Identificación y Melancolía
Identificación y Melancolía
Identificación y Melancolía
Profesor Gua: Esteban Radiscsz Profesor Patrocinante: Roberto Aceituno M. Autor: Nelson Espinosa Bahamondes
A cada uno/a que acompaa mis vaivenes. A cada uno/a que da luz y lugar al nacimiento de estas ideas. Ofrezco estas pginas con afecto y gratitud.
El agujero hace tiempo, mucho tiempo que les doy la funcin esencial en cuanto funcionamiento de orden simblicoDeus gravita mundum, y a continuacin: ex-nihilo, qu quiere decir esto? Quiere decir que el vaso l (Dios) lo hace alrededor del agujero, que lo que es esencial es el agujero y porque es esencial que sea el agujero, el enunciado judo que Dios ha hecho el mundo de nada es, hablando con propiedad, Koyr lo pensaba lo soaba y lo escribi, lo que despej la va al objeto de la ciencia.
J. Lacan (1965)
INDICE
RESUMEN
INTRODUCCIN 1. 2. 3. 4. 5. Antecedentes Formulacin del Problema Relevancia del Problema Plan de Argumentacin Fragmento clnico: NACIDA MI(O)MA
7
9 9 11 15 16 20
25
LAS PRIMERAS REFERENCIAS Aoranza Psquica: regresin anestesia y dolor. La hiptesis Neurolgica: repliegue psquico y autoreproches Suicidio y melancola DUELO, MELANCOLA Premisas de la melancola; prdida, ambivalencia, regresin, prdida del sentimiento de s
25 25 26 28 30
33 36 40 44
3. 3.1 3.2
EL GIRO IDENTIFICATORIO DE DUELO Y MELANCOLA Narcisismo e Identificacin Narcisista El supery melanclico: de la recriminacin a la denuncia
50
50 51 52 55
2.2
57 59 62 64 67
2.2.1 La contribucin de Ferenczi respecto a la nocin de introyeccin 2.3 3 4. Identificacin de la Masa NOCIN DE IDENTIFICACIN PRIMARIA EN FREUD IDENTIFICACIN: INTROYECCIN INCORPORACIN?
73
73 74 74 75 78 80 82 85 87 90 92 94 98 102
1.1.1 Continuidades/Discontinuidades con Freud 1.1.2 Referencia a la Gestalt; surgimiento del yo (je) 1.1.3 El vuelco del Narcisismo Primario 1.1.4 2. 2.1 Asuncin jubilatoria de la imagen ante el Otro: No todo es objeto de mirada EL ESQUEMA PTICO Investimiento libidinal, imagen especular
2.1.1 El Otro Materno y el (a) 3. 3.1 4 4.1 4.2 IDENTIFICACIN AL OBJETO a Pasaje al acto / acting out IDENTIFICACIN PRIMARIA: Referencia al padre primordial Identificacin al trazo unario Yo Ideal /Ideal del yo
105
2.2
119
CONCLUSIONES
125
1. 2. 3.
TAMBIN EN LA MELANCOLA: FREUD LACAN. UNA IDENTIFICACIN EXCEPCIONAL INSUFICIENCIA PRIMARIA Y LGO MS a
BIBLIOGRAFIA
136
RESUMEN
El abordaje realizado por Freud respecto al desarrollo de la melancola da cuenta de ciertas tensiones tericas que, pese al vasto desarrollo realizado, deja mltiples inquietudes planteadas. La interrogante que dirige nuestra investigacin se enmarca en la compleja relacin establecida entre las nociones de Identificacin y Melancola.
La siguiente investigacin terica pretende realizar un trayecto crtico sobre una seleccin de textos psicoanalticos, que han permitido construir un andamiaje conceptual en torno al mecanismo de la identificacin en la melancola. De esta forma, intentaremos dar cuenta de las contradicciones y reveses que ir sufriendo la melancola al adquirir la Identificacin un lugar fundamental dentro del desarrollo freudiano.
Se analiza el surgimiento y desarrollo de la nocin de melancola en Freud, sus hiptesis iniciales y las inquietudes que dirigen su investigacin, puntualizando las interrogantes que quedan abiertas. Posteriormente se desarrolla la teora freudiana de las identificaciones, dando cuenta del estado de excepcin en el que cae la nocin de identificacin en la melancola. Aqu adquieren relevancia los aportes de K. Abraham y S. Ferenczi.
Se analizan las concepciones de J. Lacan de las Identificaciones como una perspectiva que presenta continuidades y discontinuidades respecto a los planteamientos freudianos, y que permitira soldar aspectos tericos hasta el momento bastante confusos. La distincin de registros (Real, Simblico e Imaginario), el hallazgo del objeto a, y la formalizacin de esquemas enmarcan las contribuciones lacanianas y permite fijar cierta 7
especificidades de la identificacin en la melancola. Los aportes de G. Le Gauffey y de M.C. Lambotte son significativos respecto a los planteamientos de J. Lacan. Esto puntualmente en la mirada a la nocin de Identificacin Primaria a la que la melancola en algn sentido nos remite.
La inquietud que moviliza la investigacin apunta a interrogar En que medida es posible, a partir de la teora de S. Freud y de J. Lacan, soldar niveles, y clarificar confusiones respecto de la nocin de identificacin en la melancola?, a su vez interrogamos si permiten estas perspectivas establecer una especificidad teorico/clnica de la identificacin en la melancola. De esta manera, el objetivo que se propone la investigacin es interrogar la especificidad de la identificacin en la melancola, a partir de los planteamientos iniciados por S. Freud, y reformulados por J. Lacan.
Palabras Claves: Melancola, Narcisismo, Introyeccin, Identificacin, Identificacin Primaria, Identificacin Melanclica.
INTRODUCCIN
1. Antecedentes
La melancola se constituye como una afeccin profunda del sujeto a nivel psquico y existencial. Esta afeccin ha causado el inters de diversas ramas del conocimiento, entre las que resaltan el saber mdico y psiquitrico. Los planteamientos hipocrticos postulan la existencia de ciertos lquidos corporales del organismo; flema, sangre, bilis negra y bilis amarilla, sustancias que en sus modos de combinacin determinaban comportamientos de distinta ndole. El exceso de bilis negra fue concebida en sus orgenes como la enfermedad de la bilis negra, denominada Melancola. De esta forma se instala una concepcin de la melancola caracterizada por el dolor moral, el abatimiento, la tristeza, causada por el exceso de esta sustancia orgnica. Esta teora ser sostenida de una u otra forma hasta casi los inicios de la Edad moderna.
Quien fuera reconocido como el padre de la psiquiatra moderna, P. Pinel, junto a su discpulo J. Esquirol, marcarn nuevos nfasis para el estudio de la melancola. Desde un contexto marcado por la revolucin industrial y el positivismo dominante, realizan descripciones nosolgicas sistemticas las que darn pie a las distinciones modernas entre trastorno anmico (tristeza) o enfermedad mental (locura). Lo que dirige estos aportes de la psiquiatra moderna consiste en la bsqueda por la especificidad del cuadro clnico descrito como melancola. Particularizar este padecer y categorizarlo dentro de un cuerpo de conocimiento fue desde sus inicios una tarea compleja.
A partir del siglo XX con las distinciones trazadas por la medicina moderna, entre sndrome y sntoma, el concepto de melancola tender a desaparecer dentro de las 9
clasificaciones diagnsticas, priorizndose la clasificacin de depresin como trastorno del nimo que adquiere distintas especificidades. En trmino globales entendida como conjunto de sntomas que afectan principalmente la esfera anmica del sujeto. Todo lo que fuese anteriormente referido como melancola ser desagregado en una serie de distinciones trazadas a partir de la nocin de depresin, quedando para la medicina, de alguna forma, zanjada o ms bien dicho eludida, la discusin por la especificidad de la melancola como entidad propia.
A fin del siglo XIX e inicios del XX, el Psicoanlisis inaugurado por S. Freud no queda exento de los mltiples intentos de dar cuenta de la especificidad de este malestar subjetivo. Si bien los primeros planteamientos de S. Freud respecto a la melancola datan de 1895 (Manuscrito G. Melancola), su desarrollo debe ser situado a partir de los estudios inaugurados en el campo de la Metapsicologa iniciado alrededor del ao 1914, con especial nfasis en el estudio del Narcisismo.
La sistematizacin del Narcisismo que S. Freud (1914) realiza en su artculo Introduccin del Narcisismo, permite dar importantes pasos dentro del psicoanlisis en general, pero puntualmente en lo que atae al estudio de la melancola. Al situar en primera instancia al narcisismo como un estado intermedio entre el autoerotismo y el amor de objeto S. Freud, da cuenta de su inters terico y de su dificultad en este pasaje de su obra: La constitucin del yo y la diferenciacin que ste establecer con los objetos externos, libidinales. La articulacin de conceptos en el campo de constitucin del yo y del narcisismo es un terreno spero que presentar mltiples dificultades en su formulacin, evidenciadas en la relacin identificacin-melancola.
10
El narcisismo inicialmente es considerado como aquella conducta por la cual un individuo da a su cuerpo propio un trato parecido al que dara al cuerpo de un objeto sexual (S. Freud, 1914:71). La primera cuestin que suscita nuestro inters en esta definicin es Cmo resulta posible dar un trato semejante al cuerpo propio y a un objeto libidinal? Esto no resulta obvio, para que esto ocurra debe existir un paso que vaya de un cuerpo, inicialmente autoertico e indiferenciado, a un cuerpo diferenciado y capaz de establecer una eleccin y una relacin con determinados objetos libidinales. Lo qu posibilita este movimiento se vera truncado en la melancola con todas las consecuencias que detallaremos en el melanclico, principalmente instalando una Identificacin singular.
S. Freud (1914) situar la melancola como afeccin narcisstica paradigmtica en el sentido del retorno de la libido al yo, y por ende como manifestacin psicopatolgica donde la no resignacin de la prdida del objeto generar un padecer marcado por su modelo identificatorio. S. Freud pone de relieve el movimiento libidinal implicado en el paso del autoerotismo al narcisismo secundario, esto como forma de preservar un estado que evite enfermar: En razn de que se ve compelida la vida anmica a traspasar los lmites del narcisismo y poner la libido sobre los objetos? () esa necesidad sobreviene cuando la investidura del yo con libido ha sobrepasado cierta medida. (S. Freud, 1914: 82).
S. Freud, (1914) situar la melancola como una manera patolgica de tramitar la prdida de objeto, aludiendo una disposicin enfermiza por parte del melanclico, cuestin que remite a pensar los mecanismos de identificacin primitivos, utilizados para dar cuenta de los trastornos melanclicos. Podemos plantear que S. Freud no explicita de manera exhaustiva, o al menos instala interrogantes respecto a las condiciones necesarias 11
para que se produzcan las inscripciones primarias en un aparato psquico. En este sentido las nociones de narcisismo primario e identificacin primaria son conceptos formulados por S. Freud que plantean la pregunta por el origen, es decir aquello que se encuentra previo a la eleccin de objeto. Cuestin pertinente de interrogar desde la melancola.
En relacin a los trastornos melanclicos S. Freud, (1917 [1915]) alude a una predisposicin a la melancola caracterizada por un tipo de eleccin de objeto predominantemente narcisista Qu tiene de Narcisista la eleccin de objeto Narcisista? Esta cuestin resulta fundamental para abordar la aparente reversibilidad entre narcisismo e identificacin en torno al objeto que plantea Freud. Esto resulta relevante para entender el padecer melanclico a partir de sus dificultades primarias para
La relacin narcisismo, identificacin y melancola nos permitir dar cuenta de cmo los mecanismos identificatorios que estn a la base de esta patologa melanclica generarn interrogantes y tensiones entre Narcisismo e Identificacin que no se encuentran resueltas de manera clara en S. Freud. Nos preguntamos si los aportes que realiza J. Lacan a partir de su concepcin de las identificaciones nos permite soldar los niveles con los que tropieza S. Freud?
Si bien los aportes de J. Lacan respecto al entendimiento de los mecanismos identificatorios en la melancola no son tan explcitos, o al menos no estn sistematizados al modo que lo hace S. Freud, su aporte a la conceptualizacin de la Identificacin es indudable. En el Estadio del espejo (1949), Lacan aborda la constitucin del yo en su vertiente imaginaria, lugar desde el cual se sostendrn el conjunto de las identificaciones posteriores. El desarrollo que realiza Lacan en un inicio respecto a la identificacin est 12
centrado principalmente en las identificaciones imaginarias, aquellas que ataen al yo (moi) y a la asuncin de la imagen en el espejo. Nos preguntamos Por qu Lacan tiene que acudir al estadio del espejo para aclarar la formacin de la imagen narcisista? Responde esta necesidad a clarificar las dificultades de S. Freud para dar cuenta de la constitucin del Narcisismo?
constitucin imaginaria del yo son la respuesta que da Lacan, J a la pregunta formulada respecto a la nueva accin psquica que debe agregarse al autoerotismo para que el Narcisismo se constituya. (S. Freud. 1914: 74).
Con la introduccin del Esquema ptico (1953) J. Lacan enfatizar el desarrollo de las identificaciones simblicas, es decir, aquellas que ataen ms directamente al sujeto del inconsciente, dndole todo el peso al Otro en tanto instancia fundante. De esta manera distinguir los niveles en los cuales se constituyen yo ideal (imaginario) e ideal del yo (simblico). Distincin fundamental para entender el peso que Freud le da al supery en la melancola en su dimensin todopoderosa, feroz y demoledora.
Lacan retomar las tres identificaciones planteadas por S. Freud (1921); por incorporacin, por introyeccin y aquella que se realiza por el hecho de encontrarse al interior de una comunidad significativa para el sujeto. Tres identificaciones que fijan un cuerpo y un referente terico. J. Lacan pone en entredicho las nociones de introyeccin e incorporacin situando la segunda identificacin freudiana (por introyeccin) en relacin al registro simblico y la tercera (denominada de masa) en relacin al registro imaginario. Los supuestos fijados por Lacan a partir de Freud, permiten situar la especificidad de l o los mecanismos de identificacin que caracterizan los trastornos melanclicos? 13
Si consideramos que La Identificacin reemplaza a la eleccin de objeto S. Freud (1921:100) y por otro lado se entiende la identificacin como la forma primera, y la ms originaria del lazo afectivo (S. Freud, 1921:100) Cmo es posible que haya
eleccin de objeto en los estadios primarios de constitucin subjetiva cuando an no hay propiamente siquiera esbozos de diferencial sexual? Al parecer habra una identificacin primera no necesariamente mediada por la eleccin de objeto Qu ocurrira en este nivel primario en el melanclico que desembocara en una identificacin tan peculiar? Nuevamente mencionamos que ac es donde se insertan los aportes del desarrollo lacaniano de las identificaciones.
Inicialmente consideramos que la identificacin en la melancola no necesariamente se reduce a una estructura clnica especfica. Partimos del supuesto que la apertura en que han sido situados estos mecanismos identificatorios podran dar cuenta de un campo psicopatolgico complejo, diverso, que nos lleva a preguntamos si los aportes lacanianos permiten soldar los distintos niveles que la identificacin en la melancola despliega. Por otra parte Debemos pensar la identificacin en la melancola como falla de algn componente de las tres identificaciones formuladas por S. Freud, (1921).en Psicologa de las Masas y Anlisis del yo o Sera necesario hablar de Una Identificacin Melanclica?
Nuestra investigacin pretende dar cuenta de la lgica de construccin del concepto de identificacin en la melancola, Cmo se formula? y Qu contradicciones plantea? Esto principalmente a partir de los planteamientos de S. Freud y de J. Lacan. Puntualmente nos preguntamos Cul es la especificidad terica del mecanismo de identificacin melanclico?
14
La identificacin es un concepto central para el psicoanlisis, su puesta en juego en el mbito clnico y la teorizacin de la que ha sido objeto han hecho que ocupe un lugar fundamental no slo para dar cuenta de mltiples aspectos psicopatolgicos, sino tambin para pensar importantes procesos subjetivos y de subjetivacin a niveles primarios.
A partir de nuestro trayecto suponemos que la relacin que el sujeto establecer al Otro no es est garantizada desde un inicio, ms bien, es necesario que ocurran una serie de procesos que permitan que esta economa libidinal se instale. En estos procesos que dan paso al advenimiento del sujeto, la identificacin, como mecanismo mediante el cual el sujeto se hace o se toma como semejante en algn punto al otro, ocupa un lugar central. Precisamente la melancola supone una dificultad de este orden.
La pregunta por la especificidad de la identificacin en la melancola es relevante porque nos remite al problema de las inscripciones primarias u originarias que posibilitarn o no que un sujeto en un momento posterior pueda realizar un ejercicio de prdida, sin que sea el mismo sujeto el que se pierda en este movimiento como es el caso de la melancola.
La interrogante respecto al contacto alienado o a la separacin respecto a un Otro fundante es una pregunta gua para el psicoanlisis, en el sentido de poner en cuestin las condiciones fundamentales, por decirlo de algn modo, para que un ejercicio de simbolizacin sea posible. Esa relacin con un Otro en los inicios es a la que nos remonta la pregunta por la identificacin en la melancola.
15
Nuestra discusin concierne a interrogantes transversales al desarrollo de la teora y la praxis psicoanaltica, por ejemplo, cuando el sujeto se ve confrontado a determinadas prdidas, sean estas reales, fantaseadas o ideales. El transitar por estas prdidas esta determinado por la posibilidad o imposibilidad que tiene un sujeto para simbolizar y representarlas sin que los intentos de anudamiento devengan pura dimensin de acto. En este sentido, la pregunta por la especificidad de la identificacin melanclica es una forma de preguntarse por el lugar del sujeto en circunstancias donde precisamente pareciera no tener ni haber tenido lugar respecto a un Otro fundante. La pregunta por la identificacin en la melancola es la pregunta por el sujeto identificado a un vaco, a la nada, la dificultad de abordaje analtico de este peculiar trastorno hace relevante nuestra investigacin.
4.
Plan de argumentacin
El trayecto de Freud, S. para dar cuenta de la diversidad y riqueza del concepto de identificacin en la melancola, puede ser recorrido en mltiples sentidos segn el inters que se persiga. En primer lugar abordaremos las hiptesis que fundan la concepcin freudiana de la melancola, las que van desde los fundamentos neurolgicos de su primer perodo hasta las formulaciones realizadas en el perodo de mayor produccin al respecto, es decir el campo de la Metapsicologa.
Algunos de los textos centrales para nuestros fines son Introduccin del Narcisismo (1914) y Duelo y melancola (1917 [1915]). Estos textos se presentan como pivotes que posibilitan iniciar una discusin en torno a los mecanismos de identificacin en la melancola. Ambos textos intentan anudar las nociones de Narcisismo, Incorporacin e Identificacin todas referidas a un contexto de organizacin psquica primaria.
16
Duelo y Melancola (1917 [1915]) ve nacer varios de estos conceptos que sern retomados y referidos en momentos posteriores por Freud. El Narcisismo Primario, la primeras referencia a una Identificacin Primordial, las primeras referencias a la instancia psquica superyoica, el nacimiento del yo. La principal problemtica que perplejiza a Freud en este pasaje es la tensin Narcisismo Primario - Identificacin. La autocrtica que realiza desde Introduccin del Narcisismo (1914) difcil parto, concepto oscurecido no cesan, sus caracterizaciones son elocuentes respectos a las contradicciones conceptuales que persisten incluso aos ms tarde La Identificacin (1921).
Psicologa de las masas y anlisis del yo (1921) instala de alguna forma un punto culmine de un trayecto respecto a las nociones de Identificacin en Freud, esto en el sentido que distingue tres tipos de Identificacin (por incorporacin, por introyeccin y la denominada identificacin de masa), las que pueden ser vistas como teln de fondo para nuestro intento de situar la especificidad de la identificacin en la melancola.
Respecto a la nocin de incorporacin consideramos los desarrollos de Ttem y Tab (1912-1913) a propsito del festn caniblico. La incorporacin del objeto plantea controversias y es un punto de retorno constante al que Freud y sus sucesores volvern a modo de revisin y reestructuracin terica. Aqu el dialogo con K. Abraham permite ampliar la discusin e instalar divergencias y puntos de encuentro.
El desarrollo freudiano respecto al camino de formacin de sntoma principalmente en la histeria, da paso al planteamiento de la identificacin entendida como Introyeccin. Momento pertinente para introducir las tensiones establecidas con S. Ferenczi. Para finalizar este punto plantearemos el tercer mecanismo identificatorio por Freud, es decir aquel utilizado como componente de masa. 17
El anlisis de las modalidades identificatorias planteadas por Freud, nos permite dar cuentas de cmo es que la Identificacin en la melancola no responde en su totalidad a ninguno de los modelos establecidos, sostenindose en un lugar de excepcin. Sin embargo, la perspectiva de N. Abraham y M. Torok (1987) intenta realizar distinciones de las nociones de Introyeccin, Incorporacin e identificacin, postulando un modelo de comprensin de los trastornos melanclicos que intenta resolver los impasses en los que se ha cado por el intento de clarificacin terica.
Introducimos a J. Lacan a partir de las siguientes problemticas instaladas y no resueltas del todo por Freud: a) Graficar el mecanismo, paso o nueva accin psquica del autoerotismo al narcisismo, b) clarificacin de la constitucin de la imagen narcisista, c) distincin Ideal del yo/yo ideal, d) distincin entre la relacin narcisismo / identificacin d) la novedosa y poco desarrollada nocin de identificacin y eleccin de objeto narcisista. Todas estas problemticas se hacen evidentes en Freud a partir del estudio de la melancola y de la complejidad que instala la nocin de identificacin en este trastorno.
La concepcin Lacaniana de la identificacin no es unitaria, ms bien tiende a la apertura y a la diferencia de formas, funciones y registros. Son estas distinciones las que permiten darle un lugar a la melancola en tanto figura de una identificacin que complejiza las elaboraciones freudianas respecto a los tres modelos identificatorios. La distincin trazada por J. Lacan entre identificaciones simblicas e imaginarias iniciada a partir del El Estadio del Espejo (1949) permite resolver algunas interrogantes planteadas. Por ejemplo, confrontando la idea la idea de un Narcisismo como estado cerrado en s mismo a la idea de un intercambio inaugural y primario con el Otro. De esta forma Lacan, considerar la
18
identificacin y el narcisismo no solo como una continuacin de lo imaginario, sino tambin como este se gesta en una referencia determinada por lo simblico.
Otro paso de Lacan lo constituye la elaboracin del Esquema ptico (1953), que nutrido por los amplios aportes del seminario de La Identificacin (1961-1962) permitir a Lacan, J. plantear la diversidad de modelos, funciones y registros que deben considerarse para hablar de Identificacin. De esta forma las contribuciones del seminario de La Angustia (1961-1962) consolidar la formulacin del gran hallazgo lacaniano, el objeto a.
La identificacin al objeto a, permite hacer una distincin respecto a lo que en Freud se plantea como identificacin al objeto perdido. En este sentido, Lacan, sita al objeto a en relacin a las nociones de causa, falta, funcin y estructura. Lacan plantea distintas modalidades de identificacin al objeto a, pero consideramos que, al igual que Freud, mantiene la particularidad de la identificacin de la melancola en un estado de excepcin.
Si entendemos la Identificacin Melanclica como una identificacin singular al objeto a. De qu orden es esa identificacin?, Qu estatuto darle a su especificidad? Al parecer no bastara con posicionar la Identificacin Melanclica como falla de una de las tres modalidades descritas por Freud. De esta forma se consideran las interrogantes abiertas por el desarrollo lacaniano. Finalmente consideramos el aporte terico/clnico de M.C. Lambotte como un importante intento por soldar ambas perspectivas.
Todo el trayecto que describimos debe ser situado en primera instancia por nuestras inquietudes clnicas respecto a ese vaco real y profundo, aterrante y desterrante al que nos confronta la melancola y el singular modo identificatorio al vaco. A continuacin algunos trazos de trabajo clnico que motivan nuestro trayecto. 19
X , mujer, estudiante de trabajo social. Consulta por tercera vez. Cada consulta luego de un par de sesiones finaliza abruptamente vivida como rechazo. Vaga de un lugar a otro, como un zombi dir; alguien extraamente vivo o que est muerto vivo. X deja de asistir repentinamente a sus tratamientos, no quiere ser expulsada de otro lugar. La expulsin es una constante no slo en sus intentos de tratamiento, sino en lo que intenta construir como su historia. Expulsin de que ndole? De dnde es o se hace rechazar? Se ubica en relacin a una secuencia de objetos expulsores donde de entrada podra ubicarme como uno ms que la expulsa. Pregunta; Me escucha?, No tengo cura, lo s.
Est hace varios aos en atencin psiquitrica Traga sus medicamentosEl vaco se pacifica algo, pero siempre vuelvo al precipicioTengo Depresin diagnosticada aunque no se d que tipoda igualEstoy hecha mierda por dentro. ?: Soy un bicho raro, Caigo en un hoyo y no paro de hundirme. Hay periodos en que no duermo nada y despus me lo duermo todo, lo mismo con la comida o me trago todo o no como nada Su padecer es regido bajo una lgica de todo o nada. Lgica de lo absoluto.
Padece tres muertes significativas que ocurren de manera abrupta y sucesiva (en dos aos) un to materno (como mi padre), su abuela materna y una prima hermana materna. Las muertes ocurren como secuencia de hechos difciles de hablar y de tramitar a modo de prdida. Una frialdad en su relato hace pensar que siempre la catstrofe que est por enunciarse ha tenido lugar en un momento anterior. Una existencia que no es la vida ni la muerte, sino una especie de muerte infinita sin reposo ni trmino.
20
Su padecer parece estar asociado a un momento anterior a cualquier prdida. X refiere; se trata de una devastacin que slo me hace ms evidente lo que desde siempre he sabido, no son sus muertes Cul es ese saber que ella porta sin cuestionamientos, sin recubrimiento? Qu sabe desde siempre? Pienso que todas las cosas estn hechas de puntos, uno al lado de otro, no es ms que eso, millones de puntoscomo las cenizas, las personas son cenizas Cenizas? Si; Polvo, Muerte. Que son para ella las muertes que acontecen sucesivamente en su linaje materno? Qu es lo que ella puede perder desde su posicin respecto a estos muertos? Las muertes no son habladas por ella, no puede hablar de eso. La vida para ella es muerte. Su certeza es que entre vida y muerte no hay diferencia, pura continuidad.
X Ocupa el cuarto lugar entre sus hermanos, 3 hombres de los que el mayor ha sido diagnosticado psiquitricamente como una Depresin Mayor. Entre el ltimo y ella hay un abismo ? Casi 20 aos de diferencia. Nadie quiere tener un hijo a los 45 aos. Un da escucha de su madre el por qu de ese abismo. Narra como su madre relata con
indiferencia algo que ella no olvida. Tena como siete aos y sabia con claridad que para ella hablar de estohablar de lo que a m me duele o comprar papas en la feria es la misma cosa. Para ella No hay diferencias de niveles en el discurso materno. Las cosas ocurren de manera plana, en un mismo nivel.
La madre pasea por la feria, cuenta a una vendedora que X nace despus de un aborto espontneo de dos mellizos, sealando Mi madre quiso abortarme, pero no le result yo ocupo el lugar de los muertos dentro de mi familia, soy algo as como un muerto vivo. Un muerto vivo? X Sigue su relato; Mi madre hasta el quinto mes de embarazo pens que yo era un mioma Un mioma? El mdico no me vio como un ser humano. Mioma; este significante resulta fundamental, no solo por que le permite hablar a la 21
paciente de s misma y de su dolor, si no que da cuenta de manera precisa de aquella que la aqueja. Lugar del rechazo fundamental. Previo a la concepcin y sostenido en el tiempo.
