Wacquant - de La Esclavitud Al Encarcelamiento Masivo
Wacquant - de La Esclavitud Al Encarcelamiento Masivo
Wacquant - de La Esclavitud Al Encarcelamiento Masivo
38
el que ste ha quedado unido a travs de una relacin concertada de simbiosis estructural y subrogacin funcional. Esto sugiere que la esclavitud y el encarcelamiento masivo estn genealgicamente ligados y que no se puede comprender ste sus tiempos, su composicin y su poco conflictiva aparicin, as como la ignorancia o aceptacin calladas de sus efectos nocivos sobre aquellos a quienes afecta sin volver sobre aquella como punto de partida histrico y equivalente funcional. Considerada sobre el teln de fondo de toda la trayectoria histrica de la dominacin racial en Estados Unidos (resumida en el Cuadro I), la desproporcionalidad creciente y manifiesta en el encarcelamiento que han padecido los afroamericanos durante las ltimas tres dcadas puede entenderse como resultado de las funciones extracriminolgicas con las que el sistema penitenciario ha venido a cargar a raz de la crisis del gueto y de la persistencia del estigma que sufren los descendientes de los esclavos en virtud de su pertenencia a un grupo privado constitutivamente de honra tnica (el Massehre de Max Weber).
CUADRO I Institucin Esclavitud (1619-1865) Jim Crow (Sur, 1865-1965) Gueto (Norte, 1915-1968) Hipergueto y crcel (1968) Las cuatro instituciones peculiares y su fundamento Forma de mano de obra Mano de obra fija no libre Mano de obra fija libre Mano de obra mvil libre Mano de obra excedente fija Ncleo de la economa De plantacin Agrario y extractivo De manufactura industrial segmentada De servicios postindustriales polarizados Tipo social dominante Esclavo Aparcero Trabajador de baja categora Destinatario de la asistencia social y delincuente
ARTCULOS
el que el autor juega cuando escribe en el texto dark ghetto) resulta ms evidente en el original ingls. [N. de la T.]
39
ARTCULOS
delincuencia contemporneo, as como del ao despus del cual los hombres afroamericanos empezaron a proveer la mayora de los ingresos en prisin para el pas en su conjunto **. En segundo lugar, mientras que la diferencia entre las tasas de detencin de blancos y negros se ha mantenido estable, con una oscilacin del porcentaje de negros entre los aos 1976 y 1992 entre el 29 y el 33 por 100 del total de detenidos por delitos contra la propiedad y entre el 44 y el 47 por 100 del de detenidos por delitos de violencia ***, el desequilibrio de encarcelamiento blancosnegros ha crecido rpidamente en el ltimo cuarto de siglo, saltando de 1 por cada 5 en 1985 a 1 por cada 8 hoy da. Esta tendencia resulta an ms sorprendente al darse en un perodo durante el cual un nmero significativo de afroamericanos ha ingresado en la polica, los tribunales y la administracin penitenciaria y ascendido desde los rangos inferiores de estas instituciones, y en el que las formas ms patentes de discriminacin racial que eran moneda comn en estos cuerpos hasta bien entrada la dcada de 1970 se han reducido en gran medida, si no erradicado por completo ****. Por ltimo, la probabilidad cumulativa a lo largo de una vida de cumplir condena [doing time] en una penitenciaria estatal o federal, basada en los ndices de encarcelacin de principios de la dcada de 1990, es de un 4 por 100 para la poblacin blanca, de un 16 por 100 para la poblacin latina y de un asombroso 29 por 100 para la poblacin negra *****. Dado el gradiente de clase del encarcelamiento, este porcentaje parece indicar que una mayora de afroamericanos de status (sub)proletario se enfrenta a una condena de uno o varios aos (y, en muchos casos, a varias condenas) en algn momento de su vida adulta, con todas los trastornos familiares, profesionales y legales que esto supone, incluido el recorte de derechos sociales y civiles y la prdida temporal o permanente del derecho a voto. A partir de 1997, en el mbito nacional, prcticamente uno de cada seis hombres negros estaba excluido de las urnas debido a una condena penal y ms de un quinto de ellos tena prohibido dar su voto en Alabama, Connecticut, Florida, Iowa, Mississippi, Nuevo Mxico, Texas, Washington y W yoming ******. Treinta y cinco escasos aos despus de que el movimiento por los Derechos Civiles consiguiera por fin el acceso efectivo de los afroamericanos a la cabina electoral, un largo siglo despus de la Abolicin, el sistema penal est retirando este derecho a travs de disposiciones legales de dudosa validez constitucional y que en muchos casos violan (en particular, en el de la privacin del derecho a voto de por vida) convenciones internacionales de derechos humanos ratificadas por Estados Unidos.
En los Estados Unidos, personas de origen britnico o norte-europeo. [N. de la T.] David ANDERSON, Crime and the Politics of Hysteria, Nueva York, 1995. Michael TONRY, Malign Neglect, Oxford, 1995, p. 64. Alfred BLUMSTEIN, Racial Disproportionality of US Prisons Revisited, University of Colorado Law Review, vol. 64, 1993, pp. 743-760; pero vase tambin la poderosa contraargumentacin que ofrece David COLE, No Equal Justice, Nueva York, 1999. ***** Thomas BONCZAR y Allen BECK, Lifetime Likelihood of Going to State or Federal Prison, Bureau of Justice Statistics Special Report, Washington, BJS, marzo de 1997, p. 1; para una anlisis Estado por Estado, vase Marc MAUER, Racial Disparities in Prison Getting Worse in the 1990s, Overcrowded Times 8, 1 (febrero de 1997), pp. 9-13. ****** John HAGAN y Ronit DINOWITZER, Collateral Consequences of Imprisonment for Children, Communities, and Prisoners, en Michael Tonry y Joan Petersilia, eds., Prisons, Chicago, 1999, pp. 121-162; y Jamie FELLNER y Marc MAUER, Losing the Vote: the Impact of Felony Disenfranchisement in the US, Washington, 1998.
40
* ** *** ****
No la delincuencia, sino la necesidad de apuntalar una divisin de castas que se estaba erosionando, as como de reforzar el rgimen emergente de trabajo asalariado desocializado al que la mayor parte de la poblacin negra se ve condenada en virtud de su falta de capital cultural comercializable y al que los ms desfavorecidos dentro de ella se resisten huyendo hacia la economa informal ilegal, constituye el principal mpetu tras la extraordinaria expansin del Estado penitenciario de Estados Unidos en la era poskeynesiana, tras su poltica de facto de accin carcelaria afirmativa hacia los afroamericanos3.
