Charlas Iniciales de Seguridad de 5 Minutos
Charlas Iniciales de Seguridad de 5 Minutos
Charlas Iniciales de Seguridad de 5 Minutos
HOY QUIERO hablarles un poco acerca del tema que quizás ustedes piensen que no tiene
relación con la prevención de accidentes. Sin embargo, aunque esta relación no sea muy clara
y directa, existe indirectamente. En realidad podríamos afirmar que todas las actividades y
actitudes están relacionadas, de una forma u otra, con la prevención de accidentes porque la
prevención de accidentes debe ser parte integral de todo lo que realizamos, dentro y fuera del
trabajo.
Para ir al grano me refiero a la puntualidad en el trabajo. Pero antes de continuar me gustaría
hacerles una pregunta para partir de ese punto. Creen ustedes que la puntualidad en el trabajo
es importante para prevenir accidentes? Quiero que me expresen sus opiniones para compartir
nuestras ideas y comprendernos mejor.
Bueno, como ustedes mismos han podido comprobar, aunque quizás este tema se trate con
poca frecuencia, es indudable que la puntualidad es importante en la prevención de accidentes.
Muchos trabajadores piensan que establecer un horario de entrada y salida es solo un
problema de organización y disciplina, sin embargo, cuando se analiza un poco se puede ver
fácilmente su relación con la prevención.
Podemos hacer una lista de factores relacionados con la puntualidad que contribuyen a
prevenir accidentes o como la impuntualidad puede provocar accidentes.
En primer lugar tenemos que considerar a la puntualidad en el trabajo como una
responsabilidad primordial. Contamos con un horario de trabajo que ha sido diseñado para
cumplir con las necesidades de la planta y de las operaciones que aquí realizamos. Lo primero
que salta a la vista es que si violamos dicho horario se causan inconveniencias a nuestros
compañeros de trabajo porqué cuando llegamos tarde provocamos interrupciones y molestias a
los que ya tienen un ritmo de producción. Evidentemente al llegar tarde se distrae la atención y
la concentración de quienes ya están trabajando y con ello se crea la posibilidad de que por un
descuido o por un instante de distracción se produzca un accidente o una lesión.
En segundo lugar, al llegar tarde empezamos el trabajo alterados emocionalmente porque
sabemos que estamos atrasados y que no podemos perder tiempo. Por esa falta de
tranquilidad ya no contamos con la misma disposición mental. Inclusive podemos llegar a
sentirnos nerviosos por causar tanta interrupción y este nerviosismo puede dar como resultado
un accidente.
En tercer lugar, el ritmo de producción ya está establecido y en marcha. En nuestro afán por
alcanzar ese ritmo para no atrasar la producción intentamos trabajar con más rapidez. En
muchas ocasiones lo que conseguimos con tal apuro es olvidarnos de ciertas normas de
prevención de accidentes, cometer errores y negligencias que pueden provocarnos lesiones.
Por ejemplo, quizás ponemos el equipo o la maquinaria en marcha sin antes comprobar que
todo está en orden adecuado y que no existe ningún defecto, o no realizamos la inspección
inicial para ver si los resguardos de la máquina o el equipo están colocados debidamente.
En cuarto lugar, es posible que al llegar tarde se nos olvide o pasemos por alto la protección
personal establecida y con ello aumentamos la posibilidad de sufrir lesiones innecesarias en
caso de accidente. El hecho de no usar la protección personal adecuada es un gravísimo error
ya que nos expone a los peligros sin amparo alguno.
Y por último, el hecho de tener que caminar entre puestos de trabajo en operación para llegar
hasta el nuestro, siempre implica la posibilidad de que algún material o determinada acción no
prevista, como por ejemplo, pasar por donde un soldador realiza su tarea podría provocarnos
un daño ocular si no se lleva la protección adecuada.
Realmente podría continuar señalando otros puntos sobre la importancia de la puntualidad en
el trabajo para prevenir accidentes, pero por razones de tiempo no es posible extendernos
más. De todas formas creo que lo que hemos mencionado es suficiente para hacernos recordar
y mantener presente en nuestras mentes como la puntualidad está relacionado con la
prevención de accidentes. Recordemos que con el simple hecho de llegar al trabajo
puntualmente ya estamos contribuyendo a evitar accidentes.
LA MEJORA CONTINUA
LA CHARLA DE HOY, quiero comenzarla con una pregunta sencilla: podemos hoy realizar las
cosas tal como lo hacíamos ayer?……Desde luego que no, día a día, tanto nosotros como los
métodos de trabajo cambiamos. Estos cambios son necesarios para progresar y desarrollar el
trabajo con menos accidentes, en forma más cómoda, y con mayor provecho para todos.
Eso es una Mejora Continua de nuestro trabajo. No podemos aferrarnos a las formas de pensar
y a los métodos que practicábamos antes ayer y aplicarlos a nuestra vida de hoy Porqué?
Sencillamente porque la vida de ayer era mucho más simple que la vivimos hoy.
Los montajes industriales son mucho más complejos cada día por lo que el concepto de
prevención de accidentes se ha desarrollado a tal punto que necesitamos conocerlo
completamente para poder evitar accidentes.
Siempre es bueno recordar los tiempos pasados porque muchas de las normas y métodos que
se practicaban ayer pueden servir de experiencia e inclusive pueden aplicarse en la industria
actual. Pero hay que tener cuidado porque en la actualidad se han incorporado al trabajo gran
cantidad de factores y responsabilidades que se desconocían en el pasado. Por ejemplo, hace
muchos años los accidentes se consideraban y se aceptaban como algo inevitable del trabajo.
Esto nos resulta totalmente absurdo hoy ya que sabemos que los accidentes no suceden
espontáneamente sino que son provocados por alguna causa. La actitud que tenían los
trabajadores hace muchos años no es la misma que la que tenemos hoy porque en nuestros
días todos nos preocupamos por evitar errores que puedan provocar accidentes y por hacer
todo lo posible para reducir al máximo los peligros.
Tal vez algunos de nosotros hayamos trabajado el tiempo suficiente en la industria para darnos
cuenta de los cambios que se han experimentado. Es fácil entonces darse cuenta que hoy
tomamos en consideración muchos aspectos que antes se pasaban por alto. Por ejemplo,
ciertos procedimientos de trabajo y exposiciones peligrosas de algunos trabajadores que se
consideraban como tonterías, hoy las calificamos como actitudes inseguras. Pero
desdichadamente, todavía hay muchos trabajadores que se resisten a cambiar de actitud.
Piensan que son mejores y más listos que las normas de prevención de accidentes, las ignoran
y no siguen sus recomendaciones. Conocemos a alguien que actúe y que piense de esta
forma? Casi seguro que sí. La forma en que actuamos, en que reaccionamos ante
determinadas situaciones y problemas refleja en gran parte la forma en que pensamos y la
forma en que concebimos la vida. Quiero decir, que si en nuestro trabajo ponemos cuidado,
interés, preocupación y atención, estamos reflejando una actitud segura que es la que se debe
adoptar, mantener y desarrollar, no solamente en el trabajo sino en todas las actividades que
realizamos. Eso es muy importante porque la actitud de una persona influye sobre otras que las
rodean y si esa actitud es errónea, entonces la influencia será negativa.
Muchas veces no nos damos cuenta o no sabemos qué otra persona nos está mirando, nos
está observando y que está juzgando nuestro proceder. Si se trata del trabajo que realizamos,
evalúan nuestro desempeño – si lo hacemos correcta o incorrectamente. Esa persona que nos
observa puede ser otro trabajador, el supervisor, quizás sea el vecino pero de todas formas es
alguien que se da cuenta de los errores que cometemos o de lo bien que desempeñamos la
tarea. La actitud positiva ante la prevención de accidentes puede empezar por una persona,
pero piensen ustedes cuánto más efectiva puede ser si el grupo entero se vuelca totalmente
hacia la formación de actitudes seguras y positivas.
Todos debemos estar pendientes de los peligros que nos rodean, así como de todo lo que
podemos hacer para corregir las condiciones inseguras. Debemos siempre seguir y obedecer
las normas de prevención de accidentes, esté o no esté presente el supervisor u otra persona
encargada del grupo, ya que al fin y al cabo si sucede algo indeseable el perjudicado será el
que cometa el error.
Hay una actitud que es muy personal y a la misma vez totalmente colectiva: la preocupación
por la prevención de accidentes. Si todos adoptamos esta actitud y constantemente trabajamos
para mejorarla, podremos estar seguros de que en años venideros se verá claramente el fruto
de la misma. Tal vez nuestros hijos, el día de mañana, puedan mirar hacia atrás y decir que
nos preocupamos e interesamos por mejorar las cosas.
Si alguno de nosotros todavía no ha empezado a interesarse en la causa de la prevención de
accidentes, es hora de que mire al pasado, lo compare con los esfuerzos que se realizan en
nuestros días, y se convenza de que ya es tiempo de empezar.
Hay partes del problema de prevención de accidentes que no se pueden cubrir con reglas
estrictas. Hay condiciones en la industria que permiten que se creen situaciones que son tan
infrecuentes que parecen, por lo menos durante un momento, totalmente nuevas e insólitas.
Son, por lo tanto, inesperadas y es difícil crear para ellas reglas fijas.
A esta altura, el buen juicio del trabajador debe entrar en juego. El trabajador que no puede
extender sus principios de prevención de accidentes para que cubran cada situación a la que
se enfrenta, es una amenaza para sí mismo y para la organización de la que es parte.
El trabajador en quien se puede confiar para que encare cada situación precavidamente, es
muy valioso para la compañía.
Hace algunos años, ocurrió un trágico accidente en el patio de una fábrica de aceros. Un
veterano cuya ocupación era barrer los suelos, murió a consecuencia de un atropello. Todo el
mundo en la planta le conocía y le estimaba muchísimo.
Un día se hallaba limpiando una plataforma a lo largo de una vía en la que haba un vagón de
bordes bajos. Un operador de grúa trajo desde un lugar de la fábrica un gran cajón con
chatarra, lo giró sobre el vagón de bordes bajos y lo descendió con mala fortuna sobre el
cuerpo inclinado del pobre barrendero. El hombre fue materialmente aplastado y murió
instantáneamente.
El operador de la grúa no usó buen juicio. Él no podía ver claramente el lugar en el que estaba
colocando la caja. Supuso que allí no había nadie. Por usar poco juicio y precaución se creó a
sí mismo una tragedia que será incapaz de olvidar durante el resto de su vida.
No sería difícil para nosotros enumerar varias cosas que debía haber hecho el operador.
Seguramente él también las conocía. Es casi seguro que desde pequeño había oído el antiguo
adagio que dice "Mirar siempre antes de actuar".
Hay demasiada gente que actúa a lo loco. Y no es hasta que averiguan que su descuido les ha
costado a ellos, y a otros, un precio muy alto que se dan cuenta del significado del antiguo
adagio.
Si todos pudiéramos recordar que nunca debemos arrojar un objeto pesado antes de
cerciorarnos de que no va a caer en los pies de alguien, que nunca vamos a tocar una pieza de
metal hasta estar seguros que no está caliente, y de que nunca vamos a prender la mecha de
un cartucho antes de asegurarnos que no hay personas en las cercanías, reduciríamos
grandemente el número de lesiones y muertes.
Quién más quién menos, todos hemos actuado alguna vez en nuestras vidas sin tener en
cuenta las consecuencias de la acción imprudente que vamos a realizar. Pero la mayoría de
nosotros hemos llegado a crearnos un hábito, quizás a raíz de una mala experiencia, de mirar
siempre antes de actuar. No obstante hay entre nosotros quienes actúan de esta manera los
menos de las veces. Para ellos la actuación normal es la opuesta: actúan, y después miran.
Esto, visto fríamente, puede parecer un juego divertido. Pero si examinamos detenidamente
alguno de esos juegos, nos será fácil comprobar las consecuencias trágicas que pueden
resultar cuando se pierde en ese juego.
Hablando de juegos me ha venido a la mente un caso que leí hace años en una revista.
“Andrés", me acuerdo que decía el artículo, "era un hombre a quien le gustaba jugar con su
suerte. Iba por la vida sin pensar en lo que iba a hacer el momento siguiente. A pesar de haber
tenido algunas experiencias desagradables, había llegado a sus cuarenta años sin haber
sufrido ningún percance trágico. Pero un día la suerte le dejó de la mano. Como siempre lo
había hecho, salió por la mañana de su garaje sin mirar cuidadosamente hacia atrás. De
repente oyó un terrible gemido. Saltó precipitadamente de su coche y tuvo que presenciar la
escena de su único hijo, de tres años, aplastado bajo las ruedas de su coche.
Andrés tiene ahora sesenta años y mira siempre dos veces antes de actuar. Pero
¿necesitamos tener una experiencia semejante para que aprendamos de una vez para siempre
la lección? . . .
Para terminar quiero recordarles otra vez ese antiguo adagio que he mencionado ya dos veces.
Quisiera que lo grabaran profundamente en sus mentes y que lo trajeran a la memoria siempre
que fueran a emprender una acción. En deferencia a sus familiares, a sus compañeros de
trabajo, a sus empresas y a ustedes mismos, "Miren siempre antes de actuar".
MUCHAS VECES les he dicho que las lesiones personales son uno de los grandes males de la
industria moderna. Esa expresión no es nada exagerada, por eso uno de los objetivos
principales que buscamos en estas charlas de cinco minutos, es enseñarles a prevenir
accidentes. En los cinco minutos de hoy vamos a tratar de aclarar de quién es la
responsabilidad de prevenir accidentes y quién es la persona responsable cuando ustedes se
lesionan.
Si repartiera entre ustedes un papel y les pidiera que escribieran quien creen ustedes que es la
persona responsable cuando ustedes se lesionan, muchos de ustedes escribirían
seguramente: el gerente general, usted (o sea, yo, por ser supervisor) el jefe del
departamento… Quienes escribieran esto tendrían razón… por lo menos en parte. Al gerente
general, al jefe de nuestro departamento, a mí, a todos le interesa que ustedes no se lesionen.
Sabemos que los accidentes con lesión producen dolor físico y moral. Ustedes creen que a mí
me agradaría tener que llamar a la puerta de su casa y comunicar a su esposa e hijos que uno
de ustedes se ha lesionado de gravedad en el trabajo y está internado en el hospital? A nadie
le gusta comunicar noticias tan tristes, y a ningún gerente o jefe de departamento le agrada o
beneficia cuando se publican los altos índices de lesiones incapacitantes en su planta.
En nuestras plantas se llevan a cabo regularmente diferentes programas para ayudarles
ustedes a prevenir lesiones. Unos de esos programas es esta charla de cinco minutos. En
todos estos programas presentamos información que pueden servirles para evitar toda clase de
accidentes. Parte de esta información, lo sé, no es nueva para ustedes, lo que pretendemos es
refrescar su memoria, porque son puntos que creemos muy importantes y que les pueden
ayudar a evitar sufrir lesiones.
Una y otra vez recalcamos la importancia de la protección personal, por ejemplo. Yo sé que a
veces es un poco aburrido tener que repetir siempre consejos y advertencias parecidas, pero si
pensamos en cómo podemos beneficiarnos de seguir esas recomendaciones o consejos,
merece la pena poner un poco de atención y seguirlos. ¿Han hablado alguna vez con un
compañero de trabajo que sufrió un accidente grave? Piensen por un momento en un
compañero de trabajo que, supongamos, perdió los dos ojos. Creen ustedes que si por un
milagro recupera los dos ojos, en adelante no haría todo lo posible por proteger su vista? Las
cosas más grandes de este mundo, las riquezas personales, como la vista, el oído, los
miembros de nuestro cuerpo, no los apreciamos en realidad hasta que los perdemos.
Y si alguna vez alguno de ustedes pierde o incapacita para siempre alguno de estos órganos o
miembros, será inútil que echen la culpa a otras personas, que responsabilicen de la pérdida o
incapacitación de esos órganos o miembros a alguien, como a mí, al jefe de nuestro
departamento, a nuestro gerente general.
Con esto quiero decirles tan solo que en último término el prevenir accidentes es la
responsabilidad de todos nosotros, de cada uno de nosotros. Si ustedes se exponen a peligros
innecesarios, por mucho que les hable, por muchos consejos que les dé, servirá de muy poco.
Yo les puedo hablar una y otra vez sobre la importancia de llevar el casco de protección, pero
si ustedes no se lo ponen cuando lo necesitan, mis palabras habrán caído en el vacío. Yo no
podría evitar que se quiebren la cabeza, porque yo no puedo llevar su casco de protección.
En resumen, de ustedes, de cada uno de ustedes depende el que sufran o no una lesión. Con
las charlas, con las películas, con los programas de entrenamiento, tratamos de crear un
ambiente en el que ustedes puedan desarrollar actitudes correctas, tratamos de enseñarles a
protegerse de los peligros que les rodean. Pero ustedes tienen la última palabra.
Por lo tanto, y con esto quiero terminar, traten de desarrollar actitudes que sean positivas. La
integridad física de ustedes depende en última instancia de sus actitudes personales. Y nunca
se olviden que cada uno de ustedes es responsable de sus acciones, ustedes son los únicos
que pueden evitar el que ustedes se lesionen.
¿CÓMO ESTÁ?
Una de las formas más amistosas de saludar a una persona es "¿cómo estás?" o "¿cómo te
encuentras?"
La vida no puede darnos nada mejor que la satisfacción de saber que estamos en perfectas
condiciones físicas y podamos responder que nos encontramos muy bien.
Los días en que sacamos el pecho, respiramos hondo para aspirar todo el aire fresco que
podemos, caminamos por la calle con pasos largos y firmes—son los días en que tenemos una
riqueza de valor incalculable, la que está formada de las cosas que realmente tienen
importancia. Esos son los días en que nos sentimos bien en el trabajo y estamos en
condiciones de disfrutar de lo bueno que ofrece la vida.
Pero todo este bienestar puede perderse fácilmente.
Sólo un segundo bastará para destruirlo y remplazarlo con miseria y dolor.
¿Alguna vez ha recibido un golpe, pero de los buenos? Por ejemplo un puñetazo en la
mandíbula, o un golpe de un vehículo, o la "caricia" de un piso duro al caer de cierta altura? Si
ha tenido alguna de estas experiencias o similares, entonces sabe lo que es perder en un
momento el bienestar y tener en cambio una sensación de lo más desagradable en el
estómago, que es la que generalmente sigue a un golpe en cualquier parte del cuerpo.
Todos queremos sentimos bien. Queremos tener la sensación de fuerza, bienestar, y
optimismo, que resultan de sentirse bien. Por esta razón es que debemos hacer todo lo que
está a nuestro alcance para evitar aun la remota posibilidad de tener un accidente, no importa
si tenemos que hacer algún esfuerzo extra.
Parte del crecimiento lo constituye el aprender lo dicho anteriormente. Gustavito se siente muy
bien. El último chocolate que comió le gustó mucho, no lo había probado antes, es nuevo.
Siendo un niño le parece que puede seguir comiendo varios chocolates más, sin que le pase
nada. Todos hemos tenido experiencias similares y sabemos que Gustavito terminará con un
dolor de estómago, en consecuencia, le llamamos la atención. Tratamos de hacerle entender
que será mejor que no coma más. Un chocolate o acaso dos, son suficiente, que guarde el
resto para más tarde o mañana.
Pero nosotros nos olvidamos algunas veces de aplicar esto mismo en el trabajo. Nos olvidamos
que un cigarrillo cerca de material inflamable puede transformar nuestro bienestar físico en
carne quema.
Lo hicimos una vez y no pasó nada, lo repetimos y nada, pero. . . cuantas veces será nada? Y
la vez que sea algo, podrá ser ALGO que puede pesarnos por el resto de nuestra vida, si es
que tenemos suerte de vivir para contarlo.
Sabemos que si sobrecargamos el montacargas no podremos ver por dónde vamos. Existirá la
posibilidad de atropellar a alguien cambiando su integridad física, en un segundo.
¿Cómo se siente? Esperamos que muy bien, mejor que nunca. Pero queremos que siga
sintiéndose así.
Para lograrlo es importante que permita que las reglas de seguridad y las prácticas de trabajo
seguro, sean sus amigos inseparables. Ellos le ayudarán a evitar los accidentes y conservar su
salud e integridad física.
LA COOPERACION
Sí, incluso si las lesiones son pequeñas es necesario informarlas inmediatamente al supervisor
inmediato. En nuestra planta, a pesar de que ha sido una política constante exigir el informar
inmediatamente todas las lesiones, hay quienes no lo hacen porque creen que hay lesiones
pequeñas que no merecen la pena molestar a nadie por ellas.
La experiencia que tenemos en nuestra planta sobre las llamadas “lesiones pequeñas”
contradice esa opinión. En el pasado ha habido casos en que una lesión que en un principio
parecía insignificante se ha convertido en una lesión seria por la falta de una atención de
primeros auxilios.
Muchas veces los supervisores nos enteramos de que alguien sufrió una lesión, quizás una o
dos semanas antes, cuando alguien nos informa que fulano se está tratando el mismo una
lesión, que está infectada, porque cuando se lesionó no quiso que se la estelerizaran y ahora
se siente humillado en tener que reconocer su error.
Nosotros no tenemos la capacidad ni los conocimientos para saber cuándo una llamada
“lesión pequeña” es en realidad una lesión pequeña. Los médicos y los enfermeros son los que
pueden saber esto, incluso ellos no lo saben a veces y por eso tratan a todas las lesiones como
si pudieran convertirse en importantes. Las desinfectan pensando que quizá esa lesión pudiera
ser causa de una gangrena. Aparte de los problemas físicos que se pueden derivar por no
informar una lesión, hay otras muchas razones por las que debemos informarlas. Entre ellas
pudiéramos destacar las siguientes:
En primer lugar, si el accidente no se informa, nadie con excepción posiblemente de la persona
que lo tuvo, podrá aprender algo acerca del mismo. Eso significa que las circunstancias que
produjeron la pequeña lesión son tan libres – a sus anchas- para operar otra vez y producir
más lesiones, quizás la próxima vez graves.
Por ejemplo, me acuerdo que en una ocasión leí sobre un trabajador que estaba tratando de
desprender una parte de metal roto golpeándola con un martillo. Una parte del metal arañó su
mano.
Como era una “lesión pequeña” la ignoró completamente y siguió golpeando con el martillo.
Unos pocos golpes después, un fragmento del metal, un poquito más grande, saltó a su ojo
izquierdo, lo que le produjo la pérdida de vista del mismo. Como ven, las mismas
circunstancias produjeron dos resultados diferentes. Esa es la razón por la cual no podemos
considerar las “lesiones pequeñas” como lesiones sin importancia.
Otra razón por la que debemos informarlas es debido a que la negligencia puede desarrollar
complicaciones. Siempre existe la posibilidad de una infección cuando la superficie de la piel se
ha roto. Algunas infecciones pueden ser muy graves e incapacitantes. Recientemente un
trabajador sufrió un arañazo “pequeño” un viernes por la tarde, y el lunes por la mañana, al
presentarse en la enfermería de su planta, el médico le dijo que la sangre se le había
envenenado de tal forma que le tendrían que cortar la pierna.
Algunas personas creen que es de cobardes informar cortaduras pequeñas, arañazos o
hinchazones. Si han sufrido, una de estas lesiones un poco antes de la salida del trabajo,
piensan que cuando lleguen a su hogar lo curarán. A veces, cuando llegan a su hogar, al ver
que la lesión no ha aumentado de gravedad, se olvidan de ella, como si nada le hubiera
pasado.
Como ven, las razones por las que debemos informar siempre las lesiones pequeñas son
muchas e importantes. En muchas ocasiones, una cortadura grande e impresionante, de la que
fluye mucha sangre, puede ser en sí menos grave que una pequeñita, por ejemplo, puede
infectar a través de ella todo el torrente sanguíneo y a continuación, órganos vitales, si estaba
contaminado con un producto tóxico o venenoso.
Las lesiones, sean grandes o pequeñas, las debemos informar siempre e inmediatamente.
Aunque la mayoría de nosotros tenemos nuestro trabajo, una tarea específica que nos han
encomendado, es decir, trabajamos más o menos independientes, durante las ocho horas que
pasamos en la planta hay innumerables ocasiones en que tenemos y necesitamos trabajar
dependiendo de los demás. No importa cuál sea nuestra tarea siempre forma parte de una
labor conjunta que llevamos a cabo en nuestra planta.
De buenas a primeras, el decir así, a secas, que todos ustedes tienen que trabajar juntos,
puede parecer un poco extraño. Pero no lo es. Todo lo que les estoy diciendo es que siempre
tratemos de trabajar pensando en los demás.
