Mayas
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9 789707 530393
MAYAS
PRIMERA PARTE
Fotografía 1a de forros y portadilla: Muchacha que ya no usa vestimenta tradicional vestida de “catrina”.
Dzidzibalché, Halacho, Yucatán.
Fotógrafo: Pedro Tzontémoc, 1993.
Fototeca Nacho López, CDI.
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PRIMERA PARTE
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persona que infrinja esta disposición se hará acreedora a las sanciones legales correspondientes.
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PRIMERA PARTE
INTRODUCCIÓN 5
LOS RASGOS QUE IMPRIME EL MUNDO MAYA EN EL ROSTRO PLURAL DEL MÉXICO
INDIO SON, SIN DUDA ALGUNA, DE PRIMERA MAGNITUD. Los herederos de la
que es considerada por muchos como la civilización más deslumbrante de
la América precolombina tienen su asiento primario en siete estados del te-
rritorio mexicano actual: Tabasco, Chiapas, Veracruz, San Luis Potosí y las
tres entidades que conforman la península yucateca: Campeche, Quintana
Roo y Yucatán, donde habitan los llamados propiamente mayas, que dieron
nombre a todos los integrantes de la familia lingüística denominada mayan-
ce, mayanse o mayense. Pero cabe recordar que la familia maya desborda
las actuales fronteras mexicanas, extendiéndose hacia Belice, Guatemala
y Honduras, e incluía en épocas anteriores pequeñas porciones de El Sal-
vador. Hoy, los territorios tradicionalmente reconocidos como asiento de
tal o cual grupo lingüístico han variado de manera significativa, pues las
urgencias económicas derivadas de la presión demográfica cada vez ma-
yor sobre tierras agostadas, el deterioro generalizado en el ámbito rural y
los procesos de globalización provocan una movilidad creciente en todo
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PUEBLOS INDÍGENAS DEL MÉXICO CONTEMPORÁNEO
1
Su distribución tradicional era la siguiente: Tabas-
co, chontales; Chiapas, tojolabales, tzotziles, tzel- 2
El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e
tales, lacandones, mochós, ch’oles, chujes, mames, Informática difiere en este dato, al calcular que
kanjobales, jacaltecos y cakchiqueles; Veracruz y representan el 37.7 por ciento, pero cabe recor-
San Luis Potosí, huaxtecos o teenek; Belice, mopa- dar la mayor precisión de los criterios lingüísticos
nes, mayas y kekchíes; Guatemala, quichés, cakchi- empleados por la CDI, además del hecho básico
queles, achíes, tzutuhiles, itzáes, mopanes, chujes, de que el INEGI sólo considera en sus apreciaciones
acatecos, ixiles, mames, pokomames, pokomchíes, a los hablantes de lenguas indígenas mayores de
awakatecos, chalchitecos, kanjobales, jacaltecos, cinco años, hecho que desfigura significativamente
chortís y kekchíes, y Honduras, chortís. los totales.
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Planisferio (detalle), Pierre Desceliers, The New World, 1550.
Fuente: E. Klemp, America in maps dating from 1500 to 1856, London & New York, 1976.
Citado en: Michel Antochiw, Historia cartográfica de la Península de Yucatán, Cinvestav y Grupo Tribasa, México, 1994.
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ya, que sorprende y atrapa a cualquier vi- visuales, olfativas, gustativas y hasta tác-
sitante. Se hace presente desde un primer tiles, no es una mera explosión sensorial:
momento: en el rostro y la configuración surge de una peculiar manera de concebir
corpórea de sus moradores, en el tono, los y vivir el mundo; concepción que a su vez
vocablos y los giros del lenguaje que em- se nutre de una realidad histórica con una
plean tanto mestizos como mayas, en el antigüedad cercana a los 3 mil años, ya
atavío que portan en las comunidades no que —a decir de los arqueólogos— hace
pocas de sus mujeres, en su carácter ama- al menos 30 siglos comienzan a apreciarse
ble y jocoso, en la forma de sus viviendas, las primeras improntas culturales tangibles
en su peculiar relación con la naturaleza, que se pueden considerar como caracte-
en la gastronomía y en otros mil detalles rísticas de la civilización maya.
de la vida cotidiana, y viene a hacer eclo- Mucho tiempo ha pasado desde enton-
sión cuando de festejos se trata: las imáge- ces, e innumerables cosas han cambiado.
nes de los santos patronos de los pueblos A esos rasgos primarios se sumaron otros
visitándose unas a otras, los desfiles de los adaptados de tradiciones culturales próxi-
gremios, donde las mujeres lucen sus be- mas o distantes: las influencias nahuas lle-
10 llos trajes de fiesta (ternos) realzados por gadas de los altiplanos centrales de Méxi-
delicadas labores de orfebrería; las alegres co, los crecientes y feroces embates de
vaquerías, donde émulos de toreros hacen la globalización actual, pasando por 300
las delicias del público con sus “charlota- años de dominio hispano que modificaron
das”; la música de las jaranas inundando sustancialmente los antiguos patrones: des-
el aire que surcan los cohetes llamados lo- de la modificación del paisaje con nuevos
calmente “voladores”, el olor del relleno elementos de flora y fauna, hasta el brutal
negro, los dzotobichayes, los papadzules trastocamiento de una antigua y compleja
y los polcanes; los altares que se levantan religión politeísta que fue sustituida por el
en cada casa para noviembre, mes en que cristianismo, incluyendo la reconfiguración
se espera a los muertos de la familia con de los poblados, nuevas formas de organiza-
tamales, frutas, cigarrillos y los platillos que ción social, política y laboral, cambios en el
en vida más les gustaban, distribuidos en atavío y los patrones alimenticios, y la ma-
torno a la yax cruz, la “ceiba-cruz”. nera de acompañar a los muertos o celebrar
Este complejo y espléndido patrimo- el gozo de estar vivos, entre otros muchos.
nio cultural, que se despliega en un am- Ataques de piratas, guerras de Inde-
plio abanico de manifestaciones sonoras, pendencia, asonadas, intentos separatistas
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y luchas fratricidas entre conservadores y Belice. En ésta viven hasta hoy hablantes
liberales, invasiones extranjeras, gobiernos del idioma maya, mientras que en el norte
revolucionarios y contrarrevolucionarios, del Petén guatemalteco, a más de la im-
indigenistas o integracionistas, nacionalis- pronta maya perceptible aún en los pobla-
tas o neoliberales, los pueblos mayas han dos de origen mestizo,3 se asientan los it-
sido testigo de ésos y otros muchos avata- záes, cuya lengua es tan próxima al maya
res históricos. Pero no testigos pasivos. Una que para ciertos lingüistas podría conside-
y otra vez, en forma discreta y callada, o rarse una mera variante dialectal, lo que no
abierta y sonora, dependiendo de la épo- sería de extrañar tratándose de un grupo
ca y las circunstancias, han tomado partido procedente de la propia península. Y otro
por una u otra causa —a veces incluso en tanto ocurre con los lacandones actuales, 11
forma dividida—, pero apostando siempre que no son descendientes de los chortís
a una causa primaria: la de seguir siendo que desde antiguo habitaban esa región, si-
mayas, conservar contra viento y marea no de mayas yucatecos que vinieron a ocu-
su derecho a seguir expresando su singu- parla en pleno siglo XVIII, entrando desde
lar identidad, a reclamar como elemental el poblado de San José de Gracia.
su prerrogativa a ser jurídicamente iguales Pero si bien los mayas siguen habitan-
en la diversidad cultural. do un territorio que domesticaron hace mi-
Tal singularidad no responde a uno si- lenios, ahora lo comparten con otros, en
no a múltiples significantes que los rela- particular con los mestizos, surgidos no só-
cionan como pueblo, pero hay algunos lo del maridaje maya con lo hispano, sino
cuyo mayor peso es indudable. Entre ellos también de los mestizajes resultantes de
se encuentra la adscripción a un territorio:
el denominado Mayab desde antiguo, que
se inicia ya en el arranque continental de 3
Muchos de ellos, recordemos, fundados por
pobladores de Yucatán durante la época colonial
la península, incluyendo partes de las que
y el siglo XIX, a más de los que ya existían desde
ahora son naciones vecinas: Guatemala y tiempos precolombinos.
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otras oleadas migratorias, casi todas ellas otros 18 idiomas indígenas que registraron
del siglo XIX, entre las cuales merecen des- las encuestas. Seis años más tarde, un nue-
tacarse las de grupos libaneses, asiáticos vo censo (más detallado desde el punto de
(chinos y coreanos), e incluso con otros vista lingüístico) daba fe de la presencia de
grupos indígenas, como los yaquis (des- nada menos que 44 lenguas mesoamerica-
plazados de su hábitat original en la épo- nas en el estado —empleadas por 93 765
ca porfirista para segar sus revueltas) y, en individuos—, entre las cuales destacaban
fechas más recientes, con aquellos que se numéricamente el maya (75 874), el ch’ol (8
han visto atraídos por los terrenos más des- 844), el kanjobal (1 896), el tzeltal (1 706)
poblados de la península (sur campechano y el mam (1 226), seguidos muy atrás por
y quintanarroense) o por el impresionante el tzotzil, el náhuatl, el zapoteco, el kekchí,
desarrollo turístico del litoral caribeño. Y a el totonaco y el chuj (Campeche. Tabulados
ellos habría que agregar a los mayas y mes- básicos
básicos, 2001: 125). Como el propio INEGI
tizos guatemaltecos que se vieron forzados señala, si bien entre 1990 y 2000 la propor-
a abandonar su país durante la guerra de ción de hablantes de lengua maya se man-
las últimas décadas del siglo XX, hoy na- tuvo casi igual, el idioma ch’ol “incremen-
12 cionalizados mexicanos. tó su población de hablantes en 3.3 puntos
Así, por referirme tan sólo a uno de los porcentuales, al pasar de 6.1 a 9.4 por cien-
tres estados peninsulares, el de Campeche, to en el mismo periodo” (Campeche. Perfil
cuya población indígena hasta hace unas sociodemográfico, 2003: 55).
décadas era considerada exclusivamente La manera en que estos grupos han im-
mayahablante, vemos que para 1994 al- pactado las formas de posesión del terri-
bergaba —de acuerdo con estimaciones torio son diversas y dependen, entre otras
en ese tiempo del Instituto Nacional Indi- cosas, del número de sus integrantes, de
genista (INI)— una población indígena de las actividades a que se dedican o del pe-
128 412 sobre un total de 347 493 pobla- riodo y condiciones en que llegaron, pero
dores. Entre éstos, ocupaban el primer lugar es claro que el mayor impacto procede de
los hablantes de maya (81.04 por ciento), los grupos mestizos surgidos bajo la domi-
seguidos por los ch’oles (de procedencia nación española, pues fue esa la época en
chiapaneca, vía el colindante estado de que se llevaron a cabo modificaciones sus-
Tabasco), que apenas rebasaban el 6 por tanciales en la distribución territorial, con-
ciento. El 13 por ciento restante se repar- gregando en pueblos mayores a las pobla-
tía entre quienes hablaban alguno de los ciones indígenas existentes, “reduciendo a
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poblado” a quienes se encontraban disper- nalmente tenido por pobre, mostró su po-
sos, redistribuyendo los antiguos espacios tencial para el cultivo del henequén o sisal
y posesiones de acuerdo con la legislación k’i
k’i en maya), del cual se obtiene una fibra
(k’i en maya), del cual se obtiene una fibra
en boga y creando “villas” específicas pa- que tuvo enorme demanda en los merca-
ra asiento de los españoles: Mérida, Cam- dos nacional e internacional, que se man-
peche, Valladolid, Bacalar y Payo Obispo tuvo hasta que la invención de fibras plás-
(antecedentes estas dos últimas del Chetu- ticas vino a sustituir los cordajes naturales,
mal contemporáneo); villas cuyas tierras y llevando a la industria del henequén prác-
jurisdicciones mermaron las tierras mayas, ticamente a la ruina.
aunque en cantidades no particularmente En las primeras décadas del siglo XX,
significativas. bajo el gobierno nacionalista de Lázaro
Más adelante, con el desarrollo de nue- Cárdenas, los terrenos que se habían acu-
vos cultivos y la introducción de especies mulado en unas cuantas manos volvieron a
animales diversas, en particular ganado bo- distribuirse entre los descendientes de sus
vino, caballar y mular, los españoles y sus dueños originales, así como entre los cam-
descendientes (criollos o mestizos) fueron pesinos mestizos, bajo la forma de propie-
creando ranchos y estancias, propiedades dades ejidales. Proceso a través del cual se 13
privadas cuyo establecimiento, en un prin- buscó subordinar los recursos productivos
cipio, se autorizaba sólo cuando no afec- de las regiones al proceso de acumulación
taba los fundos y “exidos” legales de los nacional, y que en el caso henequenero —
pueblos indios, poseídos en modo colec- debido a las agudas contradicciones entre
tivo, pero que más tarde fueron también los grupos que intervenían en el proceso
invadidos.4 La situación se agudizó tras la de producción, manufactura y venta— se
independencia de España, con las Leyes tradujo en un bloqueo de la capacidad pro-
de Reforma (1867), que promovieron la li- ductiva del ejido (De Teresa, 1992: 291 y
beración de tierras y mano de obra para el ss). A fines de ese siglo, las reformas al artí-
creciente mercado, llegando a su clímax en culo 27 constitucional (3 de enero de 1992)
el auge del periodo denominado heneque- promovieron la parcelación de las tierras
nero, cuando el suelo peninsular, tradicio- y su entrega a los ejidatarios, ahora como
propietarios individuales, lo que conllevó
el desmantelamiento del ejido, con el ob-
jetivo de liberar una vez más para el mer-
4
Acerca de la tenencia maya de la tierra en esos
periodos, véase Bracamonte (2004). cado las tierras y la fuerza de trabajo de
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sus habitantes, a decir de varios autores. Yucatán contaba con 380 096 habitantes,
En el caso peninsular, las reformas propi- mientras que Campeche tenía 84 630 y
ciaron además la clausura de la industria Quintana Roo apenas rebasaba los 10 mil.
henequenera, la venta de las desfibrado- Hoy las distancias se han acortado: para el
ras, la liquidación de los ejidatarios de las 2000 Yucatán seguía a la cabeza con 1 658
nóminas y su exclusión del Instituto Mexi- 210 habitantes, pero Quintana Roo se po-
cano del Seguro Social. En resumen, un bló a pasos agigantados: 703 536 habitantes
franco deslinde de la responsabilidad del en 1995, y 874 963 en el 2000. Campeche
Estado frente a los campesinos (Pinkus, pasó a ocupar el último sitio con 690 689
1993: 24-26); responsabilidad que, en no habitantes para el 2000 (INEGI, Tabulados
pocos casos, había adoptado tintes pater- básicos
básicos, 2001). En 1995, frente a un prome-
nalistas y asistencialistas, casi siempre con dio nacional de 46 habitantes por kilómetro
fines electorales. cuadrado, la densidad peninsular era de 40,
Sobre este territorio, una y otra vez fisu- 17 y 12 respectivamente. Yucatán concen-
rado, fracturado y reconstituido, se asien- traba el 1.7 por ciento de la población total
tan los pueblos mayas. del país, Quintana Roo el 0.8 por ciento y
14 Aunque en extensión territorial las tres Campeche el 0.7 por ciento.
entidades que conforman la península son Pese a lo anterior, estos dos últimos es-
comparables grosso modo, su densidad po- tados se ubicaban entre los primeros sitios
blacional es dispar desde hace buen tiempo, en cuanto a tasas medias de crecimiento
respondiendo tanto a características geográ- anual poblacional de la República. Cam-
ficas como a procesos históricos. Así, para peche, cuarto lugar, mostró una tasa de
1930, por hablar sólo de épocas modernas, 3.8 en el periodo de 1970-1990, misma
que en la década 1990-2000 descendió a
2.6 por ciento, en tanto que para el primer
En extensión territorial las tres lapso Quintana Roo registró una especta-
cular tasa de 8.9 por ciento, manteniéndo-
entidades que conforman la
se en el primer lugar nacional en cuanto a
península son comparables grosso tasa media de crecimiento (8.23 por ciento)
modo, su densidad poblacional es entre 1990 y 2000. De hecho, se calcula
dispar desde hace buen tiempo. que entre 1970 y 2000 su población se ha
multiplicado casi diez veces. Es claro que
en ambos casos buena parte de tal creci-
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lo que la ubica como la segunda lengua güismo; muchos jóvenes sueñan en caste-
mesoamericana empleada en el país. Ello llano. Los grupos se separan con claridad:
no impide constatar que, a la par de que los mayores que utilizan siempre el maya,
existe un marcado decremento en el nú- mezclando en ocasiones frases en español;
mero de hablantes monolingües mayas, se los que emplean su lengua materna sólo con
registra una tendencia a usar el maya en los parientes o conocidos y recurren al cas-
ámbitos sociales cada vez más limitados, tellano para el trato con otra gente; aquellos
como el hogar. Este decremento es produc- que niegan conocerlo o haberlo practicarlo
to de distintas variables, como la creciente y quienes lo han perdido definitivamente.
migración laboral y la penetración de los Asimismo, con frecuencia en los pobla-
medios masivos que emiten sus programas dos de mayor tamaño el empleo del ma-
básicamente en español, lo que obliga a ya como idioma cotidiano es mucho más
reflexionar sobre las perspectivas y condi- común en los barrios que en el centro, en
ciones de supervivencia de la lengua au- ocasiones incluso mezclando parlamentos
tóctona en esta región.7 o frases en ambas lenguas. Y lo mismo se
Por otra parte, es también claro que hoy registra en los mercados de los pueblos,
las identidades territoriales parecen privar a donde acuden “mayeros” habitantes de 19
sobre las lingüísticas, aun cuando no hayan asentamientos cercanos a vender o comprar.
logrado suplantarlas. La diferenciación en En estos casos, es harto común que los tra-
los giros y campos de empleo del idioma tos y conversaciones fluctúen entre una len-
maya es mucho más compleja. En los pue- gua y otra, en especial en lo que a nombres
blos pequeños sigue siendo la lengua fami- de productos toca. Otro tanto vale para los
liar y pública, aunque algunos jóvenes pre- puestos de comida en la plaza y los comer-
fieran ir por las calles hablando en español. cios del centro, cuyos dueños o empleados
Los abuelos se enojan y exigen respeto a la manejan al menos el maya “suficiente” pa-
lengua de sus propios abuelos; los padres ra poder satisfacer los requerimientos de sus
toleran pensando en las ventajas del bilin- parroquianos, e incluso en las oficinas de al-
gún palacio municipal, como el de Hecel-
chakán, Campeche, cuyas secretarias son
7
La mayoría de los estudios sobre lenguas minori-
tarias coinciden en señalar que lenguas están su- capaces de entender y hacerse entender en
friendo cambios que apuntan hacia una eventual, la lengua mesoamericana, aunque, como
aunque lejana, extinción, lo cual significaría una
irreparable pérdida cultural (Bárbara Pffeiler Blaha,
ellas confiesan, “no la dominen”. Por des-
comunicación personal). gracia no ocurre lo mismo en un área don-
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de el bilingüismo resultaría clave, como los En efecto, para las nuevas generaciones, el
centros de salud, ya que el personal capa- idioma maya se revela poco funcional en el
citado a la usanza occidental se dirige en contexto urbano, “ya que no ayuda a con-
español a los usuarios. Actitud sin duda ori- seguir trabajo sino, por el contrario, puede
ginal es la del sacerdote del mismo Hecel- perjudicarle a uno”, según declaró un cam-
chakán y sus alrededores, quien desconoce pechano de 27 años. No es por tanto extra-
la lengua que emplea buena parte de sus pa- ño que el idioma de sus abuelos sea para
rroquianos (sobre todo en las comunidades muchos, en particular para los jóvenes, sinó-
más pequeñas del municipio), lo cual no es nimo de rural, viejo, atrasado, fuera de mo-
impedimento para que ejerza su ministerio: da, pobre, indio, desempleado, todo aque-
ellos se confiesan en maya y él los absuel- llo de lo que muchos quisieran alejarse. El
ve en español pues, asegura: “ellos cumplen español es, en cambio, la lengua de las te-
con confesarse y yo con absolverlos”. Al fin lenovelas y las películas, de los futbolistas,
y al cabo, pensaría uno, la acción de la gra- de los profesores, los funcionarios y los pro-
cia divina no requiere alfabetos. fesionistas (locales o foráneos), de los libros
Es interesante destacar que cuando se escolares, de la computadora, de la Biblia y
20 le pregunta a la gente si hay una forma de del sistema de cable; el idioma de los ricos,
vivir, de sentir, que diferencie al indígena los “educados”, los triunfadores.
maya de quienes no lo son, siempre recal- Baste como ejemplo el caso de Cam-
can que los “verdaderos mayas” fueron sus peche, la entidad peninsular que alberga
abuelos —y, yendo más atrás, los antepasa- al menor número de hablantes de maya y
dos de éstos, quienes construyeron y vivie- donde, en consecuencia, la situación del
ron en los sitios arqueológicos— los cuales idioma sería más “riesgosa”. Allí, los da-
supieron mantener las costumbres , los ritos tos censales de 2000 reportados por la CDI
y, sobre todo, que hablaban “la maya pu- parecen avalar la opinión popular, cuando
ra”. Por su parte, los hijos de familias que vemos la distribución de hablantes de len-
se han establecido definitivamente en las gua indígena (HLI) y no hablantes (NHLI) en
ciudades ya no hablan maya y, en no pocos los hogares mayas8 del estado por grupos
casos, ni siquiera la entienden, porque en
la casa se ha dejado de emplear, o sólo la 8
Cabe señalar que el cuadro ofrecido por la CDI,
emplean entre sí el cabeza de familia y su si bien se titula “Población en hogares mayas”,
apunta en su segunda nota que el listado “inclu-
pareja (y por lo común suelen ser parejas ye hablantes de lengua maya y de otras lenguas
mayores de 35 a 40 años). indígenas”; aparente sinsentido.
