El Joven Rico
El Joven Rico
El Joven Rico
(Mr 10:17-22) Al salir l para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de l, le pregunt: Maestro bueno, qu har para heredar la vida eterna? Jess le dijo: Por qu me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino slo uno, Dios. Los mandamientos sabes: No adulteres. No mates. No hurtes. No digas falso testimonio. No defraudes. Honra a tu padre y a tu madre. El entonces, respondiendo, le dijo: Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud. Entonces Jess, mirndole, le am, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrs tesoro en el cielo; y ven, sgueme, tomando tu cruz. Pero l, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tena muchas posesiones.
Introduccin
En el pasaje anterior estuvimos considerando la afirmacin del Seor Jesucristo cuando dijo que el que no reciba el reino de Dios como un nio, no entrar en l (Mr 10:15). Como ya dijimos, las cualidades por las que Jess puso de ejemplo a los nios eran principalmente la confianza y la dependencia. En el texto que vamos a estudiar ahora, nos encontramos en el extremo opuesto. Aqu vamos a ver a un hombre joven que confiaba en s mismo y en sus propios recursos, razn por la que rechaz a Cristo.
El joven rico
Comencemos por considerar qu sabemos del joven que se acerc a Jess:
Por (Mt 19:22) (Lc 18:23) sabemos que era joven y muy rico. En (Lc 18:18) dice que era un hombre principal, lo que quiere decir que perteneca
estaba Jess y se arrodill ante l, manifestando un comportamiento inusual para un hombre de su categora. Adems, todo parece indicar que consideraba a Jess como alguien importante que le poda guiar espiritualmente. Podramos concluir diciendo que este hombre representaba todo lo mejor que puede verse en el hombre natural.
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Sin embargo, a pesar de tener tantas buenas cualidades, el joven comprenda que le faltaba algo. En su corazn segua habiendo un vaco que no poda ser llenado con ninguna de las cosas que haba alcanzado en la vida. Lo que le faltaba era la salvacin, o como l lo expresa, la vida eterna. Y de qu sirve ganar el mundo entero si se pierde el alma? De qu pueden servir todas las cosas que podamos tener en esta vida si no las podemos disfrutar ms all de la muerte? La vida es tan corta...! y este joven anhelaba perpetuar su estado ms all de la muerte. Aparentemente, el hombre era sincero en su pregunta a Jess, y tambin daba la impresin de que deseaba intensamente lo que estaba pidindole. Nosotros diramos que estaba a punto de convertirse.
2.
Este hombre era un judo conocedor del Antiguo Testamento, por lo tanto, su concepto de la vida eterna lo habra formado a partir de l. Pero lo cierto es que en comparacin con el Nuevo Testamento, en el Antiguo no era mucho lo que se deca acerca de la vida eterna. Tal vez uno de los pasajes ms claros, y que este hombre seguro que conoca bien, lo encontramos en el profeta Daniel: (Dn 12:2) Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra sern despertados, unos para vida eterna, y otros para vergenza y confusin perpetua. Para los judos del tiempo de Jess que crean en la vida eterna, sta se asociaba con la resurreccin de los muertos. Y como veremos ms adelante, lo que este hombre deseaba, era poder seguir disfrutando en la resurreccin de lo que posea en esta vida. Este era el mismo concepto que los fariseos tenan de la resurreccin. Para ellos la nueva vida de resurreccin sera la perpetuacin de la actual (Mr 12:18-27). Claro est, este concepto poda ser atractivo para un joven rico y bien posicionado socialmente, pero sera trgico para una persona que tuviera una enfermedad grave, o fuera pobre y viejo. Pero podemos respirar tranquilos, porque como el mismo Seor explic ms adelante, la resurreccin establecer un nuevo orden en todos los niveles de la vida. Lo que pareca evidente, es que para este hombre, lo ms importante de ese mundo venidero era lo que pudiera llevarse de este. Qu concepto tan mezquino de la vida eterna! El Seor tendra que corregir este grave error y mostrarle en qu consista realmente la vida eterna: (Jn 17:3) Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el nico Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.
