CUESTIONARIO
CUESTIONARIO
CUESTIONARIO
La violencia doméstica y sexual contra la mujer repercute de forma negativa en su salud. La depresión,
la ansiedad y el trastorno por estrés postraumático son las consecuencias psicológicas más frecuentes.
El objetivo de este trabajo se centra en el desarrollo de un instrumento que permita identificar el nivel
de distrés emocional en situaciones de crisis. La muestra (N= 861) está formada por mujeres, entre 18
y 70 años, víctimas de violencia doméstica (n= 769) y violencia sexual (n= 92). El Cuestionario de
Respuesta Emocional a la Violencia (REV) está formado por cuatro escalas que a través de 22 ítems
informa sobre depresión, ansiedad, ajuste psicosocial y humor irritable. Los buenos índices de ajuste
del modelo propuesto a priori para el Análisis Factorial Confirmatorio (AFC) determinan que es un
instrumento adecuado de evaluación psicológica en situaciones críticas para ser utilizado en mujeres
víctimas de violencia doméstica y/o sexual.
Emotional response questionnaire to domestic and sexual violence. Domestic and sexual violence
against women has a negative impact on their health. The most frequent psychological consequences
are depression, anxiety and post-traumatic stress disorder. The aim of this research was to develop an
instrument to identify the level of emotional distress in a crisis situation. The sample (N= 861) inclu-
des women, between 18 and 70 years old, who had been victims of domestic (n= 769) and sexual vio-
lence (n= 92). The questionnaire Emotional Response to Violence Questionnaire (REV) was compo-
sed by 22 items that provide information on Depression, Anxiety, Psychological Adjustment and
Irritability scales. The close fit of the model proposed a priori for Confirmatory Factor Analysis (CFA),
showed that it constitute a suitable instrument for psychological evaluation in critical situations to be
used with women who have been victims of domestic and/or sexual violence.
La elevada incidencia de la violencia contra las mujeres y las las consultas de los servicios de salud (Hathaway, Mucci, Silver-
consecuencias negativas que ocasiona en su salud física y psicoló- man, Brooks, Mathews y Pavlos, 2000).
gica ponen de manifiesto el grave problema social y de salud que Los problemas médicos más frecuentes se refieren a dolor cró-
la sociedad se enfrenta (Wordl Health Organization, 1998). En los nico cervical, lumbar y pélvico entre otros (Coker, Smith, Bethea,
protocolos de evaluación para la detección del problema de la vio- King y McKeown, 2000), y a enfermedades de naturaleza digesti-
lencia contra la mujer, se consideran como indicadores tanto las le- va (Leserman et al., 1997) como úlcera de estómago (Coker et al.,
siones producto directo de la violencia (Kramer, 2002) como las 2000), síndrome de colon irritable y enfermedad inflamatoria in-
enfermedades físicas asociadas (Campbell, 2002; Coker, Pope, testinal (Salmon, Skaife y Rhodes, 2003).
Smith, Sanderson y Hussey, 2001) y el impacto emocional (Camp- En cuanto a la salud mental, las mujeres víctimas de estas for-
bell, 2002; Kazantzis, Flett, Long, MacDonald y Millar, 2000; mas de violencia de género presentan diferencias individuales en
Kramer, 2002). el impacto psicológico a corto y a largo plazo. Señalándose que las
Respecto a las enfermedades físicas, las mujeres víctimas de variables que modulan y explican las diferencias individuales de la
malos tratos físicos y/o psicológicos por la pareja y las mujeres respuesta emocional y su recuperación pueden estar asociadas a
con experiencias de abuso o agresión sexual, presentan un incre- las propias características de la violencia, a variables personales,
mento en los problemas médicos (Kazantzis et al., 2000; Matud, familiares y sociales (Bragado, Bersabé y Carrasco, 1999; Kamp-
2004), peor salud (Leserman, Li, Drossman, Toomey, Nachman y huis, Emmelkamp y Bartak, 2003). Las consecuencias psicológi-
Glogau, 1997) y mayor ingesta de medicación (Matud, 2004; Ra- cas asociadas están bien documentadas, observándose que la de-
mos-Lira, Saltijeral-Méndez, Romero-Mendoza, Caballero-Gutié- presión, la ansiedad y el trastorno por estrés postraumático son las
rrez y Martínez-Velez, 2001) que en las mujeres sin estas expe- alteraciones más frecuentes en las mujeres víctimas de maltrato fí-
riencias. Como consecuencia de ello utilizan con mayor frecuencia sico y/o psicológico (Amor, Echeburúa, Corral, Zubizarreta y Sa-
rasua, 2002; Echeburúa, Corral y Amor, 2002; Matud, 2004; Wal-
ker, 2000), de abuso sexual (Brown, Cohen, Johnson y Smailes,
Fecha recepción: 1-7-04 • Fecha aceptación: 16-11-04 1999) y de agresión sexual (Feeny y Foa, 2000; Petrak y Camp-
Correspondencia: Remedios González bell, 1999). Respecto a los malos tratos por la pareja, Amor et al.