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Fuente: Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas / Programa de las Naciones Unidas
para el Desarrollo, “Sistema Nacional de Indicadores sobre la Población Indígena de México”, 2002, con
base en el XII Censo General de Población y Vivienda 2000.
9
De aquí en adelante, cuando se trate de comparaciones entre los tres estados, se apuntará únicamente
Perfil sociodemográfico, en vez de consignar los tres volúmenes, por cuestiones de espacio.
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Tzeltal 1.8 - -
Totonaca - 0.4 -
Mixe - - 0.1
* Se privilegiaron las ocho lenguas más habladas en cada estado, mismas que no necesariamente co-
inciden.
Fuente: Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, Perfil sociodemográfico, 2003.
10
Su número, sin embargo, descendió entre 1990
y 1995, tras el retorno a Guatemala.
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Mencionaba en el párrafo anterior otro el ruedo del hipil, y repitiendo sus bordados.
de los criterios comúnmente empleados Todo este conjunto, denominado “terno”, se
por la antropología del siglo pasado como acompañaría de delicadas labores de orfe-
distintivo de los grupos indígenas: el atavío. brería en aretes y, particularmente, en las
El de los mayas peninsulares se estereoti- apreciadas cadenas de estilo “salomónico”,
pó, caracterizado por el empleo por parte mientras que el cabello se porta recogido,
de las mujeres de un largo hipil bordado pero ahora entreverado con cintas de colo-
en punto de cruz (el llamado xocbi chuy) res. Los hombres con mayores posibilidades
en el cuello y el vuelo inferior o “ruedo”, económicas lucirían sombreros no de palma
una enagua, “justán” o fustán y un rebozo, común, sino de jipi-japa, paliacates de color
28 el cabello peinado en “chongo” y los pies rojo, pantalones de dril y las camisas deno-
descalzos. Los hombres, por su parte, se minadas “filipinas”, que, signo de particular
nos mostraban vestidos de manta: camisa elegancia, podían ser de seda o lino y hasta
de manga larga y pantalón blanco (enrolla- con botonaduras de oro.
do en la parte baja durante el trabajo), con Como tantos otros elementos de una
una especie de delantal a cuadros (kotín), cultura viva, en realidad tal atavío, aun
calzados con alpargatas de cuero que se cuando hoy se califique de “maya tradi-
anudan con hilo de henequén (sooskil), y cional”, no ha sido siempre el mismo. Por
sombrero de palma. ejemplo, sabemos que al llegar los españo-
Tal sería el atuendo cotidiano “tradicio- les, en contraste con los sencillos vestidos
nal”, que en ocasiones festivas se enrique- de los hombres del común —que a menu-
cería, en el caso de las mujeres, tanto por do se restringían a un braguero de algodón
la calidad de las telas empleadas como por y “camisetas sin mangas”—, los señores yu-
la profusión y delicadeza de los bordados, catecos de Sinanché portaban “mantas con
por el uso de un justán más largo (bordado mucha plumería”, en tanto que los de Mu-
o con calados blancos) y por la presencia chuppipp, al igual que los de la provincia
de la solapa o chaquetilla, colocada sobre de Cochuah (donde se fundó la villa espa-
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29
ñola de Valladolid), se ataviaban con “xico- Ximénez, 1971, I: 326-327). Con el tiem-
les de algodón y pluma tejidos a manera de po, las modas cambiaron. Basta revisar li-
chaqueta de dos faldas de muchos colores” tografías del siglo xix, como las realizadas
y bragueros que tenían en las puntas “mu- por Catherwood, o asomarse al rico acervo
cha plumería” (Relaciones histórico-geográ- de la Fototeca Pedro Guerra para constatar
ficas de la Gobernación de Yucatán, 1983, cómo variaban, en mayor o menor medi-
I: 124, 146, 378; II: 40, 216). Hablando de da, los trajes de una región a otra o inclu-
los mayas de Campeche, hacia 1544 el do- so dependiendo de las actividades que se
minico Tomás de la Torre asentó: “todo lo realizasen y, por supuesto, de la capacidad
que visten y calzan [...] es labrado galana- económica de sus portadores.
mente con plumas de diversos colores y Hoy es posible observar cierta “regio-
con algodón colorado y amarillo” (ápud nalización” en el atavío, a menudo alenta-
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da por los gobiernos locales con el fin de se a cualquier festejo “típico” en Mérida
“diferenciarse” de sus vecinos. Así, es co- para darse cuenta de lo generalizado de su
mún encontrar en los hipiles campechanos uso, en particular entre las clases alta y me-
bordados con motivos náuticos (para ha- dia alta, cuyos hipiles y ternos compiten en
cer hincapié en la vocación marítima regio- calidad y belleza de bordados, hechos casi
nal),15 mientras que en la zona central de sin excepción por mujeres mayas.
Quintana Roo (en particular en X-Pichil) es Ciertamente, los ternos siguen siendo
cada vez más frecuente hallar bordadoras usuales en los festejos de los pueblos (en
que emplean motivos de la fauna y flora lo- particular durante las llamadas “vaque-
cal, tanto en los hipiles que portan como, rías”) o en ocasiones especiales: bodas o
en particular, en los que ofrecen al turis- celebraciones religiosas, como las de los
mo. Otras tradiciones, en cambio, ceden gremios; pero no es ya común que sean
ante los embates de la homogeneización las propias usuarias quienes los confeccio-
o se pierden a la par de los contextos con nen; no pocas los compran o incluso los
que se vinculaban. Ahora es raro, por ejem- alquilan para tales ocasiones. Más patente
plo, encontrar mujeres portando hipiles “de es el abandono del hipil cotidiano, en par-
30 duelo” (bordados en punto de cruz en for- ticular entre las jóvenes, que prefieren ata-
ma sencilla y exclusivamente con hilos ne- viarse como “catrinas”, siguiendo los dic-
gros), aunque es todavía posible observar- tados de la moda citadina. No siempre se
los en sitios como Oxkutzkab, Yucatán, en trata, empero, de una mera “preferencia”,
las celebraciones de Semana Santa. varias mujeres aluden al alto costo que re-
A la par que el traje tenido por tradicio- presentan los bordados (de hecho, las más
nal se ha perdido prácticamente entre los pobres los sustituyen por tiras de tela con
hombres y su uso tiende a disminuir entre dibujos impresos) y sobre todo el rebozo,
las mujeres de no pocas comunidades, es y otras hablan del rechazo que conlleva
de particular relevancia el hecho de que el el empleo del atuendo “típico” en deter-
empleo de la vestimenta femenina se difun- minadas actividades laborales, en especial
da como marcador distintivo ya no de “lo en las ciudades. No sorprende, por tanto,
maya” sino de “lo yucateco”. Basta asomar- la proliferación de vendedores de ropa es-
tilo occidental (no pocas veces usada), tan-
to en los mercados de las urbes como en
15
Las conocidas como “batas campechanas” llevan
bordado en negro barcos, torres, anclas y, con
las plazas de los pueblos, en especial los
bastante frecuencia, el escudo del estado. domingos.
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Muchacha que ya no usa vestimenta tradicional vestida de “catrina”. Dzidzibalché, Halacho, Yucatán 31
Fotógrafo: Pedro Tzontémoc, 1993.
Fototeca Nacho López, CDI.
Más allá de la lengua y el atavío, exis- clos de paso (v. g. el denominado hetzmek
ten otros aspectos más o menos aparentes, o jéets méek’ ) y los periodos de crisis (en-
tangibles o no, que permiten a los mayas fermedad) y los últimos vinculados al ciclo
sentirse tales, a la vez que ayudan a iden- de la milpa, a cargo de especialistas propios
tificarlos a quienes no lo son. Se trata, co- del grupo (h-meno´ob). Destaca asimismo
mo los anteriores, de elementos variados el gran arraigo de la medicina denominada
y en continuo cambio: desde la forma de “tradicional”. Conocer las propiedades te-
construir las viviendas, la factura de arte- rapéuticas que se atribuyen a ciertas plan-
sanías y el modo de preparar los alimen- tas, animales y elementos minerales, solos
tos, hasta el mantenimiento de una rica o en combinación, acompañados de ritua-
tradición oral, una peculiar cosmovisión les o no, de origen mesoamericano o de
y religiosidad, o la realización de rituales importación europea temprana, es un bas-
tanto familiares como colectivos; los pri- tión importante del saber acumulado por
meros relacionados sobre todo con los ci- los mayas prehispánicos y coloniales, saber
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del trópico húmedo mexicano “son los y 233 de 491 mamíferos (47.5 por ciento
ecosistemas terrestres más ricos y comple- —Semarnap, 1997: 7).16
jos en su estructura [...], generan la más al- En el caso de Quintana Roo, el estado
ta producción de biomasa, alta captación peninsular mejor estudiado en este rubro,
de recursos hidrológicos [y] contienen al-
ta diversidad de flora y fauna”, incluyendo
4 389 de las 23 702 especies de flora del 16
Para 1995 se calcularon 2.3 millones de hectá-
reas, repartidas entre Campeche, Quintana Roo,
país, 98 de 290 anfibios, 212 de 704 rep- Chiapas, Oaxaca, Veracruz y, en mucha menor me-
tiles, 649 de 1 054 aves (61.6 por ciento) dida, Tabasco, Puebla, San Luis Potosí e Hidalgo.
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para 1995 el 63.22 por ciento de la super- cho de dispersión de tales ejemplares, ca-
ficie estaba cubierta por selvas de bajas a racterístico de la biodiversidad (Murguía y
medianas, el 6.53 por ciento correspondía Boege, 1986), alienta además la invasión
a manglares y el 5.30 por ciento a tierras de especies ajenas, “con pérdida de la ca-
propias para la agricultura comercial y la pacidad productiva del suelo y en estado
ganadería. El 24.93 por ciento restante susceptible a la erosión” (Villalobos, s.f.:
se catalogó como selvas perturbadas por 9). A ello se suma más tarde “el pisoteo
la explotación forestal y agrícola. La su- del ganado de pastoreo en zonas bosco-
perficie forestal se considera que abarca sas quemadas [que] aumenta la densidad
3 200 000 hectáreas del total de 5 048 real del suelo, lo que propicia una menor
300 que comprende el territorio, y de las tasa de infiltración […] y aumento del es-
que se han especificado 487 829 como currimiento y de la velocidad destructiva
áreas forestales permanentes, explotadas de las escorrentías”. No en balde Quinta-
por varias sociedades de productores que na Roo se encuentra entre los doce esta-
a menudo —pero no siempre ni en igual dos que tienen “más del 50 por ciento de
cantidad— reciben apoyos gubernamenta- su territorio afectado por erosión hídrica
34 les.17 La desaparición de importantes áreas ibid
ibid.: 11).
ligera” (ibid.: 11).
arboladas y la degradación de terrenos fo- Con independencia de su cubierta ve-
restales, agravada por la política mercantil getal, los paisajes planos son la tónica,
de aprovechar únicamente ciertas especies aunque en el corazón peninsular se en-
(cedro y caoba en particular) y por el he- cuentran pequeños lomeríos y depresiones
que, desde Champotón, ondulan el hori-
zonte y, tras atravesar el municipio campe-
17
Pese a que “en todo el estado (exceptuando chano de Hopelchén, se prolongan hasta
la porción sureste y la costa norte) el ecosistema
predominante se encuentra conformado por selva Ticul, en el estado de Yucatán, aun cuan-
alta y mediana, selva fragmentada y selva baja”, ni do con menor elevación (de allí que se
siquiera las Áreas Naturales Protegidas (ANP) han
hable de la Sierra Alta y la Sierra Baja o
escapado a la perturbación. Se calcula que para la
década de los setenta el cambio de uso del suelo Sierrita). Pero ni siquiera los litorales son
en toda la península fue del orden del 49.9 por completamente uniformes; destacan en su
ciento, y para los años noventa alcanzaba ya 64.08
por ciento (por estados, Quintana Roo presentó un configuración, por el lado campechano,
cambio del 31.90 por ciento, Campeche del 28 por el gran vaso que forma la Laguna de Tér-
ciento y Yucatán del 41.66 por ciento). Únicamente
minos, en la cual desembocan, viniendo
en las ANP de Sian Ka’an-Uaymil fue del orden del
25.18 por ciento (Carranza, 1996). desde el sur, los ríos Palizada, Chumpán,
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predominan los cítricos (naranjas, limas, li- monarias, petatillos, teresitas, flamboya-
mones, chinalimas y limón real) y las ano- nes y girasoles, entre otras muchas, son
náceas (guanábanas, zaramuyos, anonas y elementos comunes en los frentes y patios
chirimoyas), mientras que en los patios ad- traseros de las viviendas mayas.
yacentes a las viviendas —conocidos como
“solares”— es común encontrar ejemplares PERCEPCIONES MAYAS DEL MEDIO
de guaya, guayaba, mamey, chicozapote, Con los aires de modernidad que invaden
zapote negro (tauch), blanco (ch’och) y de manera acelerada las comunidades, so-
amarillo (kanisté), nance, ciricote, tamarin- bre todo a partir de la apertura de vías de
36 do, ciruelas y plátanos de diversas clases, comunicación más expeditas y la llegada de
que alternan con hortalizas (condimentos medios como el radio, la televisión y en me-
varios y diferentes clases de chiles, chaya nor medida los diarios, a los cuales se aúna
y colorantes como el achiote, etcétera)18 un mayor tránsito de individuos portadores
y la cría de aves de corral y puercos. Es de de distintas ideas, otros saberes y diferentes
destacar en numerosos lugares la presen- cosmovisiones, la manera en que los ma-
cia de flores, de gran importancia para la yas aprehendían los paisajes buscando do-
apicultura, pero que no sólo por ello son mesticarlos, apropiarse en alguna forma de
cultivadas, sino también por el placer de ellos con el fin de hacerlos parte de su coti-
poseer plantas de ornato; así, rosas, came- dianidad, ha sabido de cambios profundos
linas, hiedras moradas, obeliscos, tulipanes, que, a la vez que amenazan con la pérdida
jardineras, flores de mayo, bugambilias, li- de conocimientos y estilos de vida secula-
res —cuando no milenarios—, sirven como
cantera a partir de la cual re-crear otras for-
mas de organizar y entender la vida diaria.
18
Éstos pueden cultivarse en el llamado k’aanche :
pequeño huerto cultivado en alto, por lo común Perpetuo movimiento propio de cualquier
conformando un cuadro con tablones. cultura que se pretenda viva.
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37
En ocasiones las labores del campo se continúan haciendo en grupos, por lo común de parientes.
Comisaría de San Francisco, Yucatán.
Fotógrafo: Mario Humberto Ruz, 2001.
Acervo personal.
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cimiento de los suelos, las condiciones cli- medios tiene tierra fértil y profunda”, con el
máticas y los peculiares requerimientos del fin de diferenciarlos de aquellos otros fran-
cultivo de ese cereal con la finalidad de ob- camente estériles para la milpa.19
tener mejores rendimientos. En el caso de Los descendientes de esos avezados
los grupos asentados en suelo peninsular, agricultores han perdido buena porción
la posesión y transmisión de dichos cono- del conocimiento, en parte desplazado
cimientos se consideraba particularmente ante el creciente flujo de fertilizantes quí-
importante, por tratarse de una región en micos que una eficaz propaganda ha he-
muchas partes avara en suelos y aún más cho imprescindibles, pero algo sobrevive.
en agua, pero abundante en vientos a veces Así, por apuntar unos cuantos ejemplos,
huracanados, plagas y sequías que en un tzequel
tzequel a las super-
es común denominar tzequel a las super-
santiamén echaban abajo meses de esfuer- ficies rocosas y tzequel cankab a los suelos
zo y colocaban a las poblaciones al borde de deslave; los agricultores identifican sin
de la extinción por hambre. Obligadamen- cankab
cankab, tierra roja
problemas las áreas de cankab, tierra roja
te había que recurrir al consumo de raíces, ubicada entre afloramientos calcáreos y de
yerbas, frutillas comúnmente despreciadas alta fertilidad tan sólo durante los primeros
38 y hasta pulpas de ciertos árboles cuyas pro- años de cultivo, y las magras tierras negras
piedades nutritivas habían descubierto las de yaxhom (redzinas con tierra orgánica
generaciones pasadas. sobre roca caliza), que saben inadecuadas
Del minucioso conocimiento que logra- para el cultivo dada su concentración sa-
ron acumular los mayas sobre los tipos de lina y baja retención de humedad. Incluso
suelos (luum), por ejemplo, dan cuenta los los mayas de Champotón, en apariencia
diccionarios de la época colonial: ca cab muy transculturados, mantienen una cui-
luum
luum, “tierra buena para sembrar”; ek luum dadosa diferenciación de los suelos del
y dzu luum, ambas apropiadas “para pan municipio y sus utilidades: yaxhom, suelo
maíz”; ut luum, “tierra fértil”; cul ek luum, negro poseedor de rico humus; akalché,
“tierra negra para milpas”; ziz luum, “tie- compuesto de arena, arcilla y humíferos
rra de mucho humor y jugo, y fértil”; kan —ésos que los geólogos clasifican como
cab ché, “llano de tierra con árboles, bue- gleysoles sálicos—, que retiene humedad y
no para milpas”. Allí donde no se poseían
tan codiciados suelos hubo que detectar
19
Sobre éstas y otras clasificaciones véase el
las franjas útiles, como los llamados apatun acucioso diccionario de María Cristina Álvarez,
kax, “terreno pedregoso que en los inter- 1984: 113 y ss.