ARTCULOS
1. La esclavitud (1619-1865). La esclavitud es una institucin sumamente maleable y verstil que se puede utilizar para diversos propsitos, pero que en la versin americana de propiedad-en-persona estaba orientada a la provisin y al control de mano de obra5. Su introduccin en el siglo XVII en las regiones de Chesapeake, Atlntico Medio y Low Country de Estados Unidos sirvi para reclutar y regular la mano de obra no libre importada a la fuerza de frica y de las Antillas para que se ocupara de su economa de tabaco, arroz y agricultura mixta. (A los braceros europeos o indios nativos que trabajaban bajo coaccin a tiempo determinado [indentured labourers] no se les esclavizaba debido a su mayor capacidad de resistencia y porque su servidumbre hubiera obstaculizado la futura inmigracin, as como agotado rpidamente una oferta limitada de mano de obra.) Hacia finales del siglo XVIII, la esclavitud haba empezado a reproducirse a s misma y se haba extendido a la frtil medialuna del interior meridional que va desde Carolina del Sur hasta Louisiana, donde suministr una organizacin del trabajo sumamente rentable para la produccin de algodn y la base para una sociedad de plantacin caracterizada por una cultura, una poltica y una psicologa de tipo feudal6. Un subproducto imprevisto de la esclavizacin y deshumanizacin sistemticas de los africanos y de sus descendientes sobre suelo norteamericano fue la creacin de una lnea de casta racial que separaba lo que ms tarde pasara a calificarse de negros y blancos. Tal y como ha demostrado Barbara Fields, la ideologa estadounidense de la raza, como supuesta divisin biolgica sostenida por la aplicacin inflexible del principio de una gota [one-drop rule]7 junto al principio de hipoascendencia, cristaliz para resolver la contradiccin flagrante entre el cautiverio humano y la democracia8. La creencia religiosa y pseudocientfica en la diferencia racial reconciliaba la cruda realidad de la mano de obra no libre con una doctrina de la libertad que tena los derechos naturales como premisa, reduciendo al esclavo a la condicin de propiedad viva tres quintos de hombre segn las sagradas escrituras de la Constitucin. 2. Jim Crow (Estados sureos, 1865-1965). La divisin racial fue una consecuencia, no una condicin previa, de la esclavitud estadounidense, pero una vez que estuvo instituida, se deslig de su funcin inicial y adquiri una potencia social propia. La emancipacin cre pues un dilema doble para la sociedad blanca del sur: cmo asegurar de nuevo el trabajo de los antiguos esclavos, sin los cuales la economa de la regin se desplomara, y cmo sostener la distincin capital de status entre blancos
Seymour DRESCHER y Stanley ENGERMAN, A Historical Guide to World Slavery, Oxford, 1998. Gavin WRIGHT, The Political Economy of the Cotton South, Nueva York, 1978; Peter KOLCHIN, American Slavery: 1619-1877, Nueva York, 1993. 7 Viejo principio racista segn el cual bastaba una simple gota de sangre negra (o de cualquier otra minora racial) para ser considerado miembro de esa raza. [N. de la T.] 8 Barbara FIELDS, Slavery, Race and Ideology in the United States of America, NLR 1, 181 (mayo-junio de 1990).
6 5
ARTCULOS
42
y personas de color, es decir, la distancia social y simblica requerida para evitar el horror del amalgamamiento con un grupo considerado inferior, desarraigado y miserable. Despus de un prolongado interregno que dur hasta entrada la dcada de 1890, durante el cual la histeria blanca inicial dio paso a un relajamiento parcial, aunque contradictorio, de las constricciones etno-raciales, cuando finalmente se permiti a los negros votar, ocupar un cargo pblico e incluso mezclarse con los blancos hasta un punto en consonancia con el tipo de intimidad intergrupal promovida por la esclavitud, la solucin vino bajo la forma del rgimen de Jim Crow9. ste consista en un conjunto de cdigos sociales y legales que prescriban la completa separacin de las razas y restringan severamente las oportunidades de vida de los afroamericanos, al mismo tiempo que les ataban a los blancos dentro de una relacin de sumisin impregnante respaldada por la coaccin legal y por la violencia terrorista. Importado desde el norte, donde se haba experimentado dentro de las ciudades, este rgimen estipulaba que los negros viajaran en trenes y tranvas separados y tuvieran salas de espera separadas; que residieran en los barrios bajos de la ciudad oscura [darktown]10 y recibieran su educacin en colegios separados (en caso de recibir educacin alguna); que utilizaran centros de servicios separados y usaran sus propios baos y fuentes; que rezaran en iglesias separadas, se divirtieran en discotecas separadas y se sentaran en galeras de negros [nigger galleries] separadas en los teatros; que recibieran atencin mdica en hospitales separados y exclusivamente de personal de color; y que se les encarcelara en celdas separadas y enterrara en cementerios separados. Pero lo ms crucial de todo era el modo en el que las leyes se unan a las costumbres a la hora de condenar el crimen incalificable del matrimonio, la cohabitacin o el mero encuentro sexual entre razas a fin de sostener la ley suprema de autopreservacin de las razas y el mito de la superioridad blanca innata. A travs de la propiedad blanca continuada de la tierra y de la generalizacin de la aparcera y del peonaje como va de amortizacin de las deudas, el sistema de plantaciones se mantuvo prcticamente intacto, mientras los antiguos esclavos se convertan en un campesinado dependiente y desprovisto de propiedades, nominalmente libre pero atrapado por la pobreza, la ignorancia y la nueva servidumbre del arrendamiento de la tierra11. Al mismo tiempo que la aparcera ataba a la mano de obra afroamericana a la hacienda, un rgido cdigo de conducta aseguraba que
ARTCULOS
El trmino proviene de un nmero de canto y baile, Jumping Jim Crow [Jim Crow, el saltarn], representado por primera vez en 1828 por Thomas Dartmouth Rice, un actor popular itinerante considerado el padre del minstrel show en blanco y negro [el minstrel show es un espectculo donde los artistas, pintados de negro, cantan canciones, bailan danzas y tocan una msica aparentemente de origen negro; la palabra minstrel hace referencia a los juglares y bufones medievales (N. de la T.)]; vase C. Vann Woodward, Strange Career of Jim Crow, cit. 10 Vase nota 2. [N. de la T.] 11 Neil MCMILLEn, Dark Journey: Black Mississippians in the Age of Jim Crow, Urbana, 1990.
