Antología Poética Del Siglo de Oro

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Jesús Manuel Garcia Ramos

2º de Bachillerato Humanístico
9 de setembre del 2010

Literatura Castellana

ANTOLOGÍA POÉTICA DEL SIGLO DE ORO

Garcilaso de la Vega

Soneto XXIII

En tanto que de rosa y azucena

se muestra la color en vuestro gesto,

y que vuestro mirar ardiente, honesto,

enciende al corazón y lo refrena;

y en tanto que el cabello, que en la vena 5

del oro se escogió, con vuelo presto,

por el hermoso cuello blanco, enhiesto,

el viento mueve, esparce y desordena:

coged de vuestra alegre primavera

el dulce fruto, antes que el tiempo airado 10

cubra de nieve la hermosa cumbre;


Jesús Manuel Garcia Ramos

2º de Bachillerato Humanístico
9 de setembre del 2010

Literatura Castellana

marchitará la rosa el viento helado.

Todo lo mudará la edad ligera

CANCIÓN V

1.
Si de mi baja lira
tanto pudiese el son que en un momento
aplacase la ira
del animoso viento
y la furia del mar y el movimiento,
2.
y en ásperas montañas
con el süave canto enterneciese
las fieras alimañas,
los árboles moviese
y al son confusamente los trujiese:
3.
no pienses que cantado
seria de mí, hermosa flor de Gnido,
el fiero Marte airado,
a muerte convertido,
de polvo y sangre y de sudor teñido,
4.
ni aquellos capitanes
en las sublimes ruedas colocados,
por quien los alemanes
el fiero cuello atados,
y los franceses van domesticados;
5.
mas solamente aquella
fuerza de tu beldad seria cantada,
y alguna vez con ella
también seria notada
Jesús Manuel Garcia Ramos

2º de Bachillerato Humanístico
9 de setembre del 2010

Literatura Castellana

el aspereza de que estás armada,


6.
y cómo por ti sola
y por tu gran valor y hermosura,
convertido en vïola,
llora su desventura
el miserable amante en tu figura.
7.
Hablo d’aquel cativo
de quien tener se debe más cuidado,
que ’stá muriendo vivo,
al remo condenado,
en la concha de Venus amarrado.
8.
Por ti, como solía,
del áspero caballo no corrige
la furia y gallardía,
ni con freno la rige,
ni con vivas espuelas ya l’aflige;
9.
por ti con diestra mano
no revuelve la espada presurosa,
y en el dudoso llano
huye la polvorosa
palestra como sierpe ponzoñosa;
10.
por ti su blanda musa,
en lugar de la cítera sonante,
tristes querellas usa
que con llanto abundante
hacen bañar el rostro del amante;
11.
por ti el mayor amigo
l’es importuno, grave y enojoso:
yo puedo ser testigo,
que ya del peligroso
naufragio fui su puerto y su reposo,
12.
y agora en tal manera
vence el dolor a la razón perdida
Jesús Manuel Garcia Ramos

2º de Bachillerato Humanístico
9 de setembre del 2010

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que ponzoñosa fiera


nunca fue aborrecida
tanto como yo dél, ni tan temida.
13.
No fuiste tú engendrada
ni producida de la dura tierra;
no debe ser notada
que ingratamente yerra
quien todo el otro error de sí destierra.
14.
Hágate temerosa
el caso de Anajárete, y cobarde,
que de ser desdeñosa
se arrepentió muy tarde,
y así su alma con su mármol arde.
15.
Estábase alegrando
del mal ajeno el pecho empedernido
cuando, abajo mirando,
el cuerpo muerto vido
del miserable amante allí tendido,
16.
y al cuello el lazo atado
con que desenlazó de la cadena
el corazón cuitado,
y con su breve pena
compró la eterna punición ajena.
17.
Sentió allí convertirse
en piedad amorosa el aspereza.
¡Oh tarde arrepentirse!
¡Oh última terneza!
¿Cómo te sucedió mayor dureza?
18.
Los ojos s’enclavaron
en el tendido cuerpo que allí vieron;
los huesos se tornaron
más duros y crecieron
y en sí toda la carne convertieron;
19.
Jesús Manuel Garcia Ramos

2º de Bachillerato Humanístico
9 de setembre del 2010

Literatura Castellana

las entrañas heladas


tornaron poco a poco en piedra dura;
por las venas cuitadas
la sangre su figura
iba desconociendo y su natura,
20.
hasta que finalmente,
en duro mármol vuelta y transformada,
hizo de sí la gente
no tan maravillada
cuanto de aquella ingratitud vengada.
21.
No quieras tú, señora,
de Némesis airada las saetas
probar, por Dios, agora;
baste que tus perfetas
obras y hermosura a los poetas
22.
den inmortal materia,
sin que también en verso lamentable
celebren la miseria
d’algún caso notable
que por ti pase, triste, miserable.

