Manual Operacion Riego Por Goteo

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UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS – FACULTAD DE AGRONOMIA

MANUAL DE OPERACIÓN Y MANTENIMIENTO DE SISTEMAS DE RIEGO A PRESION

UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA


FACULTAD DE AGRONOMIA
SUBAREA DE INGENIERIA AGRICOLA
CURSO DE DISEÑO Y OPERACIÓN DE SISTEMAS DE RIEGO

MANUAL DE
OPERACIÓN Y MANTENIMIENTO DE
SISTEMAS DE RIEGO POR GOTEO

GUATEMALA, JULIO/2011

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UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS – FACULTAD DE AGRONOMIA
MANUAL DE OPERACIÓN Y MANTENIMIENTO DE SISTEMAS DE RIEGO A PRESION

UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA


FACULTAD DE AGRONOMIA
SUBAREA DE INGENIERIA AGRICOLA
CURSO DE DISEÑO Y OPERACIÓN DE SISTEMAS DE RIEGO

MANUAL DE
OPERACIÓN Y MANTENIMIENTO DE SISTEMAS DE RIEGO POR GOTEO

I) INTRODUCCION

El presente manual pretende proporcionar tecnologías y ventajas de la correcta operación


de los sistemas de riego por goteo, así como proveer conceptos generales de manejo de
estos sistemas de riego. Se pretende alcanzar el uso eficiente del agua a efecto de reducir
costos y lograr a la vez producciones óptimas, pues lo anterior se logra no forzosamente
utilizando o aplicando más agua a los cultivos, concepto totalmente equivocado que los
agricultores no aceptan de manera fácil. Bien es sabido que el agua es de los recursos
naturales más importante para la vida y el desarrollo de las diferentes sociedades del
mundo, pues las actividades productivas que dependen del uso del agua generan riquezas
considerables, por lo que su uso eficiente debiera ser una política totalmente aceptada a
todo nivel, para que este disponible para mayores usuarios. El uso de agua en Agricultura,
es de los más grandes consumidores de agua, pues se indica a nivel general que la
agricultura utiliza alrededor del 70 % del agua dulce del mundo, y es precisamente en este
campo o uso donde se llevan a cabo las mayores pérdidas de agua o sobreusos del
recurso, debido muchas veces al desconocimiento de las tecnologías de manejo de suelo y
agua en agricultura.

II) OBJETIVOS

• Proporcionar conceptos teóricos sobre tecnologías de operación y manejo de sistemas


de riego por goteo
• Concienciar a futuros profesionales de Agronomía y usuarios de riego sobre el uso
eficiente del agua en los sistemas productivos.
• Proveer medidas en manejo de suelo y agua a efecto de obtener producciones óptimas
al mínimo costo o inversión en riego
• Introducir y familiarizar a usuarios de riego con criterios prácticos de mantenimiento y
operación de sistemas de riego
• Formar a los agricultores para que sean capaces de operar por si solos sistemas de
riego
• Proporcionar sostenibilidad a los sistemas de riego por goteo.

III) OPERACIÓN Y MANTENIMIENTO DE SISTEMAS DE RIEGO

i. Componentes de un sistema de Riego


1.1) Conducciones, Accesorios y Emisores

A través del riego (del latín rigare, significa esparcir agua sobre una superficie) se intenta
alterar el ciclo hidrológico en forma artificial para incrementar la productividad agrícola. Bajo
este concepto, el riego es, sin duda alguna, un factor clave para el desarrollo agrícola (Losada,
1988).

La incorporación del riego ha producido estabilidad en el abastecimiento de alimentos en


vastas regiones del planeta y ha alterado de forma permanente las sociedades. El impacto del
riego es notable cuando se reflexiona respecto de los efectos globales que tiene una sequía
natural en las zonas de secano, productoras de cereales en Estados Unidos o de otras partes
del planeta. El riego disminuye el riesgo de reducción de la producción agrícola asociado a la
sequía. Los países que han incorporado el riego en forma masiva, tienden a tener una
estabilidad mayor en aquellos sectores de sus economías relacionados con la agricultura.

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La aplicación de agua al suelo se realiza a través de métodos de riego, los cuales difieren en el
tipo de energía utilizada. Se identifican dos grandes grupos: a) riego superficial, que utiliza
energía gravitacional y el agua es conducida por conductos abiertos, y b) riego presurizado,
caracterizado en general por un aporte de energía externa y el agua es conducida a presión por
conductos cerrados al sector de riego.

Un sistema de riego presurizado generalmente tiene los siguientes componentes principales; el


emisor, las laterales donde van conectados los emisores, la tubería terciaria, secundaria y
principal que es la que llega a la fuente de agua o sistema de bombeo. Sin embargo para
conectar las tuberías, emisores y las válvulas de protección del sistema, son requeridos
accesorios de riego, tales como codos, tees, reducidores, adaptadores macho, uniones,
hidrantes, coplas, cinchos con gancho, tapones finales, codos laterales, etc, sin los cuales los
elementos principales mencionados no podrían conectarse.

Los tipos de emisores utilizados en un sistema de riego son; Aspersores, Micro aspersores y
Goteros.

Dentro de los tipos de goteros se encuentran; Compensados, no compensados, de flujo laminar


y de flujo turbulento.

1.2 Bombas y motobombas

El riego presurizado, caracterizado por un aporte de energía externa por lo que el agua es
conducida a presión por conductos cerrados a los sectores de riego. Generalmente, esta
energía externa es administrada por sistemas de bombeo, los cuales están compuestos por la
bomba propiamente dicha y el motor, sistema que en conjunto es llamado motobomba. Las
bombas pueden ser de diferentes marcas, ejemplo la Berkeley, Caprari, IHM, etc, mientras que
los motores que generan el movimiento del sistema de bombeo pueden ser eléctricos
monofásico o trifásicos y de combustión interna diesel o gasolina. Entre los motores usados
comúnmente en riego están la bridgestraton, suzuki, honda y otros en motores de gasolina y
Caterpilar, Jhon Deere, Perkins, Campeón, etc en motores diesel. Estos equipos pueden
encontrarse en casas comerciales de prestigio, tales como hidrotecnia, Tecun S.A., Durman
esquivel, etc.

Bombas Centrífugas

Los sistemas de bombeo pueden consistir de bombas centrífugas, los cuales se caracterizan
generalmente por su baja altura de succión, generalmente menor a la presión atmosférica del
lugar. Estos existen en una diversidad de casas comerciales (marcas), modelos y tamaños y
para diferentes condiciones de operación. La selección de las mismas estará en función del
caudal a bombear y la carga dinámica total de la bomba.

Bombas sumergibles

Las bombas sumergibles son generalmente usadas en posos profundos. Las bombas
sumergibles tienen generalmente el motor sumergido a una profundidad considerable, el que es
alimentado de energía eléctrica mediante cables eléctricos, motor que hace funcionar los
diferentes tazones de la bomba colocados en serie sobre un eje a lo profundo del pozo. Estos
tienen la desventaja que al descomponerse tiene que llegar una empresa con equipo
especializado para sacar la bomba y el motor, lo que implica un trabajo y costo considerable.

Motores Diesel, Gasolina y eléctricos

Tal como se indicó anteriormente, para que el impulsor de los sistemas de bombeo genere una
rotación y por consiguiente fuerza centrífuga, requieren de una energía mecánica que es
proveída por el motor. Estos pueden ser de combustión interna con diesel o gasolina y
eléctricos monofásicos hasta en motores menores de 7 hp y trifásicos para motores grandes.
Por consiguiente, previo a diseñar el sistema de bombeo de una finca es necesario investigar la

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fuente de energía del sistema, pues si no existe energía eléctrica deberán considerarse
motores de combustión interna. Por consiguiente, la elección de los mismos dependerá de la
disponibilidad de energía eléctrica.

1.3 Válvulas de Aire, Paso y limpieza

El sistema de válvulas de paso de un sistema de riego, sirven para regular o cancelar el flujo de
agua en un cierto sector de un sistema de tuberías. Estas son indispensables para poder dirigir
el flujo del sistema de tuberías de un proyecto, es decir, muchas veces son necesarias para
restringir el flujo a un cierto sector porque por ejemplo en este sector existen fugas por reparar,
lo cual se logra sin interrumpir el riego de otros sectores. Las válvulas de aire sirven de
protección del sistema, pues la presencia de aire en las tuberías es un fenómeno común,
principalmente donde existe cambios bruscos de dirección, los cuales pueden restringir total o
parcialmente el flujo, creando excesos de presión en un sistema de tuberías, hasta poder llegar
a colapsar los tubos si el aire no tiene salida del sistema. Las válvulas de limpieza también son
importantes para no restringir el flujo en un sistema de tuberías, pues los sedimentos pueden
llegar a acumularse en las partes bajas del sistema conjugado con bajas velocidades del agua
en la circulación. Mediante estas válvulas se podrán realizar limpiezas periódicas de los
sedimentos internos de las tuberías, permitiendo así un mantenimiento constante.