43
blancos y negros nunca interactuaran en un plano de igualdad, ni siquiera sobre la pista de atletismo ni sobre el ring de boxeo (un decreto-ley de Birmingham de 1930 ilegaliz el que blancos y negros jugaran juntos a las damas o al domin)12. Cada vez que se infringa, o incluso que se rozaba, la barrera racial [the colour line], se desataba un torrente de violencia bajo la forma de progromos peridicos, asaltos del Ku Klux Klan y de justicieros, flagelaciones pblicas, asesinatos tumultuarios y linchamientos, estando este tipo de homicidio de casta ritual concebido para mantener a los negros engredos [uppity niggers] en el lugar que se les haba asignado. Lo que hizo todo esto posible fue la rpida y casi total privacin del derecho a voto que sufrieron los negros, as como la aplicacin por parte de los tribunales del derecho negro [Negro law], que conceda a estos ltimos menos salvaguardas legales efectivas de las que haban disfrutado los esclavos anteriormente a fuerza de ser a un mismo tiempo propiedades y personas. 3. El gueto (Estados septentrionales, 1915-1968). La absoluta brutalidad de la opresin de casta en el Sur, el declive del cultivo del algodn a causa de las inundaciones y del gorgojo de cpsula y la apremiante escasez de mano de obra en las fbricas septentrionales provocada por el estallido de la Primera Guerra Mundial crearon el impulso para la emigracin en masse de los afroamericanos a los florecientes centros industriales del mediooeste y del noreste (alrededor de un milln quinientos mil partieron en 1910-1930, seguidos de otros tres millones en 1940-1960). Pero cuando los emigrantes desde el Mississippi hasta las Carolinas llegaban en tropel a las metrpolis del norte, lo que descubran all no era la tierra prometida de igualdad y plena ciudadana, sino otro sistema de cercamiento racial [racial enclosure], el gueto, que, pese a ser menos rgido y temible que aquel del que haban huido, no era menos atosigante y constrictivo. Con toda seguridad, tanto el mayor grado de libertad para ir y venir en lugares pblicos y para consumir en establecimientos comerciales normales, como la desaparicin de los humillantes letreros que indicaban que el lugar de los de color era por aqu y el de los blancos por all, como el nuevo acceso a las urnas y la renovada proteccin por parte de los tribunales, adems de la posibilidad de un cierto progreso econmico, y la ocasin de liberarse de la sumisin personal y del terror a la omnipresente violencia blanca, hacan la vida en el norte urbano incomparablemente preferible al peonaje continuado en el sur rural: era mejor ser una farola en Chicago que Presidente de Dixie, como bien se lo expresaran los emigrantes a Richard Wright. Pero los convenios restrictivos obligaron a los afroamericanos a congregarse en un cinturn
ARTCULOS
12 La asamblea legislativa de Mississippi lleg a proscribir la defensa de la igualdad social entre negros y blancos. Una ley de 1920 condenaba a una multa de quinientos dlares y a seis meses de crcel a todo aquel declarado culpable de imprimir, publicar o hacer circular argumentaciones a favor de la igualdad social o del matrimonio mixto: Neil MacMillen, Dark Journey, cit., pp. 8-9.
44
negro que rpidamente se sobrepobl, se vio infraatendido y empez a degradarse a causa de la delincuencia, las enfermedades y los procesos de ruina de los edificios, mientras que el techo laboral los confinaba a las ocupaciones ms peligrosas, peor pagadas y ms degradantes tanto en la industria como en el servicio personal. Por lo que se refiere a la igualdad social, entendida como posibilidad de hacerse miembros de las camarillas, iglesias y asociaciones de voluntariado de los blancos o de emparentarse con sus familias, qued firme y definitivamente negada13. Los negros se haban incorporado a la economa industrial fordista, a la que aportaron una fuente esencial de mano de obra abundante y barata dispuesta a surcar sus ciclos de expansin y recesin. Sin embargo, siguieron vindose bloqueados en una posicin precaria de marginalidad econmica estructural y consignados a un microcosmos apartado y dependiente, con sus correspondientes efectos de divisin del trabajo, estratificacin social y organismos de expresin colectiva y de representacin simblica internos y especficos: una ciudad dentro de la ciudad amarrada a un complexus de iglesias y prensa, negocios y prcticas profesionales y logias fraternales y asociaciones comunales negras que proporcionaban tanto un entorno en el que los estadounidenses negros imbuan [o podran imbuir] sus vidas de significado como un baluarte para proteger el Estados Unidos blanco del contacto social con los negros [Negroes]14. La hostilidad de casta sostenida desde fuera y una afinidad tnica renovada desde dentro convergieron para crear el gueto como tercer vehculo para extraer trabajo negro y, simultneamente, mantener a los cuerpos negros a una distancia segura, para provecho material y simblico de la sociedad blanca. La era del gueto como mecanismo sumo de dominacin etno-racial se haba inaugurado con las revueltas urbanas de 1917-1919 (en St. Louis Este, Chicago, Longview, Houston, etc.). Y se cerrara con una oleada de enfrentamientos, saqueos e incendios que sacudi cientos de ciudades estadounidenses de costa a costa, desde la sublevacin de Watts de 1965 hasta las revueltas de ira y dolor desencadenadas por el asesinato de Martin Luther King el verano de 1968. A decir verdad, hacia finales de la dcada de 1960, el gueto estaba a punto de volverse funcionalmente obsoleto o, para ser ms exactos, cada vez ms inadecuado para cumplir con la doble tarea histricamente confiada a las instituciones peculiares de Estados Unidos. Desde el punto de vista de la extraccin de trabajo, el cambio de una economa industrial urbana a una economa de servicios suburbana y la dualizacin aneja de la estructura ocupacional, junto con el fuerte aumento de la inmigracin de trabajadores desde Mxico, el Caribe y Asia, supusieron que amplios segmentos de la mano de obra
ARTCULOS
13 St. Clair DRAKE y Horace CAYTON, Black Metropolis: A Study of Negro Life in a Nothern City, Nueva York, 1962 [1945], vol. 1, pp. 112-128. 14 Ibid., vol. 2, p. XIV.
45
contenidos en los cinturones negros de las metrpolis septentrionales sencillamente ya no hicieran falta. Desde el punto de vista de la clausura etno-racial, la movilizacin de los afroamericanos durante varias dcadas contra el dominio de casta consigui finalmente, en la favorable coyuntura poltica de crisis desencadenada a raz de la guerra de Vietnam y del malestar social concomitante, obligar al Estado federal a desmantelar la maquinaria legal de exclusin de casta. Una vez garantizados el voto y los derechos civiles, los negros eran, por fin y a la postre, plenos ciudadanos que ya no toleraran las maniobras dirigidas a relegarlos al mundo separado e inferior del gueto15. Pero mientras que los blancos, en teora, aceptaban a regaadientes la integracin, en la prctica se esforzaban por mantener un abismo social y simblico insalvable con sus compatriotas de ascendencia africana. Abandonaron los colegios pblicos, rehuyeron el espacio pblico y escaparon a millones hacia las zonas residenciales de la periferia urbana para evitar mezclarse y conjurar el espectro de la igualdad social en la ciudad. Se volvieron luego contra el Estado de bienestar y contra aquellos programas sociales de los que ms dependa el progreso colectivo de los negros. Al contrario, dieron un apoyo entusiasta a las polticas de seguridad ciudadana que juraban reprimir con firmeza los desrdenes pblicos connaturalmente percibidos como amenazas raciales16. Tales polticas apuntaban a otra institucin especial ms, capaz de confinar y controlar si no a toda la comunidad afroamericana, por lo menos a sus miembros ms perturbadores, malfamados y peligrosos: la crcel.
