Las Neurosis Delos 00 Ram Ou of T
Las Neurosis Delos 00 Ram Ou of T
Las Neurosis Delos 00 Ram Ou of T
'^
"^^^
N^^I^^
'^^'OT
r^"'
\.
LAS
NEUROSIS
UE LOS
HOlVffiRES
KN
CLEBRES
r.A
HISTORIA ARGENTINA
POR
POR
EL
DOCTOR
D.
VICENTE
FIDEL
LPEZ
PRIMERA PARTE
ROSAS Y SU POCA
BUENOS AIRES
18
7 8
nrT211PfiP-
j)
A LA MEMORIA DE MI ABUELO
AL
PREFACIO
la
pri-
enfermedades de nuestros
princi-
He dado
las
preferencia
las neu-
es decir,
afecciones
nerviosas
de
carcter
funcional,
particularmente
de
aquellas
que
bro,
ellos,
entre
all
que
esas
es
en
donde
deben
estudiarse
todas
modi-
ficaciones
profundas
an
en
incomprensibles
veces,
que
observ^amos
algunos
caracteres
histricos.
la
VIII
PREFACIO
natur.d y cientfica
fisioloja
la
la
i).
li
El
Dr.
Lupr.:,
aiiii.:-
.1.:
li
Historia
Krjolucion
el
Argentina^ ha sid^
est'
en
mi
concepto
primero en ponerse en
cierta
camino recurriendo en
loja
manera
la fisio-
como complemento
histricos;
la luz
indispensable
de
sus
trabajos
no porque haya de
la
estudiad"
sus caracteres
sino
medicina purament
de
la la
es
cuela de Macaulay,
ha descendido hasta
vid
el
conocimiento
To-
de
la personalidatl
la
humana
en
el
tienen
damos
al
\
sntoma
es,
puedo
a
\
decirse, la
los estudios
del
anlisis
histolgico
morales,
de ese
anlisis paciente
minucioso que
por
el
conocimiento de lo
infini
lamente
pequeo
llega
lo
explicarse
la
organi
zacion completa
de
de
muchos
procesos
ayuda hubieran
en
el
mas profundo
objeto
Mi
ha
sido
confeccionar
un
liiiro
PREFACIO pura
IX
y esclusivamente mdico,
el
dejando
otro
de
se
desprenden.
Para
inquiriendo
porque
los
elementos
que
en
nuestro
tros
eran
completamente
antao
la
nulos.
Nues-
mdicos
de
escribian
poco y no
ser lo publicado en
y una que otra escassima y mal confeccionada monografa, no s que haya nada que valga la
pena consultarse.
El
estos
es
la
archivo
mas
rico
para
la adquisicin
de
que
la
que he consultado
todas
ndice
con
mas
de
fruto
par
de
el
esas
obras
histricas
que
van
en
bibliogrfico
las
cuales he
sacado algunos
tancia.
datos clnicos de
mucha impor-
La
Historia
Dr.
de
la
Re-
Argentina por
la
D.
Vicente F.
el
Lpez y
Se-
mas
he revisado,
las
unas para
la
confeccin de la
la
segunda, que
vendr despus.
En
y espe-
cialmente en el Captulo
me he
servido
mucho
de
la
Historia de
la
cottqtmla
el
del
libro
Per por
Prescott,
que es en su gnero
la
lenj^iia
mas
herla
castellana,
Sr.
y de
de
Historia de Belgrano
General Mitre,
la
histricos
sobre
poca
la
ina-
De ambos
do
Este sistema
tanto
al pi el captulo
lo
obras
histricas
como
cientficas
que
cito
en
el
curso de mi
libro.
de
en
los adelantos
el
que
la
realizado
la
la
Medicina
patolojia
estudio
de
fsioloja
y de
medades mentales.
rol
En
en
el
segundo, estudio
el
de
la neurosis
la historia
y especialmente
en
la nuestra:
los tres
como
Rosas y su
POCA.
La segunda
contiene
1
I
parte que
aparecer
mas
tarde
estudios sobre el
Dictador Francia
Mon-
TbAGiDo
&a.
INTRODUCCIN
En
lo
US
iut;.-,
ei
su
estilo,
en su plan y en sus
doctrinas,
este libro
es un libro
de ciencia pura
libro
que es un
viril,
escrito
franqueza
se
de
que
sin
tiene
el
pensador que
la
ha
histrica,
otro
mtodo que
observacin
mismo
(diramos
mas
Si
bien
fisiolgicas)
organismo.
no nos engaamos, esta es la primera manifestacin cientfica que se hace entre nosotros de
las
aspiraciones de
el
la
Fisiologa
moderna es-
tenderse en
es
muy
de los grandes adelantos y de las grandes aspiraciones que las Ciencias Naturales tienen en nuestro
siglo, salga
\II
INTRODUCCIN
..u;
L......U
i.r
Medicina, que,
litemrias,
is
.
estu-
dios y pop
su
aptitudes
viene
mejor
insecto
preparad
m
el
el
escritor serio.
En
al
todo
desde
el
hombre, desde
hombre
los astros,
no hay
de
n\a< leyes ni
I
mas causas
.|ii.'
eficientes,
los ojos
que las que ponen de acuerdo las diversas combinad- ii.'-; de los tomos que forman la pasmosa varicdii<I*^o los organismos, en los gneros,
iencias Naturales,
rijen la
Materia.
Klla^
en las especi
las familias,
en los individuos,
reatan-
la vida universal,
do
la libertad
con
el
regla, la
indiviflM'^!'!"]
con
el
tipo
el
tino
mn
lla-
lo nhsohito.
medida que
las ciencias
que antes se
maban
'
morales,
rvados
-
defenderse,
ciencias
Fisiologa,
ayudada por
las
dems
mente,
naturales
la matoi
como
Ciencia
ella,
de
la
del
Lenguaje,
antes
audazmente todo el terreno en que dominaban la Teologa y la Psicolog va haciendo que la Naturaleza natural (si me es
invade
permitido
decirlo en contraposicin
de
la
natura-
leza eolArjirn) soa la i'mica Revelacin aceptada y constant* puedan adquirir verdades
comprobadtidoctrina puo de la evolucin -oncral y \s(i continua de los organismos, v la de cada organis-
INTRODUCCIN
XIII
mo
en particular,
tiende
necesariamente
hacer de
la idea
poder divino;
mas causa
autor,
actuante que la
Ley
Natural, eterna
inconmovible,
Grande Arquitecto del Universo. Nada puede pues sobrevenir por actos propiciatorios,
por actos
administrativos
del
momento
natural
serian contradictorios de
omniciencia
de
la
omnipotencia
divina,
te
rijidez
la accin
de
que constituyen
por objeto
hacer creer
en la tierra para acordar favores y beneficios con un nimo parcial y humano quedan relegados
,
entre
las
invenciones
puras
de
la
ignorancia
historia
s
humana; y
sino
los
de
cer la
son en
vida,
mismos como la de
organismos,
para
subir la
cadena de
de
El culto
las conquistas
lo
de
la
lo imperfecto
mas
perfecto.
deja
entonces
de
para
Los
que en
nombre de
la
teologa
declaman
\!V
INTHODLCCIN
evoluciones,
como
si al
acusarla do materialismo hubiesen concretado sobre ella todas las circunstancias de lo crinninal y
do
lo
y que todos sus ataques recaen sobre este sublime sentido con que la Naturaleza se ha revelado los hombres, en esa palabra,
ne de mater ;
desde los primeros orgenes del lenguaje humano. Las docti'inas materiales no son pues otra cosa
que doctrinas maternales ; y difcil sera que bajo este punto de vista, que es el nico posible en que se puede tomar
justitic^r
I-
la
controversia,
ataques
el
contra la
la
doctrina
evoluciones
en
seno de
madre universal
si la
LA MATEiiiA.
Podr disputarsc,
en
la
palabra
y en
el
pensamiento,
son
ser divorso
intihiiente
incor-
porado
1^
materia.
Pe
ninguna
manera
podr desconocerse que la materia maternal constituye, por s sola, el conjunto de los rganos que
conjunto de fuerzas que operan, y el de los agentes que le dan movimiento y vida de acuerdo ..n la especialidad de cada grupo, con la
funcionan,
el
.
idio
?Mi. ;,..
do o>ada
su
tipo.
a,;
n
el
'
or que,
para
la
y con las leyes hay pues como descoCiencia, no existe entre Dios y
individuo,
i\o
hoMibn*. mis
n^fl-
nada pued
hservado
INTRODUCCIN
XV
hechos y por
la
comprobado
es
el
justificado por
los
Y como
inma-
inconmovible
de
lo particular
con
en la tierra, puede
la Ciencia
alterar eliminar; as es
que
no puede
racional,
la
tampoco admitir,
como comprobada y
sobre lo
materia
mas
accin
directa
fijas
creado
que
de
esas leyes
que
la
constituyen
las funciones
de
de las cuales,
ella
evoluciona
eternamente,
com-
binndose en distintas
en su esencia fundamental.
Permtasenos ahora
decir que
aceptada y elaborada por el autor, es sobre la que las Ciencias Naturales van construyendo sus trabajos y sus estudios,
y con mayor xito. La Geologa nos hace ya la historia de la Creacin de la Tierra registrando
sus capas
mas profundas, y sometiendo al anlisis qnmico los elemento^ y las aptitudes con que ella ha engendrado y sustentado la vida de las especies
y animales que la han poblado en sus edades sucesivas. Los Astros son hoy analizados
vejetales
en
el
laboratorio
como
los
seres
nicas del
hombre.
social,
si
ese
mismo mtodo
lo
que llamamos
horizontes
se
vida
al
nuevos
la
vastos
abren
entrar
estudio de
l
el
en
INTRODUCCIN
fsicos,
el
grmenes
\n<
de que depende
el
carcter de
pueblos y
de
los
actores;
de
modo que
seno oscuro
el
tomando con
de
la
las pinzas
organizacin
fsica,
se
puede determinar
el
motivo
de cada hombre
influyente,
el
de su raza, dado
su pais.
mdium
'1
el libro de D. Jos Maria cuyo frente van estas breves conRamos Meja sideraciones, es un ensayo que aspira hacer entrar
nuestros
estudios
sociales
en
esta
via esencial:
y nueva entre nosotros y decimos por que no podemos decir que haya que aspira, tratado tan grave asunto en toda su latitud, ni
mente
cientfica
con aquellos detalles que habra requerido tener para que hubiera quedado histricamente completo.
En primer
lugar,
el
estudio
de nuestros
hombres de Estado
y
de
la
poca
revolucionaria,
requeria datos
numerosos
bien registrados de que Carecemos. Nuestros mdicos no habian adoptado todavia el hbito de
llevar registros
de las
enfermedades
(|in'
trata-
antecedentes que
las en-
gendraron, y las cansas que concurrieron su desarrollo, tomadas en la vida, en las emociones, en las pasiones y en el temperamento de los mos, bajo el influjo de los sucesos con iii.'
zaron.
eiifei*-
s(M-.>-
De modo que
el
autor se ha encontrado en
una
dificultad insuperable
el
lo habilitaban
<
INTRODUCCIN
XVII
libro
En cambio^ tenemos
cioso y de
la
base de un
poseido
preautor,
ciencia verdadera;
y como su
del
adems
sagrado
sacrificar
de
ser
joven,
est
fuego
con
la
que los
vida
espritus
el
elevados
saben
tiempo
la
satisfac-
de su patria, es de esperar que andando el tiempo, y adelantando sus investigaciones, los hechos
llegue al fin dar
la mano del escritor^ y una forma completa y concluyente sus estudios. Nada puede emprenderse
se vayan acumulando en
de mas
til
ni
de mas
serio.'
Una
vida
entera
contrada esa labor, no seria un sacrificio demasiado pesado, con relacin la gloria y los aplausos que ella merecerla. Bahegot, que es sin disputa uno de los pensa-
dores
siglo,
dice
nuestro
su
libro
sobre
historia
de
la
civilizacin
pura; ningn
siglo
da ser tomado como un conjunto homogneo de seres: por que el residuo enorme, que, al andar de los tiempos, v quedando en las nuevas combinaciones de la materia social, sigue perdurando en_ las diversas capas que forman el conjunto,
mas
por
m^s
el
menos inerte, mas menos petrificado, menos representado por la parte fsil y
individuo
al ir
desaesta
en
evolucin
humana orga-
nizadu d liislunca, caa:i siglo contiene incrusiado en su enoriTi'^ <ii'ii> un inmenso residuo que
reproduce,
creencias,
en
1
' :
'
spectiva, la
I.i-
vida,
las
im-
)reocupaciones de
el
dados y por ahogados en los senos inconmensuSin tomar, agrega, para lahlo- do la Eternidad.
! I
.;speriencia concluyente
la
de
esta verdad,
emplo que
prugrosista
solo
mas
mas
su
liberal de la Inglaterra,
y con
cabeza,
estudiar
composicin
desde
la
y sus eminentes mediarios de su domesticidad, y desde estos hasta los mas bajos de los que contribuyen su lujo
los hbito-,
ti
i<
<reencias;
el
fcil
le
uii(<Miirai-
siglo
V
-u
de
nuestra
poca,
el
que
los
est
en
los
siglos del
'1
I.
paganismo romano ( de
1
Espafi
)
)r millones,
el
que en Irlanla- naciones del Norte hay que, ascendiendo la serie de los
11
progresos, vive
Si
li
en todas
las luces
del presente.
entidades
morales,
fcil
es
presumir y comprender el mismo fenmeno en el total de una nacin moderna, y mucho mas en el conjunto de los pueblos civilizados. Esta observacin, de suyo tan sagaz como exac-
cuerpo
ta,
debe
bastar
para darnos
.1.
1
nna
dea de lo que
son
las evolucin'
espritu
INTRODUCCIN
car
fera
el
XIX
Aleja
libro
del
seor
Ramos
en
la
es-
El
cion y de bravura con que se acometen las Afilindose a las lneas empresas aventuradas. progreso cientfico, toma el mas avanzadas del puesto que conviene su espritu despreocupado y vigoroso, para tomar su parte en las luchas que
van haciendo
das,
de
sus
Pero, para
comprender
si
la
obra de
los
Antropologa, la Geolo-
el
vasto
seno
de la
do con un vigor incuestionable, las creencias que ya eran viejas en el tiempo de Soln y de Pytgoras; y la inmaculada Concepcin, parada sobre la Luna Nueva, es todava un culto propiciatorio,
como
mo
de Diana Artemisa, y un objeto de fanatispara las ocho dcimas partes de los pueblos que'
el
se llaman civilizados.
Nuestro nimo,
nes,
al
entrar en estas
superficiales
el
consideracio-
necesariamente
por su
misma
INTRODL
basta
'
compendiar
io.>
Pablp: ahjtciamus opera (enebrarum, ct <-' - mi campo de lucha lucs, jn'i" <ini' y do combate para muciios siglos todaviii. A los
San induamur
arma
los que no tengan aquellas curiosidades, los que se figuren que en la- esferas del pensamiento y de la conciem ii !i;iy algo superior la
otros,
Ciencia pura:
;'t
1"-
(i
'
crean
que
la
Ciencia
puedo
debe
acaiar
otras
autoridades
que
la
Hazon misma, no tenemos que decirles sino estas pginas, que son impropias para el letargo en que pasis tranquilos vuestra vida. La tolerancia no nos permite invuestra conciencia; pero no juzguis tamquietar poco '|U' 11) 's de la vuestra sino dla agena. Teniendo el lector en su mano el libro de que
pocas palabras: no abris
I
>
intil
entrar en
una esposi-
mas menos prolija de su contenido. La obra es esencialmente mdico-social, si es que se puede decir y marca un grado mas alto de
la Ciencia,
en
que, ea mi concepto^ comienza fluir Medicina Legal, y que tiende evidentemente elevar y generalizar los trabajos pan-ialps de
la
t'<ta
nliima
lia
rama de
Fisiologa Mdica.
No
llamado
la atencin,
y de este
la
recomendamos
de
libro, la teora
La
squisita claridad
y la
mano
firme
justificndola co
con
competencia d
INTRODUCCIN
SU mente
el
XXI
resultado
de los
encfalo no es un rgano
incompetencia en
la
disentir,
mas
bien, correjir el
una masa homognea de rganos correlativos, mas bien dicho, un sistema de rganos homogneos por su materia y por
Creemos que
el
el
mismo orden de hechos con diversa locali^acion y con diversa aptitud. Nos parece que la homogeneidad de
falo la
no se puede negar.
esto solo basta para que
Con
comprendamos que
estamos delante de un libro franca y valientemente escrito en el sentido de la Ciencia y de la Moral Positiva; y decimos de la moral, con intencin; por que todos sabemos que el joven
autor es un modelo de honorabihdad y de virtudes:
lo
la
ciencia
del
pura no solo
proceder, sino
no
altera
nada
las
leyes
que
rica con
que
el
autor justifica
las bases
de sus
mismo, entrar en un juicio crtico que estara mal en este lugar. Nos permitiremos, sin embargo, indicar el deseo que nos ha venido, al hacer esta, lectura, de que su autor d
espuesto en
el
libro
XXII
INTRODUCCIN
en
adelanto
mayor
nuestro
ei-nn^iMi
.i
la
parte
en que
versin,
nismos.
dades.
.
A
La
modo
i|.
\.:
li.iy
i-
as, entre
osea
del
de los animales, y por consiguiente el y volumen y las formas del encfalo, evolucionan
del
no
bajo
el influjo
terialmente
las
de cada
civilizacin,
funciones diversas de
la
civilizacin
en
que
sabio
'I
un
profesor
un
catedrtico
europeo
la
manera
el
de Mller
de
Cousin.
Faltan
sobran en
uno y en
funcin
consiguiente,
los otros las aptitudes respectivas; y por faltan sobran los rganos de la
-
social requerida. Este hecho que puede generalizar en todos sentidos. se Diremos ahora algo sobre nosotros iui-iii'i>^ para que nadie estrae nuestra ai)aricion al frente
1:1
de este libro. Si no hubisemos tenido que acceder un deseo amistossimo del joven autor, nos habramos
guardado de opinar, ante la publicidad, sobre una materia la que somos genos, y en la cual no tenemos mas caudal que algunas lecturas hechas
con atencin, pero sin sistema, sin propsitos determinados, y solo por simple curiosidad por el
deseo
derna.
terminar,
la
u.'
ciencia
moal
es
que
tenemos
repetir,
ni
que ya hemos
dicho antes:
pre-
dicamos
IhTRODUCCIO
del
XXIll
autor:
hemos espuesto
el
el
trinas
y su xito.
otro
modo
hubiese sido, y
libro
si
hallndonos
con
fuerzas""
de
que
se trata^
no
hubisemos
sido
tan
parcos,
sido, en los elogios que merece la competencia y el talento de un joven, que, desde tan temprano, hace tales adelantos la gloria literaria de su patria y la consolida-
cin
definitiva
del
espritu
cientfico
en nuestra
Escuela de Medicina.
Buenos Aires, Octubre
21
de
'
1878.
V. F. Lpez.
PRIMERA PARTE
ROSAS Y SU POCA
CAPITULO
SUMARIO Progresos
de la Medicina en el estudio de la fisiologia y patologia del sistema nervioso Las localizacinnes cerebrales y los fisilogos modernos Conclusiones de Charcot, Bnullaud, Broca, Luys, &. &. El lenguaje y la tercera circunvolucin cerebral La'sahgre, la orina y la inteligencia Trabajos de los alienistasFisiologa patolgica del delirio Voisin, Clouston, Kelps
Progresos
de la l'si<piiatria moderna Las neurosis, su (iefinicion y divisin Knlre la razn y la locura hay una zona intermediaria I,os intermediarios son enfermos Lascgue y los Kxhibicionistas Morel, Morcan de Tours, etc. La historia presenta muchsimos ejemplos do intermediarios y aim de vei'daderos locos- Felipe II, Carlos V y su epilepsia Revs locos Influencia de las neurosis en la Historia Ideas de Moreau de Tours El genio y la locura emanando de ima misma fuente Ejemnlos La parlisis general, la hemorrajia cerebra! y los grauies representantes de la Humanidad Enlermeilades de los grandes hombres Newton, Spalanzani, Haller, Boherhave Aplicaciones histricas.
La
"l^lido.
No
era posible
la
resolver
el
ha cumproblema del
Lo que
piando
llamaba
la
Anatoma es hoy
la Biolo-
ga, ciencia
de horizontes
vastsimos que
princi-
menos
esa
resolver
que posee de mas esencial. Esos monumentales trabajos que tienen por objetivo esclusivo la interpretacin clara del mecanislo
mo
enceflico,
se
'
(-(ii-^i-iiiia,
lili
1
miOGIlKSOS KN
rnii
r^Ii I!"
';
!')
'H
lu.s
c.s|j-
rtii>
lt'l
milili
ifolgiros.
fuiMionanrnMit)
iiii>lt'i-,
eran
de la li>tulogia que |)r<>-ia la mndiciua |)rctica un contingente iiiapreiiable nivelando la fila(;ion coniplieada de muralay
casi
axiouiliccis
chas enfennedades.
I
;
1
'
i
nietafisica
adojitaiido
lian
la
tcriniiiniogia
de
pasado
Icliznient
Claudio Bernard, \'olknian y otros, inician con sus revelaciones la edad positiva d<' la
ltMiediUt,
rama imporfcntro^
tante
que
d'a
abraza
de
c^ttulio
df
1<>-
d-
inervacin.
La
las
>i<li>
hcalizaciont--
funcionales 'U
Floiu'eus
'!
cerebro hal.ia
al)andonada.
resu-
dicho
que
la
<|uc
patologa
IsTi
no
faz
j)arecia
seguir
adelante,
Ilitaig
cuan!
'
los estudios
de Fritsch y
la
hicieron
cambiar la
de
cuestin,
demos-
respondan las escitaciones elctiicas y que esta escitacion se traduca por movimientos parciabral
les
y diferentes segn se
escili'u*a tal
cual regin.
li:
,
\-
lNFKKMKDADKS MiKVIOSAS
Las ideas de
falo
enc-
tomaba otro nuevo aspecto. Despus vinieron en comprobacin de esta tesis nuevos trabajos de
Hitzig,
ville,
Las localizaciones
Charcot
ceicb'ales
la
dicci
el
profesor
el
estn
fimdadas sobre
idea de que
homogneo sino una asouna confederacin constituida por im cierto nmero de rganos diversos. A cada uno le estn encomendadas fisiolgicamente
encfalo no es un rgano
el
patolgico
triere
la
agrega
el
profesor de la Salpe-
lesin de
el ejercicio
de estas pro-
.'<tas
funciones especiales.
el
Es
esto
hacia
el
cual
tienden
l^rrAu-
NiER
i.
otros, ha-
ban buscado la luz en la esperimentacion verificada en animales, olvidando, segn Charcot, que es en el hombre en quien es preciso ir buscarla, en el hombre que segn l y bajo muchos puntos de
vista se aleja,
los
centros nerviosos,
de
la
de los animales mas elevados escala zoolgica. Por lo que esto respec-
PHOUHKSOS EN EL ESTUDIO
la
ta los resultados d^
(ispcrimentacion
mty
l
iiigo-
presunciones
no una ha funpa-
demostracin absoluta.
observacin
clnic^i,
hmmIo <|ii<', aun (|!h' tai-<l'y constaiii'promete resultados mas seguros. Alojndose de los esperimeniailujo jin pn--
(eiulen
establecer la escuela
la
de las localizaciones
la esperi-
motrices sobre
movimiento obsercl-
vadas durante
Un nmero de hechos
cuyas
filas
table de
la
Brown-Sequard.
de
las
liay
doctrina
lio
localizaciones
notar
jiit'
([ue
haya producido
una
parlisis
Al
contrario,
presenta algunas
planchas fotogrtca.s
de atrofia de los lbulos cerebrales, de loa cuerjH.estriados, de las capas pticas, observadas
<Mi
un amputado los
sensibilidad
(piince
veinte
el
aos de
verificada la operacin.
Despus,
la
descubrimiento
de
la
de
dura
ontra de
lia
la doctrina
de las localizaciones..
roiiiprobado
la
este
observador
de
esta
que
rascando
al
ligeramente
.nivel d'
I
1
supeHicie
membrana
>arte
media de uno
hemisferios,
.J
prpados de este costado se cieiTan, el moviniieuto se propaga los miembros del mismo
y haciendo mas viva la irritacin, llegan hasta producirse verdaderas convulsiones generales
lado
mas
intensas
del
costado
irritado.
Resulta
de
dis-
madre
mas menos
el
segn su intensidad,
blanca
sin
intei*medio de
sustancia gris
Sea de esto
escuela de
lo
que
fuere, lo
cierto
que
la
Charcot se sostiene con vigor y qu<3 unos y otros van iluminando con sus descubrimientos, diarios puede decirse, las funciones del
encfalo.
Carville,
Ferrier,
de
su
todo
conocido.
Se busca con ahinco sus secretos, empleando todos los medios admirables de investigacin con que cuenta la Biologa moderna para hacer hablar aquella esfinge que ha guardado por tanto tiempo un silencio desesperante. Solo la localizacion del lenguaje ha merecido en esta ltima dcada estudios curiossimos, suscitado controversias
tes,
ardien-
hasta
que por
fin
los
trabajos
de muchos
Broca,
el
observadores,
particularmente
de
Paul
venerable fundador de la Antropologa moderna, han dejado casi resuelta la cuestin. Bouillaud
/ ili.i,
<jiiiy.
el
prinioro,
al
uim
do
iiiterprelaciou juiciosa
madiirsida
calor
su
lar^ra
envidiable
la
os[)enenda:
11
anatoniia patolgica,
I
la
prdida
acuitad
ambos
dependian de
|m-
la
impo-
'II
la
<'j('<ii.Mii
,\r
pendian de una lesin del rgano de las palabras y no del ;m i)ronunciacion, de donde resultaba
!
.
I-
:i
|iii'
.'xi-ti,!
.-a
1m-
I/.1i!iI(.-
cerebrales otro
centro
el
sin la cooperacin
del cual
no podia ejecutarse
sostena que
el
lenguaje.
Mas
'|iii'
tarde
Dax
el
rgano
de
'I",
la
palabra
ei*a
<1"
nicamente
ma
iiiaii.M-a
hemisferio izquierilcHuitiva v
li;i-:a
(MI
dose
la
iHinierosas
observaciones, lo
apoynfijaba Broca
de
en la tercera
ley
de
los
rganos supletorios
el
le
en virtud
la cual
iimIm,
cuando
I.-m-
ol derecii'
reempla/
is
funciones.
I."-
--.tii(li,,
,;
Kussmaul,
...
>A
cual, la
la
integridad
regularidad
la
n
de los ncleos
los
motores de
mduhi oblongada;
otro tiempo
el
jmlabras
cin
1-
en
Im-
las
coordina-
mismas
1-
Voisin,
lU;
I.
AS KXFERMKDAnKS NKllVIOSAS
Mcyncrt y de Carville, han llevado ad*'lanto este gnero fecundo de observaciones. En este sentido es que se han realizado los mas grandes adelantos de la fisiologa normal y
di;
el
objetivo predi-
de
velos.
como
lo
observa
penetiai' los
organizacin
dominados por. esa atraccin inconciente que arrastra al hombre hacia las regiones inesploradas
lo
de
en que se elaboran en
fuerzas vivas
psquica
intelectual
(Luys Le Ccrccau).
Larga es la historia de estos combates silenciosos, dados dentro las cuatro paredes de im laboratorio humilde como el que oy las primeras palabras
que
de
de sabios en medio de una noche que pareca eterna, y recien de poco tiempo esta parte es que
la
organizacin
de los
centros
de inervacin
lia
PIIOGIIESOS
revela
EN EL ESTUDIO
secretos
inescrutables,
principiado
por la curiosidad agresiva de este hecho gigante que se llama la fisiologa mo(l^roa. Ya. siglos atrs, se crcia es verdad, que
interrogados
nilo
I
I
I.
1)1
o .'la
el
rgano de
esta nociou
la inteligencia
y de
l;i
\()liiiii;i<l,
|iii(i
bien
el
sabio caiedi'fico de
Escuela do Alfort
era
mas
Ins
una demosobservacin
bien
dirigi-
tracin
.1.'
dada por
hccli
la
esperiencia y
la
i)erimentacion
da ha probado dopues perentoriamente que ese la fisiologa embrionaria es hoy una hermosa realidad. El cerebro es el sitio de las faculsueo de
tades instintivas 6 intelectuales y
el
mstico espitiene
rituasmo
de los
psiclogos
del
Instituto
de luz
fpie le
el
.MiLn;ni(l<>-
cida con
La sangre
hace
ble
los
vivir,
que se llama
la clula
fenmenos generales de
cerebral,
mos
artiticiainionto ol
111
sable, MI
.Ih.
I-
nada,
la
manera que
<Lruos
la clula revive
bitual.
1<><
de
la
vida reverdecen
como por
encau
vificado
;abeza del
momentuieamente,
!!.
i.\s
i:Ni--i;itMi;ii Mii.--
m:ivk>sas
concieui
<!'
O
las
inequvocos de
una percepcin
la
exhalados de las paredes de los capilares, rpie se alimentan y reparan continuamente las prdidas sobrevenidas en su constitucin integral.
este ambiente exuberante
clula
Gracias
la
mentos de vida, pudiendo liacer frente las prdidas enormes que tiene, particularmente en aquellos cerebros dotados . de una actividad diaria exagerada.
El trabajo dei rgano de la inteligencia se revela fsicamente
en
la orina,
por
el
el
fsforo
que en
qumico.
diversos
estados
manifiesta
anlisis
Byansson ha demostrado que toda clula cerebral que funciona gasta sus materiales fosforados y que
estos
r<'<duos y bajo la
(Vase Luys,
esto
no debe sorprendernos
porque hay
algo de
mas admirable todava. La ciencia no se ha contentado con averiguar nicamente la relacin que existe entre la actividad de los fenmenos
(terbrales
ha
Id
UOGRESO
ESTUDIO
sobre los fenmenos que en este orden pasan en Estudiando his profundidades de aquel rgano. las modificaciones fsicas apreciables qu presenta
sustancia enceflica en actividad, ha notado que ese trabajo ntimo se revola por signos sensibles
la
mas acusamsculo en
do de calor y que
el
cerebro
como
el
lentamiento local apreciable con la ayuda de ciertos instrumentos. Un autor norte-americano, el Dr.
Lombard,
dt
Boston, ha sido
el
primero que ha
muy
normal y Mas tarde SchiT los ha complemenimtolfiica. i.ilo, obteniendo mayor exactitud por medio de aparatos (ermoscpicos de una sensibilidad extresultados en los Archtcos de Fisiolotjia
sustalicia cerebral
conflicto
con las
por
este
dct^rminando
dos de elevacin de temperatura que ol cerebro era en paz do desarrollar en sus operaciones (Vaifiioloffia
nnrmal
'^
//
patolgica del
>y pj.
.:
!.r> -
'
ha d(^
terminado comparativamente
la
el
en una detormiuaciou motora. ayuda de aparatos ngistradores sumamente ingeniosos ha llegado hasta introducir
ta
o\
en
Donders con
11
la
Despus de
mental
la
publicacin
de su obra monu-
El sistema cerebro-espinal, coroAcademia de Ciencias, Luys ha publicado otro precioso libro titulado El Cerebro y sus fa/iciones, en el que resume suscintamente
sobre
la
nada
por
En
t'l
'!
mdico de
la
Salpetriere
d una idea
la
atencin,
el
las
ideas,
.,
las
clulas y
fibras
nerviosas
del cerebro.
Esto
es lo que en la actualidad
mas parece
acercarse
la
verdad.
La
fisiologa
moderna abunda en
pruebas y
cada
dia
se
hacen
mas
debido
claras estas
nociones que en
otro
tiempo,
la
falta
ban de simples concepciones tericas, de hiptesis estudiar. Los alienistas son tal vez los que
mejor
han
aprovechado estas
adquisiciones,
ih
entidades imaginarias y casi inconcebibles, para la esplicacion de ciertos fenmenos que tienen
lugar en la esfera del dinamismo enceflico.
La
se
por
ejem})k
comprende
de
las
fcilmente
con
el
conocimientt)
ele-
exacto
propiedades
mentos anatmicos
las clulas
la
de
la
sustancia cortical.
En
de
la
inteligencia
dice
se
ha reconocido
12
pROr.iiESi
fisiolgi
1'
un automatismo
\rtud del
cual les
es dado entrar ou uvion I- im modo espontneo y sin el estmulo funcional inmediato de las sensaciones,
juicios
evocando
en
imjjresiones,
ierce|)Cones
formados
otro
tiempo y
y conservados
virtualmente al estado
de recuerdo?:.
Este auto
inaiiimatismo espontneo de la inteligencia festa en un grado relativamente remiso en el estado noniial, mas cuando por cuaUpiior influen-
cia
tran
-.'
orgasmo de que se hayan poseidas se comunica las inmediatas hasta un radio mas menos gi"and<'.
estraordinariamente
el
Entonces cesa
lectual"'
\
la
inte-
i'ste
constitu\<
(
il
carcter
mas
sur
El
(Milniinante
delirio
Foincaui-:
Le^ons
difiso.
la pkysioloijie
da systmc
ncrcettc),
F'ste es el
delirio
el
s(
circunscrito sistematizado
se esplica
porque
brales,
pi-opaga corta distancia y por consiguiente solo un corto nmero, las pie estn mas
la
ib"
morbosa.
f/rnr/(il
La
//f/Y//s/s
Im sido
i'U
ltimos
tiempos
objet"
istudios
completos debidos
V'oisin, el
los
Archiros de
/V.s/'o-
\W.
lA
logia,
que
que
ha sido uno de
la
los
primeros
en
demostrar
lesin
habitual
en la parlisis
de
la
estu-
dindolas no solo en la parlisis general sino tambin en la epilepsia, en la demencia senil etc. etc.
atribuyendo
lanclicos,
el
los
una estupefaccin de
los
los centros
memo-
Kelp abandonando
adultos
y
la
concentrando
vida,
ha es-
tudiado la locura en los nios y publicado varios casos curiosos de psicosis infantil, deduciendo que
la lo
enagenacion
que generalmente se piensa. Kelp cree poder afirmar que muchos casos escapan la observacin mdica, sea porque las perturbaciones psqui-
como
intelectual,
habitualmente en el idiotismo, trmino que por desgracia llegan mas rpidamente los ni-
os
f|ue
los adultos.
como
las
los
de Voisin, Christian,
que
sacando
conrliisioiK's piVu-ticns
portancia.
Las alteraciones
baciones psquicas
e})ilpsia,
el
diagnstico.
14
ftl
PROGRESOS EN EL ESTUDIO
particularmente
la
tratamiento y
patogenia de
las frenopatas,
Nada puede
este
(.'sj)i
itu
de progreso
que nos empuja. Es una corriente mp<!tuosa que va por dias engrosando su cauce, ensancliando sus
horizontes, ampliando sus planes, hace
muy
i)0(*o
reducidos y estrechos por exigencias inehidibies. Hasta el tecnisismo clsico ha cambiado alterndose, modificndose bajo la accin de este impulso
benfico,
lia
sufrido
ami)lacion<'<
iistricciones
saludables im|)uestas
por
el
conocimiento
])alabra
exacto
y claro de
las
cosas.
La
y
nnitrosis
que
hoy
Illa-
circunscrita
No hace mucho,
despus que
la fisiologa
patolgica
y particularmente la micrografa, han mostrado en en las intimidades del tejido, lesiones materiales
ocultas la simple vista,
muchas de
serlo,
las
llamadas
el
neurosis
han dejado de
las
initritiva.
entrando en
n-
mero
una
<h
eficiente
lesin
La
parlisis esencial de la
incluyemn en este grupo, porque en algunos casos y despus de un examen minucioso no haban podido comprobar
lesin alguna en el cerebro y en la modula, est ya eliminada gracias los trabajos de Cornil de Laborde, de Charcot y de Damaschino. La parlisis ajilante^ os otra de las arMiioiios iiiie .mkI.v
y Barthcz
1)E
I-AS
ENFERMEDADES NERVIOSAS
lo
precisadas.
anlogos cuya
filiacin
nos ha revelado
el
micros-
opio, arrancndolos al
lo
dades nerviosas que al parecer dependen, no de una lesin material, sino de perturbaciones pura-
mente
defina
dinmicas.
Las enfermedades
que Cullen
como
afecciones
miento y del sentimiento, sin fiebre y sin lesin local forman como dice Mare, un grupo provisorio nicamente,
mal
definido,
tal
destinado sufrir
vez desaparecer
importantes modificaciones y
medida que
progresos.
la
Las neurosis que en el estado actual de la ciencia pueden definirse como afecciones que tienen
por carcter
distintivo
Hardy y Behier en convulsiones, neuralgias, parlisis y vesanias, presentando algunos rasgos comunes que hasta cierto punto las hacen inseparables
las
unas de
las
otras.
Las vesanias
afectan la
inteligencia, las
neuralgias
mas
al
particularmente la
sensibilidad, mientras
que
la
musculares,
las
afecciones
convulsivas,
epilepsia, la histeria,
corea, afectan
IC
c-ahii<'iil(
i:sTADOS INTKIlMi:i)IOS
;i
la
laotilidad
Mau*
..
Jjuilc uli(nc
las dis-
(les
M/adirs mentales.)
de
fiebre,
observa
el
autor citado, en
el
cidad
<\i[r
;'i
<<(-
suele ser
una
agi'avant
i)ara
pronstico, la integridad
mas
UKMios completa de las funciones de la vida anima!, la herencia que en la etiologa de las neuro-
lesempea un papel tan importante, que puede decii'se, forma uno de sus caracteres especiales, y
ese estado
nervioso,
esa
neuropata
proteiforme
el
como
la
fondo de
grupo
nos()l()gico,
el
la parte
fundamental de
impor-
tancia y por
objeto de nuesi-->
(l..l...mMc
abordar
mas
la
particularmente.
espriti
Desde
simple pobreza de
vagancia poco acentuada de un carcter, cunnuiinente inapreciable para un ojo profano, hasta las
mas profundas y
teligencia
terribles perturbaciones
de
la in-
in<'luid()
Nada mas
dios,
'I
estas jKMiumbras en
que
el
espritu
humano
''
se
columpia
<'. V"
...,.--":i:^i..r1
fi<f)!f'vj-i -^
ESTADOS INTiniMKDIOS
17
en que se vive
rios
prximo
las
sombras y miste-
de la enagenacion, sin perder de vista, sin abandonar completamente los dominios serenos de la razn. Las organizaciones que se hallan bajo
este
cielo
en eterno crepsculo,
viven
solicitadas
poderosensible
aunque por
lo
comn
la
se hace
atraccin
mas
poder implacable de
patolgica
la
narse completamente
influencia,
Participan
el
mas de su
porque
el
muy menudo
la
terreno viene
preparndose desde
va,
el
desde
claustro materno, en
sello
de
la
predisposicin.
Este
que estn sugetos y en virtud del cual, ora se ven en el goce pleno de sus faequilibrio inestable
cultades,
ora en
el
dominio
de
la
enagenacion,
una denominacin mas precisa, han dado el nombre de estados intermedios. Es ellos en que
-
revelaciones de locual
ra
(|ue
mansa, circunscrita,
mismo tiempo
de
mas
elocuentes manifestaciones
perfecta intachable.
luz v
la
una
salud cerebral
decirse,
Son, puede
una masa de
de
ca incomprensible
una
combinacin
estrafia
razn
de
la
locura.
Nadie puede decir que un hombre encerrado en uno de estos crculos de hierro est en el goce
18
plciK'
>iii
<1
KSTADOS ISTEllMEDIOS
-US
fJLicultados,
ni
cometer ima
toni'ridad, encerrarle
Son
los
rasgus fisioopuestas,
nmicos
para
a(|iicl
de dos razas
imposibles,
criterio profano,
diametralmente
concepciones
fantasas
organismos
el
imaginarias
cientficas
para
fuerte
el
^me
cerebro Immano.
Lo que parece indudable es que la enfermedad, ron mas derechos, los reclama. Combaten sin xito, resistiendo por un tiempo mas menos largo
sus atracciones
lucha, y
el
caen en
la
delirio
mltiples
formas,
toma
posesin
de su
cabeza.
^
Constituyen
daciones
plejos,
la
matices de colores
infei'iores
uno que cae postrado por una iieunuMiia aguda, franca, grave; entre un atacado pi hi (onjestion cerebral de forma leve
y otro que sufre una hemorrajia violenta. Ambos son estados patolgicos, el uno leve, pasagero
gi-ave,
in('')mMd>
oh-o
Estas zonas intermedias, son pues, evidentemente, estados enfermizos del espritu. Remontaos sino, sus padres, sus abuelos, sus mas lejanos
'II
ascendientes y raro
''11'-
s(r
.-i.^-
que no
encontris
la
es|)licacion
<!-
anomalas que en
::-^T\)()S
iXTiiiMKius
19
la
mayoria
ile
lo>
oa.>;0.s
tarias.
Esta manei-a de
tiene
sus modos, especiales y caprichosos de manifestarse. Sin concepciones delirantes, sin alucinaciones que
la justifiquen
ia
que
solo
esplica
un
estado de
desecfuilibrio
mental.
La
Saulle
ral.
que no se presta una descripcin geneTodos sus actos estn siempre en oposicin
costumbres establecidas y en sus educacin de sus hijos, en sus lecturas y en los incidentes mas insigficantes de la vida, muestran algo de estraordivestidos, en sus muebles, en la
Pasaba su
vida
separado compleea
tamente de su
hotel en el cual
familia, aislado
un
cuarto
la
del
no permita nadie
la
entrada
Cuando caminaba en
MI
calle
no
pisar
dras, temiendo
l
formar
una
de un augurio
terrible.
Un
Legrand du Saulle, se creia obligado cometer de cuando en cuando, y con cierta periodicidad, una estravagancia, para preservarse segn
citado por
decia, de la locura.
20
ESTADOS INTFRMKDIOS
eiiii.
Hay
<...,.
,.
,.,
.,..^:u,,,
individuo
que re-
husan absobitamente tocar dertos objetos, las mo.1.' jl.ii.i por ejemplo, temiendo nedas 'li
contraer enlerniedades
relacin con
desconocidas.
Morel tenia
abogado escntrico y hereditario jams una puerta sin tener el cuique no tocaba dado de limpiai*se las maii<< ii -n- mpa-. A los que Falret ha dado el nomestos caso- bre de efUKjcnaciot tnrcial con predominio del
un
.
,'i
temor al contacto de
deno-
minacin inadmisible, pues si se hace de estos un grupo especial, no hay razn para no formar otros tantos cuantas variedades de actos escntricos pue-
den cometer
los
herclitnv''- 'T,Ty;i>\Nn
nr Satmi:
Folies hereditaires.)
ItMiacidad
extraordinaria
durante
l;ir;us
aos, acentundose de
rcter
de los
vamos
lat,
;i
I;
I-
i <
leas
del
mismo
carcter.
refiere,
Una
Tre-
razonaba con una rectitud y lucidez intachables hacia una vida arreglada y ti'anquila y la nica |ii(' parcela estraordinario <mi fila, era el
olvido
toilet,
que
para
manifestaba
del
en
la
confeccin
de su
cuarto
permanecer encerrada en
dia
su
muchas horas
de
la
noche.
Durante
el
empleo que daba -u tiempo, hasta que por fin habiendo cado grav(!mente enferma, pudo penetrar
el
ii!-<ti'rio.
Todo
<"
Mi-rii I-;,
,<tal)a
II""'
'^"
ESTADOS INTERMEDIOS
21
pequeos paqiietitos cuidadosamente hechos y rotulados. Esta seora empleaba las horas en coleccionar sus detritus corporales y cada grupo
de paquetes conteiiia n producto especial.
Unos
encerraban
el
cerumen, otros
el
la
suciedad de las
uas, algunos
la
moco
nasal concretado, y
muchos
una etiqueta especificando la naturaleza del producto y la fecha en que haba sido estraido ( Citado por Leguand du Saulle ). Y sin embargo, como sucede en iul-jr- ill<js, nada indicaba en esta pobre vctima una perturtenia
bacin
mental general
todos
sus
el
Dominndola,
la
impulsin
enfermiza
arrastraba
este
gnero
de
estravagancias
Satisfecha
la
impulsin
sobreviene
una tregua
enfermo
ex-
acompaada de
criptible.
Una
un
vez perpetrado
bienestar
el
acto, el
esperimenta
infinito,
un
alivio
traordinario, porque
imperioso parece
ma
y consuela ese cerebro enfermo, dando escape esta fuerza indomable que se concentra con
autor
El
de
la Pstcolor/ia
Mrbida
refiere
la
clera
habitualmente
injustificable,
esperimentaba
Tal suce-
22
dft
KS'i \i".-
i\Tr:pvMi:r>io^
tAmbicil,
rtiii
l<i->
iii<
Mi> >iii.iiiiiiii 1^
lili
i-ti'ii.ii
i< :-<
que sienten
fuego, al oir
un
placor
iiicoinparablo
y
<|
al
vcp
el
la- (a\ni)ana-
tumulto
'jin'
ponn
en
alarma
tod
una
iioblacion,
mo/.dndose
<'l
nutre la
multitud
su^^
<|U(
('orre
apagar
incendio
producido por
Todi
se encuentra
jiropia-^
.
Mcilarir<i Mntales.
El dina-
escepciola
modos cuimosos de
el
mw
matices que
varan hasta
La
trasmi-
sin hereditaria, que es la via por donde generalmente se reciben estos estados, m[)ruiieudo con energa su sello, permanece por completo velada
y tiene su origen fuera del individuo; esto esplica talvez porque hasta el }>resente (1) ha estado
completamente desconocida y ni siquiera se le ha sospechado, aun siendo en ciertos casos tan manifiesta.
Estas formas
particulare.s,
como
lo
Son
veces,
xrlal,
aisladas,
pi-oductos de la
trasmisin
hereditaiia
pero
tauil)en
no es raro
til
que se muestren
solas,
producidas por
anlisis
(1)
Mi'riiu
De Toura
escriba esto
en
el
ao dr l^i
ESTADOS INTERMEDIOS
23
mas
sutil
y paciente.
choJngic Morhidc).
Existo dice
flnencc
Gaiissail
s//r
su
tral)ajo
De
l'iii-
dn
l'kerrditd
prodnctton
de
la
finre.ritation
nerrerifie una
disposicin
particular
del organismo,
caracterizada por la
el
imposibilidad
en que se encuentra
bir
sin
i)erturbaciones
accin
de
las
causas
Esta disposicin
conviene designar
nerciosa
bajo
es
el
nombre de sobre
e citabilidad
original
adquirida
uno como en otro caso est ligada una ilta de armona en las relaciones pre-establecidas
en
(pie
deben
y
existir entre el
elemento
riable
arterial,
constante
de
la
exitabilidad
fisiolgica.
Este
defecto
sino de
del
uno
la
del
oti'o
de
exitabilidad
\i(^sa
no piiede
por
esto,
modificacin
orgnica de
que
depende,
ser
hipnhcrnica
influencias
hipcrefsicas
Puesta
la
en juego
por
morales
sobre-exiabilidad
nerviosa,
tiene por
simple exaltacin
De
24
luacioii
ESTADOS INTERMEDIOS
patolgica di;-iguimjr> cuii
el
nombre gefen-
menudo por
menos
bajo
el
los cuales
no se
punto
de vista
f.urtor bajo
Los fenmenos propios de estos modos de ser del organismo, pueden dividirse dice Moreau en dos catogorias: la primera comprende aquellas
nombre de
por
tics,
das
ligeras
convulsiones
msculos de los prpados, de los labios &., &.; en la segunda estn colocados las que habitualmente designamos con el nombre de nianias y que menudo atribuimos distracciones, preocupaciones de espritu
ras
A.
hay
una
solidaridad
virtud de
lo
mrbida
indudable
probada.
En
categora
pueden
por via
sucede.
marse en accidentes
puramente
(
morales,
como
dk
Vase
Moueai;
Todas estas manifestaciones deben considerarse, sin duda alguna, como hechos patolgicos por los
cuales se traduce
un estado especial del sistema nervioso, producto de modificaciones mas menos profundas de las facultades intelectuales, que revelan
una organizacin
nialqiii'M-
moral
(\\\o
particular.
Todas
bajo
cliii',
ivIni
p(M"to!ie/can,
LOS EXHIBICIONISTAS
cualquiera
sente,
ja,
25
se
forma
la
sintomtica
que
la
nos
pre-
desde
mas
el
simple hasta
mas complelas
entrailan para
funcionamiento cerebral
la predisposicin
here-
es
decir,
el
desorden de las
carcter,
facultades
(locura propiamente
tricidad,
rareza
del
suele
Moreau de Tours
que atraviesan esta oscura })enumbra del espritu es muy grande y muy menudo pasan desapercibidos, cuando sus perturbaciones embrionarias permanecen estacionadas cuando no hay un ojo de cierta esquisita agudez visual que observe y escudrie, apreciando el medio sombro en que se ajitan. Los hay de muchas, de infinitas y variadas especies, observndose en unos en su principio y apenas perlos
ceptibles
y en algunos
cin.
completa y acabada
evolu-
En
un fondo
viven
de
la
inteligencia,
y
la
aunque
razn
parecer
igual
distancia
de
parece indudable como ya lo enfermedad con su accin potente tiene sobre sus cabezas mucha mayor influencia.
Como ejemplo palpitante de esta verdad, estudiad entre otros ese grupo de neurpatas curiossimo, mezcla
L'l
de
lo
ridculo
y de
lo
terrible,
el
que
profesor
nombre
26
pintoresco
rosis
l.<>>
i:\IIIHI'
I'iMs
NS
de c.rhihiciom'sas.
parece
constitiiip
que
un
gnero
entre
la
nuevo,
pero
que bien
puede
<ii
incluirse
epilepsia lar\'ada,
abunda
Tu
joN.ii
t'nii)leado
refiere
y
qtie
el
inteligente
salir
maestro
oficina,
pasa
sus
horas
despus de
la
de
la
de una joven.
su
Piensa
unin.
qtie est
-:i-
enamorada de
resistencia
<l"
i'.iilr-'-
wu-*^
obsti'icult)
dato delirante que nada justifica, le ofusca y despus de muchos dias de dudas y de lnetuacioiK^s', se resuelve emMst<
prender
hacerle
la
lucha.
JaiuiK
caita,
p(M'o
lia
intentado
hablarla,
llegai-
una
demostrarle de
alguna
manera su amor;
todas
y despus todos los dias, abandonando las ocupaciones en que gana su pan, se coloca infalible-
mente delante de
metida.
iglesia,
la
itiicrta
<!'
-^ii
supiic-ta
|i-<t-
Sigue
al
la
al
paseo,
esperando en
visitar,
la
puerta
sonrisa siquiera.
Su
rol
se limita durante un ao
la fainilia
l.
hacer
el
papel
alarmada
Si este
de deshacerse de
hecho fuese una escepcion individual, no merecerla mencionarse, pero es' qii a reprodu'ido muchas veces delante de mis ojos dice el profesor Lasegue con variantes que en nada
ii
cambian
lgico.
el
!.-''
;
hicioimtns
no hacia
otra
LOS EXHIBICIONISTAS
sona,
estos
sin
ir
\!7
mas
\fp<.
el
Cuando
se
interroga
enfermos con
intim
).
tino
aberraciones, se supone,
el
(
mas
>
trabajo
quo
opora
on
su
espritu.
Laseglk
presta
El sentido genital es
se
ciertamente
el
que mejor
de
es
la
estas
perversiones
cierto
compatibles con
regular
un
ejercicio
hasta
punto
inteligencia.
Un
individuo
(generalmente
un
hombre) es arrestado por ultraje pblico al pudor. Se le ha encontrado mostrando sus rganos genitales
los transentes
esta
sitio
sin
distincin
de
es
sexo
con
circunstancia,
que siempre
en
el
mismo
se ha repetido
la misma hora. Este escndalo muchas veces antes de ser vigilado Lo primero que nos imaginamos, es de un hombre depravado, vicioso y
que
echa
mano de
este
ltimo
recurso
para
curar su impotencia.
Pero
de agode satts-
hace fcilmente
accesible toda
clase
Jacctones autorizadas.
El })rimer caso que observ Lasegue, cuyo artculo estamos copiando, fu uno todava
mas
curioso
y que
le
impresion profundamente.
un joven
de 30 anos mas una de las familias mas honorables de Francia y que gozaba de una posicin envidiable como Secretario de un clebre personage poltico de la
28
poca.
Era un homl)n'
inM-ni^fiiii',
las
puertas
gran
mundo.
Ahora
bien:
>!
la
frecuentes
rpieja^^
de
la
noche.
Un hombre
una de las tantas mujeres que iban orar; sacaba sus rganos genitales sin pronunciar una palabra y despus de haberlos exhibido desapareca en las La vigilancia era difcil causa del sombras. nmero de lugares en donde haca esta curiosa exUna tarde, sin embargo, este estrafio hibicin.
personage fu arrestado en Saint-Roch en momentos en que se euti'cgaba sus ejercicios peri(>dicos, delante de
una pobre
la
vieja
que
al
observarlo
!
dio un
Polica.
grito
llamando
atencin
del soldad-
que
la autoii-
dad
Lasegut.
Yo
l,
h(
tenido
dice
ste
largas conver-
saciones con
los
de las cuales
no he podido deducir
menores
indicios.
La
y se reproduca peridicamente las mismas lioras, pero jams por la maana; era precedida de una
ansiedad que
interior.
el
Las
investigaciones
curiosidad y paciencia fcilmente concebibles, pero solo dieron datos negativos en l todo era irrepro;
chable, salvo
el
el
arresto.
contina
el
distinguido
mdico
habUir de una queja que habia sido puesta contra un empleado super<i, .1. no i,..
oa
LOS EXHIBICIONISTAS
29
de edad, viudo y cargado de hijos. Se le acusaba de colocarse en su ventana, mostrando sus rganos genitales una joven de 15 aos que vivia en frente.
La
ma-
10 y las 11; la escena repitise durante 15 dias, y ces otros tantos para repetirse
ana, entre las
en seguida en condiciones
idnticas.
el
Yo
conocia
personalmente
al
culpable refiere
profesor cita-
lo fui ver y le exij confidencialmente datos do que l no rehusaba ; convenia perfectamente en la enormidad y en lo absurdo de su falta, pero no podia dominar la impulsin. La incitacin instintiva era
momento que
se producia
Advertido
despus muri causa de graves accidentes cerebrales Otro individuo, joven de 25 aos, fu arres!
tado en
las
circunstancias
siguientes
todas
las
el el
tardes, as que
daban
las cinco,
se colocaba en
En
momento en que salan las esternas, sacaba sus rganos genitales y dejaba desfilar por delante las pobres jvenes escandalizadas. Este manejo fu
siempre igual en cuanto
al
modo,
la
hora y
al
lugar
el
mdico se
apercibi que su escritura era irregular y que tenia una debilidad intelectual incompatible con su empleo.
Despus de un ao
locura se
le
le
sobrevinieron
acci-
por
fin la
declar completamente.
30
"-^
i:\iiinicioNisT.\s
j.'iii|>l4.,
Lasegm;
exhibicin
tati vas
cili
uu,.-
i|ne ie periiiiieii
er-
de
la
especie
mas
ntimas, vuel-
ta
de
la
mismo
lugar y habitualmeule
maniI."- hechos mencionados festacin montona. con(;luye el apreciable director de los Archicos de
el
estii
Medicina
llevan
t;l
sello
enormidad
la
enfermo mismo,
ausen-
de antecedentes poco honorables, la indiferencia I)or las consecuencias pie de l resultan, la limita-
el
todos estos
(
Lase-
lopiaiw
trata eviden-
temente de estos estados mixtos, de que venimos hablando, tai comunes en la vida diaria y menudj
desconocidos por
la
generalidad.
c<.)n
locura
declarada. Pueden, no hay duda, permanecer 'i largo tiempo estacionados en esta zona fluctuaute,
acentundose
dablemente
la
mas sus
al
volveii
la
- li
mas prximo
;-".-1'
enfermedad que
mpcl'f<M"ta <\r
Miiib'X 'st;id<>-.
EJEMPLOS HISTRICOS
de situaciones tan opuestas, de
la
31
la singular coexistencia
un venerable alienista
el
de seres
aparte,
4ue tienen mucho del loco pero que tambin poseen algo del hombre razonable,
del otro en
grados diversos.
el
pensar que
mundo
me
al espritu
mas animoso
las
se insina en todos los gremios, en todos los pueblos y que vive con igual exhuberancia bajo todos los climas, aunque bien es verdad que en algunos
se muestra con
los
hom-
aunque como lo demuestra el autor de la Psicologia Mrbida, parecen estar mas espuestos los que han sido dotados por la naturaleza con una inteligencia
superior.
I'^sto
ltimo,
que tiene
el
documentos irrecusables.
ella
la historia,
que
de
suministraros
un caudal
abundante
datos.
trasmitiendo
32
(Jii
KJRMPI.OS HISTltlCOS
ul
padres
liijus
jrnieu de
u.s
Lcrriblc.-;
vesa-
nias.
Quiero hacer en la historia de otros pueblos una revista general, para probar este aserto, y mostrar
que
la
que
quiei-e,
estudiado
todava.
La
mejor que toda discusin terica Ilevam, no lo dudo, al espritu monos crdulo el mas amplio y completo
convfMH'iniioiito.
mecanismo
nti-
mo ?
una
len
sue-
mostrarse
mas
perfeccionamiento escepcional
facultades?
Tal es
el
do
el
cerebro
humano
Moreau
de Tours que ha acariciado por tanto i^hipo esta idea aparentemente ilusoria, ha escrito un hermoso
libro to
espritu
dems por
la
trascendencia de sus
de una misma
lus ciwlt's
la
diversas pertiu'baciones
EJEMPLOS
locura y
pleta.
el
IIISTIIICOS
la
33
idiotismo son
espresion
mas comtesis
En
La
el
curso de
ese precioso
libro, la
se
desarrolla y^ se ^ostten de una manera brillante. herencia sobre la cual insistimos en diversas
menos en la mayora de los casos, esplicando estos modos tan singulares del espritu. Moreau de Tours
d la importancia capital que tiene y cita en su apoyo infinidad de ejemplos tomados de la historia de los divei*sos pueblos. Nosotros sacaremos de su captulo final algunos de los mas notables, agregando
le
Carlos
\'
trasmisin
hereditaria aparece
pata de Felipe el
recibi su neuro-
consecuencia de
y de ataques repetidos de una enfermedad nerviosa que se asemejaba mucho la niaia aguda ; su mujer,
llev
la loca,
depravada que
Juana
ble,
durante
la
el
prob por
Carlos
venia al
mundo
habiendo recibido
el
germen de
las perturbaciones
morales de sus padres y de su abuelo materno, Fernando de Aragn, muerto la edad de 62 aos en un estado de melancola profunda. En su juventud
fu epilptico y estuvo sujeto
edad
mas
silencio
de un claustro.
J.
M. Guardia
Felipe
II
Me-
dicine
traoers
les sicles).
su
hijo,
aquella
^4
EJEMPLOS HISTIUCOS
hierro,
alma de
que ha dejado
en
el
ataques de melancola, y basta como dice Guarrecorrer su correspondencia ]>nra encontrar el dia
indicio cierto
Esta
las
hei'iiri;i
en tan pocas
(MI
g(Mi(>ra(;iones
contina insinundose
que vienen despus, cambiando caprichosamente sus formas, sin perder su naturaleza casi siempre inalterable. Por esto es que se ven familias,
la
herencia patolgica.
no es
el
en su dinasta.
la
estravagancias y
accesos de
taria.
y locos todos ellos Felipe III era casi un cretino, Felipe 1\', su sucesor, se pareca mucho al Empera-
el aii-e,
La
atenuacin
alguna
"ii
la
persona de
Carlos
II,
impotente
(Guardia).
manaco
que
se crea endemoniado.
de Luis XIV, abdic la primera vez en un acceso de mana. Vuelto al trono, -ii iinducta en el i)alacio era la <1'' un \r\Feli[e \', el nieto
dadei-()
|(jc(>;
sin
quenn* cambial* las sbanas y en medio de la mas repugnante inmundicia, maltratando su nuijer y
KL GENIO Y LA LOCUR-\
35
(
Va-
Genio elevado su
mas
poderosos,
dice
el
se encontraba reunido
en su familia.
Federico Guillermo,
el
en
padre del
No
manera
por una perversin real de las facultades afectivas, las brutales escentricidades que sealaron los lti-
mos
dias de su vida.
Borracho hasta
el
esceso,
habia concluido por caer en una profunda hipocondra; varias veces intent estrangularse, y a no
ser por la intervencin de la reina hubiei'a puesto
fin
sus dias.
Moreau de
Touiis
troissiemc
partie
faits biographiqacs).
aunque con
las reservas consiguientes, el
Que
una
muchos
aos, es
36
lia
El.
GENIO
I.\
I.'M
fil^
superior solamente
comn dice
Morel alienados
personas sujetas
afecciones del sistema nervioso, alcohlatras, idiotas suicidas y entre los hijos nietos de estos
desgraciados, personas dotadas
de cualidades mo-
es que estos estados enfermizos llevan organismo y particularmente al cerebro, eleifientos de vida j)oderosos, determinando una exitacion considerables y una concentracin muy grande de la vitaal
La verdad
lidad
i'ii
'!
rgano de las
ide.as.
El
loc"
(
momentos
ci(M'tas
y salvo
excepciones
y
mas
menos
comunes),
con
inavor Haridad
con mn<
observacin
i-pctitnd
i
de juicio que
'1- anteriorc
tiifoi-medad.
<I'-jm';i(|(>
Este
'-
un hecho
'\>'
>
evidente-
Mieiie
ol)ra
sobre
el
rgano de
du<'e
tual
y cuya exageracin proel delirio. Estos signos de perfeccin intelecque tienen sus momentos fugaces duradeinteligencia
sus estravagancias, porque son actos y pensainitMitos en oposicin con su vida y modo de racioas,
cinar habitual; as como las conocidas manas de los hombres supenores son sus instantes de locura, y constituyen rasgos de lo que podia llamarse atabisnio mrntafy porpic se desvan
<\o la
corriente natural
leas para retroceder y lgica en que marchan hasta el punto de su nacimiento comn con la locura.
l',n
aipiel,
en esos
momentos de bonanza,
demasiado
la escita-
cion es relativamente
el
delirio v
EL GENIO
^
I.UCl.UA
37
de las facultades intelectuales ; en stos, el elemento patolgico originario despierta por la sobre-escitabi-
que suele encontrarse su espritu superior y cpie se tra*duce por actos que revelan su cuna. Ambos terminan generalmente en el mismo estado,
lidad en
el
primero
;
on
ol
el
estupor, en
la
demencia, en
el
una enfermedad cerebral idiotismo que varia en cuanto sus formas, pero que frecuentemente se acerca por sus sntomas alguna de
segundo en
aquellas.
Esto, nadie
negar, es un lazo
si
comn
tivamente, por lo
de origen,
entre ese
cierto.
muy
grandes.
paralticos, afsicos imbciles,
faltan
Los ejemplos de
grupo de predestinados, no
el
por
O'Connell,
parlisis general, lo
mismo que
)
Donizetti
el
inmortal
autor de Lucia y de
(
Lucrecia; esta
es tan
enfermedad
en los locos,
periensefalitis
difusa
comn
que por mucho tiempo se ha creido que solo ellos la sufran de aqu su nombre de locura paralitica
:
de aqu tambin
la idea
de
considerarla
como
una vesania.
En
Newle
Zimmerque
tanto,
Zim-
MEUMAN
La experiencia pg. 238 ). Beethoven, naturaleza extraordinaria y dotada de una susceptibilidad casi patoljica, estravagante y
como pocos hombres,
38
tnrniiii
1
Kl>
GNl'
l.A
I.OilKX
M.
(st remo
su existencia.
Boerjiaave, caia despus de
hiemales pro-
hemorragia cerebral.
Liimeo termin sus das en un estado de demencia
senil horrible,
el cui-so
podemos
el
Wellington,
como
otros
muchos
mo
hombres de su talla, de congestin cerebral, lo misque Catalina la gran Emperatriz de Rusia, que I)upuitren,que Euler y que Malpichi. Ademas no es raro, mejor dicho es comn, enen
la
contrar
descendencia
de
muchos de
ellos
miembros afectados de enfermedades nerviosas de cualquier gnero. Ejemplo: los hijos del Gran Conde,
la familia
de Alejandro
hijos y
mismo
los
qucf
alcohlica,
Bernardino de Saint-Pierre,
fjinia.
Todo
poi' lo
hombres superiores y los intei-mcflinrios menos, no solo por estos rasgos comunes, sino tambin por sus estra vagancia ees por los sntomas de verdadera locura, exaliucion manaentre los
ca, delirio
etc.
Kn
K,
OKNIO Y LA LOCURA
3*.)
actividad,
una
[)ei't'ecciii
y desarrollo inusitado de
ciertas facultades, y
pus de su
No
son
escepcionales
en
tramos en
de individuos que
adquieren
desarrollo
mas grande de su
inteligencia,
una
vivv.a especial
de su imaginacin que desplega brios inslitos y se mueve con una facilidad relativamente grande.
Si estos ejemplos
No
aun remotamente
de
genio.
que todos los locos son homHago esta advertencia para las
poco
inteligencias
conocidas y para los que estn siempre dispuestos interpretar las cosas torcidamente y con la ligereza
Pero
lo
que evidencia
la
mas
prosaicas,
temperamentos menos
el
exitables, se
elevan
grandes alturas en
perodo de exaltacin de la
mana, franca, libre y estremadamente estimulada la fantasa por las incitaciones poderosas de su
estado anmalo mismo.
dora,
En
la
como
quiere Bigot, en
el
de
la
de un loco jior la manera sabia y el esquisito talento con que algunos manejan la paradoja y la simulacin. ( V. Bigot
para
formular
el delirio
40
//
>
EL GENI"
icriodps
I.
l.<(
ri: \
rauonnanti-
'/
alienation meniale).
Hay ciertos maniacos y lipemaniacos quo en sus buenos momentos razonan de una manera tan clara y
tan ei'feeta |ue veces hacen imposible la interdiccin.
Higot cita
el
\aIindose
del guar-
que no ser
ini
la
ayuda
lioinbre on su
mas
perferto
estado de salud.
La creencia de que los hombres privilegiados tienen sus estravagancias y escentricidades, que por su tilerte acentuacin toman muy menudo un carrter patoljico; la existencia
de sus
delirios, alucina-
ciones)
\r r- accesos
de verdadera enagenaoion
mental, es una verdad que viene dibujndose y hacindose camino mucho tiempo hace en la mente
de los observadores.
el
mundo de
las ideas
hi
i.-~i-
autor
"-^'r
de
La Psychologe Mrbide,
:
sintcti/.id.i
">
.'
ii''l
':!
iiMiiv
t'driii.i iit
i!i''',iii.
iJc raison,
de
folie
I<'n
i
De
lis
,.
ils
formcnt
ah
porque
dice Moreau
de Tours, que
Iim
escrito sobre
esto un libi-o de (piinientas pajinos, algunas de cuyas ideas dejamos espuestas h ah ponju el genio est veces condenado delirar, ponpi la apli^acion muy sostenida tle la atencin.
EL GENIO Y
].\
I.OCMRA
41
la exciltacon de la imaginacin ( facultades que segn Newton son el genio mismo ) conducen amenudo las perturbaciones del espritu, i)orque en fin, Rousseau, retorna tan el hombrCj couio ha dicho fcilmente su iH'imitiva estu|)idez. Augusto Comte, el mas ferviente propagador y reconstructor del Positivismo, es uno de esos hombres en quien talvez
es
mas
visible
esta
pretendida
liermandad, y en
fueron tan fuertes,
humana
182(3
Kn
el
primer trimestre de
dice
Emilio Littr
cuando
del sistema
de filosofa positiva que entonces propagaba entre sus contemporneos, fu atacado de Av/jiiste Comte et la euagenacion mental ( Littri Philosoplup Posidcc ). Y bien, dos aos despus
de este ataque
sis
terrible,
cri-
Filosofa Positiva,
uno de
mas
perfec-
humano segn
autor de la His-
Pero Comte no es el nico. Lo mismo que l y igual altura, se encuentran otros como Kepler cuyas estravagancias lo acercan mucho los grandes alucinados
la
Swedenborg y Hennequin.
