Asia Omas

Descargar como doc, pdf o txt
Descargar como doc, pdf o txt
Está en la página 1de 13

Español: páginas del 1

al 7

English: pages from 8 to


13

Valle de Asia / Omas.


Viaje al Arco Iris

Reporte del viaje


5 al 7 Abril 2007

Distancia recorrida: 110 km.

Ubicación: Valle de Asia / Omas, Cañete, Yauyos, Lima, Perú

Hola cicloturistas:

En los días de Semana Santa fuimos en bicicleta por el Valle de Asia hasta
Omas, la experiencia fue ciclistícamente exigente, paisajísticamente un tanto
seca, árida y desolada pero emocional y espiritualmente muy grata y
extraordinaria.

Como casi siempre, salimos tarde de Lima, eran las 11:30 am y en el terminal
de bus Soyuz la cola de pasajeros medía 200 metros y avanzaba lentamente a
medida que salían los buses llenos cada 5 minutos con destino al sur de Lima.
Nos cobraron abusivamente S/. 30.00 por cada uno y S/. 10.00 por las
bicicletas. Partimos a las 2:30, llegamos a Asia a las 4:00, compramos algunas
cosas que faltaban y antes de partir almorzamos un buen y rico menú en el
restaurante de la señora “charapa” que está justo en la esquina donde empieza
el camino hacia Coayllo, frente al local llamado La Huaca, junto a la carretera.

Partimos a las 5:00 pm.


rumbo a Coayllo, por un
camino afirmado de textura
variada: tierra, arena y restos
del asfaltado de una antigua
pista, que pasa por un basural
al principio, luego por un
descampado, atraviesa el
languidecente poblado de
Santa Rosa de Asia y que
sigue subiendo hasta llegar a
Coayllo. En el camino se nos
hizo de noche, así que las
linternas frontales nos
facilitaron la pedaleada corta
nocturna. Eran días de Luna
Llena y esperábamos apoyo
lumínico lunar en cualquier
momento después del
anochecer, sin embargo el
impenetrable cielo nublado
mantuvo la ruta a oscuras.

Coayllo, a 18 km. de Asia, es


un pueblo pequeño y tranquilo, con una antigua iglesia medio desvencijada y a
medio refaccionar, hay alumbrado público y en las casas, el agua potable es
escasa y solo por horas. Hallamos donde comer y comprar cosas y un pequeño
hotel (sin aviso) de 3 pisos, al que llegamos preguntando para ubicarlo a 1
cuadra de la plaza central.

Aquí pasamos la noche, había habitaciones, pero no había luz, ni agua. Lo del
agua era comprensible por la escasez crónica que padece el pueblo, lo de la
luz era por un defecto en las instalaciones eléctricas del hotel. Bajo esa
perspectiva y sin otra opción de alojamiento por los alrededores, no quedaba
sino resignarse. Sin embargo la intolerancia de María Elena y mi curiosidad
pudieron más que la resignación. Le preguntamos al dueño qué problema
tenía con la luz, a lo cual respondió que algo estaba mal, pues los fusibles se
quemaban, los cables recalentaban en el tablero de interruptores y el medidor
giraba loco marcando un gran consumo aún teniendo solo 1 foco encendido.
Supuse que el problema sería algún cable cruzado o conexión defectuosa, así
es que me aventuré a decirle al dueño que me dejara revisar las instalaciones,
cosa que no resulta ser muy complicada si se tiene una idea básica de cómo es
una instalación doméstica.

Así que me puse a destapar los interruptores y tomacorrientes en busca de la


falla. Nada. Luego de pensar un poco me puse a identificar los cables por sus
colores, ubiqué y aislé los que conducen corriente al segundo piso, donde
están las habitaciones, separándolos del resto del edificio. Probamos
y...Yahoooo!!! Si funcionó, ahora el medidor registraba normal, los cables no
recalentaban, ni se quemaban los fusibles, aunque una parte del edificio quedó
sin corriente. Ahora si, la idea de pasar la noche en este hotel era más
aceptable a pesar de que nos
bañamos con balde y jarra, ni
modo, peor es nada.

En pago por el improvisado


servicio de reparación
eléctrica, dormimos gratis esa
noche en el hotel. Nos
acostamos tempranol, para
proseguir a primera hora por la
mañana y avanzar antes de
que caliente el sol.

