Apolo 13
Apolo 13
Apolo 13
“APOLO 13”
Docente:
ALBERTO QUIJANO
Máster Física
UNIVERSIDAD DE NARINO
DEPARTAMENTO DE ASTRONOMIA
Pasto, 2 de Junio de 2009
La película sobre el Apolo 13 relata la historia de la misión espacial que tenía que
alunizar en la región Fra Mauro, pero una explosión de los tanques de oxigeno a
bordo de la nave en su camino a la luna obligó a la tripulación a abortar la misión y
orbitar alrededor de la Luna sin lograr su cometido.
Jim Lovell (Tom Hanks), Jack Swigert (Kevin Bacon), y Fred Haise (Jim Paxton)
han sido seleccionados por la NASA para acudir a la siguiente misión
estadounidense lunar, Apolo 13. La historia se cuenta desde el punto de vista de
Jim Lovell, relatando los esfuerzos de él y de los otros dos astronautas perdidos
en el espacio, mientras cientos de personas en la NASA y en el gobierno se
mueven a contrarreloj para intentar que los tres astronautas consigan llegar sanos
a la Tierra. A los cinco minutos de vuelo los astronautas sintieron una vibración. El
motor central de la segunda etapa se apagó dos minutos antes de lo programado,
esto causó que los cuatro cohetes restantes siguieran encendidos por un período
de nueve segundos más que lo planeado para poner al Apolo 13 en órbita. Días
antes de la misión, el piloto de respaldo del modulo lunar Charlie Duke
inadvertidamente contagió a la tripulación con sarampión. El piloto del modulo de
comando Ken Mattingly, resultó no ser inmune y fue reemplazado por el piloto de
respaldo John Swigert. Pruebas en tierra antes del lanzamiento, indicaron la
posibilidad de que existiera un pobre aislamiento en el altamente crítico tanque de
helio de la etapa de descenso del módulo lunar, así que el plan de vuelo se
modificó para poder instalar dicha nave con tres horas en anticipación en el cohete
de manera de poder obtener lecturas adicionales en la presión. El tanque de
oxígeno No. 2, número de serie 10024X-TA0009 había sido previamente instalado
en el modulo de servicio del Apolo 10, pero fue removido para una modificación (y
resultó dañado en el proceso de remoción) El tanque fue reparado y probado en la
fabrica y se instaló en el modulo de comando del Apolo 13, donde se probó
durante las pruebas de conteo y demostración en el Centro Espacial Kennedy
desde el 16 de Marzo de 1970. De los dos tanques el No. 1 se comportaba
normalmente se esperaba, pero el No. 2 tenía problemas para evaporar el oxígeno
líquido con el que se realizaban las pruebas. Después de que se levantaron los
reportes correspondientes y se estudió el problema, se resolvió que se calentaría
el interior del tanque 2 con una serie de resistencias eléctricas calentadoras que
cada tanque tenía en su interior para evaporar el oxígeno remanente. La técnica
funcionó pero le tomó ocho horas a 65 volts de corriente directa para disipar el
oxígeno. El hacerle modificaciones para hacer mejoras en el diseño y poderlo
quitar y poner en forma mas eficiente y accesible dañó severamente los elementos
calefactores internos de dicho tanque. En el trayecto a la Luna y pasadas 55 horas
y 46 minutos, la tripulación terminó una transmisión de TV en vivo que duró 49
minutos que mostraba la comodidad con la que se podía vivir en el espacio. Nueve
minutos de haber terminado dicha transmisión el tanque No. 2 explotó causando
en consecuencia que el tanque No. 1 fallara. Los módulos que proporcionan
normalmente electricidad, agua, oxígeno y luz fallaron mientras los astronautas se
encontraban a 320,000 kilómetros de distancia de la Tierra. El astronauta John
Swigert después de observar una luz de advertencia acompañada de un “bang”
fue quien exclamó la tristemente famosa frase “Houston, tenemos un problema
aquí”. La hora: 21:08 horas del 13 de abril. (¿Casualidad?) Una gran cantidad de
luces de advertencia de encendieron en serie indicando la pérdida de dos de las
tres fuentes generadoras de energía. Las lecturas de los instrumentos señalaban
que un tanque de oxígeno estaba completamente vacío y que el segundo estaba
se estaba vaciando. Trece minutos después de la explosión Lovell observó a
través de la ventana de la escotilla que algo estaba escapando de alguna parte de
la nave, evidencia segura de una potencial catástrofe. Era el vital oxígeno que
estaba escapando rápidamente al espacio vacío. Los astronautas utilizaron al
modulo Lunar como “bote salvavidas”. El modulo lunar estaba diseñado para un
período de 45 horas para albergar a dos astronautas. Se necesitaban 90 horas
para tres astronautas. El oxígeno no era un problema, con los tanques del modulo
lunar y de los trajes que se utilizarían en la caminata lunar seria mas que
suficiente, además del oxígeno de las botellas de emergencia para el amarizaje. El
verdadero problema era la energía. Las baterías del modulo lunar no eran lo
suficientemente poderosas para proveer la energía requerida. Esa fue una de las
tareas principales de los ingenieros para poder energizar ambas naves ahorrando
energía al apagar todos los sistemas eléctricos que no fueran críticos, reduciendo
el consumo a un quinto (1/5) de lo normal (80% menos), dando como resultado
que al momento de la reentrada de los astronautas a la atmósfera terrestre
conservaran como medida se seguridad un 20% de la energía total disponible. El
agua era el otro problema importante, se estimaba que se quedarían sin agua
cinco horas antes de la reentrada a la Tierra. Gracias a los datos obtenidos del
Apolo 11 (cuyo modulo lunar no se envió a que se impactara en la Luna) que
mostraban que los mecanismos podrían seguir funcionando en el espacio por un
período adicional de 7 u ocho horas sin agua para su enfriamiento. De esta
manera la tripulación conservó agua. Así mismo racionaron el suministro personal
a seis onzas diarias (un poco mas de la mitad de capacidad de un biberón de un
bebé), además de jugos de frutas que llevaban. La tripulación se deshidrató y
perdieron peso: Lovell perdió 7 kilos y entre los tres un total de 16 kilos, casi un
50% más que cualquier tripulación anterior. La remoción del Dióxido de Carbono
fue otra tarea importante. Los recipientes que contienen Hidróxido de Lítio,
material químico que remueve el Bióxido de Carbono de la cabina son de forma
cuadrada en el módulo de comando y redonda (como un queso grande) en el
módulo Lunar, de esta manera no se podían utilizar o intercambiar entre las naves.