1.4 Sistemas de filtrado

Los sistemas de filtrado son indispensables para eliminar las impurezas o suciedades que lleva
el agua, principalmente cuando los emisores del sistema de riego poseen aberturas muy
pequeñas por donde saldrá el agua a presión, tal es el caso del riego por goteo, micro
aspersión y mini aspersión, pues de lo contrario, los emisores sufrirán taponamientos afectando
las uniformidades y descargas de riego. Como se deduce, los sistemas de goteo requieren
altos niveles de filtrado del agua, pues el emisor es microscópico, tapándose muy fácilmente si
no se filtra correctamente el agua. En ese sentido, los miniaspersores requerirán menos
exigencias en el filtrado del agua y por consiguiente es menos exigente a medida que el
aspersor es de mayor dimensión, pues los riesgos de taponamiento son menores, tal es el caso
de los cañones de riego.

2. Operación de Sistemas de Riego

a) Calendario de Riego

Generalmente un sistema de riego presurizado estará dividido en varias parcelas, cada una
controlada mediante una válvula de paso. El calendario de riego consiste en definir cuales
válvulas de riego o parcelas deben abrirse en un determinado turno de riego y en los
subsiguientes turnos, siguiendo un orden establecido en el diseño o en una evaluación del
sistema. Respetar este orden de abertura de válvulas es muy importante, para mantener el
correcto funcionamiento hidráulico del sistema y por consiguiente la adecuada aplicación de
láminas o cantidades de agua aplicadas. Es muy común que los agricultores cambian el
calendario de riego de manera arbitraria, lo cual afecta sensiblemente la presión del sistema y
por consiguiente el funcionamiento y eficiencia de uso de agua del sistema, afectando los
costos de riego y los beneficios del mismo.

b. Ciclo de Riego

El ciclo de riego se refiere al tiempo en horas que se tarda en regarse todo el terreno. Este
ciclo variará en función de la frecuencia de riego, las láminas de riego a aplicar, el tiempo de
riego u operación por día, etc.

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c. Frecuencia de riego

La frecuencia de riego es el número de días que se requiere para iniciar nuevamente el riego
en un área en particular, es decir para iniciar nuevamente un nuevo ciclo de riego. La
frecuencia de riego no forzosamente coincidirá con el ciclo de riegos, pues el concepto de
frecuencia de riego involucra el ciclo de riego mas los días de paro.

d. Días de Paro; razón y uso

Los días de paro es el tiempo o días que se para o descansa el sistema de riego después de
completar un ciclo de riego. Es decir, después que se ha regado toda el área bajo riego puede
ser que se planifiquen uno o dos días de descanso para luego iniciar un nuevo ciclo de riego.
La razón del mismo es para dar mantenimiento al sistema de riego o para que el agricultor no
esté amarrado al sistema de riego todos los días del cultivo. Sin embargo, el uso de días de
paro después de un ciclo de riego, aumenta los requerimientos de caudal del sistema y por
consiguiente la dimensión o tamaño del proyecto, aumentando el costo de inversión inicial del
mismo, por lo que si el caudal de agua es limitante no debiera de considerarse.

e. Programación y duración de turnos

La Programación de los turnos consiste en definir las válvulas a abrir o parcelas a regar
simultáneamente durante un turno de riego. Esta secuencia de abertura de válvulas
normalmente se define en el diseño del sistema de riego, si se riega toda el área del proyecto o
todas las válvulas están sujetas a operación. Sin embargo, muchas veces, generalmente al
inicio de la operación de los proyectos, no todas las válvulas o el área total están sujetas a
riego; en este caso, será conveniente hacer un análisis del sistema de válvulas para ajustar la
programación de los turnos de riego de las válvulas habilitadas. Esta programación es
realmente importante analizarla de manera técnica para mantener en correcto funcionamiento
hidráulico del sistema, pues de lo contrario, puede ser que algunas áreas del proyecto estén
con bajas presiones afectando la uniformidad en la aplicación del agua.

La duración de los turnos dependerá de la lámina a aplicar en cada riego, y esta última
dependerá del consumo de agua o evapotranspiración del cultivo en el lapso entre dos riego
contiguos. Además, el tiempo de riego dependerá de la capacidad de aplicación de agua del
sistema de riego, la que dependerá del caudal del emisor y del área que ocupa el emisor. Por
consiguiente, en todo sistema de riego deberá determinarse la evapotranspiración en diferentes
períodos, así como su capacidad de aplicación de agua.

f. Regulación de turnos por medio de los componentes del sistema de riego

La duración de los turnos de riego y regulación de los mismos, debe ser analizada en conjunto
con otras variables, tales como la evapotranspiración, la intensidad de aplicación de agua del
sistema, el diseño hidráulico del sistema, etc. La duración de un turno de riego es una variable
que debe ser bien analizada pues de esta dependerá que se aplique la cantidad adecuada de
agua entre un riego y otro y por consiguiente que el sistema alcance altos niveles de eficiencia
de uso de agua. El componente del sistema de riego que regula el tiempo de riego son las
válvulas parcelarias de riego, las cuales pueden ser válvulas sencillas de ferretería, si el
sistema no requiere regulación de presión (sistemas pequeños) o válvulas hidráulicas
especializadas con regulación de presión si el sistema de riego requiere regulación de presión,
tal como sucede en los grandes proyectos con bombeo. Si no se regula la presión en estos
sistemas en las parcelas con válvulas donde la presión llega con altos valores estarán
recibiendo mayores cantidades de agua en relación a las parcelas donde la presión apenas
levanta, lo que afectará la uniformidad de riego, la uniformidad de la aplicación de fertilizantes y
finalmente, en la uniformidad de la producción.

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g. Operación de sistemas de riego basados en el diseño del mismo

Durante el proceso de diseño de un proyecto de riego es necesario definir el calendario de


operación de las válvulas de riego para cuantificar los caudales que circularan en el sistema de
tuberías de conducción y por consiguiente el tamaño o diámetros de las mismas. Mediante
estas condiciones de operación se definen las presiones con que se contarán en las diferentes
partes del sistema y en cada válvula de riego. Si durante la operación del sistema de riego se
cambia el orden de operación de las válvulas, automáticamente se estarán afectando las
presiones en las diferentes válvulas del proyecto, en unas aumentando la presión y en otras
disminuyendo las mismas. Por consiguiente, en lo posible, el dueño de un proyecto de riego
debe conocer el orden de aberturas planificado por el diseñador y seguir ese orden durante la
operación del sistema.

h. Razones por las cuales debe cumplirse con el calendario de riego;


Agronómicas y Organizacionales.

Las razones agronómicas por las que deben cumplirse los calendarios de riego son para
mantener una alta uniformidad en la producción de los cultivos, es decir, que en las diferentes
partes del proyecto se obtengan los mismos niveles de producción. La uniformidad en la
producción se obtiene al aplicar cantidades de agua y fertilizantes iguales en cada parte del
área de cultivos. Lo anterior se obtiene si la presión del agua en la salida de las diferentes
válvulas de riego se mantiene en valor constante. Además, manteniendo el orden de abertura
de válvulas según un orden hidráulico establecido, la operación del sistema de riego mantendrá
un orden definido de trabajo, lo que afectará significativamente en una buena organización del
sistema, lográndose altas eficiencias de uso de agua y uniformidades de riego.

i. Requerimientos de Agua por los cultivos (relaciones evapotranspiración,


textura suelo y etapa de desarrollo de los cultivos)

La evapotranspiración o uso de agua de los cultivos es un valor que debe conocerse de


manera correcta para realizar una adecuada operación de cualquier sistema de riego y por
consiguiente obtener altos valores de eficiencia de uso de agua, bajos costos y altos niveles de
producción en cantidad y calidad. El consumo de agua de un cultivo depende de condiciones
de clima (temperatura, humedad relativa, viento y radiación) y de la etapa de desarrollo de los
cultivos. A medida que el clima es más agresivo (por ejemplo, Zacapa) un cultivo demandará
mayores cantidades de agua que en un clima más benigno (Cobán, por ejemplo). Además, un
cultivo consume menos cantidad de agua cuando está pequeño que cuando el mismo esta en
pleno desarrollo, en floración o fructificación, dado que a medida que crece su índice de área
foliar es mayor. Por lo anterior, es conveniente que en el área de cultivo se generen datos de
clima con fines de estimación de demandas de agua en el tiempo, por ejemplo estaciones
meteorológicas automatizadas. Existen paquetes de computadoras que calculas la
evapotranspiración de los cultivos, los cuales necesitan alimentarse con datos de clima, lo que
habría que generar.

El suelo, desde el punto de vista de manejo de suelo y agua, debe considerarse como un
reservorio de agua. Como es lógico, hay unos reservorios de mayor tamaño que otros. Es así
como se dice que los suelos arcillosos representan reservorios más grandes de agua que los
reservorios representados por los suelos arenosos. Por consiguiente, es necesario conocer o
cuantificar la capacidad del reservorio suelo que poseemos en determinada condición. Para
ello, será necesario enviar a un laboratorio una muestra de suelos de 1 kg aproximadamente y
solicitar humedades volumétricas a tensiones de humedad de 0.2, 0.4, 0.7, 1, 5 y 15 bares, y
posteriormente, elaborar la curva de tensión de humedad del suelo que poseemos. Un ejemplo
de la citada curva se presenta en la siguiente figura.

