Cosa Juzgada, Cosa Juzgada Írrita

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Cosa Juzgada.

Cosa Juzgada rrita

Enviado por Manuel Ernesto Jardel Rivero y Hornos Partes: 1, 2 1.Introduccin 2.Fundamentos 3.Cosa juzgada: formal y material 4.Lmites: objetivo y subjetivo 5.Cosa juzgada rrita 6.Accin de revisin 7.El problema subjetivo del acto fraudulento 8.La revisin de la sentencia firme 9.Plazos: cuestionamiento del plazo de caducidad y prescripcin 10.La estabilizacin de la seguridad frente a la Justicia 11.Conclusiones 12.Bibliografa analizada para la realizacin de este trabajo RECOPILACION DE LA BIGLIOGRAFA, LA SNTESIS DE LA MISMA, SU ORDENAMIENTO CONCEPTUAL, BUSQUEDA DE JURISPRUDENCIA Y ALGUNOS COMENTARIOS: Dr. MANUEL JARDEL RIVERO Y HORNOS * Introduccin CONCEPTO La cosa juzgada (del latn res iudicata) es el efecto de una sentencia judicial cuando no existen contra ella medios de impugnacin que permitan modificarla (sentencia firme) y que se traduce en el respeto y subordinacin a lo decidido en un juicio. Por ello tambin se le define como la fuerza que atribuye el derecho a los resultados del proceso. Habitualmente se utiliza como un medio de defensa frente a una nueva demanda planteada sobre el mismo objeto que fue de la controversia ya sentenciada. Res iudicata es una expresin latina, del mbito jurdico, que literalmente traducida significa cosa juzgada. Su significado, no obstante, es ms profundo an, llega ms lejos, en cuanto que es definitorio del valor de la jurisprudencia en el sistema del derecho continental, y enlaza con importantes principios jurdicos, tales como el de seguridad jurdica o el de certeza del derecho. La presencia de la res iudicata impide que una misma cuestin sea juzgada dos veces, por eso ante un segundo litigio, planteado sobre el mismo objeto, nos permite alegar la excepcin de cosa juzgada (res iudicata), y excluir con ello la posibilidad de ser juzgados por segunda vez.

a) La cosa juzgada significa, en general, la irrevocabilidad que adquieren que permita modificarla. No constituye, por lo tanto, un efecto de la sentencia, sino una cualidad que se agrega a ella para aumentar su estabilidad y que igualmente vale para todos los posibles efectos que produzca (LIEBMAN). b) De lo dicho se sigue que la cosa juzgada supone, fundamentalmente, la inimpugnabilidad de la sentencia, o, lo que es igual, la preclusin de los recursos que procedan contra ella (tanto por no haberse deducido cuanto por haberse consumado la facultad de deducirlos). Al operarse tal preclusin, que obsta al ataque directo de la sentencia, se dice que sta adquiere autoridad de cosa juzgada en sentido formal. Cuando en cambio la sentencia, aparte de ser insusceptible de ese ataque directo mediante la interposicin de un recurso, tambin lo es de ataque indirecto a travs de la apertura de un nuevo proceso, se dice que aqulla goza de autoridad de cosa juzgada en sentido material.los efectos de la sentencia cuando contra ella no procede ningn recurso, se dice que aqulla goza de autoridad de cosa juzgada en sentido material. Existe cosa juzgada en sentido material cuando, a la irrecurribilidad de la sentencia, se agrega la imposibilidad de que en cualquier circunstancia y en cualquier otro proceso se juzgue de un modo contrario a lo decidido por aqulla. Como seala ROSENBERG, la cosa juzgada en sentido material comporta la normatividad del contenido de la sentencia: es decir, de la afirmacin de la existencia o inexistencia de la consecuencia jurdica pretendida por una de las partes y expresada por el fallo, para todo procedimiento en que se cuestione la misma consecuencia jurdica. De lo expuesto se desprende, asimismo, que la cosa juzgada en sentido material presupone la cosa juzgada formal; y que esta ltima, por consiguiente, puede existir con independencia de la primera. c) Como arbitrio destinado a preservar la inmodificabilidad que es propia de la cosa juzgada en sentido material, la ley acuerda la llamada excepcin de cosa juzgada, que debe deducirse en la forma explicada, aunque corresponde recordar que la existencia de cosa juzgada puede ser declarada de oficio en cualquier estado de la causa (CPN, art. 347, infine). d) Para que una decisin judicial adquiera autoridad de cosa juzgada, es necesario que se haya dictado en un proceso contradictorio y con carcter final. De all que no sean susceptibles de adquirir aquella calidad pronunciamientos dictados en los procesos de jurisdiccin voluntaria. los

Se ha decidido, asimismo, que aun tratndose de procesos contenciosos, no cabe invocar la defensa de cosa juzgada sobre la base de lo decidido en un proceso anterior tramitado en rebelda de una de las partes, porque en tal caso la rebelda adquiere proporciones desmesuradas e injustas, incompatibles con la garanta constitucional de la defensa en juicio.

En ese orden de ideas, la Corte Suprema ha expresado, a travs de numerosos precedentes, que el derecho reconocido por una sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada constituye un bien que queda incorporado al patrimonio del interesado, y del cual no puede ser privado sin mengua del precepto constitucional que consagra la inviolabilidad de la propiedad. Por aplicacin de ese principio, se ha resuelto, entre otros casos, que incurre en violacin del art. 17 de la Constitucin Nacional el fallo que deja sin efecto una sentencia consentida so pretexto de haber sido dictada por error; la resolucin que modifica arbitrariamente una sentencia definitiva pasada en autoridad de cosa juzgada y cumplida por el demandado, para privar a dos de los actores del derecho a la indemnizacin reconocido en ella; el fallo que declara la nulidad total de una sentencia de primera instancia que haba quedado firme respecto de los codemandados; que consentida la sentencia incondicionada de desalojo y resuelto por fallo plenario, en la misma causa, que no corresponde practicar la liquidacin a que se refiere el art. 20 de la ley 14.821 si no media peticin del demandado formulada antes de quedar firme el fallo definitivo, la resolucin que deniega el libramiento de la orden de desahucio, fundada en la ley posterior 15.331, importa prescindir de la cosa juzgada y vulnera la garanta de la propiedad; etctera. BREVES ANTECEDENTES El origen de la cosa juzgada se encuentra en el derecho romano, con la figura de la excepcin de cosa juzgada (exceptio rei iudicatae). Tambin conocida como "res in iudicio adiudicata" Con ella se buscaba proteger a las partes de un nuevo juicio y una nueva sentencia sobre la materia objeto del mismo, buscndose con ello satisfacer una necesidad de certeza o seguridad jurdica. la cosa juzgada es como la jurisprudencia ya que es un fallo de triple reiteracion q si no posee demanda no hay sentencia. En el primitivo derecho romano, la eficacia de la decisin se fundaba en el "compromiso" que asuman las partes en la litiscontestatio, no en la autoridad del Estado, como se ve del pasaje de Ulpiano: stari autem debet sententiae arbitri quam de re dixerit, sive aequa, sive iniqua sit; et sibi imputet, qui compromisit (se debe estar a la sentencia que el arbitro diese sobre la cosa, sea justa o injusta; y culpase a si mismo el que se comprometi). Posteriormente, la evolucin del concepto del Estado, la extensin del Imperium y el nuevo concepto de la jurisdiccin, que llevaron al Estado a asumir la funcin pblica de administrar justicia mediante los jueces, hicieron intil el contrato de litiscontestatio de las primeras pocas, y bajo Justiniano, la fuerza de la sentencia se fund en la cosa juzgada, entendida como presuncin de la verdad, segn el pasaje de Ulpiano: ingenuum accipere debemus etiam eum, de quo sententia lata est, quamvis fuerit libertinus: quia res iudicata pro veritate accipitur (debemos tambin tener por ingenuo aquel que por sentencia se declar serlo, aunque fuese libertino, porque la cosa juzgada se tiene por verdad).

