Ideologías Juridicas
Ideologías Juridicas
Ideologías Juridicas
La expresión derecho natural ha sido utilizada para designar cualquier sistema de orden
trascendente frente al derecho legislado. Algunos teóricos de esta corriente jurídica entienden por
derecho natural lo que se encuentra regulado por medio de un orden intrínsecamente justo o por
encima del derecho positivo. Los iusnaturalistas son criticados por no considerar a la realidad
histórica concreta y son catalogados como subjetivistas.
García Maynez comenta que si encontramos varias y diversas nociones referentes a qué es
el derecho natural, es debido a que hay un gran número de sentidos en que los teóricos utilizan la
voz naturaleza, ya que en esta posición teórica, el fundamente del derecho es la naturaleza.
El Derecho tiene muchas definiciones porque según Lenin, los objetos tienen muchos
aspectos; pero ninguna de esas definiciones puede considerarse absoluta en inmutable.
a) Una ley establecida por voluntad de una divinidad y revelada por ésta a los
hombres.
b) Una ley natural en sentido estricto, como un instinto para todos los seres animados.
c) Una ley dictada por la razón, específica del hombre que la vuelve a descubrir en
forma autónoma en el seno de sí mismo.
I. Iusnaturalismo Antiguo
Para Calicles el derecho natural está por arriba de cualquier tipo de derecho, y el principio
de igualdad que el derecho positivo plantea es una ficción en la medida en que sirve para
obstaculizar a los hombres que por naturaleza son fuertes. Considera que las leyes son obra de los
débiles para atemorizar a los fuertes, y para éstas es injusto querer estar por arriba de los demás;
pero que la naturaleza demuestra que es justo que el que vale más debe tener más y mandar al débil.
Sócrates refleja el respeto al derecho positivo en su diálogo con Critón, ya que rechaza
fugarse de la prisión porque para el es un principio fundamental el respeto a las leyes del gobierno,
argumentando que se de no estar de acuerdo con éstas es preciso debatir con el Estado y hacerle ver
su injusticia o de otra forma preferir vivir en otra ciudad. Por esta razón Recaséns Siches dice que
Sócrates elige el derecho positivo por razones de derecho natural, esto significa que un principio del
derecho natural para Sócrates será el respecto a la nación.
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Con respecto a Aristóteles, son características de su iusnaturalismo: la inmutabilidad y
objetividad del derecho natural; el fundamento del derecho positivo en el natural; la mutabilidad de
la justicia legal que no impide su obligatoriedad y la vinculación del ciudadano con la ciudad.
Por útlimo Cicerón admite la existencia del derecho natural atribuyéndole una hegemonía
absoluta. Considera que para los positivistas el carácter de la ley es la equidad mientras que para los
iusnaturalistas es la elección. El derecho comienza en la ley y ésta es la fuerza de la naturaleza, el
espíritu y la razón del sabio por lo tanto la regla de lo justo e injusto. Para Cicerón sólo hay un
derecho una ley única que debe ser obedecida por la sociedad aunque esté escrita o no. Esta ley
proviene de algo eterno que rige al mundo por su sabiduría y es la ley del espíritu de Dios.
Según Tomas de Aquino la ley es una cierta regla y medida de los actos en cuanto alguien
se mueve o se abstiene de una acción por ella. Ya que la ley obliga a actuar, es necesario que se
dirija al orden de la felicidad común. Así mismo Tomas de Aquino distingue los siguientes tipos de
leyes:
Con respecto a la justicia Tomas de Aquino argumenta que la justicia ordena al hombre en
todo aquello que se refiere a los demás. Suponiendo cierta igualdad. “El derecho a lo justo es
aquello que se ejecuta por otro según una cierta norma de equidad”. El derecho que ordena el
gobernante que dirige los destinos del pueblo y los representa se llama derecho positivo.
El Iusnaturalismo moderno acentúa el aspecto subjetivo del derecho natural, es decir en los
derechos innatos. Establece la instancia de respeto por parte de la autoridad política, a los derechos
innatos del individuo. Los derechos innatos, el estado natural, y el contrato social son conceptos de
este Iusnaturalismo y se encuentran en todas las doctrinas del derecho natural de los siglos XVII y
XVIII.
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En las ciencias jurídicas modernas se olvidan de los hechos y se forjan utopías. Lo general y
abstracto se sobrepone a lo general y concreto y se llega al triunfo de la ley sobre la vida.
Jacques Martain, dice que el derecho natural es un orden que la razón humana puede
descubrir y según la cual debe obrar la voluntad humana para apegarse a los fines
necesarios del ser humano. El primer principio es hacer el bien, evitar el mal. Su
naturaleza es universal e invariable.
Recanséns Siches, señala que el derecho real y efectivo es una obra humana no causal,
que tiene como raíz vital determinados tipos de necesidades como certeza, seguridad,
limitación del poder político, etc. Apunta al cumplimiento de unos determinados fines
puestos como tales en virtud de juicios de valor y apoyados en valores. También
menciona la necesidad de elaborar una estimativa jurídica, inspirada en los valores, cuyas
tareas principales serán:
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- 4°Inquirir las leyes de la relación, combinación e interferencia de las
valoraciones que confluyen en cada uno de los tipos de situaciones sociales.
