La Formación Histórica Del Estado Nacional

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TEMA 2.

LA FORMACIN HISTRICA DEL ESTADO NACIONAL

1.- LA FORMACIN HISTRICA DEL ESTADO NACIONAL: CUESTIONES FUNDAMENTALES. La formacin del Estado nacional fue el resultado de un proceso que no fue intencional, ya que result de una serie de consecuencias no intencionales y no al designio de individiuos o grupos. Tampoco fue lineal, ya que no fue el resultado de un progreso constante hacia una forma estatal privilegiada. Por otra parte tampoco fue necesario ya que result de una serie de contingencias que tambien permitian caminos muy distintos. Por tanto, la formacin del Estado nacional no fue intencional,ni lineal ni necesario. Este proceso arranc en una coyuntura en la que diversas maquinarias estatales se enfrentaron al problema comn de la construccin de la sobrerania. Desde el siglo XIX hasta la actualidad el problema de la formacin histrica del Estado nacional ha sido estudiodo historica y sociologicamente, siendo tres las prespectivas de indagacin dominantes. 1.- La de Marx y su plural tradicin. Marx, utiliza ms de una idea explicativa, Plantea el estudio de la formacin del Estado nacional en el marco de la gnesis, estructura e historia propia del capital. Se plantea un interrogante fundamental cules son las relaciones genticas y estructurales entre el nuevo Estado (que se forma en Europa a partir del S XVI) y el capital?. 2.- La de Weber y su plural tradicin. El problema de Weber es el de reconstruir la gnesis de un tipo de Estado en que el principio de legitimacin y unas caractersticas admvos.-organizativas son novedades que slo aparecen en Occidente. 3.- Es la ms reciente, protagonizada por Barrington Moore. El problema de Moore es el de estudiar aquel conjunto de circunstancias que han llevado a que las nuevas maquinarias estatales se hayan bifurcado en 2 tipos de formas de gobierno, unas tendentes hacia la democracia y otras hacia el autoritarismo. Es decir que conjunto de variables explican que los Estados que se conformaron a partir del S XVI unos derivaran haclia la democracia y otros hacia el autoritarismo?. La respuesta a estos tres problemas domina la discusin sobre la formacin del Estado Nacional. Nos inclinamos hacia la posicin de Weber: el surgimiento de un tipo de Estado que hizo posible su ulterior nacionalizacin. 2.- LA CONSTRUCCIN DE LA SOBERANA. Weber propuso una definicin general del Estado en la que se enfatizan tres componentes: Territorialidad, monopolio de la violencia y pretensin de legitimidad. El Estado "es aquella comunidad humana que en el interior de un determinado territorio -el concepto "territorio" es esencial a la definicin- reclama para s (con xito) el monopolio de la coaccin fsica legtima". Por tanto el estudio ha ce centrarse en los cambios en la territorialidad, el monopolio de la violencia y la dominacin legtima teniendo en cuenta que todo ello ha desembocado en la burocratizacin y la legalizacin de la dominacin poltico estatal.

