Wimbledon (1923) Corte Permanente de Justicia Internacional, Ser. A, No. 1
Wimbledon (1923) Corte Permanente de Justicia Internacional, Ser. A, No. 1
Wimbledon (1923) Corte Permanente de Justicia Internacional, Ser. A, No. 1
VAPOR WIMBLEDON DEMANDA INTRODUCTIVA DE INSTANCIA DIRIGIDA EL 16 DE ENERO DE 1923 AL TRIBUNAL, CONFORME AL ARTCULO 40 DEL ESTATUTO, POR CONDUCTO DE LA LEGACIN DE FRANCIA EN LA HAYA. Al Sr. Presidente y a los Sres. jueces del Tribunal Permanente de Justicia Internacional. Los que suscriben, debidamente autorizados por los Gobiernos de Su Majestad britnica, de la Repblica francesa, de Su Majestad el Rey de Italia y de Su Majestad el Emperador del Japn, principales Potencias Aliadas, segn los trminos del Tratado de Paz de Versalles, de 28 de junio de 1919, actuando conjuntamente: Vistos los artculos 380 al 386 de dicho Tratado; Vistos los artculos 37 y 40 del Estatuto del Tribunal y el artculo 35) prrafo 2 del Reglamento de dicho Tribunal; Tienen el honor de dirigirles la demanda que sigue: Segn los trminos del artculo 380 del Tratado de Paz de Versalles: El canal de Kiel y sus entradas estarn siempre libres y abiertos en condiciones de perfecta igualdad a los barcos de comercio y de guerra de todas las naciones que se hallen en paz con Alemania. El 21 de marzo de 1921, por la maana, las autoridades alemanas negaron el acceso y libre pasaje del canal de Kiel al vapor britnico Wimbledon, fletado por la Sociedad francesa de Armadores Les Affrteurs runis, en ruta hacia Dantzig con un cargamento de 4000 toneladas de mercancas (material militar). En contestacin a la protesta que con este motivo se hizo al Gobierno alemn con fecha 23 de marzo de 1921, por el Embajador de Francia en Berln, el Gobierno alemn confirm su propsito de impedir el paso de dicho barco, pretendiendo justificar su negativa en el hecho de que el cargamento del vapor Wimbledon consista en material de guerra con destino a Polonia, que el Tratado de Paz entre esta Potencia y Rusia no haba sido todava ratificado y que exista, por tanto, un estado de guerra entre esas dos naciones, y que los reglamentos alemanes sobre la neutralidad prohiban el trnsito a travs del territorio alemn de material de guerra con destino a los dos pueblos. Segn los trminos del artculo 386 del Tratado de Paz de Versalles:
En el caso de violacin de alguna de las disposiciones de los artculos 380 al 386, o en caso de desacuerdo sobre la interpretacin de los artculos, cualquier Potencia interesada podr apelar a la jurisdiccin instituida por la Sociedad de las Naciones con este objeto. Segn los trminos del artculo 37 del Estatuto del Tribunal: Cuando un Tratado o Convencin en vigor determina que una materia es de la competencia de un tribunal instituido por la Sociedad de las Naciones, el Tribunal Permanente ser el tribunal de que se trata. En consecuencia, y a reserva de la presentacin de Memorias contra Memorias y, en general, de cualquier otra clase de documentos de prueba que puedan ser presentados al Tribunal, SRVASE EL TRIBUNAL: Tomar nota de que las Potencias reclamantes para todas las notificaciones y comunicaciones relativas al presente asunto, han elegido por Sede el domicilio de la Legacin de Francia en La Haya; Notificar la presente demanda, conforme al artculo 40, prrafo segundo del Estatuto del Tribunal, al Gobierno del Imperio alemn; Decir y juzgar, persnese o no el referido Gobierno alemn y despus de los plazos que, con reserva de un acuerdo de las partes, pertenece fijar al Tribunal: Que las autoridades alemanas negaron errneamente al vapor Wimbledon el libre acceso al canal de Kiel, el 21 de marzo de 1921; Que el Gobierno alemn est obligado a la reparacin del perjuicio sufrido, como consecuencia de este acto, por dicho vapor, prdida que se estima en la suma de francos 174.082,86 cntimos y los intereses al 6 por 100 anual, a partir del 20 de marzo de 1921. (Firmado) Charles Benoisl. Charles M. Marling. Ito. Vittorio Negri. DEMANDA DEL GOBIERNO POLACO PARA INTERVENIR La I-laya, mayo 22 de 1923. Al Tribunal Permanente de Justicia Internacional. Visto el artculo 62 del Estatuto del Tribunal y los artculos 58-59 del Reglamento del Tribunal: Considerando que los Gobiernos de Su Majestad britnica, de la Repblica francesa, de Su Majestad el Rey de Italia y de Su Majestad el Emperador del Japn han presentado ante el Tribunal una instancia, por carta de la Legacin de Francia en La Haya, de fecha 16 de enero de 1923, concerniente al hecho de que por las autoridades alemanas se neg, con fecha 21 de marzo de
Pgina 2
1921, el libre acceso al canal de Kiel al vapor britnico Wimbledon fletado por la Sociedad francesa de Armadores Les Affrteurs runis: Considerando que dicho vapor Wimbledon iba en camino de Dantzig con un cargamento de 400 toneladas de mercancas (material militar), con destino al Gobierno polaco; que el Gobierno alemn ha pretendido justificar su oposicin al cruce del Wimbledon alegando que por no haber sido todava ratificado el Tratado de Paz entre Polonia y Rusia exista el estado de guerra entre estos dos pases, y que los reglamentos alemanes sobre la neutralidad prohben el trnsito, a travs del territorio alemn, de material de guerra con destino a cualesquiera de los dos pases: Considerando que Polonia ha participado del Tratado de Paz de Versalles y que la negativa de referencia constituye una violacin de los derechos y de los intereses materiales garantizados a Polonia por el artculo 380 del Tratado de Versalles; El que suscribe, debidamente autorizado por el Gobierno de la Repblica de Polonia, presenta al Tribunal, de acuerdo con los Gobiernos de Gran Bretaa, Francia, Italia y el Japn, la demanda de intervencin del Estado polaco, conjuntamente con esos otros Estados, en el caso del Wimbledon a que se ha hecho referencia. El Ministro, (Firmado) Joseph de Wierusz-Kowalski. Tribunal Permanente de justicia Internacional. TERCERA SESIN ASUNTO DEL VAPOR WIMBLEDON Reclamantes: Los Gobiernos de Su Majestad britnica De la Repblica francesa, De Su Majestad el Rey de Italia, De Su Majestad el Emperador del Japn. Responsable: El Gobierno del Imperio alemn. Interviene: El Gobierno de la Repblica polaca. CUESTIN DE LA INTERVENCIN DE POLONIA Seores:
Pgina 3
Loder, Presidente; Weiss, Vicepresidente; Lord Finlay, M. Ni- holm, M. Moore, De Bustamante, Altamira, Oda, Anzilotti, Huber, Jueces propietarios; Wang, Juez suplente; M. Schcking, Juez nacional. Habiendo odo las observaciones y conclusiones de las partes, pronuncia la siguiente decisin: El Estatuto del Tribunal Permanente de Justicia Internacional ha previsto dos clases de circunstancias y dos diferentes formas de intervencin a favor de Estados que no estn desde el principio interesados en asuntos presentados ante dicho Tribunal, Uno de los dos casos de intervencin es al que se refiere el artculo 62 del Estatuto y los artculos 58 y 59 del Reglamento del Tribunal. Tiene por fundamento el inters de orden jurdico que alega el interventor, y corresponde al Tribunal no admitirla cuando la existencia de ese inters le parezca que no est suficientemente justificada. Por otra parte, cuando el litigio que hay que resolver tiene por objeto la interpretacin de una Convencin internacional, cualquier Estado que es parte en dicha Convencin tiene, segn el artculo 63 del Estatuto, el derecho de intervenir en el proceso iniciado por otros; y en el caso de que haya usado de la facultad que tiene, la interpretacin que contenga la sentencia del Tribunal ser igualmente obligatoria para l como para los demandantes originarios. Segn los trminos de una demanda introductiva de instancia, presentada con fecha 16 de enero de 1923 a nombre de los Gobiernos de Su Majestad britnica, de la Repblica francesa, de Su Majestad el Rey de Italia y de Su Majestad el Emperador del Japn representados respectivamente por Sir Cecil Hurst, el Profesor Basdevant, el Comendador Pilotti y el seor N. Ito, Encargado de Negocios ad interim del Japn en La Haya, el Tribunal Permanente de Justicia Internacional debe decidir si las autoridades alemanas estaban en su derecho de impedir el 21 de marzo de 1921, al vapor Wimbledon, el libre acceso al canal de Kiel, y si es necesario determinar los daos y perjuicios causados a dicho vapor por razn de esta negativa. Por nota de 22 de mayo de 1923, Su Excelencia el Ministro de la Repblica polaca en La Haya inform al Tribunal que su Gobierno deseaba intervenir en la causa al lado de los cuatro Estados demandantes, en virtud del artculo 62 del Estatuto y de los artculos 58 y 59 del Reglamento; pero aunque no menciona expresamente el artculo 63, la referida nota invocaba, en apoyo de la solicitud, la participacin de Polonia en el Tratado de Versalles y la violacin de los derechos e intereses garantizados a Polonia por el artculo 380 del Tratado, en virtud de la negativa de acceso al canal de Kiel opuesta al vapor Wimbledon. Por una nueva comunicacin presentada al Tribunal por el Agente del Gobierno polaco seor Olechowski en la sesin pblica de 25 de junio, resulta que dicho Gobierno, renunciando a seguir la va exclusiva que pareca haber tomado primeramente, intenta ahora apoyarse en el derecho que le confiere el artculo 63 del Estatuto, como parte en el Tratado de Versalles y no insiste para que se tomen en consideracin los motivos de intervencin que haba pre-sentado sobre la base del artculo 62. Afirma al mismo tiempo su intencin de 110 reclamar del Gobierno
Pgina 4
alemn en concepto de daos y perjuicios especiales, por el causado a l en el caso del Wimbledon. La actitud as tomada hace innecesario que el Tribunal examine y compruebe si verdaderamente la intervencin de Polonia en el litigio sometido a su sentencia est justificado por un inters de carcter jurdico en el sentido del artculo 62 del Estatuto. Le basta comprobar, al efecto, que la interpretacin de ciertas clusulas del Tratado de Versalles est ligada a este asunto presentado al Tribunal y que la Repblica de Polonia figura en el nmero de los Estados signatarios de dicho Tratado. En vista de estas comprobaciones cuya evidencia material se impone y de las declaraciones hechas en audiencia pblica por los representantes de las Potencias reclamantes, que han dejado al Tribunal la resolucin del asunto, El Tribunal certifica que el Gobierno polaco utiliza el derecho de intervencin que le reconoce el artculo 63 del Estatuto POR ESTOS MOTIVOS, EL TRIBUNAL ACEPTA LA INTERVENCIN DE POLONIA EN EL ASUNTO DEL WIMBLEDON Y DESIGNA LA SESIN DEL 5 DE JULIO PARA OIR LAS ALEGACIONES DE LAS PARTES EN CUANTO AL FONDO. Redactado en francs y en ingls, el texto francs hace fe. En el Palacio de la Paz de La Haya, el veintiocho de junio de mil novecientos veintitrs, en siete ejemplares uno de los cuales quedar depositado en los Archivos del Tribunal y los otros sern remitidos a los agentes del Gobierno polaco, a las Potencias reclamantes y a la de-mandada. El Presidente, (Firmado) Loder. El Secretario, (Firmado) A. Hammarskjbld. AUDIENCIA DEL 17 DE AGOSTO DE 1923 Presentes: M. Loder, Presidente; Weiss, Vicepresidente; Lord Finlay, Nyholm, Moore, De Bustamente, Altamira, Oda, Anzilotti, Huber, Jueces titulares; Wang, Juez suplente; Schcking, Juez nacional, alemn. ASUNTO DEL VAPOR WIMBLEDON El Gobierno de Su Majestad britnica, representado por Sir Ced Hurst, Consejero Legal del departamento de Negocios Extranjeros. El Gobierno de la Repblica francesa, representado por el Profesor seor Basdevant, Profesor de la Facultad de Derecho de Pars.
