Masotta Rodrigue

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Le el artculo varias veces y juro que me perd en la selva oscura.

Masotta emprende una feroz crtica de los psicoanalistas argentinos, de quienes dice que "slo es posible leerlos, mirndolos al revs, como esos tejidos que se entienden si se los observa del lado de atrs". Mirar a los analistas al revs puede ser un ejercicio interesante, si se piensa que esa es la forma en que uno se mira en el espejo.A continuacin pasa a criticar mi trabajo sobre autismo, escrito 15 aos antes. Ya me refer de paso a ese trabajo sobre Ral, el nio mudo autista de 4 aos, aquel que me llev a conocer a Suzanne Langer, a mi periplo por Stockbridge y a la comunidad teraputica. El artculo en cuestin fue debido a una invitacin a participar de un libro titulado New Directions in Psychoanalysis, editado por Melanie Klein. En ese trabajo combino Melanie Klein con Winnicott y Suzanne Langer.Contino con los antecedentes. Masotta se lanzaba con todo a la lid polmica y cuestionaba al orden instituido. Creo que me tir el guante por considerarme el paradigma de la APA, lo que no deja de envanecerme. El suyo era evidentemente un texto destinado a causar efectos polticos. Y yo tena que levantar el guante, batirme en duelo por esa Dama canalla que era la APA. En mi respuesta cito a Masotta: "Veamos el ejemplo de la seal emitida por el nio autista de Rodrigu: se trata de la palabra "/m(a)/m()"; pero la presencia aqu de una doble aliteracin voclica y consonntica, paranomasis, difcil de separar del sentido de la palabra, no homologa ste al ejemplo de la pequea Anna?" (O.Masotta en Leer a Freud). En mi rplica de 1969 contino diciendo: "S? El problema es que no s bien si comprendo; adems la palabra paranomasis me sorprendi, por el diccionario me enter que viene a ser la semejanza entre dos vocales acentuadas. Eso ocurre para los a de mam. Y aqu tengo un problema, los chicos muy chicos no hablan como los grandes; es decir, como la palabra escrita. Si mal no recuerdo la primera palabra del chico autista fue ms bien un m-m. Adems me pregunto como analista de nios, que una vez flot ldicamente en un cuarto de juego, qu hubiera pasado ante la palabra dicha por vez primera, si yo hubiese pensado en /ma/m/?. No me cabe duda que algo de la experiencia se hubiera perdido". Luego Masotta pasa al sueo de Ana; Ana es Anna Freud, la hija de Freud. Masotta nos informa que el sueo de la pequea Ana se articul en voz alta durante el dormir: Ana F(r)eud, f(r)ambuesas, f(r)utillas.... Cmo est presente -segn Masotta- el significante de este sueo? Lo cito nuevamente: "En la repeticin de un grupo fnico, en la escansin que la repeticin introduce, en el efecto del ordenamiento retrico y de jerarquizacin interna y autnoma de las frases...". Para Masotta los fr en Freud, frambuesas y fresas son importantes. Pero la cuestin es: para quin? Seguramente no para la pequea Anna. Ella era austraca y los nios austracos suean en alemn". Zas!, un gol de media cancha. Ser? La pregunta es, visto desde aqu, cmo puede un tipo lcido como Masotta cometer algo parecido a una gigantesca gafe. Tom a Masotta, sin lugar a duda, como un ingenuo que pensaba que Anna Freud soaba en espaol. Desde la zorra cautela de la tercera edad me pregunto, por primera vez, no ser que Masotta me arm la cama y que yo pis el palito? Creo que no, pero uno nunca sabe. Lo que me llama la atencin es que ningn analista,

"El smbolo es la. frutilla suculenta que el psicopata omnipotentemere genera en su mundo interno, mientras que el pecho envidiado y atacado pasa a ser el objeto denigrado y de poco valor." (E. Rodrigu, en El contexto del proceso analtico.)
-quie e .a Marx no sin ha er ledo a Lacanel que 11 tnr a: eer a Freud 1. Pero toda posi le o pro able lectura ti, 1"" lid d(\\)('rl\ transitar por el lecho de Procusto de la historia y del ti. 111111110 dI I psicoanlisis. Ocurre efectivamente que es difcil discernir, 11"1 111111 os histricos, la obra de Freud del desarrollo contemporneo de I .111 l' 1 IIda .onjetural >: entre la fecha de publicacin de La interpretacin (o,v ,1I/('1I0S y el Congreso de Salzburg median apenas diez aos. Desde 11111111('1 S hasta su muerte Freud no slo se vera liberado de aquella soledad dI' 1011 uos de la declinacin de su amistad con Fliess, los tiempos de sus "1 IIl'osis y de sus pnicos, de su autoanlisis, sino que su propia producci6n dtl I scritor se vera rodeada muy pronto por la produccin de Ferenczi, \III'uham, Stekel, Rank. Cmo decidir entonces sobre eso que en otros I'lISOS hay menos dudas; e'St'Oes, so re los textosy sobre e or en de una k -1 ura? 3 Cul es el valor y el alcance e la teora tal como ella se encue=" 11'1I xpesta en esos textos? Se recuerda la posicin de Stekel: si bien Freud haba sido un gigante, los enanos trepados a sus hombros vean ms lejos ,V ' qu l. Tanto reconocimiento ocultaba mucho desdn. Y del mismo Freud '~ )10 quedara hoy aparentementemente ms que los despojos de la ltima parte de su obra: ~ ra ~la ers 11 lidad pobremente conceptualizada, ~delo-~Jo ps ui Q como conflicto, el esqueleto de una concepcin dinmica de la enfermedad y de la cura 4.
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" Oscar Masotta. Naci en Buenos Aires en 1930. Entre 1965 y 1967 se desempea como investigador de dedicacin exclusiva en la Facultad de Arquitectura de la VBA. Director de la Primer Bienal Mundial de la Historieta (Di Tella, 1968). Libros: Sexo y traicin en Roberto Arlt (J. Alvarez, 1965); Happenings (en colaboracin, J. Alvarez, 1967); El "pop art" (Columba, 1967); Conciencia y estructura (J. Alvarez, 1968); La historieta y el mundo moderno (Paids, 1969). "" Resumen de la conferencia leda en el Instituto Luchelli Bonadeo, el 18 de abril de 1969. . .

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sta manera

la historia ha podido

ver constituirse

muy pront

dos

lrlstorns del psicoanlisis- una de ellas, abundantemente escrita, ha sido p 'o P nsada~ se en~ipta en el "Establishme.nt" psicoana111 i 'o (.La Asoclacion Argentina es un buen ejemPlo). sta inscripcin, de v rdad, no es ms que la del significante inconsciente, la huella mnsica que si la memoria no olvid, fue porque jams estuvo en la conciencia: la r presin de Freud. Si se leen las historias, todo permanecera aparentemente en orden: el "psicoanlisis" comienza despus del "codo" de los aos veinte. Qu deca Freud? Si se lee Inhibicin, sntoma angustia se comprueba simplemente que junto al a-E!do e Jg pri era teora de .la angustia (separacin mecnica del afecto y la representacin) y junto a una angustia concebida ahora como fracaso de las funciones del yo, Freud conserva la nocin de un "a posterori" 5, la Idea de una temporalidad que escinde a 'la represin ed_os tieinpos," esto es, un modelo comenzado a bosquejar ya en- el interior de las ms arcaicas ficciones neurolgicas del

Proyecto

6.

En tiempos de Freud, cuando la neurosis de Freud era inseparable de Sil deseo de Saber sobre la neurosis 7, cuando Freud extraa finalmente su teora de su neurosis y se zafaba por lo mismo de su neurosis por la construccin de una teora, entonces el psicoanlisis estaba lejos de ser una institucin. El "psicoanlisis hoy" (para usar una frase que una vez un libro festej) parece estar condenado a comenzar por el final. Se trata en esencia de transmi " una t~C]1.8; en el mejor de los casos -o en el peorde formalizar una teora sobre cuyos fundamentos y alcances ya nadie se pre'gu a. No es necesario hacerlo, puesto que si ella existe en la cabeza de nuestros "gigantes del silln", es porque el Poder fundamentar al Saber. Por lo dems, una teora, si tiene consenso, resulta econmica; al menos en que no sern necesarios ms de dos prrafos para exponerla. Pero yo no hago metforas: hasta tal nto creo que lo reprimido es Freud, que entiendo que slo eSJmstl5le leer algmlos libros escfi os por pSIcoanalistas argentinos, atendiendo a las lagunas, mirndolos del revs, como esos tejidos del ejemplo que slo se entienden si se los observa del lado de atrs. He aqu un_l~o .del discurso freudiano en el discurso manifiesto de un psicoanalista de h,.gy: "Considero que este mutismo -escribe Hodfigu-e-

es un artftcio d 10. tcnica de uerpretacuni de los sueos que Freud empleaba a principioe de siglo, El mtodo de fragmentar los sueos en eslabones arbitrarios y de solicitar, a veces presionar, al paciente para que asocie con cada tem, genera una alteracin de la trama natural del sueo, donde los smbolos estn significativamente relacionados con su texto" s,
Pero no se percibe aqu, como en el caso de lo reprimido y el sntoma, una cierta apropiacin masiva -por anttesisde un trozo del discurso do Rodrgu por el ligar y la fuerza de la teora de Freud? Veamos qu dice 1 prrafo: a) que no es posible aislar un signo de su contexto; b) porqu la igruficacin es una "trama natural" (esta expr sin desdichada siglliric'lI sin duda que hay que analizar lo que se tiene a la vista, la rnag n el 1 s\lciiO, p r j mplo, y no las palabras O); c) q 1I la si mili a in s610 os kfhh ('11(,1 Interior d 1 .ont xlo actual y globnl d 1 signo o d( 1 smbolo. ~P(II'() 110 '( r '0110' 11nqu! lus lesis d 1I11Fl f( Jloll)('llologfll el, (11 lollllld u l ( di n ln I lu V(WlI'16n slcmpr >rll'Jl\l\li~lll d( los I('xlos d('(lllllol'i 11\'1'0I'tllo 11\1,t 11111111 ,,',O

