De Circe A Psyque-Mujer y Mitología en Los Pintores Prerrafaelitas
De Circe A Psyque-Mujer y Mitología en Los Pintores Prerrafaelitas
De Circe A Psyque-Mujer y Mitología en Los Pintores Prerrafaelitas
Autora
Edicin
Centro del Profesorado y de Recursos de Gijn. Asesora de referencia: Carlos Lpez, asesor de Innovacin y Materiales, coordinador del programa de EPS. Comisin de publicaciones: Belarmino Corte (director del CPR), Luis Vaamonde y Carlos Lpez, asesores. Gestin editorial: Carlos Lpez, asesor de Innovacin y Materiales.
Coleccin
Diseo y Maquetacin
Grficos
ISBN
978-84-691-0959-5
Depsito Legal
AS-2892-2008
La reproduccin de las imgenes y fragmentos de las obras audiovisuales que se emplean en los diferentes documentos y soportes de esta publicacin se acogen a lo establecido en el artculo 32 (citas y reseas) del Real Decreto Legislativo 1/2.996, de 12 de abril, y modificaciones posteriores, puesto que se trata de obras de naturaleza escrita, sonora o audiovisual que han sido extradas de documentos ya divulgados por va comercial o por internet, se hace a ttulo de cita, anlisis o comentario crtico, y se utilizan solamente con fines docentes. Esta publicacin tiene fines exclusivamente educativos, se realiza sin nimo de lucro, y se distribuye gratuitamente a todos los centros educativos del Principado de Asturias.
ndice
0. Una reelaboracin del mito 1. Sweet home 2. Las otras 3. Quines fueron los prerrafaelitas? 4. De Venus y Cupido 5. La mujer fatal en la mitologa 6. La belleza de lo horrendo y la melancola 7. El andrgino 8. La mujer frgil 9. Bibliografa 7 11 15 17 23 29 43 47 51 59
Introduccin
posibilidad como smbolo, como interpretacin. Creo que tanta autenticidad hay, por tanto, en Hesiodo como en Burne-Jones o en Boticcelli. El mito nace como interpretacin y mientras as se mantenga, al lado del hombre, estar vivo. Puede uno preguntarse de qu sirve este trabajo, qu utilidad prctica puede tener para los profesores que imparten las asignaturas de Cultura Clsica, Latn y Griego. En la tradicin pictrica occidental la mitologa se alza como motivo de inspiracin a partir del Renacimiento, alcanza su punto lgido en el Barroco y pervive en el Neoclasicismo. El siglo XIX, con excepcin del movimiento impresionista, que rechaza la mitologa para centrarse en el motivo cotidiano, se ve aprisionado entre la monumental produccin anterior y la negacin del arte por parte de las Vanguardias. Pero en el medio hay una tradicin desconocida, olvidada, acusada de cursi, de acadmica, pero que demuestra de forma muy coherente la mentalidad de la poca. Este estudio pretende analizar cmo la mitologa les sirvi de medio a estos pintores, a veces tambin poetas, para expresar las ideas, casi ms obsesiones, que el siglo XIX volc sobre la mujer. Muchos de estos pensamientos misginos, reforzados por una tradicin filosfica y cientfica, configuran una identidad femenina de la que la mujer ha tenido que ir liberndose hasta nuestros das. Por propia experiencia s que a los alumnos les gustan estos cuadros, y aqu tienen sus profesores un cmulo grande de ellos, que es tan
slo una seleccin de la poca, y que se pueden utilizar siguiendo el precepto de Horacio, Ut pictura poiesis, como lo hizo Rossetti, el ms destacado prerrafaelita. Porque no es lo mismo para los alumnos de catorce aos escuchar unos versos de Ovidio, que, adems, verlos con colores y lneas, hacindoles dudar de la propia irrealidad del relato. En este estudio, en un momento en que se cuestiona como caduco el modelo cultural de la tradicin grecolatina, y en el que ms que nunca necesitamos probar que est vivo, puede encontrar el profesorado una interpretacin de la pintura de esa poca, un modelo de reelaboracin de la mitologa clsica a la que se ha ido sumando una gran parte de la tradicin humanstica.
SWEET HOME
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Sweet home
En la transicin del siglo XVIII al XIX se va a producir una serie de revoluciones que van a cambiar por completo la vida del hombre del momento. El XIX es el siglo de las utopas socialistas, que se replantean el funcionamiento de la produccin; de las teoras evolucionistas, que indagan en el origen histrico de las sociedades y de la revolucin industrial, que promete al hombre un bienestar privilegiado. Es el momento en el que, en medio de reticencias no slo masculinas, se plantea la igualdad entre el hombre y la mujer. Este siglo, que ve el comienzo de la democracia, no es, en principio, favorable a las mujeres, que van a tardar dcadas en participar en el estado y en la cultura. A partir de la Revolucin Francesa el varn se haba convertido en ciudadano de un mundo moderno, pero a la mujer le va a quedar un largo camino para llegar a la misma consideracin. Siempre hubo en la historia mujeres excepcionales, que estuvieron a la altura de los varones e incluso los superaron, pero siempre fueron eso: excepciones. Reconocer en ese siglo la igualdad de una sola mujer con respecto al varn supona aceptar los derechos de todas a esa misma igualdad. Y eso era inconcebible.
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Y sin embargo nunca se habl tanto de las mujeres como en ese siglo XIX. En los tratados de buenas maneras; en los severos cdigos de comportamiento; en lo estudios de medicina que confirman las teoras sobre una biologa femenina de segundo orden; en las obras religiosas, que celebran en la mujer el centro del santuario del hogar. La mecanizacin, la proletarizacin y la miseria que provoc la revolucin industrial contribuyeron a que la temerosa clase burguesa viviera con profunda desconfianza y rechazo lo cambios sociales a los que estaba sometida. La mujer burguesa victoriana, tambin como consecuencia de los cambios econmicos, perdi su papel activo dentro de una produccin econmica de tipo familiar. Aunque pueda parecer una contradiccin, el progreso material y la marginacin de la mujer corren paralelos en el siglo XIX. Cada vez se alejaron ms los tiempos en que la casa del herrero, del comerciante en paos o en t, o del joyero estaban encima de su taller o tienda. El enriquecimiento llev a la construccin de los primeros barrios residenciales alejados del centro de la ciudad, donde se fueron trasladando las familias lucradas por la industria.
Esto supuso una separacin tajante de los espacios pblico y privado, y una diferenciacin ms estricta de los papeles sexuales. La esposa ya no puede encargarse del taller en ausencia de su marido, ni puede vigilar a los aprendices y echar una mano cuando haga falta. Esta situacin de separacin absoluta del mbito domstico es, sin embargo, la que favorece la aparicin del ideal domstico ingls, el dulce hogar burgus, difundido enormemente por la pintura y la literatura de la poca y que alcanza su culminacin a mediados del siglo XIX. Sacerdotisas de la humanidad en el crculo familiar, nacidas para mitigar con su cario la ley, la necesaria ley, de la fuerza, las mujeres deben apartarse de toda participacin en el poder como algo degradante en s mismo. Augusto Comte.1 La mujer se convirti en un objeto de saln cargado de adornos que indicaban el poder econmico de su marido. Las esposas que antes, ataviadas de faena haban ayudado a sacar adelante los negocios familiares, se cubren de terciopelos, puntillas y lazos y se envuelven
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en un cors que las convierte en un ornamento social. Cuantos ms brocados lleve una seora y ms lujoso sea su carruaje, de mejor manera muestra el poder econmico de su marido. Pero a pesar de todas las sedas y las joyas no hay prenda que mejor adorne a la mujer del rico victoriano que la virtud. Una virtud que una vez perdida es irrecuperable. Las mujeres de esta nueva clase ociosa se esforzaban por conservar lo que una vez perdido era irrecuperable. La reputacin de castidad, no sabemos si la castidad verdadera, fue la prenda ms importante para las fminas. En su alejamiento de la vida productiva, en los nuevos hogares, dominios absolutos de la vida privada, la mujer se convierte en modelo de virtud y en reina sencilla y respetable de un nido de felicidad. La nica posibilidad de una actividad fuera del hogar es para la mujer la caridad organizada. Esta mujer casta es la guardiana del hogar y del alma de su marido, arrebatado por la vorgine de los nuevos negocios de la sociedad moderna, expuesto siempre al fracaso en una nueva economa depredadora y brutal. l lucha todos los das por adquirir las riquezas, y mantener el decoro pecuniario que protege la reputacin de la familia en una sociedad en la que hay que mantener una perpetua guerra hobbesiana y en la que ni siquiera su alma est a salvo. Ella es la nueva versin del descanso del guerrero. Se ocupa de las minucias y cumple a la perfeccin el nuevo papel que la sociedad le encomienda: reponer con su dulzura la armona perdida del espritu
maltratado del esposo. En medio de los cambios sociales de la poca, en la Gran Bretaa del siglo XIX, la institucin matrimonial se potencia: es el medio que procura unos legtimos herederos para la nueva clase social cada vez ms acaudalada. Unos hijos legtimos que le aseguran la supervivencia frente al aumento de la clase proletaria. Con lo que el placer sexual y matrimonio aparecen como realidades antagnicas. La aceda, el ennui se apodera de estas mujeres. El mismo sentimiento que el que va a sufrir el decadente fin de siglo y que ha sido bien representado en la novela de la poca, en la que cualquier mujer que caiga en este abatimiento es arrastrada hacia la perdicin. Dentro de esta moral desquiciada cualquier apariencia en la mujer de salud rebosante es sospechosa de una vitalidad sexual inadecuada por su actividad y alejada de toda virtud. Por eso la mujer se esfuerza en aparecer plida, con apariencia de tsica, vctima de la indolencia, con una salud precaria que es tambin objeto de numerosos cuadros de la poca. La mujer deba ser pasiva, regresiva, indefensa. La mujer no acta sino que imita y lo que debe de imitar son las costumbres de la monja, ser la custodia del templo en donde se guarda el alma y el honor del marido. Las teoras de Darwin, las ideas de los pensadores del momento presentan a la mujer como un ser inferior, intuitivo y no creativo, bondadoso, dbil y sumamente vulnerable. Creo que esta idea del dulce hogar se puede poner en relacin con la interpretacin que el
pintor J.W.Waterhouse hace de la historia de Penlope en su pintura Penlope y los pretendientes. La joven de una sencillez casi conventual en su peinado y vestido, que ocupa su tiempo en la que ha sido la labor tradicional de la mujer en el mundo antiguo, arrebata a unos pretendientes que lejos de actuar movidos por la ambicin y codiciar, como cuenta Homero, las riquezas del reino de taca, se muestran embobados por el recato y la dulzuras, por la modestia, castidad y domesticidad de una dama que, absorta en el decoro de sus funciones, ni siquiera se apercibe de su presencia.
LAS OTRAS
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Las otras
Con la aparicin del proletariado y la incorporacin de la mujer como mano de obra barata en el proceso industrial se puso de manifiesto su discriminacin poltica, jurdica y econmica. Muchas obreras se suman al ejrcito de prostitutas que invaden Londres, para completar unos misrrimos ingresos. A la vez que se revaloriza la institucin matrimonial la figura de la prostituta pasa a formar parte de la vida cotidiana y del paisaje de las grandes ciudades. Uno de los temores ms acusados del siglo es la transmisin de las enfermedades sexuales de las que desde luego, se responsabiliza a las mujeres. En la segunda mitad del siglo aparecen tambin los primeros movimientos feministas organizados y las mujeres que en ellos participan son consideradas pervertidas y libertinas. Vistas fuera de este papel maternal y marital que siempre haban tenido, pero que va a adquirir una significacin mayor en ese siglo, las mujeres provocaban sospecha y desazn. Las mujeres arrastradas hacia la pobreza y la marginalidad, lo mismo que las pocas intelectuales que analizan y denuncian esta situacin, son consideradas por la sociedad burguesa como una amenaza. La produccin pictrica y literaria, que estaba totalmente en manos de los varones, se va a centrar en el tema de la mujer fatal y va a hacerse eco de una violenta misoginia. Esas imgenes de la misoginia fin de siglo son muchas pero no son muy conocidas, pues una gran parte pertenece a un tipo de arte arrinconado y negado por las vanguardias posteriores. La oposicin entre mujer artificial y dominadora frente a mujer natural esposa y madre ser tema central de movimientos artsticos como el simbolismo y tambin de la llamada pintura acadmica que extraa a las innovaciones de la poca es un arte destinado a adornar los salones burgueses y utiliza el tema con un claro matiz pornogrfico. Estas imgenes femeninas, muchas de la cuales pertenecen a la Inglaterra victoriana oscilan entre la fascinacin ertica y el rechazo moral. El profesor Bram Dijkstra, el mejor conocedor de la misoginia del siglo XIX en las representaciones pictricas y en la literatura llega a afirmar que la consideracin de la mujer como ser inferior avalada por la filosofa del momento, conduce en la poca de la colonizacin a la consideracin de la existencia de unas razas superiores y otras inferiores, al antisemitismo y, en ltimo trmino, al genocidio de mitad del siglo XX. La dicotoma Eva-Mara, presente en el pensamiento del momento puede rastrearse en la produccin mitolgica de estos pintores, en la forma Circe-Medea- Helena, opuestas a Psyque- Penlope- Eurdice, como muestra de aquella sociedad trastornada que fue incapaz de resolver una tica sexual.
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de Siglo. Sin duda constituyen el precedente del Simbolismo y del Art Nouveau2.
obras de un crtico, John Ruskin, que sern definitivas para forjar sus ideas artsticas. Pero el alma del grupo, con su personalidad arrolladora, con sus defectos y virtudes va a ser Dante Gabriel Rossetti, un joven de familia italiana nacido en Londres, ms poeta, en aquel momento, que pintor. Sinti desde joven pasin por Dante, Blake y Poe. No creyndose preparado para ingresar en la Real Academia busc un maestro, Maddox Brown, que le habl de una comunidad de pintores alemanes que vivan en Roma de una manera asctica, rechazando el comercialismo de las academias nacionales y buscaban la inspiracin en los pintores gticos; se hacan llamar Nazarenos. Y sta fue la idea: volver a la pureza del arte anterior a Rafael Sanzio; volver al arte gtico, a los primitivos maestros italianos. Entonces sois prerrafaelitas, coment un camarada de pinceles, un da, en una clase. Parece que a ellos les hizo gracia el nombre y decidieron adoptarlo. Otra versin dice que la ocurrencia fue de Millais y otra, de Rossetti. Sus pinturas pasaron inadvertidas al principio. Slo cuando se conoci el significado de las siglas, se origin una polmica que impregn la vida intelectual inglesa. En la controversia que suscit su arte uno de los personajes que ms los atacaron fue el novelista Charles Dickens.