Weber muestra claramente que factores han empujado a los aparatos administrativos de dominacin hacia la burocratizacin. 1.- Desarrollo de una economa monetaria. 2.- Nuevos medios de comunicacin que estan a disposicin del aparato de dominacin. 3.- ampliacin de las funciones administrativas del estado. 4.- Concentracin de los medios materiales en manos del dominante. 5.- nivelacin social y econmica de los grupos politicamente dominados. 6.- Superioridad tcnica de la burocracia sobre cualquier otra organizacin. Existen una serie de factores que llevan hacia la burocratizacin, los cambios en los medios de comunicacin, el incremento de funciones estatales, la concentracin en la cpula poltica de los medios administrativos y la niverlacin de los subditos, son factores que inciden decisivamente sobre la territorialidad del poder polticoestatal, transformandola, pues permiten consolidad un centro territorial de poder (capital o corte) yna rpida comunicacin entre ese centro y la periferia y una penetracin del estado en los diversos aspectos de la vida social. Estos cambios en la bae territorial del Estado son los que constituyen las condiciones para que se de la burocratizacin. Por su parte el desarrollo de las redes de comunicacin, la concentracin de los medios administrativos (violencia poltica) y la nivelacin de los sbditos generan cambios en la capacidad del Estado para monopolizar la violencia. Por ltimo, el desarrollo de una economa monetaria y la nivelacin de los subditos, crean las bases para renovar viejos principios de legitimacin y abren la posibilidad de una racionalizacin jurdica que se plasmara en trminos de legalizacin de la dominacin. LA SITUACIN DE PARTIDA Y LA CONSTITUCIN DEL SISTEMA EUROPEO DE ESTADOS SOBERANOS. Pensemos que en la Europa de 1490, coexistian organizaciones estatales muy distintas: Imperios, ciudades-estado y estados proto-nacionales. Estas diversas formas de organizaicn diferian tajantemente entre s en cuanto a los problemas bsicos de la soberania estatal como la territorialidad, el monopolio de la violencia y su principio de legitimidad. No se trataba de organizaciones polticas recientes, sino del legado consolidado de una larga historia anterior que, en algunos casos , mostr una clara capacidad de supervivencia. Por tanto esta extrema diversidad de formas de organizacin poltica quedar como un legado que nos permite dar cuenta de la diversidad interna de los Estados nacionales emergenes. Los conceptos clave del nuevo lxico poltico europeo son: ESTADO Y SOBERANIA. El status medieval que hacia referencia a la condicin del poder del monarca pasa a concebirse como una concentracin de poder separada institucionalmente y que asegura la pacificacin y estabilizacin de las relaciones polticas. Ese Estado estable y pacificador se articula en trminos de soberania, es decir en la formacin de un Estado soberano. Se trata de un problema compartido por todos los estados y el problema consiste en: el "cierre de espacios como principio de estructuracin"; y por otro lado , las implicaciones de tal cierre. El cierre de espacios asegura la soberana del Estado, se libera frente al poder de otros y se unifica internamente. Las implicaciones son relevantes. 1 la soberana se ha de afirmar doblemente, tanto al interior (inclusin) como al exterior (exclusin) de la frontera trazada. 2 la soberana estatal, se construye y firma en el marco de otras soberanas competitivas (se traduce en un sistema de Estados). La 3 es que la lgica comunicativa de esa construccin es la violencia: los Estados soberanos se construyen comunicndose violentamente hacia el exterior y hacia el interior, blandiendo la doble espada de la guerra externa y la pacificacin interna que permite asentar fronteras. La construccin de la soberania estatal lleva a la formacin de fronteras y esto arrastra consigo la formacin de un sistema de Estados que compiten por las frotneras fijadas. Surge as el sistema europeo de