Facultad de Psicología
(2002) observaron que las alteraciones psicopatológicas se agru-
Universitat de València
46010 Valencia (Spain) pan habitualmente en dos factores: uno referido al estrés postrau-
E-mail: [email protected] mático, y otro al malestar emocional en el que predomina sinto-
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matología ansioso-depresiva, baja autoestima e inadaptación a la mente la entrevista para este fin. Por esta razón, disponer de un
vida cotidiana. La intensidad de estas manifestaciones determina- instrumento que permita realizar un «screening» en dichas situa-
ría el estado emocional. ciones puede ser de gran utilidad clínica.
Se ha observado que para identificar y establecer el nivel de gra- En este marco, el presente trabajo tiene como objetivo propo-
vedad de estos trastornos se utilizan tanto entrevistas semiestructu- ner un instrumento que, de forma sencilla y breve, permita evaluar
radas, basadas en los criterios diagnósticos del DSM-IV-TR (Ame- el malestar emocional de las mujeres que sufren violencia de gé-
rican Psychiatry Association, 2002), como escalas y cuestionarios nero en las formas descritas.
específicos para dichos trastornos, independientemente de dónde
provengan las muestras de mujeres objeto de estudio. Los instru- Método
mentos que más se utilizan para estudiar la depresión en los servi-
cios de ayuda a la mujer víctima de maltrato por la pareja (Amor et Muestra
al., 2002; Arias y Pape, 1999; Stein y Kennedy, 2001) son el Symp-
tom Cheklist-90- Revisado (SCL-90-R, Derogatis, 1977), la Esca- La muestra está formada por 861 mujeres víctimas de violen-
la de Depresión del Centro de Estudios Epidemiológicos (CES-D, cia doméstica por la pareja con la que tenían o habían tenido una
Radloff, 1977) o el Inventario de Depresión de Beck (BDI, Beck, relación afectiva, y por mujeres con experiencia de violencia se-
Ward, Mendelson, Mock y Erbaugh, 1961). En contextos sanitarios xual en el ámbito familiar o fuera de él. Para la violencia domés-
(Cocker et al., 2001; Petrak y Campbell, 1999; Leserman et al., tica, se tuvieron en cuenta los casos de maltrato físico y psicoló-
1997; Ramos-Lira et al., 2001; Stein y Kennedy, 2001), además de gico (n= 455, media de edad= 35 años) y maltrato psicológico (n=
los cuestionarios descritos anteriormente, el nivel de depresión de 414, media de edad= 40,4 años). La violencia sexual hace refe-
la víctima de malos tratos por la pareja y/o violencia sexual se eva- rencia a problemáticas de abuso sexual (n= 41, media de edad=
lúa a través del Cuestionario General de Salud (GHQ, Goldberg y 24,15 años) y agresión sexual (n= 51, media de edad= 25,47
Hillier, 1979) o con la Escala Hospitalaria de Ansiedad y Depresión años). Todas las mujeres de la muestra habían sido atendidas en
(HADS, Zigmond y Snaith, 1983). En este mismo contexto (Coker el Centro Mujer 24 Horas de Valencia. Las edades están com-
et al., 2001; Petrak y Campbell 1999), para valorar la ansiedad tam- prendidas entre los 18 y 70 años (media de edad 35,8 años). Pre-
bién se utiliza el HADS o el Inventario de Ansiedad Estado-Rasgo dominan las mujeres que conviven con su pareja (72,2%), tienen
(STAI, Spielberger, Gorsuch y Lushene, 1970), siendo este último hijos/as (79,1%), con estudios primarios (59,1%), dependen eco-
utilizado, además, en el estudio de la ansiedad en mujeres usuarias nómicamente de su pareja o de sus padres (50,6%) y viven en la
de los servicios de asistencia a la mujer maltratada (Amor et al., ciudad (53,5%). Si bien el perfil sociodemográfico de la mujer
2002). Respecto al trastorno por estrés postraumático, la Escala del víctima de maltrato físico y/o psicológico es similar, no es así res-
Impacto del Evento (IES, Horowitz, Wilner y Álvarez, 1979) o es- pecto a la violencia sexual, que está formado por mujeres más jó-
ta misma escala revisada (IES-R, Weiss y Marmar, 1997) son los venes, solteras y sin descendencia.