El valle de Asia, es uno de las


más áridos de la costa central
del Perú, en l aparte baja del
valle el agua escasísima ha
determinado el éxodo de la
mayoría de lugareños. Desde
hace 3 años que no baja agua
por el río, este año recién en
Marzo hay agua y nadie
espera que sea mucha ni muy duradera. La agricultura aquí es casi una
utopía. Los únicos cultivos que sobreviven las largas sequías son los nísperos
y pacaes que languidecen y cuyos frutos se secan en las ramas pues no hay
quien los apañe. La extracción de agua subterránea es una alternativa costosa
que casi nadie puede sufragar, los molinos de viento son un paliativo
solamente.

En la parte alta del valle cerca a Omas hay más agua y el verdor de los cultivos
contrasta con la sequedad de los cerros que flanquean el valle. El camino que
recorre el valle es una trocha carrozable en buenas condiciones.

A las 06:00 reanudamos la marcha, muy cerca del pueblo pasamos por el sitio
arqueológico Sequillao, en abandono y un tanto degradado, a 2 km. nos
encontramos con el río Asia en crecida, había llovido en la sierra alta y el agua
venía color barro. No hay puente, así que la cruzada fue a pie cargando las
bicis, con el agua por encima de las rodillas, sin zapatos las piedras en el lecho
del río hacen doler los pies y las que arrastra la corriente golpean, una
verdadera tortura.

3 km. más adelante llegamos al extenso sitio arqueológico de Uquira, después


de una breve visita y algunas fotos, continuamos hasta el actual pueblo del
mismo nombre donde desayunamos plátanos, pan y reabastecimos agua.

Avanzamos 6 km. más y pasamos por el desolado y árido caserío de La


Yesera. Aquí fuimos preguntados a donde íbamos, a Omas respondimos, falta
bastante todavía nos dijeron. 1 km. más adelante nos encontramos con el sitio
arqueológico Los Gentiles,
también grande e interesante.
La capilla solitaria y las casas
abandonadas a un lado del
camino bajo el sol abrazador
refuerzan la sensación de
desolación.

En Huañañabe, 5 km. más


adelante en una curva junto a
la trocha hallamos una
ramada muy bien hecha de
palos y cañas, al parecer puesta ahí a propósito para guarecer del inclemente
sol a los que como nosotros se aventuran a recorrer el valle. 5 km. después,
en Cata, hallamos un buen sitio para descanso y reabastecimiento de comida,
bebidas, etc. La dueña de la bien surtida tienda, doña Lidia, una señora de
espontánea generosidad y hospitalidad nos brindó un plato con yucas
sancochada con queso fresco, riquísimo y además el potaje típico de jueves y
viernes santo en todo el valle: “colado” (frejol colado). Desde aquí, ella nos dijo
que lo que nos faltaba es la parte más brava del camino: las subidas de
Unchor, Callangas y esquina de Omas.

Poco después de Cata, nuevamente la penitencia, cruzar el río, sin puente, a


pie porteando las bicis, luego se inicia la larga secuencia de ascensos ya
nombrados.

Viernes Santo, 6 de abril del año 2007, 3:00 pm. la hora a la que murió nuestro
Señor Jesucristo nos encuentra en plena trepada, paramos a persignarnos y
recordar en silencio durante unos minutos los momentos más solemnes de la
historia de la humanidad.

En Callangas, cuando la
voluntad de seguir avanzando
por la subida parece quebrarse
y el cuerpo no da más, hallar un
ranchito con gaseosas y frutas a
la venta al lado del camino
parece casi onírico.

Revisamos el mapa por


enésima vez para confirmar que
cada vez nos falta menos que
antes para llegar. Muralla y
esquina de Omas se divisan en lontananza. Reanimados, seguimos, llegamos
y pasamos por esos caseríos de gente amable y buena que al vernos y
enterarse de donde venimos se sorprendían unos y nos animaban a continuar
otros.

El tramo desde Esquina de Omas hasta Omas es el más fuerte, las empinadas
cuestas nos obligaron a culminarlas caminando algunas. Aquí cuando Omas
ya se divisaba recibimos el mejor premio y regalo al esfuerzo invertido: el Arco
Iris en el cielo frente a nosotros, nacía en Omas y terminaba en el fondo del
valle, persistente e intenso en sus colores, silencioso, sutil, puro, diáfano,
hermoso. Varios minutos después se desvaneció y los prismas de agua que lo
formaron cayeron
sobre nosotros en forma de ligeras gotas de lluvia bendita. Momentos
sensiblemente extraordinarios, mágicos, sublimes e inolvidables que
llevaremos puestos el resto de nuestras vidas.

