De La Filosofía Latinoamericana Actual
De La Filosofía Latinoamericana Actual
De La Filosofía Latinoamericana Actual
El argumento de la filosofa latinoamericana requiere me parece, una profundizacin respecto de las muchas formas que asumen las racionalidades al interior de las culturas, en el que es preciso subrayar que el saber, la reflexin y la reconstruccin crtica surge en las diversas formas de entender el pensar filosfico. La filosofa latinoamericana en este panorama filosfico, requiere que el pensar debe desarrollarse en el conjunto de las racionalidades presentes en las ciencias sociales y humanas, que de un modo u otro, han reflexionado, en una conexin constante entre, explicacin y comprensin; acerca de los paradigmas de los tiempos y de la identidad cultural. En este sentido, deseo partir indicando que la cuestin de la existencia de la filosofa latinoamericana que nos ocupa, supone responder por una filosofa que mantiene tambin relaciones muy profundas con la sociologa, con la economa, la teora poltica, y actualmente con la teora de la comunicacin. Hay un tipo de incomprensin acerca del espacio propio de la conciencia reflexiva y crtica en las culturas latinoamericanas como si ella fuera algo que se reduce nicamente a los intelectuales profesionales. Justamente nuestra mirada apunta a cuestionar esta idea. Defiendo que no se puede desconocer de ningn modo el papel de la reflexin, de la crtica y de la construccin de un conocimiento entre los diferentes tipos de sujetos que actan y cuestionan la realidad social y cultural latinoamericana, donde el recapacitar es parte de una actividad cultural que est presente en las diferentes tradiciones culturales, y lo que cabe es mostrar cmo se despliegan estas diversas formas en los contextos. Es preciso reconocer que existen en todas las culturas diversos niveles reflexivos, por lo que creer, por ejemplo un determinado enunciado tico exige insertarlo en un contexto significativo preciso. En este sentido, mantengo la posicin y opinin de algunos autores, de que la filosofa latinoamericana no se puede desprender del despliegue de sentido que transmite la propia cultura y sociedad, donde ella aparece ntimamente relacionada con la historia, la poltica, la literatura, el arte y hoy da con la crtica de la comunicacin. Pensar crticamente no es algo que es nicamente propio de la filosofa, sino de otras formas de racionalidad que ya estn presentes en nuestras culturas latinoamericanas, lo oportuno de la filosofa es llevarlo a la mxima luminosidad de un compromiso conceptual.
UNIAGUSTIANIANA PROGRAMA: FILOSOFIA LATINOAMERICANA FECHA: 28/08/2012 Hno. Juan Echavarra CRTICA INTERCULTURAL DE LA FILOSOFA LATINOAMERICANA ACTUAL ( Ral Fornet Betancourt)
PRLOGO Hablaba Friedrich Nietzsche en una conferencia de 1872 de que los filsofos confunden la filosofa con la administracin de la tradicin y el querer vivir de las rentas del capital filosfico acumulado. Inspirndose en ese consejo, el presente libro intenta entablar y fomentar un dilogo con -y en-la filosofa latinoamericana actual. Para ello toma como hilo conductor el desafo de la interculturalidad. Ms, con vistas a ampliar el dilogo, tambin se examina la obra de cuya obra, reflejara mejor la inflexin intercultural que para la filosofa en Amrica Latina implica el reconocimiento responsable de la diversidad cultural.
CRTICAS, DILOGO Y PERSPECTIVAS 1 OBSERVACIN INTRODUCTORIA Esta labor de autocrtica en la filosofa latinoamericana, implica un dialogo con su historia; por cuanto que sta no slo condiciona e influye sus articulaciones presentes sino que pervive adems en muchas de sus prcticas actuales. una de las posibles perspectivas desde la que se puede -y se debe- encarar la autocrtica de la filosofa latinoamericana; es desde la perspectiva intercultural. sta, es la primera limitacin a subrayar. Y centrar la atencin exclusivamente en lo que se podra llamar su carcter o configuracin cultural con el fin justamente de ver si ha sabido trabajado con la riqueza de las culturas presentes en Amrica Latina y trabajarse a s misma desde esa riqueza cultural como motor de dilogo intercultural. La sospecha aqu es que la filosofa latinoamericana, no ha sabido responder todava al reto del tejido intercultural que caracteriza la realidad cultural de Amrica Latina. En este contexto por interculturalidad no se comprende una posicin terica ni tampoco un dilogo de y/o entre culturas; sino que interculturalidad quiere designar disposicin por la que el ser humano se capacita para... y se habita a vivir sus referencias identitarias en relacin con los llamados otros. En la que ha de tener actitud que nos saque de nuestras seguridades tericas y prcticas, y nos permite percibir el analfabetismo cultural del que nos hacemos culpables cuando creemos que basta una cultura, la propia, para leer e interpretar el mundo. La otra limitacin es la de reservar el ttulo de filosofa latinoamericana para aquellas formas del filosofar en Amrica Latina que hacen de la filosofa una tarea de reflexin contextual. Me concentrar entonces, en la filosofa que desde Juan Bautista Alberdi (1820-1884) se designa con el nombre de filosofa americana para indicar que se trata de una prctica de la filosofa que toma el contexto histrico de los pases latinoamericanos como su punto de partida y tambin como referencia primera para explicar su sentido y su legitimidad. Un mrito muy especial tiene en todo este proceso, indudablemente, Leopoldo Zea (1912), cuya obra y persona estn indisolublemente ligadas a la historia de la gestacin y del desarrollo de la filosofa latinoamericana en esta fase. Sin desconocer, por supuesto, las aportaciones decisivas de Arturo Ardao (1912), Francisco Mir Quesada (1919), Arturo Andrs Roig (1922), Augusto
UNIAGUSTIANIANA PROGRAMA: FILOSOFIA LATINOAMERICANA FECHA: 28/08/2012 Hno. Juan Echavarra Salazar Bondy (1925-1974) o Luis Villoro (1922), quienes, entre otros muchos, han ido marcando con un acento propio el desarrollo de la filosofa latinoamericana. Por otro lado, estara adems el amplio y complejo movimiento de la filosofa latinoamericana de la liberacin que desde sus inicios en 1971 centra gran parte del debate sobre la filosofa en Amrica Latina y cuyo desarrollo me parece que se puede interpretar como la reorientacin con que se renueva desde dentro el proyecto de la filosofa latinoamericana en las ltimas tres dcadas del pasado siglo XX. Por eso debo sealar, por ltimo, otra limitacin que tambin se asume en este trabajo. De ese complejo desarrollo de la filosofa latinoamericana en los ltimos sesenta o cincuenta aos, si bien hay que tenerlo en cuenta como trasfondo indispensable para comprender el alcance de mi crtica, me referir, como precisa el ttulo del trabajo, explcitamente slo al desarrollo ms reciente, entendiendo por ste el perodo que se inicia en 1992 o inmediatamente antes de dicha fecha, pero ya en relacin con ella. O sea, que mi revisin crtica se refiere especialmente a la filosofa latinoamericana de los ltimos diez aos. Las razones de esta limitacin las explicar ms adelante.
2 INTERCULTURALIDAD Y CRTICA DE LA FILOSOFA LATINOAMERICANA MS RECIENTE 1. Introduccin Desde este nivel de historia cultural cabe destacar los testimonios de Francisco Bilbao (1823-1865), que opone a la unidad de la conquista la fraternidad universal; de Eugenio Mara de Hostos (1839-1903), una civilizacin que no comprende; de Jos Mart (1853-1895), quien supo articular en su obra el reclamo de comprender y reorganizar Amrica Latina desde su real constitucin intercultural. Como acredita justamente la obra de muchos de los filsofos citados antes como forjadores de la filosofa latinoamericana (Arturo Ardao, Enrique Dussel, Arturo A. Roig, Francisco Mir Quesada, Juan C. Scannone, Luis Villoro, Leopoldo Zea, etc.). La crtica tiene su fundamento - como tratar de mostrar- en el hecho de que la filosofa latinoamericana no ha sabido llevar el proceso de contextualizacin y de dilogo con la historia y la cultura latinoamericanas a sus ltimas consecuencias. Desde la ptica crtica de la exigencia de la interculturalidad, es legtimo sealar que el encuentro entre filosofa y realidad cultural propia que ha favorecido el desarrollo de la filosofa latinoamericana es un encuentro que tiene que ser visto como limitado e insuficiente porque en l la filosofa no se encuentra con la realidad cultural latinoamericana como expresin de una rica y viva diversidad de culturas sino que la encuentra en forma reducida y seleccionada. Cuatro razones que se pueden aducir para explicar este selectivo encuentro entre filosofa y realidad cultural propia en la filosofa latinoamericana: -La primera razn Se trata del uso colonizado de la inteligencia que precisamente se intent superar con la llamada a la emancipacin mental del siglo. Y es evidente que mientras perviva esta mentalidad de colonizado la filosofa latinoamericana no podr abrirse de manera cabal al desafo de la interculturalidad. -la segunda razn a opcin de facto por una visin civilizatoria tributaria del proyecto de la modernidad centroeuropea que se encarna, entre otras cosas, en los programas de educacin
UNIAGUSTIANIANA PROGRAMA: FILOSOFIA LATINOAMERICANA FECHA: 28/08/2012 Hno. Juan Echavarra nacional y, muy particularmente, en la formacin filosfica que se trasmite as como en los mtodos que se privilegian en la enseanza y en la investigacin filosficas.