instrumentos que más se utilizan en el ámbito sanitario y asisten-
cial a la mujer con experiencias tanto de maltrato por la pareja Instrumentos
(Stein y Kennedy, 2001) como de agresión sexual por otras perso-
nas (Petrak y Campbell, 1999). Las variables sociodemográficas y las de maltrato físico y/o
Aunque no siempre están presentes estos trastornos, en la bi- psicológico, abuso y agresión sexual, fueron valoradas a través de
bliografía consultada se señala una amplia gama de síntomas que cuestionarios estructurados creados a tal efecto (Centro Mujer 24
ponen de manifiesto el elevado distrés psicológico que presentan Horas. Dirección General de la Mujer, 1999).
las mujeres con estas problemáticas de violencia de género (Ka- El estado emocional fue evaluado con el Protocolo de Evalua-
zantzis et al., 2000). También se ha observado la presencia de ni- ción Psicológica (Centro Mujer 24 Horas. Dirección General de la
veles bajos de autoestima (Amor et al., 2002) y respuestas cogni- Mujer, 1999). Dicho instrumento fue elaborado en base a 592 his-
tivas de autoculpabilidad (Arata, 1999) e ira (Feeny y Foa, 2000) torias clínicas de mujeres atendidas por malos tratos por la pare-
que pueden modular el desarrollo de trastornos psicopatológicos a ja/ex pareja, o por problemáticas de violencia sexual. De dichas
largo plazo (Ullman, 1997). En este sentido, la literatura señala la historias se extrajeron las respuestas psicológicas más frecuentes,
importancia de considerar las atribuciones internas y las estrate- relacionadas al estado emocional y psicosocial que presentaban,
gias de afrontamiento empleadas por las víctimas, por el papel que dando como resultado el listado de síntomas formado por 63
juegan como variables mediadoras de ajuste psicológico (Arata, ítems, que valora la ausencia/presencia de síntomas a través de
1999; Walker, 2000). Asimismo, se indica la importancia del nivel cuatro alternativas de respuesta (0= nada, 1= algo, 2= bastante, 3=
de adaptación en las actividades de la vida diaria (Amor et al., mucho). El contenido de los ítems hace referencia a respuestas
2002; Echeburúa, Corral y Fernández-Montalvo, 2000; Walker, conductuales, cognitivas y fisiológicas asociadas a la depresión,
2000) como variables a considerar en la elaboración del plan de ansiedad, al trastorno por estrés postraumático y al ajuste psicoso-
tratamiento psicológico en las mujeres con experiencias de malos cial, que son las reacciones emocionales más comunes (Amor et
tratos por la pareja. al., 2002; Feeny y Foa, 2000) en la mujer víctima de violencia de
La bibliografía consultada pone de manifiesto la amplitud de la género según las formas anteriormente descritas.