Pgina 5
El Gobierno de Su Majestad el Rey de Italia, representado por el Comendador Pilotti, ex Juez del Tribunal de Roma. El Gobierno de Su Majestad el Emperador del Japn, representado por el seor N. Ito, Primer secretario de Legacin, Encargado de Negocios Japoneses ad interim en La Haya: Demandantes; y El Gobierno de la Repblica polaca, representado por el seor Gustavo Olechowski, Primer secretario de Legacin, temporalmente enviado del Ministerio de Negocios Extranjeros y agregado a la Legacin de Polonia en La Haya: Participante, de una parte; y El Gobierno del Imperio alemn, representado por el seor Schiffer, ex Ministro de Justicia: Demandado, de la otra parte. EL TRIBUNAL Formado como se ha dicho, despus de haber odo a las Partes sus observaciones y conclusiones, Ha dictado la siguiente Sentencia:
Por demanda depositada en el Registro del Tribunal el 16 de enero de 1923, de conformidad con el artculo 40 del Estatuto y artculo 35 del Reglamento, los Gobiernos de Su Majestad britnica, de la Repblica francesa, de Su Majestad el Rey de Italia y de su Majestad el Emperador del Japn, han presentado ante el Tribunal Permanente de Justicia Internacional la disidencia existente entre esos Gobiernos y el Gobierno del Imperio alemn con motivo del hecho de haber negado las autoridades del Reich el paso del vapor Wimbledon por el canal de Kiel, el 21 de marzo de 1921. Esta demanda peda al Tribunal que: Dijere y juzgase: 1 que las autoridades alemanas negaron errneamente el 21 de marzo de 1921 el libre acceso al canal de Kiel al vapor Wimbledon. 2 Que el Gobierno alemn est obligado a reparar el perjuicio causado por ese hecho a dicho barco, perjuicio que se estima en la suma de francos 17284,86 cntimos, con el inters del seis por ciento anual desde 20 de marzo de 1921. Las conclusiones que contiene la demanda han sido desarrolladas en la Memoria presentada por los reclamantes al Tribunal en 17 de marzo de 1923, y en la cual se especifica que la suma de la indemnizacin ser remitida al Gobierno de la Repblica francesa en el plazo de un mes desde la fecha de la sentencia y que, si el Gobierno alemn rehsa verificar este pago en el
Pgina 6
plazo citado, pagar el inters del diez por ciento sobre la suma adeudada, a su expiracin, tanto por el principal como por los intereses. De otra parte, el Gobierno alemn, demandado, solicit del Tribunal en las conclusiones que contena la contra-Memoria que present con fecha 20 de abril de 1923: 1. Hacer constar que las autoridades alemanas estaban en su derecho al negar el paso, a travs del canal de Kiel, al vapor Wimbledon el 21 de marzo de 1921. 2. Rechazar la demanda de indemnizacin. En el curso del procedimiento escrito, las conclusiones respectivas de las Partes recibieron algunas modificaciones y adiciones. El ltimo estado de esas conclusiones se halla establecido por la Rplica de los Estados demandantes, de fecha 18 de mayo de 1923 y por la Dplica alemana de fecha 15 de junio siguiente. La Rplica concluye pidiendo que se sentencie: Que las autoridades alemanas obraban errneamente al impedir al vapor Wimbledon el acceso al canal de Kiel el 21 de marzo de 1921; Que, en consecuencia, el Gobierno alemn est en la obligacin de reparar el perjuicio causado al vapor y a sus fletadores; que se estima ese perjuicio en la suma de francos 174.082,68 cntimos y los intereses del seis por ciento anual desde el 20 de marzo de 1921, a no ser que el Tribunal estime ms equitativo calcular en libras es-terlinas la parte de la indemnizacin correspondiente por la inmovilidad y la desviacin del barco, de acuerdo con las bases enunciadas en la Rplica; Que el Gobierno del Imperio alemn deber remitir el importe de dicha indemnizacin al Gobierno de la Repblica francesa en el trmino de un mes a contar de la fecha de la sentencia; Y que si el Gobierno alemn no realiza el pago en el trmino antes dicho, deber pagar los intereses del diez por ciento de la suma adeudada, tanto en principal como en intereses, a la expiracin de dicho plazo de un mes. El Gobierno de la Repblica de Polonia, que ha intervenido de acuerdo con el artculo 63 del Estatuto, se declar por su parte, en el curso del procedimiento oral, de acuerdo con el punto de vista de los demandantes. Por otra parte, la Dplica del Gobierno alemn ha precisado y completado las conclusiones de su contra-Memoria, de la manera siguiente. Pide al Tribunal: 1. Que resuelva: a) que el artculo 380 del Tratado de Paz de Versalles no poda impedir que Alemania aplicase al canal de Kiel* durante la guerra ruso-polaca de 1920-21, una ordenanza de neutralidad en s misma admisible, como es la Orden de 25 de julio de 1920.
Pgina 7
b) Que no hara imposible la aplicacin de esta Orden de 25 de julio de 1920, la vigencia del Tratado preliminar de Paz de 2 de noviembre de 1920, sino tan slo la vigencia del Tratado de Paz definitivo fechado en 30 de abril de 1921; y 2. Que en consecuencia, la reclamacin por perjuicio debe ser rechazada. En apoyo de las conclusiones, se sometieron por las partes al Tribunal algunos documentos, bien como anexos a sus Memorias, contra-Memorias, Rplicas y Dplicas, o bien durante los debates. El Tribunal ha odo, adems, en el curso de sus sesiones pblicas de 5, 6, 7, 9 y 10 de julio de 1923, las manifestaciones de los representantes de las Potencias interesadas.
II
LOS HECHOS Los hechos, segn se exponen en el curso del procedimiento y sobre los cuales no parece existir desacuerdo entre las partes, pueden resumirse de la siguiente manera: El vapor ingls Wimbledon, haba sido fletado en la forma llamada time-charter por la Sociedad francesa Les Affrteurs ru- nis, domiciliada en Pars. Segn los trminos de la escritura de fletamento firmada el 28 de enero de 1919, dicho navo haba sido arrendado a la Sociedad por un plazo de dieciocho meses a contar del 3 de mayo de 1919, fecha de su entrega; pero con posterioridad se prorrog, con fecha 15 de julio de 1920, el plazo por un perodo de seis meses a contar desde el 3 de noviembre siguiente. El precio convenido para el arriendo fue de 17 chelines y 6 peniques por tonelada al mes. El vapor fletado en esas condiciones carg en Salnica 4.200 toneladas de municiones y de material de artillera con destino a la base martima polaca de Dantzig. El 21 de marzo de 1921, por la maana, se present a la entrada del canal de Kiel, pero el Director del trfico del canal rehus darle paso libre, invocando,, para justificar su negativa, las Ordenanzas alemanas sobre la neutralidad, promulgadas con ocasin de la guerra ruso-polaca, y las instrucciones que l haba recibido. Dos das despus, el 23 de marzo, el Embajador de la Repblica francesa en Berln solicit del Gobierno alemn que levantara dicha prohibicin y que permitiera al Wimbledon atravesar el canal de Kiel conforme al artculo 380 del Tratado de Versalles. Le fue contestado algunos das despus, el 26 de marzo, que el Gobierno del Imperio se vea en la imposibilidad de permitir a un buque que llevaba a bordo cargamento de municiones y de material de artillera con destino a la Comisin Militar polaca en Dantzig, el paso por el canal, porque las Ordenanzas alemanas de neutralidad de 25 y de 30 de julio de 1920 prohiban el trnsito de tales cargamentos para Polonia y para Rusia, y que el artculo 380 del Tratado de Versalles no se opona a la aplicacin de esas Ordenanzas en relacin con el canal de Kiel.
