Manual Operacion Riego Por Goteo
Manual Operacion Riego Por Goteo
Manual Operacion Riego Por Goteo
MANUAL DE
OPERACIÓN Y MANTENIMIENTO DE
SISTEMAS DE RIEGO POR GOTEO
GUATEMALA, JULIO/2011
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UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS – FACULTAD DE AGRONOMIA
MANUAL DE OPERACIÓN Y MANTENIMIENTO DE SISTEMAS DE RIEGO A PRESION
MANUAL DE
OPERACIÓN Y MANTENIMIENTO DE SISTEMAS DE RIEGO POR GOTEO
I) INTRODUCCION
II) OBJETIVOS
A través del riego (del latín rigare, significa esparcir agua sobre una superficie) se intenta
alterar el ciclo hidrológico en forma artificial para incrementar la productividad agrícola. Bajo
este concepto, el riego es, sin duda alguna, un factor clave para el desarrollo agrícola (Losada,
1988).
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La aplicación de agua al suelo se realiza a través de métodos de riego, los cuales difieren en el
tipo de energía utilizada. Se identifican dos grandes grupos: a) riego superficial, que utiliza
energía gravitacional y el agua es conducida por conductos abiertos, y b) riego presurizado,
caracterizado en general por un aporte de energía externa y el agua es conducida a presión por
conductos cerrados al sector de riego.
Los tipos de emisores utilizados en un sistema de riego son; Aspersores, Micro aspersores y
Goteros.
El riego presurizado, caracterizado por un aporte de energía externa por lo que el agua es
conducida a presión por conductos cerrados a los sectores de riego. Generalmente, esta
energía externa es administrada por sistemas de bombeo, los cuales están compuestos por la
bomba propiamente dicha y el motor, sistema que en conjunto es llamado motobomba. Las
bombas pueden ser de diferentes marcas, ejemplo la Berkeley, Caprari, IHM, etc, mientras que
los motores que generan el movimiento del sistema de bombeo pueden ser eléctricos
monofásico o trifásicos y de combustión interna diesel o gasolina. Entre los motores usados
comúnmente en riego están la bridgestraton, suzuki, honda y otros en motores de gasolina y
Caterpilar, Jhon Deere, Perkins, Campeón, etc en motores diesel. Estos equipos pueden
encontrarse en casas comerciales de prestigio, tales como hidrotecnia, Tecun S.A., Durman
esquivel, etc.
Bombas Centrífugas
Los sistemas de bombeo pueden consistir de bombas centrífugas, los cuales se caracterizan
generalmente por su baja altura de succión, generalmente menor a la presión atmosférica del
lugar. Estos existen en una diversidad de casas comerciales (marcas), modelos y tamaños y
para diferentes condiciones de operación. La selección de las mismas estará en función del
caudal a bombear y la carga dinámica total de la bomba.
Bombas sumergibles
Las bombas sumergibles son generalmente usadas en posos profundos. Las bombas
sumergibles tienen generalmente el motor sumergido a una profundidad considerable, el que es
alimentado de energía eléctrica mediante cables eléctricos, motor que hace funcionar los
diferentes tazones de la bomba colocados en serie sobre un eje a lo profundo del pozo. Estos
tienen la desventaja que al descomponerse tiene que llegar una empresa con equipo
especializado para sacar la bomba y el motor, lo que implica un trabajo y costo considerable.
Tal como se indicó anteriormente, para que el impulsor de los sistemas de bombeo genere una
rotación y por consiguiente fuerza centrífuga, requieren de una energía mecánica que es
proveída por el motor. Estos pueden ser de combustión interna con diesel o gasolina y
eléctricos monofásicos hasta en motores menores de 7 hp y trifásicos para motores grandes.
Por consiguiente, previo a diseñar el sistema de bombeo de una finca es necesario investigar la
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fuente de energía del sistema, pues si no existe energía eléctrica deberán considerarse
motores de combustión interna. Por consiguiente, la elección de los mismos dependerá de la
disponibilidad de energía eléctrica.
El sistema de válvulas de paso de un sistema de riego, sirven para regular o cancelar el flujo de
agua en un cierto sector de un sistema de tuberías. Estas son indispensables para poder dirigir
el flujo del sistema de tuberías de un proyecto, es decir, muchas veces son necesarias para
restringir el flujo a un cierto sector porque por ejemplo en este sector existen fugas por reparar,
lo cual se logra sin interrumpir el riego de otros sectores. Las válvulas de aire sirven de
protección del sistema, pues la presencia de aire en las tuberías es un fenómeno común,
principalmente donde existe cambios bruscos de dirección, los cuales pueden restringir total o
parcialmente el flujo, creando excesos de presión en un sistema de tuberías, hasta poder llegar
a colapsar los tubos si el aire no tiene salida del sistema. Las válvulas de limpieza también son
importantes para no restringir el flujo en un sistema de tuberías, pues los sedimentos pueden
llegar a acumularse en las partes bajas del sistema conjugado con bajas velocidades del agua
en la circulación. Mediante estas válvulas se podrán realizar limpiezas periódicas de los
sedimentos internos de las tuberías, permitiendo así un mantenimiento constante.
