1986 - Topicos 561, Pp. 18-23, El Caracol Marino en Las Culturas Americanas
1986 - Topicos 561, Pp. 18-23, El Caracol Marino en Las Culturas Americanas
1986 - Topicos 561, Pp. 18-23, El Caracol Marino en Las Culturas Americanas
MARINO
EN LAS CULTURAS
ABORIGEN ES
AMERICANAS
Mar lena Antczak
Andrzej Antczak
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As como el caracol sale de su concha,
as el hombre sale del vientre de su madre.
Cdice Talleriano- Rmesis
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1 1 La concha del Strombus
gigas.
EL CARACOL EN LA CULTURA ABORIGEN
Entre las culturas americanas prehispnicas,
sobre todo entre las costeras e isleas, los
caracoles marinos ocupaban un lugar importante
tanto en la cultura material como en la espiritual.
La carne de estos moluscos, rica en protenas y
de fcil preservacin mediante la utilizacin de
mtodos tradicionales, era muy apreciada por
los grupos aborgenes, as como tambin las
conchas vacas que les servan como materia
prima para la manufactura de diversos artefactos.
Prueba de ello es que en toda Amrica los
arquelogos han encontrado yacimientos que
contienen utensilios de uso cotidiano elaborados
con este material: recipientes, hachas, anzuelos,
pesas para las redes, gubias; raspadores,
punzones, puntas de proyectil, implementos
agrcolas y hasta cabezas de macanas. Se han
hallado tambin otros objetos, a menudo de un
extraordinario valor ornamental: cuentas de
collar, pulseras, discos, orejeras, narigueras y
brasaletas. Con las conchas se elaboraban
/instrumentos musicales, espectaculares
mosaicos y monedas, y al quemarlas se obtena
cal para mezclar hayo o coca.
Las tcnicas empleadas para la manufactura de
estos artefactos van desde las ms simples, como
la,pusin, desgaste, perforacin o aserrado,
hasta algunas tan complejas como el grabado
con cidos y repelentes naturales, tcnicas
empleadas por artesanos del pueblo Hohokam
(Arizona).
El caracol, vinculado directamente con el agua,
lquido vital para las sociedades agrcolas de la
Amrica aborigen, se encuentra presente en las
manifestaciones religiosas y su representacin ha
sido plasmada en objetos de piedra y cermica,
en pinturas y en telas. Por ejemplo, en
Mesoamrica, los tintes que se extraan del
molusco Purpura patula, se empleaban para
teir las telas de algodn con las cuales se
confeccionaban vestidos de boda, trajes para las
festividades religiosas y reales. El molusco, a
travs de su tinte color prpura, aseguraba la
fertilidad de las mujeres y serva de proteccin
contra los malos espritus.
Por otra parte, en el arte de las altas culturas
americanas, como en la de Mxico
precorteziano, el caracol marino (teccizli)
aparece en los cdices asociado con los dioses
que representaban la fecundidad y el
crecimiento. El dios Xoletl, nacido del agua,
surge de la concha del caracol, simbolizando el
nacimiento. Del caracol marino fueron
confeccionadas narigueras y orejeras que luca
Quetzalcoatl *.
De todos estos ejemplos, podemos deducir que
el caracol era un elemento totalmente positivo
desde el punto de vista de la simbologa
aborigen. Por esto, no deja de ser sorprendente
que en nuestra sociedad contempornea se le
atribuya el carcter de "pavoso". Es obvio que
las conchas marinas no heredaron su "mala
fama" de las culturas prehispnicas.
REINA DEL CARIBE EN VIA DE EXTINCION?
Uno de los moluscos cuyas conchas estn
presentes en numerosos yacimientos del Caribe
es el Strombus gigas (Queen Conch), un gran
caracol marino que en Venezuela comnmente
se denomina botuto, guarura o vaca. La longitud
de este gasterpodo herbvoro alcanza los 30 cm
y el peso de un ejemplar adulto puede
sobrepasar los 3 kg.
En los ltimos 20 aos este caracol, recurso
alimenticio tan importante en la dieta de algunas
poblaciones isleas contemporneas del Caribe,
comenz a llamar la atencin de los eclogos y
bilogos marinos, debido a la alarmante
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2/ Conchas del Strombus
gigas abundan en casi todos los
yacimientos prehispnicos de
Los Roques. Vista de las
excavaciones en Dos
Mosquises.
3/ Vista parcial de las
excavaciones durante el
trabajo con la industria
conchera. Dos Mosquises.
4/ El Parque Nacional
Archipilago de Los Roques
pertenece a las Dependencias
Federales de Venezuela y est
situado a 120 km de la costa
central.
5/ La extensin de algunos
concheros prehistricos nos
hace pensar en la gran
dimensin de la explotacin
del batuta durante esta poca.
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disminucin poblacional ocasionada por la
sobrepesca. Durante este lapso, los expertos
concluyeron que el molusco estaba en vas de
extincin en la mayor parte de sus hbitats
naturales en el Caribe, lo que dio origen a la
promulgacin de leyes de proteccin as como a
intensivos ensayos cientficos sobre sus
maricultura y repoblacin en las reas de
sobrepesca.
Hace aos, en Venezuela este caracol marino
era ampliamente distribuido desde la pennsula
de paraguan hasta la Pennsula de Araya,
incluyendo el territorio insular. Hoy en da,
todava se encuentran poblaciones relativamente
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granes
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nienor cantidad en el Archipilago de Las Aves
. (de Sot.vento). En Los Roques,' la produccin
anual del molusco llega a 1.400.000 ejemplares,
es decir, aproximadamente 240.000 kg de carne,
la que en gran parte se exporta ilegalmente a las
Antillas Holandesas.
