La Música en Las Misiones Jesuitas
La Música en Las Misiones Jesuitas
La Música en Las Misiones Jesuitas
Guillermo Haidar.
La msica empieza donde se acaba el lenguaje. E. Hoffmann La msica es el arte ms directo, entra por el odo y va al corazn. Magdalena Martnez
TITULO Msica: arte o control social? Algunas aproximaciones para determinar cul fue la importancia de la msica a en la obra evangelizadora de las reducciones jesuticas de la primera mitad del siglo XVII. HIPTESIS La msica fue un mtodo de entrada para la penetracin cultural, el control social y la evangelizacin en las misiones jesuticas de la primera mitad del siglo XVII
INTRODUCCIN En la construccin de la realidad iberoamericana actual confluyen los elementos que aport el complejo sustrato de pueblos originarios con las aportaciones de los europeos. La religin fue un factor determinante de la conformacin de las identidades, pero tambin en la gnesis de un patrimonio artstico y cultural. Justamente, ese patrimonio cultural heredado de las misiones tiene una riqueza excepcional. Sus manifestaciones artsticas y musicales testimonian el sincretismo religioso entre las culturas originarias americanas y las europeas a travs de la influencia jesutica para el caso de la geogrfica y el arco histrico que ofrece este estudio. Estas manifestaciones constituyen una fuente de muchas tradiciones populares actuales. La llegada de los Jesuitas a Amrica permiti que rasgos estticos del Renacimiento tomasen cuerpo en el ingenio de los artistas locales y se desarrollaran, originando un Barroco pleno de simbolismos. Este proyecto propone ofrecer un espacio de reflexin y anlisis sobre esta confluencia que, a partir del hecho religioso
(la conversin a la fe catlica) gener fenmenos sociales que pueden abordarse desde varias dimensiones: cultural, antropolgica, religiosa, artstica (pictrica, musical, arquitectnica), poltica, etc. El foco de atencin ser la msica y su influencia dado el sobresaliente desarrollo de este arte del que quedaron importantes registros. Consecuentemente, durante la dcada del 90 se descubrieron manuscritos con obras musicales utilizadas en el perodo cronolgico misional que corresponde a este estudio y a dcadas posteriores1. Estas, fueron celosamente guardadas por los habitantes de pueblos que tuvieron su origen morfolgico como reducciones jesuticas. La preservacin de las mismas destaca su importancia para la poblacin local. El ms importante descubrimiento de este tipo se produjo en la zona de los indios Moxos en Bolivia. Este hecho ha generado un creciente inters por la temtica que abordar este trabajo, a sabiendas de que la presencia de la msica en la obra evangelizadora de las primeras misiones fue una constante y que la mayora de los sacerdotes jesuitas empleados en las mismas fueron experimentados msicos. En las siguientes pginas se intentar responder a los porqu y a los cmo de este fenmeno del que quedaron tantas pruebas y registros, muchos de ellos, como se expuso, recientemente descubiertos. MARCO TEMPORAL: El perodo histrico que tomar este proyecto de investigacin se reduce a las primeras cinco dcadas de las reducciones, sobre todo las guaranticas, desde sus comienzos en 1609, hasta ms o menos el ao 1660 Dos motivos llevaron a limitar este trabajo a tal arco temporal. En primer lugar la posibilidad de acceder a las fuentes: Slo los principales documentos de este perodo estn editados, el resto es un compendio inconexo y difcil de clasificar que excede las pretensiones de esta investigacin que se circunscribe al primer periodo de las misiones. En segundo lugar, porque lo que se hizo durante estas cinco primeras dcadas marc la identidad de las misiones jesuticas durante todo el siglo y medio en que los aborgenes vivieron bajo su administracin. Es decir, que lo que cambio con el tiempo fue el estilo de la msica y sus recursos, no la forma de su utilizacin que es lo que corresponde a esta investigacin. Los cambios en la msica son materia de anlisis propio de un estudio musicolgico, no de uno histrico y realmente no tiene sentido a los fines de la presente explayarse en tales cuestiones.
