Orcosacorazados

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LOS ORCOS AKORAZADOS DE RUGLUD

R
uglud Mascahuesos es un Orco mercenario muy rico y poderoso que presta sus servicios por todo el mundo conocido, desde las peligrosas Tierras Yermas del Sur hasta los Reinos Fronterizos, pasando por todas las montaas que rodean el Imperio. Segn dicen los rumores, hasta el mismo Imperio ha contratado sus servicios alguna vez. Al ser totalmente salvaje, Ruglud solo siente lealtad hacia s mismo y, en ocasiones, ha llegado a cambiar de bando en medio de la batalla cuando le han ofrecido una paga ms alta y, an ms importante, ms oportunidades para saquear y rapiar. Con el paso de los aos, la banda se ha equipado con una variedad de equipo muy heterognea al haber ido despojando de sus pertenencias a un sinfn de enemigos derrotados para conseguir trozos de armaduras y las ballestas y las saetas que tanto aprecian. Hace tiempo, Ruglud Mascahuesos fue un poderoso Kaudillo Orco que gan muchas batallas como lder de la tribu del Ojo Torcido. Tras unir a las tribus de su tierra, su ejrcito se dedic a arrasarlo todo a su paso a travs de las Montaas Grises y de las Montaas del Fin del Mundo. Realiz numerosas incursiones contra fortalezas enanas y contra ciudades del Imperio y tambin contra algunas tribus de Goblins que se negaron a someterse a l. Pero un da, a muchos kilmetros al este del Viejo Mundo, Ruglud sufri una derrota devastadora y, con aquella derrota, tambin perdi su posicin como Kaudillo de la tribu del Ojo Torcido. Un gran ejrcito de Enanos del Caos les tendi una emboscada muy astuta y muy bien preparada, en la que cientos de los de su tribu fueron despedazados por la abrumadora lluvia de disparos que los Enanos del Caos dejaron caer sobre el centro de su ejrcito. En consecuencia, los posteriores disparos de proyectiles de los Orcos fueron muy poco efectivos y la armadura pesada de los Enanos hizo rebotar las pocas flechas que dieron en el blanco. Cuando Ruglud huy, la mayor parte de la tribu se volvi contra l y lo culp de la derrota, como suelen hacer siempre los Orcos. Ruglud consigui a base de amenazas que un pequeo grupo de Orcos se pusiera de su lado y, con ellos, se escap hacia el Sur, perseguido de cerca por las flechas y los insultos de su antigua tribu. Al cabo de un tiempo, llegaron a una fortaleza construida en la ladera de una montaa que pareca ser inexpugnable. Tambin pareca estar abandonada y los Orcos, al ser tan supersticiosos, se encogieron de miedo cuando escucharon los aullidos del viento entre las almenas ennegrecidas. Cuando empezaron a rodear las enormes rocas que se encontraban en la base de las murallas de la fortaleza, el miembro ms pequeo del grupo, un tipo muy esmirriado que se llamaba Larva, tropez y cay al suelo. Ruglud parpade asombrado, pues el Goblin acababa de desaparecer de la vista. Unos instantes despus, asom la cabeza desde un agujero en el suelo y les grit a todos que haba encontrado un tnel.

Los Orcos Akorazados de Ruglud

Los Orcos de Ruglud se preparan para llevar la muerte al enemigo con sus ballestas.

Los Orcos se negaron a entrar en el tnel porque les daban miedo los malos espritus que habitaban en la fortaleza. Ruglud empuj brutalmente a los Orcos a un lado con la intencin de demostrarles que l no tena ningn miedo. Adems, pens que podra haber algo de valor all dentro. Ruglud cogi a Larva por el pescuezo y le oblig a caminar delante de l por el tnel de techo bajo. Despus de caminar un rato, pudieron contemplar una escena de muerte y destruccin, el resultado de una batalla de dimensiones titnicas que haba tenido lugar en los tneles y en los grandes salones de lo que debi haber sido un bastin de los Enanos. Haba un montn increble de cadveres de Enanos desparramados por los suelos y, al principio, Ruglud lleg a pensar que se haban enfrentado Enanos contra Enanos. Pero, al mirar de cerca los cuerpos

sin vida, se dio cuenta de que algunos de ellos pertenecan a los Enanos del Caos contra los que haba sufrido su gran derrota. Las armas y las armaduras estaban desperdigadas por el suelo de piedra. Ruglud se encontr a sus pies una ballesta enana, que recogi, con aire ausente, con una de sus enormes manazas. Mientras pasaba la vista por encima del arma, un trozo de piedra de tamao considerable le cay en la cabeza y tuvo un momento de inspiracin. Aquella idea inesperada recorri toda la astuta mente del Orco: Zi no puedez venzerloz, nete a elloz!. Y entonces empez a quitar las armaduras de los cadveres de los Enanos y a cubrir su enorme cuerpo con los pedazos desordenados de las armaduras de placas. Ms tarde, trep de nuevo por el agujero y apare-