Por ejemplo, si cuando están trabajando en una tarea particular, ven a un compañero que está
levantando un peso demasiado pesado, deben acercarse a él y ofrecerle una mano, a no ser
que en ese momento estén trabajando en algo y no puedan dejarlo.
Quiero que algunos de ustedes piensen en algunas formas en que pueden ayudarse durante el
día.
Los ejemplos que han dado ustedes son muy valiosos, tratemos todos de ponerlos en práctica
cuando se nos presente la ocasión. Yo quiero hablar también sobre otros casos particulares en
que podemos trabajar juntos. Por ejemplo, pensemos en el mantenimiento. Generalmente,
cuando pedimos prestado un equipo o una herramienta en particular, que necesitamos, bien
sea del almacén de herramientas o de un compañero de trabajo, lo devolvemos tan pronto
como finalizamos nuestra tarea (especialmente si hemos firmado alguna tarjeta). Pero si por
mala fortuna o mal uso se nos deteriora la herramienta, ¿somos sinceros en admitir que la
hemos deteriorado e informamos el deterioro pare evitar que la siguiente persona que la vaya a
usar se lesione?
Yo sé que la mayoría de ustedes cuando ven la colilla de un cigarrillo encendida en el piso del
taller, del comedor, del cuarto de baño, etc., la apagan con el pie, ya que saben muy bien el
peligro de incendio que una colilla puede crear. Pero más de una vez se ha dado el caso de un
trabajador que declaró después de un incendio que él había visto la colilla encendida, pero que
como él no la había tirado, no creyó que era su responsabilidad apagarla.
Una de las mejores formas en que podemos trabajar en equipo, es manteniendo nuestra área
de trabajo siempre limpia y ordenada. Piensen por ejemplo en los trastornos y tiempo perdido
que ocasionan al trabajador del turno siguiente que tenga que trabajar en la misma tarea y en
el mismo lugar en que ustedes lo hacen, si dejan todas las herramientas desordenadas, los
materiales tirados por el suelo, el piso lleno de basura, etc. Piensen en el tiempo que tendrá
que emplear ese trabajador en ordenar y limpiar el desorden dejado por ustedes.
Vamos a mirar este tema del orden y la limpieza desde un ángulo un poco diferente.
Piensen que en un momento determinado necesitan ayuda inmediata de alguien, por ejemplo,
necesitan un martillo, y le gritan a un compañero, "¡alcánzame ese martillo inmediatamente!". El
compañero quizás viene enseguida en su ayuda, pero si ustedes habitualmente tienen su lugar
de trabajo desordenado, empleará cinco minutos en buscar el martillo y para entonces ya será
demasiado tarde. Ustedes saben muy bien a lo que me refiero. Pidan ayuda, la persona a la
que han pedido ayuda no puede encontrar lo que ustedes quieren, ustedes se ponen de mal
humor, la otra persona se malhumora, y no sacan nada en limpio.
El trabajar en equipo significa estar siempre conscientes de que nuestra tarea en particular es
un eslabón en la cadena de producción de la planta, y que nuestra tarea y la de los demás
compañeros están íntimamente unidas, por lo cual tenemos que auxiliarnos en todo momento,
siempre que lo necesitemos.
Como en cualquier otra actividad humana, en nuestra planta también - y quiero que no se
olviden nunca de esto, la unión hace la fuerza.
EL TRABAJO EN EQUIPO
ANTES DE DECIRLES el tema de la charla de hoy, quiero hacerles una pregunta: es posible
practicar algún deporte o triunfar plenamente en la vida sin la cooperación de otras personas?
Lógicamente, ninguna persona puede abarcarlo todo, por eso todos necesitamos la
cooperación de los demás. Esto comúnmente se conoce como trabajo en equipo, y sobre esto
va a girar la charla d hoy: el trabajo en equipo dentro de la planta. Trabajar en equipo significa
que debemos trabajar unidos, siempre pensando en el bienestar de todos por igual. De hecho
el trabajo en equipo hace posible, no solo que se gane en los deportes y que se lleven a cabo
gran numero de tareas, sino que también se previenen los accidentes. Varios ojos ven más que
dos, varias manos pueden hacer más que dos, y varias mentes pueden prevenir mucho mas
que una sola.
Hay muchas formas en que podemos trabajar juntos, como un equipo, para prevenir los
accidentes. Si todos cooperamos en realizar los trabajos de orden y limpieza, estamos
trabajando juntos para evitar que ese trabajo se deje solamente a cargo de una persona o se
acumule y pueda llegar a provocar accidentes. Lo mismo sucede cuando hacemos
reparaciones e inspecciones a las máquinas, cuando limpiamos los pasillos, o recogemos
material del suelo, o almacenamos las herramientas y otros materiales que no se usan en su
lugar apropiado, o cuando brindamos ayuda a otros trabajadores para levantas objetos
pesados.
Cuando hablamos de trabajo en equipo en la industria es necesario tener presente que
debemos mantener nuestro equipo de trabajo intacto, quiere decir, que ninguno de nosotros
puede sufrir un accidente ni lesionarse porque no hay nadie que lo reemplace. Es aquí donde
está la diferencia entre el trabajo en equipo en la industria y el trabajo en equipo en los
deportes. En los deportes hay aletas adicionales que pueden reemplazar a sus compañeros de
equipo de acuerdo a las necesidades del juego. Sin embargo, en la industria generalmente no
existen tales sustitutos. Aquí cada uno de nosotros tiene un puesto y un trabajo que
desempeñar y en muchas ocasiones no hay nadie preparado para que pueda automáticamente
desempeñar nuestro trabajo.
Al igual que los atletas nosotros también nos regimos por ciertas normas, usamos los equipos
de protección personal necesarios y trabajamos como un equipo. Por ejemplo, si estamos
jugando al fútbol sabemos que tenemos que atenernos a las indicaciones que están marcadas
en el campo de juego así como a las reglas que ya se han establecido para el mismo, y en
caso de que violemos las normas hay oficiales que imponen una multa. En nuestro caso la
multa que recibimos cuando ignoramos una norma son los accidentes.
Recuerden ustedes que estamos trabajando en equipo y que si uno de nosotros comete un
error porque decide no seguir una norma ya establecida y se accidenta, el resto del equipo
pierde algo. Todo esto tiene como consecuencia pérdidas en la producción y sobre todo una
pérdida humana.
En la industria, cuando violamos una norma de prevención de accidentes, la ignoramos, la
multa que recibimos es mucho mayor y más trascendental que la que se les impone a los
jugadores en los deportes. Es posible que por la infracción de esa norma un trabajador se
quede fuera del trabajo permanentemente y nadie – ni ustedes, ni ningún miembro de nuestro
departamento, ni la compañía- puede darse el lujo de sufrir lesiones p de perder a un
trabajador por esta razón. Tal como dije antes esto trae graves consecuencias para todos
porque la producción disminuye, el equipo sufre la falta de un trabajador y el trabajador sufre la
lesión.
Supongamos que todos vamos remando en un bote por un río. Todo debemos remar a un
mismo tiempo manteniendo el mismo ritmo y compás para poder avanzar rápidamente con
comodidad. Si uno de nosotros se atrasa, o lo hace indebidamente, hace que se pierda ese
ritmo que se llevaba antes. En otras palabras, el error o descuido de un miembro del equipo
echa abajo todo el esfuerzo del equipo completo.
Por último, debemos de recordar que como el trabajo en equipo hace ganar en los deportes,
también facilita la producción en el trabajo, pero más importante aun previene los accidentes.
LA SEGURIDAD PAGA
Cuando hay un accidente –ya sea la muerte de un hombre o que la señora rompe un plato-
siempre alguien pregunta: “¿Cómo sucedió?”
La respuesta será invariablemente la misma: no fue casual. Alguien o varias personas
causaron el accidente.
Los accidentes no son casuales. Siempre son causados, y la causa es casi siempre que alguna
persona o personas fallaron en su tarea en alguna parte.
Supongamos que usted se cae en las escaleras de su propia casa y se rompe una pierna. Esto
no es una casualidad. No había ningún diablillo esperando allí para hacerle una mala jugada.
Algo lo hizo caer y ese algo fue el resultado de la acción de alguna persona o la falla de alguna
persona en actuar cuando debía haberlo hecho.
Lo probable es que la caída se deba a su propia falta. Tal vez usted estaba apurado y bajó las
escaleras más rápido de lo que debía. Tal vez se había tomado algunas cervezas. Tal vez trató
de llevar un bulto voluminoso que le hizo perder el equilibrio. Tal vez su vista es defectuosa y
no se preocupó por ponerse los anteojos.
Pero tal vez alguien hizo algo para causar el accidente. Es posible que uno de los niños
olvidara sus patines o la señora dejara un balde. Tal vez hubiera una carpeta enrollada o el
pasamanos estuviera roto y nadie se hubiera preocupado por arreglarlo. Tal vez estuvo oscuro
y usted no se molestó en instalar su alumbrado.
O probablemente usted hubiera empezado a subir cuando alguien bajaba a toda velocidad y el
choque le hubiera hecho perder el equilibrio. Puede ser también que la escalera se hubiera
desplomado por estar mal construida. Y tantas otras cosas.
Pero en realidad, si usted se cayó y se quebró una pierna, lo más probable es que esto sea
una combinación de varias de estas cosas. Es posible que usted hubiera estado apurado, no
viera el patín olvidado por el niño y al agarrarse a la baranda rota esta cedió y le hubiera
permitido caerse.
Esto es igualmente cierto en los accidentes de trabajo. Todo accidente se causa por alguien y
muchos de los accidentes son causados por combinación de fallas humanas.
Voy a darles un ejemplo, de lo que ocurre con un fuego, aunque pudiera aducir igualmente
buenos ejemplos en la operación de máquinas, manejo de materiales, uso de escaleras o
cualquiera otra situación de trabajo. Yo enciendo un fósforo y luego lo tiro al piso y ¿qué pasa?
Se apaga por sí misma.
Pero supongamos que hago esto:
Rompo un papel en pedazos, los pongo en una lata y los enciendo.
El primer fósforo se apagó por sí solo porque fue tirado a un lugar limpio, el segundo empezó
un fuego por que cayó en medio de material combustible.
De manera que, si un fuego empieza, ¿Qué lo ha causado? ¿La persona que
descuidadamente tiró el fósforo encendido? ¿O fueron las personas que dejaron el material
combustible tirado por ahí, en lugar de limpiarlo? La respuesta; por supuesto, es que ambas
partes causaron el fuego. Fue una combinación de causas.
De esta manera ocurren la mayoría de los accidentes. Sabemos que se pueden violar las
reglas de seguridad muchas veces sin que se causen accidentes.
Pero cuando se viola una situación en la cual concurren las otras partes de la combinación,
todo está listo, esperando convertir ese acto suyo en un desastre.
La cosa es simple. No todo acto peligroso produce un accidente, pero ningún accidente se
produce a menos que se hayan cometido uno o varios actos peligrosos.
Algunas veces nos engañamos pensando: “Bueno, todo está bien, de tal manera que debo
dejar la precaución a un lado sin que se produzca un accidente”.
Este modo de pensar es justamente lo que produce todas las fatalidades de que oímos hablar
sobre los llamados “Revólveres descargados”. Una persona cree que el revólver no tiene bala y
piensa que puede violar las reglas de seguridad. Puede apuntar el revólver a un amigo y
apretar el gatillo, por que, naturalmente, ningún revólver descargado ha matado a nadie. Pero
en algún mal momento que se equivoca en cuanto a la carga y es entonces cuando hay que
recordar la vieja máxima de que “Nunca apuntes un revólver a cualquier cosa que no quieras
matar”.
En su trabajo diario, usted sabe la forma correcta de desempeñar su oficio. Recuerden, pues,
que si ustedes lo hacen siempre así, nunca serán las personas que causen un accidente.
Compañeros: Mucho me han oído hablar sobre accidentes ocurridos, pero creo que es la
primera vez que hablo de los accidentes que no ocurrieron, que casi sucedieron. Creo que me
entienden. Quiero decir aquellos casi-accidentes, aquellos casos que lo hacen pensar a uno
que está de buenas, que es hombre de suerte.
Los casi-accidentes no causan lesiones; pueden aún no dañar el equipo, pero, sirven de
advertencia, un llamado de atención, para tomar una acción rápida. De otra manera la misma
situación puede causar un accidente real la próxima vez.
¿Saben ustedes lo que evita que un casi-accidente sea un accidente real serio?
Ordinariamente es un décimo de segundo o la fracción de una pulgada de espacio. Menos de
un segundo o menos de una fracción de pulgada hubiera sido fatal. ¿Esta diferencia se debe a
la suerte? No muy a menudo. Supongamos que un automovilista al ir a su casa, se precipita
sobre un niño que corre a través de la calle detrás de su pelota. Fue buena suerte que no
arrollara al niño en el último segundo? ¡No! Otro conductor podría haberlo golpeado.
Pero los reflejos de este fueron más rápidos; estaba más alerta; es más precavido; el carro
puede tener mejores frenos, mejores luces, mejores llantas. De cualquier manera, no es
solamente la buena suerte lo que separa a un casi-accidente de ser un accidente real.
Cuando ha habido un caso de esos, lo más probable es que la próxima vez el automovilista
pase más despacio por ese barrio. Sabe que hay niños jugando y que pueden lanzarse a
través de las calles. Los casi-accidentes aquí en la planta deben servir, igualmente, como una
advertencia. La condición que causa un casi-accidente, puede fácilmente causar un accidente
real la próxima vez cuando ustedes no estén alerta o estén descuidados o sus reflejos no
respondan bien.
Tomemos una mancha de aceite derramado en el piso. Un compañero la ve y pasa
bordeándola, sin pisarla, no sucede nada. El compañero siguiente no la ve, la pisa y se resbala,
casi se cae. Otro tercero resbala, o no puede conservar el equilibrio y cae golpeándose
malamente, tal vez en la cabeza o quebrándose la columna vertebral.
Otro ejemplo, un arrume de material no ha sido bien apilado, cae rozando escasamente al
compañero que pasa. Todo el mundo se encoge de hombros y exclama: “Caramba, que cerca
la anduvo!”. Pero si el arrume cae y un compañero no alcanza a evadirse y se lesiona,
entonces todo el mundo se conmociona hay un torbellino y una investigación. La conclusión es,
pues, obvia, debemos darnos por advertidos con los casi accidentes.
En esta forma no caeremos en los accidentes reales.
Recordemos que los casi-accidentes son signos indiscutibles de que algo anda mal. Por
ejemplo, nuestro apilamiento es malo, nuestro aseo descuidado, nuestras herramientas están
en malas condiciones, nuestras guardas no operan correctamente. Hay un sin número de
indicaciones de ineficacia y trabajo inseguro. Ignorar las causas de los casi accidentes es una
indeclinable invitación a un accidente real.
Por lo tanto compañeros, mantengamos nuestros ojos bien abiertos para ver las pequeñas
cosas que andan mal. No nos alcemos de hombros y hagamos algo acerca de ellas:
Corrijámosla o informemos. Tratemos los casi accidente como si fueran accidentes graves:
Desarraiguemos las causas mientras es tiempo. No menospreciemos las advertencias.
Tratamos de hacer un trabajo completo de investigar las causas de todos los accidentes.
Tratamos de hacer una buena labor al inspeccionar las condiciones peligrosas y seguimos las
recomendaciones que resultan de esas inspecciones.
No hacemos estas cosas para poner a nadie en evidencia o cargarle el muerto a nadie. Lo
hacemos por una sola razón PREVENIR LOS ACCIDENTES.
Supongo que alguno de ustedes pueden pensar: “Ninguna investigación detuvo el accidente
que se está investigando” Y si alguno de ustedes piensan así, están tremendamente
equivocados.
Las buenas investigaciones ayudan mucho en detener el próximo accidente. He dicho antes y
vuelvo a decirlo otra vez, que todos los accidentes son causados, ningún accidente es casual.
Si conocemos las causas de los accidentes podemos hacer algo para quitar esta causa y
prevenir otro accidente, como ese. Pero si simplemente nos encogemos de hombros; si
decimos: “Malo, pero son de esas cosas que no podemos prever!”, entonces podemos estar
seguros de que habrán más accidentes de la misma índole.
La mayoría de los accidentes se ocasionan por varios motivos. No hemos aprendido mucho si
detenemos una investigación cuando sabemos que un hombre perdió el equilibrio y se cayó de
una escalera. O si escribimos en el informe: “El trabajador estaba descuidado”, o “La guarda de
la máquina no estaba en su puesto”.
Tomemos el caso simple del hombre que perdió el equilibrio y se cayó de la escalera. Primero
que todo queremos saber qué le hizo perder el equilibrio. ¿Está defectuosa la escalera?, o si lo
estaba ¿Por qué estaba en uso? ¿Se dañó repentinamente o estaba en mala forma durante
algún tiempo? ¿Estaba mal hecha o simplemente desgastada por el uso? ¿Sabía el trabajador
que la escalera estaba mala y si lo había informado? ¿Si no sabía que estaba mala, se le había
instruido apropiadamente para conocer los defectos de la escalera? ¿O estaba la escalera en
buen estado, y se usó inapropiadamente? ¿Estaba colocada en un pasillo donde podía
fácilmente ser tropezada por algún transeúnte? ¿Tenía las patas apropiadas para la situación
en que se encontraba? ¿Estaba colocada según el ángulo correcto? ¿O hizo el trabajador algo
inseguro? ¿Llevaba alguna cosa pesada en sus manos, que debía ser izada después? ¿Trató
de bajar la escalera con la cara hacia adelante? ¿Trató de agarrar algo que se le cayó y perdió
el equilibrio? ¿Quitó ambas manos para hacer algo?.
Estas son, aunque ustedes no lo crean, algunas de las preguntas que podemos hacer acerca
de un simple accidente. Si todo lo que sabemos es que el hombre se cayó, entonces no
sabemos nada. Pero si podemos llegar a la causa (o a las muchas causas) entonces podemos
aprender algo para prevenir otros accidentes iguales.
Si yo trato de salir con un informe que diga “Trabajador descuidado”, seguro que el encargado
de seguridad me llamará para preguntarme: “¿Descuidado en qué forma?” y es este el primer
ejemplo de descuido de este tipo, y si no, ¿qué ha hecho usted para corregirlo? Y sobre todo
qué deseará saber si realmente fue por completo una cuestión de simple descuido o hubo otras
condiciones que ayudaron a la causa del accidente.
La investigación de los accidentes, real, sólida, profunda, investiga todas las circunstancias que
contribuyeron al accidente y es una de las mejores maneras de que ustedes, yo, el
departamento de seguridad, el residente y toda la empresa conozcan el porqué necesitamos
trabajar con seguridad. Todo el mundo en la planta se beneficia con la investigación de los
accidentes que se hagan en todas las áreas de la compañía.
Lo mismo pasa con las inspecciones y el cumplimiento de sus recomendaciones. Las
inspecciones y recomendaciones se han hecho para localizar y deshacernos de cada una de
las condiciones peligrosas, todo mal hábito de trabajo, toda pieza defectuosa del equipo antes
de que alguien se lesione.
Recuerden esto muy bien: No andamos detrás de la cabeza de nadie, no tratamos de poner a
nadie en evidencia. Solo queremos parar los accidentes antes de que alguien se lesione.
PELIGROS ELEVADOS
¿A alguno de ustedes le ha caído alguna vez un objeto en la cabeza? ... Por las expresiones de
algunas caras veo que algunos piensan que no. Déjenme hacerles esa misma pregunta con
otras palabras: ¿A quién no le ha caído alguna vez una gota de agua en la cabeza?
Sí, a todos nos han caído muchas veces objetos de lugares elevados; pero, por fortuna, esos
objetos han sido cosas que no nos produjeron ni dolor, ni lesiones físicas. Aunque no todo el
mundo podría decir lo mismo.
Hay a quienes les han caído objetos que les han producido lesiones series y mucho dolor,
como herramientas, tablas, tejas, paquetes, sacos de cemento, etc.
Todos los que trabajamos, dondequiera que nos encontremos, tenemos la posibilidad de ser
golpeados por algún objeto que cae de un lugar elevado. Pero quienes trabajan especialmente
bajo este peligro constante deben de tener en cuenta que los peligros no solo pueden
presentarse a un nivel bajo por encima de la superficie del piso, sino por encima de nuestras
cabezas.
Quienes deben trabajar en áreas donde existe el peligro constante de que sean alcanzados por
un objeto que cae, se lo deben comunicar a su supervisor, pues pudiera haber una forma
práctica de eliminar o contener ese peligro.
Si no hubiera forma de separarse físicamente de un área donde existe siempre este peligro,
como en un lugar de construcción, se debe llevar la protección adecuada, como el casco,
protección ocular, calzado de protección y la ropa que haya sido designada pare realizar esa
ocupación especifica. Además, se debe tener siempre presente que las condiciones de los
lugares elevados pueden cambiar de un momento a otro y crear un peligro que no existía hacía
muy poco tiempo.
Un peligro muy común relacionado con lugares elevados proviene de las cargas de las grúas.
Las cargas hay que atarlas con la mayor seguridad posible, tratando de que balancee bien en
la eslinga que la subirá. Antes de dar la señal para elevar la carga, hay que asegurarse de que
la cadena o cable de la eslinga no aplastará ningún dedo ni ninguna mano. Además de estas
precauciones generales, es una buena idea elevar primero la carga tan solo unos 20 ó 30
centímetros del piso. De esta forma se puede comprobar si la carga está bien sujeta y
balanceada. Hay que tener en cuenta, no obstante, que es bastante difícil poner el gancho de
la eslinga directamente sobre el centro de la carga, razón por la que las cargas suelen moverse
un poco cuando se las levanta.
Pero no debemos olvidarnos de las personas que trabajan en lugares elevados, porque tienen
también unas responsabilidades muy definidas, de las que pudiéramos destacar dos. Primero,
estas personas son responsables de operar sus herramientas, equipos y objetos de trabajo con
el mayor cuidado posible.
Segundo, son también responsables de avisar a cualquiera que se tenga debajo del lugar
donde están trabajando.
Incluso las operaciones rutinarias conllevan también peligros de lesiones. Supónganse que
alguien fuera a cambiar una bombilla. ¿No creen que sería necesario comunicar a todos los
que le rodean que va a trabajar temporalmente en un lugar elevado y que esa situación pudiera
suponer un peligro no solo para él sino para otros?... Creo que estarán de acuerdo en que
sería necesario hacerlo, aunque todos sabemos muy bien que no siempre se ponen en práctica
estas medidas que parecen de sentido común. Lo mejor en una situación así seria encerrar el
área de trabajo con una barrera portátil para evitar que nadie se pusiera en contacto con la
situación peligrosa.
Tanto si deben trabajar en lo alto de una escalera o plataforma, como en un andamio o en la
caja de un ascensor, se deben asegurar que todas las herramientas, equipos o materiales de
trabajo están colocados en un lugar desde donde no pudieran caer y lesionar a alguien.
Deben tener un cuidado especial de no colocar ningún objeto en superficies en desnivel. No se
olviden del efecto de las vibraciones. Una vibración o un movimiento en la superficie pudieran
hacer que el objeto cayera y se estrellara contra el piso, o quizás contra la cabeza de alguien.
Como comprenderán, el resultado de esa caída tendría consecuencias muy diferentes que las
que producen las goteras.
Cuando trabajen en lugares elevados deben mantener siempre sus herramientas en la caja de
herramientas. Además de que las herramientas que se dejan desparramadas por el piso crean
peligros de caídas en la superficie del piso en que se encuentran, también crean el peligro de
que alguien se pudiera tropezar con alguna herramienta y pudiera caer a la superficie... pero de
un piso, dos o tres más abajo. Para finalizar, recuerden que los lugares elevados tienen el
potencial de crear peligros muy graves a los que están debajo.
LAS MANOS
En la charla de hoy vamos a tratar un tema del que les he querido hablar desde hace mucho
tiempo – la importancia de recibir primeros auxilios Yo sé que todos ustedes, como yo, quieren
tener un buen récord de accidentes, pero un buen récord de accidentes no es suficiente,
tenemos que aspirar a tener un récord mejor que bueno … excelente. En otras palabras,
nuestra aspiración debe ser siempre mejorar nuestro récord.
Con esta charla quiero demostrarles de qué forma la despreocupación al no informar las
lesiones más leves, impide mejorar el récord de accidentes. Estoy seguro que al concluir esta
charla tendremos a nuestra disposición medios eficaces para reducir el índice de lesiones.