Swift muri loco y su espritu enfermo, se revela
elocuentemente en ese
folleto
que Taine ha reproducido en la Revue des Deux Mondes. Llevaba por ttulo Proposicin modesta [tara impedir que los nios de los pobres en Irlanda
EL GNiO
I.
I.<M
i;\
no sean una carga sus padres y su pas. En este panfleto Swift propona que los nifios de buena constitucin y de cierta edad se les beneficiara
para vender su carne, colocanrlo puestos en distintos puntos de la ciudad de Dublin adonde pudieran
cmodamente concurrir los carniceros ( citado tamSwift habia presentido su enferbin por Morcan ).
medad
entre sus
ascendientes se
encontraban
aiginios neurpatas.
Watt muri
amenudo en
hipocondraco.
alucinaciones y caa
l,
se
comunicaba con
Ilaller sufri
Santo.
una verdadera lipemana religiosa. Harrntong era un alucinado, lo mismo que Cardan
y Lavater.
lo,
mismo que
;nya
alucinaciones.
citar al
humbiv
neu-
rosis ha tenido
mas
remos de Juan Jacobo Rousseau, el tipo mas acabado del temperamento nervioso y una de las misantropas mas acentuadas que se encuenti'an en la historia de los grandes representantes de la humanidad, como les llama Emerson. Rousseau tenia accesos
de verdadera locura afectiva y las revelaciones curiosas que uno de sus mas ntimos amigos ha dsobre
rio,
el
EL GENIO Y LA LOCURA
diagnstico
retrospectivo.
43
veces
Tenia
algunas
estravagancias propias nicamente de Rousseau, como sucede casi siempre, haba recibido por herencia su estado mental.
un
l<M(t.
La mayora de
dos del
lijera del
libro
muy
casi
En
la enfer-
medad que
con algunos do
mas
clebres personages.
Xo podemos, porque no
tos histricos
hayan tenido ios estados mentales de que acabamos de hablar, particularmente de aquellos que,
como Cromwell,
una
let
Temerario que segn Micheel Grande, de Carlos V, de Fernando VII, y de tantos otros que
de locura; de Carlos
el
han tenido en sus manos la suerte del mundo entero que han dispuesto de la vida de sus pue-
11
blos haciudolo
victiiii
I!
i
L\
1.
aprichos,
como
Feni.r
Ci
'
Felipe
iornor
ai
iiusa,
levantado,
cuntas
cabe/
una
Cu....:.-
-....^. .:..;.,.,
,...
un ^pritu en
-
convulsiones,
quilibrio
l-<a
I
inteligen
eSpllC'itt
1' f
VI'
i'ii'^
i<>Fiui.*< mu'-iii',':^
i;
debe buscarse, en muchas oca-ioiir, d' del crneo de algn rey hipot-ondr; ;lgun mandatario enardec las vibraciones enfermizas de su encfalo.
ricos
'
El desarrollo de este
libro
..
tivo, aii!i'|ii
'
siguiendo la
">
misma comente de
"</^<
........t....
ideas,
-t<>-
es
mas
circunscrito,
coii!"
ria patria
CAPITULO
II
en la. Hislrri I ticas de TJci j DJdercn Lr-s nearcfitSAe otetire La Iliet^oLoJa de la tiisijriii Fi>jc>icijia de la geaer.c:icij de la arvG>lt>eifD ItideiiitBdtttida Su leinpi*, sus ocaauuiiine* , sos ifermedack* Pw-jOt fu vjffc>J-ca T 'SSLI& La seieociuD na-tura] La Jacha yor la eijsvejta Los oaafuidaclortis de Atatraca H*reiic-ja efe cieric* rasare* ^terfca _j Artig:* AtaTisiDC- BJoraJ Caracn^rt* adquiridor y beswdiiarkis La uuajinacjoii de >" con vjuittad ores fafemijaL B s Btdfi de exaiiaeoD Lc>* imiacrrc* en la tiisiorja de la oanqniss Prdisfjc>ociii berediiar-ia i. las i^erturtiataoDe* cereiiraiee iiiflueiicda de i>u ixw.fiiKx.imnsav.f% yA.xi>vj* t>uj,moDes de Eq>idw"l, Pine!, Liauesr. r-_ /_- Influs, ca de ia fle^-t.Jua)'n Ai^pecatma t de la a^argui.- La Mriin>iiera E_pid*aniaB de iutesrtKDO !n la jfcrnoKia* Ei-aritcmii tier^braJ ' duraue la aiiarC'Aifr<:*sh. y Aidao tiri la eciJ' 'jia de ia eoientie en TucamaB artaraua en la jjajojetua 6* lt iiertufbacirme i>er\-jasas y ea las -eiiennedaci!* aJ occaztm lidriuedades it;rca -eii BBeattrcis irrajjde* iicmit^res. H. radavla luu M. J. Gar-sia I>cjb Vkieaflc xjqtez Gestera] ilrcngm Lo* eipiljjtira>s - Don - lo - ~ reacsT Ooii J. Cracc Tmiriti liliiiniii
De qu
viejo
Ojm >
se producan en
'accesos
de aquella negra hipoocMidray qoe rodeaba de somlM'as su espritu selecto, aoentnando tanto los raidos de su fisonoma de Csar dejeoeradof Cul era la fibra oculta que animaba la mano
i<'
I.AS
NFi'nosis
dtipr<
el
-i.i.
de
!a
Mazijicu cu sus
i-mi.^
iuteriiiiihlos,
Todo
admitir en i)resen-
cia de ciertos
hechos
decia
Tissot la necesidad
mrbida en
la
de hacer
intervenir
la
psicologa
apreciacin de todo aquello que se refiere la actiintelectual del hombre en general en particular de aquellos individuos quienes y la Providencia ha colmado con sus dones. Origen,
vidad moral
predisposiciones
nas,
hereditarias,
prximas
reveladas
poi-
lejalo--
agrega
el
sabio
autor,
disposiciones
idiosincrsicas
innatas
^adquii-
das, aferentes al estado fisiolgico y patolgico sistema nervioso, al stado patolgico sobn
HH
su parte de inlluouni
'-^
x
mas
manifiesta
cuanto
:.r ,,.
.^.|_
la constitucin.
Yo
stos
conjeturo
el
dice iderot
-n artculo sobre
ios tesofos en
Diccionario
Enciclopdico
sonil)ro
que
hombres de un temperamento
lanclico,
>
asi
y meno deban esa penetracin estraordinaria divina que les notamos por intervalos y
que
los
conduca
engendrar deas,
y
])eridica
disparatadas
sino una
cerebral.
j)unto
y perturbacin
estravaganti^s
otras
Mioinncs,
de
la
mquina
!
No queremos
que dejamos
ligeramente amplia
sto nos
_'''>
\1
captulo
indjce
'
mas
-
i'vcry
"'"' niniMitf
'
EX NUESTRA HISTORIA
lien
47 El que
quiera
algunos
puntos de
de
la
afinidad.
cerciorarse
mayor menor
exactitud
que
muy
discutible,
puede
leer
de
tal
que esos
vez de un
comn y
la
Historia
Argentina,
porque
all
ciones privilegiadas
todo su horrible aspecto y vienen como amarrados la cuna, absorbidos en la leche materna; parece
que
al
nacer
la
trageran un
pedazo del
alma
del
padre de
sombras y su colorido
eludir
el
enfr^rmizo
cia patolgica.
mas mo-
mentos en que se producen sus exaltaciones supremas, buscando atentamente en todos los actos de
su
y privada, interrogando al organismo fsico en sus interminables manifestaciones,
j)ueden descubrirse estas modalidades patolgicas
tan dignas de estudio.
vida j)blica
Para
los
investigaciones
que viven alejados de ese gnero de y que solo consideran una faz en
l^
LAS NEUROSIS
liombrfis
iistiiito al
estos
superiores,
la
idea
d- un estado
moral
fundas, en individuos
uuchos de ellos
descollado
\t'>y
-n
cordura y por el brillo de sus facultades y no por sus estrava^ancias (de las cuales nuestra historia
tratado
cualquiera
de
patologa
fisi()l(')firaniente
la
cuestin, para
convencerse de
idea, es
<1"-
i-.i-.
la
primera, (pie
los
sta
decir, la
hombres
superiores
j)atas
l(*!Jos
estn
una (piimera, c- una asercin muy discutida y que tiende tomar un lugar definitivo de ser
en la ciencia.
La
toria,
la
vida de
mitida por
la
la tradicin
biografa meltlua de
sus
bigrafos
ami-j
al
[
<apri(;ho y nos lo
difil
EN NUESTR.\ HISTORIA
49
Animi imperio
biendo sus Vidas impersonalmente y sin querer revelarnos los detalles mas preciosos, su modo de ser
habitual,
su
parte
moral y su parte
patolgicos.
Conocemos
en
el
mentirosa,
poema,
reflexionar
que
el
poeta y
muy
especialmente
de
lo
que aparece en
lo
que resueloen
ser, lo
que ha
es evidente.
modelo que se han propuesto imitar. Esto Para muchos de ellos, hay una filode los versos de Byron, Leopardi,
etc.
sofa oficial, la
Foselo,
de la cual no pueden separarse. Los poetas, ante todo son hombres y con raros ejemplos,
no hay
de
hombre
que
est
hastiado
de
la
vida y que
aspire constantemente
abandonarla
por otra
muy
problemtica
existencia.
Esto
un estado
em-
cual es aquel de todos nuestros grandes y pequeos versificadores que no manifieste ese mentido cansancio de la existencia terrena, ese cons-
bargo,
tante
cual,,
aspirar otra vida mas perfecta y por la evidentemente, no abandonaria la que tiene?
entre ellos ningn suicida y
s,
No conozco
apasionados
vida,
muchos
la
de
los
mas
pueriles
goces de
sin
duda
que
ser
la
cierta esta
atrofia
propia conservacin,
aunque
50
gados,
estadistas
I.
.irNr:!?
\rio\
Por
en
esto,
la
puerta
hogar,
nimiedades de carcter
debilidades
mas
pomi)a y magestad de la historia, porque sei'ia cometer un absurdo y falsear la verdad, despreciar
la
de
un
ciitoiin
(le
inapreciable
La anatoma de la vida ntima es muchas veces una piedra de toque bastante sensible para el estudio y conocimiento de estos grandes caracteres, por
que
los revela en
conocer de una manera acabada, con una minuciosidad anatmica, mostrando sus som1)ras y sus secretos mas recnditos y contribuyendo darles ese relieve histrico que anima y vivifica las grandes figuras resucitadas por
el
pincel admirable de
la
Lord Macaulay.
hisolofjia
Esto es
lo
de la historia.
mviles
estu-
que encierran ciertas acciones, al parecer incomprensibles, descubre el misterioso motor de muchas determinaciones capriocultos
dio de los
la
naturalc/a
sus
111
i-
pueriles
manifestaciones
; de
la
misma
describo
manera que
el
la histologa
de todos los
nada*
luz pene-
No escapa
esta
mtodo agresivo de
anlisis,
DE LA INDEPENDENCIA
trante y sutil
51
los
mas oscuros
al
repliegues del
cuer-
hombre
existen
pblico.
muchas
de investigacin, nos han revelado en sus manifestaciones morales intelectuales, un fondo nervioso
me-
parte de la
organizacin
Bajo
punto de vista
fsico
duos maravillosamente preparados. La naturaleza nos habia hecho el presente de este conjunto de
hombres providenciales, vigorosos, audaces, favorecidos por la supremaca de un temperamento nervioso y de una constitucin fuerte, atltica intachable. Sea que el sibaritismo de los monarcas
espaoles no habia llegado hasta ellos para aniquilar la sencillez patriarcal
titud
admirable de
sus
domsticos, para
no fu azotada por las enfermedades que estuvo sujeta la que le sucedi y que se han
tribu venerable
la actual.
Las
fuer-
emociones de
la
52
LA JENERACION
sobre todo, esa enervacin y molicie inherentes al refinamiento de costumbres que trae consigo la civilizacin
y que ellos no conocan, contribuy sin duda la conservacin de ese vigor fsico envidiable
I--
'"-tan-
nes mltiples y difusas, de que solo nosotros y por una nocin precisa;
mas
diversos,
con -i
inacrha
regulai;
desde las
mas
con las alteraciones oscuras de la hematopoyesis y sus trastornos curiosos, el tubrculo, la sfilis, el cncer, la gota, el raquitismo con
la clorosis
nismo;
las veces,
La Colonia no ha conocido
hospitales, no por
que no conoci la academia y el gimnasio lo que la Escuela de Nutica cerr sus puertas, sino porque evidentemente no los necesit. Buenos Aires no luchaba entonces, como lucha ahora, por
lo
por
el
aire
que
falta
sus
pulmones
la
tenia
dficit
los
pies
cbicos
necesarios;
lo
cor-
responden.
Buenos Aires se
asfixia
DE LA INDEPENDENCIA
53
aereatoria que posee, cosa que es claro no le suceda la colonia por razones que cualquiera se esplica.
Desarrollse
el
mientras
el
espritu,
por la
viveza de aquellas imaginaciones meridionales, velaba inactivo esperando la oportunidad propicia para estallar y emplear saludablemente esos rganos, cuya regularidad casi inalterable, engendr aquellos
atletas. El alimento era abundante y sano, y en consecuencia, las enfermedades del tubo digestivo,
la dispepsia, la enteritis
truyen
el
modo
fie-
alaiTnante.
menudo
sintomticas de
bres eruptivas, de la
una manera
de
En
nuestros dias,
estado general, en
con
la escrfula,
p-
el
y flcidas y esa
tica. Examinad su etiologa fcil y veris que ella no ha podido presentarse entonces por la bondad de la alimentacin, y eliminad otras causas que hoy
La generacin de
la
Independencia fu en
salud y
del
este
concepto la generacin de la
vigora
54
formla
I.
srr.F.cnoN \ATrriAi,
;'i
ii::,iimii cMlniial luisMK, t'l la ^'(^mbra de costumbres primitivas y en medicj de aqnolla esas inocente molicie que adormeca la inteligencia en
prepararla,
otras causas,
el
ineludible
(]'
animados
ese
triunfo al
al dbil,
Ii
rycaciou, la
existencia,
combate
eterno
que
el
mas
fuerte y
la
que d
gurando la vida de sus descendientes por el temple que manifiestan, por la fuerza, la grandeza y la naturaleza de los medios de ataque y defensa,
por
la
belleza y las
aptitudes
el
privaciones y procurarse
escapar
su
influencia
universal.
mas humikb^s
petan
vienen
como
su
las
mas elevadas
se estinguen
en
la
se per-
debido
cumplimiento.
La
de
accin
agregarse A
la
insuficiencia
la
ali-
que en
la
los
rigorosos
quinta
parte
de los
Inglaterra,
conservndose
solo
I-
mas
fuertes
de sus cantos alegres, cuando la naturaleza entera no parcrp <i\\n que respira pa i-enidad, no
Y LA LUCHA POR
I,A
EXISTENCLV
sle
.>,J
espectculo
tan y un vasto y perpetuo aniquilamiento de la vida, puesto que los pjaros se nutren de insectos y
del
de alegra
grano
I:i
planta indefensa;
olvidamos que
acentos
recoje-
mos
han sido
sacrifi-
cados por
los
la
enemigos
desvastan
rigores
el
de
la
miseria y del
fri.
(arwin
Nunca
zamiento
la
se vio con
esta lucha
mas
vigor
colosal que
conquista de Amrica,
razas aborgenes y los recien venidos, lucha de stos con sus propios hermanos y con los rigores de un clima variable en cada palmo de tierra.
tribus
han desaparecido
los
campo
mas
que mejor se adaptaban por su medios de ataque y de defensa. El trabajo matador de los yerbales y el alimento tenue y de poca
sustancia,
fuertes y resistencia y
como dice el historiador Lozano, mataron un sinnmero de indios que despus formaron en los bosques inmensos osarios, dando fin sus desdichas. Adems, era tan larga la poca que
permanecan
lejos
les
quesus
daba
el
tiempo
para
atender
familias,
teras y reproducirse.
Por esto
las
sus semendesamparaban
y huian
provincias
56
LA SELECCIN NATURAL
(Lozano Historia de la conquista del Paraguay, Rio lr 1(1 1*1,1 til 1 Tucuman). Es necesario leer la historia de los conquistadores del Nuevo Mundo, para darse cuenta exacta
1
de aquella empresa. Es puados de aventureros, atravesando la selva virgen, cruzando la montaa, vadeando el rio en busca de oro y de gloria, y dejando sus huesos en el camino, para esplicai*se cnio l;i seleccin natural ha venido formar despus, esa raza fsica y moralmente privilegiada, con una preparacin maravillosa para acometer la empresa de nuestra indej)endencia. El hambre y las enfermedades hacian sucumbir *al que poco de
la
magnitud
homf'TJf'a
menester segu
i-
vigoroso,
calentui'as
ii't
resista
la influencia
ijuellas
y afecciones de los ojos, que reinaban en Marzo y Abril en el Paraguay y de las que habla Uuiz Diaz en su historia del descubrimiento.
Solo
la
contestura herclea y
(pi''
el
temple animoso de
su
alma, hicieron
aquel
PtMlro
Mendoza pudiera
cmulo de desgracias que traan su nimo y el de los otros caballeros, aflijido segn asegura el padre Lozano al hablar di la primera fundacin de Buenos Aires. Hu mentos supremos en que sus soldados solo couian
resistir
una racin exigua de harina podrida nicos tarde apur el hambre: los dbiles murieron y los fuertes -luchaban, comiendo primero los caballos, luego
;
sapos, las culebras y por fin se cocieron en mala agua el cuoro y la suela de los
la
zapatos y h;\<ta
57
obligados
recurrir.
(Lozano,
Tomo
segundo de su obra, pajina 93). Apurado Mendoza por las exijencias del hambre y de las
al
Brasi^
indios
mitad de
sus
la
gente
que
trajo.
Los
de los conquistadores, incentalaban las meses y los mataban por hambre, como le sucedi Juan de
huan en presencia
diaban
pueblos,
Ayolas, cuya
dias.
miseria
fu
Aquellos trescientos
por
paaron Gonzalo Pizarro en su empresa temeraria al travez de las montaas y en busca de esa tierra fabulosa que por tanto tiempo habia
cautivado la imaginacin de los conquistadores, es
sin disputa
el
de valor, en toda
As,
con
empresas de
elt-
los
que mas derecho tenian la vida. Estos rasgos tnicos se ven despus palpitar en el carcter de Camargos, de Muecas, de los gauchos de Gemes, de los habitantes de Cochabamba y uji destello de esas almas primitivas alumbra y vigoriza
el es|)ritu
de
la
generacin de la independencia.
vigor estrao y
para sobre.naturaleza,
las influencias
hostiles
de
la
pudo sobrellevar
tales
esas esConquista
pediciones ciclpeas.
dice Prescot
en su Historia de
58
del PT
LA SELECCIN NATURAL
cambi
sbitamente
el
clima y
al
|ia-M
zaba
las
que descendian niveles mas inferiores, reemplaal fri un calor sofocante y fuertes aguaceros, acompailados de truenos y relmpagos, inundaban
gargantas de las sierras de donde se des|>ronsin cesai'
a-i
ni
I'
da
ni
<1'
nnclic.
el historiador Por mas de seis americano sigui el diluvio sin parar y los avontui'eros sin tener donde abrigarse, mojados y abrumados de fatiga, apenas podian arrastrar los pies por aquel suelo quebrado y saturado de humedad
semanas contina
acabado hacia tiempo. Hablan sacadp de Quito unos mil perros, muchos de ellos de presa, acostumbrados acometer los desgraciados indios; matronlos sin escrpulos, pero sus miserables cuerpos no proponnonaban sino un escaso alimento su
hambre famlico y cuando se acabaron, hubieron de atenerse las yerbas y peligrosas raices que podiaii recojer en los bosques. Agotadas las fuerza>
sufrimiento, resolvi
Gonzalo
llevar
construir un
los
harcD
bastante
grande para
mas
dbiles de
sus compafieros.
proporcionaron
caballos
maderas,
convertid.
las
herraduras
la vos,
la
fueron
goma
in/.i
el
oficio
de brea
del
andrajosos
vestidos
de
los
soldados sir1
vieron
como
estopa.
Gonzalo di"
mando
I.
59
sando las espantosas soledades del apo. Ya no quedaban haca mucho tiempo ni vestigios de provisiones; habian devorado el ltimo caballo y para mitigar los rigores del hambre, se veian obligados comer las correas y los cueros de las sillas. Los bosques apenas les ofrecan algunas raices y frutas de que alimentarse y tenian dicha, cuando encontraban casualmente sapos, culebras y otros reptiles con que aplacar sus necesidades. Gonzalo resolvi
enviar Orellana en busca de provisiones.
En
con-
se apart hasta
el
medio
del rio
el
barco impelido
flecha pernoti-
por
la
como una
dindose de
Mas
tarde, no recibiendo
Muchos
el
el
camino
estremo
mas pro-
colgaban de
;
sus largos
hombros, sus rostros estaban quemados y ennegrecidos por el sol de los trpicos sus cuerpos con'
sumidos por
cicatrices.
la Historia
de la Conquista del Per, por Prescot. embargo, hablait resistido con un raro valor, Y sin muriendo solo aquellos de complexin poco fuerte
resistir las penurias.
para
De
60
LA SELECCIN NATURAL
nicamente regresaron 80 y tantos y de los 4,0(X) indios que los acompaaban, mas de la mitad dej sus huesos en los bosques.
De
estas esj)edicones,
Nuevo Mundo.
Puj^agua;
En
lil
el
\
territorio
-ii
el
pero tambin de su vigor y de su temple moral tan poco comn. La naturaleza con sus influencias
clinii,
<
la
muerto
misma, constantemente ante sus ojos, no fueron nunca un inconveniente serio para la realizacin de sus increbles propsitos. Habia algo que los enardeca y que escitaba esos cerebros efervescentes arrastrndolos al abismo; habia una imaginacin
estimulada por
gloria,
la
dominara.
La
el lecho de los ros, dueos y despreciados por los indios mismos; de que aquellas zonas fabulosas eran habitadas por jigantes y amazonas, exaltaba su espritu calentu-
sin
en perpetua
edificante
lucha con
la
emocin.
La presencia
de
panoramas como el que presenta el rio apo, desencadenndose con brio en %u corriente y yendo
precipitarse en la cascada con un clamoreo espan-
toso;
ol
ruido
(It!
la
mi
r.A
61
mando un
contraste con
el
silencio triste
de
la
natu-
planta del
hombre
dice Prescot,
como haban
cor-
rido por siglos, la soledad y el silencio de aquellas escenas interrumpido solamente por el estruendo de
cascada y por el murmullo suave y lnguido de bosques; todo pareca mostrarse los aventureros en el mismo agreste y primitivo estado en que
la
los
sali
de
mano
cada vez
de
mas
la
escitar su mente.
Prescot Historia
Corran de territorio en
la distancia
el
territorio
con
en esas llanu-
buscando
el
algo en
que
fijar la
mirada;
fin,
por
el
peleando con
hambre y con
"
con los
fros
el aire abrasador de las zonas tropicales, buscaban esas tierras soadas, los rios de plata, las vetas interminables de oro tan tenazmente
aniquiladores
incrustadas en su cerebro.
Todos estos rasgos tnicos, la par de otros no menos sensibles, se han trasmitido con nfimas modificaciones las generaciones
que
el
les sucedieron.
ejercicio
que
lo
alimenta y sostiene, la constancia, el valor personal, la ciega intrepidez, todo ha venido discurriendo
La
selec-
62
LA SELECCIN NATURAL
sti
don con
principio do mojoramiento,
ha ido agre-
conii)lementan la
generacin
de
la
independencia,
en cuando alumbraban
el
hombres.
caudillos
otros
la ley
solo atestiguan
que
un tipo especie anterior mas imix'if' cumple siempre con igual regularidad.
'*:>.
<<
en una familia
en un pueblo, puesto
al
organismo humano,
segn dice Herbert Spencer. La suma de los caracteres psquicos que se encuentra en toda la historia
de un pueblo
Herencia
La
las
pocas, se llama
carcter nacional.^)
Pero
la
evo-
debido estas
que nosotros nos encontrbamos ya un tanto modificados en la poca de la Revolucin, pues subsistiendo muchsimos de los
caracteres de la generacin de la conquista, haba-
mos
el
ejemplo,
que
segn
Maudsley, no es
otros,
un
la
agente
la
concomitante de
evo-
habamos atrofiado
ati'fian
de
misma
manera que se
rganos
(pie
Conserv-
63
ginacion,
trasmitida en ese
que constituye un rasgo de raza y que desempea un papel tan importante en el sueo, en la locura y en las alucinaciones, origen probable,
en mi concepto, de muchos
de los
hechos
mismo Santo en
el
camino de arena
y muchos de los
Baha de Todos
los Santos,
otro origen.
An-
des y al occidente del Atlntico, siguiendo el Rio de la Plata, es por herencia y por el clima un pueblo
imaginacin viva y exaltada, por esto es naturalmente poeta y msico como se ha dicho, apasionado y entusiasta. El sentimiento religioso
alma,
el
de
muy
desarrollado ^n su
el
esi)ectculo de
lo bello,
poder
lo
terrible
de
lo
la
inmensidad, de la estension, de
vago, de
incomprensible
como
dice
Sarmiento
todo
contribuye exaltar al nimo que se siente sobrecojido y vibra con tuerza ante la majestad de cier-
tos espectculos.
en
el
horizonte,
los
mas
roso,
indefinido,
confimde y
(M
AroNTKri\ffr:NT<'S
el
Im.i.
IICOS
da;
homb-*?
<|iio
so
nmeve en
le
estas escenas, se
siente
tsticas,
(
de sueos que
preocupan
despierto.
esta natural
predisposicin,
agreguemos
la
influencia evidente
dremos, en parte,
estudiar.
la esplicacion
lo
que ha predominado
<
perodo posterior la Revolucin y mas aun, en los dias fnebres de la tirana, ha sido el elemento
nervioso, las alteraciones dinmicas generalmente y veces pasageras, del centro enceflico. Este esta-
do de tensin
j)or
al
mximum
del
espritu, esplica,
ciudadano, cuyo
al
de
la derrota
;
de los espaoles en
jornada de Maipo
por I4 exageracin sbita de la accin cardiaca, provocada por una viva emocin moral. (Jacod
cientficas
histricas de la poca,
puede encon-
demasiado conocida no es ya discutible. polticos desempearon un rol importante, sino en la produccin de la locura, por lo nuMio--, <Mi I;i patogenia de estos estados indivifluencia
Los acontcimientos
sr
iNFi.riiNriA
Cth
sonas
ilustres, y
pueblos enteros.
que determin sobre todos los cerebros el cambio rpido que produjo la independencia, hacindonos pasar sin preparacin alguna de la vida tranquila y puramente vegetativa de la colonia, las luchas y emociones de una existencia libre y casi desenfrenada, los azares de una democracia demagjica
y tumultuaria, tuvo que conmover fuertemente todos los corazones haciendo vibrar hasta la ltima
clula del cerebro
mas perezoso y
atrofiado de la
poca.
La
influencia
de los grandes
acontecimientos
polticos,
como la revolucin y guerra de nuestra independencia, tienen una accin poderosa en la gnesis,
Las conmociones imprimen indudablemente dice Esquirol mayor actividad todas las facultades intelectua-
les,
profundamente
el
tanto producen
lo
las distintas
Esto es
se ha visto
la Independencia,
cin,
con
la
que en esta ltima, segn Mead, ms fueron los ricos que perdieron el juicio, al paso que en Francia
que escaparon
la
hoz revolu-
66
ACONTECIMIENTO POLTICOS
(Esquirol
Tratado
de E/ifermedadcs Mentales.)
Las conmociones polticas contina el venerable alieni'sta son, como las ideas dominantes, causas
imprimiendo
un
sello particular
sus
distintas formas.
Cuando
la destruccin
de la antigua
monarquia francesa, muchos individuos se volviecuando vino el Papa ron locos por el espanto Francia, las manas religiosas aumentaron; cuando Bonaparte hizo reyes, hubo muchos emperadores y reyes en las casas de locos. Kn la poca de las
;
invasiones francesas,
nas, sobre todo en
el
terror produjo
;
muchas ma-
las aldeas
el
los
alemanes hicie-
ron
l.i
misma observacin
invasiones de los ejrcitos de Francia. Nuestras sacuel mdico de Charenton han producido muchos casos de locura provocados y caracterizados por los acontecimientos que han sealado cada pajina de la revolucin; en 171)1 hubo en Versailles un nmero prodigioso de suicidios, y cuenta Pinel, que un entusiasta de Danton,
didas polticas
concluye
Bicetre.
el
cansancio del
cerebro
puede
favorecer
el
desarrollo
de
estos
mucho mayor
el
influjo las
nes contrariadas,
orgullo, la
ambicin, la exal-
GiN V
Paktaoas Tntado
de Freno/nt-
su INFLUENCIA
tologia).
07
Sin
embargo,
algiiiius
autores
niegan
influen-
que
las
conmociones
polticas tengan
una
la
produccin de
locura
revelarlo los
ltimos
estudios: es
preciso
que
al
polticos, los
refieren,
cualquier
suceso
sin
trascendencia alguna,
el
orden
establecido,
sociedad, la
Revolucin Sud- Americana, y bajo otra faz y en otra escala, las depredaciones de la Comuna, de la
Anales
M-
General
de alienados, ha publicado no hace mucho una escelente memoria sobre este punto y de la cual se deducen las siguientes conclusiones
servicio
los acontecimientos
mas
al 31
esplosion
de
mil
setecientos
resultado ha sido,
rable
un
descenso consideen
los
en
la
cifra
de
admisiones
Asilos,
(fines
de 1871),
como
se v, e<t com[)robada
p<ta
influencia:
la
68
herencia
EXALTACIN IM3PULAR
ha sido
si
relativamente dbil,
la
do
las
emociones preponderante.
Aliora bien:
el
como
las
dice
el
eminente Griesinger,
mentales en en relacin
aumento
estado
obiaii
de
las
enfermedjMlos
nuestra poca es un
el
hecho
real
con
in-
de
sociedades
actuales
sobre las
(|ti('
cicitas
causas
de una
influencia
contestablej que
la actividad
resultado
inmediato
un
V
acrecentamiMito c<5nsideintelectuales;
\;i:i
Im<
Li-tccs
fivc,,-~
morales
sin cesar
aumentando; que nuevas inclinaciones y pasiones desconocidas principian germinar; que la educacin
llando
liberal
progresos, desarro-
mi
pequeo nmero
puede
finalmente,
que
las
crueles
agitacin industrial y ])oltica son causas bastante poderosas para desarrollar esos
decepciones, la
razones
(pie el
existen
en
mi
concepto,
para
suponer
es-
estado
efervescente y verdad;ramente
mente
menos un estado de
intelectual
naturale/.a.
exaltacin
arilM'j^
de
'i
depresin
-m
t-
y moral
muy
fluido,
mas vivamente han insegn Lunier, para determinar el aumento de locos durante la guerra Franco-Prusiana, s enciiiMitraii la injiiietud candada pni- la auroviEntre las causas que
:
COPULAR
temor
de
al
69
reclutamiento,
el
macion
del
enomigo,
el
la partida
ejrcito,
las fatigas
y morales
la guerra, la
parti-
cularmente
angustias
del
sitio
de
Paris,
ansiedad
batalla
esperimentadas
los
durante una
y de
un
bombardeo,
cambios
de
posicin
de
los
acontecimien-
causado por
fin
la noticia
de una nueva
y social y (Lunier.
derrota y
la
por
la escitacion poltica
ocupacin
del
pas
por
el
enemigo.
De
et
l'influencc des
grandes
conmotions politiques
ellas
la
Todas
con
exhubeveinte
rancia, las
tro pueblo
masa de nues-
aos, agregadas
mas poderosas
y que
el
misma
hacia germinar.
en donde la civiliza-
nosotros,
en donde
nable
do nuestra sociabilidad embrionaria, atrofiando el sentido moral y dominando prepotente por tantos
aos
?
Si en
la
qu no producirla
la
y fisilando que volteaban rebencazos las mujeres y que ataban desnudos las cureas de los caones los hombres mas honorables, de las
sin valla;
Quiroga
ciudades
70
i;\ \l
I"N
l'OPULAR
li-
Para
(oii
comprender
que
la
i)atogeni.i
el
.-it.-
tr.i
grado de exaltaentresacar
llegbamo?,
basta
la
ventura
Lleg un dia en que las facciones se hicieron mas turbulentas y agrestes, los males se agravaban sin
la
esperanza siquiera lejana de un remedio eficaz dice el enrgico. La divisin de las ideaos
ompleta
los
ejrcitos
comenzar
el
el
ao
dic::
seis;
elemento
el
semi-brburo se habia
sobi-e-
puesto en
(1<>
interior A la influencia
.
de los hombres
udius,
principios
aquello era un
caos de desordenes, de
de
derrotas y luchas intestinas, de teoras mal comprendidas, de principios mal aplicados, de hecho
no bien
individuos.
II).
(Mitre
Hi^tnna
do Bclijrano
Tomo
revoluciones
Habia llegado un momento terrible para las que -< <l(senvuelven desordenadanitMitr y porinstinto, <-' momento en que A mal
el
bien
se confunden,
mas
firmes
tralizan
11
malas pasiones neude los principios II \ apodera de' una parte 'ida ban de la razn y de la conveniencia social, como de los jirones de luia bandera despedazada ^u !a
trepidan,
la
en
que
influencia
!
saludable
lucha.
0\\'X\\v.. dcm.)
Y SUS CAUSAS
71
En medio de
vanidad
la clera
aquella
bancarrota nmoral
las
ambicin, la
terror
herida,
la
alegria
misma,
el
cuya
dolor moral,
el
rencor, agregndose
todas ellas las influencias climatricas y hereditarias, provocaban esta irritacin intensa del encfalo
determinando esas exaltaciones patolgicas que se traducen por actos estra vagantes inslitos y muchas veces sangrientos.
Hay
el
sificar
de delirantes en
el
verdadero sentido de
la
palabra.
Muchos de
aquellos
cerebros dominados
por
por una estimulacin continua y pertinaz, sacudidos el cmulo de causas escitantes que gravitaban
ellos;
sobre
sueo y sin tregua llevaba los rganos de la resy de la hemtosis, principiaron perder
el
equilibrio fisioljico,
dando lugar
unas tras otras con una rapidez pasmosa los gobiernos solo tenian una existencia efmera y hasta ridicula.
el
que
lo
habia volteado
se entregaba
muy
amenudo actos
supinos
de
crueldad y algunas veces de verdadera demenqja. Como la revolucin de 5 v 6 de Abril de 181G dice
i:\ \i. r
ION
coi'i i.Ait
el
como
bi
la que derrib Alvear se cam su vez en perset^uidora, llev su oncarnizamiento hasi;i 1 ^l;|(l.l de cebarse iKrnigos
habian sucedido,
impotentes y muy dignos de toda consideracin y su impudencia ui delirio lleg hasta el estremo
de
tes.
;i
calificar
mas
la
inocen-
In-^
dispen-
ciados por
(
instituidas en tribunal.
MiTKK Historia
de Belijrano
I
tomo
II. ;
Hay mas
aun.
labia
all
minados el uno Comisin Cicil de Justicia y el otro Comisin Militar Ejecutiva, cuyos actos indudablemente son los sntomas de una verdadera exaltacin enfermiza, de esa enagenacion que ha estudiado Despine, Laborde y Dubois Keymond en la Comudice na de Paris. Era una creacin monstruosa inspirada por el odio y cuyo Mitre el General nico objeto pareca, n la [)ersecucion del enemigo
dentes de
El
fonnn
voluminoso proceso
contina
el
el
mas
los acusados,
<
mi
oste
motivo
crimen de faccin
en
(la
clasificaciones vaciadas
in(ji<"aba
1
1
el
simplemente
la disidencia de opiniones. la
'utencia
que dict
Comisin
Y SUS CAUSAS
73
monumento de
de que
plos.
la historia
cnica
injusticia de obsecacion
Por esta sentencia, D. Hiplito Vievtes que muri de pesadumbre (una lipemana terminada en la demencia ) D. Bernardo Monteagudo, D. Gervasio Posadas y D. ^''alentin Gmez, fueron condenados por equidad destierro indefinido, apesar
de no resultar contra ellos en el proceso, sino comprometidos con principalidad en hallarse
ral
el
la
sin
embargo,
la
generosidad de devolverles sus bienes despus de entregar el valor de las costas en que quedaban
descubierto.
1).
Nicols
Rodrguez Pea, se
le
co^enaba por
nin,
r/
salir
para que no pudiera entrar] en lo futu.ro en alyuna revolucin; al Dr. 1). Pedro J. Agrelo, se le confinaba al Per por la craltacion de ideas con que haba esplicado sus
sin acusarlo de
ningn
delito
sentimientos xitrificos.
rjrano
Mitre
Historia
D.
de Bel-
tomo
al
II).
El
Fiscal
Juan
J.
Passo,
clasificaba
dulce
trea de
ros arranques de
cometer tranquilamente
aberraciones inad-
74
FX AL
solo
\(.ION
HOHLl.AK
anlogos
citados
se
observaron
en
la
Comuna
mas
arriba,
nos
autorizada.
No
'>tra
manera, dadas iniestras condiciones sociales y pulticas. Un pueblo, que como el nuestro, vivi desde
su nacimiento desquiciado por
tan
distintos ele-
mentos, desorganizado y sin brjula, tenia que senarrebatado por movimientos pasionales de tirso
esta naturaleza, producindose las neuropatas epi-
la
Cmo no
el
sentirse fuer-
temente
contristado,
deprimido,
en presencia
de
aquellas invasiones
que Lpez,
agreste candlo
Bustos su
rival
infortunado?
s
Su presencia
el estallido de una histeria epidnca. La columna que le segua dice el autor de Brlrjrapresentaba un aspecto original y no y Gcnics verdaderamente salvaje su escolta compuesta de dragones armados de fusil y sabh, llevaba por cas-
co la parte superior
de
la
cabeza
de un
burro,
por crestn.
le
de chirip colorado y botas de potro, iban armados de lanza, carabinas, fusil sable indistintamente, con boleadoras
la cinttu'a
y enarbolaban
en
sombrero de panza de burro que usaban, una pluma de avestruz, distintivo que desde entonces
el
<!-'
\<>-
montoneros.
V sus
indios,
CAUSAS
(D
con
c-iicnKJs
armados de chuzas emplumadas, cubiertos en gran parte con pieles de tigre del Chaco y seguidos por la chusma de su tribu, cuya funcin militar
era
el
merodeo.
Mitiie
Historia
los
de Bclgrano
tomo
II. )
Estas invasiones
provincia
de
montoneros,
de una
otra, eran
casi
lo
verific
producida
al
frente de 300
Retirronse asolando
hombres disciplinados corri batirlo. al pas por ambas mrgenes del Tercero desde la Herradura hasta la Esquina, saqueando ciudades, robando mugeres y esparciendo el terror por todas partes. Eran verdadeciudades indefensas, las que hacian estos hombres
ensoberbecidos con la
prepotencia
que
la
desor-
ao veinte, Lpez y Ramrez entran Buenos Aires con sus escoltas de salvages, cuyo aspecto
el
veinte
puede considerarse en
la historia,
como un
general,
verdadero acceso de
exaltacin manaca
todos los
constituye
festacin
7(.
AFECCIONES NERVIOSAS
Briere de Boismont, una epidemia
el barrio de San Antonio, colmo cuando en ariuel dia
como llamaba
<Mi
auloga desarrollada en
Pars,
lleg
su
famoso en
Buenos Aires
revolu-
y arrojados del
ciones.
mando
tpit;
por otras
Se
cojiii)r'nl
este estado
(IrplorabU;
v.i
agravndose cada vez mas, diera mas tarde nacimiento otros fenmenos de origen nerespritu,
vioso, pero de
esta
catefjora pertenece
desarrollo relativa-
mente considerable
mas
nado
vincia
del teri-or.
de
entonces
su
mugeres,
declarada,
tenia en
su
modo de
la
en su
carcter, algo
que revelaba
afeccin.
influencia
j)erturbadoi'a
de esta
En
temperamento, agitadas por esa imaginacin fosforescente, tan propia'no solo del
quisita y pi'opia del
la poca y del clima; bien se esplica que aquellos dias de t\nta amargura, que todas
sexo sino de
esas
la
mas amplia
sus
manifestaciones
comunes
1)1
lANTi:
I.A
anarqua
numerosas en estas afecciones. Frecuentes, sin duda alguna tienen que haber sido lo que hay es que pasaran desapercibidas para la generalidad ignorante, porque al manifestarse lo haran bajo un aspecto aparentemente sin importancia, mostrndose el cuadro sintomtico en detalle como sucede amenudo. El clao histrico por ejemplo
;
temperatura proglacial
duciendo sensaciones de un
calor intenso
\ios
;
de
un
sensoriales
pasan prontamente; sino, trastornos del tacto cualquiera de esas infinitas sensaciones alucinatorias, veces tan fugaces y rpidas en la histeria.
Las perturbaciones
buirse
del
causa de otro
al
orden,
los
disgustos
domsticos,
la
tedio,
la tristeza,
&a., y entonces
razn de
atendible.
La
etiologa
es
fcil
en mi concepto.
Manuel Oribe y Aldao, con las su alcoholismo crnico este ltimo, exaltaciones de
Quiroga,
Artigas,
de los dems
mismo
origen
propagacin rpida de las afecciones cardacas durante la tirana de Rosas. El Doctor Colombres, distinguido mdico de la provincia de
Salta,
7R
AFECCIOES NEUVIOSAS
Aires, que
l
en
Buenos
las
para su tsis
la influencia
inaugural, proponindose
tenido
el
rgimen de Rosas.
el
El joven Doctor
1).
ao pasado
al
Cr-
capitales
Por lo (jue dejamos apuntado mas nrriba, fcilmente puede esplicarse esta influencia y el origen
ciones,
nervioso de semejantes perturbaque por otra parte pueden curarse una vez que la causa ha cesado de obrar, hacerse
primitivamente
orgnicas
si
persiste por
mucho
tiempo.
el
Entonces
se establece
un crculo mrbido:
cerebro
ha
influenciado primitivamente al msculo cardiaco y ste una vez enfermo, influencia su turno al encfalo,
determinando
perturbaciones que
varan en
intensidad, segini la predisposicin del individuo y la amplitud de causas de otro orden f|ue {agrega-
el
Durante la permanencia de Facundo Quiroga en Tucuman, el terror se apodera de la poblacin de una manera pavorosa. Quiroga azota por su propia mano los miembros de las principales familias, fusila
ingentes
pai-a
cundo se presenta un dia en una casa y pregimta por la sefiora un grupo de chiquillos que
nrnANTE:
la
waroiia
7*.
juegan
las
no estaba
4
.
Dle
Y
. .
quin es
el mas aiisbado contest que qu^ he estado aqu, responde Vd ? Soy Facundo Quiroga
nueces;
redondo y solo el ao pasado (es decir, dos aos despus ) ha empezado dar indicios de recobrar un poco la razn los otros echan
.El nio cae
;
tapias
(Sarmiento CivilUacion
lia
de
las
el
la noticia de muerte de su padre que ha sido fusilado y momentos despus de tan terrible anuncio, dos de sus hijos, un varn y una muger, se vuelven locos.
refiere
la
TJn joven
distinguido de
la
provincia de Buenos
que
el
sacer-
entregarle,
(
pierde la razn
Sarmiento Id).
cada
dia
emociones
dolorosas
brutales
llevando
mayor estmulo
aqullos nervios
alternativas,
mas
violencia
su
cerebros,
consiguiente, la
esplosion
de afecciones nerviosas
cin
incurables. La enteritis Tucuman y cunde por toda la poblacon una rapidez alarmante. H aqu otra
en
prueba del influjo de las acciones nerviosas. Los mdicos aseguran que no hay tratamiento, que la
enteritis
viene
de afecciones
el
enfermedad dice
autor de
Facundo contra
la
80
cual
iin
-(>
AS KNFEUMEDADES
ha hallado
remedio en
\i\
UepbHca
cuando se j)re.seiita bajo iDiiiias y circunstancias anlogas, depende de trastornos nerviosos bien estudiados ya. Es una fluxin catarral por trastornos de la inervacin vaso-motora y reconoce por causas la impresin del trio sobre el vientre y sobre los pies, las emociones morales
Ksta
entertii
larmente
durante
el
trabajo
de
la
digestin.
En
estos casos
dice
Jacoud
los
fenmenos
intesti-
nales pueden
presentar la
rapidez y duracin de
y la persistencia de las impresiones patog''nicas son los dos elementos que constituyen la mayor
Traite
r/c
Pathologtc
Inlcrnr).
que acabamos
de enumerar, no podia escapar nadie, como es lgico suponerlo, y por esto es que vemos un nmero considerable de nuestros hombres (uMebres,
sufriendo afecciones
del
cerebro,
ya orgnicas ya
puramente, y que en muchos de ellos se traducen poi- los trastornos morales intelec-
dinmicas
tuales que
adelante.
circunstancia no
casual,
sin<')
iiectisurta,
rato,
como vamos
En
los lti-
mos
perodos
de
es
su enfermedad,
sus facultades
mentales,
como
causa de las lesiones materiales que trae siempre Era lijeramente afasco, pues enla necrobiosis.
contraba con
mucha
dificultad
la
las palabras y
ha-
ba perdido completamente
memoria de algunas.
Muri de un reblandecimiento cerebral. El Dr. . Manuel J. Garda sufra tambin acceEncerrbase en su cuarto y sos de hipocondra.
ah se
entregaba la
especificacin
del
soledad, embebido
en sus
largos monlogos.
bro cuya
El General Guido
rebral.
llo
El General
Brown
el
lancolia en la que
de las de
persecuciones
se
destacaba
con
bastante
claridad.
Tuvo un
fenagenacion
pariente
consanguneo
l,
afectado
mental y
alguna,
que
El Dr. D. Vicente Lpez, autor inmortal del himno patrio, muri de una enfermedad nerviosa. Los sntomas que se me han referido, dejan entrever una afeccin la mdula con ramificaciones en el cerebro ( esclerosis en placas ). Antes de morir y durante su ltimo ataque,
delirio
le
sobrevino un
que dur
segn
me
82
lo
.A
ENFEHMEDADES
Ih-ikliijo.
ha
referidn
>ii
l'ra
lui
delirio
tranquilo,
suave
coiisjrro
I
sin
determinaciones
al
motoras
(delirio verbal).
Sentado
un lono
versaba
asunto
La memoria fuertemente
hacia
que no recor-
en los
primeros
aos
<l.
referia
con primorosa
lestai^e en la
edad adulta.
niuri<>
Don
Valentn Gome::
de una lienionajia
cerebral.
como su
hermano,
tinamente.
(Jh
accidentes epilpticos.
El General D.
El Dr. D.
"
Jardin Argentino
sia crnica y
decimiento
Deliran,
al
aquel
clebre
-
ingeniero
lis ejrcitos
de
Repblica
^3
y que despus iluminaba con antorchas vituminosas las hondanadas de la cordillera para facilitar en medio de la noche el pasaje de los torrentes,
(Sarmiento Vicia
cid Fraile
A Ida o) u
aos desel
Per y
andaba por las calles de Lima corriendo desafoLos desaires radamente y vendiendo figuritas. ingratitudes de Bolvar hicieron que en esta organizacin predispuesta sin
duda, estallara
la enfer-
medad.
El Coronel Estomba, conocido
nuestras guerras
civiles, fu
atacado de enagena-
al frente
j
(Rivera Indarte
oficiales
Rosas
sus Oposiores).
Sus
pero
los
comprendieron
el
des
por la estravagancia
de sus marchas,
cuando se
apercibieron, era
al
va tarde porque
habia entregado
enemigo.
Don
Hiplito Vicytes,
despus de
la sentencia
que contra su persona dict la Comisin Civil de Justicia, organizada por la revolucin de 15 y
16
un estado comde la
las
pleto
consecuencia
cual
muri.
Todo
bin por
el
esto se
esplica,
no solo por
causas
hemos ocupado,
sino tam-
natural
predisposicin que
engendra
diversas y mltiples
influencias.
Hay en
sbitas
pas
un marcado
de
predominio de las
Las muertes
sanguneas
s<>-
apoplegias
serosas
dice
Martin
de Moussv en su hbro
84
CAUSAS Y PREDISPOSICIONES
la
hre
Hepbca, Argentina
sucede
con
las
son
comunes y
I-
niisino
parlisis
producidas por
coDJestiones y apoplegas parciales que se observan con alguna frecuencia. Una alteracin cerebral bastante
generalizada
<
<
<
nblandecimiento
que se manifiesta aun en los estrangeros que han pasado cuarenta aos en el pas (Martin de MousY ntese bien que In generacin en que sy). precisamente en la Moussy toma estos dai
que habia vivido durante la poca de agitaciones y de fuertes sacudimientos morales del perodo de
El mismo Revolucin y de la Independencia. hace notar que en las que mas se observa, es en aquellas personas que han viajado mucho y que
la
han i>asado alternativamente de una gran actividad fsica y moral un reposo pasajero y mas
menos completo.
nota en
ral,
el
La
irritabilidad
extrema que se
tod>
"1
lite-
hace necesariamente
mas
fermedades y mas rebeldes que en cualquiera otra parte; el gran nmero de tormentas, los cambios
bruscos de
temperatura
.;-
autor de la
Descripcin Gcogmjica de
tina^
la
Confederacin Argen-
agregaremos nosotros una, cuyos efectos aun(|ue no muy intensos, son sin embargo indudables. Es Q<.{\x la influencia evidente que tienen sobre el
(terebro los vientos del Norte
11
que reinan en
el
pas-
mucha
frecuencia.
El influjo poderos
CAUSAS Y PKEISPOSICIONES
consignado
tradicin
85
eii
de muchos
aos atrs
ki
popular, lo
la
han observado
despus los
conservan
Este
hombres de
todava
ciencia y entre
ellos el inolvidable
Mossotti, cuyas
escelentes lecciones se
en la memoria de
sus
discpulos.
apreciable
maestro
lo atribula
los
cambios de
del
presin en los
lquidos del
organismo, producido
la
por
aire
las
modificaciones
que en
densidad
ria en los
manicomios
del pas,
encuentran
mas
ha sido suministrado por el Director de uno de ellos, nos recuerda un caso curioso recojido por un respetable mdico (el "Dr. Valdez) y comentado en una memoria que escribi Era este un joven de buena facon ese motivo.
este dato que nos
milia que
por
impulsiones homicidas y salia la calle sin otro objeto que el de repartir pualadas todo el que
encontraba su paso:
confes
clar que l
tomado por
la
autoridad
ingenuamente todos
no tenia
lo
.
la culpa,
enfermizos
asaltaban
vientos
irresistiblemente
cuando
reinaban
los
del Norte.
La
cosa)
observacin
del alienado
(pues no
era otra
habia sido
confirmada por el autor de la memoria, quien le habia prestado sus auxilios profesionales en otras
ocasiones anlogas.
Bajo
la influencia
86
gi>i
'
\l
>\>
ItliDISPOSICIONES
lia<
.'II
cedidas
de
fiebre larvada
\>>-
aiiti-peri-
dicos.
Mas
adelante,
las
<'ii
i'l
destinad
marcha de
insidiosidad
con
que suelen aparecer, y apunta tambin la frecuencia entre nacionales y estrangeros de las afecciones del corazn
y de los grandes vasos.
Esta
centros
predisposicin las
nerviosos,
enfermedades de los
otros mdicos
pacientes de Martin de
Moussy y de
un
de las
esperimentados
mental en
constituye
elemento
funda-
la etiologa
neurosis que
el
vamos
estudiar.
terreno, colo-
cando
al
su desarrollo, aumentando
mrbida,
y creando oportunidades que el clima, los acontecimientos polticos y sociales, y ciertos caracteres tnicos que yn )ieni(>< maiendo, liafian cada vez
mas
son
frecuente.
ios
Las enfermedades de
el
centros de inenacion
i)atrimonio de las
gor y dotadas de esa savia maravillosa que palpita en cada clula corobral. Las fuertes emociones
que esperimentau
(;n
<
-i
mI
ii-,
'iik),
que
el
el
gasto princi-
pal, traen
Lo que sucede en
organi.smo
humano se
ob.ser-
<
AL'SAS Y PREDISPOSICIONES
el
^.
va igualmente en
organismo social y
poltico
Los hombres que abusan de la vida intelectual, se crean una predisposicin marcada esas enfermedades y amenudo perecen bajo su influencia formidable. En los pueblos en quienes una civilizacin avanzada mantiene al cerebro en perpetuo
estmulo, creando esa susceptibilidad enfermiza que
propaga
el
suicidio y la locura, es
donde
las
neu-
rosis hacen
mavor nmero de
vctimas.
CAPITULO
III
LA NEUROSIS DE ROSAS
SUMARIO Los
padecimientos del cuorp y del espritu (t) Anomalas de la organizacin moral Ditesis fsicas y morales La edu-
cacin Opinin de Bruce ThompLos grandes criminales son y de otros autores Impulsiones al crimen Ejemplos notables Impulsiones homicidas Monomana impulsiva homicida Naturaleza de esta enfermedad Prdromos y Opiniones de Mausdley y otros accesos La locura moral autores sobre la locura moral Descripcin y marcha de la enfermedad Los defectos fsicos, la escrfula y el raquitismo en los loos morales El temperamento y la constitucin de Rosas Estado de su cerjebro Infancia' de Rosas Su inteligencia La lesin de una facultad en el orden moral no entraa fatalmente una lesin correlativa del orden intelectual Lepar y Cuenca Los mdicos de Rosas Sus papeles Diagnstico y pronstico Cony referencias Patogenia
clusin.
La naturaleza moral tiene sus monstruosidades como la naturaleza fsica, n individuo es incompleto bajo el
punto de
vista
el
de
su organizacin
moral,
como
otro lo es bajo
fsica.
punto de vista de su
organizacin
La mente
las
en
el
desarrollo
de sus facultades,
anomacomo las
tiene el cuerpo en el
de sus rganos.
en su captulo:
Estos principios que Moreau de Tours consigna De las injluencias de los estados
el
patolgicos sobre
Cuando digo
me
refiero al conjunto
de las funciones
cerebrales.
'.NI
i.A
!.()(
ti;
i:i.
i;\ii;n
la
predisposicin org-
men-
Hay
porque
el espritu
determinan
aspectos
j.adecimientos
los del
d'
marcha
iguales
cuerpo.
La
y herencia
sufi'imientos del
misma marcha
y recor-
mismas
trasmite la
heren-
La
herencia
de ciertas enfermedades,
la tubercu-
por ejemplo, es frecuente, y el nio nacido de padres tuberculoso-, d" iiar '! tubrculo n -n
losis
de la predisposicin
los desrendientes do
padres
que no son tuberculosos, pero que han sufrida) la el alcoholismo, pueden nacer con la ditesis tuberculosa, por que
la
enfermedad
sufi-e
al
trasmitirse,
una verdadera
transformacin.
En
cierta
manera sucede
lo
prop
monomana misma
la
romo
esto
(jue
mas
frecuentemente se oh-
lnF'encia
colateral
alcohlatras,
epilpticos,
perseguidos,
criminales
<
LA LOCURA Y EL CULMEN
\n
La
tos gneros
de criminales, es una
simple cuestin
Algunos de esos desgraciados quienes la ley condena la ltima pena como asesinos vulgares, no son sino enfermos. Aqu es donde se observe^ la accin de la herencia, la influencia mrbida deletrea de la
de fisiologa de psicologa mrbida.
organizacin de los padres sobre la de sus hijos y las transformaciones de las neuropatas de los
unos, en monstruosidades
(
morales
en
los
otros
Moreau de
Toiirs
).
han llegado convencerse que para ciertos criminales no alumbra esperanza alguna de reforma, puesto que el crimen es el
directores de prisiones,
fruto de la locura en
muchos de
ellos.
En
la
cura radicalmente
como no cura
(')
la ciruja las
tampoco cura
cancerosa.
La educacin adormece su
manifestaciones,
atempera sus
estableciendo
un
equilibrio saludable,
como calma
la teraputica las
exacerbaciones de la escrfula por medio del tnico que ayuda la naturaleza en esa lucha eterna
La enfermedad subrepente
aunque
debilitada,
pero de
bajo
insignificante,
reco
02
LA mana impulsiva
las
pcrvei'sione en-
(juilando
el
equilibrio
zando
ditesis
toda
reaccin
voluntad contra
la
los
fuerza de esa
duce
al
crimen y
en todas las
nizaciones
que casi fatalmente nla cual no hay remedio teraputicas del mundo. Estas orgapara
encuentran
en
el
caprichosas
crimen
el
de un semejante,
un placer inefa-
ble en
la
el tormento lento, pausado, en que se bebe muerte iii(<''rva]n< n-Mol(>s, la manera ^nie In
hacia Rosas.
Gall,
de trastornos psquicos.
el
de
nn dependiente
inclinaciones
al
de
botica
que
sintiendo
fuertes
verdugo
y
i
el
!
pagaba
el
asesinato, concluy por hacerse de un rico propietario irlands, que carniceros para pie le permitieran
placer
El
caballero
todas las ejecuciones de criminales y hacia toda clase de esfuerzos para colocarse cerca de la guillotina. La-Condamine, buscaba con ardor el placer de l)resenciar la agonia de los ajusticiaaos, y los libros de Pinel y de Esquirol, estn llenos de rasos
anlogos
al
Lelwin
dice
Logendn
asista
de
aquella
muger
(pie
viva
inmediaciones de Paris, y atraia con cario nios para degollarlos, salarlos y luego comerse|()<
(Mil
lili
-;(nu;iv'
fria
!!*tMH'"i'l
I.\
MANtA IMPULSIVA
que
93
Cuenta
consultado
el
venerable Esquirol,
un
dia fu
hombre como de 50 aos, de enormes msculos, de buena constitucin, y que despus de haber llevado una vida activa trabajando y recorriendo casi todos los pases de Eupor un
ropa, se habia retirado
vivir
al
tranquilo.
Estaba
poseido de una
impulsin
asesinato y durante
en una angus-
perpetua
jams desaparecia enteramente veces era una idea que ocupaba con tenacidad su espritu, pero sin inclinaciones motoras ponerla en ejecucin, una idea homicida mas bien que una impulsin. Algunas veces tomaba una intensidad grande y entonces sentia que toda su sangre se le agolpaba la cabeza, entraba en un verdadero paroxismo, esperimentaba una sensacin horrible de plenitud, un sentimiento angustioso de mal estar y de
jiero
solo
en convulsiones
;
tirbase
de
la
cama, pues casi siempre los accesos eran de noche, y despus de un rato de horrible incertidumbre terminaba el acceso derramando abundantes
lgrimas.
refiere
la historia
ra
de
72
aos de edad, en
de
muchos
medio
l)or
locos,
frecuentes
del
acceso
deses[)erados
Ha-
b tualmente
*.)1
\I\NI
IMPULSIVA
.\
<|im'. (h'(;rfipitud la habia do de abatimiento reducido la edad; pU'o de repente se levantaba con una energa e.straordinaria y echando cor\
rer saltaba
(ue
sobre la nia
gritando:
es necesario
dice Marc,
eii
su obra
De
la folie
consider(^e rlans
dotado de un carcter dulcsimo y muy sociable, acaba de constituirse en prisin en un<> di' los Atormentado asilos del barrio de San Antonio.
del
deseo de matar, se
prosterna
al pi
de
los
atroz
<l>'
lo libro
Cuando
el
enferel
mo
sentia que su
voluntad
flaqueaba bajo
im-
perio
de
esta impulsin,
corria hacia
gefe del
manos con un
uno de
nv'li"
>h'
m.
masa
la
cei-e-
que
clasi-
monomania homicida.
una forma de mana anloga las otras y en la cual el jiaciente dominado por la necesidad de matar, arma su mano, y sin vestijio alguno o d. irii\. h ^atisfac delirio, nmti
\
i
\I\NIA IMPULSIVA
la
.>r>
horrible. cida,
Es una hermana de
la
monomana
al
sui-
de
tendencia
irresistible
robo
al
incendio, es
una de
las tantas
variedades intermi-
nables y oscuras en
infinito
de
la locura.
Esta
impulsin,
que como
se
ha
visto,
es
en
ciertos individuos
causa de
abatimientos
una
fuerza
que
el
asfixia el
'
alma ahogando
hijos.
hasta
estremo incomprensible
de
puede
temible.
darse
perturbacin
mas
curiosa
No mas
Es un
retorno las
especies animales
mas
un gnero de atavismo psicolgico que nos lleva mas all del mono de las cavernas, que nos acerca al caribe, al cafre mas primitivo.
inferiores,
La monomana homicida d
posedos
de
que
habla
malignas, que
lleva
mu-
chos
El
al suicidio
asesinato.
del
cuerpo,
las
en
el
estmago,
en
el
corazn, en
manos,
en los pies mismos, y que luego sube al cerebro determinando el estallido de aquellas fuerzas comprimidas, que obligan al paciente caminar, correr precipitadamente, robar, incendiar,
clavar un
pual
en
el
pecho
del
el
delante.
Es
algo
como
Or
I.
MWIA
IMPULSIVA
le
el
per-
por que v
ingls,
matarle.
clebre alienista
esta
I
habla de un
principiaba
el
hombre en quien
(
aura
j,s,
Jomicida
los
dedos
dt-
-.
luego ganaba
pecho produciendo un sentimiento de debilidad y constriccin, en seguida subia la cabeza y determinaba una prdida completa de la
conciencia
(
citado por
Maudsley
).
esto se agre-
gaba un sacudimiento
piernas primero, despus de los brazos, y cuando aquel estaba en su mayor fuerza, era que el enfermo
En
otros
dice
el
autor de la Fisiologa
una sensacin de malestar, una especie de vrtigo de temblor invencible, como nn vago presentimiento de algo pavoroso que \a producirse; el que ha sufrido un primer ataque sabe lo que este preludio signica y si puede se precave. En esta forma de vesanias, el enfermo, despus que ha pasado el acceso, comprende la enomiidad de su delito. K\ remordimiento subsiste y una vez <|ue el sentimiento recupera sus dominios, se lamenta y se arrePor esto es que muchos piente sinceramente. recurren al suicidio como i\ un supremo recui'so. Pero liay (tra variedad de la misma especie, indudablemente mucho mas horrible. Si en la mana homicida el paciente sufre un eclipse pasagero del
Patologa del
Espritu
;i
es
de una atrofia incurable y congnita de todos los sentimientos (pie guarda el alma humana
I,
A
lo
MAMA
IMPULSIVA
Pricliart
la
97
locura
regazo.
Tal es
que llama
moral.
tal vez
La
locura moral
es la locura de Rosas
eiiageiacioii
men-
tal
vicio y
con
el
crimen, y
jeto de
que despus de haber sido por mucho tiempo oblargas controversias, ha quedado- incluida
en
el
cuadro nosolgico de
tercer
la enajenacin.
Esta
degeneracin de la naturaleza
forma
el
grupo de
las tres
que divide Krafft-Ebing las enfermedades mentales. La locura moral la constituyen esas perturbaciones
del espritu, sin delirio, sin ilusiones, sin alucinacio-
nes y cuyos sinfonas, que segn Mausdley consisten principalmente en una perversin completa de
las facultades afectivas, de las inclinaciones, senti-
mientos, costumbres, y de la conducta misma, se han observado de una manera tan clara y tan sensible
en
Juan M.
Rosas, cuya
vida afectiva
se
Todos
los
que
la
sufren viven
en
una
sello
de repugnante egosmo.
amenudo
la influencia
escusas y justificaciones que dan su conducta atrabiliaria, exaj erando ciertas cosas, aparentando
las
O^
r .,,,.,
1,;;
un colorido engaoso que los hace aparecer como vctimas de falsos informes de juicios errneos.
incapaces de dar su vida Son dice Mausdley una direccin regular, de recomocer las reglas mas
vulgares de la prudencia y del inters social, y por mas que se insista no es posible hacerles compren-
der sus faltas y sus crmenes que escusan y justiTodo les arrastra la fican de algima manera.
satisfaccin de
el instinto
han perdido
mas profundo
el
por
el
cual
~^ii
lugar inclinacio-
nes y sentimientos perversos que siempre los conLo nimo rt ducen la dcsfriK-ridii (Mmsimhv
la folie).
Kstos
dejenerados,
estn
desde su nacimiento
y atraviesan su existencia
dice Falret en
(
sos grados.
sus ascendientes, se descubren casi siempre mimcrosos ejemplos de enagenacion mental de enfer-
medades
ner\dosas diversas, y ya
veremos en
la
el
cmo escudriando
ge-
nealoja del Tirano, encontramos ejemplds sino de afecciones mentales, por lo menos de enfermedades
nerviosas.
los
si
todos
caracteres enfermizos de su raza y que desde su mas temprana edad por sus instintos perversos,
DK
I-A
neuropata DE ROSAS
99
incoercibles son
graciadamente
una plaga social, forman desun grupo mas grande de lo que puede creerse, y sus anomalas morales suelen,
mas
menos repugnantes.
la
Rosas no
trario la contextura
material y
l
belleza
varonil
un hombre
de singular
hermosura.
En
afectivas,
l el
mas
acabado
Su
que impide
el
des-
orden, que enfrena al instinto siempre bravio y tumultuoso, por medio del alto oquilibrio que impo-
ne la razn.
su organizacin y la de los dems hombres un abismo profundo abierto por esa falta completa de sentimientos, por esa tenaz persisten-
Hay
entre-
cia
en
el
crimen
por
la
ausencia absoluta
del
remordimiento..
Los grandes neurpatas como R)sas, en cuya contextura espiritual existe una atrofia tan estraordinaria del sentido moral, constituyen
todas esas
lo
el
orden psquico
que
las
el
Vienen al mundo con el germen de fsico. su locura, de esta locura temible que busca el placer en las emociones intenssimas del crimen, que
loo
cAUArTnr
el
arranca
coi-a/uii
lil)i'a
[n
iui
ijn-
i-ii
rada
lmites
la
sensibilidad
violen-
i)r\ cr.-idad
una sed insaciable que enjendra esos deseos de muerte, y buscan con aviSon dez las ocasiones propicias de satisfacerla.
para
el
naturalezas nacidas
crimen,
organizadas
para
en
el
vivir
razn
impide
el
la
formacin de los
im|)ulsos que
encuadran
minales.
alma
mas
con desesperante tranquilidad y como si verificara el acto mas natural de la vida ordinaria. Esta frial-
dad aterradora que acompaa siemprp todos sus actos forma el rasgo mas prominente de la locura inoraJy causa nica en l de esa cnica insensibili-
sii>
vctimas
No
existienjo en su conciencia
ni
.1
\.>tgio
de
un cruel remordimiento, sus deseos homicidas estaban siempre en libre y pfrpiHua efervescencia, por-
que en su cerebro habia muerto todo lo que podia resistir con xito x la fuerza temible de sus inclinaciones.
1
;i
lii'
i(l<'/
indiscutible
(1<
-i
inteligencia
inculta auncjue
vivaz,
empleada en
la
satisfaccin
DE LA neuropata DE ROSAS
101
cuanto
ellos
iiiayoi'
tuea
^u
desarrollo, porque
la utilizan
todos
en
el
nico propsito de formular proyectos criminales y en idear los* medios de darles cima.
