Schreber, Daniel Paul. Memorias de Un Enfermo Nervioso
Schreber, Daniel Paul. Memorias de Un Enfermo Nervioso
Schreber, Daniel Paul. Memorias de Un Enfermo Nervioso
enfermo
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eines Nervenkranken
© De esta edicion:
Disefio: Claudia Vanni ISBN: 95°"639"326"5 Hecho el deposito que indica la ley I1.723 Primera edicion: Agosto de I999 Composicion: Taller del Sur Paseo Colon 22I, 8° II " Buenos Aires Impreso en el mes de julio de I999 Verlap S.A. Producciones Graficas Comandante Spurr 653, Avellaneda Impreso en la Argentina" Printed in Argentina
Igdos los <I~r_,,~,.hgs reservados ..
I
MEMORIAS DE UN ENFERMO NERVIOSO
PR6LOGO
Al comenzar este trabajo, no habia pensado aun en publicarlo. La idea se me ocurrio solo cuando ya habia avanzado en el, No me he disimulado los reparos que parecian oponerse a una publicacion: se trata principalmente de la consideracion por algunas personas que aun viven. Por otra parte, soy de la opinion de que podria ser valioso para la ciencia y para el conocimiento de verdades religiosas posibilitar, mientras eiui estoy con vida, cualquier tipo de observaciones sobre mi cuerpo y mis vicisitudes personales por parte de personas especializadas. Frente a esta reflexion, tienen que callar todas las consideraciones personales. La totalidad del trabajo se redacto asi: Las "Memorias" propiamente dichas (capitulos I-XXII), en ellapso que va desde febrero a septiembre de 1900. Los "Apendices" I a VII, en el periodo que va desde octubre de 1900 a junio de 1901. La segunda serie de "Apendices", a fines de 1902. En el tiempo transcurrido desde que inicie el trabajo mi situacion externa ha cambiado sustancialmente. En tanto que al comienzo vivia yo en una reclusion casi carcelaria y, en particular, estaba excluido de la frecuentacion de personas educadas y aun de la mesa familiar de las autoridades del hospital (a la que tenian acceso los asi llamados pensionados del hospital), no salia nunca de los muros del hospital, etcetera, paulatinamente se me ha concedido una mayor libertad de movimiento y se me ha posibilitado en una medida siempre creciente el trato con personas educadas. En el proceso de incapacidad mencionado en el capitulo XX obtuve finalmente un exito completo, aunque solo en segunda instancia, pues la sentencia de incapacidad dictada el 13 de marzo de 1900 por el Real Tribunal de Primera Instancia deDresde fue revocado por el pronunciamiento del Real Tribunal Supremo de la Provincia de Dresde, del 14 de julio de 1902, que paso en cosa juzgada. En el se reconoce mi capacidad para contratar y se me devuelve la libre disposicion de mis bienes. En cuanto a mi permanencia en el hospital, hace varios meses que tengo en las manos el testimonio escri-
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to de la Administraci6n, donde declara que no existe obstaculo fundamental para autorizar mi libertad; pienso, por consiguiente, regresar a mi hogar a comienzos del afio pr6ximo. A 10 largo de todos estos cambios se me ha dado la oportunidad de ampliar sustancialmente el ambito de mis observaciones personales. De resultas de ellas, muchas de las opiniones que habia expresado anteriormente tendrian que sufrir cierta correcci6n; en especial no puedo abrigar duda alguna de que elllamado "jugueteo con seres humanos" (el influjo milagroso) esta reducido a mi persona y a 10 que en cada oportunidad constituye mi contorno mas cercano. En virtud de ella, tendria ahora que dar un corte distinto a muchas de mis explicaciones en las Memories. No obstante ella, las he dejado, en 10 mas importante, en la forma en que las redacte inicialmente. Las modificaciones de detalle hubieran perjudicado la frescura original de la exposici6n. A mi juicio, tampoco tiene mayor importancia que las ideas que me habia formado primeramente en 10 referente a las relaciones contrarias al orden cosrnico que entre Dios y yo surgieron hayan estado mezcladas con errores de mayor 0 men or cuantia. De todos modos, 10 unico que puede aspirar a un interes mas general son los resultados a los que he llegado, fundandome en las impresiones y experiencias vividas por mi, respecto de las relaciones permanenies, a la esencia y a los atributos de Dios, ala inmortalidad del alma, etcetera. Y a este respecto no he tenido que modificar en 10 mas minima por obra de rnis experiencias personales mas recientes mis puntos de vista fundamentales, expuestos principalmente en los capitulos 1, II, XVIII YXIX de las Memonas. Hospital Mental Sonnenstein, Pima, Diciembre de 1902 ELAuTOR
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CARTA
ABIERTA
AL SENOR DOCTOR
CONSEJERO FLECHSIG
PRIVADO,
PROFESOR
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que hablan conmigo me traen cada dia a la memoria centenares de veces su nombre de usted, vinculandolo con circunstancias que siempre se reiteran, y en especial sefialandolo como culpable de aquellos perjuicios, a pesar de que hace mucho que las relaciones personales que durante algun tiempo entre nosotros existieron han pasado para mi a segundo plano, por 10 cual dificilmente tendria yo motivo alguno para acordarme nuevamente de usted, maxime con cualquier genero de rencor. Muchos alios he reflexionado acerca de como conciliar estos hechos con el respeto por su persona, de cuya honorabilidad y meriio moral no tengo el menor derecho a dudar. A prop6sito de ello, muy recientemente, poco antes de la publicaci6n de mi trabajo, se me ocurri6 una idea nueva, que acaso podria llevar al camino acertado para la explicaci6n del enigma. Como se seiiala en el final del capitulo IV y en el comienzo del capitulo V de las Memorias, no me cabe la menor duda de que el primer impulso para 10 que mis medicos han considerado siempre meras "alucinaciones" pero que para mi representa un trato con fuerzas sobrenaturales consisti6 en un influjo procedente del sistema nervioso de usted y ejercido sobre mi sistema nervioso. 2D6nde podria encontrarse la explicaci6n de este hecho? Me parece verosimil pensar en la posibilidad de que usted (movido, como de buen grado quiero suponer), en un primer momento por fines terapeuticos haya mantenido con mis nervios, y por cierto estando espacuumenie separado, un trato de hipnosis, sugesti6n 0 como haya de llamarse. En el transcurso de ese trato, podria usted haber tenido alguna vez la percepci6n de que desde alguna otra parte se me hablaba tambien mediante voces que aludian a un origen sobrenatural. Podria us ted, luego de esta asombrosa percepci6n, haber mantenido el trato conmigo cierto tiempo mas, llevado por el interes cientifico, hasta que la situacion se hubiera vuelto, por as! decirlo, inquietante para usted mismo, y por ello se hubiera sentido usted motivado a cortar el trato. Tambien podria haber sucedido que una parte de sus nervios -probablemente sin que usted tuviera conciencia de ello- hubiera sido sustraida a su cuerpo de una manera que solo sobrenaturalmente puede exp1icarse, y elevada al cielo en calidad de "alma probada", Esta "alma probada", que adolecia de errores humanos como todas las almas no purificadas, se habria dejado llevar luego -conforme con el caracter de las almas, en 1a medida en que 10 conozco con certeza- sin ser refrenada por nada que equivalga a la vo1untad humana, por el solo afan de autoafirmacion y de despliegue de poder, exactamente como sucedio durante mucho tiempo, segun 10 consignado en mis Memorias, con otra "alma probada", la de von W. Por consiguiente, seria quiza posible que hubiera que cargar exclusivamente en la cuenta de esta "alma probada" todo aquello por 10 cual crei equivocadamente los alios anteriores que debia responsabilizar a usted, es-
pecialmente por los influjos indudablemente perjudiciales sobre mi cuerpo. En tal caso, no seria necesario que recayese tacha alguna sobre su per· sona, y a 10 sumo quedaria acaso en pie elligero reproche de que usted, como tantos medicos, no habria podido resistir del to do a la tentaci6n de tomar tambien. como objeto de investigaci6n para experimenios cientijicos, ademas de los estrictos fines terapeuticos, a un paciente confiado a su atencion, al presentarse casualmente un motivo de sumo interes cientifico. Es mas; hasta puede plantearse la pregunta de si todas las habladurias de las Voces acerca de que alguien perpetro un almicidio no tendrian quiza que reducirse al hecho de que a las almas (los Rayos) les hubiera parecido absolutamente inadmisible que se ejerciera sobre el sistema nervioso de otro hombre un influjo que, en cierto grado, como sucede en la hipnosis, deja prisionera a su voluntad; y que para caracterizar de la manera mas energica posible esa inadmisibilidad, se hubiera echado mano, con esa prop ension tan peculiar de las alrnas al estilo hiperbolico y a falta de otra expresion disponible, a la expresion, que de alguna manera estaba ya antes en curso, de "almicidio". No necesito casi destacar que incalculable imponancia tendria si mis precedentemente senaladas conjeturas resultaran de alguna manera confirmadas, y, de manera especial, por los recuerdos que usted mismo conserva en su memoria. Todo el resto de mi exposicion ganaria entonces en credibilidad a ojos de todo el mundo y apareceria sin mas bajo la luz de un preblerna cientifico serio, que debe ser indagado con todos los medios imaginables. Por todo ello, distinguido senor Consejero Privado, le ruego (casi diria: 10 conjuro) que sin reserva alguna se pronuncie sobre 10 siguiente:
1.
Si durante mi permanencia en su hospital tuvo lugar por parte de usted algun trato hipnotico, o analogo, conmigo, de suerte que usted ejerciera -especialmente estando espacialmente separado- un influjo sobre mi sistema nervioso; 2. Si entonces fue usted de alguna manera testigo de un trato con Voces que procedian de otra parte y que aludian a un origen sobrenatural, y finalmente; 3. Si, durante mi permanencia en su hospital, recibio tambien usted -especialmente en suenos- visiones, 0 impresiones de naturaleza semejante a visiones, que hayan versado, entre otras cosas, sobre la omnipotencia de Dios y la libre voluntad del hombre, sobre la emasculacion, sobre la perdida de bienaventuranzas, sobre mis parientes y amigos y tarnbien sobre los de usted, especialmente sobre el Daniel Ffuchtegott Flechsig, nombrado en el capitulo VI, y muchas otras cosas mencionadas en mis Memorias.
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A esto debo agregar que por numerosas comunicaciones de las Voces que en esa epoca hablaban conmigo tengo los mas s6lidos motivos para pensar que usted debi6 tener tales visiones. Al apelar a su interes cientifico, abrigo la confianza de que tendra usted todo el coraje de la verdad, aun cuando para ella fuera necesario reconocer alguna pequefiez que no causaria ningun perjuicio serio a su reputaci6n y prestigio ante la opini6n de cualquier persona sensata. Si usted desease remitirme un testimonio escrito, puede usted tener la seguridad que solo 10 publicaria con su consentimiento y en las formas que a usted mismo le pareciera conveniente indicar. Dado el interes general que podria tener el contenido de esta carta, he considerado adecuado hacerla imprimir como "Carta Abierta" antes del texto de mis Memorias. Dresde, marzo de 1903 Con mi mas alta consideraci6n, Doctor Schreber, presidente de Sala, en retiro.
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INTRODUCCION
Como he tornado la decisi6n de solicitar en un futuro pr6ximo mi alta del hospital para vivir otra vez entre personas cultas y en comunidad hogarena con mi mujer, sera necesario proporcionar a aquellas personas que entonces formaran mi circulo de relaciones una idea por 10 menos aproximada de mis concepciones religiosas, para que, aun cuando no comprendan las muchas aparentes singularidades de mi conducta, tengan siquiera una vislumbre de la necesidad que me compele a esas singularidades." El escrito que sigue a continuaci6n pretende servir a esta finalidad, e intentare con el proporcionar a otras personas una exposici6n por 10 menos en alguna medida comprensible de las cosas sobrenaturales cuyo conocimiento me fue proporcionado hace aproximadamente seis anos, Una comprensi6n total no puedo, ya desde el comienzo, descontarla, pues se trata aqui en parte de cosas que de ninguna manera consienten ser expresadas en lenguaje humano, por cuanto trascienden las posibilidades humanas de concebirlas. Tampoco respecto de mi mismo puedo afirmar que to do 10 referente a ellas tenga para mi una inconmovible certidumbre; hay muchas cosas que tambien para mi siguen siendo s6lo conjetura y probabilidad. Tambien yo soy, despues de todo, tan s6lo un hombre, y por consiguiente sujeto a las limitaciones del conocimiento humano, s6lo que para rni hay algo que esta fuera de duda: que he llegado infinitamente mas cerca de la verdad que todos los otros hombres a los cuales no les han side concedidas revelaciones divinas. Para ser en cierta medida comprendido, tendre que hablar de muchas cosas mediante imageries y similes, que quizas a veces s6lo aproximada;< Advertencia preliminar. AI avanzar en la preparaci6n del presente trabajo se me ocurri6 la idea de que tal vez podria tener interes para circulos mas amplios. A pesar de ello, he dejado este parrafo inicial como estaba, porque el orientar a mi esposa sobre mis experiencias vividas personales y mis concepciones religiosas ha sido efectivamente el primer motivo para el, En esto se encontrara tarnbien la explicaci6n de que a 10 largo del trabajo haya considerado muchas veces conveniente dar explicaciones mas circunstanciadas de hechos cientificamente ya conocidos, la traducci6n al aleman de palabras extranjeras, etcetera, que para un leetor con forrnaci6n cientifica hubieran sido prescindibles.
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mente seran acertadas; en efecto, la comparaci6n con hechos de la expe· riencia humana es el unico camino por el cual el hombre logra hacer cornprensibles, por 10 menos hasta un cierto grado, las cosas sobrenaturales que para el seguiran siendo siempre incomprensibles en su esencia mas intima. Donde termina la comprensi6n racional, comienza el dominic de la fe; el hombre tiene que acostumbrarse a algo: existen cosas que son verdaderas, aunque el no pueda concebirlas. Asi, por ejemplo, ya el concepto de etemidad es algo inaprehensible pa· ra el hombre. El hombre no puede, estrictamente, imaginarse que exista una cosa que no tiene comienzo ni fin, una causa que no haya que remitir a una causa anterior. Y sin embargo, segun yo creo estar obligado a supo· ner y todos los hombres de sentimientos religiosos suponen junto conmigo, la eternidad pertenece a los atributos de Dios. El hombre estara siempre inc1inado a preguntar: "Si Dios ha creado el mundo, (c6mo entonces comenz6 a existir el propio Dios?". Esta pregunta quedara eternamente sin responder. Algo semejante sucede con el concepto de la creaci6n divina. El hombre 5610 puede imaginarse que una nueva materia resulta de materias previamente existentes, mediante el influjo de fuerzas transformadoras, y sin embargo yo creo -como confio poder mostrarlo a continuaci6n con ejemplos particulares- que la creaci6n divina es una creaci6n a partir de la nada. Tarnbien en los dogmas de nuestra religi6n positiva estan contenidas muchas cosas que escapan a una plena comprensi6n por parte del entendimiento humano. Cuando la iglesia cristiana ensefia que Jesucristo fue hijo de Dios, esto s6lo puede entenderse en un sentido hermetico, que s6lo aproximadamente coincide con el significado propio de las palabras humanas, pues nadie afirrnara que Dios, bajo la forma de un ser provisto de 6rganos sexuales humanos, tuvo comercio con la mujer de cuyo seno naci6 Jesucristo. Algo analogo sucede con la doctrina de la Trinidad, la resurrecci6n de la carne y otros dogmas cristianos. No quiero de ninguna manera decir con esto que yo reconozca como verdaderos todos los dogmas cristianos con el sentido que les da nuestra teologia ortodoxa. AI contrario; tengo un firme fundamento para suponer que algunos de ellos son decididamente falsos 0 que s6lo son verdaderos con gran limitaci6n. Esto vale, por ejernplo, para la resurrecci6n de la carne, que solamente, quiza, bajo la forma de la transmigraci6n de las almas podria pretender una verdad relativa y temporalmente limitada (que no expresaria el resultado final de la evoluci6n); y para la condenaci6n eterna que recaeria sobre ciertos hornbres. La concepci6n de una condenaci6n eterna -que siempre seguiria siendo aterradora para el sentimiento humano, a pesar de la formulaci6n, ami juicio basada sobre sofismas, con la cual, por ejemplo, Luthardt ha tratado de hacerla aceptable en sus disertaciones apologeticas- no correspon-
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de ala verdad, ya que en general el concepto (humano) de pena -en cuanto recurso destinado a lograr determinados fines dentro de la comunidad humana- tiene que ser excluido en 10 esencial de las concepciones sobre el Mas Alia. En 10 referente a esto, solo mas adelante me sera posible dar una explicacion mas detallada. I Antes de pasar a exponer como, de resultas de mi enfermedad, entre con Dios en relaciones peculiares y, segun mostrare de inmediato, contrarias al orden cosmico, necesito hacer primero algunas observaciones preliminares acerca de la naturaleza de Dios y del alma humana, que provisionalmente solo podran ser enunciadas como axiomas -proposiciones que no necesitan demostracion-; y cuya fundamentacion, en la medida en que sea ella posible, solo intentare cuando haya avanzado mas.
I Por otra parte, estoy en condiciones de dar una explicacion mas precisa, a partir de 10 vivido por mi mismo, de algunos dogmas cristianos, mostrando de que manera tales cosas son posibles mediante milagros divinos. Asi, en mi propio cuerpo tuvo lugar algo semejante ala concepcion de Jesucristo por parte de una virgen intacta, es decir, que nunca tuvo comercio con un varon, Yo he tenido en dos distintas oportunidades (y por cierto en la epoca en que me encontraba aun en el hospital de Flechsig) genitales femeninos, aunque desarrollados de manera incompleta, y he sentido en mi vientre movimientos en forma de pequenos saltos, como los que caracterizan a las primeras conmociones vitales del ernbrion humano; mediante un milagro divino, los nervios de Dios correspondientes al semen masculino fueron arrojados dentro de mi cuerpo: habia tenido lugar, pues, una fecundacion. Adernas he logrado una idea relativamente clara de la manera como pudo efectuarse la resurreccion de Jesucristo: en la ultima epoca de mi permanencia en el hospital de Flechsig y en la primera epoca de mi permanencia aqui he visto, no en una sola ocasion sino en cientos de elias, como figuras humanas eran esbozadas durante un breve tiempo mediante un milagro divino para disolverse luego 0 disiparse: las Voces que hablan dentro de rni designaron estos fenomenos como "hombres hechos ala ligera", que en parte habian muerto hacia mucho, como por ejemplo el doctor Rudolf J., al que vi en el asi lIamado Hospital de Pierson, en Coswig, pero tambien otros, que aparentemente habian lIevado a cabo una metempsicosis, por ejemplo, el procurador general B., los miembros del Tribunal Superior Provincial, doctores N. y W., el consejero privado doctor W., el abogado W., mi suegro y otros, todos los cuales lIevaban una asi lIamada vida onirica, es decir, que no daban la impresion de estar en condition de mantener una conversacion coherente, asi como tampoco yo mismo me sentia inclinado a hablar, principalmente porque no pensaba tener ante mi hombres reales sino solo titeres milagrosos. Sobre la base de esta experiencia vivida por mi me inclino a suponer que tambien Jesucristo, el cual, a fuer de verdadero hombre, murio de una muerte verdadera, fue luego durante breve tiempo, por milagro divino, "arrnado" nuevamente como "hombre hecho ala ligera", para fortalecer la fe de sus creyentes y preparar asi un lugar seguro entre los hombres para la idea de la inmortalidad, pero luego se produjo la disolucion natural en los "hombres hechos ala ligera", con 10 cual, segun 10 que se senalara mas adelante, no queda, obviamente, excluido que sus nervios hayan entrado en la bienaventuranza. En cambio, considero que el dogma de la ascension de Cristo a los cielos es, de acuerdo con esta concepcion, una mera fabula que sus discipulos compusieron al desvanecerse el hombre que aun despues de su muerte habian visto reiteradamente entre ellos con figura corporal.
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CAPiTULO
1*
El alma humana esta contenida en los nervios del cuerpo, sobre cuya naturaleza fisica yo, a fuer de profano, no puedo decir mas sino que son comparables a dibujos de damasco de extraordinaria finura -hechos con las hebras mas finas-, y de cuya excitabilidad por los infIujos externos depende toda la vida espiritual del hombre. Por medio de ellos, los nervios entran en vibraciones que, de una manera imposible de elucidar, generan el sentimientode placer y des placer; poseen la capacidad de conservar el recuerdo de las impresiones recibidas (la memoria humana) y, poniendo en tension su energia volitiva, la fuerza para hacer que los musculos del cuerpo en los que estan alojados ejecuten cualesquiera manifestaciones de actividad que ellos deseen. Se desarrollan a partir de los mas tenues principios (como embrion humano, como alma infantil) hasta convertirse en un sistema muy amplio que abarca el mas extenso dominio del saber humano (el alma del hombremaduro). Una parte de los nervios es apta solamente para recibir las impresiones sensibles (nervios de la vista, el oido, el tacto, la voluptuosidad, etcetera), los males, por ende, solo son aptos para las sensaciones lurninicas, sonoras, de calor, de hambre, de voluptuosidad y de dolor; otros nervios (los nervios del intelecto) reciben y conservan las impresiones espirituales y, en calidad de organos de la voluntad, otorgan a todo el organismo del hombre el irnpulso para las exteriorizaciones de su fuerza para actuar sobre el mundo externo. A ello parece deberse la circunstancia de que
existentes tenga influjo solamente sobre ellapso durante el cual estos recuerdos pueden ser conservados. Mientras el hombre vive, es cuerpo y alma conjuntamente; los nervios (el alma del hombre) son alimentados por el cuerpo, cuya funcion coincide en 10 esencial con la de los animales superiores, y mantenidos por este en movimiento vital. Si el cuerpo pierde su fuerza vital, se produce para los nervios el estado de perdida de la conciencia que llamamos muerte y que esta prefigurado ya en el suefio. Pero con ello no queda dicho que el alma se haya extinguido realmente, sino que las impresiones recibidas se mantienen adheridas a los nervios; el alma, por asi decirlo, cumple su suefio hibernal, como muchos animales inferiores, y, del modo que luego se rnencionara, puede ser despertada a una nueva vida. Dios es desde un comienzo solo nervio, no cuerpo, y por ella algo afin al alma del hombre. Mas los nervios divinos no existen, como sucede en el cuerpo hurnano, solo en un numero limitado, sino que son infinitos yeternos. Poseen las cualidades que son inherentes a los nervios humanos, elevadas a una potencia que supera toda concepcion humana. Tienen, en particular, la capacidad de transformarse en todas las cosas posibles del mundo creado; en esta funcion se llaman "rayos": aqui reside la esencia de la creacion divina, Entre Dios y el cielo estelar existe una relacion intima. No me atrevo a pronunciarme acerca de si hay que decir que Dios y el mundo de las estrellas son una y la misma cosa 0 si hay que imaginarse a la totalidad de los nervios divinos como algo situado encima y atras de las estrellas, y consiguientemente a las estrellas mismas y en especial nuestro Sol tan solo como estaciones que recorre el poder creador milagroso de Dios en su camino hacia nuestra Tierra (y acaso hacia otros planetas habitadosj.s Tampoco me atrevo a decir si los cuerpos celestes mismos (estrellas fijas, planetas, etcetera) han sido creados por Dios, 0 si la creacion divina se refiere solo al mundo organico, y por 10 tanto si, ademas de la existencia de un Dios viviente, que para mf ha llegado a ser una certeza inmediata, queda tarnbien lugar para la hipotesis de la nebulosa de Kant-Laplace. La verdad completa se encuentra quizas (a la manera de la cuarta dimensi6n) en una diagonal, que e1 hombre no puede concebir, entre ambas orientaciones. De todas maneras la fuerza dispensadora de luz y calor que tiene el
de ello resulta. Esta nueva unidad -que sera posteriormente eI hijo- hace aparecer nuevarnente al padre y a la madre, predorninando aquel 0 esta en cada caso; recibe luego por su parte durante su propia vida nuevas impresiones, y transmite a sus descendientes la cualidad de esa manera obtenida. La concepci6n de un nervio especial que exprese la unidad espiritual del hombre, el nero vio determinante, la cual, por cuanto yo sc, constituye el fundamento de la obra del mismo nombre de Du Prel, quedaria, segun esto, reducida a la nada. 3 De todo esto tuvieron una vislumbre tambien nuestros poetas: "Alli, sobre el cielo empireo, tiene que habitar un padre bueno", etcetera.
Sol, en virtud de la cual es la causa de toda la vida organica sobre la Tierra, debe ser considerada s6lo como una manifestaci6n vital mediata de Dios, y par ello, la veneraci6n divina tributada desde antiguo al Sol por tantos pueblos, aunque no encierra en si toda la verdad, contiene un nucleo de ella muy importante, no demasiado alejado de la verdad misma. Es posible que las ensefianzas de nuestra astronomia en 10 referente a los movimientos, la distancia y la constitud6n fisica de los cuerpos celestes, etcetera, sean acertadas en general. En cambio, y esto es para mi indudable a partir de mis experiencias internas, nuestra astronomia no ha captado la verdad integra en 10 que respecta a la fuerza dispensadora de luz y de calor que poseen las estrellas, y especialmente nuestro Sol, sino que hay que considerarla directa 0 indirectamente s6lo como la parte orientada hacia la Tierra del poder creador milagroso de Dios. Como prueba de esta afirrnaci6n, aducire por ahora s6lo el hecho de que hace alios que e1 Sol habla conmigo con palabras humanas y por ello se da a conocer como un ser viviente 0 como 6rgano de un ser superior que se encuentra aun por endrna de el. Dios hace tambien el tiempo [rneteorologico], esto de ordinario sucede, por asi decirlo, espontaneamente, como resultado de la irradiaci6n ca16rica mas 0 menos intensa del Sol, pero tambien puede ser dirigido en circunstancias especia1es por Dios, de acuerdo con sus propios fines, en deterrninadas direcciones. Tengo, por ejemplo, indicaciones relativamente seguras de que el crudo invierno del afio I870-I87I fue algo decidido por Dios, para inclinar por ciertos motivos la suerte de la guerra en favor de los alemanes, y tambien la presuntuosa frase sobre la aniquilaci6n de la armada de Felipe II en I588, "Deus afflauit et dissipati sunt" (Dios envi6 un soplo de viento y se disiparon) contiene muy probablemente una verdad historica. Por ello concibo al Sol s6lo como el instrumento mas cercano a 1a Tierra para la exteriorizaci6n del poder de 1a voluntad divina: en realidad, en la configuraci6n del tiempo interviene tambien la totalidad de las restantes estrellas. En especial, el viento 0 la tempestad se levantan porque Dios se retira a gran distancia de la Tierra; en las circunstancias contrarias al orden c6smico que ahora se han presentado se ha invertido la relaci6n, para senalarlo desde el comienzo, en el sentido de que el estado del tiempo depende en cierta medida de mi acci6n y mi pensamiento: no bien me entrego al no-pensar-nada 0, 10 que significa 10 mismo, interrumpo una ocupaci6n que pone de manifiesto la actividad del espiritu humano, por ejemplo jugar al ajedrez en el [ardin, inmediatamente se levanta el viento. A quien dude de esta afirrnaci6n, que ciertamente suena por entero aventurada, puedo ofrecerle oportunidades casi diarias para convencerlo de su realidad, como 10 he hecho reiteradamente en los ultimos tiempos para con distintas personas (el consejero privado, mi esposa, mi hermana) en 10 que res-
pecta a los asi llamados aullidos. La causa consiste en que Dios, no bien me entrego al no-pensar-nada cree poder separarse de mi como de una persona supuestamente idiotizada. Merced a la luz que irradia del Sol y de las restantes estrellas, tiene Dios la capacidad de percibir todo 10 que sucede en la Tierra (yen otros planetas eventualmente habitados): el hombre diria "ver"; en este sentido puede hablarse figuradamente del Sol y de la luz de las estrellas como del "Ojo de Dios", Este se deleita en todo 10 que ve, en cuanto producto que es de su poder creador, de la misma manera como el hombre se complace en el trabajo de sus manos 0 en 10 creado por su espiritu. Pero en 10 que a esto se refiere, la situacion existente hasta producirse aquella crisis de la que habre de ocuparme mas adelante era que Dios dejaba, en general, librado a si mismo el mundo creado por el y los seres organicos que se encontraban en el y solo se ocupaba de hacer po sible su mantenimiento, propagacion, etcetera, mediante.la conservacion del calor del Sol. De ordinario no tenia lugar una intervencion directa de Dios en la suerte de los hombres y los pueblos individuales -designo a este estado como "el estado acorde con el orden cosmico" -. Excepcionalmente, podia suceder 10 contrario una que otra vez, pero no podia y no debia acontecer con demasiada frecuencia, porque el acercamiento de Dios a la humanidad viviente -por razones que mas adelante se desarrollaranhubiera estado acornpanado de ciertos peligros para el propio Dios. Asi, por ejemplo, una plegaria especialmente fervorosa podia quiza dar a Dios un motivo para intervenir con un milagro en casos especiales para prestar ayuda,4 0 para dirigir, valiendose de un milagro, en determinada direccion el destino de pueblos enteros (en la guerra, etcetera). Podia tambien entrar en vinculacion con algunos hombres de dotes muy elevadas -poetas, etcetera {"establecer conexion nerviosa con ellos", denominan a esto las Voces que hablan conmigo)-, para favorecerlos con algunos pensamientos e ideas fructiferas sobre el Mas Alla (especialmente en el suefio). Pero, de ordinario, tal "conexion nerviosa", segun se dijo, no podia llevarse a cabo, pues debido a una relacion imposible de elucidar, los nervios de los hombres vivienies, especialmente cuando se encuentran en estado de elevada excuacion, poseen tal fuerza de atraccion sobre los nervios divinos, que Dios no hubiera podido desprenderse nuevamente de ellos y, por ende, se habria visto amenazado en su propia existencia.5
4 Que Dios, por ejemplo, puede eliminar cualquier germen de enfermedad en los cuerpos humanos enviandoles algunos Rayos puros, es algo que yo he vivido innumerables veces en mi propio cuerpo y que cotidianamente vivo otra vez en la actualidad. 5 (Agregado de noviembre de I902.) La idea de una [uerza de atracci6n actuando desde tan tremenda distancia desde algunos cuerpos humanos a -en mi caso- desde un solo cuerpo humana, tendria que parecer sencillamente absurda considerada en si misma y par si misma, es
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El trato normal de Dios can las almas humanas tenia lugar, conforme al orden c6smico, s6lo despues de la muerte. Dios podia acercarse sin peligro a los cadciveres para atraer, sacandolos de ellos, a sus nervios (en los cuales no se habia extinguido aun la autoconciencia, sino que s6lo estaba aletargada) por medio de la fuerza de los Rayos y para llevarlos hacia si y despertarlos can ello a una nueva vida celestial; la autoconciencia volvia nuevamente par acci6n de los Rayos. La nueva vida del Mas Alla es la bienaventuranza, a la que el alma humana podia ser elevada. Pero esto no podia suceder sin una previa purificaci6n y examen de los nervios humanos, los cuales necesitaban como preparaci6n un tiempo mas corto 0 mas largo segun fuera el estado de las almas humanas y, segun las circunstancias, tarnbien ciertas etapas intermedias. Para Dios -0 si se prefiere otra expresi6n, en el cielo- s6lo podian emplearse nervios humanos puros, pues su destino era ser incorporados a Dios y, finalmente, en cali dad de "antecamaras del cielo'" convertirse, en cierta medida, en partes integrantes del mismo Dios. Los nervios de los hombres moralmente depravados estan ennegrecidos; cuanto mas elevado moralmente ha estado un hombre en su vida, tanto mas se aproximara el estado de sus nervios a la blancura 0 pureza perfecta que desde el origen es propia de los nervios de Dios. En el caso de los hombres que moralmente estan degradados del todo, una gran parte de sus nervios puede resultar directamente inutilizable; segun esto se determinan los distintos grades de bienaventuranza a los que puede acceder un hombre y probablemente tambien el lapso durante el cual puede conservarse la autoconciencia en la vida del mas alla, Casi nunca puede prescindirse de una purificacion previa de los nervios, porque dificilmente se encontrara un hombre que este libre de pecado, cuyos nervios, por ende, no hayan sido impurificados alguna vez en su vida pas ada por una conducta inmoral. No me es tampoco posible proporcionar
decir si se la quiere concebir a la manera de las otras fuerzas naturales que conocemos, como un agente que aetna de modo exclusivamente mecanico. Pese a ello, el efecto de esa fuerza de atracci6n es para mi un hecho indudable. En cierta medida concebible y mas cercano al entendimiento humano resultara quizas ese fen6meno si se tiene presente que los Rayos son seres vi· vientes y que, por consiguiente, en la fuerza de atracci6n esta en juego no una fuerza que actua de manera puramente rnecanica sino algo semejante a los m6viles psicol6gicos: "atractivo" es, tambien para los Rayos, aquello que interesa. La relaci6n, por consiguiente, parece ser sernejante a la que canta Goethe en su Pescador: "A medias 10 arrastr6 ella; a medias se hundi6 el". 6 No he sido yo quien invent6 la expresi6n "antecamaras del cielo", sino que esta tan s610 reproduce, como todas las otras expresiones que en este trabajo esuin. entrecomilladas (por ejemplo, anteriormente, "hombres hechos ala ligera", "vida onirica", etcetera), la designaci6n con la cual en cada caso las voces que hablan conmigo me informaron del hecho en cuesti6n. Son expresiones a las wales jamas hubiera llegado yo por mi mismo, que jamas escucne de seres humanos, que en parte son tambien de naturaleza cientifica, especialmente medica, de las cuales ignoro si son corrientes en la respectiva ciencia humana. En algunos casos especialmente caracteristicos llamare nuevamente la atenci6n sobre esta notable circunstancia.
una descripci6n del todo exacta del proceso de purificaci6n, pero de todas maneras he recibido distintas indicaciones valiosas al respecto. El proceso de purificaci6n parece haber estado relacionado con alguna prestaci6n de trabajo que generaba en las almas un sentimiento de desplacer7 0 con alguna permanencia, tal vez subterranea, asociada con rnolestias, que debian cumplir para acercarse paulatinamente a la pureza. Quien desee emplear aqui la expresi6n "pena", posiblemente este en algun sentido acertado, s6lo que hay que tener bien presente que, a diferencia del concepto humano de pena, la finalidad no consiste en infligir un mal sino en adquirir una condici6n previa necesaria para la purificaci6n. De esta manera se explican, aunque en parte deberian tambien rectificarse, las concepciones corrientes en la mayoria de las religiones acerca del infierno, el purgatorio, etcetera. Las almas que debian pasar por la purificaci6n aprendian durante la purificaci6n ellenguaje hablado por el propio Dios, la ssi llamaaa "league primitiva", un aleman algo enticuado pero lleno de expresividad, que se caracteriza por una gran riqueza de eufemismos (por ejemplo, "recornpensa" con el significado directamente inverso de "castigo"; "veneno" por "alimento"; "zumo" por "veneno": "impio" por "piadoso", etcetera. Dios mismo recibia el nombre de "respecto de aquel que es y sera." -que es una perifrasis por "inmortalidad" - y recibe el tratamiento de "leal servidor de vuestra Majestad"). La purificacion era designada como "probaci6n": las almas que aun no habian llevado a cabo el proceso de purificaci6n no eran llamadas, como hubiera sido esperable, "almas no probadas", sino precisamente el reves, siguiendo esa tendencia al eufemismo, "almas probadas". Las almas que aun se encontraban sometidas ala purificaci6n recibian con distintas gradaciones el nombre de "satanes", "diablo", "diablo auxiliar", "diablo superior" y "diablo inferior"; esta ultima expresi6n parece aludir especialmente a alguna permanencia subterranea, Los "diablos", etcetera, cuando se los armaba como hombres hechos ala ligera tenian un color peculiar (semejante al rC)jooscuro) y un hedor repugnante peculiar que yo senti en un gran numero de casos en el llamado Hospital Pierson, en Coswig (que me fue designado con el nombre de la Cocina del Diablo). Yo vi, por ejemplo, al sefior von W. y a un tal senor von 0., al que habiamos conocido en el balneario baltica de Warnemiinde, bajo la forma de diablos con un rostro notablernente rojo y manos rojas, y al consejero privado W. como diablo superior. De Judas Iscariote supe que, debido a su traicion contra Jesucristo, habia sido diablo inferior. Pero no hay que imagina:r:se a estos diablos, de acuerdo
7 A proposito del alma de Flechsig se habl6, par ejel1J.plo, una vez de una "tarea de carretero" que habia tenido que cumplir.