García Máynes estima como única y verdadera la doctrina que ve en el derecho natural la
regulación justa de cualquier situación concreta, presente o futura. Admite la variedad de
contenidos del mismo derecho en relación con las condiciones y exigencias de cada
situación especial sin que esto implique negar principios supremos universales y eternos
que sirven de inspiración para la solución de casos singulares y para la formulación de las
normas aplicables a ellos.
Georges Renard habla de un derecho natural con contenido progresivo, como herramienta
indispensable para la elaboración jurídica. Para él, el derecho positivo es perpetuo
devenir y el derecho natural es la orientación de ese devenir. También identifica a
justicia y derecho natural, y a orden y derecho positivo.
Werner Maihofer ve el derecho natural como un derecho existencial que se crea en forma
continua, paralelamente a la existencia del ser humano porque el hombre lo conforma y
lo hace. La estructura de este derecho existencial y las pautas de su dirección provienen
del hombre y no de una instancia superior.
Herbert L. Hart plantea que hay un cierto número de necesidades sociales que son
producto de la relación de los hechos naturales y propósitos humanos, éstos explican la
permanencia de preceptos en los que las sociedades tienen que apoyarse, contando con
que en la ciudadanía hay conciencia de obedecer la ley porque es plenamente necesaria.
IUSPOSITIVISMO
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Hay dos positivismos el del siglo XIX y el del siglo XX. En ambos se pretende abandonar todo
aquel conocimiento que procede de la abstracción especulativa y sólo se tiene en cuenta los
conocimientos positivos derivados de la experiencia.
Según la teoría positivista de Augusto Comte, la historia humana atraviesa pro 3 estadios:
teológico, metafísico y científico. Donde el carácter fundamental de esta filosofía consiste en
considerar todos los fenómenos sometidos a unas leyes naturales e invariables.
Para Madeleine Grawitz las manifestaciones del empirismo lógico se dieron en el atomismo
lógico, el neopositivismo y el positivismo lógico, y la filosofía lógica contemporánea. Estas tres
tendencias tienen en común la desconfianza en la metafísica y el subjetivismo y lo que constituye su
orginalidad.
El método del positivismo lógico es el análisis lógico y su objeto las ciencias positivistas.
En sus comienzos los positivistas se interesan por la sintaxis, después por la semántica; en cuestión
de la pragmática fue poco lo que hicieron.
En esta nueva lógica todo depende de las reglas para el uso de la notación. Se centra en la
combinación y transformación de símbolos que hacen matemática a la lógica.
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Para los positivistas las ciencias sociales son ciencias, sólo si imitan a las ciencias naturales.
Con respecto a positivismo jurídico, este se desliga de los valores o la validez, su atención
se centra en los hechos y su legalidad. Según la concepción positivista, lo accesible al conocimiento
científico son los hechos perceptibles junto con la legalidad corroborable experimentalmente que en
ellos se manifiesta. Y tanto los fenómenos anímicos como los naturales se rigen por la ley de la
causalidad.
Para Karl Larenz el positivismo jurídico se desarrolla en tres tipos diferentes que se
identifican:
Las tres teorías del derecho positivista son muy diferentes pero concuerdan en su rechazo a
un derecho natural, acientífico, o la idea del derecho como un sentido material a priori de todo el
derecho.
García Maynez comenta que para los positivistas sólo hay un derecho, que es el que cumple
una determinada sociedad en un determinado tiempo. El positivismo se caracteriza por atender a su
valor formal sin considerar la justicia o injusticia de su contenido. La sanción para ellos es esencial
y el derecho será la voluntad del legislador, por lo que es confundido con la ley.
Novoa Monreal considera que el positivismo jurídico sólo conoce el derecho impuesto por
el legislador humano. Se basa en los textos dictados por éste. Dentro de esta posición se encuentran
varios matices como la escuela de la exégesis, la dogmática jurídica y la teoría pura del derecho.
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derecho como una técnica social para inducir a los hombres a conducirse de cierta
manera y puede ser empleada par aun fin social.
Según Antonio Hernández Gil comenta que por formalismo jurídico debe considerarse el
desentendimiento por parte del jurista de lo social y de lo valorativo.
En relación a una determinada perspectiva del formalismo jurídico cabe citar a Jeremías
Bentham que desarrolla el principio utilitarista según el cual las reglas morales y jurídicas deben
servir para procurar la mayor felicidad al mayor número de personas.
Bentham define una norma jurídica como un compuesto de signos declarativos de una
volición concebida o adoptada por el soberano de un Estado, respecto de la conducta que ha de
observar cierta persona en cierto caso. Según este autor la fuerza de una norma jurídica reside en las
expectativas de pena o placer, ya que el uso del castigo es el más eficaz. Con respecto a su alcance
Bentham señala que una norma jurídica puede ser particular, general o ambas. En cuanto a la
ejecución o aplicación Bentham señala que el poder de legislar no es ilimitado ess decir, no es
autosuficiente ni completo.
En la teoría del derecho de John Austin encontramos que toda norma jurídica es un
mandato. En cuanto al término mandato este es el deseo de un ser racional, de que otro ser
igualmente racional haga u omita; de tal modo se habla de un daño aplicado por el primero y sufrido
por el último; por último este deseo debe ser expresado mediante palabras o signos. Podemos
observar que mandato, deber y sanción están relacionados. De ahí que la norma jurídica es un
mandato que obliga a una o varias personas. A diferencia de los mandatos las normas jurídicas
obligan actos y omisiones de cierta clase. Toda norma jurídica es un mandato directo o indirecto de
una persona o varias en estado de sujeción con respecto a su autor.
