La Identidad de Los Ruricanchos
La Identidad de Los Ruricanchos
La Identidad de Los Ruricanchos
El 13 de enero de 1967 el arquitecto Fernando Belande Terry cre este distrito al este de la ciudad. Habitado en gran medida por migrantes de diversas regiones del pas, este territorio --el ms poblado de Lima-- tiene un pasado precolombino y colonial, desconocido para gran parte de sus actuales pobladores, que puede ser la base para crear una slida identidad en la comunidad y desarrollar un circuito turstico. Jorge Paredes (Polgrafo) San Juan de Lurigancho se levanta sobre una inmensa quebrada al este de la ciudad. Rodeada por una cadena de cerros, esta parte de Lima, contra lo que usualmente se cree, ha estado poblada desde tiempos muy remotos. Sin embargo, la explosin urbana producida a mitad del siglo XX --y acentuada en los aos ochenta-- ha borrado innumerables vestigios arqueolgicos y ha convertido verdaderas ciudadelas y palacios prehispnicos en restos de adobes que hoy sobreviven cercados por invasiones y urbanizaciones y amenazados por la indiferencia, el descuido y el vandalismo de continuas excavaciones clandestinas y de quienes arrojan basura y desperdicios en su interior. Por la avenida El Santuario se llega a Mangomarca. Tan cerca y tan lejos de Lima, esta ciudadela prehispnica aparece escondida entre un callejn de cerros en forma de U. De su poca de esplendor no queda casi nada, solo resisten algunos restos: una pirmide trunca de adobe, construida como una prolongacin del cerro, con una rampa curva que ha llamado la atencin de arquelogos e historiadores, y que permite acceder con facilidad hasta su cima. Aqu tambin se pueden observar murallas de adobe de ms de tres metros de alto y otros recintos cuadrangulares que hacen suponer la existencia de un centro urbano de gran importancia. Se estima que Mangomarca --palabra quechua que significa "pueblo de los seores" o "pueblo real"-- empez a poblarse desde el ao 300 d.C., pero su etapa de apogeo se sita en el llamado horizonte tardo, entre los aos 1000 y 1450 d.C. Segn el historiador Juan Fernndez del Valle, quien se ha dedicado a reconstruir el pasado precolombino del distrito, durante este tiempo prosperaron los ruricanchos, un grupo cultural que provena de la sierra sur, probablemente del Altiplano, y que se asent en este lugar formando una red de curacazgos. Los del interior La palabra ruricancho proviene del quechua y significa "los canchos del interior". Cancho o kanchu designaba, por su parte, a un ave de gran plumaje y se cree que los jefes de esta comunidad llevaban este apelativo porque adornaban sus cuerpos con estas plumas.
"Los ruricanchos tenan un alto nivel de desarrollo y Mangomarca era su capital administrativa y religiosa. A diferencia de otros curacazgos costeos no adoraban a Pachacamac sino a Pariacaca, el mtico santuario en las alturas de Huarochir", dice Juan Fernndez Valle. Esta comunidad se consolid hasta la llegada de los incas a la costa (1470 aproximadamente) y con el tiempo --sostiene Fernndez-- se cambi la 'r' por la 'l' a causa de una probable influencia lingstica altiplnica. Ruricancho devino entonces en Lurigancho y fue el nombre que los espaoles recogieron en el lugar en 1535. La encomienda de Lurigancho pas por varios propietarios, tal vez el ms notable de todos fue el arzobispo de Lima Gernimo de Loayza, y funcion hasta alrededor de 1571 cuando por orden del virrey Toledo se crearon las reducciones o doctrinas de indios. Estos asentamientos, en los que se aglutinaron poblaciones indgenas diversas, se levantaron en varias zonas de Lima. De esta manera naci la reduccin San Juan Bautista de Lurigancho, un pueblito que se ubica hoy cerca de la avenida Prceres de la Independencia, y cuyo nombre heredara el distrito cuatro siglos despus. El cerro colorado Entre las lomas que rodean la inmensa quebrada de Canto Grande, la de mayor altitud es el cerro Colorado (2.200 m.s.n.m.). Una verdadera cumbre que ahora es desrtica y seca, pero que esconde importantes vestigios arqueolgicos. "Hemos recorrido toda la quebrada --unos 131 kilmetros cuadrados-- y en el 2002 tuvimos la suerte de encontrar en el sector norte del cerro Colorado evidencias de primeros pobladores cazadores recolectores, objetos lticos de 9.000 a 7.000 aos de antigedad", dice el arquelogo Julio Abanto Llaque, director del Instituto Cultural Ruricancho. "Estamos hablando de grupos que vinieron desde la sierra en busca de recursos que en esa poca eran abundantes: puquiales, lomas, humedales". Segn Abanto existen en el distrito unos cien elementos arqueolgicos, a pesar de que el INC solo reconoce seis, entre petroglifos de poca Chavn, restos del precermico tardo (3.000 a.C.) y geoglifos (lneas 2.000 aos ms antiguas que las de Nasca). Al respecto, se mencionan los estudios del investigador Lorenzo Rossell, quien contabiliz ms de 65 figuras en las pampas de Canto Grande, que fueron destruidas cuando esta zona se urbaniz en los aos setenta. Actualmente quedan algunos geoglifos (construidos por alineamiento de rocas) al interior de la quebrada, en la cumbre del cerro Colorado. "Lo ms probable es que estn vinculados a un calendario astronmico", explica el arquelogo. "La mayora son plazoletas, es decir trapecios alargados. Solo hemos encontrado uno figurativo, que es una serpiente". Otro de los monumentos perdidos es una estructura ceremonial que, de acuerdo a
Abanto, existi hace 30 aos en el actual pueblo joven 15 de Enero, y que por sus caractersticas estaba relacionada con sitios como Caral (en el valle de Supe). Se trata de innumerables vestigios que convierten la quebrada Canto Grande en una verdadera reserva, cuya puesta en valor y estudio es todava una tarea pendiente. Los esfuerzos por ahora vienen de jvenes profesionales residentes o nacidos en San Juan de Lurigancho que han creado redes de estudio y de conservacin, as como publicaciones con importantes aportes para el conocimiento de esta zona de Lima. Tanto Juan Fernndez como Julio Abanto coinciden en afirmar que sustancialmente se trata de crear una identidad en un distrito hecho por el impulso de cientos de miles de migrantes.