Este fundamento dado a la cosa juzgada en el derecho justinianeo, fue recogido en el Cdigo Civil napolenico bajo el influjo y la autoridad de Pothier, que hizo de la teora de la "presuncin de verdad", no ya el fundamento poltico-social de la cosa juzgada, sino su fundamento jurdico y dogmtico, incluyndola entre las presunciones legales; y as a pasado a los cdigos modernos que siguieron el modelo francs, entre ellos el nuestro, que incluye entre las presunciones legales, a "la autoridad que da la ley a la cosa juzgada"; lo que bien entendido significa, como seala Chiovenda, que es ilcito buscar si un hecho es verdadero o no, al objeto de invalidar un acto de tutela jurdica. El nuevo Cdigo de Procedimiento Civil opt por introducir en el ttulo que trata de los efectos del proceso, una formulacin normativa de la cosa juzgada en su doble funcin: formal y material, las cuales sern examinadas mas adelante. NATURALEZA Hay que distinguir dos puntos de vista: SUSTANCIAL, es decir de carcter civil, as vemos como la legislacin sustantiva la incluye dentro de las presunciones absolutas. Es una presuncin "juris et de juris". Adems, es de orden pblico, en el sentido de que pueden ser alegada y probada en cualquier momento. ADJETIVA, en el sentido de que es una de las cuatro excepciones de inadmisibilidad contempladas en la ley. Fundamentos TEORIAS ESBOZADAS POR LA DOCTRINA CON RESPECTO AL FUNDAMENTO DE LA COSA JUZGADA a) Constituye una antigua preocupacin doctrinaria la de hallar una justificacin racional al principio de la inmutabilidad de los pronunciamientos jurisdiccionales definitivos. b) As, SAVIGNY, por ejemplo, sostuvo que toda sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada queda a cubierto de eventuales impugnaciones porcuanto representa una ficcin de la verdad, promover la estabilidad de las relaciones jurdicas. Esta teoracuyo fundamento poltico parece claro es susceptible de objecin si se considera que el esclarecimiento de la verdad, en su faz objetiva, no constituye ms que una meta ideal del proceso civil, y que, por lo tanto, no es necesario recurrir al arbitrio de la ficcin para salvar aquellos casos en que esa verdad no se logra. Por otra parte, el criterio enunciado prescinde como observa COUTURE de los supuestos en que la sentencia no constituye una ficcin de la verdad, sino la verdad real. c) Mayor difusin alcanz la teora enunciada por POTHIER en el sentido de que la autoridad de la cosa juzgada responde a a. presuncin absoluta de verdad de la sentencia. Esta concepcin fue recogida por el Cdigo Napolen y por el Cdigo civil italiano de 1856, que ubicaron a la cosa juzgada entre las presunciones legales.

Como observa UGO ROCCO, esta tesis parte de una hiptesis opuesta a la de la ficcin de la verdad, pues mientras esta ltima trata de legitimar el error posible de la sentencia, aqulla se funda en la probabilidad de que la sentencia no contiene error, transformando esa mera probabilidad en una presuncin inris et de iure. Segn seala CHIOVENDA, tal conclusin es tributaria de la formacin escolstica de los glosadores y postglosadores anteriores al siglo xiv, quienes al centrar su atencin en el elemento lgico de la sentencia, la concibieron como la conclusin de un silogismo que deba ser necesariamente verdadera aun cuando no fuesen verdaderas las premisas, las que adquiriran aquel atributo a los efectos jurdicos y en virtud del simple razonamiento efectuado por el juez. Al criticar esa concepcin, expresa el autor citado que la fuerza de la cosa juzgada reside en un acto de voluntad del Estado, con prescindencia del razonamiento judicial contenido en la sentencia. Como todo acto humano, la sentencia tambin supone un razonamiento, del que se da la explicacin en los motivos, para garanta de los ciudadanos; pero lo que le acuerda fuerza imperativa y vinculante es el hecho de emanar del juez, que representa la voluntad del Estado. "Alcanzada, al hacerse definitiva la sentencia, la declaracin de certeza de la voluntad de la ley, el ordenamiento jurdico rompe y olvida el aparato lgico que sirvi para alcanzarlo, como el artista rompe y olvida la arcilla de la que primero se sirvi para la representacin de su idea. Desaparece a los ojos del derecho el razonamiento y toda huella de sus posibles errores. Y es lo que eleva al juez del nivel de un lgico cualquiera a la suprema dignidad del magistrado". d) Muchas otras teoras se han enunciado aparte de las expuestas. As, ARTURO ROCCO entiende que la cosa juzgada deriva de la necesidad de la certeza judicial, que equivale, en el orden humano, a la verdad objetiva; PAGENSTECHER sostiene que aqulla equivale a los efectos del contrato de declaracin, mediante el cual dos personas obtienen la certeza jurdica con respecto a un derecho subjetivo, aun cuando en ello mediase un error; CARNELUTTI considera que, en virtud del comando complementario que el juez ejerce, y cuya autoridades la misma que la de la ley general (lex generalis), la sentencia comporta una lex specialis provista de una eficacia semejante a la de aqulla; etctera. e) La cosa juzgada, sin embargo, no constituye un atributo esencial y necesario de la sentencia, sino una simple creacin del ordenamiento jurdico, que puede o no acordar tal autoridad a los pronunciamientos judiciales definitivos sin que con ello quede afectado principio lgico u ontolgico alguno. Como dice IMAZ, la cosa juzgada no es ms que la "duracin de la vigencia de las sentencias judiciales en verdad, de cualquier norma jurdica originada en la prohibicin impuesta normativamente a los rganos de la colectividad de derogarlas por medio de otras normas jurdicas posteriores". De all la inutilidad de cualquier teora que pretenda justificar la institucin de la cosa juzgada fuera de un criterio estrictamente axiolgico. Y en ese orden de ideas, parece obvio que son valoraciones de seguridad y de orden ms que de justicia estricta las que sustentan su mantenimiento en el orden jurdico.