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Para John Austin el objeto de la ciencia del derecho es el derecho positivo, un derecho
establecido por superiores políticos a inferiores políticos. De esta teoría se desprende que el derecho
se define en términos de hechos sociales, actos humanos, mandatos, hábitos de obediencia y
castigos. Entonces para lograr el objeto de la ciencia del derecho es necesaria la explicación de las
normas jurídicas a través del análisis del lenguaje del derecho y de la clasificación de sus términos
para descubrir sus conexiones lógicas. La jurisprudencia va a ser por lo tanto, una reflexión sobre el
derecho; la ciencia general del derecho.
HISTORICISMO JURÍDICO
El historicismo es la doctrina que contempla los problemas humanos y sociales como un
devenir permanente, como procesos que se desarrollan en el tiempo. La escuela histórica considera
al Derecho en primer lugar, del carácter nacional y espíritu peculiar del pueblo 1.
En el siglo XIX cuando la Revolución francesa fracasó en lograr los objetivos de edificar
un nuevo orden basado en los principios de libertad e igualdad, que el Derecho natural había
proclamado como los postulados eternos de la razón y de la justicia; se produjo en Europa una
reacción contra las premisas racionalistas. Especialmente en Inglaterra y Alemania cobro fuerza un
movimiento contra el racionalismo ahistórico. Se propagaron las ideas conservadoras basadas en la
historia y en la tradición. En la esfera del derecho y la filosofía jurídica este movimiento acentuó la
historia del derecho y la tradición jurídica. Se investigó y estudió a fondo la historia del Derecho.
La escuela histórica admite que la materia del derecho está dada por todo el pasado de la
nación; pero no de una manera arbitraria y de tal modo que pudiera ser ésta o la otra
accidentalmente, sino como producto de la íntima esencia de la nación misma y de su
historia. Después, cada tiempo deberá encaminar su actividad a examinar, rejuvenecer y
mantener fresca esta materia nacida por obra de una necesidad interna2.
1
Edgar Bodenheimer. Teoría del Derecho. p.274.
2
Mario de la Cueva. La idea del Estado. p.331.
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arbitrariamente por el legislador. Savigny consideraba la fe popular, y la costumbre como las
verdaderas fuentes del Derecho, las cuales en el curso de su desarrollo, eran reforzadas por la
jurisprudencia y la acción de los profesionales del Derecho. Al igual que el idioma, la Constitución
y las costumbres de un pueblo, el Derecho se consideraba determinado por el carácter peculiar de
una nación, lo que en almenan se denominó “Volksgeist” y se traduce como el espíritu del pueblo.
Según Savigny cada pueblo desarrolla tradiciones y costumbres que al ser practicadas
continuamente se convierten en normas jurídicas. A través de un estudio cuidadoso de dichas
tradiciones y costumbres, puede encontrarse el verdadero contenido del Derecho. Este pensamiento
se traduce de las palabras de Savigny:
En todas las naciones a las que alcanza la historia vemos al Derecho civil revestir un
carácter determinado, peculiar de aquel pueblo, del propio modo que su lengua, sus
costumbres y su constitución política. Todas estas diferentes manifestaciones no tienen,
en verdad, existencia aparte, sino que son otras tantas fuerzas y actividades del pueblo.
Indisolublemente unidas y que sólo teóricamente aparecen como atributos distintos. Lo
que las hace formular un todo es la creencia universal del pueblo, el sentimiento
uniforme de un origen meramente accidental y arbitrario [..]. El Derecho progresa con el
progreso del pueblo, se fortalece con él y finalmente perece cuando la nación ha perdido
su personalidad3.
La escuela histórica fue un gran estímulo para la resurrección del interés en la historia, a
partir de ella se emprendieron en todas partes investigaciones de los periodos primitivos de la
historia del Derecho. Estos estudios condujeron a un enriquecimiento grande acerca del desarrollo
de las instituciones jurídicas.
La visión histórica de esta escuela ponía énfasis en la interpretación de las normas jurídicas
de acuerdo al contexto institucional del cual eran parte. Esta sistematicidad no estaba dada por
criterios lógicos o jerárquicos, sino históricos que aportan un elemento empírico. Savigny estima
3
Edgar Bodenheimer. op. cit., pp.277.
9
que “para interpretar y conocer el derecho es necesario poseer un conjunto de principios que se
manifiesten en virtud de un hábito prolongado y fundado en sólidas bases que permitan argumentar
jurídicamente”. Savigny expone que quien interpreta una ley, debe analizar el pensamiento
contenido en la ley, debe colocarse en el punto de vista del legislador y producir artificialmente su
pensamiento; esta interpretación debe tener una construcción triple: lógica, gramática e histórica.
Lo que debe destacarse de esta escuela, es la visión sistemática del derecho que promueve,
consecuentemente, el énfasis en la interpretación sistemática; y el reconocimiento a la función
creadora de la interpretación jurídica, la cual no era reconocida por la escuela de la exégesis.
Lo que llamamos derecho está en parte constituido por “fenómenos jurídicos” y en parte por
“normas”, en correlación recíproca. Gran número de acepciones humanas “son interpretadas, con
ayuda de las normas jurídicas, como esquemas de interpretación”, como un conjunto coherente de
significados y de determinaciones.