X busca la explicacin a su dolor moral. Bsqueda de un Otro que sostenga una direccionalidad. Un fundamento. Referencias que no la asienten; no encuentra lugar ni representacin en el Otro. a) Referencia a un saber absoluto La ciencia no debiese permitir que se confunda un ser humano con un mioma, la ciencia no se equivoca. Soy un pedazo de grasa: b) Una madre depresiva: Cada vez que tena un problema y me acercaba a ella, ella caa en depresinEs como si nunca me hubiese vistoella sabe brillar, pero nada brilla fuera de ella
Hacia dnde se dirige la mirada materna en tiempos fundamentales? La madre no tiene un espacio para brindarle. Tampoco el padre puede ocupar ese lugar. l es alcohlico, chupa sin parar. La madre no logra transmitir nada de lo paterno a X y, a su vez, el padre no puede ocupar un lugar que permita maternizar a X. No existe para ella un discurso identificante que le d lugar. Discurso que permita introyectar algo de la herencia parental que la anteceda y que, a su vez le permita albergarse como sujeto en el Otro Primordial. Qu la alberga? Qu la cubre?
Entabla con su madre una relacin de rivalidad imaginaria donde nuevamente aparece el significante MI(o)MA: Nuestra relacin es en blanco y negro ?siempre ha sido as, es mi o mama? MIOMAma?...si o sea mi o ella, o sea yo o ella Este traspi da cuenta de esa lgica mortfera yo o ella, todo o nada que la rige. Lucha a muerte por un reconocimiento que en los albores o no se ha presentado o ha fallado en su
22
dimensin de discurso identificante. Discurso puesto en juego respecto en una relacin primaria y fundante.
Qu quiere decir con mioma? Algo as como un pedazo de carne, un pedazo de grasa. No hay palabras en X para inscribir una primera separacin de las envolturas embrionarias, un corte que instale una falta. X Queda fijada al lugar de carne que es dentro y fuera del tero materno un mioma.
Al hablar de sus actos, autoagresiones y cortes la paciente se refiere a la no mirada y no escucha de la madre. Me extraaba de mi llanto, no escuchado ni mirado por ella Sus pasajes al acto frecuentes y bastante brutales (Cortes, Ingesta de medicamentos, Ideas de arrojarse al vaco bastante reiteradas y estructuradas) dan cuenta de un intento permanente de producir algo del orden de la falta. Posiblemente de anudar su cada constante a algo que la sostenga. Esto a su modo, mortificante, en su propia carne, cortada. Posible intento de inscribir, de alguna forma su separacin a travs del corte y del acto, hacer aparecer como perdido aquello que nunca falto.
Ciertas sensaciones corporales de la paciente ponen en juego lo que podra pensarse como una necesidad de cobertura de su cuerpo. Posibilidad de experienciar un borde a travs de su piel. X suele cubrir de manera llamativa su cuerpo en perodos de mucho calor. Se cubre entera; deja al descubierto prcticamente slo sus ojos. En poca de lluvia narra un episodio en que deja que esta caiga sobre su cuerpo con ropajes muy ligeros, camina sin rumbo. La cada de cada gota parece producir una fascinacin en ella. El agua define un lmite en su cuerpo: En relacin a una lluvia descrita como torrencial, dir: todos arrancan para no mojarse, yo siento mi piel como un impermeable; me gusta sentirla no veo por qu arrancar de eso 23
Surgen una serie de interrogantes respecto al caso: A que nos remiten la dimensin autodestructiva de esta paciente, sus reproches dirigidos someramente contra su madre, pero principal y descarnadamente contra s mismo? Puede escucharse en su discurso, ms all de su formalismo y del hermetismo en el que se mantiene dar cuenta de movimientos subjetivos que la impliquen en otra direccin que no sea pura mortificacin? Qu le es posible hacer a esta paciente con aquel vaco al que se encuentra identificada? Qu puede hacer ella a partir del no asentimiento primordial en el que se funda. Cmo ella intenta hacerse un lugar? Estas son preguntas difciles de sostener en un caso que interroga directamente los alcances de la clnica cuando el sujeto se encuentra mortificado y siempre cayendo (se).
La paciente no abandona el tratamiento como en ocasiones anteriores, pero si lo deja dando cuenta que despus de varios intentos fallidos es aceptada a trabajar en Amnista Internacional. Segn la Real Academia Espaola RAE (2012) Amnista refiere al olvido legal de delitos, que extingue la responsabilidad de sus autores. Olvido del Otro a darle lugar, delito no sancionado que la deja como un resto olvidado, un pedazo de nada en una historia parental y familiar en la que pareciera no tener lugar.
Su posible ingreso a Amnista Internacional, organizacin ligada a los derechos humanos parece movilizarla, precisamente en un discurso institucional que vela por el reconocimiento de los derechos del hombre a la vida. Qu posibilidad habra de inscribir una historia personal ah, de hacerse un lugar en una historia apasionante que le permita sostenerse de algo? Iniciamos desde aqu nuestro trayecto.
24
La primera referencia de Freud a la melancola la encontramos en el ao 18941895 en dos instancias; los Fragmentos de la correspondencia con Fliess (1950 (18921899)) y el Proyecto de Psicologa (1950, [1895]). Lo interesante de este primer momento de desarrollo de las hiptesis freudianas es que, a pesar del pesimismo con que Freud se refiere a estas, sern sin duda, el punto de partida de muchas de las contribuciones que sern retomadas en momentos posteriores. Por ejemplo, lo que respecta a la constitucin del aparato psquico, a las dimensiones tpicas econmicas y dinmicas, a la formacin del yo, a las concepciones respecto a la identificacin y en el caso que nos atae, a la melancola.
La primera referencia en el Manuscrito E (1894) establece una asociacin entre el surgimiento de la angustia con su dimensin fsica de la descarga sexual y la melancola. La melancola seria en este momento, una analoga a lo que en la angustia se entiende como la imposibilidad de establecer descarga va psquica: Una acumulacin de tensin sexual fsica.
Los melanclicos han sido anestsicos, no tienen ninguna necesidad (y ninguna sensacin de coito, sino una gran aoranza por el amor en su forma psquica una tensin psquica de amor, se dira; cuando esta se acumula y permanece insatisfecha, se genera melancola. Este sera pues el correspondiente de la neurosis de angustia Cuando se 25
acumula tensin sexual fsica- neurosis de angustia () Cuando se acumula tensin sexual psquica melancola. (S. Freud, 1894: 231).
Tres aspectos son interesantes de marcar aqu antes del desarrollo neurolgico que se instalar al ao siguiente como hiptesis explicativa. a) la relacin al dolor entendido como falta de sensacin deb) la idea de aoranza que supone una dimensin temporal, referencia a un estado anterior c) la temprana asociacin melancola-angustia con el nfasis puesto en el mecanismo melanclico operante como eminentemente psquico, a diferencia de la angustia en que el componente relevado es el fsico.
En sntesis tenemos una aoranza psquica que supone una ausencia de excitacin eminentemente sexual. Los puntos que hemos marcado en este fragmento principalmente son para dar cuenta cmo aqu ya se va forjando una teorizacin de la melancola en la que sta se desmarcar de la angustia principalmente por el nfasis de ocurrencia a nivel psquico en la melancola el agujero est en lo psquico (S. Freud, 1894: 246).Esta interesante nocin de agujero, desaparecer en los textos posteriores.
retoman las ideas de la anestesia. S. Freud, (1895) plantea que es sta la que promueve la gnesis de la melancola. La sita prxima a la neurastenia por masturbacin, combinada con episodios graves de angustia.
La base del modelo instalado en este momento se toma de un esquema de montos de excitacin. El supuesto bsico es; La melancola consistir en el duelo por la prdida 26
de la libido (S. Freud, 1894: 240). A travs de la conceptualizacin de Grupo sexual psquico, excitacin sexual somtica, sensacin de voluptuosidad, se considera la
melancola ligada a una prdida de orden pulsional, especficamente a una falta de excitacin sexual somtica.
As es descrita la melancola: La mejor descripcin: Inhibicin psquica con empobrecimiento pulsional, y dolor por ello () se forma por as decir un recogimiento dentro de lo psquico (destacado en el artculo) que tiene un efecto de succin sobre las magnitudes continuas de excitacin () Mediante una hemorragia interna, digmoslo as, nace un empobrecimiento de excitacin. (S. Freud, 1894: 245). Emerge con fuerza la idea de dolor psquico va la metfora de hemorragia interna, y se aprecia como una idea innovadora que ser retomada muchos aos ms tarde, emerge aqu, la idea de repliegue dentro de lo psquico. Probablemente es ac donde empieza a desarrollarse, de manera incipiente la idea del Narcisismo.
Para sellar este primer perodo haremos referencia al Manuscrito N (1897) donde Freud har referencia a los impulsos hostiles contra los padres como elemento constitutivo de las neurosis. Estos impulsos son reprimidos en tiempos en que por diversas circunstancias no pueden ser exteriorizados: Es una exteriorizacin del duelo hacerse reproches por su muerte (las llamadas melancolas)La identificacin que aqu sobreviene no es otra cosa, como se ve, que un modo del pensar, y no vuelve superflua la bsqueda del motivo (S. Freud, 1897: 296).
Es interesante ver como Freud de manera muy temprana realiza la asociacin de repliegue psquico junto a la idea de autoreproches, solamente mencionando la nocin de identificacin. Despus de este pasaje detendr sus elaboraciones por varios aos. 27
Pensamos que algo de las contradicciones posteriores entre narcisismo e identificacin ya comienza a esbozarse aqu.
Por otra parte, es clara ya la asociacin del duelo a la melancola en un momento bastante inicial. Se postula una primera hiptesis de los autoreproches melanclicos que desde ya llaman la atencin por su singularidad a Freud, cuestin que permitir anticipar la emergencia posterior de la instancia superyoica.
La ltima referencia que antecede Duelo y Melancola es un texto breve pero bastante honesto por parte de Freud, por el modo de dar cuenta de sus dificultades, y a su vez muy iluminador; Contribuciones para el debate sobre el suicidio (1910). Es imposible prescindir de las interrogantes que Freud se plantea en este breve pasaje.
S. Freud, (1910) postula que las escuelas tienen que plantearles a sus alumnos algo ms que empujarlos al suicidio. En este pasaje, asocia la pulsin de vivir a los lazos sociales tradicionales; la casa paterna y la familia. Es interesante ver como precisa que la falta de inters libidinal por ciertas instituciones sociales fundamentales para la poca puede ser pensada en asociacin a la muerte, no a cualquier muerte, sino a aquella en la que uno se encuentra en lugar de agente y de objeto, el suicidio. A propsito de esto, Freud se muestra impresionado de cmo es posible que llegue a superarse la pulsin de vivir, de intensidad tan extraordinaria (S. Freud, 1910: 232).
S. Freud, (1912, [1913]) plantea que la muerte, ha sido investigada desde la antropologa cultural como un Tab, al menos ejemplifica (no nos olvidemos que en Totem 28
y Tab (1912-1913) anloga ciertas prcticas culturales a la vida neurtica) como es tratada la muerte en ciertas culturas primitivas con un importante grado de inefabilidad. En buena medida, el trato dado por una cultura a sus muertos aparentemente dara bastantes luces de cmo es posible que cada sujeto pueda elaborar las prdidas.
Muerte y suicidio son temticas que adquieren una visibilidad singular a partir del par Duelo-Melancola. Freud plantea que esta relacin permitir entender algo respecto a esta derrota que en ocasiones sufre la pulsin de vivir. Explicita su escasa familiarizacin con los procesos afectivos que sobrevienen en la melancola y los destinos libidinales de este estado. Freud, S. posterga por un tiempo su investigacin respecto a estos procesos. Detiene su investigacin en ste mbito.
Planteamos este breve recorrido (que no casualmente culmina con una reflexin en torno al suicidio) para dar cuenta cmo es que el desarrollo que Freud har en Duelo y Melancola (1917) est anticipado en buena medida por este primer perodo que va de 1892-1895. Vemos como ya existe la idea de anestesia, dolor psquico, aoranza, repliegue psquico, autoreproches, estancamiento libidinal, suicidio. El punto en el que se detiene Freud, es precisamente cuando en estas hiptesis preliminares surge alguna idea que ligue melancola (en su dimensin de repliegue psquico) e identificacin con el objeto (en lo que atae a los autoreproches). Este es un punto primero de detencin.
Qu es lo novedoso que ir aportando el desarrollo de la metapsicologa, principalmente Introduccin del Narcisismo (1914) y Duelo y Melancola (1917) respecto a la nocin de identificacin? Anticipamos que nos centraremos en su aporte fundamental, la dinmica que emerger ah entre el melanclico y el objeto, esto va lo que se denominar
29
Identificacin Narcisista. Previo a esto observemos las premisas fundamentales que permiten organizar la teorizacin respecto a la melancola:
2. DUELO, MELANCOLA.
Freud inicialmente traza un punto de continuidad y de discontinuidad entre duelo y melancola. Ambas se presentan como reacciones frente a una prdida que puede presentarse en distintos registros; material, ideal, entre otras. Freud puntualiza que no se trata de cualquier prdida. Se trata de la prdida de una persona amada, o de una abstraccin que haga sus veces, como la patria, la libertad, un ideal, etc. (S. Freud, 1917 [1915]: 241). (El subrayado es nuestro)
No se hace duelo por cualquier cosa, en primer plano aparece la dimensin de la perdida asociada al amor; verdaderamente se pierde lo que se ama. La pregunta que moviliza a Freud es como se funda este amor de objeto, que en el melanclico puede llega a proferir tanto dolor psquico. Respecto a esta definicin de la prdida, ms adelante Freud distinguir que, a diferencia de la melancola, el duelo atae por regla general al desencadenamiento producido por la prdida real del objeto, la muerte de este. Pese a su primera definicin del duelo, Freud sin explicitarlo, sita el duelo como una perdida con un componente real.
Frente a lo que en un sujeto puede presentarse como duelo, en otro se presentar la melancola. Freud supone una disposicin enfermiza en los sujetos que contraen un pesar de este tipo. Desde aqu se instala para Freud la posibilidad de pensar en la constitucin del yo, es decir, en las primeras inscripciones psquicas en el sujeto es donde se puede investigar tal disposicin patologizante. 30
La melancola se singulariza en lo anmico por una desazn profundamente dolida, una cancelacin del inters por el mundo exterior, la prdida de la capacidad de amar, la inhibicin de toda productividad y una rebaja en el sentimiento de s (el destacado es nuestro) que se exterioriza en autoreproches y autodenigraciones y se extrema hasta una delirante expectativa de castigo (Freud, 1917 [1915]: 242)
S Freud, (1917), distingue el duelo de la melancola desde distintas aristas; sita la perdida de sentimiento de s como la nica diferencia entre ambos estados. Posteriormente agrega que lo que los hace diferentes a nivel de normalidad y patologa tal vez tendra que ver con la capacidad de explicar el mecanismo de duelo a diferencia de la melancola. Diferencia en relacin al efecto de la prdida, es decir, del lado de lo que acontece en el sujeto, y diferencia a nivel de la comprensin del mecanismo a la base.
Centrmonos en el trayecto, o ms bien, mecanismo descrito por Freud que da cuenta de la prdida del objeto:
a) b) c) d)
El examen de realidad da cuenta que el objeto ya no existe ms Se sacude vnculo con el objeto. La libido queda desasida. Renuencia del sujeto a abandonar su posicin libidinal. Desplazamiento libidinal hacia un nuevo objeto.
Respecto a la renuencia del sujeto a abandonar su posicin libidinal es importante mencionar que sin existir necesariamente una melancola, este abandono de la posicin libidinal puede ser tan potente que conduzca a un extraamiento de la realidad, incluso a lo que Freud denomina retencin del objeto va Psicosis alucinatoria de deseo (S. Freud, 31
1917, [1915]: 228). Este concepto es utilizado previamente para dar cuenta de la ocurrencia de este hecho clnico tanto a nivel normal (Sueos y alucinaciones de objeto al inicio de la vida anmica) como patolgico, amentia (prdida que la realidad asevera, pero que el yo desmiente, extrandose de la realidad) y esquizofrenia.
Complemento metapsicolgico a la doctrina de los sueos (1917, [1915]) es un texto que anuncia de buena manera lo que ser el eje de trabajo de Duelo y Melancola. Ac se menciona el examen de realidad como una de las grandes instituciones del yo1. En este pasaje Freud enuncia la relevancia del Narcisismo, del yo y del mecanismo de regresin como un tejido fundamental para explicar el acontecer melanclico.
Freud no se extiende mayormente en la idea de esta perturbacin del sentimiento de s. De hecho en su texto flucta en llamarlo prdida, rebaja y perturbacin, palabras que tomadas de manera aisladas nos permiten realizar diferentes interpretaciones respecto al efecto subjetivo de la prdida.
Sigamos punto a punto la argumentacin de Freud respecto a las diferencias entre duelo y melancola. Podemos deducir que en el desarrollo de su teorizacin van apareciendo ms de una nica diferencia (correlativamente Duelo/Melancola), veamos:
a) Relacin normalidad/patologa: Constitucin normal/Disposicin patolgica b) Sentimiento de s: Se mantiene / se pierde c) Relacin inconsciente a la prdida: Nada inconsciente respecto a la prdida/ Sustrada de la conciencia.
Posteriormente S. Freud considerar dentro de estas funciones a la conciencia moral cuando introduzca la nocin de conciencia crtica y lo formule como una porcin del yo. Antecedente del supery.
32
d) Empobrecimiento (libidinal) respecto al mundo exterior / empobrecimiento del yo e) Lugar de la perdida: del lado del objeto / del lado del yo (prdida, rebaja, empobrecimiento, perturbacin)
Freud punto a punto se encarga desde distintos niveles de distinguir duelo y melancola. La pregunta sigue siendo Hasta qu punto Duelo y melancola se distinguen, como Freud lo plantea inicialmente slo en un nico punto? Si bien es cierto su nimo es establecer puntos de continuidad en estas dos formas de vivencia subjetiva de la prdida lo que realiza finalmente es establecer puntos de diferencia. No deviene toda la argumentacin freudiana una puesta en juego de mecanismos que punto a punto se muestran radicalmente diferentes? Cul es la diferencia fundamental dentro de todas las otras que hacen que ambas expresiones de perdida sigan cursos absolutamente distintos? Esta especificidad hace ruido en su teorizacin.
2.1. Premisas de la melancola; Prdida, ambivalencia, regresin de la libido al yo, prdida del sentimiento de s.
Freud en su afn de caracterizar la especificidad de la melancola establecer tres premisas; prdida del objeto, ambivalencia, regresin de la libido al yo. Cuando S. Freud (1917, [1915]), seala que la melancola contiene algo ms que el duelo normal, hace mencin a las batallas que libra el yo con el objeto en las que amor y odio se oponen tratando, el primero de mantener la posicin libidinal que aseguraba la existencia del objeto, y el segundo pugna por desasir el vnculo.
Es Freud quien descarta la ambivalencia como acontecimiento puramente melanclico, de hecho, posteriormente caracteriza todo vnculo de sujeto con el objeto 33
como ambivalente. Que el amor se torne rpidamente en su contrario describe la plasticidad libidinal que le permitir explicar los autoreproches tpicos del melanclico, pero en ningn caso la ambivalencia puede considerarse como una caracterstica excepcional de la melancola.
Respecto a la nocin de regresin acuada para describir el mecanismo melanclico ocurre algo similar al de ambivalencia. Si bien es una premisa, la regresin no es lo que define la melancola. Lo que hace Freud es caracterizar su ocurrencia en el melanclico. S. Freud, (1900) traza la distincin entre regresin tpica (en el sentido del aparato psquico), temporal (reactivacin de formas psquicas ms antiguas) y formal (reemplazo de modos de expresin habituales por otros primitivos (J. Laplanche, 1967: 358). Freud no puntualiza tanto en este sentido. Aparentemente en la melancola esta regresin ocurrira a nivel de las tres dimensiones.
La puntualizacin respecto a la regresin que aqu ocurre corresponde a distintas modalidades: a) regresin desde la eleccin narcisista de objeto hasta el narcisismo, b) regresin de la investidura de objeto a la identificacin, y regresin a la etapa oral de la libido. Es interesante plantear las distinciones que suponen cada una de estas premisas, puesto que las lecturas de la melancola que se harn posteriormente enfatizarn en la regresin desde distintas aristas.
Respecto a la denominada perdida del sentimiento de s diremos que no es un trmino que Freud, S. acue exclusivamente para dar cuenta del mecanismo melanclico, de hecho, en textos anteriores a Duelo y melancola, como Introduccin del Narcisismo (1914) se ha utilizado el trmino con mltiples usos; para dar cuenta de estados entre sueo y vigilia, para describir la observacin delirante de s del paranoico. 34
Todas las pistas que se dan parecen apuntar en algn sentido a la unidad supuesta del yo. El sentimiento de s se nos presenta en primer lugar como expresin del grandor del yo (S. Freud, 1914: 94). Para la melancola lo relevante de este sentimiento de s que se pierde remite estrechamente a la disposicin patolgica del melanclico, es decir que este depende de manera particular de la libido narcisista. Referencia a lo que permitir al sujeto disponer de libido objetal.
El intercambio normal que el sujeto realiza entre amar un objeto, y ser amado, por este, no ocurre de igual forma en el melanclico. Algo del intercambio posibilitado por un sentimiento de si que flucta en base a la modificacin de posiciones libidinales se trunca en el melanclico. En el melanclico, se trata de la parte del sentimiento de s que Freud, S. (1915) denomina como primaria en tanto residuo del narcisismo infantil. Esta perdida en la melancola se liga principalmente a aquellos vestigios residuales del narcisismo infantil y que posteriormente no permitirn tramitar la prdida del objeto.
Nuestro nfasis est en el carcter singular que adquiere la identificacin y en cmo las distinciones que inaugura Duelo y Melancola no deben dejar de remitirse a un origen del aparato psquico. Siguiendo a S. Freud, (1914) diremos que no es lo mismo decir; uno es lo que ha perdido que decir uno es lo perdido. Es en lo primario donde debemos indagar de qu lado se situar la prdida.
Si es la identificacin narcisista, (que volvemos a mencionar, no es lo mismo que la eleccin narcisista de objeto), lo que har diferencia, y por ende, lo que posibilitar diversos avatares subjetivos, debemos interrogarnos por la novedad que supone este concepto desarrollado en Duelo y melancola. 35
3.
Freud supone que existe una base narcisista que posibilitara en el melanclico un tipo singular de identificacin. En el melanclico se establece una identificacin con el objeto resignado. La sombra del objeto cay sobre el yo, quien en lo sucesivo, pudo ser juzgado por una instancia particular como un objeto, como el objeto abandonado. S. Freud, (1917 [1915]: 246). Desde ac distinguimos tres aspectos que en algn sentido definiran algo de la especificidad del melanclico: La identificacin Narcisista; La eleccin narcisista de objeto y el sadismo asociado a la instancia del Ideal. Abordemos estos puntos.
En el melanclico se instala, mediante identificacin, un yo pobre, menoscabado, reprochado, reprochable, como efecto del retorno de la eleccin narcisista de objeto al narcisismo. Esta es la gran diferencia respecto al duelo, lo que retorna no tiene la dimensin absoluta del melanclico. Ejemplo de esto es el carcter diferencial que adquieren los reproches que en el duelo son ms bien pasajeros y en el melanclico adquieren una dimensin inacabable, insoportable.
Cmo la identificacin narcisista deja en lugar de empobrecimiento total al yo? Qu posibilita que el yo sea recubierto en su totalidad por la sombra del objeto? Para que el mecanismo de identificacin opere de esta manera deben previamente haberse generado en el sujeto las condiciones que la posibiliten, las que S. Freud (1917 [1915]) describe a partir de una fijacin fuerte al objeto de amor, y una escasa resistencia de la investidura de objeto. Esta contradiccin tiene como requisito () que la eleccin de objeto
36
se haya cumplido sobre una base narcisista, de tal suerte que la investidura de objeto pueda regresar al narcisismo si tropieza con dificultades (S. Freud, 1917 [1915]: 247).
Parece extrao que una fuerte fijacin pueda ser susceptible de un fcil desasimiento. Sostener esta perspectiva nos permite deducir que un fuerte lazo de ninguna manera asegura una consistencia psquica para el sujeto, ms bien, lo que est sostenido en base al otro como exterior puede fcilmente des-unirse. A mayor cantidad de monto libidinal dispuesto en el objeto, ms fcilmente esta libido podr adquirir, bajo ciertas circunstancias, un rumbo nuevo que en el narcisismo ser el propio yo. La potencia de es lazo dar cuenta a partir de su reverso de la severidad de la que el melanclico ser objeto. Para que esto ocurra hemos mencionado, la base debe ser una identificacin de tipo narcisista.
Podemos decir que el melanclico posee la caracterstica de estar fuertemente aferrado a sus objetos amorosos, pero a su vez estos son abandonados con bastante facilidad. Si existe indistincin entre yo y los objetos cada perdida es vivida como una prdida de s, el melanclico se pierde en la imposibilidad de perder el objeto.
Freud establece una continuidad entre la identificacin narcisista e incorporacin, refiriendo a esta como etapa previa de la eleccin de objeto y el primer modo, ambivalente en su expresin como el yo distingue un objeto. Freud, S. (1917 [1915]); 247). (El subrayado es nuestro)
Desde las primeras premisas freudianas respecto a la nocin de identificacin, no se pone en duda que sta supone un lazo al otro, lo que se ir modificando son las causas y mecanismos que harn que esta relacin al otro adquiera distintas caractersticas. () la 37
identificacin aspira a configurar el yo propio a semejanza del otro, tomado como modelo (S. Freud, 1921: 100).
Recordemos que el supuesto fundamental que lleva a Freud a establecer la hiptesis del narcisismo es una concepcin psicopatolgica, la idea de un desarrollo libidinal que experiment una perturbacin (como es el caso de los perversos y homosexuales), (quienes) no eligen su posterior objeto de amor segn el modelo de la madre, sino segn el de su propia persona. (S. Freud, 1914: 85). El tipo de eleccin de objeto denominada narcisista remite a quienes no pueden sino tomarse a s mismos como objetos de amor.
Es interesante detenerse a observar como en Introduccin del narcisismo S. Freud (1914) traza las dos vertientes en las que el sujeto realizar sus elecciones de objetos posteriores en base a dos modelos; el narcisista o por apuntalamiento. Este ltimo basado en la madre como objeto de amor inicial: [] todo ser humano tiene abiertos frente a s ambos caminos para la eleccin de objeto, pudiendo preferir uno o el otro. Decimos que tiene dos objetos sexuales originarios: l mismo y la mujer que lo cri, y presuponemos entonces en todo ser humano el narcisismo primario que, eventualmente, puede expresarse de manera dominante en su eleccin de objeto. (S. Freud, 1914: 85)
Lo que Freud instala ac es que la eleccin de objeto se articula con mayor o menor medida a un espacio primario que es precisamente lugar de la indiferenciacin y de la omnipotencia, estrechamente ligado a lo materno. Varios aspectos son importantes destacar aqu. Primero que la eleccin de objeto es situada como una preferencia del sujeto, preferencia ligada al placer. El nfasis aqu dado no se encuentra ni en la relacin, ni en el lazo, ni en el Otro, sino en el sujeto como punto de partida, pero para que esto pueda partir de l es necesario primero identificarse a algo. 38
Ms all de lo que puede considerarse desde Freud como uno de los puntos centrales de la trama edpica, es decir el amor a la madre como objeto originario, se instala ac tambin el cuerpo propio como objeto de amor originario. De esta forma la hiptesis del narcisismo adquiere toda su fuerza en su dimensin primaria y compartida por todos los sujetos, pero que para unos resulta normal, para otros se tornar patolgico. Vemos en el pasaje de Introduccin del narcisismo un primer giro que descentra la dimensin del Narcisismo en su fuerza estrictamente patolgica dndole un lugar ms preponderante a aquello que fundamenta las elecciones de objeto. En este sentido es clara la continuidad entre el texto mencionado y Duelo y melancola.