Garcilaso de la Vega

Escrito está en mi alma vuestro gesto


y cuanto yo escribir de vos deseo;
vos sola lo escribistes, yo lo leo
tan solo, que aun de vos me guardo en esto.

En esto estoy y estaré siempre puesto;


que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo,
de tanto bien lo que no entiendo creo,
tomando ya la fe por presupuesto.

Yo no nací sino para quereros;


mi alma os ha cortado a su medida;
Jesús Manuel Garcia Ramos

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9 de setembre del 2010

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por hábito del alma misma os quiero;

cuanto tengo confieso yo deberos;


por vos nací, por vos tengo la vida,
por vos he de morir y por vos muero.

Garcilaso de la Vega
(1501-1536)

Soneto X

¡Oh dulces prendas, por mi mal halladas,

dulces y alegres cuando Dios quería!

Juntas estáis en la memoria mía,

y con ella en mi muerte conjuradas.

¿Quién me dijera, cuando en las pasadas 5

horas en tanto bien por vos me vía,


Jesús Manuel Garcia Ramos

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Literatura Castellana

que me habíais de ser en algún día

con tan grave dolor representadas?

Pues en un hora junto me llevastes

todo el bien que por términos me distes, 10

llevadme junto el mal que me dejastes.

Si no, sospecharé que me pusistes

en tantos bienes porque deseastes

verme morir entre memorias tristes.

Fray Luis de León


(1527-1591)

Vida retirada

¡Qué descansada vida

la del que huye el mundanal ruïdo

y sigue la escondida

senda por donde han ido


Jesús Manuel Garcia Ramos

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9 de setembre del 2010

Literatura Castellana

los pocos sabios que en el mundo han sido! 5

Que no le enturbia el pecho

de los soberbios grandes el estado,

ni del dorado techo

se admira, fabricado

del sabio moro, en jaspes sustentado. 10

No cura si la fama

canta con voz su nombre pregonera,

ni cura si encarama

la lengua lisonjera

lo que condena la verdad sincera. 15

¿Qué presta a mi contento

si soy del vano dedo señalado,

si en busca de este viento

ando desalentado

con ansias vivas y mortal cuidado? 20

¡Oh campo, oh monte, oh río!

¡Oh secreto seguro deleitoso!

roto casi el navío,


Jesús Manuel Garcia Ramos

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9 de setembre del 2010

Literatura Castellana

a vuestro almo reposo

huyo de aqueste mar tempestuoso. 25

Un no rompido sueño,

un día puro, alegre, libre quiero;

no quiero ver el ceño

vanamente severo

de quien la sangre ensalza o el dinero. 30

Despiértenme las aves

con su cantar süave no aprendido,

no los cuidados graves

de que es siempre seguido

quien al ajeno abritrio está atenido. 35

Vivir quiero conmigo,

gozar quiero del bien que debo al cielo

a solas, sin testigo,

libre de amor, de celo,

de odio, de esperanzas, de recelo. 40

Del monte en la ladera

por mi mano plantado tengo un huerto,


Jesús Manuel Garcia Ramos

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9 de setembre del 2010

Literatura Castellana

que con la primavera

de bella flor cubierto,

ya muestra en esperanza el fruto cierto. 45

Y como codiciosa

de ver y acrecentar su hermosura,

desde la cumbre airosa

una fontana pura

hasta llegar corriendo se apresura. 50

Y luego sosegada

el paso entre los árboles torciendo,

el suelo de pasada

de verdura vistiendo,

y con diversas flores va esparciendo. 55

El aire el huerto orea,

y ofrece mil olores al sentido,

los árboles menea

con un manso ruïdo,

que del oro y del cetro pone olvido. 60

Ténganse su tesoro
Jesús Manuel Garcia Ramos

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Literatura Castellana

los que de un flaco leño se confían:

no es mío ver al lloro

de los que desconfían

cuando el cierzo y el ábrego porfían. 65

La combatida antena

cruje, y en ciega noche el claro día

se torna; al cielo suena

confusa vocería,

y la mar enriquecen a porfía. 70

A mí una pobrecilla

mesa, de amable paz bien abastada

me baste, y la vajilla

de fino oro labrada,

sea de quien la mar no teme airada. 75

Y mientras miserable-

mente se están los otros abrasando

en sed insacïable

del no durable mando,

tendido yo a la sombra esté cantando. 80


Jesús Manuel Garcia Ramos

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9 de setembre del 2010

Literatura Castellana

A la sombra tendido

de yedra y lauro eterno coronado,

puesto el atento oído

al son dulce, acordado,

del plectro sabiamente meneado. 85

ODA XIII - DE LA VIDA DEL CIELO


Alma región luciente,
prado de bienandanza, que ni al hielo
ni con el rayo ardiente
fallece; fértil suelo,
producidor eterno de consuelo:
de púrpura y de nieve
florida, la cabeza coronado,
y dulces pastos mueve,
sin honda ni cayado,
el Buen Pastor en ti su hato amado.
Él va, y en pos dichosas
le siguen sus ovejas, do las pace
con inmortales rosas,
con flor que siempre nace
y cuanto más se goza más renace.
Y dentro a la montaña
del alto bien las guía; ya en la vena
del gozo fiel las baña,
y les da mesa llena,
pastor y pasto él solo, y suerte buena.
Y de su esfera, cuando
la cumbre toca, altísimo subido,
el sol, él sesteando,
de su hato ceñido,
con dulce son deleita el santo oído.
Jesús Manuel Garcia Ramos

2º de Bachillerato Humanístico
9 de setembre del 2010

Literatura Castellana

Toca el rabel sonoro,


y el inmortal dulzor al alma pasa,
con que envilece el oro,
y ardiendo se traspasa
y lanza en aquel bien libre de tasa.
¡Oh, son! ¡Oh, voz! Siquiera
pequeña parte alguna decendiese
en mi sentido, y fuera
de sí la alma pusiese
y toda en ti, ¡oh, Amor!, la convirtiese,
conocería dónde
sesteas, dulce Esposo, y, desatada
de esta prisión adonde
padece, a tu manada
viviera junta, sin vagar errada.

San Juan de la Cruz


(1542-1591)

La noche oscura

Canciones del alma que se goza de haber llegado al

alto estado de la perfección, que es la unión con Dios,

por el camino de la negación espiritual.

En una noche oscura,


Jesús Manuel Garcia Ramos

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9 de setembre del 2010

Literatura Castellana

con ansias en amores inflamada,

(¡oh dichosa ventura!)

salí sin ser notada,

estando ya mi casa sosegada. 5

A oscuras y segura,

por la secreta escala disfrazada,

(¡oh dichosa ventura!)

a oscuras y en celada,

estando ya mi casa sosegada. 10

En la noche dichosa,

en secreto, que nadie me veía,

ni yo miraba cosa,

sin otra luz ni guía

sino la que en el corazón ardía. 15

Aquésta me guïaba

más cierta que la luz del mediodía,

adonde me esperaba

quien yo bien me sabía,

en parte donde nadie parecía. 20


Jesús Manuel Garcia Ramos

2º de Bachillerato Humanístico
9 de setembre del 2010

Literatura Castellana

¡Oh noche que me guiaste!,

¡oh noche amable más que el alborada!,

¡oh noche que juntaste

amado con amada,

amada en el amado transformada! 25

En mi pecho florido,

que entero para él solo se guardaba,

allí quedó dormido,

y yo le regalaba,

y el ventalle de cedros aire daba. 30

El aire de la almena,

cuando yo sus cabellos esparcía,

con su mano serena

en mi cuello hería,

y todos mis sentidos suspendía. 35

Quedéme y olvidéme,

el rostro recliné sobre el amado,

cesó todo, y dejéme,

dejando mi cuidado

entre las azucenas olvidado. 40


Jesús Manuel Garcia Ramos

2º de Bachillerato Humanístico
9 de setembre del 2010

Literatura Castellana

San Juan de la Cruz


(1542-1591)

Llama de amor viva

¡Oh llama de amor viva

que tiernamente hieres

de mi alma en el más profundo centro!

Pues ya no eres esquiva

acaba ya si quieres, 5

¡rompe la tela de este dulce encuentro!

¡Oh cauterio süave!

¡Oh regalada llaga!

¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado

que a vida eterna sabe 10

y toda deuda paga!

