Atahualpa
Atahualpa
Atahualpa
1487-1533
Ganó su soberbia, perdió la historia
Tetrarquía cusqueña
¿Quién fue la madre del intrépido?
Sucesión, enfermedad y muerte
La contienda política
La lucha de las panacas
Guerra, leyenda y mitología
Huáscar Inca no mostraba liderazgo
La campaña norteña
Campaña de la sierra central
Defensa de la capital imperial
Guanacopampa
32 - Atahualpa Inca Yupanqui Toma de la ciudad imperial
Extraños y fieros barbados
Atahualpa Inca Yupanqui
1487-1533
Tetrarquía cusqueña
Era costumbre en el Tahuantinsuyu que cuando el Zapa Inca se ausenta-
ba del Cusco, siempre dejaba a su reemplazante. Ese encargo podía re-
caer en un auqui o en una junta de orejones o nobles cusqueños. Esos go-
bernantes temporales mantenían con el Zapa Inca, donde él estuviera,
una comunicación casi diaria, gracias al servicio de los quipucamayocs y
de los chasquis. Así, por ejemplo, durante las ausencias de Huaina Cápac,
una tetrarquía de orejones o nobles gobernó el Cusco. Estuvo integrada
por Topa Cusi Huallpa (Huáscar Inca), Hilaquita, Auqui Topa In-
ca y Tito Atauchi. En el séquito del Zapa Inca, siempre estu-
vieron sus otros hijos: Ninancuyuchi y Atahualpa.
Huáscar Inca era hijo de Huaina Cápac y de la coya Raura
Ocllo. Había nacido en el Cusco y pertenecía, por descen-
dencia materna, al linaje de Túpac Inca Yupanqui. Era más
administrador que guerrero.
Atahualpa Inca era también hijo de Huaina Cápac, pero este
lo tuvo con la ñusta Tupa Palla. Hay cronistas que sostienen
que su madre se llamó Tocto Coca. “Se llamó Toctollo”, dice
Santa Cruz Pachacútec. Si hubiese sido así, su linaje descendía
de Pachacútec Inca Yupanqui.
Pero hay dudas sobre quién fue la madre de Atahualpa Inca. Veamos: 1.
Hay quienes afirman que nació en Quito (por ejemplo: Inca Garcilaso de
la Vega, Antonio Vázquez de Espinoza, Pedro Pizarro, Agustín Zárate, Pe-
dro Gutiérrez de Santa Clara y Francisco López de Gómara). 2. Felipe
Guamán Poma de Ayala afirma que nació en Chachapoyas. 3. Marcos de
Niza (según Juan de Velasco, en su Historia de Quito) dice que Huaina
Cápac se había casado con la última descendiente de la etnia de los scy-
ris (del reino de Quito). De esa unión, nació Atahualpa. especial, comandada por Cusi To-
Lo cierto es que Atahualpa Inca se destacó por su espíritu guerrero, ganán- pa Yupanqui, fue enviada a Tumi-
dose la confianza de su padre y constituyéndose como su preferido. pampa para que avise a Ninancu-
yuchi de la decisión de su padre
para que sea el reemplazante en el
Sucesión, enfermedad y muerte trono imperial.
Sin embargo, Huaina Cápac había establecido la siguiente orden de su- El villaoma regresó a Quito desa-
cesión: 1. Primera opción, su hijo Ninancuyuchi. 2. Segunda opción, lentado por las “respuestas negati-
Huáscar Inca. Atahualpa Inca no estuvo en sus planes iniciales. Esa ver- vas” de los augures. Los enviados
sión es sostenida por los cronistas Pedro Sarmiento de Gamboa, Juan a Tumipampa también retornaron
Santa Cruz Pachacuti Yamqui, Bernabé Cobo, Martín de Murúa y Mi- a Quito. Llegaron con la fatal noti-
guel Cabello Balboa. cia de que Ninancuyuchi había fa-
Para asegurarse de su buena elección, Huaina Cápac consultó con los au- llecido. Esos malos informes ya no
gures. Un villaoma partió a hacer los sacrificios de la callpa (“la fuerza o pudieron ser escuchados por el
poder del alma o del cuerpo; augur”). En eso, Huaina Cápac cayó enfer- Zapa Inca, porque Huaina Cápac
mo de viruela, en Quito. Ante la gravedad de la situación, una embajada había dejado de existir.
Biografías - 33
Biografías
Para desgracia de Huáscar Inca, Atahualpa Inca era el preferido de los Atahualpa Inca embarcó a su
militares, cuyos mandos más importantes se habían quedado con él en tropa hacia La Puná y el curaca
Quito y Tumipampa. de esa isla salió a su encuentro.