Derecho vigente indica el conjunto de ideas normativas que fungen como sistema de
interpretación de fenómenos jurídicos concretos, cuando las normas relativas a éstos son
efectivamente observadas y quienes las observan se sienten vinculados por ellas.
Ross opina que las interminables discusiones filosóficas sobre la naturaleza del orden
jurídico tiene su origen en el supuesto de que éste deriva su vigencia de una idea a priori. Pero el
problema definitorio pierde interés apenas se abandonan esos presupuestos metafísicos.
La ciencia del derecho debe proponerse describir ciertos sistemas jurídicos nacionales de
carácter individual.
10
El problema que debe preocupar al jurista no es el de la definición del derecho, sino el que
consiste en saber cómo podemos distinguir, desde el punto de vista del contenido, un sistema
jurídico nacional de otros conjuntos individuales de normas.
Ross parte de la siguiente hipótesis: un sistema de normas tiene vigencia si puede fungir
como esquema de interpretación de un conjunto correspondiente de acciones sociales, lo que
permite, al propio tiempo, comprender tal conjunto como un todo coherente, en lo que a su
significado atañe. Esa capacidad del sistema de fungir como esquema imperativo, se basa en un
hecho: el de que sus normas sean efectivamente observadas, en la medida en que los destinatarios se
sienten vinculados por ellas.
Para Ross los preceptos jurídicos son normas para la regulación del empleo de fuerza. De
aquí se sigue que los fenómenos jurídicos, como equivalente de las normas, no son otra cosa que las
resoluciones de los tribunales. Un sistema jurídico nacional puede ser definido como el conjunto de
directivas que los jueces consideran socialmente vinculantes, razón por la cual las aplican.
Sólo los fenómenos jurídicos en sentido estricto, esto es, los de aplicación del derecho por
los jueces, resultan, decisivos para determinar la vigencia de las normas aplicadas. El derecho da
normas para el comportamiento de los jueces, no para el de los particulares. La efectividad
condicionante de la vigencia de esas normas debe buscarse en la aplicación del derecho por los
encargados de la función jurisddiconal, no en el derecho de acción de las personas privadas.
De acuerdo con la doctrina que estamos resumiendo, el derecho presupone no sólo cierta
regularidad en el actuar de los jueces, dino que se sientan vinculados por las normas jurídicas.
11
A(aserción)= D es derecho vigente
Nuestro autor se pregunta cuál es el método idóneo para demostrar que una norma está en
vigor o, en otras palabras, para establecer la verdad de la aserción doctrinal respectiva. Este
problema presenta dos aspectos, según se trate de normas de comportamiento o de normas de
competencia. La concepción que Ross tiene de la ciencia jurídica se funda en el supuesto de que el
principio de verificación debe poder aplicarse a los objetos de aquella disciplina. Lo dicho equivale
a sostener que se trata de "una ciencia social empírica", y que las proposiciones acerca del derecho
vigente no se refieren a una "inobservable validez" sino a "hechos sociales".
Es obvio que las afirmaciones concernientes al derecho vigente en cierto momento y lugar
no se refieren al pasado. También es claro que no pueden referirse a un porvenir lejano. Por ello
asevera Ross que están referidas a hipotéticas decisiones futuras, más o menos próximas, siempre
que entre el momento en que la cuestión se plantea y el de la decisión que habrá de resolverla las
leyes aplicables no sean objeto de una reforma. Las proposiciones acerca del derecho en vigor
quedan, pues, verificadas, si esa condición se cumple y las correspondientes normas efectivamente
se aplican.
El propósito de los juristas debe consistir, de acuerdo con Ross, en exponer "hechos",
Nuestro autor admite que los abogados no se conforman, por regla general, con un cálculo sobre el
resultado probable de un proceso, sino que buscan siempre la manera de influir sobre los jueces, con
la esperanza de que proyecte su influencia sobre la decisión futura. Pero las interpretaciones de ésta
especie no son ya enunciados, sino directivas que sus autores formulan para inducir al juzgador a
que resuelva en talo cual forma.
12
Si las indicadas condiciones no se cumplen, la interpretación de las normas de competencia
como "normas de conducta indirectamente formuladas" y dirigidas a los jueces, no es ya posible.
La concepción del derecho como conjunto de normas de conducta sancionadas por la fuerza
tampoco es admisible por otra razón: la de que "resultarían excluidas del campo jurídico partes
esenciales de éste, que se hallan en conexión inseparable con las presuntas normas de
comportamiento que la fuerza sanciona". Se alude aquí a las de competencia, que carecen de
semejante sanción. Sería absurdo -escribe Ross- excluirlas del sistema jurídico, ya que, como
normas de conducta indirectamente formuladas, se hallan siempre unidas a las de comportamiento.
al primero pertenecen los impulsos, fundados sobre la necesidad, que surgen de ciertos
mecanismos biológicos y son sentidos como "intereses"; al segundo, los que el medio social
imprime en el individuo Y éste experimenta como un "imperativo categórico" que "lo obliga"
independientemente de sus intereses y, a menudo, en contra de éstos 4.
Si nos preguntamos qué papel desempeñan en la vida social estos diversos motivos.
podremos descubrir, en lo que atañe a las normas dirigidas al juez como pautas o directrices de su
actividad oficial, que éste suele ajustarse, en el desempeño de sus tareas, al sentimiento del deber y
no al temor a las sanciones o a otros intereses.