Consideramos que el gran giro respecto a la identificacin que supone Duelo y Melancola es pasar de investigar la identificacin en lo que va del sujeto hacia el objeto, (formacin de sntoma, lo que patologiza al sujeto en la dimensin de lazo establecido con el otro) a indagar en el lugar del objeto en tanto perdido y las huellas que esta prdida inaugural depara en todas las formaciones inconscientes posteriores.
Del modelo identificatorio basado en aquel rasgo nico (nivel sintomtico) tomado del otro pasa a investigarse, en la melancola, desde la indistincin inicial con el objeto a la que el melanclico retorna en su identificacin. La bullada Frase de Freud, (1914) La sombra del yo recay en el objeto explicita lo que se ha venido anunciado desde Introduccin del narcisismo, es decir, que aquello que en la melancola opera a modo de identificacin tiene su precedente en una identificacin de tipo narcisista.
39
3.1.
Hemos dicho que en las primeras hiptesis que formula Freud respecto a los mecanismos tpicos de la melancola encontramos una anticipacin de lo que sern las premisas desarrollada en Duelo y Melancola. Sin embargo, lo que hasta este momento no se ha desarrollado tericamente y lo que podramos decir, hace a Freud detenerse constantemente en su abordaje ser la perplejidad que produce la dialctica amor / identificacin en relacin al objeto. Cuestin que da pie a la nocin de identificacin narcisista.
Hemos mencionado que uno de los grandes aportes de Duelo y Melancola consiste en interrogar los distintos componentes y escenarios en los que se ponen en juego los distintos modelos identificatorios. Freud plantea la novedad de una identificacin que posteriormente no ser incorporada a los tres tipos de identificacin de Psicologa de las masas, la identificacin narcisista. Como se presenta en estos pasajes sera extensible a la incorporacin. No hay distincin alguna. Entonces por qu hablar de identificacin narcisista?
Freud intenta situar la identificacin narcisista diferencindola de otras que ha desarrollado de manera bastante ms acabada (por ejemplo la identificacin histrica). Realiza este ejercicio al tratar de establecer la melancola en su dimensin narcisista como lmite de lo analizable. Algo del orden primario (al que retorna el melanclico) resuena en la melancola a nivel de imposibilidad de investimiento libidinal. Por otro lado, S. Freud (1917), plantea que el modo de tramitar los conflictos del melanclico coincide enteramente con las premisas del resto de las neurosis. Cuesta entender esta afirmacin cuando toda
40
su investigacin apunta a reservarle un lugar de excepcin al conflicto melanclico. Esto evidencia una dificultad permanente en Freud.
En la 27 Conferencia denominada La transferencia (1917) Freud plantear que segn la magnitud del narcisismo del paciente la terapia analtica podr surtir efectos o no. Estos pacientes, los paranoicos, los melanclicos, los aquejados de demencia praecox, permanecen totalmente inclumes e inmunes a la terapia psicoanaltica () La observacin permite conocer que los que adolecen de neurosis narcisistas no tienen ninguna capacidad de transferencia Nuestro empeo teraputico no tiene resultado alguno en las neurosis narcisistas (S. Freud, 1917: 406). La desazn persistente respecto a la efectividad del tratamiento en la melancola da cuenta de la dificultad de Freud para situar la melancola en su dimensin identificatoria.
S. Freud (1923), en Neurosis y Psicosis reserva a la melancola el estatuto de psiconeurosis narcisista. En este pasaje traza la distincin a nivel del conflicto psquico entre neurosis y psicosis: La neurosis de transferencia corresponde al conflicto entre el yo y el ello, la neurosis narcisista al conflicto entre el yo y el supery, la psicosis al conflicto entre el yo y el mundo exterior.. Y en verdad, no desentonara con nuestras impresiones que hallsemos motivos para separar de las otras psicosis estados como el de la melancola. (S. Freud, 1923: 158). (El subrayado es nuestro)
El lugar de excepcin en Freud dado a la melancola es evidente en distintos momentos. Si tomamos al pie de la letra lo que postula Freud ac, la melancola no sera del todo situable desde el campo de las psicosis, pero claramente se marca una diferencia con el resto de las neurosis de transferencia.
41
Retomemos nuestro inters por la aparicin del concepto de Identificacin narcisista. La identificacin narcisista es aludida por primera vez en Duelo y Melancola (1917) refirindosela como la ms originaria y que abre la comprensin de las otras identificaciones. Freud no se extiende ms en la elaboracin de este concepto y posibilita el surgimiento de todo tipo de especulaciones. A Freud parecen permanentemente faltarle elementos para desarrollar esta nocin.
J. Laplanche, (1980) simplifica el asunto y postula que narcisismo e identificacin narcisista son una sola y misma cosa. Desde esta perspectiva sostiene la siguiente tesis respecto al narcisismo: amor dirigido al yo (lo que supone una especie de distincin tpica interna), constituido este en una suerte de relacin inmediata con el otro (J. Laplanche, 1980: 305). Hiptesis que contrasta con la idea de narcisismo como circuito cerrado indiferenciado, poniendo en primer plano el aspecto de intercambio que ya supone el narcisismo. Sin embargo, sostener esta tesis oscurece otros aspectos, puesto que identificarse ya implicara una eleccin de objeto y por ende estaramos en el plano del narcisismo secundario.
Remontmonos nuevamente Introduccin del Narcisismo (1914) y observemos las distinciones que se establecen respecto a las distintas modalidades de eleccin de objeto (por apuntalamiento y de tipo narcisista) podemos entender (a posteriori) lo que Freud ya tena en mente en ese momento. Tomemos estas distinciones (S. Freud, 1915: 85)
Se ama: 1. Segn el tipo narcisista: a. A lo que uno mismo es (a s mismo), b. A lo que uno mismo fue, 42
c. A lo que uno querra ser, y d. A la persona que fue una parte del s mismo propio.
Este amor de tipo narcisista plantea que no existen imposibilidades temporales para el narcisismo, abarca; lo que se es, fue y podra llegar a ser. Adems este tipo de eleccin de objeto parece abarcar una dimensin real (a en el esquema), ideal (b y c), y fantasiosa (d), es decir una nocin de eleccin narcisista bastante amplia. Dimensin del amor erigida en el yo desde lo que el otro ha amado, ama o amar/ia en m Uno y el Otro en una relacin de continuidad inicial.
Respecto al cruce entre esta eleccin de objeto y la identificacin narcisista diremos que es desde aqu desde donde se regresa al narcisismo va identificacin. En este sentido la identificacin narcisista puede ser pensada desde Freud en una lgica que posibilita la preservacin del lazo con el objeto va repliegue libidinal. Por decirlo de alguna manera; prdida, identificacin, luego conservacin. Esta cuestin en el melanclico no ocurre de esta manera, quien se pierde con el objeto perdido.
Anteriormente dijimos que en el melanclico ocurre una regresin desde la eleccin de objeto narcisista hasta el narcisismo. De ah podemos inferir que el melanclico ha retirado, es cierto, su libido del objeto, pero que, por un proceso que es preciso llamar identificacin narcisista ha erigido el objeto en el interior de su propio yo; por as decir, lo ha proyectado sobre el yo. (Freud, S. 1917; 388). (El subrayado es nuestro). En este pasaje Freud, en vez de hablar de incorporacin o introyeccin utiliza la nocin de proyeccin, esto es llamativo y se hace evidente precisamente en el momento del pasaje metapsicolgico en que Freud est dando su giro que va del plano objetal a la consideracin del yo. 43
Las confusiones identificacin, introyeccin, proyeccin (intencionadas o no) donde ms se observan es respecto a la funcin que se le otorga al Narcisismo, el lugar paradjico de lazo al otro, lazo narcisista. Deducimos de las investigaciones de Freud y de sus conceptualizaciones que lo que enfatiza no es tanto lo interno o lo externo entre sujeto y objeto como s es relevado la funcin del narcisismo considerado desde un lugar mtico, inaugural, donde lo que toma el sujeto del Otro adquiere un lugar central.
Como existen aspectos de la teora que se van modificando, existen puntos que permanecen fijos a lo largo del estudio de Freud. El conflicto yo - supery es uno de los que adquieren inmovilidad como conflicto central del melanclico. Durante las ltimas revisiones que S. Freud, (1932) plantea respecto a la melancola, seguir sosteniendo esta idea de conflicto psquico entre el supery hipersdico y el yo. El supery aplica el ms severo patrn moral al yo que se le ha entregado inerme, y hasta subroga la exigencia de la moralidad en general, as, aprehendemos con una mirada que nuestro sentimiento de culpa moral expresa la tensin entre el yo y el supery. (S. Freud, 1932: 57).
3.2.
La primera referencia al supery en Freud como instancia psquica diferenciada la encontramos en el texto de 1923 El yo y el ello (aunque an no clarificada respecto al Ideal del yo). Previo a esto podemos dar cuenta de un recorrido: en Introduccin al Narcisismo (1914) las distinciones entre supery, Ideal del yo y Yo ideal son extremadamente difusas. Sin embargo, es desde Duelo y Melancola (1917, [1915]) donde las distinciones empiezan a cristalizarse. Este ser uno de los principales recorridos freudiano para dar cuenta (metapsicolgicamente) de la introduccin de las instancias 44
ideales, las normas en el sujeto. Puntualicemos desde 1923, donde el supery presenta una cierta consistencia.
El Yo y el Ello (1923) hace referencia a la instalacin del supery en una suerte de triada; eleccin de objeto, identificacin y Complejo de Edipo: Al comienzo de todo, es por completo imposible distinguir entre investidura de objeto e identificacin (S. Freud, 1923:31). En esta indiferenciacin son las aspiraciones erticas que nacen a partir del desvalimiento del nio, es decir de las necesidades biolgicas, quienes conducen las elecciones del nio. Si por algn motivo un objeto debe resignarse (principalmente la realidad), este se erigir sobre el yo: Todava no nos resultan familiares las circunstancias de esta sustitucin (as) el carcter del yo es una sedimentacin de las investiduras de objeto resignadas, contiene la historia de estas elecciones de objeto (S. Freud, 1923:31).
La madre se presenta como objeto de una eleccin para el varn (especficamente el pecho materno), en lo que atae al padre, el mecanismo para apoderarse de este ser la identificacin. Estos lazos operan de manera simultnea; hacia dos direcciones; madre y padre. Lo que primar es el investimiento de la madre adquiriendo la identificacin al padre el sello de la ambivalencia (lugar anhelado y causa de hostilidad). La salida al Edipo debe resignar la investidura de la madre, esto va; identificacin con ella o identificacin al padre. (Ambas salidas permiten retener en algn sentido el lazo al objeto materno). As, como resultado ms universal de la fase sexual gobernada por el complejo de Edipo, se puede suponer una sedimentacin en el yo, que consiste en el establecimiento de estas dos identificaciones, unificadas de alguna manera entre s. Esta alteracin del yo recibe su posicin especial; se enfrenta al otro contenido del yo como ideal del yo o supery. (S. Freud, 1923:31). (Este prrafo esta destacado en el texto original con letras cursivas)
45
La salida al Edipo organizar dos dimensiones de lo normativo: un deber y una prohibicin: As como el padre debes ser y as como el padre te est prohibido ser La fuerza que adquiere esta doble dimensin legislativa est dada precisamente por el hecho que se constituya como parte del yo (yo fortalecido por el influjo exterior), incluso quizs ms que por el hecho de provenir del exterior. El Ideal del yo (supery) se constituye aqu como herencia del complejo de Edipo.
Mientras que el yo es esencialmente representante del mundo exterior, de la realidad, el supery se le enfrenta como abogado del mundo interior, del ello. Ahora estamos preparados a discernirlo: conflictos entre el yo y el ideal espejarn, reflejarn en ltimo anlisis, la oposicin entre lo real y lo psquico, el mundo exterior y el mundo interior. (S. Freud, 1923:38). Lo que Freud ac puntualiza es que el interior y el exterior se enlazan en la identificacin a un ideal erigido en el sujeto a modo de conciencia moral. Desde ac la idea que una identificacin pueda sustituir a una eleccin de objeto y tornarse crtica consigo mismo. (Lo que tiene sus bases en el anlisis del mecanismo melanclico).
Previo al desarrollo del texto recin aludido, la denominada instancia crtica, aparece a propsito de la melancola como instancia escindida del yo que adquiere cierta complacencia en reprochar descarnada y abiertamente al yo. Una parte del yo se contrapone a la otra, la aprecia crticamente, la toma por objeto () Lo que aqu se da a conocer es la instancia que usualmente se llama conciencia moral; junto con la censura de la conciencia y con el examen de realidad la contaremos entre las grandes instituciones del yo. (S. Freud, (1917, [1915]:245).
Freud se asombra con la severidad de los autoreproches del melanclico e intenta esclarecer la particularidad que estos adquieren en circunstancias que no necesariamente 46
parecen condecirse con aspectos reales del yo. Interroga tanto la causa como la direccin de estos reproches. Este es el punto en el que se anudarn: Identificacin del yo con el objeto perdido, la base narcisista de esta identificacin y la referencia al Ideal (supery hipersdico).
Es un mecanismo tpico de la identificacin del melanclico tomar sobre s los rasgos del objeto; La prdida de objeto altera al yo va identificacin cuestin que le permite mantener un lazo con este: Cuando el yo cobra los rasgos del objeto, por as decir se impone el mismo al ello como objeto de amor, busca repararle su prdida dicindole: Mira, puedes amarme a mi tambin soy tan parecido al objeto (S. Freud, 1923:38). (El
subrayado es nuestro). Los autoreproches que en primera instancia parecen dirigidos al yo, se adecuan en gran medida al objeto que se ha perdido como objeto de amor. En este sentido las recriminaciones contra el yo se presentan como una denuncia al objeto que va identificacin se ha instalado en el yo.
Paso de libido objetal a libido narcisista. El origen entonces de estas denuncias dirigidas al yo es pulsional, proviene del ello. El amor resignado por el objeto adquiere va ambivalencia la dimensin de la hostilidad ms potente, as el yo queda enfrentado al cruel embate de la pulsin de muerte la que adquiere un reinado absoluto sobre un yo sometido a las ms crueles y despiadadas de las crticas. El supery melanclico se ha apoderado de todo el sadismo del que dispone el sujeto. La sombra del objeto ha recado sobre el yo, quin en lo sucesivo, pudo ser juzgado por una instancia particular como un objeto, como el objeto abandonado (S. Freud, (1917, [1915]:246). Todo esto tiene como base como hemos dicho el denominado modelo de Identificacin Narcisista. Slo habiendo sido objeto de una pulsin amorosa tan grande es que el sadismo adquirir la misma potencia cuando el objeto se aloje en el yo. 47
Freud puntualiza que en este mecanismo melanclico no es tanto el objeto como el amor por el objeto lo que no se resigna. Es decir, como el objeto recae en una identificacin de tipo narcisista, el odio puede ensaarse con este puesto que no es ms que una sombra del objeto, es decir un sustituto oscurecido de este donde el yo ser ante todo el que se pierda. Freud desde ya nos indica que hay un aspecto gozoso sobre el cual no se extiende mayormente.
Otro aspecto que menciona Freud pero en el que tampoco se extiende mayormente es que la autopunicin responde a un desquite de los objeto originarios () esa hostilidad que recae sobre el objeto y se dirige contra s subroga la reaccin originaria del yo haca objetos del mundo exterior. As en la regresin desde la eleccin narcisista de objeto, este ltimo fue por cierto cancelado, pero prob ser ms poderoso que el yo mismo (S. Freud, (1917, [1915]:249). Esto nos da pie para indagar en los captulos siguientes en dos sentidos: a) la relacin de rechazo hacia s del melanclico respecto a lo que acontece en los mecanismos primarios de identificacin y b) la potencia que adquiere el objeto en su dimensin de triunfo absoluto sobre el yo. Coordenadas para abordar la identificacin en la melancola.
Respecto a lo referido a la relacin del odio dirigido haca si mismo y su relacin con el sadismo superyoico, encontramos pistas valiosas en Pulsin y Destinos de Pulsin (1915) aqu Freud puntualiza que el odio ms que referirlo al placer debe ser pensado en relacin al displacer, puesto que el yo en primera instancia aborrecer los objetos que para el constituyan fuente de displacer. Esto tiene una motivacin real (en el principio de realidad), y es indiferentemente de que le signifiquen una frustracin de la satisfaccin sexual o de la satisfaccin de necesidades de conservacin (S. Freud, 1915:132) Es decir, 48
que en lo que atae al apoderamiento del objeto, va identificacin el odio responde en algn sentido a las pulsiones de conservacin del yo y este (el odio) es: como relacin con el objeto, ms antiguo que el amor, brota de la repulsa primordial que el yo narcisista opone en el comienzo al mundo exterior prodigador de estmulos (S. Freud, 1915:132)
Vemos en este pasaje como la funcin de la indiferenciacin en Freud respecto a ciertos conceptos y mecanismos que involucran al yo y al objeto no parece ser tan casual, esto adquiere potencia particular en la identificacin en la melancola. Como vemos el cruce eleccin de objeto, identificacin y Narcisismo persiste como problemtica en distintos momentos de elaboracin freudiana.
Abordado este aspecto crucial del padecer melanclico (el sadismo superyoico) intentemos dar un paso ms, profundizando las concepciones freudianas de la identificacin. Esto para marcar como la identificacin en la melancola resulta una cuestin difcil de clasificar acorde a los argumentos aludidos.
49
Sin que Freud, S. lo mencione explcitamente, podemos rastrear en el Proyecto de Psicologa (1950, [1895]) una primera referencia respecto a la identificacin. Esta referencia se encuentra en el denominado Complejo del Prjimo. (Nebenmensch). Freud pone ac su atencin en todo aquello del prjimo que despierta el inters en un sujeto. Sobre el prjimo, entonces aprende el ser humano a discernir (S. Freud, 1950 [1895]: 376), siendo ste el primer objeto de percepcin, permite fijar un inters en base a la sensacin de satisfaccin o de hostilidad. Respecto a esto, plantea que cuando las investiduras que nacen de ste respecto a un otro coinciden, no se generan las condiciones para que algo del orden del pensamiento se instale. En este sentido lo que produce una cierta movilizacin psquica es aquello que se percibe como diferente.
Para la percepcin del sujeto ciertas caractersticas del otro sern absolutamente nuevas; sus rasgos en el mbito visual versus aquellas percepciones que le permiten al sujeto reconocer en el otro algo que ha sido vivenciado previamente por l mismo. Por ejemplo un grito, un movimiento. Este complejo del prjimo da cuenta de la divisin de aquello que proviene del exterior como algo ajeno y diferente versus aquellos aspectos que refieren a un trabajo ligado a lo mnmico, en el sentido que puede ser asociado por el sujeto a una vivencia propia.
A partir de lo anterior Freud deduce un componente que refiere como imitativo de la percepcin en el sentido que despierta imgenes mnmicas en el sujeto que le permiten asociar investiduras que vienen del exterior con aquellas que proceden del cuerpo propio. 50
Por tanto, el juzgar, que luego es un medio para discernir el objeto que quizs ha cobrado importancia prctica, es originariamente un proceso asociativo entre investiduras que vienen de afuera e investiduras procedentes del cuerpo propio, una identificacin entre noticias o investiduras (sistema de neuronas pasaderas) y de adentro. (S. Freud, 1950, [1895]: 379).
En el Complejo del Prjimo estn ya los orgenes del desarrollo de Freud respecto a la identificacin. Algo converge entre el vivenciar propio, aspectos del sujeto y aquellos que vienen de afuera. Lo que aqu est en cuestin es el tema del reconocimiento de los movimientos del Otro como movimientos propios.2 En este primer momento podemos pesquisar lo que Freud puntuar respecto a la identificacin: () la identificacin aspira a configurar el yo propio a semejanza del otro, tomado como modelo (S. Freud, 1921: 100).
Es interesante percibir el inters terico de Freud manifestado de manera muy precoz en lo que respecta a aquello que permite situar un inters del sujeto en el Otro. Al desarrollarse la teora de las identificaciones adquirir relevancia aquello que posibilita que se produzca una primera identificacin.
Como hemos enunciado Freud realiza en Psicologa de las masas y anlisis del yo un ordenamiento terico y establece diferencias respecto a tres modalidades distintas de identificacin: Podemos sintetizar del siguiente modo lo que hemos aprendido de estas tres fuentes: en primer lugar, la identificacin es la forma ms originaria de ligazn
Es posible que la elaboracin lacaniana del Estadio del Espejo (1949) encuentre aqu sus fundamentos Qu posibilita que el sujeto pueda situarse en este lugar? Algo posibilita esa alienacin al Otro. En Freud parece tener estrecha relacin con la eleccin de objeto.
2
51
afectiva con un objeto; en segundo lugar, pasa a sustituir a una ligazn libidinosa de objeto por la va regresiva, mediante introyeccin del objeto en el yo, por as decir; y, en tercer lugar, puede nacer a raz de cualquier comunidad que llegue a percibirse en una persona que no es objeto de las pulsiones sexuales. (S. Freud, 1921: 101).
La identificacin es la forma ms originaria de ligazn afectiva con un objeto (S. Freud, 1921: 101)
La primera referencia que hace Freud a la oralidad en tanto modelo de identificacin ser en su texto sobre La Sexualidad Infantil en el contexto de Tres ensayos de teora sexual (1905): Una primera organizacin sexual pregenital es la oral o si se prefiere, caniblica. La actividad sexual no se ha separado todava de la nutricin, ni se han diferenciado opuestos dentro de ella (S. Freud, 1905:180). (Esta nota es agregada al original en 1920) Esta primera meta sexual de incorporar el objeto constituir el paradigma de la identificacin y adquirir un valor fundamental para el psiquismo.
La referencia a la incorporacin ser un enigma y una inquietud permanente, esto en el sentido que plantea contradicciones respecto a referencias anteriores (en trminos lgicos y cronolgicos), principalmente con Duelo y Melancola. La Identificacin es la etapa previa de la eleccin de objeto y es el primer modo, ambivalente en su expresin, como el yo distingue a un objeto. Querra incorporrselo, en verdad por la va de la devoracin de acuerdo con la fase oral o caniblica del desarrollo libidinal (S. Freud, 1915: 133).
52
Se instala una confusin en cuanto a la posicin respecto al objeto, ms bien respecto a la eleccin de este. Por un lado la forma originaria de ligazn afectiva con un objeto supone la existencia de un objeto y de un lazo a este. Por otra parte, se plantea que esta identificacin es previa a la eleccin de objeto
Lo que transmite Freud es que identificacin resulta necesaria para la eleccin de objeto, lo que no significa que previo a esto no existan movimientos de investidura libidinales entre el nio y objeto. El yo se encuentra desde un inicio investido por pulsiones siendo capaz de satisfacer sus pulsiones por s mismo. Llamamos narcisismo a ese estado, y autoerotica a la posibilidad de satisfaccin. (S. Freud, 1915:129) (el subrayado es nuestro)
Lo que es previo a la eleccin de objeto es la formacin narcisista, identificacin posibilitada por el hecho de ser objeto de placer (de investidura) para otro. S. Freud (1915) lo formula en a partir de una triple polaridad: sujeto (yo) /objeto (mundo exterior), placer /displacer, activo/pasivo. El yo se comporta pasivamente hacia el mundo exterior en la medida en que recibe estmulos de l, y activamente cuando reacciona frente a estosel yo sujeto es pasivo hacia los estmulos exteriores, y activo por sus pulsiones propias. (S. Freud, 1915:129).
En un primer momento yo-sujeto coincide con placer y el exterior con la indiferencia, pero habr un paso al comenzar a incorporar los objetos placer ofrecidos por el exterior. Este paso es promovido por las pulsiones no autoerticas y las de autoconservacin (ligadas a la satisfaccin que el nio adquiere del otro por su desvalimiento inicial).
53
Freud (1915) postula un yo realidad inicial como momento de investidura automtica de los objetos (motivadas por el desvalecimiento primordial y el inicio de reclamos de objetos exteriores de placer), que devendr yo placer purificado, (donde ya existe una distincin adentro afuera) donde hay eleccin, al menos entre objeto de placer y displacer. Lo sexual nace apoyado en la necesidad, pero luego se independiza. Las necesidades biolgicas conducen en primera instancia las elecciones de objeto.
El mundo exterior queda separado por una parte de placer incorporada y un resto ajeno (exterior). Freud plantear que aquellos destinos de pulsin marcados por la vuelta sobre el yo o por el paso de la actividad a pasividad (la melancola es un ejemplo paradigmtico) tendrn fuertemente marcado el sello de la organizacin narcisista del yo el que estar (hasta este momento) comandado por el principio del placer.
Es importante destacar que para que los movimientos descritos se produzcan (del autoerotismo al narcisismo, a la eleccin narcisista de objeto), la funcin del objeto en su dimensin placentera resulta fundamental, si este no se constituye como tal, el yo-sujeto descrito por Freud queda proclive a distanciarse de l, manifestado en una huida del mundo exterior. Sentimos la repulsin del objeto, y lo odiamos; este odio puede despus acrecentarse convirtindose en la inclinacin a agredir al objeto, con el propsito de aniquilarlo (S. Freud, 1915:131). (El subrayado es nuestro) Cuestin relevante para entender la ferocidad de los reproches del melanclico que dirigir contra si mismo.
Como hemos dicho, S. Freud (1914) refiere esta identificacin como aquella que sembrar las bases para que se realice una primera eleccin de objeto. Es una especie de identificacin preparatoria que debe pensarse primariamente a partir de una indistincin del objeto exterior como algo separado. Respecto a este tipo de identificacin, la 54
incorporacin, K. Abraham dedicara bastante trabajo al estudio de los estadios denominados pregenitales del desarrollo libidinal.
K. Abraham sita la nocin de incorporacin dentro de las denominadas etapas pregenitales de la libido llamadas as dado que la relevancia otorgada libidinalmente a los genitales an tiene un papel secundario, sino inexistente respecto al resto de las zonas ergenas. El inters de Abraham radica en plantear como es que, a nivel de desarrollo el individuo puede pasar desde un estado autoertico sin objeto, a un supuesto amor objeto centrado en una etapa genital final.
K. Abraham postula una divisin de la primera etapa de desarrollo, la oral: La primera de ellas es la que corresponde a una etapa llamada preambivalente, en el sentido que esta corresponde a un autoerotismo que podramos designar como puro, es decir sin objeto. Esto ya supone una interrogante, de hecho ste ser un punto central de discusin respecto a los dilogos con Freud en torno a si el objeto surge como tal o hay desde un inicio un objeto y un lazo con este. De todas maneras, K. Abraham dice literalmente que lo que hay es una ausencia de relacin real con objetos (K. Abraham, 1924: 219).
Suponemos que la idea de relacin real al objeto no tiene nada que ver con un objeto total, puesto que la nocin de totalidad y parcialidad que postula resulta clave principalmente para entender que lo que el sujeto toma del otro no es ms que una parte de este, comandado por un principio de placer. De esta forma la problemtica del total o de lo parcial es desplazada sobre el objeto en tanto que se puede disfrutar, sea como un todo (excepto una parte; exclusin de las partes genitales), sea en tanto que parte (con 55
exclusin de todo el resto): un rgano, el pene, los pechos. Consideramos que Abraham refiere el autoerotismo a partir de una no existencia relacin real con el objeto al hecho de que no exista ni esbozo de separacin de este. Indistincin psquica.
El abordaje que Abraham realiza de la nocin de incorporacin, principalmente a partir del estudio de casos de pacientes melanclicos, apunta a dar cuenta del retorno a una etapa en que el sujeto se ha fijado; la oralidad, desde aqu se instala la lectura de la melancola y de su identificacin al objeto va incorporacin.
