Meirieu, Philippe, Entrevista, CP
Meirieu, Philippe, Entrevista, CP
Meirieu, Philippe, Entrevista, CP
¿Y no se hace?
Nuestros sistemas no lo saben hacer
bien y, en general, lo delegan, desgra-
ciadamente, ya sea en los padres, ya
sea en clases privadas fuera de la es-
cuela. Etimológicamente el pedagogo
es aquel que acompaña al niño, y me
parece que lo que hoy en día les hace
falta a algunos niños es estar acompa-
ñados, no dejarlos ahí donde están,
sino escuchar sus dificultades, com-
prender sus problemas y estar a su lado
a lo largo de toda su escolaridad.
Algunas familias lo hacían con sus hijos,
y lo sigue haciendo, pero hay muchos
alumnos para quienes este acompaña-
¿Cómo?
Es responsabilidad del educador hacer
emerger el deseo de aprender. Es el
educador quien debe crear situaciones
que favorezcan la emergencia de este
deseo. El enseñante no puede desear
en lugar del alumno, pero puede crear
situaciones favorables para que emerja
el deseo. Estas situaciones serán más fa-
vorables si son diversificadas, variadas,
estimulantes intelectualmente y activas,
es decir, que pondrán al alumno en la
posición de actuar y no simplemente en
la posición de recibir. Y pienso que co-
rresponde a la escuela reflexionar seria- el niño aprende buscando respuestas a Ha escrito recientemente en un artículo
mente sobre esta responsabilidad. No las preguntas que se formula. Y creo que hoy en día los niños y los jóvenes
nos podemos contentar con dar de be- que es necesario restituir esto a la es- están “sobreexcitados” y “sobre infor-
ber a quienes ya tienen sed. También cuela, un saber vivo, es decir, un saber mados”. ¿Es más difícil hacerles emer-
hay que dar sed a quienes no quieren que no está osificado, fosilizado, sino ger el deseo de aprender?
beber. Y dar sed a quienes no quieren un saber dinámico, que aporta algo, y Los niños de hoy en día son muy curio-
beber es crear situaciones favorables. en tanto que aporta algo es emancipa- sos, pero viven en una sociedad en la
dor. No es un objeto del que el alumno que hay una aceleración fantástica, esti-
se tiene que apropiar para devolverlo el mulaciones extraordinarias, un estrés
¿Qué tipo de situaciones? ¿Se refiere día del examen, no es esto en absoluto. considerable y también una fatiga psi-
a lo que usted llama la situación- Es un saber que rige el deseo de saber cológica y física; se sabe que los niños
problema? todavía más. El aprendizaje genera nue- en la escuela están cansados, duermen
Sí, me refiero a situaciones en las que vas preguntas. Y el objetivo de la es- cada vez menos. No hay disminución ni
hay un proyecto, una dificultad, lo que cuela es hacer emerger preguntas. de su nivel ni de su cultura, pues hoy
yo llamo un obstáculo, un misterio por
resolver…
¿Por ejemplo?
Imaginemos que propongo a alumnos
de doce o trece años realizar un pro-
yecto que consiste en construir una ma- El pedagogo que pidió volver al liceo
queta de una ciudad romana. Nos en- Dice Philippe Meirieu (Alès, Francia, 1949) que el profesor debe ponerse en la piel del que
contraremos con un cierto número de aprende. Él, cuando ya llevaba años consagrado a la enseñanza universitaria, predicó con el
problemas: hay que ir a ver el plano de ejemplo y pidió que le destinasen a un liceo de los suburbios de Lyon. Quería ponerse en la piel
una ciudad romana, encontrar textos de unos y otros a la vez: en la piel de los futuros profesores a los que él enseñaba y en la piel
que la describan, trabajar la proporcio- de los alumnos a los que éstos enseñarían. Volvía, además, a sus orígenes.
nalidad, trabajar los materiales y decidir Había empezado impartiendo clases de Francés y Filosofía en colegios y liceos a finales de los
con qué la haremos y cómo la hare- sesenta, después de licenciarse en Filosofía y Letras y antes de incorporarse al mundo universi-
mos… van apareciendo una multitud tario y asumir otras responsabilidades que lo llevaron a participar en la creación de institutos
de problemas. Y el papel del enseñante universitarios de formación de maestros, como el de Lyon, que dirigió hasta el año pasado; a
es encontrar el proyecto que hará encargarse de la reforma de los liceos promovida a finales de los noventa por el Ministerio de
emerger problemas que permitirán Educación, y a estar al frente de varias instituciones educativas.
construir conocimiento. Pero a Meirieu le gusta el contacto con los alumnos. No ha aparcado nunca la docencia, ya sea
en la universidad –es profesor de Ciencias de la Educación en la Universidad Lumière-Lyon 2–,
ya sea en el liceo al que pidió volver movido por la convicción de que “uno no puede formar a
De modo que para generar el deseo docentes sin tener contacto con los alumnos a los que enseñarán”. Su petición es tan poco ha-
hace falta generar antes problemas. bitual que le costó conseguir el permiso de la administración. “No debería serlo. Todo aquel que
La trilogía fuerte con la que trabajo con trabaja en la educación debe conocer la cotidianeidad de las clases”.