Pgina 8
El 30 de marzo por la tarde, la Sociedad Les Affrteurs runis telegrafi al capitn del Wimbledon la orden de continuar su ruta por los Estrechos daneses. El buque lev anclas el 1 de abril y tomando por Skagen lleg a Dantzig, su puerto de destino, el 6 del mismo mes: habiendo sido detenido por once das, a los cuales pueden agregarse dos das ms a causa de la desviacin de su ruta. Mientras tanto, el incidente del Wimbledon no haba dejado de provocar activas negociaciones entre la Conferencia de Embajadores y el Gobierno de Berln; pero esas negociaciones, que pusieron frente a frente puntos de vista contrarios, no produjeron resultado alguno, porque en el curso de ellas la protesta de las Potencias tropez con la alegacin de los derechos y obligaciones de Alemania como Estado neutral en el conflicto entre Rusia y Polonia; por lo cual los Gobiernos de Su Majestad britnica, de la Repblica francesa, de Su Majestad el Rey de Italia y de Su Majestad el Emperador del Japn, resolvieron presentar el litigio que haba dado origen a las negociaciones del modo que, por cierto, haba sugerido el mismo Gobierno alemn en una carta de su Ministro de Negocios Extranjeros, de fecha 28 de enero de 1922, es decir, llevndolo ante la jurisdiccin instituida por la Sociedad de las Naciones para conocer particularmente de toda violacin de los artculos 380 al 386 del Tratado de Versalles, as como de todo desacuerdo a que su in-terpretacin pudiera dar lugar. Esta jurisdiccin no es otra que el Tribunal Permanente de Justicia Internacional que entr en funciones en La Haya el 15 de febrero de 1922.
III
LA RECEPCIN DE LA DEMANDA La primera cuestin que debe ser considerada es si la demanda presentada por los cuatro Gobiernos citados, puede ser admitida en los trminos en que ha llegado al Tribunal. El Tribunal estima que no puede haber duda en cuanto a la recepcin de la demanda, tal como ha sido formulada en la peticin de instancia. Basta observar que en este caso cada una de las Potencias demandantes tiene un inters evidente en la ejecucin de las estipulaciones que conciernen al canal de Kiel, puesto que todas ellas poseen flotas y barcos mercantes que navegan bajo su pabelln y pueden justificar su inters, aunque no aleguen intereses pecuniarios lastimados, de acuerdo con lo ordenado por el artculo 386, prrafo primero, que dice lo que sigue. En el caso de violacin de una de las disposiciones de los artculos 380 al 386, o en caso de desacuerdo sobre la interpretacin de esos artculos, toda Potencia interesada puede apelar a la jurisdiccin instituida con ese objeto por la Sociedad de las Naciones.
IV
Pgina 9
PUNTO DE DERECHO A La cuestin sobre la cual gira todo el litigio es la de saber si las autoridades alemanas estaban en su derecho al negar al vapor Wimbledon, en las condiciones y en las circunstancias en que lo han hecho, el acceso y el cruce por el canal de Kiel el 21 de marzo de 1921. La respuesta a esta pregunta debe basarse en las estipulaciones que el Tratado de Paz de Versalles ha consagrado al canal de Kiel, en su Parte XII, intitulada Puertos, Canales y Vas Frreas, seccin VI. Esta seccin comienza por una disposicin de carcter general y perentorio que contiene el artculo 380 y que dice as: El canal de Kiel y sus accesos se mantendrn siempre libres y abiertos y en condiciones de perfecta igualdad, para los buques de guerra y de comercio de todas las naciones que se hallen en paz con Alemania. Despus vienen diversas clusulas destinadas a facilitar y a reglamentar el ejercicio de esa libertad. El artculo 381, despus de haber recordado que los nacionales, los bienes, los navos y barcos de todas las Potencias sern tratados, en lo que concierne a los impuestos, las facilidades de servicio y en todos los dems respectos, conforme a una perfecta igualdad para el uso del canal... Agrega que: no se opondr ningn otro impedimento a la circulacin de las personas y de los navos y barcos, que aquellos que resulten de las disposiciones relativas a la polica, a las Aduanas, a las prescripciones sanitarias, a la emigracin y a la inmigracin, as como a los que conciernen a la importacin o exportacin de mercancas prohibidas. Y que: estas disposiciones debern ser razonables y uniformes y no debern trabar intilmente el trfico. Igualmente el artculo 382 prohbe imponer a los navos y barcos que utilicen el canal o sus accesos, otros impuestos que aquellos destinados a cubrir, de una manera equitativa, el costo del mantenimiento de dicho canal en condiciones de navegacin o para cubrir los gastos hechos en inters de la navegacin; el artculo 383 preve el caso de imposicin de sellos o la guardia de agentes de Aduanas, para las mercancas en trnsito, y el artculo 385 establece la obligacin para Alemania de tomar todas las medidas convenientes para evitar obstculos o peligros a la navegacin y asegurar el mantenimiento de las buenas condiciones de navegacin, a la vez que le prohbe emprender trabajos de tal naturaleza que causen perjuicio a la navegacin en el canal o en sus entradas.
Pgina 10
La pretensin de los demandantes reclamando el libre paso del Wimbledon por el canal de Kiel, se basa en una regla general escrita en el artculo 380 del Tratado de Versalles, La clusula, dicen ellos, es de una claridad grande en lo que se refiere a que el canal ser mantenido libre siempre para los barcos de guerra y de comercio de las naciones que estn en paz con Alemania; de donde se sigue que el barco Wimbledon, que pertenece a una nacin que estaba en esos momentos en paz con Alemania, tena el derecho de libre paso a travs del canal. Los demandantes han sostenido tambin que esta interpretacin del artculo 380 se confirma por la disposicin del prrafo segundo del siguiente artculo, que preve ciertas restricciones o impedimentos que pudieran ser invocados por el Gobierno alemn para la libre circulacin a travs del canal, ninguno de los cuales, estrictamente enumerados, se puede aplicar al Wimbledon por razn de la naturaleza de su cargamento. El Tribunal estima que el artculo 380 es categrico y que no puede dar origen a dudas. De ello se sigue que el canal ha cesado de ser una va navegable interior, nacional, cuyo uso por los barcos de las otras Potencias que no sean el Estado ribereo queda entregado a la discrecin de dicho Estado, y que se ha convertido en una va internacional destinada a hacer ms fcil, bajo la garanta de un Tratado, el acceso al Bltico, en inters de todas las naciones del mundo. Bajo su rgimen nuevo, el canal de Kiel debe estar abierto, en perfecta igualdad, a todos los buques, sin hacer distincin alguna entre los barcos de guerra y los barcos de comercio, pero con la expresa condicin de que esos buques pertenezcan a naciones que estn en paz con Alemania. El derecho del Imperio a defenderse contra sus enemigos, rehusando a sus buques el paso a travs del canal, est as proclamado y reconocido. Al hacer esta reserva de que Alemania estuviese en paz con la nacin cuyos barcos de guerra o de comercio reclamen acceso al canal, el Tratado de Paz ha manifiestamente considerado la posibilidad de una guerra futura en la que Alemania tome parte. Si las condiciones de acceso al canal debieran ser igualmente modificadas por la eventualidad de un conflicto entre dos Potencias que estn en paz con el Imperio alemn, el Tratado no hubiera dejado de decirlo. No lo ha dicho y, sin duda, es que no ha querido decirlo. La intencin de los autores del Tratado de Versalles de facilitar, por una estipulacin de carcter internacional, el acceso al Bltico y, por consecuencia, establecer que en todo tiempo el canal quedar abierto a los navios y buques extranjeros de todas las categoras, se muestra con mayor fuerza an si se compara el texto del artculo 380 con otras estipulaciones comprendidas en la Parte XII. Si bien el canal de Kiel haba sido construido por Alemania en territorio alemn y fue, hasta 1919, una va interior del Estado poseedor de las dos riberas, el Tratado tuvo el cuidado de no confundirlo con las otras vas navegables interiores del Imperio alemn. Una seccin especial se hizo para l en el final de la Parte XII, in-titulada Puertos, vas navegables y vas frreas, y en esta seccin especial se insertaron reglas exclusivamente relacionadas con el canal de Kiel; estas reglas difieren en ms de un punto de aquellas a que estn sujetas, por los artculos 321 al 327, otras vas navegables interiores del Imperio. La diferencia se muestra singularmente en que el acceso al canal de Kiel est abierto a los barcos de guerra y al trfico comercial de todas las naciones que estn en paz con Alemania, mientras que el libre acceso a otras vas navegables de Alemania* mencionadas ms arriba, se concede solamente a las Potencias aliadas y asociadas.