Mensajeros especiales de Atahualpa Inca llevaron al Cusco ricos presen- En el mar, ambas flotillas de
tes para Huáscar Inca, para apaciguarlo y ganar tiempo. Pero el advertido guerra se encontraron y se trabó
Huáscar Inca no cayó en la trampa y los obsequios fueron menosprecia- un feroz combate. Atahualpa In-
dos y dichos mensajeros fueron ejecutados. Dicen que sus pieles fueron ca fue herido en la pierna y sus
secadas para convertirlas en cueros, con los que se hicieron tambores de tropas llevaron la peor parte y
guerra. Huáscar Inca, por burla y provocación, le hizo llegar a Atahualpa tuvieron que retirarse a tierra fir-
Inca prendas y joyas femeninas. me. De allí, se trasladaron a
Quito.
El victorioso curaca de La Puná
Guerra, leyenda y mitología invadió Tumbes, la arrasó y casti-
gó a la guarnición dejada por
Con todas esas actitudes, dignas de su tiempo, la animadversión entre Atahualpa Inca, tomando cente-
los hermanos aumentó. De ella se aprovecharon los generales de Ata- nares de prisioneros. Cuando lle-
hualpa Inca y le convencieron para que haga pública su rebelión. A gó Francisco Pizarro a ese sitio,
partir de entonces, la guerra civil se desató. Dos ejércitos entraron en encontró a 600 cautivos atahual-
campaña para pelear por la hegemonía en el Tahuantinsuyu. pistas.
Cuando Atahualpa Inca estaba todavía en Tumipampa, haciendo prepa-
rativos para la contienda, cayó prisionero. “Fue apresado por los caña- En la guerra civil, Huáscar Inca fue
derrotado y apresado (dibujo de Guamán
ris, leales a Huáscar Inca”, dicen algunos cronistas. “Fue Poma de Ayala).
derrotado por tropas enviadas del Cusco, por Huáscar
Inca”, dicen otros cronistas. Lo cierto es que fue encerra-
do en un tambo real, de donde fue liberado durante la
noche por sus partidarios. Se dice que una mamacuna le
proporcionó una barra de cobre con la que hizo un
forado en la pared y logró escabullirse sin ser notado
por sus vigilantes, “que festejaban el triunfo”.
Atahualpa Inca aprovechó astutamente dicho episodio,
porque hizo creer que el Inti lo había transformado en
amaru (serpiente) para que pueda escaparse por una ren-
dija del tambo real. Esa leyenda se propaló por todo el
Imperio y convirtió a Atahualpa Inca en un ser mítico; el
“elegido por los dioses”.
Las tropas de Atahualpa Inca se reorganizaron en Quito.
Con su ejército bien pertrechado, volvió a Tumipampa,
tomando dicha plaza. Allí, Atahualpa Inca se vengó de
los cañaris, porque destruyó la ciudad fundada por Tú-
pac Yupanqui y convertida por Huaina Cápac en su llac-
ta preferida. Luego, se dirigió a la costa norte, destruyen-
do todos los poblados hasta Tumbes.
Para tomar el curacazgo de La Puná, que era partidario
de Huáscar Inca y que quedaba en la isla del mismo
nombre, en el golfo de Guayaquil, Atahualpa Inca reu-
nió una respetable flota de balsas, a fin de invadirlo des-
de tierra firme. Avisado de las intenciones del inca, el
curaca de La Puná hizo lo mismo, pero en su isla.
Biografías - 35
Biografías
principal del Cusco durante sus festividades. b). Apartó de su guar-
dia personal a los integrantes de los ayllus custodios, desconfian-
do de ellos. En su reemplazo, un grupo especial de cañaris y cha-
chapuyas pasaron a formar su guardia real. c). Amenazó con des-
pojar a las panacas de sus haciendas y otros bienes.
Pero, lo que colmó la indignación de la nobleza cusqueña fue la
decisión de Huáscar Inca de enterrar las momias que cada panaca
conservaba. Le oyeron decir: “En el Cusco hay más momias que vi-
vos”. Ese hecho era grave, porque: “Según las costumbres cusque-
ñas, las momias de los difuntos incas se conservaban como si es-
tos estuviesen con vida, rodeadas de sus mujeres y servidores. Su-
yos eran los mejores campos de las afueras del Cusco, es así como
los muertos gozaban de mayores riquezas y privilegios que los vi-
vos. Alrededor de los cuerpos de los pasados soberanos se reunía
un numeroso séquito que se sustentaba a costa de las panacas, y
ocupaba la capital en recíprocas fiestas, borracheras y comilonas”
(María Rostworowski).
Todas esas intenciones de Huáscar Inca despertaron el rencor de
los miembros de las panacas, de sus muchos servidores y paniagu-
dos.
Huáscar Inca, al notar ese rechazo, quiso pasarse del Hanan Cus-
co al Hurin Cusco.