respuesta psicológica, así como la diversidad de instrumentos uti-
lizados para su evaluación. No se ha encontrado aún un instru- Procedimiento
mento que valore el estado emocional de manera global de las mu-
jeres que padecen violencia de género, concretamente malos tratos La evaluación de las mujeres que forman parte del presente es-
físicos y/o psicológicos, abuso sexual y agresión sexual, en situa- tudio se realizó en el Centro Mujer 24 Horas (Dirección General
ciones críticas y en el primer contacto, utilizándose mayoritaria- de la Mujer de Valencia) que atiende problemáticas de violencia de
CUESTIONARIO DE RESPUESTA EMOCIONAL A LA VIOLENCIA DOMÉSTICA Y SEXUAL 269
género. La información relativa a los datos sociodemográficos, a Los indicadores empleados para probar la bondad de ajuste y
las formas de violencia y al estado emocional de cada una de las valorar la validez del modelo, salvando los problemas que el esta-
mujeres que componen el total de la muestra se obtuvo en la en- dístico chi cuadrado puede producir con muestras grandes y que
trevista de acogida, antes de comenzar cualquier tipo de interven- llevarían a rechazar los modelos (Bollen, 1989) han sido: el índi-
ción social, psicológica o jurídica. La evaluación psicológica fue ce de bondad de ajuste (GFI, Goodness of Fit Index), que mide la
realizada por psicólogas especializadas en violencia contra la mu- cantidad de varianza y covarianza explicada por el modelo, y el ín-
jer, en la entrevista inicial. dice de bondad de ajuste ajustado a los grados de libertad del mo-
Los criterios de inclusión en el estudio fue el de mujeres con delo (AGFI, Adjusted Goodness of Fit Index). Valores de 0.9 o
experiencias de malos tratos físicos y/o psicológicos, producidos más para ambos índices se consideran indicativos de un buen ajus-
por personas con las que tenían o habían tenido un vínculo afecti- te del modelo (Medsker, Williams y Holahan, 1994). El índice de
vo de pareja, y mujeres con experiencias de abuso sexual o de ajuste comparativo Comparative Fit Index (CFI, Bentler, 1990)
agresión sexual por personas del entorno familiar y fuera de él. compara el ajuste del modelo frente a un modelo nulo que hipote-
Además debían tener cumplimentado el Protocolo de Evaluación tiza que todas las variables observadas son independientes. Un va-
Psicológica en su totalidad en la primera entrevista. En el marco lor igual a 0.9 o mayor se considera un índice de buen ajuste. El
de la situación en crisis, donde la intervención es prioritaria, se promedio de residuales estandarizados (RMSR, Root Mean Squa-
presentan dificultades en completar los 63 ítems, por lo que se rea- re Residual) indica la discrepancia entre la matriz de correlaciones
liza en una entrevista posterior. Por ello los instrumentos que fue- reproducida por el modelo y la matriz de correlaciones observada.
ron cumplimentados en entrevistas posteriores a la inicial no fue- Valores iguales o inferiores a 0.1 son indicadores de que las dife-
ron tenidos en cuenta en este estudio. rencias entre ambas matrices no son muy importantes (Cole y
Maxwell, 1985). Respecto al error de aproximación cuadrático
Análisis de datos medio (RMSEA, Root Mean Square Error of Aproximation) como
medida de error de aproximación a la población, Browne y Cu-
Para el desarrollo del cuestionario breve se tuvo en cuenta el deck (1993), sugieren que un valor de 0.05 indica un buen ajuste
estudio de la estructura factorial del Protocolo de Evaluación Psi- y hasta 0.08 representa un error razonable. La chi cuadrado nor-
cológica (Centro Mujer 24 Horas. Dirección General de la Mujer, mada (χ2/g.l) introduce una función penalizadora mediante la cual
1999). La estrategia analítica que se siguió fue doble. En primer se tiene en cuenta la parsimonia de los modelos. Los límites reco-
lugar, un análisis de componentes principales sobre una mitad de mendados se encuentran entre valores inferiores a 2 o 3 (Carmines
la muestra (n= 430), elegida aleatoriamente de la muestra total y McIver, 1981) y 5 (Wheaton, Muthen, Almin y Summers, 1977).
(N= 861) a través del programa informático SPSS 11.5. Posterior- El programa informático empleado para el análisis factorial ex-
mente, un análisis factorial confirmatorio (AFC), proponiendo co- ploratorio fue el SPSS para Windows, versión 11.5 (SPSS Inc.).
mo modelo «a priori» la estructura factorial obtenida del análisis Para el análisis factorial confirmatorio se utilizó el LISREL para
exploratorio y sometiéndolo a comprobación sobre la otra mitad Windows v8.12a (Jöreskog y Sörbom, 1993).
de la muestra (n= 431).
