Revista Vórtice #32
Revista Vórtice #32
Revista Vórtice #32
en las pequeas cortes despticas, no hay tal vez sino un solo gnero de asuntos que se desempea con toda perfeccin: la guarda de los prisioneros polticos (). (). Nuestra poltica, durante veinte aos, consistir siempre en temer a los jacobinos, y, con qu temor! Todos los aos creeremos hallarnos en la vspera del 93 Stendhal, La cartuja de Parma.
Per, con p. de penitenciara. Per, ojal pas preado de paz para todos visto que la paz es necesidad de la sociedad peruana en su conjunto. Pero claro, cundo parir la paz este pas que ahora es, principalmente, y sin que muchos lo quieran reconocer, productor de presidios y presidiarios. Crceles de rgimen cada vez ms duro, sobre todo para los presos polticos pese a que stos no cejan de solicitar la solucin poltica para los problemas derivados de la guerra interna. Todo en un contexto en que se nos amenaza con leyes ms represivas (como la Ley del Negacionismo) y, sin remordimiento alguno, se construye crcel tras crcel para que fatalmente revienten con las crecientes convulsiones sociales y la imparable ola delictiva que el propio sistema produce y alimenta las 24 horas del da (particularmente a punta de micrfono y de la metralla de la pantalla) como lo acaba de reconocer el mismo Mario Vargas Llosa en su importante libro La civilizacin del espectculo. Ola delictiva ante la cual no hay ninguna poltica de tratamiento penitenciario que parta por clasificar quin es quin (Muerte en Piedras Gordas? Ms rigor para todos los presos. Motn en el penal Santa Mnica? Ms rigor contra las prisioneras polticas. Y se tiene a los ms reptilianos delincuentes mezclados con los presos polticos). En ese aciago marco, nosotros los de VRTICE, que hemos proclamado NO A LA TOMA DE LOCALES, S A LA TOMA DE CONCIENCIA!, y decimos s a la meritocracia ( al cabo, como dice Stendhal en La cartuja de Parma, el talento es siempre algo primo hermano del jacobinismo, a condicin, decimos nosotros, de la superacin de los excesos de 1793 y del perodo del terror), nosotros, decamos, que para todo estilamos or y dar razones, y que hemos deslindado de las ms variadas maneras con el dogmatismo violentista, acabamos de sufrir un innoble ataque de la procuradura, de las fuerzas policiales y de la prensa ms recalcitrante. Y todo porque, lejos de estar de acuerdo con que se
persigan pensamientos (como hacen quienes poniendo la carreta delante de los caballos pretenden que las personas cambien de pensamiento cuando se les mantiene y refuerza lo que genera ese pensamiento) tenemos entre nuestras vislumbres el uso del pensamiento Gonzalo en funcin de la paz perdurable. En sntesis, pues, se nos ataca presentndosenos como apologistas del terrorismo, cuando de lo nico que hacemos apologa es de la educacin, de una educacin para elevar el nivel de la poltica; de una nueva ilustracin con nueva integracin cognoscitiva; de nuevas luces con un nuevo espritu enciclopedista compaginado con que se abran cien flores y compitan cien escuelas de pensamiento. Un enciclopedismo que, desde la poltica, ora hurgue, por ejemplo, en cmo la secta de los pitagricos lleg a aniquilar a Hipasos por develar la existencia de los nmeros irracionales (cosa que no solo no evit esa difusin, sino que tampoco evit que se conozcan los tres problemas clsicos de la geometra: la duplicacin del cubo, la triseccin del ngulo y la cuadratura del crculo), ora encare, ahondando ya en el arte, la historia de los castratis (nios castrados por el Vaticano para que no pierdan sus aptitudes de cantantes dramticos). Enciclopedismo que no por hacer un estudio en paralelo de las diversas revoluciones (con todos sus horrores, cual dijo Maritegui) deje de asombrarse de cmo lo que intent Atila, lo reintent Gengis kan 8 siglos despus; o de cmo lo de Coprnico ya lo haba planteado Aristarco; o de cmo el mundo matemtico se qued pasmado en 1867 cuando un italiano de diecisis aos, B Niccolo I. Paganini mostr que los nmeros 1184 y 1210 son el segundo par, en orden de valor creciente, de nmeros amigos (dos nmeros son amigos cuando cada uno de ellos es suma de los divisores del otro). Los menores de tales nmeros, 220 y 284, fueron conocidos ya por los pitagricos.