Estados donde coexisten formas polticas muy diversas entre s, aunque todas enfrentadas al mismo problema la construccin de la soberania. 3.- LA CONSTITUCIN DEL SISTEMA EUROPEO DE ESTADOS SOBERANOS. La construccin de la soberana estatal lleva a la formacin de fronteras y esto arrastra consigo la formacin de un sistemas de Estados que compiten por las fronteras fijadas. Surge as el sistema europeo de Estados. A lo largo del S.XVI, en la Europa occidental se va configurando un rudimentario sistema de Estados con base territorial ms amplia que las pequeas entidades italianas. Este sistema vive dominado por el doble legado de la Edad Media, la idea de un Imperio de soberana limitada y al interferencia religiosa en la poltica del Estado. La paz de Westfalia (1648) consolida el sistema emergente en sus rasgos fundamentales. El Imperio recibe acta de defuncin y se seculariza la poltica. A partir de este momento, el sistema se expande al conjunto de Europa, incorporando a finales del S. XVII, a las potencias emergentes del Este (Prusia, Rusia), y definindose espacios propios que ya son mundiales. La forma de comunicacin de ese sistema es la violencia blica que construye, arruina y redefine o destruye Estados. Su residuo son los Estados y su sistema. Es un sistema dinmico tanto en trminos de espacio como en sus relaciones internas. Se expande desde el Mediterrneo hacia el Atlntico, y desde el Oeste hacia el Este, y de sta hacia sus colonia mundiales. El dinamismo interno resulta de la precariedad de la situacin de los miembros en su interior y de las relaciones cambiantes dadas pro enfrentamientos y alianzas de los Estados. El problema de fondo permanece durante mucho tiempo sin resolver, es decir, la acotacin de las ronteras y la distincin entre lo interior y lo exterior del Estado. Los conflictos civilies (sucesiones, rebeliones locales o regionales las guerras civiles) de cada Estado se convierten facilmente en conflictos blicos entre Estados. La rivalidad entre Estados en el interior del sistema fraguo el destino de cada uno de sus miembros, incidiendo en la estructuracin de la soberania estatal. El sistema emergente fue el terreno fundamental de comunicacin entre Estados. El leguaje bsico y reiterado de esta comunicacin fue el de la guerra. 4.- LA REVOLUCIN MILITAR Y LOS ESTADOS. Se entiende pro revolucin militar las hondas transformaciones en el armamento, la organizacin, la tctica, la estrategia y el volumen de los ejrcitos que, aparecidos de forma parcial en Italia s. XV, se consolidan y desarrollan en los s. XVI y XVII, dominando el arte de la guerra hasta la mitad del s. XVIII. La novedad fundamental en el armamento fue la utilizacin de la plvora; esto permiti la fabricacin de nuevas y eficaces armas, (arcabuces, mosquetes, pistolas) y, sobre todo, el desarrollo de la artillera pesada de asedio. En trminos de organizacin militar se pasa de un ejrcito de seores o de ciudadanos a un ejrcito de mercenarios que son reclutados, administrados y controlados -no siempre- por los poderes polticos de las ciudades-estado italianas. Otras innovaciones fundamentales se refieren a aspectos tcticos y estratgicos y se consolidan claramente en las campaas de Flandes de los s. XVI y XVII. Se concretan en la primaca de la guerra de asedio, la organizacin del ejrcito en unidades operativas de tamao pequeo y controladas centralmente y la racionalizacin extrema de los movimientos tcticos de tales unidades y soldados. Esta revolucin militar afect tanto a la guerra terrestre como a la guerra en el mar. De la mano de estas innovaciones crece espectacularmente el volumen de los ejrcitos. El proceso de transormaciones en el arte de la guerra fue lento y en muchas regiones no fue completo hasta cas entrado el siglo XIX. . Lmites de la revolucin militar.

La revolucin militar mostraba lmites internos y estaba sometida a lmites externos. Los lmites internos radican en que las innovaciones del siglo XVI agotaron pronto sus posibilidades de perfeccionamiento. Tanto McNeill como Parker, destacan que los ejrcitos del siglo XVIII no se diferenciaban bsicamente de los ejrcitos ms desarrollados de los dos siglos anteriores: eran ejrcitos de movimientos lentos, empantanados en largos y costosos asedios, que realizaban campaas nunca definitivas y se engarzaban en guerras de desgaste. Estas limitaciones internas, vienen dadas en gran parte, a causa las limitaciones externas. Las fundamentales fueron econmicas. Otras muy ligadas a ellas, las de orden logstico. Por ltimo, el sistema de comunicaciones europeo no era en el s. XVIII superior al de los siglos anteriores. Un gran ejrcito se tena que mover lentamente y cuidar de sus aprovisionamientos utilizando vas fluviales o martimas, que eran menos costosas. Las campaas tendan todava a desarrollarse de forma estacional, dependiendo del buen tiempo y de las buenas cosechas. Efectos de la revolucin militar. Los efectos de la guerra sobre los estados de esa epora fueron:

