Antropología Del Turismo
Antropología Del Turismo
Antropología Del Turismo
Textos explicativos
Del libro: Antropología y turismo ¿Nuevas hordas, viejas culturas?. Autor: Agustín
Santana. Editorial Ariel. Barcelona. 1997. Páginas: 90-104.
Con un fin turístico, los viajes a diferentes áreas del mundo ofrecen la
oportunidad de ver, observar y, pocas veces, participar en culturas y modos de
vida >extraños= a los ojos del turista. El desarrollo del sistema que soporta a
estos nuevos viajeros, como ya hemos visto, viene acompañado por impactos
tanto de carácter económico como físico o espacial, pero también otros, no
menos importantes, sobre el entorno social y cultural que tienden, a través de
esa actividad >limpia= (Duysens, 1987:2) que es el turismo, a reestructurar la
sociedad y homogeneizar la cultura como fenómeno urbano (Prod'homme, 1985).
Sin embargo, como Fernández Fuster (1985) anota, del mismo modo que
no podemos limitar el impacto al núcleo turístico, pues sus efectos pueden
sentirse en las zonas no turísticas lindantes y en las áreas generadoras, tampoco
debemos considerar a ningún grupo como homogéneo, variando el impacto de
acuerdo con las diferencias entre residentes y visitantes, ya en términos de
número, frecuencia, procedencia y nivel económico, ya en cuanto a su cultura de
origen, visión social o tipo de turismo que practique. Con estas consideraciones, y
siguiendo la tipología de Smith (1977) podemos determinar hasta qué punto los
turistas se adaptan al entorno local visitado (Cuadro 3), aunque es escaso el
conocimiento de los efectos del turismo no institucionalizado (Cohen, 1972)
-exploradores y turismo de mochila- sobre las sociedades anfitrionas.
Se nos plantean de esta forma cuatro problemas que deben ser analizados:
las relaciones residente/visitante, los sistemas de medida del impacto, el cambio
social y el cambio cultural. Pero, antes de comenzar con esta tarea, es necesario
precisar que los analistas del turismo se encuentran con serias dificultades para
separar los efectos de éste sobre las culturas anfitrionas de aquellos cambios
inducidos por otras causas. El turismo representa solamente una forma de
exposición de los residentes a elementos de sociedades con una cultura
diferente, con lo que podemos considerarlo responsable de acelerar los cambios,
pero nunca como un factor endémico y necesario para el desarrollo de los
mismos. Además de ello, los efectos iniciales sobre la gente, sobre sus vidas
cotidinas, generalmente rápidos y claramente identificables (impactos primarios),
se vuelven con el tiempo lentos, rutinarios (impactos secundarios) y, con esto,
mucho menos obvios tanto para los actores sociales como para .la mirada del
investigador.
Ahora bien, tal punto de vista -dos mundos separados, dos extremos- peca
de cierto simplismo. Como lo indicó Frick McKean (1977:94-5), podemos situar, si
es imprescindible y, en cualquier caso, exclusivamente durante las etapas
iniciales de la investigación, dos extremos metodológicos: de una parte el
>mundo turista= en el que el total de los cambios socioculturales ocurren en el
área afectada por el turismo y el área anfitriona viene a ser modelada desde los
patrones de los grupos visitantes y, de otra, un >mundo nativo= en el que no
ocurren cambios, y la vida usual anterior al contacto continúa. Estos deben ser
contemplados como los polos de un continuum y cada uno puede ser visto como
un >tipo ideal=. En la práctica, la aparente continuidad o persistencia de cada
uno deberá ser explicada en términos del sistema, de manera que permita llevar
a cabo transacciones autónomas y no interferentes.
(c) Cuando las dos partes se encuentran cara a cara con objeto de intercambiar
información e ideas que faciliten su entendimiento.
(1) Los encuentros transitorios son una característica de la mayoría de las visitas
de los turistas temporales y son vistos de manera muy diferente por ambas
partes de la relación, en tanto que la relación temporaria es diferente para
cada grupo interactúante. Es fácilmente comprensible que el anfitrión
pueda verla como una relación superficial que se lleva a cabo a lo largo de
la estación turística, como una experiencia tautológica y repetitiva, en
tanto que se funciona a partir de estereotipos y no de individualidades.