Tierra de migrantes San Juan de Lurigancho con ms de un milln de habitantes es el distrito ms poblado del pas, superando a departamentos enteros como Ayacucho o Huancavelica. El libro Los ruricancho (Fondo Editorial del Congreso, 224 pp. Lima, 2007), del historiador Juan Fernndez Valle aborda un aspecto indito de la historia de este populoso distrito: la poca en que estuvo dominado por una red de curacazgos. Por Jorge Paredes Es cierto que la gran ola migratoria que cambi la faz de la Lima contempornea se inici alrededor de los aos cincuenta del siglo pasado. Sin embargo, esta no fue la nica ni mucho menos la primera movilizacin social que afect este territorio. Diversos investigadores -Max Uhle, Mara Rostworowski, Ducio Bonavia, Luis Lumbreras, entre otros- se han ocupado en diferentes trabajos de los seoros y cacicazgos que ocuparon Lima entre los siglos XII y XV en un perodo de gran movilizacin social, provocado sobre todo por la desarticulacin del imperio wari que produjo un xodo de diversos pueblos andinos hacia los valles de la costa central. En este tiempo -conocido como el intermedio tardo- transcurre este libro del joven historiador Juan Fernndez Valle, quien rastrea el origen y destino de los ruricancho, una comunidad procedente de la sierra sur peruana, de probable origen altiplnico, que se asent en la zona este de Lima, en el mismo lugar en que ocho siglos ms tarde otros migrantes, tambin mayormente andinos, daran vida a los distritos de San Juan de Lurigancho y Lurigancho-Chosica. LOS RURICANCHO El estado wari (700 D.C a 1100 D.C) fue uno de los primeros grandes imperios sudamericanos. En su etapa de esplendor domin no solo la sierra central y sur, sino gran parte de la costa central y norte del Per hasta Lambayeque y Cajamarca. Grandes guerreros, urbanistas y constructores de caminos, los wari formaron centros urbanos a lo largo de todo este territorio, que producan y tributaban para la elite ayacuchana. Es por eso que su colapso, por motivos todava no esclarecidos (las hiptesis van del agotamiento del sistema poltico hasta una serie de desastres naturales), produjo en palabras de Juan Fernndez Valle un cataclismo en los andes. Muchos pueblos sojuzgados de la sierra central y sur migraron hacia la cabecera de los valles de los ros Rmac y Lurn, buscando nuevas tierras cultivables y la mejora de su calidad de vida. Entre estos grupos estaban los ruricancho.
Fernandez Valle cita a Mara Rostworowski y dice que la toma de los valles bajos de los yungas se produjo en diversas etapas, de acuerdo a un probable plan establecido, en el que primero se enviaba "espas" para analizar la situacin social y luego, aprovechando las temporadas de huaycos y avalanchas, se tomaba las tierras ante la indefensin de sus habitantes originales. Pero utilizar el trmino cacicazgo -opina Fernndez- puede ser muy arriesgado, por eso l prefiere decir que los ruricancho fueron una comunidad, cuya organizacin social estaba basaba en una red de jefes o curacas, sujetos unos a otros, y encargados de nmeros determinados de familias. "Era un grupo homogneo por su origen comn, y porque a diferencia de otros grupos costeos y de otros que llegaron en la misma poca no adoraba al dios Pachacmac, sino a Pariacaca (montaa roja), un adoratorio de difcil acceso en las alturas de la provincia de Yauyos. Hasta ah acudan los ruricancho cada cierto tiempo llevando pan mojado con sangre e incluso realizando sacrificios humanos. Durante la Colonia este camino ser conocido como la ruta de la nieve". Pariacaca es un personaje que figura en mltiples mitos y leyendas de Huarochir, los cuales en el siglo XVII fueron recogidos por el padre Francisco de vila. Segn estos relatos se trataba de un gran guerrero que en tiempos remotos haba conquistado la sierra de Lima y que a su muerte haba sido elevado a divinidad representando las lluvias torrenciales, los huaycos y el rayo. Tambin se refiere que su hijo Tutayquire, otro gran guerrero y conquistador, domin las vertientes de los ros Lurn y Rmac en un ataque sorpresivo contra el pueblo yunga. "Por eso, los ruricancho se consideraban herederos de estos dioses", dice Fernndez Valle, "y especficamente dominaron los territorios que hoy conforman San Juan de Lurigancho, Lurigancho-Chosica, Santa Mara de Huachipa, Santa Eulalia y Ricardo Palma, en la sierra de Lima".
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Cerca a la avenida Gran Chim, doblando a la izquierda y luego encaminndonos por la Av. El Santuario, encontramos hacia el flanco derecho un enorme complejo arqueolgico el cual fue denominado Complejo Mangomarca (cuyo nombre deriva de Manku Marca o Pueblo del seor), que guarda en s una belleza majestuosa a pesar de encontrarse afectada por la falta de mantenimiento y conservacin por parte de las entidades respectivas. Cerca de este complejo ubicamos estribaciones andinas costeas, las cuales se llenan de verdor y belleza durante la llegada de la estacin invernal (de junio a septiembre). La loma de Mangomarca an preserva ese equilibrio natural, en donde antiguamente se recolectaban diversas especies vegetales, adems de especies animales como crvidos, pequeos animales, aves y caracoles terrestres. En el ao 600 d. C. las culturas en el Per realizan intercambios culturales entre s, este intercambio produjo influencias que se perciben, sobre todo en la cermica, as surge un estilo llamado Nievera (Cermica bella, fina y de color naranja). En San Juan de Lurigancho se encontr este estilo de cermica en los entierros de Potrero Tenorio y en Mangomarca. Cuando decae la presencia de la Cultura Lima, surge un poderoso seoro llamado Ychma que ocupaba los valles del Rmac y Lurn y tena como capital a Pachacamac, ubicado en el Periodo Intermedio Tardo del 900 d. C. al 1470 de. C. El Seoro Ychma agrupaba a varios curacazgos entre ellos el de Malanga (Maranga), Lati (Ate), Sulco (Surco), Limac (Cercado de Lima), Amancae (Rmac), Lurigancho (San Juan de Lurigancho), etc. Los Lurigancho o Ruricancho, mal llamados por algunos Hurin Huanchos, formaron parte del seoro Ychma y ocuparon varios asentamientos o pueblos entre ellos Canto Chico, Campoy y Mangomarca, Alrededor de los 900 d.C. Mangomarca se constituye como uno de los centros polticos ms importantes