-La tercera razn tiene que ver con el hecho, relacionado con la opcin por la escritura. Una filosofa bilinge en un continente polglota no es suficiente para responder al desafo intercultural que le plantea la diversidad cultural de su contexto, ya que su misma fijacin lingstica y conceptual le impone lmites de comprensin y de expresin que se agravan justo cuando se trata de comprender al otro y de expresar la propia compresin del otro. -La cuarta razn es. Es el hecho de que el proyecto de la filosofa latinoamericana se ha centrado preferencialmente en la tendencia de reducir la realidad cultural de Amrica Latina al mundo cultural definido por la llamada cultura mestiza. Esta percepcin crtica de las deficiencias interculturales de la filosofa latinoamericana supone, un nuevo horizonte de comprensin, ms radical y/o contextual., este nuevo horizonte. Por ejemplo Guamn Poma de Ayala (1534-1617) y Jos Mart, quienes forman parte de aquellos que en Amrica Latina ayudan a generar ese nuevo horizonte de comprensin. Se recordar, segn la ptica o el inters ideolgico, los quinientos aos de la conquista, del encuentro entre dos mundos, de la invasin o del comienzo de la evangelizacin, en 1992, tiene lugar en toda Amrica Latina un verdadero renacer de la resistencia de los pueblos indgenas y afroamericanos. Con esta movilizacin los indgenas y afroamericanos reafirmaban su presencia como sujetos de su propia historia, y con derecho a una cultura propia. Pueblos que defienden su diferencia, que movilizan la vitalidad de sus tradiciones y afirman la diversidad, son pueblos que demuestran con su simple presencia que en Amrica Latina historia y cultura se gestan en plural y que, en consecuencia, hay que contar con ellos tanto en la interpretacin como en el diseo de Amrica Latina. la cuestin que debe ser planteada aqu es: cmo ha reaccionado la filosofa latinoamericana ante esta situacin histrica tan densa en un sentido intercultural que se produce en Amrica Latina en torno a 1992? planteada como una pregunta que busca indagar si la filosofa latinoamericana ha sabido leer tambin 1992 como un kairs e iniciar desde l un nuevo proceso de transformacin, como lo ha hecho, por ejemplo, la teologa en Amrica Latina. Si repasamos la obra de estos aos de grandes autores de la filosofa latinoamericana como, por ejemplo, Leopoldo Zea, Arturo Ardao, Arturo A. Roig, Enrique Dussel o Luis Villoro, podremos comprobar que la filosofa latinoamericana se ha ocupado amplia y profundamente de 1992. Pero ha acertado a ver en 1992 un kairs para su apertura intercultural y su reformulacin desde el dilogo entre iguales con los pueblos indgenas y afroamericanos?
2. Leopoldo Zea Leopoldo Zea fue desde 1987 el coordinador general de la Comisin Nacional Conmemorativa del V Centenario y que desde 1989 anim la publicacin de una coleccin filosfica que lleva el significativo ttulo de 500 aos despus. Y aunque en un principio Leopoldo Zea denuncia el eurocentrismo que trasluce la categora de descubrimiento, sus escritos posteriores a este respecto, sin embargo, no dejan duda de que para l la conmemoracin de los 500
UNIAGUSTIANIANA PROGRAMA: FILOSOFIA LATINOAMERICANA FECHA: 28/08/2012 Hno. Juan Echavarra aos de historia comn no es una ocasin para recoger el desafo de un dilogo (intercultural) hacia dentro en Amrica Latina sino ante todo la oportunidad histrica de trabajar por la reconciliacin de la comunidad iberoamericana. En coherencia con la tesis central de su filosofa de la historia que interpreta la historia de Amrica Latina como una nica historia de mestizaje; Leopoldo Zea percibe 1992 como una situacin histrica favorable para forzar la dinmica de desarrollo del proceso de mestizaje de ese nico mundo latinoamericano en el que el indio y el afroamericano tienen que ser asimilados. Para comprender la tesis central de la filosofa de la historia latinoamericana de Leopoldo Zea hay que tener presente, su clave hermenutica, es la idea de la latinidad. Y sta es tambin su clave para leer el desafo de 1992. Por eso no puede entender el reto intercultural que plantean de nuevo los pueblos indgenas y afroamericanos con su movilizacin en una campaa por el derecho a la autodeterminacin poltica, cultural y religiosa que reclama precisamente el dilogo intercultural de Amrica Latina hacia dentro. Leopoldo Zea nivela las diferencias culturales que la coyuntura histrica de 1992 agudiza en Amrica Latina, para leer esta fecha exclusivamente bajo el signo del famoso lema de Encuentro de dos mundos. Con lo cual neutraliza el significado histrico de esta fecha como acontecimiento que convoca al encuentro intercultural con los muchos mundos americanos, es decir, al descubrimiento reconocedor de la pluralidad cultural de Amrica Latina en pueblos y culturas vivos que reclaman precisamente la cancelacin de los discursos y las polticas que los subsumen demasiado rpido en un mundo mestizo cuyos sectores claves (poltica, economa, educacin, religin, administracin) nunca ha podido co-gobernar. No percibe, por tanto, Leopoldo Zea que para Amrica Latina 1992 es el kairs del encuentro de muchos mundos en el interior de Amrica Latina; el kairs de la reconfiguracin intercultural que no niega ni la latinidad ni el mestizaje como referencias identitarias, pero que s los reubica al verlos como parte de un proceso de relaciones y prcticas culturales, y no como la espina dorsal del desarrollo cultural en Amrica Latina.
3. Arturo Ardao Para quien 1992" es tambin ocasin para reafirmar el origen y la vocacin latina de Amrica Latina y proyectada como regin cultural de la romanidad. su posicin debe ser vista, por tanto, como una consecuencia lgica de las tesis que desde el comienzo de su larga e importante obra viene desarrollando y sosteniendo con respecto al carcter cultural de Amrica Latina. Amrica se da en unidad, pero tambin en pluralidad. Por la entidad cultural que cada una de ellas genera, se hace mencin ante todo de cuatro Amricas: inglesa, francesa, espaola y portuguesa [...] Esa pluralidad es el antecedente inmediato de la tnico-cultural a que nos interesaba arribar: aquella pluralidad [...] que se reduce a la escueta dualidad de Amrica Sajona y Amrica Latina [...] La Amrica Sajona corresponde a la Amrica de origen ingls. Por otro lado, la Amrica Latina corresponde a las Amricas de origen espaol, portugus y francs. Una y otra dualidad son en el fondo la misma; y el hecho de que a una y otra altura del proceso de pluralizacin, se caiga y recaiga en la dualidad, es revelador de que ms all de su naturaleza fsica y de su realidad lingstica, Amrica es, por su condicin histrica, en ltima instancia, dual.
UNIAGUSTIANIANA PROGRAMA: FILOSOFIA LATINOAMERICANA FECHA: 28/08/2012 Hno. Juan Echavarra Opera, pues, Arturo Ardao con un concepto culturalmente reducido de filosofa latinoamericana, que presenta adems el escollo de que supone la validez universal del patrn filosfico elaborado por la tradicin europea. Como muestra de ello cabe recordar su defensa del agustino espaol fray Alonso de la Veracruz (1504-1584) como el verdadero fundador, no slo de la filosofa latinoamericana, sino sencillamente de la americana, en sentido hemisfrico; o su idea de la filosofa latinoamericana como un proceso de crtica adaptacin a la doble universalidad filosfica: la de los objetos y la de los sujetos. En suma, pues, tenemos una filosofa latinoamericana que nace y se desarrolla sin dilogo alguno con las culturas autctonas.