Cuando ustedes sufren una cortadura o quemadura profunda, ¿qué hacen?... Muy bien, muy
bien, como ha dicho Pepito, van a Primeros Auxilios (o a la enfermería) a que les curen.
Ustedes saben que necesitan ayuda y que la sala de Primeros Auxilios es el lugar adecuado
para obtenerla.
Pero, ¿qué hacen cuando se rasguñan, les entra una astilla en el dedo o se les introduce una
mota de aserrín al ojo? Díganme, ¿suelen ir generalmente a Primeros Auxilios para que les
atiendan? No, ustedes mismos se curan a voces con la ayuda de un compañero.
Creo que conozco algunas de las razones de por qué no acuden a la Sala de Primeros Auxilios
en casos así. Quizás ustedes creen que me opongo a que abandonen el departamento por
algo “insignificante”. O quizás piensen que el informar lesiones leves empañará su buen récord
de accidentes. O también es posible que si se enteran los compañeros de trabajo se rían de
ustedes y los tratarán de niñas.
En nuestra empresa se exige que se informen todas las lesiones, por muy leves que sean.
Muchos de ustedes quizás no se den cuenta que las lesiones que se clasifican como leves, a
veces terminan por causar más problemas que las graves y pueden incluso ser fatales.
No presten atención a los consejos caseros que suelen circular por los talleres, como ponerse
jugo de limón encima de una herida para desinfectarla o chupar una cortadura para extraer el
veneno. Estos remedios, la mayoría de las veces, suelen agravar el problema.
Los gérmenes que causan más problemas están presentes en todos los lugares—en la piel, en
el aire, en el piso, en las manos de sus compañeros "samaritanos", y se introducen en el
organismo con toda facilidad. Estos invasores generalmente no causan mayor problema si
permanecen en el exterior de la piel, pero tan pronto como encuentran un medio fácil para
introducirse, aunque sea una cortadura pequeña en la piel, se introducen rápidamente y
empiezan a causar problemas serios. En poco tiempo se empieza a sentir dolor, quizás alguna
parte del cuerpo se inflama, y se puede tener fiebre. En muchos casos, cuando se sienten
estos síntomas, ya suele ser demasiado tarde para tomar medidas eficaces.
¿Sabían ustedes que en tan sólo seis horas un germen puede multiplicarse hasta producir
4000? ¿Habían oído alguna vez que un germen puede trasladarse de un dedo a un hombro en
menos de 10 minutos… Esa es la razón de por qué es tan importante informar las lesiones
leves lo antes posible.
Hoy día hay muchos remedios farmacéuticos para matar estos gérmenes o por lo menos frenar
su expansión y crecimiento, pero los medicamentos a veces tampoco son del todo eficaces. Si
no producen los efectos que se esperan, ustedes serán quienes deberán experimentar los
dolores y sufrimientos, por no haber acudido rápidamente a Primeros Auxilios.
Algunas veces he oído decir a algunos de ustedes que no hay nadie que haga el trabajo que
hacen ustedes mejor que ustedes mismos. ¿Por qué? Simplemente porque ustedes recibieron
un buen entrenamiento y han acumulado una experiencia de muchos años. Lo mismo piensan
nuestros médicos y enfermeros, que ellos han recibido muchos años de entrenamiento en su
profesión y saben mucho mejor que ustedes lo que necesitan cuando se lesionan.
Ustedes ni yo sabemos las con secuencias que puede tener una lesión leve, por esa razón,
siempre que nos lesionemos, aunque sea levemente, vayamos a Primeros Auxilios y
dejémosles a nuestros médicos y enfermeras que decidan qué es lo que necesitamos.
LOS SENTIMIENTOS pueden ser fuertes y a veces hasta abrumadores. Pero en nuestro
trabajo diario son las actitudes que tenemos las que nos hacen comportarnos y trabajar de la
forma en que lo hacemos.
Las actitudes pueden ser buenas o malas, seguras o inseguras.
El hecho desafortunado acerca de las actitudes inseguras en el trabajo es que aquellas que las
tienes tratan de justificarlas con razones de por qué están confundidos. Es un rasgo humano
común que la mayoría de nosotros creemos solamente lo que queremos creer – y lo queremos
creer es siempre lo correcto.
Por otra parte, cuando desarrollamos una actitud segura en el trabajo significa que estamos
preparados para responder de una forma segura y efectiva.
Un cambio de actitud
Por lo tanto, es vital que observen consistentemente todas las normas de desempeño y
prevención de accidentes que han sido creadas para su propia protección en el trabajo.
Ustedes no pueden cambiar emociones, aunque pueden aprender a reconocerlas y
mantenerlas bajo control. Las actitudes por otra parte, sí pueden ser cambiadas. A veces no es
fácil, pero es posible si uno se esfuerza.
Un cambio en actitud tiene que comenzar con un autoanálisis honesto. Ustedes tienen que
convencerse que es posible que no tenga razón en todas las circunstancias. Acto seguido tiene
que recoger y examinar diferentes puntos de vista y compararlos con los suyos propios. Debe
obtener los hechos reales, porque una actitud insegura está basada con frecuencia en una
información incorrecta. Tomemos por ejemplo la oposición de algunos trabajadores al llevar el
casco de protección cuando es necesario. Si todos entendieran con claridad la forma en que un
casco les puede salvar la vida en algunas circunstancias imprevisibles, todos se los podrían en
todas las circunstancias. Si, por el contrario, algunos trabajadores no quisieran oír todos los
hechos, tendrían que tomar una decisión basada en una información incompleta. Para poder
trabajar bajo la mayor protección, es necesario aprender lo más posible sobre cómo se
producen los accidentes y como se pueden prevenir.
Una vez formadas las actitudes son difíciles de cambiar, incluso con argumentos lógicos. Pero
pueden ser cambiadas. Lo primero que hay que hacer es preguntarse si una actitud dada
puede ser peligrosa para uno mismo o para otras personas.
NUNCA SE ES DEMASIADO SABIO O DEMASIADO VIEJO PARA APRENDER
A VECES NOS CREEMOS que estamos bien informados y tenemos un entrenamiento tan
completo, que no necesitamos que nadie nos brinde instrucciones o consejos sobre el tema de
la seguridad. Sin embargo, un estudio de los accidentes demuestra que hasta los hombres más
responsables necesitan que se les recuerde constantemente lo esencial que es la seguridad
para él y su trabajo. Desdichadamente olvidamos muy fácilmente.
Hay una historia que ilustra muy bien lo que queremos señalar. En una planta bastante grande
la gerencia seleccionó a uno de los trabajadores para ser supervisor. Para ellos se tuvo en
cuenta su comportamiento en el desempeño de sus labores. El obrero escogido era un hombre
con sentido común, en el cual se podía confiar y tanto sus compañeros como sus superiores lo
miraban con respeto. Todos estaban seguros que este individuo nunca violaba las reglas de
seguridad. Sin embargo, fue precisamente este hombre de gran experiencia y entrenamiento
completo, a quien se seleccionó como supervisor, el que cometió uno de esos errores terribles
que caen dentro de la clasificación de mala decisión.
En su departamento había una máquina que de vez en cuando se trababa. Cada máquina
tenía una etiqueta roja con el siguiente aviso: “Detenga la máquina antes de engrasarla,
limpiarla o repararla”. Se entendía que si la máquina se trababa se debía parar. El supervisor,
no obstante su conocimiento y experiencia corrió un riesgo. Trató de jalar la pieza trabada sin
antes desconectar la máquina. Se le trabaron los dedos entre los rodillos y en pocos segundos
la mano estaba terriblemente destrozada. No quedó mas remedio que amputarla. Este
supervisor desobedeció las instrucciones de seguridad que él mismo les había dado a sus
trabajadores, prescindió de todos los conocimientos que había adquirido a través de sus años
de servicio en la industria. Abandonó por un momento su sentido común y el resultado fue que
sufrió una lesión de gran magnitud.
Porqué lo hizo? No podemos saber la razón que tuvo para hacer semejante cosa.
Probablemente pensó que tenía suficiente destreza como para evitar que los rodillos le
atraparan la mano. Nadie sabe cuántas veces arregló la máquina de la misma manera; pero lo
que sí sabemos es que esta vez, por culpa de su descuido, perdió la mano derecha para
siempre.
Es un caso digno de lástima, sin embargo, no podemos acusar al destino, etc., como a veces
hacemos, cuando en realidad él mismo es el responsable de la acción que cometió y que le
costó tan cara.
No podemos evitar que nos entre la duda sobre el nivel de seguridad en esa planta. Si ese
supervisor hubiera estado acostumbrado a pensar en la seguridad, hablar sobre la seguridad
con sus compañeros y si precisamente durante esa época hubiera estado envuelto en una
campaña de seguridad. Hubiera cometido un error tan tonto? Después de leer esta historia y
pensar en las implicaciones que tiene perder un miembro. Alguno de nosotros va a cometer
una tontería que exponga nuestras vidas? La experiencia demuestra que las reuniones de
seguridad tienen gran influencia en la disminución del número de lesiones incapacitantes y por
supuesto de los accidentes mortales. Necesitamos estos recordatorios con regularidad. Para
eliminar las lesiones tenemos que estar física y mentalmente en las mejores condiciones
posibles. Dicen que nunca se es demasiado viejo para aprender, sería bueno ampliarla y decir
”Nunca se es demasiado sabio o demasiado viejo para aprender”.
Recordemos que cada día se aprende algo nuevo.
LAS CAUSAS que producen los accidentes son innumerables. Necesitaríamos varias sesiones
para poder mencionarlas todas. Como esto no es posible, ni tampoco práctico, en esta charla
quiero limitarme a hablar de algunas causas principales. Estas causas de las que vamos a
hablar suelen aparecer –directa o indirectamente- en la mayor parte de los accidentes que se
producen en nuestra planta.
Tres de las causas principales que se mencionan frecuentemente en la investigación de los
accidentes son:
1.- No lo vi.
2.- No lo pensé, y
3.- No lo sabía.
Hablemos un poco de cada una de estas tres cosas y midamos su relación hacia los
accidentes.
Vista. La vista es una facultad extraordinaria con la que todos los seres humanos nacemos.
Debido a que la utilizamos prácticamente para realizar cualquier cosa, a veces nos olvidamos
de las precauciones que debemos siempre tener para conservarla en el mejor estado posible y
exponemos a nuestros ojos a diversos peligros.
Consideremos por un momento todas las veces en que hemos corrido el riesgo de perder la
vista al dejar de ponernos la protección ocular en situaciones en que era esencial llevarla.
La vista es en realidad uno de los sentidos más importantes que tiene el hombre. Las personas
que han perdido la vista en un accidente son las que mejor suelen explicar el valor incalculable
de la visión. Algunas de estas personas suelen decir que preferirían haber perdido todos sus
otros sentidos antes que la vista.
Ustedes tienen dos ojos para ver los peligros que existen alrededor de ustedes en el trabajo y
en sus casas. Así que miren a su alrededor y estén de sobre aviso para los peligros que
puedan ocurrir.
Pensamiento. Mucha gente todavía piensa que los accidentes suceden porque sí. Que se
deben a la “mala suerte”. Esta misma gente se reiría si ustedes le dijeran que son
supersticiosos. Su actitud de que los accidentes “simplemente suceden”, o no pueden ser
evitados, es tan ridícula como la superstición acerca de un gato negro que se cruce en su
camino.
El pensar con lógica nos llevaría a la conclusión que casi todos los accidentes, esto es 98 de
cada cien se pueden prevenir. En los últimos 30 años ha habido una mejora sostenida y
creciente en los récords debido a que los coordinadores de prevención de accidentes/control
de pérdidas, la gerencia y los trabajadores, han estado pensando en formas de hacer sus
trabajos más seguros mientras se mantenía alta la producción.
Ahora bien, si los accidentes “suceden porque sí”, no podríamos explicar de forma alguna esa
reducción en la frecuencia de accidentes, no es verdad? Eso prueba simplemente y con mucha
autoridad que los hombres que piensan evitan accidentes.
Qué significa eso para nosotros aquí en nuestro trabajo? Significa que ustedes deben pensar
en la manera de hacer su trabajo sin peligros. Me gustaría que cada uno de ustedes pensara
también de esa forma acerca de su trabajo.
ESPERO que después de esta charla cada uno de ustedes esté más dispuesto a entrenar al
nuevo trabajador cuando él o ella vengan a trabajar a nuestro departamento.
Antes de nada quiero recordarle que cada uno de nosotros podemos ayudar a guiar al nuevo
trabajador hacia prácticas de trabajo seguras.
Presiento que es casi innecesario decirles que nuestra gerencia esta tan interesada en la
integridad física de ustedes como en el éxito del programa de entrenamiento que se refiere a
los nuevos trabajadores.
Los nuevos trabajadores deben ser entrenados tanto en los métodos de producción como en
las prácticas de trabajo seguras. Los dos son muy importantes e inseparables.
Cuándo se debe empezar el entrenamiento del nuevo trabajador? Naturalmente, en el primer
día de trabajo. Para ese día, los empleados del departamento de personal de nuestra empresa
ya le han hablado de las facetas más relevantes de nuestra planta y le han hecho saber de los
récords de prevención de accidentes y de exactamente, cuántos días ha operado sin una lesión
incapacitante, Todas estas cosas, naturalmente, son muy importantes, aunque preliminares al
entrenamiento del nuevo trabajador en la planta.
Recuerdan su primer día de trabajo? Yo recuerdo muy bien el mío! Todos fuimos nuevos
trabajadores un día. Estoy seguro que ustedes apreciaron la ayuda que otros les dieron tanto
como yo la aprecié. Créanme, y me sentí un poco incómodo en ese ambiente extraño, aunque
había trabajado en un puesto similar antes de venir aquí. Supongo que echaba de menos mis
amigos en la otra planta. Pero no me llevó mucho tiempo hasta que me encontré “en casa”.
A los nuevos trabajadores que empiezan a trabajar en nuestro departamento les va a llevar
algo de tiempo el acostumbrarse al nuevo trabajo y ambiente.
Ustedes pueden ser una verdadera ayuda y un ejemplo vivo para los nuevos trabajadores si
siguen las normas de prevención de accidentes que ustedes saben.
Es un hecho comprobado que los trabajadores sin experiencia que no han tenido
entrenamiento en prevención de accidentes tienen muchos más accidentes.
Mi procedimiento al entrenar a un nuevo trabajador es darle una idea perfecta de nuestro
trabajo para que ya desde el principio se sienta una parte importante de las operaciones. A
continuación les explico la parte de su trabajo – les explico la operación en detalle y les señalo
los peligros que existen y en las precauciones que la gerencia ha tomado para evitar el que se
lesionen.
Más tarde les enseño como hacer el trabajo paso a paso. Hago esto varias veces, de manera
que el principiante pueda observarlo con comodidad. A continuación les permito hacer el
trabajo mientras que yo les observo en detalle. Finalmente observo la operación varias veces –
hasta que él o ella lo ha asimilado.
Vuelvo a observarles de vez en cuando, para ver como progresan y decirles la manera en que
lo están haciendo. A esta altura siento que mi trabajo ha comenzado tan solo, ya que debo
observarles continuamente hasta que hayan adquirido completa experiencia.
Ahora es cuando verdaderamente necesito la ayuda de ustedes – especialmente de aquellos
que tendrán que trabajar con el nuevo trabajador.
Recuerden que nuestra gerencia trata de remediar las condiciones inseguras que existen, así
que es nuestra responsabilidad observar por si se están cometiendo actos inseguros, los
cuales están siendo ignorados. Ustedes pueden ser una verdadera ayuda observando si el
nuevo trabajador comete actos inseguros sin que él lo sepa. Si el nuevo trabajador continuara
cometiendo estos actos, se podrían convertir en hábitos y conducirlo a un accidente.
Una de las cosas más importantes que pueden hacer es dar un buen ejemplo. Este es el medio
más fácil y el mejor de enseñar a los nuevos trabajadores que en nuestra compañía se da
preferencia a la integridad física.
Si él observa que ustedes trabajan con seguridad, indudablemente, el también lo hará.
Yo sé que puedo contar con que ustedes me ayudaran a entrenar a los nuevos trabajadores.
Pero aún así, no está de más que de vez en cuando observen su propio trabajo para
asegurarse de que en caso de que viniera un nuevo trabajador y les estuviera observando, le
estarían dando buen ejemplo, esto es, estarían siendo unos buenos maestros.
SENTIDO COMÚN
QUIEREN USTEDES saber otra forma de decir prevención de accidentes? Es así de sencillo,
simplemente, sentido común. Si usan las precauciones dictadas por el sentido común, sabrán
en esencia lo que quieren decir los términos prevención de accidentes, prevención de pérdidas
o cualquier cosa que ustedes quieran llamar a nuestros esfuerzos por conseguir un ambiente
de trabajo sin accidentes.
Una manera lógica de inspeccionar el problema de los accidentes desde el ángulo en que nos
afecta a cada uno de nosotros es considerarlos de esta manera:
“Si yo soy quien sufre un accidente, yo seré quien tenga que sufrir el dolor que va unido a una
lesión seria en el momento en que ocurre. Quizás me tendrán que llevar a un hospital a
operarme o a componerme los huesos rotos”.
Si ustedes pensaran de esa forma con respecto al programa de prevención de accidentes,
tendrían en más estima que nunca antes las precauciones dictadas por el sentido común.
Un momento de distracción o un acto inseguro, puede ser la causa de que ustedes se lesionen
y tenga que permanecer en cama durante días, semanas o incluso meses. La lesión podría
durar mucho tiempo – incluso producir una incapacidad permanente.
Ustedes podrían resultar desfigurados o lisiados de tal forma que nunca volverían a ser los
mismos. Podrán resultar lisiados y nunca poder volver a hacer su trabajo normal. Ya fuera que
resultaran lisiados, desfigurados o con dolores permanentes, serían un vivo ejemplo de lo que
sucede a un trabajador que no usa sentido común, ni toma las precauciones que se enseñan
en la prevención de accidentes.
Naturalmente, puede que ustedes vean un accidente que no lo haya causado su fallo en seguir
las precauciones dictadas por el sentido común. Pero no hay mucho consuelo en saber que un
trabajador, compañero, no usó el sentido común en su trabajo.
Los accidentes pueden costar, monetariamente hablando, mucho. Sufrirán sus familias la
consecuencia de ingresos más bajos debido a una lesión? Preguntas así les podrán ayudar a
tomar las precauciones dictadas por el sentido común.
HAY UN TIPO DE ACCIDENTE QUE, aunque es la causa más corriente de lesiones, por su
naturaleza escapa a los registros. La siguiente historia es una buena ilustración de lo que nos
referimos.
En cierta fábrica había un pequeño puente sobre una zanja. Un camionero, nuevo en el trabajo
y que aún estaba un poco inexperto, no calculo bien el espacio y la rueda trasera izquierda se
salió del puente. Daba la casualidad de que cerca de allí habían unos trabajadores arreglando
unas tuberías; bajo la dirección del capataz dejaron el trabajo por unos minutos y acudieron a
ayudar al conductor a poner el camión de nuevo sobre el puente. Entre ellos había un joven
que se sentía muy orgulloso de su fuerza física. Con frecuencia daba demostraciones de su
habilidad para levantar pesos y siempre estaba a la búsqueda de una oportunidad de
demostrar su fuerza.
Buscaron una palanca de manera de levantar la parte posterior del camión y poder colocar el
gato. El joven al que nos referimos, mientras otros aplicaban la palanca, el alzaba el camión
con la fuerza de sus brazos.
El peso era mucho mayor de lo que habían imaginado y los hombres no podían alzar el
camión. En el segundo intento, nuestro joven Sansón se excedió en sus esfuerzos y sus
músculos fueron puestos a una prueba muy severa. De pronto, en medio de la operación de
alzamiento, sintió que su pulso se aceleraba y una punzada terrible como un cuchillo le
atravesaba el costado izquierdo. No le quedó más remedio que dejar lo que hacía, aunque su
orgullo no le permitía admitir lo que le pasaba. El dolor le duró un rato pero él, en forma
mecánica, siguió haciendo lo más que pudo para finalizar la tarea.
Cuando todos regresaron al trabajo, después de haber logrado poner el camión de nuevo sobre
el puente, el capataz notó algo raro en él y le pregunto si se sentía bien, la respuesta no se
hizo esperar “nada, estoy perfectamente”. Admitir lo que le había sucedido era, en su opinión,
una confesión de debilidad. Aparentemente está bien y al día siguiente acudió a su trabajo
como si nada hubiera pasado. Se sentía bien, excepto por una punzada ocasional.
Sin embargo, al cabo de varias semanas sus compañeros empezaron a notar un cambio
radical en él. Se encontraba pálido, decaído y estaba perdiendo peso. Aunque hacia buenas
digestiones, tenía buen apetito y no había síntomas de fiebre, no cabía duda que algo está
consumiéndolo. Finalmente su capataz tomo la iniciativa y le sugirió que fuera a ver al médico.
Cuando el doctor pidió que le explicara los antecedentes del caso nada se dijo sobre el
levantamiento del camión. Tanto el capataz como el propio trabajador habían olvidado el
incidente.
El doctor comenzó a auscultarlo, por un momento se quedó atento escuchando los latidos del
corazón y con una expresión preocupada le dijo:
-Joven, me temo que tendrá que suspender el trabajo por un tiempo. El mejor lugar para usted
es el hospital.
-Pero Que es lo que me pasa doctor?- preguntó el trabajador.
El médico explicó que tenía una lesión en el corazón que era la causante de su estado general.
Sabía bien que al pedirle que ingresara en el hospital, en realidad estaba pronunciando una
sentencia, ya que muy pocos casos tan severos logran recuperarse. A los seis meses ocurrió el
desenlace fatal.
Esta historia revela el hecho de que el caso nunca apareció como lesión incapacitante; nadie
supo que había sufrido una lesión y el mismo no lo comprendió plenamente.
Lo más trágico es que todo fue consecuencia de su vanidad, lo orgulloso que se sentía de su
fuerza muscular y sus ansias de demostrar que podía hacer cosas que para otros hombres
eran muy difíciles o imposibles de realizar. Sin lugar a dudas, una actitud muy infantil que
desgraciadamente le costó la vida.
Hay una frase que condensa la moraleja de esta historia. Es conocida desde hace miles de
años, los antiguos griegos habían adoptado como una regla en sus vidas. Si todos tratamos de
tenerla siempre presente puede evitarnos problemas muy serios. “Nada en exceso”. Significa
evitar los excesos de alimentos, bebidas, etc. y en el trabajo evitar las cargas pesadas.
Nunca se debe exceder la carga de un camión, una máquina y, mucho menos, el propio
cuerpo. Recordemos la advertencia que nos indica que no debemos hacer nada en exceso.
LA SALUD ES QUIZAS el don más preciado para cualquiera porque sin ella no podemos
disfrutar de nada.
El hombre más rico del mundo con un contingente de personas a su alrededor dispuestas a
satisfacer su menor capricho, se sentirá desdichado si no tiene buena salud.
Y pensar que muchos de nosotros no nos damos cuenta del valor de lo que tenemos. Nunca
hemos tenido una enfermedad grave en la vida. Jamás tenemos que ir al médico por un
trastorno grave. Por eso, no le damos importancia, es algo a que estamos acostumbrados.
Quizás sería conveniente que de cuando en cuando fuéramos a un hospital y viéramos lo
mucho que sufren otras personas por no disfrutar de buena salud, los postrados en cama, los
que se mueven lentamente con la ayuda de muletas o en un sillón de ruedas.
Una visita al hospital no nos producirá alegría, pero servirá para que apreciáramos en todo su
valor las consecuencias que resultan de tener un cuerpo que no funciona bien o esta
incapacitado a causa de enfermedades o lesiones.
Una buena salud es el resultado de muchas cosas: suficiente descanso, comidas nutritivas,
moderación en las cantidades que se ingieren, ejercicio y protección contra las enfermedades
que padecen otros.
Cuando se presta atención a esos factores se disfruta de buena salud.
Pero de que vale mantener una buena salud si nos exponemos a un accidente que en unos
segundos puede destruir este esfuerzo de muchos años sin que podamos remediar el mal que
súbitamente cambia el curso de nuestras vidas.
Y, no importa que usted haya tomado regularmente año tras año tales y cuales vitaminas y al
aceitar la máquina estando en movimiento pierde varios dedos o la mano. De nada servirá una
buena musculatura si se para delante de un camión que avanza a gran velocidad. Hasta los
campeones de boxeo saben que si tratan de levantar pesos con la espalda en vez de con los
músculos de las piernas, dejarían de ser boxeadores para unirse a la legión de los tullidos.
