Las Espadas Del Cid

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Las espadas del Cid:

La Colada y la Tizn.

Florencia Gimnez Literatura. Primer ao CeRP del este

Rodrigo Daz de Vivar, tambin llamado El Cid Campeador, fue un caballero castellano del s. XI. Nace en Vivar, provincia de Burgos, se estima que en el ao 1043, y muere en el ao 1099. Una de sus primeras hazaas, siendo muy joven, le otorga el apodo de Campeador que significa Batallador, se trata de la victoria que obtiene en un duelo contra el caballero navarro, Jimeno Garcs. El Cid es tambin el personaje protagonista de un libro que lleva su nombre: el Poema de Mo Cid, que cuenta su vida y hazaas, de una manera segn algunos crticos diferente a lo que fue en la realidad. Este cantar o poema, annimo, es el primer texto conservado de la pica espaola y un testimonio de gran importancia no slo desde el punto de vista de la historia de la literatura, sino tambin como documento lingstico, ya que nos permite analizar cmo era nuestra lengua en los albores de su formacin y apreciar, al mismo tiempo, el grado de sutileza que sta haba alcanzado en su elaboracin artstica. Mucho se ha discutido sobre la autora del libro, hay diversas teoras pero an no se sabe con certeza a quin pertenece. Fue transmitido oralmente por los juglares a la gente, en los lugares pblicos de los pueblos como las plazas. Estos juglares, eran artistas comunes en la Europa medieval y eran dotados para tocar instrumentos musicales, cantar o contar historias y leyendas. El Cantar de Mo Cid consta de 3730 versos y ha sido dividido en tres partes: 1. El Cantar del Destierro, que narra la partida del Campeador, expulsado por el rey Alfonso VI de tierras castellanas, y sus sucesivas hazaas guerreras, especialmente las tomas de Castejn y Alcocer (vs. 11086), 2. El Cantar de las Bodas de las hijas del Cid, que relata la gradual y finalmente definitiva rehabilitacin del Cid ante el soberano gracias a sus tributos militares, en especial la conquista de Valencia. Simultneamente se tiende otro hilo narrativo: el de la trama urdida por los infantes de Carrin hasta lograr el casamiento con las hijas del Cid (vs. 10872277), 3. El Cantar de Corpes trata la afrenta que los infantes infligen a sus esposas, la convocatoria a cortes de Toledo donde los de Carrin son vencidos por las gentes del Campeador y, por ltimo, las nuevas bodas de doa Elvira y doa Sol (vs. 22783730). Poco tienen que ver los hroes fabulosos de otras gestas con la figura tan sobria y ntidamente trazada del Cid. Nada hay en l de excntrico o desmedido y le son por completo ajenos los sentimientos de violencia y atropello. Hroe cabal en la medida que cumple con el requisito heroico de ir hacia un determinado objetivo, para cuyo logro tendr que superar una serie de obstculos, ser capaz en su aislamiento y proscripcin de mostrar toda su grandeza hecha de mesura, moderacin, obediencia y magnanimidad. y comenz a hablar as, tan justo y tan mesurado: () El v. 7 del Cantar parece acuar desde el comienzo mismo de la obra el mdulo a partir del cual se desarrollar la conducta del Campeador: ante el rey, ante los infantes, ante la corte, ante su familia, ante sus enemigos. El Cid permanece en todo momento dentro de los lmites de lo humano, pero de lo humanamente ejemplar y paradigmtico. Articula sus relaciones con el mundo en forma ejemplar: como guerrero a la vez valiente y generoso, como vasallo sumiso y obediente, como padre y esposo carioso y tierno. La sutileza del poeta sabe, empero, variar este retrato tal vez algo adusto con inesperados rasgos de humor en el episodio del conde de Barcelona, por ejemplo, de orgullo frente a la victoria y de aguda penetracin en sus complejas relaciones con los infantes. Personaje tallado de una pieza, pero rico en matices diversos, el Cid se yergue seero como uno de los grandes personajes de la literatura universal.

