Peña Jumpa, El Caso de Los Aymaras Del Sur Andino
Peña Jumpa, El Caso de Los Aymaras Del Sur Andino
Peña Jumpa, El Caso de Los Aymaras Del Sur Andino
Introduccin
Los procesos de reforma del poder judicial reiniciados en los ltimos aos en los pases latinoamericanos han omitido, adrede o por desconocimiento, que frente a problemas estructurales o sistmicos que aquejan el servicio de justicia, existen alternativas originarias que pueden conducirnos por aquellos objetivos deseados para tales reformas: el fortalecimiento de las instituciones polticas, el incremento de los niveles de confianza en las decisiones y en el actuar de los rganos vinculados a la administracin de justicia, as como la creacin de una mayor estabilidad poltica y social que favorezca el desarrollo econmico y social en dichos pases1. Un ejemplo de estas alternativas lo constituye la actuacin, el razonamiento y la bsqueda de participacin, en dichos procesos, de las comunidades aymaras del sur andino del Per. Asentadas sobre los 4.000 metros sobre el nivel de mar, las comunidades aymaras se presentan como organizaciones histricas con una particular capacidad de autocomposicin o resolucin de sus conflictos, en forma complementaria y hasta en oposicin a lo que disponen las autoridades u rganos judiciales formales. A partir de la experiencia de tres comunidades aymaras Calahuyo, Titihue y Tiquirini-Totera, ubicadas en el distrito y la provincia de Huancan, Departamento de Puno, pretendemos reflexionar sobre las posibilidades o condiciones de dichas comunidades como alternativas originarias de dilogo y actuacin en el tema de la justicia. Desde la perspectiva del Estado,
*
Abogado con maestra en antropologa (PUCP) y postgrado en migracin forzada (Universidad de Oxford). Profesor de la Pontificia Universidad Catlica del Per. <[email protected]> Estos objetivos aparecen registrados en la convocatoria del Concurso de ensayo sobre reforma judicial, ILSA, 1999-2000.
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
52
dichas comunidades constituyen y se pueden convertir en las grandes y simples instancias de distribucin del poder jurisdiccional con el propsito de alcanzar los grandes objetivos de las iniciativas de reformas. Bajo dicha perspectiva, las lneas siguientes parten de la teora del poder judicial Estatal, que gua como paradigma el servicio de la justicia o los sistemas de resolucin de conflictos oficiales que identifican a los Estados latinoamericanos, para luego compararla con la realidad y, particularmente, con las limitaciones que nos ofrecen pases pluriculturales como el Per. Dentro de este ltimo propsito presentamos la experiencia de las comunidades aymaras del sur andino, a travs del grupo de comunidades mencionadas, desde donde se puede apreciar una justificada crtica y resistencia a las autoridades judiciales de la ciudad y la construccin de sistemas propios de resolucin a los que denominamos poder judicial Comunal Aymara. La informacin de esta parte de la investigacin corresponde a la recopilada en un trabajo de campo iniciado el ao 1988 (Pea, 1991, 1998) y actualizado en el mes de octubre de 1999. En la parte final del estudio reflexionamos sobre los alcances y desafos de dicho poder judicial comunal.
La asimilacin de la doctrina de la separacin de poderes como dogma aparece destacado por Touchard (1964: 311), Duverger (1970: 219-220), Lucas Verd (1983: 169). Touchard (1964), desarrollando el pensamiento poltico de Montesquieu, seala: En realidad, no existe en Montesquieu una teora (jurdica) de la separacin de poderes, sino una concepcin (poltica-social) del equilibrio de poderes, equilibrio que tiende a consagrar a un poder entre los dems: el de la aristocracia (1964: 311).
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
53
interpretacin dado que, en determinadas situaciones, dentro de aqul se puede suscitar una labor propiamente de creacin del derecho. El desborde de tal labor de interpretacin se puede dar:
...Primero, porque muchos textos son oscuros o ambiguos y presentan de esta forma varios sentidos igualmente plausibles. Los jueces al escoger uno de ellos crean el derecho tanto como lo aplican. Despus, los textos no lo reglamentan todo: tienen muchas lagunas, no observan todos los problemas. Ahora bien, los jueces deben siempre decir el derecho cuando se les presenta una peticin con este motivo; no pueden refugiarse tras el silencio de los textos para negarse a juzgar. Por tanto, cuando los textos guardan silencio, los jueces estn obligados a elaborar ellos mismos la solucin jurdica, ilustrndose de las tradiciones, en los trabajos preparatorios de los textos, y, sobre todo, en los principios generales del derecho. De esta manera, su jurisprudencia participa en la creacin del derecho, es decir, en la toma de decisiones: no es solamente una interpretacin. (1970: 221-222.)4
De otro lado, sobre el poder de decisin ejecutorio el mismo autor seala que se refiere a la facultad o atribucin de parte de los jueces de sacar las consecuencias o materializar el derecho ya enunciado, es decir aplicarlo, frente a cualquier persona o autoridad:
...Los tribunales determinan las obligaciones de las personas a las que el derecho se aplica y dan la orden de ejecutar estas obligaciones; sus sentencias son ejecutorias. La orden de ejecucin no slo se aplica a los ciudadanos y a las personas privadas; tambin se aplica a las autoridades pblicas, cualesquiera que sean. El Jefe del Estado, el Jefe de Gobierno, los ministros, estn obligados a aplicar las decisiones judiciales: incluso el parlamento debe inclinarse si los tribunales declaran inconstitucional una ley votada por l. Estas rdenes de ejecucin pueden referirse nicamente a actos jurdicos (anulacin de una ley, de un decreto, de un nombramiento de funcionarios, etc.). Pero ms frecuentemente se refieren a actos materiales, ya se trate de la orden de pagar los daos y perjuicios, o de la orden de ejecutar una condena penal (1970: 222.)
Por ltimo, Duverger al hablar del poder de la autoridad de cosa juzgada, se refiere al hecho de que las decisiones dadas por los jueces o tribunales sean definitivas, es decir, que no pueden ser planteadas de nuevo:
...Ni los ciudadanos ni los gobernantes pueden reemprender un nuevo proceso sobre el problema resuelto por los jueces. Todos
4
Cabe sealar que esta forma de abordar la labor de los jueces es destacada tambin por el mtodo positivista de la dogmtica o la construccin de conceptos (ver al respecto a Hernndez Gil, 1945: captulo IV).
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
54
deben inclinarse ante la decisin que aquellos han tomado, la cual posee fuerza de verdad legal. Solamente existen algunos atenuantes a estas reglas. El derecho de gracia del Jefe de Estado y las posibilidades de remisin de la pena por las autoridades penitenciarias permiten modificar las decisiones materiales de los jueces en materia penal; pero no modifican la sentencia en lo que se refiere a la culpabilidad del acusado. La elaboracin de un texto jurdico nuevo por los gobernantes, para reemplazar el texto antiguo, cuya interpretacin por los tribunales no les agrada, slo vale para el porvenir (este es el principio fundamental de la retroactividad de las leyes); de cualquier manera, no afecta a la sentencia que define la interpretacin del texto antiguo. Slo el recurso de revisin permite volver a examinar la cosa juzgada; pero es muy poco frecuente. (1970: 223.)
Bajo estas tres dimensiones o criterios sealados por Duverger se construye lo que podramos denominar el concepto de poder judicial en el Estado liberal o moderno. Decir o definir el derecho frente al conflicto, dentro de este concepto de Estado, involucra un poder de interpretacin o creacin del derecho, un poder de ejecucin o de ordenar que se cumpla la decisin de derecho ya tomada, y el poder de llegar a oponer frente a todos la validez definitiva de la misma decisin de derecho. Estas tres dimensiones se presentan como las garantas o los paradigmas del ejercicio de la funcin jurisdiccional que conduce a definir un concepto de Estado de derecho o, tambin, lo que se entiende por Estado democrtico. Pero lo particular de dicha composicin jurisdiccional es que, as esbozada, est identificada con un tipo o modelo de Estado: el Estado monista o Estado moderno. Es decir, la forma como son diseadas las tres dimensiones del poder judicial o jurisdiccional tienen que ver con una forma de organizacin, una forma de estructura, de actuacin, de sometimiento que no es otra que la de un modelo centralista o monocentrista. Heller (1987), refirindose al origen del Estado monista, destaca su surgimiento en Europa luego de superar la atomizacin poltica existente en la edad feudal, bajo formas y etapas muy distintas en la diversidad de naciones:
...La atomizacin poltica se venci primeramente en Inglaterra. Es este el nico reino en que, gracias a la energa de los reyes normandos, se logra crear, ya en el siglo XI, una organizacin poltica relativamente fuerte en medio de la jerarqua feudal. Una manifestacin precoz del Estado moderno fue el creado en la primera mitad del siglo XIII en Sicilia por el genial Federico II, quien sustrajo en forma radical al sistema feudal el ejrcito, la justicia, la polica y la administracin financiera, centralizndolos todos de modo burocrtico. Los orgenes propiamente dichos del Estado moderno y de las ideas que a l corresponden
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
55
hay que buscarlos, sin embargo, en las ciudades-repblicas de la Italia septentrional en el Renacimiento. De Florencia era Nicols Maquiavelo, cuyo prncipe introduce en la literatura el trmino lo stato para designar el nuevo status poltico (Jellinek, Staatslehre, pp. 132 s), a la vez que analiza, de una manera sumamente viva, la ragione di stato de la edad moderna. (1987: 145.)
De acuerdo con Heller, se puede hablar de Estado cuando las monarquas o poliarquas se convierten en unidades de poder continuas y reciamente organizadas, con un solo ejrcito, una nica y competente jerarqua de funcionarios y un orden jurdico unitario, imponiendo adems a los sbditos el deber de obediencia con carcter general5 (Ibdem). Con ello se desarrollara el monismo del poder, que tendra el carcter de ser relativamente esttico frente a los hechos o fenmenos sociales siguiendo la misma concepcin de Heller, y que ira a reproducirse en cada uno de los poderes o componentes que se integran al concepto de Estado6. De esta forma, el poder judicial o jurisdiccional que se ha esbozado recoge tal criterio monista: el poder de interpretacin, el poder de decisin ejecutorio, como la propia autoridad de cosa juzgada, slo tienen razn de ser en tanto se integran a ese monismo y reproducen el propio monismo en s, caso contrario dejaran de ser denominados modernamente poder del Estado. Entonces, hablamos de un poder judicial unitario, jerrquicamente organizado, independiente y autnomo7. Unitario, en tanto todo el poder judicial se estructura como uno solo, sin admitir partes desagregadas o dispersas; jerrquico, en tanto cada una de las partes se estructuran de manera escalonada, normalmente con una corte suprema como rgano supremo y el juzgado de paz como rgano inferior; independiente, en tanto la labor jurisdiccional que desarrolla cada uno de los rganos del poder judicial no admite injerencia externa de ningn otro poder o autoridad; y autnomo, en tanto el poder judicial como un todo tiene capacidad de autogobernarse, al establecer, designar y administrar su presupuesto, sus diferentes juzgados y hasta la propia promocin de sus miembros. Siguiendo el desarrollo de los pases europeos, los Estados latinoamericanos se integraron al concepto de Estado y de poder judicial antes citado. Sobrellevando su pasado precolonial y colonial, cada sociedad o pas latinoamericano construir e impondr su repblica bajo la idea de
5
El criterio de aplicacin general del indicado orden jurdico unitario es coincidente con lo que seala Max Weber, cuando se refiere al tipo de derecho racional-formal (1974: 511). Heller (1987), llega a destacar la presencia del Estado, en su expresin de centralizacin del poder, como el propio formador o promotor de los conceptos de pueblo y nacin. En opinin de dicho autor, es despus de la conceptualizacin o construccin del Estado que los conceptos de pueblo y nacin tuvieron el significado que se les otorga en la actualidad (Heller, 1987: 177). Disposiciones que son recogidas en las actuales constituciones polticas como es el caso de la Constitucin Poltica Peruana, en sus artculos 138 y 139.
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
56
un poder centralizado o monista. Tal es as que pases como Per, en su primera constitucin del ao 1823, dos aos despus de la declaracin de su independencia, definir el poder judicial en los siguientes trminos: Artculo 95.- Reside exclusivamente el ejercicio de este poder (el poder judicial) en los tribunales de Justicia y Juzgados subalternos en el orden que designen las leyes8. A los constituyentes y gobernantes de las nuevas repblicas latinoamericanas no les import el pasado precolonial identificado con la cultura de masas de poblaciones de indgenas, inmigrantes negros forzados, y el creciente nmero de poblaciones mestizas. Siguiendo la teora que destaca Heller (1987: ibid), se pens y se sigue pensando en construir la nacin desde el Estado, integrando la diversidad de pueblos o culturas a travs del paradigma del poder monista en cada uno de sus componentes como es el caso del poder judicial. Retomando el caso de Per, que puede asemejarse a un gran nmero de pases latinoamericanos, cabe referir que la construccin e imposicin de la naciente repblica, bajo el modelo de Estado y poder judicial moderno, no tuvo en cuenta la presencia de una pluriculturalidad del pas que en un 70% de su poblacin se identificaba con comunidades quechuas y aymaras de la sierra del pas, y con ms de 70 grupos tnicos en la amazonia del mismo. Hoy en da esta poblacin sigue abarcando un gran nmero, que estimamos en un 40% de la poblacin nacional, y a la que hay que sumar el nmero mayoritario de mestizos y migrantes quienes, desplazados a las grandes ciudades continan manteniendo su idioma como un referente de identidad con dichas comunidades. Estos grupos, juntos, nuevamente compondran un 70% de la poblacin del pas9. El mismo modelo asumido tampoco tuvo en cuenta la experiencia del coloniaje espaol y sus defectos que, luego de 300 aos de dominacin, haba dejado una cultura administrativa monrquica de separacin y dis8
Constitucin Poltica del Per de 1823 (entre parntesis nuestro). Como puede apreciarse, la citada norma reproduce el carcter unitario y jerrquico del concepto de poder judicial que se conoce en la actualidad. Las cifras indicadas son aproximadas a partir de la recopilacin de informacin en diversos trabajos de campo. En el caso de las comunidades aymaras de estudio, por ejemplo, se sabe que poblaciones semejantes a las registradas actualmente aparecen multiplicadas a travs de sus migrantes en grandes ciudades como Lima, Arequipa y Tacna. Cuando menos tres veces el mismo nmero de las comunidades aparecen reproducidas en estas ciudades. De otro lado, cabe citar las cifras que, a partir de una apreciacin etno-lingista, entrega Bonifacio Cruz (1992), teniendo como fuente el censo peruano de 1982 y el censo boliviano de 1975: Grupo tnico Per Bolivia Quechuas 9900.000 3150.365 Aymara 1540.000 2850.000 Castellano 10252.000 900.000 Amaznicos 308.000 600.000 TOTAL 22000.000 7500.365
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
57
criminacin del indgena. Con la declaracin de la independencia de tal coloniaje no se potenci un desarrollo y promocin de ese individuo que representaba la mayora de la poblacin, slo se fortaleci el lder criollo ilustrado que, en la mayora de los casos, haba dirigido las batallas por la independencia y con ello se encontraba legitimado para dirigir tambin el pas. Como seala Felipe Sez (1998), comparando el proceso de independencia de los pases latinoamericanos con el proceso que ocurri en Estados Unidos; despus de las guerras de independencia de las colonias espaolas, en Amrica Latina las fuerzas generadoras del cambio no produjeron el tipo de transformacin institucional que ocurri en Norteamrica, donde el individuo se valoriz frente al Estado, limitndose los poderes absolutos y promoviendo la participacin popular en los procesos de toma de decisin, incluida la labor jurisdiccional como era el caso del jurado de conciencia (1998: 13). En Amrica Latina, contina Felipe Sez, con la independencia se mantuvieron estructuras institucionales autoritarias, identificadas polticamente a travs de relaciones de poder altamente personalizadas (redes de parentesco, prestigio familiar, etc.), y econmicamente a travs de una burocracia arbitraria e intervencionista que generaba inseguridades en los derechos a la propiedad (1998: ibid). Citando a John Merryman (1996)10, Felipe Sez refiere que en la esfera judicial, las nacientes Repblicas latinoamericanas incurrieron en lo que se ha denominado la Desviacin Francesa: abrazaron la doctrina de la separacin de poderes de la Francia prerrevolucionaria careciendo de la experiencia de los parlaments franceses11. Los efectos no se dejaran esperar:
...Como consecuencia de la doctrina de separacin de poderes adoptada por los gobiernos post-revolucionarios de la regin, los jueces, en contraste con su experiencia de amplios poderes administrativos y ejecutivos durante el periodo colonial, no podan emitir regulaciones, cuestionar la legalidad de las regulaciones administrativas, ordenanzas u otras acciones del Ejecutivo, examinar la conducta de los funcionarios u obligar a funciona10
11
La cita se refiere a John Merryman, The French Deviation, en The American Journal of Comparative Law, Winter, 1996. En una cita textual Felipe Sez (1998, nota 17), recoge la siguiente explicacin de John Merryman (1996): En la Francia pre-revolucionaria los parlaments regionales se constituyeron en los centros de Epoder conservador. Los jueces, miembros conscientes de una aristocracia de la toga, se identificaron y simpatizaron con la aristocracia terrateniente en contra de la autoridad real en Pars. Ellos interpretaron la legislacin real con el fin de privarla de los efectos perseguidos, se negaban a registrar los edictos reales y entorpecan a los funcionarios reales el desempeo de sus funciones. Los crticos del Antiguo Rgimen condenaron a los parlaments y desarrollaron la teora de que la responsabilidad por esta situacin descansaba en los jueces, en cuanto jueces; que exista una tendencia natural al exceso judicial que solo poda ser controlado mediante la proteccin rigurosa de los poderes legislativo y ejecutivo de cualquier forma de control judicial (Tomado de Merryman, 1996: 109-110).