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Conociendo la capacidad de nuestro reservorio suelo, así como los niveles de consumo de
agua/día del cultivo, podrá definirse cuando y cuanto de agua debe aplicarse en cada riego, es
decir, se definirá la programación de riegos del cultivo en el tiempo basado en las condiciones
climáticas del lugar. De esta manera, podrán optimizarse los recursos de agua y económicos
del sistema productivo, así como se mantendrá una correcta humedad para el desarrollo y
producción de los cultivos. Aplicar excesos de riego no es lo mejor para manejar el riego de un
cultivo, pues conlleva problemas tales como, el incremento de plagas y enfermedades, baja
aireación del suelo para el desarrollo radicular, incremento de niveles de malezas, lavado y
lixiviación de nutrientes, mayores niveles de salinidad, incremento de costos de producción, etc,
por lo que las mayores laminas o volúmenes de agua aplicadas no representan forzosamente
mayores niveles de producción.

3) mantenimiento de sistemas de riego


3.1 Insumos y herramientas utilizadas en trabajos de fontanería.
Insumos: Tinner, wipe, pegamento, recipientes, brocha, manteca vegetal, lijas, etc.

Herramientas: Llaves stillson o de tubo nos. 18 y 24, cangrejos, desarmadores, brocas,


alicates, limas, barreta, piochas, palas, azadones, martillo, sierras, pedazos de madera, mango
de sierras, etc.

3.2 Reparación de Fugas, Cambio de accesorios y tuberías

Cambiar el accesorio, cortando el mismo mediante una sierra. Luego colocar una unión
conjuntamente con el accesorio. Muchas veces es necesario hacer niples de diferente longitud
con campana, los cuales pueden realizarse calentando el pvc e introduciéndolo en la punta otro
niple de pvc, formando de esta manera la nueva campana del niple de pvc. Lo anterior es útil
en el cambio de accesorios, reparación de fugas y cambio de tuberías. Para reparar tuberías
de conducción, es necesario preparar niples mediante calor con campana en las dos puntas,
los cuales sustituyen la parte destruida de la tubería de conducción.

3.3 Servicios y Limpieza de Filtros

Los filtros consisten en un conjunto de mecanismos situados frecuentemente en el centro de


control que separa el agua de las partículas físicas contaminantes, que potencialmente podrían
obstruir el normal flujo de agua en los emisores. Frecuentemente el agua circula en los goteros
por conductos de escaso diámetro, por lo que las obstrucciones serían muy frecuentes de no
contar en la instalación con un equipo de filtrado correctamente dimensionado. La diferencia de
presión de los manómetros incorporados en el sistema de filtraje, indicará el grado de
colmatación, procediendo a la eliminación de las partículas, de manera de evitar que partículas
retenidas puedan ingresar al sistema dada la presión a la cual están siendo sometidas

Todo sistema de riego presurizado puede contar con los siguientes filtros en el cabezal del
mismo dependiendo de la calidad del agua;

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a) Filtro de malla y filtro de anillos

El sistema de filtrado debe ser limpiado cada vez que la presión por suciedad en los filtros;
aumente en exceso. Esto puede verificarse en la lectura de los manómetros ubicados antes y
después de cada filtro. Cuando la diferencia de presión entre los manómetros ubicados antes y
después del filtro sea de un 10% (entre 0.3 a 0.5 bares o 3 a 4 mca) se debe lavar el filtro. Por
tal razón, es importante contar con manómetros antes y después de cada filtro

Los filtros de malla se limpian abriendo la pequeña válvula del fondo o bien desarmando y
limpiando la malla con agua a presión y un cepillo. Los filtros de anillos metálicos se limpian
desarmando el sistema. Estos filtros en la mayoría de los casos metálicos, deben ser
mantenidos limpios exterior e interiormente. Donde la pintura sea removida por oxidación o
golpes deberá ser raspada hasta obtener metal blanco y luego protegido con varias capas de
pintura antióxido. En régimen de riego, deberá extraerse una vez por semana el cuerpo interno
y limpiado con agua y cepillo suave hasta dejar limpia la malla. Las empaquetaduras deberán
mantenerse en buen estado y en su posición original.

b) Filtros de grava o arena

Al igual que el resto de componentes del centro de control, estos filtros deberán mantenerse
limpios sin depósitos ni puntos de oxidación.

Los filtros de arena están dotados de sistemas de retrolavado manual o automático, que
invierten el flujo del agua dentro del filtro. Este proceso deberá hacerse cuatro veces al día al
ocupar aguas de calidad media o cuando la diferencia de presión en los manómetros alcance
valores de un 10%.

Sin perjuicio de lo anterior una vez al mes o con mayor frecuencia si las condiciones de agua
así lo determinan deberá destaparse el filtro, remover la grava depositada al interior e inyectar
agua con la manguera o tubería, provocando que el rebalse que se produce por la misma
abertura, arrastre las partículas depositadas en el interior. Este lavado se prolonga hasta que
el agua salga limpia y la grava se vea blanca. La remoción debe hacerse hasta el fondo del
filtro de manera que todo el volumen ocupado por la grava sea removido.

Fig.1 Retrolavado con un filtro de grava Fig. 2 Modelo de retrolavado con dos filtros

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Fig. 3 Condición de filtro en operación normal de riego y en Fig.4 Estado de la válvula de control de retrolavado
retrolavado

Fig. 6 Operación de filtros de malla Fig. 5 Filtro de malla

Fig. Hidrociclón para la separación de arenas

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Fig. Cabezal típico de un sistema de riego por goteo

3.4 Servicio y Limpieza de emisores


La escasa o en ocasiones nulo mantenimiento que los agricultores realizan a los equipos de
riego tecnificado ocasiona un sin número de inconvenientes que se traducen en una reducción
de la vida útil de los equipos.

La obstrucción de los emisores es uno de los principales problemas a los cuales debe
enfrentarse el agricultor al manejar un equipo de riego localizado. El taponamiento de los
emisores, altera el normal abastecimiento de agua a la planta; disminuyéndolo y en casos
graves puede llegar a suprimirlo, reduciendo la eficiencia del sistema, debido básicamente a
alteraciones en los patrones de distribución y uniformidad de aplicación del agua riego.

Estos problemas no solo causan daño al cultivo por un déficit hídrico inducido, sino que del
mismo modo elevan los costos implícitos en el sistema productivo, dado que se requieren
materiales y mano de obra adicional para su corrección. A modo de ejemplo, es común la
práctica en un gran número de agricultores del recambio de emisores, situación descartable
con una adecuada mantención del sistema.

El suministro de pequeños volúmenes de agua por orificios de escaso tamaño con baja presión
de operación, predispone a la obstrucción de los emisores. Sin embargo el factor principal se
encuentra asociado con la calidad del agua de riego, es así como entre los principales
problemas se puede citar : depósitos con aguas estancadas, aguas con abundante carga de
partículas en suspensión, composición química, del mismo modo la utilización de aguas salinas
induce el taponamiento de emisores, debido a que al evaporarse el agua que queda en los
goteros después de cada riego, la concentración de las sales disueltas aumenta, adhiriéndose
a las paredes de los orificios de salida de agua ocasionado su obturación,

Según el tipo de obstrucciones puede ser relativamente fácil su prevención, como ocurre con el
caso de las partículas minerales que portea el agua en suspensión., esto es un control
relativamente fácil. No ocurre del mismo modo con las obstrucciones del tipo biológico y
químico que por lo general acontecen al interior de la red hidráulica. Estos sedimentos se tratan
y evitan con la aplicación preventiva de productos químicos y el manejo racional de los
fertilizantes.

Es importante averiguar en cada caso la razón generadora de las obturaciones, ya que de esta
forma facilita su prevención y es posible efectuar un control más eficiente en los casos ya
declarados.

Los emisores obturados y que han sido extraídos de la red, pueden recuperarse
sumergiéndoles en una solución de agua con ácido, durante 24 horas y luego sometidos a

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lavado con agua limpia. La concentración de ácido en tal caso, deberá ser ligeramente mayor
de la propuesta para lavado de la red (4%).

La probabilidad de ocurrencia de obstrucciones según contenido de partículas y sustancias


disueltas en el agua (Bucks y Nakayama, 1987), se define en el siguiente cuadro;

Tipo de obstrucción Baja Media Alta


Físicas
Materiales en suspensión
50 50-100 > 100
(ppm)
Químicas
Ph 7 7-8 >8
Hierro 0,1 mg/l 0,1-1,5 mg/l > 1,5 mg/l
Manganeso 0,1 mg/l 0,1-1,5 mg/l > 1,5 mg/l
Calcio 10 mg/l 10-50 mg/l > 50 mg/l
Carbonatos 100 mg/l 100-200 mg/l > 200 mg/l
Biológicas
Bacteria por cm3 10.000 10.000 - 50.000 > 50.000

Dado que cada lateral se origina desde un arranque en la tubería terciaria o manifold, la
hermeticidad de estos arranques evita filtraciones y asegura que el equipo entregue la cantidad
de agua de diseño, para ellos son necesarios empaques especiales en la tubería terciaria.