Pgina 11
Esta comparacin aade, para la interpretacin del artculo 380, un argumento nuevo a los que ya se han deducido de su letra y su espritu. Las estipulaciones del Tratado de Versalles relativas al canal de Kiel, se bastan a s mismas. Si hubieran de ser completadas e interpretadas con la ayuda de aquellas que en las primeras secciones de la Parte XII se refieren a las vas navegables interiores de Alemania, perderan toda su razn de ser; las repeticiones que all se encuentran seran superfluas, y se tendra el derecho de asombrarse de que, en aquellos casos en que las disposiciones de los artculos 321 al 327 hubieran de ser aplicadas al canal, los autores del Tratado se hubiesen tomado el trabajo de reproducir el texto o la substancia de esos artculos. Por lo tanto, no es en un argumento de analoga con esas disposiciones donde conviene buscar el pensamiento que ha inspirado el artculo 380 y los artculos siguientes del Tratado, sino ms bien en un argumento a contrario que los excluye. Para discutirle en este caso al vapor Wimbledon el derecho a cruzar por el canal de Kiel, fundndose en el artculo 380, se ha alegado que este derecho implica en realidad una servidumbre (servitude) de derecho internacional establecida a cargo de Alemania, y que, como todas las modificaciones o restricciones del derecho de soberana, esa servidumbre debe ser interpretada de la ma-nera ms restrictiva y reducida a los ms estrechos lmites, en el sentido de que debe dejar intactos los derechos que emanan de la neutralidad en caso de conflictos armados. El Tribunal no puede tomar una actitud definitiva con respecto a la cuestin, que es muy controvertible, sobre si en el derecho internacional existen realmente servidumbres anlogas a las servidumbres del derecho privado. Ya sea por el efecto de una servidumbre o por efecto de una obligacin contractual, el Gobierno alemn est obligado con las Potencias firmantes del Tratado de Versalles a dejar libre el acceso al canal de Kiel y abrirlo a los buques de todas las naciones, tanto en tiempo de guerra como en tiempo de paz, y de todos modos siempre resulta para el Estado alemn una importante limitacin en el ejercicio de su derecho de soberana sobre el canal de Kiel que nadie le disputa. Eso basta para que la clusula que consagra semejante limitacin deba, en caso de duda, ser interpretada restrictivamente. Pero el Tribunal no podra llegar, a pretexto de interpretacin restrictiva, a negar al artculo 380 el sentido que le viene impuesto por sus trminos formales. Sera una manera singular de in-terpretar las leyes el hacerle decir a un Tratado exactamente lo contrario de lo que dice. Se ha invocado tambin el argumento de que la concesin general del derecho de pasaje a los buques de todas las nacionalidades a travs del canal de Kiel, no puede privar a Alemania del ejercicio de sus derechos de potencia neutral en tiempo de guerra y obligarla a dejar pasar, a travs del canal, los transportes de contrabando destinados a uno de los beligerantes; pues entendida de manera tan amplia esta concesin, implicara de su parte el abandono de un derecho personal e imprescriptible, que es un elemento de su soberana y al cual ella no ha podido ni querido renunciar de antemano. Este argumento no ha determinado el convencimiento del Tribunal, pues est en contradiccin con consideraciones de inters general del orden ms elevado. Contradice una prctica inter-nacional constante, al mismo tiempo que se opone a la letra del artculo 380 que se refiere evidentemente al tiempo de guerra como al tiempo de paz. El Tribuna] se niega a ver en la conclusin de un Tratado cualquiera, por el cual un Estado se compromete a hacer o no hacer alguna cosa, un abandono de su soberana. Sin duda toda
Pgina 12
convencin que engendra una obligacin de este gnero establece una restriccin al ejercicio de derechos soberanos del Estado, en el sentido de que imprime una direccin determinada a dicho ejercicio. Pero la facultad de contraer compromisos internacionales es precisamente un atributo de la soberana del Estado. Como ejemplos de acuerdos internacionales que han aportado restricciones parciales al ejercicio de la soberana de ciertos Estados, pero que se consideran perpetuas, se han citado ante el Tribunal las reglas establecidas en relacin con los canales de Suez y Panam. Estas reglas no son idnticas en los dos casos: pero tienen igual importancia, puesto que demuestran que el uso de las grandes vas internacionales, tanto por barcos de guerra beligerantes como por barcos de comercio, beligerantes o neutrales, cargados de contrabando de guerra, no debe considerarse como incompatible con la neutralidad del Estado ribereo. Por la Convencin de Constantinopla de fecha 29 de octubre de 1888, los Gobiernos de Alemania, Austria-Hungra, Espaa, Francia, Gran Bretaa, Italia, Los Pases Bajos, Rusia y Turqua, estipularon de una parte que el canal martimo de Suez estar siempre libre y abierto, tanto en tiempo de guerra como en tiempo de paz, a todo barco de comercio o de guerra sin distincin de bandera, incluyendo an los barcos de los pases en guerra con Turqua, soberana del territorio; y de otra parte, que no se opondran inconvenientes por los Estados signatarios al libre uso del canal tanto en tiempo de guerra como en tiempo de paz, reservndose, sin embargo, el derecho de defensa del Estado ribereo en cierta medida: a saber, que no pueda construirse ninguna fortificacin que domine el canal. De hecho, bajo este rgimen y en diversas circunstancias, los barcos de guerra beligerantes y los barcos conduciendo contrabando han podido pasar libremente a travs del canal, y jams se consider que tal cruce constituyera una violacin de la neutralidad otomana. Para darse cuenta del rgimen del canal de Panam, se hace necesario consultar el Tratado entre la Gran Bretaa y los Estados Unidos de fecha 18 de noviembre de 190), comunmente conocido por tratado Hay-Pauncefote, y el Tratado de 18 de noviembre de 1903 entre los Estados Unidos y la Repblica de Panam. Aunque se encuentren en el primero de esos documentos diversas estipula- dones relativas a la neutralidad del canal, estipulaciones que en una gran medida son declarativas de reglas cuya observancia es obligatoria para un estado neutro, no se encuentra en l ninguna clusula que garantice el libre paso por el canal, tanto en tiempo de guerra como en tiempo de paz, sin distincin de bandera y sin consideracin a la posible beligerancia de los Estados Unidos; ni existe ninguna clusula que prohba a los Estados Unidos levantar fortificaciones que dominen el canal. Por otra parte, por el Tratado de 18 de noviembre de 1903, la Repblica de Panam concedi a los Estados Unidos, a perpetuidad, el uso, la ocupacin y la intervencin de la zona territorial ocupada por el canal, as como el uso, la ocupacin y la intervencin a perpetuidad de todas las tierras y aguas de dicha zona que pudieran ser tiles y necesarias para el mismo propsito; y concedi adems a los Estados Unidos, en dichas zonas, as como en las tierras y aguas auxiliares todos los derechos, poder y autoridad que los Estados Unidos poseeran y ejerceran si les perteneciese la soberana del territorio... con completa exclusin, por parte de Panam, del ejercicio de todos los derechos, poder y autoridad soberanos de esta especie. Este Tratado concedi tambin a los Estados Unidos el derecho de realizar por medio de sus fuerzas de tierra y mar la polica de dichas tierras y aguas y establecer fortificaciones para este propsito. En virtud de estos hechos, sera
Pgina 13
instructivo examinar la manera cmo el Gobierno federal y los otros Gobiernos han comprendido los derechos y los deberes de los Estados Unidos como constructores y propietarios del canal, ejerciendo, aunque sujetos a las estipulaciones de Tratados existentes, poder soberano y la exclusiva jurisdiccin sobre el canal y los territorios y aguas auxiliares. El paso de barcos de guerra beligerantes y de presas de guerra fue expresamente autorizado por una Proclama del Presidente de los Estados Unidos de fecha 13 de noviembre de 1914, reglamentando el uso del canal de Panam y sus entradas durante la guerra mundial; y no se opuso restriccin alguna al paso de barcos mercantes que condujesen contrabando de guerra, cualquiera que fuese su nacionalidad. Pero por una Proclama de fecha 23 de mayo de 1917, promulgada despus de entrar los Estados Unidos en la guerra, se prohibi el uso del canal a los barcos, privados o pblicos, pertenecientes a un enemigo o aliados de un enemigo, lo mismo que por el artculo 380 del Tratado de Versalles el canal de Kiel se cierra a los barcos de guerra y de comercio de naciones que no estn en paz con Alemania. En la Proclama de 23 de mayo de 1917 el transporte de contrabando no se mencion; pero por la Proclama de 3 de diciembre de 1917, publicada en virtud de la Ley del Congreso de 15 de junio de 1917? qued autorizado el secretario del Tesoro para publicar una Ordenanza que reglamentase la circulacin de barcos en aguas territoriales de los Estados Unidos; y por una Ordenanza promulgada por el Presidente en virtud de la misma Ley, qued autorizado el Gobernador del canal de Panam para ejercer en los territorios y aguas del canal los mismos poderes que la Ley haba conferido al secretario del Tesoro. Por Proclama de 27 de agosto de 1917 se declar ilcito transportar, sin autorizacin, fuera de los Estados Unidos o de sus posesiones territoriales, municiones de guerra con destino al enemigo. Nunca se ha alegado que la neutralidad de los Estados Unidos, antes de su entrada en la