I ',1 /fj('alivo) que enfatiza lo molar por un rechazo sistemtjc~ d~,lo ~"()111('11 1 1111'1 l uquietud, en fin, ya suficientemente derrocada por la hng~stl '(ll'1II1 11'"lporflnea. Cmo podra haber significacin -y ello ,tan~o afuera '011111 1I.1('lIlro del psicoanlisissi- el signo no llevara en SI mismo su pJ'()P 11 1'1 lI('ipio de fragmentacin, de aislamiento del texto y de ,todo, t ~l() ( 11 11111 1'(11ra al cdigo y su potencial potico) 10 Y su propio principio d\ l' \' sl6n interna (la barra saussuriana, que separa el signific.ante del Hi~1I I ('11110, no es ni un descubrimiento del lingista ni un privilegio d ,1 SqH 1111 {'lIito). Cmo podra haber in~er~ncia del "teI?", a su contc lo, ,111 'Idl k-unt esto es sin esa materialidad de extenonda absolula, \ 1111111 ' 11 qu~ define; la materi"aliaad - el lenguaje; en fin, sin la posihilkhul di "lIl1lqujcr palabra (monema o frase) de ser tomada "a la 1 tra", (:01110 \ ('Il 101\ 'fin, descompuesta al extremo en sus "letras" o flmento 'OIlVI\I 1d 1111 ( 11 Sil anagrama, y sin que esos proouctos moleculares de la sigllll 1111 1'1I1 do onstruida no fueran capaces de nuevas fusiones, de f~nnnr (:~II 1HIII(\' 'od nas (por sus semejanzas, formales, sonoras; por sus dif r 11('UI) \ dn u l n']r y cerrar a la vez el trnsito del sentido? Qu contesta RocIri'tu l' \I\l1 lodo por una amputacin de la teora freudiana del signo: stn <1"" 01'111'1 IlIdll"ida a los "problemas del simbolismo". Es decir, q,ue dls '~III' 11 1'1111 " P 11'1\110leer a Freud, mientras que en contra del archif'r lid 11111 ti dlll 1 ItI lx-n Icios (secundarios?) del descubrimiento de Susan 1 ::11I '('1' (1)1 11111 Irl', nombres (no ms que esto) de los conceptos del esquema lripllililll 01, l ' 1'1\'('. 1 .sde entonces queda asegurada una cierta visii g('II('III'II, 11\1 I 111I11illlI, j narquizada, y, por qu no?, bastante moralizant el lo, 111 1111111 . 11tH ~I() que si usted emplea "seudosmbolos" ser porque usted I 111/ 1 11/'II//'/II/('(larl asi incurable; y en cuanto a la primer palabra pronuur HlII 1"11 11 111\0 uutsta, "el ni'o no dio con el uso del smbolo, slo dI'Sl'I'I//11 "/1/" 1'1111111' 1111, objeto externo" 12. 1',111,'11'1111 lns cosas ocurran de otro modo, eran menos SC~\lrIlS, 1111'1 '1\'1 1111'II01~ s(llcillas. Rodrgu reconoce una diferencia ntr '1/1'('1'.\'/1/11'/ 111111 I'ONII;en Freud esa otra cosa t~a un nombre pr iiso: t!1'.\'I'O, .1 11(1111 d,'!lo. ser considerado como Va Real era porqu 'C)II(hll' 11111 d. '11 111.111'('111 , Y ste, siempre esquivo, siempre difcil (~( f,jllr, ., dI 01, 111111 111 lino 1I1111Ca ausenteenseaba que 1 yo era una dllSI{1Iy d.,1 111I1 111 1111"10 por ~11posicin (por su ubi a n, habra <l~1 el (:11') \1111111 di 'I1 CI llullo Ills v rrdadero cuanto ms n raoso y 11 ruudor: \ 1 11('11I1 1 h 1111 1\1I~lld'lIluro y obvio qu no s pn d r lu 'ir 1su ~ lO d( 111 (lOqlll 111 1111 1,'IIIIId II( ('j('l11plo de F r n 'zj el ) ganso '111' slI('iin con ('( 1I111'r. 11dI I l' Idll 11"/ 11111111 ('()tI lns bellotas: illlJ10Sihl , al n\(\1I0S, dvJllr d( 1111" I 1dltl 11111' 11:qllll I'i NII('lOdo la p '<[lIcJin Aun Sil arlicllla ('11 VOIr. IIIlI,' d\lllltlll ,1.111111111 "1\,/(/ F(I')I'lId f(r)'Jsas, f(r)m//I}/IIsos. 'wlfo8, //11/11/1(/ 11,11 ,1 1'1111 d. I 1111 1111.1 ~I (IN qll(' ('HI(\ PI'Opilllll('lll' 1III!lllllldo, :111" 11 "t. 11111 1111/""'/ /'//'/'1/111/ d/ /11 .\'1I1I81(11'l'Il/l rll' ((1 'I/'I,(,,~'/(/((, 1';" /(//1//1 //1" 1'" /:/1;/11 11/1 11. \"tI " /'~ I"fI(I (11 '/I/(' lt' O/II/'/'(II'( 11/1 /)/lfu,' /'/"'"1,('1/' n (II,\' 11,/11 . il, 1111 tu! 1 1, 1111111 1111 ,1 1/,(1/1. //11/.' ,~I' 1,,11/11 /11'I"\'/'/1//'"11. 1\1)" IPIl' 111/111 111'111:11 d, 1111 '111(11111'1111'". I11 111( .(' IIIN(1111(11' 11111'(11"l' "111Iilllldllll ,1 .1.1,1111 '" 1111 dI '11114\1111111 111.111 1(\1111 1'11Y d. (111/1'111'1,111 1"11 lil. 1111 \ 11/11111111111'1 d. 111\1It1IlI'11I lit 1111,.,. ('11 111 1I1111t! ""1 "111 d, I '11 1, (/1,1.1, 1,1tlll , 11 1, 11 111/1 ,111 .111 1/1 Id dIO 111111.1111 ti I 1"11 l. 111 1111 l' IU 11,11111 ( 1

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dice Lacan,

indicando

la importancia

de los pa~

Pero veamos el ejemplo de la "seal" emitida por el nio autista de Ilodrigu: se trata de la palabra "/ml ( a) Im/ ()" 15 (barras y parntesis son mos). Pero la presencia aqu de una dob e al"teracin, voclica y con son: tica, paranomass difcil de separa cteI sentido _ e Ia palat5r,a, no omo~ oga este ejemplo al del sueo de la peque'Ana? Dnde reside aqu e~e ~s~re indca~ivo, de la palabra que no le permitira "elev~e: a funcin slmbo~En nmgun lado. Lo que ocurre es que no es e o de un sirnQQ!Q..J.9 que determina eficacia; en gran parte cwmo:o el nio o el a ulto hacen uso del smbolo, ya e.st toda.eclaido.-Cuestin que se complica si se trata del i!lf~6, que se parece bastante poco en este sentido a una' abeja o a una hormiga, ya que su "nicho ecolgco" se halla dos veces articulado 17. Por 10 dems, ~ entrada del nio al lenguaje se opera de una sola vez; y no es porque e sujeto se apodere de una_vez )u~e.pentinament1;d-eI repertorio completo de trms, reglas y usos de la lengua. Lo <)ueocui'i"eeSque desde entonces esas reglaS)! esos usos sujetarn al sujeto -para decido con una frmula lacanana. La diferencia entre el ejemplo de Freud y el de Rodrgu reside en que mientras la pequea Ana produce, con las palabras existentes en el cdigo de la lengua, las paranomasis y ~scansion~s que reflejarn su deseo, el nio de Rodrigu encuentra disponible en el cdigo de la lengua esa unidad significante determinada y provista ya de una articulacin retrica semejante. Dicho de otra manera: 10 que vara en uno y otro caso es la colocacin del sujeto del discurso (y una palabra, se sabe, puede constituir un discurso completo) en relacin al cdigo de la lengua (no est de ms recordarlo: natural) y a las palaOfaS, proferidas o no, alucinadas o verdaderamente escuchadas. Y dicho de otra manera an: lo que vara es la estructura de la relacin entre el proceso del enunciado y el protagonista de la enunciacin 18. Si Rodrigu puede hablar tan cmodamente de ndice, cono y smbolo, es porque se halla fascinado .por los resultados e l-alaboracin inconciente, porque considera a ese resultado como conducta y 10 analiza como tal, y porque confunde constantemente y por lo mismo el enunciado con la enunciacin. Resulta significativo que cuando tiene qu' definir los trminos conceptuales de Perce puede hacerlo sin introducir la ms mnima reflexin sobre la nocin d "interpretante", por fuera de la cual, casualmente, 'aquellos trminos devienen absolutamente huecos. Ninguna alusin tampoco al caso, pr visto por Perce, del smbolo cuyo/interpretante no es un sentimiento, accin, afecto o actividad, sino otro smbolo -lo que tiene algo ms qUE' ver con Freud y el psicoanlisis-o ./ He aqu un conductismo de la significacin -que substituye al anIisis psicoanalticoque centra su atencin en los modos de utiliza i611dol smbolo y que tal vez no tenga mucha ms utilidad qu volv ropa o (,1 v rdadero d soubrimiento de Frcud. "Es 1 smbolo un dohl (1,1 obj: In () lo conjura?' R spond 1 pa icnt con una conducta apaz Ic clis 'ri 11 ti 11 11 l' 111 r srnb lo y bj to o onfut el J af('e'lo </U otorgn.n 11110 11r)11'()~ SO V(' ni 1IH'1l0Spor dnde sc' [ilt rn todo el hngtljc' it\(ool(Vic'(l 11Il~111111(' <1('111111 ('llIdo por ot rn pnl'Il', ('11 111ln'I('li '/1 dc,1 psj{'()IlIl(ilhi~ 11('(11111. S(, IIC'IIIIIIIII/III, !l0l' lo d,'"I(IS. ('~I 1 !I,\I'('III' 1,'1l'i<l11 fI(1 Mil" ti,) <1111' ,1 1"11',llIlj,'. I1 I"dld"'I.
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\ I11 1III>010s tenan paJa-~d, con un desinters completo por ~(1\111(1/11 d, 1li'1 1('11uajes en reud. Se vuelveae vez en cuan o a la '1'111('11 d. I 11111111.10 cc nmco, y se senala entonces que haba en Freud unu 1111,111 1111 1'11('Ilngcticista. Con la palabra metfora se recuerda la gU('I'11 di 1111 lid, o bi n se indica que una metafrica no debe ser tomada ('11 S('1 11, '1111111111I () ms debe ser considerada como ficcin. Pero es qu so pl 11'( 11 11IIdlll, 110ya de la construccin de una teora cientfica, sino d lcn fOlj, 11"111111 111ficcin? 11 1 ('11 Fr ud una metafrica neurolgica abandonada, p r UlIllhll"11 111 111111 mctafrica econmica que jams abandona. Y tambin una 111('111 1,11"" I'slllt'ial, tpica, que tampoco abandona. Pero tambin hoy 111\" 1111 1111111 "Il lin stica una metafrica de la lucha militar, y una ID lnr61'i('1I .t, 1 11i'1'ldll(,ion s e inversiones, de operaciones empresarias y del omc 1'(,111; 111111 11I1'IIII'l'i 'a de la escritura, de la que jams reneg: compauu-louo ""1 1111 111 ~l'nlllaS e ideogramas, jeroglficos, la idea de marca y d IIS('I P , 1111 ", 1':11resumen, una geo g' del le gu.gjtiond~se construye ,,1 , 1, 1111 d,' l'IIII('C'plos -siempre abierto, pero nunca incOlierente-, illse)llll'nlll" 011 111'd ',lllllos lengyJJJes y de sus re {st' s, y tal vez no se pu du d(,jlll d" l'ld" 11"1',11110 (le 110s sin eshacer la estructura de la doctrina. ,1'111) 1I 'ion .ia que Freud pens era tambin una antropologu? ~,N(I, 11 111'1111 Ildo 1 J' en Freud la descripcin de una escalada d homl '11 11,," 1" dl'll ti \ una humanidad reencontrada a partir de lo hioI6gl('o y 111 11111 \ 1'11( los(' a si misma a travs de distintas "integraciones"? Pn' "1111.1 '1" 1111 1'lIyll inutilidad permite contestar tanto positiva como 11('~III 1 111' 11[' 1'(1111 S( d be contestar negativamente. Naturaleza, so i dad ('Id 11111 1111 1111 1I</lI momentos de una superacin dialctica, ni lIiv('II"/ di' l. '1111 '"1 los fa .tor s desaparecidos de un conjunto de h 'has d('111I ',11111 "11. 1" '1"11 hnc n ] 1 Psicoanlisis una ciencia. Es que para ('1 l,.IC'<l11111 111 1" 11 psl(ollnli. is, no hay hombre, sino "sujeto" o "sol)l'l'%/('//I(I,' 111111"lI'IIII'rdll Althuss r. Para acceder a sta v rdad 1 qlU'(1I 01111 11111111 1(111'xu mi rx n las op raciones qu un da Fr lid nos 1(, r 1, 1)(11 111101,1 ,1I1.1111<,(,j()ll el 1 mito freudiano, abrirno pas hacia In con 11111'1 (111 I 1" 11111111' tI(, lit teora el Fr ud. 1), ,Id" 1('tlIOS cnton es qu la v rdad el 1 sujeto sin hO"IIIl'11 ,'"'(111 "'11111 '''" ,,1 (1)1('10 d( 1 psi onnlisis: es' pnisaj(' l\111l1l" ft(,(,fto dI /1(111 d" , "' 11,,,1,,,01" 1111'1 ','llC'S ltl ishaclas y de' ('S(.'('\)IlS rUlllns"II'III('IIN, d( 11111\ 1111111'11/1, d(, I1'Il(11 1('('ioll('S do ('sos tllllrCIlS y do 1I11('VIIIl 1111'1 1\1'11111 I 11111 ",1 \' di P ~III,~, tlo ('IlI!litlOS 1I'llllsi[n(ios 111111011'11 (,,; pOI' 1111 II'ill 11" 1" I lid 0111 \,111111''1.1111111 VC':!., Sigllil'klldc'111 ('11(11'111, 11:lfI'/,t'/I/lv", IlIlhl 11 111,,1(/)1. 1 11 v 1',flllli'I(Ic'o,q(l(\ ('11('/(1'1'11 (>1H(\('I'(lln<1(1 (I!/(\ "v ,tllI/IIfll 11/1 /'1 /1/" 1/1( /11' 1/"""III/' '11/1' lu !'O/I/II/'I'S ((/111/1/11 /1111(/11 //tl/l/III (It"dil ill/lI
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:.1 r.[l expresin es de Lacan; ver La sciencie et la vrit, en Ecrits, Pars, Seuil, 1 ono, 855~878. En 1948 Lacan llamaba .la atencin sobre la comunicacin y transmisin del 11 {PO de conceptos ~ifcilmente unvoco, otra parte-- d~ la teora:-:;Ses rsult ats peuoent-ils fonder une science positive? Oui, si l'experience est controlable par IOllS. Or, constitue entre deux suiets dont Tune [oue dans le dialogue un rle d'idale mpersonalit (point qui requerra plus loin notre attention), Texprience, une [ois ache': oe et sous les seules conditions de capacit exigible pour toute recherche spciale, peut tre reprise par l'cutre suiet avec un troisl~me. Ceue voie apparement initiatique n'est qu'une trasmission par rcurrence, dont il n'y a pos lieu de s'tonner puisqu'elle tient a a siructure meme, ipolaire, e toUte subiectioit". L'agressivit en Psuchanaiqse, e op. cit., pg. 103. Pero el psicoanlisis no deja por todo ello de ser ciencia, puesto que puede determinar su objeto: el inconciente.