de la margen derecha del valle bajo del Rmac, convirtindose en la capital del Curacazgo Lurigancho, lugar de residencia de los seores que gobernaron este territorio. Durante el 1200 d. C. los Ychmas y sus vecinos los Colleq (Seoro que ocupaba la parte baja del valle del Chilln) iniciaron grandes batallas por tierras con pueblos belicosos de las zonas andinas entre ellos los yauyos y chacllas pudiendo contrarrestarlos, pero en el ao 1470 se produce la llegada del principe Inca Tpac Yupanqui, quien logra anexar a los Ychma al Tahuantinsuyo en 1470 d. C. En la zona del complejo arqueolgico encontramos una serie de restos arquitectnicos importantes. Una presenta una estructura piramidal escalonada, levantada sobre un mameln rocoso y su arquitectura es una mezcla de barro con pequeas piedras, denominada tapia; se ha especificado que all funcion un conjunto residencial del periodo tardo. Tambin en esta huaca destacan grandes muros masivos de contencin; adems de un complejo sistema de recintos y pasadizos, rodeado por un muro de circunvalacin de tapia. Estas caractersticas, segn los investigadores, dejan muchas incertidumbres sobre la posibilidad de uso como una Huaca-Templo o una Huaca-Palacio, debido adems sobre la presencia de grandes acumulaciones de basura domstica de la poca en la Planta superior de la Huaca, la cual seala que su carcter no fue exclusivamente
ceremonial. Por otra parte, se destacan dos grandes cementerios con tumbas constituidas por cmaras rectangulares, revestidos interiormente con piedra rsticas asentada con barro. La cermica recuperada en el sitio incluye vasijas de fines de Horizonte Medio o Inca Pachacutec. La importancia del Complejo Mangomarca conlleva a seguir en la investigacin del lugar y sobretodo a su proteccin. Lamentablemente, la huaca Mangomarca, ya ha perdido el 70% de la estructura original, (denuncia dada en el diario El Comercio del da 08 de Abril del 2006) debido a que se encuentra en un estado de abandono total, donde se ha comprobado la existencia de basura acumulada por parte de inescrupulosos; adems de ser el escondite de gavilla de delincuentes y drogadictos que radican en la huaca. Lamentable es afirmar que en el Presupuesto Participativo de la Municipalidad de San Juan de Lurigancho, en el Item N8 exista una partida de puesta en valor de la Huaca Mangomarca especificada en S/ 250,000 nuevos soles con un alto puntaje de urgencia, la cual nunca fue realizada con lo cual se comprueba la negligencia por parte de las autoridades para conservar lo que fue en un momento el ms importante centro poltico y econmico de los Ruricancho. Existen entidades sin fines de lucro que ha actuado a favor de la proteccin de dichas ruinas como el Instituto Ruricancho el cual ha avanzado en la elaboracin de un inventario de sus zonas arqueolgicas, pero se est a la espera de que sea acogido por el concejo del distrito, a fin de que estas sean puestas en valor y recuperadas. Lucy Palacios Ramos es otra de las profesionales que trabaj en el rescate de la zona de Mangomarca, conllevando dificultades de coordinacin con gestiones administrativas deficientes y de entidades como el INC que no han realizado ningn acto de proteccin de la zona afectada, lo cual demuestra la ineptitud de las entidades estatales del pas en cuanto a preservacin y proteccin a los bienes arqueolgicos; el debate ya est abierto y solo se espera que nosotros como futuros profesionales de Arqueologa desde ahora conllevemos a tomar las pautas necesarias para poder iniciar una concientizacin de la proteccin de nuestro patrimonio arqueolgico; no permitamos que mas Mangomarcas u otros lugares de importancia cultural de nuestro pasado sigan siendo afectados y maltratados por simplemente el desinters negligente conllevado por parte de las autoridades del Estado.
LOS PETROGLIFOS FORMATIVOS DE CERRO CANTERA: Un adoratorio temprano entre la cuenca alta de quebrada Canto Grande y quebrada El Progreso, Lima. Por: Lic. Julio Abato Ll.* Martn Garca-Godos**
.....porque es cosa cierta y averiguada que estas figuras y piedras son imgenes y representacin de algunos cerros, de montes y arroyos o de sus progenitores y antepasados y que los invocan y adoran como sus hacedores y de quien esperan todo su bien y felicidad., digo la temporal y visible....... Pablo Joseph de Arriaga 1621
Introduccin: El proyecto de investigacin arqueolgica Prospeccin en la Parte Alta de la Quebrada Canto GrandeValle del Rmac, desde su ejecucin ha mostrado como resultado una diversidad de evidencias arqueolgicas de importante valor cientfico e histrico. Adems de geoglifos, templos y campamentos prehispnicos evidencia el hallazgo de un conjunto de Petroglifos. Los petroglifos de Cerro Cantera son una serie de diseos impresos sobre roca de superficie rojiza nicos en esta zona del valle bajo del Rmac. Los petroglifos han sido ejecutados cincelando la roca para luego pulir el surco, logrando resaltar la figura. En su
conjunto cubren una superficie de una hectrea, hasta el momento se han descubierto diez paneles que exponen figuras de carcter geomtrico como crculos con punto concntrico, imgenes abstractas, ojos, representaciones zoomorfas de ave y mamfero y un rostro con atributos de felino. Nuestra investigacin parte de la hiptesis que las representaciones iconogrficas se encuentran asociadas a estructuras tipo plataforma y una plaza de posible carcter religioso y que se relacionan a eventos rituales cuya esencia gira en torno al culto del cerro tutelar o santuario mayor. Ubicacin. El rea de estudio se localiza hacia la margen derecha del valle bajo del Rmac y corresponde a la parte alta de la quebrada de Canto Grande. El grupo de petroglifos se sita hacia la cumbre de Cerro Cantera, a una altura de 1020 m.s.n.m, sta importante cadena de cerros es la divisoria entre quebrada Canto Grande (Anexo 22 de la Comunidad Campesina de Jicamarca) y Quebrada El Progreso (Comas). Se logra llegar al sitio siguiendo angostos caminos prehispnicos trazados por los antiguos peregrinos que llegaron al lugar para venerar a sus Apus (cerros tutelares). En toda la cresta existe una serie de estancias y evidencias alfareras correspondientes a diversos estilos (Lamina 1). La quebrada de Canto Grande se ubica en direccin noreste