Los sistemas de filtrado son indispensables para eliminar las impurezas o suciedades que lleva
el agua, principalmente cuando los emisores del sistema de riego poseen aberturas muy
pequeñas por donde saldrá el agua a presión, tal es el caso del riego por goteo, micro
aspersión y mini aspersión, pues de lo contrario, los emisores sufrirán taponamientos afectando
las uniformidades y descargas de riego. Como se deduce, los sistemas de goteo requieren
altos niveles de filtrado del agua, pues el emisor es microscópico, tapándose muy fácilmente si
no se filtra correctamente el agua. En ese sentido, los miniaspersores requerirán menos
exigencias en el filtrado del agua y por consiguiente es menos exigente a medida que el
aspersor es de mayor dimensión, pues los riesgos de taponamiento son menores, tal es el caso
de los cañones de riego.
a) Calendario de Riego
Generalmente un sistema de riego presurizado estará dividido en varias parcelas, cada una
controlada mediante una válvula de paso. El calendario de riego consiste en definir cuales
válvulas de riego o parcelas deben abrirse en un determinado turno de riego y en los
subsiguientes turnos, siguiendo un orden establecido en el diseño o en una evaluación del
sistema. Respetar este orden de abertura de válvulas es muy importante, para mantener el
correcto funcionamiento hidráulico del sistema y por consiguiente la adecuada aplicación de
láminas o cantidades de agua aplicadas. Es muy común que los agricultores cambian el
calendario de riego de manera arbitraria, lo cual afecta sensiblemente la presión del sistema y
por consiguiente el funcionamiento y eficiencia de uso de agua del sistema, afectando los
costos de riego y los beneficios del mismo.
b. Ciclo de Riego
El ciclo de riego se refiere al tiempo en horas que se tarda en regarse todo el terreno. Este
ciclo variará en función de la frecuencia de riego, las láminas de riego a aplicar, el tiempo de
riego u operación por día, etc.
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c. Frecuencia de riego
La frecuencia de riego es el número de días que se requiere para iniciar nuevamente el riego
en un área en particular, es decir para iniciar nuevamente un nuevo ciclo de riego. La
frecuencia de riego no forzosamente coincidirá con el ciclo de riegos, pues el concepto de
frecuencia de riego involucra el ciclo de riego mas los días de paro.
Los días de paro es el tiempo o días que se para o descansa el sistema de riego después de
completar un ciclo de riego. Es decir, después que se ha regado toda el área bajo riego puede
ser que se planifiquen uno o dos días de descanso para luego iniciar un nuevo ciclo de riego.
La razón del mismo es para dar mantenimiento al sistema de riego o para que el agricultor no
esté amarrado al sistema de riego todos los días del cultivo. Sin embargo, el uso de días de
paro después de un ciclo de riego, aumenta los requerimientos de caudal del sistema y por
consiguiente la dimensión o tamaño del proyecto, aumentando el costo de inversión inicial del
mismo, por lo que si el caudal de agua es limitante no debiera de considerarse.
La Programación de los turnos consiste en definir las válvulas a abrir o parcelas a regar
simultáneamente durante un turno de riego. Esta secuencia de abertura de válvulas
normalmente se define en el diseño del sistema de riego, si se riega toda el área del proyecto o
todas las válvulas están sujetas a operación. Sin embargo, muchas veces, generalmente al
inicio de la operación de los proyectos, no todas las válvulas o el área total están sujetas a
riego; en este caso, será conveniente hacer un análisis del sistema de válvulas para ajustar la
programación de los turnos de riego de las válvulas habilitadas. Esta programación es
realmente importante analizarla de manera técnica para mantener en correcto funcionamiento
hidráulico del sistema, pues de lo contrario, puede ser que algunas áreas del proyecto estén
con bajas presiones afectando la uniformidad en la aplicación del agua.
La duración de los turnos dependerá de la lámina a aplicar en cada riego, y esta última
dependerá del consumo de agua o evapotranspiración del cultivo en el lapso entre dos riego
contiguos. Además, el tiempo de riego dependerá de la capacidad de aplicación de agua del
sistema de riego, la que dependerá del caudal del emisor y del área que ocupa el emisor. Por
consiguiente, en todo sistema de riego deberá determinarse la evapotranspiración en diferentes
períodos, así como su capacidad de aplicación de agua.
La duración de los turnos de riego y regulación de los mismos, debe ser analizada en conjunto
con otras variables, tales como la evapotranspiración, la intensidad de aplicación de agua del
sistema, el diseño hidráulico del sistema, etc. La duración de un turno de riego es una variable
que debe ser bien analizada pues de esta dependerá que se aplique la cantidad adecuada de
agua entre un riego y otro y por consiguiente que el sistema alcance altos niveles de eficiencia
de uso de agua. El componente del sistema de riego que regula el tiempo de riego son las
válvulas parcelarias de riego, las cuales pueden ser válvulas sencillas de ferretería, si el
sistema no requiere regulación de presión (sistemas pequeños) o válvulas hidráulicas
especializadas con regulación de presión si el sistema de riego requiere regulación de presión,
tal como sucede en los grandes proyectos con bombeo. Si no se regula la presión en estos
sistemas en las parcelas con válvulas donde la presión llega con altos valores estarán
recibiendo mayores cantidades de agua en relación a las parcelas donde la presión apenas
levanta, lo que afectará la uniformidad de riego, la uniformidad de la aplicación de fertilizantes y
finalmente, en la uniformidad de la producción.
