Colonia Del Sacramento - Ensayo - Rela
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WALTER RELA UN SIGLO DE CONFRONTACIONES POR LA COLONIA DEL SACRAMENTO 1678 -1778
Revista digital Estudios Histricos N 2 ISSN 1688-5317 - Edicin Extraordinaria setiembre 2009 - Uruguay
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NOTA DE PRESENTACIN Estimados lectores, el Centro de Documentacin Histrica del Ro del Plata, fundado en el ao 2006, en la ciudad fronteriza de Rivera, Uruguay, ha editado desde ese ao una serie de textos pertinentes a la investigacin histrica regional platense, que por su importancia documental o de utilizacin ulica as lo merecan. De tal forma preparamos en formato CD una edicin facsimilar del primer peridico uruguayo la Estrella del Sur, el Tratado de folklore uruguayo del Dr. Iturria, diversos trabajos de autora del Dr. Walter Rela, entre los cules destacamos Espaa en el Ro de la Plata. Descubrimiento y Poblamientos 1516-1588. En octubre de 2008, durante el III Encuentro Regional de Historia y Ciencias Sociales organizado por el C.D.H.R.P., propusimos la creacin de una herramienta digital de comunicacin entre docentes e investigadores de la regin y de Amrica Latina. As nacin en mayo de 2009 la revista digital Estudios Histricos, que ya ha editado su segundo nmero. Estudios Histricos, si bien tiene un formato estrictamente digital, quisimos darle un estilo de revista formato papel, con diversas columnas, desde los artculos, pasando por los comentarios y criticas de libros, la difusin de tesis de posgrado, de ensayo y de trabajos de inters. Dentro del proyecto se incluye la presentacin de Ediciones especiales, de carcter temtico y Ediciones extraordinarias, como el presente ensayo del Dr. Walter Rela que estamos publicando. Este ensayo sobre la Colonia del Sacramento es el primero de la serie que publicaremos cuatrimestralmente abarcando diversos temas desde la Historia Colonial a la Historia Reciente de la cuenca platense. En particular este trabajo tiene singular importancia pues analiza con erudicin y muy buena documentacin, obtenida pacientemente a lo largo de varios aos en archivos de Europa y Amrica, el origen de los conflictos, rivalidades y disputas que dieron origen a la problemtica de las fronteras en el sur del continente. Con autorizacin del autor hemos intercalado imgenes y cartografa ilustrativa que apoya la fuerza contundente del texto. La hiptesis de trabajo del autor es significativa en la medida que se aparta de las tradiciones historiogrficas que sobre la materia en cuestin Colonia del Sacramento se han escrito en los ltimos doscientos aos, cuyo giro conceptual permite interpretar otros hechos sucedidos a partir de las rivalidades y confrontaciones generadas. Walter Rela, es un prestigioso historiador uruguayo, especialista en Historia y Literatura, que desempeo la docencia en varias partes del mundo y lleva, a sus 85 aos, y en plena produccin, mas de un centenar de publicaciones que son objeto de estudio en los principales centros acadmicos.
Nota: Todas las imgenes incorporadas no forman parte del trabajo original. Son meramente ilustrativas y con autorizacin especfica del autor.
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WALTER RELA
UN SIGLO DE CONFRONTACION POR LA COLONIA DEL SACRAMENTO EN EL RIO DE LA PLATA 1678 1778
In memoria de mis padres Juan Pablo Rela Hernndez Eva Pastora Villanueva
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7.1. Expedicin al Ro de la Plata 7.2. Detenimiento en la isla de San Gabriel 7.3. Fundacin en tierra firme de la Colonia. 7.4. Reconquista por los espaoles. 7.5. Reclamo portugus por el asalto a la plaza Captulo III 8. Siglo XVIII: Breve historia poltica y militar de Europa. 9. Cronologa histrica documentada Ro de la Plata, 1680-1777. 10. Cronologa histrica: Espaa, Portugal, Francia, Inglaterra 1700-1778. 11. Tabla sinptica de enfrentamientos 1680-177. 12. Historia poltica y militar de la Colonia del Sacramento 1701-1777. 13. Influencia europea en la historia del Ro de la Plata. 13.1. Negociaciones entre cancilleras 1681-1778. Tratados entre las potencias. 13.1. A. Tratado de 1681. 13.1. B. Tratado de 1750. 13.1. C. Tratado de 1777. 13.1. D. Tratado de 1778. 14. Conclusiones 15. Fuentes consultadas.
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1. Introduccin Con esta tesis culminamos un ciclo de estudios parciales que en torno a la historia colonial del Ro de la Plata fuimos publicando desde 1988, iniciados con Los escritos de D. Gonzalo de Doblas relativos a la Provincia de Misiones 1785 - 1805. Ese trabajo de investigacin refiere la actuacin del primer Gobernador Civil del Departamento de Concepcin, Misiones, nombrado por el Virrey Juan Jos de Vrtiz en 1781 despus de la expulsin de los jesuitas por la Pragmtica de 1776. 1. Eleccin del tema Desde entonces empezamos a indagar sobre todos los anteriores conflictos planteados por la confrontacin del reino portugus con el espaol en torno a la Colonia del Sacramento que dur exactamente un siglo. Nos preocupamos por profundizar en las races de los mismos, descubriendo que as como en el nombramiento de Doblas, Vrtiz estaba apremiado por ordenar con eficiencia la administracin de una parte del territorio colonial del Ro de la Plata, ms obedeca a la preocupacin que en Madrid exista por llenar el vaco que dejaron los jesuitas en cuanto a la economa y la evangelizacin de los guaranes con una obra paciente nacida desde su instalacin en 1585 en el Paraguay. Simultneamente descubrimos que todos los sucesos registrados y que formaban la historia regional platense desde 1678 a 1778 obedecan al mismo patrn. La conclusin general a la que llegamos fue de que las grandes decisiones polticas con sus conexiones militares y las negociaciones entre ambas cancilleras sobre asuntos de la Colonia del Sacramento fueron tomadas siempre en Lisboa y Madrid en funcin de los intereses que en cada oportunidad afectaban a una u otra de las coronas. En otras palabras la fundacin, ocupacin, defensa militar y disputas diplomticas de la Colonia del Sacramento fue parte de un todo, usando trminos modernos de la "globalizacin" europea con races en el siglo XV y que involucr un contexto que abarc la aceptacin como legtima la doctrina de que el Santo Padre poda "jurdicamente disponer de las tierras en poder de los infieles" `los que podan se confiados a los reyes cristianos a condicin del compromiso de evangelizar a los pueblos "conquistados para la fe cristiana" Un segundo trabajo publicado en 1991 fruto de nuestra investigacin en la Biblioteca Nacional de Espaa, Madrid 1988, que intitulamos Alabanza a Don Pedro de Cevallos por su feliz expedicin al Plata, 1776- 1777 para el que nos servimos del manuscrito 10.942 que se identifica como Relacin exacta de lo que ha sucedido en la expedicin a Buenos Aires que escribe un Sargento de la Comitiva en ese ao de 1778 (sic) en las siguientes dcimas. En la introduccin y notas pertinentes tratamos de manera especial la Contencin al expansionismo portugus ejercida por Espaa con sus fuerzas militares y navales peninsulares que en esa instancia tuvieron en Cevallos un digno conductor. Entramos en los pormenores de la expedicin punitiva que termin con la reconquista definitiva de la Colonia del Sacramento, asediada el 22 de mayo de 1777 y entregada bajo protesta por el gobernador portugus D. Francisco Jos da Rocha Pita el 3 de junio siguiente. El argumento de este ltimo fue de que habiendo pedido a Cevallos en tiempo y forma sin apartarse de las reglas vigentes para estos casos, una capitulacin honrosa respetando honores militares para con el vencido y ste se la neg. Este es el origen de nuestra preocupacin que se remonta a 1990.y que da origen a este nuevo estudio que hace al desarrollo de mi tesis.
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2. Estado de la cuestin Hemos seguido cuidadosamente los ltimos estudios sobre el tema, tanto en la produccin bibliogrfica, como en artculos en revisas especializadas. Siguiendo el orden cronolgico analizaremos los escritos publicados en los pases vinculados al tema de esta tesis: 2.1. Autores Portugueses El primero que tratamos es Sebastio da Veiga Cabral, autor de "Descripo Corogrfica e Coleo Histrica do Continenete da Nova Colonia da Cidade de Sacramento", firmado en la Cidade de Abrantes el 2 de noviembre de 1713 y que reproducimos en el Apndice. Permaneci indita en archivos lisboetas y el original est custodiado con el No, 15748 de la Seco Reservados/ Fundo Especial da Biblioteca Nacional de Lisboa. Una de las publicaciones es del Instituto Histrico y Geogrfico del Uruguay, Montevideo: 1962. Veiga Cabral entre diciembre de 1698 y enero de 1699 asumi el cargo de gobernador de la Colonia del Sacramento y desarroll una brillante gestin que dur hasta el 14 de marzo de 1705, cuando debi abandonar la plaza sitiada por los espaoles. Se le valor por la dignidad administrativa, el saneamiento de las finanzas, la prosperidad econmica con el negocio lcito de corambre y sebo. Su obra tiene un total de 212 folhas, conserva gran valor documental descriptivo y que abarca muchos temas: econmicos y hace hincapi en la generosidad de sus tierras y los frutos que se recogen, sigue con la vida social y las costumbres portuguesas que se conservan pese al nuevo medio, la religin catlica que mantiene toda su fuerza, las luchas militares con los castellanos, los negocios de cueros con los ingleses, no siempre lcitos. En la parte sexta dedica siete captulos con asuntos sustantivos para el estudioso, argumentos sobre la legitimidad de "as terras que fio de parte oriental do Rio da Prata, refutadose e convencendo-se toda a opposio com que se pretende oscurecer esta solida verdade". Enfatiza en que esas tierras fueron de la corona portuguesa desde siempre y ofrece pruebas de cosmgrafos, noticias histricas documentadas y acude con conviccin de que fueron los portugueses los primeros descubridores del Ro de la Plata por orden del rey D. Manuel I, inmediatamente despus de la gran aventura de Pedro Alvares Cabral que pis tierra firme en el norte del Brasil el 22 de abril de 1500. El segundo autor es Simo Pereira de Sa, que escribi: "Histria Topographica e bellica da Nova Colonia do Sacramento do Rio de Prata", hay un ejemplar en la Biblioteca Nacional, Rio de Janeiro, que perteneci al rey D. Joo VI, que sirvi para su reproduccin en 1900, con un total de 221 folios. Naci en Ro de Janeiro en 1701 pero pas a Portugal con su familia, se form en Coimbra, por lo se le considera portugus y tambin como Veiga Cabral hace la defensa "irrefutable" de la legtima propiedad de Portugal, de la Colonia del Sacramento y "suas terras", que van de O - E de la Banda Oriental, para eso acude a las Bulas del Santo Padre Nicols V, del Papa Xisto IV y del Papa Alejandro VI que considera pruebas irrefutables y definitorias. Contina transitando por la historia de fin del siglo XVI, XVII y XVIII con los frecuentes enfrentamientos militares entre espaoles y portugueses por la disputa de esa franja de territorio sobre el extremo de la costa oeste del ro de la Plata. Frente al estratgico puerto de Buenos Aires. Se detiene en las virtudes de la larga gobernacin 27 aos de D. Antonio de Vasconcelos (1722-39) y expone en detalles la lucha militar con el gobernador espaol Miguel de Salcedo quien en 1735 intent sin xito someter la Colonia, y que "termin dejando el dominio del ro a los portugueses", episodio con el que concluye su narracin.
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El tercer autor relevante por su obra es Jos Custodio S e Faria, con su valiosa obra" Dirio da Expedio e Demarcao da Amrica Meridional e das Campanhas das Misses do Rio Uruguai 1750-1761", publicado por primera vez en Aranjuez el 15 de julio de 1790. Custdio S e Faria fue protagonista de la guerra guarantica declarada a raz de la implacable aplicacin del artculo 14 del Tratado de Permuta de 1750 en la que los ejrcitos aliados de Espaa y Portugal (Art. 25) enfrentaron a las poblaciones indgenas de los 7 pueblos jesuticos del Alto Uruguay. Es un documento valioso y pormenorizado de los acontecimientos militares, de las reuniones de las Comisiones Demarcadoras del Tratado, que firmado por los reyes Fernando VI y Jos I el 13 de enero de 1750 y denunciado por mala fe de los negociadores portugueses con dilaciones el 24 de junio de 1760 y anulado definitivamente por Carlos III y Jos I con la firma del Tratado de febrero de 1761. Su Dirio se caracteriza por la abundante informacin sobre los constantes movimientos de tropas, reuniones y datos concretos sobre lo ocurrido, planes militares y combates contra los guaranes de los ejrcitos unidos de Espaa y Portugal pero que tenan comandos separados, armas y artillera propia y abastecimientos. Como se aprecia ninguno de estos tres documentarios salen del estrecho margen de lo regional sin vinculacin con lo que simultneamente ocurra en Europa y que tanta influencia ejerci sobre el destino de la Colonia del Sacramento, una "espina clavada en la garganta del Imperio Espaol" como defini muy bien Carlos III al ordenar a D. Pedro de Cevallos la punitiva expedicin de 1776, que pondra fin al ciclo platense lusitano el 3 de junio de 1777 con la toma de la plaza. En casi todas las Historia de Portugal referidas a la poca colonial de Brasil y las de Historia del Brasil en sus captulos siglos XVI-XVII, no es posible encontrar ms que vagas referencia a la ocupacin de la Colonia del Sacramento por Manuel Lobo. Lo mismo sucede con el perodo histrico-poltico que abarca gran parte del siglo XVIII y en el que Portugal movi sus intereses polticos y econmicos en Brasil y en el Ro de la Plata con gran pujanza. Recorrimos el "Inventario dos documentos relativos ao Brasil existentes no Arquivo da Marinha e Ultramar (Lisboa 1729-1747)" y "Documentos da Arquivo da Torre de Tombo, Notcias antigas do Brasil 1531-1551".La conclusin que sacamos es que lo normal fue una legtima preocupacin por las dos invasiones francesas a la baha de Guanabara (1555) y a Maranho (161215), los tres ataques de la flota inglesa a los puertos de Santos (1581-83), Salvador de Baha (1587) y Recife (1595), mucho ms por las ocupaciones holandesas al NE de Brasil que permanecieron en esos territorios por 24 aos, de 1630 a 1654, formando un gobierno con autoridades estables y negociando a gran escala con otras coronas europeas. Sobre el perodo de la Corona Felipina entre 1582 y 1640 no aparece ninguna referencia a la isla de San Gabriel, que se saba era frecuentada por piratas franceses, ingleses, holandeses y portugueses que atacaban las naves espaolas que salan del puerto de Buenos Aires cargadas con plata potosina, y que se refugiaban como fondeadero seguro. Sebastio de Rocha Pitta public en Lisboa en 1880 Histria da Amrica Portuguesa desde o anno 1500 at 1724 y todo lo que dedica a la Colonia del Sacramento son dos breves captulos el 110 y 111 con 33 renglones, marcando su privilegiada ubicacin no Rio da Prata na distancia de 60 leguas defronte a cidade de Buenos Aires. 2.2 Autores espaoles En setiembre de 2006 se edit en Montevideo: La manzana de la discordia del historiados espaol Diego Tllez Alarcia, docente la Universidad de la Rioja, Espaa quien haba trabajado temas circundantes como: La misin secreta de D. Ricado Wall en Londres (1747-748) en Cuadernos de Investigacin Histrica No. 24, p-.49-12, 2000 y a otro del mismo ao publicado en
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la revista Diplomate que trataba: La estrategia de Espaa en la guerra de los Siete Aos y el fallido proyecto de la Armada Invencible. En cuanto a La Manzana de la Discordia debe entenderse como un minucioso catlogo de cada uno de los acontecimientos ocurridos en la regin platense que bien quedan definidos en su sub-ttulo: Historia de la Colonia del Sacramento desde la fundacin portuguesa hasta la conquista definitiva por los espaolas (16477-1777). Basta recorrer los 12 captulos para ver en que forma ordenada Diego Tllez aborda el asunto, muchas veces usando un lenguaje propio de la narrativa y aunque con frecuencia se ve obligado a recurrir a referencias de la poltica espaola del siglo XVIII pocas lo hace marcando ntidamente la relacin de dependencia de la Colonia con Portugal, Espaa, Francia e Inglaterra, sino en menciones puntuales derivadas de las actuaciones de los ministros en particular.. En su libro aunque con la tcnica de una breve historia europea insiste en detalles de segundo orden que ocurrieron naturalmente en las cortes tanto espaola como lusitana y cuando debe abordar los captulos decisivos sobre el destino poltico de la Colonia del Sacramento como en el que titula Guerra fra en la Ro de la Plata enumera puntualmente los hechos sin extraer conclusiones vinculantes con Europa y en el ltimo La expedicin 1776-1777 se remite cronolgicamente a la accin militar que Don Pedro de Cevallos document con lenguaje de soldado, evitando extraer conclusiones polticas sobre el futuro de la Banda Oriental que a partir de entonces forma parte del reciente creado Virreinato del Ro del a Plata del que ser primer titular D. Pedro de Cevallos. En conclusin sobre este asunto: el estado actual... afirmamos en forma tajante que el objetivo de esto autores sigue de alguna manera la lnea tradicional, por tanto diferente a la que seguimos como base de la hiptesis, en otras palabras nadie ha mirado la cuestin desde nuestro punto de vista dejando margen para una interpretacin original, como es de rigor. O sea partir desde las Instrucciones del Prncipe Regente D. Pedro a su mariscal de campo Manuel Lobo en 1678 hasta que se confirm el Tratado de San Ildefonso en 1778 la dependencia poltica, militar, comercial, de trabajos de cancilleras con acuerdos y rechazos totales o unilaterales es demostrable toda vez que se examine exhaustivamente la documentacin de archivos. 2.3. Autores Brasileos En este pas el tema de la Colonia del Sacramento ha merecido numerosos trabajos de investigacin de alta calidad. Pasamos revista a la produccin ms valiosa que merece ser considerada. El brasileo Jonathas da Costa Rego Monteiro hizo pblica su obra en 2 Vol." A Colnia do Sacramento 1680-1777", Porto Alegre: 1937. La parte I se inicia con las primeras expediciones al Ro de la Plata de 1501 y hasta 1526, y sigue con la de Martn Affonso de Sousa de 1531. En la parte II sigue rigurosamente el proceso cronolgico y del cap.I con la expedicin de Manuel Lobo en 1680 y concluye en el VII con su muerte en Buenos Aires en 1683. No comenta en forma personal ningn acto que no est documentado, no hace ninguna interpretacin, se limita a la narracin de los hechos. La III tiene V captulos que van desde la toma por las fuerzas del gobernador de Buenos Aires D. Jos Garro hasta 1705.La IV comprende un perodo muy extenso, 1715-1762, reconoce la buena administracin del gobernador Vasconcelos e incide en la tentativa de ocupacin de Montevideo en 1736, como alternativa a dos frentes de lucha Da detalles precisos de la llegada de la flota en 1763 que estuvo a cargo del Comandante Mac-Namara y que termin con el incendio y hundimiento del buque insignia Lord Clive. La parte V se inicia con el Tratado de Pars y concluye con el San Ildefonso de 1777. Es el tratado ms minucioso en detalles, siempre basado en datos probados, sin comentarios del autor, pero indispensable para la preparacin del marco histrico. Repetimos, un libro maestro
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por su metodologa de la documentacin consultada y manejada en el Vol. 1 y el Vol. 2 de 215 pginas contiene solo documentos. Conocemos bien su contenido y fue siempre una de nuestras fuentes de consulta, pero reconocemos que tambin en Rego Monteiro no hay la menor preocupacin por vincular lo regional con lo europeo contemporneo. Otro brasileo, Aurlio Porto public "Histria das Misses Otientais do Uruguai, en Porto Alegre, 1943, basado en miles de documentos que el autor consult en la Seco de Manuscritos da Biblioteca Nacional do Rio de Janeiro. El maestro Capistrano de Abreu la catalog de uma obra sem ejemplo na Histria y lo es sin duda. Este libro es imprescindible para entender la obra de la Compaa de Jess en su proyecto de evangelizacin de los guaranes, organizacin ejemplar de las reducciones, de la educacin, la economa comunitaria, la explotacin de las estancias pecuarias (la vaquera del mar) y tambin sobre los mrtires de la Compaa. Los captulos dedicados a las tropelas y saqueos de los bandeirantes paulistas tienen un gran valor, la amenaza de la expansin portuguesa en la Banda Oriental contra los intereses espaoles, son captulos de un valor sin par por su objetividad. En definitiva, es un libro escrito sin pasin, aunque bien podra tenerla sin merecer crtica, para mostrar la obra de los jesuitas en la regin, pero a los efectos de nuestra hiptesis de la dependencia del Ro de la Plata con Europa, en ningn momento la vincula. Otro autor, el Doctor Pereira Prado con su Colonia do Sacramento: A situao na fronteira platina en Horizontes Antropolgicos 9, 2003, pps. 79-104, aborda una relacin de hechos sin vinculacin extra-continental. Le sigue el Dr Paulo Csar Possamai, profesor de la Universidade Federal do Rio Grande do Norte, con el ttulo: A fundao da Colonia do Sacramento publicado en oct-nov 2004 en la Revista de Humanidades da UFRN No, 5, pps.1-27 donde insiste en una correcta relacin descriptiva de los hechos polticos y militares pero carece de una interpretacin crtica y/o de valoracin de los ms destacados. En junio de 2005 el profesor Possamai public otro trabajo de ineludible consulta con el ttulo: A expanso portuguesa no sul da Amrica: a poltica de povoamento na Colnia do Sacramento (1680-1737). En el mismo hace un enjundiosa defensa de la doctrina: A fundaco da Colnia do Sacramento se deu num momento em que a Cora portuguesa procurava expandir seus domnios na Amrica para compensar a perda de varias posseses no Oriente. Se a fundaco da Colnia do Sacramento objetivava reativar o comrcio ilcito, com Buenos Aires, ao mesmo tempo que visava assegurar a anexao de Banda Oriental ao Estado do Brasil, o emprendimento dveria contar com uma poltica de povoamento dirigida pela Croa a fim de obter xito. Como vemos atiende a dos puntos clsicos para los fundamentos de la ocupacin de la franja territorial de la Banda Oriental, propiedad de Espaa, frente al puerto de Buenos Aires pero lo vincula con el contrabando, cosa cierta, con beneficios particulares locales de gobernadores tanto espaoles como portugueses y al tratar la anexin de territorio de la Banda Oriental esta jugando con una carta de futuro, la creacin de la futura Provincia Cisplatina Portuguesa bajo rdenes del Brig. Gral. Federico Lecor a raz de la invasin de 1816 por el norte, en un lucha frontal contra Artigas, al que derrota en 1818. Es un trabajo descriptivo valioso pero no roza con el objetivo bien claro de nuestra tesis. 2.4. Autores argentinos El tema de la Colonia del Sacramento nunca fue olvidado por los historiadores argentinos por la magnitud de la cuestin poltica, pero slo daremos un anlisis de los principales dado que se trata de una produccin muy extensa pero con muchas reiteraciones. El historiador Diego Luis Molinari con su libro Descubrimiento y conquista de Amrica, Buenos Aires de 1964. Por su parte Miguel Angel Crcano, especializado en cuestiones
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diplomticas rioplatenses posee un libro clsico La poltica internacional en la historia argentina, Buenos Aires: 1972. Enrique de Ganda, reconocido por su valioso trabajo Buenos Aires colonial, Buenos Aires, 1957. Gustavo Gabriel Levene, Nueva historia argentina desde la Conquista hasta nuestros das, Buenos Aires, 1956. El maestro D. Emilio Ravignni, en su obra El virreinato del Ro de la Plata, Su formacin histrica e institucional. Buenos Aires, 1938. Un historiador que pretende una visin integral, en su obra Jos Mara Rosa, Historia argentina, V.1. Buenos Aires, investiga el tema de una manera genrica sin mencionar grandes fuentes documentales. Todos estos historiadores argentinos resultan de necesaria consulta para los temas referidos al perodo colonial. 2.5 Autores Uruguayos Luis Azarola Gil dedic un trabajo que llam Contribucin a la Historia de la Colonia del Sacramento, con el sugestivo ttulo La epopeya de Manuel Lobo, seguida de una crnica de los sucesos desde 1680 hasta 1828 y de una recopilacin de Documentos. Se edit en Montevideo, s/d. La obra es tambin descriptiva, cuidadosa en sus detalles, digna en su enfoque, que ignoro las razones, la lleva en los cap. X-XI-XII hasta los sucesos polticos entre 1810 y 1828, que como sabemos son los de la Revolucin de Mayo, Artigas y la Revolucin Oriental, la Cisplatina Portuguesa de 1821 y la Brasilea heredada de 1822 a 1828, en medio la Cruzada Libertadora Oriental con el Gral. Lavalleja de 1825, la guerra entre las Provincias Unidas y el Imperio de Brasil y por ltimo Convencin Preliminar de Paz. Basta revisar el ndice para comprender que su propsito fue seguir la cronologa histrica, sin tomar partido desde Lobo (cap-I) hasta la campaa de Don Pedro de Cevallos (cap. IX). Es un libro confiable en todas sus referencias, que se acompaa al final de documentos autnticos que el autor revis en los archivos espaoles. Debemos mencionar ac la importante obra de Antonio Rivers Tula "Historia de la Colonia del Sacramento 1680-1830", publicada en Montevideo en 1959 que se convirti en un texto de indispensable consulta por la solvencia con que el historiador encar su trabajo. En el 2002, en Montevideo, el Prof. Antonio Lezama Astigarraga, graduado como Dr. en Arqueologa, docente del Instituto de Arqueologa de la Facultad de Humanidades y Ciencias del Uruguay publica: La Colonizacin endgena. Una nueva perspectiva sobre el proceso de colonizacin del Ro de la Plata, en dicha obra dedicada a la aparicin de cermica de diversos orgenes en Colonia del Sacramento, cuya presencia no se esperaba, ha llevado al autor a profundizar el tema de la colonizacin del Ro de la Plata. Contrariamente a la versin tradicional de la historiografa hispanoamericana, se argumenta que fue un proceso esencialmente americano, impulsado por los intereses de los mineros de la plata de Potos, que se desarroll a partir del fracaso de la expedicin de Pedro de Mendoza y fue ejecutado por los hijos y nietos de los conquistadores del Per y de los fundadores de Asuncin. En ese mismo ao el Prof. de Historia Pablo Fuc, Master en Historia de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educacin del Uruguay, public un trabajo titulado: Cerca de la horca. Historia social del Sacramento a partir de una causa criminal.Su preocupacin fue el abordaje de la historia de la ciudad y sus habitantes (gauchos y vecinos) desde 1777 a 1811 cuando empieza la revolucin oriental contra los espaoles. Analiza las relaciones sociales para desembocar en el tema central, un homicidio ocurrido el 15 de setiembre de 1789 en que el gaucho Josef Torres apualea a un tal Manuel Vallista. En torno a esto desarrolla a travs de la causa criminal un panorama de las normas o reglas vigentes en la poca que son la expresin de una colisin de intereses ms generales que los propios e involucran a corrientes opuestas dentro de la vida colonial. Por ltimo en setiembre de 2006 se edit en Montevideo: La manzana de la discordia del historiador espaol Diego Tllez Alarcia, docente la Universidad de la Rioja, Espaa quien haba
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trabajado temas circundantes como: La misin secreta de D. Ricado Wall en Londres (1747-748) en Cuadernos de Investigacin Histrica No. 24, p-.49-12, 2000 y a otro del mismo ao publicado en la revista Diplomate que trataba: La estrategia de Espaa en la guerra de los Siete Aos y el fallido proyecto de la Armada Invencible. En cuanto a La Manzana de la Discordia debe entenderse como un minucioso catlogo de cada uno de los acontecimientos ocurridos en la regin platense que bien quedan definidos en su sub-ttulo: Historia de la Colonia del Sacramento desde la fundacin portuguesa hasta la conquista definitiva por los espaolas (16477-1777). Basta recorrer los 12 captulos para ver en que forma ordenada Diego Tllez aborda el asunto, muchas veces usando un lenguaje propio de la narrativa y aunque con frecuencia se ve obligado a recurrir a referencias de la poltica espaola del siglo XVIII pocas lo hace marcando ntidamente la relacin de dependencia de la Colonia con Portugal, Espaa, Francia e Inglaterra, sino en menciones puntuales derivadas de las actuaciones de los ministros en particular. En su libro aunque con la tcnica de una breve historia europea insiste en detalles de segundo orden que ocurrieron naturalmente en las cortes tanto espaola como lusitana y cuando debe abordar los captulos decisivos sobre el destino poltico de la Colonia del Sacramento como en el que titula Guerra fra en la Ro de la Plata enumera puntualmente los hechos sin extraer conclusiones vinculantes con Europa y en el ltimo La expedicin 1776-1777 se remite cronolgicamente a la accin militar que Don Pedro de Cevallos document con lenguaje de soldado, evitando extraer conclusiones polticas sobre el futuro de la Banda Oriental que a partir de entonces forma parte del reciente creado Virreinato del Ro del a Plata del que ser primer titular D. Pedro de Cevallos. Reconocemos nuestra frecuente consulta para informarnos sobre los datos histricos que usamos en otras publicaciones nuestras. Deuda de gratitud que saldamos ac, pero que por su estructura y objetivos perseguidos, adems lleva la historia hasta el nacimiento de la Repblica Oriental del Uruguay en 1830, tampoco se preocupa por relacionar los sucesos locales con los europeos, aunque en algunos captulos, los que tienen referencia a los Tratados, hace alguna escueta mencin, sin darle trascendencia. Podramos seguir con otros autores que tambin tuvimos a la vista y que mencionamos en la bibliografa consultada, pero este informe se hara demasiado extenso. No obstante queremos sealar la importancia que tienen todos los prlogos a los Tratados recogidos en la coleccin histrica monumental de Carlos Calvo, con informacin confiable siempre que examinamos en la tesis y que reproducimos en el Apndice. No menos valor tienen dos documentos que consideramos sustantivos: el Justificam de 1681 que Portugal se encarg de difundir entre las cortes europeas para justificar jurdicamente la ocupacin de la margen septentrional del Ro de la Plata en su extremo oeste frente al puerto de Buenos Aires y en 1776 la respuesta que el ministro de Carlos III el marqus Jernimo de Grimaldi, rechazando con argumentos sustentables el alegato de propiedad legtima de la Colonia do Sacramento presentada por el embajador portugus en Madrid en ese ao, Francisco Inocncio de Sousa Coutinho. Todos sabemos que es indispensable y de ser posible personalmente, la consulta al acervo documentario que sobre la Colonia del Sacramento hay en el Archivo de Indias, la mayora proveniente del Archivo General de Simancas, siglos XVII y los propios agrupados en: Negociacin de Portugal: Lmites de Amrica Meridional entre1680 y1784 los 128 legajos; Negociacin con Roma, Jesuitas de 1768, expulsin de la orden en Indias; Libro de Registros: Registros de Consultas del Consejo de Indias (1703-1721), Casa de la Contratacin, siglos XVI-XVIII, Consulados de Sevilla y de Cdiz, siglos XVI-XIX, Secretarias de Estado siglos XVIII; coleccin de Manuscritos y Obras Raras de la Biblioteca Nacional de Madrid, la del Palacio Real, la del Museo Naval, con su Centro de Investigacin, sector Ro de la Plata, de la Real Academia de la Historia y de la Universidad Complutense Ctedra de Historia y Geografa de Amrica, todas en las que tuvimos oportunidad de concurrir y copiar en 1988.
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De la misma vala son los acervos de la Biblioteca Nacional de Ro de Janeiro, la del Instituto Histrico e Geogrfico Brasileiro, Biblioteca Nacional en Buenos Aires, Archivo General de la Nacin Argentina, Biblioteca Nacional Montevideo, Archivo General de la Nacin de Uruguay, Biblioteca de los Museos Histricos Nacionales de Uruguay. Todo este trabajo previo de lecturas, investigaciones en fuentes documentales, lo iniciamos en 1988 en Madrid y lo culminamos en Montevideo en el 2003 con la publicacin del Documentario / Colonia del Sacramento 1681-1778 (425p.) con el sello de Academia Uruguaya de Historia Martima y Fluvial. Reconocemos aqu el significativo aporte hecho por Bermejo de la Rica, Aurelio Porto, el P. Pastells, Rego Monteiro, Azarola Gil y otros que incluyeron en sus obras la reimpresin como addenda de cientos de piezas citadas en sus historias. Nosotros disponemos tambin de la duplicata de varios cientos de documentos calificados que hacen al tema. En resumen este examen de algunas de las principales obras publicadas, es una prueba que nuestra hiptesis tiene un enfoque original al insistir, demostrando con documentos confiables, la dependencia de los principales sucesos del Ro de la Plata en con los que formaron la historia poltica, econmica, militar, diplomtica de Espaa y Portugal entre 1680 y 1777 . En conclusin sobre este asunto: el estado actual... afirmamos en forma tajante que el objetivo de esto autores sigue de alguna manera la lnea tradicional, por tanto diferente la que seguimos como base de la hiptesis, en otras palabras nadie ha mirado la cuestin desde nuestro punto de vista dejando margen para una interpretacin original como es de rigor. O sea partir desde las Instrucciones del Prncipe Regente D. Pedro a su mariscal de campo Manuel Lobo en 1678 hasta que se confirm el Tratado de San Ildefonso en 1778l la dependencia poltica, militar, comercial, de trabajos de cancilleras con acuerdos y rechazos totales o unilaterales es demostrable toda vez que se examine exhaustivamente la documentacin de archivos. 3. PLANTEO DEL PROBLEMA. En cuanto al planteo del problema tenemos en cuenta otros factores como ser el del comercio y el contrabando (todo un captulo) presente desde 1680, mejorado cuando la Casa de Contratacin y el Consulado pasan en 1717 de Sevilla a Cdiz y se consolidan importantes flujos comerciales con el Ro de la Plata, que siguen mejorndose hasta la vigencia del Reglamento y Aranceles Reales una de las Reformas Borbnicas que pone en vigencia el virrey Cevallos en 1778. La riqueza pecuaria de las vaqueras de la Banda Oriental, las jesuticas del Alto Uruguay y la llamada del Mar al sur-este sobre el Ro de la Plata sirvieron por igual a los intereses portugueses, espaoles, porteos y santafecinos ganaderos que arriaron vacunos de la margen septentrional del ro de la Plata acrecentando sus haciendas. Todo esto y ms lo desarrollamos extensamente y con suficiente documentacin probatoria de que la dependencia de la Colonia con Europa fue permanente y no espordica. Caben otras muestras ms de la validez de nuestra tesis, probada en el desarrollo del plan de trabajo o planteo del problema como, insistir en las races profundas de los cinco puntos finales citados en el marco histrico y poner en relieve en cada uno como prim el juego de intereses polticos y econmicos no slo peninsulares sino los de Francia y sobre todo de Inglaterra en el Ro de la Plata. Volviendo al principio siendo un tema que manejamos con solvencia desde hace ms de una dcada y disponemos de miles de piezas documentarias que tuvimos a la vista en archivos y bibliotecas ibricas, brasileas, argentinas y uruguayas, por tanto el plan de trabajo que ofrecemos, apenas esbozado ac, es totalmente analtico y est en razn directa a los fundamentos de la hiptesis que defendemos.
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4. PLAN DE TRABAJO El desarrollo del plan de trabajo se ajusta a un mtodo cronolgico y analtico, abarcando los siglos XV al XVIII. El enorme material acumulado se estructura en base a tres captulos, tratando: El captulo primero los siglos XV al XVI. El segundo por la naturaleza de sus conflictos y su localizacin en el Ro de la Plata, as como los problemas colindantes implicados, lo que hace necesario dedicarle un tratamiento especial. El tercero y ltimo est referido exclusivamente al siglo XVIII y abarca desde 1701 a 1778 que es el punto final de nuestra tesis. La misma temtica obliga a darle una extensin independiente, para verificar en el desarrollo histrico las principales hiptesis que nos hemos planteado. La extensin otorgada es proporcionada tanto en cada captulo como en la estructura general y con un tratamiento de profundidad pareja para cada aspecto del proceso histrico. No desconocemos que algunos puntos de tan largo perodos podran ser ampliados pero consideramos conveniente otorgarle una proporcionalidad a fin de lograr un aporte parejo para toda la tesis. Como se podr comprobar para la elaboracin del tema hemos consultado una amplia bibliografa como puede comprobarse en las fuentes utilizadas. La tesis se acompaa de dos apndices, siendo el primero dedicado a fuentes documentales, y el segundo fuentes cartogrficas. El primer apndice abarca un volumen compuesto por el cuerpo documental de piezas bsicas, como tratados firmados entre las partes en conflictos y memorias militares e informes diplomticos que resultan imprescindibles para el conocimiento del tema. El segundo apndice formado por once piezas selectas, que constituyen la base geogrfica del a largo diferido y tienen la virtud de visualizar el escenario del mimo, 5. MARCO TERICO Para una tesis que pretende fundar su originalidad en la dependencia poltica, econmica, militar, diplomtica de la Colonia del Sacramento con las decisiones tomadas a nivel de las ms altas autoridades de las coronas de Espaa y de Portugal durante un siglo (1678-1778) el marco terico naturalmente se vincula con las interpretaciones de Historia Poltica, acompaadas de otras estructuras que se van incorporando, como las Ciencias Econmicas que explican la vital necesidad de establecer flujos comerciales estables entre el Janeiro y el puerto de Buenos Aires, sin omitir el trfico ilegal organizado que redita ingentes beneficios tanto grupales como individuales, la sociologa que muestran una sociedad elitista pujante y dinmica al comps de la realidad europea en un siglo tan cambiante en cuanto a la influencia de Francia e Inglaterra a favor o contra de Espaa y Portugal. En el primer caso con los Tratados de Familia entre los Borbones de ambas coronas o en el segundo bajo la presin que Inglaterra juega sobre los lusitanos a partir del tratado de Methuan de 1703 que aunque ataca en particular el aspecto comercial entre manufacturas y vinos, hay subyacente lo poltico que era lo que ms importaba a Inglaterra deseosa de "entrar" de lleno en el Ro de la Plata a partir del tratado de 1681 cuando una Espaa insolvente financieramente se ve obligada a devolverle a Portugal el dominio territorial de la Colonia. Para la relacin con las hiptesis presentadas, el marco terico se apoya en la historia poltica por eso aplicamos uno de los libros tal vez de uno de los mayores estudiosos del asunto el erudito francs el Prof. Ren Rmond fallecido en 2004. Considerado por sus colegas como un revolucionario, un renovador de los aejos conceptos con que se manejaron los puristas de cuo poltico, combatidos por la escuela de los "Anales" que con el maestro Pierre Rosanvalln entre otros introdujeron la economa, la sociologa y la cultura entre otras disciplinas, al respecto dice: "el declinar de lo poltico puro se debe al desarrollo de la historia de las mentalidades polticas que junto con la sociologa resultan fundamentales para el
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cambio",en: "Por una Histria Conceptual do Poltico", Revista Brasileira de Histria, v. 15, No. 30, So Paulo: 1995. Rmond estuvo atento iluminando el futuro de este tan importante asunto. Usamos cuidadosamente su monumental obra colectiva "Pour une histoire politique" publicada en 1988 y que fuera traducida a muchos idiomas. Citamos dos juicios suyos que confirman nuestra tesis: De hecho la renovacin de la historia poltica fue grandemente estimulada por el contacto con otras ciencias sociales y por los cambios con otras disciplinas. Es una verdad generalizada la utilidad que da toda rama del conocimiento de abrirse paso a otras y recoger contribuciones externas de modo que el objetivo de la historia poltica por su naturaleza as se convertir en interdisciplinaria. El segundo juicio: "Ya que no se pueda definir lo poltico por una coleccin de objetivos o una especie de conjunto de hechos, as la poltica de la actividad que se relaciona con la conquista o ejercicio o la practica del poder as los partidos son polticos por que tiene como finalidad o motivo alcanzar el poder". Trasladando este juicio a los hechos histricos de los siglos XVII-XVIII que nos atae en la investigacin de la Colonia, vemos con claridad hasta donde protagonistas de rango poltico o militar se corresponden por sus acciones con el actual concepto de "partidos", caso concreto el de la poltica expansionista lusitana iniciada en el siglo XV en la costa atlntica africana, sigue con Asia despus del descubrimiento del cabo de Buena Esperanza en 1497 para consagrarse en el Brasil con costas al Atlntico Sur en enero de 1500. No olvidamos el aporte de primer nivel de Gaetano Mosca, el filsofo, poltico, senador vitalicio italiano con su obra "Por una historia poltica" del que usamos la edicin en espaol publicada en Mxico por Fondo de Cultura Econmica en 1988. Hay que considerar a Mosca tambin un "renovador" que acenta su doctrina en el apoyo de ciencias auxiliares a la poltica que en conjunto enriquecen la interpretacin tradicional. Al respecto tomamos esta cita de su obra "La cuestin poltica" y que coincide con nuestra tesis de la clase gobernante de hoy se corresponde con la estructura vertical de las coronas europeas con sus reyes como "majestades" y consejeros, primeros ministros y altos funcionarios que aunque secundarios tienen su peso poltico como consejeros sobre todo en las cancilleras como redactores de los Tratados. As Mosca dice: "la clase poltica o clase dirigente esta formada por una minora de personas influyentes que forman para bien o para mal , el manejo a su antojo en beneficio del gobierno al que se obligan a velar por sus "Asuntos Pblicos". No es del caso abundar sobre la obra de estos dos maestros de los que nos servimos para el marco terico de nuestra tesis, pero s decir en que se justifican las citas; 1. La historia poltica en la interpretacin moderna de Rmond se ajusta a los grandes protagonistas espaoles y portugueses que forjaron la historia de la Colonia del Sacramento entre 1678 y 1778. 2. Del lado espaol citamos las decisiones del rey Felipe V, de Fernando VI, de Carlos III y de sus consejeros de turno en particular los. demarcadores como el marqus de Valdelirios con Fernando VI o el conde Aranda, con Carlos III. 3. De Portugal el Regente D. Pedro, Jos I y el ministro Gusmo y el marqus de Pombal con fuerte influencia en la poltica exterior .en los Tratados de 1750 y 1777 y en la reclamacin de los "naturales derechos lusitanos sobre la Colonia" en 1776. 4. De Espaa en el plano militar relevar la importante gestin del Brig. Gral. D. Pedro de Cevallos en sus dos monumentales ofensivas la de 1762 y la de 1776-77. 5. En ambos casos usamos de Gaetano Mosca adems de lo poltico y militar la incorporacin de los valores econmicos, sociales y diplomticos para una mejor interpretacin histrica. 6. Siempre nos mantuvimos atentos a los valores emergentes de los estudios que toman como modelo las historias comparadas para dar razn a nuestra hiptesis de dependencia de la colonia a Europa. Como demostracin lo repetimos una vez ms las decisiones locales fueron de menor cuanta, puntuales y jams alteraron el destino de la Colonia del Sacramento.
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7. Dada nuestra correcta informacin en esta materia, expresamos que nunca excluimos la relectura de los maestros de la doctrina de los Anales, desde sus fundadores Lucien Febvre y el talentoso Marc Bloch en 1929 pasando por otro grande como Braudel, Kuhn, Pierre Vilar y entre los ltimos Roger Chartier todo lo contrario- sino que nos inclinamos en este caso particular por Rmond por ser ms afn a la hiptesis poltica. La vinculacin que mantenemos con los integrantes de la organizacin espaola Historia a Debate y su responsable el Prof. Carlos Calvo nos afirma en nuestra formacin de documentalistas graduados en 1971 en un curso internacional de la UNESCO y las UN. 6. MARCO HISTRICO El conflicto entre ambas adquiere mayor complejidad en el siglo XVIII. Para una mayor comprensin del proceso histrico de la Colonia del sacramento, consideramos conveniente hacer una ligera exposicin del marco histrico en que tienen lugar los sucesos de la Colonia. Tratamos de indagar el trasfondo del tiempo y de los acontecimientos que gravitan en la toma de decisiones de las coronas actoras del destino de esta estratgica regin. La tesis abarca un itinerario que se extiende desde fines del siglo XVII al ltimo tercio del siglo XVIII. El marco terico desarrollado requiere como exigencia descender al marco histrico o sea la realidad de las polticas que se desarrollan en el perodo de nuestra tesis. Empecemos por definir su originalidad: Lisboa y Madrid fueron los centros polticos que definieron el nacimiento, desarrollo y destino econmico y social de la Colonia del Sacramento desde su fundacin por Portugal en 1680 hasta la reconquista final por Espaa en 1777. Como norma tales decisiones polticas terminaron siempre en cruentas acciones militares, seguida de decisiones polticas no siempre acertadas por parte de Espaa y de Portugal mirando ms los intereses puntuales y la cambiante situacin europea con permanentes alianzas y guerras para en una tercera instancia concluir en difciles negociaciones entre ambas cancilleras con acuerdos no siempre respetados. Pero la rivalidad poltica entre Castilla y Portugal iniciada en el siglo XV haba sido cada vez ms creciente con cada logro en la carrera de afianzarse en la costa africana, ms la llegada a Oriente, se vea ahora mas agudizada en la lucha de vida o muerte por el Atlntico. La exitosa campaa de Portugal por el litoral africano lo probaba con el negocio de captura y trfico de negros esclavos, se aument con el audaz pasaje por el cabo de las Tormentas para entrar en el ndico, que confirmaba una firme expansin hacia el Oriente con sus riquezas en especias siempre codiciadas. Si debemos ajustar a fechas la expansin portuguesa por el atlntico lo correcto es recordar la ocupacin, aunque temporal de las islas Canarias, Azores y Madeiras entre 1340 y 1420. Como veremos ms en detalle la presencia portuguesa en Ceuta (1415) le dio el mercado de oro, esclavos y especias, aumentando la rivalidad comercial con los castellanos, mxime cuando la Cancillera portuguesa esgrima como indiscutida la doctrina del derecho a incursionar en los mares conocidos y los por descubrir como el caso del ndico. Como forma de proteger "el monopolio mercantil" que se aplicara con la presencia de sus marinos en 1434 Cabo Bojador, 1444 Cabo Verde, 1475 ro Congo, 1499 Calicut en Oriente. En cuanto a las expediciones al Atlntico Sur, oportunamente nos ocuparemos del importante descubrimiento de la isla de santa Cruz en 1500, punta de hilo de una madeja como era el inmenso continente inexplorado en sus riquezas naturales llamado Brasil. Ya desde la ocupacin del suelo americano se advierte un recrudecimiento de la rivalidad de ambas coronas teniendo como mayor punto de friccin el escenario rioplatense. La competencia y rivalidad centrada en las dos coronas ibricas, no exclua que otras siguieran con avidez lo que ocurrira en Amrica y no desaprovecharon cualquier oportunidad que
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se les presenta en el siglo XVI y subsiguientes con el descubrimiento oficial del Ro de la Plata por Espaa con Juan Daz de Sols en 1516, aunque antes se advierta la existencia pilotos portugueses como Estaben Froes y Juan de Lisboa que incursionaron sobre esos territorios en 1511. Sabemos del inters comercial que despert la regin, primero a Holanda desde que se fund en 1621 la Compaa Holandesa de las Indias Occidentales acrecentado cuando se apoder y gobern Salvador en el Norte de Brasil por una ao 1624-1625 y despus con ms xito en la segunda invasin de 1630 que dur hasta la capitulacin en 1654 hasta que los portugueses ocuparon Pernambuco. La historia registr el hecho de que siendo gobernador de Buenos Aires en 1658 Alvaro Mercado y Villacorta protegi la libertad de comercio de sus pobladores con los holandeses, dando idea del volumen que este haba adquirido. Diez aos despus Francia atac en 1669 con su fuerza naval del Atlntico Sur el puerto de Buenos Aires, defendida por el gobernador Jos Martnez de Salazar con la ayuda del Sargento Mayor Juan Diez de Andino, entonces gobernador del Paraguay. El inters de Francia se renov con el trfico de negros esclavos que reglaba la Compaa Real de Guinea que en 1702 obtuvo de Espaa el monopolio de trata de esclavos en Indias el que sirvi de pantalla en el Ro de la Plata para que se incrementase un importante contrabando con Buenos Aires. La importancia del mismo est dada por la cifra que se conoce: que entre 1703 y 1715 entraron a puerto 15 barcos de esa Compaa A Francia la sigui Inglaterra cuando a partir de Utrecht obtuvo los beneficios del mismo negocio a favor de la South Sea Company desde 1713, con los que fue desplazando al Real de Guinea. Estas dos ltimas potencias, aunque cada una por su lado protegieron a Espaa o a Portugal a raz de la Guerra de Sucesin espaola, tambin ejercieron una firme influencia a travs de sus cancilleras en muchas decisiones tomadas por las ibricas que parecan dictadas para su beneficio. El objetivo de estas dos coronas como lo demuestran sus resultados prcticos derivados en negocios que las favorecan comercialmente en una lucha sin cuartel por aduearse o en el peor de los casos compartir los beneficios del mercado platense. El alcance de la hiptesis que defendemos nos oblig desde el comienzo a cuestionamos si todos estos argumentos reunidos contenan un aporte original que mediante probanzas lo justificara .Eso nos llev a revisar casi todas las fuentes documentales disponibles y usando una correcta metodologa llegar a preparar una bibliografa calificada sobre los varios aspectos que presenta el tema, hasta llegar a lo que denominamos Un siglo de confrontacin por la Colonia del Sacramento en el Ro de la Plata .Por lo que venimos manifestando nuestro trabajo de investigacin tiene como lmites temporales el perodo1678-1778. Entre los cambios radicales que recin aludimos, hay que destacar uno significativo como fue para la realidad poltica europea al inicio del siglo XVIII: la muerte de Carlos II (oct. de 1700) que haba testado en favor del duque de Anjou, el futuro Felipe V al asumir la corona el 1 de noviembre de 1700 como representante de la Casa Borbn ,a la que aspiraba tambin el duque de Austria por derechos sucesorios de los Habsburg, desencaden la cruenta y larga Guerra de Sucesin que dur 13 aos. En setiembre se iniciaron las hostilidades y el triunfo naval anglo-holands, aliada del Imperio oblig a una flota espaola derrotada a refugiarse en Vigo con lo que qued. No es del caso ac de comentar las acciones militares que haremos en el captulo de historia de Europa en el siglo XVIII, pero s adelantar que a la muerte del Emperador Jos I en noviembre de 1711, determina que su hermano Carlos , el duque de Austria, asuma el trono alemn y abandon definitivamente el frente de lucha en Espaa . El rey Felipe V, el 13 de junio de 1713, al cesar la guerra, convertido en rey de Espaa, debe renunciar a sus derechos al trono de Francia, que le pertenece por sucesin de su abuelo. Al firmarse, la Paz de Utrecht cede a Inglaterra Gibraltar y Menorca y a los Austrias territorios en Europa. Si nos detenemos en estos sucesos es para demostrar las repercusiones tuvieron estos
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acontecimientos polticos y militares en el destino inmediato del Ro de la Plata y como lo condicion desde 1701 hasta 1777. Entre estos acontecimientos histricos importantsimos, derivados del Tratado de Utrecht est la devolucin a Portugal, aliada de Inglaterra, de la Colonia del Sacramento poniendo fin del monopolio del asiento francs para el trfico de esclavos al puerto de Buenos Aires pactado en 1702. Como consecuencia la corona espaola firma un tratado con los ingleses en beneficio de la Compaa del Mar del Sur en 1713-16, que deriv en un fraudulento e importante cupo de embarques de cueros secos con destino a Europa que se encubra al regreso de los navos que llegaban al Ro de la Plata. En 1723 el rey D. Juan V organiza una expedicin armada destinada a asentarse en el puerto para apoderarse de Montevideo. La misma no logra su objeto por la firme ofensiva militar del gobernador de Buenos Aires, Bruno Mauricio de Zabala. Este acontecimiento es una prueba ms del intento expansionista de la corona lusitana sobre el espacio rioplatense bajo dominio espaol, objetivo ya concretado con la ocupacin de la Colonia del Sacramento. No obstante el fracaso D. Juan V realiza un nuevo intento en 1736 de apoderarse del puerto de Montevideo interesado en sus aguas profundas. La guerra entre Espaa e Inglaterra de 1739 a 1741 es aprovechada por Portugal para fortalecer y consolidar a travs de un gobernador eficiente como Carlos de Vasconcelos la Colonia del Sacramento que de asentamiento mejorada pasa a convertirse en llave comercial. La constante negativa de la corona espaola a reconocer la Colonia de sacramento como propiedad y dominio portugus lo que hace que en el Tratado de Permuta de 1750 Espaa logre la recuperacin de la misma a travs del canje por los siete pueblos misioneros. La muerte de Fernando VI en 1759 y el ascenso al trono de Carlos III con las nuevas ideas de sus ministros y consejeros vinculados a la Ilustracin y la masonera, (Logia Gran Oriente Espaol) produce la grave persecucin en torno a la Compaa de Jess produciendo la expulsin de los jesuitas de Espaa y del ro de la Plata en 1767. La estratgica posesin de Buenos Aires, Montevideo y Colonia del Sacramento lleva a este monarca a crear el virreinato del Ro de la Plata en 1776. Esta creacin tiene por objeto fortalecer poltica y econmicamente al Ro de la Plata como un antemural que contenga las ofensivas portuguesas y como prueba de esa voluntad ordena a D. Pedro de Cevallos en el mismo ao de la creacin del virreinato, a organizar una expedicin punitiva ejemplarizante y obligar el retiro final de las tropas de Portugal. Conocedor de tal decisin el astuto marqus de Pombal aconsej a su rey Jos I, prudencia y resignacin, ordenando el retiro de las tropas portuguesas estacionadas en la Colonia. Esta decisin est comprobada por los trminos de la carta secreta cursada al gobernador de Ro de Janeiro marqus de Lavradio, que comentaremos oportunamente. Al saberse en Lisboa que los preparativos de Cevallos eran a sangre y fuego, se mentalizaron para un cambio de 180 con la menor prdida posible de fuerzas militares, pero tambin de prestigio. Establecido este gran marco de la relacin de dependencia en que se basa nuestra hiptesis fundado en los hechos mencionados, habra que agregar una larga lista de sucesos locales que fueron determinados por las cancilleras luso-hispanas, dejando estrecho margen a la gestin local de los gobernadores. Revisando la bibliografa existente y que mencionamos en el estado de la cuestin, se deduce que la mayora de los historiadores portugueses, espaoles, brasileos y uruguayos, abundaron en la descripcin de los sucesos locales, pero nunca establecieron su dependencia real y total con las coronas europeas del siglo XVIII. Lo que llevamos afirmado se verifica en los documentos reproducidos en el Apndice documental emanados de la labor poltica y diplomtica de los actores. Sobre estos dos principios desarrollaremos el mismo, empezando por afirmar que otros conceptuados historiadores que nos precedieron, no abordaron el asunto central que es: la
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dependencia de los acontecimientos de la Colonia del Sacramento a los de Europa (nuestra hiptesis) y en todo caso si hubo acciones locales que alcance tuvieron en el proceso poltico, militar y econmico de la misma y hasta donde gravitaron. Otro detalle a tener en cuenta son las fechas lmites: 1 - fundacin de la Colonia del Sacramento por los portugueses (1680), 2 - reconquista definitiva por espaoles (1777) en las que casi todos los estudios fijan. Nosotros creemos que hay antecedentes valiosos que se remontan al primer tercio del siglo XVI que se convierten en piedra angular del macroproyecto de expansionismo lusitano en el Ro de la Plata, con caractersticas diferentes a los de frica y Asia en los siglos XV-XVI y s lo demostraremos en la tesis. Basta recordar la expedicin de Pero Lope de Sousa desde el sur del Brasil hasta la desembocadura del ro Paran. (1531). No menos importante es la originalidad del argumento jurdico sobre legtimos derechos como poseedores de esas tierras situadas en la margen septentrional del Ro de la Plata, en el extremo oeste, frente al puerto de Buenos Aires, que se adjudican los portugueses, sosteniendo que en todo caso son los castellanos los que las han usurpado con asentamientos, segn tesis del Prncipe D. Pedro. La tan discutida cuestin de pertenencia por espaoles y portugueses, sin ms argumentos que las frgiles interpretaciones del Tratado de Tordesillas de 1494, segn se tome como medida vlida el punto de partida para fijar las millas al E y al O que marcan los lmites entre Espaa y Portugal y que en la historia del Ro de la Plata represent casi un siglo de confrontacin poltica, militar, diplomtica con participacin de terceras coronas europeas como Francia e Inglaterra, nos permite entrar con otra visin del asunto, cuando se traslada su eje de decisin a la convulsionada Europa de los tres tercios del siglo XVIII. Siguiendo un mtodo cronolgico, comenzamos por examinar los informes de gegrafos portugueses y espaoles, en estos de la talla de Jorge Juan y Antonio Ulloa, que publicamos textual en el Apndice. Los portugueses sostuvieron desde el principio que la Fundacin en enero de 1680 se hizo en sus legtimos dominios y as lo afirm el Prncipe Regente D. Pedro en las Instrucciones a Manuel Lobo noviembre de 1678. Prueba de ello es que afirman: no fue una expedicin para la que se moviliz una gran armada, ni tropa de tierra (ms que la de proteccin), pero tampoco es cierto que no fue de colonizacin desde que no llevaron labradores, escasa gente de oficio, ni familias pobladoras. Adems despus del desembarco, Lobo envi los navos de transporte, de regreso al puerto de Ro de Janeiro, lo que de acuerdo a las instrucciones que traa, existi el propsito de demostrar que los que vinieron con l, levantaran caseros estables. Los gegrafos espaoles, convocados y reunidos de inmediato 1681 afirmaron que esas tierras siempre le pertenecieron a Castilla, segn la interpretacin que le daban a las clusulas de Tordesillas. Sin ponerse de acuerdo despus de dilatadas reuniones, circul en las cortes europeas un documento de fina urdimbre diplomtica lusitana, titulado Justificam de 1681, donde se hace la historia de las Bulas Papales, que los benefici pero fundamentalmente enfatizan en el viaje de Amrico Vespucio al Atlntico Sur en 1501 que segn afirman entr en el ro de la Plata y fue su descubridor, aunque oficialmente nunca se prob. El Tratado Provisional firmado bajo presin en Alfonsa el 18 de junio de 1701 por Felipe V en su Art. 14 es terminante: S.M. Catlica cede y renuncia todo y cualquier derecho que pueda tener en las tierras sobe las que se hizo el Tratado Provisional entre ambas coronas el 7 de mayo de 1681, y en las que se halla situada la Colonia del Sacramento. Prueba terminante de que slo en momentos de que bajo Carlos II Espaa estaba en estado de postracin financiera, disminuido su rango de prestigio como Corona en Europa , pudo haberse
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aceptado esa clusula que valida el dominio portugus y permite la libre navegacin por el Ro de la Plata, tan celosamente cuidada por Carlos I. De inmediato vendr una dura accin militar local encabezada por el gobernador de Buenos Aires D. Alonso de Valds Incln, quien siguiendo instrucciones del virrey del Per recuper la Colonia en marzo de 1705. Se suscribe el 19 de agosto de 1713 el Acta de Garanta de Paz entre Espaa y Portugal, con el apoyo de la Reina Ana de Inglaterra y firmado en Hampton-Court. Perdedora Espaa militarmente en la Guerra de Sucesin, la Colonia volvi a poder de Portugal y el 6 de febrero de 1715 se ajust el Tratado definitivo de Paz entre ambas coronas en cuyo Art. 6: SMC devuelve la Colonia a Portugal sino todos los derechos de soberana. Esto dur hasta 1735, en que una vez ms, rotas las hostilidades entre Espaa y Portugal, el gobernador Salcedo la siti militarmente pero fracasado en su intento ante la feroz defensa portuguesa debi abandonar el territorio sin pena ni gloria. El 15 de marzo de 1737 se firm un Tratado de Paz (Art.4) y los negocios siguen como antes, que recibi el visto bueno de Inglaterra, Francia y los Pases Bajos. As podra seguir enumerando hechos que prueban fehacientemente la dependencia total de que la Colonia del Sacramento reflejaba lo que se decida en las cancilleras europeas, segn sostenemos como hiptesis, como ocurrir con el Tratado de Permuta que merecer todo un estudio particular por su importancia. A travs del comentario que sigue, nos proponemos demostrar la insistencia de todos, o casi todos los historiadores en atender como columna vertebral de su obra, la descripcin de los hechos polticos y militares, regionales y locales, extrayendo las conclusiones en funcin de lo inmediato, despreocupndose por la interpretacin de los mismos en funcin de una historia ms universal, en este caso que involucr a potencias europeas de primer orden como Francia e Inglaterra. Estuvieron ms atentos a indicadores locales como economa, contrabando, disputa de mercados, y toma de decisiones personales de los gobernadores tanto de Buenos Aires como de la Colonia y de Rio de Janeiro, las ms de las veces sin consulta a las mximas autoridades de sus respectivas coronas, como hemos dicho en la hiptesis slo fueron motivo de urgencias y slo tuvieron resonancia local y temporal. Repetimos que si hay un ejemplo evidente fue el del gobernador Jos Garro, pero de este hecho tan ejemplar no sacaron consecuencia sobre la total dependencia de los gobernadores de Indias a la corona espaola, as como los portugueses de Brasil a Lisboa. Esta forma de trabajar la historia, propia de las mentalidades del siglo XIX, pero repetida en gran parte del XX, dej lugar abierto a nuestro argumento de dependencia del Ro de la Plata a Europa, lo decimos una vez ms, porque entendemos que nada fue ajeno a los convulsionados episodios europeos de fin del siglo XVII y fundamentalmente del siglo XVIII que comienza con la Guerra de Sucesin en Espaa al testar Carlos II en beneficio de Felipe V y termina con el Tratado de Utrecht de gran repercusin en el destino de la Colonia del Sacramento, que siendo espaola en 1705 debi ser devuelta a Portugal el 11 de octubre de 1716. Con nuestra hiptesis consideramos necesario mostrar que el punto de vista al que nos adherimos, no ha recibido la atencin o consideracin necesaria en los autores ms calificados que han estudiado y publicado libros sobre la Colonia del Sacramento. Dejamos constancia que en la revista de estos ltimos que hacemos a continuacin, prestamos atencin slo a los que por la calidad de su obra, las fuentes utilizadas y la capacidad interpretativa son relevantes. Dejamos de lado un conjunto de autores menores, que con libros o monografas, se han referido al tema, muchas veces repitiendo documentos pero que poco o nada han modificado en el saber acumulado en torno a esa Colonia, ni tampoco han ingresado en las fuentes de las ctedras de Historia de Amrica.