(4) Otra característica frecuente de los encuentros viene dada por una relación
turista/anfitrión basada sobre una experiencia desigual y desequilibrada. El
anfitrión se siente inferior (UNESCO, 1976:93) y, para compensar ésto, una
vez percibidas las debilidades del turista, explota su aparente abundancia.
Dos son los sistemas que parecen ser capaces de valorar tales factores
intangibles, aplicándolo a las investigaciones sobre el impacto social del turismo,
aún reconociendo que este cambia a través del tiempo en respuesta a los
cambios estructurales de la industria y la intensidad de la relación
turista/residente.
Esta puede tener sus orígenes en el ascenso del número y/o frecuencia de
turistas y la amenaza de que ellos actúen sobre la forma de vida local, pasando
sucesivamente a través de estados de euforia, apatía, enojo y antagonismo
(Cuadro 13), estado este último en el que, generalmente, la gente considera que
ha perdido lo que apreciaban y el entorno está destruido.
FASE
Se podría usar una combinación de los dos sistemas de valoración para ver
como la proporción de individuos en cada categoría de Butler varía en núcleos
turísticos atendiendo a diferentes estados del índice de irritación de Doxey.
Aunque es poca la evidencia de la aplicación de estos sistemas, podemos ver a
través del análisis del cambio social una de ellas.
Los límites de la tolerancia local al turismo pueden ser descritos como una
forma de capacida de sustentación o de carga[6], ya que excedido este umbral se
hacen notar una serie de efectos detrimentes sobre la industria, creando un
ambiente no amigable para los turistas y reduciendo, con ello, parte del atractivo
del destino. Se da pues una forma de impacto acumulativo sólo aceptable
mientras el turismo deja beneficios económicos a nivel local. Ahora bien, tales
límites variarán entre los grupos anfitriones de distintas áreas (Mathieson y Wall,
1986:141) con:
Pero )en qué elementos sociales se muestran los impactos del turismo? La
simple presencia de los turistas, su aparente superioridad material y la propiedad
de tierras, negocios u ocupación de puestos destacados dentro de las actividades
asociadas al sector, puede crear nuevas aspiraciones (Smith, 1977:68) que
empujan a los residentes a copiar tanto su comportamiento (que Prod'homme
-1885- cataloga como exhibicionismo cultural) como sus modelos de gasto
(efecto demostración), impulsando modificaciones en la estructura interna de las
comunidades anfitrionas, como pueden ser, los cambios en la estratificación
(modificación de la importancia respecto a los grupos socioprofesionales), en el
rol de las mujeres, en la cohesión comunitaria o en las instituciones y
organizaciones formales e informales que se reflejan en temas concretos como la
conducta moral (prostitución, delitos, apuestas), la religión y la sanidad.
De otra parte, por último, la religión ha sido una fuerza poderosa que ha
viajado con los turistas y que ha generado núcleos turísticos espirituales como
Jerusalén, Medina, La Meca o Bangkok, provocando reacciones diversas (desde la
conversión a un culto diferente al tradicional hasta el rechazo hacia los turistas-
peregrinos) entre los residentes.
(C) Formas de cultura que son inanimadas (la cultura material). Incluyen
esta categoría la arquitectura y los monumentos -lugares- históricos, además de
la producción artística y artesana. Esta última forma cultural, la artesanía, por las
transformaciones que suele sufrir en el entorno de la actividad turística
-indicativas del grado de aculturación- y por estar estrechamente vinculada a los
intereses etnográficos de la disciplina, merece una especial atención en los
estudios de caso. En este sentido, el investigador ha de tener en cuenta que al
igual que existe un espacio o una comida propiamente turística, existe un objeto
turístico (Gaviria, 1978:55). Este objeto, según el tipo de cosumidor turístico y de
destino, podrá ser identificado por sus características más obvias: pequeño,
barato, no demasiado exótico y poseer la cualidad de connotar simbólicamente el
área visitada. Pero deberemos mirar más acá del objeto en venta, descubrir cuál
ha sido el proceso por el que ahora se encuentra expuesto en un escaparate o
sobre una manta que invita a su compra a un nuevo público al que, en último
término, no le interesa el estilo y la forma simbólica sino la representación
suntuaria y recordatoria.