4
Eduardo García Máynez. Positivismo jurídico, realismo sociológico y iusnaturalismo. p. 84
13
El problema se complica, de acuerdo con la opinión de Ross, en el caso de las normas
sancionadas por las jurídicas stricto sensu. No puede negarse que el temor de sufrir determinados
castigos suele ser una de las razones que inducen a los particulares a cumplir con el derecho. Pero
es claro que ese motivo no es el único y que hay personas que acatan las normas legales "por
respeto" a ellas. Otras veces se piensa que "la leyes la ley y debemos obedecerla", incluso cuando
no coincide con nuestras convicciones acerca del deber y la justicia.
Ross se refiere, seguidamente, al problema de los nexos entre justicia y fuerza, magnitudes
que la concepción tradicional considera diametralmente opuestas. Pero, dentro de la postura realista,
justicia y fuerza no son antagónicas.
Si por poder social entendemos la posibilidad de dirigir las acciones de otros individuos,
entonces el derecho es un instrumento del poder y la relación entre los que deciden qué Cosa es el
derecho y los que están sometidos a sus normas es una relación de fuerza. El poder no es algo que
se encuentre "detrás" del derecho, sino que siempre actúa a través de éste.
Alf Ross considera que existen problemas sintácticos, lógicos y semióticos en la tarea de
interpretar al derecho. Entiende por interpretación un proceso integral que nos e reduce a la
paráfrasis de la ley, sino que incluye el proceso de toma de decisión por parte del juez, por ello la
considera como una labor pragmática.
La interpretación para esta escuela no es una actividad constrictiva que se sujete al juez a
parámetros rígidos, porque este cuenta con la suficiente libertad para apartarse de la voluntad del
legislador. Ross propone una interpretación pragmática no sujeta a los cánones de la interpretación
lingüística. Frente a la interpretación lingüística, Ross propone un modelo que asume tres variantes:
5
Ibid. p. 85
14
1. Interpretación especificadora: consiste en la opción por una entre varias
interpretaciones lingüísticas admisibles y razonables.
2. Interpretación restrictiva: con base en las consideraciones pragmáticas excluye la
aplicación de una regla que de acuerdo a su sentido lingüístico natural sería admisible.
Se presentan dos casos:
A) En cuanto al propósito, cuando la aplicación de la regla es superflua para lograr el
propósito de la ley.
B) Interpretación restrictiva de excepción, cuando existen consideraciones contrarias
aun si el caso en si mismo está comprendido por el propósito de la regla
interpretada.
3. Interpretación extensiva: cuando una regla se aplica a un caso cuyas características no
permiten incluirlo dentro del sentido lingüístico natural de la misma regla.
Esta gran libertad de interpretación otorgada al juez hace necesario que toda interpretación
se revista de argumentos. Dada la posibilidad de que el intérprete se aparte de ese sentido
lingüístico natural de las normas, ese apartamiento necesitaba ser justificado o disfrazado y para
ello puede hacerse uso de las máximas de la interpretación: que son conjuntos sistemáticos de frases
atractivas y de significado impreciso que pueden fácilmente ser manejadas en manera tal que
conduzcan a resultados contradictorios y ofrecen gran amplitud para que el juez llegue al resultado
que considera deseable.
Se caracteriza por un fuerte escepticismo sobre las reglas y los hechos. El escepticismo por
las reglas se refiere a la inevitable indeterminación que en mayor o menor medida existe en las
reglas de derecho. El escepticismo sobre los hechos es el que deriva de que el intérprete de derecho
jamás puede tener un contacto directo con los acontecimientos que supuestamente están
contemplados como hipótesis factuales de las normas jurídicas. Su información sobre los hechos es
siempre indirecta. Así, tanto frente a las reglas como frente a los hechos, lo más que podemos es
suponer que los jueces se desenvuelven correctamente.
Existen dos factores en la interpretación que no son precisados y son condiciones subjetivas
de la conciencia judicial, estas condiciones son denominadas “factores ilusorios” por Jerome Frank
y pueden ser el entorno social del juez, sus intereses culturales e intelectuales, sus relaciones en la
infancia, etc. Estos factores pesan sobre las decisiones judiciales u su control escapa a los cánones
preceptuados por las técnicas de interpretación.
III. Síntesis
15
4. Si se cae en una técnica unívoca sobre la interpretación capaz de hallar una voluntad
objetivamente descrita, poco espacio queda para la defensa de la pureza metódica.
MARXISMO JURÍDICO
Según el marxismo el derecho es el medio por el cual la clase social que ha impuesto su
modo de producción económica a la sociedad de que forma parte se asegura el papel histórico que
le es atribuido. Por ser la esencia del derecho su carácter de clase, no puede provenir, más que de la
voluntad de una clase, jamás del conjunto del cuerpo social.
Hay un momento en el que el derecho expresa el interés del conjunto del cuerpo social. Es
aquel en el que la clase hasta entonces subyugada y explotada toma revolucionariamente el poder y
establece su propio modo de producción y las relaciones económicas y sociales que ese modo
implica necesariamente. Esto debido a que ese momento representa un progreso histórico cierto,
con relación al estado de cosas anterior, y por ello el cambio operado beneficia a todo el mundo.
Pero por ser este primer momento muy corto en comparación con todos los que le siguen, el
derecho en lo consecuente sigue siendo un derecho de clase, al no expresar más que el interés de
una sola parte del cuerpo social y jamás un pretendido interés general.
