La Esencia Del Mal

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Revista de fa Universidad Nacional de Educacion a Distancia 5 ‘etme, 2008, 19 LA ESENCIA DEL MAL Javier Guajardo Fajardo Doctor en Filosofia, Profesor del IES "Santiago Apéstol” (Almendalejo). Revista Proserpina x" 19 ‘Octubre 2006 [email protected] Pginas: dela 81a 11 Cevrao Retions. De Exracmamuna LA ESENCIA DEL MAL Javier Guajardo Fajardo RESUMEN El problema del mal es una cuestién que a veces se planteado como perteneciente fundamentalmente al Ambito ético. Sin embargo, sus raices iltimas quizés haya que buscarlas en la ontologia, En efecto, Jo primordial no es determinar qué acciones son ‘buenas y cules no lo son, sino previamente establecer las causas de que en una realidad que en principio suponemos determinada hacia el bien, exista la posibilidad del mal. En este trabajo intentamos mostrar que a lo largo de la historia existe una linea de pensamiento que entiende el mal como un constitutive esencial en la actividad interna de los seres. Se trata de una ontologia dialéctiea, que en la modernidad adquiere el rostro de sistemas en los que el ser se presenta como un dinamismo en tensién dialéctica con la nada absoluta, A partir de este dato, el mal como fenémeno ético se entiende como respuesta a la atraccién del abismo del no-ser. SUMMARY Evil's problem, it’s just a question that sometimes had been raised as basically belonged to the ethical area, Nevertheless it last roots, perhaps we have to look for it in Ontology, In effect, the fist thing its no to determinate which actions are good or bad or ‘which of them aren’, but previosusly established the causes that at first time we suppouse are determinated through the good, existing the possibility of evil. In this task we try to show that along the history it exists a line of thought that understand the evil as a essencial ‘constitutive in the inside activity of the beings. It threats itself as a dialectic ontology. That ISSN. 0213-2478 Proserinan* 19 (2006). Pgs. 81-111 it in modern times it takes the appearance of systems in which the being shows as a tension dinamism and a a dialectic with nothing at all, From this date, the evil as an ethic phenomenon spreads as a answer to the the atraction to the abyss of the not-to be. 1, INTRODUCCION Si hay algo en lo que existe un consenso pricticamente universal es en el reco- rnocimiento de que dentro de la realidad existe una potencia destructora que rebasa las fuerzas del ser humano. Esto es tanto como afirmar que e! mal existe, y su poder corro- sivo no puede explicarse Gnicamente desde de Ia accién del hombre. El ser, el con~ junto de Ia realidad, esté tocado en su misma entrafia por una semilla de muerte que inexorablemente vence los intentos de supervivencia de los setes particulates. Esto, ciertamente, es un dato incuestionable, pero lo que constituye un desafio para la inte~ ligencia es saber por qué ha de asi, si es que ha de serlo, Tradicionalmente la euestién del mal se ha planteado en tomo a la teodicea; es decir, a la justificacién de la exis- tencia de un Dios bueno frente a la presencia del mal en su creacién. Por eso, podria pensarse que con la desaparicién del Dios cristiano del horizonte filoséfico el proble- ma dejaria de ser tal, pues no habria necesidad de justificar la existencia de tales ele mentos corrosivos dentro del ser: simplemente estan ahi. Pero no ha sido asi. La vida es una contradiccién consigo misma, aunque solo sea por el hecho de que desde su origen esta Hamada a dejar de ser lo que es, es decir, esté destinada a la muerte. Y no slo por eso, sino también porque en su desarrollo fictico los elementos mas atracti~ vos de ella quedan siempre sin un cumplimiento total: anhelo de felicidad, plenitud de Justicia, realizacién plena de todas las potencialidades, etc., son realidades que nunca encuentran una traduccién efectiva en Ia historia. La vida parece, pues, destinada a la frustracién