Si hay algo que llame la atencin en el desarrollo de Abraham es que todo lo que se juega para el nio a nivel constitucional en la oralidad, prescinde a nivel terico, de la dimensin que aporta el padre en tanto funcin subjetivante. Lo canibalistico en Abraham es analizado en funcin de la madre, a diferencia de Freud, donde el abordaje de la relacin oral-canibalstica resaltar en su dimensin mitolgica y en funcin de la figura paterna como lugar fundante. He ah una gran diferencia que traza perspectivas divergentes entre Abraham y Freud.
S. Freud, (1921) refiere que tomar al padre como ideal sera una actitud masculina por excelencia. Debemos entender que es el movimiento inicial para poder realizar eleccin de objeto. A su vez, plantea esta incorporacin (identificacin) del padre sostiene dos lazos diversos: con la madre, una directa investidura sexual de objeto; con el padre, una identificacin que lo toma por modelo. (S. Freud, 1921: 99). Encontramos ac una idea a que reaparecer en El yo y el ello, donde al pie de pgina se referir a la identificacin a los progenitores Es decir sita la idea de incorporacin como un
movimiento que supone al menos la existencia de dos lugares distintos. Una investidura directa y una referencia a otro lugar. 56
Al parecer hay distinciones relevantes que trazar al pensar esta nocin de incorporacin. Podemos reconocerla como una lgica compleja, que presenta mltiples movimientos sucesivos, simultneos y difusamente estructurantes. Todo esto excede la lgica de una relacin estrecha, directa y dual pensada nicamente en relacin a la madre o al padre en su dimensin real. Abraham contribuye en otorgarle, respecto a la incorporacin, un lugar fundamental y nico a la madre (punto que presenta cierta discontinuidad con Freud). A su vez contribuye con la notable idea de que lo que se incorpora principalmente es un objeto parcial. Lo que supone una prdida desde el origen.
2.2
() pasa a sustituir a una ligazn libidinosa de objeto por la va regresiva, mediante introyeccin del objeto en el yo (S. Freud, 1921: 101) (el destacado es nuestro)
Freud desarrolla este tipo de identificacin a propsito de los mecanismos de formacin neurticos de sntoma, especficamente a partir del estudio de la histeria. La exposicin de este tipo de identificacin alcanza un importante desarrollo a propsito del Caso Dora (1905 [1901)].
Las identificaciones que Dora realiza fluctan de acuerdo al tipo de lazo que se sostenga con el objeto, esta ligazn puede responder a una mocin amorosa o a alguna de tipo hostil. En este sentido las identificaciones que Dora establece varan de acuerdo a lo que el sntoma, entendido como deseo sexual reprimido, encubra para ella. Dora se identifica con su padre, con la seora K, con su prima enfermiza, ella percibe hasta qu punto la enfermedad, o ms bien las manifestaciones externas de estas reportan aspectos 57
beneficiosos para quienes la padecen. Por ejemplo, la tos del padre le permite sostener los cuidados de la seora K, y de esta manera sostener una relacin con ella.
Dora en cierto sentido elige la enfermedad, a travs de manifestaciones especficas. Esto con el fin de sostener relaciones amorosas con sus objetos libidinales. La identificacin con el padre, es para Freud, en un momento posterior al caso uno de los puntos llamativos que adquiere un lugar ms perifrico en la cura. Esta identificacin le permite a Freud enfatizar en un aspecto especfico en el que se pone en juego la identificacin de Dora con su padre, o ms bien dicho con la Tos de l.
Lo mencionado da cuenta de las dos vas de formacin de sntoma en la histeria: la Nia que recibe el sntoma de la madre, en su hostilidad con ella, recibe la tos martirizadora como expresin del amor de objeto por el padreo bien, el sntoma puede ser el mismo que el de la persona amada. (Tos de Dora), en un caso el padre aparece como lo que se querra tener y en otro como lo que se querra ser. La identificacin reemplaza a la eleccin de objeto; la eleccin de objeto ha regresado a la identificacin (S. Freud, 1921: 100). Al decir ha regresado a la identificacin se hace referencia a lo que se plantea como el modelo de toda identificacin; es decir la incorporacin. La introyeccin, es entendida ac como identificacin secundaria, tpica de la formacin de sntoma. Esta plantea una idea de regresin que nos remite en alguna medida a la identificacin en la melancola, pero que no coincide del todo con esta.
Qu podemos considerar como relevante de este segundo tipo de identificacin? Esta puede presentarse por dos vas, como hemos dicho, en relacin al objeto, como lo que se quiere tener o ser. Por otra parte debemos enfatizar que en ambos casos la Identificacin es parcial, se toma un nico rasgo: rasgo unario (einziger zug), 58
Podemos atribuir a Ferenczi el haber inaugurado la nocin de introyeccin. Esta ser tratada, aunque con usos diversos, por Freud, Abraham, Klein y Lacan. Las diferentes perspectivas tericas abrirn caminos diferentes en lo concerniente a la identificacin y por ende al trato dado al objeto.
Freud aborda y enfatiza la sexualidad, principal o inicialmente infantil, desde la ontogenia del individuo (lo que respecta a las etapas del desarrollo psicosexual; oral, anal, flico, genital). Ferenczi, por el contrario, refiere sus postulados a una dimensin filogentica. Consideremos su perspectiva en el estudio del trauma; la pregunta gua podra formularse de la siguiente manera: Cul es el estado traumtico ancestral que la ontognesis repite simblicamente, cual es la represin que se trasluce a travs de esta repeticin simblica? (N Abraham, M. Torok, 2005: 28). Es importante situar esta diferencia para contextualizar el estudio del smbolo, de la represin, del trauma y de la identificacin en lo que distancia a Ferenczi de Freud.
S. Ferenczi (1909) postula la introyeccin como contrapunto del inters que moviliza al paranoico, que tiene que ver con rechazar todo inters por el mundo exterior, poniendo fuera de s todo afecto negado en s mismo. A diferencia de este movimiento. El neurtico intenta incluir en su esfera de intereses la mayor parte posible del mundo exterior, para hacerla objeto de fantasas inconscientes (S. Ferenczi, 1909: 4).
Ferenczi opone, y a su vez relaciona, los mecanismos de Introyeccin y Proyeccin. Sern mecanismos caractersticos de expresiones psicopatolgicas distintas, pero que entraran en juego en las neurosis a modo de opuestos, complementarios. Es decir, para que el nio logre salir de un estado narcisista, relacin unitaria con la madre, necesita tambin excluir objetos que han sido introyectados. : Cuando por primera vez distingue lo percibido objetivo (Empfindung) de lo vivido subjetivo (Gefhl) efecta en realidad su primera operacin proyectiva, la proyeccin primitiva (S. Ferenczi, 1909: 4).
El exterior persistir en poner a disposicin del nio objetos que no necesariamente sern placenteros para l. S. Ferenczi (1909) plantea que la reabsorcin de estos objetos del mundo exterior dar paso a la Introyeccin primitiva. Esta introyeccin primitiva puede ser entendida como el primer punto que permite instalar en el yo una referencia al Otro como algo diferente, es decir como aquello que en una primera instancia se ha ofrecido al nio en su capacidad de satisfacer ciertas necesidades pulsionales.
S.
Ferenczi
(1909)
sita
la
transferencia
como
aquello
que
advendr
posteriormente cuando el nio sea capaz de identificar que su saciedad tiene una materialidad, es decir, sus afectos sern enlazados (transferidos) constantemente a
60
aquellos objetos cuya presencia tuvieron, o por desplazamiento, tendrn, relacin con aquella sensacin de apaciguamiento interno.
Como mencionamos anteriormente, Freud, en Pulsin y Destinos de Pulsin (1915) extiende la oposicin Sujeto (yo)-Objeto (mundo exterior) a la oposicin placer-displacer (yo coincidente con placer y mundo exterior con displacer), para dar cuenta de cmo el narcisismo primordial se ve afectado por el mundo exterior, as las pulsiones sexuales buscarn un rumbo en base a un modelo de satisfaccin que viene desde afuera. Sumado a lo anterior, S. Freud (1915) introducir la distincin entre <yo placer> y <yo realidad>. Esta nueva polaridad servir para entender el paso de una relacin de indiferencia con el mundo exterior que mutar en odio y finalmente en amor Recoge en su interior los objetos en la medida que son fuentes de placer, los introyecta, y por otra parte expele de s lo que en su propia interioridad es ocasin de displacer. (S. Freud, 1915: 130)
Al referirse Freud a la nocin de introyeccin por momentos es nombrada indistintamente con la incorporacin: El mundo exterior se le descompone [al yo] en una parte de placer que l se ha incorporado y en un resto que le es ajeno. (S. Freud, 1915: 130). Por su parte, S. Ferenczi aclara que su nocin de Introyeccin refiere a cmo en el neurtico la direccin es ms bien centrpeta, es decir puesta al servicio de extender el yo mediante la toma de ciertos aspectos del objeto que marcaran una diferencia entre este y el mundo exterior. Diferencia con lo que Freud plantea como incorporacin.
Con las clarificaciones realizadas por S. Ferenczi, La Introyeccin se entiende aqu como aquello que permite al nio, de aqu en adelante, portar algo de un Otro desde sus propias intereses libidinales (extensin del yo), es decir traspasar algo del afuera a un registro que podramos llamar interno. Aquello que el sujeto portar en su interior es 61
aquello que modificndose, lograr mantener una cierta consistencia a nivel del aparato psquico, esto con la respectiva prdida que implica el paso de un contenido a otro.
La introyeccin puede situarse a nivel de una indistincin primaria yo/ no yo. Podramos situar la Introyeccin como un mecanismo intermedio entre lo narcisista y lo objetal? Es decir a partir de la idea de continuidad y discontinuidad entre yo y exterior. Tomarlo ms como un canal de intercambios que un externalizar/introducir. S. Ferenczi (1909) alude en el sujeto una disposicin a este movimiento refirindolo como la enfermedad introyectiva. Una suerte de movimiento subjetivante cuyo palpito emana de la pulsin.
Slo para puntualizar respecto a las distinciones entre las nociones de incorporacin e introyeccin aludiremos que, como Ferenczi lo plantea, en ningn caso, este concepto dara cuenta ni estara motivado por alguna dimensin de prdida del objeto, sino por el contrario su eficacia se erige por lo que en el yo se ampla al tomar aspectos que interesan libidinalmente del otro.
() en tercer lugar, puede nacer a raz de cualquier comunidad que llegue a percibirse en una persona que no es objeto de las pulsiones sexuales. Mientras ms significativa sea esa comunidad, tanto ms exitosa podr ser la identificacin parcial y, as, corresponder al comienzo de una nueva ligazn. (S. Freud, 1921: 101) (El subrayado es nuestro).
62
Si pudisemos mencionar el rasgo que caracteriza este tipo de identificacin a diferencia de las dos otras explicitadas por Freud podemos decir que esta no toma en consideracin una relacin particular con un objeto determinado. Freud (1921: 101) dice que se toma como referente a una persona en tanto la situacin en la que se encuentra. Para que la identificacin se produzca no es condicionante que exista una pulsin sexual inicial, solo es necesario que exista un elemento compartido; querer, o poder estar en lugar de puesto que un objeto se comparte respecto a la satisfaccin de un ideal. El objeto como posibilidad de intercambio en tanto ideal.
Lo que Freud desarrolla en este pasaje de su teora apunta a clarificar la relacin establecida entre yo, ideal y objeto. Para esto en Enamoramiento e Hiponsis (1921) clarifica como es que el yo puede encontrar en el Ideal del yo (instancia separada de ste y herencia del narcisismo primario) un modo de satisfaccin que permite a su vez, adoptar una modalidad amorosa respecto a la vida anmica de otros. Freud se est refiriendo ac a la denominada satisfaccin sexual de meta inhibida. Esto ocurre en tanto los sujetos siten un objeto nico en el mismo lugar del Ideal del yo. Este es el punto que posibilita el surgimiento de la identificacin de la masa.
Esta identificacin plantea entonces un punto en el cual convergen dos yo en el que como hemos dicho uno ha querido encontrarse en la misma situacin que otro, independiente de una libidinizacin sexual inicial. Esto puede llegar a generar el rasgo que permite que se haga de ste comunidad, y por ende que pueda generarse el efecto denominado por Freud de infeccin psquica. Esta identificacin puede adquirir tal potencia que Freud llega a plantearse como una de las funciones del Ideal del yo el examen de realidad, cuestin retomada en El yo y el ello (1923) y aspecto fundamental para entender la ferocidad de los autoreproches del melanclico. 63
Lo que resulta interesante en este tercer tipo de identificacin aludido por Freud es por un lado el nfasis puesto en lo parcial de la identificacin. Caracterstica compartida tambin por el segundo tipo de identificacin propuesto, y por otro lado impresiona la capacidad del Ideal del yo como elemento de satisfaccin, no necesariamente sexual compartido por una masa, va objeto compartido: [los individuos de la masa]han puesto un objeto, uno y el mismo, en el lugar de su Ideal del yo, a consecuencia de lo cual se han identificado entre s en su yo. (S. Freud, 1921:110).
Para sintetizar este pasaje diremos que en los dos ltimos tipos de identificacin expuestos se trata de una identificacin parcial; en la segunda es un rasgo de la persona objeto, en la tercera hay un punto de coincidencia entre los yo, va relacin de objeto al Ideal del yo compartido. Antes de distinguir en profundidad los distintos niveles de cada una de estas identificaciones enunciemos lo que Freud refiere como identificacin primaria. Este referencia nos permitir situarla respecto a la primera identificacin. La incorporacin.
La identificacin primaria en Freud se distingue de las secundarias en tanto la primera no sucede a la eleccin de objeto, ms bien dicho la precede. He aqu lo que tensiona la nocin de Identificacin Primaria con eleccin de objeto en pasajes de la obra freudiana. Al comienzo de todo, en la fase primitiva oral del individuo, es por completo imposible distinguir entre investidura de objeto e identificacin. (S. Freud, 1923: 31) .La frase hace referencia directa a la incorporacin y a la supuesta dimensin primaria que esta presenta dentro de la indistincin de niveles en Freud. Por ende incorporacin e
64
incorporacin primaria no deben ser tratadas como equivalentes. Respecto a esta distincin revisaremos los postulados de N. Abraham y M. Torok .
Hemos planteado la relevancia de entender la identificacin ms como una lgica subjetivante que como un proceso terico rgido. Para Freud, precisamente lo que comanda la organizacin de las dimensiones de la identificacin lo interroga y le produce perplejidad. Lo que perplejiza el abordaje de Freud es la relacin compleja entre amor e identificacin a nivel primario. Distincin/indistincin en Freud entre incorporacin e identificacin Primaria, entre identificacin primaria e identificacin narcisista.
Freud considera la identificacin primaria como la de mayor valencia del individuo, la identificacin con el padre de la prehistoria personal. A primera vista, no parece ser el resultado ni el desenlace de una investidura de objeto: es una identificacin directa e inmediata (no mediada), ms temprana que cualquier investidura de objeto (S. Freud 1923: 33).
La alimentacin de partes del Ttem permite al nativo apropiarse de las cualidades de las personas a quienes estas pertenecieron, mediante el acto de devoracin consumado en rituales totmicos. El violento padre primordial era por cierto el arquetipo envidiado y temido de cada uno de los miembros de la banda de hermanos. Y ahora, en el acto de la devoracin, consumaban la identificacin con l, cada uno se apropiaba de una parte de su fuerza. (S. Freud, 1912: 143) En qu sentido nos interesa poner el nfasis sobre este ceremonial? Freud considera los estudios de estos rituales tomando de esto lo que permita contribuir a su estudio de la identificacin, dir que El psicoanlisis nos ha revelado que el animal totmico es realmente el sustituto del padre. (S. Freud, 1912: 143)
65
La identificacin primaria determina las elecciones sexuales posteriores del sujeto. Como vemos, esta identificacin primaria mtica tiene referencia directa al padre. Sin embargo, tambin Freud dir que () las elecciones de objeto que corresponden a los primeros periodos sexuales y ataen a padre y madre parecen tener su desenlace, si el ciclo es normal, en una identificacin de esa clase, reforzando de ese modo la identificacin primaria. (S. Freud 1923: 33). El subrayado es nuestro.
En este pasaje de EL yo y el Ello (1923) Freud da ms fuerza a la nocin de identificacin como la forma ms originaria de ligazn afectiva con un objeto. Puntuemos un par de cosas en este pasaje de elaboracin terico freudiano: a) Freud suspende el desarrollo de esta identificacin primaria como identificacin a los progenitores b). Freud utiliza de manera indiferenciada las nociones de Identificacin Primaria e incorporacin. C) El Estatuto del padre de la horda primordial queda en un lugar poco claro.
Podemos pensar que Freud si bien tiene en consideracin lo primario respecto a dos lugares simultneos (padre y madre), no se extiende en esta identificacin a los progenitores menos por la razn que represente un problema para l, que por que resulta exactamente irrelevante para el problema de lo primario que est intentando desarrollar en este momento. El mecanismo. Esto como hiptesis.
Consideraremos en otro captulo autores que desarrollan esta identificacin primaria referida tanto a la funcin materna como paterna. Por otra parte, respecto al padre mtico, consideramos que si Freud le pone un apellido a este padre es precisamente para aludir a una funcin que antecede al individuo, incluso a cualquier indicio de historia de este. La historia del sujeto est inscrita en sus ancestros y hay ah un enigma para el sujeto. Su historia empezar a escribirse de manera previa a cualquier indicio de 66
individualidad. Parece ser que esta identificacin primera, directa e inmediata supone una comunin que permitir tragar trozos/trazos de Otro/otro permitindole al sujeto posteriormente elegir objetos libidinales. La base de estas elecciones es desconocida en sus orgenes para el sujeto. El origen es siempre nebuloso.
Hemos observado la confusin terica que supone el trato que reciben las nociones de incorporacin, introyeccin e identificacin. Dos autores Nicolas Abraham y Mara Torok han realizado importantes desarrollos en esta lnea. Previo a presentar sus aportes enfatizaremos nuevamente que la diferenciacin a establecer se relaciona ms con diferenciar funciones y registros. Es decir, situar nuestro horizonte de las identificaciones como lgicas operantes ms que parcelas tericas rgidamente encapsuladas.
En la literatura analtica reina cierta confusin entre introyeccin e identificacin. Es cierto que la segunda entra en el proceso de la primera, pero ambos mecanismos no deben confundirse. El resultado de la introyeccin es una relacin con un objeto interno, y mientras que el de la identificacin es designacin del lugar donde momentneamente el sujeto ha elegido domicilio. (N. Abraham y M. Torok, 1987: 121)
En Freud que hace que estos conceptos sean tratados en distintos momentos como idnticos? Freud hace un uso amplio de la nocin de incorporacin principalmente en Totem y Tab (1913) respecto al banquete totmico, y en Duelo y Melancola (1917) para dar cuenta del modo de operar del sujeto en relacin al objeto perdido.
67
Si rastreamos el uso de la nocin de introyeccin segn la definicin de Ferenczi, la encontramos principalmente en Introduccin del Narcisismo (1914). Aqu Freud define la nocin de sentimiento de s como expresin del grandor del yo, dir: Todo lo que uno posee o ha alcanzado, cada resto del primitivo sentimiento de omnipotencia corroborado por la experiencia, contribuye a incrementar el sentimiento de s. (S. Freud, 1914: 94) No es precisamente esto a lo que apunta Ferenczi cuando habla de introyeccin?
Remitmonos a las confusiones tericas que Abraham introduce. Abraham intenta apoyar su investigacin de los mecanismos identificatorios en la melancola, sealando que la introyeccin del objeto amoroso es una incorporacin de l, en armona con la regresin de la libido al nivel canibalista (K. Abraham, 1925: 117). Este pasaje da cuenta de la clara confusin conceptual entre el mecanismo de introyeccin y el de la incorporacin, particularmente, puesto en relieve a propsito de la melancola.
Es importante establecer en cada autor que es lo que posibilita esta confusin conceptual, cuestin que excede nuestro inters, sin embargo podemos extendernos en algunos puntos centrales. Por ejemplo, podemos pensar que la tesis de Abraham respecto a la melancola es que esta sera una forma arcaica del duelo. Lo arcaico como lo desarrolla Abraham estara estrechamente asociado a lo materno, en tanto considera que es la madre la que aparece como EL objeto perdido en un origen, por ende la regresin melanclica siempre tiene relacin con esta cara del objeto; materno.
Para Abraham la diferencia introyeccin/incorporacin no es relevante puesto que el nfasis estara en establecer el modo singular en que este objeto primariamente perdido entra (va incorporacin o introyeccin, da igual) a modo de regresin, en el sujeto en la melancola. En este sentido lo que posibilita o imposibilita que el objeto pueda perderse no 68
es interrogado por Abraham, Introyeccin e incorporacin serian dos trminos asimilables puesto que el fin es dar cuenta de algo que pasa de un exterior a un interior.
Desde Abraham y Ferenczi la indistincin incorporacin, introyeccin, identificacin se deben a que todo lo que est en juego ac es el registro de la reciprocidad imaginaria, juego amoroso entre la madre y el nio. Aqu se inserta la crtica de J. Lacan (1956) al imperialismo de la identificacin del que ha sido objeto por aos el psicoanlisis.
Respecto a cmo situar las nociones incorporacin e Introyeccin en relacin a la prdida es relevante la clarificacin de Abraham y Torok (1987). Estos autores sitan la Introyeccin del lado de lo pulsional y la Incorporacin del lado de la prdida del objeto. Por otra parte plantean que la Introyeccin no puede tener como motor la prdida de objeto, y que por el contrario la incorporacin para entrar en accin supone la prdida de un objeto. (N. Abraham y M. Torok, 1987: 213).
N. Abraham y M. Torok (2005) relacionan estos conceptos aludiendo que frente a una prdida de objeto lo que opera es el mecanismo de incorporacin del objeto (como el caso del melanclico). En este sentido la incorporacin aparece cuando algo en el mecanismo de Introyeccin no se ha instalado o no ha tenido lugar, de manera que en ese momento el yo no puede tramitar la prdida mediante un trabajo de duelo (descrito por Freud) que permita perder el objeto conservndolo y conservndose el mismo en una continuidad que posibilite el ex sistir.
La incorporacin habla de un deseo de introyectar disimulado. El objeto incorporado marca el lugar, la fecha, las circunstancias en que tal deseo ha sido proscrito de la Introyeccin... (Abraham y Torok 1987: 214). As, la incorporacin da cuenta de 69
ciertos mecanismos que han hecho que la introyeccin tambalee marcando destinos catastrficos y mortificantes. Cuando la prdida se presenta como algo que la introyeccin no ha absorbido del todo ocurre que el objeto se incorpora, a nivel de fantasa en el yo. El sujeto es hablado por la incorporacin en lo que atae a sus deseos no nacidos [asi] el alimento no saciar el hambre de palabra. (V. Fliman, 2008: 98)
El yo arcaico se constituye por introyeccin de la libido oral. Tal proceso se significa a travs de una fantasa, y especialmente de una fantasa de
ingestinutilizacin de la ingestin y de sus variantes (salivacin, hipo, vmitos) como expresiones simblicas: pedir comida o rechazar el alimento (independiente del estado de hambre real), o bien gracias al mismo mecanismo, producir la fantasa de comer o de rechazar la comida (en ausencia del objeto). (N. Abraham y M. Torok 1987: 214). La produccin de esta fantasa es precisamente lo que Abraham y Torok designan como mecanismo de incorporacin.
Cuando Abraham y Torok refieren la incorporacin como fantasa hacen alusin a que esta responde a un fin de conservacin narcisista, que lo que hace es modificar el exterior, esto a diferencia de la introyeccin que es situada como proceso de orden metafrico. Absorber lo que est faltando en forma de alimento, imaginario o real, mientras que el psiquismo esta en duelo, es rechazar el duelo y sus consecuencias, negarse a introducir en s mismo la parte de s mismo desposeda en lo que se perdi, negarse a conocer el verdadero sentido de la prdida, el que hara que, de saberlo, uno fuera otro; en suma, rechazar su introyeccin. (N. Abraham y M. Torok 1987: 233).
Esta distincin (introyeccin/incorporacin) nos sirve para clarificar que de lo que se trata en la Introyeccin no es tanto del objeto en s, como de las pulsiones, poder 70
captar algo de ese Otro primario, a travs de distintos niveles; las palabras, los gestos, las miradas. Algo del orden de la incorporacin emerge cuando esta captura del Otro en lo que representa como alteridad radical, como instancia fundante se ha truncado, esto por diversas causas y a niveles bastante primarios de constitucin.
El sujeto melanclico traga la muerte, o bien dicho traga un vaco, cuestin que puede pensarse en relacin a mecanismos muy arcaicos de su constitucin. El nfasis de Abraham y Torok est puesto en cmo en momentos muy primitivos de la constitucin del sujeto la experiencia del vaco (especficamente la boca vaca) y como esta experiencia irn acompaadas por las pablaras maternas que colman ese vaco (Primer y gran paradigma de la introyeccin). As en la denominada comunin de bocas vacas madre hijo: al no venir las palabras de la boca a llenar el vaco del sujeto, este introduce all una cosa imaginaria. (Abraham y Torok 1987: 236). Esto puede ser considerado como una tesis respecto a la ocurrencia del padecer melanclico en lo que atae su identificacin al vaco. Aqu resulta fundamental el lugar dado al vaco y a la funcin materna primaria.
Para que este proceso de simbolizacin, que es la Introyeccin, sea posible, es necesario que el sujeto le haya concernido en algo al otro, es decir que haya sido a su vez objeto pulsional para alguien, que haya ocupado algn lugar principal, que haya sido reconocido e identificado como sujeto. Desde esta perspectiva, Ferenczi dar un espacio central a lo materno, pero en su dimensin de relacin dualizada, imaginaria con el nio.
La propuesta de Ferenczi permite pensar en aquello que queda inscrito en el nio va Introyeccin (aquello que concebimos como canal confuso de intercambios), como proceso originario, punto que marcar la relacin al otro y al Otro donde la presencia/ausencia, se torna una dialctica que posibilitar establecer una continuidad vital 71
al sujeto. Diferenciarse del mundo exterior implica, segn Ferenczi, por un lado, que el yo dilatado por la Introyeccin adquiera una forma especfica. En este sentido es que podemos entender la Introyeccin como un trabajo de simbolizacin complejo, primario, donde determinadas condiciones posibilitarn la consistencia del sujeto en circunstancias donde su existencia sea o se perciba amenazada como es la prdida de objeto.
El anlisis de las modalidades identificatorias planteadas por Freud y ampliadas por las perspectivas de K Abraham, S. Ferenczi, nos permite dar cuenta de cmo la Identificacin en la melancola no responde en su totalidad a ninguno de los modelos establecidos por Freud, sostenindose en un lugar de excepcin.
El intento de N. Abraham y M. Torok (1987) de distinguir y soldar los diferentes niveles de la Introyeccin, la Incorporacin y la identificacin, postula un modelo de comprensin tanto de los aspectos que ataen a las inscripciones primarias en el psiquismo como de los trastornos melanclicos. De esta forma intenta resolver los impasses en los que se ha cado por el intento de clarificacin terica. Para esto su referencia al modelo de identificacin primario y las fallas primarias en la simbolizacin nos otorgan un nuevo acceso al mecanismo de identificacin melanclico.