En cambio, Atahualpa Inca, que había pasado diez años lejos de
Los españoles disparan a diestra y siniestra las intrigas de la corte cusqueña, fue ganando adeptos. Además,
mientras los orejones tratan de sostener el estaba respaldado por una buena parte del ejército imperial y de los ge-
anda del Inca.
nerales más experimentados y hábiles.
La campaña norteña
Huáscar Inca
Huáscar Inca envió, bajo órdenes del general Atoc, un numeroso ejér-
no mostraba cito a Tumipampa. En esta ocasión, no era un símbolo cualquiera el que
liderazgo enarbolaba dicho ejército. Una hermosa estatua de oro del Inti encabe-
zaba dicha marcha. Atahualpa Inca, desde Quito, mandó a sus tropas a
órdenes de los generales Challcochima, Quízquiz, Rumiñahui y Uca-
Entre tanto, Huáscar Inca, que
mari. El primer encuentro entre ambos ejércitos se realizó en Chillo-
había sido elegido por la nobleza
pampa, triunfando las tropas de Atoc. Miguel Cabello Balboa, el cronis-
cusqueña como Zapa Inca, se
ta, dice que ese primer encuentro se realizó en Mullihambato. Según el
mostraba en el Cusco como un go-
mismo cronista, en una segunda batalla salieron victoriosas las tropas de
bernante “pusilánime, violento,
Atahualpa Inca. Según Pedro Cieza de León, hubo solo una batalla en-
cruel y desatinado”. No logró cap-
tre los ejércitos de ambos incas. Pero es evidente que en la campaña
tar la simpatía de la clase dirigen-
norteña la victoria final correspondió a las tropas atahualpistas. En esta
te incaica ni el respeto de los ge-
campaña murió Ullco Colla, curaca de Tumipampa. Los generales Atoc
nerales del ejército de Huaina
y Hango cayeron prisioneros y fueron cruelmente victimados. Según
Cápac que se hallaban en la ciu-
una versión, los volvieron ciegos y los abandonaron en un paraje soli-
dad capital. Además, se hizo im-
tario, donde murieron de hambre y sed. Según otros, murieron ante la
popular porque: a). No asistía a
presencia de sus enemigos. De sus pieles, se habría hecho tambores de
los agasajos y comidas que las
guerra. Del cráneo de Atoc “mandó hacer Challcochima un recipiente
panacas solían hacer en la plaza
con adornos de oro para beber chicha”, dice un cronista.
Defensa de la
Mascapaycha y Catequil capital imperial
Ante tan buenas noticias, Atahualpa Inca se dirigió a Tumi- Atahualpa Inca se había quedado
pampa, donde se ciñó la mascapaycha y se convirtió en otro en Cajamarca. Cuando sus victo-
Zapa Inca. Huáscar Inca, atemorizado por las malas noveda- riosas tropas ya se hallaban en Cu-
des, reorganizó su ejército con tropas reclutadas de charcas, rahuasi (pasando Andahuaylillas;
canchis, canas y collas. Mandó hacer rogativas y ofrendas es- sureste del Cusco; provincia de
Quispicanchis), Huáscar Inca mul-
peciales en todas las huacas del imperio. Ambos zapa incas,
tiplicó sus rogativas a las huacas.
cosa que sucedía por primera vez en el Tahuantinsuyu, se
Como las respuestas siempre eran
aprestaron a la contienda final. Atahualpa Inca se dirigió hacia negativas, cayó en un desánimo
el sur y llegó hasta Huamachuco. Envió a dos villaomas a que casi total. Pero, ante la inminente
consulten a la huaca de Catequil, cuyo santuario se hallaba en invasión al “Ombligo del Mundo”,
Porcón (Santiago de Chuco, La Libertad), quien era el dios do- fue obligado a hacer frente a la si-
minante en toda la sierra norte de los Andes, hasta Carangue. tuación. Reorganizó su ejército. Lo
Regresaron, diciendo que el oráculo había pronosticado un dividió en tres frentes: A). El prime-
mal final para él. Se enfureció el Zapa Inca y fue a castigarlo. ro, comandado por él mismo, cus-
todiado por nobles guerreros del
Cerca al templo de Catequil, le salió al encuentro un anciano
Hurin Cusco, cañaris y chachapu-
sacerdote, vestido con una larga túnica llena de conchas de yas. B). El segundo, por Uampa Yu-
mar. Con una alabarda de oro, Atahualpa Inca le destrozó el panqui, quien dirigió su ejército
cráneo y lo mató. Luego, hizo destruir el santuario. hacia Cotabambas, a donde ha-
bían retrocedido las tropas de Ata-
hualpa Inca. C). El tercero, bajo la
jefatura de Huanca Auqui, quien
tenía la misión de vigilar y atacar
al enemigo por sorpresa.