LAS FUENTES UTILIZADAS: Las obras consultadas y la bibliografa de la que se dispone no se ciernen estrictamente en el aspecto musical de las misiones sino que abordan un abanico generalizado de temticas y de aspectos que se relacionan con lo cotidiano, lo litrgico, lo econmico, el problema de las invasiones externas, el de las enfermedades y epidemias, etctera.
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Algunas ediciones de estas obras fueron hechas por el musiclogo Piort Nawrot: NAWROT, Piotr, Msica de vsperas en las reducciones de Chiquitos, Bolivia (1691-1767). 1996 http://www.portalguarani.com/autores_detalles.php?id=1534 Si bien el marco temporal de este autor excede el de este trabajo, su anlisis sirve a los efectos de mostrar el renovado inters que se cierne sobre la msica de las misiones a raz de diversos descubrimientos durante la dcada de los 90 del siglo pasado.
A travs de estos textos, sobre todo, el diario de viaje del sacerdote jesuita Florian Paucke2, se sabe que la msica era una dimensin ya presente entre los indgenas, una constante antropolgica antes y despus de la llegada de los conquistadores, aunque, claro est, su influencia los marcara para siempre. La fuente principal; adems de los escritos testimoniales directos de Florian Paucke sern las llamadas Cartas Anuas3 que renen en su seno la correspondencia que al interior de las misiones se enviaba entre los diferentes sacerdotes y que contienen todo tipo de informaciones, recomendaciones y sealamientos de lo que a las misiones se refiere. Adems de este testimonio escrito, y a travs de un trabajo musicolgico del actual rector del Colegio Inmaculada de Santa Fe4, se tuvo acceso a la correspondencia particular que cada misionero enviaba al provincial de la Orden, con descripciones ms ricas que las Cartas Anuas estas obras fueron recogidas por un coleccionista privado: De Angelis5. Por la misma va tambin, se tuvo acceso a otros documentos de carcter oficial editados en la valiosa obra Organizacin social de las doctrinas guaranes de la Compaa de Jess que el padre Pablo Hernndez realizara a principios del siglo pasado y a otras obras como la del padre Francisco Xarque, que tambin se encuentran recopiladas a travs de otros estudios en diversas pginas web6. MARCO TERICO: Existe una faltante en cuanto al estudio de la influencia de la msica en la conquista en general y de la evangelizacin en particular. El presente trabajo se remitir al estudio de la msica en las misiones jesuticas porque de ella quedan abundantes registros, inclusive en la llamada sabidura colectiva de los pueblos que antao fueran reducidos. Ahora bien, diversos testimonios inducen a pensar que los jesuitas no fueron los primeros europeos en percatarse del efecto de la msica sobre los pueblos que se pretenda dominar. Un siglo antes del inicio de las reducciones, ya haba emanado desde la misma Corona la recomendacin de usar este arte como medio eficaz para pacificar y evangelizar a los aborgenes: No queriendo los indios recibir la paz de la santa fe, se use de los medios que por esta ley se manda, entre otros la msica de cantores y ministriles.7 Se afirma que tambin en el siglo XVI, convencido de la fuerza de persuasin que la msica tena para la evangelizacin, el misionero del Brasil, Manuel de Nbrega deca:
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PAUCKE, Florian Hacia all y para ac, publicacin digital del Ministerio de Innovacin y Cultura de la Provincia de Santa Fe. (2011)
Cartas Anuas de la Provincia del Paraguay, Chile y Tucumn de la Compaa de Jess (1609-1614), (1615-1637),( 1632-1634), (1637-1639), (16341, 1943) 4 NARDIN, Leonardo sj, LAUDATE DOMINIUM OMNES ENTES. Pontificium athenaeum s. Anselmi de Urbe Pintificium Institutum liturgicum Roma 1997 5 Manuscritos da Coleo De Angelis. 6 Ver en el anexo el punto 11. 7 Recopilacin de indias, 1.1.4, citado por SASTRE Eutimio, El empeo de constuir la Iglesia en Hispanoamrica y en las islas Filipinas bautizando las personas y la sociedad, en: La Evangelizacin el nuevo mundo, p. 250 nota 59. Ministriles: (del latn ministerium y minister) es el nombre que se aplic a los juglares en la Edad Media como ayudates de los trovadores.