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
58
rios poco dispuestos a cumplir con sus deberes legales. De la misma forma, restricciones similares fueron establecidas para prevenir la interferencia judicial en la esfera legislativa: los jueces no podan legislar o en cualquier forma hacer reglas aplicables a casos futuros no podan cuestionar la validez o alterar el significado de la legislacin. La funcin judicial consista en aplicar la ley a los hechos y declarar el resultado... El juez estaba entonces restringido a decidir los casos con base exclusiva en las normas de la legislacin existente y en circunstancias excepcionales de la costumbre, eliminndose la posibilidad de invocar precedentes judiciales. (1998: 14.)12
Fuente: Jorge Obando, Reforma del sector justicia, en PNUD, gobernabilidad y Desarrollo democrtico en Amrica Latina y el Caribe, 1997.
12
La referencia entre comillas de la cita, corresponde al texto de John Merryman (1996) antes referido.
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
59
Pero la consecuencia ms profunda fue la generalizada subestimacin de la funcin judicial como algo estrecho, mecnico y sin creatividad y la representacin de los jueces como funcionarios...al final de la escala de prestigio dentro de la profesin legal13. Bajo este contexto no dejan de sorprender los niveles de rechazo de la poblacin latinoamericana por los sistemas judiciales de sus respectivos pases. En el cuadro 1 puede apreciarse que los pases latinoamericanos, con excepcin de Uruguay, tienen una baja tasa en los niveles de percepcin y aceptacin ciudadana sobre el sector justicia, los sistemas judiciales o el poder judicial de cada pas. Lo ms llamativo, sin embargo, es que son los pases con mayor poblacin indgena, como Mxico, Bolivia, Per, Ecuador y Guatemala, los que tienen el nivel ms bajo de confianza ciudadana. Por qu en estos pases no se desarroll el modelo de Estado y poder judicial concebido tericamente en Europa? Qu es lo que produce que los niveles de aceptacin del poder judicial de los pases latinoamericanos no tengan los mismos porcentajes de aceptacin que los de los pases europeos? Al respecto, nuestra hiptesis consiste en sustentar que los procesos sociales y el contexto cultural o pluricultural que ha identificado cada pas lo ha hecho resistente a cualquier modelo de Estado y poder judicial que no los contemple. Factores como el de la diversidad cultural de los pases latinoamericanos mencionados se presentan como ms complejos que el de la instauracin o transplante de modelos de Estado y poder judicial como el citado. Al recorrer la experiencia de los aymaras del sur andino se explicar en mayor detalle la respuesta a dicha hiptesis.
Los aymaras del sur andino y las causas del rechazo de la justicia estatal
El sur andino se encuentra poblado por tres grupos culturales importantes: las poblaciones quechuas, organizadas en comunidades campesinas principalmente; la poblacin mestiza hispano hablante, identificada con la modernidad y la cultura occidental de las ciudades; y los aymaras, tambin organizados a travs de comunidades campesinas. El sur andino comprende la regin que circunda el lago Titicaca, en las fronteras del Per y Bolivia, sin embargo, nuestra muestra de investigacin se remite al lado peruano, especficamente al distrito y provincia de Huancan en el Departamento de Puno. Como distrito, Huancan comprende una extensin de 381.62 km2, con una poblacin estimada en 27.288 habitantes, conforme al ltimo censo nacional de 1993 (INEI, 1994b: 361). Dicha poblacin habla aymara y es eminentemente rural: del total de habitantes, 18.959 declararon tener por
13
Texto de John Merryman (1996), citado por Felipe Sez (1998: 14).
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
60
idioma materno aprendido en su niez el aymara (Ibdem), y 20.326 declararon vivir en los centros poblados rurales (INEI, 1994c: 1091), identificados con las comunidades campesinas y parcialidades. La recopilacin de informacin para el estudio de la presencia de los sistemas de resolucin de conflictos en dicha poblacin se centra en tres comunidades: la comunidad de Calahuyo, la comunidad de Titihue y la comunidad de Tiquirini-Totera, todas ellas ubicadas aproximadamente a dos horas y media a pie de la ciudad capital del distrito de Huancan. La comunidad de Calahuyo (Cala=piedra, huyo=corral), fue reconocida oficialmente como comunidad campesina el 5 de febrero de 1976. Se encuentra ubicada en la parte noroeste del distrito de Huancan, en la zona ecolgica denominada intermedia, entre la puna y la zona lago, con una extensin de 383 hectreas. Su poblacin actual es de 250 habitantes aproximadamente, con un registro de 99 electores14. La comunidad de Titihue (Titihue=titimes, gato del monte), oficialmente fue reconocida como comunidad el 11 de marzo de 1977. Se encuentra ubicada en la parte oeste del distrito de Huancan, en el piso ecolgico denominado zona lago, frente al lago de Titihue que es adyacente al lago Titicaca, con una extensin total de 1.013,83 hectreas. Su poblacin se estima en 1.240 habitantes, con un total de 249 electores15, los mismos que se encuentran distribuidos en los tres sectores que comprende la comunidad: Jacha Titihue, Central Titihue y Pampa Titihue. La comunidad de Tiquirini-Totera (Tiqui=flor, rin=lugar; y tote=dote, regalo), es el nombre de una comunidad dividida o desmembrada16 de otra mayor cuyo nombre era Quishuarani-Tiquirini, y cuyo reconocimiento data del 13 de mayo de 1975. La actual comunidad Tiquirini-Totera fue reconocida el 15 de octubre de 1998, y est ubicada en la parte noreste del distrito de Huancan, en la zona ecolgica intermedia, similar a Calahuyo, con una extensin de 299 hectreas17. Su poblacin se estima en 284 habitantes, de los cuales 126 constituyen el total de electores, y 158 tienen el carcter de hijos menores18. En total se divide en tres sectores, dos que corresponden a la sede de la comunidad, denominados Tiquirini y Totera, y el tercero que corresponde al terreno adjudicado en la zona puna de Condoraque. Las tres comunidades comparten una organizacin social, econmica y cultural semejante. En su organizacin social destacan dos niveles
14 15 16
17
18
Documento de registro de la comunidad, mayo de 1999. Titihue, padrn de electores de la comunidad de diciembre de 1998. Expresin o trmino que los propios comuneros suelen utilizar (Huancan, octubre de 1999). Cabe sealar que en 1987, en pleno proceso de desmembramiento, la comunidad consigui la adjudicacin de un terreno de 1.000 hectreas ubicado en la zona puna, el mismo que ha sido identificado como el sector Condoraque, destinado a la crianza de ganado ovino. Tiquirini-Totera, padrn elaborado por la misma comunidad en diciembre de 1998.
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
61
organizativos: la organizacin familiar, guiada por relaciones de parentesco patrilineales, y la organizacin comunal, que comprende a las autoridades polticas-comunales en las que se destacan el presidente y el teniente gobernador y a la asamblea comunal instancia mxima que rene al conjunto de familias comuneras. En su organizacin econmica, se destaca una particular posesin de la tierra, a travs de parcelas familiares que oscilan entre una y ocho hectreas, las que dedican al cultivo de productos de panllevar para su autoconsumo y el alimento del ganado vacuno y ovino que, a su vez, se constituye en el medio de ahorro para el intercambio de productos que provienen de la ciudad. En su organizacin cultural, por ltimo, se destaca una particular concepcin de la vida, vinculada a la naturaleza relacin cosmognica, que construye su concepto de ser humano, sus alianzas matrimoniales, la realizacin de sus fiestas patronales, el ao calendario agrcola en su relacin con la tierra, y hasta el control de sus relaciones sociales, como resulta ser la creencia de que la naturaleza castiga con granizadas o heladas cuando se cometen actos inmorales como el adulterio o el aborto19. El conjunto de las comunidades citadas resulta representativo para presentar las razones por las cuales ellas se encuentran disconformes con la actuacin de las autoridades u rganos oficiales encargados de la labor jurisdiccional en el distrito o provincia a la que pertenecen sus comunidades. En un trabajo de campo anterior (1998, 1989), actualizado en el mes de octubre de 1999, pudimos confirmar la existencia de causas recientes que generaban el rechazo a los jueces de la ciudad20 y enarbolaban la autonoma jurisdiccional de las comunidades contrariando el concepto de poder judicial establecido bajo el sistema jurdico del Estado. Dichas causas se resuman en tres, de acuerdo con el testimonio de uno de los miembros de una de las comunidades: la primera, debido a que dichos seores cobran muy caro; segundo, porque les gusta alargar los juicios; y tercero, porque al final no resuelven nada21.
19
20
21
Para un mayor detalle de cada una de estas caractersticas puede verse a Pea (1998, 2000). Cabe tener presente tambin que las tres comunidades de estudio guardan semejanza en los niveles de organizacin presentada, pero tambin es posible establecer diferencias por la ubicacin de la comunidad en el piso ecolgico (por ejemplo Titihue, por encontrarse en la zona lago tiene extraordinarias condiciones para la cra y engorde de ganado por la abundancia de alimento hmedo), por el tamao de la comunidad (comunidades como Titihue y Tiquirini-Totera se dividen en sectores, identificando en cada uno de ellos a nuevas autoridades o a un mayor nmero de comisiones, a diferencia de Calahuyo que comprende un solo sector), as como por la propia actitud de sus miembros (comunidades como Calahuyo y Tiquirini-Totera cuentan con familias dedicadas exclusivamente al negocio del ganado, que viajan por ciudades alejadas con el propsito de comprar y vender ganado vacuno). Trminos con los que normalmente los comuneros aymaras se refieren a los jueces u rganos de resolucin del poder judicial estatal. Testimonio de un dirigente de la comunidad de Tiquirini-Totera, de quien nos reservamos su nombre (Huancan, abril de 1988, octubre 1999). Sin embargo, aqu se debe
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
62
22
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
63
de horas que muy bien pudieran ser empleadas en el cumplimiento de sus actividades econmicas. Sin embargo, estos son slo como los gastos o costos normales dentro del funcionamiento de los sistemas judiciales o de las autoridades oficiales del Estado, pues aparte de estos los comuneros tienen que sumar costos ilegales. Los litigantes guardan en el recuerdo, y saben que tienen que asumirlo si es que se encuentran en algn litigio ante un despacho oficial, el pago de cobros extras requeridos directa o indirectamente por las propias autoridades con el objeto de conseguir el avance y un buen resultado de su proceso judicial o la denuncia presentada ante las autoridades polticas o policiales. Se trata de pagos de dinero en efectivo o de pagos en bienes (animales o productos agrcolas) por el servicio, que histricamente han requerido las autoridades oficiales para llevar a cabo una diligencia. Con ello s es posible hablar del pago de exagerados gastos o costos legales e ilegales en perjuicio de los comuneros y campesinos. Algunos ejemplos lo pueden evidenciar mejor. En Titihue, el 7 de mayo de 1988 ocurri un homicidio. Los comuneros entendieron que, por su gravedad, este hecho deba ser de competencia de los jueces de la ciudad, as que sometieron el delito ante dichas autoridades. Pero poco despus se arrepentiran de tal decisin; desviar su competencia les costara muy caro. Para empezar, tuvieron que pagar 32.000 intis (el equivalente a un torete Brown Swis, en aquella fecha) para el levantamiento del cadver, suma que sera distribuida entre el juez, su secretario, el mdico legista, su enfermero, el abogado y el gasto de transporte. Luego, en la morgue de Huancan, tuvieron que desembolsar una cantidad similar para la devolucin del cadver despus de la autopsia. Para ello los comuneros, ms precisamente los familiares del occiso, tuvieron que vender gran parte de su ganado criollo para pagarles. Y esto era slo el inicio del juicio23. Otro caso semejante, ocurrido algunos aos despus en la misma comunidad de Titihue, puede ilustrar el mismo problema. El 19 de marzo de 1991, nos cuentan los comuneros dirigentes, cay un relmpago sobre una de las casas de la comunidad. En tal accidente muri una comunera. Como se trat de la muerte de una persona por accidente en la comunidad, el teniente del sector inici de inmediato la gestin del levantamiento del cadver. Entonces, aparecieron de nuevo el juez de primera instancia, un secretario, un juez de paz, el mdico del hospital que haca de mdico
23
Tuvimos oportunidad de presenciar este hecho durante nuestro primer trabajo de campo, en el que nos encontrbamos compartiendo un curso de capacitacin con los comuneros de Titihue. Como efecto inmediato del caso, los familiares del occiso, luego de afrontar los enormes gastos, con el aval de Asamblea Comunal se cobraron por la fuerza cogieron algunas cabezas de ganado de los familiares de quien conocan como homicida el mismo que haba huido, suscitndose de este modo otro conflicto ms que afectara el orden de la comunidad (Titihue, mayo de 1988).
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
64
forense, un tcnico cortador y dos peritos. Cada una de estas personas exigi el cobro de 25,00 intis/milln. Sumando los costos del transporte, el cobro ascenda a 200,00 intis/milln 200,00 soles de aquella fecha24. Con la experiencia anterior la del mes de mayo de 1988, los dirigentes comuneros se negaron a pagar, pero cuando fueron advertidos de que seran acusados de la muerte de la comunera, tuvieron que buscar inmediatamente el dinero con el objeto de cumplir con el pago indicado. Sin duda, se sumaba otra vez la prdida de un torete Brown Swis25. En otros casos menores, los propios jueces de paz de la ciudad tambin solan cobrar sumas exorbitantes a los campesinos. Ante una simple conciliacin de dos familias campesinas en ria, por ejemplo, a febrero de 1989 las referidas autoridades cobraban entre 20.000 y 25.000 intis a cada una; al mes de marzo de 1992, esa referencia de cobro estaba actualizada en 20.00 nuevos soles; en el mes de julio de 1996, la misma referencia de cobro ascenda a 50,00 60,00 nuevos soles. En cualquiera de dichos cobros, el referente de precio del servicio por la conciliacin poda compararse al de un ovino pequeo del lugar. Es decir, coincidiendo nuevamente con la afirmacin de uno de los comuneros de Tiquirini-Totera, la actividad judicial oficial se presenta dentro del distrito como un gran negocio. Quien asume el cargo de juez o administrador de un juzgado sabe que puede enriquecerse econmicamente a travs de la simple firma de resoluciones desde su despacho o su asistencia a diligencias o actos procesales importantes dentro del desarrollo de un juicio. Ms an, esta persona no dudar en enriquecerse al saber que tiene al frente como recurrentes campesinos analfabetos26, desesperados por resolver muchas veces conflictos insignificantes27 y quienes conocen poco o nada de las normas legales vigentes del Estado. En el caso extremo, algunos comuneros han referido que en el pasado lo que no excluye que pueda ocurrir en el futuro ha sido tradicin de los jueces de la ciudad efectuar la tinka al diablo, con el fin de que las comunidades se encuentren permanentemente en conflictos28.