4. Arturo A. Roig En su importante estudio Descubrimiento de Amrica y encuentro de culturas Roig asume una posicin realmente crtica y se distancia de toda interpretacin que pretenda presentar 1992 Sobre la base de una crtica a la ideologa de los lugares comunes sobre el descubrimiento impuesta por las polticas culturales nacionales de muchos pases latinoamericanos Roig denuncia el supuesto encuentro como violencia colonizadora por parte de la Europa de la poca y asienta: As, ni encuentro de dos mundos, ni encuentro de dos culturas resultan ser expresiones aceptables, en particular si se tiene presente la desigualdad de relacin entre los pretendidos mundos y culturas, sometidos a lo contrario de lo que se quiere significar, a saber, la aculturacin, fenmeno que en sus formas externas lleg a los lmites de muerte cultural y, en tal sentido, de etnocidio. Para Roig, por consiguiente, 1992 convoca a hablar de conquista como un acto de posesin y de imposicin y construccin de formas culturales que lleva un claro mensaje: el de la dominacin del mundo. Por eso el significado de 1992 no puede ser el de celebrar el supuesto descubrimiento del otro o el supuesto encuentro con su cultura, pues lo que aconteci hace 500 aos en el descubrimiento-conquista fue ms bien el auto descubrimiento de la cultura conquistadora como empresa imperial. No hay comunicacin con el otro sino monlogo consigo mismo en la cultura que descubre y conquista. Y esto es, para Roig, lo que la filosofa latinoamericana tiene que pensar en la situacin histrica de 1992. La filosofa latinoamericana debe asumir, adems, esta tarea con un espritu liberador, ya que para Roig se trata de contribuir a que los latinoamericanos se descubran como sujetos de su propia historia, como sujetos libres, y no como colonizados. La interpretacin de Roig, a pesar de su clara posicin crtica y liberadora en el debate sobre 1992, deja claro sin embargo que para l, como para Leopoldo Zea, la tarea del propio descubrimiento -que es la cuestin de la identidad- encuentra la condicin de su posibilidad histrica en la historia compartida que se inicia en 1492; y que -como reconoce Roig- la hemos ido haciendo en buena medida con herramientas culturales comunes con las que nos identificamos y nos interrelacionamos de modo directo y, cmo no decido, tambin de modo fraterno. Es cierto, por otra parte, que a la sensibilidad crtica de Roig no escapa la violencia ejercida por la cultura latinoamericana dominante sobre otras etnias y clases populares. As escribe en referencia a la cuestin del descubrimiento como cuestin de identidad: Lgicamente que lo primero que se ha de plantear en este sentido es cmo hemos construido hasta ahora nuestra propia identidad y si
UNIAGUSTIANIANA PROGRAMA: FILOSOFIA LATINOAMERICANA FECHA: 28/08/2012 Hno. Juan Echavarra ella no ha estado afectada, del mismo modo, por desencuentros graves, principalmente en relacin con etnias y clases sociales, resueltos mediante la violencia de unas formas culturales sobre otras. La violencia de unas formas culturales sobre otras, vista a la luz de la cultura latinoamericana, se percibe slo como un fenmeno intracultural: La cuestin de la identidad, nuestro descubrimiento es pues, tambin un intento de dilogo intracultural. la tarea que Roig (con toda razn) propone como tarea de dilogo intracultural tiene que ser radicalizada precisamente en el sentido del dilogo intercultural de Amrica Latina con su diversidad. Mas el texto que mejor documenta lo que se podra llamar el giro intercultural en Roig es su estudio Filosofa latinoamericana e interculturalidad que representa el texto de su ponencia en el II Congreso Internacional de Filosofa Intercultural, celebrado en So Leopoldo (Brasil) del 6 al 11 de abril de 1997. Y es interesante observar que en este trabajo Roig comienza por sealar que la importancia de la problemtica actual de la interculturalidad para la filosofa latinoamericana no se explica por razones externas sino que resulta de su propia autocomprensin como una filosofa que tiene como uno de sus temas recurrentes y decisivos la relacin filosofa-cultura. ste es justo el segundo paso que da Roig en su estudio al criticar y rechazar conceptos de cultura como el de Francisco Romero (1891-1962) que imposibilitan de entrada un dilogo de culturas en condiciones de igualdad porque parten del supuesto de la (pretendida) superioridad de la cultura europea. Pues reconoce que el asumir la perspectiva de la interculturalidad tiene consecuencias tambin para la filosofa, esto es, que a la crtica de la cultura debe seguir una crtica de la filosofa desde el horizonte del dilogo intercultural. En este sentido escribe: El dilogo filosfico intercultural exige, para ser posible, una reformulacin epistemolgica del saber filosfico, que no es ajena a una decodificacin ideolgica. la argumentacin de Roig. es su esfuerzo por articular la perspectiva de la interculturalidad con el mtodo de la filosofa latinoamericana plantear este intento como una tarea de recuperacin de tradiciones marginadas por la filosofa acadmica (eurocntrica) en Amrica Latina. Pues de esta manera Roig puede mostrar, en el curso de su argumentacin a favor de la reformulacin epistemolgica y de la decodificacin ideolgica de la filosofa desde el reto de la interculturalidad, cmo esta doble tarea forma parte de la historia marginada del pensamiento latinoamericano. Roig no se queda en el nivel del historiador de las ideas que se contenta con recuperar una tradicin marginada y constatar historiogrficamente la preocupacin intercultural en el pensamiento filosfico de Amrica Latina. Partiendo de esta concepcin Roig entiende entonces la filosofa intercultural como una forma determinada de filosofa, como una especie de etnofilosofa, que, lejos de superar el horizonte abierto por las filosofas de la liberacin, se inscribe en dicho horizonte justo como una variante de su luz. Roig escribe textualmente: filosofa intercultural y, dentro de ella, la etnofilosofa, no son ms que rostros de una filosofa liberacionalista, la que tiene, entre otros de sus objetos, aquellas relaciones entre culturas y etnias, pero tambin y, primariamente, enfrentar el patriarcalismo como categora omnicomprensiva de todas las formas de dominacin y subordinacin humana. Cuestionable me parece ms bien la comprensin de la filosofa intercultural (sobre el trasfondo de la etnofilosofa!) en trminos de una forma particular de filosofa. Pues el planteamiento intercultural, en lo que toca a la filosofa, insiste sobre todo en que se trata de promover modos de pensar con textuales (no solamente tnicos!) que, por la consciencia de sus propios lmites, se abren al dilogo entre ellos y de esta forma posibilitan no una filosofa intercultural, pero s una configuracin intercultural de formas contextuales de filosofar.
5. Enrique Dussel Sus escritos sobre el significado histrico de esta fecha constituyen, en efecto, un testimonio de posicionamiento crtico inequvoco ante la ideologa de la reconciliacin barata de los programas oficiales que convocan a la celebracin del V Centenario en el sentido festivo del Encuentro de dos Mundos y/o de dos Culturas. Es ms -y debido evidentemente a que Enrique Dussel tambin es telogo de la liberacin-, su posicin tiene el mrito indiscutible de ser respuesta al desafo de 1992 como un kairs que exige, adems de la crtica, el reclamo proftico de hacer justicia a las vctimas de la historia. Enrique Dussel, continuando la lnea crtico-proftica de su tesis doctoral en historia, levanta su voz para plantear la cuestin de 1992 desde el punto de vista del otro, de la vctima, y hablar de la conmemoracin de un enfrentamiento violento entre desiguales que reclama no una celebracin sino un desagravio histrico al indio americano.
Enrique Dussel en este trabajo en su libro 1492. El encubrimiento del otro. porque me parece que representa el punto culminante de su reflexin sobre 1992 Dussel mismo afirma al escribir en las palabras preliminares con que introduce al libro lo siguiente: Qu habremos de recordar el 12 de octubre de 1992, y en lo sucesivo, es el tema de estas conferencias. Cul debera ser nuestra opcin racional y tica ante un hecho que marca un hilo en la Historia mundial ciertamente, pero banal izado por la propaganda, por las disputas superficiales o los intereses polticos, eclesiales o financieros? Desde esta decidida opcin por el Otro y desde la crtica de la ideologa dominante que de ella se desprende, Enrique Dussel desmonta, en otro momento fundamental de su argumentacin, la visin europea de 1492, mostrando que es el resultado de un engaoso espejismo eurocntrico y que no puede, por consiguiente, sino desconocer o encubrir al Otro. Situndose intencionalmente en la perspectiva de la visin europea del 1492 Enrique Dussel muestra en concreto cmo la ideologa eurocntrica se encarna en distintas figuras histricas (invencin, descubrimiento, conquista, colonizacin, conquista espiritual y la -ya mencionada- del encuentro de dos mundos) que, a pesar de sus matices propios, deben ser crticamente re-visadas como variaciones de una dialctica de dominacin imperial que no deja lugar propio, ni fsico ni cultural, a la alteridad del Otro. La tesis central de Enrique Dussel, dicho en otros trminos, busca mostrar el lugar de Amrica Latina en la historia universal de la que se la ha excluido. supone, en efecto, un cambio de perspectiva. Sin citarlo, pero con palabras que recuerdan el final de un famoso libro de Frantz Fanon, Enrique Dussel formula este giro necesario de su argumentacin en los trminos siguientes: Ahora es necesario cambiarse de piel, tener nuevos ojos. No son ya la piel y los ojos del ego conquiro que culminar en el ego cogito o en la Voluntad-de- Poder. No son ya manos que empuan armas de hierro, y ojos que ven desde las carabelas [...] Tenemos que tener la piel que sufrir tantas penurias en la encomienda y el repartimiento, que se pudrir en las pestes de los extraos, que ser lastimada hasta los huesos en la columna donde se azotaba a los esclavos [...] Tenemos que tener los ojos del Otro, de otro ego, de un ego del que debemos re-construir el proceso de su formacin (como la otra cara de la Modernidad).