1.Las guerras libradas en el sistema europeo de Estados actuaron como un mecanismo selectivo, haciendo desaparecer a algunos estados, consolidando otros y creando problemas para la supervivencia de los restantes. La guerra fue la gran prueba que todos tuvieron que enfrentar. Por tanto, los estados enfrentaban importantes retos que no haba que desdear. La guerra fue su prueba bsica de supervivencia. 2. No resulta claro que la neuva guerra supusiera un paso decisivo hacia un ejercito burocratizado que de alguna forma conformara la posterior burocratizacin de los aparatos del estado. Una cosa es la burocratizacin del aparato militar, otra la del estado. Si nos adentramos en la organizacin de los ejrcitos, numerosos y complejos, su forma no se parece a la burocracia racional: eran ejrcitos indisciplinados, dados al botn y al pillajer, con altsimas tasas de desercin; sus cuadros de mando no se seleccionaban segn experiencia y cualificacin, sino en razn de privilegios estamentales; la formacin de la tropa estaba en manos de empresarios semiprivados que actuaban como reclutadores y prestamistas de la soldadesca y cambiaban con facilidad de amo. Todo esto est lejos de la imagen de un ejrcito organizado burocrticamente que prefigure un Estado del mismo tipo.

3. La revolucin militar fue el punto de arranque de una crisis profunda del constitucionalismo medieval que arrastr a la mayora de los Estados hacia un rgimen de absolutismo burocrtico-militar. Pero lo cierto en es que ese esfuerzo blico no engendro un respuesta universal en trminos de centralizacin estatal. Lo que se puede asegurar es que todos los estados sufrieron el impacto de la guerra y que, ese impacto fue crtico; gener una situacin en la que se tuvo que proceder a cambios sustantivos. 5. LA FISCALIDAD ESTATAL.

Las guerras podan hacerse por reputacin, como se deca en la corte espaola, pero haban de ganarse con dinero; era un caro, aunque inevitablemente un deporte real. Era caro en razn de todos sus componentes: la soldada de los voluminosos ejrcitos de campaas o de las tropas permanentes; su aprovisionamiento; los nuevos armamentos y los costosos caones; la edificacin de nuevos bastiones y los gastos derivados de los prolongados asedios; la construccin de naves de guerra y su aprovisionamiento, artillera, pertrechos y alimentos.