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Sobre estos dos principios desarrollaremos el mismo, empezando por afirmar que otros conceptuados historiadores que nos precedieron, no abordaron el asunto central que es: la dependencia de los acontecimientos de la Colonia del Sacramento a los de Europa (nuestra hiptesis) y en todo caso si hubo acciones locales que alcance tuvieron en el proceso poltico, militar y econmico de la misma y hasta donde gravitaron. 7. PLANTEO DE LA HIPTESIS. En sus estudios sobre la Colonia del Sacramento la mayora de los autores la trataron como "un conflicto localizado en el Ro de la Plata" y ese punto de partida dominante, no ha sido sometido a crtica. Nosotros pretendemos desarrollar con fundamento, un punto de vista contrario, fruto de la atenta lectura de la produccin bibliogrfica ms calificada y reconocida, junto con el estudio cuidadoso de la documentacin dita que examinamos rigurosamente en el estado de la cuestin. Con nuestra hiptesis fundamental desarrollada en al investigacin consiste en demostrar que el destino de la Colonia del Sacramento, se juega siempre en las cancilleras europeas Espaa y Portugal, con interferencias de Inglaterra .Esta estrategia debido a sucesos imprevistos y circunstanciales de carcter local, obligaron a ciertos ajustes mas que nada de gestin administrativos, pero las decisiones fundamentales no residen en el Ro de la Plata. Reconocemos en la investigacin que muchos sucesos de carcter regional son producto ms que de las coronas de la actuacin de grupos de poder regional formados por funcionarios espaoles y portugueses, convictos de defraudar las arcas reales como el comercio de alternativa y el contrabando, que deben ser tenidos en cuenta para una correcta evaluacin del proceso histrico. La norma general de las obras de los ms conceptuados historiadores espaoles, portugueses, brasileos y uruguayos, que analizamos, son de carcter descriptivo, y al estudiar las vicisitudes de la Colonia del Sacramento lo hacen con la visin explcita de que su destino dependa de las Autoridades regionales sin atender debidamente a los hechos que evidencian que son las cancilleras las que tienen el poder de disponer de su destino", cualquiera fuera quien ocupara transitoriamente el gobierno de la plaza. Esta es la brecha por la que nos introducimos para poder formular la originalidad que debe tener el aporte novedoso de una tesis. Nos proponemos demostrar como hiptesis, que la relevancia del tema est en que partiendo del conocimiento existente, ofrecido por la documentacin y la revisin bibliogrfica, hay lugar para una contribucin al indagar con actitud crtica los fundamentales acontecimientos polticos, militares, los comerciales, y los diplomticos, que determinaron que el destino de la Colonia est dependiendo de las decisiones de las dos coronas en lo fundamental de lo que se refiere a su posesin sin perjuicio de las acciones de carcter regional, que poco influyeron en aquella. Hay un margen de acciones personales o gubernamentales inconsultas de los actores locales como la concretada el 7 de agosto de 1680 el por el gobernador de Buenos Aires D. Jos Garro, reconquistndola militarmente y en oposicin de D. Manuel Lobo, gobernador portugus de la Colonia, que la defiende sin informar al Consejo Ultramarino de Lisboa Ambos actores argumentan en su favor de que lo actuado se debe a las dificultades de comunicacin, y que la toma de decisiones de la corona llegaron nueve meses despus, el 7 de mayo de 1681. Estas disposiciones de la corona hicieron que la situacin volvi a la de antes, es decir, Portugal recibe la Colonia, al firmarse en Lisboa el Tratado Provisional. En definitiva nuestra tesis pretende demostrar documentadamente que el destino poltico y econmico de la Colonia del Sacramento, portuguesa o espaola, nunca fue determinado por acciones locales como defienden con insistencia muchos autores, entre los que podemos citar a
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Rego Monteiro, Bermejo de la Rica, Azarola Gil, Aurelio Porto, Rivers Tula, tomando en cuenta todas las variantes de cambio de dueo que tuvo en casi un siglo. En el anlisis que efectuamos tenemos presente las destrezas y sutilezas de sus mejores ministros y diplomticos en negociaciones que terminaron en Tratados firmados entre Espaa y Portugal, muchas veces con el visto bueno de Inglaterra, para lograr que la relacin fuesen sustentables en el tiempo. 8 METODOLOGA Se trata de una tesis en el campo de la Historia y, por lo mismo, la metodologa a seguir es la propia de investigaciones en esa materia. En el enunciado de la hiptesis sostenemos la dependencia de la colonia del Sacramento de la cancillera Espaola y de la Portuguesa fundamentalmente, pero no desconocemos que en el cuestionamiento entran en juego otras cancilleras Europeas, como Francia e Inglaterra. La complejidad de escenarios y sucesos, hacen que en nuestra investigacin obren mltiples factores, como los vinculados a las virtudes o negaciones del talento diplomtico espaol o lusitano, a cuestiones de carcter econmico como el comercio legtimo, o su opuesto el ilegtimo como el contrabando, aspectos ambas que abarcan lo geogrfico, lo poltico y lo administrativo por no ser ajenos a los sucesos que estudiamos. Tambin est el trazado de lmites o enfrentamientos blicos entre portugueses y espaoles en el escenario rioplatense. En este juego de factores y de actores con todos sus matices, as como las contradicciones, los conflictos jurdicos, la aplicacin de las decisiones polticas, deben ser bien esclarecidos y manejados siempre en forma paralela a lo largo de toda la investigacin para ser comprendidos en funcin de la tesis. Ello hace que el tema propuesto deba ser en primer trmino, bien conocido, bien enmarcado en el proceso de la historia, comprendido, luego correctamente descrito en su desarrollo y mejor interpretado, a fin de arribar a la comprobacin de la hiptesis planteada. Como base inicial del mtodo empleado hemos confeccionado una cronologa documentada de los principales hechos ocurridos en el perodo que estudiamos 1680 1777 lo cual ayuda al marco de la interpretacin. La investigacin abarca un perodo de casi cien aos que se extienden desde la fundacin de la Colonia en l680, siguiendo todos los avatares que esa instalacin portuaria ocasiona, hasta el definitivo arreglo en l777 con el Tratado de San Ildefonso y El Pardo 1778, en donde la Colonia queda definitivamente en manos de las posesiones Espaolas. Los ntidos lmites de nuestro trabajo no obstante la complejidad de los sucesos histricos, permite mostrar la historia de esa Colonia, la ms conflictiva de cuantas instala Espaa en el Ro de la Plata y causa de un largo enredo militar, administrativo y diplomtico. Pero ello, tambin, obliga a emplear los mtodos de anlisis adecuados a las distintas disciplinas que se recurre y que actan en el proceso como el anlisis de los Tratados firmados entre Espaa y Portugal que deben ser estudiados conforme a los principios del Derecho Internacional vigente en su poca. En tanto que en la intervencin del factor contrabando obliga a recurrir no solo a otras fuentes, sino tambin a otros mtodos de anlisis conforme al tema y el escenario. Este tema sin dejar de ser importante no juega un papel clave en las decisiones polticas de la corona espaola. Queremos mostrar que en nuestra investigacin se tiene presentes diversos mtodos de anlisis histrico para los diversos enfoques temticos empleados. Tratamos de recurrir al mayor nmero posible de elementos heursticos que estudian no solo los sucesos ocurridos en el Ro de la Plata, sino de descubrir el verdadero pensamiento contenido en las instrucciones impartidas por las Cancilleras Espaola o Portuguesa para verificar
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que all se halla el centro de decisin sobre el destino histrica de la Colonia del Sacramento., independiente de de los vaivenes del tiempo y las circunstancias locales o regionales. Sin apartarnos de lo que fue el conjunto de operaciones que se cumplieron en el tiempo, estudiaremos cada una de las etapas para analizar los hechos ocurridos, describirlos e interpretarlos para demostrar que no ocurren como piezas sueltas, sino como decisiones tomadas en las cancilleras Europeas. Para realizar nuestra investigacin dispusimos de fuentes encontradas en los Archivos de Espaa y Brasil, adems de los materiales contenidos en cuerpos documentales y una abundante bibliografa provenientes de Espaa, Portugal, Brasil, Argentina y Uruguay, pases en los que trabajamos personalmente en aos anteriores. La enumeracin de estas fuentes se remite en el cuerpo de la propuesta, lo cual prueba que la elaboracin del tema y la hiptesis viene precedida de un trabajo previo de gabinete que fue intenso En cuanto a la bibliografa y las fuentes, como puede comprobarse han sido exhaustivamente consultadas todas las ms relevantes y bien elaborada abarcando la produccin que tiene lugar en Argentina como en Brasil, Espaa y Uruguay. Se ha considerado como necesario agregar el Apndice ya mencionado como ayuda a la interpretacin que realizamos. Empleamos, pues, una metodologa integradora de varias disciplinas y de varias fuentes que pretenden explicar en su unidad las causas de los conflicto producidos en la Colonia Sacramento por la potencias Europeas, que dan lugar al destino final de la misma en el Ro de la Plata.
Colonia del Sacramento, 1777. Plano realizado por Toms Lpez. Fuente: Hardoy, Jorge, Cartografa urbana colonial de Amrica Latina y el Caribe, Buenos Aires, Grupo Editor Latinoamericano, 1991
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3. Bulas y tratados intentando acuerdos. La carrera por las exploraciones entre los reinos de Portugal y Castilla, comienza a partir de la conquista de Ceuta por la corona lusitana en agosto de 1415. El primer dato de una intervencin papal ejercida por Eugenio IV (1431-1447) es para dirimir la propiedad de las islas Canarias que le fue dada a Castilla en 1435. Pero fue con el Descubrimiento de Amrica por Coln cuando se provoca una autntica situacin de lucha por intereses polticos y comerciales entre ambas coronas ibricas. Est documentado que D. Juan II le manifiesta personalmente a Coln, que a su regreso a Espaa pasa por Lisboa "que as terras que acabara de descobrir pertenecam de direito a Portugal. Basa su "reclamo" o "seu direito" en tres bulas hechas pblicas: de Nicols V, Calixto III y Sixto IV y a esto el rey esgrime en su beneficio el Tratado de Alcovas. Por su parte por el mismo asunto Fernando de Aragn e Isabel de Castilla se consideran "seores del Mar Ocano" por las capitulaciones de Santa Fe 1 Si la referencia jurdica ("de jure") es el Tratado de Alcovas con leer el texto vemos que Juan II le adjudica alcances que nunca contuvo. El asunto tiene demasiada importancia para el futuro de las exploraciones portuguesas en el Atlntico, y as lo entiende Juan II, que al tiempo que negocia con los reyes catlicos ordena armar una flota "para mandar as terras recm descobertas". La cronologa histrica desde entonces hasta 1531 es una prueba del cada vez ms firme inters de comercio por los lusitanos que aunque iniciado en la costa africana pronto llega en audaz empresa a entrar en el Indico (Vasco da Gama 1497) y descubrir Brasil (Alvares Cabral, 1500). Excitados por el lucro cada vez ms creciente que obtienen en negocios puntuales llegan a conquistar una posicin en los mercados de Oriente con materias primas que introducen en Europa. Esa fue regla urea para Portugal:" no detenerse jams" y desde entonces comienza en la Pennsula Ibrica una dura confrontacin por un objetivo comn, repetimos: comerciar en Europa lo producido en las Indias. Los descubrimientos de nuevas rutas martimas y la consecuente fundacin de factoras para afirmar negocios dinmicos tanto con pueblos africanos como con los del oriente, obligan a que esta puja sea sometida a los Pontfices como rbitros, ya que ambas coronas muestran disconformidades por las soluciones que ofrecen sus consejeros sin acertar con metas concretas. De modo que las innumerables reuniones de representantes portugueses y castellanos siempre son infructuosas por que cada uno pretenda para s los mejores beneficios, e intenta imponrsela al otro. La instancia que queda es la decisin autorizada del Santo Padre que acataran sin discusin ambos monarcas, una vez que a los documentos Pontificios se les ponga el simblico sello de plomo.
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Las Capitulaciones estipuladas en la ciudad de Santa Fe de la vega de la Granda el 17 de abril de 1492, entre los reyes catlicos Fernando e Isabel por una parte, y por Cristbal Coln por la otra, tenan por finalidad el regular las condiciones en que se realizara la proyectada expedicin hacia las indias, que termin llevando a Coln a las costas de Amrica. Las mismas no fueron pensadas en forma de contrato bilateral, sino en forma de concesin y merced, a la manera de muchos otros documentos firmados por los reyes en aquel tiempo. Bartolom de Las Casas, Historia de las Indias, 2 ed. 3 reimpresin.,I, Mxico 1992, p. 172-173
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En este orden se expiden entre 1436 y 1514 las bulas que siguen: 1. El Santo Padre Eugenio IV concede a Portugal, el 8 de setiembre de 1436, no slo su apoyo en la cruzada de los cristianos contra los infieles del Norte de frica, sino firma en Rex Regnum et Dominus dominatium la posesin de las tierras conquistadas. Entonces surgen naturales disputas entre Portugal y Castilla, que son reguladas por sucesivas bulas papales a saber: 2. La Bula de Nicols V de abril 30 de 1437 Dominatur Dominus que revoca la anterior en la medida que perjudica los intereses castellanos. El 8 de enero de 1454 el mismo Papa confirma Romanus Pontifex que otorga al rey Alfonso V y al Infante D. Enrique, la ocupacin y propiedad de todas las tierras, puertos, islas y mares de frica, conquistadas y por conquistar. Est firmada por pedido expreso de Alfonso V de Portugal y en sustancia crea una doctrina jurdica nueva: dar en "exclusivo" a esa corona "los territorios africanos desde el cabo Bojador hasta Guinea. De hecho excluye la navegacin espaola en esos lmites, impide el comercio con sus pobladores y negociar frutos de esas tierras para ninguna otra corona, con notorio perjuicio para Castilla. 3. El 13 de marzo de 1456 Calixto III con Inter Caetera reafirma la anterior y otorga la Orden de Cristo a toda jurisdiccin sobre las tierras cercanas al cabo Bojador. 4. El Papa Sixto IV ratifica en Aeternnj Regis Clementia del junio 21 de 1481, la doctrina res nullius (primo accupanti conceditur locus), el primero que llega y ocupa las nuevas tierras descubiertas le sern dadas como conquista legtima doctrina que aceptan de buen grado Castilla y Portugal. 5. La intensificacin de la navegacin alcanza en octubre de 1492 un hito importante con el primer viaje de Coln y su trascendente descubrimiento del Nuevo Mundo. La navegacin por el Mar Ocano obtiene privilegios slo para quienes llevasen con xito sus empresas por nuevas tierras pasando a ser Mare Liberum sin restricciones. Cuando se descubre Amrica, los justos reclamos de los Reyes Catlicos ante Roma llevan a que el 3 de mayo de 1493 el Santo Padre Alejandro VI, un Borgia nacido en Espaa, conceda a los espaoles por una nueva Inter Caetera, la soberana sobre islas y tierra firme del Mar Ocano que por su orden fueron conquistadas y por Eximiae Devotionis (del mismo da), se le concede a los Reyes Catlicos para las tierras descubiertas los mismos privilegios que se otorgaron (antes), a Portugal. Al da siguiente de Inter Caetera, concedi la posesin a los Reyes Catlicos de sus descubrimientos y tierras a descubrir una lnea imaginaria trazada de polo a polo a 100 leguas a occidente de las Azores y de Cabo Verde. Es imprescindible por la trascendencia que tiene esta bula en el mundo occidental hacer un comentario concreto no slo de esta sino de las siguientes, en total 5, todas sobre las Indias, recordando que la ltima luce el sello Pontifcio el 24 de setiembre de 1493. A la primera se le concede el mayor valor y en realidad lo tiene en cuanto pretende marcar los lmites entre ambas coronas en los tan vastos como ignorados territorios del "Nuevo Mundo" recin descubierto. En trminos generales se debe justificar por una razn bsica: la conviccin de que la autoridad papal es documento suficiente con valor en el derecho internacional aceptado por las coronas cristianas. Pero aunque esta regla es indiscutida, Portugal la pone en tela de juicio con el argumento de que Alejandro VI, Borgia espaol toma partido por Castilla. Consecuencia de esto se activa un tratado ms equitativo firmado en Tordesillas al ao siguiente y aceptado como bilateral, quedando en disputa el punto de referencia para tomar la medida exacta por que de las dos variantes defendidas, islas de cabo Verde e isla de San Antonio, una por Espaa la otra por Portugal entra el conflicto de a que corona pertenece realmente el Ro de la Plata 6. El 1 de junio de 1497 se le manifiesta por Bula Ineffabilis et Summi al rey D. Manuel I, la posesin exclusiva de todas las tierras conquistadas a los infieles por parte de Portugal.
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7. Finalmente en 1514 el Papa Len X confirma a Portugal por Paraelcea Devotionis el dominio de todas las tierras conquistadas y a conquistar. 8. Dejamos para el final por no corresponder a este ciclo de antecedentes, la Bula Romanus Pontifex del papa Inocencio XI del 22 de noviembre de 1776 que al crear la Prelaca de Ro de Janeiro separndola de la Baha (Olinda) extiende su jurisdiccin hasta el Ro de la Plata por mar y por tierra adentro y comprende Maldonado, Montevideo y San Gabriel, que sirve de argumento, y usa inteligentemente en su favor el regente Pedro para justificar la expedicin de Lobo dos aos despus. Por la misma tales tierras son portuguesas y por tanto ocuparlas es un derecho inalienable. Aunque jams se discute la justeza de las decisiones de los Papas, las Bulas resultan insuficientes para dirimir las disputas que se suceden a medida que nuevos intereses comerciales surgen como consecuencia de las nuevas conquistas, sobre todo por lo que se cree en las buenas perspectivas que ofrece el negocio de materias primas oriundas de Amrica Meridional tan codiciadas en Europa. Agotado este recurso se recurre entonces a la tradicional frmula de redactar Tratados que contemplando intereses comunes deban ser respetados por ambas coronas. A). Bajo esa consigna nace el Tratado de Alcovas firmado el 4 de setiembre de 1479, en la villa portuguesa de Alcovas y se firma por Isabel en Trujillo el da 17 y el 6 de marzo de 1480 por D. Fernando de Aragn en Toledo. Si bien hubo otros ingredientes poderosos como la situacin interna de Castilla, la lucha desatada entre Isabel y Juana la Beltraneja, sin duda el apoyo que Alfonso V presta a la Beltraneja es decisivo y la guerra con dos batallas adversas como la de Toro (1476) y la de Albuera (1479) obligan al rey portugus a pedir la paz en 1479 y firmar el Tratado de Alcovas. Las clusulas son concretas: "las islas canarias pertenecen a Castilla", mientras que la tierra firme y rutas martimas situadas al sur "son soberana portuguesa". Castilla acata las resoluciones, abandona una eventual conquista de Marruecos, aunque apoya los buenos negocios que los andaluces haban cerrado tiempo antes del Tratado con los mercaderes nor-africanos. Pero lo ms valioso es que Castilla toma conciencia de la necesidad "de ser una potencia naval de "gran utilidad en la paz como en la guerra" B). El 7 de junio de 1494 se firma por los delegados de ambas monarquas otro ms amplio en sus alcances y complejo en su letra como el Tratado de Tordesillas que el rey D. Fernando aprueba el 2 de julio siguiente y D. Juan II el 5 de setiembre en la localidad de Setubel. La insistencia del rey portugus ante lo que considera perjuicios a su corona por las bulas del Papa Alejandro, lleva a que en esta instancia, los intereses lusitanos se contemplen mejor. Si bien se establece un rgimen de pesca entre el cabo Bojador y el ro de Oro, el eje de su razn de ser esta centrado en el descubrimiento del Mar Ocano que Coln hizo en su primer viaje en octubre de 1492". Se fij la demarcacin de 370 leguas al O. de las islas de cabo Verde perteneciendo la parte occidental a Castilla y la oriental a Portugal. 3. La diferencia con la bula esta en que la parte oriental de Amrica del Sur entra en discusin por los dominios coloniales portugueses. En efecto 1500 cuando el piloto Alvares Cabral llega a Porto Seguro se acepta sin discusin por Castilla que el descubrimiento de Brasil continente entra en el Tratado, por tanto es incorporado como colonia portuguesa en Amrica sobre el Atlntico Sur. El 24 de enero de 1506 se ratifica el Tratado de Tordesillas y por Eaquae probono, se divide el mundo por un paralelo a 370 leguas a Occidente de Cabo Verde y se limitan las reas de
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Se conoce como Tratado de Tordesillas el compromiso suscrito en Tordesillas (actualmente en la provincia de Valladolid, en el noroeste de Espaa), el 7 de junio de 1494 entre Isabel y Fernando, reyes de Castilla y Aragn, y Juan II rey de Portugal, en virtud del cual se establecan un reparto de las zonas de conquista anexin del nuevo mundo mediante una lnea divisoria del Ocano Atlntico y de los territorios adyacentes. La esencia del Tratado consiste en el convenio de una lnea de demarcacin, siendo sta la que, teniendo sus extremos en ambos polos geogrficos, pasase a 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde. Esta lnea viene a coincidir con el meridiano situado a 46 37 longitud oeste( para graficar, este meridiano es el que pasa prcticamente por el sector este de la actual ciudad de S Paulo). La gran diferencia con la establecida por la Bulas Pontificias es que la parte oriental de Amrica del Sur, el extremo este de Brasil, quedaba ahora adscrito al rea de accin de Portugal, lo que posibilita el sometimiento a su soberana
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influencia de pesca al N. de frica. Este Tratado es motivo de controversia entre ambos reinos, el primero cuando Fernando de Magallanes despus de dejar el Ro de la Plata, atraviesa el canal que llevar su nombre y que une los ocanos Atlntico y Pacfico y llega en 1521 a las Molucas.
Mapamundi de Diego Ribero- 1529- Tratado de Tordesillas. Fuente: RELA, Walter. Colonia del Sacramento, 16781778.Colonia: Intendencia de Colonia, 2003.,p.37
La cuestin en debate sigue siendo determinar desde donde debe trazarse la lnea determinada en Tordesillas y para eso se recurre a la celebracin de un Nuevo Tratado con el propsito de acordar una solucin definitiva. Ese Tratado se celebra en la denominada Junta de Badajoz y el Tratado en el que se acuerda un texto en el ao 1524 por el que se acuerda cual sera ponto de partida de onde se devia comenar o contagem, sin llegar a concretarse. La lnea imaginaria que pasa a 370 leguas a occidente de las islas de Cabo Verde, no establece con precisin que islas son las que deben ser tenidas en cuenta para el conteo ni tampoco as dimenses da lgua como a qual se faria a medico por falta de instrumentos adecuados. El Tratado plantea el trazado de una lnea imaginaria que tiene sus extremos en ambos polos geogrficos y pasa a 370 leguas al oeste de la isla de Cabo Verde. La dificultad esta en llevar al terreno prctico el trazado de las 370 leguas de las dichas islas de Cabo Verde hacia el poniente. No hubo acuerdo entre los comisionados y cesaron las reuniones. El conflicto para determinar el punto fijo de donde parte y partira a las 370 leguas de halla en 1526-1528 sin resolver, es as como el 22 de abril de 1529 los monarcas de Espaa y Portugal firman el Tratado de Zaragoza para delimitar exactamente las zonas de influencia portuguesa y espaola en Asia. La determinacin de las posesiones en Asia que fija el Tratado de Zaragoza y con anterioridad el de Cintra4 tiene su importancia por su relacin con la delimitacin de Tordesillas
4-La Capitulacin de Cintra o Capitulacin de Sintra es un Tratado firmado el 18 de setiembre de 1509 por los reyes de Portugal, Manuel I, y Castilla, Juana I. Su objeto es concretar los lmites entre las reas de influencia de ambos reinos en el norte de frica, planteados quince aos antes en el Tratado de Tordesillas (1494). El Tratado establece que, por un lado, Portugal desiste de la conquista del pen de Vlez de la Gomera y del resto de los territorios que se extienden hacia el este, que corresponden a Castilla por estar en la jurisdiccin del reino de Fez, dejando as Melilla, ya en manos
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en Amrica. Eso hace que el Tratado de Zaragoza se centre en delimitar las zonas de influencia portuguesa-espaola en Asia acordando determinar la influencia de Portugal y Espaa5 a 297,5 leguas al este de las Molucas, es decir que la lnea de demarcacin estaba cerca del meridiano 145. Y Molucas queda en manos de Portugal mediante compra de derechos de Espaa sobre esas islas en 350000 ducados que involucran derechos de propiedad, navegacin y comercio, pero con clusula de salvaguarda por la que Carlos I puede invalidar el pacto devolviendo lo pagado por Juan III. Pero lo acordado tiene tanta repercusin que en 1681 Portugal lo utiliza como argumento en la Justificam do titulo, e boa fee com que se obrou a Nova Colonia do Sacramento nas terras de Capitania de So Vicente no sitio chamado de S. Gabriel nas margens do Rio da Prata.6 Esta argumentacin da fundamento a numerosos historiadores portugueses para afirmar que el trazado les da derecho a las posesiones en un vasto territorio del Ro de la Plata que, como vemos los lleva a la conviccin que la Colonia del Sacramento forma parte de su territorio natural desde siempre. Uno de los historiadores portugueses ms prominentes como Jaime Corteso contina cuestionando la tesis espaola interpretando que les corresponda la Colonia del Sacramento por hallarse en suelos de legtimo derecho Portugus. 7 Cuando en 1500 Pedro Alvares Cabral arriba a costas brasileras. Otros puntos del Tratado contemplaban la renuncia de Castilla a los derechos que tiene sobre el Reino de Fez, e excepcin de la regin que rodea a Melilla, as como la exclusin de navos de pesca castellanos al sur del Cabo Bojador y la confirmacin del derecho castellano, dentro del rea portuguesa, de realizar Cabalgadas entre ese punto y el Ro de Oro. En su Historia de Espaa, Menndez Pidal califica el Tratado de Tordesillas como el primer Tratado moderno de la historia europea pues, por primera vez, al lado de los diplomticos que llevan las conversaciones hay dos grupos de peritos (espaoles y portugueses) que asesoran tcnicamente a los primeros: Que se haga y asigne por el dicho mar ocano una raya lnea derecha de polo a polo, del polo rtico al polo Antrtico, que es de norte a sur, la cual raya o lnea e seal se haya de dar de derecha, como dicho es, a trescientas setenta leguas de las islas de Cabo Verde para la parte de poniente, por grados o por otra manera, como mejor y ms presto se pueda dar, de manera que no ser ms. Y que todo lo que hasta aqu tenga hallado y descubierto y de aqu en adelante se hallase y descubriere por el dicho seor rey de Portugal y por sus navos, as islas como tierra firme, desde la dicha raya arriba, dada en la forma susodicha, yendo por la dicha parte de levante, dentro de la dicha raya, que esto sea y quede y pertenezca al dicho seor rey de Portugal y a sus sucesores para siempre jams. Y que todo lo otro, as islas como tierra firme, halladas y por hallar, descubiertas y por descubrir, que son o fueren halladas por los dichos seores rey y reina de Castilla y de Aragn, etc., y por sus navos, desde la dicha raya, para el poniente o al norte sur de ella, que todo sea y quede y pertenezca a los dichos seores rey y reina
castellanas desde 1497, y Cazaza, desde 1506, negadas a cualquier reclamacin portuguesa. Por otro lado, Castilla admite la soberana portuguesa sobre los territorios norteafricanos comprendidos entre Vlez y el Cabo Bojador (en la costa atlntica). Adems se marc que ante el incumplimiento de los trminos del tratado el infractor debe pagar una multa de cien mil doblas de oro. 5 El Tratado de Zaragoza se firma el 22 de abril de 1529 entre Espaa y Portugal, bajo los reinados de Carlos I y Juan III. Se delimitaron las zonas de influencia portuguesa y espaola en Asa. El tratado marca con claridad las zonas de in fluencia de Portugal y Espaa a 297,5 leguas al este de las Molucas. Esta lnea de demarcacin se encuentra prximas al meridiano 135 Oeste. Cuando los portugueses fundan la Colonia del Sacramento en la margen septentrional del Ro de la Plata en 1680, el gobernador de Buenos Aires reacciona atacando la plaza y apoderndose de ella, entonces Portugal reclama con argumentos jurdicos ante la Corona espaola. Todo concluye el 17 de mayo de 1681 con la firma del Tratado Provisional en Lisboa que reproduce lo acordado en las Juntas de Badajoz y Elvas de 1524, ya que para efectivizarlo deben nombrarse comisionados de ambas partes que se reunieron primero en Badajoz y despus en Elvas en el plazo de tres meses para firmar un dictamen sobre la posicin de la lnea de Tordesillas, elevndolo para un laudo por el papa Inocencio XI en caso de no hallarse una solucin, pero el Sumo Pontfice no lo acepta. 6 Texto completo en Apndice. 7 Cortesso, Jaime. Le Trait de Tordesillas et le Decouver de lAmrique
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de Castilla y de Len, etc., y a sus sucesores por siempre jams. Carlos Calvo, Coleccin de Tratados, Alejandro del Castillo, Tratados, Convenciones.
Sebastian Mnster, Suiza. Cartgrafo. Su obra Cosmographia (1544) fue la primera descripcin en alemn de los nuevos mundos y piedra fundamental en el avivamiento geogrfico en la Europa del siglo XVI. En el mapa puede observarse claramente el Ro de la Plata como un corte profundo que permite el acceso a las tierras interiores de Amrica. Mapa obtenido de: http://www.proel.org/index.php?pagina=traductores/munster
4. SIGLO XVI. EXPLORACIONES PORTUGUESAS AL RO DE LA PLATA. Como anunciamos en la introduccin, en las referencias al Marco Histrico, ste es el primero del gran asunto que debemos desarrollar para entender parte de las razones de la poltica portuguesa en su expansin hacia el Ro de la Plata y de la sutil obra de sus cancilleras desde el siglo XVI al XVIII. Es indudable que desde el siglo XVI los portugueses consideren los territorios rioplatenses como parte del espacio que les corresponde por el Tratado de Tordesillas de 1494 segn su interpretacin nunca compartida por los cosmgrafos espaoles contemporneos ni por las autoridades de la corona de su poca, ni posteriormente por los polticos e historiadores que se dedican al estudio de esta cuestin. A la expedicin de Sols de 1516, la corona portuguesa se anticipa en la exploracin enviando probados pilotos al Ro de la Plata, mientras Espaa llega a ese conocimiento pleno ms que con Sols, que de todos modos le permite noticiar a las cortes europeas del "descubrimiento oficial", es con Fernando de Magallanes y ms todava con las dos expediciones que remontan el ro Paran en 1527: la de Juan Sebastin Caboto y la de Diego Garca de Moguer. En verdad de los hechos, como afirmamos arriba, Portugal se adelanta a los espaoles en navegar por el Ro de la Plata cuando en 1512 dos sagaces marinos como Esteban Froes y Juan de
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Lisboa, que salen de Lisboa, se internaban en el Atlntico en direccin S-E, pasan las costas brasileas de N-S en su totalidad, alcanzan el Cabo del Buen Deseo (cabo de Santa Mara), entrada al codiciado Ro de la Plata. Dejando de lado la tentativa de otros navos cuyos armadores se dice son D. Nuo Manuel y D. Cristbal de Haro que se afirma llegan a baca em 1513 -1514, cuyas pruebas son dbiles (noticia de una gaceta alemana de escasa circulacin), aunque el rey Juan III de Portugal declar el 18 de setiembre de 1531, ante una reclamacin de la corona espaola entregada por su embajador en Lisboa D. Lope Hurtado de Medina, que "tiene sabido que la primera gente suya que descubri el ro de la Plata fue en una armada de (los arriba citados)...por orden del rey su padre" 1 Previendo de que lo acusen de falso testimonio, el monarca lusitana declara que como los protagonistas estaban muertos, pero sin embargo que an vivan otros marinos de esa expedicin hasta ahora se hace toda diligencia y se har para saber el preciso tiempo en que por la dicha armada este ro fue descubierto.2 Curiosamente nunca se aportan pruebas testimoniales, pero Portugal insiste que sus pilotos llegan seguro hasta 34.21'S, donde est el cabo Santa Mara y que siguen por toda la extensin del Ro de la Plata con rumbo E.-O. hasta llegar la boca del ro Paran, lo cual implica que conocen la ribera septentrional aunque no hay noticia alguna de un desembarco en tierra firme y donde en 1680 se funda la Colonia del Sacramento. Confirmada la expedicin de un experto piloto como Juan de Lisboa que acompaa a Sols, tenemos la prueba contundente de que la fundacin de una Nova Colnia fue un proyecto geopoltico alentado por D. Manuel I desde 1511, retomado 20 aos ms tarde con entusiasmo por su hijo Juan III pero que por razones de falta de una estructura naval adecuada ni base de apoyo terrestre para bastimentos nunca se concreta en el siglo XVI. Difundida la noticia en Europa, aun cuando no se muestran pruebas, el monarca espaol Fernando V se preocupa de que los portugueses entren con tanta facilidad en sus dominios y en 1515 ordena preparar una Armada para que se internase en el Ro de la Plata y asentase oficialmente el dominio de su corona justamente segn la postura de la misma en cuanto a lo firmado en Tordesillas. Cristbal Jaques otro experimentado marino portugus fue enviado por el rey en uma das primeiras armadas que mandou ao Brasil ai rio da Prata. 3 Es en base a los fundamentos que sostienen los portugueses, segn ellos sin apartarse de los trminos del Tratado de Tordesillas, es que el Regente D. Pedro casi a fin del siglo XVII consolida esa posicin y en un acto de audacia militar inesperado para los espaoles pero con apoyo de sus inteligentes asesores designa al Mariscal de campo Manuel Lobo, Gobernador de Rio de Janeiro, para armar una expedicin naval con civiles reclutados en Brasil con el objeto de establecer una factora en el extremo ms Oeste del estuario del Ro de la Plata. Completando su propsito en el plano de los hechos concretos y segn el estilo de la corte le dicta 36 instrucciones precisas, que examinaremos en el subcaptulo siguiente, para que navegue por la baca do Prata en rumbo nutico E-O hasta tomar como desembarcadero circunstancial la isla de San Gabriel y de inmediato pasar a tierra firme sobre la ribera septentrional en 34- 40 latitud S y asentar el dominio lusitano. Lobo cumple lealmente con el mandato y funda en enero de 1680 la Colonia do Sacramento en nombre de la corona portuguesa. Con este acto jurdico se inicia una celebre confrontacin entre los intereses territoriales de Espaa y Portugal en el Ro de la Plata que dura exactamente un siglo. Si bien el inters principal de Portugal al fundar esa colonia esta guiado por el propsito de lograr el desarrollo comercial de proporciones inesperadas entre el Janeiro y su conexin con Lisboa y de Buenos Aires como puerto de salida de materias primas de la regin.
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Rela, Walter. Exploraciones portuguesas en el Ro de la Plata, 1512-1531,p 170 Ibidem, p. 171.Rela 3 Ibidem,p. 205 ss
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Hay que desechar de plano una segunda intencin que la corte espaola desde Carlos I les atribuye a los portugueses y que es impactante como el de aproximarse al camino que lleva a la mtica y codiciada Sierra de la Plata. Estos dos juntos, comercio y salida de la riqueza aurfera del Potos lo fueron en ese momento para la corona espaola, como lo prueba Sebastian Caboto al internarse corriente arriba, en ruta S-N por el ro Paran. La codicia desmedida lo lleva a traicionar la letra y el espritu del asiento firmado con el rey en agosto de 1625 con el compromiso expreso de ir en derechura al Moluco. Por este asunto se le juzga por el Tribunal de la Casa de la Contratacin el 29 de Julio de 1629, siete das despus de su desembarco en Sevilla y se le condena a cumplir pena de crcel.4 La Sierra de la Plata fue motivo de tentacin para Caboto desde que se entera en costas de Brasil de que la riqueza de la Sierra de la Plata no tena lmites. Segn la tradicin esta es difundida por la memoria de un indgena tup que sobrevive a la masacre que sufre el grupo de portugueses y espaoles que en la expedicin al Potos llevan algunos nativos como guas. La fuente oral que fija el relato primario que atribuye al marino portugus Alejo Garca, tripulante de la expedicin de Juan Daz de Sols al Ro de la Plata en 1516, que como marca la historia es cuando se da la noticia oficial de su descubrimiento por parte de Castilla al mundo europeo occidental. Alejo Garca con algunos compaeros ocasionales llega hasta las cercanas del cerro potosino en 1514 logrando recoger algunas piezas de plata y de oro de manos de indgenas lugareos. Se dice que parte del Matto Grosso en direccin O. internndose en tierras del Chaco, logran su objetivo a medias al no entrar en las minas, conformndose con muestras robadas a los nativos, y al regreso por tierras de los guaicures son masacrados por miembros de esta tribu. La bsqueda del canal interocenico en el Ro de la Plata donde desemboca la red fluvial Paran-Paraguay y el Ro Uruguay, como unin entre el Atlntico y el Mar descubierto por Balboa, Pacfico, queda frustrada con la expedicin de Caboto, al comprobar que el ro Paraguay desemboca en el Paran y este a su vez despus de un largo recorrido N-S lo hace en el de la Plata y cerca hacia el E. lo hace el ro Uruguay descubierto el 16 de enero de 1516 por uno de los capitanes de Fernando de Magallanes, de nombre Juan Rodrguez Serrano, lo que reduce el Ro de la Plata a la categora de estuario.5 La expedicin de Caboto fue seguida de cerca por los cortesanos lusitanos por su inters en cocnocer todo lo referido al Ro de la Plata. Sabemos que al tomar conta dos sucessos de Gaboto el rey de Portugal Juan III en 1528 se interes en que una de sus exploraciones inmediatas fuese la de introduzise no Parana e de ser possvel achar origem do Paraguay. Una vez ms invocando el tratado de Tordesillas consideran que lo ampara en su resolucin de tomar posse das terras que descobrsse dentro da demarcao portuguesa. Conviene insistir en este asunto en cuanto al destino de las exploraciones portuguesas en el Ro de la Plata por que algunos historiadores espaoles y el erudito brasileo Rego Monteiro que public en 1935 su documentado libro A Colnia do Sacramento sostienen que en la corte de Carlos I estn convencidos que con la expedicin patrocinada por el rey de Portugal caso concreto la de Pero Lopes de Sousa en 1531, lo que en realidad se pretenda, adems de forzar a Espaa "a compartir a navegao da tuda baca do Prata en su rumbo E.-O. desde el Atlntico a la desembocadura del ro Paran, era llegar hasta el mismo Potos (sic) y luchar por la explotacin en su beneficio, dejando afuera a Espaa de tanta riqueza aurfera.6
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Rela, Walter. Espaoles en el Ro de la Plata. p. 83 ss Ibidem p 53 ss 6 Potos. En 1545 se descubri la mina de plata en Potos, en el Alto Per, (actual Bolivia).Cuenta la tradicin que un indio hizo una fogata para calentarse y a la maana siguiente hall plata fundida entre los rescoldos. En realidad en Potos no haba una mina de plata sino muchas. Todo el cerro era un inmenso depsito argentfero al que se acceda por varios lugares. El gran problema consista en que estaba situado a ms de cuatro mil metros de altura. Ponerlo en produccin supona llevar la colonizacin al techo del mundo americano, una zona desolada y fra, donde no viva nadie. Era necesario llevarlo todo: mineros , herramientas, trabajadores, ganado, alimentos, etc.
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Si aceptamos esta posicin, habra que admitir que la expedicin de Martim Affonso de Sousa en su calidad de comandante junto con su hermano Pero Lope de Sousa en 1531 habra tenido ese objetivo y no perseguir a los contrabandistas holandeses, franceses e ingleses que perjudicaban el comercio legal entre el Janeiro y Buenos Aires. Ni menos pensar en un asentamiento en tierra firme sobre la margen septentrional del Ro de la Plata. Sabemos que este ltimo con un bergantn tripulado por 30 hombres cumple con la misin de poner padres nas margens do rio a fin de assegurar sua posse para a Cora portuguesa. Entra por el extremo E. pasa por la ensenada de Montevideo, llega a la isla de San Gabriel el 2 de diciembre de 1531, sigue con rumbo E-O, fija sus dos ltimos "padres" y segn Rolando Laguarda Tras fue en las tierras que los guaranes llamaban de los Carnandins.7 Nosotros por el contrario, creemos que fue slo confirmar el principio de Compartiri Mare o direito a navegao do rio da Prata E-O pelo Portugal e la Espanha para comerciar entre el Janeiro y el puerto de Buenos Aires y por eso sigue con rumbo E-O hasta llegar al delta del Paran. Esta expedicin confirma que Portugal no pretende alcanzar el Potos por no tener ni armada ni fuerza militar y bastimentos suficientes para una empresa de esa envergadura. Mientras en Portugal el inters por llegar a Potos no existe, en cambio en los ambientes navieros y funcionarios de la corona espaola sostienen la apreciacin de que Portugal se interesa vivamente por Potos, solo que de momento no puede, de ah que de inmediato Carlos I hizo reclamaciones diplomticas a travs de su embajador en Lisboa D. Luis Sarmiento y sin que le temblara la mano firm una Real Orden en trminos muy duros: "que para el futuro ninguna de sus armadas o capitanes entren en los ros de Sols o de la Plata, Paran, ni Paraguay, ni por tierra adentro (...) y que si alguno dellos ovyeran entrado o estuvieren en dichos ros y terras, manden orden y provea que salgan luego sin escusa ny dilacin alguna. Con esta estrategia lo que se pretende es evitar que la expansin portuguesa del sur del Brasil llegue hasta el Ro de la Plata y a partir de all tal vez intente dominar las tres ms importantes vas fluviales Paran- Paraguay- Uruguay y sus tierras aledaas.8 Tal era el pensamiento de los miembros del Consejo de Indias que no encontraban otra solucin mejor que la de enviar una armada con fines de poblamiento en 1735 como la del Primer Adelantado D. Pedro de Mendoza al Ro de la Plata. Esta reclamacin espaola no cambia la postura de Juan III en cuanto a la tradicin portuguesa de: no dar cuenta de su conducta y no detenerse jams por eso insiste en dictar instrucciones a sus pilotos de internarse en ros y tierras de Castilla asumiendo las consecuencias de una ruptura diplomtica y hasta de una probable declaracin de guerra, por tener claro la importancia estratgica de la regin e informes de la riqueza pecuaria de la que se intenta ocultar la verdadera importancia comercial de los cueros secos. La reiteracin del dominio exclusivo de Espaa sobre la navegacin del Ro de la Plata, as como propiedad absoluta de las tierras de las dos riberas del Ro por el monarca espaol produce siempre negativas de los portugueses. Est documentado que dicho rey el 18 de setiembre de 1531 cuando Carlos I hizo pblica su protesta la rechaza alegando que lo nico legtimo es aceptar sin discusin que el estuario del Plata es navegable por quien se atreva a hacerlo pacficamente y nada de "dominios asolutos por una de las dos coronas".
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Rela, Walter. Exploraciones portuguesas... oc. p. 122 ss Si como dijimos antes, en el reinado de Juan III se pens en conquistar las minas potosinas como estaban convencidos en Castilla,(lo que no ponemos en duda por los argumentos expuestos) ahora en 1680 el panorama est totalmente despejado por el descubrimiento de grandes minas en el propio territorio brasileo que aunque explotadas rudimentariamente por los garimpeiros ya dan buenos rditos. En Europa, por razn de la natural demora en las comunicaciones, se ignora ese dato importantsimo, que al filo del siglo XVII, hay abundante oro y plata en Paranagua y a comienzos del XVIII funciona la extraccin en la de Gerais y simultneamente de piedras preciosas en Diamantina.
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La actitud del monarca espaol era legtima ya que estaba obligado a defender la importante red fluvial Uruguay, Paran, Paraguay bajo su dominio, oponindose a cualquier intento de terceros y para lo cual da instrucciones a los gobernadores de Asuncin, de Buenos Aires y principalmente al virrey de Lima de "cerrar el paso" con las fuerzas militares y navales disponibles a cualquier aventura enemiga en el Ro de la Plata. Esto confirma pblicamente la intencin portuguesa de tomar por la fuerza militar el puerto de Montevideo y el de Maldonado con tropas movilizadas desde la fronteriza regin de San Vicente, sur del Brasil operacin que no concret. Juan III en mayo de 1534 dando pruebas de su alto inters de la hegemona portuguesa elabora una poltica administrativa de conceder "capitanas" con el objeto de organizar y ordenar el "povoamento do Brasil", como paso previo al del Plata, que estaba en sus miras. La situacin poltica de Espaa para 1580 ao en que se funda por segunda vez Buenos Aires, Felipe II era rey de Espaa y al mismo tiempo como rey de Portugal Felipe I. Dada esta situacin de la Unin Ibrica, Portugal uno de sus dos miembros se halla inhabilitada para cuestionar las posesiones espaolas en el Ro de la Plata y al mismo tiempo Espaa se esfuerza por consolidar sus instalaciones. Durante todo el ciclo de la Unin Ibrica el Ro de la Plata tuvo un perodo de tranquilidad poltica y militar, Espaa dominaba sin problemas toda la regin hasta que Felipe IV tuvo que enfrentar la Guerra de la Restauracin de 1640 a 1668 o rebelin de los nobles portugueses contra Espaa, con un final conocido: esta tuvo que reconocer el triunfo de la casa de Braganza y reconocer la independencia de Portugal en 1668. Diez aos despus el Prncipe regente retoma las viejas banderas del expansionismo territorial en el Ro de la Plata que sus antepasados D. Manuel I y D. Juan III trataron de concretar pero fracasaron en el intento. De todos modos queda en pie que la poltica, naval y diplomtica lusitana deja sus huellas con las exploraciones de sus pilotos ms brillantes entre 1512 y 1531, perfectamente documentadas, entraron en la historia de la regin. En 1546, ao siguiente del hallazgo de la mina, se fund all la Villa Imperial de Potos, que se convirti a comienzos del siglo XVII en una ciudad de 160.000 habitantes, de los que 40. 000 eran peninsulares, 38.000 criollos y 6.000 negros y mulatos. Para conseguir trabajadores indios el virrey Toledo recurri a la mita, obligando a los pueblos indgenas a suministrar 13.500 naturales para las minas. As puede tener 4.000 trabajando, mientras descansan otros 9.000. La mita constituye una de las pginas ms tristes de la explotacin humana. A fines del siglo XVII no trabajaban en Potos ms de 700 mitayos, prueba evidente de la imposibilidad de reclutar ms. El Potos produjo el 80% del total de la plata que se extrajo en el Per y el 50 % de toda la que se obtuvo en el mundo a fines del siglo XVI. Del total de 346 millones de pesos ensayados (pureza de 225/240) equivalentes a unas 15.000 toneladas, producidas por Hispanoamrica entre 1521 y 1610, el 67,5 %, es decir, 233.842.571 pesos, correspondieron al virreinato del Per, y de este total su 77 % sali del Potos. 5. DOCTRINA MARE COMPARTIRI Como se dijo en la Introduccin para Portugal es siempre asunto prioritario compartir la navegacin del Ro de la Plata y negar de plano la pretensin espaola del Mare Clusum Por tanto debe ser incluido como otro de los antecedentes de la expedicin de Manuel Lobo, al mismo tiempo que demuestra segn nuestra hiptesis de manera contundente la dependencia de los intereses de la corona lusitana en Europa con los acontecimientos puntuales del Ro de la Plata. Sin prdida de tiempo cuando en 1531 confirman el xito de la expedicin de Pero Lope de Sousa hasta las bocas del Paran, tambin perciben que se abre una importante va de comercio
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legal desde un Janeiro estrechamente ligado a Lisboa y esta a su vez con el resto de Europa, con el puerto de Buenos Aires boca de salida de materias primas y metales de fcil colocacin. Entienden que el mejor camino es el de aplicar sin variantes la doctrina del Compartiri Mare que se supone como la que ofrece menor resistencia por parte de Espaa. Si bien el objetivo bsico es incrementar cada vez ese flujo que sin duda convena a ambas coronas, nunca le fue ajeno a Portugal que Espaa se aferra sin discusin a la doctrina de Mare Clausum lo que echa por tierra su pacfico propsito de que su navegacin podra ser compartida sin hostigamiento . La postura de Carlos I y los asesores de la corona es irreductible y Portugal con gran sabidura no slo no la combate de frente sino que por el contario acepta aunque transitoriamente las reglas de juego impuestas. Aqu queda demostrada una vez ms la sagacidad de la cancillera lusitana: aprovecha como argumentos los ms slidos que obran en su favor y que eran nada menos que las Bulas Papales de Eugenio IV en 1436, Nicols V en 1437, Calixto III 1456, Alejandro VI en 1497 y Len X en 1514 que comentamos oportunamente. Si bien en rigor todas se refieren concretamente al apoyo de las nuevas exploraciones, tanto como la lucha contra los infieles, son armas eficaces que le permiten a Portugal crear centros comerciales de gran poder econmico con florecientes negocios de frica y Oriente. Ahora el modelo sirve para sus intereses con la afirmacin del eje Janeiro-Buenos Aires, trampoln para remesar las materias primas a Lisboa, centro de distribucin internacional. Con demostrarle a Europa que la expedicin de 1502 de la que particip el cosmgrafo Vespucio entonces al servicio de Portugal, fue la primera que pasa el cabo de Santa Mara lmite entre el Atlntico Sur y el ro de la Plata, que sigue con rumbo E-O y pasa por el puerto de Montevideo, es suficiente. De difundir esto con las cortes europeas se encargan los cosmgrafos portugueses que rebaten en 1681 los argumentos de los espaoles Jorge Juan y Antonio Ulloa. Producida la reconquista de la plaza por las tropas espaolas por mandato del gobernador de Buenos Aires, la cancillera portuguesa reclama con una irreprochable pieza jurdica que se encargaron de difundir en Europa con el ttulo de Notcia e Justificam do ttulo de boa fee com que se obrou a nova Colonia do Sacramento nas terras da Capitania de S.Vicente no sitio chamado de S. Gabriel nas margens do Rio da Prata un documento preciso, pieza jurdica y diplomtica bien fundamentada y que junto con las notorias debilidades polticas, financieras y militares de la monarqua espaola que desde 1665 cuya cabeza visible era Carlos II, dan paso a que se firme el Tratado Provisional por el que a Portugal se le devuelva la plaza de la Colonia de inmediato. Para situarnos correctamente en el problema creemos necesario hacer un poco de historia sobre las tres doctrinas en boga en cuanto a disputa de los mares en el siglo XVI y comienzos del XVII. En 1608 surge en Holanda la figura de Hugo Grotius que plante un profundo cambio de 180 al proclamar la de "Mare Liberum", contra la de "Mare Clausum." Corresponde referirse a Grotius como el fundador de los conceptos de "tica natural" y del "contrato social". En 1609 publica su tratado "Mare Liberum" en el que promovi la libertad de los mares o sea la doctrina de que las vas de comunicacin martima (son) para el beneficio de todos y no exclusivo de alguna corona en particular. Como es de suponer no fue aceptada de plano y esta revolucionaria doctrina es rebatida veinte y seis aos despus por el portugus Fray Serafim de Freitas, defensor acrrimo de la tradicin, por que as convena entonces a los intereses de la era Felipina desde que polticamente eran comunes los de Espaa y Portugal.