72
Lacan realiza una distincin de registros que determinar una lectura novedosa de las tesis freudianas respecto a los 3 modelos identificatorios. Una seleccin de textos permite seguir su formulacin:
Textos de Lacan anteriores a 1949: Ms all del principio de realidad, La agresividad en psicoanlisis, Acerca de la causalidad psquica, Los complejos familiares en la formacin del individuo. Textos escritos para afinar la tesis inaugurada en 1936 que desembocar en El Estadio del espejo como formador de la funcin del yo (je) tal como se nos revela en la experiencia psicoanaltica (1949) (En adelante El Estadio del Espejo)
S Thibiergue, (1999) refiere que en este texto aludido se har referencia a una identificacin otra que aquella que recorta tan slo la identificacin con la imagen, sin la cual esta tampoco sera concebible. Esta referencia se encuentra en el Je, en tanto este no se confunde con la imagen, planteando una cierta eficacia simblica de las imagos, cuyas estructuras determinan de entrada al sujeto humano en un orden especificado por Lacan como aquel de la cultura (S. Thibierge, 1999: 9). Aqu debemos situar la referencia de Lacan a la matriz simblica de la funcin del Je en el Estadio del espejo.
Debemos explicitar que en El estadio del Espejo, Lacan no realiza la distincin entre identificacin imaginaria y simblica. Sin embargo la distincin ya es deducible. En este 73
texto Lacan funda la necesidad lgica de (a propsito de la confusin freudiana entre Yo Ideal e Ideal del Yo) diferenciar los niveles identificatorios operantes a nivel primario. Esta diferencia de modelos identificatorios ser el lugar de la separacin entre lo que se inscribe en el orden imaginario, simblico.
1.1.1.
Por qu J. Lacan tiene que acudir al estadio del espejo para aclarar la formacin de la imagen narcisista? Hasta qu punto Lacan sigue Freud en estos pasajes? Situemos algunos puntos de continuidad y discontinuidad.
Sin hacer referencia explcita de la dimensin del retorno a Freud en este momento, Lacan parece dar respuestas a las incgnitas abiertas en Introduccin del Narcisismo (1914), principalmente al oscuro concepto freudiano de Narcisismo primario. Lacan, parece seguir la pregunta instalada por Freud En razn de qu se ve compelida la vida anmica a traspasar los lmites del narcisismo y poner la libido sobre objetos? (S. Freud, 1914: 82).
Cules son las condiciones que posibilitan que el sujeto no quede preso del encantamiento, fascinacin mortfera de la imagen especular? Esta interrogante constituye uno de los ejes que seguir Lacan para escribir El Estadio del Espejo. Es decir cmo, cundo y en qu momento el sujeto se orienta a otra cosa?
74
Pensamos que el paso del autoerotismo al Narcisismo deja en deuda a Freud y que es precisamente en este lugar donde Lacan introducir una tensin original y fundante donde la unidad propia y de los objetos vendr dada por el exterior, de manera anticipada. En esta misma direccin, el trnsito del Narcisismo primario al ideal del yo queda inconcluso, o poco resuelto para Freud3 y es planteado va esquemas por Lacan.
Podemos situar en este momento de las interrogantes que nos deja la obra freudiana el puntal desde donde Lacan comenzar la distincin de registros (RSI) primariamente en El estadio del Espejo (1949) Lacan funda la lgica de la identificacin en esta experiencia del espejo: Basta para ello comprender el estadio del espejo como una identificacin en el sentido pleno que el anlisis da a ste trmino: a saber, la transformacin en el sujeto cuando asume una imagen. (J. Lacan, 1949: 87)
El Estadio del Espejo plantea un desfase inicial, temporal y espacial entre la vivencia del cuerpo como desorganizacin y desintegracin pura del cuerpo fragmentado y la imagen de unidad devuelta por el espejo. Esta totalidad virtual fundar para siempre el estatuto de seuelo con lo que se identifica el sujeto. (S. Thibiergue, 1999: 7) Sujeto que se funda en el reconocimiento de esa primera imagen exterior. Fijacin ideal, alienante base de las identificaciones secundarias. El planteamiento de esta idea central en la tesis del Estadio del Espejo da cuenta que lo que sigue Lacan en este momento, no tiene que ver tanto con el encuentro identitario con la imagen (reflexividad que supone el
El 16 de Marzo de 1914 Freud escribe a Abraham. El narcisismo fue un parto difcil y presenta todas las deformaciones consiguientes. Por supuesto no me agrada demasiado, pero no puedo ahora hacer otra cosa. No obstante necesita muchos retoques. Correspondencia, (1965:195)
3
75
encuentro inmutable entre dos mismicidades) como con la diferencia radical que inaugura este encuentro/desencuentro entre cuerpo despedazado e imagen integrada en el espejo.
Lo anterior es graficado y considerado por Lacan, J. a partir de los denominados fenmenos de Imprinting. Estos Fenmenos fueron estudiados principalmente por la biologa animal, destacando los estudios de Konrad Lorenz (etlogo alemn) quien se intereso en las relaciones del desarrollo celular animal y la relacin de este con el desarrollo humano. El imprinting (marcaje) hace referencia a lo que se establece en un primer encuentro celular, lo que establece diferencias que determinarn el desarrollo celular posterior. Es decir lo que marca es el efecto del choque molecular.
G. Le Gaufey (1998) menciona que el choque retroactivo de esta unidad ocurrida en un perodo temprano constituye un hecho fundamentalmente de imagen. As, los efectos corporales de ese encuentro/desencuentro con la imagen marcan un destino, una verdad, ilusoria que tomar el sujeto asumiendo de ac en ms un lugar de contingencia respecto a lo Real del cuerpo propio. La continuidad ser anticipada desde el exterior a partir de la discontinuidad y prematurez del cuerpo propio.
La palabra alemana Gestalt no posee un equivalente exacto en espaol, por lo que suele usarse sin traducirse, pero remite a la formacin de algo en una horma, alude al sentido de configuracin ms que a lo configurado, lo constituyente, sobre lo constituido. Como hemos dicho, ser la discordia esencial entre desintegracin corporal interior y anticipacin de unidad exterior, en tanto configurante donde se debatir el sujeto en un espacio que anticipara su lugar como miembro de una comunidad lingstica. [] lo esencial de la primera formulacin del estadio del espejo se mantiene: la imagen del
76
cuerpo es en primer lugar y ante todo la imagen del otro, de esta alteridad que se presenta en el espejo. (G. Le Gaufey, 1998: 85)
Esta primera identificacin a la imagen, si bien es una identificacin imaginaria, no puede ser entendida sin referencia a lo simblico. La asuncin jubilosa de esta imagen especular manifiesta: ()la matriz simblica en la que el yo (je) se precipita en una forma primordial, antes de objetivarse en la dialctica de la identificacin con el otro y antes de que el lenguaje le restituya en lo universal su funcin de sujeto.. (Lacan, 1949: 87) (El subrayado es nuestro)
La forma que fija la imagen especular es en cierta medida definitiva, es decir que las sucesiones de identificaciones que establezca el sujeto tributar de esta tensin/ diferencia entre la fragmentacin real del cuerpo y su anticipacin virtual. Aqu el yo encuentra el resorte de su propia simbolizacin, entonces esta no solo se produce en el registro de la imagen. (S. Thibierge, 1999: 9) Existen dos dimensiones de esta imagen o Gestalt. Por un lado forma y cohesin entendida desde un registro imaginario, pero a su vez y como forma vaca se constituye como simblica.
Lacan apunta reiteradas al cruce entre lo imaginario y lo simblico: Puede ningn paso en lo imaginario rebasar sus propios lmites, si no procede de otro orden? (J Lacan, 1972: 65). Es interesante la manera en que enuncia esta referencia a lo simblico, a propsito de la pregunta de Freud por aquello que lleva a traspasar los lmites del narcisismo. La introduccin del yo (je) en este momento permite generar la doble dimensin del yo en un yo imaginario (moi) y en el yo (je) como aquel que hace referencia a la dimensin simblica. Lugar del sujeto del inconsciente. El Je es el resultado de ese
77
estadio del espejo en tanto va a ser el smbolo de una unidad irreductible, indita antes de l que no es ya la de un reflejo de la imagen en el cuerpo. (G. Le Gaufey; 1998: 85).
Como hemos mencionado J. Lacan, (1949) le da al je el lugar tronco de las identificaciones secundarias, refiere que esta forma sita al yo (moi). Es interesante ver cmo el extenso recorrido que realiza Lacan para llegar a esta frmula (desde 1936 a 1949) da cuenta de la elaboracin terica respecto al anudamiento de lo simblico y lo imaginario en la constitucin del sujeto. Es esto un distanciamiento de la formula freudiana en el sentido inicial en el que se presenta el narcisismo en 1914? Una continuacin, una innovacin? Concebimos el Estadio del Espejo como una forma de incorporar elementos novedosos a aquella oscurecida nocin de Narcisismo Primario y de Identificacin Primaria planteada por Freud. Esto supone una continuidad con Freud y un redoblamiento de la funcin de lo simblico en la determinacin del registro imaginario.
El trmino "narcisismo primario" con el que la doctrina designa la carga libidinal propia de ese momento [en referencia a la formacin del yo (je)], revela en sus inventores, a la luz de nuestra concepcin, el mas profundo sentimiento de las latencias, de la semntica. Pero ella ilumina tambin la oposicin dinmica que trataron de definir de esa libido a la libido sexual, cuando invocaron instintos de destruccin, y hasta de muerte, para explicar la relacin evidente de la libido narcisista con la funcin enajenadora del yo [je], con la agresividad que se desprende de ella en toda relacin con el otro, aunque fuese la de la ayuda ms samaritana. (J. Lacan, 1949: 91) (El subrayado es nuestro)
78
En este prrafo Lacan hace referencia casi explicita al aporte que est realizando a la concepcin freudiana del narcisismo primario. G, Le Gaufey, (1989). Seala todo lo indito que introduce El estadio del Espejo () El autor hace referencia ac al aporte que hace Lacan al Narcisismo primario de Freud. Lo que se instala como el gran aporte de Lacan al narcisismo primario es lo que atae a la biparticin del yo en (je) y (moi), ante todo lo que respecta a la ubicacin del je por encima del moi.
Ubicando su je por encima del moi, Lacan, J. cambia completamente la red metafrica, puesto que el intercambio no sigue ya el cerramiento sino que lo precede y condiciona: es porque el cuerpo posee este apetito por la unidad de la imagen que logra producir en l, gracias a ella, esta forma del je que actuar como recinto. (G Le Gaufey, 1989: 90). Consideramos que este es un punto de viraje fundamental de Lacan respecto a Freud en lo que atae a su concepcin del narcisismo como unidad cerrada en s misma. Esto responde al peso de la formacin del moi que entrega a Freud a partir de momentos incipientes de su teora basada en la nocin de almacenamiento (Proyecto de Psicologa (1895).
En J. Lacan, lo que antecede a cualquier formacin de unidad es el intercambio, esto supone un nfasis irrevocable en estos pasajes de su desarrollo, suponemos que la discontinuidad con Freud es respecto a lo nfasis. Sin embargo, el marco de esta diferencia es una relacin de continuidad,
Paso de un Narcisismo cerrado que desbordar libido a la radicalidad de una unidad que viene en primera instancia de afuera, ex-centrica, cuestin que supone un intercambio para que un cuerpo forje su unidad en el exterior. Paso fundamental para darle un nuevo acceso al paso que va del Narcisismo primario al Ideal del yo. 79
Otro aporte crucial de Lacan respecto a la asuncin de la imagen en el espejo por parte del nio es la expresin de jbilo que este manifiesta frente a la unidad, totalidad con la que este se encuentra. El nio voltea su cuerpo hacia aquel que lo sostiene en este momento fundante, busca en el exterior, especficamente, en el Otro, un asentimiento que corrobore el valor de su hallazgo. No hay aqu, sino un ndice, teniendo en cuenta el vnculo inaugural entre la relacin con el Otro y el advenimiento de la funcin de la imagen especular, indicada aqu como i(a). (J. Lacan, 1962: 42)
Las consecuencias que se deducen desde la concepcin del Estadio del Espejo es que la identificacin imaginaria slo puede ser situada en referencia a la identificacin simblica. La respuesta del Otro en primer momento como signo y puesto en juego en relacin con una serie de significantes traer como efecto una marca en el sujeto que permitir su inscripcin en el mundo como tal, como sujeto dentro del lenguaje.
En la concepcin freudiana del Narcisismo tiende a asimilarse los otros a los objetos. Lacan extrae de la experiencia del espejo, de manera diferenciada, el otro, el objeto y la significacin como elementos que deben ser pensados en registros diferentes. Es desde aqu desde donde se dar paso a pensar en aquello que no ser captado en la imagen del otro. El espejo sirve a Lacan como metfora que fundamenta el registro de lo imaginario en el sujeto, relacin de alienacin y desconocimiento fundamental y primaria, pero a su vez el espejo tambin opera como lugar del Otro donde algo queda no especulable, el objeto a. Dificultad mtica del sujeto para situar su prdida inaugural. Lugar del Otro no todo. 80
Dos funciones anudadas por el principio de una exterioridad fundante. El Otro como lugar del reconocimiento, pero tambin del desconocimiento. Esta cuestin seguir su curso en El Esquema ptico (1953). Lo que se le presenta a Lacan como pregunta en el Esquema ptico, es aquello que, como efecto de estructura, se presenta como no especulable. Aquello que no presenta correlato en lo imaginario, hemos dicho el a. Esta pregunta movilizar el desarrollo del seminario de La Identificacin (1961-1962) y La angustia (1962-1963). Lugares en los que Lacan trabajar el gran hallazgo que comienza a gestarse con aquello que en el espejo se escabulle, el objeto causa de deseo (a).
En la leccin del 28 de Noviembre de 1962, respecto a la articulacin entre imagen especular (bsicamente el estadio del espejo) y el significante dir: Parece que queda ah algn hiato, no sin que mi interlocutor se percate de que el empleo de la palabra hiato, corte o escisin es aqu, quizs, nada ms y nada menos la respuesta esperada. (J. Lacan, 1962: 39). Esto representa un nuevo paso en lo que Lacan vendr hace aos articulando, como el sujeto se funda en torno a un vaco situado entre una imagen y la mirada-palabra del Otro. Esto resulta fundamental para entender aspectos de la lgica de la identificacin que en Freud no quedan del todo resueltas. Por ejemplo, la relacin entre el autoerotismo y el narcisismo primario, la distincin entre el yo ideal y el ideal del yo.
Los esquemas de Lacan permiten situar diferencias que para Freud resultan difciles de elaborar. Lacan da otro paso y elabora otro esquema. El Esquema ptico, cuyas primeras representaciones se esbozan ya en 1953 en el Seminario I, pero que tendrn un desarrollo amplio en 1960 con Observacin sobre la exposicin de Daniel Lagache y en el Seminario 10 de La Angustia (1962-1963)
81
2.
El Esquema ptico4
El esquema ptico puede leerse en continuidad con los desarrollos y aportes del Estadio del Espejo. Lo que enfatiza este esquema es la puesta en juego de la imagen constituyente en relacin a la ausencia/presencia de un objeto no captable para el sujeto, el objeto a. Toda la dialctica del Esquema se desplegar para que se instale el i(a). El a envuelto, capturado por una imagen. imagen El sujeto slo tendr acceso a esta ilusin i(a) pasando por la imagen virtual i(a) del espejo A. El sujeto ujeto tendr acceso a su imagen a travs de la mirada de otro/Otro.
Por otra parte, este esquema permitir establecer mltiples puntualizaciones. Permite pensar de qu manera se anudan los registros dando cuenta de movimientos
4
82
sincrnicos y diacrnicos en la constitucin del sujeto y en la relacin que este establece con su imagen, con su cuerpo, con el Otro y con el a. De esta forma el esquema no debe ser tomado de manera parcelada, sino como un funcionamiento, una operacin conjunta. Consideracin relevante para pensar la identificacin en la melancola.
Una imagen real situada del lado izquierdo del espejo y por otro lado una imagen virtual situada del lado derecho. Del lado izquierdo del esquema se construye el sostn del objeto, la imagen de la totalidad. Del lado derecho la funcin de la identificacin y su determinacin en la construccin de dicha imagen. (V Fliman, 2008: 82)
Respecto al autoerotismo lo que ser i(a) se encuentra en el desorden de los a minsculas que todava no es cuestin de tenerlos o no tenerlos. (J. Lacan, 1963: 132) Cuestin apreciable del lado izquierdo del esquema, donde los a esparcidos (las flores) sern contorneados por la imagen real posterior de i(a). Como hemos dicho, en esta relacin se jugarn aspectos fundamentales y determinantes del sujeto, a su vez marcar una forma singular para posicionarse respecto a la prdida.
Las flores se presentan como lo real del cuerpo, estas adquieren cobertura siendo ahora contenidas, o ms bien dicho contorneadas, principalmente por el cuello del florero antes oculto; i(a). El nico acceso al real de su cuerpo que tiene el sujeto es aquel dado a travs de este esquema, que presenta el real contorneado por la imagen. Esta imagen, que establece la unidad del florero con las flores i(a) es ledo como el yo ideal, entendida como la primera imagen que funda al sujeto. Es por esta va que el sujeto obtiene su imagen del cuerpo en tanto integrado. Es decir, tiene acceso algo propio de su cuerpo va lo reflejado en el espejo (espacio virtual).
83
Cualquier acceso a lo real del cuerpo propio pasar por esta envoltura. Lacan dar cuenta, respecto al paso al acto del suicidio melanclico, como este se precipita por excelencia a travs de una ventana; un marco. La referencia ac a la funcin del marco (borde) que establece el cuello del florero respecto a las flores es clara. El cuerpo del melanclico como desprovisto de una primera envoltura.
Lo que configura este borde en su dimensin constituyente organizar de qu lado quedar el sujeto. Es decir si la relacin i(a) a permite sostener la funcin del deseo se desplegarn las mltiples relaciones entre el sujeto y el a ($a). Sin embargo, en esta relacin el a no es visible en lo que constituye para el hombre la imagen de su deseo (J. Lacan, 1962: 51). Si algo falla en este momento inaugural el sujeto puede quedar del lado de lo excluido. Para decir las cosas sumariamente, si se trata del perverso o del psictico, la relacin del fantasma, se instituye de tal manera que a esta situado en i(a) (J. Lacan, 1963: 153) (El subrayado es nuestro). En este caso el sujeto no tiene noticia de lo que causa su deseo, el objeto a en tanto faltante queda ajeno al sujeto, puesto que l queda identificado al a.
Lo anterior permitir extraer hiptesis respecto a la identificacin con el objeto a; considerndola como una falla primaria de la constitucin de la imagen del cuerpo en tanto cobertura. Respecto a la identificacin en la melancola es probable que ante la falla en esta identificacin a la imagen fundante i(a), aparezcan una serie de identificaciones imaginarias asociadas a los contenidos de esta imagen.
El acceso al cuerpo propio, a lo real del cuerpo al que se debiese acceder a travs de esta envoltura queda truncado en el melanclico, dando paso a una cierta imposibilidad de fijar su imagen a una ilusin que establezca una distancia, un lmite con 84
el objeto a como aquello que debiese quedar como lo excluido. Coordenada central para entender el lugar de exclusin fundante que reporta la identificacin en la melancola.
Este tiempo de la constitucin de la imagen especular Es fundamental en la medida que tiene un lmite. (J. Lacan, 1962: 49). No todo el anudamiento por el que cursa el sujeto pasa por la imagen especular. No todo su investimiento libidinal es captado por la imagen. Ac la posibilidad lgica de la fantasa. De que se cause una bsqueda ante la percepcin de que algo falta ah. J. Lacan, (1962) seala que es exactamente lo que, de esta operacin se resta lo que comandar toda la dialctica desplegada mediante la puesta en juego de la necesidad, la demanda y el deseo. El aislamiento de a se produce a partir del Otro, y es en la relacin del sujeto con el Otro que se constituye como resto (J. Lacan, 1963: 127)
El esquema da cuenta que la constitucin de la imagen emerge en estrecha relacin con el Otro, es decir imagen especular y significante se encuentran en una relacin estrecha que Lacan seala comandada por ese resto no especularizable el a. En este momento fundante confluyen movimientos que anudan relacin al semejante, otro, al cuerpo propio y al Otro. Se fijan las coordenadas imaginarias de la identificacin en funcin de una determinacin eminentemente simblica. Si el sujeto pudiera estar realmente, y no por intermedio del Otro, en el lugar designado I, tendra relacin con lo que se trata de atrapar en el cuello de la imagen especular original, i(a), a saber el objeto de su deseo a (J. Lacan, 1962: 51). Como el sujeto no est del lado del I quedar capturado en el punto en que el Otro lo (a)signe.
85
J. Lacan (1962) grafica como en la funcin del investimento especular y su relacin con el Otro algo queda faltando a nivel de la imagen, esto puede observarse a propsito del surgimiento de la angustia con la figura del (-phi) en la versin simplificada del Esquema ptico. El (phi) representa el lugar de la falta donde algo podra aparecer (Angustia). No hay imagen para la falta, si algo aparece ah, hay angustia. Como hemos mencionado este algo refiere al objeto a. Este es irreductible a ella (imagen especular), por la razn de que permanece profundamente investido en el propio cuerpo - del narcisismo primario, de lo que llaman autoerotismo, de un goce autista. (J. Lacan, 1962: 55).
Se establecen a los menos dos dimensiones (relacionadas) posibles para abordar al objeto a: como falta en la imagen que causa (-phi) y como parte del cuerpo excluido de la representacin; objeto de goce. Enfatizaremos una de estas dimensiones, la de la falta fundante para dar cuenta de cmo en la identificacin en la melancola esta no parece causar (posibilitar) movimientos libidinales en el sujeto.
El Seminario de La Angustia (1962-1963) est dedicado al estudio de todo aquello que puede surgir por diversas circunstancias en ese espacio simbolizado como (-phi), llamado en este mismo seminario como Heim. Traducido al espaol, casa. Lacan (1962), puntualiza la casa del hombre: El hombre encuentra su casa en un punto situado en el Otro, ms all de la imagen de la que estamos hechos. (Lacan, J, 1962; 58). Lugar paradjico de inhospitabilidad en la que se alberga inicialmente el sujeto. Lo ms ajeno es a la vez lo ms ntimo. El modo en que la relacin especular se configure depende, radicalmente del hecho de que el sujeto se constituya en el lugar del Otro, esta marca ser la que devenga relacin al significante y la posibilidad de ser representado por un significante para otro. 86
J. Lacan, (1963) menciona la nocin de distancia en la elaboracin tanto del Estadio del Espejo, como del Esquema ptico y en su elaboracin de la angustia. Es necesario para que esa constitucin, enajenante, pero tambin constituyente tenga espacio debe generarse la distancia necesaria con respecto al espejo para darle al sujeto aquel alejamiento de s mismo que la dimensin especular le ofrece. (J. Lacan, 1963: 133). Es aqu donde se sita el lugar de la autentificacin del Otro en la dialctica especular.
Retomando los enunciados del Estadio del Espejo aquello que que recibir el sujeto del Otro ser el signo imagen de a. Ms o menos deseable, ms o menos destructiva, aceptada, aceptable. Para que el sujeto logre realizar simblicamente un ejercicio de perdida, algo de la ausencia debe soportarse en esa distancia con el a. Cuestin dada en primera instancia por la presencia de un Otro. Laznik Penot, M.C. (1990) seala: No hay ausencia si no hay presencia, refirindose en primer lugar al funcionamiento materno.
Podemos ver en Lacan un inters en la relacin del cuerpo del nio con la madre como primer Otro: el cuerpo de la madre en tanto es efectivamente el objeto de la imagen, la identificacin primitiva (J. Lacan, 1958-1959). En este sentido consideramos el aporte lacaniano respecto a la funcin materna como eje para leer la instalacin de lo simblico va identificacin es fundamental. Esto permitira dar cuenta de lo que en la identificacin del melanclico tambalea respecto a esta funcin primaria.
2.1.1
El objeto a adquiere distintas dimensiones segn el momento en que Lacan lo est articulando en su teora. Podemos mencionar que en un primer momento el objeto (a) 87
ser concebido como objeto causa de deseo: objeto parcial, imaginario, elemento imaginado como separable del resto del cuerpo. (D. Evans, 2007, 141). Objeto que en tanto separable conlleva una importante prdida de goce subjetivo.
La ausencia/presencia del Otro materno ser condicin de posibilidad del surgimiento de lo simblico en el nio. J. Lacan (1956) plantea que la madre debe ser entendida como agente simblico que frustra (produciendo un dao imaginario en el nio) a travs de la relacin que ste establece con el primer objeto real, el pecho, el que operar como tal slo en relacin a falta. Esto es lo que posibilitar conectar la relacin real con una relacin simblica. (J. Lacan, 1956: 69)
La presencia de la madre instala dialcticamente la posibilidad de ausentarse. Si esto ocurre el nio comenzar a considerar los objetos libidinales en tanto marcas de esa funcin omnipotente que es la madre. Es decir, los objetos antes reales (pecho) adquirirn valor simblico marcado por la potencia de una madre que ahora toma todo su valor como madre, pasando de agente simblico a madre real.
El par presencia-ausencia se articula en el registro de la llamada. Esta permite aislar el objeto real esbozando algo de lo simblico. Aqu los objetos se convierten por intervencin de esta potencia (materna) en objetos de don. (J. Lacan, 1956: 69) Paso de la necesidad a la demanda de amor. Objeto simblico que emerge a partir de la potencia materna. Ac Lacan sita toda la omnipotencia del lado de la madre. Lo relevante ser lo que afectar la omnipotencia materna; cmo de lugar, y cmo pueda renunciar al cuerpo del nio. La madre como Otro inaugural permitir una libidinizacin del nio, instalndola como presencia fundante.
88
El ocupar un lugar respecto a la propia falta (- ) materna le dar un cuerpo al nio atravesado por la falta en el Otro. Se establece una imagen primeraque lo destierra5 de quedar como puro real, es decir el (a) sin i. Una envoltura imaginaria humanizar lo que sin ella podra quedar ubicado slo como un pedazo de carne que ha surgido del cuerpo de la madre, carne de la carne (V. Fliman, 2008: 77).
Todo lo subjetivante que es la madre es en tanto instala la posibilidad de ser falta para ella y de poder perderla como objeto. En esta dialctica, la necesidad de separacin resulta fundamental. El objeto a emerge en este goce, investimiento originario; objeto parcial del intercambio madre/hijo. Aqu la renuncia materna al goce del cuerpo del nio resulta clave.
En el paso de lo continuo a lo discontinuo se puede situar una separacin esencial donde algo cae, el objeto a, relacin esencial a la separacin. Lugar donde es situable la posibilidad del sujeto. La relacin al objeto a, es la relacin esencial a la separacin. Separacin respecto a una parte del cuerpo, una parte de la cual nos desprendemos: la madre y su representante el pecho- como objeto de la succin primordial, es para el nio una parte de s mismo. (Fliman V. 2008: 126).
Hemos hecho referencia a los siguientes puntos; ser objeto para, referencia fundamental al Otro Materno, corte, objeto a. Estos puntos aludidos nos permiten dar un nuevo paso para pensar en la identificacin al objeto. En primera instancia cuestin irrenunciable para todo sujeto. La identificacin con ese (a) adquiere diversos matices cuando es pensada como lugar de organizacin subjetiva primaria, como angustia, como
5
Segn la RAE, (2011): Echar a alguien de un territorio o lugar por mandato judicial o decisin gubernamental/ Quitar la tierra a las races de las plantas o a otras cosas () Puede concebirse la idea de salir de un terreno, de una soberana para pasar a otro lugar.
89
paso al acto y en lo que nos atae, como funcin de prdida en el duelo y principalmente como perdida del propio sujeto en la melancola.
3. Identificacin al objeto a
Inicialmente todo sujeto debe, identificarse al lugar que hace gozar al Otro. Sin embargo, segn seala J. Lacan (1963), este lugar se traducir en un objeto finito, del que pendern deseos finitos. Esto llama la atencin en relacin a la identificacin del melanclico, la que adquiere un carcter que aparenta un absolutismo llamativo, como si no hubiera un paso aotro lugar respecto al objeto a. Identificacin absoluta al objeto a.