18:30 pm., llegamos a Omas, 12 horas después de iniciar la travesía en


Coayllo. Las lecturas en el ciclocomputador son: odómetro > 55 km. recorridos,
altímetro > 1,430 m.s.n.m., ganancia de altura en el recorrido > 1,350 metros.
Hallamos el pueblo en plenos preparativos para la procesión del Viernes Santo,
capillas en las puertas de las casas, velas, hojas de palmeras, alfombras de
flores y guirnaldas estaban dispuestas para recibir el paso de las andas.

Omas, fundado en 1857, es un pueblo como todos los pueblos de la sierra de


Lima, ambiente tranquilo, acogedor, de gente amable y hospitalaria.
Curiosamente el aspecto de las calles de Omas no es muy atractivo, la mayor
parte de las casas son de manufactura actual de ladrillos y cemento, techos
planos de calamina (no llueve mucho?), sin ese encanto de los pueblitos
lejanos, excepto unas pocas casas antiguas, alrededor de la plaza central,
cuyos muros miden casi 1 mt. de espesor. La plaza central de Omas, de la
cual se dice ser una de las más encantadoras del Perú, luce bien cuidada. Bajo
la sombra de centenarios árboles y palmeras, en el centro de la plaza una
glorieta glamorosa y elegante focaliza la atención del visitante.

El restaurant frente a la plaza sirve un buen menú y variados platos a la carta a


precios razonables. A su izquierda a unos pocos metros la surtida juguería es
un grato hallazgo después de la desoladora travesía y es la primera opción de
consumo apenas llegamos.
Aquí la conversación con los
lugareños fue interesante y
singular, después de
enterarse de nuestro
cicloviaje nos contaron sobre
sus propias hazañas y
proezas ciclísticas: en sus
tiempos ellos hacían en 4
horas la ruta de Asia hasta
Omas y nos hablaron de un
personaje llamado Aníbal
Seminario, “la pantera
negra”, según ellos connotado ciclista que vive en La Punta, Callao que suele ir
a Omas desde su casa en bicicleta, en 6 horas.

Don Martín Francia eximio ciclista local se rompió la mandíbula al rompérsele la


horquilla delantera en plena bajada a toda velocidad, bien zampado.

El hotel municipal, en una de las esquinas de la plaza,


básico, limpio, bien mantenido y económico es la mejor opción de hospedaje.

Después de cenar opíparamente platos a base de pescado y mariscos y de dar


una vuelta por la plaza; estirar los músculos, ducharnos y descansar era
mandatorio.

A las 21:00 pm nos fuimos a la cama, a la misma hora que una banda
empezaba a entonar acordes de procesión, desde la puerta de la iglesia
vecina. El cansancio y el sueño fueron más que los decibeles nocturnos de la
banda procesional que pasó por nuestra ventana y se escuchaba por todo el
pueblo. 6 horas después, a las 03:00 am volvió a pasar delante del hotel, esta
vez nos levantamos a ver los últimos pasos de la procesión antes de ingresar a
la iglesia portando la imagen del Cristo Yacente.

Volver a la cama nos permitió experimentar algo nuevo, la paz y el silencio de


la noche, matizado solamente con el aislado y lejano ladrido de algún perro y el
canto de alguna ave nocturna. Paz y sueño.

Para nosotros amaneció como a las 08:00. Alistar las cosas. Desayuno:
sándwich de bisteck a S/ 1.00 y jugo surtido. Aquí la espontánea generosidad
de los omasinos nos invitó un bocadillo único del lugar: “masa conservada”,
una especie de bolillo color caramelo, hecho a base del requesón que queda
cuando hacen quesos y azúcar, rico, nunca antes visto ni probado por
nosotros.

10:00 am., nos abastecimos con rehidratante casero, hecho de zumo de


naranja, agua, sal y azúcar y emprendimos el retorno. Esta vez con la
gravedad a nuestro favor, la pedaleada fue fácil, ágil y veloz. Los nombres de
los pueblos y caseríos pasaban en orden inverso. En la Esquina de Omas,
paramos para bajar la altura de los asientos para así hacer mejor los
descensos, ahí nos
encontramos nuevamente con
don Martín Francia con su
esposa e hija quienes
generosamente nos invitaron
“colado” para tener fuerzas
para el camino.

14:00 pm., llegamos a Coayllo,


hambrientos, durante el viaje
veníamos deseando almorzar
la comida típica de los valles
del sur chico de Lima, “sopa
seca con carapulcra”, buscamos, preguntamos, ya no hay, se acabó, solo
queda menú: sopa y arroz con pollo, ni modo, eso comimos.