El Poema comienza cuando el Cid, vasallo del rey don Alfonso VI, es enviado por ste a cobrar los tributos de los reyes de Crdoba y Sevilla. El Cid, por defender al rey de Sevilla, se ve envuelto en una batalla contra los del rey de Granada, que quisieron ir contra los de Sevilla, y vence a Almudfar, rey de Granada y a los suyos. En esa misma batalla, apres al conde Garca Ordez, a quin arranc un mechn de la barba1 y solt al cabo de tres das, junto a otros caballeros que haba tenido presos. Cuando todo acab, el rey de Sevilla le dio muy buenos regalos al Cid y los tributos que haba ido a cobrar. El Campeador volvi en busca del rey don Alfonso, que lo recibi muy bien, lo que caus envidia en la corte por parte de los enemigos del Cid y buscaron enemistarlo con el rey, quin dio crdito a todo lo que se deca y envi una carta a su vasallo para comunicarle que tena nueve das de plazo2 para salir del reino. Ah comienza el destierro. El Cid se rene con sus amigos y vasallos para contarles lo sucedido y estos se destierran con l3. En su aventura, Rodrigo Daz de Vivar, va luchando y venciendo en las batallas y es as como obtiene riqueza y conquista tierras. De lo que gana, reparte el botn entre los hombres de su hueste, quedndose con la parte ms pequea, y enva tambin, regalos a su rey don Alfonso, de quin a pesar del destierro se considera vasallo sindole fiel en todo momento.
En dos oportunidades adquiere espadas que son de gran importancia en la obra. Una de ellas, es la Colada y la otra, la Tizn, o la Tizona (nombre que vara segn la traduccin). La espada Colada4, se menciona por primera vez en el Cantar Primero. La gana venciendo en una batalla al conde de Barcelona, Ramn Berenger, a quin toma como prisionero y libera das despus. La serie 58, habla de la batalla y de la espada Colada, que vale ms de mil marcos: Vencedor en la batalla fue mo Cid bienhadado, y en ella el conde Ramn por prisionero ha quedado. All gan la Colada que vale ms de mil marcos. En el Cantar Tercero, el Cid gana la espada Tizona5 que tambin vale mil marcos, en un enfrentamiento contra el rey Bcar en Valencia. Tal como dice la serie 118, con la espada Colada, le corta el yelmo y la cabeza por la mitad llegando as hasta la cintura: Mo Cid alcanz a Bcar a tres brazas de la mar, alz en alto su Colada y tan gran golpe le da que los carbunclos del yelmo todos se los fue a arrancar; cortle el yelmo y con l la cabeza por la mitad, hasta la misma cintura, la espada logr llegar. As mat el Cid a Bcar, aquel rey de allende el mar , por lo que gan a Tizona que mil marcos bien valdr

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El mesar de la barba a un enemigo era un gesto de extrema ofensa, con el cual se lo condenaba a prisin afrentosa. Era el plazo que se fijaba para que un desterrado abandonara el reino. En el siglo XIII, el plazo se ampli a treinta das, por lo que este tiempo dado por el rey Alfonso VI al Cid era muy corto. 3 El manuscrito tiene en su comienzo una importante laguna, que Menndez Pidal supli con el fragmento correspondiente de la Crnica de Veinte Reyes, obra que utiliza una versin del poema diferente de la de Per Abbat. 4 Segn Covarrubias, en su Tesoro de la lengua castellana, tal nombre proviene del hecho de que se debi forjar de finsimo acero colado. 5 Segn Ian Michael (Poema del Cid, Madrid, Castalia, 1976, pg. 238) el nombre parece haber significado la espada ardiente .

En la serie 124 del Canto Tercero, La Afrenta de Corpes, el Cid entrega a sus hijas a los infantes de Carrin, quienes pidieron llevrselas a sus tierras. Con ellas, el Cid les regala parte del botn de la derrota del general Bcar y tres mil marcos, corceles de guerra, veloces palafrenes y varios arcones con magnficos vestidos para sus hijas y sus dos espadas: Os dar mis dos espadas, Colada y Tizona son las que ms quiero, y sabed que las gan por varn; por hijos os considero cuando a mis hijas os doy; con ellas se que os llevis las telas del corazn. Luego del ultraje a sus hijas por parte de los de Carrin, el Cid reclama que los infantes le devuelvan lo que l les haba dado, incluyendo las espadas, y le otorga as, la Colada a su ms fiel vasallo, Martn Antolnez y la Tizona a Pedro Bermdez, su sobrino. Es en estos actos, que vemos que las espadas no slo tienen un valor econmico o de poder, sino tambin sentimental, y es el que les adjudica el Cid, regalndoselas a personas que eran de su confianza y queridos por l, tanto a los infantes de Carrin, a quienes consideraba como hijos, como a Martn Antolnez y a su Pedro Bermdez. Fueron las espadas, fruto del sacrificio del Cid como luchador y les tiene gran cario. Ambas espadas tienen personalidad propia, ya que su fuerza vara segn el brazo que la maneje, aterrorizando a los adversarios indignos. Mientras la Tizona est en posesin de los infantes de
Carrin, estos desdean su fuerza. Pedro Bermdez utiliza la Tizona para su duelo con el infante Fernando Gonzlez. ste se declara vencido antes del combate a espada, atemorizado al ver a Pedro Bermdez desenvainar la Tizona: cuando Fernando Gonzlez a Tizona conoci, antes de esperar el golpe, dijo as: Vencido soy! as asintieron los jueces y Bermdez lo dej. Tambin se ve esto cuando Martn Antolnez (quien recibe la Colada como regalo del Cid) la blande en su duelo con el infante Diego Gonzlez: Entonces el buen Martn le recibi con la espada, un golpe le dio de plano, que de filo no le alcanza. Entonces, Diego, el infante, con grandes voces clamaba: Valedme, Seor glorioso, libradme ya de esta espada!.

Al final, se reconstruye de parte del rey Alfonso VI el vnculo con su vasallo el Cid. l y su hueste vencen a los de Carrin, y sus hijas contraen nuevamente matrimonio con los condes de Navarra y Aragn.

Bibliografa.

Estudio Preliminar del Poema del Cid. - Editorial Kapelusz. Poema del Cid. El Cid Gua para su lectura Hugo Rivas.

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