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Fragmento del mapa de Caboto de 1544 con el Ro de la Plata. Fuente: LAGUARDA TRAS, Rolando. El predescrubrimiento del ro de la Plata por la expedicin portuguesa de 1511-1512. Lisboa: Junta de investigaes do Ultramar, 1973, p. 96.
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Por oportuno e ilustrativo reproducimos parcialmente el artculo siguiente autora del investigador portugus Pedro Calafate publicado por el Centro Virtual Cames de Lisboa en 2002: Esta doctrina vlida para todos los mares es la que se aplic in totum Espaa en el Ro de la Plata, hasta que Juan IV devolvi la soberana de Portugal a la Casa de Braganza con el triunfo rotundo del movimiento independentista encabezado por la nobleza lusitana en 1640. Entonces la situacin cambia y Portugal lucha por imponer la doctrina de Compartiri Mare para que razonablemente y por va pacfica y no de enfrentameiento naval Espaa la acepte como la mejor frmula poltica de "compartilhar a navegao do Rio de Prata sem agravo". Como es de recibo la confrontacin entre Espaa y Portugal en el ro de la Plata tiene permanentes altibajos tal como surgen en el Tratado de Permuta de 1750 donde la primera reivindica un vez ms su exclusivo derecho a la navegacin para lo cual cede los siete pueblos misioneros a Portugal a cambio de recibir la plaza de la Colonia. El gobernador Antonio Pedro de Vasconcellos (1722-1749) firme opositor al Tratado da su parecer al rey D. Pedro I le dice textualmente: Ora largando a nova Colonia, e postaesa fortaleza nas mos dos Castelhanos.No s perderemos com o seu territorio ms tambm a nossa liberdade e navegar o Rio da Prata q th agora como a das Amazonas servio de meta do Dominio de Portugala na Amrica3 (En: Biblioteca Nacional de Brasil. Rio de Janeiro, II-31-32-2) La obsesin de Espaa se repite dcadas despus en la letra del Tratado de San Ildefonso de 1777 para afirmar que la navegacin es privativa de su corona una vez reconquistada la plaza por la brillante ofensiva de D. Pedro de Cevallos se queda con todas las posesiones del Alto Uruguay, e insiste. Lo inverosmil es que Espaa siendo militarmente triunfadora por la arrolladora accin militar de Cevallos que llega hasta el confn este de la Banda Oriental limitante con Brasil, pierde en la mesa de negociaciones los riqusimos territorios castellanos del sur usurpados lenta pero solidamente desde 1774 por los portugueses de San Vicente. Volviendo a la doctrina de "Mare Compartiris" se mantiene de oficio evitando una lucha armada que no conviene a ninguna de las dos coronas pese a la protesta formal de Espaa a partir de enero de 1680 cuando el Regente D. Pedro ordena la fundacin de la Colonia del Sacramento y se consolida al ao siguiente con la firma del Tratado Provisional. Conviene advertir que durante los sesenta aos que dura la Unin Ibrica (1580-1640) los reyes Felipinos descuidaron los intereses comerciales de Portugal en beneficio de Espaa y repetimos que recin en 1640 con Juan IV es que se retoma la lnea de la liberacin comercial de la corona. Entonces aunque se vuelve al viejo impulso de arriesgar la exploracin de rutas martimas, de momento Portugal esta lejos de tener un podero naval capaz de asegurar el xito de grandes empresas. En el Ro de la Plata no se producen acontecimientos dignos de mencin en cuanto a volver a poner en juego los derechos que haba alegado el Portugal de Juan III en 1531 de Mare Compartiri. Siguiendo la relacin cronolgica de lo que sucede entonces en Europa, no se puede omitir el dato que en 1637 el jurista ingls John Selden tambin se aferra a los postulados de Mare Clausum con su obra Yegua Clausum publicada en 1635 en la que defiende abiertamente la soberana britnica sobre los mares entre las islas britnicas y el continente, lo que debe interpretarse como una respuesta negativa a la postura de Grotius. Volviendo a Portugal por cartas del destino le toca al Prncipe Regente D. Pedro hacer realidad la conveniencia de declarar el uso en comn de la navegacin en el Ro de la Plata para establecer una corriente comercial permanente como consta en el texto de las Instrucciones que dicta a Lobo en noviembre de 1678.
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Lisboa necesita disponer de esa va martima para abrir nuevos mercados, ya que al cerrarse los de Oriente bajo la corona Ibrica y con una experiencia ganada en parte del siglo XV y ochenta del XVI se senta capaz de cerrar buenos negocios con otras coronas europeas. D. Pedro usa argumentos comprobables por todos como que la pretensin da Espanha de exclusividade fue siempre burlada por comerciantes, marinos y piratas, lo que era cierto y probamos oportunamente, que lo mejor era fixar uma atitude positiva e realista entre ambas coronas. Segn se infiere de su pensamiento poltico esto permite el equilibrio pacfico de compartir a navegao como un hecho beneficioso para el comercio entre ambos y hasta podra incluir a terceros. De momento la citada Compartiris se convierte en uno de los ejes de la confrontacin y aunque no se menciona ningn documento con la firma del Prncipe Regente se sabe que esa es claramente su postura. Resumiendo: a partir de la expedicin de Lobo los navos portugueses navegan todo el curso del ro de la Plata con rumbo E-O y vice-versa sin preocuparse de las protestas de Espaa. En otras palabras la doctrina Mare Compartiris entra en vigencia en la prctica por decisin unilateral y no hay marcha atrs. Volviendo al centro del asunto repetimos que est probado que Portugal aprovechando la coyuntura aument su presin para navegar pela baca do Prata sin pedir permiso a Espaa puesto que las tierras sureas de su colonia brasilea eran las de San Vicente, fronterizas con as terras dos castelhaos. Adems que es una vieja costumbre penetrar en la Banda Oriental por tierra como lo haban hecho sistemticamente los bandeirantes paulistas con propsitos de saqueo y pillaje en tierras castellanas, sin tener ms que una dbil oposicin de las tropas espaolas. Estos atropellos comienzan en las primeras dcadas del siglo XVII y nunca se neg que fuesen apoyados por el poder poltico de Lisboa y alentado por los comerciantes paulistas que tena inters en demostrar que tudo era possvel no rio da Prata. Consideramos este antecedente como valioso por cuanto los portugueses lo convirtieron en un frente de apoyo a la economa paulista y los espaoles nunca se ocuparon de combatir militarmente a las banderas hasta es probable que las temieran por su organizacin casi perfecta en cuanto a la sincronizacin de los ataques y los beneficios obtenidos en cada operacin. Al respecto por nota nos extendemos en este captulo que no debe dejarse de lado en cuanto a la poltica expansionista portuguesa, en este caso llevada a cabo por grupos de sujetos particulares que actan por si y para s. Basado en estos xitos aunque no fueran dirigidos por oficiales del ejrcito portugus es que en 1646 el gobernador de Baha D. Antonio Telles da Silva conocedor del sucesso do assalto sem nehum perigo ao campo inimigo aconseja formalmente al rey Juan IV de aprovechar las ventajas de "tomar conta tudo rio da Prata sin reparar el costo en fuerzas militares y navales a emplear, seguro de los enormes beneficios comerciales que le daran a Lisboa a corto plazo. Se dice que tres aos antes se presenta, otro proyecto semejante y gestionado por el ex gobernador de Rio de Janeiro D. Salvador Correa de Sa e Benavides, que con certera visin de lo que le significara a Portugal las riquezas regionales, le habra sugerido al monarca fundar un "povoado" frente al puerto de Buenos Aires, para traficar libremente tudas as mercadorias que forem objeto de comrcio, sem ouvir os protestos da Espanha. Todos estos sucesos conocidos detalladamente en Madrid son argumentos que fortalecen el legtimo temor de que Portugal pretenda abiertamente los territorios castelhanos no Rio da Prata y hasta llegue a consumar tal propsito por la fuerza de su armada y fuerzas de tierra, ignorando que no eran tal y que estaban demasiado dispersas en Europa y frica y lo que estaba destinado a Rio de Janeiro era suficiente slo para mantenimiento de la defensa local. Ignorantes de esta realidad segua en pie la vieja preocupacin de la poca de Carlos I por ser el nico dueo de la navegacin a raz de la expedicin portuguesa de 1531 la que sigui sin
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pausa con todos sus sucesores en los siglos XVI-XVII al descubrirse la riqueza pecuaria de la regin, a la que aunque los portugueses oficialmente jams hacen mencin pero si aprovechan sus personeros civiles. Sin embargo Espaa nunca cede terreno en sus pretensiones de exclusivismo y basta leer cuidadosamente el Tratado de Permuta para comprender como en 1750, dos siglos despus se sigue haciendo cuestin del dominio absoluto, lo que se repite a texto expreso en el de San Ildefonso de 1777. Pero esa cerrada actitud que siempre tuvo contra Portugal desde mitad del siglo XVI a la media del XVII recibe un rotundo mentis con hechos constatados como fueron la presencia de piratas en la isla de San Gabriel entre 1526 y 1658. Aunque fundamentalmente actuaran en funcin de su oficio especifico y de su inters puntual, aunque todos tuvieran un comn denominador, buscar la seguridad de un fondeadero que los protegiese de los peligrosos vientos de la regin y adems que pudiera ser usado para reparacin de arboladuras con la excelente madera de sus bosques silvestres. 1 La dura orden de Carlos I de 1531 antes aludida de que la navegacin por el Ro de la Plata en toda su extensin E-O era derecho exclusivo de Espaa en los hechos se convierte en letra muerta y una vez ms desde Europa se manejan los hilos comerciales lcitos y los ilcitos del Ro de la Plata. Pasamos a citar ordenadamente con nombres propios los piratas que usan la isla de San Gabiel como refugio seguro de los duros vientos platenses. Los primeros son marinos ingleses, capitaneados por el audaz pirata John Drake, sobrino del clebre Sir Francis, quien recorre cuidadosamente toda la isla, considerndola una buena base de operaciones contra las naves que entran y salen del puerto de Buenos Aires con cargamentos destinados a Espaa. Una de sus naves llamada Francis (en honor de su to) encalla por ignorancia del piloto que era inexperto en el conocimiento de los traicioneros canales del ro. Eso ocurre entre el 14 y el 27 de abril de 1578, pero despus de rescatarla, aprovisionarla de agua y de lea sigue viaje con sus otros navos por el Atlntico Sur en direccin al estrecho de Magallanes. En 1580 la isla de San Gabriel, se convierte en tierra de contrabandistas holandeses, franceses e ingleses que con escaso o ningn control de las defensas navales espaolas trafican por el ro con los portugueses. Garay fundador de la segunda Buenos Aires en 1580 hace saber por carta a Felipe II de la realidad advirtiendo del peligro que representa para los navos espaoles que entran y salen del puerto, los piratas extranjeros que se refugiaban en San Gabriel y desde all operan con total libertad.
Los corsarios eran una amenaza constante para Buenos Aires. El extrao personaje llamado Bernardo Pecador escribi al rey, el 6 de junio de 1607, exponindole la necesidad que Buenos Aires tena de otros cien hombres de armas y de que la gobernacin del Ro de la Plata y del Paraguay se dividiese en dos. En los aos siguientes slo hubo rumores de que podran llegar piratas y corsarios a Buenos Aires. Desde Crdoba se supo que en Chile haba habido nuevas de corsarios, y en 1620 el gobernador don Diego de Gngora escribi al rey de Espaa dicindole que estaba preparado para recibir los ataques de los corsarios holandeses que andaban por las costas del Brasil. Al mismo tiempo le recordaba la escasez de armas y de hombres que sufra la ciudad y le peda el envo de algunos refuerzos. El ataque tan temido no se produjo; pero en el ao 1628 una nave holandesa anduvo sondeando el Ro de la Plata y dej en la costa prxima a la ciudad unos impresos llenos de herejas que enseguida fueron enviados a los inquisidores del Per. En 1629 el virrey del Per anunci al gobernador del Ro de la Plata; don Francisco de Cspedes, la prxima llegada de cuarenta navos holandeses construidos a propsito para subir por los ros. Cspedes pidi refuerzos a los gobernadores del Tucumn y del Paraguay, mand a buscar plvora y municiones a Pernambuco y adiestr a los negros en el manejo de los caballos; pero las naves holandesas nunca se hicieron ver. En 1631 se difundi la noticia que desde Francia haban salido once navos para infestar los puertos americanos: noticia que no pas de una simple fantasa. En cambio produjo una gran alarma la llegada, en 1658, de Monsieur Daniel, con tres navos, que por fortuna, al igual que todos sus antecesores, no pudo hacer ningn dao a la ciudad. ENRIQUE DE GANDIA, Historia de los piratas en el Ro de la Plata. Buenos Aires, 1936. Fuente: www.elhistoriador.com.ar
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En diciembre de 1582 se conoce la presencia de otro peligroso pirata el ingls Edward Fenton con sus cuatro navos, que permanece tres semanas en la isla abasteciendo de agua potable y reparando averas de sus arboladuras. Es combatido por la armada espaola al mando del Cap. Flores Valds pero ante desventajas de armamento, ste prefiri poner rumbo al puerto de Buenos Aires donde no pudo entrar por el bajo calado de ese momento. Toms Cavendish ingresa al ro de la Plata entre 1583 y 1591, trata de entrar al puerto de Buenos Aires pero un furioso temporal lo detiene refugindose en San Gabriel y desde la isla acecha a sus presas a las que aborda siempre con buena fortuna. Otro pirata ingls, Cristbal Listar y Withington con su flota opera en la boca del ro e hizo valioso botn en 1586. En cambio la presencia en el ro de la Plata de franceses, junto a ingleses y holandeses, que operan desde hacia aos a partir de apoyos fijos en el N. del Brasil, tienen como nico propsito atacar las naves espaolas que salen de Buenos Aires con cargas de plata del Per como hacen con la nave Nuestra Seora del Buen Viaje, en otras palabras eran autnticos piratas. Entre otras veces lo logran el 18 de marzo de 1606 al abordar a dos navos anclados en puerto, regresando con el botn a San Gabriel donde establecen una base temporal por su gran seguridad. En enero de 1607 los piratas franceses que merodeaban las costas de Maldonado atacan a los navos negreros y prximo a la isla San Gabriel es que es apresado el navo Nuestra Seora de la Pea. Con ese motivo el gobernador Hernandarias dispone la defensa del puerto con navos armados que patrullan sus cercanas, aunque sabemos que no dispona de muchos. Los holandeses actan con dos modalidades, algunos legalmente pero la mayora son traficantes y notorios contrabandistas y que a partir de 1624 cuando ocupan los territorios del N-E. de Brasil, recogen una cuidadosa informacin de la regin platense que hicieron circular en Europa, sobre los productos negociables, usos y costumbres de vecinos, capacidad de comercio, cantidad y calidad de las defensas de mar y tierra que dispone Espaa en Buenos Aires y en la Banda Oriental. En 1628 estuvieron en San Gabriel donde dejaron seales escritas, reconocidas dcadas despus por los espaoles, lo que prueba que las islas son fondeaderos naturales y lugar apropiado con funciones de astilleros para los navos holandeses, que tambin usan habitualmente franceses e ingleses, dedicados por igual al trfico clandestino de mercaderas con destino a Buenos Aires desde donde regresan con cueros y plata conseguida con la complicidad de corruptos oficiales espaoles. En ese ao asuelan el puerto de Buenos Aires, as se sabe que el 5 de setiembre de1628 se frustra una gran operacin de piratera debido a un hecho natural: la bajante del ro hace imposible entrar en el puerto. Est confirmado que en 1656 mientras que en sus barcos transportan a varios P. jesuitas que iban para integrarse con los que dirigan las Misiones del Paraguay, sus pilotos tenan un buen conocimiento de los bancos de piedra que tiene en su fondo el Ro de la Plata. Tambin est probado que en 1658 ayudan al gobernador Alonso de Mercado y Villacorta en su lucha contra los piratas franceses que atacan Buenos Aires y en retribucin reciben franquicias para vender con libertad sus mercancas y comprar cueros. Sabemos que en 1676 mientras se aprovisionan de madera y faenaban reses vacunas de Colonia, usaban la isla como base para introducir de contrabando piezas de fabricacin europea y llevar cueros secos, que es un redituable negocio de su poca. Esta comprobado que tienen mucha informacin veraz sobre que la autntica riqueza de la Banda Septentrional esta en sus frtiles pasturas, con buena irrigacin natural de toda la zona, base de las grandes vaqueras con alcanzan con el tiempo un gran podero econmico. Se menciona con insistencia la circulacin de un fascculo con el atractivo ttulo de Derroteru del Estado del Brasil, Ro de la Plata y Magallanes que se distribuy (en 1630?) entre los comerciantes europeos aliados de Holanda, incitando a negociar con la regin, medio siglo antes que la fundacin de la Colonia del Sacramento.
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Por documentos publicados se sabe de la fracasada operacin de tres fragatas francesas que partiendo del puerto de la Rochelle, llegan a San Gabriel en abril de 1658, con el propsito de asaltar el puerto de Buenos Aires, aprovechando la dbil proteccin militar y naval. Concretamente se trata del pirata francs Timolen de Osmat, caballero de La Fontaine, que llega a desembarcar en la costa pero fue rechazado, perdiendo la nave capitana llamada Marechale. Repetimos, estos episodio son un rotundo ments a la presuntuosa postura de Carlos I y de sus sucesores al proclamar a todos los vientos de que Espaa era Duea y Seora de toda la navegacin del Ro de la Plata, pero s insistimos de acuerdo a la tesis que defendemos una prueba contundente del dominio de Europa sobre la regin. Cuando muri en 1556, sus sucesores desde Felipe II a Felipe IV reyes de la Unin Ibrica que dur hasta 1640, todos estuvieron convencidos de su propiedad pero la situacin real era otra y la isla de San Gabriel sigui siendo fondeadero de piratas y contrabandistas. Anotemos que desde que se independiza Portugal en 1640, el futuro de Espaa en ultramar se agrava, al punto que en diciembre de 1654 Inglaterra le declara la guerra y estableca nueva alianza con aquella corona. En un plano ms general est confirmado que ya en 1655 la armada inglesa haba atacado cargamentos espaoles provenientes de Indias, los ms exitosos comandados por el corsario (Robert?) Blake. Esta situacin recin cesa con la Paz de los Pirineos el 7 de noviembre de 1659, despus de la derrota de Dunas sufrida por el ejrcito de Juan Jos de Austrias, que le significa la cesin de importantes territorios a Francia, resignando de esta forma la hegemona en Europa. Si bien no hubo por parte de Inglaterra una operacin combinada y sistemtica para el Ro de la Plata, en ese momento, en cambio apoya a Portugal que tena puesta su mira en el comercio de la regin con el Janeiro y con Lisboa. Esto puede tomarse como un antecedente a la fundacin de la Colonia del Sacramento, demostrando entonces que siempre fue un firme proyecto poltico pensado por la corte lisboeta veinte aos antes de concretarlo como factora. Para esta investigacin consultamos el trabajo de Lulio Mario Luqui Lagleize del Departamento de Historia Naval de la Armada Argentina que trabaj en el Proyecto Por la memoria de Buenos Aires de 1967 sobre estudios arqueolgico del puerto de Buenos Aires, naufragios, hundimientos, piratas, entre 1536 y 1827. Tomamos del mismo estos datos bibliogrficos que seguimos fielmente y consideramos de inters difundir, Esta doctrina impuesta por Espaa con pretensin de que la aceptaran las dems coronas de Europa, es rechazada por los holandeses que tenan en Hugo Grocio su terico desde que public en 1609 su tratado "De mare liberum".En eso apoy sus derechos la Compaa Holandesa de las Indias Orientales a navegar y comerciar libremente por el Ocano Indico. Los ingleses tambin la rechazaban y la reina Isabel I sostena "que el mar y el aire son propiedad comn de todos los hombres". Las incursiones bandeirantes Despus de 1554 comenz en Amrica la marcha portuguesa hacia occidente, partiendo del litoral, desde los puertos de San Vicente y Santos. La fundacin de San Paulo se hizo ese ao en los campos de Piratininga. Era evidente el inters de la Corona de Lisboa en avanzar por encima de las leyes y los tratados ganando terreno y expandiendo los lmites de su colonia brasilea; de acrrima defensora de Tordesillas, hizo un giro completo en su poltica y pas a recomendar a sus funcionarios la desobediencia al Tratado y la ocupacin de la mayor cantidad de tierras en el interior del continente. Haba emergido la teora del "Uti possidetis", que consista en sentar derechos de posesin de todas las tierras ocupadas. La manipulacin consecutiva de esta doctrina aportara, con el correr del tiempo, sucesivos triunfos a los avezados diplomticos de Portugal. Los primeros pobladores de la meseta de Piratininga no eran colonos sino mercaderes y aventureros cazadores de indios. Conoceran la utilidad del cultivo de la tierra una vez terminado el
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periodo de conquista. La poblacin de la nueva villa de San Paulo se vio de pronto inundada de gente de baja calaa y aventureros ambiciosos que llegaban en busca de ganancias fciles. En los siglos XVII y XVIII, la noticia del descubrimiento de metales preciosos en Minas Geraes y Cuiab
haba corrido mundo y ese imn irresistible indujo a muchos a enfrentar los desiertos y los bosques, sin respeto a lo acordado por los gobiernos de sus majestades en el clebre tratado de demarcacin. Sergio Buarque de Holanda en su "Historia Geral" comenta que "la racionalidad y el inters especulativo fueron los factores que impulsaron el esfuerzo colonizador, que aprovech las vas fluviales como medios de comunicacin, dndole a la empresa un cariz mercantil, casi semita." Y lo confirma el padre Manoel de Nbrega en un memorial fechado en 1552: "Que de cuantos de all vinieron, ninguno tiene amor a la tierra: todos quieren obtener provecho inmediato para asegurar su regreso a la patria". La privilegiada ubicacin geogrfica de la villa de San Paulo de Piratininga, prxima a la Sierra del Mar, fue el centro desde donde partieron las expediciones de cazadores de indios. Los padres de la Compaa de Jess se establecieron en el valle de Anhangaba y all fundaron el Colegio de San Paulo. En las costas de los ros Tiet, Pinheiros y Tamanduate se asentaron las primeras poblaciones desde las que se irradiaron las rutas de penetracin. Estos primeros ncleos se constituyeron en una etapa intermedia entre la colonizacin de las frtiles alturas de la precordillera y el avance al "serto", el inmenso desierto desconocido. Era un pasaje obligado para los viajeros que partiendo del litoral buscaban las vas conocidas hacia el oeste. El ro Tiet facilit la entrada hacia el Mato Grosso, en tierras espaolas conocidas como el territorio de Jerez. Siguiendo la sierra de Itapetininga hacia el sur, se llegaba al ro Parapanema, en
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cuya margen izquierda ya se hallaban organizadas reducciones de indios desde los comienzos del siglo XVII, pertenecientes a la Provincia Jesutica del Paraguay y que se encontraban en zonas protegidas por el Tratado de Tordesillas. Francisco Assis Vieira Bueno, afirma en su "Autobiografa" publicada en 1899 lo siguiente: "El paulista se vio obligado a echar mano a la caza del indio como una solucin para su pobreza y un medio de subsistencia de acuerdo con el rgimen econmico de la poca. La distancia y las estrecheces financieras no permitieron a los paulistas disponer de esclavos africanos, tal cual lo hacan en otras capitanas ms cercanas al mar. El indio domesticado de Paraguay fue la solucin para la sobrevivencia de Sao Paulo en sus primeros aos". Exista en la poca en San Paulo y San Vicente un activo un mercado de venta de esclavos indgenas. Era tal la actividad de aventureros como Antonio Raposo Tavares, Joo Ramalho y Antonio Rodrigues, verdaderos creadores de las primeras incursiones paulistas responsables de la captura y movilizacin de miles de indios de las tierras espaolas. En una etapa posterior, la venta del indio secuestrado ya no sera considerada como un importante aporte a la economa. El bandeirismo haba cumplido su objetivo: plantar poblaciones en territorios cuyos propietarios originales haban sido desalojados con violencia. Las fronteras haban crecido y los villanos se tornaban hroes. Analistas brasileos de comprobada solvencia no han escatimado adjetivos para resaltar el coraje y el herosmo de estas partidas cazadoras de esclavos; el bandeirante es motivo de orgullo y su imagen se recuerda en los bronces como el protagonista de una etapa histrica que produjo el explosivo crecimiento geogrfico del Brasil. Es idealizado como hroe y defensor galante del territorio invadido por las misiones jesuticas del Paraguay. En realidad eran huestes sanguinarias y semisalvajes que no tenan el ms remoto inters en aumentar territorios, solamente adquirir fortuna a cualquier precio. La expansin fue, en consecuencia, el resultado indirecto de estas terribles incursiones predatorias que dejaban extensas zonas despobladas y sin proteccin. El accionar de las "bandeiras", si bien tolerado, no responda a delineamientos portugueses; sus cuadrillas estaban formadas por bandas criollas, producto de la mezcla del europeo con naturales del pas o negros del frica que respondan a un sentido autnticamente regional y brasileo y seran la gnesis de la nacionalidad, tan marcada por sus orgenes tnicos y costumbristas que poco tienen del europeo de la conquista. Ana Maria Gadelha en su importante obra de investigacin "Jesuitas e bandeirantes do Itatim", cita al historiador portugus Jaime Corteso, quien justifica el secuestro de indios reducidos en el Paraguay "con la sana intencin de salvarles de la inicua explotacin de los hombres de Loyola y recuperarlos para el mundo civilizado." El indio, tal como ocurra en las encomiendas del Paraguay, era una pieza de valor comercial y figuraba, como el ganado, en los inventarios y contratos. El nmero de indios era ndice de poder y defina el prestigio del propietario. La presencia jesuita en el Brasil y sus intentos de suavizar el trato y limitar la expansin de la esclavitud de los nativos, despertaron conflictos muy serios con los colonos y patrones de las empresas patrocinantes de las bandeiras. Estos llegaron a ser de tal magnitud que las autoridades portuguesas ordenaran la expulsin de la Orden de sus posesiones, en el ao 1641. El ao 1580 marc el comienzo de una cadena de acontecimientos funestos en la historia de la Provincia del Paraguay. A consecuencia de la muerte del rey Sebastin en Alcazar Quivir en 1578 pas Portugal a la dependencia de Felipe II de Espaa y la asuncin de ste al trono de Lisboa represent, de hecho, la unin de los reinos ibricos, pero sin una completa separacin. Eran dos tronos ocupados por una sola cabeza. Esta unificacin fue calamitosa para las provincias espaolas de Amrica, limtrofes a las tierras de los portugueses, pues al aflojarse la vigilancia de las fronteras, estos ltimos encontraron las puertas abiertas y avanzaron de inmediato sobre las posesiones vecinas, sin el menor escrpulo y sin despertar la mnima reaccin de las autoridades hispanas. La provincia de Vera de la que haba tomado posesin Alvar Nuez, por la misma razn, se hallaba tambin desguarnecida.
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Comenz as la penetracin lusitana hacia el oeste, siguiendo el curso del ro San Francisco y llegando al interior de Sergipe y Minas Geraes. Esta va se convertira en un importante medio de comunicacin entre las aisladas capitanas del interior, obteniendo mejores condiciones de consolidacin de sus territorios. La fundacin de Buenos Aires en el mismo ao, 1580, disloc el polo de intereses econmicos por tratarse de un puerto de estratgica posicin, establecindose un vigoroso comercio de contrabando de metales llegados de Potos y Per. Se desvaneca poco a poco la importancia de Asuncin, olvidada por la Corona despus del fracaso de las entradas en busca del Dorado. Hernandarias propuso al Rey un plan para el desalojo de los portugueses, consistente en la fundacin de tres ciudades, una en el cerro de Montevideo, otra sobre el ro Uruguay y la tercera entre Asuncin y Charcas. (Tal vez esta ltima haya sido el principal motivo de la disputa con Ruy Daz de Guzmn, cuando ste manifest inters en fundar una ciudad en tierras de los chiriguano.) Alegando cuestiones de seguridad consider conveniente dividir la direccin de la provincia en dos centros y en 1617 Felipe II accedi a esta recomendacin. Hubo desde entonces dos gobernaciones, la de Guair cuya capital era Asuncin y la del Ro de la Plata, con Buenos Aires como cabeza. La tragedia de Asuncin se decret al quedar sancionada su mediterraneidad, por la prdida de las costas martimas y el abandono de los extensos territorios adyacentes. Paraguay seguira padeciendo con los aos las tristes consecuencias de la cadena de errores de la poltica de Espaa. En 1618, Felipe III se hallaba comprometido con los reinos de Espaa y Portugal en la Guerra de los Treinta aos. Seis aos despus, Holanda se apoderaba del puerto de Baha en el litoral brasileo. Una fuerte y bien dotada armada portuguesa consigui desalojar a los invasores, pero en previsin de nuevos ataques el sucesor en el trono de Lisboa, el espaol Felipe IV, permiti a los portugueses avanzar hacia el oeste para defender las tierras del Maraon. Estos estaban autorizados a ocupar todo el curso del ro al que bautizaron Amazonas y que fuera descubierto en toda su extensin por el explorador Orellana. Era la entrega graciosa de tierras de legtima propiedad de Espaa. Con estos antecedentes, estaban abiertas todas las vas para la invasin portuguesa, la que se producira, con el paso de los aos, con un vigor incontenible. La guerra con los holandeses se prolong por veinticuatro aos hasta la rendicin de los ltimos invasores en 1654. Esta fue una victoria de las tropas de la colonia, sin intervencin de Portugal, y despert la conciencia del poder del criollo brasileo. En 1661, por el Tratado de La Haya, el reino portugus ceda a Holanda las islas Molucas, Malaca y Ceylan a cambio del retiro de sus tropas del Brasil. Los lusitanos haban encontrado quien los superara en las artimaas de las negociaciones: "El antiguo capitalismo portugus se resuma al potencial de las ordenes religiosas como benedictinos o cistercienses o los antiguos templarios. La nobleza haba perdido privilegios en el Renacimiento y surge la figura del funcionario administrativo, de tierra o de mar, recolector de impuestos, donatarios de las capitanas del Brasil, comandante de presidios y fortalezas. El manejo del dinero vena siendo dirigida por el hebreo en la compleja administracin pblica. Con el acoso de la Santa Inquisicin, el converso, neocristiano o marrano demostrar su capacidad de adaptacin a las circunstancias, destacndose por sus dotes de trabajo y dedicacin a todas las cuestiones relacionadas con las operaciones de trfico comercial, crediticio y de manufactura en cualquier punto de los innumerables territorios. Impone el hebreo, directivas para la explotacin comercial de la caa de azcar y su explosivo trfico de exportacin. Este ser un rubro ms importante que todo el mineral extrado de las minas. Llama la atencin el aprovechamiento integral del proceso industrial y la importancia que adquiere disponer de brazos para el trabajo sea ste de cualquier origen, africano o indios del Paraguay. La Inquisicin cerr los ojos a la penetracin de los cristianos nuevos al Brasil, contrariamente a lo que ocurra con la Amrica espaola. Es explicable, entonces, el desarrollo del espritu mercantil de la colonia portuguesa, particularmente en Sao Paulo, en donde la sangre semita portuguesa ser el ncleo inicial del centro
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comercial ms importante de Amrica del Sur. Fomentaron el comercio, tornndose intermediarios en las operaciones de compra y venta, actividades de la banca, agentes de exportacin y regentes del trfico negrero del frica"...esas autoridades, sin duda, estaban relacionadas al cultivo de la caa de azcar y al comercio internacional, siendo que muchos bandeirantes eran judos, cristianos nuevos, en conexin con mercaderes marranos cuya red de negocios se extenda por las colonias de Espaa y Portugal. La participacin de los cristianos nuevos portugueses fue apreciable en el desarrollo del capitalismo comercial, si bien, nos parece, en proporciones mucho menores que los que le atribuyen algunos autores. En Holanda, importantes agentes portugueses, responsables por el envo de armas para la guerra contra Castilla eran cristianos nuevos". El asedio a las reducciones Las fundaciones de pueblos quedaron detenidas por el acoso de los bandeirantes a las reducciones de indios cuyo nico propsito era secuestrar esclavos. Las invasiones armadas eran de tal magnitud que de los trece pueblos del Guair, once desaparecieron destruidos e incendiados. La insoportable situacin oblig al padre Montoya a evacuar a los sobrevivientes y a trasladarlos a la tierra de los Itatines (territorio espaol de Jerez) en el Alto Paraguay. Este prosigui all la labor evangelizadora y fundacional, con efmera vida, pues de nuevo llegaron los mamelucos paulistas trayendo la desolacin y la barbarie. La esclavitud de indios cautivos y evangelizados, provenientes de la poblacin guaran, era una fuente de ingresos. Tratado de Permuta 1750 Como dijimos Fernando VI y Juan V son los firmantes el 13 de enero de 1750, pero a la muerte de ste la regulacin qued en manos de su hijo Jos I. Alexandre Gusmo, consejero del rey y artfice del Tratado, es cesado y sustituido por el marqus de Pombal, quien se opone duramente al canje, por entender vital para Portugal mantener su presencia naval en el Ro de la Plata que ahora se perda. La imposicin violenta de la aplicacin de Permuta con las acciones militares contra los guaranes ahora considerados rebeldes a la corona y a la Compaa de Jesa se programa en Europa de comn acuerdo entre Espaa y Portugal y llevada a sangre y fuego por ambos ejrcitos combinados con tropas locales para dar fiel cumplimiento. Con su vigencia se le entregan a Portugal 500.000 km2 de tierras ocupadas por 7 pueblos del Alto Uruguay, cuya prosperidad es obra de miles de los guaranes evangelizados. La historia colonial del Ro de la Plata registra ms de una vez la lealtad de los pueblos guaranes a la corona espaola en los episodios de reconquista de la Colonia apoyando a las tropas regulares en los siglos XVII y parte del XVIII, sin recibir retribucin ni reconocimiento, slo como si fuera natural obligacin por ser sbdito de la corona. En general parece ser que en Madrid siempre se temi que la Colonia y Montevideo en poder de Portugal terminasen sirviendo de bases navales y comerciales de Inglaterra y pensaron que la permuta era la mejor solucin para impedirlo. Por eso desde 1749 se celebran continuas conversaciones entre el Ministro portugus Alexandre de Gusmo y el espaol Jos de Carvajal, sobre como concretar un canje aceptable para ambas partes. Espaa insiste una vez ms que la navegacin del ro de la Plata le pertenece en exclusivo y no debe ser jams (sic) compartida por Portugal, para eso Gusmo que acepta provisoriamente esa postura propone la permuta siempre que Espaa sacrifique una extensin importante de territorio. Si bien en principio Carvajal rechaza la oferta, fue la reina Da. Brbara casada con Fernando VI es quien impone su parecer y convence al rey. As se gesta el Tratado de Permuta, acordado por Gusmo y Carvajal el 10 de octubre de 1749, segn estas bases fundamentales: La lnea limtrofe /que / partira desde un ro que nace en la Sierra de los
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Castillos Grandes, para seguir luego por las nacientes del ro Ibicuy y desde all seguira por el Uruguay hasta el ro Pepir Guaz,siguiendo luego por las alturas de la sierra. La desazn indgena es enorme y en contraposicin organizan milicias guaranes sin orden ni concierto militar como en la poca de lucha contra bandeirantes para enfrentar las armas europeas, que procedern al desalojo de sus tierras y cultivos. Los Superiores de la Compaa de Jess en Espaa, ordenan a los Padres en la Provincia que acaten los trminos del Tratado y colaboren con el gobernador civil de Buenos Aires, para lo que enviaron junto con el marqus de Valdelirios, a su representante el P. Lope Luis de Altamirano. Para los misioneros es imposible, explicar a los indgenas las razones de un Tratado que escapa a su entendimiento y a sus intereses, y ms todava obligarlos a que acepten una situacin como el traslado de pueblos, que era a todas luces injusto. Fue tambin el preludio de algo muy grave que ocurrir casi dos dcadas despus, la puesta en vigencia tambin sin miramientos personales ni por la obra hecha de la Real Pragmtica, con que el Rey Carlos III en 1767, decreta la expulsin de los jesuitas tanto en Espaa como en las colonias ultramarinas. Todo concluye cuando el gobernador de Buenos Aires, marqus Francisco de Bucarelli, en cumplimiento del mandato real, procede junto con el contralor del mismo, a la llamada "organizacin de las Misiones que es parte de sus obligaciones como gobernador civil. Hombre de mentalidad formada en la ilustracin Espaola, resuelve el problema dentro de los principios del iluminismo: libertad de comercio, impulsa al proteccionismo de la empresa privada, de acuerdo a la concepcin burguesa de poca. Los resultados difirieron de la teora, y la pretendida organizacin queda en mitad de camino, porque fue confiada a funcionarios espaoles y criollos correntinos corruptos que antepusieron el aumento desmedido de sus caudales, antes que el bien comn, y las necesidades fiscales de la corona. Tambin se fracasa en el intento de proseguir la obra espiritual, y el cuidado de la vida religiosa que fue confiada a otras tres rdenes: franciscanos, dominicos y mercedarios, quienes an con la mejor disposicin, no fueron capaces de hacerla efectiva, por desconocimiento del funcionamiento de las doctrinas. El tratado se oculta por temor a reacciones de otras coronas europeas. En el Ro de la Plata nadie lo sabe hasta muy tarde, ni el gobernador de Buenos Aires, el Padre Provincial, el Superior de las Misiones, ni siquiera el virrey del Per, pero el secreto no incluye el destino de las reducciones de Concepcin, Apstoles, Santo Tom, Yapey y La Cruz sobre el que no habra marcha atrs. El P. Nusdorffer Superior de las Misiones ordena a los padres de los pueblos que no comuniquen la noticia a los guaranes hasta que se confirme por temor a una rebelin que nadie podra impedir. Recin en abril de 1750 llega a Buenos Aires la noticia oficial con instrucciones para ser cumplidas y desde Roma el General de la Compaa de Jess, Francisco Retz SJ, instruye a los Padres de las misiones que deben acatarla o sea el fiel cumplimento de las disposiciones. En 1751 el marqus de Valdelirios como Comisario Jefe de la representacin espaola recibe instrucciones privadas de cmo deba proceder segn las circunstancias. Volviendo a los jesuitas, las directivas del P. Retz fueron duras y no admitan rplica, cumpliendo con ellas, en marzo-abril de 1752 el P. Nusdorffer S.J. recorre cada uno de los 7 pueblos, habla con los padres y con los caciques y les dice que tienen un ao para abandonar las tierras a los portugueses, a cambio de una indemnizacin de 28.000 pesos. Los guaranes se niegan, caciques y cabildos cierran filas y en una carta al gobernador de Buenos Aires, Andonaegui le manifiestan su resentimiento por sentirse ultrajados. Mientras tanto el marqus de Valdelirios Comisario de Espaa y el General de la Orden que viaja desde Roma el P. Luis Altamirano, toman esa actitud como una insubordinacin de los guaranes.
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Para las coronas, las comisiones demarcadoras son los intrpretes de un tratado cuya resistencia ser intil, la decisin de aplicarlo era irrevocable por que esta tomada de comn acuerdo por ambas coronas. Se integran con cartgrafos, astrnomos, ingenieros, gegrafos y marinos de probada competencia y fueron dotadas de instrumentos ingleses. Por Portugal participa el gobernador de Ro de Janeiro y de Minas Gerais D. Gomes Freire de Andrada, que tena jurisdiccin sobre la regin en litigio, por Espaa el marqus de Valdelirios y ambos son apoyados por comisarios jefes de las tres partidas demarcadoras. Gomes Freire llega desde Ro de Janeiro el 7 de abril de 1752 reuniendo la fuerza militar de infantera, caballera y artillera asignada, el segundo lo hace desde Montevideo, al punto de reunin conocido como Castillos Grande, donde permanecen desde agosto hasta fin de ao. Se celebran conferencias de trabajo, sin abandonar las tradicionales de festejamentos, bailes, cambios de regalos y dems, segn se recoge en valiosos documentos como las Siete Conferencias realizadas entre el 9 de octubre de 1752 y el 12 de enero de 1753. El 1 de septiembre de 1752 ambos representantes al frente de las respectivas comisiones demarcadoras se encuentran en Castillos Grandes con el fin de iniciar las tareas en el terreno. El 27 de febrero de 1753 las comisiones demarcadoras llegan a la Capilla del puesto de Santa Tecla, perteneciente a la estancia de la reduccin de San Miguel que es la puerta de acceso a los territorios misioneros. La de los jesuitas fue una empresa civilizadora impar que dignifico la condicin de seres humanos en los guaranes como lo sealo el P. Cardiel: Lo previsible ocurri, los pueblos fueron empujados a la guerra para defender sus tierras, los ejrcito luso-hispano unieron sus fuerzas, la desventaja fue tal que aquellos fueron definitivamente derrotados en 1756. Con el Tratado de 1750, e1 rey Fernando VI comete la mayor traicin contra sus fieles vasallos evangelizados, sorprendidos por que su "tata" los ataca en sus bienes y cosechas, los desalojaba sin piedad, olvidndose por el mezquino inters geopoltico por "conservar la Colonia.y la navegacin del ro. Las Ordenanzas del Oidor de la Audiencia de Chuquisaca D. Francisco de Alfaro, con mandato real de 1611 para poner fin a los desmanes y abusos de los encomenderos espaoles contra los guaranes y las Leyes de India promulgadas por su antecesor Felipe III texto de defensa de los moradores de las Reducciones y prohibicin que "fueran sacados de las mismas no se tuvo en cuenta. Es cierto que para Espaa la Colonia del Sacramento fue y ser una espina en la garganta del Imperio de Indias por su valor estratgico por situacin geogrfica, por el comercio, por el falso orgullo de un pasado histrico de glorias militares y de podero e influencias en Europa que parecera que no se daban cuenta que haba caducado. Para Portugal con un marqus de Pombal cercano al rey Jos I, no solo como consejero poltico, sino aconsejndole no "transferir a Colonia do Sacramento pero con una duplicidad conceptual que se adapta a las circunstancias del momento y capacidad diplomtica reconocida por todos. Al mismo tiempo la Corte portuguesa presiona para que ante una eventual resistencia de los pueblos indgenas involucrados, "empregar as armas se fora indispnsavel. El episodio de la guerra guarantica con sus dos campaas es bien conocido, mucha bibliografa de calidad existe, incluso se publicaron cartas de protesta fundada por los Padres Lozano S.J., Bernhard Nusdorffer S.J., al Superior de la Orden P. Altamirano S.J., oficios, las siete conferencias de los demarcadores; las acciones militares, mapas del avance de las tropas espaolas y lusitanas y los Diarios y correspondencia. Cuando lleg el momento de hacer cumplir con todo rigor el tratado sin importar a quienes beneficiaba y mucho menos a cuantos daaba derrumbando la obra de los jesuitas y perjudicando seriamente a los guaranes en sus bienes muebles e inmuebles, se emplea la fuerza armada de ambas coronas sin miramiento.
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Cuando se llega la zona de demarcacin programada para iniciar los trmites por ahora pacficas en el lugar no haba ningn jesuita, aunque se haba estipulado previamente que el P. Tadheo Ennis deba estar all para recibir a la comisin demarcadora. S en cambio estaba presente una guarnicin armada guaran que prohibi el paso de los demarcadores y bajo amenazas los hizo retroceder. Imposibilitados de seguir, los portugueses se retiraron a Colonia y los espaoles a Montevideo, desde donde denunciaron el hecho, adjudicando la responsabilidad de lo sucedido a los Padres jesuitas. Los guaranes conocieron de golpe la magnitud de una realidad a la que deban enfrentarse, y optaron por cerrar la divisoria sur de las Reducciones a la presencia de los demarcadores. Recordamos que fue en febrero de 1753 que ocurre el enfrentamiento de los guaranes de San Miguel con la primera partida demarcadora, optando estos por instalarse en la Colonia del Sacramento, donde Valdelirios y Gomes de Andrada estaban conferenciando en la cercana isla de Martn Garca. El P. Luis Altamirano S.J. nombrado como Comisionado por su congregacin para lograr que pacficamente se procedieses a cumplir con el Tratado, no pudo llevar cabo su cometido porque entre los guaranes gan terreno la hiptesis de que los jesuitas los estaban traicionando y debi huir desde Santo Tom a Buenos Aires, ante peligro de muerte. Renaci en la mayora el espritu natural del caciquismo guaran contra el de obediencia ciega a los P. Jesuitas aunque algunos la acataron, lo que agrav la situacin a lmites blicos inevitable. El debilitamiento de su autoridad oblig al P. Jos de Barreda S.J. a renunciar, dejando en manos del obispo de Buenos Aires y del gobernador D. Jos de Andonaegui la responsabilidad de la conduccin del traslado de los Siete Pueblos. Ante una situacin de hecho tanto Valdelirios como de Andrada resuelven en junio de 1753, emprender la accin militar, atacando los espaoles las Misiones desde Santo Tom y los portugueses desde el ro Pardo en direccin a San ngel. El 7 de diciembre de 1755 las tropas portuguesas iniciaron la segunda campaa desde Rio Grande hacia la Laguna Merim. Los pormenores de la guerra guarantica fueron cuidadosamente estudiados y slo no queda comentar brevemente el combate del 7 de febrero de 1756 donde fue lanceado el cacique general Sep-Tiaraj por un soldado portugus y rematado por un tiro de pistola del gobernador de Montevideo D. Jos Joaqun de Viana que comandaba parte del ejrcito espaol. La debacle de los grupos guaranes todava en pie sobrevino el 10 de febrero cuando con su jefe el cacique Nicols Neenguiru fueron diezmados. Finalmente recodemos que en la Colonia gobernada por Garca de Bivar los jesuitas debieron salir cumpliendo con la orden de expulsin vigente en Portugal desde 1759, en el Ro de la Plata lo harn en 1767 por la Pragmtica firmada por Carlos III. A su muerte en febrero de 1760 asumi el cargo de gobernador el brigadier Vicente da Silva da Fonseca el 5 de marzo, quien se encontr con una situacin de hecho como la anulacin del Tratado el 12 de febrero de 1761 donde las cosas vuelven a su antiguo estado es decir non bis in idem. El Tratado tuvo sus crticos y sus defensores y por lo que considero de inters hacer referencia a dos documentos que se cien a la tesis. El primero es al fundamento que hace el P. Manuel Arnal (cuyo original en latn esta en el Archivo General de Indias) pero que fuera traducido al castellano por el R.P. Cayetano Bruno y publicado ambos por la Academia Nacional de la Historia Argentina en 1988, con prlogo del Dr. Jos Mara Mariluz Urquijo. Su ttulo por dems expresivo: Injusticia de la causa paraguayadesde el principio dice que la diplomacia europea (peninsular ibrica) al servicio de intereses mezquinos oblig a la violenta transmigracin de pueblos indgenas pacficos, que amaban su tierra, la cultivan pacientemente, sufran las inclemencias del tiempo, recogan sus cosechas, alimentaban a sus familias y miraban al cielo bendiciendo la obra de Nuestro Seor. Son 17 argumentos escritos con un valor personal y una conviccin religiosa de la obra hecha en las comunidades indgenas sin ms "armas de la Cruz y el Santo Cristo".
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Desarrolla toda una historia no slo poltica, religiosa y econmica "habla de los despojos de yerbatales, algodonales y vaqueras, sino que pone en evidencia dos extremos: l. la deslealtad del rey Fernando VI para con sus vasallos indgenas cristianizados (violando las Leyes de Indias), 2- la conducta del Provincial de la Compaa de Jess cuando orden cumplir con las rdenes reales, es decir aceptar la conducta de los jefes portugueses y espaoles que terminaron uniendo sus ejrcitos para tomar a sangre y fuego los pueblos que se resistieron. La segunda pieza intitulada Breve y Exacto diseo de la Justicia del Tratado de Lmites celebrado entre las Majestades Catlica y Fidelsima el 13 de enero de 1750es obra del argentino Juan Baltasar Maziel nacido en Santa Fe y muerto en Montevideo (se carecen de datos ciertos) canonista y jurisconsulto, doctorado en Teologa en la Universidad de Crdoba, que como erudito estuvo al servicio de gobernadores y obispos (entre otros, el del Paraguay Monseor Manuel Antonio de la Torre, cerrado opositor de los jesuitas en los aos 1762-1776). Es necesario dar estos antecedentes para entender en que bando actu y como sus argumentos defendiendo el legtimo derecho de S .M. C. el Rey de Espaa Fernando VI a quitarle a los pueblos jesuticos de las Misiones sus bienes si eso convena a los intereses superiores de la Corona. Los argumentos tenan en su raz otros motivos no tan ocultos, representaban un ataque del grupo antijesutico de espaoles cuya cabeza visible era el marqus de Valdelirios. En Buenos Aires se reunan algunos enemigos jurados de la Compaa de Jess, miembros conspicuos de una congregacin de marinos, militares, oficiales reales, comerciantes, religiosos (alguno como el P. Bernardo Ibez de Echavarri expulsado de la Orden) que formaban parte de las corrientes conocidas como "La Ilustracin espaola. El libro se compone de 257 items (pudimos acceder al original en el Museo Naval de Madrid, copia del Archivo General de Indias) donde Maziel afirma , sin tener en cuenta las oposiciones la "legitimidad de los mismos. Su lectura es por demas explcita y no merece ms comentarios que estos. Maziel distribuy su extenso Memorndum en siete puntos con sugestivos subttulos cada uno, los que fuera de los tres primeros en que se preocupa por demostrar el legitimo derecho del monarca espaol a decidir para conveniencia del reino todos los trminos del Tratado de Permuta, sin importarle el destino de sus fieles vasallos en las Indias, en el tercero dice: "Demustrase la suma equidad con que Nuestro Monarca us De sus derechos en la enajenacin del territorio oriental del ro Uruguay y de la piedad que manifest en la trasmigracin de los indios a la parte occidental con las dems demostraciones de su liberalidad. Pero a partir del cuarto punto la emprendi con dureza contra la Compaa de Jess negndole toda autoridad para oponerse a los propsitos de tan respetado monarca como fue D. Carlos III y lleg a decir que "Demustrase que los curas doctrineros ni son ni pueden ser tutores y curadores de los indios. En el sptimo y ltimo afirma que:"Demustrase el delito de los jesuitas en la rebelin de los indios y se determina la pena que lcita y justamente pudo imponerle nuestro Soberano sin consultar a la Santa Sede. Conviene citar los tems 251-52 del final para comprender hasta donde Maziel fue obediente del mandato que la fraccin antijesutica que le impuso y encomend el documento con su firma. El antifolleto de Maziel no tiene fecha, la sabemos recin que lo termin en agosto de 1760 (recordemos que el Tratado de Permuta fue firmado el 13 de enero de 1750) por un informe que le eleva al gobernador de Buenos Aires, Bucareli el 19 de octubre de 1760, ante una solicitud del rey Carlos III que pregunta si realmente fue l (Baltasar Maziel) su autor que deseara (necesitaria?) conocerlo. Aqu se revela la verdad del proceso, al mencionar la vinculacin de su defensa de los legtimos derechos del monarca espaol a los trminos del Tratado tan discutido y controvertido por los jesuitas con el folleto del P. Manuel Arnal s.J.. Su rencor contra los padres jesuitas, as como que el marqus de Valdelirios tuvo en sus manas el primer ejemplar est dicho sin ninguna clase de reserva. Con desprecio menciona como origen del antifolleto, "un papel trabajado por e1 P. Manuel Arnal de la Compaa llamada de Jess (...) e historia los siete fundamentos que son "comn a todas los jesuitas de esta Provincia..." que luego trata de destruir con argumentos racionalistas.