Todo ello rebasaba la capacidad fiscal de las endebles maquinarias estatales lo que generaba una crisis profunda de la que surgieron distintas respuestas fiscales y que de alguna forma determin la forma en que se definia las relaciones entre el Estado y los subditos o ciudadanos. Segn Mann, los Estados hasta entonces son dbiles a la hora de penetrar fiscalmente en sus territorios soberanos y disponian de una parte muylimitada de la renta nacional. El cambio que comport la revolucin militar respecto a los presupuestos estatales fue importante, ya no se trataba de financiar puntuales aventuras guerreras , se tuvieron que incrementar y dotarse de estabilidad. Pensemos que en las maquinarias estatales pre-nacionales, los gastos militares dominan totalmente los gastos del Estado. Los gastos estatales son bsicamente ligados a la empresa blica; slo en el XIX empiezan a crecer significativamente gastos civiles. . Los techos fiscales del Estado. Para dar cuenta de estas variaciones tomemos en cuenta los tres techos fiscales con los que se topan las maquinarias estatales, es decir, los lmites a los que est sometida su capacidad recaudatoria. El primero es el techo econmico: la capacidad de recaudar impuestos depende siempre de la riqueza del territorio, especialmente de la monetizacin de su economa, pues en tal caso, se requiero un menor esfuerzo coactivo-organizativo para detraer recursos. Es el techo econmico que tom en consideracin Weber ;"un Estado tendr un techo econmico tanto ms elevado cuanto ms desarrollado monetariamente est su economa". El segundo, el techo techo administrativo, su capacidad o poder infraestructural, es decir, la organizacin de que dispone para recaudar por s mismo eficaz y econmicamente. Un estado raqutico, encerrado en un centro administrativamente impotente sobre su periferia, con pocos y escasamente fiables funcionarios, tendr mas dificultades para recaudar impuestos que otro ms desarrollados. El tercer techo es el poltico. En el marco de las capacidades que fijan los dos anteriores, la capacidad recaudatoria del estado estar determinada por las resistencias o colaboracin que muestren los potenciales contribuyentes. Ms all de un determinado nivel de presin fiscal se habr superado el techo poltico y los requeridos contribuyentes, siempre que dispongan de los medios organizativos adecuados y cuenten con potentes alianzas sociales se rebelarn. Estos tres techos estan interrelacionados. Un alto techo econmico compensar un bajo techo administrativo y poltico. Conclusin: en razn de estas variables los distintos Estados tendrn mayores o menores dificultades para solucionar el problema fiscal que enfrentan : los dineros para la guerra. Ante el incremento de los gastos de la guerra, los estados patrimoniales del siglo XVI tuvieron que recurrir al endeudamenteo, es decir obtener prstamos ligados a las sucesivas campaas blicas, obtenidos en el propio territorio o en los mercados externos. La deuda se fue acumulando y como resultado se intento incrementar la capacidad recaudatoria del Estado, bien subiendo impuestos, vendiendo vienes de realengo, cargos, titulos y honores, requisando joyas, oro y plata; retrasando las remuneraciones oficiales, imponiendo prestamos forzosos, declarando bancarrota del Estado, acuando moneda, etc. Todos estos medios fueron utilizados reiteradamente en los siglos XVI y XVII. Pero lo cierto es que la poltica fiscal de los distintos estados patrimoniales llevaba siempre al fracaso econmico y generaba fuertes crisis polticas. 6.- COERCIN, CAPITAL Y ESTADO. Cmo lograron salir los Estados del atolladero si su sistema comunicativo era la guerra y sta requera ms y ms dinero?. A travs de 2 trayectorias o estrategias que acabaron por consolidarse : capitalizacin intensiva y coercin intensiva.