La
barlo
lesin de
instintivo,
la
una facultad cualquiera del orden no entraa fatalmente segn parece proobservacin, una lesin correlativa del
si
orden intelectual,
la trae es
algunas veces, que pasa desapercibida y como disimulada por el lujo de manifestaciones con que se
presenta la perturbacin moral.
Para
el criterio
vul-
el delirio,
locara
moral circunscrita
crimen.
las facultades
con
el
con
el
Esta especie de
lo
monoma-
humana, como
Musdley, y otros, presenta una sintomatologa exacta y algunos datos etiolgicos precisos. Para
que en un individuo pueda manifestarse, es menester que haya en sus conmemorativos individuales y
en su genealoga,
el
antecedente de enfermedades
estados nerviosos de cualquier gnero y que la enfermedad morarl se manifieste, despus de un trastorno mental agudo cualquiera 6 desde los primeros
aos de
la cida.
el
antes que
y posea lua nocin verdadera de lo justo y de lo injusto, que la perversin moral, las estra vagancias
de
se han
no 1/0/
observado
/>/V/p
).
viciosas y criminales
si
102
liial
\
i
CARCTER
fl
ct'lt'l)!*'
iii''(lic(
afirma
do
Bicetre
sn
"ItMicia oscurece y falsea la conciencia, y la razn rn ve/ de dominar como sucede en los individuos
hft''<'
r<'n!i]lifo
If's
presta
.11
el
sil
lios.i-,
que despus han acentuado tanto su fisonoma. Inventaba tormentos jiara martirizar los animales, y
sus
jii
I-
esta
edad de
la
vida en f|ue
ijita
ni
el
]iias 1<\
'iitimiento
inhumano
lescente, consistan
en quitarle
la
piel
de alquitrn un
iMi'
cuerpo tan
dable
artsticamente formado
macizo,
se
vida salu-
la
campaa y con
l,
esos instintos de
la
mas
alma y que
V.n
todava insaciabhs.
esos
estremecimientos juveniles,
al
miI'
imizo^.
ya se presenta
Camila.
V.n la
asesino
aleve de Nhz
mirada
in<jiiitMa
ic
aipid
iiio
])recoz, batid.
al
pensamientos siniestros, y
hubirase percibido
rores y de sangre.
el
travs d
ruido tumnltuos.
jtnr la
de un coi'azon agitado
imjmcienciu de
lior-
iii
oitr;.
.1
Di:
LA neuropata de rosas
1I):>
ntegra,
ditesis
de esta enfermedad
insubordinaciones y sus actos de violencia. Conociendo los padres sus instintos perversos, su carcter rebelde y atrevido, colocronlo de mozo de
tienda bajo la direccin inflexible de un Sr. D. Ilde-
le
dia en que
se huy.
y diabluras:
tienda,
peleaba con
los
que iban
la
sesgo y agujereaba con su cuchillo los sombreros, buscando hasta en esas puerilidades una satisfac-
Despus fu enviado un establecimiento de campo, bajo las rdenes de un esclavo, capataz de la estancia, que
cin
de
sus
deseos destructores.
solia
castigarlo
severamente
imponindole
duras
penas corporales. Cuentan, que un dia, habiendo mal gastado un difiero, su padre lo llam para reprenderlo.
Rosas
lo
la fisono-
ma contrada por
pi,
Permaneca inmvil y de
hacia severos reproches
mientras
el
anciano
por su vida licenciosa y desordenada. Cuando hubo concluido, sacse precipitadamente su poncho y
la
casaca
de
que llevaba
su padre, se
rostro
retir
indecentes.
tal
Mas
regrosar
la
campana
104
AI'vACTKR
Su adolescencia
lia
sido un
continuo desorden
mas
la
y la conducta posterior no ha hecho sino acentuar los contorno- .le -i carcter, completando
la
ms
Lastimar
cabeza
echar
en
la
escremento< rn
comida de
las
de su niez,
la
ni^z
tipien
brutal
d<^
los
bro
enfermo,
sntomas
inequvoco-
una
locura moral.
que repetimos con Mausdley, estos seres son incompletos bajo ol puni de vista meneso, es
tal
Por
y alz:unas veces
fsico.
Obsrvanse
dice aquel
y
moral.
autor
ciertos
por
tinguidas
origen,
su
honorabilidad,
esta
su educacin
afectados de
imbecilidad
nadie quieren
detener
esas impulsiones
orgnicas (Maiisim.ky):
puede
decirse qninbrion
primeros
est
vajidos
1.
peligroso
libre
verificando su gesuiiion
bulliciosa,
que de
sentido moral.
Es que
(como
en muchos
.11
i:..-~:i-i
d*
imperfeccin
una imbeci-
DE LA neuropata DE ROSAS
lidad moral
lO
que
en
proporciones
mas
menos
do se ven nios
del Espirita
cios,
dice entregarse
el
una ferocidad instintiva y como ])or una propenmal inherente su naturaleza; cuando se encuentra, aunque sea remotamente, la herencia desempeando un rol activo, cuando (como en Rosas) la ''speriencia prueba q/ic el castigo no
sin al
tir/ie
iiiiigana accin
creer que se una locara moral. se dice Legrand du Saulle Esta perversidad manifiesta desde los mas tic^'nos aos por una crueldad horrible y son verdaderos monstruos mo-
zados
trata
concluye
de una
el
sabio autor
para
imbecilidad,
de
el
genio de la des-
truccin y que concentran toda su actividad intelectual en un objetivo nico: practicar el mal.
dos
fsica
por
caracteres
particulares
tan
de
inferioridad
y mental.
Es
los
fcil dice
Mausdley
reconocerlos entre
es, distinguir
En
morales, un
aspecto
familia
los
denuncia
desde
lejos.
son,
asegura que
casi
todos
raquticos,
de cabeza angulosa y
mal conformados,
Oi)
\l;
SI
11.11
muchos de ellos estn desprovistos de energa vital t/ menudo son epilpticos. Si estos caracteres materiales no se observan en Rosas, es porque como hemos dicho antes, toda la fuerza patolgica que en aquell' ncuentra disemi-
nada en
mente.
la
parte
fsica
moral,
o\^
en
t;l
pareca
riulf;!-
fuertemente
con'outi'ada
su
ronl)r(
Para Rosas,
torio,
el
las
como una
rase manifestado
delirio, la epilepsia, la
corea
metido
l)eso
el
crimen
que aliviaba
-i
cerebro de un
ellos,
enorme,
que por
de
la circunstancia
observa
el
profesor
Todos
que
1,11
los sntomas
que revela en
de
el
curso de
el
con
cuadro
la locura
moral.
(iciio-
momentos,
los estrafios
deseos que
tanto lo conmovan
vagante pero tpica y feroz, llabia veces, algo como un delirio moral inclasificable, diablico,
como cuando mandaba degollar los prisioneros indefens"comps de una media caJla de un
il
cielito
federal
citidad
cuuido
de
la
las
cuyos conductores anunciaban con gritos destemplados la venta de duraznos, y finalmente cuando
hacia
coln
i:i
1'
DE LA 'EUROPATIA DE ROSAS
locho donde
107
estaba
el
animaba un soplo de
El
vida,
para administrarle
xito de estas
bromas
brutales,
de
su
risa.
diversas y asesinaba sin distincin de sexos ni de edades, porque sentia indudablemente una sa-
Todos estos pensamientos de en su espritu de una manera indeleble casi puede decirse, se habian formado con su cerebro y lo absorbian por completo. Por eso vivi constantemente tramando el asesinato y buscando en las sombras de su alma
tisfaccin intensa.
muerte se habian
fijado
tiberiana las inspiraciones del crimen, para inventar el tormento del serrucho, el
llo
degello cuchi-
tentaciones
ho-
-u cerebro,
mizo,
estraordinario,
anos volteando cabezas y haciendo abofetear muCuando esto que podemos llamar los pajeres.
roxismos
cuarenta,
de
sil
lgubre
insania
tenia
lugar,
cincuenta, cien
mas
individuos
eran
se
apualeados
en
barrios
centrales
de
la
ciudad,
se azotaban las
108
EPILKPSI
aquellos
1,
AKV
,\
con
moos colorados de
cerebro,
tan
hornble
en
estas
rcciiordo.
La
petuamente
escenas
su
se
I
manifiesta
inolvidables
j^ara
que
haya vivido en
y bajo la presin de
qu!
t;.-i.i-
;<
<
-.< n. i..^
iiui-
responden estados patolgicos perfectamente averiguados, y estudiando su temperamento y ^11 historia clnica, puede descubrirse al virus vesnico, manifestndose en otra poca bajo li forma })robable de una cplc/)sa larvada. liosas tenia sin duda alguna un temperamento nervioso
lignas,
\
>!ifria
fuertes
atacjues
neuropticos en los
les
saltaba
caballo y
*!
campo, lanzando gritos descompasados y agitando sus brazos hasta que caa estenuado y traspirando mares. (Saumiento Ciciluacion y Barba-
rie).
Otras
veces se
entregaba arranque-
'I-
nada justificaba
objetos
y los peones de
su
pe-
estancia y los
.!.
que encontraba a su
formidables.
Todos
ellos
t(M-
niinaban,
tui
como
'' '
.xi1
dente y son iiiii de los tantos matices bajn cuales se presenta esta enfermedad. Bajo el punto
de vista zoomtico,
la epilepsia
de fenmenos
pequefo mal y
el
el
crltgo,
el
El
EIMI.KPSIA .AllVADA
lOO
I.egrand du
la
individuo afectado
Saulle
de
vrtigo
dice
goza de
salud,
cuando derrepente palidece, se detiene, interrumpe frase y con los ojos desmesuradamente abiertos y fijos, permanece casi inmvil, durante cuatro, ocho, diez mas segundos minutos; concluido el acceso lanza un profundo suspiro, y reanuda la conN ersacion interrumpida sin sospechar que ha estado enfermo. Esta es una de las maneras de manifestarse que tiene el vrtigo. El acceso incompleto pequeo mal es una manifestacin epilptica intermediaria
la
entre
el
vrtigo y
terizado por
mejor
ciertos
dicho, por
contracciones
la
involuntarias
de
El
msculos de
gran mal, es
la epilepsia
el
prdida del
los
cuales
hablan algunos historiadores contemporneos, corresponden, en mi concepto, una de las dos primeras categoras, y estn entre
el
vrtigo y
la
el
acceso
del
incompleto
(jraii
desecho completamente
la
idea
terizan.
Apesar de
el
duracin
eh'mera y de su
rapidez que
las impulsiones peligrosas y la verificacin de todos esos actos inslitos y reprensibles que come-
10
l'n.i'csi A
I.
\i;v \[v\
lia
KNjsas
laii
iicciit'iiiciiK'iiic.
l)cspu(-'S
de un solo
vertiginoso
la
de
ellos,
el
gama
delirante,
desde
la irrasibilidad
caprichosa
la exitacion turbulenta,
sur
les
epilcptiqucfi).
Las
estra vagancias
que se
manifestarse
entregan y que constituyen los distintos modos de el vrtigo, no son amenudo apreciael
criterio vulgar,
que las
loco.-.
Una muger
distribuye
monedas de oro
los tran-
su pauelo, su libro de misa, su sombrilla, y por fin termina regalando su sombiero. La gente la cree ebria, pero as que ha pasado el vrtigo, vulvela
retira
el
conocimiento, y tomando
un
<
arruaje se
avergonzada su casa.
sabio naturalista sentado en su
Un
mesa de
tra-
ii*
deshacer su ^ama y
t-ua .n
injum.'^',
mi aif
camisa.
Todos estos episodios, y muchos mas, j)orque el catlogo de las estravagancias d los epil[)ticos de esta categora es interminable, son aisos que consigna Legrand du Saulle, en su escelente Estudio-
Mdico Lngal.
Esto, aparte
de
las
impulsone.s
EPILEPSIA LARVADA
suicidas y homicidas que forman
principales tendencias.
111
Las estravagancias que encontramos en la vida de Rosas y que han sido clasificadas de pilleras^ por la psicologa poco cientfica de sus contemporneos, revelan la accin del virus epilptico y nos ayudan hacer un diagnstico restrospectivo. Con
el
vrtigo epilptico
dice
la
mismo hombre puede ser conducido mismas singularidades intelectuales, las mismas impulsiones peligrosas, los mismos actos anmalos. Con este criterio podemos esplicarnos ciertas singularidades intelectuales tan propias de Rosas y tan visibles en muchos
cmo
el
sus
mas
pueriles.
Singularidades
que revestan, no solo la forma estra vagante caracterstica, sino tambin su periodicidad: claro es que no nos referimos aquellas que en realidad solo revelan su 'astucia proverbial y que no pasan
de nimiedades sin trascendencia para
tico.
el
diagns-
Examinemos algunas de ella-^ y \ oiomo- la verdad de esta afirmacin. Rosas hizo que todos los individuos del Batalln Libre de Buenos Aires )x, compuesto de negros y mulatos y que formaba parte de su ejrcito en la Cami)aa de Crdoba en 1830, perdieran sus nombres, sustituidos por otros que su cerebro inventaba. Al efecto, dio orden de que cada soldado
ir?
se
le
i:i'ii.K!"^i
I.
\i;v \i> A
ateiira
el
parietal
diera la ceremonia de la
Una
parte
que
mismo
al
lo
panaron
Mand suspender
Til
(lia,
lermo, cuando
una
Comisin de
felicitarlo,
la
Sociedad de
Beneficencia lleg
por no recuerdo qu
Ma-
tronas de
cianas,
lo
mas
distinguido,
componan aquella
la sala
Entran
niMite,
all
haciendo cada una los cumplimientos de forma y mostrando como nunca, la mas fina y gaSe conversa largamente sobre los lante solicitud.
trabajos de la Sociedad, encarei-iudo
beneficios (|ue reporta
titucin y concluye
el el
Tirano los
dido
concurso.
largo intervalo
de silencio.
ista
-
pone
-tan
de pi y dirijiudose las
imperiosa:
Las
Llegan
ltimo y
ellas,
all
monta en una
el
de
V tomando
galope,
EPILEPSIA LAllVADA
113
caracoleando y escarceando como si realmente fuera caballo. Aquellas j)obres mugeres le seguian,
unas con mas bros que otras, segn los aos y el grado de sus fuerzas, galopando detrs de aquel gran insensato que manejaba la escoba para un
lado y otro y que le pegaba en la cabeza cual fuera efectivamente un animal duro de boca.
si
El dia que la
le
nom
br Gobernador
Provincia,
al
poraciones
marcharon
palacio
de
gobierno
Las guardias de honor se multiplicaron y no hubo individuo dice un historiador contemporneo que no le ofreciera la suya. A cada ima de estas felicitaciones^ l dirijia modestamente sus agradecimientos, encareciendo la
ofrecerle sus cumplimientos.
necesidad de que todos los ciudadanos patriotas coadyuvaran sus esfuerzos para la realizacin de la nacionalidad argentina. Hablbales de sus grandes proyectos polticos, cuya ejecucin, deca, deban dar por resultado la unin de todos los argentinos, bajo el paternal
sistema de la federacin de
bien,
los pueblos.
pero
mas
vagos unitarios y contra la idea de dar una constitucin la Provincia, contra los enemigos de la
Santa Federacin,
contra
los
tenan el cuello ele la camisa limpia. Por fin, aquel cuadro grotesco termin obligando todos los con-
la
unitaria, es
que se
l
lo
mismo
I,
os MKDirOS
iM
i:m^\=;
aiinialo>;
que traicionan
real,
la enfirmedad,
pero cuya
.significacin
es,
Sauiie,
Es-
l'odas estas estravagancias y particularidades curiosas del carcter de Rosas, corresponden, acep-
tando el neologismo de Mausdley, una mentalidad desordenada y tienen todo el carcter de la ei)ilep-
tampoco que si en el Tipasado inapercibida, aun }ara su misma familia,.es porque, segn lo afirman Legrand du Saulle, Jacoud, Kraft-Ebing y Mausdley, su existencia puedti escapar aun al ojo del mdico mismo esto es lo que sucede en muchas ocasiones, sobre todo cuando la atencin del obsia.
No debemos
olvidar
rano, la enfermedad ha
mas
llamati-
lo> las
neurosis y particularmente sobre estas variedades caprichosas de la (epilepsia que son, puede decirse,
una conquista de
la
clnica
moderna, debieron
el
ser
muy
<1
limitadas
como
es consiguiente supoin-ilo.
fjrfn
->
.
l''Ilos
p'U
piesenia,
grito,
la
caida
el
y e^sas horriblivs
del
convulsiones
que hasta en
nimo
mdico
inesplicable.
pequeo mal accesos incompletos, y sobre todo 1"- \''itL:'- <"ii <ii< maneras mullifonnes
T:<DS
MDICOS DE ROSAS
115
conocieron.
de
presentarse,
seguramente
no
liay
no
los
Lepar
fabia,
cliente habia
mil nunca la epilepsia y que atribua escasos de vida y las incomodidades que le proporcio-
naba
rios.
la
curiosos
no
de Rosas, su carcter, sus hbitos, y s solo referencias escasas en las familias que formaban
su clientela aristocrtica.
No han podido
estar tan
adelantados, y esto es natural, como para conocer la importancia de estas revelaciones y sobre todo
para saber que los accesos de vrtigos epilpticos son algunas veces tan poco acentuados que se
les
Es no-
toriodice
las
autor de
Le
crini'^ nt la
folie
que
est-
personas afectadas
consultar
mago
al
verdadera naturaleza de
Otra circunstancia
la
que
aun sin que el paciente mismo lo sospeche. (T ROUSSEAU Clnica Medica del Hotel-Dieu.) Delasiauve y otros aufores que han escrito sobre
lidad
ha podido descubrirla.
11''
TRANSFORMACIO
el estado de perturbacin sensitiva
Ahora bien
de su loviril
(|iif
cura moralf
haya
padecido de
pues
flitos
.i
solo se refieren
la
<ii
ado-
Evidentemente,
neurosis se
lia
mani-
vrtigo y
el
iicquco mal;
go se muestra enardecida y maligna 'ii <1 i-'-t de su vida. Entonces sucedi(') ! jiif mi observado
\
(MI
la
ii
ciencia:
la
<pilepsia
cin'
locura afectiva.
duo
en
(|uien
la
minado
tinamente
al
hacia
atacado
de
una
invencible
inclinacin
Mausdley cita el caso de un homy dos ailos que en su juventud habia sufrido accesos epilpticos y que despus de curar, qued sugeto ataques peridicos de exaltaciones que se traducan siempre por inclinahomicidio.
bre de sesenta
ciones
la
^iolentas
al
homicidio.
Delasiauve
refiere
d-'
historia
de
mi joven
perteneciente
una
de Francia, i)rimorosament'
educado y con una inteligencia nada comn, que fu condenado prisin por pobos repetidos. Despus de permanecer all nnicho tiempo fu conducido
evidente
la
prueba
que
los sntoma!"
el
d*
lortira
nifestados eran
produc
DE LA EPILEPSIA
habia
-''.
117
Esquiml en
cesado y
un
paisano nacido en Krumbach, de veinte y seis aos y que los ocho habia principiado sufrir ataques epilpticos; los diez el carcter de stos
cimbi completamente; en vez del acceso convulsivo,^estc
asesinato.
Yo he
Saulle
treinta
conocido un
tal
C.
.
.
dice
Legrand du
en
su Estudio
cias
sobre
los
epilpticos
de
por
graves
que
destruccin.
C... no
deros ataques.
enfermedades de otro orden, que abandonan un rgano y huyen otro produciendo trastornos durables fugaces segn la importancia del aparato en que van situarse. Cuando la erupcin escarlatinosa
causa del do
cerebro, los
al
rion,
trastornan-
completamente
As,
sus
funciones.
El
aparato
ley pato-
nervioso
lgica.
no escapa tampoco
esta
118
TRANSFORMACIN
locura de los msculos,
.
una
luia
epilepsia
convulsiva desaparecen,
reem[)l/alas 'en
muchas
de los rganos de
la inteligencia
msculos sino del espritu, como lo observa muy bien el medico lejista de la Universidad de Londres. De a|u pn^viene afirma arpiel sj^io y espermentado autor que en ciertos casos la perturbacin pasa rpidamente de los centros de una
categoria
los
de
la
otra,
cesando
los
sntomas
otro orden.
una violenta neuralgia para ser reemplazada ataque de locura de cualquier forma: aqu so ha i)ro(hicido una verdadera emigracin de las
fiierto
(ondiciones
dice
Mausdley,
movimiento
la
espritu
bien
de determinar
cura.
Esto
j)rueba
que
fsica
la
especie
la
de alteracin
funcio-
mrbida, condicin
es parecida
I
de
alteracin
motoros v sensoriales
rastornos.
'im-
nigendra
el
lina piTturbacion determinada ptuLa id-' mismo mecanismo, no puede ser mas evidente
1'
en Rosas.
vrtigos,
la
Al cesar
cho
estall,
por
na
DE LA EPILEPSIA
119
rganos sensitivos.
iianto
esto es tanto
mas
evidente,
fre-
cuentes cuanto
seutcn los
mas
leves
en
apariencia se pre-
sntomas
epilpticos.
la
cusin,
sea hidioptica,
en
y desordenado.
Ha
penumbra sembrando el desorden y la anarqua all donde sentaba su mano. En lucha abierta
dice y con la sociedad entera Falret, describiendo un caso de locura moral ha
familia
con
su
el
^dio y
la repulsin
mas
una
profunda.
vida
vagabunda
oscapando por
haciendo gala
mas
visible la aridez
estupenda de
su
alma, convirtiendo en
el
No hay nada
rastro
en
de un
sentimiento
destello de
<l' sas que aunque momentneamente hasta en alma bravia de Cmodo y de Facundo.
brillado
En qu momento de
su vida se
vislumbra un
amor
filial
TRANSFORMACIN
lia
(luindo
mar
el
organismo
(iste hombre, la idea una locura moral no puede repugnar al espritu. Bajo el amparo de su mano se ha aii-aucado la
piel
de los cadveres
insepultos y se han
hecho
maneas y bozales para su uso (Rivera Ixdarte Rosas y sits Opositores.) Se ha comido la carne humana y se ha castigado con puado
la
d(?
muerte
tierra
al
sobre
cadver abandonado
soldados
pw.
(Rivera Indartc).
l*'n
CJrdoba
iiizo
degollar trescientos
]>risoneros,
Va\ el
Cuartel de
(,'uitifio
si
iisiiaba
^..
de
Algunos de ellos, vivos aun dice un historiador de la poca se alzaban en los carros que los conduelan al cementei'io y otros al borde de la zanja que se abri cerca de la Recoleta, pai'a enterrarlos. All
de
el
placer do acabarlos
desgraciados
haci;
orrible
Tenia
renla, en
diu--
h'ri"ibli'>,
ijmhi>
(mm
-i
////
fna-
Di;
i.
A EPILEPSIA
l^^i
cambios
polticos, sin
perdidas
ni
conspiraciones descubiertas,
de una manera inslita, como era natural que sU' cediera, puesto que esas impulsiones nacan espontneamente en su cerebro,
jugar.
accesos y la cuchilla y el serrucho comenzaban Tenia perodos de exacervacion y de calma, horas de fiebre maligna en que su cabeza
agitada
el
nado arrastrndolo
con un en-
Xo
era
la
clera la que
provocaba estos
imnio
pulsos lamentables.
Qu
Qu
sta ica
..
...
alma
la pre-
de su
hija,
de su
noble
madre de sus
orgnicas, so-
i<M*manos?
por impulsiones ocultas y poderosas que obedeca sin repugnaca y hasta con placer. Ordinariamente mataba sin que ningn sntoma objetivo
hiciera presentir esos vrtigos de lascivia homicida
el
color
el
de
la
piel es
oscuro,
pulso lleno y
duro, y
cuerpo
entra
1^'^
SNTOMAS
estado de temblor
libre
(MI
lili
convulsivo.
Pero Rosa-^
angustioso,
estaba
de este
la
sentimiento tan
[)orjue es
mas
imiulsivas
sereii",
-iii
que en
fria
locura mora'.
i
Mostrbase
contemplan-
[)esares, -d
inMidiniientos,
do sangre
las
vctimas prximas
espiar
dio
un
jM)!-
alto funcionario
un
|iiv-(),
sintetiza
hombre dijo
es
para
(Dia-
Rosas dice
das de
le
la
vila d;
asesiuj,
insultndole
en
ij
(livHKv IxDAiiTK
Mil
Rosas
su
SUS Oposiorcs).
y
mil
ochocientos
treinta
ocho
agrega
l,ii
<'l
autor
citado
espir
de
inquieta
mujer.
-u-
ltimos
res
la
momentos se
ni
vio rodeada, no
de profesoni
dolores
de su cuerpo,
sino de
de
amistad,
la religin^
una
prefini-
da y
Hilos
veces desgarraba
la voz satrica
los oidos
pobre
Mif<M-ma,
de su marido
Ea.'y
(jue
gritaba alguno
de los locos:
ella
acustate con
Encarna*
quiere
y consulala un poco.
y
pidi
La
nfeli/
>
sinti
morir
un
padre para
confesai*se.
Rosas se lo neg pretestando que su mujer sabia muchas cosos de lu Federacin y que podia
Y EPISODIOS
lrselas al
fraile.
'I
-I
VIDA
12o
Cuando
lo.
avisaron
que habla
espirado,
mand
los
puesto
le
debajo de
cadver,
tal
torpeza, que
haber
fin ido
impiedad y revel
escena infernal en
que habia
'
encerr
en
su
lloraba
gritos la
muerte
de
su Encarnacin.
dolor,
En algunos
la
tada uno de aquellos y con voz doliente pregunest la herona? Est sentada
diestra de Dios
Padre Todo-'^ioderoso,
llorar.
res-
E>la uie/cla
horrible
de
la
burla
t'erucidad
frecuentes en
sa vida.
dada con los estigmas de una inferioridad moral Bruce-Thompson, que por su posicin def)lorable. de mdico de las prisiones de Escocia, ha podido
estudiar cientos de
nocido
ninguno
dotado del
mas
leve sentimiento
de
lo bello.
pal-
jta
124
SNTOMAS
Esa>
en
el
iii5iiia>
>iiiii^-.iriiiie!il!
alc^jr'.^
lUc
cruzan
gro-
escenario
de
su tirana,
mdico.
ti(Mion
tambin su
perfiles
parte en
este proceso
!j>-
esos ras-
gos conocidos
tico.
ya,
dan
la evidencia
del
diagns-
Ensebio, Vign y toda esa cohorte de imbciles que abofeteaba en -u- horas de. recrea >
para montarlos con espuelas; esos dementes incurables como el Loco de la Federacin^ quien
hacia arrancar los
pinzas, dejan
por medio de
El
que desempcai'on en su vida todos Ensebio asisde noche los cuarteles, hacia que le formaran
al
la
guardia y
Cabildo,
el
gritaba echando el arma al hombro: Cabo de guardia, el Sr. Gobernador y la tropa bata marcha y presentaba - i- ;tiiii;i<. Lo que comunmente se llama las diahlwxts de Rocentinela
afpicllas
Mandar Ense-
bio que se calzara un par de botas llenos de br.\latigazos al imbcil Vigu A comerse una media docena de sandas, dvertirsi* en darle de puetazos en la boca y en el vientre, .11 .1 juego brutal de la injlada y hacerlo sentar
V Episodios de su vida
sin calzones sobre
125
un hormiguero, hasta
que huera
el
biera
tal
Rosas est pintado en todas ellas. Gira en una donde la naturaleza humana camina sin el apoyo de la razn, que en el orden moral es el equilibrio de las facultades segn decia Augusto Comte. No vivia en esa zona misteriosa de que habla IVIausdley y en uno de cuyos bordes se v la perversidad predominando sobre la locura, mientras que en el opuesto la perversidad es menor y la locura domina. Rosas estaba francamente afectado de una locara moral en toda su horrible
rbita en
[)kMiitud.
Princi[)i
manifestarse en
su juventud
bigotes
despus
pblicamente, haciendo
pintar
Sr.
en la casa de
presen-
tndose en
tos Polticos (j Literarios) y organizando bandas de hombres feroces que tenian la misin de tuzar
las
os
cabezas
Kosas hacia bailar su hija y sus generales con negras y mulatas en la Alameda y en las plazuelas de las iglesias, y representaba con sus bufones farsas indecentes y obcenas parodiando las
cosas
mas
serias,
sin
(Lamas dem,
idem.)
126
propiabrales
V
<
SNTOMAS
asi
patognomnicas de estados cereanlogos al suyo. Lasegue ha refer-ido en la Gacela de los Ifospilalcs un nmero considerable de ejemplos. Individuos, muchos de
especiales,
que apesar de su posicin y de las consecuencias que necesariamente producan semejantes atentados, se entregaban con verdadero placer
ellos
manejos reducidos, bueno es decirlo, la exhibicin pasiva de sus rganos genitales. Otros otra cosa que salirse (jiic como Rosas no hacian
estos
camisa y calzoncillos la sala, al patio la i)laza misma, siempre que hubie/'a espectadores. Mai (Vase la Ga:^elle des Ilopitaur nm. 51
011
libro
sobre
li.i
idntico-
menos
cnriosos.
proceso.
Las estravagancias
<|ue pintara las
como
aquella
de
obligar
de sus casas
del
mismo
color,
como
signo
de
esterminio,
ipiedan
muy
atrs
de
ese
o\
meter vivo
mi
nn tonel
fii(ro,
lleno
de
alquitrn,
|?.i<lii..ii.'/
)>ai*a lueg^
prciubM-lc
al
c^p""!'!
de
Eguila/..
a(]uel
tiempo,
encontrar
las
los puestos
de los mercados,
colgadas y adornadas de penjil y de cintas azules. A los ancianos y venerables sacerdotes Cabrera, Fri:i\
Nillafafie
los
hi/.o
fii-il
'--i-
V EPISODIOS DK
delicia
el
SI!
VIDA
127
placer y les
la
mand
efe la
toda
parte
la piel
de las manos y
en
seguida los
mand
al
banquillo.
les
mellado,
se
una existencia atroz, viviendo enpodredumbre y obligndolos, entre otras cosas, trabajar arrancando troncos
tre los
animales y
, outraf/es, ele, etc., par Vctor Barrant.) Rosas dice el Sr. Lamas, quien copiamos teslualmente tenia sus goces en la agona lenta y l)rolongada de esos mseros prisioneros, que en cada ruido que [)ercibian t^ean distinguir el paso y la voz del que iba a degollarlos, que bebian lentamente la muerte, que presenciaban transidos de horror el degello del amigo del hermano y que
<*reian
al
sentir
cada momento
el
fiin
del nicliillo
introducirse en su carne.
La
institucin
cutada
lentamente y
el
con
cuchillo de
poco corte
buscando
la
para
supremo, y Rosas, que ha mostrado una fecundidiablica para inventar el tormento, hacia acompaar las ejecuciones con una msica pavo-
dad
128
SNTOMAS
Las orejas
nero
del coronel
Borda, que
cay prisio-
de
en una bandeja de
no de su sala
(
T/ic Brannian,
nm.
4,
Juniu
'2b
de 1842).
perifiiL'-
de 20 aos,
una de
el
que habia
cometido
delito
de enamorarse de un clrigo,
fu traida de
estaba escondido,
hizo bautizar
dita
jiMi"
nio,
<li'
introduciendo
la
el
la
l)()('a
iiiadii'.
A
1
.'-i.i
burla la llam
el bautisiiio
federal
No
su r>pi-
ritu atrabiliario,
intermedias
como
los
sntomas de una
-.
n-
timicnto
mas
terror.
cercano al miod<
mismo,
sino
el
Kn
tello
de
virilidad sino
1
qu(^
-<
mostr anonadado,
mas innoble pavor, por la mas dcprimidn !! degradante cobarda. Tuvo miedo, pero ese mied<
depresivo y enfermizo que invade los alucinados, cuando por delante de sus ojos absortos, cruzan
Y EPISODIOS DE SU VIDA
esas
129
sombras silenciosas y amenazadoras, esos enormes fantasmas que crispan sus nervios; cuando sienten la frialdad de la cuchilla imagiiiaria que se introduce en su carne determinando los accesos. Bajo la influencia de causas relativamente insignificantes, caa en estos paroxismos de terror, que
respondan evidentemente estados particulares de
su cerebro.
En
1828,
despus
de
la
jornada de
Navarro, en que el gobernador Borrego fu vencido, huy solo, en alas del miedo, refugiarse Santa F; lleg all asustado y tembloroso, y apesar de los esfuerzos de Lpez, no pudo volver la tranquilidad su espritu profundamente conturbado. Era tal su depresin moral, que solicit y rog al general Lavalle le otorgase garantas y un pasaporte para irse Estados-U)iidos (Lamas Agresiones de Rosas). Estamos seguros "que si entonces Lavalle se presenta las puertas de Santa-F, Rosas hubiera cado en un acceso de exaltacin manaca aguda, producido por una fuerte emocin moral.
En
1833 se
repiti<3
la
misma
de un
escena.
Fu invaejrcito.
de encontrarse
al
frente
poderoso
Entonces escribi sus amigos, aterrorizado^ lloroso y suplicante, para que le permitieran salir del pas abandonndolo todo. En 1839, cuando estall la clebre revolucin del Sud, repitise de nuevo
afectando una forma horrible y desapareciendo despus para dar lugar un verdadero acceso de furor
en
que pretendi manchar la reputacin intachable de su propia madre con una calumnia atroz
el
(Vase: Rivera
Isdxhte Rosas y
sus opositores).
irO
En
una
a
influencia de las
emociones
fuertes,
entrevemos ya
la
predisposicin moral
seria
enagenacion
espritu
;'i
las
oscilaciones
perpetuas del
pupila del
que
confusos.
La
dice este sabio autor, se estrecha entonces y el nico objeto porque se deja atravesar, es ese dolor
moral que se apodera fuertemente del alma pasando solo, al estado de conciencia. En razn de esta concentracin misma, agrega el profesor de Zurich,
todas las percepciones son tristes y penosas ; hbil para proporcionarse tormeritos y solamente ocupado
en su dolor,
resan,
el
la
ma-
que
engendra
de
la
mas
leve impresin
iiis(')lito<.
.
eran
no
necesitamos
nico, iintan
para
complementar
bada desde su
bles
Si
formaran p
im
Rosas no ha suido
particularmente
la
la
neurosis que
buimos,
su vida,
en aquellos perodos
do
naturaleza
humana
c^ ncomjirM)sbU\
CAPITULO IV
CAUSAS
QUE HAN DETERMINADO EN ROSAS
LA NEUROSIS
SUMARIO Etiologa
de las perturbaciones cerebrales Causas morales y causas fsicas Rol de la herencia Opiniones de Buckner Ha^kel Virchow, etc. La genealoga de Rosas Herencia materna Carcter de la madre de Rosas Su temperamento Carcter de los hereditarios Transformaciones de las enlermedades nerviosas El crneo de Rosas Causas determinantes Traumatismo del crneo Alecciones los rganos gnito-urinarios Clicos nefrticos Influencia de estas afecciones sobre el carcter O|)iuiones de Augusto Mercier y de otros autores Con-
clusin.
la abolicin
mas
menos completa de
Su gnesis
lo
la
i)ersonalidad
humana, en
sus manifestaciones
morales intelectuales.
han buscado los patologistas de en el agregado fsico, en la fuerza que preside sus movimientos y sus
todos los tiempos,
manifestaciones
el
variadas.
El corazn,
el
cerebro,
mismo estmago que el rgano presidencial de la respiracin, todos los rgano> nTi^> foi-man la mquina animal, puehgado,
el
y los
intestinos, lo
132
KTIOLOJIA
den tener gu parte en este engendro diablico que sepulta la razn en las regiones oscuras de un
ensueo eterno.
La mayora de
ciertos
estados
perturban
regular,
ma
ya depri-
trastornando la
guneo, el
clera,
la
tisis
pulmonar, las
fiebres
tancia materna
picios
paii
-II
invasin,
que
la
heremi
cualquiera de
dad do intervenii'. Obran adems cu d rdcu tsico \ v\,....> lucales, toda causa que influya directamente sobre el
encfalo,
princii)al
motoi-
de
la
\i(la,
>>
<[\\i^
haga distancia y simpticamente; como generales, la anemia, el onanismo y las prdidas seminaleS) las
tifoidea;
ditesis
dartrosa y reumtica,
la
la fiebre
como
el
fisiolgicas,
;
miMistruacion,
embarazo,
de
el
parto
como causas
el
especficas, las
belladona,
el
opio
canabis ndica.
En
fuertes, el
la
orden moral y como ocasionales, las emociones desborde de las pasiones, los disgustos,
imitacin;
como predisponentes
generales,
la
civilizacin,
tos polticos;
sexo,
'i\il
la edad, lo
'If
la-
persona-,
profesio:
FTioi.r).ii\
1::
educad' ii.
el
Que
estas
iulliKiicia^
clitjlogicas
autor de
quieu
tomamos
estos prrafos
obren
dicii
aisladamente, es
muy
raro, lo
mas menudo
se
causas
unin no
accin. (SMiC
maladies
la la
mentales.)
mayor fuerza y en
duda
de
la
locura
sabios,
la
atencin
de los
es sin
la herencia,
desesperacin de
los mdicos y en virtud del cual el nio nace con el carcter, con las inclinaciones, con las disposi-
ciones patolgicas,
Hace aos un
la
hombre grande en
esplicativa,
los anales
de
medicina,
el
atrevida,
aunque poco
la
de que
el
cuerla
po del padre y de
res
madre comunicaban
,
que de
ellos
provenan
cierto
movimiento
y
material de una
naturaleza
indeterminada
muerte.
que
cesaba
HiEckel,
nicamente
el
con
la
Mas
la
tarde,
apreciable
los
autor
general de
organismos,
por esta
opinin,
sosteniendo
para
esplicar
los
fenmenos infinitamente variados y complejos de la herencia, que la evolucin completa del individuo es un encadenamiento continuo de movimien-
l:U
l.A
IIEUFA'CIA
dnl
MATEUNA
tos molocularos
su tenuidad
el
infinita,
se encuentra en
poco satisfactonas, han dejado la cuestin casi en el mismo terreno, envuelta en los mismos misterios y oscuridades
de antes.
observaciones reunidas hasta
Sin
embargo,
afirmar
las
paia
cpie las
disposiciones
<1
(espritu,
tendencias,
etc., etc.,
adquiridas
(}ue
nativas, se helas
facilidad
disposiciones
memoria,
la
imaginacin.
inteligen-
suelen pasar
todas, de
padres
las
hijos,
de
la
se
trasmiten
facultades
particularidades
de
la
viswn,
el
nes 6 imperfecciones
mas
df
la
herencia
<mi
produccin de las
perturbaciones mentales,
<-
un hecho comprobado por los trabajos estadsticos de los alienistas modernos. Y es tal su importancia, dice Legrand du SauUe, que cada vez que
por
etiologa cia
marcha del estudio hemos llegado la de una de estas perturbaciones, la herense ha presentado en primera lnea. Sucede
la
menudo que
de
(stas afec-
ciones son lijoras y cuando circunstancias, insignificantes en aj>arienoa, determinan en ciertos sujetos
LA HERENCIA MATERNA
la
135
la
peque-
autor
trasmisin
similar,
hereditaria
no
se
hace de
una manera
sino
que es esencialmente
polimorfa y la regla general es que las afecciones de este gnero se transformen al trasmitirlas. Un
padre nna madre epilpticos, escntricos espueden engendrar hijos alienados travagantes
,
idiotas,
alcoholistas
etc.,
etc.
Para comprender
bien estas trasmisiones polimorfas es preciso considerar las afecciones mentales y las grandes
neurosis
especie.
formas
de
pro-
relaciones direc-
es
decir,
que
lo
que generalmente
locura, tienen
se llama
de
espritu
relaciones
estrechas y no son sino variedades de un mismo tipo. (Legrand du Saulle, loe. cit.)
que evidentemente suceda en Rosas cuyo estado anmalo pareca, con ciertas transformaciones, heredado por lfea materna, que es lo que mas frecuentemente se observa siempre que
Esto era
lo
en los
cualquiera
de
130
LA MAUUK DK llOSAs
Delirio de las
icrsccucioncs, sean
aquellos
neurpatas, personas
sionadas, histricas,
1
epilpticas,
suicidas,
alcoho-
islas locos
verdaderos.
Insisto en esto
porque
he
vislumbrado
en
el
carcter
de
la
madre de
Esta seora,
matrona respetable por muchos conceptos, era persona de un temperamento emineuemonte nervioso y exaltado hasta donde puede })ermitirlo la sensibilidad esquisita de su sexo; una organizacin
dotada de una actividad escesiva y ,i-i febril, con una movilidad de espritu francamente neuroptica.
(
lije-
accionaba
con
virilidad
la
en los
\i\acidad de
su rostro, en su andar frme y resuelto y hasta en los destellos de sus ojos brillantes y convulsivos,
poda descubrirse una
naturaleza
llena de
vida y
efervescencias indomables
que
abre
manf<starones
se
vaporoso del
herida con
histerismo, en que
siente
fuerza por
el
rayo
de luz mas plido, en que por la exajeracioii inslita de su potencia emocional, siente la mujer esos
espasmos dolorosos y se estremece hasta su ltima libra al menor ruidb, con el mas leve movimiento de
espritu,
un
objeto.
Modalidad singular de su
su CRACTElv Y TEMPERAMENTO
137
colorido
en
su organizacin
arrebatada por un
influjo
la afectividad,
exigencias
ojo
cual
el
menos
esperimentado
descubrirla
el
estado de escitacion
enfermiza de que hablan los autores. Encontrbase poseda de un deseo entrao de ocuparse de muchos asuntos la vez, de emprenderlo todo sin
concluir nada, de
una actividad incesante, de una esjecie de movimiento continuo, anlogo ese vaivn agitado que se apodera de la aguja de un pndulo cuando ha desaparecido el disco que regula su marcha.
Una ancdota que me ha sido referida por una persona ligada su familia y de cuya veracidad no puedo dudar, dar una idea de su carcter esciUn dia se presenta en table, violento y varonil.
su
casa un Comisario
los
de Polica con de
su
lo
el
objeto de
espropiar
caballos
fin.
carruage
para
no
recuerdo que
ficarle
La seora
recibe y al signi-
aquel el objeto de su visita, monta en clera negndose redondamente hacerle la entrega. El Comisario insiste, y como intentara emplear la
fuerza, la seora
inmediatas,
toma un par de
la
Aquel
mano.
Otro
episodio
me
es conocido,
tomado
tarde,
de las
Una
compra
.^
LA MADIIB DE ROSAS
algnnos objetos, que dej apartados
MI
lina tienda
cuando regrosara su casa. Moellos y se impone con sorpresa que el tendero los ha vendido. Los he
para
llevarlos
dice
le
ste,
viendo
la
'inf
\'(1.
ii<
volva
Soy
el
sorda,
responde
seora,
colocando en
odo la
la
mano derecha
Vd.
>u cabeza y
labra,
lencia.
bondad de acercarse mas. El tendero acerca antes que hubiera articulado la pauna feroz bofetada le hacia purgar su insola
clera,
la
subre
mado
la
agregadas estos -II carcter estravagante, nos han llaatencin, llevndonos buscar en la
que
vivia,
mas
Estas esplosiones de
la sensibilidad,
no serian
salud y la enfermedad que Lorry llamaba la capiexia nerviosa y Pomme la fiebre nerviosa? 4 No seria la neuropata
proteiforme de Cerice,
di'as la
el
neuropasmia de Brachet? Indudablemente habia mucho de enfermi esas actividades estrafias, puesto que, segn Logi'and
la
exajeracion
du Saulle, este estado no es otra cosa que patolgica del temperamento nerAlgo mas en mi coricepto; estaba
all
vioso.
el
visible
mltiph'-
-.
SU'CARACTER Y TEMPERAMENTO
130
mente una mujer estra vagante y exaltada y r<\n se ha reproducido dice el eminente autor del Facundo en Don Juan Manuel y dos de sus hermanos. Tenia un carcter duro y ttrico y se hacia servir el mate de rodillas con las negritas esclavas que criaba. Estos datos que veo consignados en
pgina 179 de Civilizacin y Barbarie, me los ha corroborado el Dr. 1). Vicente F. Lpez, cuya
la
madre, aunque en
aquella seora.
dinaria de
grado lejano, es
la
pariente
de
par de
sin
su dureza
estraor-
embargo, y en un estado de exaltacin propio de su temperamento, sentimientos completamente opuestos, porque era
carcter, tenia
caritativa, solcita
ta
y para quienes fu, segn se refiere, una verdadera pro\idencia. Frecuentemente este dato como un complemento (y consigno
dinero y ropas
al
diagnstico),
veasele
atada
la
cabeza con un
ancho pauelo de
repetidas cefalalgias.
gerla
men de
entidades
ma-
la enfermedad, mas an, cuando germen es fecundado en la descendencia />or elementos morbosos nuevos. (Legrand du Saulle.) Siempre que encontris en una familia uno de estos miembros gangrenados dice Moren de Tours
nera propicia
el
una de
ciosas,
de estos seres
la
prila
meros aos
deshonra
de
sus
menudo
ho-
140
norabilidad
dobieraii
lui cicio
nearoptico oculto
Encon-
una do
o^tas
afecciones nerviosas
comunes como la locura, la histeria, las enfermedades convulsivas, bajo cualquiera forma, grave
tan
<)
ligera, las
lesiones de
los
centros nerviosos, de
la
mdula
espinal, etc.
Hay
combina y transforma de manera que })uedcn pasar por una serie compleja de metamorfosis, y no es estrano, como antes h*
dicho
apoyndome en
la
palabra
,
respetabl
todos estos
minal,
grandes maestros
paraltico,
,
qu(i
de personas
nazca un
cri-
etc.,
un
etc.,
siendo jirecisamente
por lnea
materna
)or
dondn es
mas
frecuente
\-
La madre
tendencia
trasmite
enfermiza,
ces
simplemente
ser del
esta
este
modo de
organismo que lo pone en mejores condiciones para recibir las impresiones mi*bidas y para reaccionar en favor de
ellas,
>\
modo
particular que
llamamos predisposicin;
Saulle).
la
otras,
dola (Legrand du
l'!l
rol
na
trasmisin de
rios,
feniiKii"-
patolgicos hereditaavriguad
est
hoy
completamente
sobre
necesitamos
insistir
manera
general, dice
toilo
toda cansa,
ag(Mite
nioi-al,
141
poder de sobreescitar y de perturbar sobreescitando la fuerza vital dinmica de los centros ner\1osos en los padres, puede desarrollar en los hijos desrdenes anlogos mas menos intensos.
rasgos que marcan
trasmisiones en
Ahora
el
bien, estudiando
los
los autores
como signos de
estas
orden afectivo y en el orden moral y comparndolos con los que en este sentido revelaba en su carcter Don Juan Manuel, no dejar de sorprender
s,
la
curiosa semejanza
tal
punto
que
al
vinando
silueta.
los
duros
contornos
agi-
que
mayora de
su
los hereditarios
llevan
ellos
pal-
pitantes en
las
carcter.
Casi
todos
tienen
facultades
afectivas
profundamente
hijos,
alteradas
malos esposos, jiadres indiferentes, fros, insensibles todos los doloiN^s (lo la tierra, todo lo que no les toca directamente- presuntuosos aunque afectan mucha modestia, rasgo que era proverbial en el hombre de Palermo y que ha dado origen tradiciones curiosas. Dspotas violentos, dice Legrand
du Saulle, no sufren nunca contradiccin alguna, envidian los honores y desean la riqueza de todos.
brutales, y les
mas
:
fieles
amigos y servi-
142
tos elevadri,
jiaiiioii-unj
el
honor.
la
Toda
inters
moral
se
la
resume
el
para
y
-1
ell'
particular;
hipocresa
engao
les
parece
muy
naturales desde
Cnicos
(como
accin
toda
los
goces del
y son
hogar,
dulzuras de la
afeccin, hacen
siempre
la
desgracia
de
su familia
ame-
nudo su deshonra
hercditairc.)
(Lkgrand
du Savlle
el
Folie
casos, dice
autor del
clnico de la Epilepsia,
en
porque en
modo
las ocultan
sntomas
mas
graves y de otro orden. Pero se ven otros, agrega, en quienes las perturbaciones afectivas predo-
minan de
una
manera
\^y
completa
jxM'turbaciones
caracterizada-
ciertos
estado-^
Mla
(exaltacin
perversin de
sensibilidad
Hsos actos (le verdadera locura moral (pie e .... ecmos en la vida de Rosas, acpiellas infladas al
i
' '
Ensebio,
todas
i'sas la
bi'omas infernales de que era teati-o Palermo y Casa de Gobierno, son estravagancias que
autor arriba mencionado,
-^
segn
el
in aniliestan
como
'
si
i
Mstrados
j)..i'
ni.:
''
''
EL CRNEO DE KOSAS
SU
organizacin
143
anmala: ninguna concepcin delirante provoca estos actos, ninguna incoherencia (Leguand du Saulle en el discurso las esplica
.
loe.
cit.,)
Su
naturaleza, dice
el
mismo
,
autor,
es
son
puerili-
dades
nales.
insignificantes
absurdos
estravagancias
crimi-
forma de su cabeza habia condiciones orgnicas que favorecian la produccin de su imbecilidad moral. Su crneo, aunque no era visi-
Hasta en
la
blemente
muy
ha descubierto que en
suturas
menos
se
el
perfectibles, las
anteriores
del crneo
es decir,
que
crecimiento de los
lbulos
anteriores del
cerebro
se detiene
las razas
antes
que
el
de
el
los posteriores.
En
superiores,
por
contrario, la osificaoccipitales y
cuando estas estn ya definitivamente cerradas, y terminado el crecimiento de los lbulos posteriores,
las frontales, todava abiertas,
permiten
al
cerebro
estn en
desarrollar sus
lbulos
anteriores
que
mas
dimiento.
Era
una
nocin vulgar
en
la ciencia
que
el
en relacin con
espi-itu,
cuiuido
144
relacin por la
11.
llNEO DE ROSAS
cedimiento
ha revelado
lectuales
inte-
de
razas
humanas.
Las
menos
facial
perfectibles
son las
las
se
encuentran
relativo
desarrollados
lbulos
Para determinar
anterior
desarro-
parte
y posterior del
cerebro,
estudio comparativo
aplicarse al
embargo
que
de
De
estos
estudios
iiinuuii^
-n
hombres
bro est
distinguidos
la regin
mucho mas
hom
bres vulgares, la
i)arte poster<M,
contraria
solo de una
manera
rela-
Y
las
bien,
estudiemos
el
cmo
alma
dtj
el
occipital
en
una palabra,
anterior'-.
estn
desarrolladas
He examinado ochenta y
pertenecientes la
hermosa coleccin
,
muchsimos de perfil debidos al pincel de Carrandi, y tomarlos del natuml '|ii<' paseaban -i .'1 carro y coloentre ellocaban en los altares, que es de mano maestra
;
Lamas
de Morel,
iududablemciit'
l'.l
nt^tihj
fari;il
'
'
jr
V.L
CRNEO DE ROSAS
superficial
ir>
que basta un
derlo.
examen
para comprenes
fugitiva
La
frente,
poco espaciosa,
y cerrada, signo incontestable de inferioridad moral. La frente vertical, elevada, con las
deprimida, estrecha
bosas frontales
prominentes se v
como Walter
Scott,
Los microcfalos y
los idio-
una
bosas frontales
incli-
deprimidas y
muy
bajas.
nada muy ligeramente hacia atrs, describiendo una curva amplia al nivel de las eminencias frontales y dirijindose
de
all
bien constituido.
Este aplastamiento de
neo sugetando
en
su
natural
desarrollo
los
los
hombres
mas dueos de s, v dulcifica su carcter, desarroliando las mas nobles facultades del espritu, determina como es consiguiente una prominencia
notable de la parte
la
posterior.
cabeza
de
Rosas y
favoreca
mejor dicho
todas las
mas
inferiores,
sobre todo de
nivel
moral
ojo
muy
bajo.
Mirada su cabeza de
al instante la estre:
chez y poca estension del frontal angosto, corto y revelando toda la inferioridad de su alma. Los
arcos superciliares prominentes, espesos y proyectndose atrevidamente hacia afuera, la rbita pro-
l'^>
VA.
CRNEO DE ROSAS
lbulos
anteriores, las
prpado de as})ecto edematoso, signo para m de inferioridad, y la mirada irnos ojos encapotada, siniestra, que brota celestes bellsimos: tal era el conjunto de su fisoct^as
abundantes,
el
noma.
Adems de
todos aquellos
signos orgnicos de
el
traumatismo del
en la produccin
En
de un
sobre
ose
ble
una
patada
en
la
frente
;
misma
golpe
y
lo
el
dej por
mucho tiempo privado del sentido. punto tenia una depresin mas menos
esteudia
En
visi-
que se
desde
la
eminencia
derecha
oblicuamente de afuera adentro y de arriba abajo y llegaba hasta la glavela en donde era mas proiinida. (1)
Los
logia de la enajenacin, ya como causa determinante, todos los ya como ocasional, son conocido autores modernos. Las heridas de cabeza, dice
i
Griesinger, tienen
el
una
plemente
conmocin
fractura
<'
del
cereb
acompaen de
casos, contina,
11
crneo.
En
algimos
fonnaii
i>equeos
focos purutoo
(1)
Esto
lo
me
en
lo
ha
la
obra do
X. Marirur,
lo
F^t.
CRNEO DE ROSAS
lentos de
apopletiformes
;
inflamacin de
la
dura-madre
de
las
heridas,
una
un tumor una
remia
no se observa nada de esto, la fuerte conmocin que ha sufrido el cerebro basta, sin necesidad de otras lesiones anatmicas, para determinar en este rgano una susceptibilidad mrbida tal, que bajo la
influencia
de
causas ligeras
al
fin
de algunos
anos,
vemos aparecer
la locura. lo
que ha sucedido
menos
du-
de mininguitis
encefalitis crnica,
pues haber
De 500
locos observados por Schalager habia 49 cuyas perturbaciones mentales, graves en algunos y leves en otros, eran producidas por la conmocin del cerebro en 21 casos el traumatismo habia sido
;
seguido inmediatamente
19 la locura desarrollse
de
la
cabeza,
menor exeso en
(
la bebida,
de
les
etc., etc.
Schalager": Sur
148
lesions de
ENFERMEDAD
'intelUgcncc,
<>>
ROANOS
..
co>i,>.
',.,,-
.-
l'cbralenient
dii cerceau).
A esta tendencia
las congestiones en
el
de
D. Juan
la etiologa de su estado moral. Pero hay todava otra causa no menos importante, cual es su enfermedad los rganos urinarios, bien caracterizada en mi concepto, por ciertas parti-
cha importancia en
cularidades
sintomticas
que
la
revelan.
No
es
dudoso que Rosas haya sufrido una enfermedad a la vejiga y afirmamos esto en virtud de datos suministrados por personas de su relacin y aun por miembros de su familia. Algunas veces quejbase de dolores vagos en las regiones renal hipogstrica y echaba frecuentemente arenilla al orinar. Estas arenillas renales es la forma comn de la litiasis,
dice Jacoud, y la
mayor
han descendido
la adicin
de
nuevos depsitos.
El Sr. Ezcurra
me ha
secuencia de un fuerte golpe que i-ecib corriendo una carrera en Londres, cay enfermo y que inmediatamente despus arroj una orina fuertemente sanguinolenta y cargada en abundancia de gruesas arenillas. Despus de este accidente no volvi asentir la
al
parecer
completamente.
En
'
otras
ocasiones
la c^ilidad
'^
'
este restablecimiento
del
';'ii(Milo
puede
'-:
esplicai*se
por
:
(|iii\
si(Midn
^cicildi'
''.iga
OENITO-IMUNAKIOS
y escapi por
el
149
En
Thompson en
su clnica,
enfermo debe ponerse sobre aviso, pues un acci61 una gran predisposi-
la
debe impedirse.
La
se produce en todos aquellos individuos, precisamente despus de algn movimiento brusco, vioesperiment D. Juan lento, como la caida que Manuel y la que tal vez produjo el rompimiento de
no fu un clculo de buenas dimensiones, no tengo duda que vivi aquejado por lo que los autores franceses llaman la gravelle. Esta enfermedad consiste en la formacin de pequeos cuerPero
si
pos granulosos, de dimetro variable aunque geneLos sntomas son variados y todos se refieren naturalmente al aparato genitoralmente pequeos.
El que
urinario.
mas molesta
es
el
puede ser pasagero y accidental, aunque algunas veces se hace vivo, irritante insoportable y constituye con otros sntomas no menos molestos, ese cuadro terrible que conocemos con el nombre de
clico nefrtico.
Rosas ha sido vctima de esta ditesis, nada de estrao tendra que el clico nefrtico hubiera mas de una vez amargado los dias de su vida. Este
Si
razn
el
terror de los
enfermos, y las convulsiones profundas que en esos momentos supremos esperimenta el organismo, esplican hasta cierto punto las perturbaciones
les
que acarrea
150
ENFEllMliDAi-
>-
RGANOS
el
enfermo habi-
Otras sobreviene con una instantaneidad inslita y brutal, sin que nada haga presentir su aparicin;
la vctima,
un dolor renal que va aumentando hasta que adquiere una intensidad insoportable, sudores profusos baan su rostro y en los rasgos de su fisonoma descompuesta espresa los sufrimientos horribles por que atraviesa todo su
dice Jacoud, siente
cuerpo.
Durand Fardel
que esperimenta
entre
el
otros,
comparables con
enfermo
el
los
terribles.
En
lo
mas agudo
el
semblante palidece,
estremidades se
cales
mas
gotas, una
mucosa
y sanguinolenta, segn
del lado enfermo.
cuerpo del
delito.
Jacoud
Traite
de
modo de
s(j1o
;
otras
sucede qu
renuevan todo-
aos, otras cada dos aos en un ao pueden veriicarse muchos y aun repetirse en un solo mes. Esto ltimo sucede nicamente, segn dice Durand Fardel,
cuando
enfermos.
Que Ro-
iENITO-URINARIOS
151
mayora de
la orina.
para
hacer
el
que arrojaba en
aiilc.-?
ol
-^
icnieto
etioljico
causas de tan diverso gnero, fsicas y morales, predisponentes y ocasionales, hereditarias y adquiridas, obrando, ora en conjunto, ora aisladamente,
sobre su espritu predispuesto desde la cuna.
el
organismo los clicos nefrticos, tendra que sentirse dominado por todas sus inclinaciones perversas, por ideas negras, por deseos inmorales la rabia,
;
el
odio,
el
amor
pervertido y estravagante
esta-
mayor
efervescencia
enfermo.
La
rias
enfermedades gnito-urinacarcter
del
tienen
sobre
el
individuo
es
evidente.
He
dice Augusto Merci en su opsculo sobre la bre, Enfermedad de Juan J. Rousseau qu influencia puede tener sobre la vida de un hombre y aun sobre la marcha de la humanidad, una alteracin de estos rganos, tan pequea como para pasar desapercibida los ojos de mdicos instruidos y que la han tocado con sus propios dedos. Juan J. Rousseau fu durante toda su vida atormentado por una enfermedad de este gnero cuya causa ha permanecido
152
inesplicable
ver.
rxi
1. 1:
!.p \,'
\."~^
'
.i,
',-..
.'S
aun despus de
la
abertura de su cada-
Mas
mismas
in-
los infelices
que estn
enfermedad y que no pueden curar, sea por su j)ropia incuria, sea por insuficiencia del tratamiento que se les aplica, viven condenados una existencia penosa cuando la afecafectados
de
esta
es grave.
Alejados de
les es
la
medad, todo
indiferente.
Difcil
me
seria
decir, agrega Merci, cuntos clibes no engendra y cuntas horribles confidencias se me han hecho en
atormentados en la soledad por continuas aprehensiones y disgustados de s mismos, lian concluido por odiar la vida y sui-
mi
cidarse.
En
general,
podemos
nes de las vas urinarias son causas poco conocidas de frecuentes suicidios. Y no es esto todo, cuntas
veces no hemos visto la
bre, perturbarse
mas
hom-
aquellos rganos y provocados por el dolor, la rabia y la desesperacin. Diversas formas de monomana,
la
consecuencia
dp estas afecciones
sur la maladie de
I.;i
/.
frecuentes.
/.
Mf.kcu':
}.
Mcmoirc
obli"
lofisseau
t'spermatorrea engendra
la
tristeza,
como secuela
gada
cidio.
la
hipocondri
sui-
Kn
los individuos
crnica la
vejiga,
profundas
modificaciones.
r.ENITO-RINARIOS
153
espuesto queda, en
carcter
indudablemente
ha tenido sobre
el
de
.":5(.'
ve, pues, el
nmero y
la
magnitud de
las
cau-
sas que
para producir su neurosis. combinado, reforzndose las unas las otras y aumentando considerablemente su potencia mrbida. Primeramente, se descubre
han
influido
la herencia,
causa por
la herencia fre-
era
una mujer histrica y con todos los atributos de un temperamento nervioso marcadsimo. Estas neuropatas que se observan en los padres ( particularmente en la madre) son en los hijos el germen de trastornos mas graves que la herencia transforma y acenta. En seguida viene el traumatismo del crneo, otro elemento poderoso que, aun cuando
obra generalmente con lentitud, produciendo trastornos en la nutricin ntima del encfalo, no por
esio es
conformacin
los caracteres
en otro lugar ; y finalmente la enfermedad crnica sus rganos urinarios, fuente inagotable de trastornos morales, en todos los temperamentos.
las
mas
154
i;m
i.i;
Mi.DA)
I.
os
('i:i.\N'os
una nnanera conipleta y duradera. Lo que venios, no es sino la consecuencia forzosa de su influencia, el cumplimiento estricto, de una ley la cual no puede sustraerse ningn organismo
humano.
CAPITULO V
ESTADO MENTAL
PUEBLO DE BUENOS AIRES BAJO LA TIRANA DE ROSAS
SUMARIO Generalizacin
historia antigua y moderna Epidemias morales en Francia, Italia y Alemania Opiniones de los autores Propagacin del
histerismo Patogenia de estas epidemias Estado moral de La demonolatria de la Mazorca Las fiestas Buenos Aires federales Testimonios de la prensa de Rosas El terror en la etiolojia de los trastornos nerviosos Efectos del contajio moral V del alcoholismo Exaltacin y depresin moral Fisiolojiade la Mazorca Su induencia sobre el resto de la )oblacion Sus orgias, sus hroes, sus victimas La prensa de la poca El clero Periodos de remisin y de enardecimiento Conclusin.
Parece
que
los
la
pueblos,
como
los
individuos,
sufrir
pueden, bajo
accin de
ciertas causas,
estas perturbaciones del espritu, que aunque temporarias, ofuscan la razn y adormecen miento hasta la oclusin completa.
el
senti-
la
humanidad.
del
La encarnacin
en
el
espritu
de las tinieblas
el
mis-
ticismo
alucina-
ciones
que
bajo
el
nombre de
en
la
demonofobia
Edad Media
los
156
EPIDEMIAS mSTERO-MORALES
liiimaiia
La razn
increbles,
sufria
amenudo
dieron
dislocamientos
epidmicos que
los
Paises
Bajos,
ardientes Mal de
San Juan.
fanatismo engenla la
La
exaltacin
la
perniciosa del
draba en
gra y en
Moravia y en
la
Lorena, en
Hun-
Siberia, la
bajo la influencia de
un
sin
nmero de
que abandonaban
sus tumbas
la sangre.
Los Convulsionarios de San Medardo, empeados en permanecer en cruz por largas horas,
de los pies, arrastrndose sobre .'1 pecho y dndose fuertes golpes en el vientre; la Coreomania que j)rincipi en Francia y recorri casi toda la Europa, el Tarantulismo que arra-
colgndose
saba
la
Calabria,
el
bail*;
el d(
de San
\'ito
en Ale-
mania y en Holanda
ejemplos palpitantes
bajo
baile
estas
epidemias
No
(stg-
esttico de
Kelderen,
la
adorar personalmente.
Monstrelet
refiere
una parte de
sifMn>re
los
habitantes
fomiin*')
mr repe-
La
mayor
parte
de
todos
estos
trastornos
EPIDEMIAS HISTERO-MORALES
fueron
157
verdaderas epidemias histricas que atacaban los habitantes en grupos considerables y los hacian esperimentar un sin nmero de falsas
sensaciones, de alucinaciones
del
oido, del
tacto
y de la vista, sos que eran exaj erados por las ceremonias violentas, las adjuraciones, la afluencia de curiosos
y
el
(Mxime du Camp
tratamiento,
Pars
Estas
La
Possession).
que
tal
es uno de
mas
resaltantes y
tenian
de
depresin conse-
haber
festado,
disminuido
dice
mucho Mxime du
solo
se
han manitiempo
en
Camp,
de
tiempo y con una cierta periodicidad. Sus formas varan desde la mas feroz hasta el simple absurdo indican una enfermedad mas menos fugaz
del
Los actos de la Comuna constituyen verdaderos accesos de una piromania epidmica y furiosa (Labore-Despine) as como los escesos de la Mazorca y del pueblo
rgano del
entendimiento.
que
la
el
tinte
sombro
de una monomana homicida furiosa. Esto se veia en una parte de la poblacin, mientras qife en la
otra
persisti
un estado
de
depresin moral neuroptico y epidmico tambin. Debido causas morales, dice Despine, sus
efectos contagiosos y
causas
fsicas
debilitantes,
Lo que
las de-
termina
es
la
esctacion
cerebral
producida por
15R
DEPRESIN MORAL
la
causas mltiples,
de los
todos
los
la pci ^ii.-i-.ii
sentimientos
caracteres
que concluyo
de
la
])or
presentar
Inina.
La creencia
y bondad
Bien
se
podria,
hasta
1851,
caracterizar
la
dos
historia
de nuestro pais.
principia
(1
]iii('1)l(
El
primero,
de
exitacion,
que
cual
tres
con la revolucin de
despertaba
le
Mayo y
sncope
el
en
el
de
ese
de
siglos
que
habia
producido
ombrutecimieno
colonial,
actividad
para moverse en todo sentido y con la febril 'que determinaba en sus centros,
peligroso que
stmulo
No nos
por
mas de un
como
lo
que
el
los
mientos
fines
})oltcos,
como
siglo,
que
del
ltimo
como
revolucin de
Un segundo
(Mil
perodo,
mntrnsta vivamente
la
i
aquel
nvueh
ira-
na;
perodo de
depresin mental,
vu
el
que se
vislumbra un
modo de
DEPRESIN MORAL
159 por
lo
abolidas,
facultades afectivas!
de
un
egosmo
fri
estraa indiferencia
que se
hombres viven, como dice Taine, como el buzo en su campana, atravesando la vida como ste los niveles del mar; aquella supresin de la actividad del espritu, acompaada de la inmovilidad
los
imprima en su
del
fisonoma
estupor profundo
de la
idiotis-
siempre
la
palabra,
sin
tener
conciencia del
fenmeno.
Al lado de las turbas desenfrenadas que seguan
la
Mazorca,
estaba
la
po-
blacin hundida
en este
Sub-
yugada por el rgimen enervante de Rosas, y dominada por el miedo y la desconfianza habia
perdido
sus hbitos
varoniles
debilitado todas
agravar este
estado de embotamiento en
Mazorca.
La familia, dice un escritor contemporneo ya no prestaba desahogo al pecho oprimido, la pena que despedaza el alma; habia perdido su vnculo
mas
100
la
l>l.liu.:-ili.>
wuitA.
la
embellece y consolida;
negra suspicacia,
ejercer
la
en
una inmu-
dias
horribles.