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Recodemos que en la Colonia gobernada por Garca de Bivar los jesuitas debieron salir cumpliendo con la orden de expulsin vigente en Portugal desde 1759. A su muerte en febrero de 1760 asumi el cargo de gobernador el brigadier Vicente da Silva da Fonseca el 5 de marzo, quien se encontr con una situacin de hecho como la anulacin del Tratado el 12 de febrero de 1761 donde las cosas vuelven a su antiguo estado es decir non bis in idem. Planeada, firmada y resuelta en Madrid en 1767 la expulsin de la Compaa de Jess se convirti en un documento de probanza como fue el de la guerra guarantica de la interrelacin Europa Ro de la Plata, aunque no involucr directamente a la Colonia del Sacramento entonces propiedad portuguesa, porque desde 1759 no haba ms jesuitas, a raz de su expulsin de Portugal y sus colonias. En junio de 1767 el gobernador Bucarelli recibi las instrucciones para proceder a la expulsin en la regin platense. Esta se cumpli no sin violencias a personas, incautacin de objetos religiosos de gran valor, requisa de bibliotecas con libros de incalculable inters filolgico, teolgico, Cartas Anuas, cientficos, que fueron en gran parte destruidos, perdidos o pasaron a manos particulares y no a la Corona como se haba ordenado en principio. En el Ro de la Plata se vivieron las consecuencias de decisiones tomadas en Madrid y la censurable fue la rigidez y hasta arbitrariedad con que actuaron los gestores, en general poco afectos a la obra de la Compaa de Jess en el Paraguay que consideraban, con su ptica, como una gran empresa econmica que ejerca presin poltica y social en las comunidades guaranes. El asunto es muy complejo, involucr tambin la permanente tirantez entre jesuitas y agustinos, tal como ocurra en Espaa, la accin coordinada de los ms influyentes masones espaoles ligados a la Corte de Carlos III con rango de Ministros y/o Embajadores ante Roma, quienes consiguieron por fin que en 1773 el Papa Clemente XIV suspendiera la Orden. Carlos III no fue el primer monarca catlico en expulsar a los jesuitas. Ya los haban expulsado de Portugal en 1759, y de Francia en 1764. Aun antes el propio papado los haba atacado. En 1741 el papa Benedicto XIV emiti una bula repudiando a los jesuitas por ser "personas desobedientes, contumaces, insidiosas y corruptas". As, los jesuitas consideraban que estaban por encima de la autoridad del Papa, como los actuales oponentes sedevacantistas al papado que sigui al Concilio Vaticano II, adems de no tener lealtad alguna para con los Estados nacionales soberanos. Esta mentalidad llev a los jesuitas a apoyar el regicidio contra aquellos reyes que resistieran su influencia oligrquica. Federico Schiller retrata con precisin esta mentalidad en su obra Mara Estuardo, en cuanto a los numerosos atentados contra la reina Isabel de Inglaterra. Pero la justificacin del regicidio no estaba limitada a los reyes, porque incluso hubo sospechas de que los jesuitas asesinaron papas. En Portugal, el secretario de Estado Sebastiao Jos de Carvalho e Mello, conde de Oleiras y marqus de Pombal, los acus de seguir principios y prcticas regicidas, tras un ataque en el que el rey Jos I result herido en septiembre de 1758. Luego de una investigacin de tres meses, todos los miembros de las prominentes familias nobles Tvora y Aviero fueron arrestados. Se dice que documentos en su posesin comprobaban la complicidad de los jesuitas en un complot para asesinar al monarca portugus. En enero de 1759 atac a los jesuitas. Dijo que haba "sospechas legtimas" contra "el perverso clero regular de la Compaa de Jess". De stas, las ms importantes eran: su ambiciosa pretensin de convertirse en amos de las riendas del gobierno; su arrogancia previa al atentado criminal contra el Rey, combinada con su desaliento luego de que fracasara; y, sus conexiones ntimas con el principal acusado, un tal Mascareas. Hubo informes de que un tal padre Costa declar que quienquiera que asesinara al Rey "no sera culpable ni siquiera de pecado venial". Carlos estaba en Npoles cuando todo esto ocurri. En Francia, el asunto fundamental tambin era el de la soberana nacional. La comisin que Luis XV nombr en un esfuerzo por refrenar a la Compaa de Jess, al general de los jesuitas Lorenzo Ricci, quien viva en Roma y determin de forma unnime que la obediencia debida, segn
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los estatutos de la orden, era incompatible con las leyes de Francia y en general con las obligaciones de los sbditos hacia su soberano. Luis XV le propuso a Ricci que nombrara un vicario para Francia, que viviera ah y que prometiera obedecer sus leyes. Cuando Ricci se neg en 1762, el Parlamento francs decret que deba expulsarse a la orden de manera irrevocable y definitiva del reino, por su oposicin a toda autoridad espiritual o temporal, eclesistica o civil; y por estar diseada con una perspectiva, primero, de mantenerse independiente de dicha autoridad por cualquier medio, fuera secreto o abierto, directo o indirecto, y, segundo, de favorecer incluso su usurpacin del gobierno. Su expulsin recibi el amplio apoyo de la Iglesia en Francia.2 Por su parte Portugal trata de aumentar el poder del Estado sobre todos los dems poderes, como ejemplo en las colonias, extingue las Capitanas hereditarias, afirma la abolicin de la esclavitud indgena, la segregacin racial, crea Compaas de Comercio, trata por todos los medios de liberalizar la Metrpoli de la fuerte presin inglesa que perjudica desde 1703 con el tratado de Methuen su comercio de textiles y vinos. En 1763 transfiere la capital de Brasil a Ro de Janeiro, estimula la economa del Nordeste (Companhia Geral e Comercio do Gro-Para e do Maranho e aps Pernambuco e Paraiba) mejora los ingenios azucareros y liberaliza las manufacturas regionales.
San Miguel de las Misiones Capital de los pueblos misioneros. Foto: E. Palermo-2008
En: William F. Wertz-Cruz del carmen Moreno Cola. La Espaa de Carlos III/ La expulsin de los jesuitas de Espaa. / Art. / Washington D.C. U.S.A./ Instituto Schiller / Schiller @ schillerinstitute.org/ P.O.Box 70244, Washington D.c.,U.S.A./
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CAPITULO SEGUNDO SIGLO XVI. CONFIRMACIN DE LA CONFRONTACIN 7- Instrucciones del Prncipe Regente Pedro a D. Manuel Lobo. La proteccin que Inglaterra presta a la casa de Braganza en la persona de Juan IV a partir de 1641 se hace notoria varias dcadas despus en un afn de la primera por contar con un puerto como el de Buenos Aires, que pese a su bajo calado es apto para los negocios lcitos con los que prosperan ambas coronas. En forma paralela desde mitad del siglo XVII es la isla de San Gabriel frente a dicho puerto un lugar seguro para fondeadero de contrabandistas franceses, holandeses, ingleses y portugueses. Sabemos que Espaa quiere poner coto a este asunto y proteger el comercio peruano, para lo que el Consejo de Indias funda la Real Audiencia en Buenos Aires en 1661por Felipe IV. En la Recopilacin de Leyes de Indias de 1680, en Ley XIII (Audiencia y Chancillera Real de la Ciudad de la Trinidad, Puerto de Buenos Ayres) del Ttulo XV (De las Audiencias y Chancilleras Reales de las Indias) del Libro II, recoge los lmites y los funcionarios de esta Audiencia, providentes de la Real Cdula de 1661[1] [2]: En la Ciudad de la Trinidad, Puerto de Buenos Ayres, resida otra nuestra Audiencia y Chancillera Real, con vn Presidente, Governador y Capitan General: tres Oidores, que tambin sean Alcaldes de el Crimen: vn Fiscal: vn Alguazil mayor: vn Teniente de Gran Chanciller, y los dems Ministros y Oficiales necessarios, y tenga por distrito todas las Ciudades, Villas, Lugares y tierras, que se cprehnde en las Provincias del Rio de la Plata, Paraguay y Tucum, no embargante, que hasta ahora hayan estado debaxo del distrito y jurisdicion de la de los Charcas, por quanto las desagregamos y separamos de ella para este efecto: y la jurisdicion se ha de entender de todo lo que al presente est pacifico y poblado en las dichas tres Provincias, y de lo que se reduxere, pacificare y poblare en ellas. Y es nuestra voluntad, que al Governador y Capitan General de las dichas Provincias, y Presidente de la Real Audiencia de ellas, pertenezca privamente proveer en las cosas de govierno; salvo que para su mejor acierto, mandamos, que en los casos y cosas que se ofrecieren de govierno, y fueren de importancia, el dicho Governador las haya de tratar y trate con los Oidores de la misma Audiencia, para que le dn su parecer consultivamente, y haviendolos oido, provea lo que mas convenga al servicio de Dios, y al nuestro, paz y tranquilidad de aquellas Provincias y Republica, y en todo procedan conforme derecho, y sus especiales Ordenanas. La experiencia que conlleva adems la sustitucin de la ineficaz y lenta justicia de la Audiencia de Charcas, fundada por Felipe II en por una ms gil y mejor ubicada geogrficamente o sea en el centro de los problemas fracasa totalmente por obra de los funcionarios venales. Diez aos despus es suprimida, concretamente el 31 de diciembre de 1671. Este es otro frente confrontativo en el que Espaa tiene que admitir su derrota lo que alimenta el tradicional impulso portugus por la expansin territorial en aquellas regiones donde el comercio tiene dinamismo, basado en el podero de sus empresas ultramarinas como lo demuestran en el siglo XV y XVI en frica y en Oriente. Pero la confrontacin formal entre ambas coronas se efectiviza en noviembre de 1678 cuando el Prncipe Regente de Portugal D. Pedro dicta las 36 Instrucciones a D. Manuel Lobo. La inmejorable ubicacin de Colonia en la ribera N. del ro de la Plata, a 32, 28 latitud Sur y 575212 longitud Oeste, bien conocida en Lisboa, cuyos excelentes agentes que cumplen funciones de embajadores acreditados en la corte madrilea, confiables por la fidelidad a su corona, no
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pierden detalles de lo que ocurre en la corte y lo trasmiten puntualmente en sus informes confidenciales. Hay varios antecedentes que definen el futuro destino de los territorios al sur de la capitana de San Vicente, que prueban la existencia de un plan poltico de largo alcance que culmina con la ocupacin de tierras en el extremo oeste de la banda septentrional del ro de la Plata en la desembocadura del ro Uruguay y cercano a las bocas del ro Paran. El 13 de febrero de 1668 se sella la Paz entre Espaa y Portugal y la primera tuvo que reconocer oficialmente que admite la independencia de esta como un hecho poltico irreversible que pone fin a la Unin Ibrica. En ese ao Pedro como Prncipe Regente asume la responsabilidad de gobernar Portugal desplazando a su enfermizo hermano Alfonso VI que muere en 1683 lo que por tradicin de la corona portuguesa lo convierte en Rey de los territorios de la metrpoli europea y de sus colonias en frica. Esta registrado que diez aos antes, en 1673 Da Silva e Sousa, prepara por encargo de la Corte de Lisboa un preciso plan militar en tiempo y forma como para asentar a los portugueses en el puerto de Maldonado, que segn informes confidenciales es considerado como de primera calidad para los intereses comerciales por su importante calado y la proximidad al Atlntico Sur. Adems era fronterizo por tierra con la regin sur del Brasil lo que permitira con ventaja el apoyo de abastecimientos de boca, pertrechos militares y recambio de tropas en caso de un inevitable encuentro armado, que estaban dispuestos a correr el riesgo de ser necesario. En 1678 el proyecto expansionista del Prncipe Regente hacia el sur de la Capitana de San Vicente, se apoya entre otros argumentos que lo favorecen en la Bula Romanus Pontifex firmada el 22 de noviembre de 1676 por el Papa Inocencio XI, quien al crear la Preleca de Rio de Janeiro, la independiza del tradicional Arzobispado de Baha de Todos los Santos, lleva su jurisdiccin hasta el Ro de la Plata por mar adentro y tierra hasta la isla de San Gabriel y de esta forma incluan en su circunscripcin eclesistica los territorios eclesisticos de Maldonado, Montevideo y de la isla de San Gabriel. La fundacin de la Colonia del Sacramento es factible, merece un proyecto cuidadosamente estudiado en Lisboa como se desprende de las 36 Instrucciones firmadas por D. Pedro al flamante gobernador de Rio de Janeiro D. Manuel Lobo, que examinamos de inmediato.. As tenemos que en su Art. 1, el Prncipe Regente recuerda ex profeso la diligencia que aos antes cumpli con lealtad el Oficial Real Jorge Soares de Macedo comisionado por l al Ro de Plata, con varios objetivos en los que se pretenda probar que la accin a emprenderse no era de ocupacin militar, sino de imponer el derecho a resgatar territorios legtimos que no eran ms que una extensin de la Capitana de San Vicente. Segn la interpretacin que sus cosmgrafos daban a Tordesillas y que la Corte apoyaba in totum ahora se ve favorecida nada menos que por una Bula del Papa Inocencio XI. Para facilitar nuestra hiptesis hay que empezar por el principio es decir, conocer con precisin los motivos del nombramiento por parte del Prncipe a D. Manuel Lobo como gobernador de Ro de Janeiro, firmado en Lisboa en 8 de octubre de 1678. As entenderemos mejor entender su objetivo final. (Publicamos copia fiel del documento custodiado en la Biblioteca Nacional de Lisboa, Archivo Ultramarino). En lo sustantivo dice as: Carta patente del Prncipe regente de Portugal Carta Patente del Prncipe Regente de Portugal designando al maestre de campo don Manuel Lobo para el gobierno de Ro de Janeiro. Don Pedro & hago saber a los que esta carta patente vieren, que teniendo respeto de los merecimientos que concurren en la persona de don Manuel Lobo y en los servicios que ha prestado por ms de veintisis aos, desde el 1652 hasta el presente, en plaza de soldado, capitn de infantera, capitn de caballera ligera y de coraceros, comisario general de caballera y maestre de campo; hallndose en los hechos que tuvieron lugar en el reino de Algarves, en la provincia de Alentejo, en la campaa de socorro a Olivenza, en la reconquista de la plaza de
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Mouro; en el sitio de Badajoz, donde escogido con sesenta soldados de los mejores del Tercio para atacar el fuerte de San Miguel, lo hizo a pecho descubierto hasta que le rindi; y despus que se supo que iba al enemigo sobre la plaza de Campo Mayor fue de socorro de ella, estando cuatrocientos caballos en la raya de Castilla se adelant con cincuenta, y saliendo al enemigo con fuerza superior le atac con tanta resolucin que nuestra caballera no recibi dao alguno.... no siendo de menos importancia otros encuentros...como se portaron en la batalla de Elvas (cuidadosamente marca todas las acciones en que particip, destaca las campaa de 1661 al 63,la reconquista de Evora, la toma de la plaza de Valencia de Alcntara en 1664, la entrada en Castilla, la exitosa batalla de Monte Claros, entre otras). Y espero que don Manuel Lobo en todo lo que le encargue me sirva con el mismo celo y buena voluntad con que hasta ahora lo ha hecho, conforme a la confianza y estima que tengo de su persona. Tengo por bien hacerle merced del gobierno de Ro de Janeiro para que lo desempee por el tiempo de tres aos. Dado en la ciudad de Lisboa a ocho de octubre del nacimiento de Nuestro seor Jesucristo de mil seiscientos y setenta y ocho. PRINCIPE-El secretario Andrs Lopes de Souza, la hizo escribir. (Copia tomada del Archivo Pblico de Rio de Janeiro. Col.60, Libro 5, p.141-143). Tal como est escrita, si bien afirma en forma expresa todos los mritos del titular con una foja brillante como soldado al servicio de la corona contando con 33 aos de edad, en la letra textual da a entender que tambin obedece a que su nombramiento es centro del asunto por que es por su mentalidad tpicamente enraizada en la tradicin lusitana el oficial indicado para comandar una empresa de expansin cuya culminacin es fundar un asentamiento lo ms estable posible que sirva de base para comerciar con la regin. El casi perfecto conocimiento de esta por los informes que recoge permanentemente la cancillera lisboeta apoyados en distintas fuentes pero sobre todo en la corte madrilea prueban que la posicin elegida, frente al puerto de Buenos Aires, no era casual, que reuna lo principal, ser estratgica geopolticamente y por tanto se espera de ella una inmediata y violenta reaccin del gobernador espaol de turno como efectivamente ocurre. Dejando de lado uno de los argumentos que obligan a la firma del Tratado llamado de las Amricas del 18 de julio de 1670 entre Inglaterra y Espaa, por el que la primera obtuvo una franquicia para operar libremente en las colonias espaolas con navos, el otro el ms poderoso era de que en Lisboa se conoca al detalle sobre la casi total desproteccin naval y militar que tena la banda norte del Ro de la Plata. Los dos grandes cimientos en que se asienta la voluntad de expansin territorial desde una base naval slida como era el Janeiro hacia el sur de sus tierras en la Capitana de San Vicente fueron: 1- el poltico con la concepcin de Portugal imperio ultramarino afirmado desde Juan I, 2- el de comerciar con terceros a partir de una factora estable como las exitosas experiencias que tuvo con frica y Asia en los siglos XVI-XVII. Con prdida de influencia en ambos mercados por la accin de los monarcas Felipinos, que muy poco o nada les interes la prosperidad de Portugal, una chance que le queda es volcarse al Ro de la Plata lo que involucra primordialmente consolidar el principio de navegacin como Mare compartiris en toda su extensin. Concretada la ocupacin territorial el paso siguiente es hacer funcionar bases flexibles de negocios efectivos del Janeiro con el puerto de Buenos Aires. La originalidad del argumento esgrimido en este caso concreto fue de legitima propiedad de los territorios que son de la corona portuguesa desde el viaje de Amrico Vespucio.
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Cronolgicamente se mencion la Carta Regia del 19 de diciembre de 1677 por la que el Prncipe mand llamar, como dijimos, a otro probado oficial, el teniente Jorge Surez de Macedo, hombre de su confianza para llevar a cabo la empresa pero finalmente se decidi por Lobo, a quien nombra gobernador de Rio de Janeiro al fin del mandato de su antecesor Matas da Cunha que lo ocupa de 1675 a 1678. Lobo asume su funcin el 9 de mayo de 1679 ya en conocimiento de las 36 Instrucciones firmadas por el Regente Pedro en las que minuciosamente se ordenaba executar operao Colonia do Sacramento. Despus que tomareis posesin del gobierno de Ro de Janeiro y dispusieres de l como covienen a mi servicio, tratareis de preparaos para pasar a aquel distrito del Ro de la Plata fletando navos para llevar oficiales de infantera y pertrechos necesarios para comenzar esta obra y por cuanto orden al teniente general Jorge Surez de Macedo, que con ocasin del descubrimiento de las minas de Paranagua bajase a aquellas partes y en ellas viese el sitio ms cmodo y capaz para poderse obrar la fortificacin para seguridad del puerto del mar como de la poblacin de tierra, y en esta flota me dio cuenta por carta de cinco de agosto de este ao que del Ro de Janeiro pasaba a hacer la misma diligencia, y por lo que se entiende de su carta podr haber llegado a la isla de San Gabriel sin detenerse en otra alguna diligencia de las que fueron encargadas cuando tengis esta noticia trataris de apresurar cuanto fuera posible el pasar a aquel sitio con todo lo que pudieres de lo ms esencial para la fortificacin y poblacin en caso que de partir vos antes de Ro de Janeiro, tengis aviso de Jorge Surez o hallareis cuando llegares a esta plaza de que est fortificado en San Gabriel lo mandares socorrer de todo lo que pudieres y fuera posible, partiendo vos luego sucesivamente tras este socorro siendo en tiempo de monciones () y en cuanto no los tuvieres le iras repitiendo todos los socorros por mar y por tierra sin avisarle que vais en persona ni darlo a entender, y a Jorge Surez mando escribir que no habiendo pasado al sitio de San Gabriel no contine en conseguirlo, ms vaya al examen de las minas de Paranagua y de este paraje venga luego al Ro de Janeiro a verse con vos y daros noticia de lo que hubiere hallado en el particular de las minas y las ms que hubiere cogido sin pasar a la diligencia que se le tena encomendada del examen de los sitios del Ro de la Plata, y en caso que no tenga llegado a ellos como arriba se dice, viniendo al Ro de Janeiro a informaros lo llevaris con vos en la forma que se tiene ordenado, sin mostrarle alteracin alguna ni darle a entender que su intento fue reprobado y usaris de l como por esta instruccin se os ordena, para lo cual le remitiris mi carta con las noticias del paraje en que estuviere. Estando preparado como queda dicho, seguiris vuestro viaje al Ro de la Plata, y conforme al parecer que se tom de varias personas que navegaron por l se asent que el sitio ms conveniente, ms seguro y de mayor consideracin era la isla de San Gabriel que queda enfrente de Buenos Aires, y ms adelante por el ro arriba de Montevideo por ser la de mejor fondo con agua, lea, sitio sano y fcil al desembarque de los navos y resguardo de los tiempos y dentro de la demarcacin y seoro de esta Corona en la dicha isla, dispondris luego la fortificacin que se hubiere de hacer para seguridad de las embarcaciones, que delinear el ingeniero con vuestro parecer y de Jorge Soares igualmente, obraris la fortaleza en la tierra firme, cogiendo el mejor sitio defendible y con las calidades que se requieren para que se de la mano con el fuerte de la isla. Guarneciendo una y otra cosa con infantera para que en todo acontecimiento os hallen prevenido y para su defensa llevareis de la plaza de Ro de Janeiro las piezas de artillera que hallaris ms capaces... tendris entendido que aunque tengo concedido dos capitanas de tierra en aquella costa al vizconde Aceca y a Juan Correa... entiende de la boca del Ro de la Plata que tiene principio en el cabo de Santa Mara y corre por la costa por la parte del Ro de Janeiro y el dems terreno de la boca del ro para adentro que queda para la parte sur de lnea de su demarcacin y la que corre por el interior de la tierra pertenecen a la Corona a donde habis de hacer las poblaciones, que pudieran ser segn las familias que quisieran pasar a vivir en ella y estas han de ser siempre realengas, sin tener otro dominio y para que mejor entendis lo que toca a las dos Capitanas referidas y que para la parte del Sur que resta de la Corona se os da un mapa de la
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boca del ro y de aquella costa... y el dems terreno que queda perteneciendo a mi Corona, mandaris demarcar con marcos de las armas reales para que nunca se pueda ocupar por personas alguna por ser de mi regala. Sobre todo lo que en esta Instruccin os ordeno confo, tendris en todas las materias as de lo eclesistico como de la conservacin del gento, administracin de justicia, hacienda y guerra y dems cosas tocantes al buen gobierno de esta nueva Colonia tal procedimiento como es de confianza que hago de vuestra persona encargndos este negocio tan importante y os ordeno y mando que de todos me deis cuenta y de los que sucedieren y entendieres tener yo noticia y la experiencia os mostrare de ser necesario para el buen gobierno de las fortificaciones, presidios y poblaciones de aquella Capitana. EL PRINCIPE / Lisboa, 18 de noviembre de 1678 (Copia tomada de la Biblioteca Nacional de Brasil.Rio de Janeiro Coleo Manuscritos I-5-2-2,No.16).. Es con este documento firmado en Lisboa el 18 de noviembre de 1678 tan preciso en su lenguaje como en sus fines que inicia una historia poltica y militar que junto con acuerdos, pactos y tratados ocup un siglo de enfrentamiento entre las coronas de Espaa y de Portugal, con una activa participacin diplomtica de ambas cancilleras, aunque ms de una vez hicieron presin diplomtica las de Francia y en especial Inglaterra. La lectura lineal de las Instrucciones es suficiente porque desde su Introduccin explica que para el Prncipe estn fuera de discusin las clusulas de Tordesillas, puesto que afirma sin contradecirse que las que se van a ocupar son tierras de su dominio, yermas en la demarcacin de la reparticin del Sur en el mismo Estado, que continuaban por el Ro de la Plata, Buenos Aires con Montevideo, por la fertilidad de ellas, en las que ya los castellanos tienen hechas varias colonias en el territorio que les pertenecen a esta Corona... Aceptado este principio, el mariscal de campo, D. Manuel Lobo, pese a que llev en sus cinco navos cerca de 200 soldados, alguna caballera natural de Portugal, armamento para defensa, artillera con escaso nmero de piezas, y un ciento ms de civiles que de militares, se habra proclamado como una ocupacin natural de territorios propios y no una accin militar de envergadura, arbitraria, que recibira rplica por parte de Espaa. Aunque se extravi el acta de fundacin del 28 de enero de 1680, tradicionalmente se repite que sobre el medioda se cumpli con el ceremonial de estilo, que incluy las salvas de can, odas por la guardia de soldados espaoles sitos en la barra del San Juan. Siguiendo con las Instrucciones tenemos como puntos principales las que llevan como nmeros: 1, 4,5, 9, 10,11, 12,13, 16, 17,20, 21, 23, 24, 26, 27, 32, 34 y 36, cuya lectura exime cualquier comentario, ms que anotar en forma global que lo que pretendi el Prncipe fue:legalizar ,justificar, reconhecer a ocupao. La introduccin es tajante: Yo el Prncipe, como regente y gobernador de los reinos de Portugal y Algarves hago saber a vos Don Manuel Lobo, hidalgo de mi casa, a quien tengo nombrado por gobernador de Rio de Janeiro, que dndome cuenta Alejandro de Sousa Freire cuando gobern el Estado del Brasil y Juan de Silva de Sousa, gobernador de Rio de Janeiro por los aos 1679 y 1671, enviando varios papeles e informaciones sobre haberse de poblar las tierras de mi dominio hube por bien resolver que las dichas tierras se poblasen y que para eses facto se obrasen las primeras poblaciones a costa de mi haciendaque fueses a poner en ejecucin esta nueva colonia, en la que vos haris como os ordeno y mando por esta mi Instruccin (Copia tomada en Biblioteca Nacional de Brasil, Ibidem). Instrucciones: 1- defenderla contra cualquier ataque bem de espanhes o de indgenaslevando quanto poderas o mais esencial e formalizar as defesas da terra, 4-5, demostrar que el sitio escogido no fue al azar, sino bien conocido y el adecuado a una futura mega-empresa colonizadora en todo la bando N. del ro de la Plata, que estaban no interior da demarcao e senhoro da cora de Portugal, 9- dejar sentado que era una empresa legtima y de largo aliento que incluye la catequizacin de los indgenas como futuros vasallos, seguiris vuestro viaje al ro de la Plata y conforme al parecer que se tom de varias personas que navegaron por l se asent que el sitio
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ms seguro y ms conveniente y de mayor consideracin era la isla de San Gabriel que queda enfrente de Buenos Aires y ms adelante por el ro arriba de Montevideo por ser la de mejor fondo de aguas, lea, sitio sano y fcil de desembarque de los navos y resguardado de los tiempos y dentro de la demarcacin y seoro de esta corona en la dicha isla ,dispondris luego la fortificacin que se hubiere de hacer para seguridad de esas embarcaciones , que delinear el ingeniero con vuestro parecer y de Jorge Surez igualmente, obrareis la fortaleza en la tierra cogiendo el mejor sitio defendible y firme ... Instruccin 10- Y porque mi intencin es conservar las tierras del dominio de esta corona tendris entendido que estas fortificaciones y poblaciones que se hicieren han de ser solo para conservarlas y que nunca los castellanos entiendan el fin de hacerse es para abrir comercio con ellos (sic) lo cual observareis de vuestra parte dndoles a entender esta mi resolucin y la que tuve para el gento de aquel desierto que estuviere en mi dominio se reduzca a la Fe de Cristo para lo cual le daris todo el agasajo y tratamiento posible el cual , si quiere darme vasallaje usareis con el en aquella forma que se acostumbra con los que piden mi obediencia...o sa que se debe cuidar lo temporal y lo espiritual por igual (11), de cmo se deben tratar a los indgenas y aplicar castigos por desobediencia o rebelin (12-13),reafirmar el principio del trabajo pagado evitando abusos(14) que se de conocimientos a los indgenas (17) completada la misin se asegura el regreso a Rio de Janeiro de Lobo con su natural rango de gobernador, pero se asegurar la continuacin de la posesin y acrecentamiento de la colonia con sucesores. 21- fijar reglas para el comercio con los castellanos, pago de derechos que por el tiempo adelante sin que de vuestra parte se introduzca el trato y comercio con los castellanos y ellos lo quieren introducir los admitiris, asentando primero lo que deben tener de derechos de las haciendas que metieren, 23- aumentar la poblacin con vecinos residentes en Brasil que voluntariamente quieran establecerse con sus familias en la colonia, dndoles beneficios de reparto de tierras y obligaciones de construir, 24- fijar normas sobre administracin de justicia, 26- sobre procedimientos de sucesin en caso de muerte de Lobo, 27- sobre apoyo de religiosos que viven en Ro de Janeiro para cumplir con los oficios catlicos en la colonia, 32- libertad para resolver aquellos casos que se presentaran y no estuvieran comprendidos en estas instrucciones, lo har segn su prudencia y acierto, 34- absoluta confianza en sus dotes para actuar bien en todas las materias, poltica, militar, eclesistica, de justicia, tratamiento a los gentos, para el triunfo de una empresa tan importante para la corona de Portugal, gestionando un buen gobierno de esta nueva Colonia-36. 3 D. Manuel Lobo cumpli fielmente las Instrucciones, demostrando que los ttulos y mritos y hombra de bien por los que fue escogido honraban tan importante misin, Desgraciadamente el destino le jug mala pasada y en su corta accin militar y civil no pudo demostrar sus dotes de administrador civil ni las de colonizador prudente, firme en sus propsitos de engrandecimiento de lo que entonces no es ms que una factora experimental. Con las Instrucciones del Prncipe D. Pedro en cuanto a considerar de jure sus derechos sobre las tierras en la banda Norte del ro de la Plata, interesa destacar que llegado a Ro de Janeiro el 1 de junio, el gobernador Manuel Lobo tuvo como prioridad arribar cuanto antes al Ro de la Plata, anclar en la isla de San Gabriel,posesin portuguesa, para lo que reuni fuerzas de infantera, caballera no importantes, algunas piezas de artillera y vveres para un ao y embarc a cuatro religiosos de acuerdo a los propsitos de la Santa Iglesia Catlica para atender las almas Fue con l como teniente, el futuro gobernador de la Colonia D. Critovo Dornelas Abreu, unos cientos de civiles, la mayora presidiarios, algunos negros esclavos, pero no familias, ni agricultores. En diciembre todo se completa sin riesgos y se est pronto para embarcar.
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Las piezas originales estan en el Archivo General de Indias, las copias ntegras en la Biblioteca del Palacio Real de Madrid, parcial en la Biblioteca Nacional(Madrid). Biblioteca Nacional de Brasil, Ro de Janeiro. Coleo Documentos. I.31-31-12. Coleccin AGI, otras en Biblioteca Nacional, Seccin Tesoros (Buenos Aires), consultamos y tomamos fotocopia autenticada de los documentos citados de la primera citada en 1988.
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Es fcil deducir que con tan heterogneo grupo humano es casi imposible fundar una colonia estable como se pretenda, apenas una factora y que con voluntad poltica, en paz militar y con buenos negocios a largo plazo podra convertirse en llave de podero econmico en el ro de la Plata. Se conoca bien su doble vertiente: comercio legtimo y explotacin de la riqueza ganadera que las vaqueras de la Banda Oriental en el Alto Uruguay, insistimos fuente jams mencionada en documentos comprometedores, contenan en sus cuatro puntos cardinales, fundamentalmente en el extremo Oeste: E baixo da fronteira com So Vicente. La historia militar con sus vicisitudes inmediatas, tal como ocurren los hechos no le permiten a Lobo, ver en vida el triunfo de las propuestas del Prncipe. Todo se reduce a levantar algunas tiendas de campaa, fabricar precarios ranchos con madera y techo de paja y un pequeo astillero para uso inmediato de construccin de lanchones. Durante febrero de 1680 se amplan las construcciones con el apoyo de un horno de ladrillos y piedras del lugar, zanjas para la defensa y una choza destinada a capilla. Se destinan para la evangelizacin de los indgenas (instruccin 10) al capelln P. Antonio Duro da Mota, a Fray Francisco, y a dos jesuitas los P. Manuel Pedroso y Manuel Alvares. En principio se dispone adems de los abastecimientos trados de Brasil, la abundante pesca de ro y no se acude a faenar reses vacunas, pero al acabarse las provisiones, el hambre se hace sentir y las deserciones son un motivo de merma de la poblacin original. Hay que mencionar una importante afirmacin cuando por Carta Regia del 7 de enero de 1682 el Rey extiende a las Capitanas del Sur, la jurisdiccin de Ro de Janeiro, lo que incluye la Colonia tal como aparece en la letra del documento que recibe el nuevo gobernador Duarte Teixeira Chaves que ocupa el cargo de 1682 a 1686. Cumpliendo con el mandato Real parte desde Lisboa el 19 de marzo en el San Carlos, artillado con 26 caones y acompaado de una escolta de 23 navos, con destino a Baha de Todos los Santos. Los acontecimientos referidos se convierten en probanza de la tesis que defendemos, sobre la influencia de la metrpoli lusitana en el destino del Ro de la Plata desde las ltimas dcadas del siglo XVII hasta casi las mismas del XVIII como probaremos oportunamente y dan razn al ttulo de la misma. 7.1. Expedicin al ro de la plata Conviene insistir que desde 1641 con el fuerte liderazgo de Juan IV renace la tradicional doctrina lusitana del expansionismo territorial a partir del sur de Brasil que incluye apoderarse de toda la Banda Oriental colonizada por Espaa desde 1527. Por fin D.Pedro puede hacer pblico en la Europa de 1681 un documento que jutificaba que essas terras aproveitadas pelos castelhanos eran legtimos territorios portugueses1 . Adems anuncia que de ser posible en un futuro cercano habra que tomar conta de Montevideu e a ilha de Maldonado, pontos estratgicos pela sua grande valimento, que en el concepto de su tiempo no era ms que volver las cosas a sus dueos naturales2. De ah que con pleno conocimiento de beneficios y riesgos que esta dispuesto a correr, en 1678 como ya comentamos da instrucciones a Manuel Lobo para que proceda a organizar uma expedio a possuir Colonia do Sacramento. De modo que asentarse transitoriamente en una isla como la de San Gabriel, que es, segn consta en Noticia e Justificamde 1681, portuguesa por formar parte de una prolongacin de la capitana de San Vicente y de inmediato pasar a tierra firme en forma definitiva en la ribera N.
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Apndices de la Capitana de San Vicente. Archivo Ultramarino, Lisboa, Documentao Colonia do Sacramento Ibidem
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del ro de la Plata, deja de ser una usurpacin militar para convertirse, segn l y sus consejeros cortesanos, en defensa de legtimos territorios usufruidos sem direito pela Castilha3 El 8 de diciembre de 1679, desde el puerto de Santos, despus de un correcto aprovisionamiento de vituallas proporcionadas por el gobernador local Diego Pinto de Rego, parte una flotilla que llega a Maldonado el 314 7.2. Desembarco en la isla de San Gabriel Contina la travesa hasta la isla de San Gabriel, a la que llega primero uno de sus capitanes de nombre Feliciano da Silva a bordo de una pequea embarcacin bautizada como Jess Mara Jos.Lobo con la escuadrilla mayor desembarca en la isla el 20 de enero de 1680 y pocos das despus pasa a tierra firme en la Banda Oriental, para fundar la Colonia del Sacramento.5 Como dijimos la isla es tradicionalmente un refugio de piratas y contrabandistas tambin de comerciantes holandeses no del todo honorables. Esto sin duda lo conocen bien las autoridades de Rio de Janeiro, que por s o por terceros que alguna vez participaron del contrabando durante el perodo de la Unin Ibrica, con la complicidad de espaoles corruptos defraudadores de las Arcas Reales.. Es bueno advertir que el proyecto de "povoamento da margen esquerda do Rio da Prata almejaba muito mais do que a constuo de iuma pequenha fortaleza na regio"6 Este historiador portugus nos detalla la composicin de gentes que reclut Lobo y que estn presentes en la fundacin: entre civiles, oficiales y soldados 300, indios 76, negros 51, mulatos libres 4, sacerdotes catlicos 4, mujeres blancas 3, recaudador de rentas 1) Se sabe que en una carta de D. Manuel Lobo al Prncipe Pedro fechada el 12 de marzo de 1680 le mencion crudamente que "planejava denominar Lusitania a futura cidade que deveria nascer nas proximidades da fortalez do santisimo Sacramento" pedia auxilio de colonos
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Texto completo en Apndice El viento nunca nos fue favorable/ de ah la demora de 21 das/ bajaron a tierra algunos hombres y vieron suma cantidad de vacuno todo de color oscuro y de cuerpo grande/ la tierra es muy decubierta y difcil los llegados/ tuvieron que esperar mejoras en la marea para prodeguir rumbo E-O por el Ro de la Plata obviar obstculos naturales, fue bien enfadoso este viaje porque sobre experimentar algunas tormentas recias, la falta de prcticos nos hizo andar vagando varios das hasta que llegamos cerca del banco que tiene este ro entre Montevideo y Buenos Aires, cuy pasaje nos daba mayor cuidado.Lobo: Informe de la travesa, Fernand de Almeida, Informo sobre a Colonia do Sacramento, Boletn Biblioteca Universidade de Coimbra,22,1955 5 Creemos oportuno citar lo que consideramos antecedents a la llegada official de Manuel Lobo a la isla de San Gabriel. Enero de 1671 llega desde Baha un patache con once religiosos con destino a Buenos Aires y el capitn pide autorizacin para carenar en la isla y se le otorga. Marzo de 1676 hay una carta del gobernador de Buenos Aires D. Andrs de Robles comunicando al rey sobre la presencia de comerciantes holandeses que negociaban en la ciudad pero su base de apoyo(donde carenaban, cortaban lea y se abastecan de agua), era la isla grande. Por ltimo en 1678 una curiosa incursin en la costa del ro Rosario dej seales grabadas en las piedras nombres y fechas, las que fueron encontradas recin en 1694. Otros datos aportados por investigadores brasileos como Panda Calogeras y Aurelio Porto, dan como cierto que en 1643 el gobernador de Ro de Janeiro Salvador Correa de Saae Benavides manifest a la corona que la toma de Buenos Aires, al parecer factible, le dara a Portugal la oportunidad de llegar sin riesgos al Potos. En 1656 el mismo gobernador solicit al monarca le otorgase los beneficios de una nueva capitana que comprendera de San Vicente al Ro de la Plata, argumentando la conveniencia de una expansin. Consultado el Consejo Ultramarino, aunque no se le concede ve como positivo este ltimo aspecto. Documentos existentes en Archivo general de la Nacin Argentina (Buenos Aires), numerados 74-4-13 y 76-2-23. El 12 de marzo de 1680 Manuel Lobo dirigi una carta al Prncipe D. Pedro donde dice: es una tierra firme con siete islas todas cubiertas de arbolado, cuya madera sirvi para hacer nuestras cabaas y cuarteles de la ciudadela, no he podido la tierra adentro como yo quisiera porque los pocos caballos que escaparon del viaje que no pasan de 10 llegaron en miserable estado, por lo poco que he visto es tiera excelentsima y capaz de producir todas las frutas de Europa, en este sitio no hemos visto ningn ganado habiendo en el muchos venads de pequeo cuerpo mas de mejor gusto que los de ese reino tambin hay cantidad de perdices, el clima parece sano aunque de muchos vientos por la altura que est, el agua del ro es muy buena. Biblioteca Nacional do Brasil. Ro de Janeiro,I 31-32-12 6 Luis Ferrand Almeida, cit
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portugueses "famlias de entre Douro e Minho por via do Porto e que nas frotas de Lisboa fossen embarcados alguns alentejanos , que seriam muito apropiados para a agricultura naquela terra que lhe lembrava as plancies do Alentejo"7 Lobo militar conocedor de las reglas de "segurana" pide para los futuros colonos que tambin se proceda "al aldeamento dos indgenas que viviam na regio platina8" Para eso considera de acuerdo a la experiencia portuguesa en Africa Atlntica que es necesario "a conquista da confiana com o gento, a travs de entrega de presentes e de uma proposta de aliana contra sus inimigos"9 7.3. Fundacin de la colonia del sacramento Portugal no tiene duda sobre el xito de la operacin cumplida y que la ocupacin de la Colonia debe mantenerse a cualquier costo como dijo en esta carta firmada y fechada en Lisboa el 16 de octubre de 1680:10 7.4. Reconquista por los espaoles La noticia de la ocupacin de la Colonia do Sacramento llega de inmediato a Buenos Aires y el gobernador D. Jos Garro toma medidas concretas: simultneamente comunica de los hechos al gobernador del Tucumn Juan Daz de Andino, al del Paraguay Felipe Rege Corvaln y al Superior de los jesuitas en las reducciones guaranticas del Paran y del Uruguay, P. Cristbal de Altamirano, le informa de lo que considera la grave situacin y al mismo tiempo que haba instrumentado una fuerza de ataque, para la que le solicit apoyo:11 No agota aqu su gestin e inicia un intercambio oficial de cartas con D. Manuel Lobo, la primera con fecha 9 de febrero de 1680 en la que le comunica: la causa de haber hecho pie en tierra de la corona de Castilla en quieta y pacfica posesin de esta ciudad de ms de ciento veinte aos a esta parte... /era motivo de su preocupacin, por lo que deseaba saber a ciencia cierta / si la venida de V S. ha sido con ocasin temporal, o para negocio que no pida nuevo trmino, ser la respuesta ms cumplida levarse cuanto antes dando la salida que pareciese a V.S. ms justificada...12 La respuesta de Lobo es subjetiva y no slo evade la cuestin de fondo sino que la desva para demostrar la legitimidad del acto13.
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Biblioteca Nacional de Brasil. Ro de Janeiro I.-31-32-12 Ibidem 9 Ibidem 10 Con Manuel Lobo, Yo el prncipe con Manuel Lobo. Yo el Prncipe os saludo. Coon gran regocijo se recibe vuestras cartas del 12 de marzo, en el que relatais con detalle todo lo sucedido desde que salistis de Ro de Janeiro hasta fondear en la Isla de San Gabriel; como disteis principio a la ciudadela de la que envaste un plano que me complac mucho de ver. Lo que importa es preservar lo comenzado y fortificar y prevenir de moso que si os acometen hallaren en vos y en vuestros compaeros todo el valor y la resolucin para conserar el crdito y la reputacin, como habis dado experiencia en las muchas ocasiones en que os hallasteis... 11 Afianzo aqu la mayor fuerza para rechazar esta poblacin que hoy tienen tan dbiles que as que Vuestra Paternidad vea sta, aliste tres mil indios de los de esas doctrina, escogiendo a los de ms satisfaccin y curso en las armas, bien prevenido que yo estoy satisfecho tenga en esto Vuestra Paternidad, especial distincin con sus armas...Antonio Bermejo de la Rica, Bibliografa o.c.p.78 ss 12 Ibidem p.80-81 13 Como el Prncipe nuestro Seor, que dios guarde, en las Reales Ordenes que da a sus gobernadores ultramarinos, manda que hallndose aquellas provincias de que les encarga con sobrados moradores les busquen nuevas tierras para que viniendo con ms comodidad las puedan cultivar me resolv luego que llegu al Ro de Janeiro(por la propuesta que la Cmara de aquella ciudad me hizo sobre el particular), embarcarme con la gente que me fue posible acomodar sobre estas embarcaciones, dejando ordenes de que me siguiesen otras que por instantes espero, buscando parte conveniente para hacerles nuevas situaciones, y habiendo discurrido toda la costa desde aquella plaza a este sitio, no halle otro ms acomodado as por el puerto, como por lo que se conjetura de las tierras, este V. S. es muy cierto que cuando me
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Plano de la Colonia del Sacramento- Fuente: Plano de la fortaleza de San Gabriel-1680. Original-Archivo General de Indias-Copia: coleccin privada de Alberto Pintos-Uruguay.
determin a poner los pies en sta fue con la infalibilidad, que as sta, como otras muchas, esta dentro de los lmites de la corona de Portugal, y son dominios del Prncipe Nuestro Seor y como as sea sin la orden expresa de dicho Seor no determino volver atrs ni aso, y como las dos coronas tienen contrado entre s una paz tan firme y que esperemos se contine por muchos aos, las Personas Reales de una y otra como sus Consejos resolvern lo que les parezca ms conveniente.