Las válvulas incluidas en el sistema de riego cualquiera que sea su condición (hidráulica,
mecánica, de retención o de aire), deben ser removidas de su emplazamiento en la red al
menos dos veces por temporada de riego y sometidas a lavado exterior, revisión de sus
conexiones eléctricas, si procede desarmarla y lavarla interiormente con cepillo y agua limpia.

Al armar la válvula deberán reponerse las empaquetaduras que se hayan deteriorado o que
presenten signos de deterioro. En el proceso de armado deberá tenerse la precaución de
seguir la secuencia inversa al desarme y mantener las piezas internas en su posición original.

Durante la operación de las válvulas mecánicas, la apertura y cierre deberá efectuarse


lentamente cuando el equipo esté en operación, con el objeto de evitar cambios bruscos en la
velocidad del agua, dentro de las tuberías.

3.5 Servicio y Limpieza de Succión y Pozo

El funcionamiento de las bombas centrífugas es muy seguro y silencioso, para ello, es


necesario que la fundición esté realizada de manera que evite vibraciones que originen
desplazamientos de bomba o motor con las consiguientes perturbaciones por falta de
alineación.

Antes de la puesta en servicio de una bomba centrífuga es necesario asegurarse de que está
perfectamente cebada, pues es una condición indispensable para su correcto funcionamiento.

Si la bomba va provista de impulsores radiales, que son los utilizados en las bombas
centrífugas y periféricas o de presión; para su puesta en servicio se procederá de la forma
siguiente;

 Mantener cerrada la válvula reguladora del caudal instalada en la tubería de descarga


o impulsión, puesto que a caudal y presión cero es mínima la potencia absorbida
consiguiendo con ello no sobrecargar el motor. Con la bomba en funcionamiento y
alcanzada la velocidad de régimen, y por lo tanto, la presión máxima, abriremos

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lentamente la válvula reguladora hasta establecer la corriente normal de servicio; con


ello evitaremos sobrecargas repentinas del motor.

 Para retirar de servicio una bomba, se procederá en sentido contrario, es decir, se


cerrará paulatinamente la válvula reguladora hasta interrumpir completamente la
circulación del fluido desconectando a continuación el motor.

En las bombas con impulsores axiales y semiaxiales, como las bombas para pozos profundos,
la puesta en marcha deberá realizarse precisamente al contrario de los impulsores radiales,
pues en ellas la potencia absorbida es mínima para máximo caudal y altura cero.

En el mantenimiento de bombas centrífugas, se debe considerar las siguientes indicaciones:

a) Observar si se produce fuga de agua a través de las empaquetaduras y/o retenes de


eje del impulsor y también en las empaquetaduras de la carcaza. El agua actúa como
líquido refrigerante de la empaquetadura del eje, evitando su desgaste. Una fuga
excesiva implica desgaste y deberá repararse. Es frecuente que al existir una fuga de
agua especialmente en las empaquetaduras de la carcaza, se produzca una aspiración
de aire hacia ella, lo cual impide la impulsión del agua.

b) Periódicamente deberá revisarse el impulsor ya que un desgaste excesivo produce una


disminución del caudal útil y rendimiento. La rapidez con que este desgaste aumente
dependerá de la calidad del agua bombeada; así aguas con mucha arena en
suspensión gastarán rápidamente el impulsor y será conveniente cambiarlo.

La bomba en general deberá desmontarse periódicamente para proceder a la limpieza y


revisión de todas las partes móviles que puedan sufrir desgastes y reponerlas en caso
necesario.

3.6 Servicio de motores Diesel, Gasolina y Eléctricos

El mantenimiento de los motores es de los aspectos más importantes para conservar por largos
períodos de tiempo los mismos. Cada tipo de motor tiene sus particularidades de
mantenimiento y /o servicios, por lo que para conocer los requerimientos de servicio de estos
motores es sumamente necesario leer los manuales de usuario de los motores, donde se
indican los diferentes servicios necesarios para conservarlos en buenas condiciones de
operación. Es imperdonable poner a funcionar un motor si no se lee el manual de operación y
mantenimiento del mismo, pues por no leer podría perderse el motor en un breve lapso de
tiempo, lo que implicaría grandes costos para la empresa. Los cambios de aceite, filtros, fajas,
manómetros, tacómetros, revoluciones de trabajo, etc. Deben de consultarse en el manual del
usuario que lo proveen las fábricas o empresas vendedoras de estos equipos.

4) OPERACIÓN Y MANTENIMIENTO DE SISTEMAS DE GOTEO

1) Características y tipos de goteros

Los tipos de emisores utilizados en un sistema de riego son; Aspersores, Microaspersores y


Goteros.

Los goteros son tipos de emisores que erogan agua gota a gota dentro del volumen que
exploran las raíces. Dentro de los tipos de goteros se encuentran; Compensados, no
compensados, de flujo laminar y de flujo turbulento.

Los goteros compensados son utilizados en áreas planas, pues en estas las variaciones de
presión debidas a diferencias topográficas son mínimas, no así en áreas quebradas donde
dada la topografía quebrada existirían grandes diferencias de presión, descargando diferentes
caudales, provocando altas desuniformidades de riego y en la producción. Por tal razón, los
goteros compensados son los utilizados en áreas con grandes diferencias topográficas.
Últimamente, para evitar taponamiento en los goteros, éstos tienen un diseño de flujo
turbulento, para remover los depósitos de basuras dentro de los goteros.

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2) Partículas Orgánicas e Inorgánicas en el agua de riego

Las obstrucciones que se producen en las tuberías y emisores pueden ser de origen físico, por
partículas de suelo en suspensión que ingresan a la red de riego; de origen químico, por
depósitos de sales contenidos en el agua; o de origen biológico u orgánico, por acumulación de
materias orgánicas en la red de riego.

En el caso de obstrucciones por partículas de suelo en suspensión que ingresan a al red de


riego, se debe suponer rotura en la pantalla del filtro de malla, el que está destinado a retener
estas partículas. En tal caso se deberá detener el equipo, extraer el cuerpo interno y reparar o
reemplazar la malla.

La obturación por formación de depósitos de sales en tuberías y emisores ocurre


frecuentemente cuando existe un alto contenido de sales en el agua. Como medida preventiva,
se recomienda aplicar soluciones ácidas con intervalos y dosis que dependen de la carga de
sales en el agua. Se puede usar, ácido clorhídrico, sulfúrico o fosfórico; o soluciones de
hipoclorito de sodio. Todos ellos, unos más que otros, son de manipulación riesgosa, por lo
tanto es necesario, usar protectores en ojos, manos y traje del operador, además de las dosis
establecidas por el fabricante.

El uso de hipoclorito de sodio, produce una reacción alcalina con el agua. Si el agua de riego
ya es alcalina, deberá usarse con ácido para reducir el pH.

La aplicación de ácido sulfúrico o ácido clorhídrico técnico de 2% a 3% del caudal impulsado en


la red, produce un adecuado control de los elementos orgánicos, habitualmente presentes en
las redes de riego (algas y légamo bacterial) y previene los depósitos de sales.

Partículas de suelo en suspensión en el agua, tales como arcilla y limo, están presentes al usar
aguas superficiales para el riego. La implantación de légamo bacterial en las paredes internas
de las tuberías y de los emisores, produce una superficie rugosa en la cual se depositan estas
partículas, disminuyendo el diámetro interno en algunos casos y obstruyendo en otros. Los
emisores obturados y que han sido extraídos de la red pueden recuperarse sumergiéndoles en
una solución de agua con ácido durante 24 horas y luego sometidos a lavado con agua limpia.
La concentración de ácido en tal caso deberá ser ligeramente mayor de la propuesta para
lavado de la red (4%).

Es deseable, una vez terminada la aplicación de soluciones ácidas, lavar la línea con una
presión mayor de la que se opera habitualmente el equipo. Para producir este efecto, se
deberá reducir el número de sectores en cada estación de riego, de manera que el máximo de
caudal pase por la menor cantidad de emisores posibles. Este lavado debe ir asociado al
drenaje de las líneas.

En lo que concierne a obstrucciones por depósitos en válvulas, se aplican los mismos criterios
descritos en obturaciones y lavado de emisores.

3) Mantenimiento de sistemas de filtrado


De acuerdo a lo indicado en el capítulo de servicio y limpieza de filtros, estos deben limpiarse
cuando los mismos están desarrollando mucha pérdida de carga según los manómetros
ubicados antes y después de los filtros. Este tema es realmente importante para darle una
larga vida a los sistemas de riego por goteo y micro aspersión, pues se consideran realmente
como el corazón o núcleo de estos sistemas. Si estos sistemas no funcionan adecuadamente,
pues con seguridad existirán taponamientos constantes y costosos en los emisores provocando
desuniformidades y aplicación de láminas insuficientes de riego, lo que al final provocará el
colapso del sistema. La tecnología de lavado de filtros ha mejorado significativamente en los
últimos años, pues hoy existe tecnología de lavado automático de filtros, es decir, ya no
depende el lavado de los mismos de la lectura de los manómetros, sino de sensores que

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detectan las pérdidas de carga que se producen en los filtros para realizar el lavado
automáticamente.