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Las razones agronómicas por las que deben cumplirse los calendarios de riego son para
mantener una alta uniformidad en la producción de los cultivos, es decir, que en las diferentes
partes del proyecto se obtengan los mismos niveles de producción. La uniformidad en la
producción se obtiene al aplicar cantidades de agua y fertilizantes iguales en cada parte del
área de cultivos. Lo anterior se obtiene si la presión del agua en la salida de las diferentes
válvulas de riego se mantiene en valor constante. Además, manteniendo el orden de abertura
de válvulas según un orden hidráulico establecido, la operación del sistema de riego mantendrá
un orden definido de trabajo, lo que afectará significativamente en una buena organización del
sistema, lográndose altas eficiencias de uso de agua y uniformidades de riego.
El suelo, desde el punto de vista de manejo de suelo y agua, debe considerarse como un
reservorio de agua. Como es lógico, hay unos reservorios de mayor tamaño que otros. Es así
como se dice que los suelos arcillosos representan reservorios más grandes de agua que los
reservorios representados por los suelos arenosos. Por consiguiente, es necesario conocer o
cuantificar la capacidad del reservorio suelo que poseemos en determinada condición. Para
ello, será necesario enviar a un laboratorio una muestra de suelos de 1 kg aproximadamente y
solicitar humedades volumétricas a tensiones de humedad de 0.2, 0.4, 0.7, 1, 5 y 15 bares, y
posteriormente, elaborar la curva de tensión de humedad del suelo que poseemos. Un ejemplo
de la citada curva se presenta en la siguiente figura.
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Conociendo la capacidad de nuestro reservorio suelo, así como los niveles de consumo de
agua/día del cultivo, podrá definirse cuando y cuanto de agua debe aplicarse en cada riego, es
decir, se definirá la programación de riegos del cultivo en el tiempo basado en las condiciones
climáticas del lugar. De esta manera, podrán optimizarse los recursos de agua y económicos
del sistema productivo, así como se mantendrá una correcta humedad para el desarrollo y
producción de los cultivos. Aplicar excesos de riego no es lo mejor para manejar el riego de un
cultivo, pues conlleva problemas tales como, el incremento de plagas y enfermedades, baja
aireación del suelo para el desarrollo radicular, incremento de niveles de malezas, lavado y
lixiviación de nutrientes, mayores niveles de salinidad, incremento de costos de producción, etc,
por lo que las mayores laminas o volúmenes de agua aplicadas no representan forzosamente
mayores niveles de producción.
Cambiar el accesorio, cortando el mismo mediante una sierra. Luego colocar una unión
conjuntamente con el accesorio. Muchas veces es necesario hacer niples de diferente longitud
con campana, los cuales pueden realizarse calentando el pvc e introduciéndolo en la punta otro
niple de pvc, formando de esta manera la nueva campana del niple de pvc. Lo anterior es útil
en el cambio de accesorios, reparación de fugas y cambio de tuberías. Para reparar tuberías
de conducción, es necesario preparar niples mediante calor con campana en las dos puntas,
los cuales sustituyen la parte destruida de la tubería de conducción.
Todo sistema de riego presurizado puede contar con los siguientes filtros en el cabezal del
mismo dependiendo de la calidad del agua;
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El sistema de filtrado debe ser limpiado cada vez que la presión por suciedad en los filtros;
aumente en exceso. Esto puede verificarse en la lectura de los manómetros ubicados antes y
después de cada filtro. Cuando la diferencia de presión entre los manómetros ubicados antes y
después del filtro sea de un 10% (entre 0.3 a 0.5 bares o 3 a 4 mca) se debe lavar el filtro. Por
tal razón, es importante contar con manómetros antes y después de cada filtro
Los filtros de malla se limpian abriendo la pequeña válvula del fondo o bien desarmando y
limpiando la malla con agua a presión y un cepillo. Los filtros de anillos metálicos se limpian
desarmando el sistema. Estos filtros en la mayoría de los casos metálicos, deben ser
mantenidos limpios exterior e interiormente. Donde la pintura sea removida por oxidación o
golpes deberá ser raspada hasta obtener metal blanco y luego protegido con varias capas de
pintura antióxido. En régimen de riego, deberá extraerse una vez por semana el cuerpo interno
y limpiado con agua y cepillo suave hasta dejar limpia la malla. Las empaquetaduras deberán
mantenerse en buen estado y en su posición original.
Al igual que el resto de componentes del centro de control, estos filtros deberán mantenerse
limpios sin depósitos ni puntos de oxidación.
Los filtros de arena están dotados de sistemas de retrolavado manual o automático, que
invierten el flujo del agua dentro del filtro. Este proceso deberá hacerse cuatro veces al día al
ocupar aguas de calidad media o cuando la diferencia de presión en los manómetros alcance
valores de un 10%.
Sin perjuicio de lo anterior una vez al mes o con mayor frecuencia si las condiciones de agua
así lo determinan deberá destaparse el filtro, remover la grava depositada al interior e inyectar
agua con la manguera o tubería, provocando que el rebalse que se produce por la misma
abertura, arrastre las partículas depositadas en el interior. Este lavado se prolonga hasta que
el agua salga limpia y la grava se vea blanca. La remoción debe hacerse hasta el fondo del
filtro de manera que todo el volumen ocupado por la grava sea removido.