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Lobo saba lo que quiere como estricto cumplidor y oficial leal a su Prncipe de las instrucciones recibidas, cumplir con honor su cometido. Se opta por encuentros personales entre emisarios de ambos militares con propuestas pacficas por parte de los espaoles que durante esta instancia les conviene es arriesgar armas. Las reuniones son inconducentes entre los comisionados espaoles y Lobo, que a esta altura asume la responsabilidad de la fundacin de la Colonia. Garro resuelve entonces que se convoque a la Junta de Guerra el 13 de febrero, que cuenta con la asistencia del Obispo, donde se decide llevar adelante una operacin militar que cuente ahora si con el apoyo de fuerzas del interior de Argentina y de las Misiones jesuticas del Paraguay. En el intervalo, Lobo busca nuevas formas de negociacin con Garro, el Obispo y los Cabildantes, pero sin cambiar la tesitura de justificar la conquista, es decir no entregar la plaza , por lo que era de esperar el rechazo de Garro que determina por fin firmar la orden el 15 de julio de inicio de las hostilidades. Se da paso a las armas y los espaoles atacan las fortificaciones y despus de varios encuentros indefinidos la infantera de santafecinos consigue reducir uno de los baluartes el 7 de agosto y entonces se produce la rendicin de la plaza. Garro no duda que es su responsabilidad actuar y que hace lo correcto, despus de cumplir con rigurosas consultas con todas las autoridades locales.Por eso ordena a sus oficiales iniciar la ofensiva militar, que se cumple el 18 de agosto de ese ao. En un documento del Archivo Ultramarino de Lisboa leemos: O governador de Rio de Janeiro D. Manuel Lobo partiu dal em Setembro de 1679 com 200 homens e alguns casaes para fundar a Colonia do Sacramento, e em Janeiro subsecuente entrou no Ro da Prata.Sete mezes e cinco dias depois da fundao da Colonia o governador de Buenos-Ayres D. Jos Garro a tomou de assalto. De inmediato, Portugal reclama diplomticamente tal sucesso e um atroplo y le da tan buen resultado que consigue a poco el reintegro pacfico del baluarte. Se dice que, polticamente, pes mucho la debilidad de la corona espaola de Carlos II y en consecuencia los portugueses reciben por parte de Madrid la satisfactoria noticia de que firmara el Tratado Provisional en Lisboa el 7 de mayo de 1681.14 Los cortesanos espaoles, para justificar su incompetencia, en un acto indigno, responden que el atropello / aludido /en la reclamacin lusitana fue obra personal del gobernador Garro quien haba decidido la accin militar por iniciativa propia y sin consultar a la Corona,. Es ms, el propio embajador espaol en Lisboa lo explica en crudos trminos: "la corona no estaba enterada todo fue obra improvisada del gobernador" (sic) Esta infame acusacin que pretende salvar el honor del rey y sus asesores, est desmentida por probada documentacin publicada donde se mencionan las consultas de Garro a la Junta de Guerra de Buenos Aires, al Virrey de Lima y al Superior de la Compaa de Jess antes de ordenar al mariscal de campo Vera y Muxica que la sitiara. Estn adems las cartas cruzadas con Lobo, condenatorias de la actitud tomada por Madrid que demuestran la bajeza moral de los cortesanos. Garro es sancionando, lo trasladan a Crdoba, y una vez levantada la pena se le nombra en 1682 gobernador del reino de Chile que significa una degradacin de rango como alto funcionario Real. Otro testimonio, el 16 de enero de 1681 el arzobispo D.Melchor de Lian y Cisneros como virrey de Lima, escribe un extenso relatrio que llev por ttulo:
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Restituia esta praa ao dominio portugus; sendo ella em 1683 entregue provisoriamente a Duarte Texeira Chaves, que enseguida entregou ao governador Sebastio xavier da Veiga Cabral, nomeado pela Corte de Lisboa Apndice Tratados 1681-1778
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Al duque de Medinaceli, Primer Ministro, sobre los sucedidos entre castellanos y portugueses enfrente de Buenos Ayres, en el que deja a salvo la honorabilidad de Garro quien haba cumplido con todos los deberes de su cargo.15 Temendo que a populao de origem lusa que viva en Buenos Aires pudiesse tentar libertar os prisioneros, garro madou os oficiais portugueses para o Chili, enquanto a Lobo ainda doente, e mais alguns de seus homens forma manadados para Crdoba16 A comienzos de ese mes llegan a la Corte en Espaa los pliegos con informes minuciosos en los que el nuevo gobernador de Buenos Aires Jos Herrera y Sotomayor narra los acontecimientos tal como se lo informaron puesto que no fue actor y para mayor abundamiento adjunta un mapa de la regin que servira de base a las posteriores reclamaciones que Castilla hizo a travs de su embajador en Lisboa. Cuando esto estuvo en conocimiento de Castilla la inquietud lleva a consultar a los asesores del reino, y as vemos que en el Archivo de Simancas ( Legajo 2457 moderno) se encuentra que trajeron como reciente el Informe de D. Antonio de Sols, reputado cosmgrafo a quien se le haba pedido con su reconocida autoridad la opinin sobre un asunto que estaba entre las posibilidades que ocurriese.. En forma tajante se expres el 15 de octubre de 1680: Y fuimos de parecer que la Provincia del Paran, donde se deca que beneficiaban una mina los portugueses y la de Paraguay, Ro Paran y de toda la tierra que ay entre el Ro de la Plata y el Ro Grande viene a ser de las Conquistas de Castilla y que la isla de San Gabriel no slo est en nuestros lmites sino que dentro del Ro de la Plata de que su Majestad tiene posesin desde su primer descubrimiento. (Antonio Bermejo de la Rica,La Colonia del sacramento, p.14) En mayo de 1681 se firm el Tratado Provisional , que restituia esta praa ao dominio portugus; sendo ella em 1683 entregue provisoriamente a Duarte Teixeira Chaves, que enseguida entregou ao governador Sebastio Xavier da Veiga Cabral, nomeado pela Corte de Lisboa. A raz de este nuevo e inesperado giro de los acontecimientos, Carlos II acta con prudencia sospechando del apoyo que Francia e Inglaterra prestaran a Portugal en caso extremo de lucha armada y rehye toda accin militar ms violenta que pudiese desembocar en un conflicto armado que lo embarcara con tropas en Europa. Mientras tanto la falta de entendimiento entre los comisionados de ambas coronas por la disputa de lmites, despus de una infructuosa reunin en Badajoz celebrada el 20 de diciembre de 1681, se resuelve recurrir a la tradicional decisin del Papa Inocencio XI, quien nunca dict providencia. Las posiciones siguen incambiadas segn se interprete por una y otra corona el alcance de Tordesillas. Dice Bermejo de la Rica: si la Colonia del Sacramento caa fuera de las 370 leguas concedidas a portugueses, la Colonia deba pertenecer a la corona de Castilla con arreglo al tratado; si dentro a Portugal (o.c.p. 15-16) Sigue: queran lo espaoles medir las trescientas millas contndolas a partir del medio as en longitud como en latitud de las islas de cabo Verde; pretendan los contarios que dicha medicin se hiciera desde la margen ms occidental de la isla de San Antonio, ms occidental que las de Cabo Verde.(o.c. p.16) Con ms precisin y en su beneficio los portugueses que sostenan que los lmites de Brasil eran: por el norte el amazonas,
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Recibida la orden, el Mestre de campo Muxica, avanza la poblacin de los portugueses el siete de agosto, al romper del da, con su gente, en cuya defensa se muestran esforzados los portugueses, valindose de sus armas de fuego y dems de su uso/ concedindonos Nuestro Seor la victoria con tan declarada elucidad que todos los contrarios padecieron muerte o prisin/ qued prisionero Gral. D. Manuel Lobo, entre cuyos papeles se hall la Instruccin original del Prncipe, compuesta de 36 captulos/ Murieron 125 portugueses, 150 prisioneros, y algunos heridos, y 6 mujeres/ murieron de nuestros espaoles 5, salieron heridos 11, de los indios murieron 31, heridos 104, cogiendose 45 negros y negras, indios tupies que tenan ganados los portugueses 150 y los pertrechos de guerra que expresa al memoria adjunta , Biblioteca Nacional de Espaa, Madrid, Legajo 1.030 16 Posamai, Paulo Cesar. A fundaoda Colonia do Sacramento, Rev. Mneme,cit bib,p.22
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por el sur el Plata, no salan de esta postura. las 370 leguas de que hablaban las cartas, corresponden a las 379 por ser esta cifra equivalente a 370 leguas medidas en la lnea equinoccial respecto de las medidas en el paralelo 18 que era el que interesaba (o.c.p.17). Derivado del texto del Prembulo del Tratado Provisional reiteramos la plaza de la Colonia vuelve a formar parte de la corona portuguesa. Cumpliendo con las reglas el 30 de enero de 1683 una flota menor comandada por Duarte Texeira Chaves gobernador de Rio de Janeiro proveniente de ese puerto entraba en la ensenada de Colonia "para tomar pose do teritrio em nome do rei de Portugal" Ese mismo da da aviso al gobernador de Buenos Aires Herrera y Sotomayor que al ocupar la Colonia lo haca segn legtimos documentos firmados por el rey de Espaa Carlos II, Reales Ordenes del 15 de julio y 12 de noviembre de 1681, cumpliendo con la clusula 9 del Tratado Provisional, sobre devolucin de la... y por tanto exiga que ste aceptara la misma. El gobernador en uso de sus facultades convoca a una reunin de las autoridades locales de las que recibi total apoyo, Herrera y Sotomayor enva al Tte. Gral. Juan de Pacheco de Santa Cruz a proceder con correccin la entrega formal de las islas y de tierra firme lo que ocurri el 14 de febrero. Con clara conducta militar Duarte Teixeira Chaves el 23 de abril firma las primeras cartas a su rey D. Pedro desde la Colonia do Sacramento dando muestras de satisfaccin por ser la figura dominante entonces. El traspaso formal se hizo sin violencia y de acuerdo al protocolo el gobernador de Buenos Aires Jos de Herrera y Sotomayor entrega la plaza de Colonia al gobernador de Rio de Janeiro quien la toma en nombre de su corona el 12 de febrero de 1683. De todos modos el gobernador espaol, trata de salvar el honor de su corona y toma algunas medidas tales como publicar una orden " na qual ameaava com pena de morte e confisco de bens a pessoa que negociassem con os lusitanos" (Rego Monteiro) Adems a 5 leguas al N de la Colonia sobre la margen del ro San Juan apost un grupo militar de vigilancia con 30 soldados que tenan como misin.: 1. evitar el robo de ganado para faena de la Colonia, 2. impedir que los indgenas negociaran con los portugueses, 3. vigilar la posible construccin de fortificaciones por los portugueses. Independiente de estas estrictamente militares, se apoy en los jesuitas dndoles seguridades con guardia militar para que regresasen a la margen derecha del ro Uruguay del que haban sido expulsados violentamente por las banderas paulistas alrededor de 1650. Esto fue el prlogo de las reducciones conocidas como "Los Siete pueblos de las Misiones" que duraron hasta el Tratado de 1750. En marzo de 1683 Teixeira Chaves regresa a su cargo natural de gobernador de Rio de Janeiro que cesa recin en 1686 y deja al frente de la Colonia a su segundo Cristovo de Ornelas de Abreu que lo haba acompaado en el viaje dese Rio de Janeiro. El gobierno de este funcionario que dura hasta 1689 es nefasto " se preocupou mais em enriquecer -se que buscar o desenvolvimento da povoao" Adems la estricta vigilancia de los espaoles a pesar de su ridcula fuerza militar limit mucho la vida de convivencia, el abastecimiento, el desarrollo en caso de planear seriamente "un povoamento". El documentado historiador Capistrano de Abreu cita en su libro Historia Colonial un valioso testimonio de poca escrito annimo con el ttulo de Informao do Brasil e de suas necessidades" donde demuestra la situacin crtica que se vive en la Colonia. No obstante Pedro apoya siempre el emprendimiento de la Colonia y cuando se entera que Dornelas es un funcionario deshonesto lo sustituye por Francisco Naper de Lencastre que aume el mando el 3 de julio e 1690. Este es un militar de carrera, inteligente, probo, fiel a su corona, que llega a la Colonia con Manuel Lobo, vive las angustias del asalto espaol, con una mente clara de lo que es su responsabilidad como ejecutor de un proyecto de asentamiento primero y de colonizador despus, trata de traer mujeres solteras oriundas de Portugal, mejorar la milicia, organizar la agricultura
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ante la respuesta tan positiva que la tierra da a las semillas tradas de Lisboa, sobre todo las de trigo y legumbres. Un censo rudimentario da casi mil personas entre portugueses, indios, y esclavos que viven en armona y sujetos a un rgimen de estricta disciplina, transforman la Colonia. Con Naper de Lencastre comienza una autntica poltica colonialista, dejando atrs la factora fundada por Lobo y para eso pretende extender la regin hasta los arrabales de Montevideo, donde piensa construir un galpn para faena de bovinos, charquear carne y aprovechar los cueros para mandar al Janeiro, olvidndose de los lmites territoriales que impona el Tratado Provisional. En 1690 asume como gobernador de Buenos Aires Agustn de Robles, quien adems de enfrentar a una armada francesa que pretende apoderarse del Ro de la Plata, debe extremar los controles sobre el contrabando que los portugueses a vista y paciencia de todos, lo ejercan con grandes ganancias desde la Colonia o desde San Gabriel de lo que eran claros ejemplos cambiar azcar, tabaco, negros esclavos, vinos y licores, por harina, carne salada y plata negociada desde el Per que se les ofrece desde Buenos Aires. El 9 de mayo de 1691 Robles firma un violento edito contra el comercio ilcito y adems trat por todos los medios de resguardar la riqueza bovina de la Banda Oriental Colonia, que eran tierras espaolas, alejando las reses a buena distancia de la Colonia portuguesa, para lo que pide el apoyo de los P. Jesuitas para proceder de igual forma en sus estancias del Alto Uruguay que estaban protegidas por la distancia con el S.O. Naper de Lencastre reacciona contra esto partiendo de la base que Portugal tinha os mesmos direitos que Espanha sob as terras da Colonia do Sacramento y las extende por su cuenta y riesgo hasta las bocas del ro Rosario y del ro Santa Luca el trabajo de faeneros que adems de cueros y carne, llena vasijas con sebo fundido. El 10 de enero de 1694 funcionan precarios ranchos donde se guardan cueros que luego cargan los barcos portugueses que llegan al puerto de Colonia y segn informa en una carta al rey D. Pedro, llegan a juntarse 6.000 de tima qualidade. En la misma insiste en la conveniencia de mantener a toda costa la Colonia en poder de Portugal, em o mesmo lugar y sin ninguna clase de reparos le dice: Con el comercio con los castellanos podr por este puerto entrar en nuestro reino mucha plataEl puerto es seguro y capaz para embarcaciones grandes y pequeas (En: Rega Monteiro, o.c.) El espritu progresista de Naper con una firme visin de estadista, lo lleva a un paso ms trascendente: negociar legalmente con los espaoles de Buenos Aires la plata del Potos ya que no el era el objetivo atingir at o proprio morro, mais era possvel fazer trfico com os castelhanos por medios pacficos. (Ibdem) Es bueno conocer el informe que hizo a su corona, del que reproducimos la parte medular: Con el comercio con los castellanos podr entrar por este puerto /Colonia/ en nuestro reino mucha plata, cosa que no ocurrira por primera vez y as ahora est en suspenso con los apuros de este gobernador /Manuel del Prado y Maldonado/ pero quiz maana venga otro que incluso lo solicite porque siempre sion ms los que atienden sus beneficios personales que los de su rey17 En ese tiempo Naper enterado de los planes militares para la toma de Montevideo y de Maldonado, los desaprueba por su inoportunidad y dudoso beneficio y en cambio cada vez se afirma ms ante Lisboa y Rio de Janeiro, de las bondades naturales de su Colonia en cuanto a clima, potencia en riqueza pecuaria y comercial por la proximidad con Buenos Aires, mientras que por el trabajo de chacra aspiraba a convertirla en una prspera regin agrcola Empez con tanto xito que con una buena cosecha de trigo, los molinos se convirtieron en abastecedores de la poblacin y almacenaron sobrantes, adems que las vides tradas de Portugal y plantadas en tierra de la Colonia daban sus frutos en forma generosa. Tambin hay que reconocer que nunca descuida los asuntos religiosos, si bien muestra una particular desconfianza para con los jesuitas a quienes consider sus peores enemigos por
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defender intereses propios y que si se rompiesen las hostilidades con Espaa podra hacrseles mucho dao impidiendo la navegacin de la boca del ro Uruguay, paso obligado de Buenos Aires a las doctrinas, con 7 u 8 lanchas. Al contrario con los franciscanos es complaciente y les entrega una quinta en las afueras del centro poblado para que residan (para convento de sus religiosos, sin ningn inters que en ella se sirva a Dios y sigue: para sustento de dichos religiosos dejar un corral que tengo en ella con doscientas vacas, otro con cuatrocientas ovejas, cerdos, conejeras, palomares, carros y bueyes mansos y todas las casas exteriores y fbricas pertenecientes a dicha quinta18 En un principio la explotacin pecuaria se hace a escala de auto abastecimiento, pero apenas a diez aos de fundada, es con Francisco Naper de Lencastre que se inicia una fecunda etapa de intensivo secado de cueros para remesar al mercado europeo que cada vez lo requera ms y apreciaba su valor, adems de iniciar experimentalmente la etapa del charque con carne bovina. Con gran sabidura y manejo del comercio con el mundo occidental los portugueses se dan cuenta que lo ms importante de asentarse en la Colonia del Sacramento esta en dos centros en los que tenan vasta experiencia:1- puerto en aguas con salida al Atlntico, 2- tierras frtiles incultas y disponibles. En marzo de 1699 cede al mando al nuevo gobernador nombrado desde Lisboa D. Sebastio da Veiga Cabral, otro dignsimo portugus que estuvo a la altura de su tiempo, y lo ejerci con mesura hasta 1705. En cuanto a Espaa el reinado de Carlos II entrara en una crisis final cuando confirma por testamento que a su muerte la corona espaola ser ocupada por el Borbn Felipe V. La confrontacin entre ambas coronas es un asunto irreversible al no llegar a un acuerdo con honor y se vuelve a insistir con la aeja y obsesiva pasin de Carlos I que desde 1531 hasta el fin de su reinado en 1556, que reclam sin tregua la propiedad absoluta de Espaa sobre la navegacin del Ro de la Plata, expulsando a los extranjeros por las armas si fuese necesario. En el mismo orden de prioridad haba insistido su heredero Felipe II que asciende al trono de la Unin Ibrica en 1580, pero adversos acontecimientos militares y diplomticos dejan en claro que todo queda postergado por dos siglos hasta 1750 con la firma del Tratado de Permuta. Entrando en la hiptesis demostraremos que la historia poltica, militar, comercial, diplomtica general de Europa y en particular de dos de sus protagonistas en la confrontacin como Espaa y Portugal desde 1678 a 1778 , ejerce una tan fuerte como decisiva influencia en el cambiante destino da Colnia do Sacramento e por enquanto tuda baca do Prata. Desde entonces y por un siglo se inicia un proceso de gran complejidad en varios aspectos, con salientes perfiles que felizmente en su mayor parte est resguardado en la tan variada cantidad y calidad de documentos en los archivos, de Lisboa, Madrid, Ro de Janeiro y Buenos Aires. Opto por concentrarla en la confrontacin de ambas coronas como norma y no como excepcin, dentro de dos fechas: 1678-1778 que consolidam o confronto da Espanha e Portugal pela dominao da Colonia do Sacramento. La variante sustantiva esta en que mientras en los siglos XVI- XVII la consolidacin del comercio portugus con el Oriente tuvo dos fases: primero explorar y despus fundar factoras, aqu en el Ro de la Plata se produjo un proceso inverso: se ocupaban tierras fundando el principio de que eran propriedade da cora portuguesa o dichos de otra forma otra sem dvida pertencem a cora de Portugal(Pensamiento politico del regente D. Pedro).Biblioteca Nacional do Brasil, Ro de Janeiro, Fondo Archivo Ultramarino, Lisboa, Colonia Sacramento
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Carta al Reverendo Padre Provincial, Colonia 15 de marzo de 1697, Biblioteca Nacional de Portugal, Lisboa, Seccin Arquivo Ultramarino
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En la toma del baluarte por las tropas espaolas de Vera y Muxica (agosto 7 de 1680), fue hecho prisionero Manuel Lobo, es trasladado a Buenos Aires debido a su estado de salud.19 Vera y Muxica acamp a una legua de distancia y se moviliz segn rdenes del gobernador de Buenos aires, nunca por su iniciativa. El combate, aunque dur una prdidas en ambos ejrcitos, si nos atenemos a las cifras conocidas de 150 indios misioneros y 5 espaoles muertos, 11 heridos y por la parte portuguesa 120 muertos y 150 prisioneros. 7.5. Reclamo portugus por el asalto a la plaza Reconquistada la Colonia del Sacramento por los espaoles, la cancillera portuguesa entra en una dura confrontacin y presenta una pieza jurdica sobre direitos legtimos acima da sua ocupao que funda sus argumentos con una cronologa histrica sobre su prioridad en el descubrimiento del Ro de la Plata cuando en 1502 llega la expedicin de la que forma parte Amrico Vespucio y sobrepasa el cabo de Santa Mara, lmite martimo da baca do Prata e o Atlntico Sul". El documento al que hacemos referencia es definitorio en una disputa cuya peor parte lleva Espaa con la prdida temporal de la Colonia del Sacramento. En sustancia dice: Con que bien conferidas las historias, los tiempos y noticias, se hallar que la corona de Portugal us de todos los actos de posesin que ms acostumbran ratificar el derecho de los Prncipes. Porque comenzando en Pedro Alvares Cabral, que la tom en el puerto de Santa Cruz, como cabeza de todo el Estado del Brasil, lo hizo comprendiendo en l todos sus puertos y costas del continente. Continuando en Amrico Vespucio la ratificacin como primer descubridor del ro de la Plata. Siguise Martn Alfonso de Sosa (sic), pusieron marcos e hicieron marcos e hicieron poblaciones. Continundose la navegacin del mismo ro, entraron y salieron libremente los navos portugueses.se satisfizo con la primera obligacin del dominio de las conquistas ,usando todo el derecho de poseedoresY por el contrario la corona de Castilla. en casi dos siglos que hace del ,primer descubrimiento hasta hoy, no se sabe ms de un solo acto de aquella llamada posesin de Juan Daz de Sols, que sobre ser invlida por falta de ttulo se obr sin poder ni orden del Sr .Emperador Carlos V. (En: Bilioteca Nacional Brail, Rio de Janeiro, Arquivo Ultramarino de Lisboa). Sin perder tiempo Lisboa ese mismo ao difunde en Europa la pieza jurdica llamada : "Noticia e Justificam do titulo e boa fe con que se obrou a Nova Colonia do Sacramento, nas terras da Capitania de So Vicente,no sitio chamado So Gabriel , nas margens do Rio da Prata En este importante documento por su contenido responde al espritu y la letra que se describe en la respuesta de los cosmgrafos portugueses en contra de la Memoria y Disertacin sobre el Meridiano de demarcacinde los marinos espaoles Jorge Juan y Antonio Ulloa, escrita en funcin de su calidad de representantes de Castilla en las reuniones con los portugueses para dirimir una vez y para siempre los trminos del Tratado de Tordesillas.(1) Como dijimos se publica en Lisboa en 1681, se traduce al francs y al castellano y se da a conocer como prueba irrefutable del "correcto Proceder de la Corona Portuguesa" en tan espinoso asunto poltico-militar y de cancillera. Debemos recordar una vez ms que la consecuencia de las interpretaciones que dan los cosmgrafos espaoles con reconocida autoridad y recogida en Memoria y Disertacin de
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Se dice que estuvo con fiebre durante el asalto, fue trasladado a Crdoba del Tucumn el 8 de abril de 1681 a donde lleg el 6 de mayo. Permaneci sin salir de ella hasta que el virrey disponga por disposicin del gobernador Jos de Garro Lo regresaron a Buenos Aires el 7 de enero de 1683 donde fallece. Segn documentos las fuerzas de Lobo comprendan 3 compaias de infantera, una de caballos corazas, 18 piezas de artillera y pertrechos y materiales suficientes para una fortificacin. Su flota se compona de 2 navos de alto bordo, 2 zumacas, 3 lanchones y una piragua, acompaando la tropa iban tres religiosos, uno jesuita. Anais da Biblioteca Nacional, Ro de Janeiro, v. XXXIX
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1681... no fueron refutadas sino directamente negadas sin tener en cuenta su contenido estrictamente cientfico para su poca en la Contestacin de Portugal fruto de inconducentes reuniones que se llevaron a cabo entre representantes de ambas coronas en los meses de octubre.noviembre de 1680 en Badajoz Fiel a su tradicin, la cancillera lisboeta ordena a sus emisarios que procedan con la mayor dilacin posible usando argumentos menores pero que exijan una respuesta de Espaa como forma de ganar tiempo y armar una reclamacin jurdica de gran impacto como es la Justificam,.. ante dos cortes que le importaban mucho: Francia e Inglaterra. Es cierto que en su favor corren por ejemplo la falta de noticias puntuales sobre la verdadera situacin de los portugueses que quedaron en la Colonia del Sacramento ocupada militarmente por las fuerzas del gobernador de Buenos Aires Jos Garro en 1680. En Lisboa, pese a las dificultades de comunicacin y al tiempo que naturalmente llevan las noticias por va martima se sabe en forma general hasta donde llegaba la usurpacin espaola, desde cuando, por que tiempo, con cuantas fuerzas de tierra estaban sitas en la plaza, que piezas de artillera disponan , armamento de mano, abastecimientos de boca y proyectos de futuro que tiene el gobernador de Buenos Aires Herrera y Sotomayor que sucesor de Garro en 1682 que sin duda espera instrucciones puntuales desde Madrid, para actuar en consecuencia evitando cometer la misma inconducta de Garro y luego ser desairado y hasta sancionado como lo fue el primero segn consta en el Tratado Provisional . Las discusiones estn radicadas en ambas cancilleras con la ventaja de que los lusitanos fueron siempre ms sutiles y astutos que los espaoles, tal como demostraremos oportunamente al tratar el Tratado de San Ildefonso de 1777. Todo se demora hasta que el 18 de enero de 1681 cuando Portugal responde por va diplomtica a la usurpacin militar castellana que otra cosa no fue el asalto a la plaza y la condena ante las coronas de Francia e Inglaterra por que conviene a sus intereses en Europa. Consecuencia directa de esta confrontacin por ahora solo formal no militar fue la firma del Tratado Provisional el 7 de enero de en 1681 que como sabemos obliga a Espaa a devolver la Colonia a Portugal en tiempo y forma. La primera observacin que hacemos es el de un merecido elogio a la inteligencia con que la cancillera portuguesa ejerce sus mejores virtudes logrando beneficios sin ningn costo poltico ni emplear recursos militares. Es una demostracin ms de nuestra hiptesis de que estos hechos no pueden ni deben ser juzgados en forma aislada y menos considerados como estrictamente regionales, sino dentro del cuadro de general decadencia poltica, financiera y de prestigio exterior que viva la corona espaola con ministros cuyos actos de soberbia estn reidos con la realidad de su tiempo, en otras palabras que con Carlos II como rey no medan el desprestigio diplomtico de Espaa en Europa. Tambin hay que destacar como antecedente para la mejor comprensin, la tenacidad portuguesa de mantenerse en el ro de la Plata y extender en lo posible sua colonizao at Montevideu desde que el Tratado de 1681 admite el debate sobre una jurisdiccin que hasta aquella fecha Espaa haba considerado no negociable. La situacin se revirte y esto prolonga la concesin hasta el punto de convenir en un arbitraje si sus derechos fuesen contestados en el seno de la comisin prevista (v. Tratado Provisiona, en Apndice) Portugal inicia por su cuenta y riesgo lo que considera un direito legitimo a fundao de mis de um ponto na Banda Oriental es decir ribera septentrional del Ro de la Plata, que tiene puertos reconocidos por su excelente calado como el de Montevideo y con una ubicacin excepcional el de Maldonado por su cercana al Ocano Atlntico Sur y un territorio rico en praderas y aguadas con miles de cabezas de vacunos orejanos..
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De su lectura lineal se desprende que como alegato jurdico La Noticia e Justuficam afirma el respeto a todos los acuerdos de paz suscritos entre ambas coronas y que Portugal bajo el reinado de D. Manuel I se afirma que fueron os portugueses que fizeram a descoberta da baca do Prata y que por tanto recurriendo al viejo principio establecido por el Papa Sixto VI en 1481 de que quien llega primero y descubre tiene derecho de posesin .(Bulas) Esta rplica con fundamentos jurdicos e histricos a la reconquista militar espaola, se convierte ante el mundo europeo en un documento finamente redactado, con el tradicional estilo diplomtico lusitano, medido en su lenguaje y esquiv en sus afirmaciones para demostrar seus legtmos directos sob A Nova Colonia do Sacramentofora domnio da Capitana de S. Vicente.. y contina "com uma argumentao irrefutvel". (Ibidem). Aunque no se hace esperar la respuesta espaola, sosteniendo que desde Tordesillas esas son siempre tierras de Castilla y que para este reino repiten una vez ms para salvar responsabilidades de que todo lo ocurrido era obra personal del gobernador Jos Garro pero que se encuadraba dentro de lo que se poda considerar propio de una legtima defensa militar de su colonia en el Ro de la Plata. En esos trminos lo hizo saber el Embajador Abad Maserati acreditado en Lisboa cuando por orden de Carlos II presenta una reclamacin que resulta intrascendente y nunca pasa de protesta formal. Hay que observar la pormenorizada introduccin al llamado Justificam... documento, en la que se hace la defensa de la fundacin le quita cuidadosamente todo entorno de ocupao militar que hubiese sido comprometedor para Portugal. Como afirma el historiador uruguayo D. Luis Azarola Gil en su libro sobre la Colonia del Sacramento: "Este acto internacional fue una abdicacin slo explicable por el estado de decadencia a que haban conducido a la metrpoli mltiples causas conocidas, desde la incapacidad de su monarca hasta la ruina de la hacienda pblica. No puede juzgrsele como un hecho aislado, sino dentro del cuadro general lamentable que ofrecan la nacin y sus dirigentes; pero cumple destacar como antecedentes para la mejor comprensin de la tenacidad portuguesa, en mantenerse en el Plata y extender luego su colonizacin hasta Montevideo, que el Tratado de 1681 admiti el debate sobre una jurisdiccin que hasta aquella fecha Espaa haba considerado inobjetable; y prolong la concesin hasta el punto de convenir en un arbitraje si sus derechos fuesen contestados en el seno de la comisin prevista. Con este documento tan detonante se inicia una nueva historia poltica, militar y comercial en el Ro de la Plata con un Portugal que confa slo con sus fuerzas navales y de tierra, sin apoyo de su aliada Inglaterra. De esta manera se concreta un tpico procedimiento de expansin territorial, considerada dentro de los legtimos derechos a fundar establecimientos en la banda N. del ro de la Plata que para ellos son un apndice geogrfico de sus tierras sureas en Brasil con salida al Atlntico Sur (Maldonado), y prximos a Buenos Aires (Colonia). Hay que admitir que en ese momento Portugal con gran serenidad adopta la postura que ms le favorece aplicando el principio de mayor conveniencia a sus intereses comerciales. Demuestra la firmeza al organizar una expedicin al Ro de la Plata, convencido de que era asunto de coraje llevarla adelante, que ste le sobraba al Prncipe Regente D. Pedro y a sus consejeros ms influyentes. El Comandante de la Armada brasilea y respetado historiador D. Eugenio de Castro, que investiga los pormenores de la expedicin de los hermanos de Sousa, sostiene que en 1531 los reales motivos son cuatro: 2) explorar la costa brasilea de N-S en su totalidad, en verdad no del todo conocida incluyendo su extensin al ro de la Plata por ser lindera. 3) terminar con la piratera de los corsarios holandeses y sobre todo franceses (la corona dio orden terminante de apresarlos), naturales acopiadores de "pau do Brasil" con destino a Europa.
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4) de ser posible intentar conocer lo mejor de la verdadera riqueza de la Sierra de la Plata, con vista a futuras penetraciones por los ros Paran-Paraguay. 5) colonizar la regin en su mayor extensin posible.. Estamos en 1680 y los motivos 1,2 y 4 mantienen el mismo valor que en 1531. (Castro; Eugenio. Expedio de Martim Affonso de SousaRio de Janeiro: 1932) En todo el proceso est implcito y con mucha fuerza la necesidad imperiosa de imponer compartilhar a navegao em o Rio da Prata com la Espanha de la Plata por la que entonces como dijimos lucha Portugal legal y pacficamente sin incurrir ni en la piratera practicada a vista y paciencia por holandeses, franceses e ingleses en los siglos XVI-XVII. Portugal con mucha paciencia y prudencia evita provocar un conflicto armado para el que no estaba preparado al no disponer de un armada ni fuerzas de tierra suficientes, ni bases logsticas de aprovisionamiento de boca para mantener las tripulaciones ni las tropas en actividad. Por entonces en Ro de Janeiro no estn dadas las condiciones para movilizar las peninsulares que cumplen ajustadamente su cometido de defensa de su territorio ibrico y su colonia del Brasil.. Consecuente con el argumento jurdico al que aludimos al principio, aqu se trata nicamente de ser ocupante de tierras baldas y Portugal da por sentado ante las Cortes europeas que al firmar la orden de poblar la regin con civiles, militares solo de apoyo para su defensa y algunos clrigos, no merecen recibir ningn reproche diplomtico, ni sancin moral. Hay que examinar cuidadosamente este argumento que cambia el rumbo de la gestin cumplida en enero de 1680 cuando se funda la factora, en otras palabras: fue una legtima ocupacin con mayora de civiles, por tanto no existieron propsitos militares violentos, ni agresin contra Espaa. Definitivamente todo se reduce al crculo de una firme confrontacin por intereses comerciales, en terrenos baldos, tierras incultas, improductivas, olvidadas por Espaa que poco o ningn inters demostr en siglos en convertirlas en productivas ni siquiera para su enriquecimiento como potencia colonialista. (v. D. Pedro en las Instrucciones a Lobo) Los caballos y yeguas que introduce en la Asuncin en marzo de 1542, animales que soportaron la difcil travesa por el Matto Grosso y los vacunos que el gobernador criollo Hernandarias introduce en la banda Oriental, 100 vacas y 4 toros probados reproductores nacidos en estancias del litoral argentino se reproducen en forma desordenada en funcin de la cantidad y calidad de pasturas y buenas aguadas de la zona son base de una riqueza incalculable para su conversin en charque y aprovechamiento 100% de cueros secos. Estos datos conocidos en Lisboa apoyan una poltica colonial, de ah pasar de la etapa inicial de factora a una segunda con poblacin estable formada por artesanos, familias, labradores, gentes con varios oficios, sembrar, criar ganado y aumentar la pesca, con una pequea guardia de soldados, era un paso factible de cumplir y lcito a los ojos de las cancilleras europeas. Esa empresa es la que lleva pacficamente el gobernador Francisco Naper de Lencastre en 1690. Adems los portugueses desde su colonia del Brasil con un Ro de Janeiro puerto operativo puede tener apoyo al fundamento geopoltico de entrada na baca do Prata y cada paso se evala segn la reaccin poltica y militar de Espaa pero cuidando su repercusin en Francia e Inglaterra cuya opinin siempre toman en cuenta los consejeros reales. En cuanto a Madrid, Jos de Herrera y Sotomayor gobernador espaol de Buenos Aires una vez ms reitera su nota la Corona en 1683, fundar en Montevideo un fuerte y defender Maldonado de los portugueses cuyos planes se anuncian pblicamente.
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CAPITULO TERCERO 8. BREVE HISTORIA DE LOS SUCESOS POLTICOS Y MILITARES DE EUROPA 1700-1777. Recordemos ante todo algunos antecedentes que marcan el perfil poltico, militar y econmico del siglo XVII: poca del absolutismo, en el que los reyes gobiernan sin lmites a su poder, dejando de lado los parlamentos, el Imperio Alemn sufre las consecuencias de la cruenta Guerra de los Treinta Aos, fracaso de las monarquas absolutas de Inglaterra y Holanda, la divisin de clases esa muy definida en nobleza, burguesa ascendente y pueblo Es el siglo en que tiene al mercantilismo como "doctrina econmica" por la que cada corona se "meda por la cantidad de oro que posea para que las arcas del Estado estuviesen siempre repletas". En el caso particular de Espaa, asunto de nuestro inters, es el perodo en que pierde su hegemona, Felipe III entrega el gobierno al duque de Lerna, Felipe IV al duque conde de Olivares que la embarc en una guerra tan compleja por los intereses de poder poltico en juego como la de Treinta Aos, con Holanda, con Francia, Npoles y Sicilia y en lo interno contra Catalua y Aragn. Carlos II "el Hechizado" confiado en Juan de Austria y el duque e Oropesa, mantuvo guerra con Francia, expulsa a los moriscos y aumenta la emigracin a las Indias. Hay que tener presente que en 1696 Portugal y Francia firman un Tratado de Alianza y Garanta del testamento del rey D. Carlos II de Espaa, entre Don Pedro II y Luis XIV, en el que se destacan en los Arts. 10 al 13 las pretensiones de Holanda e Inglaterra contra Portugaly por el contrario el apoyo que le prestara Francia en caso de que ambas o cada una por separado intentasen atacarla militarmente. Entrando en las generalidades del siglo XVIII hay datos bien definidos como el crecimiento y desarrollo econmico en casi toda Europa, pero se recuerda con nfasis que estos, no fueron seguidos por transformaciones en el sistema poltico absolutista ni en la sociedad estamental del Antiguo Rgimen. Nos adelantamos a decir que hay un gran crecimiento demogrfico que aumenta el consumo y permite el nacimiento de industrias manufactureras con fbricas que como las instaladas en Inglaterra en 1760 multiplican la produccin. Lo mismo sucede con el comercio en el que Inglaterra con una slida organizacin acapara la mayor parte del mismo a nivel mundial. Aunque se sabe bien, consideramos prudente recordar que los monarcas europeos de este siglo siguen siendo absolutistas con excepcin de Inglaterra que tiene su rgimen constitucional., pero tambin es sabido que los cambios econmicos ejercen presin sobre los gobiernos y obligan a cambio estructurales como veremos en Espaa que es el centro de nuestro inters. Se mencionan cuatro como clsicos cambios: 1- Las coronas occidentales reforzaron su autoridad frente a la Iglesia Catlica, 2- Fortalecieron su poder militar ante frecuentes guerras bilaterales o multilaterales, 3- Estimularon el desarrollo econmico, 4- Creci la educacin y la cultura en todos sus aspectos. Al conservar su poder absoluto y apoyarse en la nobleza a cambio de privilegios polticos y econmicos cedidos con frecuencia, la burguesa emergente manifest su descontento. Es en este particular que la formacin de una nueva sociedad burguesa y capitalista que introducen cambios en la industria y el comercio.
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De todos modos no conviene olvidar nombres de "dspotas ilustrados" que dejaron su huella en el siglo XVIII como Federico II de Prusia, Carlos III de Espaa, Jos I de Portugal, Mara teresa y Jos II de Austria, Luis XV de Francia y Catalina II de Rusia. La aparicin del llamado "Tercer Estado o los sin privilegios" formado por burgueses enriquecidos, comerciantes, profesionales liberales, artesanos y campesinos acomodados, contribuyentes de la mayor parte de los impuestos y que no pueden acceder a cargos pblicos manifiestan su malestar en contra del sistema poltico del Antiguo Rgimen. Algunas palabras sobre el sistema de equilibrio poltico en la Europa del siglo XVII antes de entrar en el de Espaa con la Guerra de Sucesin. Anticipamos que: finalizada esta con la firma del Tratado de Utecht (1713) saltaron violentamente las rivalidades que se dilucidan con guerras: Austria y Prusia, Francia y Gran Bretaa que involucra las colonias de Amrica y Asia. En 1701 Europa conoce la llamada Gran Alianza de la que participa Austria, Inglaterra y Holanda que apoyan la causa del archiduque Carlos de Austria en la sucesin de la corona espaola por la muerte de rey Carlos II y ser aquel un Hadsburgo. Estas potencias pretenden involucrar a Portugal y a Savoya en el pacto, ante lo cual Felipe V en un intento de evitar esa instancia enva a Lisboa el 12 de julio de 1702 como su embajador al marqus de Capecelatro con instrucciones precisas de mantener la neutralidad. Pero Iniciada la guerra de Sucesin espaola, D. Pedro II rompe la Alianza con Espaa y se inclina en favor del ejrcito del archiduque Carlos de Habsburgo con quien firma un Pacto el 16 de mayo de 1703 que cuenta con la aprobacin de la Reina Ana de Inglaterra. (1) Salvo los artculos "secretos" el apoyo de Inglaterra le garantizan a Portugal el dominio total de la Banda Oriental, pretensin que sta nunca abandona, aunque tenga que pagar muy cara esta proteccin con las duras clusulas del tratado de Methuen del 27 de diciembre de 1703 en ese tiempo todava en vigencia. Sin importarle la prohibicin espaola, D. Pedro II en Carta Regia del 18 de junio de 1702 abre 1os puertos portugueses en la metrpoli y en las colonia de Amrica a los navos ingleses y holandeses para establecer livre comrcio ,que antes haba pactado con Espaa de mantenerlos cerrado segn alianza firmada entre l y Felipe de Anjou. Mientras tanto entre otros beneficios que obtuvieron los aliados, en particular Inglaterra, fue el aprovechamiento de esos puertos para sus operaciones navales de guerra y desembarco de tropas como ocurre con las que provocaron el alzamiento de los reinos de Aragn contra Felipe V. Como es sabido en mayo de 1704 el archiduque desembarca en Lisboa, provocando una ruptura total de relaciones entre las coronas de Espaa y Portugal. Tambin se sabe que soldados portugueses entran en Madrid en 1706 acompaando las acciones militares de Carlos III de Habsburgo en procura de afianzarse como rey de Espaa. A la muerte de Pedro II en 1706, asciende su hijo Juan V que reina hasta 1750 sin cambiar jams los propsitos expansionistas hacia a baca do Prata. Como es sabido los asuntos regionales del Ro de la Plata en la primera dcada del siglo XVIII, se discuten , negocian y se resuelven desde una Europa convulsionada todava por la larga Guerra de Sucesin, aunque antes de terminar en 1710 ya Felipe controlaba todo el territorio espaol con excepcin de Catalua que segua en rebelda como poder local independizada ya de los intereses personales del archiduque Carlos de Austria que a la muerte del emperador Jos I en 1711, como legtimo heredero de los Habsburgos asume el trono y abandona definitivamente la lucha por el de Espaa contra Felipe de Anjou. En los hechos el Tratado de Utrecht sella la paz entre Espaa e Inglaterra el 6 de febrero de 1715, significa que esta ltima exija el privilegio de concesin en el negocio de asiento a favor de la South Sea Company (26 de marzo de 1713) por 30 aos (hasta el 1 de mayo de 1743) sustituyendo a la Compaa Real de Guinea en el Atlntico Sur. En buen romance toma prcticamente en sus
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manos el monopolio del comercio con el Ro de la Plata (y Per aadimos), aunque admita la jurisdiccin espaola en tierras y mar americanos Se aceptaba como regla general y fundamental que el ejercicio de la navegacin y comercio con las Indias Occidentales de Espaa quede en el mismo estado que se encontraba en tiempos de Carlos II (Art. 88), con lo que Portugal aplicaba un concepto demasiado valioso para sus intereses comerciales. La insistencia de la reina de Inglaterra de que Portugal forme parte de las negociaciones y no fuese excluido, como pretenda Felipe V, posicin que mantuvo hasta su muerte en 1746, llevaba implcito el asunto Colonia del Sacramento que tiene mucha importancia para Espaa en tanto Portugal pretenda compartir la navegacin del Ro de la Plata y negociar sin reservas ni violencia, llmese ataques navales, con el puerto de Buenos Aires. Felipe V sabiendo esto, consulta el 3 de julio de 1713 al Consejo de Indias quien se expide en un largo documento que recoge la opinin del P. Diego de Altamirano, Procurador General de la Compaa de Jess. Como se desprende de las razones invocadas en este documento son las comerciales las que marcan el norte para desaconsejar la entrega de la Colonia a los portugueses teniendo en cuenta los antecedentes de que los gneros provenientes de los mercados del Janeiro tienen un precio inferior a los de Lima y ms temprano que tarde dominaran en Buenos Aires. Sin embargo el Consejo tiene limitaciones, slo es asesor del reino y su opinin no es decisoria, la ltima palabra la tiene el rey en consulta con sus asesores directos y a s funciona el sistema en Espaa. Lo concreto es que por el Tratado de Paz del 13 de julio de 1713 Espaa cede a Inglaterra otros privilegios como que los navos britnicos no sern molestados por las autoridades espaolas salvo que fueran sorprendidos comerciando ilcitamente (sic). Pero el mayor de todos es el de que poda introducir 500 toneladas de mercaderas en cada navo de permiso sin someterse a control, por lo que el trfico de esclavos abre una brecha en el cerrado monopolio espaol. En Indias bajo los principios del mercantilismo comunes en toda Europa, impiden que extranjeros negocien con las colonias por que todo se maneja con exclusividad y en beneficio de la metrpoli. Pero hay que convenir que en el caso concreto de Espaa los impuestos recaudados para financiar las costosas guerras y la incompetencia de los que manejaban la economa la llevan a la decadencia casi total en su industria manufacturera que como sabemos es bastante primitiva, arruinaron los negocios y para salvarse de una catstrofe los comerciantes de Sevilla del siglo XVII que antes de naufragar financieramente prefieren convertirse en agentes- vendedores de productos fabricados en otras naciones europeas. Debemos volver a la trata de esclavos africanos redituable negocio dirigido por empresas con nombre propio, como la citada South Sea Company. El monopolio es uno entre otras ventajas conseguidas por los operadores ingleses dado que en el documento consta de que sus barcos gozan de autorizacin para entrar en puertos de Indias y vender otras mercancas, aunque la nica legalmente autorizada es la de comerciar con los esclavos, asunto que no pasa por la casa de Contratacin de Sevilla ni para registro o pago de impuestos alguno. De gran importancia es tener presente otro hecho paralelo como que durante la Guerra de Sucesin el 10 de julio de 1707 se firma en Barcelona un Tratado entre Espaa y la Gran Bretaa, por el litigante Habsburgo, duque de Austria, coronado temporalmente como Carlos III Rey de Espaa y la Reina Ana, por el que se permita de triunfar militarmente, la libertad el comercio ingls en Amrica Espaola con exclusin perpetua de los franceses. Eso no ocurra con los puertos espaoles del Pacfico donde los franceses se mantienen como dueos absolutos de negocios y de las redes de contrabando que compiten perjudicando a los ingleses. Se modifica a partir de esta doble situacin mantenida en uno u otro ocano no tanto la estrategia militar del curso de la Guerra de Sucesin, sino los aspectos comerciales.
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Inglaterra recurre a mecanismos polticos que evitan soluciones demasiado radicales, y encuentra uno ideal, el de iniciar conversaciones de paz a partir de 1708 con un Felipe V que soporta una larga y costosa guerra sin horizonte a la vista. En principio las negociaciones no tienen avances significativos y recin a fin de 1710 hay ciertos puntos de encuentro los que a mitad del ao siguiente se concretan. Se firma un tratado de paz, en el que Inglaterra, corona triunfadora, pone condiciones que la favorecen en lo inmediato y en el mediano plazo. Se acercaba un tiempo poltico, militar, econmico nuevo y benfico para los triunfadores y con justicia se afirma que con Utrecht termina el periodo hispnico y que los reinos de Indias pasan a ser las colonias de Amrica en la fuerte interpretacin inglesa, francesa y portuguesa como forma de nombrar las antiguas Indias Occidentales espaolas. En el Tratado de Paz y Amistad entre Espaa y Portugal firmado el 6 de febrero de 1715 el Art. 6 era terminante: Su Majestad Catlica no solamente volver a Su Majestad Portuguesa el territorio y Colonia del Sacramento, situado a orillas de la septentrional del Ro de la Plata, sino tambin ceder en su nombre y en el de todos sus descendientes, sucesores y de toda accin y derecho que S.M.C. pretenda tener sobre el Dicho territorio (v. Apndice: Tratados) Pasa el tiempo y el 9 de noviembre de 1729 se firman los artculos separados anexos al Tratado de Paz, Unin, Amistad y Alianza defensiva entre las coronas de Espaa, Francia e Inglaterra. El panorama europeo cambiante en alianzas puntuales, obliga a los Borbones a partir de 1734 a la firma en El Escorial del Primer Pacto de Familia con carcter defensivo- ofensivo, entre Felipe V y Luis XV, el segundo por los mismos reyes en 1743 ms Carlos de Npoles. En 1735 el tratado de Viena pone fin a la guerra de la sucesin polaca. (2) Ms adelante el 15 de marzo de 1737 se acuerda terminar ciertas diferencias entre las cortes de Espaa y Portugal con la mediacin de Inglaterra y los Pases Bajos que se culmina con la firma de la Paz de Pars (16 de marzo de 1737), entre Espaa y Portugal que por su Art. 4, "deja los negocios como antes", de modo que lo legal y el contrabando son paralelos en el Ro de la Plata. Pero la lucha por intereses comerciales siguen en pie y en 1739 Inglaterra entra en guerra con Espaa que dura hasta 1741, y es necesario decir que sta no modifica sustancialmente la situacin de la Colonia del Sacramento, que sigui en poder de Portugal. Se multiplicaron los negocios entre el Janeiro-Buenos Aires-Lisboa, contenido en Post hoc, ergo porpter hoc es decir que en consecuencia todo quedaba igual, nada cambia slo que deja mejores ganancias para Lisboa. En 1741 con motivo de la Guerra por la Sucesin Polaca, Espaa firma con Francia el Segundo Pacto de Familia pero tiene que participar militarmente pagando alto costo de soldados, pertrechos y dejar como saldo un desastre financiero. Lo nico positivo para la corona espaola es que los triunfos de las fuerzas aliadas francohispanas en la contienda permiten que Felipe V logre que su hijo Carlos se convierta en rey de Npoles. Las reformas del ministro Jos Patio entre 1728 y 1736 en materia de mejorar las relaciones exteriores, el ejrcito y la armada, ser un riguroso ministro de Hacienda e Indias, incidentalmente aprovechadas por la permanencia en el rango de mayor jerarqua de Primer Ministro ingls Sir Robert Walpole de tendencia pacifista asegura un toque de neutralidad que beneficia la posicin negociadora de Espaa en Europa. Con la muerte de Felipe V en 1747, asciende Fernando VI bajo cuyo reinado 13 de enero de 1750 se produce un cambio radical en la poltica de la Colonia al firmar el Tratado de Permuta con Portugal. Los pasos siguientes con la entrega de los pueblos misioneros generan la guerra guarantica, a la que por su importancia poltica involucra a las dos coronas circunstancialmente aliadas para concretar un genocidio. D. Jos I es Rey de Portugal en 1750 y nombra al marqus de Pombal como Primer Ministro, personaje que tiene rpidamente gran gravitacin tanto en la relacin de Lisboa con Rio de Janeiro y el Ro de la Plata.
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A partir de 1754 se agudizan los enfrentamientos entre Francia e Inglaterra por las rivalidades coloniales que se prolongan en la Guerra de los Siete Aos. De 1756 a 1763 dura la Guerra de Siete Aos entre Francia e Inglaterra, que involucr a Francia, Austria y Rusia aliados contra Inglaterra y Prusia, hasta que Carlos III en 1763 firma el tercer Pacto de Familia, seguro de que a Espaa en ese momento le era imposible soportar la guerra sin sufrir terribles perjuicios militares y en sus finanzas siempre deficitarias pese a los impuestos. En esos aos se firman dos pactos: el tratado de Pars en 1762 y el de Habertsburg en 1763 que acrecientan las ya slidas relaciones entre Portugal e Inglaterra, lo que es utilizado por la primera para presionar sobre la Colonia del Sacramento y obtener apoyo britnico en caso de necesidad militar. Por su parte Espaa aprovechando que Inglaterra esta obligada a atender con premura "la declaracin independentista de sus antiguas colonias en Amrica del Norte" tuvo en sus miras militares, pensando que el apoyo de aquella hacia Portugal en el Ro de la Plata se vera menguado, concretar el intento una ofensiva naval-militar para rescatar las tierras riograndenses indebidamente apropiadas por Portugal por el simple mecanismo de la expansin peridica ante las menguadas defensa o mejor decir la nula resistencia espaola basada en una pequea guardia de soldados destacados en la frontera. Carlos III con una mente siempre aguda ante el vehemente de sus Ministros Consejeros mide el alto costo de las operaciones con Cajas Reales casi sin fondos era una parte del drama pero la otra y peor es en caso de fracasar, la prdida de su prestigio poltico en Europa. A esta altura de los acontecimientos europeos Carlos III tena bien claro su actitud poltica a seguir con el "nuevo tiempo" y segn se afirma consista en "un plan general de reformas administrativas en Espaa y tambin respondan a un mejor conocimiento geogrfico y poltico de la Amrica espaola". Consecuencia de las conocidas histricamente como Reformas Borbnicas, citamos las referidas a la Amrica colonial: "creacin -provisoria- del Virreinato del Ro de la Plata por Real Cdula del 1 de agosto de 1776 con las gobernaciones de Buenos Aires, Paraguay, Tucumn, Cuyo, Potos, Charcas, Cochabamba y la Paz.. Esta idea se dice tiene raz en la insistencia que desde 1671 lleva como gestin postergadael Fiscal de la Audiencia de Charcas Toms Alvarez de Acevedo sobre la imperiosa necesidad de tener un virreinato propio que gobernase, administrase y defendiese tan inmensos territorios del virreinato con sede en Lima". Hay que observar que al enterarse del proyecto el virrey del Per Manuel Abat y Junient lejos de oponerse lo apoya e informa favorablemente a Madrid. Finalmente se aventan las dudas y se calibran los posibles beneficios y Carlos III y sus Ministros apoyan la formacin de un poderoso ejrcito con una armada de apoyo capaz -con los menores riesgos aceptables a tal empresa- la "reconquista de todo Rio Grande y Santa Catalina". En Portugal catorce aos despus con la muerte del rey Jos I en 1777 y ascenso de su hija Da. Mara (sobrina de Carlos III) el marqus de Pombal cae polticamente en desgracia y cesa como Primer Ministro. Esto favorece los planes del rey de Espaa, que sin guerras a la vista, puede rehacer todos los frentes: financiero, poltico, cancillera e inclusive el de la cultura, al tiempo que encara una ofensiva militar sobre la Colonia del Sacramento, empresa iniciada en 1776 y culminada exitosamente en 1777. Es importante le referencia a dos temas que marcaron un sello en la Europa del siglo XVIII: la Educacin y la Ilustracin, aunque por razones de nuestra tesis la reduzcamos a Espaa. Siempre se hace referencia que tanto en la metrpoli como en las colonias de Amrica tuvo fuerte repercusin la expulsin de los jesuitas y que el pase de la pedagoga escolstica que imparta la Compaa de Jess al sistema oficial impuesto por la corona que siendo ms seglar y a cargo de maestros civiles que no es otro que la enseanza de las primeras letras, latn, retrica y aritmtica, con pruebas de haber aprendi lectura y escritura por parte del educando por dar por
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suficiente el cometido de la corona con sus sbditos. Dejamos de lado lo referido a estudios superiores en Colegios y Universidades que escapan a nuestro objeto, aunque tienen una entidad importante. En cuanto a la Ilustracin de origen francs en Espaa tambin se introdujo el espritu crtico, la fe en la razn, la confianza en la ciencia y en que slo por el progreso econmico y social se transforman los hombres. Con Fernando VI comienza un principio de cambio al que se opone con todo su poder y fuerza la Iglesia Catlica pero que naufraga ante la fuerza que tiene Carlos III y algunos de sus ministros para que se afianzara la Ilustracin con nombres y obras ilustres como la del conde de Campomanes y Gaspar Melchor de Jovellanos, por los que entr el aire fresco en difundir las nuevas teoras econmicas de los fisiatras y las sociales que se movan por Europa. La fundacin de Reales Sociedades Econmicas de Amigos del pas es un paso importante, seguido de la creacin de Museos y Academias de Artes y Ciencias. Para cerrar el captulo y a modo de sntesis citaremos las principales acciones de poltica interna y exterior en los reinados desde Felipe V a Carlos III. Felipe V. (1700-1746) Interior: Centralizacin administrativa, Exterior: aceptacin obligada de Utrecht, lucha por recuperar sus dominios en Italia que logr apoderndose de Npoles y Sicilia, formando del reino de las Dos Sicilias donde gobern Carlos (futuro III de Espaa y las colonias)) hijo de Isabel de Farnesio, recocido por las coronas europeas por el tratado de Viena de 1735. Luis I (1724) (hijo de Felipe) recibi la corona ante la renuncia de su padre en este ao pero muri a los siete meses de asumir y su padre volvi al trono rodeado de ministros como Jos Patio que cumpli una doble funcin de economista y diplomtico, Jos del Campillo encargado de hacienda y el de marca mayor el marqus de la Ensenada. Fernando VI (1746-1759) Interior: Mantuvo el equilibrio poltico conservando al marqus de La Ensenada y a Jos Carvajal. Exterior: Tratado de 1750 con Portugal por los problemas del Ro de la Plata, guerra guarantica. Carlos III (1759-1788) Interior imposicin del "Despotismo Ilustrado" que represent en todos sus trminos, Reformas internas administrativas, se rode de ministros con formacin Ilustrada como Campomanes, el conde de Floridablanca, el conde de Aranda, que impulsaron las obras pblicas, la marina. Soport el Motn de Esquilache de 1766, Expulsin de los jesuitas en Espaa y Amrica en 1766, se fundaron las Sociedades Econmicas de Amigos del Pas, se liberaliz el comercio con Indias, se hizo la reforma Universitaria, encarg a Jovellanos de la Reforma Agraria. Exterior. De acuerdo con Portugal cambi el Tratado de 1750 por el de 1761, cre el virreinato del Ro de la Plata (agosto de 1776), e impuso las Reformas Borbnicas en Amrica. 9. Cronologa histrica documentada Ro de la Plata, 1680-1777. 1701-1716 - Manuel del Prado y Maldonado gobernador del Ro de la Plata hasta 1714, el maestre de campo Alonso Juan de Valds e Incln de Buenos Aires en 1703, Manuel de Velazco y Tejad en 1708, Juan Jos de Mutiloa y Andueza en 1712, Alonso de Arce y Soria del Ro de la Plata en 1714 y por ltimo Baltasar Garca Ros nombrado interino por el virrey de Lima en 1715 debi devolver la Colonia del Sacramento a los portugueses. 1717 - Asumi Bruno Mauricio de Zabala, nombrado el ao anterior. Le cupieron acciones militares en el Ro de la Plata, desalojando a los portugueses asentados en Montevideo. 1724 - El gobernador de Buenos Aires, Zabala, arrib a Montevideo en plan de colonizacin. 1726 - Lleg a Montevideo la fragata Nuestra Seora de la Encina con los primeros pobladores canarios. 1729 - Segundo grupo de colonizadores canarios. 1730 - Primer acuerdo del Cabildo de Montevideo.
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1731-
Miguel de Salcedo y Sierra Alta, puso sitio nuevamente a la Colonia. Foment la evangelizacin de los indios pampanos. 1738-1745 - Domingo Ortiz de Rozas, gobernar los prximos siete aos. 1745 - Jos de Andonaegui, fortific Montevideo, cre el cuerpo de Blandengues para defender la frontera con Portugal. Organiz el correo entre Buenos Aires, Chile- Potos. 1750 - D. Jos Joaqun de Viana, primer gobernador de Montevideo. Se firm en Madrid el Tratado de Lmites, entre Espaa y Portugal, modificativo de las lneas divisorias en las colonias de Amrica y Asia. En el territorio de las Misiones debe entregarse los 7 pueblos a Portugal, a cambio de la Colonia del Sacramento a Espaa. Los jesuitas de las doctrinas, encontraron injusto el Tratado, que comprometa su obra iniciada en 1607. Colaboraron en el traslado de los pueblos por indicacin de los Superiores de la Compaa en Espaa, que enviaron al P. Altamirano como emisario pacificador. 1751 - Real Orden del 24 de agosto instando a las autoridades de Buenos Aires al cumplimiento de los trminos del Tratado. 1752 - Lleg el comisionado espaol marqus de Valdelirios a Buenos Aires y el 18 de febrero arrib el comisionado portugus Gral. Gomes Freire de Andrade. 'Los pueblos de San ngel y San Miguel aceptaron el traslado pero los de San Nicols se rebelaron, unindose los de San Borja, San Lorenzo y San Luis. Contra el Tratado reaccionaron los Cabildos de Tucumn, Crdoba, Santiago del Estero, la gobernacin del Paraguay, el Virrey del Per y la Audiencia de Charcas. 1754 - La oposicin indgena aument hasta llegar al enfrentamiento armado con las fuerzas hispano-portuguesas provocando la guerra guarantica. Derrotadas desde el principio, cambiaron su tctica, pasando a la fase de hostigamiento sorpresivo a espaoles y portugueses. El gobernador de Buenos Aires, Jos de Andonaegui, reuni a los comisionados para encarar las operaciones militares, con la toma de pueblos como San Borja y San Nicols. 1755 - D. Pedro de Cevallos, conquist la Colonia del Sacramento (14 de diciembre), fortific Maldonado (Banda Oriental) y rechaz a la escuadra anglo-portuguesa. 1756 - En febrero se produjo el combate de San Antonio, donde muri el cacique guaran Sep. En mayo se terminaron los combates, con la entrada del Gral. Jos Joaqun de Viana (gobernador de Montevideo, 1751-64) al pueblo San Lorenzo. D. Pedro de Cevallos, gobernador de Buenos Aires (1756-66). 1761 - El 12 de febrero, el rey Carlos III, por el Tratado del Pardo denunci el de 1750. Cevallos nombr al Cap. Jos Martnez Fontes, gobernador del Paraguay. 1762 - En una exitosa operacin militar, Cevallos tom la Colonia del Sacramento. 1763 - Los ingleses, aliados de Portugal bombardearon las posiciones espaolas en Colonia Cevallos resisti y emprendi la campaa hasta Ro Grande. Se firm el Tratado de Pars (Febrero) y Espaa entreg la Colonia. Por acuerdo entre Cevallos con los portugueses, hace lo mismo con los territorios ocupados en Ro Grande. La causa de la independencia americana del Norte que se declarar en el Congreso de Filadelfia el 4 de julio de 1776, detiene los proyectos anglo-portugueses en el Ro de la Plata. 1776 - Santa Tecla y Ro Grande, caen en manos de los portugueses. El Rey Carlos III, confa al Te. Gral. y gobernador de Madrid, D. Pedro de Cevallos, en mrito a su capacidad y experiencia, la jefatura de la expedicin al Ro de la Plata. Carlos III cre el Virreinato del Plata. La Real Orden del 1 de agosto, marca los lmites, decretando la jurisdiccin de Buenos Aires, Paraguay, Tucumn, Potos, Santa Cruz de la Sierra, Charcas y el corregimiento de Cuyo extendido hasta La Paz. Tres causas determinan la creacin del Virreinato: 1. la gran extensin territorial, 2. la controvertida cuestin de lmites con Portugal, de lo que la Colonia de Sacramento era clave, 3. el recelo de futuras expediciones angloportuguesas.
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1777 - Al asumir Cevallos como primer Virrey, se consolida la organizacin administrativa y econmica, para lo que tena amplios poderes. b. BRASIL. 1702 - La Casa de la Moneda de Baha, se traslad a Ro de Janeiro. Fundacin de la Superintendencia de Minas y se reglament la explotacin minera en todo el territorio. 1703 - Portugal e Inglaterra firman el Tratado de Methuem (introduccin de mercaderas inglesas en Portugal). 1706 - D. Juan V rey de Portugal (hasta 1750). La Colonia de Sacramento fue tomada por los espaoles. 1710 - El corsario francs Duclerc, intent asaltar Ro de Janeiro, derrotado, cay prisionero y asesinado. 1711 - Nuevo ataque francs, con saqueo a la ciudad el12 de septiembre. 1713 - Tratado de Utrecht, 11 de abril, entre Espaa y Francia por una parte, e Inglaterra y Holanda por otra. 1720 - Se fund la Capitana de Minas Geraes, independiente de San Pablo. Se oficializ el Virreinato de Brasil. Insurreccin de Villa Rica y condena de su lder Felipe dos Santos. 1722 - El bandeirante Bartolom Bueno da Silva, encontr oro en Goias. 1723 - Segunda penetracin portuguesa en el Ro de la Plata, su objetivo fue apoderarse de Montevideo. 1727 - Se introdujo el caf, desde la Guayana Francesa. 1729 - Descubrimiento de diamantes en la regin de Geraes. 1737 - Comenz la colonizacin de Ro Grande del Sur. 1742 - Se fund San Pedro 1746 - Con la muerte de Felipe V, rey de Espaa, recrudeci la cuestin de lmites entre Portugal y Espaa. 1750 - Firma del tratado de Madrid, por el que pasarn a Portugal los 7 pueblos de las Misiones y la Colonia del Sacramento a Espaa. Jos I asumi la corona de Portugal y nombr Ministro al marqus de Pombal. 1754 - Comienzo de la guerra guarantica (hasta 1756) por el traslado de los pueblos de las misiones jesuticas, de acuerdo al Tratado de Madrid. 1758 - Decreto que aprob la libertad de los indios, y se garantiz el uso y propiedad de bienes. 1761 - El Tratado del Pardo que anula el de Madrid. 1762 - Accin militar de Cevallos, que recuper la Colonia del Sacramento y se intern en el sur. 1763 - El gobierno central se instal en Ro de Janeiro, convirtindola en capital del Brasil. 1777 - Tratado de San Ildefonso (que revoc los de Madrid y el Pardo), por el que Portugal perdi la Colonia y los 7 pueblos de Misiones. Da. Mara I asumi el trono hasta 1816. 10. Cronologa histrica 1700-1778 - Espaa, Portugal, Francia, Inglaterra. 1700 - Segundo Tratado de Reparto. Carlos II hace heredero de la corona espaola a Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV. Muerte de Carlos II. 1701-15 - Guerra de la Sucesin de Espaa. 1701 Felipe de Anjou entra en Madrid, como Felipe V. Lucha contra las fuerzas del Imperio, entre ellas Inglaterra y Portugal que atacaron a Espaa y Francia, apoyando las aspiraciones del otro heredero el archiduque Carlos de Austria. 1703 - Tratado de Methuen entre Inglaterra y Portugal, que introdujo la industria textil inglesa en su mercado, contra envo de vinos a Inglaterra. 1704 - Inglaterra tom Gibraltar y Barcelona, donde lleg el Archiduque Carlos proclamado como Rey de Catalua.