24
25
26
27
28
Dicha suma en dlares poda estimarse en 250 a 300, que era el costo equivalente del torete Brown Swis explicado en el caso anterior. Hechos relatados por dos directivos y otros miembros de la comunidad, de quienes nos reservamos sus nombres (Titihue, febrero de 1992). Trminos despectivos con los que suele referirse el misti o mestizo con educacin hacia los campesinos en general de la microrregin. Lo insignificante en percepcin del misti o mestizo educado es la referencia a cuestiones patrimoniales de poco valor (en conflictos de linderos por ejemplo), o los conflictos entre comuneros por ofensas o daos al honor. Varios comuneros conocedores de la actividad de los jueces de la ciudad, de quienes nos reservamos sus nombres, nos han referido que la tinka al diablo se sola hacer por la noche, en uno de los cerros cercanos a la ciudad de Huancan y se simbolizaba a travs de diversos alimentos y objetos con que eran identificadas determinadas comunidades y que eran mezclados con el objeto de representar el pleito o la ria entre ellos. Dicha tinka poda entenderse como una especie de ofrenda o pago al diablo, que
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
65
29
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
66
que acudan por la solucin de sus problemas les esperaba la necesidad de cumplir con presentar un nuevo escrito de parte de su abogado, el vuelva Ud. maana de parte de los secretarios judiciales o la sorpresiva nulidad de todo lo actuado en la resolucin del juez. Ejemplos recientes del dilatamiento de los procesos judiciales se encuentran en los conflictos con los comuneros residentes30 que al migrar dejan sus tierras abandonadas, y sobre las cuales las autoridades comunales consideran conveniente y necesaria su utilizacin. Si bien legalmente, y conforme a la Ley 2465631, el conjunto de tierras de la comunidad es de propiedad colectiva o comunal, por tradicin se reconoce la existencia de una posesin o propiedad familiar muy legtima en los comuneros que ha hecho que tengan incluso ttulos de propiedad familiar. Cuando las autoridades comunales deciden utilizar las tierras abandonadas, el comunero residente se opone iniciando una accin penal (juicio) por usurpacin de la propiedad. Los dirigentes de turno resultan ser los inculpados y pasarn a requerir del apoyo de toda la comunidad para contratar un abogado y salir al frente en el juicio. La dificultad para discernir entre la validez del ttulo familiar o individual-familiar y la propiedad comunal hace que el proceso judicial se dilate por aos, propiciando de parte de los abogados y de los propios actores el desarrollo de estrategias judiciales diferentes que promueven el seguimiento de juicios paralelos ante otros juzgados como es el caso de la nulidad de contrato o nulidad de ttulo o el de reivindicacin de propiedad a favor de la comunidad seguidos ante el juez civil, para complicar y dilatar an ms el primer proceso judicial32.
Juliaca, seguir hacia Puno y llegar otra vez hasta Lima en una especie de segunda vuelta judicial. El dilatamiento judicial en la bsqueda de solucin, como la insatisfaccin por las soluciones o resoluciones judiciales parciales, produca que de una a otra parte-colectiva litigante se produjeran invasiones o toma de posesin de facto de la tierra que reclamaban, lo que produca a su vez la reaccin recproca de la otra parte colectiva, suscitndose cruentos enfrentamientos con prdidas de vidas. El nombre de residente es empleado para referirse a los comuneros emigrantes que alcanzan un lugar de residencia o estada fuera de la comunidad. Supone el hecho de que la familia nuclear toda y no slo el jefe de familia se haya desplazado. La ley N 24656 se refiere a la Ley General de Comunidades Campesinas, de fecha 1404-87. El artculo 2 de la citada Ley reconoce la propiedad comunal como un elemento central de la propia concepcin de comunidad campesina que regula: Artculo 2.- Las comunidades campesinas son organizaciones de inters pblico, con existencia legal y personera jurdica, integradas por familias que habitan y controlan determinados territorios, ligadas por vnculos ancestrales, sociales, econmicos y culturales, expresados en la propiedad comunal de la tierra, el trabajo comunal, la ayuda mutua, el gobierno democrtico y el desarrollo de actividades multisectoriales, cuyos fines se orientan a la realizacin plena de sus miembros y del pas. (Itlicas nuestras.) En nuestro trabajo de campo de octubre de 1999 tuvimos oportunidad de conocer dos casos semejantes al citado, correspondientes a dos comunidades de Huancan, distintas a las comunidades de estudio. Uno es el caso de la comunidad de Huerta Pata (Huancan, entrevista a Benito Gutirrez, octubre de 1999), cuyo proceso penal por supuesta usurpacin fue iniciado en 1993, con detencin temporal de los dirigentes de
30
31
32
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
67
33
34
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
68
sin patrilineal35, pero reforzada por la preferencia de los hijos que estn y viven al lado del causante. El problema comn se presenta cuando dicho causante fallece y regresan los hijos que con anterioridad haban migrado (residentes) reclamando una herencia de tierras similar a la del hijo que se encontraba cerca del causante. El conflicto puede llegar a las autoridades judiciales de la ciudad porque el hijo emigrante o residente solamente por orgullo puede contratar abogados y litigar contra sus hermanos y la propia comunidad que slo reconoce a los herederos que se encuentran en esta. Luego de un largo proceso judicial el juez nuevamente se ve facultado a recurrir a las leyes vigentes del Estado el Cdigo Civil para dar su decisin reconociendo el derecho de propiedad a todos los hijos por igual 36. Al final el conflicto se reproduce, porque la comunidad se negar a admitir al residente en su su territorio. A partir de la explicacin dada sobre las causas o razones de rechazo u omisin del poder judicial estatal, es posible comprender por qu poblaciones como las comunidades aymaras de Huancan, a travs de su organizacin comunal y de sus numerosas poblaciones migrantes asentadas en las grandes ciudades, estn convencidas de las limitaciones de los rganos formales u oficiales encargados de decir o definir el derecho. El desarrollo de su organizacin comunal, al lado de la vieja promocin desplegada por el gremio que las identifica la Liga Agraria 24 de junio de Huancan, han hecho que comunidades como Calahuyo, Titihue y TiquiriniTotera se atrevan a resolver sus conflictos con aceptacin de sus miembros comuneros y sin temores. Estas formas de resolucin se tratarn en las pginas siguientes.
37
Ver al respecto a Luque (1996). Soluciones como la comentada no son extraas dentro del poder judicial del Estado peruano, toda vez que la perspectiva positivista-exegtica es la predominante en el razonamiento de los jueces. Para un mayor entendimiento de las corrientes del positivismo jurdico puede consultarse a Hernndez Gil (1945), y en una versin ms actual a Manuel Calvo (1994). Weber define el concepto de comunidad bajo los siguientes trminos: llamamos comunidad a una relacin social cuando y en la medida en que la actitud en la accin social en el caso particular, por trmino medio o en el tipo puro se inspira en el sentimiento
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
69
histricas comunes, cuyos miembros viven regularmente en un espacio territorial definido. En suma, se tratara del ejercicio de la funcin jurisdiccional o la presencia de sistemas de resolucin de conflictos, bajo formas comunitarias. La experiencia de las comunidades aymaras que se analiza a continuacin, tiene en cuenta la concepcin citada. Dejando constancia de algunas diferencias dentro de cada comunidad, es posible identificar cuatro elementos que estructuran los sistemas de resolucin de las comunidades de estudio: una clasificacin particular de sus conflictos, rganos propios de resolucin acompaados de procedimientos propios, acuerdos o decisiones finales para sus conflictos, y una racionalidad o participacin de las partes tambin particular en la intencin de acabar con el conflicto38. Tal aparato de resolucin acta sobre dos grandes tipos de conflictos: los conflictos internos o intracomunales, y los conflictos externos o intercomunales. En el primer grupo se incluyen aquellos conflictos que comprometen el inters de una o ms partes en conflictos al interior de una comunidad, en tanto en el segundo grupo estn aquellos conflictos que comprometen a una o ms partes pero que pertenecen a diferentes comunidades. En los primeros hay una relacin intracomunal, en tanto en el segundo hay una relacin intercomunal. En la prctica es difcil establecer diferencias entre ambas relaciones cundo deja de ser externo y cundo interno?, sin embargo, para fines metodolgicos se hace necesario establecer un referente de distincin que se basa para el presente estudio, en la calidad de pertenencia de las partes. A continuacin se desarrollan los cuatro elementos que estructuran el poder judicial comunal de las comunidades aymaras de estudio, teniendo en cuenta la composicin de las relaciones intra e intercomunales.
Ambos tipos de conflictos parten de una clasificacin preliminar sustentada en la calidad de los sujetos o partes cuyo inters se puede ver
subjetivo (afectivo o tradicional) de los partcipes de constituir un todo (1974: 33). Los elementos mencionados fueron elaborados y presentados inicialmente en un trabajo de investigacin anterior (Pea, 1991, 1998), que estuvo basado en una comunidad de estudio: Calahuyo. En el presente estudio se pretende extender su aplicacin a dos comunidades ms: Titihue y Tiquirini-Totera.
38
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
70
afectado en el conflicto: lo familiar y lo comunal. Se trata de dos niveles separados y complementarios que actan dialcticamente de acuerdo con los trminos de Plaza y Francke (1985). Pero, ms an, se trata de dos columnas que ayudan a comprender los otros elementos que estructuran los sistemas de resolucin de las comunidades de estudio: definirn la propia composicin de sus rganos de resolucin y sus procedimientos, distinguiendo entre arreglos o sanciones en los acuerdos o decisiones finales, y tendrn como base principios propios que desarrollan una particular racionalidad en la actuacin de las partes del conflicto. Sobre esta clasificacin bsica de conflictos familiares y comunales, a su vez, es posible encontrar una diversidad de tipos especficos de conflictos que los propios comuneros denominan con nombres o trminos muy semejantes a los que se conocen en los cdigos o en las leyes generales del Estado. As utilizan los trminos daos, alquiler, anticresis, divorcio, maltrato de conviviente, destitucin de autoridad, ria, lesiones, robo, violacin, aborto, adulterio, incumplimiento de trabajo, entre otros. Dichas denominaciones, de acuerdo con el orden jurdico del Estado, pueden recibir otro tipo de clasificacin, como conflictos civiles, conflictos penales, conflictos administrativos, conflictos laborales, etc.; sin embargo, en la concepcin de los comuneros su prioridad es considerarlos dentro del mundo de lo familiar y lo comunal.
Esta referencia a lo familiar, responde a lo presentado en pginas anteriores como forma organizativa familiar, que se puede entender como unidad econmica, unidad social y unidad cultural.
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
71
ria entre dos comuneros, ms que el inters de los pleitistas por solucionar el conflicto, est el inters familiar tanto del agredido como del inculpado por resolverlo de manera rpida y salvaguardar el honor de cada una de sus familias40. Dentro de este mismo criterio, tenemos los casos de incumplimiento de un contrato de anticresis o de alquiler, el intercambio de palabras (difamacin) o los problemas derivados de una permuta de terrenos. En todos estos casos, se trate de un conflicto interno o intercomunal, el pleitista o litigante compromete el inters de su familia nuclear, extendindose la responsabilidad hasta el honor de su parentela consangunea o ritual. De ah la preocupacin por dar una solucin rpida al pleito.
41
42
El honor familiar aparece como uno de los principios bsicos dentro del poder judicial comunal aymara. Se identifica principalmente con la resolucin de los conflictos familiares. El tema se desarrolla con mayor detalle en el aparte La racionalidad de las partes. Cabe tener presente que el castigo s tiende a individualizarse, aunque los efectos no dejan de ser siempre familiares. Un mayor desarrollo del tema de los castigos puede encontrarse ms adelante. Los actos inmorales tienen una particular explicacin a nivel de las comunidades de
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
72
te helada que afecta las cosechas y que en el entender de los comuneros tienen por causa tales actos; o, del caso del comunero que no participa en la construccin de una obra comunal acordada previamente por su asamblea43; o, del comunero nombrado para ejercer un cargo y no lo cumple; o, del incumplimiento que se produce en la ejecucin del contrato de alquiler de los pastos comunales; o, del hurto o robo que no ha sido aclarado por las partes y que llega a conocerse en asamblea comunal; o, de los conflictos sobre parcelas o linderos entre propias comunidades vecinas44. En todos estos conflictos se puede distinguir la preocupacin o el sentimiento, como diran los propios comuneros, del conjunto de familias de cada comunidad por dar solucin al problema. La asamblea comunal, inclusive, se ve investida de facultades para promover una solucin, o sancionar a la familia responsable dada la primaca del inters colectivo o comunal sobre el inters particular o familiar. De estos conflictos colectivos, a su vez, cabe distinguir dos subgrupos de conflictos: unos que tienen su origen en las relaciones familiares y que por su complejidad al interior de la comunidad o por la apreciacin de los propios comuneros por ejemplo, la ria escandalosaadquiere el carcter de colectivo; y otros que tienen su origen propiamente en las relaciones colectivas por ejemplo, el dao a los sembrados comunales.
43
44
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
73
formales de resolucin de conflictos y, de otro lado, los rganos polticoscomunales u rganos formales de resolucin de conflictos45. Para ambos casos, se apreciarn distintos tipos de conflictos y procedimientos con los que se desarrollan.
b)
c)
d)
45
46
47
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
74
riencia, era a quienes ms se recurra para resolver cualquier conflicto. Hoy, estn ms a un nivel de consulta o asesora, aunque pueden ser muchas veces mediadores. La identificacin y vigencia de estos rganos no se encuentra en una ley del Estado o en norma expresa local, sino en el sentimiento48 y el significado histrico que los comuneros han dado a sus relaciones econmicas, sociales y culturales desde su mbito familiar. La prctica permanente de lo familiar-parental como unidad econmica, social y cultural, ha hecho que los comuneros tengan como referencia, frente al evento de un conflicto, a los propios actores del entorno familiar, a quienes se les entiende como conocedores objetivos de cada una de esas unidades. Esta identificacin est sobreentendida y no necesita estar escrita, de ah que lo informal de su actuacin, desde un punto de vista de las autoridades oficiales del Estado, se vea desbordado de un contenido de obligatoriedad difcil de comprender y repetir desde la actuacin o decisin formal.
49
La palabra sentimiento es muy usada por los comuneros en la vida diaria y en la resolucin de sus conflictos en forma semejante al trmino cario, que expresan cercana, seguridad, proximidad, amor a las cosas o a su entorno familiar o comunal. Cabe recordar que las comunidades de estudio pertenecen, una al piso ecolgico de la zona lago, y la otra al piso ecolgico de la zona intermedia. Entre ambos pisos ecolgicos la diferencia es mnima, como hicimos referencia cuando presentamos a cada una de las comunidad (ver el aparte 2). Una diferencia sustancial s podra presentarse al comparar las anteriores comunidades con una del piso ecolgico de la puna, debido a las diferencias del medio y las actividades que practican. Sin embargo, en reiteradas entrevistas con comuneros residentes en estas zonas altas se pudo comprobar la intervencin de rganos familiares en los procedimientos de resolucin de conflictos de su competencia.
