d o e l "Danubio Azult'?... Es e e l o z l avance de l a c u l t u r a , e 1 p r d g r e s o , l a e r r e d i c a t i b n de l a ignorrnciaT,..>

Desde hace le& de p o s d o s , con l a c r e a c i n de l o s Orgnismoe Departanon ' t o l e 6 d-3. i % ~ r r 0 1 ~ 0 Andamarca , h i z o g e s t i o n e s a e f e c t o de que 60 1 G 361l;. .: nen p r e s u p u e s t o s e s p e c i f i c o s p a r a l a r e a l i z a c i n de o b r a s v i t a l c r s . Con s u e r t e , fueron c o n s i d e r ~ . d a sl a s s i g a i e n t e s o b r z s : S e c t o r Educacin: E s c u e l a 24073, E s c u e l a .de C h i r i c r ~3 E s c u e l a de Xuaccracca; SALUD,$onfit r u c c i n do un Centro. Cs s a u d ;,AGRICULTURA: I r r i g a c i n do Negro-%yo con l a d e r i v a c i n da l a s a g u a s d e l R o VLzca, hacia. la.Toma de Negro-+. yo, por e l s e c t o r de Chic'ahca; TRANSRXW2S :.Hejoramiento & l a c a r r o ' . e a Canllapan?a-Andamarca y r e h a b i l i t . ~ c i n d a l a v i a :.CanllapUPpa-Cceroztcillp?ja-hiquio. l a s o b r a s no con A l e n t r a r en f u n c i o n e s 13 COR.POSAGION DEPA~TAX.?NTAL, c l u d a s , l e fueron ~ x t r s g e d a s , con e s p e c i f i c a c i n d e l a v m c e , -r ORDEA. .Zn c u m p l i z i o n t o de s u s f u n c i o n e s , l a O f i c i n a Zon.11 No 3 de CORmR.ACIn, (CORDEA), d u r a n t e l o s p r i m e r o s meses d e e s t e ao, e s t a b l e c i 1 0 6 Con'Jeni03 p c r t i n ~ n t e s . con l c s d i f e r e n t n s Comitbs da,cada G.Ta. T m b i S 9 , Ge 2 r r e c i pagar a Pos j o r n p l e r o s y t r a b a j a d o r e s d s m*.no c a l i f i c a d a . La c a r r o t a r a , ha m e x o i d o t r a b a j o s dc mejoramiento, For e l s e c t o r , d b SR huaccocha. Algo s e h r hecho. Z l C c n t r o d e S a l u d , I n s x p l i c ~ b l e m e n t e , s o d e s t r u y en s u s c i m i e n t o s , p o r que a 1 s e o r j e f e d4 l a Zona1 ds h i q ~ i o ,c o l a agrad . e l plano o r i g i n a l hc.bie i n v i p d o e l Arca d e - & l u d ~ r o v i ~ c i a l . X . U ~ Oqus r e h n t e r e l . t r a b a j o con nuevos diseioc, ordenados por l a Zona1 de COI7DEA. e l a s f a l t a d o d:, t t s s ambiente's, p..En in ? s c u e l z 21,073, s e conclliy c s i coa0 c l e s t u c a d o dc 1 3 fachada P t t e r i o r d e l l t i m o pzbe116n. Zn C h k a h u a , t a m b i n =e r e h i z o e l t r a b a j o , por r d e n e s d e h i q u i o . ! Ahora, A RlES 3 NOVIi.:H2RE, s i n j n b a r g o , . ' l a s o b r a s cmprondidas no e s ArR q,u a e l p r e s u p u e s t o s e h a a 6 2 t h c o n c l u i d a s Y NC) SE P ~ ~ , ~ ~ V . T E R . I I Np t r f i o , sogn l o 3 - m i f i o s t a n l o s r e s p n c a b l ~ sd s su a d n i i ~ i s t r a c i n . iI cu'rnto da siempre. Un prqfiupuosto e s ? e c < f i c o , que s e ha dado FRrR pueblo t r d c i o n e l m e n t q o l v i d a d o , h a s i d 0 " g e s t ~ d o " irvert vertido^^ d L . \ c o n o c i ~ e n t o ' n ic o n t r o l de 10s Cornites e s p e c f i c o s . hora, no h a y plnt a . Porqu&, s i '11 E s t a d o .dispone una p a r t i d a p a r a una o b r a c o n c r o t n , no 1% e n t r e g a d i r c c t ~ n e n t e0 l o s Comits, ' a l o s c u a l e s s p o d r a , q s c % l i r a r pc?rnnn?ntcncnte, r 3 l pueblo?: Quin nn f i s c a l i z a d o a l o s funcf O n e r i o s d e h i q u i o en s u c gastos?... C h i r i c r e h a i n i c i a d o y h a c o n c l u i d o , c s t e nisrio, &o, Una qb& que s e d e s i n n p Y 0 de d.nbc consid;.rar cono n o n u n e n t a l ; y? que s e ha r e a l i - d o giln orgznicmo p b l i c o n i Cctncir. ds c i n & d i n o r o . Han l a b r a d o p a c i e n t e m e n t c , pero f r i o ~ m c n t eu n i d o s , sus p i a d r a s , una a &une, y han c o n s t t u f d o 1~t o r r c de . s u , I g l c s i a . A n t e l o s r e q u e r i n i o n t o s , Puquio ha r e s p o n d i d o que l o s p k e s u p u e s t o s DO han s i d o especficos, s i n o s o l a m n e r e f e r c n c i a l e c . Qu d g n i f i e z e s t o ? ' Que no he. hnbido p1,-.nificacin, que nc s e e a b i a cunto d i n e r o s e " n e c o 3 i P _ , ojemplo, l e preocupa e m p r e n d e r ' t ~ b r ,p e r a cada ob?~.?... A l a E ~ c I J ~ ~ por . U g i 4 n i c o s , & C U > D ~ O CF: n t r a s o b r a s , como l a c s n s t r u c c i n d e ~ o r v i c i o s s n l e o t i e n e p a r a h z c e r l o , o )'a s e ha g e s t a d o t o d a l a suma asignada?.. Y, A e s t o paco; e l C e n t r o d e Selitd oo va quede- a d ? , una v e z n ~ , ~ e l pueblo d e b e r p a a r todo l o - quo f c l t a ? . . . Las Autoridades distritdss, t i e n e n l a o b l i g a c i n CJ e x i g i r un s a v c r o y r c d i c a i e s c l ~ r e c i r a i e n t o .

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