No fue sino hasta 1636 que se descubri otro par de nmeros amigos, 17296 y 18416, pero los ms eminentes matemticos creyeron que este ltimo par era el segundo en orden creciente y tuvo que ser el mencionado italiano de diecisis aos el que acabase con el error. Cosas importantes aunque solo los usemos para prevenirnos de la arrogancia. No en vano Simn Bolivar deca (y lo consigna Garca Mrquez en El general en su laberinto) que quien almuerza con la soberbia cena con la vergenza. As pues, se nos ense, y tratamos de enfocar, el saber y su historia como una unidad. Y no es ventolera. Tal es el denominador de nuestra revista. Ah estn sus ms de treinta ediciones para corroborar que tal es nuestra razn de ser. Para eso hemos nacido. A quin daamos con ello? Al oscurantismo, por supuesto. En sus dos vertientes simbiticas: la derecha ms retardataria, y el dogmatismo violentista, insulso y simpln, que le hace la camita a aquella a cambio de mantener su hbitat. Porque, dnde es que pervive, pues, el dogmatismo violentista, nada autocrtico pero s autocrtico? En las sombras, en los lugares abandonados del sol y de los aires frescos, en la anonimia, en la retrica seudoterica y sin posibilidad de rplica. Como contraparte verifiquemos estos contrastes: el gobierno peruano apoya las negociaciones de paz entre el gobierno colombiano y las FARC, sin embargo, en lo concerniente a nuestro pas, rechaza una reconciliacin nacional que incluya al Partido Comunista del Per. En la misma lnea, la lite poltica peruana promueve una concordia con Chile, pero ni or quiere de una concordia entre todos los sectores polticos del Per. Puede haber mayor incoherencia? De igual ignominia, se pretende enfocar la liberacin de Fujimori sin contemplar a la otra parte. Pero el juez San Martn ya ha esbozado simpatas con un indulto a Fujimori que sirva a la reconciliacin nacional. Nosotros creemos que de otra forma ese indulto sera un insulto. Mas es claro que los problemas derivados de la guerra interna son demasiado importantes como para dejarlos en manos exclusivas de quienes, para decirlo como Manuel Scorza en su poema La cita, sus manos mojaron en la espuma bermeja de la guerra. Por consiguiente, la amnista general es demasiado importante como para dejarla enteramente en manos de los directamente interesados. Claro que esto no les interesa ni un comino a quienes creen que lo nico relevante son las cifras de la inflacin y la recesin. Pero las mltiples violencias del Per nos eximen
de quemar ms lneas en esto. Solo agregar que, como si Magdalena estuviese para tafetanes, como si el Per y el mundo no estuviesen cada vez ms convulsos, cual si los saqueos y paros radicalizados no expresaran nada de nuestra sociedad enferma, se amenaza con la prisin nuestra libertad de expresin. Solo esperamos se comprenda que ya nos estn hartando. Porque si miopes e insensibles a nuestros esfuerzos por la paz, desde arriba no se acierta sino a apresarnos o amenazarnos, pues entonces ENCIRRENNOS A TODOS!, y ms nada. A ver si as nos refinamos ms como parece estar aconteciendo con los presos, uno de los cuales nos ha hecho llegar esta poesa titulada Una universidad peculiar:
Yo habito un internado En l maduro ideales que me habitan a m Porque yo era un perseguido persiguiendo ideas Cuando me internaron aqu Yo habito un internado Que es todo un universo En l yo me preparo acaso no para salir Sino para cuando me puedan visitar Crcel de Piedras Gordas: Te voy a llegar a amar (Como se ama a una universidad Y como am a cada lugar Que durante mi clandestinidad Me permiti estudiar) Y cuando tal suceda A ver de qu me van a culpar.
A nosotros hasta se nos ocurre evocar, en clave de parfrasis, la fbula El viejo tonto que removi las mazmorras. Con ideas, como no. Pero tiempo al tiempo. Eso s, reconforta saber que son cada vez ms las personas que, como Javier Valle Riestra, Ral Wiener, Gustavo Gorriti, Carlos Tapia, Ral Gonzales, otros que como ministros en su momento o presidentes del Congreso, etc., difunden nuevos enfoques para una verdadera reconciliacin nacional. Y tambin reconforta estimados lectores, que pese a los problemas y desequilibrios ya estamos en nuestra edicin 32. Piano, piano se va lontano (a lo italiano: suave, suave se va lejos). Volte a volte, beso a beso. As, con todo, nos solidarizamos con el MOVADEF. Felices fiestas de fin de ao y que, lucha mediante, lo grato del 2013 cancele lo ingrato de este ao que se va.
Los editores, octubre del 2012