de sus esperanzas mas esenciales. Esto, aparte de ser un problema exis- tencial, es una cuestion que no ha podido ignorar la reflexién filoséfica. A veces, el mal se ha interpretado como algo provisional, el defecto de una realidad que esta en proceso de perfeccionamiento. Pero esto no es una solucién real al problema, pues si, en efecto, el mal es el signo de que la realidad ain no se ha completado, como sos- tienen todas las utopias (terrenales 0 celestiales), el presente queda devaluado como el absurdo rodeo hacia un incierto porvenir que Dios sabe cudndo aparecerd. El pro- bblema es Ia presencia del mal hic ef nune, qué significado tiene en la vida personal y colectiva de los hombres que han de convivir inmersos en él Trataremos de analizar las principales lineas de investigacién en torno a esta ccuestién, centrindonos en algunos de sus representantes mis signifieativos. Es imposible abarcar la infinidad de matices con los que el problema se ha planteado, por eso nos hemos centrado en una via conereta: la ontologia dialéctica. Entendemos por tal, una s/Proserpina a” 19 forma de pensamiento que interpreta el dinamismo intemo del ser dominado por una ley ue incluye dentro de si un momento negativo en el que asoma el abismo de ta nada. A partir de ahi, se puede concebir el mal como una respuesta al vértigo que ésta provoca. Pero antes es necesario hacer un ligero repaso hist6rico con el fin de comprender las bases sobre las que se establece este planteamiento. Por diltimo, para mostrar e6mo esta exégesis ‘del mal esté mas arraigada en nuestra cultura de lo que a primera vista parece, trataremos dde demostrar que el padre de la poesia moderna, Baudelaire, puede ser Ieido desde esta clave. 2, PLANTEAMIENTO INICIAL La presencia del mal ha sido objeto de interés para la reflexion filos6fiea ya desde sus inicios. De hecho, uno de sus fundadores, Hericlito, hace de él uno de los elementos fundantes de la realidad. EI devenir, segiin su versién, se entiende a partir de la tensi6n, de la lucha entre elementos opuestos; es fuego que se halla en etemo crecimiento y extincién, yy el motor de ello es la contradiccién.’ Esto es tanto como decir que el mundo esta ‘onstituido por fuerzas opuestas que necesariamente han de existir en constante contflicto, pues la desaparicién de una de cllas supondria la pérdida de sentido de ta otra, Bajo esta perspectiva, el mal forma parte esencial de la estructura de la realidad. BI carieter negativo, tenebroso, que le atribuimos, procederia tan slo de la carga de dolor que Hleva ‘asociada, Por eso, esta comprensién trgica de la existencia postula una ética heroiea, un ideal sustentado en la aceptacién incondicional del sufrimiento, aunque se sepa de antemano que no hay posibilidad alguna de redencién. Se trata del enfrentamiento con ct destino que tanto conmueve en las grandes tragedias, 0 del amor fati que Nietzsche proponia como tinica postura que hace de la vida algo bello y, por ende, digno.* Mas adelante volveremos sobre esta cosmovision, “Convene saber gue la guers cs comin (a todas Ins cosas) y qu asta es dscoria y que todas Is cosas sotrevienen pr la discowdi y In neesida”. Fr $0, Origencs, Contra Celzo, V1 42; “La grt el padre y 120) de todas les cosas, a uns los mesta como doses y a eros como hombres, 2 wos los hace escavos y Sons libres”. Fe 83, Hipéit, Ref IX 9, 4G. S, Kk, . Ravea, (1994), Los l6sofs presocétions, Maid: Gredos, (p28). “ans Urs von Balasr lama a esta visén dl mundo “Ya via dela ota tragic y la deseribe de siguiente todo: "Sie fa un absolut dela interiore lotta che pure costituisce il cuore dell’esistenza(plemos ‘mplylis) importante ache in rand flosof presocrate! come Hericlito,Empedoce-¢ si woe che sia Comideraa e poaain sé come Iieale supreme, si ishiede un vero che, provato nel sffire ene essere, tbbiaimparato ad amare il eogiolopurficante della sofferenza ea disprezzare ops progetto moderato dt faione della conteadiione” Baltasar, H, Ui, (1990) 1! towel frammento, Milano: Jaca Book, (p57). Proserpinau” 19°83 tra forma de dualismo es aquella que aparece en algunos de los antiguos mitos fundacionales sobre el mal. P. Ricoeur recoge el mito babilénico segiin el cual en el principio hubo una lucha entre Marduk (dios del bien) y Tiamat (dios del mal); la vietoria del primero permitié la ereacién del mundo.’ La liberacién det mal tiene lugar, dentro de este contexto, a través del ritual en el cual el ser humano reproduce el acto creador y, por consiguiente, la vietoria sobre Tiamat. Es cierto que, al vincularse al zoroastrismo este cailto se vio reforzado con una fuerte impronta ética, pero el nervio de la accién salvifica 8, como corresponde a la cosmovi i Ia accién ritual en Ia cual el ser humano se asocia a la divinidad.* En esta visién, el mal no necesita explicacién porque es lo que se halla en el principio, es consustancial al mundo. Lo an6malo, lo que sorprende, es precisamente el hecho de que haya sido vencido, por eso la victoria sobre é1 debe recordarse y renovarse continuamente mediante la repeticién ritual Junto a esta version estudia Ricoeur tres tipos mas de explicacién mitica: la de la “caida” del hombre dentro de una ereacién ya acabada (el relato biblico); la concepeién “trégica”, y el mito del “alma exiliada” (Plat6n). Aunque el propio autor advierte que el ‘mito de la culpa original y el del alma exiliada no deben de confundirse, pues este titimo se basa en una concepeién antropolégica sustancialmente diferente de la de los demas (el dualismo alma-cuerpo), no podemos dejar de reconocer un punto de coincidencia entre cellos: ambos parten de un estado inicial de inoceneia que es roto por una acto irracional a través del cual penetra el mal en la historia. A pesar de que ciertamente las diferencias entre ambos mitos son enormes, en los dos la reatidad original se eoncibe como un paraiso de inocencia en el que el mal no tiene cabida. Tanto el Edén del relato biblico como el mundo platénico de las ideas en el que preexisten las almas, son espacios libres de toda culpa. EI mal penetra por un acto irracional y, por consiguiente, inexplicable.* Nuestra cul- ‘ura est, tanto por la herencia judeocristiana como por su tradicién filos6fica, construida sobre esta vision de mal. Se entiende que, en principio, la realidad es buena, esté orientada hhacia el bien; las cosas tienen un sentido, una finalidad, un orden, y todo en ellas contribu- ye a su plena realizacion, El problema entonces es determinar qué ha sucedido para que ‘esa espontinea inclinaeién y eapacidad para realizar el bien quede frustrada, ‘Como ya hemos afirmado, el problema se planted, en su versién més clisica, en cel marco de Ia teodicea, Una de las formulaciones més citadas, guizas por su claridad, es a que Lactancio pone en boca de Epicuro: 3 Cf Ricoeur, P, (2004, Fini yeulpailded, Madeid: Tra, (pp. 323-357). * eft James, F.O., (1973) Inroduccién a la historia comparada de las velgiones, Maris Ediciones Cristindad, (pp. 206-207) 5 Cf Ricoous, P. Op. Cit, (p32), Proserpina 19 © Dios quiere evitar el mal, pero no puede, y entonces es impotente; o puede y no ‘quiere, y entonces ¢s malo; pero tanto en un caso como en otro no seria Dios.* La respuesta que da el propio Lactancio es marcadamente dualista. Sostiene que Dios cre6 en el inicio dos espiritus buenos, pero uno de ellos sintié envidia de su ereador y, con ello, se convirtié en el inicio del mal, En la creacidn todo lo bueno proviene del primer cspiritu (el Hijo) y lo malo del segundo, Al margen de los aspectos cosmoligicos de su teo- ria, que son los menos interesantes, lo que hace Lactancio es una justificacin del mal sobre la idea de que es necesario para que el ser humano pueda reconocer el bien, y de este modo acercarse a Dios. Luego Dios permite la existencia del mal por el bien del hombre. Bs evidente que la argumentacién de Lactancio deja intacto el problema, y se le podria replicar que