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
75
Frente a tales conflictos, los rganos familiares o informales actan con un cierto grado de especializacin. Por ejemplo, los pleitos de pareja son propios de los padres y padrinos si aquellos son casados, y slo de los padres si son convivientes; los problemas de parcelas de tierras o linderos, que vienen precedidos generalmente de una ria, recaen en los parientes mayores o en los ancianos, en quienes reposa el mayor conocimiento sobre las extensiones de los terrenos y sobre quienes se confa el arribo de un buen arreglo para la fijacin de los hitos50. En el mismo sentido, el conflicto derivado del incumplimiento de un contrato tiene a los rganos de resolucin en manos de las partes privadas. La cierta especializacin encuentra un mayor sustento en el hecho de que son las partes involucradas en el pleito las encargadas de decidir el rgano que ha de intervenir. Sin embargo, hay situaciones en las que resulta una obligacin del rgano asumir el conflicto. Es el caso, por ejemplo, del conflicto de pareja donde, si la pareja es casada, los padres o los padrinos intervienen obligatoriamente. As, una separacin de convivientes o conciliacin de convivientes, no se entender vlida si previamente no ha existido el consentimiento o sentimiento de los padres51 y, en el mismo sentido, una separacin de casados o una conciliacin de casados no se entender vlida sin la intervencin de los padrinos52. En referencia a los medios o instrumentos con los cuales los rganos familiar-parentales resuelven, se deben destacar el dilogo y la opinin. El dilogo en lengua materna aymara, suele realizarse directamente entre las partes privadas responsables, o a travs del familiar o pariente mayor en quien ms se confa, se trate de un conflicto interno o intercomunal. Es la manera ms prctica y comn de arreglar el pleito. En caso de no llegar a una solucin mediante el dilogo, suelen recurrir a una opinin conciliadora que puede estar en el mismo familiar mayor de ambas partes, o en uno de los ancianos de la comunidad. La sabidura de estos ltimos, sobre todo, hace brotar la opinin que aclara y luego somete la disputa. El procedimiento as explicado corresponde, como ya se dijo, al de una instancia previa o primera instancia de los conflictos de inters familiar o particular. La calidad de ser primera instancia se explica porque se trata de rganos que estn ms cerca de los comuneros: el padre, el padri50
51
52
Con la palabra hitos los comuneros se refieren a medios o instrumentos que en forma permanente son fijados en la frontera de dos terrenos. Tales medios o instrumentos pueden consistir en piedras o plantaciones que son preparadas o sembradas para tal fin. Ver por ejemplo a Titihue: Acta de separacin de cuerpos (de comuneros convivientes), en Libro de Antecedentes, 29-11-97; Calahuyo: Maltrato a la convivienta (y posterior conciliacin), en Libro de Antecedentes del Teniente, 6-4-84. Ver por ejemplo, Tiquirini-Totera: Acta de conciliacin (de pareja de casados), en Libro del Teniente, 31-03-94, fojas 16-18; Calahuyo: Divorcio o separacin de esposos, en Libro de Antecedentes del Teniente, 16-09-81.
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
76
no, el hermano mayor, el to y hasta el mismo anciano son personas con las que se est diariamente en contacto o interaccin. Producto de la actuacin de los rganos familiares como primera instancia, pueden surgir tres consecuencias: Que se solucione el pleito presentado y que quede all sin formalizacin alguna. Que se solucione el pleito pero, adems, se acuda a los rganos formales para que el acuerdo se oficialice, por escrito, en un acta. Que no se solucione el pleito y, en consecuencia, se acuda a los rganos formales de las autoridades comunales para que se plantee una solucin53.
El primer caso es el ms comn y es aplicado, principalmente, frente a los conflictos de familia. Por ejemplo, la ria entre marido y mujer resuelta por los padres o padrinos; o la ria de dos hermanos sobre los lmites de un terreno en sucesin resuelto por el propio padre que les adelant la herencia o por el miembro mayor de la familia. En todos estos casos es posible apreciar la llegada a un acuerdo satisfactorio que no requiere de formalizacin. Una de las partes se conforma con la confianza tenida en el cumplimiento de la palabra empeada54 por la otra parte, o por la presencia de los testigos. Lo anterior puede derivarse en la segunda consecuencia, que consiste en la necesidad de que se formalice el acuerdo en un acta; ello puede ocurrir por la importancia y seguridad que quieren otorgar al pleito resuelto. Las partes optan por la formalizacin del acuerdo o decisin final para evitar en el futuro encontrarse con una situacin igual, para evitar otros lios que pudieran desprenderse de ese conflicto central. Por ejemplo, en el caso de la separacin de convivientes o la separacin de casados, puede ocurrir que la pareja, los padres de la pareja, y los testigos o los padrinos de ambos lados, acudan ante las autoridades comunales luego de haber decidido la separacin y haber arreglado los trminos de la misma: la indemnizacin a la mujer, la divisin y particin de los bienes de la casa y la cosecha, la tenencia de los hijos, la pensin para estos, etc55. Slo acuden ante las autoridades para que dicho acuerdo se inscriba en el Libro de Antecedentes o el Libro de Actas correspondiente de la comunidad. Aqu, puede apre53
54
55
Los efectos del procedimiento de resolucin de los rganos familiares pueden consultarse en mayor detalle en Pea (1998). El cumplimiento de la palabra empeada aparece como un principio fundamental que sustenta el presente tipo de procedimiento de resolucin. Constituye uno de los componentes del honor familiar como se ver ms adelante (ver aparte 3.4). Ver por ejemplo Calahuyo: separacin de convivientes, en Libro de Antecedentes, 255-77, Divorcio o separacin de esposos, en Libro de Antecedentes, 16-09-81; Titihue: Reconciliacin de joven pareja luego de separacin y los, en Libro de Antecedentes, 16-03-91, Acta de diligencia de inventario (de dos jvenes comuneros separados), en Libro de Antecedentes, 15-04-95.
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
77
ciarse un cierto grado de desconfianza o insatisfaccin que terminar al estampar el arreglo en un acta56. La tercera consecuencia es la menos frecuente para los conflictos de inters familiar, particular o privado. Puede ocurrir cuando el conflicto presentado es de complejidad para los rganos familiares: por ejemplo, una ria precedida de difamaciones, con responsabilidad de ambas partes, sin que haya tenido una connotacin de dao a la comunidad57, o tambin cuando una de las partes o ambas son caprichosas y se resisten a un pronto arreglo58. En estos casos, las autoridades comunales no slo inscriben en un acta la resolucin del pleito, sino, previo a este o en forma complementaria, intervienen en la resolucin del mismo.
Dichos rganos responden a la estructura legal y poltica promovida para las comunidades por el Estado peruano. En un inicio, antes del reconocimiento de las comunidades de estudio, el teniente gobernador apareca como la nica autoridad reconocida por el Estado para representar al conjunto de miembros de la parcialidad59. En la dcada de los 70, con la transformacin de Titihue, Calahuyo y Tiquirini-Totera de parcialidad a comunidad, se suman los consejos de administracin y vigilancia
56
57
58
59
Los casos de separacin de convivientes o de casados, cuyos miembros de la pareja son de comunidades diferentes, suelen terminar en esta segunda consecuencia. Ver por ejemplo Calahuyo: Faltas por palabras malas y/o groseras, en Libro de Antecedentes, 4-07-91; Titihue: Ria por palabras bruscas entre dos familias, en Libro de Antecedentes, 16-03-91. Al respecto se puede consultar a Tiquirini-Totera: Acta de arreglo de linderos sin daos graves (con fijacin de hitos), en Libro del Teniente, 1-04-96; Conste el presente acta de transaccin comparendo (por problemas de colindancia y daos de las chacras y pastizales), en Libro del Teniente, 4-11-97; Titihue: Arreglo sobre terreno ubicado en Jacha Titihue, entre familiares y con presencia de autoridades, en Libro de Antecedentes, 19-01-95; Calahuyo: Conflicto de linderos, en Libro de Antecedentes, 05-1190, y tambin Arreglo (sobre linderos de terrenos), en Libro de Antecedentes, 1991. En general, el teniente gobernador de las comunidades andinas tiene un reconocimiento desde la propia puesta en operacin del Ministerio del Interior desde inicios de la repblica del Per. El sustento de su actual reconocimiento se encuentra en el Decreto Legislativo N 171: Ley Orgnica del Ministerio del Interior del Per, y en su reglamento especial regulado por resolucin ministerial N 1150-84-IN/DGG.
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
78
como los rganos o autoridades preponderantes. De estos consejos, el ms importante era el de administracin, en el que se encontraba el presidente de la comunidad60. Posteriormente, los consejos de gobierno indicados daran paso a la directiva comunal, que actualmente rige en las comunidades, integradas por un presidente que es el presidente de la comunidad-, un vicepresidente, un secretario, un tesorero, un fiscal y dos vocales61. Al lado de los consejos de gobierno de las comunidades, como al lado de la directiva comunal, se reconocer a la asamblea comunal como la autoridad o instancia mxima. El conjunto de estos reconocimientos oficiales de las autoridades y la asamblea comunal por el Estado, es lo que lleva a identificar a dichos rganos como formales. Son estos los que se encuentran investidos de ciertas atribuciones que les permite tener una relacin fluida con las autoridades polticas, como el subprefecto o el gobernador de la provincia y el distrito respectivamente, y con los dems funcionarios de ministerios que desarrollan sus actividades en la regin62. Sin embargo, tal relacin formal no implica, en materia de resolucin de conflictos, que las autoridades y las comunidades se sujeten a rgidas atribuciones o procedimientos, como se explicar.
61
62
63
El reconocimiento de los consejos de administracin o vigilancia se encontraba en el Estatuto de Comunidades Campesinas, regulado a travs del decreto supremo N 03770-A, del ao 1970. La actual directiva comunal que gobierna las comunidades campesinas tiene su reconocimiento en la Ley N 24656, Ley General de Comunidades Campesinas. En la lectura de los libros de actas de las comunidades de estudio es posible encontrar la fluida relacin comentada. En relacin a los ministerios del gobierno central que ms se relacionan con las comunidades destaca el Ministerio de Agricultura y el de la Presidencia, que en los ltimos aos, a travs de sus programas Pronamach, Pronaa y Foncodes, ha buscado convocar a los comuneros. Al lado de estas autoridades se encuentran los miembros de la directiva comunal (vicepresidente, secretario, tesorero, fiscal y vocales) en relacin al presidente, y los comisarios o alguaciles en relacin al teniente gobernador.
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
79
dor del sector o de la comunidad. A su vez, en algunas comunidades puede sumarse como una autoridad especial que acompaa o interviene en la resolucin de determinados conflictos al teniente agrario o teniente forestal. En Titihue, por ejemplo, el teniente forestal es nombrado temporalmente en cada sector, con el propsito de cuidar los recursos del lago (peces, totora y llachu) y los de las tierras comunales (eucaliptos y rboles en general de la comunidad, como el sembrado comunal), e interviene como rgano de resolucin frente a los conflictos relacionados con dicho cuidado64. En comunidades con dos o ms sectores, como Titihue y TiquiriniTotera, no es necesario que el presidente est en cada proceso o procedimiento de resolucin del conflicto sometido, como s es requerida la presencia del teniente de cada sector. Slo si el conflicto no tiene una rpida solucin, entienden los miembros de la comunidad, el presidente est obligado a intervenir porque el caso eventualmente podra ser sometido a la asamblea comunal65. Estas autoridades actan a dos niveles: de un lado, a nivel de los conflictos de inters familiar, particular o privado; y, de otro, a nivel de los conflictos de inters comunal o colectivo. En cuanto a los conflictos particulares, la funcin de las autoridades comunales es, fundamentalmente, la de formalizar el acuerdo al que han llegado las partes del conflicto ante sus instancias previas, y arreglar o conciliar a las partes en cuanto a la pretensin en disputa. Por lo general su intervencin no consiste en proponer una resolucin al conflicto, sino en ratificar o promover que sean las partes del conflicto las que lleguen al mejor arreglo. Cuando se trata de un conflicto de inters comunal o colectivo, en cambio, la funcin resolutoria de las autoridades comunales es notoria, y su intervencin es directa. Cualquier comunero puede plantear ese tipo de pleito por la sola razn de ser testigo del hecho: por ejemplo, al haber presenciado un robo66 o la comisin de un acto inmoral67. Pero tambin puede ocurrir que el hecho sea de inters para toda la comunidad (por ejemplo, el dao de un bien comunal), entonces las autoridades asumen el conflicto
64
65
66
67
El teniente agrario o forestal normalmente interviene denunciando casos de sustraccin o dao de los recursos del lago o del terreno comunal, y participando en las audiencias de resolucin (Titihue, mayo de 1988, marzo de 1992, octubre de 1999). En muchos casos de registro de actas de Titihue es posible notar la intervencin del vicepresidente, el secretario o del fiscal, adems del teniente gobernador o del teniente agrario (ver por ejemplo Titihue: Reconciliacin de joven pareja luego de separacin y los, en Libro de Antecedentes, 16-03-91). En Tiquirini-Totera, un caso especial es su sector de Condoraque, ubicado a muchos kilmetros de la sede central de la comunidad y que por perodos slo tiene como autoridad al teniente gobernador del sector. Puede apreciarse por ejemplo el caso de Calahuyo: Problemas graves (robo) cometido por el hijo de un comunero, en Libro de Actas IV, 29-12-97. Ver por ejemplo a Titihue: Llamada de atencin y multa a comunero DMR que ha convevido con seora DL sin terminar con la primera, en Libro de Antecedentes, 06-09-97.
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
80
por iniciativa propia68. Asimismo, puede ocurrir que el pleito se denuncie o se presente en plena asamblea comunal, pero requiera de una investigacin previa antes de tomarse una decisin, entonces, la competencia se delega en las autoridades comunales69, aunque finalmente la solucin siempre se impone desde la asamblea comunal. En todos estos casos, sea de conflictos particulares sometidos de modo complementario e indirecto o sea de los conflictos comunales sometidos directamente y por delegacin, las autoridades comunales son concebidas como agentes conciliadores, mediadores o rbitros que buscarn conciliar a las partes y proponer una decisin para terminar con el pleito, antes de complicarlo y dilatarlo. Los procedimientos que emplean, a su vez, estn orientados a conseguir tal objetivo. En efecto, desde que la parte afectada o ambas partes acuden al despacho de las autoridades comunales (que puede ser la casa del presidente, la casa del teniente del sector, o el local comunal), estas realizan una rpida y concienzuda investigacin. Primero, escuchan a las partes familiares que intervienen, si es conflicto particular, o a la parte familiar acusada, si es conflicto colectivo. En caso de no conseguir un arreglo en el primer acto particularmente en los conflictos familiares de origen familiar, pasan a entrevistarse con los posibles testigos (para aclarar la ria, los hechos del acto inmoral, o los trminos del contrato verbal que est en discusin). Tambin pueden acudir a buscar la opinin de los comuneros mayores o de los ancianos (frente a los conflictos de linderos principalmente) y de los padres y padrinos (en casos de conflictos de pareja o familiares en general). Todo ello verbalmente, en aymara, y con el propsito de aclarar los hechos. Una vez indagados los hechos, si se trata de un conflicto particular, las autoridades vuelven a verse con las partes para insistir en un arreglo. Si las partes no acceden a este, las autoridades sugerirn y, en todo caso, forzarn o impondrn una solucin. Slo de manera excepcional puede ocurrir que tales autoridades no se sientan seguras de la solucin a plantear, entonces recurrirn al apoyo del rgano ms representativo, esto es, la asamblea comunal. Para el caso de los conflictos colectivos de origen familiar o propiamente colectivos, el procedimiento explicado en su parte final es distinto. Despus de indagados los hechos, la regla es que las autoridades comu68
69
Al respecto puede consultarse, por ejemplo, a Calahuyo: Acta de sancin (a comuneros) sobre los problemas ocasionados sobre de la tierra comunal, en Libro de Antecedentes, 18-06-92. Tambin puede considerarse como ejemplo el caso de Titihue: Decomiso de mallas de pescar, en Libro de Antecedentes, 06-07-90. Tal puede ser el caso de robo de ganado, como el de Titihue: Acta de compromiso y robo de ganado (vaca) por JEM, en Libro de Antecedentes, 12-01-97. En dicho caso puede apreciarse que previamente, en el procedimiento de resolucin, se nombra a comisionados que son los investigadores que acompaan a la directiva comunal y al agraviado.
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
81
nales informen a la asamblea comunal. En esta, luego de un posible debate, con opinin libre de todos los comuneros se llegar al acuerdo final.
71
72
El comunero calificado es aquel que ha alcanzado una determinada edad, ha conformado una unidad familiar nuclear y se desempea como tal en el conjunto de actividades de la comunidad. El comunero hbil, en cambio, es aquel que siendo calificado a su vez se encuentra al da en el conjunto de compromisos, obligaciones o cuotas acordadas por el conjunto de comuneros. Ver por ejemplo el caso de Calahuyo: Ria y lesiones por difamacin (con daos en la tienda comunal), en Libro de Antecedentes, acta de fecha 26-12-83. Los presentes elementos de la sancin son desarrollados en mayor detalle en el subcaptulo siguiente (ver aparte 3.3.2).