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con los conceptos de la religion cristiana, coma poderes enemigos de Dios; por el contrario, estos eran ya, casi sin excepcion. muy temerosos de Dios, a pesar de 10 cual estaban pasando aun el proceso de purificacion. La proposidon enunciada anteriormente de que Dios Sf servia de la lengua alemana bajo la forma de "lengua primitiva", no debe erltenderse en el sentido de que la bienaventuranza estuviera destinada s610 para los alemanes. De todas rnaneras, los alemanes fueron en la edad moderns (probablemente desde la Reforma, pero quiza tarnbien ya en la epoca de l<lsmigraciones) el pueblo elegido por Dios, de cuya lengua Dios se servia preferentemente. En este sentido, el pueblo elegido por Dios 10 fueron sucesivaniente y en el curso de la historia -por ser en cada momento los pueblos moralmente mas sobresalienteslos antiguos judios, los antiguos persas (estos en una medida muy especialmente destacada, de la cual se hablara con mayor detalle mas adelante), los "grecorromanos" (quizas en la epoca de la Antiguedad romana-griega, posiblemente tambien en cuanto "frances" en la ~poca de las cruzadas) y finalmente los alemanes. Para Dios eran directamente comprensibles por medio de la conexi6n nerviosa los lenguajes de todos los pueblos.f La mesempsicosis, parece haber servido tambien a los fines de la purificacion, de las almas humanas impuras y, como tengo fundamento para suponerlo por distintas experiencias que he vivido, ha tenido lugar en una amplia medida. Las almas humanas en cuestion eran entonces llamadas a una nueva vida humana en otros astros, quiza con una oscura reminiscencia de su existencia anterior, presumiblemerite bajo la forma externa del nacimiento, como sucede en el caso de los demas hombres. No me atrevo a hacer afirmaciones mas precisas al respecto, y tampoco, en particular, acerca de si la meternpsicosis sirvio solo para el fin de la purificacion 0 tambien para otros fines (,poblar otros planetas?). Las Voces que hablan conmigo me nombraron, y conoci tam bien por otra via algunos casos en que las almas en cuesti6n tuvieron en su vida ulterior una posicion esencialmente mas baja a la que habian ocupado en su vida previa; en esto puede haber mediado una especie de castigo. Un caso especialmente digno de senalar fue el del senor von W., cuya alma, como tambien el alma de Flechsig, eje:rcio durante cierto tiempo un muy prof undo influjo en mis relaciones con Dios y en mi destino personal.s Von W. desempenaba, en la epoca en que yo me encontraba en el
8 De manera analoga, todas las almas que estan conrriigo en conexi6n nerviosa entienden ahora, precisamente porque participan de mis pensamientos. todos los lenguajes comprensibles para mi, por ejemplo, el griego, cuando leo un libro griego, etcetera. 9 El hecho de que yo de aqui, como ya antes en la nota I, los nombres de personas que aun se encuentran entre los vivos, y al mismo tiempo hable de una metempsicosis que habrian llevado a cabo parece, naturalmente, a primera vista, una total contradicci6n. En realidad exis-
Hospital de Pierson (la "Cocina del Diablo"), el cargo de guardian en jefe, 10 cual, segun mi interpretaci6n de entonces -que aun ahora no puedo rebatir ante mi mismo-, 10 hacia no en cuanto hombre real sino como "hombre hecho a la ligera", es decir, como un alma transitoriamente armada mediante un milagro divino bajo la forma de una figura humana. En el interin habria llevado, en el curso de la metempsicosis, una segunda vida en algun otro astro en calidad de "agente de seguros Marx". Las almas completamente purgadas mediante el proceso de purificaci6n ascendian al cielo y lograban asi la bienaveniuranza. La bienaventuranza consiste en un estado de goce ininterrumpido, vinculado con la contemplaci6n de Dios. Para los hombres, la idea de un ocio eterno significaria algo intolerable, porque el hombre esta desde siempre acostumbrado al trabajo, y para el, como dice el refran, "solo el trabajo endulza la vida". S6lo que no debe olvidarse que las almas son algo distinto del hombre, y que por ello seria inadmisible aplicar a los sentimientos de las almas la vara de medir de los hombres.iv Para las almas, el entregarse permanentemente al gozo y al mismo tiempo a recordar su pasado humane significa la dicha suprema. Adernas tenian la posibilidad de intercambiar sus recuerdos en el trato de unas con otras y de enterarse por medio de algunos Rayos divinos -que, por asi decirlo, habian sido reservados para ello- acerca del estado de aquellas personas que aun seguian viviendo sobre la Tierra y por las cuales se interesaban, sus parientes, amigos, etcetera, como tambien, probablemente, de colaborar en atraerlas despues de su muerte para que ascendieran a la bienaventuranza. Hay que descartar la suposici6n de que la felicidad propia de las almas hubiera podido ser perturbada por advertir que sus parientes que vivian aun sobre la Tierra se encontraban en una situaci6n desdichada. En efecto; las almas poseian en S1 la facultad de conservar el recuerdo de su
te aqui un enigma, que solo de manera incompleta he logrado descifrar y que can el puro entendimiento humane seria imposible descifrar. Aun asi, los hechos en cuestion son para rni indudables en muchos casos, especialmente en 10 referente a las almas de von W. y Flechsig, pues durante afios enteros senti el influjo directo de estas almas sobre mi cuerpo, yen 10 referente al alma de Flechsig, posiblemente una parte de alma de Flechsig, 10 sigo sintiendo cada dia y cada hora aun hoy. Mas adelante, cuando me toque hablar de los jugueteos con hombres, intentare dar una explicacion mas amplia de esta circunstancia. Por el momenta me limitare a mencionar la partici6n de almas, la cual permitiria que parezca pensable que ciertos nervios intelectivos de algun hombre todavia viviente (que, segun 10 senalado anteriorrnente, conservarian todavia, aunque quiza por poco tiempo, la plena conciencia de la identidad de ese hombre) desempefien algun otro papel fuera de su cuerpo. 10 Como si hubiera tenido una vislumbre de esta situacion, Richard Wagner, par ejemplo, hace decir a su Tannhauser en medio del gozo supremo del extasis de amor: "jAY! [Pero sigo siendo mortal y tu amor es demasiado grande para mi; un Dios puede gozar eternamente, yo es~oy sujeto al cambio!"; de la misma manera como, hablando en general, se encuentran en nues-=-:-5 poetas multiples atisbos profeticos que me confirman en la suposicion de que les ha side ~==-:~iidauna insplracion divina par via de la conexion nerviosa (especialmente en el suefio).
propio pasado humano, pero no de retener durante un lapso digno de tomarse en cuenta las nuevas impresiones que como almas recibian. Esto es la natural falta de memoria de las almas, que hubiera borrado inmediatamente en ellas cualesquiera nuevas impresiones desagradables. Dentro de la bienaventuranza se daban diferencias en grado, segun fuera el poder de perdurar que habian logrado los distintos nervios durante su vida humana y probablemente tambien segun fuera la cantidad de nervios que habian sido tenidos por dignos de admisi6n en el cielo. La bienaventuranza masculina era de range mas alto que la bienaventuranza femenina, la cual parece haber consistido preferentemente en un ininterrumpido sentimiento de voluptuosidad. Es posible tambien que el alma de un Goethe, de un Bismarck, etcetera, haya podido mantener su autoconciencia (collciencia de la identidad) quiza durante siglos, en tanto que tratandose del alma de un nino muerto prematuramente 5610podia darse el caso durante tantos afios cuantos hubiera abarcado el transcurso de su vida mientras tenia vida humana. La perduraci6n eterna de la conciencia de haber sido este 0 aquel hombre era algo que no se concedi6 a ninguna alma. El destino de todas las almas era mas bien deshacerse, fundidas con otras almas, en unidades de un orden superior y sentirse entonces solo como partes integrantes de Dios ("antecamaras del cielo"). Pero esto no significaba un verdadero aniquilarniento -en esta medida se le concedia al alma una perduraci6n eterna- sino s6lo una supervivencia con una conciencia distinta. S6lo un punto de vista limitado podria querer ver aqui una imperfecci6n de la bienaventuranza por cornparaci6n con la inrnortalidad personal en el sentido de las concepciones de la religi6n cristiana. ~Que interes, en efecto, hubiera podido tener para uri alma acordarse del nombre que otrora habia llevado entre los seres humanos y de sus relaciones personales, siendo asi que no s6lo sus hijos y los hijos ue sus hijos ha'oian enrraao hac.ia mucho en \a pa'Z.etema, sino tambien orras innumerables generaciones habian descendido a la tumba y acaso la nacion misma a la que otrora perteneci6 habia sido borrada de la n6mina de los pueblos vivientes? De este modo, en la epoca en que me encontraba aun en el hospital de Flechsig, trabe conocimiento con Rayos que me fueron designados como Rayos -es decir, como complejos de almas humanas bienaventuradas promovidas a unidades de orden superior- del judaismo antiguo ("Rayos de [ehova"), de la antigua Persia ("Rayos de Zoroastro") y de la antigua Gerrnania ("Rayos de Tor y Odin"), y entre ellas no se encontraba ya con seguridad ni una sola alma que tuviera conciencia de bajo que nombre habia pertenecido miles de alios antes a uno u otro de estos pueblos.v
LO ant'OTIm:m'Ont'O 'OJql\l.'O",tl)ac.'01:c.a d'O las "antec.ama1:a", d'Ol c.i'Ob" b1:inda tal '1e'Z.\l.n ati",bl)
II
del eternc cido de las cosas, subyacente al orden cosmico. Cuando Dios crea algo, se desprcn-
Por encima de las "antecarnaras del cie1o" se cernia el mismo Dios, al cual, por oposicion a estos "reinos anteriores de Dios" se le daba tambien la designacion de "reinos posteriores de Dios". Los reinos posteriores de Dios estaban sujetos (y 10 siguen estando aun) a una singular biparticion, de acuerdo con la cual se diferenciaban un dios inferior (Ariman] y otro superior (Ormuz). Acerca del significado mas preciso de esta biparticion no me es po sible decir otra cosa= mas, fuera de que el Dios inferior (Ariman] parece haberse sentido atraido con preferencia hacia los pueblos originariamente de raza morena (semitas) yel Dios superior con preferencia hacia los pueblos originariamente de raza rubia (los pueblos arios). Es significativo que un atisbo de esta biparticion se encuentre en las concepciones religiosas de muchos pueblos. El Balder de los germanos, el Bielebog (dios blanco) 0 Suanteuit de los eslavos, el Poseidon de los griegos y el Neptuno de los romanos son identicos a Ormuz; el Votan (Odin) de los germanos, el Czernebog (dios negro) de los eslavos, el Zeus de los griegos y el Jupiter de los roman os son identicos a Ariman. Bajo los nombres de Ariman y Ormuz me fueron mencionados el Dios inferior y el Dios superior la primera vez a comienzos de julio de 1894 (aproximadamente al termino de la primera semana de mi permanencia en el presente Hospital) por las Voces que hablan conmigo; a partir de entonces escucho diariamente esos nombres.e La fecha mencionada coincide con la consuncion delos reinos anteriores de Dios, con los cuales yo habia estado vinculado antes (des de mediados de marzo de 1894 aproximadamente). La imagen desarrollada en los parrafos anteriores acerca de la naturaleza de Dios y la perduraci6n del alma human a despues de la muerte difiere considerablemente de las concepciones de la religion cristiana sobre estos temas. A pesar de ello, me parece que una comparacion entre ambas solo puede resultar favorable a aquella primera. Una omnisciencia y omnipresencia de Dios, entendida en e1 sentido de que Dios vela permanentemente en
de en cierto sentido de una parte de SI mismo 0 da una figura diferente a una parte de sus nervios. Pero la aparente perdida que de alli resulta se repara nuevamente cuando, despues de cientos y miles de anos, los nervios que ya se han vuelto bienaventurados de los hombres muertos, para los cuales habian servido de sustento corporal durante su vida terrena, y las restantes cosas creadas recrecen otra vez en Dios bajo la forma de "antecarnaras del cielo". 12 Excepto 10 que mas adelante habra que senalar en 10 referente ala "emasculacion", r3 El hecho de que para la designacion del Dios inferior y superior se hayan mantenido los nombres de las correspondientes deidades persas es para mi una razon fundamental para la suposicion de que los antiguos persas (naturalmente antes de su posterior decadencia) debieron de ser en sentido muy eminente el "pueblo elegido de Dios", en otras palabras, un pueblo de muy singular capacidad moral. Esta suposicion se ve fortalecida par el desusado vigor de los Rayos que yo percibi en esa epoca en los "rayos de Zoroastro", Par 10 demas, el nombre "Arirnan" aparece tambien en e1 Manfredo de Lord Byron en relacion con un almicidio ..
elinterior de cada hombre viviente, percibia cada excitaci6n sensitiva de sus nervios, y que, por ende, en cualquier momenta dado "examinaba el coraz6n y los rifiones", no existia en absoluto. S6lo que tampoco 10 necesitaba, porque despues de la muerte los nervios de los hombres, con todas las impresiones que habfan recibido durante la vida, estaban patentes ante los ojos de Dios, y de acuerdo con ello el juicio sobre sus rneritos para ser admitidos en el reino de los cielos podia ser pronunciado con infalible justicia. Por 10 demas, bastaba la posibilidad de, no bien pareciera existir un motivo para ello, procurarse el conocimiento del interior del hombre por via de la conexi6n nerviosa. Por otra parte, la imagen trazada por mi carece de cualquiera de los rasgos de severidad 0 de crueldad sin objeto alguno que estan impresos en muchas concepciones de la religi6n cristiana y en grado aun mayor en las de otras religiones La totalidad del orden c6smico se manifiesta asi como una "construcci6n rnaravillosa",« frente a cuya sublimidad todas las concepciones que hombres y pueblos se han formado en el curso de la historia acerca de sus relaciones con Dios quedan, a mi juicio, muy arras.
'4 Otra vez una expresi6n no inventada por mi. Yohabia hablado -naturalmente en ellenguaje de los pensamientos 0 de los nervios, que mas adelante se mencionara de nuevo- de una organizaci6n maravillosa, tras 10 cual se me inspir6 desde fuera la expresi6n "construccion maravillosa" .
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En esta "construcci6n maravillosa" se ha producido en epoca reciente una fisura que esta ligada muy estrechamente con mi destino personal. Sus conexiones profundas me es, en verdad, imposible exponerlas de modo plenamente comprensible para el entendimiento humano. Son acontecimientos oscuros, cuyo velo s610puedo levantar en parte sobre la base de mis experiencias vividas personales, en tanto que de 10 restante s610 puedo remitirme a vislumbres y conjeturas. A manera de introducci6n, debo sefialar al respecto que en la genesis de este proceso, cuyos origenes se remontan muy atras, tal vez hasta el siglo XVIII, desempefian un papel fundamental, par una parte, los nombres de Flechsig y de Schreber (proba1:ilemente no limitados a un individuo de cada una de las respectivas familias) y, por otra, el concepto de almicidio. Para comenzar por esto ultimo, la idea de que es posible de alguna manera apoderarse del alma de otra persona para procurarse a costa de dicha alma una vida mas larga 0 alguna otra ventaja que dure mas alla de la muerte, esta ampliamente difundida en las leyendas y en 1a poesia de todos los pueblos. Par via de ejemplo me limitate a recordar e1 Fausto de Goethe, el Manfredo de Lord Byron, el Cazador [urtivo de Weber. Pero comunmente se asigna aqui un papel principal al diablo, el cual se hace legar el alma de algun hombre por medio de una gotita de sangre, a cambio de algun provecho terrenal, etcetera, sin que, por cierto, se yea claramente que puede hacer el diablo con el alma cautiva, a no ser que se quiera suponer que el atormentar a un alma puede, como fin en S1, brindarle una especial satisfacci6n. Por mas que esta ultima concepcion, por el simple motivo de que, segun 10 expuesto anteriormente, no existe el diablo en cuanto poder enemigo de Dios, deba relegarse al reino de la fabula, de todas maneras, la amp1ia difusi6n del motivo legendario del almicidio 0 del robo del alma da motivo para reflexionar, pues es poco verosimil que tales concepciones hayan po;, "(Una crisis de los reinos de Dios? Alrnicidio."
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dido surgir uniformemente en tantos pueblos sin ningun fundamento objetivo. Ahora bien; como las voces que hablan conmigo me vienen sefialando cotidianamente, desde el comienzo mismo de mi vinculaci6n con Dios (a mediados de marzo de r894) hasta ahora, que la causa de la crisis sobrevenida en el reino de Dios fue el hecho de que alguien perpetro un almicidio, a prop6sito de 10 cual en la primera epoca se nombraba a Flechsig como autor del almicidio, mientras que ahora, desde hace mucho tiempo y con deliberada inversi6n de la relaci6n, se me quiere "representar" a mi como el que perpetr6 el almicidio, he llegado a suponer que alguna vez, quizas en generaciones anteriores, tuvo lugar entre las familias Flechsig y Schreber un hecho que ha de calificarse de almicidio; asimismo, en razon de otros acontecimientos, estoy persuadido de que en la epoca en que mi enfermedad nerviosa parecia cobrar un caracter dificilrnente curable alguien hizo un intento de almicidio, aunque infructuoso, contra mi. Probablemente, despues del primer almicidio vinieron, de acuerdo con la maxima l'appitit vieni en mangeant, otros almicidios mas contra las almas de otros hombres. No he de pronunciarme acerca de si incumbe realmente a algun hombre la responsabilidad moral por el primer caso de almicidio; a este respecto quedan muchas cosas oscuras. Posiblemente se trat6 inicialmente de una lucha, nacida de los celos, entre almas que ya se habian separado del cuerpo. Los Flechsig y los Schreber, en efecto, pertenecian ambos, segun rezaba la expresi6n, a "la mas alta nobleza celestial"; en especial, los Schreber llevaban el titulo de "Margraves de Tuscia y Tasmania", siguiendo una costumbre de las almas, la de darse lustre, llevadas por una especie de fatuidad personal, con titulos terrenales altisonantes. Se hizo menci6n de distintos nombres de ambas familias; de la familia Flechsig, adernas del profesor Paul Theodor Flechsig, se nombr6 especialmente tambien a un Abraham Filrchtegott Flechsig y a un Daniel Filrchtegott Flechsig, que vivi6 en las postrimerias del siglo XVIII y que habria sido "diablo auxiliar" de resultas de una acci6n almicida. De todas maneras, yo estuve mucho tiempo en conexi6n nerviosa con el profesor Paul Theodor Flechsig y con Daniel Filrchtegott Flechsig ((acaso tarnbien con el primero en calidad de alma?) y tuve en mi cuerpo partes de alma de ambos. El alma de Daniel Filrchtegott Flechsig hace afios que se disip6 (se volatiliz6); del alma del profesor Paul Theodor Flechsig existe por 10 menos aun ahora en el cielo, en calidad de "alma probada", una parte (es decir, cierto numero de nervios que originariamente tenian la conciencia de la identidad, que en el interin se ha debilitado mucho, del profesor Paul Theodor Flechsig). Dado que no tengo el menor conocimiento del arbol genea16gico de la familia Flechsig por otras fuentes que no sean los informes de las Voces que hablan conmigo, no care ceria quiza de interes determinar
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si entre los antecesores del actual profesor Flechsig se encontraron realmente un Daniel Furchtegott Flechsig y un Abraham Furchtegott Flechsig. Conjeturo que algun portador del apellido Flechsig -un hombre que llevaba ese apellido- logro abusar de una conexion nerviosa que Ie habia sido concedida con miras a inspiraciones divinas 0 tambien por otros motivos, para retener los rayos divino». Es obvio que se trata aqui solamente de una hipotesis, pero esta, como en cualesquiera otras investigaciones cientificas humanas, tiene que ser mantenida hasta encontrar un mejor fundamento para los hechos que se desea explicar. Que se concediera una conexion nerviosa divina precisamente a una persona dedicada a la practica de la neurologia parece muy razonable, pues, por una parte, se trataba, a no dudar, de un hombre espiritualmente eminente y, por otra, todo aquello que se refiere a la vida de los nervios humanos tenia que ser para Dios de especial interes, aun por la conciencia instintiva de que un incremento de la nerviosidad entre los hombres podia originar algunos peligros para los reinos de Dios. Esta es la razon de que los hospitales para enfermos mentales se llamen en ellenguaje primitivo "hospitales nerviosos de Dios". En caso de que el mencionado Daniel Furchtegott Flechsig haya sido quien por primera vez atento contra el orden cosmico mediante el abuso de una conexion nerviosa divina, no estaria ello en contradiccion absoluta con el hecho de que la misma persona me haya sido designada tambien por las Voces que hablan conmigo como un parroco rural, pues por la epoca en que hubo de vivir Daniel Furchtegott Flechsig -en el siglo XVIII, aproximadamente en tiempos de Federico el Grande-IS no existian aun manicomios publicos para dementes. Uno tendria, pues, que imaginar que una persona de esta clase, dedicada ala practica de la neurologia -quizas aparte de su profesion particular-, creyo haber visto alguna vez en el suefio imagenes milagrosas y haber experimentado cosas milagrosas, a cuya investigacion mas amplia se sintio aguijoneada, en parte por la curiosidad humana general, en parte por un interes cientifico existente en ella de antemano. No es, quiza, necesario que dicha persona tuviera desde el comienzo conciencia de que se trataba de un trato directo 0 indirecto con Dios. Quizas intento en alguna de las noches siguientes traer nuevamente a la memoria las imageries oniricas y tuvo entonces la experiencia de que durante el suefio que entonces le sobrevino reaparecian IS Deduzco esto de haber conversado, mientras me encontraba en conexi6n nerviosa con Daniel Furchtegott Flechsig, entre otras cosas, sobre Federico el Grande, de quien conservaba todavia un recuerdo como de la personalidad probablemente mas significativa de su epoca. En cambio, no sabla nada, por ejemplo, de los ferrocarriles, y no careci6 para mi de interes en su oportunidad el intento de dar a un alma difunta, por via de la conversaci6n estando en conexi6n nerviosa, una imagen de que es un ferrocarril y de que trastrocamiento en la vida de relaci6n de los hombres habia ocasionado este invento.
las imageries oniricas bajo la misma figura, 0 ligeramente modificada, ampliandole las comunicaciones anteriores. Entonces, naturalmente, creci6 su interes, sobre todo si el soriante percibi6 quiz a que aquellos de quienes procedian las camunicaciones eran sus propios antepasados, a los que recientemente algunos miembros de la familia Schreber habian en algun aspecto, superado en jerarquia, Hizo quizas entonces un intento, poniendo en tensi6n su energia volitiva a la manera de los que leen el pensamiento -un Cumberland, etcetera-, de influir sobre los nervios de hombres que vivian con el, y sac6 como experiencia que esto es en cierta medida posible. Se opuso a que se suspendiese la conexi6n nerviosa que habian establecido directa 0 indirectamente en el los Rayos divinos 0 10 someti6 a condiciones que pareci6 imposible negarle, dada la debilidad natural de caracter de las almas en relaci6n con los hombres vivientes y como consecuencia de la imposibilidad de permanecer en conexi6n nerviosa con un solo y mismo hombre. De esta manera uno puede figurarse que surgi6 algo semejante a una conspiraci6n entre un tal hombre y algunos elementos de los reinos anteriores de Dios en perjuicio de Ia estirpe Schreber, acaso en e1 sentido de que se les negase la descendencia, 0 por 10 menos la elecci6n de profesiones que, como la de medico de enfermedades nervi os as, podian ponerlos en relaci6n mas pr6xima con Dios. Por 10 dicho anteriorrnente acerca de la organizaci6n de los reinos de Dios y de la (limitada) omnipresencia de Dios, no era inevitable que tal maquinaci6n llegara inmediatamente a conocimiento de los reinos posteriores de Dios. Y acaso tambien lograron los conjurados -para mantener esta expresi6n- acallar cualquier reparo haciendo que en algun momenta de descuido, como cualquier hombre tiene alguna vez ensu vida, se estableciera una conexi6n nerviosa con miembros de la familia Schreber para convencer tambien a la instancia inmediatamente superior en la jerarquia de los reinos de Dios, de que no podia tener ninguna importancia un alma Schreber cuando se trataba de conjurar algun pe1igro para la estabilidad de los reinos de Dios.16 Fue tal vez as! como se lleg6 a que un intento inspirado por la ambici6n y el deseo de dominic, que podia conducir en sus consecuencias a un almicidio -supuesto que exista algo semejante- y por consiguiente a poner un alma a la merced de otra, acaso para que esta obtuviera una vida terrenal mas
16 Con esto se relaciona la expresi6n "solarnente un alma Schreber", que escuche mas de una vez de las Voces que hablan conmigo, en la epoca de mi permanencia en el hospital de F1echsig. Para 1a suposici6n de que se estab1eci6 deliberadamente conexi6n nerviosa conmigo en aquellos momentos en que podia tenerse una impresi6n menos favorable de mi nive1 moral, no carezco enteramente de ciertos puntos de apoyo, pero me Ilevaria demasiado lejos exponerlos aqui.: * En e1original aleman faltan las llamadas I7 y I8. Vease Estudio preliminar, p. 28. [N. del
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larga 0 para apropiarse de las fuerzas espirituales de aquella 0 para agenciarse una especie de inmortalidad personal 0 para cualquier otra ventaja especial, no pudiera ser enfrentado desde el primer momenta con toda decision. Por otra parte, bien pudo suceder que se subestimara el peligro que de ahi podia resultar para los propios reinos de Dios. Se sintieron en posesion de un poder trernendo, que ni siquiera permitio que surgiera el pensamiento de que un solo hombre, cualquiera fuese, podia ser peligroso para el propio Dios. De hecho, por cuanto despues he conocido y experimentado sobre el poder milagroso de Dios, no me cabe la menor duda de que Dios -supuesta la prolongacion de relaciones acordes con el orden cosmico- hubiera estado en cualquier momenta en condiciones de aniquilar a cualquier hombre que Ie resultara molesto enviandole una enfermedad mortal 0 mediante un rayo. Pero quiza se penso que no era necesario recurrir de inmediato a esos medios extremos con motivo del presunto alrnicida, pues su falta al comienzo consistio solamente en el abuso de una conexion nerviosa divina, que solo remotamente parecia abrir la posibilidad de un almicidio, y puesto que sus singulares merecimientos personales y su singular conducta moral no hacian esperar que se llegaria a tal extremo. En que consista la naturaleza peculiar del almicidio y, por asi decirlo, su tecnica, me es imposible decirlo, fuera de 10 senalado anteriormente. Pero quizas habria que anadir una sola cosa (sigue un pasaje que no es adecuado para publicar). En la medida en que realmente se deb a asignar la iniciativa de un "almicidio" al actual consejero privado profesor Flechsig 0 a alguno de sus antepasados, hay algo por 10 menos que para mi resulta indudable: la persona en cuestion, aunque debio haber alcanzado una vislumbre de las cosas sobrenaturales que en el interin yo conoci, sin embargo es cosa segura que no penetro hasta un mas prof undo conocimiento de Dios y del orden cosmico. Pues quien hubiera llegado de esta manera a una firme fe en Dios y a la certeza de que, aparte de esto, le estaba reservada una bienaventuranza proporcional ala pureza de sus nervios, era imposible que pudiera llegar a pensar en atentar contra las almas de otros. Tampoco hubiera sido esto el caso tratandose de alguien que, aunque solo fuera en el sentido de nuestra religion positiva, mereciera el nombre de creyente. Desconozco que posicion ha adoptado y adopta ahora el consejero privado profesor Flechsig en asuntos religiosos. Supuesto que el, como tantos hombres rnodernos, haya pertenecido 0 pertenezca al nurnero de los escepticos, no podria, de suyo, hacersele por esto ningun reproche, y muchisirno menos de mi parte, pues tengo que reconocer haber pertenecido a esta categoria hasta que fui desengafiado por las revelaciones divinas. Si alguien se ha tomado el trabajo de leer con alguna atencion 10 precedente, tal vez le haya sobrevenido involuntariamente el pensamiento de que
algo debra 0 debe andar mal en el propio Dios, si la conducta de un solo hombre pudo acarrearle cualesquier peligros y si el mismo Dios, aunque so10 fuera en instancias subordinadas.rs se dejo arrastrar a una suerte de conspiracion contra hombres que, despues de todo, eran inocentes. No puedo, negar toda justificacion a este reparo, mas no quisiera dejar de agregar que no por ello se ha conmovido en mi la fe en la grandeza y la excelsitud de Dios y del orden c6smico. De todos modos, Dios no era ni es un ser de esa absoluta peifecci6n que le asigna la mayor parte de las religiones. La fuerza de atraccion, es decir, esa ley que tambien para mi es inexplicable en su naturaleza mas intima, en virtud de la cuallos Rayos y los nervios se atraen redprocamente, encierra en si un germen de peligros para los reinos de Dios, cuya representacion quiza sea 10 que esta en el fonda de la leyenda germanica del ocaso de los dioses. Un incremento de la nerviosidad entre los hombres podia y puede aumentar considerablemente estos peligros. Ya antes se menciono que Dies veia a los hombres vivientes solo desde afoera, pero que en general no existia una omnipresencia y omnisciencia de Dios en 10 referente al interior del hombre viviente. Asimismo, el amor eterno de Dios se referia, en el fondo, s6lo a la creacion en cuanto totalidad. Tan pronto como se producia una colision de intereses con hombres individuales a can grupos humanos (ipiensese en Sodoma y Gomorra! ) y quizas hasta con toda la poblacion de un planeta (por el incremento delanerviosidad e inmoralidad), necesariamente se despertaba en Dios, como en cualquier otro ser viviente, el instinto de conservacion. Perfecto es, en definitiva, to do aquello que corresponda a su fin, por mas que la fantasia del hombre logre pintarse algun
"9 La expresion "instancias" (que precede de mil, como tambien la de "jerarquia" anteriormente empleada, me parece la adecuada para dar una imagen aproximada de la organizacion de los reinos de Dios. Mientras estuve en vinculacion con los reinos anteriores de Dios (antecarnaras del Cielo], des de marzo hasta comienzos de julio de r894, cada uno de los cornandantes de Rayos ("comandantes de columna anterior", segun una expresion que escuche) solia comportarse como "omnipotencia de Dios". Sabia que detras de el venian otros que le eran superiores, pero quienes fueran esos superiores y hasta.donde se elevaban, 10 ignoraba. Cuando posteriormente (a comienzos de julio de r894) los reinos posteriores de Dios (Ormuz y Ariman) entraron personalmente en escena, esto sucedio al comienzo con tal abrumadora ostentacion de fen6menos luminicos, que hasta las almas de von W. y de Flechsig, que entonces se encontraban en la condicion de "almas probadas", no pudieron sustraerse ala impresion, sino que dejaron de lade transitoriamente la oposicion sarcastica que hasta entonces habian ejercitado contra la omnipotencia de Dios. Mas adelante analizare las razones de que los fenomenos luminicos no se produjeran de manera persistentecerca de mi. De elias dos, vi a Ariman de neche, no en suenos, sino estando en vela; en cambia, a Ormuz 10 vi de dia, durante muchos dias consecutivos, mientras me encontraba en el jardin. En ese momenta s610 estaba en mi campania el enfermero M. Tengo que suponer que este no era entonces un hombre real. sino solo un hombre hecho a la ligera, pues de 10 contrario hubiera tenido que quedar tan deslumbrado por los fenomenos luminicos, los cuales tambien el debio ver y cubrieron quizas hasta la sexta u octava parte del cielo, que hubiera de alguna manera expresado su admiraci6n.