UNIAGUSTIANIANA PROGRAMA: FILOSOFIA LATINOAMERICANA FECHA: 28/08/2012 Hno. Juan Echavarra En resumen: la presentacin de Enrique Dussel en esta obra muestra una indiscutible y meritoria sintona con la voz del Otro. y sin embargo hay momentos en su argumentacin que evidencian deficiencias serias desde el punto de vista del planteamiento intercultural. Y al final se reafirma este propsito con estas palabras: Todo lo dicho es slo una introduccin histrico- filosfica al tema del dilogo entre culturas [...] para construir no una universalidad abstracta, sino una mundialidad analgica y concreta, donde todas las culturas, filosofas, teologas puedan contribuir con una aportacin propia, como riqueza de la Humanidad plural futura. Para ilustrar el sentido de mi crtica, y mostrar tambin su justificacin, mencionar ahora algunos de los momentos de la argumentacin de Enrique Dussel que ponen en evidencia el aludido dficit de interculturalidad en su planteamiento. Mi punto de partida es ste: La argumentacin de Enrique Dussel mantiene como paradigmtica la cultura filosfica occidental en su vertiente dominante de auto comprensin de la filosofa como un saber tcnico, profesional, que, para ser tal, tiene que alcanzar un alto grado de abstraccin, de reflexividad y de articulacin racional, sin olvidar obviamente el dominio del mtodo. Varios momentos de su argumentacin parecen comprobarlo: 1) Su camino para afirmar que hay filosofa en la cultura nhuatl tiene como trasfondo comparativo la figura (occidental) de la filosofa como pensamiento reflexivo abstracto. Ciertamente, como he subrayado antes, intenta ver desde dentro, con los ojos del Otro, pero buscando una filosofa que 'corresponda en su forma a lo que habitualmente (por el peso, a veces sordo, de la cultura filosfica dominante en Occidente) se suele llamar filosofa. Por eso su argumentacin tiene este momento notable del querer demostrar que haba filosofa porque se haba llegado a un altsimo grado de abstraccin conceptual. 2) Lo anterior se concreta en otro momento, igualmente notable, que corrobora la opinin de la dependencia de un modelo paradigmtico occidental de filosofa, a saber, el asumir como criterio para discernir si hay o no pensamiento en sentido filosfico la idea del progreso lgico y racional que supondra el trnsito superador del mito al logos. Esto se ve claro, por poner aqu slo dos ejemplos, en pasajes como ste: Ms all de todo mito, la razn azteca afirmaba [...]. O tambin: [...] habindose superado una razn mtica -estricta razn filosfica entonces- [...]. 3) Otro momento que est implcito en los anteriores, pero que conviene nombrar de manera expresa porque ayuda a calibrar mejor el alcance del intelectualismo (occidental) que subyace en la argumentacin de Enrique Dussel, es el pensamiento de que ni la metafrica ni la simblica son formas de expresin que pertenecen al campo filosfico en sentido estricto. 4) Un cuarto momento, que tambin se ha visto ya en algunos de los pasajes arriba citados, es el supuesto (igualmente anclado en la cultura filosfica que se ha impuesto como dominante en Occidente) que da como una evidencia universal que la filosofa es una funcin intelectual cuyo ejercicio requiere un lugar de aprendizaje especial, que no es ni la historia ni la vida ni la comunidad misma, sino la academia, la escuela. Es decir, el supuesto del filsofo como pensador individual y profesional que aprende su oficio en la institucin adecuada para ello. Esto explica, por ejemplo, el inters que pone Dussel en mostrar que los tlamatinime tambin tenan su Calmcac, escuela de momachtique (estudiantes>: All los jvenes [...] tenan una vida absolutamente reglamentada, cuyo centro consista en los dilogos o las conversaciones entre
UNIAGUSTIANIANA PROGRAMA: FILOSOFIA LATINOAMERICANA FECHA: 28/08/2012 Hno. Juan Echavarra los sabios [...] El fruto de la enseanza era el conocer la sabidura ya sabida (momachtique), para con ella poder articular una palabra adecuada [...] (como en la Academia o el Liceo). 5) En otro nivel, ms general, tendramos, por ltimo, un quinto momento que se refleja en un discurso que, si bien se refiere a los muchos nombres propios del Otro y aboga por el respecto de la alteridad en la pluralidad de sus nombres, prefiere sin embargo hablar del Otro en singular. Esto tambin vale en el caso de la argumentacin de Enrique Dussel. Pero, por otra parte, hay que decir tambin que su argumentacin parece tener adems otras razones para preferir el discurso sobre el Otro en singular. Me refiero, evidentemente, a razones que se explicaran por el dficit de interculturalidad en su argumentacin y que se podran resumir en las siguientes: - Inters en presentar a Amrica Latina como la otra cara de la modernidad. y de aqu: - Inters en leer la historia de Amrica Latina desde el presupuesto de que fue la primera periferia y colonia de Europa. - Visin de la alteridad del Otro desde las consecuencias delser perifrico y ser colonia!. De donde se sigue en concreto: -Interpretacin de la alteridad del Otro desde las claves de la exclusin, la dominacin y la opresin; lo que lleva a su vez, en vinculacin con el inters nombrado en primer lugar, a una: - Nivelacin de las diferencias internas en aras de promover una Amrica Latina como unidad cultural liberadora en el contexto de un mundo asimtrico. Y de todo ello se deduce, por ltimo: - Inters por subsumir en el proyecto de la filosofa de la liberacin el nuevo paradigma que intenta abrir el dilogo intercultural y la reflexin filosfica que lo acompaa. Por eso, en correspondencia con los ejes centrales de los puntos que he nombrado antes como posibles factores explicativos, se. podra decir que el dficit intercultural en la argumentacin de Enrique Dussel a este nivel consiste en esto: 1) descuido de los hombres propios en las culturas amerindias y de la necesidad de dilogo intercultural que ellos hacen patente en el interior mismo de nuestra Amrica; 2) sobrevaloracin de las categoras de periferia y/o colonia en su capacidad hermenutica para reconstruir la visin del Otro; y 3) nivelacin de los proyectos culturales de los pueblos amerindios y afroamericanos en un programa de vida y de accin que pretende ser identificable como latinoamericano en la unidad de su totalidad. El discurso sobre el Otro en singular culmina de este modo en una propuesta singularizante y homogeneizante, ya que su conclusin no es la perspectiva de una Amrica Latina que renace y se reconfigura desde y con la diversidad de sus pueblos y culturas.
6. Luis Villoro
UNIAGUSTIANIANA PROGRAMA: FILOSOFIA LATINOAMERICANA FECHA: 28/08/2012 Hno. Juan Echavarra Se trata sobre todo del impacto que le produce dicha coyuntura histrica y las preocupaciones contextuales de los aos cincuenta sesenta, setenta y ochenta se haban visto relegadas a un segundo plano por el inters creciente en un filosofar universalista que, a su vez, se ir perfilando como opcin por la filosofa analtica. Se trata, en concreto, de los cuatro momentos siguientes: 1) La defensa del derecho de autonoma de los pueblos indgenas, que Luis Villoro fundamenta recurriendo primero al derecho internacional vigente, pues su interpretacin de pueblo como unidad de cultura, voluntad de pertenencia comn Y relacin con un territorio es suficiente ya para garantizar el reconocimiento jurdico de los pueblos indgenas de Mxico y/o Amrica Latina como sujetos de la libre determinacin. Considero que este argumento histrico es ms significativo porque pone de relieve el dficit de consenso intercultural que hay en el mismo proceso fundacional y constituyente del Estado nacional mexicano. De ah que la conclusin del argumento histrico sea adems una conclusin de manifiesto espritu intercultural, a saber, el respeto y el reconocimiento del otro en concreto, quiere decir, en la realidad histrica de sus tradiciones y culturas, de sus nombres propios y de sus proyectos de futuro. Y al final de su argumentacin puntualiza: Las comunidades indgenas actuales no estn hablando de un proyecto slo para ellas [...] estn llamando la atencin sobre la existencia de un proyecto de nacin real, alternativo a la nacin que el grupo criollo-mestizo ha forjado desde los comienzos de nuestra vida; un proyecto de nacin de respeto a la multiplicidad, de respeto a las diferencias, a la diversidad del pas, a las formas de vida de cada quien dentro de su mbito particular y de solidaridad y de preeminencia de los valores comunitarios sobre los valores individuales. Esta igualdad es la base indispensable para la prctica de una convivencia intercultural; pues, como con acierto anota Luis Villoro, sin ella, en el ejercicio de los derechos que todo pueblo necesita practicar para crecer como pueblo, no puede ponerse en marcha ese proceso de mutuo aprendizaje entre iguales que llamamos relaciones interculturales entre pueblos que se respetan recprocamente en sus diferencias. 2) El reconocimiento de los valores de las comunidades indgenas, que est comprendido en el momento anterior y que en realidad se deriva del mismo como una consecuencia suya; pero que conviene explicitar como momento especfico porque, como tal, nos revela un aspecto importante de la reflexin filosfica de Villoro ante el desafo de la diversidad cultural. Lo que significa, a su vez, que en este proceso de convivencia dialogante el reconocimiento de los valores comunitarios de los pueblos indgenas puede ser el punto de partida para una transformacin correctora de ciertos aspectos de la cultura moderna dominante 3) El replanteamiento recontextualizante de los (falsos) dilemas peculiaridad - universalidad y/o autenticidad - enajenacin. As surge, al parecer, un conflicto entre (supuestos) valores universales y (supuestos) valores particulares. De ah que Luis Villoro no hable de esencia o propiedades de una cultura sino de las funciones que debe cumplir una cultura, cualquiera que ella sea. Un presupuesto fundamental en su concepcin nos dice: Una cultura satisface necesidades, cumple deseos y permite realizar fines del hombre. Cmo? Mediante una triple funcin: 1) Expresa emociones, deseos, modos de ver el mundo. 2) Da sentido a actitudes y comportamientos. Seala valores, permite preferencias y eleccin de fines. Al dar sentido, integra a los individuos en un todo colectivo. 3) Determina criterios adecuados para la realizacin de esos fines y valores; garantiza as, en alguna medida, el xito en las acciones emprendidas para realizarlos.
UNIAGUSTIANIANA PROGRAMA: FILOSOFIA LATINOAMERICANA FECHA: 28/08/2012 Hno. Juan Echavarra Con esta pregunta, que es pregunta por los principios normativos para la realizacin de una cultura preferible, se introduce, por tanto, un criterio para discernir la calidad de las culturas. Cuatro son los principios que configuran este criterio y/o horizonte normativo que funge como ideal regulador de todo proyecto cultural: principios de autonoma, de autenticidad, de sentido y de eficacia. Estos principios representan un hilo conductor para juzgar si, cmo y en qu grado una cultura cumple sus funciones as como para esclarecer los derechos y deberes que de su desarrollo se desprenden para sus miembros. Pero, para nuestro autor, lo decisivo es que estos principios normativos constituyen el horizonte, formal transcultural que permite desmontar la antinomia peculiaridad universalidad como un falso dilema. -Pues el principio de autonoma, por ejemplo, entendido como la capacidad de los miembros de una cultura para decidir con libertad sobre los fines y valores con que se identifican, sobre los medios para alcanzados y las formas para justificarlos, nos hace ver que la prctica de la autonoma cultural no est reida ni se contradice con una actitud de apertura comunicativa a expresiones y logros culturales que proceden de otras comunidades distintas de la nuestra - el principio de autenticidad nos ayuda a comprender un aspecto fundamental para el replanteamiento de la cuestin peculiaridad - universalidad que propone Luis Villoro.. Finalmente los principios de sentido y de eficacia complementan la regulacin normativa que posibilitan los dos anteriores, al aadir los criterios formales para el discernimiento de las formas en que una cultura proyecta los fines y valores ltimos que dignifican la vida de sus miembros, y de los medios necesarios para la realizacin efectiva de los mismos. Los principios de sentido y eficacia contribuyen as tambin a la relativizacin de las tradiciones propias o, mejor dicho, a su mejoramiento al promover en nuestra propia prctica cultural la conciencia del deber de abrimos a otras tradiciones para apoyamos, por el aprendizaje mutuo, en la bsqueda de opciones culturales cada vez ms plenas de sentido y racionales. En resumen, pues, y en su conjunto, la aplicacin de estos cuatro principios disuelve el (falso) dilema de la peculiaridad - universalidad, ya que en dicho proceso aprendemos que ni la 'peculiaridad' ni la 'universalidad' son valores deseables por s mismos: Al optar por la peculiaridad en la cultura, en realidad lo que queremos preservar es la capacidad de autodeterminacin y la consistencia de los elementos de la cultura (...] Lo que nos urge evitar no es la universalizacin, sino la cultura de dominacin (propia o ajena) y la disonancia y enajenacin culturales [...] Por otra parte, al optar por una cultura universal, lo que desearamos es, en realidad, la realizacin de la razn y, por ende, la posibilidad de emancipacin de todos los hombres. 4) Perspectivas para una nueva poltica cultural, que es el momento en el que el planteamiento de Luis Villoro se concretan los principios esbozados de su tica de la cultura al deducir de ellos medidas prcticas cuya puesta en vigencia llevaran a una reorientacin de las polticas culturales actuales en el sentido precisamente de lo exigido por dichos principios ticos. Ante la clara toma de posicin y las perspectivas esbozadas en estos cuatro momentos se puede concluir, cmo este autor asume realmente el desafo intercultural que plantea la diversidad cultural, y ensaya una reflexin filosfica que hace de este desafo una de sus preocupaciones contextuales centrales y busca, en consecuencia, desarrollada como respuesta ante l proponiendo posibles vas y estrategias para la reestructuracin del mundo actual a partir de relaciones culturales libres y autodeterminadas, esto es, exentas de todo resabio colonialista.