3.
Aunque no podemos dudar de la sinceridad y el genuino anhelo de salvacin de este joven, stos no son suficientes para alcanzar la salvacin. En realidad, a pesar de su sinceridad, haba determinados puntos fundamentales en los que estaba peligrosamente equivocado.
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Comencemos por observar cmo pensaba que podra conseguir la salvacin. Por la manera en la que formul su pregunta, resultaba evidente que l crea que poda alcanzarla por sus propios esfuerzos: qu har...?, pregunt. Tal vez pensaba que tena que hacer un ltimo esfuerzo, alguna obra especial que le diera el empujn final para entrar en la salvacin.
4.
Lo cierto es que si pidi al Seor informacin para heredar la vida eterna, es porque no tena ninguna certeza de que fuera a disfrutarla despus de su muerte. Y esta es siempre la inseguridad que acompaa durante toda su vida a aquellos que creen que la salvacin depende de sus buenas obras. Nunca saben si han hecho las suficientes y si han sido de la calidad necesaria para recibir la salvacin, por eso la duda nunca desaparece. Como veremos ms adelante, el joven pensaba que haba cumplido todos los mandamientos, pero sin embargo, se senta perturbado, sin paz en el corazn y lleno de ansiedad, de ah la pregunta: Qu ms me falta?.
Por qu me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino slo uno, Dios
Como hemos dicho, este joven estaba gravemente equivocado en cuanto a su concepto sobre la vida eterna y la forma de alcanzarla, pero tampoco entenda quin era Jess, as que el Seor se ocupa inmediatamente de aclararle ambos conceptos.
1.
El joven se haba dirigido a Jess llamndole Maestro bueno, y tal vez esperaba que el Seor se sintiera honrado por esta forma de tratarle, pero el hecho es que no fue as. Por qu? Fundamentalmente, no porque Jess no fuera bueno, o no fuera Maestro, sino porque el joven no estaba entendiendo lo que estaba diciendo realmente. Era evidente que tena un concepto elevado de Jess, igual que mucha gente de nuestro tiempo, pero esto es completamente insuficiente si no hace justicia a todo lo que l es en realidad. El Seor empez por analizar la forma en la que el joven usaba el trmino bueno. Para ello hizo la siguiente afirmacin: Ninguno hay bueno, sino slo uno, Dios. De aqu se desprenden dos conclusiones fundamentales:
La primera deduccin lgica es que el joven no era bueno. Por mucho que se
decir el joven cuando le llam bueno? Segn esta afirmacin, Jess slo poda ser bueno si era Dios, era esto lo que el joven quera decir? Quiz en ese momento se dio cuenta de que estaba usando el trmino bueno de una forma muy ligera. A partir de aqu, cuando vuelve a dirigirse a Jess, simplemente le llama Maestro. De esto deducimos que haba usado el trmino bueno con el propsito de hacer un cumplido a Jess, pero no porque pensara realmente que l era Dios encarnado. Y de la falta de una comprensin adecuada de quin era Jess, surgen despus las otras dificultades del joven. Por ejemplo, el mandato que Jess le hizo ms tarde para que
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vendiera todo lo que tena para drselo a los pobres, no tendra la misma fuerza ni autoridad si el que se lo mandaba era simplemente un maestro o si era el mismo Dios. El error del joven es muy comn en nuestros das. Muchas personas ven a Jess como alguien distinguido y bueno, y piensan que por esa razn el Seor se siente satisfecho y halagado, pero esto no es as. Mientras no reconocemos todo lo que l es, le estaremos menospreciando.
2.