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estado mas ideal todavia.>= Y este fin, que para Dios era el gozo eterno en su creacion y para los hombres la satisfaccion de existir, mientras estan en esta vida terrenal, y despues de la muerte la felicidad suprema bajo la forma de la bienaventuranza, se alcanzaba entonces. Hubiera sido absolutamente impens able que Dios negara a un hombre individual su parte correspondiente de la bienaventuranza, pues toda multiplicacion de las "antecamaras del cie10" solo podia servir para intensificar su propio poder y para fortalecer los baluartes contra los peligros resultantes de la aproximacion a la humanidad. Una colis ion de intereses entre Dios y los hombres individuales no podia de ninguna manera producirse, supuesta una conducta de estos acorde con el orden cosmico, Si, pese a ella, se llego en mi caso a tal colision de intereses como resultado del presunto almicidio, ella se produjo solo por un tan extraordinario encadenamiento de circunstancias,« que un easo semejante jamas se produjo en la historia del mundo ni, quisiera esperarlo, tampoco volvera jamas a producirse. Y aun en este caso tan absolutamente peculiar, el orden cosmico trae consigo el medicamento para curar las heridas que se Ie infirieron; este remedio consiste en la etemuuui. Aunque antes (durante casi dos afios] crei que debia suponer, y dadas mis experiencias de entonces tuve efectivamente que suponer, que el prolongado encadenamiento de Dios a mi persona habia tenido como consecuencia la ruina de toda la creacion terrenal hasta algunos jugueteos milagrosos en mi contorno inmediato, ultimamente he tenido que restringir de manera sustancial esta concepcion. Algunos hombres han sido muy desdichados; yo misrno, me atrevo a decirlo, he vivido afios horribles y he curs ado una amarga escuela de dolor. Por otra parte, el afluir ininterrumpido desde hace seis anos de nervios divinos a mi cuerpo ha tenido como consecuencia la perdida de toda la bienaventuranza acumulada hasta el memento y la imposibilidad transitoria de restaurar las bienaventuranzas, de manera que, por asi decirlo, todos los hombres que han fallecido desde entonces y que aun han de fallecer no podraw par ahara ser bienaventurados. En 10 que hace a los nervios divinos, estos efectuan el transite a mi cuerpo contra su voluntad y con un sentimiento de desagrado que se da a conocer en continuos gritos de socorro que emiten las partes de nervios desprendidas de la mas a total y que yo oigo diariamente en el cielo. Pero todas estas perdidas pueden ser compensadas, en la medida en que existe una eternidad, aunque tal vez puedan ser necesarios miles de afios para restituir integramente el estado anterior.
20 Nadie negara que el organismo humane es un organisrno de elevada perfeccion, Y sin embargo quizas a todos los hombres se les ha ocurrido el pensamiento de que seria muyagradable que el ser humane pudiera ademas volar como las aves. 21 A este respecto solo mas adelante se daran mayores pormenores.
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CAPITULO III*
Lo expuesto en I y II fue necesario para preparar 1a comprensi6n de 10 que sigue. Lo que hasta aqui no pudo, en parte, ser sentado mas que comb un axioma, recibira ahora la fundamentaci6n que el estado del asunto posibilita. Tratare en primer lugar algunos hechos acaecidos a otros miembros de mi familia que concebiblemente podrianestar en relaci6n con el presunto almicidio, y que, de todas maneras, llevan impresos todos ellos un .sello mas 0 menos enigmatico, dificil de aclarar por medio de otras experiencias humanas. (El resto del contenido del capitulo ha side suprimido por ser inadecuado para la publicacion.)
* Este Capitulo III fue excluido por el editor aleman de la edicion original por consideracion a la familia Schreber. [N. del E.]
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CAPITULO
IV"<
A partir de aqui pasare a hablar de mis propias vicisitudes petsonales durante las dos enfermedades nerviosas que me han sobrevenido. Estuve enfermo de los nervios dos veces, ambas veces a consecuencia de un excesivo esfuerzo intelectual: la primera (siendo director del Tribunal Provincial de Chemnitz), con ocasi6n de una carnpana en favor de mi candidatura para el Reichstag; la segunda, con ocasi6n de la desacostumbrada carga de trabajo que encontre al asumir el cargo de presidente de Sala que acababa de transferirseme en el Tribunal Supremo de la Provincia de Dresde. La primera de las dos enfermedades se manifest6 en sus inicios durante el orono de 1884, y para fines de 1885 estaba enteramente curada, hasta el punto de que el 1Qde enero de 1886 pude reasumir el cargo de director del Tribunal Provincial de Leipzig, a donde en el interin habia side trasladado. La segunda enfermedad nerviosa comenz6 en octubre de 1893 y dura todavia. En ambos casos pase gran parte del tiempo de la enfermedad en la Clinica de Enfermedades Mentales anexa ala Universidad de leipzig, dirigida por el profesor, y actualmente consejero privado, doctor Flechsig; la primera vez desde comienzos de diciembre de 1884 hasta comienzos de junio de 1885, la segunda vez desde cerca de mediados de noviembre de 1893 hasta cerca de mediados de junio de 1894. En ninguno de los dos casos tuve, al entrar en el establecimiento, la mas ligera sospecha de que hubiera existido un antagonismo entre las familias Schreber y Flechsig ni de las cosas sobrenaturales acerca de las que he tratado en los capitulos precedentes. La primera enfermedad transcurri6 sin ninguna complicaci6n que rozara e1 ambito de 10 sobrenatura1. Sobre el tratamiento del profesor Flechsig s610 tuve impresiones sustancialmente positivas mientras se desarroll6. Pueden haberse producido errores aislados. Ya durante mi enfermedad de entonces era yo de la opinion, y sigo siendolo, de que las mentiras oficiosas que el medico especializado en enfermedades de los nervios quiza no pue;, "Experiencias medad nerviosa." personales vividas durante la primera
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de evitar del todo con muchos enfermos mentales, pero que siempre debe emplear con la mas extremada prudencia, dificilmente se justificaron nunca conmigo, pues en mi hubo pronto que reconocer una persona intelectualmente sobresaliente, de entendimiento desusadamente agudo y aguda capacidad de observaci6n. Y no puedo sino considerar una mentira oficiosa que el profesor Flechsig quisiera presentar mi enfermedad s610 como una intoxicaci6n con bromuro de potasio, cuya responsabilidad habia que atribuir al consejero de Sanidad, doctor R., de S., bajo cuya atenci6n yo habia estado anteriormente. Tarnbien, a mi juicio, hubiera podido ser liberado mas rapidamente de ciertas ideas hipocondriacas que entonces me dominaban, en especial la del enflaquecimiento, si se me hubiera permitido algunas veces usar por mi mismo la balanza que se empleaba para determinar el peso corporal (la balanza que entonces estaba en la clinica de la universidad era de una construcci6n extrafia, desconocida para mil. Con todo, son estos aspectos secundarios, a los que no asigno gran importancia; quiza tampoco se pueda exigir del director de un gran establecimiento, en el que se encuentran cientos de pacientes, que se sumerja tan a fondo en el estado animico de uno solo de elIos. Lo principal es que, finalmente (tras un largo viaje de convalecencia), me cure, y no pude menos que quedar entonces Ileno de sentirnientos de viva gratitud para con el profesor Flechsig, a los que di tambien expresi6n especial mediante una ulterior visita y un, a rni juicio, adecuado honorario. Casi mas prof undo fue el sentimiento de gratitud de mi esposa, que sencillamente veneraba en el profesor Flechsig a la persona que Ie habia devueIto su esposo, y por esta razon, tuvo el retrato de aque\ ante anos en su mesa Qetraba)o. Despues de recuperarme de mi primera enfermedad vivi con mi esposa ocho afios, que en conjunto fueron muy felices, prodigos tambien en honores externos y solo perturbados temporariamente por la reiterada frustraci6n de la esperanza de recibir la bendicion de los hijos. En junio de r893 me fue comunicada (primero personalmente por el senor ministro doctor Schurig) la noticia de mi inminente designacion como presidente de Sala del Tribunal Supremo Provincial de Dresde. En esa epoca se situan algunos suefios, a los cuales entonces no preste especial atencion, y a los cuales tampoco ahora prestaria mayor atencion, siguiendo el ref ran "los suenos son espumas", si no tuviera que pensar, a raiz de las experiencias que he tenido en el interin, por 10 menos en la posibilidad de que tuvieran relacion con una conexion nerviosa divina establecida en mi. Se dio varias veces en mi el suefio de que habia reaparecido mi enferrnedad nerviosa anterior, por 10 cual, naturalmente, me senti en el suefio tan desdichado, como feliz despues de despertarme de que se hubiera tratado solo de un sueno. Adernas, una vez, de manana tempra-
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no, cuando estaba aun tendido en la cama (no recuerdo si semidormido 0 despierto ya), tuve una sensacion que, al reflexionar despues sobre ella en estado completo de vigilia, me impresiono de manera muy particular. Fue la representacion de que tenia que ser muy grato ser una mujer que es sometida al coito. Esta representacion era hasta tal punto ajena a toda mi manera de pensar y la hubiera rechazado, me atrevo a decirlo, con tal indignacion de haber estado plenamente consciente, que no puedo des cartar por completo, en razon de 10 que en el interin he vivido, la posibilidad al menos de que hayan estado en juego influjos externos de a1guna clase, para inspirarme tal representacion, El IQ de octubre de 1893 asurni mi nuevo cargo de presidente de Sala en el Tribunal Superior Provincial de Dresde. La carga de trabajo con que me encontre aillegar era, segun ya comente, extraordinariamente grande. A ello se sumo el afan, que de mi parte estaba inspirado por la ambicion, pero que tambien era en si mismo conveniente para los intereses de la funcion, de conquistar desde el primer momento, mediante la incuestionable eficacia de mis actuaciones, el indispensable prestigio ante mis colegas y los otros sectores interesados (abogados, etcetera). Esta tarea era tanto mas dificil e imponia exigencias tanto mas grandes en 10 referente al tacto en las re1aciones personales, cuanto que los otros miembros del colegio (integrado por cinco jueces) cuya presidencia tenia yo que desempefiar me superaban casi todos mucho en edad (hasta en veinte afios] y estaban mas familiarizados con la practica del tribunal, a1 menos bajo ciertos aspectos, y yo entraba en el por primera vez. Asi fue como ya a las pocas semanas quede espiritualmente agotado. E1suefio cornenzo a faltarme, y precisamente en el momento en que pude decirme que las dificultades de iniciarme en el nuevo cargo, en e1 nuevo domici1io, etcetera, estaban, en 10 esencial, superadas. Comence a tomar bromuro de sodio. El hecho de que fueramos desconocidos en Dresde hacia que no hubiera casi ocasion para distracciones sociales, las que en cualquier caso me hubieran resultado mas saludables, como 10 deduzco porque la unica vez que fuimos invitados a una velada dormi notablemente mejor. Las primeras noches verdaderamente malas, es decir, de casi insomnio total, se dieron en los ultimos mas del mes de octubre 0 en los primeros del mes de noviembre. Entonces se produjo un suceso extrano. Varias noches, en las cuales yo no pude conciliar en absoluto el sueno, se hizo sentir en la pared de nuestra alcoba un crujido, que se repetia con pausas mas 0 menos prolongadas, y me despertaba cada vez que habia comenzado a adormecerme. Pensamos, naturalmente, en un raton, por mas que hubo de parecernos bastante extrano que un raton pudiera haberse colado hasta el primer piso de una casa construida muy macizamente. Pero tras haber oido innumerables veces desde entonces y de escuchar ahora cotidianamente
de dia y de noche a mi alrededor otros midos semejantes, que he llegado a reconocer inequivocamente como milagros divinos -rnaxime cuando las voces que hablan conmigo los califican de tales, las asi llamadas "perturbaciones"-, no puedo descartar, sin pretender fonnular al respecto una afinnacion absolutamente categorica, por 10 menos la sospecha de que tambien entonces se tratara de uno de estos milagros, es decir, que desde d inicio haya exisiido el prop6sito mas 0 menos decidido de impedir mi sueno y posteriormente
mi curacion de la enfermedad resultante de mi falta de sueno, con una finalidad que por el momenta es imposible precisar con mas detalle.
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Mi enfermedad asumio pronto un caracter amenazador; ya el 8 0 el 9 de noviembre me vi obligado, por consejo del doctor 0., a quien consulte, a tomar de inmediato una licencia de ocho dias, que habiamos decididoempl ear para entrevistamos con el profesor Flechsig, en quien poniamos toda nuestra esperanza en razon de su exito terapeutico con ocasion de la primera enfermedad. Viajamos (mi esposa y yo) con una etapa en Chemnitz, pues siendo domingo no era esperable encontrar al profesor Flechsig, y pasamos la noche del domingo allunes en casa de mi suegra, que alli reside. Aqui se me hizo esa misma tarde una inyeccion de morfina y por la noche se me dio cloral por primera vez, pero, por un accidente, ya desde el comienzo no en la dosis previamente establecida, despues de 10 cual, esa misma tarde senti opresiones cardiacas, como en la primera enfermedad, de tanta intensidad, que solo e1 recorrer una calle que subia con pendiente moderada me provoco estados de angustia. Tambien la noche de Chemnitz fue mala. Al dia siguiente [lunes) temprano seguimos a Leipzig, y nos trasladamos directamente en un coche de alquiler desde la estacion del ferrocarril bavaro ala Clinica de la Universidad para ver al profesor Flechsig, quien ya el dia anterior habia sido avisado de la visita mediante un telegramao Siguiose una larga conversacion, en la cual el profesor Flechsig, no puedo negarlo, despleg6 una elocuencia sobresaliente, que no deja de producir un prof undo efecto sobre mi. Hable de los progresos que habia hecho la psiquiatria desde mi primera enfermedad, de los somniferos recientemente descubiertos, etcetera, y me dio la esperanza de que toda la enfermedad [... J mediante un solo suefio prolongado, que de ser posible debia prolongarse desde las tres de la tarde hasta el dia siguiente."
22 No quiero dejar de agregar que en esta ocasi6n se habria tratado, conforme con el caracter de las almas, que en el interin he llegado a conocer, de un dolus indeterminatus -permitaseme emplear esta expresi6n juridica- sumamente elaborado, es decir, de ataques a los que con mucha frecuencia seguia un cambio de intenci6n y de sentimientos, tan pronto como un examen mas cuidadoso hacia surgir el convencimiento de que la persona en cuesti6n merecia mejor suerte. " En esta frase falta el verbo, y por consiguiente "toda la enferrnedad" [die ganze Krankheit]
Despues de esto, mi estado de animo se fortaleci6, sobre todo porque los nervios, gracias al viaje de varias horas en el aire fresco de la manana ya la parte del dia en que estabarnos (el mediodia), posiblemente estuvieran algo mas fortalecidos. Fuimos primero a bus car nosotros mismos ala farmacia el somnifero ordenado, almorzamos luego en casa de mi madre y pase en suma el resto del dia, entre otras cosas dando un pequeno paseo, bastante bien. El irme ala cama (en casa de mi madre) no se cumpli6, naturalmente, a las tres, sino (probablemente de acuerdo con una instrucci6n secreta que mi esposa habia recibido) se dilat6 hasta las nueve. Pero inmediatamente antes de irme a dormir reaparecieron sintornas mas serios. Desgraciadamente, la cama estaba tambien demasiado fria por haber sido ventilada dernasiado tiempo y me acometi6 inmediatamente un violento escalofrio e ingeri el somnifero encontrandome ya en un estado de intensa excitaci6n. Eso hizo que perdiera casi totalmente su eficacia y mi esposa me dio despues de una 0 algunas horas el hidrato de cloral que tenia preparado como reserva. Pese a ello, la noche transcurri6 insomne, y durante ella abandone la cama, presa nuevamente de estados de angustia, para llevar a cabo una suerte de intento de suicidio por medio de una tealla 0 algun otro recurso semejante, que mi mujer, despertandose al oirlo, me impidi6. A la manana siguiente se present6 ya un serio trastorno nervioso; la sangre se habia retirado desde todas las extremidades al coraz6n, mi estado de animo se habia tornado extremadamente sombrio, y el profesor Flechsig, que habia side llamado ya temprano por la mafiana consider6 imperio sa mi internaci6n en su clinica, hacia la cual parti inmediatamente en un coche de alquiler, acompanado por el. Despues de un bafio caliente. me llevaron enseguida a la cama, la que durante los cuatro 0 cinco dias siguientes no volvi a dejar en ningun momento. Como guardian se me asign6 un tal R... Mi enfermedad se desarro116aceleradamente durante los dias siguientes; la mayor parte de las noches las pasaba insomne, pues los somniferos mas suaves (alcanfor, etcetera) que se habian ensayado inicialmente para no recurrir al hidrato de cloral de manera permanente, no producian efecto. No podia dedicarme a ninguna ocupaci6n; tampoco vi a nadie de mi familia. Los dias transcurrian asi interminables y Iugubres: mi espiritu estaba casi exclusivamente ocupado con pensamientos de muerte. Cuando reflexiono retrospectivamente volviendo mi vista hacia esa epoca, me parece como si el plan tera-
puede ser tanto sujeto como objeto del verbo omitido. Jacques Lacan (fents. p. 545, nota r) critica a los traductores ingleses Macalpine y Hunter el haber incluido el verbo deliver of ("liberar de" y tambien "asistir en un parto, actuar de comadron") sin advertir allector, con 10 cual, dice, distorsionarian el sentido en favor de su interpretacion. [N. del T.]
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peutico del profesor Flechsig hubiera consistido en presionar primeramente sobre mi depresion nerviosa para hacerla descender hasta determinado estado profundo, y luego, mediante un brusco cambio en mi temple de animo, provo car de un golpe la curacion, 0 por 10 menos es esta la unica manera como puedo explicarme el suceso siguiente, pues de 10 contrario tendna que suponer que existio en el una intencion francamente malevola.e La cuarta 0 quinta noche aproximadamente despues de mi ingreso en el hospital fui arrancado de la cama en medio de la noche por dos enfermeros y trasladado a una celda-dormitorio preparada para dementes (furiosos). Yo me encontraba ya, aun sin eso, en un estado de suma excitacion afectiva, en un delirio febril, por asi decirlo, y debido a este acontecimiento, cuyos rnotivos no conocia, quede, naturalmente, aterrorizado al maximo. El camino pasaba por el salon de billar, y aqui se produjo una lucha entre yo, que estaba vestido solo con el camison, y los dos enferrneros, porque yo no sabia que se pretendia hacer conmigo y por consiguiente crei que debia resistirme, para 10 cual trate de aferrarme del billar, pero final mente fui dominado y conducido a la celda antes mencionada. Ahi se me dejo abandonado a mi suerte; pase el resto de la noche en la celda, provista solo de una cama de hierro y ropa de cama, sin dormir la mayor parte del tiempo, me senti absolutamente perdido e hice en medio de la noche un intento naturalmente fracas ado de colgarme [del armazonj de la cama por medio de las sabanas. El pensamiento de que a una persona a la cual ya nunca sera posible proporcionar el sueno aun con todos los recursos del arte medico no Ie queda finalmente mas que quitarse la vida, me dominaba por entero. Yo sabia que en los hospitales no se permite eso, pero vivia en el delirio de que una vez agotados todos los intentos terapeuticos tenia que seguirse el alta, principalmente con el proposito de que la persona en cuestion pusiera fin a su vida en su dornicilio 0 en otra parte. Por eso, cuando despunto la manana siguiente, fue para mf una gran sorpresa el recibir todavia una visita medica. Se presento el asistente del profesor Flechsig, el doctor Tauscher, y su anuncio de que en modo alguno se pensaba suspender la atencion terapeutica, junto con toda la manera con que trato de alentarme -no puedo dejar de reconocerle que en esta
23 No puedo pasar en silencio que el profesor Flechsig, en una conversacion posterior, pretendio negar todo 10 acontecido en el salon de billar y 10 con ella relacionado explicandolo como una ilusion de mi fantasia, 10 cual, dicho sea de paso, es una de las circunstancias que a partir de entonces me llenaron de cierta desconfianza respecto del profesor Flechsig. La objetividad del hecho, acerca del cual es imposible hablar de ilusion de los sentidos, es, sin embargo, absolutamente indudable, pues es imposible negar que a la manana siguiente de la noche en cuestion me encontraba en la celda para dementes y fui visitado alli por el doctor Tauscher." * La nota 24 fue tachada porque se refiere a Flechsig. Veanse pp. 297 Y 368 infra. [N. del E.]
ocasi6n hab16 admirablementetuvo como corisecuencia que se produjera otra vez en mi un cambio de temple de animo muy favorable. Me llevaron otra vez al cuarto que habia ocupado antes, y vivi el mejor dia que he tenido durante toda mi permanencia (la segunda) en el hospital del Flech-
sig, es decir, el unico dia en que estuve anima do de un sentimiento de esperanza. El propio guardian R. se condujo con extremado tacto y habilidad en
todo su trato, de suerte que muchas veces me he preguntado despues de ello si no se habrian producido en el, como tambien en el doctor Tauscher, inspiraciones superiores. A la manana jugue lin poco al billar con aquel, tome a la tarde un bane caliente y me mantuve hasta el atardecer en el temple de animo fortalecido que habia logrado. Se decidi6 hacer la prueba de si yo podia dormir sin ningun somnifero. De hecho, fui a la cama relativamente tranquilo, pero no concilie el slleno. Despues de algunas horas me fue ya imposible mantener mi estado de tranquilidad afectiva, la congestion de sangre en el coraz6n suscit6 nuevamente en mi estados de angustia. Despues del cambio de guardianes -junto a mi cama estaba constantemente sentado un guardian, que en rnitad de la noche era relevado por otro- se me dio finalmente algun rnedicamento para dormir -Nekrin 0 algo parecido era su nombre-, y volvi a sumirme un rato en el sueno, que sin embargo no produjo ningun efecto fortalecedor sobre mis nervios. Por el contrario: a la manana siguiente me encontraba otra vez en el antiguo trastorno nervioso; este era tan intense, que devolvi el desayuno que me habian traido. Me causaron una [mpresion particularmente aterradora los rasgos faciales completamente deformados que crei percibir en el guardian R. al despertarme. A partir de entonces se me administr6 regularmente hidrato de cloral a la noche y durante varias semanas sigui6 un periodo algo mas tranquilo, por 10 menos exteriormente, ya que de esta mariera generalmente se lograba por 10 menos un suefio ligero. Recibi visitas regulares de rni esposa, y durante aproximadamente las dos ultirnas semanas antes de Navidad hasta pase parte del dia en casa de mi madre. Empero la sobreexcitaci6n nerviosa subsisti6 todo ese tiempo y hasta empeoro, mas que mejorarse. Las semanas despues de Navidad hice tambien diariamente paseos en coches de alquiler con mi esposa y el guardian. Pese a ello, mis fuerzas estaban tan disminuidas, que al descender del coche (en Rosenthal 0 en Scheibenholz) sentia como una hazafia hacer a pie cualquier trecho de un par de cientos de pasos, y no me decidia a emprenderlo sin sentir angustia interior. El resto del tiempo tambien se encontraba todo mi sistema nervioso en un estado de prof undo enervamiento. No me era posible ernprender, 0 s6lo 10 era en minima medida, ninguna ocupacion intelectual, como leer el diario u otras semejantes. Hasta las ocupaciones predominantemente me-
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canicas, como el armar rompecabezas 0 echar solitaries, u otras sernejantes, intensificaban mi excitacion nerviosa, de suerte que al poco tiempo tenia que desistir; ya era mucho que por la tarde pudiera durante un rato jugar un par de partidas de damas con el guardian R. En esa epoca tomaba generalmente la comida y la bebida con buen apetito, y solia tambien fumar un par de cigarros por dia. El enervamiento nervioso se intensifico por la simultanea reaparicion de estados de angustia cuando se intento de vez en cuando emplear somniferos mas suaves en lugar del hidrato de cloral, que si bien durante breve tiempo fortalecia algo los nervios, a la larga los afectaba. Mi deseo de vivir estaba permanentemente en quiebra; se habia desvanecido en rni cualquier otra perspectiva que no fuera un des enlace macabre, que finalmente tendria que cumplirse mediante el suicidio; frente a los planes de futuro con los cuales mi esposa una y otra vez trataba de reanimarme, meneaba yo incredularnente la cabeza. Un nuevo colapso nervioso, que caracterizaria una epoca importante de mi vida, ocurrio alrededor del I5 de febrero de I894, cuando mi esposa, que hasta ese momenta habia pasado diariamente conmigo algunas horas y habia tambien almorzado conmigo en el hospital, ernprendio un viaje de cuatro dias a Berlin para ver a su padre y concederse tambien a si misma un poco de descanso, que urgentemente necesitaba. Durante esos dias decai tanto, que despues del regreso de mi esposa volvi a verla una sola vez y luego yo mismo adopte la resolucion de que no podia desear que mi esposa siguiera viendorne en el estado de postracion en que me encontraba. A partir de ese momenta cesaron las visitas de mi esposa; cuando despues de mucho tiempo volvi a verla algunas veces aisladas en la ventana de una habitacion situada enfrente, se habian producido en el interin cambios tan importantes en mi ambito y en rni mismo, que crei ver en ella ya no un ser viviente sino solo un figura humana producida milagrosamente, ala manera de los "hombres hechos a la ligera". Para mi derrumbe espiritual fue particularmente decisiva una noche en la que tuve un numero absolutamente desusado de poluciones (quiza media docena) esa sola noche. A partir de entonces aparecieron las primeras indicaciones de un trato con fuerzas sobrenaturales, es decir, de una conexion nerviosa que el profesor Flechsig mantuvo conmigo, de tal manera que hablaba a mis nervios sin estar presente personalmente. A partir de ese momenta forme la impresion de que el profesor Flechsig no albergaba ninguna buena intencion para conmigo. Me parecio encontrar confirmada esta impresion en el hecho de que el profesor Flechsig, con motivo de una visita personal, cuando le pregunte si creia realmente en concienciaen la posibilidad de que me curase, si bien me dio ciertas vagas esperanzas, sin embargo -0 al menos asi me 10 parecio- no pudo entonces seguir mirandome a los ojos.
Es este ya ellugar para profundizar en la naturaleza de las ya muchas veces mencionadas voces inieriores, que desde entonces me hablan incesantemente y al mismo tiempo de la tendencia, que a mi juicio es intrinseca al orden cosmico, segun la cual en ciertas circunstancias se ha de llegar a la "emasculacion" (transformaci6n en una mujer) de un hombre ("visionario") que ha entrado con los nervios divinos (Rayos) en un trato imposible de suspender. A exponer estas relaciones, cosa que por 10 dernas es sobremanera dificil, estara destinado el capitulo siguiente.