Matando, muerte en vida has trocado.

¡Oh lámparas de fuego


Jesús Manuel Garcia Ramos

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9 de setembre del 2010

Literatura Castellana

en cuyos resplandores

las profundas cavernas del sentido, 15

que estaba oscuro y ciego,

con estraños primores

color y luz dan junto a su querido!

¡Cuán manso y amoroso

recuerdas en mi seno 20

donde secretamente solo moras,

y en tu aspirar sabroso

de bien y gloria lleno,

cuán delicadamente me enamoras!

San Juan de La Cruz


TRAS UN AMOROSO LANCE

Tras de un amoroso lance

y no de esperanza falto

volé tan alto tan alto

que le di a la caza alcance.

Para que yo alcance diese

a aqueste lance divino

tanto volar me convino


Jesús Manuel Garcia Ramos

2º de Bachillerato Humanístico
9 de setembre del 2010

Literatura Castellana

que de vista me perdiese

y con todo en este trance

en el vuelo quedé falto

mas el amor fue tan alto

que le di a la caza alcance.

Cuanto más alto llegaba

de este lance tan subido

tanto más bajo y rendido

y abatido me hallaba

dije: "No habrá quien alcance".

Abatíme tanto tanto

que fui tan alto tan alto

que le di a la caza alcance.

Por una extraña manera

mil vuelos pasé de un vuelo

porque esperanza del cielo

tanto alcanza cuanto espera

esperé solo este lance

y en esperar no fui falto

pues fui tan alto tan alto,

que le di a la caza alcance


Jesús Manuel Garcia Ramos

2º de Bachillerato Humanístico
9 de setembre del 2010

Literatura Castellana

La más bella niña de nuestro lugar / Luis de Góngora.

La más bella niña


de nuestro lugar,
hoy viuda y sola
y ayer por casar ,
viendo que sus ojos
a la guerra van,
a su madre dice
que escucha su mal:
Dejadme llorar,
orillas del mar…

Pues me distes , madre,


en tan tierna edad
tan corto el placer
tan largo el penar,
y me cautivastes
de quien hoy se va
y lleva las llaves
de mi libertad,
Dejadme llorar,
orillas del mar…

En llorar conviertan
mis ojos de hoy más
el sabroso oficio
del dulce mirar,
pues que no se pueden
mejor ocupar
yéndose a la guerra
quien era mi paz,
Dejadme llorar,
orillas del mar…

No me pongáis freno
Ni queráis culpar;
que lo uno es justo,
lo otro por demás .
Si me queréis bien
Jesús Manuel Garcia Ramos

2º de Bachillerato Humanístico
9 de setembre del 2010

Literatura Castellana

no me hagáis mal;
harto peor fue
morir y callar.
Dejadme llorar,
orillas del mar…

Dulce madre mía,


¿quién no llorará,
aunque tenga el pecho
como un pedernal,
y no dará voces
viendo marchitar
los más verdes años
de mi mocedad?
Dejadme llorar,
orillas del mar..

Váyanse las noches,


pues ido se han
los ojos que hacían
los míos velar;
váyanse, y no vean
tanta soledad
después que en mi lecho
sobra la mitad.
Dejadme llorar,
orillas del mar…

Luis de Góngora: Ándeme yo caliente y ríase la gente.

Ándeme yo caliente
y ríase la gente.
Traten otros del gobierno
del mundo y sus monarquías,
mientras gobiernan mis días 5
mantequillas y pan tierno;
y las mañanas de invierno
naranjada y aguardiente,(1)
Jesús Manuel Garcia Ramos

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9 de setembre del 2010

Literatura Castellana

y ríase la gente.
Coma en dorada vajilla 10
el Príncipe mil cuidados,
como píldoras dorados;(2)
que yo en mi pobre mesilla
quiero más una morcilla(3)
que en el asador reviente, 15
y ríase la gente.
Cuando cubra las montañas
de blanca nieve el enero,
tenga yo lleno el brasero
de bellotas y castañas, 20
y quien las dulces patrañas
del Rey que rabió me cuente,(4)
y ríase la gente.
Busque muy en hora buena
el mercader nuevos soles,(5) 25
yo conchas y caracoles
entre la menuda arena,
escuchando a Filomena (6)
sobre el chopo de la fuente,
y ríase la gente. 30
Pase a medianoche el mar
y arda en amorosa llama
Leandro por ver su dama,(7)
que yo más quiero pasar
del golfo de mi lagar 35
la blanca o roja corriente,(8)
y ríase la gente.
Pues Amor es tan cruel
que de Píramo y su amada
hace tálamo una espada, 40
do se juntan ella y él,(9)
sea mi Tisbe un pastel
y la espada sea mi diente,
y ríase la gente.