La primera va la capitalizacin intensiva, lleva al estado fiscal plutocrtico.(abundancia de ricos en el gobierno del pas). Sobre la base de una economa muy desarrollada en trminos monetarios, se va conformando un Estado que puede enfrentar los retos militares contando con recursos suficientes, relativamente fciles de recaudar y sobre cuya administracin tienen un acceso privilegiado los grupos que dirigen su avanzada economa. La segunda va es la de la coercin intensiva, y lleva al estado patrimonial autoritario. En un pas poco urbanizado y con escaso desarrollo de la economa monetaria se va asentando un Estado, enfrentado al reto militar, que construye un aparato autoritario que consigue superar los estrechos lmites de su escaso poder infraestructural, integrando coactivamente en su seno a los grupos que posee el poder local; stos, a cambio, consiguen la consagracin de sus privilegios sociales y econmicos. En la primera va desembocaron las Provincias Unidas en el XVII y, de forma ms matizada y compleja, Inglaterra en el XVIII. La segunda va es la que eligi Rusia en ambos siglos. Entre los extremos que suponen las Provincias Unidas y Rusia se sitan, aproximndose ms a uno u otro extremo, los distintos Estados europeos. En la primera via, el problema fiscal que generaron los crecientes gastos de la guerra fue solucionado por medio de un nuevo Estado fiscal que detraa sus recursos de una economia desarrollada mercantilmente que el mismo Estado impulsaba. El techo economico se elev, pero a la vez, se elev tambien el techo poltico, incorporando los propietarios del capital al mismo Estado y dandoles cobertura, orientando la politica militar atendiendo a sus intereses. En la segunda via el Estado, a pesar de su despotismo, carecia de un poder infraestructural slido que le prermitiera controlar la periferia desde el centro, se apoyo por tanto, en la nobleza que disponia de ese poder local y la convirti en mediadora fiscal, responsabilizandola de la recaudacin de los impuestos que pesaban sobre los campesionos. Si bien sigui manteniendo un techo econmico muy bajo se logr compensar por su gran extensin territorial y sus amplias bases. Lo importante es la ampliacin del techo poltico conseguida en trminos coactivos sobre los campesinos con la ayuda de la nobleza. 7.- EL ESTADO, LA CIUDAD Y LA CORTE. La construccin de la soberana, como fijacin de una frontera que separa lo interior de lo exterior, comport una lgica comunicativa especfica, la de la violencia, que pacificaba en el interior y guerreaba en el exterior. Su fruto fueron los Estados y su sistema. El Estado se defina en trminos de confrontacin blica entre entidades con pretensin de soberana. La confrontacin haca que, de alguna manera, Estados que eran muy diferentes compartieran algo comn; la nueva guerra, con sus requerimientos organizativos y, sobre todo, presupuestarios. En la bsqueda de recursos para guerras defensivas y ofensivas se fueron afianzando maquinarias estatales que diferan entre s, pero que tambin diferan marcadamente de la situacin de partida. Se puede decir que el proceso de la formacin del Estado de los siglos XVI-XVIII en la vieja Europa fue el de la contraposicin o la combinatoria de la ciudad y la corte. Para dar razn de esto, es preciso ampliar el modelo analtico. Tilly. En su versin ms simple el modelo llama la atencin sobre las cuatro actividades bsicas de los Estados que se conformaron durante la poca. La primera es la autorreferente y consiste en la construccin del Estado mismo por medio de la supresin o neutralizacin de sus rivales internos. La segunda es la guerra y su preparacin. La tercera es la extraccin, es decir, la obtencin de recursos para la realizacin de sus tareas. La cuarta y ltima es la proteccin, una actividad en la que, al estilo mafioso, el Estado impone su proteccin aparentemente frente a otros, pero en realidad frente a s mismo. Estas cuatro actividades fundamentales de los Estado a lo largo de este perodo muestran la complejidad de su proceso de formacin.