del centro de Lima. Actualmente en toda su amplia vertiente se asienta el distrito de San Juan de Lurigancho y su parte alta es ocupada por el Anexo 22 de la Comunidad Campesina de Jicamarca. El acceso es rpido, siguiendo la Av. Prceres de la Independencia que es la principal artera vial del distrito de San Juan de Lurigancho, continuando en la prolongacin denominada Av. Pachacutec que es el tramo final de sta avenida dentro del Anexo 22, de aqu una serie de carreteras afirmadas nos conducen al sector denominado el valle, que es donde se inicia el asenso a cerro Cantera La flora y fauna es tpica de un ecosistema desrtico subtropical de clima seco, con un promedia de 30 mm. de precipitacin anual, en pocas de abundante lluvia, la superficie suele cubrirse de una diversidad de plantas arbustivas y herbceas, predominando en cualquier estacin las bromeliceas conocidas como achupallas (Tillandsia) y cactceas, al interior de algunas quebradas se ha podido encontrar relictos de gigantones (Neoraimondia macrostibas). Entre la fauna tpica de la regin figuran: zorros (Dusicyon), lagartijas, culebras, aguiluchos (Buteo polyosoma), lechuzas y de forma espordica venados (Hippocamelus bisulcus) y vizcachas (Lagidium viscaccia). Por cualquier parte destacan entre las rocas los restos de los caracoles de lomas (Scutalus sp.), que son comunes en periodos de abundante vegetacin. La superficie del rea de estudio es irregular, presenta suelos de textura variable con predominio de arena gruesa y grava, se subdivide en otras dos quebradas denominadas Canto Grande ubicada en el extremo noroeste y quebrada Media Luna, que ocupa el flanco noreste, en todo el piso de la quebrada se observan huellas de grandes
aluviones. La zona comprende las cotas 600 a 2200 m.s.n.m. El punto ms alto lo constituye cerro Colorado, que es el vrtice para ambas quebradas. La topografa no es compleja, siendo en su mayora accesible y habitable, esta delimitada por las cadenas de cerros que conectan con cerro Colorado y conforman diversas quebradas que luego se unen conformando todo el espacio sobre el cual se asienta la zona urbana. stos suelos estn formados por el material acarreado por las aguas que drenan desde las cumbres, integradas por un lado por los cerros: Pirmide, Cantera, Media Luna, Colorado, Babilonia y la cadena de cerros de Santa Mara.
Metodologa de trabajo: Habiendo elaborado un inventario general de los sitios y evidencias culturales en la cuenca alta de Canto Grande. Los petroglifos forman un conjunto nuevo de evidencias que por ahora slo han sido registrados en Cerro Cantera. Para obtener un registro detallado, decidimos elaborar un levantamiento del lugar, realizar una prospeccin minuciosa de la zona y luego ubicar dentro de nuestro plano cada petroglifo hallado. Se elaboraron fichas descriptivas y los calcos se realizaron colocando sobre la superficie de la roca laminas de papel celofn y sobre ella definir con plumones indelebles la figura. La fotografa digital y su sobre exposicin a negativo, ultravioleta y balance nos permitieron observar detalles que a simple luz no se dejan ver. En ningn momento se realiz sobre la superficie de la figura retoque con el fin de resaltarlos. Se ejecut registro grfico de cada figura a determinadas horas del da, tanto al amanecer, a medio da y durante el crepsculo, los efectos de luz ayudan a percibir surcos blandos.
Antecedentes de Investigacin: La parte alta de la quebrada Canto Grande es conocida por los estudios en torno a los Geoglifos de Canto Grande, que entre la dcada del setenta y ochenta desarrollara Lorenzo Rossell (1978, 1997); (Rossell et, al: 1985).
Informacin sobre la existencia de petroglifos para la parte baja del valle del Rmac se cuenta con muy poca informacin, y slo se ha registrado un slo sitio en los cerros de la urbanizacin Santa Felicia, en el distrito de La Molina (Nez 1986). Quizs el grupo ms conocido es el de Checta (valle medio del Chilln), debido a la diversidad de dibujos que expone en 450 bloque grabados (Guffroy, 1999:83); sin embargo, los hallados en Cerro Cantera no guardan ninguna semejanza estilstica con ellos. La mayor parte de los diseos observados se relacionan a los grabados encontrados en sitios Tempranos como en Alto de las Guitarras (La Libertad), Palamenco (Ancash) e incluso tienen semejanza con algunos rasgos de los frisos expuestos en el sitio de Garagay (Lima), todos ellos asociados al perodo Horizonte Temprano (900 a 200 a. C).
El ao de 1992, Julio Abanto y Guido Casaverde registran un sitio con pictografas llamado Las Lomas, en quebrada Mangomarca. Las figuras de trazo sencillo y simblico son un conjunto de elementos circulares y lineales en color rojo (Lamina 3), pintados al interior de una cmara producida por una fuerte erosin al interior de una roca. El conjunto se encuentra asociado a grupos de terrazas. En la parte baja de dicha quebrada se ha ubicado material alfarero Formativo y fragmentos de alfarera Inca.
En Lima existen asentamientos que estilsticamente estn vinculados a la tradicin Chavn; en sitios como Ancn, Garagay, Huachipa, etc. En San Juan de Lurigancho se ha sealado a Cerro Lurigancho (Chamorro,1998); Cerro Gramal (Chamorro y Abanto, 2000), Corrales El Sauce (Ravines, 1985), Azcarrunz (Abanto y Eyzaguirre, 1996) como asentamientos relacionados al periodo Formativo Temprano y Medio.
Descripcin de los hallazgos El proyecto contempl en su conjunto la revisin de una superficie de 72 Km., habindose hecho el inventario de 91 sitios, de los cuales 41 corresponden a geoglifos (Foto 2), 4 estructuras ceremoniales de tamao mediano, un grupo de campamentos y estancias, talleres lticos, campos barridos, canchas, etc. Los sitios se distribuyen desde el piso de la quebrada hasta la cumbre misma.
En toda la cresta que corresponde a Cerro Cantera se han ubicado una serie de estancias o abrigos levantados de manera rusticas con pirca seca, caminos o trochas de peregrinacin, estructuras compuestas por muros bajos a manera de anillos concntricos y plataformas escalonadas que es la que expone hacia su costado occidental los petroglifos. Cabe mencionar que los caminos para llegar al lugar se ubican tanto en quebrada Canto Grande como aquella que ascienden desde quebrada El Progreso (Chilln).