Para el análisis de componentes principales se propusieron la Resultados
totalidad de ítems del Protocolo de Evaluación Psicológica rela-
cionados con depresión, ansiedad y trastorno por estrés postrau- Estructura del análisis factorial exploratorio
mático, siguiendo los criterios de la DSM-IV-TR (American Psy-
chiatry Association, 2002) para estos trastornos. Ocho de los ítems La muestra para este análisis estuvo formada por 430 mujeres
no relacionados con los criterios fueron excluidos, así como el elegidas aleatoriamente de la muestra total (N= 861). Una vez se-
ítem «disminución de la actividad laboral», dado que cerca de la leccionados los ítems (n= 54) se sometieron a rotación oblicua
mitad de la muestra no tiene ocupación fuera del hogar. Del total (PROMAX). El análisis arrojó una solución de 13 componentes
de los 63 ítems quedaron 54 que fueron los utilizados en el análi- que explicaron el 60,38% de la varianza total.
sis factorial de componentes principales. Se hipotetizó que los fac- El objetivo del presente trabajo, como ya se indicó, era conse-
tores estarían correlacionados, por lo que fueron sometidos a rota- guir un instrumento que tuviera una estructura factorial simple,
ción oblicua (PROMAX). que pueda indicar de forma precisa, en situaciones de urgencia, y
Para la selección de los factores del modelo a proponer poste- en la primera entrevista el malestar emocional de la mujer. Por lo
riormente con AFC, se tuvo en cuenta la matriz de configuración que, una vez realizado el estudio de los componentes, se retuvie-
del análisis de componentes principales, así como los componen- ron los cuatro primeros (Porcentaje de Varianza Explicada Total
tes con autovalores superiores o muy cercanos a 2, aplicando la %VET= 38,47) para el análisis factorial confirmatorio posterior
prueba de Scree test y las variables de los mismos con saturacio- formado por 22 ítems. Cabe señalar que un ítem del componente
nes ≥0.40. 2 fue rechazado (disminución de la atención) al presentar una sa-
El análisis factorial confirmatorio (AFC) fue realizado con turación inferior a .40.
LISREL 8 (Jöreskog y Sörbom, 1993). Dado que las variables son Cada uno de los cuatro componentes (Tabla 1) fue denominado
ordinales, se utilizó una matriz de correlación policórica recomen- en relación al significado de los ítems que lo componen con el cri-
dado en estos casos (Jöreskog y Sörbom, 1989). Para calcular la terio diagnóstico psicológico. El primer componente está formado
matriz de correlación policórica de todas las variables se obtuvo por 7 ítems (%VE= 24,32%) asociados a valoraciones negativas
una matriz de covarianza asintótica de las varianzas y covarianzas sobre la autoestima, sentimientos de culpabilidad y desesperanza,
de la muestra, empleando para ello PRELIS 2 (Jöreskog y Sörbom, siendo denominado Depresión. El segundo componente agrupa 7
1993). El método de estimación del modelo fue el de Mínimos ítems (%VE= 6,42%), relacionados con respuestas fisiológicas
Cuadrados Ponderados (WLS). asociadas a la Ansiedad. El tercer componente compuesto por 4
270 ELENA SOLER, PILAR BARRETO Y REMEDIOS GONZÁLEZ
ítems (%VE= 4,18%) se refiere a respuestas de ajuste a activida- ción policórica. El modelo que se propone hipotetiza que: a) los
des de la vida diaria tanto sociales como lúdicas y del hogar, por ítems referidos a los contenidos de sentimiento de culpabilidad, in-
ello, se le denominó Ajuste Psicosocial. El cuarto componente con seguridad, fracaso, baja autoestima, inutilidad, confusión y deses-
4 ítems (%VE= 3,52%) asociados a sentimientos y respuestas del peranza hacia el futuro miden el factor 1; b) que los ítems de aho-
estado de ánimo se le denominó Humor Irritable. Se observa que go, sofoco, sudoración, presión en el pecho, nudo en la garganta,
las saturaciones de los ítems en cada uno de los componentes son mareos y rigidez/tensión muscular miden el factor 2; c) que los
altas, estando situadas entre .47 la más baja y .85 la más alta. ítems: disminución de las actividades agradables, disminución de
Los valores del Alpha de Cronbach se sitúan por encima de .70 las actividades sociales, falta de interés en actividades agradables y
(componente 1= .85; componente 2= .84; componente 3= .76; disminución de la actividad del hogar miden el factor 3; d) que los
componente 4= .79), garantizando por tanto la consistencia inter- ítems: ira, irritabilidad, enojo y cambios de humor miden el factor
na de las escalas. Además, los cuatro componentes correlacionan 4; y e) que los cuatro factores correlacionarán entre sí (Figura 1).