Cosa juzgada: formal y material Para llegar a la sentencia final es necesario que el juez recorra todo el camino o iter procesal que conduce a ella, y que es variadsimo y complejo en sus elementos, porque en l se van desarrollando las situaciones que configuran el proceso dialctico de acciones y reacciones que permite a las partes presentar las cuestiones de hecho y de derecho que apoyan su situacin y al juez tomar conocimiento de las mismas, resolver los puntos y cuestiones que surgen en el camino y llegar as al pronunciamiento final que acoge o rechaza la pretensin. El juez se ve as ordinariamente en la necesidad de resolver ciertas cuestiones surgidas en el curso del proceso, que aparecen como antecedentes lgicos de su decisin final, a tal punto que de ellas depende en todo o en parte la resolucin de la causa. Estas resoluciones interlocutorias, deben quedar firmes, no ya para asegurar la permanencia del resultado final del proceso, sino por exigencias de orden y seguridad en el desarrollo del mismo, que permiten desembarazarlo de estas cuestiones incidentales y llegar as rpidamente al resultado final, que es la sentencia definitiva. En la mayora de los casos, este efecto se logra mediante la simple preclusin de la cuestin misma, que impide proponerla de nuevo en el curso del proceso, por haberse agotado la facultad con su ejercicio; pero en otros, como ocurre en nuestra sistema, que admite en ciertos casos la apelacin de las sentencias interlocutorias, la firmeza de stas, lo mismo que la de las definitivas que permite obtener la permanencia del resultado, se logra mediante la preclusin de las impugnaciones del fallo, que impide la renovacin de la cuestin en el mismo proceso. De este modo, se produce la cosa juzgada ad intra, esto es, en el interior del mismo proceso, impidiendo la renovacin de las cuestiones, consideradas cerradas en el mismo; pero sin impedir su proposicin en un proceso futuro, si la naturaleza de la cuestin lo permite en cambio, la sentencia de mrito, salvo excepciones muy determinadas por la ley, produce cosa juzgada ad extra, esto es, fuera del proceso en que se dicta y asegura la inmutabilidad del fallo frente a todo eventual proceso futuro que pueda iniciarse sobre el mismo objeto. En ambos casos se produce la cosa juzgada por la inmutabilidad del fallo, pero en el primero se habla de cosa juzgada formal y en el segundo de cosa juzgada material. No se trata de dos cosas juzgadas, seala Liebman, porque el concepto de cosa juzgada es nico, si bien es doble su funcin: por un lado, ella hace inmutable el acto de la sentencia, puesta al seguro por la preclusin de los gravmenes; y por otro lado, hace inmutables los efectos producidos por la sentencia, porque los consolida y garantiza contra el peligro de una decisin contradictoria. Puede decirse pues, que la cosa juzgada formal es la inmutabilidad de la sentencia por la preclusin de los recursos; y la cosa juzgada material, la

inmutabilidad de los efectos de la sentencia no sujeta ya a recursos, en todo proceso futuro sobre el mismo objeto. Es lo que ha tratado de recoger la disposicin del Articulo 272 del nuevo cdigo, al definir la cosa juzgada formal as: "Ningn juez podr volver a decidir la controversia ya decidida por una sentencia, a menos que haya recurso contra ella o que la ley expresamente lo permita". Y en el Articulo 273 la cosa juzgada material; de este modo: "La sentencia definitivamente firme es ley de las partes en los lmites de la controversia decidida y es vinculante en todo proceso futuro". La cosa juzgada formal (preclusin de las impugnaciones) es el presupuesto necesario de la cosa juzgada material (obligatoriedad en futuros procesos). Sin embargo, la cosa juzgada formal no siempre tiene como consecuencia la material. Por su fin, la cosa juzgada formal hace que la sentencia sea inatacable en el mbito del proceso pendiente, de modo que ste tenga trmino; en cambio, la cosa juzgada material impone que se tenga cuenta de su contenido en todo proceso futuro entre las mismas partes y sobre el mismo objeto. En esencia, el efecto de la cosa juzgada formal se identifica con el efecto de la preclusin, porque ambos se limitan al proceso en que tiene lugar, mientras que la cosa juzgada material tiene fuerza vinculante en todo proceso futuro. Por ello, seala Chiovenda, la cosa juzgada tiene en s la preclusin suma, esto es, la preclusin de toda cuestin ulterior, que se produce con la conversin en definitiva de la sentencia. Si bien, como se ha visto antes, la cosa juzgada formal (preclusin de las impugnaciones) es el presupuesto necesario de la cosa juzgada material (obligatoriedad en futuros procesos), en muchos casos no se produce la cosa juzgada material como consecuencia de la primera. EXCEPCIONES No se produce, en materia de alimentos, en la cual, si despus de hecha la asignacin, sobreviene alteracin en la condicin del que los suministra o del que los recibe, el tribunal podr acordar la cesacin, la reduccin o el aumento de los alimentos, segn las circunstancias; en materia de interdiccin y de inhabilitacin, porque stas pueden ser revocadas cuando haya cesado la causa que dio lugar a ellas; de declaracin de ausencia, porque sus efectos pueden cesar si durante la posesin provisional vuelve el ausente; de quiebra, porque por la rehabilitacin cesan todas las interdicciones legales a que por la quiebra estaba sometido el fallido; en caso del beneficio de justicia gratuita, porque los efectos de sta cesan cuando se prueba que quien est asistido a reserva, ha llegado a mejor fortuna. En estos casos, se est en presencia de las llamadas sentencias provisionales, en las cuales se pone fin al juicio pendiente, pero no obstan a un nuevo debate entre las mismas partes cuando cambian las circunstancias (cosa juzgada formal). Sin embargo, como bien seala Gelsi Bidart, debe admitirse en ellas la cosa juzgada material, cuando como en el caso, de alimentos, se