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1706 - Junio. Madrid es ocupado por tropas portuguesas 1707 - Juan V, Rey de Portugal hasta 1750. 1708 - Nueva fundacin de la Compaa inglesa de las Indias Orientales. 1712 - Paz de Utrecht entre Francia, Inglaterra y Prusia. Paz de Utrecht entre Francia y Holanda. Tratado de Asiento entre Inglaterra y Espaa. La primera consigui el derecho a introducir cierta cuota de negros esclavos en las Indias Occidentales. Paz de Rasttat y Baden entre Francia, el emperador y el Imperio. Consecuencias: Felipe V, rey de Espaa, renunci al trono de Francia del que era heredero natural; Inglaterra recibi Gibraltar, Menorca, Terranova, Nueva Escocia, tierras en la baha de Hudson. Holanda tuvo derecho a guarniciones en fortalezas de frontera. Saboya se convirti en reino, al anexar Sicilia. 1715 - Muerte de Luis XIV y Ascenso de Luis XV hasta 1774. 1718 - Alianza de Austria, Holanda, Inglaterra y Francia contra Espaa. 1720 - Paz de la Alianza con Espaa. Saboya recibi Cerdea por Sicilia. 1735 - El gran duque de Toscana, ocup el trono de Npoles-Sicilia como Carlos (hasta 1759). 1739-41 - Guerra de Inglaterra con Espaa. 1746 - Muerte de Felipe V y ascenso al trono de Espaa de Fernando VI hasta 1759. 1750-77 - Jos I, rey de Portugal; marqus de Pombal, Ministro. 1750 - Inglaterra renunci por dinero al asiento negrero. 1755 - Terremoto en Lisboa, en que murieron 30.000 habitantes. 1756-63 - Guerra de los Siete Aos (Austria, Rusia, Francia, Espaa, Portugal) 1759 - Carlos III, rey de Espaa, hasta 1788. Portugal expuls a los Jesuitas de la metrpoli y de sus colonias. 1761 - Alianza de Espaa con Francia (Pacto de Familia). Inglaterra declar la guerra a EspaaNpoles. 1762 - Espaa entr en la guerra de Siete Aos. Triunfos navales ingleses contra Espaa. Toma de La Habana y de Filipinas por Inglaterra. Tratado de Pars. 1763 - Paz entre Inglaterra, Francia y Espaa. Inglaterra recobr territorios (Menorca, parte de Canad, Nueva Escocia, etc.) Espaa entreg Florida a Inglaterra, recobr La Habana y Manila y compensa con Luisiana que le cedi Francia. 1764 - Luis XV decret la expulsin de los Jesuitas de Francia. 1767 - Carlos III los expuls de Espaa y las Colonias. 1773 - El Papa Clemente XIV disolvi la Compaa de Jess. 1775-83 - En las colonias ultramarinas de Inglaterra, comenz la guerra de independencia americana, que declararn como lograda el 4 de julio de 1776. 1777 - Mara I, reina de Portugal, asumi el trono de Portugal a la muerte de su padre Jos I .Cada del primer Ministro marqus de Pombal. 11 - Tabla sinptica de enfrentamientos 1680-1777. Demostrada la permanente confrontacin que comprendi cuatro importantes tems: poltica, militar, econmica y diplomtica entre los reinos de Espaa y de Portugal por la posesin de la Colonia del Sacramento de 1678 hasta 1778, entiendo de inters usar como metodologa la de una Tabla sinptica e incluir otras variantes a saber: 1. Entre gobernantes regionales, espaoles de Buenos Aires y portugueses de la Colonia del Sacramento, 2. Espaoles contra bandeirantes paulistas que invadan la banda Oriental, 3. De espaoles contra indgenas de la banda Oriental, 4. De los ejrcitos espaoles y portugueses unidos contra los guaranes, 5. De gobernantes espaoles enfrentando al Cabildo local. Preferimos usar el orden cronolgico por su didactismo, aunque aparezcan mezcladas las cinco variantes citadas, recordando que en la Cronologa histrica documentada que integra el No.5 de la Addenda se constatan cada uno de los hechos aqu citados.
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1680 - julio 21- cartas cruzadas entre Garro y Lobo. 1693 - Francisco Naper de Lencastre no tiene en cuenta las advertencias de Manuel Prado y Maldonado y fortifica la Colonia. 1699 - diciembre 11. Oficio del cabildo de Buenos Aires pidiendo apoyo a Madrid para conquistar la Colonia. 1701 - Lucha armada de los espaoles contra indgenas yaros que atacan el poblado de Yapey. 1703 - noviembre 9. Orden terminante de Felipe V al gobernador Alonso Juan de Valds Incln de tomar la Colonia por la fuerza. 1704 - Reiteracin por parte del virrey de Lima con orden de cumplirla de inmediato. Se destaca al Mayor Baltasar Garca Ros para sitiarla con tropas apostadas en Soriano. 1706 - Garca Ros persigue a los bandeirantes paulistas que roban y saquean los pueblos del Alto Uruguay y de Misiones. 1715 - noviembre 8. Ofensiva militar de espaoles contra indgenas para desalojarlos de Gualeguaych. 1716 - Bruno Mauricio de Zabala recin nombrado gobernador de Buenos Aires tiene estrictas instrucciones de enfrentar a los portugueses de la Colonia. Noviembre 11. El gobernador Manoel Gomes Barbosa recibe la Colonia de manos de Garca Ros, pero se enfrentan en cuanto a que este deja una guardia permanente en San Juan para vigilar los movimientos portugueses y evitar robo de ganados vacunos. 1720 - enero 27. Instrucciones del rey de Espaa a Zabala para que vigile de cerca de los portugueses de la Colonia y fortifique los puertos de Montevideo y de Maldonado. 1723 - mayo 10. En Aranjuez se sabe que los portugueses pretenden ocupar militarmente Montevideo y Maldonado y que preparan una armada y ejrcito de tierra. Noviembre 22. El Mariscal Manoel Freitas da Fonseca desembarca en Montevideo sin encontrar resistencia espaola. 1724 - Zabala los desaloja. 1733 - Nuevas incursiones bandeirantes contra los poblados cercanos al ro Yacuy. Lucha armada. 1734 - Miguel de Salcedo con rdenes de la Corona emprende el sitio de la Colonia con tropas de Buenos Aires y misioneras. 1735 - Salcedo pide la rendicin pacfica pero como el gobernador portugus se niega y pone sitio a la plaza. 1738 - Salcedo pide auxilio militar al P. Bernardo Nusdorffer para combatir a los portugueses y este lo enfrenta negndoselo. 1741 - Lucha de las autoridades espaolas locales por los puertos Buenos Aires- Montevideo. El ltimo por su mayor calado pretende ser el en destinatario de los navos negreros que llegaban al Ro de la Plata. 1744 - Enfrentamiento entre los cabildantes montevideanos con el gobernador Ortiz de Rozas por el destrato a que los somete. 1747 - El Cabildo de Montevideo se queja al gobierno de Buenos Aires por la falta de apoyo en la lucha contra el vandalismo en la campaa y en los poblados. 1749 - Andoanegui ordena un duro combate a las tribus Charras y Minuanes que depreden los campos. 1751 - Nuevo levantamiento de Minuanes contra los espaoles. 1754-1756 - Guerra guarantica. 1762 - Sitio de Cevallos a la Colonia. 1764 - enero. Bloqueo de la plaza por los espaoles para evitar el contrabando a gran escala que se practicaba desde la Colonia.
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1767 - Pragmtica de Carlos III contra los jesuitas. Acciones locales por su expulsin y confiscacin de bienes. 1771 - Enfrentamiento entre el gobernador de la Rosa con el Cabildo de Montevideo, por su pretensin de imponer sus candidatos. 1774 - Vrtiz derrota a una divisin portuguesa que haba fortificado el paso del ro Piquiri, pero la falta de artillera le oblig a abandonar la guerra a mayor escala. 1776 - Ataque portugus al fuerte de Santa Teresa en el E de la Banda Oriental, de la que consiguen apoderarse. En abril 1 se hacen dueos de la villa de San Pedro con fuerzas superiores a las espaolas. 1777 - febrero 18. La flota espaola de la expedicin punitiva de Cevallos est en el Atlntico Sur. Mayo 22. Comienza el asedio a la plaza de la Colonia del Sacramento. Junio 3. Cada definitiva de la plaza en poder de Espaa. 12. Historia poltica y militar de la colonia del sacramento 1701-1777. Consecuencia de este debilitamiento de la poltica exterior de Espaa, es la resolucin tomada por el Consejo Ultramarino de Lisboa en octubre de 1701, de que se hagan tambin dos poblamientos simultneos en Montevideo y en Maldonado como puntas productivas al este de las posesiones en la Colonia del Sacramento. Desde 1701 tambin se le aconseja a D. Pedro sobre "los puestos a crearse para guarnecer y administrar la fortaleza de Montevideo", como dice este documento: "Lisboa, 29 de octubro de 1701: Foi V. M. servido mandar declarar que pelo tratado da nova aliana que fizera com El rey Catholico lhe cedera o direito e uzo da campanha da Nova Colonia do Sacramento, e por ser conveniente para huma e outra Croa, que estes se fortificassem nos sitios mais acomodados para a sua defena, para que no sejao occupados por alguns inimigos de ambas que se mandaria logo tratar da fortificao da nova Colonia do Sacramento, para que fique com a defena de que necessita e se mandaria tambn fazer huma fortificao em Montevideo, e povoalo, como tamben ao depois hum forte na Ilha de Maldonado, segundo o terreno permitir e a boa eleio do Engenheiro para a defena das embarcaes que surgirem naquelle posto, e que este Conselho consultasse os postos que deuem crear-se de nouo, hauendo entendido que o Gouernador de Montevideo no hade ser sugeito ao Gobernador da Nova Colonia do Sacramento (Biblioteca Nacional d Brasi, Rio Janeiro,Archivo Lisba, Verbete de Castro e Almeida) Obligado por las circunstancias europeas desfavorables a Espaa y recin asumido el reino, Felipe V firma el Tratado de Alianza (Alfonsa), reconociendo el total dominio portugus sobre la Colonia del Sacramento, el 18 de junio de 1701. Por el artculo 14 se declara: Y para conservar la firme amistad y alianza que se procura conseguir con este Tratado y quitar todos los motivos que puedan ser contrarios a nuestro efecto S.M. Catlica cede y renuncia a todo y cualquier derecho que pueda tener en las tierras sobre que se hizo el Tratado Provisional entre ambas coronas en 7 de mayo de 1681 y en que se halla situadala Colonia del Sacramento, el cual Tratado quedar sin efecto y el dominio de la dicha Colonia y uso del campo a la Corona de Portugal como el presente lo tiene (Calvo, Tratados, v. apndice) Lo grave para los intereses de Espaa en el Ro de la Plata es que por este documento se permite el uso del campo aledao para la corona de Portugal lo que en la prctica no estableca lmites precisos dentro de los territorios al NO y N E de la Banda Oriental que forman parte de su colonia, fijando solo una ridcula excepcin, no admitir buques aliados en puertos portugueses lo que haca nulo el Tratado Provisional en esta clusula. Aprovechando los trminos del Tratado de Alianza de 1701,en Lisboa se expide el 7 de enero de 1702 esta Real Cdula, que "entendi que le corresponda toda la costa platense y D. Pedro II, en consecuencia orden dos cosas prcticas: hacer una fortificacin en Montevideo y
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poblarlo, erigir un fuerte en Maldonado para defenderlo".(Biblioteca Nacional do Brasil, Archivo Lisboa, Rio de Janeiro, Ibidem). Por su parte la Corona espaola se preocupa por este suceso el 24 de febrero de ese ao, dicta una Real Cdula por la que instruye al gobernador de Buenos Aires Manuel del Prado y Maldonado para que tome providencias y organize tambin defensas para la ciudad de Montevideo ante eventuales ataques de Inglaterra, autntica potencia martima y comercial que codicia el dominio del ro de la Plata tanto o ms que Portugal y que con descaro lo manifesta pblicamente en Europa. Como corresponde, lo primero que hace es convocar a las tropas de Santa Fe, Tucumn, Corrientes, tambin pide apoyo al Superior de la Orden Jesutica en Misiones para enfrentar un posible ataque militar. Las luchas en Europa adems de la Guerra de Sucesin espaola, larga y cruenta, se complican permanentemente en funcin de mudanza de intereses. As se forma una Gran Alianza con Austria, Inglaterra, Holanda y Prusia que declaran la guerra a Francia el 15 de mayo de 1702. Los aliados confan en ganar a Portugal para su causa y cambiar la decisin primaria de negarle sus puertos a las flotas de guerra, D. Pedro opta por la neutralidad y acepta modificar su compromiso con Espaa en cuanto a los puertos y no los cierra a los aliados, lo que segn l permite a Portugal "manter a Amizade com todas as potncias europias". Este gesto poltico de D. Pedro cambia las relaciones con Espaa que se considera traicionada y por tanto anula "as ventegems cedidas pelo Tratado de 1701" Al mismo tiempo rota la alianza con Espaa y Francia se acrecienta la presin inglesa sobre Portugal que termina obligndolo a entrar en la guerra al lado de la Gran Alianza. Portugal alega que desde noviembre de 1703 las relaciones con Espaa estaban rotas sigue adelante con su plan de expansin por la Banda Oriental, protege a los gobernadores de la Colonia en sus robos y arreos de ganado y en la industria de corambre en la campaa, muy por fuera de los lmites concedidos por los Tratados. En ese tiempo Espaa se replantea la situacin poltico-militar en el ro de la Plata y aunque la noticia llega aqu con natural retraso la resolucin de retomar militarmente la Colonia por las tropas de Buenos Aires esta decidida y en consecuencia la plaza debe ser sitiada cuando se avise oficialmente desde Madrid. Los portugueses siguen paso a paso en Lisboa el asunto y activan los preparativos de defensa y ordenan al gobernador Sebastio da Veiga Cabral (1699-1705) que por un lado proteste airadamente ante el gobernador de Buenos Aires por tal violenta reaccin de Espaa, pero que al mismo tiempo se arme con todo lo que pueda y que adems se le enviara ayuda desde Rio de Janeiro. En Lisboa se consulta de nuevo al gobernador en Ro de Janeiro Silveira de Albuquerque, como ya se haba hecho el 20 de setiembre de ese ao sobre la conveniencia o no de permanecer en la Colonia a costa de una guerra contra Espaa o abandonar la plaza temporalmente y evitar de momento un enfrentamiento armado con Espaa para lo que la Colonia no est preparada. Su opinin fue la de retiro de la poblacin civil y dejar un destacamento militar menor, salvo que se enven refuerzos militares y navales desde Rio de Janeiro lo que de momento es imposible. Del lado espaol sabemos que existe una orden firmada en Madrid el 9 de noviembre de 1703 por la que Felipe V ordena a D. Alonso Juan de Valds Incln (1701-1707) que debe desalojar a los portugueses de la Colonia, sin medir el costo de un enfrentamiento armado pero circunscribindolo solo a lo regional o sea cuidando de que se proyecte en Europa donde siempre es posible correr el riesgo de que Portugal obtenga auxilio de Inglaterra. Se conoce otra orden de comienzo de 1704 en la que el virrey de Lima ratifica la orden de combate y obliga al gobernador se dispone a cumplirla, ste obedece y encomienda al sargento
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Mayor Baltasar Garca Ros el mando de las fuerzas militares y tambin la jefatura en la lucha armada. El 8 de abril de 1704 se avisa desde Lisboa que hay que levantar fortificaciones ya que la guerra con Castilla es inminente y la conservacin de la Colonia interesa mucho a la corona portuguesa en primer lugar y en segundo grado a Inglaterra por el comercio con el Ro de la Plata. Existe otra Real Cdula fechada en Madrid el 11 de junio de 1704 para apresurar el hostigamiento a la Colonia, pero recin en julio las tropas espaolas refuerzan la guardia de San Juan y ocupan posiciones en la Reduccin de Soriano. El 22 de julio de ese ao se renen en ese pueblo tropas de ataque provenientes de Santa Fe, Corrientes, Tucumn Buenos Aires ms las de las reducciones jesuticas con un total de 4000 efectivos. Por su parte Da Veiga Cabral recibe rdenes de Lisboa y un pequeo apoyo naval de Ro de Janeiro formado por cuatro naves que llegaron como transporte con orden de reembarcar las tropas junto con la poblacin civil tal como lo aconsej el gobernador de Ro de Janeiro Silveira e Alburquerque el 27 de octubre de 1704, concretndose entre el 10 y el 14 de marzo de 1705 la evacuacin total, con destruccin de inmuebles y muebles por parte de los portugueses antes de retirarse de la plaza. Un documento de poca dice: Passado algum tempo foi a praa de novo atacada pelo governador de Buenos-Ayres D. Affonos Valdez (sic) ; (Alonso Juan de Valds Incln nombrado en 1703) e depois de seis mezes d e assedio, teve a guarnio portuguesa de retirar-se, em Maro de 1705, para o Rio de Janeiro. Es conveniente citar lo que sigue del libro de Veiga Cabral:Descrio de Nova Colonia do Sacramento (publicado en 1751) sobre su frrea conviccin de que la Colonia del Sacramento es y ser siempre territorio portugus y que los castellanos son intrusos. Que legtima perteno as terras que fio p./te que oreintal do Rio da Prata e to certo qem pode negar a verdade e nem contradizer a razo, menos argir ou pervertir a legtima pertenco das terras legtima perteno as terras que fio p. oriental do Rio da Prata e to certo(Ibidem). Soportando triunfos y derrotas durante la Guerra de Sucesin, Felipe V nunca cej en su empeo de que la Colonia forme parte de las colonias espaolas e instruye al Brg. D. Domingo Ortiz de Rozas (futuro gobernador entre 1742-1745, para que proceda al bloqueo de la regin e impida tanto los abastecimientos como las comunicaciones, pero sin llegar a una accin blica que comprometa a Espaa frente a los tratados en vigor. Portugal a travs de oficio de su Consejo Ultramarino del 17 de julio de 1709, protesta por el dao econmico que esto le causa al Brasil al impedir el flujo comercial del eje Janeiro-Buenos Aires tan redituable como tradicional. En compensacin los ingleses el 19 de agosto de 1713 apoyan el cese de las hostilidades entre Espaa y Portugal y la Reina Ana en Hampton Court, se convierte en rbitro con el Acta por la que Espaa devuelve a Portugal la Colonia con todas las garantas de no aplicar asedio ni militar ni naval.. Frente a esta presin que ejerce Inglaterra Felipe V opta por no tomar ninguna decisin personal, siempre riesgosa, y s consulta al Consejo de Indias para que emita su parecer y lo hace el 3 de julio de 1713. Es el P. Diego de Altamirano S.J., Procurador General de la Compaa de Jess, quien asume la responsabilidad de firmar el dictamen de acuerdo a su mejor saber y entender sobre la base de dejar bien parados los intereses de Espaa y despus de exponer su punto de vista sobre los trastornos econmicos que traera la libre comercializacin de gneros en Buenos Aires sera aprovechada por los portugueses, se expidi en estos trminos: que segn las Ordenanzas el Prncipe haba dado en su momento a Manuel Lobo la facultad de comerciar con todas las naciones y ahora con la nueva situacin que por el Ro de la Plata se llenara de enemigos con el prexto de comerciar con portugueses en San Gabriel y podrian cuando les estuviese bien acometer a Buenos Aires o por lo mnos coger nuestros navos a la boca del Ro para que no les impidiese las ventas de sus mecaderas. (Archivo General de Simancas, Estado 7.439)
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Mientras tanto a Sebastio Veiga Cabral eficiente ex gobernador de Colonia, funcionario honrado a carta cabal y conocedor profundo de toda la Banda Oiental se le orden en 1713 preparar um ambicioso plano de ocupao de regio platina.Planejava a construo de fortificaes em Rio Grande, Maldonado, Colonia, que seria a sede da Nova Capitania a ser criada, no rio de So Joan em Ponta Gorda, em Nazar, em Santo Domingos e na ilha de Martin Garcia. Sugeria tambm a construo de atalaias em Montevideu, no rio de Santa Luzia, no rio dos salsos, no rio das Vacas.(Ibidem). Este impressionante sistema defensivo debe ser construido por indios, escravos negros e colonos vindos das capitanias de Minas Gerais, Rio de Janeiro e So Paulo" ( En: Veiga Cabral: Descripco Geografica, o.c...). El Art.6. de la Paz de Utrecht llamada de Paz y Amistad entre Portugal y Espaa firmada el 6 de febrero de 1715 se declaraba que S:M:C: nos totalmente devolver a S:M_Portuguesa el territorio y Colonia del Sacarmento, situado a la orilla septentrional del Ro de la Plata, sino tambin ceder en su nombre y en el de todos sus descendientes, sucesores y herederos toda accin y derecho que SMC pretenda tener sobre el dicho territorio y Colonia , haciendo l dicha cesin en los trminos ms firmes y ms autnticos.(Apndice, Tratados). En concreto: los portugueses reconocen que :Em consequencia do Tratado de Utrecht reverteu a Colonia para o poder dos Portuguezes; tomando conta della em Novembro de 1716 o governador Gomes Barbosa. Sin embargo debemos advertir que en el Art. 7 del Tratado de Utrecht de 1715 se abre la posibilidad de que S.M.C., podr no obstante ofrecer su equivalente por la dicha Colonia que sea de gusto y satisfaccin de S M. Portuguesa. Sobre esta base se le propone al rey D. Juan V. un canje que nunca lleg a concretarse por discrepancias sustantivas. Si bien Lisboa en principio considera aceptable la oferta por coincidir con sus intereses puntuales, nunca pens en abandonar otras alternativas de cmo extender el territorio al resto de la Banda Oriental, sabiendo las dbiles defensas militares espaolas sitas en Buenos Aires. Sobre el final de las conversaciones los portugueses pretenden exigirle a Espaa como canje nada menos que la entrega total del archipilago de Filipinas y la corte de Madrid rechaza tan desmedido pedido. Las negociaciones fracasan, aunque de todos modos se llega a anular el Tratado de Tordesillas y adems se adopta el canje como norma para la demarcacin de la conquista y la ocupacin efectiva de tierras, en otros trminos se reconoci el uti possidetis jure. En el Archivo caratulado Colonia do Sacramento de la Biblioteca Nacional de Rio de Janeiro, se custodia este ilustrativo testimonio: Havendo-se declarado la cora de Portugal em favor do Archiduque Carlos contra Fillipe V, tornaram os Hespanhes a ostilisar a Colonia do Sacramento; e assim continuaram at que pelo Tratado de 6 de fevereiro de 1715, celebrado em Utrecht com a mediao e garantia da Inglaterra, foi restituida pelo artigo 6, devolvendo S.M. Catlica a S. M. Fidelisima no s o territorio e Colonia do Sacramento , mais tambem cedendo toda a aco e directo que pretendia ter sobre o dito territorio Porm no inmediato artigo 7. Se declarou que , ainda que S.M.C. decia ento a S.M.F., dito territorio poderia no obstante ofrecer no termo de um anno e meio um equivalente a gosto e satisfao de S.M.F. , e si fosse aceito, pertenceria o dito territorio da Colonia a S.M.C. como si nunca o tivesse cedido Cumpliendo con el Tratado en nombre de Espaa Baltasar Garca Ros gobernador de 1717 a 1717 la entrega en tiempo y forma respetando el Art. 6 del Tratado de Utrecht del 6 de febrero de 1715, pero advirtiendo a los portugueses que el 5 que deca los lmites y confines... quedarn en el mismo estado que tenan antes de la presente guerra. Por su parte, el rey de Espaa sigue preocupado en conservar su patrimonio de toda la regin del ro de la Plata, y as remite al gobernador de Buenos Aires Bruno Mauricio de Zabala (1717-1734) la Real Orden del 13 de noviembre de 1717, que en su parte medular dice: Real Cdula al gobernador de Buenos Aires sobre poblacin y fortificacin de Montevideo y Maldonado. El Rey-Mariscal de Campo D.n Bruno Maurizio de Zavala mi Governador y capitn general de la ciudad de la trinidad y Puerto de
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Buenos Ayres en las Provincias del Ro de la Plata, la persona personas a cuyo cargo fuere su Govierno, el Coronel Don Balthasar Garcia de Ros theniente de Rey de Esa Plaza me ha dada quenta En cartas de diez y seis de henero y onze de febrero de este presente ao que El veinte y cinco de octubre del antecedente lleg a ese Puerto un Capitan Portuguez y le entreg las dos cdulas que mand Expedir En veinte y seis das de Julio del ao de mil setecientos y quince para que Entregase a la Corona de Portugal la Colonia del Sacramento; y que En su consequencia haviendo nombrado comisarios para que hiciesen la entrega al Maestre de Campo D.n Manuel Gomez Barbosa, que con los poderes vastantes fue con alguna Gente en un Navichuelo y un Bergantin, se Executo dha. Entrega en quatro de Noviembre del ao prosimo antecedente y que quedava adbertido para no permitir a los Portugueses en la referida colonia mas territorio que el que comprehende el tiro de Can, y con el cuidado de hacer correrias en los parajes de Maldonado y Montevideo para que no los fortifiquen Portugueses; y representa seria mui combeniente que yo mandase poblar y Fortificar estos dos puestos respecto de que podran conducir mucho a contener a 1os Portugues es En sus limites. (Azarosa Gil,Luis E. Orgenes de Montevideo, o.c. p.68-69) - La ruptura con Inglaterra pone en guardia a Espaa, y es as que el monarca reitera su gobernador en Buenos Aires el 25 de octubre de 1718, lo expresado un ao antes, por existir la conviccin de la vital importancia del puerto de Montevideo y que por las circunstancias podra convertirse en una base naval inglesa en el ro de la Plata. En Colonia del 4 de noviembre de 1716 hasta 1722 asumi el cargo de gobernador Manuel Gomes Barbosa, quien expres sus quejas por el continuo hostigamiento de los espaoles sitos en la guardia de San Juan, adems de las tropelas de los indios tapes ladrones y depredadores que a vista y paciencia de la autoridades arrasaban con las haciendas vacunas. En su nombramiento el fechado en Lisboa el 15 de octubre de 1715, Juan V aludi al Tratado de Paz firmado el 6 de febrero de ese ao y es muy preciso en decir: que por min e em meu nome possa tomar posse da sitta Colonia e seu Territorio(Biblioteca Nacional, Rio Janeiro, Archivo citado) Ese mismo da el rey tambin firma las 10 Instrucciones que se deben cumplir rigurosamente, as en la 3 le indica al citado gobernador de que llegado a la Colonia visite al gobernador de Buenos Aires y le haga saber de su condicin de gobernador de la Colonia, recordndole que en el Art. 5 el dicho gobernador deber hacer entrega de la misma e seu territorio y en el 6 que la conducta a seguir No caso em que os castelhanos pretendo em regular os limites da Coloniavista a cesso de elles procurando extender o terroitorio at o Rio Uruguay por ser este o terreno mais frtil e de melhores esperas ( Annaes, Biblioteca Nacional, Rio de Janeiro, Archivo Lisboa , Verbetes Castro e Almeida). Como se ve la insistencia en extender los lmites territoriales era de vida o muerte para que se cumpla el megaproyecto lusitano de apoderarse de todo el territorio de la banda septentrional en otras palabras unir la banda Oriental castellana con la capitana de San Vicente por tierra: no mais fronteira e acabou tudo. Sin embargo las reticencias del gobernador espaol Garca Ros en aceptar las cosas tal como se le planten recibe la protesta de Gomes Barbosa por que no se cumpla con Os captulos das Pazes 5- e 6 de Utrecht De momento se plantea una dificultad grande es la la escasez de alimentos que sufre la Colonia ,en particular de carne vacuna porque desde Buenos Aires se aplica con rigor la Real Cdula dictada el 26 de julio de 1715 que desde entonces impide todo comercio con los portugueses. En cuanto al aumento de la poblacin recin el 10 de febrero de 1718 llegaron algunas familias desde Portugal en un total de 60 a los que el virrey de Baha aade presidiarios en carcter de pobladores, que pronto entran en conflicto con las buenas costumbres de los matrimonios venidos de Oporto. La Colonia llega a tener entonces cerca de 1040 habitantes. En la segunda dcada del siglo XVIII los acontecimientos militares en el ro de la Plata son muy rpidos, por ejemplo cuando el 27 de enero de 1720 el rey Felipe V ordena a Zabala que
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vigilase a los portugueses y tambin concretase las fortificaciones de Montevideo y Maldonado para evitar que se le anticiparan. El gobernador plantea a la Corona dos dificultades para cumplir con la orden: 1. falta de recursos materiales para trasladar familias que desde Buenos Aires quisiesen poblarla a pesar de los incentivos ofrecidos como tierras en propiedad, 2. carencia de fuerzas militares mnimas como para fortificar ambos puertos y mantener un mnimo de guardia estable. .
Plano de Colonia (1802). Fuente: Hardoy, Jorge, Cartografa urbana colonial de Amrica Latina y el Caribe, Buenos Aires, Grupo Editor Latinoamericano, 1991.
El 7 de marzo de 1721 el confesor de Felipe V el P. Guillermo Daubenton S.J. consultado por este asunto advierte al rey sobre el peligro de aceptar los reclamos del Embajador de Portugal a la corte de Madrid, argumentando de que por el Tratado de Utrecht le correspondem tambm as terras e campanha da Colonia do Sacramento conforme ao Provisional de 1681. En su informe examina cuidadosamente todos y cada uno de los planteos y fue tajante en afirmar que: los portugueses no deven tener otros lmites y confines que los del pequeo terreno que posean (Archivo Simancas legajo 2457 moderno y Azarola Gil, o.c. p.68-69) . Dos aos despus Zabala propone al Cabildo de Buenos Aires un plan generoso para los vecinos reiterando su oferta de que quisieran poblar dndoles tierras y sealando el paraje donde las recibirn. Se hace la convocatoria formal a todos anunciando otras prebendas que recibirn en caso de trasladarse a con sus familias o solos `para afincarse en Montevideo. Mientras en la Colonia el 14 de marzo de 1722 asume la gobernacin D. Pedro Antonio de Vasconcellos, a quien se le consider como un gran conductor en las relaciones polticas y de comercio, que demuestra en su reiterado apoyo de la corona que lo reelige hasta 1749.
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En aquel ao funciona en Colonia un colegio de primeras letras cuyos preceptores son los jesuitas, un hospital con un cirujano mayor que esta bajo la responsabilidad de los P. Capuchinos (al ao siguiente se abre una botica), una iglesia principal y cuatro capillas donde se oficiaba misa, cuarteles y buen edificio-casa del gobernador y otros de menor cuanta para los oficiales de la corona ejercan funciones en la hacienda y en la milicia. En la parte aledaa se haban construido ms de 300 casas-habitacin con sus calles principales y otras accesorias. Las quintas de frutales, hortalizas y viedos siguen en los arrabales de la ciudad, donde tambin hay corrales para ganado y funcionan en la zona normalmente molinos de agua y para trigo, graseras y almacenes de cereales dando una fisonoma de poblacin dinmica y organizada. Se levanta un censo de poblacin y se registran (octubre de 1722), casi 400 civiles y 500 militares con sus mandos regulares, que entraron "11 barcos y salieron cargados de cueros y plata potosina, hay edificacin de piedra y madera del Brasil, quintas cultivadas para sus moradores y buen ganado manso. Mientras que Espaa demora sus decisiones en el Ro de la Plata, el gobernador de Ro de Janeiro, Ayres de Saldaa de Albuquerque recibe la Real Cdula del 29 de junio de 1723, ordenndole ocupar Montevideo y fortificarlo y en caso que estuviese ocupado por los espaoles, deba la expedicin proceder a su desalojo.... porque la intencin consista solamente en tomar posesin de lo que perteneca a la corona, sin romper la paz y buena amistad que tena con el rey Catlico.... Las instrucciones eran secretas y el mando se le confi a un militar de carrera el maestre de Campo Manuel de Freitas da Fonseca, que arriba a la baha de Montevideo el 22 de noviembre de 1723 sin encontrar oposicin espaola ni naval ni militar. Pero el capitn Pedro Gronardo, prctico de ro, al regresar a Buenos Aires descubre a los portugueses y pone en aviso al gobernador Zabala, quien advierte en trminos enrgicos tanto a Freitas da Fonseca como a Vasconcellos de la arbitrariedad cometida usurpando tierras espaolas. Simultneamente ordena al capitn Alonso de la Vega, jefe de la guardia de San Juan que avance sobre Montevideo, lo que hace el 7 de diciembre de 1723. Sin prdida de tiempo Zabala resuelve desembarcar en las costas cercanas al ro San Juan, y seguir por tierra hasta Montevideo. La situacin es evaluada como delicada por el jefe portugus que decide abandonar el recinto y reembarcar sus tropas el 1 de enero de 1724, poniendo fin a la ocupacin que por fallida resulta temporal. En la Colonia, Vasconcellos sigue como buen administrador y hace prosperar los negocios en forma lcita, mejorando a ojos vistas la vida social y econmica de sus pobladores. Fundamentalmente las fuentes de recursos provienen del corambre si aceptamos como vlida la cifra de 40.000 piezas (sic) cargadas en 10 navos en 1726 anunciada por el gobernador local al virrey del Brasil. El arreo de vacunos fue sistemtico y frecuente, pese que en alguna oportunidad los espaoles logran apoderarse de cantidades mnimas. Un prestigioso cartgrafos jesuita el P. Diogo Soares en 1731 levanta varios planos de la Colonia y del Ro de la Plata, que formaron parte de la cartografa tradicional que conocemos y que fuera exhibida en la Biblioteca Nacional (Rio de Janeiro), en el 2000 y otra que pertenece a la mapoteca de Itamaraty (Rio de Janeiro). (Reproducidos en Cartografa) Avanzando en el tiempo, tenemos que en los veintisiete aos que dura la digna gobernacin de D. Antonio Pedro de Vasconcellos la Colonia adquiere una estructura de ciudad prspera."A poltica de povoamento poste em prtica por Vasconcelos no de ou de receber a apoio das autoridades de Rio de Janeiro" Es importante dar esta referncia de 1730: "A semelhana do clima da Banda Oriental com o do Reino empolgou muitos portugueses que julgabam poder construir um novo Portugal as margens do Rio da Prata" (v.Veiga Cabral), apndice)
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Y sigue que: " a fertilidade das terras de Colonia e comaparalas a ventagem s de Europa" " o clima e o terreno so de forma proprios para produo de flores, frutos e sementeras da Europa como experimentan nossos povoadores" y se recogen " copiosas colheiras de trigos, e mais frutos necessrios para a vida humana ,que tudo estas terras produzem com ventegame s de Europa" (Vasconcelos, informes al Gobernador de Rio de Janeiro, Gomes Freire de Andrade, 17331763) , Biblioteca Nacional de Brasil) En cuanto al negocio de plata potosina va Buenos Aires tiene sus picos de auge en 1732 y 1733, as lo hace saber Vasconcellos al gobernador del Janeiro en carta personal cantidad tan considerable que teme por su origen e igual pasa con una partida de oro procedente de Chile (7 de mayo de 1733). El 20 de marzo de 1734 Miguel de Salcedo asume la gobernacin de Buenos Aires y siguiendo instrucciones de la Corona por Real Orden del 18 de abril de 1735, procede a iniciar una fuerte presin militar para rescatarla, como hace en octubre de ese ao con un ejrcito de 1.500 efectivos y 4000 indios misioneros, ms bateras instaladas frente a la ciudad. El 10 de diciembre intima la rendicin pacfica, pero Vasconcellos se niega a entregar la plaza y pide refuerzos al gobernador interino del Janeiro Jos da Silva Paes, que de inmediato manda una armada que fonde en la Colonia el 6 de enero de 1736 con artillera y tropas de tierra. Aqu parte de la carta de Vasconcelos al gobernador de Rio de Janeiro pidiendo auxilio militar, fechada en la Colonia el 14 de diciembre de 1735 (En: Consejo Ultamarino 9.075/Biblioteca Nacional, Rio de Janeiro): Meu Sr. Chegou o socorro a esta praa e foy muy bem recibido, e festejado nella como so necessarios na presente ocasio, principalmente os bergantins como o comestible e aprestos de guerra e agora navego continuadamente, e de presente se acho todos ainda fora como o fiscal a esperar o despique dos castelhanos de Buenos Aires por lhe haberme tomado dois nas Ilhas de Martim Garcia(...) Em 24 de Abril cometero os nossos a mais honrada aca que vio a Colonia, e foi que desfilando alguns cavaleiros inimigos, e vindo picar os nossos com alguns tiros achandose o Capitan Ignacio Per com o seo Alferes Antonio Pinto, e alguns soldados cobrindo e dando calor a alguns negros, e outrosserventes que andavo faxinando, e demolindo os ataques junto ao mohno de vento, de foi acendendo a pendencia com tiros de parte a parte, de sorte que os inimigos descahiro para a baixa do quinto aonde se incorporaro formados juntndose-lhes tambem hu batalho de caballera que lhe veyo acudir a toda prea mas vendoce da praa esta expedio destacouse logo o Capitan Manuel Felix com hum troo que estava de piquete e se incorporou no meyo da m orta servindolhe de trincheyra os valados e cardos, e observndose da praa que inimigo cada vez s hia engroando mais com novas troppas e socorros de indios, de fez despedir ao Capitan Theodosio gonzalez como o Alferes Pedro Frutuoso e hu batalho para todos se unirme e poderem fazer melhor resistencia ao inimigo; mas cegando ao posto do alto da Xica teve o diti Capitan noticia pellas sentinellas avanadas que o inimigo se puzera em marcha, tendo noticia desde socorro para lhe ipedir o passo e comm efeito a poucos andados, foi descoberto dos nossos os quaes logose prepararo e se puzeram em forma ficando o Capitan na vanguarda dos inimigos e o Alferes na retaguarda e assim como melhor pudero foro encaminando a marcha para a orta com ordem e incorporanremce com os outros porem o inimigos que isto conheceo moito bem, se foi cegando para elles de sorte que j no podio deichar de pelejar, o que entendendo o nosso Capitan com galhardo brio, e entrepido valor fez alto, e mandado logo virar caras a vanguarda sobre o lado esqueredo na frente dos onomogos que para a mesma frente se achavo ja perfiladps, dero os nossos sobre elles a primera carga com tanta fortuna e a to bon tempo que derrubando logo o Comandante que hera o Sergento Mayor D francisco Netto e varios outros oficiase que se seguio e moitos soldados sem que os nossos recebecem damno alg de sua decarga, mas ficando senrs. do campo, todos os mais se aproveitando dos ps e puzero em vergonhoza fugida levando moitos feridos, entre elles o f do Gobernador e de Buenos Aires, que levou hua pelourada pellos peitos, e os dedos de sua mo
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cortados, e outros officiaes com feridas mortais.Biblioteca Nacional de Brasil(Ro de Janeiro), II31-30-4 Esta praa se acha citiada por mar e terra.com as foras terrestres (de Salcedo) e martimas que se expresso na lista inclusa e de sorte em cingido o posto depois que pozeram uma bateria de 4 peas na ilha de So Gabriel.... Esto oblig a Salcedo a abandonar el sitio y tambin la isla San Gabriel, regresando a Buenos Aires el 10 de febrero, dejando el dominio del ro a los portugueses. Siguiendo con la relacin estrictamente poltica, otra vez la corona portuguesa con Juan V al frente insistie en la vieja idea de apoderarse de Montevideo, entendido como lmite natural desde el Prncipe D. Pedro en 1678, tal como aparece en la Carta Real de abril de 1736 al gobernador de Ro de Janeiro Gomes Freire de Andrada, aadiendo la importancia que tiene la fundacin de San Pedro de Ro Grande en los territorios del Sur del Brasil, como base para la anexin de los que hoje son dueos los castellanos, lo que se cumple al pie de la letra en ese ao. Una flota portuguesa al mando del Brigadier Jos da Silva Paes intenta asaltar una vez ms Montevideo, que como puerto de aguas profundas siempre estuvo en la mira de Lisboa. El 15 de enero de 1737 dicho bbrigadier le escribi una carta al gobernador de Colonia advirtindole que para aumentar la importancia de Rio Grande del Sur haba que afirmar bases militares en Montevideo y Maldonado Carta de brigadier Jos da Silva Paez a Antonio Pedro de Vasconcellos, 15 de enero de 1737 Meu Amigo e Seor. Depois que nos cegamos mais para a Bocaina de Montevidio, como o designio de atacar a nau e Batarias daquelle porto, que sem duvida tem augmentado, chamando-se todos os coandantes a Conselho, e propondo-lhe eu o que VS. Ver na copia do termo, que lhe mando, e como se expozero tantos inconvenintes, sendo certo o augumento das suas batarias e numero de gente, que todos os dias vemos mmontada, no sendo da minha profisso a forma e rumos, como que se debe buscar aquelle port, no quiz eu tomar sobre mim s a hir buscal-o, por no ser depois arguido caso sucedese qualquer dos contratepos alli ponderados e me sujeitei ao parecer de todos. Vendo-me aflicto de no poder operar me resolvi a dizer ao coronel comandante queria ir a Maldonado a ver se me podia fortificar naquelle porto, donde os navios no tinho o risco que apontavo no de Montevidio, e assentei cm o dito coronel ficarem aqu 4 fragatas e huma de transporte fazendo frente e ameaa nesta parte, emquanto eu na outra via se me podia establecer(...). Se Deus permitir que eu me possa fortificar em Maldonado e segurar aquelle Porto, ficando all com guarnio competente o mestre de campo Andr Ribeiro, queria com maior brevidade passar ao Rio Grande, com a gente que me restar(...) quando possamos superar a cavallaria inimiga intentar o desembarque em as visinhanas de Montevidio e poder opear por terra, emquanto nos fortificamos suficientemente nestas duas partes projectadas, no sendo na minha intelligencia menos proveitoso o porto de Maldonado que o de Montevidio e he sem duvida que quem for senhor delle hade ser o arbitro da navegao do Rio da Prata, o que no faz o de Montevidio. (Biblioteca Naciona de Brasil(Ro de Janeiro), Consejo Ultramarino, Verbete Castro y Almeida, 9.809) a executar e comear em terra, emquanto nos fortificamos suficientemente nestas duas partes projetadas, no sendo na minha intelligencia de menos proveitoso o porto de Maldonado que o de Montevideo (en Biblioteca Nacional, Lisboa, Conselho Ultramarino). Vasconcellos le contest de inmediato el 19 de enero desde Colonia que le prestaba su apoyo pero reclamando el envo urgente de 220 soldados armados con 6 oficiales con mando y adems le comunic que en ese momento acababa e recibir en la plaza 10 piezas de artillera con municiones, de las que poda mandar 4 a Montevideo para auxiliar la operacin El 16 de enero hay constancia que sale desde Montevideo hacia Maldondo el Brg. Silva Paez quien deja un testimonio escrito que transcribimos;
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Carta del Brigadier Silva Paez a Gomes Freire de Andrade, 2 de febrero de 1737 Aqu cheguei a 24 e trazendo disposto a forma de dezembarque, supondo mo embarcario, no achei huma s pessoa, que mo desputasse; por cujo motivo logo saltei em terra com Mestre de Campo Andrs Ribeiro e huns Dragos de escolta e vendo a ponta de leste que insensivelmente se levanta e que o seu terreno ofrecere todas as circunstancias que se pedem para huma fortificao regular, falta-lhe o esencial e precizo, que h agoa, faxina e lenha, pois esta lhe fica distante mais de 4 legoas e aquella h de huma legoa, que fica no centro da Bahia, como melhor V.E. ver da descripo do Porto que lhe remetto, mais de meia legoa distante, sem huma s faxina, nem pau, que se haja de quimar sendo todo este intervallo, desde a dita a ponta de Leste th a fonte,de areia to solta, como a da Trafaria; e querendo ocupar o sitio junto da agoa, h hum outeirinho de mui poca capacidade de areia, como pouca erva por cima, donde no pode haver subsistencia, nem ter firmeza obra alguma, alem de ter a mesma falta de madeira e faxina.Passando a ver a Ilha, que h o lugar masi proprio para defender o porto, por ser o mais seguro ancoradouro delle, ao abrigo da mesma, como mostro na planta; achei um terreno arenozo, informe, com huma pequena fontinha que o seu lagrimar apenas dar de beber em 24 horas para 10 a 12 homens e com faxina, que chegara toda a 200 feixes, ficando depois na mesma carencia que os outrs citios.Todos estes obstaculos invenciveis me obrigaro a tomar a rezoluo de no fortificar nenhum,sem ordem positiva de S.M. ou de V.E. pois no era justo entrar-se a ocupar hoje o que a pouca necessidade me obrigaria a largar no outro dia, e j vou vendo que ainda que tivessemos ocupado Montevidio ficandonos a fonte to afastada da fortaleza, que a no defende a artilharia, della, seria necessario, quando a agoa della nos bastasse, hilla buscar armados ou fazer-lhe nova fortificao, o que tobem no era facil, faltando-nos faxina e agora pela falta de lenha e a que tobem prezenciei necessitava a Colonia no h menor falta que a de agoa, e assim me rezolv no perder tempo e passar logo ao Rio de S. Pedro, como fao dentro destes primeiros dias.(Bibliteca Nacional de Brasil(Ro de Janeiro), Consejo Ultramarino, Verbete Castro y Almeida, 16.840) El inters de Portugal por el puerto de Maldonado no se agota aqu teniendo en cuenta que se le considera en excelencia por su enclave geogrfico con salida al Atlntico Sur que esta a pocas millas nuticas en rumbo O-E. . Con la Paz de Pars firmada entre Espaa y Portugal el 16 de marzo de 1737, las cosas vuelven a su lugar (Art.4.) y el 31 de julio se detiene la lucha armada contra la Colonia. Sin apartarnos de la cronologa histrica nos parece de inters reproducir por nota la observacin in visu que sobre la Colonia del Sacramento, en su viaje de Montevideo a Buenos Aires hizo el jesuita alemn P. Florian F. Pauke del 27 al 30 de diciembre de 1748: El 30 de diciembre permanecimos en esa ciudad y fuimos visitados por los portugueses ms notables. A la tarde contemplamos todo en la ciudad, fuimos invitados tambin a uno que otro jardn de recreo. Esta ciudad junto con el puerto se encontr antes bajo la soberana espaola pero fue adjudicada a la corona portuguesa. Las casas son bajas y edificadas en buen orden. La plaza es cuadrada y chica, la Iglesia parroquial da frente a ella y en el centro est la guardia principal a cuyo lado se avecina la residencia del gobernador. La ciudad est guarnecida por trincheras de altas murallas y un profundo foso seco abierto en la roca, ocupadopor piezas de artillera de hierro que protegen al perto. (Rela, Walter. Viajeros, Marinos y Naturalistas en la Banda Oriental del siglo XVIII, p. 17) En febrero de 1749 asume la gobernacin de Colonia Luis Garcia de Bivar hasta su muerte en 1760. Recin con el Tratado de Permuta firmado por Jos Carvajal y el Ministro portugus vizconde Toms da Silva e Tellez el 12 de enero de 1750, que dice en su Art. 1.en forma expresa y excluyente que:El derecho de Espaa exclusivo sobre navegacin en el ro de la Plata, llave fundamental del comercio inter-regional y se pondr por escrito tal pretensin.
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Tuvo su importancia como hecho poltico pero ms por sus sangrientas consecuencias: la genocida guerra Guarantica (1754-1756) donde si bien se evidencian profundas discrepancias entre las jerarquas jesuticas espaolas con las locales, la lucha armada no se detuvo. Tratado de Permuta 1750 Fernando VI y Juan V fueron los firmantes, pero a la muerte de ste la regulacin qued en manos de su hijo Jos I. Alexandre Gusmo, consejero del rey y artfice del Tratado, es cesado y sustituido por el marqus de Pombal, quien se opone al canje, por entender vital para Portugal mantener su presencia naval en el Ro de la Plata que ahora se perda. La imposicin violenta de la aplicacin de Permuta con las acciones militares contra los guaranes ahora considerados rebeldes a la corona y a la Compaa de Jesa fue programada en Europa de comn acuerdo por Espaa y Portugal, llevada a sangre y fuego por ambos ejrcitos combinados con tropas locales para darle cumplimiento puntual. Con su vigencia se le entregan a Portugal 500.000 km2 de tierras ocupadas `por 7 pueblos del Alto Uruguay, cuya prosperidad es obra de los guaranes evangelizados. La historia registra la lealtad de los miles de guaranes a la corona espaola en los episodios de reconquista de la Colonia apoyando a las tropas regulares en los siglos XVII y parte del XVIII, sin recibir retribucin ni reconocimiento, slo como obligacin por ser sbdito de la corona. En general parece ser que en Madrid siempre se temi que la Colonia y Montevideo en poder de Portugal terminasen sirviendo de bases navales y comerciales de Inglaterra y pensaron que Permuta era la solucin para impedirlo. Por eso desde 1749 se celebran continuas conversaciones entre el Ministro portugus Alexandre de Gusmo y el espaol Jos de Carvajal, sobre como concretar un canje aceptable para ambas partes. Espaa insiste una vez ms que la navegacin del Ro de la Plata le pertenece en exclusivo y no que debe ser compartida con Portugal, para eso Gusmo que acepta provisoriamente esa postura propuso la permuta siempre que Espaa sacrifique una extensin importante de territorio, el de las Misiones Jesuticas del Alto Uruguay, conocidos ms como los Siete Pueblos Misioneros. Si bien en principio Carvajal rechaza la oferta, fue la reina Da. Brbara casada con Fernando VI quien impone su parecer y convence al rey de aceptar la Permuta. As se gesta el Tratado de Permuta, o de Madrid, acordado por Gusmo y Carvajal el 10 de octubre de 1749, segn estas bases fundamentales: La lnea limtrofe /que / partira desde un ro que nace en la Sierra de los Castillos Grandes, para seguir luego por las nacientes del ro Ibicuy y desde all seguira por el Uruguay hasta el ro Pepir Guaz, siguiendo luego por las alturas de la sierra. Se organizan milicias guaranes sin orden ni concierto militar como en la poca de lucha contra bandeirantes para enfrentar las armas europeas, que proceden al desalojo de los asentamientos. Los Superiores de la Compaa de Jess en Espaa, ordenan a los Padres en la Provincia que acaten los trminos del Tratado y colaboren con el gobernador civil de Buenos Aires, para lo que envan junto con el marqus de Valdelirios, a su representante el P. Lope Luis de Altamirano, S.J. Para los misioneros fue casi imposible, explicar a los indgenas las razones de un Tratado que escapa a su entendimiento y a sus intereses, y ms todava obligarlos a aceptar una situacin como el traslado de pueblos, que era injusto. Fue tambin el preludio de algo muy grave que ocurrir casi dos dcadas despus, la vigencia de la Real Pragmtica, con que el Rey Carlos III en 1767, decreta su expulsin tanto en Espaa como en las colonias ultramarinas de lo jesuitas.
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Todo concluye cuando el gobernador de Buenos Aires, marqus Francisco de Bucarelli, en cumplimiento del mandato real, procede junto con el contralor del mismo, a la llamada "organizacin de las Misiones que era parte de sus obligaciones como gobernador civil. Hombre de mentalidad formada en la ilustracin Espaola, resuelve el problema dentro de los principios del iluminismo: libertad de comercio, impulso al proteccionismo de la empresa privada, de acuerdo a la concepcin burguesa de poca. Los resultados difirien de la teora, y la pretendida organizacin queda en mitad de camino, porque es confiada a funcionarios espaoles y criollos correntinos corruptos que anteponen el aumento desmedido de sus caudales, antes que el bien comn, y las necesidades fiscales de la corona. Tambin se fracasa en el intento de proseguir la obra espiritual, y el cuidado de la vida religiosa que es confiado a otras tres rdenes: franciscanos, dominicos y mercedarios, quienes an con la mejor disposicin, su obra evangelizadora como pedaggica no es todo lo efectiva deseable, por desconocimiento del funcionamiento de las doctrinas,. El 13 de enero de 1750 Fernando VI firma el Tratado de Permuta y al mes siguiente lo hace Juan V pero se oculta su texto por temor a reacciones de otras coronas europeas. En el Ro de la Plata nadie lo sabe hasta muy tarde, ni el gobernador de Buenos Aires, el Padre Provincial, el Superior de las Misiones, ni siquiera el virrey del Per, pero el secreto no incluye el destino de las reducciones de Concepcin, Apstoles, Santo Tom, Yapey y La Cruz sobre el que no habra marcha atrs. El P. Nusdorffer Superior de las Misiones ordena a los padres de los pueblos que no comuniquen la noticia a los guaranes hasta que se confirme por temor a una rebelin que nadie pueda impedir. Recin en abril de 1750 llega a Buenos Aires la noticia oficial con instrucciones para ser cumplidas y desde Roma el General de la Compaa de Jess, Francisco Retz SJ, instruye a los Padres de las misiones que deben acatarla en forma disciplinada o sea el fiel cumplimento de las disposiciones sin discusin. En 1751 el marqus de Valdelirios como Comisario Jefe de la representacin espaola recibe instrucciones privadas de cmo deba proceder segn las circunstancias. Volviendo a los jesuitas, las directivas del P. Retz son duras y no admiten rplica, cumpliendo con ellas, en marzo-abril de 1752 el P. Nusdorffer S.J. recorre cada uno de los 7 pueblos, habla con los padres y con los caciques y les dice que tienen un ao para abandonar las tierras a los portugueses, a cambio de una indemnizacin de 28.000 pesos. Los guaranes se niegan, caciques y cabildos cierran filas y se rebelan en una carta al gobernador de Buenos Aires, Andonaegui a quien le manifiestan su resentimiento por sentirse ultrajados por la corona espaola. Mientras tanto el marqus de Valdelirios Comisario de Espaa y el General de la Orden que viaja desde Roma el P. Luis Altamirano, toman la actitud como una insubordinacin de los guaranes ante las autoridades reales. Las comisiones demarcadoras designadas por ambas coronas son los intrpretes de un tratado cuya resistencia resulta intil, la decisin de aplicarlo era irrevocable por que estaba tomada de comn acuerdo por ambas coronas. Se integraron con cartgrafos, astrnomos, ingenieros, gegrafos y marinos de probada competencia, los que son dotados de instrumentos ingleses. Por Portugal participa el gobernador de Ro de Janeiro y de Minas Gerais D. Gomes Freire de Andrada, que tiene jurisdiccin sobre la regin en litigio, por Espaa el marqus de Valdelirios y ambos son apoyados por comisarios jefes de las tres partidas demarcadoras. Gomes Freire llega desde Ro de Janeiro el 7 de abril de 1752, rene la fuerza militar de infantera, caballera y artillera asignada, el segundo lo hace desde Montevideo, al punto de reunin conocido como Castillos Grande, donde permanecen desde agosto hasta fin de ao. Se celebran conferencias de trabajo, sin abandonar las tradicionales de festejamentos, bailes, cambios de
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regalos y dems, segn se recoge en valiosos documentos como las Siete Conferencias realizadas entre el 9 de octubre de 1752 y el 12 de enero de 1753. El 1 de septiembre de 1752 ambos representantes al frente de las respectivas comisiones demarcadoras se encuentran en Castillos Grandes con el fin de iniciar las tareas en el terreno. El 27 de febrero de 1753 los demarcadores llegan a la Capilla del puesto de Santa Tecla, perteneciente a la estancia de la reduccin de San Miguel que era la puerta de acceso a los territorios misioneros. La de los jesuitas una empresa civilizadora impar que dignific la condicin de seres humanos en los guaranes como lo sealo el P. Cardiel: Lo previsible ocurri, los pueblos fueron empujados a la guerra para defender sus tierras, los ejrcito luso-hispano unieron sus fuerzas, la desventaja fue tal que aquellos fueron definitivamente derrotados en 1756. Con el Tratado de 1750, e1 rey Fernando VI comete la mayor traicin contra sus fieles vasallos evangelizados, sorprendidos por que su "tata" les ataca sus bienes y cosechas, los desaloja sin piedad, olvidndose por el mezquino inters geopoltico de "conservar la Colonia.Las Ordenanzas del Oidor de la Audiencia de Chuquisaca D. Francisco de Alfaro, con mandato real de 1611 para poner fin a los desmanes y abusos de los encomenderos espaoles contra los guaranes y las Leyes de India promulgadas por su antecesor Felipe III texto de defensa de los moradores de las Reducciones y prohibicin que "fueran sacados de las mismas no se tuvieron en cuenta. Es cierto que para Espaa la Colonia del Sacramento es una espina en la graganta del Imperio de Indias por su valor estratgico por situacin geogrfica, por el comercio, por el falso orgullo de un pasado histrico de glorias militares y de podero e influencias diplomtica en Europa y no se daban cuenta que todo eso haba caducado.haca tiempo Para Portugal con un marqus de Pombal cercano al rey Jos I, no solo como consejero poltico, sino aconsejndo no "transferir a Colonia do Sacramento pero con una duplicidad conceptual que se adapta a las circunstancias del momento y capacidad diplomtica reconocida por todos,. Al mismo tiempo la Corte portuguesa presiona para que ante una eventual resistencia de los pueblos indgenas involucrados, "empregar as armas se fora indispnsavel. El episodio de la guerra guarantica con sus dos campaas es bien conocido, mucha bibliografa de calidad existe, incluso se publicaron cartas de protesta fundada por los Padres Lozano S.J., Bernhard Nusdorffer S.J., al Superior de la Orden P. Altamirano S.J., oficios, las siete conferencias de los demarcadores; las acciones militares, mapas del avance de las tropas espaolas y lusitanas y los Diarios y correspondencia. Lo que importa marcar es que cuando llega el momento de hacer cumplir con todo rigor el tratado sin importar a quienes beneficia y mucho menos a cuantos daa derrumbando la obra de los jesuitas y perjudicando seriamente a los guaranes en sus bienes muebles e inmuebles, se emplea la fuerza armada de ambas coronas sin miramiento. Cuando se llega a la zona de demarcacin programada para inicar los trmites por ahora pacficas en el lugar no haba ningn jesuita, aunque se haba estipulado previamente que el P. Tadheo Ennis deba estar all para recibir a la comisin demarcadora. S en cambio estaba presente una guarnicin armada guaran que prohibi el paso de los demarcadores y bajo amenazas los hizo retroceder. Imposibilitados de seguir, los portugueses se retiraron a Colonia y los espaoles a Montevideo, desde donde denunciaron el hecho, adjudicando la responsabilidad de lo sucedido a los Padres jesuitas locales como incitadores de la subversin que de protesta airada pero verbal pasa rpidamente a las armas. Los guaranes conocieron de golpe la magnitud de una realidad a la que deben enfrentarse, y optaron por cerrar la divisoria sur de las Reducciones a la presencia de los demarcadores. Recordamos que fue en febrero de 1753 que ocurre el enfrentamiento de los guaranes de San Miguel con la primera partida demarcadora, optando estos por instalarse en la Colonia del
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Sacramento, donde Valdelirios y Gomes de Andrada estn conferenciando en la cercana isla de Martn Garca. El P. Luis Altamirano S.J. nombrado como Comisionado por su congregacin para lograr que pacficamente se proceda a cumplir con el Tratado, no pudo llevar cabo su cometido porque entre los guaranes gana terreno la hiptesis de que los jesuitas los estaban traicionando y al punto que no logrando convencerlos con la palabra debe huir desde Santo Tom a Buenos Aires, ante verdadero peligro de muerte. Renace en la mayora el espritu natural del caciquismo guaran contra el de obediencia ciega a los P. Jesuitas aunque algunos la acatan, lo que agrava la situacin a lmites blicos inevitables. El debilitamiento de su autoridad oblig al P- Jos de Barreda S.J. a renunciar y deja en manos del obispo de Buenos Aires y del gobernador D. Jos de Andonaegui la responsabilidad de la conduccin del traslado de los Siete Pueblos. Ante una situacin de hecho tanto Valdelirios como de Andrada resuelven en junio de 1753, emprender la accin militar, atacando los espaoles las Misiones desde Santo Tom y los portugueses desde el ro Pardo en direccin a San ngel. El 7 de diciembre de 1755 las tropas portuguesas inician la segunda campaa desde Rio Grande hacia la Laguna Merim. Los pormenores de la guerra guarantica estn cuidadosamente estudiados y slo nos queda comentar brevemente el combate del 7 de febrero de 1756 donde fue lanceado el cacique general Sep-Tiaraj por un soldado portugus y rematado por un tiro de pistola del gobernador de Montevideo D. Jos Joaquin de Viana que comandaba parte del ejrcito espaol. La debacle de los grupos guaranes todava en pie sobreviene el 10 de febrero cuando con su jefe el cacique Nicols Neenguiru fueron diezmados.