4) Determinación de necesidades de lavado de tuberías y cintas

Dado que a pesar de contar con un sistema de filtraje correctamente dimensionado de igual
modo ingresarán al sistema partículas de menor tamaño a la capacidad de retención de los
filtros, estas deben ser removidas a través de los sistemas de lavado presentes en la
instalación. De no realizar este procedimiento se producirá una progresiva acumulación de
sedimentos que terminará por taponar las salidas de los emisores. Dependiendo del tamaño de
las partículas y las características del equipo de filtraje, en ocasiones pasan a través de los
filtros, depositándose lenta y progresivamente al interior de la red de riego, para posteriormente
acumularse en los goteros, provocando la obstrucción, que afecta la normal entrega de agua
por parte del emisor.

Las obstrucciones físicas son producto de la carga de partículas sólidas en suspensión en el


agua de riego, principalmente corresponden a partículas de arena, limo o arcilla; son fáciles de
controlar utilizando en forma correcta el sistema de filtraje. En el caso que el problema se sitúe
después de los filtros, la eliminación de las impurezas físicas es más compleja. Como etapas
de control se han definido prefiltrado, filtraje y eliminación de sedimentos.

El prefiltro tiene por objetivo eliminar impurezas presentes en el agua de riego antes de su
ingreso al sistema de filtraje. Su principal finalidad es retener los sólidos de mayor tamaño que
arrastra o se encuentran suspendidos en el agua de riego. Los mencionados equipos de
limpieza previa, que por lo general corresponden a sencillas obras de arte ubicadas
estratégicamente, se instalan de acuerdo con la procedencia del agua. Entre estas estructuras
destacan decantadores, desarenadores, trampas de maleza, hidrociclones y obras de aducción
y succión. De esta manera se previene el problema antes del ingreso al sistema de riego
localizado, reduciendo considerablemente la carga de partículas en suspensión o arrastre.

Otro tipo de taponamiento común en instalaciones nuevas corresponde al producto de los


residuos que se generan al cortar y lijar PVC de las tuberías de conducción, también es
frecuente encontrar restos de tierra y piedras que han ingresado a la tubería al momento de
efectuar las uniones respectivas.

La abertura diaria de las válvulas de drenaje de las tuberías principales, secundarias y


terciarias o manifolds mantiene la tubería limpia de residuos orgánicos. En todos los casos
cada línea termina con un cierre o pliegue colocado para drenar o limpiar la manguera o cinta.
La operación de drenaje debe ser efectuada con una frecuencia de cuatro días (en equipos que
utilizan aguas con mucha carga de partículas en suspensión esta operación debe ser diaria),
abriendo el cierre o pliegue y evacuando las partículas físicas suspendidas en el agua. Estas
líneas deben estar tendidas rectas, sin cargas, ni dobleces. También deben abrirse los drenajes
de las tuberías terciarias.

El drenaje debe iniciarse en los laterales o líneas porta emisores seguido de la tubería terciaria,
secundaria y matriz por medio de las válvulas de lavado que todo sistema de riego tecnificado
debe considerar.

Para el caso de los laterales cada línea termina con un cierre o pliegue, instalado para drenar la
tubería. El lateral se abre y se deja circular el agua hasta que fluya limpia, esta operación debe
ser efectuada, como norma general, cada 2 semanas, sin embargo en equipos que operan con
una alta carga de partículas o sistemas de filtraje deficiente la frecuencia debe ser más alta. El
caso de la tubería terciaria opera del mismo modo, en la parte final debe incluir una válvula de
lavado la que debe abrirse hasta que el agua fluya limpia. Del mismo modo debe realizarse con
la tubería secundaria y la matriz. Las tuberías principales por su constitución y posición
requieren de un bajo nivel de mantenimiento.

5) Necesidad y frecuencia de lavados con cloro

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Las obstrucciones biológicas son causadas por la presencia de microorganismos que habitan y
se reproducen en el agua, entre los cuales destacan principalmente algas, bacterias y hongos.
En ocasiones se encuentran al interior de las instalaciones del sistema de riego como
consecuencia de condiciones ambientales favorables para su desarrollo.
Las algas son organismos unicelulares, definidas como plantas microscópicas, generalmente
no presentan las típicas estructuras de los vegetales superiores como raíces, tallos y hojas, su
tasa de reproducción es altísima, Algunos órdenes de algas son solitarias, otros forman
colonias produciendo masas gelatinosas, dado que su densidad es similar a la del agua, el
agua afectada por este microorganismo se torna turbia adquiriendo una coloración verdosa,.
Esta acción se concentra con alta frecuencia en aguas estancadas, donde las condiciones de
luminosidad y temperatura favorecen su desarrollo, es común encontrarlas depositadas en el
fondo y paredes del estanque acumulador.

Los filtros de arena son los elementos más eficaces para retener las algas; sin embargo
algunas consiguen traspasar el sistema de filtraje desarrollándose al interior de la red de
distribución favorecidas por las altas temperaturas y las sustancias químicas aportadas para la
fertilización.

Entre los microorganismos más frecuentes que causan problemas en los sistemas de riego
localizado, se encuentran bacterias y hongos. Dado su pequeño tamaño traspasan con
facilidad los filtros, se reproducen al interior de las tuberías formando depósitos gelatinosos que
se adhieren a la red hidráulica. Pueden estar presentes en el agua de riego o ser transportadas
a ésta por el aire, residuos orgánicos y plantas.

Al igual que en el caso de las algas su velocidad de multiplicación es alta, dependiendo de la


cantidad de materia orgánica, calidad y temperatura del agua. Algunas bacterias ferruginosas
transforman el hierro contenido en el agua y junto con los residuos de otros compuestos
insolubles forman masas gelatinosas que pueden ocasionar obturaciones por poco tiempo.

En ocasiones se reproducen algas en el interior de las redes hidráulicas de los sistemas de


riego tecnificado, principalmente si no están enterradas. Para su prevención y tratamiento se
emplea cloro en estado puro, el cual es un gas amarillo verdoso de olor penetrante,
desagradable e irritante y altamente tóxico para las personas. A temperatura normal es un gas
soluble en agua, es un poderoso alguicida y bactericida. Con respecto al control de este tipo de
obstrucción se diferenciará en preventivo, tratamiento general y tratamiento erradicante.

El mejor control de microorganismos consiste en la desinfección periódica de los filtros y la


cloración continua del agua en base a inyecciones de compuestos como cloro gaseoso,
hipoclorito de sodio o hipoclorito cálcico, el cloro actúa inhibiendo la actividad enzimática de las
células evitando su proliferación.

La efectividad de la acción del cloro está condicionada por algunos factores externos como pH
y temperatura, a su vez el tiempo de contacto entre desinfectante y agua también influye en el
poder biocida de los compuestos clorados. A mayor temperatura, el poder desinfectante del
cloro es mayor, sin embargo, es menos estable, perdiéndose con mayor rapidez. Con respecto
al tiempo de contacto entre los compuestos clorados y el agua de riego, depende en gran
medida del contenido de materia orgánica ya que la oxidación es lenta, por lo que con aguas
ricas en materia orgánica necesita incrementar la cantidad de cloro a aplicar o aumentar la
duración del contacto. En general, es aconsejable que el tiempo de contacto no sea inferior a
30 minutos.

De cualquier forma, ya sea, gaseosa, líquida o sólida, la aplicación de cloro en una instalación
de riego produce reacciones con los compuestos presentes en el agua, lo que gasta o consume
determinada cantidad de cloro. Parte del cloro empleado oxida la materia orgánica del agua
(cloro combinado), siendo el fenómeno más importante de la cloración por el que se forman
compuestos orgánicos clorados a los que genéricamente se les denomina cloro residual
combinado (CRC), de tal forma que:

Cloro residual total (CRT) = Cloro libre residual (CRL) + Cloro residual combinado (CRC).

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El empleo de cloro para evitar la proliferación de algas limita su uso como bactericida, por lo
que en la mayoría de los casos se destina, exclusivamente, al tratamiento de las instalaciones
de riego localizado para prevenir la formación de bacteria y otros microorganismos, además de
los sedimentos formados.

6) Fuentes de cloro

Para el control de algas, el cloro se utiliza en forma gaseosa, líquida o sólida; como
componente del hipoclorito sódico o hipoclorito cálcico. El producto más difundido y económico
generalmente empleado es la solución de hipoclorito sódico que se comercializa a diversas
concentraciones; 20, 40, 50, 60, 100, 150, 160, 170, etc., gramos de cloro activo por litro
(generalmente 100 gr cloro activo/litro).

La solución de hipoclorito sódico tiene una acción oxidante muy activa, corrosiva y presenta
una toxicidad alta, propiedad que se tendrá en cuenta al tratar las aguas que tiene
concentraciones de hierro superior a 0,2 ppm, ya que al oxidarse, forman precipitados de
óxidos férricos. Sin embargo tomando mínimas precauciones durante su empleo es de fácil
manejo y aplicación.