Planeamos retornar hasta Mala en las combis que hacen la ruta a Coayllo,
esperamos casi 2 horas, pasaron 2 o 3 todas llenas y no quisieron llevarnos
con las bicis, toda la gente se estaba regresando de pasar los días feriados. A
las 17:00 enrumbamos a Asia por el mismo camino que vinimos.

A las 18:30 estábamos en Asia, embarcándonos en el bus Soyuz hacia Lima,


hacia el final de este excelente cicloviaje por el valle de Asia / Omasque se lo
recomendamos a todos.
RECOMENDACIONES

Transporte.
Bus Soyuz. Lima – Asia, buen servicio pero cobran sobreprecio en días
feriados.

Hospedaje.
En Coayllo: el único hotel del pueblo a 1 cuadra de la plaza, básico, ahora
despues de nuestra visita tiene luz, el agua es muy limitada con baldes y
jarras, económico. 6 habitaciones, 2 baños.

En Omas: el Hotel Municipal, básico, limpio, bien mantenido, 9 habitaciones


con 1 buena cama de dos plazas, 1 habitación con 2 buenas camas de 2
plazas, 2 baños (varones y damas) + 1 baño común.

Alimentación:
En Asia: restaurante de la señora “charapa” que está justo en la esquina donde
empieza el camino hacia Coayllo, frente al local llamado La Huaca, junto a la
carretera.

En Coayllo: en los dos


restaurants frente a la plaza

En Uquira, tienda junto al


colegio

En Cata, tienda de la señora


Lidia, amable y hospitalaria

En Callangas, ranchito junto al


camino, frutas y bebidas

En Omas, el restaurant frente a la plaza, buen servicio, buena carta y buenos


precios. La juguería a la izquierda del restaurant, buena fruta y jugos.

Aníbal Paredes

Visita nuestra web: www.cicloturismoperu.com


Asia / Omas valley
Journey to the Rainbow.

TRIP REPORT
April 5th – 7th, 2007

Total distance: 110 km., round trip


Location: Asía / Omas valley, Cañete, Yauyos, Lima, Perú.

Hi all:

On the Easter days mi wife and me went on our bikes by the Asia valley up until
Omas, the cycling experience was demanding, the landscape a kind of dry, arid
and desolated but emotionally and spiritually pleasing and extraordinary.

As always, we left Lima late, it was 11:30 am, the line of people in the Soyuz
bus station was 200 m. long and slowly advancing as the buses were departing
full every 5 minutes. They
abused charging S/. 30.00 for
each and S/. 10.00 for the
bikes. Departed at 14:30 pm,
arrived Asia at 16:00, here
bought some supplies and
before start cycling had a nice
lunch at the little restaurant
owned by the “charapa” (from
Iquitos) lady, located just by
the corner from where the road
to Coayllo begins, besides the
Panamericana highway, in
front of La Huaca facility.

At 17:00 pm begun the bike ride to Coayllo by a varied texture trail that passes
through a rubbish dump at the beginning, a desert and the languishing village
called Santa Rosa de Asia and gets up to Coayllo. On the way it became dark,
so our headlights facilitated us the short night bike ride. Those were full moon
days, we spected to have moonlight backup but the cloudy sky kept the route
dark.

Coayllo, at 18 km. from Asia, is a town rather small and quiet, with a halfway
weakened old church. There is electricity, water is very little and available only
for few hours. There is a well supplied store and two restaurants. We found a
little hotel (with no sign), one block from the main plaza.

Here we spent the night. Rooms were available, but the hotel didn’t have light
and water. The lack of water was understandable due to the cronic water
shortage in the town, but the lack of light was due to a defect in the electric
wiring of the hotel. Under those circumstances and with no other option for
accomodation nearby, resignation was the choice. María Elena’s tolerance was
at its minimum and my love for her at its maximum, so my curiosity. So I
decided to ask the owner what was the problem with the light, he said
something wrong with the electric system that causes the fuses to blow, the
wires in the electric cabinet to heat up and the meter to run crazy fast recording
high electricity consumption even with just one bulb turned on. I supposed the
problem would be a short circuited wire or defective connection, so venture
myself to check the electric wirings with the owners permission, something that
is not too complicated if one knows how a basic domestic installation would be.
Then started checking all switches and power outlets (six or eight). Found
nothing wrong. After thinking for a while decided to identify the circuits and the
wires leading electricty to the second floor where the rooms are, to isolate them
from the rest. When did so, tested and…. Yahoooo!!!! It worked fine. Now fuses
don’t blow, wires don’t heat up and the meter runs slowly and normal. To spend
the night in this hotel became more atractive and acceptable, despite we had
the shower with a bucket and a jar, better than nothing.

