La Complejidad en Arquitectura
La Complejidad en Arquitectura
La Complejidad en Arquitectura
SIMPLIFICACION O EL PINTORESQUISMO
La posición actual de los arquitectos ahora es diferente: al mismo tiempo que aumentan en
cantidad, complejidad y dificultad los problemas, estos evolucionan más rápidamente que
antes, de manera que el arquitecto debe poseer una sensibilidad para poder ampliar su
visión sobre las cosas..
Una de las características de los arquitectos en el siglo XX es que se han vuelto muy
selectivos al determinar que problemas quieren resolver. Esta característica está apoyada
en la doctrina “menos es más” del arquitecto Mies van der Rohe, donde se deplora la
complejidad y justifica la exclusión por razones expresivas. Ahora bien si el arquitecto
debe “confiar en su manera de concebir el universo” este determina la manera de resolver
los problemas, pero no cuales problemas va ha resolver.
La complejidad no niega la simplificación, puesto que esta es parte del proceso analítico, e
incluso es un método para poder llegar a la arquitectura compleja. Sin embargo, una
arquitectura de la complejidad y la contradicción, no quiere decir un expresionismo
pintoresco o subjetivo. Este último se diferencia en que utiliza formas complicadas que no
reflejan auténticamente los programas complejos y una complicada ornamentación
dependiente de las técnicas industriales en su ejecución. Además es fríamente reminiscente
de formas originalmente creadas por técnicas artesanales.
Los mejores arquitectos del siglo XX generalmente han rechazado la simplificación (la
simplicidad a través de la reducción) para promover la complejidad en el conjunto. Por
ejemplo las obras de Alvar Aalto y Le Corbusier.
LA AMBIGÜEDAD
En diferentes ramas del arte, tales como pintura, retórica, etc., vemos la complejidad y la
contradicción como su verdadera esencia, donde la ambigüedad, la tensión y la paradoja
forman parte de la misma.
Sus antecedentes más importantes se producen desde inicios de los años cincuenta, en
donde, en términos teóricos, se le da gran importancia a la escala urbana, es decir a la
crítica de la ciudad. Es a partir de esta crítica que los problemas más evidentes en
arquitectura se achacaban a los problemas urbanos, tales como rígida zonificación,
monotonía de edificios, etc. En realidad lo que se buscaba era que la comunidad usuaria se
compenetrara con su entorno inmediato, a partir de un diseño que lograra incentivar
determinadas formas de uso y relaciones sociales en los espacios urbanos.
La pérdida del sentido de cultura urbana en las nuevas ciudades se convirtió entonces en un
blanco de crítica que repercutiría en la escala arquitectónica. En eso se basa el libro de Jane
Jacobs, Muerte y vida de las grandes ciudades, de 1967, pues este propicia, a partir de los
criterios aplicados por el Movimiento Moderno, propicia la extensión de la critica a las
tipologías arquitectónicas correspondientes.
A esta teoría de sistemas y a los procesos metodológicos para al diseño se le apoya también
la aplicación de la semiología a la arquitectura. La consideración de la arquitectura como
un texto que puede “leerse”, como un signo, a partir de desmembrarlo en sus componentes
significativos mínimos para después llegar a su significado final, también basa su
instrumental en el estructuralismo, en la sicología de la percepción, en la teoría de la
Gestalt, y en algunos casos, en la sociología. En esta línea podemos encontrar a Gillo
Dorfles, Humberto Eco, Oriol Bohigas, Juan Pablo Bonta y muchos arquitectos más.
Según estos puntos de vista tenemos que la primera se vincula con los enfoques
tradicionales; la segunda y la tercera con el valor asignado a la tecnología; la cuarta y la
quinta están relacionadas con la visión formalista; la última puede considerarse como la que
aporta una visión de mayor integralidad.
Particularmente deben destacarse los trabajos de Maldonado donde evalúa críticamente las
relaciones entre el proyecto moderno y el postmodernismo.
En su propuesta teórica incluye cinco pares dialécticos como claves para ese fin:
1.espacio-lugar,
2.tipología-topografía,
3.escenográfico-arquitectónico,
4.artificial-natural,
5.visual-táctil.
Estos arquitectos se reunieron por primera vez en el año 1992 en Viena, cuyo resultado de
sus debates fue una publicación titulada ¿El final de la Arquitectura?, en el cual recopilaron
textos y trabajos de los participantes en la “Conferencia de Viena”.
A este grupo, si se clasificara dentro de alguna tandencia arquitectónica, bien podrían ser
llamado deconstructivistas, por las formas desplazadas, ragmentadas, estallantes,
superpuestas, interuptas por otras, que predomina en sus obras.
De una parte marchan todos estos discursos, y de otra, las situaciones por las que atraviesa
el mundo contemporáneo, condicionadora de corrientes de pensamiento más sensatas, con
un sentido de racionalidad en donde las ideas vinculadas a la modernidad sobre el concepto
de desarrollo unidimensional sea sustituido por otro verdaderamente racional, es decir, “con
los pies en la tierra”, donde son admitidas la diversidad y la pluralidad, la necesidad de
aprovechar recursos y técnicas disponibles, de plantear soluciones que tengan en cuenta el
equilibrio ecológico tan maltratado en nuestro planeta y, por tanto incluye el
aprovechamiento del fondo construido y dentro de él, el de la arquitectura moderna.