En 1843 John Everett Millais, con trece aos recibe el premio de la Academia Inglesa de Pintura, en la que haba ingresado a los once aos. Es la gran esperanza para una institucin dieciochesca que estaba en decadencia. Haba habido grandes pintores romnticos como John Constable y William Turner. Pero el primero haba muerto, y el segundo haba sufrido graves crticas por parte de la propia Academia. En ella se cultivaban los cuadros de gnero, caceras, cuadros de caballos y retratos. Millais es, sin duda, el pintor ms virtuoso del grupo y con alguno de sus cuadros vamos a explicar las caractersticas de la pintura prerrafaelita. El mismo da de la entrega de premios, entre el pblico estaba William Holman Hunt. No era an alumno, pero tena credenciales para asistir a la entrega. Van a conocerse y se fragua una profunda amistad. Juntos van a leer las
Ante el escndalo que suscitaron las primeras pinturas de los prerrafaelitas, el pensador John Ruskin [diapositiva 3], que an no los conoca personalmente, sali en su defensa e intent hacer del grupo el instrumento de sus propias ideas estticas que de alguna manera ellos ya haban asimilado a travs de la lectura. El joven Ruskin, recin salido de la Universidad de Oxford, se haba alzado ante los ataques contra Turner por parte de la Academia. Su primera obra, Pintores Modernos, contiene una defensa de este pintor. Para l la pintura de Turner era bella porque era veraz. En cambio, la pintura europea posterior al Renacimiento, al estar sometida a rigurosos preceptos, no era fiel a la realidad de la naturaleza y, por lo tanto, era execrable. De John Ruskin dice Timothy Hilton, profesor de Oxford: No slo fue el mayor crtico de arte de Inglaterra, sino el mayor de sus grandes victorianos, el ms sagaz de sus eruditos y el ms vigoroso y original pensador del siglo XIX (Hilton 1993).
2 Segn la Historia Universal de la pintura , Espasa, 1996, la influencia de los prerrafaelitas se dej sentir, entre otros, en pintores como Spencer Stanhope, Walter Crane, Simeon Solomon, Frederick Sandys, John William Waterhouse y Frank Dicksee, que sern objeto de estudio de este trabajo.
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Sus obras, Pintores modernos (1843), Las siete lmparas de la arquitectura (1849) y Las piedras de Venecia (1853), siguen siendo, actualmente, bases del conocimiento artstico.
Segn el ya nombrado Timohy Hilton, el prerrafaelismo slo tiene un principio: la verdad ms absoluta, que se obtiene trabajando del natural y slo del natural, hasta el detalle ms insignificante, puesto que la naturaleza es buena y nada es en ella desechable. Este pensamiento arranca del Siglo de la Razn y, siguiendo a Rousseau, se encuentra en la poesa de algunos de los ms grandes poetas ingleses, los llamados Poetas Laquistas: Robert Southey, Samuel Taylor Coleridge y William Wordsworth, admirados especialmente por Ruskin. Las caractersticas del prerrafaelismo, enunciadas por Hilton, son las siguientes: Luz frente al claroscuro. Consideraban anticuada la idea de que un cuadro deba tener una luz principal y de que los colores deban aplicarse avanzando hacia esa luz central desde tonalidades oscuras. Ruskin les haba dado la defensa: el sistema de iluminacin era el sol. El sol lo ilumina todo y ellos pintaban lo que vean.
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Colores vivos frente a los tonos ocres. Los cuadros tenan que ser limpios; los colores parecer siempre recientes, transparentes. Estos colores eran el fruto de una tcnica especial: sobre el dibujo se aplicaba una capa de pigmento blanco, con un pincel seco y se igualaba a golpecitos. El dibujo, visible a travs de la pelcula, se trabajaba con meticulosidad, con los pinceles ms pequeos disponibles. Detalle absoluto frente a difuminaciones. La uniformidad en el cuadro se convirti en un principio. Las partes secundarias de la pintura estaban tratadas con tanto detalle como la parte central. En palabras de Ruskin: (Los artistas) deben llegar a la naturaleza con una completa lealtad de corazn sin rechazar nada, sin seleccionar nada y sin despreciar nada, creyendo que todo es correcto y bueno, y disfrutando siempre con la verdad. Entonces, una vez almacenados sus recuerdos y alimentada su imaginacin, con manos firmes, que tomen el escarlata y el oro, den rienda suelta a su fantasa y nos muestren lo que tienen en la cabeza3 Esta pintura supuso un escndalo; y fue precisamente por la temtica religiosa, puesto que, por el afn de fidelidad a la naturaleza, los temas sacros perdieron el tono reverencial con el que haban sido
tratados a lo largo de la historia del arte y fueron representados tal como en la realidad podran haber sido. Lo cual, en cierto modo, supona una desacralizacin de lo divino. Se los acus de pertenecer al Movimiento Tractariano4 de Oxford, que pretenda que la Reforma Inglesa no haba interrumpido la sucesin apostlica, y cuyo mximo representante fue John Henry Newman, ms tarde cardenal de la Iglesia Catlica. El cuadro de Cristo en casa de sus padres [diapositiva 5], de Millais disgust al pblico, especialmente a Charles Dickens, por el aspecto plebeyo de las figuras, pues no slo
los corderos fueron copiados de cabezas de animales compradas en el mercado, sino que se tom como modelo a un verdadero carpintero para captar la musculatura exacta de los brazos. De esta manera, se combina realismo con simbolismo, ya que el cuadro est lleno de insinuaciones: Cristo se ha pinchado en una mano y la sangre le gotea sobre un pie, clara alusin a la Pasin, la Virgen arrodillada nos recuerda a una Dolorosa. San Juan Bautista se acerca con un recipiente con agua, seal
4 Los seguidores de esta doctrina plasmaron su postura religiosa en una serie de 90 opsculos titulados Tractos para los tiempos, de ah que el movimiento adoptara el nombre de tractarianismo.
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del futuro bautismo, y los corderos representan al pueblo de Dios. La preferencia por los temas medievales se ve en el cuadro inspirado en un poema de Keats, que recrea una antigua leyenda: Isabella o la mata de albahaca [diapositiva 6]. Los temas medievales, muchas veces plenos de episodios turbulentos, son del gusto de los romnticos. Es la misma aficin que presentan hacia los espectculos ms sobrecogedores de la naturaleza, ruinas, cementerios y bosques tenebrosos.
ros, se haban convertido en una fuerza que dinamizaba la esttica sociedad victoriana. No eran ya slo pintores, sino el motor de un nuevo idealismo.
El motivo del cuadro es siniestro: Isabella est enamorada de Lorenzo, un joven de ms baja condicin social que ella. Los hermanos de la doncella se oponen al matrimonio y decapitan al novio. Ella entierra la cabeza en un tiesto y planta en la tierra una mata de albahaca. La crueldad de los hermanos est sealada por la patada al perro, mientras que la dulzura de Isabella se manifiesta en la caricia al mismo. La pareja se ama tiernamente, detalle que se aprecia en la media naranja que, sobre una bandeja, espera para ser compartida. Ofelia [diapositiva 7], es el cuadro ms conocido de Millais; de nuevo un tema literario. Se nos muestra a la joven tal como es descrita en la tragedia de Shakespeare, entonando dulces canciones mientras sus
Sin embargo, este cuadro, a pesar de su detallismo, la belleza de la charca y la vegetacin, no fue del agrado de Ruskin, porque el agua embalsada presenta una naturaleza dcil, domesticada, lejana a la tempestuosa e indomable de Turner. La modelo es Elisabeth Siddal, la que despus de un romance tan apasionado como espiritual, sera la mujer de Rossetti. Tuberculosa, posaba durante horas, empapados los soberbios ropajes, en una baera llena de agua que perda con rapidez el calor, a pesar de los hornillos con los que el pintor pretenda mantener la temperatura.
El ya famoso pintor Dante Gabriel Rossetti va a conocer en 1856 a dos jvenes estudiantes de Oxford, tambin admiradores del pensamiento de Ruskin. Van a dejarlo todo para seguir al artista. Son William Morris (1834-1896) y Edward Coley Burne-Jones. William Morris (1834-1896) fue poeta, novelista, diseador, artesano, cientfico, hombre de negocios, idelogo socialista y crtico de la sociedad victoriana. Cuando se habla de su socialismo utpico, se dice de l que fue un enemigo del progreso, opuesto al maquinismo. Desde luego sus grandes preocupaciones fueron las relaciones entre esttica y produccin, entre hombre y mquina. Extrajo sus ideas del arte medieval. Al ver los capiteles de las catedra-
Cuando la Hermandad se disolvi en el ao de 1852, el prerrafaelismo no desapareci. Quiz fuera necesaria esa disolucin para que perdiera el carcter infantil de sociedad secreta. Evolucion hacia una gran familia de creadores independientes que se comunicaban ideas, aspiraciones y proyectos tiles. Renovadores de las artes decorativas, preocupados por las relaciones entre la creacin esttica y la mecanizacin, fundadores de escuelas nocturnas para obre-
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les gticas que visit en Francia con Burne-Jones, pensaba en los artesanos medievales y sus obras, todas distintas unas de otras. Por qu no educar a los obreros hasta convertirlos en artistas con capacidad y libertad creadora? l no pretenda acercarse a la masa de proletarios, sino educar a pueblo para que se pareciera a William Morris. Y puso en prctica sus ideas en su fbrica de tejidos de calic.5 Para l, el arte es la expresin de la felicidad generada por el trabajo. Esta idea puede orientar sobre su dedicacin sin tregua a la creacin. Pero lo que aqu ms interesa de su figura es destacar su faceta de editor. Como tipgrafo, sus obras de la Kelmscott Press [diapositivas 9, 10 y 11], ilustradas por Burne-Jones y Walter Crane, se consideran las ediciones ms cuidadas de la historia del libro. El trabajo ms ambicioso de la Kelmscott Press fue la edicin de las obras de Geoffrey Chaucer, el ms grande poeta ingls del Medioevo, llevada a cabo en cinco aos. Se conoce con el nombre de Kelmscott Chaucer, y es una gran edicin, muy limitada, con cubierta en piel blanca, de 556 pginas, que contiene 86 ilustraciones de Burne-Jones y 664 xilografas de Morris. William Morris y los diseos del movimiento Arts & Crafts, funda5 6
do en 1861, de muebles, tapices, vidrieras, tejido, son con sus principios de sencillez, artesana y calidad, el precedente de todo lo que hoy en decoracin llamamos moderno, incluso, en cierto modo, funcional. Burne-Jones [diapositiva 12], no slo centr sus aspiraciones artsticas en la produccin de pinturas al leo sino que dedic una gran parte de su trabajo a la realizacin de vidrieras, mosaicos y tapices, para su gran amigo de la poca de Oxford, William Morris. Fue Ruskin, quien tras perder la fe cristiana en 1858, lleg a considerar la mitologa clsica como un depsito vital de la verdad revelada y describi a Burne-Jones como el maestro de la enrgica verdad de los mitos6. A travs del mito el pintor de Birmingham, una de las ciudades en las que ms se sufrieron los efectos deshumanizadores de la industrializacin, consigui revelar sus ms hondas inquietudes, y consigui analizar sus propias angustias psicolgicas y turbaciones de un modo desgarrador y muy particular. Alejado de la realidad, a diferencia de Morris, pero no de la sociedad, ya que fue uno de los pintores de ms xito de la poca y que ms influencia tuvo en los simbolistas del continente, prefigura por completo la languidez finisecular. Con esta pintura detenida, agobiante cargada de andrginos, sin ambiente, plana y angustiosa, alejada de la imitacin
de la naturaleza del primer prerrafaelismo -pues Burne-Jones siempre pintaba en espacios cerrados, sin luz natural- a la par que muy refinada, heredera de la pintura de Botticelli, Miguel ngel y sobre todo Mantegna, se desliza la pintura inglesa de XIX, ajena al optimismo creador, al aliento vitalista del primer prerrafaelismo, hacia eso que llamamos decadentismo fin de siglo. Yo entiendo por un cuadro un sueo hermoso, romntico, de algo que no ha sido ni ser, inmerso en la luz ms bella que jams haya brillado, y en un pas que nadie pueda describir ni imaginar, sino nicamente desear con nostalgia. 7 Burne-Jones
Puede resultar sorprendente que de los pintores ms famosos del grupo, los fundadores, Dante Gabriel Rossetti, Holman Hunt y Millais, las obras que se muestran sean escasas. Hunt, el ms preocupado por la funcin moral del arte, no pint ninguna obra de temtica mitolgica, Millais tampoco. Las de Rossetti son de fechas posteriores a la disolucin de la hermandad, pues el desencadenante de la inspiracin en el mito fue la prdida de la fe cristiana de John Ruskin, posterior a su divorcio y relacin con una menor.
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DE VENUS Y CUPIDO
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De Venus y Cupido
De los dioses del Olimpo Venus es la ms representada en todas las pocas y movimientos artsticos. Pero junto a ella aparecen en la pintura otros temas que son tpicos en la representacin pictrica de la mitologa, y que, de alguna manera, constituyen las leyendas fundamentales del mundo griego. Pero en estos cuadros, Zeus y sus Metamorfosis, los otros Dioses del Panten Clsico con sus leyendas, el Ciclo Troyano, los Trabajos de Hrculesprcticamente no aparecen; no son del inters de estos pintores. Y cuando alguno de estos motivos se muestra, es a travs de un filtro, sometido a una idea: el dominio de lo femenino. En los cuadros que siguen se puede rastrear la imagen de la diosa unas veces como elemento demonaco y otra como una fuente de bien. Y esto es lo que se le reprocha a la lujuria: T eres gua hacia el camino de la muerte; T, la puerta de la ruina; al mancillar los cuerpos, sumerges las almas en el Trtaro. Esconde calamidad fra, ya tu cabeza en el lgubre abismo del infierno! Muere, lupanar, ve en busca de tus manes, encirrate en el averno y estrllate contra el tenebroso fondo de la noche! () Y no tientes ms a los cristcolas, oh t la mayor de las furias, de forma que conserven purificados sus cuerpos para su rey. Prudencio, Psycomachia 89-98. En el cuadro se ve a la diosa recostada lnguidamente sobre un silln y a unas doncellas que la entretienen con msica. Como dice el poema que inspir el cuadro, est llena, de la sangre, de la sumisin de los caballeros, que se agolpan en su ventana. A la derecha, en un tapiz se ve, sobre el carro de la diosa, tirado por palomas, a su hijo Cupido disparando sus flechas; al otro lado lo que pudiera ser una expulsin del paraso, con la serpiente sim-
El amor como una fuente de mal es un motivo romntico, pero que encuentra sus races en lo medieval: la historia de Tannhuser y Venus, en el que la diosa encarna un poder demonaco y fatal que lleva al protagonista hacia la condena de su alma8. En el personaje ficticio, cado en las redes de la diosa en el Venusberg, o monte de Venus, se mezcla la figura del poeta del amor corts, Tannhuser, minnesinger alemn del siglo XIII, del mismo nombre. La diosa griega del amor se ha convertido por influencia del cristianismo durante la poca medieval en un demonio. Como ejemplo sirvan estas palabras de uno de lo poetas cristianos latinos. En su obra alegrica se alude al combate del alma contra los pecados.
Burne-Jones se inspira en un extenso poema de Charles Algernoon Swinburne, pero el tema aparece tambin en una pera de Wagner y en una poesa anterior de Heine.