Segn se ha podido comprobar, la guerra y la extraccin fueron bsicas para comprender el resultado final, Pero la construccin del Estado en el interior, neurtralizando sus rivales internos tambien fue muy importante. Para comprobarlo hay que considerar tomar en consideracin como protagonistas del proceso: la ciudad y la corte. La una fue soporte de los dineros de la guerra; la otra, centro de decisin de aventuras guerreras. Pero fueron tambin algo ms. La ciudad fue adems un centro de poder histricamente autnomo, con instituciones polticas propias y una especfica lite poltica (el patriciado). La corte, por su parte, fue tambin centro de irradiacin de la soberana interna y, de la mano de ello, jardn y prisin de la nobleza. - Las ciudades europeas. Weber llam la atencin sobre las caracteristicas de la ciudad medieval europea: "una entidad autnoma poltica y militarmente, defendida por sus murallas y sus milicias, pero siempre sede de artesanos y comerciantes, no de guerreros". Esas ciudades, organizadas como ciudades-estado, florecieron en la Europa de la baja Edad Media y seguan llenas de vitalidad a principios de la Edad Moderna. Haban surgido en los intersticios de los poderes polticos anteriores: en tierra de nadie o all donde chocaban y se equilibraban los poderes del emperador. los reyes, los seores o el papado. Su destino posterior se vio marcado por la consolidacin de poderes territoriales ms extensos y consistentes. Las ciudades eran islotes en el ocano rural europeo. Eran pocas y con poca poblacin, pero estaban repartidas de forma desigual por el territorio europeo y eran ricas. Las ciudades habian generado sus propias formas de organizacin estatal que competian con otras de base territorial, econmica y demografica muy distinta. La concentracin del Estado qued condicionada por el potencial urbano de las distintas zonas de Europa. Dode este potencial era fuerte se gener un tipo de Estado que era distinto de aquellos formados en zonas con menor desarrollo urbano. Las ciudades fueron la cuna y escenario de la revolucin militar. En ellas naci y arraig su innovacin ms decisiva: la artilleria pesada de asedio y el nuevo bastin defensivo. Fueron tambien escenario decisivo de la confrontacin entre Estados patrimoniales. Los voraces Estados buscaban el botin de las ciudades, pero stas opusieron resistencia. Esta tensin entre los Estados y las ciudades se solvent de distintas formas, en funcin del potenciqal urbano de la zona. Donde ste era alto, las ciudades retardaron el proceso de constitucin del Estado nacional y lo hicieron ms traumtico. All donde las ciudades eran pocas, aisladas y pobres, los Estados se formaron siguiendo exclusivamente la via coercitiva. Pero donde las ciudades y sus capitales eran accesibles puedieron surgri potentes maquinarias estatales que combinanban la capacida coercitiva con recursos financieros. Esto se logr mediante precarios equilibrios entre el principe y los capitalistas de las ciudades. Estos equilibrios suponiar conservar las institucines municipales ms o menos autonomas y la integracin de losburgueses en el circuito econmico del principe (como prestamistas, recaudadores de impuestos, concesionarios de monopolios reales...). Pero lo cierto es que estosequilibrios entre aprincipe y burguesia eran precarios, tanto por las pretensiones de soberana del principe como por las pretensiones de autonomia urbana. Las crisis politico-estatales de los siglos XVI y XVII fueron acompaadas por el surgimiento, momentneo y frustrado a medio plazo, del independentismo urbano. - Las cortes principescas. La corte era, el lugar de encuentro de la nobleza y el monarca, y es en ella donde podemos analizar cmo se defini su relacin. El equilibrio en el ejercicio del poder y la proteccin de los intereses de grupos fueron cruciales en la formacin del Estado. Las relaciones entre la nobleza y el monarca que estaban dominadas por una mezcla ambivalente de subordinacin y reciprocidad. Los monarcas haban encontrado en la nobleza terrateniente el principal obstculo en su carrera hacia la soberana. Los nobles eran por una parte sus enemigos y stos a su vez exaltaban las idealizadas