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Ito(!,.i'u, op, cit., pg. 47. s ala que existen en Freud por lo menos cuatro definicin 's

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Le dsir et son interprtation, en Bulletin de Psychologie (1!-('('IIIIIf' noviembre, 3, 10, 17 diciembre, 7 enero de 1959; resumen du J. 1\

"'"1/ Pana and Mama, en The Selected Writngs, La Haya, Mouton


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& .0., IUlI'\. O que an no habla, segn la expresin de Lacan, en op. cit., ('sP(,(,J,J

3 El problema es cmo decidir sobre el sentido del desarrollo de su obra. Ser que habr que leer la Interpretacin, la Psicopatologa y el Chiste en una perspectiva donde l~preocuIlacin "In stjca" deba entenderse como superada por la llegada de la teora "estructural" (?) de las instancias? Cul es el orden de implicacin que fija la relacin entre la segunda tpica, la ltima teora de los instintos, la teora de las cualidades y la doctrina del sueo? A nuestro entender Freud mismo 11adejado indicado en el Esquema, en 1938, el orden y escalonamiento de las razones que unen la historia de los conceptos a su inherencia al Sistema. Volveremos en detalle sobre la cuestin en otro lugar, 4 Una visin fugaz sobre Freud, pero no menos descorazonadora: P. J. Van del' Leeuw, Sobre el desarrollo de la teora [reudiana. Ejemplo tanto ms significativo en la medida que aparece en el nmero de la RelJisia de Psicoanlisis (julio-diciembre de 1968), [dedicado a festejar el XXV aniversario de la publicacin! 5 Sobre la nocin freudiana de represin a posteriori vanse los trabajos de Pontals, Laplanche, Leclaire y Creen, recopi aa~l inconciente y el psicoanlisis francs contemporneo, Nueva Visin, Buenos Aires, 1969. 6 Vase Moustafa Safouan, De la structure en psychanalyse, contribution a une thorie du manque, en Qu'est-ce que le structuralisme, Pars, Seuil, 1968, 239-297. 7 Vanse ias'observaciones y el anlisis de Leclaire sobre los sueos de la inyecci6n a Irma y de la monografa de botnica, en Psychanalyser, Pars, Seuil, 1968, 31-53. 8 E. Rodrigu, en El contexto del proceso psicoanaltico, Buenos Aires, Pads, pg. 82.

1:1 l' 11. ~l( ,(.flrro simplemente a las dos articulaciones de Martinet: la seguucln ('11111 1''' 111 d, ,,"Idfld s sin contenido semntco (los fonemas) e investida de propl'''"oI1'M 1'11111111' "f, llrl roucal s y estructurales (aunque el fonema sea funcional )1 1'/ SI"lt!i1l 11"' ,,,,,dI'IIv/I 11 lu onsttucin del significado). 111 llllt,lll '1obson, el captulo sobre "shfters": Les ambrayers, les catuorr tl/1f " " 1, 1/11'/11) vusse, en op. cit. 176-198, Vase tambin Lacan, op. cii., pr..(s. (1 ()
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M. Illlrolll\n, art, cit.; y tambin Jacques Derrda, Freud. et la scene de

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1/ III rliff61'ence, Pars, Seuil, 1967, 293-3.40. AlfIlIlNN<I', Freud et Lacan, en La Nouoelle Critique,
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88-108.

Exactamente lo contrario de lo que postulaba Freud. Realidad potica, habra mejor que" decir, para enfatizar las nociones [acanianas de "efecto de sentido" y de "letra", Usamos la palabra "potica" en el sentido riguroso qu~ adquiere en e interior d_e mode o de Jackobson: relacin de la funcin de selecci6n con la de combinacin por la cual las equivalencias que constituyen la primera R proyectan sobre el eje de la contigidad que constituye a la segunda. Vase Essais do linguistique Gnrale, Minuit, Pars, 1963, pg. 220. Vase como ejemplo de la d 'fI nicin de ]ackobson y de su aplicacin concreta al anlisis estructural en poesa: Samll{)1 R. Leoin, Linguistic Structures en Poetry, Mouton Co., La Haya, 1964. Para la r 'la {u cntre la definicin y el significante en psicoanlisis, vase Lacan, L'instrl11ce de {(I tour dans l'inconscient, en 071. cit. pg. 50:4. 11 Vase conjuntam nto 1 anlisis qu ha Fr ud 1 l olvido elrl nornh Sf(IIC1 r I] y Ins r'f1'xiOlls el Em) Bcnvcnlsto sobr la nocu snIlR."l'i1l111l do ,nhllo'lld,dud. f;.'{J(W(j ti,. .vIR"( UI/{.(ulst/fl'll, Iln J rO/II\'J/(',v ti J,ill{,(,'lIr/III' 11'111'1'1I11', I,II ,C,oIllwlJoI
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Emilio

Rodrigu

LEER A RODRIGU

"Pero veamos el ejemplo de la 'seal' emitida por el nio autista de Rodrigu: se trata de la palabra c/m(a)/m( (barras y parntesis son mos). Pero la presencia aqu de una doble aliteracin coclica y consonntica, paranomass (el nfasis es m-o-mo: quiero decir que 110 es de Msasotta) difcil de separar del sentido de la palabra no homologa ste al ejemplo de la pequea A.na?" (O. Masotta en Leer a F reud.

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El problema es que no s bien si comprendo; adems la palabra "paranomasis" me mat. En el diccionario y por la Real Academia, me enter de que viene a ser la semejanza entre dos vocablos que slo se diferencian por la vocal acentuada. Eso corre para las "a" de "mam". Ya aqu tengo un problema: los chicos muy chicos no hablan como los grandes; es decir, como la palabra escrita. Si mal no recuerdo, la primera palabra de mi chico autista fue ms bien un "mm". Eso seguramente hace una diferencia. (Adems, me pregunto como analista q!le una vez trat de flotar ldicamente en un cuarto de juego, qu hubiera pasado si, ante la palabra dicha por vez primera, yo hubiese pensado en trminos de "m(a)/m()". No me cabe duda que a180 de la experiencia se hubiera perdido.) Pasemos al sueo de Ana, siguiendo la sugestin de Masotta. Ana es Ana Freud, la hija de Freud. Masotta nos informa que el sueo de " ... la pequea Ana se articula en -voz alta durante el dormir: Ana F( r)eud, Ftriesas, f(r)ambuesas, bollos, papilla". Cmo est presente -segn ::\Iasotta- el significante en este sueo. Citmoslo nuevamente: "En la repeticin de un grupo fnico, en la escansin que la repeticin introduce, en el efecto, en fin, de ordenamiento retrico y de jerarquizacin interna y autnoma de las frases ... " Para Masotta las "Ir" en Freud, frambuesas, y frases son importantes. Pero la cuestin es: para quin? Seguramente no para la pequea _ Ana. Ana era austraca y losnios austracos suean en alemn.

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"Pero vealllos el eiem plo de la 'seal' emitida por el /liro autista de Rodrigu: 'se trata de la palabra /m(a)/m(). (barras y 11(/rnlesis son mos).' Pero la' presencia aqu de una doble aliteracin oocltca !/ conSOTlllllic{/, paranomasis (el niasis es mo-mo: quiero decir que no es de Masotta) llfcil de separar del sentido de la palabra 110 lunnologa ste 111 eiein plo de 1" IIC(/tle"a \1!(/?~ (O. Masotta en Leer el Freud.

, En la segunda apancion de la Revista Argentina de Psicologa (Ao l. NQ 2, diciembre de 1969, p. 127), Emilio Rodrigu publica UU<l nota Q,lIC bajo el ttulo de "J ,eer a Roclrigu" contesta lncnicamente el resumen de mi conferencia "Leer a Freud", publicado en la primera apar ict; de la misma revista (Ao 1, N9 1, setiembre de 1969, pp. 19-25). Los ttulos de los escritos en cuestin indicarn al lector parte del !,cllnr de la discusin. En primer lugar, Rodrigu, fiel a una concepcin vieja de la elegancia, y utilizando ese "punchy language' (lue ha adopt a.lo t'dl im.unente, se divierte. Nosotros no hemos querido dejar perder entonces la oportunidad de construir el escenario de una parodia; pero nuestra intencin no es elegante, es didctica. Seguir sugirindonos la manera de leer a Freud y a Lacan para llegar a entender esa cuestin espinosa: el psicoanlisis. No quiero gastar ms ironas, pero que . t' rclea la primera pgina del libro del cual Bodrigu es coautor y que yo criticaba: Rodrigu da por supuesto que sabe todo sobre la cuestin. + Por lo dems, cuestiones de tiempo me han impedido contestar el" ,inmediato con una exposicin cuidadosa de mi lectura de Ilodrigu que constituir la segunda parte de mi contestacin. Si yo hnba citado, para criticar, a Rodrgu, no es porque lo haba ledo POCI). En ~('n('r;tl slo cito cuando le bastante ms de lo suficiente. En ('1 caso d Hodl i ' . g!l~ lo haba ledo todo. No era mucho ni careca de valor. Me ha parecido imprescindible para la comprensin de lo quc sigtH" ..:.y para alg/tll punto de lo que ha de s('~lIir (v(~as(' la fr;\SC "algo tl.' \; (:X'pl'ri('IH:ia se hubiera perdido") ._.-Ieprodtwi r la hr. -vr- ,';\lI:l lIO!.' (,. Jtodri~(I" -:I kctor podr eucuut rar tni ('svr[" 1'1'1'11\1' \'11 .1 nrnen I it ado de la Revista i\./'gcllliIlO de l'sicof()ga v lllllOdllCtd, el; m i IlIlrIJ/l/ccil/t a '11 lectura de jllCll/('s {UI"(III. HIII'I1O'; .\in's. )'."