Dadme una orquesta de msicos y conquistar al punto todos los infieles para Cristo8. Capaz de transportar al ejecutante y a los que escuchan a una dimensin superior y abstracta; este efecto era patente entre los pueblos que se pretendi evangelizar y de su resultado pronto se dieron cuenta los jesuitas: En efecto, no era poco el gusto que los pueblos originarios de las tierras sudamericanas experimentaban a travs de la msica, sobre todo durante las celebraciones litrgicas. Como afirmara en ste sentido el padre Francisco Xarque9: Parece que aquellos nuevos cristianos viven ms en el templo con Dios que en sus casas de familia
Es factible pensar que a travs del sonido se poda llegar a sus gustos, a su espritu, al interior de su personalidad. Al menos desde el punto de vista de los observadores europeos, la fascinacin aborigen por la msica era un efecto palpable del que los europeos se percataron tempranamente. Adems de ser un recurso de captacin barato y fcilmente transportable, En definitiva, el sonido y todo lo captable a travs de los sentidos era algo que realmente los movilizaba, esta idea fue atestiguada y est en las fuentes: Y aunque es verdad que gente que ha estado toda su vida sin conocimiento de estas cosas que les predicamos, y por su natural algo remiso, cuesta trabajo y sudor el ponerlos en esto, pero es gente que se deja llevar mucho por esto exterior que percibe por los sentidos.. (Padre Romero SJ, a principios del Siglo XVII). Es esta una expresin muy clara, pero cul es la particularidad de todas las fuentes que se estn citando? Todas son la expresin de la voz de los dominadores, la cosmovisin que se expresa es la de los europeos, no hay registros escritos que expresen la cosmovisin o la opinin sincera de los dominados. En otras palabras: El problema de las fuentes es su etnocentrismo. Y, en razn de la dominacin sobre las culturas aborgenes, tanto desde un abordaje macro como microsocial representan la historia oficial, la de los dominadores. La complejidad del tema elegido excede los paradigmas tericos de todos los autores conocidos, el mismo no puede ser analizado desde el marxismo y sus variables como un mtodo sistemtico de dominacin, puesto que no redund en un sistema de explotacin ni esclavista, ni feudal, y aunque si desarrollo un gran comercio tampoco fue capitalista. Se poda huir del sistema, generar contravenciones e inclusive matar a los misioneros, para un anlisis marxista deben existir condiciones de dominacin avaladas por la fuerza, no era este el caso de las misiones. Algunos autores han cado en la tentacin de ver en las reducciones un sistema socio-econmico cercano al socialismo utpico, y si bien esta categora de anlisis est caracterizada por su laxitud, dentro de las mismas existan jerarquas y estratos sociales que tenan que ver con el poder de decidir. En ellas ni las mujeres ni los nios podan hacerlo, los caciques eran respetados como autoridad poltica y los chamanes, aunque cristianizados guardaban para s el respeto del resto de los grupos sociales aunque, en franco retroceso por la accin de la religin.
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Citado por FURLONG, Guillermo, Msicos argentinos durante la dominacin hispnica, p. 45. Francisco Xarque: sacerdote, nacion en Orihuela (Alicante) el 1 de Septiembre de 1607. Ingres a la Compaa de Jess en 1624. Lleg a Buenos Aires el 29 de Abril de 1628 y dej la Compaa en 1637.