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
82
Los arreglos
El arreglo de un conflicto entre comuneros o miembros familiares en pleito es concebido como el acto de reparar algo, la reparacin de una cosa que entienden malograda. El conflicto o pleito es la cosa malograda, y el acto de reparar es el encuentro de voluntades de las partes cuyos intereses se encuentran en disputa. Las relaciones personalizadas basadas en actos horizontales y homogneos condicionan el desarrollo de los arreglos en los conflictos que requieren de intervencin de los rganos de resolucin. As, identificados con su cultura aymara, bajo una fuerte participacin de la parentela y bajo la mirada de la organizacin comunal, cada parte en conflicto promueve el llegar a un arreglo en buena forma, buscando as terminar con el conflicto. Una vez conseguido ello, sujetarn su conducta, tambin con el apoyo
73
Tal como puede ser cuando se trata de un conflicto intercomunal sobre linderos o terrenos de dos comunidades, o los casos de fijacin y aplicacin de multa en determinados conflictos colectivos por parte de las comunidades de la comunidad de Titihue. En estos ltimos casos, en las actas registradas en esta comunidad, puede apreciarse con alguna frecuencia cmo es que llegan a rebajar la multa del inculpado o responsable. Al respecto se puede ver por ejemplo a Titihue: Acta de compareciencia (por) el delito cometido por el comunero MRB (y aceptacin de su retorno a la comunidad), en Libro de Antecedentes, acta de fecha 8-09-95.
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
83
de su parentela, al cumplimiento de lo acordado y a buscar no reincidir en el pleito. En Calahuyo, Titihue y Tiquirini-Totera el buen arreglo destaca como un producto de las partes privadas frente a sus conflictos particulares o de inters familiar. Las autoridades, en cada una de estas comunidades, saben que frente al lo familiar en principio no tienen por qu intervenir, son las partes por iniciativa propia o apoyadas por sus rganos familiares quienes estn obligadas a asumir la resolucin de dichos conflictos. Solo en forma complementaria para la formalizacin del acuerdo o excepcionalmente cuando los rganos familiares no han podido resolver el conflicto las autoridades poltico-comunales y, raramente, la asamblea comunal intervienen. Entre los conflictos que normalmente terminan en arreglo cabe destacar los conflictos de pareja. El acuerdo sobre el divorcio, la separacin o la reconciliacin de la pareja en pleito, aparecen como una muestra comn a nivel de las comunidades de estudio. Por ejemplo, en un caso de reconciliacin de una pareja de casados en Tiquirini-Totera, el acuerdo al que se arrib const de los siguientes trminos:
SEGUNDO: El seor CMT, hace su compromiso de no volver o incurrir, problemas con su esposa, esto lo hace en la presencia de las autoridades comunales y ante sus padres y los dems familiares presentes. (...) TERCERO: Doa HM de M. se manifest de egual forma y de disculparlo de la incomprensin y de sus conductas de parte de su esposo CM y tanto de hella, esta: cosas sucedi en reiteradas ocasiones y en lo posterior ellos tomarn su decisin propia, la mejor via que le condusca en lo futuro. CUARTO: De acuerdo la costumbre se pediern disculpas a sus padres y familiares presentes por ambas partes y en presencias de las autoridades comunales y polticas, quedando ellos conformes como esposos y no volver cometer otras faltas en los posteriores74.
Puede apreciarse el reconocimiento de la culpa del cnyuge transgresor y el perdn de su esposa. El arreglo en tal caso consiste, sobre el reconocimiento de culpa y el perdn otorgado, en la llamada de atencin producida por los rganos familiares convocados por la esposa agredida. Para ellos resultar obvio, en el supuesto de que los maltratos continen, que la separacin de la pareja se produzca75.
74
75
Tiquirini-Totera: Acta de conciliacin (de parejas de casados), en Libro de Antecedentes del Teniente, acta de fecha 31-03-94. Titihue: Acta de separacin de cuerpo (de comuneros convivientes), en Libro de Antecedentes, acta de fecha 29-11-97.
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
84
El arreglo sobre peleas o rias entre comuneros puede producir una mayor intervencin de parte de las autoridades, luego del fracaso de la iniciativa de sus rganos o de las propias partes familiares:
Primero.- El demandante don G(AU) i su esposa LU encluso estuvo presente doa RCV como demantado, ante las autoridades de la comunidad, el teniente gobernador, el Presidente de la directiva comunal, escucharon las manifestaciones de ambas comuneras, no hubo problemas graves, haba unos pequeos ensultos, de ambas de la seora LU de A. en contra de la seora RCV. Segundo.- El seor teniente gobernador don (G)QL el presidente de la derecteva comunal don (AC)Q analizaron los problemas que sucetaron, entraron en un arreglo armonioso de buena forma; las autoridades de la comunidad i su Junta directiva notefecaron ambas comuneras(;)igualmaneda se notefec al comunero don G(A) para que no sucita problemas en los posteriores aos (.)76.
En el caso citado, el inters familiar de las partes se ve desbordado por la preocupacin de las autoridades en el entendido de que pudo haberse tratado de una pelea grave entre familias comuneras. Al comprobarse que slo se trat de una pelea por pequeos insultos la posibilidad de materializacin del arreglo armonioso bajo el inters preponderantemente de las partes familiares recobra aceptacin en las mismas autoridades. Al final se sancion a las partes familiares con el pago de una multa, pero la prioridad del arreglo no se dej de hacer notar como el aspecto central de la resolucin del conflicto. En el mismo sentido se puede sealar que el arreglo, como forma de autocomposicin est presente en los otros conflictos calificados como familiares: en los conflictos de linderos sobre parcelas familiares, en el incumplimiento de algn contrato, en la disputa de dos hermanos por la propiedad en sucesin, etc. En todos ellos el arreglo armonioso o la simple conciliacin de las partes aparecer como el producto ms efectivo en la resolucin de la disputa de las dos partes familiares. Sin embargo, ms all de este mbito delimitado de los conflictos particulares, el arreglo tambin se extiende con criterios de aplicabilidad a los conflictos comunales, particularmente en aquellos identificados como conflicto de intereses privados. Por ejemplo, en el caso de Demanda enterpuesta por la seora JRM contra la seora MM y a su hijo meor AR (ria con lesiones graves por apoderamiento de mallas de pescar)77 o en el caso de Amenazas y lesiones con arma blanca (en ria de comuneros)78
76
77 78
Calahuyo: Arreglo armonioso despus de peleas por insultos, en Libro de Antecedentes, acta de fecha 28-01-91. Titihue, en Libro de Antecedentes, acta de fojas 12-16, de fecha 19-02-91. Titihue, en Libro de Antecedentes, acta de fojas 108-111, de fecha 6-09-97.
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
85
puede apreciarse la presencia del arreglo entre las partes familiares para solucionar el problema de la prdida de las mallas o las lesiones producidas, sobre el inters o la preocupacin comunal de querer sancionar tales actos. Otro caso interesante puede ser el de Prdida de dinero de la tienda comunal79 que ante la insolvencia de algunos comuneros morosos respecto a la adquisicin de productos de la tienda comunal, la asamblea comunal decidi otorgar mayores plazos o aceptar formas de pagos distintas, tomando en cuenta la opinin de los propios deudores. Aunque en estos casos la relacin entre las partes est sujeta a cierta verticalidad, no deja de sorprender el espritu autocompositivo de las autoridades comunales y de la asamblea en situaciones determinadas.
Las sanciones
Contrario al criterio de bsqueda del acuerdo de voluntades que se consigue en los arreglos de los conflictos, las sanciones comunales son entendidas como imposiciones o sometimientos. Los comuneros consideran que existe un hecho individual-familiar que ha causado un dao a todos o que ha tenido efecto contra todos. En tal sentido, la reparacin del problema no puede ser de igual a igual, sino de imposicin o sometimiento de uno sobre otro. Las sanciones pueden entenderse como la respuesta coercitiva aplicada por los rganos polticos comunales las autoridades y la asamblea comunal contra el individuo, la familia o las familias que ocasionaron una agresin al orden estatuido por la comunidad80. De ah que una de las principales finalidades de la sancin sea la de restablecer el orden o la paz comunal, pero tambin evitar que se repita la transgresin o el conflicto. En el restablecimiento del orden comunal, los comuneros entienden la puesta en prctica de tres mecanismos o elementos que, a su vez, son los que componen las sanciones: el primero corresponde a la reposicin o restitucin del dao material producido, en el caso que lo hubiere; el segundo corresponde a la aplicacin o imposicin de un castigo o pena por la transgresin producida; y el tercero corresponde a la amenaza de aplicacin de un castigo ms grave en el supuesto que se vuelva a cometer la falta o delito. Estos elementos pueden presentarse en forma complementaria o en forma independiente, dependiendo del tipo de conflicto. Sin embargo, es el castigo o pena el elemento comn en la naturaleza del conflicto colectivo. Pasemos a ver por separado a cada uno de estos elementos.
79 80
Calahuyo, en Libro de Antecedentes, acta de fojas 42, de fecha 8-02-88. Dicha racionalidad de la sancin tiene mucha semejanza a la construccin terica del concepto de Derecho de Max Weber cuando sostiene que este puede ser entendido como el ordenamiento legtimo cuya validez est garantizada externamente por la probabilidad de la coaccin (fsica o psquica) ejercida por un cuadro de individuos instituidos con la misin de obligar a la observancia de ese orden o castigar su transgresin (1974: 27). De dicha definicin es posible destacar la presencia de los rganos legtimos que, al sancionar la infraccin, hacen uso de la coaccin o coercin.
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
86
La reposicin del dao material es entendida como la sustitucin del bien afectado, sea este de propiedad familiar o comunal. Al tratarse de un aspecto material, y en el supuesto de que se trate de un bien de carcter privado, es comn apreciar el consenso entre las autoridades o los comuneros de la asamblea y dentro de este las posibilidades de un arreglo en la valorizacin y forma de devolucin del dao producido. Al tratarse de un conflicto colectivo, en cambio, el arreglo o acuerdo sobre la sustitucin o reparacin del dao tiene el carcter de forzado. Por ejemplo, en el caso de Acta de robo de tres gallinas y dos ovinos de los seores LR y sus dos hijos menores81, despus de haber identificado la responsabilidad de los autores y haber comprobado que adems de gallinas y ovinos hubo robos de otros bienes, las autoridades y los agraviados sostuvieron:
OCTAVO.- Primeramente las autoridades de la directiva comunal y los tenientes gobernadores(,) comesarios(,) tenientes agrarios nos encontramos en el despacho del teniente gobernador VSS(;) todos los autoridades se expresaron que se deben arreglar como demandante y el demandado (...) NOVENO.- Como demandante vocal doa ERM se manifiesta que el arreglo debe ser tal como ha sacado don CRM (...) y luego el seor GMR el arreglo debe ser bien en efectivo o gallina u ovinos82.
En el mismo proceso, a continuacin el demandado ofrece la reposicin de lo apropiado de manera indebida pagando con parte de su terreno y en efectivo:
DECIMO.- El demandado don LRM se manefiesta que quiere dar el terreno a un plazo limitado (,) y luego manifestndose don LRM en cuando del terreno mensionado HLP se le dar para defenitivo a la seorita ERM(;) el metraje fue lo siguiente(:) por largo mide cuarenta metros y por el ancho mide seis metros y medio (...) (...) este terreno fue acuerdo don LR y sus hijos J. y R. (,) estuvieron acuerdo para dar defenitivo sin reclamo alguno (por) parte de sus familiares (;) y otros aparte del dos ovinos robados fue la suma de cien nuevos soles y los tres gallinas la suma de treinta nuevos soles(,) total fue la suma de ciento ochenta nuevos soles de prdida (...)83.
Puede apreciarse que los comuneros transgresores tuvieron que sacrificar parte de su propiedad familiar para reponer el dao ocasionado a la familia demandante. El razonamiento en el procedimiento de reposi81 82 83
Titihue, en Libro de Antecedentes, acta de fojas 79-87, de fecha 6-02-96. Titihue, Ibid., fojas 84. Titihue, Ibid., fojas 85.
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
87
cin del caso es como si se tratase de un conflicto familiar, pero forzado por las autoridades comunales y el conjunto de familias presentes. De otro lado, el castigo, tambin tiene una funcin de reposicin o restitucin sobre el conflicto, pero no del dao material o fsico, sino del dao moral preocupacin subjetiva producto del hecho transgresor y que se encuentra inmerso en el colectivo de la comunidad. Se sancionar a la parte o partes responsables en tanto pleitistas, por haber perturbado la estabilidad de la comunidad o producir un dao a la imagen de su ser colectivo84. As, en los casos de rias entre familias comuneras, el solo hecho de producirse la pelea con un escndalo mayor al que involucra cada familia en la comunidad, conduce a la aplicacin de un castigo normalmente pecuniario:
En la comunidad campesina de Quishuarani-Tiquirini85 en comprensin distrito y provincia Huancan(,) SubRegin Puno(,) del da 26 de abril de mil novicientos novintaycinco, que se llev un comparendo bajo la (responsabilidad del) Teniente Gobernador y Directivo comunal sobre dao (que) se han hecho ambos comuneros, en amplia debate se lleg a un acuerdo mutuo, para posteriores no va a haber problema, y ambos comuneros se va tener sancin econmico(. L)uego tanto EMT tambin no va a ofender en futuro igual manera AMC est acuerdo con dicho compromiso(. A)hora en conclusin entran en sancin econmico ambos comunero la cantidad S/. 150.00 Nuevo soles, dicho sancion econmico va recaudar para fondo comunal, eso en presencia de autoridades polticas y comunal...86
Despus del arreglo forzado sobre los intereses familiares, que en el presente caso fueron las ofensas personales y los daos fsicos o personales sobre los que habr una reposicin recproca, las autoridades son legitimadas para imponer una sancin econmica consistente en una suma de dinero de S/.150,00 (ciento cincuenta nuevos soles)87. Dicha sancin econmica o multa es la que simboliza la reposicin del dao moral o la preocupacin colectiva sobre la estabilidad material de la comunidad. En tal sentido es que se entiende que dicha sancin econmica o multa se recauda para el fondo comunal. Otro ejemplo comn de aplicacin de castigo en las comunidades de estudio lo constituyen las llamadas de atencin y el retiro del cargo
84
85
86
87
El ser colectivo es la expresin del desarrollo o progreso de cada comunidad, tal como se explic en el aparte siguiente. El nombre Quishuarani-Tiquirini era el nombre de la comunidad de Tiquirini-Totera hasta su reconocimiento como nueva comunidad. Tiquirini-Totera: Acta de conciliacin (y sancin por ria, ofensas y daos personales entre familias), en Libro del Teniente, acta de fecha 26-04-91. Suma equivalente a US$140,00 (ciento cuarenta y 00/100 dlares estadounidenses) aproximadamente, en la fecha de aplicacin de la multa.
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
88
de determinadas autoridades polticas o comunales. Tales castigos se presentan como expresiones comunes para aquellos casos de comuneros que son nombrados para desempear determinados cargos menores en la comunidad, como el de ser parte de una comisin especial (por ejemplo de electrificacin de la comunidad) o ser parte de un comit permanente (club de madres o asociacin de padres de familias de las escuelas), pero su aplicacin tambin se extiende a los cargos principales como el de presidente de la comunidad88, el teniente gobernador89 y hasta los directores de las escuelas90 y su personal de servicio cuyos nombramientos no dependen de los rganos de las comunidades en las que se desempean. En un trabajo anterior (Pea, 1991, 1998) se presenta una muestra de los castigos que aplican las comunidades aymaras. Dicha muestra est basada en la comunidad de Calahuyo, sin embargo se pudo confirmar que tambin tienen aplicacin frente al universo de conflictos de las comunidades de Titihue y Tiquirini-Totera. Los principales castigos que se imponen en las comunidades aymaras son seis: Las multas pecuniarias: Se miden monetariamente y varan de acuerdo con el tipo de pleito (si se trata de un acto inmoral, la multa ser mayor), la calidad del pleitista (si es reincidente, la multa tambin se acrecentar) y la situacin del costo de vida en cada comunidad. Teniendo en cuenta este ltimo factor, se puede decir que en el ao 1984 la multa promedio en conflictos de origen familiar poda ser de 25,00 soles, en febrero de 1989 fue de 15.000,00 intis, en marzo de 1992 el promedio se poda calcular en 20,00 nuevos soles, y en octubre de 1999, tal promedio ascenda a 70,00 nuevos soles91. Lo recaudado en este tipo de castigo es, por regla general, destinado al fondo o cuenta comunal. Sin embargo, en comunidades como Titihue esta regla puede relativizarse, pues cuando se trata de casos de robo de ganado u otros bienes, en los que se ha recuperado lo robado, es permisible que parte del total de la multa aplicable sea en beneficio del rgano interviniente (las autoridades polticocomunales y sus comisionados) como contraprestacin al esfuerzo brindado en la resolucin del pleito92.