ARTCULOS
ste era el significado de la Campaa por la Libertad de Martin Luther King del verano de 1966 en Chicago: pretenda aplicar al gueto las tcnicas de movilizacin colectiva y de desobediencia civil empleadas con xito en el ataque contra Jim Crow en el Sur con el objeto de poner de manifiesto y protestar contra la vida a la que los negros se vean condenados en las metrpolis septentrionales. La campaa para hacer de Chicago una ciudad abierta se vio rpidamente aplastada por la tremenda represin, que tuvo como punta de lanza a cuatro mil guardias nacionales. Stephen OAKES, Let the Trumpet Sound: A Life of Martin Luther King, Nueva York, 1982. 16 Thomas Byrne EDSALL y Mary EDSALL, Chain Reaction: The Impact of Race, Rights and Taxes on American Politics, Nueva York, 1991; Jill QUADAGNO, The Colour of Welfare: How Racism Undermined the War on Poverty, Oxford, 1994; Katherine BECKETT y Theodore SASSON, The Politics of Injustice, Thousand Oaks, 2000, pp. 49-74. 17 Hasta 1975, el nmero de reclusos de Estados Unidos haba venido disminuyendo a un ritmo constante durante cerca de dos dcadas, hasta alcanzar un suelo de 380.000 presos.
46
15
que las ciencias sociales no han conseguido desarrollar un concepto analtico slido del gueto; en cambio, se han contentado con adoptar la corriente conceptual populachera del discurso poltico y popular de cada poca. Esto ha causado mucha desorientacin, a medida que el gueto se ha ido combinando sucesivamente y confundiendo con el distrito segregado, el barrio tnico, el territorio de intensa pobreza o de degradacin de la vivienda e, incluso, en el perodo ms reciente, con el desarrollo del mito, ligado a determinada poltica, de la infraclase, mera acumulacin de las patologas urbanas y de las conductas antisociales18. Una sociologa comparativa e histrica de los barrios reservados a los judos en las ciudades de la Europa renacentista y de la Bronzeville estadounidense en las metrpolis fordistas del siglo XX19 revela que un gueto es, en esencia, un dispositivo socioespacial que, en un escenario urbano, permite a un grupo de status dominante condenar al ostracismo y explotar simultneamente a un grupo subordinado dotado de un capital simblico negativo, es decir, de una propiedad encarnada que se considera que vuelve el contacto degradante, en virtud de lo que Max Weber denomina juicio social negativo de la honra. Dicho de otro modo, constituye una relacin de control y clausura etno-racial construida a partir de cuatro elementos: (i) estigma; (ii) constriccin; (iii) reclusin territorial; y (iv) encajonamiento institucional. La formacin resultante es un espacio diferenciado, que contiene a una poblacin tnicamente homognea, la cual se encuentra obligada a desarrollar dentro de l un conjunto de instituciones interconectadas que copia la estructura organizativa de la sociedad ms amplia de la que este grupo ha sido expulsado y provee los andamiajes para la construccin de su estilo de vida y de sus estrategias sociales especficas. Este nexo institucional paralelo proporciona al grupo subordinado cierta proteccin, autonoma y dignidad, pero al precio de encerrarlo en una relacin de subordinacin y dependencia estructurales.
ARTCULOS
Los analistas ms destacados de la cuestin penal, de David Rothman a Michel Foucault y a Alfred Blumstein, predecan entonces unnimemente la marginalizacin inminente de la crcel como institucin de control social o, en el peor de los casos, la estabilizacin de la reclusin penal en un nivel histricamente moderado. Nadie previ el crecimiento desenfrenado que ha ido cuadruplicando la cifra de presos hasta llegar a ms de dos millones en 2000, aun cuando los niveles de delincuencia han permanecido estancados. 18 Vase mi Gutting the Ghetto para una recapitulacin histrica de los significados del gueto en la sociedad y en las ciencias sociales estadounidenses, que conduce a un diagnstico de la curiosa expurgacin de la raza de un concepto expresamente acuado para denotar un mecanismo de dominacin etno-racial, lo cual lo ata a los intereses cambiantes de las elites estatales con relacin al nexo entre pobreza y etnicidad en las metrpolis. Loc WACQUANT, Gutting the Ghetto, en Malcolm Cross y Robert Moore, eds., Globalization and the New City, Basingstoke, 2000. 19 Bronzeville (literalmente, villa del bronce) es un barrio afroamericano depauperado del South Side de Chicago, smbolo de la segregacin racial urbana en Estados Unidos (hasta tal punto que, en muchos textos, aparece como sinnimo de gueto). Gwendolyn Brooks, poetisa afroamericana que naci y se cri en l, lo inmortalizara en su primer libro, A Street in Bronzeville (1945). [N. de la T.]