guerra, hubiese sido en manera alguna comprometida en virtud del uso del canal de Panam por barcos de guerra beligerantes o por barcos de comercio beligerantes o neutrales, portadores de contrabando de guerra. Los precedentes del canal de Suez y de Panam constituyen as una desaprobacin anticipada de la tesis segn la cual la neutralidad de Alemania hubiese estado necesariamente en peligro si sus autoridades concedan el libre paso al Wimbledon por el canal de Kiel, porque el barco de referencia transportaba contrabando de guerra con destino a un Estado participante en un conflicto armado. Esos precedentes no son, por otra parte, ms que manifestacin de la opinin general que establece que cuando una va de agua artificial que une dos mares abiertos ha sido permanentemente dedicada al uso del mundo entero, dicha va martima queda asimilada a los estrechos naturales en el sentido de que aun el paso de barcos de guerra beligerantes no compromete la neutralidad del Estado soberano bajo cuya jurisdiccin estn las aguas en cuestin. Es necesario ahora investigar si Alemania estaba bien fundada al invocar sus derechos y sus deberes de potencia neutral y las prescripciones de sus Reglamentos de Neutralidad, promulgados con ocasin de la guerra ruso-polaca, para basar su negativa de entrada al canal de Kiel al barco Wimbledon, a pesar del texto categrico del artculo 380 del Tratado de Versalles. La primera de las Ordenanzas mencionadas ms arriba, de fecha 25 de julio de 1920, contiene la siguiente disposicin:
Pgina 14
Por virtud de la neutralidad de Alemania en los hechos de guerra surgidos entre la Repblica de Polonia y la Repblica Federativa Socialista de los Soviets de Rusia... el Gobierno decreta lo que sigue: Artculo 1: La exportacin y el trnsito de armas, municiones, as como otros artculos de uso para la guerra, queda prohibido, siempre que estos objetos sean destinados a los territorios de la Repblica Polaca o de la Repblica Federativa Socialista de los Soviets de Rusia. Y la especificacin detallada de objetos y artculos, cuya exportacin y trnsito qued prohibido, se dio algunos das despus en una nueva Orden fechada el 30 de julio de 1920. La prohibicin de exportar as proclamada por las Ordenanzas de Neutralidad alemana, no podan evidentemente aplicarse al paso por el canal de los artculos que enumeraban, cuando dichos artculos procediesen de un pas extranjero y fuesen destinados a otro pas extranjero. Ni la palabra trnsito parece tampoco referirse al canal de Kiel; sin duda alguna que se refiere nicamente al terri-torio alemn, al que no se pueden aplicar las estipulaciones del artculo 380. En todo caso una Ordenanza de Neutralidad, acto unilateral de un Estado, no puede prevalecer frente a las disposiciones de un Tratado de Paz. Desde el momento que el artculo 380 del Tratado de Versalles estipula que el canal de Kiel se mantendr siempre abierto y libre a los barcos de comercio y de guerra de todas las naciones en paz con Alemania, es imposible pretender que los trminos de este artculo prohban, para salvar la neutralidad alemana, el transporte de contrabando de guerra. En efecto, el Gobierno del Imperio 110 haba invocado, en el momento en que se produjo el incidente del Wimbledon el derecho de cerrar el canal a los barcos de guerra de naciones be-ligerantes en paz con Alemania. Muy por el contrario, se ha declara- do expresamente en la nota del Presidente de la delegacin alemana al Presidente de la Conferencia de Embajadores, de fecha 20 de abril de 1921, que el Gobierno alemn no pretende aplicar los reglamentos de neutralidad sino en lo que concierne a los barcos de comercio, pero no en lo que concierne a los barcos de guerra. El Tribunal no est obligado a dar opinin con respecto al alcance ju-rdico de semejante manifestacin; pero, si, como parece cierto, ella contiene una interpretacin exacta de! Tratado de Versalles respecto al paso de barcos de guerra beligerantes por el canal de Kiel, se sigue de aqu a fortiori que el cruce de barcos neutrales que lleven contrabando de guerra est autorizado por el artculo 380 y no puede imputarse a Alemania como una falta de cumplimiento a sus deberes de neutral. Por consiguiente, si el Wimbledon, haciendo uso de la autorizacin que le concede el artculo 380,, hubiera pasado por el canal de Kiel, la neutralidad de Alemania habra permanecido intacta y al abrigo de toda censura. De lo que precede resulta, pues, claramente que Alemania no slo no estaba obligada, para cumplir su neutralidad, a impedir el paso del Wimbledon a travs del canal de Kiel, sino que, por el contrario, tena el derecho de permitirlo; y de otra parte, en virtud del artculo 380 del Tratado de Versalles, era deber suyo consentirlo. Ella no poda faltar a esa obligacin alegando sus Ordenanzas de Neutralidad. Alemania estaba en perfecta libertad para declarar y regular su neutralidad en la guerra ruso-polaca, pero con la condicin de respetar y mantener intactas las obligaciones contractuales que haba suscrito en Versalles en 28 de junio de 1919.
Pgina 15
En estas circunstancias, fcilmente se comprende que es intil considerar para este caso si el estado de guerra existente entre Rusia y Polonia haba o no terminado y si Alemania era neutral cuando el incidente del Wimbledon. En tiempo de guerra y en tiempo de paz el canal ha debido estar abierto al Wimbledon, as como a cualquier barco de cualquier nacin en paz con Alemania.
B Habiendo, pues, procedido equivocadamente el Estado alemn demandado, como el Tribunal ha reconocido, al prohibir el paso del canal de Kiel al vapor Wimbledon es, por consecuencia, responsable de los daos causados por esa prohibicin y debe indemnizar al Gobierno francs a beneficio de la sociedad Les Affrteurs runis que ha sufrido esos daos. La reclamacin de compensacin ha sido formulada del modo siguiente, en la Memoria de los reclamantes:
Detencin del barco: once das de arrendamiento desde 21 de marzo hasta 1 de abril inclusive. El precio del fletamento fue de 17 sh. 6 peniques por tonelada al mes, y teniendo el barco 6.200 toneladas, el precio mensual es de libras 5.425; y sobre la base del cambio medio de moneda desde 20 de marzo a 1 de abril de 1921, es francos 56.284, siendo por tanto, la suma correspondiente a once das de arrendamiento 111.956,20 Desviacin de ruta: dos das, calculados de la misma manera Carbn8.437,50 Contribucin del barco a los gastos generales de la Compaa e indemnizacin por prdida de trfico 33.333,33 174.082,68 20.355,65
con los intereses a razn del seis por ciento al ao, a partir del 21 de marzo de 1921.
Despus de los informes orales, la reclamacin encabezada con el nmero 4 se redujo a francos 2500 y qued definitivamente compuesta de la siguiente manera: 4 a.Contribucin del barco a los gastos generles 4 b.Derechos de Cancillera, etc Otros gastos
Pgina 16
13.508,35
9.491,65
2.000,00
Total, francos
25.000,00
Y la cantidad total de la demanda queda as reducida a 165.749,35. Con respecto a los tres primeros nmeros de la demanda, que se refieren a las sumas pagaderas por fletamento durante los once das de demora y dos das de desviacin y el costo del carbn, el Tribunal aprueba los clculos que le han sido sometidos. El demandado no ha discutido su exactitud. Se hallan por otra parte comprobados en su mayora por los documentos aportados ante el Tribunal durante el procedimiento; y en lo que concierne al nmero de das, parece cierto que el barco, para hacer reconocer su derecho, esper un espacio de tiempo razonable el resultado de las negociaciones diplomticas entabladas, antes de continuar su viaje. El nmero 4, que se refiere a la reclamacin para reembolsarse de la contribucin del barco a los gastos generales de la Sociedad ha sido discutida por el demandado. Estima el Tribunal que esa negativa est bien fundada y justificada; los gastos en cuestin no guardan relacin ninguna con la negativa de paso. El Tribunal lle-ga a la misma conclusin por lo que respecta a la reclamacin relativa a los derechos de Cancillera y a otros gastos comprendidos bajo la misma rbrica. Con respecto a la tasa de intereses, el Tribunal considera que en la presente situacin financiera del mundo y teniendo en cuenta las condiciones de los emprstitos pblicos, el 6 por 100 reclamado es aceptable; estos intereses, sin embargo, deben comenzar, no desde el da de la llegada, del Wimbledon a la entrada del canal de Kiel, segn reclaman los demandantes, sino desde la fecha de la presente sentencia, esto es, desde el momento en que la cantidad fue fijada y se estableci la obligacin de pagarla. El Tribunal no concede intereses moratorios ms elevados en el caso de que no se cumpla la presente disposicin despus de expirado el plazo para su ejecucin. El Tribunal no puede ni debe considerar semejante contingencia. Con respecto al plazo para la ejecucin, el Tribunal estima que las exigencias de la organizacin de los servicios pblicos y los reglamentos financieros y administrativos necesitan mayor tiempo que el indicado por los reclamantes para el pago de la suma que se exige a Alemania. Por este motivo el Tribunal ha fijado un plazo de tres meses. El pago se verificar en francos franceses. Esta es la moneda del demandante, en la que realiza todas sus operaciones y toda su contabilidad, y puede decirse, por tanto, que ella da la exacta medida de la prdida que debe indemnizarse. El artculo 64 del Estatuto prescribe que cada parte debe abonar los gastos de procedimiento, a no ser que el Tribunal lo declare de otra manera. El Tribunal no encuentra ningn motivo para apartarse de esta regla general.