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"Para remontar las causas de 'este deterioro del discurso psicoanaltico, es legtimo aplicar el mtodo a la comunidad que lo soporta".

J. Lacan, Funcin y campo de la palabra lenguaje. . _

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"<lPor qu estos investigadores infantiles no hacen .onstar sCllcillamente lo que ven, esto es, la falta abs lutn de la 'cosita'P"
S. I'l'0lld. Anlisis de La fobia de un niio de cnCtJ
11 /IN.

Ms .u u). H"'IIt'rdo COII exactitud aquella tarde de febrero. haber COII versado con Roy Lichtestein y con mi amigo Gemid Laing: una "rr" de ataque v HIlH " que se niega a desaparecer en el segundo nombre: ,J,cul es la relacin entre el verdadero rechazo que Rodrigu evidenci sentir ante las "r" de Ballesteros y el hecho de que su nombre no carezca de ellasr' No es ocioso recordar que el nombre del Sujeto no es el Sujeto -como se desprende de la enseanza de Lacan. Al revs, de dnde viene ese sentimiento de manoseo, no s, o de falta de respeto, que surge e-u ando 'se juega con el nombre de alguien? Hay ms de dos razones. Rlldngu slo conoce tal vez una: esa razn -que no voy a repetir <lqu' no sirve mucho repetir argumentos bien fenomenolgicos sobre la ."J"c,,,lidad" de la i11lagen- coincide bastante con la definicin qUI i. ("()J)1unidad utiliza de la "ecuacin simblica". recogida cornil w ,,,h ...n la experiencia kleiniana, y a- la que se le otorga -aFirmb.unopehgrllsos poderes alfa: no se equivoca ms quien clava un al! ile-r ", la rotof!:rata de '11 antiguo amante. que aquel que le avisa que 1111 11" ti, anzado al corazn real.
Ucc-ell.IIlt' deca Cerald Lang: San Jorge v el Dragn. Entonces no se me hahia ocurrido pensar que casi todos los psicoanalistas -por contrasohstltal"nrignoran. como Pierre Francastel, el arte contemporneo 1<:", misma tarde. recuerdo. fotografi a dos ancianas. a dos viejas apoyadas contra el vidrio de un bar ( no son los negros quienes rnpresionan en 11l~ Estados Unidos. son las viejas). Quiero decir: que erea entonces en las cosas. en las marcas de los rostros. en las imgenes, en los libros, \ '1lHOle cre a Strachey Ms tarde. mi testaruda. ideolgica -es cierto mg('l1uidad. no decreci, y cuando rele la versin de Ballesteros, no me parer-io menos verosmil: ..A.1W F( r ieud: f( r[esas, f(,.)amhllesas, hallas papilla" \ aqu la mencin del lugar bibliogrfico se ha hecho, de pronto. redundante)" En efecto, y en el tomo IJ/III de las Cesammelee Werke I ~ Fischer Verlag, 1961, p. 135) se puede leer: "Anna F.eud, Er(d)lwel Hoclibeer. Eierisrpeis. Papp" Expresin que. de creer ;\ Frcud .,Iit nenita austraca que era entonces ya su hija (como Emilio Hod . ~", usea con pr cisin al lector) pronunci en efecto; frase alema na ",,,' .mtr- especial -sohr(' la cual la teora del simbolismo segn Hodrl\~II" 1111 sabria (!('cir In 111 mor palabrasobre la cual se puede I'~t'ld," ,,. ,I(~do eso misuu) ql1 ' es .rib]: " .la repeticin de Ull.:z.rupo "/li. ,.. " 1" esrnnsiu qu /0 rqw/idn introduce. en el efecto, en fin, ,r ."1,,,, ,,1 . "1'I",.i('(, '/ d,' 1,'/'a/"/"/;W(11 interna " autnoma de 1,,, I"d,,' '/ la trosc ';/1 la II/OII';U/ 'i(5n del sigllificado de la frase
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111 11111 1111' h'rllllll, ..( ( In) d 'Igul ,","1. 1I 11111111 !lVI'III 1( 11 oxpr 'samentc para decir: confrntese en " ,111 l . ," t "11\ d""1 111\ Y V~~HS cmo ni Strachey ni Ballesteros han '111.'1"' 111I1"Itlld "'n'lId [lIi nos tuvieron Que leer a Freud lnea a 1111'" II , 11, 1"" ,1 '11cquvocar bastante con el nombre de las pala. I I I ""111 10111" P( 1'0 111 I .ho menos cuando se trata en Freud del sign'" tllIll' 1m PSkOI\H' lista pueden escamotear el signficante, los tra.1111 1'"1' 11 11'1 11lS ). 1"11, n los Estados Unidos, en el invierno neoyorquino d,. , 111",d,1 65, .uando le con cuidado la Traumdeutung (cito el ttu/11 /'11 UII'III(1Iporque estoy demasiado habituado a la literatura franc'. ~II: los Irun eses, por causas conocidas, citan el nombre en su original 1I0.'otl'OS, racias a Luis Lpez-Ballesteros y de Torres, lo podemos citar 1'11~:sp"fioJ). Es decir, que trabaj entonces con la edicin. inglesa, esto I'S, lIa<la menos" (como dira Rodrigu, parafrasea a Puig? Rodriguf 110 ('S P"ig!)" q~e con el.tomo IV de la S. E. (qutense los'dos puntos a la ~,~~l:: y ,~)bservese la mesl?,erada emergencia del pronombre impersOl\nl se ): On bat un cnfant . Obsrvense las distintas versiones: "Ein. Kill,d ~i/"(I ueschlageu", "A child is lJtng", o "A chilt! ie beillg beaten?, Pegan a un nio"), donde se' puede leer: "AI1/!a Fi.vewd, Stauxuoheunoies, lIJild stawawlJ::IVwes, oinblct, Jmddcnl" (1964, p, .1.'31).

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:;\(lU la "nxercin -el ucertjo-; de certidumbre anticipada" 'que " habla' Lacan). Tambin se podra haber dicho: omnipotencia. Pero la omnipotencia interpretada no evdencia, la mayor parte de las veces, ms que la omnipotencia de la Interpretacin, La cuestin es: c6mo pudo Rodrigu confiar~e a esa observacn -a la violencia que impli~abaque haca soh,e mi texto? Rodrigu no poda ignorar el humor que en m despertara la lectura de su nota y el descubrimiento de ese -error que s610, haba sealado para (con el fin de) hacerlo suyo; contratransferencialmente hablando: un cierto aire levantisco y castigador. una rabia preada de alegra. "Blier/ 5e degr: Une tendue de ciel noctume boulecers par un oiolent orage, les clairs zbrant la nue rolent une masse rocheuse au long de laquelle, insoucieux de la iempte, un homme [ort, muscl, dcid, grimpe allgrement" (K. Hischer, Pouboirs secrets des mots et des symboles, Paris, 1966). Me ruborizo por m: pero la culpa es de Rodrigu. Ms an: sugiero -como dira Rodrg~l-' que' para el caso Rodrigu forma conmigo una pareja perversa: :Verseau/ 8e degr: Un lioii assis dans tllle arne ouoerte, regarde [irement s'aoancer un homme qui s'approche de lui, portant d' une main une tte de mouton, et de Tautre une [orte chalne.r ou: Un hommeipor:... tant une cliaine. sur so. main ouvette/. Fiert et dignit, indpendance d'esprt, ndomptable, qui subjugue les autres, homme fort, dompteur./ Andel, Fromco; gnral Guisan, Mussolini, le champion de dressage 'de checal Chammartin, Morse (chaine = transmissioa tlgraphique" (K. '" Hschler, ibd.) , y por 10 mismo, no existe azar alguno en el hecho de que nos hablemos' indirectamente, que Rodrigu conteste mi nota COI) una casi-carta, carta-nota, nota-parodia, carta-furtiva: "Yerseau/ 23e degr: Deux chiens courant de [ront".
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saparcn como sujeto. Olnl ob, ,'I'VI\('! )11 oJ,vlll (\.l'O (tU no s aleja d~l mateia1): el reverso y 1(1 v'l'dlld d(ll IJIIIH'l'nllvtl 11\)1>I'rs01l01 el l.a frase descubre al protagonisln dol l'1l111)('ln(\o trunsf TIlu'III<10SI' en ob] to de un enunciado en pastvu: S('I' k-klo (110 1111<'fprlo el ontenldo ,s mntico por demasdo obvio ): O mejor: huh 'r d( sor ledo. Hay nquTf una tensin temporal que los unnlist ns d bk mil uprcnd r a d tcctar . Leer Rodrigu? "11 a le: corur aussi s 'C que SOIl bton c'es: un ig?,ste dans toute Taception du moto SOl/S Hile asrparente belle liumeur, c est un tre [roce ( ... ) il st austique, si ~ersu~sif, .s~,entre~rena,nt. et si insolent, qtt'il a ifr;s succes (de creer a Ernest Seno J.ones. Maurice Sand, Masques et BOllffolls, 18GO). Parlamento desprendido de u~o de los pocos lugares leblcs de las malas pginas de Jones sobre ~l smbolismo. A travs de Polichinela, Puncliinella, me veo conducido -por [ones y por Lacana Punch; en el invierno de comienzos de ~9~8, otra vez en N. Y., conoc a Woodrow "Woody" Gelman, el colecconista de todos los originales de Windsor McCay, el cread?r de,Nemo (una' laguna: habr dibujado -esa pluma rigurosa que no Ignoro la fe?om,enologa del espacio psictico ni la fachada medusante de lo~ raCImostambin frutillas?, pero no hay en el contacto de la ,frutllla la lengua y el paladar un COl'pS morc.el escondid~?: :1abna que renterpretar la sobredeterminacin de la frase de Hodngue que bur;onamen:e coloqu como epgrafe de mi Leer a Freud). v~oody ~e llevo al gan~)e que usaba como depsito para mostrarrne el pnm~r numero de ~a reVISla inglesa. En su casa, las revistas -~udoso abanico qU,e se abra como una peluca de serpientesse multiplicaban: pero ese l~umero de Puncl~.' rasgo claramente "unario" sugera ser a la vez el origen de la multiplicacin y toda posibilidad futura de seriacin,.or?enamiento, sutura de ese inmenso material acumulado. Los coleccionistas, en efecto, no estn. necesariamente perdidos: habituados al espectculo de. 1,a,castracin, son poco perversos, pero como no pueden olvidarla: dllcI~me~te se vuelven locos. Al revs: pens entonces que el personaje d.e hlsto~l,etas argentino ms popular no era ms que una pobre transfon~acl.o~ de Polichinela. Pero si uno ocultaba al otro, ,d6nde estaba el s~gmhcante? Textualmente: "La maschera e il naso" 8. Pero se oqe, SI todo tiene que ver con lo cmico (quien habla de ~n;ico -recuerda Lacan-: habla de fenmenos que tienen que ver con imagenes -Y con mscaras, fue el humor seudo-Britsh de Rodrigu el que me dej recordar la otra letra que oculta el nombre de Jones) lo "que e;t en jueg?, no es sino, va Punch, el significante mayor, el Falo. Aqu todos debiramos ruborizamos (en esto los antiguos, que no ,separaban los datos claves d~ la constituc-in del sujeto de Lis ceremonias colectivas, eran ms s~nslblcs ). l'.!'o hay otra va: Raulito-Di~k. Y aqu sugiero que ~od~lgu 110 )I,IlIII"II,11,1 .i,~lliri(,l\do dC'1 disminut ivo en el slallg yanquI, ya que