CAPITULO
V,~
Aparte dellenguaje
humano
vias, del cual un hombre sano por 10 general no tiene conciencia. La mejor manera, ami juicio, de hacerse una idea al respecto consiste en representarse los procesos mediante los cuales el hombre procura grabarse en la memoria ciertas palabras en una secuencia determinada, por ejemplo, cuando un escolar aprende de memoria un poema que tiene que recitar en la escuela 0 un clerigo un sermon que pronunciara en la iglesia. Las palabras en cuestion se pronuncian entonces en silencio (como tarnbien en la plegar(a silenciosa. a la que los fieles son invitados desde el pulpito), es decir, el hombre hace que sus nervios entren en aquellas vibraciones que corresponden al empleo de las palabras en cuestion, en tanto que los organos especificos del habla (labios, lengua, dientes, etcetera) no se ponen conjuntamente en movimiento 0 solo 10 hacen ocasionalmente. El empleo de este lenguaje de los nervi os en circunstancias normales (acordes con el orden cosrnico) depende, naturalmente, solo de la voluntad del hombre de cuyos nervios se trata; ningun hombre puede por si mismo compeler a otro hombre para que se sirva de este lenguaje de los nervios.o Pero en 10 que a mi respecta, despues del giro critico antes mencionado que tomo mi enfermedad nerviosa, se da el caso de que mis nervios son puestos en movimiento desde el exterior, y por cierto sin interrupcion ninguna. La capacidad de influir de esta manera sobre los nervios de un ser humano es en primer termino propia de los Rayos divinos; de ahi depende que Dios haya estado desde siempre en condiciones de inspirar suefios a los hombres mientras duermen. Por mi parte, senti por primera vez ese influjo como emanando del profesor Flechsig. La explicacion de esta circunstancia solo puedo encontrarla en que el profesor Flechsig aprendio de alguna
" "Continuacion. Ellenguaje de los nervios (Voces interiores). Compulsi6n a pensar. La emasculaci6n como postulado del orden del mundo." 25 Una excepci6n se da, quizas, en el hipnotizar, de cuya naturaleza, como profano que soy en la psiquiatria, estoy tan poco informado que no puedo permitirme dar un juicio al respecto.
manera a valerse de los Rayos divinos; posteriormente, adernas de los nervios del profesor Flechsig, se han puesto directamente en vinculaci6n con mis nervios tarnbien algunos Rayos divinos. El modo y manera del influjo ha ido cobrando con el transcurso de los afios formas cada vez mas contrarias al orden c6smico y al derecho natural que tiene el hombre a la libre disposici6n de sus nervios y, me atrevo a decirlo, cada vez mas grotescas. Este influjo apareci6 relativamente pronto bajo la forma de la compulsi6n a pensar, expresi6n que las Voces interiores me indicaron ellas mismas, pero que para otras personas dificilmente sera conocida, pues el fenomeno en su totalidad cae fuera de toda experiencia humana. La esencia de la compulsion a pensar consiste en que el hombre se ve forzado a un pensar incesante; en otras palabras, el derecho natural del hombre a proporcionar de tiempo en tiempo a sus nervios intelectivos el indispensable descanso mediante el no pensar nada (como sucede de la manera mas tipica al dormir) me fue restringido ya desde el comienzo por los Rayos que tenian trato conmigo, quienes continuamente pretendian saber en que estaba yo pensando. La pregunta era formulada, por ejemplo, con estas palabras: "<En que piensa usted ahora?", y como esta pregunta es en S1 y de por S1 misma un absurdo completo, ya que, sabidamente, el ser humano tanto puede no pensar en nada -en ciertos momentos- como, en cambio, pensar en miliares de casas a la vez, y como mis nervios, consiguientemente, no reaccionaban en S1 y de por S1 a esta pregunta absurda, muy pronto fue necesario refugiarse en un sistema de adulteraci6n de los pensamieruos, respondiendose uno mismo, por ejemplo, a la pregunta anterior: "En el orden del mundo estara ese", vale decir," pensando.s» 0 sea, que se obligaba a mis nervios, mediante el influjo de los Rayos, a producir las vibraciones que correspon", Schreber emplea regularmente, para completar las frases cortadas que escuch6 de las "Voces" el adverbio latino "scilicet", que traduzco por "vale decir". [N. del T.] 26 La palabra "pensar" era omitida en la respuesta antes citada. Esto se debe a que las almas -aun antes de la aparici6n de las relaciones contrarias al orden c6smico- tenian la costumbre de dar a sus pensamientos (en el trato entre elias) s610 una expresi6n gramaticalmente incompleta, es decir, de omitiralgunas palabras de las que de todas maneras podia prescindirse para el sentido. Esta costumbre se transform6 con el correr del tiempo en un abuso verdaderamente infame, en 10 que a mi se refiere, pues los nervios intelectivos del hombre (su "subsuelo", como reza la expresi6n dellenguaje primitivo) se yen continuamente excitadospor estas frases cortadas, ya que involuntariamente se esfuerzan por buscar la palabra que hace falta para completar el sentido. Asi, hace anos que yo oigo centenares de veces diariamente, para citar s610 uno entre innurnerables ejemplos, la pregunta: "tPor que no dice usted eso?", en la cual se omiten las palabras verdaderamente necesarias para completar el sentido: "en voz alta", y los propios Rayos se dan luego a si mismos la respuesta como si hubiera sido pronunciada por mi: "Porque soy un poco estupido". Tales tremendos absurdos y otros semejantes tienen incesantemente que soportar mis nervios (en parte como si procedieran de ellos mismos) hace anos, en medio de una triste monotonia. Mas adelante expondre con mas detalle el motivo de la elecci6n de las locuciones en cuesti6n y el efecto que con ella se pretende.
dian al empleo de estas palabras. Con el tiempo crecio el numero de lugares desde donde emana la conexion nerviosa: aparte del profesor Flechsig, el unico de quien yo supe, exactamente, por 10 menos durante un tiempo, que se encontraba entre los vivos, fueron sustancialmente almas difuntas las que cornenzaron a interesarse por mi en numero creciente. Podria dar aqui cientos, si no miles, de nombres, entre ellos numerosos nombres acerca de los cuales me entere, despues de varios afios, despues que se me abrio nuevamente mediante diarios y cartas cierto trato con el mundo exterior, que seguian estando aun entre los vivos, siendo asi que en la epoca en que trate con ellos en cuanto almas por medio de la conexion nerviosa, no podia, naturalmente, suponer otra cosa sino que hacia mucho que habian fallecido. En muchisirnos de los portadores de esos nombres predominaban los intereses religiosos; en especial habia entre enos muchisimos catolicos, que esperaban que mediante la actuacion que yo habna de emprender en determinadas direcciones seria promovido el catolicismo, en especial la catolizacion de Sajonia y Leipzig: a este numero pertenecian el parroco St., de Leipzig, "14 catolicos de Leipzig" (de estos solo se me menciono un nombre, el del consul general D.; se trataba probablemente de una asociacion religiosa 0 de su plana mayor), el padre jesuita S., de Dresde, el administrador arzobispal de Praga, el canonigo capitular Moufang, los cardenales Rampolla, Galimberti y Casati, el propio Papa, que dirigia un "Rayo chamuscado" propio, y finalmente innumerables monjes y monjas; en determinada oportunidad, doscientos cuarenta monjes benedictinos, bajo 1a direccion de un padre, cuyo nombre sonaba parecido a "Starkiewicz", se juntaron como almas dentro de mi cabeza, para encontrar alli su aniquilacion. En otras almas, estaban en juego motivos nacionales mezclados con intereses religiosos; entre enos un neurologo vienes, cuyo nombre era casualmente identico al del padre benedictino antes mencionado, un judio converso y eslavofilo, que queria eslavizar a Alemania por mi intermedio y simultaneamente fundar alli el imperio del judaismo; en su calidad de neurologo parecia ser, de manera analoga a como el profesor Flechsig 10 era para Alemania, Inglaterra y America (es decir, los paises basicamente germanicos) una especie de administrador de los intereses divinos en otras provincias divinas (es decir, las regiones eslavas de Austria), de resultas de 10 mal sedesarrollo durante un tiempo una lucha por la supremacfa, surgida de la rivalidad entre el y el profesor Flechsig. Otro grupo 10 formaban fundamentalmente ex miembros del Corps Saxonia, de Leipzig, al mal el profesor Flechsig habia pertenecido como konkneipant,27 y que por ello, segun supuse, habian sido
27 Tampoco esto 10 supe yo de antemano, sino que s610 me entere por las Voces que hablan conmigo mediante la conexi6n nerviosa, Por ello no estaria exento de interes que este detalle,
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ayudados por este a lograr la bienaventuranza; entre ellos se encontraban el abogado doctor G. S., de Dresde, el doctor en Medicina S., de Leipzig, el juez superior G. e innumerables miembros mas jovenes del Corps, que luego fueron designados "los suspendidos debajo de Casiopea". Pero por otra parte habia tambien muchos miembros de los Burschenschafter, cuya causa habia tenido durante cierto tiempo un gran avance, de suerte que tuvieron la posibilidad de ocupar los planetas Jupiter, Saturno y Urano; los nombres mas distinguidos entre ellos eran los de A. K., abogado, vicepresidente de la Camara de Diputados de Prusia, al cual, por 10 dernas, nunca habia visto personalmente en mi vida, el rector profesor W. y el abogado H., de Leipzig. Estos y los anteriormente mencionados miembros del Corps Saxonia parecian considerar toda la cuesti6n acerca de la cual se trataba en mi cabeza s6lo como una continuaci6n de la vieja rencilla entre el Corps y la Burschenschaft. Nombrare ademas al consejero privado doctor Wachter, que habria des empenado una suerte de jefatura en Sirio, y el consejero eclesiastico privado doctor Hoffmann, que habria desernpenado el mismo cargo en las Pleyades, y que por ello, y porque adernas hacia mucho tiempo que habian muerto, paredan haber ascendido ya a un grado mas elevado de bienaventuranza. Ambos me habian conocido personalmente cuando estaban con vida, y presumiblemente por esta raz6n se habian tornado cierto interes por mi. Nombrare finalmente algunos de mis parientes (ademas de mi padre y mi hermano, que ya fueron mencionados anteriormente, mi madre, mi espo sa y mi suegro), mi amigo de juventud, fallecido el afio de r864, Ernst K., y un principe que apareci6 en mi cabeza en calidad de "hombrecillo", en el sentido que mas adelante se explicara y, por asi decirlo, se paseaba por ella. Todas estas almas hablaban en mi como "Voces" de manera mas 0 menos indiferente, sin saber ninguna de elIas nada acerca de la presencia de las otras. Hasta que punto haya side desesperante la Babel que se producia as! en mi cabeza, podra calcularlo quienquiera que no considere todo 10 expuesto como un producto morboso de mi fanta::;ia. De todas maneras, las almas tenian aun entonces pensamientos propios, y por consiguiente estaban capacitadas para proporcionarme informaciones que atraian en sumo grade mi interes, y tambien para dar respuesta <l preguntas, mientras que actualmente, y desde hace mucho tiempo, el parloteo de las Voces consiste en una aterradora repetici6n mon6tona de las mismas frases (aprendidas de memoria) que reaparecen constantemente. Mas adelante dare la raz6n de ello. Junto a estas almas que se daban a conocer como individuos aparecian ademas al mismo tiempo Voces sierripre distintas, que se preen sf mismo muy secundario, forme a la verdad, resultara, a la luz de la vida anterior del profesor Flechsig, con-
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sentaban como la omnipotencia misma de Dios en instancias cada vez mas elevadas [vease al respecto la nota I9) y para las cuales las almas individuales antes mencionadas parecian servir de avanzadas. El segundo punto que debia tratarse en este capitulo se refiere a la tendencia, intrinseca al orden cosmico, a la emasculacion. del hombre que entra en trato perdurable con los Rayos. Esta tendencia depende, por una parte, de la naturaleza de los nervios divinos, en virtud de la cual, la bienaventuranza (el gozar de ella, veanse antes, pp. 69-71), consiste, aunque no exdusivamente, si al menos simultaneamente, en una muy intensificada sensacion de voluptuosidad; por la otra, del plan, que aparentemente subyace al orden cosmico, de posibilitar en caso de una catastrofe cosmica que hiciera necesaria la aniquilacion de la humanidad en algun astro -considerado 0 no especificamente"'la renovacion de la especie humana. Si en algun astro la corrupcion moral ("desordenes voluptuosos") 0 quiza tambien la nerviosidad, se habian aduefiado de toda la humanidad hasta tal punto, que no pudiera esperarse de sus nervios excesivamente ennegrecidos un completamiento significativo de las Antecamaras del Cielo (vease antes la nota 6), 0 fuera de temer una intensificacion peligrosa de la fuerza de atraccion sobre los nervios divinos, entonces podia producirse una destruccion de la especie humana en ese astro (mediante epidemias desoladoras, etcetera), ya fuese acaso por si misma 0 tambien decidida por Dios y puesta por obra mediante terremotos, inundaciones, etcetera. Quiza tarnbien le era posible aDios sustraer total 0 parcialmente a un planeta destinado ala destruccion el calor del Sol (0 de la estrella fija que sirviera para su calefaccion}, 10 cual arrojaria una nueva luz sobre un problema que, segun entiendo, no ha sido resuelto aun por la ciencia, el de las eras glaciales. La objecion de que en las eras glaciales de la Tierra la humanidad existia solo en sus rudimentos (diluviales) dificilmente puede considerarse convincente. <Quien podra decirnos si en esa epoca no existia ya en algun otro planeta, que para mi podria ser Venus, una humanidad muy desarrollada, cuya aniquilacion, en razon de 10 dicho anteriormente, estuviera fijada en el plan de Dios y no pudiera producirse sin un considerable enfriamiento simultaneo de la Tierra, rezagada en su evolucionj-s En todas las
oniricas) segun las cuales han existido otros planetas inficionados de corrupci6n moral en un grado mayor que la Tierra, en tanto que la poblaci6n de nuestra Tierra se ha distinguido relativamente por una mayor pureza moral.** *,' Falta la nota 28, aunque Schreber se remite a ella en las paginas 67, 68 Y72. Presumiblemente fue suprimida porque se refiere al "rey actualmente reinante". Vease nota 37, pp. 64 y ss. [N. del E.]
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cosas de esta especie, el hombre tiene que tratar de remontarse mas alla de las estrechas representaciones geocentricas que, por asi decirlo, lleva en su sangre, y considerar las cosas desde el punto de vista mas elevado de la eternidad. Es, por 10 tanto, muy posible que en este sentido exista un fundamento de verdad en las concepciones de Cuvier sobre catastrofes c6smicas que se suceden peri6dicamente. Entonces se preserv6 como reserva un solo hombre -quizas el que era aun relativamente mas moral-, al cuallas Voces que hablan conmigo denominaban "eljudio errante":» El sentido de esta designaci6n es, pues, algo diferente del que esta en la base de la leyenda hom6nima del judie Ahasvero; en cambio, uno piensa espontaneamente en las leyendas de Noe, Deucali6n y Pirra, etcetera. La leyenda de la fundaci6n de Roma esta tam bien probablemente relacionada con esto; en ella Rea Silvia concibe a los que luego serian los reyes Romu10 y Remo, no de un padre terrenal sino directamente de Marte, el dios de la guerra. El [udio Errante (en el sentido definido antes) tuvo que ser emasculado (transformado en una mujer) para poder engendrar hijos. La emasculacion se Hev6 a cabo de esta manera: los 6rganos sexuales (externos] masculinos (escroto y miembro viril) fueron retraidos hacia el interior del cuerpo, y mediante la simultanea restructuraci6n de los 6rganos sexuales internos, fueron transformados en los 6rganos femeninos correspondientes; se produjo tal vez durante un suefio de muchos siglos, porque era necesario que se sumara una modificacion de la estmctura 6sea (pelvis, etcetera). Se produjo, pues, una involuci6n 0 reversi6n del proceso evolutivo que en todo embri6n humane tiene lugar en el cuarto 0 quinto mes del embarazo, segun que la naturaleza quiera adjudicar el sexo femenino 0 masculino al futuro nino. En los primeros meses del embarazo, como es sabido, estan esbozados ambos sexos, y los caracteres del sexo que no Hega a desarrollarse se quedan, segun corresponde, como las mamilas masculinas, en una etapa evolutiva inferior, con caracter de 6rganos rudimentarios. La facultad de llevar a cabo el milagro de la emasculaci6n descripto es propia de los Rayos del Dios inferior (Ariman]: los Rayos del Dios superior (Ormuz) tienen la capacidad de restaurar la masculinidad si se presenta el caso. Yo mismo vivi en mi propio cuerpo, como ya se mencion6 en la nota I, la consumaci6n de este milagro de la emasculaci6n en dos oportunidades distintas (en breve tiempo) durante mi internaci6n; si el milagro no alcanz6 a desarrollarse por completo, y, de hecho, fue revertido, ello se debi6 exclusivamente a que intervinieron no s610 Rayos divinos puros sino tambien Rayos de almas probadas [impuras, veanse antes, pp. 75 Y ss.), es decir, rayos Flechsig y otros, mediante cuyo influjo se obsta" En aleman Der ewige Jude ("el judio etemo, inmortal"). [N. del T.]
culiz6 el proceso de transformaci6n en su pureza acorde con el orden cosmico. El mantenimiento del judie Errante y el proporcionarle las cosas necesarias para la vida estuvo a cargo de "hombres hechos ala ligera" (comparese con la nota r), y para este fin se armaron transitoriamente mediante un milagro algunas almas en figura humana, verosimilmente no s6lo durante ellapso de vida del [udio Errante mismo, sino tambien durante muchas generaciones, hasta que sus descendientes fueran suficientemente numerosos para poderse mantener a si mismos. Esta parece haber sido la principal funci6n acorde con el orden c6smico de la instituci6n de los "hombres hechos ala ligera"; si acaso sirvi6 tarnbien para poder imponer a las almas que debian purificarse, bajo la figura humana que se les dio mediante este recurso, algunas tareas necesarias para su purificaci6n (veanse antes, pp. 68 y ss.), es algo sobre 10 cual no me atrevo a pronunciarme; de todas rnaneras, la finalidad de los hombres hechos ala ligera no consistia en un mero Juguetear con milagros, que en esto degeneraron, en 10 que a mi respecta, en el ultimo periodo de mi permanencia en el hospital de Flechsig, durante mi permanencia en el hospital de Pierson y aun durante la primera epoca de mi permanencia en este hospitalJo Acerca de esta tendencia intrinseca al orden c6smico, de acuerdo con la cual esta prevista la emasculaci6n de un hombre en ciertas condiciones, debi6 haber tenido, segun mi modo de ver, alguna vislumbre el profesor Flechsig, sea que, por decirlo asi, haya llegado a ella por si mismo 0 que esas ideas, cosa que yo consideraria 10 mas verosimil, le hayan sido in spiradas por Rayos divinos. Pero aqui impera un equivoco fundamental, que desde entonces atraviesa toda mi vida como un hila rojo y que consiste en que Dios, dentro del orden cosmico, no conocia, en puridad, al hombre viviente, y para nada necesitaba conocerlo, sino que, de conformidad con el orden c6smico, tenia que tratar s6lo con cadaveres. Pero, por otra parte, entra aqui en consideraci6n la dependencia a la que Dios se habia entregado con respecto al profesor Flechsig 0 a su alma, y que consistia en que Dios no podia ya librarse de la conexi6n nerviosa que este en algun momenta consigui6 y mantuvo abusivamente desde entonces. Surgi6 entonces un sistema de andar a las bordadas, en el cual alternaban intentos de curar mi enfermedad
30 Yo he recibido algunas alusiones de que con anterioridad a mi propio caso, quizas en un pasado sobremanera remoto y en otros astros, hubo gran numero de [udios Errantes. Algunos nombres que estarian en este caso me fueron mencionados por las Voces que hablan conmigo, entre los cuales si no me equivoco, se encontraba el de un conde polaco, Czartorisky u otro que sonaba muy parecido. No es indispensable pensar aqui en la naci6n polaca de nuestra Tierra, sino hay que tener presente, como posibilidad al menos, que el pueblo polaco, quiza mediante la metempsicosis, exista por segunda vez en algun otro astro.
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nerviosas- con el esfuerzo por aniquilarme por ser un hombre que se habia vuelto peligroso para el propio Dios de resultas de la nerviosidad cada vez mas intensa, De esta manera resulto una politica de duplicidad (de "semihurgoneo", segun rezaba la expresi6n repetidamente oida por mil, la cual era enteramente coherente con el caracter de las almas, que estan acostumbradas al goce ininterrurnpido, y por ella no poseen, a solo en muy pequefio grado, la capacidad peculiar que tiene el hombre de asegurarse un provecho duradero en el futuro mediante un sacrificio momentaneo a una renuncia momentanea al goce. Al mismo tiempo, cuanto mas empefio se ponia en hacer milagros contra rni, tanto mas indisoluble se hacia la vinculacion establecida con mis nervios; por otra parte, el profesor Flechsig habia en el interin aprendido a remontarse al cielo con su alma integra 0 can una parte de ella y de esa manera -sin pasar por la muerte y la purificacion previa- convertirse en comandante de Rayos. Fue asi como se arrno un complot contra mi (mas 0 menos en marzo 0 abril de 1894), que consistio en, una vez conocida a supuesta la incurabilidad de rni enfermedad nerviosa, ponerme a la merced de un hombre, de la siguiente manera: dejar mi alma en poder de este, pero entregar mi cuerpo, transformado en un cuerpo femenino -en una equivoca interpretacion de la tendencia subyacente alorden c6smico antes mencionada-, al hombre en cuestion, para que abusara sexualmente de el, y luego, sencillamente, "dejarlo olvidado", es decir, abandonarlo sin mas ala descomposici6n. No parecen haberse hecho cargo claramente de que seria del hombre "olvidado", si estaria realmente muerto. No tengo la menor duda de que este complot haya existido realmente, aunque con la salvedad de que no me atrevo a afirmar que el profesor Flechsig participara de el en su condici6n de hombre. Por supuesto, mientras el profesor Flechsig trat6 conmigo en su condici6n de hombre, no se hablo ni una palabra sobre estas cosas. Pero en la conexion nerviosa establecida al mismo tiempo por el en su condici6n de alma, es decir, en el lenguaje de los nervios descripto al comienzo de este capitulo, se dio a este designio una expresion enteramente desembozada. A ello se sum6 que tambien la manera exterior de tratarme parecia corresponderse con el designio que se me habia comunicado en ellenguaje de los nervios; se me mantuvo durante semanas amarrado a la cam a tras haberme retirado mis prendas de vestir, con el fin de -segun crei- hacerme mas accesible a las sensaciones voluptuosas que pudieran ser suscitadas por los nervios femeninos que ya penetraban mas y
3' Esto hubiera sido mas facii=-para mencionar ya aqui algo que mas adelante se expondra con mas detalle- mediante el sacrificio de una cantidad relativamente pequeria de Rayos pu· ros, porque los Rayos, entre otras, poseen la facultad de ejercer un efecto sedativo y somnifero sobre los nervios.
mas en mi cuerpo; se emplearon asimismo recurs os (medicamentos) que estoy persuadido tendian al mismo fin,» y que por ello me negaba a ingerir 0 que, cuando los guardianes me los daban por la fuerza, los escupia. Puede imaginarse hasta que punto todo mi viril sentimiento del honor y de la pro pia dignidad, toda mi personalidad moral, se rebelaron contra este trato infamante no bien crei reconocerlo con certeza, maxime porque al rnismo tiempo me hallaba enteramente henchido de santos pensamientos sobre Dios y el orden c6smico, estimulado por las primeras revelaciones que habia recibido, merced al trato con otras almas, sobre las cosas divinas. Separado por completo del mundo exterior, sin ningun trato con mi familia, en manos exclusivamente de rudos guardianes, a quienes las Voces interiores me presentaban, por asi decirlo, como un deber golpear ocasionalmente como prueba de mi coraje viril, no podia surgir en mi ningun otro pensamiento sino que cualquier modo de morir, por espantoso que fuera, era preferible a un fin tan vergonzoso. Decidi, pues, poner fin a mi vida dejandome morir de hambre y rechace todos los alimentos, sobre todo porque las Voces interiores me aleccionaban siempre diciendo que era mi deber dejarme morir de hambre y sacrificarme asi en cierta medida aDios, y que por consiguiente cualquier goce de una comida, que mi cuerpo seguia ansiando, era una indigna debilidad. La consecuencia fue que se introdujo el "sistema de forraje", es decir, que los guardianes que por 10 general eran siempre los mismos alrededor de mi =ademas del ya mencionado R., un tal H. y un tercero mas, cuyo nombre no conozco- me introducian por la fuerza los alimentos en la boca, 10 que a veces hacian con la mayor rudeza. Sucedi6 muchas veces que uno de ellos me tenia aferradas las manos y el otro, mientras yo yada en la cama, se arrodillaba sobre mi para introducirme los alimentos en la boca 0 verterme la cerveza en la boca. Ademas, cada bano que tomaba iba asociado con ideas de ahogamiento. En el lenguaje de los nervios se hablaba de "banos de purificacion" y de "banos sagrados": estos ultirnos estaban tambien destinados a darme una oportunidad para que yo mismo me ahogase; yo entraba en cada bane con la angustia interior de que hubiera de servir para poner fin a mi vida. Las Voces interiores (concretamente, las almas antes mencionadas que pertenecian al Corps Saxonia, los llamados Hermanos de Casiopea) me hablaban permanentemente en este sentido y me ridiculizaban diciendorne que me faltaba coraje varonil para hacerlo; hice repetidas veces el intento de hundir la cabeza bajo el agua, y en cada caso los guardianes me sujetaron los pies manteniendolos sobre el agua, con 10 que aparentemente favore32 En especial un unguento blancuzco del que no puedo decir, por ser profano en medicina, si se trataba de bismuto 0 de alguna otra cosa.
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dan la conducta suicida, y adernas me sumergian la cabeza, tras 10 cual, en medio de toda suerte de chistes groseros, me obligaban a emerger y finalmente a dejar el bano.n En la conexi6n nerviosa que mantenia con el profesor Flechsig yo le pedia continuamente cianuro de potasio 0 estricnina para envenenarme (una gota de zumo-veneno, como se 10 denominaba en ellenguaje primitive}, y el profesor Flechsig -en calidad de alma en la conexi6n nerviosa- no se comport6 en absoluto de manera renuente frente a este pedido, sino que siempre dejaba entrever a medias la posibilidad de que accediera, pero en conversaciones en la conexi6n nerviosa que duraban varias horas hacia depender siempre hip6critamente el suministrarmelo de ciertas garantias: si yo beberia realmente el veneno cuando me fuese entregado, etcetera. Cuando el profesor Flechsig venia a verme en calidad de hombre en sus visitas rnedicas, pretendia no saber nada, por supuesto, de tales cosas. Tambien se hab16 repetidas veces del ser-enterradovivo como un medio de poner fin a mi vida. Por ella resultaba enteramente natural, desde el punto de vista humano, que era el que aun entonces me dominaba predominantemente, que yo viera s610 mi verdadero enemigo en el profesor Flechsig 0 en su alma (posteriormente se sum6 el alma de von W., de la cual volvere a hablar mas adelante) y que considerara ala omnipotencia de Dios como mi aliada natural, a la que err6neamente s6lo creia en una situaci6n de apremio frente al profesor Flechsig y a la que, por 10 tanto, pensaba que debia apoyar con todos los medios imaginables, hasta la autoinmolaci6n. Que el propio Dios pudiera ser el consabidor, si no el instigador, del plan dirigido al almicidio que se habria de perpetrar contra mi y de la entrega de mi cuerpo como prostituta femenina, es un pens amiento que se me ocurri6 s6lo mucho tiempo despues y que en parte, debo decirlo, se me hizo claramente consciente s6lo durante la redacci6n de este trabajo. A la vez, para no perturbar las concepciones y los sentimientos religiosos de otros hombres, tengo que expresar nuevamente los pensamientos que ya han sido expuestos al fin del capitulo II. Por vergonzoso que haya tenido que parecerme, subjetivamente considerada, toda esta conducta, no tengo empacho en reconocer que fue inspirada por ese instinto de autoconservaci6n que es tan natural en Dios como en cualquier otro ser animado, instinto de conservaci6n que, segun se expuso ya en otro contexto (veanse antes, pp. 95 Y ss.) tenia de hecho que obligar a Dios en ciertas circunstancias a considerar la aniquilaci6n no s610 de hombres individuales sino tambien de astros enteros con todos los seres creados alli.
33 Dicho sea de paso, era esa la epoca en que yo, por efecto de los milagros efectuados sobre mi, tenia entre las piernas una cosa que apenas se asemejaba a un miembro masculino normalmente formado.
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Tarnbien de Sodoma y Gomorra se nos relata en el capitulo 19 del Genesis que se produjo la aniquilacion de esas ciudades mediante una lluvia de fuego y azufre, a pesar de que entre sus moradores se habia encontrado un numero, aunque quiza muy escaso, de "justos". Tampoco habra nadie que considere una inmoralidad que -sin contradiccion con el orden cosmicolos mas fuertes sometan a los mas debiles, un pueblo de mayor cultura expulse de sus lugares de residencia a otro que se encuentra en un nivel inferior de cultura, el gato devore a los ratones, la aralia de muerte al mosquito, etcetera. El concepto de moralidad existe solo dentro del orden cosrnico, es decir, del vinculo natural que mantiene aDios unido con la humanidad; cuando el orden cosrnico se quiebra, solo resta una lucha por el poder, en la cual decide el derecho del mas fuerte. Lo moralmente chocante en mi caso consistio, pues, tan 5610 en que Dios se habia colocado fuera del orden c6smico, que tambien para el era obligatorio; mas a ella se vio, si no directamente obligado, por 10 menos motivado de resultas de una tentaci6n muy dificil de resistir, que le habia sido montada mediante la presencia del alma impura ("probada") del profesor Flechsig en el cielo. En raz6n de la inteligencia humana que poseia aun en un grado relativamente alto, el alma de Flechsig habia sabido obtener ademas ciertas ventajas teenicas (sobre esto se daran mayores detalles mas adelante) respecto de los nervios divinos que entonces entraban en contacto por primera vez con el, los cuales, a fuer de almas, no poseian la capacidad de autosacrificio que hubieran necesitado para proporcionarme el sueno suficiente para curarme y tomar inocua asi al alma Flechsig. Por esta raz6n me inclino a considerar todo aquel proceso desde el punto de vista de una fatalidad, a prop6sito de la cual ni de parte de Dios ni de mi parte puede hablarse de culpabilidad moral. Por otra parte, el orden cosmico conserv6 toda su grandeza y sublimidad, en la medida en que, hasta en un caso tan contrario a las reglas, rehus6 al propio Dios los medios necesarios para alcanzar un prop6sito contrario al orden c6smico. Todos los intentos dirigidos a perpetrar un almicidio, ala emasculaci6n para fines contrarios al orden c6smico34 (es decir, a la satisfaccion del apetito sexual de un hombre), y posteriormente a la destrucci6n de mi mente, fracasaron. Salgo vencedor de la Iucha aparentemente tan desigual de un solo hombre debil con el mismo Dios, aunque despues de muchos amargos sufrimientos y miserias, porque el orden c6smico esta de mi lado.» Mi situaci6n extema y mi salud cor34 Que una emasculaci6n para otro fin -acorde con el orden c6smico- es algo que esta en el ambito de 10 posible y hasta quiza contenga la soluci6n probable del conflicto, es algo de 10 que se tratara nuevamente mas adelante. 35 (Agregado de noviembre de 1902.) Las ideas expuestas precedentemente podrian estar afectadas de cierta falta de claridad, en la medida en que en ellas se caracteriza el "orden cos-
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poral mejoran actualmente de afio en afio. Por ello vivo con Ia confiada fe de que toda esta confusi6n no representara sino un episodio que finalmente llevara de una manera u otra al restablecimiento de condiciones acordes con el orden c6smico. Hasta es posible que el infortunio personal que he tenido que soportar y la perdida de bienaventuranzas que hasta el momento se ha producido hayan de encontrar cierta compensaci6n en el hecho de que con motivo de mi caso se Ie ha abierto de un solo golpe a la humanidad el conocimiento de verdades religiosas en una medida incomparablemente mayor de 10 que hubiera sido posible en muchos siglos 0 quiza nunca por el camino de la investigaci6n cientifica, con todo el empleo de la inteligencia hurnana. Es casi innecesario expresar en palabras que inapreciable beneficio significaria para la humanidad si mediante mis peripecias personales, especiolmente bajo Laforma que aun mantienen, se dejase de una vez para siempre sin sosten al materialismo y asimismo a un confuso panteismo.
mico", y por ende algo impersonal, como algo que esta por encima aun de Dios, 0 es mas po· deroso que Dios u obligatorio para el propio Dios. La falta de claridad, sin embargo, no existe en realidad. "Orden c6smico" es la relacion legal dada de por si en virtud de la esencia y los atributos de Dios, que existe entre Dios y la creaci6n por e1evocada a la vida. Dios no puede llevar a cabo aquello que esta en contradiccion con sus atributos y fuerzas en 10 que atane a la humanidad 0, en mi caso, a un hombre individual que ha entrado con el en relaciones especiales. En la medida en que Dios, la fuerza de cuyos Rayos es por naturaleza constructiva y creadora, intent6 conmigo en circunstancias anomalas una politica principalmente dirigfda a la destrucci6n de la integridad corporal y de la mente, entr6 en contradiccion consigo mismo. Debido a ello, tal politica no podia sino danar tan solo transitoriarnente, no provo car ningun efecto duradero, 0 bien, para valerme de un oximoro, en la lucha llevada a cabo por Dios contra mi tuve a Dios de mi lado, es decir, estuve en condiciones de hacer entrar en el campo de batalla como armas incondicionalmente protectoras para mi autodefensa los atributos y fucrzas de el.
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CAPITULO
VI i<
La epoca que he tratado de describir en el capitulo precedente -desde comienzos de marzo hasta fines de mayo de 1894, aproximadamente, suponiendo siempre que se haya tratado de algunos meses terrenales y no de siglos- fue, puedo decirlo con certeza, la epoca mas terrible de mi vida. Y sin embargo esta epoca fue tarnbien la epoca santificada de mi vida, en la que mi alma, por completo arrebatada por las cosas sobrenaturales que me invadian de manera cada vez mas masiva, en medio del brutal tratamiento que padecia exteriormente, fue colmada de las ideas mas sublimes acerca de Dios y el orden c6smico. Por 10 dernas, yo habia sido desde joven un hombre propenso a cualquier cosa antes que al fanatismo religioso. Todas las personas que de una manera u otra han estado cerca de mi durante mi vida anterior atestiguaran que yo era de una indole serena, desapasionada, de pensamiento claro, muy sensata, cuya aptitud individual se daba mas en la linea de una fria critica racional que en la de la actividad creativa propia de una imaginaci6n campante por sus respetos. No era yo en absoluto, aunque con motivo de pequenos acontecimientos familiares he intentado componer versos de circunstancias, 10 que suele denominarse un poeta. Tampoco habia sido nunca (desde la epoca de mi juventud) un hombre autenticamente creyente, en el sentido de nuestra religi6n positiva. Mucho menos habia sido en ningun momenta un detractor de la religi6n; evitaba mas bien hablar mucho sobre cosas religiosas, y habia tenido desde siempre el sentimiento de que a las personas que tenian la dicha de poder mantener inc61ume aun en sus afios posteriores la piadosa fe de su infancia, no se les debia perturbar esa dicha. S6lo que yo mismo me habia ocupado demasiado de las ciencias naturales, en especial de obras que tenian su base en la llamada teoria moderna de la evolucion, como para que no tuviera que llegar a dudar por 10 menos de la verdad literal de todo aquello que la religi6n cristiana ensefiaba. Mi impresi6n general fue siempre, por cierto, que el materialismo no podia ser la ultima palabra en las cosas divinas, pe" "Experiencias personales, continuaci6n. Visiones. 'Visionario'."