aquello de lo que no da razén es, precisamente, lo que se perfila como el corazdn de la cuestién: por qué el espiritu creador del mal callé en el error, y por qué Dios no hizo nada para evitar las consecuencias de ello (pues siendo omnipotente podria haberlo hecho sin contradecir Ia libertad de aquél), En cualquier caso, lo importante es el hecho de que queda sin solucién Ia euestién del origen del mal Todas las religiones gndsti- cas se construyen, en lineas generales, sobre idéntica base. Parten de que este mundo es creacién de un dios malvado y, por tanto, es como una cércel que impide el retorno a Dios. El ser humano esti formado por tres principios: el cuerpo, ef alma y el espiritu (pneuma). ‘Los dos primeros lo atan a este mundo; el fercero es el que abre Ia posibilidad de escapar de él y, una vez liberado, volver a Dios. Esto se produce mediante el conocimiento, reser- vvado a los hombres espirituales.” No es dificil percibir que, en este caso, tampoco se llega hasta la raiz del problema, lo que se hace es aplazarlo, al situar el origen del mismo en un principio césmico sin determinar la condiciones que lo hicieron posible (i.e. qué motive la aparicién de un dios malvado a partir del dios supremo, que es bueno). 3. PRIMEROS PLANTEAMIENTOS, La argumentacién de Epicuro ha sido el eje desde el que se han tratado de construir teorias que, como ya hemos afirmado, buscan coneiliar la bondad del ereador con Ia evidencia del mal presente, Ya en la antigiicdad, los estoicos, que crcian en el Lactaneio Deira De, 13, 20-21 (PL 7, 212). Citado en Haag, H, (1981). £1 problema del mal. Breeton! Herder, (p.138). Un explisacion sinttca de las esis pndsticas puede enconrarse en Jonas, H., (2000), La religin géstico El mensoje del Dias Extra y los comiencos del eristanismo, Madd: Ediciones Sirela, (pp. 76°81); y en Monier Torrents, J, 2000). Las gndstias. Madd: Gedo (pp. 7-49) Proserpina ni 19°85 gobierno del un /ogos universal de career divino, se vieron impelides a ofrecer una respuesta al desafio intelectual que representaba el hecho de que en tal régimen se encontraran elementos que parecfan contradecir la bondad de Dios. Séneca, uno de sus Inds ilustres representantes, eseribié un pequetio tratado (De providentia) destinade a clarificar la cuestién que nos ocupa, En él se puede ler: “Afirmo que lo que ti lamas duro, adverso y abominable, es provechoso en primer lugar a aquellos a quienes sucede, y luego a la humanidad entera, de la ue los dioses se ocupan més que de cada uno en particular; después, aseguro {que acontece a quienes lo desean 0, sino, a quienes por no desearlo lo merecen como castigo. Afiadiré luego que estos acontecimientos obedecen al destino y que con justicia recaen en los buenos por lo mismo que lo son. Después te persuadiré a no compadecerte del hombre bueno, ya que puede parecer desdichado, pero no serlo” El razonamiento de Séneca se basa en dos principios: a) el bien y el mal son términos relatives, pues lo que nos puede parecer malo quizas teng, a la larga, un efecto beneficioso; y b) el mundo esté ordenado de acuerdo con una estructura de causas y ‘efectos que no puede alterarse de ningin modo; hasta los propios dioses estan sometidos a esta ley necesaria, El primer principio puede aplicarse tanto a la vida humana ndividualmente considerada, como a la historia en su conjunto. Desde la perspeciva dela existencia individual se puede hacer una lectura positiva de los males sufridos considerandolos, o bien un remedio a los errores cometidos, o bien una prueba que permite foralecer el caricter de aquel que los sue, En cualguier caso, In experiencia del ‘mal no es un mal en si mismo, sino que mas bien depende de la actitud con la que se aronte* "Nunca el aprendizaje de la Virtud es suave. Si a fortuna nos azotay nos lacera, soportémosl; no es crucidad, es pelea; cuanto més a menude combatamos, mayores serin nuestras fuerzas. Los miembros mis resistentes del cuerpo son los més