8 La historia de Venus y Tannhuser fue escrita e ilustrada por Aubrey Beardsley, una de las figuras ms destacables en el fin de siglo ingls. Beardsley, A. La historia de Venus y Tannhuser. Hiperin, Madrid 1993
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El cuadro se llama Venus Verticordia, Afrodita Apostrofa, que es una de las advocaciones clsicas de la diosa. Es la Venus que vuelve el corazn de las mujeres casadas hacia la castidad, elimina del alma los deseos de la inmodestia y vuelve las mentes de las doncellas y esposas del amor carnal a la pureza. Su fiesta, segn Ovidio cuenta en los Fastos, se celebraba en Roma el 1 de abril, con el nombre de Veneralia, y en este festival se honraba tambin a la diosa Fortuna Virilis. Y sin embargo, el contenido del poema que explica el cuadro nos remite a la Venus caprichosa, dominadora del destino de los humanos con los que juguetea como si fuesen pequeos insectos, tejedora de engaos, segn la llama la poetisa Safo.
tengamos una clave escrita, y en el caso de Rossetti, la situacin muchas veces es idnea9. Pintor y poeta, encarna absolutamente la mxima horaciana Ut pictura poiesis, del hexmetro 361 de la Epistula ad Pisones, porque en ningn caso como en l ha habido un equilibrio mayor entre las dos artes. Ilustradores anteriores tan grandes como Blake grababan para iluminar poemas propios o ajenos, es decir, para ilustrar una produccin que ya hablaba por s misma. Pero en Rossetti poesa y pintura estn tan equilibradas que es difcil saber cul es la deudora de la otra. En el cuadro Venus rodeada de rosas y madreselvas, sostiene en su mano la flecha del amor y una manzana mientras las polillas acuden golosas al olor del fruto. She hath in her hand to give it thee, Also within her heart to hold it back; She muses, with her eyes upon the trak Of some dazed moth or honey seeking beeHaply, He is as one of these, saith she; Now the sweet apple for his lips, alack! But brings the dart to turn his midday black, And wandering for his feet perpetually! A little space her glance is sad & coy; But if she give the fruit that works her spell,
These eyes shall flame as for her Phrygian boy. Then shall her birds strained throat the woe foretell, And her far seas moan as a single shell, And through her dark grove strike the light of Troy. Ella lo tiene en su mano para drtelo, Tambin en su corazn est el quitrtelo; Musita con los ojos puestos en el vuelo De una aturdida polilla o una abeja afanada. Y dice satisfecha: ste es como una de ellas. Ahora la dulce manzana que sea para sus labios. Pero saca el dardo que vuelve negro el medioda Y hace andar errante para siempre. Durante un momento, su mirada es triste y coqueta, Pero cuando ofrece el fruto del hechizo Sus ojos brillan como cuando el chico frigio se lo ofreci a ella. Entonces un pjaro tensa la garganta y proclama el dolor. Y los lejanos mares se lamentan como una nica caracola. Y a lo largo de la negra arboleda, arde Troya. (Traduccin de Concepcin Garca Fuertes)
DE VENUS Y CUPIDO
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Evidentemente nadie ve en el loco amor. Propercio, Eleg., II, 14- 17. Lo mismo parece indicar el emblema de Alciato: Si caecus, vittamque gerit, quid taenia caeco Utilis est? Ideo minus ille videt? Si es ciego y lleva una venda, de qu le sirve una cinta al ciego? Es que acaso ve menos? Alciato, Emblemata, CXIII Segn Panofsky, la representacin de la venda es medieval, para caracterizar no slo al amor, sino a la Sinagoga, la Muerte, la Fortuna, la Noche, la Infidelidad. De esta manera la ceguera de Cupido, entendido como ciego debajo de la venda representa al pecado y tambin a su madre como una fuerza de la naturaleza funesta, fatal, como la Venus demonaca. En Jeremas hay un versculo que dice: Ay de nosotros que hemos pecado! Porque nuestro corazn es dbil y nuestros ojos estn cegados. Pero existen ms representaciones de Cupido. Se sabe que en la mitologa clsica Cupido o Eros, tiene un hermano, Anteros, encargado de resolver los excesos del arquero. En ese sentido su nombre debe ser interpretado no como antiamor, sino como por el contrario, el amor, como fuerza positiva. A partir del neoplatonismo estas dos figuras fueron utilizadas para simbolizar el amor platnico y el amor vulgar; el amor sacro y amor profano del cuadro de Tiziano; para representar a la Venus Urania, hija de Urano, inteligencia pura, la que no tiene madre, es decir materia, y a la Afrodita Pandemos,
Si nos fijamos en el verso del soneto de Rossetti en el que se dice: pero saca el dardo que vuelve negro el medio da,
ya tenemos un indicio para interpretar el dibujo de Burne-Jones. En este cuadro lo ms importante es la representacin de la idea de amor ciego, irracional, caracterizado por la venda. A pesar de ello en las imgenes clsicas de la pintura mural, el mosaico y la escultura no es comn ver al nio, o joven Cupido, representado como un ciego. Ms bien las alusiones literarias a la ceguera, caecus amor, caeca libido, caeca cupido, se refieren al efecto que produce en nosotros. Ante pedes caecis lucebat semita nobis, Scilicet insano nemo in amore videt. Ante los pies luca el camino para nosotros, ciegos,
Muchos de los temas tratados por Dante Gabriel Rossetti proceden de la pintura y la literatura medieval. Su Roman de la Rose est basado en el poema medieval del mismo nombre; un poema pico-alegrico de unos veintids mil versos. En l un joven poeta, Guillaume, suea con una dama ideal, simbolizada por la rosa de un jardn. Los nombres de los personajes que aparecen en el poema nos dan idea del carcter alegrico de la obra: Placer, Amor, Riqueza, Dulzura, Esperanza, Pensamiento. Se escribi, hacia el ao 1220 y su autor es Guillaume de Lorris que define en su obra lo que ms tarde va a ser la cultura cortesana. El poema va a ser terminado por otro autor Jean de Meung, y menos de cincuenta aos despus Dante va a escribir La Divina Comedia y Giotto pintar los frescos de Padua. El Roman de la Rose fue un gran xito en su poca. En Francia se han encontrado unos cien manuscritos, lo que indica la gran difusin que tuvo. Una parte del poema fue traducido en forma de novela al ingls por Geoffrey Chaucer. Lo que resulta interesante para nosotros es que los autores del Amour Courtois, del Minne, del Dolce Stil Novo, describen al amor como un
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joven de largas y lujosas vestiduras, coronado de flores y guirnaldas, rodeado de instrumentos musicales, lo sitan en un castillo, sobre un rbol, en un jardn; es un ngel. Lleva una antorcha, un arco, a veces dos. Il semble que ce fust uns anges, dice el romance. Esta imagen va a representar la otra idea de amor, el amor redentor, el amor salvacin. Es la idea que va a recoger la poesa del siglo XIII.
una imagen cuasi religiosa. Es la imagen de una virgen. Las ideas del neoplatonismo son una mezcla de cristianismo, filosofa griega y hermetismo. Y segn estas ltimas doctrinas hay imgenes que sirven de talismn porque su contemplacin produce un influjo en la conciencia que libera de determinados estados de nimo. Es de suponer que esta pintura, realizada bajo la proteccin de Lorenzo de Mdici, para ser contemplada en un ambiente privado, al igual que La Primavera, tuviera esa funcin. En cambio en el dibujo de BurneJones que evidentemente se inspira en Boticelli, la diosa alzando los brazos, pierde cierto pudor, se llena de languidez (y no olvidemos que para un romntico no hay nada ms sugerente que la visin de la belleza ensimismada) y se nos muestra como un simple objeto para ser contemplado. Estamos en este momento en el nacimiento del arte por el arte, de lo que va a llamarse el Aesthetic Movement pues Burne-Jones, es considerado unos de los primeros pintores que buscan la pura funcionalidad esttica de la obra artstica: Slo quiero hacer una cosa bella, que siga siendo bella despus de que yo sea un espectro, y que la gente sienta placer al mirarla 10. Burne-Jones
Venus de E. C. Burne-Jones
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Lo mismo ocurre en ste otro cuadro del mismo autor, uno de los ms conocidos. Fue concebido como una ilustracin de la obra de Morris El Paraso Terrenal, de la que se haba proyectado una lujosa edicin que nunca se llev a cabo. La diosa del amor carg durante siglos con su espejo, smbolo de la vanidad. Algunas veces le sirvi para espiarnos a nosotros, como ocurre en la Venus del Espejo de Velzquez o en la de Rubens, pero ahora abandona el azogue, que se convierte en un puro objeto decorativo dentro del cuadro. Las delicadas figuras contemplan la superficie quieta de una laguna, pero no es la imagen de la diosa la que atrae las miradas, sino algo que parece estar ms all. Como en todos los cuadros del pintor, las figuras vestidas con gran plasticidad carecen de todo movimiento y estn enmarcadas en un desierto.
La diosa Venus tuvo dos nacimientos, uno en las orillas de la costa de Chipre a donde la condujeron los suaves Cfiros sobre una caracola, y otro de la mano del pintor Boticcelli, para renacer de ese mundo medieval cristiano en el que se haba convertido en smbolo de condenacin. Cuando aparece la diosa sobre el lienzo del pintor de la escuela neoplatnica de Marsilio Ficino, lo hace convertida en una Venus Pdica. Es esta imagen desnuda, la ms casta de toda la historia de la pintura, y a partir de este momento la desnudez va a simbolizar al amor divino. En el neoplatonismo del Renacimiento, Venus es la encarnacin de un amor, que no tiene nada que ver con lo sensual, lo concupiscente; por eso, a pesar de la desnudez se convierte en la imagen misma de la castidad,
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Cita tomada de Simbolismo en Europa, VV.AA Centro Atlntico de Arte Moderno.1990, pag 26.
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de los desnudos Amores, as era Ovidio Metamorfosis, X, 515 John William Waterhouse es uno de los pintores a los que los profesores de Cultura Clsica podemos recurrir para encontrar numerosas imgenes de la mitologa. Su conocimiento de las fuentes hace que reproduzca los mitos con gran lealtad hacia los autores clsicos. La imagen que vemos representa el momento en que Adonis, uno de los seres que simboliza el mito de las estaciones (pues es posedo alternativamente por Proserpina y Venus) vuelve al mundo superior, y Venus lo despierta con un beso. Las rosas que hay detrs de la diosa son uno de sus smbolos. Las flores que los rodean son las anmonas (la del viento significa el nombre) y se estn tiendo de rojo, como prefiguracin de la muerte del joven en una cacera. Cuando Afrodita corri a socorrer el joven herido, unas zarzas la rozaron y de las gotas de sangre cadas de ella nacieron unas flores parecidas a las rosas que se llamaron adonis. sin embargo es efmera la vida de aquella flor, pues mal sujeta y caediza por su excesiva ingravidez la arrancan los mismos vientos que le dan nombre. Metamorfosis X, 737-739
De los numerosos amores de la diosa Afrodita, slo uno parece interesar a los prerrafaelitas. Nada de Marte, dios de la guerra, ni de su esposo legtimo, Hefesto, ni de las historias que rodean al adulterio, como la de los amantes apresados en la finsima red. Slo Adonis, prototipo de belleza, resulta de su gusto.
Esta recreacin en un determinado tipo de belleza masculina est relacionada con un tema importante en la mentalidad fin de siglo: la androginia. Adonis es el fruto de los amores incestuosos de Mirra con su padre Cirinas. Mirra fue transformada en el rbol que lleva su nombre, lo cual nos da idea del origen oriental del mito; lo mismo que el nombre del protagonista, que es una advocacin de dios en hebreo. La historia aparece narrada en Apolodoro, Higinio y Ovidio. Percy B. Shelley utiliz el nombre para la obra que lamenta la muerte de J. Keats. Hasta la Envidia habra alabado su belleza; pues como se pintan en un cuadro los cuerpos
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Waterhouse, nacido en Roma de padres artistas, fue en sus comienzos un pintor clasicista. Pero posteriormente, influenciado por Burne-Jones, representa la fusin de las dos tendencias artsticas, el clasicismo y el prerrafaelismo. (Sullivan , K. E. Pre-rafaelites. Brockhampton Press. 1996. Pag 78)
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Puede extraar que se incluya en esta parte del trabajo una imagen de una leyenda medieval que nada tiene que ver con el mundo clsico. Esta leyenda fue convertida en una bella balada por el poeta romntico John Keats, uno de los genios ms adorados de los prerrafaelitas y en cuyos poemas se basan muchos de los cuadros por ellos pintados. El poema de La belle dame sans merci es considerado una de las baladas ms bellas de la lengua inglesa. Mario Praz, uno de los ms grandes estudiosos del romanticismo literario considera este poema como el origen
Hice para su frente una guirnalda, y tambin brazaletes y una cinta fragante; me mir como prendada y dio dulces gemidos. La mont en mi corcel y al trote fuimos, y no vi nada ms en todo el da; inclinada hacia un lado iba entonando una cancin de hadas. Me daba las races ms sabrosas y selvtica miel, man en roco; y a fe que en lengua extraa me deca con gran amor te quiero. Me condujo a su lfica caverna, y all solloz, y suspir apenada, y yo cerr sus ojos exaltados con cuatro grandes besos. Y luego me arrull para dormirme
del mundo de los prerrafaelitas, una idea que ya haba manifestado scar Wilde. El tema es misterioso y subyugador: un hombre vaga por las faldas de los montes e interrogado por una voz annima cuenta cmo ha sido poseido por un hada, aunque le hayan advertido las visiones de otras vctimas anteriores. Todo ha sido un sueo, pero hechizado para siempre no puede librarse ya de los efectos de aquel amor sobrenatural. Es un asunto pictrico ampliamente tratado en la poca y aparece en numerosos pintores ingleses de la segunda mitad del XIX.
y all llegu a soar Oh maldicin!el postrer sueo que soara nunca en la falda del monte. So plidos prncipes y reyes, y plidos guerreros cual la muerte: y gritaban. La Belle Dame sans Merci lo tiene encadenado ! Vi sus labios ajados en tinieblas de par en par abiertos con su aviso, y entonces despert sobre est helada falda de la colina. Y por esa razn aqu resido y plido y tan solo merodeo. Aunque la juncia del lago est marchita y los pjaros callen.
Oh qu te aflige, armado caballero que plido y tan solo merodeas? La juncia de este lago est marchita y los pjaros callan. Oh, qu te aflige, armado caballero, que vas tan ojeroso y compungido? Est lleno el granero de la ardilla y en silos la cosecha. Veo en tu frente un lirio humedecido mojado por la angustia de la fiebre; Y, mustindose, una rosa en tu mejilla que veloz se marchita. Conoc a una dama en las praderas que era de lo ms bello; hija de un hada, su cabello era largo, el pie ligero, y de salvajes ojos.