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ro tampoco habia podido decidirme a una firme creencia en la existencia de un Dios personal 0 a preservarla para mL36 Al proponerme ahora el intento de dar en este capitulo algunos detalles mas respecto de la epoca que he denominado mi epoca santificada, ten go plena conciencia de las dificultades que ello me representa. Las dificultades son de naturaleza en parte extrinseca y en parte intrinseca. Ante todo, en tal intento cuento s6lo con mi memoria, pues en aquella epoca no estaba en condiciones de tomar ninguna clase de notas: ni disponia de materiales para escribir, ni tampoco habria sentido inclinaci6n a redactar notas escritas, pues entonces -si con derecho 0 sin el, es asunto que dejare sin resolver- creia que toda la humanidad habia perecido, y por consiguiente no hubiera tenido ante la vista ningun fin para escribir notas. Ademas, las impresiones que irrumpian en mi eran una mezcolanza tan asombrosa de acontecimientos naturales y de sucesos de caracter sobrenatural, que me cuesta infinito diferenciar las meras imagenes oniricas de las experiencias en estado de vigilia, y por consiguiente decir con exactitud en que medida a todo aquello que creo haber vivido le corresponde tambien efectivamente una realidad hist6rica. Por eso, mis recuerdos de aquella epoca llevan necesariamente en algun grado la impronta de la confusi6n.37
36 Al decir esto de ninguna manera estoy sosteniendo que yo sea una cabeza filos6fica 0 que haya llegado a toda la altura de la cultura filosofica de mi tiempo, para 10 cual tampoco me hubiera dejado el tiempo necesario mi profesi6n d~ juez, que en parte es muy exigente. De todas maneras, quisiera nombrar por 10 menos algtmas de las obras de contenido filos6fico y cientifico-natural que durante los diez ultimos aiios aproximadamente antes de mi enferrnedad he leido, algunas reiterada y frecuentemento, porque en muchos pasajes de este ensayo se encontraran reminiscencias de los pensamientos contenidos en esas obras. Nombrare, pues, a guisa de ejemplo, Hackel, Natiirliche Schopfungsgeschichte [Historia natural de la creacion]; Caspari, Urgeschichte der Menschheit [Prehi~toria de la humanidad]; Du Prel, Entwicklung des Weltalls [Evoluci6n del universo]; Madler, A.stronomie; Carus, Sterne, Werden und Vergehen [Las estrellas; su nacimiento y su muerte]; el periodico de Wilhelm Meyer, Zwischen Himmel und Erde [Entre el Cielo y la Tierra]; Neumayer, Erdgeschichte [Historia de la Tierra]; Ranke, Der Mensch [EI hombre]; algunos ensayos filos6fJ.cos de Eduard von Hartmann, en especial en Der Gegenwart [La actualidad], etcetera, etcetera. 37 A este respecto, un hecho acaecido en fecha sumarnente reciente me ha proporcionado una aclaracion muy fundamental. En una de las noches mas cercanas al momenta en que habia escrito las lineas precedentes, en la noche del r4 al 15 de marzo del corriente ano (r900), volvi6 a producirse mientras sonaba un fantasma milagroso tan disparatado como los que yo habia vivido con frecuencia en epocas anteriores, especialmente en la epoca en que dormia en la celda (r896 hasta fines de r898), pero que desde entonces, hace ya dos aiios, no habia vuelto a vivir, 0 s610 de manera muy excepcional. Finalmente avente el fantasma milagroso que angustiaba en alto grado mi suefio cuando cobre fuerzas para despertarme por completo y encendi la luz. Eran s610 las doce y media de la neche (la puerta que daba a mi cuarto desde el corredor estaba cerrada, de manera que nadie habria podido tener acceso desde afuera): 10 escribi inmediatamente, a pesar de la hora muy ternprana de la noche, porque las imagenes del suefio, como es sabido, se desvanecen rapidame-nre de la memoria y el acontecimiento me parecio, rnuy instructivo, tanto para el conocimiento de la esencia de los milagros divi-
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Para poner desde un comienzo ante la vista las condiciones edemas de mi residencia en ella, presentare a continuaci6n un plano de la planta de la Clinica de Enfermedades Nerviosas de la Universidad y un boceto del terreno donde esta situada, en la medida en que ambos guardan relaci6n con mis prop6sitos. Me sirvieron como alojamiento durante ellapso transcurrido entre poco antes de la Navidad de r893 hasta cerca de fines de febrero de r894 (por 10 tanto, en esencia, ellapso en que recibi visitas regulares de mi mujer] los tres cuartos a, bye de la planta baja del Ala de las Mujeres, los cuales me fueron concedidos principalmente por causa de la tranquilidad que ani reinaba. Antes y despues tuve distintas piezas en el primer piso del Ala de
nos como para una diferenciacion precisa de si mis visiones anteriores semejantes a esta habian tenido como fundamento hechos objetivos 0 no. Del contenido de 10 que entonces puse por escrito solo mencionare aqui que despues de las imageries oniricas que en mi fueron producidas milagrosamente, un enfermero del Hospital, a quien yo antes habia oido abrir la puerta de la sala adyacente a mi dormitorio, cornetio toda suerte de abusos, en parte sentado en mi cama, en parte cerca de ella, entre otros, comiendo lengua ahumada 0 jamon crudo con alubias; que yo mismo crei haberme levantado de la cama durante la vision onirica para encender la luz y asi poner terrnino al fantasma milagroso, pero que al despertarme completamente me encontre tendido en la cama, la cual, por consiguiente no habia abandonado en absoluto. No habria que reirse de los detalles que se dan sobre las comidas mencionadas precedentemente. Las palabras que sirven para designar esas comidas cstan relacionadas con el sistema de registro, que habre de describir mas adelante, y por ella me hacen reconocer claramente el preciso proposito con que se efectuo la inspiracion de estas imageries oniricas; en este sentido, se trata tambien aqui de contribuciones al conocimiento de Dios, yespecialmente al dualismo que impera en los reinos divinos, mencionado ya al final del capitulo 1. En el presente lugar observare tan solo 10 siguiente: EI hecho de que un hombre que no duerme del todo tranquilamente crea ver imageries oniricas que, por asi decirlo, Ie son simuladas por sus propios nervios, es un fenomeno tan de todos los dias que, considerado en si mismo, no habria que malgastar en el ni una palabra. Las imageries oniricas de la noche antes mencionada y las visiones semejantes de epocas anteriores sobrepasan, empero, de lejos en claridad plastica y en veracidad fotografica todo aquello que yo, por 10 menos en mis dias de salud, habia vivido anteriormente. Tampoco habian sido suscitadas involuntariamente por mis nervios, sino introducidas en ellos por los Rayos. Segun esto, los Rayos poseen la capacidad de influir sobre el sistema nervioso de un hombre dormido y, en ciertas condiciones, quiza hasta sobre el de un hombre despierto, especialmente sobre sus nervios sensitivos, de manera que ese hombre crea ver a personas extranas paradas delante de el y escucharlas hablar, pero que el mismo se desplaza de una parte a otra y mantiene con esas personas un intercambio oral, como si todos estos fueran realmente acontecimientos realmente objetivos. Ahora se exactamente que no es este el caso, pero sostengo que mi suposicion contraria anterior no ha de atribuirse solo a la excitacion morbosa de mis nervios, sino que cualquier otro hombre, si hubiera visto irnagenes oniricas de esta clase, las habria tornado por la realidad al igual que yo. Como es natural, tengo ahora que rectificar algunas cosas anteriores (vease al respecto la nota 39); en especial, no tengo ya duda ninguna de que el encuentro con nuestro rey actualmente reinante, descripto en la nota 28, fue tan solo una imagen onirica, Por ella, en 10 que sigue solo tocare de pasada, si es que 10 hago, las imageries oniricas de esta clase, de las cuales he visto innumerables en los primeros afios de mi enfermedad, y me ocupare fundamentalmente tan solo de aquellos acontecimientos de los que recuerde con exactitud que al producirse enos estuve en estado de
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los Hombres, en cada caso una sala y un dormitorio. Para esto ultimo me sirvi6 durante un tiempo (noviembre de r893) el cuartito d, y la razon, por cierto, fue que casi todos los otros cuartos del Hospital estaban situados sobre ellado sur del corredor, que mira hacia laEstaci6n Ferroviaria de Baviera, donde las pitadas de los trenes al maniobrar producian un efecto muy perturbador, especialmente de noche. La celda para dementes, a la cual fui llevado despues de la mencionada pelea en la sala de billar, estaba situada mas ala izquierda aun en el Ala de los Hombres. En la ultima epoca de mi permanencia en el Hospital utilice principalmente el dormitorio i y la sala e; el primero de ellos, dicho sea de paso, estaba provisto, ala rnanera de la celda para dementes, de dos puertas; la interior tenia una pequefia mirilla, a traves de la cual se podia observar desde fuera al confinado; sobre la puerta habia una abertura provista de vidrio, a traves de la cual podia pasar la luz de una llama de gas. Una parte de mis recuerdos no c~incide exactamente con ninguno de los ambientes de la clinica de Flechsig, conocidos por rni en 10 esencial; a partir de este hecho, y en vinculacion con otras circunstancias, me surgieron dudas acerca de si efectivamente estuve todo el periodo de que aqui se trata en la clinica de Flechsig y no temporariamente en algun otro lugar. El tratamiento medico estuvo en manos del doctor Flechsig y ademas en manos de dos medicos asistentes, el doctor Tauscher y el doctor Quentin. En la epoca que estoy tratando hubo un periodo en que los medicos no se hacian ver en absoluto, sino que alrededor de mi estaban solo guardianes (siempre los nombrados anteriormente). En ese periodo, el Hospital mismo me produda una impresi6n de total abandono; asimisrno, cuando entraba en el corredor situado del ante de mi cuarto, era poco 0 nada 10 que veia de los otros pacientes. Cierto tiempo despues reapareci6 el profesor Flechsig pero, como ya se mencion6 anteriormente, bajo una figura que, por 10 menos ami, causaba una impresi6n distinta, y no en aspectos inesenciales; a los medicos asistentes, durante la ultima epoca de mi permanencia y por cuanto puedo recordar, no los vi en absoluto 0 solo en ocasiones muy aisladas. Ya en el capitulo anterior se menciono que, a causa de mi nerviosidad en continuo aumento y de la fuerza de atraccion consiguientemente incrementada, se sinti6 atraido hacia mi un nurnero cada vez mayor de almas fallecidas -en primer termino aquellas que pudieron conservar un interes particular por mi de resultas de las relaciones personales que mantuvieron
vigilia. De todos modos, no hay que negar a tales imageries oniricas todo valor para el conocimiento de las cosas de que aqui se trata; en algunos casos por 10 menos no esta excluido que hayan sido una expresi6n simb6lica para la comunicaci6n de acontecimientos que 0 se habian realmente producido 0 que eran esperados por Dios para el futuro.
durante la vida-, para volatilizarse luego en mi cabeza 0 en mi cuerpo. El proceso, en muchisimos casos, termin6 en que dichas almas tuvieron finalmente una breve existencia en mi cabeza con caracter de los asi llamados "hombrecillos" (vease nota 28) -rninusculas figurillas con forma de seres humanos, pero s6lo de una altura de quiza pocos milimetros-, para disiparse luego totalmente. Supongo que estas almas, que al acercarse por primera vez disponian de un numero relativamente grande de nervios y por ella tenian una condencia de su identidad relativamente fuerte todavia, perdieron en cada acercamiento a mi cuerpo una parte de sus nervios por obra de la fuerza de atracci6n en favor de mi cuerpo y llegaron por fin a constar de un solo nervio, el cual, por una causa milagrosa e imposible de explicar con mas detalle, asumi6 la forma de un "hombrecillo", en el sentido anteriormente expuesto, como forma final de dicha alma antes de desvanecerse totalmente. A prop6sito de esto se me nombraron en muchisimos casos las estrellas 0 constelaciones de las que procedian 0 "debajo de las cuales estaban suspendidos", nombres que en parte coincidian con las designadones astron6micas usuales y en parte no. Asi, se mencionaron con especial frecuencia Casiopea, Vega, las Cabrillas y tambien una estrella "Gemma" (de la que no se si corresponde a una designaci6n astron6mical, ademas los Crucianos ((tal vez la Cruz del Sur?), el Firmamento y muchas otras. Hubo noches en que finalmente las almas, bajo la forma de "hombrecillos", Ilovian gota a gota por asi decirlo, de a cientos, si no de a miles, a mi cabeza. Entonces yo les advertia siempre que no se acercaran, porque en cada caso tenia conciencia, por acontecimientos anteriores, de la fuerza de atracci6n inconmensurablemente intensificada de mis nervios, pero las almas consideraban siempre de primera intenci6n enteramente increible tan amenazadora fuerza de atracci6n. Otros Rayos, que se comportaban como si fueran la omnipotencia misma de Dios (en el sentido descripto anteriormente), llevaban otras designaciones, tales como "El Senor de las Huestes Celestiales", "EI Buen Pastor", "El Todopoderoso", etcetera, etcetera. En reIaci6n con estos fen6menos, muy pronto pas6 a ocupar el primer plano en las visiones que yo tenia todas las noches la idea del fin del mundo, como consecuencia de la vinculaci6n, imposible ya de disolver, entre Dios y yo. Desde todas partes llegaban malas nuevas, en el sentido de que tal 0 cual estrella, tal 0 cual constelaci6n habia tenido que ser "desahudada"; de pronto se decia que ahora Venus habia sido "inundada": de pronto, que to do el sistema solar tenia que ser "descolgado": de pronto, que Casiopea (la constelaci6n enteral habia tenido que ser condensada en un sol unico: de pronto, que quiza s610 se podia salvar a las Pleyades, etcetera, etcetera. Al par que de noche tenia estas visiones, creo observar de dia que el Sol seguia mis movimientos; cuando me movia de un lado a otro en el
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cuarto de una sola ventana que entonces ocupaba, veia la luz solar ora en la pared derecha (considerada desde la puerta], ora en la izquierda. Me resulta dificil creer que hubiera alguna ilusi6n sensorial en esta percepcion que, como se menciono, tuve de dia, maxime porque recuerdo haber llamado la atencion, durante una de sus visitas, al medico asistente, doctor Tauscher, ace rca de esta percepcion que, como es natural, me llenaba de terror. Cuando tiempo despues volvi a salir regularmente al jardin, vi -si mi memoria no me engana por completo- que en el cielo habia dos soles al mismo tiempo, uno de los cuales era nuestro Sol terrenal; el otro se decia que era la constelacion de Casiopea condensada en un unico sol. Al respecto, como producto del conjunto de mis recuerdos se ha asentado en mi la impresion de que ellapso correspondiente, que segun la estimacion humana usual abarco entre tres y cuatro meses, debe de haber cubierto en realidad un tiempo enormemente largo, como si cada noche hubiera tenido la duracion de siglos, de manera que dentro de ese lapso muy bien pudieron haberse cumplido las transformaciones mas profundas en toda la humanidad, en la Tierra misma y en todo el sistema solar. En las visiones se hablo repetidamente de que se habia perdido el trabajo de unos 14.000 alios -cifra esta que probablemente se referia al tiempo que habia durado la poblacion de la Tierra por seres human os- y que a la Tierra se le habia asignado solo la perduracion par unos doscientos alios -si no me equivoco, se menciono la cifra de doscientos doce-; en la ultima epoca de mi permanencia en el hospital de Flechsig pense que ese termino habia transcurrido ya,38 y me tuve por el unico ser humane real que aun restaba, y a las pocas figuras humanas que veia todavia ademas de mi -ei propio profesor Flechsig, algunos guardianes y algunos pacientes, muy pocos, aislados y de aspecto mas 0 menos extralio- los tuve par "hombres hechos a la ligera", producto de un milagro. Sopese posibilidades tales como que toda la clinica de Flechsig, 0 quiza la ciudad de Leipzig junto con ella, hubiera side "arrancada" y trasladada a algun otro astro, posibilidades a las que muchas veces parecian aludir las preguntas de las Voces que hablaban conmigo: si Leipzig seguia existiendo aun, etcetera. Al cielo estelar 10 daba yo por total a par 10 menos sustancialmente extinguido. No se me brindaba ninguna
38 Esta suposicion parece encontrar corroboracion en muchos detalles que aqui puedo dejar de lado. Estuvieron en juego tarnbien procesos politicos y religiosos, como tarnbien que la cas a de Wettin habria recordado de pronto su origen aparentemente eslavo y se habria convertido en paladin del eslavismo; en amplios circulos de Sajonia, especialmente en la alta nobleza (se mencionaron entre otros los nombres de "von W." y de "von S."), habria tenido lugar una amplia catolizaci6n; mi propia madre se habria convertido; yo mismo fui incesantemente objeto de intentos de conversi6n por parte de cat6licos (vease antes, p. 93, etcetera, etcetera).
posibilidad de rectificar estas ideas. La ventana de mi dormitorio se cerraba de noche con un pesado postigo de madera, con 10 que se me impedia la vista del cielo nocturno. De dia, por encima de los muros del Hospital s610 veia algunos de los edificios inmediatamente contiguos a el. En direcci6n a la Estaci6n Ferroviaria de Baviera s610 veia por encima de los muros del Hospital una estrecha franja de terreno, que me hacia una impresi6n muy extrafia, completamente diferente del aspecto peculiar del distrito, bien conocido por rni: se hablaba a veces de un pais "santo". El pitar de los trenes, que dificilmente me hubiera podido pasar inadvertido, no 10 senti nunca durante largo tiempo. S6lo el hecho de que las lamparas de gas siguieran ardiendo me hacia vacilar en la suposici6n de un aislamiento completo del hospital de Flechsig, puesto que tenia yo que suponer alguna conexi6n con la ciudad de Leipzig, ya que no podia admitir la posibilidad de que el Hospital contara con un gas6metro propio construido para el. Conservo en mi memoria otros recuerdos, cuya irnpresi6n sobre mi s610 puedo describir en general diciendo que para mi es como si durante un tiempo yo mismo hubiera existido bajo otra figura, espiritualmente menos valiosa. Tengo quedejar aqui sin responder la pregunta de si seria pensable algo semejante por medio de milagros, de si seria posible colocarme otra vez con una parte de mis nervios en un segundo cuerpo. S6lo puedo reiterar que tengo recuerdos que parecen indicar tal posibilidad. Estando en esta segunda figura, de menor valor, de la que yo mismo conservo la impresi6n consciente de haber estado en posesi6n tan s6lo de poderes intelectuales menores, se me dijo que habia existido anteriormente otro Daniel Paul Schreber que intelectualmente fue mucho mas dotado que yo. Como en el arbol genea16gico de mi familia, que conozco muy exactamente, nunca existi6 antes de mi otro Daniel Paul Schreber, creo que estoy autorizado para referir s610 a rni mismo mientras estuve en plena posesi6n de mis nervios, a este segundo Daniel Paul Schreber. Hallandome en esta segunda forma menos valiosa, debo, si se me permite emplear esta expresi6n, haber pas ado a mejor vida algun dia: tengo el recuerdo de haber estado acostado en la cama en una habitaci6n que no puedo hacer coincidir can ninguno de los cuartos del hospital de Flechsig que conoci, y de haber tenido alli la clara conciencia de una extinci6n paulatina de mi alma, estado ese que, por 10dernas, prescindiendo de los recuerdos dolorosos de mi mujer, en la cual pense entonces mucho, tenia el caracter de un transite apacible e indoloro a mejor vida. Por otra parte hubo un tiempo en el cuallas almas que estaban en conexi6n nerviosa conrnigo hablaban de una pluralidad de cabezas (es decir, de muchas individualidades en el mismo eraneo) que ellas encontraban en mi y de las que al mismo tiempo se apartaban con terror diciendo algo asi como: "jValgame el cielo, es un hombre
no
con muchas cabezas!". Tengo plena conciencia de que todo esto tiene que sonar muy fantastico a otras personas, y por consiguiente no ire tan lejos como para afirmar que todo 10 que he relatado sea la verdad objetiva: me limito a referir que impresiones se mantienen aun adheridas a mi memoria bajo la forma de recuerdos. Las visiones relacionadas con la idea de un fin del mundo, de las cuales, como ya se menciono, tuve innumerables, eran en parte de caracter aterrador, pero tambien, en parte, de una indescriptible sublimidad. Recordare solo unas pocas. En una de ellas, era como si yo me encaminara, sentado en un coche de ferrocarril 0 en un ascensor, a las profundidades de la Tierra, y recorriese en sentido inverso, por as! decirlo, la historia de la humanidad 0 de la Tierra: en las regiones superiores existian aun bosques frondosos; en las inferiores todo se tornaba cada vez mas oscuro y negro. Abandonando por un tiempo el vehiculo, camine como por un gran cementerio, donde, entre otras cosas, cruce la tumba de mi propia mujer en la parte donde estaban sepultados los habitantes de Leipzig. Sentado otra vez en el vehiculo, llegue solo a un punto 3; en el punto 1, que habria de marcar el inicio mas temprano de la humanidad, no me atrevi a entrar. En el viaje de regreso, el pozo se iba desmoronando detras de mi y puso en peligro a un "Dies solar" que se encontraba simultanearnente alli, A proposito de ella se dijo entonces que habian existido antes dos pozos (~correspondiendo al dualismo del Reino de Dios?); cuando llego la noticia de que tambien se habia desmoronado el segundo pozo, se dio todo por perdido. Otra vez atravese la Tierra desde el Lago Ladoga hasta el Brasil, donde junto con un guardian construi en un edificio con aspecto de castillo un muro para proteger los reinos de Dios contra una marejada de color amarillo que avanzaba hacia alli: 10 relacione con el peligro de una contarninacion por la sifilis. Otra vez volvi a tener un sentimiento como de ser yo mismo elevado a la bienaventuranza; tenia entonces, como si fuera desde 10 alto del cielo, a toda la Tierra reposando bajo una boveda azul por debajo de mi, cuadro este de una magnificencia y belleza incomparables; como nombre para designar esa imagen escuche una expresion que sonaba algo asi como "la vista de estar junto a Dios'', Respecto de otros acontecimientos, estoy en la duda de si se trataba de meras visiones 0, al menos en parte, de experiencias reales. Recuerdo haberme sentado muy frecuentemente de noche, vestido solamente con el camison (me habian retirado, por supuesto, todas las prendas de vestir), en el piso de mi dormitorio, tras haber abandonado la cama siguiendo algun impulse interior. Las manos, que tenia apoyadas con fuerza contra el piso detras de mi espalda, me eran entonces perceptiblemente levantadas de tiempo en tiempo par figuras en forma de oso (osos negros); sentados alrededor y cerca de mi veia yo otros "osos negros", gran-
III
des y pequenos, con ojos relucientes. Mi ropa de cama adoptaba la forma de "osos blancos". Por la mirilla de mi puerta veia, de una manera semejante ala relatada en la nota 28 a prop6sito de nuestro rey actualmente reinante,39 hombres amarillos, de estatura menos que mediana, que aparedan de vez en cuando delante de mi puerta, con quienes tenia que estar preparado para emprender algun tipo de lucha. Gatos con ojos relucientes aparedan a veces en los arboles del jardin del Hospital cuando yo estaba aun en estado de vigilia, es decir, en las ultirnas horas de la tarde. Tengo adernas recuerdos de haber estado en un castillo junto a algun mar, al que hubo despues que abandonar debido a una inundaci6n que 10 amenazaba, y desde el cual, despues de un largo, largo tiempo, volvi al hospital de Flechsig, donde me encontre de inmediato en las circunstancias que desde antes me eran conocidas. Delante de las ventanas de mi dormitorio, cuando por la manana temprano se abrian los postigos, veia un espeso bosque, alejado tan s6lo pocos metros de la ventana, el cual, por cuanto puedo recordar, estaba formado principalmente por abedules y pinos. Las Voces 10 calificaban de "bosque sagrado". Esta vista no tenia la mas remota semejanza con el jardin de la Clinica de Enfermedades Nerviosas de la Universidad, el cual es una plantaci6n mas reciente, iniciada solo en 1882, y que consistia esencialmente en hileras de un solo arbol a 10 largo del camino. Es evidente que eltal bosque, si realmente existio, no hubiera podido erecer en tres 0 cuatro meses. Mi cabeza, de resultas de la afluencia masiva de los Rayos, estaba con mucha frecuencia rodeada de un resplandor luminoso, semejante a la aureola que se coloca a las imagenes de Cristo, etcetera, s6lo que incomparablemente mas rica y brillante: la as! Hamada "corona de rayos", La fuerza reflectante de esta corona de rayos era tan grande, que un dia, cuando el profesor Flechsig apareci6 junto a mi cama acornpanado del medico asistente, doctor Quentin, este desapareci6 delante de mis ojos abiertos; 10 mismo sucedi6 otra vez con el guardian W. Durante mucho tiempo se hab16 de que yo mismo tenia que permanecer bajo la proteccion de Casiopea, en tanto que el Sol, trasladado a algun otro destino, probablemente tendria que ser preservado para su propio sistema planetario, y por consiguiente tarnbien para nuestra Tierra. Pero la fuerza de atracci6n de mis nervios fue tan intensa, que este plan no pudo llevarse a cabo, sino que 39 Si bien antes, en la nota 37, observe que ya no tenia duda alguna de que esto fuese tan s610 una imagen onirica, tengo ahora, despues de haberlo ponderado nuevamente, que hacer una restricci6n. El hecho de haber estado yo mismo junto a la mirilla de la puerta de mi dormitorio, constituye un recuerdo demasiado claro como para creer aqui en una ilusi6n sensorial. De todas maneras, tendria que pensar en la posibilidad de que 10 visto hipoteticamente por mi dellado de afuera de la puerta haya sido s610 una "ilusi6n visual" (vease Krapelin, obra citada al final de este capitulo).
II2
el Sol tuvo que permanecer donde me encontraba yo, 0 yo mismo tuve que ser reintegrado. Despues de tales experiencias, cuya explicacion quizas intente en alguno de los capitulos posteriores, parecera en cierta medida comprensible el hecho de que durante arios haya vivido yo en la duda de si me encontraba realmente en la Tierra 0 si quiza mas bien en otro planeta. Todavia en el afio r89540 sopese la posibilidad de encontrarme en Fobos, un satelite del planeta Marte, que en algun otro contexto me habia sido mencionado una vez por las Voces, y de si no debia ver en la Luna, que para esa epoca divise algunas veces en el cielo, el planeta principal correspondiente, Marte. En ellenguaje de las almas, hacia la epoca tratada en este capitulo, se me llamaba uEI Visionario",41 es decir una persona que ve espiritus," que tiene trato con espiritus 0 almas difuntas. En especial, el alma de Flechsig solia hablar de mi como "el mas grande visionario de todos los siglos", a 10 cual yo, despues, partiendo de un punto de vista mas amplio, obiete alguna que otra vez que habia que hablar por 10 menos del mas grande visionario de todos los milenios. De hecho, desde que el mundo existe, muy dificilmente se habra dado un caso como el mio, a saber, que un hombre haya estado en un trato continuado, es decir, no sujeto a ninguna interrupcion, no s610 con almas difuntas por separado, sino COnla totalidad de todas las almas y con la omnipotencia de Dios. Es cierto que en la primera epoca se intento provo car interrupciones; se hacia entonces la distincion entre "epocas santificadas", es decir, epocas en las que tenia que producirse una conexion nerviosa 0 un trato con los Rayos 0 un hablar por parte de las Voces -todas las cuales, consideradas en esencia, eran tan s6lo expresiones distintas del mismo suceso-, y "epocas no santificadas", en las que se proyectaba suspender el trato con los Rayos. Mas pronto la desmesurada fuerza de atraccion de mis nervios no perrnitio ya ninguna de tales pausas 0 interrupciones desde entonces s6lo existieron "epocas santificadas". Visionarios de grado inferior pueden, ciertamente, haber existido en mayor 0 menor numero antes de mi caso. Para no remontarrne a sucesos biblicos, considero que, por ejemplo, en el caso de la Doncella de Orleans, 0 de los Cruzados cuando hallaron la Santa Lanza en Antioquia, 0 del emperador Constantino en la bien conocida victoria decisiva para la Cristiandad: In hoc signa vinces, es muy probable que haya habido un trato transitorio con los Rayos. Aun en los casos de doncellas estigmatizadas es muy posible
40 Tambien los dias me parecian entonces sustancialmente mas cortos; no tenia en mi poder un reloj, que hubiera podido servir para rectificar cualquier idea equivocada al respecto, 41 Acerca de la designaci6n de "Principe del Infierno", que luego se me aplic6, aportare mayores detalles. ,', Ceister-seher en aleman (vidente-de espiritus). Titulo de un cuento de Schiller. [N. del T.]
que una que otra vez haya que suponer 10 mismo. Las leyendas y la poesia de todos los pueblos rebosan literalmente de movimientos con espiritus, elfos, gnomos, etcetera, y la suposicion de que en todas estas representaciones uno tiene que haberselas solo con invenciones deliberadas de la fantasia humana, sin ningun fundamento real, me parece simplemente insensata. Por ella me intereso tomar conodmiento posteriormente de que, segun el Manual de Psiquiattia de Krapelin (Sa edicion, Leipzig, r896, pp. 95 Yss.), que me habia sido facilitado con caracter de prestarno (cuando me ocupaba de la redaccion de este manuscrito), la idea de estar en trato sobrenatural con alguna clase de voces ha sido observada frecuentemente tambien en personas cuyos nervios se encontraban en un estado de excitacion nerviosa.t- De ninguna manera quiero poner en duda que en muchisimos de estos casos se haya tratado solo de meras ilusiones sensoriales, y como tales son tratadas a 10 largo del manual mencionado. Pero la ciencia, a mi juicio, actuaria muy erradamente si quisiera arrumbar todas las manifestaciones de este tipo, en cuanto carecen de toda realidad objetiva, con el rotulo de "ilusiones sensoriales", en el desvan cornun de las cosas irreales, 10 que puede estar justificado quiza respecto de las ilusiones sensoriales tratadas por Krapelin en las paginas 108 y siguientes, que no estan relacionadas con cosas sobrenaturales. No considero de ninguna manera descartado que en cierto numero por 10 menos de casos semejantes se haya tratado de verdaderos visionarios de grado inferior, en el sentido anteriormente expuesto. No ha de negarse por ello que haya existido ala vez un incremento de la excitabilidad morbosa, pues que solo por el incremento de la fuerza de atraccion de los nervios se vio posibilitado y favorecido el trato con las fuerzas sobrenaturales. En mi caso me parece directamente imposible
42 En relaci6n con esto, es de mucho valor para mi concepci6n de las cosas la observaci6n de Krapelin en la pagina no de que las "voces escuchadas", en aquellos casos en que tienen un caracter sobrenatural, "no infrecuentemente van acompanadas de ilusiones visuales". Considero probable que en una considerable cantidad de esos casos se haya tratado de visiones verdaderas de la clase que tambien yo he experimentado, es decir, de imagenes oniricas generadas por los Rayos y que por ello poseen una claridad incomparablemente mayor que las visiones oniricas comunes [vease Krapelin, pagina 107). Por otra parte, la "incapacidad del enfermo para la rectificaci6n perspicaz y amplia de las nuevas ideas a partir de las experiencias hechas anteriormente" (pagina 146) y la "debilidad del juicio", que Krapelin considera (pagina 145) como un "fen6meno concomitante sin excepci6n de los delirios", dificilmente se podran descubrir en mf si se toma en cuenta todo el contenido del presente trabajo. Creo haber demostrado que en mi no s610 no se da "un dominio de la memoria por series fijas de pensamientos y de ideas adquiridas previamente", sino que esta presente con toda su fuerza la "capacidad para la rectificaci6n del contenido de la conciencia con ayuda del juicio y de la inferencia" (pagina 146). Pero quien quisiera entender bajo el nombre de "experiencia sana" simplemente la negaci6n de todo 10 sobrenatural, este, a mi juicio, incurriria por su parte en el rep roche de dejarse guiar por las insulsas ideas del periodo del lluminismo del siglo X,'IlI, que generalmente se tienen por superadas, especiahnente entre teologos y filosofos.
que se trate de puras ilusiones sensoriales. Pues la ilusion de estar en trato con Dios a con almas fallecidas solo puede surgir coherentemente en aquellos hombres que a su estado nervioso morbidamente excitado anaden una firme creencia en Dios y en la inmortalidad del alma. Perc en cuanto a
mi, segLin 10 mencionado a comienzos de este capitulo, no ha side de ntnguna manera este el caso. Hasta los llamados mediums de los espiritistas, par mas
que en muchos casos se mezcle el autoengano y el fraude, en otro mimero no pequeno de casos tienen que ser considerados verdaderos visionarios de grado inferior, en el sentido ya indicado. Hay que guardarse, pues, en casas como estas, de las generalizaciones no cientificas y de las condenaciones apresuradas. Si la psiquiatria no quiere negar indiscrirninadamente todo 10 sobrenatural y de esa manera pasarse con armas y bagajes al campo del materialismo desnudo, no podra evitar el reconocimiento de la posibilidad de que en manifestaciones del tipo descripto haya que verselas, en determinadas circunstancias, con hechos reales, que no pueden ser dejados sencillamente de lado con el rotulo de "alucinaciones". Tras esta digresion, retorno al tema especifico de mi trabajo y en el capitulo siguiente presentare la continuaci6n de 10 expuesto hasta aqui, tocando alli, en parte, algunos otros puntos pertenecientes al ambito de 10 sobrenatural, que no hubieran podido ser bien encuadrados en el contexto de 10 expuesto precedentemente, y, en parte, tambien los sucesos de mi vida exterior durante la epoca de la que estoy tratando.