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El problema es: qu quiso decir Rodrigu? Se dir: aludir, y no elu-dr, no sin inteligencia, que sus ideas incluan mis afirmaciones (continente, rvere, vientre materno, en Lacan hay una palabra para la cuestin, "habitat"', pero no se apodera de toda la teora). Nada. La ,,'respuesta correcta es: lo que dijo, a la letra (veremos cmo la letra no . -carece de contexto). Esto es, decir su error. Anotemos de inmediato -que en tanto al contestar Rodrgu no dejaba de exponerse, la vocacin (la articulacin -y no la intenconalidadinconsciente) de su nota se ;,revela en primer lugar como masoquista. Yo deca adems: leer a Freud, Rodrigu contesta: "Leer a Rodrigu". Se dir ahora: he ah n rasgo de humor reivindicatorio, o de conversin inducida y lcida de la apatenl?, ' :l1l1ancia en' humildad, etc, Tampoco nada de eso, Para un Jaca.} nno de estricta observancia: no podra pasar desapcrdbiJa la frase 'Jonde Hodrgu enuncia su propio nombre despns el" un verbo en inflitivo ". Desde ]0 alto de la pgina el "Sujeto" (lllodrig'tf/) II()~ anuncia que lo que va a segllir tiene que ver con ('1 /(',\'('II Y ('()Jl S(I de

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P\It.'," ,,1\ tial" 'UI" "11 el f:t1l1(l~O ~)SIC()allalisl~~c H()(~ngll('" el "ne~H "to de Melanie Kl~In, esto. ~s. ~(:s KTclIl1} d~ Melanie Klem (essens~?l(:nal: una campanilla! qtl1t'l1 dijo que los smbolos mudos, cuando lCOnicos", no suenan?') es el modelo que est detrs de Raulito (no menos curioso: en el escrito sobre Raulito, Bodrgu lo recuerda ms de una vez)': "Me vede comparir/ co; la ;naschera ol snuso/ in scena cantando' '(:8: Bocchioni, Rime, Modena, 1634). Pero adems. Dick? Pero no .quiero exagerar! Qu conexin con el trmino homfono en el hombre de las ratas? Se podra decir -sobre el ejemplo de Ella Sharpe reinterpretado por Lacan 9: el Sujeto (indistintamente el tema y Rodrigu) siempre desaparece del lugar donde se esperaba oucontrarlo. Y sobre el modelo de Pegan a tm nio -tal vez el trabajo ms apasionadamente estructural de Freudque el meollo se halla en la segunda fase de la fantasa de :flagelacin -es obvio-o aquella no reencontrada en la clnica. la ms "."" 'profundamente reprimida y que la teora. construyndose, debi re construir. , Pero para decir lo que quiero decir --no importa ahora que no justifique mis afirmacionescomenzar afirmando lo que pienso sobre , Jones; e inmediatamente, repitiendo lo que he dicho sobre Rodrigu: l. La teora de [ones sobre el "verdadero simbolisrno" era falsa por qu era falsa su teora sobre el simbolismo (y por ninguna otra cosa)" Cuatro de los seis primeros atributos que enumera no fueron ms qlle descripciones que inducan al error, incompletas; las dos aparente " mente ms acertadas, banales. Ejemplo (de ambas cosas) 'A Sl/III{IO( i~ a represeutaiioe or suhstitute 01 SOIllC other idea [rom ioliicl in tlie coniext it derives a secondaru sgnificG-llce not inhereni ill itse1f- It is . important to note that tlie flowof signifcance is [rou, the priman] idea , to the secorularq, to the ssjmbol, so that tupcaIly G- more essential idea s symbolised by a less essential; Thus all S01ts of iniport ant things may be represented by a shred of material called a flag" (Papers Gil Psijchoanolqsis, Bailliere, 1948, p. 89). 2, Lo mismo las frases de Rodrigu sobre el archi-Freud, las que estamp en mi breve nota. Quiero decir: son falsas, contienen id('a~ errneas. "En efecto, jones no entiende la materialidad d('l Sigllificlllt('" ;1 1,1 que .)nr-nospreca (relacin de esencial a inesencial eut re la "i(k:l"' P'" m};; ("()))crcta- y el si~~nifici\ntc \ 'o. Y H()drigll~' nic).!;;1 (,1 '.lractcr 1>"""" toriamonte fragmentario y fragmentable del material analtico. ,'\111 1" cual lIiq~a H Freud. Y es aqu donde H(lllrigu IIW "SpCLI. tal \ ,o/ :I,t.:.' zapaclo y en reoerie: .ignora l acaso los deslizamiento dc Sl'1I1l\11l,,1 uso pSiC();lnall ico del retrucano. la alllhi~iiedad d(1 ~lllh()I(I 1'1 II~CI dI'! <1,,1>1<' ~i I"il i('lIdo ,J. IC)~t{-n"illtl,"J l',,, allsolllt" \ ,'11 11,11I1110 b.l\ 01

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de exos usos: I(hlt ".. 11 11"11I11 111111111111111 11111 11' 11 . (1"1111)" y "concebir" (<lo el u 11 111 ) 1"11 '11111111111I1,. 1'.111' qll' (1 ejemplo ya estnlm ('\1 11111I1 111' 1111111,111I 11111 '"111111''''l1d ]0 habra sealado 111) It 1111111 11 '1 \t11 ," 111111,111111 H: 11 lito deseando sin 11ti 1111 111 ItlllI di 1111.1. 111 I 11111111' /11 111'1' dl'lIt( (\(Hpl cos pensados sogt'1Il 1111 1011I11111111110 Id,IIIII' 111111', 1"I/'"rI d('.~l"':t> 1\1111 fmso desdeosa: "S(!XI/(/(f 1I1 (1/ " /111 111 ,le:, 11111 01 dlll lid ItdlS. entr otras, cuando Rodrigu, '.lIJU 1 '"Idn 1111\ 1,1111111111, (llt'llunl" (' udamente si era posible inlr-r pul ru 't : d, 1.111" 1"11 "1':1 p Id 10 <tul -r saber de q 0 se trata"? En ('f,,tn. 1111111'11111I1111111 11I11!en'(\ 1l('111('subsanaba un pistn descompuc '(0. V\'ltlllIl hit ,0,.tl".,t6 <l"/) t, .. .'3 A PlOPSH-O: cmo se las arl'q~1.1 \ '111 "'011"'" IInl'llllg('r pa a (tratndose nada menos que del SII/'1l0). I~t \1 di' 1I1'IH'rdo '011 Lacan y Rodrigu a la vez? 'Tendr algo (lile VI'" ('011 (.1 1110 .iinicnto personal que ha tenido de (, rn Lacan por un lado, dI t. klalli( KI in por otro? O se trata \ del e mismo l~do? "Cancer/ J.5c {I'gr(;: Deux trnes SOllS leurs dais: sur Tu fin chien tres ordinaire {'S! endormi, et sur Tautre, Ult gros rat couronn est aux aguets./ O?': U n rat couronn, accroupi sur un tot./ Personne couronne, houte [onction, trne menac 01. troubles par msalliance, couoreur ramoneurJ Roi Naudoin, reine [uliana, Adenauer, Franco; Juan. prince des Asturies, prtendant aft trlle d'Espagne; Local, Cametm, llitler, Charles Maurras" En efecto, con una capacidad adivinatoria envidiable y con gusto preciso, y en el interior de un escrito, es cierto, cuyo titula era ya bastante antilacanano, Baranger cita, parafraseando y levantando las comillas, el mismo prrafo de Rodrigu qaea nosotros nos haba pare ciclo tan representativo sobre los smbolos mudos y l!'i recomendacin tcnica-terica de no fragmentar el relato; "Ro,d"l"tgu hace notqr muy acertadamente que el carcter "mudo" del simbolo se debe a ftll artificio de la primera tcnica analtica de interpretacin ch los sueos (al coriarlo en sus elementos, e invitar al analizado a que , asocie sobre cada uno de ellos), Se produca as una ruptura dei contexto transjerenciol. El argumento me parece exacto en su esencia" ("El sueo como medio de comunicacin", en Problemas del campo psicoanaltico, p. 199). Ser que la parfrasis de Baranger tiene alg 'm secreto? En efecto: "El argumento me parece exacto en Stl esencia", La': frase, no afirma demasiado? .Y si el argumento le parece exacto. en 511 esencia no ser que en otro lado no lo es? Desplazamiento de HCtntGS'~ .Qu pasar'Lo que ocurre es que aqu se encuentra involucrado y condensado a un alto grado de presin un problema espinoso para los psicoanaltcos y para la historia de la evolucin de la prctica -cuyo desIiuo ('011 I('llla a la perfeccin la expresin "nueva tcnica" -: me refiero :\ 1" 111' .. ,'111 dI' la relacin entre la estructura del material y d anlisis dI' 1.11, 11 1, 111 1,1. 1'f'1'tl qll(' yo '('pa' 111111(':1 Frcur] convirti el pr011" m.i

en nudo gordi.mo ni In tr(\v en repartitora, mucho menos para entregar -el' poder a una 'tcnic,\ fundada en la transferencia automtica, En 'Frtmd b, tcnica se deduce de las propiedades del material' y la resistencia de los avaLHCS d(' la transferencia; como recuerda Lacan jams Freud dej de pcruumcccr ficJ de algn modo a esas metforas de radiaciones, distancias y ncleos a las que refera la resistencia en el momento mismo que se separaba de Breuer, Y que no se nos diga que estamos pensando en un material que existira fuera de la transferencia: ese material no existe en ningn lado, Pero por lo mismo, es necesario analizar el material p'1l'<1analizar la transferencia, Quin resiste? Lo que resiste es la cadena del sgnficante, esto es, como ensea Lacan, la ignorancia del analista y no el yo (confundido aqu con el sujeto dd analzndo.r He aqu al anaJista a la defensiva: quiero decir, Barangel'. Pero entonces, para qu Lacan? Lo que obnubila la cuestin (y Baranger, con ser el ms inteligente, no deja de dejarse arrastrar) par,a los psicoanalticos argentinos, es la promocin exagerada de la relacin "bpcrsonal" (el "trpersonal" que Baranger toma de Pichn no es ms que un nuevo seuelo) que definira el ncleo rransferenctal-contratransferencia] y el "hic et nunc" (rastrese en los Ecrits lo q ue Lacan piensa de eso) de la sesin pscoanalitica, Lo que le ocurre a los argen tinos, y yo no s s al plantel entero, es que han endurecido al mximo el "contenido" del encuadre, En este endmecimiento hay cosas jams olvidadas: horarios, fines de semana, vacaciones, honorarios, He aqu a una tcnica coja elevada al rango de seudoteora. Sealemos al pasar que dos de tres ejemplos que Baranger aporta de su propia experiencia clnica a su trabajo sobre los sueos, se refieren a honorarios 14. Uno estara entonces tentado de preguntarse, puesto que como dice Baranger el sujeto suea incluso de acuerdo con la teora particular de cada psicoanalista -siempre para, y segn el psicoanalista(,cul es el origen de esos sueos -hic et nunc- de sus pacientes? En trminos lacananos estas simplificaciones distraen al ana lista de su verdadero objetivo, que no es otro que ayudar al paciente a articular su deseo, 'lara aplastarlo contra el anlisis de la demanda (sohre d modelo, ni un instante abandonado, jams vencido, de los primeros cuidados, de los magos maternales, de la "castracin primaria", a saber, del abandono; y de las primeras separaciones), -precixn ..Pienso