Freud hace girar parte importante de su teorizacin respecto al duelo, en torno al objeto perdido, definiendo la identificacin con el objeto, como el mecanismo fundamental del duelo que asume un carcter singular en la melancola. J. Lacan, (1962) se pregunta Por qu respecto al difunto todo lo que se recuerda es la pena que este deja, y no por el contrario la alegra o el regocijo de que el haya existido? La identificacin con el objeto del duelo, Freud la design en sus formas negativas, pero no olvidemos que tambin tiene su fase positiva. (J. Lacan, 1963: 120)
Da la impresin en este punto que la identificacin al objeto pudiese asumir diferentes formas segn esta identificacin se produzca con el objeto en tanto objeto causa de deseo, en su dimensin de brillo o por otro lado en su dimensin de residuo, de deshecho. De qu depende de cmo se produzca la identificacin a este objeto? Algo hipotetizamos anteriormente respecto al lugar que el Otro Materno ofrece como espacio de identificacin. Ciertos pasajes de la angustia pueden darnos otras coordenadas.
90
En el seminario de La Angustia (1962-1963) al objeto a se lo considera como aquello que emerge en la angustia, como afecto que no engaa (J. Lacan, 1962: 87). Emergencia en el espacio de aquel vaco fundante (-), donde nada debera aparecer. La consideracin de la angustia como seal de lo real puede plantear un giro respecto al lugar del objeto a y por ende la identificacin a ste. La identificacin con el objeto a en el seminario de La Angustia (1962-1963) es utilizada para dar cuenta de mltiples expresiones identificatorias, pero siempre enfatizndolo como funcin de resto del sujeto, pero ahora se nombra: Resto como real (J. Lacan, 1963: 180)
Lacan tambin hace uso de la identificacin al objeto a para dar cuenta de la identificacin masoquista: Es nuestro objeto a, pero bajo la apariencia de lo deyectado, echado a los perros, a los despojos, a la basura, al desecho del objeto comn, a falta de ponerlo en alguna parte. (J. Lacan, 1963: 120) No nos hace pensar esta caracterizacin precisamente en la identificacin al objeto rechazado del melanclico? Aparentemente lo que hara diferencia es que tanto en el sdico como en el masoquista la funcin identificatoria cumple una funcin fantasmtica, apunta en un sentido especfico al Otro, por ejemplo en el sdico: Lo que se busca es en el Otro, la respuesta a esa cada esencial del sujeto en su miseria final, y dicha respuesta es la angustia (J. Lacan, 1963: 178).
La identificacin al objeto a en el melanclico permite profundizar en el estatuto real del objeto a e interrogarnos por el estatuto de la identificacin en la melancola. Basta con decir que se trata de una perturbacin de la constitucin primaria del imaginario? o la referencia a lo real de la identificacin al objeto a del melanclico debe situarse en un ms all, una imposibilidad? Si bien la identificacin al objeto a esta al servicio de distintas funciones psquicas, de lo que se trata siempre dice J. Lacan (1963), 91
es de saber como este se vincula a la constitucin del sujeto en el lugar del Otro y lo representa.
Para distinguir con mayor claridad la identificacin al a del melanclico, retomemos la relacin de este con la estructura de la angustia, especficamente en lo que Lacan, J. (1963) denomina como salida de escena. La Identificacin en la angustia se presenta como una respuesta insoportable a una pregunta no formulada. Lugar del no engao. Lacan, J. (1963) sita la angustia como aquella presencia tormentosa donde nada debera presentarse. Un afecto que no miente, una verdad que indica de manera inequvoca eres eso, un agujero. Es en este contexto donde se insertar la lgica del paso al acto como un intento, podemos decir muchas veces fatalmente logrado, de despojar a esta verdad de su certeza. El cruce entre la angustia y la melancola no parece superfluo. En ambos la dimensin de la verdad est en juego de manera trgica. No vemos aparecer aqu un punto de convergencia de la angustia como afecto verdadero, donde el sujeto es interrogado de manera insoportable, y el lugar de exclusin y de cada del melanclico en tanto a?
Respecto a la identificacin con el objeto a, la distincin lacaniana entre pasaje al acto y acting out, es graficada en referencia al caso de la joven Homosexual, y el denominado niederkommt o dejarse caer. Lacan (1963) dir que es aqu donde se pone en relacin de manera sbita la relacin del sujeto con lo que l es como a. Toda una dimensin de la verdad insostenible para sujeto entra ac en escena respecto a la inminencia de aquel objeto (a) cuya presencia real produce una expulsin. Todo esto se teje en las relaciones de identificacin a ese objeto a. 92
El pasaje al acto que realiza la joven homosexual es el efecto de una mirada que desaprueba un acto, que saca de lugar. Pero no es cualquier desaprobacin, ac es muy relevante el nfasis de Lacan en sostener que se trata de la identificacin absoluta del sujeto con el a al que se reduce. (Lacan, J, 1963; 124). (El subrayado es nuestro). La joven homosexual con la mirada del padre es arrojada fuera de escena. Es importante recalcar ac como el efecto de absoluto del objeto a. una mirada que rechaza produce la cada al modo
Lacan (1963) distingue acting out, situando a este del lado del sntoma, es decir, como interpretable y dirigido a un Otro, del pasaje al acto, enfatizando en ste la dimensin de salida de escena. por una parte, el mundo, el lugar donde lo real se precipita y, por otra parte, la escena del Otro, donde el hombre como sujeto tiene que constituirse, ocupar su lugar como portador de la palabra, pero no puede ser su portador sino en una estructura que, por ms verdica que se presente, es estructura de ficcin. (Lacan, J. 1963; 129) No es la descripcin del pasaje al acto, como tentativa de suicidio, lo que caracteriza el mecanismo tpico melanclico que se precipita por la ventana en aquel nico acto logrado, y certero? La distancia con el a se ha reducido aqu a cero.
Impresiona que Lacan plantee una identificacin absoluta al objeto, cuando todo su nfasis se encuentra en otro momento en marcar que la identificacin es siempre parcial, es decir es siempre identificacin a un rasgo. J. Lacan (1963) caracteriza esta identificacin absoluta al objeto mediante la estructura del pasaje al acto. En estos pasajes explicita la insuficiencia de Freud respecto al mecanismo de la identificacin a lo que l denomina como objeto perdido. No est Lacan con la lgica del dejar caer, abordando precisamente esta insuficiencia terica? La dificultad radica entonces aqu en 93
poder situar la especificidad de esta identificacin al objeto a, que presenta una dimensin real que deviene cada al vaco. Tiene todo paso al acto su base en la identificacin al a del melanclico?
Respecto a la angustia, y en la puesta en juego del a en la estructura del acting out, Lacan refiere que Freud queda perplejo ante este, pequeo resto (a) que amenaza la fidelidad del inconsciente () Es el punto donde Freud se niega a ver en la verdad, que es su pasin, la estructura de ficcin que est en su origen (J. Lacan, 1963:143). Esto da cuenta de la distancia que toma Lacan de ciertos principios freudianos en el mbito de la identificacin. Precisamente, es la verdad que porta el melanclico en el formalismo de su discurso y en su modo identificatorio ante el que Freud se detiene, y es el hallazgo del objeto a lo que le permite avanzar a Lacan en este mbito. Del sujeto que cae en el vaco cuyo fundamento pudiese ser rastreado en los momentos de su primera identificacin. Respecto al Otro haber tenido o no lugar.
4.
En Lacan la Identificacin Primaria nada tiene que ver con la oralidad entendida como etapa del desarrollo lograda y superada. Lacan, J. se diferencia de los postfreudianos que sitan lo primario en base a aquello que es dado o no dado por un Otro Primario que el sujeto ingiere va oral. Modelo expuesto de manera amplia por Abraham y desarrollado bsicamente posteriormente por Melanie Klein. Primera distincin lacaniana entre lo primario asimilado a lo estrictamente oral.
94
Hemos dicho que Lacan posiciona en primer plano lo simblico, mismo ejercicio para dar cuenta de todo aquello que se puede concebir como primario en el orden subjetivo. Resulta impensable pensar lo simblico, fuera de la referencia a lo imaginario y lo real. Tanto imaginario como simblico sostienen y posibilitan una primera identificacin.
J. Lacan (1958-1959) respecto a la nocin de Identificacin primaria, considera al padre y a la madre (hemos desarrollado una perspectiva al respecto), como funciones cuya organizacin dialctica posibilitara un lugar desde donde emerja un sujeto. La identificacin al padre de la horda primitiva, en este caso, se relaciona estrechamente con la posibilidad de situarse en un lugar que permita una primera eleccin de objeto. Esta es la lgica inicial, paso de puro objeto de deseo y goce materno al lugar de agente, de una eleccin.
Lacan, J. (1963) se refiere a esta eleccin cmo algo del objeto que se torna preferencial del lado del i`(a), es decir Mediante la conexin con el investimiento ergeno original, que hay aqu en a, presente y oculto a la vez (J. Lacan, 1963: 105). Esta eleccin del objeto responde a un ejercicio va inters libidinal que excluye cierto tipo de objeto precisamente en funcin de su relacin con la madre. (J. Lacan, 1963: 105).
Mencionamos en captulos anteriores que S. Freud (1923) alude a que esta identificacin primaria que sita la primera eleccin de objeto, acontece en un momento en que ni siquiera se tiene noticia de la diferencia sexual; ni pasivo / activo, ni femenino / masculino. Entonces la referencia al padre de la horda primordial, supone, aunque no es desarrollado por Freud otro movimiento libidinal en relacin a lo materno.
95
En primer lugar se encuentra el padre todo poderoso de la horda primitiva, dueo de todas las mujeres, gozador absoluto, creemos que puede ser reconocido este segn las distinciones trazadas por Lacan como un padre imaginario; objeto de rivalidad que instala una dialctica destructiva; el padre o la horda. Lucha a muerte. Este padre primordial, brutal y temible ser muerto, devorado e inmortalizado en la figura del ttem. Este padre marcar un punto de partida. La primera identificacin tomar por el resto de su vida (en una dimensin superyoica) el carcter que le concede dicho origen a partir del mito paterno. La horda se identifica a este padre primordial, compartiendo como comunidad el objeto devorado.
Posterior al asesinato surge la culpa, la potencia superyoica; este es uno de los legados que suceden al acto que causa la muerte paterna. Se instalan las normas, el orden, la prohibicin, una legislacin. Por ende, lo que en primera instancia se constituy como identificacin a un padre todo poderoso deviene regulacin y mandato. Instalacin de lo simblico.
Lacan traduce la agudeza de Freud fijando la nocin de Nombre del Padre y posteriormente remarcando su fuerza simblica con la nocin de Metfora Paterna, en tanto esta opera como sustitucin del deseo materno. Lacan, J, enfatiza y lleva al
extremo todo lo que Freud enuncia; la dimensin aforstica, prohibitiva, legislativa y simblica de este significante. Nombre del padre, pero en funcin de una instancia que lo posibilita; lo materno. (E n esta dialctica estar el fundamento de lo que posibilitar la eleccin de objeto. Lugar donde rastreamos lo fallido de la identificacin del melanclico)
Lacan sita la referencia al padre respecto al deseo omnipotente e insaciable de la madre. La prohibicin no es posible situar sin una referencia a ese estado de goce pleno. 96
Este contraste es significativo establecerlo en relacin a todo el desarrollo de lo primario que desarrolla K. Abraham Abraham, podemos decir, quera ser una madre completa (J Lacan, 1964: 165). Lo que del padre se instala como orden y prohibicin es posibilitado, asignado, portado, reconocido desde la omnipotencia primaria materna. Que este significante primario se instale est en funcin de esa falta.
Nuevamente mencionamos, respecto a lo primario, que Lacan le asigna lugar a lo materno en tanto funcin no slo imaginaria sino que prominentemente simblica. Precisamente para que esta dialctica y lgica tenga sentido es que posiblemente se instale una cierta determinacin mutua, diremos lgica entre lo materno y lo que se denominar como nombre del padre, va funcin metafrica. Podemos decir que aquella nocin de identificacin primaria que la melancola permite interrogar ya no es solo entendida tal vez como identificacin a una madre toda, sino precisamente como portadora de aquella Metfora paterna. Interesante perspectiva introducida por Lacan, madre portadora, en falta, no toda.
Retomando el mito de la horda primordial, lo que en un momento fue aquel Otro absoluto representado en aquel padre imaginario adviene Otro, no todo, al ser asesinado, cortado. Para que esto ocurra es necesario situar un origen, un punto desde el cual arranque el conteo. Referencia respecto al cual todas las marcas en el sujeto podrn ser situadas. El origen mtico coincide con el hecho que Al menos uno debe estar muerto. En este caso el padre mtico. De aqu en ms lugar caracterstico de la referencia simblica para el sujeto.
97
El rasgo unario est antes que el sujeto. En el principio era el verbo significa En el principio es el rasgo unario
(J Lacan, 1962:31)
Freud utiliza la nocin de rasgo unario a propsito de dos modalidades identificatorias descritas en Psicologa de las masas y anlisis del yo (1921) donde destaca la caracterstica parcial y limitada de lo que el sujeto toma prestado del objeto; un nico rasgo (Einziger zug) A diferencia de Freud, Lacan plantear que los tres modos de identificacin ocurren, en alguna medida, a travs del denominado rasgo unario. Si bien no toda identificacin es simblica, toda identificacin, en algn sentido puede ser concebida segn la lgica del significante.
No debemos precipitarnos a confundir el rasgo unario con el significante. Enfatizamos aqu, ante todo, el rasgo como aquel elemento que hace posible pensar siquiera en el Uno. En este sentido seala J. Lacan (1964) que el teln de fondo es ante todo la falta. Falta del uno lo que posibilita el conteo. La ruptura, la ranura, el rasgo ya de la abertura hacen surgir la ausencia- igual que el grito, que no se perfila sobre el teln de fondo del silencio, sino que al contrario lo hace surgir como silencio. (J Lacan, 1964:34)
Como hemos dicho, en Lacan el orden de la identificacin no genera tanto identidad como diferencia. Lacan trata de dar cuenta de esto con la identificacin al rasgo unario, dijimos lo que posibilita el 1. J. Lacan (1964) da cuenta que la forma esencial en que aparece el inconsciente como fenmeno es a partir en primer lugar de la discontinuidad.
98
Para que haya 1 tiene que haber antes corte. Desde aqu establece diferencia entre significantes que se enlazan y sustituyen entre s en la cadena.
La condicin de posibilidad del rasgo unario en lo que reporta de elemental para toda la cadena significante est dada por una marca inicial, pero a su vez por la ausencia de unidad. Desde esta posibilidad, J. Lacan (1969) refiere que debe pensarse lo simblico como un ordenamiento cuyo campo puede pensarse a partir del 1. Sin embargo, la infinidad de sucesiones que pueden establecerse a partir de este 1, siempre que exista hiancia. Es decir ausencia de unidad. El uno que la experiencia del psicoanalis introduce es el uno de la ranura, del rasgo, de la ruptura (J. Lacan 1964:33)
J. Lacan (1969) refiere que entre los significantes hay hoyos, agujeros de significacin. Intervalos: vaco. En este sentido, lo que da a cada significante una singularidad no es tanto que este sea nico respecto a otro, sino ms bien que cada uno se encuentre slo, y a su vez situado dentro de una cadena que los enlaza uno a uno, vaco mediante. Uno, Corte, vaco, Uno
Este rasgo unario comanda la relacin al Otro en la relacin narcisista. Este primer rasgo est dado como un signo. Para decir que es un significante hara falta ms (J. Lacan, 1961: 395) requiere estar en relacin con una batera significante, hay aqu una dimensin del uso de este primer signo del que podramos decir que el infante queda tomado. Asentimiento o rechazo del Otro.
La frase: Para decir que es un significante hara falta ms Recuerda cmo Freud se refiere a la relacin del autoerotismo con el Narcisismo: las pulsiones autoerticas son iniciales, primordiales; por tanto, algo tiene que agregarse al autoerotismo, una nueva 99
accin psquica, para que el narcisismo se constituya. (S. Freud, 1914: 74). El acento de esta nueva accin psquica en Lacan (1961) est puesto en aquella relacin a esa batera significante el Otro.
El espejo que divide en el Esquema ptico el espacio real del espacio virtual. Esta primera mirada del Otro, es interiorizada por el sujeto mediante un signo. Con eso basta. Ein einziger zug. (J. Lacan, 1961: 395). Signo en tanto representa algo para alguien. Signo de asentimiento. Signo del Otro en tanto soporta de manera irrestricta la ficcin de la unidad narcisista, cuestin que permitir al sujeto ser represento por un significante para otro significante. (J. Lacan, 1968: 50)
Es interesante observar como desde Lacan podemos deducir que lo que se presenta como condicin de posibilidad del sujeto en tanto representa a un significante para otro, pasa por lo que podemos leer como aquella apuesta que Lacan indica que Freud niega. A saber: Ver en la verdad, la estructura de ficcin que est en su origen (J. Lacan, 1963; 143). El tener lugar como sujeto se erige sobre el reconocimiento primordial de Otro, no todo, que asienta (signo) una verdad que recubre la ficcin de un vaco inicial. Una ficcin vital. Vaco no recubierto en la identificacin del melanclico
Aqu la nocin de rasgo unario nos da luces para hacer diversas lecturas de la tragedia en la que cae el sujeto melanclico. El Otro primordial, al no validar una ficcin de unidad como posibilidad, lo que deja es una verdad pura, a secas. En otras palabras ese Otro no todo, para el neurtico comn, en el caso del melanclico no permite sostener la dimensin de un engao inicial (donde es situable el trazo) que permita una momentnea pacificacin de la rivalidad imaginaria y la promesa de ocupar un lugar respecto al Otro. 100
Para que algo sea perdido por alguien, sea esto un objeto, un ser querido, debo en primer lugar estar en posicin de ser perdido para al menos uno a quien le concierna, a quien pueda faltarle. Este es el lugar donde puede asentarse una huella. En cuanto empieza a hablar (el sujeto), el rasgo unario entra en juego. El hecho de poder decir 1 y 1 y 1 ms, y 1 ms, constituye la identificacin primaria. Siempre se tiene que partir de un 1. (J. Lacan, 1962:51) originario y fundante.
De esta manera el rasgo unario se constituye en lo que permitir ser uno ms dentro de una determinada secuencia. As, El rasgo unario, en tanto permite el conteo, es el soporte de la identificacin del sujeto. (Chemama R y Vandermersch, B, 1998: 577). Subrayamos; en tanto permite el conteo, para referirlo como posibilidad de situarse respecto a Otro como Uno. Esto instala un punto desde el cual el discurso del sujeto pueda dirigirse hacia algn lugar como un uno ms. Este rasgo que, como hemos dicho, no se produce como una introyeccin masiva se instala desde el signo de asentimiento del Otro, que es instalado como uno. Lacan (1961) lo refiere como el rasgo nico del signo.
Tenemos; Otro no todo, Falta, hiancia, Uno, discontinuidad, Uno... Aqu la posibilidad de un lugar, la posibilidad de que el sujeto pueda dirigir sus palabras a Otro lugar. As, lo que constituye la diferencia radical respecto a cualquier otro significante (que es el sujeto) es que se traza en otro lugar respecto a cada uno de los otros. Este trazo comandar las secuencias de identificaciones que advengan posteriormente.
101
Tomemos solamente un significante como insignia de esa omnipotencia, lo cual quiere decir de ese poder todo en potencia, de ese nacimiento de la posibilidad, y tendremos el trazo unario que, por colmar la marca invisible que el sujeto recibe del significante, enajena a ese sujeto en la identificacin primera que forma el Ideal del yo. (J. Lacan, 1960: 787)
Las marcas en el sujeto se relacionan con las respuestas del Otro. De estas marcas depender como un sujeto de haga representar por determinados significantes. La posibilidad del uso, del poder portar, disponer de esas marcas tiene relacin estrecha con el Otro. Como el sujeto se har representar o cmo tomar lugar en aquella exterioridad discursiva que lo precede marcar destinos singulares.
J. Lacan (1961) referir la instancia del Ideal diferencindola en dos dimensiones una propiamente imaginaria y una simblica. Hay razones para distinguir radicalmente entre el ideal del yo y el yo ideal. El primero es una introyeccin simblica, mientras que el segundo es el origen de un proyeccin imaginaria. (J. Lacan, 1961: 395)
El yo ideal constituye la erogenizacin primera del cuerpo. Es un yo idealizado. cada resto del primitivo sentimiento de omnipotencia corroborado por la experiencia (S. Freud, 1914: 94) Vestigio de todo lo que ha sido constitutivo de la omnipotencia inicial infantil. Es la dimensin asociada a la ilusin de autonoma del yo. J. Lacan (1961) enfatiza en la suerte de redoble imaginario (en relacin al yo) que reporta esta instancia; como he de mostrarme en tanto cuerpo unificado por la imagen. El yo ideal, no es, en suma, ms que la hipertrofia del yo (J. Laplanche, 1980: 330) 102
J. Laplanche (1973) plantea que el yo ideal encuentra su fundamento en una relacin dual de la que el nio queda cautivo. Relacin interiorizada que reproduce la relacin del nio impotente con el adulto omnipotente, podemos pensar primariamente la madre. Para Lacan (1961) este i(a), yo ideal tiene una dimensin de reservorio de libido, pero a su vez constituye lmite respecto a este investimiento del Otro materno. Es decir, el yo ideal puede concebirse como lugar de investimiento y de defensa contra el amor materno desatado. Yo ideal e ideal del yo constituyen funciones diferentes, pero relacionadas del narcisismo.
J. Lacan (1961) refiere que en el ideal del yo de lo que se trata es del padre (en su dimensin de corte y de funcin), principalmente se trata de cmo este significante se introyecta en tanto instancia de la ley simblica. Es el significante que organiza la contemplacin del sujeto hacia su imagen una referencia simblica que se convierte en un juicio de aprobacin o reprobacin. (V. Fliman, 2008: 89). Como hemos planteado esta introyeccin simblica, no ocurre de manera masiva, sino ms bien se instala como una funcin primordial que posibilita el conteo.
El ideal del yo se constituir en un parmetro con el cual el sujeto se conducir en relacin a este significante paterno. De forma que el sujeto se pondr en juego, a travs de diversas posiciones subjetivas en relacin a aquel significante paterno introyectado. Por ejemplo, si el sujeto cae bajo un juicio que lo reprueba, adquiere la dimensin del rprobo, lo cual como todo el mundo sabe, narcisisticamente no significa ninguna desventaja. (J. Lacan, 1961: 380)
103
Tenemos del lado del yo ideal lo dual, la potencia/impotencia, la apariencia, el modelo y del otro lado el significante respecto al cual el sujeto se mide como lugar. La Urbild ideal esta en relacin estrecha, podemos decir incluso depende del Ideal del yo. La satisfaccin narcisista que se desarrolla en la relacin con el yo ideal depende de la posibilidad de referencia a este trmino primordial que puede ser mono formal. Mono semntico einziger Zug. (J. Lacan, 1961: 395)
El Ideal del yo como Otro pasa a ser el lugar desde donde se constituye la perpetua referencia del yo (J. Lacan, 1961: 393) Todo lo que atae a la instalacin del Narcisismo y al reconocimiento de la imagen se encontrar en una relacin ineludible a este Otro representado por el espejo en El Esquema ptico. Toda la funcin del Ideal del yo consistira en que el i(a) del Esquema ptico se preserve, es decir permitir una aparente consistencia vital. Hace falta construir un soporte en el Otro, del que depende que la flor prenda o no lo haga. Por qu? Es que no hay ningn otro modo de que el sujeto subsista. (J. Lacan, 1961: 436)
Esta relacin entre yo ideal e Ideal del yo es crucial para entender que es lo que aproxima y/o distancia a Lacan de Freud en lo que respecta a la identificacin primaria. La confusin en Freud entre yo Ideal e Ideal del yo es una base para que Lacan introduzca y sostenga las diferencias imaginario, simblico y real. Esto pensado operando de una sola vez. Este punto es crucial para situar la identificacin en la melancola en un lugar excepcional, pero en base a nuevos registros.
104
1.
Marquemos las preguntas que han orientado nuestro trayecto: De qu lado situar el mecanismo identificatorio descrito por Freud para la melancola? Permiten los aportes de Lacan definir una identificacin caracterstica del sujeto melanclico, o es ms bien un mecanismo pensable dentro de las series identificatorias freudianas? La pregunta freudiana que formaliza Lacan es por el mecanismo a la base, en este sentido, una de las preguntas freudianas que retorna es Qu diferencia al duelo de la melancola? Qu posibilita que la prdida pueda ser representada? Hemos dicho que esto debe sondearse en un registro primario y fundacional.
Lacan sita toda la problemtica del duelo en el nivel escpico, es decir aquel relacionado al hecho de mirar y ser mirado. En el duelo se trata de una segunda prdida del objeto amado. Si se trata de una segunda prdida es por qu una prdida fundamental posibilita que esta ms actual se efecte. Esto quiere decir que en el duelo se trata de cmo mantener los vnculos por los que el deseo est suspendido, no del objeto a, sino de i (a). (J. Lacan, 1962: 362). De ac se deduce la distincin topolgica que debe establecerse entre el objeto a y el i(a). Lo que Lacan realiza al trazar esta distincin redobla la diferencia que estableciera Freud a partir de Duelo y Melancola. Lo que en el Duelo ha removido la organizacin del i(a) puede sostenerse en tanto el objeto a, a su vez, se sostiene como objeto causa. Lugar esencial dado a la falta.
105
La contribucin lacaniana que hemos desarrollado nos permite pensar la melancola en lo que MC Laznik Penot (1990) denomina como Clnica de la no ubicacin de la relacin especular. Podemos considerar esta designacin dentro de aquellas que se inscriben para nombrar un vaco dentro de las concepciones psicopatolgicas clsicamente consideradas prximas a las psicosis, pero que en algn sentido se resisten a ser inscritas del todo en ste mbito.
Si consideramos el aporte que entrega Lacan para pensar los procesos de constitucin subjetivos primarios inscribimos a la melancola dentro de aquellas patologas o trastornos donde un acontecimiento, primario, ha sucedido, generando efectos devastadores para el sujeto. Eminencia de un real que parece quedar descubierto. Esto, podemos situarlo en torno a dos ejes de constitucin del sujeto donde se juega la relacin simblica fundamental: Lugar del padre primordial, padre muerto, y en lo que hemos puesto nfasis respecto a la melancola. Laznik Penot MC. (1990) siguiendo a Lacan, lo designa como presencia-ausencia materna.
Laznik Penot MC. (1990) hace distinciones respecto a la puesta en juego de la presencia ausencia materna primaria. Ciertos estados psicticos son caracterizados, en trminos generales, por una falta primordial del tiempo ausencia. Pensamos la identificacin en la melancola ms bien del otro lado del tiempo lgico de constitucin subjetiva, es decir, del lado de la falta fundamental de la presencia del Otro, inicialmente materno que deja al sujeto como deshecho que cae.
Mencionamos en captulos anteriores que aquello que cae, el objeto a puede asumir diversas modalidades identificatorias, dentro de las cuales la melancola tiende a quedar en lugar de suspenso. En este caso se trata de una identificacin absoluta al objeto. Esta 106
cuestin da pie para interrogar todo lo que en Lacan hace referencia a lo parcial de la identificacin. Es aqu donde optamos por mantener la identificacin en la melancola como un estado de excepcin. Psiconeurosis Narcisista, IDENTIFICACIN
MELANCLICA.
Hablar de Identificacin Melanclica es sostener que lo que define la Melancola es constituirse toda en el lugar del objeto a va identificacin. Como lo indica S. Freud (1915) y lo ratifica J. Lacan (1962), lo que hace diferencia respecto a cualquier identificacin de la serie freudiana (las tres identificaciones) es que aqu, el triunfo del objeto es absoluto. Por sobre lo que el objeto divide en el sujeto neurtico en tanto causa del deseo, en el melanclico se levanta toda la dimensin triunfante del objeto sobre aqul. Si existe algo que marca al sujeto va identificacin es una sombra, un vaco, las coordenadas que posibilitan el reconocimiento simblico en un tiempo fundante han fallado, ofreciendo no falta, sino desaparicin.