V
Pgina 17
POR ESTOS MOTIVOS, El Tribunal, habiendo odo a ambas partes, Declara que el caso trado ante l por los Gobiernos de Su Majestad britnica, de la Repblica francesa, de Su Majestad el Rey de Italia, de Su Majestad el Emperador del Japn, con intervencin del Gobierno de la Repblica polaca, le ha sido legalmente sometido; y Decide y sentencia: I 1. Que errneamente negaron las autoridades alemanas, el 21 de marzo de 1921, al vapor Wimbledon, el acceso al canal de Kiel; 2. Que el artculo 380 del Tratado firmado en Versalles el 28 de junio de 19x9 entre las Potencias aliadas y asociadas y Alemania, impeda a Alemania la aplicacin al canal de Kiel de la Ordenanza de Neutralidad que haba promulgado el 25 de julio de 1920 3. Que el Gobierno alemn est obligado a reparar el perjuicio sufrido por tal motivo por el barco y sus fletadores; 4. Que el perjuicio sufrido debe estimarse en la suma de 140.749 francos 35 cntimos, a la que debe agregarse el inters de seis por ciento anual desde la fecha de la presente sentencia; 5. Que el Gobierno alemn debe pagar, por consiguiente, al Gobierno de la Repblica frncesa, en Pars y en francos franceses, la suma de 140.749 francos 315 cntimos con el inters del 6 por 100 anual desde la fecha de esta sentencia; pago que deber efectuar en un plazo de tres meses a contar de esta fecha. 6. Que cada Parte abone sus propios gastos procesales. Redactado en francs e ingls, siendo el texto francs el que hace fe. Dado y sentenciado en el Palacio de la Paz de La Haya, el diecisiete de agosto de mil novecientos veintitrs, con siete copias, una de las cuales ser depositada en los Archivos del Tribunal y las otras enviadas a los agentes de los Gobiernos Reclamantes, Interventor y Reclamado, respectivamente. El Presidente, (Firmado) Loder. El Secretario, (Firmado) A. Hammarskjold
Pgina 18
Los seores Anzilotti y Huber, Jueces, y el seor Schcking, Juez nacional alemn, declaran que no pueden suscribir la sentencia dictada por el Tribunal, y hacen uso del derecho que les concede el artculo 57 del Estatuto del Tribunal, para formular los siguientes votos particulares. Inicial, L. A. H.
OPININ DISIDENTE DE LOS SRES. ANZILOTTI Y HUBER 1. NOSOTROS LOS INFRASCRITOS, no podemos compartir la opinin del Tribunal en su sentencia de 17 de agosto de 1923, en el caso del Wimbledon, por razones que en su parte principal se insertan ms abajo. Como la diferencia esencial entre nuestra manera de ver y la de la mayora gira sobre un punto que afecta a la interpretacin de Convenciones internacionales en general, creemos de nuestro deber usar del derecho que nos concede el Estatuto para emitir nuestra opinin individual. En nuestra opinin, la cuestin a decidir no es si Alemania pudo invocar, para negar al vapor Wimbledon el paso a travs del canal de Kiel, un deber de neutralidad que hubiera podido ser preferente a la obligacin que resulta de los artculos 380 y siguientes en favor de la navegacin por barcos que pertenecen a Estados en paz con Alemania. La cuestin es ms bien la siguiente: las clusulas del Tratado de Versalles relativas al canal de Kiel, se aplican igualmente en el caso de la neutralidad de Alemania o slo se aplican en circunstancias normales, esto es, en estado de paz, sin que afecten a los derechos y deberes de la neutralidad? La cuestin as planteada parece estar conforme con la tesis sostenida por la parte demandada. 2. Antes de exponer argumentos, se hace necesario hacer notar un hecho que, sin embargo, no tiene importancia desde el punto de vista de la sentencia dictada. En el momento en que el paso le fue rehusado al vapor Wimbledon, exista un estado de guerra entre Polonia y Rusia, y por tanto la neutralidad de Alemania subsista an. Esto resulta, aparte de toda consideracin relativa a la situa-cin exterior e interior de Alemania, de los trminos mismos de los preliminares de paz y el artculo 1 del Tratado definitivo de Paz entre Polonia y Rusia, as como, y sobre todo, del hecho de que un armisticio que formaba parte integrante de los preliminares de paz segn su artculo 13, estuvo en vigor hasta la ratificacin del Tratado definitivo. Ahora bien; esta ratificacin no se haba hecho en el momento en cuestin. 3. Debe observarse, en primer lugar, que para la interpretacin de contratos como son las Convenciones internacionales, ha de tenerse en cuenta la complejidad de las relaciones entre los Estados y el hecho de que las partes contratantes son entidades polticas in-dependientes. Si es verdad que cuando el texto de un Tratado es claro se le debe aceptar tal como es sin restringir ni ampliar su sentido literal, no es menos cierto que las palabras slo tienen valor en cuanto expresan una idea; por tanto, no debe presumirse que la intencin fue adoptar una idea que conduce a consecuencias contradictorias o imposibles, o que, segn las circunstancias, deben ser consideradas como excediendo la voluntad de las partes. Tal es el punto en que debe detenerse la interpretacin gramatical de todo contrato, y muy especialmente de Tratados internacionales.
Pgina 19
En este orden de ideas, es necesario recordar que las Convenciones internacionales y en particular aquellas que se refieren al comercio y comunicaciones, se celebran, por lo comn, en situaciones normales de paz. Si, en virtud de una guerra, un Estado neutral o beligerante se ve en la necesidad, para salvar su neutralidad o para la defensa nacional, de tomar medidas extraordinarias que afecten temporalmente a la aplicacin de estas Convenciones, puede hacerlo as, aunque no se hayan hecho reservas expresas. Esta facultad de los Estados que se basa en el uso generalmente aceptado, no puede perder su razn de ser por el hecho de que se haya abusado de ella; ha sido adems reconocida por una clusula inserta en las Convenciones celebradas para realizar el principio de la libertad de comunicaciones de trnsito, principio proclamado por el artculo 23 del Pacto de la Sociedad de las Naciones. Esta clusula dice as: El presente Estatuto no prescribe los derechos y los deberes de los beligerantes y de los neutros en tiempo de guerra. El Estatuto continuar, sin embargo, en vigor en tiempo de guerra en la medida compatible con tales derechos y deberes. La ausencia de una clusula similar en una Convencin determinada no puede ser interpretada en el sentido de que la Convencin deba aplicarse sin tener en cuenta las exigencias particulares de la guerra y de la neutralidad. Por el contrario, el objeto de la clusula es ms bien ofrecer cierta garanta contra abusos posibles, dirigidos a limitar la aplicacin de la Convencin en una medida que dejara de estar justificada por las especiales condiciones de una situacin de neutralidad y del estado de guerra. En este punto, debe reconocerse que un Estado puede contraer compromisos que afecten su libertad de accin con respecto a guerras entre terceros Estados. Pero compromisos de esta naturaleza, teniendo en cuenta la gravedad de las consecuencias que puedan traer, nunca pueden presumirse: deben siempre resultar de estipu-laciones que consideran expresamente situaciones surgidas de una guerra. La libertad de un Estado para adoptar la actitud que considere ms apropiada a las exigencias de su seguridad y al mantenimiento de su integridad, es tan esencial que, en caso de duda, las clusulas convencionales no podran ser interpretadas como limitndola, aun cuando estas clusulas no se opongan a tal interpretacin. Esta consideracin est especialmente justificada si las estipulaciones son perpetuas y sin reciprocidad y afectan los intereses de un tercer Estado. 4. Las consideraciones que preceden no pueden prevalecer contra un texto preciso que haga referencia explcita a las situaciones resultantes del hecho de una guerra. Pero semejante texto no se encuentra en la Parte XII, seccin VI del Tratado de Versalles; por el contrario, esta seccin, examinada por s sola y comparada con otras secciones de la misma Parte de dicho Tratado, o con otros Tratados, ms bien sugiere una interpretacin de acuerdo con los principios generales enunciados ms arriba. El argumento fundamental de los demandantes y en que se basa la sentencia dictada, est tomado de la frase final del artculo 380, segn la cual el canal de Kiel debe ser libre y estar abierto a los barcos de guerra y de comercio de todas las naciones en paz con Alemania. Se ha dedu-cido de esto que la obligacin contrada por Alemania no admitira ms
Pgina 20