libertades feudales. Pero se trataba de enemigos por una parte irreconciliables y por otra dependientes. Tenian que luchar entre s, peros in destruirse mutuamente. La fuerte implantacin local de la nobleza conspiraba para que el poder central no pudiera prescindir de ella para gobernar, por tanto los principes que desconfiaban de su nobleza, se preocupaban tambien por mantenerla, por preservar las bases de su poder social y su prestigio. La instauracin de la corte pretendia resolver ese dilema. La corte era el centro de irradiacin del poder soberano del monarca. A traves de la corte se asignaba reconocimiento y honor a la nobleza y se aseguraba su lealtad al soberano. En la corte se asentaba las bases de dominacin, en ella se reconocia la calidad superior que todos compartian, se procedia a jerarquizarla y se promova su renovacin, reclutando nuevos miembros. Pero tambien era una prisin, porque expresaba la prdida de una anteiror independencia y los lmites de su autonomia actual. En la corte se expresaba otro de los equilibrios precarios que se esconda tras la pompa de la soberania absoluta.De igual forma que las monarquias necesitaban a la burguesia de la ciudad, necesitaba la colaboracin y el sosten de la nobleza terrateniente. Los prncipes necesitaban apoyarse en el poder local de la nobleza y contar con ella para los cuadros de mando de sus ejrcitos. La protega eximindola de impuestos, reconociendo sus ancestrales derechos de seoria en el marco de nuevos derechos de propiedad y reconociendoles rentas en reconomiento de sus servicios. De este modo, al lado de los Estados de base urbana, se asentaron Estados en los que la tierra y la ciudad se equilibraban en un pacto no expreso pero efectivo entre prncipes, burgueses y nobles terratenientes. Al fondo quedaba un ocano campesino. Al fondo quedaba un ocano campesino que en ocasiones se movilizaba, pero que solamente cuando encontraba el apoyo de la burguesia o los aristcratas conseguia hacerlo con eficacia. Los Estados se iban consolidando en el marco de una relacin compleja entre la ciudad y la corte. 7.- LAS DISTINTAS FORMAS DEL ESTADO NACIONAL. Se ha podido comprobar cmo los problemas ligados a la territorialidad, el monopolio de la violencia y la legitimidad han sido decisivos en el proceso de formacin de los futuros Estados nacionales. Pero lo que no hemos podido corroborar es que ese proceso se haya desarrollado en el sentido de una burocratizacin y legalizacin crecientes de los sistemas de dominacin. Desde este punto de vista el proceso se muestra ms bien incierto y ambiguo. Es posible reconducir esta evidencia al marco analtico de Weber?. Se dan 3 posibilidades para conseguirlo: 1 metodolgica, 2 centrada en la ponderacin de las condiciones socio-histricas de la burocratizacin, 3 toma en consideracin la compleja dialctica entre el capitalismo, el patrimonialismo y la burocratizacin. La primera va, la ms trivial y oportunista. Se limita a explotar la conocida tensin entre la conceptuacin tpico-ideal y la realidad histrico-concreta. Se dir, en razn de ello, que si las maquinarias estatales no se muestran homogneamente burocratizadas al final del perodo, es debido al carcter inevitablemente heterogneo de lo histrico -concreto, nivel en el que se mezclan los conceptos claros y distintos por medio de los cuales pensamos y damos sentido. La segunda va es: si la burocratizacin es, tal como propone su complejo modelo causal, el resultado ms probable de un concurso de condiciones favorables. Habr que comprobar si tales condiciones se dieron y en qu medida, slo entonces se podr evaluar la hiptesis. Resultado de esto es que la burocratizacin de la dominacin poltico-estatal slo se hizo significativa cuando se cumplieron todas las condiciones de forma coincidente y, por lo tanto, slo en los Estados posteriores a la poca estudiada (antes eran generalmente variantes distintas del Estado patrimonial preburocrtico). La otra argumentacin posible argumentara que, en razn del nmero de condiciones

favorables y de su grado de incidencia, a lo largo del perodo se habra asistido a pasos ms o menos firmes en la reconfiguracin burocrtica de Estados que bsicamente contaban con una administracin patrimonial. La tercera solucin tiene dos puntos de arranque. Por un lado, parte de la constatacin de la compleja relacin entre el capitalismo, el Estado patrimonial y la burocratizacin estatal; por el otro, arranca de consideraciones sobre algunas variantes europeas del patrimonialismo y sus relaciones con la burocratizacin. Dos son las propuestas que conviene retener: la primera, es que algunas formas histricas del capitalismo son claramente compatibles con el patrimonialismo; la segunda, es que el capitalismo racional, no slo es afn a la burocratizacin, sino tambin a un rgimen plutocrtico de notables. Anudando estas dos ideas, la monetizacin de la economa es compatible con el Estado patrimonial, el burocrtico y el plutocrtico basado en notables. Reconstruyendo la tercera solucin, esta consiste en distinguir pautas distintas de la transformacin histrica del Estado en Occidente, no todas conducentes a la burocratizacin .Se dan dos extremas: 1 en el marco de una economa muy desarrollada en sentido capitalista, se consolidan formas estatales plutocrticas basadas en la dominacin de notables. 2 tanto en ausencia de feudalismo como de patrimonialismo patriarcal, se crea una situacin de fuerte concentracin de los medios de coaccin en las manos del prncipe, el Estado procedi a la va de la burocratizacin, cercenando las posibilidades de un desarrollo autnomo del capitalismo. Resultado final: se da una coyuntura en la va plutocrtica y la va patrimonial se unificaran en forma de Estado nacional burocrtico.

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