Desde mi perspectiva, sta tampoco es una visin discursiva correcta porque citando a Bourdieu10 los jesuitas tenan cierto poder al dominar esa parte del conocimiento que el resto de la poblacin no maneja o detenta. Tenan por supuesto el poder de la msica una porcin de capital cultural que, como ser expresado generaba cierta atraccin en los aborgenes y de esto, los misioneros europeos fueron plenamente conscientes. Ahora bien, como ya fue expresado en la justificacin, la bibliografa disponible que hace referencia al tema elegido no es abundante; y de la que existe en el Archivo Histrico Provincial la ms trascendente es el libro de viaje de Florin Paucke, que como tambin se expres se cierne en cuestiones variadas, ningn enfoque es estrictamente histrico y mucho menos musical. Existe, de hecho, una faltante en relacin al tema elegido. Lo ms cercano a un estudio serio de esta temtica esta cifrado en el trabajo musicolgico del actual rector del Colegio Inmaculada que ya fuera citado, desde el mismo tenemos acceso a las Cartas Anuas y otra bibliografa de la poca que fuera debidamente sealada en las citas del pie de pgina. Es pertinente, entonces, desarrollar el eje de esta futura investigacin segn esta problemtica de las fuentes. Las mismas representan la historia oficial. Apelando a la opinin de James Scott11, los nicos capaces de dejar un legado escrito fueron los europeos, los guaranes no dominaban la escritura y su produccin cultural mayoritariamente fue suprimida por la accin constante de 500 aos de dominacin socioeconmica y cultural, tanto consciente como inconsciente. Pero adems, existe la posibilidad de que se desarrolle el arte de disimular tan necesario en la vida de los dominados y que a travs de ella, lo que los europeos hayan atestiguado en las fuentes fuera slo un recurso teatral o fingido que los dominantes ofrecieran para generar cierta conformidad y continuar con sus prcticas culturales sincrticas 12. Ahora bien, que indicios se tienen acerca de que lo expresado ms arriba pudiera ser cierto? Para resolver este interrogante se apelara a un enfoque microhistrico y desde all, desde las relaciones de los individuos entre s y con el entorno, en su vida cotidiana, en los conflictos que no trascendieron o modificaron los grandes relatos, intentar proyectar un estudio que se acerque ms a la estructura de la sociedad en su conjunto Slo a travs de un anlisis exhaustivo de casos puntuales se podr dar cuenta de esta aseveracin. Se vuelve necesario entonces, un trabajo de campo in situ que sirva a los fines de determinar si esta estipulacin planteada por Scott se vuelve real segn los hechos atestiguados por la tradicin oral que an guardan los pueblos dominados. FUNDAMENTACIN
Existe una relacin de receptividad entre los pueblos sometidos a la vida en las reducciones y la oferta de abundante msica, sobre todo litrgica. Los jesuitas fueron una orden en el que la msica se desarrollo como parte de la educacin de los futuros sacerdotes. Y este conocimiento fue llevado con los misioneros hacia los
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BOURDIEU, Pierre. Capital cultural, escuela y espacio social Siglo XXI editores. Buenos Aires 2005.
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SCOTT, James. Los dominados y el arte de la resistencia. Yale University, New Haven y Londres. Ediciones Era, Mexico DF. 2000 12 La tesis de Scott tiene que ver con descifrar esa forma estereotipada y ritualista que los dominados utilizan delante de los dominadores y que dejo en legado toda una serie de impresiones que no necesariamente representan la forma de vida y la cosmovisin de los primeros.