Cristo crucificado. Detalle. Talla en madera del Museo de Arte Sacra de San Miguel das Misses R.S. Foto: E. Palermo - 2008
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As se cerr un doloroso captulo de la vida poltica del Ro de la Plata, que repetimos no merece otra calificacin que la de de genocidio. El 15 de marzo de 1760 asumi la gobernacin de la Colonia el brigadier Vicente da Silva da Fonseca y como ya se haba denunciado el Tratado de Permuta y las cosas quedaron como antes. D. Pedro de Cevallos recibe noticias del consejero D. Julin de Arriaga el 26 de enero de 1761 de hacerse cargo de la operacin militar Colonia del Sacramento y con la energa y dureza que lo caracteriz siempre como gobernante, lo intima a Silva da Fonseca el 30 de enero de 1761 a que deje libre de soldados y civiles las islas de Martn Garca y Dos Hermanas, as como que abandone ganados y cultivos que estn fuera de los lmites reconocidos tiro de can establecido en 1716 por que esta ocupando indebidamente territorios espaoles . Silva da Fonseca contesta el 8 de abril que no le importa la intimacin y que permanece en la Colonia hasta recibir rdenes de Lisboa que son las nicas que estaba obligado a respetar y cumplir. Aunque la respuesta textual de da Silva de Fonseca, despus de decir que espera instrucciones de Lisboa, con la tradicional lusitana: no ouvir reclamaes da Espanha, tradicional a pertena da Colonia do Sacramento pelo Portugal. Cevallos est dispuesto a todo seguro del apoyo de Carlos III. Lo que se supo mucho despus fue que el gobernador portugus haba recibido instrucciones reservadas desde Rio de Janeiro de abstenerse de provocar en esta instancia un conflicto armado que podra complicar en Europa la relacin de Portugal con Espaa y no era el mejor momento militar para romper el status quo, por eso rindi la plaza sin combatir. En realidad el fondo de la dura actitud de Carlos III esta no solo en recuperar la plaza de la Colonia del Sacramento por el prestigio internacional, sino que al mismo tiempo cuida de no provocar un conflicto armado con Portugal en los campos de Europa por que no era el momento de arriesgar la seguridad de Espaa. Se dijo entonces con acierto que se tuvo en cuenta que era necesario frenar los avances comerciales de Inglaterra en Indias y para eso firma un tercer Pacto de Familia con Francia (1761) que los obliga mutuamente a luchar en caso de guerra. Como sabemos, sta es inevitable y llega en enero del ao siguiente con la declaracin formal que los ingleses hacen a los espaoles. Algunos historiadores juzgan por la gravedad que de futuro generan estos hechos, que probablemente se salieran de cauce al manejo normativo de los ministros espaoles e incluso al propio rey, argumentando que aunque el marqus de Soria invade Portugal con apoyo militar de los franceses, lo ms que pudo argumentar el monarca espaol, olvidando que Jos I era su cuado, es que la campaa tena de fines ms gloriosos y tiles a la corona y sbditos de Portugal (sic) No hubo nunca una razn de peso que justifique la accin militar decretada por Carlos III por eso no obtiene respaldo diplomtico de su aliada Francia y queda sujeta a una ofensiva de segundo orden. Mientras tanto en Buenos Aires el Gral. Cevallos con esa independencia de carcter de que siempre hizo gala y siguiendo su leal y saber de probado ejecutivo lejos de aceptar tan absurda explicacin de Silva da Fonseca procede a desalojar a los portugueses de los campos adyacentes (costas de los arroyos San Juan y Rosario), y el 22 de mayo se establece en el Campo de las Vacas, el 2 de junio de 1761 funda el Real de San Carlos donde asienta las tropas. El 8 de diciembre una Real Orden acepta todas sus resoluciones y la Corte le reafirma su total confianza en lo poltico y en lo militar. El 27 de marzo de 1762 le comunica por nota al ministro D. Julio Arriaga que est dispuesto a sitiar la Colonia, atacarla y forzar su rendicin, lo que hace el 7 de setiembre con 2.000 efectivos de Buenos Aires y 1.200 indios misioneros bajo la tutela del P. Segismundo Baur SJ. Casi un mes despus, octubre 5, cavan trincheras, pone la batera, hasta que el 11 logra abrir una brecha en las defensas portuguesas. Como la situacin es insostenible el gobernador Silva da Fonseca resuelve capitular el 30 de octubre, previa concesin de Cevallos de que poda proceder a la evacuacin con
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destino a Ro de Janeiro, sin hostigamientos, lo que ocurre el 2 de noviembre en naves ancladas en San Gabriel. Entregada la plaza, se pone en marcha el ceremonial, al que Cevallos siempre estuvo apegado, ese da forma oficiales y tropa en la Plaza Mayor, va hasta la Iglesia Matriz oficia misa y se canta el Te Deum, al da siguiente iza la bandera de Espaa en la plaza de Colonia como emblema de la conquista militar. La clsica sudestada desatada sobre el Ro de la Plata el 11-12 hace naufragar varias embarcaciones portuguesas, pereciendo tripulantes, tropa y civiles, pero el resto de 17 navos, puede seguir hacia el E el 16 de noviembre sin tropiezos. La guerra entre Espaa y Portugal del 18 de mayo al 3 de noviembre de 1762, convierte a esta ltima corona en dependiente de Inglaterra mucho ms que antes. El 6 de enero de 1763 llega a la Colonia el navo ingls Lord Clive bien artillado con 64 caones, bajo mando del Almirante John Mac Namara, 6 bergantines, la fragata Ambuscade, el navo Gloria y varios transportes con 600 hombres a bordo. Se da la orden de ataque contra la plaza, pero inesperadamente para los ingleses la respuesta de las bateras de tierra espaolas son tan contundentes que incendiaron la nave capitana, producen numerosos muertos y heridos incluso el Almirante, y la Lord Clive se hunde frente al puerto, adems se hacen numerosos prisioneros ingleses. Pero en el Ro de la Plata la lucha recin empieza y Cevallos, revisando la historia le pareci que seguan teniendo valor las ordenes que Felipe V haba dado ya en 1717 al entonces gobernador Bruno Mauricio de Zabala, tan insistentes como la de poblar Montevideo y Maldonado en la Banda Oriental, aprovecha fundar hacia el E., de una vez por todas, San Carlos, fortalece las defensas de Maldonado y sigue con sus tropas por la franja costera en direccin O-E, hasta apoderarse de los fuertes de Santa Teresa, San Miguel y termina en San Pedro, que era posesin portuguesa. Dice un documento del Archivo Biblioteca Nacional ( Rio de Janeiro): Marchou (Cevallos) sobre a fronteira do Rio Grande; tomou a forte das Angusturas (San Miguel) em 18 de abril de 1763, e apossou-se de todo o territorio a S. do Rio Grande, e inclusive a povoao deste nome e proseguira em sua conquista. Termina diciendo: O Tratado do 10 de Fevereiro de 1763, em que intervieram Portugal, Espaa, Frana e Inglaterra, foi entregie pela terceira vez a praa da Colonia a o governador nomeado coronel Pedro Jos de Figueiredo Sarmento em 27 de Outubro de 1763. Aunque la paz es impostergable, las consecuencias inmediatas no son favorables a Espaa si tenemos en cuenta que debe entregarle a Portugal la Colonia del Sacramento y pierde Menorca, aunque recibe La Habana y Manila, en tanto Inglaterra toma Canad y Florida. En Aranjuez se firma la Real Cdula ordenando a Cevallos su devolucin el 9 de junio que se efectiviza en los ltimos das de setiembre y en los hechos al asumir el nuevo gobernador, teniente coronel de infantera Pedro Jos de Figueiredo Sarmento el 27 de diciembre de 1763, se firma un acta en que Cevallos deja constancia de la entrega de la Colonia en tiempo, forma y sin ningn reclamo por el gobernador portugus. Digamos que el Gral. D. Pedro de Cevallos quien participa activamente en las gestiones de fijacin de lmites, segn consta en la correspondencia cursada por l con el marqus de Valdelirios, y con el ministro Julin de Arriaga, fue un brillante militar fiel a las rdenes de Madrid pero con una capacidad de maniobra ejemplar que fue su llave de xito. Desde 1764 hasta 1776 entre Espaa y Portugal se mantienen fuertes enfrentamientos adems por la Colonia del Sacramento, tambin por la expansin cada vez ms firme en las antiguas tierras espaolas de Ro Grande. Ni el gobernador Francisco de Paula Bucarelli ni Vrtiz consiguen frenar militarmente la usurpacin. Por su parte se sabe que el ministro Pombal alienta las tropas que estaban en Brasil a la orden del Teniente General Juan Enrique de Bohm a consumar a vistas y paciencia de todas estas acciones en beneficio de Portugal.
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Por ltimo, referencia a varios sucesos ocurridos en esa dcada en el Ro de la Plata y previos a la formalizacin de la expedicin punitiva contra los portugueses ordenada por Carlos III segn consejo de sus ministros, ante el cariz agresivo que esta tomando la presencia de tropas portuguesas desde San Vicente hacia los territorios castellanos del norte de la Banda Oriental. As el 16 de enero de 1765 la Corte de Lisboa reclama aduciendo la violacin de Tratados y derechos adquiridos, la devolucin de las islas de Martn Garca, San Gabriel, las Dos hermanas, y todo el territorio de Rio Grande de San Pedro, pero el ministro Grimaldi rechaza de plano tal despropsito. Bucarelli con rango de Tte. Gral. de los Ejrcitos Reales toma en 1766 la gobernacin del Ro de la Plata, en tanto el Cnel. Agustn de la Rosa, nombrado gobernador de Montevideo en 1764 sigue en su cargo y queda confirmado Fulgencio de Yegros y Ledesma al frente del de Paraguay. Decisiones administrativas de Madrid le dan al puerto de Montevideo en 1770 la jerarqua de terminal del Sur lo que obliga a los barcos procedentes de El Callao y otros del Pacfico, si regresan por el Atlntico a entrar obligatoriamente en el mismo y a partir de ahora como escala permanente en su hoja de ruta. En ese ao Bucarelli ordena la reorganizacin poltica de los pueblos misioneros en cuatro regiones: Candelaria, San Miguel, Santiago y Yapey. Cumpliendo ordenes Vrtiz al mando de 500 veteranos y cargando algunas piezas de artillera que resultan insuficientes, sale desde Montevideo hacia el E. hasta llegar a Santa Teresa, donde hace levantar un fuerte en noviembre de 1773. Impedido de seguir la guerra a gran escala como hubiese sido conveniente, por falta de tropas, armamentos de todo tipo y bastimentos mnimos, abadona la lucha aunque logra derrotar a una divisin portuguesa en la frontera con la Banda Oriental, sin lograr el objetivo propuesto que era la reconquista de los territorios usurpados por Portugal en las vecindades de San Pedro en el S-E del Brasil. Pero el ao clave es 1776, si tomamos como primer acontecimiento el que los portugueses toman en marzo el fuerte de Santa Tecla mientras que una escuadra con 9 navos bien artillados atacan las posesiones espaolas de Rio Grande do Sul, apoderndose de la villa de San Pedro. El 12 de junio Vrtiz recibe noticias de la ruptura de Espaa y Portugal y por Real Orden firmada el 1 de agosto Carlos III marca los lmites, de la jurisdiccin de Buenos Aires, Paraguay, Tucumn, Potos, Santa Cruz de la Sierra, Charcas y el Corregimiento de Cuyo extendido hasta La Paz. El 9 de ese mes se funda el Apostadero Naval de Montevideo segn orden firmada en San Ildefonso, que le da importancia para la defensa del ro de la Plata y el Atlntico Sur comprendiendo Malvinas, que como era sabido en 1768 las fuerzas navales y de tierra espaolas bajo rdenes de Bucarelli haban desalojado a los ingleses de puerto Egmont, asunto resuelto en forma pacfica al ao siguiente. Es en 1776 que prosiguiendo con la poltica de rescatar el Ro de la Plata militarmente, Espaa organiza una poderosa fuerza naval al mando del marqus de Casa Tilly con 22 navos artillados y 97 transportes de tropa y artillera. Esta es una prueba ms que beneficia nuestra hiptesis de que las grandes decisiones siempre fueron tomadas en Madrid y en Lisboa y solo las de menor cuanta y obedeciendo a circunstancias puntuales, pero que nunca incidieron en la historia ni poltica, ni militar de la Colonia, fueron tomadas en Buenos Aires y en Rio de Janeiro. D. Pedro de Cevallos que por mritos y con justicia es nombrado Primer virrey del Ro de la Plata en 1776 comandante del ejrcito y toma bajo su responsabilidad la estrategia de toda la operacin. En la Colonia el gobernador portugus que segua siendo Francisco da Rocha Pita que haba asumido el 25 de marzo de 1775, recibe informes confidenciales desde Rio de Janeiro, a su vez provenientes de la capital del reino de lo que estaba ocurriendo en Madrid. Sabemos que el marques de Pombal como siempre estuvo atento a que conducta a seguir y que se hizo responsable de la consecuencia de cualquier decisin apresurada, optando por un medio expeditivo que fue
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enviar al marqus de Lavradio precisas instrucciones de cmo proceder ante la llegada de la expedicin de Cevallos y pusiera sitio a la plaza, como era noticia pblica en Madrid. Lo hizo con una carta confidencial que da prueba de una inteligencia superior como diplomtico lusitano en un tiempo crucial para el destin de la Colonia del Sacramento, cuando los embajadores portugueses en Madrid saban de buena fuente que se preparaba una enorme y costosa operacin al Ro de la Plata, no slo para conquistar la Colonia, sino para seguir hasta las tierras de Rio Grande do Sul, y as se lo comunican al Rey. Si se examina la lectura lineal de las instrucciones se encuentra con toda naturalidad la expresin ms refinada de un hombre sagaz, directo en su lenguaje, sustantivo en los juicios que sabiendo lo que iba a ocurrir inexorablemente, haba que sacar el mejor partido posible para los intereses de Portugal. El documento se divide en seis puntos a saber: 1- Dada las circunstancias, se debe mantener en equilibrio hasta que sea posible la posicin militar y no contando con apoyo ni naval ni de fuerzas de tierra desde Ro de Janeiro, salvar los navos que estn en la regin para evitar su captura. 2 - La expedicin que saldr de Cdiz a cuyo frente como sabemos estar D. Pedro de Cevallos, est preparada y ser implacable en obtener resonantes triunfos militares en contra nuestra. 3 - Ser necesario preservar las fuerzas de tierra y evitar un desastre, para eso hay que argumentar que habr un regimiento de recambio ms disciplinado y mejor equipado, engaando a los espaoles con la partida de algunas fuerzas. 4 - Simular una defensa, pero entregar la plaza con la mayor dignidad, el menor riesgo,hacerlo bajo protesta y poniendo de relieve la violencia con que "os castelhanos" intentan tomarla por la fuerza y sin respeto por las vidas humanas. 5 - Recordar que por el Tratado de 1763 "que se acha em vigor" (Art.21 ) los vnculos oficiales entre ambas coronas son de paz y de volver las cosas como antes. 6 - Destruir toda la documentacin existente tanto oficial como privada "comprometedora" para que no caiga en manos enemigas y lleguen a saber que estamos dispuestos a rendirnos antes que ser militarmente derrotados y polticamente humillados en Europa. Como se lee en el texto directamente, salvar con prudencia y al menor costo lo ms posible, pero habr otras instancias sin duda que favorecern como otras veces la poltica lusitana en el mundo y la diplomacia estar en la primera fila. Militarmente la Colonia era insostenible, las cajas reales deficitarias, la alimentacin era tan escasa que solo se coma pescado fresco, pan con la harina de la molienda local y algn vacuno faenado. En un plano ms general al de la Colonia parece que haba llegado la hora de poner fin a las imparables incursiones militares paulistas en el sur y a los reclamos diplomticos en Europa. La expedicin naval y de fuerza de tierra combinadas, con destino al Ro de la Plata, que parte de Cdiz el 13 de noviembre de 1776 se tuvo presente este doble objetivo que se calculaba tendra respuesta antes de terminar 1777. Despus de pasar la isla Ascensin, 17 de enero, las naves ponen rumbo al puerto de Ro de Janeiro para seguir hacia el sur. El 20 de febrero anclan frente al puerto en Punta Grossa en Santa Catalina, y en rpida maniobra, das despus la tropa estaba en la plaza donde casi sin lucha el gobernador portugus abandona el paraje el 27 de febrero, dejando buen material de artillera en poder de los espaoles. La flota portuguesa que comanda el almirante Mac Donald, eludi el enfrentamiento y regresa a refugiarse en puerto seguro como el de Ro de Janeiro- Cevallos, una vez ms afirma las defensas del territorio recuperado en Rio Grande do Sul y da por finalizada la primera parte de la operacin de tierra, y retoma la segunda que era con la armada disponible, por haber sufrido las consecuencias de un fuerte temporal en el golfo de Santa Catalina, entra en el cabo de Santa Mara y ya en pleno Ro de la Plata, toma rumbo E.O. apenas haciendo escala en el puerto de Maldonado por donde pasa el 15 de abril, sigue de largo por el de Montevideo y toma posicin de combate en la isla de San Gabriel. Con todo su poder en regla, dispuesta la tropa en posicin, la artillera apuntando al objetivo, emprende el sitio a la plaza para en forma ordenada tomar la Colonia del Sacramento, evitando riesgos innecesarios.
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Asediada desde el 22 de mayo, sta cae el 3 de junio de 1777, tal como lo haba previsto Cevallos. Entonces pone en accin la tercera y ltima parte de su plan estratgico elaborado en Madrid: toma camino con rumbo O.E. dirigindose a Maldonado donde rene sus fuerzas el 10 de agosto, descansa apenas, se aprovisiona de vveres y agua dulce, repasa su armamento de mano y la artillera mvil, para seguir en las mejorers condiciones de combate hacia el fuerte de Santa Teresa, 28 de agosto, y luego hacia ms el E., cuando recibe la noticia del cese de hostilidades, al firmarse el Tratado de San Ildefonso, lo que inform, se dice que con gran dolor a su ejrcito el 4 de setiembre brevemente los acontecimientos militares, que por sus informantes conoce. De inmediato la corte portuguesa va Rio de Janeiro, medita sobre sus consecuencias, pesa el riesgo de un enfrentamiento armado a escala internacional y actuando con prudencia acepta los hechos y deja constancia con slo protesta formal para salvar el honor de la corona y de los militares que enfrentaron a Cevallos en la Colonia. El gobernador de la Colonia D. Francisco Jos da Rocha Pita, ante una situacin crtica frente al asedio y sin contar con ningn apoyo desde Rio de Janeiro, al contario negndoselo por falta de medios, le pide a Cevallos una capitulacin honrosa atento a la jerarqua de su rango militar de Comandante en Jefe de las fuerzas portuguesas sitas en la Banda Oriental. Cevallos duro en su respuesta le niega los derechos a la capitulacin y le exige la entrega de la plaza en tiempo y forma cumpliendo y haciendo honor justamente al ser el militar portugus de mayor jerarqua. Por el manifiesto que hice el 20 de Febrero de este ao al Comandante de la Isla de Santa Catalina, Antonio Carlos Hurtado de Mendoza, debo suponer que todos los gobernadores y comandantes portugueses dependientes del Virreinato del Brasil estarn desde hace muchos das instruidos en las justas causas conque el Rey mi Seor se ha dignado enviarme a estas regiones, a tomar satisfaccin de las injurias que las armas del Rey Fidelsimo han cometido contra los dominios, vasallos, tropa y pabelln espaol, abusando de la moderacin, magnanimidad y escrupulosa buena fe del Rey. Con todo para que el Seor de la Colonia no pueda alegar ignorancia, le remito en esta carta un duplicado del mismo manifiesto, intimndole al mismo tiempo la rendicin y entrega de la plaza y de la isla de San Gabriel, con sus municiones y artillera, armas, pertrechos, como tambin de las embarcaciones que hay en el puerto con todos los caudales y efectos que hubieren en ellos, y los que se hallasen en la plaza y la isla citada, manifestado al mismo tiempo las minas que hubiere dentro y fuera del recinto de la plaza, todo en el trmino de 48 horas, sin ocultacin ni menoscabo alguno, y por inventario que habr de tomarse con intervencin del Intendente del ejrcito, en la inteligencia que de no cumplirlo todo de buena fe en el trmino dicho, ser responsable de las desgracias que son inevitables en las plazas tomadas por fuerza. Campo delante de Colonia, 2 de Junio de 1777". Gral Pedro d Cevallos. Cevallos llega a Buenos Aires el 15 de octubre de 1777 y en la ceremonia que preside el Alcalde de primer voto, quien traza el elogio de su persona al estilo retrico del momento, D. Pedro con breves palabras, que constan en las Actas Capitulares contesta de esta forma: Seores: Las expresiones de reconocimiento que V.SS me hacen por los servicios hechos al Rey desde luego son muy propias del amor y fidelidad que innatamente le profesan a S.M. y por ello les doy las gracias en su Real nombre, asegurndoles que por mi parte no desistir jams de concurrir al beneficio de esta Ciudad a cuyos adelantamientos he propendido siempre y continuar en cuanto dependa de mis facultades. Si su gestin como gobernante de Buenos Aires y activo militar en la lucha contra los portugueses es encomiable, como virrey se distinguir por los cambios econmicos, su probidad administrativa, su moral incorruptible, hasta el 26 de junio de 1778, cuando despus de entregar el mando a su sucesor, D. Juan Jos de Vertiz y Salcedo, regresa a Espaa, con la salud quebrantada y fallece en Crdoba el 26 de diciembre.
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Montevideo 1717-1730 El 13 de noviembre de 1717 el rey Felipe V insisti ante el gobernador de Buenos Bruno Mauricio de Zabala para que fortifique Montevideo, ante noticia s de que los ingleses puedan apoderarse del puerto como base de comercio con Buenos Aires, y al respecto dice que: Las malas consecuencias que podran resultar pues podran incomodar o interrumpir el comercio con ese puerto y causar otros muchos daos. Si esto era una Orden nunca fue acompaada en darle a Zabala los medios militares ni apoyo para resolver el proyecto. Tres aos dspus insiste en forma muy concreta como dice en este documento: Yo el Rey Brigadier D. Bruno Mauricio de Zabala, mi gobernador y capitn general de la Ciudad de la Trinidad y puerto de Buenos Aires, en la Provincia del Ro de la Plata. Hallndose D. Baltasar Garca Ros, sirviendo ese gobierno en interino, particip en cartas de 16 de enero y 11 de febrero de 1717 que en ejecucin de lo prevenido en reales cdulas de 26 de enero de 1716, haba hecho entrega de la Colonia del Sacramento en 11 de noviembre de dicho ao de 1716 al maestre de campo D. Manuel Gmez Barboza, que con poderes bastante haba ido con alguna gente para ello, si bien despus haba introducido Barboza pretensiones a fin de que se declarase el lmite, que se destinaba a este territorio; pero que no se haba determinado a ello por no expresarse en las citadas reales cdulas, ponderando los inconvenientes que resultaran, as a mi real servicio, como esas provincias, de que los portugueses consiguiesen la extensin que solicitaban, no debindoseles permitir ms, que lo que les estaba sealado por el cap. 6 del tratado de Utrecht, que se reduca a la Colonia y territorio que cubra su can: que era lo mismo que tenan cuando se les desaloj de ella. En inteligencia de todo se os previno por real cdula de 18 de noviembre de 1717, expedida por la va reservada, que os arreglseis a la instruccin, que con fecha del 12 de octubre de 1716 se os entreg en orden al modo de portaros con los portugueses, solicitando con eficacia impedir la comunicacin y comercio de Buenos Aires con los habitantes de la Colonia del Sacramento, sin permitirles ms territorio que el de un tiro de can de la plaza, como estaba prevenido por la citada instruccin y ordenado por despachos de 11 de octubre del mismo ao, expedidos al mismo gobernador interino, cuyos duplicados se os remitieron, procurando tambin en tomar la providencia que fuese necesaria para que ni Portugal ni otra nacin alguna se apoderasen ni fortificasen en los parajes de Maldonado y Montevideo; solicitan- do poblarlos y fortificarlos en la forma que pudiseis, en la inteligencia de que se encargaba al virrey del Per, cuidase mucho no slo de tener alistada puntualmente esta guarnicin, sino de aumentarla y proveer cuanto fuese necesario para la mantencin de dichos puertos, que se proponan fortificados; procurando vos usar y hacer usar a toda la guarnicin de esa plaza y vecinos de su jurisdiccin, los actos de la mayor urbanidad con los portugueses, agasajndolos en todo lo que no mirase a la usurpacin de terreno o contravencin de lo capitulado, sin permitirles la compra ni saca de gneros algunos aunque fuesen de bastimentos, usando siempre de la fortaleza y del celo con la cortesa de las palabras y operaciones y habiendo representado despus, en cartas de 10 de setiembre del ao 1717, 5 de abril y 11 de julio de 1718, los recelos con que estaban de que los portugueses intentasen extenderse y apoderarse de los expresados puertos de Montevideo y Maldonado y noticias que tenan de socorro de gente, pertrechos y otros gneros que esperaban; se consider que respecto de haberse prevenido por la citada real cdula de 13 de noviembre del ao de 1717 todo lo que se deba obrar en el caso que recelases, la cual no habras recibido, cuando escribiste las citadas cartas pues no haces mencin alguna de ella, no haba ms que repetir, como se os repitieron las mismas rdenes, por si acaso se hubiesen extraviado y reiterar bastantemente el encargo de que se fortificasen los sitios de Maldonado y Montevideo, como se encarg tambin al Virrey del Per para que atendiese con la debida puntualidad a dar cuantas providencias fueren necesarias y las pidieren los intentos de Portugal; a que aado ahora que el embajador de
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Portugal ha ponderado que no haba cumplido el Gobernador de Buenos Aires con la entrega de dicha Colonia en la forma capitulada, respecto tener guardias a fin de que no tuviesen los portugueses ms territorios, que aqullos que cubren la artillera de la plaza, sobre lo cual uno y otro ha hecho varias protestaciones, suplicando se asignen unos y otros lmites, de forma que en adelante ni los portugueses puedan entrar en las tierras de los espaoles, ni los espaoles en las de los portugueses a fin de evitar disturbios, que puedan acaecer: con cuyo motivo, y teniendo presentes todos los antecedentes de esta referencia, he resuelto que, por ningn pretexto se les permita cosa alguna, que exceda el uso de la plaza y territorio que cubre el tiro de can: pues no les toca otra cosa ni tienen derecho a intentarlo, con advertencia que el territorio de la Colonia del Sacramento, solo se debe entender lo que alcanza el tiro de una pieza de a 24 de bala, disparado de la misma plaza o lugar, a fin de arreglar de una vez este lmite y no otro ms. Os ordeno asimismo enve un oficia de vuestra satisfaccin, que reconozca la pieza con que se dispare, sea de a 24 y de las ordinarias, sin refuerzo particular, que no se le d ms carga que la que corresponde. (Azarola Gil, o.c. p.69-70) Zabala contesta su imposibilidad material de cumplir con tal orden, y en julio 4 de 1722 apela al apoyo del Cabildo de Buenos Aires para que convoque a los vecinos a poblar Montevideo, ofreciendo beneficios de tierras a quienes lo hagan. El 10 de mayo de 1723 en Aranjuez se firma una Real Orden por la que teniendo noticias de que los portugueses intentan poblar Montevideo, avisan al gobernador de Buenos Aires tomar las precauciones e impedir que ocurra, insistiendo en la fortificacin de la misma para que sirva de antemural defensivo contra la segunda. Ante la invasin del ejrcito de Manuel Freitas da Fonseca que el 22 de noviembre de 1723 ocupa el puerto de Montevideo, Zabala organiza retomarlo por las armas y lo logra, siguiendo instrucciones de Felipe V del 20 de diciembre, lo hace pacficamente. Como dijimos antes los portugueses se retiran bajo protesta y embarcan sus tropas el 19 de enero de 1724. Segn el historiador Rego Monteiro:"parte da culpa pelo fiasco de Montevideu debe ser imputada a Aires de saldanha que subestimou o poder dos espanhis de, em pouco tempo reunir um grande exercito atravs da convocao de colonos e indigenas , e tambm culpou ao governador por achar que o pequenho contingente de 150 homens que mandou ao Rio da Prata, somados ao reforo de 40 soldados de Colonia seram suficientes para vencer a resistencia dos castelhanos". Zabala por su comportamiento recibe el cargo de Tte. Gral., de los Ejrcitos Reales el 16 de abril de 1725. En noviembre de ese ao llegan los primeros pobladores oriundos de islas Canarias y de inmediato se hace el reparto de solares. El 26 de diciembre pone su firma al pie de este significativo documento.4
4
Auto del capitn General D. Brun Zabala para el establecimiento de la nueva poblacin de Montevideo. En la muy noble y muy leal ciudad de la Santsima Trinidad y puerto de Santa Mara de Buenos Aires a 28 de agosto de 1726 aos; el Excelentsimo seor D. Bruno Mauricio de Zabala, Teniente general de los Ejrcitos de S.M. Caballero de la Orden de Calatrava, y su gobernador y capitn general de estas Provincias del Ro de la Plata, dijo:- que por cuanto se halla S.E. con una Real Cdula de S. M., su fecha en Aranjuez, en 16 de abril del ao pasado 1725, por lo cual se sirve de aprobar la expedicin, que el ao antecedente se ejecut contra los Portugueses, que intentaron ocupar el puerto de S. Felipe de Montevideo como tambin la creacin y nueva planta de su poblacin, dando las gracias a todas las personas que concurrieron a dicha fundacin y en especial a esta ciudad, por haber concurrido con su vecindad a la sobredicha expedicin: y mediante que la nueva poblacin de aquel puerto es en conocida utilidad de esta ciudad y provincia, as para su mayor lustre y aumento, como tambin para seguridad y quietud de sta: impidiendo con ella a las naciones de Europa el que se apoderen de aquella tierra, tan til y necesaria para el bien de esta provincia: que por cuya razn se ha servido S.M. contribuir a su mayor aumento con 50 familias de gallegos y canarios, adems de 400 infantes para el aumento de esta guarnicin. Y siendo tan de la utilidad de esta ciudad el comercio que se debe esperar con la venida de galeones para este puerto, si se consiguiese la seguridad y poblacin desde Montevideo, pasa S.E. a proponer al Cabildo de esta ciudad cuan conveniente y del real servicio ser que las familias que se esperan de Espaa hallen otras del pas en aquel paraje, con quien comunicar y conversar inmediatamente que lleguen, y que para ello pongan de su parte el Cabildo los medios que tuviere por ms convenientes, en orden a conciliar a algunas familias de las muchas que vagan en esta jurisdiccin, sin tener tierras propias en que habitar, y tras que voluntariamente se quieran disponer a pasar a aquella poblacin. Para cuyo efecto, por lo que mira a esta Ciudad, podrn nombrar Capitulares, y por lo tocante
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El 20 de diciembre de 1729 cumple con las Leyes de Indias, Zabala procede a firmar ante testigos el Acta de Fundacin Jurdica de San Felipe y Santiago de Montevideo, cuyo texto transcribimos: En la ciudad de San Felipe de Montevideo a veinte de diciembre de mil setecientos veintinueve aos, Don Bruno Mauricio de Zabala, de la orden de Calatrava, teniente general de los reales ejrcitos, gobernador y capitn general de esta provincia del Ro de la Plata, por el rey nuestro seor don Felipe V. Por cuanto por real cdula de S.M. me dio facultad para el establecimiento, situacin y poblacin de esta ciudad y por su real despacho de 15 de julio del ao prximo pasado de 1728 se aprob por su real persona todo lo ejecutado en dicha fundacin, cuyo real despacho se inserta en este libro a continuacin de este auto y su original se pondr en el archivo de esta ciudad, para principio de cuaderno de las reales cdulas que fueren concurriendo en adelante, para la perpetua memoria de esta nueva fundacin y siguiente a la copia de dicho real despacho se seguir el nombramiento de alcaldes ordinarios y dems individuos para su Ayuntamiento. Y por cuanto la ley II del libro IV, ttulo 7 de las recopilaciones de Indias se ordena que en nuevas poblaciones el gobernador del distrito de ellas declare si la dicha poblacin ha de ser ciudad, villa o lugar; y teniendo como derecho declarado que esta nueva poblacin sea ciudad y que as est confirmado por S.M. y atento a la ley referida se ordena que, conforme a lo que declarare el gobernador, se forme el Concejo, Repblica y oficiales de ella y en conformidad de la ley XIX del mismo ttulo y libro en que se ordena que cumplido el nmero de los vecinos que han de ir a poblar, se elija de los ms hbiles, Justicia y Regimiento; y por que ya se halla cumplido el nmero de las cincuenta familias que S.M. destin para esta poblacin y han venido a ellas de las islas. Canarias. Ciudad en el referido alguacil mayor. Item que se nombre un alcalde provincial y otro de la Santa Hermandad, para la guardia y custodia de estos campos, como se acostumbra en las dems ciudades de este gobier no. Item. que se nombren dos regidores y en el uno recaiga el oficio de fiel ejecutor y en otro de depositario general, lo que declarar al tiempo del nombramiento de dichos oficiales; y declaro que estos oficiales, que por ahora he de nombrar, han de servir sus oficios por el trmino de un ao, que ha de empezar desde el da primero de enero y acabar en dicho da del ao siguiente, en que se junten en su Ayuntamiento y elegirn nuevos alcaldes y dems oficiales en el nmero y calidad que va referido en la forma y mtodo que se dar por auto que proveer para que se observe.(Ibiem p 152 ss). El 1 de enero de 1730 nombrado el primer Cabildo por un ao, comienza la actividad como capital de la banda Oriental con el nombre de San Felipe y Santiago de Montevideo. Esta fundacin jurdica fue la culminacin de la preocupacin permanente de Espaa por defender el dominio territorial de la Banda Oriental, cuyo primer asentamiento fue el precario Fortn de San Salvador en 1527 por el Cap. Antonio Grajeda cumpliendo rdenes de Caboto. En el tramo que nos queda decimos que la historia poltica sigue, as en 1741 se entabla la lucha de puertos entre Montevideo y Buenos Aires por el comercio activo del Ro de la Plata, cuando el primero con mejor calado para navos de porte recibe el privilegio para el destino final de lo negreros y con autorizacin para cargar cueros secos con destino a Europa. El 22 de diciembre de 1749 se crea por Real Cdula la gobernacin de Montevideo y su jurisdiccin y se designa al Tte. Cnel. Jos Joaqun de Viana como titular el que asume el cargo el
a la jurisdiccin en falta de stos, a las personas que le parecieren y fueren ms de su satisfaccin, para que corran todos los pagos, y al mismo tiempo tales personas, y los capitulares que se nombraren, hagan padrn, con individualidad de toda la vecindad de esta la ciudad y su jurisdiccin, sin exceptuar a nadie, con distincin de los sujetos francos y familias que se hallen en ella, y se han venido desamparando sus vecindades y domicilios; expresando de dnde son y qu tiempo ha que se hallan en esa ciudad y su jurisdiccin, por convenio al servicio de S.M. el que se ejecute esta diligencia en la forma que va expresada, y a las familias que se dispusieren a pasar a dicha poblacin se les har saber lo que por ahora se puede contribuir para su manutencin y bienestar. Y de mandato verbal del Excelentsimo Sr. Gobernador y Capitn General de estas Provincias del Ro de la Plata, firm la presente, en esta ciudad de Santsima Trinidad y puerto de Santa Mara de Buenos Aires, a 7 de diciembre de 1726 aos. En testimonio de veradad- Francisco de Merlo, -Escribano pblico y Gobernacin (Rela, Walter. Cronologa Histrica Documentada. V1 1527-1810, p. 147 ss)
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14 de marzo de 1751, que permanece en el cargo hasta el 21 de enero de 1773 en que por razones de salud renuncia al cargo. La corona nombra entonces como sucesor a Joaqun del Pino que seguir hasta 1790, pasando a virrey del Ro de la Plata desde 1801 hasta 1804. Gran parte del perodo de Viana que fue un gobernador ejemplar en la lucha entre portugueses y espaola es por la Colonia del Sacramento ya comentada y el desenlace de la puesta en vigencia a sangre y fuego del Tratado de Permuta: la guerra guarantica ya examinada. Digno de destacar es la fundacin del Apostadero de Montevideo el 9 de agosto de 1776, cuya funcin es la de vigilar y defender las aguas del Atlntico Sur con base en las islas Malvinas. El puerto de Montevideo era la base naval apropiada para tan importante como estratgico cometido.
Plano de Montevideo realizado en 1763 por el francs M. Pernetty - Fuente: REYES ABADIE- VZQUEZ ROMERO. Crnica general del Uruguay. Montevideo: Banda Oriental, 1981, p.407, V.1
13. INFLUENCIA EUROPEA EN LA HISTORIA DEL RO DE LA PLATA. Al ordenar cronolgicamente los sucesos europeos en el siglo XVII pretendemos fijar la base de la tesis, demostrando la dependencia de la Colonia del Sacramento con las coronas Ibricas en particular y con Francia e Inglaterra por su gravitacin en la poltica, la economa, la diplomacia y la fuerza militar en Europa. En lo que refiere a Portugal conviene insistir que desde 1641con el firme liderazgo de Juan IV renace la vieja lnea del expansionismo territorial que en el Ro de la Plata significa nada menos que apoderarse de toda la Banda Oriental para convertirla en apndice de la surea Capitana de San Vicente, con quien comparta lmites geogrficos.
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D. Pedro como dijimos antes en la Europa de 1681 publica un documento que justificabaque essas terras aproveitadas pelos castelhanos eran legtimos territorios portugueses. Adems anuncia sin poner freno a su poltica que de ser posible en un futuro cercano habra que tomar conta de Montevideu e a ilha de Maldonado, pontos estratgicos pela sua grande valimento, por que de acuerdo a la doctrina de sus antepasados no era sino volver las cosas a sus dueos naturales. De ah que con pleno conocimiento de beneficios y riesgos que est dispuesto a correr, en 1678 como dijimos en el captulo primero dio concretas instrucciones a Manuel Lobo para que procediese a organizar uma expedio a possuir Colonia do Sacramento. De modo que asentarse transitoriamente en una isla como la de San Gabriel, que es segn consta en Noticia e Justificamde 1681, de sua propriedade y de inmediato pasar a tierra firme en forma definitiva en la ribera N. del ro de la Plata, deja de ser una usurpacin militar para convertirse en defensa de legtimos territorios usufruidos sem direito pela Castilha. Dando cumplimiento al Tratado Provisional fue que el 25 de enero de 1683, el maestre de campo Duarte Teixeira Chaves, llega a la isla Grande de San Gabriel y se instala nuevamente en la Colonia del Sacramento, rehace las fortificaciones, aumenta el nmero de pobladores y la convirtiere en menos de dos dcadas en un prspero centro de comercio mediador entre el Janeiro y Buenos Aires. El 30 de enero de ese ao da aviso al gobernador de Buenos Aires Herrera y Sotomayor que al ocupar la Colonia lo haca segn legtimos documentos firmados por el rey de Espaa Carlos II, Reales Ordenes del 15 de julio y 12 de noviembre de 1681, cumpliendo con la clusula 9 del Tratado Provisional, sobre devolucin de la... y por tanto exiga que ste aceptara la misma. El gobernador en uso de sus facultades y cuidando las formalidades convoca a una reunin de las autoridades locales de las que recibe total apoyo militar. Como primera medida Herrera y Sotomayor enva al Tte. Gral. Juan de Pacheco de Santa Cruz a proceder con correccin a la entrega legal de las islas y de tierra firme en el O. la Banda Oriental lo que ocurre el 14 de febrero segn consta: Buenos ayres 1683. Joseph de Herrera y Sotomayor / Rubricado / Archivo General de Indias. Estante 76-Cajn 2-Legajo 22. (Signatura moderna Audiencia de Charcas, Legajo. 261) Como oficial de carrera que es tiene la firmeza militar necesaria, Duarte Teixeira Chaves maneja la plaza sin riesgos y para probarlo el 23 de abril firma las primeras cartas a su rey D. Pedro desde la Colonia do Sacramento dando muestras de sua satisfao pela legtima propriedade. Acompandolo desde Ro de Janeiro vino esta vez con el grado de teniente de Gobernador Cristovo Dornelas Abreu, que antes lo haba hecho en 1680 con Lobo pero como oficial de menor rango. Al retiro de Teixeira Chaves que regresa para ocupar su cargo oficial de gobernador de Rio de Janeiro, Dornelas ocup la gobernacin de la Colonia de 1683 a 1689 pero por ser titular fue ascendido y recibi el ttulo de Teniente de Maestre de Campo General. Lo curioso es que Portugal no aumenta las defensas de tierra por que slo dej 500 soldados con armamento corriente y no le prest apoyo naval ni de artillera. Destituido Dornelas por su probada conducta de ser contrabandista e pecultorio, D. Pedro II nombra gobernador el 15 de enero de 1689 a Francisco Naper de Lencastre cuya gestin se inici el 3 de julio de 1690 y dur hasta 1699. Su administracin se caracteriza por la probidad, la prudencia en la toma de decisiones, la preocupacin por transformar la vida comercial y social de la poblacin en un autntica colnia portugueza.(Documentacin en la Biblioteca Nacional de Lisboa/ Seccin Ultramarina) Con Naper de Lencastre comienza una autntica poltica colonialista, dejando atrs la factora fundada por Lobo y para eso pretende extender la regin hasta los arrabales de Montevideo. De acuerdo a un plan estratgico posible, proyecta construir un galpn para faena de bovinos, charquear carne y secado de cueros para mandar al Janeiro, sin importarle los limites territoriales que impone el Tratado Provisional.