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cankab
cankab, rojo ama-
fácilmente se encharca; cankab, rojo ama- marañón. Pero mientras los de Hopelchén
rillento, propio para cultivo de cítricos, rá- aducen que los cuatro principales tipos
bano, cilantro, camote, repollo, pepino, de suelo que distinguen en su comunidad
tzequel
tzequel, bueno
melón y otras hortalizas; tzequel, bueno (cankab, yaxhom, akalché y kakab, como
para sembrar papaya y sobre todo pastos denominan a los negros) son buenos para
y jaragua (zacate); pusluum, montículos de la agricultura —no en balde, dicen, su mu-
tierra negra. nicipio era considerado el “granero” del es-
El conocimiento, o al menos los cam- tado—, sus vecinos inmediatos de Iturbide
pos semánticos que originalmente cubrían descalifican al cankab, que abunda en sus
los términos, muestran, sin embargo, va- dominios, por ser “pedregoso y pobre”, a
riaciones. Así, en diversas comunidades se menos que se le irrigue y fertilice. 39
considera que los suelos tipo akalché (tam- Si bien el dominio profundo de las ca-
bién llamados box luum, de box, “negro”) racterísticas propias de las antiguas varie-
son apropiados para milpas precisamente dades de maíz parece haber cedido terreno
porque al ser bajos guardan mucha hume- ante la difusión de los híbridos, las técnicas
dad, en tanto que los rojos tipo chak luum para su cultivo se mantienen con pocas al-
o cankab y los pedregosos y secos ubica- teraciones en aquellas comunidades que
dos en zonas altas (tzequel) son aprovecha- no cuentan con superficies mecanizadas o
bles sólo para maíz de temporal por retener áreas de riego. Como éstas son mayoría, el
poca agua. Otro tanto opinan sobre el sue- sistema de roza, tumba y quema, así como
lo tipo akalché los ejidatarios de la urbani- el empleo de bastones plantadores y mache-
zada Samulá, vecina a Campeche, quienes tes, todavía son comunes, aunque los perio-
clasifican las tierras de su menguado eji- dos de barbecho (cuando se deja descansar
do como negra (yaxhom) y roja (cankab), la tierra) y la rotación tienden a acortarse
apropiada para maíz y frijol (en particular dada la escasez de buenas tierras.
los llamados ibes), y gris (akalché), don- Poco persiste, en cambio, del conoci-
de se siembra sobre todo zapote, mango y miento detallado que los mayas antiguos te-
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nían de los ciclos solar, lunar y venusino, así crecimiento de las plantas, y otro tanto vale
como de ciertos elementos climáticos, y que para el corte de árboles con fines construc-
plasmaron incluso en códices. Esto no es de tivos, que realizado en tales fechas garantiza
extrañar; es conocido que tal saber era po- mayor durabilidad de la madera. Los huevos
sesión exclusiva de la elite, que basaba en de aves ovados en este periodo se conside-
él parte de su poder, y que ésta desapareció ran los mejores para encamar. La conexión
con mayor o menor celeridad a lo largo de luna-fertilidad es evidente.
la época colonial. Los estratos campesinos, Habitantes de tierra en buena medida
por supuesto, poseían también conocimien- seca y pedregosa, región carente en casi
tos al respecto, pero no eran tan detallados. toda su superficie de corrientes de agua,
Es todavía posible oír de boca de los sabios los mayas peninsulares dependen de la llu-
locales —los h-meno’ob— los nombres e via para sobrevivir. No es extraño que vi-
influencias que acarrean los vientos según van pendientes de los signos que anuncian
su procedencia: Lakín, Chikín, Nohol y Xa- su llegada y busquen conjurar los que con-
mán. La influencia lunar sobre las activida- ciben —con o sin razón— como amena-
des agrícolas, silvícolas y pecuarias es aún zas. La aparición del arco iris es considera-
40 reconocida por muchos pobladores, quie- da señal de su retiro, y su poder es tal que
nes se guían por las fases lunares para sem- no debe apuntársele con el dedo, so riesgo
brar, trasplantar, cortar. Así, en Calkiní se de que éste “se pudra”. Otro peligro es que
ponderan las ventajas de hacer semilleros y xtup
xtup, el hijo menor, señale con el dedo a
el xtup, el hijo menor, señale con el dedo a
sembrar durante la luna llena, porque en es- una nube cargada, pues retrasaría la llegada
ta fase está “dura” y fuerte, lo cual ayuda al de las aguas, sobre las cuales continúa se-
ñoreando Yum Chaak, que gusta de hacer
correr a su caballo (provisto de alas o de un
cuchillo de oro), provocando los relámpa-
Las comunidades norteñas han gos. Aventurado es entonces tocar un obje-
olvidado la mayor parte del to metálico, pues uno se arriesga a recibir
conocimiento que acumularon sus un rayo. Cuando las aguas no arriban, habrá
antepasados sobre lo silvícola, que que animarse a sembrar de manera antici-
todavía mantienen los pobladores tikimuk
tikimuk) y esperarlas mientras
pada (hacer tikimuk) y esperarlas mientras
se ruega por ellas.
de las franjas arboladas.
En tanto que los campesinos de Dzidzantún,
Yucatán, pueden atribuir el retraso de las
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41
Utilizan una rueda de madera para hacer mecate de fibra de henequén. Zacapu, Yucatán.
Fotógrafo: Ricardo Moura, 1981.
Fototeca Nacho López, CDI.
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siendo mucho más baratas, compiten con pecies maderables, mientras que el tzalam
el cedro y la caoba en resistencia, textura y el jabín son excelentes para los marcos,
y belleza del veteado, y son ideales para puertas y ventanas, además de emplearse
muebles. La del zapote es valorada por su con ventajas en la fabricación de apiarios.
dureza, que la hace apta para fabricar vigas, Para fabricar triplay existen: caobillo, jobo y
muebles y cabos de hachas, palas y otros roble (que además es codiciado para hacer
instrumentos; la fortaleza y durabilidad del postes). Si de extraer tintes se trata, ahí están
chechén, jabín y pucté las vuelven muy co- el brasil, el chactecoh y el chacahuante; si
diciadas para elaborar durmientes de vías de resinas, el chicle que destila el chicoza-
de tren. Para la factura de vigas, varejones, pote. El yaxnic, el jobo y el chacah sirven
paredes, duelas y techos de casas, se cuen- para fabricar papel; el yaxek para elaborar
ta con cascarillo, tinto, uaxim, guayabillo, resorteras y culatas; el tinto para postes, el
majagua, pisán o guaumúchil, ramón, bra- tzutzuc o palo ruda para marcos, el cocoi-
sil, granadillo y chacteviga, entre otras es- te y el lolón para cercos, el tzacchacá para
palillos de paleta. La lista es tan amplia co-
mo la diversidad arbórea regional.
42 Un buen artesano sabe que cuando se
trata de elaborar un objeto que deba com-
binar flexibilidad con rigidez, dureza con
ductilidad, se hace imprescindible combi-
nar varias clases de madera. Tal ocurre,
por ejemplo, con las ruedas de carretas,
que han de armonizar un centro (“maza”)
resistente, con rayos que se mantengan ti-
rantes, a la vez que engarcen fácilmente
en la gamba (circunferencia de la rueda),
mientras que para el eje resulta necesaria
madera que soporte el roce del metal. Así,
la gamba ha de ser de jabín, los rayos de
chacté, la maza de mora y el eje de chimay.
Planta medicinal con referencia de uso. Siglos de experiencia acumulados en “una
Peto, Yucatán.
Fotógrafa: Ana Piña Sandoval, 1984.
simple rueda”, y a punto de perderse dada
Fototeca Nacho López, CDI. la obsolescencia creciente de tal objeto.
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Pero no sólo ciertos objetos se en- ofrendar a los muertos, como son el xtes,
cuentran amenazados; también lo está la xpuhuc, rosalía, cristemó (crisantemo), gla-
diversidad arbórea, como bien lo saben sus diola, xpelón y hierba santa (ruda); plantas
usuarios. De allí que en algunos poblados y frutos prohibidos en el embarazo (limón,
(como Yacasay, en el sur de Campeche) naranja, papaya, chile); raíces, cortezas,
se hayan detenido las actividades de roza, pulpa, hojas, flores y frutos relacionados
tumba y quema, que además de atentar con la curación de distintas enfermedades
contra la selva ahuyentaron buena parte (sábila, sinanché, orégano, epazote, llan-
de la caza. Asimismo, amén de sembrar ce- tén, menta, toronjil, zacate limón, chaya,
dro y caoba (únicas especies que parecen pepino kat); plantas relacionadas con la
preocupar a los funcionarios locales de la alimentación animal (ramón y maíz) o con 43
Semarnap), algunos ejidatarios hacen se- la humana (maíz, calabaza, frijol, hierbas
milleros de otras especies para plantar en de olor, frutas), y especies alternas para ali-
sus parcelas una vez que se les titulen las mento en tiempos de hambruna, como el
tierras. Para hacerlo, esperan la luna cre- bonete, de cuya pulpa se fabrica harina;
ciente y aprovechan la llena para cortar el pixoy, que ofrece la magra carne de sus
madera, buscando evitar que se pudra o abundantísimos frutos, o el ramón, que
apolille rápido. permite obtener harina con los suyos.
Si bien la deforestación, como apun- Particularmente rico es el conocimiento
té, incidió en la pérdida del conocimiento que guardan los especialistas médicos lo-
silvícola en buena parte de los municipios cales (curanderos, herbolarios, quiroprácti-
norteños, el vinculado a otros componen- cos y parteras) acerca de plantas a las que
tes de la flora se mantiene muy vivo. Va- se atribuyen virtudes terapéuticas: hierba-
ya como ejemplo lo consignado en Hecel- buena para los espasmos; árnica para el
chakán, Campeche, donde se les clasifica asma y la bronquitis; belladona para la hin-
en relación con sucesos rituales y sociales. chazón por golpes; orégano para el dolor
Así, existen flores y alimentos propios para de oído; albajaca (sic) para la carnosidad,
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el aire, el ojo y el susto; pepino kat para la bles de ser cazados para enriquecer la die-
tos y problemas o dolor al orinar. Los cu- ta, comerciar o disminuir los estragos que
radores tienen claro, empero, que a veces causan en los cultivos o los gallineros. El
concurren otros elementos, ciertas técni- saber de los ancianos va a menudo mucho
cas y rituales, para obtener los beneficios más allá (en particular en lo que compete a
o acrecentarlos.20 Conocer las propieda- la ornitología), pero las nuevas generacio-
des terapéuticas que se atribuyen a ciertas nes muestran poca preocupación por he-
plantas, animales y elementos minerales, redar esta riqueza. En zonas donde la caza
solos o en combinación, acompañados de reviste mayor importancia el saber es más
44 rituales o no, de origen mesoamericano o amplio, lo que significa no sólo un abanico
de importación europea temprana, es un más extenso de nombres, sino estar ente-
bastión importante del saber acumulado rado de los hábitos de los animales; cono-
por los mayas prehispánicos y coloniales; cimiento imprescindible si se pretende ob-
saber en continuo acrecentamiento. tenerlos. Imposible atrapar un armadillo si
El papel básico de la economía en la no se sabe distinguir la cueva donde habi-
preservación del conocimiento tradicional ta, o disparar sobre un venado o un cone-
se aprecia en las actividades cinegéticas. La jo cuando se ignoran las áreas por donde
mayoría de los entrevistados rara vez supo transitan. El habitante de las costas que no
más nombres de animales que los suscepti- sepa de los hábitos de las aves migratorias
susceptibles de ser cazadas, mejor que se
dedique a la pesca.
20
Según un famoso h-men de Dzotchén, Cam- También en el ámbito pesquero pue-
peche, las plantas “más efectivas” son las que
crecen sobre los montículos prehispánicos, pues de apreciarse un minucioso conocimien-
allí reposa aún el conocimiento de los antiguos to, que abarca tanto a las distintas especies
mayas, a quienes atribuye los avances herbolarios,
con independencia de que algunas plantas sean
como su hábitat, sus patrones reproduc-
importaciones occidentales. tivos y las técnicas necesarias para ob-
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tenerlos. Mucho de este saber, obvio es, de diversas artes de pesca, en ocasiones fa-
está vinculado a los requerimientos del bricadas por los propios pescadores: redes
mercado y al desarrollo de nuevas inves- de arrastre, chinchorros y tarrayas (tejidas
tigaciones, lo cual nos habla de la puesta con hilos de cáñamo y dotadas de flotado-
al día de los pescadores en la materia; ac- res de plástico o caucho sintético), palan-
tualización que, al igual que en el caso de gres provistos de poderosos anzuelos para
los cazadores, desecha o recrea antiguos capturar especies mayores, o largas “fisgas”
saberes a fin de adaptarse a las demandas (de cerca de tres metros) para incitar a las
comerciales. Dentro de las múltiples espe- jaibas para adherirse a ellas con el fin de
cies factibles de encontrar en el Golfo de poder jalarlas sin que “piquen”. Quienes
México, por ejemplo, se reconocen con recolectan camarones y caracoles fabrican
mucha mayor facilidad aquellas que de- enormes bolsas de fibra (de tres por cinco
mandan los mercados nacional e interna- metros) y cubetas para colocar lo obtenido.
cional, pero sin desdeñar las susceptibles Y si un buen cazador está obligado a saber
de emplearse para el consumo doméstico reparar una escopeta que se atasca, con
o simplemente como carnada para atra- mucha más razón un pescador ha de ser
par las otras. capaz de efectuar reparaciones menores en 45
Figuraron así en la enumeración de los un motor descompuesto, para evitar que-
trabajadores del mar de Champotón, San dar a la deriva, a merced de los vientos.
Fernando, Ría Lagartos, Chabihau, San Cri-
santo o Isla Arena, especies como corvina, ASENTAMIENTOS, VIVIENDAS Y
cazón, chac chí, esmedregal, sábalo, peje GRUPOS RESIDENCIALES
rey, robalo, rubia, sierra, carito, picuda, ju- Si los paisajes naturales se asemejan en va-
rel, cherna, tiburón, mojarra, mero, pám- rios de sus elementos, los construidos por
pano, pargo, bagre, jorobado, pez payaso el hombre parecerían aún más homogé-
y chuy. Particular atención requieren la li- neos, debido tanto a la existencia de con-
sa en veda permanente, por ser base ali- dicionantes geográficas e históricas en los
menticia de otras especies mayores, como patrones de asentamiento —heredados de
el pargo, la corvina, el robalo, el burel y la la época colonial o el periodo de las ha-
picuda. A los peces se suman crustáceos y ciendas—, como al tipo de recursos ma-
moluscos, como caracol, cangrejo, cama- teriales disponibles, la similitud de técni-
rón, caracol rosado, jaiba y pulpo. La cap- cas constructivas y, en la época actual, la
tura de dichos animales supone el empleo difusión de un cierto estilo arquitectónico
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46
Mujeres lavando maíz a la orilla del pozo. Dzemul, Yucatán.
Fotógrafo: Ricardo Moura, 1981.
Fototeca Nacho López, CDI.
aséptico y ramplón, que invade con ma- como la colecta de cargas tributarias y la
yor o menor celeridad el campo mexicano, explotación de la mano de obra —ya por
despersonalizándolo a la vez que lo “mo- encomiendas, ya por servicios personales—,
derniza”, en opinión de los vecinos. procedieron a reunir a los indígenas. De ahí
Tras la conquista española, el patrón de surgió la nueva traza de los poblados, cuyo
asentamiento característico del periodo lla- patrón de asentamiento común es el com-
mado Posclásico (viviendas dispersas en te- pacto de baja densidad; aquel en que los
rrenos montuosos, o semidispersas en torno huertos de tamaño mediano de las viviendas
a un centro cívico-ceremonial) se reveló co- se tocan. Pero también se registran otras va-
mo un obstáculo a las dos principales ins- riedades: las poblaciones de mayor tamaño,
tituciones aportadas por los vencedores: la donde los muros de las casas se alzan casi
Iglesia y el Estado centralizador, los que, contiguos, corresponden al patrón conocido
buscando facilitar tanto la evangelización como “compacto de alta densidad”. Por otra
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MAYAS
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nado con zacate o láminas de cartón, zinc pero) y la “banqueta” o mesa circular para
o asbesto y, en el caso de los pueblos más tortear. Como el uso de hamacas es gene-
antiguos, paredes de piedra (“secas” o uni- ralizado, las camas siguen siendo poco co-
das con cemento), mientras que en los más munes, aunque van en aumento.22 Cuando
recientes o en las viviendas de los más po- se poseen, parecen cumplir más bien fun-
bres se observan, sobre una base de mam- ciones de marcador de estatus que de obje-
postería, paredes hechas de maderas loca- to de uso cotidiano; de hecho, algunos las
les, que pueden estar recubiertas con una colocan incluso en la sala de la casa.
mezcla de zacate y tierra roja (embarrado o En lo referente a la cocina, el INEGI re-
bajareque). Se emplean zapote, jabín, zak- porta que para el año 2000 el 84 por cien-
yap, tziminché o chechem para los horco- to de las viviendas yucatecas contaba con
nes; quiebrahacha u otra “madera de cora- un área destinada exclusivamente para co-
zón” para los balos; kekenché o wikinché
para el cuerpo del techo; chacteviga para
el caballete y pata de vaca para los tenso-
res, llamados “cañaverales”. Desprovistas
en ocasiones de ventanas, cuentan siempre 49
con dos puertas: una de entrada y otra de
salida al “solar” o patio. Se puede asimismo
habilitar “tapancos” en la planta principal,
con pedazos de madera, lonas o porciones
de plástico grueso resistente, para guardar
cajas o sacos conteniendo aquellas perte-
nencias de las que es impensable deshacer-
se, o las mazorcas ya cultivadas.
Se trate de casas de mampostería o de
palos, el mobiliario se reduce comúnmente Las viviendas absidales siguen siendo un marcador visible de
a hamacas, una o dos mesitas rústicas de la identidad maya. X-Yatil, Quintana Roo.
Fotógrafo: Mario Humberto Ruz, 1998.
tablas, que en ocasiones fungen como al- Acervo personal.
tar; algunas sillas, un improvisado trastero,
un arcón o cajas de madera —cuando no,
de cartón— para guardar la ropa (sustitui- 22
Véase al respecto el interesante texto de Baños
do, entre los más acomodados, por un ro- Ramírez, 2004.
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cinar, porcentaje que disminuía a 79.2 en el INEGI lo reporta en 77.6 por ciento de los
Campeche y a 72.2 en Quintana Roo. Aun- hogares de Quintana Roo, 66.7 en Campe-
50 que las cifras se antojan altas, cabe apuntar che y 61.4 por ciento en Yucatán, pero si
que no se trata siempre de construcciones enfocamos nuestra atención en los munici-
sólidas, sino a menudo de meros espacios pios de población predominantemente in-
cubiertos, con paredes de materiales preca- dígena, veremos que en éstos se concentra
rios o incluso carentes de ellas. Asimismo, la mayor cantidad de viviendas que utilizan
aunque las estufas de gas son de uso cada leña y carbón.
vez más frecuente en los poblados grandes, Arrinconados en las paredes de la casa,
es todavía usual encontrar el típico fogón entre canastas, bateas, ropas, latas, frascos,
de tres piedras (koben), que casi siempre se redes y sabukanes (morrales) para cargar
asientan directamente sobre el piso, mien- maíz, se encuentran los aperos de labran-
tras que los metates de piedra van siendo za, que poco han variado en número y for-
sustituidos por molinos metálicos para el ma desde la época prehispánica. Sin duda
maíz, del mismo modo que los productos la novedad más importante fue la introduc-
plásticos y las latas desplazan a las piezas ción de útiles con adiciones de metal o fa-
de alfarería local o las jícaras empleadas bricados a partir de metales, entre los que
antiguamente como recipientes. En lo co- destacan el machete, la sierra, el hacha y las
rrespondiente al uso de gas para cocinar, puntas de hierro que algunas comunidades
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adaptan al bastón plantador o espeque, bus- tos en los tres estados, pero advierte que éstos
cando reforzar su resistencia y duración. A se concentran sobre todo en las poblaciones
ellos se suman las escopetas en las poblacio- de mayor tamaño, que no son ciertamente las
nes donde aún se practica la cacería, y las habitadas por mayas. Con esta salvedad en
artes de pesca en aquellas costeras. mente, veamos los datos que ofrece el Insti-
Excepción hecha de radios y televisores, tuto para los conjuntos estatales, seguidos por
no se observan muchos artículos electrodo- aquellos que corresponden a localidades con
mésticos. En pueblos donde el bordado ge- menos de 2 500 habitantes, que son por lo
nera importantes recursos, las máquinas de regular las de población predominantemente
coser son comunes, y es frecuente que los maya. Los porcentajes hablan solos.
habitantes de Yucatán y Campeche posean Por lo general, casi todas las familias
un bastidor para urdir hamacas. En cuanto a poseen al principio una sola construcción
“bienes disponibles” en las viviendas, el INEGI que sirve como dormitorio, cocina-grane-
ofrece datos que se antojan relativamente al- ro y aun de corral, pero es también usual
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que al paso del tiempo se construya otra ble banquito y los cubos con el agua que
habitación destinada a dormitorio y se de- habrá de emplearse para el aseo. Es fre-
je la primera como cocina. Mientras tan- cuente que se defeque al aire libre, aunque
to, el fogón se localiza en un extremo de es justo señalar que gobiernos como el de
la planta principal de la casa, de manera Yucatán han realizado recientes esfuerzos
que esta construcción hace las funciones por dotar a las viviendas con letrinas; en
de dormitorio, cocina, sala y almacén. No particular después del paso del huracán
es inusual, como señalé antes, que adosada Isidoro (2002). Hablando del total estatal,
a la habitación principal se construya una el INEGI reporta 81 por ciento de viviendas
especie de galera cubierta que cumple fun- campechanas con “servicio sanitario exclu-
ciones de cocina. sivo”, 85.8 para Quintana Roo y 75.9 para
Los calificados como “baños” son a Yucatán, pero no ofrece detalles más allá
menudo dos o tres paredes de madera, de señalar que en Yucatán se contabiliza-
con un techo de huano mucho más bajo ron 95.6 por ciento de fosas sépticas, 94.7
que el de la planta principal. Adentro, el por ciento en Campeche y 63.2 por cien-
espacio alcanza apenas para el insustitui- to en Quintana Roo. Porcentajes muy por
52
CUADRO 8. PORCENTAJE DE LAS PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS DE LAS VIVIENDAS
PARTICULARES HABITADAS, 2000
Total de viviendas Falta dato 157 172 213 566 373 432
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encima del 15 por ciento que se registra a de agua entubada, energía eléctrica y so-
nivel nacional. bre todo drenaje, del cual carece casi el 40
Pese a existir corrales para los animales por ciento de la población.