Para que el derecho pudiera expresar el interés general, debería estar establecido por toda la
sociedad, este no es nunca el caso, ya que la autoridad social soberana está representada por una
sola clase, la cual no podría tomar en cuenta los intereses de la clase que domina porque se negaría
a sí misma. Aun admitiendo que sea la sociedad la que protege el interés general, no se podría
siempre comprobar en el derecho la presencia de este interés porque ya no tendría el aspecto de
derecho sino de otra cosa esencialmente diferente la cual no coincidiría con la coacción y con la
opresión como en el caso del derecho.
Podemos encontrar números ejemplos en los que se intenta desmentir la idea expuesta. A
veces la clase en el poder aplica la coacción no solamente a la clase subyugada, sino aun a sus
propios miembros. Sobre todo cuando se trata de tomar medidas de higiene, salubridad pública, etc.
Sucede también que el grupo en el poder toma medidas contrarias a los intereses de su clase, que
favorecen a los de la clase adversa, o que sólo protegen los intereses de una parte de su clase, como
la legislación del trabajo. Todo esto no es más que un engaño. Cuando una clase aplica la coacción
a sus propios miembros, ello significa que ejerce de ese modo una función social que no es jurídica,
una función pública que la sociedad en su conjunto ejercería de la misma manera si no estuviera
dividida en clases y si la clase dominante no existiera. Cuando el poder toma medidas
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aparentemente contrarias a sus intereses de clase, pretende con ello asegurar una defensa más eficaz
de sus intereses. Por un lado desvía la atención del proletariado del objetivo esencial de su lucha y
lo debilita; por el otro, se crea entre los mismo proletarios un refuerzo de consumidores de sus
productos no vendidos.
Esta voluntad de clase, que es la expresión del derecho, no es libre, está determinada por las
condiciones materiales de producción o infraestructura económica. El derecho aparece como un
medio de coacción material en manos de la clase dominante , dirigido voluntariamente y con objeto
preciso contra la clase subyugada , como uno de los signos manifiestos e indiscutibles de esta
dominación y de esta subordinación.
La sociedad proletaria, que estará gobernada por un régimen dictatorial representado por el
poder del proletariado, será también una sociedad de clase, cierto que temporalmente. Impondrá su
modo de producción y las relaciones sociales que ese modo implica; impondrá su interés y voluntad
a la sociedad y particularmente a la burguesía a fin de realizar su programa de transformación
general de la sociedad y del hombre. La realización de este vasto programa es una empresa
gigantesca, que para que pueda ser llevada a buen fin, es necesario que la clase obrera tome las
riendas del poder político de una manera más dictatorial y autoritaria que su antecesora, y que el
derecho que traduzca ese poder en términos de coacción jurídica tenga las mismas características
que el derecho burgués abolido. El marxismo estima que la abolición de la propiedad privada de los
medios de producción no es asunto de un día, reclama una larga puesta en ejecución, unos esfuerzos
constantes, una verdadera edificación de la sociedad futura. La burguesía existirá durante largo
tiempo y será hostil al poder del proletariado, trabajará para hacer fracasar su obra. El
mantenimiento del derecho es en verdad un mal menor indispensable para su supresión ulterior. En
tanto que el derecho burgués mantiene las relaciones sociales de dominación y de subordinación
para facilitar el funcionamiento del sistema de explotación económica, el derecho socialista
mantiene esas mismas relaciones con un propósito contrario: para suprimir tal explotación en
cualquier lugar donde se encuentre.
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Estado emite dicho mandato y asegura su respeto por medio de la sanción. Así se comprende que el
derecho y el Estado no puedan considerarse el uno sin el otro. El derecho sin Estado sería un
precepto de conducta humana susceptible de producir efectos jurídicos o no producirlos. El Estado
sin derecho, sería una autoridad social virtual.
Poco importa la forma exterior que revista el derecho, no cambiará de naturaleza con tal de
que tenga detrás de sí una autoridad social soberana o una clase social dominante para garantizar su
cumplimiento. Es igualmente indiferente saber por qué persona física o por qué órgano ha sido
establecido. Lo mismo sucede con el Estado, tendrá siempre invariablemente la misma naturaleza,
si encarna la presencia, la voluntad y el interés de una clase dominante económica y socialmente.
Al separar la sociedad del Estado y del derecho, que se concentra en manos de una sola
clase, el marxismo se enfrenta contra dos clases de confusiones en que se incurre tradicionalmente
en la teoría del derecho no marxista: primero, que la sociedad, por una parte, y el Estado y el
derecho, por otra, no coinciden en el tiempo, ya que el derecho y el Estado no surgen sino
posteriormente a la formación de la sociedad; segundo: que el derecho y el Estado, una vez
formados, no cesan jamás de expresar la sola voluntad y el solo interés económico de la clase
momentáneamente dominante.
El derecho en lo que concierne a las diferentes maneras en que puede ser establecido y a los
diversos métodos de interpretación a los que puede estar sometido, está destinado a satisfacer,
después de hacer encontrado o tratado de encontrar el sentido exacto del derecho interpretado, no
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las exigencias de un imposible interés general en una sociedad de clase, sino las del interés de la
clase dominante que ha determinado y querido el nacimiento del derecho en cuestión. Están
destinadas todas, cualesquiera que sean sus diferencias doctrinales, a responder a esa misma
necesidad de “seguridad de los negocios” de la que se ha hablado a propósito de las diversas formas
y procedimientos legales.