trabajados por la fatiga. Tenemos pues que exponemos s los embats dela fortuna, para que ella misma nos de fuerzas para soportarlos: poco a poco nos hard iguaes a cla”. Pid (.78) ‘También desde el punto de vista de a historia, aquellos hechos que nos parece que son lamentables imperfecciones que merecerian ser borradas del tiempo, han de ccontemplarse desde una petspectiva mis amplia. Entonces entenderiamos que tales lacras no han acontecido por azar, sino que obedecen a un gobierno racional que, en su conjunto, se ordenan hacia un fin bueno. Lo compara Séneca a los fendmenos naturales: las tormentas, los terremotos, y otfos hechos similares, pueden a primera vista parecer © Sénce, L.A, (1985). De la providencia, Madi: Sup, (p. 69) SoiProserpina 1 19 desgracias fortuitas, sin embargo también esos hechos colaboran en el orden y equilibrio del mundo.” El segundo principio nos remite a una concepeién muy propia de la cultura clisica: el gobierno del que hemos hablado es una ley marcada por la necesidad, por un fatum, una moira, cuyo designio es irrevocable. Asi pues, en el curso de los acontecimicntos el ser humano no es més que el actor que ha de representar un papel sin poder salirse del guién ya escrito; es més, como ya hemos afirmado, el destino también se extiende a los dioses, tampoco cllos escapan a une ley que convierte la existencia en el ‘mero cumplimiento de un proyecto determinado de un modo inflexible." Siendo esto asi, cl mal debe ser interpretado no s6lo como algo que forma parte del devenir natural sino, ‘més ain, como un elemento esencial del mecanismo que rige Ia totalidad de Io existente y, por consiguiente, como algo tan necesario ¢ inevitable como el propio bien. La diferencia con Ia concepcién trigica esti en que, en este caso, bien y mal no son dos raices opuestas ¥y en pugna, sino elementos constitutivos de un todo unitario, EI fundamento de lo real es luno: la voluntad divina, que se manifiesta tanto en el bien como en el mal La consecuencia de ello es importante desde el punto de vista antropolégico y ético, La cosmovision tragica lleva asociada, como ya se afirmé, una ética heroica sustentada en la afirmacién de la voluntad justa por encima de las inclemencias del destino. El héroe trigico se conduce guiado por el cumplimiento de Ia justicia, aun sabiendo que el capricho de los dioses puede conducirle hacia la ruina. Por encima de la seguridad personal, del beneficio individual, él obedece a un ideal que redime su cexistencia; por eso, previsamente, es un hérae, porque el desprecio de si mismo se sustenta cn {a incondicional afirmacién de una justicia que sobrepasa incluso el designio de Ios dioses (y, por supuesto, el de los hombres). El estoicismo, por el contrario, al creer en la unidad de un logos universal en el que los distintos elementos que lo componen estén encadenados unos a otros con la fuerza de la necesidad, no posee criterios exteriores al propio devenir para juzgarlo o intentar corregirlo. No hay mAs ideal que aquel que se *® ~Aquellas cosas que parecen confuses incerta, quiero deci, as avis y Is nubs, I eid de os rayon, las hogueras lanzadas através de las quebradas eumbres de los montes, los tertemotosy lot demas ‘enmenos que los tumultusos elementos producen por toda later por muy stbitos que parezcan, no suceden sin razin, anes cada uno tine sus causa, no menos que aquellas cosas que, vistas fuera de gat, ‘os parecen milagrasas, como las ous elites en medio dels la y las nuevas ils que surge en la vaste ‘Supericie de mar” bd, (p64). "Es un gran consuelo el ser Nevado con todo el univers; sea lo que fuere lo que dispuso nuestra vida y nesta muerte, también los doses esti sets la misma le. Una corienteimevocable ares por igual & las cosas divnas ya las humana: sin duda el propio ereadory octr del universo eeribié los decroto det destino, pero también él debe campos. i. (p82). DProserpina ni 19/87

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