pretenda una fijacin o reduccin de los mismos, aunque la base de hecho sea la misma, sin aducir la existencia de una nueva condicin econmica. Lmites: objetivo y subjetivo OBJETIVOS: a) El problema de los lmites objetivos de la cosa juzgada ha sido tradicionalmente encarado desde dos puntos de vista. Uno, que es fundamentalmente procesal, atiende a la parte o partes de la sentencia que adquieren fuerza de cosa juzgada; el otro se refiere a la determinacin de las cuestiones litigiosas que se hallan amparadas por esa fuerza. b) En relacin con el primero de los aspectos mencionados, ha sido ampliamente debatido por la doctrina el problema consistente en determinar si la autoridad de la cosa juzgada comprende a la sentencia considerada como una unidad jurdica, es decir, tanto a los fundamentos como a la parte dispositiva, o si, por el contrario, es slo esta ltima la que puede alcanzar aquella autoridad. SAVIGNY se encuentra entre los principales defensores de la primera tesis. El autor mencionado formula, adems, una distincin entre los motivos que determinan la decisin: los objetivos, a los que define como los elementos constitutivos de las relaciones jurdicas invocadas por las partes, y los subjetivos, que son los mviles que influyen sobre el espritu del juez llevndolo a afirmar o a negar la existencia de aquellos elementos (argumentos corroborantes, presunciones, etc.); siendo solamente los motivos objetivos los que pueden alcanzar autoridad de cosa juzgada. Y GOLDSCHMIDT, por su parte, expresa que "el objeto de la fuerza de cosa juzgada se induce no slo por regla general del fallo, sino con ayuda de los fundamentos de la sentencia". La doctrina rioplatense de derecho procesal ha asumido generalmente frente a este problema una actitud conciliadora. JOFR y ALSINA, por ejemplo, entienden que cuando la parte dispositiva no se basta a s misma, procede examinar los motivos a fin de precisar o interpretar su alcance, agregando, el segundo de los autores nombrados, que tal recurso es incluso vlido para rectificar algn error material del dispositivo, cuando con ello no se altere la sustancia de la decisin. COUTURE considera que si bien como regla las premisas o considerandos del fallo no hacen cosa juzgada, por excepcin adquieren esa autoridad cuando lo dispositivo se remite a ellos en forma expresa o cuando constituyen un antecedente lgico absolutamente inseparable (cuestin prejudicial) de lo dispositivo. La jurisprudencia, en general, se ha orientado en sentido concordante al de las conclusiones precedentemente enunciadas. En un exhaustivo trabajo sobre el tema que se analiza, IMAZ ha precisado el alcance de las tesis tradicionales, demostrando que ninguna de ellas reconoce fundamento en la esencia de la institucin, pues no es esencial, ni por lo tanto inevitable, la privacin ni la extensin de la autoridad de cosa juzgada a las enunciaciones contenidas en los considerandos de la sentencia,

aunque, por razones de carcter axiolgico, referidas principalmente al valor seguridad, parezca preferible la segunda posibilidad. Y sobre la base de que el consistir de la sentencia es ser una norma individual, llega a la conclusin -acertadamente expuesta de que el lmite procesal de la cosa juzgada debe determinarse con referencia al contenido de la norma individual creada en cada caso concreto y en la medida en que su constitucin sea requerida para la solucin del litigio de que se trate, con prescindencia del lugar del pronunciamiento en el cual se enuncia la decisin. c) En cuanto al segundo de los aspectos antes sealados, rige el principio de que la autoridad de la cosa juzgada se extiende a todas aquellas cuestiones que han sido debatidas en el proceso y decididas por la sentencia. Pero ello requiere ciertas aclaraciones que se formularn seguidamente. Interesa destacar, en primer lugar, que la cosa juzgada cubre incluso aquellas cuestiones que, pudiendo haber sido objeto de debate entre las partes, no lo fueron (tantum iudicatum quantum disputatum vel quantum disputan debebat).alcanzar autoridad de cosa juzgada. SUBJETIVOS a) Es regla, en cuanto a este problema atae, que la cosa juzgada afecta solamente a quienes fueron partes del proceso en que se dict la sentencia investida de aquella autoridad. sta, por consiguiente, no puede beneficiar ni perjudicar a los terceros que han sido ajenos al proceso (res nter alios iudicata aliis eque prodesse eque nocere potest). Por partes debe entenderse no slo a los sujetos activo y pasivo de la pretensin procesal sino tambin a todas aquellas personas que, en las condiciones previstas en la ley, se han incorporado voluntariamente al proceso o han sido citadas para intervenir en l, y a quienes la sentencia afecta "como a los litigantes principales" (CPN, art. 96). La misma regla rige en materia de sustitucin procesal (CPN, art. 114). b) A los efectos de determinar los lmites subjetivos de la cosa juzgada es menester atenerse a la identidad jurdica de las partes. En ese orden de ideas la cosa juzgada no se extiende a quien, habiendo actuado en el primer proceso por derecho propio, lo hace en el segundo como representante legal o convencional de un tercero; ni a quien reclama como heredero beneficiario en un proceso y como acreedor hipotecario en otro; etctera. Por el contrario, no obstante el cambio de personas fsicas, la cosa juzgada alcanza a los sucesores universales de quienes intervinieron en el proceso como partes. c) El principio enunciado en a) admite, sin embargo, algunas excepciones fundadas en las vinculaciones jurdicas existentes entre las partes y terceros. Tratndose de obligaciones solidarias, v.gr., la cosa juzgada es invocable por los coacreedores que no participaron en el proceso, as como por los codeudores contra el coacreedor que fue parte en el juicio (Cd. Civ., art. 715, prr.2o); Cosa juzgada rrita INTRODUCCION

Como sabemos se llama cosa juzgada a la sentencia insusceptible de ser revisada por adquirir firmeza en virtud de no haberse sometido a sta, a instancias superiores que la revisen en cuanto a su acierto o error. Sin embargo, suelen presentarse situaciones, donde, en el proceso civil de cognicin, las partes conciertan un proceso que en su origen, es inexistente, con el supuesto objeto o fin de perjudicar a terceros, o hacer brillar un determinada posicin jurdica y, las impensables formas en la que las partes involucradas en un juicio, aparente, pero no real, conciertan en virtud de otros intereses, un litigio falso. Otras veces una de las partes engaa a la otra, mediante ardid procesal, por ejemplo, acompaando prueba documental falsa, la que, procesalmente, es admitida como verdadera, en virtud de un resto de pruebas adicionales, como testimonios e informes, que llevan a la falsa conviccin a un juez, de tener que sentenciar en un sentido injusto. La doctrina de los autores que han admitido a la accin autnoma de nulidad como Morello y Berizonce, ponen de relieve la cuestin de la justicia de la decisin. El problema se centra en un proceso viciado, por algn tipo de falsedad en la realidad de los hechos materia de investigacin y, posterior de decisin judicial. El tema se cierne entonces en una sentencia que, por no cumplir una labor de pacificacin social, no hizo a la justicia. La mayor parte de los procesalitas ponen condicionamientos a la revisin de la sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada. A MODO DE EJEMPLO DIARIO LA NACION Revis la Corte una sentencia firme Dej sin efecto un pago de honorarios CORDOBA.- Un pago de honorarios a dos abogados cordobeses, que al presente habra ascendido a 133 millones de pesos, qued sin efecto al haberse aplicado al caso una teora jurdica que posibilit que fuera revisada la sentencia firme por la cual fueron regulados. La erogacin debera haber sido hecha por el Banco Central de la Repblica Argentina (BCRA) a raz de la intervencin de los dos letrados en la quiebra -hace varios aos- de una financiera de esta capital. La autoridad monetaria tuvo que responsabilizarse de su liquidacin debido a la vigencia de la garanta de los depsitos. Por los bienes de la compaa el BCRA apenas consigui recuperar 278.000 pesos: una enorme desproporcin. De hecho, pagar esos honorarios equivaldra a que "cada uno de los casi 37 millones de argentinos debiese abonar alrededor de tres pesos" por tener que afrontar la obligacin con recursos estatales", grafic el doctor Miguel Rodrguez Villafae, representante legal del Banco Central, que ayer inform a LA NACION sobre la resolucin que en torno del caso acaba de adoptar la Corte Suprema de Justicia de la Nacin.