positivamente entre sí (Tabla 1). Los resultados obtenidos indicaron que los índices de bondad
de ajuste son razonables (Figura 1). Salvo el CFI (0.87) muy cer-
Análisis factorial confirmatorio cano del valor aconsejado de 0.9 y el RMSEA (0.06) ligeramente
superior al valor recomendado de 0.05, aunque dentro de los lími-
Con el objetivo de asegurar la validez de las dimensiones obte- tes establecidos de 0.08. Tanto el GFI (0.92) como AGFI (0.91) al-
nidas en el análisis precedente, se realizó un análisis factorial con- canzan valores superiores a 0.9 indicando un buen ajuste. El RMR
firmatorio proponiendo «a priori» la estructura factorial obtenida (0.09) en los límites establecidos (0.1) para considerar el modelo
del análisis de componentes principales. El modelo se puso a prue- bien ajustado, así como el valor del cociente χ2/g.l (3.06).
ba con la otra submuestra (n= 431) de la muestra total, que se ob- Las saturaciones factoriales (Figura 1) en cada uno de los fac-
tuvo como ya se ha informado de forma aleatoria antes del co- tores de los ítems correspondientes son elevadas. En el Factor 1 to-
mienzo de la realización de los análisis factoriales. das son mayores a .60. En el Factor 2 los índices se encuentran en-
Teniendo en cuenta, como se ha indicado más arriba, que los da- tre .59 y .81. En el Factor 3 se sitúan entre .58 y .81. Mientras que
tos de las variables son ordinales se utilizó una matriz de correla- en el Factor 4 todas son superiores a .66.
Tabla 1
Análisis de componentes principales: saturaciones y varianza explicada. Puntuaciones medias y desviación típica de cada componente. Consistencia interna
(alfa de Cronbach). Correlación de los componentes
%VET= 38.47 %VE = 24.32 %VE= 6.42 %VE= 4.18 %VE= 3.52
Comp.: Componente; a: número de ítems de las escalas; DT: Desviación típica; b: Alpha de Cronbach ; * p <.01
CUESTIONARIO DE RESPUESTA EMOCIONAL A LA VIOLENCIA DOMÉSTICA Y SEXUAL 271
Respecto a las correlaciones entre los factores, se observa, tal tos (depresión, ansiedad, ajuste psicosocial, humor irritable), aun-
como se hipotetizaba, que todos están correlacionados (Figura 1). que relacionados entre sí.
Por último, se puede garantizar que todas las escalas son fiables,
asegurando la consistencia interna a través de los valores del Alfa Discusión y conclusiones
de Cronbach por encima de .70.
Los resultados obtenidos ponen de manifiesto que el modelo A través de la revisión bibliográfica realizada, en el presente
propuesto es respaldado y que el cuestionario (Tabla 2) ofrece me- estudio se ha puesto de manifiesto una pequeña parte de las con-
didas fiables y validas estructuralmente de los factores. Por lo que secuencias negativas que genera la violencia doméstica por la pa-
el Cuestionario de Respuestas Emocionales a la Violencia (REV) reja y la violencia sexual en la salud física y psíquica de la mujer
es un inventario de síntomas que evalúa cuatro constructos distin- que la sufre.