pueblos sometidos. La relevancia del desarrollo musical esta patentado en el celo con que la gente de Chiquitos, en Bolivia, preserv las partituras que hace poco fueron encontradas. En las misiones, prcticamente no haba distincin entre acontecimientos de orden civil o religioso como se observa en toda sociedad de antiguo rgimen y por ello toda festividad estaba cargada como toda celebracin del barroco- de abundantes imgenes, msica y efectos que calaban profundo en el universo sensorial de las personas13. Ahora bien, no existen dudas de que las misiones fueron un xito, crearon una sociedad diferente dentro de la organizacin colonial de dominacin a los pueblos sometidos. En la misma, la norma a seguir no estaba regida por la violencia o la coaccin fsica. Se sabe que por misin haba de uno a tres sacerdotes14, sin armas, y por supuesto sin ejrcito (luego lo tuvieron ). A qu se debe este xito? Existen varias razones para ello, una de ellas es la msica. La msica, por la manifiesta fascinacin e inters que entre los pueblos originarios generaba, fue desarrollada y difundida por los misioneros, la mayora de ellos mentados msicos15. En muchos casos, absorbida y desarrollada por sus destinatarios, que en algunas ocasiones llegaron a ser grandes cantantes, violinistas e inclusive luthiers. Este aspecto es de destacar. Sobre todo en lo que respecta al extendido debate iniciado a mediados del siglo XVI, que se estableci entre diversas facciones de los dominadores coloniales16 -sobre todo en el lado espaol- acerca de la verdadera naturaleza de los llamados indios. En otras palabras; la virtud musical en muchos casos fue la manera de explicar o dar cuenta de que en rigor el dominador estaba tratando con seres humanos, poseedores de un alma y por tanto hijos de Dios. No con meros sujetos propios de dominio y explotacin, ms parecidos a los animales que a los civilizados cristianos europeos. La virtud musical entonces, inclin la balanza hacia los que los consideraron
La applicatio sensuum, la instrumentalizacin de los sentidos y de la imaginacin, es un elemento tpico del mtodo de misin jesutico para la cooptacin cultural de las personas. Para mas informacin ver en el Anexo el punto 12. 14 VER EN EL ADJUNTO EL PUNTO Para mas informacin se puede visitar el siguiente informe en el siguiente PDF: http://www.jesuitica.be/assets/file/REDUCCIONES%20JESUITICAS%20DEL%20PARAGUAY%20(Pe tty).pdf 15 Los maestros ms importantes de la msica y el arte en las misiones de Sudamrica fueron los siguientes : Juan Vaisseau ( 1584 -1617) Jesuita Belga, cultiv la polifona vocal sacra de los siglos XV y XVI y se dedic a estudiar msica para utilizarla en la conversin de los indios americanos. Luis Berger ( 1587 1639) Jesuita Francs, fue pintor, platero, msico, danzante y fabricante de instrumentos musicales, trabaj en las misiones de Paraguay y Chile. Pedro Comental (1595 1665) Jesuita Italiano. Msico y matemtico, en 1620 fue destinado a las misiones guaranes, donde estuvo hasta su muerte. Gracias a su empeo la reduccin de San Ignacio alcanz la gloria de ser el primer centro musical que hubo en estas regiones de Amrica 16 La Junta de Valladolid es la denominacin habitual del clebre debate que tuvo lugar en 1550 y 1551 en el Colegio de San Gregorio de Valladolid, dentro de la llamada polmica de los naturales (indgenas americanos o indios), y que enfrent dos formas antagnicas de concebir la conquista de Amrica, interpretadas romnticamente como la de los defensores y la de los enemigos de los indios: la primera, representada por Bartolom de las Casas, considerado hoy pionero de la lucha por los derechos humanos; y la segunda, por Juan Gins de Seplveda, que defenda el derecho y la conveniencia del dominio de los espaoles sobre los indgenas, a quienes adems concibe como naturalmente inferiores. No hubo una resolucin final.
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personas, aunque, desde luego, el debate nunca se resolvi y las razones econmicas para lo dominacin hicieron el resto. Lo dems es historia. Desde otra perspectiva, el inters puesto en la msica tiene que ver con la grandeza que alcanzo la Compaa de Jess, sobre todo en el actual territorio de la Triple Frontera de Argentina, Paraguay y Brasil, fundamentalmente en la zona de las costas del Ro Paran. El lector versado en temas histricos recordar puntualmente el hecho de que la Compaa llego a concentrar poblaciones, recursos, mano de obra, industria artesanal, un abundante comercio de yerba mate y hasta un ejrcito propio con el cual defenderse de las agresiones constantes de mamelucos, banderines y encomenderos espaoles. Tanto poder econmico y tanta independencia poltica generaron fuertes recelos en las autoridades civiles locales y en la Corona aunque tambin al interior del resto de la curia en todos sus niveles.