LA REVISIN Adems de la voluminosa cifra en juego, se trata de la decisin del mximo tribunal del pas de dictaminar en trminos que implican la revisin de una sentencia dictada en un proceso "formalmente correcto", es decir, no estaba cuestionada la conducta de los magistrados que participaron en la cadena judicial que llev a la determinacin de los honorarios. En la dilatada causa estuvo en juego el principio de cosa juzgada, al que Rodrguez Villafae contrapuso el de "cosa juzgada rrita". La Corte Suprema, con el voto de seis de sus miembros y la disidencia de tres, sobre la base del dictamen del procurador fiscal, Felipe Daniel Obarrio, interpret que "una sentencia no adquiere la condicin de cosa juzgada por el solo hecho de haber sido precedida de un proceso formalmente correcto", sino que, "sin negar el valor de la cosa juzgada", en determinadas condiciones es preciso evitar el dao "que derivara de la conservacin de una sentencia intolerablemente injusta". El pronunciamiento provoca interrogantes acerca de la seguridad jurdica y sobre eso hace hincapi el dictamen en minora de la Corte. Pero el propio Rodrguez Villafae aclar que lo logrado no significa desconocer el valor de la cosa juzgada y la importancia que tiene respecto de la garanta de seguridad jurdica. "Esta (la cosa juzgada rrita) no es una teora para aplicarse a cualquier caso, ni que a cada rato se estn revisando las sentencias firmes", apunt. . Juan Carlos Vaca Accin de revisin CONCEPTO EFECTOS La revisin consiste en rever los pronunciamientos jurisdiccionales despus que han adquirido ese atributo que le confiere la cosa juzgada. Cuando la sentencia padece de vicios, o se produce una modificacin de aquellas circunstancias que dieron origen al fallo, es necesario atacarla. Ello lo hace el perjudicado pretendiendo revertir esa situacin a fin de enmendar la injusticia. Cabe dejar en claro que sta posibilidad de impugnacin consiste en una accin y no en un recurso como alguna vez se ha sostenido. Es accin porque procede contra decisiones firmes a diferencia de los recursos; los defectos que pueden impugnarse deben ponerse de relieve con circunstancias posteriores a la decisin y nunca contra una norma jurdica, esto no excluye la revisin por la ley ms benigna que es una de las causas de procedimiento prevista en el rgimen penal, como as lo hace un recurso.

Dadas las caractersticas de la accin las condiciones para su interposicin son taxativas y de interpretacin restrictiva. Como se seal "ut supra", las causales pueden agruparse en dos categoras: 1. las derivadas de falsedad o fraudes procesales que culminaron en un pronunciamiento. Vicios que "per se" deben considerarse trascendentes. 2. las que surgen de los hechos o elementos de pruebas nuevos que demuestren que la sentencia no se adapta a lo que realmente ocurri. El problema subjetivo del acto fraudulento Entiendo que, mediando cualquier vicio, que implique una indefensin, que pudo dar origen a una sentencia de otro sentido, hace factible la procedencia de la accin autnoma de nulidad. En este sentido no es dable deificar de tal manera al proceso, que tenga que existir y demostrarse un concilio fraudulento, la intencin de afectar intereses de terceros, la cosa juzgada, se convierte en una injusticia que afecta a la paz social, y, debo sealar, que, para nuestro ordenamiento constitucional, de neto orden liberal, con destino a la proteccin del individuo y sus derechos y garantas, por la seguridad jurdica, de jerarqua colectiva, no es dable aceptar que la retrica colectivista se imponga sobre la base del sacrificio del individuo y sus derechos, en ofrenda a la seguridad jurdica, o, lo que es lo mismo que decir, social. Es imponer un concepto netamente autoritario, propio de una visin colectivista, por encima de dichos derechos y garantas del individuo, consagradas ya en el inicio de nuestra Carta Magna, en el prembulo mismo, operativo per se. Y ni que hablar de los tratados internacionales en la materia. El sacrificio del individuo o de sus derechos "por la sociedad" es ajeno a nuestro sistema, propio de los regmenes colectivistas, en los que impera una corriente filosfica racionalista, inaceptable para nuestra constitucin formal y material, teniendo en cuenta el cmulo de derechos subjetivos que el individuo tiene contra la sociedad habindose llegado a la altura de los llamados derechos sociales, o sea lo que surgen a partir de la evolucin del Estado gendarme, al Estado de bienestar. Son los derechos del individuo con respecto a la sociedad jurdicamente organizada ( Estado ) y no constituye el Estado, ni por asomo, en "imperator", de los derechos del individuo y del ciudadano. Segn BIDART CAMPOS "lo que realmente existe en el mundo y, por ende, en la sociedad y en el Estado, son hombres individuales, hombres concretos, de carne y hueso, Hay Estado porque hay hombres; sin ellos, realidades sustanciales cada uno, con singularidad existencial, no habra Estado, que es el todo" Germn J. BIDART CAMPOS Teora general de los Derechos humanos, pg. 169 . Imponer a la cosa juzgada, por un principio de seguridad jurdica, las estabilidades que proponen muchos procesalistas, involucra un orden tan rgido que los derechos de las personas, conculca a favor de una retrica colectivista. Por ende, a la inversa que todos los procesalistas, propongo la idea de una amplia admisin de la revisin de la cosa juzgada, sin condicionamientos