7. Observacin final Las respuestas de Leopoldo Zea, Arturo Andrs Roig, Enrique Dussel y Luis Villoro constituyen un documento de biografa intelectual y de autopercepcin. As, por ejemplo, Enrique Dussel insiste en proyectar mundialmente su proyecto filosfico de la filosofa de la liberacin en la figura de una tica universal de la vida; Arturo Andrs Roig propone priorizar la reflexin sobre la constitucin de la subjetividad latinoamericana a la luz de la categora de la dignidad humana; Luis Villoro subraya la importancia de fundamentar una nueva tica y Leopoldo Zea resalta como lnea de futuro prioritaria la perspectiva orteguiana de pensar en dilogo con las circunstancias y experiencias propias.
3 EL GIRO HACIA LA INTERCULTURALIZACIN DE LA FILOSOFA EN OTROS AUTORES 2. Dina V. Picotti Viene ocupndose desde hace ya mucho tiempo de cuestiones cercanas al dilogo intercultural, pero que en el contexto de la coyuntura histrica de 1992 nos ofrece una obra donde explcitamente se tematiza la cuestin de la interculturalidad como un desafo urgente para el pensar filosfico en nuestra Amrica. 1990 un ensayo donde el reconocimiento de la diversidad cultural y el consiguiente dilogo entre culturas se presentan como tareas de imperiosa justicia y de autenticidad para con nosotros mismos. As leemos en la introduccin: A nosotros, latinoamericanos, formados en la filosofa y poco, escasamente, en el pensar abrigado por nuestro modo de vida, constituido por el mestizaje de culturas autctonas y otras advenidas a este prdigo suelo, se nos impone de manera impostergable la tarea de saber pensar y actuar desde nuestra amplia y compleja experiencia histrico-cultural [...] A 500 aos del descubrimiento de Amrica por Europa, resta an por cumplirse adecuadamente la tarea de desocultar a Amrica desde ella [...]. El punto de partida para ello lo ve en una inversin paradigmtica que nos ponga en condiciones de aprender a pensar desde y con la riqueza cultural de nuestra Amrica. Lo que significa, por una parte, cancelar la colonizacin mental que en filosofa concretamente nos ha atado (y nos ata todava) a la concepcin de una filosofa abstracta y objetivadora de la vida que, a pesar de surgir de y desarrollarse en un determinado suelo, y tener una historia concreta, parece prescindir de ello a travs de un modo de pensar que se mueve en un plano de progresiva abstraccin y pretende imponerse a todo suelo y a toda historia, convertir un logos en el Logos. Arraigo significa pertenencia a una tierra y a una historia, a un modo d vida desde el cual se piensa y acta [] Por cierto, no esttico, inmvil, [] sino dotado de la movilidad propia que le otorga el acontecer de la realidad y del hombre en ella [] Arraigo significa la concretez de un punto de partida y el suelo en el que nos movemos, propios de la historicidad y por lo tanto de la finitud humana. Todas las culturas son conscientes de ello; sus mitos lo narran. En resumen, por tanto, la confesin del arraigo contextual de pensar, segn el planteamiento de Dina V. Picotti, libera el quehacer filosfico de la tradicin abstracta dominante
UNIAGUSTIANIANA PROGRAMA: FILOSOFIA LATINOAMERICANA FECHA: 28/08/2012 Hno. Juan Echavarra que ha pretendido erigirse en paradigma nico y monopolizador de sus formas de expresin, para abrirlo a una pluralidad de posibilidades culturales. Pues el arraigo cultural que, como hemos visto, ilustra Dina V. Picotti basndose en la experiencia latinoamericana es, indudablemente, el horizonte de un pensar al servicio de la tarea de desocultar a Amrica desde ella misma -como tambin se ha visto-; pero es, al mismo tiempo, la condicin del dilogo con la alteridad y entre las alteridades. La propuesta de reorientar el quehacer filosfico desde la experiencia del sujeto comunitario que se teje y teje en los espacios culturales de nuestra Amrica resulta en este sentido altamente pertinente. El sujeto comunitario es sinnimo del dilogo con el otro y con las cosas, del dilogo en y con su correspondiente mundo de vida. Arraigo es dilogo, y no hay contextualizacin sin dilogo. Pero no se trata slo de un dilogo intracultural, con lo propio, con los otros que no son extraos porque los encontramos en ese nudo de relaciones en y desde el cual vamos definiendo o, mejor dicho, perfilando nuestra identidad como talo cual comunidad. De ese doble dilogo emerge el mestizaje como una constante de la historia de la humanidad; una constante que en su facticidad misma lleva ya una carga orientadora de normatividad programtica, porque indica una pista para la construccin de una humanidad integrada, y al mismo tiempo diferente: Mestizaje quiere decir unidad en la alteridad; no por mero sincretismo, lo que no respetara ni la unidad ni la alteridad, sino por asimilacin de trminos diferentes [...] Las culturas representan, cada una, la articulacin de una experiencia humana de vida, un modelo posible de humanidad que, como tal, no se cierra en s mismo, salvo que sea absolutizado y en consecuencia se desubique respecto a su valor y sentido, como de hecho ha ocurrido demasiadas veces en el transcurso de la historia. Y como esta misma tambin lo ha demostrado, en la vida la falta de comunicacin y de asimilacin es muerte. Dos consecuencias saca Dina V. Picotti de este diagnstico: La primera es el luchar por el reconocimiento efectivo de la aportacin real de las culturas autctonas de nuestra Amrica as como de las culturas afroamericanas al mestizaje latinoamericano. La segunda consecuencia, es la crtica de las instituciones latinoamericanas en todos los mbitos de la sociedad. y creo que sta es una de las pistas ms sugerentes e importantes que propone Dina V. Picotti para el desarrollo de una filosofa intercultural desde Amrica Latina. 3. Josef Estermann Que tomo como representativa la lnea a seguir es filosofa latinoamericana mediante el desarrollo de filosofas contextuales a partir de las culturas indgenas de nuestra Amrica. Josef Estermann es suizo, formado en la tradicin filosfica europea; de manera que su inclusin aqu representa un caso de transculturacin que simboliza cmo en el tejido de un mundo intercultural las fronteras originarias van perdiendo su sentido como criterios de clasificacin. La reconstruccin de nuestras muchas filosofas contextuales sera, en suma, la base para transformar y recrear la filosofa en Amrica Latina desde un dilogo sin exclusin, y encaminado adems a poner la filosofa al servicio de la libre realizacin de todos los mundos culturales del continente.
4. Diana de Vallescar
UNIAGUSTIANIANA PROGRAMA: FILOSOFIA LATINOAMERICANA FECHA: 28/08/2012 Hno. Juan Echavarra Quien est abriendo una nueva pista para el filosofar contextual e intercultural en Amrica Latina con sus estudios pioneros sobre interculturalidad y gnero. Es entonces reinterpretar lo intercultural desde las experiencias culturales de la mujer y/o desde las culturas de la mujer. En este sentido resulta revelador el pasaje siguiente del libro donde enuncia por primera vez este proyecto, y que me permito transcribir completo porque ilumina tambin el acento que se quiere poner como propio con esta lnea de trabajo. El pasaje dice: La racionalidad intercultural tiene un saldo pendiente con respecto a la razn feminista; aunque existe alguna alusin de carcter general y aislado a este problema, no hay ningn desarrollo al respecto. No slo porque el problema de la mujer es uno de los ms serios en la actualidad, y ella se nos revela altamente plural, sino porque incluso representa una de las revoluciones ms importantes de nuestro siglo. La asuncin de esa racionalidad se relaciona, particularmente, con las funciones de liberar voces, el esfuerzo de abrir la filosofa y con la tarea de recontextualizacin constante para poder dar cuenta de su tiempo y una clara opcin por la justicia. Ah se juega tambin la calidad de esta filosofa, su coherencia y consecuencia hasta el final, todava ms, la posibilidad de su giro ms radical. As, podr recoger su aportacin crtica, un lenguaje, una forma de relacin distinta, una racionalidad ms intuitiva y sentiente, otras temticas, problemas e inquietudes. Porque an no ha reparado que las mujeres constituyen la visin de la otra mitad del mundo, oprimidas en doble sentido: a nivel econmico y por el simple hecho de ser mujer. [...] Desde otra perspectiva, la filosofa feminista podra encontrar en el proyecto de la filosofa intercultural una plataforma y un espacio para la manifestacin abierta y compartida de su discurso y, de ah, la oportunidad tambin de su transformacin.