Fig.1 Retrolavado con un filtro de grava Fig. 2 Modelo de retrolavado con dos filtros
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Fig. 3 Condición de filtro en operación normal de riego y en Fig.4 Estado de la válvula de control de retrolavado
retrolavado
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La obstrucción de los emisores es uno de los principales problemas a los cuales debe
enfrentarse el agricultor al manejar un equipo de riego localizado. El taponamiento de los
emisores, altera el normal abastecimiento de agua a la planta; disminuyéndolo y en casos
graves puede llegar a suprimirlo, reduciendo la eficiencia del sistema, debido básicamente a
alteraciones en los patrones de distribución y uniformidad de aplicación del agua riego.
Estos problemas no solo causan daño al cultivo por un déficit hídrico inducido, sino que del
mismo modo elevan los costos implícitos en el sistema productivo, dado que se requieren
materiales y mano de obra adicional para su corrección. A modo de ejemplo, es común la
práctica en un gran número de agricultores del recambio de emisores, situación descartable
con una adecuada mantención del sistema.
El suministro de pequeños volúmenes de agua por orificios de escaso tamaño con baja presión
de operación, predispone a la obstrucción de los emisores. Sin embargo el factor principal se
encuentra asociado con la calidad del agua de riego, es así como entre los principales
problemas se puede citar : depósitos con aguas estancadas, aguas con abundante carga de
partículas en suspensión, composición química, del mismo modo la utilización de aguas salinas
induce el taponamiento de emisores, debido a que al evaporarse el agua que queda en los
goteros después de cada riego, la concentración de las sales disueltas aumenta, adhiriéndose
a las paredes de los orificios de salida de agua ocasionado su obturación,
Según el tipo de obstrucciones puede ser relativamente fácil su prevención, como ocurre con el
caso de las partículas minerales que portea el agua en suspensión., esto es un control
relativamente fácil. No ocurre del mismo modo con las obstrucciones del tipo biológico y
químico que por lo general acontecen al interior de la red hidráulica. Estos sedimentos se tratan
y evitan con la aplicación preventiva de productos químicos y el manejo racional de los
fertilizantes.
Es importante averiguar en cada caso la razón generadora de las obturaciones, ya que de esta
forma facilita su prevención y es posible efectuar un control más eficiente en los casos ya
declarados.
Los emisores obturados y que han sido extraídos de la red, pueden recuperarse
sumergiéndoles en una solución de agua con ácido, durante 24 horas y luego sometidos a
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lavado con agua limpia. La concentración de ácido en tal caso, deberá ser ligeramente mayor
de la propuesta para lavado de la red (4%).
Dado que cada lateral se origina desde un arranque en la tubería terciaria o manifold, la
hermeticidad de estos arranques evita filtraciones y asegura que el equipo entregue la cantidad
de agua de diseño, para ellos son necesarios empaques especiales en la tubería terciaria.
Las válvulas incluidas en el sistema de riego cualquiera que sea su condición (hidráulica,
mecánica, de retención o de aire), deben ser removidas de su emplazamiento en la red al
menos dos veces por temporada de riego y sometidas a lavado exterior, revisión de sus
conexiones eléctricas, si procede desarmarla y lavarla interiormente con cepillo y agua limpia.
Al armar la válvula deberán reponerse las empaquetaduras que se hayan deteriorado o que
presenten signos de deterioro. En el proceso de armado deberá tenerse la precaución de
seguir la secuencia inversa al desarme y mantener las piezas internas en su posición original.
Antes de la puesta en servicio de una bomba centrífuga es necesario asegurarse de que está
perfectamente cebada, pues es una condición indispensable para su correcto funcionamiento.
Si la bomba va provista de impulsores radiales, que son los utilizados en las bombas
centrífugas y periféricas o de presión; para su puesta en servicio se procederá de la forma
siguiente;
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En las bombas con impulsores axiales y semiaxiales, como las bombas para pozos profundos,
la puesta en marcha deberá realizarse precisamente al contrario de los impulsores radiales,
pues en ellas la potencia absorbida es mínima para máximo caudal y altura cero.
El mantenimiento de los motores es de los aspectos más importantes para conservar por largos
períodos de tiempo los mismos. Cada tipo de motor tiene sus particularidades de
mantenimiento y /o servicios, por lo que para conocer los requerimientos de servicio de estos
motores es sumamente necesario leer los manuales de usuario de los motores, donde se
indican los diferentes servicios necesarios para conservarlos en buenas condiciones de
operación. Es imperdonable poner a funcionar un motor si no se lee el manual de operación y
mantenimiento del mismo, pues por no leer podría perderse el motor en un breve lapso de
tiempo, lo que implicaría grandes costos para la empresa. Los cambios de aceite, filtros, fajas,
manómetros, tacómetros, revoluciones de trabajo, etc. Deben de consultarse en el manual del
usuario que lo proveen las fábricas o empresas vendedoras de estos equipos.
Los goteros son tipos de emisores que erogan agua gota a gota dentro del volumen que
exploran las raíces. Dentro de los tipos de goteros se encuentran; Compensados, no
compensados, de flujo laminar y de flujo turbulento.
Los goteros compensados son utilizados en áreas planas, pues en estas las variaciones de
presión debidas a diferencias topográficas son mínimas, no así en áreas quebradas donde
dada la topografía quebrada existirían grandes diferencias de presión, descargando diferentes
caudales, provocando altas desuniformidades de riego y en la producción. Por tal razón, los
goteros compensados son los utilizados en áreas con grandes diferencias topográficas.
Últimamente, para evitar taponamiento en los goteros, éstos tienen un diseño de flujo
turbulento, para remover los depósitos de basuras dentro de los goteros.