Con la llegada del turismo de masa y charter, con el cambio cultural que se
da paralelo a él, se dan dos procesos simultáneos e intercomunicados. De una
parte la réplica creada para su comercialización es adaptada para una masa
importante de compradores. Por las características propias del viaje, es necesario
que el objeto sea transportable, y por las características propias del comprador,
ahora mayoritariamente turista, en necesario que el objeto sea barato. Se da
para ello una reestructuración de las condiciones de producción, que afecta tanto
a los motivos representados como a las formas, generalizándose la
miniaturización.
Nace así el souvenir, donde las nuevas formas deben responder a lo que el
comprador potencial, normalmente desconocedor de la artesanía tradicional-
funcional, piensa y espera encontrar en el área. Con ello se produce una
desconección, en la mayor parte de los casos temporal, entre los objetos
realizados y la cultura de la zona, de manera que los habitantes locales no
entenderán en los objetos una representación de los estereotipos propios,
identificadores del grupo. El caso más obvio es lo ocurrido en una gran variedad
de destinos con la artesanía del barro, donde es fácilmente apreciable una total
separación de sus usos tradicionales, empequeñecimiento hasta los extremos,
eliminación de etapas en el proceso de elaboración, etc. Paralelamente, y debido
más al cambio cultural, a partir de las formas tradicionales se produce
unaartesanía recreada que reintegra lo tradicional con los elementos surgidos de
la evolución del área. La ejemplificación coincide con las citadas anteriormente,
añadiendo las nuevas formas de la cerámica esmaltada, pero se trata, en este
caso, de objetos de alto precio y calidad que pueden influir y son, a su vez,
influidos por el souvenir, en tanto que éste se comporta como una fuerza de
modificación cultural al margen de los propios elementos locales, reemplazando
gradualmente al elemento tradicional. Si bien el destino de esta nueva forma
artesana suele ser el mercado local, se trata de un reducido grupo de
compradores adinerados e intelectuales que la adquieren más por un afán
coleccionista o de ostentación de un nivel social, que por su valor utilitario,
perdido en el paso del tiempo y la modernización de los usos cotidianos.
Elementos de variación
[1]
Puede encontrarse información detallada por áreas geográficas e impactos en los descriptores de la
bibliografía de este texto.
[2]
Citado por Mathieson y Wall, 1986:133.
[3]
La mera señal de los turistas y sus comportamientos pueden inducir a cambios comportamentales sobre la parte
de los residentes permanentes.
[4]
Según Young (1973:111), existe un nivel de saturación para el turismo, sobre una localidad dada, y si ese nivel
es excedido los costos del turismo comienzan a superar a los beneficios. Esto es, el turismo empieza a
considerarse, al menos, como poco deseable.
[5]
Aplicación al fenómeno turístico del desarrollado por Bjouklund y Philbrick (1972 y 1975) para analizar los
procesos que tienen lugar cuando dos o más grupos culturales interactúan.
[6]
D'Amore (1983:144, cf Murphy, 1984:134), define la superación de la capacidad de sustentación para el turismo
como el punto en el crecimiento del turismo donde los residentes locales perciben niveles inaceptables de
prejuicios sociales provenientes del desarrollo del turismo.
[7]
Los cambios que sobre la cultura provoca el desarrollo de la actividad turística son los que, desde la década de
los setenta, hacen acercarse a los antropólogos a este nuevo ámbito de investigación. Así en 1974 se celebra el
primer simposio de antropología y turismo en México, del cual surge el texto recopilatorio AHost and Guest@.
[8]
Salvo casos anecdóticos, como el que destacan Turner y Ash (1972), cuando en una celebración en Nueva
Guinea un grupo de guerreros ataco a la audiencia al sentirse ofendidos porque no habían pagado primero.
©Agustín Santana Talavera
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