Luis de Góngora y Argote - Amarrado al duro banco... (fragmento)

Amarrado al duro banco


Jesús Manuel Garcia Ramos

2º de Bachillerato Humanístico
9 de setembre del 2010

Literatura Castellana

de una galera turquesca,


ambas manos en el remo
y ambos ojos en la tierra,
un forzado de Dragut
en la playa de Marbella
se quejaba al ronco son
del remo y de la cadena:
"¡Oh sagrado mar de España,
famosa playa serena,
teatro donde se han hecho
cien mil navales tragedias!,
pues eres tú el mismo mar
que con tus crecientes besas
las murallas de mi patria,
coronadas y soberbias,
tráeme nuevas de mi esposa,
y dime si han sido ciertas
las lágrimas y suspiros
que me dice por sus letras,
porque si es verdad que llora
mi cautiverio en tu arena,
bien puedes al mar del Sur
vencer en lucientes perlas.
Dame ya, sagrado mar,
a mis demandas respuesta,
que bien puedes, si es verdad
que las aguas tienen lengua,
pero, pues no me respondes,
sin duda alguna que es muerta,
aunque no lo debe ser,
pues que vivo yo en su ausencia.
¡Pues he vivido diez años
sin libertad y sin ella,
siempre al remo condenado
a nadie matarán penas!"

En esto se descubrieron
de la Religión seis velas,
y el cómitre mandó usar
al forzado de su fuerza.
Jesús Manuel Garcia Ramos

2º de Bachillerato Humanístico
9 de setembre del 2010

Literatura Castellana

La desgracia del forzado,


y del corsario la industria,
la distancia del lugar
y el favor de la Fortuna,
que por las bocas del viento
les daba a soplos ayuda
contra las cristianas cruces
a las otomanas lunas,
hicieron que de los ojos
del forzado a un tiempo huyan,
dulce patria, amigas velas,
esperanzas y ventura.
Vuelve, pues, los ojos tristes
a ver cómo el mar le hurta
las torres, y le da nubes,
las velas, y le da espumas.
Y viendo más aplacada
en el cómitre la furia,
vertiendo lágrimas, dice,
tan amargas como muchas:

"¿De quién me quejo con tan grande extremo,


si ayudo yo a mi daño con mi remo?
Ya no esperen ver mis ojos,
pues ahora no lo vieron,
sin este remo las manos,
y los pies sin estos hierros,
que en esta desgracia mía
Fortuna me ha descubierto
que cuantos fueron mis años
tantos serán mis tormentos.
¿De quién me quejo con tan grande extremo,
si ayudo yo a mi daño con mi remo?
Velas de la Religión,
enfrenad vuestro denuedo,
que mal podréis alcanzarnos
pues tratáis de mi remedio.
El enemigo se os va,
y favorécele el tiempo
por su libertad no tanto
Jesús Manuel Garcia Ramos

2º de Bachillerato Humanístico
9 de setembre del 2010

Literatura Castellana

cuanto por mi cautiverio.

¿De quién me quejo con tan grande extremo,


si ayudo yo a mi daño con mi remo?

Quedaos en aquesa playa,


de mis pensamientos puerto;
quejaos de mi desventura,
y no echéis la culpa al viento.
Y tú, mi dulce suspiro,
rompe los aires ardiendo,
visita a mi esposa bella,
y en el mar de Argel te espero.

¿De quién me quejo con tan grande extremo,


si ayudo yo a mi daño con mi remo?"

SOLEDAD PRIMERA
(PARTE I)
Era del año la estación florida
En que el mentido robador de Europa
—Media luna las armas de su frente,
Y el Sol todo los rayos de su pelo—,
Luciente honor del cielo,
En campos de zafiro pace estrellas,
Cuando el que ministrar podía la copa
A Júpiter mejor que el garzón de Ida,
—Náufrago y desdeñado, sobre ausente—,
Lagrimosas de amor dulces querellas
Da al mar; que condolido,
Fue a las ondas, fue al viento
El mísero gemido,
Segundo de Arïón dulce instrumento.
Del siempre en la montaña opuesto pino
Al enemigo Noto
Piadoso miembro roto
Jesús Manuel Garcia Ramos