Ver por ejemplo el caso de Tiqurini-Totera Acta de asamblea ordinaria (donde se llama la atencin del presidente y se decide su renuncia), en Libro del Teniente, acta de fecha 22-10-93. Ver por ejemplo a Calahuyo: Acta de derogacin del cargo de teniente gobernador, en Libro de Actas III, acta de fecha 15-06-92. Al respecto puede verse a Calahuyo: Acta de cambio de director y personal de servicio del Centro Educativo de menores..., en Libro de Actas IV, acta de fecha 25-01-99. Las cantidades indicadas coinciden con un promedio de US$20,00 (veinte dlares estadounidenses) de las ltimas fechas. Al respecto puede verse a Titihue: Acta de compromiso y arreglo de robo de un ganado (vaca) por JEM, en Libro de Antecedentes, acta de fecha 12-01-97, clusula cuarta.
88
89
90
91
92
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
89
El trabajo obligatorio o forzado: En las comunidades de Huancan se utiliza este tipo de sancin cuando se ha incumplido la faena o los trabajos comunales. En algunos casos, suele utilizarse como castigo complementario a quienes cometieron daos a la propiedad comunal (en las parcelas o totorales) o actos inmorales que en opinin de los comuneros daan los sembrados del territorio comunal. Consiste en la obligacin que se ejerce contra el comunero sancionado para que ponga en actividad su fuerza de trabajo en favor de un bien comunal. La llamada de atencin o censura pblica: Se suele imponer frente a la comisin de malos comportamientos que, segn los comuneros, transgreden criterios ticos o morales: por ejemplo, frente al cnyuge varn en caso de maltratos, frente al comunero o comunera que ha ofendido a las autoridades o asamblea o en los casos de actos inmorales. Busca ante todo sancionar el mal ejemplo. La limitacin sobre beneficios o servicios comunales: Son castigos econmicos, referidos principalmente a los derechos sobre utilidades de los bienes comunales, en los que el propio comunero sancionado hubo participado. Ejemplos de bienes sobre los que se imponen limitaciones son el sembrado y la posterior cosecha de la parcela comunal, el sembrado en los andenes comunales, los rboles de eucalipto de la comunidad, los pastizales de los cerros comunales, los totorales de la comunidad, el servicio de la tienda comunal, entre otros. El envo del caso a las autoridades de Huancan: Se aplica frente a las persistentes rias y ante la incapacidad de las partes privadas de asumir un arreglo de buena forma. Este castigo tiene su razn de ser en el desprestigio de las autoridades judiciales de la ciudad: los comuneros estn convencidos de lo costoso que resulta acudir ante tales autoridades y, contrariamente, de la poca eficacia en una solucin definitiva. La expulsin de la comunidad: Es el castigo ms grave que puede recibir un comunero y su familia. Se aplica en casos extremos, contra quien o quienes no han conseguido reformarse, luego de haber cometido varios delitos o daos comunales, haciendo insoportable la vida en la comunidad. Esta expulsin significa a su vez la prdida de las parcelas familiares de los comuneros sancionados, las mismas que pasan a manos de la comunidad convirtindose en terrenos comunales o de propiedad del conjunto de miembros de cada comunidad. Los sancionados, generalmente migran a ciudades lejanas; sin embargo, tambin se conocen casos de expulsiones temporales, en las que el comunero castigado retorna a la comunidad con previa aceptacin unnime de la asam-
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
90
blea y el cumplimiento de otros castigos por parte del mismo comunero93. De todos los tipos de castigos sealados, el ms popular es el uso o la aplicacin de las multas. Su aplicacin puede apreciarse en la totalidad de los conflictos colectivos, de origen familiar y comunal, y en algunos casos puede apreciarse incluso en los conflictos familiares. De otro lado, cabe sealar que la pena o castigo de expulsin de la comunidad es una de las menos aplicadas debido a que son igualmente extraos los casos en que los comuneros cometen los conflictos que dan lugar a ese tipo de castigo debido a la existencia de relaciones personalizadas en el interior de cada comunidad, as como al control familiar y comunal que imprime la propia comunidad. A lo anterior puede sumarse la pena de castigos fsicos, aplicables particularmente a los casos de actos inmorales y robo de ganado. Dichas penas o castigos consisten en la aplicacin de latigazos sobre el cuerpo del transgresor o responsable directo del conflicto, entendida como un acto de fuerte llamada de atencin, de reivindicacin de los intereses de la familia, y de ratificacin del poder de la asamblea o de los intereses del conjunto de familias comuneras. En Tiquirini-Totera se tuvo conocimiento, por informacin de una de las familias de dicha comunidad, de un caso de acto inmoral ocurrido en el ao 1998 que termin en la aplicacin de castigos fsicos contra el comunero transgresor. El conflicto se origin cuando un comunero envuelto en amoros con una mujer residente94 se fug a la capital dejando a su esposa e hijos. Cuando dicho comunero regres a la comunidad, luego de haberse separado de la mujer con la que haba huido, la familia de la agraviada y la propia familia de dicho transgresor incluyendo a sus padrinos haban sometido el caso ante las autoridades y la asamblea comunal. En esta asamblea se decidi la aplicacin de latigazos sobre el cuerpo de dicho comunero, los mismos que seran aplicados por parte de los padres de ambas familias y los padrinos del matrimonio. Solo posteriormente el comunero corregido volvera con su pareja e hijos. Un ltimo aspecto a tratar respecto a las sanciones corresponde al tercer elemento que regularmente aparece como complementario a los castigos: la amenaza de un castigo o pena ms severa en caso de repetirse el conflicto. Se trata de un elemento preventivo a nivel de las sanciones,
93
94
Ver por ejemplo a Titihue: Exigen y confirman cumplimiento de sancin de comunero por expulsin de dos comunidades, en Libro de Antecedentes, acta de fecha 23-0597. El residente es considerado aquella persona que ha emigrado y reside fuera de la comunidad, sea hombre o mujer. Las caractersticas de este trmino se tratan ms detalladamente en el siguiente captulo, en el que se cita un tipo especial de conflicto intercomunal vinculado a la relacin con los emigrantes de las comunidades de estudio.
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
91
cuya finalidad consiste en garantizar y perpetuar la solucin conseguida frente al conflicto de inters comunal. Para ello se recurre a la referencia de un castigo o pena ms fuerte que pueda afectar al transgresor o a las partes en pleito. Aqu resaltan nuevamente las multas pecuniarias, bajo sumas mayores aplicadas como castigo, pero tambin se destaca la amenaza de remitir el caso a las autoridades competentes de Huancan:
COMUNIDAD DE TITIHUE: SEXTO.- Por ambas partes pedieron disculpas y se comprometieron en no reinciden, caso contrario la parte culpable aportar una multa de cien soles peruano (S/. 100.00) para beneficio de la comunidad y que cumplirse ante las autoridades de la comunidad o ante las autoridades competentes de la provincia de Huancan y adems se sancionar a sus culpas95. COMUNIDAD DE CALAHUYO: OCTAVO.- Los comuneros y miembros de la Directiva comunal, en resumen de todo esto platearon que ponga una multa de la cantidad de S/. 30.00 nuevo soles para que la prxima vez no ocurra ms problemas posteriores, caso contrario ser elevado a las autoridades competentes de la provincia de Huancan bajo oficio firmado por la directiva comunal96. COMUNIDAD DE TIQUIRINI-TOTERIA: SEXTO.- En caso de incumplimiento o algn retracto sern sometidos ala justicia lega(l) o alas autoridades competentes dela provincia de Huancan97.
En las clusulas citadas puede apreciarse la amenaza de parte de las autoridades o la asamblea comunal de reprimir con mayor dureza futuros conflictos originados entre las partes en pleito o por el transgresor que da el terreno comunal, por ejemplo. En el primer supuesto, la aplicacin de una fuerte multa (S/.100,00 al ao 199198) y el sometimiento ante las autoridades competentes de la provincia de Huancan aparecen como las amenazas de castigos ms severos, mientras que en el segundo y tercer caso puede apreciarse que la amenaza consiste en la remisin del caso a las autoridades competentes de Huancan. El hecho de que en estos ltimos no se haya incluido la aplicacin de una fuerte multa adicional depender del tipo del conflicto y de la calidad de las propias partes. De otro lado, el hecho de que en los tres casos se indique la amenaza de remitir el
95
96
97
98
Titihue: Acta de compadeciencia, demandante CT vda. de R, demandado MRM y esposa MCR (rias e insultos por rias de terrenos), en Libro de Antecedentes, acta de fecha 24-07-91. Calahuyo: Acta de sancin (a familia comunera) sobre los problemas ocasionados de la tierra comunal, en Libro de Antecedentes, acta de fecha 18-06-92. Tiquirini-Totera: Maltrato de menor y acuerdo sobre retorno de nio dado en adopcin, en Libro del Teniente, acta de fecha 22-07-94. Suma equivalente a US$100,00 (cien dlares) a la fecha indicada.
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
92
caso a las autoridades competentes de Huancan no significa que automticamente la reincidencia entre las partes en conflicto produzca el cumplimiento de la amenaza y, en consecuencia, se produzca la intervencin de las autoridades de la ciudad. De acuerdo con las actas revisadas, tales supuestos son remotos99.
100
101
Del total de casos registrados en una comunidad como Calahuyo, slo ocho coincidieron con una particular relacin con las autoridades polticas o judiciales de Huancan, de los cuales slo tres se refieren a la resolucin final del conflicto. El concepto de racionalidad se utiliza bajo el significado o la interpretacin analgica de Max Weber (1969) cuando se refiere a la construccin de la sociedad moderna. En tal sentido, racionalidad puede ser entendida como la percepcin general de un grupo social sobre un fenmeno determinado, al que le aplican reglas generales, previstas, valoradas y sancionadas por el propio grupo social. Un desarrollo detallado de estos dos elementos de la racionalidad en la actuacin de las partes en un conflicto de los comuneros aymaras, tambin puede ser consultado en el trabajo anterior (Pea, 1998). En las pginas siguientes se mostrar su aplicacin en el
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
93
pacin tanto en el procedimiento de resolucin para llegar a un arreglo o decisin final como en el procedimiento de ejecucin del mismo para evitar que se repita el conflicto. Complementariamente, esta misma participacin de la parte familiar puede apreciarse en de los conflictos colectivos, cuando se ve comprometida frente al inters comunal. Respecto a los conflictos particulares, las partes privadas participan de manera dinmica en la bsqueda de una solucin desde el momento en que ocurre el pleito. Antes del conocimiento de las autoridades o de la asamblea comunal, el conflicto ya se ha agotado ante los propios rganos familiares-parentales. El familiar mayor, los padrinos o compadres o las propias partes, en una actuacin amigable, han promovido el arreglo armonioso para terminar con el conflicto. Generalmente acuden a los rganos formales de su comunidad con un criterio complementario, para formalizar en actas el arreglo de separacin o divorcio, de divisin o transferencia de parcelas, de acuerdo final sobre un contrato de anticresis, y hasta casos de lesiones o rias entre hermanos. La actuacin de la parte familiar y sus rganos se extiende al propio proceso o procedimiento de ejecucin del arreglo o decisin final al cual se llega. Luego de haber llegado al arreglo, los rganos de resolucin familiar y los familiares o parentela estarn preocupados por el cumplimiento de cada uno de los aspectos que consideraron centrales en el acuerdo. Ello se har evidente con las visitas frecuentes, los comentarios entre familiares y entre vecinos, las llamadas de atencin al irresponsable o a los irresponsables del conflicto, y el dilogo permanente. En el ejemplo de reconciliacin de la joven pareja, antes citado, los padres y padrinos as como los hermanos y otros familiares mayores estarn pendientes de la nueva actuacin de los cnyuges en pleito. Es ms, ellos expresamente se incluyen en el acta como garanta del xito de la reconciliacin:
QUINTO.- Quien los padres (se comprometen) apoyan de ayudar en todo aspecto para su progreso102.
Y siguiendo la propia naturaleza de las sanciones comunales antes estudiadas, en cuanto considera como tercer elemento la amenaza de un castigo ms severo, las partes familiares se someten a una regla semejante bajo los siguientes trminos:
SEXTO.- Caso de no obedecer a los prrafos anteriores ser sujeto a la multa equivalente a la suma de dos cientos mil millones103 en veneficio de la comunidad al acuerdo de la asamblea general de autoridades de acuerdo del Estatuto vigente conforme
conjunto de comunidades de estudio, confirmando que adems de Calahuyo, es posible encontrar tales principios en las comunidades de Titihue y Tiquirini-Totera. Titihue: Reconciliacin de joven pareja luego de separacin y los, en Libro de Antecedentes, acta de fecha 16-03-91. Dicha suma equivala a S/. 200,00 (doscientos nuevos soles), que en la fecha poda ser comparado, en su equivalente en dlares, a US$ 200,00 (doscientos dlares).
102
103
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
94
a ley(;) caso omiso ser elevado a la instancia superior descrito de esta acta bajo documento adjunto. SETIMO.- (En) caso de que los familiares padres, hermanos, tios y otros suelen, opresin a favor o en contra(;) no sern (considerados) tambin merecer una sancin propia104.
A manera de clusula penal, las partes familiares, incluido el transgresor directo, se obligan a contribuir en el xito del arreglo, esto es a acabarlo definitivamente. En el caso especfico entienden que el xito se consigue con la reconciliacin de la pareja, la que significar que cada uno de los miembros de esta cumpla como esposo o esposa, y de otro lado que los otros familiares cumplan como tal padre, padrino, hermano, tos sin intervenir a favor o en contra en la relacin de la pareja conciliada. Los dems miembros familiares entendern que es la pareja la que resolver sus pequeos conflictos, para as formar un hogar a propio sacrificio, pero tambin entienden que debern estar pendientes de cualquier otro acto de separacin o los que se manifieste en un nuevo conflicto. De otro lado, la actuacin de la parte familiar frente al conflicto comunal o colectivo tambin tiene una racionalidad semejante. Durante el procedimiento de resolucin la parte familiar comprometida no buscar eludir o evadir el conflicto con el propsito de prolongarlo o desviarlo. La parte familiar, al lado de su parentela con su respaldo y proteccin se someten al conflicto y una vez dentro de este ceden y reconocen sus errores. El dilogo en su lengua materna, como la opinin y crtica del conjunto de comuneros en asamblea o, ms precisamente, de parte de sus autoridades, condicionan el desarrollo de tal sometimiento. La parte familiar sabe que por el prestigio de su parentela no deber mentir, lo que facilitar el arribo a una decisin final en el corto tiempo.
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
95
En el caso Llamada de atencin y sancin por ofender autoridades y por haber convevido con la seora DL sin terminar con la primera105 puede apreciarse un fuerte despliegue de la actuacin de la parentela sobre la actuacin de las propias autoridades dentro del propsito de aclarar y terminar con el conflicto, aunado al reconocimiento de los errores, las disculpas, el pago de una fuerte multa y la promesa de no repetir el conflicto por parte del comunero transgresor:
(...) Don DMR se manifest (que) ha convevido ocho meses con la seora de Capachica, pero nos hemos puesto de acuerdo para separarse, inmediatamente (despus) he convevido con la seora DL, todo esto sabe mis familiares y estn de acuerdo para cambiar de esposa (;) o sea la seora JF es reemplazada por DL(;) otro dice que la seora DL me oblig irme con sus propios pies obligndome a mi persona para despidir o separar de la casa a la seora JF y yo hice caso y al final se despidieron en buena forma entre ambas seoras y se fue llevndose algunas cosas.
(...)