Aunque se tenga buena salud, no es garantía de que la persona no se vaya a envenenar a
causa de una infección si cuando sufre una cortadura insignificante no va a la enfermería para
que se la curen.
Si usted quiere mantener su buena salud, no basta con tomar vitaminas, dormir bastante,
comer alimentos nutritivos y con moderación. Necesita precaverse contra todo lo que pudiera
alertar ese estado ideal que le permite disfrutar de todas las cosas buenas que ofrece la vida.
Por eso, cuando en el trabajo el supervisor le diga que debe poner ciertos equipos de
protección, piense que lo hace por su propio bien. El supervisor le esta protegiendo su salud,
su mayor tesoro, contra complicaciones que quizás lo incapaciten para siempre.
Disfrute de buena salud, cuídese protéjase contra accidentes que acabarían con su salud más
rápidamente que cualquier enfermedad.
Ideas y refranes
• La popularidad de las máquinas lavadoras de platos se debe a que los maridos prefieran
comprar una en vez de convertirse en una.
• Adquirir experiencia es muy fácil. Lo que importa son los conocimientos adquiridos.
• Cuando usted ayuda a una persona a ascender……usted se acerca a la cima también.
• La diferencia entre la joven moderna y su mamá es que la primera hace lo que la segunda
hubiera querido hacer.
1°. Mire cada operación de su oficio desde el punto de vista de cómo puede hacerse sin
lesionarse usted ni lesionar a otros.
2°. Esté alerta. Ningún oficio exige tanta rutina que no pueda sobrevenir algo que cause un
accidente.
3°. Aprovéchese de lo mejor que han pensado los hombres que han estudiado su oficio. Siga
los procedimientos de la planta. Use la guarda, los aparatos de protección y el equipo protector
especificado para su oficio. Úselo siempre y úselo adecuadamente.
4°. Desarrolle el hábito de la seguridad, la mira segura sobre las cosas. Si ustedes piensan en
la seguridad y la practican, esta se convertirá en un hábito, casi como respirar.
5°. Finalmente, como ustedes conocen su oficio mejor, están en mejor posición para saber si
están trabajando en forma segura o si puede hacerse aún con mayor seguridad y eficiencia. Si
ustedes pueden pensar en una manera más segura de hacerlo, me agradaría oír sus
sugerencias y hablar sobre ello.
Si ustedes tienen en cuenta estas palabras, si aplican el sentido común –una cosa que todos
tenemos a sus oficios, se convertirán en el mejor mecanismo de seguridad que hay en nuestra
industria: UN TRABAJADOR SEGURO Y EFICIENTE.
No voy a presentarme como un psicólogo, pero sí se como son de importantes los hábitos en
nuestras vidas. Por ejemplo, si usted maneja un automóvil y hay un aviso de “Pare”, siempre en
la misma parte, usted lo obedece sin pensarlo.
Mete el freno, saca la mano, se asegura que el camino esté libre y entonces voltea. Y usted
hace estas cosas automáticamente, lo hace decenas, cientos de veces al día.
No hay necesidad de que usted se detenga y se diga a sí mismo: “meta el carro en el
estacionamiento, busque un espacio libre, dele una mirada al carro y cierre la puerta”. Usted
hace todas estas cosas sin pensarlo, porque es un hábito.
En el trabajo también los hábitos lo ayudan a uno todo el tiempo. Para quienes no hemos
manejado una grúa, nos parece que el trabajo de quien la maneja es uno de los más
complicados que existen. Pero para el hombre que está en la cabina, si es un hombre capaz,
no tiene nada de confuso. Su trabajo parece fácil. Mueve la grúa, ve las señales, alza la carga,
la baja, la coloca en su sitio. Ha adiestrado sus manos para hacer las cosas de rutina
automáticamente.
Nosotros podemos adquirir el hábito de estar seguros en cualquier clase de trabajo. La
seguridad se convierte en algo que se puede hacer sin pararse a pensar acerca de ella.
Por ejemplo, si se adquiere el hábito de parar una máquina antes de ajustarla, el hábito lo
apartará de hacer una cosa insegura: intentar ajustar la máquina en movimiento. Si se adquiere
el hábito de alzar pesos con los fuertes músculos de las piernas, el hábito no permitirá que se
haga esto con los débiles músculos de la espalda.
El hábito nos recordará de la guarda que debe estar siempre en su sitio. El hábito no permitirá
que dejemos de curarnos una lesión, no importa lo pequeña que sea.
Pero no olvidemos que mientras hay seguridad en los buenos hábitos, tales como aquellos de
que hemos hablado, también hay peligro en los malos hábitos.
Tomen el caso de la persona que adquiere el mal hábito de bajar el carro por el lado del tráfico,
este hábito puede causarle un grave accidente.
¿Cómo se establece un buen hábito? Hay tres pasos simples:
Recuerdan ustedes cuando empezaron a trabajar ¿cómo tenían que pensar cada acto que
ejecutaban?
Ahora ya no necesitan hacerlo ni pensar para ejecutar cada acto separadamente. Así es como
se forman los hábitos.
Podemos tener buenos o malos hábitos, así sea que ustedes lo quieran o no. Esta es la forma
en que trabajan los seres humanos. Y así como es de fácil aprender la forma correcta, la forma
segura, así es de fácil aprender la forma equivocada. Seamos listos y aprendamos la forma
correcta.
A ustedes se les enseñó la forma correcta de hacer su oficio, no permitan, pues, que pequeños
cambios en la forma de hacer las cosas hagan inseguro su oficio. Esos cambios se convierten
en hábitos y tarde o temprano pueden causarles un perjuicio. Haga su trabajo en la forma
segura que le enseñamos.
Resumamos: Empiece haciendo las cosas bien, manténgase haciéndolas bien y trate de
hacerlas aún un poco mejor. Así es como se hacen buenos hábitos. Y esos buenos hábitos
harán su trabajo más fácil y más seguro.
LAS BROMAS PESADAS SON PELIGROSAS
Muchos de ustedes habrán oído hablar o visto en las películas los bravos caballeros antiguos
que se lanzaban solos por los caminos a demostrar su valor y la fuerza de su brazo. Salían a
buscar el peligro, a crear disturbios. Desgraciadamente dentro de nuestra organización
tenemos también unos pocos caballeros andantes que bravamente arriesgan sus cuellos y los
de sus vecinos todos los días. Pero aquellos que tenemos aquí solo lo hacen para lograr unas
cuantas carcajadas.
Ya ustedes saben a qué clase de tipos me estoy refiriendo. Para lograr una carcajada de los
compañeros o ganarse una sonrisa de una chica se harán los tontos o tratarán de poner a otro
en ridículo.
Se usa mucho molestar a los recién entrados. Se les hacen toda clase de trampas, para
hacerles pagar la novatada. Eso es, en realidad, una cosa cruel. Casi todo hombre recién
instalado en su trabajo está un poco confuso, todo es nuevo y raro para él, es fácil ridiculizarlo.
Es el momento en que necesita una mano que lo guíe, alguien que lo ayude. No sé de dónde
sacan algunos cierto placer en bromear con la gente nueva. No lo entiendo. Deben tener una
mente cruel y hay una palabra para esta clase de mentes: sadismo. Sádico es un hombre que
goza con el sufrimiento de los demás. No es bonito, pero así es.
Hay otros que gozan quitándole el asiento al compañero. Esto es muy peligroso, no solamente
porque el perjudicado puede sufrir un golpe en el extremo inferior de la espalda que es muy
sensitivo, sino porque puede causar una reacción de parte del afectado que termine en
tragedia para el malaventurado bromista.
Otros tienen el buen sentido de dejar sus bromas para las horas fuera de trabajo, pero las
hacen en los vestidores, o en el baño. Luchan, se hacen cosquillas, con la mejor intención del
mundo de divertirse un poco, pero olvidan que esto puede causar un resbalón, un golpe, que
puede resultar en un brazo o una pierna partida.
Quienes dirigen el trabajo y, tienen un sentido de seguridad no pueden aprovechar esta clase
de diversiones, porque puede traer muchas lesiones. Los trabajadores que tienen conciencia
de seguridad, tampoco pueden recibir complacidos esta clase de juegos. Las bromas pesadas
y la seguridad no se mezclan. La seguridad es un negocio muy serio, salva vidas y previene el
sufrimiento, mientras que esa clase de bromas, esos juegos de manos son anticuados e
inseguros.
El punto es este: en la planta todo es trabajo y nada de juego. Tiene que ser así si queremos
que ella sea un lugar seguro. Así que dejemos los chistes, las bromas pesadas, los juegos de
manos para quienes viven y ganan dinero con ello entreteniendo a la gente, haciéndonos reír
en los asientos de los teatros, o en el cómodo sofá de nuestra casa donde estamos seguros.
No ejecute bromas de mal gusto, juegos de manos peligrosos!
No le haga el juego a ningún bromista!
Si no le presta ninguna atención porque no lo mira o no lo ve, debido a que ha estado allí tanto
tiempo, también se están exponiendo a un accidente.
No prestarle atención al aviso por cualquier motivo, operar la máquina sin guardas, significa
exponerse a la oportunidad de un accidente grave.
Si ustedes son gente que les gusta vivir peligrosamente, no lo hagan. Hay otros que pueden
sufrir por culpa suya.
Hay una buena razón para la colocación de cada aviso. Eso lo saben ustedes también como lo
sé yo.
Tiene que haberla, de otra manera la Gerencia no tiraría la plata en avisos.
Los avisos se han puesto donde están para evitarles un accidente, una lesión. Este es su
verdadero sentido.
TODOS LOS ACCIDENTES DEBEN SER INVESTIGADOS
TODOS ESTAMOS muy orgullosos del récord de accidentes que tenemos. La gerencia está
interesada en seguir manteniéndolo y aun mejorándolo, y sabemos que ustedes también lo
están; este es el motivo por el cual hemos elegido el tema de la investigación de accidente para
la charla de hoy.
Cuando hay un accidente, con lesión, o sin lesión, la gerencia quiere saber por qué ocurrió y la
única forma de saberlo es haciendo una investigación completa de las circunstancias que lo
causaron para tratar de prevenirlo en el futuro.
Es casi seguro que el gerente me llamará para preguntarme a qué se debió el accidente y
estoy seguro que a ninguno de ustedes les gustaría saber que tuve que decir que se debió a
descuido. Cuando sucede un accidente necesitamos conocer todos los hechos a fin de poder
explicarlo y evitar que se repita. Esta es la razón por la cual hacemos la investigación de todos
los accidentes. Cuando se hace la investigación de un accidente nuca hay que hacerla con la
intención de buscar “culpables”, el término culpable no tiene cabida en una investigación de un
accidente, también el término descuido debe ser eliminado. Cuando se hace la investigación de
un accidente, como dije hace un momento, no es para buscar culpables, sino para descubrir las
causas y evitar que una situación similar se repita.
Las mejoras que se han ido logrando en la industria, en prevención de accidentes, a través de
los años, se debe en general al conocimiento logrado a través de las investigaciones de
accidentes minuciosas, lo que ha dado por resultado muchas de las reglas de prevención de
accidentes que son el resultado de la investigación de estos accidentes.
En una investigación de accidentes se trata de descubrir las condiciones y prácticas peligrosas
a fin de que no haya accidentes por causas similares. Esto podemos lograrlo mediante:
La charla de hoy quiero dedicarla al orden y limpieza de nuestra planta o lugar de trabajo, a
pesar de que este es un tema que ya ustedes conocen porque no es algo que tiene su origen
aquí en la industria, sino que viene de sus hogares. Estoy seguro que ustedes se preocupan
por la limpieza y por mantener el buen estado de sus casas porque de esa forma viven con
mayor comodidad y se sienten más protegidos y seguros de muchos peligro que son causados
por falta de mantenimiento y abandono. Ese mismo interés por el buen orden y limpieza debe
existir también en la planta, después de todo, Esta es nuestra segunda casa.
El buen mantenimiento de la planta no es tarea de una sola persona ni de un día, al contrario,
es de constancia y de la responsabilidad de todos y cada uno de nosotros. A la Gerencia le
interesa que ustedes puedan desempeñar su labor en una forma eficaz, productiva y cómoda.
Para lograr esto tenemos que cooperar todos y ayudar a mantener limpio y libre de peligros el
lugar de trabajo. Existe un gran número de ventajas cuando se mantiene la planta debidamente
limpia y ordenada. Entre éstas podemos mencionar las siguientes: existe una mayor protección
contra los accidentes; mejor protección contra el fuego; mejor estado de salud de todos los que
trabajamos en ella; y, una mayor conciencia moral y eficiencia por parte de cada uno de
nosotros.
El evitar los accidentes y lesiones es una de las mayores preocupaciones de cualquier
compañía.
Cualquier líquido derramado u obstáculo en el suelo puede ser la causa de peligrosas caídas.
Los pasillos atestados de material en forma desordenada y las áreas de trabajo
congestionadas pueden contribuir al peligro.
Un buen programa de mantenimiento y limpieza nos mantiene protegidos a todos ya que
eliminamos así muchos de los peligros que pueden afectarnos ya sea directa o indirectamente.
Es muy importante que el lugar donde trabajamos sea seguro y agradable. Esto lo podemos
lograr si cooperamos para mantenerlo limpio y ordenado. Cuando nos sentimos bien protegidos
podemos trabajar más y mejor y como resultado se obtiene un mayor grado de productividad
junto con un menor número de accidentes.
Verdaderamente a ninguno de nosotros nos agrada trabajar en un lugar desorganizado, sucio y
lleno de peligros. Entonces nuestro propósito debe ser mantener las mejores condiciones
posibles de trabajo y siempre tratar de superarlas más. Debemos mantener los materiales o
productos útiles y necesarios almacenados o apilados debidamente. Todo lo que no sea
necesario debemos desecharlo para evitar la obstrucción o peligro en el área de trabajo.
Generalmente al mantener el buen estado y funcionamiento de la planta se disminuye
considerablemente el número de accidentes y la posibilidad de que éstos ocurran.
Una palabra o concepto que me gustaría repasar con ustedes es hábito. ¿Por qué digo esto?
Lo digo porque hábito implica hacer algo automáticamente, sin pensarlo.
Para trabajar y vivir con la mayor protección posible necesitamos tener el hábito de mantener la
limpieza y la organización. Si no tenemos este hábito, hay que formarlo, pues es de suma
importancia tanto dentro del trabajo como fuera de él. Muchas personas son vivos ejemplos de
malos hábitos al extremo de que han sufrido y sufren la agonía de huesos rotos, heridas,
quemaduras y otras lesiones precisamente debido al abandono y a la falta de un buen sistema
de limpieza y mantenimiento.
Habrán notado que he repetido algunas veces durante la charla la palabra mantenimiento. Lo
he hecho a propósito ya que es algo clave. La palabra mantener implica un proceso constante,
lo que quiere decir que el orden y la limpieza no es cosa de un momento de un día.
Es cosa de cada momento y de todos los días. Es cosa de constancia y de preocupación por
parte de todos y para el bien de todos.
Yo podría darles una larga lista de ejemplos en las que algún trabajador se lesionó; a veces
gravemente, debido a la falta de interés y descuido en el orden y la limpieza adecuada del área
de trabajo. Por ejemplo, un trabajador resultó incapacitado para trabajar por 10 días porque al
resbalarse en el suelo mojado se torció un tobillo. También hay otros casos similares en que
algunos trabajadores han resbalado debido a líquidos derramados en el suelo y han sufrido
serias fracturas de los huesos.
Estas lesiones influyen grandemente en el ausentismo en las industrias impidiendo así la
productividad del trabajo y lo que es más importante aún, el desenvolvimiento normal de la vida
de una persona.
Debemos poner todo lo que sea posible de nuestra parte para eliminar las lesiones y
accidentes ocurridos a causa de un mal orden y limpieza, descuido y preocupación del medio
que nos rodea y de nosotros mismos. Recordemos siempre que una planta limpia y ordenada
es una planta más segura.
LA LIMPIEZA Y LA SEGURIDAD
La limpieza del lugar de trabajo es un aspecto muy importante del plan de seguridad que toda
compañía debe tener. No se trata solamente de ofrecerles a los trabajadores un lugar más
agradable en donde trabajar, en realidad, el propósito fundamental es proteger la vida y la
salud de los que allí laboran. Cuando un área está limpia y ordenada, se puede trabajar en ella
con más seguridad.
Uno de los mayores causantes de caídas son los desperdicios que a veces se encuentran por
todo el taller.
Es fácil comprobar el riesgo que ofrecen si tratamos de dar un paso sobre un tubo de una
pulgada, lo más seguro es que se aterrice en el suelo.
Chatarra, desperdicios y materiales en desuso, con frecuencia llenan los pasillos y locales de
trabajo y dificultan el moverse de un lugar a otro.
También es necesario tener en cuenta que papeles, trapos impregnados de grasa, aserrín, o
cualquier otra basura pueden iniciar un incendio muy fácilmente.
No se debe ignorar la importancia de la limpieza. El personal de seguridad por lo general
insiste en este tema con mucha regularidad. Sin embargo en algunos lugares todavía se tiene
el concepto de que la limpieza es algo que se hace cuando los obreros no tienen mucho trabajo
que realizar y pueden dedicarle tiempo a esto. Hoy en día, con la planificación del trabajo, los
trabajadores siempre tienen algo que hacer y por lo tanto la limpieza debe estar incluida en el
plan de trabajo.
Es necesario que se tenga en cuenta que hay una forma correcta y otra incorrecta de realizar la
limpieza y aseo del local de trabajo. Por eso hay que poner énfasis en el hecho de que la
gasolina no es un agente de limpieza y que no se debe utilizar para quitarle la grasa a las
herramientas, los equipos, etc.
No es nada raro leer que se ha producido un fuego en una industria que ha sido causado por
alguien que ignoró los riesgos de la gasolina y usó para quitarle grasa a algo.
Cuando se están llevando a cabo mudanzas o haciendo nuevas construcciones es necesario
prestarle atención especial a la limpieza. En tales ocasiones, el área de trabajo se encuentra
llena de personal y equipo de mantenimiento; por lo general tiene fijado un tiempo determinado
para realizar la labor y todos estarán apurados para finalizar la tarea. Este es el momento
cuando la seguridad debe jugar un papel muy activo y no relegarse a un segundo plano. El
orden y la limpieza durante estos períodos servirán para reducir el lapso de tiempo que lleva
completar la obra y mejorar las posibilidades de que el trabajo sea terminado sin que ocurran
accidentes.
La limpieza y el aseo incluyen algo más que sacar la basura del área de trabajo. También
comprenden el mantenimiento en buenas condiciones de artículos necesarios; por ejemplo,
tenemos la conveniencia de revestir de pintura tanques y otros objetos de metal para prevenir
la corrosión y prolongar la duración de los mismos. Lo que carece completamente de valor es
tratar de prolongar la duración de cosas innecesarias.
En casi todos los almacenes, ferreterías, gasolineras, refinerías, plantas de gasolina y en
general, en muchos otros lugares, se puede encontrar un Iugar destinado al almacenamiento
de objetos que no están en uso, muchos de los cuales no son de ninguna utilidad.
Tales materiales sólo sirven para robar espacio de almacenamiento y, peor aún, son un riesgo
a la seguridad pues pueden ser el origen de un incendio.
Una buena limpieza y un buen aseo son fundamentales.
Quien les diga que este departamento debe parecerse a un cuartel en día de inspección está
equivocado.
Este es un lugar de trabajo. Un sitio para producir cosas. La mayoría de las fábricas no pueden
ser tan nítidas ni tan ultra-sanitarias como un hospital, pero he visto algunas que las están muy
cerca y casi no se puede notar la diferencia.
Nuestro problema aquí es conservar la planta lo suficientemente limpia y ordenada para que no
haya peligro de fuegos, accidentes ni enfermedades. En otras palabras, no tratamos de que
nuestro departamento luzca lo que no es, tratamos de mantenerlo limpio y nítido para bien de
nuestra salud y de nuestra seguridad.
No voy a sostener aquí que los pisos deben estar limpios que se pueda comer en ellos, o que
ustedes deben andar por todas partes recogiendo sucios y limpiando manchitas como una
acuciosa ama de casa.
Tampoco les voy a decir que tienen que tener sus zonas de trabajo tan ordenadas y limpias
como un cuarto de primeros auxilios.
No comemos en el piso ni tratamos heridas, por lo tanto, no necesitamos tanta limpieza. Pero si
tratamos de mantener esta tan limpia como podamos.
Este departamento debe estar libre de riesgo de incendio, de accidentes y de peligros contra la
salud y lo suficientemente ordenado para que podamos ejecutar nuestro trabajo sin esfuerzos
extras y sin fatiga.
Las siguientes son las cosas que debemos hacer para mantener el departamento en forma.
PREVENIR EL FUEGO. Pongan los papeles, trapos y productos de madera en los recipientes
de la basura.
Almacenemos y usemos los líquidos inflamables con seguridad. Fíjense donde tiran los
fósforos y las colillas.
Fumen solamente donde ello sea permitido. Informen sobre cualquier equipo eléctrico
defectuoso, no lo usen, así no será un riesgo de incendio. Asegúrense que su área de trabajo
está segura contra fuegos cuando suelden, corten o hagan otro trabajo en caliente.
MANTENGAMOS EL EQUIPO CONTRA INCENDIO SIN OBSTÁCULOS. Las cabezas de los
rociadores, los extintores, las mangueras, las puertas de emergencia no deben estar tapadas ni
escondidas. No las bloqueen de manera que presenten dificultades para operarlos.
PREVENGAMOS LAS CAÍDAS. Mantengan los pasillos y las escaleras libres de tubos,
cuerdas, desperdicios, alambres y otras que pueden hacer tropezar a la gente. Los carros, las
escaleras y los cartones o cajas causan caídas y choques, manténgalos también fuera de los
corredores.
APILEMOS CON SEGURIDAD. Asegurémonos que los arrumes no se puedan caer encima de
alguien. Dejemos espacio para caminar. Arrimemos el material donde no interfiera con el
tráfico.
En nuestra obra utilizamos frecuentemente diferentes escaleras portátiles para realizar trabajos
diferentes. En varias ocasiones he podido observar que algunos de ustedes han utilizado una
escalera incorrectamente con peligro de caerse. Esto es lo que me ha motivado hoy a hablarles
sobre las escaleras portátiles.
El primer paso para reducir los accidentes debido a caídas, caída de herramientas y a
conmociones eléctricas, lo cual también produce caídas, el primer paso—digo—es la selección
de la escalera correcta para el trabajo que se va a realizar. Y el segundo paso, en el que nos
vamos a concentrar en esta charla, es el entrenamiento de las personas que las utilizarán.
Como hay tantos errores que se cometen, con estos equipos y tantos peligros a los que uno se
puede exponer por utilizarlas incorrectamente, vamos a concentrarnos tan sólo en algunos de
ellos.
La falta de zapatas anti resbaladizas en una escalera puede hacer que ésta resbale, sobre todo
cuando la escalera no está colocada contra la pared correctamente. Creo que todos ustedes
sabrán y recordarán que una escalera hay que apoyarla en base al ángulo 4:1. Esto es, la base
de la escalera debe estar a una distancia equivalente a una cuarta parte de la distancia total
vertical en la pared desde el suelo hasta el punto más alto donde se apoya la escalera.
Jamás se debe utilizar una escalera de metal para realizar trabajos en equipos eléctricos. De lo
contrario uno se expone no sólo a recibir una descarga eléctrica, sino a sufrir una caída tras
recibir la descarga. Habrán observado que las escaleras metálicas tienen una etiqueta con
estas palabras o parecidas: 'Precaución — no usar con equipos eléctricos'.
Uno de los peligros más comunes relacionados con las escaleras son las caídas. Las caídas se
producen por las siguientes razones: utilización de una escalera débil, rajada o dañada;
colocación incorrecta de la escalera; escalera corta; y sobre todo, por tratar de alcanzar objetos
o lugares demasiado alejados del centro de gravedad de la escalera.
Antes de utilizar una escalera deben de inspeccionarla con cuidado para ver si tiene algún
defecto. Algunas veces los defectos no son del todo visibles. Antes de subirse a una escalera
inspeccionen todas sus piezas. Comprueben también que los peldaños no tienen grasa, están
mojados o están defectuosos.
Cuando utilicen una escalera de extensión asegúrense que tiene la longitud correcta para el
trabajo que irán a realizar.
Coloquen la escalera de tal forma que tenga un agarre firme y seguro.
Apóyenla en una superficie horizontal. Jamás hay que colocar una escalera sobre cajones,
barriles u otras superficies inestables, como a veces he observado.