5. Fernando Ainsa Es el autor de un libro sobre la cuestin de la identidad cultural iberoamericana en el que se anticipan importantes intuiciones para el tratamiento intercultural de dicha problemtica y se alimentan esperanzas de reconfiguracin intercultural de nuestro mundo histrico. En l Fernando Ainsa aboga, en efecto, y ya de manera resuelta, por un tratamiento abierto y dialctico de la temtica de la identidad cultural, que no quiere decir otra cosa que el anlisis de la identidad desde la ptica histrica de procesos cargados de diversidad y multiplicidad. que para esa afinidad con el espritu del anlisis intercultural se manifiesta adems con toda claridad en tres aspectos: 1) su comprensin de la cultura como un proceso de migracin; 2) su idea de desterritorializar las identidades culturales y las culturas en general; y 3) la importancia que le concede a las interacciones culturales en la constitucin de lo que llamamos cultura propia. El planteamiento de Fernando Ainsa, la funcin utpica desestabiliza las falsas seguridades de identidades culturales centradas en la imagen de un ser humano sedentario y mismo, proponiendo la simbologa del ser humano peregrino, que se imagina desde el xodo, el exilio o la emigracin. La reconstruccin de la utopa es, para Fernando Ainsa una tarea de vocacin eminentemente intercultural; una tarea que nada tiene que ver con volver a soar sueos olvidados o el pretender hacer de la nostalgia la nica razn de vida hoy, sino que, muy al contrario, se entiende como empresa histrica de reorganizar la vida y el mundo en el contexto actual, donde la ideologa del fin de la historia quiere ser la ley de una humanidad sin esperanza de un porvenir mejor, es decir, confrontada y resignada al supuesto globalismo que hace que haya el mundo que hay globalmente. De ah que corresponda al pensamiento utpico contextualizado en el mundo histrico de hoy repensar tambin el ya citado tema de las identidades culturales.
6. Ricardo Salas Astrain Quien en Chile est abriendo pistas en dos reas necesarias para impulsar el desarrollo transformador de la filosofa en los medios latinoamericanos desde la perspectiva y desde los retos de la interculturalidad. por una parte, est el campo de la filosofa de la educacin y la cuestin de la formacin de profesores de enseanza media. Desde una clara percepcin humanstica e intercultural del problema Ricardo Salas Astrain pone de relieve la tarea de crtica cultural que pueden y deben asumir las Humanidades hoy; pero a condicin, por supuesto, de que sepamos trasmitidas como lo que realmente son: saberes de y con memoria cultural mltiple que se trasmiten como instrumentos para afrontar los desafos nuevos que se presentan, como el de las amenazas de las ideologas uniformizantes, y que de esta forma asumen un papel de orientacin hermenutica y tica en los procesos actuales de resignificacin de la riqueza cultural de Amrica Latina y de sus correspondientes identidades complejas. El otro campo es el rea de la reflexin tica. Pues inscribe sus aportaciones en el movimiento actual de renovacin de la reflexin tica en Amrica Latina, pero enfatizando precisamente la necesidad de contextualizar dicha renovacin de la tica desde una perspectiva intercultural explcita. Lo que equivale a decir que en su planteamiento la renovacin de la tica debe hacerse desde la escucha e incorporacin del reclamo de justicia y liberacin de los pueblos histricos marginados.
7. Fidel Tubino Fidel Tubino reclama sin ambages liberar el discurso intercultural, de los estrechos lmites en que lo ha encapsulado la pedagoga de la educacin bilinge y aboga incluso por una despedagogizacin de la interculturalidad, para poder ampliar su radio de accin, su significado y sus posibilidades de incidencia en la esfera poltica. En este sentido su propuesta se encamina al replanteamiento redimensionador de la interculturalidad como el proyecto tico-poltico que debera inspirar y animar transversalmente todas las iniciativas alternativas por reorganizar la convivencia social en las sociedades actuales latinoamericanas. Mas precisamente esta clara opcin por la interculturalidad como proyecto tico-poltico alternativo, enfocada adems a su operacionalidad en la tarea de recrear la idea de la democracia, hace necesario en el planteamiento de Fidel Tubino comenzar por sealar las diferencias de este proyecto en relacin con la propuesta del multiculturalismo. las polticas multiculturales buscan generar relaciones de equidad entre los diferentes, no construyen cultura poltica pblica ni interculturalizan los saberes [...] No fomentan relaciones interculturales de integracin positiva. Generan equidad de oportunidades. De suerte que, tratando de realizar la idea de la igualdad en la diferencia, caen en la paradoja de que fortalecen los prejuicios y los estereotipos negativos entre los diferentes. Quiere indicar ms bien que la interculturalidad busca resolver la paradoja o la apora que crea el multiculturalismo, poniendo en evidencia que no es suficiente con cultivar la igualdad en la diferencia porque esto, a fin de cuentas alimenta visiones esencialistas de las identidades y actitudes tradicionalistas en los miembros de las distintas culturas. Afirma as, contra el multiculturalismo liberal, que no es suficiente con generar equidad formal de oportunidades. Pues debe buscarse
UNIAGUSTIANIANA PROGRAMA: FILOSOFIA LATINOAMERICANA FECHA: 28/08/2012 Hno. Juan Echavarra adems la realizacin histrica, material, de la justicia cultural, que es siempre tambin justicia distributiva en lo social, econmico y poltico. Es, si entiendo bien, lo que resume con el expresivo nombre de interculturalizar el multiculturalismo.
8. Observacin final Y creo que el material aducido permite afirmar tambin que, se trata de aportaciones que muestran que la transformacin intercultural de la filosofa en Amrica Latina no es un mero programa de futuro sino un proceso real que ya hace su camino. Tiene su justificacin entonces hablar de la interculturalidad o, mejor dicho, de la interculturalizacin del quehacer filosfico en Amrica Latina en el sentido de una asignatura que tiene pendiente todava la filosofa latinoamericana. Trabajar en la crtica, pero sobre todo en la transformacin intercultural de la misma sigue siendo, pues, una tarea del momento. Por eso me permito ofrecer a continuacin algunas perspectivas que podran orientamos en esta tarea, que para m es una tarea que debemos asumir como un ejercicio de verdadero dilogo entre nosotros y de nosotros con toda nuestra diversidad.
4 PERSPECTIVAS DE DILOGO Y ACCIN MANCOMUNADA Las acotaciones crticas expuestas en el curso de este ensayo dejan claro que : tanto la fctica realidad multicultural de Amrica Latina como el pujante tejido de relaciones interculturales entre sus culturas confrontan hoy el desarrollo presente y futuro de la filosofa latinoamericana con el reto de una transformacin de s misma que, deber ser pluralista. Los desafos reales que nos interpelan deben convocamos para que los enfrentemos con un espritu de mancomunidad. Este desafo, convierte el dilogo y la interaccin entre los miembros de la inteligencia crtica de Amrica Latina en un verdadero imperativo tico. Desde esta percepcin de la situacin he intentado formular mis acotaciones crticas como una convocatoria al dilogo y como un medio para promover la comunicacin y la interaccin entre la inteligencia crtica de Amrica Latina. algunas pistas de trabajo que nos podran ayudar a encontramos en un esfuerzo comn y a trabajar mancomunadamente seran las perspectivas siguientes: 1) En el mbito de la tarea de la historia de las ideas, sera cuestin de ampliar su horizonte y continuar, recuperando las formas alternativas en que se ha expresado el pensamiento en Amrica Latina. Es buscar desde el vaco de lo que se ha marginado y dejar que desde ese vaco las memorias hasta ahora sometidas al silencio participen en la reapropiacin y reformulacin de la historia de las ideas en Amrica Latina. Rehacer interculturalmente la historia de las ideas (filosficas) en Amrica Latina significa, trabajar por una apropiacin interculturalizante del pasado. Pero por esa razn no basta con dad e un espacio a las memorias olvidadas en la historiografa vigente. Se trata, deca antes, de ampliar el horizonte de la historia de las ideas que se ha cultivado hasta el presente, se tratara de recrear el orden lgico y de sentido de la historia de las ideas escrita hasta ahora. Redimensionar el pasado o nuestra percepcin del mismo es as entrar en un dilogo con memorias que nos recuerdan que cada una de ellas es una historia propia; y que, en
UNIAGUSTIANIANA PROGRAMA: FILOSOFIA LATINOAMERICANA FECHA: 28/08/2012 Hno. Juan Echavarra cuanto tal, nos interpelan con relatos que cuentan alternativas con las que pudimos trabajar y desde las cuales, por tanto, pudimos tambin generar una historia ms plural y ms compartida. Mas esta recuperacin del pasado intelectual latinoamericano en clave intercultural, tendra que ser complementada con un esfuerzo semejante aplicado al momento actual. De ah: 2) En el mbito de las filosofas contextuales cabe sealar la necesidad de seguir fomentando su desarrollo, acentuando su elaboracin como expresiones de la diversidad cultural con la que convivimos de hecho hoy en nuestro presente. Estas filosofas contextuales, tendran que desarrollarse como expresiones de culturas vivas que dicen hoy su palabra y que, confrontan su presente con otra visin de s mismo. 3) En el nivel institucional habra que fortalecer la crtica de las instituciones educativas y culturales, y hacer patente con ella cmo, concretamente en el mbito filosfico, las facultades de filosofa en Amrica Latina son reflejo de la cultura hegemnica y apuntalan, con las metodologas que trasmiten y los contenidos que ensean, la hegemona cada vez ms mono cultural de la cultura (filosfica) dominante. La tarea consistira , en concertar, apoyados en los resultados de la reorientacin intercultural de la historia de las ideas as como en la elaboracin de filosofas contextuales indgenas, afroamericanas y populares, un plan y una estrategia de trabajo encaminados a cambiar los programas de estudio reivindicando justamente la interculturalizacin de la enseanza de la filosofa en las facultades de filosofa de Amrica Latina. La interculturalizacin de los contenidos debera ir acompaada de una interculturalizacin de los criterios de reconocimiento y de acreditacin. 4) las tres tareas o perspectivas de trabajo apuntadas hasta ahora conllevaran una cuarta va de accin que consistira en trabajar por relativizar el peso de la cultura del texto escrito en la prctica de la filosofa en Amrica Latina. De este modo se crearan los vacos necesarios para redimensionar la cultura filosfica hegemnica en Amrica Latina. 5) En otro mbito, tambin especfico, las pistas de trabajo propuestas suponen una clara opcin por cultivar activamente el aprendizaje de lenguas de los pueblos autctonos, es la base para mejorar substancialmente la calidad del dilogo intercultural entre todas las tradiciones de pensamiento que configuran hoy el rostro multicolor de Abya Yala. 6) En otro nivel, indicara como otro campo para la accin mancomunada el desarrollo sistemtico del intercambio y del dilogo con el pensamiento latino que se elabora desde la experiencia socio-cultural de las comunidades latinoamericanas como poblacin migrante en el contexto de los Estados Unidos de Amrica. Existen tres areas importantes:* el pensamiento de filsofos latinoamericanos emigrados, criados o incluso nacidos en los Estados Unidos de Amrica, que han conservado la vinculacin y la comunicacin con su horizonte cultural de origen.* La segunda rea es el pensamiento latino que se identifica a s mismo como teologa hispana y/oteologa latino/ a, porque se articula como una reflexin teolgica contextual a partir de la especial situacin social, econmica, poltica, cultural y religiosa de las comunidades creyentes del pueblo latinoamericano en su vida cotidiana dentro de las estructuras de la sociedad estadounidense.* El tercer sector es el pensamiento transdisciplinar, que a principios de la dcada de los aos noventa, se viene desarrollando en el seno del llamado nuevo latinoamericanismo estadounidense.