47
El gueto, en suma, funciona como crcel etno-racial: enjaula a una categora deshonrada y restringe severamente las posibilidades de vida de sus miembros en apoyo de la monopolizacin de los bienes u oportunidades ideales y materiales por parte del grupo de status dominante que habita a sus alrededores20. Recuerden que los guetos de la Europa moderna estaban tpicamente delimitados por altos muros, con una o ms puertas que se cerraban con llave por la noche y a cuyo interior los judos tenan que regresar antes del anochecer so pena de un severo castigo, y que su permetro se vea sujeto a un control continuo por parte de autoridades exteriores21. Adviertan, a continuacin, las homologas estructurales y funcionales con la crcel conceptualizada como gueto judicial: una prisin o penitenciaria es, en realidad, un espacio en reserva que sirve para confinar a la fuerza a una poblacin legalmente denigrada y donde esta ltima desarrolla sus instituciones, su identidad mancillada y su cultura especficas. Est formada, pues, de los mismos cuatro componentes fundamentales estigma, coaccin, cercamiento fsico y paralelismo y aislamiento organizativo que componen un gueto, y concebida para cumplir fines semejantes. De un modo muy similar a como el gueto protege a los residentes de la ciudad de la contaminacin de las relaciones [intercourse] con los cuerpos infectos pero necesarios de un grupo marginado, a la manera de un condn urbano, tal y como lo expresara grficamente Richard Sennet en su descripcin del miedo al contacto en la Venecia del siglo XVI22, la crcel purifica el cuerpo social de la mancha eventual de aquellos de sus miembros que han cometido delitos, es decir, siguiendo a Durkheim, individuos que han violado la integridad sociomoral de la colectividad irrumpiendo en estados firmes y fuertes de la conciencia colectiva. Estudiosos de la sociedad reclusa, de Donald Clemmer y Gresham Sykes a James Jacobs y John Irwin, han observado una y otra vez cmo los encarcelados desarrollan sus propios roles de argot e intercambian sistemas y criterios normativos, ya sea como respuesta adaptativa ante los dolores de la encarcelacin o a travs de la importacin selectiva de valores de grupos de delincuentes y de clases bajas del exterior, de un modo muy semejante a como los residentes del gueto han elaborado o intensificado una subcultura diferenciada para hacer frente a su enclaustramiento socio-simblico23. Por lo que se refiere al segundo objetivo del gueto, facilitar la explotacin de la categora recluida, se trata de un punto clave del casa de correccin, antecesor histrico directo de la crcel contempornea, y que ha desempeado peridicamente un papel fundamental en la evolucin y funcionamiento de esta ltima24. Finalmente,
Max WEBER, Economy and Society, Berkeley, 1978, p. 935. Louis WIRTH, The Ghetto, Chicago, 1928. 22 Richard SENNET, Flesh and Stone: The Body and the City in Western Civilization, Nueva York, 1994. 23 St. Clair Drake y Horace Cayton, Black Metropolis, cit., vol. 2, p. XIII. 24 En su descripcin del Bridewell de Londres, de la Zuchthaus de Amsterdam y del Hpital gnral de Pars, Georg Rusche y Otto Kirschheimer demuestran que el principal propsito
21 20
ARTCULOS
48
tanto la crcel como el gueto constituyen estructuras de autoridad cargadas de una legitimidad inherentemente dudosa o problemtica, cuyo mantenimiento est asegurado por el recurso intermitente a la fuerza externa. As, pues, a finales de la dcada de 1970, cuando la violenta reaccin racial y de clase contra los avances democrticos conquistados por los movimientos sociales de la dcada precedente cogi pleno bro, la crcel volvi abruptamente al primer plano de la sociedad estadounidense y se present como solucin elemental y universal a todas las clases de problemas sociales. Entre estos problemas, destacaba la crisis del orden social en la inner city25, eufemismo acadmico y poltico para la incapacidad manifiesta del gueto oscuro para contener a una poblacin deshonrada y supernumeraria, en lo sucesivo considerada no slo desviada y perversa, sino realmente peligrosa, a la luz de las violentas revueltas urbanas de mediados de la dcada de 1960. Cuando los muros del gueto se sacudieron y amenazaron con venirse abajo, los muros de la crcel se extendieron, ampliaron y fortalecieron proporcionalmente, y la reclusin de diferenciacin, dirigida a mantener a un grupo aislado (significado etimolgico de segregare), gan primaca sobre la reclusin de seguridad y la reclusin de autoridad por emplear la distincin propuesta por el socilogo francs Claude Faugeron26. Pronto el gueto negro, convertido en un instrumento de exclusin desnuda a causa del cercenamiento concurrente del trabajo asalariado y de la proteccin social, y desestabilizado adems por la creciente penetracin del brazo penal del Estado, qued ntimamente unido a la prisin y al sistema penitenciario por una triple relacin de equivalencia funcional, homologa estructural y sincretismo cultural, de tal suerte que ahora stos constituyen un nico continuo carcelario que atrapa a una poblacin remanente de hombres (y, cada vez ms, mujeres) negros muy jvenes que circulan en circuito cerrado entre sus dos polos, en un ciclo autoperpetuador de marginalidad social y legal con consecuencias personales y sociales devastadoras27. Ahora bien, el sistema carcelario haba funcionado ya como institucin secundaria para la preservacin de la casta y para el control de la mano
ARTCULOS
de la casa de correccin era hacer socialmente til la fuerza de trabajo de las personas poco dispuestas obligndolas a trabajar bajo estricta supervisin, con la esperanza de que, una vez puestos en libertad, engrosaran voluntariamente el mercado laboral. Georg RUSCHE y Otto KIRSCHHEIMER, Punishment and Social Structure, Nueva York, 1939, p. 42; para la crcel contempornea, vase Pieter SPIERENBURG, The Prison Experience, New Brunswick, NJ, 1991. 25 Aunque inner city significa literalmente algo tan neutro como ciudad interior, debido al proceso de degradacin de los centros urbanos y de xodo de las clases medias a las periferias residenciales que se ha dado en todo Estados Unidos, se ha convertido en sinnimo de zona cntrica degradada y en calificativo del tipo de comunidades, formas de vida y actitudes que crecen en este tipo de reas urbanas. [N. de la T.] 26 Claude Faugeron, La drive pnale, Esprit 215 (octubre de 1995). 27 Una discusin ms completa de esta simbiosis mortfera entre el gueto y la crcel en la era pos derechos civiles viene proporcionada en mi Deadly Symbiosis, Punishment and Society 3, 1, pp. 95-134.
49
de obra en Estados Unidos durante la transicin previa entre el rgimen de dominacin racial pivotador alrededor de la esclavitud y el rgimen de Jim Crow impuesto en los Estados sureos. Al da siguiente de la Emancipacin, las crceles meridionales vieron como se llenaban de poblacin negra de la noche a la maana, cuando miles de ex esclavos fueron detenidos, juzgados y condenados por actos que antes se haba encargado de castigar slo el amo y por negarse a comportarse como siervos y a seguir las reglas degradantes del cdigo de conducta racial. Poco despus, los antiguos Estados confederados introdujeron el arrendamiento de presidiarios, en respuesta al pnico moral ante la delincuencia negra [Negro crime], que ofreca la doble ventaja de generar fondos ingentes para las arcas del Estados y de proveer abundante mano de obra coaccionada para labrar los campos, construir los diques, poner las vas ferroviarias, limpiar los pantanos y cavar en las minas de la regin en condiciones homicidas28. De hecho, los trabajos forzados, bajo la forma de arriendo de presidiarios y de su heredera, la cadena de presos [the chain gang], desempearon un papel principal en el progreso econmico del Nuevo Sur durante la Era progresista, al reconciliar la modernizacin con la continuacin de la dominacin racial29. Lo que hace que la intercesin racial del sistema carcelario sea diferente hoy en da es que, a diferencia de la esclavitud, Jim Crow y el gueto de mediados de siglo, sta no cumple una misin econmica positiva de reclutamiento y disciplinamiento de la mano de obra: sirve nicamente de depsito de las fracciones precarias y desproletarizadas de la clase obrera negra, ya sea porque no pueden encontrar empleo debido a una combinacin de dficits de habilidades, discriminacin patronal y competencia de los inmigrantes, o porque se niegan a someterse a la humillacin de un trabajo que carece de las mnimas condiciones en los sectores perifricos de la economa de servicios, sistema que los residentes de los guetos frecuentemente tachan de trabajos de esclavo. Pero, actualmente, existe una presin financiera e ideolgica cada vez mayor, as como un inters poltico renovado, para conseguir que se relajen las restricciones a los trabajos forzados con el objeto de (re)introducir el trabajo descualificado masivo para empresas privadas en el interior de las crceles estadounidenses: poner a trabajar a la mayora de los presos contribuira a rebajar la factura carcelaria del pas, as como a extender de manera efi-
ARTCULOS
sta no es una figura retrica: la tasa de mortalidad anual de los presidiarios alcanzaba, en la dcada de 1880, el 16 por 100 en el Estado de Mississippi, donde ni un solo presidiario arrendado lleg jams a vivir lo suficiente como para cumplir una condena de diez o ms aos. Cientos de nios negros, muchos de apenas seis aos de edad, fueron arrendados por el Estado a beneficio de propietarios de plantaciones, hombres de negocios y financieros para trabajar en condiciones que hasta a algunos sudistas patricios les resultaban vergonzosas y una mancha en nuestra hombra. Vase David OSHINSKY, Worse Than Slavery: Parchman Farm and the Ordeal of Jim Crow Justice, Nueva York, 1996, p. 45. 29 Alex LICHTENSTEIN, Twice the Work of Free Labour: The Political Economy of Convict Labour in the New South, Londres y Nueva York, 1999, p. 195.