Incluso si se supone que el derecho es conforme al interés general, que concede las mismas
prerrogativas a todo los miembros sin ninguna distinción, la clase oprimida y explotada en el
régimen capitalista no se beneficiaría en la misma medida que la clase dominante y explotadora,
debido a los gastos de procedimiento y de defensa que el proletariado, cuyos ingresos generalmente
están reducidos a la satisfacción del mínimo estricto. Está constreñido a dejar muy a menudo
desvanecerse las pocas prerrogativas que le reconoce, supuestamente en su propio interés, el
régimen que lo oprime.
Las diferencias entre ambos derechos provienen de que las dos clases en cuestión son
fundamentalmente diferentes. La diferencia reside en sus respectivos cometidos históricos. La
burguesía tenía por tarea llevar a la sociedad de clase al punto más alto de su desarrollo económico
y político, el proletariado está encargado de hacer desaparecer esta forma de sociedad
transformándola en una sociedad sin clases y devolver a la sociedad a su virginidad original.
Los cometidos de uno y de otro, aunque contribuyan siempre a la marcha ascendente del
género humano, no han sido elegidos libremente por las clases sociales que los desempeñan. Les
han sido impuestos por la historia, la evolución dialéctica de las condiciones de producción y la
incesante lucha de clases. Después de la aristocracia correspondió a la burguesía recoger la antorcha
del progreso, después de la burguesía esa función corresponderá al proletariado. LA obra realizada
por la burguesía es notable: ha enriquecido materialmente a la sociedad en forma considerable, la ha
liberado políticamente, ha obtenido el máximo de ventajas que se podían obtener de sus esfuerzos.
Precisamente porque el capitalismo ha alcanzado bajo el reinado de la burguesía el apogeo de su
desarrollo, debe llegar a su fin y la burguesía deber ser relevada por el proletariado. El proletariado
asumirá el relevo porque habiendo contribuido, a pesar suyo, al desarrollo máximo del capitalismo
es, en cuanto clase social, un producto de éste y por consiguiente la única clase todavía sana y vital
que queda en el cuerpo social. Su cometido será diferente del de la burguesía y de todas las clases
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dominantes del pasado. Será diferente desde el punto de vista económico principalmente. Esta
diferencia tendrá relación con el modo de producción, el cual ya no será un modo de producción
apropiado para asegurar a la clase dominante. Este relevo no se dará porque el proletariado haya
comprendido que el modo de producción de que es portador es más justo y porque haya elegido
como consecuencia de una especie de revelación o de reflexión. Es simplemente porque, después
del aplastamiento de la clase explotadora, no podrá convertirse él mismo en clase dominante y
explotarse a sí mismo. Su modo de producción debe ser un modo de producción que ignore el
sistema de explotación del hombre por el hombre, basado en la propiedad social de dichos medios e
instrumentos. Dado la naturaleza de tal modo de producción se opone al fenómeno de la división de
la sociedad en clases, el proletariado debe después de un cierto periodo de transición, desaparecer él
mismo como clase, a fin de dejar establecido el acuerdo necesario con el nuevo modo de
producción y el tipo de sociedad que exige. En esta sociedad sin clases no habrá lugar para el
derecho. El derecho se manifestará por última vez durante el periodo transitorio, situado entre el
estallido de la revolución y el paso de la sociedad socialista a la sociedad comunista sin clases.
A medida que se extiendan los límites de la clase obrera y que se acerquen a los de la
sociedad, el interés de clase del proletariado expresará cada vez más el cuerpo social en su conjunto,
y el proletariado cesará de ser una clase diluyéndose en la sociedad y confundiéndose con ella. Al
mismo tiempo el derecho se habrá extinguido.
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producto de una idea. Presentar el derecho como un fenómeno normativo sin relacionarlo con su
base real impide su comprensión. Se reemplazan sus verdaderas causas por causas falsas.
El derecho no existe, cuando es verdaderamente jurídico, más que para mantener un estado
de cosas constantemente amenazado en sus mismos fundamentos, y esto por fuerza que no
solamente puede sino que debe hacerlo caer. Las pequeñas oposiciones de intereses que vemos no
pueden dar lugar más que a violaciones particulares del derecho. Estas violaciones, por ser sus
autores una minoría de individuos no costaría mucho repararlas por el simple uso de la reacción
social, que siempre tendría detrás de sí una aplastante mayoría de individuos. Pero cuando se trata
de una oposición entre aquellos que, constituidos en clase social, hacen todo lo posible por
mantener el orden establecido por ellos y aquellos que, igualmente constituidos en clase social,
haden cuanto pueden pro derribar este orden, la situación ya no es la misma. Es entonces cuando
ese que se llama comúnmente derecho deviene realmente el derecho porque se muestra en ese
momento tal y como es, como una opresión socialmente organizada; y es en esto en lo que reside su
esencia.
Si de admite como Marx y Engels que no es el derecho el que engendra las condiciones
materiales de vida, sino que, a la inversa, son las condiciones materiales de vida las que engendran
el derecho, no se cometerá el error de tratar de reformar a aquél, de hacerlo más justo; se intentará,
por el contrario, atacar sus bases materiales, su causa eficiente, es decir el modo de producción
capitalista.