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Los antiguos griegos entendan por fatum una fuerza desconocida que obraba irresistiblemente sobre los dioses, los hombres y los sucesos. Y sus tradiciones mticas estaban llenas de fminas poseedoras de esa fuerza. Como dice Mario Praz, siempre han poblado el mito y la literatura, y si concedemos que mito y literatura son reflejo de la realidad, sirenas, Gorgonas, Harpas, Circes y Clitemnestras han de tener en el mundo real correspondencias ms o menos perfectas de feminidad desptica y violenta. Pero es en este siglo XIX cuando el trmino adquiere un sentido concreto y es el mismo Mario Praz quien primero defini psicolgicamente la mujer fatal en sus estudios sobre la literatura romntica. La apariencia fsica de esta hembra posee unos rasgos definidos: largos cabellos, muchas veces de tonalidad rojiza; su piel destaca por la blancura y sus ojos suelen ser verdes. Su belleza es smbolo de la depravacin, la lujuria y el libertinaje, y conoce todas las artes de la seduccin. El trmino ha tenido a lo largo del siglo XX enorme fortuna para designar a cierto tipo de mujer que domina de forma implacable el destino de los varones.
que forman la Orestiada, de Esquilo: Cra la tierra muchos terribles dolores causados por seres horrendos. El mar abarca con sus brazos multitud de bestias hostiles al hombre. Lo daan tambin en el espacio que hay entre ambos las centellas que surcan el aire, las bestias aladas y las que caminan sobre el suelo. Pero quin contar el deseo prepotente del hombre, y de las mujeres de corazn imperioso, las pasiones que se atreven a todo, unidas a las desgracias de los mortales? El deseo desprovisto de amor que domina a la hembra lleva a la desgracia a las parejas de vida comn, tanto en las bestias como en los mortales. Esquilo, Coforos 585-601 La cruel Clitemnestra, reina de Micenas, esposa de Agamenn e hija de Tindreo, rey de Esparta, y de su mujer Leda, le dio a Agamenn cuatro hijos: Electra, Ifigenia, Orestes y Cristemis. Despus de que Agamenn sacrificara a Ifigenia para que sus barcos pudieran zarpar hacia Troya, el amor de Clitemnestra por su marido se convirti en odio y mientras ste conduca a las fuerzas griegas en la guerra de Troya, ella tom a Egisto, su cuado, como amante. Cuando Agamenn regres victorioso con la princesa troyana Casandra como concubina, Clitemnestra busc vengarse por la muerte de Ifigenia y, con la ayuda de Egisto, mat a su marido y a su amante troyana. Junto con Egisto gobern durante siete aos hasta que ambos fueron asesinados por
Orestes, quien haba recibido el encargo, por parte del dios Apolo, de vengar la muerte de su padre. En el cuadro Clitemnestra de John Collier, como para corroborar las palabras del poeta, se nos muestra la reina con el labrys ensangrentado (el labrys que es uno de los smbolos del mundo pelsgico), en una imagen que a pesar de mostrar los brazos separados del cuerpo y la cabeza levemente girada hacia el lado derecho, presenta deliberadamente todo el hieratismo de una kore arcaica.
Haciendo de nuevo referencia a La Belle Dame Sans Merci, Camille Paglia dice de ella con palabras rotundas, es una depredadora sexual circeana. La hechicera hija del titn Helios, hermana de Pasifae y ta de Medea, tras asesinar a su esposo se haba retirado a la isla de Eea, en donde transformaba a sus huspedes en fieras. Su mansin es descrita como un palacio en un claro del bosque, en donde pululan lobos y leones.
Clitemnestra de J. Collier
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Como ejemplo de ese poder femenino Mario Praz recoge unas palabras de un coro de Las Coforos, una de las tragedias
Adems del tema, en comn tienen estas dos diapositivas el que no se haya podido encontrar ms que una reproduccin en blanco y
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negro, quiz porque el original se haya perdido. En la primera imagen una sensual mujer se arregla el pelo entre rosas, la flor de Afrodita, mostrndose sin ningn pudor ante Ulises y sus compaeros que se arrastran embobados por el suelo, como en un estadio previo a la transformacin en bestias. A su lado los cerdos, smbolo de la transformacin de lo superior en inferior, contemplan tambin a la mujer, pues la transformacin slo afecta a los cuerpos, lo que nos lleva a una insinuacin del bestialismo.
Dusk-haired and gold-robed oer the golden wine She stoops, wherein, distilled of death and shame, Sink the black drops; while, lit with fragrant flame, Round her spread board the golden sunflowers shine. Doth Helios here with Hecat combine (O Circe, thou their votaress!) to proclaim For these thy guests all rapture in Loves name, Till pitiless Night give Day the countersign? Lords of their hour, they come. And by her knee Those cowering beasts, their equals heretofore, Wait; who with them in new equality To-night shall echo back the seas dull roar With a vain wail from passions tide-strown shore Where the dishevelled seaweed hates the sea. Con negras trenzas y ureo tocado se inclina y vierte la funesta gota, que de la muerte y de la afrenta brota, en el dorado vino. Un aromado fulgor de heliotropo su mesa dora. Helios y Hcate, oh Circe, conjurados proclamarn ante tus invitados el xtasis de amor hasta la aurora. Por propio pie han venido. A tus rodillas,
en apocadas bestias transformados, rugirn en la noche prosternados, y en vano esperarn que la pleamar de la pasin alcance sus orillas como algas desechadas por el mar. (Traduccin de Francisco Lpez Serrano)
El cuadro -del que slo queda un grabado- describe el momento que las naves del errante Ulises se aproximan a la isla, y a la diosa vierte en las nforas las gotas que emponzoan el vino con el que obsequia a sus invitados, convirtindolos en animales, segn la tendencia de cada uno. Acompaada de dos panteras, ella es por su posicin la tercera figura felina del cuadro, dispuesto todo l en lneas horizontales. Sobre la mesa los heliotropos nos hablan del origen de la diosa. El cuadro gust mucho a Rossetti, que le dedic un soneto en el que se describen las tonalidades del lienzo.
Llegado al palacio de la diosa de lindas trenzas, pareme en el umbral y empec a dar gritos; la deidad oy mi voz y, alzndose al punto, abri la magnfica puerta y me llam, y yo, con el corazn angustiado, me fui tras ella. Una vez dentro, me hizo sentar en un silln con clavos de plata, bellamente tallado y con un escabel para los pies, y en la copa de oro en que yo haba de beber, prepar su mixtura, y,
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traicioneramente, verti su droga y me la ofreci. La apur de un solo trago. Pero el filtro no surti efecto, ni siquiera cuando tocndome con la varita, deca Circe estas palabras: Ahora vete a la cochiquera a acostarte junto a tus compaeros! As habl, pero yo desenvain la afilada espada que penda sobre mis muslos, y me abalanc sobre ella como para matarla. Homero, Odisea, X, 310 y sig. Con estas palabras describe Homero el primer encuentro entre Ulises y la maga Circe. Ulises, que haba enviado a sus compaeros por delante, es protegido del hechizo por una hierba mgica, el moly, que le proporciona el dios Hermes. Cuando entra en las estancias de Circe, sus compaeros ya han sido convertidos en cerdos. En el cuadro, la mujer fatal alza su varita, mientras alrededor del trono se observan dos animales y otro aparece reflejado en el espejo junto a Ulises, que est a punto de desenvainar la espada. Cuando Circe se da cuenta del peligro, suplicante, seduce a Ulises, que hechizado, aunque ya sin filtros, permanece a su lado durante un ao.
Al cabo de un ao, Ulises parte abandonando a Circe, a pesar de las promesas de eternidad que sta le hace. La diosa le revela la artimaa para surcar el mar por delante de la isla de las sirenas sin sufrir dao. En el cuadro, la diosa abandonada se sienta pensativa en un silln de inspiracin claramente pompeyana, mientras en la mesa se ve el vino derramado, smbolo de la partida del hroe y un libro de magia que nos recuerda los poderes mgicos de la mujer y el conocimiento que de la Cbala tena Waterhouse. Tambin contemplamos a los animales, que son hombres transformados en bestias por medio de hechizos, concretamente en felinos, pantera y leopardo, animales que representan la lujuria. El leopardo es el smbolo del dios Dionisos y uno de los animales que acecha a Dante en el canto primero del Infierno en donde representa a este vicio, el primero que aleja al poeta de la virtud 12.
Este cuadro ilustra otra historia relativa a Circe, pero que no tiene que ver con la Odisea; nos la transmite Ovidio en las Metamorfosis. Glauco, marinero transformado en tritn, est enamorado de la ninfa del mar Escila y se dirige a Circe para que con sus artes lo ayude en su empresa de ablandar el corazn de la muchacha, pero Circe encaprichada del hombre pez
Se indign la diosa () inmediatamente machaca dainos alimentos de espantosos jugos () se viste con ropas de un azul oscuro () penetra en las olas que hierven de agitacin, en las cuales apoya sus pies como en la tierra firme, y corre por la superficie del mar con los pies secos. Haba una pequea oquedad, formando una curva ensenada, que era el retiro favorito de Escila () Musita veintisiete veces en su boca de bruja un conjuro enigmtico. Ovidio Metamorfosis, L XIV, 40 y sig. Y, como se observa en la pintura, vierte la ponzoa sobre el mar en el que la ninfa se baa y la trans-
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forma en monstruo, precisamente en uno de los monstruos con los que el aventurero que acaba de abandonarla va a enfrentarse en el estrecho de Mesina.
ca. Ese es el momento que refleja el cuadro. Lo que s parece claro es que, adems del conocimiento de Homero, Waterhouse tuvo presente el estamnos de figuras rojas que se conserva en el Museo Britnico y que parece su principal fuente de inspiracin. De los personajes homricos, Ulises parece el preferido de los pintores de la poca, quiz porque sus rasgos psicolgicos se aproximan ms a los tpicos del hroe romntico que, por ejemplo, los protagonistas de la Ilada. Por supuesto, la forma de las sirenas es la clsica, mujer pjaro, pues ya dice Horacio en la Epistula ad Pisones que la combinacin de mujer y pez resulta hilarante para un romano: desinat in piscem mulier formosa superne; spectatum admissi, risum teneatis, amici ? Horacio, Ars Poetica 4-5 si en pez acabase lo que es una hermosa mujer por encima, Aguantarais la risa al verlo, camaradas?
Segn comenta Meter Trippi en su libro J. W. Waterhouse, la melancola de la figura del hombre pez, pensativo envuelto en su propia cola, hace que bien pudiera corresponder a Glauco aorando a la ninfa Escila.
en la poca clsica otra forma de representacin, mitologa clsica. Y si la representacin es la clsica, lo que resulta llamativo es el nmero porque los antiguos saban que las sirenas eran tres [diapositiva 31], incluso nos han transmitido los nombres: Partnope, Ligia y Leucosia y, sin embargo, en el cuadro aparecen siete agresivas figuras femeninas. El nmero se repite en otras composiciones del pintor; as, siete ninfas van a aguardar a Hylas en la laguna. Es posible que una explicacin est en las creencias de Waterhouse, que perteneca a la Orden Hermtica del Amanecer Dorado. Esta sociedad masnica de Rosacruces practicaba la alquimia, la magia, la teosofa, las invocaciones a Pan, el tarot y en la Cbala, lo mismo que en el Hermetismo, el nmero siete es un nmero mgico, tres ms cuatro: el nmero csmico.
Ulises alcanza las costas de la isla de las Sirenas, seres malignos que con su canto atraen a los marineros a los acantilados en donde sus barcos encallan. Segn se relata en la Odisea (XII, 39) Ulises prepar a su tripulacin para evitar la msica de las Sirenas tapndoles los odos con cera y, deseoso de escucharlas l mismo, se hizo atar a un mstil para no arrojarse a las aguas al or su msi-
Ovidio nos cuenta en las Metamorfosis el origen de las sirenas. Despus de que la joven Persfone fuese raptada por el dios de los infiernos Hades, sus compaeras, con la que recoga flores en la pradera de Enna, en donde se produjo el rapto fueron enviadas a buscarla por toda la tierra; como no la encontraron se les dot de alas para que surcaran los mares. Se deduce que resultaba inusual
Se aprecia en el lienzo la influencia del arte japons, conocido en esas dcadas en Europa debido a la expansin colonial hacia oriente. Los grabados en madera de Hokusai, que tanto influyeron tambin en los impresionistas, fueron muy apreciados y resultaban muy sorprendentes, por los colores, especialmente los azules, los contornos, los puntos inusuales de visin, como ste del barco, muy alejados de la pintura de las academias europeas.
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Ulises y las sirenas de H. Draper [Diapositiva 32] Las sirenas de E. C. Burne-Jones [Diapositiva 33] Sirena de D. G. Rossetti
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mitad mujer, mitad pez, que es la Ondina de la mitologa germnica. Aparece en los cuadros representada como pez o simplemente mujer y muchas veces ajena a su poder, ensimismada y lnguida mientras los marinos van por s mismos hacia la perdicin. La mitologa ha sido a lo largo de los tiempos una gran excusa para realizar cuadros de desnudos. El tema de las sirenas fue precisamente en la rgida poca victoriana un motivo ideal. Es llamativo que los dos nicos desnudos que realiz Rossetti en su vida sean de tema mitolgico, Venus Verticordia y, precisamente, Sirena. William Etty, pintor de la primera mitad de siglo, haba cultivado ampliamente el desnudo, ausente de la tradicin pictrica inglesa anterior. Haba viajado por el continente y se inspir en obras de Rubens y Tiziano. Sus cuadros eran considerados indecentes, pero gozaba de notable xito. Incluso la reina Victoria, en su juventud, compr uno, pero a partir de la muerte del prncipe Alberto, por respeto a la viudedad de la reina todo intento de desnudo ser proscrito de las artes. Sin embargo, es al final de la poca Victoriana cuando florece la ms bella expresin del desnudo femenino, aunque esto pueda parecer contradictorio. Son precisamente los pintores de las ltimas dcadas de siglo, en especial Burne-Jones, los que ponen fin a la ocultacin del cuerpo femenino. Puede observarse en cuadros como el de Poynter una utilizacin del desnudo que llega a lo pornogrfico, pues bien podran ser las poses
La pregunta de D. G. Rossetti
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La sirena no constituye un tema pictrico en anteriores perodos artsticos, pero se va a convertir en el Romanticismo en un motivo clave para representar a la mujer fatal de la poca. Pero para ello necesita una transformacin definitiva. El monstruo repulsivo alado se metamorfosea en una lbrica mujer del mar, smbolo, con su canto, de la atraccin sexual. Cundo se produce esta transformacin definitiva? No es fcil saberlo, pero parece que es en la Edad Media cuando se produce la confusin entre la sirena clsica y otro ser hbrido, esta vez s
Originaria de Egipto, de donde los griegos copian la escultura de imgenes en grandes bloques de piedra, era en origen un hombre len alado, con una funcin ritual y funeraria, para representar a los faraones con el poder de someter a los enemigos bajo sus garras. Pero su representacin en Grecia es femenina y resulta ms aterradora que sus predecesoras africanas por su capacidad para planificar el mal. Sfocles llama al monstruo perra cantora, lo cual no deja duda sobre su sexo. El engendro nace de la crueldad de un dios. La tradicin es incierta sobre si fue Hera o Apolo quien la envi a Tebas. Este engendro impone a los tebanos el reto mortal del dios. El
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enigma, el orculo y el laberinto son desafos que los superiores lanzan a la mente del hombre. El conocimiento es la instancia ltima, la lucha suprema y mortal del hombre. Cuando el hombre resuelve el enigma la terrorfica divinidad se suicida. Es el triunfo del logos sobre el mito. Este monstruo es ampliamente representado en la pintura del XIX, en Ingres, en Moureau, pero su esencia es notablemente distinta a la de otros monstruos. Comparada con la Medusa Gorgona, con el Minotauro o las Sirenas, la Esfinge, ms o menos brutal, ms o menos fatal, se muestra fra y calculadora. En los cuadros de Ingres y Moureau, su intelecto domina sobre su actuacin y espera, paciente, una respuesta. Medusa es pura bestialidad que petrifica con su mirada al instante a cualquiera que se pone al alcance de su rbita. Medusa, segn los criterios misginos de la poca, es ms primitiva, puro instinto, pura animalidad, impulso sin demora, sin reflexin. No es la Esfinge el monstruo predilecto de estos pintores. Slo encontramos una representacin en Rossetti, y en una obra menor. La esfinge est lejos de una idea subyugadora para los romnticos, que es la compasin ante la soledad de un ser nico, la melancola en que lo sume su estado, la necesidad de una redencin a travs de la muerte. Pero la Esfinge dotada de inteligencia es monstruo racional, por eleccin, por eso su muerte suicida nos deja indiferentes. Hemos de esperar unas dcadas, a la llegada del simbolismo continental, por ejemplo para que el monstruo se feminice, es decir pierda la racionalidad y
aparezca como el smbolo de una fuerza sensual puramente animal. En el dibujo de Rossetti la bestia tiene en sus brazos a un adolescente, es el hijo de Ford Maddox Brown, el que fue su maestro de pintura y un precedente del prerrafaelismo. Pero lo ms destacable es la figura del maduro Edipo, que agresivo e inquisitivo se encara con una Esfinge situada en un plano ms bajo y casi replegada sobre s misma ante la actitud del hombre. Parece como decirle que le plantee a l la pregunta, a un hombre en la plena madurez y no juegue con un rival inferior. O quiz el ttulo del cuadro se refiera a la pregunta que le plantea al monstruo sobre la muerte del adolescente; pues si posee el don de la inteligencia de la racionalidad podr responder sobre el sentido de la muerte del joven.