tales como culpa, dolo, concierto fraudulento, plazo de caducidad, plazo de prescripcin. El autor precitado, ob. citada: Alberto Luis Maurino, restringe siguiendo a Berizonce citndole en pg. 300 en ( Medios de impugnacin de la cosa juzgada, "Revista del Colegio de Abogados de La Plata", enero- junio de 1971, t XII, nro. 26, p. 259 y siguientes" lo que seala pautas concretas y dice al respecto, que las mismas son: a) Una accin autnoma, b) "Es la cosa juzgada con vicios intrnsecos ( dolo, violencia, fraude o simulacin prohibida ), c) Legitimacin Procesal: Pueden solicitar la nulidad las partes afectadas, los terceros perjudicados y el Ministerio Pblico, sosteniendo en el punto siguiente que el tipo de procedimiento a seguir, de carcter ordinario y dividido en dos etapas ( una destinada a la investigacin del vicio, otra al dictado de una nueva sentencia ). Pero estos elementos subjetivos ( dolo, violencia, fraude o simulacin prohibida ), condicionan a la accin, de una manera tal, que es realmente muy difcil la proposicin de la existencia de este tipo de proceso, considerando, especialmente, que el error puede tener origen en independientes fuentes, y la sentencia incurrir en injusto, grave, leve o gravsimo, no importando la mancha que se deje a la cosa juzgada como se ha propuesto - o a la seguridad justicia, si, por "afianzar la justicia" se obligar a los magistrados, de otra manera, a redoblar los esfuerzos tendientes a establecer la verdad material, que, es la que en oriente y en occidente, imperan para la conocimiento y decisin de las causas. Al decir de Alberdi: "No basta que la Constitucin contenga todas las libertades y garantas conocidas. Es necesario, como se ha dicho antes, que contenga declaraciones formales de que no se dar ley que, con pretexto de organizar y reglamentar el ejercicio de esas libertades, las anule y falsee con disposiciones reglamentarias. Se puede concebir una constitucin que abrace en su sancin todas las libertades imaginables; pero que admitiendo la posibilidad de limitarlas por la ley, sugiera ella misma el medio honesto y legal de faltar a todo lo que promete" La revisin de la sentencia firme Una vez concluido un debate en juicio y agotadas las instancias, su prosecucin no puede proseguir, en principio. No hay nada especficamente regulado en el sistema procesal argentino respecto a qu sucede si a posteriori, de una etapa procesal, se determina la existencia o inexistencia o inexactitudes de elementos probatorios, o, de la falta de alguna notificacin, que ha colocado a una de las partes en indefensin, o si se ha extraviado algn escrito del expediente en el que se materializa el proceso. O se ha determinado un ardid, un engao, que incluso puede extenderse a una cuestin documental, incluso de documentos obrantes en poder de una de las partes, o se ha demostrado que una pericia, no es tal, por, ejemplo, no ser el perito experto en la materia llamada a investigar, no estar en las listas oficiales, etc. En definitiva, algn vicio que lleva al juez a ponderar los elementos obrantes en el expediente en un sentido que hubiese sido distinto, de tener la verdad en el cuerpo del expediente, o, a lo menos, lo que se da en denominar, la verdad formal. La admisin de la revisin de la cosa juzgada, o sea aquella sentencia que qued notificada y firme, sea definitiva o interlocutoria, es poco admitida. En algunos casos como en el del maestro Palacio, la parte deber promover un incidente de nulidad. Un incidente, o sea un proceso dentro del otro, o lo que

es lo mismo que decir, no es factible un medio de impugnacin sino dentro de los plazos de los procesos madre. aunque posteriormente admiti que luego de la sentencia pudiera ser factible un nuevo dictado de la misma en un comentario a un fallo publicado en La Ley 1997-E-584 titulado "La cosa juzgada fraudulenta y los lmites temporales de su impugnacin" En general ha habido una fuerte resistencia a la admisin de un proceso autnomo, con independencia funcional del proceso principal, o se ha concedido la posibilidad bajo severos cuestionamientos. Los cuestionamientos y condicionamientos. O bien porque este tipo de proceso no se encuentra legislado para los procesos judiciales en s, pero s para los laudos arbtrales ( Alsina, Tratado, T. I., p. 668 ), Podetti, en igual sentido ( Tratado de los actos procesales, t II, p. 484 ). Chiovenda ha sostenido la posibilidad de la revisin teniendo en cuenta que la llamada "cosa juzgada" se debe considerar en funcin de su utilidad y oportunidad poniendo de resalto la justicia ( Instituciones, t. II. p. 405 ), Carnelutti, que la admite cuando la sentencia se ha hecho intolerable, o socialmente intolerable y considera solamente la hiptesis de una decisin aparente y no real, como consecuencia de un proceso ficto y arreglado entre las partes. Rosemberg quien la admite en circunstancias graves, o Couture ( Fundamentos pg. 386 ), como una accin revocatoria en caso de dolo o colusin. Esta resistencia, o circunscripciones, que, como veremos, importan tambin una limitacin en el tiempo ( un tiempo de interposicin de la demanda en virtud de caducidad de la accin o de prescripcin de ella ), es notable por parte de los procesalistas. Se advierte, a partir de que, el proceso es una herramienta para la justicia, por lo que no es poco habitual que los jueces mismos entiendan o crean entender que, mediante el proceso mismo y el Derecho Procesal, se llega a una sentencia justa, o as, a lo menos, lo crean. Se trata de una costumbre muy arraigada, que trae, a mi consideracin, una suerte de deificacin de la cosa juzgada. Coincido con Alberto Luis Maurino, en "Nulidades procesales" en pg. 297 cuando dice: "El planteamiento de procedencia de una accin de nulidad contra la sentencia firme, vuelca el terreno de la discusin dos disyuntivas clsicas" "La primera de ellas se pregunta si la cosa juzgada es intangible o no. La segunda, de carcter axiolgico, coloca al jurista en la opcin entre los valores justicia o seguridad. Y este discurrir terico resulta vital para dar luz a la cuestin". Seala, seguidamente "En relacin con la dicotoma axiolgica justicia - seguridad, no es tal. No hay valor y disvalor que se polaricen" De todos modos, la necesidad de un fraude, en el que se apoya Couture, y otros elementos subjetivos, no entiendo, no alcanzo a comprender qu tienen en relacin al valor justicia, como tampoco la necesidad tan acentuada de una legislacin especfica. Partes: 1, 2