50
28
caz a los pobres recluidos las exigencias del workfare 30 ahora impuestas a los pobres libres como requisito de la ciudadana31. La prxima dcada dir si la crcel sigue siendo un apndice del gueto oscuro o lo sustituye para montrselo por su cuenta y convertirse en la cuarta institucin peculiar de Estados Unidos.
ARTCULOS
Sistema introducido en la reforma del Estado del bienestar estadounidense de 1996 por el cual los beneficiarios de las ayudas sociales estn obligados a hacer determinado tipo de trabajo para acceder a estas ayudas. La idea de una asistencia social sin contraprestaciones como derecho social inalienable en casos de necesidad se ve reemplazada por una idea del ciudadano como contribuyente individual, susceptible de recibir ayudas pero siempre a cambio de trabajo. Algunos autores analizan la implantacin del workfare como introduccin de una nueva forma de esclavitud, al imponer un trabajo coaccionado a las capas ms desfavorecidas a cambio de unas ayudas cuyo importe no alcanza siquiera el salario mnimo interprofesional. [N. de la T.] 31 Vase mi Les Prisons de la misre, cit., pp. 71-94. El testimonio experto presentado a las Comisiones Internas sobre Poder Judicial y Delincuencia durante la discusin de la Prison Industries Reform Act [Ley de Reforma de las Industrias Penitenciarias] de 1998 ligaba explcitamente la reforma del Estado del bienestar a la necesidad de aumentar el trabajo recluso en beneficio del sector privado.
51
30
esquemas institucionales de la metrpolis industrial. Hasta tal punto que, tras las revueltas urbanas de la dcada de 1960, que en verdad fueron sublevaciones contra la interseccin de las subordinaciones de casta y de clase, urbano y negro se convirtieron casi en sinnimos, tanto en el diseo de las polticas a seguir como en el lenguaje cotidiano. Y la crisis de la ciudad pas a representar la contradiccin permanente entre el tenor individualista y competitivo de la vida americana, por un lado, y el apartamiento sostenido de los afroamericanos de ella, por otro32. En los albores de un nuevo siglo, depende de la cuarta institucin peculiar, nacida de la contigidad del hipergueto con el sistema carcelario, la remodelacin del significado y la importancia social de la raza de acuerdo con los dictados de la economa desregulada y del Estado poskeynesiano. Ahora bien, el aparato penal ha servido durante mucho tiempo de complemento de la dominacin etno-racial, ayudando a estabilizar un rgimen atacado o a tender un puente para salvar el lapso entre dos regmenes sucesivos: as, los Cdigos Negros [Black Codes] de la Reconstruccin sirvieron para mantener a la mano de obra afroamericana en su lugar tras la desaparicin de la esclavitud, mientras que la criminalizacin de las protestas por los derechos civiles en los Estados sureos durante la dcada de 1950 se proponan retrasar la agona de Jim Crow. Pero el papel de la institucin carcelaria hoy da es diferente, en el sentido de que sta, por primera vez en la historia estadounidense, se ha elevado al rango de mquina principal de construccin de la raza. Entre los mltiples efectos del ensamblaje de gueto y prisin para formar una malla carcelaria ampliada, quiz el ms importante sea la revivificacin prctica y la solidificacin oficial de esa asociacin secular de la negritud con la criminalidad y la violencia perversa. Junto con el retorno de mitologas estilo Lombroso sobre el atavismo de los delincuentes y la amplia difusin de metforas bestiales en el campo periodstico y poltico (donde las menciones de superdepredadores, manadas de lobos, animales y similares son frecuentes), el encarcelamiento masivo y sobredimensionado de los negros ha proporcionado una poderosa justificacin
ARTCULOS
32 Dos indicadores bastan para iluminar la condena permanente al ostracismo de los afroamericanos en la sociedad estadounidense. Por un lado, estos constituyen el nico grupo al que se ha hipersegregado, sometindolo a un aislamiento espacial que se ha desplazado a lo largo del siglo del macronivel del Estado y del condado al micronivel de la municipalidad y el barrio, con el objeto de minimizar los contactos con los blancos. Vase Douglas MASSEY y Nancy DENTON, American Apartheid, Cambridge, 1993; Douglas MASSEY y Zoltan HAJNAL, The Changing Geographic Structure of Black-White Segregation in the United States, Social Science Quaterly 76, 3 (septiembre de 1995), pp. 527-542. Por otro lado, se les sigue prohibiendo la exogamia hasta un punto desconocido para cualquier otra comunidad, pese al reciente crecimiento de las denominadas familias multirraciales, con menos de un 3 por 100 de mujeres negras en matrimonios mixtos frente a una mayora de mujeres hispanas y asiticas. Kim DA COSTA, Remaking the Colour Line: Social Bases and Implications of the Multiracial Movement, Berkeley, tesis de doctorado.