, Hay un interesante parecido entre estas simplificaci()lIcs y u na cierta tendencia a la simplificacin en tina cxculf urn 1);lsl;llilc nueva. f'1I Donald J udd, y en especial en una de sus esl n 1('1 IJ ras primarias ": Y la misma palabra "encuadre" no carece de resonallcias, las que Jlaman a pensar la analoga, Se trataba de el! bos, d(, poco III;s de un metro por arista: pero tal vez a causa del material y segll1';"!wJllc ('11 razn de esa mxima simplifir-ncir formal del vol 11 1lH'Il, 1'~lh l'ill'III'I'
(J(j

mnumos producan 111I,. I 111 el sentimiento, nada filo, d, 111 II1 rrado a presin, donde 111111111 111. todas con todas, y do".!. 111,.1, 1 .,,1 111 hereja fsica, Lo 1ll1~1I111, I ti si se podra hablar dl,l ,/" ", I t psicoanalistas (ue' In 1111,1,111 ti '" de dnde surge ('~Il d.'1 Id, 111", 110111 , tica donde todo SI' ,,111''''''11 '"'' 1 1 de atormentar a 111111111)','1 1" 11 '.1111111 1 de lo que Rodrv,III' 11111111 1111 1 lid. ", la tradicin de PI'II illltll 1111 Illll' ," " proceso". (la V('IIII'III!' '. I 11 1" 111111 111 ti cuenta, es su J'('VI'II,II) ""11 011 1" .11 que asocie y si In 1/' '111. II .,111 I 1, '" "" .111111"1')'.1111111111 ,,1 111111111,11 en "eslabones" SI'Pllllldll' 1111 1 11111 1"1"1'" .,1 " IIlIt, 11)' 1/111'.1"dnl nido =-rcducido 11 11 11111'1111',1111,1", d, ',,1'. (l1I1,'s 'Sil IIlIid: de significacin. I':~I() 110" I"1"'ld, 1111 111 "'VI" In a ufirurar C]IH. lampo es "Melanie Klciu, Y (11011 P" 111' .1" ((lit n.Odrigucl no lOJ1\e el dcfinitl su ocurrencia sino, y Itd('I()SIlIIl('nIC, de las primeras cornunic : , iunes de Melanie Klein dOIl(le /'sla observaba (IllC el significado de .:, juguete cambiaba al cambiar la situacin de interpretacin, En cuan .o a Baranger, y cuando sugiere la idea de revisar la meta psicologa Freudiana del sueo, y levanta para eso la imagen (contrarindose a e a instante: es lo mejor de Baranger) de la lucha pica del sueo-en-si vs. el sueo-para-el-analista (con menos suerte que otros Baranger no puede desprenderse de Sartre: la imagen de la mala fe del analizado ':'. ' torna inolvidable) no hace ms que saltar de nivel para acompaa. .i paciente en sus ilusiones imaginarias (el anlisis de la mala fe pe!t,et nece a ese nivel) para guiarlo desde una perspectiva coherenremnte pre-freudiana. Seamos ms justos: no es tanto que Barangerconfurida los campos conceptuales y los objetos de conocimiento; lo malo es (tu?;, siempre ha tendido a fundirlos (en el sentido psicoanaltico de la . x" ' presin), Rodrigu, contrarindose menos, alucina a veces algunos rugares inexistentes de la obra de Freud. Una nota al pie de El contexto del proceso analtico-no deja de ser, en este sentido, una pieza ~le, cU,riosidad: "Interesa comignar que cuando David Rapaport reaLIZO !~rt estudio sobre los estados de conciencia, se eniple a s mismo Cuino obieto de investigacin. Freud hizo otro tanto al estudiar ese estado de conceltcia que llamamos s01ar"( p, 21), Todo para defender la pareja (f,t'w nbinudar") transfercneia-contratrl1nsfcrencia c.ontl:a la illtel'J!relal'i," .1, lo~ Sueos: [pero Freud, que dio claras indicaciones tC:I~l:as 1111111111 1/11' tI,' '1111'HIJdrigll/' ('oll()('rra r-l prohkmn, 111111('(/ ('~tlldlll d ~(JIII/I I Ir/I/" d, 111111 i",l(',,'
I

..
.. ,
Quera decir: que como es el caso de Rodrigu y de [ones, yo tam.bin podra estar equivocado, y que ~odrigu poda decirlo y sostenerlo .Esto es, de la misma manera que yo digo y sostengo que l y Jones (salvando las distancias) estn los dos equivocados, y en ms de un 'punto, En cambio, qu hace Rodrigu? Debo decirlo (si "flota ldcarriente" no es por razones de tcnica sino de humildad}: le pone los pp.ntos a mis "i" (conoca la significacin del nmero imaginario en el . lgebra lacanianai': es improbable). "P tutte SOllO prncipe/ pe tutie so signore/ solo per lo mo pubrccco/ [edele seroitore" (.annimo?). ,.Rodrigu me seala un error que no podra desdecir lo que yo he afir".;maclo, por ms brevemente, sobre su pensamiento, sino que al revs me c~~mfrrna (me confirmaba: el imperfecto espaol no es del todo dis,tinto del Iacaniano}; me baya yo equivocado o no. Lo he mostrado: mis 'puntos y mis "i" permanecen aristotlicamente en sus lugares ade.cnados, ya que Ballesteros ha traducido correctamente en este caso y atendiendo a la atencin que Freud prestaba al signficante. Pero esto carece de importancia aqu puesto que el entredicho introducido por Rodrgu se refiere al hecho lato del error (hecho bruto y aislado; puntual, habra que decir para enfatizar su semejanza con el olvido), su sealamiento, puesto que si yo me hubiera equivocado, ello dejaba fue"ra de consideracin la relacin del error con las ideas que entenda 50S.: tener con el ejemplo. J ntencin de humillar? 5610 en un sentido. 'Pero . ": no a m, no hay que 'equivocarse, puesto que como ensea Lacan, si :j, ".damos que el sujeto -el ejemplo de Rodrigu viene al dediHose 'identiftr al agresor, perderemos seguramente Ia estrategia de la articulc:' sistarnos de cualquier manera: de haber alg{m error en mi ejempI", e no quitaba que yo poda haber optado entre otros exstentes n la obra de Freud y segllir sosteniendo lo que sostena. Surge as algo oscuro (u]a letra Iacaniana ) en todo esto; la furtivo-carta, esto es; la mirada-furtiva (giallce) de Rodrigu contiene un mensaje de extra:fia.aparenci~ (absu;do, dira Freud.: se sabe lo que vale la palabra en el contexto freudiano), pero que no podra permanecer indescifrable para quien supo leer el captulo tercero de La internteiucin .de los sueos. "Usted Masotta -dice su primera parte- se ha equivoca,"~o,"incurri en error, lo quemuy bien prueba que yo estoy equivocado." ~Cmo no reconocer la presencia aqu de esa conexin --seiahda por Freudentre irona (esa estructura que describe la retrica) y los .olvidos? Se recuerda el ejemplo del peine (hombre de las ra\;\s): p:\r " tie!\(' . de l se puede negar a comprender el 1l10Vill\~'III(l(1<, ~\Igllr"l' ..:_estruc! liras freudanas. Pero se percibe ya la illtellcin iIICOIlS('iI'lIl\' (!'I de xcfialur el error inexistente: se percibe a la vC'/, 1,1 p:"'('t'ido ,'(111 el olvido: en el olvido 1111 eslabn falta a la cadena dol <lis('lIl'so <111 sujeto, nlicnlra~ <lIe ('11 (,1 riell1plo en ('11(',1 it')1l.,1 SlIjl'lo sl'li:.Ja 1111 (' '1:1
1

1 "U lid I111 11 d,l 11110 '/111 1 I 1.. 11I 011 '('le IIt\l d\ poner .en eviclcu ,11\ Ijll1 1111 11 plll\1" tl H'lillO 11\11111\\\ 1 slubn}. Cl~ 'mino por el cual In l'lopn Ir ,'m , IIJlI 1'I'tI "11 "Slll otrll, S()~lIr\<lo ! ompo clausurado dI' 11 UlI'.III\ dll : 11111 I'Hnll1 )' dOI\(1I: el sujeto arli '1l~1I su demanda: "l'ro "\HilO "OIIlf\ICI 1111 ('1'1'\)1' '011 respecto f\ so error (el de .fVrasotta) E'S ~ll\l' I~O ''',lo' ('(ldVIH'lIdo, I~ snh '.1', 'lile c.n el "oiv.e1 terico 'rnis ideas (1.1:; d(' I\II\\igllli) sohr' <1 simbolismo, existen . Se sabe lo que pienso slll ro 111 '\1(' li,,: II!I{ no hay ideas sino una interpretacin ideolglca (k la ('x})/'ril'II(:ia .llnica. Ahora bien, sugiero que .entre . nuestras d.os prnposidolles y la oxpresinde la primera y la tercera fa~e de la fantasa d(' flagelacin (pie Freud describe en Pegan a ';,in nifo existe ll!P'llIl:l conexin. Solamente que el orden est invertido: nuestra prirner.t c~rnjJ\)sicin corresponde a la tercera fase de Freud, mientras que la segunda proposicin, a la primera fase. La segunda fase de Freud, la que no tendra parangn aqu, 'est en verdad presente desde el principio: ella nos permite adivinar el origen -siguiendo al. pie de l.a letra a Freud-. de esa mana paranoica 17 de litigio de la que DO est exento (~i error del error de Rodrigu. Recordemos las frases de P't'eud y' sus signifieaciones:

bn- que no Iult

Ira. El padre pega a un nio/ Significacin: El padre pega a t::n nio odiado por m. No quiere a ese otro nio, solo me quiere a m. 9..da. Yo soy pueslG (1''''0 te 31'3. Alguien cip: Et padre golpeado por mi padre/ Significacin: No, no te qui~l:"e, pega.. ' inc81 ~el padre o un subrogado-. pega a un nio! Sg9 pega al otro nio y no quiene ms que a m. ,

. ;rdr

Recomiendo al lector que sga el razonamiento desde la. Iectufs dd texto de Freud. En resumen, deca Freud, hay aqu. sentimi~n~o d:e culpa (pasaje de la primera a la segunda fase), conexin de ese sentmiento de culpa con nulsones libidinales edpicas (de ah. GlU;";l la se~ g:unCia fase aparece reprimida), y emergencia de la fantasa a raz de la aparicin de otros chicos o hermanitos que concurren con el sujeto '. fantasa" en relacin ., con e 1 amor { d el 1 1.~ Y no menos . . "''''. r,-(", de la padre. importanse -pensamm siempre en Rodrigu-: Freud agregaba que la fantasb. (~dica solo por su forma) de flagelacin, es ajena y r~dl~za la visin real del castigo: la intencin inconsciente es de humillacin, pero al mismo tiempo' repudia que se lastime a. los personajes de la e~cena. En la fantasa, en efecto, es el deseo y el significante los que estn en juego: el registro de lo simblico y no alguna cosa real, ni Husada, l,li imaginaria. La cuestin plantea el difcil problema del verdadero status (k la fantasa y no est ausente para nosotros ya que no abandonamos (\1 IlIlllIlIp.;{n,Se ve en parte, en Hodrigu, cul es el deseo inconsciente (1,1 "'11111<1("1"0 "capitalista") del deseo' realiz:ldo (wishffll) d cometer 1111 111111 ,L dlll",,"',li('n: Id prolq!.'r iI Sil ohj('\') ('11 I",t(' ('I\So (l.l\fll
b. .

