Grabado Acido
Grabado Acido
Grabado Acido
Acido fosfórico:
Molécula pequeña de alta movilidad, ph menor que el del acido poliacrilico, por eso el
ionómero es menos irritante que el acido desmineralizante.
El grabado o acondicionamiento adamantino tiene por finalidad crear una superficie limpia y
de alta energía superficial, con microporosidades que se pueden obtener por distintos tipos de
agentes químicos como son: quelantes, enzimas, crecimiento microcristalino y,
principalmente, con ácidos.
Cuando el tiempo de grabado supera los 25 segundos se da un patrón de grabado tipo III
donde la profundidad disminuye de 2 a 8 micrometros, porque el ácido en su accionar
continúa eliminando sustancia de la superficie.
El grabado acido produce la creación de precipitados solubles e insolubles los cuales deben ser
eliminados por un proceso de lavado, si estos precipitados no son lavados se puede producir el
taponamiento de los microporos, lo cual resulta perjudicial para la adhesión, por otra parte, si
se emplea poco tiempo para el lavado, el ácido puede seguir actuando causando un patrón de
grabado tipo III, para una concentración de ácido fosfórico al 37% es suficiente un lavado de 30
segundos, los ácidos coloreados tienen mayor viscosidad y se retienen en el tejido dentario,
por lo cual el tiempo se aumenta a 45 segundos. El esmalte debe ser secado posteriormente
durante un tiempo de 30 segundos.
Patrones de grabado:
Existen 3 patrones de grabado, Tipos I, II, y III, cuando se desmineraliza el cuerpo o la cabeza
del prisma de esmalte el grabado es de tipo I, cuando se desmineraliza el espacio intervarillar,
el grabado es de tipo II, éstos son los grabados ideales ya que ofrecen una correcta superficie
de adhesión por la profundidad de las microporosidades formadas.
El grabado tipo III es el resultante de una incorrecta desmineralización, creando una superficie
amorfa e irregular que no es òptima para el sistema de adhesión.
Esmalte aprismático:
El esmalte aprismático o avarillar, se encuentra en todos los dientes, más que todo en la zona
de las vertientes cuspídeas internas que dan origen a las fosas y fisuras de los dientes, éste tipo
de esmalte es de cristales de apatita, pero no es ideal para la adhesión, porque carece de la
estructura cristalina que ofrecen las varillas de esmalte para la adhesión, además es por lo
general más mineralizado, lo que resulta en que la exposición de este esmalte al acido
fosfórico al 37% durante 15 segundos sólo creará microporos con una profundidad de 5 a 8
micrómetros, si tenemos en cuenta que el esmalte avarillar tiene un espesor de 30
micrómetros, nos damos cuenta que este valor de grabado es insuficiente para lograr una
adhesión correcta.
Si un agente caustico como una sustancia ácida actúa por un tiempo corto, la dentina y la
pulpa se recuperan, causando calcificación del contenido tubular, creando una capa
impermeable de dentina esclerosada que protege a la dentina de ataques posteriores. Si la
agresión es prolongada, hay degeneración del contenido tubular y la lesión se extiende más
allá de la capa odontoblastica y no se forma la dentina reparativa, esta agresión causa que la
lesión se extienda al interior de la pulpa causando inflamación crónica de la pulpa, cambios
atróficos y necrosis pulpar.
Los dientes con pulpa vital que fueron tratados con acido fosfórico líquido presentaron una
marcada desmineralización de la dentina peritubular con ampliación de los conductillos hacia
la región pulpar, hasta una profundidad de 180 micrómetros en dientes jóvenes y 250
micrómetros en dientes de personas mayores, mientras que el ácido fosfórico en gel,
presentan apertura de los tubulos dentinales hasta una profundidad de 25 micrómetros en
dientes jóvenes y 18 micrómetros en dientes de adultos mayores, lo cual indica que por su
capacidad de fluir dentro de los tubulos dentinales, el acido fosfórico líquido no está indicado
en dientes vitales, ya que penetra más a fondo causando irritación de los tejidos pulpares
profundos.