No
podia
ir
mas
enfermiza por
parte de
Rosas y de
Mazorca, y de depresin
una
ma-a considerable
las puciiari
del
de
la
el
color predilecto de
Rosas y
smbolo de su sistema; se llevaban chalecos colorados, divisas coloradas, y las seoras ostentaban
enormes moos colorados tambin, por satisfacer las Si un pulpero se le ocurra colocar en su azotea una banderilla, su vecino lo imitaba, temiendo que fuera una orden de Rosas; el de mas all hacia lo mismo, el otro le
exijencias de \os* posedos.
seguia y as se iba de casa en casa y de barrio en barrio, colocando banderas, habita que apareca la
mitad de
la
ciudad empavezada.
Estas escenas muestran hasta dnde puede enfermarse un pueblo bajo la accin de ciertas causas positivas, dando lugar perturbad' mk'^ .wirnil .1>I..^ una verdadera demonomana.
Esta adoracin
ducido por
terror,
la
drado por
la exaltacin,
tambin patolgica, de un
ese
el
I.
FIESTAS FfiDERALES
161
ees castigos
los
demouomanacos
del siglo
XV.
pues, el elemento enfermedad desempeaba un rol importante y decisivo. Los posedos de la Edad Media adoraban al Diablo por temor sus maleficios y vindose, segn ellos, abandonados por Dios, lo mismo que aquellos nuevos demonlatras, adoraban la imagen de Rosas por temor la verga, al serrucho y los azotes. Exaltados por la conviccin de que pertenecan al Demonio, los posedos de que habla Despine, se acusaban de haberlo elejido como Divinidad, de ne-
En ambos,
gar
la
existencia de
consagradas y de inmolar un sin nmero de nios con el objeto de ofrecerlos en sacrificio. Algunos, agrega el autor de la Psicologa Natural, tenan tan
desarreglada su imaginacin, que decan encontrar
su mayor placer en cohabitar con
femar, en tener en sus
pientes
el
Diablo, en blas-
manos sapos,
culebras, ser-
Los posedos de
novenas y que
el
grado de educacin y de resistencia moral. La Inquisicin, que en la Edad Media estaba en todo su
esplendor, favoreca la rpida propagacin de estas
epidemias, del
mismo modo, y
el
esto es indudable,
que
el terror
que
determin
la aparicin
Buenos
Hay
el
psetelo,
que en-
162
tAs
FiF.sTA=i
rnPF.RAi r>
mi
coiitraba un placci
iiH-ialjic
cx-i-
a- kIhii-
el
mazorquero que esclamaba, ebrio de rabia es Justo adorar Dios, pero mas Justo e% adorar al Restaurador de las Leyes
res
;
donde se verificaba la adoracin, y la funcin del cuyo carro arrastraban, en lugar de bestias, hombres vestidos de generales, matronas
retrato de Rosas,
funcionn-"
'i"
Buenos Aires.
Lamas
Escritos polticos).
el
En
el
alma de un
completamente
abajo en
el
sentido
humano.
en su
La
Gaceta Mercantil,
umeio de
lU
las diez
de
la
maana
Paz y
el
de su esclade Paz
Ilustre
el
retrato, el Juez
pronunci en
Restaurador,
la puerta
de
calle
p
de nuestro
la alocucin
el
Aalada con
retratos,
nm.
1.
En
infantera
que
un
escoltaban
los
conduca
Don
por
<!
L. B.
rico estandarte
mismo ciudadano.
d.'
El retrato fu recibido en
>!
atrio
la
Catedral
|>or
Sp,
Cura v oH'
>
'
.AS
FIESTAS FEDERALES
163
brillaba,
persuada que
La misa
grande orquesta y la augusta solemnidad del acto no dejaba nada que desear. Nuestro Ilustrsimo seor Obispo Diocesano, Dr. D. Mariano Medi'ano, asisti de medio pontifical y celebr nuesfu oficiada
tro digno
Provisor, cannigo Don Miguel Garca. El seor Cura de la Catedral, D. Felipe Elortondo y Palacios, desempe con la maestra que lo tiene acreditado, la difcil tarea de hacer la apologa del
Arcngel
elocuentes
San Miguel
mezclando
la
oportunamente
trozos alusivos
funcin cvica en
honor del Hroe y en apologa de la causa Federal. Fu en segida presentado el nuevo estandarte
ante las aras y recibi la bendicin episcopal. Con motivo de haber retirado Rosas su renuncia
del
mando de
con
la Provincia,
el
popular
objeto
de
El Gefe
de
Polica, en
la
Gaceta
Mer-
cantil, refiere
fiesta.
de la manera siguiente, esta otra Ningn quehacer dieron la Polica los millares de concurrentes la quinta de V. E., escepcion que cuando V. E. honr sus conciudadanos con su presencia, aquellos inmensos grupos
se movan gozosos y entusiastas, hacia
donde V, E. se diriga, con el objeto de victorearlo, de verlo Y MUCHOS AUN DE TOCARLO, as cs quc V. E. sabc
cuantas
felicitaciones
recibi,
cuanta infinidad
de
personas le tomaron la mano y se la besaron. Era tal el entusiasmo, Exelentsimo seor, que
164
las
l\\Tor.i';\I\
personas no
los
encontro-
nes que
ver y
tico,
por abrirse paso y poder oir, aun tocar V. E. Este entusiasmo patrise daban,
esa pasin
hasta
el
delwio,
y de todos sexos y edades, por la ilustre persona de V. E., ocasionaron algunos leves daos en los
jardines, porque, tanto el
la
le'
mas empleados,
los
estaban estasiados
par
<1
dems.
esto era
del
el
Todo
cioual
producto
iK;
e.-^iad*
<
.-i
r^.-
cerebro convulsionado
por
causas
de
El
cambio
bajas,
de
nivel
que
elevadas
rpidamente
por
el
sistema
de
tuvie-
la i)atogena
de tales tras-
Un
una panofobia depresiva y humillante, fu, durante mucho tiempo, la situacin de una parte considerable de
Buenos
suiVit)
Aires.
perturbaciones
terrible,
JKnnieid.i
sil<
lfilllto'
Si se
tiene
pre-riiii',
ilio'
(iriesiuj^
emociones
un
(le
violentas
dan
por resultado
'1"
'
t
ordinario
trastorno. en
la
la regularidad
circulacin,
digestin y de la hemto-
omprender
mmiii'
'
entonces
certbi'i'.
cuan
fcilmente
I;i
iHicd.'
iI.pI
Ameniitlo
.if
PATOiKNIA
165
reconoce
es.te
mal,
intestino
se debilitan y
el
enfermo pierde
tos
pitaciones
y la
aparecen
presntanse
anomalas de
congestiones
la
sobrevienen.
Un fenmeno que ha
durante
la
de
poca del terror (1840 y 42) y que tiene una influencia especial en el desarrollo de las perturbaciones de esta naturaleza, es el insomnio
prolongado,
ciones
amenudo
producido
por esas
emo-
nando profundamento
ordinariamente
estupor,
(pie
Las
con
presentan
carcter
de melancola
parece
peligroso
observarse
en la poblacin
cerebro
pacfica y
el
estmulo
entre las cuales hay han recuperado Seria esto un elemento precioso para demostrar la tensin nerviosa en que se vivia y el nmero de perturbaciones morales intelectuales que se proel juicio,
lo
dujeron.
En
la familia
de
la
...
hay
tres cuatro
aiuue-,
los
que 'perdieron
razn
consecuencia" de
1(56
i'
ttl.l.M A
la batalla del
La
familia de
M.
..
tiene
la fiebre
el
una
Ma-
En
volvi
la familia
de
(),...
40,
lie
vir,to
uno,
que se
loco
el
ao
despus de un
susto que
esperiment.
hijas, fueron
ao
42,
consecuencia do
la
la Mazoi-ca,
salida
director
liosas,
administracin de
"'
l<'-^
viM:'ni"n'w
En
el
Hospital de Hombres,
muchos de
los locos
que he
visto,
han perdido
el juicio
en aquella poca.
lo
En
el
hospicio de
otros
el
Escribano E.
por iguales causas que \sls anterion-. Bien se v por estos pocos datos cul
situacin moral de este pueblo, y cmo por ellos es posible esplicai-se las distintas faces patolgicas
La
estados treno-
nmero dado de causas obra sobre toda la comunidad, por medio de ese agente invisible que los alienistas
han llamado contagio /lercioso
y
pi-
trasmite, de
EL CONTAGIO NERVIOSO
individuo
individuo, todas
el
167
faces
e.sas mltiples
porque atraviesa
modos de
y
veces
Aqu obraban ambos agentes la vez y por lo que respecta al contagio, parece que producida en un individuo la manifestacin de un sentimiento
cualquiera, es
lezas
l el
que despierta en
esplosion
las
natura-
anlogas,
la
de
un
de
sentimiento
idntico.
La
generalizacin
el
de la
tristeza,
la
alegra,
la risa,
estado, en
un
nmero
de personas?, es
indudablemente
producto
de su influencia, y muchas veces se propaga con mayor fuerza y espontaneidad que una enfermedad
infecciosa,
por medio
de
fuga
ese
otro
contagio que,
El contagio moral
fila
que produce
el
la
vergonzosa en una
de valientes,
por
el
abatimiento en un
corazn alegre,
solo
contacto
con un
alma deprimida; es
la
analoga de
mite, con
que trassilencio
una velocidad
estados, ya
el
de las
operaciones
todas
las
faces,
todos los
espansivos,
ya depresivos
porque atraviesa
ravillosas de
ma-
su vida.
nervioso hace
se
que
la
satisfaccin
tristeza
difunda en
misma ma-
i<)<
malos ejemun
contagio
de
las
pasiones, es
hecho
reconocido, tanto
mas
mayor energa poseen los sentimientos manifestados. Para dar una idea clara de este fenmeno, dice Despine que, as como la resonancia de una cuerda hace vibrar la misma nota en todas las tablas de la armona, de la misma manera las manifestaciones
de
un sentimiento, de
susceptibles
una pasin,
constitucin
escitan los
los
mismos elementos
iusliuiivos en todos
individuos
por
su
moral de esperimentar esta escitacion. Esto ltimo, agrega Despine, esplica porqu ciertos hombres
el
contagio
o\
cual
En
la Historia
Argentina, conocemos
este
mas de un
ejemplo evidente de
de contagio, <mi comunican todo un pueblo la exaltacin de sentimientos de que se hallan loseidos. Citaremos entre otros la reaccin de Buenos Aires despus de ese profundo pavor
gnero
que produjo
la
debida la accin
del clebre
del
entusiasmo
En
tagio
la etiologa
de
la
anarqua Argentina,
el
con-
fiorvioso
tiene
curioso investigar
naturaleza,
cmo
esas
auncjue
de tan
efectos,
ha
producido
todas
revolucone>
andera,
EL CONTAGIO NERVIOSO
contribuyendo de un
los
109
relajar
modo poderossimo
sociales
vnculos polticos y
aio veinte.
el
durante
el
paro-
xismo del
Cuando
el
toma i)roporciones
infeccin
formidables,
dice
carcter
el
de
una
verdadera
Entonces
bajo la
contagio va
de
individuo
entero, que,
coadyuvante de
ciertas
causas
de sntomas que
emanaciones de sus cmaras. Un colrico, un febriciente un varioloso, como la chispa humilde que va incendiar una ciudad como Chicago, pueden con su sola presencia infectar una
tida las
ciudad entera, del mismo modo que ese otro agente ncomi)rensible, contribuye la par de otras causas,
mas
Estos estados estraos que se manifiestan despus tan generalizados, son producidos por este contagio y por la accin persistente de causasfsicas,
debilitantes
ma
tes
nervioso.
El
,
neuropatas
dice
autor
de
la
Psicologa
la intensidad
de estas causas, de manera que todas las circuns{ancins (jiic conmueven vivamente la parte moral
170
EL CU.NlAi.lO M.ltVlOSO
que promueven
la
esplosion de
pasiones,
estimulando, sea
directamente
y por
mismas, sea indirectamente y por medio del contagio, sentimientos y pasiones parecida- v por consecuencia delirios idnticos en un gran nmero
en
toda
una
poblacin,
la folie.)
en poblaciones
enteras (Despine De
Cuando
'ii
las
masas ignorantes
terror
timientos enrgicos,
como
el
miedo,
la
codicia, el
y en aparecer,
el
fanatismo,
temticamente,
tracin de Rosas.
En
aquella poca
Buenos Aut
.-
un cmulo de causas propicias para el desarrollo causas todas que marcan los autores como de inuencia mas averiguada y
de una epidemia moral
positiva.
;
Adems de
social
la
tremenda corrupcin
todos los
que haba en
nistracin,
morales
determinando en
de las facultades afectivas, que ya hemos hecho alusin, y en otros una exaltacin homicida estraordinaria y sin ejemplo.
Una de
las
mas
frecuentes
y porque
de escenas
estado casi
En
la
poca moderna,
la
gravedad de
las locuras
LlI.
ALCOHOLISMO
171
cantidad
la
del
alcohol
consumido.
Basta
ejerce
conocer
el
cerebro
por
consecuencia
sobre las
Facultades morales
intelectuales,
para compren-
Y
el
por
lo
que nosotros
festines
baste decir
fede-
rales, la
ni
Mazorca bebia
con
no ya
cuadro
en vasos
licos corran
el
final
de
aquellas escenas de
magna
crpula,
rachera general.
El
sobrio,
no pudo
diablicas.
sus
tentaciones
Una noche
del
del
mes de
Junio
la
de 1840,
derrota de
seguan,
Dos dias y
la
ltima la emple el
y bailar con una negra vestida de bayeta punz. (Vida de Rosas, por Francisco Barbar.)
La muerte del general Lavalle la hizo celebrar ordenando al Cura Gaete la gran borrachera que
tuvo lugar en la
Piedad en
Octubre
de 1841, y
mand
Salomn que en la plaza de la Concepcin, hicieran lo mismo. Todos, cual mas, bebian con delirante entusiasmo, dice un
Cuitio y
folleto
que
tengo
la
vista,
describiendo estas
17:
EL CONTAGIO NERVIOSO
orgas,
cuyas
Aires.
consecuencias
hacan
temblar
Buenos
En
es
(juc >c
luaiiircslaWau
libio.>,
decir,
que no beban en
sospechosos
lo
\
abiuidanoa, eran
-(
i-
considerados
Irltim
iratados
con
rigor,
segn
manifestaba
Kos.i
ima
pasada i los Jueces de Paz. i). Manuel P. de Peralta, Citedrticu de Clnica Mdica on la Facultad de Buenos Aires,
circular
l^l
I)r.
enfermedades
tiempo
del hgado,
el
lo
general que
era
en aquel
licas
abuso de
y afirmaba que, casi todas esas turbas que lanzaba Rosas las calles, eran embravecidas por
medio
de
libaciones
abundantelas
<
ginebra.
Indudablcmeiilo,
una de
causas mas
pude-
>
-n
abuso inmoderado
iiit-n...
efecto al
u.-nn".,
desenfreno
de
las
mas
feroces aguzados sistemticamente, salvando todas las vallas y desbordndose '1' li manera repugnante que conocemos iban i)iv)pagndose por el contagio y arrastiandt eii su f.rbellino la totalidad de las masas. El terror que infundan las bandas do criminales
instintos
,
las
enardecidos por la rabia y las eseitaciones anmade su cerebro, la miseria que encaneca las
adolescentes todava, la
cabezas
fianza
srdida
descotio|
trabajando
pudor
i:i.
Af.COIIOLISMO
'
estremo,
mi-
produciendo
mas
pro-
funda en otros.
el
terror,
sistemando
las pa-
Sr,
dado
tiene
la familia,
tiranizndola de
ejemplo.
La
sirviente
la
que
si
sus
patrones,
obtena
libertad
si
recompensas crecidas
sino las
era libre; y no
mujeres
el
de todas las
condiciones,
eran
llamadas por
estravagantes
inmorales
nombres de
dos objetos
el
provocar nuevas
delaciones por
el
ejem-
hecho de
tantos
haciendo
desconfianza,
tira-
para escapar su
La
confianza
era
imposible
(Lamas Escritos
escenas
polticos.)
estado de
aquellos
mas
deplorable exaltacin
profuidameni(3
maniaca y
segundo,
la
influencia
1*
depresible
blacin.
FISONOMA
el
resto
de
la
po-
Hasta
la
r,t;-iuiitr>,
pintada de colorado,
alma
de
un terrpor
Las
ventanas
resguardadas por gruesas rejas de hierro, el aspecto lbrego de sus pasadizos alumbrados por
una
todo
contribua
darle un
aspecto ttrico y repugnante. All se reunan los gente la mayor parte reclutada en
mas
inferiores,
la
mulaban
deban
ciudad.
los planes
jxM-pnrnr
y Cuito, (1) que eran los principales instigadores de la turba, sostenan siempre vivo (^1 (Mi(n-:iasino
de aquella clebre Sociedad.
Ella manej alternativamente la daga,
el
mo/7o em-
Un amigo de cuya sinceridad no puedo dudar, rae ha (1) referido que Cuitino era un hombro cjemnlar antes de incresar la Mazorca. Fu agento de Polica en Buenos Aires gor los aos de 18.'l' li 34 (?) siendo Gofe Politim o! Sr. omalo. Su moralidad y buenas costiimbres coi: .ido res. y como hombre, le graugearon el aprecio de su Si como jio dudo es <ierto esto, la inea de su estado enfermizo produiado por todo ese cmulo do causas pie ya hemos estudiado, conlirina mis aserciones. Mas aun, si se recuerda quo Cuitino sufri una hemiplejia lue lo tuvo postrado or mucho tiempo. Este ltimo dato lo ha referid P
'
Langenhoim.
1)1.
i.A
MA/^oncA
<\ne
175
y
al
breado y
ki
verga
el
con
azotaban ancianos
la
la
mugeres
pi
en
templo,
en
plaza pblica,
del altar al
borde de
tumba;
el
sitio, el
sexo, la edad, eran para ellos indiferentes, por que solo buscaban la sangre para satisfacer las
exijencias de sus imperiosos
deseos.
Cuitio y Troncoso costeaban el vino que se bebia en tinetas y que corria con profusin, hasta que la mitad de los asociados, frailes, mujeres,
hombres de todas las clases, rodaban por el en medio de las carcajadas y de un ruido
nal,
suelo,
infer-
producido
por
los
gritos
pi.
las
maldiciones
preparado
dromos
en
del
alcoholismo
odo
que
el
percibe en
mil
injurias
provopuales
la
caciones
horribles
,
imaginarias,
que
se
ven
fantasmas
animales
deformes,
instintos
patbulos,
ensangrentados, sus
estimulados por
impunidad y solicitados por las fuerzas estralas que los posean, entraban en efervescencia revistiendo el aspecto horrible de una monomana homicida. Tambaleantes algunos, que despus quedaban tirados en las calles, salan todos en confusin,
sus
armados de ltigos y afilando con alegra enormes cuchillos. Para inspirar mas terror, muchos de ellos pinen panlos
rostro tras
sostenan
unos emponchados y medio oculto el el pauelo, casi desnudos y haraposos, otros sus cabell(js que oaian sobre la
17G
fisonoma
frente, por medio de enormes vinchas* rojas ron mueras! en letras negras, formando aureola li
i
imagen de Rosas.
Algunos, cara desculjierla, iban d:lante golpean-
cal)o
los
de
sus
puales
las
y
al
vidrio.^
de
venoculto
Entraban
si
;'i
]><
templos
azotaban
los
sacerdote
era
sospecliado
luego
de
enemigo
saloje
de
si
la
Federacioii,
recorran
altares
unitario^
le
ponian
se
retiraban, festejando
rnu risotadas
Siempre buscahan
de pualadas,
latigazos,
al
al
mas
dbil
inocente
ara
darle
al
mas
para
estropearle
<ii<
burlas jirocace^.
Repartanse
j.-.i
donde hubiera
familia
la
hasla
ltima
tropelas.
Si alginia
el
mo/7o,
se lo pegaban en la frente
pdi(
Inca, 6 era
tomada
y arro-
iiatro
al
manos crispadasnclo.
la
llorosas
jndola
desmayaban
rebencazos.
las paredes,
muebles,
los
cortinados que
fueran
celestes,
destruan
llegaban
sablazos los cuadros y las poi'sianas !' (lii-niia mum algini hasta
l,i
<\
nio,
para cerciorai*se
\y,iri\
cesaridi
ser
.-'i
un
completo
|>ara
L.uego,
Vtvtaii
-^alir
ronfinnai'
sn> di
i)H
LA ma:orca
JT7
predaciones
disparando
en cuadra
el
y de manzana en manzana, tal era horror que causaban aquellos hombres, inq)ulpor un soplo irresistible de
locura.
sados
era
por cientos
afiliados
la Mazorca, y llenaban
tabernas
los
cafs,
llabian
culta
comerciantes,
eclesisticos,
abogados,
literatos, pertenecientes
todos
la primera clase de
Indarte, arrastraban
ribles cloacas
la
sociedad,
grilletes
dice
Rivera
hor-
pesados
en
las
que se les destinaba. Casi diariamente, uno dos de ellos, eran llevados la muerte y no pocas veces fusilados algunos pasos del calabozo, sin que se les hubiera permitido
arreglar
sus
negocios,
dar
sus
ltimas
dsj)Osicones,
dejar una palabra sus familias. Los cadveres, arrastrados con escarnio hasta la puerta de la crcel, se llevaban en un carro sucio y se arrojaban en una zanja del Cementerio. Los degollados en la campaa, se les desollaba, se les castraba, se hacian maneas de su piel y se
les
dejaba insepultos, pasto de las fieras y juguete de los vientos. (Rivera Indakte. Rosas y sus
opositores.
Bajo
la presin
abrumadora de esta
situacin,
178
ti\n
fisonoma
vivi
Buenos Aires durante mucho tiempo con cortos intervalos de tregua. Tanto l,
completo,
como
la exaltacin homicida,
eran
el
producto del
determinando en cerebros ya preparados, un estado patolgico que venian elaborando de tiempo atrs,
J'lstado
causas sumamente deletreas del sistema nervioso. uKJrbido y epidmico, j)ero pasajero y que
perturbaciones
cerebrales
lesponde
puramentt
dinmicas y no lesiones materiales profundas y mas menos apreciables, como erradamente podria
creerse y
como sucede en
mental
genacion
giosas.
individuales
y rara
vez conta-
todos
los
caracteres de la enfermedad,
responden
nicamente
trastornos funcionales
efec-
})roducidos por
razn directa de
su
(pie
han actuado, de
ni'ubi'lM
<*n
la pret|in' <<>
la inmiixMXM.i
Al finalizar
indica la
mos, parecan
trau(piilizar*se; la exaltacin
apasio-
nada tendia desaparecer y aunque no de una manera completa, la calma se anunciaba por la disminucin de los paroxismos.
pios del 41, Kl ano 40 y princila algidez convul>i\
erribl
marcan
el
la
poca de
perodo durante
1M-:
\l
\/.n\H
IT'.i
increble. Prin-
ao 34 y siguen, en una progresin lentamente ascendente el 35, 36, 37 y 40, en que llegan al mximum, descendiendo entonces
para volver ascender en
el 42,
en que se fusilan
ochenta y tantos pnsioneros de guerra en Santos Lugares y en que la Mazorca recorre en bandas,
de dia y de noche las calles de la ciudad, degollando todo el que encuentra en su camino. Cuando ha
degollado cuarenta cincuenta ciudadanos, arroja un
la
Polica
ao 39 y principios del 40 que las cabezas humanas xhibiaii en los mercados, adornadas de perejil y de cintas celestes y en que
Fu
fines del
>
la
ladla
En
naba.
hace visible
los anuncios
ta la
prensa diaria, en los parlamentos, en de teatro y hasta en el pulpito, se seninfluencia deletrea de su estado neuroptico.
la
cierto, decia
En
Es muy
un
oficio del
el
Juez de Paz
la
de Monserrat,. publicado en
Gaceta, es
bestias
nm. 2,277 de
muy
inmun-
das cria^, habran muerto degolladas, pero el horrendo montn que formasen las ensangrentarlas c
infernal raza,
podria
;
manifestar al
el
justa
pero nunca,
remedio
males inauditos
K\
\!.
M.l' 'N
IIOMI* lliA
ocasiomua su pcrrersidad asombrosa Cura \'icaro de ! vociferaba el Guardia del Salto, en un oficio publicado en
Insensatos
clera os buscarn
>>
la
el
por
las callea
//.
en
la
Iglesia^
en los campos
srjannn
ruf<(r-(js
cuellos,
sanrjre
hondo
donde
se
baarn
I
los patriotas
un para
escribia
el
Coro-
nel
que
el
proteje la causa de la justicia, poniendo en descubierto los infames infernales planes de los trai-
vil
inters,
con
el
traidor, sucio,
inmundo
cente
Maza y su
hijo bastardo.
a'juellos cerebros
en perpetua erupcin.
preparndose
esta
generalizacin
epidmica. de la neurosis.
Cada conmocin
social,
el
l)r.
cada uno de
Simplice en la
Union Medicaley hacen pagar su tributo fatal la inteligencia humana, rompiendo las cuerdas de la sensibilidad imprimiendo ciertos organismos predispuestos, una sobre-escitacion enfermiza una depresin irremediable. No hay mdico, en I*ans )or lo menos, dice Figuier, que no haya comprobado
algn
gi'ave
desrd
<)
la
inteligen'
i:\.\l,
TACION HOMICIDA
la
181
sensibilidad,
ol
causado por
la
baron y las que estaban en germen estallaron. El horror producido })or este crimen, repercuti de
vivas,
sobre
la sensibili-
dad exaltada;
inent^s
tal
cual
verificados
pblicamente por
Mazorca y
acompaados do
las
El infrascripto
nm. 5,010 de de parla Gaceta y firmado por un Calisto Vera ticipar V. E., agitado de las mas grandes SENSACIONES, quc cl infame caudillo Mariano Vera, cuyo nombre pasar maldecido de generacin en generacin, qued muerto en el campo de batalla, cubierto de lanzadas, igualmente que su escribiente Jos Pino. Felicito V. E. y toda esa benemse lee en un documento inserto en
rita provincia,
igualmente toda
la
Confederacin
mas
fron-
de un sacrilego unitario
firma
el
madre
del
muerto
1).
Mariano
\'era.
Lamas
Agresiones de Rosas.)
cidas
Esto es horrible como un parricidio y los parrison casi siempre locos; ejemplo Vivado,
Collas
Bousequi,
Guignard, que
p^r^
l-'^V
i:\AI,
r \<
MN
HOMICIDA
en su estado perlanza en
el
turbacin sensitiva.
fecto
Un hombre,
la
pecho
\'era
coiijo
el
una grata
despus que
equili-
lo
abruma.
de
Atribuir
deseo
apresura
correjir,
es
mostrar
una ignorancia
la
naturaleza del
hombre
den atrofiar en
solo se
cerebro
el
humano
ciertos sentiju
alma eternamente y
apagan bajo
la
influencia
maldita de una
la batalla, escriba
un
teniente
de Rosas dando cuenta de la accin del Monte Grande, se hall al ti-aidor salvage unitario, ('oronel Facundo Borda, que fnt' al momento ejecutado con otros traidores, cortadas y saladas sus Agresiones de Rosas.) Las orejas. (Lamas
orejas de
(;adas
objeto de exhibirlas.
En
in,
.\hiza al
go"!>>
bernador de Catamarca,
unitario
este salvaje
tenaz,
pasaba de
les
homb
promet
)
dcgulUiros.
Lamas
Escritos polticos,
Con
la
mas
grata jatisfacciou,
d^'ia
IVudenco
la
Rosas, en un document-
'inpanaba
lXAI.
TACION HMICmA
Castelli,
18:^
acompao
unitario,
titulado,
\'.
11.
cabeza del
traidor,
foragido,
salvaje
Pedro
Castellf, general
en
gefe
de los
desnaturalizados sin patria, sin honor y sin leyes, para que V. E. la coloque en medio de la Plaza,
la
espectacion pblica.
mentos
en la
horribles. El teatro
mismo
se habia conver-
tido en escuela
de degello.
El anuncio publicado
de 1841, dice
lo siguiente
Concluyendo
el
espectculo con la
:
muy
admirable y nunca vista prueba El duelo de un Federal con un salvaje unitario, en el que el
la vista del pblico.
Los
causas
hombres
(jue
vivan
bajo
esta
pesada
ltimo
puramente
sentido
patolgicas,
hasta
el
destello del
moral
por primera
buscar los
huesos de un
muerto,
el
cadver del
Lamas, se ocupaban en abrir sepulcros^ todos los Curas prrocos se apresuraban certificar que no habian dado TTp mandado. decia sepultura al ilustre difiuito.
Todas
el
dice
Sr.
184
EXALTACIN HOMICIDA
de est enterrado
cabeza y
el
Oribe, hacer activas pesquizas sobre el lugar donel cadver^ para que le corten la
me
la
traigan.
i*uesto>#los
rgstos en
tierra boliviana,
exigencia.
Lamas Escritos
los
Los enfermos,
morir, tenian
heridos, lo
mismo qm-
lo-
aquella
temible exaltacin.
El 29 de Diciembre de
183'J,
en los campos de
Cagancha y en
estaba colocado
lo
mas
que
hospital y
all
fueron degollados
;
enfermos, heridos, mugeres, nios y cirujanos se rompieron los instrumentos quirrgicos y se inutilizaron los vendajes
y
1.^
iiii'(li<iiias.
Lamas
Escritos polticos.
De todas
las
causas
fsicas
usura orgnica, ninguna ha faltado en este larg) perodo de horrores inauditos, y la razn y el sen-
comn afirman, dice Voisin, hablando de la locura causada por la Comuna, que una serie de
tido
acontecimientos
semejantes
puede conducir
in.
EXALTACIN HOMICIDA
185
muchos pueblos en
ciertos
perodos de su vida.
Para conveacernos^ no tenemos sino recurrir al hermoso libro de Calmeil^ titulado: De la folie
considere sous
ciaire
et
les
nmero de ejemplos muestran la estension alarmante que han tomado algunas veces estos delirios simples compUcados. Ejemplos de ello son la curiosa monomana homicida y antropofjica de los' habitantes del pais de Vande, en que muchos de ellos fueron quemados vivos en Berna el delirio de los sortihistoriqac,
en
donde un
sin
epidmicamente en Artois ;
la
pre-
Alemania, en
en
el
el
los
el
aos de 1551^ en
monasterio de Brigitte, en
La
generalizacin
todos los
esceptuar
al
gremios y
todas las
clases,
sin
un modo
l
horrible.
De
de
el
El
apoderado de una manera tan pavorosa que hacia tronar pulpito con discursos que destilaban sangre. Un
tambin
r'"'"ii..,
v hablahn
d"'
\\<
^i'^f-^
180
virt(ides.quc
EXALTACIN HOMICIDA
adornaban
al
Padre de Buenos
el
Aiio.-?,
mas
procaz,
retrato del
Res-
aUar.,
El joven D.
Aveliuo Viamont fu
Vicente
el
cura
le
perdn
si
revela un
secreto que
Rosas
convenia
averiguar, pero
el
como
vcjc
sacerdote
-^''^
^-t^-
Los sermones dfel padre Juan A. Gonzlez, cura de San Nicols de Bari, muestran el vrtigo que se apoderaba de l en esos momentos de delirio: un dia, subi al pulpito y arremangndose hasta el codo, dijo, mostrando unos brazos secos y convulsivos: Estos brazos que ceis se han de empapar hasta el codOy en la inmunda sangre de los asquebre la baranda,
rosos salvajes unitarios y golpeaba con fuerza solanzando rugidos y maldiciones.
El cura Gaete, de tan horrible recuerdo y (pie
eii
hi
confesaban con
se persignaran diciendo:
*>
que celebraba la Mazorca: Seores, tenemos hoy y abundantes sardinas aludiendo los degellos que se verificarian en ese dia ), segiin me rf fn ]}n rlirlio 'iida nnO ^residente
ricas
{
' ;
EXALTACIN HOMICIDA.
afile
187
y divertida. En medio de esta vida de enervamiento moral y de decadencia sensitiva, es claro que el resto de la
poblacin se encontraba imposibilitada para reaccionar contra estas turbas embravecidas. Este des-
censo
brusco
de
la
personalidad
la
humana, esta
del
oclusin horrible
de
razn
sentimiento,
(
depresin
es lo que constituye
La
influencia de
pues
evidente.
solian sobre-
epidemias de
este gnero
la tirana lleg
mutua
uno de
dose, se suspenda
los
contagio nervioso
que era
agentes
mas poderosos de
su patoge-
que es
La
sucesin de
la
que
terminaba,
Mazorca una
de un gasto escesivo de fluido y una vez satisfechos los impulsos morbosos que dominan al cere-
Despus de un periodo de exitacion muy grande, sucedi otro completamente contrario y caracterizado por una especie de laxitud saludabro.
188
ble,
EXALTACIN HOMICIDA
jla
cal-
ma
la
Esto es
que sucede en
mana y en
Finalmente,
la
mayor
todas
la
aquellas
circunstancias
que
distraen
mucho
que
solicitan
momentneamente
la
cuando no las hace desapaEs una especie de dcricacion moral de accin rpida y de un efecto maraPor esto creo que los intervalos de calma villoso. que observamos en Buenos Aires, eran debidos
escitacion anterior,
recer completamente.
esta fuerte
concentracin
del
espritu,
producida
la
viveza el
de
la
propia conservacin,
un poderoso sedante.
1810,
dice
l,
el
Sr.
En Lamas
el
retirado
coSf estaba Rosas totalmente perdido. Le hablan sus poderes y se hallaban en armas
la
contra
mayor parte de
el
las jirovincias
Argen-
tas de
(<ii
Buenos Aires:
general
Lamadrid venia
<
lnea do o|)eracones
con el de Lavalle. El general Paz levantaba un nuevo ejrcito en Corrientes, y la Francia blnmir'nbn los puertos Argentinos. Enton'l)ligado
ces RoSii
trat.ii-
ili*-|.ii
EXALTACIN HOMICIDA
189
poblaciones neurpatas
Edad Media,
la aparicin
de
la
peste la pro-
un fuerte derivativo. Mas adelante, la mayora de las causas que producan la epidemia, fueron, disminuyendo su
al espritu
:
de tolerancia
establecida
en
la poblacin
connaturalizada y
tos,
precipitar la crisis.
el
Esta poca de desolacin fu para Buenos Aires, momento mas crtico de su vida fueron las con:
difcil
y enfermiza.
bibliografa
Garnier Dictionnaire des ciences medicales. LuYS Le cerveau. PoiNCAR Legons sur la phisiologie du systeme neneux.
Marc Traite
Griesinger
Maladies
mentales.
Morbide.
sur la pro-
De l'lnfluence de riiredit
Des
tion mentale.
LiTTRK
tive.
Auguste
Comte
et la
Philosophie Posi-
Prescott Historia de
Lozano Historia
de
la conquista del
Paraguay,
Mitre Historia
LuNiER De
GiN Y
l'influence
conmotions
Partagas Tratado
de frenopatoloja.
192
H!Fn.IO(;u \F[\
EsQUiuoL
tales.
Tratado
de las
ent'ermedades
men-
Sarmiento
Civilizacin
y barbarie.
los
ftinoionamionto intolor-
Maudsley Le crime et la folie Trousseau Clnica Mdica del Htel-Dieu. Lamas Escritos polticos y literarios.
Rosas.
la
maladie de
J.
J.
l\jus-
seau.
Mxime du Camp-Paris La possesion, etc. Schalager !^esions de Tintelligence, consecutives l'ebranlement du cerveau.
Jacoud Traite de pathlogie interne. Francisco Barbar Vida de Rosas. Macaulay Ensayos Polticos.
VoisiN Lecciones
des mentales.
J.
enfermeda-
M. Guardia Le medicine a travpr>; les sicles. Legrand du Saulle La Folie. Folies hereditaires.
BoucHUT Nervosismo. PiNEL Tratado de enfermedades mentales. Falret Leyons sur les maladics mentales.
Magnan Momoires
Cliniques.
Croniques.
bibliografa
193
RiBOT
L'hredit.
de la creation naturele. Le Danvinisme.
HEKEL Histoire
BuKNER RozENTHAL
nerveuses.
Traite
clnique
sur
les
maladies
las
enfermedades de
el
en Buenos Aires
(laureada por
Crculo
Mdico Argentino.) Anales del Crculo Mdico Argentino. Lpez V. F. Historia de la Revolucin Argentina.
Marmier Lettres
sur l'Amerique.
philoso-
phique.
ndice
Pgina
Prefacio
Introduccin
CAPITULO
I
vii
xiii
Progresos de
la
Medicina en
el
estudio de la fisiologa
y patologa del sistema nervioso Las localizaciones cerebrales y los fisilogos modernos Conclusiones de Charcot, BouUaud, Broca, Luys, etc. etc. El lenguaje
sangre, la y orina y la inteligencia Trabajos de los alienistas Fisiologa patolgica del delirio Voisin, Clouston, Kelps
la tercera
circunvalacin
cerebral
La
Moderna Las neurosis, Entre la razn y la locura hay una zona intermediaria Los intermediarios son enfermos Lasegue y los Exhibicionistas Morel, Morcan de Tours, etc. La historia presenta muchsimos
Progresos de la
su definicin y
Psiquiatra
divisin
ejemplos de intermediarios y aun de verdaderos locos ^Felipe II, Carlos V y su epilepsia Reyes locos In-
Ideas
de
Mo-
reau de Tours
El genio y la locura emanando de una misma fuente Ejemplos La parlisis general, la hemorrajia cerebral y los grandes representantes de la Humanidad Enfermedades de los grandes hombres
Newton,
Aplicacio1
nes histricas
196
ndice
Pgina
CAPITULO
II
Las neurosis en la Historia Ideas do Tissoty Diderot Los neurpatas clebres La Histohjia de la Historia
Fisilojia
pendencia Su temple, sus costumbres, sus ciiri-rintidades Porque fu vigorosa y sana natural La lucha por La existencia Los conquisI
tadores de
Amrica Herencia de
Artigas
ciertos
rasgos
Quiroga y
Atavismo
de
la
moral
Caracteres
Los
milagros en
la historia
Conquista Predisposicin
do la antirquia La Montonera Epidemias do histerismo en las provincias Exaltnrinn cerebral durante la anarqua Quiroga y Aldac
cin Argentina y
etioloja
de
la enteritis
en
Tucuman La anarqua
en
la patojnia
de las perturbaciones
al
nerviosas y de las
enfermedades
Garca
nuestros grandes
Don
Vicente
epilpticos Don
Influencia del
Lpez El General Brown Los y Don J. Cruz Varlaclima Opiniones do M. Moussy Con46
clusin
CAPITULO
III
organizacin
moral Ditesis
fsicas y
-Anomalas morales-
INDICli
107
Pgina
La educacin Los graneles criminales Opinin de Bruce Thompson y de otros autores -Impulsiones al crimen Ejemplos notables Impulsiones homicidas Monomana impulsiva homicida Nafturaleza de esta
enfermedad Prdromos y accesos La locura moral Opiniones de Mausdley y otros autores sobre la locura woraZ Descripcin y marcha de la enfermedad Los
defectos fsicos, la escrfula y el raquitismo en los locos
morales
El temperamento y la constitucioa de Rosas Infancia de Rosas Su inteligencia La lesin do una facultad en el orden moral
Estado de su cerebro
no
entr.\fia
intelectual
Los mdicos
de Rosas
CAPITULO IV
LA NEUROSIS
Etiologa de las perturbaciones cerebrales Causas
rales y causas fsicas
mo-
Rol
de la herencia
Opiniones
de Buckner Hoekel Virchow, etc La genealoga de Rosas Herencia materna Carcter de la madre de Rosas Su temperamento Carcter de los hereditarios Transformaciones de las enfermedades nerviosas El
crneo de Rosas
mo
crneo Clicos nefrticos Influencia de estas afecciones sobre carcter Opiniones de Augusto Mercicr otros autores Conclusin y 132
del
Causas
narios
el
(l^
198
INDICK
Pgina
CAPITULO
ESTADO MENTAL
DBL
Generalizacin do
en
la historia
n.^
ii\i>i'.iii
>-^
.1. .m.h.;^
i,j..iin.ii.s
antigua y moderna
Epidemias
morales
los auto-
en Francia,
res
Italia
y Alemania
del
Propagacin
la
de. estas
Mazorca Las
federales
Testi-
El terror en la etiolojia de los trastornos nerviosos Efectos del contajio moral y del alcoliolismo Exaltacin y depresin moral Fisioloja de la Mazorca Su influencia sobre el resto de la poblacin Sus orgas, sus hroes, sus victimas La prensa de la poca El clero Periodos de remisin y de cnnnlo-'iinifMito Conclusin
monios de
prensa de Rosas
,
LAS
NEUROSIS
HOMBRES CELEBRES
HISTORIA ARGENTINA
JOS MARA RAMOS MEJIA
Ex-Presideate fundador del Circulo Mdico Argentino
SEGUNDA PARTE
BUENOS AIRES
2kIAR'riIV
BIE:d>IA, E:ditor
133 BgUKmO 139
18
8 2
SEGUNDA PARTE
LA melancola
DICTADOR FRANCIA
CAPITULO
SUMARIOJuicios
sobre el dictador Francia emitidos por diversos autores Rengger y Longchamp, Moreau de Tours etc. etc. Los padres de Francia Su origen y antecedentes -La niez Pi meros sintonas de locura Incide tes ntimos D. Martin Armhuru -En la Universidad de Crdoba Intluencia de la educacin que recibi all, sobre su enfermedad Qu era la Universidad de Crdoba y cmo pudo influir de una manera tan poderosa El Colejio de Monserrat Opinin de Funes Influencia de la educacin en el desarrollo de los trastornos nient des- Como iba acentundose su melancolia Sintonas avanzados Ej)isoiios de su viila de colejial Contestiira moral de los educandos de Loreto y Monserrat- Sus entretenimientos Otros sintonas.
BlBLIOGR.VFIA GISLAIX /^emoHS Orales efe, Resgger y Longchamp Historia de la Bevolucion del Paraguay RoBERTSON Carias sobre el Paraguay TakdiiV La Folie Gkatioli:T Dla Fisonoma Ramos Gil Navarro Veinte aos en un calabozo la desgraciada historia de veinte argentinos envejecidos en los Lettres physiologiques ~ FoRcalabozos del Paraguay \ OUT
W.
j amba- Compendio y Geografa del Parnquay 1} agvO'S - Des Alienes C, Ellis TmiYe de l'alienation mentale'Moh as -Descrip-
}\QYyiA'S^
Elements de medecine lgale DuMf.RSAY-Htstoire phL^ique^ economique^ &. fe. du Para.^itny- Moreau DE ToVRPsycoIogie morbideJ ACOlJDPatolojia interna Apuntes de los S. S. MacltaiK y Loizaga RobertsoN C'zras sobre el reinado del Terror bajo la dictadura de Francia FAlMf^TMaladies mentales LeGRANDDU ^AVlA.'E Traite de Medecine lgale Lvrs Tratado de las e}\fermedades mentales Fr^ES Ensago de la Historia Civil del Paraguay hllTRE Historia de Belgrano y de la Indr^pendencia Argentina Dc Graty* J^f Bepblica del Paraoiw/ Barros Page i> AvA'i A Compendio de la Historia de Amrica-- F.
confederatioyi
La
sobre
que han
escrito
dictadura de
verbiales
10
dic-
acuerdo sobre
un conocimiento superficial de su vida. El mismo Moreau de Tours cuyo chispeante libro hemos citado tantas veces en el curso de este trabajo, consagra con la autoridad irrefutable de su
parte,
digmoslo
ra, dice el
as:
Una enfermedad
terrible, la
locu-
veces
en
medio de accesos
el
es
una causa
personas nerviosas,
mas
alto grado.
como
dice Paul
al
de
Saint-Victor,
histrico,
hablando
de Nern,
crearse, y
alienismo
una ciencia
en
cuyos
cuadros
(1).
figurara la
mayor
que esta moderna tendencia de los estudios morales, que algn dia formar una rama importante
de
la psicologa positiva, le
consagre
su atencin
tratando de investigar
cuales
enorme desequilibrio
buscando en
prueba de su
moral.
pretenda,
adulteracin de su
(I)
apellido
una
Pnul de Sain-Victor.
U
el
de un brasilero
al
go-
de Madrid
tabaco negro
(1)
un mameluco, paulista de orgen oscuro y de conducta equvoca; mitad aventurero y vagabundo que sent sus reales en la
Asuncin con la esperanza fundadsima de levantar con el contrabando del tabaco una fortuna fAll contrajo matrimonio con una criolla de cil. buena clase y de nombre muy conocido (2); de la
cual,
(1757), se separ,
regresando de nuevo
al
Brasil,
continuar su
jil y holgada vida de aventurero, ya que las pinges fortunas que habia soado solo
alcanzaron para comprr.r una casa en la ciudad y una chacra que fu mas tarde el refugio melanclico y el nico patrimonio de su primojnito. Pocos aos despus regres de nuevo al Paraguay, en donde muri una edad avanzada. Ni habia estado en
su tipo menudo y restringido, ni su color aceitunado y bilioso, revelaba que por sus
Francia jams,
ni
.sola
grandezas napolenicas
Cuando
el
(1) Histoire Phsique, etc. etc. du Paraguay par A. Diimarsay. (2) Del documento que insertamos en el Apndice resulta que la madre de Francia era de una de las principales familias del Paraguay. Pero segn informes de otra fuente que tengo, era una mujer vulgar y de origen completamente os-
curo.
12
dades y
ddivas de que fu objeto por mucho tiempo, pudo ingresar la Universilas repetidas
dad de Crdoba donde, segn sus propias palabras, lo empujaban estudiar la carrera eclesistica.
No conocemos
los primeros
aos de su adoles-
gen mismo, y que probablemente se deslizaron en la inalterable quietud de su aldea, en la eterna y soadora molicie de esos climas clidos, que dan
mayor
sensibilidad
los sentidos,
despiertan
la
Injiua,
la
peligrosa
ena-
No es estrao que ese nio vagabundo desamparado por su propio padre, en la edad y
el
que
lo
do entonces sentir los primeros sntomas de su enfermedad; todos esos temores inciertos y oscuros que asaltan la imaginacin precipitndola en
el
madre de
las
sombras.
Lo
la
nico que recuerdan los contemporneos y que adicin ha trasmitido con cierta repugnancia
1
nenado por sus propios vicios morales, tuvo la edad de veinte aos un fuerte altercado con su
Datos 8UiiiQstrudo8 por
el Sr.
(1)
Machnin.
sus PRIMEROS
padre, en
el
A:sOS
13
enorme
fe-
rocidad de su
carcter
sntiio
,
bestial.
Tomlo
ronse
ambos en palabras
como su padre
lo
increpara acremente ciertos procederes poco limpios, Francia levant su mano y sapiadadamente; lo abofete sin
abofete de-
que
pulsado
todava algo
mas
cruel
para la especie humana. Muchos aos despus, moribundo el pobre viejo, lo mand llamar con el deseo vehemente de reconciliarse. Desea salvar su alma, le decian, tentando la nica grieta por donde pareca entrar luz aquella naturaleza
proterva
ciertos
solicitar
escrpulos
implacables
lo
em-
pujan
diablo su
od
esta entrevista
ese viejo
;
suprema.
que se
mi qu me importa de
lleve el
The
este
man
fu Crdoba tendra veinticinco aos prximamente, y no llevaba otro caudal de ilustracin que el que haba podido recojer en aquellos colegios cuyos maestros, segn el juicioso autor
del
Cuando
ENSAYO DE LA HISTORIA
Enredado entre
los
la
CIVIL
DEL PARAGUAY
las trabas
(1)
pegajosas de
el
tomo
Paraguay por
P.
v V. P. Robertson
14
tre Jas
EN CRDOBA
cuales
el
sufri
estudios y se gradu
Facultad de teologa.
Solo conoca
el
clogo, la teologa de Goti y la filosofa de Dupasquier; libros en voga entre las eruditas falanjes
del Claustro Universitario, y en
critas con ese estilo inflexible
Piza escribi su Liber trium oerborun, haban causas suficientes para enloquecer al cerebro mas
bien templado.
Si es cierto,
como
lo es,
qne
la educacin inte-
lectual defectuosa,
mas poderoso,
turbaciones mentales,
fluir
en
el
desarrollo ulterior
de sus
estraordina-
rias anomalas.
j)ara
espritu, algo
como
la gravitacin
de un tumor
una montaa, y si esto se agrega la de las Encadas de Plottn del Proslogium hiperemiante de San Anselmo se agrega el estravo que causara en aquellas pobres cabezas la idea de que terminado ese suplicio iran refrescar la inteligencid adormecido
>-cmejnte
pop
el
estilo
tenebroso
de congestiones
se
tendr
una idea vaga de lo que era en aquel tiempo y la influencia que podra tener aquella educacin lbrega y
estril
como sus
claustros.
Eran larvas
EN CRDOBA
15
de locuras incurables, algo como cuerpos estraos angulosos y speros que se echaban dentro del
crneo indefenso de estos pobres filsofos, y que les estaban pinchando, oprimiendo, irritando el cerebro,
si
despus de cuatro
La
gtica
pagoda de Monserrat
el
que agobiaba
lloso
el
espritu
con
peso de su beca
la que con xito no menos maraviformaba las mas firmes columnas de aquel oscurantismo extico, que el clima y la localidad misma con el horizonte sobre los ojos, haca mas pesado. Porque Crdoba por su situacin estraa,
encarnada, era
recibe la
ha mas
otras
ciudades
colocadas sobre los valles y las altiplanicies. Monserrat era un recurso, porque en sus rgidos
encierros y en su disciplina presidaria, en la spera
misantropa do los maestros y en aquellas lecturas msticas verificadas por sus discpulos esculidos y
donde pretendieron encontrar el gran majisterio que les permitiera hacer las trasmutaciones tan deseadas por una poltica que gobernaba con la sombra y el fuego, y educaba con
y
desolado,
el silicio
y la .penitencia.
No
dejando que
la
de aquel
comentos de
Vida
los
rabes
(1)
(1)
Juan M. Gutirrez.
del Dr. D.
Juan B. Maciel,
16
EN CRDOBA
aquellos
Para
arte del
sofisma, y la fsica
convertida en
tes
el
y cualidades ocultas, que nada tenan que ver con el conocimiento de los fenmenos naturales)
mas
cin
de Villanueva.
las
La
teologa
envuelta
tambin en
las
lu-
tada de
sus
fuentes
puras, por
el
campo de
daba
gar
las
el
Despus
de todo esto y de haber torturado su inteligencia con la absorcin lenta de la Pars prima, de la Priy de la Tcrtia pars quedaban como sumidos en el estado intelectual de[)lorable en que
secondcc
ma
Fueguinos embrutecidos por la repeticin de sus orgias estomacales, esperando que la ansiada digestin levantara el peso que gravitaba
quedan
los
Una
en
el
monasterio salan
ancho sayal continuando la vida spera del al mundo, como Francia, invlidos del cerebro, cuando no palpitaba en su corazn el empuje innocador dol Dean Funes, el
^
la
ambicin saludahasta en
aire do
nar
all
ol
(2)
id.
LA EDUCACIN COLONIAL
17
vagar
del
lo
entendimiento
oprimido
por
el
amarraba al nebuloso sistema del pergamino apolillado y venerado en los estasis escesivos en que caian aquellos hermigios coloniales; aquella densa tiniebla qu( envolvia las cabezas, y que nacida de adentro de
grillete
que
Peripato
al
viejo
los
fu, sin
un
relmpago de
rica,
la
Am-
donde solo era permitido el comercio embrutecedor de los autores que segn la jerga peculiar
de
sus proslitos, simbolizaban con
El clero
tena
las verdades
reveladas.
decia
el
superficie del
mundo
apa-
apoderndose inmedia-
tamente de
to,
l.
era demasiado
muda
y estril
como
su alma.
colejio
que
para ingresar
estudios.
la
Universidad
terminar
sus
La
cacin
primera
una
indudable
predisposicin
nativa, habian
ya desarrollado, aunque en tonos vagos, la oscura Melancola que despus lo hizo clebre. El joven telogo vivia estrao todo y todos, sustrado por completo al contacto diario de
18
PRIMEROS SNTOMAS
los compaeros y de los amigos cuyas francas y cordiales afecciones no necesitaba su corazn s-
la
pero y ya medio tibio. Un escao casi perdido en penumbra y en cuyo duro respaldo grav su nombre, le servia de asiento mejor dicho de re-
fugio,
porque
all
de
la
vida palpita en
como un
amplias, signos habituales de un bienestar inconmovible y de una confianza sincera y despreocupada. Iba gradualmente dibujndose en toda su
[)ersona la
la enfer-
medad.
adquirir
sus ojos la movilidad nerviosa y medio convulsiva, tan peculiar de los melanclicos y de
los felinos,
movindose siempre temerosa y desconfiada, daban con ellos cierta sensible analoga.
Ademas de
la
estos
rasgos
que escribe en
ya en este tiempo ciertos signos caractersticos. Su estado habitual de sombra tristeza, de fra repulsin, mezclado un sentimiento de disgusto por todas las cosas humanas, se acentuaba profundamente en los prolongados encierros que
rido
PRIMEROS SNTOMAS
se condenaba
l
19
das de
Monserra.
de un peso enorme
solo se aliviaba y
pecho,
largos
aun veces desaparecia, en sus la ciudad. Y esto que tanto llamaba la atencin de la persona que con cierto supersticioso asombro me comunicaba el fenmeno,
paseos por
se esplica fcilmente recordando la curiosa obser-
La Fisionoma
aire
de que
el
tedio
el
mayor
del
facilidad en los
lugares en donde
las
no se renueva, que en
mar,
alli
montaas en
la
las orillas
donde
circule
profusamente
aqui
ban
dice
El
tedio,
en
un cerebro
enfermo, es
como
que
rios,
congestin
pasiva y de asfixia y asi se concibe todas las causas que puedan directa simlos
pticamente disminuir
movimientos respiratolo
un canto
lento
(1)
La Fisionoma.
20
te
PRIMEROS
el
SN
luMAS
apodo apropiadsimo de ser agudas las uas de aquel telogo felino, porque en una contienda de colegio, hiri gravemente uno de sus condiscpulos, con un corta-plumas cuyo filo habia preparado de antemano, rumiando cuenta, digmoslo
el
de sus compaeros
galo negro.
debieron
asi, la
al
ver
compaero.
el
ya
funestsimo
Aldao y otros neurpatas, bajo la frula teofamosa Universidad y destinado como l por no s qu singular coincidencia vestir hbitos de mansedumbre. Con motivo de una penitencia impuesta por uno
logal de la
de sus profesores, y que en su humor agrio y destemplado consider sumamente ofensiva, concibi
una venganza cuya ejecucin meditada y saboreada con perfidia bizantina, refleja de una manera
perfecta toda la doblez
de su carcter atrabiliario
y peligrossimo. Para el mejor xito de la empresa empez por simular un noble olvido, un sincero
y carioso apego
al
de un modo admirablemente ruin y calculado; y despus de examinar, comentar y madurar durante dos largos aos todos sus planes, eliji aquel que
le
pareci
mas
seguro.
con
la
cacin de la
vctima,
fij
cama y de todos
en
el
En
los ratos
EPISODIOS DE SU VIDA
en que
el
21
pobre
clrigo
sala
sus ocupaciones
sale
habituales,
cando
ladrillo
agujero
Hecho
esto, se
procur un
fusil,
prob su exactitud
haciendo tiros en una supuesta cacera, y una noche que supuso al catedrtico sumido en las beatitudes voluptuosas de su profundo sueo, meti el
arma por
su crneo.
el
agujero y la descarg con rabia sobre El golpe^ sin embargo, apesar de tanta
no se encontraba en
produjo en Francia
la
el
cama.
primer
Esta circunstancia
No
se v en estas minuciosidades
pavorosas,
de cuarto vio
tro duraznos, y se
los
comi dejando
los
carozos
Cuando aquel entr una palabra y todo pas Pasaron los das, las semasin mas ruido. nas y pasaron tambin los meses, cuando en una
noche.
sobre su mesa de
guardlos
sin
decir
tarde al
cerrar la puerta
de
la
letrina,
sinti el
muchacho, que de afuera se la empujaban violentamente y que se presentaba Francia egar, con una pistola en la mano Cmete estos tres carozos te mato aqu mismo y le presentaba tres carozos punteagudos y llenos de escabrosidades. El pobre colegial trepida. Francia levanta el arma
!
22
EPISODIOS DE SU VIDA
a
to
la altura
de
la
cara y cierra
un ojo apuntando.
el
La
vctima estira la
ga-
negro
es
aquellos
terrores
ojos
magnticos
en
supersticiosos, y se echa
lo detiene
el
carozo
las
la
boca.
borde de
fauces, lo pasea
y valor, lo pega
las fauces
le
lo
vuelve asomar
sin atreverse
tragarlo
Trgalo!
dice
palabra misma,
todos
opresiones indescriptibles
peregrinacin hasta
el
que
dolores
estmago.
abulia
echando fuera de sus rbitas unos ojos de sonmbulo estraviado, y se lo traga tambin, no sin que el gato le revisara la boca para cerciorarse que realmente
el infeliz
La mayor
sienten
parte
de estos
individuos
formados
en los claustros de la clebre Universidad, se revisiblemente de su educacin viciosa, y hasta podria decirse deletrea. Su influjo ha sido un
famossimo
fondo
turbio en
estas na-
conjneres.
Muchos de
ellos
de
sus
clculos, la
mansa y
falaz
hipocresa de
23
un corazn lleno de
las circunvolu-
pesadez ciclpea de sus muros, se refleja viva y elocuente en el estilo de muchas de esas pomposas reputaciones literarias, que nos ha
y hasta
la
legado
la
influencia
organismos trajeron
con
al
ciones y tendencias virtuales que sus respectivos al nacer, y que ella desarroll
la
exuberancia que
la
poca
le
permita.
que
de mayor
plasticidad,
sas, favoreciendo
Estudense
en los actos
sus
mas
clebres
discpulos,
y se
mas
decisiva de aquella
arte silencioso y
educacin
singularsima.
el
El
Dr.
Tagle
jesto
la intriga mas atrevida, su como sus ideas, impasible como su corazn y como sus escrpulos (1) mos-
urda y llevaba
fijo
cabo
inalterable
traban
la
do
disimulo
que
tenia
El tartufismo medio
;
la astucia felina
Vicente F. Lpez.
Historia
de
la
Revolucin Argen-
tina,
24
de Ibarra;
ritu
influjo peli-
de educacin, sera
casua-
mayor parte de
los
hombres
formados en
equvoca,
acentuadas,
de ciertas calidades
los
salvaron de un olvido
infalible, utilizando
oportu-
namente
ellos.
el
carcter y la inteligencia de
muchos de
reputa-
El
notoria
cin y de sus
rollizo
liberales, era
un
hijo
seversima disciplina
llevada hasta
mas
moral
brutales
estremos,
produce
el
desarrollo
do los
apoyan los instintos mas generosos. Parecia uji hombre de carcter dbil para afrontar responsabilidades directas y para mantenerse en s mis-
mo
frente
las exigencias
del poder
de los
hombres influyentes del partido dominante: sus maneras eran tan obsequiosas que veces cornpromctitm
lo <uc se
debe d
la
propia dignidad
pues parecia
casi
teiici-
siempre predispuesto
<
pedir
permiso para
todo
8
ospresar un
parecer, sobre
habia conflicto choque de pasiones y de intereses polticos. Por esto se le tachaba de te-
LA EDUCACIN Y LA LOCLTIA
ner
ixi
25
pocresa y
las
servilismo
la
>
(1).
educandos clebres de
rarezas
y estravagancias, cuyas afinidades nada equvocas con la enagenacion mental, daban su carcter cierto tinte profundo de hipocondra; que toca Monteagudo (2) ese histrico megalmano lleno de sombras petulancias y de vicios enormes de organizacin moral, fermentados al calor del claustro, l como pocos comprueba y por
lo la
sobre este
factor
que
constituye,
como
dice Parrot,
importancia; pues
intelectual
bien la
educacin
el
que ayuda
sello
tpico
formar
moral carcter, no
la
cambia
el
que constituye
propia
idiosincrasia del sujeto, en cambio cuando acta sobre un organismo limpio de predisposiciones, puede preservarlo de los desvos anormales resultantes de las aberraciones de su
inalterable
sensibilidad elemental.
tos, los
Cuando hay
vicios ingni-
fomenta y ayuda mucho su desarrollo. Es un riego fecundo que empuja fuera de la tierra morosa, esa vegetacin abundante que despus se hace lasciva y trepadora. El inters, la cultura
muy
ra podran talvez modificar (pero modificar simpleVicente F. Lpez Historia de la Revolucin Argentina. El Dr. Gutirrez en sus Apuntes Biogrficos de escritores y oradores etc.^ dice que el clebre Auditor de Guerra hizo sus estudios en Crboba pasando despus Chuquisaca
(1) (2)
completarlos.
26
mente), las
tipo
LA EDUCACIN Y LA LOCURA
manifestaciones del carcter, pero
al
su
travez de
las
mas grandes
la
vicisitudes de la
vida:
genio y
figura hasta
sepultura,
es
un
adagio vulgar,
pero profimdamente cierto y filosfico. Una educacin viciosa como se daba en aquel
tiempo
siciones
la
en
los
peligros que
surgen de
de
movilidad natural de
una coersugetarla
in-
Su rgimen
libros,
de sus
sus
colegios
(1);
maestros y hasta el rjimen y los hbitos mismos de aquella ciudad mas colonial y retardataria que
ninguna, echaban al espritu en esas propensiones
hipocondriacas que desvian los sentimientos y que dan la inteligencia una direccin errnea.
Es necesario
aun-
que poco vivaz, que nos ha hecho el Dean Funes, del sistema seguido en el famoso Colegio de Monserrat y en la Universidad, para comprender cuan
grande debi ser su influencia sobre
el
fsico
missufi
-
mo, no ya sobre
el
espritu
La comiinmenso
mortferas
que sugetaban
la abstinencia, el
Monserrat.
'1
n*"i'pn
<1.1
r>ln.vode
27
y soolienta fuerza de ser debilitante, perturbaba profundamente aquellas pobres cabezas que esterilizaron sus fuerzas y empobrecieron una
sangre
viosos.
destinada
vivificar
Porque fu precisamente por ah, por la sangre, por el aparato circulatorio, que la clebre pagoda llev al espritu una parte de su influjo complementado despus por otros medios eficacsimos. Por la sangre que hace vivir la clula nerviosa; que es la que domina y reglamenta las diversas formas de su actividad; y no hay sangre ni organismo por bien templado que se halle, que
resista un par de aos las torturas fsicas y morales que vivan sujetos los que como Francia ingresaban all estudiar para clrigos.
Me
la
imagino
la
media luz de un crepsculo artificial, todas esas sombras humanas, entregadas sus meditaciones
como
identificadas con el
pergamino de sus
el
in-
folios;
con
la
sangre
hecha agua,
la esclertica
peso de su
Cuando el- torrente sanguneo ha sido lanzado en los haces nerviosos con una impetuosidad inslita,
dice
Luys cuando
se establece de una
ma
movimiento vital se desarrolla en la clula, que poco poco se eleva una faz de eretismo ncoersible; entonces este mismo movimiento fluel
xionario,
tal
cual
de^
28
partamento
cual grupo
que se circunscriba
aisladas,
tal
de
clulas
determina,
aqu
fenmenos de emotividad incesante, all asociaciones de ideas, escitacion de la memoria y de la imaginacin, mas all exaltacin de las fuerzas
motoras, turbulencia, locuacidad incoersible; fen-
di-
causa nica:
la
la turbulenta inicia-
de Ramirez;
de Alvear y
llos
el
chisperos
en los arcos de
la influencia
de una alimentacin sana y abundante, de un aire puro y convenientemente oxigenado y de una existencia libre, fcil y estimulante, la sangre enriquecida y saludable corra sin obstculo irritando la clula y produciendo en cada uno las manifes-
taciones
siempre bulliciosas de
al
su idiosincracia
se
moral.
Cuando
contrario,
la
circulacin
hace
lnguida y la sangre se empobrece bajo el influjo de un ascetismo inconveniente, de una alimentacin precaria del recargo indigesto de la inteli-
horizontes; fenmenos
(1)
LuyaTraite
CMO OBRA LA ^[ALA EDUCACIN
inversos se manifiestan, es la
29
que retrocede de todas partes degradando la actividad nerviosa, que cae debilitada mas bajo de
fenmenos de depresin, de lipemana y de laxitud que aparecen y que se presentan bajo el aspecto de diversas y variadas modalidades, segn que el proceso anla
media
fisiolgica.
Son
los
tal
y segn que un nmero mas menos considerable de clulas hayan caido en la taz de torpeza
incurable.
(1)
el
lnguido y
em-
con
la
marcha progresiva
el
Colegio
de Monserrat
mas
del
dsima
misantropa
huraa de
Tagle, su
fisonoma nebulosa y
tan desagradable
fria,
las aptitudes
medio
linfticas
pequeo y bilioso; asi por fin, la dura oscuridad del espritu de Francia, sus angulosidades y precipicios donde no brill jams el
de su cuerpo
mas plido destello de un sentimiento humano. Nada hay que produzca mas decrepitud nutritiva, que haga mas lenta la irrigacin sangunea del
encfalo y aun del resto
del organismo,
que
esa
vida sedentaria y pasiva del claustro, donde todo es plido y languideciente, lento, inmvil, desprovisto
de
de
la
vida
(1)
Luys.
Obra
citada.
30
SNTOMAS VARIADOS
la
que abrillantan
Pongamos en condiciones
ganismo dispuesto
hereditarios,
al
que maligna
lozana se
desarrolla;
Con
lo
deroso para
diagnstico de
su neurosis
ele-
mento que si bien no lo creo nico, influy sin embargo como se ha visto de una manera poderosa. Hay algo mas que es necesario apuntar. El joven telogo
bres.
de su concentracin .bravia, amaba las mujeres tanto cuanto odiaba los hom
pesar
Las
calles apartadas
de
la
ciudad fueron
ruido-
mas de una
vez
testigos
mudos de escenas
incli-
naciones naturales
lo
obligado
rozarse
con gente de
la clase
porque
encontraba
mas
fcilmente
satisfaccin
de
sus pasiones de stiro hidrpico, y porque siempre que solicitaba los favores de algima dama de
posicin
mas
alta
que
daban con la puerta en las narices, le acomodaban por la mano annima de los sirvientes, una paliza llena de cruentos retacin un desaire, le
cuerdos.
Uno de
SNTOMAS VARIADOS
en una de las mazmorras de
la
31
Asuncin, en don-
de
fu
enterrado
por
Francia,
cuyas
el
espaldas
conservaban vivaz
llante
todava todo
escozor humi-
de
la
ofensa.
Otro vivi cautivo en un stano, hambriento y martirizado como solo l sabia hacerlo, durante diez y
ocho aos
al fin
al patbulo,
haban paralizado.
muy
No
rechazarlas
le
haba llamado
mulato!
Y
una
el
tensa
continuidad de
el
alucinacin
haban pronunciado.
no vengaba
la
ninguna
injuria
inmediatamente,
le
acaricia-
ba
memoria con
man-
da de la venganza.
dicho que amaba alas raugeres, y he dicho como se comprender fcilmente. Solo buscaba la hembra cualquiera que fuese su clase y su
mal,
color; la carne abundante
He
como medio
demasiado
para
Las reuniones de
la
clase
32
SNTOMAS VARIADOS
su clase y seducan y por teatro diario de sus hazaas, el refudel prestigio
de
lo
supremo en
aun
alli
mismo, para
colmo de sus desdichas no privaba como corresponda su alcurnia y su ambicin hinchada y petulante. Sea que su generosidad fuera un poco
equvoca, su tipo demasiado repugnante que su fama de poco escrupuloso hubiera llegado hasta ellos, lo cierto es que no siempre sus tentativas eran coronadas de un xito feliz. Sin embargo l se mantuvo rodando entre esa gente hasta que
sali
malodo
oblig huir
para siempre de
humano envolvindose
definitivamente en
sombras de su propio espritu. Se comprende que esta repulsin instintiva que inspiraba todos, hiriera profundamente su incon-
mensurable orgullo hacindolo mas retrado aun y dando pbulo sus propensiones melanclicas.