(...) Sobre insultos se pedi disculpas deciendo que debian venir unos dos personas y otro dia porque ese rato estaba en estado etlico, pero (replican las autoridades) Don DM habl a la asamblea de la comunidad sin guardar el mnimo respeto haciendo quedar mal a la familia Mendoza(;) sobre el caso don AMR se manifest que a su (hermano D.) haba encomendado que primero debera dejar en su casa a la seora JF haciendo separacin de cuerpo y recien consiguir otra mujer, asimimos dejo que mi hermano D. no vino a las reuniones (familiares y convocadas por las autoridades) por eso yo digo que reconozca sus errores y que acepte las sanciones que la Asamblea determine (.A)si mismo informaron que el seor D. haba amenazado de muerte maltratando fsicamente a la seora JF. (...) Segundo.- Las asambleistas opinan que debe poner una multa uno por ofender a las autoridades y otro por convivir con dos mujeres (;) despus de muchas intervenciones llegaron a una conclusin de que debe poner una sancin de doscientos cincuenta nuevos soles para las autoridades y otros doscientos cincuenta soles para el fondo de la comunidad(;) Don DMR reconoce sus herrores y acepta poner la multa como sancin la cantidad propuesta(,) esto pagar a la comunidad a ms tardar el Quince de Octubre del presente ao y seala como garanta una vaca maltona(;) reiterando varias veces (sobre) las opiniones de los comuneros, se compromete pagar la multa sin dudas ni murmuraciones, ni cambiar las ideas, asimismo se compromete que sus familia105
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
96
res no hablaran nada, del mismo modo que no hablar palabras groseras haca las autoridades y haca sus semejantes, pero el pblico pide que se aplique otra multa a la seor DLR(;) muchos comunero recomendaron de buena manera, acepta las recomendaciones y vuelve a comprometerse del pago de la multa y vivir sin insultos a las autoridades y a todos los comuneros106.
Puede apreciarse la fuerza coercitiva de la comunidad y sus autoridades por resolver el conflicto, particularmente porque en das anteriores el comunero transgresor haba ofendido a dichas autoridades, pero tambin puede apreciarse la preponderancia del inters de la familia del comunero transgresor su hermano, primos o tos sobrevivientes ante la ausencia de sus padres y padrinos por reconciliarse con la asamblea y tambin terminar con el conflicto. La parentela involucrada se muestra preocupada porque el familiar transgresor habl a la asamblea de la comunidad sin guardar el mnimo respeto haciendo quedar mal a la familia Mendoza: en adicin al error de la convivencia simultnea con dos mujeres, que constituye una grave falta por no respetar las reglas del matrimonio aymara monogmico y por etapas107, el comunero transgresor ofendi a las autoridades. Pero, ms an, la transgresin familiar y el dao al honor familiar no slo ha sido del lado de la familia Mendoza, sino del lado de la parentela de la seora DLR (la segunda conviviente) contra la que tambin se exige el pago de una multa. Dentro del mismo criterio, el hecho de cumplir con el acuerdo y evitar que el conflicto se repita, es otra manifestacin de la fuerza subjetiva del honor familiar. Cumplir con lo prometido o cumplir con la palabra empeada, se presenta como un elemento semejante al no mentir y el reconocer los errores dentro del procedimiento de resolucin. Pero, esta vez, el cumplir con lo prometido buscar borrar el conflicto, desaparecerlo para evitar que las familias se enteren o sigan hablando del mismo, buscando recuperar en parte el honor familiar afectado.
Titihue, Ibid., resaltado y entre parntesis nuestro. Al respecto puede revisarse a Alb (1980) y Carter (1980).
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
97
go o comisin. Es decir, se trata de absolver la siguiente pregunta: Cmo reacciona o acta un comunero comn como parte de su familia y comunidad frente a un conflicto en el que se ha afectado el inters de la comunidad? Como ya se ha sealado, la actuacin de la parte colectiva o comunal est presente en los conflictos denominados tambin comunales o colectivos, en los que tambin se pueden distinguir la etapa del procedimiento o de resolucin del conflicto y la etapa del cumplimiento del acuerdo o la decisin final sobre dicho conflicto. Dentro de la etapa del procedimiento de resolucin, cuando se ha afectado el inters de la comunidad, todos los comuneros o cada individuo-familia de las comunidades de estudio se sienten con un legtimo derecho de participar en su defensa. Esta defensa se ve expresada a travs de la preocupacin sobre el conflicto que traslada a su casa y trabajo, la denuncia o demanda que formula ante las autoridades o asamblea, la declaracin testimonial de los hechos que hubo conocido, los indicios o evidencias que puede aportar por conocer el lugar de los hechos o por encontrarse en dicho lugar antes o despus de los incidentes del conflicto, su participacin como comisionado voluntario o nombrado para seguir las huellas de un ganado perdido, el aporte de su opinin como comunero mayor o ex autoridad conocedora de problemas similares, con la comprensin y la participacin en la toma de la decisin final, etc. Incluso, tratndose de un conflicto grave, la participacin de esta parte colectiva o comunal se ve expresada en la sola asistencia a las asambleas o reuniones extraordinarias que, por horas, suspende sus faenas agrcolas o ganaderas y, como consecuencia de ello, se ve expresada en la aplicacin de medidas de solucin rpidas y directas. En el caso de Tiquirini-Totera, por ejemplo, comunidad que result del desmembramiento de la comunidad mayor Quishuarani-Tiquirini108, tal desmembramiento ha significado y sigue significando uno de los conflictos ms prolongados y complejos de la comunidad. A la decisin inicial de desmembramiento, ocurrido en 1986, se sumaron otros acuerdos confirmatorios para el trmite de su reconocimiento, como el siguiente:
En la comunidad de Quishuarani-Tiquirini en el setio denominado tienda comunal en comprensin del distrito y provincia Huancan se llev la reunin bajo la convocatoria de la directiva comunal para tratar el asunto de desmembramiento. (P)or unanimidad nos decidimos en desmembrar al sector Villa Quishuarani109 de nuestro territorio lo mismo que la colendancia es por el ro Putina por medio, y por el Sur con la CC. Chuquia108
109
Al respecto se puede consultar el captulo II, en el aparte 2.3.2., en el que se refiere brevemente el proceso de formacin de la comunidad Tiquirini-Totera. La referencia de Villa Quishuarani corresponde a la comunidad mayor desde donde se ha desprendido la comunidad de Tiquirini-Totera. Una vez que esta alcanzara su reconocimiento, dej el nombre de Quishuarani-Tiquirini el que se fusionara en la comunidad que haba sido identificada como Villa Quishuarani.
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
98
quillo, por el este con la C.C. Cuyuraya, y por el norte con la CC. Chijichaya es la toda veracidad en cuanto a las colindancias y por decisin por mayora fermamos todos los asistentes a esta acta. al pie en la fecha del diecesis de agosto de mil novecientos noventaiseis (16-08-97)110.
Como se seal en la presentacin de la comunidad de TiquiriniTotera111, su desmembramiento tuvo origen en una serie de actividades incompatibles entre dos grupos de campesinos de la comunidad de Quishuarani-Tiquirini o comunidad madre: un grupo ubicado al lado este del ro Putina (tambin llamado ro Huancan), y otro grupo ubicado hacia el lado oeste. Al lado este se encuentra lo que hoy es la comunidad de TiquiriniTotera, y al lado Oeste aparece la comunidad mayor que ha quedado con el nombre de Quishuarani. Los integrantes de ambas comunidades fraccionadas han afrontado una multitud de conflictos de inters comunal, los mismos que se han suscitado desde la decisin inicial de desmembramiento y conformacin de una nueva comunidad por el lado de una de las facciones. Conflictos como robos, agresiones y enfrentamientos fsicos espordicos, aparecen tanto en los registros de sus Libros de Actas como en el recuerdo de los comuneros de Tiquirini-Totera. Es en el desarrollo de tales acontecimientos donde es ms posible encontrar las muestras de participacin de los comuneros en la resolucin del histrico conflicto. En la etapa de ejecucin o de cumplimiento del acuerdo o decisin final, el razonamiento de la actuacin del conjunto de comuneros tiene que ver con lo anteriormente explicado: extinguir el conflicto, y superar el grave perjuicio producido contra el orden y la paz comunal. Como ocurre con los conflictos particulares o familiares, el conflicto colectivo no se entiende concluido si con posterioridad al acuerdo o decisin final no se cumplen los acuerdos. Se requiere de la efectivizacin del acuerdo o sancin decidido en el procedimiento de resolucin.
La idea del ser colectivo como sustento de la participacin de la parte colectiva o comunal
Qu produce en el conjunto de comuneros el razonamiento de actuacin antes descrito en la bsqueda de extinguir el conflicto comunal o colectivo? Tal explicacin se encuentra en la voluntad de cada uno de los comuneros y su relacin familiar de restituir lo que ellos entienden por orden, estabilidad o paz comunal. Los comuneros sienten que antes que ellos antes que el inters familiar, se encuentra el inters del conjunto de familias y comuneros en general. Hay un carcter cuantitativo por el que se podra afirmar que el
110
111
Tiquirini-Totera: Acta de desmembramiento del territorio comunal de la comunidad campesina de Quishuarani-Tiquirini (confirmacin), en Libro de Actas del Teniente, acta de fecha 16-08-97. Ver al respecto el aparte 2.
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
99
conjunto de 60, 170 u 80 familias en Calahuyo, Titihue y Tiquirini-Totera respectivamente, valen ms que uno o dos familias en pleito que transgreden el orden comunal. Pero, ms que ello, tambin est presente un carcter cualitativo que consiste en identificar al conjunto de la comunidad y su territorio como un espacio de identidad: es el lugar donde la familia transgresora, al igual que el conjunto de las otras familias, interactan, se prestan ayuda, realizan sus faenas agrcolas, se divierten, practican deportes, se rotan los cargos, se renen, organizan sus fiestas, etc. Se trata de la existencia de un referente comunal, un ser colectivo que se origina, se reproduce, o est presente en la racionalidad del conjunto de comuneros. Dicho ser colectivo se presenta como el espritu que, ms all de la fuerza o coercin de las autoridades y la asamblea como rganos de resolucin, fomenta la predisposicin para la autocomposicin de los diversos conflictos de inters comunal112. El dao a la parcela comunal, o a los pastos o llachu comunales, la mala administracin de la tienda, la ria escandalosa entre familias en la comunidad, la falta de respeto a las autoridades y a la asamblea, la comisin de actos inmorales que producen el castigo de la naturaleza, como los casos de robos en la comunidad, son conflictos que se resuelven bajo la racionalidad del espritu del ser colectivo, ms all de la propia intervencin o actuacin de los rganos de resolucin. En el caso de la comunidad de Titihue, Acta de Antecedente de Robo de Animal de una vaca brones (Brown Swis) de hermano BRL, que cometi de robo por el joven militar ERM (servicio activo)113, puede apreciarse en detalle la predisposicin autocompositiva de parte de los comuneros por resolver uno de sus ms complejos conflictos y extinguirlo dentro de la presencia de su ser colectivo. En dicho caso el ser colectivo se presenta en la capacidad de acceder al pedido de ayuda de uno de los comuneros, en el prstamo de la bicicleta y el desplazamiento conjunto por diversos frentes para encontrar el animal robado. Una vez capturado el ladrn, el ser colectivo se pone de manifiesto en la capacidad de convocatoria del conjunto de comuneros y autoridades para llamar la atencin en pblico y castigar al comunero transgresor. Aqu el honor de la familia a la que pertenece el transgresor forzar el reconocimiento de los errores y los arrepentimientos, pero tambin legitimar la ejecucin de castigos fsicos por parte del hermano mayor, ante la ausencia del padre. Adicionalmente, la racionalidad bajo el ser colectivo forzar la bsqueda de la mejor sancin dentro del propsito de reparar el dao ocasionado a la comunidad, buscando que quede de recuerdo para que no se cometa otro hecho similar. Curiosamente el monto de la sancin se negocia con la familia del trans112
113
La idea del espritu en el ser colectivo se puede asemejar a la idea del espritu que est en las cosas de acuerdo con la interpretacin del hau que presenta Marcel Mauss cuando se refiere a la teora de los dones en las obligaciones entre sociedades o comunidades melansicas (1971). Titihue, Libro de Antecedentes, acta de fecha 6-08-98.
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
100
gresor directo hasta llegar a un monto de S/.250,00. Sin embargo, la preocupacin final sobre el conflicto no se agotar en la decisin o sancin tomada el pago de una multa y el castigo fsico; sobre dicha decisin o sancin se har presente el sentimiento y la participacin colectiva puesta de manifiesto en la llamada de atencin de parte del conjunto de comuneros, la mirada vigilante del colectivo puesta sobre el joven comunero transgresor, etc. Ello simbolizar la exigencia permanente del ser colectivo para que el transgresor y su familia cumplan con el acuerdo y se evite la repeticin de otra transgresin similar. De esta forma, el ser colectivo aparece relacionado con el fin o las finalidades propias de cada comunidad. La idea de orden, estabilidad o paz comunal, no es sino la idea de carecer de conflictos, de evitarlos y, si estos se producen, buscar terminarlos, extinguirlos. Ello involucra el concepto de ser colectivo con las palabras de desarrollo y progreso comnmente citadas por los comuneros en sus debates de asambleas. El progreso y desarrollo comunal puede ser expresado en la idea de empresa comunal iniciada por la comunidad de Tiquirni-Totera, en la extraccin y explotacin de los pastos y llachus para la comunidad de Titihue, o en el aprovechamiento del terreno y andenes comunales para el caso de la comunidad de Calahuyo. De ah que la propia idea de ser colectivo, incluida la referencia de progreso y desarrollo, a su vez pueda ser entendida como el indicador de la existencia de lo comunal en el interior de cada comunidad. En tanto disminuya o desaparezca dicha idea o ideal, la comunidad se ver afectada.
Comprensin y alternativa del poder judicial comunal aymara: los desafos de su aplicacin
A partir del esbozo presentado, y con el fin de mostrar y sustentar cmo se presenta el poder judicial comunal para los comuneros aymaras de Huancan, corresponde intentar una reflexin sobre lo que puede significar su futuro en nuestro pas. Esta inquietud debe ser analizada desde dos perspectivas: desde del Estado, y desde la de las comunidades aymaras. Desde el Estado debe promoverse, en forma integral, el reconocimiento constitucional del sistema de resolucin de conflictos de comunidades como las de Huancan. La Constitucin Poltica de 1993 ha hecho una importante contribucin al regular en su artculo 149 la jurisdiccin especial de las comunidades campesinas114. Sin embargo, la citada norma constitucional no tiene antecedente en trabajos de investigacin previos, y
114
El artculo 149 de la Constitucin Poltica del Per, establece: Las autoridades de las Comunidades Campesinas y Nativas, con el apoyo de las Rondas Campesinas, pueden ejercer las funciones jurisdiccionales dentro de su mbito territorial de conformidad con el derecho consuetudinario, siempre que no violen los derechos fundamentales de la persona. La ley establece las formas de coordinacin de dicha jurisdiccin especial con los Juzgados de Paz y con las dems instancias del Poder Judicial.
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
101
asume ms bien un criterio de regulacin semejante al modelo del poder judicial autnomo y exclusivo dentro del Estado moderno. Esta jurisdiccin comunal se ha regulado como algo especial, sometido a determinados rganos y dentro de los lmites de una concepcin discutible de derechos fundamentales de la persona, contrarios muchas veces a la realidad de los comuneros115. El Estado puede estar agradecido por la descongestin de los diversos juzgados de Huancan, en tanto la mayora de la poblacin del distrito, y porque no decir los de la propia provincia, acuden a sus propios rganos comunales para resolver sus conflictos. Slo la labor de los juzgados rurales se ha presentado como complementaria a la labor de la organizacin comunal en la que se encuentran ubicados, mientras que los juzgados de paz de la ciudad y los juzgados mixtos de primera instancia, han devenido en una instalacin ociosa por su limitadsima carga procesal. A octubre de 1999, mes en que se recopil informacin directa de los propios rganos de resolucin de los juzgados estatales, los cinco juzgados de paz letrados que existan aos atrs haban desaparecido dando lugar a la formacin del nico juzgado de paz letrado de la provincia. Este juzgado, por propia informacin de sus funcionarios, se encontraba con una mnima carga judicial116. El total de casos civiles y penales correspondiente al ao 1998 fue de 270, donde 150 corresponda a materia penal y 120 a materia civil. A octubre de 1999, las cifras anuales eran proporcionalmente semejantes: los casos penales llegaban a 125, en tanto los casos civiles a 90. Comparado al movimiento de casos de los cientos de juzgados de paz letrados de ciudades grandes como Lima, Arequipa o Trujillo, muestra una gran diferencia. En cada uno de estos juzgados es posible recibir mnimamente el total de los 270 casos anuales del juzgado de Huancan en slo un mes. De otro lado, el nico juzgado mixto de primera instancia de Huancan, competente en materia civil, penal, agraria y laboral, tena las mismas caractersticas antes descritas del juzgado de paz letrado. En el juzgado mixto podan distinguirse tambin entre casos penales y civiles, con mnima identificacin de casos laborales o agrarios. Segn indicacin de sus funcionarios117, el juzgado recibe anualmente entre el 65% a 70% de casos penales, en tanto el 35% 30% corresponden a casos civiles118. Al mes de octubre de 1999, slo haban recibido 102 casos penales, y un promedio estimado para ao 1998 fue de 120 casos119.