que se crían en el solar, éstos están casi todo Comparando los porcentajes naciona-
el tiempo sueltos, lo que permite disminuir les, los registrados en la península parece-
el costo de manutención. Los perros y otros rían aceptables en su mayoría, pero la si-
animales domésticos pueden o no entrar a tuación varía si llevamos los datos a nivel
la planta principal de la vivienda, depen- municipal, que hacen claro que en aquellos
diendo de la costumbre de cada familia. municipios predominantemente indígenas
Veamos, para tener una visión de con- las carencias son más acusadas. Tomemos
junto, lo que registra el Censo de 2000 como ejemplo el caso de Quintana Roo,
acerca del número, ocupación y servicios donde cuatro de los ocho municipios re-
con que cuentan las viviendas en las tres gistran más del 30 por ciento de su pobla-
entidades. ción como HLI: Felipe Carrillo Puerto (75
Como puede apreciarse, la oferta de por ciento), José María Morelos (68.2 por
viviendas en Yucatán (que se corresponde ciento), Lázaro Cárdenas (57.9 por ciento)
con el porcentaje de individuos empleados y Solidaridad (30.2 por ciento). 53
en la industria de la construcción) es más Más allá de los servicios con que cuen-
del doble que en Campeche y cerca de 30 ten las viviendas, un punto destacable es que
por ciento superior a la de Quintana Roo, habitar en una casa “típica” es para muchos
como era de esperar dado el monto de su de los vecinos sinónimo de atraso y pobreza,
población, aunque en términos compara- cuando no de “indianidad”, en tanto que ha-
tivos no se corresponde estrictamente. Es cerlo en una “moderna” es marcador indu-
interesante comprobar la disparidad de ser- dable de prestigio. No está por demás men-
vicios con que cuentan las tres entidades,
sobre todo en lo que corresponde a drenaje
y sanitarios con excusado, que son bajos en Las unidades residenciales son
Yucatán, lo que en parte es explicable por
fácilmente perceptibles. Más allá de
las características calcáreas del subsuelo
(apenas el 3.5 por ciento del drenaje de la
sus linderos se tejen continuamente
entidad está conectado a la red pública, en diversos y complejos lazos de afecto
su mayoría en Mérida). Campeche mues- y cooperación.
tra los porcentajes más bajos en servicios
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Fuente: Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, Quintana Roo, Perfil sociodemográfico,
2003: 137-153.
cionar que en lo anterior han jugado un común sin tomar en cuenta su armonía con
papel primordial tanto los afanes comercia- el paisaje, y mucho menos las características
les de quienes manejan el rubro de la cons- culturales de los pobladores de la zona. En
trucción, como las políticas gubernamenta- este sentido, la acción de salvaguarda del en-
les en ese campo (íntimamente ligadas en te responsable (el Instituto Nacional de An-
muchos casos a los intereses económicos), tropología e Historia) es prácticamente nula.
que han privilegiado la erección de edificios, La destrucción del patrimonio arquitectónico
monumentos y áreas habitacionales, por lo —en particular en las cabeceras municipa-
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les— es brutal, acelerado y continuo, lo cual Es importante destacar que si bien ha si-
atenta no sólo contra el potencial turístico de do común considerar los patrones de or-
la región sino, hecho sin duda más impor- ganización social “tradicionales” como un
tante, también contra la memoria histórica factor determinante en la elección del tipo
plasmada en las construcciones. de unidad doméstica, éste no es siempre el
Con independencia de los materiales criterio único ni, mucho menos, un criterio
que intervengan en su factura, las casas anquilosado. Ana Paula de Teresa (op. cit.:
que conforman las unidades residenciales 207-278) demostró ya, por ejemplo, la rela-
albergan grupos domésticos que, por lo ción entre la Reforma Agraria, la situación
general, consisten en una familia nuclear ejidal y los tipos de unidades domésticas en
(una pareja y sus hijos) o varias de ellas en la zona henequenera.
viviendas distintas, aunque también se en- Si bien estas unidades residenciales son
cuentran familias extensas (padres, hijos y fácilmente perceptibles, incluso desde una
sus cónyuges y sus propios hijos, grupos simple perspectiva escenográfica, ya que
familiares viviendo juntos, en proximidad con frecuencia se encuentran delimitadas
pero en casas individuales o, finalmente, por pequeños muros de piedra seca (alba-
en relativa independencia de su parentela rradas), no son las únicas formas de organi- 55
en lo que a delimitación residencial respec- zación social de importancia entre los ma-
ta) o familias compuestas (que, a más de yas peninsulares. Más allá de sus linderos
parientes en línea directa, pueden incluir se tejen continuamente diversos y comple-
colaterales, como hermanos o sobrinos e jos lazos de afecto y cooperación recípro-
incluso algunos no familiares). ca con otros miembros del patrilinaje, así
Cuando los miembros de una familia como con los de las familias de parientes
extensa comparten sus gastos (v. g. los de afines o políticos (suegros, yernos, nueras,
comida, pagos de agua y luz) es frecuen- consuegros) y los parientes rituales o kúum-
te que los hombres hagan también la mil- palal
palal (padrinos, compadres); vínculos que se
pa u otros trabajos en común en el cam- expresan tanto en las actividades cotidianas
po. En cambio, ciertas familias nucleares como durante las festivas (v. g. las novenas
sólo comparten porciones del espacio (si- que acostumbran realizar grupos familiares
tios como el excusado, el granero y el área en honor a un santo), e incluso en las topo-
central del solar suelen ser de uso común), nimias, pues dada la tendencia a formar ba-
pero pueden tener gallineros y hasta bateas rrios o colonias de parientes, es común que
et al
et al., 2003: 329).
independientes (Quintal et al., 2003: 329). los vecinos designen a tal o cual sitio con el
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apellido paterno más importante: la calle de Más allá de las autoridades familiares,
los Peches, la calle de los Canules (Quintal las fuentes de liderazgo y poder son varias
et al op. cit.: 332-335).
et al., y diversas dependiendo del tamaño, la im-
En ocasiones los patrones de exo y en- portancia económica y la conciencia políti-
dogamia local (que regulan los matrimo- ca de las localidades. Imposible abordarlas
nios) se reflejan en la configuración del aquí con detenimiento. Sin embargo, con-
poblado, dividido en barrios, si bien no viene señalar que la autoridad en los po-
encontramos, como ocurre entre los ma- blados menores reside en las autoridades
yas de Chiapas y Guatemala, divisiones comunales. Éstas son, en teoría, elegidas de-
en lo que los antropólogos llaman “mi- mocráticamente por el grupo y su elección
tades” u otras variantes que den cuenta es luego reconocida por el municipio (en el
de la organización de los grupos de pa- caso del delegado municipal) o el Estado
rentesco en clanes o linajes, o lo que de (comisariado ejidal). No es inusual que com-
ellos subsiste. pitan por los puestos a fin de obtener ganan-
Pero ni siquiera los nexos que determi- cias personales o familiares, y es voz común
na el parentesco marcan los límites de las que están al servicio del Partido Revolucio-
56 formas organizativas mayas: las relaciones nario Institucional (PRI), si bien la presencia
de vecindad, de barrio; la pertenencia a tal de otros partidos (Partido de la Revolución
o cual asociación política, la adscripción Democrática, PRD; Partido Acción Nacional,
a determinada iglesia o la participación en PAN) es cada vez mayor. Su influencia, que
sociedades de crédito, grupos escolares, idealmente dura lo que dura el cargo, tiene
asociaciones de padres de familia, grupos un doble origen: un poder asignado por la
responsables de organizar festejos civiles o comunidad y otro delegado por el Estado. El
religiosos (como los gremios o las visitas de problema parecería ser mayor en las comu-
los santos) e incluso los vínculos de amis- nidades más extensas y pobladas, pues las
tad, son otras tantas bases para compartir pequeñas, además de resultar poco “atrac-
afanes, gastos y tareas.23 tivas” en términos de botín, por su mismo
tamaño están relativamente más capacita-
das para enterarse de los problemas y corre-
23
Es imposible detenerse aquí en todas y cada
una de las maneras de expresión de estas redes girlos, por ejemplo, a través de las sesiones
familiares; el interesado puede consultar el acu- mensuales que realizan los cabildos, que en
cioso e inteligente resumen de Quintal et al., que
no pocas ocasiones son los responsables de
incluye una detallada descripción de los sistemas
de parentesco y su tecnonimia. velar por el mantenimiento del sistema de
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normas y la aplicación de sanciones a quie- fuera del lugar. En este caso el conocimien-
nes se permitan violarlo.24 to aludido no tiene que ver con los saberes
Al lado de las autoridades comunales y actitudes tradicionales, sino con el que
se ubican aquellos individuos elegidos poseen del mundo mestizo.
por el común para desempeñarse como Punto de particular interés es la existen-
representantes temporales (“comités”) de cia, en las comunidades del área central de
ciertas asociaciones o programas, como Quintana Roo y algunas del oriente yuca-
los forestales o el Programa de Educación, teco (nucleadas en torno a Valladolid), de
Salud y Alimentación (Progresa), que sir- autoridades tradicionales surgidas de la or-
ven de intermediarios para gestionar ante ganización propia de la Guerra de Castas,
las instituciones públicas el financiamiento con su sistema de guardias, cuando en cada
y el apoyo técnico, o distribuir los apoyos una de las comunidades se establecieron
e insumos cuando se reciben. Apenas se “compañías” formadas por los hombres ca-
anuncia un programa, se forma un comité, sados, que mantuvieron una estructura mi-
que varios vecinos califican en broma co- litar, desde cabos hasta comandantes. Por
mo mero “comité de recepción”, pues sirve otra parte, cada comunidad nombró a sus
para recibir a los funcionarios (haciéndoles propias autoridades locales. Esta forma de 57
oír lo que quieren oír) y recibir los fondos, organización étnica tiene como eje el culto
que supuestamente distribuirán de mane- a la cruz. Cada familia mantiene una cruz
ra equitativa. del grupo familiar y cada comunidad tiene
Un grupo en consolidación parece ser asimismo su propia cruz comunitaria. Las
el de los profesionistas indígenas (en su más importantes, empero, son las cruces
gran mayoría maestros, pero no sólo). Ba- de las llamadas “compañías militares” que
san su prestigio en el conocimiento que se tienen varios santuarios o centros ceremo-
les atribuye (obtenido a través de sus es- niales en la región. Los jefes de tales com-
tudios) y en las relaciones que se supone pañías constituyen un influyente liderazgo
mantienen con altas autoridades. Poco se en la zona y, junto con las autoridades eji-
sabe, empero, pues residen por lo común dales, mantienen el control político y reli-
gioso de los asentamientos.
En Quintana Roo tradicionalmente se
24
El interesado en este apasionante tema puede ubican en cuatro centros ceremoniales, a
consultar, para el caso yucateco, la valiosa compi-
los que se adscriben las comunidades de la
lación de trabajos sobre cultura jurídica realizada
por Krotz, 1997. zona: Chumpón, Chancáh Veracruz, Tixca-
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cal Guardia y Tulum.25 Basado en el control mente desprestigiados por el gobierno, con
del ritual y en sus antecedentes históricos, lo que terminan siendo removidos.28
el prestigio de la organización va en retro- Hay además otros líderes informales, en
ceso, en particular entre los miembros más principio desvinculados de las actividades
jóvenes de la comunidad, pues se acusa a políticas, como aquellos miembros de la co-
sus líderes de nepotismo, intenciones de munidad que obtienen prestigio al desem-
perpetuarse en el cargo,26 malversación peñarse como rezadores y curadores o por
(real o supuesta) de fondos y de estar al descender de personas que prestaron ser-
servicio de los gobernantes del PRI en tur- vicios que los vecinos tienen por valiosos,
no.27 Los líderes que muestran actitudes de tales como los escribanos o los h-meno´ob.
58 rechazo o independencia son sistemática- Se recurre a ellos en ocasiones de conflicto
25
Es rumor extendido en Quintana Roo que los 28
Por no existir estudios puntuales que permitan
yucatecos de Xocén están emprendiendo accio- comparaciones a nivel peninsular, no me detengo
nes para ser reconocidos como un quinto centro aquí en otras autoridades y liderazgos, como el
sagrado. de los consejos supremos mayas, las diferentes
26
Bien a nivel de individuos, bien a nivel de co- “comisiones” que mantienen los gobiernos esta-
munidades. tales (v. g. la Comisión Ejecutiva para el Desarrollo
27
Para algunos la cooptación se muestra ya en el de la Zona Maya de Quintana Roo, que opera en
hecho de recibir un “apoyo” mensual por desem- Carrillo Puerto), los líderes políticos informales
peñarse como autoridades (“están en nómina”), (que basan su poder en los contactos personales
pero de hecho éste se antoja bastante raquítico que mantienen desde tiempo atrás con dirigentes
(en X-Yatil mencionaron 65 pesos al mes, y los estatales, en especial del PRI y particularmente en
cuidadores del santuario de la cruz parlante en el la Confederación Nacional Campesina, CNC), o
propio Carrillo Puerto aseguraron que pasan meses el poder creciente que en áreas como Quintana
sin recibirlo por retrasos burocráticos). A decir de Roo están adquiriendo los representantes de las
Lizama, la autoridad de los dignatarios comenzó a organizaciones no gubernamentales. Para el caso
debilitarse mucho antes; desde que las instancias de este último estado puede consultarse Ruz et al.,
municipales y la Reforma Agraria hicieron su apari- 2002: 132 y ss.
ción en los años treinta (1995: 70, passim ).
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MAYAS
59
Hombres de prestigio que lo han obtenido por servicios valiosos a la comunidad. Halacho, Yucatán.
Fotógrafo: Pedro Tzontémoc, 1993.
Fototeca Nacho López, CDI.
interno o familiar y son conceptuados como to que actualmente afecta a las autoridades
“consejeros” desinteresados de la comuni- mayas tradicionales.
dad. A primera vista, su base de poder, por Conviene asimismo destacar el hecho
tanto, sería similar a la de las autoridades tra- de que, a diferencia de muchas otras re-
dicionales (herencia histórica y manejo del giones indígenas del país, en la península
conocimiento tradicional, incluyendo el ri- no se advierte mayor peso de las jerarquías
tual), pero difieren al menos en tres puntos: religiosas cristianas o de otros grupos reli-
su reconocimiento se da primordialmente a giosos. Igualmente, aunque se observa una
nivel comunal,29 no disfrutan de poder dele- creciente politización (en particular gracias
gado alguno y tampoco sufren el descrédi- a una presencia más acusada del PRD), que
en algunos asentamientos ha provocado
ciertas rencillas familiares, los líderes po-
29
Aunque algunos rezadores y curadores gozan de
prestigio en las comunidades del entorno. líticos de la oposición no representan por
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el momento una fuerza significativa en las en cualquier parte del ejido y es éste el argu-
comunidades. mento central por el que la mayor parte de
los ejidos de la península no han aceptado
DE LOS AFANES COTIDIANOS la parcelación [promovida por las reformas
ACTIVIDADES ECONÓMICAS al artículo 27 constitucional] y han conser-
Pueblos tradicionalmente agricultores, los vado el uso común”. En la elección sobre
mayas dedican buena parte de su energía qué áreas trabajar intervendrán factores ta-
y tiempo, incluido el ritual, a labores rela- les como la cercanía de zonas despejadas
cionadas con el agro. Variando según las en años anteriores, la de los apiarios o la
potencialidades del terreno y los intereses de otros parientes, lo que de alguna manera
del gran capital, se abocan a cultivar pro- tiende también a respetar ciertos derechos
ductos como henequén, cítricos, flores, de usufructo reconocidos a otras parente-
chile o leguminosas; casi todos siembran las, conformándose así los conocidos como
aquellos que tienden a permitir la cada vez “rumbos”. Cabe señalar que la vecindad de
más inaccesible autosubsistencia alimenti- “rumbos” alienta a grupos de vecinos para
cia: maíz, frijol y calabaza, la clásica triada realizar actividades rituales en torno a la mil-
60 mesoamericana. Estos cultivos posibilitan cha’a Chak
cha’a Chak, la ceremonia para
pa, como el cha’a Chak, la ceremonia para
en ocasiones la obtención de excedentes et al
et al., 2003: 337-
invocar a las lluvias (Quintal et al., 2003: 337-
temporales que se llevan a los mercados. 341), aunque en ocasiones el ritual involucra
Las siembras se realizan, por lo común, a toda la comunidad, como se registra en el
en las tierras ejidales a las cuales tienen ac- oriente yucateco o en las comunidades cru-
ceso los ejidatarios y sus hijos, e incluso al- zoob de Quintana Roo, entre otros varios
gunos avecindados en el pueblo, en caso de sitios. Y no está de más señalar que su reali-
permitírselos la asamblea. “La norma ideal zación trasciende a menudo incluso las fron-
nos dice que se puede sembrar libremente teras religiosas, pues no es infrecuente que
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MAYAS
61
participen los convertidos a credos distintos regiones del sur campechano. No obstante
al católico (Rodríguez Balam, 2001). el gran arraigo que tiene el cultivo de los
Para los cultivos llamados “de tempo- productos de consumo tradicional, la in-
ral” se sigue empleando el método deno- serción continua y creciente de los mayas
minado roza, tumba y quema, o milpa iti- en el modo de producción capitalista, con
nerante (“el campo de maíz que camina”), el que se articulan en posición de amplia
que consiste en despejar los terrenos de la desventaja, tiende a modificar los patro-
vegetación primaria o secundaria; una vez nes. Así, en detrimento de los cultivos de
desbrozados, se procede a prenderles fue- productos dedicados al autoconsumo, cada
go, buscando con ello fertilizar el terreno. vez más comunidades se dedican a los de
La agricultura mecanizada es bastante rara, tipo comercial, lo que les obliga a comprar
limitándose al Valle de Edzná y a algunas aquellos básicos que ya no producen.
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62
La existencia de grandes esteros salinos en la costa norte ha facilitado la extracción de sal en la zona
desde la época prehispánica. Dzidzantún, Yucatán.
Fotógrafo: Mario Humberto Ruz, 1998.
Acervo personal.
Pero los trabajos agrícolas no son los de hamacas (Chemax, Tekam, Chichimila,
únicos, ni siquiera los más redituables. A Tixcacalcupul y Hocabá); la orfebrería (yu-
más de la pesca a la que antes me referí, catecos); las labores en cuerno de bovino,
muchos indígenas ocupan buena parte de sustituyendo a las de carey (Campeche), y
su tiempo en labores como la extracción de un largo etcétera dentro del cual el comer-
sal (yucatecos de la costa norte), la fabrica- cio ocupa un sitio no despreciable, tanto en
ción de productos hechos con fibras natu- los mercados como en pequeñas tiendas a
rales (Becal, Tekax, Calkiní y Ticul); la ces- menudo adosadas a la vivienda.
tería (yucatecos de Hunucmá); la cerámica Otras comunidades han visto en la cría
(Becal, Lerma, Maxcanú, Ticul); la manu- de animales o la obtención de sus produc-
factura de prendas de algodón; el urdido tos (v. g. la miel) una alternativa para com-
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MAYAS
pletar los exiguos ingresos que se obtie- vo al vender su cerdo, su pavo o su gallina,
nen de la venta de los excedentes agrícolas para comprar un poco más de maíz, ente-
temporales y las artesanías, en particular rrar a la esposa o el hijo muerto de anemia
las aves de corral, los cerdos y las abejas. o tuberculosis, ayudar a subsanar los altos
Estas actividades pecuarias rara vez inci- costos que implica el tener un cargo one-
den en la dieta, pues si bien algunos gru- roso dentro de un gremio, o pagar al voraz
pos aprovechan, por ejemplo, los huevos usurero, llámese licenciado, médico, cura,
de aves, son casi siempre otras bocas las prestamista o agente del gobierno.
que se beneficiarán del engorde; el maya A pesar de que sus propias labores agrí-
está obligado a emplear el dinero que obtu- colas, artesanales y comerciales ocupan un
63
Meliponario tradicional, las abejas se crían en troncos ahuecados llamados hobones. Yucatán.
Fotógrafo: Pedro Tzontémoc, 1993.
Fototeca Nacho López, CDI.