La identificacin Melanclica por diversas razones, no sigue la lgica de la introyeccin, pensada como mecanismo simblico. Dentro de las series freudianas, la introyeccin (la segunda identificacin de la serie) supone varias cosas; a) ya ha habido una eleccin de objeto primera b) existe una ligazn libidinal de objeto, b) esta se define por un (einziger zug), un nico rasgo. Contrastmoslo con la identificacin al objeto de la histrica para evidenciar su excepcionalidad.
El lugar de objeto de la identificacin (definido como introyeccin) con que la histrica forma el sntoma es identificacin al objeto de amor (el padre). Esta puede ser una identificacin directa al padre o en referencia a este va materna. Ntese que en esta identificacin la madre ha logrado introducir algo de su falta, es decir, su falta da lugar al 107
padre en tanto funcin, y esto posibilita una transmisin de la falta. El objeto al que se identifica la histrica, a un rasgo, nada tiene que ver con la Identificacin Melanclica, que sera identificacin Total al objeto a. A nivel identificatorio que el objeto triunfe quiere decir varias cosas:
a) La separacin primaria que supone una prdida de goce, el objeto a, que se recorta imaginariamente, no es aceptado por el sujeto como perdido desde y para siempre, b) El objeto a, no queda enmascarado en absoluto en sus atributos, ni ningn tipo de brillo flico, queda al descubierto, sin contornos. c) Su presencia, o ms bien dicho, inminencia imposibilita estructuralmente que nada se pierda, salvo uno mismo en el lugar total del a. Imposibilidad de sostenerse como sujeto deseante.
Pensamos que S. Freud (1915), pese a los traspis para definir la especificidad de la melancola, la singulariza respecto al duelo en un rasgo diferencial; lo que falta en el duelo es la perturbacin del sentimiento de s. Este rasgo anudara prdida de s, con la potencia sdica del ideal. El nico punto posible, a nivel de ideal, como el melanclico puede referirse a s como vaco es desde la ferocidad absoluta del que designa lo abyecto. Pese a que la distincin parece situarse en un nico punto este nico punto resulta clave puesto que tiene su fundamento a nivel primario, no como efecto de prdida de un objeto, sino como prdida de s. Todo lo que pudiese advenir como secundario, en sus fundamentos no tiene como elegirse ni como perderse. Dificultad o imposibilidad del melanclico de anudar cualquier prdida.
Algo del sujeto no entra en la lgica de constituirse a partir de la sedimentacin de los objetos perdidos. La simbolizacin de los objetos como un continuo de la simbolizacin de s mismo queda truncada. Su propia prdida como el objeto causa desata todo tipo de 108
desastres. Nada en un inicio cae, salvo l identificado al a. Es el sujeto mismo el que se pierde en esta identificacin.
El terreno de la identificacin melanclica da cuenta de algo del orden de la constitucin misma del sujeto. Ms que los contenidos simbolizados o rechazados primariamente por el sujeto se tratara del rechazo del sujeto mismo en un nivel fundamental. Lo que en el neurtico comn queda enmascarado, excluido; el objeto a, en la identificacin melanclica no se permite enmascarar. Desde esta perspectiva, el melanclico ms que situarse como el objeto a, el es el objeto a. Hay ah una dimensin real. La ilusin narcisista no se le ofrece al melanclico como verdad posible, sino como certeza real. Su identificacin no es un vaivn subjetivo, est del lado de lo imposible. Pese a esto, esta identificacin puede ser pensada con referencia a lo simblico. Lacan plantea puntos de confluencia al duelo.
1.1.
Pese a situar todas las distinciones posibles establecidas por Freud en Duelo y melancola (1914), J. Lacan (1961) interroga al menos un punto de confluencia entre ambas modalidades. Pone esta confluencia en torno al remordimiento, los autoreproches desencadenados por un desenlace que es del orden del suicidio del objeto. Un remordimiento, pues, a propsito de un objeto que de alguna forma entr en el campo del deseo y que, por su obra, o por algn riesgo que corri en la vida ha desaparecido. (J. Lacan, 1961: 439). (El subrayado es nuestro)
S. Freud (1915) enfatiza en la rebaja, la perturbacin y la afectacin singular que sufre el yo melanclico, una extraordinaria rebaja del sentimiento yoico En el duelo, el 109
mundo se ha hecho pobre y vaco; en la melancola, eso le ocurre al yo mismo (S. Freud, 1915: 240). Esto visibilizado por la severidad del reproche melanclico. Lacan, J (1961) sorprende planteando que la dimensin del autoreproche puede tomar cursos similares en duelo y melancola, incluso en su severidad. Lo que se pierde en el duelo puede adquirir una dimensin de fuerte reproche por todo lo que podra haber significado en tanto
deviacin del deseo del sujeto; Por qu tanto miramiento con algo que finalmente iba a perderse. Lugar para la severidad consigo mismo respecto a lo que me aisl de mi deseo.
Aparentemente el sujeto melanclico no podra aferrarse a ninguno atributo del objeto, por la particular presencia que este adquiere en su identificacin absoluta al a. Sin embargo, una lectura minuciosa de J. Lacan, (1961) pudiese permitirnos pensar que el melanclico pudiese hacer rasgo a partir de su vaco; no soy nada, soy una mierda, soy una escoria, precisamente a lo deleznable, oscuro, aborrecible del objeto. Puede ser esto tomado como rasgo?
Lacan explicita Dense cuenta que no se trata nunca de la imagen especular. El melanclico nunca les dice que tiene mala cara, o cara de pocos amigos, o que sea idiota, sino que es el ltimo mono, que desencadena catstrofes para toda su parentela, etc .En sus acusaciones, se encuentra enteramente en el dominio de lo simblico. (J. Lacan, 1961: 439) Impresiona la referencia al dominio de lo simblico Existe aqu una toma de posicin de Lacan respecto al estatuto en que debe ser pensada la melancola? Cuestin muy relevante para considerar en la discusin respecto a la particularidad identificatoria melanclica que pese a su catstrofe no puede sino dejar de pensarse a lo menos en algn sentido en referencia a lo simblico.
110
Hemos dicho que el melanclico, a partir del no reconocimiento inaugural del Otro, rechaza la falta. Sin embargo, ciertos pasajes de comparacin con el duelo que introduce Lacan, interroga de qu modo las coordenadas simblicas entran en lo real del cuerpo, en la constitucin primaria de ese imaginario desfalleciente. El punto de confluencia entre duelo y melancola apunta a problematizar que la seguridad del lmite esta siempre en cuestin (J. Lacan, 1961: 439). En caso de no apartarse de ese lmite el reproche de un duelo puede devenir con la potencia en que este se presenta en el melanclico. Esto nos hace pensar que la relacin al significante, ni en el melanclico ni en el neurtico comn est del todo resuelta de una vez y para siempre.
Este punto de confluencia entre duelo y melancola da luces respecto las dificultades para distinguir y soldar las perspectivas tericas respecto a la identificacin melanclica al a. La singularidad que adquiere este movimiento identificatorio pasa en primer lugar por la posicin de ese primer Otro, que hemos denominado materno. Si este pudiese estar, absolutamente distrado, desinteresado, indiferente o demasiado fascinado por su propia imagen las condiciones de su constitucin errtica, por decirlo de alguna forma, estarn dadas para posibilitar una identificacin al vaco, a la desaparicin. Lo que persiste como interrogante es si esta identificacin a la desaparicin del Otro primario permite constituir o no rasgo para el melanclico.
1.2.
La catstrofe original
Nos gustara puntualizar ciertos aspectos que sostienen a la identificacin melanclica en un estado de excepcin. Marie Claude Lambotte sostiene el estudio de la melancola no tanto desde una posicin terica y/o tcnica (entindase estructural, 111
temtica o psicopatolgica) como desde una posicin discursiva, en su dimensin tanto formal como esttica. Esto precisamente respecto a la dimensin real, que ella nos muestra.
M.C. Lambotte (2007) mantiene en suspenso la discusin estructural; psicosis/ neurosis manteniendo la referencia freudiana intacta; Neurosis Narcisista. Desde aqu postula que la catstrofe de la identificacin melanclica se trata de algo a lo que estos sujetos no han logrado, en los primeros tiempos de constitucin psquica, identificarse, afectando la imagen de s. Desde aqu la melancola se presta como referente para pensar los mecanismos de identificacin primarios.
M.C. Lambotte (1995) sostiene que este primer acontecimiento catastrfico no coincide del todo con el mecanismo Psictico de forclusin, en tanto que el significante paterno no ha sido rechazado, pues este no ha sido introducido en la relacin madre hijo. Lambotte, M.C. (1995) sostendr el mecanismo que funda la identificacin melanclica como una defensa que se distingue del acontecimiento en las psicosis. Lambotte refiere que los significantes nada y destino testimonian, de una parte, la inscripcin singular en el registro simblico. Para sostener esto alude a lo que plantea Lacan, J (1961) en dos instancias en el seminario de la Transferencia:
a)
simblico. El tema sera la imposibilidad de situar (se) como nada respecto a un origen. Catstrofe fundante. b) Aludiendo a la nocin de suicidio del objeto: Un remordimiento, pues, a propsito de
un objeto que de alguna forma entr en el campo del deseo y que, por su obra, o por algn riesgo que corri en la vida ha desaparecido. (J. Lacan, 1961: 439). 112
Esta catstrofe original se produce por la brusca y real desaparicin de un Otro en momentos primordiales de la constitucin subjetivaen esa poca anterior al reconocimiento del objeto, slo autoriz al sujeto melanclico a identificarse a la nada de esta desaparicin; pero la nada no es nada puesto que se trata de un rasgo, aquel mismo del desmayo (evanescencia) del otro que el sujeto retoma a su cuenta (a cuenta propia). (M.C Lambotte. 2007: 14) (La traduccin y el subrayado es nuestro).
M.C. Lambotte (1995) alude a las dos dimensiones de la identificacin primera; a) aquella que se instala a partir del rostro del otro (materno) cuestin que supone una cierta familiaridad, aquella que liga al mbito de la especie misma (simblico). Es a partir desde aqu, b) al interior del cual la propia imagen del sujeto deba dibujarse. Hay una identificacin con la especie, una identificacin a la cuestin misma del mbito y de la forma () (M.C. Lambotte, 1995: 6). Esta doble identificacin; a la especie y a lo que refleja el espejo, es decir al rostro materno siembra las bases para el reconocimiento y al lugar del sujeto.
En la melancola la ex-sistencia, particularmente su identificacin, es fijada a partir de una forma frgil, a punto de extinguirse. Sin embargo, desde la posicin que sostiene Lambotte, hay una referencia al Otro en su dimensin de alteridad, debe considerarse aqu la puesta en juego singular de lo simblico. As la referencia del melanclico es de todas formas a un ideal, pero a un Ideal del Yo todo poderoso, aterrorizante, cuestin que permite hacer diferencia por ejemplo con la imagen fragmentada del esquizofrnico. Esta posicin abre una ventana en lo que respecta a la posibilidad de soportar clnicamente el absolutismo melanclico.
113
El punto de constante retorno es que en la melancola tambalea lo que atae a la referencia a la constitucin primaria del registro imaginario. Dificultad de establecer una ubicacin del tiempo constitutivo de lo imaginario. Ha sido llamada por Lambotte, M. C. (1995) como; insuficiencia especular Tragedia ligada al no lugar en falta de la madre (en su dimensin simbolizante). Condicin primera para situarse en el registro especular.
La dificultad de la identificacin melanclica pasa por la inexistencia de un lugar donde el sujeto sea representado Representa la mierda algo en el discurso del Otro parental? Queda algo inscrito ah? Desde esta posicin, la referencia feroz del melanclico al ideal le permitir precariamente sostenerse de algo del lado de lo simblico, pero desde un imaginario desfalleciente.
Al sostener la nocin de Identificacin Melanclica, debemos sostener su especificidad y ponerla en perspectiva respecto a; la identificacin histrica al objeto a, la incorporacin y la identificacin primaria.
2. IDENTIFICACIN MELANCLICA.
2.1.
Como hemos dicho, no existe un trato sistemtico y particular dado a la Identificacin Melanclica por parte de Lacan, sus aportes estn dispersos en su obra y se ajustan principalmente al abordaje de los esquemas que hemos investigado; el Estadio del espejo, el Esquema ptico y el principal hallazgo que atraviesa su obra; el objeto a, adquiriendo particular valor el estudio de la angustia. Todo esto debe ponerse en 114
perspectiva con los mecanismos primarios de constitucin subjetiva; principalmente lo que desarrollamos en torno a la constitucin de la imagen especular, el yo ideal e ideal del yo.
Referimos al objeto a como aquel objeto; no mundano, no especularizable, no aprehensible, no representable como tal. Objeto parcial e imaginario. Resto que cae del Otro. Resto del sujeto, resto como real. Todas referencias que adquieren matices segn el momento en que se enuncien. Imposibilidad de reducir su estatuto. Enfatizamos en que es el objeto que se desprende, se separa a partir del Otro fundante cuyo efecto inaugural de prdida es la causa del deseo subjetivo.
Los distintos tratos que le da Lacan al objeto permiten interrogarse respecto a la identificacin melanclica al objeto a: Aqu podemos medir la distancia entre dos clases de identificaciones imaginarias. Est la identificacin con i(a), la imagen especular tal como la conocemos la escena dentro de la escena, y est la identificacin ms misteriosa, cuyo enigma empieza a desarrollarse aqu, con el objeto de deseo en cuanto tal, a. (Lacan, J,1962; 47)
Todo el desarrollo realizado por Lacan en el seminario de La Angustia (1962-1963) permite deducir que se trata de una identificacin imaginaria, pero al parecer no se trata de cualquier identificacin imaginaria, la puesta en juego de lo real, de identificacin al vaco como imposibilidad presenta una resistencia permanente a la categorizacin. Un borde al interior de la teora.
Si hemos establecido que esta identificacin al objeto a puede situarse en la melancola en un tiempo fundamental de la constitucin subjetiva; de la imagen especular, con toda la relevancia que hemos sealado en esta, es en tanto esta permite dibujar un 115
borde y establecer un lmite. La angustia, a la que Lacan, J (1962) le da el estatuto de afecto que no engaa, es concebida como el momento de mayor movimiento y a su vez de mayor impedimento para el sujeto. Lacan, enfatiza que esta no es sin objeto, precisamente la reduccin de la distancia a cero con este es lo que puede devenir niederkomment lassen (dejar caer).
El melanclico puede arrojarse sorpresivamente por la ventana sin necesariamente sentir angustia. J. Lacan, (1963) es claro en referir que este dejar caer de la Joven homosexual es vista ms bien del lado del sujeto. Esto no deja de interrogarnos cuando en otros pasajes refiere que el paso al acto constituye la identificacin absoluta del sujeto con el a al que se reduce. (Lacan, J, 1963; 124) (el subrayado es nuestro) En qu se diferencia la cada del melanclico?
Si ustedes quieren referirse a la frmula del fantasma, el pasaje al acto est del lado del sujeto en tanto que ste parece borrado al mximo por la barra. (J. Lacan, 1963: 128). En la cada de la Joven homosexual ocurre una identificacin al a, con la diferencia fundamental respecto al melanclico que ella previamente ha sido sostenida por un Otro, en este caso el padre, que tambalea como lugar que la sostiene simblicamente, dejndola caer en tanto a. Pero se trata del sujeto identificado al a.
En el paso al acto de la Joven homosexual el sujeto se evade de la escena, pero hay ah un estatuto de sujeto, no todo es puesto del lado del objeto como pudiese pensarse en la identificacin melanclica. La joven homosexual Pasa al acto. De sujeto en tanto alojado en la falta de Otro a objeto expulsado. La dimensin del borde en lo que atae a la constitucin de la imagen primaria ac no es lo decisivo al modo del melanclico. 116
El objeto a enmascarado tras el i(a) del narcisismo impulsa al melanclico a traspasar su imagen en esta cada, identificacin del a sobre s mismo. J. Lacan (1962) dir que en este movimiento del melanclico a alcanzar dentro de su imagen el objeto a es donde se producir el suicidio melanclico, el que no ocurrir de cualquier manera.El sujeto melanclico tiene tal propensin, siempre llevado a cabo con una rapidez fulgurante, desconcertante, a arrojarse por la ventana. En efecto, la ventana, en tanto que nos recuerda el lmite entre la escena y el mundo, nos indica lo que significa tal acto- de algn modo, el sujeto retorna a aquella exclusin fundamental en la que se siente. (J. Lacan, 1963: 123)
En la identificacin melanclica la identificacin al objeto a parece ser una constante ms que un paso. Identificacin petrificada, perpetua; El melanclico slo cae. Hemos dicho: Es el a. De aqu la idea de Lacan de retorno a una exclusin fundamental. En este sentido podemos decir que la identificacin sea absoluta al objeto a, ms que remitir a que no hay ah sujeto en ningn sentido, refiere a que el objeto persiste de tal manera que supera la direccin de cualquier proceso de elaboracin de prdida. [En el melanclico] Es el objeto el que triunfa (J. Lacan, 1963: 363)
La nocin de identificacin aqu marca una totalidad respecto al objeto a. Es un categrico. Pese a que en trminos de realidad, el desenlace vital de la cada es el mismo tanto en La Joven homosexual como en el melanclico, lo que aqu hace diferencia es que en la Joven homosexual se pierde un lugar que se ha tenido. A diferencia de esto, en el melanclico ese lugar no se ha tenido. Nada que perder, sino a s mismo.
117
Todo sujeto es situado en algn momento como objeto de deseo y goce para Otro, pero como un objeto finito. Identificacin al objeto a en tanto falta para Otro. Identificacin imaginaria y simbolizante. J Lacan (1963) refiere que en esta dialctica los deseos son finitos y ciertas veces adquieren un aspecto de infinitizarze. Este modo finito/infinito marcar la existencia del sujeto. Tomemos un ejemplo del Sndrome de Cotard (Sndrome de negacin de rganos). Si pensamos el deseo como inmortal, y paralelo a esto, la negacin de todo rgano como la radicalizacin de la muerte del sujeto. En esta lnea de la melancola ms radical concebimos al melanclico como aquel que no puede morir, porque, en primera instancia no fue situado como objeto de un goce materno y deseo parental u otro primordial. As su muerte no tiene lugar. Es inmortal. En su identificacin absoluta al a no hay hiancia. Constituye: toda aspiracin, todo vaco del deseoEn la medida en que se opera la identificacin del ser con su imagen pura y simple, tampoco hay sitio para el cambio, es decir para la muerte. (J. Lacan, 1955: 357).
La identificacin melanclica no supone ninguna sustraccin fundante, por eso que su cada se constituye como un intento imposible de anudamiento. En el vaco melanclico no hay prdida, nada falta, el agujero no logra traducirse en una falta simblica. El melanclico no tiene noticia de la falta, por ende no puede inscribirla, y no habr enmascaramiento posible del objeto a detrs de sus cualidades, de su brillo.
No porta esta identificacin en su ncleo ms ntimo un imposible, quizs tan inconcebible como una identificacin real al objeto real? Que sera eso? La puesta en juego de lo real como imposibilidad en el melanclico pone trabas constantes a la teora, precisamente porque aqu quien ha triunfado es el vaco. As como el melanclico no cesa de caer, lo real no cesa de no escribirse. Si el objeto a es aquel pedazo imaginario
118
de cuerpo, separado que cae, no debemos olvidar que ese pedazo de resto del sujeto tambin cumple una funcin de resto como real. Dimensin resistente a la categorizacin.
2.2.
Debemos distinguir en nuestro recorrido la identificacin Primaria de la Identificacin melanclica. En primer lugar debemos explicitar nuestra apuesta (que consideramos se encuentra en Freud) de que lo primario debe ser pensado en una doble vertiente dialctica. Esto en trminos de funciones: lo materno y lo paterno. Pese a que la Identificacin Primaria en Freud es referida explcitamente al padre de la prehistoria personal, existe en l una secuencia lgica donde seria deducible que ambas funciones son las que permiten al nio situarse en un lugar de Ideal respecto a un Otro fundante.
Como hemos mencionado, S. Freud (1923) considera la identificacin primaria como aquella de ms valencia que cualquier otra, refirindola a aquel padre de la prehistoria personal. A primera vista, no parece ser el resultado ni el desenlace de una investidura de objeto: es una identificacin directa e inmediata, ms temprana que cualquier investidura de objeto (S. Freud, 1923; 33). Aqu es donde Freud enuncia, pero suspende la nocin de identificacin a los progenitores ante la indiferencia inicial de este momento constitucional.
S. Freud, (1923) insiste en el carcter de determinacin que reporta para las elecciones sexuales posteriores del sujeto la primera y mtica identificacin Empero, las elecciones de objeto que corresponden a los primeros periodos sexuales y ataen a padre y madre parecen tener su desenlace, si el ciclo es normal, en una identificacin de esa 119
clase, reforzando de ese modo la identificacin primaria. (S. Freud 1923: 33). (El subrayado es nuestro). En esta lnea hemos considerado que la apuesta de Lacan respecto a la Identificacin Primaria viene a re tomar y a anudar lo que se prest a mltiples malos entendidos respecto a la referencia al padre mtico y al lugar de lo materno.
M.C. Laznik Penot (1990) sita la mirada (graficada por dos globos oculares en mi direccin) como signo (de la presencia) de un investimiento primario, falicizacin del nio soportado por el rgano (real). Presencia que tambin puede ser graficada por una voz. Condicin de posibilidad para poder situar la constitucin del imaginario. Aquel que ocupa el lugar de Otro primordial da su falta (-)Esta operacin permite ver al nio aureolado de esos objetos pequeo a, lo que podra decirse como siendo la falicizacin del nio (Laznik Penot, MC. 1990; 4) El cuerpo real del nio queda contorneado a partir de la mirada fundante de la madre quin se sita en relacin a su hijo desde su castracin.
Laznik Penot (1990) refiere que la madre puede donar algo al nio en tanto le falta algo a ella, y he aqu lo que permite la constitucin de la Urbild que forma el Narcisismo primordial. Esto consiste en incorporar (introyectar segn N. Abraham y M. Torok) alguna cosa del padre. Esto va funcin materna, lo que a su vez correspondera a la identificacin Primaria, al padre primordial tomado por Introyeccin planteado por S. Freud (1921). Nuevamente remarcamos cmo esta lectura puede extraerse de Freud: esta incorporacin (identificacin) del padre sostiene dos lazos diversos: con la madre, una directa investidura sexual de objeto; con el padre, una identificacin que lo toma por modelo. (S. Freud, 1921: 99).
120
Una madre que no se encuentra en falta no tiene posibilidad de situar al nio en la falta, as, la funcin paterna no se instala como referencia tercera que simboliza esta falta. Si pensamos en esta lnea la Identificacin primaria como portadora a su vez de una posibilidad de identificacin al padre (en tanto permitira la eleccin de objeto), esta no tendra que ver con la identificacin melanclica, puesto que aqu nada del padre es introducido en la relacin madre-hijo.
Al considerar lo primario; en su carcter simblico; es decir, en relacin a la madre en falta y en relacin a la funcin paterna, tambin podremos afirmar que la identificacin melanclica no se corresponde a la identificacin primaria si esta es pensada como identificacin al trazo Unario. El rasgo unario es el nombre del Padre; dicho de otro modo, lo que siempre falta a la madre, no es el significante padre, que como significante est en el Otro: (S. Thibiergue, 1999: 26) Esta distincin del rasgo unario con el significante padre supone un vaco, donde un significante pueda instalarse como metfora. Es decir, el rasgo unario entendido como aquel vaco que posibilita la identificacin a un significante. En este sentido, aquel vaco donde se aloja la identificacin primaria del sujeto se constituye lugar, en tanto marcado por un significante primordial.
Con las distinciones realizadas podemos pensar que la regresin del melanclico a la identificacin con el objeto (a) corresponde a un vaco que no ha sido nombrado. Lugar de exclusin fundamental. He aqu lo real y absoluto de la identificacin melanclica, que queda o tiende a quedar como irrepresentable en el Otro. Este vaco al nombrarse permite instalar metforas, intercambio de palabras, representacin, cambio, movilidad, paso a vida y muerte como discontinuidad. El vaco melanclico no ha encontrado lugar en esta falta del Otro, es decir, este vaco no ha devenido lugar, no es metaforizable. Por ende, lo que opera es un vaco a secas que traga. Vaco sin representacin. 121
A pesar de la clara distincin entre Identificacin Primaria (tener lugar) e Identificacin Melanclica (no tener lugar), estas pudiesen confundirse desde las hiptesis freudianas. Esto si tomamos como punto de comparacin la incorporacin oral, en lo que se le ha asignado a dicha identificacin como mecanismo de estructuracin psquico.
Recordemos el lugar asignado por Freud a la Incorporacin en su dimensin identificatoria primaria: Al comienzo de todo, en la fase primitiva oral del individuo, es por completo imposible distinguir entre investidura de objeto e identificacin. (S. Freud, 1923: 31). Como planteamos en captulos anteriores, Abraham, N y Torok, M (2005) sitan el mecanismo de incorporacin del lado de la identificacin melanclica. Esto cuando el mecanismo de Introyeccin no se ha instalado o no ha tenido lugar. Lo que Freud indistingue como introyeccin e incorporacin, Abraham N, y Torok M (2005), sitan en relacin de secuencialidad. La identificacin melanclica, ser entendida del lado de la incorporacin, pero a partir de la distincin trazada por N Abraham, y M. Torok, (2005). Sinteticemos las hiptesis respecto a la especificidad de la identificacin melanclica.
a) Imposibilidad de la madre de ofrecer su falta (distraccin, indiferencia, fijacin en la propia imagen) y por ende una constitucin fallida del Urbild de la imagen corporal. No hay falicizacin del nio. De ac se deduce que nada del padre se introyecta. Imposibilidad de situarse en el lugar de agente, de eleccin respecto al objeto. Sepultamiento del deseo como causado por un (a) que cae. Cada del melanclico que es derrotado tragado por el vaco al que se identifica de manera total.
b) No Asentimiento del Otro primordial del cuerpo del nio, expulsin del cuerpo de ella como carne. Rechazo. Es decir, imposibilidad de situarse como objeto de deseo y/o de 122
goce materno. Ubicacin del cuerpo como pura carne. Real Subjetivacin de a como puro real (J. Lacan, 1963: 132)
Como hemos mencionado anteriormente, Lambotte, M.C. (2007) sostiene que el sufrimiento del melanclico es generado por una ruptura profunda y real donde este debe defenderse a toda prisa por la adopcin de la posicin activa de quien se va, y para protegerse, de mejor forma sin duda, del retorno eventual de una catstrofe original de la misma naturaleza. La identificacin melanclica como defensa ante el rechazo primordial. Lambotte, M.C. (2007; 12) sostiene la singularidad de esta defensa como mecanismo caracterstico del melanclico. La identificacin con el objeto a supone un agenciamiento, la adopcin de una cierta posicin activa frente al rechazo del Otro. Abandonarse a s mismo antes de ser rechazado por el Otro.
Asumir o sostener esta posicin permite pensar el defecto de representacin del melanclico de s mismo a partir de una poca muy anciana, de una poca anterior a la de reconocimiento del objeto, que hemos definido como catstrofe original. En el curso de estos acontecimientos ha acaecido la catstrofe inicial, ocurrencia de un traumatismo primario cuyo estatuto escapa a la posibilidad de simbolizacin. Un abandono sin representacin. Ante el cual el melanclico se defiende identificndose a lo eyectado.