ci ante sus seguidores, que al verlo salieron corriendo. Con una mirada extraa y una expresin resuelta, les dijo a los Orcos con un gruido: Vamoz a enzearlez kmo se haze. Y as se cre la banda de los Orcos Akorazados de Ruglud, la nica que utilizaba la combinacin de armadura y ballesta. Todas las dems tribus de Orcos siguen desprecindolos, pero aceptan sus habilidades de combate entre gruidos. Donde sea que se encuentre esta banda de mercenarios, siempre lucha por el oro y la comida y por la oportunidad de desvalijar al enemigo de todo objeto de utilidad.

uglud se senta satisfecho. Haba odo rumores acerca de un gran movimiento de tropas al otro lado de las grandes montaas y haba conseguido intimidar a los de la tribu de la Araa Negra para que le pagasen por ayudarles, despus de que se hubiera enterado de que iban a emprender un viaje. Ruglud y sus mercenarios haban viajado por debajo de las grandes montaas con la tribu de los Goblins tatuados, aunque a aquellos habitantes de los bosques no les gustaba demasiado pasar tanto tiempo bajo tierra. Los supersticiosos Goblins se haban amedrentado ante el menor ruido producido en la oscuridad y se quedaban con los ojos abiertos como platos, presos de admiracin, ante las ballestas que Ruglud y su compaa llevaban atadas a la espalda. Desde que haban aparecido en el bosque retorcido del otro lado de las montaas, la lucha haba sido casi constante. Stikrit, el chalado chamn goblin, haba pagado muy bien a Ruglud y le haba dejado escoger los despojos de los cadveres. Y no eran pocos los cadveres que haban conseguido la semana anterior.

aproximaban rpidamente. Una saeta sali disparada de una ballesta de los Orcos cortando el aire y fue a clavarse en un rbol sin dar en el blanco. No dizpariz hazta que no d la zeal!, rugi Ruglud mientras se giraba y le daba un tortazo en toda la cara, con su puo enorme y redondo, al Orco que haba disparado. Refunfuando, Ruglud volvi a levantar su ballesta y cerr un ojo para apuntar a una de las criaturas que se acercaban, una bestia maligna que llevaba su piel velluda repleta de pintadas sanguinolentas y retorcidas. Mientras los Hombres Bestia se acercaban a toda velocidad, el chamn drogado mir alarmado a Ruglud. La preocupacin por su seguridad personal atraves la barrera de las toxinas que le corran por las venas y que le afectaban al cerebro. La lengua grande y gruesa de Ruglud le sobresala por un lado de la boca mientras se concentraba en su objetivo. Perforadloz!, grit Ruglud en el ltimo segundo. Una rfaga de saetas negras sali disparada por el aire. Muchas de ellas se clavaron en los rboles, pero la mayora consigui dar en el blanco, as que la primera oleada de Hombres Bestia se desplom al suelo lanzando unos gritos de dolor que parecan extraamente humanos. El blanco que el mismo Ruglud haba escogido se revolc por el suelo mientras la sangre le chorreaba por donde la saeta le haba atravesado la garganta. A la vez que agitaba un racimo de huesos unidos con pelos, el chamn realiz un hechizo soltando un grito. Un par de Hombres Bestia que corran hacia l cayeron al suelo como si les hubiera golpeado una alabarda y empez a salirles abundante sangre por las orejas y por los grandes hocicos. Cuando empez a enturbirsele la visin, Stikrit sonri manacamente al sentir el poder que lo llenaba y una gota de baba le resbal por la barbilla. Los Orcos, rpidamente, empezaron a cargar ms saetas en sus ballestas al ver que se acercaba otra oleada de Hombres Bestia. El aroma de la sangre pareca volverlos locos y saltaban por encima de los cuerpos de sus camaradas muertos, resoplando y rugiendo. A ambos lados de los Orcos de Ruglud, los Hombres Bestia ya haban alcanzado las filas de los Goblins y haban empezado a descuartizar a los diminutos pieles verdes levantando y dejando caer sus hachas dibujando arcos brutales y sangrientos. El chamn Stikrit sonri para s, contento de estar al lado de sus mercenarios orcos. Entonces, unas araas grandes y negras, montadas por unos Goblins llenos de tatuajes que no paraban de botar sobre ellas, cayeron del follaje oscuro que se encontraba encima de los Hombres Bestia y se agarraron a las figuras musculosas de estos con sus patas negras y larguiruchas para acto seguido pasar a morderlos con unos colmillos inmundos y recubiertos de veneno.