Para no alterar los cdigos utilizados para el registro de sitios en el proyecto, expondremos su nomenclatura bajo esa resea. Entre las evidencias de este conjunto podemos detallar las siguientes:
D. III. 9: Santuario Seal Cantera.- (286, 368 m. E y 8 686,926 m. N a 1259 m.s.n.m). La estructura se localiza en la parte superior de Cerro Seal Cantera Norte, levantada con el uso de piedras del lugar, las cuales se han seleccionado, observndose sus partes planas al interior del recinto de la plataforma superior, mientras que en las plataforma baja las caras planas se encuentran hacia el lado exterior del muro. El pequeo edificio presenta una planta rectangular aterrazada, cuyas dimensiones son de 16 metros de largo, por 8 metros de ancho y una altura promedio de 1.50 metros. La estructura se constituye mediante la superposicin de tres pequeos niveles que se aprecian mejor en el lado este. Hacia el frontis norte se ubican dos plataformas separadas a dos y tres metros del edificio, a modo de escalones. D. III. 10 a: Plaza Seal Cantera.- (286, 338 m . E y 8 686, 990 m. N a 1245 m.s.n.m). Se ubica hacia el lado norte del Santuario, en un nivel ms bajo. Se trata de un espacio barrido, de planta casi cuadrangular de 25 metros por lado y circundado por un muro bajo perimetral, en cuyo interior se ubican algunas estructuras menores, las mismas que pueden corresponder a una segunda ocupacin del espacio. Aparentemente una primera fase corresponde a una hilera de piedras debidamente seleccionada y dispuesta en el lado sur. debajo de una estructura pequea de planta circular un huaqueo muestra zonas de quema hacia el lado este. D. III. 10 b: Petroglifos de Cerro Cantera.- (286, 320 m. E y 8 686, 960 m. N y 1223 m.s.n.m). Mas adelante detallamos una descripcin de los mismos.
D. III. 10 c: Huanca Cerro Cantera.- Hacia el norte y a unos 25 metros de la plaza, en un nivel ms bajo se sita una pequea estructura de planta cuadrangular sobre ella un grupo de rocas, una de las cuales se encuentra hincada a manera de huanca .
Otros elementos asociados: subiendo desde la zona de Canto Grande se encuentra una plazoleta de 70 metros de longitud la que se orienta y seala hacia la cumbre principal de cerro Cantera, en su mayora los geoglifos en Canto Grande orientan su eje hacia el lado este o noreste, sealando los lugares por donde se asciende a cerro Colorado, esta curiosa orientacin de la plazoleta descrita le otorga cierto rango sagrado al cerro, es probable que en quebrada El Progreso existan o hallan existido geoglifos como tambin los hay en quebrada Torre Blanca (Rodrguez: 1999) y Carnero (Abanto: 1993). A medio del camino a la cumbre del cerro se encuentra una explana con una especie de apacheta y alineamientos de pequeas rocas que parecieran sealar el sendero por donde se sube a la cumbre.
Si bien es cierto la alfarera es escasa y bastante homognea, existen los suficientes elementos diagnsticos que nos ayudan a determinar su comparacin con otros estilos locales. Un huaqueo efectuado en una de las estructuras circulares de la plaza, exponen bajo el suelo actual un grueso estrato compuesto de ceniza y restos de moluscos, bajo este segundo estrato el suelo natural y roca madre. De la segunda capa se recuper el fragmento de una vasija abierta de superficies pulidas, semejante a las recuperad en la zona. Entre los fragmentos destacan botellas con incisiones representando bocas dentadas y otros decorados con pintura roja (bcromos), otros fragmentos son bordes de tazas o cuencos y platos con un pulido fino como acabado (Lamina 5).
Descripcin de los diseos A fines del mes de agosto del ao 2002, los compaeros de trabajo William Condo y Jos Prado Salcedo mientras visitan la zona para fotografiar algunos sitios registrados durante el verano encontraron colindante a una estructura ceremonial una serie de grabados que fueron expuestos gracias a una fuerte lluvia que se sucedi en los meses anteriores.
Los dibujos estn distribuidos hacia el lado oeste de la cresta de Cerro Cantera y se sitan entre una plataforma rectangular que domina la cima del cerro y una pequea plaza que se emplaza al lado norte donde tambin existe un montculo que sostiene una huanca o piedra parada (Lamina 2).
Los dibujos que se exponen se han logrado causando una fina impresin mediante la percusin y abrasin de una roca gnea intrusiva posiblemente granodiorito o diorita, de superficie rojiza, dejando exponer un interior casi amarillento. El surco dejado muestra una hendidura suave casi pulida. En algunos casos de un ancho considerable. Por lo general se ha procurado realizar el diseo sobre la superficie plana de grandes rocas a las que denominamos paneles. Los dibujos impresos difieren en su estilo a los que se muestran en lugares que se describen cerca de Lima, como en el caso de Checta (valle del Chilln) y Santa Patricia (valle del Rmac), cuyos diseos muestran una relativa sencillez de las representaciones de hombres y animales, as como el predominio de diseos geomtricos y no figurativos (Guffroy, 1999:74). No cabe duda que la diferencia en las representaciones se debe a que corresponde a dos tradiciones culturales temporalmente distintas, siendo Cerro Cantera las de mayor antigedad. Aqu denominaremos Panel a la roca matriz sobre la cual se elabora uno o ms glifos, por lo general los paneles no se encuentran saturados de imgenes, en su mayora cada panel expone un solo elemento.
Comentarios y Conclusiones
La parte alta de la Quebrada Canto Grande conserva una importante muestra de la expresin cultista de los pueblos que se asentaron en la parte baja del valle del Rmac y el Chilln. Asimismo, se expone una variedad de elementos arqueolgicos que otorgan a este espacio un carcter sagrado. La presencia de material alfarero ha permitido asociar dichos eventos con una serie de tradiciones culturales que van desde los inicios del perodo Formativo hasta la poca Inca. La arquitectura es un elemento adicional que se suma al conjunto de manifestaciones materiales existentes en el lugar, donde destacan estructuras de carcter ceremonial, en Cerro Cantera se conserva un edificio aterrazado de planta rectangular y en la periferia, conforme se llega hasta el lugar, una serie de rsticos recintos que parecen corresponder a estancias o edificaciones de carcter temporal de diversa cronologa, que debieron servir de refugio a los peregrinos.