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lugar primordial en la vida de los mayas, vino a conocer sus variantes más dramáti-
existe otra actividad que absorbe buena cas en este siglo, ya en forma brutal y direc-
parte de su tiempo y energías: la venta de ta —como fuerza de trabajo— o indirecta
su fuerza de trabajo. De hecho, la gran ma- y disfrazada, como se observa en la utili-
yoría de los mayas contemporáneos se ve zación del maya como “objeto turístico” o
obligada a emplearse como trabajadores manoseada consigna de nacionalidad.
asalariados temporales, dada la economía Varias son las condiciones que permi-
capitalista dependiente que los estrangula ten y determinan la persistencia de la se-
(al igual que a muchos mestizos). La explo- cular explotación; imposible el examinar-
tación del indígena como grupo no es nue- las aquí con detenimiento. A nivel interno,
va; tan vieja como la “indianidad”, se in- cabría señalar los problemas derivados de
auguró tras la Conquista, alcanzó nuevos y los regíoenes de propiedad de la tierra, el
más complejos niveles durante la época de agotamiento de suelos ya de por sí pobres
los grandes latifundios henequeneros y de (en particular en el norte de la península),
las explotaciones madereras o chicleras, y los bajos niveles de educación formal, las
Total 175 504: 67 819: 246 363: 102 387: 427 630: 190 818:
72.1 27.9 70.6 29.4 69.1 30.9
por ciento por ciento por ciento por ciento por ciento por ciento
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MAYAS
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Solidaridad (con gran desarrollo turístico), 1990, pero que se agravaron sin duda tras
ninguno muestra una tasa mayor al 48 por la crisis del 94. Campeche ocupó en 1990 y
ciento. Otro tanto ocurre en Campeche, 2000 el primer lugar en cuanto a población
donde apenas Calkiní (50.3 por ciento) re- sin ingresos, que pasó de 8.4 por ciento a
basa la media estatal (50 por ciento), en 16.8 por ciento en tan corto periodo, segui-
tanto que los demás municipios, habitados do no muy de lejos por Yucatán (6 y 14.7
predominantemente por mayas, no llegan por ciento, respectivamente). Quintana Roo,
al 47 por ciento. En el caso de Yucatán, con en cambio, poseía y posee los porcentajes
una tasa media de 51.4 por ciento, el INEGI más altos en los grupos que reciben entre
no ofrece los datos para la totalidad de los tres y cinco o más salarios mínimos men-
106 municipios (acaso por su elevado nú- suales. Yucatán, por su parte, mantuvo los
mero), pero sí advierte acerca de la enor- porcentajes más altos en el grupo que recibe
me disparidad observada, que va desde el hasta dos salarios mínimos al mes, al tiem-
62.2 por ciento en Mayapán, hasta un ma- po que Quintana Roo se ha ido separando
gro 26 por ciento en Teya. No está de más aún más de sus vecinos en cuanto a secto-
recordar que las cifras corresponden a la res con mayores ingresos. No es extraño que
66 que el censo califica como población ma- ejerza tal poder de atracción sobre la fuer-
yor de 12 años que “trabaja o se encuen- za laboral de la península, ni es difícil su-
tra buscando empleo”. Y ciertamente nada poner en qué niveles se ubica la mayoría de
asegura que lo encontrará. la población maya. Puesto que las unidades
La perspectiva salarial muestra también empleadas en ambas décadas son distintas,
desfases, perceptibles ya con claridad en veámoslas por separado.
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CUADRO 12. POBLACIÓN OCUPADA SEGÚN NIVEL DE INGRESO MENSUAL POR TRABAJO, 2000
Asimismo, aunque los censos no se de- doméstica, y ya que nos ilustra sobre los
tengan en este aspecto, es claro que la pre- procesos de modernización artesanal y a
caria situación en el agro ha motivado que la vez acerca de la transmisión familiar de
en algunas comunidades el trabajo artesa- ciertas técnicas, detengámonos un mo- 67
nal con fines comerciales se incremente. mento en ella.
Puede tratarse de familias aisladas (nuclea- En X-Pichil se realizan bordados en
res o extensas) o, en ocasiones, de tareas máquina y también de hilo contado, que
que, al irse generalizando, han contribuido si bien en un principio seguían los diseños
a que la comunidad entera sea considerada geométricos tenidos por tradicionales, los
regionalmente como sede artesanal. Este han ido modificando para incorporar flora
sería el caso, entre otros muchos, de Dzi- y fauna de la región e incluso algunas fi-
tyá, Yucatán, reconocida por sus trabajos guras del panteón maya prehispánico. Los
en piedra; de Becal, Campeche, famosa cambios incluyen también el tipo de pren-
por los sombreros de jipi-japa tejidos en das que se trabajan, ya que si en su origen
cuevas (para facilitar el manejo de la palma eran sobre todo hipiles, ahora abarcan ca-
húmeda) o de X-Pichil, Quintana Roo, se- misas para hombre, de manta cruda; ber-
de de reconocidas bordadoras. Puesto que mudas, juegos de blusa y pantaloncillo,
esta última es, de nuevo, una actividad en mantelería, cortinas y sobrecamas, bus-
la que la participación femenina se revela cando ajustarse a la demanda del mer-
de capital importancia para la economía cado internacional y nacional, que ahora
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Los precios varían según el terminado, quina, oscilan entre los 90 y los 150 pesos,
la técnica, el producto e incluso el cliente. dependiendo del tipo de trabajo, aunque
Van desde unos 50 pesos por un juego de en casos de urgencia pueden malbaratar-
seis portavasos bordados en máquina (se- se las prendas (v. g. una blusa en 70 u 80
gún dicen, se pueden hacer dos o tres en pesos, y un hipil en 350).
un solo día), hasta unos 1 500 por un terno Sin descuidar las labores de la casa, las
bordado en forma sencilla también en má- vinculadas con el cuidado de los niños, la
quina. Un hipil con su justán, con técnica alimentación y el aseo de la vivienda y la
de calado, en cuya factura se invierte cerca ropa, o de ir a la escuela cuando están en
de una semana, se cotiza en aproximada- edad de hacerlo, muchas mujeres de X-Pi-
mente 600 pesos. Blusas, chalecos, cami- chil pasan buena parte del día bordando o
sas, bermudas, todos con bordado en má- costurando, “hasta que comienza a oscu-
69
Es común ver a las señoras reunidas bordando, como Lucía Dolores, Catalina y Amelia. Yaxley, Carrillo
Puerto, Quintana Roo.
Fotógrafa: Lucía Ruiz Millán, 2004.
Acervo personal.
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población del municipio de Mérida cuenta (75 por ciento), José Ma. Morelos (68.2 por
con educación media superior y superior, ciento), Lázaro Cárdenas (57.9 por ciento) y
municipios francamente mayas, como Chi- Solidaridad (30.2 por ciento), cuentan ape-
kindzonot, Timucuy, Chankom, Kantunil y nas con 16.2, 10.2, 11.5 y 23.9 por ciento,
Chemax, no llegan ni a 3 por ciento, en respectivamente, de sus habitantes con ta-
tanto que Kaua, Tixcacalcupul, Tahdziú y les niveles de instrucción, siendo la media
Mayapán ni siquiera alcanzan 2 por ciento. estatal 29 por ciento. A su vez, Campeche,
Por lo que respecta a Quintana Roo, tene- con una media estatal de 26.2 por ciento
mos que los cuatro municipios con mayor en el rubro, exhibe los siguientes porcen-
población indígena, Felipe Carrillo Puerto tajes en los municipios con mayor pobla-
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Concepto Nacional (%) Campeche (%) Yucatán (%) Quintana Roo (%)
Primaria
Secundaria
Profesional media
Medio Superior
Superior
Fuente: Perspectivas estadísticas (Yucatán, Quintana Roo y Campeche), México, Instituto Nacional de Estadística, Geo-
grafía e Informática, 1997.
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es particularmente complejo, pues cuan- que la familia nuclear posee una economía
do reprueban (en parte por la inasistencia apenas en consolidación; o las hijas, pues
que motiva la atención de la casa y los her- se considera que no requerirán de estudios
manos menores), los padres deciden dejar avanzados al casarse. La ausencia de dine-
de enviarlas a la escuela. No faltan inclu- ro explica también que los muchachos, aun
so quienes consideren que para una mujer cuando lo deseen, difícilmente puedan ir
basta con saber leer y escribir. Asimismo, más allá de la primaria, en especial cuando
cuando no hay escuela secundaria o prepa- hay que abandonar la localidad para seguir
ratoria en la vecindad, se teme enviar a las estudiando. No falta el interés, lo que esca-
hijas fuera, y si el dinero es poco se prefie- sea son los recursos económicos.
re privilegiar la educación de los varones. Por otra parte, pese a comprender que
Todos estos factores explicarían, al menos las limitaciones monetarias juegan un pa-
en parte, por qué el índice de masculini- pel fundamental en el abandono de la es-
dad a nivel de secundaria y preparatoria se cuela, la mayoría de los padres no hizo hin-
eleva tanto. En los raros casos en que las capié en la cuestión alimenticia (al fin y al
hijas pueden llegar a adquirir una profesión cabo sus hijos comen lo mismo que ellos
técnica o de maestras normalistas (lo más han comido durante años) y expusieron en 75
común), no faltan padres que se opongan cambio otros factores: desde la apatía de
a dejarlas ejercer, ya que por lo general las sus vástagos o su simple preferencia por el
primeras plazas que se les otorgan están trabajo, hasta el ausentismo de los maestros
fuera de la localidad. —en especial en las comunidades más le-
El ausentismo de los niños no es nega- janas— y el desinterés de varios de ellos, a
do por sus progenitores, pero lo justifican quienes acusan de apáticos o mal prepara-
alegando en ocasiones el desinterés que dos. No falta quien achaque parte del pro-
provoca en los pequeños la dificultad pa- blema a la “deficiencia de los programas”.
ra entender a los maestros y, sobre todo, la Revelando más sensibilidad que muchos
problemática económica familiar (esa mis- maestros, la mayor parte de los progenito-
ma que motiva que a veces los manden a res entrevistados hizo además expresa una
la escuela con tan sólo una taza de café problemática de tipo cultural: los niños no
como desayuno). Es por esto, aducen, que entienden porque los maestros no son ca-
casi siempre quienes abandonan la escue- paces de explicarse en maya.
la son los hijos mayores, a quienes corres- Las directoras de primaria de Calkiní
ponde ayudar a los padres en épocas en fueron las únicas entre los docentes entre-
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vistados que destacaron el aspecto lingüís- dagógicos para enseñar en maya, ni existe
tico. En su opinión, el problema se inicia texto alguno en la lengua materna.35 Y, para
desde el jardín de niños (a cargo de tres agravar la situación, muchos docentes cam-
profesoras bilingües y en ese momento ad- pechanos no consideran de particular valor
ministrado por el otrora INI), cuyo objetivo mantener un idioma en su opinión “inco-
es “introducir al niño al ámbito escolar y rrecto”, ya que “el maya auténtico sólo se
castellanizarlo”, cosa que no logran. Eso habla en Yucatán”; aquí, el lenguaje coti-
explicaría, al menos en parte, el altísimo diano está salpicado de palabras en espa-
índice de reprobación en los dos primeros ñol, clara muestra, a su entender, de que
años de primaria: los pequeños no com- “está degenerado”.36
prenden el español.34 Varios profesores ha- Empero, los ejemplos anteriores no sig-
blan o al menos entienden la lengua mater- nifican que la problemática escolar se re-
na, así que cuando los infantes confiesan duzca a una cuestión de bilingüismo. Exis-
no comprender, repiten los conceptos y las ten otros factores, que incluso pueden ser
instrucciones en maya; pero, no obstante específicos de cada lugar, en los que aquí
haber comprobado las ventajas del méto- no cabe detenerse; baste sólo apuntar, pa-
76 do, procuran no emplear el idioma materno ra darse una idea de cuán extremas y des-
porque el grupo “se les atrasa”. Su preocu- informadas pueden ser algunas opiniones,
pación es “cumplir en su totalidad” con los que en la comunidad de Yacasay, donde
objetivos del programa, con independencia según los maestros “ningún niño habla ma-
de que los alumnos los entiendan. De he- ya” en la primaria (pese a que más de la
cho, pese a que varios profesores asegura- mitad de la población es reputada como
ron la existencia de una “orden oficial pa- “mayera”), hubo un docente que invocó
ra conservar la lengua maya”, ser bilingüe factores genéticos, asegurando que la en-
no es un requisito para obtener una plaza, dogamia de grupo que practican mayeros y
los maestros no reciben fundamentos pe- michoacanos “para no perder su raza, pro-
34
Una de las escuelas certificó avances muy 35
Y allí donde existen, como en Tinum, los padres
importantes cuando los alumnos tuvieron un aseguran no entender cuál es el objeto de editar
profesos bilingüe durante dos años, pero al materiales didácticos en maya si los maestros son
cambiar de docente el fracaso escolar se repitió, y incapaces de usarlos por ser monolingües.
con una nueva agravante: los pequeños se negaban 36
Como muestra el estudio, el problema no es
a emplear el español en las aulas y perdieron privativo de Calkiní ni se restringe a la esfera de la
eficiencia en ese idioma. educación primaria.
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voca que engendren hijos con problemas salud/enfermedad y las numerosas y ricas
de aprendizaje” (¡!). estrategias que estos pueblos han creado
Es justo reconocer que los gobiernos para sortear de la mejor manera posible,
federal y estatal realizan diversos esfuer- con los medios a su alcance, los avatares
zos para subsanar el problema económi- de la enfermedad.
co, sobre todo otorgando becas o apoyos Comencemos comparando en un cua-
alimenticios; no obstante tales esfuerzos, dro los escasos datos numéricos sobre ser-
continúan el analfabetismo primario y se- vicios de salud en los tres estados peninsu-
cundario, el ausentismo, la deserción y la lares que nos ofrece el Censo de 2000 del
baja eficiencia terminal, mostrando que la INEGI, mismos que se restringen a los de-
multivocidad de la problemática requiere rechohabientes de distintas instituciones:
más que apoyos esporádicos o soluciones Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS),
aisladas. Mientras la escuela insista en for- Instituto de Seguridad y Servicios Sociales
mar a los pequeños dentro de los estrechos para los Trabajadores del Estado (ISSSTE),
marcos que conlleva la deseada homoge- Petróleos Mexicanos (PEMEX), secretarías de
neización nacional, ignorando las peculia- Defensa y Marina, u otras, que ofrecen ser-
ridades socioeconómicas y culturales de vicios de salud más allá de los que otorgan 77
los educandos, de sus padres y de sus men- las secretarías estatales de salud.
tores, seguirán sin duda registrándose cifras Dato a destacar es que en los tres esta-
desalentadoras. Educar desde fuera, desde dos se registra mayor número de población
la alteridad, significa en muchos sentidos femenina con derechohabiencia: 39.2 por
educar para la marginalidad y el fracaso. ciento contra 37.6 por ciento de los hom-
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bres en Campeche; 46.3 por ciento contra muestran porcentajes por debajo del 38.4
46.2 por ciento en Quintana Roo y 46.0 por por ciento estatal, siendo Calkiní el más
ciento frente a 44.1 por ciento en Yucatán, lo alto (26.5 por ciento) y Hopelchén el más
que nos reafirma la creciente inserción de las bajo (14.9 por ciento). Y en Quintana Roo
mujeres en el mercado laboral, en específico tres de los cuatro municipios con mayor
en los sectores secundario y terciario. población maya (Carrillo Puerto, Cárdenas
Al desglosar los datos de derechoha- y Morelos, con 15.3, 10.6 y 9.2 por ciento,
biencia conforme al tamaño de las loca- respectivamente) se sitúan muy por debajo
lidades, observamos de nuevo que aque- del 46.2 por ciento que constituye la media
llas de menor tamaño, donde habita buena estatal, mientras que Solidaridad exhibe un
parte de los mayas, son también las más 39.6 por ciento, porcentaje sin duda ligado
desprotegidas en este rubro. No en balde a su acelerado desarrollo turístico y la con-
el propio INEGI señala que en municipios siguiente adscripción al IMSS del personal
yucatecos como Tahdziú, Tixcacalcupul, que labora en hoteles y restaurantes.
Chacsinkín, Chemax, Chikindzonot, Can- Más allá de estos datos, que sólo indi-
tamayec, Temozón y Yaxcabá, los dere- rectamente nos hablan de las expectativas
78 chohabientes no llegan ni al 5 por ciento que pueden albergar los mayas en cuanto
(Yucatán. Perfil sociodemográfico, op. cit.: a servicios de salud, investigaciones recien-
115). En Campeche vemos que los munici- tes37 muestran que las causas de morbi-
pios con predominio de habitantes mayas mortalidad más frecuentes son las deno-
37
Véase Ruz et al., 2000, 2002 y en prensa.
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81
porcentaje y que los médicos de Tenabo por ciento moderada y 3.4 por ciento se-
consideren que de un total de 770 infantes et al
et al., en prensa).
vera (Ruz et al., en prensa). 39
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Punto también a destacar es la periodi- Otra dificultad que aqueja con frecuen-
cidad de ciertos cuadros: las diarreas, por cia a los moradores de las comunidades, y
ejemplo, son mucho más frecuentes en que incide también en la situación nutricio-
épocas de calor; las patologías propias de nal, es el alcoholismo, en particular entre los
vías respiratorias altas menudean en otoño hombres (jóvenes y adultos), ya que el con-
e invierno, afectando ambas en particular a sumo de alcohol es considerado a menudo
los lactantes menores y mayores, sin distin- marcador de virilidad.40 A ello contribuyen,
ción de sexo o área habitacional (urbana o en opinión de muchos de los entrevistados,
rural), y a los ancianos. Ocasionalmente se las mínimas opciones de esparcimiento o
presentan también consultas masivas por desarrollo cultural. Harto común es oír que
conjuntivitis y algunos brotes epidémicos, la gente se emborracha “porque no hay otra
como los casos de dengue registrados en cosa que hacer”, aunque no faltan quienes
los últimos años, y, más raramente, enfer- lo liguen con el desempleo o los proble-
medades eruptivas propias de la infancia, mas económicos, que en algunas poblacio-
como el sarampión y la varicela. Entre los nes desembocan incluso en suicidio.
adultos mayores son frecuentes las consultas Comparar la mortalidad en la penínsu-
82 por problemas reumáticos y diabetes, pade- la resulta imposible dada la disparidad de
cimientos cuyo control continuo a menudo datos consignados (cuando los hay), pero
se dificulta en el caso de las comunidades parece claro que entre las principales cau-
más apartadas, donde los mayores afecta- sas de muerte infantil se cuentan la desnu-
dos por tales patologías se ven obligados a trición, las gastroenteritis y las enfermeda-
trasladarse periódicamente a centros pobla- des de vías respiratorias, mientras que en
cionales mayores, con los gastos y molestias los adultos predominan la cirrosis hepática,
consecuentes. Asimismo, aunque no apare- los accidentes y la senilidad, en ese orden,
cen en los reportes, acaso debido a que los a las que se aúnan los infartos y las com-
servicios locales de salud rara vez cuentan plicaciones de la diabetes.
con atención odontológica, son de destacar Los pobladores del área poseen varias op-
las referencias continuas (tanto de los mé- ciones para tratar sus enfermedades, comen-
dicos como de los vecinos entrevistados) a
problemas vinculados con dientes y encías,
que muchos achacan a la calidad del agua, 40
Aunque en las poblaciones mayores parece ir en
claro aumento, el consumo de drogas, en cambio,
pero a los cuales sin duda no son ajenos no se reporta todavía como un problema serio en
también los derivados de la dieta. las comunidades mayas.