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No fue as con los espaoles y aunque respetando la situacin Herrera y Sotomayor en 1682 refuerza el puesto fronterizo en el ro San Juan (5 leguas al N.), con una guardia de soldados trasladados desde Buenos Aires y cuya misin es de vigilancia para evitar que los portugueses robasen y faenasen vacunos fuera de los lmites territoriales fijados por el Tratado para la Colonia. (sic) En 1690 asume como gobernador de Buenos Aires Agustn de Robles, que dura hasta 1698 y hace una obra constructiva, adems de enfrentar a una armada francesa que pretende apoderarse del ro de la Plata, debe extremar los controles sobre el contrabando que los portugueses que hasta entonces a vista y paciencia de todos ejercan con grandes ganancias desde la Colonia o desde San Gabriel . Era normal cambiar azcar, tabaco, negros esclavos, vinos y licores, por harina, carne salada y plata negociada desde el Per que se les ofrece desde Buenos Aires. El 9 de mayo de 1691 Robles firma un violento edito contra el comercio ilcito y adems trata por todos los medios de resguardar la riqueza bovina de la Banda Oriental Colonia, que son tierras espaolas, alejando las reses a buena distancia de la Colonia portuguesa. Para eso pide el apoyo de los P. Jesuitas para proceder de igual forma en sus estancias del Alto Uruguay que estn protegidas por la distancia con el S.O. Naper de Lencastre reacciona contra este edito partiendo de la base: 1. que Portugal tinha os mesmos direitos que Espanha sob as terras da Colonia do Sacramento. Basado en este principio extendi por su cuenta y riesgo hasta las bocas del ro Rosario y del ro Santa Luca el trabajo de faeneros que adems de cueros y carne, llenan vasijas con sebo fundido y 2. Que sua administrao tinha probidade e decncia, lo que a la luz de la documentacin que existe es verdad. El 10 de enero de 1694 funcionan precarios ranchos donde se guardan cueros que luego cargan legalmente los barcos portugueses que llegan al puerto de Colonia y segn informa en una carta al rey D. Pedro, llegan a juntarse 6.000 de tima qualidade. En la misma insiste en la conveniencia de mantener a toda costa la Colonia en poder de Portugal, em o mesmo lugar y sin ninguna clase de reparos le dice:Con el comercio con los castellanos podr por este puerto entrar en nuestro reino mucha plataEl puerto es seguro y capaz para embarcaciones grandes y pequeas El espritu progresista de Naper con una firme visin de estadista, lo llev a dar un paso ms trascendente: negociar legalmente con los espaoles de Buenos Aires la plata del Potos ya que rechaza el objetivo atingir at o proprio morro, mais era possvel fazer trfico com os castelhanos por medios pacficos y legales. Es bueno conocer el informe que hizo a su corona, del que reproducimos la parte medular: Con el comercio con los castellanos podr entrar por este puerto /Colonia/ en nuestro reino mucha plata, cosa que no ocurrira por primera vez y as ahora est en suspenso con los apuros de este gobernador /Manuel del Prado y Maldonado/ pero quiz maana venga otro que incluso lo solicite porque siempre son ms los que atienden sus beneficios personales que los de su rey. (Rego Monteiro v. bibliografa) En ese tiempo Naper enterado de los planes militares que circulan en Rio de Janeiro para la toma de Montevideo y de Maldonado, los desaprueba por su dudoso beneficio y en cambio cada vez se afirma ms ante Lisboa de las bondades naturales de su Colonia en cuanto a clima, potencia en riqueza pecuaria y comercial por la proximidad con Buenos Aires, mientras que por el trabajo de chacra aspira a convertirla en una prspera regin agrcola Empieza con tanto xito que con una buena cosecha de trigo, los molinos se convierten en abastecedores de la poblacin y almacenan sobrantes, adems que las vides tradas de Portugal y plantadas en tierra de la Colonia dan sus frutos en forma generosa en calidad y cantidad. Tambin hay que reconocer que nunca descuida los asuntos religiosos, ni la evangelizacin, si bien mostr una particular desconfianza para con los jesuitas a quienes consider sus peores enemigos por defender intereses propios y que si se rompiesen las hostilidades con Espaa podra
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hacrseles mucho dao impidiendo la navegacin de la boca del ro Uruguay, paso obligado de Buenos Aires a las doctrinas, con 7 u 8 lanchas. Al contrario con los franciscanos es complaciente y les entrega una quinta en las afueras del centro poblado para que residan: para convento de sus religiosos, sin ningn inters que en ella se sirva a Dios y sigue: para sustento de dichos religiosos dejar un corral que tengo en ella con doscientas vacas, otro con cuatrocientas ovejas, cerdos, conejeras, palomares, carros y bueyes mansos y todas las casas exteriores y fbricas pertenecientes a dicha quinta. (Carta al Reverendo Padre Provincial, Colonia 15 de marzo de 1697).Documentacin en la Biblioteca Nacional de Lisboa/ Seccin Ultramarina) En un principio la explotacin pecuaria se hace a escala de auto abastecimiento, pero apenas a diez aos de fundada, es con Francisco Naper de Lencastre que se inicia una fecunda etapa de intensivo secado de cueros para remesar al mercado europeo que cada vez aprecia su valor, adems de iniciar experimentalmente la etapa del charque con carne bovina. 13.1. Negociaciones entre chancilleras. 1681-1778 Ac planteamos otra clave demostrativa de la validez de la tesis en cuanto que las cancilleras de Espaa y de Portugal influenciadas o no circunstancialmente por otras como Francia e Inglaterra, son quienes toman bajo su responsabilidad la redaccin de pactos, tratados o recursos, siempre como culminacin de desentendimientos polticos, fin de luchas militares y acuerdos comerciales. En todos los casos es en Madrid y en Lisboa donde se intenta cerrar un ciclo aunque a veces se abra otro ms complejo e imprevisible en sus consecuencias como en el caso del Tratado de Permuta de 1750 que desencadena la cruenta guerra guarantica. Adems hay que advertir que no siempre ambas o una de ellas respetan lo firmado o lo cumple parcialmente y en esos casos hay que volver sobre los pasos para evitar otra confrontacin blica bilateral o multilateral. Una breve resea histrica muestra que la diplomacia hispana y la lusitana antes de dirimir los asuntos relativos al Ro de la Plata, han tenido una actuacin frecuente, agotando las posibilidades de paz antes de pasar a mayores que los lleve a confrontacin blica con resultados inciertos. En la cronologa se registra la primera negociacin entre ambas cancilleras el 31 de octubre de 1411 al firmarse de comn acuerdo el Tratado de Aylln, por el que el rey de Portugal se libera de la tutela de Castilla. Cumpliendo con la tradicin de las "cortes europeas catlicas" como son Espaa y Portugal se recurre al Papa como rbitro y juez de jurisdiccin y derechos de acuerdo a la doctrina de que el Santo Padre puede disponer "PER SE" de los territorios que ocupan los infieles y entregar su dominio a los prncipes cristianos a cambio de que estos propaguen la Fe cristina en los mismos una vez conquistados. Lo referente a Tratados firmados entre Espaa y Portugal entre 1479 con Alcaovas y 1529 Zaragoza esta reseado en Bulas y Tratados, ahora corresponde entrar directamente en los que especficamente ataen a la Coloniadel Sacramento. Es uno de los captulos fundamentales de la historia poltica de la Colonia del Sacramento que comentaremos como corresponde. En general se distinguen por lo sutil, inteligente y concreto en su contenido, as como ambiguo en su lenguaje y de doble significacin, trabajo de los ministros de los reinos lusitano e hispano que desde temprana hora tienen que consolidar en seis Tratados fundamentados que por su orden son: Provisional de 1681, de 1701 confirmatorio del anterior, Permuta (1750), del Pardo (1761), San Ildefonso (1777) y por ltimo del Pardo (1778) que pone fin a la controversia entre ambos reinos. Como intermedio se reconocen cuatro documentos: el Acta de Garanta de la reina Ana de Gran Bretaa (Hampton Court, 1713), de Paz y Amistad (Utrecht, 1715), 1725 matrimonial entre el
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Prncipe D. Jos de Portugal y Da. Mara Victoria Infanta de Espaa, el de 1763 (de Pars) ratificacin del Tratado Definitivo con los Trminos de la entrega de la Colonia del Sacramento por parte de Espaa a Portugal. En su conjunto forman las piezas en que la diplomacia reconoce Finis coronat opus (el fin completa la obra), en cuanto a que en los textos de cada Tratado es donde los actores representando lo que entendieron como su responsabilidad defienden lo considerado legtimo bien Espaa, bien Portugal. De modo que los intereses de cada corona, muestran en todas las instancias las mejores dotes para una delicada misin cuyos resultados resuelven una disputa que va ms all de la regin platense. Los documentos citados son consecuencia de acontecimientos polticos inmediatos (Utrecht, el Convenio de Pars), donde los diplomticos luso-hispanos cumplen una actuacin destacada en funcin de los intereses propios, las alianzas circunstanciales, los apoyos de otras coronas. En este captulo, hacemos referencia solo a los cuatro ms significativos para la hiptesis que defendemos y que por orden cronolgico son: Provisional, Permuta, San Ildefonso y el de 1778. 13.1. A - TRATADO DE 1681. No cabe duda que la insuficiencia de datos aportados por los cartgrafos de la poca, enviados para el relevamiento de la regin, adems de coyunturas polticas y diplomticas, entorpecen las negociaciones, y se vuelve a Tordesillas, con la conclusin de que para Espaa la Colonia le pertenece, mientras que Portugal la defiende como seu legtimo direito sem discuo en el Tratado Provisional de 1681 Conviene detenerse en los protagonistas que participan de la firma de tan deplorable Tratado para los intereses espaoles, que demuestra a las claras el estado de decadencia poltico-militar bajo el reinado de Carlos II. Se firma en Lisboa el 7 de mayo de 1681 y los representantes por ambas coronas con poderes de plenipotenciarios, son por Espaa: el duque de Jovenazzo y por Portugal el marqus da Fronteira, el Duque de Cadaval, acompaado por el Obispo Fray Manuel Pereira con rango de Secretario de Estado. El 25 de mayo lo hace el propio rey de Espaa y figura tambin la firma del Consejero Real D. Pedro Coloma. Despus de firmado las negociaciones siguen y duran nueve meses, hasta el 2 de febrero de 1682 con reuniones en Badajoz y en Elvas, con el propsito de resolver pacficamente el pleito de demarcacin de los territorios de Amrica Meridional y en especial el de Colonia do Sacramento que es motivo de confrontacin. En esta oportunidad Espaa esta representada entonces por el Consejero de Indias D. Luis de Cerdeo y Monzn, asistido por consejeros y cosmgrafos y otro tanto hizo Portugal. Hay que destacar que si no se avanza y la situacin queda como en los trminos del tratado Provisional se imprime un folleto, cuya autora es del prestigioso Cerdeo y Monzn, caballero de la Orden de Santiago, del Real y Supremo Consejo de Indias y Juez Comisario Plenipotenciario. Tuvimos a la vista dos copias fieles que existen, una en la Biblioteca del Palacio Real de Madrid y la otra en el Departamento de Investigacin del Museo Naval de Madrid. Su ttulo completo es: Manifiesto Legal, Cosmogrfico e Histrico en Defensa del Derecho de su Majestad Catlica,.... sobre la situacin de la Colonia del Sacramento Que al margen Septentrional del Ro de la Plata embi a fundar el Serensimo Seor Prncipe Don Pedro, Gobernador y Regente del Reino de Portugal en el ao pasado de Mil seiscientos y setenta y nueve. Llama la atencin lo estipulado en los Arts. 5, 6 y 9 por lo explcito de las recomendaciones, que en el caso de los dos primeros es una clara alusin que no se repita la obra de los bandeirantes saqueadores y asesinos. Art.5. Los portugueses, que residieran en el sitio referido el tiempo que se ha declarado, se abstendrn de molestar, solicitara comerciar con los
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indios de las reducciones y doctrinas que son de la obediencia de Su Majestad Cathlica. Art.6. Su Alteza mandar averigar los excesos que se han cometido por los moradores de San Pablo en las tierras y dominios de Su Majestad confinantes y los castigar severamente, haciendo con efecto restituir y poner en libertad a los indios, ganados, mulas y dems cosas que se hubieren apresado... En el que sigue el asunto pasa por las limitaciones para comerciar entre s subditos de ambas coronas, segn residen en este momento. Art. 9Las prohibiciones del comercio por mar y por tierra, as de los castellanos en el Brasil como de los portugueses en Buenos Aires, Per y dems partes de las Indias Occidentales quedarn en su entera fuerza y vigor ; y en los transgresores se executarn las penas establecidas de uno y otro reynos irremissiblemente Pasan veinte aos y la situacin en el Ro de la Plata es de statu quo y recin en 1701 las cancilleras actan redactando un convenio que se celebra en Alfonsa el 18 de junio con un primer artculo concluyente: Deseando S.M. de Portugal manifestar al rey catlico cuanto ha apreciado el ver recaida la sucesin de Espaa en subrela persona y la grande estimacin que hace de su buena amistad y caunto procura interesarse en sus conveniencias y mayor seguridad de sus reinos y dominios, se obliga por este nuevo Tratado de Alianza a la garanta del testamento de Carlos II, rey catlico de Espaa, en la parte que mira a que su Majestad catlica suceda y posea todos los Estados y dominios que posea el dicho rey Carlos II; de suerte que , habiendo algn prncipe o potencia que mueva guerra a castilla o a Francia para impedir o disminuir la dicha sucesin, S.M. de Portugal negar sus puertos, as en este reino como en todos sus dominios a los vasallo y navos , ya sean de guerra o mercantes , de los tales prncipes o potencias de manera que no puedan tener en ellos ningn gnero de comercio ni de acogida; antes lo que vinieran a esos puertos sern tratados como enemigos de de la corona de Portugal. Esto es denunciado un ao despus, como consecuencia de la Alianza de Portugal con Inglaterra y por haber el rey D. Pedro demostrado su adhesin a la causa del archiduque austraco Carlos durante la guerra de sucesin espaola. En el Art. 14 que interesa a esta investigacin queda definida la posesin de Portugal: Y para conservar la firma amistad y alianza que se procura conseguir con este Tratado"S.M. Catlica cede y renuncia todo y cualquier derecho que pueda tener en las tierras sobre que se hizo el Tratado Provisional entre ambas Coronas el 7 de mayo de 1681, y en que se halla situada la. Colonia del Sacramento; el cual Tratado quedar sin efecto y el dominio de dicha Colonia y uso del campo, a la corona de Portugal como al presente lo tiene." En el texto portugus se lee: E para conservar a firme amizade e alliana que procura conseguir com este tratado , e tirar todos os motivos que podam ser contarios para este effeito, S.M. Catlica cede e renuncia. Pese a la letra, los hechos demuestran la fragilidad de aplicacin del Tratado, por cuanto como comentamos oportunamente el gobernador de Buenos Aires, D. Alonso de Valds Incln, cumpliendo rdenes del virrey del Per, y confiando la accin militar al sargento mayor D. Baltasar Garca Ros recupera la plaza en marzo de 1705. El 19 de agosto de 1713 en Hampton- Court se promulga el Acto de Garanta de Paz entre los reyes de Espaa y de Portugal, bajo Anna, pela graa de Deus, rainha de Gram-Bretahn, Frana e Irlanda, defensora da Fe...(el texto original est en latn ), donde se dice que: para restituir la tranquilidad a toda Europa...los reyes de Espaa y Portugal convienen las condiciones de paz...poniendo fin a la presente guerra...Espaa/ entregar la Colonia llamada del Sacramento u otra equivalente indemnizacin a voluntad del rey de Portugal... Pero las alternativas de las guerras en Europa, en las que estaban involucradas Espaa y Portugal en bandos opuestos, culminaron con la Paz de Utrecht, que representa para la primera profundos cambios polticos, econmicos y en el orden internacional, en lo que respecta a sus posesiones coloniales de las Indias. El 6 de febrero de 1715 se ajusta y firma el Tratado de Paz entre Espaa y Portugal en el ltimo de los Congresos de Utrecht, donde se declara una paz slida y perpetua entre Su Majestad Catlica, descendientes, sucesores, herederos...y su Majestad Portuguesa,etc... Por el Art. 6: Su
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Majestad Catlica no solamente volver a Su Majestad Portuguesa el territorio y Colonia del Sacramento, situada a la orilla septentrional del ro de la Plata, sino...todos os derechos de soberana... Por esta cesin, el Tratado Provisional quedara sin vigor alguno y la Colonia del Sacramento volvera una vez ms a poder de Portugal. La dinmica de los acontecimientos en el Ro de la Plata, demuestran que la fundacin jurdica de Montevideo en 1729, los asedios a Colonia en la dcada inmediata como es la ruptura de hostilidades en 1735 y el fracasado sitio del gobernador Salcedo todo quede como antes. As se resuelve en la paz firmada en Pars con la mediacin de Gran Bretaa, de Francia y de los Pases Bajos. Este convenio que se firma el 15 de marzo de 1737, consta de 5 artculos, referidos a la libertad de los presos, nombramiento de embajadores, rdenes reales para cese de hostilidades en Amrica, siendo los ms importantes el 3: que se expediran instrucciones (rdenes) por ambos gobiernos para que cesan las hostilidades contra la Colonia del Sacramento, el 4: que los negocios permanecieran all en el mismo estado que tuviesen al arribo de las rdenes y 5. que la suspensin de las hostilidades durara hasta que se ajusten definitivamente entre Espaa y Portugal sus diferencias con respecto a las Indias. Se firma expresamente como ajustamento das diffrenas entre as duas cortes Recordamos que es con el advenimiento al trono de Espaa, en 1746 de Fernando VI (casado en 1729 con D. Mara Brbara de Braganza, hija de Juan V], que la cuestin de lmites en el Ro de la Plata intenta tomar un rumbo firme. Negociaciones complejas, llegan a su fin, sustituyendo la antigua delimitacin ideal y arbitraria, por una positiva que honra a sus autores. 13.1. B - Tratado de 1750. Estamos en el texto definitivo del Tratado del 13 de enero de 1750, conocido como de Madrid o de Permuta, negociado entre el Ministro de Estado de S.M. Catlica, D. Jos Carvajal y Lncaster y el representante del rey de Portugal, el vizconde Toms de la Silva y Tllez. Es ratificado en febrero de 1750 y como se desprende de la lectura del artculo 1, marca la abolicin de los propsitos contenidos en la Bula del Papa Alejandro VI, el Tratado de Tordesillas, el de Zaragoza ( 1529), y por ltimo el de Utrecht. Como est explicitado en el Art.13 Espaa recibe con la Colonia del Sacramento los derechos exclusivos sobre navegacin en el Ro de la Plata segn su prdica una llave fundamental del comercio Inter-regional que tendrn puertos de salida a travs del Atlntico Sur para su produccin pecuaria del interior argentino y de la Banda Oriental y la aurfera potosina, que seran negociadas en mercados europeos. El Art.14 justifica el canje por los Siete pueblos de las Misiones Orientales y el 16 fija normas del traslado de los indgenas de las prsperas estancias y reducciones guaranes que los padres jesuitas haban fundado, con sus semovientes a la otro margen del ro Uruguay. En el Art. 15 donde se detalla la conducta de la entrega: Para mas plena seguridad de este tratado convinieron los dos altos contratantes de garantirse recprocamente toda la frontera y adyacencias de sus dominios en la Amrica meridional, conforme arriba queda expresado, obligndose cada uno auxiliar y socorrer al otro contra cualquier ataque invasin, hasta que en efecto quede en la pacfica posesin y uso libre y entero del lo que se le pretendiese usurpar ; y esta obligacin, en cuanto las costas del mar y pases circunvecinos ellas, por la banda de Su Majestad Fidelsima se extender hasta las mrgenes del Orinoco de una y otra parte, y desde Castillos hasta el estrecho de Magallanes; y por la parte de Su Majestad Catlica se extender hasta las mrgenes de una y otra banda del ro de las Amazonas Maraon y desde el dicho Castillo hasta el puerto de Santos. Pero por lo que toca a lo interior de la Amrica meridional, ser indefinida esta obligacin, y en cualquier caso de invasin o sublevacin, cada una de las dos coronas ayudar y socorrer la otra hasta ponerse las cosas en el estado pacfico. En el Art. 26 se establece que: Este Tratado con todas sus clusulas y determinaciones ser de perpetuo vigor
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entre las dos coronas, de tal suerte que aun en caso (que Dios no permita) que se declaren guerra, quedar firme invariable durante la misma guerra, y despus de ella, sin que nunca se pueda reputar interrumpido ni necesite de revalidarse; y al presente se aprobar, confirmar y ratificar por los dos serensimos reyes, y se har el cambio de las ratificaciones en el trmino de un mes despus de su data, antes si fuere posible. En fe de lo cual, y en virtud de las rdenes y plenos poderes que nos los dichos plenipotenciarios habemos recibido de nuestros amos, firmamos el presente tratado y lo sellamos con el sello de nuestras armas. Dado en Madrid, 13 de enero de 1750. Las esperadas bondades del Tratado de 1750 que pretenden resolver viejos pleitos que involucran la Colonia del Sacramento tiene que instrumentarse a travs de dos comisiones demarcadoras de lmites, una por cada corona, y para eso el 17 de enero de 1751, se le aaden cuatro artculos sobre instrucciones a ese efecto, y en el mismo da se firma por parte de los mismos representativos de S.M. Catlica y de S.M. Fidelsima, otro documento relativo a las cartas geogrficas que debern ser usadas por los comisionados. Numerosas dificultades se producen para que la funcin de los demarcadores pueda cumplirse a satisfaccin con la letra del Tratado, unas derivadas de las ya mencionadas dilaciones que los portugueses usan como arma diplomtica para su beneficio, otras como es sabido por la tenaz oposicin que tanto del ministro portugus Carvalho y el marqus de Pombal, quien adverta que no debera entregarse la Colonia del Sacramento a ningn precio. De ah que la corte portuguesa presione para que se insertase un captulo en que se defina concretamente que ante la eventual resistencia de los jesuitas, que involucra a los guaranes cristianizados, al fiel cumplimiento del Tratado se les fuerce usando las armas si fuese necesario. Esta actitud tan dura, no tiene eco en la corte espaola, debido al catolicismo del rey Fernando VI, la clusula finalmente aunque da vueltas en la cercana del monarca no es incluida pese ya que de eso depende la ratificacin del Tratado, que sin embargo se disimula y se firma lo mismo. De todos modos, el Art. 3 del documento sellado el 17 de enero de 1751, demuestra la solidaridad de ambas coronas en cuanto a los procedimientos a seguir en caso de que los indios se opongan pacficamente a un traslado de sus tierras actuales. Consecuencia de esto es la guerra guarantica y el comportamiento que les cupo a los jesuitas durante todo el proceso de evacuacin de los pueblos guaranes del que hablamos. Digamos algunas cosas al respecto: en las comisiones demarcadoras, tiene relevancia otro aspecto propio de la era de profundizacin del conocimiento cientfico en general y en particular la regin platense en este caso, dejando valiosos testimonios, pero tambin en aquellos donde debe intervenir la diplomacia o las fuerzas militares, para resolver problemas no siempre derivados de una correcta interpretacin de sus cometidos, sino de situaciones de hecho que se pretenden convertir en derecho. La Comisin espaola est presidida por el marqus de Valdelirios, Consejero de Indias, nombrado por el rey D. Fernando VI como jefe, quien lleg a Buenos Aires a bordo de la fragata Jasn el 17 de febrero de 1752. Entre otros miembros conspicuos que integraron esa comisin, estuvo el alfrez de navo, el andaluz, D. Francisco Jos Millau y Maraval, que habiendo sido alumno de Jorge Juan y Santacilia, se ocupa de los aspectos cartogrficos y adems escribi un libro: Descripcin de las provincias del Ro de la Plata..., el capitn de fragata D. Manuel Antonio Flores, tambin de distinguida actuacin y que dej en la famosa carta al marqus de Valdelirios de agosto de 1756, sagaces observaciones sobre la regin que le es asignada para su mensura; D. Francisco de Arguedas, Atanasio Varanda, Juan Marrn, Ignacio Mendizbal y Alonso Pacheco Sols, todos los que participaron con celo y disciplina en un lapso de casi diez aos (17521761), los altos cometidos que le confiara la corona de Espaa. Consecuencia de los escasos avances y de las repetidas controversias provocadas por los portugueses y que los espaoles consideran como actos de "mala fe" fue que D. Julin de Arriaga enva nota al gobernador de Buenos Aires, D. Pedro de Cevallos, ponindolo en antecedentes de que S.M. "vista la conducta de los portugueses: ha resuelto que vuelvan las cosas a su antiguo estado" la que firma en Madrid, el 24 de junio de 1760.
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A su vez los lusitanos se defienden diciendo que: os Hespanes attribuisem ao Marquez de Pombal a annullao do tratado de 1750., e bem sabido que foi a Espaa quem a promoveu, arrepentida de haver concordado a fronteira como o Rio Grande do Sul estipulada nesse tratado. Otra vez argumentan sobre el derecho legtimo de Portugal sobre las tierras de los Siete Pueblos de Misiones por descobrimento e adjudicao dos tratados y recurrieron una vez ms a la letra del Provisional de 1681 y a la Justificam....tan difundida. En todo caso siguen diciendo que la corona portuguesa perdeu opportunidade para fazer sua por todos os meios (militares, diplomticos?) a margen septentrional do Rio da Prata. (Archivo Biblioteca Nacional, Rio de Janeiro). Lo cierto es que el 19 de setiembre de ese ao, hubo otra comunicacin a Cevallos, en que se le dijo que el Tratado de 1750 quedaba sin efecto por decisin del rey Carlos III y se le dio instrucciones para proceder de acuerdo a las circunstancias. D. Julin de Arriaga (Teniente General de la Real Armada y Secretario del Despacho de Marina e Indias), insisti en las dos comunicaciones a Cevallos (enero 26), advirtiendo que dichas rdenes expresan un comn acuerdo de las partes. Ese mismo da, Cevallos con la diligencia que lo caracterizaba hizo saber al P. Superior de los jesuitas Jaime Pasino la orden recibida, para que ste la trasmitiese a los Cabildos de los Siete Pueblos. La situacin estaba liquidada y el rey D. Carlos III, celebr con D. Jos I, el Tratado firmado en el Pardo el 12 de febrero de 1761, que anulaba in totum el de 1750. En el Art. 1 qued expresamente comprendido que se volva a los trminos fijados en Tordesillas y en el de Utrecht. Cuando el rey de Espaa firm con la monarqua francesa el Pacto de Familia (1761), provoc que Portugal se aliara inmediatamente con Inglaterra. La corte espaola instruy a D. Pedro Cevallos para que atacara la Colonia del Sacramento, la reconquistara y emprendiera campaa militar a sangre y fuego contra las tierras de San Vicente al sur del Brasil, antigua posesin espaola "rapiada por los portugueses". Pero la Paz de Pars del 10 de febrero de 1763, la fren por un artculo bsico cuyo texto deca: "Art. 2. Las tropas Espaolas y Francesas evacuaran todos los territorios, campos, ciudades, plazas y castillos de su Magestad Fidelsima en Europa, sin reserva alguna que puedan haberse conquistado por las armas de Espaa y Francia; y los volvern en el mismo estado en que se hallaban cuando se hizo su conquista, con la misma artillera y municiones de guerra que en ellos se hallaron; y en cuanto a las colonias portuguesas en Amrica, Africa o en las Indias Orientales, si hubiese sucedido en ellas alguna mudanza, se volver todo a poner en el mismo pie en que estaba, y con forme a los tratados anteriores que subsistan entre las Cortes de Espaa, Francia y Portugal antes de la presente guerra, (tratado firmado en Pars a 10 de febrero de 1763). Plenipotenciarios: por parte de Espaa, Marqus de Grimaldi, su embajador extraordinario, por parte de Francia, Duque de Coiseul, por parte de la Gran Bretaa, Duque de Bedford, por parte de Portugal, Mello y Castro, embajador en Francia. Esto obliga a Espaa a restituir la Colonia por lo que los portugueses entran en la plaza el 24 de diciembre de 1763. Nuevas situaciones blicas transcurren en los cuatro aos siguientes a raz de las Instrucciones secretas del marqus de Pombal, y de la reaccin de Cevallos que cuando llega a la fortaleza de Santa Teresa se entera del acuerdo preliminar de lmites del 1 de octubre de 1777, en que le cupo principalsimo papel por Espaa, al conde de Floridablanca. 13.1. C. Tratado de San Ildefonso (1777). Este tratado intenta resolver la necesidad imperiosa de entablar negociaciones pacficas entre Espaa y Portugal, relativas a sus posesiones en la Amrica Meridional, ante el fracaso del Tratado de Pars. La muerte del rey Jos I el 23 de febrero de 1777, y la ascensin al trono de su hija Mara, con la consecuente cada del marqus de Pombal como ya dijimos, dio margen a D. Carlos III para lograr un entendimiento con su sobrina, flamante reina de Portugal.
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As llegamos al Tratado de San Ildefonso, que consta de 25 artculos, acompaados de 7 clusulas secretas, y que conducirn a negociaciones concretas sobre tres puntos capitales para la estabilidad tan necesaria, de ambas coronas, en una Europa polticamente conflictiva. El primer artculo afirma una alianza estable y perpetua, que no se haba logrado con los anteriores, el segundo se refiere al comercio, y el ltimo definitivo o duradero, a los limites a realizarse sobre estudios en la regin en litigio. El Tratado de San Ildefonso, se firma el 1 de octubre de 1777 y es ratificado por S.M. Fidelsima el 10 de octubre y por S.M. Catlica el 11 en San Lorenzo. De su lectura se extrae como conclusin que la Colonia del Sacramento sigue siendo "una espina clavada en la garganta de la Amrica espaola desde 1680 ahora (Art. 3), vuelve a poder de Espaa. Tienen significacin: el Art. 13 en cuanto atiende a la navegacin de los ros de frontera para uso comn, el 17 para combatir el contrabando, el 20 que propone una slida paz y amistad y por ltimo el 22 indicando la expresa voluntad de S.M. Catlica de "restituir y evacuar la isla de Santa Catalina y alrededores. Sigue en reciprocidad: Y su Majestad Fidelsima en correspondencia de esta restitucin, promete que en tiempo alguno sea de paz o de guerra en que la corona de Portugal no tenga parte (como se espera y desea) no consentir que alguna escuadra o embarcacin de guerra o de comercio extranjeras entren en dicho puerto de Santa Catalina o en los de la costa inmediata.... En otro Art. se ajustaron otros problemas de litigio en cuanto armada y ejrcitos, (Art. 23), y es con nimo positivo que lo firman el conde de Floridablanca y el ministro portugus de Sousa Coutinho. Como en los otros tratados, ste tampoco llega a ejecutarse por cuanto las necesarias medidas que deben complementarlo, tales como el buen funcionamiento de las comisiones demarcadoras, no logran en la prctica perfeccionar el texto aludido para su fiel cumplimiento, con lo que tal vez se hubiese conseguido la paz. En cuanto a las proyectadas tres negociaciones a que aludimos antes, se concretan en una sola, que inclua la amistad, el comercio, la neutralidad y la garanta mutua, lo que ser firmado en el Pardo el 11 de marzo de 1778, y ratificado el 24 de ese mes. En sntesis, se garantizaban recprocamente no luchar uno contra otro por sus territorios ultramarinos, ni permitir paso tanto por sus tierras o puertos a terceros, que estuviesen en conflicto, trminos a los que se adhiri Francia el 16 de julio de 1783, en documento firmado en Madrid. El Art. 4 que asegura la mutua garanta, prevista en el Art. 15 del tratado de 1750, adquirir importancia, cuando Espaa entre en guerra con Inglaterra, a raz del apoyo que aquella prest a los insurrectos americanos de las colonias inglesas de Norteamrica. 13.1. D. Tratado de 1778. Beneficia a Espaa con la incorporacin de otras posesiones como la isla de Fernando Po y la de Annobon, que tenan su valor por el trfico de esclavos. Conviene anotar que la puesta en vigor del Tratado, queda en manos de los representantes de los reyes de Espaa y Portugal en la Amrica Meridional, que fueron D. Pedro de Cevallos y el marqus de Lavradio, virrey del Brasil. El 21 de enero de 1778, el marqus de Lavradio recibe los instructivos que le trasmite a Cevallos, al da siguiente, hacindole saber, adems, que tena copia de los que la corte espaola le remiti a l. De momento hay tres problemas a sustanciar: 1- entrega de la isla de Santa Catalina, 2cambio de prisioneros, 3- puesta en marcha de la demarcacin a travs del trabajo de las comisiones respectivas. Respecto a lo ltimo, Cevallos es concreto y ya en viaje a Espaa, despus de haber entregado el virreinato a Vrtiz, le escribe al marqus de Lavradio, el 19 de junio de 1778, lo que sigue: "Por lo que respecta a la demarcacin de lmites hace mucho tiempo que estn nombrados los oficiales de las partidas demarcadoras, y cuando V.E. tenga listas las suyas dar a mi sucesor
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en este virreinato las rdenes respectivas para que en observancia del trabajo se d principio a la execucin de la lnea divisoria. La realidad es otra, puesto que Cevallos slo haba conseguido a D. Diego de Alvear y a D. Baltasar Maca, segn comunicacin cursada al ministro Glvez, pero se confa en la capacidad del virrey Vrtiz para llevar adelante este propsito, quien con gran diligencia pone en marcha los trminos de la Real Instruccin el 6 de junio de 1778. Elabora un Plan que procura reglamentar las funciones de las comisiones, lo enva a Espaa para su aprobacin que la obtuvo el 12 de enero de 1779, y se la pasa al marqus de Lavradio para su conocimiento. Hubo demoras, faltaron instrumentos cientficos, tambin ingenieros en nmero adecuado para las delicadas operaciones matemticas, cartgrafos, ayudantes de campo, todo lo que Vrtiz hace saber a la corona el 4 de setiembre de 1778. El Plan para ejecutar la demarcacin del Ro de la Plata de autora del virrey Vrtiz, encuentra en los representantes portugueses en Brasil obstculos, entre los que se invoca la complejidad del asunto y la falta de recursos humanos capacitados e instrumental cientfico imprescindible. Ser el nuevo virrey de Brasil, D. Luis de Vasconcelos e Sousa, quien de acuerdo con las instrucciones secretas recibidas desde la corte, da largas al asunto para que jams se logre el objetivo fijado en el Tratado de 1778. Como comentario final digamos que llama la atencin que se incluya y acepte por ambas partes el alcance del Art.13: Deseando sus Majestades catlica y Fidelsima promover las ventajas del comercio de sus respectivos sbditos, las cuales pueden verificarse en el de que recprocamente hicieron de compra y venta de negros, sin ligarse a contratas y asientos perjudiciales , como los que en otro tiempo se hicieron con las compaas portuguesa, francesa e inglesa, las cuales fue preciso cortar o anular... El Tratado es firmado por Carlos III y su sobrina la muy alta y excelente y muy poderosa princesa doa Mara, reina de Portugal, de los Algarbes, etc en el Palacio Real del Pardo el 11 de marzo de 1778, actuando en representacin de Espaa el Conde de Florida Blanca y por Portugal Don Francisco Inocencio de Sousa Coutinho. El 24 de ese mes lo refrend por Espaa el secretario de Estado y del despacho de Indias Don Jos de Glvez. Todos los tratados fueron consultados de la Coleccin Carlos Calvo, Amrica Latina, publicada en Pars ente 1862-1866. Se hizo en la Biblioteca Nacional de Espaa y en la del Palacio Real (Madrid) y las fotocopias tomadas de esa fuente para que tengan autenticidad fueron debidamente autenticadas por un Notario como exigen las normas espaolas vigentes. Recurso portugus y respuesta espaola.1776. Dentro de la historia diplomtica que compromete a ambas cancilleras en forma activa, cabe el Recurso de Portugal por el que reclama la legitimidad de la Colonia del Sacramento utilizando argumentos histricos basados en el tradicional de que en 1502 Amrico Vespucio entr al Ro de la Plata desde el sur del Brasil concretamente desde Santa Catalina. Concretamente el Ministro portugus en Madrid Francisco Inocencio de Sousa Coutinho presenta en 1776 uma fundada reclamao exigiendo fixar a demarcao dos lmites para Amrica Meridional. Como argumento de peso recorre la historia de Tratados firmados entre Portugal y Espaa desde Tordesillas al de Pars y se apoya en veredictos conocidos, aunque en principio repite mucho de lo que esta en la Contestacin de Portugal de 1681, aadiendo lo posterior hasta la fecha en que, lo firm. Metodolgicamente no modificaba ms que el aporte de lo que haba ocurrido como hechos trascendentes en Europa y en Amrica Meridional durante los 75 aos del siglo XVIII. Guerras, tratados, perodos de paz inestables, alianzas poltico-militares, gestiones diplomticas difciles, intereses comerciales con permanente cambio de agentes: franceses, holandeses, ingleses, que codician el Ro de la Plata y negocian lcita e ilcitamente con el apoyo de Portugal, son conocidos
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por toda Europa y en nada cambian lo medular del texto del recurso y una vez ms enfticamente se insiste en que la Colonia era legtima propriedade de Portugal, os castelhanos haban-se aproveitado das terras da jurisdio de S. Vicente. Est probado que en ese ao de 1776 Portugal quiere evitar acciones militares que sabe siempre costosas , pero tambin necesita "justificar" las expansiones en tierras espaolas del Sur del Brasil desde San Vicente que lentamente ocupa desde 1774. As como da por seguro la legtima propiedad de la Colonia del Sacramento que en ese momento esta bajo su dominio, exige nada menos que se le dieran por vlida las nuevas y metdicas expansiones que unan el territorio de Brasil con la Banda Oriental por su frontera en toda su extensin. Repetimos que en sustancia la relacin de hechos no difieren en nada los de las viejas y aoradas raes e raciocnios de siempre. Cuando el Ministro de Portugal presenta oficialmente ese documento-base en que sutilmente, "sugiere"; "lembra e no impor, sabe que en el fondo la resolucin ser finalmente poltica de acuerdo a intereses muy puntuales teniendo en cuenta el podero militar-naval que cada corona tiene esta dispuesta a arriesgar en una guerra bilateral y adems en el mbito internacional europeo saber a ciencia cierta con que apoyos cuenta cada corona y hasta donde se mantienen o se niegan en caso de un conflicto armado. La respuesta de la corona espaola es inmediata y contundente pero merece el estudio y la meditacin de casi todos los ministros de Carlos III, que hacen honor a sus cargos, aunque en los hechos se confa la redaccin de la respuesta a uno de ellos, el marqus Jernimo de Grimaldi, hombre de confianza del Rey que lo acompa en su reinado de Npoles, de reconocido talento y lealtad. Prepara una Memoria que fue inmediatamente publicada en Londres, para que se difundiera en toda Europa, negando la legitimidad de esos actos y considerando desde 1680 que la ocupacin de la Colonia del Sacramento por Manuel Lobo, cumpliendo rdenes del Prncipe Regente era lisa y llanamente una usurpacin, tal el trmino que us. Concretamente el marques de Grimaldi el 16 de enero de 1776 escribe una respuesta convertida con el tiempo en pieza diplomtica recogidas en un folleto de 93 p. que reproducimos ntegro en el Apndice. Se puede afirmar sin duda y est probado que la respuesta fue oportuna ya que entonces Portugal quera solamente saber hasta donde llegaba la reaccin de Carlos III. Pero desde hace algn tiempo Espaa esta decidida a llevar adelante la ofensiva navalmilitar del 18 de febrero de 1777 con la que el Gral. Cevallos pone fin a un siglo de confrontacin. La "Respuesta" del marqus de Grimaldi que conceptuamos como un buen testimonio diplomtico que forma parte incuestionable de la historia de la Colonia del Sacramento, tiene claridad de lenguaje, cuida la cronologa que en sus 84 puntos y se convierte en un ejemplo de tctica, en el que se cuidan todos los detalles. Siguiendo el mismo tenor y atento slo a fundamentos del Reclamo estos reciben una adecuada respuesta por parte del marqus de Grimaldi en cuya Introduccin la funda de tal modo que puso en el punto exacto la argumentacin que desarrolla despus. El marqus de Grimaldi al comienzo de su Introduccin, alude a la complejidad del asunto que trata y que merece cuidadosas reflexiones. De inmediato se refiere a los tems 5-7 para demostrar que fueron los espaoles "primeros descubridores y pobladores del Ro de la Plata y de los terrenos de sus orillas...". Evita toda alusin a la presencia de Vespucio en el Ro de la Plata en 1502, quien sigui viaje por el Atlntico Sur hasta las costas cercanas a la Patagonia argentina. De tal modo no tiene en cuenta que fue encomendada, alentada y propiciada por el rey de Portugal, como se dice en la Justificam de 1681,auque en Europa se saba de la expedicin Froes -Juan de Lisboa de 15111512, fue anterior a la de de Sols de 1516. Si hubo probadas razones de Estado para que Portugal mantenga en secreto el viaje de Vespucio tan aludido la corte de Castilla estuvo siempre ms preocupada por el expansionismo lusitano en el ro de la Plata, que por las exploraciones.
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Se mencion en documentos oficiales de los Archivos Ultramarinos las dos carabelas fletadas por Nuo Manuel y Cristbal de Haro, armadores reconocidos en toda Europa, que en 1514 llegaron al ro de la Plata hasta el cabo Santa Mara (34.21'S) las que siguiendo rumbo E-O llegaron a las proximidades de Colonia y regresando a Lisboa, sin bajar nunca a tierra firme. Eso justifica los trminos: "hallazgo" y un "pre-descubrimiento" del ro de la Plata, por pilotos portugueses con experiencia y no por aventureros comunes como sostiene Lisboa. Es verdad que el primer "asentamiento" estable lo hace Juan Sebastin Caboto en 1527 en la costa del ro San Salvador, como tambin que el viaje de Pero Lope de Sousa llegando hasta el Paran e internndose en su boca como dice en el Diario... de regreso descendi con sus hombres en la isla de San Gabriel solo para aprovisionamiento de agua y lea y que ms adelante captur lobos en la isla (que llevaba ese nombre ) frente a la baha de Maldonado para alimento de la tripulacin y con su carne preparar charque como aprovisionamiento. La argumentacin de que el Tratado de Tordesillas de 1494 neg "ttulos... y derechos... a los portugueses..." es falsa, por cuanto sabemos las controversias que dieron lugar a la definicin exacta de las leguas fijadas y a partir desde donde se medan. Despus desde 1681 firma del Tratado Provisional hasta 1776 fecha de la respuesta hubo muchos pactos, luchas armadas en Europa y en el Ro de la Plata por la Colonia, acuerdos bilaterales y multilaterales que se firmaron y no siempre se cumplieron. Esta "Respuesta" fue obra de un ministro sagaz, prudente, duro a veces, cuidadoso al extremo en otras, tratando de demostrar con argumentos diplomticos" la falta de razn de Portugal para con sus reclamos. En cuanto a las distintas actitudes que los espaoles asumen segn las situaciones polticas que ms de una vez la obligan a usar el poder militar contra los portugueses en ese enclave tan estratgico del O. del ro de la Plata, las enumera sin demasiados comentarios. Entrando en materia digamos que Grimaldi divide en cuatro partes el asunto y da respuesta adecuada en cada una a la impugnao o protesto", 1- Cuando los portugueses intenta demostrar como los gobernadores de Buenos Aires dejaron de cumplir unos tratados y violaron otros, con el fin de probar V.E., que siempre fueron ellos los que dieron principio todas las discordias y que al contrario los portugueses de aquelas regies sufrieron con extrema prudencia, en observancia de las rdenes que se les haba comunicado desde Lisboa. 2- Contesta el reclamo sobre cuantas acciones extravagantes se intentaron contra ellos al manifestar que nunca se ofendi, ni se quiso ofender los dominios del rey espaol, bien antes cedi siempre por obsequio de S. M.C. en todo aquello que poda serle justamente til. 3- Aqu se dedica a explicar que la principal cuestin est en las tantas discusiones, que nacieron por la falta de ejecucin de los tratados celebrados hasta el de Pars, puesto que si hubiesen sido religiosamente cumplidos por la delicada conciencia del rey, luego que se le dieron informes verdaderos y no falsos ex profeso, no solo se hubiese terminado toda contienda, sino tambin no podran suscitarse otras jams con los mismos gobernadores. 4- Aqu Grimaldi es contundente: V.E. afirma con gran fundamento que ambos monarcas conviene exinguir dichas cuestiones, que los vasallos a las dos coronas recogern abundantes y sazonados frutos , quedara asegurada la paz. con la ciencia cierta de cuales son los dominios entre ambos soberanos que S.M.F. no solo facilita los medios de que se venga en conocimiento de ellos , segn los tratados existentes, sino que adems est pronto para obsequiar al rey, a convenir en aquellas alteraciones que siendo justas se conformen con el serviciio de S.M. F. Y con el bien de una perpetua paz y armona.- Es cierto que Grimaldi cuando ms adelante afirma que en 1680 "Introdujronse los sbditos lusitanos en la mrgen setentrional del Ro de la Plata por los aos 1680, fundando clandestinamente la Colonia del Sacramento..." omiti deliberadamente que el piloto Cristbal Jaques en 1521 "foi o comandante de un dos dois navos que em 1514 descobriram o Rio da Prata" , lo que insiste en la probada expedicin de 1521, donde llega hasta la desembocadura del ro Paran.
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Ms grave fue la omisin (ex profeso?) a la expedicin de Martim Affonso de Sousa e Pero Lopes de Sousa en 1531-1532, documentada pblicamente en el Dirio da navegao que Lisboa se encarg de difundir en Europa, por que convena a los intereses de Espaa y a su prestigio de pacfica potencia marinera. En cambio recuerda s que desde 1705 hasta 1715 la Colonia fue propiedad espaola, sin mencionar que desde 1703 el gobernador de Buenos Aires D. Alonso Juan de Valds Incln tena rdenes terminantes del virrey del Per de reconquistar la Colonia para Espaa, lo que se concret en 1705 con el abandono de la plaza por las tropas portuguesas. En cuanto al argumento de que portugueses penetran en el territorio de la Banda Oriental para "robar ganados" y dems, curiosamente no hace cuestin de los bandeirantes paulistas que entre 1628 y 1641 que fueron y son los mayores causantes de estragos en una campaa indefensa, con escasas guardias espaolas que obedecan al gobernador de Buenos Aires. Sigue comentando los Tratados de Utrecht y dice que el rey Felipe V "deseoso de finalizar el ajuste de paz, le cedi en propiedad a Portugal... la Colonia..., una vez ms usa las artes diplomticas en su favor y "olvida" las negociaciones entre Espaa e Inglaterra que terminan con el Tratado de Asiento del 26 de marzo de 1713 que al pie de la letra acepta todos los beneficios que reclam esta ltima en el comercio de negros con Amrica Meridional. La introduccin de esclavos negros en el Ro de la Plata a travs del puerto de Buenos Aires forma parte del Tratado, fijando las normas de cantidad, destino, valor unitario y preferencias en pago de derechos. Refiere despus el intento portugus de asentarse en Maldonado y en Montevideo, pero no dice que ocurri desde 1717 con piratas franceses como el Cap. Estebn Moreau que faenaban con la complicidad de los indgenas lugareos, ganados que pastaban en la llamada Vaquera del Mar (SE del ro de la Plata), extraan cueros que cargaban en sus navos con destino a Europa. En setiembre 10 de 1717 D. Bruno Mauricio de Zabala, gobernador de Buenos Aires dio noticia al rey de los planes que tenan lo portugueses para ocupar los puertos de Maldonado primero y Montevideo despus por su gran valor estratgico segn dice saber "lo haran como permanente Repetimos que el 13 de noviembre Felipe V le da instrucciones de fortificar ambos puertos y evitar que portugueses "u otra nacin extranjera" se asiente en esas tierras y que insiste en aos siguientes (1719-1720) con las fortificaciones pero como nunca dio recursos materiales ni militares, Zabala debi recurrir a las fuerzas propias y a las cajas reales locales para "componer" tan delicada situacin. En 1721 el 10 de mayo se conoce en la Corte madrilea por noticias provenientes de Lisboa que los portugueses se proponen afincarse en Montevideo y entonces en Aranjuez se dicta una Real Orden para fundar Maldonado y Montevideo con la mayor urgencia con pobladores espaoles radicados en Buenos Aires. Pero no puedo ya diferir el ponderar V. E. la suma admiracin que ha causado S. M. C. el que afirme V. E. que el gobernador de Buenos Aires dudase entregar, con la Colonia, los puertos de Montevideo y Maldonado, de que V. E. dice, en el prrafo 15 de la primera parte de su Memoria, estaba antes Portugal en posesin. Baste expresar V. E., como cosa tan manifiesta, que siempre pertenecieron ambos la corona de Castilla; y que si tal vez se supo haban llegado ellos, robar ganados hacer aguada, algunas naves portuguesas necesitadas de vveres, consta que los gobernadores de Buenos Aires siempre recelosos de que meditase Portugal apropiarse lo que no se le permita, corresponda, al modo que se apropi el sitio donde fund la Colonia, enviaron, en repetidas ocasiones, competente nmero de tropa, que, reconociendo uno y otro paraje, expeliese de ellos los portugueses que acaso encontrase all. Los argumentos finales de Grimaldi en general son reiterativos y slo defienden los que considera derechos inalienables de la corona espaola en cuanto a disponer de los territorios de la Colonia do Sacramento y la navegacin con exclusividad en el Ro de la Plata (Art. 13) Destacamos tres tems 74, 80 y 83 por ser un ejemplo acabado de sagacidad, acudiendo a un recurso tan viejo como el mundo como es por la Paz obtener la felicidad de los pueblos que
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litigan por asuntos territoriales, que "podran" resolverse por la va de acuerdos que contemplen a todas las partes sin menoscabo del honor. En cuanto a las virtudes que debe tener todo diplomtico, el de la fidelidad a su rey lo hace tambin involucrando el celo del embajador portugus ante la corte madrilea Francisco Inocencio de Sousa Couthinho. Termina su argumentacin con estas palabras: debo lisonjarme de que V. E. no le quede ya duda alguna en este particular, y de que comprenda no es exequible se reduzca la negociacion para el arreglo de los lmites consultar solo el tratado de Utrecht y el de Paris que lo confirma, pues estos poco nada conducen al principal intento. El tratado de Tordesllas, reptolo V. E., es el que debemos consultar, y no otro alguno: todos se hallan ya cumplidos por parte de Espaa.: la ejecucion de este es la que nicamente se ofrece no efectuada respecto una y otra corte. V. E. reclama, en nombre de su soberano, el cumplimiento de todos en general: el rey se precia de ser el mas puntual observador de ellos, y quiere acreditarlo solemnemente en la presente ocasion; pero quiere tambien sea mtua la observancia, ya que ambos monarcas se hallan tan conformes en unos mismos principios: pngase en prctica tan felices disposiciones, cesen las desavenencias, y recobre cada corona sus pases, practicando para ello lo que establece el tratado de Tordesllas. Sigue: toda esta grande obra depende de observaciones astronmicas; y sera indecoroso que en el siglo de las ciencias dudasen todaba dos naciones cultas el modo infalible de sealar los parajes por donde debe pasar el meridiano de demarcacion convenida en el tratado de Tordesllas: observaciones exactas hay hechas por astrnomos clebres: procdase pues mediante ellas y la inteligencia y luces de nuticos y gegrafos hbiles imparciales fijar los lmites de cada dominacion, restituyndose mtuamente cada una de las dos potencias la porcion de terreno que haya usurpado, que de buena fe posea, perteneciente la otra. El rey, mi amo, se compromete y constituye en esta justsima obligacion, autorizndome para ofrecer V. E., en su real nombre, que si algunos de los Estados que S. M. posea actualmente, resultaren comprendidos en la demarcacion de Portugal, har se restituyan aquella corona, con tal que S. M. F. haya de devolver y entregar esta todos los pases tocantes la dominacin de Espaa que ocupe Portugal. Es evidente que el Ministro Sousa Coutinho oculta con fineza hasta donde poda llegar con la reclamacin, que y cuantos apoyos le dara Inglaterra a Portugal y a partir desde cuando, teniendo en cuanta que esta altura esta involucrada en un frente de difcil solucin como era la lucha de las Trece Colonias de Amrica del Norte que procuran su Independencia poltica. Como bien nacido el marqus de Grimaldi se despide del ministro Sousa Coutinho con una frase diplomtica: viva V.E. persuadido de la buena voluntad que le profeso, de mi anhelo de emplearme en obsequio de su persona y de las vras que ruego a Dios le guarde muchos aos. Su mayor y ms seguro Servidor.
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Ruinas de las construcciones de Colonia del Sacramento Circa-1890. Fuente: Museo Histrico Nacional- Uruguay. Al fondo isla de San Gabriel.
14 - CONCLUSIN Llegado a este punto consideramos que es necesario resumir en forma sinttica las conclusiones que se derivan de la conclusin de la tesis. Las mismas se conforman para demostrar la hiptesis planteada como objetivo de la misma. Para demostrar la propuesta de tesis, estructuramos el desarrollo de la investigacin en una estructura compuesta por una Introduccin que contiene los aspectos tcnicos y metodolgicos del plan de investigacin. Preparado como ayuda al marco general del trasfondo del periodo des estudio de la tesis, una Cronologa Histrica que abarca todo el perodo 1507-1778. Esta cronologa se complementa como instrumento de trabajo una tabla sinptica de la confrontacin entre 1680-1777, la misma se conforma mostrando aos por ao los conflictos presentados hasta la reconquista de la Colonia por Cevallos. Al mismo tiempo incluimos la cartografa referido al espacio territorial en confrontacin entre ambas coronas. El contenido de la investigacin guiada por la hiptesis se distribuye en tres captulos que guardan entre s una estrecha vinculacin creando el eje fundamental que consolide el objetivo propuesto: mostrar todos los aspectos salientes de la confrontacin en lo poltico, militar, econmico y disputas de cancilleras que mantuvo el reinote Portugal con el de Espaa por la posesin y dominio de la Colonia del Sacramento. Esta cuestin se analiza, conforme a la hiptesis demostrando que su destino se dirime en lo fundamental, siempre en los centros e poder peninsulares quedando algunas resoluciones tomadas por los gobernadores de Buenos Aires y de Rio e Janeiro, reservadas a resoluciones puntuales. El conflicto sobre el espacio territorial rioplatense no es mas que una derivacin en el tiempo de las Bulas y Tratados firmados entre Espaa y Portugal en e siglo XV y su aplicacin sobre el terreno. El ncleo central de este captulo se encuentra en la diferencia de interpretacin de la Doctrina de Mare Compartiri mantenida inteligentemente por Portugal, en tanto que Espaa defiende la opuesta de Mare Clausum en todos los Tratados que firma con Portugal. Otra conocida posicin es la defendida por Inglaterra denominada de Mare Liberum que gua su poltica comercial en lo internacional, potencia tambin interesada en el Ro de la Plata. Portugal fiel a la doctrina citada sostiene como legtimo su punto de aplicacin con la fundacin de
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una factora sobre tierra firme en la ribera septentrional del ro de la Plata. En ese mimo perodo Espaa por el contrario mantiene una cerrada oposicin a toda penetracin extranjera a travs de su doctrina que se opusiese a la consideracin de Mare Clausum. El captulo segundo esta dedicado totalmente a la confrontacin. Consecuente con su tradicional poltica de expansin territorial el Prncipe Regente Pedro ordena al gobernador de Rio de Janeiro Manuel Lobo, en 1680 primero la ocupacin de la isla de San Gabriel y de inmediato la ocupacin de la Colonia del Sacramento. En el Ro de la Plata, Espaa considera agresiva la reaccin de Portugal y en respuesta ocurre de inmediato la del gobernador de Buenos Aires Jos Garro quien tomando una decisin propia y sin consultas ordena llevar a cabo un ataque militar contra el asentamiento para desalojar a las tropas portuguesas. A su vez este acto tpicamente militar fue considerado tambin agresivo por Portugal ya que en las Instrucciones a Lobo el regente haba dejado en claro la pertenencia de esos territorios a su corona por ser extensin natural de la surea Capitana de San Vicente y en la que los castellanos haban fijado asentamientos por su cuenta. El conflicto se agravar cuando Lisboa usando los recursos de una cancillera que siempre supo manejar con sutileza desde las dos ltimas dcadas del siglo XVII y gran parte del XVIII cada uno de los enfrentamientos con Espaa, se present ante el mundo europeo occidental como despojada de sus derechos y present un alegato jurdico conocido como Noticia e Justificam en 1681base de la reclamacin portuguesa por la toma de la Colonia. Esta es una prueba ms y contundente de que la dilucidacin de los acontecimientos del Ro de la Plata se defina en Europa. La repercusin fue intensa, la Espaa de Carlos II financieramente decadente, sin mayor prestigio poltico ni militar entre las grandes coronas, tranz en 1681 firmando el Tratado Provisional que devolvi a Portugal la Colonia del Sacramento y la isla de San Gabriel. Con la muerte del rey de Espaa y su testamento en favor del Borbn Felipe V, lo que pona fin a la Casa de Habsburgo, surgi la Guerra de Sucesin consecuencia de la reclamacin por considerar justo sus derechos, por parte del archiduque Carlos de Austria. En el captulo tercero demostramos otro sustento de la tesis sobre la confrontacin entre Espaa y Portugal, con probanzas de que las grandes decisiones polticas y militares se tomaron siempre en Lisboa y en Madrid y como anticipamos y que ya entrado el siglo XVIII bajo fuerte presin de Francia primero y ms tarde por parte de Inglaterra, por entonces una potencia naval de primer orden. Para ello destacamos seis grandes sucesos que evidencia que las decisiones siempre provienen de las coronas y no de sus representantes locales. Ellos son 1. El Tratado de Utrecht que rehabilit a Inglaterra a intervenir comercialmente en el Ro de la Plata desde 1713 con el comercio de negros esclavos. 2. La fundacin jurdica de Montevideo en diciembre de 1729 como culminacin de la preocupacin permanente de Espaa por defender el dominio territorial de la Banda Oriental. 3. La cruenta guerra guarantica, verdadero genocidio que dur dos aos, 17541756, consecuencia de la aplicacin a sangre y fuego por los reyes de ambas coronas del Tratado de Permuta de 1750. ,4.La corona conducida por Carlos III toma una decisin de alta importancia al decidir en 1776 la creacin del Virreinato del Ro de la Plata independizndose de Lima y con el propsito de fortalecerlo poltica, y militar y econmicamente sus posesiones en el Ro de la Plata.5. Instalado el Virreinato, como prueba de su funcin en relacin con la corona su virrey. Pedro de Cevallos recibe la orden terminante de iniciar la reconquista definitiva de la Colonia, para quedar con de todo el territorio de la Banda Oriental y hacer efectiva la doctrina de Ro de la Plata Mare Clausum, segn consta en el Tratado de 1777 6. La respuesta del marques de Grimaldi fechada en Madrid en 1776 a Francisco Inocencio de Sousa Coutinho Ministro de Portugal cuando le plante en trminos muy duros la reclamao dos legtimos direitos de Portugal sbre a Colonia do Sacramento.
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Con esta poltica militar de Cevallos se pone fin a las pretensiones de la corona portuguesa a tener un da ms la posesin de Colonia poniendo fin a la confrontacin y quedando ese vasto territorio definitivamente en poder de Espaa.
Ruinas de las construcciones de Colonia del Sacramento Circa-1890. Fuente: Museo Histrico Nacional- Uruguay. .
15 - FUENTES CONSULTADAS Inditas Biblioteca Nacional (Madrid), Seccin Manuscritos / Documentos de Indias En 1988 se consultaron las duplicatas del Archivo General de Indias, del Archivo General de Simancas (no publicados por Bermejo de la Rica, ni por el P. Pablo Pastells S.J. Casa de Loyola (Madrid) en 1988 se consult el material indito referido a la Provincia Jesutica del Paraguay, en particular la importante correspondencia entre el Provincial de la Compaa de Jess en Paraguay P. Manuel Querini y sus Superiores en Espaa para cumplir con la ejecucin del Tratado de Permuta de 1750, que en los hechos significaba la evacuacin de los Siete Pueblos de Misiones por los guaranes. Real Academia de la Historia, Madrid / Documentos Varios./ Colonia Sacramento. Biblioteca Nacional (Rio de Janeiro), contiene en su Coleco Obras Raras entre otras la. Duplicata dos Documentos Guardados na Biblioteca Nacional (Lisboa) Das coleces do Extinto Conselho Ultramarino/ Sob o Brasil sculos XVI-XVII. Tienen: Copia fiel del Inventario dos Documentos relativos ao Brasil existentes no _
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Archivo de Marinha Ultramar (Lisboa) 1729-1747 y 1747-1755. Tambin : Copia fiel Documentos relativos ao Brasil pertenecentes ao Arquivo Histrico Colonial de Lisboa, ordenados em 1794. Biblioteca Nacional Argentina, Buenos Aires / Seccin Tesoro, Copias de Archivo general de Indias, Sevilla, Contratacin, Documentos relativos aen varios vols. Biblioteca do Instituto Histrico e Geogrfico Brasileiro (Rio de Janeiro). Se consult en _ 1992-96: Papeis varios, Membretes, Cartografa portuguesa Prata,Documentos histricos sob a Colonia do Sacramento 1680- 1762. / Rio da
Seco Documentao do Instituto Histrico e Geogrfico Brasileiro / Docuementao sob Rio- - Grande do Sul, Santa Catharina e Colonia do Sacramento, 1774-1777. (En la revista do Instituto primer trimestre de 1869, se publicaron 43 documentos sob a Colonia do Sacramento i de Montevideu anos 1715-1738).no integra el material citado. Biblioteca Nacional (Montevideo). Se consult el original de Noticia e Justificam do Titulo e boa fe con que se obrou a Nova Colonia do Sacramento nas terras da capitania de S. Vicente no sitio chamado de S. Gabriel nas margens do Rio da Prata /1681. Original del Diario da Guerra Guarantica de S de Faria (completo se grab en CD).
Editas.
Bulas: de 1436 a 1514. Calvo, Carlos. Tratados firmados entre Espaa y Portugal 1479-1529. Texto completo de las Instrucciones del Prncipe Regente D Pedro a su gobernador de Rio de Janeiro D. Manuel Lobo (1678). Textos completos de los Tratados firmados por Espaa y Portugal desde 1681 a 1778. Archivo completo de 88 Documentos publicados por el Instituto Histrico y Geogrfico Militar del Uruguay en 1938 sobre el Tratado de Permuta de 1750, publicados en 1938. Relacin completa del Sitio espaol de 1762. Correspondencia secreta (sic) entre el marqus de Pombal y el marqus de Lavradio aconsejando la entrega sin resistencia de la Colonia a los espaoles cuando stos intentaran su toma por fuerzas navales y militares que se estaban preparando en Cdiz (agosto de 1776). Expedicin punitiva de D. Pedro de Cevallos al Ro de la Plata para la toma de la Colonia del Sacramento, ordenada por el rey D. Carlos III (1776-77). Recopilacin de documentos relativos a la Colonia del Sacramento publicados por: Antonio Bermejo de la Rica, Luis Azarola Gil, P. Pablo Pastells S.J., Aurelio Porto, J. Rego Monteiro (v. ttulos en bibliografa consultada). Memoria y Disertacin histrico y geogrfica sobre el meridiano de Demarcacin entre los dominios de Espaa y Portugal y los parajes por donde pasa en la Amrica Meridionalpor D. Jorge Juan y Antonio de Ulloa (1681) Contestacin de Portugal a la disertacin de D. Jorge Juan y D. Antonio Ulloa sobre el meridiano de demarcacin. (1681).
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Portugal y Francia /Tratado de Alianza y garanta del Testamento del Rey D. Carlos II de Espaa, celebrado entre Don Pedro II y Luis XIV, Rey de Francia. (1696). Portugal y la Compaa Real de GuineaAsiento para la introduccin de esclavos en las Indias. (1701). Espaa y la Gran Bretaa/ Tratado de Comercio entre Ana, reina de Inglaterra y Carlos III como rey de Espaa.(1707) haciendo partcipes a los Ingleses en el comercio de Amrica espaola, con exclusin perpetua de los franceses. Tratado preliminar de paz y amistad entre las coronas de Espaa y de Inglaterra. (1713). Acto de Garanta de Anna, rainha da Gram-Bretanha para futura paz entre Portugal e Hespaa, assinado em Hamptom-Court (1713). Tratado de comercio y amistad ajustado entre las coronas de Espaa y la Gran Bretaa en el Congresos de Utrecht de 1713. Tratado de paz y amistad ajustado entre Espaa y Portugal en Utrecht a 6 de febrero de 1715. Tratado de paz, Unin, Amistad y Alianza defensiva entre las coronas de Espaa, Francia e Inglaterra, relativos a la Amrica espaola.(1729). Espaa y Gran Bretaaque consagr la libertad de los mares de Amrica para la navegacin de sbditos respectivos (1739). Instruco dada pelos comisarios principias de Sus Majestades Fidelsima e Catlica aos comisarios para a demarcao de lmites na Amrica (1753). Acto reversalratificas do tratado definitivo de paz entre Portugal e Hespaa (1763). Respuesta del Marques de Grimaldi, Ministro de Espaa, a la Memoria que en enero de 1776 le present el de Portugal, D. Francisco Ignacio de Sousa Countinho , sobre lmites en la banda oriental del Ro de la Plata (1776) seguida con un apndice de documentos importantes para la historia poltica y diplomtica de Espaa en relacin a la legitimidad de la pertenencia a su Corona de la Colonia del Sacramento (1776)
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