que una sola limitacin, esto es, que Alemania puede rehusar el acceso al canal de Kiel a los barcos de naciones con las cuales est en guerra. En toda otra circunstancia el canal debe mantenerse siempre libre y abierto, por estar expresamente indicados el tiempo de guerra y el tiempo de paz, ya que el artculo contiene la hiptesis de que Alemania sea tambin beligerante. No obstante, las palabras naciones que estn en paz con Alemania, no significan necesariamente que los Estados que no se encuentren en guerra con ella estn capacitados para aprovecharse, en cualesquiera posibles circunstancias, de las estipulaciones de los artculos 380 y los siguientes; ms bien significan que un estado de paz es la condicin necesaria para la aplicacin de estas estipulaciones. Esta condicin que se deduce por s misma y que reviste el carcter de una clusula de estilo, es natural en un Tratado cuyas estipulaciones se relacionan con el restablecimiento del estado de paz. Parece difcil deducir de ella consecuencias de un alcance considerable. Por otra parte: el artculo 380 no debe considerarse aisladamente, sino en relacin con otras estipulaciones de la misma seccin. Se ver bien entonces que este artculo, el primero de la seccin, establece la regla general, que tiene su complemento y est limitada en los siguientes artculos. Pero es claro que estos artculos slo miran a la reglamentacin del paso a travs del canal en cuanto al trfico en tiempos normales de paz. Esto es verdad ms particularmente en relacin con el prrafo segundo del artculo 381, que prev la posibilidad para Alemania de oponer ciertos obstculos al movimiento de barcos. Ninguno de estos impedimentos se refiere a las medidas que Alemania pueda tomar en su carcter de beligerante o de Potencia neutral, de manera que la disyuntiva consiste en admitir que Alemania no est autorizada a tomar conforme a ese carcter, cualquier medida especial, o bien que bajo este respecto, su libertad no est limitada por el Tratado. Pero nos parece difcil admitir que hubo la intencin de prohibir a Alemania que tomase las medidas necesarias para salvar los intereses supremos que en caso de guerra o de neutralidad puedan estar en juego para ella, mientras que su derecho a tomar las medidas necesarias para hacer respetar sus reglamentos de Polica y Aduanas y Ordenanzas sanitarias, esto es, para proteger intereses relativamente menores, ha sido plenamente reconocido. 5. Una comparacin entre los artculos 380 a 386 y la seccin segunda de la misma Parte del Tratado, que se refiere a la navegacin en las vas interiores alemanas, prueba claramente que estos artculos, que ocupan un lugar aparte y presentan rasgos particulares, se aproximan mucho a las disposiciones de la seccin mencionada. Y considerando que las diferencias se refieren principalmente a la duracin de las obligaciones contradas por Alemania y a los beneficios de esas obligaciones, la regla general que se establece en el prrafo segundo del artculo 381 es simplemente una reproduccin, palabra por palabra, de la regla establecida en el prrafo cuarto del artculo 327; y la seccin segunda, como la seccin sexta, no contiene provisin alguna que se refiera a un estado de guerra o de neutralidad. Parece, sin embargo, difcil suponer que, porque Alemania haya accedido a dejar libre el trnsito de sus canales navegables a las Potencias aliadas y asociadas sin otras restricciones que las limitativamente enumeradas en el prrafo cuarto del artculo 327, haya perdido el derecho de tomar las medidas que considere necesarias en tiempo de guerra. Lo contrario se ha reconocido explci-tamente en la Ley que regula la navegacin en el Elba, establecida en ejecucin de clusulas del Tratado de Versalles. 6. An ms: si el artculo 380 debe tomarse en su estricto sentido literal, se seguir de aqu que Alemania, como beligerante, debe mantener libre y abierto el canal a los barcos de las
Pgina 21
naciones neutrales, siempre que esos barcos pertenezcan a naciones en paz con Alemania. Pero una obligacin de esta naturaleza se concibe difcilmente sin una recproca obligacin, por parte de los Estados con quienes se encuentre en guerra Alemania y a respetar el derecho de libre paso a travs del canal. La obligacin impuesta a un Estado de dejar abierto un camino navegable en tiempo de guerra, es slo concebible cuando est protegido dicho paso contra la accin de los beligerantes. Este es el caso a que se refieren las Convenciones de los canales de Suez y Panam. Cualquiera que sean las semejan-zas y las diferencias entre estas dos Convenciones, permanece en pie el hecho de que se han ocupado como de cosa esencial de mantener el respeto hacia esos caminos martimos en tiempo de guerra. El bloqueo del canal y el cumplimiento de actos de hostilidad, tanto en el canal como en las aguas adyacentes, estn expresamente prohibidos; las condiciones y modalidades del trnsito de los barcos de guerra beligerantes se establecen exactamente, etc. Por el contrario, ninguna disposicin de esta naturaleza se encuentra en la seccin del Tratado de Versalles concerniente al canal de Kiel; y se hace difcil entender por qu se han omitido, si es cierto que el Tratado ha intentado instituir un rgimen similar al establecido por las Convenciones de los canales de Suez y Panam. Una comparacin, por tanto, entre estos tres acuerdos internacionales, confirma de una manera evidente la conclusin a que hemos llegado de la interpretacin de varias clusulas de la seccin sexta y de la relacin entre esa seccin y la segunda de la Parte XII del Tratado de Versalles. El hecho de que ciertos Estados peculiarmente interesados en el rgimen del Bltico no son partes en el Tratado de Versalles, ofrece otro argumento en el mismo sentido. 7. La conclusin que parece desprenderse de las consideraciones anteriores es, pues, que la obligacin contrada por Alemania de mantener el canal de Kiel libre y abierto a los barcos de las naciones en paz con ella, no excluye su derecho a tomar las medidas necesarias para proteger sus intereses como beligerante o potencia neutral. Esto no quiere decir que no exista la libertad del canal tambin en tiempo de guerra; pero esta libertad estar entonces necesariamente limitada, bien por exigencias de su defensa nacional, si Alemania es beligerante, o, si es neutral, por las medidas diversas segn las circunstancias que pueda tomar. Este principio corresponde exactamente a la regla, ya mencionada, que se adopt en las Convenciones de Barcelona. El statu legal del canal de Kiel, por tanto, se aproxima al de las aguas navegables interiores de inters internacional. Tal parece que fue la intencin de los autores del Tratado de Versalles hasta donde pueda deducirse del cambio de correspondencia sobre el asunto entre las dos partes contratantes. Una indicacin en el mismo sentido puede tambin verse en el hecho de que mientras Alemania estuvo, segn la clusula 25 del Armisticio de 11 de noviembre de 1918, excluida de la posibilidad de alegar su neutralidad, esta provisin no reaparece ni en el texto del Tratado ni en las notas cambiadas. Por estas razones, somos de opinin que la nica cuestin que debe decidirse es si la aplicacin al canal de Kiel de los Reglamentos de neutralidad adoptados por Alemania constituy un acto arbitrario encaminado a impedir intilmente el trfico por el canal. Tal suposicin aparece imposible, teniendo en cuenta las manifestaciones del agente alemn durante la audiencia, declaraciones que muestran la gravedad de la situacin poltica de Alemania en ese momento, ya se considere desde el punto internacional o bien desde el punto de vista interior. 8. Las bases de las consideraciones expuestas ms arriba quedaran modificadas esencialmente si tomsemos por punto de partida el hecho de que Alemania ha reconocido la obligacin de dejar pasar a travs del canal a los barcos de guerra beligerantes, a pesar de su
Pgina 22
neutralidad, y consecuentemente hubiera dejado incumplida una obligacin esencial de todo Estado neutral, es decir, la de prohibir el paso de fuerzas beligerantes a travs de su territorio. Semejante reconocimiento podra, tal vez, deducirse de una parte de la nota de la Delegacin alemana dirigida a la Conferencia de Embajadores con fecha 20 de abril de 1921, de ciertas explicaciones contenidas en el discurso del agente alemn ante el Tribunal y, sobre todo, de un argumento que se encuentra en la pgina 8 de la Dplica. Esos pasajes estn, por otra parte, muy lejos de ser claros. Sea lo que fuere, esta admisin motivada inexactamente por la exterritorialidad de los barcos de guerra y por la imposibilidad material de evitar su paso, estara en completa contradiccin con las conclusiones del demandado y con su argumento esencial fundado en la ale-gacin de un derecho personal imprescriptible de neutralidad. Es tambin dudoso que semejante reconocimiento est conforme con el artculo 380, desde el momento en que la presencia de barcos de guerra beligerantes podra comprometer seriamente el objeto esen-cial de la clusula, esto es, la libertad de la navegacin pacfica en el canal. Aun si las manifestaciones alemanas mencionadas ms arriba fuesen ms concluyentes en el sentido de la admisin referida, difcilmente sera posible considerarlas con valor de manifestacin autntica que haga estado. 9. Si se adopta la tesis de que el paso a travs del canal de Kiel de un barco cualquiera aun siendo un convoy, segn los trminos del artculo 2 de la 5 Convencin de La Haya de 1907 no infringe la neutralidad de Alemania, los que suscriben se consideran obligados a formular una reserva con respecto al reconocimiento de un derecho de proteccin internacional aplicable al transporte de contrabando. Es cosa comprobada que el derecho internacional actual concede a los neutrales la facultad de suprimir o tolerar en su territorio el comercio y transporte de contrabando, y ms especialmente de armas y municiones. Por otra parte, esos transportes, aun bajo bandera neutral, no estn protegidos contra un beligerante, y ste est autorizado a imponer la pena de confiscacin en ciertas condiciones, incluso al barco neutral y a la parte del cargamento que no constituye contrabando. Esto se explica por el hecho de que el comercio y transporte de contrabando, aun cuando no afecte a la neutralidad de los Estados, est considerado en el derecho internacional como ilegal, porque adopta las formas del comercio pacfico con fines de guerra. Esta idea parece imponerse con mayor fuerza cuando se contempla a la luz del Pacto de la Sociedad de las Naciones, y muy especialmente sus artculos 8 y 23, prrafo d. Por esta razn parece difcil admitir entre Estados neutros y para los efectos del comercio y el transporte de contrabando un derecho que pueda servir de base a una accin procesal cuando esos mismos intereses carecen de proteccin con referencia a los beligerantes. (Firmado) Anzilotti. Huber.