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Las obstrucciones que se producen en las tuberías y emisores pueden ser de origen físico, por
partículas de suelo en suspensión que ingresan a la red de riego; de origen químico, por
depósitos de sales contenidos en el agua; o de origen biológico u orgánico, por acumulación de
materias orgánicas en la red de riego.
El uso de hipoclorito de sodio, produce una reacción alcalina con el agua. Si el agua de riego
ya es alcalina, deberá usarse con ácido para reducir el pH.
Partículas de suelo en suspensión en el agua, tales como arcilla y limo, están presentes al usar
aguas superficiales para el riego. La implantación de légamo bacterial en las paredes internas
de las tuberías y de los emisores, produce una superficie rugosa en la cual se depositan estas
partículas, disminuyendo el diámetro interno en algunos casos y obstruyendo en otros. Los
emisores obturados y que han sido extraídos de la red pueden recuperarse sumergiéndoles en
una solución de agua con ácido durante 24 horas y luego sometidos a lavado con agua limpia.
La concentración de ácido en tal caso deberá ser ligeramente mayor de la propuesta para
lavado de la red (4%).
Es deseable, una vez terminada la aplicación de soluciones ácidas, lavar la línea con una
presión mayor de la que se opera habitualmente el equipo. Para producir este efecto, se
deberá reducir el número de sectores en cada estación de riego, de manera que el máximo de
caudal pase por la menor cantidad de emisores posibles. Este lavado debe ir asociado al
drenaje de las líneas.
En lo que concierne a obstrucciones por depósitos en válvulas, se aplican los mismos criterios
descritos en obturaciones y lavado de emisores.
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detectan las pérdidas de carga que se producen en los filtros para realizar el lavado
automáticamente.
Dado que a pesar de contar con un sistema de filtraje correctamente dimensionado de igual
modo ingresarán al sistema partículas de menor tamaño a la capacidad de retención de los
filtros, estas deben ser removidas a través de los sistemas de lavado presentes en la
instalación. De no realizar este procedimiento se producirá una progresiva acumulación de
sedimentos que terminará por taponar las salidas de los emisores. Dependiendo del tamaño de
las partículas y las características del equipo de filtraje, en ocasiones pasan a través de los
filtros, depositándose lenta y progresivamente al interior de la red de riego, para posteriormente
acumularse en los goteros, provocando la obstrucción, que afecta la normal entrega de agua
por parte del emisor.
El prefiltro tiene por objetivo eliminar impurezas presentes en el agua de riego antes de su
ingreso al sistema de filtraje. Su principal finalidad es retener los sólidos de mayor tamaño que
arrastra o se encuentran suspendidos en el agua de riego. Los mencionados equipos de
limpieza previa, que por lo general corresponden a sencillas obras de arte ubicadas
estratégicamente, se instalan de acuerdo con la procedencia del agua. Entre estas estructuras
destacan decantadores, desarenadores, trampas de maleza, hidrociclones y obras de aducción
y succión. De esta manera se previene el problema antes del ingreso al sistema de riego
localizado, reduciendo considerablemente la carga de partículas en suspensión o arrastre.
El drenaje debe iniciarse en los laterales o líneas porta emisores seguido de la tubería terciaria,
secundaria y matriz por medio de las válvulas de lavado que todo sistema de riego tecnificado
debe considerar.
Para el caso de los laterales cada línea termina con un cierre o pliegue, instalado para drenar la
tubería. El lateral se abre y se deja circular el agua hasta que fluya limpia, esta operación debe
ser efectuada, como norma general, cada 2 semanas, sin embargo en equipos que operan con
una alta carga de partículas o sistemas de filtraje deficiente la frecuencia debe ser más alta. El
caso de la tubería terciaria opera del mismo modo, en la parte final debe incluir una válvula de
lavado la que debe abrirse hasta que el agua fluya limpia. Del mismo modo debe realizarse con
la tubería secundaria y la matriz. Las tuberías principales por su constitución y posición
requieren de un bajo nivel de mantenimiento.
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Las obstrucciones biológicas son causadas por la presencia de microorganismos que habitan y
se reproducen en el agua, entre los cuales destacan principalmente algas, bacterias y hongos.
En ocasiones se encuentran al interior de las instalaciones del sistema de riego como
consecuencia de condiciones ambientales favorables para su desarrollo.
Las algas son organismos unicelulares, definidas como plantas microscópicas, generalmente
no presentan las típicas estructuras de los vegetales superiores como raíces, tallos y hojas, su
tasa de reproducción es altísima, Algunos órdenes de algas son solitarias, otros forman
colonias produciendo masas gelatinosas, dado que su densidad es similar a la del agua, el
agua afectada por este microorganismo se torna turbia adquiriendo una coloración verdosa,.
Esta acción se concentra con alta frecuencia en aguas estancadas, donde las condiciones de
luminosidad y temperatura favorecen su desarrollo, es común encontrarlas depositadas en el
fondo y paredes del estanque acumulador.
Los filtros de arena son los elementos más eficaces para retener las algas; sin embargo
algunas consiguen traspasar el sistema de filtraje desarrollándose al interior de la red de
distribución favorecidas por las altas temperaturas y las sustancias químicas aportadas para la
fertilización.