2º de Bachillerato Humanístico
9 de setembre del 2010

Literatura Castellana

—Breve tabla— delfín no fue pequeño


Al inconsiderado peregrino
Que a una Libia de ondas su camino
Fió, y su vida a un leño.
Del Océano, pues, antes sorbido,
Y luego vomitado
No lejos de un escollo coronado
De secos juncos, de calientes plumas
—Alga todo y espumas—
Halló hospitalidad donde halló nido
De Júplter el ave.
Besa la arena, y de la rota nave
Aquella parte poca
Que le expuso en la playa dio a la roca;
Que aun se dejan las peñas
Lisonjear de agradecidas señas.
Desnudo el joven, cuanto ya el vestido
Océano ha bebido
Restituir le hace a las arenas;
Y al Sol le extiende luego,
Que, lamiéndole apenas
Su dulce lengua de templado fuego,
Lento lo embiste, y con suave estilo
La menor onda chupa al menor hilo.
No bien, pues, de su luz los horizontes
—Que hacían desigual, confusamente,
Montes de agua y piélagos de montes—
Desdorados los siente,
Cuando —entregado el mísero extranjero
En lo que ya del mar redimió fiero—
Entre espinas crepúsculos pisando,
Riscos que aun igualara mal, volando,
Veloz, intrépida ala,
—Menos cansado que confuso— escala.
Vencida al fin la cumbre
—Del mar siempre sonante,
De la muda campaña
Árbitro igual e inexpugnable muro—,
Con pie ya más seguro
Declina al vacilante
Jesús Manuel Garcia Ramos

2º de Bachillerato Humanístico
9 de setembre del 2010

Literatura Castellana

Breve esplendor de mal distinta lumbre:


Farol de una cabaña
Que sobre el ferro está, en aquel incierto
Golfo de sombras anunciando el puerto.
«Rayos —les dice— ya que no de Leda
Trémulos hijos, sed de mi fortuna
Término luminoso.» Y —recelando
De invidïosa bárbara arboleda
Interposición, cuando
De vientos no conjuración alguna—
Cual, haciendo el villano
La fragosa montaña fácil llano,
Atento sigue aquella
—Aun a pesar de las tinieblas bella,
Aun a pesar de las estrellas clara—
Piedra, indigna tïara
—Si tradición apócrifa no miente—
De animal tenebroso cuya frente
Carro es brillante de nocturno día:
Tal, diligente, el paso
El joven apresura,
Midiendo la espesura
Con igual pie que el raso,
Fijo —a despecho de la niebla fría—
En el carbunclo, Norte de su aguja,
O el Austro brame o la arboleda cruja.
El can ya, vigilante,
Convoca, despidiendo al caminante;
Y la que desviada
Luz poca pareció, tanta es vecina,
Que yace en ella la robusta encina,
Mariposa en cenizas desatada.
Llegó, pues, el mancebo, y saludado,
Sin ambición, sin pompa de palabras,
De los conducidores fue de cabras,
Que a Vulcano tenían coronado.
«¡Oh bienaventurado
Albergue a cualquier hora,
Templo de Pales, alquería de Flora!
No moderno artificio
Jesús Manuel Garcia Ramos

2º de Bachillerato Humanístico
9 de setembre del 2010

Literatura Castellana

Borró designios, bosquejó modelos,


Al cóncavo ajustando de los cielos
El sublime edificio;
Retamas sobre robre
Tu fábrica son pobre,
Do guarda, en vez de acero,
La inocencia al cabrero
Más que el silbo al ganado.
¡Oh bienaventurado
Albergue a cualquier hora!
»No en ti la ambición mora
Hidrópica de viento,
Ni la que su alimento
El áspid es gitano;
No la que, en bulto comenzando humano,
Acaba en mortal fiera,
Esfinge bachillera,
Que hace hoy a Narciso
Ecos solicitar, desdeñar fuentes;
Ni la que en salvas gasta impertinentes
La pólvora del tiempo más preciso:
Ceremonia profana
Que la sinceridad burla villana
Sobre el corvo cayado.
¡Oh bienaventurado
Albergue a cualquier hora!
»Tus umbrales ignora
La adulación, Sirena
De reales palacios, cuya arena
Besó ya tanto leño:
Trofeos dulces de un canoro sueño,
No a la soberbia está aquí la mentira
Dorándole los pies, en cuanto gira
La esfera de sus plumas,
Ni de los rayos baja a las espumas
Favor de cera alado.
¡Oh bienaventurado
Albergue a cualquier hora!»
No, pues, de aquella sierra —engendradora
Más de fierezas que de cortesía—
Jesús Manuel Garcia Ramos