del Argos en busca del vellocino, pero se detienen en una isla, pues a Heracles se le haba roto el remo. Mientras Heracles busca un tronco para fabricarse uno nuevo, Hylas va en busca de agua fresca y, al reclinarse sobre un estanque, las ninfas que habitaban el fondo de la laguna lo ven y se lo llevan con ellas para siempre. Ninfaea es el nombre botnico de los lirios de agua y como lirios aparecen, todas iguales, estas diosas menores. En griego ninfa significa novia, y designa en la mitologa a cualquier espritu femenino relacionado con la naturaleza. Las ninfas eran a menudo objeto de los ataques de los stiros lujuriosos. Sin embargo en este siglo XIX, van a ser ellas el smbolo de la lascivia, van a representar a la mujer animal, dominada por las fuerzas naturales y van a dar nombre a la supuesta desviacin llamada ninfomana. Es curioso que en las Argonuticas de Apolonio es slo una ninfa la raptora del joven; en Tecrito aparecen tres de las que incluso sabemos el nombre; pero aqu de nuevo se nos presentan en nmero de siete, ahora en la parte inferior del cuadro, como si se tratase de una inversin del cuadro de Ulises y las sirenas.
Medea de F. Sandys
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Es ste uno de los ms famosos cuadros de J. W. Waterhouse. La historia se remonta a Ovidio y a las Argonuticas de Apolonio de Rodas. Tambin aparece una alusin al tema en el Idilio XIII de Tecrito: habiendo matado al padre de Hylas, Heracles toma al joven bajo su proteccin y lo convierte en su amante. Parten los dos con Jasn como miembros de la tripulacin
Su furia se desborda. No es cosa leve lo que est tramando, ni un crimen ordinario. Se exceder a s misma: bien conozco las antiguas seales de su clera. Algo grande se acerca, algo feroz, descomunal, impo! Sneca, Medea 391 y sig.
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sobre el resto de tonalidades ms suaves del cuadro. El coral proviene de la cabeza de Medusa. Tal como cuenta Ovidio, Perseo despus de matar al cetceo que acechaba a Andrmeda dej la bolsa que contena la cabeza del monstruo en la orilla del mar para lavarse las manos, y al contacto con la ponzoosa sangre de Gorgona, unas hierbas que crecan en la orilla se petrificaron.
blanca hasta llegar a lo mortecino, hasta convertirla en un mujer sin sangre, es decir, sin sentimientos; la frente estrecha, el ceo fruncido, el mohn que vuelve la boca en una mueca de capricho e insatisfaccin permanente, y de nuevo el collar de coral, smbolo del mal y de la vanidad.
Medea es un ejemplo claro de mujer fatal. Este cuadro de Frederick Sandys, que fue rechazado por la Academia inglesa, es el ms moderno de los que vamos a ver. En el ao de su exhibicin constituy un completo escndalo. Sandys, un artista en parte autodidacta, ingres en el crculo prerrafaelita en 1857, cuando conoci a Rossetti.13 El cuadro nos muestra dos planos distintos separados por la balaustrada. Detrs de la maga, su pasado representado en una visin nostlgica, idlica, casi naf. Se ve el vellocino que cuelga de un rbol, el barco Argos, dos garzas que revolotean alrededor de la cabeza y simbolizan a sus hijos, todo en un ambiente dorado que le da a la figura un aspecto de icono bizantino. Y delante, pintada con enorme realismo, la maga rodeada de smbolos: la estatuilla, los hilos sanguinolentos, la pcima, el sapo, el murcilago, el monstruo que asciende por su brazo izquierdo, y lo que acta como centro visual del cuadro: la mano crispada sobre el collar de coral rojo, que destaca
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Esquilo, Agamenn, 689 y sig. El tema del collar vuelve a repetirse en este otro cuadro del mismo autor, en el que la esposa del prncipe Menelao aparece representada como mezquina, caprichosa y culpable de todas la penalidades troyanas, sin que haga falta ninguna Palinodia: la piel
Esta obra da una visin ms romntica y dulce de la reina de Esparta, una mujer de una verdadera belleza sensual en la que reside su poder. De nuevo aparece el collar, esta vez en una piedra que parece jade verde y blanco. La reina apunta al camafeo en que se aprecia una antorcha. Ella es la llama por la que se incendia la ciudad de Pramo, y a su espalda, confundido el fuego de los cabellos, recordemos el poder de la cabellera en Lilith, se aprecia el incendio en el que arde Troya.
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Proserpina de D. G. Rossetti
[Diapositiva 42]
Pale, beyond porch and portal, crowned with calm leaves, she stands. Who gathers all things mortal with cold immortal hands; Her languid lips are sweeter than loves who fears to greet her. Swinburne, C. A. The Garden of Proserpine. Plida, ms all el porche y del portal, permanece coronada de hojas inmviles. La que recolecta todas las cosas mortales, con fras manos inmortales. Sus lnguidos labios son ms dulces que los del amor, que teme saludarla (Traduccin de Concepcin Garca Fuertes) La mitologa cuenta que mientras Proserpina, hija de la diosa Ceres, recolectaba flores en el valle de Hena, en Sicilia, fue raptada por el dios del Trtaro, Plutn, que la arrastr en su carro a los infiernos; all le dio a probar una semilla de granada, pues despus de haber probado un bocado en el infierno era imposible salir de l.
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A pesar de ello Jpiter se abland ante los ruegos de la madre y se lleg al acuerdo de que la joven pasara la mitad del ao bajo tierra y la otra mitad en la superficie. Es el mito que representa a las estaciones. Sin embargo, Proserpina, o Persfone, es tambin una diosa poderosa capaz de dominar la vida de los varones. Adonis, que le haba sido entregado despus del alumbramiento por su madre, Mirra, fue objeto de su capricho, y era compartido con la diosa Afrodita 14. Tambin hay numerosos textos que hablan de la unin incestuosa con su propio padre Zeus, de la cual nace el misterioso dios Zagreo15. Ovidio en tres palabras nos dice que Jpiter posey en forma de serpiente a Proserpina (Varius Deoida serpens). Poseemos un soneto de Rossetti que explica el cuadro: A far away the light that brings cold cheer unto this wall, - one instant and no more admitted at my distant palacedoor. A far the flowers of Enna from this drear dire fruit, which, tasted once, must thrall me here. A far those skies from this Tartarean grey that chills me: and afar, how far away, the nights that shall be from the days that were. A far from mine own self I seem, and wing strange ways in thought, and listen for a sign: and still some heart unto some
soul doth pine, whose sounds mine inner sense is fain to bring, continually together murmuring, Woes me for thee, unhappy Proserpine! Desde lejos, la luz trae un fro hechizo hasta este muro; llega durante un instante, y no ms, a la puerta de mi lejano palacio. Lejos de este fruto quedan las flores de Hena, de este funesto fruto, que una vez probado, aqu debe subyugarme. Qu lejos estn aquellos cielos de este sombro Trtaro que me deja helada; y lejos, qu lejos, las noches que podran ser de los das que fueron. Qu lejos me veo de mi aspecto de entonces, y abrigo extraas formas de pensamiento, y espero un signo, y todava un corazn espera por un alma, mi propio sentir se complace al traer aquellos sonidos que murmuran continuamente: lo siento por ti, desgraciada Proserpina! (Traduccin, Concepcin Garca Fuertes) La mujer que pos para el cuadro es Jane Morris, la esposa de William Morris. Es el gran amor de Rossetti y la que ms dominio ejerci sobre el alma del poeta. Los sonetos de La casa de la vida estn dedicados a ella, y no a su
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esposa, Elizabeth Siddal, como habitualmente se piensa. La casa de la vida es Kelmscott, la residencia de Morris, en donde Rossetti permaneci varios meses mientras ste realizaba un viaje a Islandia para conocer la tierra de las sagas. El amor entre ellos estuvo lleno de obstculos, y no sabemos si fue slo espiritual. Aunque la modelo es Jane, las metforas de la composicin parecen referirse a la propia situacin anmica del poeta en ese momento.
dioses le haban dado una caja, advirtindole que nunca la abriera. Su curiosidad, sin embargo, la impuls a abrir la misteriosa caja, de la que brotaron innumerables males para el cuerpo y tormentos para la mente. Aterrorizada, intent cerrarla, pero slo quedaba Esperanza, lo nico bueno entre los muchos males que contena la caja, para confortar a la humanidad en sus infortunios. De ella dice Hesiodo: Trampa, profunda y sin salida, destinada a los humanos. Pues de ella surgi la raza, la casta maldita de las mujeres, terrible flagelo instalado en medio de los hombres mortales. Hesiodo. Teogona, vv. 590-593. El mismo autor dice en Los trabajos y los das: A cambio del fuego, les dar un mal con el que todos se recreen al acariciar con cario su propia desgracia. As habl. Rompi a carcajadas el padre de hombres y dioses y orden al ilustre Hefesto mezclar inmediatamente tierra con agua, infundirle voz y vida humana y hacer una linda y encantadora figura de doncella, semejante en sus rostros a las diosas inmortales. Luego encarg a Atenea que le enseara sus labores: a tejer la tela de finos encajes. A Afrodita le mand verter en torno a su cabeza sus dorados encantos: una irresistible sensualidad y los halagos cautivadores. En fin, a Hermes, el mensajero Argifonte, le encarg que la dotara de una mente cnica y un carcter voluble Trabajos y das. Versos 55 y sig.
Pandora de D. G. Rossetti
[Diapositiva 43]
What of the end, Pandora? Was it thine, the deed that set these fiery pinions free? Ah! wherefore did the Olympian consistory in its own likeness make thee half divine? Was it that Junos brow might stand a sign for ever? and the mien of Pallas be a deadly thing? and that all men might see in Venus eye the gaze of Proserpine? What of the end? These beat their wings at will, the ill-born things, the good things turned to ill, powers of the impassioned hours prohibited. Aye, clench the casket now! Wither they go thou mayst not dare to think: nor canst thou know if Hope still pent there be alive or dead Y qu, al final, Pandora? Fue obra tuya que esos fieros alados quedaran libres? Ah! Entonces por qu los dioses del Olimpo te hicieron medio divina, segn su propia imagen? Pudo ser que el poderoso ceo de Juno lanzara una seal inmutable?, y el semblante de Palas se convirtiera en algo mortal?, y que todos los hombres pudieran ver en los ojos de Venus, la mirada de Proserpina? Y, al final, qu? Ellos batan sus alas como queran
Fue creada por el dios Hefesto por requerimiento del dios Zeus. Este deseaba contrarrestar la bendicin del fuego que el titn Prometeo haba robado a los dioses para entregrselo a los seres humanos con algn tipo de mal. Dotada por las diosas de Olimpo de todos los atributos de la belleza, Pandora fue enviada a Epimeteo, quien se sinti feliz de tenerla como esposa, aunque su hermano Prometeo le haba advertido que no aceptase nada que viniese de Zeus. Los
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Los mal nacidos, volviendo insanas las cosas buenas, con poder sobre las apasionadas horas prohibidas. Ay! Cierra la caja ahora! Ellos se marchitarn; Y t no te atrevas a pensar: no puedes saber si la esperanza, todava encerrada, est viva o muerta. (Traduccin de Concepcin Garca Fuertes)
bien que la ha encontrado y llena de curiosidad indaga cul es el contenido. Pero el tamao del cofre le ofrece al pintor la posibilidad de plasmar los smbolos de la Orden Hermtica del Amanecer Dorado, un sol surgiendo sobre el agua.
Lamia de J. W. Waterhouse
[Diapositiva 45]
descansar, y volver a ponrselos luego. Lamia senta envidia de las otras madres y devoraba a sus hijos. Tena el cuerpo de una serpiente y los pechos y la cabeza de una mujer. Sola ser femenina, pero ocasionalmente se la consideraba masculina o hermafrodita. En general se describe a Lamia como un vampiro, demonio que chupa la sangre. Los padres de la Iglesia hablan de las lamias como scubos que se introducan en los lechos para apoderarse del semen masculino y despus se transformaban en ncubos para transmitirlo. En ese sentido es un monstruo semejante a Lilith, figura legendaria de la mitologa juda, la primera mujer de Adn, tambin representada muchas veces como mujer serpiente, generalmente pelirroja, de largos cabellos, y alada. Y lo mismo que dice Mefistfeles en Fausto: Gurdate de su hermosa cabellera, la nica gala que luce. Cuando con ella atrapa a
Pandora de J. W. Waterhouse
[Diapositiva 44]
La herona podra estar de pie abriendo la caja, pero la pose de rodillas aumenta el romanticismo y la intensidad del cuadro adems de proporcionar una imagen sugerente por el manto que se desliza desde los hombros y muestra el principio del pecho. La caja es, desde luego, muy grande para que ella sea la portadora, parece ms
cin en un poema de Keats de 1820, para el cuadro Lamia. Y con l profundizamos en el tema de la mujer fatal. En la mitologa griega Lamia, hija de Poseidn, era una reina de Libia amante de Zeus. Hera la transform en un monstruo y mat a sus hijos (o, en otras versiones, mat a sus hijos y fue la pena lo que la transform en monstruo). Lamia fue condenada a no poder cerrar sus ojos de tal forma que siempre estuviera obsesionada con la imagen de sus hijos muertos. Zeus le otorg el don de poder extraerse los ojos para as
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un joven, no lo suelta fcilmente 16. Se podra aplicar a una de las imgenes de Waterhouse; en la otra tela, semejante a una belle dame sans merci, la mujer seduce a un caballero, en una pose serpentina, como si arrastrndose, se hubiera alzado desde el suelo; la transformacin que narra la mitologa est representada por el manto, una piel de serpiente, que se enrosca en sus brazos y cae a sus espaldas; y por los dibujos de su vestido.