Las escaleras no se deben colocar delante de puertas, a no ser que se pueda cerrar la puerta
con candado o llave, para impedir que alguien entre y tire la escalera. Las partes superiores —
o manos—de la escalera deben ser aseguradas de una forma apropiada, como atándolas a
algún soporte.
Con excepción de aquellos casos en que el fabricante así lo indique, las escaleras están
hechas para que se suba en ella sólo una persona a la vez.
Hay que subir y bajar una escalera de frente a ésta y bajar un peldaño a la vez. Y cuando se
baja, hay que agarrarse a los brazos de la escalera, no a los peldaños.
Nunca se estiren demasiado a la izquierda o a la derecha de una escalera cuando estén
subidos en ella. Si necesitan llegar a un lugar donde no alcancen, la única solución es bajarse
de ella y moverla hacia la dirección de ese lugar para completar el trabajo con más seguridad y
comodidad.
Por último, quiero darles una recomendación muy importante en cuanto al uso de las escaleras
de tijera. Al utilizar éstas, deben estar completamente abiertas, no semi-abiertas, y jamás hay
que trabajar desde lo alto de la escalera. EI descansillo de lo alto de la escalera no está hecho
para permitir que alguien se suba a él. El trabajar o estar de pie en él es exponerse a sufrir una
caída.
Las escaleras son herramientas útiles y a veces esenciales para realizar un trabajo, pero
también son una de las herramientas que más lesiones y muertes producen en las empresas.
No hace mucho estuve viendo una película cómica. Esa clase de películas donde la gente cae
por las escaleras, las empujan al río, le meten zancadillas y todo el mundo ríe satisfecho. Esto
puede ser chistoso en las películas, pero no le encuentro nada de chistoso cuando esto le
ocurre a uno aquí en el trabajo.
Caerse no es cosa de broma. Hay mucha gente que se mata en la casa, en la calle, en el
trabajo a consecuencia de una caída. Esto es lo que nos concierne.
He creído que sería una buena idea que hiciéramos una lista de las causas de la mayoría de
caídas aquí en la planta y sacar nuestras propias conclusiones para evitarlas.
1°. Los paseos en carritos. Estos no se han hecho para transportar pasajeros. No se debe
montar en ellos, a menos que vaya conduciéndolos.
2°. Treparse en los arrumes. Estos no se han apilado para andar sobre ellos.
3°. Dejar en el piso material de desecho y herramientas. Manténgase los pisos limpios. Es muy
fácil tropezarse.
4°. Usar una escalera defectuosa o una escalera que no esté indicada para el trabajo o en forma
equivocada. Hay que asegurarse que la escalera está en buenas condiciones y es lo
suficientemente larga. Asegurarla bien para que no resbale y usar las dos manos para subir o
bajar.
5°. Subirse sobre la maquinaria. Las máquinas son se han hecho para subirse en ellas. Úsese una
escalera adecuada.
6°. Correr por las escaleras sin fijarse y sin agarrarse a la baranda. Suba y baje despacio, fíjese
dónde pisa y use la baranda.
7°. Aceite derramado en el piso. Limpiarlo o informar.
8°. Caídas en las pozas de los elevadores. Manténganse las puertas cerradas cuando el elevador
no esté en el piso.
9°. Usar andamios inseguros. Asegúrese que el andamio es sólido y construido con seguridad
para trabajar en él.
10°. Correr o saltar. Camine... no corra.
11°. Usar cajas en lugar de escaleras.
12°. Trabajar muy cerca de lugares donde se puedan caer, tales como orilla de un muelle,
plataformas, andamios, etc.
13°. Dobleces de los pantalones. Los dobleces de los pantalones pueden enredarlos o hacerlos
tropezar, especialmente cuando se bajan escaleras.
Esta lista apenas cubre algunos de los riesgos más importantes de caídas.
Como le dije antes: uno se puede caer en cualquier parte. Incluso es lanzado de cabeza contra
alguien cuando uno viene parado y el bus para súbitamente. O no se han resbalado ustedes
alguna vez en una cáscara en la calle?
Si uno se rompe una pierna, no importa que el accidente ocurra aquí o en la casa. La pierna
rota se queda.
No sé por qué uno piensa que caerse no es peligroso. Sin embargo, las caídas causan muchas
lesiones y muchas muertes y se calcula que ocupan un segundo lugar en los accidentes,
después de los automotores.
La incredulidad de muchas personas es exagerada y llega hasta el punto de hacerles decir que
solamente lo que se ve es lo que se puede creer.
Este modo de pensar puede llegar a ser aceptado en algunos aspectos de la vida, sin que
cause mayores problemas, pero en otros puede llegar a acarrear con secuencias funestas. Uno
de estos últimos aspectos en que no se puede aceptar la incredulidad es en seguridad.
Las reglas de seguridad y los procedimientos seguros han sido preparados por expertos que
han resumido en ellos las recomendaciones de los fabricantes de equipos, las experiencias
dolorosas sufridas por algunos menos afortunados y los dictados del sentido común, todo para
evitar que otras personas vayan a ser víctimas de accidentes innecesarios.
Hay muchos trabajadores que no pueden creer que una esmeriladora, la máquina con piedras
de esmerilar pueda causar daño y hasta cierto punto tienen razón, porque la máquina en sí
tiene una apariencia muy mansa, aunque se encuentre en movimiento.
Son la presencia de la maquina y la incredulidad de los trabajadores las que los llevan a
trabajar con despreocupación en los esmeriles y a olvidar los cuidados que estas máquinas
requieren.
Para aquellos que en verdad no creen en lo que se dice sobre los peligros que entrañan las
piedras de esmerilar referimos a continuación varios accidentes ocurridos en la vida real.
Uso de la fuerza
En este caso, un trabajador que se encontraba cambiando una de las piedras de un esmeril,
sufrió una lesión cuando tratada de ajustar la piedra sobre el eje de la máquina.
En lugar de usar una llave para ajustar la tuerca resolvió emplear la fuerza del motor para
hacer girar el eje.
Mientras sostenía la brida y la tuerca de asegurar la piedra, conectó la piedra en forma
intermitente. La fuerza del motor desplazó el eje hacia la cabeza de trabajo, atrapando el dedo
de la mano del trabajador entre el eje y la cabeza de trabajo. Esto dio por resultado la
amputación del dedo del trabajador.
El trabajador lesionado contaba con 25 años de experiencia como operador.
Uso de piedra desgastada Usando un esmeril de pedestal, un trabajador estaba esmerilando
las rebabas del extremo de un pedazo de tubo de ½” de diámetro y 30 cm de longitud. La cara
de la piedra de 35 cm de diámetro y 8 cm de ancho se encontraba desgastada de manera no
uniforme, lo que daba por resultado que en un lado de la piedra se encontraba a los 3mm del
apoyo que se recomienda, mientras que en otra parte llegaba a estar a 1 cm de separación. El
trabajador conocía la existencia de esta condición y para solucionarla, en lugar de cambiar la
rueda, resolvió emplear el costado de la piedra de esmerilar.
Para poder hacer esto sostenía el pedazo de tubo con su mano izquierda y con los dedos de la
mano derecha le imprimía rotación. El pedazo de tubo se metió como una cuña entre la piedra
y el apoyo y el movimiento del otro extremo le lastimó en tal forma el dedo meñique izquierdo
que fue necesario amputárselo.
Uso de una llave gastada En una compañía un trabajador nuevo fue asignado para esmerilar
una serie de rodamientos montados sobre varios ejes. En el momento del accidente el
trabajador había estado en planta y en el trabajo de esmerilador cinco días.
Una parte de sus deberes consistía en arreglar las superficies de trabajo de las piedras. Este
procedimiento consistía en colocar la rueda de arreglar superficies sobre una plancheta,
alinearla con la piedra de esmerilar y asegurarla en esta posición. El accidente ocurrió cuando
el trabajador ejecutaba esta parte de su trabajo.
SUS HERRAMIENTAS
No sé si ustedes se dan cuenta de las muchas lesiones que se producen por el uso de las
herramientas de mano. Yo no lo sabía hasta que me puse a obtener datos. Nadie sabe el
número exacto, pero de la documentación que se ha podido conseguir, un veinte por ciento de
las lesiones con incapacidad, provienen de las herramientas de mano. Esto sin contar las que
ocurren fuera del trabajo. Por lo tanto, no les parece importante que la prevención de
accidentes con herramientas de mano sea materia de preocupación.
En consecuencia, tratemos las cosas que consideremos más importantes. Cada uno de
ustedes puede tomar la cosa por cuenta suya y añadirle lo que yo he dejado de decir.
La primera cosa es mantener las herramientas en buenas condiciones. El antiguo adagio de
que se puede conocer un buen mecánico por sus herramientas es tan verdadero que, en
algunas plantas no le dan pase a un mecánico que solicita trabajo, si muestra un juego de
herramientas de mala calidad y en peores condiciones.
Un buen trabajador se enorgullece de sus herramientas, porque sabe que para hacer una
buena labor, es necesario que las herramientas estén en condiciones inmejorables.
Claro que un buen trabajador puede hacer muchas cosas con herramientas adaptadas, pero le
tomará más tiempo y no será su mejor tarea. No podrá estar orgulloso de el. Y, por supuesto,
podrá sufrir o causar accidente. Si da un golpe fuerte a un clavo largo y la cabeza del martillo
vuela lejos, es posible que no golpee a su ayudante o a alguien que esté cerca, pero la verdad
es que a menudo golpeará la cabeza de alguien.
Si el mango de un martillo muestra aunque sea una leve astilladura, debe reemplazarse. Ni aún
el mango más cuidadosamente encintado es siempre suficientemente fuerte y puede perder el
balance. Las llaves con quijadas gastadas o torcidas son graves causantes de lesiones.
Por supuesto que en cualquier trabajo cualquier persona puede lesionar aún con buenas
herramientas. Si no las maneja bien. Pero, para que hacer más difícil y peligrosa la labor
usando herramientas defectuosas? Si una llave agarra bien cuando debe hacerlo.
Ahora tenemos los cinturones especiales, están hechos de cuero o tejido especial con anillos o
tenedores para coger las herramientas con comodidad. Esta clase de cinturones es una buena
forma de cargar herramientas con comodidad, especialmente si se tiene que trabajar en partes
altas y tener las cosas a la mano.
Sin embargo asegúrense que las costuras o el remachado estén en buenas condiciones antes
de ponerse el cinturón.
No fuerce las herramientas grandes en las anillas ya que pueden romperse o debilitarse y
eventualmente dejar caer las herramientas. Tampoco inserte herramientas largas, pues tienen
la tendencia a levantarse o interferir su trabajo cuando se agacha. Si tiene que subir una
escalera parada, suba con su cinturón con una soga, con esto se evitará que las herramientas
puedan agarrarse en los peldaños y derribarlo.
Compañeros hoy les diré por qué debemos dejar la electricidad a los electricistas, dejarlos que
recorran los circuitos, arreglen el equipo eléctrico, hagan reparaciones.
La razón es muy simple. A menos que hayamos tenido suficiente instrucción y adiestramiento,
no sabemos lo suficiente de electricidad, apenas si somos aptos para cometer las
equivocaciones que producen incendio, electrocuciones o ambas cosas. Y aprender cómo
manejar la electricidad no es fácil. Se necesita tiempo, trabajo duro y mucha escuela. La
electricidad se conoce hace más de dos siglos.
Hace mucho tiempo que Benjamin Franklin voló una cometa en plena tormenta y probó que el
rayo era causado por la electricidad que brinca de una nube a la tierra. Franklin sufrió un
choque, no lo suficientemente fuerte para quemarlo o golpearlo, tuvo suerte.
Fácilmente pudo haber muerto. Volar una cometa lo bastante alto, con una cuerda que
conduzca la electricidad es una manera extraña de llegar a viejos.
Franklin aprendió lo suficiente para no repetir el experimento.
Los descubrimientos que han hecho posible la utilización amplia de la electricidad han ocurrido
hace unos cincuenta años para acá Desde entonces se ha aprendido como utilizarla con
seguridad en muchas maneras para toda clase de propósitos, también ha habido necesidad de
una terrible cantidad de trabajo cerebral y de experimentación. Muchos de miles de científicos e
ingenieros. Y colocado sobre todo están los cincuenta años de experiencia en cientos de miles
de plantas y millones de hogares en el país y en el mundo.
Preguntarán ustedes, por que se dice todo esto?
Solo se está tratando de recoger la evidencia para demostrarles que trabajar con electricidad
no es oficio para gentes que no tengan un adiestramiento especial.
Lo que se sabe de la electricidad llenaría una gran librería. Todos los días se aprende más.
Ningún cerebro humano sería capaz de abarcar todo lo que hay. No existe nada capaz de
saber ni siquiera la parte que corresponde con el uso de la electricidad en nuestros hogares.
Aún el aspecto de seguridad llenaría un libro enorme.
Por eso para aquellos que colocan circuitos eléctricos y hacen instalaciones en nuestras casas
y plantas, se han desarrollado ciertos principios, ciertas reglas, ciertas normas, algunas de las
cuales tienen que ver con la prevención contra incendios y otras con la prevención de
accidentes.
Estas reglas, normas, se mantienen al día por los mejores hombres del país en cuestiones
eléctricas. Por eso cuando una persona ignora las exigencias estas normas se trata de colocar
por encima del conocimiento de aquellas gentes que han dedicado su vida a esos estudios.
Esto no podemos llamarlo confianza en sí mismo, sino más bien una enorme ignorancia.
Para aplicar estas normas, estas normas se necesitan conocimientos e instrucción especial y
adiestramiento. Esto es lo que hace un electricista. Es un profesional. Por lo tanto no tenemos
que ir contra él, porque está respaldado por esas normas y representa lo mejor de
conocimientos y experiencia en este ramo.
La corriente eléctrica que fluye a lo largo de un alambre o un conductor de cualquier clase está
tratando siempre de escaparse hacia tierra o hacia la otra punta de la línea. El otro alambre en
un circuito de os alambres o a las otros de dos en uno de tres. Esta característica hace
indeseable el uso de alambres temporales debido a que no están protegidos de daños
mecánicos.
A través de los años se ha gastado una tremenda cantidad de dinero y tiempo en
investigaciones para desarrollar el mejor aislamiento para cada clase de situación y en
desarrollar equipo y aparatos eléctricos que presten buen servicio y aguanten el trabajo duro.
Si el aislamiento desvía, el fluido vuela a través y calienta rápido: probablemente un arco o un
fuego. Si va a través de alguien tendremos una fatalidad entre manos.
Muchos hombres se colocan a sí mismos en peligro porque no se dan cuenta que aún 110
voltios pueden ser tan mortales como los más altos voltajes. Una corriente alterna con
solamente 110 amperios en frecuencia comercial puede ser igualmente fatal si pasa a través
del corazón.
Para asegurarse que los alambres eléctricos del equipo están bien hechos y seguros para el
uso, se han montado laboratorios de prueba. Allí se prueban y se da el visto bueno a los que se
encuentra bien. Autorizan a los fabricantes que en estas formas presentan productos
garantizados.
En todo caso, recuerden este punto principal: deje las instalaciones eléctricas para los
electricistas.
¿QUÉ HACER EN CASO DE FUEGO?
¿Qué hacer en caso de fuego? ¿Gritar para que alguien haga algo? ¿Agarrar los extintores
más cercanos o un balde? ¿Correr como alma que lleva el diablo, hacia la salida más cercana?
Bien, en caso de fuego usted debe dar la alarma, debe tratar de sofocar el fuego y debe tratar
de salvar el pellejo. Pero usted no debe gritar, no debe correr, no debe agarrar cualquier
extintor a la loca.
Hay una manera correcta y una manera equivocada de actuar en caso de incendio. En esta
planta tenemos reglas definidas y mucho equipo moderno contra el fuego que puede
ayudarnos a salvar nuestro trabajo y nuestras vidas, si lo usamos de manera correcta. De tal
manera que les hablaré de la manera correcta.
2º Trate de extinguir el fuego. La mayoría de los fuegos empiezan en pequeño y pueden ser
fácilmente extinguidos, si usted no pierde el tiempo y lo hace correctamente. He aquí lo que
usted debe saber. Conozca que tipo de fuego es. En materias sólidas, líquidas inflamables o
equipo eléctrico? No use agua en aceites o petróleos o equipo eléctrico vivo. Causaría su
expansión y hay el peligro de choque. Sepa qué tipo de extintores debe usar en las distintas
clases de fuego. Conozca donde están los extintores. Conozca como operarlos.
No hace mucho miraba un trabajo de construcción y noté algo que me preocupó muchísimo. Vi
un cilindro de oxígeno y uno de hidrógeno conectados con reguladores y mangueras a una
antorcha de soldadura. Lo que me hizo mirar dos veces el equipo fue el hecho de que estuviera
en una zona muy congestionada. Había albañiles echando concreto, otros con carretillas,
plomeros moviendo tubería pesada y un montón de otras actividades.
Me sentí incómodo estando tan cerca de esos cilindros de gas. Tenía la sensación de que en
cualquier momento un accidente podría convertir esos cilindros en bombas de propulsión a
chorro.
Recordé algo que sucedió, de carácter muy grave. Un tanque de acetileno fue chocado
accidentalmente, golpeó con otro y se rompió la válvula. A causa del escape de gas, el tanque
voló como un avión a chorro.
Pasó a través de una puerta, golpeó a un carro que se encontraba a unos 50 metros los
atravesó por el baúl y salió por el parabrisas sin perder velocidad, pasó a través de la pared de
una casa a unos 150 metros de donde arrancó y finalmente paró. Afortunadamente no había
nadie en su camino. Hubiera matado a alguien si le hubiera golpeado.
Claro que ustedes no tienen porque golpear y arrancar una válvula y causar que salga en
barrena rompiendo paredes para sufrir un accidente. Todo lo que tienen que hacer es dejar que
un cilindro se ruede sobre una de sus espinillas para que queden fuera del trabajo, con una
pierna partida, por un par de meses. Como quiera que lo miren los cilindros de gas son
artículos marrulleros para manejar y almacenar. Hay que estar alertas cada segundo. Es
posible que ustedes conozcan las normas para el manejo de cilindros en forma segura, pero
una corta revisión nunca sobra. Veamos pues:
1. Maneje cada cilindro de gas como si estuviera lleno. “Yo no sabía que estaba cargado” es
una excusa muy pobre, como lo es para un accidente de un revolver.
2. Nunca maneje cilindros con guantes que tengan aceites o grasas.
ESPECIALIDAD DE LEVANTAMIENTOS
SACOS
El material en sacos puede levantarse fácilmente si se utiliza el antiguo un dos. Un agarren las
esquinas opuestas, enderecen su espalda y eleven su peso directamente con sus piernas,
descansándolo contra sus piernas y el vientre, tan pronto se enderecen. Dos: Balanceen el
saco hacia arriba al hombro, de manera que descanse sobre el costado inclínense hacia
adelante, permitiendo que la espalda tome parte del peso y abracen el peso poniendo sus
manos en la cadera. Para dejar el saco, hagan lo contrario. Bájenlo a las piernas, luego
dóblenlas y bajen el peso.
CARTONES
Agarren los cartones y cajas diagonalmente de las esquinas opuestas. Inclínense hacia
adelante y levanten ya saben con que.
TUBOS Y BARRAS
El material largo necesita un hombre en cada extremo. Cuando se está equilibrando un objeto
largo, se puede formar una verdadera confusión con los extremos oscilantes. Las cosas largas
son un transporte de dos personas y ambos hombres deben usar el hombro del mismo lado. Si
ambos arrancan con el pie izquierdo, no tendrán necesidad de ejecutar una danza para
ponerse el paso.
HOJAS DE METAL
Para hojas de metal usen guantes de cuero o con inserciones de metal. Cuando haya bultos
grandes de hojas metálicas, usen un carro o una mulita para levantar y transportar.
VIDRIO
Puede suceder que algunos hombres hayan recogido un vidrio roto o en malas condiciones sin
lesionarse, pero la mayoría se corta gravemente al manejarlo mal. Empecemos con sus manos,
que deben estar cubiertas con guantes o protectores de cuero.
Protéjase sus antebrazos y muñecas con mangas largas de cuero. Úsense mandiles o
delantales de cuero o lona y guardas para proteger sus pies y sus tobillos. Lleve una sola hoja
cada vez, a menos que sean pequeñas.
Levanten cada hoja cuidadosamente con la palma hacia fuera. Hay que colocarla hacia afuera
de los brazos, donde los pedazos puedan caer si algo llega a romperse. Mantenga un buen
agarre en la parte alta de la hoja con la otra mano para darle estabilidad.
Deje el vidrio en planchas para los expertos. Dos hombres que sepan lo que están haciendo
pueden mover planchas pesadas con seguridad si usan eslingas de lonas y mantienen la
cabeza, el cuello y los hombros entre ellos y el vidrio.
Es conveniente estar despierto en el trabajo aunque las cosas que se estén transportando
parezcan livianas.
Puede ser que el peso sea ligero, pero si se trata de levantar cuando está torcido, es casi
seguro que pronto se encontrara sentado en una mecedora.
El manejo de materiales, uno de los más grandes problemas de la empresa, presenta muy
serios riesgos y las grúas juegan en esto una importante parte de las operaciones.
Muchos de nosotros hemos tenido que ver con trabajos en grúas, pero, ¿cuántos nos hemos
dado cuenta de ese animal tan peligroso que puede ser una grúa? El porcentaje de los
accidentes en grúas, comparados con otros equipos, es bastante grande.
Todos los que tengamos algo que ver con grúas debemos conocer y practicar las reglas
fundamentales concernientes. El hombre de la grúa se sienta allá arriba en el aire y tiene una
buena vista del piso, pero depende de los hombres de abajo que le dan buenas directivas.
Depende de ellos como de sus ojos para el nivel del piso, para ejecutar el trabajo pensando y
hacerlo de acuerdo con las señales respectivas.
A causa de la naturaleza del trabajo no se pueden dar señales por medio de palabras, por lo
tanto, la línea de comunicación entre la cabina y el piso depende enteramente de hacer las
señales correcta y claramente.
Revisemos esas señales de mano por un momento.
Las señales son tan importantes y conviene en que estén bien definidas, pero no pensemos
que la seguridad de las grúas se detiene en las señales y con ellas ya es suficiente. Hay varias
reglas fundamentales a las cuales tenemos que apegarnos con gran cuidado para eliminar los
riesgos.
La primera es, por supuesto, la que ya he mencionado:
QUE CLASE DE SALVAVIDAS se podría inventar para proteger a las personas que se olvidan
de las cosas? Ocurren tantos accidentes a personas que conocen como trabajar, pero que
olvidan el entrenamiento de seguridad! No podemos olvidar la seguridad ni tan siquiera un
momento pues es precisamente en un momento que pasa un accidente.
Los archivos están llenos de casos de accidentes que ocurrieron a los que olvidaron.
Un trabajador llegó a su casa y el empezó a contar a su esposa e hijos sobre la reunión de
seguridad en que había participado esa tarde, en la que había aprendido la forma correcta de
levantar objetos pesados. Él le explicó a la familia como los músculos de las piernas y los
muslos, deben hacer el esfuerzo y no los músculos de la espalda, que la naturaleza no formó
para que hicieran grandes esfuerzos. Unos días mas tarde, este mismo trabajador llegó a la
casa con un dolor en la espalda y no le quedó más remedio que confesar que había levantado
una carga en forma incorrecta. La consecuencia fue que tuvo que estar en cama varios días y
la esposa le tuvo que explicar a los vecinos y compañeros de trabajo, que él sabía cómo
hacerlo pero que se le había olvidado.
En otro caso un químico, con muchos años de experiencia práctica, encendió un fósforo para
mirar dentro de un tanque de ácido sulfúrico. En el momento en que lo hacía se dio cuenta del
peligro e instintivamente cerró los ojos y se tapó la cara con las manos, justamente en el
momento en que una llamarada le daba en la cara. El accidente pudo haberle causado la
pérdida de la visión. El informe del accidente, entre otras cosas decía “Al olvidarse del
riesgo…”
Veamos otro caso: Este individuo estaba limpiando el patio, hizo una pila con todas las hojas
secas y vertió un vaso de gasolina sobre ellas para quemarlas; como las hojas estaban
húmedas no se prendieron y entonces él se acercó y probó con el encendedor – Pufff. Cuando
el médico terminó de vendarle la cara solo quedó un pequeño agujerito para que pudiera ver.
Sin embargo, esta persona tuvo la suerte de no perder la visión. Desde luego que él conocía el
peligro!, pero se le olvidó.