sotta ) el sujeto ,J":"lp:lfcce del lugar donde aparenta estar, ya que en ning.1l momento alaca menos que ah donde se muestra atacando, Cuando el tema el! cuestin (suietj entra, Rodrigu (sujetado) sale, Se podra decir tamhin que a Rodrigu le ocurre a la inversa de Hall lita: cuando "obtiene" el "objeto", ste se le torna "bueno", Pero como de cualquier manera no se carece de odo psicoanaltico se entiende por cules desvos tiende a artcularse el deseo-de Rodri~u y cul es el aura (en el sentido mdico del trmino) de ese deseo: "Ah ... , 7(/,~ alas enfermas, cansadas tempranas del pjaro del crepsculo, 011 dandij. aguardando en la arena, soportando en la playa la cada del -lti1l1o da .. .l" .

serpiente secconacla qne no 11111('1'1' "", \ 1111 1"" di' 111' do, (hay que moverlos) probable y rcnltv.uln ('!lY'1 Plodlll'l() l' ", imagen especular de la "S", la sigla la .m 111111 1 d.1 ,'Id.-III 'Itl( )101 111111111 Ionia alen;ana introduce al Ello, Es, fJ'('lIdinll"i' ""111 h t' 111 d. 111 1"1 h, preciso escuchar:
trozos

pticos,

--.S? =Ch vuoi? 19 -Leer a Rodrigu. ~S? -Basta =es la rplica de Rodrigll{

<k IIdISt':\! l~,


("1:' ,

Es que Rodrigu, cama dira Lacan; debe una muerte. Pero dnde est la deuda, quines son los hermanos, quin es Emilio Rodrgu? En cuanto a aquel que Lacan llama el "interlocutm eminente", yo lo deca: no hay duda que participa en el juego. Con un par de interrogantes Althusser nos ubicar de pleno frente a las respuestas (y quienes lo han Iedo saben lo lejos que est de complacerse- en cierto uso de la literatura): "Quin era por consiguiente Freud, para haber podido, a la vez, fundar la teora analtica, e inaugurar como analista nmero uno, auto-analizado, Padre originario, la larga filiacin de aualistas que de l se reclaman?" (Freud y Lacan). Como Nietzche, como Marx -contesta Althu'sser- Freud era hijo natural. Pero Gran Padre primitivo, no ha convertido al conjunto de sus hermanos en horda y a cada uno en hermano? Apuesto que por delante de los ojos de Rodrigu . tuvo que pasar un da - y aun en el caso de que haya apretado los prpados para no ver- una fantasa de flagelacin donde al menos unos de los oficiantes de la pareja era un psicoanalista: Pegan a -un psicoanalista! Falta un punto. Debemos buscar todava, para alcanzar el verdadero , acento freudiano de arbitrariedad =paroda, pero no nos divertamosen el tacho aparente de los restos (en psicoanlisis puede no haber desperdicios), la sancin de la letra. Lacan observa que el su jeto de la fantasa de flagelacin descrita por Freud no puede en verdad identificarse ni con las figuras que ejercen el castigo ni con quienes son Oage lados. Si es que con algo puede el sujeto identificarse -colldnyeno es sino con el instrumento mismo del castigo 18. Pronto, ,dnde est el l{ti. 'go? Se ve: ah donde exasperado por el dolor de la existencia )' la fah:l del sentido el poeta de la audicin coloreada exiga una mucrt, snli ci!;uius por la sobreabundancia de la significacin nosotros buscamos al significantc. Contestacin: en la primera Irnsc-palnlira illlC Ho(lrigl'" sella clcba]o de ese ttulo en iufinit ivo donde pcnosall;('llte deca ~II deseo. r:s el seing lacaniano, firma y marca de la hh~lli(' frl'lIdiall:l. ~,Cmll llamar ('11 efedo a esa "S" )' a ('sos dos illll'IIII"IIIIlIIIl\ ;\11011'11
I!)

ese lo mejor, de,


nl

infinitivo

(cfr., en efecto, en

El deseo y su interpretacin la probable

frmula tipo de toda inimagi-

nable articulacin verbal del deseo). No atacbamos a Rodrigu, lo dejbamos hablar. Porque es cierto: Rodrigu tampoco me ataca, me cuida, y seguramente ~ue yo podra: haber contestado con un saludo no desprovisto de afecto 20 a esas Ineas que envi a la revista de la Asociacin de Psiclogos. Si bien, tambin es cierto. habra as obstruido, enmascarado su deseo. Prefer! no hacerla. Los caminos a veces se cortan, pero no carezco de empresa. En; cuanto a mi propio deseo, se ve, si no dejo de ocultado, no oculto que lo oculto (no es decir mucho, es cierto): las generacioneS:, las vi~jas, el respeto por los coleccionistas, la lanza 21, silbidos, serpientes, la muerte, la transformacin del pjaro hegeliano, el destino de una cierta minerva inexistente. Pensaba en Rodrigu. Pero estaba mal. Pero aun, y si la neutralidad -como enseaba Freudno excluye el deseo de quien debe ejercerla, la aparicin del deseo de aquel que ~10.~staba en cuesti{)n no arrastra necesariamente el error sobre la apreciacion ?eF deseo de quien lo puso en evidencia (ver la introduccin del libro esc:'lo CO~I Bullit sobre el presidente Wilson ). Un da las cosas rccobrarr un ms recto cauce.

70

/1

'}:,eyend(> a Rodrigu : obseroaciones


, \

tericas

Pe:;o Hodrigu no es cualquiera, es un hijo de Freud. Y de una l1Ia,l,'I' brillante,. C:laJ;d? ~e lee el relato de su trabajo con Raulto (El ontfi../\ .de UIl esqmzoFe~l1co de tres aos con mutismo) no se puede dejar d,. reconocer, en p):~mer lugar" parte de las :nism~~ virtudes qne La(':ill recon.,:('e en los excelentes informes kleinianos". El concepto de la ,') pO~l~'l?lI '-como en Dora- no se aleja dernasado del desarrclk- d, I anlisis, y se percibe, en ('feclO, esa espiral de la cual I abla Rodl"t'" en otro lad~, la forma tal vez de h dialctica de ese tlinogo -e1Ojll gueres v palabras qnp rlefjnc el campo <If'1 anlisls kleinhmo. Bo~hj '"i no,.~s LeI~ Gr:lb{-'lg. ~l HO(l~ig,:{~ el relata dr-scriptivo -la '11/'1"\';'" ~aC101!-. del, paciente ru s,) confunde con los tminos ~erico~ d . 1.1 ,m~erpretacjon, ni Se confina demasiado en el comienzo de su. rolnt Mientras 'Si) es una y otra vez, 111:1S , "'1 ] el anlisis se dC'S.",l)()II,l , e' ' e,... '11('1'0\1 . mr cana vez, vuelto a presentar, ~3,~~:llJdonosen su relato nos ser posible evocar el movirnientn d, I anm.sls de Raulito, Aprovech0remos para indicar algunas coincidt.lld 1 parcl~Je~ entre el anlisis kleinano y el anlisis Iacaniano, al '/'11'1' .que indicaremos algunos puntos qHe quedan sin explicacin en el 111 forme de ~{)drjg.u -quiero decir, que nodrig",,~ lO 'oculta-; sef;;ll:1I1 mos :~l mismo tiempo otros t~pos de ausencias -son hs Que der', 11 .dferencas tericas .que jams se {li~cuten--; cos rerr:cnh.)_:-~!n~J~ f'u mente desde cierta sombra que al fDa de'! ;nfO,ill'" , ""C~'" Cell'II'II J....., (,e la figura. de, la prctica (la <Iue no justifica la armadura tei icu f(IU Juego Rodngue se construya) hacia la crtica de ese bosquejo tk I 111 t ' l' . 1 r. eOr,l<l aCI. sim )O,lSmO ( presunta, segn nosctros ) que se pod .Iu 1" I 'segun los autores, en el libro de E. Rodrigu y G. T. de Rodriru{'.
_ __:.o ~C4.I. '-''-'..... _ "1

"\debnte quienes hablen entre nosotros del simbolismo y del sueo, no rarlo: Lacan ha sido citado, que yo sepa, por no ms de dos' o tres -en la Argentina. Bodrigu, en este sentido, y sin proponrselo, toma ,listin!~uindose de ellos Rodrigu ha citado algo que tiene que ver con Lncan.
\

podrn Ign,)psicoanalistas la delantero: efectivamente

En Leer
,ro

Freud. V.ise Lacan, La Famille, Encyclopde Francaise (ed. A. de Monze ), Vo]. VIn, 1938, ~ e Vase el seminario de Lacan sobre El deseo y su interpretaci6n en el tomo 06 nuestra coleccin Lenguaje y comunicacin: jacques Lacan, Las formaciones del inconsciente, Buenos Aires, Nueva Visin, 1970, / En el nivel de las formas verbales remitimos al lector a las reflexiones de Lacan
(1 T

sobre el futuro anterior y sobre el imperfecto francs. La cuestin, status lgico, se halla en "Le temps logique et J'assertion de certitude

aislada -ensw-nntcipe", en

Ecrs, 1966, p. 21.5-228.


Es el ttulo de IIn captulo del excelente libro de A. G. Br:lg;glia, Pulcinella; '. Roma. Cherardo Cnsini, 1953. Ha pasado el tiempo de las erudiciones bastante inmensas, la poca entre 1910 y 1915 donde se discutan las cuestiones del smbolismo (quiero decir, en el campo de la teora psioo.malttlca). Pasados los aos Lis cuestiones permanecen. En efecto, ser difcil construir una teora completa sobre el simbolismo sin transitar por la figura de Polichinela, las mil encarnaciones ,del smbolo Ilico unidas a la historia del espectculo, los dichos, la maginere, el verso popular.
Ij SIl

" Eu El deseo

interpretacn:

'" Vase nuestra nota "Qu es el psicoanlisis", en Los Libros, Bs. As., Hleg, NQ, ;:;. La cita de jones que all hemos aislado vale no slo por la actitud te6rioo .de jones con Freud, sino tambin por todo el famoso artculo de jones de 1914. ,. En "El anlisis de un esquiwfrnico de tres aos con anttsrno", NU60as dircccic~le~ en psicoanlisis. ' '''' lbid., p. 175. Volveremos sobre el pasaje. lO En El contexto del proceso psicoa";alti~~, ,. Cfr. en Problemas del campo psicoanaltico, p. 179-,216. Pero escuchemos a,Alth::lE:ser: " ... la teora [reudiana, la tradicin didctica suspendida en Freud y, 16$ eCil" dieiones econ6mieas y sociales (el status social de sus "sociedades" estrechamente ligadas al status de la corporaci6n mdica) en las ctulles ejercen? En qu medida los orgelles histricos, las condiciones econmico-sociales del ejercicio del p"lco,anlisis re percuten sobre la teora 11 la tcnica pslcoanaltica? ~n qu meida sobre todo, ya '11/e tal es por cierto la situactv de hecho, el silencio' terica de los psicounaiistas sobre esos problemas, el rechazo terico con que 'esos probkmM son tratados en el mundo naltico, afectan la teora y la tcnica anaUUcCis en S~ contenido mismo?" (Fr;'ud y Lacan') , " PIlTa usar lo que podramos llamar el gellitivo, no exactamente su,bfetloo, de las galeras, tal corno funciona en Ia jerga: Don Jucld, es un artista a:e Leo Cahei1";---' <le New York.
,., T.:lS analogas con las "artes visuales" (si es que 'tul cosa existe) no carecen de .,nl('( 'dllllk' ('''"UelO se trata, en 'psicoanlisis, 'del "encuadre". Conf;:nteso el cap1\110 (1, 1\1,"'1"" I\llhl( r s\lf.(estvamente titulado "Ilusin y Iusn" en El papel do ln lIu'/ll" 1'/1ItI jllllll'U'f,l" do $(",1)0[08 (recoplndo en el rnisme tomo que contiene <,1 ,,"\',d" ti, lI".I("",' " 1"" n "lilo). No ('s o('i()~o "'procl\l ,11' 01 pnsn lc: "C'I(",r!O