La segunda cosa en la que tambin estaba equivocado era en el concepto que tena de s mismo. Como hemos dicho al principio, l crea que poda ganar la vida eterna haciendo algo ms. En el fondo se crea bueno y pensaba que estaba a la altura de lo que Dios demanda del hombre, por eso el Seor tuvo que recurrir a la ley para que actuara como un espejo en el que se pudiera mirar y ver su pecado: Los mandamientos sabes.... El Seor cit varios mandamientos que trataban principalmente de nuestras relaciones con nuestros semejantes. Era lgico; si no amaba a su prjimo a quien vea, indudablemente tampoco amara a Dios a quien no vea (1 Jn 4:20). Rpidamente el joven expres cmo se vea a s mismo:
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a mandar, a pesar de lo duro que le poda resultar y parecer, era fruto del amor de Dios.
Tambin haba mucho de compasin por aquel joven en el que vea una extraa
Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres
1.
Finalmente, el Seor contest a la pregunta del joven dicindole lo que le faltaba para heredar la vida eterna: Una cosa te falta: vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres. Tal vez podamos pensar que el Seor no vio tan mal al joven, despus de todo, slo le dijo que le faltaba una cosa. Cuntas cosas nos faltan a nosotros, verdad? Pero no era esta la cuestin. Al joven le faltaba una sola cosa, precisamente, la nica que es necesaria para tener la salvacin: (Hch 16:30-31) Seores, qu debo hacer para ser salvo? Ellos dijeron: Cree en el Seor Jesucristo, y sers salvo
2.
El momento de la verdad
Creera en l y le obedecera? Por supuesto, se trataba de creer en Cristo como
El Seor le estaba llevando hasta una encrucijada: Dios, porque, quin ms tendra autoridad para mandar a otra persona algo semejante a lo que Jess les estaba mandando?
Y tambin haba llegado el momento cuando tendra la oportunidad de demostrar
Algunos se han preguntado si este mandamiento es para todos los ricos. Si as fuera, lo primero que tendramos que resolver es quin entra dentro de la categora de rico y esto parece muy difcil de determinar, ya que a veces hablamos incluso de pases ricos y pobres. Y puesto que no encontramos un mandamiento general en la Palabra a todas las personas ricas a que hagan lo mismo, creemos que se trataba de algo especfico para este joven, que le servira para ver con claridad lo que realmente haba en su corazn. Adems, sabemos que hubo algunos creyentes que fueron muy ricos y Dios nunca les mand que vendieran sus posesiones para darlas a los pobres, como por ejemplo Isaac (Gn 26:13) y tambin su padre Abraham.
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Dicho esto, no debemos olvidar sin embargo, que el principio que encontramos aqu es de valor permanente para todos: cuando las riquezas llegan a ser un impedimento para seguir al Seor, ser preciso deshacerse de ellas, de la misma manera que cortamos una mano o un pie (Mr 9:43-48). Y por supuesto, nunca debemos considerar que lo que tenemos es nuestro, sino que somos administradores de los bienes de Dios y que debemos utilizarlos siempre para su gloria. Podemos quedarnos tambin con el ejemplo de la iglesia primitiva que en casos de necesidad extrema no dudaron en vender sus bienes para ayudar a sus hermanos ms pobres (Hch 2:44-45) (Hch 4:34-37).
4.
Notemos que el Seor no le dijo esto en ningn momento. Y adems, esto era solo una parte de lo que Jess le mand, porque no olvidemos que a continuacin aadi: Y ven, sgueme, tomando tu cruz. Por otro lado, no debemos olvidar cul era el propsito de este mandamiento. Como ya hemos explicado, el joven crea que era una buena persona, y el primer paso para recibir la salvacin es reconocer que somos pecadores, que estamos muy lejos de satisfacer las santas demandas de Dios, y que necesitamos ser salvados por su gracia (Ef 2:8-9). Por eso, este mandamiento se dio para hacerle ver que era un pecador y que estaba mucho ms lejos de amar sinceramente a su prjimo de lo que realmente deca. Tal vez no haba robado nunca, pero tampoco era capaz de compartir con generosidad y alegra lo que tena con los ms necesitados.