La ubicacin del edificio lo vincula a ceremonias con relacin a las estribaciones ms altas, desde aqu se observa el imponente Cerro Colorado, hacia adelante del edificio un espacio barrido que pareciera cumplir la funcin de una plaza, as mismo hacia el lado occidental se disponen un grupo de piedras de caras planas que conserva los diseos de los cuales lneas arriba hacemos referencia.
Destaca en este grupo de petroglifos su escaso numero, su presencia en torno a elementos arquitectnicos o espacios sagrados, llama la atencin el hecho de que los diseos se expresen nicos en cada panel, como si cada uno pudiera expresar algo capaz de entenderse (Campana, 1993:118), en ellos se representan diversos temas, repetitivos slo en el caso de los crculos, aunque su individualidad se determina por el numero de impresiones que existe en ellos. Algunas caractersticas resaltantes son las siguientes:
1. Los petroglifos se encuentran distribuidos desde la zona del santuario o estructura ceremonial hasta la plaza. 2. Los petroglifos se disponen hacia el lado oeste de la cresta del cerro, asociados a una pequea trocha.
3. Los paneles muestran en la mayora de los casos motivos individuales, las rocas no se encuentran saturadas de elementos grficos y slo en el caso del panel 1 el diseo ocupa casi toda la cara, en los otros rocas, que en su mayora son de superiores dimensiones al diseo, la figura no ocupan ms de 40%, incluso un 10% para el caso del zorro y el crculo con apndice. 4. Los temas comunes en este caso son la representacin de ojos, diferenciado cada uno por ciertos atributos. Otra figura repetitiva es el crculo con punto cntrico. 5. Los otros elementos son estilizaciones de seres zoomorfos, no se han ubicado figuras antropomorfas. Es posible que el Panel 9 con rasgos naturalistas que representa al zorro corresponda a periodos posteriores. 6. Los petroglifos de Cerro Cantera guardan semejanzas y pueden ser comparadas con algunos diseos de sitios como Alto de las Guitarras (La Libertad), Palamenco (Ancash), etc. 7. Podemos clasificarlos en tres tipos: Naturalista: Zorro Sobrenatural: Rostro Mtico, Serpiente, Ojos. Simblico-geomtrico: Crculos y figuras en U.
Comparativamente los diseos son semejantes a la iconografa existente en el arte del perodo Formativo denominado por Guffroy como Grupo A, caracterizados por un gran formalismo y la reproduccin bastante fiel de imgenes plasmadas en otros materiales (Guffroy 1999:73), en el caso de Cantera predominan los diseos de carcter sobrenatural, destacando aquellos con rasgos zoomorfos. Podramos adjudicarle una tentativa cronologa y emparentarlos con la tradicin Chavn, una forma relativa y comparativa para este propsito es sin duda la alfarera, la recuperada en el lugar es bastante diagnostica, al igual que la iconografa de los paneles nos proporciona elementos con los que podemos asociar el asentamiento al Formativo Medio u Horizonte Temprano, coincidiendo con la denominada expansin Chavn. Algunos elementos presentes en los paneles; como los crculos, la figuras en U, la serpiente, los ojos con pupila excntrica, son semejantes a los que se han ubicado en sitio Alto de las Guitarras y la alfarera sin duda corresponde a estos periodos
El rostro del panel 1 se compone de dos perfiles con rasgos propios y que al mirarse de modo individual son semejantes a las imgenes presentes en los frisos de Garagay, se aprecia una boca sonriente, del cual sobresalen dos colmillos, sobre el labio superior emana hacia fuera el tpico apndice.
Finalmente y sobre estos puntos cabe desarrollar algunas preguntas: qu relacin existe entre las impresiones y las estructuras presentes?, Cul es el significado de cada icono dentro de la hiptesis del culto de la montaa?. Para responder la primera pregunta tenemos en la arquitectura presente su vnculo con actividades de culto, la inexistencia de elementos de uso domstico le otorgar un carcter sacro a los elementos del lugar, el edificio como parte intrnseca de eventos manejados por un grupo de culto, una plaza destinada a la actividad publica, una huanca cuya finalidad puede ser diversa. No existe duda para nosotros que el escenario paisajstico que le otorga la imponente montaa forma parte del destino final de los eventos rituales ya que en ella hemos registrado material emparentado con cerro Cantera. Los sectores de quema en la plaza, ofrendas de pequeos cantos rodados y moluscos central el culto a los elementos aguamontaa. Los elementos iconogrficos merecen un minucioso juicio para determinar su probable significado dentro de la cosmovisin de las personas que llegaron hasta este punto del valle. Para la tradicin andina figuras como la serpiente, se vinculan al culto del agua, lo mismo se podra decir de los crculos y los ojos que pueden ser simbolismos del panten Chavn. El wamani o halcn como divinidad vinculada a los cerros, acompaara al peregrino hasta las cumbre misma de Cerro Colorado santuario. Sin embargo no podemos hacer paralelos semiticos en distancias temporales considerables sobre los conceptos religiosos que pudieron variar segn la tradicin de cada pueblo, aunque investigaciones como las de Ana Mara Marriscotti de Gorlitz (1978), sobre el culto de la Madre Tierra, las de Alejandro Ortiz Rescaniere (1980) sobre mitologa, las de Gary Urton (1981) sobre astronoma y cosmologa, de Jhon Reinhard (1983) sobre el culto de las montaas, y de Michael J. Sallnow (1987) sobre los rituales de peregrinaje a los santuarios y lugares sagrados en general, demuestran con claridad que el modo de ser, de pensar, de relacionarse con los dems y con el ambiente, del hombre andino contemporneo es , a pesar de casi cinco siglos de aculturacin y etnocidio europeo en la regin, el mismo de la era precolombina (Curatola, 1991209). Como comentario final, en la actualidad la poblacin que ha empezado a poblar el llano de la quebrada alta mantiene su creencia en el cerro, reflejo de ello son las zonas de pago u ofrendas que hemos identificado cerca de algunos geoglifos y laderas, los pagos suelen ser de manera muy personal y escondida de la vista comn, se ofrenda coca, cigarrillos inka, flores y licor, nos llam la atencin como la gente migrante supo reconocer a cerro Colorado como un apu al cual cremos olvidado.