52
racional para emplear el color como poder de la peligrosidad33. En los ltimos aos, los tribunales han autorizado sistemticamente a la polica a utilizar la raza como seal negativa de riesgo incrementado de criminalidad y los estudiosos del derecho se han apresurado a respaldar este proceder considerndolo una adaptacin racional a la demografa del delito, puesta de relieve y confirmada, por as decirlo, por el incremento de los individuos negros entre la poblacin reclusa, pese a que semejante prctica suponga contradicciones graves desde el punto de vista del derecho constitucional. En todo el sistema penal urbano, en estos momentos, la frmula joven + negro + varn se identifica abiertamente con la causa probable que justifica la detencin, el interrogatorio, el cacheo y la reclusin de millones de varones afroamericanos cada ao. En la era de las polticas de seguridad ciudadana con objetivos racializados y de su adltere sociolgico, el encarcelamiento masivo con sesgo racial, la imagen pblica reinante del delincuente ya no es simplemente la de un monstruum un ser cuyos rasgos resultan inherentemente diferentes a los nuestros, sino la de un monstruo negro, en la medida en que los hombres afroamericanos jvenes de la inner city han pasado a personificar la mezcla explosiva de depravacin moral y violencia criminal. La fusin de negritud y delincuencia en la representacin colectiva y en la poltica gubernamental (con la fusin de negritud y asistencia social como otra cara de la ecuacin) reactiva, pues, la raza, dando una salida legtima a la expresin de inquina antinegra bajo la forma de vituperio pblico de delincuentes y presos. Tal y como seala el escritor John Edgar Wideman:
Resulta respetable emplumar a delincuentes, ser partidario de echar el candado de la celda y tirar la llave. No es racista estar contra la delincuencia, aunque el delincuente arquetpico que aparece en los medios de comunicacin y en la imaginacin pblica tenga casi siempre la cara de Willie Horton. Paulatinamente, urbano y gueto se han convertido en palabras en clave para lugares terribles donde slo residen los negros. La crcel se est viendo rpidamente relexificada de acuerdo con la misma pauta de segregacin34.
ARTCULOS
De hecho, cuando ser un hombre de color de una clase econmica y de un entorno determinados equivale para la opinin pblica a ser un delincuente, ser procesado por el sistema penal equivale a ser hecho negro, y cumplir condena [doing time] entre rejas es, al mismo tiempo, marcar la raza [marking race]35. Al asumir un papel central en el gobierno poskeynesiano de la raza y la pobreza en la encrucijada constituida por un mercado laboral desregu-
33 34 35
Randall KENNEDY, Race, Crime and the Law, Nueva York, 1997, pp. 136-167. John Edgar WIDEMAN, Doing Time, Marking Race, The Nation (30 de octubre de 1995). Ibid.
53
lado de bajos salarios y por un aparato renovado de welfare-workfare diseado para sostener el empleo temporal y los vestigios del gueto, el sistema carcelario hipertrofiado de Estados Unidos se ha convertido, por derecho propio, en un motor fundamental de la produccin simblica. No slo constituye la institucin preeminente de significacin e imposicin de la negritud, de un modo muy semejante a como lo fue la esclavitud durante los tres primeros siglos de la historia estadounidense. Exactamente igual que el cautiverio llevaba a efecto la muerte social de los cautivos africanos importados y de sus descendientes sobre suelo americano, el encarcelamiento masivo induce tambin la muerte civil de aquellos a quienes atrapa, expulsndoles del pacto social36. Los reclusos de hoy da son, pues, objeto de un triple movimiento de clausura exclusivista: (i) A los presos se les niega el acceso al capital cultural valorado: justo en el momento en el que los ttulos universitarios se estn convirtiendo en un prerrequisito para el empleo en el sector (semi)protegido del mercado laboral, se expulsa a los reclusos de la educacin superior, quitando el derecho a las Becas Pell [Pell Grant]37, primero, en 1988, a los procesados por delitos de drogas, luego, en 1992, a los presidiarios condenados a muerte o a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional y, para terminar, en 1994, a todos los presos estatales y federales restantes. Esta expulsin se vot en el Congreso con el nico propsito de acentuar la falla simblica entre delincuentes y ciudadanos observantes de la ley, pese a las pruebas abrumadoras de que los programas educativos en la prisin reducen drsticamente el ndice de reincidencia, as como contribuyen a mantener el orden en la crcel38. A los presos se les excluye sistemticamente de la redistribucin social y de las ayudas pblicas, en una poca en la que la inseguridad laboral vuelve el acceso a este tipo de programas ms vital que nunca para quienes habitan las regiones inferiores del espacio social. Hay leyes que niegan los subsidios de la seguridad social, la ayuda al ex combatiente y los bonos de subvencin alimentaria [food stamps] a cualquiera que haya estado detenido por ms de sesenta das. La Work Opportunity and Personal Responsibility Act [Ley sobre Oportunidad de Empleo y Responsabilidad
ARTCULOS
(ii)
Orlando PATTERSON, Slavery as Social Death, Cambridge, MA, 1982. La Federal Pell Grant, junto a la Federal Supplemental Educational Opportunity Grant [Beca Federal Suplementaria de Oportunidades Educativas], ambas del gobierno federal y reservadas a los estudiantes ms necesitados, forman los dos programas ms importantes de ayudas para estudios universitarios de Estados Unidos. [N. de la T.] 38 Josh Page, Eliminating the Enemy: A Cultural Analysis of the Exclusion of Prisioners from Higher Education, ensayo de posgrado, Departamento de Sociologa, Universidad de California, Berkeley.
37
36
54
Personal] de 1996 veda, adems, a la mayor parte de ex presidiarios del Seguro contra la Enfermedad [Medicaid], de la vivienda pblica, de los programas de vivienda subvencionada y de otras formas de asistencia relacionadas. La primavera de 1998, el presidente Clinton denunci como un fraude y un abuso intolerables, cometidos contra las familias trabajadoras que siguen las reglas, el hecho de que algunos presos (o sus hogares) siguieran recibiendo subsidios pblicos debido a la aplicacin burocrtica negligente de estas prohibiciones. Y puso en marcha con orgullo una cooperacin federal, estatal y local sin precedentes, as como nuevos e innovadores programas de incentivacin que utilizaban las ltimas herramientas al-tec para borrar de sus listas a todo recluso que recibiera todava ayudas (vase el recuadro a continuacin), incluido el pago de recompensas a los condados que entregaran de inmediato informacin identificatoria sobre sus detenidos en prisin a la Administracin de la Seguridad Social. (iii) A los presidiarios se les impide la participacin poltica a travs de la privacin penal del derecho a voto [criminal disenfranchisement] llevada a cabo a una escala y con un vigor no concebido en ningn otro pas. Todos los miembros de la Unin salvo cuatro deniegan el voto a los adultos con plenas capacidades mentales detenidos en centros penitenciarios; 39 Estados prohben a los presidiarios en libertad vigilada a prueba [probation] ejercer sus derechos polticos y 32 Estados se lo prohben a los que disfrutan de libertad condicional [parole]. En 14 Estados, se prohbe a los ex delincuentes votar, incluso cuando ya no estn bajo la supervisin de la justicia penal, y en diez de estos Estados, esta prohibicin es de por vida. El resultado es que cerca de cuatro millones de estadounidenses han perdido temporal o definitivamente la posibilidad de echar su papeleta en la urna electoral, entre los cuales, un milln cuatrocientos setenta mil que ya no estn entre rejas y otro milln trescientos noventa mil que ya cumplieron su condena completa39. Apenas 25 aos despus de acceder al pleno derecho al voto, uno de cada siete hombres negros a escala nacional se ve excluido de la cabina electoral a travs de la privacin penal del derecho a voto [penal disenfranchisement ] y siete Estados niegan el voto de manera definitiva a ms de un 25 por 100 de sus residentes varones negros.