Pgina 23
El que suscribe, tambin se halla en la imposibilidad de adherirse a la sentencia dada por el Tribunal, por las siguientes razones: I. El derecho de libre paso a travs del canal de Kiel, en mi opinin, indudablemente asume la forma de un servitus juris publici voluntuaria. Este concepto, que durante siglos ha sido de gran utilidad en el derecho internacional, es, ciertamente, en el momento actual, objeto de controversias en la ciencia del derecho de gentes; pero su importancia en realidad ha crecido desde que se hicieron los Tratados de Paz despus de la guerra mundial, porque en estos Tratados se han creado muchas situaciones legales que no pueden colocarse en otra categora que la de la servidumbres del derecho internacional. Si el derecho de referencia se considera como una servidumbre, se desprenden importantes consecuencias para el presente caso. a) De acuerdo con la doctrina unnime de escritores de derecho internacional, todos los Tratados que estipulan servidumbres deben ser interpretados restrictivamente de tal manera que la servidumbre, siendo un derecho excepcional que pesa sobre el territorio de un Estado extranjero, no limite sino en el menor grado posible la soberana de ese Estado. Si se adopta una interpretacin puramente literal del artculo 380, el nico caso en que no se aplica la servidumbre es aquel en que se trata de navios o barcos que pertenezcan a naciones que estn en guerra con Alemania. Sin embargo, es muy dudoso que Alemania, si se encuentra en la situacin de Estado beligerante o neutral, no tenga en realidad y por efecto del artculo 380 el derecho de tomar, para salvar sus intereses con respecto al canal, medidas especiales no previstas por el art. 381, prrafo 2, tambin respecto de los barcos que pertenezcan a Estados que no sean sus enemigos: porque el canal est bajo la jurisdiccin de Alemania y no ha sido neutralizado como el canal de Suez, y desde luego en una forma todava menos completa, el canal de Panam. Es ms bien su uso el que ha sido internacionalizado, como lo ha sido el de las grandes vas acuticas interiores. El derecho de tomar medidas especiales en tiempo de guerra o de neutralidad, no ha sido expresamente renunciado; ni puede semejante renuncia inferirse del hecho de que el canal deba estar siempre libre y abierto. La circunstancia de que ese derecho se ha concedido a perpetuidad, no basta para excluir la posibilidad de regular o temporalmente suspender su ejercicio, y las palabras esenciales empleadas para la neutralizacin del canal de Suez y que se reprodujeron en el Tratado relativo al canal de Panam, que son: en tiempo de guerra como en tiempo de paz, no aparecen en el artculo 380. Es posible que una interpretacin restrictiva del Tratado que establece una servidumbre vaya contra el sentido puramente literal del artculo 380, interpretacin segn la cual el Reich, como beligerante o como neutral, puede como poseedor soberano de la zona del canal tomar medidas que los artculos 380 y siguientes le prohben en tiempo normal con relacin a la circulacin de los navios. Esta interpretacin, sin embargo, se impone por otras dos consideraciones. En primer lugar, existe el hecho de que el artculo 381, prrafo segundo, prueba el deseo de los Estados victoriosos de garantizar en tiempos normales los intereses administrativos del Estado ribereo, en relacin incluso con el derecho de libre paso: hecho que hace posible deducir que cuando se encuentran disposiciones que responden a esos intereses menos importantes, los intereses superiores estn tambin garantizados. En segundo lugar, existe la circunstancia de que durante las negociaciones de la paz, Alemania, con relacin a las claramente inadecuadas provisiones del ar-ticulo 380, hizo la expresa proposicin de celebrar arreglos concretos/ Esa proposicin es cierto que no fue hecha sino a ttulo de reciprocidad. En
Pgina 24
vista de que los Estados victoriosos no aceptaron esa proposicin, debe admitirse el principio de Derecho Romano que prevalece contra ellos obscuritas pacti nocet el qui apertius loqui potuit. b) Adems, de acuerdo con la doctrina de Derecho de gentes, los Estados beneficiados por una servidumbre estn bajo la obligacin civiliter uti con respecto al Estado que tiene la servidumbre. Los intereses vitales del Estado sometido a la servidumbre deben en toda circunstancia, ser respetados. Desde este punto de vista, el Estado beneficiado debe consentir que sus derechos queden limitados temporalmente. Los intereses vitales de Alemania en el momento, hicieron necesario que observase una estricta y absoluta neutralidad con respecto a la guerra que se estaba llevando a cabo en sus fronteras. A este respecto, la situacin interna de Alemania en aquel momento no deja de ofrecer gran importancia. En distintas ocasiones, el trnsito de trenes hacia el Este cargados de municiones haba dado lugar a disturbios en Giessen, Marburg y Untertrkheim que no les fue posible a la polica y al Reichswehr dominar. En distintos lugares las organizaciones de trabajadores decidieron usar de la fuerza a fin de impedir el trnsito de material de guerra. Casos similares pudieron presentarse en el canal de Kiel, en que por las existencias de esclusas y puertas un barco solo poda pasar con la ayuda de los obreros alemanes. Es cierto que el principio de respeto a los Tratados exige que un Estado que haya asumido una obligacin no pueda alegar a la ligera dificultades interiores para dejar de cumplir sus compromisos exteriores. Pero el Gobierno alemn se encontraba en esta poca en presencia de di-ficultades muy excepcionales surgidas de la situacin general interna alemana. Si es posible aplicar la doctrina de civiliter uti a una servidumbre de derecho internacional, entonces el Gobierno alemn, al aplicar asimismo al canal de Kiel la prohibicin relativa al trnsito de contrabando, lo hizo para garantizar sus vitales intereses. Al hacerlo, Alemania no hizo prevalecer un derecho de necesidad especial sobre sus obligaciones contractuales; meramente hizo valer la existencia de los lmites naturales a que est sometida toda servidumbre. II. Consideraciones de otra naturaleza justifican asimismo la negativa opuesta por Alemania, a pesar del artculo 380, al paso del Wimbledon a travs del canal de Kiel Uno de los dos Estados beligerantes Rusia no particip en el Tratado de Versalles; en mi opinin, Alemania, por consiguiente, qued bajo la obligacin de cumplir con respecto a ella sus deberes de Estado neutral. Para refutar esta tesis se ha alegado que existe un consensus de opinin jurdica en el sentido de que cuando una va navegable artificial que une dos mares abiertos ha estado permanentemente dedicada al servicio del mundo entero, tal va navegable queda asimilada a los estrechos naturales en el sentido de que el Estado ribereo neutral no puede ser declarado responsable, tanto del paso de barcos que pertenezcan a beligerantes, como del paso probable de barcos cargados de municiones; y esto aun cuando aquel uso especial de la va acutica se haya realizado en virtud de un acuerdo particular. La existencia de tal consensus de opinin, sin embargo, no me parece estar suficientemente probada. A fin de basar esta opinin jurdica, se ha invocado la prctica seguida en cuanto a los canales de Suez y Panam. Para refutar este argumento, debe manifestarse una vez ms que la situacin jurdica de los canales de Suez y Panam es enteramente diferente de la del canal de Kiel, en el sentido de que aquellos canales han sido neutralizados en virtud de una Befriedung general (neutralizacin negativa de la zona del canal), mientras que por el artculo 380 no se ha establecido tal neutralizacin con respecto al canal de Kiel. Aun admitiendo que el canal de Panam est bajo la intervencin exclusiva de los Estados Unidos, es no menos cierto que el Tratado Hay-Pauncefote de 18 de noviembre de 1901
Pgina 25
menciona esa neutralizacin general y contiene cierto nmero de estipulaciones en ese sentido. En estas circunstancias, puede impugnarse la aplicacin de plano al canal de Kiel de conceptos del Derecho internacional que fueron concebidos a propsito de los canales de Suez y Panam, puesto que, como ya se ha dicho, slo se ha internacionalizado el uso de aqul: lo que sin duda alguna tiende ms bien a crear una semejanza entre ese canal y las vas acuticas interiores. En razn a esos hechos es, en mi opinin, absolutamente necesario responder a la cuestin de saber si el paso del Wimbledon era compatible con los deberes de Estado neutral de Alemania en relacin con Rusia. La respuesta a esta cuestin debe ser negativa, por las razones siguientes: Un examen profundo del origen de los artculos 2 y 7 de la 5a Convencin de La Haya de 1907, concernientes a los derechos y deberes de las Potencias y personas neutrales en tierra, en caso de guerra terrestre, as como de la aplicacin de estos artculos durante la guerra mundial, particularmente por Holanda en su carcter de neutral, ensea que el transporte de material de guerra, aun no siendo con escolta o vigilancia militar, debe considerarse como un convoy segn el artculo 2 de la Convencin, cuando no se verifica como resultado de una transaccin comercial y cuando el beligerante asume su doble calidad de expedidor y de destinatario, aunque el transporte se efecte por medio de barcos privados. Ningn Estado neu-tral puede consentir el trnsito a travs de su territorio de semejante convoy. Se sigue de esto que el Reich alemn no tena derecho a conceder el paso del Wimbledon a travs del canal de Kiel, en vista de que las municiones en cuestin expedidas por la misin polaca en Salnica y destinadas a la Base Naval del Estado polaco en Dantzig, eran de la propiedad de ese pas; y puesto que en este momento el estado de paz no haba sido restablecido. Como Holanda, en su carcter de neutral, hizo observar con justo ttulo a propsito del transporte de arena y grava por el Rhin, en virtud de haberse invocado por un beligerante el Acta de navegacin del Rhin, los deberes de neutralidad deben tener precedencia sobre cualesquiera obligaciones contractuales. Tal es, asimismo, la doctrina de escritores de Derecho internacional (vase Richard Kleen: Lois et usages de la neutralit, Pars 1898, vol. I, pgs. 223, 224). La violacin de los deberes de un neutral, constituye sin duda un delito ante el derecho internacional, aun cuando obligaciones de los Tratados celebrados con un tercer Estado puedan alegarse para reforzar tal acto. No pudo ser intencin de los Estados victoriosos obligar al Reich, en virtud del Tratado de Versalles, a que cometiera tales delitos contra un tercer Estado. Hubiera sido imposible, adems, realizar tal intencin, ya que no puede asumirse por convencin una obligacin jurdicamente vlida que se encamine a realizar actos de violacin de los derechos de terceros. FIN (Firmado) Walter Schcktng.
Pgina 26