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zando por la atención familiar. Los servicios sitación, mejoramiento del medio, detección
públicos de salud (a cargo sobre todo de la temprana de cáncer y difusión de métodos
Secretaría de Salud y el IMSS) varían depen- contraceptivos, entre otros. Como es frecuen-
diendo del tamaño de las localidades: desde te en todo el país, en las localidades más pe-
mínimos puestos de salud atendidos por una queñas los centros de salud están a cargo de
enfermera, hasta pequeños hospitales regio- un médico pasante que labora casi siempre
nales y, sobre todo, centros de salud a cargo de lunes a sábado, a menudo auxiliado por
de médicos pasantes. Las acciones que allí se una enfermera; divide sus actividades en pre-
llevan a cabo no se restringen al ámbito cu- vención (v. g. pláticas a la comunidad, progra-
rativo, sino que buscan incidir en el preventi- mas de vacunación, erradicación de dengue
vo, con campañas de vacunación y despara- o paludismo, cloración de agua, salud repro-
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Es tan peligroso, que se avisa del rezo y nadie reputan como benéficas para casi todas
debe salir de su casa para que no pesque el las manifestaciones patológicas —con in-
mal viento… Pero este loj kubao es un rezo en
dependencia de la etiología invocada— y
puro maya, nada de español se dice allá (Ruz
su conocimiento permea todos los niveles:
et al
et al., en prensa).
desde el remedio casero hasta los expen-
dios de plantas medicinales (incluso traídas
De allí la importancia de un diagnóstico desde otros estados de la República) en los
preciso, que sólo hacen los mejores h-me- grandes mercados, como los de Mérida,
nes (plural castellanizado del vocablo maya Champotón o Campeche; expendios que
h-men), capaces de diferenciar los distintos se observan siempre concurridos. De he-
tipos de aires, como el denominado “aire ca- cho, la atención de un “malestar” empieza
luroso”, que puede sufrirse tras un cambio comúnmente en casa y para ello se recurre
brusco de temperatura (por ejemplo, bañarse de entrada a las plantas.
apenas volver del trabajo o de hacer depor- Como apunté antes, la atención mé-
te), el “aire renitis”, que afecta a los riñones, dica no recae exclusivamente en los pro-
o algún otro que se manifiesta con dolor tes- fesionistas con entrenamiento occidental;
86 ticular. Aires particularmente temidos son los dependiendo de la mayor o menor dispo-
que se atrapan en el monte, a menudo como nibilidad de los servicios que éstos ofrecen
consecuencia de una conducta irrespetuosa (no siempre continuo en las comunidades
o irreverente ante los dueños sobrenatura- más pequeñas), de las posibilidades eco-
les de la floresta, en particular a los aluxes, nómicas de los enfermos o sus familiares y,
a quienes algunos olvidan o desdeñan ofre- sobre todo, de la etiología que los afecta-
cerle dones antes de trabajar el campo que dos atribuyan al cuadro patológico, puede
les pertenece. En tal caso, el h-men tendrá recurrirse a los especialistas locales, entre
que realizar una ceremonia y ofrecerles dá- los cuales se cuentan los “sobadores” (qui-
divas como parte del esquema terapéutico, roprácticos), los “yerbateros” (herbolarios) y
que en este caso incluye la “sanación” del los h-meno’ob. La importancia de estos es-
terreno cultivado, incluso combinando las pecialistas en la vida comunal, no sólo en lo
prácticas tradicionales con la solicitud al pá- que a aspectos médicos se refiere, sino en
rroco para que celebre una misa, como se el saber vinculado a esferas como la de la
registró en Hopelchén. cosmovisión, la ecología local, el ritual y la
La importancia de la herbolaria medi- tradición oral, es sin duda digna de un estu-
cinal está fuera de dudas. Las plantas se dio detallado que haga justicia a su saber y
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derlas en la clínica y a solas, aislándolas del participan del mundo de lo sacro —como
protector núcleo familiar, es fácil entender corresponde a pueblos profundamente re-
por qué estar en manos de la comadrona ligiosos, para los cuales las enfermedades
mitiga ansiedades y relaja durante el parto, son acontecimientos que afectan las en-
facilitándolo (Ruz, 2000: 131-132). tidades anímicas, y acontecimientos que
Si la interacción de la medicina occi- pueden provenir incluso de la brujería—
dental con las parteras es creciente (aun- ello no significa que se sitúen extramuros
que por lo común en una relación des- de la cotidianidad.
igual), salvo contadas excepciones no Puesto que caer en el binomio simplista
ocurre lo mismo con otro tipo de profesio- de canonización o satanización continúa
nales de la salud (esos mal llamados “mé- siendo por desgracia una actitud frecuen-
dicos tradicionales”), cuyo saber es gene- te, convendría asimismo hacer hincapié (al
ralmente desdeñado por los médicos con igual que con los médicos occidentales) en
entrenamiento occidental,43 quienes, en que valorar el papel de los curadores nati-
una generalización inadecuada, los califi- vos no significa obligatoriamente mitificar-
can a menudo de charlatanes, ignorando lo, a menos que deseemos seguir abonando
que al lado de éstos (que también los hay) a las bondades turísticas del “chamanismo 89
se encuentran individuos que no sólo son exótico”. Como bien sabe quien haya tra-
verdaderas bibliotecas de conocimiento bajado en el campo, la vigencia de sabe-
herbolario, sino también profundos cono- res y prácticas médicas diversas a aque-
cedores de su entorno cultural. llas emanadas de la tradición occidental
Apuntemos, de entrada, que si desde resulta incuestionable, pero no ocurre lo
nuestra alteridad cultural los conceptos y mismo cuando de evaluar su efectividad
actitudes de los curadores y sus pacientes real se trata. Sin duda se revelan altamen-
parecieran aurolearse de un misticismo ex- te eficaces al tratar con los “síndromes de
traordinario, no ocurre necesariamente así filiación cultural” antes mencionados, pero
para el hombre maya; sin negar que la con- no lo son tanto ante cuadros patológicos de
cepción de la enfermedad y su terapéutica origen viral o bacteriano.
De lo anterior están conscientes los
43
Actitud frecuente es intentar reducir las con- propios curadores, quienes incluyen a me-
cepciones locales a los esquemas médicos occi- nudo los antibióticos de amplio espectro
dentales. Un médico de Tikinmul nos aseguraba,
por ejemplo, que el mal de ojo “no es más que
en su arsenal terapéutico, junto con anal-
conjuntivitis”. gésicos y antipiréticos de uso general, o de
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MAYAS
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Mayas. Primera parte, de Mario Humberto Ruz, se terminó de imprimir en abril de 2006
en los talleres de Impresora y Ecuadernadora Progreso, S.A. de C.V., San Lorenzo 244,
Col. Paraje San Juan, Deleg. Iztapalapa, C.P. 09830, México, D.F. El tiraje fue de 6 000
ejemplares.
Las tareas de digitalización y retoque de imágenes, composición tipográfica, diagramación
y cuidado de edición estuvieron a cargo de la Coordinación Editorial de la CDI.
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ISBN 970-753-072-3
9 789707 530720
MAYAS
SEGUNDA PARTE
Fotografía 1a de forros y portadilla: Llamando a los “dueños de las campanas” para que vengan a disfrutar
los panes.
Tixhualactún, Yucatán.
Fotógrafo: Mario Humberto Ruz, 1998.
Acervo personal.
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MAYAS
SEGUNDA PARTE
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Ruz, Mario Humberto
Mayas : segunda parte / Mario Humberto Ruz. -- México : CDI : PNUD, 2006.
67 p. : maps., retrs., tabs. – (Pueblos indígenas del México contemporáneo)
Incluye bibliografía
ISBN 970-753-072-3
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Queda prohibida la reproducción parcial o total del contenido de la presente obra, sin contar previamente con la autorización
del titular, en términos de la Ley Federal del Derecho de Autor, y en su caso de los tratados internacionales aplicables. La
persona que infrinja esta disposición se hará acreedora a las sanciones legales correspondientes.
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MAYAS
MAYAS
SEGUNDA PARTE
44
He planteado con mayor detalle esta tentativa de clasificación en un trabajo previo
(Ruz, 2002), del cual tomo casi textualmente algunos párrafos, actualizando los datos
censales. Reconozco de nuevo, con idéntico agrado, que tal regionalización se basa en
buena medida en los diagnósticos peninsulares realizados por Bracamonte, Ramírez y
Solís (en el mismo libro), quienes a su vez han propuesto regionalizaciones estatales,
y recuerdo que las regiones propuestas pueden o no mostrar subdivisiones, que dejo
ahora de lado por razones de brevedad. Otra regionalización por estados, de gran interés,
es la propuesta por Quintal et al., 2003. Cabe insistir en que la enorme disparidad en
extensión y número de municipios (ocho en Quintana Roo, diez en Campeche y 106 en
Yucatán) dificulta sobremanera la desagregación y comparación de los datos censales,
por lo que ésta ha de tomarse como una propuesta tentativa, susceptible —y sin duda
urgida— de precisiones.
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45
De hecho, se trata del 86 por ciento de las tierras
ejidales del estado, en el caso de Quintana Roo. 46
Mayores datos en Ruz et al., 2000.
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MAYAS
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poco más del 10 por ciento de las tierras fueron junto con ésta, aunque persisten los
se dediquen a la agricultura, si bien 40 por familiares, especialmente los denominados
ciento de la población económicamente “de crisis”. Recurrir a los médicos tradicio-
activa (PEA) se emplea en el sector agrope- nales es todavía común, pese a la cobertura
cuario. El resto intenta sobrevivir acudien- relativamente suficiente (aunque con defi-
do a la pesca temporal, la extracción de sal ciencias en lo asistencial) de los servicios
marina y, sobre todo, al trabajo asalariado: públicos de la medicina occidental.
los hombres en la industria de la construc-
ción o la jardinería en la ciudad de Méri- EL ORIENTE QUINTANARROENSE :
da, las mujeres en el servicio doméstico y REGIÓN CARIBEÑA
la maquila. Muy pocos alcanzan siquiera La tercera de las áreas entrevistas corres-
dos salarios mínimos mensuales y muchos ponde a la región del Caribe. Zona de un
no llegan a obtener uno. Son municipios importante desarrollo turístico localizada
expulsores de mano de obra. en la costa quintanarroense, no es, empero,
Para 1995 cerca del 60 por ciento de como la anterior, exclusiva para los mayas
la población no había completado sus es- de ese estado; de hecho ni siquiera es ex-
tudios primarios, y existía 12 por ciento de clusivamente maya en lo que a su pobla- 9
analfabetas; las enfermedades gastrointes- ción indígena se refiere pues, aunque son
tinales y de las vías respiratorias altas son una franca mayoría, los mayas comparten
las causas más frecuentes de morbimorta- espacios con otros grupos étnicos.
lidad. Las viviendas fabricadas según pa- Se trata de un área de altísimo creci-
trones “modernos” compiten en número miento demográfico durante las últimas dé-
con las “tradicionales”, el hipil típico de las cadas (7.39 por ciento entre 1980 y 1990;
mujeres cede su puesto a pasos acelerados 5.94 por ciento entre 1990 y 2000), donde
a la vestimenta de tipo occidental en las a los escasos mayas originarios de las zonas
generaciones jóvenes, que en las cabece- de Tulum y la isla de Cozumel se suman
ras municipales más populosas se han con- continuamente inmigrantes indígenas de
vertido también en algunos casos en ge- toda la península y hasta de otras regiones
neraciones “cero” desde el punto de vista del país (recordemos que para 2000 el 56.9
lingüístico: entienden la lengua maya pero por ciento de los moradores de Quintana
no la hablan, o simplemente prefieren no Roo había nacido fuera del estado). No es
hacerlo; otros optan por no enseñarla a sus extraño que en 1995 el municipio de Be-
hijos. Los rituales vinculados a la milpa se nito Juárez (donde se ubica Cancún) regis-
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MAYAS
densidad poblacional, pese a ser de fuerte servicios del área que, como apuntaba, se
atracción de inmigrantes y de haber servido consideró en los últimos censos como de
al gobierno del estado de Campeche como alta marginalidad. Del lado campechano
área para dotar de nuevas tierras a los ya sa- se situaba el grado de escolaridad más ba-
turados municipios norteños (los de mayor jo de toda la península (para el año 2000
densidad indígena del estado), y al gobierno el 25.8 por ciento de la población de Ca-
federal para ubicar algunos de los campa- lakmul era analfabeta), junto con altos ín-
mentos de refugiados guatemaltecos. dices de tuberculosis, paludismo y desnu-
Pese a lo poco poblado del territorio, se trición. Aunque sigue considerándose un
registra una fuerte competencia por los re- municipio de pobreza extrema, desde su
cursos; competencia derivada no sólo del creación hasta marzo de 1997 se habían
fenómeno de “reacomodo” poblacional, invertido ya en la zona casi 157 millones
aún en marcha, sino de la existencia de de pesos para beneficiar a 114 localidades
una extensa área protegida, la Reserva de con servicios de electrificación y agua po-
la Biosfera de Calakmul, que abarca 723 185 table; construir 244 espacios educativos
hectáreas de selva tropical alta, con la cual en 33 ejidos, rehabilitar 45 escuelas de 26
han de convivir los inmigrantes, a quienes comunidades y erigir 12 casas de salud.48 11
difícilmente podría considerarse conocedo- Aunado a ello se mejoran senderos y ca-
res del manejo de tal medio si recordamos rreteras con la finalidad de facilitar la co-
que proceden de las regiones montañosas municación a los habitantes y a los turistas,
de Chiapas y Guatemala, las planicies alu- pues dada la existencia de la reserva y de
viales ya taladas de Tabasco o los altipla- importantes sitios arqueológicos se cifran
nos del centro del país. Por si fuera poco, en la zona grandes expectativas ecoturís-
la competencia por los recursos no se limita ticas y de turismo cultural.
a los individuos o los asentamientos ejida- Desde el punto de vista poblacional,
les frente a los nuevos colonos; los propios se trata de un área pluriétnica y multicul-
gobiernos de Campeche y Quintana Roo tural, donde si bien la CDI registra 44 488
mantienen desde hace pocos años una con- individuos habitando en hogares mayas tan
troversia jurídica por los linderos. sólo en la porción quintanarroense, en el
Paradójica, aunque no inexplicable- lado campechano hay también importan-
mente, esta controversia (a la cual no fue
ajena la creación del municipio de Calak-
mul) ha incidido en el mejoramiento de los 48
No poseemos datos actualizados.
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tes contingentes de otros grupos originarios conocida. Desde el punto de vista acadé-
de Chiapas (en particular ch’oles) o Guate- mico, es una región en busca de autor.
mala, a los que me referí antes. No son los
únicos: los colonos quintanarroenses en su LOS BASTIONES URBANOS
mayoría son mestizos, y puesto que la CDI Tendríamos, por último, una “región” que
reporta 8 842 pobladores indígenas de un pese a no mostrar contigüidad geográfica
total de 23 115 en el nuevo municipio de comparte una serie de características que
Calakmul,49 es de suponer que las otras dos bien permiten comparar sus partes y con-
terceras partes de los colonos del área de siderarlas de manera conjunta. Me refie-
Campeche son también campesinos mes- ro a la que podríamos denominar urba-
tizos. La manera en que se urde el tejido na. Se incluirían en ella no sólo las tres
social entre ellos es en buena medida des- capitales estatales (Mérida, Campeche y
Fuente: Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas / Programa de las Naciones Uni-
das para el Desarrollo, “Sistema Nacional de Indicadores sobre la Población Indígena de México”, 2002,
con base en el XII Censo General de Población y Vivienda 2000.
49
Cabe destacar que para la época de creación
del municipio (1996) el Instituto Nacional Indige-
nista regional calculaba cerca de 50 por ciento de
población indígena.
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MAYAS
Chetumal), sino otras ciudades mayores Ahora bien, si centramos los datos ex-
y medianas, como Cancún en Quintana clusivamente en las ciudades, obtenemos
Roo, Valladolid en Yucatán y El Carmen los resultados que aparecen abajo.
en Campeche. No poseemos un estudio global sobre
Conformadas de manera predominante estos mayas urbanos, aunque resulta rela-
por no indígenas, albergan sin embargo nú- tivamente fácil ubicarlos entre los grupos
meros importantes de pobladores indios, ma- marginales de las urbes, asentados en pue-
yas en su infinita mayoría. Al revisar las cifras blos antiguos que ya englobaron las ciu-
de población en hogares mayas de los muni- dades (casos de Mérida o Campeche), o
cipios donde se ubican las ciudades señala- radicando en las colonias periféricas, don-
das, se percibe su importancia y capacidad de los servicios a menudo son más preca-
centrípeta, ya que los guarismos correspon- rios. Podemos suponer que se emplean de
den casi en su totalidad a dichos centros ur- preferencia en los sectores secundarios o
banos. Veámoslos en forma comparativa. terciarios por el simple hecho de que son
Como podrá observarse, casi 206 mil éstos los más comunes en tales áreas (ex-
hablantes de maya mayores de cinco años ceptuando acaso a Valladolid, donde la
se concentraban en tan sólo seis munici- agricultura es aún frecuente), y dados sus 13
pios. Y más de la mitad de ellos lo hacían bajos índices de escolaridad es casi peni-
en dos: Mérida y Othón P. Blanco. Si re- tencial imaginar que lo hacen en los em-
cordamos que, de acuerdo con los crite- pleos menos calificados y con más baja
rios del INEGI, para el año 2000 un total de remuneración, en lo cual se asemejarían
790 953 individuos mayores de cinco años a los empleados en la región del Caribe,
hablaban el idioma maya, la cifra nos remi- pero percibiendo salarios menores. No es
te a cerca de 26 por ciento del total de ma- tampoco inusual verlos en las calles o mer-
yahablantes declarados y mayores de cinco cados de las ciudades ofertando verduras o
años (y lo recalco dado el alto número de frutas, labor predominantemente femenina,
infantes por abajo de esa edad y la tenden- como lo es también la del servicio domés-
cia frecuente a negar la lengua materna en tico. Tan sólo en Mérida se censaron para
las ciudades). Si, trascendiendo el criterio 1996 más de 8 mil sirvientas, en su gran
lingüístico, atendemos a los totales de po- mayoría procedentes de las comunidades
blación asentados en lo que la CDI consi- indígenas (Ramírez, 2002: 61).
dera “hogares mayas”, la cifra aumenta en Exceptuando algunos breves trabajos
más de un 100 por ciento. antropológicos realizados en las áreas co-
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Mérida 74 565 -
Valladolid 14 841 -
Fuente: Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas / Programa de las Naciones Uni-
das para el Desarrollo, “Sistema Nacional de Indicadores sobre la Población Indígena de México”, 2002,
con base en el XII Censo General de Población y Vivienda 2000.
14 nurbadas a Mérida (v. g. Lara, 1997), no se no sea aplicable a Cancún, donde, como
ha estudiado con detalle la forma específi- vimos, predominan entre los inmigrantes
ca que adopta la identidad maya en estos los varones jóvenes y célibes. Que la ma-
sitios. Por la composición predominante en yoría sea bilingüe es fácil de imaginar dado
cuanto a unidades residenciales, podemos el manejo imprescindible del español para
suponer que en varias ciudades se mantie- quien habita en estas urbes, pero cuando
nen los núcleos familiares, pero esto acaso la migración conlleva el posterior “arrastre”
del núcleo familiar, trae consigo también a
algunos miembros monolingües en maya,51
50
Destacan entre éstos, con un total de más de 100 en ocasiones los padres que, como en el
individuos censados, en Campeche, los hablantes
caso de Campeche, acuden a hacerse car-
de ch’ol (441), zapoteco (359), náhuatl (239) y mix-
teco (140). En Quintana Roo, los de náhuatl (752),
zapoteco (549), tzotzil (541), ch’ol (335), mixe
(287), zoque (222), tzeltal (205), mixteco (158) y
totonaca (143). El censo no registra hablantes de
lenguas indígenas distintas a la maya en Mérida y 51
En Mérida se registraron 624 de ellos para 1995,
Valladolid. Agradezco a Constanza Rodríguez su según Ramírez ( op. cit.: 76), quien advierte: “Más
amable apoyo para la obtención de estos datos y monolingües que en muchas comunidades media-
los que conforman el cuadro 20. nas de la zona maicera”.
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MAYAS
Características Tierras magras de labor Áreas de acahual y Áreas de vocación Áreas de vocación Áreas de servicios
generales avance de pastizales turística silvícola sub-utilizada o vocación
turística
Tenencia Ejidal indígena de uso Ejidal indígena Ejidal y privada Ejidal no indígena Privada
de tierra común o parcelado parcelada (Quintana Roo)
predominante Ejidal mixta
(Campeche)
Tierras nacionales
Características Deficiencias en drenaje Deficiencias en Deficiencias en Deficiencias en
de los servicios y agua potable drenaje y agua agua potable electrificación, drenaje, Hacinamiento 15
públicos y Contaminación por potable Hacinamiento agua potable y vías de Contaminación
vivienda disposición de excretas Contaminación Contaminación comunicación por disposición
y basura por disposición de por disposición de de excretas y
excretas y basura excretas y basura basura
Principales Ría Lagartos Sian Ka’an Calakmul
reservas y Isla Contoy Tulum
parques de
importancia
social, ecológica
o turística
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Entre 70 y 85 por
Presencia de Cerca del 55 por 15-20 por ciento (*) 15 a 20 por ciento De 25 a 30 por ciento
ciento del total
población ciento de los mayas del total poblacional del total poblacional de todos los mayas
poblacional de la
indígena de Yucatán de la región de la región (**) peninsulares
región
Migración
Expulsión mediana Fuerte expulsión Atracción mediana Atracción Fuerte atracción
indígena
Indígena y no
Tipo emigración Indígena
indígena
predominante Temporal
Temporal y definitiva
Indígena y no
Indígena y no Indígena y no
16 Tipo inmigración indígena
indígena indìgena.
predominante Temporal y
Definitiva Temporal y definitiva
definitiva
Patología de la Patología de la
Patología de la
Morbilidad pobreza pobreza Patología de la Patología de la
pobreza y del
Síndromes de Síndromes de pobreza pobreza
desarrollo
filiación cultural filiación cultural
Abundantes pero
Servicios de salud Deficientes Medios Medios Muy deficientes
caros
Grado regional de
Alto y medio Alto y muy alto Medio y bajo Muy alto Alto a muy alto
marginación
(*) Los datos estadísticos incluyen a Cancún, que en nuestra clasificación debería consignarse aparte.
(**) Los datos censales incluyen la ciudad de Chetumal, lo que obviamente sesga nuestra considera-
ción.