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.Notas
,:. \"""~ por ejemplo la ingeniosa. jusl,' --tambifl incompleta, del ll'<lilt".tor-interpretacin (lile hnoe Ballesteros del "\\"'sp,,"
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,;on.,idera" .,s qlI conceptos tellemos disponibles como herramientas para peusn acerca de este- proceso de fusin o identificacin surge oboiamente el de [antos!n, dado que slo <1" la fantasa pueden .dos objetos dismiles fusionarse en arIO. Pon, este concepto no es lo bnsfrlllle especfico para a;arcar el [enmeno, tambin lfV requerida la palabra ilusin porque la misma implica que existe tIna relacin CIlIO un objeto del sentimiento, aun cuando fantstico, dado que la persona que producr ~. la [usin. cree que el objeto secundario es el primario. Con el objeto de llegar u com prender ms acerca de 'la palabra ilusin me pm'eci til considerar su pa iu-! en una obra de arte. Yo me haba interesado ya, cuando trataba de estudiar al~1I 110S de los factores psicolgicos que facilitan u obstriujea la pintura de cuadro. en la parte desempeada 1101' el marco. El marco separa la diferente especie el, realidad que hay en S1< interior de la que hay aiuera, pero tm maTCO tmpor espacial limita tambin la clase especial de realidad de una sesin psicoana!ti('(1 y en el psicoanlisis es la existencia de este marco la que uosibliita el pleno d,',\ arrollo de esa ilusion creutioa que los analist as llaman la transferencia" (pp. 97-98) Como en Sh.ikespcare o en algunas novelas donde hay muchos asesinatos, aqu hl1) de todo: a). 'la fusin entre realidad e imagnario (la aguja en el corazn) qno est en la base de las eCtI:'tcjonessimblicas, b) una concepcin nicamente dU1l1 del origen del smbolo: adentro-afuera, imaginarfo-rea], e) la imagen de la sesin pscoanaltca como campo cerrado, cercado cn este caso por el "marco" del CII, dre. Se entiende al mismo tiempo cul es el sentido que los trabajos de Sartusobre lo imaginario ejercen (a distancia, pero tambin inconscientemente) so],,... algunos. S bien Sartre distingua entre conciencia de signo, percepcin ) conciencia imaginante, su esquema' era en lo esencial tambin dual: o 1>1." cepcin o imaginacin. Esto es lo que siempre le reproch Merleau-Ponty quien hablaba en cambio de los aspectos diacrticos (Saussure ) "del . sigilO Engstico, ello, es cierto, sin poder integrar nunca a su pensamiento ese campo de significantes que constituyen la estructura (relacin fonnal, incorporal, df rencial del significante al significante) y que Lacan llama' el orden de lo simb lico. En cuanto al parangn con la plstica segn Mario Milner, era lo que dedil mos: qu pasara si los analistas reflexionaran un ala sobre los "combines" dI Rauschemberg o la msica de Cage con instrumentos preparados? Los cuadros 'jll blanco de Rauschemberg (datan ya de quince aos atrs) de los que Cage diju que resultaban excelentes campos de aterrizaje para moscas, "\Vhite painfing 1tl!<!1I tvhich no image -in [act, no mark: 01 any kindcould be defected" (c. Tomkn-, The Bride and the Bachelors, Londres, 1962) constituyen sin duda el mejor crterlo para valorzar las reflexiones de Milner sobre el "marco". En trminos acanianos lo que falta a esta concepcin ilusoria del efecto de ilusin producido por el encuu dre no es sino el Otro con mayscula, esto es, la sede del cdigo y de la estructurn Observemos adems que la comparacin de Milner en verdad tiene poco que vm con la pintura, la plstica o las artes visuales; pertenece ms bien al rea de 1" decoracin de "interiores", Notemos asimismo una frase donde S11 pensamiento :Uh' , lgico temblequea sobre' sus objetos (marco o encuadrei'}: "Yo me habla int en -sado yll, cuando trataba de estudiar algunos factores nsicoliiaico que [acillt an ti obstruuen la pintura de cuadros, en la parte desempeada llar el !lllIn:o'. /r.1 l'" cu.ulro, as definido, facilita u obstruye? Rodrigu, un poco des(,()lll""IO <'0" 1" ",,,t:slin, ha propuesto otro enfoque sobre el encuadre: volveremos sol ir ('.~tt. ll""'" cuando reflexionemos sobre la "numerosdad" de Rickm;in-Roclri:II, y s"l", 1" definici6n primera (1Ue Rodrigll da del encuadre .
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pasaje entre el masoquismo ergeno y el masoquismo moral. Es posible que en ,,) caso del ltimo toda situaci6n de "concurrencia" y competencia pueda reactiva~lo o explcarlo. Pero quienes hayan ledo a Bodrigu y coincidan con algo que repite a menudo, encontrarn ms razones para no tomar en serio nuestro parangn. En efecto Rodrigu avisa muchas veces que tratndose de grupos, no hay que . 1".'0;:. vectar sobre el nuevo objeto las articulaciones del grupo faJl)ilia;. E~..exa~~mente. o que, al revs, tratamos de hacer: solamente que el gr~~o ~qUl en ;uestton es l~ corporacin de los psicoanalitcos y el padre en cuestin -es Freua. No es por casualidad que Rodrigu -'-por otra parte=-, quien constantcm~nte muestra una figura muy superada de Freud, aqu -litigandose muestre fel. Es exacto en efecto que 113. lengua de las palabras del sueo es fundamental. Yo me pregu~to, 'cul es la relacin "ntrapsiquica" de Rodrign con la figura de Freud y con ?l Nombre de Freuc1? La pregunta, se ve, es legtima. Recomiendo por lo demas que el lector recorra con cuidado la pequea nota de Rod~igll: si sabe' leer, a. ~a letra encontrar ah un indicio de las escaramuzas de Rodngu con el pall0l11111lCO en cuestin (la palabra aqu es una y la misma en espaol y en alemn). , "., Cfr. Las formaciones. del inconsciente. ao Ibd.
ao Tratndose de psicoanlisis y de psicoanalistas, se sabe, los encu.entr?s cas~ales, fugaces, las ancdotas, no son de mal gusto (cobran .un aire de historia, sugler~n siempre que tienen que ver con la historia de la doctrina, y. esto por las c~ract~nsticas de su trasmisin). Conoc a Rodrigu en casa de Annmd~ Aberastun, a fm~s del 63, no me acuerdo, o en 1964. Pero sera de mal gusto aqu declarar en cambio todo lo que yo deb entonces a Arminda Aberasturi (he contado en otro lad~ que entonces me mora literalmente de hambre) y a mi querido doctor Ennq~le PI;hon Rvre, quien puso en mis manos la separata del Bulletia de Psyc.ho.logte e?!ta~o por el Grupo de Estudios de Psicologa de la Universidad d~ Pars, .fumado 9~. puno y letra por Lacan y que contena su seminario sobre las formaciones del mconsciente". Tuve entonces la oportunidad de cruzar algunas palabras con Rodrlgu, quien regresaba, creo, de los Estados Unidos. Recuerdo e~ .estilo: a~ento y caute{ laso distante y permisivo. Arminda Aberastur, y para facilitar el dilogo, le ;pregun~a su opinin sobre Lacan. No recuerdo los trminos de su respuesta. No recue;do tampoco si Rodrigu pretendi un desacuerdo sobre el supuesto de que lo habla ledo. Recuerdo en cambio que habl de Susan Langer. Hablbamos chi~o el, uno para el otro. ~, Ni San Jorge ni el Dragn: como en' el chiste de Freud "Where is the savouri'";

Cfr.

"Pegan

aqui

medacones
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en priuu-r lll)!llf

un nio", O. C., Biblioteca Nueva, Tomo J, 1 !-)</H, )l. II/j 1, 1111\ difciles de resolver. Las fases descrtns por FI'Ilid ,'0" "~II),11 l. " ~"('t.,s d('('rnlnfldo, S"""i1,"""t,,. 1'1)1'(11111 ,.",\ (11.,,,,, qlll' 1111 "'11 I

lacaniano o no, repar en la gafe; es un caso poco comn de represin colectiva. Porque, coo!, Anna Freud soaba en alemn. Me detengo aqu porque esta polmica con Masotta fue importante en mi vida y tal vez, junto con el huevito del cuc, estuvo en la base de mi dificultad posterior de leer a Lacan. Por ese tiempo muchos de nosotros comenzamos a leer en serio textos duros, difciles de digerir. Althusser y Lacan encabezaban la lista. Althusser, en primer lugar, ejerca su terrorismo ideolgico; l circunvalaba el mundo con una prctica terica que era cosa de pasmo, entonces vos, que slo fuistes a la facultad de medicina, te queds pagando. Althusser era un dspota que te deca que nadie sabe leer, excepto Marx y, tal vez, Spinoza que hizo ciertos progresos con "Mi Mam me ama" y otros textos simples. Entonces vos, que les para el carajo, te sacude un calambre generalizado al informarte que se requiere una doble lectura de El Capital y que la primera de ellas consiste en leer los cuatro tomos, palabra por palabra, lnea por lnea, en varios idiomas adems de estudiar, lgico, en alemn, pasando, como dice el guacho, "por las ridas mesetas de la distribucin simple", para remontar el majestuoso Iguaz de la plusvala. Y una vez que has preparado el terreno con esta lectura laboriosa aunque ingenua, tens que empezar de nuevo con las obras completas, pescando entre lneas, escuchando los inaudibles susurros y murmullos, en la bsqueda de lo que sin decir dice y vos te pons verde y comprs El Grfico. Otro tanto me pasaba con Lacan. Me resultaba difcil de leer. Hay que entrar, vencer las resistencias, volverte un lector hembra, como recomendaba Cortzar, dejarte impregnar por lo nuevo. Y yo, en 1969, no era un pichn de analista con mis 46 aos. Yo ya era rodrigueano de pelo en pecho, con nombre hecho, lo que es, admitmoslo, un peligro. El asunto se complica porque creo que Masotta tena razn en su apreciacin global de mi trabajo. Sent el aguijn. Haba un cierto guitarreo de mi parte. Tal vez, al escuchar la crtica, vislumbr, con un dejo de temor, que nuevos cdigos se avecinaban y que la hegemona kleiniana estaba siendo amenazada. Nunca nadie me haba confrontado antes desde esa pedana terica, tratndome con una falta de respeto rayando en la insolencia. Ya en la poca intua que Lacan representaba una revolucin cultural. Del mismo modo que en el captulo sobre Melanie Klein, de mi biografa de Freud, hablo del huracn kleiniano, ahora se anunciaba el tornado lacaniano. Yo creo en la progresiva sofisticacin del pensamiento. Klein jugaba con un mecano nmero IV; Lacan, con el V. Por eso sent que Masotta me colocaba en el corral de los dinosaurios, sensacin bien inquietante, ser un dinosaurio a los 46 aos... Tato Pavlovsky cuenta una historia interesante: l era campen sudamericano de natacin estilo mariposa y cierta vez, cuando va a correr los 100 metros, se encuentra en el andarivel de al lado con un buen nadador que no era mariposista. Qu ests haciendo ac?, le pregunta y el otro se sonre delicadamente y relaja sus largos brazos. Larga la carrera y el intruso gana por varios cuerpos; era la primera vez que Tato competa frente a un rival que corra con el revolucionario estilo delfn, con el mecano acutico nmero V. Resultado: Tato colg su malla. Masotta nadaba el estilo delfn de Lacan. En el trueque de mecanos se produce un pequeo salto epistemolgico.

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