2º de Bachillerato Humanístico
9 de setembre del 2010

Literatura Castellana

La gente parecía
Que hospedó al forastero
Con pecho igual de aquel candor primero,
Que, en las selvas contento,
Tienda el fresno le dio, el robre alimento.
Limpio sayal en vez de blanco lino
Cubrió el cuadrado pino;
Y en boj, aunque rebelde, a quien el torno
Forma elegante dio sin culto adorno,
Leche que exprimir vio la Alba aquel día
—Mientras perdían con ella
Los blancos lilios de su frente bella—,
Gruesa le dan y fría,
Impenetrable casi a la cuchara,
Del viejo Alcimedón invención rara.
El que de cabras fue dos veces ciento
Esposo casi un lustro —cuyo diente
No perdonó a racimo aun en la frente
De Baco, cuanto más en su sarmiento,
Triunfador siempre de celosas lides,
Le coronó el Amor; mas rival tierno,
Breve de barba y duro no de cuerno,
Redimió con su muerte tantas vides—;
Servido ya en cecina,
Purpúreos hilos es de grana fina.
Sobre corchos después, más regalado
Sueño le solicitan pieles blandas
Que al Príncipe entre Holandas
Púrpura Tiria o Milanés brocado.
No de humosos vinos agravado
Es Sísifo en la cuesta, si en la cumbre
De ponderosa vana pesadumbre
Es, cuanto más despierto, más burlado.
De trompa militar no, o destemplado
Son de cajas, fue el sueño interrumpido;
De can sí, embravecido
Contra la seca hoja
Que el viento repeló a alguna coscoja.
Durmió, y recuerda al fin cuando las aves
—Esquilas dulces de sonora pluma
Jesús Manuel Garcia Ramos

2º de Bachillerato Humanístico
9 de setembre del 2010

Literatura Castellana

Señas dieron suaves


Del Alba al Sol, que el pabellón de espuma
Dejó, y en su carroza
Rayó el verde obelisco de la choza.
Agradecido, pues, el peregrino,
Deja el albergue y sale acompañado
De quien lo lleva donde, levantado,
Distante pocos pasos del camino,
Imperïoso mira la campaña
Un escollo, apacible galería,
Que festivo teatro fue algún día
De cuantos pisan, Faunos, la montaña.
Llegó, y a vista tanta
Obedeciendo la dudosa planta,
Inmóvil se quedó sobre un lentisco,
Verde balcón del agradable risco.
Si mucho poco mapa le despliega,
Mucho es más lo que, nieblas desatando,
Confunde el Sol y la distancia niega.

Lope de Vega.- Antología poética

Mira, Zaide, que te aviso


que no pases por mi calle
ni hables con mis mujeres,
ni con mis cautivos trates,
ni preguntes en qué entiendo
ni quién viene a visitarme,
qué fiestas me dan contento
o qué colores me placen;
basta que son por tu causa
las que en el rostro me salen,
corrida de haber mirado
moro que tan poco sabe.
Jesús Manuel Garcia Ramos

2º de Bachillerato Humanístico
9 de setembre del 2010

Literatura Castellana

Confieso que eres valiente,


que hiendes, rajas y partes
y que has muerto más cristianos
que tienes gotas de sangre;
que eres gallardo jinete,
que danzas, cantas y tañes,
gentilhombre, bien criado
cuanto puede imaginarse;
blanco, rubio por extremo;
señalado por linaje,
y pierdo mucho en perderte
y gano mucho en amarte,
y que si nacieras mudo
fuera posible adorarte.
Y por este inconveniente
determino de dejarte:
que eres pródigo de lengua
y amargan tus libertades,
y habrá menester ponerte
quien quisiera sustentarte
un alcázar en el pecho
y en los labios un alcaide.
Mucho pueden con las damas
los galanes de tus partes:
porque quieren los briosos,
que rompan y que desgarren;
mas, tras esto, Zaide, amigo,
si algún convite te hacen
al plato de sus favores,
quieren que comas y calles.
Costoso fue el te que hice.
Venturoso fueras, Zaide,
si conservarme supieras
como supiste obligarme.
Apenas fuiste salido
de los jardines de Tarfe
cuando hiciste de la tuya
y de mi desdicha alarde.
A un morito malnacido
me dicen que le enseñaste
Jesús Manuel Garcia Ramos