La lgica de la identificacin primaria no debe ser pensada sino en relacin a lo que la posibilita (lo hemos referido como un primer reconocimiento) y a su vez a lo que esta dar lugar como posibilidad. Es decir, a lo que dar lugar en tanto permitir realizar una eleccin de objeto, a ser representado como un significante para otro significante (J Lacan, 1963: 165), esto como posibilidad. La identificacin melanclica al objeto a (pensada como incorporacin) no permite dar paso a la representacin de una prdida, 123
pues en un inicio esta no ha tenido tiempo, espacio ni lugar. Como nada falta no se hace duelo por aquello que no es reflejado en el espejo.
La identificacin Melanclica no se presenta como posibilidad para que lo secundario advenga. Rigurosamente no permite elegir libidinalmente objetos, distinguir, diferenciar. Recordemos lo ya planteado: El objeto incorporado marca el lugar, la fecha, las circunstancias en que tal deseo ha sido proscrito de la Introyeccin... (N. Abraham y M. Torok, 1987: 214). El neurtico comn a nivel primario ha introyectado palabras que han permitido contornear lo real de los objeto a. Definir un borde, ms o menos consistente, pero borde al fin. En la identificacin melanclica se traga la muerte, o bien dicho se traga un vaco. Figura resistente a la representacin.
La experiencia primaria del vaco melanclico, que N. Abraham y M. Torok (2005) refieren a la experiencia de boca vaca, no es acompaada ni de miradas, ni de palabras. As en la denominada comunin de bocas vacas madre hijo al no venir las palabras de la boca a llenar el vaco del sujeto, este introduce all una cosa imaginaria. (N. Abraham, y M Torok, 1987: 236).
Hemos tratado de situar la especificidad terica de la identificacin melanclica distinguindola de a) la incorporacin, b) la identificacin primaria, c) el trazo unario, d) la introyeccin, Junto a esto la situamos con sus caractersticas excepcionales fuera de la serie de las tres identificaciones establecidas por Freud. Podemos fijar algunos puntos de conclusin de las ideas expuestas y algunas interrogantes que quedarn planteadas.
124
CONCLUSIONES
En lo que atae a la lgica de construccin del concepto de identificacin en la melancola Freud no es exhaustivo, ms bien, en diversos momentos de su investigacin da cuenta de la dificultad de articular conceptos bastantes novedosos en su metapsicologa. Estos conceptos plantean contradicciones fundamentales para el posterior estudio de los mecanismos primarios de constitucin psquica. Entre estos consideramos; El autoerotismo, El narcisismo Primario, La introyeccin, La incorporacin. La identificacin Narcisista. La identificacin primaria.
Que interroga a Freud constantemente respecto a su investigacin de la melancola en lo que atae al mecanismo identificatorio? Hemos planteado como en distintos momentos Freud plantea su malestar y sentido de insuficiencia respecto a los aportes que entrega tanto en lo que respecta al estudio de la melancola, como en lo que atae a los mecanismos de identificacin primarios. La aparente reversibilidad entre eleccin de objeto e identificacin genera ruido en la articulacin respecto a cmo insertar el mecanismo melanclico en su teora de Los tres tipos de identificacin, instala una cierta perplejidad que atraviesa su obra de inicio a fin. Esta perplejidad se refleja principalmente en una confusin de conceptos: introyeccin, incorporacin, identificacin. Podemos poner al servicio de la discusin algunas hiptesis barajadas respecto a esta confusin inicial:
Recordemos un punto en que se detiene Freud: Empero, las elecciones de objeto que corresponden a los primeros periodos sexuales y ataen a padre y madre parecen tener su desenlace, si el ciclo es normal, en una identificacin de esa clase, reforzando de 125
ese modo la identificacin primaria. (S. Freud, 1923: 33). Consideramos que la cita da cuenta de una inquietud que Freud no parece desarrollar, pero que lo interpela sin duda. Cmo sera posible que lo primario ataa a madre y padre cuando toda la referencia a lo primordial es desarrollado a partir del lugar paterno? El nfasis freudiano al menos en el desarrollo terico de la identificacin primordial es el padre. Creemos que la identificacin en la melancola interroga precisamente este supuesto inicial. Ser desde aqu donde se generen interpretaciones y nfasis diversos que hemos estudiado y expuesto a anlisis; K. Abraham, S. Ferenczi, M.C. Lambotte y J. Lacan.
El aporte de Abraham, K. supone un intento de resolucin de los vacos y enigmas conceptuales dejados por Freud. Impresiona en su desarrollo la contribucin de casos clnicos que apunta fundamentalmente a situar la referencia a lo materno como punto de constitucin de lo primario. Sin embargo, lo materno y la incorporacin oral es pensado siempre en funcin de la constitucin yoica, relacin que Lacan inscribir en el registro imaginario; lugar de la madre completa, toda. Lo que contribuye Lacan siempre apunta en algn sentido a la articulacin de registros, donde lo simblico adquiere primaca.
El concepto de doble introyeccin de K. Abraham, (concepto que alude a los elementos de la relacin entre los padres en el que las autocriticas del melanclico seran juicios desfavorable, de una madre introyectada, sobre un padre introyectado), podra ser un aporte poco considerado por el dejo imaginario al que remite. Sin embargo, consiste en un esfuerzo por explicar el sadismo del supery melanclico considerando a padre y madre como instancias relevantes. Abraham, intenta deducir de los enunciados freudianos que lo primario no debe pensarse todo del lado del padre. En este sentido es una referencia interesante para abordar la identificacin melanclica en relacin a lo primario. 126
Por otro parte, Lacan usa el concepto de Introyeccin de Ferenczi para dar cuenta que lo que el sujeto toma del Otro es ante todo un significante. En este sentido, sita la segunda serie identificatoria, aquella del mecanismo de formacin de sntoma histrico en su dimensin principalmente significante. Alude a la Introyeccin y en lo que de esta puede ser pensado como primario, en referencia al Otro. Esto en un nico punto (einziger zug). Lacan introduce en la lgica simblica los aportes estrictamente imaginarios, yoicos, de Abraham y Ferenczi
N. Abraham y M. Torok, basados en los aportes tericos de Lacan, trazarn de manera clara la distincin incorporacin/ introyeccin dando cuenta que la incorporacin acude como deseo de introyectar, es decir que la identificacin que llamamos melanclica debe situarse en referencia a lo primario, pero distinguirse de esta. Ambas responden a lgicas diferentes, donde el sujeto ha ocupado lugares muy distintos inicialmente (de inclusin y de rechazo primordial).
Las distinciones trazadas por Lacan a partir del Estadio del Espejo y El esquema ptico; identificacin simblica/identificacin imaginaria, objeto a, vienen a restituir el espritu simblico de Freud en lo que atae tanto a la identificacin primaria como a la identificacin melanclica. Tal como Lacan lo asume, su proceder es freudiano. Su teorizacin responde a la lgica freudiana en cada nivel que hemos investigado. Lacan toma la dificultad freudiana respecto a situar lo materno en tanto funcin simblica y simbolizante (esto en direccin a otra instancia simblica primordial; el padre).
Consideramos que uno de los aportes que realiza Lacan para poder pensar la lgica identificatoria de la melancola es la relacin madre-hijo. En la lgica simbolizante que este lazo posibilita. La posibilidad de establecer, de una u otra forma, elecciones de 127
objeto en base al denominado modelo narcisista debe situarse en relacin a esta instancia de erogenizacin primaria del cuerpo en tanto objeto de goce y de deseo. Postulamos que esta relacin y lo que establece a nivel subjetivo no es evidente, ms bien parece ser una relacin que, en trminos de elaboracin terica, queda por pasajes velada, y es la identificacin melanclica un punto de cristalizacin de esto. De ac los esfuerzos post freudianos por situar lo materno en relacin a la constitucin subjetiva y la identificacin melanclica.
Dijimos que ni en Freud ni en Lacan encontramos una teorizacin concluyente que site el modo identificatorio melanclico del todo del lado de la neurosis o de las psicosis. Si bien esta es una discusin en la que no entramos ni entraremos, podemos compartir la posicin de Lambotte M. C. (2010) de mantener a la melancola en su lugar de excepcin, de neurosis narcisista a nuestro juicio asignado por Freud y en algn modo sostenido por Lacan. La dimensin que adquiere el objeto aqu en tanto real, la dificultad de situar lo simblico y lo desfalleciente del imaginario hacen resistencia constante a la categorizacin.
Como Lacan postula en La lgica del Fantasma (1966), la estructura de este (el fantasma) permite pensar y formalizar la relacin Freud Lacan en lo relativo a la identificacin melanclica. As como todas las relaciones lgicas son deducibles de $ a; menor o mayor (</>), incluido / excluido (^ / v), diremos Freud Lacan, en tanto existe continuidad y discontinuidad respecto a la lgica de la identificacin en la melancola. Lo que Freud inaugura con textos como Introduccin del Narcisismo (1914) y Duelo y Melancola (1915), Lacan formaliza las interrogantes de Freud respecto a la identificacin melanclica; radicaliza su nocin de prdida, redobla el peso del objeto que recae en el
128
sujeto a modo de vaco y a su vez sita radicalmente la insuficiencia especular melanclica a partir del efecto de lo simblico.
La identificacin melanclica ocupa un lugar de excepcin, no puede reducirse ni al modelo lgico de la identificacin Primaria, ni estrictamente a la identificacin al rasgo unario, ni podemos asimilarla del todo a ninguna de los tres modelos identificatorios que Freud ha dejado como herencia y que Lacan ha situado respecto a la distincin de los tres registros. Hemos optado por sostener el concepto de identificacin melanclica para mantener el estado de excepcin en el que la mantienen Freud y Lacan, y la sostienen los autores de los que nos hemos servido. Especialmente Lambotte.
J. Lacan, (1969) pone un ejemplo respecto al lugar de la fobia dentro de la categorizacin de las neurosis (histrica y obsesiva) que puede sernos til. No debe verse la fobia en absoluto como una entidad clnica, sino como una placa giratoria (J. Lacan, 1969: 280). Nos surge ac la interrogante si la melancola pudiese ocupar un estatuto similar. Es decir, ser pensada como modalidad identificatoria que pudiese estar al servicio de distintas estructuras al modo de una especie de puente movedizo entre distintas estructuras. Esto permitira hablar de un abanico de trastornos definidos por un rasgo particular de identificacin. Esto seria coherente tanto con los desarrollos de Freud como de Lacan y con lo que hemos desarrollado.
Si hemos considerado la Identificacin melanclica como ncleo central de la problemtica melanclica, podemos extremar el argumento y decir que la identificacin 129
melanclica es la melancola. Existe una radicalidad al sostener esta idea. La identificacin al objeto a se reduce a una cada sostenida al vaco. Este lanzamiento constante al vacio es la identificacin melanclica. Paso al acto o acto perpetuo?
Recordemos el arrojo por la ventana del paso al acto como lugar de mximo borramiento del sujeto, esto al punto que algo del objeto se presentifica de manera insoportable. Esta lgica en la identificacin melanclica es constante; no tiene lugar, ni espacio ni fin. El objeto triunfa. No se reduce toda a la lgica de paso a. Aquel melanclico que se arroja por la ventana, desde siempre y hasta siempre est identificado al objeto a. En este sentido, cuando S. Freud, (1915) seala que La sombra del objeto recae sobre el yo se marca un destino del sujeto, una estructuracin (identificatoria) singular que regir la lgica absolutista del melanclico del todo o nada. La dificultad transversal, constante de Freud a Lacan, consiste en situar el orden de esta lgica y es por esto que insistimos en hablar de Identificacin melanclica por sobre la idea de Identificacin en la melancola.
Esta modalidad identificatoria melanclica se define por una imposibilidad de situar cualquier prdida por los efectos catastrficos de un rechazo primario. Es en este sentido en que resulta relevante realizar distinciones, en lo correspondiente a las diferentes modalidades en que la identificacin al objeto a puede ser pensada; pasaje al acto, masoquismo, identificacin histrica. La modalidad identificatoria melanclica es excepcional tanto en Freud como en Lacan y consideramos que mantenerla en ese lugar conlleva una serie de efectos en lo que respecta a la praxis y clnica de estos trastornos: Qu posibilidad tendra el melanclico de hacer algo con ese vaco al que permanece identificado?
130
Como ya dijimos, cualquier sujeto puede ser barrado al mximo, a tal punto de quedar en posicin de objeto y caer (estructura del pasaje al acto). El pasaje al acto tiene estrecha relacin con la identificacin melanclica, nos preguntamos entonces si todo pasaje al acto es melanclico. Pudisemos pensar que todo arrojo al vaco habla de la identificacin melanclica, con la salvedad que en el melanclico esta dimensin de paso adquiere carcter de perpetuidad a partir de una exclusin fundamental. Algo irreductible en esta lgica no cesa de escribirse. Lo que el melanclico es en tanto (a) responde a la organizacin lgica de las funciones primarias que lo han relegado a una exclusin primordial. Su cada es absoluta y permanente; a que pone fin el suicidio melanclico cuando una primera muerte psquica no ha tenido lugar?
El melanclico no encuentra su casa en el primer Otro Materno. Queda identificado a un vaco, pero un vaco en el que resulta prcticamente imposible situarse, vaco que no ha sido contorneado por objetos flicos; palabras, atributos. Vaco que traga, no instalndose una distancia subjetivamente necesaria con el (a), pero que a su vez, esta cercana profunda a la verdad podra dar paso a movimientos, principalmente estticos, apasionantes. Esto sin desprenderse del todo de una lgica genealgica y
estructuralmente mortfera.
Esta relacin especular pura en el sentido que lo que falla es aquello que posibilita la ubicacin, lo desposee, lo destierra de este lugar donado por el Otro. As, el melanclico queda imposibilitado de establecer una eleccin de objeto que est causado por la falta, no hay percepcin que algo falta, puesto que el residuo que cae como (a) es l mismo Hay aqu algo del orden de una eleccin, al modo de la neurosis? o todo debe situarse del lado del desfallecimiento del Otro primordial?
131
Lambotte, M.C. (2007) mantiene el orden de la estructuracin psquica melanclica del lado de lo excepcional. Su postura es posicionar la identificacin melanclica como una identificacin simblica al significante nada, es aqu donde se juega la imposibilidad melanclica de apropiacin de su propia imagen, que reclama colmarse con objetos imaginarios. Ante un no reconocimiento del Otro en los albores, en primera instancia materno, es decir, sin ocupar un lugar simbolizante en una falta, el melanclico se identifica a la desaparicin de ese Otro. Sin embargo, siguiendo hasta cierto punto, la tesis de Lambotte, podemos pensar que la particularidad de la identificacin melanclica le permitira, en algn sentido, hacer de esta nada un rasgo. Una nada que no es nada, o al menos que, desde una perspectiva contraria al pesimismo freudiano permitira abrir una ventana de la tcnica al melanclico.
Apuntamos a la posibilidad de hacer de la negacin inaugural del Otro una afirmacin, hacerse un lugar va creacin? Segn M.C. Lambotte, (2007) seria aqu donde se jugaran los avatares de la identificacin melanclica que buscara llenar con objetos imaginarios este vaco sin contornos. El arte como expresin de lo imposible tiene mucho que decir al respecto. Nueva apelacin al lugar del analista y su praxis.
Cuando S Freud (1914) hace referencia al aludido Predominio de la eleccin narcisista de objeto como factor de predisposicin melanclico podemos hipotetizar que esta referencia a la predisposicin melanclica, puede ser un modo de dar cuenta que esa eleccin particular est del lado del Otro, a modo de lo que antecede, al sujeto. Las hiptesis lacanianas radicalizaran esta posicin anteponiendo el intercambio a la formacin de la imagen de s. Hasta qu punto puede hacerse rasgo de la nada, del nico ofrecimiento (o no ofrecimiento) del Otro desfalleciente del melanclico?
132
Lo que determinar el destino del melanclico es el signo del Otro como rechazo fundamental. No asentimiento, Identificacin a este rechazo, al vaco. Sombra del objeto que cae sobre el yo, triunfo del objeto. Lugar an enigmtico de una identificacin que se sostiene en las sombras y dialcticamente nos da luces para pensar la organizacin primaria del sujeto. Esto precisamente a travs de la nocin de vaco que esta expone. Si el signo de asentimiento no es otorgado por el Otro primordial como posibilidad, sea esto por las razones que fuere (imposibilidad de investir objetos libidinalmente, mirada fijada a otro lugar, fascinacin en la imagen del cuerpo propio), estarn dadas ciertas condiciones de posibilidad para que la psiconeurosis narcisista tome forma.
Como refiere J. Lacan (1953) en el origen se ponen en juego los ellos, los deseos, las tendencias de manera inicialmente ilimitada, confusa, es por esto que no es posible fijar este origen catico, absoluto, aforizante a una definicin total. J. Lacan alude a Freud en ste mbito con el DIE VERNEINUNG, el juicio de existencia o bien es o bien no se presenta, en esta radical operacin primaria que formar posteriormente al yo, debe acontecer en funcin de ser situado en relacin a un Otro fundante.
En otra direccin podemos pensar; si el signo de asentimiento es pensable aunque sea en su dimensin ms execrable, esta se presenta como negacin pura, tambin causa la imposibilidad de situarse como objeto de deseo y/o de goce, en primer lugar en lo materno, que no sea mediante Carne y nada ms. Rechazo primordial y fundamental. De todas formas, la pregunta por Qu de lo simblico de este rechazo? queda planteada. 133
Para indagar ms en la identificacin melanclica deberamos considerar todo aquello que de una u otra forma pudo hacer del sujeto, objeto de deseo, captura de este e insercin como uno ms en una cadena generacional, aunque sea de la manera ms abyecta. A que ha faltado? Precisamente esta identificacin singular es la que permite pensar a partir de qu se puede empezar a hablar de falta. El a es esencialmente y de origen, falta (J. Lacan, 1969: 312) A que puede anudarse la falta que intenta el melanclico fundar mediante su propia muerte subjetiva?
Nos preguntamos si la interrogante por la identificacin melanclica, por su estatuto y su lugar terico se resuelve estableciendo que se trata de una falla del Otro a nivel primario; sea esta del orden de la ausencia o de la presencia o de su no alternancia. En este sentido, la identificacin melanclica da pie para pensar lo que se juega tanto en el melanclico como en el resto de los sujetos, en el lmite, en la frontera entre lo simblico (cuya potencia se extrae de lo real) y lo imaginario.
J. Lacan (1969) refiere que todo lo que atae al a en lo que respecta de esencial al sujeto no debe desmarcarse de la extraeza. Es precisamente de lo que habla la identificacin melanclica, que diremos, se produce ms que al objeto perdido, al objeto a en tanto agujero que causa. La irreductibilidad del a, como la identificacin melanclica no cesa de no escribirse.
Si el melanclico es capaz de producir algo a partir de la nada a la que se ha identificado, su dimensin de verdad presenta, como hemos dicho, una irreductibilidad absoluta. Ante esta irreductibilidad, la dimensin creativa, esttica parece abrir una ventana, una posibilidad a la muerte que habita al sujeto melanclico. Retomemos la cita 134
desde la que iniciamos nuestro trayecto Deus gravita mundum, y a continuacin: exnihilo, qu quiere decir esto? Quiere decir que el vaso l (Dios) lo hace alrededor del agujero, que lo que es esencial es el agujero J. Lacan, (1965)
He aqu el sujeto melanclico y su catastrfica identificacin como posibilidad de hacer un rasgo de la nada, de la desaparicin del Otro, del agujero des-(a) sentido. Es posible que en el puro plano pulsional exista una relacin con el objeto que se define por su irrepresentabilidad, J. Lacan (1964) habla de una subjetivacin acfala, sin sujeto un trazado que representa una faz de topologa. (J. Lacan, 1964:191). Si bien la exigencia psquica de traspasar el plano puramente pulsional se presenta como condicin de posibilidad de la constitucin yoica, algo en la excepcionalidad de la identificacin melanclica parece pudiera abrirse a travs de la creacin a una dimensin del sujeto inexplorada en su propio padecer. Es aqu donde se abre una posibilidad al tratamiento, hacerse un lugar en el vaco. Espacio por cierto difcil de sostener.
Si consideramos al a como aquel agujero, irrepresentable, el hiato de una verdad rechazada, agujero causa, necesario para que haya vida, la identificacin melanclica nos remite a aquella verdad cada, no enmascarada, que representa un lmite constante a la palabra, incluso a la escritura, por esto detenemos aqu nuestra investigacin. Sin dejar planteada la relacin que establece el melanclico con la verdad va identificacin como una interrogante a la praxis analtica cuya verdad es buscada del lado del sujeto del inconsciente. Nos detenemos ante la imposibilidad constante de situar tericamente algo que la clnica con sus avatares, incluso los aspectos menos exploradas de esta tendr siempre algo ms que decir.
135
BIBLIOGRAFIA
Abraham N, Torok, M (1987). Enfermedad del duelo y fantasa del cadver exquisito en La Corteza y el Ncleo. Amorrortu Editores. Buenos Aires. 2005 Abraham K. (1924) Contribuciones a la teora de la Libido. Ediciones Horm. Buenos Aires. 1985. Abraham K. (1924) Un breve estudio de la evolucin de la libido, considerada a la luz de los trastornos mentales en Psicoanlisis Clnico. Ediciones Horm. Buenos Aires. 1994. Abraham K (1965). Sigmund Freud & Karl Abraham: Correspondencia completa, 19071926. Editorial Gedisa, Barcelona, Espaa. 1979 Aceituno R. (2010). Tener Lugar en Aceituno, R (comp) Espacios de tiempo. Clnica de lo traumtico y procesos de simbolizacin. Coleccin Praxis Psicolgica. Universidad de Chile, Santiago. Assoun Paul-Laurent (2002) Narcisismo y (Meta)psicologa del yo. La Metapsicologa. Siglo XXI Editores. Chemama, R., Vandermersch B. (1998) Diccionario de Psicoanlisis. Editorial Amorrortu, Buenos Aires. 2004 David-Menard M, (Comp.) La Identificaciones. Confrontacin de la clnica y de la teora de Freud a Lacan. Ediciones Nueva Visin, Buenos Aires. Ferenczi, S. (1909). Obras Completas. Transferencia e Introyeccin. Extrado el 16 de Julio de 2010, www.psicoanalisis.org Ferenczi, S. (1912). Problemas y mtodos del psicoanlisis. Sobre Definicin de la Introyeccin. Ediciones Horm. Buenos Aire, Argentina. Ferenczi, S. (1922). Problemas y mtodos del psicoanlisis. Psicologa de las masas y anlisis del yo de Freud. Ediciones Horm. Buenos Aire, Argentina. 136
Freud S. (1895), Proyecto de Psicologa en Obras Completas Volumen I. Amorrortu Editores, Buenos Aires. 2006. Freud S. (1892-1899), Fragmentos de la correspondencia con Fliess en Obras Completas Volumen I. Amorrortu Editores, Buenos Aires. 2006. Freud (1910) Contribuciones para un debate sobre el suicidio en Obras Completas Volumen XI. Amorrortu Editores, Buenos Aires. 2010. Freud S. (1914), Introduccin del Narcisismo en Obras Completas Volumen XIV. Amorrortu Editores, Buenos Aires. 2008. Freud S. (1913 (1912-1913)), Totem y Tab. Algunas concordancias en la vida anmica de los salvajes y de los neurticos en Obras Completas Volumen XIII. Amorrortu Editores, Buenos Aires. 2008. Freud S. (1915), Pulsin y destinos de pulsin en Obras Completas Volumen XIV. Amorrortu Editores, Buenos Aires. 2008. Freud S. (1917 [1915]), Duelo y Melancola en Obras Completas Volumen XIV. Amorrortu Editores, Buenos Aires. 2008. Freud S. (1921). Psicologa de las masas y anlisis del yo en Obras Completas Volumen XVIII. Amorrortu editores, Buenos Aires. 2008. Freud S. (1923), El yo y el Ello en Obras Completas Volumen XIX. Amorrortu Editores, Buenos Aires. 2003. Freud S. (1985), ndices y Bibliografas en Obras Completas Volumen XXIV. Amorrortu Editores, Buenos Aires. 2007 Fliman, M.V. (2008). Lo materno, funcin y registro. Consideraciones acerca de la funcin materna como fundamento de lo psquico. Tesis de Magister en Psicologa. Teora y clnica Psicoanaltica. Universidad Diego Portales. Santiago. Lacan, J (1953-1954) Seminario I. Los escritos tcnicos de Freud. Editorial Paids. Buenos Aires. 1996. 137
Lacan, J (1956-1957) Seminario IV. La relacin de objeto. Editorial Paids. Buenos Aires. 2005. Lacan, J (1957-1958) Seminario V. Las Formaciones del Inconsciente. Editorial Paids. Buenos Aires. 1999. Lacan, J (1958-1959). Seminario VI. El Deseo y su interpretacin. Clase 12. Indito. Lacan, J (1960) Subversin del sujeto y dialctica del deseo en el inconsciente freudiano en Escritos II. Editorial Siglo XXI. Buenos Aires. 1987 Lacan, J (1960) Observacin sobre el informe de Daniel Lagache: Psicoanlisis y estructura de la personalidad en Escritos II. Editorial Siglo XXI. Buenos Aires. 1987 Lacan, J (1960- 1961) Seminario VIII. La transferencia. Editorial Paids. Buenos Aires. 2003. Lacan, J (1961-1962). Seminario IX. La Identificacin, indito. Lacan, J (1962- 1963) Seminario X. La Angustia. Editorial Paids. Buenos Aires. 2006. Lacan, J (1964) Seminario XI, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanlisis. Editorial Paids. Buenos Aires. 1995. Lacan, J (1965) Seminario XIII. El objeto del Psicoanlisis. Seminario Indito. Recuperado 10 de Noviembre, 2010, de www.psicoanalisis.org. Lacan, J (1964) Seminario XIV, La Lgica del Fantasma Editorial Paids. Buenos Aires. Indito. Lacan, J (1969) Seminario XVI, De otro al Otro. Editorial Paids. Buenos Aires. 2008. Lacan, J. (1972) De nuestros antecedentes. Escritos I Editorial Siglo XXI, Buenos Aires, 2002. Lambotte, Marie Claude (1993) Le Discours mlancolique. De la phnomenologie la mtapsychologie. Antropos-Economica. Paris, Francia.
138
Lambotte, Marie-Claude. (1995). El tema de lo especular y los bordes en la melancola publicado en Le Bulletin Freudien Revista de la Asociacin Freudiana de Blgica. 1996. Lambotte, Marie-Claude. (2007). LAnhdonie: absence de plaisir, Absence dintrt en La Mlancolie: tudes cliniques. Lambotte, Marie-Claude. (2010). El Narcisismo y lo originario en Aceituno, R (comp) Espacios de tiempo. Clnica de lo traumtico y procesos de simbolizacin. Coleccin Praxis Psicolgica. Universidad de Chile, Santiago. Laplanche J, Pontalis J-B. (1967) Diccionario de Psicoanlisis. Editorial Paids, Buenos Aires Argentina. 1996. Laplanche, J. (1980). La Angustia. Problemticas I. Editorial Paids, Buenos Aires Argentina. 2000 Laznik Penot, MC (1990) Il ny a pas dabsence sil ny a dj prsence. Du rle fondateur du regard de LAutre. En La psychanalyse de lEnfant. Revue de lAssociation Freudienne. Vol. 10 (Les Psychoses de lenfant) Le Gaufey, Guy (1998). El lazo especular. Un estudio travesero de la unidad imaginaria. Editorial Edelp. Crdoba, Argentina. Safouan, M (2003) Lacaniana. Los seminarios de Jacques Lacan (1953-1963). Editorial Paids, Buenos Aires. Thibiergue, S (1999) Limage et le doubl-la fonction spculaire en pathologie. Editorial rs, Paris, 1999
139