Cuando ya
garlo
la
ciudad
mstica
comenz ahoel
con su fastidiosa
monotona y
,vacio
se
como en un
remedio sus dolorosas ansiedades. Se habia apoderado de l esa suprema inquietud que sucede los grandes dolores y que nos impulsa movernos de un lado otro.
fundo
lo
el
El
echaba en
pecho
la
si
oprime
como
gravitara sobre
una
montaa.
SNTOMAS VARIADOS
Asi fu
33
que sin despedirse de nadie, marchse un da su tierra sin mas penates que una capa, una Historia Uniucrsal y la dispepsia con que
anunciaba su entrada
la
CAPITULO
II
SUMARIO Llegada
de Francia al Paraguay Nuevos sintomas-Ataques de hipocondra El Dr. Gauna Retrato de Francia Sus trajes Sus hbitos La organizacin interna de su casa Acentuacin de su enfermedad Acces'r^s de furor Sus. sobrinos y su hermana La dispepsia Efectos de In dispepsia sobre su espritu Sntomas neuropticos de los disppticos Delirio de las persecuciones Desfallecimiento de sus facultades La Cmara de la Verdad Sus sueos mi'rbidos Efectos de ellos Su constipicon habitual La elancolia termina su evolucin Derrame seroso Decrepitud Muerte de Francia Estigarribia Sultn.
II
al
Paraguay, tendra de
treinta y cinco cuarenta aos prximamente, y una reputacin de probidad intachable, para los que no conocian los detalles de su vida universitaria.
Era, decan,
el
defensor
rapias
mas
celoso de la
padrino de todos
y en el desempeo de sus modestas funciones de cabildante y mas tarde de Alcalde, mostrse de un carcter independiente, firme inexorable en defensa
de los ricos
de su pas, y contra las pretensiones ambiciosas de la metrpoli (1\ Asi era efectivamente: un esfuerzo poderoso de
voluntad
el
36
KN EL PARAGUAY
contenido
haban
poco ruidosos consumado con la supina habilidad con que ciertfs alienados ocultan sus impulsiones inequvocas, le hablan dado temporalmente el gobierno interno,
de su enfermedad.
Un
disimulo jesutico
logrando
restablecer
el
orden en
sus facultades
la
radas
la
cabeza arrojando
enfermedad.
en las c )nviilsioncs de
embargaban su
ciones
inslitas
femeniles
ciei'on
que aniquilan los hipocondriacos, hila intervencin necesaria del mdico y amigos curiosos indiscretos acaba
la
tos;
pero luego
de
algunos
ciudad.
El histrico,
como
le
llamaba
el
golpear con
te
mas
prxima;
que
las
le
mordan
^piitu
de los alucinados
ATAQUES DE HIPOCONDRA
paol D. Juan
37
Lorenzo Gauna (1) por cuya cienun profundo respeto, para que le quitara de encima decia el peso de aquella angustia que le arrebataba el sueo y le desfiguraba
cia tenia entonces
el
rostro de
El Dr.
una manera repugnante. Gauna que sin duda era un taumaturgo que
el
allanaba fcilmente las dificultades de cualquier tratamiento, tena una teologa peculiar para
pronsti-
dependan de in-
incurables.
Un poco
del
estimulacin
olfato
aromticas bastaban
para yugular
acceso que
por otra parte tenia su ciclo conocido y terminaba cuando debia. El Dr. Zavala que tambin acomjugar
paaba Francia en estos trances amargos hacia sus recursos apostlicos concretndose proclamarlo, tratando de convencer al doliente que morirla cuando Dios quisiera y no cuando l pensaba que orara con fervor que hiciera ejerciciosl y que saliera del pas, como si al dar este consejo
;
sincero prescintiera
el
porvenir de
manse-
dumbre y en cuyas manos no se descubran todauna sola pinta de sangre. Para que nada faltara en el cuadro abundante de los sntomas, tenia Francia un tipo marcadsimo de melanclico. Era de estatura mediana; mas bien bajo, que alto;
delgado y bien conformado aunque con una espalda
Apuntes suministrados por
Machain.
(1)
el Sr.
iiS
SU RETRATO
;
circnnstancia que
haciendo
mas grande
el
conjunto
de los
miembros
abdominales.
dad, pero asi
Tenia una
La
aunque corta y ligeramente oprimida; con las eminencias frontales sumamente pronunciadas y coa
un surco
debajo de
porque,
vertical
la piel
profundo que
la dividia,
como
si
la
sutura metpica.
en
Era una frente muda y estril verdad, es rara y confusa una frente
con mil surcos y protuberancias vacias que escapan la mas atrevida y paciente interpretacin
frenolgica.
\ era cobriza, oscura y llena de bilis en sus ojos ocultos tras un prpado plegado y laxo estaba como reconcentrada toda la vivacidad
Su
piel
felina
de
su Hsononia
llena de
una perspicacia
traidora y pavorosa. Cuando algn pensamiento siniestro le hincaba el cerebro, los ojos se clava-
ban oblicuamente, y las cejas se hinchaban en-^ crespadas con altanera echando sobre ellos una sombra intensa y recojiendo la frente que se ple-
si
toda
momento.
U RETRATO
39
sentimiento
y sagaz, se fijaba con sumo imperio en el rostro de sus interlocutores que debian mirarle de frente Una nariz delgada y y sin pestaear siquiera.
filosa
hoja de un cuchillo^ larga aguda y bolada, digmoslo as, con esos dos tubrculos de
la
como
base que, segn el patriarca de la inocente Fisionoma^ son seales evidentes de firmeza y conla
tumsia.
Todas
las carnes
de
la
cara arrastradas
por
su propio peso; y los carrillos pendientes secos y medio momificados, tiraban hacia abajo el prpado, dejando hacia arriba la pupila medio velada
y confusa.
elocuente,
La boca era, como ningn rasgo, el mas el mas tpico de su nacionalidad; por-
que los paraguayos, sobre todo los que nacen cruzados por sangre guarantica, tienen este aparato
peculiarsimo y
sumamente
caracterstico.
Era una
boca ancha, de labios delgados y verticales casi, movibles medios laxos y juguetones: el labio inferior entrante, ligeramente invertido hacia afuera y
cubierto por
el
sura derecha^ un
encojimiento despreciativo.
Era
la
boca de los
desdentados
de
Hobbein ha
pintado
pincel, ciertos
40
Su palabra era
oscura y embarazada:
le
gustaba como al viejo Tiberio emplear ciertos arcasmos favoritos y espresiones poco usuales; y
cuando hablaba, acompaaba su palabra con aquellas gesticulaciones pesadas y desagradables con que el hermano de Drusus parcela estimular su pensamiento perezoso. Aquellos pmulos prominentes y agudos, aquella
enjuta y deslustrada, aquellas manos heladas convulsas, con sus dedos largos y su pulpa achay
piel
tada como los de los tuberculosos, complementaban de una manera acabada y admirable la facies tpica y elocuente del melanclico hereditario.
almendra y unas polainas de casimir muy altas y elegantes; frac azul oscuro con dos galones en la
boca manga, grandes botones amarillos y dos estrellas en cada faldn chaleco blanco y un corba;
tn
de dimensiones considerables.
el
Este era
traje
muy pronto y bajo el influjo de causas conocidas, cambi no solo de manera de vestir sino tambin de hbitos, transformndose
de su dictadura, pues
hombre sobrio y de costumbres templadsimas. La descontianza lo apuraba y era menester huir el contacto peligroso de las mugeres que hablan constituido antes el deleite supremo de su vida Adems, ese ardor inmoderado que
totalmente en un
Jamas
le
sorprendan
en
la
cama
los primeros
41
al
negrito esclavo,
una
una
olla y
una pava
con agua para cebarse con sus propias manos el mate interminable con que se desayunaba. Entonces tenian lugar aquellos largos paseos en el
de su palacio, fumando un cigarro, que tambin armaba l mismo y que hacia encender con el negro, urgido por esa desconfianza enfermiza
peristilo interior
que iba por horas invadiendo su espritu, que le impona la frugalidad estremada de su comida, y que lo obligaba verificar la eleccin de lo que
hablan de cocinarle.
Cuando regresaba
servia
del
mercado
la
mujer que
la
le
de cocinera, de
ama
la
de
llaves y
aun de
puerta
confidente ntima,
dejaba
canasta
de su gabinete y solo despus de haber hecho un minucioso examen de todo su contenido, separaba
aquello que
mas
apeteca y
perro y los cuervos el entraba el barbero: un mulato ebrio consuetudinario, sucio y de costumbres crapulosas, que despus ascendi espa de confianza. Si el dictador es-
lo
que era
l
raro,
conversaba
lo
largamente, valindose de
para averiguar
que
hacian y pensaban ciertos personajes que al principio de su gobierno le despertaban amargas sospechas.
En seguida
reciba
los oficiales y
al
denes con una humildad y con un servilismo asiticos revisaba los papeles que le traia el Jiel de
fecho,
sesteaba y
leia
hasta
ia
hora de montar
caballo.
En
42
ACENTUACIN DE SU ENFERMEDAD
SUS paseos, rodeado de escoltas, precedido de numerosos batidores y armado de un largo sable y de un par de pistolas de bolsillo. Su templanza era notoria y la castidad bravia en que entraba por razones fcilmente esplicables,
levantaron su buen nombre una gran altura. Pero lo
que
el
espresion
gcMiuina do
Cuando
estos genesiacos
como
emocomo
la
elemento ner-
vioso que produca antes esas exaltaciones ruidosas, comienza anestesiarse, sobreviniendo la fria
indiferencia
del
hace insensibles al estmulo Concluyen para ellos todas las curiosidades ingenuas del corazn, como tambin
que los
medio
habitual.
estimulaban
el
cerebro
procurndoles emociones
incesantemente renovadas.
fermedad avanza, la va restringiendo hasta que, como dice un eminente alienista, quedan condenados vivir tan solo por una porcin limitada del sentimiento que aun resiste la torpeza general.
que sucedia en Francia. Hasta all su ascetismo melanclico reve->u.i lau solo el carcter inofensivo de una simple hipoconEsto era
lo
dra; tenia
accesos
repetido-
<I<'
oira las
ACENTUACIUN DE SU ENFtK.MEDAD
43
templadas que lanzan injurias y amenazan con la muerte; bien los ruidos confusos de campanas lejanas, de tambores y silbidos agudos; la visin de espectros de figuras cadavricas, de bvedas
subterrneas, de crteres que se abren sus pies que tan dolorosamente crispan los nervios de
Pero estos accesos, aunque transitoriamente, cesaban bien pronto, dejando largos intervalos de salud casi completa, durante los cuales se entregaba sus habituales ocupaciones daba audiencia todo el que quera verlo, paseaba
los melanclicos
(1).
diariamente visitando los cuarteles, las obras pblicas, las guardias lejanas y lo que es mas aun, se
permita con algunos camaradas de
escuela indi-
gentes, ciertos impulsos de rara generosidad; especie de estremecimientos humanos que todava se
abrian paso
travs
de ese
escepticismo
fri
y Calgula. Fu por esta poca que habiendo sabido que el hijo de una honorable casa cordobesa
en donde haba sido tratado con
suma
benevolencia,
Secretario suyo
(2).
lcidos,
cesaron
su lugar
la
para
siempre
dejaron en
amarga
sbitas y violentas que inspiraban sus frecuentes atentados; la incuacritud, las angustias
^,1)
(2)
44
ACKNTUACION DE SU ENFERMEDAD
odiosa y despreciable la existencia y que arroja al carcter en las facinaciones ineludibles de la muerte voluntaria, del
incendio y del homicidio cruel y framente calculado, como vamos verlo. Porque
mundo
esterior
que aral
la
soledad y que es
mas
tarde activa
y peligrosa y obliga al paciente destruir, matar con una impasibilidad glacial. (1)
Asi fu
mas amigos
parientes,
reconcentrando en sus
uno que otro dbil sentimiento bondadoso, amamantado mas que por naturales impulsos por mora especulacin talvez. Despus Me haber abofeteado su padre, nada le quedaba que hacer para revelar su naturaleza medistradas, diremos asi, en
complementar la sintomatologa negndose reconciliarse con l en circunstancia, que el [)obi'e mameluco moria indigente y abandonado llamando su hijo para perdonarlo (2). Tenia su lado un sobrino, que aunque ligado l por vnculos de sangre, era un joven lleno de buenas cualidades y que en uno de sus buenos momentos lo habia hecho, no recuerdo si su amanuense su ayuda de cmara; sobrevino una de tantas
lanclica, sino era
crisis
negras y por razones ftiles lo mand fusilar en la plaza julblica y en su presencia, como
verificar
acostumbraba
mas
(1)
(2)
S DISPEPSIA
lies.
45
atrabiliaria
el
Una hermana
suya,
mugen medio
l
germen
mental que despus hizo esque era la nica persona por quien habia plosion, mostrado algn apego durable y que vivia en su quinta, fu tambin abandonada, espulsada de su de una enfermedad
lado de una manera ruidosa infamante. A otros dos sobrinos los carg de cadenas y fueron sumidos por tiempo indeterminado en las crceles de Todo esto paulatinamente, medida que estado.
aquella savia prodijiosa que d la ^lelancolia la
abundante variabilidad de sus cuadros oscuros iba ascendiendo con su precipitacin habitual. Bajo el punto de vista fsico, no era solo la coloracin amarillenta difusa de su rostro, la sombra inquietud de la mirada, sino tambin las habituales
calenturas de cabeza,
las
el
enfriamiento intenssimo de
la
estremidades inferiores,
perezosa lentitud de
su circulacin y esta susceptibilidad estremada de la sensibilidad que al menor contacto produca una
sobrescitacion estraordinaria.
El apetito como el de todos los melanclicos se conservaba bien ; pero comia poco y hasta se privaba de ciertas cosas para no esponerse los
lo
perseguian. Po-
co mucho que comiera, siempre se pona despus, mas sombro que nunca. La dispepsia que hace
tan
sumamente laboriosa
crisis,
la digestin,
daba pbulo
y las fla-
sus
penossimas, originando
meteorismo
el
vientre tenso
como un tam-
producen
la
angustia
y provocan los
46
su DISPESIA
los- fuertes latidos del
accesos de sofocacin,
cora-
como
el
ni-
mo
de
el
punto
fusi-
mandar
traer su
propia
hermana para
larla. (2)
pueden darnos
sufra Francia
este respecto conozco cosas curiossimas y que la clave de las exacerbaciones que
manera
centro ence-
Hay enfermos que inmediatamente despuc> ib' sus comidas y al levantarse de la mesa se tambalean como embriagados; otros esperimentan un
sentimiento de vaguedad, de vacuidad en la cabeza; bien les parece que sus sienes son comprimidas
Una sensa-
medio pavorosa y penossima, una bruma densa que cruza los ojos deformando
los objetos les confunde y atormenta la inteligencia
Durante
la
evo-
(1) Dogont't. Traite des mnlndirs mentlos. qiu' es el libro di' Kcnjper quien dice (2)
Cno
que Francia
intent uim vez 'usilur su iiernmuH por el <fdi/o de hal>erse Viu'lto t imitar con sn csjtoso.
su DISPEPSIA
Ilicin
47
de estos sntomas diversos, el dispptico puede esperimentar todava, una sensacin de ansiedad intensa en la regin cardiaca, sensacin que a voces se acompaa de irradiaciones dolorosas que embargan todos los sentidos. Un grado mas y las
lipotimias y los desfallecimientos le
hacen perder
que
lo sofoca,
que
le
detiene
el
corazn produ-
buye ciertas variedades de la angina de pecho. Y no es esto todo: hay dispepsias con repercusiones neuropticas tan acentuadas del lado de la sensibique hasta presentan anestesias estensas en diversas partes del cuerpo; anestesias que ocupan
lidad,
ya un punto, ya otro de
la piel, las
manos,
los bra-
zos y sobretodo la cara interna de los ante brazos. Tan grande es la parlisis de la sensibilidad que
se les puede pellizcar, pinchar fuertemente con una
el
tegumento en todo su
ello.
turbadora
lentas y labo-
que estos influjos nocivos se hacan sentir sobre un cerebro presa ya de la Melancola; que estos sntomas, mas que
verdad,
causas, eran epifenmenos de la
mental, puesto que es
difcil
Tambin, es
misma enfermedad
predisposicin an-
48
terior, acten,
sus CONSECUENCIAS
con
el
por
solos
Francia era
dispepsia,
lo
melanclico hacia ya
mucho tiempo y su
gota que
aque-
Cuando terminaba
la
la
menzaba
la
peso de
la tirana
de un melanclico que es
silencio
la
El
mas
l,
empezaban levantarse en el cerebro, cmulo de agitaciones daban pbulo sus insomnios. Si se movia la que llama de la vela, como ella se mueve algunas veces
rios y con
como fuegos
(1) El Sr. Navarro en el folleto que citamos en el Captulo anterior alirnia que Francia era gotoso; el Sr. Alvarlos me asegur que el ao d'i eujindo estuvo en el l'ariguay. I). Vicente Estigarrihia le iuihia itirnuido lo mismo. Creo tambin aunque no tengo seguridad jue Molns y Koherstson lo dicen. La gota es una de las ditesis, euya influencia |tatf>.)niea sobre la produccin de las neurosis est fuera de toda duda [(rassetj. Recurdense en comprobacin de este acert los trabajos de Trousseau, Guencnu de Mussy, etc., etc. La niigrauia es una de sus nuinifestaciones Veeuentes. El nii, segn dice Jacoud y otros autores es uno de los estados patolgicos cuya correlacin con la gota es evidente. La epilepsia nuede igualmente depender de ella en nnichas ocasiones- Vnn Swieten cita un cuso en el cual los atacjues epili>ticos cesai-on tan pron(iarrot habla de to conu) apareci'rot los accesos de gota, muchos ejemi'los del mismo gu'ro y Lynch dA <los cast)s que SdilK'r, Klein le parecen U'moslrativos i\ Jacoud [(nis.>iel|. y Mu.sL'rave retieren ejemplos de histeria en los cuales la neuStoll ha visto una rosis (lesaparccia ante un ataque de gota. crea gotosii, Siiuvagcs y Ackerman un ttanos y varios auto res alemanes y franceses han observado casos de locura pro ducidos por esu ijitesis.
49
so-
aire
alguien
la
habia
plado suave y diablicamente para dejarlo oscuras ...y dejar oscuras un perseguido, en mo-
mentos en que comienzan filtrarse al travs de las paredes y de las puertas los grupos grotescos de sus fantasmas, es lo mas grave, lo mas cruel que pueda acontecerle. Si chillaba el pestillo do la puerta cruja el mueble que se despereza hinchando sus miembros entumidos, le pareca que alguien lo habia hablado, que lo llamaban, que lo chitaban que se movian detras de l cautelosamente.
delirio dlas
persecusones medio abortado y un tanto vago que padece este gnero de melanclicos, lo asaltaban
esa hora, llenndolo de temores y de angustias que nada justificaban. El mismo cerraba las puertas,
revisaba con
sus muebles.
Ponase a escuchar
soledad y el silencio de la noche hocian pavorosos; aplicaba su oido al ojo de la llave, revisaba bajo su
ropas dentro de su armario despus se acostaba para pasar el insomnio que y la edad y su panofobia depresiva y punzante le producian, con algimas intermitencias consoladoras,
embargo. Por ltimo, ciertos mpetus de perseguido peligroso no tardaron en presentarse, y lo hicieron tan temible que ya no era posible ni mirarlo siquiera. No sabiendo una pobre muger cmo acercrsele se trep hasta la ventana de su cuarto, y no solo fu encerrada en una prisin por este acto
sin
50
tan
que
se busc
lo
complet.ameute iguoraute de
infame
complot y se terminado.
le
encerr con
ella
de un acto tan ultrajante para su propia dignidad y que sobre todo pareca
Tara evitar
la repeticin
persona que se
le
all
mismo
fusilada:
Toma,
para
el
le
dijo
tiro
si
al
centinela, esta es
una bala
el
primer
segundo, por
el el
ras
he
de errar
tercero. (1)
Conocida esta orden, la mas triste soledad reinaba al rededor del palacio. Sin embargo, quince dias despus, un indio Payagu ni/>, al pasar, las ventanas sagradas y el centinela le descerraj im
tiro,
li
jams
cia
puerta y dio contra orden, diciendo que l hubia ordenado semejante cosa circunstan^
que indicaba en su mcMnoria una falla que fu para 61 uno de los sntomas de decrepitud mas
crueles.
Tanto mas
cruel,
cuanto
(jue
antes su
dos con cierta satisfactoria y pasmosa facilidad: el vigor de su memoria habia tenido fama entre los
condiscpulos, punto de ser citado
(lijio.
como un pro-
KmImtI
-Mil.
:ir!;i-
-mIm-c i]
';i i-:i
idi
51
mas
absorben como
atrofia
esponja y
La
a pesar de su vigor resto de sus fuerzas cerebrales, fu una de las lesiones que mas influyeron en su decaimiento mental ulterior, echndolo en las mil contradicciones sangrientas que le conocemos. no
le
el
Ya en los primeros meses del ao XXVIII habia comenzado disminuir sus salidas. Poco despus, se encerraba en sus piezas semanas enteras y no
le
se ver daba
sus rdenes
por una
rendija
de
la
veces y la vieja que le llevaba la comida. Por esa poca fu que su spera lypemania
lle-
que en
algunas
ajitado y gritar como si hablara delante de alguien quien insultara: la horca! al patbulo! al calabo-70,
miserable
tacion lleg su
los corredores y
lirio
Sumo
Pontfice
por
el
mas profundo
desprecio.
Fu
(\)
la
antigua
Provincia
del Parauav.
52
IMPULSIONES HOMICIDAS
la
tormentos aplicados en
clebre
feroz.
Cmara de la La tortura
fusilamientos,
multiplicaron
y
la
los
satisfaccin
exi-
gente
de
sus
caprichos,
se
hicieron
diarios
La Cmara
mas
aplica-
ban la inocencia sus dos lobos favoritos, abrian una vlvula saludable su hidrofobia bestial y reglamentada. Como las noches de insomnio se haban hecho frecuentes, habia que proporcionarse
alguna
distraccin
melanclica^
cualquier
suace
derivativo que amortiguara la esplosiva espontaneidad de esa ideacin morbosa que lo molestaba tanto y que es tan activa y atropellada en las cabezas que no tienen el supremo consuelo de la
el
sueno.
tan brbara
Era
la
triste,
como
eficaz
propsitos
fundamento mi
tal
juicio,
vez
sospechas y aun la certidumbre de los hechos que lo inducan aplicar el tormento determi-
cr-iioldad
romo
notoria
SUEOS MRBIDOS
injusticia.
53
Esto es posible, pues segn lo afirman algunos alienistas, puede suceder en aquellos individuos amenazados de enagenacion mental y en
aquellos a quienes Lasegue con su acostumbrada
exactitud de clasificacin ha llamado los celbrales.
Son
algn
tinte
estos,
mentales
por
adquiridos en
accidente
menos
evi-
me
refiero lo desig-
nan con
el
el
nombre de
sucilos mrbidos,
por que
hace que los incidentes infinitos del ensueo se tomen como cosas reales dando este resultado que
tiene
mucho de ridculo, sino tuviera algunas veces mucho de terrible. Asi se ve que se resientan de
una
injuria recibida en
;
el
secuencia
que
manden cobrar
prestado
y se enfurescan cuando les niegan el prstamo, y que vivan por largo tiempo profundamente disgustados con individuos quienes los han visto cometer
el
mundo
ignora.
Es que
Es verosmil que Francia tuviera estos sueos mrbidos dada su enfermedad mental, y que en muchas ocasiones fueran sometidas a los mas
crueles tormentos personas completamente inofensivas, pobres cuitados
sar
mal
54
SUEOS MRBIDOS
cuando se producen en una
como
ssintio
suya, porque son un incentivo lgubre y poderoque revuelve el cieno, dando un estraordi-
nario
ntioral
poder de infeccin, todo ese parasitismo que est conmo sooliento inactivo en el
Cuando la enfermedad est ya declarada no son sino un resorte sensible que determina con toda seguridad la esplosion
fondo oscuro donde germina.
de las
crisis.
Durante los fuertes calores de Diciembre y Enero del ao XXVIII, no se pasaba una noche sin que
se aplicara
el
().
La
alta
temperatura de
su
estacin y la
marcha
natural de
enfermedad
lo
hablan puesto
mas
hurao aun: los rasgos profundos de su fisonoma, mas que nunca contrada y apretada, espresaban
con
suma
viveza
esa
lo
arrastraba
labio
inferior estaba
como
fuliginoso; la
con ciertas vaguedades indefinidas que le hablan dado un aspecto aliiiico tan caracterstico, que el mismo Estigarribia, segn lo espres despus, lleg temer que el Supremo terminara sus dias en un acceso de locura. Sus desordenados monlogos se haban hecho mas frecuentes y en las rarsimas ocasiones que salia los corredores se
lo
(1)
DECADIIENTO CEREBRAL
DO
sbitamente y con los ojos trmulos mirar fuera largo rato como si observara en la vaguedad del
espacio un objeto solo para
l visible.
Sus ideas^ fruto de lgubres y continuas meditaaunque mas escasas por la degeneracin que necesariamente esperimentaria el cerebro en
ciones,
mas
sombras,
mas
tristes,
mas
estraas aun,
si
es posible.
Asi es que
la creciente taciturnidad
de
Las ejecuciones ya no se
sino en su
verificaban lejos de
l,
misma
puerta
(1).
El con su propia
mano
repartia los
pelotones los cartuchos y miraba desde su ventana la manera C'tmo despedazaban bayonetazos
que no haban podido morir bala. Los cadveres deban permanecer frente las ventanas
los reos
durante
cia,
el
dice Robertson,
asomarse y permanecer
lar-
gas horas mirndolos fijamente, como para saciar sus ojos en esa obra de muerte y proporcionar
diablica
ficas
j
satisfaccin
sus
inclinaciones mal-
(2).
Que pavor no
encorbada y temblorosa asomndose los balcones ciertas horas de la noche, para darse el placer, placer de melanclico, de contemplar cad-
(1)
(2)
sobre
el
ranmuuy,
:>(.
ver ubaiidonadu.-^
cuii
Estos espectculos eran sus platos favoritos estraamente estimulantes y adecuados de una manera admirable la torpeza enfermiza de su paladar de
viejo decrpito y
pecinado.
Cuando
ter
los
de
agudez
encerraba en su
nas
descargaba sus furores sobre las persoEntonces los empleados que lo rodeaban.
y soldadas, todos eran igual-
mente maltratados por su mano y por su boca tan soez como no es posible imaginarlo. Vomitaba injurias y amenazas contra supuestos enemigos y era en aquel momento cuando hacia ejesentencias y cutar, con luia saa inconcebible, arrestos injustos, impona los mas crueles y
severos tormentos hasta
el
le
una bagatela las condenaciones numerossimas que dictaba su mal humor. (1) Para hacer su figura aun mas lgubre si cabe, resolvi que el tormento solo se aplicara de noche! Las puertas de la Cmara de la Verdad, abiertas
s
es que
quedaba en
el
que escuchaban ateridos de miedo y transidos por un terror que ninguna pluma describir jams, que
!;
.
;i
..
,-
.:,
,,,,1111..
(i.i',,
.,
57
se purgaban
los
satisfacian con
En un
famosa institucin. Un largo medio por un trozo de madera, sobre el cual descansaba el vientre, reciba la vctima, que, echada boca bajo era amarrada de pies y manos, las nalgas y las espaldas desnudas, el pezcueso agoviado por una enorme piedra y la cabeza colgando y envuelta en un poncho, que se transformaba en dogal cuando la garganta incomodaba con sus gemidos inoportunos. Ni un grito, ni un espasmo ni uno de esos movimientos de clera que abrevian el suplicio que lo levantan dndole el carcter de un combate. Despedaza
habia instalado
catre atravesado al
simtricamente su vctima;
bro,
la diviiJe
y la sub-
miem-
una convulsin especial cada fibra. Al lado del catre dos colosales Guaycurues, con unas manos chatas y espesas, manejaban como plumas unos ltigos de oergas de toro, previamente escupidos y sobados, segn un procedimiento propio por medio del cual les restituan la flexibilidad
que
el uso y la sangre les hacan perder. Aquellas dos bestias, humanizadas por la estacin vpeda, eran como dos ruedas locas, que no cesaban de
en
movimiento, hasta
Patino y Bejarano eran los jueces, y aunque compartan con los indios sus rudas funciones, lo
58
t>U6
12sftMN10.S
apuraban
mitad de
el
tes inoportunas
que arrebataban
los
verdugos
la
como
dice Paul
de Saint- Victor,
la fantasa
En
el
los instantes en
anchos paseos, cuando los engorrosos procedimientos para asegurar al reo retardaban las ejecuciones apetecidas. (1) All escul
chaba
los
ayes que
le
acariciaban
el
odo, pro-
cum-
usurariamente.
La
vctima
sudaba sangre
de las espalda?; y de las nalgas ulceradas, y cuando el dolor horrible, intenssimo, le produca el
sncope, Patino pasaba
al
cuenta
al
se: s continuar
<'>i
cesaba
la
Otro sntoma
ceptibilidad
rabiosa y que ayuda eficazmente diagnstico, eran sus insomnios tenaces. '^)
cin inervacin y pi-odiicicndo un estado
perma-
(1)
(2)
a Mula>
sus INSOMNIOS
59
nentede hiperemia en el cerebro^ haban deteriorado de una manera profunda las funciones nutritivas. Dos, tres y aun ocho dias pasaba durmiendo una hora, y cuando por un esfuerzo supremo consegua conciliar el sueo, se veia atormentado por ensueos
y pesadillas penosas que le hacan aborrecer la cama y daban sus empujes melanclicos un Y cuentan tinte aun mas oscuro que de ordinario.
que sobrevivieron, que una noche de insommas al Paraguay que veinte conspiraciones; porque sus vigilias forzadas determinando
los
nio costaba
que son sus consecuencias indispensables, fomentaban la recrudescencia de sus crisis. A- \iv durante muchsimos ao?, hasta que sntomas evidentes de parlisis le anunciaron el decaimiento completo en que haba cado su cuerpo.
En
estas
alternativas
de
por
carcter
las
fantstico, aguijoneado
chas que
le
el ejercicio
melanclico, fu
aos.
los
noventa
No
final
le
enfermedad
y pesar del debilitamiento progresivo de sus fuerzas y aun de sus facultades intelectuales, lace-
su dictadura.
como en
rdenes se hacan
y estravagantes.
mas
caprichosas,
mas
violentas
naba apenas;
mas
GO
difcil,
SM\>M^5 FINALES
torpe
lento
derrame
iba paulalitiamente
par degrs^
la
Por
fin,
Apo-
la
Melancola
la
comme un
enipoisonn
Solo Estigarribia, su mdico, y Sultn su amigo interesado, rodearon su cama en ese momento su-
premo.
Estigarribia rezaba con
que
le
mas profunda
(1)
indiferencia.
las formas del reumatismo cerebral, dice Charencuentran en la pota. La apnplegia reumtica forma apopltica del reumatismo cerebral indicado por Stoll y muy bien estudiado por Viga se ve bajo la Corma de estupor en la gota, segn Lynch y Irousseau. Tambin determina algiuias veces el resblandecimienlo y Esta ltima enfermedad es la que con la hemorragia cerebral. mas generalidad se admite como la causa inmediata de la muerte de Francia. El estado deplorable en que e encontrariau sus vasos consecuencia de su ditesis y de la edad avanzada confirma de mu manera completa el diagnstico corriente. Orasset y casi todos los autores modernos, al hablar de la hemorrajia afirman que la edad d<'sempena un gran rol, (pu* la senilidad favorece y provoca las alteraciones que la producen y <iue de una nutnera general se debe decir que la hemorragia cerebral es tanto mas frecuente cuanto mas avanzada es la edad. De sesenta pan arriba es en 1 que con mayor frecuencia se observa y Francia muri venta. La apopleju noes siempre sangunea; puede ser s< En este caso es debida A una especie de edema agudo, a un derrame rpido de cerosidad en los ventrculos en el cere bro mismo (Grasset). Esta ltima forma es la qu(> mu nr.is frecuencia se observa eu los ancianos.
Todus
cot, 86
li
CAPITULO
III
miiico Estigarriljia, su retrato, su vida y sus talentosLa teraputica de Ins enfermedades de F"rancia Sus insomnios y su constlpacii-n Preocupaciones de Estigarribi-i Patino Sistema penal de Francia El gabinete de estudio Su ama de
El
llaves El perro Sultn El negro Pilar Los cuervos Estravagancias dolorosas - Matanz is de perros Ejecuciones-Servilismo Sus nicos amigos Minuciosidades acfm'.nistrativas Conclu-
sin.
Apesar del aislamiento claustral en que suponamos aquel gran misntropo, tenia su rededor cierto nmero de favoritos, que constituan, dir asi, su Corte. Pero era una Corte peculiarsima, nica en su gnero, y que colma la medida
de las singularidades humanas.
oficiosos
como
la corte
letrados, sus
pages y lo que es aun mas raro y pesar de esa probidad jensica proverbial que tanto contribuy exaltar su cerebro, sus damas; unas gorgnas
trigueas y verdozas que sol 3 en las polleras revelaban su sexo y que prolongaron los aos de su larga vida atrofiando el exeso de su torpe gene-
ssm3.
La C
)rte
62
la
sus NTIMOS
clase
mas
nfima do su pueblo.
Era una nobleza como la de los principes de Napolen I quien l trataba de imitar por medio de un sombrero de lastimosas dimensiones; una
nobleza de origen completamente sucio y plebeyo que completa de una manera notable la ttrica sintomatologia de su neurosis.
Dragoneaba de Comandante de
cargada de cuidar
la
la
Guardia en-
nados lo que era la libertad y no encontrando en su cabeza una definicin satisfactoria, concluy por decirles: que era la f, la esperan :'i, Vt mrirhd
y
el
dinero.
Tenia su cardenal en el Provisor Vicario General que gobernaba la disesis y por conducto
del cual prohibi las
turno,
temeroso de
sospechosas.
Sus pages, en dos negrillos mal entrazados y medio rquiticos, con los huesos nejados
hacia
por
alguna
ditesis
hereditaria,
quienes
altos
azotar
diariamente
con
uno
de los
dignatarios de la Corte.
su
nigromntico,
dada
pequea y
el
as-
pecto misterioso y cabalstico del inolvidable Estigarribia, cuyas manos como manojos de zarzaparrilla,
eran
las nicas
el
que
tenian
la
piadosa
misin
de
preparar
tsigo
de
durasntUo^ con
que
el
lorada
\><^r
BEJARANO
63
nes mltiplos de verdugo y barbero desempeaba un chino de proporciones monumentales, llamado Bejarano; hombre de maneras brutales, de larga barba, cabeza pequea con las lneas y las estrecheces de un cretinismo acentuadsimo y una mano de canalla, ancha, espesa y de ajilidad sorprendente
para manejar
B(\jarano
la
verga
triste
Cmara de
el
la
Tortura.
Dictador y
en alto grado, de esa privanza depresiva y humillante que tenian con l todos sus coadjutores.
de poseer como ninguno el arte dificilsimo de azotar la vctima producindole enormes sufri-
mientos
sin
que
perdiera
el
sentido.
Cuando
demasiado
escepcionalmente,
alguna
sensibilidad
manos y
el
paciente se
el
hisopo
empapado en salmuera y
cal
vengativo se
lo
maes-
En una
Guaycur y de
inmoderado por
rasgos
pronunciados
placeres sexuales.
Estigarribia era
mas
alto
prioado de Francia.
respeto, hacia
que
el
Dictador
hija del
lo
artificial,
miedo que naturalmente le inspiraba la hombre tenia su vida entre las manos. Aquel pobre taumaturgo que ni leer bien
idea de que aquel
sabia, era
el
mas
bello
ejemplar de
la ciencia
m-
04
EL ATDICO ESTIGARRIBIA
un
dignsimo
la
diea de la colonia;
del fsico Conriellas;
hijo intelectual
un jirn de
posteridad pa-
vorosa del bachiller Bazan, aquel encarnizado protomedico que no dej vivo ni uno siquiera de los alcaldes y regidores Santeaguinos que cayeron en
sus manos mortferas,
Estigarribia era un hombre ntegro y de luia bondad moral prueba de todas las tentaciones. Su alma sin doblez y casi diria candorosa, no sinti jams la fascinacin del asesinato impuinie que podia haberlo llevado fcilmente librarse de Francia por
Tenia un aspect')
patillitas C(r-
abundantemente de canas y
una de esas fisonomas difanas y transparente al travezde las cuales se descubre sin gran trabajo hasta el ltimo repliegue del espritu. Hablaba poco como convenia su regio cliente y pesar de que cultivaba cordiales relaciones con el pueblo no se
le
Era un hombre mejor dicho una miniatura de hombre, pequeo enjuto y reducido aunque muy
proporcionado: tenia un cuerpecito de nio raqu-
con prominencias y jibosidades en la espalda y un cuello corto y flaco terminado en un crneo voluminoso para tan precaria estatura; pero un
tico,
crneo inteligente con frente amplia y con mucha luz en los surcos y en los razgos, que eran hon-
dos
sinceros
como que
reflejaban
ingenuidad de
la lnea, la superficie
mansa y tranfA
quila de un corazn
('<i>i'itn
irreprochable.
iia'la
do
inia v\c/.n
<'i>!n"n
n'>vi-
EL MEDICO ESTIGARRIBIA.
65
miento que revela su fisonoma. Pero de una viveza pasiva poco bulliciosa y sin el carcter fosforecente
que se revela en los nativos esta especie de temperamento intelectual que tanto se confunde con el desarrollo superior del cerebro. Tenia unos ojos claros, sumamente claros, y metidos como dos anteojos en unos rodetes formados
y movible con
por
la piel
laxa y
fcil
de
la frente
y por
el
par-
pado inferior abultado y oscuro, recordando el parpado suplementario, la membrana clignotante ([ue segn el hcekcclismo intransigente, nos han dejado como herencia, nuestros antepasados lejanos. Una boca grande, un cabello poco abundante, suave y con pretensiones de ensortijado y dos orejas largas, anchas, que parecan robadas algn gigante mitolgico, completaban el rostro del inolvidable y benemrito D. Vicente,
el
mas conspicuo
consular de
la
Corte de Francia.
Cuando sala sus quehaceres profesionales, montaba en un pelicito lobuno; y con los pies
fuera de los estribos y las piernas pendientes y agitadas del movimiento tremulante que le impri-
ma
el
trotecito
revolucionario
del
petizo, reco-
haciendo precipitadamente
sus visitas y retirndose otra vez esperar las rdenes del Supremo. No habia, por supuesto,
pulso, ni por frmula,
cirlo;
ni
aun
la
prehistrica
observacin
el
de
la
vulgo medicina
Habia
instinto; la claro-videncia
el
semeyo-
tG
mos
una prctica diaria y constante. I>. \ icente curaba- esto es ududablc y curaba all, con mas xito que cualquier mdico ilustrado; porqiie
su tino nativo reH.iia
el
conocimiento profundo,
enfermedades propias del clima y de las yerbas medicinales abundantsimas, con que la naturaleza lia enriquecido aquel suelo. Viva en su botica completamente sustrado todo contacto vulgar. Y solo cuando ciertas morlas
tificantes
aunque emprico de
dolencias
atacaban
al
Dictador,
se
lo
como una
el
metindose hasta
Csar, no sin
grande y profunda admiracin de parte del iMieblo, para quien aquel privilegio inaualgo
dito tenia
de
sobrenatural.
y mltiples, los sudores
Las
d(;
lavativas variadas
enormes
pilas
de cobijas y
el
la
sangra repetida
el
j naque ad
aninii clHir/niun
como deca
divino
fundamento invariable de su terajutica casi milagrosa. Aquel hombre hacia prodigios con esos tres nicos recursos y segn la iiadicion de su pueblo, tal vez un poco benvola, el tristel, sobretodo, operaba entre sus manos las maravillas del unto mgico de Paracelso. Pensaba como Voltaire, quien, intil parece decirlo, no conne('), que las j)ersonas de choledoquc couland ct cntraiHos veloulefi son dulces, afables, graciosas, mucho
Celso, constituan
mas
complacientes y desenvueltas que el pobre (constipado. ol(M'n.a vctima d'^ <ii propia inercia intestinal.
G7
l la
doble
que
su vientre.
Largas y profundas meditaciones costaba EsHabia ensagarribia esta irregularidad intestinal. yado todo su arsenal teraputico sin encontrar la tisana imperial que lo librara de las exigencias
apremiantes de su impaciente amigo.
Y como
el
las afec-
quemaba
pea.
el
blema supremo,
Aquella
de su singular farmacotan
mortificacin
degradante para
La
frecuencia
con que se presentaba ese tlrico malestar que tanto prolongaba sus ansias melanclicas, lo hacia
por momentos
mas
exigente con
su mdico, que
en cierta ocasin hubo de ser espulsado por ignorante y b ribo naso. Esto ltimo aconteci, sin duda, porque Francia
le
tenia
se
muy
pesar
polen
I,
ya que no
cabeza, por
lo
menos
en
el
sombrero y en
la envidiable
regularidad del
intestino.
tancia tanto
como
las molestias
de
la
enfermedad,
G8
PAti:o
tanto apremio su
trata-
miento
definitivo.
la
Francia tenia
ese vago delirio
muchos de sus actos, de parecerse ese grande hombre en su figura y aun en su genio
en
maravilloso.
Tenia en
el
de Nuremberg representando su hroe y la que tom de buena t como un escelente retrato, hasta que el Suizo Rongger le esplic la inscrip-
alemana que tenia debajo. La idea de completar el trage de corte con un enorme y ridculo
cin
elstico cruzado, le
provino de este
dibujo en
el
cual se habia pretendido ridiculizar Bonaparte exagorando las dimensiones de su sombrero. (1) Al lado de Estigarribia y como persona consespecie de picua tambin, estaba el fiel de fecho vampiro capaz de sorber la sangre de su propia madre, y que tenia como Bejarano funciones ml;
tiplos
do delator,
de juez, de
secretario y espa.
Este personaje
maba
su Sa/icho Punza y que por la universalidad de sus aptitudes desempefiaba tambin el rol o
bufn,
ocupaba en el palacio un lugar preferente despus del mdico. Hacia las veces de secretario cuando no se trabajaba en la Cmara de la Verdad cuando los ratos fugaces de buen humor del Supremo, 'no lo llamaban desempear sus funciones estpid1
lul
n-
(V
Ki'ii'-"'fr
liin
ilKimi' -()l>ni
til'.ulii.
PATINO
fi9
orden recibida, de
recliazai*
documento
que no tragera
consabido S. E.
el
Exmo. Dictador Supremo del Paraguay. Con otra circunstancia ms y por cierto
que
el
curiosa:
peticionario
al
no
dejar
Dictador que
el
pusiera con su
el
jropia
mano. de S.
Cuando
fiel
de fecho escriba
dictado
la cara, sin
hacer preguntas impertinentes y con los pies desnudos pues segn las estravagantes concepciones de
aquel singular fisilogo,
el
calor
de los
botines
acumulaba en
Patino
(asi
la cabeza.
llamaba
este cortesano
aunque con menos angulosidad, tenia la misma estructura moral de Bejarano. Era segn creo un
criollo
la
mezcla no-
civa del
que daba
aplicacin
al
heraldo su ferocidad
tormento.
en
la
artstica
del
alma negra y con las dobleces necesarias para llegar hasta Bejarano, pero pasi-
va,
morosa y
sin
la
inventiva
maligna de aquel.
organizacin.
P>a
pero no
dispuesta y fecunda del majhorqucro refinado, que inventaba para cada vctima
espontaneidad
particular
una tortura
especial.
Era malvado, mas que por inclinaciones enfermiy de puro ignorante: pareca
70
l'ATl.NO
una reproduccin humilde y medio degradada de Facundo en quien no habia enfermedad sino el salvagismo impulsivo y la spera rusticidad del homSeguramente que de su cerebro bre primitivo. perezoso no hubiera brotado .jams el degello
serrucho las mutilaciones lentas por
mellado, que trasplantadas
al
el
cuchillo
Paraguay hubieran
hecho las delicias de Bejarano. Todo el aspecto fsico de la persona, y hasta la misma inercia de su fisonoma, ponian de manifiesto
su
estructura interna.
porciones, regordeton
vasto de espaldas
como
convenia
al
homnimo de Sancho.
Un
cuello es-
peso y corto, de esos cuellos caractersticos que viven solicitando apoplegas; y unas piernas cortas y abiertas por la
tejido adiposo.
Unas
i)iernas columnarias,
el
mismo Fran-
que
andar
En su cara redonda
mientos laterales propios de las personas glotonas, m inifestaba dos rasgos profundamente espresivos y
que se abran paso al travs de la grasa que la la hacia informe: clareo superciliar grueso y redondo como la piel de un paquidermo, formando esa cubierta espesa detrs de la cual se esconde, para
y una pupila pequea pero con una fosforescencia inquieta y su-
mirar mansalva,
el
mamente
elocuente.
El
fiel
SISTEMA PENAL
toda hoi'a en
el
71
mentos, menos
bia,
al
dormitorio del
Dictador
donde
solo la modesta,
podia pisar.
AUi concurran Patino y Bejarano asiduamente, y de cuando en cuando, el comandante de la Guardia Imperial recibir las
de los grandes dignatarios.
rdenes supremas.
Alli
el
en-
tusiasmo y la supersticiosa veneracin que profesaban al amo tomaba su altsimo vuelo. En presencia
de aquellos viejos volmenes de Voltaire, de Raynal y del abate Rollin dotados, por
el
solo hecho de
fama de sabio
de esos
Dictador
el
en la
imaginacin
pobres patanes.
estudiaba y en cuya contemplacin respetuosa se pasaban horas enteras mirando como dos autmatas aquellas cstranvagantes
y//r7rtS;
el
estudio de las
del
mas
recnditos designios
asi,
corazn humano.
si
no era
qu significaban
astronmicos en que lo sorprenda la aurora mirando p arriba, segn la observacin de uno de sus chambelanes. Los escasos instrumentos de matemticas, las cartas geogrficas y un antiguo cuadro de osteologa en que los esqueletos parecan prximos desprenderse de la pared, completaban esta idea de la suprema omnipotencia del Dictador. Para la poca y para el pas en que vivi, podiu
72
SISTEMA PENAL
considerrsele Francia
tsima
iUistracion.
Poseia bien
francs,
tenia
aumentando su
ingls, slo, y
lo
intolerable desconfianza,
una
Bejarano y Estigarribia. el cuidado de arrojar de su lado I labia tenido lo que tenia de honorable y de sano la Asuncin.
celadores y los alcaldes, eran de la hez del bajo pueblo. Los
jueces,' los
empleos de jueces y de sus asesores estaban desempeados por personas igualmente ignorantes y rsticas, que no tenian otro cdigo que el mas menos buen sentido con que los habia dotado la
naturaleza.
(1)
Bajo
el
nom-
brados de entre los grandes propietarios y negociantes ricos, interesados en dejarse dirigir por gentes instruidas, pero Francia invirti este orden porque tenia horror la gente decente quien trataba con el duro rigorismo de un sistemtico
atrabiliario.
Para
en toda
la prctica
de >u O^Uaua
fieles
esta
el
gente
ejecutores
putaban
(1)
Rengger y Longchanip.
ACCESOS MELANCLICOS
lies.
73
Segn
la
menudo
segn el humor en que se encontraba, resolva inmediatamente sin haber odo ni aun visto al acusado. Los crmenes de estado, el contrabando,
en los caminos y finalmente las tentativas de evasin, eran juzgadas directamente por
los
robos
y entraaban de ordinario la pena de muerte que era ejecutada sin dilacin. En la categora de
l
los crmenes
de estado, comprenda toda accin, toda palabra, que segn su humor sombro y caprichoso, encerrara alguna ofensa su autoridad. Y esto no solo en su propia persona sino tambin
en la de sus empleados y allegados; de manera quCj la gente decente para no ser tratada como
traidores la patria, deban sufrir sin exhalar
una
mas
despotismo de aquel
hombre
Sus secuaces mismos no escapaban sus escesos cuando los vapores de su melancola, llena de
impulsos y de impaciencias,
tidos.
les
embargaban
lo
los sen-
La mas
leve falta, la
peligrossimos.
una
mujer del pueblo que no sabiendo cmo hablarle se haba aproximado la ventana de su gabinete fu enviada al calabozo en castigo de tan inaudito
atrevimiento,
esto sobre su
falta
fu
tal
la
supuesta
de respeto
oblig
encerrarse por
mu-
(1)
74
ACCESOS MELANCLICOS
dicis
chos
que
me
he referido en
captulo anterior.
el
La orden
pueblo, y des-
de entonces los transentes pasaban con la vista fija en el suelo sin atreverse mirar el palacio.
Cuando
sinti
fir-
mas
pueriles
que
le
se hizo
antes.
aun,
mas
de
la
inaccesible que
que no
solo estudiaba
cuentas
administracin,
mas
insignificantes
asuntos
domsticos.
La
comida,
el
de constantes sospechas, habindose impuesto en consecuencia, una frugalidad penosa que menudo
lo
afecto.
Tenia su lado y con ciertas prerogativas, una vieja esclava que le arreglaba su cama, limpiaba
Era una
su amo.
su ropa y corra con todo el m )vimento dla casa. vieja harpa que participaba en algo (1'
la reclusin
No
'"'!
que
le
profesaban
l.
Cuando las medicaciones nocentes de Estgarribia no daban el resultado apetecido, parece que la
vieja
m,"^i:iro^
y aplica-
75 en las
ciertas
fricciones
anodinas
piernas gotosas y doloridas del Gobierno. Esta muger y el viejo herbolario eran los nicos que goza-
ban de aquel
te
singular y las
privilegio,
la
sirvien-
las
unturas
pomadas,
Estigarribia
algo
ms que
Franse
Vieja
cierta
benevolencia que
que
menudo
de
la tiza
sastres la
Supremo, provisto y de un par de ligeras, demostraba sus cantidad de pao que le robaban (1) la
el
colocando
todos
los objetos
cenes del
Estado
las costuras de la
para emitir juicios mas menos aceptables sobre ropa que se cosa para el ejrcito,
peaba.
sus rdenes, aunque gozando de cierta bullinegro Pilar personage popular y fatdique tenia con
estaba
el
y dirase mejor, de
(1)
76
PiLA
i;i.
AMA m:
llank.s
Era un negrito como de diez y siete aos que se ocupaba en corretear por las calles de la Asuncin espiando y robando impunemente en las tiendas y casas de familia donde forzosamente tenia r|iic ser bien recibido. Aquel hombre atrabiliario se hacia contar por l,
inseparable de su persona.
historias
picantes en
las cuales
figuraban
como
El ne-
gro
satisfactorios le llevaba noticias y detalles sobre la vida de las familias espiadas por el go-
bierno; lo sentaba su
mas por esperimentar in anima vili ciertos platos sospechosos, que como prueba de aprecio y de confianza. En los escasos dias de
su comida,
Csar pasaba sus largos ratos de solaz oyendo sus bufonadas y despachando con estraa benevolencia las solicitudes y empeilos que
buen humor,
el
viejo
manos algunos
la
litigantes de-
codicia
del
negro.
se i>ermtia
Solo
Ixioiia
podian
esplicar
dades sus platicas estrafalarias. Pero un dia, las licencias de Pilar llegaron. >iii duda, un grado disgustante. El viento del Norte,
seco y molesto, sopl recio y los nervios del Strapa octogenario crispndose mas que otros dias, levantaron la marea y produjeron mas negra y mas
77
le al
cara
al
ratero. El oicial tom de un brazo al pobre muchacho que abria desmesuradamente sus grandes ojos,
presa de un terror profundo, y que, en las ansias de la muerte prxima, luchaba por desasirse dando
gritos horribles y difundiendo la
el
pueblo.
ayes
del
paje
Iban abrindose
las
comenzaban aso-
marse
mas
que
vista,
vereda,
los
temerarios se acercaban
esconda en
cei'ebro.
El reo es
atado un poste y en presencia del Dictador mismo se le pegan los cuati'o tiros que, segn la costumbre
establecida,
P2n
l
con su propia
repartido.
Estigarribia
que
cL
lo
Gobierno.
mas reservado
amigos
fa-
del
te
La vida estaba vinculada los caprichos barmetro y cuando el viento cauteloso del Norcomenzaba con su suave perfidia acariciar la
1S
frente
del
IsL
PERRO
SULTN*-
viejo, la
aguja lomaba
una iicHuaciou
sangre, desagrada-
ble y picante.
Francia contem|)l
por un
momento
el
cadver
de su page y se retir tran({uIamente sus piezas interiores, seguido de Sultn cuyas caricias oseas
pero discretas reemplazaron desde entonces las del
pobre
Pilar.
un la escena, era todo un personage de ternura en medio de aquella inclemente oasis esterilidad. Por los estrechos lazos que tenian con
cimos en
;
el
amo,
61
peto
artificial
que
el
pueblo
le
profesaba. indolencia se
echaba largo largo en la vereda, los transentes Y bajaban respetuosamente para no molestarlo.
'
como
tenia
el
mente por todas las calles, de comer como Pilar en el plato del Gobierno y aun, segn se afirmaba entonces, de
compartir
la
cama
del
le
amo como
los
Titrcoa rirjos de
Stambul, todos
tiibntaban los
que el musulmn indigente los canes hambrientos que en Constantinopla dividen con ellos el odio y la antipata los
honores y
las considei-aciones
infieles.
manas.
Pero Sultn solia abusar de su> prerogal\as huCon sus roncos y montonos ladridos condesobediencia de los otros perros cuyas
el
sitaba la
oido
Mordia
el
hocico
EL PERRO SULTN
la
79
los
sangre de los
ajusticiados
si
fusilamien-
En
las ttU'des
desempeando
amo,
tan bien
todo
el
mundo
ventanas con
presencia.
y Sultn de-
trs ladrndolo y buscndole las pantorrillas. Los granaderos con sus sables al hombro y gritando el
chaqu caray fatdico y ese ruidito especial tan conocido que hacia la silla del Dictador y que en el
profundo silencio dlas calles perciban claramente
que espiaban detras de la ventanas (2) formaba un cuadro grotesco, pero al mismo tiempo triste imponente, para todos los que sentan pasar por
los
Fu en uno de esos paseos frecuentes al principio de su gobierno, que una de esas cuadrillas de perros
errantes, tuvo la audacia de ladrar su caballo, ten-
su perro.
importancia dio origen que se repitiera con mayor encarnizamiento una escena grotesca pero de consecuencias dolorosas para
la
poblacin.
Vivamente
80
ESTRAVAGANCIAS
aquel
espritu
enemigos,
puerilmente
atrabiliario
orden sus granaderos y algunos miembros de la Curie que recorrieran las calles de la ciudad y armados de picas y de sables mataran todos los
'perros
que hallaran su paso. Para comprender con qu escrupulosidad temible seria cumplida esta disposicin estravagante, es necesario lener presente que no habia en Francia la amarga ironia, la intencin traviesa que inspiraba Rosas ciertas medidas de este gnero. Con la misma magostad teatral con que leia las cartas de la reina de Inglaterra mandaba fusilar un ciudadano, dispona que se mataran los perros ordenaba Patino que se sacara los botines para No caban en la mejor reparticin de su sangre. su espritu teri'iblemente ampuloso y egotista, esas triiancrias sangrientas y sutilsimas que brotaban como chispas en el espritu viva/. i\o. D. Juan Manuel.
Encabezados
aquel
por ios
mas
alias difjiiataris de
imperio rabeleciano,
la
el
cumplir
suprema
pueblo
resolucin.
al
La alarma cundi
pelotones su-
por todo
se
apercibir los
cesivos que
venan en
son de guerra.
La
lucha
arm
entre
que encontraron, dando lugar las escenas que son de suponei*se; los gritos de la tropa atrageron los perros de las casas inmediatas que brotaban de todas partos como por obra de encantamiento y que ahullaban y biamaban juntos produciendo una algazara horrible. Los soldados los perseguan descargando hachazos y palos con
ESTRAVAGAeCIAS
81
un encarnizamiento de batalla indecisa. Los escasos transentes corrian su vez, alarmados sin saber
eran ellos los canes que debian morir, y empujados por esta terrible duda se metian en sus
si
casas en
la
sus puertas
produciendo,
como era
consiguiente, la
mas anguspor
la
tiosa confusin
en las familias
bastante acongo-
jadas ya.
natural
gritera
las
Pero los
soldados enardecidos
y
la
resistencia, la lucha
ensordecedora
puertas,
volteaban
ofrecan
resistencia
(1)
entraban
viejos
fin
hasta las
volteando
todo
la
lo
piezas interiores
matando perros y
y
muebles, mugeres,
les
criaturas,
que se
de que
orden se cumpliera con la esquisita exactitud de detalles que tanto complaca S. E. Una vez terminado el combate^ la tropa se retir triunfante
dejando
el
los
cadveres
el
mutilados
Passe
al
parte
correspondiente con
etc
consabido
la
Dictador Supremo de
y restablecida la tranquilidad todo volvi , su antiguo quicio con la misma sangrienta monotona de antes
gefe del
nmeque
En
(1)
esto de imitaciones, lo
mismo
los ntimos
Rengger
3'
Longchamp.
Obra citada.
82
los
LOS
ci^p:rvo<
comandantes y hasta
el
mas humilde
alcalde,
el
traje anlogo, pero de uniforme ordinario y sin abandonarlo jams, aun para montar caballo, se paseaban llenos de orgullo pero descalzos y sin calzoncillos
hacer un
guisa
que era
ciudad,
edificios
mas grandes de
la
residencia oficial
Eran
estos,
dos cuervos
(1)
que vivieron humillados y oscurecidos en la inaccin que los habia destinado la rapacidad sanguinaria de Patino y Bejarauo. Solo se ocupaban
lomo de los caballos de los granaderos y en comerse la carne podrida que estos tiraban.
en picar
el
Cuando
sus
la abstinencia
se prolongaba
y
las
demasiado,
ojos relampagueaban
alas se movan
con esa agitacin convulsiva con que se mueven en presencia de la presa codiciada tomaban olor
:
sangre y aleteaban hincados por el hambre y por las promesas no cumplidas, de un eterno banquete
(1)
aflos
los
LOS CUERVOS
pudieron sorprenderlos devorando
muerto, bien es verdad que aunque
la
el
83
ojo de algn
lo
hubieran in-
mano de alguno de los Guaycurs que custodiaban la Cmara de la Tortura. Esos eran sus dos mas formidables rivales.
Apesar
de todas
estas
amistades
aparentes,
Francia era suficientemente suspicaz y demasiado cruel y severo para conceder por completo su
cario nadie; no ser al perro y los
cuer-
mas
EL ALCOHOLISMO
FRAILE ALDAO
CAPITULO IV
del alcoholismo Casos notables La dipsomana su origen, su rol en el alcoholismo crnico Dipsoiuaniacos clebres Im[)iilsiones irresistibles La antropofagia El alcoholismo y la parlisis general -La embriaguez en Europa, segn las ltimas estadsticas Los trabajos de Magnus lluss Influencia del alcohol sobre ciertos acontecimientos polticos- Salomn y la Mazliorca El consumo de alcohol durante l.i tirana de Rosas Quroga Francia Artigas, etc, etc, etc. La dipsomana del Fraile Aldao Sus
enfermedades fsicas Su origen y sus primeros aos (uardia viejaImportancia mdica de este acontecimiento C<)mo obraba el alcohol en el Fraile Episodios de sus borracheras Exaltaciones manacas Sangre! sangre! -Depresin moral Enbrutecimiento Alucinaciones Muerte del Fraile.
Bibliografa M ARCE Traitepractiqxie desmaladies mentales GriZsisgek Traite desmaladies mentales, traducido por BaillaoiER Sarmiento Ci'7/zac?on y Brtrfcrie MagnanX'rt coot'sme MoREL Dc/erierescences de Vespece htimaine Vicente Fidel Lpez Historia de la Revolucin ArgeiitinuKKAVT Ebino. La Responsnbilif criminelle Comptes rendus dii Congres International pour l'etude des questions relatives Valcoolisme (N^ 16 de la serie) Garnier Dictionaire des sciences medicales Ao de 1881 Anales mdico psicolojicos Ao de 1874y 1881 De Uinjiuence de l'etat intermediare la vcille et au sommcil sur la marche den Hallucinationspar M. J. Baillarger Archivio di Psichiatria^ Scienze penali ed Antro pologia criminali Paz Soldn Historia del Per Independiente Registro Oficial del Gobierno de Buenos Aires (Ao 1840) - Rosentii AL Traite des maladies nerveuses Grasset Traite des maladies nerveuses Registro Oficial del Gobierna) de Bue-
Susana Brunet, de cincuenta aos de edad, era el testimonio de todos sus allegados, una muger inclinada al abuso de las bebidas alcohlicas. Su cara vultuosa, su nariz espesa v rubicunda y sus manos temblorosas y como movidas
segn
88
L0S-ALCH0LISTA8
demostraban superabuiiA coniiicliuacione.s malficas.
por
la parlisis agitante,
daritemeiite
sus
una discusin con su vecina y en venganza de algunas palabras un poco vivas que
secuencia habia
otro
de
le
dirijido,
incendile la casa
mas
tarde,
sin
por
atentado
anlogo,
fu
condenada
Brouchard,
reci
otro
ebrio
consuetudinario,
compaPars
delante
de
acusado de robos, de rebelin contra los agentes de la autoridad, de ultrajes infinitos al pudor y de tentativas inmotivadas de homicidio aleve. Brouchard fu condenado tres meses de prisin y veinte francos de multa. Pero un alienista sagaz despus de haber leido las minuciosidades reveladoras del proceso y en presencia de ciertos documentos que l contenia, hubiera diagnosticado un principio de demencia. Ciertas concepciones ambiciosas, y sobre todo la incoherencia, esa incoherencia caracterstica, no podan conciliarse con una locura simulada.
Brouchard era loco como Susana Brunet; ambos tenan esa locura que al principise presenta
vaga, difusa
indeterminada,
pero
que marcha
despus
exitacion
trancos
seguros haca
su termino de
lidad absoluta.
Ms
la
alconvuirm...
ci^-'un.<i;
ambiciosos, ultrajes
pblicos al
repug-
nantes del
mas
indecente, cleptola
inteligen-
I3IPLSI0NES ENFERMIZAS
89
cia desequilibrada de un vertiginoso. En el fondo de una botella caben todos los delitos y todas las
maldades imaginables;
cohol
el
alcohol
estimula,
el
al-
fecunda y
despierta
todo
ese
cmulo de
hombre hereda del el que la conciencia en el estado de salud y enfrena con su equilibrio potente. Hay una fuerza secreta que tiene todo el vigor de la ciega fatalidad del instinto y que arrastra beber con la voracidad insaciable de un deseo
sentimientos bulliciosos que
bruto,
que en ciertos alcoholistas recalcitrantes ella constituye una morbosidad singularsima llamada dipsomania, especie de impulsin irresistible de la categora de la antropofjia y de la cleptomana. Aparece, como una
enfermizo y tanto es
;
asi,
una inclinacin por los licores puramente sintomtica y que se observa al principio de algunas enfermedades mentales. La primera de estas formas era la que arrojaba
plemente
al
como
Fraile en
es
sus repetidas
el
gunda
amenudo
largo y
la parlisis general.
En
un sntoma, pero un sntoma grave que acelera singularmente la marcha de los accidentes, y que,
la larga, se
convierte en causa.
Como
anloga
esta impulsin y ejemplo del poder facinador que todas ellas ejercen en el nimo, recordar
aquella curiossima perversin
que
arrastraba
al
humana y
era
profanar
los sepulcros.
El sargento
Bertrand, cuya
conducta
por
90
otra parte
IMPULSION.S ENFERMIZA
perfectamente ajustada
la disciplina,
seiba de noche a -los cementerios de Pars y de sus alrededores, desenterraba los muertos, los mutilaba su
Bertrand
taciturno
habia sido
tenia un
tio
en
su
infancia
sombro,
abogaba en favor del origen mrbido de sus brutales apetitos. Habiendo asistido un dia al entierro de un conocido suyo, fu atacado sbita
ltima que y
violentamente
por
el
deseo
de
el
desenterrar
el
cadver y devorarlo;
accesos,
los
este fu
primero de sus
se repitieron despus cada anunciaban por una cefalalgia y intensa, un malestar indefinible y el impulso maligno durante el cual, y pesar de los culatazos y
cuales
se
quince
dias
le
sentir
empuje.
sa es que arrastra y facina la dipsomana. Los estragos irreparables que hace el alcoholismo en algunos pases tiene, por lo menos en parte,
su por
filiacin
lo
Se
comprender fcilmente
la frecuencia
alarmante de
como se
sabe, comienza en
(1)
91
gas sociales de mayor considerapion, porque se ayudan mutuamente y se vinculan de una manera
mas
ntima,
se cree.
causa y
lisis,
mas estrecha de lo que habitualmente Cada una de ellas y alternativamente es efecto la vez el alcoholismo es, en mu:
la
par-
sobrepasa en
el
su
mundo con
la actividad
De
enfermera
de
la
Prefectura del Sena en 1876, de los cuales 1677 eran hombres y 1132 mujeres, el alcoholismo existia en
776, es
Un informe de que toca Inglaterra y al pas de Gales, lo frecuente que es all la borrachera del dominfjo. En una poblacin de 22.721,266 habitantes ha habido, segn dice, desde l 29 de Setiembre de 1876 Setiembre de 1879, 47,401
decir,
en
mas
del tercio.
lo
enorme su-
de quince mil ochocientos cada ao. En Liverpool ascendieron 4,721, sobre 497,405 habitantes y en Manchcster que cuenta 351,189 almas hubo
3,282.
ma
En Londres, Birminghan
donde
las
y sobre todo en
Shefeld, en
condenaciones ascendieron
175 simplemente, sobre una poblacin de 239,946 es rara la borrachera del domingo. (1)
Pars suministra esta estadstica
:
sobre un
total
(1)
92
de 2,582 individuos detenidos por locos en su domicilio, en la via pblica condenados en el departamento del Sena en 1879, habia 573 hombres
y 157 mujeres afectadas de delirio alcohlico franco: cifra enorme que manifiesta hasta dnde puede
influir el
alcoholismo en
la
produccin de
la locura
(arnier).
no es reciente esta alarmante propagacin. Lo la estadstica ensea hoy con colores tan ttricos, ha sido un mal de todas las pocas; un mal que por distintas causas ha |)ermanecido ve-
que
lado, y
como escondido
que trabajos magistrales, como la clebre Memoria de Magnus Huss, lo pusieron de manifiesto, revelando
al
mundo
el
de vctimas en ciertas poblaciones del Norte. Dadas sus mltiples maneras de manifestarse y sus variados efectos, muchos acontecimientos sociales, ciertas
conmociones
polticas
de carcter
alinico, como los escesos de la Comuna y el fanatismo convulsivo de los posedos de Bordy podran
encontrar talvez, y encuentran segn algunos, una esplicacion plausible en sus efectos difusos. No
de las tumultuoor-
sas peregrinaciones de
la
Mazhorca, tenan su
gen en esas libaciones abundantsimas por medio de las cuales el bondadoso Salomn fabricaba el entusiasmo federal de sus amigos. Los grandes banquetes federales dados para celebrar A su modo las fiestas patrias, los triunfos de los ejrcitos de Rosas, los natalicios do los miembros conspicuos
BL ALCOHOL Y LA POLTICA
93
llevaban
Alegre y Ochoteco, se apuraban pronto; y cuando ya la voz de alguno enronquecia, cuando la palabra se arrastraba balbuciente y se secaba la garganta, bajo el influjo irresistible de aquel tsigo
que dejaba apenas entreabierta la pupila, el fedecuantas veces vctima de su propio ral inofensivo entusiasmo! habia completado su transformacin
psicolgica en
tal
el
pero
irreprochable
concepto de Rosas.