UNIAGUSTIANIANA PROGRAMA: FILOSOFIA LATINOAMERICANA FECHA: 28/08/2012 Hno. Juan Echavarra 7) Impulsar al mismo tiempo el dilogo con las formas de filosofar, pasadas y presentes, de frica, Asia, Oceana y la Europa reducida por los excesos de su propia modernidad capitalista, para que por ese intercambio a escala mundial entre tradiciones y prcticas de saberes alternativos las filosofas de nuestra Amrica sean una fuerza ms de los procesos de intermundializacin por los que se busca precisamente el equilibrio epistemolgico y social que es necesario en el mundo para que la historia de la humanidad pueda convertirse en una escuela abierta de recproca capacitacin intercultural.
PROFUNDIZANDO EL DILOGO Y LA INTERACCIN: RESPUESTAS TRANSMODERNIDAD E INTERCULTURALIDAD (INTERPRETACIN DESDE LA FILOSOFA DE LA LIBERACIN) Enrique Dussel Centro y periferia cultural. El problema de la liberacin Desde finales de la dcada de los aos sesenta, y como fruto del surgimiento de las ciencias sociales crticas latinoamericanas , Lo que haba sido el mundo metropolitano y el mundo colonial, ahora se categoriza como centro y periferia. A esto habr que agregar todo un horizonte categorial que procede de la economa crtica que exiga la incorporacin de las clases sociales como actores intersubjetivos para integrarse en una definicin de cultura. La etapa culturalista haba concluido. En 1983 me expresaba as, en un pargrafo sobre La filosofa latinoamericana como filosofa de la liberacin descubra su condicionamiento cultural articulado desde los intereses de clases, grupos, sexos, razas, etc., determinados. . La civilizacin era la cultura norteamericana, la barbarie la de los caudillos federales que luchaban por las autonomas regionales contra el puerto de Buenos Aires. Se trataba del comienzo de la desmitificacin de los hroes nacionales que haban concebido el modelo neocolonial de pas que mostraba ya su agotamiento. Una cultura imperial (la del centro), que se haba originado con la invasin de Amrica en 1492, se enfrentaba a las culturas perifricas en Amrica Latina, frica, Asia y Europa oriental. No era un dilogo simtrico, era de dominacin, de explotacin, de aniquilamiento. Adems, en las culturas. Haba entonces asimetras de dominacin en el plano mundial. La filosofa de la liberacin, deba generar una nueva lite cuya ilustracin se articulara con los intereses del bloque social de los oprimidos. La cultura popular no es simple populismo La cultura popular latinoamericana slo se autentifica en el proceso de liberacin (de liberacin econmica del capitalismo, liberacin poltica de la opresin) instaurando un nuevo tipo democrtico, siendo as liberacin cultural, dando un paso creativo en la lnea de la tradicin histrico-cultural del pueblo oprimido y ahora protagonista de la revolucin. La cultura popular no era populista. Populista indicaba la inclusin en la cultura nacional de la cultura burguesa u oligrquica de su lite y la cultura del proletariado, del campesino, de todos los habitantes del suelo organizado bajo un Estado . Lo popular, en cambio, era todo un sector social de una nacin en cuanto explotado u oprimido, pero que guardaba igualmente una cierta exterioridad 4. Modernidad, globalizacin del occidentalismo, multiculturalismo liberal y el imperio militar de la guerra preventiva
UNIAGUSTIANIANA PROGRAMA: FILOSOFIA LATINOAMERICANA FECHA: 28/08/2012 Hno. Juan Echavarra se pasa de una obsesin por situar a Amrica Latina en la historia mundial a poner en cuestin la visin estndar de la misma historia universal que nos haba excluido. El orientalismo era un defecto articulado y simultneo al occidentalismo .a partir de la problemtica postmoderna sobre la naturaleza de la Modernidad comenzamos a advertir que lo que nosotros mismos habamos llamado postmoderno era algo distinto a lo que aludan los postmodernos de los aos ochenta. Es decir: Modernidad, colonialismo, sistema-mundo y capitalismo son aspectos de una misma realidad simultnea y mutuamente constituyente.La Modernidad habra tenido cinco siglos, Y era coextensiva al dominio europeo sobre el planeta, del cual haba sido el centro desde 1492. Amrica Latina, por su parte, fue un momento constitutivo de la Modernidad. Se ha pasado as de a) la pretensin de un dilogo simtrico del multiculturalismo a b) la supresin simple y llana de todo dilogo y a la imposicin por la fuerza de la tecnologa militar de la propia cultura occidental 5. Transversalidad del dilogo intercultural transmoderno: mutua liberacin de las culturas universales postcoloniales la Modernidad (el capitalismo, el colonialismo, el primer sistema-mundo) no es coetnea de la hegemona mundial de Europa, y cumple la funcin de centro del mercado con respecto a las restantes culturas. Europa comenz a ser centro del mercado mundial desde la Revolucin industrial, que en el plano cultural produce el fenmeno de la Ilustracin. La hegemona central e ilustrada de Europa no tiene sino dos siglos. Se ha dominado el sistema econmico y poltico para poder ejercer el poder colonial . Esas culturas universales, asimtricas desde un punto de vista de sus condiciones econmicas, polticas, cientficas, tecnolgicas, militares, guardan entonces una alteridad con respecto a la propia Modernidad europea, con la que han convivido y han aprendido a responder a su manera a sus desafos. el concepto de trans-moderno quiere indicar esa radical novedad que significa la irrupcin, desde la Exterioridad alterativa de lo siempre Distinto, de culturas universales en proceso de desarrollo, que asumen los desafos de la Modernidad, y aun de la post-modernidad europeo- norteamericana, pero que responden desde sus propias experiencias culturales, Trans-modernidad indica todos los aspectos que se sitan ms-all de las estructuras valoradas por la cultura moderna europeo-norteamericana, y que estn vigentes en el presente en las grandes culturas universales no-europeas y que se han puesto en movimiento hacia una utopa pluridiversa. Un dilogo intercultural debe partir de otro lugar que el mero dilogo entre los eruditos del mundo acadmico o institucionalmente dominante. Algunos aspectos de este dilogo crtico intercultural con intencin de trans-modernidad. MODELO APROXIMADO PARA COMPRENDER EL SENTIDO DE LA TRANSMODERNIDAD CULTURAL La primera lnea interpretativa es la del fundamentalismo (salafes). Dicha interpretacin intenta recuperar la antigua tradicin rabe en el presente. Otra lnea de interpretacin es la liberal, europesta , que pretende ser meramente moderna, pero que al final niega el pasado o no sabe cmo reconstruido. La tercera es la interpretacin izquierdista ante estas tres hermenuticas presentes del pasado, es: De qu modo [podemos] reconstruir [hoy] nuestro legado? el primer paso es estudiar a dicho legado. 5.1. Afirmacin de la exterioridad despreciada Afirmacin de una identidad procesual y reactiva ante la misma Modernidad. Las culturas postcoloniales descolonizarse, pero para ello deben comenzar por autovalorarse.