Ruglud y sus Orcos dispararon otra rfaga de proyectiles contra la catica masa de criaturas. A una distancia tan corta, la mayora de las saetas cortantes atravesaron sin problemas aquellos cuerpos sin armadura y otra fila de seres malvados cay al suelo gritando entre la maleza. Ruglud se dio cuenta de que no todas las criaturas eran iguales, como haba credo en primer lugar. Algunos de ellos no se parecan en absoluto a animales, sino que eran ms parecidos a humanos, aunque especialmente deformes. Uno de ellos tena una serie de tentculos cortantes que le salan del pecho, cada uno de los cuales se retorca de manera descontrolada haciendo que Ruglud se sintiera extraamente incmodo. El rostro de la criatura era una mscara de agona y desesperacin. A por elloz!, rugi Ruglud. No necesit alentar ms a sus Orcos, ya que estos se colgaron las ballestas a la espalda y sacaron sus mazas y sus rebanadoras, muy bastas, pero brutalmente efectivas. Saltaron hacia delante para enfrentarse a los Hombres Bestia y a los mutantes cara a cara y los dos bandos chocaron entre s con una fuerza y un salvajismo terribles. Ruglud blandi su espadn enorme con una fuerza inmensa. El arma se clav profundamente en el hombro de una criatura con unos msculos grandiosos y estuvo a punto de cortarle el brazo de un tajo. Luego le peg en la cara con la ballesta que sostena an en la mano derecha. Y, antes de que la criatura tuviera tiempo de reaccionar, Ruglud arranc el espadn, lo volvi a blandir y esta vez le provoc un corte profundo en el cuello. Los Orcos y las criaturas del Caos intercambiaron golpes, a la vez que ignoraban las heridas que habran derribado instantneamente a un humano. La sangre flua libremente y los Orcos disfrutaban de la lucha contra unos oponentes tan duros. Casi tan duros como Orcos, pens Ruglud con una mezcla de odio y respeto e inmediatamente derrib al suelo a otro adversario con una tunda de fuertes golpes. A travs de la masa de cuerpos pudo observar una figura grande que avanzaba a empujones hacia el frente de la batalla. Tanto los Hombres Bestia como los mutantes se apartaron de dicha figura y bajaron la vista cuando esta pas por delante de ellos. Este nuevo enemigo llevaba una capa de pieles muy pesada sobre una armadura negra ornamentada que le cubra todo el cuerpo. Sostena con fuerza, en sus manos cubiertas por guanteletes negros, un par de espadas dentadas y maliciosamente curvas. Ruglud se qued mirando la armadura finamente construida del guerrero, lleno de avaricia. Eza ez para m!.

Bajo las oscuras copas de los rboles se escuch un rugido salvaje y estridente. Ruglud carg una saeta manipulando el mecanismo de la ballesta con una agilidad sorprendente. Su enorme figura estaba recubierta de pedazos de armadura de los enemigos derrotados; algunos trozos eran negros y tenan pinchos, mientras que otros estaban pintados de laca coloreada y otros estaban cubiertos de herrumbre. Los Orcos que se encontraban a su alrededor, vestidos tambin con trozos desiguales de armadura, hicieron lo mismo que l y cargaron sus ballestas. Unas formas oscuras y encorvadas aparecieron corriendo por entre los rboles hacia las filas de los Goblins. Las patas hendidas golpeaban el suelo hmedo cada vez que los malignos Hombres Bestia se agachaban para pasar por debajo de las ramas o saltaban por encima de los troncos cados. Sus rostros eran mscaras retorcidas de odio desenfrenado y doblaban los labios manchados de baba espumosa hacia arriba para revelar unos dientes afilados. Unos cuernos muy largos les salan por encima de las cejas y llevaban unas hachas enormes y muy primitivas en las manos. Larva, el pequeo Goblin, que estaba de pie al lado de Ruglud, mir al enorme Orco. Los terceros de esta semana. El negocio marcha bien, eh, jefe?. Ruglud se limit a emitir un gruido como respuesta. Stikrit, el chamn de los Araa Negra, gir la cabeza para mirar a Ruglud. Los ojos le brillaban, tras el tatuaje en forma de araa que le cubra la cara, como consecuencia de las toxinas que l mismo se haba inyectado y que le recorran el cuerpo. Matadlos, declar el chamn con rotundidad. Ruglud esboz una media sonrisa con expresin amenazante al lder de los Goblins, con los dientes rotos que le salan por todos los lados de su mandbula, y apunt su ballesta contra los Hombres Bestia que se