La famosa ginebra que repartia Parra y que dejaba en las fauces empedradas de sus asociados una estela de inflamaciones mortferas, era el indispensable estmulo de todas sus comilonas.
otra
De
manera muchas de
casera de D. Juan
la
Manuel, no se hubieran
l
producido con
uso
oportunidad que
deseaba. Este
esplica la
del alcohol
como agente
poltico,
enorme entrada que, en algunos aos hubo de l en Buenos Aires; y tal punto estn ligados estos hechos que talvez los registros de la Aduana hubieran sido
el
el
punto necesita estudio y aclaraciones que aun he podido hacer, pero lo cierto es que, en primer semestre del ao treinta y nueoe^ se
(1);
Tomo
ao
1830.
94
EL ALCOHOL Y LA POLTICA
cuarenta y seis pipas de vino de distintas clases, probablennente de las mas nfi-
ma
que es la menos cara y la que produce con facilidad asombrosa el entusiasmo hidrofbico que se
apetecia; tres
mil ochocientas treinta y seis frasqueras de ginebra, doscientas sesenta y dos pipas^
dos mil ciento ochenta y dos damajuanas y treinta y dos arrobas de la misma bebida; ademas de
y seis barricas de cerveza, cuatro barriles de coac y cinco barriles de oporto que figuran en el registro, sin contar, porsupuesto, el inmenso contrabando que entonces sudoscientas
cuarenta
Solo en estas pocas singulares, y determinados hombres han sentido y lo que es peor, nos han
hecho sentir los efectos difusibles del alcoholismo. Se dice, y no s con qu fundamento, que Quiroga acostumbraba enardecer sus turbas con grandes beberages; que el Dictador Francia hacia uso frecuente de la caa (1); que Artigas sola embriagarse, y que la accin mortfera del aniilismo ha
despertado
mas de una
Des-
pus de la sublevacin de San Juan, el precioso Regimiento N^ 1 de los Andes, pereci en los delirios que la ebriedad y la licencia promovan entre
aquellos sargentos y
soldados
(2).
abandonados
si
mismo
Blacito y Ortoguoz,
(1)
'
t.
:>
EL ALCOHOL Y LA POLTICA
los dos
95
mas
el
feroces
satlites
el
de Artigas, vivan
delirinm tremens] y
Mon-
famoso secretario del Protector de los pueblos libres^ se embriagaba tambin frecuentemente buscando en la caa de las pulperas la luz con que iluminaba las largas disertaciones literarias de su cancillera.
ficticios (y
la tradicin
complaciente y partidista,
el Fraile,
mu-
acabado del alcohlatra irreprochable y contumaz. En pocas personas se v, como en l, esa inclinacin
tipo
fcUdica
que he mencionado bajo el nombre de dipsomana^ cuyas fascinaciones impulsivas constituyen por
lo
s
se presentaban y cules
fueron sus
efectos ?
Cmo Es
que vamos
ver.
Como
banse
bajo la forma aguda, probablemente con su procedimiento habitual de accesos repetidos cada mes cada quince dias; inicindose
al principio
tristeza,
con
la
angus-
imaginarse antes
vez.
ras y sin
deplorar los
lo
llevaban
exaltacin maniaca lo
el
sueo pesado
96
LA.
dipsomana de aldao
endemoniados cuando sienten desatarse bajo su crneo, aquellas furias ingobernables. Por eso no me asombra la vehemencia rabiosa, insaciable, con que el Fraile buscaba la bebida. Cuando se concluye el dinero venden sus muebles^ sus vestidos, los de
detiene
Nada
estos
posedos
su muger y de sus hijos para satisfacer sus deLos que conservan aun cierto recato y teseos.
men
entregarse
pblicamente sus
tino,
impulsiones,
recurriendo
se encierran, dice
por completo del mundo y se aislan cuando no pueden procurarse el aguardiente, beben el agua de colonia cualquiera otra mezcla alcohlica que encuentran la mano. (1) Hasta se ha visto individuos que beban el alcohol de las
Mare
preparaciones
ciertos
anatmicas.
En
el
intervalo
del
dipsmanos pueden beber abunacceso, dantemente sin que se produzca la crisis del delirio caracterstico, mientras que, cuando el mo-
mento de su aparicin fatal se acerca, les basta una cantidad mnima de bebida para trastornar
todo
KraTt
Eving que
sobre una perturbacin general de la inervacin, que nos obliga mirar los desgraciados que la padecen, no como culpables, sino como enfermos
simplemente.
(1)
{'2)
(2)
Krairt
OI)ni
cit.
L.V DlPiiOMAN'IA
DE ALDAO
97
Cuando la enfermedad se hace crnica, viven como vivia el Fraile en los perodos finales de su
enfermedad,
posible
la
en esa intoxicacin
permanente que
toda lucha
todo esfuerzo de
voluntad,
razn y los detestables impulsos que los entre absorben, hasta que una demencia incurable una
parlisis general viene
tencia.
apagar su
triste
exis-
Aldao tenia en la etiologa de todos sus males, el agudo aguijn de dos enfermedades que sostenan el exagerado estmulo de su cabeza. De ellas, la una era fsica y horriblemente dolorosa, la otra moral y tan terrible como la anterior: el cncer que roa de una manera rpida y tenaz su rostro repugnante, y ese cmulo de agitaciones, que alguien ha llamado remordimientos, y que en estrecho consorcio con sus impulsos dipsomaniacos lo arrastraban beber con tanta ansiedad. Suceda con este amilista legendario, lo que con todos los ejemplares de su gnero: por razones de organizacin
<)
entre-
gaba estos escesos, no porque buscara el |)lacer que procura la satisfaccin de una necesidad sentida, sino obedeciendo ese secreto y vigoroso empuje que, asi como lleva otros comer la carne humana, desenterrar los muertos coiiabitar
beber siempre y de una manera casi automtica. Y tan beba sin placer, que en sus copiosas libaciones finales, se confundan en una mezcla insoportable
los
buenos y
los
malos
licores; el vino
7
98
LA dipsomana de aldao
la
ginebra y las bebidas mas repugnantes; la miel de cana, la cidra y hasta el aguar-
de Mendoza,
diente de
sabe,
el
quemar mismo, que constituye como se ltimo y supremo recurso de los ebrios
hijo
consuetudinarios.
Aldao era
de un
doza; y desde su niez, manifestaba como Rosas la cstrana organizacin moral que despus le
conocimos.
Como
la
hogar
no fuera bastante para contener la turbulenta indocilidad que mostraba, sus padres lo dedicaron la carrera del sacerdocio, creyendo que los deberes de tan augusta misin reformarian aquellas malas inclinaciones; pero su noviciado fu como su infancia; una serie no interrumpida de inmoralidades (1). Esta impetuosidad de carcter, exuberancia enfermiza de un temperamento que, durante las primeras pocas de la vida se desbordaba cu
esa
sobreindi-
patolgica que en
el
muchos
viduos constituye
pata.
juventud de muchos
crmenes, se v esta
hombres, clebres
estraordinaria
por
sus
del
actividad
dinamismo nervioso,
la prctica
esta
mas
tarde emplean
ejercicio de
grandes
vida
crmenes.
En su
pblica
prueba de ello, hacindose notar por sus desrdenes inauditos, por sus graves delincuencias y poi(1)
Sarmiento. Vidii
del
VvwWc
AI(I;iu.
GUARDIA- VIEJA
las manifestaciones
liabia
99
carcter que
ruidosas de un
estado comprimido
los hbitos
Cuando
la
de
la
poca de
ina::a
de
tormenta principio su larga y dolorosa convulsin y abandonando el claustro que haba sido arrastrado contra la corriente
de sus inclinaciones,
se
ha
ilu-
minado con
Toda la luz de su herosmo inslito. esa fuerza acumulada sobre su espritu, oprimida
por aquella honda tonsura que gravitaba
ido creciendo
como una
montana de infamia sobre su crneo, y que habia paulatinamente, fomentada por las
monotonas mortales del convento, estull all con un vigor esplosivo y sonoro. Pareca, mas bien
que un guerrero implacable arrastrado por el enardecimiento del combate^ un maniaco epilptico que va huyendo de ese enjambre de visiones sanguinolentas que lo persigue durante
el
aura.
reido de la
En medio de
refriega, vease
la pelea
y en lo
mas
una figura estraa, vestida de blanco semejante un fantasma, descargando sablazos en todas direcciones, con el encarnizamiento de un guerrero implacable. Era el Capelln segundo del ejrcito, que arrastrado por el movimiento dlas tropas, exaltado por el fuego del combate, habia obedecido al fatdico grito de la carga!
100
GUARDIA-VIEJA.
que ocupaba
su divisin,
el
el
el
resto de
las chorreras
del gefe,
moribundos,
nmero de
se presenta
lo-
muertos
l']u
(1).
estos arranques
sbitos
ya
el
hombre que
brbara
fuor/as
do estos impulsos
ineludibles
instantaneidad del
ictus,
sbita de un goljie de sangre, y que arrebatan con sobrehumanas los caracteres mas jvasivos
inconmovibles.
Asi es que
en
(''I,
las primeras
fascinaciones del
alcoholismo, dando
jiro,
esos
im-
pulsos un nuevo
fiuidas
tacin
rastrera
venenosa que
secretamente
>
entonces
alma,
habia jerminado
-m
no
hicieron sino acentuar mas su carcter mrbido imprimiendo todos sus actos aquel sello tan peculiar que pone la enagenacion mental en la sionomia intelectual de sUvS vctimas. Si bien es cierto
que
el
alcoholismo
la sinto-
ayudando
cstablecei*
(I
Siiniliflltn
il;i
It'I
I'l
ORJEN Y
101
actos
vida.
de
la
como sucedo en otros individuos que beben por hbito mas que por enfervinieron paulatinamente
dad.
empujes repentinos anlogos osos bruscos ataques de monomana homicida que crispan el brazo del que
con un
morboso
definitivo;
por
re-
abrazaban
el
em-
garganta y que inverta completamente su ser, concentrndolo todo en esta necesidad suprema,
la
la
necesidad de beber, de beber siempre, de beber abundantemente hasta que la pltora, la imbibicin repugnante que lo hace retrogradar empujones hasta el bruto, lo hunde en un sueo apopltico lo arrastra en un vrtigo de sangre y de depredaciones inauditas. Al principio peda alcohol simplemente, cualquiera que fuera su forma y sus cualidades, pero despus bebia hasta el aguardiente de los reberberos, el agua de colonia, el vinagre y
hasta la tinta se hubiera bebido con ntima fruicin,
aquella bestia loca de una sed alcohlica sin tregua!
Conforme fueron acentundose estos impulsos, sus costumbres se hicieron crapulosas y srdidas,
102
ORJEN Y MARCHA DE
IMPULSOS
la
menor
do y furioso, en cuya patogenia, bueno es decirlo, no tenia influencia actual la ingestin de bebidas. Era ese delirio peridico que viene en los aniili>as
consuetudinarios
pueriles y
neamente,
algn
fluido
anlogo
en
el
crisis del
mal caduco.
No
la
presencia
de formas y de-
que es precisamente el carcter de las que tienen un origen alcohlico; mezcla desagradable de muchas y de distintas modalidades que se combinan confusamente dando por resultado un cuadro abundante y raro.
de distinto gnero,
Tal
fu
el
estado
estraordinario
en que vivi
el
el
Fraile por
cncer acavigoijx.r
b con
l.
su
|ersislencia tenaz
(y
esto
solamente
le
al
prin-
cipio),
obliga-
ban entregarse actos inauditos de violencia. Caia en un estado de suprema emocin con su sensibilidad suflcentemente embotada para ver sin
inmutarse alrrededor suyo
gre que su propia
la desolacin
y la san-
mano
produca.
BORRACIIEKAS SANGRIENTAS
103
no recuerdo precisamente en que ao, uno de los pequeos ejrcitos que combatan contra sus hordas, estipula un armisticio en el Pilar.
dia,
Un
Eran
oficiales
las tres y
media de
la larde
ajustado
;
el
los
andaban en grupos felicitndose de un desenlace tal fcil. D. Francisco Aldao se presenta en el campo enemigo; bien venidas cordialmente amistosas lo saludan entblase una conversacin animada las chanzonetas y las pulas van y vienen entre hombres que en otro tiempo han sido amigos. Un momento despus un emisario del
;
de indignacin el blanco
de
los,
reproches
mas amargos.
el
:
campo
la
voz traicin
traicin!
de los soldados
la
al
vano
grupo donde estaba Francisco, avisaron al campo que las hostilidades estaban rotas, sin saberse porqu. S los caonazos demoran un solo minuto mas, D. Jos Aldao entra tambin al campo, pues lo sorprendieron en la puerta, de donde se volvi esclamando: ste es Flix! ya est borracho!
104
BORRACHERAS SANGRIENTAS
borracho estaba, como era su costumbre
;
En
efecto,
campamento y
aproximacin de los auxiliares de D. Flix, y los Azules de San Juan completaron la derrota. Un
el
Fraile en el
campo
tan poco costo tomado: sobre un cafion estaba un cadver envuelto en una frazada, un pensamiento vago, un recuerdo confuso del mensaje de su hermano, le hacen mandar que le destapen la Quin es ste?> pregunta los que lo rocara. dean. Los vapores del vino ofuscaban su vista j)unto de no conocer al hermano que tan brutalmente habia sacrificado. Sus ayudantes tratan de alejarle
de aquel
cadver.
tri-i o
el
Entonces sabe que es Francisco. Al oir el nombro de su hermano, se endereza, la niebla de sus ojos se disipa, sacude la cabeza como si despertara de
un
suefio, y arrebata al
mas cercano
la lanza.
;
\\
de los vencidos!
tras
La
que
(1)
mata
sin piedad
prisioneros indefen-
sos.
Manda
^aimi/.os
n,
los
que se encontraba un joven distinguido por su valor llamado Joaqun \ ioficiales prisioneros, entre los
(1)
BORRACHERAS SANGRIENTAS
llanueva.
le
105
ste
hace caer
;
crneo sobre la
cara
fatal
lo
la lanza que entra en el cuerpo hasta la no pudiendo retirarla otra vez, la hace pasar toda y la toma por el otro lado la carnicera se hace general, y los jvenes oticiales mutilados, llenos de
:
heridas, sin dedos, sin manos, sin brazos, prolongan su agonia tratando de escapar una muerte
inevitable. (1)
la ciudad, y
cada
tiro
silencio de la
noche anun-
cia
cen saltar.
m asesinato una puerta cuya cerradura haEl dia siguiente sobrevino y el saqueo
El sol apareci para contar los
no habia cesado.
cadveres que
haban
quedado en un campo
estragos hechos
sin
el
por
un cuadro y los va matando uno por uno, animado de esa estraordinaria frialdad que
en
homicidas.
la
mdula de
raba
(1;
los huesos,
I
cuando
el delirio
se apode-
iLMcbro: incansable,
lascivo
para
la
(1)
(2)
106
PERIODOS DE ESCITACION
de
la
iioclie le
alucinaciones
sorpreiidiari termi-
nando aquellos cuadros de horrible destruccin. Escenas anlogas se repitieron con frecuencia hasta que los profundos trastornos materiales que trae el alcoholismo, transformaron completamente Mientras el delirio con la ndole de sus accesos.
sus impulsiones
peculiares se produca,
las
ma-
Sus instintos carniceros comprimidos, se desencadenaban con una viva espansion hasta que la saciedad el cansancio
tanzas eran inevitables.
fatigaba la
mano
desaparecan.
el Fraile darse cuenta de su estado, sin embargo de que conservaba todava esa indecisin de espritu que nunca aban-
dona
al alcoholista.
Durante
el
dia se manifestaba
hurao y reconcentrado; se entregaba con cierta reserva sus juegos habituales, ixi
silencioso,
.
sin hablar
mucho
la
ni salir
de su casa.
Cuando
la fatal tarde
aplomo, porque
Terrores vagos,
hasta
horror
punto de
maldita
hacerle
mirar
con
verdadero
la
hora
de
acostarse.
que
producen sobre
lirio,
piel
y la acarician aliernativamente con caricias y araos que no son de este mundo, segn sus propias
PEKiuDuS DE ESCITACION
107
espresiones; los hilos de hierro que los rodeai y los queman, que los pinchan, que los encierran
como en una crcel de fuego, y los oprimen de una manera tan cruel, produciendo la viva ansiedad que echaba
estravos.
al
Fraile
en sus estraordinarios
Ay de
Ay
de sus mugeres y de sus amigos porque entonces el Fraile era capaz de matar sus propios hijos
sin
repugnancia alguna!
Vivos estn muchos que le oyeron dar rdenes de asesinato, detallando sus sicarios todas las
acompaar
la
muerte
sablazos, en
las once de la noche, cortarles las piernas y brazos ; otros sacarles la lengua; uno, en fin, castrarlo. Una madre pudo
el
lugar
tal,
El
Dr.
le
Salinas fu
descu-
que
del
ella la
(2)
De
ah en adelante la enfermedad
cambia de as-
pecto; la
suprema exaltacin
(1)
(2)
Sarmiento Vida del Fraile Aldao. Sarmiento Vida del Fraile Aldao.
108
PERIODOS DE DEPRESIN
gresiva
mentable sucede
cesario
dinamia, trmino
del
alcoholismo crnico.
y neDesde entonces
fatal
de alarmas; y aquellos cscosores internos, aquel horror de s mismo que eran el producto de la lenta intoxicacin, y fpie iniciaban la segunda faz de su enfermedad, comenzaron
vivi lleno
mayor
mar
el
es peculiar.
Un
nas.
El mas esforzado guerrero, el mas valiente de los paladines de su poca transformse de la noche la mafiana en un cobarde pueril, agobiado
l)or
impone la largrado de resistencia individual, un debilitamiento, mejor dicho, una atrlia profunda de las facultades morales y fsicas. No hay rgano ni tejido por grande que sea su insignificancia fisiolgica, que escape ^ su influencia difusa y gangrenosa. La mayor parte del lquid)
ga
la corta,
Es que
segn
el
es absorbido
cuando
rectamente
lacin,
al
va a
todo
el
cerebro,
d
al
economa,
(I
para
<..ia/>ii
humano
estas
109
Fraile y que solo el alcoholismo las esplica. Puesto en conlxwito con la sustancia cerebral por
los
pequeos vasos sanguneos, el alcofunciones de este rgano, y esta exaltacin que est en relacin con la cantidad de
medio de
hol
exalla
las
alcohol absorbido, se
traduce,
la cual
mismo crculo de ideas; despus, la marcha en se hace menos segura, cesando la alegra para dar lugar un cierto grado de irritabilidad. De aqui en adelante las escenas que se suceden cambian de aspecto.
Ya no
es
la
escitacion nica-
mente, es
delirio
lento,
una perversin de
menos agresivo, en
ideas,
un verdadero
mas
mas
en
menos
vio-
que termina
un
unas veces
un balbuceo
el
incoherente,
otras,
en una crisis
cual
el
los cr-
menes imaginables, hasta que cae fatigado, deprimido por el esceso mismo de la escitacion (1). Cuando semejantes escesos se repiten con cortos
intervalos,
tienen
por
consecuencia inevitable un
especial
de los bebedores
la
pufde
determinar
muerto.
un
sintomatologa del alcoliolismn, la copio de elTets de ruleohol publicado en los L'oinples-reudiis dii Congres International pour l'lude
1
Tola
esta
'
Avis sur
-Mon--
les
dt'<
iiii<
rt'l:itiv('s
rHl<;rilia|i<me.
l'^T'^ >
lio
ple
conmocin
ecsitacion, suceden
Ios;
despus viene
el
la congestin difusa
mas
medel
nos generalizada,
cerebro hasta
mas
menos
persistente
final.
resblandecimiento
Entonces
ya no es una efervescencia alegre, sino accesos de furor en los cuales se revelan estos desrdenes y
los que se agregan los dolores de cabeza persistentes, los vrtigos, las alucinaciones y
un
debili-
prdida de
la
memoria y el embarazo de la palabra. (1) Obrando sobre el hgado, lo congestiona y determina una inflamacin que concluye en la supuracin del rgano en una degeneracin grasosa
fibrosa del tejido
normal.
Sobre
el
corazn pro-
duce enfermedades
rpidas, violentas, lo
mismo que
sobre los rifones que por su funcin eliminadora sufren la accin irritante, continua del veneno; trae
fluxiones crnicas al pecho, produce la gota, la pie-
dla y la tuberculosis pulmonar; predispone al clera, ia fiebre tifoidea, la disentera y la viruela. I'ii una palabra, es tan grande la miseria
de aquel organismo en completa
decadencia, que
en
'I.
ma^
<|im
estragos horribles.
En
esto breve
resumen est
la historia
entera del
alcoholismo, y en l el gnesis fcil de aquella lcera cancerosa que devoraba la rara del l''i-ail<v
(1)
Avs 8ur
les
dangers
etc., etc.
DECAIMIENTO FSICO
111
cuyo estado do saturacin hacia ineficaz y difcil todo tratamiento. Porque debe tenerse presente,
que
la
herida
mas pequea,
el
sin
gravedad en
el
el
ebrio con-
racin
del labio
hubiera
curado
la
tal
los rganos,
cuyo
buena
nutricin,
su marcha.
La
ella,
reparacin
exigia
una
sangre pura y el concurso regular de todas esas fuerzas que sostienen la vida; pero su sangre miserable habia hecho dificil la cicatrizacin.
Ya
ltimo
termina fatalmente en
muerte;
fal-
taban las
perversiones finales de
sensibilidad
moral que pronto vinieron y que transforman completamente el carcter del alcoholista, hacindolo
impaciente,
agresivo,
inquieto
arrojndolo
en
una ansiedad dolorosa. A la accin incitante del lquido se agregaron las alarmas que son su consecuencia y que constituyen uno de sus mas constantes signos. A los continuos temores que lo
asaltaban, se
sigui
el
cansancio
del insomnio.
difcil,
Cuando dorma
penossimo,
solo
conciliaba un sueo
perturbado
caia en
-111-
112
DECAIMIENTO Y ALUCINACIONES
por
la palidez lvida
profunda y
la
alte-
La
lcera por un
|
arrebatndole la
la perversin respiratoria
hasle
ta
producir
un
verdadero
de
asfixia,
daban el aspecto desagradable de un aparecido. Era tan grande, tan profunda la depresin de sus
facultades
fsicas
ter-
rores y las aprehensiones que esperimentaba, le haban despertado cierta disposicin moral propicia al
desarrollo de las otras
manifestaciones
mrbidas
complementarias:
gancias
el delii'io
ltima
mano
la
al
cuadro de
sntomas.
medida que
cnfoi'-
medad tomaba su carcter crnico, iba apareciendo y acentundose mas aquel caimiento bochornoso
que
lo
haba transformado
de
una
manera tan
radical.
La prdida de
menos
cuales supo inspirar afecciones durables y desinteresadas, era ya un largo tranco hacia esa incurable estupidez
en que por
fin
quedan hundidos
el
estos desgraciados.
aquel
su PANOFOBTA
jaba en Guardia Vieja
la
113
Granaderos caballo.
de
la batalla
Despus de
me
la
no
le
un soldado,
crcel
fu
hecho
prisionero y conducido
All
de Crdoba.
fu
donde
la
pano-
grado de suprema amplitud y < cada uno que se le acercaba pedia con inquietud noticias de los rumores que sobre su
muerte
prxima corran;
la
los
mas
insignificantes
movimientos de
tramente; en
crcel
fin, el
pados y
nelas.
el
obra
de reconciliarlo con
lido por
con empeo
molesta de estudiar
el
lalin
que habia olvidado. Un dia que reciba lecciones de D. Jos Santos Ortiz, dirigi una mirada un
centinela colocado en frente de la puerta: los sol-
dados saban
los
temores que
la
sufra,
el
centinela
el
mano por
cuello
indicando decapitacin:
el
fraile
convertido arroja
8
114
el
INSOMNIOS Y A.IITACIONES
ma: temblando me /'asilan^ me fusilan! (1) Toda la precoz decrepitud del ltimo perodo
verdad como admirable colorido.
faltara arpie!
del
sueo y apurar los horrores y los amargos tormentos de una exisSenta tencia moral y fsicamente gangrenada.
hacia perder
desprendrsele
su cara, sin tregua
;
la
la
promesa, siquiera
el
de una
porque
cncer,
el
no concede jams
la
ni
la
como
muerte consoladora
en
c^wo jw.-
Desde entonces
porque
el
vivi(')
una
vigilia
constante,
sueo,
si
alguna vez
lo conciliaba, era,
como he dicho
sangre
siniestros y de escenas de
que
lo
despertaban
embargado por
un
terror insoportable!
Qu
ojos,
rodando en el fondo de una rbita honda y oscura como una fosa de pobre. El lado sano de la cara cono^tiona'! v 'i
te dilatada al alcoholista delirante,
>
(I)
Sarmiento Vida
INSOMNIOS Y AJITACIONES
partes
lvido,
115
presentaba
el
aspecto
mas repugnante
que pueda imaginarse; y para colmo de desdichas, su lengua seca y dura, medio humedecida, sinembargo, por el icor canceroso, se pegaba al paladar cuandoqueria articular una palabra un grito de rabia.
La
lcera
le
habia
nariz
parte de la
ojo derecho
comido el y ya tenda
dolorida,
carrillo, la oreja
la
y
el
garra hacia
siempre
contribua
atrozmente
circunstancia
Estaba que
de
los
pus nauseabundo de
hambrientas de
alcoholistas. No era un hombre ya, era la sombra confusa de un montn de ruinas humanas. Cuando el General Paz cay prisionero dice el Sr. Sarmiento el ejrcito sin gefe resolvi reti-
rarse Tticunfian
y se
mand sacar
escuadrn
en
la
los prisione-
ros
de
la
ciudad.
al
Un
de coraceros
habia formado
efecto
plaza de armas de
Crdoba en
sus pisos
frente
De
Superiores se escapaban
el
llantos lasti-
meros,
solemne de la sollozos de hombre, capaces de enternenoche, y cer los rudos veteranos cuyos odos estaban lastimando. El prisionero de la Laguna Larga
que turbaban
silencio
el
soldado de
la
que aquellos aprestos nocturnos eran indicios de su cercana muerte! El oficial que lo vino buscar
encontr con una hostia que habia consagrado que sostena con ambas manos como una jida y y un baluarte onlra sus pretendidos verdugos (1)
lo
(1)
Sarmiento.
lie
ALUCINACIONES
mos de su
alcoh
Sr.
)l
admirable Trousseau
medida que
hace
el
el
diagnstico se v im-
poniendo y no es posible abandonar el libro, sin el convencimiento profundo de que el Fraile Aldao
era
el
la f.ocuiia
alcohcuya
lica.
mitables
de ese
singularsimo
ambas Am-
nerviosa y exuberante, y
que Goya mismo envidiaria para la pintura de sus cuadros mas conmovedores, ponen de bulto, digmoslo as, mejor que nada y que nadie, la idea que he venido persiguiendo en este estudio mdico.
al
rpida y triste vejez que trae el alcohol cuando se filtra como suceda en l hasta
que se hallaba y que imprima sus movimientos una lentitud y dificultad suma, le haba hecho perder hasta las formas humanas, inmovilizndolo en la cama sobre la manta de su mesa de juego, desde donde contemplaba rodeado de sus mujeres mj)dcas y de sus favoritos avergonzados, las rencillas bolos huesos.
La
bestial obesidad en
ALUCINACIONES
mes.
117
La cara
estpida,
si
cara
le
quedaba aun,
manifestaba todavia y pesar de todo, la impresin dolorosa que le producan los dos nicos
aguijones que aun estimulaban su cerebro oprimido: los dolores del cncer y los temores del delirio
de las persecuciones.
de sus
oficiales y
solian alejarse,
Sospechaba de sus mdicos, mas fieles, porque no tanto de sus brutalidades, las
de sus amigos
cuanto del
que
el
supurante, cuyas
emanaciones hediondas
el ambiente de toda la casa. El terror pavoroso que he hecho alusin en otra parte, se habia apoderado de su nimo con una acentuacin mayor; con un tinte mas sombro aun que al princip de su delirio. No eran ya las figuras de esos estraos animales que pue-
llenaban
blan
el
delirio
lismo,
sino
la
su cama esa luz difusa y medio azulada que circunda las imgenes movibles de la alucinaEra una serie de recuerdos dolorosos matecin.
espectros
iluminados
de un padre ultrajado, de un hermano sacrificado de una madre quien habia hundido en la miseria,
y cuya
mano
la
fria
y
le
humedad de
refore
tumba,
tocaba
la la
presin formidable de
una montafia. Despatr theand cite! como decan Ricardo III el enjamveces
era
el
Otras
sonido de armas,
el
ruido
118
ALUCINACIONES
que
hf.rian
crispador
los
miembros entumecidos
eterno
reflejos
por
inmovibilidad
del
sueo;
el
brillo
;
de hojas de cuchillo
aparicioi; casi tanjible
con
de cabezas lvidas y estravagantes, cabezas enemigas que se asomaban sobre l, por las grietas de las
la
de incendios
muebles; que saltaban por el suelo separadas de sus cuerpos y sinembargo^ animadas de sonrisas diablicas y haciendo rechinar los dientes con ruidos de otra vida.
Horrores de toda especie
pobre bestia
se acu-
mulaban sobre su cabeza secndole la sangre en las venas. Habia una doble oscitacin del oido y
Oia palabras desconocidas en su vocabulario reducido; palabras insultantes, palabras
la vista.
de
como
apostrofes
hirientes
enrgicos,
injurias,
gritos, gemidos, risotadas juntas y confundidas en una mezcla rarsima. Y nadie las oia sinembargo!
que durmiendo los insomnios de las vergonzosas veladas, conversando en voz baja, cuchicheando como i)ara no asustar al sueo que ya se habia despedido para siempre de aquel pobre cerebro. Ninguno so mova para castigar aquellas bocas temerarias, que vomitaban impasibles tantos insultos y que seguan vociferando hasta que las esplosioncs violentas de su clera sbita lo ponan de pi
seguan jugando
Qu
sobre
la
mesa,
Las incitaciones todava un poco vivas irradiadas dlas vas genitales ilosarrollaban concepcio-
EL LTIMO TKAMU
nes igualinciiic doliraiites
;
10
mpuUiuiie^emoiivas de
una naturaleza particular y era de ver aquella negra ruina que apenas podia sostenerse sobre el
suelo; aquella
ojo
sin
un viejo Sardanapalo tras los placeres alucinatorios de us eternas vigilias, persiguiendo sus concubinas que huian impunemente de sus caricias, empujadas por el ambiente ftido que lo circundaba.
y sin
carrillo,
sus veladores,
apoderan de estos; huyen espantados y siguen huyendo en medio de la oscuridad de la noche; se dispersan por los campos, y aun algunos pasan el rio de Lujan, hasta que los gritos de los que en su busca
sorpresa,
el
La
terror, se
despavoridos
aun,
des-
temblando de
fri
y de miedo
(1)
que por
entre los
mas agudos
dolores se rom-
pe una artera y un rio inestinguible de sangre cubre su cara y su cuerpo todo hasta que espira
el
18 de
Enero.
Sangre
Sangre
la
Sangre
H
ha
Providencia
120
EL LTIMO TRAMO
sin
;
medida morir derramando su propia sangre, slo, sin testigos, pues que habia hecho colocar un centinela en la puerta. (2)
derram tan
(2)
EL HISTERISMO
MONTEAGUDO
CAPITULO V
SUMARIO Predisposicin
del organismo para los trastornos <ie la nervasion Letourneau el hombre nutritico el hombre moral -el hombre sensf/po Temperamentos Principios de la Histeria-
Descripcin Resumen de su sintomatologia La educacin y la posicin sooial Rasgos histerics de Monteagudo Su esmero y cuidados en el arreglo de su persona Su tipo Retrato hecho por el Dr. Lpez Sensualismo histrico Sibaritismo Su contestura moral segn el autor de la Historia de la Revolucin Argentina Sus escesos Su manera de vivir Sntomas mltiples dellado de la inteligencia Falta de sntomas fsicos Escasez de datos con respecto a su vida privada -Su lujo Sus trajes, etc, etc.
}/
Bibliografa -kifcs Mdicos Psicoljkos ao d^8791880 1881 TAKDIZV La Foli PELLIZA Vida de Monteagudo Grasset Traite pratique des tnaladies nerveises jUAN M. Gutir-
rez Biografia de Monteagudo VICENTE Fidel LoPEZ Historia de la Revolucin Argentina BARTOLOM MITRE Historia de Belgrano y de la Independencia Argentina VXQYEK Etxides cliniques sur Vhysterie epylepsie ou grand hysterie LETOUR NEAL' 6'ci>Hce et materialisme frejeiro Biografia de Monteagxido Des aberrations du sens gemoreau de TOURS nesique landousy L'hysterie L. Di'BOis (d"amiens) Histoire philosophique de I hypco)idrie, et de l'hysterie paz solBiodan - Historia del Per Independiente j. M. GUTIRREZ grafia de San Martin VICUA mackenna/ Ostracismo de los Carreras ROSENTHAL Traite des Maladies nerieuses georoeT
Sciences
DLiatssion mdico lgale sur la foli GAK'SlERDictionnaire des medicales baillaiqek Sisteme Merretx LEGRAN D DU SAULLE Traite de Medecine legal.
Las necesidades
sitivas,
las
necesidades
los
tres
constituyen
obedece
la
naturaleza del
hombre.
124
V.L
HUMBRK ^UTKITIVO
ees de la evolucin
humana marcan en
la
vida de
su gnero ios tres tramos que ha tenido <iii' ascender para ocupar entre los primados el lugar preeminente que le asigna la ciencia.
El
hombre
bestial
de
el
la
edad de piedra,
el
el
tro-
glodita prehistrico de
en la actualidad por
Fueguino y
Australiano,
ocupan
el
primer tramo.
pero un hambre feroz y degradante absorbe todas sus fuerzas y su vida se desliza
El hambre,
medio de las mas horrorosas orgias estomacales, en que la madre y padre arrebatados por las promesas voluptuosas de la embriaguez digestiva, se disputan los cadveres de sus propios hijos. Ilabia comido
como
la
de
la bestia,
en
<
su Diario de Viaalmuerzo polfago de un Esquimaly cada instante se dormia con la cara roja y encendida y la boca entreabierta. A su lado estaba Armaloua, su muger, <|ii<! cuidaba
hasta la saciedad
ge, describiendo el
dice Lyon en
su
esposo y le introducia en la boca cuando le era posible, im grueso y asqueroso pedazo de carne medio
cocido, ayudndolo
jones
arriba, pero nada mas que un tramo, Chacho, Ortoguez y el famoso Artigas estn que hubiera asombrado con su feroeidad al homel
He Un tramo mas
.
hombre
primitivo.
segunda etapa, y la moral hombre, libre por lo mela tercera, en donde nos mas independiente de las necesidades brutales de la iHitricion, da un paso mas hacia esa
/J
La
sensitioa es la
el
EL HOMBRE SENSITIVO
progresiva esteriorisacion
125
germinan libremente en
su nivel humano.
su
espritu
las
pasiones
tirano implacable:
cuando
desarrollo
de ciertas
facultades
cerebrales
el
de
cual
el
pro-
como para
sacrificar
puramente nutritivos, al deseo ardiente de procurarse un goce sensitivo. (1) Entonces es que el cerebro adquiere mayor viveza; sus rganos tienden la vida se hace activa y completar su evolucin floreciente y las ideas y los sentimientos, aunque
de
sus apetitos
embrionarios y pueriles todava, murmuran sin embai'go su protesta contra los predominios bestiales.
cerebro ha terminado
el
recien entonces
el
homo
su gestacin
hombre radiante de las edades modernas. El hombro sensitivo, es el hombre nervioso; hombre henchido de emotividad que, la mas
gera insinuacin del
el
li-
mundo
esterior,
responde con
(O Estas
hombre
(Jivsi)ues de las tres faces por que atraviesa ei pertenecen Letourneau. Las copio de su libro
Srienre ef materialisme.
12<5
EL HOMBRE
SENSlTn''0
un
estallido.
Es
el
ejemplar
tivo, si se quiere,
pero
mas
porque basta
que
la
jiara
impresin, por decirlo asi, roce los sentidos, que se produzca la descarga, y las emociones
La organizacin
tados de una susceptibilidad ingnita y convulsiva, conspira eficazmente la formacin de este ser
estraordinario, destinado al placer y al sufrimiento eternos.
El sonido mas leve toma en su odo una amplitud enfermisa, y el rayo de luz mas tenue hiere con fuerza aquella retina henchida, re-
el
vigor espansivo
Es el receptculo de todos los dolores de todos los placeres; pero de los placeres y de y los dolores intensos y brutales que sacuden y que
crispan la libra con una intensidad voltaica.
All
parece
ausente
la
vida
intelectual,
reconcensensitiva
trada para
inslita
abundante
la
que
lo
absorve toda
reflujo
y
la
sus luces siniestras y sus tonos calientes; que tiene cimas y bajos como el ocano,
inteligencia con
resplandores y oscuridades como el abismo, espejismo falaces como el desierto; que hace los
mrtires y los hroes, los gibosos de la natura-
humana y los titanes, los mas famosos malvados y los mas grandes caracteres, y se llama Cromwell, Guzman el Bueno, Felipe II, Monteagudo Juana de Arco, segn que las aptitudes
leza
TEMPERAMENTOS HISTRICOS
127
morales que encierra virtualmente en su principio el cerebro humano, sean buenas malas. Toda esa riqueza desordenada de la vida, en
ciertas regiones de la
zona
tropical en
rgimen de
dice Bukle,
los
grandes
rios, los
como
una amplitud pavorosa, es la nota culminante en estas naturalezas en las cuales muy
menudo
verlo,
como vamos
la
La lucha
viene con
el
perpetua
tregua solo
con una
tenaz inquebrantable,
el
He
aqui pues,
de trastornos nerviosos.
Y Monteagudo
tivo
era precisamente
la
hombre sensi-
por excelencia;
organisacion
mas dominada
mas consumapequea
do que encierran
historia.
Todos
bulacin,
todas las
ondulaciones
de su
carcter
cambiante y caprichoso, todos los misterios de su vida, las sombras y claridades de su ser medio
confuso, tienen su filiacin
patolgica obligada en
de aquella enfermeconsiderada
como patrimonio
hombre bajo
las
mismas
for-
128
LA
HISTl.illA
mas
bien no
(1).
Con
sus accesos de furor y de delirio, con sus perversiones profundas de las facultades afectivas que
suele ser su signo dominante; con sus simulacio-
suprema exaltacin y de abatimiento profimdo, constituye una de las enfermedades maf? eiuMOsas y al mismo tiempo mas terrible indomade
ble de la Nosografa Mdica.
enfermedad de las naturalezas ricas y nerviosas; el patrimonio de todos esos organismos en quienes reboza un exceso de sensibilidad moral enfernfisa y jue en l se revelaba en los mas pueriles actos de su vida llena de cirhisteria es la
La
cumvoluciones.
Lo puede todo
llicioso y terrible cuando se encierra bajo el paUeun de un cerebro ingnitamenie predispuesto por moti-
vos de raza
una vegetacin
los sentidos con sus invitaciones erticas y sus ensueos lascivos modela el carcter derramando profusamente los grmenes siempre fecundos de
aquella enfermedad.
untif^ua teora solo las mujeres padeeian de Esta opinin dice Grassed en fU Tratado deei\fermvdades nerviosas del)e hoy abandonarse completamente. Ch. Lesnois hace miulio ya y sobre todo Hriqict han puesto fuen de (luda esta imixulanle cuestin establecicudo que el hombre puede padecerla. Ausilloux ha publicado recientemente nuevas observaciones. Sin endiar^o la histeria es incuestiomibleMU'iitc nnichsimo nnis Irecuente en la mujer, russet Traite imitique des Maladies Nerveuses pj. yil.
(1)
Segn
la
liistrrisiiKi.
SINT0MATLUJ1A
Di;
LA HISTERIA
129
Los hombres
de
la histeria:
fciles tle
por eso son nerviosos y movibles; conmoverse por los motivos mas ftiles,
Tienen,
como
dos dotados de una sensibilidad estremada, y la luz un poco fuerte, el sonido mas leve, las variaciones atmosfricas apenas perceptibles para otros temperamentos, los afectan con viveza, conmoviendo vi-
gorosamente sus nervios siempre rjidos y tensos como las cuerdas de un arpa. El sueo nunca es en ellos profundo; es amenudo difcil, lijero, incompleto y turbado por ensueos dolorosos,
y bruscos sobresaltos que hablan marcado la fisionoma de por esos ensueos
Monteagudo.
trasportes irresistibles,
las
los
llantos inmotivados
el
mal
de su cuerpo.
Cuando
ma-
movimiento, de
febril actividad. Despus que ha ansiedad respiratoria y el paroscsmode agitaciones con su habitual acompaamiento de
pasado
[.ero
130
SINTOMATOLOTTA
DI,
I.
IITSTEPJSMo
Habilidad clida y movible so (Micuentra exagerada, sus sufrimientos son mayores, y ese sntoma temible, que no os raro y que conocemos bajo el nom-
la
escena
produciendo sus irreparables desastres. Esta es la forma general do los grandes ataques
que se reproducen
intt'-rvalos
mas
menos
lar-
La segunda forma
tiene
tensidad y se suceden cortos intervalos; la tercera se inicia bajo un aspecto de agudez completo,
o<n
fiebn; y delirio
como
la meningitis; (1) la
cuar-
comienza por lo general de una manera lenta y gradual con remisiones mas menos largas y duta
racin variable.
H aqu las cuatro formas del histerismo vulgar. Hay una quinta y esa es por fin la del histerismo de Monteagudo la mas temible por su insidia
:
y su ciu-abilidad
difcil.
con fenmenos relativamente ligeros y que permanece toda la \ida oii un nivel casi invariable,
circunscrita en
sus
trastornos,
las facultades
morales; con reacciones psquicas estremas, exageraciones ruidosas, estraordinarias y hasta repugnantes y las deplorables estravagancias efectivas
que constituyen
el
la caracterstica
de
la
forma.
el
Basta
anlisis
superficial do sus
mas
pueriles,
las
formas
de su cuerpo,
la
(ir;i-^.l
PREDISPOSICIN
(le
131
las
esta
pasionei^
l>nl|)itando
l
en cada rasgo, para hacer recaer sobre este diagnstico que se impone al espritu con
tanta firmeza.
fisiologa
infernal
del
histerismo.
Los
sobresaltos y sibilidad petulante y i)ervertida, han dado origen todos esos actos irreflesivos y estravagantes que, con las apariencias vehementes de una intencin culpable eran, sin embargo, el fruto
de
una
Su
imaginacin
la
producto
del
nervosismo estremo
en
que
vivia
han
atri-
buido
como hombre de estado y que son el patrimonio esclusivo de las cabezas equilibradas por el supremo y saludable reposo de una razn irreprochable y no de una histeria contumaz bravia. Sus ojos negros y centellantes, aquellos ojos histricos, sombros y la vez llenos de luz, en donde estaban como vaciadas todas sus agitaciones secretas, revelaban en el brillo de su mirada especialsima y aguda, la emocin incesante en que lo mantenan sus pasiones precoces y casi siempre
imprudentes; aquel gesto dramtico y pedantesco con que hablaba las multitudes nerviosas de la
revolucin,
su
vanidad
teatral,
su pueril engre-
1H2
PREDISPOSICIN
en
<\<>^
<!
>
miento, resumen
tres ra/.gos
capitales
toda la
naria.
sintomatologia
-u
neurosis estraordi-
para este
gnero de
mento que es una circunsiancia fiuidamental, sino tambin en el clima en que se habia desarrollado en los incidentes lamentables de su juventud trabajada por ideas grandiosas pero irrealizables, por
aspiraciones auibiciosas
y
organizacin social
del colon iage habia puesto una valla que l se apuraba por salvar, con un encarnizamiento tanto mas enardecido cuanto maynro< M-nn !<'< inr'on-
no tiene, como odria creerse, influencia alguna puesto que, segn Briquet, ataca los pobres como ricos. Sjbreviene, cualquiera que sea aquella,
cuando una predisposicin nativa adquirida, fomentada n por los efectos de una educacin
imperfecta,
se
agregan,
como sucedia en
l,
las
vinculan
la
voluntad
las
sensibles esclusivamente, despertando una oportunidad mrbida peligrosa. (Jacoud) La pubertad y la juventud con su sistema ner-
exitaciones
vioso
sima-;
abundante
constiluyen
multiplicidad
las
il<>
tinii--
emociones,
pocas mas
pr't(lLra
j>ropicia>
d'
para su desan-ollo.
Su nanera
-.iIm-
ruEDisrosiciON
lar
133
los
placeres
genitales, cuyas
estimulaciones
concentran
feras
la actividad
de
la la
animalidad
debilita-
miento de
prematuramente
corazn espensas de
la inte-
ligencia; el fanatismo religioso y poltico que exalta y conmueve tan profundamente la razn; y por
fin,
las preocupaciones fuertemente estimulantes que en ciertas pocas apasionan al espritu, dando al sistema nervioso general una susceptibilidad escesiva, acaban por producir este estado mrbido tan tenaz y por lo general incurable (1). Determinan tambin este resultado, distinto en
teagudo
los celos
la envidia, las
de
foi'tuna,
la
voraz
como
la
yos arranques
sombros se
revelaban
con tanta
letra
elocuencia en su frase
amarga y en su
tr-
mula y convulsiva. Monteagudo es el ejemplar mas acabado de este nervosismo femenil que constituye la enfermedad del siglo, y que es el padecimiento ineludible de las naturalezas enjutas y nerviosas; de las mugeres bellas y quimricas que envejecen en el ascetismo de un celibato obligado y sonador; de
\)
los
Bouchut. Dii
iR'rv(>>i-iiic.
134
CONTESTURA HISTRICA
la
meEs la
de
los
ambiciosos
y
dice
'ino
Bouchiit en
lia
palpitante
fantstico
escrito
sobre la materia la
que pierla fortuna en su carrera precipitada impruden dente, es en fin una de las formas de la fiebre
los
enfermedad de
de los espritus modernos arrastrados por del lucro y el deseo de los placeres .
la
sed
mente permite vislumbrar los contornos indeterminados de su histerismo medio deforme. Crease un hombre irresistible por las seducciones fantsticas que supona en sus contornos, delicadamente modelados y llenos de blandas ondulaciones por
;
sus modos cortesanos y hasta cierto punto amanerados, y por sus gracias magnificadas en los
escesos de su imaginacin impdica y ambiciosa. En Lima y en Buenos Aires durante las grandes
funciones de iglesia
que las naves de los templos estuvieran cuajadas de esas hermosas mugeres que masturbaban i
al
olor
de las mil
flores
que perfumaban
efluvio de aquellos
estimulaban sus
mas humilde fibra de su carne. pre solo, como para llamar sobr
Entraba siem>
-i,
osclusi va-
DE MONTEAGUDO
135
corazones clidos, crea tener nn influjo formidable. Caminaba con paso teatral, lento, mesurado como para que el anlisis de su cuerpo y de sus
y en
Entonces era
las insurrecciones
desplegaba tola
el
confeccin
cabello re-
mente
hombre estraor-
un especie de culto
pandia y desplegaba sus alas delante de un espejo falaz, que recojia diariamente las irrupciones de
su vanidad
inconcebible.
Su alma
torva y opri-
xin
ojo delirante se
imagen querida que reproduca el espejo, su alma se baaba en un vrtigo profundo y la negra oscuridad de sus sombras desapareca como
cin en la
por encanto.
el
mas
nfimo detalle;
136
DELIUIOS DE GRANDEZAS
pliegues abundantes de aquella petantos voladitos
como cabeel
rodar por
y
el
suelo
de Amrica, tuvieran
jia
la
la simetra
la
elegancia
de
poca;
que
y
hebilla del
i'abe, estu-
limpia y
;
tan
brillante
como una
hoja
toledana
la
media, blanca
como un
capullo de al-
godn, y las uas, que encerraban para l tantos encantos, de una limpieza y de un brillo irreprochable;
tal
ma
Habia en todo
delirio de las
inicia
plosiones histricas, y
la parlisis la
una mezcla confusa d; exde algo que recuerda esc grande^as^ tan especial, con que se
esto,
general;
del
delirio
ambicioso
que calienta
tos,
6uya nota dominante es la vanidad casi palolgica que engendraba en el cerebro de Hivadavia,
mane-
tono sibilino de
Esos rasgos
ritu
el
tan
al esp-
recuerdo confuso
los
delirio aludido,
son
uno de
caracteres que
mas
revelan estos
neurpatas de neurosis indeterminada, y en cuya siologia cerebral ii'> ^^ encuentran .sntomas suficientemente
DLIKIOS DE
ii('<)
(.IIANDKZAS
es
137
preciso.
ManiHestan,
verdad,
signos de
pero no pre-
sentan
el
requerida
precisa,
como
melancola la mana,
la
el delirio
de
las
persecuciones^
ejemplo.
cin
vaga,
cmoliodad exagerada^
La
la la
sentimiento
de
el cual, solicitado,
fecundado por
veces
ce^
de una pseudo-mega-
lomana.
Es
ste un rasgo
das pero histricas como Monteagudo. La locura paraltica que difunde su virus en lodos los hombres de temperamento nervioso escesivo, estalla en los
por herencia por cualquier otra causa, y se manitiesta con los tonos suaves y apagados de este
pseudo-delirio, en los que
sicin
no tienen
la
predispo-
necesaria.
En
virtud
de esa divinizacin
hombre^ y de un cmulo de causas complejas, esta forma de locura se ha hecho la enfermedad del
siglo
tria
XIX
como
La manera
vertijinosa
como
se vive ahora y
como
138
LA
I'bKLDu-.MKt.ALiJ.M
AMA
se viva durante la Revolucin, nos parece que es causa suficiente para desarrollar de un modo for-
del cerebro, dando cmulo de estados nerviosos que, desde simples vaguedades de un histerismo apenas
dos entran en
el
De los que viven en eterna oscilacin en ese mundo de la poltica, mas aun en tiempos de bruscas transiciones, como la poca de la Independencia,
raro es
el
que no tiene
all
el
bulo
fe-
cundado, casi ya
cioso que
la fuerza
de resistencia y
oportunidad mrbida
Lo que bien puede llamarse la pseudo-megalomana, mejor dicho la megalomana fisiolgica de algunos caracteres, es hija de
de cada individuo.
cierta
predisposicin
vive
individual
la
del
estmulo
constante en que
sultado
la
de
la
propia
que es
en defnitiva
fjuien la
produce.
Nadie
estas
presentaba
cot
linios
mas aceniuados
que reflejan con tanta elocuencia las preocupaciones orgullosas, los sentimientos esclusivos y ampulosos que dominan
fisionomas
caractersticas
al
individuo,
como
el
Sr.
Rivadavia: admirable
cabeza en
luz y
con
la creencia,
hecha carne
-erebro,
130
le
tempestad y los erizamientos del len, como dice Paul de Saint-Victor hablando de Esquilo.
seguridad
hombros; su palabra campanuda, brotando trabajosamente de su cerebro, empapado en el dogmatismo desdeoso de su escuela; aquel andar mesurado y teatral; la pompa y la ceremoniosa escrupulosidad con que rodeaba los mas pueriles actos de
breve, imperiosa,
su vida y la manera ampulosa de escribir, revelan toda la fascinacin que ejerca sobre su carcter
mundo de
ideas de
En
su
fiTura arro^ante
v de una belleza
estal-
tuaria, manifestaba
Monteagudo
histrico.
neas de su carcter
Dr.
Llevaba
dice
el
Lpez el jesto severo y preocupado: la cabeza con una leve inclinacin sobre el pecho, pero
y los hombros muy derechos. Su tez morena y un tanto biliosa: el cabello renegrido, ondulado y enjopado con esmero la frente
la
espalda
era
espaciosa
delicadamente abovedada,
ojos
la
pero
sin
le
atencin que
muy
negros y concentracin
curiosos.
carcter,
cara,
y
:
muy poco
la
El
valo de la
el
agudo
barba,
la
pronunciada
labio grueso
muy
rosado:
rada, y las
nada de
140
MONTEAGITDO
TOll
LPEZ
globuloso y de carnudo. Era casi alio: deformas cs[)gadas pero robustas; espalda ancha y fcil:
mano
preciosa,
el
la
torneada,
pi correcto y
El sabia bien
que era hermoso; y tenia grande orgullo en ello como en sus talentos, asi es que no solo veslia siempre con sumo esmero, sino con lujo (1). Tenia
el
labio
sensual
;
ligeramente
sonrosado,
cortada y entreabierta algunas veces con cierta femenil coquetera, como para dejar ver dos hileras
Los
mucho de
mente, y
siniestra; la
la
pupila
animada por
la fosforescencia felina
lim-
pio y aterciopelado.
En
cai-ne,
presencia
toda
>ii
como sorprendida
elctrica;
especie de acornoducio/i,
recibir el
como
si la
preparara
[)ara
choque de
la
mas
flexible, fcil
medida que
cierto
fluido
y misterioso
erec-
animales;
su
feroz
lubrici-
Argcnliim.
MO^TEAUDU
lad
i'Oli
LOPKZ
141
despertaba
el
la bestia
adormecida, poniendo en
la
juego todo
exal-
de su temperamento bravio.
que pudiera adular sus sentidos, manteniendo la estimulacin que necesitaba para vivir
Todo
lo
en constante
lujo
de
en
tenian
para
un halago supremo
trajes,
MI lujo en sus
sus baos
aguas olorosas, la abundancia y delicadeza de su mesa, como el cuidado femenil de su persona, siempre perfumada y llena de i)reciosas joyas, hacan del Auditor de Guerra, un sibarita odioso, absorbido por
el
sentimiento esclusivo de
los
placeres
animales.
Kn sus
insoportable
fcil
ameno por
que
Dir
tena
tati
cordial predileccin.
faltaba
sino las
convulsiones,
el
acceso franco
histrica.
Hasta descollaba en
histrica
tenebrosa
el
mas consumada
tena
don de
como la la emellas
brolla
saben hacerlo; y para que nada faltara, hasta el erotismo frecuente en la enfermedad, se revelaba
en
l
Era dice
gentina
ilustre autor
de
la
Recolncion
al
una
Armismo
142
dooii ma-, de
lt.s
Montaeses de
la
la
de que
la
Este
terrible
el
joven de
modelo
del jo-
estilo y en doctrina;
sin que esto im[)idiera que cuando cambi de demcrata demoledor monarquista intransigente, conservara la misma tiesura de ideas y fuese un
Demaitre.
El trato de
da palabra y en cada ademan traspiraba la alta idea que tenia de si mismo, y hacia sentir la superioridad de sus conocimientos y de sus trab.ajos. Monteagudo, cuyos amplios propsitos todos comprondian y acataban, era malo^ daino y nada escrupuloso en los medios con que los serva, en la poltica que aconsejaba. No era cobarde en
((
su puesto
mo
el terreno de la poltica y contra los enemigos de exageracin sus planes y de sus propsitos. A de las resoluciones, y el estrema de las responsa-
le
hombres sienten en las grandes alturas por Para l era gusto innato echarse al abismo. obrar con un rigor inexorable al servicio de una causa puesta en peligro, y no buscaba en ello otra
los
satisfaccin propia
que
61
la
como mero
agente, los
intereses de un pcrsonago
poderoso, quien
14:
Ese era su genio y era su necesidad moral. Asi es que al obrar bajo el influjo de esa fatalidad maligna^ obedeca su naturaleza., sin preocupaciones ningunas de egoismo personal, y siempre teniendo en vista su modo, grandes propsitos polticos
(1).
He
aqu desarrollada en
Auditor de Guerra.
el
Ya veremos en
su histerismo.
V.
(1
tiiict.
X'iiciitf
Lpez. Historia de
la
Revoliieion Argen-
CAPITULO VI
SIMAIUO-Rasgos
tiiio
lundamentales (le la histeria La movilidad ile ideas, la vuliibilidad desentiinieiitos, la estreinnda escitabilidad del seiigensico La Grasser tipo de la histrica consumada su vida sil enlermedad-Cules eran los sntomas capitales que pred)iiiinaban en Monteagudo Monteagudo nionarcpiista y aristcrata Monteagudo demagogo- Monteagudo repuljlicano demcrata, Bruspiedad le sus cammonari|uista nuevamente, etc., etc., etc bios afectivos Odios y amores brutales Descensos sbitos de su nivel moral Exaltacin <le su sentido gensico Antecesores histricos Como entenda Monteasudo ol amor Sus fantasas Sus olores y sus plantas favoritas Teraputica de su enfermedad El caf y l agua IVia.
Tres rasgos fundamentales y caractersticos dominan la vida de Monteagudo. a la mobilidad escesiva de ideas,
b
la
ciones,
c la
toda
psicologa
estraviada
la
y anmala
la intriga
del
famoso
carnicero
de
Revolucin.
oscura y diaincli-
inslitas
naciones y algn otro rasgo de su vida ntima, son detalles secundarios que complementan, sinembargo,
el
cuadro de
la siii(<iniafnloga
14G
esta afeccin.
liistrica
l.\
'.IIASSER
Tena
la
plasticidad cerebral de la
misma fLicilidad con que transforma sus transportes amorosos en impul^iono- <]i'\ ''.'Ijo v dol <Mi<-no ma^
formidables.
En
maapa-
nifestaciones de la
se
hace por
;
pocas de una
el
enfermo cambia de
mientras que en las histerias agudas y ruidossimas que estallan en las vrgenes y en las menopautas, los cambios son bruscos y se suceden en un corto espacio de tiempo; de un dia para otro y aun en pocas horas
un ao para otro;
punto es cambiante y movible este nervoriim Las personas que lo pade(lstencio tan maligno.
;i
tal
pasan con una facilidad escesiva, de la mas profunda tristeza la alegra mas amplia y contagiosa; de la desesperacin la esperanza, del odio reconcentrado y amargo, al amor mas acencen
drado
enardeciente.
Asi
es (pie,
las
inspira-
ciones se resienten de su estado elctrico y de la tensin escesiva en que viven esos espritus fantsticos y arteros como el de un nio voluntario-
gando
su
ha producido.
que no hay nada mas insoportable ni mas peligroso (pie una de estas personas afccta<'.',,u/i,#/-///if///< i'iii!i,.Ii> II MU )li iM <la< d''l /;?'"/m's'
->
.
LA GRASSER
pintorescamente
los
147
antiguos.
Dgalo
el
mismo
Monteagudo, si n. Una mujer histrica muy conocida en Prusia bajo el nombre de la Grasser ( y vaya este caso como ejtMiiplo palpitante de lo que puede la histeha sabido engaar durante diez alos los magistrados mas esperimentados; inducir en error
ria),
un gran nmero de mdicos; mistificar sin cesar la autoridad, dando lugar las aventuras
inesperadas.
mas
pital
Pasaba alternativamente de
la
crcel
correccional al hospital
la prisin
y de esta la casa de Su vida no ha sido sino un largo encafuerza. denamiento de peripecias estraordinarias, de side locos
mulaciones
las
quila,
tan
variadas
la
como
hiibiles.
Segn
necesidades de
furiosa,
causa,
se manifestaba tran-
loca,
ga
mas grande, y de la invivaz (1). Esees pues, el histerismo teligencia mas desesperando al ojo mas avezado tpico, acabado
mas
rara, del descaro
;
con sus
juicio
peculiaridades
recto con
;
curiosas
estraviando
al
mas
salud intelectual
confundiendo,
cureciendo
el
diagnstico, con
enorme
infini-
espresiones
mas
le la
VARIAmUDAD DE IDEAS
intensidad, de la inlluencia de la cepa
..i-
menos
ginaria;
dinamos
en
la
lujuriosa,
de la vida, todas revisten en medio de su disparidad aparente cierta unidad que las vincula un gnero nosogrico indestructible. Ese nialun lustricuin que es una zona intermedia entre la exageracin del gran mal histrico y los vapores apenas perceptibles de las jvenes, es el mal de Monteagudo, manifestndose con su caracterstica
infaltablc: la incesante movilidad intelectual y
ral sin las
mo-
dos
nicos
datos
movilidad
para revelarlo
bruscos como
completamente.
que venan de afuera, la obra del medio social en que viva ni se producan tampoco bajo la presin vehemente de algn
producto de influencias
;
carcter altanero y
superior
'1
al
minara;
ni
menos por
inllujo
de conveniencias
:
de partido de
miras especulativas
era su ner-
clase.
MONTEAGUDO MONARQUISTA
Qu no ha sido
149
oii su vida! Ha recorrido toda gama do los colores y de las afecciones polticas como si buscara un ideal quimrico que no Qu hombre tan incompudo encontrar jams
la
uo tienen
la clave del
enigma.
Ha
estado en cor-
pero apasio-
nado con
ria,
la
de todas
los
hombres superiores de su tiempo. Ha credo amar y ha odiado con toda la exuberancia propia
de su temperamento; ha sufrido todos los doloro-
que
supremas que dan moral cierto temple falacoso, su mas bien que reacciones, parecan accesos convulsivos seguidos como con frecuencia le suceda
individualidad
de un temible colapso. Las primeras palabras que brotaron de sus labios fueron de encomio y de amor hacia la persona del Rey,
Fu monarquista y aristcrata: el Rey asegurado en su trono deca en su disertacin inaugural, reina pacficamente y rodeado del resplandor que re-
cibe de la
reino
llega agitar el
todos
le
gen de Dios en la
tierra, como fuente invisible de orden y el astro predominante dla sociedad civil. Este transporte de admiracin tan estremoso hubiera
150
MONTEAGUDO MONARQUISTA
mismo
oidor
Uzzos y Mozi quien iba dirigido aquel extravagante modelo de sumisin colonial, revelaba una
especie de xtasis, dejando entreverlas lneas
dio confusas de esa
me-
cuer-
po
la docilidad
estraa que
caracteriza
su brutal
automatismo.
para
la
Chude
los
cerebros
otros precursores de la Revolucin semejantes explosiones. Esto sea dicho de paso y para los que ven en ese rasgo una influencia del medio y dla
poca,
Pero esta
faz moiiniiica
que suceder. Monteagudo se hizo en la Paz, y en Chuquisaca mismo, revolucionario ingobernable, lle-
gando bruscamenie
hasta
el
mas
alto
menester
fijar la
va-
de un sntoma patognomnico.
la
En 1810 y
riscal
propsito de
ejecucin del
Ma-
gobernador
nario
de Charcas, y de Sauz, de Potos y Crdoba, que hablan querido oponerse al movimiento revolucioNieto, presidente
intendente
levantando
al
alto
Per,
escriba
rn
>m
Martin Libre, arrebatado por el enlusiasmo de un poscido enfurecido, estas palabras que manifiestan todo el fervor que calentaba su crneo: Yo
MNTEAGLU DEMAGUUU
:,os iiK
151
MI-:
m: aci:k~
A LOS PATBULOS PARA OBERVAIl LA IRA DE LA PTRLV Y BENDELOS EFECTOS DE CIRLA POR SU triunfo! Por encima de sus cadvorcs pasaron nuestras legiones; y, con la palma en una mano y el fsil en la otra corrieron
CADOCON PLACER
buscar
la victoria
el
en las
reunidos
25 de
Mayo
del
icas ruinas
jurando en presencia de los pabellones de la pala sangre del prfido Goyctria empaparlos en
neche
decia
<(
Yo no temo
la
despus, desde
se
de
la
Sociedad
Patritica AUNQUE
irriten las
furias
del
AVERNO.
Todavia va mas
diente
allii.
Despus
el
del
imponente
indepen-
ejrcito
democrtico lleg su mayor crisis y las pginas de la Gaceta de Buenos Aires, que entonces redacal I)r. Paso, muestran cual era el entusiasmo con que se habia asimilado fervoroso
taba asociado
am-
mayor
delirio
en sus cle-
Dracion
Comprense estos ltimos escritos suyos, con la inaugural que hemos hecho alusin
ari'iba
mas
aparenpara
temente
Bien
es
estaba en la poca de
la vida,
mas
propicia
152
el
OTROS CAMBIOS
de
los
desarrollo
trastornos
dinmicos
<l
'
la
Contaba 25 aos y un temperamento nervioso-bilioso en la plenitud de su vigor; un cerebro exhuberante y roido por las mil amarguras que le acarreaban su cuna humilde y sus incurables
tos.
edad
finalmente
se
ajilaba en
medio de una sociedad dolorida por las alternativas de una pubertad difcil, sufriendo el contacto diario, el choque ineludible, pegajoso^ de otros temperamentos anlogos. Todo esto, que puede decirse, encierra una parte importante de la semeiologa de sus males, basta en mi concepto para esplicar el desarrollo de una enfermedad que en muchas ocasiones no tiene
etiologa conocida.
Pronto se secaron en sus labios los arrogantes apstrofos al despotismo y dej de preferir como Lpido la procelosa libertad una esclaoitud tranquila ; palabras que le servan de epgrafe en su clebre oracin de la Sociedad Patritica. Entonces clam por la dictadura personal,
como
el
nico
gobierno posible para regir estos pases y l, el demcrata demagogo, sostuvo con su pluma y con su influjo, el cesarismo do Alvcar hizo en sus escritos la apologa de las tiranas
(1).
Apesarde
la
esto,
Gaceta re-
al
gobierno presidencial
106,
tomo
1.
OTROS CAMBIOS
ITjS
imitacin del de los Esiado-LJiidos y pafa que su estraa versatilidad de ideas fuera mas grose-
ramente
visible, al final
del
mismo
escrito se
!
ma-
(1)
En 1815
le
pareca
(2).
En
anti-
guo demcrata el agua helada de los terrentes andinos en que se baaba con frecuencia, no habia
logrado modificar
cion que tiene
la escitabilidad
de aquel cerebro
elctrico y movedizo.
de
la
En el Censor de la Recoluun gran significado en la historia evolucin de sus ideas polticas, apag deltimo destello de su
finitivamente hasta el
amor
de este g-
nero
(3).
En
esa isla
como
de los gobiernos constitucionales, como los republicanos de la Amrica setentrional, que educados
en la escuela de la libertad, osaron hacer
el
espe-
la
ll.
id.
id.
133.
(3)
(4)
(le lo
Id.
id.
id.
252.
ei^ el
Censor
154
CAMIUOS
HISTRICOS
No
bles cambios.
Per se
liizo
partidario del
gobierno monrquico,
ficador del Per
con cuyo propsito, afirma uno de sus bigrafos, tom su cargo el Paci;
y por
liu
mirador entusiasta y partidario de la forma republicana de gobierno, que en otro tiempo tanto habia odiado. A tal punto llegaba la inconsistencia de
opiniones en aquella cabeza, que muchsimo bueno
No hubo
Todo: ideas y afecciones, brotaban con una vivacidad estraordinaria 6 inusitada, pero eran fugaces
pasaban rosando la superficie do y transitorias aquella inteligencia que las reciba sin fijarlas.
;
Conservaba momentneamente, como la papila del ojo, el fosfno de la impresin, diremos asi, pero
la
sensacin
cerebral
el
correlativa
se
borraba sin
la vi-
dejar en la clula,
bracin, que es la
j)ara
recuerdo
pereime de
memoria
del nervio.
Se borraban,
enemigo mas cruel instrumento dcil y admirador caloroso do San Martin quien intrigaba mas (arde inspirndole los amargos reproches que
CANIUOS HISTllICOS
155
(1);
ami-
el
mismo
se
decia
de
Jos
su
Miguel
enemigo y el verdugo implacable de sus dos hermanos quienes asesin con la zafia de un felino hambriento. Y inalmente olvid para siempre su patria a quien tanto decia haber amado, pidiendo en cambio de importaiiles seroicios la ciudadania
Carrera
para ser
pronto
:
muy
chilena
;,
(3).