Este caso que vamos a relatar es extremadamente común, se trata de dejar objetos en las
escaleras, quién no sabe que es peligroso? El informe dice: “Un asistente colocó una barra
sobre el peldaño de la escalera en la que trabajaba. La barra sobresalía unos 45 cm. Al poco
rato se bajó de la escalera y, cuando subió de nuevo, el extremo de la barra lo golpeó en la
cara rompiéndole los espejuelos y lesionándole un ojo. Y tenemos otro caso de “él lo sabía
pero se le olvidó”.
Cuantos casos y cuántas muertes hay que achacarle anualmente al olvido? Despertémonos,
más vale que usemos nuestra agudeza en todo momento y recordemos lo aprendido en el
entrenamiento. Ese asunto del olvido no conduce a nada bueno, el único resguardo que se
puede usar contra el olvido es la vigilancia, una mente alerta que actúe como guardián de
nuestra seguridad y nuestras vidas.
Una mente aguzada, en un cuerpo vigoroso y saludable, es nuestra mejor defensa.
Mantengamos nuestro cuerpo en buenas condiciones y nuestra mente alerta de manera que
nunca sea necesario decir: “El lo sabía pero se le olvidó”.
ROPAS PROTECTORAS
En cada una de estas charlas de 5 minutos hay generalmente un aspecto relacionado con la
prevención de accidentes que trato de recalcarles. Si logramos implantar en nuestra mente
algunas de estas ideas y dejar que influyan sobre nuestro modo de actuar, reduciremos a un
mínimo, donde trabajemos, el número de lesiones incapacitantes.
Hoy quiero hablarles sobre la ropa protectora y los equipos que se diseñan para nuestro uso
personal.
Empezaré por decirles que el no usarlos, o el abusar de ellos, es una de las razones por la que
los trabajadores siguen sufriendo toda clase de lesiones incapacitantes que podrían evitarse
sencillamente siguiendo unas reglas básicas.
Aunque no podamos decir que estos accidentes son debidos totalmente al descuido, esta
afirmación se acerca mucho a la realidad. A veces, sin embargo, son consecuencia directa de
la ignorancia. Es una forma de descuido que condenaríamos seguramente si lo viéramos en
cualquier persona, pero no lo hacemos cuando lo vemos en nosotros mismos.
Si cualquiera de nosotros tuviera que salir a caminar en medio de una tormenta de una noche
fría de invierno, nos abrigaríamos con la ropa más apropiada. Nos prepararíamos para esa
situación. Aquí, en nuestros departamentos, diariamente nos enfrentamos a muchos peligros y
sin embargo no usamos la ropa adecuada para protegernos. Todos ustedes conocen su trabajo
y saben lo que necesitan para protegerse en el desempeño del mismo. Todos saben que en
trabajos donde hay partículas voladoras es necesario protegerse con anteojos protectores.
Donde se manejan objetos pesados es necesario llevar zapatos con punteras de acero. Un
soldador eléctrico tiene que llevar un casco equipado con un vidrio oscuro para proteger sus
ojos de las luces cegadoras y de las chispas de los arcos eléctricos, si quiere evitar las lesiones
en las que incurren los trabajadores que no llevan la protección necesaria.
Nuestra ropa protectora puede ser simplemente guantes para proteger nuestras manos, botas
de goma, un traje de amianto un cinturón de seguridad o cualquier otro de los muchos equipos
de protección que existen, depende de la necesidad.
Supongamos que hiciéramos un inventario de todas las protecciones que habitualmente llevan
los trabajadores que realmente las necesitan. ¿Cuántos de ustedes pensarían que esa ropa
protectora es peligrosa?
Seguramente ninguno, y en cambio muchos de ustedes actúan como si así lo fuera, y trabajan
sin valerse de la protección que ofrecen.
Yo no estoy aquí representando a un fabricante de ropa de protección o tratando de venderles
nada. Estoy aquí simplemente para decirles que paga el estar preparados. Paga porque las
estadísticas demuestran que los trabajadores que llevan habitualmente protección sufren
muchas menos lesiones que los que no la llevan.
Sabemos que cuando una regla dicta que en un trabajo se lleven anteojos de protección, ese
requerimiento es para nuestra protección y para la protección del departamento. En cambio nos
olvidamos muchas veces y dejamos los anteojos en el armario o descansando sobre nuestra
frente y no sobre nuestros ojos.
El hecho de que no les insista continuamente en que los usen, no es una señal de que no se
los aconsejo.
Simplemente lo hago porque no quiero estar encima de ustedes continuamente y quiero
dejarles a su propia iniciativa. Nosotros—los supervisores—asumimos, muchas veces,
erróneamente, que el interés en su protección les conducirá a protegerse con los equipos que
necesitan.
Quiero pedirles que cada uno de ustedes piense detenidamente sobre los riesgos a que se
exponen diariamente. A continuación repasen los artículos de que disponen y vean si no hay
algo, alguna ropa, algún equipo protector, que podría estar usando para protegerse contra ese
peligro.
Y para terminar, y como resumen, quiero que recuerden siempre este eslogan: Usen la ropa
protectora— no abusen de ella. Puede salvarles un ojo, un pie o incluso la vida.
PROTECCIÓN PERSONAL
Siempre se ha dicho que el ser humano aprende "a golpes". Los niños aprenden a caminar
cayéndose y golpeándose. Un país aprende a dictar buenas leyes después que ha tenido que
vivir bajo males. El trabajador nuevo y sin experiencia, aprende su trabajo cometiendo errores.
Lo dicho hasta ahora se aplica también al equipo de protección. Detrás de cada equipo
protector que se use en esta planta hay una historia de sangre, dolor y muerte — que quizás no
sucedió aquí, pero sucedió en alguna otra planta.
Tomemos la protección de la vista. Durante varios siglos los trabajadores de cientos de oficios
diferentes sufrieron lesiones en los ojos. Miles de trabajadores perdieron sus ojos a causa de
esas lesiones. Estos hombres capaces y lo suficientemente fuertes pare trabajar, se
transformaron en mendigos como consecuencia de los accidentes de trabajo. Los hombres
trataron de aprender a realizar su trabajo con la mayor seguridad posible, pero sin embargo las
lesiones en los ojos continuaban sucediendo.
A lo largo de varias décadas al comienzo de la era industrial, muchos trabajadores perdieron su
vista, hasta que finalmente alguien decidió inventar los anteojos protectores pare evitar estas
lesiones. Es posible que algunos de ustedes se hayan reído alguna vez de este inventor, pero
a través de los años se ha podido comprobar que Ios trabajadores que usan protección ocular
sufren muchos menos accidentes en los ojos que aquéllos que no la usan. La idea de proteger
la vista se ha ido arraigando más v más y hoy día existe una gran variedad de protectores pare
la vista, cada uno diseñado para prevenir lesiones en determinados trabajos.
El ser humano aprende muy lentamente, pero a través de los siglos ha aprendido mucho y
nosotros tenemos la ventaja de poder aprender de los errores cometidos por los demás y no
tener que aprender de los nuestros.
No tenemos que esperar a que un compañero pierda la vista; demasiados la han perdido ya
para esperar un ejemplo más que nos demuestre la necesidad de protección. Nosotros
podemos beneficiarnos sin tener que pagar el precio de sufrimientos o aun de ceguera.
Lo que hemos dicho de protección para la vista se aplica también los zapatos de seguridad y a
los cascos.
Miles y miles de pies machucados y cráneos destrozados, ha sido el precio pagado por la raza
humana para aprender la necesidad de protegerse, tanto la cabeza como los pies y para
conocer los distintos dispositivos que brindan ese tipo de protección. El precio pagado ha sido
bastante alto—lo que nosotros tenemos que hacer es recibir los beneficios.
Lo que se ha dicho sobre los protectores para los ojos, Ia cabeza y los pies se aplica a
cualquier otra protección personal que deba llevarse o usarse. Cada uno ha sido diseñado por
personas que han estudiado el problema y que han visto cómo muchos trabajadores han
muerto, se han mutilado o lisiado en accidentes. Estos hombres se han propuesto detener la
pérdida de vidas humanas y de la salud. Ellos se han preocupado por probar los dispositivos y
mejorarlos. Tuvieron que mejorar los equipos de seguridad cuando alguien pagó con su sangre
y sus sufrimientos.
Cuando se les indique que deben usar equipo de protección personal, en lugar de quejarse,
agradezcan que les ha tocado vivir en un período industrial en que no se escatiman esfuerzos
para proteger la vida de los trabajadores, y que trabajan en una planta en la que la gerencia
pretende por todos los medios posibles que ustedes usen siempre la protección personal
adecuada.
LOS OJOS
Hoy he decidido tratar el tema de uno de los órganos más valiosos y maravillosos de nuestro
cuerpo humano: los ojos.
La vista es uno de los sentidos más necesarios para nuestro desempeño en la vida. Si nos
pusiéramos a hablar de todas las ventajas que tenemos con el don de la vista, sería
interminable. Basta sólo con cerrar los ojos y pensar que tenemos que vivir toda la vida en ese
estado de oscuridad, para comprender de inmediato su utilidad incalculable. Les pediría por
favor que cierren sus ojos por unos segundos.
Traten ver cuántas cosas podrán hacer y a cuántos lugares podrían ir en esas condiciones.
Creo que esa prueba es suficiente demostración del valor incalculable de nuestros ojos.
Ahora bien, ¿cuidamos suficientemente y protegemos totalmente a nuestros ojos?
La naturaleza nos ha dotado con diferentes defensas para proteger nuestros ojos:
• Pestañas. Se ocupan de capturar el polvo o las pequeñas partículas para que éstas no lleguen
a nuestros ojos;
• Cejas. Sirven como un cojín protector para detener, entre otras cosas, el sudor para que no
llegue a los ojos;
• Lágrimas. Tienen la función de lubricar los ojos y limpiarlos de cualquier partícula extraña que
llegue hasta nuestros ojos; y,
• Pupilas. Se contraen para proteger los ojos de las luces intensas.
Estas defensas naturales protegen a los ojos de posibles lesiones pequeñas, pero no son
suficientes para proteger nuestro maravilloso sentido de la vista, que está expuesto muchas
veces a peligros mayores, sobre todo en el ambiente de trabajo. Los ojos efectivamente
necesitan protección extra cuando se realizan ciertos trabajos, por ejemplo: Hay que
protegerse de chispas y salpicaduras que pueden producirse cuando se corta o martilla algo;
cuando se realizan tareas de fundición, protegerse de las chispas de los metales calientes que
pueden saltar; y, si se trabaja con sustancias corrosivas o sustancias químicas, como ácidos,
usar la protección ocular necesaria, ya que estas sustancias pueden quemar y dañar la
superficie del ojo. Una de las formas más fáciles y más baratas de proteger nuestros ojos es
usando protección ocular. De acuerdo al trabajo que cada uno desempeñe, debemos mantener
presente que los espejuelos regulares, esto es, los recetados para corregir algún defecto de la
vista, no proveen la protección adecuada. Aunque las gafas de seguridad son la mejor
protección posible contra peligros oculares, sólo pueden proteger nuestros ojos cuando las
usamos. Si la mayoría del tiempo se dejan las gafas de seguridad en un bolsillo o en la caja de
herramientas, de nada sirve que la empresa se haya ocupado y preocupado para darles a cada
uno de ustedes la protección ocular necesaria.
Es importante que se mantengan las gafas de seguridad en la mejor condición posible. No las
dejen tiradas u olvidadas. Si no se sienten cómodos con las gafas que poseen actualmente,
vengan a mí y yo me ocuparé de que sean ajustadas. Es importante también que limpien las
gafas regularmente. A veces he oído que algunos se quejan de que no pueden ver bien cuando
usan las gafas de seguridad, la mayoría de las veces se ha comprobado que es porque los
cristales están sucios.
No digo que sea un placer o una comodidad extraordinaria el llevar las gafas de seguridad todo
el tiempo, en realidad ningún objeto lo es, ni siquiera la ropa que nos ponemos, pero con la
protección que este equipo nos rinde, protegiendo nuestra vista para asegurarnos que en un
momento dado, como cuando una chispa salta, no pueda llegar a nuestros ojos, y dejarnos
ciegos para el resto de la vida, debemos darnos cuenta que el "sacrificio" de llevar puestas las
gafas de seguridad es incomparablemente mínimo comparado al gran beneficio que nos
proporcionan.
Ya para terminar, sólo quiero recordarles a todos, que la empresa cumple con su deber al
proporcionarles el equipo de protección necesario. Yo siempre que vea que no lo usan y lo
necesitan se lo recordaré, pero básicamente son ustedes mismos los responsables directos. Si
ustedes no usan las gafas de seguridad de nada vale el esfuerzo de la empresa ni el esfuerzo
mío ya que no puedo estar detrás de ustedes en cada instante como un ángel guardián. El
precaver a tiempo nos librará de lamentar por el resto de nuestras vidas.
Compañeros, creo todos podemos pensar sobre muchas y muy buenas razones para usar
lentes de seguridad. Y algunos de nosotros las usamos casi todo el tiempo. Pero he notado
recientemente que algunos fallan en usar cuando necesitan proteger sus ojos. He oído una
gran cantidad de excusas, pero ninguna resiste una análisis profundo.
Algunas de las excusas más frecuentes que he oído para no usar lentes de seguridad en el
trabajo son: “me interfieren la visión“, “son incómodos”, “me hacen parecer ridículo”, “siempre
se me olvidan”. Veamos si eso es cierto que algunas de estas excusas tienen algún sentido.
Ustedes habrán visto algunos carteles sobre zapatos de seguridad y habrán oído hablar de
ellos mucho antes. Pero deseo tratar el tema en forma amplia y conveniente, de manera que
ojalá puedan llamarnos en lo futuro “El departamento con zapatos de seguridad ciento por
ciento”.
No es que hayamos tenido accidentes muy graves en los pies o dedos, pero de vez en cuando
alguien deja caer algo en sus dedos o, tal vez, patea algo duro o punzante que lo obliga a
guardar cama por un tiempo.
Al investigar estos accidentes nos encontramos que la puntera de acero dentro del zapato
hubiera prevenido o, por lo menos, reducido estas lesiones. Por supuesto que hay algunos
accidentes en los que la puntera de acero no dará una protección de ciento por ciento, pero
como el casco de acero de los soldados, dará la mejor protección posible. Si ustedes no me
creen esto, pregúntenle a una persona que haya dejado caer algo punzante o pesado sobre
sus zapatos de seguridad y luego hayan salido tan campantes sin lesión alguna.
Reconozco que en éstos días parezca económico usar nuestros antiguos zapatos en la planta.
La idea no es mala, excepto que pueda costar un buen pico a la larga. Imaginándose lo que le
pueda suceder a uno con un pie aplastado, resultará a la postre siempre más barato invertir
unos soles en unos zapatos de seguridad.
Debemos gastar los zapatos viejos en casa o en trabajos personales, pero lo importante es
tener una buena protección donde uno trabaja. No se puede hacer una inversión mejor que la
de un buen par de zapatos con punteras de acero que protegerán sus pies durante meses y
meses en lo futuro.
Además en esta época, los zapatos de seguridad están confeccionados con una magnífica
presentación.
Hay tipos de estos que no se pueden distinguir de un buen par de zapatos de calle. Conozco
una gran cantidad de gente que usa zapatos de seguridad, aún cuando no estén realizando un
trabajo peligroso.
Anteriormente los zapatos de seguridad eran pesados y calientes. Muchos se quejaban que no
eran cómodos. Pero hoy las compañías que fabrican estos zapatos se han dedicado a
mejorarlos para hacer de ellos algo muy cómodo, de buena presentación, inmejorable calidad.
El aislamiento dentro de la puntera evita que el zapato pueda recalentarse o enfriarse
demasiado. La puntera puede soportar tremendos pesos siendo sumamente liviana.
Después de todo, uno no puede saber cuando haya de caerle algo encima de los pies, por eso
es mejor estar seguros de que usamos los zapatos de seguridad y no tendremos porque
lamentarnos.
Estos zapatos son una buena adquisición y dan una magnifica protección. No hay nada mejor
que conseguirse un buen par y usarlos todo el tiempo y me agradaría que todos ustedes lo
hagan así.
Después de los ojos, las manos son probablemente la parte más importante del cuerpo,
cuando se trata de realizar un trabajo. Sus manos son las que ganan el salario. Sus manos
son, pues, preciosas.
Sin embargo son ellas las que más se lesionan que cualquiera otra parte del cuerpo. En
general, cerca de un 25 por ciento de todas las lesiones industriales suceden en las manos o
en los dedos. Esto es, claro apenas natural, ya que realizamos casi todo nuestro trabajo con
ellas.
Aún las gentes de las oficinas pueden lastimarse sus manos. Pueden golpeárselas con un
cajón del escritorio o al cerrar un archivador. Pueden romperse una uña llamando por teléfono.
O pueden sufrir una infección con el pinchazo de un alfiler.
Para ustedes que están haciendo un trabajo mucho más peligroso que el de la oficina, sus
manos están en mayores peligros. Sin embargo no tienen porque ocurrir accidentes en las
manos. A pesar de la habilidad de sus manos, ellas no son las que piensan. Son sus
servidoras. Ellas van donde ustedes quieran que vayan.
Corresponde a ustedes, pues, proteger sus manos, pensar en ellas. Si lo hacen es probable
que puedan mantenerlas lejos de todo accidente.
¿Cuáles son algunas de las maneras en que se pueden proteger las manos de lesiones?
2. Usar herramientas en buenas condiciones. Las herramientas con filos embotados o ramas,
con cabezas desportilladas, mangos agrietados quijadas robadas, son todas potencialmente
peligrosas para sus manos. No usen una herramienta dañada “solamente una vez más”.
Entréguela, consigan una nueva. Una herramienta puede reemplazarse todos los días, un dedo
no hay como hacerlo.
3. Mantenga sus manos lejos de maquinarias en operación. Antes de empezar una reparación
su primer movimiento debe ser hacia el cierre del interruptor. Muchas manos han sido
amputadas o aplastadas porque el trabajador ha hecho otro movimiento primero. Y no olviden
las guardas que están allí para su protección. Nunca operen su máquina sin que la guarda esté
en su sitio. Mantengan sus manos siempre protegidas. Un movimiento sin guardas puede ser
muy costoso.
4. Tener cuidado en el manejo de materiales. Usen sus guantes cuando estén manipulando
cualquier cosa aguda, desafilada, dentellada, astillada. Saquen sus manos oportunamente
cuando apilen materiales, no las convierta en un sándwich, prensándolas o aplastándolas.
Si usamos nuestros guantes según las instrucciones, no estamos confiando en la suerte,
estamos protegiéndonos contra lesiones serias.
Y recuerden muy bien: No usen guantes cuando estén trabajando en maquinaria.
5. Mantener las manos limpias de químicos irritantes. Hay que evitar el contacto directo con los
ácidos, álcalis, solventes, aceites para cortar y productos petrolíferos. Estos productos
químicos pueden causar agrietamiento, sequedad, quemaduras y condiciones de la piel que
pueden conducir a la pueden conducir a la pérdida de meses de trabajo. El agrietamiento y
rupturas de la piel pueden también pavimentar la vía para infecciones por gérmenes que
produzcan envenenamiento de la sangre.
Mantengan su piel libre de grasas, mugre e irritaciones. Hay que usar guantes de caucho o
plásticos cuando se manejan materias irritantes. Hay que lavarse las manos con jabón suave o
un producto apropiado y esto quiere decir que no deben utilizarse productos para limpiar ropa,
trementina alcohol o solventes.
6. Hay que tratarse las raspaduras, cortadas y astillamientos. “Solamente un rasguño”, puede
ser una última frase. Un raspón, un arañazo puede desarrollarse rápidamente en un
envenenamiento de la sangre conduciendo a meses de cama, o una amputación y, tal vez, la
muerte. Consiga primeros auxilios, inmediatamente.
La compañía no quiere que ustedes sufran lesiones. El tiempo que demoren preparando sus
manos para el trabajo, probablemente economizará tiempo en su ejecución, y a la larga,
resultará mucho mejor.
Por tanto, no exponga sus manos a ningún peligro. Son las que ganan su salario, son sus
servidoras, CUÍDENLAS.
No tengo para que repetir que donde hay peligros para los ojos, deben usarse gafas; cuando
haya que manejar cosas pesadas que puedan aplastarles los pies, usen zapatos de seguridad;
con estas mismas reglas de sentido común, donde estén expuestos al riesgo de objetos que
caen, se necesitan cascos de seguridad. Algunas veces estamos protegidos por plataformas
elevadas, pero si su trabajo requiere movimiento y estar en diferentes sitios, en un momento u
otro puede ponerse en peligro.
Puede ser que algunos no gusten de usar cascos. Conozco algunos de ellos, que no gustan de
usarlo hasta que no sufren su propia y dolorosa experiencia personal.
En el pasado, pensábamos que solamente algunos trabajadores debían usar cascos, pero
hoy día sabemos que cualquiera que trabaje en condiciones de riesgos sobre su cabeza está
tan expuesto al peligro de caídas de objetos, como lo estaban otros trabajadores.
Usar el casco en su trabajo o en cualquier otro trabajo, donde haya el peligro de objetos que
caen, está demostrando que ustedes están interesados en protegerse a sí mismo y en
cooperar con la administración de la empresa.
Recuerden no se debe pensar que nuestra cabeza es lo suficiente dura como aguantar todos
los golpes!
Disolventes acuosos. Estos disolventes contienen agua. Las soluciones de ácidos, álcalis y
detergentes son disolventes acuosos.
Los disolventes pueden ser muy peligrosos en algunas circunstancias, pero es difícil hacer
afirmaciones generales acerca del efecto de un disolvente en un individuo en particular. El
problema no es el efecto de por sí, es la dificultad para determinar que efectos son
perjudiciales y que nivel de concentración puede producir efectos perjudiciales. Hay cientos de
disolventes diferentes: y el nivel de concentración, la duración de la exposición, los efectos
combinados con otros disolventes y la edad, y salud de la persona expuesta, es también de
enorme consideración.
Los disolventes generalmente entran en el cuerpo por la inhalación o el contacto con la piel.
Un disolvente inhalado es absorbido rápidamente por la corriente sanguínea y se esparce a
través del cuerpo. Cualquier disolvente puede producir mareos, pérdida de la conciencia y
dolores de cabeza si se inhala suficiente vapor. También pueden deteriorarse el juicio y la
coordinación debido a que se afecta el sistema central nervioso.
La inhalación aguda de un disolvente puede irritar la nariz, la garganta, los ojos y los pulmones.
La inhalación crónica de ciertos disolventes puede dañar los pulmones, el hígado, la sangre,
los riñones e incluso el sistema digestivo. Cada disolvente puede atacar diferentes partes del
cuerpo. Existen evidencias de que la exposición crónica a algunos disolventes puede producir
cáncer.
Muchos disolventes tienen un olor que actúa como una medida de precaución, pero un
disolvente con un olor irritante no es necesariamente mas tóxico que uno con un olor suave.
Siempre es necesario saber los efectos tóxicos posibles de cualquier disolvente cuando se lo
utiliza y las señales de aviso de esos efectos, como olor e irritación. Siempre es necesario leer
las etiquetas o rótulos en los recipientes que contienen disolventes y observar los avisos antes
de utilizarlos.
Los disolventes pueden irritar la superficie de la piel o pueden ser absorbidos a través de la
misma. Los aceites naturales de a piel ofrecen poca protección a los disolventes debido a que
la función de estos es precisamente disolver las grasas y los aceites.
El contacto con disolventes puede producir una inflamación de la piel llamada dermatitis. La
dermatitis puede aparecer rápidamente después de un contacto o mucho tiempo después de
haber ocurrido este. Algunos casos de dermatitis no aparecen hasta que una persona ha
estado constantemente expuesta al disolvente durante varios años.
La dermatitis puede ser dolorosa e incómoda: pero las rajaduras de la piel que acompañan a la
dermatitis pueden permitir que entren bacterias y viruses en el cuerpo y resulten en una
infección bacterial seria.
Algunos disolventes son también irritantes de la piel y pueden destruir el tejido de ésta. El fenol
es un ejemplo de disolvente irritante de la piel. Otros disolventes son sensitizadores y producen
reacciones alérgicas después de un uso continuado.
Algunos disolventes se absorben a través de la piel. Después de la absorción entran en la
corriente sanguínea y afectan al cuerpo en igual forma que la afectaría al ser inhalados.
Los disolventes clorinados no son generalmente inflamables, pero sus vapores son tóxicos y si
se los recalienta se aumenta mucho su toxicidad.