Plazos: cuestionamiento del plazo de caducidad y prescripcin

En consideracin con lo expuesto, considero, an, contra el derecho comparado, que no corresponde computar plazos de caducidad o de prescripcin. Es de recordar que, la caducidad es un medio de extincin automtica de la accin, no dispensable, como s lo es el plazo de prescripcin, que supone el abandono del ejercicio de un derecho. La primera puede ser declarada de oficio, mientras que la segunda a peticin de la parte interesada. La primera extingue definitivamente el derecho, mientras que la segunda, slo la accin judicial. Una es un cmputo matemtico de tiempo, o ello comporta, mientras que la prescripcin liberatoria, supone, en exgesis, el abandono de un derecho. En este orden de ideas, y, como he sealado, contra el Derecho Comparado, no me resulta aceptable el plazo de 60 das establecido en el Derecho Espaol, en la partida 3ra, Ttulo XXVI, Ley II, como tampoco el plazo de prescripcin bienal que menciona Peyrano en "El proceso Civil", pg. 195 y siguientes. Sencillamente por cuanto el art. 4030 del Cdigo Civil, se refiere a genricamente a la responsabilidad extracontractual, proveniente de hechos ilcitos que dan lugar, precisamente a la promocin de acciones judiciales. En este supuesto, habr que respetar el plazo de prescripcin para el ejercicio del derecho por va judicial, mientras que, en el caso de la accin autnoma de nulidad, de lo que se trata, es de una desviacin procesal, como bien sostiene Peyrano ( ob. cit. ) y sa es la fuente, y no el acto ilcito, el que da lugar a la accin autnoma de nulidad. Transcribo el contenido del mencionado artculo por los condicionamientos de la doctrina procesalista quiere imponer, por esa visin, deificadora, en el sentido de que el proceso, es una herramienta para la sentencia justa, pero, ponen en mal camino toda la fe en el mismo. Esa disposicin dice: "La accin de nulidad de los actos jurdicos, por violencia, intimidacin, dolo, error, o falsa causa, se prescribe por dos aos, desde que la violencia o intimidacin hubiese cesado, y desde que el error, el dolo o falsa causa fuese conocida". Como vemos, el derecho de fondo es mas amplio que el doctrinario procesal, al admitir la "falsa causa" adems. Pero una cosa es hablar de "falsa causa" que puede ser efecto de la violencia, intimidacin, etc. o no, y muy otra es hablar de una "falsa causa procesal", por cuanto si bien los actos procesales son, tambin actos jurdicos, ciertamente, lo que queda afectado, no son derechos disponibles, sino de instituciones que los procesalistas tanto defienden, como lo es, la cosa juzgada, institucin, que no debe estar vaca del elemento justicia al que es llamado a responder el proceso en s mismo como herramienta. Si admitiramos un plazo de prescripcin, como el propuesto, quedaran sentencias meramente aparentes, y, concluyentemente, con los mismos efectos que un contubernio doloso. Ninguna sentencia puede ser dictada, ni llamada a dictar por un magistrado, que no sirva para administrar justicia, sencillamente pondra a los jueces en papel de papagayos. No pueden constituir ni declarar derechos que jams existieron. JURISPRUDENCIA Con referencia al tema que nos encontramos analizando la Corte Suprema de Justicia se ha expedido al respecto del modo en que se indica en las siguientes sntesis jurisprudenciales que indican el acierto de nuestra postura.

"No es bice para el reconocimiento de la facultad de ejercer una accin autnoma declarativa invalidatoria de la cosa juzgada que se considera rrita la falta de procedimiento ritual expresamente previsto, ya que esta circunstancia no puede resultar un obstculo para que los tribunales tengan la facultad de comprobar, en un proceso de conocimiento de amplio debate y prueba, los defectos de las sentencias pasadas en autoridad de cosa juzgada que se impugnan". CSJN E 66 XXV I "Egues, Alberto c/ Pcia de Bs As s/ daos y perjuicios" 29/10/96_ Fallos 319:2527. Si se encuentra firme la sentencia que concedi la in que estaban reunidas las condiciones para su procedencia, no corresponde librar oficio a fin de evitar que se haga efectiva la condena, por existir un hijo el causante que excluira a la actora, madre de ste (arts. 1084 y 1085 del C. Civil) sin perjuicio del derecho de la parte a ejercer la accin autnoma declaratoria, invalidatoria de la cosa juzgada rrita. (Voto de loa Dres. Boggiano y Vzquez). CSJN B 142 XXIII "Badn, Rubn y otros c/ Pcia de Bs As s/ daos y perjuicios" 7/8/97. Fallos 320:1645. Corresponde rechazar la accin autnoma de nulidad por fraude procesal respecto de una sentencia dictada por la Corte, fundada en que mediante un ardid se indujo maliciosamente a error al Tribunal acerca de su competencia originaria, ya que al haber sido precedida dicha sentencia de un proceso contradictorio, en que el vencido tuvo adecuada y sustancial oportunidad de audiencia y prueba, no se hallan reunidos los requisitos a los cuales se subordina la accin autnoma declarativa de invalidez de la cosa juzgada rrita. CSJN S 188 XXXIV "San Luis, Pcia de c/ Dimensin Integral de Radiodifusin SRL" 16/5/00 Fallos 323:1222. Cualquier objecin relativa a la regularidad del procedimiento desarrollado en sede local debe encontrar su cauce en los procedimientos previstos en el respectivo ordenamiento provincial para la revisin de las resoluciones judiciales, sin perjuicio de la ulterior intervencin de esta Corte, si correspondiere, por va de su competencia extraordinaria, o, eventualmente, mediante el ejercicio de una accin autnoma declarativa invalidatoria de la cosa juzgada que se considera rrita. CSJN R 9 Rodrguez, Luis c/ Pcia de Corrientes Poder Ejecutivo Ministerio de gobierno s/ daos y perjuicios" 5/12/00 Fallos 323:3973. Se admite la accin autnoma de nulidad slo por motivos de fraude, y falsedades incorporadas al procedimiento que ocasionan su desvo y/u otras circunstancias subjetivas en la jurisprudencia? Pacficamente se ha admitido que, en la accin autnoma de nulidad, no es necesario probar o acreditar fraudes, dolos, culpas, pudindose entablarse la accin, por ejemplo, por la aportacin de hechos o elementos de conocimiento posterior, que indiquen que la prueba es falsa, o la verdadera consiste en otro elemento probatorio que desnaturalice fehacientemente el anterior. Por ejemplo, un acta notarial que contradiga un mero informe de ubicacin de construcciones o calles. La estabilizacin de la seguridad frente a la Justicia Es razonable establecer que la estabilidad de la sentencia se entrelaza con el principio de seguridad; principio que pretende resoluciones definitivas que