.42 V1
.76
.62 V2 .62
.73 DEPRESIÓN
.46 V3
.79 Media de la escala = 9.45
.38 V4
.76 DT = 5.50
Alpha α = .85
.43 V5 .68 .63*
.76
.53 V6
.43 V7
.35 V8 .60*
.81
.80 ANSIEDAD
.36 V9
.78
.40 V10 .71 Media de la escala = 7.37
DT = 4.95
.50 V11 Alpha α = .83
.59 .46*
.66 .51*
.65 V12
.65
.57 V13
.66 V18
.74 HUMOR
.46 V20
IRRITABLE
.66
.57 V21 Media de la escala = 6.26
.77 DT = 3.20
.41 V22 Alpha α = .77
Tabla 2
Los resultados obtenidos llevan a proponer el Cuestionario de
Cuestionario de respuesta emocional a la violencia doméstica y sexual (REV) Respuestas Emocionales a la Violencia (rev., Tabla 2), como un
instrumento heteroaplicado de screening y de medida de depre-
El o la profesional debe registrar la intensidad de la respuesta psicológica dada por la sión, ansiedad, ajuste psicosocial y humor irritable en mujeres víc-
persona a cada uno de los 22 ítems del cuestionario según la escala siguiente: timas de violencia doméstica por las personas con las que tienen o
0= Nada 1= Algo 2= Bastante 3= Mucho
han tenido un vínculo de pareja y en mujeres con historia de abu-
so o agresión sexual.
0 1 2 3 Como instrumento de screening, tanto en la intervención psi-
01. Sentimiento de culpabilidad
cosocial de urgencia situacional como de crisis emocional, muy
frecuente en los casos de violencia estudiados, su estructura per-
02. Sentimiento de inseguridad
mite identificar objetivamente la intensidad de la respuesta emo-
03. Sentimiento de fracaso
cional, en la primera entrevista, por la ventaja de su brevedad y fá-
04. Baja autoestima
cil aplicación.
05. Sentimiento de inutilidad Como instrumento de medida, proporciona información de las
06. Confusión áreas emocionales que inciden en el bienestar de estas mujeres.
07. Desesperanza hacia el futuro Concretamente, la escala de depresión enfatiza su componente
08. Sensación de ahogo cognitivo, asociado en mayor medida a evaluaciones negativas de
09. Sensación de sofoco sí misma, a través de sentimientos de inseguridad, de fracaso, de
10. Sudoración baja autoestima y de inutilidad. Los ítems de desesperanza hacia
11. Presión en el pecho el futuro y culpabilidad fortalecen esta escala, como señala la lite-
12. Nudo en la garganta
ratura (Ullman, 1997). La escala de ansiedad proporciona infor-
mación de sintomatología claramente somática (Matud, 2004).
13. Mareos
Cada una de estas escalas permite determinar el peso del compo-
14. Rigidez, tensión muscular
nente depresivo o ansioso en el malestar emocional de la víctima,
15. Disminución actividades agradables
facilitando el diagnóstico diferencial entre ambas alteraciones o el
16. Disminución actividades sociales diagnóstico de trastorno mixto ante la coexistencia de sintomato-
17. Falta interés actividades agradables logía ansioso-depresiva (Amor et al., 2002; Petrak y Campbell,
18. Disminución actividad hogar 1999; Matud, 2004). Cabe tener en cuenta que la ansiedad con fre-
19. Ira cuencia acompaña a la depresión (DSM-IV-TR, 2002) y que en el
20. Irritabilidad malestar emocional de las mujeres que sufren malos tratos por su
21. Enojo pareja predomina sintomatología ansioso-depresiva, baja autoesti-
22. Cambios de humor ma e inadaptación a la vida cotidiana (Amor et al., 2002; Echebu-
rúa et al., 2000). La escala de ajuste psicosocial valora el deterio-
Nombre y apellidos ............................................................... Nº identificación ................. ro de la actividad en áreas importantes de la vida cotidiana,
Estado civil .................................. Fecha de nacimiento........................ Sexo V M aportando información que permite tener en cuenta si el menosca-
Problemática de violencia .............................................................. Por ........................... bo forma parte global de los criterios diagnósticos de trastorno psi-
Centro:............................................................................................ Fecha .......................... cológico (DSM-IV-TR), o si se ocupa exclusivamente del nivel in-
dividual de actividad diaria sujeto a otra causa, bien médica
(DSM-IV- TR) o bien al propio aislamiento al que se puede ver so-
Para valorar el impacto emocional de las víctimas se ha obser- metida la víctima por la situación de violencia en el que se en-
vado la existencia de una gran variedad de instrumentos de eva- cuentra inmersa (Walker, 2000). La escala de humor irritable aña-
luación psicológica específicos a cada uno de los trastornos psico- de un elemento diferenciador que fortalece y da cuerpo al
lógicos que con más frecuencia presentan estas mujeres: cuestionario, al establecer niveles de descripción del estado de áni-
depresión, ansiedad y trastorno por estrés postraumático (Feeny y mo irritable presente en algunas de las víctimas de malos tratos por
Foa, 2000; Hathaway et al., 2000; Petrak y Cambell, 1999; Stein y la pareja (Walker, 2000) y violencia sexual (Feeny y Foa, 2000).