A pesar de las repetidas advertencias en cuanto a
la sobre-explotacin de este recurso en el
6/ Representacin de
Quetzalcoatl que lleva el collar
de caracoles. Cdice
Borbnico.
71 Los grandes montculos que
contienen millones de conchas
desechadas, forman un
elemento inseparable del
paisaje. Isla Fernando.
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8/ "Botones", punzones y
cuentas de collar bien
trabajadas se encuentran entre
los artefactos que elaboraban
los aborgenes de Los Roques,
utilizando el Strombus gigas.
9/ Aproximadamente 6
botutos proporcionan un kilo
de carne pura y rica en
protenas.
1 0/ Los colgantes
precolombinos de las conchas
marinas y de las de agua dulce.
Los Roques.
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Archipilago, formuladas fundamentalmente por habitacin ubicados hacia el centro de los cayos
los investigadores de la Fundacin Cientfica Los y probablemente se llevaban la carne salada y
Roques, los organismos competentes no han secada al sol hacia sus asentamientos de tierra
aclarado an su poltica protectora, lo que va en firme, en donde pudieron haberla u ti 1 izado
desmedro del futuro de este molusco en nuestro como objeto de trueque.
mar.
1
UNA PROTEINA PARA LA RECOLECCION
La abundancia de este recurso alimenticio pudo
haber sido una de las causas de la colonizacin
prehistrica de las Antillas as como fue un
motivo de atraccin para los aborgenes que
llegaron a Los Roques desde la cuenca del Lago
de Valencia. Los enormes montculos de
conchas desechadas que yacen en las orillas de
numerosos cayos, dan testimonio de la
ininterrumpida explotacin de este recurso
durante la poca precolombina, colonial, y hasta
el presente.
El valor nutritivo de la carne del molusco es
extraordinario, puesto que contiene hasta un 75
por ciento de protenas en peso seco. Cabe
mencionar que de aproximadamente seis
moluscos se obtiene un kg de carne; con dos o
tres caracoles pueden cubrirse las necesidades
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de protenas diarias de una persona adulta.
Los aborgenes que visitaron el Archipilago de
Los Roques entre los 900 y 1.500 aos despus
de Cristo, venan por temporadas para recolectar
los moluscos directamente de las orillas y aguas
poco profundas del mar y se alimentaban de
ellos in situ. La carne se consuma cruda o
cocida en agua de mar, previamente se golpeaba
para ablandarla. Trasladaban la carne para el
consumo y preservacin a los sitios de
10
Para extraerla de la dura concha de este
gasterpodo, los aborgenes golpeaban la espira
del caracol con el pice de otro, logrando abrir
una perforacin circular en la que se introduca
un instrumento cortante. Con un giro diestro,
cortaban el muslo de conexin entre el animal y
su concha, extrayendo la parte carnosa. Esta
tcnica pareciera ser caracterstica de varios
grupos aborgenes antillanos.
El otro tipo de perforacin, ms alargada en su
forma, se obtiene empleando herramientas
metlicas. Esta tcnica, ampliamente utilizada
por los "botuteros" ontemporneos de las
Antillas fue probablemente introducida despus
de la conquista.
INDUSTRIA CONCHERA DE LOS ROQUES
Como ya hemos mencionado, no solamente la
carne del molusco era u ti 1 izada por los
aborgenes, sino tambin la concha, dura y
resistente, que constitua una excelente materia
prima para la manufactura de diversos artefactos.
Las gubias, herramientas que servan para
cepillar o raspar la madera para la elaboracin
de las canoas monxilas, mediante la quema
controlada de grandes troncos, eran utilizadas
por los aborgenes de la costa oriental
venezolana ya hacia los 3.000 aos A.C.
En los asentamientos prehispnicos de Los
Roques, y especialmente en la isla Dos
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Mosquises, los artefactos de concha (gubias,
cuencos, cuentas de collar, punzones, hachas y
discos) se encuentran junto al material ltico y
seo, as como tambin junto al rico material
cermico constituido por figuras humanas,
figuras zoo y zoo-antropomorfas, vasijas de
efigie, pipas, taburetes, etc. Las investigaciones
real izadas en dicha isla, indican que los
aborgenes elaboraban tanto los artefactos
totalmente acabados como otros que se
terminaban de elaborar al ser llevados a la tierra
firme.
Por otra parte, las conchas enteras pudieron
haber sido utilizadas como recipientes. Los
experimentos realizados con conchas vacas
colocadas boca arriba sobre la arena,
demuestran que 4 conchas pueden retener en su
interior hasta un litro de agui. Este sistema de
recoleccin de agua de lluvia era utilizado por
los holandeses que en siglos pasados se
asentaron espordicamente en el Archipilago.
Quizs existan vnculos entre la industria de
conchas del Archipilago de Los Roques y el
material arqueolgico de concha que revelaron
los yacimientos de Qubor y, tal vez, con
aquellos pendientes alados que se encuentran en
los yacimientos andinos.
Es posible que las investigaciones que se llevan a
cabo actualmente puedan responder a estas
interrogantes.
' Este Dios civilizador, Dios del Aire o del Viento del
antiguo Mxico, aparece en casi todos los cdices con
un collar de caracoles y en la parte central luce un
pectoral que representa una espiral abstracta del
caracol.
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11/ Trompetero y fotutero que
utiliza el caracol como
instrumento musical. Cultural
Mochica, Per. (Tomado de
ilustr. 897; Kaufmann 1973;
536.)
12/ El animal mirando hacia su
futuro apocalptico-si no se
toman decisiones responsables
sobre su preservacin.
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