Vuelven a buscar incesantemente las aguas que deben perder... Ovidio, Metamorfosis, IV 463. Las Danaides eran las cincuenta hijas de Dnao. El hermano de Dnao, Egipto, tena cincuenta hijos, que solicitaron la mano de sus cincuenta primas. Dnao, que quera evitar el casamiento, huy a Argos con sus hijas, pero los pretendientes las persiguieron y el padre acept finalmente los cincuenta matrimonios. Pero la noche de bodas entreg a cada una de sus hijas un pual, con el que asesinaron a sus maridos, a excepcin de una de ellas, de nombre Hipermnestra, que no mat a su esposo, Linceo. Enterraron los cuerpos delante de la ciudad de Argos, donde sucedieron los hechos, y de la cual Dnao era rey. Las cabezas de las vctimas
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fueron lanzadas al lago de Lerna. En vida la nica Danaide que fue castigada fue Hipermnestra, precisamente por salvar a su esposo Linceo y desobedecer las rdenes de su padre, segn narra Ovidio en la Heroida dedicada a esta pareja. A su muerte, en cambio, las Danaides sufrieron un castigo eterno en el Hades, que consista en verter agua, sin descansar nunca, en una vasija dolium pertusum, segn la llama Fedro. Segn cuenta tambin Ovidio, solamente en una ocasin cesaron en este trabajo, cuando Orfeo cant en el infierno, cautivadas por el hechizo de su msica. Dice en Metamorfosis X, 43: Las Blides quedaron libres de urnas refirindose a las Danaides nietas de Belo. En la tela vemos a unas mujeres con posturas escultricas, que destacan por la blancura de sus cuerpos, frente a los colores oscuros de las vestimentas. A lo lejos se aprecia una laguna en donde las mujeres deben llenar sus cntaros. El esfuerzo del trabajo es enorme y, sin embargo, esas mujeres de quietud marmrea parecen serenas y tranquilas: para qu la prisa en un trabajo eterno?
de las figuras que cumplen la funcin de iniciadoras en el sexo para los jvenes. Al fondo se ve un chivo, animal relacionado con todos los ritos que representan la unin sexual, con los trgodos del cortejo de Pan y con el mismo dios, ya que fue transformado en cabrito para escapar de la clera de la diosa Hera. La nyade aparece coronada con hojas de vid.
Nyade de J. W. Waterhouse
[Diapositiva 47]
La pintura tiene una enorme carga de sensualidad. Una figura serpenteante y al acecho sale de las aguas al ver al joven dormido, que, por las vestiduras de leopardo, pertenece al squito del dios Dionisos. La nyade, ninfa de las fuentes es una
Burne-Jones realiz una serie de dibujos para ilustrar la leyenda de Pigmalin, segn el poema de su colega Morris titulado Pigmalin y la estatua. De esta manera Burne-Jones encontr la manera de contar historias a travs del
GOETHE, Fausto.
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arte. Estos cuatro cuadros fueron realizados en la poca en la que mantena una relacin con Mara Zambaco, una modelo que pos para Burne-Jones en los ltimos aos de su vida artstica Pigmalin, segn la mitologa griega, era un importante rey chipriota, excelente escultor, que una vez tom un bloque de piedra, que estaba entre los desechos, y comenz a esculpir la estatua de una mujer. Cada da le dedicaba a la estatua un cierto tiempo, y poco a poco se fue enamorando de ella. A partir de ese momento comenz a mejorarla, puliendo los bordes, limando las imperfecciones. Sucedi que cuando ms se dedicaba a ella, ms se enamoraba. Muchas veces acerca su mano para palpar la obra, si aquello es cuerpo o marfil, sin reconocer todava que es marfil. Le da besos creyendo que se los devuelve, le habla , la sujeta y cree que sus dedos se agarran en los miembros que toca, y teme que se amoraten las carnes apretadas; Unas veces le da carantoas, otras le lleva regalos que gustan a las jvenes, conchas, piedras redondeadas. Tambin adorna sus miembros convertidos, pone gemas en sus dedos, pone largos collares en su cuerpoLa coloca en un lecho teido de conchas de Sidn, la llama compaera de lecho en su tlamo y reclinada sobre su cuello la vuelve a colocar entre blandas plumas como si las fuera a sentir. Ovidio, Metamorfosis, 224 y sig. No cabe duda de que Pigmalin tena el trastorno de la agalmatofilia. La inflamacin del deseo
amoroso por las estatuas es conocida en la antigedad. En el siglo IV a. C. los habitantes de Gnido compraron a Praxteles la primera estatua desnuda conocida del arte griego. El escultor, famoso por dotar a sus obras de unos intensos sentimientos lricos le haba dado tambin una gran carga de naturalidad al utilizar el contraposto inventado por Policleto. La estatua fue objeto de poemas y los hombres se enamoraban de ella. Incluso el rey helenstico de Bitinia quiso comprrsela a los Gnidios a cambio de cancelar toda la deuda pblica de la ciudad. Pero ellos rechazaron la oferta. La pose de la diosa es una de las ms imitadas en la historia del arte: una pierna adelantada que corresponde a la parte contrada del toso, con la cadera elevada y el hombro cado. Y en la parte contraria se extiende el torso, mientras que el pie queda ms atrs con la rodilla flexionada y el hombro elevado. Parece como si Burne-Jones hubiera elegido esta misma pose para las figuras femeninas de la serie, como la ms seductora para una estatua de mrmol. Pigmalin odiaba a las mujeres porque haba visto cmo se convertan en piedra unas chipriotas, las Proptrides, por un castigo divino. Pero paradjicamente se enamora de una piedra. Cuando termin su obra se dio cuenta que la estatua era ms hermosa que todas las mujeres de la tierra, y comenz a pedir a los dioses que le dieran vida. Afrodita, al ver tan desmesurado anhelo, atendi a sus deseos e infundi vida en la estatua respondiendo a su amor. Si Pigmalin encontr en su escultura a la mujer de su vida, lo mismo pensaba BurneJones con Mara Zambaco. Con
el tiempo descubri que la mujer que consideraba obra suya era en realidad un ser ardiente y tempestuoso, lleno de exigencias que l no poda cumplir. Y as, a diferencia del resto de artistas victorianos que representan este tema bajo los tintes del erotismo, para Burne-Jones, el mito de Pigmalin muestra la dolorosa situacin personal de su relacin con la modelo. Quiz ese sea el motivo de la frialdad de las figuras y de los tonos grises ya apagados.
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Pero los poetas y pintores romnticos enriquecen el espacio grandioso de la melancola. sta incita al rechazo de la realidad presente y empuja a una infinita nostalgia que sume al melanclico en un estado de desasosiego profundo, de bsqueda imprecisa, sin objeto ni direccin, de algo desconocido. La melancola es el mal del siglo XIX. Y se manifiesta en la complacencia en las ruinas, los desastres, los cementerios y las visiones ms sobrecogedoras y terrorficas de la naturaleza, que en realidad deberan producir rechazo y sin embargo causan placer. Surge as en el Romanticismo un nuevo sentido de belleza engaosa y contaminada, belleza medusea como, precisamente, la llama Mario Praz17, a partir de los motivos que deberan causar desagrado. Es posible extraer belleza de elementos innobles y materias repugnantes. Eso ya se saba desde la poca de la tragedia griega, pero lo que es nuevo es la relacin entre placer y pena: la voluptuosidad unida a la pena. Es lo que Keats expres en la Oda a la Melancola, (ella vive con la belleza, la belleza que debe morir). Esto mismo lo encontramos en otros autores de la
Las medusas eran criaturas terrorficas, parecidas a dragones, cubiertas de escamas doradas y con serpientes en lugar de cabellos. Tenan alas fuertes, rostros redondos y horribles, dientes como colmillos y siempre llevaban la lengua fuera. Vivan en lo ms lejano del ocano occidental, temidas por las gentes, ya que volvan de piedra a todo el que las miraba. Cuando Shelley contempl en la Galera de los Uffizzi el cuadro de Medusa atribuido a Leonardo, que
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sin duda estaba concebido por su autor para producir el mismo efecto que produca el monstruo, la paralizacin por el terror, vio en l la belleza plena y compuso una oda en su honor: Yace mirando el cielo nocturno, acostada bajo la cumbre circundada de nubes de un monte. Abajo tiemblan tierras distantes. Su horror y su belleza son divinos () Sin embargo no es el horror sino la gracia lo que petrifica el espritu del que la contempla, en el que se esculpen las lneas de aquel rostro muerto, hasta que los rasgos penetran en l y el pensamiento desfallece; es el melodioso tinte de la belleza, superpuesto a la tiniebla y a la palidez del dolor, lo que hace que la impresin sea humana y armoniosa. () Es la tempestuosa hermosura del terror. Shelley P. B. Sobre la medusa de Leonardo en la Galera Florentina. No es extrao entonces que si uno de los mximos poetas romnticos es capaz de expresar lo horrendo en trminos de belleza, un pintor romntico pinte el mismo motivo en tono seductor y sobre todo melanclico. De ah la visin de Rossetti de Aspecta Medusa.
El tema de Medusa conduce al de Perseo, en el que tambin va a parecer el monstruo representado con el mismo aspecto de languidez. Parece como si estos pintores se compadecieran del triste destino del engendro, que slo puede ser liberado por la muerte. En un breve vdeo se pueden ver ocho cuadros pintados por BurneJones, conocidos como la serie de Perseo: La llamada de Perseo Perseo y las Grayas Perseo y las ninfas del mar El encuentro con Medusa La muerte de Medusa La roca del destino El destino cumplido La cabeza funesta Finalmente la serie qued reducida a cinco; tres estn inacabados. Entre ellos se encuentra una de las mejores composiciones del pintor, El destino cumplido, en la que el hroe se enfrenta a un sorprendente monstruo marino. Vemos en la primera imagen, como en un cmic, en un segundo plano, a Perseo desnudo y a su madre Dnae desesperados ante el encargo de Acrisio, y en primer trmino a una extraa diosa Atenea que le ofrece una defensa para enfrentarse al monstruo, la espada y el espejo. Perseo, vestido con una armadura negra que acenta ms su apariencia andrgina, se enfrenta con
las Grayas, y les roba su ojo, para obligarlas a revelar el lugar en el que viven las ninfas del mar. stas le entregan el resto de los objetos, el casco que lo har invisible, las sandalias aladas y la bolsa para guardar la cabeza cortada del monstruo. Por fin, el joven llega a los lugares en donde habitan las tres Gorgonas; Medusa indefensa parece ofrecerse voluntaria al sacrificio, mirando tristemente de frente a los espectadores del cuadro. Cuando ella cae, se alzan los otros dos engendros para huir. Perseo se detiene en el camino al divisar a Andrmeda, que es una repeticin de la figura de Medusa. Y la libera del monstruo, que en este caso no es un cetceo, sino una espectacular serpiente. Perseo no slo libera a Andrmeda, sino que por la muerte tambin ha liberado a la Gorgona, desesperada de su siniestro poder. Por ltimo, Perseo le muestra la cabeza cortada a Andrmeda, a travs del reflejo en una fuente. Unos versos de Rossetti ilustran este pasaje. En ellos se recuerda a Andrmeda el sacrificio de Medusa para que ella viva. Andromeda, by Perseus saved and wed, hankered each day to see the Gorgons head: till oer a fount he held it, bade her lean, and mirrored in the wave was safely seen that death she lived by. Let not thine eyes know any forbidden thing itself, although it once should save as well as
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kill; but be its shadow upon life enough for thee Rossetti. (Andrmeda, salvada y desposada por Perseo, peda cada da ver la cabeza de la Gorgona, inclinada sobre una fuente que contena el reflejo, mir a salvo en las ondas la muerte por la cual ella viva. No permitas a tus ojos conocer lo prohibido aunque una vez, adems de matar haya podido salvarte. Pero que su sombra planee siempre sobre tu vida.) (Traduccin de Concepcin Garca Fuertes)
A una tela de Watts, pintada en 1896, debo La casa de Asterin y el carcter del pobre protagonista. Borges, J, L. El Aleph.
Minotauro de G. F. Watts
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En este cuadro se ve como el ser monstruoso es concebido dentro del marco de lo melanclico, como un ser prisionero dentro de s mismo, que desea la liberacin por la muerte. Una idea que se ha perpetuado y aparece incluso en historias tan recientes como el cuento La casa de Asterin de Borges.
EL ANDRGINO
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El andrgino
El andrgino es, durante el Romanticismo, un misterio mayor incluso que el de la mujer fatal. En l todo es oscuro, desde su origen, segn lo explica Platn, hasta su sexo. Las inclinaciones homosexuales son vistas en esta poca como un elemento perturbador y se les atribuye la tendencia de ciertos pintores hacia la representacin de la androginia. Se crey durante mucho tiempo que los poetas y los pintores encandilados por lo ambiguo eran homosexuales. Es cierto que a esta afirmacin contribuye la figura del poeta Swinburne y del pintor Simeon Solomon. El mito de la reabsorcin del hombre y la mujer en un ser nico llam la atencin de los prerrafaelitas y a partir de Swinburne ejerci sobre ellos cierta fascinacin ertica. Pero los motivos de la resurreccin de lo andrgino estn bastante enmaraados. Fundamentalmente se trata de despojar al amor de sus pulsiones sexuales, de elevarlo hasta un absoluto de pureza que slo se encuentra en las almas: el andrgino lleva en s el smbolo de la redencin: volver a ser uno a travs de la reunificacin de los sexos. En la exquisitez, en el amor por lo extrao y lo precioso que encontramos en el periodo llamado decadentista hay una prdida de vigor, una desvirilizacin que lleva hacia lo andrgino por esteticismo. La androginia salta fronteras y sus efectos se hacen sentir en todo el Simbolismo. La razn por la que hroes tan importantes en la mitologa como Hrcules, Teseo, Jasn, Aquiles y los guerreros de Troya no tienen un papel protagonista en estos cuadros es porque, aunque a veces mantienen relaciones homosexuales, estn alejados de la androginia, de lo enigmtico, de lo impreciso. Si alguna vez aparecen en los cuadros de la poca, no es por s mismos, como hroes que realizan hazaas prodigiosas, sino que es siempre en funcin de una mujer, de lo femenino. Es cierto que hemos visto un Perseo, pero desde la ptica turbia y misteriosa de Burne-Jones. Los mitos ms representados son, en definitiva, aquellos en que los hroes personifican lo ambiguo, la indefinicin: Narciso, Adonis, Orfeo, Endimin, Baco, y Cupido en el mito de Psique. Adelantndose unas dcadas a la idea de Freud, el papel del sueo supone una forma potica de rechazo del mundo real y la apelacin a la liberacin de fantasmas psquicos.