Los disolventes no clorinados son con frecuencia inflamables. Si alguno de ustedes trabaja con
estos disolventes debe estar muy consciente de los peligros de incendio. Una exposición
excesiva a algunos disolventes no clorinados puede dañar el hígado y los riñones. En resumen,
es importante disminuir lo más posible la exposición a los disolventes. Esto se puede lograr de
muchas formas, como llevando los guantes de protección adecuados, utilizando cremas de
protección, asegurándose que los equipos de ventilación funcionan correctamente y llevando la
protección personal respiratoria cuando sea necesaria.
Si toman ustedes las precauciones necesarias podrán trabajar con cualquier clase de
disolvente sin temor a que les vaya a producir un peligro para su salud.
SOLDADURAS
Vamos a dedicar la charla de hoy a dos aspectos importantes de la soldadura: el fuego y los
humos.
Cuando vayan a soldar algo, siempre tienen que inspeccionar cuidadosamente el lugar, por si
hubiera peligro, de incendio. La madera, papeles y otros materiales inflamables deben ser
sacados. No hay que empezar a soldar en un lugar donde haya líquidos inflamables, sin antes
consultar conmigo o con algún otro supervisor.
Los pisos de madera deben ser limpiados muy bien antes de empezar a soldar sobre ellos y
habrá que cubrirlos con un metal o con algún otro material resistente al fuego. En algunos
casos hasta será aconsejable mojar el piso, pero ésta puede ser la causa de un peligro de
choque eléctrico del cual deberán protegerse si están soldando con electricidad; en este caso
deberán conectar a tierra el equipo de soldar. Si tienen que soldar en lugares húmedos deben
usar una plataforma aisladora.
Tengan cuidado de que no haya rajaduras en las cuales puedan penetrar las chispas y nunca
permitan que el material caliente caiga en los pozos de las máquinas.
Las puertas abiertas, las ventanas rotas y otras aberturas similares, deberán ser protegidas con
cortinas de asbesto. La escoria puede resbalar por el suelo, por lo tanto la cortina debe estar
en contacto con éste.
Si tienen que soldar cerca de materiales inflamables hay que tener a mano un extintor de
incendio, un balde de agua o un balde con arena. Es posible que sea necesario que un
trabajador se encuentre a una distancia conveniente con un extintor de incendio, a fin de
apagar las chispas.
Si tienen que soldar o cortar un tanque o tambor que haya contenido líquidos inflamables o
gases, no hay que empezar a hacerlo hasta que las pruebas hayan demostrado que no hay
vapores peligrosos. Nunca estén satisfechos cuando les digan que el tanque o el tambor han
sido probados previamente. Insistan en que la prueba se haga inmediatamente antes de
empezar a trabajar.
La buena ventilación es absolutamente necesaria en todas las operaciones de soldadura.
Muchas de estas operaciones producen humos que son peligrosos en concentraciones altas y
una buena ventilación es el mejor método para protegerse de este peligro. No hay que colocar
biombos alrededor del lugar de trabajo, que impidan la buena circulación del aire. Algunas
veces es necesario instalar equipos de ventilación. Si tienen alguna duda sobre lo adecuada
que es la ventilación, pregunten.
No vayan a soldar en un espacio pequeño o en un tanque o en cualquier otro lugar cerrado, sin
consultar sobre la ventilación.
La protección de la vista es también una necesidad en todos los trabajos de soldadura y la
protección completa de la cara es necesaria en muchos de estos trabajos. Una vez que se les
haya indicado la protección que deben usar en el trabajo úsenla siempre ya que es lo que se
considera más seguro y lo que más los protegerá.
La protección de la cara y los ojos es necesaria muchas veces cuando los soldadores realizan
otras operaciones que no son las de soldar en sí. Este es el motivo por el cual los soldadores
con equipos eléctricos necesitan, además de la careta regular, anteojos de protección.
Cualquier soldador sabe que muchas veces hay que limpiar y golpear el metal en el trabajo y
mientras esto se puede hacer con la careta levantada existe el peligro de que las partículas de
metal entren en los ojos.
Básicamente, sin embargo, la protección de los ojos ha sido diseñada para protegerlos contra
chispas, escoria, y material derretido, y contra las quemaduras por calor, causadas por la
radiación del equipo de soldar. Si observan las normas de protección para la cara y para los
ojos, que les damos aquí en la compañía, no tendrán ningún problema, ni sufrirán lesiones en
estas partes del cuerpo.
MANGOS DE HERRAMIENTAS
DE VEZ EN CUANDO me gusta examinar los récords de accidentes y siempre encuentro algo
sobre de que hablar. Hoy les voy a hablar sobre un tema muy interesante, "El trabajador nuevo
y la prevención de accidentes”. Los récords muestran que algunas veces los trabajadores
nuevos sufren muchas más lesiones que los antiguos sobre todo en los trabajos donde la
observancia de los principios de prevención son importantes.
Este es el lado negativo de la fotografía de un trabajador nuevo. Pero los récords muestran el
lado bueno también.
En las empresas como la nuestra, donde la gerencia tiene conciencia de la prevención, el
índice de lesiones de los trabajadores nuevos es bajo. En algunas plantas los trabajadores
nuevos casi no sufren lesiones.
¿Cómo puede ser?", se preguntarán. ¿Cómo es posible que los nuevos trabajen con tanta
seguridad como nosotros?" La respuesta es simple - se les ha enseñado a trabajar
correctamente. Pero hay otra cosa que también es importante, los antiguos tienen que ayudar.
Todo se resume a ayuda y entrenamiento. Los trabajadores nuevos quieren aprender. Llegan a
su primer trabajo esperando que se les enseñe cómo hacerlo. Su mente está abierta a nuevas
ideas y conocimientos. Cualquiera que desee aprender lo hará mucho más rápidamente y
mejor que si no tiene interés.
Los profesionales de las empresas saben esto, por lo tanto hacen lo que es correcto. Empiezan
a instruir al nuevo trabajador tan pronto como es empleado.
El entrenamiento del trabajador nuevo debe ser completo y preciso. Se le debe mostrar las
formas seguras de realizar cada operación. La prevención debe estar presente en cada paso
de la operación como parte del procedimiento de trabajo. Aunque la labor de ustedes no sea
entrenar directamente a los trabajadores nuevos, es conveniente que sepan que el
entrenamiento consta de cuatro pasos. Primero, el instructor le indica al trabajador cómo se
hace la tarea, los puntos peligrosos, cómo evitarlos y cómo debe hacer cada cosa. El segundo
paso es enseñarle haciendo él el trabajo y explicándole cada paso a medida que lo hace.
Tercero, el instructor permite que el trabajador realice la tarea paso a paso. Cuarto, el instructor
lo vigila corrigiéndole los errores hasta que haga la tarea perfectamente. Después de todo esto
se deberá supervisar al trabajador lo suficiente hasta asegurarse de que trabaja con seguridad
y que no intercala cosas de su invención sin autorización.
Esto puede parecer un poco mecánico pero no es así. Lo que no se quiere es que el trabajador
aprenda métodos inseguros. Este es el motivo por el cual se debe seguir el procedimiento
anteriormente delineado.
Un error que se comete en muchos lugares es el de reírse de alguna idea desusada que tenga
algún trabajador joven. Espero que ustedes nunca hagan eso, ya que suele disgustar y
molestar mucho al trabajador nuevo.
¿Se dan cuenta de lo que les quiero decir? El papel de ustedes en el programa de
entrenamiento de los trabajadores nuevos es muy importante. Se le pueden dar instrucciones
muy buenas, pero se necesita la ayuda de ustedes de ahí en adelante. Algunos de ustedes
trabajarán con él, por lo tanto deben ayudarlo, indicarle lo que está haciendo mal, pero sobre
todo transmitirle los procedimientos de trabajo correctos que ustedes practican.
Para ilustrar la forma en que muchas empresas solucionan algunos problemas sin identificar
las causas básicas o raíz no hay como recordar una historieta que se dice que tuvo lugar en un
pueblecito en lo alto de unas montañas, desconectado casi totalmente del resto del país.
En ese pueblecito parece ser que muchos niños se caían por un precipicio y naturalmente
morían. Para solucionar este grave peligro lo que hicieron los campesinos fue invertir todos los
recursos municipales para comprar una ambulancia donde pudieran transportar al hospital más
cercano a los niños que caían al precipicio. Como ocurre en muchos cuentos, al final tuvo que
venir el sabio del pueblo para preguntarles a los concejales si no les parecía que la
construcción de una valla o cerca al borde del precipicio no sería un medio más efectivo de
evitar la caída de los niños y de no malgastar todo el dinero que suponía el mantener
constantemente a un chofer y su ambulancia por si se caía algún niño.
En algunas empresas, de vez en cuando también se reciben recomendaciones muy similares a
las de los campesinos de la historieta. Es frecuente que cuando un trabajador se cae de una
escalera por haberse resbalado en un peldaño manchado con aceite o grasa, la
recomendación sea comprar una nueva escalera, cuando la solución más práctica y económica
sería: a. tratar de ver cómo se puede evitar que el aceite o la grasa llegue a los peldaños de la
escalera; y, b. establecer un procedimiento efectivo para la limpieza o recogida del aceite o
grasa si en alguna circunstancia se derrama en la escalera.
A no ser que un equipo o una máquina tengan un defecto obvio o esté en una condición
insegura, la solución muchas veces consiste en establecer un procedimiento para evitar que se
produzcan accidentes.
Esto no quiere decir que se deba dejar de utilizar el equipo de protección personal necesario,
aunque parezca que no existe la posibilidad de que se pueda producir un accidente.
UN ESCRITOR FRANCES, Montaigne, en una ocasión afirmó que las personas por lo general
creemos ciegamente en las afirmaciones de temas que desconocemos. Ciertas afirmaciones y
creencias pasan de generación en generación, por lo que la gente las repite automáticamente
sin un razonamiento lógico.
En esta charla quiero exponerles algunas de las afirmaciones más corrientes, que en alguna
ocasión pudieran causar un accidente, y que son creídas por mucha gente en muchos países.
• Si una persona conduce por una carretera desolada y sabe que se acerca un tornado, lo
recomendable es que se quede dentro de su automóvil.
No, esta afirmación es incorrecta. Debe salirse del automóvil y protegerse en alguna zanja, a
no ser que exista la posibilidad de conducir por alguna ruta adyacente por la que pueda
rápidamente alejarse de la zona del tornado. Si los vientos son fuertes, es posible que las
ráfagas puedan levantar su automóvil impulsándolo violentamente contra cualquier lugar.
Probablemente la afirmación original surgió de un mal entendimiento de otra, que afirma que en
una tormenta con rayos y relámpagos, es recomendable quedarse dentro del automóvil cuando
se está en un lugar solitario, en vez de quedarse junto a los árboles que pueden ser blancos de
los rayos.
• Los rayos nunca caen en el mismo lugar dos veces No, esto es totalmente erróneo. Un
ejemplo claro es el hecho de que uno de los edificios más altos del mundo, el Empire State
Building, de ciudad de Nueva York, recibió en un año la descarga de 48 rayos.
• Cuando una persona está sangrando copiosamente, la mejor forma de controlar la salida de
la sangre es aplicando un torniquete.
No, todo lo contrario. Tanto los médicos como las personas entrenadas en primeros auxilios
afirman que en la mayoría de los casos, una persona que no está entrenada no debe tratar de
aplicar un torniquete bajo ninguna circunstancia. Esto se debe a que al aplicar un torniquete se
puede cortar totalmente la circulación de la sangre a esa parte del cuerpo. Lo más aconsejable,
es hacer presión en la herida con un vendaje esterilizado o algo semejante, incluso un pañuelo,
para tratar de reducir el brote de sangre hasta que llegue ayuda médica.
• Los cazadores deben vestir ropa de color rojo para que puedan ser vistos más fácilmente
No exactamente. Mejor aún es la ropa de color anaranjado fluorescente, especialmente durante
el amanecer y el atardecer, cuando el color rojo es más difícil distinguir.
• Nunca toque a una víctima que ha recibido una descarga eléctrica porque usted puede recibir
la misma descarga.
No, la descarga eléctrica pasa instantáneamente a través del cuerpo de la persona, a tierra por
lo que puede prestársele ayuda a la persona en forma segura. La advertencia “no tocar” se
refiere a que cuando una persona está aún tocando directamente un cable u otro objeto que
está en contacto con la electricidad.
• Los alimentos en mal estado pueden ser detectados fácilmente por su olor o sabor.
No siempre. No debe confiarse absolutamente en el sabor o el olor del alimento para saber si
está en estado de descomposición. Especialmente los productos lácteos y huevos que se han
mantenido por algún tiempo a una temperatura inadecuada, deber ser desechados.
• No se debe beber agua cuando se está haciendo ejercicios o se corre.
No. Todo lo contrario. Debe beberse agua antes, durante y después de los ejercicios para
protegerse del agotamiento excesivo. El consumo de una cantidad adecuada de agua, además,
mejora el rendimiento atlético. En días calurosos, algunos jugadores de balompié beben más
de cuatro litros de agua helada durante un juego.
• Nadar en agua fría no solo es excitante sino también beneficioso No. Las autoridades en el
campo de la salud no están de acuerdo con esta idea. Una temperatura de 22 grados
centígrados en el agua es confortable y relajante; sin embargo, una temperatura de 15 grados
centígrados o menos puede provocar agotamiento debido a que el esfuerzo energético
aumenta para contrarrestar la pérdida de calor del cuerpo.
AGUAFIESTAS
Creo que a pocos de ustedes les sorprenderá el oír que los objetos que caen de escaleras,
andamios, ventanas, etc., causan algunas de las lesiones más graves y muchas veces incluso
la muerte.
Si les preguntara qué artículo de protección personal puede evitar los peligros debido a objetos
que caen, posiblemente la mayoría de ustedes contestaría, el casco de seguridad. Esa
respuesta es correcta, pero solo en parte. Otro artículo que evita las lesiones de objetos que
caen, son los zapatos de protección.
He observado que uno de ustedes se ha sonreído, como diciendo: "¿Es que espera nuestro
supervisor que nos pongamos los zapatos en la cabeza?" . .. No, yo no espero ese, solo espero
que se pongan los zapatos de protección en los pies, porque está demostrado que la mayoría
de los objetos que caen y producen lesiones, no caen de grandes alturas, sino de alturas
pequeñas.
Cuando se habla de objetos que caen la gente piensa automáticamente en un ladrillo que cae
de un tejado, una lata de pintura que cae de lo alto de un andamio, una tubería que se
desploma de un tercer piso, pero la realidad es que la mayoría de los objetos que caen y
producen lesiones, caen de alturas pequeñas, como cuando un trabajador intenta levantar un
objeto pesado, se le resbala de las manos y el objeto le cae sobre los pies. O como cuando
alguien coloca una barra de metal o un caño pesado contra la pared y alguien tropieza con ella,
y le cae sobre los pies.
Con esto no quiero decir que debemos dar más importancia a los zapatos de protección que al
casco de seguridad, ya que tanto yo como todos ustedes sabemos muy bien que en general,
las lesiones que se producen debido a objetos que caen de grandes alturas son mucho más
graves que las que se producen de objetos que caen de poca altura. Lo que les quiero decir es
que no desdeñemos la importancia que tienen los zapatos de seguridad para evitar lesiones
debido a objetos que caen.
Pero la protección personal, ya sea el casco de seguridad o los zapatos de protección, son solo
parte del problema. La protección personal nunca evita el peligro, lo primero que se debe hacer
en cualquier situación es tratar el peligro y la situación que puede provocar un accidente.
Hay muchas cosas que ustedes pueden hacer pare evitar accidentes debido a objetos que
caen. Siempre que vayan a subirse a una altura, ya sea usando una escalera, un andamio,
etc., pongan en los alrededores un aviso diciendo que están trabajando en lo alto y que no se
debe pasar por esa zona. Muchos accidentes se producen cuando a alguien que trabaja en lo
alto de una escalera se le cae una lata de pintura, unas tenazas, etc.
Si el trabajo que van a realizar encierra ciertos peligros especiales, deben comunicármelo a mí.
Yo trataré de proveer protección especial, como barreras que aíslen el área donde van a
trabajar, o alguna otra protección especial.
Cuando trabajen en plataformas suspendidas o en andamios, nunca coloquen objetos cerca del
borde, ya que por descuido pueden empujarlos y éstos pueden caer sobre alguien que pase
por abajo, o ustedes mismos pueden perder el equilibrio v caerse. Muchos de los trabajadores
que caen de andamios y mueren, se debe a esta falta de precaución. Debe usarse rodapiés.
En alguna otra ocasión recuerdo que les he dicho que cuando trabajen en alturas o suban
escaleras, nunca deben llevar herramientas en los bolsillos, ya que al agacharse éstas pueden
caerse y lesionar a alguien que pase por abajo.
Otra manera de sufrir una lesión en los pies es cuando se levanta un objeto sin seguir el
procedimiento correcto de levantamiento. No sería la primera vez que un trabajador debido al
dolor intenso inmediato que sufre en la espalda al tratar de levantar un objeto incorrectamente,
deja caer el objeto y éste le aplasta los pies. Las lesiones por caídas de objetos no son las más
frecuentes ni generalmente las más graves que se producen en nuestra planta, pero la verdad
es que se producen más de las necesarias y que con un poco de cuidado y siguiendo unas
pocas normas de prevención de accidentes podemos evitarlas todas.
CADENA DE HÁBITOS
NO PRETENDO hacerles creer que tengo los mismo conocimientos que un sicólogo
profesional, pero sé tan bien como un sicólogo lo importante que son los hábitos en nuestras
vidas. Lo sé tan bien como ellos porque lo he leído muchas veces en diferente artículos y
porque he observado con mucha frecuencia que yo mismo hago muchas cosas, bien o mal, sin
pensar en ellas.
Cada vez que hacemos algo sin pensar y lo hacemos siempre de la misma forma, es porque
hemos adquirido un hábito. Es como si tuviéramos dentro de nosotros mismos un botón que al
apretarlo, como en una máquina de cigarrillos, saliera siempre la marca que queremos.
Por ejemplo, imaginémonos por un momento que salimos de casa por la mañana en dirección
al trabajo.
No necesitamos pensar que debemos ir por tal y tal calle, doblar a la derecha en tal esquina,
cruzar la próxima calle, etc. No necesitamos pensar en todo esto porque lo hemos hecho tantas
veces que el recorrido lo tenemos grabado en nuestro cerebro. Incluso aunque vayamos
pensando en algo que nos absorbe toda nuestra atención, nunca nos equivocamos.
En el trabajo los hábitos nos ayudan también en casi todo lo que hacemos. Para aquellos de
nosotros que nunca hemos operado una grúa, nos parece que el operador de grúas tiene uno
de los trabajos más complicados en este mundo; sin embargo, para él no es nada complicado,
si es un buen operador de grúas.
Mueve el aguilón al lugar preciso donde debe cargarse la carga, sube y baja la carga con toda
precisión, sin rozar paredes, bultos, etc., y obedece las señales casi sin verlas. Puede hacer su
trabajo bien porque aprendió a hacerlo hace tiempo de la forma correcta y lo ha hecho infinidad
de veces.
Todos ustedes se pueden acostumbrar a hacer gran parte de sus trabajos automáticamente,
una vez que han aprendido a hacerlos bien, una vez que están seguros que la manera en que
los hacen es la correcta y la más segura. La forma segura puede convertirse con el tiempo en
algo que se hace automáticamente, sin pensarlo dos veces.
Pero no quiero que nadie interprete mal lo que estoy diciendo, por eso voy a dar algunos
ejemplos.
Supongamos que es responsabilidad de uno de ustedes engrasar una máquina todos los días
antes de terminar el turno de trabajo. Si durante un par de semanas se acostumbra a parar la
máquina antes de engrasarla, llegará un día en que parará la máquina sin detenerse a pensar
que tiene que pararla. Lo hará automáticamente.
Si un trabajador nuevo se acostumbra desde el primer día a levantar cargas doblando las
rodillas, poco a poco se acostumbrará a doblar las rodillas siempre que tenga que levantar
algo, no necesitará repasar mentalmente todos los pasos necesarios para levantar una carga
correctamente.
Ahora quiero que piensen ustedes en algunos casos en que nosotros hacemos algo mal o bien
por hábito.
Yo quiero darles un ejemplo más de un mal hábito que he observado con bastante frecuencia
en nuestra obra. Hay algunos de ustedes que en algunas ocasiones usan la herramienta
incorrecta para realizar un trabajo, por ejemplo, intentan clavar un clavo con una llave. Lo peor
del caso es que algunos ya lo hacen por hábito, porque les parece que una llave da tan buen
resultado como un martillo. Un hábito así puede producirles una lesión, por lo tanto es
necesario que corrijan este hábito y lo transformen en uno seguro. Los que tengan un hábito
así deben hacerse el propósito de nunca usar una llave para clavar un clavo. Si lo hacen así al
cabo de un tiempo se darán cuenta que jamás volverán a clavar un clavo con otra herramienta
que no sea un martillo. Habrán adquirido un hábito seguro.
Para terminar quiero recordarles que todas las personas, lo reconozcamos o no, actuamos
dejándonos guiar por hábitos.
Como esto es algo que no podemos evitar, aunque quisiéramos, debemos tratar de adquirir
hábitos correctos, ya que es tan fácil adquirir hábitos correctos como incorrectos. Cuantos más
hábitos correctos tengamos, menos lesiones sufriremos.
Cada uno de nosotros puede mantener su área de trabajo limpia, pero se necesita una acción
en conjunto para mantener toda la planta limpia. Hoy quiero hablar sobre el orden y la limpieza
en nuestro departamento para ver si todos estamos haciendo lo posible por tener una planta
limpia y ordenada.
No es la primera vez que les hablo sobre el orden y la limpieza. Las charlas que les he dado
han llevado títulos diferentes. Pero no importa el nombre que le demos a nuestras charlas,
orden y limpieza en la planta significa simplemente mantener todo el establecimiento y nuestras
áreas de trabajo individuales limpias y ordenadas. Así que cuando digo “mantengamos la
planta limpia”, quiero decir que cada uno de nosotros tiene su parte en esta labor.
El orden y la limpieza es probablemente la fase más importante de la prevención de
accidentes. Las plantas y los departamentos donde reina el desorden, generalmente tienen un
récord de accidentes muy pobre.
Nuestra gerencia cree que si tenemos una planta limpia y ordenada nuestras posibilidades de
tener un récord de accidentes bueno se mejoran grandemente. Yo también creo esto y espero
que cada uno de ustedes lo crea también.
Para probar que el orden y la limpieza malos causan accidentes, déjenme señalarles que los
trabajadores tienen muchas más posibilidades de resbalarse o caerse en suelos grasientos o
desordenados que en los suelos limpios. Los trabajadores pueden caerse o resbalarse a causa
de objetos tirados en el suelo, en escaleras y plataformas. También pueden ser golpeados por
objetos que caen desde estandartes o armarios. Pueden golpearse o estrellarse contra objetos
grandes que se dejan fuera de su lugar apropiado. Pueden lesionarse debido a materiales que
se han dejado apoyados contra la pared o encima de otros materiales. Pueden pisar en
maderas que tienen clavos de punta. Pueden perder el paso y caerse debido a maderas que se
dejan tiradas por el suelo. La lista sería interminable.
El otro día, al venir del trabajo vi a un muchacho vendiendo periódicos. Tenía sólo un brazo –
quizá había perdido el otro en un accidente -. Como quiera que sea, el trabajo que estaba
haciendo le resultaba mucho más pesado debido a la falta de un brazo. Estaba tratando de
barrer con el brazo que le quedaba intacto. Después de mucho trabajar consiguió acumular un
montoncito de basura y de periódicos viejos junto a un cesto de basura ubicado detrás de su
puesto. Cuando terminó de barrer, dejó la escoba y con los dedos de su mano recogió la
basura acumulada y la puso en el cesto de la basura.
Este chico tenía una excusa razonable para no usar una escoba y un recogedor para recoger la
basura – tenía sólo un brazo. Pero él quería tener un lugar de trabajo limpio y trabajaba con los
medios disponibles, aunque le costase el doble que a una persona con dos brazos. Todos
nosotros podemos beneficiarnos de este ejemplo. Si ese chico lo podía hacer, con mucha más
razón lo podemos hacer nosotros. El oren y la limpieza malos alrededor de un lugar de trabajo
conduce a la ineficiencia y a los accidentes.