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Para Marx el desarrollo económico u objeto del capitalismo, en el curso del cual, gracias a
la plusvalía, el capital se acumula y se concentra, conociendo crisis económicas, multiplicando el
número de integrantes de la clase obrera y que terminará arruinándose a sí mismo, haciendo
intolerable la condición de los integrantes de la clase obrera. Por consiguiente la reacción del
proletariado ante tal estado de cosas no será moral, simplemente adecuada para hacerlos reflexionar
y vacilar; será física, instintiva, dictada por una necesidad e auto conservación. Esta relación física
contra una condición de existencia que ha llegado a ser intolerable, como una necesidad fisiológica
de evitar un dolor más intenso que el que ya se siente.
Iniciada sin derecho ni Estado la sociedad continuará existiendo aún sin ellos, lo que
demuestra que es un fenómeno permanente, antehistórico y poshistórico a la vez, y al mismo tiempo
histórico, mientras que le derecho y el Estado son fenómenos esencialmente históricos y por
consiguiente limitados en el tiempo.
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La transición de la sociedad natural a la sociedad política fue el efecto de un salto dialéctico
cualitativo del primer conflicto antinómico registrado en la historia de la humanidad. Ese conflicto
nación como consecuencia de la división del trabajo en el seno de la sociedad primitiva, resultante
de necesidades prácticas que se habían hecho sentir de manera imperiosa debido al desarrollo
demográfico, social y económico de la sociedad natural. Fue después de esta primera
diversificación cuando surgió un conflicto dialéctico entre la esencia de esta sociedad y su
negación. Esta negación fue obra de la usurpación de la violencia por parte de un puñado de
individuos que, para cumplir fines socialmente útiles, tenían posiciones importantes para poder
abusar de ellas, apropiándose de los principales medios de producción e introduciendo la propiedad
privada de esos medios. El marxismo no piensa que se paso haya sido inútil, al contrario, sin él la
sociedad primitiva no se habría movido, habría sido estática; la historia y el progreso no habrían
sido posibles.
Pero la sociedad primitiva o sociedad a secas no muere después del nacimiento del Estado.
su presencia en la sociedad política por la tensión constante entre ella y el Estado se manifiesta por
el fenómeno de la lucha de clases. Desde el punto de vista jurídico, se percibe igualmente su
presencia. Hay reglas de conducta en el sistema jurídico de la sociedad política que son las mismas
que se encuentran en la sociedad natural y que llevan el nombre de reglas de derecho. Ello no
impide distinguirlas y considerarlas sólo como reglas sociales.
III. Variabilidad.
La temporalidad del derecho implica la variabilidad de esta categoría social. Esta propiedad
adicional del derecho es otro nombre de la primera.
A partir de la historia conocemos que hay barios regímenes de propiedad y el derecho sigue
todos los cambios de los modos de producción, de las relaciones sociales y de las clases
dominantes, siendo el reflejo del desarrollo de la historia y de los resultados de la lucha de clases
inherente a ese desarrollo.
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aquella que marca una modificación radical de la infraestructura de desigualdad y alienación, que la
modifica por una infraestructura de igualdad o desalienación.
Sólo el derecho socialista de contenido nuevo, al obedecer por esto a los principios de
temporalidad y variabilidad, desobedece, de algún modo, a aquel de la permanencia normativa en la
temporalidad que caracteriza al derecho en general. Porque pierde en el camino uno de los
elementos esenciales dl derecho en cuanto tal, aquel que hace de él un medio de explotación
económica del hombre, no conservando más que aquel otro que hace de él un medio de dominación
social. Por esto mismo se convierte en un derecho destinado a extinguirse. Este rasgo es lo que lo
diferencia de todos aquellos derechos que lo han precedido en la historia.
IV. No evolutividad.
Todo modo de producción, dice Marx, posee su derecho y su Estado. Todo derecho es
desigual, sin conceder más indulgencia al sistema jurídico proletario, que al sistema jurídico
esclavista, feudal o capitalista.
Ahora bien, como el derecho no aparece más que en los medios donde existe un sistema de
explotación, se podría decir que su contenido en lugar de evolucionar y de hacerse a la igualdad,
retrocede, se aleja cada vez más. Para Marx, el derecho es la expresión de las relaciones sociales
fundas sobre un sistema de explotación y de dominación, es siempre y en todas partes, un medio de
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coacción y de opresión. Si el derecho es un modo de coacción y de opresión, poco importa que esta
coerción sea más o menos frecuente o violenta.
Lo que la ciencia del derecho burgués llama el contenido del derecho, es una porción de la
realidad económica del momento considerado, tomada en su conjunto. EL derecho no hace más que
describir o registrar, por medios propios, las relaciones sociales que fluyen de esta realidad o de las
relaciones de producción que la constituyen. El derecho aparece entonces como un simple marco, el
derecho permanecerá siempre idéntico a sí mismo. Si el derecho no es completamente una simple
forma, el contenido que se le atribuye generalmente no puede más que haberle sido prestado por
una realidad que no es suya y que evoluciona, no podrá evolucionar con ella no haciendo más que
prestarse su marco formal; pero por su parte jampas experimenta transformación.
Ciertos autores asustados de esta idea tratan de mitigarla afirmando que las ideologías y por
consiguiente el derecho, evolucionan, pero no al mismo ritmo y de la misma manera que las fuerzas
productivas. De manera que siempre hay un desfase entre infraestructura y superestructura.
BIBLIOGRAFÍA
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