mantengan el orden y la convivencia social; y la prevencin de sentencias contradictorias sobre mismas cuestiones que den lugar al caos jurdico. Desconocerle la intangibilidad a las decisiones seria pasible de admitir que los litigios no tengan fin y que obviamente se perturbe la paz social, razn de ser del proceso. Por tal motivo, no puede existir ningn ordenamiento sin ella. Sin embargo, no se puede ignorar la indispensable necesidad de revisar las sentencias en casos excepcionales, dando paso a la equidad, pero obrando estrictamente con suma cautela. Es innegable la existencia de la cosa juzgada, pero creo oportuno resear que no siempre debemos hablar de ella ms si la sentencia tiende a ser el resultado de un proceso donde ha mediado el fraude, la trampa, el engao, violando el principio de moralidad en el debate. Slo se puede decir que el efecto que alcanza este pronunciamiento es nicamente aparente. La importancia de este instituto tambin ha sido reafirmada por la Corte Suprema de Justicia de la Nacin al sostener que "el derecho reconocido a los particulares por una sentencia pasa en autoridad de cosa juzgada constituye un bien que queda incorporada al patrimonio del interesado, y del cual no puede ser privado sin mengua del precepto constitucional que consagra la inviolabilidad de la propiedad."(Fallos 307:1709). De ser negado posteriormente se vulnerara el derecho de propiedad tutelado en el artculo 17 de la Constitucin de la Nacin. Pero se ha afirmado con gran acierto, que no hay derechos absolutos y "este instituto de cosa juzgada debe organizarse sobre bases compatibles con los dems derechos y garantas constitucionales" (fallos: 281:421). La cuestin se plantea cuando se produce un aparente conflicto entre los valores: seguridad y justicia. La revisin de la cosa juzgada no atenta contra la seguridad en tanto y en cuanto sea regulada con lmites de tiempo, determinadas las causales y normando un procedimiento adecuado a tales fines. En primer lugar debo hacer referencia al cdigo procesal civil (CPCC), que no contiene regulacin expresa de la accin de revisin. Esto no implica que dicho instituto no sea admitido en sede civil, ante tal vaco normativo debe aplicarse la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nacin, que ha sido de creacin pretoriana, la cual recibe el nombre de cosa juzgada irrita. La corte fue perfilando su doctrina favorable a la revisin de las sentencias pasadas en autoridad de cosa juzgada a travs de distintos fallos mencionndose entre ellos los casos Tibold (Fallo: 254:320), Campbell Davidson (Fallo: 279:59), Bemberg (Fallo: 281:421), y Atlntida (Fallo: 283:66) y mas recientemente Duart c/BCRA (19-5-97 s/p). La corte ha sostenido que "no cabe reconocer fuerza de resolucin inmutable a toda sentencia judicial, sino solo a aquellas que han sido precedidas de un proceso contradictorio, en que el vencido haya tenido adecuada y sustancial oportunidad de audiencia y prueba". (fallo:281:421), como as tambin dijo,

que "si bien es cierto que conocida jurisprudencia del tribunal confirmo jerarqua constitucional a la cosa juzgada, reconociendo numerosas excepciones, entre ellos la estafa procesal, ya que debe admitirse que la existencia de resoluciones que formalmente se aparten de lo dispuesto en una sentencia firme "lejos de menoscabar la autoridad de la cosa juzgada la salvaguardan, porque salvaguardan su justicia, sin la cual el mas intimo sentido de dicha autoridad, que es su sentido moral, no es concebible"". (Fallos: 310:1817, el entrecomillado corresponde a Fallos 294: 434). Conclusiones Despus de haber analizado los institutos en cuestin he llegado a la siguiente conclusin: 1. la cosa juzgada es el atributo de la sentencia que la torna inmutable e inimpugnable.2. tal efecto no es absoluto, su limite es la accin de revisin.3. dicha accin ataca la validez de determinados pronunciamientos jurdicos.4. su procedencia es excepcional, se limita a vicios procesales o cambio de las circunstancias que dan origen a una causa, si bien la serie procesal debe tener un fin que de seguridad jurdica es menester que seda ante la accin de revisin. Dicha accin no atenta en si contra la seguridad en tanto se la regule en la forma adecuada, fijando plazos para su interposicin y delimitando sus causales. No creo correcto contraponer la seguridad con la justicia ya que no se tratan de valores antagnicos ni debe mediar pugna entre ellos. Ambos para la efectiva realizacin del derecho tiene que conjugarse armoniosamente, cuya meta final es afianzar la justicia. Valor de raigambre constitucional.5. si bien la cosa juzgada es un derecho adquirido amparado por el Art. 17 de la Constitucin Nacional, no es absoluto y debe complementarse con los dems derechos y garantas.6. de la comparacin de los cdigos se desprende que en el CPCC hay una laguna normativa que se intenta subsanar con una reforma. 7. en el mbito civil las causales se basa en los vicios y fraudes procesales. 8. en el proyecto del CPCC se deja constancia la interposicin de un plazo, de cinco aos. De todo lo desarrollado hasta aqu creo estar en condiciones de poder afirmar que estamos en presencia de una garanta constitucional, que si bien no est expresamente prevista constituye una de las garantas innominadas del Art. 33, que a su vez ha sido reconocida y admitida por la Corte Suprema de Justicia de la Nacin (en definitiva ltima intrprete de la Constitucin). Tal garanta de carcter excepcional tiende a enmendar la injusticia, muchas veces indiferente del instituto de la cosa juzgada. Bibliografa analizada para la realizacin de este trabajo

- LA REVISIN DEL CASO JUZGADO: Ponente: Mara Fernanda Gimnez.- Palacios, Lino Enrique. MANUAL DE D. PROCESAL 17 Edicin Actualizada LexisNoxis Abeledo Perrot Buenos Aires 2003, pg 533 y ss. - LA REVISIN DE LA COSA JUZGADA. Por Adolfo Prunotto Laborde - EFECTOS DE LA COSA JUZGADA Dr- Carlos Federico Poli XXIII Congreso de Derecho Procesal Civil - LA COSA JUZGADA Einstein Alejandro Morales Galito - LA DEIDAD JURDICA DE LA COSA JUZGADA Y LA ACCIN AUTNOMA DE NULIDAD - LA LLAMADA COSA JUZGADA RRITA. Por el Doctor Juan Carlos Muse Generch - LA NACION . CORTE SUPREMA REVISO SENTENCIA FIRME Revis la Corte una sentencia firme Dej sin efecto un pago de honorarios - Juan Carlos Vaca - causa n 73.791, caratulada: "FERREIRA, OLGA DEL CAR-MEN EN J 66.194 CORREA, ROGELIO A. C/ OLGA DEL CARMEN FE-RREIRA P/ DIV. VINCULAR S/ ACC. AUTN. DE NULIDAD". Sala Primera de la Excma. Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Mendoza, - LA REVISIN DE LA COSA JUZGADA. Por Adolfo Prunotto Laborde * Recibido de Abogado en la Universidad Nacional del Litoral en el mes de febrero del ao 1972. Practic en forma privada el ejercicio de la profesin casi por cuarenta aos. Fue asesor letrado del, hoy, Ministerio de Justicia y Seguridad de la Provincia de Mendoza por el trmino de 30 aos. Obtuvo el Ttulo de Mediador en el ao 1995 y el de Especialista en "Negociacin Colaborativa" al ao siguiente. En el ao 1998/2000 estuvo a cargo de los proyectos de Mediacin de la Subsecretara de Relaciones con la Comunidad del mencionado Ministerio, poniendo en funcionamiento "La Mediacin Municipal", "La Mediacin Vecinal" (para todos los barrios de la Provincia) y "Mediacin para Subcomisarios de la Polica de Mendoza" que al ao siguiente se haran cargo de todas las Comisaras de la Provincia. Miembro del Colegio de Abogados de la Ciudad de Mendoza.-

Autor: Manuel Ernesto Jar del Rivero y Hornos http://www.monografias.com/trabajos89/cosa-juzgada-cosa-juzgadairrita/cosa-juzgada-cosa-juzgada-irrita2.shtml

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