Entre los microorganismos más frecuentes que causan problemas en los sistemas de riego
localizado, se encuentran bacterias y hongos. Dado su pequeño tamaño traspasan con
facilidad los filtros, se reproducen al interior de las tuberías formando depósitos gelatinosos que
se adhieren a la red hidráulica. Pueden estar presentes en el agua de riego o ser transportadas
a ésta por el aire, residuos orgánicos y plantas.
La efectividad de la acción del cloro está condicionada por algunos factores externos como pH
y temperatura, a su vez el tiempo de contacto entre desinfectante y agua también influye en el
poder biocida de los compuestos clorados. A mayor temperatura, el poder desinfectante del
cloro es mayor, sin embargo, es menos estable, perdiéndose con mayor rapidez. Con respecto
al tiempo de contacto entre los compuestos clorados y el agua de riego, depende en gran
medida del contenido de materia orgánica ya que la oxidación es lenta, por lo que con aguas
ricas en materia orgánica necesita incrementar la cantidad de cloro a aplicar o aumentar la
duración del contacto. En general, es aconsejable que el tiempo de contacto no sea inferior a
30 minutos.
De cualquier forma, ya sea, gaseosa, líquida o sólida, la aplicación de cloro en una instalación
de riego produce reacciones con los compuestos presentes en el agua, lo que gasta o consume
determinada cantidad de cloro. Parte del cloro empleado oxida la materia orgánica del agua
(cloro combinado), siendo el fenómeno más importante de la cloración por el que se forman
compuestos orgánicos clorados a los que genéricamente se les denomina cloro residual
combinado (CRC), de tal forma que:
Cloro residual total (CRT) = Cloro libre residual (CRL) + Cloro residual combinado (CRC).
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El empleo de cloro para evitar la proliferación de algas limita su uso como bactericida, por lo
que en la mayoría de los casos se destina, exclusivamente, al tratamiento de las instalaciones
de riego localizado para prevenir la formación de bacteria y otros microorganismos, además de
los sedimentos formados.
6) Fuentes de cloro
Para el control de algas, el cloro se utiliza en forma gaseosa, líquida o sólida; como
componente del hipoclorito sódico o hipoclorito cálcico. El producto más difundido y económico
generalmente empleado es la solución de hipoclorito sódico que se comercializa a diversas
concentraciones; 20, 40, 50, 60, 100, 150, 160, 170, etc., gramos de cloro activo por litro
(generalmente 100 gr cloro activo/litro).
La solución de hipoclorito sódico tiene una acción oxidante muy activa, corrosiva y presenta
una toxicidad alta, propiedad que se tendrá en cuenta al tratar las aguas que tiene
concentraciones de hierro superior a 0,2 ppm, ya que al oxidarse, forman precipitados de
óxidos férricos. Sin embargo tomando mínimas precauciones durante su empleo es de fácil
manejo y aplicación.
La frecuencia de los tratamientos y dosis en estanques acumuladores para riego depende del
pH, calidad del agua y de la tasa de renovación. Con pH mayor de 8, las dosis de cloro han de
ser mayores, unas 2-3 veces más que las recomendadas, ya que el poder desinfectante y
depurador del cloro disminuye a medida que aumenta el pH. Por ello y para reducir la
posibilidad de formación de algas es muy importante mantener en el agua de riego un pH entre
7,2 y 7,5. Igualmente la luz solar, en los embalses principalmente, actúa sobre el ácido
hipocloroso formado, descomponiéndolo en ácido clorhídrico y oxígeno, con lo que se pierde
capacidad desinfectante.
Para mantener limpias las instalaciones pueden llevarse a cabo aplicaciones diarias de
hipoclorito sódico a una concentración de 100 grs de cloro activo/litro, a la dosis de 5-10 cc/ m3
de agua de riego o inyecciones cada 2 semanas a la dosis de 100-200 cc/ m3 de agua. Es
aconsejable que la inyección o el aporte de cloro se haga a la entrada de los filtros a modo de
prevenir el desarrollo de algas en el sistema de filtraje. Es conveniente la aplicación al final del
tiempo de riego, dejando llena la instalación con el agua tratada y dejarla salir al inicio del
siguiente riego. En tratamientos de choque es recomendable aumentar la dosis a 1-2 litros por
metro cúbico de agua.
Con el objeto de destruir las masas gelatinosas y desprender los sedimentos adheridos a la
instalación (control curativo) la dosis de hipoclorito de sodio debe incrementarse a 2-3 litros/ m³
agua de riego, manteniendo la solución durante 12 horas en la instalación y posteriormente
lavado con agua a presión. Se debe tener en consideración la importancia de prevenir la
formación de los microorganismos citados, dado que una vez formados los mucílagos la acción
del cloro no son eficaces.
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En este tipo de control, que implica altas dosificaciones de cloro, se debe tener precaución con
los cultivos establecidos por la posible toxicidad que puede afectarlos, por lo que es
conveniente usar concentraciones menores a 50 ppm de cloro activo en los goteros.
Si los depósitos gelatinosos se han formado en los filtros de arena hay que llevar a cabo un
tratamiento para eliminar la impermeabilización que sufre la arena. Para ello se aplica antes de
los filtros de arena hipoclorito sódico una dosis de 15 – 20 cc / litro agua, manteniendo dicha
disolución durante 24 horas y lavando después con agua abundante.
a) Caudal de riego en metros cúbicos de agua que depende del número de emisores
goteros y caudal real de los mismos
b) Riqueza de la solución de hipoclorito sódico en gramos por litro.
c) Concentración de cloro activo en ppm o dosis de tratamiento (100 gramos/litro).