Y aqu el joven volva a tener otro problema a causa de su teologa. Como explicamos al principio, l pensaba que la vida eterna en la resurreccin sera una continuacin de esta vida tal como la vivimos ahora. En ese caso, si se desprenda de todo lo que tena aqu, llegara a la vida eterna sin nada y eso no era algo en lo que l estaba pensando. Pero lo cierto es que en la resurreccin, Dios establecer un nuevo orden, por eso, a pesar de que aqu vendiera todo lo que tena, cuando llegara al cielo, tendra otros tesoros, y por supuesto, stos seran eternos (1 P 1:3-4).
2.
Para el joven, sus tesoros consistan en sus riquezas, su posicin social privilegiada, su juventud... cosas que el mundo valora. Pero en el cielo hay realidades que valen mucho ms. Sin temor a equivocarnos, podemos decir que la verdadera riqueza del cielo es el mismo Seor y la posibilidad de conocerle por medio de una comunin ntima, libres ya de todas las ataduras del pecado (Jn 17:3). Consideraba este joven al Seor Jesucristo como un tesoro ms grande que cualquier otra cosa que pudiera llegar a tener en esta vida?
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Aqu est la clave del asunto. Muchos predican el evangelio metiendo miedo a las personas con el infierno, y por supuesto que se trata de una terrible realidad, pero nadie va al cielo porque tiene miedo al infierno, sino por amor al Seor, porque queremos unir nuestras vidas a la suya y queremos pasar la eternidad con l.
3.
Prdida o ganancia?
Aparentemente, si venda todo lo que tena y se lo daba a los pobres, se quedara sin nada. Pero esto no era exactamente lo que el Seor le estaba diciendo. La realidad era que Cristo le estaba proponiendo cambiar algunas riquezas temporales por otras que eran de mayor valor y adems eternas. Y as es siempre que damos para el Seor, en realidad somos enriquecidos, aunque aparentemente parezca lo contrario.
Seguramente, cuando se acerc a Jess al principio, el joven estaba esperando el consejo de un maestro, tal vez alguien que le diera su aprobacin dicindole que estaba en el camino correcto y que no se deba preocupar en exceso. Pero lejos de recibir un consejo, lo que Jess le dio fue un mandato: toma tu cruz. El joven haba planteado su salvacin pensando en aadir buenas obras y mritos a su vida, pero el Seor le indic que lo que tena que hacer era quitar. Por el momento le haba mostrado que sus posesiones materiales eran un obstculo para que pudiera recibir la vida eterna, y que por lo tanto deba deshacerse de ellas, pero esto no era todo lo que deba quitar, tal como a continuacin le explic el Seor.
2.
Toma tu cruz
Qu significa el hecho de tomar nuestra cruz? Ya hemos notado que el Seor estaba de camino a la cruz. En tres ocasiones diferentes les dijo a sus discpulos que se diriga a Jerusaln en donde iba a morir (Mr 8:31) (Mr 9:30-31) (Mr 10:32-34). As que la primera conclusin es que para seguir a Jess lo primero que tendra que hacer sera identificarse con su cruz. No se puede ser un seguidor de Cristo y avergonzarse de su Cruz. Pero en segundo lugar, no slo era cuestin de identificarse con la cruz de Cristo, sino que era necesario tambin que el hombre tomara su propia cruz. Ahora bien, popularmente se utiliza la expresin vaya cruz que me ha tocado! para referirse a alguna prueba o sufrimiento por el que una persona atraviesa. Pero en la Biblia, la cruz no era simplemente un lugar de sufrimiento, sino de muerte y ejecucin. Por lo tanto, el Seor le estaba mandando morir. Probablemente nos asuste este lenguaje. Acaso Jess le estaba mandando al joven que le acompaara a Jerusaln para que muriera junto a l en otra cruz? No, no era esto. Lo que le quera decir es que si quera ser un seguidor suyo, tena que morir, pero no fsicamente. Se trataba de dar muerte a aquello que hay en nosotros que ofende y desagrada a Dios. Pablo hablaba de considerarnos muertos al pecado (Ro 6:11).