2º de Bachillerato Humanístico
9 de setembre del 2010

Literatura Castellana

la trenza de mis cabellos


que te puse en el turbante.
No quiero que me la vuelvas
ni quiero que me la guardes,
mas quiero que entiendas, moro,
que en mi desgracia la traes.
También me certificaron
cómo le desafiaste
por las verdades que dijo
que nunca fueran verdades.
No guardas tú tu secreto
¿y quieres que otro le guarde?
No quiero admitir disculpa;
otra vez vuelvo a avisarte
que ésta será la postrera
de que me hables y te hable.
Dijo la discreta Zaida
a un altivo abencerraje,
y, al despedirle, repite:
–Quien tal hace, que tal pague.

Lope de Vega

Soneto

Suelta mi manso, mayoral extraño,


pues otro tienes de tu igual decoro;
deja la prenda que en el alma adoro,
perdida por tu bien y por mi daño.

Ponle su esquila de labrado estaño


y no le engañen tus collares de oro;
toma en albricias este blanco toro
que a las primeras yerbas cumple un año.
Si pides señas, tiene el vellocino
pardo, encrespado, y los ojuelos tiene
Jesús Manuel Garcia Ramos

2º de Bachillerato Humanístico
9 de setembre del 2010

Literatura Castellana

como durmiendo en regalado sueño.


Si piensas que no soy su dueño, Alcino,
suelta y verásle si a mi choza viene,
que aun tienen sal las manos de su dueño.

Lope de vega

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Ir y quedarse, y con quedar partirse,
partir sin alma, y ir con alma ajena,
oír la dulce voz de una sirena
y no poder del árbol desasirse;
arder como la vela y consumirse,
haciendo torres sobre tierna arena;
caer de un cielo, y ser demonio en pena,
y de serlo jamás arrepentirse;
hablar entre las mudas soledades,
pedir prestada sobre fe paciencia,
y lo que es temporal llamar eterno;
creer sospechas y negar verdades,
es lo que llaman en el mundo ausencia,
fuego en el alma, y en la vida infierno.

Lope de Vega
(1562-1635)

¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?


Jesús Manuel Garcia Ramos

2º de Bachillerato Humanístico
9 de setembre del 2010

Literatura Castellana

¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?

¿Qué interés se te sigue, Jesús mío

que a mi puerta, cubierto de rocío,

pasas las noches del invierno escuras?

¡Oh, cuánto fueron mis entrañas duras, 5

pues no te abrí! ¡Qué estraño desvarío

si de mi ingratitud el yelo frío

secó las llagas de tus plantas puras!

¡Cuántas veces el ángel me decía:

Alma, asómate agora a la ventana, 10

verás con cuánto amor llamar porfía!

¡Y cuántas, hermosura soberana:

Mañana le abriremos --respondía--,

para lo mismo responder mañana!

Lope de Vega

De La niña de plata.
Un soneto me manda hacer Violante,
que en mi vida me he visto en tal aprieto;
catorce versos dicen que es soneto:
burla burlando van los tres delante.
Yo pensé que no hallara consonante
Jesús Manuel Garcia Ramos

2º de Bachillerato Humanístico
9 de setembre del 2010

Literatura Castellana

y estoy a la mitad de otro cuarteto;


mas si me veo en el primer terceto
no hay cosa en los cuartetos que me espante.
Por el primer terceto voy entrando
y parece que entré con pie derecho,
pues fin con este verso le voy dando.
Ya estoy en el segundo, y aun sospecho
que voy los trece versos acabando;
contad si son catorce, y está hecho.

Francisco de Quevedo
(1580-1645)

A una nariz

Érase un hombre a una nariz pegado,

érase una nariz superlativa,

érase una nariz sayón y escriba,

érase un peje espada muy barbado.

Era un reloj de sol mal encarado, 5

érase una alquitara pensativa,

érase un elefante boca arriba,

era Ovidio Nasón más narizado.


Jesús Manuel Garcia Ramos

2º de Bachillerato Humanístico
9 de setembre del 2010

Literatura Castellana

Érase un espolón de una galera,

érase una pirámide de Egipto, 10

las doce Tribus de narices era.

Érase un naricísimo infinito,

muchísimo nariz, nariz tan fiera

que en la cara de Anás fuera delito.

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