Quien no v en estos
cambios radicales, en
?
estos
espasmos
la
Tal fu
es la
manera de ser de su
formas.
las
inteligencia y tal
la
de
la histeria
no convulsiva:
peor y la
de aquel espritu en
mejor
dicho, admi-
Amaba
amojamas
nifestaban en
l,
odio y la
admiracin;
la
el
mortal;
admiracin
humilde y depresiva que hace descender el nivel humano muy abajo del de su ascendiente simio.
Amaba
hoy,
con
el l
servilismo y la tensin
era
capaz,
para
abo-
maana con
aquella
clera
suprema que
estalla en todas
sus venganzas.
id.
id.
142.
-H. de
la
K. A. (K.
del U. de
la
P.)
tomo
8,
pg. 157.
156
DESFALLECLMENTOS MORALES
l'ciiia
lia.>:ia
esa locuacidad estrema, que suele alternar en las histricas con sus momentos de profunda melancola, de llantos sin motivo, de gemidos y de cantos
tristsimos; y de acuerdo con esta tendencia alas
la
mis-
ma gama caprichosa que en sus opiniones polticas. En medio de esta movilidad sorprendente, solo conserv ntegro, inalterable hasta
tenaz los espaoles que fu
el
la
tiniiba, el
odio
mvil de muchas
de sus violentas determinaciones, y talvs la nica causa que lo arroj en brazos de la Revolucin. Hasta el amor la independencia que, si hubiera
participado de la intensidad de sus odios, hubiera
como
el
eclipse completo.
sinti
Monteagudo
apstata:
un instante embargado de de
la
/
horrible
dcpn
tar
con
la
higlaterra
v/'
de las provincias
platinas. (1)
Cuando descenda
afectos lo haca
trico,
en
la
iiiieiisidad
de
>u>
sin
gradaciones
jionumbras.
tanta
Toda
la
vigorosa
altanera
que
impertinencia
mostraba en sus pocas de bonanza, tornbase en hondo y lamentable abatimiento, apenas la fortuna dejaba de sonreirle. Su nimo decaia
(1)
,1m
Vase
TM.r
Frri,.;.-..
Ilisloria de V .\-,Im
Bcl{?rano> Hioinif
.1..
fio
Mouto}ru-
M-..,!.:.
!..
.,...
P, Ii;y,
DESFALLECI3IIENT03 MORALES
bruscamente, con
hi
If)?
intensidad
la
propia
de su in-
temperancia sensitiva;
misma
con que
volva
brillar
des-
pus.
cuando
la
Josy se
sobre su cabeza,
magnetismo
con
en
el
de
aquella
personalidad
influjo
de su cesarismo
sut-gneris.
Entonces rogaba
que
flo
espantan, implorando
que
le
tara
los
posible
que
lo
y salcar de tanto escollo : Haga Vd. este favor un parba escriba O'Iggns- rebuscando la frase mas melosa y mas humilde; besando la planta, arrastrando la barriga por el suelo Aa<7rt Vd. este servicio un patriota y un amigo suyo que solo siente no haber dado prueservir
bas de ello
(1).
Cuando
gui'a,
escriba esta
amarsu
sus
desfallecimientos
haban
llegado
Itt
Argentina (H.
del R. de
loK
oTROf?
la
SNTOMAS
de
su
destierro
colmo:
soledad
desespM-uute
mas bruscos
espritu
en una desespe-
las
personas
histri-
transformndose sbitamente
cura.
en
una
especi-!
silenciosa y
jirar
riia
en
se
columpiaba
manifes-
que vigoriza y templa momentneamente la fibra, se consume en su propia lumbre y por su propio
esceso.
el
corazn,
la
en
el
nudo
velocidad
As como subia y descenda Monteagudo, se sube y se desciende en la histiia ose es uno de sus caracteres mas conocidos. La energa indo:
mable de aquel hombre, era un fuego de artificio mejor dicho las convulsiones do su histerisismo. El Monteagudo de Lima, el Monteagudo de los procesos de San Luis era el hombre artificial, el hombre
el genio de su enfermedad y obedeciendo a la impulsin maligna que nacia en su cerebro contundido por tanto eslmiilo. Por eso su imaginacin era som-
bra y al
mismo tiempo
el
exageracin de las
Ii-
resoluciones y
estremo d
responsabilidades
OTROS SNTOMAS
del
159
poder no
le
asustaban
las
sino qnc
tentaban su
hom-
abismo.
(1)
ah pues,
evidente,
otro
la
Mon-
las histricas
teagudo demostraba en todos sns actos y que lleva cometer hechos reprensibles y
hasta criminales.
El tercer rasgo caracterstico de su fisonoma moral y que complementa definitivamente el cuadro de su estado enfermiso era: sus disposicio-
nes
erticas;
sus
hbitos
viciosos
sensualismo y seEsta perversin singular de los apetitos gensicos, compatible con la salud, cuando como en l no llega los estreios dolorosos de la
diento.
oxcesivo de su
y el intemperante
ardor
ninfomana
do
la satiriasis,
constituye
lo
uno do
esencial
por
menos
la
importante de la influencia
que
histeria ejer-
decen.
(2)
Se afirma que para l el amor carecia de los supremos encantos que tiene para todos los hombrea moralmentc bien constituidos, (no buscaba la carne nicamente, la forma tentadora y lujuriosa de la zamba, naturalmente dcil y compla-
O
(_M
IGO
cieiite;
la
Ai
TArroNKs (;knkuica
plogiu-iu abrasudora de esas pujjilas que miraban trmulas y como atradas la rbita oscura en donde so movan sus dos ojos malvados; las promesa^ Itodos esos Isibos
negras
preados de brutal erotismo, hmedos y tembloroel placer con el grito agudo y desesperante de los sentidos irritados por un largo
sos que imploran
ccntacto;
el
gemido convulsivo,
anmales supremos.
las
el
estallidoxlel
tremendas de
era la
No
dul-
apegaba tanto
el
brutal,
alma enamorada la qin' mugeres, sino el apetito contacto sexual practicado de una m ila
era abusiva,
tible
que lleva
genesiacos intransigentes
al
cstremo doloroso de los placeres solitarios, ltimos vestigios implacables testimonios de iin
libertnage mrbido.
(1)
La vanidad y el orgullo; la seduccin y el adulterio dice uno de sus bigrafos - esos eran
algunos de los rasgos culminantes que caracteriza
en
l la mas noble funcin de la humanidad. Monteagudo era lascivo por su temperamento y por su eniormedad y esta aberracin de los senti;
constituye
por
lo
general
mas acentuados
del
uno nervosismo
<i
<'apf.ctres
histrico.
Suele
(I)
Morcan de Tours.
FA'ALTAriONES GENSICAS
elocuente
161
manitestacion
de
la
histeria
libidinosa
que oprime y
atrofia en el honribre
el
y sentimiento siempre
hasta en la
altivo
aberraciones
roes y sus frecuentadores asiduos, en todos estos productos enfermisos de las sociedades refinadas
y atnicas; en
vida
como
Monteagudo, con
ble,
el
apetito casi
exigen al organismo con el imperio de las necesidades nutritivas conjuntas: no solicitan como el sueo y la suave postracin del cansancio, exigen como el hambre, piden como la sed y como el hambre de aire, que es la suprema ineludible necesidad de la vida. El erotismo de Monteagudo tiene, algo como una filiacin bochornosa, en las pginas mas brillantes de la historia. Era como una herencia de
otros grandes
sar
run virum
ansia epilptica y de una manera insaciable, todo el placer que la corrupcin romana pona en sus
manos.
nital
Tiberio,
el
sentido ge-
desde
la
11
162
EXALTACIONES GENSICAS
hasta en los crueles
suplicios que
era libidinoso
inventaba.
(1)
Calgula invitaba
la
luna
participar de su
lecho y mantenia un comercio infame con L6pidus y algunos otros jvenes estrangeros puestos en
sus
dia se oyeron
en
lia
el
para res|)onder las violencias Claudio pesar de estpidas de Calgula de su constitucin sus temblorosas rodillas y
mente vigoroso
mismo que Galba, Nern, Tito y Ileliogbalo, vivieron encenagados en el mas horrendo La clinopalcn cocabat de libertinage mrbido.
precaria, lo
Domiciano, que se baaba en las plazas pblicas con las prostitutas, y se complaca en arrancar los pelos sus conciibina', la sodoma bestial de
Vitelio
el
disorsi
obsena
ijni
constituan
para
la
todos
ninfomaniacos
enardecidos por
impunidad,
repertorio de sus
mas
gratos placeres.
familia do >i;1ouiui>
que hacia de
la prostitucin
un ramo de industria.
Jvjis la
Sobre Len
sacin.
hace recaer
III
iMirique
reparta
su vida,
Morcan, entre
la prostitucin
y la devocin; y
caricias indiscretas
Mignons
(l(i
le
la
coitc.
que prodigaba sus famosos atrajeron todo el odio do las damas l'-l incesto para el duque de Orleans
'
>
stiguan ^u-
de Tours.
GENKSIACOS CELEBRES
tentativas infames de
la princesa
163
corpiipcion
dirigidas contra
de Lamballe y contra su propia hija abadesa de Chelles. Y para terminar esta desagradable y corta enumeracin, citaremos Luis XV donl la vie ne fui q'une perpetuelle dehaucAe; y para quien todo lo que no se presentaba con la promesa de un placer, era indiferente; Luis Felipe de Orleans cuya vida fu una mezcla de infamias y de grandes cosas; Federico el Grande^ y tinalmente el conde de Charolis de lgubre memoria y cuyo horrible cinismo inaudita ferocidad apenas ha descrito el autor de la Folie jalouse.{l) Estos jenesicos de la larga familia de ^lonteagudo y de Bolivar, que tambin pagaba ampliamente su tributo Priapo, tienen, por temperamento, como Bolivar, por enfermedad y por temperamento como Monteagudo, concentrada toda su vida sobre este sentido que se sobrepone los otros, vincula
hombre.
posible
No hay
en
el
cuando circula con tanta abundancia por de un hombre, aquel fluido caliente, que se difunde estremeciendo la fibra y reanimando las fuerzas ausentes del mas viejo genital; que v creciendo, aumentando, hinchndose como
los nervios
la
mar
picada,
hasta afectar en
los
individuos
irresistible
...
(1)
los
tomo de
la
obra de Moreau de
Toiir
1(34
SRNSITATJSMO
sistenna nervioso,
el
clima
llicioso
la
coadyuvante de un temperamento ardiente y buy que levanta los apetitos venreos hasta categora de necesidades irresistibles, hablan
aquel gran adorador
contribuido desarrollar en
No
al empuje visiblemente entermiso, que lo arrastraba hacia los placeres sensuales desordenados, como si llevara hecho carne en su cerebro, todo el cnico desbordamiento que rein epidmicamente en la Roma de Calgula y de Popea. Por eso buscaba casi siempre, todas esas mujeres en quienes un pudor moribundo, dejaba ancho campo la satisfacion de sus propsitos lascivos, y complaca su
erotismo hidrpico en
la lectura licencio-a
do] di-
He
Kila
ahi
si,
la
consagracin
mas
la
tena/ de su vida.
lo
orgnica y enfermisa, fu en
sin invariable, su
vida su sola
que en sn ser moral se mantuvo inalterable en medio de su estravaganle variabilidad. Si Monteagudo hubiera gozado alguna vez de las dulzuras de una existencia i-oposada, hasta habra tentado reproducir, por exceso de seursualismo,
el
lgubre
Haw-
rando, n los efluvios envenenados de las plantas de Rapacini, sino cultivando con amor las diversas especies do (Irchis, que por la Hisposicion de
SKNbL'ALl.SM
1G5
geuesiacos
[)orque en
medio de
su
escesiva
lujui'ia,
era artista
consumado y su
todos
los
el
genetismo
todos los
sentido gensico
Por eso
le
gustaba
En un jardn
sombi'o,
medio perdido en
la
el
repliegue
temperatura mansa
y amorosa do una eterna primavera, vivir secretamente y como abstraido en su acetismo sensual,
cultivando la datura y la jusqutiini,
belladona, que procuraba filtros tan
el
adtantus y
la
eficaces apeest
Ileroidea
de Ovidio.
acariciado por
calientes
tibio
de la cantrida
estimulantes,
el
nn
conoci-
miento abundante de las leyendas flicas y de toda esta botnica ertica que ha producido la materia mdica popular. Conoca las propiedades venreas atribuidas al cedrn, su planta predilecta, al nardo
que deja
olfato
leria
al
li-
el
de las mujeres; de
la
166
TERAPUTICA
famosa orchis odo ralsima con su enorme poder de escitar la sensualidad. Todo, como vemos, era la consecuencia obligada de su afeccin y de una predisposicin orgnica marcada, que constituye, segn Tardieu, lo que se ha llamado el temperamento genital y que, amenudo, coincide con un conjunto de caracteres
;
fsicos particulares
que existan en
predomi-
presiva y movible, boca grande, labios gruesos y de un rojo vivo (1). Lo que sucede en las mujeres histricas respecto sus disposiciones erticas,
se v igualmente en
violentos suelen
los
presentarse
menos
horrible y repugnante.
que puede muy bien llamarse la teraputica de su enfermedad. Es decir, los remedios que instintiva intencionalmeiite se aplicaba
como tratamiento. Cuando acompaaba Bolvar, los oficiales lo velan dirigirse los frios torrentes de la Cordidonde sentado sobre un peasco se dejaba baar por aquellos raudales helados. La imprellera
el alivio
de sus torl)ajsima
mentos cerebrales,
por
la accin
tal
temperatura.
El agua
fria
biot
no es un agente sedaun
o-ci(niit(\
mas
nialqujora
(1)
Tardieu.'-L Foli.
TERAPUTICA
que sea
el
167
mo-
jadas, inmersiones,
etc. (1)
Es indudable que
cismo, histeria
etc.,
la
tados satisfactorios en
estado
nervioso, nervosi
y como
dice Bloch,
el
se quiere
fria,
conocer bien
la
accin general de
agua
es
el
Pero
examen de las diversas faces por las cuales pasa un neurpata, esclusivamente sometido un tratamiento de esta naturaleza, demuestra que el
no es en realidad sino un agente esciPrueba de ello son los casos de tante (Bloch). urticaria y fornculos, que se manifiestan despus de un tiempo variable, en los sugetos sometidos
fria
agua
fuertemente
y la manera penosa y
la
primera
de
como espasmdicas.
Siendo asi que
pesar de
el
agua
fria lejos
de ser un se-
dante inmediato, es
mas
su
pasin
Monteagudo no se baaba
dico, sino
con
la regularidad, la
mdis-
con intermitencias
peligrosas y
lejos
de
aliviarlo,
lo
enardecia aun
mas, estimu-
(1) (2)
froidc,
id.
pg. 16.
168
lando,
111.
TK': Ai'KrTICA
i-
l)ii,'ii
'|iie ani<J!-!;4iiainln,
a'iiit/l
crrii-ui
cerebral
'im'
(loiiiiiiali;i
i|ii<'
ImiI.i
-m --r.
Es
larga,
indiscutible
la
In
'
jo-amonto
cuales
tnnas,
sobre
la
porque en
formas de norvosisnii
.
i'w
!a-
como suceda
nn largo
^mi
MMUtr,,i-.'gnlar
i.l,.,
,,
jiie
desj)ues do
tralamienio
lai!)iio
cesar
una
tond<'iioia
mai-cadsima
renacer.
Por
de
la
1')
ijiiu
ln.ui
liidr iicrapi
IijM^
d,'
pi-odu-Mi'
nna sedacin
exageraia
p--
provecho-,!,
(aa!-d''ca
-n
ip'r\M-i-~ii)o.
-ii-
-n inipri'-ioiiabilidail inor.d,
di-p' -ici.mc-
pci-lnrliacioiictria.
por
el
agua
"1
(2)
d<;
Mro
aucii!,'
i
jicrnirbadoi" do sn
inervacin, y
que abn-ali
los
(iiicliamenti\
lo
era
caic, la
bebida de
capones como
llamaba
laniit.'o.
la- pa-i
la vilalidiid
do
liabia
caf.
trado en -u anii'r
lai'l
innjere- y
ei''lebre
al
concenLrt nolos
che en
i'foi-as,
('
piie
te'.-iiiiiK)
pro'
Cata-
la
paso
on
vola
ajitado por
ti'as otra,
-us
sordas
in\
grandes
-a,
calV'
bien nrgr'
(MI
>.
lli-iarja
c-ia-
lili
icim;i,.~,
i.'i-cpii.i-,,
n:;i-
(1
(li)
TERAPUTICA
cameiite la satisfaccin de ese
genera! en todos los pueblos?
169
amor
al
caf
tan
seria
una secreta
jior
este
medio apaciguar sus enardecimientos genitales? Esto ltimo es verosmil probablemente sus nervios cansados de tantos y tan repetidos sacudimientos, clamaban, aguijoneados por el instinto, un sedance que consolara aquolio- rf^anos fatigados
;
por
la
usura.
modera ligeramente
la
escitacion
absoluta.
Su
acci )n
es
insignificante
etc.,
EL
PELIRIO DE
LAS PERSECCSIOSES
ALMIRANTE BROWN
laisser
est expos se trompcr par les apparences de la rai-son, et 1 no se meie pas toujours assez de ees gens qui parlent et discutent ut cceteri sanee ments homines. Sous Tenveloppe d'un deeeshommes, habite parlois un persecut qui
Le medcin
dissimule son trouble partial, et il importe de eontinuer niettre au grand jour les principales particularits psycnologiques
dont
Leorand
Mais
calcul
il
du
Saulle Z^
de dissimulation, que parce qu'il n'a convaincu personue. On lui faisait ceci ou cela, eton ne les pas cru; il
avaif telles eraintes, et on ne les pas partags; il devait se
venger de
re, et
il
telle
ou
telle
manie-
n'a rencontr que des incredules. Que fallait il logiquement qu'il tit? Qu'il se tt. C extcequil fait Id id pg. 7.
CAPITULO VII
la melancolii La hipocomlria corhipocondra /nenia/ Fisionoma ile los melanclicos una ninnilfst.icion lie( lente El lelirio (Je las persecuciones es de la melancola Tumores nosouianiac.'is Anlisis de enfermedades imaginarias Cmo principi Brown sentirse perseguido Las primeras estravagancias Patogenia del delirio de las persecuciones - 0[)inutues lie Legrand duSaulle El ci'cinero de Brown La casa del Almirante Episodios de su viila Esplosiones de perseguido El veneno Las persecuciones del gobierno ingls Sus complots Diagnstico de L). Juan Manuel El viejo Bruno esc Zoto -Ali'cinacijnes del oido Situaciones dolorosas En su castillo Sus preparativos para resistir ata'iues de enemigos ima-
ginarios.
BiBLiooBAFiA Griesixger rrat/e</<?s nuiladies mentales hY.GRAN) DC Saulle rm7 de Medecine Lgale Luys y Bol L' Encephal( Journal des tnaladies mentales etnetxeuses) aillarfiER i> Hallucinationsh^(iKA^*D D SaLLE Le Delire des Vida del Almirante Brown (Galera Perseciitions.). T. GuiDO de celebridades argentinas) GviSLAlS Las frenopatas Apuntes sobre la vida del Almirante Brown (Annimo indito Coleccin
(indito) AMMOSf Traite des maladies nervmses Campaas martimas dla Bepiiblica Argentina Lfauf^^hor Trattato delle maladie mentale V F. LoPEZ Historia de la Revolucin Argentina Carlos VoQT Legons sur l'homme BoucUARDAT Tratado de Hiqiene pblica y privada ToPlXARD -i/' AntropologieylTRlEl Crucero *La Argentina*
Gonzdez
Traite practique des maladies mentales CrtSrtto//e^ DaiONET Marc Traite des maladies mentales Rasgos de la vida ntima del Almirante Brown, escritos por si Camarero y abanderado Z. J.
ngel
J. L^arra-s'/.x
(publicado en
la Revifta de Buenos Aires) KLhis Enajenat ion w/a/ Lpez, Gutirrez y L.xm as Revista del Rio de la /"ai MoREL Dm delire panophobique des alienes gmisseurs (Ann. medie, psychol. t. 7/>-Brikrre de Boismont 2)e la la medecine lgale. monomanie des persecutions an point
'
''-
ficciones
el
esp-
17()
FORMAS
siempre
el
T)T.
II
IM)C)NDR1A
los
ritii
agitado
liipondriaco-.
I.i
evidencia de
tanto
dad
intelectual^
como
los
ensueos
y las perse-
frenlgias silen-
profundamente.
La
En
idel
sufrimiento contraio.
la
liipocondra corporal
(1)
el
paciente
ma-
nifiesta
sus
dolores en
la
motivadas relativas
fijacin
precisa.
aquella
enorme depresin
al
que dan
teza que
molanclicto
el
de
profunda
tris-
La hipocondra mental
sensacin
mas
espresion de una
mas
lanclica; es
si
que ofrece faces mucho mas r Im general las variadas y curiosas. Estas son dos formas frecuentes. El aspecto de un hipociidriaco produce un sense quiere^ pero
i
timiento
espritu
de
profunda
por
angustia;
las
como que
(n
1
.
es un
oprimido
incmodas y temibles
crsic.'ii
''],
inquietudes de mil
presentimientos,
invita
;i
guen.
Es un (Mifermo que
-iitVir
J]
^'1,
(illisliiiil.
(iuisjilill,
INVASIN DE LA MELANCOLA
que impone sus
l77
infinitos dolores y que lleva el contagio en sus lgrimas y en sus ojos hundidos y opacos; en sus lamentaciones agudas, en sus
concepciones
estravagantes y hasta en el tinte amarillento y ligeramente azulado tan caracterstico. La melancola es una enfermedad que mar-
cha
por accesos;
algunas veces
por paroxismos
clarse
ssimas otras; y la cruel ansiedad que suele mez su profundo abatimiento, da a aquellos
rostros
palidez
desfigurados,
reveladora,
el
con
la pupila dilatada y la
las
que
forman
su
nota
fundamental,
comienzan revoletear al rededor del cerebro congestionado por el insomnio; la cara se arruga,
se pone volteriana y liona de sombras; y el cuerpo se encorva bajo el peso de aquella pesadumbre
Despus se oyen sollozos fui'tivos y como comprimidos todavia por el influjo mortecino de una razn trmula y asustadiza; luego se preimaginaria.
senta el llanto y los suspiros, que alivian tanto el corazn y los pulmones laxos y oprimidos por el enervamieiUo de la enfermedad, y poco tiempo
despus,
la
melancola, con
sus estremecimientos
lucidez
transitorios,
sensitivos y sus
lampos
de
acaba de
verificar sn
Desde
178
INVASIN DB LA MELANCOLA
solo
l
descubre.
Las
dudas mas amarpis le asaltan sobre la integridad de sus rganos; oye las palpitaciones de su corazn enfermo, las oye clara, distintamente, por supuesto, siente las punzadas violentas de la gastralgia que anuncia al hambriento cncer devorando su pobre estmago la sangre se agolpa su cerebro produciendo los sntomas congestivos precursores de una hemorragia fulminante. Otras veces son progunias, como stas, rpie se
;
clavan
el
cerebro
porqu est torpe la pierna? porqu tiembla la mano y el movimiento es difcil en cualquier mscuEs que la mdula ha sido lo del cuerpo ? invadida por un proceso terrible que en pocos dias lo va dejar paraltico, inmvil, petrificado c imo
una esfinge, tembloroso y balbuciente como un asogado De aqu provienen todos estos regmenes estra.
""
falarios
visitas
sus frecuentes
los establecimientos de aguas minerales; las lavativas abundantes, los purgantes repetidos y el examen diario de la orina y de las materias
fecales en donde el ojo delirante del hipocondriaco descubre tantos y tan terribles sntomas. Otros, dice Legrand du Saulle en su libro admirable sobre
el
Delirio de las persecuciones, se creen tsicos y beben tisanas; se aplican vegigatorios, examinan
sus esputos con lentes y van iVa Agitas Buenas pasar el invierno. Otros hay que se
pretenden diabticos y llevan los farmacuticos sus ni-jiias pnrn so!n<^t(M-ln< un prolijo cv.'mi.'n,
INV^\SION
DE
L.V
melancola
179
sifiltica
interrogan
muchas
y
el
estado de
humedad de
la uretra;
otros,
min
de emociones y no salen jams sin llevar un detallado papel dando su filiacin y estableciendo su
identidad.
Pero hasta aqui, si bien el hipocondriaco, cosdiremos asi, la rbita de una verdadera enagenacion, no est aun dentro de ella, sin embargo.
tea,
Necesita un
pequeo
impulso,
necesita
el
poco
mas de sangre
activando
razn
el
bacterio de
la recti-
guido por olores rnalsanos y pestferos y cae en ese tedio de la vida profundo, que lleva al suicidio
y se cree
realmente
rodando (1) entonces est ya sobre la rpida pendiente de una enagenacion declarada.
rado, envenenado,
(1)
las persecueionep.
180
EJEMPLOS
frecuente
Esta esplosion de las persecuciones es uno, orma, Cuenta Ledel delirio hipocondriaco.
que de.semi)eaba funciones importantes en la magistratura, y cuyo primer cuidado al levantarse de la cama, era examinar sus orinas y analizar al microscopio sus deyecciones; despus de estas j)rimGras investigaciones, proceda al examen de
llevaban, para cerciorarse los alimentos que le que no contenan ninguna sustancia deletrea. Antes de salir para su oficina, recorra la ciudad en distintas direcciones fin de estraviar sus supuestos enemigos. Pronunciaba palabras cabalsticas, escupa para no obsorber los miasmas funestos que le enviaban, haca gestos estravagantes y caminaba mirando con desconfianza todo el Y sin embargo, converque pasaba su lado. sando con l, nadie hubiera dicho que aquel hombre era un enfermo; que al entrar su casa se
coma solo
aqu y
all
los alimentos
que
el
mismo compraba
se levantaba
abluciones
en
se
entregaba actos
completamente irregulares. (1) Cuando las preocupaciones nosomaniacas se agrega el decaimiento melanclico, las ideas de persecucin, los temores de envenenamiento que
agregados
las alucinaciones
auditivas caracteri-
(1)
Vi
ruuA
(In
Sinlli'.
I):'lri.>.
i,-
!,
,
DE MELANCLICOS PERSEGUIDOS
181
samientos de suicidio y los proyectos de venganza, todo se hace posible y entonces la hipocondra afecta un aspecto temible con la agregacin grave
y franca del delirio do las persecuciones
(1).
enfermos
puede citarse
lo
al
que
mas llamaba
corporal
la
atencin en
l.
La
hipocondra
con
sus
aprensiones de
imaginarias
pasaron
Es
cierto
empez
por
creerse
enfermo del estmago y del higado, suponiendo que una lesin grave del aparato digestivo le iba
cortar
la
vida,
pero
muy
luego
estall
vino
el
temor
cabeza
de
las
persecuciones, que
en su
Brown no
silnime que
toda
la
desc jnfianza
la
actos
fisionoma del
perseguido un
tinte
Sus pertur-
ron tomando
velado por
la
edad y ese trabajo mental durante cierto tiempo impenetrabilidad calculada^ propia de
la
con
(1)
182
la
LOS PERSEGUIDOS
enfermedad,
iiasta
una acentuacin
que
el
progresivamente
maligna,
vida,
en
los ltimos
aos de
la
su
que fu
perodo
agudo de
definitivo,
neurosis
completaron su desarrollo
perante.
haciendo su
Rosas, se veia inerme y postrado delante de esa turba infinita de envenenadores en grado superlaDOy que forjaba su
[)or el
inmenso
peso de
ble.
Es necesario conocer
ble,
la vida
msera
Sea que haya en ellos una exageracin sea que los fenmenos percibidos tengan en realidad una agudez estrafisiolgica, el hecho es que, los mas pequeos incidentes adquieren inmediatamente la significacin mas desPara ell(s todo ha cambiado su favorable.
mientos.
inconciente
rededor.
cias V los
Ya no
se
le
cari-
mismos cuidados
sorprenles quiere
No exhalan ninguna
queja precisa,
no articulan ningn re|)roche positivo, no formulan ninguna acusacin apreciable, pero se declaran
atormentados de mil maneras diferentes: unas voces sienten impresiones anmalas muy dolorosas
mes y
LOS PERSEGUIDOS
las celadas
188
que se tienden su buena f, las torturas morales con que los asedian sin cesar. (1) A medida que estas torturas aumentan, que los manejos subterrneos, los maleficios formidables y que el perseguido clasifica con eptetos que estravagantes, aumentan y se multiplican siente las descargas violentas que le aplican sus
ocultos,
;
el veneno en el alimento, agua que bebe, en el aire que respira; cuando ve que le imantan sus cabellos, sus ojos, sus dientes y su lengua se petrifica y se seca obedeciendo mandatos diablicos y ahogando el lamento y el grito de angustia, que es el supremo recurso del que se siente asediado por los ncubos del delirio; cuando, en fin, se le hace respirar vapores mal sanos, se le contamina su ropa, se le
cerradura
de su
puerta y se le echa vitriolo en su vino y azufre en su caf y opio en sus alimentos y arsnico en su
pan....
la
oh!
entonces
el
beza, y
delirio
tomando un cuerpo
tor
la
como
dice
el
au-
de Entonces es que el perseguido oye clara y distintamentes la voces que le denuncian los manejos, el
Foli herditaire.
nmero y
la clase de los enemigos voces agrias destempladas que gritan sus oidos palabras y soeces que lo llenan de injurias, que le cantan mil himnos de infamia y lo llaman por nombres deni;
(1)
etc.
184
grante.
SITUACIN
DK BROWN
Las circunstancias mas pueriles dice Legrand du Saulle las interpreta siempre en el
sentido de
la
risa
de un
transente
to lo
cubre de ridculo,
el
el
amenaza,
taido de la
campana
ima-
ciones y de complots. El canto de los pjaros le avisa que van a penetrar en su casa por medio de
llaves falsas y el ruido del
martillo,
que se est
ya clavando su atad; y como si no pudiera, algunas veces, concentrar en s mismo las impresiones melanclicas que lo asedian, sobre todo en los primeros tiempos de su enfermedad mental, se confiesa sin reserva al primer venido, se descubre
sin temor, y cuenta sus tristesas, sus tormentos y
sus males.
(1)
En
ese
cuadro
ligeras
Heno de
variantes
luz
algunas
todo
estado mental
La concepcin
le
las
temor
envenenamientos.
Por eso vivia constantemente preocupado, tratando de descubrir sus enemigos, averiguando, inquiriendo, estudiando las maneras tenebrosas de
que se vallan para envenenarlo; cul sera
el
plato
aire
(1;
l.:4raiiil
lii
hclirio.
<
te. vU\
PERSECUCIONES Y ENVENENAMIENTOS
185
gaces asticianles que le enviaban los ingleses sobro todo, sus mas incansables envenenadores segn l
mismo
deca.
el
Como
mas
tmido
de
los
perseguidos, que
nunca habita dos noches bajo el mismo techo, que no come dos veces en el mismo plato, que cambia de nombre, que se disfraza y huye atolondrado, Brown jams comia su comida, sino que la hora
en que
lo
de los
mochachcs
cocina
fu
un
por
plato de carne y
una copa
ocasiones,
exigua de vino
como
nico alimento.
La
gilar y
muy
repelidas
objeto de sus
mas
menores actos del cocinero que, como se sabe, desempea en la vida del perseguido un papel muy importante. Es para ste, un personage siniestro, de cabeza oscura^ de mi-
comentando
rada
dibiica y llena
de duplicidades mortferas;
un arbitro satnico de la vida del amo, que en un rato de mal humor se echa en brazos de los envenenadores y se la arrebata con una narigada de
esrignina de cido prsio, vertido misteriosa-
mente en la sopa en el plumb piuincj favorito. Para evitar que de acuerdo con l se introdujeran los conspiradores por
ticios del
el
tom el mas original de ios temperamentos, nombrando encargado de la cocina un oficial de graduacin llamado Almanza. Llamle, ese dia popa, en donde se andaba paseando, y despus de saludarlo afectuosamente y
abajo,
le
de
examinarlo
de arriba
dijo
186
PERSECUCIONES Y ENVENENAMIENTOS
tiene
Vd.
de.
que prestarme un servicio nnuy granVd. sabe que bordo hay un sinnmero
el
que quieren envenenarme la coagua y hasta el aire, y el dia menos pensado tendremos luia horrible mortandad. Es necesario que Vd. como oficial de honor, y en quien yo deposito mi confianza, se haga cargo de la cocina de la tripulacin, y observe los menores movimientos del cocinero y de sus ayudantes.
de invenenadores
mida,
al
decir esto,
Brown
se
acercaba
al
oido de
Almanza espresando en su fisonoma transformaagudo que lo dominaba. El oficial obedeci aunque de mala gana, pero
poco despus y c)mo era de esperarse, la desconfianza de Brown tocle tambin l: la comisin que le
habia confiado
el
Almirante,
le
lii/o
perder la consideracin y el respeto de sus subordinados, y un dia que entraba la cocina, un marinero portugus llamado (Jandulla le asest cuatro
el
sitio.
(1)
caracte-
de sus innumerables
si
iucongruensias, y re-
vela por
solo la forma
d<;
su enagenacion.
Las
curas del
viejo
Bruno como
les
llamaba D. Juan
Manuel, y esa nostalgia terrestre que se refiere el Dr. D. Vicente F. Lpez, no eran otra cosa que
las
esplociones
de
su
delirio,
espresadas con
(\) ()
escritos por su
ACCESOS DE melancola
187
fueron esteriorizadas
por
la irresisiible
impulsin
el
que obliga
al
mundo
ciudad,
soli-
Cuando estaba en
lejos
taria,
de
la
baado que se estiende hacia las bocas del Riachuelo. Era la casa de un misntropo, rabioso impaciente, sobre cuya puerta y en presencia de aquellos paredones lbregos y especialsimos, de aquellas sombras que la envolvan como en un sudario, un mdico hubiera leido este triste letrero: aqu ive un hi ocondrtaco
nales y en
perseguido.
desampa-
to particular y
Sus formas mismas contribuan darle un aspecdesolado era dice el Dr. Lpez
:
un cuadriltero estrecho y elevado de tres pisos, agujereado en algunos puntos con ventanillas corredizas, la inglesa, y con pilastras superiores que le
daban
All
los aires
era donde
el
bros de la
Se tomaba entonces por un ser predestinado la desgracia y la nulidad: un delirio doloroso se apoderaba de sus ideas y
hipocondra.
manas de suicidio que no tenan otra causa que el peso de una vida abandonada )S monlogos de la soledad, con un carcter ardiente nacido para el movimiento pero
le
inspiraban
ciertas
188
ACCESOS DE melancola
soador y silencioso en la inaccin. Esas mismas emanaciones fosforecentes y vngas que enfermaban
el jrmen verdadero de sus grandes calidades; puesto que cuando la actividad
y la guerra venian sacudir y despertar sus nobles instintos esas sombras se convertan en
rfagas de luz
;
la patria
necesi-
(1)
Pero aquel fluido maligno que crispaba sus nervios oprimiendo su cerebro, volva producirse aumentando, creciendo liista que su esceso, que necesitaba una vlvula de escape, reproduca con mas bullicio y veces con mayores consecuencias, las dolorosas escenas que llevaban al espritu sagacsimo de Rosas, el convencimiento de que el viejo Bruno era simplemente un loco, que profesaba una especie de culto enfermiso
jurada.
la
fidelidad
As pensaba
oficiales: quera
que mas
conviniera.
Tomronse un
mediatamente despus de
Lpez. Historia de
la
Revolucin Argon-
EPISODIOS DE SU ENFERilEDAD
tose
el
189
una sospecha
al Dr.
dijo
el
Es
veneno Dr!
Es
el
veneno! y
pobre
desmesuradamente sus ojos llenos de luz es el veneno que est trabajando aqu abordo; yo desde ayer lo siento, m tambin me lo han dado. (1) Mira Dr. Soriana Yd. no sabe lo que pasa
viejo abra
abordo;
los
marineros son
muy
astutos, algunos
de
ellos estn
finjen
una
pelea,
ahora con falsos protestos, para ocultar Oh miserables que ya tienen adentro.
veneno
cerraba convulsivamente los puos y se paseaba lleno de agitacin, mirando con esa ira
Y Brown
maniacos, todos
Cuando
la
el
gorra ladeada,
Aquella puerilidad
;
elocuente marcaba la presencia de un acceso y entonces las persecuciones eran doblemente encarnizadas: no entraba nadie abordo que no fuera, de
su parte,
objeto de detenidas
pesquisas,
de pre-
mas profunda
desconfianza,
Las mujeres de los soldados tenan permiso para ir abordo ciertos dias. Una de ellas, lleg casualmente al Belgrano en momentos en que la gorra del Gene(1) Brown atribua sus dolores del hgado .v las perturba' eiones de su digestin, al veneno que le adnnuislrabun en
sueos.
190
ral
KPISOWOS DE SU ENFEKMEDAD
insistencia
sis
Traia en
la
los cuidados
que le dispensaba lleg despertar sus mas vivas sospechas; chocle, sobre todo, la
desfachatez y la provocadora confianza tan propia do la guaranga prostituta, con que se present aquella
la
amistad de
los
ma-
Apenas habla dado algunos pasos sobre cubierta, cuando Brown se acerc ella precipitadamente y arrojndole una mirada llena de ira
Vd.
fi/i
Vd.
!
viene abordo
Y
la
empujndola con torpeza la mand poner en barra de los pies y con centinela de vista pro;
sacarla
la tripulacin
en
sus
manos
atadito que
muy
largo
de agua
de
colonia
provisiones
indispensables
Esta
nadie.
las tortas
mujer venia abordo, sin conocer ni querer Venia con todo esto que est envenela
nadoy mostraba
tripulacin
los cigarros y
PKECAUClONES
los
191
uelito al
mandla tierra, entregando el paque llevaba el bote, con grandes recomendaciones de que no fuera comer nada de lo que habia adentro, porque caera inmediatamente muerto. En seguida escribi una nota al Capitn
Hecho
esto,
en los
archivos de que en lo sucesivo tomara una lista de las mugeres que iban abordo, especificando el nombre y Que dela clase de la persona que deseaban ver. los envenenadores, ba tener mucho cuidado con como la muger aludida, cuyos cigarros y caramelos venan
llenos de venenos,
segn
(1)
lo
haba decaf
clarado
el
mismo
Dr. Sheridam.
La
con
el
cual,
segn deca,
lo
nenar en las Antillas, los ingleses, eran objeto de un escrupuloso y detenido examen. Y como sospechaba hasta del vino que traan especialmente
para
l,
mano
la
racin de
le
un
marinero.
coci-
nero!
Cuando tomaba
lo
el
vino
el
agua haca
que primero
Riisgosdc la vida ntima del Almirante Brown etc.^ A consecuencia de esta nota el Dr. Sheridam que era entonces uno de los njdicos de Brown, pidi su baja. La aliruiacion del Almirante era incierta^ porque Sheridam no habia hecho semejante anlisis.
^,1)
etc.
192
^recaucionjs
rado Robei'ts, en quien al parecer depositaba una amplia confianza. Los sufrimientos del estmago,
un ligero clico,
en
la la
e su
grandes sospechas
miento; se creia y vctima de los fuertes efectos de las maniobras de algn tsigo imponderable
;
lo
comida.
crueles sospechas
Cuando esas
tiosa y difcil. Se disfrazan de todas maneras para escapar las supuestas acechanzas y recurren,
como Brown,
los
espedientes
mas
ingeniosos
sano; y esto ltimo con tanto mas ingenio y mayor apuro, cuanto que algunas veces el hambre y la sed apremian aquel estmago exange y desesperado. Esta alimenpara procurarse un alimento
tacin, incompleta altera
cin,
profundamente
la
la
el
nutri-
aspecto
el
lnguido y deprimido de
fisionoma; en
tinte
carnes
inervador, y esta
su vez,
solo
sobre
el
estado se agrava
ms y ms,
rompe
completa.
estableciendo
la
crculo
mrbido que
muerte y
muy
Si el perseguido
es un
hombro
porque compra
ALUCINACIONES AUDITIVAS
193
y devora en sus largas veladas, obras de qumica, tratados de txicologia, cuyas lecturas, puede
envenenan la inteligencia predispuesta, completando el trabajo de la enfermedad. El estudio de los tsigos los cautiva y toda su atencin se dirije averiguar los medios
decirse con
propiedad,
si
es
las
cosas de
la
mentos sus deyecciones a un boticario para que le diga cual es el veneno que se encuentra all; y asediado por los cuidados que le preocupan, termina por ceder su lugar los envenenadores, abandonando ansioso su pas, su hogar, y su familia,
viviendo aqu y all, y entregndose esa vida cosmopolita y agitada que terminar un dia otro
Es
infinito el
En
los
mismo Rosas.
La edad avanzada,
disgustos pro-
fundos y secretos, porque el pobre viejo Bruno no revelaba nadie sus pesares, hablan dado su
neurosis esa
encierra
al
perseguido en
ansiedades.
El nmero de envenenadores creca con una rapidez pasmosa, y ya no contentos con envenenarle la comida, ideaban los tormentos que l revelaba
en los llantos de sus lamentaciones nocturnas, tan frecuentes y tan llenas de la mas honda melancola.
Por qu
me
quieren
194
ALUC1NACI0NR8 AUDITIVAS
terrumpiendo
el
silencio
de
aquellas
noches
de
abordo tan
tristes
y lbregas
Si quieren
mas no
as,
te veces
asesinos
se levantaba
El pobre
el
con precipitacin,
oido atento y la mirada vagabunda y estraviada. y enardecido por las alucinaciones auditivas, co-
mensaba pasearse, arrastrando trabajosamente la pierna y amenazando con sus puos aquellos
seres estraos invisibles, que le hablaban en su
propio idioma
que
sin
Pero
su oido
venido
al
amenazas de muerte.
p'k'
En
tierra,
haban
mente
esparcir
huerta, en
las
mismas
Le han hablado
oido, |oh de
la
eso estaba
por
de
alucina-
han trepado
mil gritos
escalera
introducindole
ojo
de
la
llave
mezclados con silbidos y murmullos estravagantes. En la noche callada, cuando vanamente se recoja para conciliar el sueo,
aquellas
voces
la
can) de
puerta
la
rajada, por
respiradero
libro;
ALUCINACIONES AUDITIVAS
llenndole de innpropenos:
vendido,
195
renegado,
le
medio difusa, envenenado hasta los huesos ! Miserable, mranos la cara, all vamos, prepara tu alma, oye! sientes? micajada estruendosa,
pero
lejana y
no eres irlands,
estas impenitente,
ra al infierno!
con todo
el
siente que le
de las
cobijitas
cuando en medio de
a oscuridad de
tembloroso,
noche, se levantaba de su
verlos,
cama
buscaba
porque
el
dores.
Despus tornaba
quilidad
momento
las
la tranvolvan
deseada,
or
que
voces
el
hacerse
con
doble intensidad, en
chispo-
quema
indiferente y so-
de
la vidriera, y
invierno
tonos, ya
quejido y los
que
se
gada y profundamente melanclica, como si la voz quejumbrosa de un nio herido, se lamentara por Y crece y crece siempre con el ojo de la llave. una lentitud perezosa, hasta que, como empujado de atrs por una rfaga ambiciosa, estalla en rujidos agudos y vuelve en seguida perderse en
imperceptibles
rumores.
el
196
ALUCINACIONES AUDITIVAS
de un
hurrah! prolongado
espada en
de insectos
cinado, una
mano
el
transforma en
Echad sobre
corriente de este
oido de un alu-
En alguios alucinados la enfermedad no adopta la misma marcha, sino que como el perseguido
cuya historia refiere Legrand du Saulle, oyen primeramente el ruido dulce y armonioso de una pequea fuente, despus el murmullo de una agua que gorjea y muge, mas tarde cadencias musicales, el silbato de una locomotora, voces confusas, jalabras necias, agrias, injuriosas y
trajantes.
finalmente ul-
intolerable,
el
delirio se organisa y el
(1)
perseguido
ta
noche con su silencio y misteriosa quietud presmas ancho campo estas persecuciones an-
malas que fecunda el insomnio y la soledad en que arroja al perseguido su triste y dolorosa
misantropa.
De
dia,
las
ocupaciones
apremiantes del
oficio
Brown como una derivaciui saludable, disminuyendo el eretismo <mi pie habitualmente entraba su cerebro; pero de dia, tambin era cuanservan
(I)
Ihs persecuciones.
PERSEUL'IDJ -riKSKGUIDOR
lu7
el
porque
perseen
se
hace
al
fin
perseguidor)
entraban
ebullicin produciendo
todos
del dia
estos
episodios cuel
que
entonces
la luz
autorizaban
diagnstico
cuando se entregaba sus pesquizas estravagantes, dando caza sus enemigos y frustrando las conspiraciones tenebrosas que se fraguaban su alrrededor.
popular.
Era
la vela
para Montevideo,
maana
del
mes de Octubre de
limpiaba tranquila-
un marinero portugus
era de costumbre,
la jarcia
de trinquete.
Como
el
carnes en situaciones
anlogas,
al
marinero que
la fuer-
descamaba entusiasmado su fcil presa. Venga ac ese hombre grit con toda za de sus pulmones venga para ac ese Cmo es su nombre?
Antonio^
Qu
seor General.
Lo
No
grit
ha de comer abordo de este buque enfnrecido - Vd. est inoenenndolo para lo hacerme comer. Vd. es el miserable mayor envenenador que ha venido aqu y ahora misma lo voy mandar fuera! Ah! canalla, la madrugada eh, cuando yo estoy dormiendo ; los
Brown
!
198
rKRSEGUIDO PERSEGUIDOR
sirven
para darme
el
veneno?
abanderado hiciera seas la 25 ele Mayo para que mandara su bote; y mand al guardin redujera en pedazos al pescado, lo pusiera en una caja de lata y bien tapado lo enviara tierra para ser enterrado lejos de la
al
ribera.
(1)
Porqu
popa con
este
pescado
anadia
pasendose
cierta agitacin
venenada, y arrojndolo al agua contaminara los otros pescaditas que vendran caer en las lneas
de los marineros.
Cuando
al
el
el
bote
de
la
el
25 de
Mayo
atrac
al
marinero y entregndole
Comandante King, le dijo dndole la caja Tenga cuidado en no abre la lata; en ella va
veneno con que este picaro quera asesinarme. Despus se supo que ese desgraciado le
aplicado
el
haban
tierra.
cincuenta
vctima de
oficial
azotes
enviado
Otras veces
la
estas persecuciones
el
inmotivadas, era un
de graduacin,
m-
colocada
su lado y quienes tomaba, cuando no era como asesinos, como cmplices espas. Una tarde,
por ejemplo,
detenido por
cubierta:
el
l
oficial
Alsogaray fu bruscamente
eu que subia sobre
en
momentos
0)
Hlisj-'Os
(U-
l;i
\i(ia
iitim;i
''
I^.^^^ .1.
PERSEGUIDO PERSEGUIDOR
199
Vd
se-
gunda orden -le dijo arrojndole una mirada baada de la mas grande desconfianza Vd. es e no e lien ador de primer grado, continu. Siempre han sido de inferior clase los que aqu querian matarme, pero ahora son los oficiales. Sorprendido el oficial por aquellas sospechas tan
Brown
:
levantan-
do
el
brazo
le dijo
con dignidad
una palabra Durante tres das estuvo con centinela de vista Aly no se le pasaba sino t, caf y galleta. gunos dias despus, la escuadrilla de Montevideo
salia del puerto, y
batirla,
Ni
como Brown
en
se
preparaba
mand
ponerlo
libertad, diciendo
que
plir
con su deber.
lo
Aires
el gobierno dice el manuscrito de donde tomamos la ancdota volvi mandarlo abordo porque sabia que el General, en estos casos,
cesitaba; pero
el
influjo
de sus ma-
Lo que no
le
domi-
naban
mentalmente,
(1)
Rasgos,
etc., etc.
200
EL VOCABULARIO DE SU DELIRIO
lo
ij
jado de peiicnecerse^y
rfjx'iiiUi
dirijian
liablub
como
lor
que/
^ii
"/t
sus pnlabras
propia
boca.
Todos
estos enfermos se
componen un vocabula-
parte, y crean una niultitud de neologismos en i, su en relacin con suediua medio social, sus
concepciones delirantes y con la naturaleza y la calidad de I.i< p'M'sccnciones de que se creen vctimas.
En sus
iciuiis tan
estravagantes
muy
y tan fcilmente la
aflijen; y
con verda-
dera
s()r)rosa -- di('o
Logrand
liii lat
nos
ii
-presiones tcnicas
tomadas en su
cas. (1)
mayor
pait'
El vocabulario
reducido, aunrpie
del Almiante
era reialivamcntc
caracterstico.
muy
ij
elocuente y
i
Para
do
el
1/
l,
hahiau
enoenencvl
'^
de primero, segun-
fi'i-rrr
(jiunlo^
envenenador consumado, especie de sbcubos su disposicin, y con uu ingenio agudsimo para la difusin de los venenos. Esta era como vamos verlo su manera habitual de clasificarlos, aun en los documentos oficiales, en sus cartas y estraideal del
el
Sr.
Alsogaray
alentando
en
el roll
de
la tripulacin,
(I)
lrlirio
.Ir
.I.'.
EL VOCABULARIO DE SU DELIRIO
la filiacin
201
le
hablan en-
nom-
segn
l,
Oh! -dijo este lo conozco, lo conozco; ha sido pen mi y ya en otras ocasiones ha intenes un ingls, un ingls tado envenenarme enviado Y Brown mir su alrrededor
j
si
enviado.
Esto era muy grave para el Almirante. Traido su presencia preguntle si lo conoca; el marinero contest que si; que estando
Un
ingls
un poco pesado de la bebida se habia enganchado. Hecho minuciosamente un detenido interrogatorio sobre sus siniestros proyectos, mandlo con centinela de vista al palo mayor, hizo seales la Capitana para que enviaran la fala, pues no consenta que sus botes fueran tierra
Despus de redactar l mismo la curiosa nota que va leerse reuni sus oficiales, y en su media lengua
(1).
encantadora y graciossima,
palabras,
rebral.
resumen pintoresco de su
ingls
infortunio ce-
Este picara
levantaba
el
ndice la
amenazaquiso irwenenarme en mi quinta, hacen como cinca aas, para cuya operacin habia llevado una
n) Se pasaba hasta un ao sin que los botes de la escuadra fueran al puerto:^ dice el manuscrito que tenemos la vista t'miendo que se los envenenaran.
202
EL VOCABULARIO DK SU DELIBO
para echarla en mi comida, sin pobre cocinera de la casa se apercibiera.
el
bolijoila de aciete
que
el
aquel infame y abominable crimen que no ser esta circunstancia habra recaido sobre las inocentes.
Felizmente
Terminada
al
la
al
ma-
rmero entregando
Capitn del
oficial la
puerto, y concebida
Se destina de abordo al envenenador Jorge Foister, en grado secundario^ pues su tentativa intencional no tuvo efecto por la intervencin benfica de la Divina Providencia. Guillermo Brown. (1)
minos;
El episodio dio origen en tierra y aun en las regiones oficiales grandes comentarios y la nota
dice
de
el
el
Bj)
mano
em-
pleado en
la Ca))tana
como
j)atron
de
la fala y
cuando el Coronel Segu en el ao 42 pas al Paran con la escuadrilla, lo hizo oficial abordo
de
la goleta
Libertad.
Hay
algo
la
pintura de
la estampilla
imborrable
largo-
de las
sus
persecuciones:
los
el
camarero
aquella
de confianza;
actitudes cautelosas y
al
\X)
Monu<<cri(o citado.
TliANSFORMAClONES FISIONMICAS
203
prema y enfermisa.
Tenia en su cara la movilidad nerviosa que pone en constante movimiento hasta la ltima fibra
muscular,
ridculos
produce
que esteriorizan los sentimientos y las mltiples ideas, que germinan atropelladas en el cerebro de estos desgraciados. Cuando los temores
de envenenamiento recrudecian y las manos invisibles le rozaban el cabello y le quitaban la fuerza sus piernas y sus brazos; le arrebataban
el
sueo y neutralizaban sus facultades; le envenenaban los alimentos, y le quemaban el estmago etc., cuando oia aquellas voces agrias inc-
modas que tornaban intimidarlo con sus eternas amenazas empujndolo al suicidio entonces era que su rostro se transformaba de una manera tan cruel como radical. Y como se transformaba! Aquella fisionoma siempre iluminada y bondadosa, llena de suprema
:
dulzura y de augusta resignacin, perdia la suave ondulacin de sus lneas y se hacia torba, adusta
y hasta innoble.
En sus
la visera
do toda
la
cabeza
hasta fijarse
sobre
el
mismo
el
occipital: la visin
quedaba
l
libre
completamente,
horizonte limpio y
el
desfile
204
TRANSFORMACIONES FISIONMICAS
mltiples
Las arrugas
flcida,
de
su cara
plegada y
se
hacan
mas protuudas y
oscuras, las
sombras, negras,
cndose en
la
do grande, se agitaba como delirando en su empeo vano de ver al que le hablaba al oido, le amenazaba por la rendija, se burlaba con palabras
soeces por
la
el
el
cao de
chimenea. Un temblor creciente y continuo se apoderaba de las manos que nada tomaban sin romperlo; la marcha se pona fcil por la estimula
cion inclemente del acceso; la visin torpe y confusa, el labio caido,
ajitada
continuo contacto
despellejados.
con los
labios
secos y
como
de nuevo adquirir su
>ii
plcida jovialidad;
el
msculo recuperando
to-
salud y alegiia y de las sombi'as de aquellas noches transitorias, aunque frecuentemente repetidas,
;
solo
quedaba
la
La
era
el
com
se ha \isto,
mas
fieles
S MANERA DE VIYIR
SUS visceras inocentes.
205
Dr.
Oggau^
pollos
(MI
que ambos
su
gallinero,
de
vctima y la cocinaban
la
En
la cia.
el
mecanismo domstico
no permitia
le
pertene-
El
mismo guardaba su
el
vino y su tabaco, y se
Cuando se concluia
que nadie podia,
ni
sistencia, so pena de despertar terribles sospechas, tombalo en sus manos y se dirijia popa munido
de una cuerdita con la cual sungaba el sagrado adminculo. Naturalmente que esta delicadsima o]>eracon no se hacia avista y presencia de todo el
la tripulacin, la vijilara
mundo, porque tenia buen cuidado de retirar toda ordenando al oficial de servicio que
colocado en
vez,
el castillete de proa. Bast un sargento, se comidiera llevarle la
que una
botella,
para que
lo
mandara dar de
baja.
en
sado violentamente y amenazado con una bayoneta por haberse atrevido tocarlo, con el pretesto de mudarle el agua y limpiarlo.
La manera
singular
el
de
vivir,
diagnstico.
Ya hemos
visto
humana
y fortificado contra los curiosos los impertinentes que trataban de verlo. Aquella casa
20G
sr
MAM.KA DK
VIVI15
mente hmeda,
cin de
inluia visiblemente
en
y
la
la
agravainaccin
sus
en
delirios: la
soledad
cuando la patria no necesitaba de su brazo, daban inmenso pbulo sus ideas de persecucin. Nunca deciade quien las tema, sin embargo, que
vegetativa
que entraba
profesaba un
odio
secreto
los
ingleses cuyas
de sus hijos, porque no amaban, sino que 61 mismo los amaba con una pasin profunda que podramos llamar exaltado patriotismo. Sus desconfianzas tenan otro origen pues no obstante que ha muer
No
solo sabia
como
le
to bajo las
mismas impresiones y
que esos
ingls;
sin revelar su
secreto, es probable
delirios tuvieran
su
era
causa en
el
gobierno
porque
Browm
muy
Son muchos
to;
ni
los perseguidos
santropa hasta este grado de aislamiento compley que, como Brown, no hablan jamas nadir, salen sino rara vez de su casa, de su cuarto
de su reducto, inespugnable como la casa solitaria en que vivi ocinticinco aos, aislado, aquel perseguido legendario de los alrededores de Troves
(2).
(1)
Viccntr
F.
L(>ioz.
llistoiia
tli'
la
KevolucoD Argen-
tina.
(2)
Vase
el
apndice.
su MANERA DE VIVIR
207
fin
que por
lo
el
sui-
Un
criado algn
miembro de
es
la
familia
que
se la
inspire confianza, si
comida, bien, so
la
la
viven de
manera mas
mo
tiempo.
Mas
tarde
curiosidad
de algn
indiscreto la autoridad
interviene, entra en la casa
encuentra, muerto
(1).
Estos enfermos que los ojos de las gentes de mundo pasan simplemente por originales estravagantes, son
de ordinario perseguidos
que
tie-
nen todas las convicciones delirantes que caracterizan ese estado mental
;
veces no sufren
las
alucinaciones del oido, y escapan las torturas incesantes que ellas engendran; pero otras como sucedia en Brown, existen y existen de una manera tenaz, constante hasta el punto de hacer insoportable la vida arrastrada entre las espinas de
un
delirio inclemente.
era visible su
delirio
(l)
Legrand du Saulle.
208
llevaban
OTROS EPISODIOS
Es de presumir que cuando estos caballeros llegaron la quinta dice Brown estuviera bajo el influjo de el Dr. Lpez algn acceso; (1) pues apesar de que solo eran las diez de la maana, todas las puertas, portones y ventanas estaban hermticamente cerradas, y la plaza en perfecto estado de sitio. En vano fu dar
Guido y Hiera.
gritos y golpes nadie espondi. Kl Sr. Riera dio vuelta, pas una zanja y se aproxim al castillo
:
puertas.
Entonces al-
no se dejaba entrar nadie y que se retiraran. Habiendo conocido por la voz y por la manera inesperta de hablar que .era el mismo General que daba la orden, Riera le grit General Brown nos manda el gobierno porque la patria necesita de Vd. Soy Riera con su amigo de Vd. el General Guido. Salga al balcn y nos conocer. Brown no respondi, pero un momento despus' abria una ventana del piso superior para reconocer los que le hablaban. Vio en efecto Riera y Guido, y boj abrirles. Nos contaba el General Guido en Montevideo, que al pasar por el zagun i\o hablan podido menos de fijarse en dos tres macanas luidosas, una larga espada y algunas tercerolas agrupadas en algn rincn con la mira de resistir
(1) Proba l)lt>inoiitc no estahn bajo el it\flnjo de algn aeceto, dt'fimos nosotros, ciinndo iihri la puerta los emisarios del El aeceso que se refiere este ilustre historiador f;olMerno. labia tenido lugar durante la noche y habra deeaparecido con sus sombras.
OTROS EPISODIOS
algunos
209
de
con
rjiie
soaba
As,
cu
estas
de
una
completa, cayendo y levantndose, vivi hasta los ochenta y tantos aos aquel hombre benemrito que en medio de estas estravagancias
lucidez
dolorosos era d
la
(1;
Vicente F.
Lpez Historia de
la
Revolucin Argen-
tina.
CAPITULO
11
SUMARIO Fiecuencia le
Eiiologia del delirio Edad, sexo profesionesCausas Herencia Grandes disgustos y graniles privaciones Otras causas Primeros aos de Hrown Antecedentes de familia-Predisposicin de familia El hambre en Irlnnda Efectos del hambre Predisposicin de raza Prisin en Verdun y en
iutorea franceses
delirio
y sus grandes disgustos antes de venir al Rio de la Plata Enfermedad al higado ltimos aios de decrepitud Encierro Influencia de las efermed.Tiles del vientre en la produccin del delirio de las persecuciones Fin.
Veamos ahora si en los antecedentes del ilustre perseguido podemos rastrear el origen de su enfermedad.
De las afecciones mentales de tipo moderno, diremos asi, el delirio de las persecuciones es uno de los mas frecuentes. De cuatro mil doscientos enagenados de todas edades, sexos y posiciones examinados en el Depsito Municipal de Paris por Legrand du Sal le, setecientos eran perseguidos, lo que segn l d la proporcin de uno sobre
seis. De noventa y seis de estos, revisados por Lasegue, cincuenta y ocho eran hombres y treinta y ocho mugeres; y de ciento cuarenta estudiados por Legrand, ochenta y uno, eran hombres y cincuenta y nueve mugeres, lo que significa que la
enfermedad
pesar de
ser
muy
frecuente en la
212
miiger, lo es
mas
en
el
hombre.
Esto en cuanto
su frecuencia.
En cuanto la edad, parece que en la que se observa con mayor frecuencia, es en la de treinta y uno cuarenta y cinco aos, poca en que Brown
debi sufrir sus mayores
trastornos de fortuna y en que fu atacado por la fiebre amarilla, durante
su larga y penosa peregrinacin abordo del Hrcules) la poca por escelencia de las grandes lu-
de las labores sostenidas, de las emociones mas vivas, de las pasiones, de las ambiciones, de los desencantos amargos como ha
chas de
la vida,
dicho
muy bien Lcgrand du Saulle. Adems de las influencias hereditarias que dela etiologa
sempean en
'O^i^i,
un
rol
fluencia
positiva
disgustos
remordimientos de
conciencia,
las
des y por
fin
profundamente la economa; causas todas que obran con lentitud y que no producen sus efectos sino despacio, preparando de lourjuc. main la csplosion de la enfermedad. (1)
permanencia en
ca"i'^a>^
tantas
la sfilis, el onanismo y grandes ciudades, son otras nn!"L"-^ nor ol poder de su influjo.
las
(1)
ETIOLOJIA.
DEL DELUIO
La
pi'iinera
de
el
estas, caracleiizada
mental en
fsicas,
ensueos melos
por no
encontrarla en
antecedentes individuales de Brown, cuyos primeros aos estn rodeados de una oscuridad impenetrable.
Debemos
que suele ser, segn algunos, una de las causas primeras del delirio de las persecuciones; por la amarga y profunda impresin que produce en los espritus
el
dbiles y frjiles,
las angustias
melanclicas y
depresin general
herida por preo-
de las facultades de
ella tuviera
la inteligencia,
cupaciones hipocondriacas
incesantes.
la etiologa,
Para que
hubiera sido
una parte en
el
necesario encontrar
deja siempre
visible
nas internas que se encuentran indefectiblemente en el individuo que la ha padecido. No insistamos en esa causa, y digamos solo que se encuentra
rara vez en la patojnia de este delirio.
La permanencia en
sido
con
causa evidente, influye tambin aunque de una manera indirecta y en un grado menor que las otras. Y no puede ser por menos, si se piensa que all
es en donde se encuentra
seria y las
les
mas menudo,
los
grandes privaciones,
midolores morala
214
ETIOLOJIA.
ambiciones insaciaemociones revolucionarias y toda esa miriada de causas susceptibles, como afirma Legrand, de predisponer al delirio de las persecuciones de influir singularmente sobre su marcha y sobre
los siniestros comerciales, las
bles, las
(1)
el
Pero de todas
ellas, las
que en
concepto del
mdico de
singular,
mas
for-
midable, tanto
en
la
produccin
de ese
delirio
como en cualquiera
La
este
resultado
respecto un influjo
se obtiene dice
el
funesto.
El
mismo
cuando el nio pierde en una edad temprana la direccin de sus padres y se le educa cu un medio que no es el de su familia, por personas que poco nada se preocupan de l y que Vecuentementc recurren al medio funestsimo de la intimidacin. Un nio
autor do la Foli Herditaire
castigado
por
todos' esos
prohibicin seria,
es siempre
imposible
de una
En cuanto
i^'trrmul
dii
(la
(1) (2)
Legiaud du
Saiilk'.
ETIOLOJIA
factor
215
mas formidable en
dades cuyo pronstico se agrava considerablemente con su sola presencia; sobre todo, si proviene por lnea materna. Esquirol pensaba que la proporcin de hereditarios era de un cuarenta y cinco
en
;
el
terreno
exuberante que
es tan
la tierra
la
he-
rencia
prepara
veces
activa y tan
mas
ingrata le
Hecha esta corta enumeracin de las causas, veamos si es posible encontrar en los pocos datos
que poseemos, sobre la niez y juventud de Brown, algo que ilumine la etiologa de su neurosis. Su origen nos es casi completamente desconocido.
Sabemos por un
nos
corto
manuscrito indito
(1)
que su padre era un hombre humilde, y que ocupado en trabajos de campo durante largo tiempo haba conseguido levantar una modestsima fortuna. Pero
suministrado
las inquietudes
que
ha
un amigo,
la
Irlanda en
y las persecuciones que sin duda de parte de los ingleses, lo obligaron emigrar Norte-Amrica, con la esperanza de mejorar
aquella poca
sufri
(1) El Sr. D. Carlos Casavalle ha tenido la generosidad, rara por cierto en ios papelistas^ que tambin tienen su neurosis, (ie prestarnos un precioso manuscrito indito, en el que se consignan datos completamente desconocidos sobre la niez y juventud de Brown. Valindonos de ese documento es que hemos podido recoger algunos detalles curiosos sobre la vida del ilustre marino anteriores su venida la Reppblica Argentina,
216
ANTECEDENTES DE FAMTLTA
lujo
(juille*-
mo
de edad de viueve
afios.
Al llegar Filadelia, supo con gran disgusto que la persona que debia protegerlo habia muerto de la fiebre amarilla, que hacia grandes estragos en aquella ciudad. Entonces i)resentse con su hijo la familia del finado, reclamando la proteccin ofrecida; pero como esta los recibiera mal, ne-
muriendo al poco tiempo de la fiebre. (1) El hecho de haber caido enfermo de una profunda
melancola,
como
lo
revela
el
manuscrito, es digno
de llamar
porque como afirma Kolke, aunque de una manera un poco absoluta, siempre que hay perversin locura, cualquiera que sea su
la atencin,
intensidad, llmese
melancola
con sin
si la
delirio,
hay es porque
organizacin
en
el
individuo
vicios
de
mental, virtuales, que pueden no manifestarse durante la vida, pero que indefectiblemente se trasmiten
su
posteridad.
el
es
verosmil que
haya
existido en
padre de
Brown
esta predisposicin
trasmisible, puesto
ingnitas, son
el
neradas por
por otra
el
hambre y
indudable
sentido preparan
parte
la
prdigamente
terreno; siendo
poderosos de
(1)
Manuscrito citado.
ANTECEDENTES DE FAMILIA
rollar caracteres enfermisos,
217
que se trasmiten de generacin en generacin liasta que su influencia prolongada produzca, como produce segn Caris Vogt, la desaparicin paulatina de toda una poblacin.
Condado de Mayo, cuna y residenBrown, desde quien sabe cuantas generaciones atrs, fu asolado por el hamra bien, el
Ah
bre
y 1089 entre la Inglaterra y la Irlanda. Por esta causa muchsimos irlandeses de los Condados de Armagh y de Down, abandonaron sus hogares para refugiarse en una regin montaosa que se estien-
de
al
all
este de la barona
de Flews hasta
el
mar.