Aunado a esto recordemos que el modulo lunar estaba diseñado para mantener
dos personas por dos días y se le estaba requiriendo para mantener con vida a
tres personas por cuatro días. Un día y medio después del incidente, las luces de
advertencia del nivel de contaminación por CO2 avisaron que se estaba llegando a
niveles peligrosos. Desde tierra los ingenieros idearon y dieron a entender a los
astronautas la forma de adaptar dichos recipientes con bolsas de plástico,
cartoncillos, cinta adhesiva y demás material que llevaban a bordo. Otro de los
problemas críticos era el realizar un encendido de motores en el lado de la Luna
donde no se puede comunicar la nave con la Tierra y viceversa obviamente por
estar la Luna de por medio e impedir la transmisión de radio. Dicho encendido de
motores era para que la nave aumentara su velocidad y saliera de orbita lunar y se
enfilara con la suficiente velocidad hacia la Tierra. Normalmente dicha labor la
realiza el módulo de comando cuando ya los astronautas han regresado de su
exploración en la superficie lunar. Siendo esta labor un punto de suma importancia
y que tendría que ser realizada con extrema exactitud, se tenía el temor que
existiera alguna falla que como consecuencia hiciera que los tripulantes perdieran
la trayectoria correcta y nunca regresaran a la Tierra, esto es, que se quedaran
vagando por el sistema solar. El viaje se caracterizó por ser altamente incómodo
en conjunto con la falta de agua y alimentos. El dormir era prácticamente
imposible debido al frío, que como consecuencia del apagado de los sistemas
eléctricos, la nave perdió una importante fuente de calor. La temperatura bajó
hasta los 3 grados centígrados y se formó condensación en todo el interior de la
nave. Uno de los mayores logros del Centro de Control de la Misión, fue el rápido
desarrollo de procedimientos para re-energizar al módulo de comando después de
haber estado desactivado y a temperaturas muy bajas y reaccionar
favorablemente. Los controladores de vuelo normalmente documentan toda la
información en tres meses, pero en esta ocasión lo hicieron en tres días. Las
paredes, piso, techo, instrumentos, arneses, cables, paneles de instrumentos (por
la parte trasera también), prácticamente todo el interior, estaban cubiertas con
gotas semi-congeladas de agua. De esta manera cabía la gran posibilidad de que
hubiera un corto circuito al momento de energizar la nave, pero no sucedió tal
gracias a las medidas de seguridad que fueron implementadas después del
incendio del Apolo-1 en enero de 1967. Las gotas de agua, al ir desacelerando en
la atmósfera, caían e hicieron sentir algo único a los astronautas... el que “lloviera”
dentro del módulo de comando. Faltando cuatro horas para el aterrizaje, la
tripulación abandonó el modulo lunar; el centro de control insistió en no
abandonarlo hasta entonces ante el temor que existiera algún daño causado al
modulo de comando por el intenso frío al no estar protegido por sus paneles
calefactores. Al separarse la cápsula de reingreso del modulo de comando y
todavía acoplada la cápsula al modulo lunar, se pudo apreciar y fotografiar en el
modulo de comando el lugar donde debería estar el panel faltante y la zona
dañada por la explosión que afectó cables, conductos, sensores, tubería, etc. Tres
horas mas tarde, la tripulación acuatizó perfectamente en el Océano Pacífico
cerca de Samoa, el 17 de Abril de 1970.
En conclusión la película cuenta una muy interesante historia sobre una misión
espacial que sufrió varios problemas, que los relacionan mucho con la cantidad de
veces que se vio involucrada con el numero 13.