Ahora bien, qu implicaba puntualmente la construccin de una reduccin? Los registros arqueolgicos y arquitectnicos que an subsisten dan cuenta de su grandeza y de que no fue una tarea simple semejante obra. Por fuera de los aspectos edilicios, una reduccin significaba: la captacin de personas, su reduccin a una forma de vida que les es ajena y desconocida, su occidentalizacin17, evangelizacin y organizacin para la produccin de diversas manufacturas artesanales y de importantes cantidades de cultivos, sobre todo del oro verde de los jesuitas, la yerba mate18 entre otros cultivos y otros factores que no es preciso expresar fueron el resultado de una accin conjunta donde la importancia de la msica como agente de cooptacin es trascendente teniendo en cuenta el reducido nmero de misioneros que concentraba cada misin y la capacidad musical de los mismos.
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Aqu se hace referencia al carcter de vida sedentario y en comunidad. A la vida de vecindad , en una casa, en un pueblo o pequea ciudad, con autoridades visibles, escuelas, iglesias. 18 Los jesuitas en las primeras dcadas del siglo XVII descubrieron la tcnica de cultivo de la yerba mate a punto tal que fue el primer producto exportable al resto de las provincias coloniales obteniendo as importantes beneficios econmicos. Ver en el Adjunto el punto 13
Consecuentemente, --y aunque este argumento exceda el marco temporal elegido no es casualidad que en razn de aquel podero e independencia desarrollados por la Compaa de Jess en estas latitudes se haya dispuesto, a mediados del siglo XVIII, la expulsin de la misma. Las nuevas dinastas reinantes imbuidas de la concepcin regalista de la relacin Iglesia-Estado procuraron acrecentar la dominacin, concentrar los recursos y someter a sus colonias a un rgimen ms excluyente que sirviera a los fines de reconquistar la grandeza perdida de sus metrpolis ibricas en decadencia Ahora bien, creo que es pertinente la realizacin de un estudio histrico que lleve a esta ciencia a determinar cul es el papel de la msica en la realizacin de aquella obra. No olvidemos que una vez expulsados, los jesuitas fueron defendidos por muchos de sus pueblos reducidos y hasta hubo que enviar a todo un ejrcito para asegurar la conquista de los guaranes al servicio espaol. En todas estas cuestiones a las que se hace referencia se da cuenta de la importancia de las reducciones y de la msica como factor omnipresente en las mismas. La msica fue la forma inicial de llegar a los pueblos originarios, de fascinarlos y a traerlos por esta va a la cura de almas como se expres en los recortes de las fuentes. Sintetizando, y ms all del celo evangelizador fruto directo de la Contrarreforma, la Compaa de Jess logr, a travs de la accin de muy pocos miembros, pero muy disciplinados y la mayora de ellos msicos, generar una organizacin poltica, cultural y religiosa propia dentro de los estados coloniales. Este trabajo intentar determinar cul fue la razn de ese xito estipulando que la msica fue uno de los aspectos ms atractivos para lograr ese propsito y priorizando que en definitiva ayud a la cooptacin de personas y su reduccin a la forma de vida expresada en las misiones. Para llegar a este punto es decir, el efecto de la msica sobre las poblaciones aborgenes- es preciso despejar las otras motivaciones que de hecho existieronpara que los aborgenes ingresaran a las reducciones. En el orden social se recordar que en un primer momento y en virtud de disposiciones de la Corona espaola, los habitantes de las reducciones eran hombres libres. Este asunto reviste de marcada importancia: sobrados testimonios inducen a pensar que los pueblos originarios americanos eran objeto de persecucin, conquista, dominio y muerte; tanto por parte tanto de espaoles como de lusitanos. Vivir en las reducciones entonces, era una forma de protegerse de aquel peligro. Adems, los espaoles y toda persona que no fuera aborigen o jesuita tena prohibida la entrada en las mismas. Y, aunque en los hechos esta restriccin pudiera no ser respetada, refuerza la idea de que en las misiones los aborgenes gozaban de cierta seguridad comparndola con su vida en la selva. Asimismo, exista otra motivacin de origen mstico-proftico que acerc los aborgenes a la vida en las reducciones ignacianas: Los pueblos originarios de la zona estudiada en cuestin y, particularmente, los guaranes, estaban siempre en bsqueda de la Yvymarae o tierra sin mal 19 A este