Kennedy, 2001; Walker, 2000). Pero se ha observado la carencia Aunque la depresión y la ansiedad se ven bien representadas en
de instrumentos específicos y de «screening» donde se evalúe el el instrumento a través de cada una de sus escalas, la información
impacto emocional de forma global en esta población. de sintomatología propia del trastorno por estrés postraumático se
En el presente trabajo se ha estudiado la estructura factorial del obtiene a través de los ítems incluidos en las escalas del REV. Di-
Cuestionario de Respuestas Emocionales a la Violencia (REV). La cha información, siguiendo los criterios diagnósticos del DSM-IV-
validación del mismo, a través de análisis de componentes princi- TR, se adquiere por los ítems de la escala de ansiedad, de reacti-
pales y análisis factorial confirmatorio, pone de manifiesto su ade- vidad fisiológica (criterio B5), por el ítem 17 (falta de interés en
cuada validez estructural. Las elevadas saturaciones de los ítems y actividades agradables, criterio C4) de la escala de ajuste psicoso-
los buenos niveles de fiabilidad han asegurado su consistencia in- cial, por el ítem 7 (desesperanza hacia el futuro, criterio C7) de la
terna, y reafirman la presencia en el cuestionario de cuatro cons- escala de depresión, y por los ítems 20 y 21 (ira e irritabilidad, cri-
tructos, asociados a las consecuencias psicológicas más frecuentes terio D2) de la escala de humor irritable del REV. También están
en las mujeres víctimas de malos tratos físicos y/o psicológicos presentes síntomas asociados al trastorno (DSM-IV-TR), como el
por la pareja (Amor et al., 2002; Matud, 2004), de abuso sexual sentimiento de inutilidad (ítem 5) y de culpa (ítem 1) de la escala
(Brown et al., 1999) y de agresión sexual (Feeny y Foa, 2000; Pe- de depresión del REV. Sin embargo, aunque el REV no recoge los
trak y Campbell 1999). síntomas más característicos del trastorno por estrés postraumáti-
CUESTIONARIO DE RESPUESTA EMOCIONAL A LA VIOLENCIA DOMÉSTICA Y SEXUAL 273
co, estos ítems muestrean indicadores de dicho trastorno (Petrak y psicológica, permitiendo establecer la conveniencia de evaluar más
Campbell, 1999), instando a evaluarlo de forma específica poste- específicamente para profundizar la gravedad del trastorno.
riormente. Este instrumento, REV, llena un vacío en la evaluación psico-
El REV presenta similitudes con el Cuestionario de Salud Ge- lógica, en situaciones de urgencia o de elevada intensidad emo-
neral (GHQ-28, Goldberg y Hillier, 1979) en las áreas que evalúa, cional, en la primera entrevista con las mujeres víctimas de las
pero no en su aplicación, en el número de ítems, que es superior al formas de violencia de género planteadas. Dada la inadecuación,
REV y en la población. en este marco, de aplicar la cantidad de pruebas necesarias para
También el REV en la intervención psicosocial puede facilitar la evaluar los trastornos más frecuentemente asociados, el REV a tra-
detección de las variaciones producidas a lo largo del proceso de vés de sus cuatro escalas permite una valoración global relevante
recuperación, así como la aparición de cualquier alteración relacio- del estado emocional en situaciones críticas, así como de la valo-
nada con las áreas psicológicas que evalúa, tanto a nivel global (de- ración de la recuperación.
presión, ansiedad, ajuste psicosocial y humor irritable), como de in-
dicadores sintomatológicos específicos. En este sentido los ítems Agradecimientos
asociados con la baja autoestima y los sentimientos de autoculpa-
bilidad, así como la ira, cobran especial importancia por su rele- Al equipo profesional del Centro Mujer 24 Horas de Valencia.
vancia como variables mediadoras en el desarrollo de trastornos A la Dirección General de la Mujer de Valencia de la Consellería
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