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Y no olvidemos que esto no era algo que slo tena que hacer este joven, sino que es el requisito para todo aquel que quiera ser un autntico cristiano: (Mr 8:34) Y llamando a la gente y a sus discpulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de m, niguese a s mismo, y tome su cruz, y sgame. Este tuvo que ser un momento especialmente duro para aquel joven. Por un lado, l no se vea a s mismo como una persona tan mala, alguien que tuviera que morir a s mismo. Y por otro lado, el concepto que tena de Jess no era tan elevado como para obedecerle en algo que en tal caso slo Dios poda mandarle. Qu hara?
Tal vez el joven haba llegado con la seguridad de que podra ser un discpulo de Jess, al mismo tiempo que viva su propia vida, y el Seor le dijo que esto no es posible, que debera elegir entre las dos opciones. No se puede servir a dos seores. Seguir a Jess es incompatible con tener otros dioses o dolos. Cristo exige lealtad absoluta. (Mt 6:24) Ninguno puede servir a dos seores; porque o aborrecer al uno y amar al otro, o estimar al uno y aborrecer al otro. No podis servir a Dios y a las riquezas. Tal vez le ocurri como a muchos que quieren a Cristo para que sea su Salvador, pero no estn dispuestos a identificarse con l al punto de sufrir la humillacin de la cruz. Tal vez era como muchos que estn dispuestos a aceptar que Cristo fue a la cruz por sus pecados, pero de ninguna manera estn dispuestos a morir ellos mismos a sus propios pecados. No quieren aceptar que debe haber un arrepentimiento sincero antes de que puedan ser recibidos por Dios y salvados por su gracia. Tal vez era uno ms de los que dicen confiar en Cristo para su salvacin, pero al mismo tiempo creen que son buenas personas y que pueden hacer algo para salvarse por s mismos.
2.
La semilla de la Palabra haba cado en su corazn, pero el engao de las riquezas la haban ahogado (Mr 4:19). Desgraciadamente, su eleccin fue la misma que millones de personas de nuestros tiempos hacen todos los das. Haba rechazado a Jess para quedarse con sus riquezas. Eso era lo que l quera, pero sin embargo, no le produjo ninguna alegra, de hecho, se fue triste. Una tristeza que no era sino un anticipo de la terrible angustia que le acompaara toda la eternidad. Finalmente nos preguntamos si era cierto que l tena muchas posesiones, o si por el contrario las posesiones le tenan a l. Lo cierto es que cuando una persona no tiene a Cristo, acabar siendo esclavo de sus propias pasiones, sean stas las que sean.
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3.
El ejemplo de Cristo
Con su comportamiento, el joven haba demostrado que no estaba dispuesto a dejar sus posesiones para seguir a Cristo, aunque ste le prometiera riquezas celestiales. Y ante su desconfianza y rechazo, se alza el ejemplo supremo de Cristo y lo que hizo por este joven, y por todos nosotros: (2 Co 8:9) Porque ya conocis la gracia de nuestro Seor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.
Preguntas
1. 2. 3.
Qu es lo que sabemos acerca de este joven? Segn usted, qu concepto tena de s mismo? Razone sobre el concepto que el joven tena de la vida eterna. En qu le parece que estaba equivocado? Razone su respuesta. Cmo crea el joven que podra alcanzar la vida eterna? Cules eran los requisitos que Jess le dijo que eran necesarios? Explique ampliamente su respuesta con sus propias palabras. Qu pensaba el joven acerca de Jess? Entre qu cosas tena que elegir el joven? Por qu tena que elegir?
4. 5.
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