CAPiTULO
VII>""
Por las razones ya expuestas, no estoy en condiciones de dar datos crono16gicos precisos respecto de la epoca que media entre las ultimas visitas de mi esposa (a mediados de febrero de r894) y el fin de mi permanencia en el hospital de Flechsig (a mediados de junio de r894). En relaci6n con ello, dispongo s6lo de unos pocos puntos de referencia. Tengo el recuerdo de que hacia mediados de marzo de r894, cuando e1trato con fuerzas sobrenaturales habia cobra do ya relativa intensidad, se me puso delante un peri6dico en el que podia leerse algo asi como mi propio aviso de defunci6n; interprete este hecho como una insinuaci6n de que yo no debia contar ya con ningun posible regreso ala sociedad humana. No me atrevo a afirmar si en dicha percepci6n estuvo en juego un hecho real 0 una ilusi6n sensorial producida por medio de la visi6n. S6lo me ha quedado la impresi6n de que en este y otros sucesos semejantes, si 10 que estuvo en cuesti6n fueron visiones, eran visiones en las que habia un metodo, es decir,existia cierta coherencia, la cual por 10 menos me permitia reconocer que era 10 que se me preparaba. Era 1a epoca en que yo, como ya se mencion6, estaba permanentemente, de dia y de neche, retenido en la cama; si fueron sernanas, 0 cuantas, es algo acerca de 10 cua1 nada puedo decir. Para la epoca de las vacaciones de Pascua =cuando cay6 la Pascua en el afio r894, no 10 se- debi6 de darse una importante modificaci6n en la persona del profesor Flechsig. Me entere de que durante esas vacaciones emprendi6 un viaje de descanso al Palatinado 0 a Alsacia. En relaci6n con ello tuve visiones, segun las cuales el profesor Flechsig se habia pegado un tiro 0 en Weissenburg, en Alsacia, 0 en la prisi6n policial de Leipzig; vi tarnbien -como imagen onirica- su cortejo funebre, que se desplazaba desde su domicilio hacia Tonberg (por consiguiente, no en la direcci6n que uno hubiera supuesto, dada la conexi6n existente entre la Clinica de Enfermedades Nerviosas de la Universidad y el cementerio de
;, "Experiencias Visiones." personales, continuaci6n; manifestaciones particulares de la enfermedad.
n6
San Juan). En otras visiones se me aparecio repetidas veces acompafiado de un policia 0 en conversacion con su e5posa de el, donde yo era testigo mediante la conexion nerviosa, y donde el profesor Flechsig se designaba a si mismo ante su esposa como "Dies Flechsig", por 10 cual esta se senria inclinada a tenerlo por loco. Para rni, lOS ahora indudable que en estas visiones no se trataba de acontecimientos que se hubieran producido, por 10 menos exactamente de la manera que yO crei verlos. Con todo, considero sostenible interpresarias en el sentido de que eran una comunicacion de la opinion divina acerca de 10 que hubiera debido suceder al profesor Flechsig. En cambio, es un hecho real, es decir, subjetivamente cierto para rni, dada la precision de mi recuerdo en este punto -sea que otros hombres quieran 0 no otorgarme credito al respecto-, que aproximadamente para esa misma epoca tuve transitoriamente el alma, y probablemente toda el alma, del profesor Flechsig en mi cuerpo. Era un bulto u ovillo relativamente grande; la mejor comparacion que se me ocurre es la de un volumen equivalente de algodon 0 telarafia que me hubieran lanzado por medio de un milagro dentro del estomago, presunliblemente para que encontrara alli su destruccion. Retener esta alma en mi cuerpo, digerirla, por asi decir, hubiera sido probablemente algo imposible en cualquier caso, dado su tamano: de todas maneras, la deje voluntariamente salir cuando ella pugnaba por liberarse, siguiendo una especie de impulso compasivo, y asi se exhale por mi boca, regresando al exterior. Tengo tan pocas dudas sobre la realidad objetiva de este hecho, cuanto que tam bien posteriormente en toda una serie de otros cas os me vi en la situacion de recibir en mi boca almas 0 partes de almas, y conservo al respecto un recuerdo absolutamente seguro, en especialla sensacion de hedor y mal sabor que provocan esas almas impuras en aquellos en cuyo cuerpo entran por la boca. A los sucesos precedentemente mencionados siguio, en la medida en que puedo acordarme, el periodo que me rue designado por las Voces como el "tiernpo del primer juicio de Dios". Por casualidad he retenido algunos datos en la memoria que tienen que haberme side mencionados por alguien; de acuerdo con ellos, el primer juicio de Dios habria abarcado el tiempo que va desde el 2 0 el4 de abril hasta el 19 del mismo mes de 1894Al primer juicio de Dios siguio luego una serie de nuevos juicios de Dios, que, sin embargo, quedaron no poco atras respecto del primero en cuanto a la magnificencia de las impresiones. En el "primer juicio de Dies" se trato de una serie de visiones continuas, que se producian de dia y de neche, las cuales, si asi puedo decirlo, tenian como fundamento una idea general comun. Era esta la idea de que, por haberse producido una crisis peligrosa para la subsistencia del reino de Dios, crisis emanada desde los arnbitos del pueblo aleman debido al conflicto entre el profesor Flechsig y yo, ya no po-
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dia confiarsele al pueblo aleman, y en especial a la Alemania evangelica, la jefatura en calidad de pueblo elegido por Dios; que quizas habria que excluirlo hasta de la ocupacion de otros "globes del mundo" ("<iplanetas habitados?"), a menos que apareciera un campeon en favor del pueblo aleman que demostrara la perdurable dignidad de este. Unas veces, este campeon tenia que ser yo mismo; otras veces, otra personalidad que yo debia designar, y por ello, debido ala insistencia de las Voces que hablaban conmigo en la conexion nerviosa, di los nombres de un numero de personas sobresalientes, que en mi opinion eran campeones adecuados para esa lucha. En conexion con los pensamientos fundamentales del primer juicio de Dios ya senalados estaba el avance del catolicismo y eslavismo que se mencionaron ya en el primer capitulo. Tuve tambien cierto numero de visiones referidas a esto; entre otras vi el ala para mujeres de la Clinica de Enfermedades Nerviosas de la Universidad convertida en un convento de monjas 0 en una capilla catolica; hermanas de la caridad sentadas en las habitaciones que estan situadas bajo el techo del Hospital, etcetera. Pero luego se dijo que el catolicismo era ya una causa perdida; despues de la muerte del papa actual y el interregno de un papa Honorio no se habia podido celebrar otro conclave porque los catolicos habian perdido la fe, etcetera. En esa epoca tuve todo esto por hechos historicos reales y, por 10 tanto, crei que un proceso de quiza muchos siglos pertenecia ya al pasado. Por supuesto, no puedo sostener ya esta opinion. Despues que retome cierto trato con el mundo externo -por cierto, despues de transcurridos varios afios- mediante periodicos y cartas; despues de no haber podido descubrir nada en el estado de los edificios que yeo en el Hospital mismo y en sus alrededores ni tampoco en el estado de los libros, piezas musicales y otros objetos de uso que poseia anteriormente, cierta cantidad de los cuales me fue devuelta en el interin, nada que fuera compatible con la suposicton de un gran hiato temporal que se habria producido en la historia de la humanidad, me es imposible dejar de reconocer que, consuierado exteriormente, todo permanecio como otrora. A pesar de ello, mas adelante se discutira si se ha producido 0 no una profunda modificaci6n interior. De considerable influjo sobre el conjunto de mis ideas de entonces fueron tambien ciertas informaciones referentes a 10 que seria de rni en una futura metempsicosis. Se me asignaron sucesivamente los papeles de una "Hiperborea", de un "Novicio jesuita en Ossegg", de un "Burgomaestre de Klattau", de una "[oven Alsaciana que tiene que defender su honor sexual contra un oficial frances victorioso", y por ultimo de un "Principe mongolico". En todas estas predicciones crei reconocer derta coherencia con el cuadro de conjunto resultante de las restantes visiones. El destino de convertirme en una "Hiperborea" me parecio una indicacion de que a la Tie-
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rra le habia llegado ya 0 le estaba por llegar una perdida de calor cercana a la glaciacion general; tambien se habia hablado de que e1 Sol se habia retirado ala distancia de Jupiter. El futuro destine de convertirme en un novicio jesuita en Ossegg, en un burgomaestre en Klattau y en una joven alsaciana en la situacion antes descripta 10 entendi como profecias de que el protestantismo habia side derrotado por el catolicismo 0 10 seria, y 10 mismo el pueblo aleman en la lucha con sus vecinos rornanicos y eslavos; la perspectiva que se me mostro finalmente de convertirme en un "principe morigolico" me pare cia una serial de que, habiendose mostrado todos los pueblos arios inadecuados como defensores de los reinos de Dios, seria ahora necesario recurrir como ultimo recurso a los pueblos no arios. Un momenta critico en la historia de 1a Tierra y de la humanidad me parecio marcado entonces por los sucesos de cierto dia, sefialadamente memorable para mi, en el cual se hablo de que los "relojes del mundo" se habian parado y al mismo tiempo se produjo de manera continua un aflujo desacostumbradamente cuantioso de Rayos hacia mi cuerpo, en medio de fenomenos luminicos grandiosos. No puedo decir que significo el "pararse los relojes del mundo"; se dijo que retornaria toda la humanidad excepto dos personas: a saber, yo mismo y el padre jesuita nombrado ya en el capitulo V. A partir de ese momenta parece haberse iniciado esa situacion que desde entonces me fue cientos y miles de veces designada con el nombre de "el abominable jugueteo con seres humanos". Tengo fundamento para pensar que desde entonces todas las actividades humanas se mantienen artificialmente por medio de rnilagros divinos directos, en una medida que las restricciones que se me irnponen en razon de mi residencia me imposibilitan apreciar de manera plena.42bis Tal es, con seguridad, el caso en 10 referente a 10 que esta cerca de mi: cada palabra que se pronuncia cerca de mi, dirigida a rni 0 a otra persona, cada paso de un ser humana que escucho, cada silbido de un tren, cada tiro de mortero que disparan los vapores en viaje de placer, etcetera, 10 siento acompanado de un golpe aplicado en mi cabeza, que provoca en ella una sensacion mas 0 menos dolorosa: mas dolorosa cuando Dios se ha retirado a una distancia mayor; menos dolorosa cuando se encuentra en mayor proximidad. Casi con infalible certeza puedo predecir cuando habra de producirse cerca de mi una de estas manifestaciones de vida de un ser humano, la cual recibe luego el nombre de "perturbacion" y que es sentida por mi como golpe, a saber, siempre que la sensacion de voluptuosidad existente en mi cuerpo adquiere una fuerza de atraccion tan intensa sobre los Rayos divinos, que para poder desprenderse nuevamente de ella se necesita una de esas "per42bis Comparese el Pr61ogo.
turbaciones". Me es imposible decir desde que distancia tiene lugar esta atracci6n, si puedo utilizar esta expresion, de otros seres humanos mediante milagros divinos. Volvere nuevamente con mas detalle sobre el conjunto de esta situacion, En 10 que concierne a los cambios en el cielo estelar, soy actualmente de la opinion de que las noticias sobre la perdida de esta 0 aquella estrella, de esta 0 aquella constelacion (vease capitulo VI, pp. 108 Y ss.) no se referian a las estrellas mismas -Ias sigo viendo en el cielo- sino a las bienaventuranzas agrupadas debajo de dichas estrellas. Pero es seguro que aquellas se han consumido por completo, es decir, los nervios correspondientes han pasado a mi cuerpo por efecto de la fuerza de atraccion, donde tomaron luego el caracter de nervios voluptuosos femeninos e imprimieron a mi cuerpo tambien un sella mas 0 menos femenino, en especial dando una suavidad propia del sexo femenino ami piel. Por otra parte, es para rni algo positivo que Dios, el cual se encontraba anteriormente a una tremenda distancia de la Tierra, se vio necesitado de acercarse mas a la Tierra, que con ello se convirtio, de una manera hasta entonces desconocida, en escenario directo y permanente de milagros divinos. Esos milagros se concentraban antes que nada en mi persona y mi ambito. Me propongo aducir mas adelante pruebas de esta afirmaci6n, en la medida en que no surjan de 10 dicho hasta este momenta. Aqui me limitare a sefialar que el cambio que con esto se produjo, precisamente por ser contrario al orden c6smico, estuvo ligado can ciertas desventajas para el propio Dios y probablemente fue acompafiado de fatales consecuencias. Quiero decir que a los Rayos, que estaban acostumbrados a una paz beatifica, como la que suele imperar en las mas altas cimas de la Tierra, les causa una sensaci6n desagradable y les produce una suerte de efecto aterrador el tener ahora que participar de todas mis impresiones auditivas, par ejemplo, del ruido de los ferrocarriles.43 Tengo fundamento para pensar que a partir de ese momento (0 quiza desde un cuarto de afio despues, segun se vera con mayores detalles mas adelante) la irradiacion de los rayos solares fue asumida directamente por Dios, en concreto por el Dios inferior [Ariman); este es directamente identificado con el Sol por las Voces que hablan conmigo. EI Dios superior (Ormuz) se ha mantenido a una distancia mayor, tal vez colosal; yeo aparecer a breves intervalos su imagen como la de un disco pequeno, parecido al Sol, que por su pequenez se asemeja a un mero punto, dentro de mi cabeza, en los nervios de esta. Quiza, pues, se ha logrado conservar, adernas de nuestro sistema planetario iluminado y calentado por el Sol 43 La expresi6n ernpleada para esto, que yo escuche innumerables nos gusta el pensamiento de escuchar".
veces, rezaba asi: "No
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(Ariman), un segundo sistema planetario, en el cualla subsistencia de la creacion se hace posible mediante las irradiaciones de luz y calor procedentes del Dios superior (Ormuz). En cambio, me resulta par 10 menos sumamente dudoso que la poblacion de todos los otros astros en los cuales, en cuanto pertenecientes a otras estrellas fijas, se ha desarrollado alguna forma de vida organica, haya sido condenada tambien a la destruccion.sAl periodo en que estuve permanentemente retenido en la cama le sigui6, a fines de mi perrnanencia en el hospital de Flechsig, un periodo en el que volvieron a tener lugar paseos regulares por el jardin. Alli me percate de toda suerte de cosas milagrosas. Ya he mencionado antes que crei ver dos soles al mismo tiempo en el cielo. Un dia, todo el jardin aparecio con una floracion tan exuberante, que coincidia muy poco con la imagen de los recuerdos que yo tenia por la primera epoca de mi enfermedad sobre el jardin de la Clinica de Enfermedades Nerviosas de la Universidad, es decir, un paseo desprovisto de todo adorno; este fenomeno fue denominado "milagro de Flechsig". En otra opartunidad,' en un pabellon situado aproximadamente en el centro del jardin, se encontraba un grupo de damas que hablaban frances, cosa que en el jardin de la seccion de hombres de un hospital publico para enfermas mentales era ciertamente un hecho muy notable. Los pocos pacientes que adem as de mi aparecian ocasianalmente en el jardin causaban todos una impresion mas 0 menos extravagante; en uno de ellos crei una vez reconocer a un pariente mio, el esposo de una de mis sobrinas, el actual profesor en K., doctor F., que me miro timidamente, pero sin decir una sola palabra. Yo mismo me apareci ante mi, mientras estaba sentado en una silla de campana, vestido de un gaban negro con un sombrero de copa plegadizo de color negro, bajo la forma de un Convidado de Piedra que habia regresado a un mundo extrafio desde un remoto pasado. Entretanta se habia producido un cambia muy notable en mi manera de dorrnir. Mientras que durante los primeros meses del ano 1894 solo habia podido conciliar el sueno mediante los somniferos mas energicos (hidrato de doral) y aun asi en parte s6lo insuficientemente, y luego durante algunas noches se me habian hecho inyecciones de morfina, en la ultima epoca de mi permanencia en el hospital de Flechsig transcurrieron varias semanas enteras sin somniferos. Yo dormia aunque en parte intranquilo yen
44 Tengo ciertos elementos de juicio segun los cuales habria quiza que contar con la posibilidad de que la luz de todas las estrellas fijas no fuera propia, como supone nuestra astronomia, sino que, ala manera de los planetas (entendido esto, por supuesto, cum grana salis, como todas estas cosas), sea una luz prestada (por Dios; veaseel capitulo I). El punto principal es la existencia del Sol ordenador, del que nada sabe nuestra astronornia. Comparesc, ademas, la observacion restrictiva que se hace al fin del Apendice IV.
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parte con visiones mas 0 menos perturbadoras, sin ningun medio artificial: mi suefio se habia convertido en sueiio de Rayos.45 Es decir, los Rayos tienen, entre otros, tambien un efecto sedante y sornnifero sobre los nervios, como ya se menciono en la nota 20b [31J. Esta afirmacion parecera tanto mas creible cuanto que hay que conceder a las radiaciones solares comunes un efecto analogo, aunque en grado incomparablemente mas debil. Cualquier psiquiatra sabe que en los enfermos nerviosos aumenta considerablemente la excitacion durante la noche, pero durante el dia, especialmente durante las ultimas horas de la tarde, tras [recibir] el influjo de la luz solar durante varias horas, suele producirse una mejeria sustancial. Este efecto se produce en un grade incomparablemente mas alto cuando el cuerpo recibe directamente, como en mi caso, los Rayos divinos. Para instaurar el suefio hace falta luego solo una cantidad relativamente escasa de Rayos, pero todos estos Rayos tienen que estar reunidos, pues, adem as de los Rayos divinos propiamente dichos, hay otros derivados (es decir, comandados por almas impuras o probadas, como el alma de Flechsig, etcetera). Cuando aquello sucede, caigo dormido de inmediato. Cuando adverti este fenomeno en la ultima epoca de mi permanencia en el hospital de Flechsig, me sorprendi en sumo grado de las extraordinarias dificultades que hasta entonces habia tenido para conciliar el suefio: solo con el correr del tiempo me aclare la razon del fenomeno. Con el transcurso del tiempo se hicieron notar en mi cuerpo toda suerte de sintomas de enfermedad, aparte de las ya repetidamente mencionadas modificaciones en mis organos sexuales. Para tratar de enos ten go que volver una vez mas sobre la idea del fin del mundo ya mencionada en los capitulos anteriores, el cual, de acuerdo con las visiones que se me impartieron, consideraba yo inminente 0 creia perteneciente al pasado. En cuanto al modo y manera como pudo llevarse a cabo, me habia formado distintas opiniones, segun las diversas inspiraciones que recibi. En primera linea, pense siempre en una disminucion del calor solar por un alejamiento mayor del Sol y una consiguiente glaciation mas 0 menos general. En segunda linea, pense en un terremoto 0 algo semejante, a proposito de 10 eual no quiero dejar de mencionar que una vez se me informo que el gran terremoto de Lisboa en el afio I755 tuvo relaci6n con el easo de un visionario, que guar45 Tampoco en la cpoca de mi permanencia en el hospital de Pierson y en la primera epoca de mi permanencia en el presente hospital (quiza por un afio] recibi somniferos, por cuanto yo recuerdo. Si en esta ultima afirmaci6n hay un error de mi parte, podrian mostrarlo los registros de recetas de este hospital. Hace unos anos que he vuelto a recibir regularmente somniferos (principalmente Sulfonal e Hidrato de anilena, alternativamente). y los ingiero tambien tranquilamente, pese a considerarlos indiferentes en 10 que respecta a mi suefio. Estoy convencido de que aun sin ningun somnifero artificial 10 mismo dorrniria bien 0 mal, como me sucede con ellos.
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daba semejanza con el mio. Adernas concebi como posibilidad que la noticia de que repentinamente se habia formado en el mundo moderno algo asi como un hechicero en la persona del profesor Flechsig= y que yo, que despues de todo era una persona conocida en circulos amplios, me habia desvanecido subitamente, hubiera esparcido el temor y el terror entre los hombres, destruido los fundamentos de la religion y provocado la propagacion de una nerviosidad e inmoralidad generales, tras las cuales se habrian desencadenado epidemias devastadoras sobre la humanidad. Esta ultima idea, en particular, se vio favorecida por el hecho de que durante cierto tiempo se hablo de dos enfermedades apenas conocidas en Europa, la lepra y la peste, que se habrian propagado en la humanidad y de las cuales se veian huellas aun en mi propio cuerpo. De la lepra no llegare a afirmar decididamente esto ultimo; pero pudo tratarse por 10 menos de algunos escasos inicios de esta enfermedad, pues no poseo un recuerdo seguro de sintomas particulares pertenecientes a ella. No obstante, conservo el recuerdo de las distintas formas en que se habria presentado la lepra. Se mencionaron la lepra orientaus, la lepra indica, la lepra hebraica y la lepra aegyptiaca. Como profano en medicina, jamas escuche antes esas expresiones, ni tampoco se si corresponden a las denominaciones tecnicas aceptadas en la ciencia medica para las respectivas forrnas morbosas. En el presente lugar las menciono a pesar de ella para descartar la suposicion de que se haya tratado en 10 que a mi respecta solo de ilusiones sensoriales conjuradas por mis propios nervios: ~como, en efecto, podria haber llegado par mi misrno, sin ningun conocimiento propio de las especies de la enfermedad mencionada, a encontrar tales expresiones? En favor de la suposicion de que debieron existir en rni algunos germenes de lepra habla la circunstancia de que durante un tiempo fui inducido a pronunciar ciertas formulas de conjuro que sonaban de manera extrafia, como: "Yo soy el primer cadaver leproso y llevo un cadaver leproso",47 formulas de conjuro que, en la medida en que pude comprenderlas, estaban relacionadas con el hecho de que los enfermos de lepra tenian que considerarse a S1 mismos como condenados a una muerte segura y tenian que ayudarse entre S1 a lograr una muerte por 10 menos tolerable sepultandose en la tierra. En cambio, tuve en mi cuerpo en distintas ocasiones signos bastante claros de los sintomas correspondientes a la peste. Se trataba de diversas formas de la peste: la peste azul, la peste marron, la peste blanca y la peste negra. La peste blanca era la mas repugnante de estas
46 Se me nombro tambien una vez un medico frances, Brouardel, que habria hecho 10 mismo imitando al profesor Flechsig. 47 Segun recuerdo, 10 hice tambien algunas veces en voz alta, por orden de las Voces interiores, en presencia del enfermero R., quien, por supuesto, solo tuvo para ella una sonrisa de compasion,
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formas; la peste matron y negra estaban vinculadas con exudaciones del cuerpo, que en la primera de elIas expandian un hedor viscoso y en la segunda hedor a hollin: en el caso de la peste negra los hedores eran tan fuertes algunas veces que mi cuarto quedaba impregnado. Rastros debiles de la peste matron los senti en la primera epoca de mi permanencia en este hospital, durante el verano de I894- Para las almas, la peste era una enfermedad nerviosa, y como tal una "enferrnedad sagrada"; ignoro si tenia alguna afinidad con la peste bubonica que actualmente aparece de vez en cuando. De todas maneras, tambien la peste quedo reducida a signos mas 0 menos definidos, pero no llego, a un desarrollo pleno del cuadro morboso. La razon fue que los sintomas morbosos eran siempre suprimidos por Rayos puros que venian detras. Es decir, que se distinguia entre rayos "nocientes" 48 y "benedicentes" [segnende]; los primeros estaban cargados del virus de cadaveres u otra materia putrida y por consiguiente introducian en el cuerpo algunos germenes morbosos 0 provocaban en el algun efecto destructivo. Los rayos benedicentes (puros) curaban nuevamente los dafios que aquellos habian ocasionado. Otros hechos que se desarrollaron en mi cuerpo tenian una conexion mas estrecha con las cosas sobrenaturales. En los capitulos anteriores se senalo ya que los Rayos (nervios divines) que sufrian la atracci6n cedian a ella s6lo contra su voluntad, ya que llevaba a una perdida de la pro pia existencia, y por consiguiente era contraria al instinto de autoconservaci6n. Por esta raz6n intentaban siempre interrumpir la atracci6n, 0, con otras palabras, liberarse de mis nervios. El unico medio eficaz para este fin hubiera sido curar mi enfermedad nerviosa procurandome un sueno suficiente. Pero no pudo tomarse esta decision, 0 por 10 menos no de manera consecuente, porque ello s6lo hubiera sido po sible mediante una autoinmolaci6n de los Rayos directamente comprometidos, para 10 cual no existia la capacidad 0 la decisi6n de la voluntad. Por esta raz6n, con el transcurso del tiempo se intent6 lograrlo por todos los otros medios imaginables, que, por la naturaleza misma de la cosa, demostraron ser inadecuados. En todo esto predomin6la idea de "dejarrne olvidado", es decir, de abandonarme, cosa que en la epoca de la cual estoy tratando se pens6 que podia lograrse mediante la emasculaci6n y la entrega de mi cuerpo como prostituta femenina y, ocasionalmente, tarnbien matandome y luego destruyendo mi razon (convirtiendorne en idiota). Pero en 10 referente a los intentos de emascularme, pronto se hizo la
48 El verbo "nocir" [sehren], procede manifiestamente de una raiz del aleman antiguo, que significa 10 mismo que "danar" [shadigen] y que ha dejado de usarse en nuestra lengua actual, salvo en el compuesto "inocuo" [unversehrt], pero se mantuvo en ellenguaje primitivo.
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cornprobacion de que el progresivo llenar mi cuerpo de nervios voluptuosos (femeninos) producia el efecto precisamente contrario: la llamada "voluptuosidad del alma" que de esa manera surgia en mi cuerpo reforzaba mas bien la fuerza de atraccion. Por esa razon, en esa epoca se me pusieron en la cabeza un nurnero demasiado repetido de veces "escorpiones", masa de tejidos tenues semejantes a cangrejos 0 aranas, para que llevaran a cabo en mi cabeza una labor destructiva. Estos tenian caracter de almas, y eran por consiguiente seres hablantes; se hacia la distincion, de acuerdo con ellugar de donde provenian, entre escorpiones "arios"49 y "catolicos": los men cion ados en primer terrnino eran algo mas grandes y fuertes. Pero de ordinario estos escorpiones se retiraban de mi cabeza sin causarme dano cuando advertian la pureza de mis nervios y la santidad de mi intencion, uno de los innumerables triunfos que obtuve tarnbien posteriormente muchas veces de manera analoga, Se intento adernas, precisamente porque la santidad de mis sentimientos ejercia una fuerza de atraccion demasiado grande sobre las almas, tergiversar mi individualidad espiritual de las maneras mas distintas. Los "jesuitas", es decir, almas difuntas de quienes habian sido antes jesuitas, se esforzaron reiteradamente por poner en mi cabeza otros "nervios determinantes", con la intencion de que modificaran mi conciencia de la identidad; la pared interior de mi cerebro fue revestida de otra membrana cerebra1,49bis para extinguir en mi el recuerdo del propio yo. Todo esto sin ningun resultado ulterior. Se intento por fin ennegrecer mis nervios introduciendome milagrosamente en la cabeza los nervios ennegrecidos de otros hombres (muertos), presumiblemente a partir de la suposicion de que la negrura (impureza) de esos nervios se comunicaria a mis propios nervios. En 10 que respecta a estos nervios ennegrecidos dare algunos nombres cuyos titulares se habrian encontrado todos en el "infierno de Flechsig", 10 cual me condujo a la suposicion de que el profesor Flechsig debio haber tenido algun poder de decision sobre los respectivos nervios. Entre ellos se contaban un tal Bernhard Haase -solo casualmente hornonimo de un pariente mio lejano-, mal sujeto, que se habria hecho culpable de algun delito, homicidio 0 algo semejante; ademas un tal R., compafiero mio de estudios y miembro de la misma frater49 La expresion "ario" (los "aries" es sabidamente otra designacion para los pueblos indogermanicos) se empleo muchisimo en esa epoca: existia tambien una bienaventuranza "aria", etcetera. En general, la expresion servia para caracterizar la tendencia nacional-alemana que existia en una gran parte de las almas, que queria mantener para el pueblo aleman la posicion de pueblo elegido de Dios, en contra de los propositos catolizantes y eslavizantes de los que estaba poseida otra parte de las almas. 49bis Tampoco tenia yo previamente noticia, como profano que soy en medicina, de una membrana cerebral, sino que esta expresion me fue comunicada solo por las almas, luego que yo mismo hube advertido (sentido) el fenomeno.
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nidad estudiantil que yo, el cual, por no haber hecho nada bueno y haber llevado una vida bastante disoluta, habia pas ado a America y, por 10 que se, muri6 alli en la Guerra de Secesi6n en 1864 6 1865;50 por fin, un tal Julius Emil Haase; este daba la impresi6n, a pesar de sus nervios ennegrecidos, de ser una persona muy honorable. Es probable que fuera miembro veterano de la Burchenschaft para la epoca del atentado de Francfort y ejerciera luego como medico, si entendi bien, en Jena. En el caso mencionado en ultimo terrnino fue especialmente interesante que el alma de este Julius Emil Haase, en virtud de la experiencia cientifica obtenida durante su vida, estuviera en condiciones de proporcionarme ciertos consejos medicinales; tam bien fue este en cierta medida el caso en 10 que respecta al alma de mi padre, y quiero aprovechar la ocasi6n para mencionarlo. De la presencia de los nervios ennegrecidos no se sigui6 ningun efecto permanente en mi cuerpo; con el correr del tiernpo se desvanecieron sin modificar nada en la condici6n de mis propiosnervios. Podria narrar aun muchas cos as milagrosas de la epoca de mi perrnanencia en el hospital de Flechsig. Podria hablar de acontecimientos que me hicieron suponer que la creencia popular de que los Juegosfatuos son almas difuntas es verdadera, aunque no es todos los casos. Podria narrar cosas sobre las "campanas errantes" es decir, el alma de hereticos fallecidos que habrian estado preservadas durante siglos debajo de fanales de vidrio en los claustros medievales (aqui tambien se habria producido algo semejante a un almicidio), la perduraci6n de cuya vida se anunciaba mediante una vibraci6n unida a un interminable y lugubre tafiido (yo mismo tuve esa impresi6n mediante la conexi6n nerviosa), etcetera, etcetera. Mas para no tomarme demasiado difuso,« concluire aqui mi relato acerca de mis experiencias y recuerdos de la epoca de mi permanencia en el hospital de Flechsig.
50 El caso R. antes mencionado es uno de los argumentos de los que derivo la conjetura de que la autoridad del profesor Flechsig como gobemador de una de las provincias de Dios (vease antes, pp. 93 Y ss.) debio extenderse hasta America. Lo mismo parece haber sucedido en 10 referente a Inglaterra; se dijo reiteradamente que el habia quitado a un obispo ingles los "17 Rayos ingleses" que este comandaba y que, por 10 demas, Ie habian sido confiados solo con la expresa condicion de que fueran empleados exclusivamente en una guerra que habia que librar por la independencia de Alemania. 5' A esto se afiade otra consideracion: que se trata en gran medida de visiones, cuyas imagenes tengo en la cabeza, pero cuya descripcion en palabras es extremadamente dificil, y en parte directamente imposible.