Campaña de la sierra central
El ejército huascarista -bajo el mando de los orejones Huanca Au-
qui, Ahuapanti, Urco Huaranca e Inca Roca- salió del Cusco con di-
rección al norte. El ejército atahualpista, comandado por Quízquiz
y Challcochima, fue a su encuentro. Se enfrentaron ambos ejérci-
tos en Caxabamba, saliendo derrotados los huascaristas. Huanca
Auqui logró huir y reorganizó sus tropas en Cajamarca. Pero, a par-
tir de entonces, todas las batallas de esa campaña se van a definir a
favor de las tropas atahualpistas; a tal extremo que los huascaristas
solo protegieron su retirada hacia el Cusco. Las más importantes de
dichas batallas fueron: Cocha Huailla (Huancabamba- Huambo),
Pumpu (meseta de Bombón), Jauja (valle del Mantaro) y Vilcas (Aya-
cucho).
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Biografías
el incendio, murieron muchos soldados atahual-
pistas. Entonces, sus jefes ordenaron la retirada y
cruzaron el río Cotabambas, pero Huáscar Inca co-
metió el error de no perseguirlos.
Al día siguiente, Topa Atao fue al encuentro de
Challcochima hacia una hondonada, pero Chall-
cochima lo derrotó y lo tomó prisionero. Luego, hi-
zo avisar a Quízquiz que tomara preso al soberano
por la retaguardia. Huáscar Inca cayó en la embos-
cada y fue hecho prisionero. En seguida, Challco-
chima tomó sus andas, se subió a ella llevada por
sus partidarios y, haciéndose pasar por el Zapa In-
ca, se dirigió a Guanacopampa, donde estaba per-
trechado gran parte del ejército de Huáscar Inca.
Allí, al principio creyeron que volvía su inca victo-
rioso. Pero el hábil general Challcochima soltó a
un prisionero para que avisara que el Zapa Inca ha-
Grabado colonial sobre la muerte de
Atahualpa Inca. bía caído en su poder. Entonces, las tropas rivales, totalmente descon-
certadas, emprendieron la huida por el río Cotabambas. Cuando pa-
saban a la otra orilla, les cayeron las tropas de Challcochima, los de-
rrotaron y tomaron prisionero al general Tito Atauchi.
Ambos ejércitos se encontraron El apresado Huáscar Inca, con una custodia especial, quedó en Quiui-
en Guanacopampa (distrito de pay. Las victoriosas tropas atahualpistas avanzaron hacia el Cusco.
Tambobamba, provincia de Co- Arribaron a Yavira, muy cerca de la ciudad-capital, para descansar y
tabambas, Región Apurímac). El recibir órdenes de Atahualpa Inca, el usurpador Zapa Inca. Informa-
primer escalón huascarista que dos de dichos sucesos, llegaron a Yavira los personajes más importan-
entró en batalla fue el comanda- tes de la nobleza cusqueña, para rendir homenaje a Atahualpa Inca,
do por Uampa Yupanqui. Entera- quien era representado por una estatua; su doble o huauque, llamado
do que entre los atahualpistas Ticsi Cápac. Challcochima ordenó un castigo ejemplar contra el gene-
había muerto el general Tomay ral huascarista Huanca Auqui y los villaomas Apo Challco Yupanqui
Rima y, por ese motivo, antici- y Rupaca, culpados por haber entregado la mascapaycha a Huáscar
pándose a una victoria final, Inca. Luego, los atahualpistas tomaron el Cusco sin ningún otro con-
Huáscar Inca ordenó la partici- tratiempo.
pación de los demás escalones. Enaltecido por la victoria final, Atahualpa Inca envió a Cusi Yupanqui
En la lucha destacaron sus her- al Cusco con poderes especiales, principalmente para castigar a los
manos Tito Atauchi y Topa Atao. partidarios de Huáscar Inca. Una disposición precisa quedó al descu-
La batalla fue encarnizada. Duró bierto al poco tiempo de su llegada: aniquilar la panaca de Túpac In-
todo el día y ninguno de los ejér- ca Yupanqui y el linaje de Huáscar Inca. En efecto, las mujeres, hijos
citos se rindió. Al anochecer, y deudos de Huáscar Inca fueron ejecutados. Destruyeron el mallqui
Quízquiz y Challcochima se re- de Túpac Inca Yupanqui, quemándolo en un despoblado. Ese acto era
plegaron a una colina cercana. considerado en ese tiempo como el más vil de los castigos. Luego,
Huáscar Inca, al notar la hierba persiguieron y mataron a todos los integrantes de su panaca, incluyen-
seca que los rodeaba, hizo que do a sus mamaconas, yanas y demás servidumbre.
prendieran fuego. Abrasados por
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