ARTCULOS
39
ARTCULOS
Clinton toma con orgullo enrgicas medidas contra el fraude y el abuso de los reclusos
Buenos das. Esta maana me gustara hablarles de una de las vas en las que estamos trabajando para restituir la fe de los estadounidenses en nuestro gobierno nacional, en nuestros esfuerzos por reforzar la Seguridad Social y otras ayudas fundamentales tomando enrgicas medidas contra el fraude y el abuso. Durante ms de sesenta aos, la Seguridad Social ha significado algo ms que un mero nmero de identificacin sobre un impreso fiscal, incluso ms que un taln mensual en el buzn. Ha reflejado nuestros valores ms profundos, las obligaciones que tenemos hacia nuestros padres, uno hacia otro, hacia nuestros hijos y nietos, hacia aquellos a los que golpea la desgracia, hacia quienes merecen una vejez decente, hacia nuestro ideal de una Amrica. He aqu el motivo por el que me preocup tanto descubrir hace algn tiempo que muchos presos, excluidos, por ley, de la obtencin de la mayor parte de estas ayudas federales, venan en realidad cobrando talones de la Seguridad Social mientras se encontraban entre rejas. Los reclusos estaban, de hecho, a tenor de nuestra ley, cometiendo impunemente fraude, ante todo porque era extremadamente difcil reunir informacin actualizada de los delincuentes de las ms de 3.500 prisiones de nuestra nacin. Pero gracias a una cooperacin federal, estatal y local sin precedentes, as como a nuevos e innovadores programas de incentivacin, ahora estamos poniendo fin a esta situacin. La Administracin de la Seguridad Social ha creado una base de datos permanentemente actualizada que ya cubre ms del 99 por 100 del total de presos, la lista ms completa de la historia de nuestra poblacin reclusa. Y, lo que es ms importante, la Administracin de la Seguridad Social est empleando esta lista con grandes resultados. Para finales del ao pasado, habamos retirado las ayudas a ms de 70.000 presos. Esto significa que, durante los prximos cinco aos, ahorraremos a nuestros contribuyentes 2.500 millones de dlares nada menos que 2.500 millones de dlares que irn a servir a esas familias nuestras que trabajan tan duro. Ahora nos vamos a basar en el xito de la Administracin de la Seguridad Social en ahorrarles a los contribuyentes el fraude de los reclusos. Dentro de unos breves instantes, voy a firmar una nota ejecutiva que ordena a los Ministerios de Trabajo, Asuntos de los Ex combatientes, Justicia, Educacin y Agricultura utilizar la experiencia y las herramientas al-tec de la Administracin de la Seguridad Social para mejorar sus propios esfuerzos por borrar de sus listas a todo recluso que est recibiendo ayudas al ex combatiente, bonos de subvencin alimentaria [food stamps] o cualquier otro tipo de ayuda federal denegada por ley. Esperamos que estas exhaustivas batidas efectuadas por nuestros organismos nos permitan ahorrar a los contribuyentes millones y millones ms de dlares, adems de los miles de millones que ya hemos ahorrado gracias a nuestras enrgicas medidas contra el fraude a la Seguridad Social. Aseguraremos que aquellos que han cometido delitos contra la sociedad no tengan la ocasin de cometer tambin delitos contra los contribuyentes. El pueblo estadounidense tiene derecho a esperar que su gobierno nacional est siempre en guardia contra todo tipo de despilfarro, fraude o abuso. Es nuestra obligacin emplear todo nuestro poder y todas nuestras herramientas para eli56
ARTCULOS
minar este tipo de fraude. Nuestro deber para con el pueblo estadounidense nos compromete a garantizar que sus contribuciones a la Seguridad Social y otros dineros de la recaudacin fiscal estn beneficiando nicamente a quienes trabajaron duro, siguieron las reglas y tienen derecho, por ley, a recibir este dinero. Esto es exactamente lo que estamos intentando hacer. Gracias por escuchar.
Discurso radiofnico de los sbados del Presidente Clinton, 25 de abril de 1998. Disponible en el sitio web de la Casa Blanca.
A travs de esta triple exclusin, la crcel y el sistema penal contribuyen, en trminos ms generales, a la reconstruccin en curso de la comunidad imaginada de los estadounidenses en torno a la oposicin polar entre las loables familias trabajadoras implcitamente blancas, residentes en la periferia residencial urbana y potenciales receptores de ayudas pblicas y la despreciable infraclase de criminales, gandules y sanguijuelas, una hidra antisocial de dos cabezas personificada, del lado femenino, por la disoluta madre adolescente que vive de las ayudas sociales [teenage welfare mother] y, del lado masculino, por el peligroso violador en banda de la calle [street gang banger] ambos, por definicin, de piel oscura, urbanos y no aptos para recibir las mencionadas ayudas pblicas. A las primeras, se las ensalza como viva encarnacin de los autnticos valores americanos, del autocontrol, del aplazamiento de la satisfaccin y de la subordinacin de la vida al trabajo; a los segundos, se los vitupera como odiosa personificacin de su profanacin abyecta, la cara oscura del sueo americano de opulencia y oportunidades para todos, que, segn se cree, emana de la moral anclada en la conyugalidad y en el trabajo. Y, cada vez ms, lo que traza, material y simblicamente, la lnea que divide a unas y a otros es la crcel. Al otro lado de esta lnea, yace un marco institucional sin igual. Basndose en su clebre anlisis de la Antigua Grecia, el historiador de la poca clsica Moses Finley ha introducido una provechosa distincin entre sociedades con esclavos y autnticas sociedades esclavistas40. En las primeras, la esclavitud no es ms que uno entre varios modos de control de la mano de obra y la divisin entre esclavo y hombre libre no es ni impermeable ni axial para el orden social en su conjunto. En las segundas, el trabajo esclavizado constituye el epicentro tanto de la produccin econmica como de la estructura de clases y la relacin amo-esclavo proporciona la pauta conforme a la cual todas las dems relaciones sociales se construyen o distorsionan, de tal suerte que no deja intacto ni un solo recoveco de la cultura, la sociedad o el yo. El astronmico exceso de representacin de los negros en los centros de reclusin penal y el engraMoses FINLEY, Slavery, en International Encyclopaedia of the Social Sciences, Nueva York, 1968.
57
40
naje cada vez ms estrecho del hipergueto con el sistema carcelario sugiere que, debido a la adopcin por parte de Estados Unidos del encarcelamiento masivo como extraa poltica social diseada para disciplinar a los pobres y para contener a los deshonrados, los afroamericanos de clase baja habitan ahora, no una sociedad con crceles como sus compatriotas blancos, sino la primera autntica sociedad carcelaria de la historia.
ARTCULOS
58