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MAYAS
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Lengua maya Uso continuo Uso frecuente Uso en el ámbito Uso en el ámbito Tendencia al desuso
doméstico o doméstico o uso en el ámbito
tendencia al doméstico
desuso
Organizaciones Débiles y cooptadas Muy débiles y muy Casi desaparecidas Casi desaparecidas Desaparecidas, en vías
comunales por el PRI, excepto cooptadas de “partidización”
“tradicionales” en ciertos pueblos
no
religiosas
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Peculiaridades Existencia de
organizativas “compañías
militares” en
Quintana Roo y
ciertos pueblos del
oriente de Yucatán
Actitud cultural Endoculturación Tendencia alta Tendencia media Convivencia Tendencia alta a la
predominante y media a la a la aculturación pluricultural aculturación
aculturación en los poblados
originales y alta en
los de emigrantes
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MAYAS
go de los nietos mientras los hijos, yernos totalidad sobre las nuevas áreas propues-
y nueras desempeñan sus labores. Y si bien tas, en particular en dos rubros: el traslape
se desgarran los vínculos familiares exten- de las manchas urbanas sobre dichas re-
sos y comunales, no por eso se rompen. Es giones y las distintas categorías empleadas
común que los emigrados campechanos, para dar cuenta de la presencia indígena,
desde donde estén, regresen para celebrar que en ciertos casos remite a un estado y
bodas y bautizos, fungir como padrinos o en otros a regiones.
compartir las fiestas del pueblo, a menu- Estaríamos, pues, en resumen, frente a
do cooperando económicamente para su cinco grandes regiones:
realización. Un norte expoliado de recursos natura-
Al cabo de los años la mayoría dejará les, muy poblado y en proceso de transfor-
quizá de enviar tal cooperación. Habrán mación cultural, que apenas por mantener
perdido también razón de ser los rituales los referentes históricos podríamos seguir
agrícolas, se recurrirá de preferencia a los llamando henequenero, ya que de hecho
servicios locales de salud en vez de acu- es mera cantera de mano de obra asala-
dir con el h-men del pueblo y no se senti- riada, que migra a menudo en forma per-
rá más la necesidad de depositar ofrendas manente dados los altos niveles de margi- 19
para los aluxes, ni habrá albarradas dónde nalidad local. La cultura maya, si bien ha
hacerlo. Acaso el empleo de la lengua ma- perdido importantes espacios organizativos
terna se restrinja exclusivamente al ámbito y rituales, mantiene su vigencia, en particu-
doméstico, si no es que incluso se pierda lar a través del uso de la lengua.
en éste también con el paso del tiempo. Un centro —extendido a la manera de
No lo sabemos, pero no cabe duda que, una franja de occidente a oriente— pro-
para entonces, al menos algunos de estos fundamente maya, dedicado a actividades
mayas habrán inventado otras formas cul- agropecuarias que han influido en el man-
turales que les permitan mantener su alte- tenimiento de buena parte de los rasgos
ridad en medio del cambio. identitarios tradicionales, lo cual no exclu-
Con base en lo anterior, podemos esbo- ye continuos procesos de aggiornamento
zar un cuadro comparativo entre dichas re- (económico, social e ideológico) a través
giones. Insisto en su carácter tentativo y en de los cuales estas comunidades, con gran
la dificultad que representa tratar de plas- arraigo histórico local, buscan solucionar al
mar datos en regiones que corresponden a menos algunas de las lacerantes condicio-
municipios que no siempre se calcan en su nes de marginación en que viven.
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MAYAS
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MAYAS
Los panes muestran decoraciones distintas, La cocción de los panes bajo tierra también es
dependiendo de su destino. Tixhualactún, tarea compartida. Tixhualactún, Yucatán. 23
Yucatán. Fotógrafo: Mario Humberto Ruz, 1998.
Fotógrafo: Mario Humberto Ruz, 1998. Acervo personal.
Acervo personal.
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MAYAS
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El h-men ofrece a los asistentes una “hostia” confeccionada con maíz y cacao, a manera de
comunión. Tixhualactún, Yucatán.
Fotógrafo: Mario Humberto Ruz, 1998.
Acervo personal.
En los pueblos más respetuosos de las presentados en la gran pella final, de donde
antiguas costumbres, cuatro niños ubicados se irán confeccionando las p’isa: las “san-
bajo la mesa, mirando cada quien a uno de tas hostias” hecha con maíz y cacao para
los cuatro puntos de la rosa de los vientos, que comulguen los asistentes casi al final
imitan sonidos de ranas que invocan las de la ceremonia, al tiempo que apuran un
aguas. Entre croares de magia simpatética trago de balché con una semilla de cacao,
se suceden las jaculatorias, los rosarios, las depositados en el “cáliz” de jícara su’ul.
invocaciones en maya. Otros desfilan mientras tanto frente a las
El segundo día el h-men pellizca un imágenes de la iglesia. Ante cada uno de
poco de la masa de maíz que trajeron los ellas se colocan copiosas jícaras de balché,
asistentes. Ha de entrar un poco de lo que panes y cigarros, excepto frente al Niño Je-
aportó cada uno; todos tienen que estar re- sús, que recibe una jicarilla pequeña y cero
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Llamando a los “dueños de las campanas” para que vengan a disfrutar los panes.
Tixhualactún, Yucatán.
Fotógrafo: Mario Humberto Ruz, 1998.
Acervo personal.
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MAYAS
como Dios”. En un morralito que cuelga sucristo y la Virgen —al fin y al cabo eso de
del improvisado campanario de palos se las cruces es cosa suya—, rogándoles co- 27
les ofrendan panes y balché, al tiempo que muniquen a los chako’ob cualquier súplica
se agitan los badajos. Repican invitando a que el h-men haya olvidado. No por descui-
sus propietarios; que se dignen venir a reci- do o falta de memoria vayan a negar a sus
bir los dones que sus hijos les han prepara- hijos el don de la Santísima Agua.
do. Cristo es “dueño” de la campana grande, Aunque de particular importancia, da-
la pequeña es de su madre. do el papel fundamental que juegan las llu-
Maíz, cacao, balché, tabaco, calaba-
za, maderas y hojas de la tierra. Hombres
y dioses —propios o adoptados— consu- La vida cotidiana transcurre
men exclusivamente productos de la flora
enmarcada por un complejo y
americana.
Al finalizar el rito se desmantela el al-
rico ceremonial. Baste recordar
tar-comunidad-universo, se desprenden que en Xocén, Terán y Rasmussen
ceremoniosamente las cruces de los arcos, contabilizaron 55 días al año
mientras se les reza antes de “enviarlas” con dedicados a festejos religiosos.
Ki’ichkelem Taata y Ki’ich Ko’ole María, Je-
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MAYAS
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las creencias que llenan de sentido y ha- Zip,60 el cual se describe en X-Yatil como
cen de la tradición una práctica” (Ramírez, un venado pequeñito (“como un yuk”),
op. cit.: 56), pero carecemos de un estudio con una enorme cornamenta, muy difícil
global que nos permita aprehender las con- de matar, “pero hay que hacerlo porque
vergencias y divergencias que en el campo si no te mata a ti”. Hay quien dice que el
del ritual, como en otros, caracterizan a los secreto radica en disparar precisamente al
mayas peninsulares. equibak
equibak (panal de avispas) que porta entre
De que existen diferencias rituales, em- los cuernos. Algunos que lo han logrado
pero, no cabe duda. Así, por citar un ejem- cuentan que en el camino de regreso vie-
plo bastante más sencillo que el del com- ron montones de culebras, conocida epi-
plejo milpero, vemos que incluso en tres fanía del Dios del Monte. En Tres Reyes,
comunidades quintanarroenses vecinas (X- se dice en cambio que el Zip o “tata”, el
Yatil, X-Pichil y Tres Reyes), las creencias “venado padre” de todos, es de tamaño
y ceremonias vinculadas a las actividades muy pequeño y nace blanco, y es distin-
cinegéticas muestran variaciones.59 Si bien to del enorme venado negro (boox) que
en las tres se mencionó que es papel de los lleva entre su cornamenta idéntico panal
30 ah canulo’ob velar sobre los animales del de abejas o avispas y es casi imposible de
monte, no faltó quien señalase que exis- matar. Se habla de gente que cree haberlo
ten santos católicos especialistas en tal o liquidado y al ir a buscar el cuerpo no en-
cual especie cuando éstas se crían en ca- cuentra nada: “el venado con avispero es
sa. San Eustaquio, por ejemplo, sería el de puro viento; cuando crees que lo mataste,
los venados, en tanto que san Roque ten- al irlo a buscar no lo encuentras; sólo se te
dría a su cargo los jabalíes; a ellos habrá muestra para recordarte que no has dado
que rezar cuando alguno de estos anima- las primicias”. En X-Pichil, en fin, se nom-
les se enferma. bra zipché o uzipikío al venado que porta
Al mismo tiempo, se asegura que exis- el avispero (ek u ilojob) entre los cuernos y
te un “dueño” particular de los venados, se dice que un cazador advertido sabe que
no debe intentar hacerle nada, pues “no re-
gresarás a tu casa”. De hecho, el “animal”
59
Reproduzco aquí, en forma abreviada, algunas no pretende hacer daño; se aparece única-
consideraciones que pueden hallarse en Ruz et al., mente como advertencia a aquél “que se
2002: 78-82.
está pasando de tirar animales”, a quien por
60
El mismo nombre que reportó fray Diego de
Landa en el siglo XVI para el dios de los venados.
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MAYAS
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A más de agradecer por lo cazado, los prácticamente han desaparecido. Casi na-
buenos “tiradores” mantienen otra tradi- die mantiene ya, por ejemplo, la antigua
ción: la de solicitar periódicamente per- costumbre de ofrecer una comida al año
miso a los ah canulo’ob para llevar a cabo nuevo cuando recién comienza.63
sus actividades. En X-Pichil, por ejemplo, Pero no sólo se ritualizan los tiempos,
se realiza el llamado santuk’ul: se erige espacios y actividades laborales; hay tam-
una especie de pequeña barbacoa, presi- bién ceremonias que buscan sacralizar y
dida por una cruz, se cubre con huano y proteger los espacios habitados, como la
se colocan las jícaras con el saká. Confor- de ch’uysaka’, para pedir protección al due-
me se invoca al Dueño del Monte, al “Dios ño del solar al estrenar una casa (deberá
Espíritu Santo” (sic) y al Mehen bil (nombre repetirse cada dos años), para reparar un
del “santo”), se asperja el saká con hojas olvido o un agravio a las deidades (el ri-
de jabín tres veces. “Con eso quedas pro- tual se denomina k’eex, “trueque”, pues a
tegido”. En X-Yatil se estilan conductas más menudo se ofrece una víctima alterna) y,
sencillas: cuando uno va a salir a tirar po- por supuesto, otras que tienen como ob-
ne una vela junto con saká en una jícara jetivo rogar a dioses, santos y guardianes
32 y hace un rezo “al dios del animal”, pero que se dignen acompañar el ciclo vital de
también se lleva a cabo lo que se denomi- los hombres.
na curiosamente “holocausto”, ofrecido “al Uno de ellos, de clara filiación prehis-
dios del venado” para que autorice seguir hetzmek jéets méek’,64 que
hetzmek o
pánica, es el hetzmek o
tirando, ya que “no es sólo tirar, hay que
ofrecer”. En Tres Reyes los rituales dedica- 63
En X-Yatil, Quintana Roo, se realiza en mayo
dos a propiciar a los “dueños” (incluyendo el jacha k’ak o tumbenk ak, ceremonia del fuego
al de la escopeta, pues “también tiene”) 62 nuevo que se hace frente a la iglesia. El fuego se
prende sobre un cabo del tallo ( chuch ) de una
son los mismos que en X-Yatil o X-Pixil, si calabaza, empleando como taladro una maderita
bien se acostumbran menos, dada la ausen- de xkaná y con pelo de elote “para recoger chis-
pas”. Se sirve comida y se hacen rezos. Antes se
cia de h-meno’ob en el poblado. Y a la par
hacía un baile en la noche y se aprovechaba para
que algunos rituales se simplifican, otros anunciar la proximidad de la fiesta de la cruz san
Bernardino.
64
Cabe apuntar que se acostumbra también entre
62
Respecto a ésta, como dato curioso se apuntó los mayas huaxtecos y en Belice, y tiene equiva-
que no debe colgarse del sitio donde se pone una lentes en el área chontal ( xek-meke ) y lacandona
hamaca, pues es un área frecuentada por las mu- ( mekik’ utiar). Una descripción reciente del ritual
jeres y la escopeta “es muy celosa”. De hacerlo, entre los yucatecos consta en Quintal et al., 2003:
disminuye su efectividad. 310-311.
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MAYAS
recibe su nombre de una de las partes del que aportaron los hispanos y cuya impor-
rito, consistente en separar las piernas del tancia en Iberoamérica ha sido puesta de re-
pequeño y colocarlo a horcajadas en la ca- lieve en múltiples estudios, los cuales hacen
dera del padrino o madrina elegido(a) para hincapié en que la relación padrino-ahijado
después colocar en sus manitas instrumen- es de escaso interés, pues lo que se busca
tos de trabajo correspondientes a su sexo. sobre todo es el establecimiento de vínculos
Se practica a los cuatros meses en el caso de cooperación (laboral, económica y ritual)
de los varones (por referencia a las cuatro entre los compadres; vínculos continuos y
esquinas de la milpa) y a los tres en el de las de capital importancia, ya que permiten am-
niñas (alusión a las tres piedras del fogón). pliar los grupos de cooperación.65 Dadas las
Su objetivo es dotar al pequeño de las facul- modificaciones de los patrones económicos
tades mentales y físicas necesarias para su y su impacto en la organización social, no
desarrollo en la comunidad, poniéndole en es casual que se observen también cambios
contacto tanto con el utillaje laboral como en el nivel ceremonial.
con otros que actúan a nivel de magia sim- En efecto, pese a que algunos estudio-
patética o “por imitación”. En un claro pro- sos sigan empeñados en demostrar una
ceso de “puesta al día” de la tradición, en “pervivencia” cuasi automática de rasgos 33
varias comunidades los utensilios agrícolas prehispánicos entre los mayas actuales,
y de cocina o tejido que antes se deposita- contamos hoy con una abundante pro-
ban en las manos de los pequeños se ven ducción historiográfica y antropológica
sustituidos por herramientas propias de ofi- que no deja dudas acerca no sólo de los
cios hoy más redituables, o por libros. Nada profundos cambios que ya desde el largo
extraño, por tanto, que en algunos poblados periodo colonial experimentó el mundo
de Quintana Roo —tan próximos geográfi-
ca y laboralmente al área turística— se haya
incluido entre estos últimos, en alguna oca-
sión, un diccionario de inglés. 65
Aunque se presentan variaciones importantes
La realización de esta ceremonia, al tanto en la forma de elegir padrinos como en el
igual que la de ritos católicos, como bau- número de éstos y de las ocasiones para estable-
cer el vínculo (por lo general, la administración
tismo y matrimonio (la confirmación no es de los sacramentos del bautismo y matrimonio),
común), permite a los mayas la creación de la conducta que ante ellos y entre los compadres
ha de observarse es bastante uniforme y en todos
lazos de parentesco ritual por medio de la
los casos está rigurosamente estipulada por la
institución conocida como compadrazgo, norma social.
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maya (en forma y contenidos), sino tam- demás original. Se mantienen así, explíci-
bién de la manera porfiada e inteligente tos o implícitos (en particular en rezos y ri-
en que han sabido adecuarlos a su propio tuales), conceptos como las tres regiones
universo cultural, incorporándolos sin por (Cielo, faz de la tierra e Inframundo) vin-
eso dejar de considerarse mayas. culadas por un corredor imaginario (cuer-
Tales cambios son perceptibles en la da viviente, cordón umbilical), las cuatro
misma cosmovisión, que si bien muestra esquinas de la tierra y los rumbos del uni-
numerosos elementos factibles de rastrear verso, asociados a colores; la distribución
hasta el pasado precolombino, incorpora del mundo en capas sobrepuestas, la idea
también no pocos componentes propios de de una oposición complementaria cenit/
la tradición judeocristiana; unos y otros a nadir (chúumuk ka’an/Yáanal lu’um) y otra
menudo reelaborados en una síntesis por oriente/occidente (lak’in/chik’in), que se
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MAYAS
67
Aunque menos frecuentes, también hay “X-
66
Un espléndido resumen acerca de estos temas se tabayes” hombres, y de día “pueden aparecerse
encuentra en Quintal et al., 2003a: 280-315. como culebra.”
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36 habita en las zonas densamente arboladas to tiempo, casi siempre corto, ya que “te
(aunque también suele aparecer en las cer- cuenta cada día por dos”. Por eso se acos-
canías de los pueblos) donde, bajo la apa- tumbran rituales como el k’ayum, rezos en
riencia de una mujer seductora, se revela maya que sirven para protegerse de vien-
a los hombres invitándolos a seguirla, sólo tos o apariciones como ésas y también de
para arrojarlos después entre zarzas, per- las veleidades del Dueño del Monte (Ruz
derlos o despeñarlos en pozos o cenotes, y et al
et al, 2002: 72).
se muestra con particular frecuencia a los Pero estos personajes no están solos;
adúlteros, tomando incluso los rasgos de a la par de ellos, compartiendo funciones,
sus queridas. En áreas dedicadas antes a complementándolas o incluso fusionándo-
la extracción del chicle, como el ya men- se, aparecen también Cristo, María y todo
cionado X-Yatil, todavía circulan historias un ejército de santos y ángeles guardianes,
sobre “Juan del Monte”, un personaje que responsables por lo común de velar por la
se aparecía a los chicleros ofreciendo cam- seguridad personal de los individuos y de
biarles su soga y machete. De aceptarlo, las comunidades donde habitan y sobre las
se cosechaba “muchísimo”, pero “ya eres cuales señorean. Diversos en esencia, cam-
de él”; vendría a buscarte al cabo de cier- biantes en el tiempo y ubicuos en las regio-
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MAYAS
nes, los santos no son considerados como diente al santoral,68 el culto a los santos co- 37
representaciones icónicas de figuras histó- mienza a nivel familiar, ya que presiden la
ricas o míticas, tampoco como epifanías de vida cotidiana desde el altar doméstico (a
una deidad. Sean concebidos como mensa- menudo compartiéndolo con las fotos de
jeros divinos, dadores de gracia (y no me- los antepasados muertos, igualmente pro-
ros vehículos para obtenerla) o como hé- tectores), que reafirma su carácter de ele-
roes culturales; se les asocie con el Cielo, la mento central en la vivienda, en especial
Tierra o el Inframundo, son personajes por en ocasión de las novenas que se ofrecen
derecho propio, reinterpretados de tal ma-
nera que no se desdeña incorporar en su 68
A decir de Maldonado (en prensa), al menos
concepción a antiguas divinidades mayas e en la región de Peto se acostumbra recordar a los
incluso figuras mitológicas de la antigüedad niños el nombre que les correspondía (el nombre
verdadero) “aunque ya no se use ‘ponérselo’, pues
clásica, muestra privilegiada de la capaci-
‘cuentan los antiguos que cuando ya se murió
dad maya para integrar conceptos, íconos uno, el nombre del día que naciste ése te llama.
y símbolos en su imaginario cultural. Si no, cuando te habla Dios, no sabes que te está
llamando’. Uno arriesga perder la gloria eterna,
Allí donde se pierde la tradición de po- la salvación, por olvidar el nombre; un costo sin
ner al recién nacido el nombre correspon- duda muy alto”.
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MAYAS
OKOTBATAM
OKOTBATAM (ROGACIÓN O SÚPLICA)*
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cómo en la “Región de los apóstoles” (siete ejemplo, de santa Clara, patrona de Dzid-
comunidades ubicadas en el oriente yucate- zantún, que antes de presidir los festejos en
co) tales visitas de santos y santas (vírgenes su honor desde la cabecera es transportada
incluidas) contribuyen en forma determinan- por sus fieles a lo largo de 14 kilómetros
te a la recreación de identidades regionales hasta el puerto que lleva su nombre, donde
—que en este caso pueden anclarse inclu- permanece durante una semana. La expli-
so en territorialidades prehispánicas—, a la cación posible (reafirma su señorío sobre el
vez que posibilitan el mantener las relacio- territorio municipal, al que cohesiona así a
nes de reciprocidad entre las comunidades nivel sacro) es sin duda menos poética que
involucradas. la que ofrece la tradición oral, que atribuye
40 También se registran visitas de santos el hecho al deseo de la santa por visitar a
en la zona de Peto (Maldonado, op. cit.) y su hermana, residente en el mar. En efecto,
la de Umán (casi conurbada con Mérida) y cuando ambas surgieron de éste, Clara lo-
en las antiguas regiones cañera y heneque- gró el patronazgo de Dzidzantún, pero su
nera.70 Colaborando en forma simbólica en hermana no encontró pueblo que la adop-
el mantenimiento de territorios mayores o tara como patrona. No le quedó alternativa
menores, en algunos casos transitan por los sino convertirse en sirena.
pueblos vecinos, como ocurre con la santa et al
et al., en la península
A decir de Quintal et al., en la península
patrona de Buczotz, mientras que en otros es posible identificar dos “regiones imagi-
se restringen a visitar las comisarías que narias que condensan la historia de los gru-
integran un municipio. Tal es el caso, por pos mayas actuales”: la devoción mariana y
a los cristos negros que une a yucatecos y
campechanos, y otra donde prima el culto
70
La reflexión más comprehensiva sobre peregri- a las cruces, ubicada en el oriente yucate-
naciones, procesiones y santuarios es, de nuevo, co y la zona maya de Quintana Roo, esce-
la que ofrecen Quintal y su grupo (2003a). Sobre
la virgen de Tetiz puede consultarse el trabajo de nario privilegiado de la Guerra de Castas
Fernández y Negroe, 1997. (2003a: 343 y ss.).