El SITIO ARQUEOLOGICO DE CANTO CHICO: Huella del pasado Inca en San Juan de Lurigancho Aproximadamente en 1470, el poderoso ejercito cuzqueo al mando del heredero al trono Inca, Tupac Cussi Yupanqui, luego de arremeter y sojuzgar al extenso reino Chim; tiene como misin incorporar, a su naciente imperio, el territorio de uno de los orculos mas respetados de los andes centrales: Pachacamac, cuya residencia se sita en el valle bajo de Lurn, siendo el referido asentamiento la capital del Seorio Ychsma cuyos dominios se extiende desde ese valle hasta el Rmac. No cabe duda que la anexin de la nacin Ychsma fue pacfica, a diferencia del alto costo humano y de destierro que sufrieron, sus vecinos, los collis al presentar resistencia a sus conquistadores. Desde entonces el imperio amoldara sus patrones culturales, religiosos y polticos a cada pedazo de tierra que es ahora suyo. La presencia de la cultura Inca, en nuestro distrito, se manifiesta en la alfarera que se enriquece con las formas y diseos imperiales; en los santuarios que hemos descubiertos al interior de Canto Grande, como evidencia de un fortalecimientos en su creencias; pero sobre todo en los centros poblados que aparecen como un ejemplo de su reforma urbana y administracin de recursos para esta parte valle. En el siguiente texto nos vamos a referir al sitio arqueolgico de Canto Chico, que a pesar del tiempo, las invasiones, los montones de basura y algunos mal intencionados que utilizan sus viejos recintos para sumirse en un profundo xtasis ultraterrenal; guarda testimonios de la presencia Inca y de las actividades econmicas, artesanales, productivas y de culto que realizaron quienes la habitaron.
Canto Chico es un importante asentamiento arqueolgico que se encuentra en las faldas orientales del imponente cerro San Jernimo, y entre los pueblos de Canto Chico, Sagrado Madero y Arriba Per. Se puede visitar la huaca siguiendo la antigua carretera a Canto Grande. Su nombre no cabe dura es reciente, con el tiempo ha perdido su original, libros como los de Villar Crdova y el diccionario de Garca Rossell se refieren al monumento como Lurigancho; un mapa antiguo de Carlos Romero (1933), lo seala como Hurinhuanchos. Canto Chico corresponde al poblado que ocup su terreno desde inicios de 1970, aunque, para la dcada del 40 ya existan algunas pequeas propiedades, su nombre hace referencia en diminutivo a la pampa de Cantogrande, estilo que luego permitira denominar a otras urbes (Canto Bello, Canto Sol, Canto Rey, etc). Con el nombre actual se registra en el inventario de monumentos arqueolgicos del Valle del Rmac y Santa Eulalia, elaborado por Milla Villena (1976), posterior a ello por el inventario
de monumentos arqueolgicos de Lima Metropolitana elaborado por el Dr. Roger Ravines (1985). Y finalmente por la Misin UNI FORD (1994). En el lugar se aprecia un gran montculo central que se levanta mediante el uso de gruesos tapiales, en algunas secciones se observan macizos adobes rectangulares y en su conjunto los elementos murarios aflorantes encierran una serie de espacios de planta rectilnea que en su parte cntrica se elevan en forma escalonada, los rellenos internos, que le permiten ganar altura, estn compuesto de basura arqueolgica, y donde la erosin no ha afectado su conservacin, las paredes presentan un buen enlucido o acabado. Para levantar gruesas paredes ha sido necesario cimentarlos con enormes rocas, del mismo modo existen murallas cuyo lado interno se rellenan para nivelar el terreno sobre el cual se elevan otras estructuras circundantes al montculo principal. Originalmente su extensin era mucho mayor, y en todo su extremo sur se disponan una serie de grandes estructuras y un conjunto residencial conformado por viviendas aglomeradas dispuestas sin ningn tipo de ordenamiento urbano, no cabe duda, que este sector corresponda a las viviendas de su poblacin comn, incluso se ubicaban grandes corrales que se emplazaban en las laderas de los cerros. Gracias a las investigaciones efectuadas por el Dr. Rogger Ravines (1996 2000), sabemos que el sitio corresponde a las fases finales del perodo Intermedio Tardo (1300 d. C) y logra su desarrollo durante el Horizonte Tardo (1470 a 1535 d. C), es decir, la mayor parte de la arquitectura visible data de la poca Inca, segn los hallazgos efectuado, se sabe que su poblacin estuvo vinculada a la produccin agrcola y ganadera, adems de diversos oficios como la cermica, textilera y metalurgia. Es lamentable que a lo largo de los aos el sitio arqueolgico vea disminuida su extensin. Segn la fotografa area del ao de 1944, slo se estara conservando menos del 10%. En la actualidad son menos de cuatro hectreas la zona que se seala como protegida, es preciso sealar que desde 1990 la Asociacin de Vivienda Kawachi, tom posesin de una parte de la zona considerada como intangible, afortunadamente la misma poblacin inici, de manera conjunta, con el Instituto Nacional de Cultura un plan piloto de recuperacin y puesta en valor del monumento, sin embargo la poca atencin y desinters ha convertido el lugar en un espacio poco atractivo para ser visitado. Es una pena que nuestra huaca, que es el reflej de la presencia de una gran cultura en nuestro distrito, siga perdindose por la escasa visin y afecto de nosotros mismo, cundo aprenderemos que nuestro patrimonio no es una ruina, que es un recurso de inconmensurable valor para la ciencia, la educacin y la dinmica cultural de nuestra localidad. Seguir olvidando nuestro compromiso que tenemos con nuestra herencia, es sencillamente permitir que otra invasin logre borrar su imagen para siempre y nos prive de esa alegra que nos motiva el contemplar con admiracin objetos milenarios dentro de la vitrina de un esperado museo.
Puede Consultar la siguiente Bibliografa: RAVINES, Rogger 1985 Inventario de Monumentos Arqueolgicos del Per: Lima Metropolitana. Lima: Instituto Nacional de Cultura y Municipalidad de Lima Metropolitana. 2003 Canto Chico. Asentamiento prehispnico del valle del Rmac. Boletn de Lima. 119122:93-290. CRDOVA H. Martn. 2005 El Sauce un cementerio del Horizonte Tardo en San Juan de Lurigancho, Lima. En: Corrientes Arqueolgicas. Lima. Facultad de Humanidades de la Universidad Federico Villarreal. Claudio C. Olaya y Marina Romero B. Ed. N 1. pp. 199 221. 2007 Investigaciones arqueolgicas en el sauce, San Juan de Lurigancho.