115
119
El tema de los lmites de los Derechos Humanos en la labor jurisdiccional de poblaciones como la de los aymaras sugiere diversas reacciones. La opinin del autor al respecto aparece expuesta en un trabajo anterior (Pea, 1998, captulo 13). Huancan: Entrevistas realizadas en octubre de 1999. Huancan, Ibdem. Los casos laborales o agrarios en particular se subsumen dentro de la categora de casos penales, porque las partes agraviadas prefieren normalmente tal procedimiento. Estos datos resultan sorprendentes si se compara (al igual que anteriormente hemos referido para la labor del juzgado de Paz Letrado) el nmero de cosas que reciben las
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
102
Esta situacin no slo es consecuencia de la funcin jurisdiccional de las comunidades de Calahuyo, Titihue y Tiquirini-Totera, respaldadas por su liga agraria, sino consecuencia de todo un movimiento o la reaccin del conjunto de comunidades aymaras de Huancan. A los juzgados generalmente llegan los casos de las parcialidades de la misma provincia, donde no existe todava una asamblea dinmica, y donde las autoridades estn restringidas a su teniente gobernador. Ahora no se trata de reconocer un derecho consuetudinario o un derecho ancestral o tradicional reglamentado por ley, sino ms bien, de reconocer una justicia y un derecho diferentes, tanto como se reconocen culturas diferentes. No existe una cultura superior o inferior, como tampoco existe un concepto de justicia o un sistema judicial superior o inferior; se trata de una cultura y sistemas judiciales diferentes. Desde las comunidades aymaras del sur andino, y particularmente desde Calahuyo, Titihue y Tiquirini-Totera, se hace indispensable una nueva actitud. En opinin del autor, slo en los propios comuneros est la posibilidad de consolidar su sistema judicial, lo que supone las tareas de continuar fortaleciendo su organizacin comunal y superar su situacin de dependencia econmica. Aspectos de su organizacin social como el de rotacin de los cargos, la exigencia de que todos asistan a sus asambleas y participen, el acceso de la mujer aymara a los cargos de representacin, etc., son instituciones o disposiciones que no deben desaparecer y, por el contrario, deberan avanzar y perfeccionarse. Particularmente, la institucin de la rotacin de los cargos120 se presenta como fundamental y puede significar un aporte para otras sociedades. Desde el Estado, quien ostenta un cargo se convierte en un omnipotente de la institucin que representa y, si por l fuera, permanecera en forma vitalicia en su cargo. Esto es contrario a los comuneros quienes, con cargos o sin estos, son los mismos y esperan siempre, por diversas razones, que concluya el plazo de su designacin para que otro comunero lo suceda. En la funcin judicial, inclusive, puede apreciarse que tal rotacin se convierte en garanta de su imparcialidad. En las relaciones econmicas, en cambio, los comuneros tienen un mayor reto. La relacin de dependencia con la costa y las grandes ciudades, que se manifiesta en una situacin de desventaja por parte de los comuneros para el intercambio de productos, debera variar. Las grandes ciudades siguen subsumiendo de las comunidades sus mejores productos, como la carne vacuna y la papa, pagndoles un precio irrisorio comdecenas de juzgados de primera instancia en materia civil o penal de Lima. En estos mnimamente se pueden recibir entre 250 a 300 casos mensuales. La rotacin de los cargos se presenta como una regla regular en el interior de las comunidades de estudio. Los cargos de presidente y de teniente gobernador son rotados entre cada uno de los miembros de la comunidad (Pea, 1998).
120
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
103
parativamente con lo que les venden (arroz, aceite, azcar, ropa, etc.). Al respecto, los comuneros deberan ser capaces de negociar, ellos mismos, un mejor precio y, aprovechando la tecnologa existente, tambin deben promover la industrializacin de sus productos. Slo de esta manera se evitar la desintegracin de las comunidades por las migraciones, y se alcanzar una plena autonoma que, adems, reforzar su organizacin social. El sistema judicial o poder judicial comunal del sur andino contribuye al fortalecimiento esas relaciones sociales y econmicas de las comunidades, pero tambin requiere del aporte de estas para consolidarse. En el fondo, la presencia de este poder judicial comunal del sur andino ayuda, en el pas, a reconocer la diversidad y a avanzar en la construccin de una organizacin poltica que incluya la convivencia de sus diferentes grupos sociales o tnicos, convencidos, desde luego, de que todos podemos alcanzar satisfaccin y desarrollo.
Conclusin
El concepto y la existencia del poder judicial comunal manifiesta la necesidad de un cambio de paradigma. Frente al poder monista identificado en el concepto de Estado liberal o moderno, y reproducido en cada uno de los poderes clsicos como el de poder judicial o jurisdiccional, se presentan como alternativas otros poderes los cuales desde diversos espacios sociales y culturales muestran la eficiencia y eficacia en su funcionamiento, tal como ocurre con el poder judicial comunal de las comunidades aymaras del sur andino. El poder monista jurisdiccional tiene efectos negativos en sociedades pluriculturales como la peruana dado que reproduce, a travs de la actuacin de sus rganos, problemas de costos, celeridad e ineficacia en los procesos de resolucin de los conflictos que son partes miembros de grupos culturales como el de los aymaras. Contrariamente, la actuacin de rganos familiares o comunales a travs de una particular identificacin de sus conflictos, de procedimientos de resolucin, de acuerdos o decisiones finales, as como de una particular racionalidad fundada en los principios del honor familiar y el ser colectivo, pueden mostrar la superacin de tales problemas. El poder jurisdiccional esbozado por Duverger (1970) al inicio de este trabajo como la accin de decir el derecho, se encuentra reflejado en la estructura de los sistemas de resolucin del poder judicial comunal aymara. En cada comunidad, como en la interaccin de la misma, se reproducen las tres dimensiones de ese poder: en primer lugar, existe el poder de interpretacin que, a travs de sus rganos familiares o comunales de resolucin, colinda con mucha facilidad con una toma de decisin creativa creacin de derecho, flexible a las condiciones familiares y comunitarias en las que se desenvuelven sus miembros; en segundo lugar, existe el poder de deciEL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
104
sin ejecutorio que, a travs de sus rganos de resolucin pero particularmente de las partes y el entorno de las mismas, consigue la materializacin efectiva, segura y rpida del acuerdo o la decisin tomada; por ltimo, tambin se puede decir que existe un respeto a la autoridad de cosa juzgada en el sentido que, una vez llegado a un acuerdo o decisin final, este ya no requiere volver a ser planteado; la satisfaccin o el sometimiento de las partes conduce contrariamente a desaparecer o extinguir el conflicto, lo que supone su efectivo cumplimiento dentro de sus relaciones familiares y comunitarias. Con ello no cabe duda que lo que hacen los comuneros aymaras frente a sus conflictos no es sino una labor jurisdiccional efectiva, lo que confirma la existencia del denominado poder judicial comunal aymara. Cualquier iniciativa de reforma judicial de Estados como el peruano no puede dejar de contemplar la alternativa construida por los comuneros aymaras. Hasta el momento los proyectos de reforma judicial vigentes siguen observando el paradigma del monismo y la profesionalizacin de la justicia. La composicin de mdulos bsicos de justicia, la promocin de centros de conciliacin, entre otros proyectos, no dejan de desprenderse de dicho paradigma. Sin embargo, las demandas y las necesidades de poblaciones mayoritarias como la de los aymaras, los quechuas, los ashninkas, los shipibos, los aguarunas, los chayahuitas, entre la diversidad de pueblos latinoamericanos, continan siendo grandes frente al alcance de los proyectos indicados. Para ello, el contexto de globalizacin y particularizacin, que aparece en la escena actual, ayuda a su consolidacin.
Bibliografa
ALB, Javier, Esposos, suegros y padrinos entre los aymaras, en Mayer (ed.), Parentesco y matrimonio en los Andes, Lima, PUCP, 1980. , Algunas pistas antropolgicas para un ordenamiento jurdico andino, en Garca Sayan (ed.) Derechos humanos y servicios legales en zonas rurales de los pases andinos, Lima, CAJ, 1987. , Races de Amrica: el pueblo Aymara, Madrid, Alianza Editorial, 1988. BELAUNDE, Javier de, Predecibilidad, eficacia e impacto social de las decisiones judiciales, en Poder Judicial, Reforma Judicial, Lima, OTPCI-PJ, 1997. BRAND, Hans Jrgen, Justicia popular: nativos y campesinos, Lima, Fundacin F. Nauman, 1986. , En nombre de la paz comunal: la justicia de paz en el Per, Lima, Fundacin F. Nauman, 1990. CANAHUARE CRUZ, Timoteo, Economa rural del distrito de Huancan, Puno, UNA, Tesis de Bachiller en Ingeniera Econmica, 1983. CARTER, William, El matrimonio de prueba en los Andes, en Parentesco y matrimonio en los Andes, Lima, Pontificia Universidad Catlica del Per, 1980, pp. 363-424. CARTER, William y Xavier ALB, La comunidad aymara: un mini-Estado en con-
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
105
flicto, en Xabier Alb (Ed.), Races de Amrica: el pueblo Aymara, Madrid, Alianza Editorial, 1988. CRUZ, Bonifacio y otros, Situacin y demanda del Pueblo Aymara, en Anuario indigenista, Vol. XXXI, Instituto Indigenista Interamericano, Mxico, 1992, pp. 35-54. CHIBA, Masaji, Three dichotomies of law. An analytical scheme of legal culture, Tokai Law Review, No. 1, 1987. Comunidad de Calahuyo (1973-1999), Libros de Actas y Libro de Antecedentes, Huancan, documentos de la comunidad, no publicados. Comunidad de Titihue (1977-1992), Libros de Actas y Libro de Antecedentes, Huancan, documentos de la comunidad, no publicados. Comunidad de Tiquirini-Totera (1975-1992), Libros de Actas y Libro de Antecedentes, Huancan, documentos de la comunidad, no publicados. DUVERGER, Maurice, Instituciones polticas y derecho constitucional, Barcelona, Ediciones Ariel, 1970 (1ra. Ed. francesa, 1955). , Las dos caras de Occidente, Barcelona, ediciones Ariel, 1975. ESQUIT, Edgard y Csar OCHOA, (eds.) El orden jurdico del pueblo maya, el respeto a la palabra, Guatemala, Centro de Estudios de la Cultura, 1995. GRIFFITHS, John, What is legal pluralism?, en Journal of Legal Pluralism, 24, 1986. HELLER, Hermn, Teora del Estado, Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 1987 (1ra. Ed. Alemana, 1933). HERNNDEZ GIL, Antonio, Metodologa del derecho, ordenacin crtica de las principales direcciones metodolgicas, Madrid, Revista de Derecho Privado, 1945. Instituto Nacional de Estadstica e Informtica del Per Resultados definitivos de Censo de 1993, PUNO, Lima, INEI, 1994a. , Resultados definitivos a nivel provincial y distrital del Censo de 1993, PUNO, Lima, INEI, 1994b. ITURRI HUARACHI, Gilda, Lo individual y lo colectivo en la comunidad de Carata, perspectiva de accin del trabajo social, Puno, UNA, tesis de trabajo social, 1986. Liga agraria 24 de junio de Huancan (1975-1999), Libro de Actas y actas sueltas, Huancan, documentos del gremio, no publicados. LUCAS VERD, Pablo, Curso de Derecho Poltico, Madrid, Editorial Tecnos, 1983 LUQUE CHUQUIJA, Euclides, Sistema de sucesin de la propiedad de la tierra, caso de la parcialidad de Santiaguillo-Huancan, Puno, tesis, Universidad Nacional del Altiplano, 1996. MAUSS, Marcel, Ensayo sobre los dones. Razn y forma del cambio en las sociedades primitivas, en Antropologa y sociologa, Madrid, Editorial Tecnos, 1971. MERRYMAN, John, La tradicin jurdica romano-cannica, Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 1971.
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
106
, Sistemas legales en Amrica Latina y Europa: tradicin y modernidad, Mxico, Fondo de Cultura Econmica. 1989. Ministerio de Justicia, Constitucin Poltica del Per de 1979, Lima, Ministerio de Justicia, 1980. , Constitucin Poltica del Per de 1993, Lima, Ministerio de Justicia, 1994. OBANDO, Jorge, Reforma del sector justicia, en Gobernabilidad y desarrollo democrtico en Amrica Latina y el Caribe, Naciones Unidas, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 1997? PASARA, Luis, Reforma agraria: derecho y conflicto, Lima, Cedys, 1978. , (1979) La Justicia de Paz, en Derecho y sociedad, Lima, El Virrey, edicin de 1989. , (1982a) El campesino frente a la legalidad, en Derecho y sociedad, Lima, El Virrey, edicin de 1989. , Jueces, justicia y poder en el Per, Lima, Cedys, 1982b. , Per: Administracin de Justicia?, en La Administracin de Justicia en Amrica Latina, Lima, Consejo Latinoamericano de Derecho y Desarrollo, 1984. PEASE G.Y., Franklin, Por qu los andinos son acusados de litigiosos?, en Los derechos culturales, Lima, Pontificia Universidad Catlica del Per y Universidad de Friburgo, 1996. , Los Incas, 4ta. ed., Lima, Pontificia Universidad Catlica del Per, Biblioteca Lo que debo saber, Vol. 1, 1998. PEA JUMPA, Antonio, Justicia comunal en las comunidades aymaras del sur andino, el caso de Calahuyo, Lima, PUCP, tesis de bachiller en derecho, 1991. , Justicia comunal en los Andes del Per, el caso de Calahuyo, Lima, Fondo Editorial, PUCP, 1998. , Los castigos de la naturaleza como actos jurdicos y ecolgicos, Lima, Pontificia Universidad Catlica del Per, maestra de antropologa, monografa, 1999. PLAZA, Orlando y Francke MARFIL, Formas de dominio. Economa y comunidades campesinas, 2da. ed., Lima, Desco, 1985. Poder judicial, Reforma judicial: exposicin del seminario taller, Lima, Oficina Tcnica de Proyectos de Cooperacin Internacional del Poder Judicial, 1997a. , Acceso a la justicia, Lima, Oficina Tcnica de Proyectos de Cooperacin Internacional del Poder Judicial, 1997b. POSPOSIL, Leopold, Anthropology and Law: A comparative Theory, Nueva York, Evanston, San Francisco, Londres, Harper and Row Publisher, 1971. PRICE, Jorge y Ana Teresa REVILLA, La administracin de la justicia informal. Posibilidades de integracin, Lima, Fundacin Bustamante de la Fuente, 1992. SEZ GARCA, Felipe, La naturaleza de la reforma judicial en America Latina: consideraciones estratgicas, en Reforma judicial en Latinoamrica: premisas para el cambio, Bogot, Corporacin Excelencia de la Justicia, Edicin Debate, Ao II, Nro. 4, 1998.
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
107
SANTOS, Boaventura de Sousa, Estado, derecho y luchas sociales, Bogot, ILSA, 1991. , La globalizacin del derecho, Bogot, Universidad Nacional de Colombia, ILSA, 1998. STAVENHAGEN, Rodolfo, Derecho indgena y derechos humanos en Amrica Latina, Mxico, D.F., El Colegio de Mxico, Instituto Internacional de Derechos Humanos, 1988. TOUCHARD, Jean, Historia de las ideas polticas, Madrid, Editorial Tecnos, 1964. TRAZEGNIES, Fernando de, Hay un derecho pre-hispnico?, en revista Jus Et Veritas, Lima, PUCP, ao III, No. 4, mayo de 1992. , Posmodernidad y derecho, Lima, ARA Editores, 1996. TREVES, Renato, Sociologa del derecho, Barcelona, Ariel, 1988. WEBER, Max, Economa y Sociedad, Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 1974.
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia
108
EL OTRO DERECHO, nmero 25. Diciembre de 2000. ILSA, Bogot D.C., Colombia