La frecuencia de los tratamientos y dosis en estanques acumuladores para riego depende del
pH, calidad del agua y de la tasa de renovación. Con pH mayor de 8, las dosis de cloro han de
ser mayores, unas 2-3 veces más que las recomendadas, ya que el poder desinfectante y
depurador del cloro disminuye a medida que aumenta el pH. Por ello y para reducir la
posibilidad de formación de algas es muy importante mantener en el agua de riego un pH entre
7,2 y 7,5. Igualmente la luz solar, en los embalses principalmente, actúa sobre el ácido
hipocloroso formado, descomponiéndolo en ácido clorhídrico y oxígeno, con lo que se pierde
capacidad desinfectante.

7) Dosificación y concentración de soluciones de cloro

Las dosificaciones recomendadas de hipoclorito sódico son relativas. Cada agricultor,


dependiendo de las características del agua de riego, ha de modificar las concentraciones que
se aconsejan hasta llegar a las idóneas para su correcto tratamiento. Para impedir la formación
de algas es conveniente mantener constante una concentración de cloro residual entre 0,6 y
1,0 ppm. Para lograr esta concentración las dosis recomendadas oscilan entre 15 y 100 cc de
hipoclorito de sodio por m3 de agua. Para chequear a nivel de terreno es posible recurrir a
un test calorimétrico que indica la concentración de cloro activo en el agua.

Para mantener limpias las instalaciones pueden llevarse a cabo aplicaciones diarias de
hipoclorito sódico a una concentración de 100 grs de cloro activo/litro, a la dosis de 5-10 cc/ m3
de agua de riego o inyecciones cada 2 semanas a la dosis de 100-200 cc/ m3 de agua. Es
aconsejable que la inyección o el aporte de cloro se haga a la entrada de los filtros a modo de
prevenir el desarrollo de algas en el sistema de filtraje. Es conveniente la aplicación al final del
tiempo de riego, dejando llena la instalación con el agua tratada y dejarla salir al inicio del
siguiente riego. En tratamientos de choque es recomendable aumentar la dosis a 1-2 litros por
metro cúbico de agua.

Para la prevención y control de bacterias y microorganismos (control preventivo) se utiliza


hipoclorito de sodio, a la dosis de 15-20 cc/m3 de agua. Se aplica al final de riego, en los
últimos 10 minutos y de tal forma que el agua quede retenida en el interior de la instalación
entre dos riegos. También dan buenos resultados tratamiento frecuentes, cada 10 – 15 días, a
dosis de 100 – 200 cc de hipoclorito sódico por metro cúbico de agua, manteniendo la solución
clorada en la instalación durante media hora, lavando posteriormente.

Con el objeto de destruir las masas gelatinosas y desprender los sedimentos adheridos a la
instalación (control curativo) la dosis de hipoclorito de sodio debe incrementarse a 2-3 litros/ m³
agua de riego, manteniendo la solución durante 12 horas en la instalación y posteriormente
lavado con agua a presión. Se debe tener en consideración la importancia de prevenir la
formación de los microorganismos citados, dado que una vez formados los mucílagos la acción
del cloro no son eficaces.

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En este tipo de control, que implica altas dosificaciones de cloro, se debe tener precaución con
los cultivos establecidos por la posible toxicidad que puede afectarlos, por lo que es
conveniente usar concentraciones menores a 50 ppm de cloro activo en los goteros.

Si los depósitos gelatinosos se han formado en los filtros de arena hay que llevar a cabo un
tratamiento para eliminar la impermeabilización que sufre la arena. Para ello se aplica antes de
los filtros de arena hipoclorito sódico una dosis de 15 – 20 cc / litro agua, manteniendo dicha
disolución durante 24 horas y lavando después con agua abundante.

Algunas recomendaciones de tratamiento basados en cloro están indicados en ppm. Para


calcular la cantidad de hipoclorito de sodio necesaria se tendrá en cuenta lo siguiente.

a) Caudal de riego en metros cúbicos de agua que depende del número de emisores
goteros y caudal real de los mismos
b) Riqueza de la solución de hipoclorito sódico en gramos por litro.
c) Concentración de cloro activo en ppm o dosis de tratamiento (100 gramos/litro).

Aplicando la siguiente fórmula, es posible calcular la cantidad de hipoclorito sódico necesario


para el tratamiento en (lts/m3 de agua).

Caudal riego en m3 hora x Concentración o dosis deseada para tratamiento en ppm


Riqueza en cloro activo de la solución de hipoclorito en gramos por litro

8) Necesidad y Frecuencia de lavados con ácidos

Las obstrucciones del tipo química dependen principalmente de la calidad y composición del
agua, también de la calidad y tipo de fertilizantes utilizados.

En climas donde se registran altas temperaturas, la evaporación del agua da lugar a una
sobresaturación de las sales disueltas en el agua de riego, produciendo su precipitación en
forma de sulfatos y carbonatos insolubles. Los precipitados de carbonato cálcico se producen si
las aguas calcáreas llevan en disolución el ion bicarbonato (CO3H) conforme a la siguiente
reacción:

Ca++ + 2CO3H- C03Ca + H20 +C02

Los bicarbonatos presentes en el agua son muy inestables. La presencia de anhídrido


carbónico (C02) en el agua favorece su disolución. Si el anhídrido carbónico es insuficiente para
mantener el equilibrio parte del bicarbonato precipita, liberándose del bicarbonato; las
temperaturas altas influyen en esta reacción al igual que en la formación de precipitados.
Aunque no es tan frecuente como las precipitaciones calcáreas. Cuando el agua contiene sales
de hierro en disolución, normalmente bicarbonato ferroso, el cual al oxidarse pasa a sales que
precipitan como hidróxido férrico. La oxidación de estas sales proporciona, a veces, energía a
ciertas bacterias que dan lugar a precipitados en forma de flóculos filamentosos.

Cuando el agua contiene concentraciones de hierro iguales o superiores a 0,2 gr/m³, se pueden
formar precipitados en forma de óxidos férricos Estas oxidaciones y precipitaciones son más
rápidas con pH superior a 7,5.

El manganeso puede precipitar por actividad biológica cuando su concentración en el agua de


riego es superior a 0,2 ppm y siendo muy problemático a concentraciones superiores a 0,4
ppm.

Por otra parte, el contenido en agua de sulfuros a concentraciones superiores a 0.1 ppm puede
inducir al desarrollo de bacterias sulfurosas que generan masas gelatinosas.

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Con el uso de fertilizantes se favorece la formación de los precipitados por reacción de éstos
con otros productos contenidos en el agua. Las sales de los abonos fosfóricos, a veces, son
susceptibles de transformarse en insolubles como le ocurre al fosfato bicalcito por la reacción
del fosfato monoamónico y fosfato diamónico con el bicarbonato cálcico que pueda contener el
agua de riego. Igualmente ocurre por la reacción de sales de magnesio con los abonos poco
solubles; asimismo por la reacción entre componentes del agua que origina precipitados de
óxido de hierro y de fosfatos de calcio y magnesio. Otra reacción muy frecuente es con el
nitrato cálcico, muy empleado como abono.

Todas estas concentraciones altas de calcio, magnesio y bicarbonatos en el agua de riego


favorecen los depósitos calcáreos en los emisores al evaporarse el agua durante los períodos
de inactividad entre riegos. Igualmente, las tuberías que están al aire libre aumentan de
temperatura alcanzando fácilmente rangos entre 70 y 75° C. Estas temperaturas incrementan
la evaporación de las disoluciones, aumentando la concentración de la solución favoreciendo el
depósito de los precipitados.

Aunque se disponga de un buen sistema de filtros, existen sustancias de pequeño tamaño que
no son retenidas, por lo que es preciso la utilización de productos químicos para completar la
limpieza del agua y reducir la posibilidad de taponamiento de los emisores. Está muy
generalizado el uso periódico de ácidos y otros productos químicos, que, aplicados en forma
preventiva a baja presión en la instalación, evitan la formación de precipitados, los cuales
debido a su sedimentación podrían llegar a producir obstrucciones. Si se han formado los
precipitados, estas soluciones los atacan formando sales solubles que son arrastradas
posteriormente por el agua en el proceso de limpieza, aunque en estos casos los tratamientos
correctivos sean más laboriosos y del mayor costo.

Los taponamientos por precipitados químicos dependen además de lo indicado con


anterioridad, de lo siguiente:

• Velocidad del agua y frecuencia de los riegos. Cuanto menos sea la velocidad y menos
frecuentes sean los riegos, la posibilidad y riesgo de precipitados es mayor.

• En climas con elevadas temperaturas estivales, asociados con aguas alcalinas el


riesgo de precipitados aumenta.

Precipitaciones de hierro. Concentraciones elevadas se pueden eliminar por varios


procedimientos

Oxigenación. Mediante la oxigenación del agua de riego a través de la inyección de aire a


presión. Con ello se oxidan algunas sales de hierro que precipitan en forma de sales férricas
insolubles que se eliminan o quedan retenidas en los filtros.

Floculación. Mediante la acción de determinados floculantes.

Aplicaciones de cal. Por la acción de la cal que precipita el hierro en forma de hidróxido férrico
insoluble en medio alcalino.