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CAPITULO
VIII"<
De 10 referido precedentemente surge que durante los ultimos meses de mi permanencia en el hospital de Flechsig estuve bajo la impresion de los mas variados temores respecto de algunos peligros que parecian amenazar a mi alma de resultas del trato con los Rayos, que se habia vuelto imposible de cortar, y que en parte habian asumido una figura muy concreta. Lo mas abominable me parecia la idea de que mi cuerpo, despues de la transformacion proyectada en una criatura femenina, tuviera que sufrir un abuso sexual, tanto mas que durante un tiempo se hablo de que yo habria de ser librado para este fin a los guardianes del hospital. Adernas, el temor a "ser dejado olvidado" desernpefio un papel importante, de suerte que cada tarde yo me iba a la cama en mi celda con la duda de si su puerta se abriria otra vez a 1a manana siguiente; el ser arrancado de 1a celda para ser ahogado en mitad de 1a noche era un espantajo con el cual mi irnaginacion, en razon de 10 que hablaban conmigo las Voces, se ocupaba y tenia que ocuparse. Por ello, cuando un dia (quizas a mediados de junio de 1894), de manana temprano, aparecieron en mi celda tres guardianes con un maletin en e1 que estaban empacados mis pocos efectos personales, y me anunciaron que tenia que prepararme para dejar el hospital, mi primera impresion fue solo la de ser liberado de una residencia donde me amenazaba una cantidad indeterminada de peligros. No sabia yo adonde seria e1 viaje, pero no juzgue que va1iera la pena preguntarlo, porque yo no tenia a los mencionados guardianes por seres humanos sino por "hombres hechos ala Iigera.> E1 objetivo del viaje me parecia indiferente; yo tenia un unico pensamiento: que en ningun lugar del mundo me podia ir peor de 10 que me habia ido en el hospital de Flechsig y que por consiguiente cua1quier cambio a 10 sumo podia significar una mejeria. Viaje en compafiia de los tres guardia;, "Experiencias personales durante la permanencia en el hospital del doctor Pierson. 'Almas probadas'." 52 Tambien en 10 que respecta al antes mencionado R. habia tenido yo una visi6n de que se habia quitado la vida en el camino hacia "Ubelessen" (el Thonberg) cerca de Leipzig.
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nes en un coche de alquiler a la estaci6n de Dresde sin volver aver al profesor Flechsig. Las calles de la ciudad de Leipzig que recorrimos, en especial el trayecto por la Augustusplatz, me hicieron una impresi6n notablemente extrana: estaban, en la medida en que 10 recuerdo, completamente desiertas. Esto pudo haberse debido a que eran las primeras horas de la manana y ala luminosidad que les es propia; probablemente el tren que tome era el de pasajeros que sale a las seis y media de la manana. Pero entonces, despues de haber vivido durante meses en medio de milagros, yo estaba mas 0 menos inclinado a tomar por milagroso a cuanto veia. Par consiguiente, no supe si acaso tambien tenia que considerar s6lo como un decorado escenico las calles de la ciudad de Leipzig que recorri, quiza de la manera que se dice que 10 hizo el principe Potemkin con Catalina II de Rusia durante los viajes que esta hacia por territorios yermos, para producirle la impresi6n de un paisaje floreciente. De todos modos, en la estaci6n de ferrocarril de Dresde vi un gran numero de hombres que daban la impresi6n de ser pasajeros del ferrocarril. Mas si alguien pi ens a que yo, mediante el viaje a la estaci6n y el viaje en tren que Ie sigui6, hubiera tenido que quedar sustancialmente liberado de la idea de que se habia producido un gran cambio en la humanidad, tengo que arguirle que en mi nuevo lugar de destino me rode6 de inmediato un nuevo mundo milagroso, con fenomenos tan extravagantes, que las impresiones del viaje se disiparon de inmediato, 0 por 10 menos me quedaron dudas de como interpretarlas. El viaje en ferrocarril transcurri6 con una velocidad que, segun la senti yo por 10 menos, era desusada para un tren de pasajeros; mi temple de animo en ese momento era tal, que a cada in stante hubiera estado dispuesto (si se me hubiera pedido) a tenderme sobre las vias 0 a saltar al agua cuando cruzamas el Elba. Despues de un viaje de varias horas dejamos el ferrocarril en una estacion que, segun he sabido despues, hubo de ser Coswig; alli nos recogi6 un coche de caballos, que despues de un viaje de una media hora nos llev6 a mi nuevo lugar de destino. Como me entere tambien despues de afios, debi6 ser el Hospital Privado para Enfermos Mentales del doctor Pierson; entonces conoci el hospital solo por el nombre de "Cocina del Diablo" que me indicaron las Voces. En el asiento allado del cochero habia ocupado su lugar el guardian en jefe del hospital, que habia venido a buscamos y que, en la medida en que puedo acordarme, se llamaba Marx; sobre la identidad que de alguna manera existia entre el y el alma de von W. volvere a hablar pronto. El hospital mismo, un edificio relativamente pequeno situado en medio de un hermoso parque, me hizo la impresi6n de ser muy nuevo. Todo parecia recien terminado; el bamiz de los escalones de la escalera 1..0 ",abia acabado todavia de secarse. Los tres guardianes del hospital de Flechsig que me habia acornpafiado se retiraron de inmediato,
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y no he vuelto jamas a verlos. Tuve tiempo para echar una mirada a mi nuevo lugar de residencia.53 Intentare trazar un plano y un esbozo tambien del hospital del doctor Pierson ("La Cocina del Diablo"), porque crei entonces y creo asimismo ahora poder sacar algunas conclusiones de s11disposicion espacial. El edificio donde se me recibio era, en la medida en que 10 recuerdo, solo de un piso, es decir, constaba de una planta baja y de un primer piso; a cierta distancia, separado por el parque, habia un segundo edificio, que debia ser la casa para mujeres del hospital. El piso alto del edificio, en el cual me instale, presentaba mas 0 menos esta apariencia, si se considera su planta:
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53 El porque de mi traslado -transitorio, durante ocho a quince dias- al hospital del doctor Pierson me sigue siendo, cuando intento comprender las cosas humanas desde una perspectiva natural, inexplicable. Si el proposito era trasladarme desde la Clinica de la Universidad de Leipzig al Hospital Provincial en que estoy ahara (Sonnenstein), hubiera sido sin duda mas sencillo ponerlo por obra inmediatamente sin una estadia intermedia y si acaso no habia en Sonnestein cuartos adecuados para recibirme, habria sjdo preferible prolongar rni permanencia en el hospital de Leipzig por ocho 0 quince dias, eO vez de confiar la atencion de un paciente bastante peligroso, como 10 era yo entonces, a un hospital privado.
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El piso bajo estaba dividido de una manera algo diferente; contenia, entre otras cosas, un bano y por 10 demas parecia constar de pocos cuartos mas amplios; en direccion al patio llevaba uri puerta situada al terrnino de algunos escalones. El tiernpo que pase en el hospital de Pierson fue aque1 en que se llevo a cabo, a mi juicio, el abuso mas desenfrenaclo de milagros. En efecto; no puedo sino considerar abuso todos aquellos rnilagros que no tengan por finalidad una creacion para fines duraderos y razonables, sino solo un juego vano, por mas que tal vez puedan propordonar a los Rayos un entretenimiento pasajero. En ninguna otra epoca se practice con tanta profusion el montaje de "hombres hechos ala ligera" como entonces. Las razones en las que fundamento esta afirmacion iran surgiendo de 10 que sigue. Comenzare por la descripcion de las circunstancias exteriores de mi vida, tal como se configuraron en mi nuevo lugar de residencia. No se me
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do con b en el plano precedente. Pasaba por 10 general el dia en el salon comun 0 comedor c, en el que tenia lugar una permanente entrada y salida de otras personas, aparentemente, pacientes del hospital. Para mi atencion particular parece haber sido designado un gvardian, en quien crei reconocer, quiza por una semejanza casual, al ordenanza del Tribunal Supremo Provincial, que durante mis seis semanas de desernpeno de mi cargo en Dresde solia traerme a mi casa las actas; como no he podido conocer su nombre, 10 designate como el "Ordenanza del Tribunal Supremo". Por supuesto, 10 considero, al igual que a todas las figuras humanas que vi, solo como "hecho a la ligera". No puedo ni aun ahora convencerme de que esa suposicion haya sido errada, pues me parece. por ejemplo, recordar con precision que vi mas de una vez, en las claras mananas de junio, a este "Ordenanza del Tribunal Supremo", que dorrnia en la misma habitacion que yo en otra cama, consumirse completamente en la cama, es decir, desvanecerse progresivamente, de manera que su c~ma quedaba luego vacia, sin que yo hubiera advertido que se levantase y abriese la puerta para salir del cuarto. El "Ordenanza del Tribunal Supremo" tenia adernas la costumbre de ponerse de vez en cuando mis prendas de vestir. Como aparente director medico del hospital aparecio a veces -por 10 general en horas de la tarde- un senor, que tarnbien me recordo, por cierto parecido con el, al doctor en medicina 0., consultado por mi en Dresde: la conversacion de este senor, que aparecia siempre en compafiia del guardian en jefe (al que se describira con mayor detalle mas adelante), y del que ahora tengo que suponer que se trataba del doctor Pierson, se [imitaba por 10 comun a algunas palabras sin contenido. AI jardin del hospital, el parque anteriormente mencionado, fui una sola vez, y por cierto el dia de mi llegada, para un pa-
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seo de alrededor de una hora; vi en el algunas damas, entre ellas a la esposa del pastor W., de Fr. y a mi propia madre, como tambien algunos senores, entre los cuales estaba el camarista del Tribunal Supremo Provincial K., de Dresde, pero este ultimo tenia una cabeza agrandada de una manera deforme. Aunque quisiera ahora persuadirme de que fui enganado solo por semejanzas pasajeras en la apariencia exterior, esto no me basta para explicarme las impresiones que entonces recibi, puesto que podria encontrarlo comprensible en dos 0 tres cases, pero no asi el que, como surgira de 10 que sigue, casi toda la poblacion de pacientes del hospital, esto es, varias docenas de hombres por 10 menos, llevara el sello de personalidades que habian estado mas 0 menos cerca de mi en mi vida. Despues de aquel unico paseo por el jardin propiamente dicho, el estar al aire libre solo tuvo lugar -entre una y dos horas cada manana- en el patio ya mencionado 0 "corral", que tenia unos cincuenta metros cuadrados, encerrado entre muros, y era un desolado arenal sin un arbusto 0 mata y sin ningun lugar donde sentarse, salvo uno 0 dos bancos de madera del tipo mas primitivo. A este corral eran arreadas en cada oportunidad junto conmigo entre cuarenta y cincuenta figuras humanas, que me hubiera sido imposible considerar, dada la totalidad de su aspecto, como la poblacion real de pacientes de un hospital privado para enfermos mentales, y que tampoco ahora me es posible hacerlo. En tales hospitales privados, por 10 general, solo se suelen admitir pacientes en situacion acomodada, y solo por excepcion dementes propiamente dichos 0 enfermos con idiotez profunda. Pero aqui vi exclusivamente figuras extravagantes, entre las cuales habia individuos llenos de hollin con blusas de lienzo. Casi todos ellos permanecian silenciosos y casi inmoviles: solo algunos pocos solian emitir de vez en cuando frases entrecortadas: entre estos estaba un senor que yo tome por el Camarista del Tribunal Supremo Provincial W., quien llamaba continuamente a una senorita Hering. [amas escuche, ni durante estas permanencias en el "corral" ni tampoco en el interior del hospital, una conversacion de los supuestos pacientes entre si que tuviera aunque fuese aproximadamente el caracter de un dialogo razonable, como los que suelen desarrollarse en los hospitales privados entre los pacientes que no estan graves. Al entrar en el salon comun, uno tras otro, se mostraban completamente silenciosos y salian de alli de manera igualmente silenciosa, sin tomar, aparentemente, noticia unos de otros. Al mismo tiempo pres encie reiteradas veces que algunos de ellos, mientras permanecian en el salon comun, cambiaban de cabeza; es decir, sin que hubieran abandonado la habitacion y mientras yo los estaba observando, se ponian a corretear de pronto con una cabeza distinta. El numero de pacientes que vi en el corral y en el salon comun, en parte
reunidos (sobre todo en el primero de estos lugares), y en parte sucesivamente, no tenia ninguna relacion con el tamafio de los ambientes del hospital, en la medida en que estos eran accesibles ami percepcion. Estoy persuadido de que era y sigue siendo imposible que las entre cuarenta y cincuenta personas que eran arreadas al corral al mismo tiempo que yo y que se empujaban hacia la puerta de la casa cuando se daba la serial de volver a ella, pudieran encontrar lugar donde dormir durante la noche; por eso, fui entonces de la opinion, y 10 sigo siendo ahora, de que una parte menor 0 mayor de ellos tenia siempre que quedarse afuera, para, como 10 que eran, es decir, "hombres hechos a la ligera", disolverse en breve tiempo. En el primer piso del hospital, donde yo residia, habia a 10 sumo solo cuatro 0 seis camas; la planta baja, por donde yo tenia que pasar siempre para salir al corral 0 regresar de el, estaba la mayoria de las veces repleta de figura humanas, pero, aun cuando hubiera existido un dormitorio cornun, dificilmente hubiera po dido proporcionar a mas de diez 0 doce hombre un albergue para la noche. Y ademas todos estes visitantes del corral, entre cuarenta y cincuenta, hubieran tenido que ser todos ellos mas 0 menos dementes, pues dificilmente se hubiera encerrado en ese yermo corral a enfermos menos graves y que no fueran peligrosos, privandolos del placer de un pas eo por el jardin del hospital, que efectivamente existia (el parque antes mencionado). De las figuras que recuerdo de entre las del corral quiero mencionar al doctor Rudolf ]., de Leipzig, primo de mi esposa, que se habia suicidado de un tiro ya en 1887; la semejanza, salvo su tamafio corporal algo menor, era tan sorprendente, que debo excluir cualquier duda respecto de su identidad. Este ambulaba continuamente por todas partes con un menton de diarios y otros papeles, que usaba exclusivamente para procurarse un asiento mas blando en los duros bancos de madera; ademas, al procurador general E., quien permanentemente adoptaba una postura humilde-devota, casi de rezo, en la que perrnaneda quieto e inmovil. Algunos de los presentes me fueron serialados por las Voces como las figuras can que se habian "montado" (corporizado} "en 10 atinente a 1a 4Ji y 5"''' (hay que suplir alguna palabra como dimension", que no entendi claramente) y sus antipodas subterraneos (los individuos sucios de hollin con blusas de lienzo).54 54 "En 10 referente al determinante" era otra designaci6n para Ia omnipotencia de Dios que era aplicada a los "comandantes de columna anteriores" es decir, a la omnipotencia de Dios, en todas las instancias inferiores (vease nota I9). Las cifras colocadas a continuaci6n signifi. caban la secuencia de niveles hacia arriba. El "comandante de columna anterior", llamado tambien "debajo de la moderaci6n" respecto del cual tengo que suponer una especie de identidad con el director del presente Hospital, llevaba el nurnero I4. EI numero mas alto que posteriormente recuerdo haber escuchado fue 480.
En el interior del hospital vi, entre otros, al consejero privado doctor W. A este 10 vi bajo dos figuras diferentes, una mas completa y solo mas desgastada, la cualle debio haber sido asignada en la metempsicosis; adernas, al presidente de sala doctor F., al consejero de Tribunal Supremo Provincial, doctor M., al abogado W., de Leipzig (un joven amigo mio), mi sobrino Fritz, etcetera. En un senor que, al parecer, ocupaba el cuarto f situado del otro lado de la escalera del piso superior y al cual me parecio ver ya paseandose arriba y abajo como si buscara a alguien cuando llegue ala estacion de Coswig, crei reconocer a un tal senor von 0., de Mecklemburgo, una relacion pasajera que hice en Warnemunde. En su cuarto estaban colgadas por todas partes cuadros extrafios (de papel], la mayoria de color rojo, y el cuarto lleno de ese singular olor que denomine ya en el capitulo I "hedor del diablo". En una ocasion, desde la ventana vi a mi suegro en el camino de acceso al hospital; por otra parte, tuve en aquella epoca una cantidad de nervios suyos en mi cuerpo, por cuya conducta en la conexion nerviosa reconod perfectamente el caracter de mi suegro. Ademas sucedio repetidas veces que vi entrar, especialmente en los cuartos a y b que aparecen en el angulo del plano incluido anteriorrnente, todo un grupo de personas (cuatro 0 cinco), y una vez hasta algunas damas, despues de haber atravesado el salon cornun, que debieron de disiparse en esos cuartos.55 Estos, como 10 muestra el plano, no tenian otra salida que no fuera por el salon comun. Cuando yo mismo, despues de cierto tiempo durante el cual no abandone el salon cornun, mire dentro de los cuartos a traves de la puerta abierta, no habia ya nadie alli, cr solo una persona en el cuarto d del angulo, a saber, el individuo que he designado como consejero privado doctor W., quien, tendido en la cama, se habia adornado, es decir, "obtenido por milagro", como se dijo en ese momento, de toda clase de singulares adornos de cintas de seda, etcetera. Los milagros se llevaban a cabo no solo en figuras humanas sino tambien en objetos inanimados. Por mas esceptico que trate de ser ahora al examinar mis recuerdos, no puedo, con todo, borrar de mi memoria ciertas impresiones, segun las cuales, se metamorfoseaban prendas de vestir que estaban en el cuerpo de los hombres que yo veia, las comidas en mi plato (por ejemplo, cerdo asado en vaca as ada 0 inversamente), etcetera. Un db vi -a la luz clara del dfa- desde mi ventana, inmediatamente delante de los muros del edificio que yo ocupaba, surgir un magnifico portico, como si todo el edificio fuera a transformarse en un palacio de hadas; despues la imagen volvio a desvanecerse, aparentemente porque el milagro di55 Junto con esto escuche repetidamente el estertor peculiar que estaba asociado con el "hacerse a un lado" (disolverse) de los "hombres hechos ala ligera".
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vino que se intentaba no pudo llegar a completarse por milagros contrarios de Flechsig y von W.; en mi memoria la imagen sigue estando delante de mi con plena claridad. El guardian jefe del hospital merece una especial menci6n. De el me dijeron las Voces el dia mismo de mi llegada que era identico con uno de mis convecinos, von W.; este habria dado informes falsos sobre mi, sea de prop6sito 0 por negligencia, en una investigaci6n sobre mi dispuesta por el Estado, y en particular me habria acusado de onanismo; hasta cierto punto como castigo por ella se le habia impuesto servirme en calidad de hombre hecho a la ligera.56 Me parece totalmente excluida la posibilidad de que yo hubiera po dido llegar por mi mismo a semejantes pensamientos, pues jamas tuve ninguna clase de conflictos con el senor von W., al que s610 tuve el honor de conocer fugazmente, con quien jamas tuve ningun conflicto, y jamas ninguna clase de rencor contra el. Las Voces intentaban continuamente incitarme contra este enfermero en jefe; ya el primer dia se exigi6 que me dirigiese a el omitiendo of ens ivamente el tratamiento nobiliario [de "von"] y 10 llamase W. [a secas]; yo no tuve al principio ninguna inclinaci6n a hacerlo, pero luego, para liberarme de las Voces que me acosaban, 10 hice una vez. En una ocasi6n ulterior le di tarnbien un golpe en la oreja; no puedo recordar cual fue el motivo inmediato, s6lo se que las Voces me 10 exigieron porque el me habia solicitado algo inconveniente, y se burlaron tanto de mi aparente falta de coraje viril, que finalmente incurri en la acci6n mencionada. Ya se mencion6 en el capitulo I que yo vi en el rostro y en las manos del guardian en jefe -no siempre, sino en ciertas oportunidadesel color rojo peculiar de los diablos; que el tuvo realmente, por 10 menos en parte, nervios de von W. es algo para rni indudable, a partir de 10 que mas adelante he de relatar. No emprendi ninguna ocupaci6n fisica 0 espiritual durante mi permanencia -breve, por otra parte- en el hospital del doctor Pierson ("Cocina del Diablo"); estaba durante todo el dia ocupado casi enteramente por la conversaci6n de las Voces y por el asombro ante las cosas milagrosas que acontedan alrededor de mi. Me resulta tambien muy curioso al recordarlo que no
56 Esta forma de castigo -que, por 10 demas, si hay algo de verdad en ello, es relativamente moderada- parece haber sido muy natural para la manera de pensar de las almas. Asi, se dijo varias veces del profesor Flechsig que, para expiar el mal que me habia hecho, tendria que servirme baio la forma de una sirvienta fregona "hecha a la ligera". Quienes habian pecado durante su vida tendrian que sufrir tambien una humillaci6n vinculada con burlas ligeras; en esto se basa la denominaci6n de "rnozos de trailla" que se les daba a los hombres hechos a la ligera que tenian a su cargo el servir al ludic Errante, y que por ello se aplic6 tarnbien, durante la primera epoca de mi permanencia en el presente Hospital, a los enfermeros de el, especialmente al enfermero M.
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existiera algo semejante a una mesa cornun: en la medida en que recuerdo haber hecho algunas comidas, me las servian en la mesa del salon comun: ademas de rni, solian corner a 10 sumo uno 0 dos pacientes. Recuerdo haber arrojado el plato que me habian servido (salchicha asada) por la ventana, quiza rompiendo el vidrio; no tengo claramente presente el motivo. Las almas con las cuales yo habia estado en conexi on nerviosa en el hospital de Flechsig me siguieron, no hace falta decirlo, a mi nuevo lugar de residencia, como 10 habian hecho durante el viaje, en primer termino el alma misma de Flechsig, la cual, por 10 dernas, para fortalecer la lucha que habia emprendido contra la onmipotencia de Dios, se habia formado una especie de escolta de adictos con las almas mas 0 menos amistosas que arrastraba tras S1. A esta escolta pertenecian, adem as de los "Herrnanos de Casiopea", mencionados ya en el capitulo V, un grupo, que recibia entonces la designacion de "los de vanguardia": estaba integrado par el alma de Daniel Furchtegon' Flechsig (el cual existia bajo dos figuras], la del juez de Tribunal Supremo Provincial G. y la de un coman dante de columna anterior, antiguamente perteneciente a la omnipotencia de Dios, "primer oficial despues del que rnanda", por consiguiente, una especie de renegado que se habia sometido ala influencia de Flechsig. Los "suspendidos debajo de Casiopea" (es decir, las almas de los miembros que habian pertenecido al Corps Saxonia) se desvanecieron durante la epoca de mi permanencia en el hospital de Pierson; fueron empujados "con mana fuerte" otra vez hacia la tumba, acci6n que vi con mis ojos espirituales y al mismo tiempo escuche la lamentacion (una especie de gemido), con que estas almas acompanaban el proceso, naturalmente no deseado por ellas, mediante el cual perdian el estado de bienaventuranza al que habian llegado subrepticiamente. En su lugar aparecio toda una serie de otras almas; esto se llevo a cabo principalmente mediante la particion de almas, un abuso, segun pre sumo , introducido por el alma de Flechsig. Pues, aun cuando la posibilidad fisica de la particion de almas, de la que hice mencion en la nota 9 del capitulo 1, probablemente existia desde antes, dificilmente se habra hecho algun usa, mientras el orden cosmico estuvo intacto, de esta medida humillante aun para el sentimiento humano. No hubiera habido ninguna razon clara para permitir que el alma de un hombre se elevara a la bienaventuranza con cierto numero de sus nervios y al mismo tiempo colocarla con otra parte de estos en un estado que representaba un castigo. Creo que mas bien habria que suponer que anteriormente se respetaba la unidad natural del alma humana, y que, por ende, cuando se trataba de nervios excesivamente ennegrecidos, para la purificacion de la totalidad de los cuales hubiera sido menester un gasto demasiado grande de Rayos puros, se purificaba solo una parte menor de los
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nervios (y consiguientemente se brindaba al alma humana en cuestion solo una bienaventuranza por menos tiempo, vease capitulo I) y al resto se 10 dejaba sencillamente pudrirse en la tumba. Pero el alma de Flechsig introdujo, como se ha dicho, la particion de almas, principalmente para ocupar toda la boveda celeste con partes de alrnas, de manera que los rayos solares arrastrados por la fuerza de atraccion encontraran alguna resistencia desde todas partes. La imagen que de esto tengo en la cabeza es extremadamente dificil de expresar en palabras; parecia como si la boveda celeste en todo su contorno estuviera recubierta de nervios -probablemente tomados de mi cuerpo- que los Rayos divinos no podian franquearlo que por 10 menos le oponian un obstaculo mecanico, de manera semejante a como se suele proteger con vallas y trincheras contra las irrupciones de los enemigos una fortaleza sitiada. Con este proposito el alma de Flechsig se habia escindido en un gran numero de partes de almas, durante cierto lapso existieron entre cuarenta y sesenta de ellas, entre las cuales habia muchas sumamente pequerias, presumiblemente formadas por un unico nervio, dos partes mayores de alma fueron designadas como "el Flechsig superior" y "el Flechsig intermedio": el primero se cuido de distinguirse transitoriamente por una mayor pureza, de resultas de la incorporacion de Rayos divinos de los que se habia apropiado, pero que en la mayoria de los casos no retuvo largo tiempo. De manera analoga existieron posteriormente entre veinte y treinta partes de alma de von W., y hasta un alma en comun de von W. yFlechsig, sobre la cual quiza volvere mas adelante. Respecto de las causas que llevaron a la aparicion del alma de von W. (ademas de la de Flechsig) en el cielo, solo puedo expresar conjeturas, pero que posiblemente se acerquen bastante a la verdad. Para todas las almas "probadas" (la de Flechsig, etcetera) la fuerza de atraccion surgida en mi cuerpo por el alto grado de la excitacion nerviosa era, por asi decirlo, la condicion fundamental de su existencia, es decir, yo mismo era para ellas tan solo un medio para un fin, el de capturar los Rayos divinos dirigidos por medio de la fuerza de atraccion, con los cuales se adornaban luego, como el grajo con plumas ajenas, y lograban fuerza milagrosa, etcetera. Por esto era importante para ellas establecer cierta potestad de disponer sobre mi cuerpo. Este poder debio ejercerlo el alma de Flechsig mientras yo estuve en el hospital de Leipzig por medio de su vinculacion con el profesor Flechsig, que todavia existia en cuanto ser humano (0 como "hombre hecho ala ligera": tengo que dejar sin resolver que es 10 que efectivamente entonces era). Esta influencia ceso al ser yo trasladado al hospital del doctor Pierson ("Cocina del Diablo"); el poder efectivo sobre mi cuerpo paso entonces al personal de esa institucion, en especial al guardian en jefe. Esta parece haber sido para el alma de Flechsig la ocasion para elevar al cie-
10 0 a la bienaventuranza
algunos nervios tornados del cuerpo del guardian en jefe, pero que en realidad eran de von W., y por medio de esos nervios y su efecto sobre el guardian en jefe recuperar nuevamente la influencia perdida. En un primer momenta debieron haber sido solo tres filamentos tornados de los nervios de von W., pero una vez que estos llegaron ala conciencia de su existencia celestial y, sirnultaneamente, a ejercitar su poder milagroso, se completaron mediante la atraccion de un numero mayor de otros nervios de von W. (tornandolos de la tumba, como tuve en ese momenta que suponer) para formar un alma relativamente amplia. Tambien se trataba aqui, naturalmente, de nervios impuros; dicho con otras palabras, se prepare en el cielo una segunda "alma probada", que estaba henchida solamente del afan egoista de la autoconservacion y del despliegue, contrario al orden cosmico, de su poder en contra de la omnipotencia de Dios, y que abusaba para este fin de la fuerza de atraccion de mis nervios sobre los Rayos divinos. En general reconocia la jefatura del alma de Flechsig, la cual siguio siendo, por asi decirlo, la cabeza espiritual de toda la sublevacion dirigida contra la omnipotencia de Dios, pero reivindicaba, en oposicion a las otras almas que componian la escolta de Flechsig, cierta independencia en muchos aspectos. Se dejo inducir, por ejemplo, como se menciono ya, a una amplia particion de almas, pero luego siguio su propio camino. Para mi, la situacion se hizo considerablemente mas dificil desde el primer momenta con la aparicion de esta segunda "alma probada": en efecto, esta alma se puso tambien a hacer milagros erraticos en mi cuerpo, en parte de una manera sensiblemente muy nociva para mi, sobre la que mas adelante dare mas detalles. Pero al mismo tiempo habia momentos divertidos, que por un instante traian a mi vida, por 10 demas tan sombria, hasta, si asi puedo decirlo, un rasgo de comicidad. Que eran realmente nervios de von W. los que de esta suerte habian logrado una especie de poderio celestial, me resulta indudable por el hecho de que converse muy repetidas veces con el alma de von W. sobre sus recuerdos de cuando estaba en vida, en especial, desde sus tiempos de estudiante, desde el Corps Misnia, hasta el bien conocido camarero B., de la taberna Gassen, de Eutritzch, cerca de Leipzig. A veces causaba un efecto sumamente ridiculo la manera como, a pesar de la alianza concertada por ambas almas -Ia de Flechsig y la de von W.- contra la omnipotencia de Dios, la arrogancia profesoral de la una y el orgullo aristocratico de la otra se rechazaban alternativamente. El alma de von W. desvariaba sobre un "orden de cas a y de primogenitura" que queria establecer en el cielo, y a ratos no queria dejar un hueso sana al alma del profesor Flechsig, el cual era nacionalista-liberal y que, en esencia, no Ie resultaba simpatico. Esta, a su vez, imbuida del sentimiento de
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una hipotetica superioridad espiritual, creia que tenia que mirar el alma de von W. con cierto menosprecio. El alma de von W. se daba tambien en otros aspectos aires aristocraticos: por ejemplo, me dispens6 transitoriamente mayor consideracion al observar que yo al comer me llevaba el tenedor con la mana izquierda a boca; tenia especial interes en conocer una table d'hote bien ordenada, y mostro tambien en otras cosas un mayor talento organizativo que el alma de Flechsig, en la medida en que supo economizar mejor los Rayos de los que se habia apoderado, par 10 cual generalmente ostentaba un atuendo de Rayos resplandecientes y durante un tiempo mantuvo un "almacen de Rayos" en toda regIa (aun hoy podria yo senalar la direccion del cielo en la que se encontraba). Quisiera agregar algo mas sobre otras impresiones sobrenaturales que recibi durante mi permanencia en el hospital de Pierson. Revoloteaba alrededor mio en largos hilos (la imagen es dificil de describir, pero se la podria comparar con las llamadas "babas del diablo",* pero no en forma de hebras sueltas sino de un tejido de trama mas espesa) la asi llamada "bienaventuranza del clare de luna", que debe de haber representado la bienaventuranza femenina. Habia dos modalidades de ella, una mas debil y otra mas fuerte; tal vez haya que considerar a la primera como la bienaventuranza de los nifios. A la idea del fin del mundo, ya expuesta en los capitulos anteriores, se sumaron informaciones que se referian a en que medida era posible una reanimacion de la creacion; de pronto se decia que se extenderia tan solo a los peces; de pronto a los mamiferos inferiores, etcetera. Tengo que dejar pendiente la cuestion de si estas informaciones se basaban solamente sobre temores respecto del futuro 0 sobre algo real. En cambio tengo que suponer que en algunos astros alejados se hizo efectivamente el intento de crear un nuevo mundo humane ("hombres nuevos formados del espiritu de Schreber"), como se los denornino, con una locucion utilizada desde entonces innumerables veces, por 10 general en son de burla: es verosimil, pues, que se utilizara una parte de mis nervios. Por 10 demas sigue siendo oscuro de que manera se conto con el tiempo necesario para ella: tuve entonces que pensar involuntariamente, y tengo que hacer10 aun ahora, en las ideas expuestas en la obra de du Prel (en el Apendice, si bien recuerdo) que se cita en la nota 36, segun las cuales una diferencia en el espacio significa tarnbien una diferencia en el tiempo. Esos "nuevos hombres formados del espiritu de Schreber" -que corporalmente eran de una casta mucho mas pequena que nuestros hombres terrenales- habrian alcanzado ya un nivel cultural notable a pesar de ella; entre otras cosas habrian tenido un ganado pequefio, correspondiente a su menor tamano cor;0
poral; yo misrno habria sido para ellos objeto de un culto divino en calidad de "santo nacional", de suerte que rni porte corporal (especialmente en el "corral" del hospital de Pierson) habria sido para ellos de cierta importancia. Sus almas, elevadas a la bienaventuranza despues de la muerte, habrian logrado ya convertirse en Rayos de una fuerza relativamente sobresaliente. En este asunto puede haber existido algo de verdad, como 10 deduzco del hecho de que en aquella epoca yo tuve al "Dios" 0 "Apostol" de aquellos hombrecillos -es decir, presumiblemente la esencia de los Rayos conquistados por su bienaventuranzabajo la forma de alma, en mi cuerpo, mas exactamente en mi abdomen.57 Este pequefio "Dios" 0 "Apostol" se distinguia de una manera muy evidente de todas las almas por algo que constituye un rasgo fundamental de mi propio caracter -me es imposible pres· cindir aqui de cierta autoalabanza-, una manera practica y racional de concebir las cosas, de suerte que en cierta medida yo 10 consideraba carne de mi carne y sangre de mi sangre. Por otra parte, se efectu6 el montaje, para engafiarme, de un contrincante falsificado de este pequeno "Dios" 0 "Apostol" -al igual que en muchos otros casos, por ejemplo, en su momento, en 10 concerniente al alma de mi padre, el alma de los jesuitas, etcetera-; las falsificaciones fueron, en general, descubiertas muy pronto por mi, puesto que no resulta dificil discriminar 10 autentico de 10 falso si se toma en cuenta la totalidad del modo de pensar de las respectivas almas. Se habI6 mucho tambien por esa epoca de una "ley de renovaci6n de los Rayos", es decir, del principio -del que habrian sido un ejemplo los "pequerios hombres formados del espiritu de Schreber" - de que nuevos Rayos surgieron de la Ie de hombres preterites. Esta idea me parece estar en cierta consonancia con 10 expuesto anteriormente en la nota 6 del capitulo I sobre el surgimiento de las "antecarnaras del cielo", El alma de Flechsig era en esa epoca jefe de dos "Soles", uno de los cuales era el Sol del cual pro cede la iluminaci6n diurna. La imagen que tengo en la cabeza acerca de c6mo el alma jefe estaba sentada en cierta medida detras del Sol es dificil de describir en palabras. Tambien al alma de von W. se le confi6 de vez en cuando la jefatura de un Sol, pero ella manifest6, en conjunto, poca disposici6n para eso.