Por fin un Centro Cultural en San Juan de Lurigancho Julio Abanto Llaque.Quienes conocen nuestra labor saben que durante 15 aos hemos batallado para que en nuestro milenario y pluricultural distrito exista un museo distrital. Hoy 24 de febrero del ao 2012, exactamente al medio da, la alcaldesa de Lima Susana Villaran coloc la primera piedra para que dicha obra sea una realidad. Y claro, no se trata de cualquier piedra, se trata de una muy especial que fue trada muy temprano por nuestros amigos de Valle Sagrado, espacio situado al interior de la quebrada donde nace imponente nuestro apu tutelar Cerro Colorado. El granito es el inicio de un proyecto que concluye y el renacer de una realidad. El centro cultural del parque Huiracocha, no slo tiene un diseo especial, est acompaado de una propuesta cultural novedosa, participativa, donde se encuentra en esencia el sueo de cada artista y gestor cultural local. El Centro Cultural tendr una capacidad de 300 personas contar con un anfiteatro; biblioteca-mediateca, un saln de usos mltiples, ludoteca, sala de exposicin temporal y una sala permanente; todo ello con una inversin que supera los dos millones de soles. No se trata de un simple y forzado edificio, ni de una colosal obra que se muestra slo en un engaoso panel, se trata de un hermoso monumento, real, vivo, enclavado en el mejor suelo de nuestra Lima, dentro de un parque que es para todos. Hoy siento que gran parte de esa lucha por revalorar nuestro pasado y mostrar lo mejor que produce un alma inspirada encuentra su mejor espacio. Hoy recuerdo que, hace ocho meses iniciamos esta loca idea, el concepto de un centro cultural en el parque fue escuchado e inspir para que otros parques tambin lo presenten. Hoy se demostr que la verdadera cultura est en los compromisos asumidos, en las verdaderas intensiones por hacer obras sostenible, solidarias y de contenido humano. Hoy entend que la demagogia de brutos y corruptos poltico se va al carajo y que por fin nuestro distrito tiene lo que se merece: un verdadero palacio a la memoria y abnegada vida de un milln de peruanos llamados luriganchinos.
Abajo dejo la trascripcin del hermoso y progresista manifiesto del movimiento de artistas del parque Huiracocha. Manifiesto cuyo autor Lus Enrique Amaya plasma un real y sentido compromiso con el arte: Manifiesto de la Movimiento de Artistas C.C. Parque Huiracocha El arte en esencia es imagen, smbolos. Es una feliz metfora potica que sea justo en este reducto del verdor, donde los artistas estemos inaugurando un tiempo que trae consigo un mejor color. Que sea justamente desde los jardines de la repblica, que empezaremos a sembrar una mejor ciudadana, que empezaremos a generar un aire mas respirable para todos, que empezaremos a pintar juntos un tiempo en el que todo lo verde renacer. Otra alegre metfora, es el echo de que este centro cultural tenga el nombre Huiracocha, nombre que para nuestros primeros abuelos significaba principio de todo, origen, creacin; y es precisamente desde este parque que se dar la clarinada de comienzo, de inicio, de esa gran marcha de la cultura solidaria en los parques zonales y metropolitanos de Lima. Deca el Artista Plstico Vctor Delfn, que l slo era un hombre que se haba dedicado a perseguir a la belleza durante toda su vida; nuestro Poeta Nacional Juan Gonzalo Rosse, sostena que el escriba porque necesitaba comunicarse con sus semejantes y quera dejar algo bello en su paso por la vida; el Guitarrista Carlos Santana explicaba sencillamente que el tocaba la guitarra porque le gustaba tentar corazones; un creador annimo argumentaba que hacer arte es la mejor garanta para morir vivos. Perseguidores de belleza, necesidad de comunicarnos, dejar algo para las generaciones porvenir, intensificar la vida, enamorar; esa es una de las cosas fantsticas del Arte, el echo que nos permita a cada uno de nosotros poder agregarle un nuevo significado, un nuevo trazo, a ese poderoso lienzo, por suerte siempre incompleto, que es la creacin artstica del hombre. Poetas, Danzantes, Msicos, Pintores, Actores, Artistas del extremo este de sta ciudad, que hemos aguardado durante 45 aos para encontrar un lugar en donde poder habitar nuestros mejores sueos; hoy frente a esta solemne piedra que tiene consigo el rumor de los caminos empezados por hombres hace tiempo; queremos decirle tambin a San Juan de Lurigancho del porqu hacemos arte. Hacemos arte porqu creemos que ningn hombre puede ser malo frente a la belleza. Hacemos arte porqu consideramos que el arte puede y debe ser un puente hacia lo espiritual, hacia lo mejor de nosotros mismos como individuos y como sociedad. Entendiendo espiritualidad como la reunin de lo mas sensible y sublime en la conciencia y corazn de los hombres. Hacemos arte porqu somos cultura en movimiento, somos el pulso del corazn de la cultura viva, somos el acto y voz genial que reclamaba el poeta, no somos la propuesta cultural para el pueblo, somos la propuesta cultural venida desde el pueblo.
Hoy queremos ser las manos frreas en este obraje que llamamos pas. Brazo con brazo con los que madrugan y hacen el pan, con los que conducen los camiones, o templan los aceros, queremos trabajar para cumplir con la noble tarea que se nos ha encomendado: recordarle a ste distrito que la belleza es imprescindible para vivir, que una casa, un sueldo, el acumular posesiones, a la larga slo nos significan la subsistencia; porque el hombre solamente alcanza eso que denominamos vida cuando se atreve a soar en plena libertad, cuando descubre su propio fuego y tiene la valenta de llevarlo hasta el final; cuando recuerda lo divino que an nos habita. Queda manifiesto nuestro compromiso con el tiempo y el espacio que nos ha tocado vivir, queda manifiesto nuestro compromiso con nuestros orgenes milenarios, as como con nuestro presente emprendedor; queda manifiesto nuestro compromiso de tener a la calidad como medida para cada una de nuestros actos; y sobremanera que quede manifiesta nuestra voluntad de hacer de este centro, una casa en donde la belleza y los buenos sueos sean inacabables, porque slo soando tercamente hasta el final, lograremos no escapar de la realidad, sino crear otra realidad para todos.