UNIAGUSTIANIANA PROGRAMA: FILOSOFIA LATINOAMERICANA FECHA: 28/08/2012 Hno. Juan Echavarra 5.2. Crtica de la propia tradicin desde los recursos de la propia cultura Pero la nica manera de poder crecer desde la propia tradicin es efectuar una crtica desde los supuestos de la propia cultura. No es la Modernidad la que le impone al intelectual crtico sus instrumentos; es el intelectual crtico el que controla, maneja la eleccin de los instrumentos modernos que le sern tiles para la reconstruccin crtica de su propia tradicin. Es indudable que debemos servimos, como de ayuda para nuestro estudio de las investigaciones realizadas por todos los que nos han precedido [los griegos] [...] Siendo pues esto as, y como realmente los filsofos antiguos estudiaron ya con el mayor esmero las reglas del razonamiento (la lgica, el mtodo), convendr que nosotros pongamos manos a la obra de estudiar los libros de dichos filsofos antiguos, para que, si todo lo que en ellos dicen lo encontramos razonable, lo aceptemos, y si algo hubiere irrazonable, nos sirva de precaucin y advertencia. De manera que el intelectual crtico debe ser alguien localizado entre las dos culturas. 5.3. Estrategia de resistencia. El tiempo hermenutico Para resistir es necesario madurar. La afirmacin de los propios valores exige tiempo, estudio, reflexin, retorno a los textos o los smbolos y mitos constitutivos de la propia cultura, antes o al menos al mismo tiempo que el dominio de los textos de la cultura moderna hegemnica. 5.4. Dilogo intercultural entre los crticos de su propia cultura El dilogo intercultural es ante todo el dilogo entre los creadores crticos de su propia cultura . Son los que la recrean desde los supuestos crticos que se encuentra en su propia tradicin cultural y de la misma Modernidad que se globaliza. 5.5. Estrategia de crecimiento liberador trans-moderno Denominamos proyecto trans-moderno al intento liberador que indica la afirmacin, como autovalorizacin, de los momentos culturales propios negados que se encuentran en la exterioridad de la Modernidad. En segundo lugar, esos valores tradicionales ignorados por la Modernidad deben ser el punto de arranque de una crtica interna, desde las posibilidades hermenuticas propias de la misma cultura. En tercer lugar, los crticos, son aquellos que viviendo la biculturalidad de las fronteras puede crear un pensamiento crtico. En cuarto lugar, esto supone un tiempo largo de resistencia, de maduracin, de acumulacin de fuerzas. Es el tiempo del cultivo acelerado y creador del desarrollo de la propia tradicin cultural ahora en camino hacia una utopa trans-moderna. SOBRE LA INTERCULTURALIDAD y LA FILOSOFA LATINOAMERICANA Arturo A. Roig en el pensamiento latinoamericano en el que est incluida aquella filosofa de la interculturalidad es, pensamiento discursivo por lo mismo que es un filosofar de vocacin social y por eso mismo en acto de comunicacin. Por otra parte, el discurso no es un conjunto de palabras, sino de voces. De ah que hayamos entendido el discurso dentro de lo que hemos denominado universo discursivo, y que tanto el uno como el otro se encuentren compuestos de presencias y de ausencias y que, muchas veces, son ms definitorias las segundas que las primeras. Debemos decir ahora que aquellas voces tienen contextura conceptual, pero tambin simblica. De ah la importancia que le hemos dado a la construccin (o tal vez reconstruccin) de una simblica latinoamericana, por lo mismo que los smbolos son formas de expresin que pertenecen, as como las metforas, a los recursos de una filosofa que no quiere, en absoluto, distanciarse del acto comunicativo y que
UNIAGUSTIANIANA PROGRAMA: FILOSOFIA LATINOAMERICANA FECHA: 28/08/2012 Hno. Juan Echavarra pretende no renunciar a un grado de performatividad. La diversidad de voces es, a la vez, en muchos casos, diversidad de lenguas, tal como sucede en los pases plurilinges de nuestra Amrica. En estos casos la lengua de comunicacin, impuesta por sectores de poder social, ofrece en sus formas discursivas los mayores huecos o silencios, en cuanto que es arma de dominio el ignorar. Pasemos ahora a otra cuestin, la del mestizaje, asunto de particular importancia, ya que, como seala Fornet-Betancourt, la cultura latinoamericana, o la de nuestra Amrica, sera obra de mestizos. para nosotros lo fundamental se encuentra en que el concepto de mestizo no es exclusivamente biolgico, y menos an se lo podra reducir a lo biolgico . La cuestin es que no es asunto racial, sino antes que nada cultural. A todo esto se agregan las ideologas y la ubicacin dentro del sector productivo. Hay una ideologa mestiza que ha llegado a ser principio identitario nacional en algunos pases, esta ideologa ha llegado a tener expresiones tericas,. A este fenmeno de la ideologa se ha de agregar, como decamos, la cuestin de la ubicacin en el sector productivo. As, pues, hay una ideologa mestiza y el mestizaje es bsicamente un hecho cultural y social. As, pues, no nos parece acertado lo que se dice a propsito de la filosofa latinoamericana en general, que habra mostrado como tendencia reducir la realidad cultural de Amrica Latina al modo cultural mestizo y todo lo que se dice alrededor de este tema. Veamos ahora la cuestin de la tensidad. Nuestro amigo Fornet-Betancourt, en su sugerente libro Cuestoes de metodo para uma filosofia intercultural a partir de Iberoamrica, concluy afirmando que es posible sealar tres filosofas en nuestra Amrica a las que denomina filosofa blanca, filosofa indgena y filosofa negra-americana. Entre ellas debera jugarse la interculturalidad y el posible dilogo entre quienes las integran o practican da lugar a la filosofa interculturaI. Otra cuestin de peso para nosotros se encuentra en la posterioridad de la filosofa respecto de la cultura. La frmula pareciera ser simple: hay una cultura, luego hay una filosofa, la interculturalidad, el dilogo de culturas, se da al parecer desde culturas constituidas. Por ltimo, digamos dos palabras sobre la cuestin de los textos fundacionales y los textos clsicos, debido a cuya presencia en nuestra historiografa seguiramos siendo tributarios de la herencia filosfica occidental moderna. Diremos tan slo que siempre hemos hablado no de comienzo del filosofar, sino de recomienzo. Y, lgicamente, cada uno de esos re comienzos muestra textos que pueden ser considerados como fundacionales. La categora de fundacin no es, pues, ontolgica, sino histrica y relativa por eso mismo.
Juan Carlos Scannone Betancourt le reconoce en su planteamiento una potente y sugerente reflexin filosfica sobre lo intercultural, pero no la necesaria apertura para hacer del dilogo entre las culturas el lugar de un posible renacimiento de la filosofa en mltiples figuras de saberes contextuales. me siento malinterpretado en lo referente a la inculturacin. Por ello dividir mi respuesta en cuatro puntos: 1) explicar en qu sentido suelo hablar de filosofa inculturada, 2) dir una palabra acerca de mi comprensin de la universalidad situada y analgica, a la que se refiere Fornet valorndola
UNIAGUSTIANIANA PROGRAMA: FILOSOFIA LATINOAMERICANA FECHA: 28/08/2012 Hno. Juan Echavarra positivamente; 3) luego aceptar el dficit que reconozco en mi pensamiento a la luz de muchas de las excelentes exposiciones de Fornet sobre la interculturalidad, aun interna a nuestra Amrica; 4) por ltimo, me referir a la comprensin de la filosofa desde la cual Fornet nos critica a Villoro y a m, y le contrapondr otro enfoque, abrindome as a la discusin. 1. Inculturacin y filosofa inculturada En forma analgica hablo de filosofa inculturada refirindome a un pensar filosfico que, sin perder su radicalidad y su universalidad transculturales, asume crticamente -en el orden del concepto- las perspectivas de comprensin del ser, de la vida y la convivencia, las categoras y esquemas de interpretacin, las formas de pensar y de expresarse, etc., de una determinada cultura, a la par que las transforma en mediaciones intrnsecas de un filosofar de vigencia universal. Pero hay que tener en cuenta que nunca se da un filosofar en el aire sino siempre en formas histricas y culturales. 2. Universalidad situada y analoga Contrapongo el universal situado al universal abstracto y al universal concreto, entendido segn Hegel. Pues el primero de estos dos ltimos es genrico, ahistrico y acultural; por su lado, el concreto pretende sobreasumir) todas las formas histricas anteriores conservndolas en s, negndolas en su limitacin y superndolas por elevacin dialctica. En cambio el universal situado no se dasino concretamente en la historia y las culturas, pero sin reducir las diferencias entre ellas y entre los distintos momentos histricos de las mismas y de la humanidad en general, ni siquiera dialcticamente. 3. lnterculturalidad ad extra y ad intra he reflexionado sobre las relaciones interculturales hacia fuera, ya sea entre culturas diferentes como la latinoamericana y la europea-, ya sea hacia dentro del mestizaje culturallatinoamericano , ya sea, finalmente, marcando los conflictos entre las culturas mestizadas as como la dependencia cultural de unas con respecto a otra, la europea. 4. La cuestin de una filosofa y un pensamiento interculturales llamamos filosofa a un tipo de reflexin radicalmente humana y crtica que -con ese nombrenaci histricamente en Grecia y que, aun asumida por otras culturas (latina, germnica, etc.), continu remitindose a esa tradicin. An ms, casi desde el principio pretendi ser ciencia, dando as luego origen -mediante su influjo- tanto a la teologa como ciencia como a las ciencias, en el sentido actual de la palabra . Por lo tanto, segn mi opinin, se trata de una denominacin y concepcin que, de facto, aun negndola, criticndola e intentando superada, se la supone, de tal modo que as se fue dando una historia de la misma, constitutivamente abierta a nuevas concepciones futuras, en una especie de analoga histrica entre las mismas cuyo analogado principal, no por esencia sino histrico, seran sus fuentes griegas. RESPUESTA A RAL FORNET-BETANCOURT Luis Vil/oro
UNIAGUSTIANIANA PROGRAMA: FILOSOFIA LATINOAMERICANA FECHA: 28/08/2012 Hno. Juan Echavarra 1, La multiplicidad y diversidad de culturas es un marco en el que puede darse una relacin entre ellas basada en el respeto a sus diferencias. Se tratara de una tica que correspondera a la multiplicidad de culturas posibles en un marco intercultural. Fornet- Betancourt seala con acierto que una diversidad de culturas en estrecha relacin sera la base de cualquier relacin intercultural. una posicin intercultural tratara de comprender cada cultura en su especialidad a partir de s misma. 2. Sobre cualquier juicio de valor hay un segundo paso. Una valoracin tiene como condicin de posibilidad una comprensin previa. Esto es vlido tanto para las acciones individuales como para las colectivas. Presupuesto de la valoracin de una cultura es comprenderla. 3. La valoracin de las culturas es posterior a su comprensin. Slo as es posible una tica de las culturas. sta tendra por base acercarse lo ms posible a la comprensin de su singularidad. Se guiara tanto por lo que encontrara de admirable y compartible en el otro, como por sus posibles rasgos rechazables.