LOS ORCOS AKORAZADOS DE RUGLUD


Capitn: Ruglud Mascahuesos. Grito de guerra: Gobos pa comer! Gobos pa merendar! Gobos cuando t kieras! Gobos pa m! (nota: los Orcos sustituyen la palabra Gobos por cualquier cosa, segn la ocasin, p.ej.: taponez, zorrrozaos o ratonzilloz). Patrones: cualquier ejrcito de Warhammer excepto Bretonia, los Enanos, los Altos Elfos y los Elfos Silvanos puede reclutar a los Orcos Akorazados de Ruglud, que contarn como una unidad singular. Los ejrcitos de Mercenarios y de Orcos y Goblins podrn contar con los Orcos Akorazados de Ruglud como una unidad especial. Puntos: Ruglud, Larva, un msico y siete Orcos Akorazados tienen un coste total de 190 puntos. Se trata del tamao mnimo de este regimiento. Se puede aumentar el tamao del regimiento por un coste de 12 puntos por miniatura. M HA HP F R H I A L Ruglud 10 5 3 4 5 2 3 3 8 Larva 10 2 3 3 3 1 2 1 6 Orco Akorazado 10 3 3 3 4 1 2 1 7 Armas: rebanadora, ballesta. Armadura: armadura pesada. REGLAS ESPECIALES Ignoran el pnico de los pieles verdes: Ruglud y sus Orcos Akorazados no sienten mucho respeto por los dems miembros de su propia raza, por lo que, cuando una unidad de pieles verdes de su ejrcito sea destruida, se desmoralice o pase huyendo cerca de ellos, Ruglud y sus Orcos (incluyendo a Larva) no tendrn que efectuar un chequeo de pnico. Rebanadora: los Orcos Akorazados de Ruglud llevan cuchillas y mazas brutales, por lo que aaden un +1 a su Fuerza durante el primer turno de combate en una carga (se debe tener en cuenta que Larva NO lleva una rebanadora, sino tan solo un arma de mano normal). Larva: Larva el Goblin acompaa a Ruglud dondequiera que vaya y le sirve de portaestandarte. Ha sobrevivido a un sinfn de batallas y se le considera una mascota de la suerte. Su presencia anima a luchar a los Orcos con toda ferocidad. El estandarte que porta Larva con gran entusiasmo suma +2 a la resolucin del combate en lugar de solo +1. Adems de lo anterior, Larva parece tener siempre mucha suerte, por lo que posee una tirada de salvacin especial de 3+. No podr aceptar desafos, ya que no se trata de un personaje, sino de un Goblin con muchsima suerte. Si Larva muere, el estandarte se pierde con l y no podr llevarlo nadie ms. Aunque Larva no va armado con una ballesta, un Orco que se encuentre detrs de l podr disparar por encima de su cabeza como si el Orco estuviera en la fila delantera. La distancia se mide como siempre, a partir de la peana de Larva (porque el Orco que se encuentra detrs apoya la ballesta sobre la cabeza del Goblin). Animosidad: los Orcos de Ruglud sufren los efectos de la animosidad como cualquier otra unidad de pieles verdes y deben tirar los dados cada turno a menos que la unidad se encuentre trabada en combate cuerpo a cuerpo, est huyendo o solo disponga de cinco miniaturas o menos. Al principio del turno, el jugador que lleve los Orcos Akorazados de Ruglud deber tirar 1D6: si saca un 2+, la unidad habr pasado con xito la tirada y mover/luchar normalmente durante el resto del turno. Si saca un 1, la unidad habr fallado el chequeo de animosidad. Para determinar lo que ocurre se deber tirar 1D6 y consultar la tabla siguiente (se debe tener en cuenta que esta tabla es diferente de la que utilizan otras unidades de pieles verdes). Tabla de Animosidad de Ruglud 1-2 Demoztrmozlez lo ke pueden hazer eztaz balleztaz! Los Orcos Akorazados de Ruglud disparan contra la unidad que se encuentre ms cerca, ya sea amiga o enemiga. Todas las miniaturas de la unidad disparan sin penalizacin por movimiento al blanco ms cercano en cualquier direccin, sin contar con las restricciones normales de lnea de visin y arcos de disparo: se trata de una excepcin a las reglas normales de disparo. Los disparos se determinan inmediatamente, no durante la fase de disparo, y las miniaturas no pueden moverse. La unidad no puede hacer nada ms durante ese turno. Si no hay unidades a distancia de disparo, los miembros de la unidad pasan a pelearse entre ellos (vase el siguiente resultado de los dados). 3-6 Ria Una pelea interna surge entre las filas de la unidad y crece por momentos hasta convertirse en una pequea batalla en la que se elevan puos y maldiciones. Esto desorganiza la unidad y hace que no pueda mover ni disparar en ese turno. La unidad no hace nada mientras Ruglud se dedica a golpear las cabezas de sus chicoz para imponer el orden.

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