los enseñantes es proyecto-problema- Esas clases han sido objeto de mucha reflexión e investigación –en buena parte dedicada a la
recursos. Es decir, hay un proyecto, se pedagogía diferenciada, cuya principal aportación ha sido la de los grupos de aprendizaje–, que
descubren dificultades, problemas, y a ha plasmado en centenares de artículos, más de 40 libros y una serie de 26 emisiones sobre
partir de ahí se van a buscar los recur- grandes pedagogos.
sos. Porque, en el fondo, lo que da Todo este bagaje lo transmite en su forma de hablar. Meirieu es un hombre con las ideas claras
sentido a lo que se hace es la respuesta y un discurso meditado. Responde sin vacilar, huyendo de la inmediatez que tanto detesta y to-
a una pregunta. Y el alumno sólo mándose el tiempo que reivindica. Le gusta explicarse y nada le distrae en la terraza del hotel
aprende si esta respuesta corresponde barcelonés en el que se ha hospedado. Lleva un reloj pero no lo mira, pese a que su avión des-
realmente a un problema que él ha pega al cabo de poco. Incluso se ofrece a contestar un par de cuestiones más cuando las agu-
descubierto y a una pregunta que él ha jas aconsejan pedir un taxi en dirección al aeropuerto. Es generoso. También amable: su habla
podido formularse. Si le damos res- pausada sólo se interrumpe cuando cree que la palabra que va a pronunciar es difícilmente tra-
puestas sin ayudarlo nunca a ver a qué ducible al español. De nuevo, vuelve a ponerse en la piel del otro.
responde, el alumno no puede tener
deseo de aprender.
Títulos publicados
¿Cree que se dan demasiadas respues- > Aprender, sí. Pero ¿cómo? Octaedro, 1992.
> La escuela, modo de empleo. De los “métodos activos” a la pedagogía diferenciada. Octaedro, 1997.
tas en la escuela?
> La opción de educar. Ética y pedagogía. Octaedro, 2001.
Muy a menudo la escuela da respuestas > En la escuela hoy. Octaedro-A.M. Rosa Sensat, 2004.
sin ayudar a formularse preguntas, da > Frankenstein educador. Laertes, 1998.
respuestas sin preguntas, mientras que > El mundo no es un juguete. Graó, 2007.
proponer para permitirles acceder a un compromiso ideológico y político. Hoy Ha venido a Barcelona muchas veces.
saber y estar a su lado para ayudarlos y, es quizás más un oficio en el que se es ¿Con qué impresión se va del profeso-
a la vez, exigirles. más pragmático, más práctico. rado de aquí?
He venido casi siempre invitado por la
Associació de Mestres Rosa Sensat, un
¿Piensa que el profesor debe ser muy ¿Esto es malo? movimiento con un dinamismo extraor-
exigente? Hay un poco una banalización del oficio dinario y sin equivalente en mi país. La
Creo mucho en la exigencia, pienso y ya no es tanto una vocación. Esto es escuela de verano en la que he partici-
que es muy importante para el ense- malo y bueno a la vez. Es malo porque pado y que ha reunido a 1.500 maes-
ñante. Pero también pienso que no se el oficio de enseñante necesita un ideal. tros es algo que en Francia no tene-
puede ser verdaderamente exigente si Y es bueno porque hace falta tratar los mos. Pienso que los enseñantes de
no se ayuda al mismo tiempo. La exi- problemas de forma pragmática. Pero aquí, los que yo conozco, están mucho
gencia no es aceptable por el niño, si lo que me parece que más caracteriza a más movilizados y menos hastiados.
aquel que es exigente no está en una los jóvenes profesores es que a menu- Hay un dinamismo ligado a la historia
posición de ayuda. Creo que a los do no ven hasta qué punto su oficio es de España y al hecho de que la escuela
alumnos les gustan los enseñantes exi- importante socialmente y que el futuro pública ha luchado combates importan-
gentes, con la condición de que sean de un país reposa en parte sobre ellos. tes. No puedo hablar de lo que no co-
solidarios, ya que la exigencia debe Pienso que haría falta devolver la digni- nozco, pero a los profesores que co-
fundarse en la solidaridad. Por ejemplo, dad al cuerpo de enseñantes y devolver nozco los encuentro muy movilizados y
un entrenador deportivo es muy exi- ambición a la escuela. En Francia, hay con una verdadera profesionalidad. Es
gente con un equipo, pero esta exigen- una especie de falta de claridad de pro- algo que en Francia se ha perdido en
cia es por solidaridad. yectos políticos para la escuela que, en los últimos tiempos. Pero es muy alen-
mi opinión, no favorece el compromiso tador ver lo que pasa aquí.
de los enseñantes.
¿El profesor debe ser, pues, como un
entrenador deportivo?
Sí, es decir, muy exigente, pero por so-
lidaridad. Debe ser aquel que entrena
para que cada cual dé lo mejor de sí
mismo y pueda estar orgulloso de lo
que da. Muy a menudo los alumnos
con dificultades son aquellos que nunca
se han sentido orgullosos. Se dice que
un alumno fracasa porque no está moti-
vado. Y yo pienso que es al revés, que
los alumnos no están motivados porque
fracasan. Porque cuando un alumno
está orgulloso de lo que ha hecho,
cuando se ha conseguido hacerle hacer
alguna cosa de la que puede estar or-
gulloso, entonces se siente motivado.
La humillación desmotiva, mientras que
el orgullo motiva. Si somos capaces de
hacer que los alumnos se sientan orgu-
llosos, estarán motivados.