De
de Sligo y de Mayo, en donde durante largos anos, sufrieron los efectos desastrosos
dos de
del
el
se
distinguen
del Condado de Meath y que no han estado colocados en las mismas condiciones de degradacin fsica. Su boca permanece siempre entreabierta agrega este peridico cuyo artculo copia Carlos Vogt en su libro sobre el Hombre sus labios son gruesos y
hermanos
de los otros
districtos,
mandbula prognata y la nariz aplasSligo y en una gran parle del Condado de Mayo, toda la organizacin fsica de esas poblaciones, demuestra la influencia de dos siglos de degradacin y de miseria, cuyos efectos aun se
tadas,
tada.
la
En
218
ven,
lio
LA NIEZ y LA JUVENTUD
solo en la alteracin de
los rasgos
de su
rostro, sino
tambin en
el
esqueleto de su cuerpo
y en
el
espritu. (1)
los efectos
de estas in-
das de proche en proche y reforzadas por la herencia hubieran llegado hasta Brown mismo, cuyas
perversiones mentales no es inverosimil que hayan tomado algo en esa fuente lejana, que no por ser
lejana, es
menos
positiva?
el
Muerto su padre,
de
les
la
edad
d''bi-
diez anos,
abandonado en un
sus ropas
sucias
pas estrafio y
hostil, sin
mas
y raidas por
Con su chaqueta en la mano y con sus botines hechos pedazos, andaba de un lado otro vagando por
llas
Qu
gran ciudad, cstrafia y opuesta sus hbitos, hostil su carcter blando y con disposiciones melanclicas acentuadas,
como
(1)
tienen todos
lf>s
nios
Con qu
vigor
no
(2)
(I)
visto (MI los Mnnicomios (! Buenos Aires miichsi* inos irlaiulost's de nmhos sexos lUnemlns le eiia^enaeion mental; y todos aleetados de inelaneola en sus liversas fonnas ; |)redoniinando mas que otras la niebnunda relit^insu con tenU'ueias al suieidio. Tengo en mis apuntes varios casos de suieidio^ los euales han sid) evidentemente producidos i>or tendenenis melanelieas irresistibles.
LA NIEZ Y LA JUVENTUD
219
cmulo de influencias y que dan pbulo ese mefilisnio moral inclemente que azota los ceiit'ancia,
todo
el
nocivas que lo
circundaban
las
rebros
frgiles en
grandes agrupaciones
hu-
manas ?
Lgico
tirse
picio
reavivar los grmenes hereditarios que permanecieran como adormecidos. Porque si sobre el cerebro resistente de un adulto, obran con tanta fuerza las causas que detribuira
hasta
entonces
jamos apuntadas
parece natural
al
principio
de
este
el
captulo,
pensar
que
sobre
de un nio
con malas
yor xito.
aun en esta tierna edad suelen roer con hambre las cabezas los dolores morales y las enfermedades inimtiles del cuerpo, sin una palabra de consuelo y sin una mano desinteresada que las aliviara, trojeron sobre la cabeza del joven, todo su abominable contingente de agitaciones incurables. Triste, estenuado por largas abstinencias, se paseaba orillas del Delaware, cuando un capitn americano, encontrndole buena presencia y condodesilusiones y
que
le propuso llevarle grumete abordo de su barco. All principi su de carrera martima, iniciada con un aprendizaje rudo y amargo consecuencia de su corta edad y del tratamiento inconsiderado que lo sujetaba la
220
tripulacin.
riTSONM'S
ques mercantes, hasta que durante la guerra entre P' rancia Inglaterra fu ocupado en la conduccin de prisioneros y apresado por el buque de guerra
francs Presidente^ que lo condujo Francia apesar de los esfuerzos de una enorme fragata inglesa
Llegados all y despus de que los perseguia. haber depositado una caritidad de dinero, como garanta de su palabra, segn la costumbre establecida entonces, fu encerrado junto con sus
com-
paeros en
la crcel
de Metz.
Los
incidentes
de su
permanencia y fuga de
Verdun, son completamente desconocidos y tienen algn inters histrico y mdico. Revelan otra
de su vida liona de peripecias y enriquecen etiologa de la enfermedad.
faz
la
La
de
vida
deiiti'o
>ii~;
de aquellos
cuatro muros
era
insoportable, y
insoportables
el
sufrimientos; doble
sihfrimiento
porque
lo
ejercer sobre
su espritu
ech en su camino de
en su
cerebro,
lgubres presentimientos
despus se hicieron
aguijonearlo
nostlgicas de
carne
eniiezaron
muy
sospechoso.
logrando
burlai'
la vigilancia
recido por la oscuridad de la noche y por m\ traje de oficial francs que se habia procurado.
Una
los
PRISIONES
221
que ya
lo
iban alcanzando.
Al llegar un molino
que habia pocas millas, encontrse con un soldado que so paseaba debajo de los rboles, y que al ver su estado de cansancio y el terror que se dibujaba en su fisonoma, sospech su procedencia y ayudado del molinero consiguieron tomarlo, despus de una lucha de palos y mojicones en que
Brown se defendi bizarra y desesperadamente. Nueva prisin y nuevos sufrimientos. Pero como
consideraran poco segura
la crcel
de Metz, fu
conducido
Verdun y encerrado en un calabozo alto, al lado de un coronel ingls llamado Crutchley quien mas tarde estuvo ligado por una estrecha amistad. El capitn Brown, tal era entonces su graduacin, comenz de nuevo meditar su fuga con un ardor y un entusiasmo que se parecia
mucho
la desesperacin; porque
si
cruel habia
mucho mas
segura,
mas
al
lbrega
desar-
manos a
la obra.
Calent en
la estufa,
un largo fierro y poco poco fu horadando la pared que daba al cuarto de su vecino hasta que pudo introducir la cabeza y comunicarse con l. Para que el guardin no pudiera descubrir sus
trabajos, colg del
inglesa que
llevaba
en
ocultaba admirablemente
agujero.
Los escomla
chaqueta
222
barra
el
PEREGRINACIONES
piso para desterrar toda sospecha en
el
na
sobre
la
cama, sobre
la
mesa
La noche en que
cino,
el
agujero del
estuvo
y su ve-
un largo
al
cable, y
usando de
la
la
escalera im-
provisada trepronse
cable
ambos
azotea; ataron
damente, echando
cado
el
que, habiendo
el
cansancio
que Brown se lo echara al hombro y continuara caminando hasta que la noche les
fu necesario
permitiera descansar.
nia,
Cuando
llegaron
Alemade
sanos y salvos,
el
la Princesa
Real de Inglaterra
los llen
casada con
Duque Wurtemburgo,
favores, los provey de dinero y de ropas y los envi Inglaterra donde los dos amigos se sepa-
raron
te
Brown para
para
entrar en la marina
mercanal ejr-
y Crutchley
ingresar nuevamente
cito. (1)
En
1809
el
Capitn
Brown
contrajo
matrimonio
y despus de tentar fortuna con xito nada feliz, embarcse en Inglaterra abordo del Henlmond
establecindose en Montevideo.
All
arm un bu-
(1)
Maouscritos citados.
PEREGRINACIONES
autoridades de Baha, por no
papeles.
223
De Baha tuvo que regresar Inglaterra nuevamente como simple pasajero, oprimido por todas estas amarguras que ya comenzaban modiicar su carcter, labrando su nimo de una manera profunda.
Nueva
tentativa,
nuevo
infortunio.
De
Inglaterra
abordo del
Elisa del
vesar la barra
de
la
descuido del
piloto.
producto hacer
tranla
el
De
la
regreso compr
el
otr<)
buque llamado
Industria, que fu
Rio de
Plata;
mand
aquel castillo original y memorable, nica habitacin que existia entonces en aquella planicie silenciosa,
donde
(1)
En
mas
que aumenta
por
el
peso de
la vida,
abandonada
ha dicho un
los
monlogos de
la soledad,
como
(l)
Vicente F.
Lpez Historia de
la
Revolucin Argen-
tina.
224
INFLUENCIA.-^ VISCERALES
A mas
tes pop
s,
como
su afeccin al hgado y la fiebre amarilla que padeci en las Antillas cuando su clebre espedicion
abordo del Hrcules, pueden infliiir poderosamente como causas accesorias. Esta ltima enfermedad, que l atribua despus, los venenos mortales que le haban hecho tomar en el caf y que probablemente fu la causa de sus trastornos hepticos, puede por la profunda conmocin que produce en la economa por cualquiera otra razn que nos escapa, inlluir en la patogenia de la enagenacion mental ; tal cual sucede con la fiebre tifoidea y el clera, cuyo influjo es hoy indudable. (1)
tsicas, po.-socn
laa
mar-
cada influencia sobre el espritu, que han llegado plenamente las afirmaciones, hasta cierto punto atrevidas, de la escuela somtica alemana. Piensan sus principales apstoles, y en parte piensan bien, que las frcnopatas no tienen otro origen que las afecciones viscerales; que son irradiaciones mrbidas que se trasmiten de las visceras al
sistema cerebral. Nasse, Jacobi, Flomming y algunos otros han sostenido con toda la perseveranca de los hombres convencidos (2) la misma teora, que tiene muchsimo de verdadero, puesto que es incontestable que la inteligencia sufro podero-
(1)
(2)
Uu
sIa
n .
F rt- opa
as
1NFLUENCIA> \lM.KiiALh:>
smente
la
225
influencia de las
viseras.
Los datos
levantados
por
varios
alienistas
cifra
presentan las
refiere al vientre, que es lo que nos importa, basta recordar la importancia capital que Schroeder Van der K(ilk
por
lo
que se
en este caso
daba
triccin
de
la
consen
del
colon transverso,
particularmente
una de
es
las princila
pales
de
su-
materias intestinales.
Roel y Esquirol daban igual importancia esta causa y es sabido que en los individuos que tienen padecimientos crnicos en cualquiera de los
rganos
gencia.
abdominales,
se
encuentran
singulares
la inteli-
anomalas de
la sensibilidad
moral y de
el
venerable Guislain
que
lencia
que produzca
cambios fundamentales.
Brown, que era de este nmero, sufria habitualmente fluxiones hepticas de origen nervioso, cuyas
repeticiones frecuentes acaban por determinar en
el
personas predispuestas
GuislaQ. Frenopatas.
estado de hipocon-
(1)
226
dra
lable.
ii()tal)a
[)
ii
iNi-"LUKNciA.s \:m
i:\ii.s
ijn'
l'!l
<li'-|Mii'S
x;
liact;
|.<iiiiaiH'iiU!
insoporf4uc
timo
ligerameme
la
ainarillcnlo
se
al;j;imas
|ia-'>
1
<1
(le
1'\
materia colorante de
la
la bilis
la
-aliare,
el
t.'laiido
c mi-c-ioh
jue se
hacia
en
hgado bajo
vivas,
iiisjstii'cmos
,'i
la inluencia
do emociones mo-
rales
de disgustos profundos.
nas en este giiei'o
cual
['<\<''
No
y
ie
causas
(pie
pasaremos
Si
averiguar
<'\
inllujo
tii\ii'i'Mii
los li-astornos
el
moralc-.
hay en
sido a/.otada
mundo alguna exislcncia (jue haya por las mas gi-andes penurias, esa
la del
General
Uesde su
los
mas temprana
infoi'tunios
(pie
niez
(circunstancia
prolongados,
crueles
'bit'
tormentos
para
vivir
que han
el
estado golpeando
nio abandon su
la
pas natal
angustiado en
ltimo
gran ciu-
recuerdo de
la
sus ansiedades
barse,
hipocondriacas.
En
gran ma-
ya
como causas
est
predisponentes, ya
como
en
el
fondo
provocando
una
intensa
Por
esto,
la
melancola
INFLUENCIAS MORALES
es
el
227
el
sntoma que
menudo
seala
perodo
(1)
la mala conducta que recibe un obrero sin trabajo, el terror que se apodera de una persona bajo el influjo de una revolucin poltica; la depresin moral de un presidario sin esperanza, de un prisionero mal tratado de un hombre despechado y finalmente las mil circunstancias que dan lugar esas interminables inquietudes, bajo el imperio de las cuales el hombre puede enloque-
que provoca
de un amigo,
la
conmocin
cerse,
pertenecen
(2)
manifiestamente
un
estado
moral doloroso.
Los
el
grupo mas
emociones
se
emociones una manera notable las funciones cerebrales, con tanto mayor vigor cuanto mayor sea el estado de
predisposicin del individuo.
(3)
A menudo
la
esplosion de la enfermedad no se
mas menos
Guislaiu. Id.
^;
Obra citada
228
INFLUENCIAS 3I0RALES
prolongadas,
como ha sucedido
en
Brown, cuyo
tomar su acentuacin caracterstica. No es raro -dice riesinger que consecuencia de un accidente grave (la fiebre amarilla por ejemplo) el individuo comiense por sufrir un mal estar prolongado que indica un sufrimiento
largas intcimitoncias hasta
oscuro y que despus de un tiempo mas menos largo empiece deteriorarse la constitucin, di-
bujndose
nifiesta la
la
(1)
influencia se
main
enagenacion.
Este
modo de
evidL'uii;
moral prolongado.
ios casos,
en
la
mayora de
el
una influencia
concepciones
determinada sobre
delirantes:
sajelo
la
de
las
despus de
prdida de un pariente
el delirio
menudo
entre
el
difcil
delii-io
y lo que es aun
la
resultado fisio-
emocin que se ha
el
\u\
esperimentado;
resultado
la
de
(2)
la
estado fisiolgico,
continuacin patolgica de
la
emocin.
As,
parte de
ingleses grandes
persecuciones du-
(1) (2)
REMISIONES
(
229
abordo del Hrcules^ apresado, por buques ingleses tambin, y llevado Inglaterra sufrir los sinsabores de un proceso
;i
>ii
pica
peregrinacin
acab por creerse realmente perseguido, envenenado, asechado costantemente por el gobierinjusto,
no britnico, que fu despus y en aquellos accesos secretos que tenian lugar dentro las cuatro paredes de su castillo impermeable, uno de sus
mas
encarnizados fantasmas.
el
Aqu
por otras causas morales, acab en su trmino patolgico natural, determinando el delirio de las per-
secuciones-
Estos estados patolgicos de la inteligencia (y en este caso es importante tener presente esta circunstancia) no impiden, algunas veces,
el
desem-
peo de las funciones ordinarias de la vida; y sucede menudo que para establecer un diagnstico es
teclado intelectual,
oido de artista,
nota que
disuena, la cuerda rota que chilla y que en muchas ocasiones pasa desapercibida para la oreja
profcina.
Esto esi)Hca
Brown pade-
ca de un delirio
de
las
sempear con tanta cordura las distintas misiones que se le confiaban. Porque algunos enfermos tienen pocas largas en que se suspende su delirio,
230
l'.K
MI SIGNES
especie de armisticios
mas menos
de nuevo
estensos, fa-
vor
ha/i odido
emprender
larfjos ciajes,
en la sociedad^
direccin de sus
negocios.
fundiragrega Legrand du Saulle - la remisin, especie de cura i)rovsora con la intermisin, relm-
En
la
remisin verdadera
y completa, con marcha retrgrada de las perturbaciones psquicas contina el maestro el enfer-
mo
reconoce
su
delirio,
deplora
los
propsitos
malsonantes que ha tenido respecto su familia, lamenta sus actos inconsiderados y se muestra sinceramente arrepentido. En la simple intermisin, al contrario, niega
su locura, escribe
al
carta
de sus facultades
dico
que
le
m-
Al principio de su
nes verdaderas que
l)letameiite
Brown
remisio-
permitan entregarse
com-
sus quehaceres
difciles;
ocupaciones
aspecto
eternas agitaciones.
Algunas veces, sin embargo, bastaba la fuerte derivacin moral que trae la presencia de un peligro cualquiera, en los que Brown se mostraba bellsimo, las emociones del combale las exiLegrHnd du Saullo. Obra citada.
(1)
CONCLCION
goiicia.^
el
2:^1
Pero luego la triste monotona de su nuevo la repeticin del acceso, cre ese hbito mrbido que radica perdurablemente la enfermedad un rgano, ahuyentando
poralmente.
infortunio trayendo de
aquellos
saludables
relmpagos
que iluminaban
La montana
reacciones
iba apretando al
tomo porque
las
se hacian cada dia mas difciles y el pobre viejo sublime, se bata desesperadamente en sus ltimos atrincheramientos. ltimamente cuan-
do todava estaba abordo, ni quera bajar tierra desoyendo aun las instancias de Don Juan Manuel; tena miedo hasta del agua que en sus vaivenes continuos en su flujo y reflujo montono, en sus suaves ondulaciones de nubes, escriba caracteres estraos y le echaba sobre el odo el plomo derPorque el retido de mil discursos estravagantes.
rie y llora
y bal-
la oreja delirante
como
rie
y llora y
balbucea
la
la
puer-
que
cruje, el viento
que sopla^
campana que
En
lo
una nueva arruga sobre su espritu la desconfianza y la taciturnidad de su carcter tomaban proporciones enormes y desconsoladoras. La vejez, mejor dicho la senectud, con sus estados mistos infaltables, embarazando la palabra y robando
al espritu
232
CU.NCLLCION
lo dems, dejndole en cambio esa fria indiferencia que relaja el corazn del clibe octogenario y que
lo desliga del
mundo
envolvindolo
cii
una especie
de sudario anticipado.
Entonces
fria
que fu dolorosa
sobre
la
la
vida,
como
si
inclemencia
cabeza de esta
pobre
los
las
sombra que se
mas
mpetu,
'\m-
loteando
al
rededor
postrado
indefenso.
tan
Nunca se
misteriosos
mil
sinti tan
terrores:
olores
estrafios; el
oido
siempre
el
oido!
amenazas, murmullos,
lo
que la audicin mrbida es capaz de producir. Concepciones delirantes de cierto gnero especiadel suicidio,
que es
la
de estrema locura.
El viejo perseguido que aun
amaba
luz
la vida,
mas
que nunca
ducido
iluminada
por
la
de su aureola
por
la
tuviera la garra
del
el
vampiro
silencio
ventosa del
La soledad y
horas despertaron
hgica de
esta
idea
sus-
CONCLUCION
233
ora vctima; y embargado, ascediado, perseguido por ella lom la determinacin de arrojarse de la
Cuando
esta
beza del perseguido no es el criminal que se hace justicia, es el perseguido que se sustrae sus enemigos, es el melanclico que ha querido poner trmino sus torturas morales. Aqui la
muerte voluntaria no tiene la instantaneidad de uu acto impulsivo, sino que es el ltimo trmino de un estado patolgico que ha llegado a su pa-
roxismo
final.
El General
Brown
un perseguido segn
de
los
la es-
presion condensada
alienistas
la
franceses.
observacin de los
importantsima de
de toda esa
de estudiar;
s
causas
que
la
para determi-
mayor
vigor cuanto
mayor sea
d)
e)
Educacin imperfecta.
Sufrimientos
fsicos
la niez.
Todo
se encuentra
del general
Brown.
CAPITULO IX
SUMARIO Frecuencia
dos En medio de la luz La pequea neurosis del amor Los seductores -Los pintores Los literatos etc. etc. etc. La neuocii'tos Alteraciones parciales
-
de las
per|ueilas
rosis de las nptituiles negativas Ejecnplus conocidos Opiniones de Ball y le Luvs Patojnia .le I.ts pe<iueas neurosis Resortes
Lafinur-etc.
etc.
BibUografiaB.\hLVEsc:pn\l.(Jou7-nnl dea malndies menetcJLvYHMaladie.'i Mentales .] ACOhY La Selection Griesingf.r T)-rt<7e des mnladies wf/./fl/e.? Legran DU SaULLE Terror de loa Espacios O i'AKD A Tm Foli Laskhue La foli Incide AncL'alienlAlhLAGK& Sisteme nerveuxR\Ttales
Tl
Eli
cada
momento con
ocultas
estas
modestas dolencias,
de
irreprochable
insistir
que viven
por un velo
salud intelectual.
Es menester
mucho, es-
entera,
con un
equilibrio de su
ponemos
el
la
mano sobre
lanza
dura.
chillido caracterstico,
revelando
238
VARIEDADES INFINITAS
!
Era una persona sensata, con una sensatez cervantesca inconmovible; un hombre culto, un espritu selecto, un
Qu encuentro inesperado
corazn lleno de
luz, pero dentro de un cuerpo deformado por una fealdad imponente; un hombre que se crea irresistible con las mujeres y que con
cierta exaltacin
imaginarios.
mo-
vibles inquietos de la mujer de X, qu suaves emociones despierta en su corazn la ligera rnibo de prpura que colora las mejillas de N cuando l, el Atila, traidoramente oculto dentro del modesto aspecto de un hombre de bien, se pone en
.
. .
su presencia arrojando sus mjicos imponderaC. (pues son siempre casadas el objeto de sus %1ucinaciones seminales) lo provoca de una manera mortiticanc la de L .lo pone en ridculo con sus pblicas manifestaciones y la de, , , .(cualquier
bles fluidos.
las
La mujer de
i)obres mujeres
letra
los adore) se
ha metido en su casa
comi^rometindolo de una
Esla
las
mover
mandbulas, rumiando
el
satisfac-
estmago
oprimido por una dicta interminable y desolada. Por lo dems, aquel hombre doliende sus pleitos
c-Hi
VARIEDADES INFINITAS
SUS batallas mide sus
tierras,
239
villosas y
mirada prudente
la
Esa es
mas
frecuente, la
mas
comn de
pequeas neurosis^ y para que nada falte su carcter francamente neuroptico, toma un aspecto epidmico cuando algn acontecimiento
las
la sociedad.
Ten-
mdico arranca
veris
fisiol-
enfermo
un antecedente
cabeza, en
el
que oculta, y
mas de una
jica,
presentar
flanco enfermo
Cuan infinitas y variadas son las facetas de ste diamante henchido de luz que llamamos el cerebro
humano
una
con
aos
en un
roce
mundo,
sin
trs de su crneo, Ja
intelectual.
mas pequea
treinta
la
irregularidad
Le conocis hace
cosa que admirar
hecho otra
Igual
y no habis rectitud de su
juicio, inflexible
como
verlo.
la
caso
al anterior,
como vamos
dentalmente de
la pintura,
IMO
que,
al
Al;lKl;Al)KS
>ii-
'\\n-.
-r luihi-
nan con una fosforescencia csaordinuria, dejando errar j3or sus labios una sonrisa reveladora. Es que debajo de esa mansa y simptica apariencia, hay un pintor desconocido, humilde, que vive ignorado, pero que cree sentir en su cabeza el empuje creador, la suprema vivacidad del divino cerebro de Miguel ngel: cree tener un pedazo de la pulpa enceflica de Veronese injertado sobre la pobre corteza de su palleum sin luz. Pinta en el ltimo cuarto de su casa; las paredes estn tapizadas de lienzos lamentables V de todas dimensiones; v las horas de ocio, largas y plcidas, las pasa hundido cu una ol>ecie
]to
de contemplacin
genio.
con religioso respeto y los cuida mas qno su nero y que la nia de sus ojos.
Conversis con
l,
cho pblico y
des para
tras,
el
lo
comercio, disposiciones
;
.11
selecto,
inatacable
punto de
api'ctado
Pero
al
botn
el
mistci-ioso
cin incesante
grupito do clulas
pequea y desconocida neurosis. El hombre ha mostrado el flanco y le veis ridculo, pequefio, lamentablemente necio, porque no hay en la epidermis terrestre un artista que valga un comido su
ii'i
;'i
-11
la(l<.
VARIEDADES
241
/tcgalicas,
Esa
es la neurosis
do las
ajuitudes
que hace telogos profundos los ingenieros, m''dicos discretsimos los abogados los militares,
y jurisconsultos los pintores y los poetas. He conocido un viejo comerciante, quien un par de pillos le sacaban en calidad de prstamo muy
largos plajos^ fuertes cantidades
de dinero con solo encomiarle sus inmensos conocimientos en mecnica. Y este hombre, sin embargo, era un modelo de sensatez y de buen sentido.
Tienen
todos ellos
nes inesperadas.
pasmo,
nica,
la
imborrable y pertinaz.
espina, como un cuerpo estrao, que inflama un pedazo del tejido nervioso, alimentando este eretismo mental incoerci-
Es como una
irrita,
que
ble,
la
voluntad
samiento
el
vuelve producir la
reproducir, siempre
el
Diramos que
es
242
VARIEDADES
lamente circimscnto del cerebro, que en medio de la completa integridad del resto, vive enfermo,
valetudinario,
rfigas estra-
as; amamantando,
la inteligencia.
cobijando todo
pensamiento estravagante que huye del resto de Una Calabria cerebral permtasela
me
oculta,
bandalaje
int.'lectual
que
vivirla
fa-
consagrado.
cometer en
dolorossima.
Una
un acto
intelectual,
estrao, inslito.
aqu, como observa Ball, de esas que se apoderan del espritu de un alienado para ejercer sobre l una incesante opresin se trata de un estado algo parecido un vago delirio conciente que el individuo es el pri-
No
se trata
fijas
ideas
mero en
embargo que no le es posible sustraerse su inmensa tirana. Es un gnero menos comn qtie el anunu;,
deplorar, sin
pero
mas
bullicioso
y porque
ni el lugar,
estalla
el
momento,
obedeciendo
secreto
la
imn
pulso que viene de adentro, y que aniquila luntad de una manera absoluta.
curioso de
esto
VARIEDADES
gnero
243
Era una nia de temperamento nervioso, de una imaginacin exaltada y que habia sido educada en el convento, en los princide
neurosis.
pios y teoras de una piedad exageradsima.
Nada
en su
conducta trascenda
hasti, la
el
sequilibrio
intelectual,
poca
funcin
vez
la
menstrual.
la aparicin
de este im-
se
que se apoder de
hizo,
ella
de
hacer
cada instante y
sin
ningn motivo
el
plausible
signo de la cruz y esclamaba Jess, Mara y Jos. Todo se limitaba esto. Pero esas eyaculaciones piadosas dice
Hall se producan en un saln, sobre una plaza pblica en un wagn de camino de fierro, llevando sobre su reputacin graves reproches. Y no existia en ella el mas mnimo sin embargo,
rastro
apreciable de delirio;
nes mrbidas
la
aproximacin de
sus reglas y
Un
joven inteligente,
libre
trabajador,
perfectamente
dotado y
de
antecedentes neuropticos
por
(1)
Ball
(2
244
l'ATOJEMA
con un xito
liceo de provincia. Tecuando un dia, habiendo oido jaranear sus camaradas sobre la fatalidad misteriosa del (rece, cruis por su espritu una idea
el
mismo y para
dijo
cual-
-es fatal, seria una cosa deplorable, incomprensible que Dios fuera trece. Sin dar el menor valor esta idea delirante, no pudo sin embargo, dejar de pensar en ella
sin cesar.
nmero reccac
A cada momento verificaba mentalmente un acto que consista en decirse s mismo: hi"^ f/rrr, dando esta frmula estrada y absurda un especie de valor cabalstico, con atributos y virtudes preservad oras.
Por la puerilidad de su estravagante concepcin dice Ball se le podia haber comparado esos fakires musulmanes que pasan su vida entera pronunciando en alta voz el nombre Dios. Yo s perfectamente decia que es absurdo creerse obligado repetir mentalmente esta frmula Pero apesar de esto, el acto intelectual se repeta cada segundo; y bien pronto crey deber aplicar los mis-
mos principios, la eternidad, al infinito, las grandes concepciones del espritu humano, de tal manera, que su tiempo se lo pasaba repitiendo en
mente esta especie de conjuro estrafalario Dios trece, la eternidad trece, el infinito trece. Al fin, perturbado por la repeticin incesante de ese acto mental, el joven se encontr en la imposu
PATOJNIA
245
encerrarse en su casa y reclamar los auxilios del mdico. Aquella forma ineludible se repeta sin
Salvo la cada instante su pensamiento favorito. en que se encuentra sumido, el desgraciado neurpata no presenta ninguna otra
perturbacin intelectual.
(1)
Apesar de
tituye
la
puerilidad
relativa
que caracterisa
la inteligencia, la
porque
desoladora
El hombre
mas
razonable,
se observara cui-
dadosamente
dice
Esquirol
percibirla
algunas
imgenes y
las ideas
mas
estravngantes, asociadas de la manera mas rara. Veria surgir pensamientos y sentimientos que se levantan rei)entinamente, se imponen la inteligencia,
como un
no mas:
impresin queda
como
la
mancha de
(J)
el
Esta curiosa histoiia la copio del artculo publicado por profesor Ball en El Encfalo* del alo de 1881.
246
luz
PATOJNIA
que deja en la retina la estimulacin de sus fibras. Es una especie de fosfeno doloroso que oprime al espritu y que, si se levanta sobre un
conturba para
siempre su dinamismo esquisito. Cuando ese pensamiento maldito no encuentra en el cerebro, el amor del regazo que lo fecunda y lo
centuplica, pasa,
la
diremos
asi
rozando
el
el
ala por
superficie
dejando solo
recuerdo
lgubre
efecti-
de su amenaza.
vamente,
he dicho
el la^
porque
son
bandadas de cuervos que se alzan chillando sobre la mas implacable conciencia; sin saber donde han nacido, que hacen alli, como han entrado bajo la bveda de su crneo. Es cierto que en algunos se van para no volver, pero en otros vuelven con una persistencia primeramente incmoda, irritante despus, y por fin dolorossima, hasta que se posesionan por completo de toda la inteligencia. Cuando esto ltimo sucede, la cabeza ha perdido el timn de su conciencia, y comienza girar, girar siempre en el vrtigo de esas alturas en que se pierde la nocin de todas las cosas, y en que todo se v como por
espejos mgicos, transformado, invertido, adulterado.
Ese es
est,
el
loco:
asi
comienza
<mi
el
temible de su
drama eterno y
los
sin sol.
la
braia
es decir, eternamente
paroxismo Penuinpenumbra,
leu-
como decian
guaje.
antiguos
cu
mi
admirable
Las preocupaciones
generalmente
apremiantes
vida
ordinaria,
PATOJNIA
distraen
247
de estas ideas fantsticas, disipan las sombras, cuando hay fuerzas suficientes para rechazarlas sin dejar que se inaplanten ni que se
traduzcan en actos.
la
persistente,
que solo es
inofensivas
pequeas
Pero en
el
segundo
tipo, la facultad
productora
de
letudinario que
engendraba en
Augusto
mientos.
la
constante
La
que pueden entrar en lucha con ella, rectificarla, no surgen mas, se impone y lo absorbe todo, como si las tomara
por sorpresa.
como
Una
un espritu mal dispuesto, aunque de irreprochable equilibrio; inmediatamente se traduce en acto y sigue obrando hasta que la reflexin, elemento poderoso de equilibrio mental otro grupo de
ideas,
la
persigue
y la rechaza
hasta
borrarla
del todo.
Las ideas y
cia,
una tendenen
acto,
tanto
mas marcada
imperfecta
es
traducirse
la
cuanto
mas
vida
psquica del
hombre; cuanto menos vigorosa es la reflexin. Por esto el carcter reflejo de las sensaciones y
sus tendencias transformarse, son
mas pronun-
248
ciadas
eii
p ATOJ na
los animales
que cu
idea,
el
hombre,
erf el
nio,
que en
el
adulto;
toda
toda
imagen,
toda
eminente Griesinger
son
;
cuanto mas
lleguc
persistente
felizmente la actividad
intelectual cuida
este grado de intensidad, y que en virtud de la ley de asociacin de las ideas, en que las unas
llaman las otras, bien sean anlogas contrarias,
un conflicto iv la conciencia. Pero al principio dlas enfermedades mentales, en estos estados semi-patolgicos, dir asi, que constituyen el modo de ser habitual de todos esos intermediarios, cuyas anomalas cerebrales, han
descrito con tanto colorido los alienistas franceses;
en
tra
los
hereditarios
rosis
de que
me
torpe,
embotado, laxo
la
asociacin
dlas
deas est
como
paralizada
algunas veces, y de una manera permanente otras. El conjunto de pensamientos habituales no entra
ya
(MI
accin
esta
dobilitaili'
>
*!
alma
-<
encuentra vaca, dice Griesinger, y enioncos la primera percepcin, la primera idea que se presenta,
so impone imperiosamente y no |)uede ser corregida ni borrada, ni rechazada .
jM'^
^mi^:;.^
-l.^
mi
(1)
Jacoby Lo
selrction, cU-.
EJEMPLOS lISTUlCOS
249
modo
le
accidental en
el
espritu de un
hombre, que
fortuita,
es sugerido por
alguna circunstancia
sobre un
terreno
delirante,
puedo
de
implantarse
mrbido y
virtud
delirio,
el
convertirse en
la ley
una idea
que en
de
la
transforma
las
pequeas neurosis. Pero es difcil que en las pequeas dolencias que he citado al comenzar este captulo, se llegue
este trmino deplorable.
las cuales
Todos esos estados intelectuales ambiguos, entre hay muchos que estn muy lejos de ser
de una idea,
Todo
el
secreto est
el
en espiar
el
momento, en
que pone en
descubrir
estimulante
apropiado
movimiento
l
mo
truenos por ejemplo bastaba para despertar en dos de nuestros mas reputadsimos valientes, ciertos estados de nimo penosos que constituan sus pequeas neurosis. La Madrid
El ruido de
Tmil(|i's nnilacKes
"(i;
Cri-icsiiifer.
nieiifilop.
250
y
el
EJEMPLOS HISTRICOS
los
mas
incomprensible
terror.
Alvarado
se
envolvia en
gneros de seda y hasta se echaba debajo de la cama para huir del rayo; y r\ general La Madrid
caia de rodillas en un acceso de inconcebible panofobia, acariciando
el
rosario y temblando
le
un azogado.
Cuentan que
temblaban las
como man-
dable que en el chucho del miedo produce el choque de los dientes; que latia con impaciencia su corazn y que una palidez lvida, la palidez del miedo supersticioso, invada sbitamente su rostro.
el
organis-
mo; y como sucede en estos casos, despertando todas las reacciones simpticas que son sus consecuencias, y que constituyen uno de los fenmenos cerebrales mas curiosos. Propagndose al
sensorium
I!,'
ese
vasto re-
unas\
lal
cual centro
la vida orgnica, con el cual est mas ntimamente asociado; otras, sobre tal cual grupo muscular, determinando as estas asociaciones simpticas de los msculos, estas reacciones orgnicas inconcientes que espresan hacia afuera las diferentes tonalidades de las emociones y la manera
de
el
cMi<'>i'imn
li;i
'-^ido
j>riini(iva-
mente coimiovido.
(1)
(1)
mentale!*.
EJEMPLOS HISTRICOS
Asi es
251
como se
esplican
poder de llevar su
influjo
ratos de la vida.
Cuando
los
grupos musculares de
la
en un lenguaje
mudo
el
centradas en
la inervacin
fuero interno, y
cuando es sobre
que se propaga el sacudimiento primitivo, es el corazn el que entra en una especie de convulsin, son los intestinos y sus esfnteres los que mas directamente reciben el influjo (2) de ese miedo aniquilante que habitualvisceral
mente
elige
esclusiva-
nimo son incurables; tan ineemotivo que los produce y que es un fenmeno instantneo, brusco,
Esos estados
como
el
sacudimiento
jamas su
ni
influjo.
Olavarria, no entraba
dorma
sin luz
estraa aberracin
tena la pasin
rcter
varonil,
el
que
combate desigual, usurario de uno contra veinte, ejerca una fascinacin mgica irresistible. Olavarria maniobraba con sus lanceros al frente de la metralla enemiga como en un campo de parada pero senta algo que le crispaba el cabello y que lo clavaba sobre el suelo, en presencia
para quien
;
de ciertos
peligros imaginarios,
pueriles,
ridcu-
252
los,
EJEMPLOS HISTRICOS
su
cerebro,
lo
lleno de candidez y
de bondad.
Sus soldados
que
le
atribuinn
las
al
terror supersticioso
inspiraban
pojiiona
nimas.
neurosis.
Cuentan que para el fraile Aldao era de muy mal augurio perder el rebenque antes de entrar un combate: asi es que lo cuidaba tanto rom su lanza. Quiroga no salia jams de su casa, el dia trece ni daba batalla, ni emprenda nada de fundamento. El poeta Lafinur, famoso mas por sus c>travagancias que por sus versos plidos y e.\ange?, era un hipocondriaco reputadsimo entre sus contemporneos. Segn se me ha referido no podia subir una torre ( atravesar una plaza probablemente)
pasar un
se
dice
puente,
mirar
como
rw
vulgarmente.
Estas
i(l(t^
'Ir
< iJ,c:ii,
sntoma capi tal do una curiosa forma do nervosismo recientomonte estudiada, una manera do ser de la emotivipresencia del espacio, constituyen
el
dad anormal de
cerebrales.
Es
la arjorafbia
el
ter-
sbitamente
la
vista
atravesarlo solo.
paraguas ote.
I
lo
mano alguna
otra persona.
n-
LA AGORAFOBIA
fermedad de Pascal quien
253
el
el
el
pasendose un dia en puente de Neully, vio que los freno; que los dos primeros
el
instan-
de
la
caida y consecuencia de su
misma im-
pulsin,
rompanse los
el
carruaje se dete-
nia sobre
puente.
Despus de este incidente Pascal creia ver siem su izquierda un abismo que le impedia avanzar, menos que le dieran la mano, (1) que se le colocara algn objeto en que pudiera apopre
yarse.
avanza, ni retrocede
todos
sus
miembros
en mas, se
mas
apenas sobre sus piernas oscilantes y queda parado inmvil, convencido que jams posostiene
este
lugar
desierto, este
Imaginaos
ris
agrega
un abismo profundo que se abre sbitamente vuestros pies, imaginaos estar suspendido sobre el crter de un volcan en erupcin, que atravesis el Nigara sobre una cuerda rgida, que rodis por un precipicio, en fin, y la impresin recibida no podr ser mas temible, mas pavorosa que la provocada por el terror de los espacios. Una sensacin anloga, de un origen igual pro-
De
la
id.
Kenophobie
id.
etc.
id.
por Gelineas.
id.
id.
254
bablemene, es
nerviosas, que
la
LA AGORAFOBIA
que esperimentan las naturalezas vrtigos una altura pequea; que no pueden asomarse un balcn atravesar sobre una tabla, dormir oscuras ni ver una gota de sangre, como les pasa ciertas personas que, sin embargo, no son pusilnimes. El
sienten
de este mismo estado de eretismo medio histrico que producia las pequeas neurosis de Alvarado,
La Madrid,
etc., etc.
es probable
paladines,
encontrarse
nadar en medio de un mar inmenso. Otra pequea neurosis que por su olmpica magnitud aparente, sus proporciones ampulosas y sus
grandes
efectos, bien podra llamarse la
gran neu-
rosis de Rivadavia,
era
la
daba sus actos y sus maartificial de los megalmanos y que provenia de la exhuberancia con que se haneras la magnificencia
Rivade cuello apopltico, davia era un tanto pictrico, de vida sedentaria mas bien, y de un apetito copioso.
Gomia mucho y
bien, y
como
tenia
ciertas
CONCLCION
tmulo sanguneo
atona, se
atnitos.
255
perodo
normal,
cae en un
de
el
sienten deprinnidos,
como humillados y
contrario,
El maniaco, por
el
cuando
una viva energa, con una persistencia regular, que sin afectar las proporciones depresicon
vas de las congestiones pasivas, sostiene con cierta lozana la vitalidad de la clula, se siente exaltado
en su potencia
fsica y
cido, magnificado,
mas
mas
potente que
nunca
(1).
Como la
todas las
actividad
vital
desborda en
ellos
bajo
formas de espresion, la nocin de su personalidad dice el autor que acabamos de citra se amplifica, se agranda, se hincha al mismo
tiempo.
Era pues, en Rivadavia, cuestin de mayor menor aflujo de sangre sobre su cerebro naturalmente predispuesto por causas de un orden comCon ciertos elementos pletamente desconocido.
adquiridos,
esta
disposicin
rara
que
de
aludimos,
delirio
de
incierto
imborrable todos sus actos y que se mantuvo siempre dentro de los lmites saludables de una
noble y apasionadsima aspiracin. Es suficiente que sobrevengan algunas modificaciones en la irri-
gacin
sangunea de las redes del sensorio para que las manifestaciones funcionales cambien de
Luys. Traite des maladies mentales.
(1)
25t)
CONCLUCION
aspecto y pasen sucesivamente, de la faz de depresin extrema la faz extrema de la mas franca
exitacion.
Ahora comsi
acaso habis sentido alguna vez rozar por vuestro cerebro algunas de esas mariposas negras del pensamiento.
APNDICE
FRANCIA
Cuando
No
Muchsimos de
del Dictador,
los
los
me
ha suministrado
l,
ilustrndolos
con comentarios y ampliaciones que yo aprecio en su justsimo valor. El Sr. D. Gregorio Machain pertenece
una de
que
las familias
la colonia,
mas distinguidas y mas antiguas de y fu sobre ella, mas que sobre ninguna otra,
famoso hipocondriaco se enzofi
al
una mazmorra,
pri-
V morales.
260
APNDICE
De qu murieron
sus pudres?
No
se recuerda.
sido locos.
Qenie vulgar.
los pas
No
se recuerda
De qu enfermedades padeci en esa edad ? Se ignora. De qu enfermedad padeci despties en su edad adulta
y en su vejez
? Hipocondra histrico. Cul era antes de ser dictndor su ocupacin habitual,
sus relaciones, su
r.hnlnyies
En qu ganaba
Defendiendo pleitos
Cobarde.
En
nos amores?
Se
le
lian conocido
como
tres
hijos amor
viUu
A.. se
parece imposible.
Se
le coiioveti
grandes contrariedades en
.u
Qu edad
recuerda.
tenia
No
Tenia costumbre de andarse medicinando purgando? Enemigo de toda medicina en su edad madura.
Era aficionado
algn otro vicio?
al
Al juego
Qu
conocan en
su juventud en su vejez?
Hacer mal misntropo. Durante su dictadura en alguna otra poca se le conocieron algunos rasgos de loco ? N y quiz simnpre lo fu.
Cules eran sus ocupaciones durante su tirana?
Ti-
APNDK^
De qu enfermedad
pesa
se dijo
261
Ninguna
Se
le
tad eschecha ?
Ninguna ni
su muerte?
al
Fu repentina
N.
?
qu edad volvi
Paraguay
Crdoba.)
De
el
espaol
lle-
No
se tiene noticias.
llamando su lado
al
renzo Gauna y al Cannigo Dr. Zavala: entonces deba ser aun creyente catlico. Siendo ya dictador no se le
conoci enfermedad, mct disando su
neral.
modo de
ser en ge
8* La de Abogado: aficionado
al trato
262 de
APNDICE
y desptico con
sus clientes
de toda
9"^
Eii su profesin
casa en la ciudad,
de Abogado: por herencia tenia y una quinta como una legua fuera
de
ella.
Manifestaba valor: mas generalmente se le ha tenido por cobarde: Molas en su descripcin histrica del Paraguay dice era atento, fraudulento, embustero, sus*
10.
:
y Molas debia
conocerle, ()
de gente alegre, (mujeres de vida alegre) amor, amistad, crese que nunca tuvo; ri con el padre hasta levantarle la mano y
11.
al trato
en
los
momentos
fusil un sobrino, apres otro: tuvo tres hijos, que reconoci su modo, pero que no les trat, sepultando uno de ellos en un calaboso, solo porque le pidi en su cumple aos, como gracia, el alivio libertad del que
manos,
fu su maestro,
12.
adulta fu tres veces maltratado palos por rivalidad y pretensiones amorosas por un joven Arias, argentino.
Vicente Cabana, paraguayo y padre de famili, y Manuel Pabor, id, id. Del primero se ha dicho que fu asesinado,
siendo Francia dictador y atribudosele ste el asesinato: el segundo fu desterrado una nueva poblacin, cerca
de unas de
fa-
milia, y el tercero puesto en prisin, arrastrando cudonas y destinado trabajos forzados. A mas, habiendo solici-
La
1,1
)i
i;m di
cir
l.iiiiliM'ii,
rciiciirii-ii
>
l^;;lli^|.
APINDICE
263
durante todo su gobierno, se veng de la familia de la nia y en su esposo con prisiones, fuertes multas, y fusila-
No
el
se recuerda
muri
dos.
14.
1.5.
padre
respecto la
madre no
se
hacen recuertodo.
No
se sabe,
16.
17.
hipocondra y misantropa. 18. Su gobierno: mas sin coaciou alguna, y consultando su bien estar, y sobre todo su conservacin.
19. Hidropesa:
20. Variable
:
irascible,
como
atmosfrico.
21. 22.
23.
24.
Ninguna: ateo ilustrado. Ninguna: vean contestacin 11. N: su gravedad conocida de pocos dias. No se recuerda: tal vs de 30 aos aproximativanoticias
mente.
Es conforme recuerdos y
de tradicin.
y Francia y de Da. Josefa Velasco, finada ante V. m, conforme derecho comparezco y digo que mis derechos conviene dar informacin plena de mi genealoga y conducta y para ello suplico la justificacin de V. m. se
cirva recibrmela con citacin del Sr.
Procurador Sndico
264
APNDICE
los tes-
lriguez
si si
conocen
al
Velasco, al Dr.
Josefa de Yegios
las
Mateo Flix de Velasco y Da. Mara y Ledesma, y si son comprendidos en generalidades dla ley?
It. Digan si les consta que el espresado Dr. Garcia Rodrguez Francia fu casado v velado segn mandato de la Santa Madre Iglesia con dicha Da. Josefa de Ve-
lasco,
si
legtimamente, y soy tenido, y reputado de pblico, y notorio por tal hijo legtimo de ellos?
It.
Digan,
si
saben y
les consta,
que
la
de Velasco fu
blico,
It.
hija legitima
de
los
espresados D. Mateo
Flix de Velasco,
y Da. Maria
que
la
Josefa de Yegros de p-
y notorio?
Digan,
las
si
les consta
estirpe
de
los
Yegros es
una de
Id.
mas nobles de
si
esta provincia
de pblico, y
D. Garcia
notorio ?
Digan,
les consta
que
el referido
Ro
la actualidad
ha servido, y est sirviendo en las milicias de esta provincia en el grado de capitn de artillera de ellas con
desempeo de su empleo?
Id.
Digan,
les consta,
talares, vistiendo
discretamente
mi conducUi moral ha sido irreprensible sin haber y dado la mas mnima mala nota de mi persona, antes s mucho buen ejemplo con mi recogimiento y sujecin en casa, obediencia y veneracin k n padre? Y evacuada esta iiiformncion se ha de servir la inte-
APNDICE
265
mano
el
del Ilustre
asunto cuanto
Por
tanto:
A V. m. pido, y
y recibirnie
la
suplico se sirva
dems, segn, y como llevo pedido en justicia, y juro por Dios y una Cruz no proceder de malicia, sino porque as
etc.
seis
de mil setecientos
ochenta y siete. Por representada. Recbase esta parte la informacin que ofrece, precediendo citacin del Sndico Procurador General de ciudad.
Ante
m
Manuel
Benitez,
Cdo.
Esc. Peo. de Gob. y
En
veinte
siete del
mismo,
cit
en su perzona
D
lu
Bmitez.
Asumpcion del Paraguay, en veinte dias del mes de Julio de mil setecientos ochenta y siete aos en consecuencia del auto que antecede, present
En
la
ciudad de
la
266
Ift
APNDICE
parte por testigo de su informacin D. Martin de Azuaga, de quien por ante m recibi su juramento y lo hizo por Dios Nuestro Seor, y una seal de Cruz encar-
go del cual prometi decir verdad de lo que supiere y fuere preguntado: en cuya consecuencia se procedi
los
.1 -
la
al declarante
todos
los
y comunicacin igualmente D. Garcia Rodrguez Francia, con quien no es comprendido en las generales de la ley.
la segunda, dijo
sta
legti-
mamente, segn
con
el
ritos
Iglesia,
fu liHbido
es pblico
y procreado
lu
cual
y notorio eu
la tercera dijo,
sta,
que la referida tinada Da. Josefa de Velasco fu hija legtima de D. Mateo Flix de Velasco y Da. Maria Josefa
A
tal
la
el
y de distinguida sangre
contrario.
de
los
Yegros y por
mismo modo le consta de que D. Garcia Rodrguez Francia es y ha sido de muchos aos esta parte Capitn do. artillera en sta,
quinta dijo, que del
positivo
cida conducta
y celo
al real servicio.
dijo,
A
ik
la sesta
y ltima
el
de*
ciudad do
APNDICE
desde su niez, en
arreglada
267
lo
cuyo tiempo
reconoci por
de
mucho mas
de su padre, sujeto
defecto, antes
irreprensible su conducta,
s
mas mnimo
:
que han sido dignas de las mayores atenciones siendo igualmente cierto que se viste con hbitos talares todo lo cual le consta que es positivo por haberlo presenciado y palpado por la continua frecuencia de la llegada su
casa.
Igualmente
la
verdad en car-
Martin de Azuaga.
Ante m-
Manul
Benitez,
Escribano de Gobierno.
En
el
mismo
dia
infirmacin
hizo las
D. Juan Jos Bazan de Predraza que mismas declaraciones que el anterior testigo agregando que conoci al Dr. D. Jos Gaspar Erancia, que desde que vino d la Universidad de Crdoba hn
cargado hbitos talares vistiendo discrelamente y que su conducta moral ha sido y es irreprensible dando mucho buen ejemplo con su recogimiento y sujeccion en si
casa, obediencia
y veneracin
admirable su prudencia en los pocos aos que cuenta y que mas de esto el declarante ha reconocido nti-
mamente en
el
268
divinas
APENDIOB
y humanas y un genio apacible y amable y una
Ante m
Manuel
Benitez.
En
la
misma fecha
la
se
Goyx, D. Juan
Fernando FernanMora, D. Antonio M. Viana y D. Juan Jos Echeverria y declararon ser cierto lo dicho por los
Bautista Caiza, D.
dez de
anteriores
testigos.
Ante m
Mamil
Benitez.
Asumpcion, Agosto 3 de mil ietecient'>s ochenta y siete a'<s. Mediante no presentar la parte mas testigos, dase por concluida la informacin pedida: corra traslado de
ella al Sndico
Ante m
En
ello
el
mismo
dia entregu en
ti-n.-liulu
estos autos al
il
fojas hhilrs;
doy f
Beniti:.
I""
voio.
1 Sndico procurador de ciudad, aviendo Tiste la la limpieza de sangre y vuena conducta de el Dr. 1). Josef (uspar Francin, yjo
APNDICE
269
Francia y de Da. Josefa Belasco, Besinos de esta Ciudad dise que no encuentra cosa alguna que oponer contra ella y en subirtud seservir la lutegridad de Vm. aprobarla en
Justicia
Assumpcion y Agosto ocho de mil setecientos ochenta y siete. Mediante aque la parte espuesto berbalmente en este Juzgado no serle necesaria la remisin de este espediente al Ilustre Ayuntamiento: atenta la conformidad del Sndico Procurador General la informacin vencida por el Dr. D. Josef Gaspar Francia. Aprubase en todas sus partes y para su mayor validacin interpongo en ella mi autoridad y sindical decreto,
y mando se
las costas
le
entregue originalmente
si lo
la parte
como lo
pidiere
y pagando
de
lo
acordado.
Ante m
Manuel
Benitez.
Genei'al:
Ordenes ante V. S. en la forma, que har lugar parezco, y digo: que por disposicin de V. S. como Vize Real
Patrono, del Ilustrsimo Seor Obispo ocup la Ctedra
de Latinidad de
los
Estudios
del Real
Colegio de esta
espacio de siete
meses poco mas menos sin inters alguno, cmo es consy por promover nicamente la enseanza y adelantamiento de la juventud. Y sindome conveniente
tante,
70
tener un
al
aptI:nptce!
Celo de V,
suplico,
etc.,
etc. etc.
1)1'.
Jofi'
(af!pni
l-'r'iii'ii
los
Gobernador Intendente y
Capitn
de latinidad sin sueldo ni graticacion alguna en los trminosy por los tiempos que se refiere en el anterior
y pedimento de la parte doy la presente firmado de mi mano sellado con el sello de mis armas y refrendada del infra escriptos Escribano y Notarii) Pblico en
escrito,
8.
M. y Gobierno.
siete.
En
la
Ante m
Manuel
Bai'hicas.
El Dr.
esta
los
1).
Antonio de
la
Pea
Dignilad de Arcediano
d<
Estados de
Santa Iglesia Catedral, y Cancelario Hrect< este Real Colegio de San Carlos.
Provincia y del llustrsimo Scfior Obispo estuvo el Dr. D. 'Mispnr Francia el afio prximo pasado cnseilando
'
APNDICE
271
es-
adelantamiento de
por ser
as ver-
certificacin
Pea.
GUILLERMO BROWN
Soledad absoluta durante veinte aos Ideas de persecucin Valor del testimonio del alienado, consecuencia de un atentado cometido contra l
mismo
Ea
los
nombre
del pequeo
de Saint-Pouange.
All habitaba
en 1846, desde
hacia veinte y cinco aos, y en una soledad absoluta, el individuo G .antiguo impresor.
Su morada, verdadero
aislado
;
castillo-fuerte,
una
triple cintura
completamente de muros,
fosos y barreras. En la gran puerta de entrada, se leia con sorpresa esta inscripcin: Franc-fief de droit iiaturel; (1) y si algn viajero se presentaba mostrando deseos de visitar la habitacin, veia derrepentc levantarse el
puente levadizo, y una voz vibrante pronunciaba estas Detente, ciudadano, respeta mi propiedad! palabras:
anciano de setenta y
seis
(1)
Propiedad
de derecho natura],
274
APNDICE
aquellas
to-
Adorador fiel del sol, eiit'iirecuhe, cuaiuio de la prxima aldea llamaba oracin.
hi ciiiii|>una
Cuando soplaba
pecto.
el
pada
El 23 de Agosto de 1843,
fortaleza
amordazarle y
llabiiidoso
la autoridad,
de
con
el suceso,
no quiso dejarles penetrar en l, declarndoles desde el torren, que baria conocer lo que le habia sucedido p r medio de un diario. Y en efecto, mand una circunstanciada carta al Journal de V Atibe, que fu leida en la sesin del Tribunal.
Los acusados fueron condenados, contribuyendo en mucho, la deposicin escrita por G
i>ara ello
C0STUMBR.S USUALES
V IIABITOS DEL ALMIRANTE DON Guillermo Brown relatados por su camarero Y MAS tarde su ABANDERADO S. S I.
(
1.
Era
el
(Jeneral lirown, un
hombre
sobrio,
metdico cu
v
<')'<]"
nlj.
Se levantaba de cama siempre antes de salir el sol puesjams durante el tiempo que con l serv, pudo notar
esta falta
de costumbre,
Ai'M>lCn
21b
su mesa
pri-
Su primer paso
de
t
al levantarse, enidirijirse
mas
las
tuerte posible
tasas, l
que mas una tupa de un tarro de lata para ser exacto en la cantidad y no dejaral despencero (jue aumentara disminuyera la cantidad y por igual medida de dos tasas y media de agua hirviente deba condensar el t: Si estaba en el puerto le agregaba al t
echara dos cucharadas de sopa
tarde
l
ordenaba se
mismo
media
et
al tomarlo dos cucharadas de sopa con leche no dejndola jams hervir: Y si estaba eu viaje, lo tomaba solo, sin agregarle ningn espritu, pues era enemigo de las bebidas espirituosas; en este orden tomaba su t diariamente tres veces al da: Al levantarse, la una en punto del dia,y alas siete de la tarde eu verano las cinco en
Mientras
all
tomaba
el t, su
le
la
l terminara despus ordenaba se sirviera l del mismo t que quedaba en tetera agregndole nueva agua ; y terminado mandaba
del t usado
(pie la tetera
t.
poniendo
el
el
tomar su
t,
suba en cubierta,
su despencero proceda la
cepillo jabn
limpieza de su
cmara,
sacudir su ropa
su colchn
si el
y cobertores para ventilarlos, y do ser tiempo malo en la misma cmara eu una cuerda tirante abriendo las claraboyas portisuelas de popa para ventilacin
de su dormitorio.
las
8 en punto de todas
la
las
maanas fuese
el
tiempo
al-
muerzo ca
'
276
APNDICE
plato
algo
aparte su tarro de mostaza inglesa destirada con vinagre y una pequea dosis de sal que l mismo preparaba todas
maanas en la cantidad que usaba en el acto mismo Si habia huebos tomaba tres huebos la mesa por agua, muy Ijlundos colocados en una huebera pasados en un vaso por lo general: tomaba al concluir su almuerzo unas tajadas de pan con manteca de galleta, cerrando su almuerzo con un vaso de vino de oporto madera desvindose de las costumbres inglesas de tomar el t
las
de estar en
En
viaje
y fuera de
puerto, su
almuerzo solo se
si
dife-
no
los
de holanda
en este caso agregaba este manjar incurtidos ingleses que bieneu en tarros.
fi
ito,
los
A
el
las
doce, con la
misma
mesa
la
que
llaman (pe-sup) y en biage con la carne salada que por lo general solo se cose con el tocino ingls,
la albcrjilhi holandesa:
Que
es
amolda
al
el tocino.
:
el
al
don hasta
salir
de su interior
venir
la
APNDICE
pais cousei'bava sus costumbres en alimentacin
los
el
277
y usos
bodin cocido de harina con pasas de Corinto y sus ingredientes de composicin de coac, grasa de baca y
una pequea
dosis
ilegible envuelta en
de azcar, que hecho en una masa una limpia toaya de algodn, que
una bacija hirvindolo cocido se ponia en la mesa caliente el cual conunasalza preparada para mezclarlo en la cantidad que comia compuesta de vino de oporto gerez era su manjar agradable como postre, pues nunca
es preferible al hilo se cose solo en
con
el
hacia su
fritas
en man-
tomaba
con
el t lo
alimento de sena
no tomando otro alimento hasta la maana siguiente Pues durante la noche en aquellas que el General tenia que estar de pi y atender la navega:
tomaba una que otra vez una taza de caf de cebada caf de Habana, Brasil, siendo mas saludable segn l lo decia Pues era enemigo del verdadero caf (que decia Los ingleses me quicieron enbenenar en las Antillas cuando me tomaron prisionero, con este lquido) del cual no daba alas tripulaciones racin de caf, y si lo tomaban tenian que comprarlo, que pesar de no gustarle que la gente lo tomara, no lo prohiba; ^mus siempre en sus habituales manas del veneno, decia que el caf era un veneno.
cin,
mejor desempeo de
estas
las
como
eran rpidas y
278
.\1'KM1( K
En
tann,
buque
la
Capi-
y solo en
la
la
lo
dej por su
mucho
mas tarde
nueve de
.lulio (Alias
mand
la
como
el
mas que
vino
muy
re*ifular
y necesario en
acto de su manjar.
y maneras eran singulares De uniforme solo se le beliia el dia del combate, en cuyo acto se presentaba de toda galr., mostrando todas sus condeco-
Su modestia en
traje
raciones, su elstico, y su
la
cual no
avandouaba, de su cabeza aun bajo del agua y el temporal, cambindola as cuando el agua ya la hamedecido
fin
eran
siempre afables
Revelando
modestia
Y solo
en
las
observaba segn
No
se usaba
como en
de misa, segn
las religiones
de Estado; Hrowu
lo ubservarji
a^
(lia la
obligaba
vestir de limpio, y
al
la Ocialidad
con
el
mejiu* traje;
buque
lo diferenciaba
APNDICE
enarbolulu
279
hi
bamlera como
igualmente
permitiendo ningn trabajo bordo csceptuando atiuellos (juc en orden la sci^uridad suprema que se hacen necesarios
la
No
las
naves que
Ilutan
sobre el aguo.
El General en estos dias se le behia contrado en su Camarote Cmara distrado en lecturas religiosas y si
;
muy
A mas
que
cuales
empeo en que
se les entregara
aunque
sus suel-
que relata estos apuntes le ha odo decir que aquellas mujeres continadas en un Claustro eran mas dignas de su aprecio que muchas de las que en las calles lucian su
lujo.
de esto tenia por costumbre al acostarse, fuese la hora que fuese se percinaba. Su dormir era aveces tranquilo, notndose algunas veces, y siempre como signo de su prxima mania, que
algunas noches era
su camarero
:
A mas
muy Una de
soador
estas
al
estremo de alarmar
el referido
noches
la
despen-
puerta de su
Cama-
un montono dialogo que decia medio dormido Porqu Dios niio permits que me envenenen.
Su despencero creyndolo despierto guardo sigilo, pero observ que al instante seguido call y roncaba como totalmente dormido y no se not hasta la siguiente maana ninguna alteracin en el sueo. Al amanecer de esa
noche,
al
no quiso tonuir su
y se espres de
esta
manera ;
280
APNDICE
:
Yo
la
los
voy
castigar, esto
segunda Cmara
el
Oficial
Alvaro Alzogaray que hacia entonces de su Secretario, y fu entonces cuando lo mand encerrar en su alcoba
arrestado pan y agua
como ya
mismo
Creo ser
Dejo
lo suficiente,
y no abundar en
que agregados
este relato
las
al estudio
observaciones
filosficas,
estos relatos lo
ya hechos sobre sus manias que tanto han dado que hablar al estudio del espritu del alma de este hombre cuya vida en sus dos tercios consagr en Cuerpo y alma en
servir su patria adoptiva la tRepblica
Argentum.*
los
el
contribu\'
Los
tual
filsofos se
encargarn de
la parte
moral y
espiri-
de su alma:
mislo
me
compete decir:
Que
lo
consider y le tribute
respeto 1 ^
pidez 2 por cualidades en p:irtes desarrolladas, y por mi reconocidas prcticamente como testigo ocular 3 por los sentimientos venbulos de humanidad Por cuanto jamas ejerci actos de tirana, aun con sus enemigos. Es el nico tributo que mi me compete rendir su memoria:-!^ Por patriotismo Argentino por sus relevantes Por ser un deber tributar respecto los servicios 2 hombres cuya alma se amoldaba la de Guillermo
Browm.
Buenos Abril 14 de
1881.
ndice
LA MELANCOLA DEL DR. FRANCIA
CAPITULO
Sumario Juicios
1
sobre el dictador Francia emitidos por diversos autores: Kengger y Loucrchamp, Moreau de Tours, etc. Los padres de Francia Su orgen y antecedentes La nifiez Primeros sntomas de locura Incidentes ntimos D. Martin Armburu En la Universidad de Crdoba Influencia de la educacin que recibi all, sobre su enfermedadQu era la Universidad de Crdoba y cmo pudo influir de una manera tan poderosa? El Colejio (le Monserrat Opinin de Funes Influencia de la educacin en el desarrollo de los trastornos mentales Como iba acentundose su melancola Sntomas avanzados Episodios de su vida de colejial Contestura moral de los educandos de Loreto y Monserrat -Sus entretenimientos
Otros sntomas
CAPITULO
II
Sumario Llegada de Francia al Paraguay Nuevos sinlomas Ataoes de hipocondra l Dr. Gauua
Retrato de L rancia Sus trajes Sus hbitos La organisacion interna de su casa Acentuacin de su enfermedad Accesos de furor Sus sobrinos y su hermana La dispepsia Efectos de la Dispepsia sobre su espritu Sntonuis neuropticos de los disppticos Delirio de las persecucione? Desfallecimiento de sus facultades La Cmara de la Verdad us suefos nirbidos Efectos de ellos Su constipacin habitual La melancola termina su evolucin- Derrame seroso DecrepitudMuerte de Francia Estigarribia- -Sultau
35
282
ndice:
f-APTrio
III
SiMAHio Los ntimos Los clianiluhiiM'.s Los hcnildos y los verdugos Bcjaraiio El mdifo Estigarrihia, sil retrato, su vida y sus talentos La ler8i)utiea de lus enfermedades de Franeia Sus insomnios y
su eonslipneion Preoeupieion-s de Estijurrihia l'atiHo- Sistema penal de Fntneia El t:ilinete de 'sludio Su anu de llaves F^l |>err<) Sultn El ne^M'o Pilar Los cuervos Eslravagancias dolorosas Matanzas de perros Ejecuciones Serv-
Conclusin
EL ALCOHOLISMO
CAPITULO
Sumario Efectos
del
hIooIioIsuio Casos
rol
en el alcoholismo crnic Dipsomaniacos clebres Impulsiones rresislibles--La antropofagia El alcoholismo y la jiarlisis general La embriague/, en Europa, segn las ltimas estadsticas Los trabajos de Magnas IIuss- Lifluencia del alcthol sobre ciertos acontecimientos judlictis Salomn y la Mazliorca El consumo de alcohol durante a tirana de Kosas-t^uiroga Francia Artigas, etc, ete, etc. La dipsomana del Erail- .Mdao Sus enfer-
dipsomann, su origen, su
medades fsicas Su
aos
uardia-\'eja- Importancia UM-dicade ste acontecimientoCmo obraba el alcohol en el Fraile Ei)iso(lios de sus lorraeheras Exaltaciones maniacas Sangre Depresin mtiral .sanare
!
EL HISTERISMO DE MONTEAGUDO
cAiM'rn.o
.
Si .M.Miio l'redisposieion del organismo para los trastornos de la inervasiiui Lelourueau -el fuwtbir r.utri' T tivnel hombre jnonil il Imi,
'
..
m-
NDICE
23
pevanientos Principios (le la Histeria Descripcidii Ki'smen de su sintoinatologa La educaRasgos histricos de t'ioii y la posicin social .Montcogudo Su esmero y cuidados en el arreglo tipo Retrato hecho por el tle su persona Su Dr. Lpez Sensualismo histrico Sibaritismo Su contestura moral segn el autor de la Historia dla Rev(iluci(n Argentina Sus escesos Su manera de vivir Sntomas mltiples del lado de la init'ligencia Falta de sntomas fsicos Escasez de datos con respecto su vida privada Su hijo 123 Sus trajes, etc. etc
CAPITULO
Sumario Rasaos fundamentales de
VI
la histeria
La
mo-
vilidad de ideas, la volubilidad de sentimientos, la estremada escitabilidad del sentido gensico La Grasser tipo de la histrica consumada su vida su enfermedadCules eran los sntomas
cafilales
que predominaban en Monteagudo Monteagudo monarquista y aristcrata Monteagudo demagogo Monteagudo republicano demcrata, monarquista nuevamente, etc., etc , etc Brusquedad de sus cambios afectivos Odios y amores bruta les -Descensos sbitos de su nivel moral Exaltacin de su sentido gensico Antecesores histricos Como entenda Monteagudo el amor Sus fantasas Sus olores y sus plantas favoritas Teraputica de su enfermedad El caf y el agua
fra
145
ALMIRANTE BROWN
CAPITULO
Vil
la
melancola La
hipocotidria corporal y la hipocondra mental Fisionoma de los melnnclicos El delirio de las per-
de
principi
284
Browii
:i
NDICK
x'iitirse
liavuf,'uueiu8 Patogenia del delirio de las ver$ecuc/ones Opiniones de Lesnmd du Sal le El cocinero de Brown La casa del Alininuite EpM>dios de su vida Esplosiones de Lcrseguido El veneno Las perseeueiont's del gobierno ingls
Sus complots Diagnstico de I). Juan Manuel El viejo Bruno est Zoco Alucinaciones del oido Situaciones dcdorosas En su castillo Sus preparativos para resistir ataques de enemigos imagi-
uarios
175
CAPITULO
Sumario Frecuciu'ia
VIII
alos de Brown Antecedentes de familia Pn'dis|)Oscon de familia El hambreen Irlanda Efectos del luunbre Predisposicin de ni7.a Prisin en Verdun y en Metz Sus desgracias y sus randes disgustos antes de venir al Rio de la Plata Enfermedad Encierro al higado rilimos afos de decrepitud Intlueucia de las enfermedades del v'cntre en la produeeidii del delirio de las persecuciones211 Fin
del delirio dr las peistcuciunes Estadsicu de los autores fnincescs Etiologa del delirio F](lad, sexo, profesiones Causas Hereacia- (randes disgustos y grandes privaciones
CAPlTLL
Sumario -Frecuencia de
tros
1\
las pequeflas neurosis Encueninespenidos- En medio de la luz La pequefla neurosis del amor Los scduet<u*es Los pinlores Los literatos etc. etc. La neurosis de las aptitudes negativas ejemplos conocidos Opiniones de Ball y de Lnys -Patogenia de las pequeas neurosis- Kesorles ocultos -Altra<Mones par ciales Hivadavia Olavarria (uinigji Lanur etc. etc. etc. La enfermedad de Pascal El 237 terror de los espacios Naricbules
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PLEASE
DO NOT REMOVE
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