57 Se manifest6 entonces el fen6meno observado por mi en otros muchos cas os, de que las almas con disposiciones amistosas se dirigian cada vez mas hacia la zona de las partes sexuales (el abdomen, etcetera), donde hacian poco 0 ningun dana y adernas apenas molestaban, en tanto que las almas con animo hostil se esforzaban cada vez mas por ascender a la cabeza, a la que querian causar algun dafio, y especia1mente se asentaban, 10 que resultaba muy molesto, en la oreja izquierda.
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CAPITULO
IX":
Del hospital del doctor Pierson, "La Cocina del Diablo", fui traido un dia [tras una permanencia de entre siete y quince dias) -que segun me entere posteriormente debe de haber sido el 29 de junio de 1894- a este Hospital Provincial, Sonnenstein, junto a Pima. Las razones del traslado me son desconocidas; entonces crei que tenia que vineularlo con el influjo, que en los ultimos dias de mi permanencia en la Cocina del Diablo habia erecido poderosamente, del alma de von W., a la que de alguna manera se le queria crear un contrapeso. Antes de mi partida yo habia tomado un bafio caliente -el unico en el Hospital del doctor Pierson-: desde alli viaje acompanado del "Ordenanza del Tribunal Supremo Provincial", en un coche de caballos (como en el viaje de venida) hasta la estacion de Coswig, donde bebi una taza de cafe, y de alli en tren, pasando por Dresde, sin abandonar el tren, hasta Pima. Las figuras humanas que vi durante el viaje y en la estacion de Dresde las tome por "hombres hechos a la ligera" mediante milagros, pero no les preste ninguna especial atencion, porque para entonees yo estaba ya harto de todos los milagros. En mi conviccion fui corroborado por las habladurias de las Voces; el alma de Flechsig hablo, valiendose de una expresion inventada por ella, del Dresde "fosil" ,58 a traves de la cual habiamos pasado. Desde la estacion de Pima viaje en un coche de caballos por una calle bastante llena de baches a este Hospital. De que hubiera sido Pima y Sonnenstein ellugar a don de fui traido, es algo de 10eual tuve eerteza solo despues de transcurrido mas de un ano, cuando vi ocasiona1mente una vez co1gados en las paredes del
;, "Traslado a Sonnenstein. Cambios en el trato con los Rayos. 'El sistema de registro.' 'Atarse a las Tierras.'" 58 "Amongst the fossils",* par "entre los hombres hechos ala ligera", una expresi6n favorita del alma de Flechsig, que la emple6 tambien en otras ocasiones, donde aparecia su inclinaci6n a reemplazar las expresiones dellenguaje primitivo para designar las cosas sobrenaturales por otras que sonaban a modernas, y par ella frisaban con 10 ridiculo. Asi, le gustaba tambien hablar de un "principio de la fototelegrafia", para designar la atracci6n reciproca de los Rayos y los nervios. ;, En Ingles en el original de esta nota. [N. del T.]
"Museo" (salon comun] al que tenia acceso solo en oportunidades muy aisladas, los retratos de los ex reyes de Sajonia. En la epoca de mi Hegada, las Voces llamaban a mi lugar de residencia "el castillo del diablo". Las habitaciones que se me asignaron fueron las mismas que ocupo aun ahora, el numero 28 del primer piso del ala que mira al Elba y el dormitorio adyacente. Ocupe otra sala solo algunas veces de modo enteramente transitorio debido a algunas modificaciones en el amoblamiento; en cambio, como lugar para dormir me sirvieron -como volvere a mencionar mas adelante- durante casi dos afios no el dormitorio que me habia sido propiamente asignado sino celdas para dementes, en especial una situada en la planta baja del pabellon abovedado, la numero 97. Al entrar por primera vez en mis habitaciones, me hicieron una impresion bastante pobre por cornparacion con el Hospital del doctor Pierson, amueblado de una manera relativamente elegante. Quisiera mencionar, por Ultimo, que durante todo un afio tampoco tuve desde mis ventanas la vista que actualmente se me brinda de una manera relativamente abierta hacia el valle del Elba. Entonces existian unos castanos de espeso foHaje, que en el interin han sido derribados hasta los troncos mas pequenos, pero que en aquella epoca ocupaban casi toda la vista, de suerte que desde las ventanas yo no podia percibir casi nada. El tiempo de mi permanencia en Sonnenstein puedo dividirlo en dos periodos, el primero de los cuales mantuvo, en general, el caracter serio y sagrado, muchas veces aterrador, que habia sido impreso a mi vida durante la ultima epoca de mi permanencia en el hospital de Flechsig yen el hospital del doctor Pierson; el segundo, en cambio, se enderez6 cada vez mas por el curso comun (por no decir ordinario). Aquel primer periodo abarco alrededor de un ana; el segundo periodo dura todavia, solo que el caracter de 10 ordinario ha sufrido en muchos aspectos una disminuci6n en estos ultimos tiempos. En e1 primer periodo los milagros eran, en 10 que respecta a su efecto corporal y espiritual, en parte de naturaleza temible y amenazante, de suerte que yo estuve dia y noche lleno de las mas serias preocupaciones por mi vida, mi virilidad y posteriormente por mi razon: en e1 segundo periodo los milagros cobraron -aunque a traves de transiciones muy graduales y no sin algunos retrocesos- un caracter cada vez menos nocivo, por no decir ridiculo y pueril, aunque en parte aun adverso. Durante el primer periodo yo vivi siempre con la idea de que trataba no con hombres reales sino con "hombres hechos ala ligera".59 Ni siquiera ahora puedo considerarlo un error de mi parte; mas bien tengo que dejar abierta la posibilidad, de acuerdo con 10 que vivi entonces y sigo viviendo 59
Debido a ello me abstuve casi por completo de hablar.
aun hoy, de que efectivamente haya tenido yo raz6n al hacerlo asi, dicho con otras palabras, de que el llamado "jugueteo con seres humanos" s610 progresivamente haya sido llevado a aquel estado en que actualmente, considerado desde ajuera, da la impresi6n de que no ha tenido lugar ningun cambio de la humanidad. Para hacer de alguna manera accesibles estos pensamientos algo dificiles de comprender y que tampoco han llegado a una plena claridad para mi conciencia, he tenido que pintar primero las condiciones de mi ambiente exterior durante el primer afio de mi permanencia en este hospital. De los medicos del hospital conoci el rnismo dia de mi llegada durante un examen corporal efectuado en el recinto de banos (en el piso bajo) y durante el cual, entre otras cosas, se emple6 el estetoscopio, al director de este hospital, el senor consejero privado medico doctor Weber y al medico asistente, el senor doctor R., pero ambos inicialmente s610 como personas, no por su nombre: de los nombres me entere s610 ocasionalmente transcurridos uno 0 mas afios. De estos senores recibi desde entonces visitas diarias. Fuera de ellos, s610 se hicieron ver de vez en cuando el enfermero en jefe R. y algunos enfermeros (M., Th.) Y Sch., que en el interin renuncio. M. fue el enfermero al que se confi6 de manera especial mi cui dado. En el hospital no parecian existir entonces otros pacientes; por 10 menos no observe rastros de ellos en el corredor ocupado por mi, al cual daban nueve cuartos en total; s610 despues de largo tiempo se hicieron notar a veces un paciente denominado principe J ... sky y un segundo, el consejero aulico B., este especialrnente porque tocaba el violin. Tambien en los paseos diaries en el jardin del hospital estuve durante los primeros meses siempre solo con dos 0 tres enfermeros (los anteriormente mencionados); del gran numero de otros pacientes que actualmente yeo, muchas veces en numero de hasta ochenta 0 cien, junto conmigo en el jardin, no se veia entonces rastro alguno. Los guardianes eran llamados "mozos de trailla" por las Voces (vease antes la nota 56); debo suponer que tenianla cualidad de "hombres hechos a la ligera" porque mantuvieron conmigo una conexi6n nerviosa en la cual escuche frecuentemente de ellos expresiones pertenecientes allenguaje primitivo; en especial del enfermero Sch., quien personalmente se encontraba en otro cuarto, las exclamaciones "[Caramba"! [Alle Wetter] y "[Truenos y centellas!" [AUe Hageldonnerwetter] (no en voz alta, sino en el lenguaje de los nervios). M. y Sch. descargaban a veces, para "hacerse a un lado", una parte de su cuerpo, como si fuera una mas a putrida, en mi cuerpo; M. se insta16 repetidamente en calidad de asi llamado "nervio grande" (una suerte de masa gelatinosa del tamafio de una cereza) en mi brazo, mediante 10 mal, al igual que los restantes Rayos 0 nervios, particip6 de mis pensamientos y mis impresiones sensibles. A los "rnozos de trailla", en su
calidad de almas, se les asign6 tambien un poder milagroso; en ciertos hechos concretos se hab16 de "milagros de los mozos de trailla", a los que estos deberian su existencia. En Sonnenstein recibi visitas de mi mujer a intervalos prolongados, a veces de varios meses. Cuando la vi entrar por primera vez para una de estas visitas a mi cuarto, quede como at6nito: yo hacia mucho que creia que ella no estaba entre los vivos. Para esta suposici6n tenia yo -como tambien en el caso de otros seres humanos- fundamentos muy concretos, segun los males la reaparici6n de mi mujer sigue siendo aun hoy bajo ciertos aspectos un enigma no resuelto. Yo habia tenido repetidamente en mi cuerpo -y tambien aqui la seguridad de mi recuerdo no deja ninguna duda sobre la realidad objetiva del hecho- nervios pertenecientes al alma de mi mujer 0 los senti acercarse desde afuera a mi cuerpo. Estas partes de alma estaban repletas del amor abnegado que mi mujer me ha manifestado siempre; eran ellos los unicos que, valiendose de una expresi6n dellenguaje originario "Dejeme",60 dab an a conacer su voluntad de renunciar a la propia perduraci6n y de encontrar en mi merpo el final de su existencia. Mucho tiempo crei al recibir las visitas personales de mi esposa en Sonnenstein que en cada ocasi6n habia sido "hecha a la ligera", y que por consiguiente quiza se desvaneceria ya en la escalera 0 inmediatamente despues de abandonar el hospital; se dijo que sus nervios eran "enquistados" despues de cada visita. En una de sus visitas -el dia de mi cumpleafios de I890- mi esposa me trajo un poema que quiero reproducir aqui literalmente debido al prof undo efecto que entonces me produjo. Rezaba asi: Antes que te de su amor la verdadera paz [la serena Paz Divina), la paz que ninguna vida y ningun placer dan aqui abajo, es menester que el brazo de Dios te infiera una herida, que ill ten gas que gritar: "[Dios mio apiadate, apiadate de mis dias": es menester que desde tu alma resuene un grito, y que en ti haya tinieblas, como antes del dia de las cosas;
60 Para dar un completamiento grarnatical del sentido de esta expresi6n habria que trasladarla aprcximadamente con estas palabras: "Dejerne -es decir, usted, el poder de los Rayos que quiere arrastrarme hacia arras- seguir tranquilamente la fuerza de atracci6n de los nero vios de mi esposo: estoy dispuesta a pasar al cuerpo de mi esposo",
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es menester que el dolor te abrume por completo. Que en tu alma no quede ya ni una Iagrima: y cuando ill te hayas agotado en elllanto, y estes cansado, tan cansado, entonces vendra a ti un hue sped fiel: la serena Paz Divina," antes que la verdadera paz te de su amor. El poema, cuyo autor no conozco, me caus6 tan notable impresi6n porque la expresi6n que aparece repetidamente en el "paz divina" es la designaci6n empleada en ellenguaje primitive, que yo antes y despues escuche innumerables veces, del sueiio generado par los Rayos. En ese momenta me fue casi imposible pensar en que hubiera mediado una casualidad. En las primeras semanas de mi permanencia en Sonnenstein (comienzos de julio de r894) se produjeron algunas modificaciones en el trato con los Rayos en el que mis nervios habian estado ya largo tiernpo, y en las condiciones celestiales con ello relacionadas, que parecen haber side de importancia fundamental para todo el tiempo transcurrido desde entonces. La descripci6n con palabras de estas modificaciones es tambien extraordinariamente dificil, porque se trata de cosas para las que falta cualquier analogia procedente de la experiencia humana y que yo mismo percibi s6lo en parte de manera directa con mis ojos espirituales.v- y en parte s6lo por sus efectos, de suerte que la idea que me he hecho de los hechos correspondientes s6lo aproximadamente coincide con la integra verdad. Ya en capitulos anteriores se relat6 que el numero de las "almas probadas" y de partes de alma existentes en el cielo, especialmente de resultas de la partici6n de almas, habia aumentado considerablemente. Entre estas almas se des;, La palabra alemana Gottesfrieden (paz de Dios) significa tambien "Tregua de Dios", [N. del T.] 6, Mantengo tambien en este lugar la expresi6n "ver can los ojos espirituales", que utilice ya en otro lugar (capitulo VIII, p. I35) porque no puedo encontrar en nuestro lenguaje humano otra mas adecuada. Estamos acostumbrados a pensar que todas las impresiones que recibimos del mundo externo se nos transmiten por los asi llamados "cinco sentidos", y en particular que todas las sensaciones luminicas y sonoras 10 son par el ojo y el oido. Esto puede ser verdad en circunstancias ordinarias. Pero en un hombre que, como yo, ha entrada en trato con los Rayos y cuya cabeza, a consecuencia de ello, ha sido, por asi decirlo, iluminada par los Rayos, esta concepcion no es suficiente. Tengo sensaciones luminicas y sonoras que han sido proyectadas directamente par los Rayos so bre mi sistema nervioso interior y para cuya recepci6n, pOI consiguiente, no son necesarios los 6rganos de la vista y del oido, Yo yeo los respectivos acontecimientos hasta can los ojos cerrados y los oiria tambien, de tratarse, como en el caso de las "Voces", de impresiones auditivas, si de alguna manera fuera posible cerrar hermeticamente mis oidos a tales sensaciones sonoras.
tacaba, 10 mismo que antes, el alma de Flechsig, la cual, debido a la magnitud que le habia sido dada en sus dos figuras principales (en cuanto "Flechsig superior" y en cuanto "Flechsig intermedio") habia conservado su inteligencia humana en un grado relativamente alto durante cierto tiempo, pero con el correr de los anos la habia ido perdiendo mas y mas cada vez, de manera que en la actualidad apenas debia quedarle algun escaso resto de la conciencia de su identidad. Por mi parte, yo era guiado perrnanentemente por el afan de atraer hacia rni aquellas almas y partes de alma y de provocar asi finalmente su disoluci6n, pues partia de la idea absolutamente acertada de que, una vez eliminadas todas las almas "probadas" 0 impuras que se interponian bajo la forma de las asi lIamadas "instancias intermedias" entre mi y la omnipotencia de Dios, se darla por si misma una soluci6n, acorde con el orden c6smico, del conflicto, ora fuese mediante mi curaci6n gracias a un suefio que sirviera para el completo descanso de mis nervios, ora fuese -como posteriormente crei que debia tomar en consideraci6n- mediante una emasculaci6n acorde con el orden c6smico, para la creaci6n de nuevos hombres. En cambio, las "alrnas probadas" estaban henchidas solamente del impulso de afirmarse en su posici6n celestial adecuada a ellas y relacionada con el poder milagroso; intentaban tras cada aproximaci6n retirarse nuevamente, en tanto que, por turnos, otras almas 0 partes de almas acudian en tropel. Asi pues, una noche -la cuarta 0 quinta despues de mi lle gada a Sonnenstein-, por otra parte tras un enorme esfuerzo espiritual, cuando habia logrado hacer bajar, atrayendolas, transitoriamente hacia mi todas las almas impuras ("probadas"), de manera que s6lo hubiera sido necesario una esmerada "cobertura con Rayos" para provocar mediante un suefio reparador de los nervios mi curaci6n y el desvanecimiento de las almas impuras (a 10 que fue imposible, lamentablemente, decidirse, por las razones expuestas ya anteriormente), el alma de Flechsig tom6 medidas especiales para eliminar la reaparici6n de este peligro para su existencia y la de las otras almas impuras. Se le ocurri6 recurrir a maneras de inmovilizarias mecanicamente, tecnica sobre la cual, por la indole misma del asunto, yo s6lo he podido lograr una idea aproximada. Esta inmovilizaci6n mecanica se llev6 a cabo primeramente en forma mas laxa, que fue denominada "atar a los Rayos", donde la palabra "Rayos" parece haber sido empleada con un significado particular que no me result6 comprensible del todo. S6lo puedo describir la imagen que vi con mis ojos espirituales. Las almas pendian en una especie de haces de varas (los fasces de los licores romanos), pero 5610 que esas varas terminaban en forma de cono por la parte inferior, en tanto que en los extremos superiores se enroscaban los nervios de las almas. Como tampoco esta forma mas laxa de inmovilizarlas pareda propor-
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cionar una proteccion suficiente contra el peligro de deshacerse por efecto de la fuerza de atraccion, se eligio despues de cierto tiempo una forma mas apta para contrarrestarla, que recibi6 el nombre de "atar a las Tierras". Como 10 indica por si solo la expresion, tuvo lugar una amarradura a algunos astros alejados, de manera que a partir de entonces quedo excluida la posibilidad de que se deshicieran totalmente en mi cuerpo por la fuerza de atraccion, y se aseguro una forma de replegarse por medio de la inmovilizacion rnecanica que se logro de esta manera. Cuando el "Flechsig intermedio" utilize por primera vez esta segunda forma de inmovilizacion, se impuso tarnbien en los reinos de Dios el punto de vista de que una conducta tan contraria el orden cosmico no podia ser tolerada. El "Flechsig intermedio" se vio por ella obligado a desatarlas nuevamente. Pero al repetir luego el experimento, no se tuvo ya la energia para tomar medidas de esa clase; se tolero que se efectuase la arnarradura, en la que participaron ahora no solo todas las otras partes de alma de Flechsig sino tambien las restantes almas que la seguian, en especial el alma de von W., y finalmente tarnbien la propia omnipotencia de Dios. De esta manera el "atar a las Tierras" se convirtio en una actividad permanente, que subsiste hasta el dia de hoy y que ha llevado a otras consecuencias, entre las cuales esta el "sistema de registro", que se describira a continuacion. No ignoro que una concepcion segun la cual habria que pensar a mi cuerpo, situado en nuestra Tierra, como ligado a otros astros mediante nervios expandidos, es casi imposible de concebir para los hombres, dada la enorme distancia de aquellos; sin embargo, me es imposible abrigar ninguna duda sobre la realidad objetiva del fenomeno, dadas las experiencias que he tenido diariamente en el curso de los ultimos seis alios. El ya mencionado sistema de registro es un hecho que resulta extraordinariamente dificil hacer comprensible, aunque sea en alguna medida, a otras personas. Cada dia me brinda las pruebas mas impresionantes de su realidad, y sin embargo aun para mi pertenece en verdad al ambito de 10 inconcebible, pues el proposito que mediante el se persigue habria tenido que ser reconocido de antemano como imposible por cualquiera que conozca la naturaleza humana. Se trata evidentemente de un recurso de compromiso, en el que me resulta dificil discriminar si su fundamento reside en una voluntad falsa (contraria al orden cosmico) 0 en un pensamiento errado. Se llevan Libros U otra close de anotaciones en los que se registran desde hace alios todos mis pensamientos, todos mis giros de lenguaje, todos mis objetos usuales, todas las cosas que de alguna manera se encuentran en mi poder 0 en mi cercania, todas las personas con las cuales trato, etcetera. Me es imposible decir con seguridad quien se encarga del registro. Como no puedo representarme la ornnipotencia de Dios como desprovista
de toda suerte de inteligencia, pre sumo que el registro esta a cargo de seres residentes en astros distantes, seres a los que se les ha dado figura humana, al modo de los hombres hechos a la ligera, pero que por su parte carecen por completo de entendimiento y a los cuales los Rayos, que son efimeros, les han puesto, por asi decir, la pluma en la mano para la tarea, desempefiada por ellos de manera enteramente mecanica, de llevar el registro, de manera que los Rayos que aparezcan despues puedan conocer 10 registrado. Para hacer comprensible toda esta organizacion tengo que remontarme un poco atras. El motivo subyacente a todos los ataques que se han perpetrado en el curso de los anos contra mi vida, mi integridad corporal, mi virilidad y mi intelecto ha sido y sigue siendo siempre el dicho pensamiento, es decir, el de sustraerse en la medida de 10 posible a la fuerza de atraccion de mis nervios excitados, la cual supera en mucho a todo 10 que ha existido hasta el momento. Para ello, en un principio, se habia pensado en mi emasculacion, a partir, evidentemente, de la tendencia subyacente al orden cosmico (vease capitulo IV). Pero 10 que se tenia ante la mente no era una ernasculacion efectuada con el proposito, acorde con el orden cosmico, de una renovacion de la humanidad, sino que se pretendia solamente inferirme un ultraje, en la medida en que, extrafiamente, se suponia, 0 tal vez fuera solo un intento de autoengafiarse, que un cuerpo emasculado perderia la fuerza de atraccion sobre los Rayos. Aun despues de muchos afios de mi llegada a Sonnenstein, el pensamiento de la ernasculacion anduvo rondando como un duende, si asi puedo decirlo, en la cabeza de las almas. Pequenas partes de alma de Flechsig, que habian estado situadas muy lejos, y por consiguiente no habian estado en contacto algunas veces durante largo tiempo con mis nervios, solian prorrumpir, como admiradas, en la siguiente exclarnacion: "<Entonces, no ha sido emasculado?". Los Rayos divinos creian no rara vez que podian permitirse hacer burla de mi, a propos ito de la ernasculacion al parecer inminente, llamandome "Miss Schreber": uno de los giros de lenguaje usados entonces con frecuencia y repetidos hasta el cansancio, rezaba: "Es decir, hay que representarlo como aficionado a los desordenes voluptuososv.v- etcetera, etcetera. Yo mismo,
62 EI concepto de "representar", es decir, infundir a una persona cosa una apariencia distinta de la que tiene por su naturaleza real (expresado humanamente "falsificar"] desempeno y desempena aun hoy en el ambito de ideas de las almas un gran papel, asi, en posteriores ocasiones se dijo innumerables veces: "Es decir, hay que representarlo como ateo, como alguien que ha perpretado un almicidio" (vease capitulo II, pp. 74 y ss.), etcetera. A mi entender, hay que poner esta idea en correlaci6n con el hecho de que Dios, de ordinario, s610 tenia de los hombres una impresi6n exterior, y los Rayos que habian entrado en conexi6n nerviosa con un hombre s610 tenian aparte de ello en cada "aspecto" (instante) una unica impresi6n". S610 asi logro explicarme la total incapacidad de comprender al hombre viviente en cuanto organismo,
como es comprensible, senti durante largo tiempo el peligro de la emasculaci6n, y especialmente mientras se pudo hablar del abuso sexual de mi cuerpo por otros hombres, como una ignominia que me amenazaba. Los nervios femeninos 0 de voluptuosidad que para entonces habian penetrado masivamente en mi cuerpo no pudieron, por consiguiente, lograr ninguna influencia sobre mi conducta 0 manera de pensar durante un lapso de mas de un ano. Yo reprirni toda conmoci6n de enos apelando ami sentimiento viril del honor y al mismo tiempo mediante la santidad de las ideas religiosas que me dominaban casi del todo, y s6lo adverti de veras la presencia de los nervios femeninos cuando los Rayos en ciertas ocasiones los pusieron artificialmente en movimiento para provo car una tremenda excitaci6n de ellos y "representarme" asi como un hombre estremecido de angustia femenil. Por otra parte, mi fuerza de voluntad no pudo evitar que en mi cuerpo se asentara, especialmente al estar acostado en la cama, un sentimiento de voluptuosidad que, en cuanto la asi Hamada "voluptuosidad del alma" -como reza la expresi6n empleada por las almas para designarla, es decir, una voluptuosidad que para las almas es suficiente, pero que es sentida por los seres humanos, sin que haya una conmoci6n propiamente sexual, como bienestar corporal generalizado-, ejerci6 sobre los Rayos una fuerza de atracci6n incrementada (vease el capitulo VII, hacia el final). A medida que este fen6meno fue apareciendo cada vez mas claramente con el correr del tiempo, Dios pudo tomar conciencia de que la emasculaci6n no servia para "dejarme otvulado", es decir, para liberarse del efecto de atracci6n de mis nervios. Se le ocurri6 entonces el pensamiento de "mantenerme dellado masculine", pero -si se 10 mira a fondo, hip6critamenteno hacer nada para devolverme mi salud, y si en cambio para trastornarme el entendimiento 0 tornarme idiota. No se tom6 en cuenta entonces que hasta los nervios de un hombre idiota, una vez puestos en un estado de excitaci6n morbosa elevada, seguirian ejerciendo atracci6n, en la medida, por supuesto, en que continuaran siendo capaces de tener sensaciones de dolor, voluptuosidad, hambre, frio. Asi pues, acumulaban incesantemente, dia tras dia y hora tras hora, en mi cuerpo virus de cadaveres u otras mate-
de 10 cual aducire mas adelante pruebas contundentes. Es posible, pues, que a partir de esto -siempre en la situaci6n de apremio a la que habia sido llevada la omnipotencia de Dios por la existencia del alma "aprobada" de Flechsig- se haya hecho el intento de persuadirse de que cuando uno se forma de un hombre una impresi6n distinta de la que corresponde a su verdadera naturaleza puede luego tratar a esa persona de acuerdo con dicha impresi6n. Todo termina, por consiguiente en un autoengafio, que en la practica resulta enteramente inutil, ya que el hombre dispone naturalmente, en su conducta cotidiana y especialmente en el lenguaje humano, de medios para hacer valer su real naturaleza frente a la "representacion" intentada.
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rias putridas, cuyos portadores eran los Rayos, con la intenci6n de sofocarme finalmente con ellos y en especial privarme del intelecto. En un capitulo posterior relatare los dafios que con ello se provo caron en mi cuerpo, y que tuvieron en parte un caracter sumamente amenazador. Tengo razones para pensar que el virus de cadaveres 0 sus materias putridas fueron tomadas de aquellos mismos astros a los que se habian amarrado firmemente y donde los Rayos eran luego, por asi decirlo, cargados con el virus de cadaveres 0 la materia putrida, 0 los absorbian al pasar junto a ellos. A una parte de los Rayos se les dio la figura de pajaros formados milagrosamente, sobre los cuales cornunicare mas adelante mayores detalles. Se produjo entonces el fen6meno consistente en que las almas probadas que aun existian en el cielo y ciertos restos de las que habian sido antecamaras del cielo, todos los cuales habian sido reservados para parapetarse detras de ellos, perdieron completamente con el transcurso del tiempo su inteligencia y no poseian, por 10 tanto, absolutamente ningun pensamiento. Por otra parte, parece ser inherente a la naturaleza de los Rayos el tener que hablar no bien entran en movimiento: la frase que expresa la ley pertinente: "No olvideis que los Rayos tienen que hablar" habra sido inculcada antes innumerables veces en mis nervios. Pero, de hecho, hace afios que, a falta de pensamientos propios, no se habla en esencia casi de otra cosa que de los propios milagros, a prop6sito de los cuales se someten luego a mis nervios, falsificandolos, los correspondientes pensamientos de temor (por ejemplo, "[Ojala mis dedos no sean paralizados!", u "[Ojala mi r6tula no sea objeto de un milagrol" y ademas para maldecir las ocupaciones que estoy a punto de emprender, por ejemplo: "[No dejara de tocar el maldito piano!", no bien me siento al piano, 0 hasta "(No dejara de limarse las malditas ufias?", no bien me dispongo a limar mis unas). Ademas se llega a la desmedida desverguenza -no puedo emp1ear otra expresi6n para ello- de exigirme que de expresi6n en voz alta, como si se tratase de mis propios pensamientos, a esta idiotez falsificada, de manera que a la frase "jNo dejara de tocar e1 maldito piano!" se le suma le pregunta: "~Por que no 10 dice (en voz alta)?" y sigue luego la respuesta falsificada: "Porque soy estupido", 0 tarnbien: "Porque tengo miedo del senor M." (vease antes, capitulo V, nota 26), pero, como es natural, surgen tambien pausas en las que no hay nada que informar acerca de milagros dirigidos contra mi persona ni un determinado "pens arniento resolutive" de emprender esta 0 aquella ocupacion, al cual los Rayos, que pueden leer mis pensamienios, puedan reconocer; en otras palabras, pausas en las que me entrego al no pensar nada, 10 que, de noche, sucede especialmente cuando duermo 0 de dia cuando quiero descansar un rato 0 me paseo por el jardin sin pensar en nada. Para llenar estas pau-
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sas (es decir, porque los Rayos tienen algo que hablar aun durante estas pausas) sirve el material de registro, por consiguiente, en esencia, mis pensamientos anteriores y junto con ellos s610 algunos pocos elementos propios, constantemente recurrentes, formados por giros de lenguaje mas 0 menos sin sentido, en parte insultantes, injurias vulgares, etcetera. Quizas incluya como apendice de este trabajo un florilegio de estas locuciones, para dar allector por 10 menos una vislumbre del absurdo que mis nervios tienen que soportar desde hace afios. Los giros de lenguaje injuriosos y los insultos tienen especialmente la finalidad de incitarme a hablar en voz alta y de imposibilitar el suefio en los momentos adecuados para ello; impedirlo, junto con la voluptuosidad del alma, constituye la culminaci6n de toda la politica, totalmente oscura en cuanto a sus propios fines, de las almas. Ademas de ell0, el registrar sirve tarnbien para un ardid especial, que reposa tarnbien en un desconocimiento total del pensamiento humano. Se pensaba que mediante el registro se podia agotar la posible reserva de pensamientos existente en mi, de manera que finalmente tenia que llegar un instante en que no podrian aparecer en rni nuevos pensamientos; esta idea es, por supuesto, completamente absurda, porque el pensar humano es inagotable y, por ejemplo, la lectura de un libro, un diario, etcetera, suscita siempre nuevos pens amientos. El mencionado ardid consistia en 10 siguiente: no bien un pensamiento surgido anteriormente en mi, y por consiguiente ya registrado, reaparecia -tal reaparici6n es, naturalmente, inevitable por completo en un numero muy grande de pensamientos, como por ejemplo, de mariana temprano, el pensamiento "Ahora me voy a lavar", 0 al tocar el piano: "Este es un hermoso pasaje", etcetera-; una vez percibido el nucleo correspondiente del pensamiento, se salia al paso de los Rayos que se estaban acercando con un "Ya 10 hemos" (pronunciado: "Lemos"), entiendase, dictado, con 10 cual, de una manera dificil de describir, los Rayos se volvian insensibles al efecto atractivo del pensamiento contenido en 10ya dicho. Tengo que renunciar a exponer con mayor claridad de 10 que he intentado precedentemente el sistema de registro y sus consecuencias; no podria aportar una comprensi6n mas com pIeta a nadie que no haya hecho la experiencia en sus propios nervios. S6lo puedo asegurar que el sistema de registro y en especialla introducci6n del "esto lomos" cuando reaparecen pensamientos anteriores se transform6 en una tortura espiritual por la cual he sufrido gravemente durante afios y a la que s6lo de a poco y en cierta medida al menos me he logrado acostumbrar: debido a ello me han sido impuestas pruebas de paciencia que, especialmente en medio de las dificultades de las circunstancias externas (restricciones a la libertad, et-