Las obstrucciones del tipo química dependen principalmente de la calidad y composición del
agua, también de la calidad y tipo de fertilizantes utilizados.
En climas donde se registran altas temperaturas, la evaporación del agua da lugar a una
sobresaturación de las sales disueltas en el agua de riego, produciendo su precipitación en
forma de sulfatos y carbonatos insolubles. Los precipitados de carbonato cálcico se producen si
las aguas calcáreas llevan en disolución el ion bicarbonato (CO3H) conforme a la siguiente
reacción:
Cuando el agua contiene concentraciones de hierro iguales o superiores a 0,2 gr/m³, se pueden
formar precipitados en forma de óxidos férricos Estas oxidaciones y precipitaciones son más
rápidas con pH superior a 7,5.
Por otra parte, el contenido en agua de sulfuros a concentraciones superiores a 0.1 ppm puede
inducir al desarrollo de bacterias sulfurosas que generan masas gelatinosas.
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Con el uso de fertilizantes se favorece la formación de los precipitados por reacción de éstos
con otros productos contenidos en el agua. Las sales de los abonos fosfóricos, a veces, son
susceptibles de transformarse en insolubles como le ocurre al fosfato bicalcito por la reacción
del fosfato monoamónico y fosfato diamónico con el bicarbonato cálcico que pueda contener el
agua de riego. Igualmente ocurre por la reacción de sales de magnesio con los abonos poco
solubles; asimismo por la reacción entre componentes del agua que origina precipitados de
óxido de hierro y de fosfatos de calcio y magnesio. Otra reacción muy frecuente es con el
nitrato cálcico, muy empleado como abono.
Aunque se disponga de un buen sistema de filtros, existen sustancias de pequeño tamaño que
no son retenidas, por lo que es preciso la utilización de productos químicos para completar la
limpieza del agua y reducir la posibilidad de taponamiento de los emisores. Está muy
generalizado el uso periódico de ácidos y otros productos químicos, que, aplicados en forma
preventiva a baja presión en la instalación, evitan la formación de precipitados, los cuales
debido a su sedimentación podrían llegar a producir obstrucciones. Si se han formado los
precipitados, estas soluciones los atacan formando sales solubles que son arrastradas
posteriormente por el agua en el proceso de limpieza, aunque en estos casos los tratamientos
correctivos sean más laboriosos y del mayor costo.
• Velocidad del agua y frecuencia de los riegos. Cuanto menos sea la velocidad y menos
frecuentes sean los riegos, la posibilidad y riesgo de precipitados es mayor.
Aplicaciones de cal. Por la acción de la cal que precipita el hierro en forma de hidróxido férrico
insoluble en medio alcalino.
Cloración del agua de riego. El cloro oxida al hierro que se encuentra en las aguas en forma
de sales ferrosas o de sales férricas, según procedencia del agua. La aplicación se realiza
antes de los filtros para que la precipitación se elimine en los filtros de arena. La cantidad de
cloro a inyectar se calcula según la siguiente expresión;
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Para el control y tratamiento de las precipitaciones químicas hay que actuar de tres formas
coordinadas entre sí;
• Corrección del pH para ajustarlo a niveles ligeramente ácidos, entre 5,5 y 6,5.
• Utilización del ácido, principalmente.
• Empleo del ácido sulfúrico
Como corrector del pH se recomienda emplear en el tanque de fertilización y en cada riego 0,5
litros de ácido nítrico por m3 de agua a tratar. Con ello se consigue mantener un pH ácido. Con
aguas de pH mayor de 7,5 hay que incrementar la dosis de 1-2 litros/m 3 de agua al objeto de
bajar el pH hasta valores ligeramente ácidos.
Hay una forma sencilla de comprobar el pH de la disolución de agua y ácido que llega a los
goteros. Consiste en mojar con dicha disolución una tira de papel de tornasol, una vez que se
prevea su salida por los goteros. Podemos saber cuándo el ácido ha llegado a los goteros al
observar la espuma que se forma en los orificios de dichos emisores. De esta manera se podrá
conocer, el pH de la solución; variando la cantidad de ácido nos acercaremos a los valores que
interesa. Existen, además, hoy en día instrumentos de bolsillo y portátiles (Phmetros), que nos
da los valores exactos del pH.
Ácido nítrico. Es el producto generalmente más empleado por los agricultores. El ácido nítrico
puro es sumamente corrosivo y en contacto con la piel produce quemaduras dolorosas. En
disolución acuosa el ácido nítrico es estable y presenta las características de un ácido fuerte. A
temperatura ordinaria es un líquido incoloro y muy volátil. El producto comercial está diluido al
56 y 65 por ciento. Está indicado para prevenir las incrustaciones por precipitados de sales de
calcio, hierro y magnesio, recomendándose aplicarlo solo y sin mezclarlo con los abonos.
Para prevenir las obstrucciones químicas se lleva a cabo tratamientos diarios durante unos 10
minutos a dosis de 100 -–300 cc/m3 de agua. Con ello pretendemos mantener en las
conducciones un pH ligeramente ácido (6 – 6,5), factor importante para prevenir la formación
de precipitados químicos.
Cada 15 – 20 días es conveniente dar un tratamiento de limpieza de las tuberías a dosis de 0,5
– 1 Lt/m3 de agua, de tal forma que a la salida de agua, en los goteros, se consigan valores de
pH entre 3 y 5.
a) 5 minutos aplicando agua sin solución acidificante hasta que la presión de trabajo en la
instalación sea la normal.