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los Tupi-Guaran vivan soando el Yvymarae, la prodigiosa Tierra sin Mal donde el maz crece solo y los hombres son inmortales. Por eso, ellos formaban parte de un pueblo en permanente xodo. Los Karai, chamanes con suficiente poder para hacerse invisibles, resucitar a los muertos y devolver la
lugar se poda llegar luego de la muerte o tambin en vida terrenal. Esta creencia est en ntima relacin con el dogma cristiano de la existencia del alma que parte al paraso en razn de una buena vida en la tierra, por supuesto, cargada de virtudes y a travs del cumplimiento de preceptos y de la realizacin de buenas obras. Para ilustrar lo antes dicho se citar el siguiente texto, que descubre la relacin entre la cosmovisin mstica de los nativos americanos con la de los misioneros, a los efectos de demostrar que este enlace posibilit el dominio de los mismos. Pero, qu es esa fabulosa y mtica Tierra sin Mal que aparece constantemente en la vida de los primitivos habitantes de buena parte de nuestro pas (Paraguay), el Brasil, Venezuela y algo de la Argentina, el Uruguay e incluso Bolivia? Es un lugar privilegiado, indestructible, donde la tierra produce por s misma sus frutos y donde no hay muerte asegura Helne Clastres en La Tierra sin Mal, el profetismo tup-guaran, a poco de iniciar su exploracin en un territorio fascinante. El padre Bartomeu Meli20, en El Guaran Experiencia religiosa, sostiene que la bsqueda de la Tierra sin Mal, estructura marcadamente el pensamiento y las vivencias de los indgenas, siendo la sntesis histrica y prctica de una economa vivida profticamente y de una economa realista, de pies en el suelo. Agrega y precisa que el Guaran es un pueblo en xodo, aunque no desenraizado, ya que la tierra que busca es la que le sirve de base ecolgica. Segn Clastres, en la obra ya citada, hay dos maneras de acceder a ese paraso encantado: luego de morir y en vida misma. Jean de Lry, discpulo de Calvino, quien lleg a la costa del Atlntico en 1555 con el afn de practicar libremente el culto reformado, toma de lo que observa apuntes muy interesantes. l, refirndose a ese lugar de ensueos, manifiesta que tras la muerte hay una recompensa para aquellos que en vida juntaron mritos suficientes para acceder al premio. Sostienen firmemente que despus de la muerte de los cuerpos, las almas de aquellos que han vivido virtuosamente, es decir que segn ellos se han vengado bien y comieron a sus enemigos, se van detrs de las altas montaas donde danzan en bellos jardines, en compaia de sus abuelos. Claude dAbbeville e Y. dEvreux, de acuerdo a Helne Clastres, coinciden en esta afirmacin. Era, sin embargo, posible llegar a la Tierra sin Mal en cuerpo y alma, sin haber bebido el trago de la muerte en el camino. Morada de los antepasados, sin duda, la Tierra sin Mal era igualmente un lugar donde sin pasar por la prueba de la muerte se poda ir en cuerpo y alma, dice Clastres. Ella agrega que esa concepcin es revolucionaria porque revela que los hombres aspiraban a ser inmortales como los dioses, observando que los venidos de lejos los conquistadores- no se percataron de este rasgo distintivo de la cultura de los Guaran.21 Como puede observarse se destacan como coincidencias con el cristianismo: el diluvio, la creencia en el alma y la vida en el ms all, la abundancia de recursos de esas tierras idlicas y la abundancia de los recursos de las misiones que organizaron las fuerzas de produccin en funcin del consumo interno y el comercio, Pero adems de estos aspectos, ciertas caractersticas que definen un tipo de vida
juventud a las mujeres, eran los que mantenan viva la llama de la esperanza de llegar un da al mtico edn.