El buen orden y limpieza significa que más de una vez tenemos que tomar una escoba y barrer
rápidamente un área en particular. Ustedes tienen que trabajar continuamente para evitar tener
un lugar de trabajo o un banco o una máquina sucia o desordenada. El mantener su lugar de
trabajo limpio es una parte del trabajo de cada día. Si cada uno de ustedes hace la parte que le
corresponde, toda la planta reflejará el orden y la limpieza.
El buen orden y la limpieza incluyen también el almacenamiento correcto de materiales,
herramientas, etc.; la disposición ordenada de herramientas y equipos; y, la limpieza regular de
desperdicios en el departamento. También debemos asegurarnos que las escaleras, los
pasillos y las plataformas estén limpios.
Si logramos mantener una planta limpia, habremos disminuido las oportunidades de tener
accidentes. Habremos desechado las cosas que causan resbalamientos y caídas, y habrá
menos posibilidades de que ustedes se vean envueltos en accidentes de los tipos tales como
“golpeado por”, “golpeado contra” y “Apresado entre”.
DESORDEN Y DESASEO
La totalidad del tema sobre el uso de escaleras apropiadamente es demasiado grande para
acabarlo en una charla de cinco minutos, por eso hoy me limitaré a hacer hincapié en un solo
punto: la colocación apropiada de una escalera para usarla con seguridad.
La primera idea que quiero plantear es la que se llama: “la proporción de 4 a 1”. Esto quiere
decir que una escalera debe ser colocada de manera que las patas estén a una cuarta parte de
distancia del punto de apoyo (pared, etc.) de la altura del punto de donde la escalera se
recarga sobre el punto de apoyo (pared, etc.) Ejemplos: una escalera debe tener 0.25 metros
de distancia de la pared por cada metro de altura que esta tenga hasta su punto de apoyo
superior. Así, una escalera de 2 metros de altura apoyada contra una pared, debe tener sus
patas a 50 centímetros de distancia de tal pared; si tiene 3 o 4 metros las patas deben estar
separadas de la pared de 75 centímetros o un metro, respectivamente.
Si se pone la escalera en un ángulo más agudo (es decir, las patas a menos de la cuarta parte
de distancia de la altura), el peso de su cuerpo o un movimiento cualquiera puede voltearla
hacia atrás. Si la coloca en un ángulo obtuso (las patas a mayor distancia de la cuarta parte de
la altura), hay el peligro de que el peso soportado sea mayor que la resistencia y se rompa.
También es claro que una escalera no debe usarse como andamio, en posición horizontal, ya
que no está construida lo suficientemente fuerte para esta clase de trabajo.
Si tienen que usar una escalera al frente de una puerta, asegúrese que no se pueda abrir ésta,
ciérrenla.
Mejor aún, bloquéenla sólidamente, si no pueden hacer esto, coloquen una guarda que
mantenga la gente alejada de la puerta.
Antes de usar una escalera, asegúrense que las patas estén firmemente colocadas sobre una
superficie sólida. Muchas veces una escalera se estará por sí misma en una superficie suave o
movible, manteniéndose bien así hasta que la persona ha subido una o dos terceras partes de
la altura y luego, pum... caerse.
Si tiene que poner una escalera en una superficie blanda, hágale un fundamento sólido y, a
nivel de planchas pesadas y otro material. Si la coloca directamente sobre el piso, fíjese que
esté a nivel y libre de grasa o aceite. De vez en cuando a algunos se les ocurre poner una
escalera sobre una caja o un arrume de material y aún en un carrito de mano. Cuando el que
sube comienza a trepar, lo que está en las patas de la escalera comienza a rodar o resbalarse.
No hay necesidad de describir lo que sigue. Por esto es necesario asegurarse que las patas
estén sobre algo sólido e inmovible.
Las patas pueden ser la mayor fuente de dificultades, pero también la parte alta puede estar
mal colocada. Por ejemplo una escalera que se apoya sobre el vano o el bastidor de una
ventana, es peligroso. Si tiene que usar una escalera con la parte alta cerca de una ventana,
amarre una tabla a través de la escalera para darle una superficie de apoyo en la pared a lado
de la ventana.
Nunca apoye una escalera contra material arrumado a cartones u otra superficie que pueda
moverse, dejándole a usted después a merced del golpe. Si coloca una escalera hacia un
andamio, escoja una lo suficientemente larga para sobresalir un metro, por lo menos, más
arriba de la superficie del andamio.
Esto le dará un margen extra de seguridad contra cualquier movimiento de posición del
andamio o cualquier pequeño desplazamiento de las patas de la escalera.
Cuando tenga que usar una escalera para trepar a sitios altos, particularmente si hay mucha
vibración o viento amarre la parte alta sólidamente. Su vida puede depender de estas amarras
en caso de que ocurra lo inesperado.
Estas cosas no son difíciles ni complicadas. Son simples precauciones necesarias para que su
escalera le permita subir y bajar con seguridad. Si ustedes siguen estas ideas sobre la
colocación apropiada de la escalera y si la usan adecuadamente una vez colocadas, será tan
segura como la de su casa. Pero si para empezar colocan mal la escalera, no siguen estas
sugerencias la escalera puede tornarse súbitamente en un mortal enemigo, tirándolos lejos y
rápido, no importa el cuidado que pongan al trepar.
De todos los equipos que utilizamos diariamente, las herramientas manuales comunes son las
más útiles y las más frecuentemente abusadas. La mayoría de nosotros tenemos en nuestra
casa un martillo, uno o dos destornilladores, un par de tenazas y quizá una lima o un cincel.
Guardamos estas herramientas en una caja donde están siempre a mano cuando las
necesitamos. Las utilizamos con tan poca frecuencia y en trabajos tan pequeños que después
de cuatro o cinco años de haberlas adquirido están en un estado casi tan bueno como cuando
las compramos.
Por esa razón es fácil habituarnos a pensar que todas las herramientas manuales van a estar
en buenas condiciones cuando las vayamos a utilizar. Ese punto de vista o esa opinión no tiene
aplicación aquí, en nuestra empresa. Los trabajos que realizamos aquí exigen de nuestras
herramientas manuales un uso muy diferente al que las sometemos en nuestros hogares.
La experiencia que hemos acumulado en nuestra empresa a través de los años, es que la mala
utilización de las herramientas manuales es causa de que muchos trabajos que realizamos, no
los completamos de la forma más correcta posible y que resultan muchas veces en accidentes
con lesiones personales.
Vamos a revisar a continuación cuatro normas elementales para la utilización de las
herramientas manuales que utilizamos:
2. Asegúrense que las herramientas que seleccionan están en condiciones óptimas. Rehúsen
trabajar con herramientas en mal estado e informen su condición insegura a la persona
responsable.
Yo no creo que ninguno de nosotros utilizaríamos un martillo cuya cabeza se sale cada vez que
demos un golpe con él. Pero demasiadas veces utilizamos un martillo cuya cabeza se mueve
un poquitín. En cierta forma, este último martillo es más peligroso que el primero, porque
sabemos qué esperar de éste, pero no esperamos nada del otro. Y de esta forma, la cabeza
puede salir despedida y lesionarnos o lesionar a alguien que esté en las inmediaciones del
lugar donde lo estamos utilizando.
Siempre que sospechen que una herramienta está desgastada, floja, rajada, o que presente
cualquier otra condición insegura, no la utilicen. Una rajadura pequeña en una herramienta,
puede convertirse en una milésima de segundo en una grande y causar un accidente.
4. Almacenen y transporten las herramientas con seguridad. Las herramientas se deben dejar
en una caja donde se puedan ver todas las que hay en ella, sin necesidad de tener que
revolverlas con la mano. Hay herramientas que parecen seguras, pero que tienen rebabas o
bordes que pueden producir cortaduras al contacto con la mano.
Hay unas ideas que deben recordarlas si no utilizan una caja para herramientas al
transportarlas. Protejan los bordes afilados o cortantes y manténgalos separados de su
cuerpo... Si tienen más herramientas de las que pueden transportar cómodamente en sus
manos, no las lleven en su cinturón o en un bolsillo, consíganse una caja.
CAJAS DE FUSIBLES
El fusible es una parte débil del circuito eléctrico, diseñado para romperse interrumpir el flujo de
corriente en caso que el circuito esté sobrecargado. Hay varios tipos distintos de fusibles, y
cada tipo se fabrica en diferentes capacidades.
El fusible es el aparato de seguridad más importante de un circuito eléctrico, protegiendo a los
trabajadores contra un choque eléctrico, a los equipos eléctricos contra sobrecarga peligrosa y
a la planta del fuego. El fusible también sirve para cortar la corriente eléctrica de una línea
cuando hay que realizar algún trabajo en ella.
Cuando es necesario remplazar un fusible debe hacerse con otro del mismo tipo. Un fusible de
tipo diferente puede dejar al circuito sin protección y los resultados pueden ser muy serios. Es
conveniente recordar que un fusible, que es el correcto para un tipo de circuito, puede ser
incorrecto para otro, por lo tanto hay que asegurarse de que el fusible que se va a usar es del
mismo tipo y amperaje que el que había anteriormente.
En caso de duda se debe preguntar al supervisor.
La práctica de mantener un circuito en operación haciendo un puente por medio de un fusible
de amperaje más alto o introduciendo un conector de metal entre los dos contactos del fusible,
con toda probabilidad va a causar problemas. Es necesario recordar que el hecho de que falle
el fusible de amperaje adecuado es una señal de que algo está funcionando mal en el circuito y
cualquier cosa que lo mantenga en operación va a ocasionar una sobrecarga peligrosa.
Cuando se quite un fusible quemado o se separa uno en buenas condiciones para trabajar en
esa línea, siempre coloque la palanca del interruptor del tablero en la posición "apagado" (off)
antes de cambiar un fusible tire de la palanca del interruptor del tablero antes de tocar el
fusible. A continuación separe el fusible usando unas pinzas aisladoras para retirar fusibles. Si
no hay palanca de interruptor de tablero protegiendo al fusible, tire el extremo del suministro de
energía.
Antes de comenzar a trabajar en una caja de fusible, asegúrese de que el piso sobre el que
está parado está seco. Si hay humedad no empiece a trabajar en la caja hasta que no consiga
una plataforma de madera seca sobre la cual pararse o un par de botas para aislar sus pies.
En el momento de extraer el fusible, vire la cabeza para proteger la cara de cualquier posible
chispazo. Cuando se quite un fusible con el propósito de trabajar en la línea es importante fijar
una tarjeta en la caja para evitar que otro empleado coloque de nuevo el fusible mientras usted
está trabajando en la línea. En las líneas de 440 voltios o más, corte la corriente sacando los
interruptores automáticos de circuito o desconecte. Si es posible conecte a sierra cada fase del
circuito antes de empezar a trabajar y compruebe con un voltímetro para estar seguro de que el
circuito no está "vivo".
Lo que deseamos destacar tiene dos propósitos:
El primero es asegurarse de que cada circuito en la planta está siempre protegido por fusibles
del tipo y amperaje adecuado. El fusible es la válvula de seguridad de un circuito eléctrico y
cualquier acción que haga que el circuito opere sin fusible o que coloque el fusible incorrecto,
deja al circuito sin protección y todo el poder de la energía eléctrica que fluye a través del
circuito estará en condiciones de destruir vidas y propiedad.
Nunca reemplace un fusible con otro que no sea del mismo tipo.
El segundo punto en que hemos querido hacer énfasis es en la protección del trabajador
cuando trabaja en circuitos eléctricos. Como toda la fuerza del circuito eléctrico tiene que pasar
a través de la caja de fusible, se deben tomar todas las precauciones para evitar hacer
contacto con un conductor vivo y prevenir lesiones serias a consecuencia de choque o chispas.
Si se siguen todos los pasos indicados y se busca ayuda o consejo cuando no se está seguro
del procedimiento correcto, no habrá motivo para tener problemas con las cajas de fusibles.
Claro que ustedes se imaginan ya de qué clases de pesos se trata, hablemos pues de algo que
todos tenemos que hacer alguna vez en nuestro trabajo o en la casa: levantar cosas pesadas.
La gente siempre sufre lesiones al hacer esto. Pero no hay ninguna razón válida para ello.
Si aprendemos a levantar apropiadamente, podemos disminuir el número de lesiones en la
espalda.
Se nos ha enseñado que debemos levantar con los músculos de nuestras piernas y no con los
de nuestra espalda. La razón para esto es una simple cuestión de anatomía. Podemos hacer
una gran cantidad de trabajo, incluyendo el levantamiento de cargas pesadas, todo lo que
debemos hacer es tomar en consideración la forma como está constituido nuestro cuerpo, si
deseamos realizar nuestra labor sin lastimarnos, busquemos que es lo que sucede realmente
cuando no lesionamos la espalda levantando pesos excesivos o de manera a equivocada.
Si ustedes se tocan la espalda, pueden sentir la curvada columna de su espinazo. Este
espinazo o columna vertebral está construido por una gran cantidad de pequeños huesos
apilados uno sobre otro. Cada huesillo descansa sobre la parte superior de un disco que
es redondo y esponjoso como un tacón de caucho y actúa como un amortiguador de choques.
Los huesos están asidos entre sí con ligamentos y hay músculos adheridos a los huesos,
también, de manera que podamos moverlos.
Si un hombre trata de levantar demasiado o levanta en forma equivocada, hará que haga
mucho esfuerzo en su espalda y puede hasta romper estos músculos o ligamentos. Por
ejemplo, si trata de levantar algo muy pesado para él, puede estirar los músculos de su
espalda. Si se dobla sobre su cintura para levantar algo pesado, puede hacer mucho esfuerzo
sobre sus ligamentos en la parte baja de la espalda.
Doblando sus rodillas, permite que los fuertes músculos de las piernas reciban mayor parte del
esfuerzo, evitándose que todo este esfuerzo recaiga sobre los ligamentos y músculos de su
columna vertebral.
Así los músculos de nuestras piernas llevan casi todo el peso. Noten que he mantenido la
espalda recta.
En esta forma el trabajo de levantar pesos recae sobre los músculos de las piernas y no sobre
los de la espalda.
No existe ninguna regla que nos indique cuánto peso puede uno levantar con seguridad. Tal
vez una equivalencia a nuestro propio peso, pero haciéndolo en forma correcta. Variamos
mucho de tamaño y fortaleza y, por tanto, la cantidad que podamos levantar también varía. Así,
pues, nuestro mejor conocimiento es probar el peso antes de levantarlo, entonces debemos
conseguir ayuda o usar algún método para reducir el peso que tengamos que levantar cada
vez. Es, realmente, una materia de juicio.
Usando los músculos de nuestras piernas y manteniendo nuestra espalda recta, podremos
retirar el esfuerzo de nuestras espaldas y probando el peso antes de levantarlo podremos
evitarnos el levantar cosas excesivamente pesadas para nosotros.
El cuerpo humano es una pieza maravillosa de maquinaria. Está diseñado para hacer cosas
como levantar cosas pesadas, pero como cualquiera otra maquinaria hay que manejarla
correctamente.
El levantamiento de pesos produce muchas lesiones: la caída de las cosas que se tratan de
levantar sobre nuestros pies o los del vecino; pincharnos los dedos; lacerarnos las manos;
hernias y dolores en la espalda.
Recuérdenlo y háganlo calmadamente. Coloquen sus pies para quedar bien equilibrados.
Sitúense de manera que levanten directamente hacia arriba con sus pies. Doblen las piernas,
mantengan la espalda recta.
Prueben su fuerza: si no se sienten bien echen una mirada de nuevo, puede ser que su manera
de agarrar o pararse es equivocada; tal vez sea un trabajo para dos hombres. Usen sus
cabezas y no sufrirán lesiones. Los accidentes en el levantamiento de pesos son
completamente evitables.
“¿Cómo están María y los niños?”, usted pregunta a un compañero de trabajo durante la hora
del almuerzo.
Su amigo le mira con ojos vacíos, se rasca la cabeza y contesta: "Bueno, dicen que va a llover
esta tarde". Ahora el que tiene un vacío en la mirada es usted. Se acaba de enterar de que su
amigo no oye bien. ¿Es esto el resultado de exposición prolongada a ruido en el trabajo?
Usted piensa acerca del ruido que le rodea constantemente.
Estemos conscientes de ello o no, el ruido nos rodea casi constantemente. Este problema no
es nuevo. La pérdida de audición industrial fue diagnosticada ya entre los caldereros ingleses
en el año 1830. Hoy día, millones de trabajadores en todos los países del mundo tienen
problemas de audición que están directamente relacionados con el ruido ocupacional.
Creo que todos debemos estar conscientes de los problemas que el ruido puede crear en
nuestra salud. Los problemas crónicos más comunes incluyen: dolores de cabeza, presión alta
de la sangre, aumento de ansiedad, mala vista y pérdida de la audición. Pero una resonancia
de alta frecuencia también puede dañar los sistemas cardiovasculares, respiratorio y nervioso
central.
El ruido además contribuye a una baja moral, pérdida de la concentración, pérdida de
productividad, ausentismo e insatisfacción con el trabajo que se realiza diariamente.
Muchos expertos en ruido nos dicen que los seres humanos nos acostumbramos fácilmente al
ruido; y eso es un grave problema. En verdad, nos podemos adaptar a un ruido alto o molesto,
pero eso no significa que no nos seguirá haciendo daño. Las máquinas y equipos con los que
trabajamos todos los días y que producen sonidos fuertes y molestos pueden llegar a
causarnos problemas en la audición.
Como ustedes comprenderán, yo no tengo el tiempo para ir constantemente recordando a cada
uno de ustedes que deben ponerse la protección auditiva necesaria. Más de una vez, en
nuestras charlas hemos comentado sobre la necesidad de trabajar siempre con protección
auditiva. Esta recomendación no la damos sólo por darla, sino porque la gerencia de nuestra
empresa está interesada en que los trabajos que realizan no sean la causa de que algún día
pierdan su audición.
Los dispositivos de protección auditiva son esenciales sobre todo en áreas de ruidos muy altos.
A veces algunos de ustedes me han comentado que esos dispositivos les producen
incomodidad; y en esos casos yo he hecho lo posible por tratar de solucionar su problema. Si
alguna vez ustedes utilizan un tapón auditivo, por ejemplo, que no les disminuye el ruido al que
están expuestos o que les produce molestias, comuníquenmelo por favor lo antes posible para
que solucione el problema.
Y en aquellas ocasiones en que deban comunicar algún mensaje a uno de sus compañeros y
éste no les oiga porque tiene su protección auditiva puesta, háganle señas para que vaya con
ustedes a un área retirada donde puedan comunicarle el mensaje después de haberse quitado
la protección.
Y todos ustedes tienen la responsabilidad de revisar regularmente su equipo de protección
auditiva. La inspección regular es muy importante. Si un dispositivo no protege debidamente,
puede a la larga producirles un problema, sin ustedes sospechar que su audición se está
deteriorando.
Cada uno de nosotros somos la mejor defensa que tenemos contra el ruido que nos rodea.
Nuestra gerencia trata de que nuestros equipos produzcan el menor ruido posible. Con ese
objetivo se han gastado grandes sumas de dinero para neutralizar el ruido que producen; pero
esto no es suficiente. Todas las máquinas, por muy protegidas que estén, producen un ruido
molesto y potencialmente perjudicial. Ustedes pueden hacer sugerencias para que las
máquinas con las que trabajan no produzcan un ruido tan molesto.
A continuación quiero recordarles brevemente 3 cosas más que podemos hacer para reducir el
ruido que nos rodea:
Debemos siempre recordar que el ruido nos envuelve constantemente. Y no sólo aquí en
nuestro trabajo, sino también en nuestros hogares y en la calle.
Muchas veces podemos oír tan bien la televisión y la radio si bajamos un poco el volumen.
Incluso algunos de los artefactos caseros que utilizamos pueden funcionar mejor y hacer
menos ruido si los mantenemos en perfectas condiciones de funcionamiento. Y también
podemos decir a nuestros niños que no se comuniquen gritándose de un extremo a otro de la
casa. "Si el ruido en cualquier lugar puede ser infernal, el silencio también puede ser oro",
como lo dijo alguien en una ocasión. Como les he dicho antes, uno de los objetivos de nuestra
empresa es mantener nuestras operaciones al nivel más bajo de ruido; pero esto no lo
podemos lograr, como ustedes lo saben, en todas las ocasiones. Por esa razón, les
recomiendo que utilicen siempre su protección auditiva, sobre todo en aquellas ocasiones en
que de lo contrario su audición podría dañarse. Sería muy triste que llegara un día en que ni
siquiera pudiéramos oír las risas de nuestros niños.
CONOZCA SU OFICIO
Ya habrán oído hablar bastante sobre seguridad desde que están aquí. Hay avisos para
recordarles que no se debe fumar en ciertas zonas debido al peligro de fuego, hay otros avisos
que les advierten de alto voltaje.
Tenemos carteles que les recuerdan usar sus gafas y sus zapatos de seguridad cuando los
necesiten. Realizamos estas charlas para recalcar las mismas ideas. Y el resultado, así lo
espero, es que todos –ustedes y yo tengamos una mayor conciencia de la necesidad de ser
cuidadoso en nuestro trabajo de manera que ni nosotros ni otros puedan lesionarse.
Pero últimamente han estado pensando que tal vez no hemos hablado lo suficiente acerca de
algo que puede hacer mucho para evitarnos accidentes más que cualquier otra cosa. Conocer
nuestro trabajo. Si ustedes saben lo que están haciendo hay muchas probabilidades de que no
sufran lesiones.
Conocer nuestro oficio incluye muchas cosas.
Primero, tenemos la habilidad que es necesario adquirir cuando se empieza a trabajar. No todo
el mundo puede operar una máquina con seguridad. Hay necesidad de aprender la forma
correcta de usar el equipo. Si usted no lo sabe todavía es una de las primeras cosas que debe
aprender aquí: cómo usar la máquina con la cual se va a trabajar.
Y tiene que aprender también lo que no se debe hacer con su máquina. Esto es igualmente
importante.
Es importante saber que una grúa por ejemplo, no puede alzar más de un determinado peso en
kilos. Es importante saber que una llave no ha sido hecha para clavar puntillas.
A menudo suceden accidentes porque la gente no se da cuenta cuán peligroso es usar una
herramienta para cosas para las cuales no ha sido hecha. Es posible que nunca hayan visto un
accidente ocasionado porque una herramienta o máquina se han usado inadecuadamente.
Por ejemplo, pueden no darse cuenta como es de peligroso esmerilar en el costado de una
rueda esmeriladora. Pueden no darse cuenta que es peligroso ajustar un tubo al mango de una
llave para darle mayor apalancamiento. O bien no se dan cuenta de estas cosas o creen que
pueden salir bien esta vez.
Además de saber lo que usted puede hacer o no hacer con el equipo y los materiales con lo
cuales trabaja, además de tener la habilidad que necesita para desempeñar su oficio, se
necesita conocer también cuales son los peligros de su trabajo. Si está usando una rueda de
esmerilar, sabrá que hay peligro de partículas volantes y mantendrá en su sitio
la guarda respectiva y usará sus gafas de seguridad.
Cuando usted sabe su oficio, sabe que hay buenas razones para los elementos especiales de
protección que se requieren usar y no encuentra excusas para dejar de hacerlo. Algunas veces
podrá hacer su oficio sin elementos especiales. Pero hay muchos oficios que pueden
ejecutarse sin la ropa de protección y que sin embargo, no deben hacerse.
Se puede manejar objetos pesados sin zapatos de seguridad, pero si usted realmente conoce
su oficio no lo hará. Cuando usted sabe su oficio, sabe también que siempre hay peligro de que
una de esas cajas o piezas pesadas puedan caerle sobre los pies. Por lo tanto, use sus
zapatos de seguridad. En esta forma está protegido si algo se desliza de sus manos y cae
sobre sus pies.
Conforme yo lo veo, el trabajador que REALMENTE conoce su oficio, es un trabajador seguro.
Tiene la habilidad para usar las herramientas y las máquinas que necesita en su oficio como
deben ser usadas. Sabe cuáles son los peligros de su trabajo. Usa las guardas y los elementos
de protección que necesita y evita así esos peligros lo más que puede, protegiéndose a sí
mismo contra lesione si acaso ocurre algún accidente.
La primera regla de seguridad es, entonces, “CONOZCA SU OFICIO” Y si ustedes realmente
conocen su oficio, nunca llegarán al extremo de pensar que son tan buenos que no necesitan
protección contra los peligros que son parte de él. Sabrán que nunca serán tan hábiles que no
necesitan seguir los reglamentos de seguridad.
Si hay alguna parte de su trabajo que no entiendan, si hay parte de su oficio que no conozcan,
pregunten. Para eso estamos aquí.