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c) 10 – 15 minutos lavando con agua libre de ácido, a presión normal de trabajo, teniendo la
precaución de ir abriendo el final de las líneas portagoteros para sacar por los sedimentos
acumulados en la red.
En todos estos casos es conveniente diluir, previamente, el ácido en unos 50- 100 litros de
agua antes de inyectarlo a la red de riego. Aplicar siempre el ácido sobre el agua porque la
mezcla libera calor y puede llegar a ser explosiva.
Hay que tener en cuenta que el ácido nítrico se recomienda emplearlo solo, pero si se utiliza
como fertilizante y se mezcla con abonos no ha de hacerse a dosis superiores de 0,05-0,06 por
mil. Es decir, 50-60 cc de ácido nítrico por metro cúbico de agua.
Ácido sulfúrico. En estado puro el ácido sulfúrico es un líquido incoloro, con propiedades
oxidantes, ávido de agua, apreciándose cuando se diluye en agua un aumento de temperatura
en la solución. Está indicado, principalmente, en precipitaciones de hierro con aguas
ferruginosas, utilizándose a dosis de 0,5-1 litro por metro cúbico de agua.
A veces la cloración de agua mediante cloro aplicado antes de la entrada del agua al cabezal
de riego puede ocasionar precipitados de hierro en forma de óxido férrico que es conveniente
eliminar antes del sistema de filtrado, si es posible, o en los filtros de arena, y así evitar que
éstos lleguen a las conducciones y goteros. Igualmente, con la aplicación de ácido clorhídrico
se formarían cloruros férricos insolubles.
Así mismo, algunos técnicos recomiendan, después de cada riego, la aplicación de ácido
sulfúrico vertido antes del filtro de malla a dosis de 0.2 litros por metro cúbico de agua e
hipoclorito de sodio después del filtro de malla, formándose una reacción entre el ácido, el agua
y el hipoclorito que genera cloro residual a ppm que además actúa como bactericida.
En las precipitaciones de carbonato cálcico el ácido sulfúrico se utiliza en dosis de 0.2-1 por
ciento, de acuerdo con la concentración de carbonatos en el agua de riego y que empieza a ser
problemático a concentraciones mayor de 100 mg/litro. El tratamiento tiene una duración de 30
minutos y se realiza varias veces durante la campaña.
Aunque no se recomienda mezclar el ácido fosfórico con los abonos por los problemas
mencionados, sí así se hace, es preciso no rebasar la dosis de 0,025 cc por litro de agua, o lo
que es igual, no emplear dosis superiores de 25 cc/m3 de agua.
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La aplicación del ácido fosfórico en momentos críticos de la floración, cuando exista deficiencia
de asimilación de P205 por heladas y después del trasplante para favorecer el sistema
radicular, nos puede evitar tener que utilizar otro tipo de abonos fosfatados menos solubles.
Ácido clorhídrico A temperatura ordinaria el HCl puro es un líquido incoloro de sabor picante
y muy soluble en agua.
11) Fertirrigacion
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b) Eficiencia de la fertilización
Para que una fertirrigación sea eficiente es necesario evaluarlo y monitorearlo, a efecto de
cumplir los siguientes objetivos;
Objetivos del análisis de Aguas de riego
Las muestras de solución nutritiva deben tomarse de los goteros para comprobar que todos los
procesos de solubilización, dilución y corrección del ph y de la Ce se hicieron correctamente.
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En el método del tanque de presión diferencial la diferencia de presión es creada por una
válvula, y la misma forza al agua a entrar a través de la tubería by- pass dentro de un
tanque a presión que contiene el fertilizante y sale de nuevo arrastrando una cantidad de
fertilizante disuelto. Presenta las siguientes ventajas;
Este método emplea una reducción tipo venturi en la tubería para lograr la reducción de
presión (vacío) que succiona el fertilizante dentro de la línea.
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2) Bomba de Inyección
• Costo elevado
• Diseño complicado
• Contienen un gran número de partes móviles
• Las partes móviles se pueden romper
e) Frecuencias de Aplicación
f) Dosificación de fertilizantes
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La dosificación cuantitativa dependerá de varios factores entre los que se citan los siguientes;
Para conocer esta disponibilidad es necesario un muestreo del suelo con fines de fertilidad y
así conocer que nutrientes serán necesarios adicionar al suelo para completar los
requerimientos de los cultivos
Del 100 % de un nutriente aplicado al suelo un alto porcentaje del mismo se pierde por diversas
razones, por consiguiente es necesario estimar la eficiencia de uso. En fertilización tradicional
se estima una eficiencia de uso del fertilizante de alrededor de 35 % y mediante fertirriego
alrededor del 55 – 60 %. Es necesario tomar en cuenta estas eficiencias para la dosificación
de fertilizantes.
Del total de nutrientes requeridos por el cultivo, una parte, principalmente el fósforo, será
aplicado en el momento de la siembra. La parte restante podrá aplicarse mediante diferentes
fuentes de fertilizantes a través del fertirriego. La diferencia entre el total requerido para
aplicarse menos lo que se aplica en el momento de la siembra será la cantidad a aplicar en
fertirriego, la cual habrá que calcular la cantidad necesaria de cada fuente para satisfacer las
necesidades del cultivo.
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