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MAYAS
41
El culto a la cruz muestra claros signos de “apropiación cultural”, incluyendo el vestirla con partes del
hipil que portan las mujeres. Valladolid, Yucatán.
Fotógrafo: Mario Humberto Ruz, 1996.
Acervo personal.
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71
Al respecto, véanse las interesantes observacio-
nes de Quintal et al., 2003a: 319 y ss.
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MAYAS
Mis muy queridos compañeros cristianos, ha llegado el día y la hora para dar a ustedes
una señal acerca de las tierras de toda la gente nacida en este mundo, para ser leída a to-
dos los Comandantes y ser oída por todos los Capitanes, y ser oída por todos los Tenientes
y ser oída por todos los hijos de la tierra y ser oída por todos mis hijos y descendientes,
de modo que ellos, mis hijos, sepan lo que estoy sufriendo tanto bajo la poderosa mano
de mi patrón, debido a todos aquellos nacidos en este mundo, debido a que solamente yo
estoy pensando siempre en ustedes, porque yo los redimí, porque yo derramé mi preciosa
sangre por ustedes, cristianos, desde el tiempo en que les creé y les puse en la tierra. Es
así, mis amados cristianos, por la bendita corona de mi Santísimo Señor Jesús Cristo, ha-
go claro en este papel, para que lo sepa toda la gente creada por mí y que aquellos que
no crean en mis ordenanzas habrán de ser eternamente condenados y que todos los que
obedezcan mis órdenes habrán de recibir mi cariño y disfrutarán de mi Santa Gracia, de
modo que puedan salvar su alma para la vida eterna.
[…] Por lo tanto, mis queridos cristianos, ordeno a ustedes, grandes y pequeños, que
sepan que ahora ha llegado el día y el año de que mis indios se levanten una vez más en
contra de los blancos, de modo igual a como tuvieron lugar las batallas del pasado […] yo
estaré siempre con ustedes, en todo tiempo; estaré siempre como el primero entre uste-
des, en la vanguardia, confrontando al enemigo, de modo que nada pueda suceder a us-
tedes, mis queridos indios.
[…] Porque ha llegado la hora y el año para que en Yucatán se levanten contra los 43
blancos de una vez por todas; de modo que les estoy dejando saber que les daré una señal
para que tengan el valor necesario en sus corazones. Porque allí me estaré cayendo todo
el tiempo, me estarán hiriendo, clavándome espinas y golpeándome con palos, durante
mis viajes a Yucatán para defender a ustedes, ¡oh mis amados hombres!
[…] mi Señor no me puso con los ricos, ni con los generales, ni con los comandantes,
ni con los que dicen que tienen montones de dinero, ni con aquellos que muestran orgullo
y altanería, si no que me puso con los pobres, con los muy pobres[…]
Todas las criaturas del mundo deben saber lo que yo decreto, ¡oh gente cristiana! aho-
ra ha llegado la hora y el año en que no se puede tomar ventaja de mis familias ni se les
pueden dar trabajos para que realicen gratis. Esta es mi única ordenanza, mi querida gen-
te cristiana.
Jesús, María, en el nombre de Dios Padre, del Dios Hijo y del Dios Espíritu Santo.
Amén, Jesús.
Apud
Apud Alfonso Villa Rojas,
* Fragmentos. Apud Alfonso Villa Rojas, Los elegidos de Dios, op. cit.: 461-467.
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MAYAS
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MAYAS
Es imposible negar que, conforme las queras”. Y por si fuera poco, en el centro
fiestas gozan de mayor prestigio y afluen- del ruedo se “siembra” una ceiba que ten-
cia, los componentes no sacros (y el inte- ga al menos cuatro ramas formando una
rés económico asociado) parecen primar cruz, en medio de rezos en maya dirigidos
en ciertos espacios y momentos, pero con por un sacerdote tradicional. Allí, después
independencia de que a nadie escapa que de ofrecer licor de balché al árbol sagrado,
es el santo el que da razón de ser a la fies- se amarrará el toro y se colgarán diversos
ta. Incluso en espacios localmente repu- dones para, a la mañana siguiente, llevar
tados como profanos es posible observar al santo patrono del pueblo un guisado de
elementos que nos hablan de una sacrali- guajolote en relleno negro. Se conjugan,
dad implícita. pues, las dádivas al santo cristiano y a Wan
Sin lugar a dudas, una muestra privile- Thul, dios del ganado, representado por la
giada no sólo de tal sacralidad sino de la ceiba, al mismo tiempo que los participan-
manera en que los mayas han sabido com- tes —por medio de otras ceremonias— se
binar elementos procedentes de diversas protegen de posibles represalias de Xta-
cosmovisiones, integrándolas de tal mo- bay y los malos vientos (Jardow-Pedersen,
do que dieron origen a conceptos radical- 1981). A decir de otros autores, la erección 47
mente nuevos y considerados ahora pro- de la ceiba en el centro del ruedo “repro-
fundamente mayas, es la manera en que se duce la génesis del cosmos maya”, tal y co-
llevan a cabo en los pueblos más tradicio- mo aparece descrita en uno de los libros
nalistas las infaltables “vaquerías”, singula- et al
et al., 2003a: 327).
sagrados (Quintal et al., 2003a: 327).
res corridas de toros realizadas en ruedos
(k’axche’ ) de maderas, palmas y bejucos, Y se levantó la Gran Madre Ceiba en me-
hechos con la cooperación de los vecinos dio del recuerdo de la destrucción de la
(quienes incluso heredan por familias los tierra. Se asentó derecha y alzó su copa
tramos a construir) y donde se mezclan los pidiendo hojas eternas. Y con sus ramas
cantos de rosario —precedidos por música y sus raíces llamaba a su Señor (Chilam
de marchas y pasodoble— que ofrecen los Balam de Chumayel
Balam de Chumayel, 1985: 89).
toreros en la iglesia antes de entrar al rue-
do, con la música jaranera que acompañan Pero al mismo tiempo que algunos ma-
saxofones, trompetas, trombón, timbales o yas, explícita o implícitamente, se afanan
charolas y un tambor grande, al compás de por mantener conceptos y prácticas de sus
los cuales bailan los jóvenes con las “va- antepasados, otros optan por transitar por
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MAYAS
cularización), y los pocos autores que han tema de valores y actitudes socio culturales
estudiado sistemáticamente el fenómeno y a las circunstancias históricas.
parecen coincidir en que dichos movimien- Por desgracia, son casi inexistentes los
tos se han revelado bastante más capaces estudios que aborden la manera en que los
que la Iglesia católica para dar respuestas mayas recrean los contenidos teológicos
a las nuevas demandas y necesidades (in- procedentes del exterior. Excepción des-
dividuales y sociales) de los sectores más tacada es el que realizó Rodríguez Balam
marginados —en coincidencia con un pe- (2001), quien se aproxima a la cosmovisión
riodo de crisis aguda y de dislocación so- e imaginario de los conversos al pentecos- 49
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50
“espíritus buenos” de los evangélicos se Católicos y protestantes por igual son vícti-
ven obligados a compartir con las “almas mas potenciales de la Xtabay, con indepen-
pecadoras” de los católicos), o cómo se re- dencia de que los segundos la tengan aho-
formula el simbolismo de los espacios natu- ra por “espíritu maligno; espíritu diabólico
rales y aquellos domesticados como la mil- que proviene de las tradiciones”.79
pa, que si bien deja de ser el centro de los
rituales (cede su lugar al templo), no pierde
totalmente su sacralidad, pues pese a ser
conceptuados ahora como “malignos”, aún 79
Sobre la “demonización” de éste y otros perso-
najes de la tradición maya, véase Rodríguez Balam
se cree que lo habitan chako’ob y aluxo’ob.
(en prensa).
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MAYAS
Tampoco pregunta el Yum Balam a qué ahora como pecaminosos; pero es claro
religión pertenece uno antes de extraviar- que a la par se reinventan otros que, de
lo en el monte, ni importa tal diferencia alguna manera, dan fe de la persistencia
para verse afectado por el mal de ojo. El de viejas creencias, como bien lo muestra
mal augurio del pájaro xoch no se detiene el que, a fin de espantar a antiguos “de-
a averiguar bajo qué religión fue un niño monios”, se ponga una Biblia o una revista
bautizado; ahí sus padres que traten de ex- Atalaya a la entrada de la casa.80 Para so-
plicarse si corresponde o no a alguno de brevivir en un mundo poblado de riesgos
los que “están en la Biblia”, aunque a nadie y amenazas es imprescindible aprender a
le quepa duda de que, para evitar el daño, negociar; incluso con la tradición.
hay que acostar al niño boca abajo, como No es, en modo alguno, tarea senci-
aconsejaban los abuelos. ¿Qué tanto im- lla. Negociar con la tradición es una difí-
porta si Dios se pasea por el mundo como cil apuesta por permanecer pese el cam-
un hombre con corbata, sacando dinero bio, y las velocidades en que se registra el
de las hojas de los árboles según los mayas mismo se fincan de manera particular en
“católicos”, mientras que para algún bau- las diversas perspectivas religiosas, como
tista de Mérida sea el Demonio el que se lo muestra sin ambages que para buena 51
sienta en el templo ataviado con traje negro parte de los “nuevos católicos” o los con-
y corbata, o que para los pentecostales de versos a credos no católicos los indios que
Kaua el que ronda los caminos, “como un mantienen “la costumbre” sean enemigos
león rugiente que tienta a las personas para a combatir.
que caigan en el pecado”, sea el Diablo? Es Pero ni siquiera los seguidores de cre-
claro que, caminando o sentadas, ataviadas dos tenidos por conservadores permane-
como mestizos ricos o agazapadas bajo la cen estáticos. ¿No vimos ya cómo se pro-
piel de un felino, las influencias sobrena-
turales siguen habitando el mundo maya,
ahora nutridas con nuevos significados. 80
Curiosamente, al tiempo que niegan la posibili-
Ciertamente, se registran numerosos dad de otorgar connotaciones sacras a ciertos ob-
cambios en la cotidianidad de quienes de- jetos empleados por los católicos, en muchos casos
las actitudes protestantes frente a la Biblia denotan
sertan del catolicismo, perceptibles desde cierto grado de veneración, atribuyéndole incluso
el atavío, el lenguaje empleado, las devo- cualidades mágico-religiosas: “Tiene poder”. Sir-
ve para curar enfermedades, para espantar a los
ciones, las diversiones, las preferencias po-
demonios y alejar los malos espíritus que rondan
líticas o el abandono de rituales tenidos las casas (Beltrán et al., 1998).
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vee a los niños de Quintana Roo de un a estar corporalmente ausentes, aún forman
libro de texto, en vez de un machete, en un parte de la comunidad: los muertos.
continuamente actualizado ritual del hetz- No obstante su interés, resulta imposi-
mek? ¿No se identifica al Anticristo con la ble detenerse aquí en lo relativo a los com-
serpiente emplumada y al propio Jesucristo ponentes de la persona,82 aquellos que so-
keryx
keryx (heraldo) del reino mesiánico,
como keryx (heraldo) del reino mesiánico, breviven a la muerte física y los lugares
cuya llegada es inminente, en el relato de donde habitan,83 creencias que dan fe de
un maya de Campeche, donde se da cuen- cómo, a pesar de la influencia que ejerció
ta de cómo ese “reino” competirá con los la prédica misionera en la cosmovisión ma-
que pretenden Rusia y Estados Unidos, tal ya, no se lograron desterrar de manera defi-
como antes lo hizo Poncio Pilatos?81 nitiva otros sitios que desde antiguo daban
Significantes diversos, similares signi- cobijo a las esencias inmortales. Así, aún
ficados. Idéntica constatación de que la se cree que los suicidas (en especial los
transformación no es cualidad intrínseca ahorcados) van a un sitio particular y es fre-
de las doctrinas, sino un acto de volición cuente considerar que los espíritus de algu-
de los individuos que las dotan de conte- nos difuntos (pixan) pueden, por así decir-
52 nido. Idéntico afán, en fin, de los pueblos lo, vagar por el paisaje;84 otros —como los
mayas, por hacer reconocer y respetar su accidentados—, si bien permanecen en el
derecho a seguir existiendo como grupos
diferenciados, portadores de una tradición
pujante y una cultura milenaria, que ha- 82
Aunque todos los pueblos mayas conciben a la
persona compuesta por un cuerpo y uno o más
lla en buena parte de sus múltiples formas
componentes “no fisicos”, no existe consenso so-
de expresión religiosa un asidero desde el bre esto último, excepción hecha, si acaso (que
cual apostar por la modernidad y la per- no siempre), entre los protestantes y católicos más
ortodoxos, en quienes el concepto de “alma” es
manencia. generalizado.
En ese afán por perdurar, el mundo 83
He tratado el tema con cierto detenimiento
en varias comunicaciones previas (2002, 2003 y
maya recurre a todos y cada uno de sus
2004), de donde tomo las ideas generales e incluso
miembros, incluyendo a aquellos que, pese algunos párrafos.
84
Pero, a diferencia de de lo que considera el ima-
ginario popular católico, este “vagabundear” de los
difuntos no supone per se características de daño
o riesgo (Schimitt, 1994); por lo general remite a
81
Este delicioso relato lo analiza Gutiérrez Esté - lo contrario, ya que están allí para proteger y hasta
vez en un erudito y no menos colorido ensayo alertar a sus familiares de algún peligro (bastante
(1995). más terreno que los fuegos infernales).
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MAYAS
espacio terrestre, no vagan por él sino que Por ello, las familias más celosas de la tradi-
están irremediablemente atados a un sitio, ción en Calkiní, Campeche, en consonan-
al menos por algún tiempo; en tanto que al- cia con la idea común en las Tierras Altas
gunos más deambulan como vientos, ya en mayas de que los antepasados son espíritus
moso ik
moso ik, ya como los conocidos
forma de moso ik, ya como los conocidos protectores del matrimonio, acostumbran
“remolinitos de ruido”, “chocolate” o bocol depositar los dones entregados a la fami-
och85 que provocan los niños, o los abor- muhul
muhul, en el altar donde
lia de la novia, el muhul, en el altar donde
tos que se entierran sin bautizar (carentes reposan las fotos de los difuntos, para ha-
por lo tanto de un nombre que posibilite a cerlos partícipes del suceso y asegurar su 53
Dios llamarlos hacia sí). Algún anciano de benevolencia hacia la nueva pareja.
Hocabá apuntó: “Muchos dicen que vie- La íntima atadura de los vivos con los
nen los espíritus para esos tiempos [de Fie- muertos se hace tangible, en especial, en
les Difuntos], pero hay algunos que dicen la época en que se considera que regre-
así: ‘Los espíritus todo el tiempo están con san los segundos a visitar a los primeros;
nosotros, porque los espíritus son puro ai- tiempo privilegiado de comunicación con
re’. Estamos así, pero sólo así [silenciosos, los antepasados. Gozando en un cielo cris-
pues] cuando muere uno no le dejan que tiano, vegetando en el limbo o trabajan-
hable. Desde que muere uno, ya estuvo, do en el Inframundo, dondequiera que se
pero nunca vuelves a hablar”. encuentren, los muertos del mundo maya
Silenciosos o no, es claro que para mu- acuden de visita a sus antiguas moradas en
chos mayas sus difuntos están presentes. los primeros días del mes de noviembre
(Todos Santos, Fieles Difuntos) y contribu-
yen a renovar los lazos que unen al indi-
85
Bocol, bocol es el ruido que hace el molinillo viduo con el grupo familiar y a las familias
de chocolate. con los linajes.
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PUEBLOS INDÍGENAS DEL MÉXICO CONTEMPORÁNEO
Para el Día de Muertos las familias acuden a rezar a los panteones. Dzotchén, Campeche.
Fotógrafo: Mario Humberto Ruz, 2000.
54 Acervo personal.
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MAYAS
torno, al tiempo que se encienden velado- a visitar a los suyos. Sólo se dispensa de
ras para mostrarles el camino, tal y como tareas a quienes no ajustan aún una sema-
se hizo antes de su llegada. na en su nuevo destino, pues como nadie
Tiempos son éstos particularmente lar- les ha entonado esos “cantos tristísimos de
gos, respetados y gozosos en el milenario los serafines”, ni siquiera se han enterado
Mayab. En el terrestre y en su réplica so- de su cambio de signo. Los demás debe-
brenatural. Porque desde los últimos días rán aprovechar las lluvias —que invaria-
de octubre también los muertos inician los blemente caen esos días— para asearse.
preparativos, distribuyen tareas y dan ins- Impecables, recién lavados y gozosos, los
trucciones a los que arribaron a últimas fe- muertos se dirigen a sus antiguas casas a
chas e ignoran los pormenores de las cere- visitar a los suyos, como cada año.
monias. Quien no haya recibido invitación Otro tanto hacen los vivos. Es en prepa-
de parte de sus familiares —por no tener- ración de esa visita mensual que los cam-
los o por un lastimoso olvido— tendrá que pechanos de Tenabo, Bacabchén y otros
fungir como guía y conducir a los demás pueblos del antiguo Camino Real Alto va-
hasta sus casas, pero sin entrar en ellas. Ha cían los osarios y limpian cuidadosamente
de limitarse a degustar los alimentos col- los restos de sus antepasados para colocar- 55
gados en jicaritas en el umbral o puestos los sobre paños inmaculados (¿resabios de
sobre los muros que rodean las viviendas. los envoltorios sagrados prehispánicos?),
A los que llegaron en el transcurso del año donde el resto de la familia vendrá a salu-
les toca desempeñarse como cargadores, darlos e incluso a besarlos, al tiempo que
de allí que se les instruya cómo acarrear los se “presentan” a los menores (“esta es tu
tamales (“pibes”) y los alimentos cubiertos tía, este tu abuelito”), como si se pretendie-
con servilletas anudadas para facilitar su ra familiarizarlos con los antepasados, cuyo
transporte, al tiempo que se les advierte culto quedará en el futuro en sus manos.
que desistan de llevar las comidas caldo- Es a lo largo de este mes cuando las
sas que ciertas familias —ignorantes de la mujeres yucatecas se afanarán por comprar
tradición y lo accidentado del viaje— po- leche para colocar en el altar, al menos du-
nen como ofrenda; irían derramándose por rante el tiempo que los muertos lactantes
los caminos. A aquellos que no han cum- sigan requiriéndola (ya irá suprimiéndose
plido ni un mes corresponde permanecer conforme los muertos niños crezcan), o
cuidando puertas y llaves, pues hasta el caldos de gallina como enseñaron las abue-
guardián nombrado sale “de vacaciones” las que necesitan aquellos que se fueron
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MAYAS
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trimonio único, milenario y actual, que go- Patrimonio milenario de miríadas de an-
zosa, porfiada y garbosamente portan los tiguas palabras, del cual se hacen eco las
pueblos mayas. nuevas voces:
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MAYAS
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MAYAS
No hablantes de lengua indígena 504 160 34.8 246 016 258 144
Con algún grado de primaria 465 883 49.1 225 707 240 176
Notas
1
Se refiere a la población en hogares en donde el jefe, el cónyuge o algún ascendente declaró ser hablante de lengua
maya, los datos corresponden a las entidades de Campeche, Quintana Roo y Yucatán.
2
Incluye hablantes de maya y de otras lenguas indígenas de 5 años y más.
3
La diferencia entre la población ocupada y aquella en actividades agropecuarias está distribuida en otras actividades
económicas.
4
La diferencia entre la población ocupada y aquella sin ingresos está distribuida en otros rangos de ingresos.
Fuente: Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas / Programa de las Naciones Unidas para el Desa-
rrollo, “Sistema Nacional de Indicadores sobre la Población Indígena de México”, 2002, con base en XII Censo General
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Mayas. Segunda parte, de Mario Humberto Ruz, se terminó de imprimir en abril de 2006
en los talleres de Impresora y Ecuadernadora Progreso, S.A. de C.V., San Lorenzo 244,
Col. Paraje San Juan, Deleg. Iztapalapa, C.P. 09830, México, D.F. El tiraje fue de 6 000
ejemplares.
Las tareas de digitalización y retoque de imágenes, composición tipográfica, diagramación
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MAYAS1-FORRO 2 13/6/06, 12:56