As payment for the improvised electric repair service we had the hotel night for
free. Went to bed early in order to start cycling very early in the morning before
the sun shines and heats.

The Asia valley is one of the


most arid of the central coast
of Perú, water is extremely
little and has forced the
exodus of most of natives.
During the last three years no
water flowed by the river, this
year just in March there is
water in the river and very few
spect it not to be abundant nor
last too long. Agriculture here
is uthopic. The only cultures surviving the prolongued droughts are the trees of
“nisperos”, “pacaes” and some apples that languish with the fruits drying
hanging in the branches because nobody harvest them, almost everyone has
gone. Underground water extraction is an expensive choice that almost no one
can afford, windmills are not a permanent solution. In the upper levels of the
valley water is not so little, the intense green colour of the farming lands
contrasts with the dryness of the surrounding mountains. The road along the
valley is a not paved trail in good condition.

At 06:00 am restarted the bike ride, not far from the town we passed by the
Sequillao archaeological site, a bit destroyed, 2 km further found the Asia river
at its highest level, it rained in the highlands last night, so water was mud
coloured. There is no bridge, so crossing the river is on your naked feet
carrying the bikes, with the water above the knees. Without shoes it is a painful
torture due to the stones of the bottom and the hitting ones carried by the
stream.
3 km. further found the extensive and interesting archaeoogical site named
Uquira, after a brief visit and few pictures, continued to the present town with
the same name where had bananas and bread as breakfast and refilled water
to prepare rehydration liquid.

6 km. further ahead passed by the desolated and arid village La Yesera. Here
we were asked where we go, to Omas we answered, there is still a long way
ahead they said. 1 km, further we found another extense archaeological site:
Los Gentiles. Under the shining sun the lonely chappel and abandoned houses
besides the road remarks the desolation feeling.

At Huañañabe, 5 km. ahead on a curve of the road there is a well wooden and
straw cottage, putted there to protect adventurous travellers like us crossing the
valley from the extreme shining sun.

The next town is called Cata, 5 km. ahead, where we found a good place to
rest and refill food and water. Mrs. Lidia, the
owner of the well supplied store from her
spontaneous generosity and hospitality
invited us cheese and boied “yucas”,
delicious, and the typical meal for Easter days
along the valley: “colado” (beans pudding).
Here we were told that the hardest part of the
journey was right ahead of us, just passing
the river: the ascents of Unchor, Callangas
and Esquina de Omas.

A little ahead from Cata, again the torture of


river crossing as described before and the
long sequence of ascents begun.

It was Easter Friday, April 6th 2007, 15:00 pm.


found ourselves cycling uphill a steep slope.
At this time our Lord Jesuschrist was dead,
we stopped and recalled during some time in
silence this tragic moment of human kind’s history.

At Callangas, when the will to continue ahead uphill seems to break and the
body says no more, to find the rustic store selling sodas and fruits besides the
way seems to be a mirage.

Checked the map one more time to confirm that there was even less left ahead
to arrive Omas. Muralla and esquina de Omas were seen not too far away from
here. Reanimated, continued, arrived and passed by those villages inhabitated
by kind and gentle people that seeing us and knowing about our journey were
surprised some them and others encouraged us to follow saying very little is left
ahead.

The section from Esquina de Omas to Omas is the hardest, the steep ascents
forced us to culminate them walking. Here, in the loneliness of the trail, when
Omas was already descryed we were granted with the best prize for the
invested effort: the Rainbow in the sky right in front of us, beginning at Omas
and ending at the bottom of the valley, persistent and intense colours, silent,
subtle, pure, diaphanous, simply beautiful. Several minutes later it vanished
and the water prisms that formed it in the air falled on us as holly rain droplets.
Sensibly extraordinary and magic moments so sublime and unforgetable that
we will keep inside the rest of our lives.

18:30 pm, arrived Omas, 12 hours after our journey started at Coayllo. The
readings in the cyclecomputer were: Odometer 55 km., Altimeter 1,430 m.a.s.l.,
Gained altitude along the trip 1,350 meters.

We found the town preparing for Easter Friday procession, with candles, palm
tree leaves, flower made carpets, etc., decorating the houses front doors and
streets.