Endimin de G. F. Watts
[Diapositiva 53]
La representacin del sueo es otra constante de la pintura del fin de siglo. El sueo se convierte en los pintores en un estado de hipnosis en donde se pueden leer las evocaciones ms turbias. Por otro lado, es una forma de rechazo al mundo real, una apelacin a la liberacin de los fantasmas del ser humano. Al pastor Endimin, ser bisexuado en la mitologa griega, le concedieron los dioses un sueo eterno, una especie de xtasis mstico que comparte por las noches con Diana, la diosa de la luna. En el cuadro de Watts la imagen fundida de los dos amantes representa al huevo, la forma ovalada del primer andrgino platnico. El pastor reconquista a travs del sueo simblico la unidad perdida. En su segundo libro, Endimin, que se public en 1818, Keats
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adapt el mito griego de Endimin y la diosa luna para expresar la bsqueda en el mundo real del amor ideal visto en los sueos.
Su cabeza y su lira son transportadas por las aguas del ro Hebro, y recogidas por las ninfas que las llevan a Lesbos, patria de la poesa lrica. Los miembros de Orfeo yacen en lugares diferentes: la cabeza y la lira, van a ti, y, cosa prodigiosa al deslizarse en medio de la corriente, la lira emite no s qu quejumbrosos lamentos, quejumbrosa murmura la lengua sin vida, quejumbrosas responden las riberas. Ovidio, Metamorfosis, XI, 50-54. Parece que los pintores con el tema de la cabeza de Orfeo, tema simbolista por antonomasia, representan al iniciado, al que conoce secretos terribles e insondables, el que vive despus de la muerte, tal como muestra su lengua, que flota sin vida pero su lengua se mueve y sigue cantando, simboliza al que puede predecir el futuro y cuya msica es una terapia.
En el andrgino, que, por una parte, rene y, por otra, se despoja de lo masculino y femenino, se encuentra la satisfaccin del sentimiento amoroso para con uno mismo. De ah que Narciso, enamorado de su reflejo, sea un autntico andrgino. Narciso aparece en este cuadro coronado de laurel, al igual que en un fresco de Pompeya. El laurel, smbolo del triunfo, parece recordar que la muerte de Narciso es un recordatorio de la mxima del saber escrita en Delfos: concete ti mismo, una forma de unin con uno mismo, de introspeccin en el yo. De su doble sexualidad dice Ovidio: Fueron muchos los jvenes y las muchachas que los desearon, pero -tan dura soberbia haba en aquella tierna belleza- no hubo jvenes, no hubo muchachas que tocaran su corazn. Ovidio, Metamorfosis, Libro III, 353-355
El de Orfeo es uno de los ms complejos del espectro de los mitos griegos. Con poderes teraputicos a travs de sus musas es capaz de calmar las fieras, e infundir sentimientos en las piedras; es decir de transmutar la naturaleza de las cosas. Es uno de los hroes griegos que desciende al Hades, en donde sus poderes siguen siendo igual de efectivos. Despus de la muerte de Eurdice, es despedazado por las Mnades despechadas. Dice de l Ovidio: Fue Orfeo tambin el que introdujo a los pueblos de Tracia a trasladar a los varones tiernos el amor, y a disfrutar de la efmera primavera de la vida de stos antes de que llegue a la juventud, cogiendo su primera floracin. Ovidio, Metamorfosis, Libro X, 83-85.
LA MUJER FRGIL
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La mujer frgil
Como refiere Hinterhuser en su libro Fin de siglo. Figuras y mitos, algunos crticos literarios han visto en estas dcadas un modelo de mujer en cierto modo opuesto al de la mujer fatal, pero no por ello menos representativo de las ideas, impulsos, inquietudes y represiones que movieron a esta poca. Esta mujer, etrea y espiritualizada, revestida incluso de santidad por su poder para redimir al hombre y alejarlo de los impulsos sexuales, puede ser calificada con el adjetivo frgil. De ella tambin vamos a encontrar numerosos ejemplos en la literatura y en el arte, incluso en la vida real de nuestros pintores. Pero al igual que los andrginos proceden de la separacin de dos cuerpos, que en su reunificacin alcanzan la plenitud, as la mujer fatal y la mujer frgil aparecen relacionadas en un intento de fusin por parte de la mente masculina, como el ideal perfecto. Hinterhuser ejemplifica con una imagen literaria: la primera novela de DAnnunzio El placer tiene una trama que de alguna manera podramos considerar como prerrafaelita. Por la correspondencia de este autor se sabe que tuvo noticias de estos pintores ingleses y que los admir. En la novela el protagonista, Andrea Sperelli, un decadente que est escribiendo un tratado sobre la androginia, se debate entre dos mujeres: Elena Mutti y Mara Ferres. Los nombres ya nos dan pistas sobre el carcter de las protagonistas. Mara, la que nos interesa en este apartado, es la esposa de un diplomtico guatemalteco; haba nacido en Siena, la ciudad de la Virgen, y la de los pintores del Trecento y Quattrocento, los preferidos de la Hermandad. Siempre sumida en el sufrimiento y el cansancio, est dispuesta al sacrificio y a la renuncia, a ser la redentora de un seductor, un hombre dbil de carcter. Se dice en la novela: Llevaba un vestido de un extrao color herrumbre, de un color azafrn desvado, indefinible; de uno de esos colores considerados estticos que se encuentran en los pasajes del divino Otoo, en los cuadros de los Primitivos y en los de Dante Gabriel Rossetti. DAnnunzio, G. El placer. Libro segundo, cap. III A los prerrafaelitas y a otros pintores ingleses fin de siglo se los nombra en la novela. () y si ella hubiera tenido en torno a sus sienes una corona de narcisos y a su lado una de esas grandes liras de siete cuerdas que llevan pintada al encausto la efigie de Apolo y de un lebrel, a buen seguro que habra parecido una alumna de la escuela de Mitilene, una interprete lsbica de la lira en actitud de reposo, tal y como la habra podido imaginar un prerrafaelita. DAnnunzio, G. El placer, libro segundo, cap. III Pero son ms las referencias que se pueden extraer de la novela. De Mara Ferres, tambin se dice: Donna Mara Ferres pareca ser para un hombre de intelecto, la amante ideal, la Amie aves des hanches, segn la expresin de Baudelaire, la Consolatrix nica, la que conforta y perdona sabiendo perdonar. DAnnunzio, G. El placer, libro tercero, cap. I En la novela Mara no puede salvar a Andrea de la depravacin y cae arrastrada por l mientras se deja entrever cmo lo que aora el poeta es la fusin de las dos mujeres en una sola y se hace alusin a la identificacin de voluptuosidad y dolor. Su mente se haba adaptado tan extraamente a la mons-
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truosa comedia que casi ya no conceba otro modo de placer, otro modo de dolor. Aquella encarnacin de una mujer en otra no era ya un acto de pasin exasperada, sino la costumbre de un vicio y por consiguiente una exigencia imperiosa, una necesidad. DAnnunzio, G. El placer, libro cuarto, cap.II Pero tambin en la vida real de nuestros pintores podemos encontrar la misma historia agnica que prueba la verdad de aquellas palabras de Wilde: La vida imita al arte mucho ms que el arte imita a la vida. La siguiente diapositiva representa a dos de esas mujeres frgiles, a la Beatriz de Dante y a la propia modelo, Elizabeth Eleanor Siddal.
esposa, Elizabeth Eleanor Siddal. La conoci en 1850. Trabajaba en una sombrerera y pos como modelo para todo el grupo. Fue la Ofelia de Millais, recostada, entre amplios ropajes en una fra baera, de manera que el pintor pudiera reproducirla empapada. Era bella, con esa hermosura que poda cautivar a un prerrafaelita: estilizada, con los ojos claros y una mata de pelo rojo. Su tez era translcida y su salud dbil. Indiferente y silenciosa, slo el estrpito de la carcajada de Rossetti le produca una dbil sonrisa. A l le gustaba porque le responda con indolencia, era como una estatua a la que haba que traer a la vida. Desde 1853 a 1860, el ao en que se casaron, su relacin fue intangible e indefinida, una especie de amor medieval, gtico, febril y mstico, pero no fsico. Tambin ella aprendi a escribir poemas simples y conmovedores. Rossetti, que en su adolescencia haba traducido La Vita Nuova al ingls, imit esta obra en sus afectos. Pero lo mismo que Dante se desvi de Beatriz durante un tiempo por la misteriosa Dama de la Fenestra, Rossetti encontr en Fanny Confort el contrapunto carnal a aquella relacin. Aquel fantasma en la casa de los vivos muri en 1862, dos aos despus de su matrimonio. Despus del parto de una criatura que naci muerta, comenz a tomar cantidades considerables de ludano. La mat una sobredosis. Dicen que tras una discusin Rossetti la dej sola. Se fue con Swinburne. Pero ella, sospechando que estaba con Fanny, se suicid por celos.
Tena 29 aos. La tradicin menciona una nota: mi vida es tan miserable que ya no la quiero El da del entierro Rossetti coloc la libreta de sus poemas manuscritos en el atad abierto, entre la mejilla y su pelo rojo. Un ao despus, en 1863, Rossetti comenz el cuadro de Beata Beatrix en el que trabaj durante siete aos. En 1870, tras la exhumacin del cadver para recuperarlo fue editado con notable xito. El cabello de la muerta haba crecido y era ms bello an que en vida. Se dice que este macabro detalle inspir el personaje de Lucy en la novela de Bram Stoker, Drcula. En el cuadro, Lizzy es representada como Beatriz en una actitud mstica en su ascensin al Paraso. Detrs de ella se adivina la ciudad de Florencia. El poeta est a la derecha, vestido de negro. Un reloj de sol marca las nueve, el nmero simblico que se repite a lo largo de toda la obra del poeta. Un pozo, smbolo medieval del amor, aparece detrs de l. A la izquierda, un Cupido, un ngel va a acompaar a Beatriz al cielo. Una paloma, un Espritu Santo, de color rojo simboliza la muerte. Trae en su pico una adormidera, recuerdo del ludano que mat Lizzy, la modelo que pos slo en la mente del pintor. Y sin embargo, como ya se ha comentado anteriormente, la mayor parte de la poesa de Rossetti est dedicada a Jane Morris, en ella crey encontrar el artista la perfeccin, la unin entre la espirituali-
Beata Beatrix es un homenaje del pintor al poeta Dante, al poeta de La Vita Nuova, ms que al de la Comedia, pero tambin a la trgica historia de su propia
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extenso mito. En l se encuentran muchos de los elementos que acabamos de comentar: el ngel, el amor espiritual representado por la invisibilidad del dios, el alma, el jardn, las tentaciones que llevan a la muerte, la resurreccin final y la unin definitiva liberada de donde va a surgir una hija de ambos dioses, llamada Voluptuosidad, el verdadero placer. La historia, una fabula milesia, est tomada de Apuleyo, pero aparece muy bellamente recogida por Walter Pater, un notable escritor de la poca, en su novela Mario el Epicreo.
Pon a la dama en la cumbre de cierta montaa, adornada como para el lecho de matrimonio y de muerte. No busques a un yerno de nacimiento mortal, sino a ese malvado semejante a una serpiente ante el cual incluso los dioses tiemblan y las sombras del Estige tienen miedo. La doncella deba ser conducida a lo alto de una colina en donde el monstruo la recogera. La boda se prepar como un funeral y la joven fue conducida como si fuera a una tumba. En el cuadro la antorcha, las flores derramadas en el suelo y la msica pueden ser elementos de un cortejo nupcial, pero la tristeza de las figuras, la propia Psyque sola en medio del cuadro, el desierto que atraviesan y los tonos fros azulados, hablan de muerte. Las antorchas nupciales se convirtieron en humo negro y cenizas, el agradable sonido de la flauta se convirti en lamento, el himno matrimonial se concluy en apagado gemido. Llorando amargamente Psyque asisti no a su matrimonio sino a sus propias exequias, y aunque los padres vacilaron en realizar algo tan poco sagrado, la hija les grit: -Por qu atormentis con tanto llanto vuestra infortunada vejez? ste fue el precio de mi belleza extraordinaria! Cuando todos nos celebraban con honores divinos, y con una sola voz decan que yo era la nueva Venus, entonces fue cuando debsteis llorar por m como si estuviera muerta. Ahora entiendo por fin que ese nombre de Venus
Amor Dantis representa al ngel, al Cupido que conduce a Beatriz al Paraso. El cielo est dividido en diagonal, en da y noche. El centro del da es un sol cuyo centro es Cristo, una moneda con una inscripcin alrededor. De l salen los rayos luminosos que ocupan el firmamento. El centro de la noche es Beatriz y Cupido es un ngel con un reloj y las flechas del amor, que simbolizan de nuevo un amor puramente mstico tal y como habamos visto en la diapositiva Le Roman de la Rose.
El tema de los amores de Cupido y Psyque ha sido utilizado por el cristianismo y ms recientemente por el psicoanlisis, especialmente por Jung. No es extrao, pues la idea del alma que redime al amor, que a su vez es capaz de salvar al alma cuando cae en las tentaciones, da pie a todo tipo de interpretaciones. El mito es largo y complejo, por tanto slo veremos las representaciones de algunos episodios.
El tema de Psyque
Si hay un personaje en la mitologa que representa de una manera absoluta a esa mujer espiritual, frgil, que supone un paso hacia lo mstico ese es Psyque. Su propio nombre ya lo dice todo. La representacin de los amores de Cupido y Psyque no es exclusiva de este perodo, pero s la insistencia en el tema que lleva a pintores como Burne-Jones o Waterhouse a destacar todos los episodios del
Tan bella era Psyque que haba desencadenado la envidia de la diosa del amor Afrodita. El orculo de Delfos decret que estaba destinada a casarse con una serpiente alada.
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ha sido mi ruina. Conducidme hasta el lugar designado. Tengo prisa por someterme a ese matrimonio de tan buen presagio, de contemplar a ese esposo divino. Por qu retrasis la llegada de aquel que naci para destruir el mundo entero? En realidad Psyque va a ser recogida por el viento Cfiro, enviado por Cupido, que enamorado de la doncella, no quiere contrariar a su madre y va a volverse invisible. Psyque deber conformarse con no verlo y creer en sus palabras, pero por un engao de sus dos hermanas llegar a la deslealtad.
ser lascivo que intenta abrazar a la ninfa Canna, despus de su metamorfosis parece haber sufrido una transformacin y se muestra ante la muchacha como un ser compasivo ante las penas del amor y le habla con delicadeza. En esta imagen del stiro es clara la influencia del cuadro de Piero di Csimo La muerte de Procris, que est en la Nacional Gallery donde probablemente BurneJones pudo contemplarla.