Cloración del agua de riego. El cloro oxida al hierro que se encuentra en las aguas en forma
de sales ferrosas o de sales férricas, según procedencia del agua. La aplicación se realiza
antes de los filtros para que la precipitación se elimine en los filtros de arena. La cantidad de
cloro a inyectar se calcula según la siguiente expresión;

Ppm de cloro = 0,65 x ppm de hierro en agua

9) Tipos de ácidos utilizados


Los precipitados de carbonatos cálcicos y sulfatos pueden evitarse mediante aplicación
preventiva y tratamientos de limpieza a base de los ácidos; clorhídrico, sulfúrico, nítrico y
fosfórico, con lo que se ajusta el agua hasta niveles de pH ácido.

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Para el control y tratamiento de las precipitaciones químicas hay que actuar de tres formas
coordinadas entre sí;
• Corrección del pH para ajustarlo a niveles ligeramente ácidos, entre 5,5 y 6,5.
• Utilización del ácido, principalmente.
• Empleo del ácido sulfúrico

Corrección de pH. Con pH básico, mayor de 7,5 y temperaturas altas, el riesgo de


precipitaciones de carbonatos es elevado. Además, un pH elevado no sólo influye en la
formación de precipitados, sino que también reduce la eficacia de los productos alguicidas y
bactericidas. La forma más eficaz de reducir y evitar estos precipitados es la de acidular el
agua hasta llegar a los goteros. En la corrección del pH se ha de tender a mantenerlo con
valores cercanos a 5,5 – 6,5.

Como corrector del pH se recomienda emplear en el tanque de fertilización y en cada riego 0,5
litros de ácido nítrico por m3 de agua a tratar. Con ello se consigue mantener un pH ácido. Con
aguas de pH mayor de 7,5 hay que incrementar la dosis de 1-2 litros/m 3 de agua al objeto de
bajar el pH hasta valores ligeramente ácidos.

Hay una forma sencilla de comprobar el pH de la disolución de agua y ácido que llega a los
goteros. Consiste en mojar con dicha disolución una tira de papel de tornasol, una vez que se
prevea su salida por los goteros. Podemos saber cuándo el ácido ha llegado a los goteros al
observar la espuma que se forma en los orificios de dichos emisores. De esta manera se podrá
conocer, el pH de la solución; variando la cantidad de ácido nos acercaremos a los valores que
interesa. Existen, además, hoy en día instrumentos de bolsillo y portátiles (Phmetros), que nos
da los valores exactos del pH.

10) Dosificación y concentración de soluciones de ácidos

Con la aplicación de ácidos los carbonatos y bicarbonatos cálcicos se transforman en sales


solubles y estables. Entre las sustancias químicas empleadas para prevenir y tratar los
precipitados químicos están;

Ácido nítrico. Es el producto generalmente más empleado por los agricultores. El ácido nítrico
puro es sumamente corrosivo y en contacto con la piel produce quemaduras dolorosas. En
disolución acuosa el ácido nítrico es estable y presenta las características de un ácido fuerte. A
temperatura ordinaria es un líquido incoloro y muy volátil. El producto comercial está diluido al
56 y 65 por ciento. Está indicado para prevenir las incrustaciones por precipitados de sales de
calcio, hierro y magnesio, recomendándose aplicarlo solo y sin mezclarlo con los abonos.

Para prevenir las obstrucciones químicas se lleva a cabo tratamientos diarios durante unos 10
minutos a dosis de 100 -–300 cc/m3 de agua. Con ello pretendemos mantener en las
conducciones un pH ligeramente ácido (6 – 6,5), factor importante para prevenir la formación
de precipitados químicos.

Cada 15 – 20 días es conveniente dar un tratamiento de limpieza de las tuberías a dosis de 0,5
– 1 Lt/m3 de agua, de tal forma que a la salida de agua, en los goteros, se consigan valores de
pH entre 3 y 5.

La forma de realizar el tratamiento es la siguiente;

En primer lugar, se calculará la cantidad de ácido de acuerdo con el número de goteros y su


caudal unitario. A continuación y durante 45-50 minutos, se procede de esta forma, por cada
sub unidad de riego.

a) 5 minutos aplicando agua sin solución acidificante hasta que la presión de trabajo en la
instalación sea la normal.

b) 30 minutos con ácido, bajando a la mitad la presión normal de trabajo de la instalación.

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c) 10 – 15 minutos lavando con agua libre de ácido, a presión normal de trabajo, teniendo la
precaución de ir abriendo el final de las líneas portagoteros para sacar por los sedimentos
acumulados en la red.

Si se producen obstrucciones por no haber realizado el tratamiento o por utilización de aguas


muy duras, hay que realizar un tratamiento de desobturación a las dosis de 1 o 2 litros de ácido
por cada metro cúbico de agua manteniendo la solución en la instalación y los goteros durante
varias horas, lavando con abundante agua para evitar que la concentración produzca daño a
los cultivos.

Al final de la temporada y cuando no hay cultivos se recomienda un tratamiento general a baja


presión para limpiar las instalaciones en dosis de 3 a 5 litros por metro cúbico de agua,
manteniendo la solución ácida en las tuberías por varias horas y destapando posteriormente,
las líneas portagoteros para que el agua de arrastre y haga salir los precipitados acumulados,
luego se debe dar un lavado con agua limpia.

En todos estos casos es conveniente diluir, previamente, el ácido en unos 50- 100 litros de
agua antes de inyectarlo a la red de riego. Aplicar siempre el ácido sobre el agua porque la
mezcla libera calor y puede llegar a ser explosiva.

Hay que tener en cuenta que el ácido nítrico se recomienda emplearlo solo, pero si se utiliza
como fertilizante y se mezcla con abonos no ha de hacerse a dosis superiores de 0,05-0,06 por
mil. Es decir, 50-60 cc de ácido nítrico por metro cúbico de agua.

Ácido sulfúrico. En estado puro el ácido sulfúrico es un líquido incoloro, con propiedades
oxidantes, ávido de agua, apreciándose cuando se diluye en agua un aumento de temperatura
en la solución. Está indicado, principalmente, en precipitaciones de hierro con aguas
ferruginosas, utilizándose a dosis de 0,5-1 litro por metro cúbico de agua.

A veces la cloración de agua mediante cloro aplicado antes de la entrada del agua al cabezal
de riego puede ocasionar precipitados de hierro en forma de óxido férrico que es conveniente
eliminar antes del sistema de filtrado, si es posible, o en los filtros de arena, y así evitar que
éstos lleguen a las conducciones y goteros. Igualmente, con la aplicación de ácido clorhídrico
se formarían cloruros férricos insolubles.

Así mismo, algunos técnicos recomiendan, después de cada riego, la aplicación de ácido
sulfúrico vertido antes del filtro de malla a dosis de 0.2 litros por metro cúbico de agua e
hipoclorito de sodio después del filtro de malla, formándose una reacción entre el ácido, el agua
y el hipoclorito que genera cloro residual a ppm que además actúa como bactericida.

En las precipitaciones de carbonato cálcico el ácido sulfúrico se utiliza en dosis de 0.2-1 por
ciento, de acuerdo con la concentración de carbonatos en el agua de riego y que empieza a ser
problemático a concentraciones mayor de 100 mg/litro. El tratamiento tiene una duración de 30
minutos y se realiza varias veces durante la campaña.

Ácido fosfórico. Se emplean frecuentemente los fabricados con el 40 y 50 por ciento de


riqueza en p2o5. Es un producto muy acidificante usado con frecuencia en concentraciones de
0,25-0,5 cc/litro de agua. Previene los precipitados y disminuye los problemas de obturación en
los emisores al limpiar las incrustaciones por oclusiones calcáreas y magnésicas. Se debe usar
solo, sin mezclar con abonos, no sobrepasando dicha concentración por la posibilidad de
reaccionar con el calcio y magnesio del agua de riego y producir precipitados de fosfatos de
calcio y magnesio.

Aunque no se recomienda mezclar el ácido fosfórico con los abonos por los problemas
mencionados, sí así se hace, es preciso no rebasar la dosis de 0,025 cc por litro de agua, o lo
que es igual, no emplear dosis superiores de 25 cc/m3 de agua.

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La aplicación del ácido fosfórico en momentos críticos de la floración, cuando exista deficiencia
de asimilación de P205 por heladas y después del trasplante para favorecer el sistema
radicular, nos puede evitar tener que utilizar otro tipo de abonos fosfatados menos solubles.

Ácido clorhídrico A temperatura ordinaria el HCl puro es un líquido incoloro de sabor picante
y muy soluble en agua.

Se utiliza el ácido diluido al 32 por ciento y al 36 por ciento en tratamientos preventivos y


cuando se manejan aguas bicarbonatadas, dependiendo la dosis de la dureza del agua a
tratar. Consiste en aplicar con frecuencia cantidades de 0,5-1 cc de ácido por metro cúbico de
agua. Cuando ya hay precipitados químicos formados se ha de realizar un tratamiento
corrector con ácido solo, a la dosis de 5 a 10 cc por litro de agua dirigida a limpiar la instalación
y manteniendo la solución en los goteros y conducciones durante varias horas, lavando
después con agua limpia. Hay que tener en consideración que su empleo en aguas cuya
concentración de hierro equivalente o superior a 2 gramos por metro cúbico de agua puede
producir cloruros férricos insolubles.