Omas was founded in 1857, it is a town as the


others in the andes highlands, quiet and
tranquil atmosphere, cozy, with kind and
hospitable people. Curiously the look of the
streets is not very nice, most of the houses are
made of modern materials, with no charming
style, flat roofs of metal corrugated sheets,
except few houses with 1 mt. width walls
around the main plaza. This plaza is said to
be one of the most charming in Peru, looks
well preserved. Under the shadow of
centennial palm trees and other trees, at the
center a glamorous styled public square
focuses the visitors attention

Around the plaza is a restaurant that serves


good menu and varied meals at good prices.
On its left few meters further is the well
supplied “juguería” (fruits juice store) a great
finding after the demanding journey and first choice to consume something right
upon arrival. Here the conversation with locals was interesting and curious,
after they know about our cycletrip, we were told about their own cycling feats:
in their young age thay made the same road from Asia to Omas in 4 hours by
bike, and about a cyclist named Aníbal Seminario, also called “black panther”
that lives in La Punta, at Callao, who uses to come to Omas on his bike in 6
hours. Mr. Martin Francia expert local cyclist that broke his jaw when once
descending very fast (drunk) and suddenly the front end of the bike broke
(uffff!!! painful).

The Hotel Municipal, at one of the corners of the plaza, basic, clean, wel kept
and cheap is the best option for accomodation.
Starving as we were, had a fish based dinner at the local restaurant, good cook
and service. Afterwards, a brief walking by the plaza, some pictures, muscle
stretchings, shower and rest were mandatory.

At 21:00 pm went to bed, at the same time a band started playing processional
music. Exhaustion and sleep were stronger than the noise of the band that
passed playing in front of our bedroom, the music was heard all over the town.
After 6 hours, at 03:00 they returned to the plaza, this time we awaken and went
out to observe the last steps of the procession before entering the church
carrying the image of Lie dead Christ

Back to bed we experimented something new: the peace and silence of the
night, broken evenly by the bark of a distant dog. Peace and sleep.

For us the day broke at 08:00. Gotten the things ready. Breakfast: meat
sandwich and juice, S/. 2.00 per person. here the spontaneous generosity of
the “omasinos” invited us a delicatessen found only in this town: “masa
conservada” a sort of bobbin, caramel colour, made of the remaining substance
left of making cheese and sugar, nice, never seen and tasted before.

10:00 am., after refilling the


hydrapacks with home made
rehydration formula, made of
orange juice, water, salt and
sugar, begun the return. This
time with gravity favoring us,
the ride was pleasant, light,
easy and fast. The names of
the towns and villages passed
in inverted order. At Esquina
de Omas stopped for a while
for readjusting the seat height
to make easier the way downhill, here Mr. Martin Francia again approached
with his generous family inviting us “colado” to have energy for the road.

14:00 pm., arrived Coayllo, starving, along the way we were thinking on having
the typical meal of the near southern towns of Lima: “sopa seca con
carapulcra”, asked everywhere in town, nothing was left, just a basic menu, no
way, had that, better than nothing again.

We had planed to go to Mala by colectivo to catch the bus back to Lima, but
colectivos were full and refused to take us with our bikes. So at 17:00 pm.,
went back to Asia, one hour after we were there besides the Panamericana
highway waiting for the bus to bring us back home after this great bike trip,
HIGHLY RECOMMENDED for everyone.
RECOMMENDATIONS

Transport.
Bus Soyuz. Lima – Asia, good service but overpriced on hollidays.

Accomodation
Coayllo: the unique hotel in town one block from the plaza, basic, now after our
visit with light, water very restricted with bucket and jar. 6 rooms, 2 baths.

Omas: Hotel Municipal, basic, clean, web kept, 9 rooms with 1 good twin size
bed, 1 room with 2 twin size beds, 2 baths (men and women)

Food
Asia: the little restaurant owned by the “charapa” (from Iquitos) lady, located just
by the corner from where the road to Coayllo begins, besides the Panamericana
highway, in front of La Huaca facility.

Coayllo: the two restaurants around the plaza

Uquira, the store near the school

Cata, Mrs. Lidia’s store kind and hospitable

Callangas, the hut besides the road, fruit and sodas

Omas, the restaurant front of the plaza, good service, cook and prices. The
juice store on the left of the restaurant, nice fruit and juices.

Aníbal & María Elena

Visit our web: www.geocities.com/anibpm

Accomodation in Lima? Mont Blanc Gran Hotel is the place


www.geocities.com/montblancgranhotel

También podría gustarte