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Bartomeu Meli Sj, antroplogo y lingista espaol radicado en Paraguay desde 1954
http://www.musicaparaguaya.org.py/latierrasinmal.htm
desconocido y porque no, propio de los dioses podran haber generado un clima de receptividad ms abierto hacia la oferta de sentido misional. La msica podra haber coadyuvado a generar esta atmosfera de santidad, ensueo y, sobretodo novedad. Debe recordarse que la liturgia barroca se caracteriza por la presencia de abundantes imgenes que recubren los templos y las festividades, recursos sensoriales que habran sido hbilmente utilizados por los dominadores en bsqueda de su propsito.
REFLEXIONES FINALES Si bien se vuelve necesario un trabajo interdisciplinario de campo para determinar en el lugar de los hechos el legado musical de las misiones y lo que los aborgenes sienten con respecto a la msica, resulta poderosamente llamativo el hecho de que con tan poco se haya hecho lo que se hizo. Como ex alumno de una institucin jesuita fui testigo personal de la importancia que aquella orden le da a la msica. La instruccin musical es tan importante como las matemticas, la literatura, o las ciencias biolgicas. Esta tradicin fuertemente anclada en La Compaa, tiene un correlato histrico en las misiones de la poca colonial. No es casualidad que esta temtica fuera abordada en una de las escenas cumbres del famoso film de 1986: La misin. Considero grandioso el hecho de que los jesuitas fueron defendidos por sus aborgenes reducidos y que, por lo tanto personas de una cultura tan distinta a la europea hayan decido cambiar su forma de vida para aceptar el rigor de las misiones. Esto no est en discusin, los guaranes y los otros pueblos originarios reducidos podan escapar, abandonar la misin o rebelarse, pero en la mayora de los casos, esto no sucedi. Hubo episodios de muerte y ataques a los misioneros, pero, como se dijo, tambin de defensa. La msica, como expresan los epgrafes, es un lenguaje y llega al corazn. Cualquiera que la conozca en su interior sabe de lo que estoy hablando, desde esta perspectiva es posible entablar comunicacin con cualquier ser humano sin importar su nacionalidad o etnia. Los jesuitas entendieron esto y a travs del recurso musical crearon una sociedad nueva sobre las bases de lo que ellos consideraban la forma ms apropiada de preservar el espritu y difundir la fe que profesaban. Y aunque el por qu de la fascinacin de la msica por parte de los aborigenes no haya podido responderse an, esto no significa que no exista tal efecto, el xito de las misiones explica que, al menos como forma de entablar una relacin pacfica o como intercambio cultural, la msica es y seguir siendo una forma de expresin, un intercambio presente en todos los pueblos, en definitiva, una constante antropolgica.
BIBLIOGRAFA:
-BOURDIEU, Pierre. Capital cultural, escuela y espacio social Siglo XXI editores.
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-NAWROT, Piotr, Msica de vsperas en las reducciones de Chiquitos, Bolivia (1691-1767). 1996
-PAUCKE, Florian Hacia all y para ac, publicacin digital del Ministerio de Innovacin y Cultura de la Provincia de Santa Fe. (2011) --SCOTT, James. Los dominados y el arte de la resistencia. Yale University, New Haven y Londres. Ediciones Era, Mexico DF. 2000