Psyque atrada por aquella belleza, fue acercndose y su valor creci cuando se encontr en el umbral. Fue admirando una a una las hermosas cosas que vea, pero lo mas maravilloso de todo es que no haba cerradura, ni cadena ni guardin viviente que protegiera esa enorme casa de los tesoros. El mito cuenta que como penitencia a sus culpas, Afrodita impone a Psyque unos trabajos imposibles, algo as como los trabajos de Hrcules, pero en femenino. Uno de ellos es descender al Hades, una de las hazaas ms tpicas de los hroes masculinos, Teseo, Hrcules, Orfeo, Ulises (en la Odisea no est muy claro si desciende l o son las almas de los muertos las que los
La cogi ste suavemente y la transport con su aliento amable, mientras los vestidos de ella flotaban a ambos lados, por encima de las colinas, hasta que la deposit suavemente entre las flores de un valle que haba ms abajo. Otro de los episodios que resalta Burne-Jones es el momento en que Psyque tras ser abandonada por Cupido e intentar suicidarse, es consolada por el dios Pan. Es curiosa esta imagen del Stiro que nos transmite el mito. El
Dos escenas del mito son representadas por Waterhouse: Psyque entrando en la desierta mansin de su esposo, slo habitada por voces, y Psyque cayendo en la tentacin de abrir la caja que le entreg Proserpina, con la advertencia de que se la llevase a Afrodita sin abrirla.
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visitan a travs de un rito de nigromancia). All es donde la reina del mundo subterrneo le entrega la caja, que recuerda a la de Pandora. La caja lleva la belleza de Proserpina, pero lo que hay dentro, en realidad, es la muerte. Que simple soy! Llevar en mis manos el encanto divino y no tocarme a m misma al menos con una partcula, para complacer ms con su favor, a mi esposo amado.
en ese torso desnudo de Psyque desprovisto de cualquier caracterizacin sexual. Aparece la muerte y la resurreccin como si de un sueo se tratara. La ecuacin muertesueo simboliza la obediencia femenina, y est cargada de nociones mistico-erticas, como en el cuento de la bella durmiente. Las imgenes del desfallecimiento y el sueo son corrientes en la poca.
Psyque de G. F. Watts
[Diapositiva 63]
Psyque muere definitivamente a la vuelta del infierno, cuando tras conseguir la caja de Persfone sucumbe a la tentacin de abrirla. Pero Cupido, arrepentido por haberla abandonado, la recoge y la presenta ante Zeus, dios todopoderoso, que conmovido la devuelve a la vida. Cupido se haba curado ya de su herida, y como no poda soportar por ms tiempo la ausencia de su amada, se desliz por la estrecha ventana de la cmara en la que se encontraba y recuperadas sus alas tras un pequeo descanso, vol velozmente y lleg a donde estaba Psyque. Cupido recuerda en su postura, en la aureola que forma el manto alrededor de su cabeza al ngel de la Anunciacin de Fra Angefico. Y de nuevo la androginia est presente
En el descenso al Hades Psyque, a diferencia de la Sibila de Cumas en la Eneida, lleva no uno, sino dos pasteles somnferos para Cerbero, y dos monedas en la boca; el primero ha de lanzrselo a la fiera, a la ida; y otro, a la vuelta. Por eso es el propio Caronte el que debe coger el primer bolo de su boca (detalle curioso, porque todava no est muerta), ya que si se desprende de uno de los pasteles para poder utilizar su mano, cualquier alma desesperada por cruzar la Estigia se lo robara.
En esta imagen de Psyque se nos presenta una diosa tan pdica como la de El nacimiento de Venus de Botticelli. Ni siquiera necesita cubrir su cuerpo con las manos. Se ha convertido en espritu. Representa la ausencia total de corporeidad. Precisamente es de nuevo la representacin de la androginia y la luz banca que ilumina el cuadro desde su vientre y su pecho las que consiguen tal efecto.
Ariadna. J. W. Waterhouse
[Diapositiva 64]
No es Psyque la nica mujer tomada de la mitologa que se puede considerar como frgil. Se puede aplicar esta idea a todas aquellas heronas representadas por la languidez, el abandono,
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el desfallecimiento, la paciencia, la espera, el sacrificio, el sometimiento indeseado, la vctima de la venganza. As podemos verla en la actitud desfalleciente de Ariadna, tema clsico y extensamente repetido en los pintores; pero hay que recordar que la actitud de desfallecimiento es especialmente sugestiva para los romnticos por lo que supone de abandono ertico como se aprecia bien en el cuadro de Waterhouse. El animal, de nuevo un felino como smbolo de la sexualidad, acecha a la joven que duerme semidesnuda y ajena a la provocacin de su pose. El cuadro recuerda al de Nyade, en el que una enigmtica ninfa surga del agua para unirse al joven envuelto en la piel de leopardo.
la mujer lleva un rollo de papiro que representa seguramente a la Ilada. Encima se puede leer el nombre Ilios y se ven unos guerreros. Una doncella recoge los frutos de un rbol. Es posible que sea una alusin al origen de la guerra.
Penlope, en una estancia de ambientacin pompeyana, desoye las atenciones de unos pretendientes muy distintos a los que nos muestra Homero. Pues quin puede dudar de la honestidad de las pretensiones de estos jvenes arrobados ante la figura de la dama? De estos pretendientes, ciertamente enamorados, que en vez de comerse todas las provisiones del palacio de Ulises y divertirse con las criadas, le ofrecen a la reina msica, flores, joyas y ricas telas?
Ya hemos visto ms retratos de Sandys. Sus cuadros de heronas son verdaderos retratos. Recordemos el gesto de demasa de Medea; la mezquindad de su Helena. Ahora Penlope aparece en un noble perfil, con un bellsimo tocado, retratada psicolgicamente por esa mirada perdida sumida en un ensimismamiento que a nada se dirige ms que a su propio interior.
Tambin en Penlope, que espera pensativa mientras borda la nica imagen de la guerra de Troya que he encontrado en todos estos pintores: un tapiz. En l se aprecia a una mujer raptada por un hombre,
Y esa misma actitud de mujer frgil es la que los pintores muestran en muchas otras representaciones, como la de Orfeo y Eurdice de Watts. En la que Eurdice, mordida sin razn alguna por la serpiente, es arrebatada, sin culpa,
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por segunda vez hacia los infiernos. Un cuerpo cndido, con una blancura semejante a la de Psyque, ilumina el cuadro y simboliza la inocencia de la muchacha.
Clytia es calcinada por su amante, Febo, dios del Sol, por haberle pedido una prueba de su divinidad. Convertida en heliotropo, lo sigue desde entonces con la mirada y una flor en todo semejante a la violeta le cubre el rostro; y ella aunque por la raz est sujeta hacia su Sol an despus de transformada conserva su amor . Metamorfosis IV, 268-270
El tema aparece como secundario, en el cuadro de La Primavera de Botticelli. La ninfa Cloris fue raptada por Cfiro y convertida, despus en la diosa Flora. La ninfa y su cortejo intentan, asustadas, protegerse con sus brazos del soplo del viento. Cfiro roza su antebrazo de Cloris besndola a la vez que la engarza, para arrebatarla por los aires con una guirnalda de flores, smbolo de su posterior metamorfosis.
BIBLIOGRAFA
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Bibliografa
Pintores y artistas victorianos mencionados en este trabajo:
Brown, Ford Madox (1821-1893) Burne-Jones, Edward Coley (1833-1898) Collier, John (1850- 1934) Crane, Walter (1845-1915) Dicksee, Frank (1853-1928) Draper Herbert (1864-1920) Etty, William (1787-1849) Hacker, Arthur (1858-1919) Hunt, William Holman (1827- 1910) Leighton, Frederic (1830- 1896) Meteyard, Sidney Harold (1868-1947) Millais, John Everett (1829- 1896) Morris, William (1834- 1896) Poynter Edward (1836-1919) Rossetti, Dante Gabriel (1828- 1882) Ruskin, John (1819 1900) Sandys, Frederick (1829-1904) Solomon Simeon (1840- 19059 Stanhope, Spencer (1829- 1908) Swinburne, Algernon Charles (1837- 1909) Waterhouse, John William (1849-1917) Watts, George Frederic (1817-1904)
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Ilustraciones
1. William Holman Hunt. William Blake Richmond. National Portrait Gallery. [Diapositiva 1] 2. John Everett Millais. Autorretrato. [Diapositiva 1] 3. Fotografa de Rossetti, realizada por Lewis Carroll. [Diapositiva 1] 4. John Ruskin. John Everett Millais.1854. Coleccin privada.
[Diapositiva 2]
13. Portada y 1 pgina de Ballads and narrative poems, 1893. Dante G. Rossetti. [Diapositiva 11] 14. La estrella de Beln. BurneJones.1888-1891. Birmingham Museums and Art Gallery. [Diapositiva 12] 15. Laus Veneris. Burne-Jones. 1968, Laing Art Gallery. Newcastle Upon Tine. [Diapositiva 14] 16. Venus Verticordia. Dante Gabriel Rossetti. 1864-1868. Bournemouth. [Diapositiva 15] 17. Cupido en sus campos de caza. Burne-Jones 1885 The Art Institute of Chicago. [Diapositiva 17] 18. Le Roman de la Rose. D. G. Rossetti. 1864. Tate Gallery. [Diapositiva 18]
25. El vino de Circe. Burne-Jones. Tomado de Simbolismo en Europa. Centro Atlntico de arte moderno pag, 58. [Diapositiva 25] 26. Circe ofreciendo la copa a Ulises. John William Waterhouse.1891, Oldham Art Gallery.
[Diapositiva 26]
27. Circe o la hechicera. John William Waterhouse.. Coleccin privada. [Diapositiva 27] 28. Circe envidiosa. John William Waterhouse. 1892, Art Gallery of South Australia, Adelaide. [Diapositiva 28]
5. Cristo en casa de sus padres. John Everett Millais, 1849. Tate Gallery, Londres. [Diapositiva 5] 6. Isabella. John Everett Millais, 1849. Walker Art Gallery, Liverpool. [Diapositiva 6] 7. Ofhelia. John Everett Millais, 1852. Tate Gallery, Londres. [Diapositiva 7]
8. Retrato de William Morris. D. G. Rossetti. 1856. Tomado de Historia del arte. Historia 16, N 31. [Diapositiva 8]
19. Venus surge del mar. Burne-Jones. Part of the Cupid and Psyche series of illustrations to William Morriss narrative The Earthly Paradise. [Diapositiva 19] 20. El espejo de Venus. BurneJones. 1870 Calouste Gulbenkian Foundation, Lisbon. [Diapositiva 20] 21. El despertar de Adonis. John William Waterhouse. Collection Lord Lloyd Webber. [Diapositiva 21] 22. La belle dame sans merci. F. Dicksee. Bristol Museum and Art Gallery. [Diapositiva 22] 23. Clitemnestra. John Collier. 1882. Southport Art Gallery. [Diapositiva 24]
30. Ulises y las sirenas. John William Waterhouse.. 1861, National Gallery of Victoria, Melbourne.
[Diapositiva 30]
31. Cermicas, Louvre, Berlin Antikensammlung y British Museum. Pintura mural Pompeya.
[Diapositiva 31]
9. Una pgina de Horacio. Odas L II,1. [Diapositiva 9] 10. Ilustracin de Burne-Jones para Troilo y Criseida. [Diapositiva 9] 11. Kelmscott Chaucer Ilustracin de Burne-Jones. [Diapositiva 10] 12. Portada de la Kelmscott Chaucer (1893) London: Kelmscott Press, 1893. Australian Library of Art, State Library of Queensland 1893. [Diapositiva 10]
32. Ulises y las sirenas. Herbert Draper. 1864-1920. Leeds City Art gallery. [Diapositiva 32] 33. Las sirenas. Burne-Jones. Coleccin privada. [Diapositiva 33] 34. Sirena. Rossetti. 1900 Royal Academy of Arts, London, England. [Diapositiva 34] 35. Sirena. John WilliamWaterhouse. 1892. Royal Academy of Arts, Londres. [Diapositiva 35]
24. Circe. A. Hacker. Tomado del libro de Dijkstra, dolos de perversidad, pag 321. [Diapositiva 25]
36. La cueva de las ninfas de la tormenta. Edward Poynter. Coleccin privada. [Diapositiva 36] 37. La pregunta. D. G. Rossetti. Birmingham City Museun and Art Gallery. [Diapositiva 37] 38. Hylas y las ninfas. John William Waterhouse. Manchester, Art Gallery, 1896. [Diapositiva 38] 39. Medea. F. Sandys.. 1866, Birmingham Museum and Art Gallery. [Diapositiva 39] 40. Helena de Troya. F. Sandys. Walker Art Gallery, Liverpool.
[Diapositiva 40]
head fires,The soul attains) BurneJones. City Museum & Art Gallery, Birmingham. [Diapositiva 48] 49. Aspecta Medusa. D.G. Rossetti. 1867. Coleccin privada.
[Diapositiva 49]
60. Psyque entrando en el jardn de Eros. J. W. Waterhouse. Harris Museum and Art Gallery, Preston, England. [Diapositiva 60] 61. Psyque abriendo la caja de oro. John William Waterhouse.. Coleccin privada. [Diapositiva 60] 62. Caronte y Psyque. S. Stanhope. Localizacin desconocida. [Diapositiva 61]
51. Minotauro. G. F. Watts. 1897. Tate Gallery. [Diapositiva 52] 52. Endymin. G. F. Watts. 1873. John and Julie Schaeffer Collection, Sydney. [Diapositiva 53] 53. Eco y Narciso. Jonh William Waterhouse. 1903. Coleccin privada. [Diapositiva 54] 54. Las ninfas encuentran la cabeza de Orfeo. John William Waterhouse. 1900. Coleccin privada. [Diapositiva 55] 55. Beata Beatrix. D.G. Rossetti..1864, Tate Gallery. Londres.
[Diapositiva 56]
63. Cupido y Psyque. Burne-Jones 1895 Muses Royaux des BeauxArts, Brussels. [Diapositiva 62] 64. Psyque. G. F. Watts.Tate Gallery. Londres. [Diapositiva 63] 65. Ariadna. John William Waterhouse. 1898. Coleccin privada.
[Diapositiva 64]
42. Proserpina. D. G. Rossetti. 1874. Tate Gallery. [Diapositiva 42] 43. Pandora. D. G. Rossetti.The Faringdon Collection Trust. [Diapositiva 43]
67. Penlope. F. Sandys. Localizacin desconocida. [Diapositiva 65] 68. Penlope y los pretendientes. John William Waterhouse. 1912. Aberdeen Art Gallery. [Diapositiva 66] 69. Orfeo y Eurdice. G. F. Watts. Coleccin privada. [Diapositiva 67] 70. Flora y los Cfiros. John William Waterhouse. 1897. Schaeffer Collection, Sydney. [Diapositiva 68] 71. Clytia. F. Leighton. Localizacin desconocida. [Diapositiva 69]
44. Pandora. John William Waterhouse. 1896. Coleccin Lord Lloydd-Webber. [Diapositiva 44] 45. Lamia. John William Waterhouse. 1905. Coleccin privada.
[Diapositiva 45]
56. Amor Dantis. D. G. Rossetti. Tate Gallery. Londres. [Diapositiva 57] 57. La boda de Psyque. BurneJones. 1895. Muses Royaux des Beaux-Arts, Brussels, Belgium.
[Diapositiva 58]
46. Las Danaides. John William Waterhouse. 1904. Aberdeen Art Gallery. [Diapositiva 46] 47. Nyade. 1893. John William Waterhouse. Coleccin privada.
[Diapositiva 47]
48. Ciclo de Pigmalion (The heart desires, The hand refrainsThe god-
59. Psyque y el stiro. Burne-Jones. 1872 .Fogg Art Museum Harvard University, Cambridge. [Diapositiva 59]
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