11) Fertirrigacion

a) Ventajas de la fertirrigacion, requerimientos nutricionales

• Dosificación racional de fertilizantes


• Ahorro considerable de agua
• Utilización de aguas de riego de baja calidad
• Nutrición optimizada del cultivo y por lo tanto aumento de rendimientos y
calidad de los frutos
• Control de la contaminación
• Mayor eficacia y rentabilidad de los fertilizantes
• Alternativas en la utilización de diversos tipos de fertilizantes; simples y
complejos cristalinos y disoluciones concentradas
• Fabricación “ a la carta” de fertilizantes concentrados adaptados a un cultivo,
sustrato, agua de riego y condiciones climáticas durante todos y cada uno de
los días del ciclo del cultivo
• Automatización de la fertilización

Como desventajas de esta forma de fertilizar se citan;

• Costo inicial de infraestructura


• Obturación de goteros
• Manejo por personal especializado

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b) Eficiencia de la fertilización
Para que una fertirrigación sea eficiente es necesario evaluarlo y monitorearlo, a efecto de
cumplir los siguientes objetivos;
Objetivos del análisis de Aguas de riego

Para correcciones y dosificaciones de los fertilizantes de acuerdo a su composición. Los


análisis requeridos son; ph, ce, Ras, Na, Ca, Mg, Cl, SO4, HCO3, B.

Objetivos del análisis de la solución nutritiva


Para evaluación de su composición y correcciones. Los análisis requeridos son; ph, Ce, Cl,
SO4, H2PO4, Na, K, Ca, Mg, Fe, Mn, B

Las muestras de solución nutritiva deben tomarse de los goteros para comprobar que todos los
procesos de solubilización, dilución y corrección del ph y de la Ce se hicieron correctamente.

c) Tipos de fertilizantes que pueden aplicarse en sistemas de riego

Los fertilizantes comunes en fertirriego son los siguientes;

Los fertilizantes anteriores pueden mezclarse según lo indicado en la siguiente figura;

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d) Equipo Requerido, formas de uso

Las características deseables de los sistemas de inyección de fertilizantes se resumen


en;

• Resistentes a los productos químicos utilizados


• Que sean capaces de mantener una taza de inyección equivalente o proporcional al
flujo del sistema de riego
• Alta precisión en la inyección de la solución
• Capaces de operar en un amplio rango de presiones
• Que puedan ser calibrados mientras se operan
• Bajo costo

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Los métodos y equipos comúnmente usados en fertirrigación se resumen en el


siguiente cuadro (Métodos de Inyección);

Bombas Presión diferencial (Tanque o tubería by-pass)

a) Centrifugas a) Tuberías de succión


b) Desplazamiento positivo b) Tuberías de descarga
• Reciprocante o Venturis
Pistón o Tanques mezcladores
Diafragma o Mezcladores
Mixtas Proporcionales
• Rotatorias
Engranes
Lóbulos
• Misceláneas
peristálticas

1) Tanque de presión diferencial

En el método del tanque de presión diferencial la diferencia de presión es creada por una
válvula, y la misma forza al agua a entrar a través de la tubería by- pass dentro de un
tanque a presión que contiene el fertilizante y sale de nuevo arrastrando una cantidad de
fertilizante disuelto. Presenta las siguientes ventajas;

– Fácil de operar, ideal para formulaciones con fertilizantes sólidos


– La solución almacenada no se premezcla
– Fácil instalación
– Poco mantenimiento
– El cambio del fertilizante es sencillo
– No requiere de electricidad o combustible para su funcionamiento

Las desventajas de estos métodos se definen como;

– La concentración disminuye a medida que el fertilizante se disuelve


– La exactitud de la aplicación es limitada
– Requiere pérdidas de presión en la principal o una bomba auxiliar
– No se puede aplicar fertirrigación proporcional
– Capacidad limitada
– No puede ser automatizada
– Requiere de una válvula de entrada

2) Inyección por vacío (Venturi)

Este método emplea una reducción tipo venturi en la tubería para lograr la reducción de
presión (vacío) que succiona el fertilizante dentro de la línea.

Las ventajas de este método se enumeran como;

– No contiene partes móviles


– Fácil operación, instalación y mantenimiento
– Se pueden aplicar bajas tazas de inyección
– La inyección puede ser controlada mediante una válvula.
– Se puede aplicar fertilización proporcional y cuantitativa

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Como desventajas de estos sistemas se citan las siguientes;

– Las perdidas de presión requeridas son altas


– Se requiere de una bomba auxiliar
– La fertirrigación cuantitativa es difícil de efectuar
– La automatización no es fácil

2) Bomba de Inyección

Para inyectar la solución fertilizante dentro de la línea se utiliza un tanque de abastecimiento.


La energía de inyección es provista mediante un motor eléctrico o hidráulico. Estos métodos
presentan las siguientes ventajas;

• Adecuada para fertirrigación proporcional


• No se generan pérdidas de presión en la línea
• Se adaptan fácilmente a la automatización

Las desventajas de estos métodos pueden ser;

• Costo elevado
• Diseño complicado
• Contienen un gran número de partes móviles
• Las partes móviles se pueden romper

e) Frecuencias de Aplicación

La frecuencia de aplicación dependerá del tipo de dosificación a utilizar en el fertirriego;


cuantitativa o proporcional. En el caso de una dosificación cuantitativa previo al inicio del
fertirriego se conoce la cantidad de cada elemento a aplicar durante el ciclo de cultivo, el que
dependerá de factores como el nivel de producción requerido, la fertilidad del suelo, las
aplicaciones en el momento de la siembra y la eficiencia de uso del fertilizante, entre otros.
Esta cantidad predeterminada lo ideal es aplicarla en cada evento de riego, pues las
aplicaciones de fertilizantes deben acomodarse a los momentos de riego y no al contrario. Por
consiguiente, podrán aplicarse todos los días, si el riego es cada día, o también aplicarse
semanal o quincenalmente.

En el caso de una aplicación proporcional,

f) Dosificación de fertilizantes

Los tipos de dosificación de fertilizantes en fertirrigacion se clasifican en dos grandes


grupos;

• Cuantitativa. Es la aplicación de los nutrientes a la planta en una


concentración predeterminada en el sistema de riego usando un
tanque fertilizador. Presenta como ventaja un bajo requerimiento de
mantenimiento y como desventaja principal es que es afectado por lo
cambios en la presión del agua, hay variación en la concentración del
fertilizante durante su aplicación y no se adapta a la automatización.
Con este método se inicia el riego sin fertilizante y dura mas o menos
una media hora, luego se da el período de aplicación del fertilizante y
por último un tramo final de tiempo sin fertilizante para lavar tubería.

• Proporcional. Los nutrientes se aplican por inyección directa con una


bomba fertilizadora en una relación constante y proporcional a la
lámina de agua. No se presentan cambios en la concentración de la
solución fertilizante durante su aplicación. Presenta como ventajas;

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– Control preciso de la dosificación


– El momento de inyección no es afectado por los cambios de
presión.
– Se puede automatizar

Las desventajas mas marcadas se definen como;


– Costo elevado
– Mantenimiento y operación complicados

La dosificación cuantitativa dependerá de varios factores entre los que se citan los siguientes;

a) Los requerimientos o necesidades del cultivo

Cada cultivo va a requerir cierta cantidad de nutrientes de acuerdo al nivel de producción


deseado. Ha existido mucha investigación en este sentido por lo que existen tablas en libros
de fertilización que indican los requerimientos nutricionales de todos o la mayoría de cultivos.

b) Disponibilidad de nutrientes disponibles en el suelo

Para conocer esta disponibilidad es necesario un muestreo del suelo con fines de fertilidad y
así conocer que nutrientes serán necesarios adicionar al suelo para completar los
requerimientos de los cultivos

c) La eficiencia de uso del fertilizante

Del 100 % de un nutriente aplicado al suelo un alto porcentaje del mismo se pierde por diversas
razones, por consiguiente es necesario estimar la eficiencia de uso. En fertilización tradicional
se estima una eficiencia de uso del fertilizante de alrededor de 35 % y mediante fertirriego
alrededor del 55 – 60 %. Es necesario tomar en cuenta estas eficiencias para la dosificación
de fertilizantes.

d) La cantidad de fertilizante a aplicar en el fondo del surco en


el momento de la siembra

Del total de nutrientes requeridos por el cultivo, una parte, principalmente el fósforo, será
aplicado en el momento de la siembra. La parte restante podrá aplicarse mediante diferentes
fuentes de fertilizantes a través del fertirriego. La diferencia entre el total requerido para
aplicarse menos lo que se aplica en el momento de la siembra será la cantidad a aplicar en
fertirriego, la cual habrá que calcular la cantidad necesaria de cada fuente para satisfacer las
necesidades del cultivo.

En la dosificación proporcional se fertiliza siempre que existe riego, es decir, el


agua de riego viene siendo como un tipo de suero que la planta recibe de manera constante.
Este concepto es más válido en sistemas hidropónicos o fertirriego en suelos bastante
arenosos, donde casi todos los nutrientes provienen del fertirriego.

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